El Viejo Topo | Número 418 | Noviembre 2022 by elviejotopo

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Portada "Transhuman", collage de Cristina Holm 4

La nueva OTAN en la época del declive de Occidente POR

Transhumanismo en la práctica deportiva POR RAÚL FRANCISCO SEBASTIÁN SOLANES

MANOLO MONEREO 46

Los nuevos esclavos del país de la libertad Entrevista a Helena Villar

Política de los replicantes POR CLAUDIO ZULIAN

POR SALVADOR LÓPEZ ARNAL 50 20

¿Es preciso tomar el transhumanismo

China: el reto trastornado de Estados Unidos

en serio?

POR HIGINIO POLO

POR JUAN ARANA

Dossier: Transhumanismo

En busca del Proust perdido POR J. CASRI

Transhumanismo y evolución POR ÀLEX CAÑADA La copa menstrual como tecnología xenofeminista POR AGUSTINA VICTORIA ARRIGORRIA

Libros

Las ilustraciones del dossier son obra de Cristina Holm

EL VIEJO TOPO, revista mensual. FUNDADORES: Primera época, Claudi Montañá (†), Miguel Riera, Josep Sarret. Segunda época, Elisa Nuria Cabot, Jordi Dauder (†), Ernesto Fontecilla, Enrique Helguera, Esther Mañé, Santiago Palacios, Miguel Riera, José Sanchis Sinisterra. DIRECTOR: Miguel Riera. DISEÑO: Miguel R. Cabot, Elisa Nuria C. Edita: Ediciones de Intervención Cultural, S.L. (Barcelona). Imprime: Gráficas Gómez Boj. ISSN 0210-2706, Depósito Legal B-40.616-76. Impreso en España. El Viejo Topo no retribuye las colaboraciones. La redacción no devuelve los originales no solicitados, ni mantiene correspondencia sobre los mismos. Los colaboradores aceptan que sus aportaciones aparezcan tanto en soporte impreso como en digital. La revista no comparte necesariamente las opiniones firmadas de sus colaboradores. Esta revista ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Cultura y Deporte. El VIEJO TOPO, c/Juan de la Cierva, 6, 08339 Vilassar de Dalt (Barcelona). Tel. Administración, redacción, publicidad y suscripciones (93)755-08-32 e-mail: info@elviejotopo.com.

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La nueva OTAN en la época del declive de Occidente por Manolo Monereo

¿L

a OTAN está al servicio de los intereses de la Unión Europea? O, al revés… ¿la Unión Europea está al servicio de la OTAN? El autor analiza la estrategia norteamericana para, intentando posponer su decadencia mundial, subalternizar Europa.

Para Paco Fernández Buey, a los 10 años de su muerte

¿Qué Occidente? Existe una tendencia intelectual transversal entre los sectores duros del establecimiento norteamericano que asumen que ellos son el verdadero Occidente y que el original ha dejado de serlo. La vieja Europa estaría –como diría Robert Kagan– en el mundo de Venus, de la paz universal kantiana y, en definitiva, en la decadencia. Le faltaba la fuerza y vigor de los conquistadores, de los que tienen un destino universal, los llamados a definir un nuevo orden, reglas y valores; siempre dispuestos y preparados para defenderlo militarmente. La bendición, para estos sectores, fue la desintegración del Pacto de Varsovia y la emergencia de los países del Este europeo. Donald Rumsfeld los definió como la “nueva Europa”: fieramente anticomunistas, nacionalistas de derechas y ferozmente anti rusos; por todo ello, aliados estratégicos de los EEUU. Como ha señalado recientemente Luciano Canfora1, el ingreso de los países de antiguo Pacto de Varsovia en la UE cambió su naturaleza, bloqueó cualquier posibilidad de un acuerdo con Rusia y, sobre todo, aseguró un mayor control de EEUU sobre el proceso de integración económica, política y militar europea. No se le ha dado la relevancia que merecían a las consecuencias de la ampliación de la Unión Europea hacia el este, la reunificación alemana y, sobre todo, la desesperada búsqueda de nuevas funciones para una OTAN que se quedaba peligrosamente sin enemigo. No es casual que, como resultante de estos cambios históricos, se optara por un tipo específico de cons-

trucción neoliberal de Europa, se promoviera la moneda única y se empezara a hablar de política común de seguridad y defensa, siempre asegurando el vínculo atlántico. Comienza así una retórica, un discurso legitimador que pone el acento en la integración política europea, en su fortaleza internacional y en unas fuerzas armadas propias. Europa es la verdadera alternativa; todo lo demás, nacionalismos y aspiraciones anacrónicas. La llamada política de seguridad y defensa ha sido siempre un “quiero y no puedo” entre aquellos que buscaban una mayor autonomía de la UE en un mundo que cambiaba rápidamente y los que, de una u otra forma, se subordinaban a la política exterior norteamericana y, sobre todo, a las directrices políticomilitares de la OTAN. Al final, se expresaban las posiciones de Francia y de Alemania. ¿Dónde estaba lo nuevo? En los países del Este, mucho más interesados en la alianza con EEUU que en la construcción de una supuesta Europa más integrada políticamente y militarmente. La guerra en Ucrania ha aclarado mucho acerca del carácter artificioso de estas polémicas y define con precisión las posiciones existentes. La gran victoria de EEUU ha sido reunificar los dos Occidentes bajo la hegemonía de la OTAN. La pieza clave han sido justamente los países del Este. La otra cara es que se ha puesto fin a cualquier veleidad de autonomía de la UE y, lo que es más significativo, el liderazgo de Alemania se ha devaluado mucho y el papel de Francia ha devenido casi inexistente. Dicho de otro modo, la Unión Europea vive un estado de excepción larvado en un doble sentido: dominio de los poderes de hecho y supresión del orden jurídico-institucio-

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nal. Quien gobierna de facto en Europa es la Administración norteamericana a través de una OTAN que toma las decisiones fundamentales (diplomáticas, económicas, financieras, militares) y que la UE disciplinadamente aplica. Además, los países más radicales (bálticos y, sobre todo, Polonia) acaban imponiendo sus criterios al son que le marca Zelenski. En medio, una Alemania sin norte, con un canciller sin liderazgo y un Partido Verde que retoma su viejo papel de vanguardia de los intereses estratégicos de los EEUU. El juego entre europeístas y “otanistas” siempre ha sido cosa de académicos, de socialdemócratas venidos a menos, de antiguos críticos con el poder norteamericano. El objetivo real ha sido siempre renegociar el tipo de alianza con EEUU más que una aspiración a una Europa independiente y, como decía el hoy silencioso Macron, soberana. Eso nunca lo han querido las clases dirigentes europeas y, mucho menos, los países llama-

Nos dicen que lo que no sea Europa son nacionalismos y aspiraciones anacrónicas.

dos de la nueva Europa. Éstas, las clases que mandan, siguen necesitando a la OTAN y a la Unión Europea no tanto por el pánico a una Rusia en reconstrucción sino por el miedo a sus poblaciones, por el viejo y nuevo temor a una ciudadanía harta de un sistema político que asegura y garantiza el poder de una plutocracia omnímoda y sin alternativa. Las dinámicas creadas conscientemente por los EEUU han convertido a la UE, a su estrategia de seguridad y defensa, en el brazo político de la OTAN. La guerra está cambiándolo todo y rápidamente. Los equilibrios internos –el eje franco-alemán– se han roto y se abre una etapa nueva cuyos contornos y limites se está definiendo en el campo de batalla ucraniano y, más allá, en un conflicto geopolítico planetario que no ha hecho más que comenzar. El viaje de la señora Pelosi a Taiwán enseña mucho. El control de Eurasia: la gran apuesta de la OTAN. El discurso legitimador de la OTAN se ha impuesto sin oposición y ha colonizado ampliamente a la esfera pública. Los medios lo repiten una y otra vez hasta convertirlo en un discurso disciplinario: definen una única posición básica y criminalizan a aquellos que la ponen en duda o la critican. En su centro está la idea de que, gracias a la OTAN, se han podido defender nuestros derechos y libertades. Entre el discurso y la realidad suele haber un trecho largo, pero expresa muy bien

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una posición que sirve para justificar el control político y militar de una Europa que, por mucho que se intente ocultar, sigue siendo un protectorado político-militar de EEUU, como Japón, como Corea del Sur… Las rotundas afirmaciones de que la UE es un gigante económico, un enano político y un gusano militar acaban siempre por resolverse fortaleciendo el llamado vínculo atlántico y la centralidad de la OTAN. Y es que tener decenas de bases norteamericanas en la península que es Europa, con centenares de artefactos nucleares y unas fuerzas armadas (FFAA) –en cada país individualmente considerado– subordinadas a una estrategia definida por los EEUU, obliga mucho y determina políticamente aún más. La OTAN, se tiende a olvidar, es un tratado que organiza una estructura militar permanente, define objetivos políticos-militares precisos, establece una estrategia vinculante para los Estados, ordena y disciplina en un plan operativo común a las FFAA de cada uno de los países; a lo que hay que añadir una densa trama de alianzas con países asociados prácticamente en todo el mundo. No resulta exagerado decir que una de las claves de la arquitectura del Nuevo Orden Internacional basado en (sus) reglas impuesto por los EEUU fue el mantenimiento, ampliación y desarrollo de una OTAN en permanente refundación. Es preciso subrayar que Europa siempre ha sido la cabeza de puente para convertir a EEUU en un actor decisivo en el gran continente euroasiático. La UE y la OTAN, con ritmos diferentes –pero siempre convergentes– han sido sus principales instrumentos. Nadie ha explicado esto tan bien como Zbigniew Brzezinski: “Para los Estados Unidos –dijo el destacado geopolítico polaco-norteamericano– Eurasia es la principal recompensa geopolítica […] En la actualidad, una potencia no euroasiática ostenta la preminencia en Eurasia y la primacía global de los Estados Unidos depende directamente de por cuanto tiempo y cuan efectivamente puedan mantener su preponderancia en el continente euroasiático”2. El tema queda claramente definido: Eurasia es el territorio estratégico decisivo, un espacio de poder en permanente disputa. El control e influencia política de los EEUU en el sistema-mundo se debe, en gran parte, a que se ha convertido en un actor determinante en el continente eurasiático. Conviene subrayar que para Brzezinski, el núcleo de la seguridad y de poder (lo escribió en 1997) deberían ser Francia, Alemania, Polonia y Ucrania. La política norteamericana, como se ve, se organiza y se planifica a largo plazo; para él, Polonia y su futuro seguía siendo lo primero. La segunda función que ha cumplido la OTAN está unida –es la otra cara– a lo que se acaba de exponer: impedir la autonomía efectiva de la Unión Europea y, sobre todo, un posible acuerdo de ésta con Rusia. El antiguo debate siempre vuelve

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tar cualquier cambio que ponga en cuestión las estructuras de poder dominantes que protegen y reproducen el capitalismo realmente existente. Es lo que Manolo Sacristán llamó “la OTAN hacia adentro”, su cara oculta que la convirtió en parte fundamental del “Estado profundo”. Sobre esto hay mucha bibliografía en donde se pone de manifiesto cómo la OTAN ha sido un instrumento de control e influencia dedicado, por delante y por detrás de las clases dirigentes, a impedir, no ya la Dispositivo de propulsión de buzo usado por los comandos de Guerra Especial Naval de los marines de Estados Unidos revolución, sino reformas sustanciales que intentaran, de una u otra forma, superar la lógica del capitalismo moporque nunca se fue del todo3. Retornan los clásicos y siguen nopolista5. resonando los viejos argumentos de Mackinder, Haushofer, Hay una cuarta función que a mi juicio tiene mucha imporSpykman. Siempre quedará la duda, cuando se trata de geopotancia para la soberanía de los Estados. Me refiero a la relación lítica, si hablamos de ciencia o de un arte que justifica y legitiexistente entre una OTAN bajo hegemonía norteamericana y ma la estrategia de poder de los Estados. Lo que siguen tenienlas fuerzas armadas de los Estados singularmente considerado claro, tanto el Reino Unido como EEUU, es que el objetivo 4 dos. Vuelvo a algo tratado anteriormente: la estructura, organies impedir un acuerdo entre Europa y Rusia. Haushofer , casi zación y disposición operativa de las FFAA de cada país está siempre mal interpretado, defendió hasta el final una asociacada vez más determinada por la pertenencia al aparato milición estratégica entre Alemania y la URSS. tar de la OTAN. Se ha hablado mucho sobre una supuesta autoLo más significativo –sobre esto he insistido muchas veces– nomía estratégica de la UE ante los temores y advertencias de es que la UE, a la hora de definir sus prioridades estratégicas, la Alianza Atlántica. Una vez más, la autonomía se ha ido desno lo hace desde sus propios intereses y realidades objetivas dibujando y, después de la guerra en Ucrania, se ha diluido sino desde unos parámetros preestablecidos, definidos por los ante la realidad de los hechos. Esto queda claro en el nuevo EEUU. Para un área geográfica tan específica como la europea, concepto estratégico aprobado en la Cumbre de Madrid. ser una vez más frente de guerra de un conflicto con una potencia militar y nuclear como Rusia es una catástrofe desde El sistema-mundo cambia aceleradamente: ¿Hacia dónde? cualquier punto de vista. Para EEUU no es un problema sino Es una de las contradicciones de nuestra época. Se habla una ventaja geopolítica. De nuevo, una guerra alejada de sus continuamente de globalización, de pensar globalmente y de fronteras, en la retaguardia estratégica de su enemigo principal tener una visión planetaria. Este es el discurso dominante, la (China) que le permite perpetuar su presencia militar-nuclear realidad no es así. No somos capaces de construir una imagen, y bloquear una respuesta desde los propios intereses de un conjunto de conocimientos que nos ayuden a desentrañar Europa. Hablar de catástrofe no es una exageración, la estratelas grandes tendencias que dominan y organizan nuestro gia de la OTAN pretende desgastar a Rusia en un conflicto promundo. Lo normal es que se hable en abstracto de los llamados longado, subordinar a la UE a esta tarea abriendo un horizonproblemas globales y que luego se busquen soluciones, tamte donde, aparentemente, solo queda la escalada. Rusia no bién globales, ignorando las estructuras de poder reales y popuede ganar y la OTAN/EEUU no pueden perder. niendo en el centro las Naciones Unidas como si ellas tuvieran La tercera función de la OTAN es el control político para evi-

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Antony Blinken afirmó que la destrucción de los gaseoductos Nord Stream es una “gran oportunidad” para Europa

Ursula von der Leyen y Josep Borrell se caracterizan por el seguidismo a la política exterior de EEUU

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capacidad de solucionar estos problemas. Hay un consenso básico sobre las líneas de fractura que explican nuestro mundo: a) el declive relativo de la hiperpotencia norteamericana. Los grandes imperios no desaparecen de un día para otro y, mucho menos, cuando se trata de unos EEUU que siguen siendo, con mucha diferencia, el mayor poder militar del mundo; la decadencia es siempre relativa y relacional, es decir, que en la competición global emergen otros países que le hacen sombra y que, objetivamente, la cuestionan. b) El resurgir de China, de nuevo gran potencia económica, tecnológica y financiera, a lo que hay que añadir la reconstrucción de Rusia y la aparición de nuevas potencias –como la India– que vuelven con su gran peso histórico, demográfico y, cada vez más, económico. c) El eje de gravedad del sistema-mundo se va deslizando aceleradamente hacia Asia. Se trata de un cambio, no solo de época sino histórico-civilizatorio. Lo que está en cuestión, después de 500 años, es la hegemonía de Occidente6. d) La novedad es el agravamiento de la crisis ecológicosocial del planeta en un contexto de recursos cada

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vez más escasos, conflictos militares recurrentes e intensificación de los procesos migratorios. Habría que definir con precisión el problema central que está cambiando nuestro mundo y que nos sitúa ante límites que ponen en peligro la existencia humana. Se ha ido construyendo un nudo que relaciona conflicto de poder entre las grandes potencias, recursos básicos cada vez más escasos y en disputa, y el uso casi permanente de la guerra como instrumento de solución de los conflictos. Esto ha sido muy bien analizado por John Bellamy Foster7, que relaciona con precisión los conflictos político-militares y sus implicaciones con la crisis climática del planeta. La tesis del autor es que esta doble crisis se retroalimenta y nos puede conducir a un escenario catastrófico entre el peligro de un invierno nuclear y un infierno climático. En sus propias palabras: “El calentamiento global y el invierno nuclear, aunque surjan de formas diferentes, están estrechamente relacionados en términos climáticos, demostrando que el mundo está a punto de destruir a la mayoría de los habitantes de la tierra en una u otra dirección: el calentamiento global durante décadas que llevará a un punto de no retorno para la humanidad, o la muerte de cientos de millones por el fuego nuclear seguido de un enfriamiento global en días y meses”. La manipulación por los poderes de los temas ecológicos y ambientales está teniendo como consecuencia su banalización. Se han convertido (como el feminismo) en un elemento más de “lo políticamente correcto”. Lo que se consigue es mellar la crítica al modo de producir, consumir y vivir dominante y, es lo fundamental, ocultar la estructura de poder que lo hace posible. El daño que se hace es enorme y se corre el peligro de que una parte significativa de la población (especialmente las clases trabajadoras) acaben asociando la cuestión ecológica con un ajuste económico y laboral permanente. Banalización y negacionismo van de la mano. Por eso, Foster no se olvida de señalar que “el agente causal de las dos crisis existenciales globales que ahora amenazan a la especie humana es el capitalismo y su búsqueda irracional de una acumulación de capital y un poder imperial exponencialmente creciente en un entorno global limitado”. Este marco ayuda a explicar el problema real que vive nuestro mundo, el sistema interestatal construido en torno a la hegemonía indiscutida, y hasta ahora indiscutible, de los EEUU. Se podría definir así: ¿EEUU va a consentir una transición pacífica a un mundo multipolar? No lo parece. Desde que la Administración norteamericana se definió a sí misma como “país indispensable” y como “la única gran potencia global” las intervenciones militares en el exterior y la guerra han sido su modo normal de funcionamiento: Afganistán, Irak, Libia, Siria…

Todas ellas guerras perdidas ante enemigos militarmente inferiores y mal resueltas estratégicamente. El otro lado de la contradicción es la crisis profunda de la sociedad y del sistema político norteamericano. La derrota de Donald Trump y su hostigamiento posterior habla de problemas muy graves, de polarización racial y de una guerra civil larvada. A mi juicio, ambos problemas se retroalimentan en una espiral que nos puede conducir a un conflicto nuclear. El actual equipo dirigente aglutinado en torno a un presidente como Biden no es, como se suele definir en la academia, un grupo de “idealistas” enfrentados a unos “realistas” que por serlo aparecen como moderados e incapaces de intervenir eficazmente ante los grandes desafíos que afrontan los EEUU. A estos supuestos idealistas habría que definirlos como lo que son, intervencionistas-imperialistas. Nadie expresa mejor esta

El discurso legitimador de la OTAN ha colonizado ampliamente a la esfera pública.

posición que el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, el actual secretario de Estado Antony Blinken y el tándem Victoria Nuland/Robert Kagan. Al fondo, siempre, Hillary Clinton y, más allá, el todopoderoso lobby de apoyo a Israel8. Recientemente John Mearsheimer ha tomado posición, una vez más, en este debate9. Su preocupación es que, por su propia dinámica expansiva, la guerra en Ucrania acabe llevando a un conflicto nuclear. Algo parecido viene sosteniendo otro realista como Henry Kissinger. A la Administración Biden, a sus portavoces, le desagrada mucho hablar de escalada y de posible conflicto nuclear; lo consideran como “trabajo sucio” con el objetivo explícito de impedir el apoyo de la OTAN al gobierno ucraniano y como ayuda indirecta a Putin. Lo que no hacen Mearsheimer ni Kissinger ni otros especialistas en cuestiones geopolíticas y militares es entender las causas que explican la política de la actual Administración norteamericana. Una parte sustancial de las clases dirigentes norteamericanas, de su complejo militar, industrial y científico, y de las élites intelectuales ligadas orgánicamente a ellas –los informes estratégicos de la CIA lo vienen poniendo de manifiesto desde hace años– viven dramáticamente el mundo que está emergiendo, perciben con claridad que se está cuestionando el orden global construido y que peligra la hegemonía norteamericana. Su “fervor revolucionario” les lleva a reaccionar contra una sociedad, contra unos grupos dirigentes que no están a la

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altura de los retos de la época histórica. El factor tiempo es clave. Piensan que es ahora el momento de actuar y que mañana será demasiado tarde. Dicho de otro modo, el ahora es defender, cueste lo que cueste, su orden y sus reglas e impedir política y militarmente la transición a un “nuevo orden” no gestionado ni dirigido por los EEUU. De ahí la ferocidad de la respuesta y también que estén dispuestos a dar la batalla –es una vieja idea estratégica– simultáneamente en dos frentes, es decir, Europa/Ucrania y Asia/China. El nuevo Concepto Estratégico de la OTAN. El 22 de junio de 2022 se aprobó el 8º Concepto Estratégico de la Alianza Atlántica. Ésta está obligada a refundarse periódicamente y los Conceptos expresan el sentido y la profundidad de los cambios. El documento (ver: El Viejo Topo nº. 417, octubre 2022) recoge las aportaciones de un grupo de expertos (NATO 2030: Unidos para una Nueva Era), aprobadas por el Consejo en Bruselas en 2021 y actualizadas en función de la guerra en Ucrania. Hay que señalar que esta declaración emplea un tipo de lenguaje singular con términos que, muchas veces, ocultan más que aclaran. No pretendo aquí hacer un análisis detallado sino solamente señalar sus rasgos más sobresalientes que marcarán duraderamente la estrategia de la organización. La primera cuestión tiene que ver con el lenguaje y los conceptos. Los que mandan tienen el poder de definición, determinan lo que es justo e injusto, lo que es bueno o malo, lo que es democracia y lo que no lo es, así como una interpretación coercitiva de lo que son los derechos humanos. El documento tiene una jerga específica. Se emplea con profusión el concepto orden internacional basado en reglas. En una primera lectura esto significaría estricto respeto al Derecho Inter-

Los que mandan determinan lo que es democracia y lo que no lo es.

nacional y a la Carta de las NNUU. No es así. El orden que se defiende y las normas que lo organizan son las que establecen los EEUU, solo ellos tienen el poder de definición y convertirlo en discurso disciplinario. Cuando consideran oportuno, intervienen militarmente al margen del Consejo de Seguridad, cuestionan la OMC en la medida que beneficie a China o imponen sus criterios en el FMI como se demostró en la crisis financiera de 2008. Cuando el documento defiende el respeto a la soberanía, la integridad territorial, los Derechos

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Humanos y que cada país pueda elegir libremente su camino, hay que entenderlo al modo norteamericano; es decir, siempre que beneficie a los intereses económicos, militares o tecnológicos de EEUU. La segunda cuestión es muy relevante. Con este Concepto (como ya ocurrió con los anteriores) la OTAN asume los objetivos, prioridades político-militares e intereses geoeconómicos de los EEUU. La Unión Europea hace suya la tesis (con los costes económicos, energéticos, tecnológicos y comerciales que ello supone) de que el enemigo a batir es Rusia y que apoyará activamente la política de contención y aislamiento de EEUU contra China. Nada más y nada menos. Pensar que es posible la seguridad europea al margen y contra Rusia es una política suicida que perjudica gravemente sus intereses económicos y políticos y que puede llevar a la implosión de este proyecto europeo, empezando por el euro. La tercera cuestión, la configuración definitiva de la OTAN como un sujeto político-militar internacional sin límites geográficos precisos. El papel que pueda cumplir la Organización Atlántica en el conflicto entre China y EEUU dependerá de los intereses de la Administración norteamericana. La tendencia, parece, que va en el sentido de ampliarla hacia el Indo-Pacifico. Para decirlo con más precisión, EEUU quiere a la Unión Europea (como sujeto político-militar) fuera de Asia y solo la admite como integrante de la OTAN. Para Francia es un enorme desastre, tiene intereses estratégicos relevantes y soñaba con ser reconocida como actor clave. No será así y aceptará lo que decidan los socios del tratado AUKUS. Funcionan por círculos concéntricos: primero, los anglosajones; luego los protectorados militares (Japón y Corea del Sur, con la duda permanente de Filipinas). Un tercer nivel, los aliados más o menos confiables. No hay preferencias para una UE subalterna. Cuarta cuestión. La OTAN se convierte, la guerra lo favorece, en un poder supranacional que define los ejes vertebradores de la política de seguridad y defensa de la Unión Europea. La OTAN decide y los órganos de la UE ejecutan. Hablar de Estado de excepción no es exagerado: EEUU está interviniendo y tomando decisiones sin la legitimación legal de los tratados que rigen el funcionamiento de la UE. Interviene sobre políticas militares, tecnológicas, comerciales, económicasproductivas, financieras, de ordenación del transporte marítimo, aéreo o ferroviario, por no hablar de políticas energéticas o de materias primas minerales o alimentarias. Se ha afirmado que la próxima batalla es romper con la dependencia energética y económica de la UE con Rusia. Lo que no se dice es que se cae en la dependencia de EEUU y que, dadas las características de su sector energético, no tiene capacidad

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Unión Europea. La posible organización de un aparato tecnológico, económico, científico y militar independiente de las estructuras de poder de la OTAN (es decir, de los EEUU) es rechazada de plano. Se entiende mejor porqué los documentos últimos hablan de autonomía estratégica abierta; para Borrell la autonomía tiene que ver con espacios cerrados y no con capacidad para autogobernar los destinos de los pueblos. Sexta cuestión. Hablar de economía para la guerra define muy bien el espíritu y la letra de este Concepto Estratégico. Es interesante que la tendencia a reforzar al Estado, a planificar la producción y a construir economías nacionales integradas y fuertemente autónomas se traduzca en fortalecer potentes aparatos científico militares que Estados Unidos ha destinado $ 65 mil millones para Ucrania de inicios de 2022 hasta finales de septiembre tienden a incorporar lo que el documento llama tecnología disruptiva en un mecanispara satisfacer la demanda europea, lo que implicará un mamo único. La vieja discusión entre keynesianismo militar (o yor coste. bastardo, como lo denominaba Joan Robinson) y keynesianisQuinta, la Unión Europea renuncia, en la teoría y en la prácmo social y democrático, retorna. Hablar de economías para la tica, a una autonomía estratégica operativa. Hay pocas dudas guerra significa que la OTAN impulsa a cada uno de los Estados sobre esto. Los especialistas lo señalan como el dato más relea una carrera armamentista sin fin. La apuesta por dedicar el vante de la Cumbre de Madrid y llevan razón. Es más, si se ana2% del PIB para seguridad y defensa pasa a convertirse en un liza con detalle el documento se comprende que es la OTAN mínimo, a partir del cual agregarle más gasto e imbricarlo más quien define el tipo de autonomía que le corresponde a la en la economía naciona n Notas 1. Canfora, L. (2022). Guerra in Europa. OAKS Editrice. 2. Brzezinski, Z. (1998). El gran tablero mundial. Ed. Paidós. 3. Weigert, H. W. (1943). Geopolítica. Generales y geógrafos. Ed. Fondo de Cultura Económica. Este viejo y olvidado libro sigue siendo una excelente introducción a la geopolítica y, sobre todo, a los grandes debates de la época. Un manual que aclara y actualiza estos debates es: Zamora, A. (2018). Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos. Ed. Foca. 4. Haushofer, K. (1986). De la géopolitique. Ed. Fayard. 5. Ganser, D. (2010). Los ejércitos secretos de la OTAN. Ed. El Viejo Topo. También: Hernández Holgado, F. (2000). Historia de la OTAN. Ed. Catarata. 6. He desarrollado esto en: Monereo, M. “Un mundo que cambia de base 500 años después”. Revista Quehacer, nº9, Feb-Abr 2022. 7. Foster, J. B. “Notas sobre el exterminismo”. Para los Movimientos Ecológicos y de Paz del Siglo XXI. Se publicó en la Monthly Review en mayo de 2022 y ha sido traducido por La Alianza Global Ius Semper. El término exterminismo tiene que ver con el historiador E. P. Thompson que, en los años 80, dio mucha luz al pacifismo europeo y que es muy bueno reivindicarlo en este momento. 8. J. J. Mearsheimer, J. J. & Walt, S. M. (2007). El lobby israelí. Ed. Taurus. Este libro levantó una gran polvareda en EEUU. Como es habitual, los autores fueron acusados de antisemitas y puestos en una lista negra de la que no han salido del todo. El libro es imprescindible porque muestra, con todo lujo de detalles, que el Estado de Israel, a través de poderosísimos lobbies, es un actor interno de la política norteamericana con enorme capacidad para determinarla no solo en Oriente Medio. Y algo más, ha terminado por generar un estilo de hacer política que elude la diplomacia y que promueve el intervencionismo militar directo o indirecto en esto que se ha dado en llamar los conflictos híbridos. 9. Mearsheimer, J. J. “Jugar con fuego en Ucrania. Los riesgos subvalorados de una escalada catastrófica”. Foreing affairs, agosto 2022. El artículo fue traducido por Roberto Buffagni y apareció también en la revista on line italiana L’Italia e il Mondo.

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Los nuevos esclavos del país de la libertad Entrevista a

Helena Villar

por Salvador López Arnal

icenciada en Periodismo por la UAB, máster en Televisión por la Universidad Rey Juan Carlos. En 2008 entró a formar parte de Televisión Española. En 2014 se incorporó a la plantilla de RT, y en 2017 fue nombrada corresponsal en Estados Unidos. Como resultado de su inmersión en el país norteamericano, Helena Villar publicó Esclavos Unidos. La otra cara del American Dream.

—¿Quiénes son esos “esclavos unidos” a los que hace alusión el libro? ¿Por qué habla de “la otra cara del American Dream”? —Los esclavos unidos son la clase trabajadora estadounidense, una enorme masa social que lucha a diario por sobrevivir al neoliberalismo salvaje. Cautivos de un sistema que lleva apretándoles las tuercas desde el reaganismo, sus expectativas se han reducido a intentar cubrir sus necesidades básicas sin tener margen para un traspiés, debido a que el colchón social en Estados Unidos es prácticamente inexistente. Esto en un contexto en el que afrontan un futuro incierto de un imperio en decadencia. Conscientes de ello, la élite dominante se empeña una y otra vez en reinventar un sistema que lleva numerosas crisis presentando claras muestras de agotamiento, a costa del aumento de las desigualdades y el autoritarismo que lo sustenta. ¿Por qué he dicho “la otra cara” y no “la cara oculta”? Porque lo que yo presento en la obra no es un fenómeno que esté escondido, sino una realidad que cualquiera puede comprobar por sí mismo y que además está sustentada por datos, análisis y estudios. Otra cuestión es que la imagen edulcorada que EEUU proyecta al mundo y que consumimos en España sea completamente diferente a la realidad de la gran mayoría de los ciudadanos de este país. —Chris Hedges abre el prólogo con estas palabras: “El sadismo

define casi todas las experiencias culturales, sociales y políticas de los Estados Unidos”. ¿Sadismo no es palabra exagerada? Si fuera ajustada, ¿cómo consiguen tanto apoyo ciudadano las instituciones de una sociedad con esa característica? —Creo que la referencia al sadismo se formula desde un ángulo de apreciación muy acertado. Tal y como Chris Hedges explica parafraseando a Johan Huizinga, “a medida que las cosas se desmoronan, se abraza el sadismo como una forma de afrontar la hostilidad de un universo indiferente. Una vez roto el vínculo con un objetivo común, una sociedad fracturada se refugia en el culto al yo”. Estados Unidos funciona (y a la vez se condena) en pro de un individualismo atroz, en el que no existe un bien común y social, donde prima el lucro y el mantenimiento de un sistema que solo se sostiene a base de competencia cruel e imperialismo. En este sentido, ser capo o colaboracionista de la corporatocracia dominante se convierte en la mayor aspiración de dicha masa social para salir de cualquier sector de la población condenado por el sistema. Respecto al apoyo institucional, la realidad es que la democracia estadounidense y las instituciones que la sustentan se enfrentan a una crisis de credibilidad. Desgranar las condiciones de cada una de ellas me tomaría bastante tiempo, pero sirvan algunos datos como ejemplo: 7 de cada 10 estadounidenses abogan por el fin del bipartidismo, la confianza en la Corte Suprema está en mínimos históricos, son más los ciudadanos

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que desconfían de los medios de comunicación tradicionales que los que no, y los índices de apoyo presidenciales raramente superan el 50%. —Muy, pero que muy significativos, y no muy conocidos. —A la vez, es cierto que la idea abstracta de Estados Unidos como el mejor país posible es una afirmación compartida a nivel interno incluso por los más pobres y castigados. Existen numerosos factores que lo explican, como los altos índices de religiosidad en lo que consideran “la nación de Dios”, el mantra de que es “la tierra de la abundancia” y la creencia de la libertad salvaguardada por el ejército. Todos estos mitos, que sustentan a esta nación y han sido impuestos a fuego, sangre e ignorancia, pueden ser fácilmente desenmascarados. Creo que uno de los mecanismos que mejor explican su mantenimiento es, volviendo al inicio de esta respuesta, el ultra individualismo. Frente a la venta continua de una nación perfecta, donde todo se reduce al yo y ese yo, siendo cualquiera, puede triunfar; cuando el sujeto fracasa jamás culpa al estado o al sistema. Esto se traduce, por ejemplo, en unos índices de suicidio, drogadicción y alcoholismo masivos. De nuevo, datos y realidad frente a percepciones y propaganda.

posibles para conseguir la subordinación o directamente el estrangulamiento. La mayoría de los ciudadanos desconocen los mecanismos que mantienen el sistema capitalista en el que viven; muchos ni siquiera han oído hablar de imperialismo en su vida y todos están expuestos permanentemente a la propaganda que valida dicho sistema. Dicha propaganda se centra en reforzar mitos y folclore, y destacar logros minimizando los problemas sistémicos y generales. Fuera de este país, todos conocemos a pies juntillas cómo son las cafeterías y moteles de carretera, los espectaculares fuegos artificiales del 4 de julio o las juergas de Las Vegas; pero estoy segura de que, si hiciéramos una encuesta, muchos desconocen que en Estados Unidos no hay bajas por enfermedad o maternidad garantizadas por ley o que un elevado porcentaje de estadounidenses no saben ni lo que son las vacaciones.

—Desde su punto de vista, ¿Estados Unidos es un país plenamente democrático? ¿Qué tipo de democracia es la democracia usamericana? —Es una democracia con grandes fallas sistémicas que no solo no trata de enmendarlas, sino que trabaja por reforzarlas y eliminar cualquier Si todo se reduce —En la misma línea: ¿cómo es posible que atisbo de progreso en ese sentido. Estaal individuo, un régimen político y social de estas caracdos Unidos es una democracia que duterísticas tenga tanta aceptación internarante el pasado medio siglo ha trabajado la culpa nunca es del sistema. cional? Para muchos ciudadanos del para restringir el derecho al voto, con la mundo, USA sigue siendo algo así como el aprobación de leyes de supresión de Paraíso terrenal. votantes, manipulación y redistribución —Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Occidente vive de distritos electorales o ampliación de dificultades para ejerencadenado a un sistema capitalista cuyo imperio central es cer dicho derecho. Esto, en un contexto cuyo principal enemiEstados Unidos. Dicho imperio se sustenta, por un lado, sobre go de dicha democracia es el propio sistema electoral, de cala base de un sistema financiero y de deuda creado por y para rácter indirecto. En el libro explico largo y tendido en qué conla metrópoli: la “dictadura del dólar”. Desde la década de 1940, siste… pero, básicamente y a modo de resumen, se trata de una Estados Unidos es el país con la moneda de reserva del mundo democracia en la que puede llegar a la presidencia quien ni y el dólar es la divisa central en el sistema de cambio. Esto siquiera ha obtenido el mayor número de votos por parte de la supone que, incluso en un momento en el que la deuda está ciudadanía. disparada hasta límites insospechados, el país no colapse. Al menos por el momento. Por otro lado, el imperio apuntala su —Efectivamente, lo hemos visto en varias elecciones presidenpoder utilizando dicho sistema para castigar a las naciones dísciales. colas mediante el sistema de sanciones. —Por si fuera poco, la representación en el Senado, cámara Además de la telaraña económica, está la militar. Estados legislativa por excelencia, es extremadamente injusta y dispoUnidos tiene 800 bases militares en 70 países y es el motor ne de mecanismos tan viciados, antidemocráticos y reaccionaprincipal de la mayor alianza ofensiva y guerrista de la actualirios como el llamado filibusterismo. Todo esto, en un contexto dad, la OTAN. Cualquier otra experiencia económica y/o políen el que el bipartidismo está completamente blindado y el actica diferente a la “democracia liberal” capitalista estadouniceso a la carrera política, salvo contadas excepciones, es impodense, sin cese de soberanía de algún tipo a Washington, es sible sin una enorme estructura financiera detrás, que solo se considerada un enemigo y se activan todos los mecanismos obtiene o bien mediante la fortuna individual (élites jugando a

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la política) o con las corporaciones/lobbies apostando por ti como caballo ganador (y posteriormente cobrándose la apuesta en forma de políticas afines a sus intereses). —Usted que ha vivido en tierras americanas en ambas presidencias, ¿observa diferencias sustantivas entre el EEUU trumpista y el EEUU bidenista? —Uno de los mitos que pretendo derribar es el de achacar todos los males de este país a Donald Trump. Siguiendo con el símil médico, la realidad es que Trump tan solo supuso un síntoma llamativo de la verdadera enfermedad: el neoliberalismo capitalista. Fue utilizado como muñeco de feria para expiar males que son sistémicos. A su vez, también sirvió para canalizar una respuesta populista, en este caso de derechas, a la frustración y descontento crecientes en amplias masas de la sociedad estadounidense. Demócratas y republicanos son dos caras de la misma moneda. Los primeros son más de guardar formas, apostar por discursos elocuentes que luego no llegan a nada o cooptar pulsiones progresistas para, posteriormente, neutralizarlas en el aparato del partido. Es imposible un cambio de izquierdas en un sistema político alimentado y sostenido por corporaciones y blindado en pro y para la élite. Para hacernos una idea, ante la debacle social y económica derivada de la pandemia, y con un legislativo y un ejecutivo demócratas, Joe Biden no ha sido siquiera capaz de aprobar su gran promesa de campaña (es decir, mecanismo de contención de explosión social) y principal punto en su agenda: la ley social Build Back Better. Un proyecto de ley fallido que ya llegó a votación con grandes recortes a la par que concesiones. La segunda mayor partida del mismo era una bajada de impuestos a clases pudientes y ni aún así, es decir, ni sobornando a los ricos ha sido capaz de avanzar una mínima agenda social. —Tomo una idea de Erich Fried: ¿quién manda realmente en Estados Unidos en su opinión? ¿El Gran Hermano Amazon, Elon Musk, Google, Apple, Bill Gates…? ¿El complejo militar-industrial? ¿El Pentágono? ¿Todos ellos? —Estados Unidos es una corporatocracia, es decir, el poder del estado ha sido transferido a las corporaciones. A esto se le añade que, en las últimas décadas y con el aumento de la desi-

gualdad, el país se ha convertido básicamente en una suerte de plutocracia. Es decir, una forma de oligarquía en la que el gobierno está en manos de la clase acaudalada y dominante, aquellos que controlan dichas corporaciones. La barrera entre el estado y lo privado prácticamente se ha esfumado. Sirva como ejemplo el Pentágono. Defensa es la mayor partida presupuestaria del país, representando más de la mitad del total del desembolso. Básicamente, se trata de transferir la mayor parte de los impuestos recaudados a la ciudadanía al engorde de un enorme sistema de empresas contratistas militares y, a su vez, la que quizá sea una de las mayores burocracias del planeta: el Pentágono, que a su vez actúa como intermediario para estas empresas. Uno de los puntos que mejor ilustra el hecho de que la corporatocracia apuntala y trasciende al bipartidismo de este país es que, tanto el actual secretario de defensa de la Administración Biden como el anterior, de la Administración Trump, salen del mismo sitio: de una de estas empresas, concretamente de Raytheon. Otro de los grandes mitos de la democracia estadounidense es la separación de poderes y su mecanismo de ‘checks and balances’, que podríamos traducir como frenos y contrapesos. Sin embargo, más allá de las disputas que puedan surgir entre ejecutivo, legislativo y judicial, la realidad es que todo el sistema se asienta sobre el capital, por lo que, a la larga y en caso de conflicto, siempre se resolverá en favor de éste, aunque normalmente sea contrario al interés general. Incluso cuando un individuo o grupo social logra ganar en tribunales a corporaciones o industrias, en la mayoría de los casos el litigio se resuelve con el pago de multas que son inferiores a los beneficios

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macéutico tiene comprado el Congreso, siendo la mayor puerta giratoria entre los representantes públicos estadounidenses.

recogidos durante la perpetuación del daño. En el libro pongo como ejemplo a los fabricantes de opiáceos. —Afirma que “La macabra paradoja es la siguiente: no hay nación en el planeta que gaste más dinero en atención médica. El gasto en salud por persona en Estados Unidos fue de 10.224 $ en 2017, un 28% más alto que Suiza, el siguiente de la lista, una diferencia que se ha agrandado a lo largo de las últimas cuatro décadas”. ¿A qué vienen entonces las críticas que suelen hacerse al sistema médico usamericano? A mayor gasto médico, mayor calidad y más protección ciudadana. ¿No es eso? —Esa última frase es falaz. Sería lógica si no fuera porque el sistema de salud estadounidense, donde no existe el acceso gratuito ni universal, es un enorme fraude en el que las burbujas de precios, los abusos a los clientes y los sobrecostes con la connivencia estatal son habituales. El resultado no es solo la imposibilidad de contabilizar el número de muertes por falta de atención médica, sino la ausencia de voluntad política para hacerlo. Sin embargo, sí sabemos, por ejemplo, que Estados Unidos registra el número más alto de muertes evitables entre países homologables por PIB, o que medio millón de familias se declaran en bancarrota anualmente por no poder hacer frente a las facturas médicas. En Estados Unidos, 4 de cada 5 diabéticos han contraído una deuda media de nueve mil dólares para poder hacer frente al pago de la insulina que necesitan para vivir. ¿Cómo se explica? Básicamente porque el lobby far-

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—¿Observa usted un renacimiento de la lucha de la clase trabajadora usamericana? No es que nosotros podamos dar lecciones a nadie, pero ¿por qué hay tan baja sindicación? —Partamos del ataque que los sindicatos han sufrido en Estados Unidos a lo largo de la historia reciente. El debilitamiento del movimiento sindical se remonta al periodo macartista, que restringió, purgó y aplastó de manera efectiva su poder. Por otro lado, la propaganda antisindicalista es constante y las grandes empresas gastan enormes sumas de dinero para neutralizar la sindicación. Estos esfuerzos son tan efectivos que, aunque las encuestas muestran que los estadounidenses son conscientes de que pertenecer a un sindicato mejora las condiciones laborales del trabajador y numerosos estudios avalan esta afirmación, la pertenencia a estas organizaciones es de poco más de un 10%. Sin embargo, estamos viviendo en estos momentos un impulso por crear sindicatos, sobre todo en el depauperado sector servicios. El motivo principal es la ausencia de respuesta estatal a demandas básicas que han puesto a estos trabajadores al límite y sin nada que perder, como el aumento del salario mínimo, estancado a nivel federal desde el año 2009. Fue una de las promesas de campaña de Biden y también una de las primeras en sacrificar una vez llegó al cargo. Se da la paradoja de que el propio Biden pretende autoerigirse en presidente proclase media y sindicatos, cuando en realidad se trata de una estrategia política y de pura imagen. Frente a la inactividad de su gobierno y del legislativo, y consciente de que las tuercas están demasiado apretadas, externaliza responsabilidad en los propios trabajadores y las organizaciones laborales. —Comenta que en Estados Unidos no estás obligado a tener vacaciones pagadas por ley, puesto que eso depende del criterio del empleador. ¿Desde cuándo rige esa norma antiobrera? ¿Qué hacen entonces los trabajadores? ¿No toman vacaciones? —Estados Unidos es un gran casino laboral. Es la única econo-

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mía avanzada donde por ley no se obliga a las vacaciones pagadas, licencias por enfermedad o bajas maternales o paternales. Esto no quiere decir que no existan, sino que todo queda a criterio del empleador. Los derechos sociales o laborales se conciben como beneficios a ofertar por la empresa, es decir, pura moneda de cambio para que apuestes por uno u otro empleo. También la sanidad. Al no existir un sistema público, el seguro médico del trabajo se utiliza como atractivo a la hora de la contratación, también como condena, hay quien no cambia de trabajo por miedo a que un seguro diferente no le cubra el tratamiento o la medicina que necesita. Esto, en teoría, podría ser música para los oídos de cualquier liberal, pero la realidad es el aumento de las desigualdades entre trabajadores, unas condiciones laborales estándares peores al resto de economías avanzadas y al abuso, completamente legal, de aquellos trabajadores en peor posición. Así, se calcula que uno de cada cuatro trabajadores estadounidenses no goza de vacaciones ni festivos remunerados (lo que suele ofrecerse son 15 días anuales) o que solo la cuarta parte de los empleadores ofrece bajas médicas remuneradas de diez días por año, siempre que se lleve más de un año trabajando en la empresa.

—El estado del bienestar en Estados Unidos, tal y como puede concebirse desde Europa, prácticamente ha sido desmantelado. Eso no quiere decir que no haya programas sociales, los hay, pero están en permanente ataque y los requisitos de acceso son muy restrictivos. Es muy difícil demostrar que eres pobre. En contraposición, la disponibilidad de dinero público para grandes corporaciones o industrias como la armamentística es amplia. No solo a través de contratos públicos, sino de ayudas millonarias directas cada vez que el sistema se tambalea, o de un sistema fiscal diseñado para castigar a los más pobres y premiar a grandes empresas y fortunas. Se da la circunstancia, además, de la generación del siguiente círculo vicioso: los contribuyentes acaban por pagar mediante los míseros programas de asistencia las carencias que muchas de estas grandes empresas no cubren a sus trabajadores. En el libro hablo de Walmart, que pese a pertenecer a una de las familias más ricas del país, pagan a sus trabajadores salarios tan bajos y en condiciones tan precarias que muchos de ellos deben recurrir a ayudas públicas, por lo que dicha empresa acaba, indirectamente, siendo subvencionada.

—Estados Unidos, afirma usted, es el país más peligroso del —Habla usted de trabajadores de primera mundo desarrollado para ser madre. y de esclavos. ¿Quiénes esos esclavos? ¿Dónde se ubican los peligros a los que En EEUU no hay bajas por —Ese es el título de un apartado del libro alude? enfermedad o maternidad en el que tomo como ejemplo Amazon, la —Estados Unidos es el país desarrollado segunda empresa en número de empleacon una mayor tasa de mortalidad matergarantizadas. dos del país, para explicar la dicotomía na, según la propia Organización Munexistente entre trabajadores con estudios dial de la Salud. En las últimas tres décasuperiores que ostentan buenas condiciones laborales y el das, su índice de fallecimientos relacionados con el embarazo resto. Más allá del ejemplo de dicha empresa, en términos geo el parto ha aumentado. No en vano, la mortalidad materna nerales, los esclavos son la gran masa laboral estadounidense subió en un 14% solo durante el año 2020. Las causas son múlque trabaja, en muchos casos a tiempo completo e incluso tiples, pero una de las principales es el desigual acceso a la teniendo dos y tres empleos, y aun así vive en la pobreza. atención sanitaria y a los servicios. Para hacernos una idea, no existe ni un solo territorio en Otro factor muy importante es lo que he comentado anteEstados Unidos en el que un trabajador que cobre el salario riormente, que no haya bajas maternales pagadas obligadas mínimo y trabaje a tiempo completo pueda alquilar un apartapor ley. Esto supone que el 25% de las mujeres regresen al tramento de una habitación y llegar sin problemas a final de mes. bajo solo dos semanas después de haber dado a luz, con el riesSe estima que casi la mitad del mercado laboral cobra salarios go que ello supone para su propia salud y la del bebé. Cabe bajos. Antes de la pandemia, es decir, teóricamente en situarecordar que la recuperación de un parto vaginal sin complicación de bonanza, casi un tercio de los estadounidenses vivía ciones está entre las seis y las ocho semanas. por debajo de la línea de pobreza federal, que además se cal—En términos generales, ¿Estados Unidos sigue siendo una socula en base a una medida establecida desde hace décadas y ciedad racista? que subestima la pobreza real. —Es una sociedad construida sobre la esclavitud, el genocidio —¿Se puede hablar propiamente de la existencia de un Estado y el racismo por lo que, aún hoy y pese a todos los avances en asistencial (o de bienestar) en USA? ¿Para quiénes rige? este sentido, este último sigue formando parte del sistema.

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Históricamente se ha torpedeado el acceso a la vivienda y a las infraestructuras en barrios de mayoría afroamericana. Los guetos siguen existiendo y, en caso de que se renueven, se hacen mediante procesos de gentrificación que expulsan a los habitantes originarios. No es casualidad que los hombres afroamericanos tengan seis veces más posibilidades de acabar entre rejas que los hombres blancos. Las desigualdades de décadas pasadas, en cuanto a la inversión pública y al acceso a los bienes básicos, han tenido efectos devastadores de perpetuación de la pobreza por generaciones. Y, aunque es cierto que hay personas de color entre la élite, el hecho de que en las últimas décadas la oligarquía (tradicionalmente blanca) haya aumentado su poder a costa de un empobrecimiento de los demás significa, por un lado, la continuación de esas dinámicas raciales, y, por otro lado, que los blancos de abajo cada vez se han ido depauperando más y por lo tanto acercando a las condiciones económicas que tradicionalmente se han asociado a las minorías.

—Siendo sincera, tengo sentimientos encontrados sobre la insurrección en el Capitolio.

—¿Sentimientos encontrados? ¿Por qué? —Al principio me pareció un claro intento de golpe, casi satírico e histriónico debido a las características únicas sociopolíticas de Estados Unidos y al liderazgo latente de un personaje como Donald Trump. Sin embargo, pasado un tiempo y a medida que conocemos más información y avanza la investigación, paradójicamente, creo que hay suficientes dudas y enigmas sobre quiénes impulsaron lo sucedido o dejaron que sucediera como para poder incluso pensar que fue un “experimento” de cara a medir la respuesta del estado y/o reforzar el totalitarismo en pro de la defensa de la “democracia liberal”. También hay quien cree, y no me parece descabellado, que se trató de vehicular y arrinconar a las bases trumpistas populares para desactivar la fuerza del movimiento. Me gustaría comentar lo que vi en uno de los primeros mítines de Trump meses después de lo sucedido. Yo creía que la insurrección, así como la censura del expresidente en redes, podría haber ases—El título del tercer capítulo: “Cómo sobrevive y se sobrevive al tado un duro golpe a las bases. Me encontré que en Alabama, sistema”. Le pido un resumen: ¿cómo? en medio de la nada, miles de convenci—En ese capítulo explico una serie de didos le esperaban cual Mesías bajo la tornámicas y problemas estructurales que menta, convencidos de que era el enviado Si todo se reduce al individuo, apuntalan el sistema o, más bien, resuelde Dios para combatir a la élite corrupta la culpa nunca es ven la tan recurrida pregunta: ¿y por qué estadounidense. Me impactó el hecho de del sistema. no cae, por qué no explota? Yo siempre que todos me dijeran que los de arriba escontesto que Estados Unidos es un país en taban acabando con los de abajo, es decir, implosión constante, donde el sistema con los trabajadores; en una especie de expulsa, encierra y deshecha a todo aquel que no es capaz de alegato muy de lucha de clases sociales. Sin embargo, todos seguir tirando del carro. Así, por un lado, hablo del fenómeno de concluían con una especie del mundo al revés: “los de arriba las muertes por desesperación (los altos índices de suicidio, quieren implantar el socialismo o el comunismo y Trump, un sobredosis y alcoholismo) y la importancia de los mitos patriótiempresario corrupto, es quien nos va a salvar”. Hay que tener cos y la religión como elementos generadores de fe en el sistema. muy presente la agresiva propaganda anticomunista desplegaOtro punto importante es el referente al sistema carcelario. da, que supone, como vemos, achacar al fantasma del comuEl país que se vende como la nación de la libertad es el que nismo males que son intrínsecamente capitalistas y defender tiene a más ciudadanos privados de la soluciones completamente disparatadas. misma en todo el planeta. En números Estados Unidos es un país totales y porcentuales. Estar encerrado —¿Se ha volcado la sociedad norteamericaen Estados Unidos tiene mucho que ver na con la ayuda a Ucrania? en implosión constante. con ser pobre. —El día en que la Cámara de RepresenTambién existe la trampa de la deuda, tantes de Estados Unidos debatía sobre la nacional e individual, como elemento de aprobación del paquete de 40 mil milloatadura esclavista al sistema; así como nes de dólares adicionales en ayuda a de la falsa ilusión de democracia participativa estadounidense. Ucrania, Marjorie Taylor Greene, una representante republicana trumpista, hacía uso de su palabra asegurando: “Casi 40 —En su opinión, ¿hubo un intento de golpe el 6 de enero de mil millones a Ucrania mientras las madres estadounidenses 2021? no pueden encontrar fórmula para bebés (una crisis que

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había estallado por aquel entonces y semanas después aún a oír hablar del zar del clima John Kerry desde su nombrano ha sido resuelta)”. miento? No hubo ni un representante demócrata que votase en conMás allá de declaraciones de intenciones, la realidad es que tra de seguir enviando armas sin control alguno a uno de los Biden ha seguido aumentando los permisos de perforaciones; países más corruptos del planeta. Ni siaquí no hay ningún plan “verde” a la vista quiera hubo alguno que, aun mostrándoy aún menos desde que pueden esgrimir se a favor de dicha ayuda, encendiese las El trabajo esclavo se transformó la excusa de “la guerra de Putin”. debidas alarmas sobre el enorme gasto Estados Unidos, su sociedad e infraespara adaptarse a los público que está suponiendo alimentar tructuras, sigue con una economía muy nuevos tiempos. una ‘guerra proxy’ que muy probabledependiente del petróleo. Para hacernos mente esté perdida, mientras a nivel inuna idea, el país ocupa el puesto 13 en terno se acumulan los problemas econócalidad de infraestructuras del mundo y la micos y sociales. mitad de la población ni siquiera tiene Con esto quiero decir que el imperialismo ha devorado al proacceso a transporte público. Es gasolina y más gasolina, vehícugresismo institucional estadounidense, dejándole al rebote la lo y más vehículo. Por si fuera poco, al presupuesto del plan de pelota a los elementos más populistas de derechas del panorama infraestructuras que aprobaron hace unos meses, y que era estadounidense, que utilizan la oportunidad de manera torticera inevitable para que no se caiga a pedazos lo que ya hay, se lo y puramente electoralista. está comiendo la inflación. Las cuestiones sobre la energía verde solo se escuchan a —Dedica el libro a su hija. Añade: “Por un mundo en el que la modo de declaración de intenciones. Es una burla para el ciulibertad no esté secuestrada por el priviledadano que recicla, gasta sus ahorros en gio.” ¿Aspiración alcanzable o deseo utóun coche eléctrico o cuenta su huella de pico bienintencionado? carbono. Al final lo único que va a resultar —Aunque no lo pueda parecer, yo soy de todo esto es en un empobrecimiento El lobby farmacéutico tiene una persona bastante optimista. Es dede la clase obrera. O se cambia el sistema, comprado el Congreso. cir, creo en la humanidad y en su cao los que realmente contaminan van a pacidad para no acabar autodestruyénseguir siendo impunes y el planeta a la dose. No solo eso; creo que tenemos la deriva. capacidad y las ganas de poder construir un mundo mejor. Las épocas de crisis e incertidumbre como la —Cierra su libro con una metáfora expresada a partir de unos que nos está tocando vivir siempre dan paso a otra y, en esa fuegos artificiales… nueva reconfiguración que va a llegar de manera inevitable, me —Sí, un epílogo en forma de crónica un tanto personal sobre gustaría que avanzásemos hacia una mayor justicia social uniuna de mis visitas a Mount Vernon, lugar de residencia del padre versal. fundador George Washington. En esa metáfora trato de explicar cómo los cimientos de esta nación se asientan sobre el trabajo —¿Hay motores sociales usamericanos que trabajen en pro de esclavo, un esclavismo que en cierta forma nunca se abolió, sino esa sociedad libre no secuestrada por el privilegio? que se transformó para adaptarse a los nuevos tiempos. La ma—Permanecen redes de resistencia y solidaridad comunitaria. yor fuerza de sostenimiento y avance de este país ni es reconociNo me parece poco. De hecho, me parece un buen germen. Lo da, ni mucho menos admirada. Los fuegos de colores de artificio, que no creo que suceda en Estados Unidos es una revolución nunca mejor dicho, siempre se los llevan individuos de la clase marxista o socialista, porque es imposible debido a las caracteexplotadora dominante, cuando debería ser todo lo contrario. rísticas intrínsecas de esta nación. Los cambios se darán de En cierta medida, Esclavos Unidos es mi particular homenaje a otra forma y muy probablemente tras el golpe al que va a llelos de abajo. Por eso, pese a ser un ensayo, está plagado de testivarles la soberbia de la clase gobernante. monios con nombres y apellidos con los que intento poner cara y dar voz a aquellos que normalmente nunca son escuchados. —¿Estados Unidos se toma en serio la lucha contra el cambio climático? ¿Por qué hay tantos opositores. —Usted los escucha, y con mucha sensibilidad. Muchas gracias —De forma efectiva, no se la toma en serio. ¿Alguien ha vuelto por la entrevista n

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China: el reto trastornado de Estados Unidos por Higinio Polo

l camino de China hacia la prosperidad es compatible con la cooperación internacional y el respeto a la soberanía nacional. No quiere caer en una trampa bélica, y por eso asume la máxima latina… “Si quieres la paz, prepara la guerra”.

El XX congreso del Partido Comunista de China se celebró en octubre de 2022, cinco años después del anterior, tras una rigurosa preparación y análisis de los retos que enfrenta el país. En los preparativos y en los documentos previos, Xi Jinping resaltó el carácter revolucionario del Partido Comunista de China, además del examen de la situación interna y del grado de cumplimiento de los objetivos fijados por el XIX congreso, la cita analizó el preocupante contexto internacional. Los asuntos a abordar fueron numerosos, y muy relevantes: desde el impacto de la pandemia de la Covid-19, a los problemas de empleo entre los jóvenes, pasando por las dificultades en las cosechas y en la producción energética por el efecto de la sequía, y la situación en el mercado de la vivienda, donde China cuenta con más de cincuenta millones de apartamentos desocupados, y, en fin, cómo afrontar el envejecimiento de la población y la natalidad, y la nueva dirección comunista elegida en el XX Congreso debe enfrentarse a una inquietante situación internacional. China ha resistido bien el huracán de la nueva crisis económica. En el primer semestre de 2022, los beneficios de las empresas industriales chinas se redujeron un 1%, aunque mejora la fabricación de equipos y la industria automovilística, pero enfrenta problemas con la cuestión de la autosuficiencia tecnológica: por ello, Pekín, además de reforzar sus grandes empresas, pretende seleccionar unas diez mil empresas nacionales de tamaño medio (los denominados “pequeños gigantes”), a las que facilitará financiación y reducciones de impuestos,

para que operen en industrias estratégicas importantes, como la producción de semiconductores, el software y la inteligencia artificial. El gobierno chino quiere que esas miles de empresas sean capaces de trabajar con la gran industria para poner fin a las debilidades en las cadenas chinas de suministros y para hacer frente a las sanciones estadounidenses. El sector privado está obligado a contribuir (con beneficios, inversiones y proyectos) al desarrollo del socialismo chino. Con las sanciones impuestas a empresas tecnológicas pasando por la Ley de chips y ciencia, Estados Unidos persigue dañar el desarrollo comercial y tecnológico de China: Huawei era la compañía que más teléfonos inteligentes vendía del mundo en 2020 y pasó a la décima posición por ventas en 2021. Pero, en una sorprendente paradoja no prevista por los estrategas estadounidenses, las sanciones económicas y las dificultades causadas por la pandemia han forzado a China a impulsar con mayor énfasis la innovación propia de las industrias tecnológicas, abandonando la dependencia de productos y desarrollos occidentales, y sustituyendo importaciones. El Programa Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (2006-2020), ha sido el plan para impulsar la innovación. En esos quince años, China ha experimentado un impresionante desarrollo en inteligencia artificial, redes informáticas, ferrocarriles de alta velocidad, pantallas de semiconductores, equipos energéticos, nuevas baterías, entre otros muchos sectores, y ha conseguido logros relevantes: en septiembre de 2022 presentó en Berlín el sistema ferroviario maglev de alta velocidad, fabricado en

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Qingdao, el transporte terrestre más rápido del mundo en la actualidad, con una velocidad proyectada de 600 kilómetros por hora. En 2021, envió la primera misión a Marte, con la nave Tianwen-1, y tiene ahora desplegado en el planeta rojo un astromóvil de exploración, el rover Zhurong. A su vez, la empresa pública Corporación de Aviones Comerciales de China, COMAC, fabrica el avión C919 que compite ya con el Boeing 737 estadounidense y el Airbus 320 europeo. En 2021, el ingreso disponible por persona en el país fue ya más del doble del nivel que tenía en 2012. La producción manufacturera también se ha duplicado en una década, y China es hoy el mayor productor de casi la mitad de los quinientos bienes industriales más importantes del mundo: es la columna vertebral de su sistema económico, que dispone ya de alta tecnología y canaliza ahora enormes inversiones en investigación y desarrollo orientadas a descarbonizar la economía y a proteger los ecosistemas. Solo entre 2016 y 2020, China convirtió tierras áridas en bosques y áreas cultivables y verdes una superficie del tamaño de Alemania. China ha controlado la pandemia, y el número de fallecidos es muy inferior al de otros países: mientras en Estados Unidos han muerto más de un millón de personas por el Covid-19, en China apenas han sido cinco mil, pero la estricta política de “Covid cero” ha afectado a la economía. En agosto de 2022, el Consejo de Estado aprobó una emisión de bonos de 73.000 millones de euros, destinada a apuntalar la recuperación económica, y el Banco Popular de China, banco central, ha bajado en 2022 en dos ocasiones el tipo de interés, con prudencia, dejándolo en 3’65%. Sinopec descubrió un gigantesco yacimiento de gas y petróleo en Xinjiang, con 1.700 millones de toneladas de reservas. En noviembre de 2021, el Partido Comunista de China aprobó una resolución sobre la trayectoria seguida por la organización durante su siglo de existencia, que equiparó en importancia a las dos anteriores: la de 1945, que examinó algunos relevantes aspectos de la historia del partido como la resistencia ante el imperialismo japonés y la Segunda Guerra Mundial, y la resolución de 1981, que criticó duramente la etapa de la Revolución Cultural. En las dos, se abordaron los errores cometidos, y la resolución de 2021 insistió en el objetivo de conseguir una sociedad “moderadamente acomodada”, abrió la perspectiva de construir un país socialista moderno, y puso énfasis en el papel de Xi Jinping, sin esconder frustraciones y fracasos. La corrupción sigue siendo un serio problema, aunque sus dimensiones se han reducido con la campaña impulsada por Xi Jinping en todos los niveles de la administración del Estado y las empresas. En septiembre de 2022, Fu Zhenghua, ex ministro de Justicia del país, fue condenado a muerte por aceptar sobornos por valor de dieciséis millones de dólares: todos sus

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bienes han sido incautados por el Estado, y la condena suspendida durante dos años, tras lo que podría ser conmutada por cadena perpetua. También en los días previos al XX Congreso fueron juzgados el ex viceministro de seguridad pública, Sun Lijun, que ha sido condenado a muerte, con una suspensión de la pena durante dos años, por corrupción y por aceptar sobornos, y tres antiguos jefes de policía en Shanghái, Chongqing y Shanxi. Son apenas unos casos que ilustran la ejemplaridad que quiere mostrar el Partido Comunista. El agravamiento de la tensión internacional, la guerra ucraniana (que el Pentágono lleva al mar Báltico con el sabotaje a los gasoductos rusos Nord Stream 1 y 2 y dirige desde el centro operativo creado en Wiesbaden, Alemania), el deterioro del papel de la ONU, el permanente acoso estadounidense en la cercanía de las costas chinas y su apoyo a movimientos particularistas en Taiwán, Tíbet, Hong-Kong y Xinjiang, el desarrollo del QUAD y el AUKUS, las sanciones económicas y el intento de dañar las rutas de suministros chinas, junto a la necesidad de escapar de la red financiera occidental, y la evidencia

En el plano internacional, China mantiene una política de distensión y paz

del rearme de Estados Unidos, fuerzan a Pekín, que nunca quiso iniciar un enfrentamiento directo con Washington, a reelaborar su política exterior. El mundo no contempla la consolidación de la paz: camina por el alambre de la desconfianza y el enfrentamiento entre las grandes potencias, que impide afrontar los grandes retos de la humanidad, de la crisis ecológica a la inseguridad en el suministro de alimentos y energía, pasando por el preocupante rearme y por las guerras en curso. El origen del peligro armamentista es evidente: Estados Unidos triplica el gasto militar chino, y la Unión Europea gasta más en armamento que China y Rusia juntas. Yáo Zhōngqiū, de la Universidad Renmin de Pekín, estima que desde 2008 tres factores han cambiado la apreciación china sobre el mundo: la evidencia de la grave crisis que atraviesa el mundo capitalista; el fortalecimiento del país, que ya ocupa un lugar central en la escena internacional, y la nueva percepción de China sobre su papel en el planeta. Así, los dirigentes chinos creyeron hasta 2014 que podría mantenerse una relación equilibrada y de cooperación con Estados Unidos, pero a partir de ese año Washington inició una dura política de

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“contención” de China que ha originado el actual enfrentamiento, agravado con la guerra comercial de Trump, que ha seguido Biden, y por la nueva doctrina militar de la OTAN. En los primeros años del siglo, Estados Unidos creyó que podría dirigir a China hacia un horizonte capitalista, pero las resoluciones del XVIII congreso del PCCh en 2012 remarcando el objetivo de seguir construyendo el socialismo llevaron a los

económica de la nueva ruta de la seda e iniciar planes que denominan de “doble circulación”: seguir desarrollando los intercambios internacionales pero estimulando el mercado interno, y trabajando por la distensión internacional sin descuidar la modernización de su ejército. Ello ha comportado también que los círculos chinos que mantenían ideas neoliberales para el desarrollo del país (en instituciones gubernamentales y universidades e incluso en organismos del Partido) estén abandonando esas tesis. Por su parte, Huang Renwei, vicepresidente del Instituto de la Franja y la Ruta y Gobernanza Global de la Universidad de Fudan, de Shanghái, considera que el fortalecimiento chino y los problemas internos estadounidenses han llevado a un “estancamiento estratégico” (concepto que toma de Mao Zedong) de sus relaciones, sin que por ello Pekín persiga la derrota militar de Estados Unidos sino un nuevo orden mundial que respete los intereses de todos los países, en un momento histórico en que el gigante americano retrocede económica y políticamente pero sigue siendo una imponente potencia militar, mientras China prosigue su ascenso económico pero mantiene debilidades. La pugna está en todos los continentes y en todos los frentes. En el plano internacional, China manNancy Pelosi, presidenta de la Cámara de representantes de los Estados Unidos, tiene una política de distensión y paz y está impulvisitó Taiwán el 2 de agosto 2022 sando múltiples iniciativas, expresión del nuevo protagonismo de su diplomacia: desde medidas para fomentar la Iniciativa de Desarrollo Global (IDG) hasta las cuatro propuestas presentadas con ocasión de la asamblea general de la ONU para promover la paz y la estabilidad en Oriente Medio, pasando por sus sugerencias para poner fin a la guerra en Ucrania y su empeño por evitar una nueva guerra fría. En medio de la crisis por Taiwán y las malas relaciones con Estados Unidos, China elaboró entre los objetivos internacionales la idea de “construcción de una comunidad de destino de la humanidad” y la Iniciativa de Desarrollo Global. En la cumbre del G7, Estados Unidos impulsó la Asociación para la Infraestructura y la Inversión GloEl ministro de Exteriores de China, Wang Yi, afirmó que la visita de Nancy Pelosi a Taiwán bal (PGII), con la que el gobierno Biden quiere ines un flagante provocación política vertir 600.000 milllones de dólares en infraestructucírculos de poder estadounidenses a intentar dañar la econoras en países pobres hasta el año 2027. Los principales proyecmía y el desarrollo chino con sanciones, aranceles abusivos, tos de la PGII están situados en África. Objetivo: dañar la reacoso a las compañías tecnológicas chinas y creación de focos ciente Iniciativa para el Desarrollo Global (IDG) y la ya consode tensión en su periferia, de Japón a Taiwán y de Xinjiang a lidada Iniciativa de la Franja y la Ruta, los dos planes más amCorea. La respuesta china ha sido proseguir con su apuesta biciosos de China. Más de cien países, además de la ONU,

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apoyan la iniciativa china, y más de sesenta se han incorporado al Grupo de Amigos de la IDG. China prepara cincuenta proyectos de la IDG en todo el planeta para la reducción de la pobreza, la seguridad alimentaria y el aumento de la producción de alimentos, industrialización, energía limpia, una alianza internacional para la educación digital y un Proyecto bambú para sustituir el plástico. China propuso en abril de 2022 la Iniciativa de Seguridad Global que persigue la adopción por todas las grandes potencias de una política de no injerencia en los asuntos internos de otros países, de respeto a la soberanía e integridad territorial, y de renuncia a las sanciones unilaterales y al enfrentamiento de bloques militares, basada en el estricto cumplimiento de la Carta de las Naciones Unidas. Poco después de hacer pública la iniciativa, Blinken declaró que China persigue “cambiar el orden internacional” y que es el único país que tiene poder para hacerlo. Ned Price, portavoz del Departamento de Estado, insistió en el rechazo argumentando que China y Rusia quieren “destruir” el sistema internacional y alejar al mundo de los “valores universales”. Michael Schuman, del Atlantic Council, calificó la propuesta de “idea de autócrata” y como la más preocupante muestra de que “el enfrentamiento entre Estados Unidos y China está aumentando en una lucha por la primacía global”. Pekín cree que el rechazo de Estados Unidos a la propuesta obedece a su obsesión por mantener su hegemonía en el mundo. Poco después, la OTAN aprobó, en junio de 2022, su “Concepto estratégico” donde tilda a China y Rusia de enemigos y declara a la Alianza militar occidental en “enfrentamiento estratégico con China”. En la práctica, la OTAN asume el papel de defensor de las tesis de Washington y le acompaña en su declarado objetivo de “contener a China”. En Europa, China apuesta por desactivar la tensión y defiende la apertura de negociaciones entre Rusia y Ucrania para poner fin a la guerra. Putin elogió en Samarcanda, en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), la posición “equilibrada” de China; y ante las inquietantes noticias sobre los laboratorios biológicos estadounidenses en Ucrania, Pekín propuso, significativamente, que la Declaración de Samarcanda resaltase la necesidad del estricto cumplimiento de la Convención sobre Armas Biológicas. Aunque las relaciones entre Pekín y Moscú están en el mejor momento del último medio siglo, al mismo tiempo China quiere conservar buenas relaciones con los países occidentales y con el resto del mundo, en su apuesta por el mantenimiento de la paz sin que se rom-

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pan bruscamente los equilibrios internacionales, y se opone a una nueva política de bloques. China no quiere perder su enorme comercio con la Unión Europea y con Estados Unidos, aunque es consciente de que va a reducirse. Pekín no tiene diferencias ni disputas importantes con Alemania, que quiere preservar tanto por la relevancia de la economía alemana como por su papel central en la Unión Europea. Pero la Unión Europea camina hacia la irrelevancia. Hace apenas dos años, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, hizo una gira por la Unión Europea visitando varios países, entre ellos Alemania, Francia e Italia. Wang detalló el acuerdo alcanzado entre China y la Unión Europea: las dos partes defendían el multilateralismo y rechazaban el unilateralismo, apostaban por fortalecer la cooperación frente a la rup-

Christopher Cavoli, jefe del Mando europeo del ejȩ́rcito estadounidense

tura de lazos económicos y políticos, y por mejorar las relaciones, negociando las diferencias. Ese escenario ha cambiado por completo. En mayo de 2021, el Parlamento Europeo decidió congelar el Acuerdo de Inversiones entre la Unión Europea y China, y Bruselas apoya el plan de acoso de Estados Unidos a propósito de Xinjiang, Hong-Kong y Taiwán. Pekín quiere mantener a la Unión Europea como socio, pero Bruselas ha adoptado la visión estratégica de Washington declarando a China como adversario a batir. Y la guerra ucraniana ha entrado en una nueva fase: ya no es un limitado ataque ruso al ejército de Kiev, sino una guerra que enfrenta a la OTAN (aunque con soldados ucranianos y mercenarios) y a Rusia, que puede evolucionar hacia una mayor gravedad tras la movilización parcial decretada por el gobierno ruso, la incorporación del Este y sur de Ucrania a Rusia y la

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decisión de Washington y Bruselas de alimentar los combates, pese a que Putin ha manifestado su disposición a iniciar negociaciones con Kiev. Por su parte, Estados Unidos ha creado en Wiesbaden el mando para dirigir la guerra ucraniana, compuesto por trescientos militares (según el The New York Times) dirigidos por el general Christopher Cavoli, jefe del Mando europeo del ejército estadounidense, lo que refuerza más su dispositivo militar en el Este de Europa. Además, pretende establecer una nueva base militar en Alejandrópolis, Grecia, cerca del estrecho de los Dardanelos. Washington quiere construir allí un puerto de aguas profundas para que puedan atracar sus destructores de misiles guiados de guerra electrónica. En Alejandrópolis, en la hipótesis de que fueran cerrados o bloqueados el Bósforo y los Dardanelos, Estados Unidos podría acantonar miles de soldados, tanques y material pesado, y podría iniciar acciones de guerra hacia el Mar Negro, el Cáucaso y el sur de Rusia: es revelador que el mando de Wiesbaden esté dirigido por el general Cavoli, un veterano de Afganistán que ya se encargó en el Pentágono de asuntos relacionados con Rusia, porque ese es el verdadero objetivo. La guerra ucraniana puede perjudicar a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, cuyos proyectos

EEUU triplica el gasto militar chino, y la UE gasta más que China y Rusia juntas.

de desarrollo China quiere preservar en Ucrania y la Unión Europea, pero el conflicto no afectará a la economía china, aunque Pekín quiere evitar el agravamiento de la tensión entre las dos principales potencias nucleares del planeta. Hace más de cuatro años que Trump lanzó la guerra comercial contra China, que impuso aranceles por valor de 550.000 millones de dólares a productos chinos. Por su parte, Biden mantiene ese rumbo y ha promulgado la Ley de chips y ciencia para mejorar la competitividad del país frente a China, destinando 53.000 millones de dólares para producir semiconductores en la guerra tecnológica con China, e impulsa la llamada Alianza chip 4 con Japón, Taiwán y Corea del sur. Estados Unidos suple la falta de especialistas informáticos y en inteligencia artificial con la captación de ciudadanos indios (y también ucranianos, dado que el país heredó de la Unión Soviética una competente estructura de formación). China también necesita más especialistas y quiere normalizar las relaciones con la India, superando las diferencias fronterizas entre ambas, para ofrecer a científicos indios su incorporación a las grandes

empresas de tecnología chinas. Pero China cuenta con bazas importantes y su desarrollo científico es imparable: una reciente investigación ministerial japonesa, publicada en agosto de 2022, concluyó que China supera ya a Estados Unidos en artículos científicos publicados y en su relevancia. En Asia, China ha consolidado su papel como eje de la cadena de suministros. Estados Unidos, tras la cumbre de la ASEAN, utilizó la gira de Biden en Corea del Sur y Japón para lanzar el Marco Económico Indo-Pacífico diseñado para aislar a China, pero que pese a su empeño no puede hacer sombra a la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), donde China es también el socio económico más importante. Estados Unidos, aunque dispone de importantes aliados en la ASEAN, pierde influencia en ella, mientras China sigue mejorando su posición. En la cumbre de Samarcanda, Xi Jinping defendió la ampliación de la OCS y la estabilidad y la independencia estratégica de los países miembros. La situación en Afganistán tras la caótica retirada estadounidense, el terrorismo y el estímulo de Washington a golpes palaciegos amparados en supuestas revueltas populares (las mal llamadas revoluciones de colores) fueron abordados por el presidente chino que insistió en preservar el “espíritu de Shanghái”: confianza y búsqueda de mutuos beneficios y del desarrollo común, e igualdad y respeto por las diversas culturas. La OCS formalizó la entrada de Irán, inició la de Bielorrusia y tomó nota del interés mostrado por Turquía para incorporarse; también, acordó incrementar la utilización de las monedas nacionales en sus intercambios, de manera que China ha comenzado a pagar los suministros de hidrocarburos rusos íntegramente en rublos y yuanes. En esa cumbre, Xi Jinping y Putin se reunieron con Ukhnaagiin Khürelsükh, presidente de Mongolia, para establecer proyectos de infraestructuras y corredores de transporte transfronterizos con China y Rusia, como el gasoducto Fuerza de Siberia-2 que se empezará a construir en 2024 y llevará gas por primera vez desde los yacimientos de Siberia occidental (que antes se enviaba a Europa) a China. El presidente chino propuso que los bancos e instituciones financieras rusas y mongolas se unan al sistema de pago interbancario transfronterizo en yuanes. El corredor cconómico China-Mongolia-Rusia es una parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y supondrá un fuerte impulso para la integración del gigantesco noreste de Asia. Tras la crisis económica de 2017, el nuevo rumbo de Mongolia apostando por Pekín y Moscú es muy relevante porque en 2005, en momentos de seria debilidad rusa, el gobierno mongol inició un acercamiento a Estados Unidos durante los años de la presidencia de Nambaryn Enjbayar. También en todas las antiguas repúblicas soviéticas de Asia central, la actividad china es patente, como muestra la coope-

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ración entre China y los países de Asia Central, el llamado Kuomintang, manteniendo durante décadas una posición C+C5. Fue en Kazajastán, en 2013, donde Xi Jinping anunció el de “ambigüedad estratégica”. Pekín ha llegado a la conclusiproyecto de la nueva ruta de la seda, que en menos de una ón de que Estados Unidos suscribe la idea de “una sola década ha conseguido un impresionante desarrollo: hoy, es el China” en apariencia, estimulando en la práctica la indemás importante plan económico del planeta. El propio Xi pendencia de la isla. El gobierno chino mantiene el objetivo Jinping recordaba durante su visita a Kazajastán la colaboracide una reunificación pacífica, pero respondería militarmenón de los dos países en importantes proyectos como el parque te ante una declaración de independencia de Taiwán respaleólico Zhanatas, la fábrica de automóviles JAC y la modernización de la refinería petrolera Shymkent. Los trenes de carga China-Europa atraviesan Kazajastán en varias rutas, y desde el puerto oriental chino de Lianyungang los productos kazajos salen al océano Pacífico. En Uzbekistán, atravesado por el gasoducto China-Asia central, Pekín ha facilitado vacunas y medicamentos para combatir la pandemia y considera clave al país para pacificar Afganistán y aumentar la seguridad en la región. China ha restaurado partes de la monumental Jiva de la vieja ruta de la seda y mejora la red de transporte uzbeka: la compañía China Railway Tunnel Group ha construido el túnel más largo de Asia central, que sirve a la línea ferroviaria Angren-Pap y permite una mejor conexión del valle de Fergana, y que se añade a la autopista China-Kirguizistán-Uzbekistán y al ferrocarril China-Kazajastán-Uzbekistán. La condena a muerte de Fu Zhenghua, juzgado por corrupción, será conmutada La presión estadounidense sobre Taiwán envenena por cadena perpetua. la situación en Asia. Washington apoya oficialmente la política de “una sola China”, pero sus pasos van en otra dirección. El general Paul LaCamera, jefe de las fuerzas estadounidenses en Corea del sur, reconoció en un simposio celebrado en el Institute for CoreanAmerican Studies, de Washington, que Estados Unidos trabaja en un “plan de contingencia” para defender a Taiwán, reclamando al mismo tiempo que Seúl colabore con Estados Unidos, y en boca del Pentágono esa colaboración es siempre militar. Las palabras del general fueron reveladoras: “Corea luchó con Estados Unidos en Vietnam, Iraq y Afganistán. Es importante recordar que la alianza entre Corea y Estados Unidos va más allá de la disuación contra Piongyang y se expande hacia la vigilancia contra China y Rusia”. El submarino de la armada australiana HMAS Rankin (AUKUS es la alianza militar entre Australia, el Reino Unido y los Estados Unidos para la región Indo-Pacífico.) Aunque las veladas amenazas estadounidenses y las declaraciones de Biden anunciando que “defenderían a Taiwán” ante un ataque chino no han cesado, Estados dada por Washington. Rusia apoya la postura china. Unidos no puede ignorar que China dispone ya de tres porEn Asia, Estados Unidos está intentando enfrentar a China e taaviones y de más barcos de guerra que la Navy. Taiwán ha India con Rusia, tras la preocupación mostrada por Xi Jinping sido siempre territorio chino y su status actual deriva de la y Modi en la cumbre de Samarcanda acerca de la guerra en Ucrania. Washington está azuzando la preocupación en Pekín guerra civil y del apoyo estadounidense al ejército del

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y Delhi sobre la supuesta intención de Putin de utilizar armas nucleares. En el mar de la China meridional Pekín quiere establecer con los países de la ASEAN un acuerdo sobre el denominado “Código de Conducta en el Mar Meridional de China”, promoviendo la cooperación y negociando las diferencias, como hace con Vietnam. El primer ministro Li Keqiang acordó con el primer ministro vietnamita, Pham Minh Chinh, incrementar la cooperación económica y se comprometió a importar más productos agrícolas vietnamitas, y los desacuerdos con Vietnam son abordados por Pekín para preservar la estabilidad en ese mar. Sin embargo, aumenta el riesgo de militarización. En el océano Índico, las maniobras militares Garuda Shield del verano de 2022 fueron las mayores organizadas hasta hoy, con tropas de catorce países, entre ellos Estados Unidos, Indonesia, Japón, Australia y Gran Bretaña, y estuvieron estrechamente ligadas al dispositivo militar que desarrolla el Pentágono. Indonesia quiere atraer más inversiones chinas y, al mismo tiempo, preservar sus relaciones con Estados Unidos con quien se encuentra asociada desde el golpe de Estado contra Sukarno que organizó el ejército indonesio y la CIA. El presidente Widodo es consciente de que China es el mayor socio comercial de su país.

Estados Unidos creyó que podría dirigir a China hacia un horizonte capitalista.

África apuesta por China. En África, el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, anunció que China cancelará las deudas de préstamos sin intereses con diecisiete países africanos, apoyará la entrada de la Unión Africana al G-20, y reducirá los aranceles a productos de dieciséis países que se hallan entre los más pobres del mundo. China ha contruido ya en África más de 10.000 kilómetros de vías férreas, 100.000 km de carreteras, más de 100 puertos y casi 1.000 puentes, además de innumerables escuelas y hospitales, logros que contrastan con la actividad estadounidense centrada en operaciones militares en el continente e injerencias en los asuntos internos de muchos países. Estados Unidos publicó su nueva estrategia para el África subsahariana, que forma parte de la Estrategia de Defensa Nacional 2022 del Pentágono, y con la que pretende fortalecer su cooperación con los países africanos y limitar los riesgos que se desprenden de “las actividades negativas de China y Rusia”, según su informe.

Con su Asociación para la Infraestructura y la Inversión Global, Estados Unidos quiere penetrar en los mercados africanos para limitar el desarrollo de los proyectos de infraestructuras que China impulsa. Junto a ello, Washington quiere impulsar privatizaciones, facilitar la penetración de sus empresas en el desarrollo de las tecnologías de la comunicación y en el control de datos de los países africanos, y forzar a países africanos a rechazar proyectos chinos, bajo la amenaza de imponer sanciones e incluso de derribar gobiernos, con la esperanza de sustituir a China en su función de principal colaborador económico del continente. Lo mismo ocurre en América Latina, donde la importancia de los proyectos chinos es determinante. El mundo no dispone ya apenas de tiempo. El bloqueo de la ONU, el encono en el nuevo enfrentamiento internacional, una suerte de nueva guerra fría lanzada por Estados Unidos, y la crisis económica, los efectos de la pandemia y las consecuencias de sanciones asociadas a la guerra de Ucrania, señalan la posibilidad del colapso: China apuesta por impulsar la cooperación con los países del sur, que de hecho suponen la gran mayoría de la humanidad, pero Estados Unidos perfila horizontes de guerra, y sus aliados europeos, Japón, Corea del sur y Australia, permanecen atados al carro de combate del Pentágono. China mantiene un difícil equilibrio entre una política exterior que busca un mundo multipolar que termine con la hegemonía estadounidense, y el deseo de que la nueva arquitectura de seguridad del planeta llegue gradualmente, sin ceder en sus líneas rojas y sin que estalle un conflicto mundial: es consciente de que podría desatarse un enfrentamiento atómico por una escalada descontrolada, por la inclinación a la violencia y la soberbia estadounidense, y por la lógica de la guerra. Los gobiernos de Pekín han tratado durante años de contener las disputas con Estados Unidos para llegar a acuerdos razonables que respeten los intereses de cada parte, y ese planteamiento era compartido por Moscú, pero la evidencia de que Estados Unidos corre el riesgo de perder su hegemonía en el mundo ha llevado a los centros de poder que dirigen el país a endurecer su política: no quieren permanecer impasibles ante el rápido fortalecimiento chino y la única forma de evitarlo es un ambicioso programa de acoso económico, político y militar con la expansión de la OTAN... que puede desatar una guerra global. Y esa aterradora posibilidad de un enfrentamiento entre potencias nucleares se ha abierto en un escenario donde Washington exige seguir controlando el planeta, aunque sabe que el mundo puede morir en el empeño ■

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TRANSHUMANISMO Las ilustraciones del dossier son obra de Cristina Holm Para comprender el transhumanismo –un gesto prometeico que, apoyándose en el desarrollo tecnocientífico, niega la finitud humana– empecemos por observar el contexto en el que surge: por un lado, deslumbran ya los avances en biotecnología y nanotecnología, en cibernética y robótica; por otro lado, se extienden el individualismo y el hedonismo, lo que propicia un exacerbado deseo de éxito personal. Asimismo, la ingeniería social filtrada por los medios de comunicación de masas contribuye a generar narcóticas ensoñaciones de omnipotencia que coexisten y se relacionan con trastornos mentales que se propagan y patologías sociales que regresan. Pensemos, por ejemplo, en el cuerpo musculado de Instagram que oculta un cuadro severo de ansiedad, o como el apogeo de la cirugía estética que suprime las arrugas faciales resulta coincidente con una amplia impasibilidad ante las fracturas socioeconómicas. La psicoanalista Lola López Mondéjar afirma que el individuo contemporáneo –que niega los aspectos frágiles de sí mismo– vive en una “fantasía de invulnerabilidad”. Por su parte, el filósofo Jorge Riechmann ha denominado “antropofuguismo” a esta ilusión de inmortalidad que supone –no podría ser de otro modo– una huida de la condición humana. Y, cuando resulta impulsada por fuerzas supuestamente emancipatorias, se denomina “transhumanismo” a la ruptura de las costuras biológicas dentro de las cuales se desarrolla la vida humana. ¿Significa lo anterior que nos encontramos a las puertas de una mutación antropológica irreversible? ¿El transhumanismo es un egotismo desmesurado o, por el contrario, un loable proyecto de perfeccionamiento humano? ¿De qué grupos sociales procede la voluntad por alterar la consistencia de la especie humana? ¿Y qué ocurre si, como sostenía Günther Anders, la “tecnificación de la existencia” comporta que nos involucremos en acciones cuyos efectos nos son desconocidos? ¿Podemos presagiar las consecuencias de las iniciativas o propuestas transhumanistas? Las siguientes páginas cuentan con el propósito de aclarar algunas dudas y, sobre todo, de estimular otros muchos interrogantes.

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Transhumanismo y evolución Por Àlex Cañada

El desarrollo tecnocientífico nos sitúa ante nuevos retos ético-filosóficos: ¿deberíamos mejorar genéticamente a los recién nacidos? ¿Por qué? Y si solo unos pocos pudiesen configurar las capacidades físicas y cognitivas… ¿cuáles serían las implicaciones sociales y políticas?

La cuestión acerca de la naturaleza humana ha vuelto al primer plano en el debate filosófico con las propuestas del transhumanismo. La principal duda que plantea es si existe algo singular en el ser humano y, en su caso, por qué es valioso y por qué valdría la pena mantener su existencia. El transhumanismo se basa en dos pensamientos sobre la naturaleza; la naturaleza no es una fuente de valores y no existe una naturaleza humana que pueda considerarse trascendente. Las limitaciones biológicas o físicas lo son para los no humanos, para el transhumanismo los humanos son capaces de determinar nuevos parámetros físicos, más allá de lo que la evolución biológica ha escrito en sus genes. Hace algunos años, Richard Dawkins afirmó con humor: «¡Otro aspecto curioso de la teoría de la evolución es que todo el mundo piensa que la comprende!»1. Todos tenemos nuestras opiniones y creencias acerca del tema, desde los y las creacionistas –es decir, quienes consideran que la vida se originó como resultado de una creación divina– hasta la corriente de pensamiento transhumanista.

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La teoría de la evolución se reinterpretó en clave genética a principios del siglo XX, comenzando a entender que cada individuo tiene un conjunto de rasgos biológicos genéticamente codificados. A ese rasgo le llamamos genoma y cuando se manifiesta da lugar al fenoma o conjunto de rasgos fenotípicos que constituyen un ser vivo. Un ser vivo no es un genoma sino un fenoma, puesto que los mecanismos de selección natural trabajan cuando los rasgos fenotípicos no se adaptan al medio en que se desarrolla ese ser vivo, provocándole enfermedades y, finalmente, la muerte. Así funciona la selección natural, dando ventaja a los más aptos para sobrevivir en un medio dado. Las teorías científicas más reputadas actualmente dejan la evolución en manos del azar, del cual dependen los errores en la replicación de los genes y su posterior utilidad o no en la adaptación al medio. En los seres humanos la situación es distinta: en lugar de adaptarse al medio, se puede considerar que son los humanos los que, en buena parte, adaptan el medio a sus necesidades. El humano es muy vulnerable en el momento de su nacimiento en comparación con la mayoría de crías de otras especies; la única ventaja que tiene respecto al resto de especies parece ser la inteligencia, pero no es una cualidad desarrollada para la supervivencia sino hasta años después de nacer. La humanización del medio la hacemos mediante el poder de la especie, no del individuo, y esas capacidades de la especie las ubicaríamos dentro de sus respectivas culturas. Así, simplificando: el animal viviría en la naturaleza y el humano en la cultura. El transhumanismo ve la evolución humana, hasta ahora, como algo sin más sentido que el de la adaptación ciega basada en mutaciones aleatorias, lo que ha sido descrito por Darwin y complementado por los avances de la genética. Desde este enfoque, el transhumanismo considera que el ser humano ya empieza estar en posición de elegir el sentido de su propia evolución, a través de la ciencia y la tecnología. El salto propuesto por el transhumanismo no solo es un atajo de miles de años de evolución,

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Incluso críticos con el transhumanismo, como Antonio Diéguez, reconocen que «[…] el transhumanismo tiene razón al proclamar que el ser humano es una entidad manifiestamente mejorable, no solo desde el punto de vista físico, sino también desde el psicológico, el cognitivo, el moral, el emocional..., y que la tecnología puede proporcionar muchas de las mejoras que necesita»2. Él mismo ve que, por

ejemplo, espalda, rodillas, retina, canal del parto o tracto urinario humanos no tienen el mejor diseño posible. Para el transhumanismo, mejorar al ser humano equivale a desnaturalizarlo; es decir, emanciparlo –por medios biológicos, nanotecnologías o tecnologías de la información– de sus carencias y fragilidades naturales, propias de organismos biológicos evolucionados a través de la adaptación al medio. La capacidad de tomar decisiones sobre la vida y el cuerpo de cada individuo sería la definición del concepto de selfownership3. Los transhumanistas quieren acabar con aquellos aspectos de la naturaleza humana que están sujetos a enfermedades, limitaciones físicas y sesgos sociales (tales como la envidia, la violencia o la angustia), que podrían ser modificados. El miedo a la muerte o el desagrado del propio cuerpo,

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trata también de elegir el camino y no dejar en manos del azar lo más importante que conocemos: la salud y el bienestar. El transhumanismo es un paradigma cultural, intelectual y científico que afirma la existencia de un deber moral: mejorar las capacidades físicas y cognitivas de la especie humana con nuevas tecnologías para eliminar aspectos indeseables e innecesarios como el dolor, la enfermedad, el envejecimiento y la muerte.

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más la idea de falta de moralidad natural, impulsan a los transhumanistas en su proyecto. La evolución de la raza humana ha generado multitud de adaptaciones y ninguna de ellas parece tener justificaciones lógicas para ser considerada como moralmente buena por el hecho de existir. Si no se consigue separar clara y definitivamente lo que es moralmente bueno de lo que simplemente es o ha sido, va a ser muy difícil que la moral transhumanista tenga éxito en sus pretensiones y logre la libertad morfológica y cultural que necesita para avanzar. Independientemente de las ideas transhumanistas, es importante identificar sesgos cognitivos, como la falacia naturalista4 o la guillotina de Hume5, para eliminar los prejuicios que han querido justificar moralmente divisiones humanas, en la sociedad y la cultura, dándoles un falso estatus biológico y siendo inaceptables moralmente.

actualizar sus potencialidades y de dar lo mejor de sí mismos. Hasta ahora se ha hecho mediante aprendizaje y entrenamiento. Si el objetivo es aceptable –es decir, si el fin es correcto– se deben examinar muy detenidamente las objeciones a los medios que se puedan utilizar puesto que la biotecnología, la neurociencia y la inteligencia artificial han aparecido para mejorar en esos aspectos, no para empeorarlos. Aquello que debería cambiar solo es el aprendizaje tradicional por el tratamiento científico del cuerpo y la mente.

Julian Savulescu plantea, entendiendo que en general los seres humanos buscan la mejora al querer ser más inteligentes, sentirse y estar más sanos, ser más fuertes físicamente o ser más atractivos según los cánones contemporáneos de cada época, que si podemos disponer de técnicas biomédicas que nos permitan mejorar en esos ámbitos, sería inmoral no utilizarlas7. La mejor vida la define como aquella en la que se puede disfrutar de mayor bienestar. La legitimidad de la persecución de la Los seguidores del transhumanismo como Toffler6 afirman buena vida se basa en la hipótesis que el mundo se mueve hacia una cuarde que los padres buscan siempre ta ola (siendo la primera ola la agrícola, Para el transhumanismo, mejorar ese objetivo para sus hijos, lo busla segunda la industrial y, a partir de los can con los medios de que dispoaños sesenta del siglo XX, la de la inforal ser humano equivale a nen, y si se les dieran más medios mación) en la que los seres humanos se desnaturalizarlo. los utilizarían. Savulescu considera autoconvertirán en posthumanos graque la selección genética, de sexo o cias a numerosos y simultáneos avances de embriones, se convierte en una tecnológicos. Ese cambio sería compaobligación moral cuando están disponibles, no hacerlo disporable, o incluso mayor, al experimentado en la evolución de los niendo de los medios es inmoral. Se abre así la puerta a la mejosimios a humanos. Es decir, se puede entender desde el prisma ra de la memoria, la fuerza, la vista, el oído, etc. Es posible que transhumanista que la especie humana no representa el fin de esas mejoras sean recomendables desde cualquier ámbito, la evolución; al contrario, que es apenas el comienzo. dejando aparte fanatismos religiosos, teorías conspiranoides o ideas bioluditas en general. *** Desde un ámbito social sería un gran problema que esas mejoras no estuviesen al alcance de todos, o que por ideales Una de las principales preguntas que se plantean es acerca unos humanos nacieran con esas vena taejas y otros no. No es de dónde está el límite entre curación y mejora. Es decir, si nada descartable, más bien al conalguien está bajo de ánimo y se le diagtrario, que estemos cerca del monostica depresión se le recetan fármaEn una vida infinita la posibilidad mento en el que se ofrezca un catácos antidepresivos para equilibrar neulogo de mejoras genéticas para los de cometer suicidio rotransmisores y elevarle el ánimo nuevos nacimientos. Pero que ese hasta la normalidad; y ahí puede cotendría a uno. catálogo solo esté disponible para menzar la polémica acerca de dónde unos pocos padres. empieza y acaba la normalidad: Normalidad en el estado de ánimo, en la estatura, en la fuerza o en El envejecimiento fue una de las principales críticas a la teola inteligencia. Si se puede elevar el estado de ánimo o la intería de la evolución de Darwin, la cual defendía que la longeviligencia a la normalidad de 100, ¿por qué no hacerlo hasta 120 dad era también un rasgo determinado por la selección natural o 150? puesto que un periodo vital limitado podría beneficiar de algún modo a esa especie en particular, incluso cuando fuera Seguramente gran parte de los seres humanos intentan una desventaja desde el punto de vista del individuo. A estas alcanzar su máximo desarrollo físico e intelectual, tratan de

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lares entre los jóvenes y los ancianos que se deberían reacondicionar para extender veinte años la vida humana. Son siete factores mortales: disminución de la célula o su atrofia, mutaciones nucleares, mitocondria mutante, senectud de la célula, enlaces extracelulares y desechos químicos extra e intracelulares8. En cualquier caso, a principios del siglo XXI es más fácil llevar a cabo una investigación científica y obtener autorizaciones de los organismos oficiales acerca del rejuvenecimiento que sobre la prolongación de la vida. Una investigación que quiera demostrar que su hipótesis alarga la vida veinte años llevará veinte años de verificación objetiva. Sin embargo, una investigación acerca del rejuvenecimiento podría demostrar su efecto de inmediato; los órganos, músculos y rostro rejuvenecidos del sujeto de la investigación serían la prueba del éxito. La medicina antienvejecimiento con estatus científico aún no existe, al menos no como la medicina que pueda restablecer tanto la parte física como la cognitiva tras aparecer disfunciones relacionadas con el envejecimiento, pero la llamada WOA (war over aging) o guerra contra el envejecimiento acaba de empezar. Los transhumanistas son parte del crecimiento continuo del número de personas que hacen cambios en su estilo de vida para aumentar las oportunidades de vivir lo suficiente como para beneficiarse de las futuras terapias de extensión de la vida.

A estas alturas del siglo XXI parece que solo hay siete categorías principales reconocidas de diferencias moleculares y celu-

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críticas se las terminó llamando el dilema de Darwin. La selección natural puede resultar débil a una edad avanzada. Si pensamos en los genes que puedan provocar la muerte de todo aquel que posee una copia de un gen letal se pueden dar, al menos, dos casos: si el gen letal mata al individuo durante la infancia será el fin de esa especie en una generación; pero si estos genes letales actúan en una edad avanzada, una vez cumplido un ciclo reproductivo, la selección natural ya no podrá eliminarlos al haber pasado a la siguiente generación.

Por otro lado, posibilidades aparte, una vida eterna, ceteris paribus, podría ser una vida eternamente tediosa. Una vida donde todo se repite como en el Eterno Retorno de Nietzche. Si ya la vida actual del ser humano, aun llena de incógnitas y de altibajos físicos, emocionales y económicos se vuelve en ocasiones tediosa, una vida eterna podría volverse insoportable. En una vida infinita la probabilidad de cometer suicidio tendería a uno. O no, quizá también el mundo transhumano pueda generar nuevas ilusiones y ganas de vivir, aunque sea artificialmente.

El transhumanismo, en cualquier caso, trata el tema de la inmortalidad como una religión; no habla de cielo e infierno, pero promete un nivel tecnológico capaz de llevar al ser humano a la eternidad. El envejecimiento no parece una necesidad

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biológica inexorable, sino una contingencia que puede ser corregida. La filosofía transhumanista asume que la vida es mejor que la muerte, aunque no pueda, hasta ahora, demostrarse lógicamente. La cuestión admite debate; en algunas ocasiones puede ser preferible morir, por ejemplo en situaciones de dolor físico extremo y crónico, o cuando simplemente se pierde la esperanza (concepto este último a redefinir en el caso de que exista la posibilidad de una vida de cientos o miles de años). La vida parece la clara preferencia universal en el ser humano: la celebración de nacimientos y el pesar por las muertes es lo más común, aunque alguna cultura busque imaginativamente cómo celebrar la muerte. La extensión de la expectativa de vida gracias a los avances de las NBIC (Nanotechnology, Biotechnology, Information technology, and Cognitive science) haría posible que una persona viviera más de doscientos años. Esa longevidad significaría seguramente una mejora de la conciencia transgeneracional. Las consecuencias medioambientales y sociales de nuestros actos y políticas no se verían tan lejanas y afectaría sin duda de forma significativa el comportamiento de individuos y colectivos generando una conciencia de planificación mayor a la actual. Vivir cientos de años implica necesariamente un cambio profundo en las relaciones humanas. Si actualmente podemos encontrar familias en las que conviven hasta cuatro generaciones diferentes, podemos imaginar lo enriquecedor que podría ser convivir con decenas de generaciones en cuanto a diversidad y conocimiento humano. En contra, a priori, estarían los problemas derivados de la superpoblación resultante de la disminución de la mortalidad.

nismo respecto a la muerte es muy clara: la muerte debería ser voluntaria. Todos los seres humanos deberían ser libres para prolongar su vida o, al menos, para disponer de alguna tecnología que proporcione la esperanza de hacerlo, como la criogenización. En esa línea, también tendría sentido la eutanasia, para completar el derecho de vivir o de morir. Quizá un buen resumen de las primeras preguntas a plantear ante la posibilidad de una vida infinita o al menos de una vida considerablemente más larga que la que conocemos hasta principios del siglo XXI son:

Los detractores de la superlongevil ¿Cómo mantener una identidad dad han hecho uso de dos o tres argupersonal a lo largo de una vida de du¿Se dispondrá de un catálogo mentos implacables e inamovibles ración infinita o de siglos? desde el principio de la polémica. l ¿Cómo evitar odiar la repetición de mejoras genéticas para Uno es la pregunta de para qué vivir de acontecimientos? los nuevos nacimientos? tanto tiempo y otro es que la muerte l ¿Cómo se puede encontrar senties algo natural. La respuesta argudo a una vida de duración indefinida? mental final y predecible es evocar al l ¿Qué relaciones sociales y familiares existirían en un espectro de la superpoblación, a pesar de la fuerte tendencia a mundo así? la baja de la tasa de crecimiento demográfico desde los años l ¿Qué implicaciones políticas y sociales tendría la aplisesenta del siglo XX (lo que permitirá estabilizar la población cación de estas tecnologías? mundial en las próximas décadas). Cualquier ser humano se puede preguntar, y posiblemente hasta contestar, qué elegiría en el momento cercano a su muerte: la enfermedad, la vejez y la muerte o una inyección de vida para permanecer en compañía de sus seres queridos y la oportunidad de nuevas ilusiones. La posición ética del transhuma-

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l ¿Podría evitarse que el desigual acceso a ellas cree una clase de individuos biológicamente mejorados con ventajas sobre otras clases?

Quizá el tema de la inmortalidad sea el más polémico de los que trae el transhumanismo, y sin duda el más filosófico por su

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profundidad existencial. Unamuno ya veía en el siglo XX que, una vez resueltos los problemas sociales y alcanzadas unas condiciones de vida mínimas, llega la pregunta de si merece la pena vivir9. Es posible que por fin el ser humano se pueda hacer esa pregunta mirando a la eternidad, y elegir si merece la pena la vida. Veremos entonces si una vida sin complicaciones es siempre una vida deseable y feliz.

El sentido de una evolución humana guiada quizá se dirija hacia una vida eterna, hacia la capacidad de la ubicuidad, e incluso hacia la consciencia de felicidad y bienestar que el individuo humano siempre ha anhelado mediante una nueva moralidad y nuevas fórmulas de pensamiento.

Sin embargo, los cambios intencionales que pretende el transhumanismo no serían cambios evolutivos en el sentido estricto, pues a la teoría de la evolución se le presupone la *** adaptación al medio natural por medio de un proceso de selección natural que se contrapone a la selección artificial propia El derecho a tener el número de hijos que cada una/o desee, de los organismos genéticamente modificar nuestros genes y los de nuesmodificados. Por ello, el peligro de tros hijos e hijas, o el derecho a morir La especie humana no representaría una evolución a la carta sería que cuando queramos, incluso a no morir si el fin de la evolución, sino ésta se centrase en cualidades dela ciencia y la tecnología nos lo permiten, apenas el comienzo. terminadas únicamente por un son nuevos retos filosóficos, éticos y grupo, por una élite socioeconósociales a los que nos vamos a enfrentar mica y/o sociopolítica, pero que en los próximos años. Los prejuicios tendrían consecuencias para el como pensar que la vida humana tiene conjunto de la humanidad. una duración correcta o desconfiar de alguien por querer vivir miles de años, no ayudan a la reflexión, que debe ser abierta y Existe, por consiguiente, un riesgo a la distopía, pero ese prudente. riesgo no elimina la formulación de las siguientes preguntas: ¿Es posible que padres y madres descarten la posibilidad de eliExiste también el temor a la noción de mejora si ésta pasa a minar genéticamente una enfermedad hereditaria conocida en ser planificada y controlada con criterios de eficiencia social y la familia? ¿Y la posibilidad de evitar la depresión crónica de no ser de libre elección individual. Si existen imperativos sociasus hijos? ¿O de mejorar su sistema inmunitario? ■ les que se impongan a los individuales que determinen las intervenciones acerca de la configuración biológica humana Notas entramos en un mundo técnicamente totalitario. Las mejoras 1. Dawkins, R. (2002). El Gen Egoísta. Barcelona: Salvat. que propone el transhumanismo quizá no son decisión del individuo como dueño de su propia vida, sino más bien como 2. Diéguez, A. (2017). Transhumanismo: La búsqueda tecnológica del mejoramiento humano. Barcelona: Herder (pág. 18). sujeto dominado por una lógica ajena regida por procesos 3. Soberanía individual, la idea de que el individuo es propietario de sociales fuera de su control. No hay que ignorar que el modelo su propia persona y tiene el derecho natural y moral de controlar su económico basado en la productividad y la competitividad cuerpo y su vida. puede llevarnos, en lugar de a la felicidad, a una simple opti4. Consistente en confundir lo natural con lo bueno, pues una propiemización de nuestro rendimiento para hacer de los humanos dad no moral no puede por sí misma tener un valor moral (N. del E.). seres más productivos y competitivos.

A modo de conclusión: el transhumanismo puede verse como la última locura del capitalismo, apoyado por grandes imperios tecnológicos como Google10; o simplemente como la esperanza de una evolución del ser humano controlada por el ser humano, entendiendo el control no solo en cuanto a la tecnología sino en cuanto a la filosofía o a la ética. El transhumanismo apuesta por un salto fenomenológico inaudito. La base central de los argumentos transhumanistas es la idea de una humanidad mejorada, dando lugar a posthumanos con capacidades intelectuales, físicas y emocionales superiores.

6. Toffler, A. (1972). El «shock» del futuro. Barcelona: Plaza & Janés. 7. Savulescu, J. (2008). Medical Ethics and Law: The Core Curriculum. Philadelphia: Churchill Livingstone.

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5. En correspondencia con la falacia naturalista, consiste en deducir proposiciones normativas (debe ser) a partir de proposiciones descriptivas (es) (N. del E.).

8. de Grey, A. (2020). «La guerra contra el envejecimiento». Spanish Scod, 22-32. 9. Unamuno, M. (2020). Del sentimiento trágico de la vida. Chicago: Independently.

10.Google es uno de los mayores inversores en investigación biotecnológica en la lucha contra el envejecimiento a través de Calico Life Sciences LLC (www.calicolabs.com).

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La copa menstrual como tecnología xenofeminista Por Agustina Victoria Arrigorria

Son importantes las preguntas que sugiere este artículo… ¿Superar los límites de la naturaleza es posible y/o deseable? ¿El desarrollo tecnológico permitirá empoderar a los colectivos oprimidos sin abordar las relaciones de poder entre actores políticos?

La teoría xenofeminista propone una valoración crítica de las tecnologías con el fin de hacer un uso emancipador de las mismas. La búsqueda de soluciones a la crisis ecológica, económica y social actual nos exhorta a crear y utilizar dispositivos técnicos más sustentables y prácticos que los tradicionales. En la presente nota intentaré analizar la copa menstrual como un ejemplo de tecnología de género valiosa según las características propuestas por Helen Hester en su libro Xenofeminismo: tecnologías de género y políticas de reproducción (2018). ¿Qué es el xenofeminismo? El xenofeminismo es un movimiento filosófico, intelectual y cultural al que podríamos concebir como un aceleracionismo feminista. Emparentado con el posthumanismo, el neorracionalismo, el ciberfeminismo y el feminismo materialista, sus mentores lo describen como un feminismo capaz de adaptarse a la vertiginosa realidad actual atravesada por procesos de abstracción, virtualidad, mediaciones tecnológicas y complejidad social, aprovechando la alienación como estímulo para generar nuevos mundos. Este movimiento futurista se encuentra comandado por el colectivo internacional Laboria Cuboniks (anagrama del grupo anónimo matemático francés Nicolas Bourbaki) formado tras

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un simposio sobre realismo especulativo filosófico organizado en Berlín. Los miembros del grupo están distribuidos en cuatro países y tres continentes y sus intereses se vinculan con la filosofía académica, la poesía, el cine, la música, las artes visuales, la programación y la arqueología. Su manifiesto y ópera prima llamado Xenofeminismo una política por la alienación fue publicado en el año 2015 y difundido gratuitamente desde su plataforma web laboriacuboniks.net en más de diez idiomas1. ¿Qué significa “xenofeminismo”? Etimológicamente, el prefijo xeno tiene su origen en el griego antiguo que significa “extranjero”. La idea de un feminismo extranjero haría referencia, para este movimiento, a una posición materialista antiesencialista, cuyo nombre no remite a ninguna identidad particularizada que pudiera protagonizar el movimiento. Helen Hester2 define esta corriente a través de tres categorías: el tecnomaterialismo, el antinaturalismo y el abolicionismo de género. En primer lugar, el tecnomaterialismo propone una valoración crítica de la tecnología, esto requiere no concebirla buena o mala en sí misma, pero tampoco neutral, ya que sus resultados técnicos revelan fenómenos resultantes de los intercambios existentes en la sociedad. El xenofeminismo procura reflexionar sobre los dispositivos tecnológicos, desde aquellos aparentemente frívolos y cotidianos como los que facilitan el trabajo doméstico modificando positivamente la vida de los usuarios (principalmente de las mujeres, confinadas históricamente al ámbito de lo doméstico), hasta las innovaciones de vanguardia que permiten construir utopías feministas, como el biohackeo3. Un aspecto relevante a tener en cuenta para abordar la cuestión de la copa menstrual es que el objetivo detrás del manifiesto xenofeminista radica en “concebir tecnologías para combatir el acceso desigual a las herramientas reproductivas y farmacológicas, el cataclismo medioambiental, la inestabilidad económica y las peligrosas formas de trabajo mal/no remunerado”. En segundo lugar, el antinaturalismo consiste en el rechazo a la aceptación de los límites impuestos por la naturaleza a las

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posibles utopías emancipatorias, considerando que nada que pueda modificarse debe entenderse como fijo, permanente o dado. En este sentido, el xenofeminismo no solo es un antinaturalismo, sino también un racionalismo. Por último, el abolicionismo de género xenofeminista consiste en una postura queer antiesencialista que deconstruye la relación supuestamente necesaria entre el sexo biológico y el género, abogando por la revocación del biologicismo sexual, el binarismo y el sexismo jerarquizante. Este abolicionismo no propone la anulación de la diferencia, sino el surgimiento de múltiples géneros encauzados en una lucha interseccional con el objetivo de reelaborar nuevos paradigmas de universalidad. Tecnologías xenofeministas Para reflexionar sobre el concepto tecnologías xenofeministas, seguiré como obra de referencia el libro de Helen Hester, anteriormente mencionado, Xenofeminismo: tecnologías de

género y políticas de reproducción. Un primer aspecto que considerar es la idea propuesta por la autora en relación a las futuridades feministas: Hester indaga sobre la posibilidad de proponer un futuro próximo que no reincida en imaginarios conservadores (como los del futurismo reproductivo heteronormado) basados en la figura del niño por venir. Su propuesta enfatiza la urgencia ecológica global y las vidas de los niños y adultos existentes como motor de cambio social. Así, un futuro xenofeminista se erige como la promesa de un mañana que exige hoy mismo un interés ambiental junto con la reparación de las desigualdades que aquejan el presente. El segundo aspecto, central para la reflexión que nos convoca en esta ocasión, es la idea de tecnologías feministas: Hester otorga a ellas un rol clave y propone un análisis de las mismas en relación al dispositivo de extracción menstrual Del-Em diseñado en los ‘70 por las feministas estadounidenses de la

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de grupos y protocolos que prontamente ampliaron sus preosegunda ola4. Con el objetivo de restaurar la autonomía corcupaciones feministas formando redes entre los niveles micro poral de las mujeres desempoderadas en sus interacciones y macropolíticos en pos de una emancipación femenina. sanitarias y políticas, este instrumento se desarrolló para regular el sangrado menstrual, pero 4. El potencial de uso intersectambién para impedir el establecimiencional del Del-Em debe enseñar, El xenofeminismo es un to de embarazos tempranos a través de según Hester, los pasos para una la succión de la pared endometrial del aceleracionismo feminista. actualización coyuntural: si una útero. Para Hester, el Del-Em constituye revisión histórica de la segunda una invención relevante para concebir ola revela un tránsito desde un tecnologías xenofeministas por cuatro ‘feminismo blanco’ al ‘feminismotivos: 1. su poder de circunvalación mo popular con perspectiva ande las autoridades, 2. su condición coSi lo personal es político, el consumo tirracista’, hoy debe hacerse un mo herramienta de refuncionalización, ‘giro transfeminista orientado a 3. su inmersión en los discursos sobre alternativo es una práctica los colectivos oprimidos e invisiescalabilidad y 4. su potencial para un contrahegemónica. bilizados’. uso interseccional. 1. Su poder de circunvalación de las autoridades se basa en la dimensión que este dispositivo abría a las mujeres frente a la censura del saber médico, el maltrato ginecológico y la ilegalidad del aborto. Con el surgimiento del Del-Em y las redes de contención, rápidamente se viró desde la idea de una consejería técnica sanitaria a una red de ayuda interseccional feminista que se involucrara en las problemáticas de las mujeres más excluidas. Otro modo de abordar la circunvalación de autoridades sería la política de diseño libre y código abierto. Según Hester, aunque Lorraine Rothman, creadora del Del-EM, patentó el dispositivo, su intención siempre fue que circulara de forma libre y no comercial. En la actualidad, según Hester, las autoridades a las que habría que circunvalar siguen operando contra la autonomía de las mujeres cis-sexuales pero también contra las personas trans. Una tecnología xenofeminista debe comprender esta coyuntura en la invención, elaboración, distribución y uso de sus dispositivos. 2. La idea de herramienta de refuncionalización se refiere a la utilización de viejos medios para alcanzar nuevos fines, emancipatorios y con mejores resultados. El Del-Em ofrecería esta posibilidad al haber sido inventado como dispositivo de gestión menstrual y luego haberse tornado una herramienta abortiva casera. 3. La idea escalabilidad proviene de un anglicismo utilizado para describir la capacidad de un sistema para crecer en magnitud. La escalabilidad del Del-Em puede pensarse en relación al modo en que su invención y difusión llevó a la construcción

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Los impactos ambientales de la gestión menstrual En el actual contexto de crisis ecológica, económica y social es preciso plantear los problemas, límites y desafíos que presentan las formas y elementos de gestión menstrual para las personas y para la sociedad. Se estima que, durante un día del período menstrual, una persona puede llegar a usar 5 o 6 apósitos, toallitas higiénicas o tampones, resultando un total de entre 25 y 30 en el mes, y entre 300 a 360 al año. Durante su vida fértil, una persona utilizaría entre 12.600 y 14.400 toallitas o tampones. Dado que el peso individual de cada uno de estos productos oscila entre 5 y 10 gramos, se estima que una persona puede desechar entre 63 y 144 kilos de basura relacionada a la higiene menstrual. Se calcula también que estos desechos tardan en degradarse entre 600 y 800 años5. Un completo atentado residual contra nuestro planeta. Pero estos productos no solo atentan contra el ambiente a la hora de desecharlos, sino también al momento de fabricarlos. El 60% del peso de las toallitas y tampones es pasta fluff o celulosa en copos procedente de la pulpa de las coníferas, este material es uno de los mayores responsables detrás de la deforestación masiva. A su vez, las fibras sintéticas absorbentes, el polipropileno y el polietileno son derivados del petróleo, cuya extracción también genera problemas ambientales. El resto de los componentes adhesivos, gomas, velcros, perfumes y secuestradores de olores también pueden contener sustancias derivadas del petróleo y pueden ser tóxicas o alergénicas6. En algunos países, otra cuestión importante, ecológica y sanitaria, es la presencia de agrotóxicos en productos de gestión menstrual: se sabe peligrosa la presencia de glifosato en

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gasto esencial y no optativo9. Si bien este porcentaje varía en cada país, un análisis situado de la cuestión debe considerar cómo dicha problemática guarda una relación económica que acentúa las desigualdades de género en términos materiales. La copa menstrual como tecnología xenofeminista Sin tanto éxito comercial como el tampón, la copa menstrual también nació en la década de los ‘30. La primera patente se registró en Estados Unidos con el nombre “Tass-ette”, su creadora, Leona Chalmers, buscaba facilitar la actividad física durante la menstruación y ofrecer una protección invisible durante el período menstrual. Sin embargo, el producto no prosperó, en parte debido a la dureza del material y en parte debido al tabú de la regla por el cual muchas mujeres se resistieron a colocarse un dispositivo en la vagina. Según información del Museum of Menstruation & Women’s Health, el conservadurismo de la sociedad estadounidense de aquel momento obstaculizó las publicidades y artículos sobre la copa menstrual por considerarlos impúdicos10. Con el boom del marketing se intentó relanzar la copa menstrual entre fines de los ‘50 y los ‘70, pero su reutilización hizo que las ventas se congelaran prontamente debido a la poca cantidad de mujeres que eligieron este producto, frente a otras que aún no se animaban a usarlo, principalmente por asco, pudor o incomodidad de tener que lavarla para reusarla. Así, el resurgimiento de la copa tuvo que esperar a los ‘80 con la llamada “crisis del tampón” frente a los popularizados casos de shock tóxico graves11. Desde aquel momento, la copa menstrual ha incrementado su aceptación, sobre todo en los últimos años, en que su popularidad ha ascendido frente al resurgimiento de los movimientos feministas, la preocupación por la crisis ambiental y la difusión de información con el auge de internet. El uso de la copa menstrual presenta múltiples beneficios a nivel sanitario, práctico, económico y ecológico. En relación a la salud, al estar fabricada con silicona quirúrgica la copa menstrual disminuye los riesgos alergénicos y de shock tóxico, su uso es seguro y menos invasivo que el tampón, no reseca, ni modifica el pH de la flora vaginal. En relación a su practicidad, la copa almacena mayor cantidad de sangrado, garantiza un mínimo de 12 horas de almacenamiento, puede utilizarse durante todo el período

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apósitos, toallitas, tampones, algodones, gasas y pañales, luego de que la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC de OMS) reconociera el carácter carcinogénico humano del mismo7. Además del impacto ecológico, es preciso reflexionar sobre la gestión menstrual como un factor de desigualdad social y económica. Como consecuencia del tabú de la menstruación, la falta de educación sexual y las restricciones culturales, en muchos casos no existe una preparación adecuada y conocimientos sobre la menstruación. Algunos estudios8 indican que existe una relación entre el comienzo de la vida fértil y la deserción escolar en varios países, esto se relaciona con la falta de agua corriente, el difícil acceso a las instalaciones sanitarias y a los puntos de eliminación de residuos. En algunas culturas y sectores sociales, esta problemática acentúa las desigualdades de género desde la niñez. Según un sondeo de la organización argentina Economía Femini(s)ta hecho en 2019 el costo estimado para gestionar la menstruación con toallitas y/o tampones representa casi un 10% del ingreso de una persona que menstrua, siendo este un

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nistas de la segunda ola nos legaron la idea de que lo personal es político, debemos concebir la coerción al consumo permanente como un elemento constitutivo de la política capitalista neoliberal. Puesto que, en desmedro del medio ambiente, la subsistencia del actual sistema de producción requiere necesariamente la fabricación de bienes de consumo de uso efímero, acompañada de un imperativo del consumo, gasto y deuda personal, podemos decir que el uso de las tecnologías aneconómicas y sustentables supone una práctica contrahegemónica. Si lo personal es político y la política actual neoliberal requiere consumo permanente, gasto y desecho, entonces el consumo alternativo es también una forma de expresión y circunvalación a la hegemonía política. 2. Refuncionalización: a pesar de haber sido desarrollada como un simple dispositivo de higiene menstrual, la copa puede proporcionar otros modos de uso relevantes. La transparencia del proceso menstrual con la utilización de este dispositivo es fuente de autoconocimiento corporal permitiendo nuevas formas de empoderamiento personal. Esta posibilidad de conocimiento puede servir también para el diagnóstico de enfermedades: según investigaciones la copa menstrual constituye un instrumento aceptable para recolectar tejido viable para la utilización de estudios in vitro de endometrio y seguimiento para la endometriosis12.

sin necesidad de complementar su uso con otros productos, no presenta fugas si está colocada correctamente, es de fácil colocación, retirado, lavado y esterilización. El 81% de las personas pueden insertar y retirar su primera copa siguiendo las instrucciones escritas. Es cómoda, discreta, da mayor libertad de movimiento y, a diferencia de los apósitos, no produce olores desagradables. La duración de una copa menstrual es de aproximadamente 10 años, por lo que el costo ambiental y económico es inmensamente menor que el resto de los productos de higiene menstrual. A mi juicio, es posible concebir la copa menstrual como un dispositivo tecnológico xenofeminista e intentaré argumentar en favor de ello siguiendo las mismas categorías que utilizó Helen Hester en el análisis del Del-Em. 1. Circunvalación política: en este punto debemos realizar un desplazamiento de la categoría política desde su uso jurídico reducido hacia una comprensión más amplia. Si las femi-

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3. Escalabilidad: hasta imponerse como un producto industrializado masivamente, las copas menstruales han tenido un sistema de venta y distribución pormenorizado y particularizado que facilitó la creación de redes feministas de ayuda sanitaria. La información en internet, los blogs y grupos de redes sociales han generado vínculos trascendentes a la utilización de este dispositivo, que al concientizar sobre los aspectos feministas, sanitarios, económicos y ecológicos del mismo abrió la posibilidad de reflexión sobre problemáticas de género y política mucho más amplias. 4. Interseccionalidad: debido a su colocación interna a la vagina, este dispositivo ofrece un uso íntimo y discreto, invisible ante la imagen general del cuerpo con o sin ropa, por lo que resulta de gran importancia especialmente para personas que tienen un interés en ocultar este proceso como, por ejemplo, en los casos de las personas trans o jóvenes pertenecientes a culturas donde la menstruación sigue siendo objeto de prejuicios, burla o sometimiento.

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Conclusiones rador de las problemáticas asociadas a los dispositivos anteA lo largo de este trabajo he intentado realizar un acercariormente desarrollados. Por la practicidad de su uso relaciomiento a la teoría xenofeminista y su concepción sobre las tecnado a la comodidad, discreción y libertad de su uso, la calidad nologías de género para concluir en la concepción de la copa sanitaria de sus materiales frente a los productos competidomenstrual como un dispositivo xenofeminista de gran impacres, el ahorro económico que brinda su duración y su relación to político cuya utilización presenta ventajas prácticas, sanitacalidad-precio, y los beneficios ambientales que proporciona rias, económicas y ecológicas. frente a las alternativas desechables, la copa menstrual ofrece Una aproximación a la corriente intelectual xenofeminista la posibilidad de pensar un ejemplo de tecnología xenofemipuede describirla como un aceleranista de impacto micro y macro polícionismo feminista cuyos principios tico. la tecnología no es buena o mala en sí son el tecnomaterialismo, el antinaDe forma análoga al análisis que turalismo y el abolicionismo de géneHelen Hester hace del dispositivo de misma, pero tampoco es neutral. ro. Entre sus principales objetivos se extracción menstrual Del-Em, he halla el desarrollo de tecnologías de intentado aplicar las mismas categogénero que permitan vislumbrar un rías al análisis de la copa menstrual horizonte emancipador. en relación con la coyuntura actual: su poder de circunvalación Siguiendo a Helen Hester en su idea de considerar relepolítica, su condición como herramienta de refuncionalizavantes tanto las tecnologías domésticas y aparentemente ción, su inmersión en los discursos sobre escalabilidad y su banales como las tecnologías de vanguardia, sus reflexiones potencial para un uso interseccional. sobre la importancia del Del-Em para la práctica feminista Dada la urgencia de nuestra crisis ecológica, económica y y sus categorías de análisis, he propuesto la consideración social sin precedentes, es necesario reflexionar sobre los prode la copa menstrual como un dispositivo xenofeminista blemas y el impacto de nuestros consumos personales y a parrelevante. tir de un viraje ético hacia un consumo responsable, intentar Ante los problemas prácticos, sanitarios, económicos y ecoabrir diálogos y reflexiones emancipadoras más amplias que lógicos que conlleva la gestión menstrual a través del uso de los vinculen al movimiento feminista con otras problemáticas que productos tradicionales de higiene como tampones, apósitos y no se reducen a la cuestión de género. La ayuda de las tecnolotoallitas descartables, es menester considerar a la copa mensgías puede servirnos para este propósito, o al menos así lo potrual como un dispositivo ventajoso para sus usuarios y supedemos entender desde el xenofeminismo n

Notas

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1. Laboria Cuboniks (2019) “Xenofeminismo: una política por la alienación” en Avanessian, Armen y Reis, Mauro (Compiladores) Aceleracionismo. Estrategias para una transición hacia el postcapitalismo. Ed. Caja negra editora. 2. Hester, Helen (2018) Xenofeminismo: tecnologías de género y políticas de reproducción (traducción Hugo Salas). Ed. Caja negra editora. 3.El biohackeo es el proceso de adición de tecnologías en el cuerpo humano a fin de potenciar sus capacidades físicas y mentales (N. del E.). 4. Del-Em es un dispositivo que permite la extracción menstrual por medio de la aspiración por vacío (N del E.). 5. Prado-Galarza, Magdely; Doncel, William Andrés; Mosquera, Oscar Olmedo y Guarnizo-Tole, Mildred (2020) “La copa menstrual, una alternativa de higiene femenina. Revisión de la literatura”, Revista chilena de obstetricia y ginecología, vol. 85 núm 1, págs. 99-109. 6. Regional Activity Centre for Sustainable Consumption and Production, Materia prima de los componentes de los productos de higiene, (s/f). 7. Declaración del 3º Congreso Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados (24 de noviembre de 2015) en Red Universitaria de Ambiente y Salud. 8. UNICEF, Simple solutions to keep girls in school in Bangladesh, 2013. 9. Campaña Menstruacción de Economía Femini(s)ta, Sangre, sudor y gastos: ¿Por qué la menstruación es un factor de desigualdad?, 2019. 10. Museum of Menstruation & Women’s Health, Historia de la copa menstrual, (s/f). Disponible en: http://www.mum.org/CupPat1.htm 11. Felitti, Karina (2016) “El ciclo menstrual en el siglo XXI. Entre el mercado, la ecología y el poder femenino”, Sexualidad, Salud y Sociedad, núm. 22, págs. 175-208. 12. Koks, Carolien; Dunselman, Gerard; de Goeji, Anton; Arends, Jan Willem y Evers, Johannes (1997) “Evaluation of a menstrual cup to collect shed endometrium for in vitro studies”, Fertility and Sterility, vol. 68 núm. 3, págs. 560-564.

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Transhumanismo en la práctica deportiva Por Raúl Francisco Sebastián Solanes

El desarrollo científico-tecnológico permite una forma más sofisticada de dopaje: el dopaje genético. Hay quienes están a favor de superar los límites naturales en la competitividad deportiva, y ofrecen sus argumentos. ¿Son lo suficientemente convincentes?

El sistema deportivo es uno de los principales escenarios de nuestras sociedades, y ha acabado convirtiéndose en el hábitat paradigmático del hombre performance. El cuerpo humano pasa a convertirse en la representación de un “hecho social total”, ligado esencialmente a una cultura del consumo cuyo eje central es la experiencia de vivir y sentir sensaciones físicoemotivas. De modo que el imperativo del fitness (bienestar físico) resulta superado por el wellness (bienestar, además de físico, mental y emocional)1. La influencia del transhumanismo, que ha irrumpido con fuerza como una de las corrientes de pensamiento emergentes, llega al mismo ámbito deportivo gracias a sus propuestas sobre el gene dopping y enhacement, es decir, del dopaje genético y del mejoramiento genético del rendimiento de los deportistas en el terreno deportivo. Para abordar esta cuestión tendremos que aproximarnos a lo que es el dopaje, su historia y sus nuevas manifestaciones como el dopaje genético. *** El origen de la palabra dopaje estaría en el término “dop”, uti-

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lizado en Sudáfrica durante el siglo XVIII para referirse a una bebida alcohólica que tenía efectos estimulantes. Otros, en cambio, señalan que podría provenir de la palabra holandesa “doop”, que después asumiría el inglés para referirse a una sustancia con efectos sedantes y alucinógenos. Será a finales del siglo XIX cuando el término se utilice para referirse a una bebida con efectos narcóticos, y es a principios del siglo XX cuando se defina la conexión con los efectos mejoradores del rendimiento físico. Las autoridades deportivas fueron las primeras que tomaron una serie de iniciativas en contra de todo tipo de mejoramiento proveniente de sustancias químicas. En 1928 la Federación Internacional Atlética Amateur prohibió el dopaje, y en 1968 el Comité Olímpico Internacional (COI) empezó a llevar a cabo controles de dopaje obligatorio. Como resultado se funda en 1999 el World Anti-Doping Association (WADA). Será en los Juegos Olímpicos de Atenas de 2004 cuando se establezca por primera vez un control antidopaje sistemático. Son muchos los argumentos que se dan a favor y en contra del uso del dopaje desde la ética del deporte, pues se entiende que el dopaje es también un problema jurídico, legal, cultural y, sobre todo, ético. Pérez Triviño recopila varios argumentos en relación con la prohibición del dopaje. Son los siguientes: El problema del engaño y la afectación a la igualdad. Desde este argumento se intenta señalar que el dopaje sería una infracción a las reglas del deporte, de lo que se sigue que todo aquel que recurra a este tipo de sustancias dopantes estaría violando las reglas del deporte. Los partidarios de este argumento defienden que el dopaje debe ser prohibido, pues contradice a las reglas del deporte y supone una forma de engaño. Otro argumento corresponde a la “lotería genética”. Aunque el deporte moderno se caracteriza por la igualdad, lo cierto es que en numerosas ocasiones los deportistas no salen al terreno deportivo en pura igualdad de condiciones, pues algunos han sido dotados de una serie de disposiciones naturales que les

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lado, por lo que existe un riesgo elevado de que puedan dañar seriamente a su salud. *** El uso de tecnologías genéticas en el deporte puede surgir atendiendo a diversas finalidades, bien sean terapéuticas o mejoradoras del rendimiento. Lo cierto es que serán tres los tipos de modificación mejoradoras que pueden experimentar los deportistas en un futuro próximo: el dopaje genético, los implantes en el cuerpo que convertirán a los deportistas en cyborgs y la creación de seres transgénicos, es decir, híbridos y quimeras. La Word Anti-Doping Agency (WADA) define el dopaje genético como la introducción y consiguiente expresión de un transgen (un gen modificado genéticamente) o la modulación de la actividad de un gen existente para lograr una ventaja fisiológica adicional.

Otro argumento: la irrelevancia relativa del dopaje, que entiende que en la actualidad el dopaje no ofrece soluciones milagrosas que aumenten el rendimiento de los deportistas. Cada participante en el deporte deberá seguir entrenándose con dedicación y sacrificio si quiere obtener la ansiada meta. El dopaje le ofrece una hipotética ventaja y muchos riesgos que ponen en peligro su salud. Por último, el argumento del daño y del paternalismo injustificado. La premisa mayor de esta argumentación reside en que, en la mayoría de los casos, las sustancias dopantes que los deportistas toman para aumentar su rendimiento es incontro-

El debate en torno a la aceptación o no del dopaje y de la aplicación de las nuevas tecnologías genéticas de mejoramiento de las capacidades humanas se ha dividido al menos en dos frentes: por un lado, los transhumanistas, que defienden que la gran variedad de mejoras técnicas y genéticas deberían desarrollarse y aplicarse a la práctica deportiva, y, por otro lado, los bioconsevadores, que sostienen que no deberíamos modificar sustancialmente la biología y las condiciones inherentemente humanas. Como señala Thomas Douglas, la tesis principal de los bioconservadores sostiene que, “aun cuando fuera técnicamente posible y legalmente permisible comprometerse en la mejora

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hacen destacar en el deporte más que sus compañeros. De hecho, los autores que apelan a este argumento entienden que la desigualdad per se no es inaceptable o injusta en el deporte; incluso afirman que forma parte del deporte, ya que un deporte donde todos tuvieran las mismas habilidades o disposiciones físicas resultaría aburrido y carente de atractivo. Por lo que se rechaza el uso del dopaje, especialmente en los casos en que su uso se justifica para superar las desigualdades físicas con las que nos ha dotado la naturaleza.

El primer problema con que se enfrenta el nuevo proyecto de mejora es el de determinar qué se entiende por “mejora”. Según Allen Buchanan: “una mejora biomédica es una intervención deliberada, aplicando la ciencia biomédica, que pretende mejorar (to improve) una capacidad existente, que tienen de forma típica la mayor parte de los seres humanos normales, o todos ellos, o crear una capacidad nueva, actuando directamente en el cuerpo o en el cerebro”2. Un segundo problema consiste en decidir qué posición ética adoptar al respecto, si estamos dispuestos o no a aceptar las mejoras con medios biomédicos, o únicamente son admisibles las intervenciones terapéuticas, es decir, los tratamientos.

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Dentro del primer grupo, los transhumanistas, debemos situar las propuestas de Claudio M. Tamburrini o de Julian Savulescu, quien afirma que determinadas técnicas de mejoramiento harían del deporte una práctica más segura y estable. Por otro lado, en el grupo de los bioconservadores, debemos incorporar las propuestas del ya citado Michael Sandel o, siempre en relación con el deporte, de Robert Louis Simon.

*** Julian Savulescu, profesor y director del Uehiro Centre for Practical Ethics en la Universidad de Oxford, ha defendido abiertamente las ventajas que conllevan las técnicas de mejoramiento humano en el deporte profesional. En primer lugar, entiende que la decisión de ingerir sustancias dopantes por parte de los competidores es una decisión libre: el deportista la ha asumido y en nada se distingue de cualquier otra decisión que pueda haber tomado para mejorar su rendimiento. En segundo lugar, señala que la aparición y utilización de muchos avances tecnológicos en el equipamiento deportivo comportan, a su vez, que ya haya sido mejorado el rendimiento de los deportistas: un caso sencillo es el relativo a las innovaciones producidas en el calzado que usan los velocistas. Asimismo, Savulescu considera que la eliminación de las prohibiciones del dopaje en deportes como el ciclismo profesional, traerá la igualdad y justicia entre los biomédica, no sería moralmente permisible hacerlo”3. Dentro ciclistas y sus equipos. El motivo reside en que la evaluación de de los bioconservadores encontramos a Francis Fukuyama, sustancias prohibidas no se hace de forma global, sino más quién formó parte del Consejo de Bioética del expresidente bien parcial, aplicándose a un pequeestadounidense George W. Bush. En ño porcentaje de la comunidad de desu artículo Transhumanism, Fukuyaportistas. Éste es el motivo de que, peEl dopaje ofrece una hipotética ma afirmó que el transhumanismo se a lo prescrito por las reglas que proes “la idea más peligrosa del munventaja y muchos riesgos híben el uso del dopaje, esta práctica do”4. El filósofo Michael Sandel es para la salud. sigue estando muy consolidada entre otro de los clásicos de esta posición, los deportistas. Por lo que el estableexpresada, principalmente, en su licimiento de una legislación que legabro Contra la perfección. Por su parlice y regule el uso de técnicas dopantes contribuiría a hacer te, bioeticistas como George Annas, Lori Andrews y Rosario que el deporte de élite fuera más justo. Isasi han propuesto una legislación para que sea un “crimen contra la humanidad” la modificación genética heredable en La solución, a criterio de Savulescu, sería eliminar el tabú seres humanos. existente en relación con el dopaje y aceptar su lado positivo Centrándonos en el ámbito de la ética del deporte podemos citar algunos nombres importantes de ambos grupos.

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(por ejemplo, los esteroides anabolizantes capacitan a los deportistas para aumentar su rendimiento hasta cotas jamás

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alcanzadas por el entrenamiento llevado a cabo sin recursos En oposición a la postura transhumanista, el dopaje conartificiales). Aunque a ello se le podrían presentar muchas obtribuiría a aniquilar por completo el vestigio moral que perjeciones, partiendo de que pone en entredicho la equidad en el manece en el deporte profesional. La aceptación del dopaje, deporte. Como bien señala Sandel, este y en particular del dopaje genétimeliorismo que lo apuesta todo al desaco, contribuiría a que la práctica Las farmacéuticas rrollo, al progreso y al perfeccionamiend e portiva fuese completamente to llevaría a una sociedad estratificada e entregada al mercantilismo y, por serían las principales insolidaria, una sociedad que despreconsiguiente, aumentarían las beneficiarias de la legalización ciaría a quienes padecen discapacidades diferencias económicas que exdel dopaje. y que, por ello, socavaría el compromiso plican la brecha entre el éxito y el con la justicia distributiva5. fracaso deportivo: solo podrían acceder a este tipo de sustancias o tecnologías genéticas dopantes *** La aceptación del dopaje los clubes deportivos con mayor entregaría al deporte poder adquisitivo para costearlo. Podemos concluir que los deportistas Cabe pensar que detrás de arson personas con igual dignidad, lo que al mercantilismo. gu mentos como los que ofrece implica que son fines en sí y que no pueSavulescu se ocultan los intereses den mediatizarse para cualquier otro de las empresas farmacéuticas, fin. En lugar de asumir riesgos para la que serían las principales beneficiarias de la legalización, y salud en aras de la máxima competitividad, el deporte debe por tanto la difusión, del dopaje. Como el propio Suvalescu fomentar valores que impacten positivamente en la sociedad a declara: “el dinero compra el éxito”6. Pero como nos enseñó partir de sus repercusiones socioculturales. Gadamer en sus últimos escritos, cuando ya contaba con una avanzada edad, es que si lo que uno quiere es educarse y formarse –o, en el caso del deporte, aspirar al lema de Coubertin donde lo importante es competir bien– entonces debemos recurrir a fuerzas humanas para sobrevivir indemnes a la tecnología y al ser de la máquina7 ■

Notas 1. Russo, G. (2011). La società della welness: Corpi sportivi al traguardo della salute. Ed. Franco Angeli, p. 16. 2. Buchanan, A. (2011). Beyond Humanity? Ed. Oxford University Press, p. 23.

4. Fukuyama, F. Foreign Policy, 2004 September/October.

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3. Douglas, T. “Moral Enhancement”, Journal of Applied Philosophy, vol. 25, n. 3, 2008, p. 228.

5. Sandel, M. (2007). Contra la perfección. Ed. Marbot, pp. 89-92.

6. Savulescu, J. (2012). ¿Decisiones peligrosas? Una bioética desafiante. Ed. Tecnos, p. 118. 7. Gadamer, H. G. (2000). La educación es educarse. Ed. Paidós p.48.

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Política de los replicantes Por Claudio Zulian

La figura del replicante, un androide cinematográfico, nos muestra un futuro sombrío que empieza a dibujarse: ¿Las organizaciones empresariales están suplantando al Estado-nación como ente facultado para habilitar y administrar la vida de los ciudadanos?

Noviembre de 2019: Los Ángeles está cubierta por eterno smog y nada queda de una vida propiamente política. En Blade Runner (Ridley Scott, 1982), la corporación Tyrell –de alcance transplanetario– pide ayuda, cuando la necesita, a un cuerpo policial cuyo responsable último es tan opaco como la niebla ubicua. Corporaciones y policía: una díada común en las distopías cinematográficas y literarias actuales que refleja un rasgo sobresaliente de lo unheimlich [inquietante extrañeza] y lo desasosegante de ahora. Si bien el estado sigue presente en muchos de esos futuros imaginados, la desaparición de toda dimensión política es una característica particular que aparece muy tempranamente en la ciencia ficción contemporánea. Metrópolis (Fritz Lang, 1927), por ejemplo, es una ciudad-estado y Joh Fredersen, el padre del protagonista, es su presidente-director. La dimensión política y la corporativa están aquí fundidas. En tales tramas resuena la intuición de que el estado –y con él la vida política que conocemos– tiende a desaparecer ante el empuje y el poder de las corporaciones. Tanto en Metrópolis como en Blade Runner, además, el poder de las corporaciones se encarna en la

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“gran ciudad”: es específicamente el estado-nación lo que ha desaparecido. Los Ángeles, en 2019, estará caracterizada, aparte de por el smog, por un cosmopolitismo medular, con predominio asiático. Si los detalles físicos de los mundos imaginados por Fritz Lang y por Ridley Scott no coinciden en general con los que en realidad han tomado cuerpo, la tendencia a la evaporación del estado –y en concreto del estado-nación– sí que parece ir consolidándose: día tras día nuestros políticos afirman que poco o nada pueden hacer sin la aquiescencia de los mercados transnacionales, los cuales deciden ahora todos los aspectos de nuestras vidas. Pese a ello, nos aseguran que seguir votando es bueno y necesario. Se genera así una disonancia cognitiva que produce naturalmente pesadillas habitadas por organizaciones empresariales monstruosas con poder de vida y muerte sobre los ciudadanos. El incremento de los superpoderes de las corporaciones reales de mayor tamaño y su capacidad para desbordar ampliamente las competencias estatales, han ido generando efectos en todos los órdenes de la vida civil y política. Innumerables autores han dado cuenta de ello: desde el siempre perspicaz Pasolini, quien ya en los años 70 habló a este propósito de una “revolución antropológica”, hasta Frederic Jameson, quien años más tarde afirmó que “es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”. Es justamente esta “revolución antropológica” –o biopolítica, si queremos usar el preciso término foucaultiano–, la que toma cuerpo en Blade Runner: el capitalismo global no solo es capaz de desintegrar el estado-nación, sino que, además, fabrica los ciudadanos, los fabrica literalmente, programándolos para sus propios fines. La película de Ridley Scott marca la definitiva aclimatación en las películas de ciencia ficción de los androides (los replicantes, en el film). Las anteriores apariciones de tales seres artificiales, como en Metrópolis, eran esporádicas y singulares, no siendo todavía, en la ficción, objeto de producción

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industrial. En la sociedad de consumo que alcanza su madurez en la década de los 80, los replicantes representan a la perfección la imagen de una subjetividad completamente producida por el capitalismo a través de la tecnología, de la comunicación de masas y del marketing. Hay, además, otro rasgo que distingue a los replicantes de sus ancestros: tienen consciencia de sí mismos: saben que han sido fabricados y saben incluso a qué tarea habían sido destinados. Es esta una diferencia fundamental respecto de los robots, que, en cambio, pueden enloquecer por defectos sobrevenidos de programación, pero no tienen consciencia de su propia historia y existencia –véase, por ejemplo, R2D2 y C3PO en La Guerra de las Galaxias–. Es interesante apuntar que la palabra robot, usada en el sentido actual por primera vez en 1920 por el escritor checo Karel Capek, es un término que nace de la raíz eslava “rabot” y que significa trabajo y trabajo forzo-

Se pueden reconocer, en lo escrito más arriba, algunos de los rasgos de lo que, en el ámbito académico y generalmente cultural, se llamó posmodernismo y que registró, en esos mismos años, el cambio de paradigma del que estamos tratando. En algunos casos, además, la conexión con las nuevas mitologías de la ciencia-ficción fueron explícitas, como en el Manifiesto Ciborg de Donna Haraway (1984). Pero, si en Blade Runner el trasfondo de la problemática existencial de los replicantes es –proféticamente, como veremos– trágico, en el ámbito académico prevaleció un optimismo deconstructivo que, renunciando a todo pensamiento totalizante, se entregó gozosamente a reescrituras, juegos de lenguaje y afinidades ‘maquínicas’. Así, para poder acceder a una autofabricación creativa e ilimitada había que alejarse de Freud y sus Edipos, y de Marx y sus historias, y, a ser posible, de toda deuda con un origen. Quizá este clima optimista posmoderno, propio de cierta academia y de la clase educada urbana –y que en buena medida llega hasta nuestros días– se deba a la intuición de estar poniendo sobre la mesa los instrumentos del poder de una nueva élite. La capacidad de deconstrucción/recreación del “discurso” es, en este sentido, un saber que se torna en marca de exclusividad. Algo de todo ello está implícito en la figura del replicante. Para él, consciente de que su producción es un proyecto indus-

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so, y se encuentra, por ejemplo, en el término ruso “rab”, esclavo y “rabochiy”, trabajador, obrero. Podríamos decir que la cultura popular, en los años 80, adopta a los androides como cifra del nuevo orden social y biopolítico que estaba realmente tomando cuerpo, en el que los obreros (la clase obrera) tiende a desaparecer, mientras que se va conformando un nuevo tipo de persona consciente, no ya de ser un trabajador de una fábrica, sino de haber sido él mismo fabricado.

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trial, el origen no es un misterio: es conocido y actual –no De la fundamental afinidad de los proyectos de deconstrucremite a un pasado–. Además, solo quién sabe que ha sido ción y autoconstrucción posmoderna con el propio proyecto fabricado ex novo puede pensar que capitalista somos conscientes desde el ideal de la plenitud vital es la hace tiempo. De hecho, es algo que se ¿El optimismo posmoderno autofabricación. Los viejos humadaba por sentado en muchos de los responde al poder de una nueva nos, por ejemplo, tenían, cuanto textos fundadores de la posmodernimenos, una intuición de que en su dad, como La condición posmoderna élite? propia producción también interve(1979) de F. Lyotard. En los años 90, nían factores extrahumanos –eran Boltanski y Chiappello la describiemamíferos vivíparos– e incluso azaron con precisión en su libro El nuevo rosos –la selección natural–. Se trataba de elementos que espíritu del capitalismo (1999), y el filósofo Paul B. Preciado nos suponían un límite misterioso a todo proyecto no solo de ha dado un ejemplo reciente (2020) recitando uno de sus texautoconstrucción, sino incluso de autoconsciencia. Debido a tos en una publicidad de la marca de moda Gucci. En Blade su artificialidad, los androides pueRunner no se trata ni siquiera de una den, en cambio, expresar deseos y afinidad, sino cabalmente de una El poshumanismo intenta exigencias en forma de un listado identidad: son las corporaciones las disolver la angustia ante la unívoco: quiero tener nuevas capaque han producido los androides. No cidades –visión nocturna, largas hay nada más allá de ellas. Es por esta muerte en las potencialidades apneas–; quiero tener nuevas habilirazón, también, que el mundo de los del capitalismo. dades –entender de pronto un idioreplicantes es autoritario por definima desconocido o manejar un vehíción. Los replicantes tienen autor, es culo marciano–; quiero mutar la decir alguien que los ha proyectado y forma de mi cuerpo –cambiar de sexo a mi antojo–. la empresa que los ha construido. No pueden concebir un

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mundo de intereses diversos que necesite continuas mediaciones: la sociedad está dada y es la sociedad capitalista corporativa que les ha producido. El poder, por lo tanto, no se estructura como un sistema de acuerdos, conflictos y contrapesos, como en las democracias modernas (liberales), sino a la manera jerárquica y funcional de la industria. Como corolario, ante ese poder, solo caben exigencias y no deberes, puesto que la ganancia de la corporación se da por descontada –y es la razón de la propia construcción–. Sin embargo, Blade Runner plantea, de manera directa y brutal, una cuestión que trastoca todo el orden androide y la biopolítica corporativa que le atañe. Roy Batty y su grupo de replicantes no han vuelto a la tierra por deseo de ganancias o de prestigio. Han vuelto porque no quieren morir. Quieren encontrar a su creador, Eldon Tyrrel, y exigirle que aplace la fecha de su obsolescencia. Escamotear la muerte del individuo es el quid de toda la biopolítica moderna y posmoderna –ejemplarmente resumido en la conocida máxima de Foucault, quien caracterizaba el paso del Ancien Régime al biopoder moderno como el paso del “hacer morir y dejar vivir” al “hacer vivir y dejar morir”–. Así, la figura del replicante condensa en sí misma la angustia insoslayable del individuo contemporáneo ante el encuentro con aquello que el capitalismo corporativo no puede arreglar ni curar: la muerte.

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Un encuentro que el ámbito académico y cultural ha obviaciente de que está perdiendo la partida –y con ello su vida–, en do, en general, por completo. Donna Haraway por ejemplo, un astuto gesto deconstructivo tira el tablero, afirmando luego asegura que su Manifiesto es un “esfuerzo… de imaginar un que no se acuerda del orden de las piezas. Según sus propósitos mundo sin géneros, sin génesis y, quizás, sin fin.” (la cursiva es la partida podría volver a empezar –se podría incluso olvidar el de quien escribe). Más recientemente –y esto nos demuestra, origen de la partida o cambiar sus reglas–. Pero la Muerte le resademás, hasta qué punto estamos ponde: “Yo sí me acuerdo” y vuelve a habitados todavía por los paradigmas poner las piezas exactamente en la El ideal de la plenitud vital posmodernos–, también el poshumamisma disposición en la que estaban. es la autofabricación. nismo y el aceleracionismo intentan Si decíamos antes que el núcleo disolver el nudo trágico de la angustia trágico de Blade Runner fue profétide la desaparición individual en la esco, es porque al comienzo de la posperanza de un desarrollo tecnológico modernidad, Ridley Scott nombra sin rodeos su límite y afirma inimaginable o en la confianza en las potencialidades del prola imposibilidad de toda política –y de toda biopolítica– no pio capitalismo. capitalista. El replicante Roy Batty solo puede matar a su creaEn nuestros días, en los que tantos signos sugieren que la dor, sin haber conseguido nada –solo unas buenas palabras: posmodernidad ha llegado a su última playa –aunque en una “Eres el mejor de todos los replicantes. Estamos orgullosos de última pirueta deconstructiva intente a menudo cambiar de ti.”– y después morir. Quizá seguir preguntando por la muerte nombre–, su cifra parece revelarse en la escena de la partida de –aunque hayamos visto los rayos C brillar en la oscuridad cerca ajedrez que juega el caballero Antonius Block con la Muerte, en de la Puerta de Tanhäuser– pueda ser el último gesto rebelde, a El Séptimo Sello (1957) de Ingmar Bergman. El caballero, consla vez político y biopolítico, que nos quedan

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¿Es preciso tomar el transhumanismo en serio? Por Juan Arana

Aunque los contenidos doctrinales de una religión no sean verdaderos, sí lo son sus implicaciones materiales. Algo similar ocurre con el transhumanismo: su fe puede ser equivocada, pero sus actos y sus consecuencias serán inequívocamente reales.

¿Ante una nueva época? Si nos distanciamos un poco de la marea de opiniones y datos, y procuramos evitar contaminaciones emocionales, la impresión global que produce el desafío transhumanista es la de un pandemónium. Tanto se dice a favor y, sobre todo, en contra, tanto se insta a favorecer su advenimiento o, con mayor frecuencia, a evitar la catástrofe que para muchos representa, que uno no sabe muy bien a qué carta quedarse. Sin duda mi perspectiva es parcial, puesto que cuando me invitan a participar en un encuentro sobre este asunto, la mayor parte de las voces que escucho van a la contra, con matices que varían desde la razonada condena hasta el apocalíptico anuncio de una época oscura con rasgos del Mordor de El Señor de los Anillos. Se insta al ciudadano a oponerse con todas sus fuerzas a lo que se valora como un peligro mortal. Supongo que, de haber asistido a encuentros de otro signo, habría escuchado voces que nada tendrían que ver con lamentos de Casandra. Imagino que la atmósfera allí será eufórica porque sus partidarios, lejos de presentar el transhumanismo como una distopía, ni siquiera condescienden a considerarlo una utopía, porque lo conciben más bien como una realidad ya inminente

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que se va a imponer con la fuerza de un tsunami. Los marxismos de finales del XIX y principios del XX reivindicaban que su socialismo no era utópico, sino científico. Con ellos concuerda la nueva moda, porque se presenta como heraldo de lo que ciencia y tecnología van a depararnos. La diferencia es que ahora se ha perdido el acento mesiánico que tanto predominaba antaño: la revolución que se anuncia no exigirá de sus promotores sacrificios sin cuento o que unas cuantas generaciones se inmolen en el altar del porvenir. No es en el campo de batalla, la agitación callejera o la huelga general revolucionaria donde se consumará lo que se interpreta como destino forzoso de la evolución planetaria. Todo lo contrario: los laboratorios, los claustros universitarios y los consejos de administración de las empresas serán los escenarios de unos cambios que se anuncian pacíficos en sus prolegómenos, aunque seguramente no así en sus consecuencias últimas. Esta vez el vuelco social no vendrá de abajo arriba, sino de arriba abajo, bien entendido que se trata de un “arriba” que no está referido a los poderes tradicionales, como el dinero o las armas. Se da por descontado que el empuje va a venir de la inteligencia, de una superinteligencia que se alumbrará a sí misma pese a quien pese, se oponga quien se oponga y –supongo que habría que añadir también– la promueva quien la promueva. Lejos de resultar una esforzada epopeya, muchos enuncian la llegada del transhumanismo como un teorema, un automatismo. Si fuera así, estaríamos realmente ante el fin de la historia, y no cuando Fukuyama lo pregonó. La única incertidumbre tendría que ver con el desarrollo de los preludios, que es donde supuestamente nos encontramos ahora mismo. Así pues, la cuestión no sería qué va a pasar, sino cómo y cuándo. El panorama que describo tal vez valga únicamente para la variante del transhumanismo que propongo llamar “fuerte” por analogía con la versión extrema de la inteligencia artificial. El transhumanista está convencido de que nadie podrá parar la rueda de la tecnociencia. Tanto da que uno pretenda acelerarla con todas sus fuerzas o que intente frenarla.

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Nick Bostrom es uno de los que más lúcidamente han defendido este carácter presuntamente ineluctable de la profecía transhumanista, aunque luego se haga la ilusión de que es posible captar la benevolencia de la superinteligencia resultante, de suerte que no nos arrumbe como restos desechables del progreso. No es alentador pensar que solo podemos aspirar a que lo posthumano se apiade del hombre como nosotros nos apiadamos de los orangutanes y los osos panda. Por otra parte, resulta bastante dudoso, sobre todo cuando hasta una supermáquina de hacer clips podría borrarnos del mapa sin pestañear en el supuesto de que nuestra presencia le impidiese optimizar su producción. Muy celebradas han sido durante demasiado tiempo las denominadas “leyes de Asimov” relativas a máquinas y ordenadores. Según la primera, ningún invento nuestro debiera ser programado para dañar a los humanos. Sería muy de considerar si se tratara de formular un deseo ante una mágica hada madrina, pero, como ha puesto de relieve el propio Bostrom, no hay medio de hacer entrar en la estrecha mente de un aparato regido por inteligencia artificial –por muy evolucionada que sea– el analógico concepto de “daño” que manejamos los

humanos. Cualquier intento de convertir en unívoca la difusa semántica que utilizamos desemboca en un fiasco en cuanto damos unos cuantos pasos. Al final ocurre como en el relato La pata de mono de William Jacobs: la formulación de cualquier deseo interpretada rigurosamente ad litteram se vuelve terroríficamente contra las expectativas de quien lo expresó: la desconsolada madre pide que vuelva su hijo muerto, pero quien llama a su puerta es un cadáver putrefacto y así sucesivamente. Por eso es muy necia la ingenuidad de los biempensantes del progreso técnico. Por ejemplo, Olivier Sichel, personaje influente en el ámbito de la banca y las finanzas, pretende que las cacareadas leyes asimovianas se graben en todos los microprocesadores y se conviertan en una especie de principio constitucional inviolable previo a cualquier otro código, cuando el propio Asimov solo las ideó para mostrar lo problemáticas que resultaban y la cantidad de historias literariamente interesantes a que daban lugar sus efectos colaterales perversos. Es dificilísimo asumir el papel de Dios providente; de hecho, lo único seguro es que si tratamos de conseguirlo repetiremos la historia que cuenta Goethe en su balada El aprendiz de

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Colaboración con Frank Voigt

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brujo. Incluso los transhumanistas más fanáticos lo sospechan con mayor o menor nitidez. Así, Ray Kurzweil, director de ingeniería en Google y uno de los más activos innovadores en ámbito de la programación, expone en el libro La singularidad está cerca que la nanotecnología nos proporcionará la inmortalidad haciendo que por nuestra venas y arterias circulen microscópicos robots en lugar de glóbulos rojos y blancos. Sin embargo, tropieza a renglón seguido con el inconveniente de que nuestros organismos serán entonces mucho más vulnerables a los virus informáticos de lo que ahora mismo lo son a los biológicos. No he sacado la impresión de que consiga resolverlo. La futurología de muchos transhumanistas tiene un depósito de combustible repleto de agujeros.

ra edad y padecer diabetes. Desde luego, es el colmo del optimismo por no decir de la ceguera. Podría comentar la letra pequeña y examinar los peligros e inverosimilitudes que encierran los proyectos transhumanistas. Pero esto es algo que ya se ha hecho repetidas veces. Considero bastante atinadas las objeciones de los críticos. Más cuestionable –por no decir completamente inverosímil– es la idea de accionar un interruptor y parar el experimento. Dado que ni siquiera hemos sido capaces de moderar las emisiones de CO2 y demás gases invernadero, a pesar de la casi unanimidad que hay sobre la conveniencia de hacerlo, ¿cómo podríamos conseguir frenar en seco un movimiento que en sus primeros pasos es indistinguible de la mera aspiración al mejoramiento (enhancement) de la especie? Casi nadie quiere ¿Evitable o inevitable? renunciar a curar de raíz las enfermedades genéticas y de otro Si lo hasta ahora expuesto resulta ambiguo, voy a intentar tipo. Todos aspiramos a ser más fuertes, más guapos, más lisprecisarlo así: el impacto de la ciencia y la tecnología sobre el tos y mejor integrados socialmente. El problema es que en ser humano y su identidad biológica va a ser enorme dentro esta línea de mejoras no se divisa ningún paradigma de virtud de muy poco. Aquí está el punto fuerte de los transhumanisperfecta, ningún momento en que resulte obligado o deseable tas. Pero, y éste es el punto débil, resulta incierta la posibilidad decir: “Hasta aquí y no más allá”. Para eso sería preciso poseer de que unos pocos círculos de poder, o unos cuantos países, o un concepto definido de esencia o naturaleza humana. incluso la humanidad en general, controlen esos cambios y los Algunos todavía creen en él, pero la mayoría abriga vehemendirijan hacia el bien común (entiéndase como se entienda eso tes dudas y en el colectivo filosófico domina el propósito de del “bien común”). El tren del cambio va abandonarlo. a toda máquina, pero nadie está al voPor consiguiente, la situación se ¿Lo posthumano se apiadará del lante en la cabina de mando. Dentro de ha vuelto aporética: hemos subido hombre como nosotros nos ella hay una melé donde muchos puga un convoy para huir de los males nan por hacerse con el control, sin que que nos aquejan y obtener los bienapiadamos de los orangutanes? nadie prevalezca del todo por ahora. es que anhelamos, pero no saUna consideración mínimamente desbemos dónde convendría detenerprejuiciada de la situación es que, aún lo, ni si seríamos capaces de conseen el supuesto de que un gobierno o autoridad mundial acaguirlo, aunque cundiera la sospecha de estar al borde de crear bara imponiéndose, los esfuerzos para mejorar este planeta una raza de monstruos o bien una casta de ingratos enemigos están por completo en precario. Es inmensa la cantidad de cuya primera providencia sea acabar con nosotros. alternativas que suscita la edición genética, la utilización intensiva de la inteliLos progresistas y la aporía de un Ahora quienes enarbolan la gencia artificial, la robótica o la nanoprogreso indeseable bandera del progreso son los tecnología, pero casi todas son adversas Supongo que a estas alturas está al futuro de nuestra especie e incluso de ya claro que el transhumanismo tecnócratas y capitalistas. cualquier otra que surja para sustituirla. fuerte no goza de mis complacenEl tiempo que se ha tomado la naturalecias. Pero la situación es suficienza para lograr organismos tan bien temente compleja como para desadaptados como los mamíferos, alcanza varios miles de millovirtuar cualquier oposición dicotómica entre “ellos” y “nosones de años, y eso contando con un filtro tan eficiente como la tros”. En primer lugar, resulta poco grato definirse con un selección natural. En agudo contraste, el destacado exponen“anti”. Sería preferible encontrar una identidad que fuera más te del transhumanismo Kurzweil pretende transcender la bioallá del rechazo de algo o de alguien. Por otro lado, en el logía en un plazo suficientemente breve como para que él campo de los oponentes al transhumanismo están confluyenmismo alcance la inmortalidad, a pesar de estar ya en la tercedo corrientes de pensamiento y actitudes políticas que hasta

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ayer mismo discrepaban prácticamente en todo. Perdone el lector la vulgaridad de la expresión, pero se diría que el colectivo de los críticos más que formar un frente se ha convertido en una jaula de grillos. Por ahí se afirma seriamente que la cuestión del transhumanismo va a dar un vuelco a las vigentes divisiones partidistas. Según algunos expertos, lo de izquierdas y derechas, progresistas y conservadores, incluso materialistas y espiritualistas va a quedar trasnochado. Laurent Alexandre defiende en su libro sobre La guerra de las inteligencias que la confrontación entre bioconservadores y transhumanistas presidirá todo el debate político e ideológico en lo que queda de siglo. Probablemente será así, aunque a estas alturas de la historia las polarizaciones

maniqueas tienen algo de infantil. No va a quedar otro remedio que afinar y buscar entre todos equilibrios y soluciones menos simplistas. A mi juicio la opción bioconservadora, que es la que en primera aproximación más me cuadra, adolece de un voluntarismo un tanto bisoño. Antes de proseguir he de reconocer que también yo he incurrido en el mismo defecto. Pero ahora considero que es un error por varios motivos. Resulta escasamente productivo apelar al sentido moral de la gente y planear la batalla como si se tratara exclusivamente de un desafío ético, o si se quiere, de una historia de buenos y malos. Contraponer el interés general al particular y los derechos del futuro a los del presente puede inspirar gestos simbólicos y despertar el altruismo de los jóvenes, pero la movilización subsiguiente tiene corto recorrido cuando topa con los intereses particulares y las urgencias del día a día. Si yo o alguien próximo a mí padecemos la desgracia de tener un hijo discapacitado o una enfermedad degenerativa, sería heroico que votásemos, a pesar de todo, por la detención de programas de investigación que nos dan alguna esperanza de solución. Aunque lo más probable sea que las cosas se tuerzan, la falta de alternativas nos animará a apostar por intentarlo, sobre todo si pensamos que serán otros los que paguen las consecuencias del fracaso. Escucharemos a quienes magnifiquen el posible provecho y minimicen el presunto riesgo. Esto vale para todos. Por lo que se refiere a la izquierda convencional, va a tener serios problemas de adaptación a la futura coyuntura: por tradición ha luchado para alumbrar nuevos tiempos y dejar atrás un pasado de opresión; pero ahora encuentra que quienes enarbolan la bandera del progreso son los tecnócratas y capitalistas, de suerte que se ve a sí misma en la tesitura de pasar a engrosar la reacción. Allí no será bienvenida por los reaccionarios de siempre, hasta el punto de que algunos de ellos se pasarán al bando opuesto por puro afán de ir contracorriente. Transcurrirán lustros –si no decenios– antes de que se asiente el nuevo mapa sociopolítico y es de temer que entonces ya será demasiado tarde para condicionar significativamente el proceso en un sentido u otro. La ética no basta Estas consideraciones tal vez resulten un tanto especulati-

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vas. No obstante, hay indicios tangibles de que los procesos de límites que los legales y bastantes ni siquiera eso. Además, la modificación de la identidad humana ya en marcha difícilglobalización permite burlar con facilidad las leyes deslocalimente serán detenidos. Que apunten en las direcciones prozando la actividad: si en este país se prohíbe determinado pugnadas por las diversas corrientes transhumanistas es otro experimento, entonces traslado el laboratorio o la propia caso. Como sentencia Nicolás Gómez Dávila en uno de sus empresa a otra ubicación más permisiva. Como mínimo haría escolios: “La historia no muestra la ineficacia de los actos, sino falta una legislación común para todo el planeta y otorgar la vanidad de los propósitos”. En todo caso, hay precedentes de suficiente poder coercitivo a la instancia judicial que la apliprocesos que guardan cierta semejanza con éste y no ha habique. Sin embargo, tanto las Naciones Unidas como el do forma de pararlos. Los más ilustraTribunal de La Haya son lastimosativos y recientes son los del desarrollo mente incompetentes para todo lo Se ha trasferido a la tecnociencia del armamento nuclear y las técnicas que tiene que ver con el enhancelos sentimientos que se de edición genética. No entraré en ment o la edición genética. Lo cual detalles, pero ambos casos concernían es lacerante, porque no podemos reservaban a la religión. a cuestiones que afectaban al futuro esperar a mañana ni a pasado made la humanidad, y con los dos han ñana para conseguirlo: tendría que resultado inoperantes los esfuerzos haber sido para hoy o mejor aún tanto para serenar el desarrollo teóripara ayer. co, como para controlar las tecnologías resultantes. Con resAunque el hombre corriente sabe en términos generales pecto al átomo, la carrera armamentística durante la segunda qué es lo correcto y qué no, lo percibe de un modo intuitivo guerra mundial y la guerra fría impidieron que la ciudadanía y afectivo, no razonado. Su conocimiento también adolece tuviera arte ni parte en el negocio, pero los sabios atómicos de una vaguedad que naufraga en cuanto hay que entrar en –que sí desempeñaron un papel importante– nada hicieron detalles y distingos. Frente a la indiferencia e impotencia del por conjurar la amenaza, salvando honrosas excepciones. ciudadano medio, existe una minoría de fanáticos del camParalelamente, cuando la intervención en el genoma de bio desbocado que se da mucha maña para generar grupos microorganismos, plantas, animales y humanos empezó a ser de presión e influir en las instancias que deciden. Este posible por el descubrimiento del ADN recombinante, una núcleo de activistas ha transferido a la tecnociencia los senasamblea de grandes científicos reunida en Asilomar propuso timientos que usualmente se reservaban a la religión. limitar, de acuerdo con ciertos parámetros, la práctica de mezAlexandre lo describe así: “El evangelio de los transhumaclar genes de diversas especies, acuerdo que solo de modo nistas se esparce como la pólvora, encadena conversiones muy laxo fue respetado. Treinta años después aparecieron téccon mucha más rapidez de la que el evangelio cristiano nicas mucho más poderosas, como la Crispr-Cas9, y se convohabía podido hacer al comienzo de nuestra era. La religión có una reunión homóloga en Washington, que fue incapaz de transhumanista podría imponer su ley en unas décadas, sus acordar una moratoria comparable y decidió permitir que apóstoles ya son, de hecho, los nuevos amos del mundo”. No prosiguieran los ensayos de edición genética con embriones creo que sea para tanto ni mucho menos, pero estas palahumanos, siempre que se evitara usarlos para provocar embabras describen acertadamente el acento soteriológico del razos. Muy pronto el investigador chino He Jiankui desafió a movimiento. Muchos desconfían de esta fiebre misticoide, bombo y platillo dichas recomendaciones, fabricando los pripero a falta de nada mejor para dar respuesta a las grandes meros seres humanos a la carta. Se ha echado tierra al asunto preguntas de la existencia, acaban prestándole apoyo. Por y puesto sordina al contencioso, pero sería muy ingenuo peneso me parece imperioso someter al tribunal de la razón sar que no se va a seguir avanzando en esta dirección tan apritanto entusiasmo y tanta vehemencia. En otras palabras, sa como se pueda. pretendo advertir que, para superar la inercia que ya se ha No pretendo por ello que dejemos de firmar manifiestos, establecido y oponerse con eficacia al entusiasmo semirreliacudir a manifestaciones y ejercer una intensa militancia gioso de los que todo lo fían a la llegada de lo transhumano, política en favor de lo que a todas luces es prudente y razonahay que poner en juego algo más firme que un buenismo sin ble. Defiendo en cambio que todo eso no basta, y que tamponervio o una ética sin consistencia. Solo si conseguimos co deberíamos conformarnos con apelar a la ética, porque vencer la presente desmoralización y restablecer nuestra fe hay demasiado disenso sobre lo que unos y otros consideran en nosotros mismos tendremos arrestos suficientes para bueno y justo. Muchos actores relevantes no admiten otros defendernos con eficacia n

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En busca del Proust perdido por J. Casri

e cumple el centenario del fallecimiento de Proust, y la efeméride es una buena ocasión para conocer sus diversas facetas personales. Este artículo recupera el vínculo del célebre escritor con un escándalo que afectó a la mayor empresa de diamantes de la época.

Hará 100 años, exactamente el 18 de noviembre de 1922, que el inagotable Marcel Proust falleció. Es curioso que cuando uno piensa en la figura de Proust se percata de lo vacía que se encuentra. La mayoría de las biografías sobre el novelista francés suelen enfatizar el enorme impacto tanto en la literatura francesa como mundial de los siete volúmenes de En busca del tiempo perdido, acompañando este ensalzamiento con alguna mención ocasional a su carácter diletante a la Truman Capote y que paseaba por los salones parisinos, su frágil salud que le llevó a pasar los últimos tres años de su vida prácticamente en cama y a una temprana muerte, pero poco más. En ocasiones se alude a su condición de “outsider” ocasionada por su homosexualidad y ascendencia judía, la cual puede mostrarse contradictoria con la imagen anterior de ser un flaneur social que deambulaba por las reuniones de la burguesía… pero, en realidad, no hay un solo Proust. Hoy en día parece solo existir el Proust de la rememoración de la magdalena, una visión estática y adaptada a su condición de clásico literario que olvida la condición humana que Walt Whitman describe como contener multitudes. Al hablar de Proust a veces se incluyen unas pocas anécdotas sobre la publicación de En busca del tiempo perdido, como que la todopoderosa editorial Gallimard rechazó la publicación del primer volumen por reco-

mendación de André Gide y que Proust tuvo que abonar de su bolsillo los costes a otra editorial para que viera la luz1. No se menciona que Proust pagó además a varios críticos a cambio de reseñas favorables, una práctica relativamente habitual en la época. En ocasiones las escribía él mismo y las hacía pasar como si fueran de otra persona. Sí se suele publicitar que Gide reconoció que su valoración negativa inicial supuso un gran error, pero no se matiza que Gide se escandalizó por el “uranismo” (siguiendo la terminología de la época para referirse a la homosexualidad) de Sodoma y Gomorra, el cuarto libro de la heptalogía. Como si pertenecieran a otros Proust, el resto de su producción literaria fuera de En busca del tiempo perdido (y a veces incluso más allá de su primer volumen, Por el camino de Swann) parece no existir. Otro Proust, uno que no aparece en las contraportadas, retó a un duelo a un crítico que aludió a la relación de Proust con un hombre, puya final de su reseña negativa de la primera novela de Proust Los placeres y los días. Ambos duelistas salieron ilesos. Existe también el Proust militar que quiso alistarse de nuevo y el Proust abogado que se negó a ejercer. Hay también el Proust que perdió media fortuna en un escándalo bursátil y escribió sobre ello. Esta es la fábula más perfecta y menos hablada sobre la ambición de la sociedad contemporánea, donde chocan un futuro monopolio mundial,

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la avaricia de la clase alta, un estafador y un Proust.

El escándalo Lemoine Dramatis personae Henri Lemoine: estafador profesional francés quien, según una fuente, ya con quince años vendía acciones de empresas inexistentes. De Beers: fundada en 1888, la empresa llamada a ser el mayor monopolio del planeta de explotación, talla y comercio de diamantes. Julius Wernher: caballero británico, banquero y uno de los cuatro gerentes de De Beers. Marcel Proust: dandi, accionista de De Beers y, en ocasiones, escritor.

Acto I – El gran hallazgo París, 1905. Henri Lemoine escribe a Sir Julius Wernher, presentándose como inventor e ingeniero. Le informa de que ha descubierto un método para producir diamantes artificiales utilizando trozos de carbón. Diamantes de gran tamaño. El descubrimiento del siglo. Desde que en 1813 se estableció que los diamantes estaban compuestos de carbono, la búsqueda de un método para fabricarlos no había cesado. Lemoine afirmaba haber triunfado donde tantos científicos habían fracasado, algo que podía suponer tanto la ruina como un enorme beneficio para De Beers. Sir Julius Wernher, conocido por su prudencia, teme no solo la veracidad de semejante descubrimiento sino el pánico que puede causar entre sus accionistas e inversores un rumor afirmando tal posibilidad. Sir Julius Wernher escribe de vuelta a Henri Lemoine pidiendo una demostración. Si Lemoine había descubierto una manera de convertir un mero trozo de carbón en una gema, compraría la invención, ya fuera para explotarla o, posiblemente, para hacerla desaparecer. Lemoine accede a realizar una demostración en su laboratorio y a vender su patente a cambio de una cantidad de dinero para desarrollar su invento. Pocas semanas después, Wernher llega a París.

Acto II – Nada por aquí o por allá Lemoine sienta a Sir Julius Wernher y sus acompañantes de De Beers alrededor de un gran horno. Se desnuda para mostrar que no oculta ningún diamante en su per-

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sona y procede a mezclar elementos, como si estuviera emulando al protagonista de la novela de Julio Verne La estrella del sud, publicada en 1884, en la que un ingeniero francés compra una porción de tierra en Sudáfrica buscando diamantes. Sin embargo, en la novela de Verne, la mujer con la que aspira casarse le convence para que recurra a la química y su teoría de la síntesis del diamante. El experimento parece tener éxito al crear el ingeniero un diamante al que nombra “La estrella del sur”. Cuando la mezcla con carbón está completada, Lemoine la introduce en el horno, aprieta una serie de botones y palancas, y espera desnudo ante la atenta mirada de Wernher y sus acompañantes. Quince minutos después, retira unos veinte diamantes de dentro del horno. Wernher, escéptico, pide que repita el experimento. Lemoine accede. El horno de Lemoine produce esta vez cerca de treinta diamantes. A cambio de que Lemoine mantenga la existencia de su fórmula en secreto, Wernher le ofrece una considerable suma y accede a financiar la construcción de una producción a mayor escala.

Acto III – Por un puñado de diamantes Durante los tres años siguientes, De Beers abona a Lemoine 64.000 libras esterlinas, cerca de diez millones de euros actuales. Lemoine acepta a vender su fórmula secreta en un futuro cercano, la cual ha depositado en la caja de seguridad de un banco. De Beers pide informes a Lemoine sobre cómo avanza la construcción de la fábrica y Lemoine manda de vuelta la fotografía de un edificio industrial. Por sorpresa, Sir Julius Wernher y una delegación de De Beers van a visitar su obra de ingeniería, solo para descubrir que está en otro pueblo al indicado por Lemoine y que su fábrica es, en realidad, una planta eléctrica de propiedad pública. Un joyero persa admite haber vendido a Lemoine unos diamantes sin pulir que coinciden con la descripción de los que creó en su demostración. La todopoderosa De Beers decide entonces llevar a Henri Lemoine a juicio por estafa.

Acto IV – El diamante en bruto Cuando las primeras noticias sobre el escándalo Lemoine empiezan a aparecer, Marcel Proust se preocu-

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Noticia de la farsa de Lemoine recogida por Le Monde Illustré, una revista de actualidad del siglo XIX

pa. Tras la muerte de Proust encuentra en su madre había invertido parte de su dinela farsa de Lemoine otro ro en el mercado de diamante en bruto. valores, y una suma nada despreciable en De Beers. Durante el juicio, Lemoine confiesa su plan: anunciar públicamente en algún momento su descubrimiento de la fórmula, comprar acciones de De Beers en su subsiguiente desplome y venderlas cuando subieran. Con el juicio, la cotización de De Beers sufre enormemente y la compañía se convierte en motivo de chascarrillo por parte de la alta sociedad parisina. Proust no tarda en ver que la farsa contenida en el escándalo Lemoine es otro tipo de diamante en bruto. A lo largo de 1908 aparecen una serie de textos en Le Figaro donde Proust parodia el escándalo Lemoine, la sociedad

parisina y los grandes escritores franceses, escribiendo cada artículo ‘a la manera de’ un escritor: Balzac, Flaubert, Emile Faguet, Michelet, y Edmond de Goncourt entre otros. Estos ácidos pastiches los redacta a la vez que empieza En busca del tiempo perdido. Un ejemplo: “Los gestos de cólera de los asistentes lo señalaron de inmediato [a Lemoine]; ¿por qué no había cumplido lo

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Marilyn Monroe cantando Diamonds are a girl’s best friend

prometido, fabricado diamantes, divulgado su invento? Todos, hasta el más pobre, habrían sabido –no cabía duda– sacar millones. Incluso los veían ante sus ojos, en la violencia de la nostalgia de creer poseer aquello por lo que se llora. Y muchos se entregaron una vez más a la dulzura de los sueños que se habían creaLa compañía De Beers do, cuando vislumencontró su mayor braron la fortuna, diamante: la publicidad. con la noticia del descubrimiento, an-

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tes de haber desenmascarado al estafador. Para unos, habría supuesto el abandono de sus negocios, un palacete en la avenida del Bois de Bolonge, la influencia en la Academia; o hasta un yate que los habría llevado en verano a países fríos; aunque no al Polo, desde luego, donde, a pesar de la curiosidad que despierta, la comida huele a aceite, el día de veinticuatro horas debe de resultar molesto para dormir, y ¿cómo protegerse de los osos polares? A otros, los millones les habrían sabido a poco; no habrían dudado en jugárselos en la Bolsa: habrían comprado valores a la cotización más baja la víspera de una nueva subida –un amigo los habría informado– con el fin de centuplicar su capital en pocas horas. Ricos entonces como Carnegie, se abstendrían de caer en la utopía humanitaria.”2 Durante el juicio, Lemoine sigue defendiendo la veracidad de su fórmula. El juez ordena abrir la caja de seguridad donde Lemoine la había guardado; la expectación por conocer la fórmula es máxima, el público espera con impaciencia verla impresa. La espera termina. Básicamente consiste en mezclar carbón y azúcar, someterlo a una corriente eléctrica y después hornear la mezcla. Es evidente que no hace falta intentarlo en las cocinas de las casas. Estando en libertad bajo fianza durante el juicio, Henri Lemoine huye a Constantinopla, sin saberse si finalmente había comprado las devaluadas acciones de De Beers. Es condenado a diez años de cárcel in absentia, mientras que Proust se queda sin más diamante que pulir y la sociedad parisina centra su atención en el siguiente escándalo.

Acto V – La venganza El escándalo Lemoine es vagamente recordado cuando Marcel Proust recoge sus pastiches en un pequeño libro en 1919. En poco daña la reputación del incipiente gigante. En tan solo unas décadas, De Beers llega a controlar el 85% del mercado de diamantes sin pulir, fijar precios y operar un monopolio que múltiples analistas definen como un ‘cartel’. Finalmente, De Beers encuen-

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tra su mayor diamante: la publicidad. Su hazaña (o venganza) más lograda no es convencer a gran parte de la población de la escasez de los diamantes como justificación de su alto precio, es convertirlos en símbolos ritualísticos por los que la población general estará dispuesta a pagar desproporcionados múltiplos de su sueldo. En 1938 De Beers inicia una campaña publicitaria centrada en que toda persona que quisiera proProust perdió media poner matrimonio defortuna en un bía hacerlo con un anillo de diamantes. El escándalo bursátil y concepto tiene orígeescribió sobre ello. nes medievales, aunque menos de un 10% de los anillos para este fin contenían diamantes. Gracias a la campaña, en solo cuatro años, se venden en Estados Unidos un 55% más de diamantes. A finales del siglo XX más de los 80% de anillos de compromiso son de diamantes. Con la campaña, De Beers también educa según sus propios valores cómo el futuro cliente tiene que valorar la calidad de un diamante: color, claridad y demás. Y por si el cliente no sabe cuánto debe gastarse, también establece la norma de que el precio del diamante debe corresponderse a un mes de sueldo. Posteriormente De Beers es consciente de su error y lo aumenta a dos. En 1947, De Beers A veces Proust sella la imagen de los escribía él mismo diamantes en la psilas reseñas que social de manera definitiva con su camfavorables de paña “los diamantes sus libros. son para siempre”. Que Marilyn Monroe cantara “Diamonds are a girl’s best friend” (los diamantes son los mejores amigos de una chica) en el filme de Howard Hawks Los caballeros las prefieren rubias de 1953 solo puede ser visto como el gran triunfo de De Beers en doblegar la cultura popular a voluntad.

Epílogo Poco importa que a partir de 1955 vienen tiempos turbulentos para De Beers: la invención por parte de General Motors de la fórmula que afirmó tener Henri Lemoine en 1905, juicios antimonopolio y un mínimo de consecuencias por su papel en la explotación de los lla-

mados diamantes de sangre. Como curiosidad, si uno introduce la dirección web www.adiamondisforever.com (un diamante es para siempre), automáticamente es redirigido a la web del grupo De Beers. Este gigante continúa siendo el gran referente en el mundo de esta valiosa piedra. Pero puede que no sea tan valiosa. Se calcula que la mayoría de los diamantes que un ciudadano normal compra se devalúan entre un 50% y un 75% en el momento en el que sale por la puerta de la joyería3. Y es que el concepto de valor en el caso de un diamante es un tanto curioso. Según Nicky Oppenheimer, billonario y director general de De Beers entre 1957 y 1994, “los diamantes no tienen intrínsecamente ningún valor”4. Es muy posible que, ya en 1908, Julius Wernher y todo el comité de dirección leyeran a Marcel Proust y comprendieran, mejor que nadie, lo que narró al parodiar el caso Lemoine, especialmente cuand o este texto de un Proust olvidado describió: “Si Lemoine realmente hubiese fabricado diamantes, sin duda habría satisfecho así, en cierta medida, ese materialismo grosero que deberá tener cada vez más en cuenta aquel que pretenda inmiscuirse en los asuntos de la humanidad.”5 Proust también es para siempre ■ Notas 1. Tres fuentes han sido fundamentales en la confección de este artículo: De Diesbach, Marcel Proust, Anagrama, 1996; Painter, George D., Marcel Proust: A Biography (vol. 1, 2 & 3), Pan-American, 1987; Epstein, Edward Jay, The Rise and Fall of Diamonds: The Shattering of a Beautiful Illusion, Smashwords, 1982. 2. Marcel Proust, El escándalo Lemoine, Ático de los Libros, 2020. 3. Según Diamond Registry: https://www. diamondre gis try.com/education-guides/resale-value-of-diamonds/ 4. Alex Duval Smith, “The Gem Trail: Diamonds”, The Independent, 13/02/1999. 5. Marcel Proust, El escándalo Lemoine, Ático de los Libros, 2020.

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CRUELDAD BLANCA Y ROJA RUSIA. REVOLUCIÓN Y GUERRA CIVIL 1917-1921 Antony Beevor Ed. Crítica. Barcelona, 2022, 679 pp.

Desgraciadamente Rusia está de actualidad. Abre los telediarios y llena las páginas de los periódicos y las revistas de información política. Rusia vuelve a estar en guerra. De hecho, la historia del siglo XX es una historia marcada por una revolución y dos guerras en las que el papel jugado por Rusia es decisivo. La Revolución de 1917 marcó de forma ineludible las relaciones políticas, estratégicas e ideológicas del resto de países, generando una tensión y unos equilibrios que dividirían al mundo en dos bloques; y, tanto su polémico armisticio en la Primera Guerra Mundial como su implacable lucha contra el nazismo en la Segunda, fueron fundamentales para el desarrollo de la historia tanto en occidente como en el resto del mundo. El historiador Antony Beevor, bien conocido por sus obras sobre la Segunda Guerra Mundial o la guerra civil española, se ha enfrentado ahora a un empeño complejo, amplio, tremendo: relatar la historia rusa desde la revolución de 1917 hasta el fin de la guerra civil entre blancos y rojos en 1921. Una historia espantosa, de una crueldad repugnante, que nos ilustra con viscosa pertinencia sobre el pasado europeo, sí, pero también sobre nuestro presente y nuestro previsible futuro. Hace ya tiempo que llegó el momento de sobrepasar los mitos, de someterlos al escrutinio desapasionado de la inteligencia y el análisis, y de esclarecer, con paciencia y datos, el pasado que nos ha conducido hasta hoy. La Revolución rusa

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es una explosión en la historia que ha sido convenientemente analizada, más allá de las interpretaciones sesgadas, partidistas e ideológicamente cargadas que inicialmente la valoraron, por más que siempre las simpatías del lector y del investigador puedan matizar las opiniones o la presentación de los acontecimientos. Quizás menor atención ha recibido la espantosa guerra civil que la acompañó, una contienda de una amplitud acorde con la inmensa extensión rusa, caracterizada por una violencia tremebunda, pasmosa, que provocaba en unos y otros una exacerbación de las pasiones que rebasaba en ambos bandos cualquier límite concebible. Probablemente esta distinta atención prestada por los historiadores a la Revolución y a la guerra civil hace que la obra de Beevor también sea algo desequilibrada, deparando a la Revolución una parte menor y menos interesante de su trabajo y ocupándose de forma más extensa y apropiada de la guerra que propició. Antony Beevor recopila una cantidad abrumadora de datos para apoyar su estudio, aunque, en ocasiones, entre tantos datos se nos escabullan las explicaciones. En primer lugar la que daría sentido a la propia revolución bolchevique, sobre la que Beevor pasa un tanto apresurado, dando lugar a un escenario más propio de un aquelarre, en el que el sadismo, la violencia gratuita, el despotismo, la arbitrariedad y la estupidez toman las riendas de un país inmenso y lo sumen en una destrucción absurda. Y sí, es verdad, fue todo eso, pero también mucho más. De norte a sur, de este a oeste, Beevor nos guía por ese país inconmensurable, a menudo inhóspito, atravesado por contradicciones insalvables, reo de una historia terrible, inmerso en una guerra que acrecienta su miseria y su atraso. Un país que intenta tomar la iniciativa y asir la historia con sus propias manos, pero incapaz

Antony Beevor

Libros

de solventar las tensiones económicas, políticas, ideológicas que lo desgarran. Nacionalismo, ocupación, guerra, esclavitud, atraso, potencias extranjeras, dogmatismo… Son muchos los elementos que se agitan en ese explosivo coctel que Antony Beevor nos muestra sin terminar de explicarlos convenientemente. Las ciudades mandaban destacamentos que saqueaban las aldeas, robando, violando y fusilando a los campesinos, y los campesinos deparaban una brutalidad equiparable a los bolcheviques que apresaban. La hambruna, por supuesto, era inevitable. Y el odio. Como señala Beevor, a menudo se ha cometido el error de hablar de las guerras como si fueran una “entidad única”, cuando en realidad son el resultado de conflictos muy diversos, en los que se mezclan resentimientos nacionales, odios étnicos y lucha de clases, a los que se añaden, en las guerras civiles, los choques entre centralismo y regionalismo o entre autoritarismo y libertarismo. En el caso ruso encontramos todo ello llevado al extremo, hasta el punto de tener que comprenderla como “una guerra mundial condensada”. Quizás Antony Beevor no haya entregado el libro definitivo sobre ella, pero su obra merece una atención desprejuiciada y alerta. Y nervios templados para soportar tanta barbarie. Antonio García Vila

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DEL ECOSOCIALISMO EL SOCIALISMO PUEDE LLEGAR SÓLO EN BICICLETA

Jorge Riechmann Ed. Los Libros de la Catarata. Madrid, 2022, 349 pp.

“Pienso, luego estorbo” es el lema de la Academia de Pensamiento crítico. El socialismo puede llegar sólo en bicicleta estorba y enseña. Estorba a negacionistas y poderosos; enseña a muchos otros. ¿Qué es un clásico? Un libro (o similar en cualquiera otra manifestación artística) que leemos y releemos con interés, frescura, aprendiendo siempre y extrayendo nuevas capas, hasta entonces no descubiertas, que se suman a las anteriores interpretaciones. El socialismo puede llegar sólo en bicicleta, editado por vez primera en 2012, reúne esos atributos. Tan interesante e impactante como hace diez años, lectura obligada para todos los interesados en los grandes temas de nuestra hora, en los problemas esenciales de lo que el autor llama el Siglo de la Gran Prueba. No es necesario presentar a uno de nuestros pensadores poliédricos (filósofo, profesor, poeta, traductor, científico, escritor, activista) más esenciales, pero sí observar que Jorge Riechmann es ya, desde hace muchos años, un auténtico maestro de varias generaciones de ciudadanos, estudiantes y profesores. Del autor de esta reseña, por ejemplo. Además de la introducción (“Marx + Marsh. Ecosocialismos para el siglo XXI”) son nueve los capítulos del libro. Algunos títulos: “Sobre el carácter distópico del capitalismo”, “Reflexiones ecosocialistas sobre capitalismo y crisis ecológica”, “El sujeto político ausente sobre energía y transiciones ecosociales”. Para los intere-

sados en la obra de los clásicos de la tradición comunista marxista y, especialmente, de Manuel Sacristán, destaco el capítulo V: “La ecología de Marx (y Engels)”. En mi opinión, uno de los mejores textos que se han escrito hasta el momento sobre la obra del autor de Pacifismo, ecologismo y política alternativa. El lector/a observará que este libro reúne las características de todos los libros del autor: excelente escritura, información sólida, citas que a nadie dejan indiferente, argumentos trabajados, descubrimiento de nuevos autores, mucho estudio, caudalosos torrentes de nuevas ideas, realismo esperanzador, etc. Copio un comentario del propio autor (nota 10, p. 16) que ayuda a situarnos: “Entre la primera edición de este libro en 2012 y la actual en 2022, he matizado o rectificado algunas de mis posiciones. Muy sintéticamente tomé el testigo del ecosocialismo que podríamos llamar “clásico” de mis maestros Manuel Sacristán y Paco Fernández Buey, y en esa carrera de relevos me di cuenta –sobre todo a partir de 2013– de que ciertos indeseados cambios en el mundo aconsejaban también cambiar algunas de nuestras ideas sobre el mismo. En los últimos años he formulado lo que llamo un ecosocialismo descalzo, que –para abreviar las cosas– sería un ecosocialismo decrecentista y gaiano, muy hermanado no ya con el ecofeminismo a secas, sino con el más específico ecofeminismo de subsistencia de Vandana Shiva y Maria Mies.” Y sin atisbo de eurocentrismo por supuesto. El traductor de René Char señala: “Téngase en cuenta, por lo demás, que los ecosocialismos son, en buena medida, tentativas europeas y norteamericanas, pero los vasos comunicantes nos llevan también al Sur global, donde pensamos (sentipensamos) en términos de pluriversos, el “buen vivir” altoandino, los feminismos indígenas, tantas luchas antiextractivistas y en defensa del territo-

rio… Debería resultar casi obvio que “un mundo donde caben muchos mundos” (neozapatismo mexicano) y “no defendemos la naturaleza, somos la naturaleza que se defiende” (ZAD de Notre-Damedes-Landes en Francia) son consignas hermanas”. Para Riechmann, así finaliza el ensayo, vivimos en el seno de una cultura ecocida, donde los seres vivos no importan apenas y donde todo se subordina a las cadenas de valor del capital, al dinero que engendra dinero. No va a haber un buen Antropoceno, tampoco un buen colapso (que no tendría por qué ser Apocalipsis). Son tiempos, señala, de tragedia. “Pero podemos hacer mucho por frenar la deriva los escenarios perores”. Podemos y debemos. Riechmann, como buen filósofo y fino lector, nunca olvida la hondura político-filosófica y existencial de la XI Tesis sobre Feuerbach. En síntesis: el autor de Simbioética nos ha regalado un libro para seminarios y para nuestra mesita de noche, siempre a mano para consultar sus tesis y argumentos más esenciales. Temor y esperanza, seña-

Jorge RIechmann

NUEVA EDICIÓN, REVISADA Y AMPLIADA, DE UN CLÁSICO

ló William Morris (la cita la recoge Riechmann), “he aquí los nombres de las dos grandes pasiones que rigen al género humano y con las que los revolucionarios han de lidiar: infundir esperanza a la mayoría oprimida y temor a la minoría opresora, ese es nuestro cometido”. Jorge Riechmann es un revolucionario que nunca ha olvidado al autor de Noticias de ninguna parte. Salvador López Arnal

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ECOLÓGICA EN LA OBRA DE KARL MARX LA NATURALEZA CONTRA EL CAPITAL. EL ECOSOCIALISMO DE KARL MARX Kohei Saito Bellaterra Ed. Barcelona, 2022, 368 pp.

Una reseña ajustada a la importancia de este libro imprescindible (no hablo por hablar) necesitaría una revista entera. Lo esencial en el espacio del que disponemos: o ando muy equivocado o estamos ante uno de los grandes ensayos de la tradición marxista de estas últimas décadas. Para leer, anotar, comentar y estudiar en seminarios. No hay muchos marxistas en el mundo que conozcan la obra de Marx (y de Engels) con la profundidad y registros que muestra Saito desde la primera página del libro, una obra que tiene su origen en la tesis doctoral que presentó en la Universidad Humboldt de Berlín. Natur gegen Kapital, La naturaleza contra el capital, ganó en 2018 el Deutscher Memorial Prize, el premio alemán más importante de estudios marxistas. Con todo merecimiento. Un apunte sobre el autor, poco conocido en nuestro país hasta ahora: Kohei Saito, nacido en 1987, es doctor en Filosofía por la citada universidad berlinesa y es actualmente profesor asociado de economía política en la Universidad de la ciudad de Osaka. Está trabajando en la edición de las obras completas de Marx y Engels, MarxEngels-Gesamtausgabe (MEGA) IV/18, el volumen que incluye la serie de cuadernos científicos naturales de Marx. Su último libro sobre el capitalismo en el antropoceno y a favor del comunismo de decrecimiento es un éxito de ventas en Japón. ¡Más de medio millón de ejemplares vendidos! La naturaleza contra el capital consta de una Introducción, dos partes –1. Ecología y

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economía. 2. La ecología de Marx y la Marx-Engels-Gesamtausgabe– con tres capítulos cada una: 1. La enajenación de la naturaleza como el surgimiento de lo moderno. 2. El metabolismo de la economía política. 3. El capital como una teoría del metabolismo. 4. Liebig y El capital. 5. ¿Los fertilizantes contra la agricultura del robo? 6. La ecología de Marx después de 1868, y una conclusión. No se ha incluido un índice nominal, la única pega de una edición perfecta. Saito ha tenido la gentileza de escribir un prefacio para la edición en castellano. Algunas ideas para abrir el apetito del lector: 1. Saito sostiene que, inicialmente, Marx no fue necesariamente “ecológico” y que a veces parecía más bien un pensador productivista. 2. Los cuadernos marxianos, que él conoce y ha trabajado en profundidad, son esenciales para entender su crítica ecológica al capitalismo. Los cuadernos de ciencias naturales que serán publicados por primera vez en MEGA2 “permitirán que los estudiosos tracen el surgimiento y desarrollo de la crítica ecológica de Marx al capitalismo de una manera más precisa y vívida, desentrañando diversos aspectos desconocidos de su proyecto asombrosamente abarcador de El capital.” 3. La naturaleza contra el capital aspira a una reconstrucción más sistemática y completa de la crítica ecológica de Marx al capitalismo que la realizada anteriormente con el objetivo de refutar los persistentes malentendidos de la ecología de Marx y demostrar su gran importancia teórica. Marx no trató los asuntos ecológicos de manera esporádica y marginal. 4. Saito muestra y enfatiza que las posiciones de Marx en el ámbito ecológico mantienen una clara continuidad con su crítica de la economía política. En su proceso de estudio y profundización, “Marx se alejó conscientemente de cualquier forma de prometeísmo ingenuo y llegó a consi-

derar las crisis ecológicas como la contradicción fundamental del modo de producción capitalista”. 5. El concepto clave es metabolismo (Stoffwechsel) que le permite una interpretación sistemática de la ecología de Marx. 6. Para Saito no es solo que un motivo ecológico ya sea central en los cuadernos de Marx de 1844. Su tesis va más allá: “no es posible comprender al alcance total de su crítica de la economía política si se ignora su dimensión ecológica”. 7. La ecología de Marx no solo constituye un elemento inmanente de su sistema económico y de su visión emancipadora del socialismo, “sino que también nos entrega uno de los andamiajes metodológicos más útiles para investigar las crisis ecológicas como la contradicción central del actual sistema histórico de producción y reproducción social. Esta “preciada herencia” de la teoría de Marx solo puede entenderse completamente con su ecología”. Aunque el estudio está centrado en la obra de Marx, Saito no se olvida de señalar su coincidencia con Engels también este punto básico. Un matiz: el autor usa en ocasiones expresiones como “tras la ruptura de Marx con la filosofía en 1845”, para referirse al inicio de los estudios económicos de nuestro clásico. Quizás hubiera sido más ajustado hablar de ruptura con tal o cual corriente filosófica, no con la filosofía. El autor de El capital nunca dejó de ser un filósofo. Kohei Saito

LA CENTRALIDAD DE LA ARISTA

Salvador López Arnal

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CRÓNICAS DEL PIANO: JOSEP LLUÍS GALIANA Y EL CLUB DIARIO LEVANTE PIANOS Y PIANISTAS. DOS DÉCADAS DE CRÍTICA MUSICAL Y OTROS ESCRITOS

Josep Lluís Galiana Edictoràlia Música. Valencia, 2020, 233 pp.

Más allá de su valor como fuente documental y su inmediatez periodística, el examen de la crítica musical desde una vertiente histórica es una vía que la musicología contemporánea está tomándose seriamente. En España se ha potenciado tímidamente en los dos últimos lustros y ha justificado la edición de compilaciones de textos de Gerardo Diego, Ramón Barce o Adolfo Salazar por citar algunos de logrado prestigio. Del mismo modo, esta tendencia ha germinado con algunos ejemplos contemporáneos como el del polifacético Josep Lluís Galiana (Valencia, 1961) saxofonista, compositor, gestor y editor que hace pocos meses presentó su tercer volumen de la serie que recoge parte de su ingente cantidad de escritos musicales. Centrado en lo pianístico, agrupa el testigo de las actividades llevadas a cabo en el Club Diario Levante entre 1991 y 2012, en una antología de piezas periodísticas (críticas, artículos, reseñas, notas de concierto, entrevistas) ordenadas cronológicamente. Desde las páginas del diario LevanteEMV cubrió una amplia programación que congregó a intérpretes y compositores a menudo fuera de los circuitos de élite, también jóvenes, que actuaron en la mencionada sala. Una sala, por cierto, que ya forma parte de la historia musical de Valencia y que supuso una expansión del circuito musical de la región, convirtiéndose en un punto de encuentro para la música experimental.

Al margen de los condicionantes de la extensión de unos textos pensados para ser publicados en papel, los escritos de Galiana muestran un grado variable de eficiencia descriptiva en la expresión de la emoción y en la definición técnica de las interpretaciones. Se basan en un lenguaje a veces pomposo en la adulación a la manera de épocas anteriores y con el uso de términos peligrosos (honestidad interpretativa, musicalidad, …) que, aún entendiéndose, no nos salvan del abismo ni de la imprecisión semántica y lingüística inherente al hablar de música. Su estilo juega con conceptos genéricos tanto en sustantivos como en adjetivos, sin profusión de tecnicismos, con fórmulas más periodísticas que musicales y un talante más cercano a la crónica que al análisis interpretativo. Ahí reside la justificación de sus mesurados incisos técnicos dentro de un planteamiento lineal, secuenciado en el desarrollo y habitualmente iniciado por la presentación del concierto o acto, de sus protagonistas y del repertorio que lo conformaron. En conjunto, se trata de una fuente documental útil para el especialista (historiador, musicólogo, periodista, musicógrafo…) y para el aficionado aderezada con pinceladas sociomusicológicas que complementa el mapa musical valenciano y español, alejándose de los grandes nombres mediáticos del momento. Se acopian, por ejemplo, las actuaciones de personalidades la trayectoria de las cuales era incipiente: el caso de Josu de Solaun o del pedagogo Luca Chiantore, cuando recibió el Segundo Premio Iturbi de 1990 como pianista. También aparecen observaciones sobre la necesidad de incluir el jazz en los estudios del conservatorio o reivindicaciones particulares como la del compositor Manuel Climent Cavedo (1810-70), justificada por la estrecha relación entre Galiana y los gerentes de la firma Clemente Pianos, muy extendidos por la Comunidad Valenciana y de la cual asimismo ofre-

ce la crónica de su expansión empresarial y de los premios concedidos a esta empresa dedicada a la venta, restauración y preparación de pianos. Por último, la lectura es cómoda y ágil, aunque se echa en falta un índice general más detallado. Sí incluye el índice onomástico, fotografías impresas en blanco y negro de algunos conciertos y actos comentados, además de la traducción al español de los textos publicados en valenciano ubicados en notas a pie de página. Un original caligrama en forma de piano agrupa los agradecimientos de un volumen cuyo diseño gráfico puede confundir al lector en la división de los epígrafes –que son muchos– de los bloques de textos, puesto que no gozan de un marcado contraste en la tipología de

Josep Lluís Galiana

letra más allá del titular y el propio relato dentro de un grafismo demasiado austero y elemental.

Albert Ferrer Flamarich

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RIGOLETTO SEGÚN NINO DENTICI LA ÓPERA DEL BUFÓN MALDITO. RIGOLETTOS Nino Dentici Ediciones Beta. Bilbao, 2017. 266 pp.

La ópera del bufón maldito. Rigoletto es un libro del crítico y divulgador musical Nino Dentici, activo sobre todo en el País Vasco, que comenta el magno título verdiano desarrollando la acción y sus elementos, a menudo, aparejados a un concepto o idea con los que bautiza cada capítulo. Desde el bloque inicial, que pretende ser una mirada periodística con talante de crónica atenuada y tintas sociológicas sobre el ritual de ir al teatro, se establece un recorrido con abundantes digresiones de corte histórico, cultural, político y social sobre un foco: como si lo concreto de la obra fuera el primer plano de un tema que sobresale ante un fondo, subtrama y marco teórico más generales. En este sentido, por ejemplo se aleja de lo ofrecido en el ya casi ilocalizable Rigoletto de Roger Alier, publicado en 2004 por Ma non troppo, cuyo esquema se rige por una ficha técnica y breves artículos sobre la relación del compositor con la obra, aspectos musicales, el estreno, una sinopsis argumental y el libreto estructurado a partir de los números musicales con los parámetros más básicos como guía de audición. Dentici parte de otro planteamiento metodológico y aborda temas y lugares comunes en la ópera como la villanía, el honor, los brindis, las posadas y mesones, así como ciertas obras de arte afines –particularmente, esculturas y pinturas–. Incluso se abre a la especulación sobre otro final de la obra en el capítulo XXVII. En este punto merece destacar la atractiva conexión con otras obras literarias y

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versiones de tema parecido como Rappacini’s Daughter de Nathanel Hawthorne y The Fools Revenge de Tom Taylor; al margen, claro está, de Le roi s’amuse de Hugo. Estas dosis de culturilla general beneficiaran a melómanos profanos o medianamente instruidos, que también podrán conocer detalles entorno las personalidades que fueron –y pudieron ser– fuente de inspiración para la ópera. No obstante, otros apartados se antojan innecesarios en cuanto al eje principal del libro, es decir, Rigoletto: el verismo (págs. 38 a 42), la sociabilidad y la vida teatral (págs. 128-129), o la evolución del tenor (capítulo XXIII, págs. 195 a 210). Y es que se debe prevenir al lector de aspectos marcadamente perfectibles como los errores ya señalados en Los más grandes tenores de ópera (codalario.com 11 de febrero de 2022) cuando escribe sustantivos nominales comunes como bajo en mayúscula para indicar la cuerda vocal (pág. 61, 67, 68, 69) y que el editor tampoco subsanó. O como el desencaje de abordar el carácter romántico –o su ausencia– de la muerte de Gilda y otras muertes operísticas por amor en medio de comentario del cuarteto “Bella figlia dell’amore”. O que, en la página 27 dice conocerse bien lo que significó Verdi en el Renacimiento italiano, queriéndose referir al Risorgimento. El empleo de dicho término cae en el error, a pesar de que el movimiento tuviera algo de rena-

cimiento cultural, político y social. O, también, que Havergal Brian no tenía setenta y cinco años cuando a mediados de los noventa del siglo XX compuso The Cenci. Primero porque murió en 1972 y segundo porque la ópera es de 1952, cuando el compositor británico tenía setenta y seis años. Con todo, este es un texto pensado como punto de partida para el operófilo, como instrucción básica con la que el autor no pretende realizar un ejercicio de erudición ni una lectura académica sino un texto a medio camino entre lo narrativo y lo descriptivo de lo esencial, con puntuales incisos musicales basados más en el adjetivo que en el sustantivo. Por este motivo y por su afán evidente de ser accesible, no contiene ninguna nota al pie de página ni ningún listado bibliográfico final que acredite las matrices documentales de las que se ha nutrido. Ello facilita una lectura ágil presentada en una edición utilitaria, con ausencia total de imágenes e ilustraciones que se corresponde a la austeridad gráfica y al cuerpo de letra grande, espaciosa y cómodamente legible. Eso sí, se echa de menos un índice general con los números musicales y cuadros escénicos de esta ópera que redondee la eficacia de esta estimable aportación a la literatura divulgativa sobre Rigoletto.

Albert Ferrer Flamarich