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Hartazgo Es hora de terminar con esta monarquía corrupta por Higinio Polo
L
a aparición de nuevas revelaciones sobre la fortuna de Juan Carlos de Borbón, que fueron publicadas hace unas semanas en The Telegraph y en distintos medios europeos ha hecho desaparecer las últimas defensas que la monarquía española mantenía sobre su evidente corrupción a lo largo de muchas décadas.
El ostentoso e insultante modo de vida de Juan Carlos de Borbón, habituado a todo tipo de lujos gracias a la enorme fortuna acumulada en comisiones y en procedimientos corruptos con empresas españolas y con importaciones de petróleo, unido a todo tipo de negocios turbios y actividades fraudulentas que ha desarrollado con hombres de su confianza, en una constante burla a los ciudadanos y a la Hacienda española con instrumentos de evasión fiscal, utilizando cuentas ocultas en paraísos fiscales, buscando favores con dictaduras del golfo Pérsico, acumulando el cobro de comisiones por la venta de bancos y empresas, cobros por las importaciones de petróleo de España y por trabajos de empresas españolas en el extranjero, ha quedado definitivamente a la luz, aunque estemos lejos todavía de que ese presunto delincuente que es Juan Carlos Borbón rinda cuentas ante la justicia y los tribunales españoles. De hecho, durante mucho tiempo se ha insistido en que la Constitución aseguraba la inviolabilidad de su figura, aunque es muy dudoso que esa circunstancia pueda servir para ocultar, justificar y dejar sin investigar su papel y sus negocios. Urge una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados. Urge también que los medios de comunicación colaboren en el desenmascaramiento de su figura, porque muchas otras cuestiones esperan revelaciones: entre otras, su turbio papel en el golpe de Estado del 23-F del coronel Tejero y Milans del Bosch. Si en España no se han iniciado todavía
investigaciones judiciales sobre el anterior monarca, sus actividades sí que están siendo investigadas por la fiscalía de Suiza. La monarquía está en medio del torbellino de la corrupción, porque ha sido durante muchos años la garantía de abusos, negocios sucios y procedimientos delictivos que han mantenido, de hecho, el entramado corrupto que creó la dictadura franquista en España. La transición democrática no puso freno a esa casta corrupta que sigue oprimiendo el corazón del país, y cuyos beneficiarios han sido siempre cómplices y compinches de muchos de los negocios del anterior monarca. Si se desconoce el monto total de la enorme fortuna acumulada por Juan Carlos de Borbón, que medios como la revista Forbes calcularon en 2.000 millones de euros, sí son públicas las numerosas informaciones que han aparecido en los últimos años dando cuenta de negocios del padre de Felipe Borbón con la trama Gürtel; de una cuenta denominada “Soleado” que compartía con empresarios españoles y de la que se tuvo conocimiento tras la detención del asesor fiscal suizo Arturo Masana; de los negocios que puso al descubierto el caso Malaya aunque no hayan tenido consecuencias para el anterior monarca; de inversiones ocultas en urbanizaciones en la República Dominicana y de comisiones millonarias gestionadas por Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, entre otras muchas actividades delictivas que explicarían su cuantiosa fortuna. La aparición de cuentas offshore en paraísos fiscales, la utili-
El Viejo Topo 387/ abril 2020 / 5