El Viejo Topo | Número 411 | Abril 2022

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Orígenes de una guerra POR EDUARDO LUQUE GUERRERO

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Imperialismo: Pólvora y guerra POR HIGINIO POLO

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Comprender la guerra Imperialismo, pacifismo y el papel de los comunistas POR FOSCO GIANNINI

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Relaciones entre China y Rusia POR ALBERTO BRANDANINI

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Las mentiras de los economistas entrevista a Juan Torres López POR SALVADOR LÓPEZ ARNAL

58

La nación, el interrogante de los comunistas

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Sobre la paz posible POR VÍCTOR M. SÁNCHEZ

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Tercera Roma, dominium mundi y los Simpson POR PEDRO DEL PARQUE

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Pensar la guerra desde la izquierda POR GENÍS PLANA Y JAVIER ALONSO MONSECO

entrevista a José Luis Martín Ramos POR SALVADOR LÓPEZ ARNAL 68

Alain Krivine uno de los nuestros POR PEPE GUTIÉRREZ

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Libros

EL VIEJO TOPO, revista mensual. FUNDADORES: Primera época, Claudi Montañá (†), Miguel Riera, Josep Sarret. Segunda época, Elisa Nuria Cabot, Jordi Dauder (†), Ernesto Fontecilla, Enrique Helguera, Esther Mañé, Santiago Palacios, Miguel Riera, José Sanchis Sinisterra. DIRECTOR: Miguel Riera. REDACCIÓN: Genís Plana DISEÑO: Miguel R. Cabot, Elisa Nuria C. Edita: Ediciones de Intervención Cultural, S.L. (Barcelona). Imprime: Gráficas Gómez Boj. ISSN 0210-2706, Depósito Legal B-40.616-76. Impreso en España. El Viejo Topo no retribuye las colaboraciones. La redacción no devuelve los originales no solicitados, ni mantiene correspondencia sobre los mismos. Los colaboradores aceptan que sus aportaciones aparezcan tanto en soporte impreso como en digital.

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Orígenes de una guerra por Eduardo Luque Guerrero

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sta es una guerra que nunca debería haberse producido. Una guerra anunciada desde hace mucho. Una guerra que trae, como todas las guerras, muerte y destrucción. Una guerra que tiene responsables, en plural. Pero una guerra con fácil solución: neutralidad de Ucrania y consecuente retirada del ejército ruso. La pregunta a contestar es: ¿quién no quiere la paz?

La crisis ucraniana transciende los límites físicos y geográficos de un país. Sus repercusiones tendrán un alcance global.

Estamos asistiendo a un cambio de paradigma geopolítico. La tensión sostenida entre una potencia decreciente, EEUU, y otras emergentes les lleva a disputar los escenarios clave arrastrando a sus aliados al conflicto. Los pueblos se convierten en meros peones, fácilmente prescindibles, de una partida de ajedrez planetaria.

La crisis ucraniana no comenzó ahora, ni hace un mes ni siquiera hace 8 años. Se inicia con la reunificación alemana.

Occidente hizo promesas, firmó documentos e hizo proclamas solemnes que no estaba dispuesto a cumplir. Los Archivos de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington que han sido desclasificados arrojan luz sobre este período y explican en gran parte la guerra de Ucrania.

Fue el presidente George H. W. Bush quien aseguró al presidente ruso Gorbachov en diciembre de 1989 que EEUU no se aprovecharía de las Revoluciones en Europa del Este (que por otro lado habían sido alentadas por Washington) para dañar los intereses soviéticos; literalmente afirmó: “No tenemos intención, ni siquiera en nuestros pensamientos, de dañar a la Unión Soviética de ninguna manera". Tres meses después James Baker, en aquel momento Secretario de Estado, afirmaba que la OTAN no se extendería “ni una pulgada hacia el este”. Helmut Kohl, el canciller alemán, señalaba el 10 de febrero de 1990: "Creemos que la OTAN no debería expandir su esfera de actividad. Tenemos que encontrar una solución razonable. Entiendo los intereses de seguridad de la Unión Soviética". Por otra parte, el presidente francés Francois Mitte-

rrand, temeroso de la futura pujanza alemana, pretendía que la Alemania reunificada no se uniera a la OTAN, idea que era compartida por su homólogo ruso.

El mensaje de Occidente transmitido a la URSS era claro. Si se permitía la reunificación alemana, los países occidentales se comprometían a mantener una arquitectura de seguridad en Europa que fuera satisfactoria para Rusia. Tras el acuerdo sobre la reunificación, la URSS retiró sus armas sin el más pequeño contratiempo.

Aun en el caso de que no hubiera documentos escritos, Occidente incumplió sus promesas. Uno de los politólogos más afamados de EEUU, Joshua Shifrinson, señaló que la inexistencia de textos escritos era lo normal y puso el ejemplo de la crisis de los misiles de Cuba en 1962; en ese momento las partes llegaron a acuerdos de desescalada mutua de forma verbal.

Pero en este caso, los documentos existen y se están haciendo públicos.

A finales de los 90, en el Departamento de Estado de EEEUU prosperaban auténticos “halcones”, como Dick Cheney y Paul Wolfowitz. Este último había desarrollado una doctrina (denominada Doctrina Wolfowitz o del Caos creativo) que postulaba dos tesis básicas: la primera era que el verdadero poder no se ejerce en una situación de inmovilidad sino mediante la destrucción de toda forma de resistencia. Había que evitar la ocupación territorial, que implica mantener un ejército de ocupación sobre el terreno con los consiguientes costos político-económicos. La segunda que, si se arrojan las masas al caos de las guerras civiles o de agresión, los grupos dominantes, léase las grandes corporaciones, pueden aspirar a mantener el “statu

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quo”. Era la adaptación al plano táctico de las tesis del filósofo Exteriores de EE.UU., el Reino Unido, Francia y Alemania celeLeo Strauss. De esa idea se derivan la crisis actual en Ucrania, brada en la ciudad alemana de Bonn el 6 de marzo de 1991. la expansión hacia el Este de la OTAN, la guerra civil en Durante los años 90, bajo el mandato de Boris Yeltsin, se Yugoslavia de 1995, el “Maidan” ucraniano y en menor medida siguió manteniendo la ficción. Se renovaron las garantías al la guerra en Siria. Todas esas crisis compartían presidente ruso. Mientras la administración Clinun objetivo: cercar y estrangular a Rusia. ton hacía cálculos y preparaba la expansión de la Los documentos oficiales de aquellas reunio- Los acuerdos firmados, OTAN de forma gradual, incluyendo la adhesión nes son conocidos desde 2017. La desintegrasimultánea de Rusia, Ucrania y Bielorrusia. Yeltsin que la prensa ción de la URSS había abierto la posibilidad de se opuso puesto que: “socavaría la seguridad en occidental intenta una nueva configuración europea de seguridad.

Europa”. El Secretario de Estado convenció al preLa Reunificación alemana no solo unió a los dos sidente ruso y le aseguró que no había previsto en vano ocultar, países, sino que obligó a replantear la propia ningún tipo de ingreso para ningún país del Este. parecen existencia de la OTAN como organización.

El documento está fechado el 22 de octubre de concluyentes.

Desaparecido el Pacto de Varsovia, la Alianza 1993.

Atlántica se había quedado sin enemigo. EEUU En 1994, Clinton nuevamente volvió a asegurar ya tenía “in mente” saltarse sus propios acueral presidente ruso que no se tenía intención de dos. La posibilidad de apropiarse de las reservas ignorar los intereses rusos y de que no había un de materias primas rusas, así como aislar a China eran los objecalendario de adhesiones (a la OTAN) inminente. Mientras, el tivos estratégicos a largo plazo.

Secretario de Estado, Richard Holbrooke, establecía conversaciones para integrar a los países del Este en la Alianza. Las quePromesas al Este jas de Yeltsin, cada vez más desacreditado en su propio país, no Occidente tardó 7 años en romper sus promesas. En 1997 surtieron ningún efecto. El 5 diciembre de 1994, en una reuHungría, Polonia y la República Checa fueron invitadas a entrar nión en Budapest señaló: “Rusia también espera que se consien la OTAN; les siguieron otros 13 países. En las semanas predere su seguridad”. Clinton, seguro de la debilidad del gobiervias al inicio de la actual guerra en Ucrania Gorbachov recordó no Yeltsin, escribió la cancioncilla que tararean hoy Biden y esa promesa rota. Por el contrario, los líderes occidentales afirBlinken: “La OTAN no excluirá automáticamente a ninguna man que la parte rusa interpretó mal los acuerdos orales adopnación de la membrecía. […] Al mismo tiempo, ningún país tados. Oficialmente, la OTAN ha señalado en su sitio web: “Los extranjero podrá vetar la expansión”. aliados de la OTAN toman decisiones por consenso y estas se El desasosiego alcanzaba al gobierno ruso, fue preciso que el registran. No hay registro de que la OTAN haya tomado una vicepresidente norteamericano Al Gore visitara Moscú a fin de decisión de este tipo". Las evidencias que ahora salen a la luz asegurar que el proceso de expansión sería: “gradual, reflexivo. sugieren que Occidente miente.

Absolutamente abierto y transparente, sin sorpresas” . En reaLos acuerdos firmados, que la prensa occidental intenta en lidad, la OTAN ya había preparado las condiciones para desavano ocultar, parecen concluyentes. Uno de los medios que se rrollar la operación Deliberate Force que destruiría la Repúha hecho eco es el diario alemán Der Spiegel; los datos fueron blica Serbia, puesto que se resistía a integrarse en el modelo documentados por Joshua Shifrinson y su fuente, los Archivos económico occidental. Clinton, acuciado también por sus Nacionales Británicos. En la documentación aportada avanza “affaires” sexuales con sus becarias, vio una oportunidad de que en 1990 se realizó una reunión en la que participaron la oro para desviar la atención y ceder a las presiones de los conRFA, la RDA, Francia, la URSS, Reino Unido y EEUU. Se daban gresistas, tanto republicanos como demócratas. La nueva esgarantías a la URSS de que la OTAN no se extendería hacia el trella emergente de la Geopolítica norteamericana, Zbigniew Este: "Le hemos dejado claro a la Unión Soviética, en conversaBrzezinski, comenzaba a marcar el rumbo de la política en ciones de Dos más Cuatro y en otras negociaciones, que no Washington. Al margen del descrédito de su figura, el presitenemos la intención de aprovecharnos de la retirada de las trodente Yeltsin ya en 195 preveía la posibilidad de un conflicto pas soviéticas de Europa del Este. [...] La OTAN no se extenderá europeo precisamente por no respetar el derecho a la segurini formal ni informalmente hacia el Este". El documento pone dad de Rusia. La debilidad de Rusia en ese momento hizo creer en boca del delegado de EEUU, Raymon Seitz, esa afirmación. a Occidente que jamás Moscú sería capaz de reconstruir de El documento publicado por Der Spiegel expone los puntos alguna forma su liderazgo. clave de la reunión entre los jefes de los ministerios de Asuntos El año clave para consolidar el proyecto de ampliación de la

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rectamente, la Administración Clinton propuso que fueran las Fundaciones “filantrópicas” quienes jugaran el papel decisivo en la campaña de Yeltsin. Una de las más activas fue el IRI (Instituto Republicano Internacional) del ya difunto John McCain. El 16 de junio, Yeltsin alcanzó la segunda ronda con el 36% de los votos; su contrincante Ziuganov obtuvo el 43%. Sorprendentemente el 3 de julio Yeltsin ganaba con 11 puntos de ventaja (52,32% contra 41.08%).

Las denuncias de fraude electoral fueron muy intensas, Michael Meadowcrof, cabeza de la Misión electoral de la OSCE en Rusia, las recogió al afirmar: “La elección se vio empañada por el fraude. […] Hasta el último minuto, altos funcionarios de la OSCE en Varsovia me presionaron para que cambiara Yeltsin junto a Bill Clinton lo que quería decir […] La asamblea parlaOTAN es 1996. En ese año se producen las primeras elecciones mentaria de la OSCE tenía una misión separada que era apa“libres” desde 1917. Yeltsin se presentaba como candidato, era sionadamente pro-Yeltsin” Esta interferencia electoral no tuvo la opción más útil para Occidente a pesar de que estaba enorcasi repercusión en la prensa; solo años más tarde los medios memente desacreditado (alcoholismo, políticas de privatizase hicieron eco de esta manipulación. ción, la venta de bienes públicos a precio de ganga, la guerra en Es en este punto, con un Yeltsin muy debilitado y una situaChechenia, la disminución de la esperanza de vida, que cayó en ción económica crítica (los intereses para préstamos públicos seis años en este período), aunque ganar unas elecciones sin superaban el 100%, por ejemplo), que Bill Clinton decide am“ayuda exterior” constituiría una pesada carga. pliar la OTAN. La Cumbre en Madrid en 1997 es uno de los Su contrincante era el candidato del partido comunista. hitos esenciales de esta ampliación, al igual que lo será la de Zyuganov, que tenía una clarísima ventaja en las encuestas. junio de 2022, en la que se aprobará la expansión de la OrgaYeltsin corría el riesgo de ser derrotado (tenía un nización hacia Latinoamérica. El 12 de marzo de nivel de aceptación del 6%). Tuvo que recurrir a 1999 se incorporan a la OTAN Hungría, la ReCon un Clinton, como lo demuestra un documento de la pública Checa y Polonia. Doce días más tarde la Yeltsin muy Casa Blanca fechado el 21 de abril de 1996. El preOTAN lanza la Operación Allied Force cuyo objesidente ruso pidió, y se le concedió, un crédito de tivo es el bombardeo de Serbia, aliada de Rusia y debilitado, unos 13.000 millones de dólares del FMI, que soque no había atacado a ningún país miembro de Bill Clinton decide lo tenía 55.000 millones en el cajón. Asombrola Alianza. Para convencer a la población de la ampliar la OTAN. samente el préstamo se valida en solo dos días y bondad del ataque se hizo público un informe el FMI advierte que está condicionado a que gane falso titulado Plan Herradura, donde se afirmaba su candidato. En mayo de 1996, Yeltsin, desespeque los serbios proponían la expulsión por la rado, había escrito a Clinton saltándose los cirfuerza de los albaneses en Kosovo. Así que se incunloquios habituales en este tipo de comunicaciones: “Bill. ventaron historias sobre genocidios y masacres sin cuento. No Por favor entiéndeme. Bill, para mi campaña electoral necesito fue hasta el 2001 cuando la ONU hizo oficial que nunca había urgentemente un préstamo de $2.500 millones para Rusia […] habido genocidio en Kosovo ni matanzas con decenas de miles para pagar pensiones y salarios […de lo contrario] será muy de muertos. Poco importó, puesto que 24 horas después de los difícil entrar en la campaña electoral.” atentados del 11 de septiembre de 2001 se crea la Fuerza Esa cantidad sirvió en parte para reducir el descontento soInternacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) que ocupó cial. Parte de las acciones propagandísticas diseñadas por EEUU Afganistán. La expansión de la OTAN se aceleró y en 2004 se son ahora de dominio público. Imposibilitada de intervenir diadhirieron Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslo-

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factor que representa una provocación grave y que rebaja el nivel de confianza mutua. Tenemos legítimo derecho a preguntar abiertamente contra quién se lleva a cabo esta ampliación. ¿Qué pasó con las garantías dadas por nuestros socios occidentales después de la disolución del Pacto de Varsovia? ¿Dónde están esas garantías? Lo olvidamos. No obstante, me tomaré la libertad de recordar a los presentes en esta sala lo dicho. Me gustaría citar palabras tomadas del discurso del Sr. Werner, entonces Secretario General de la OTAN, pronunciado en Bruselas el 17 de mayo de 1990: ‘Que estemos preparados para no desplegar tropas de la OTAN fuera del territorio de la RFA le da a la Unión Soviética ciertas garantías de seguridad’. ¿Dónde Zelenski, grabando un mensaje están estas garantías hoy?” Para cualquiera era evidente que la advertencia vaquia y Eslovenia en la Cumbre de Estambul. Las posibilidade Putin debería haberse tenido en cuenta. Mientras Rusia des de confrontación entre la OTAN y Rusia se multiplicaron al abogaba por una asociación renovada, la OTAN dio el siguienexistir más países fronterizos que pueden invocar el Artículo 5 te paso hacia el desastre y prometió el 3 de abril del 2008 a del Tratado.

Ucrania y Georgia que se unirán a la Organización. Era la Estamos en un escenario con similitudes al vivido en la I misma política de “puertas abiertas” que se vuelve a esgrimir Guerra Mundial, cuando la política de alianzas hoy. En principio, Merkel y Sarkozy se opusieron, establecida entre las potencias empujaba a unos incluso el embajador norteamericano en Moscú En marzo de 2011 países contra los otros. Se había iniciado la exrecelaba. En 2008 y envalentonados por el apoyo pansión de la OTAN, a pesar de las advertencias la alianza que debería estadounidense, después de varios días de escade políticos de relieve, desde Gorbachev hasta ramuzas fronterizas con Osetia del Sur, los georhaber sido George Kennan. gianos atacan y matan a 12 cascos azules rusos y “puramente defensiva” La decisión de expandir la organización ha sido 162 civiles de Osetia del Sur. La guerra dura cinco bombardea Libia. inamovible ante las súplicas de intelectuales días y las fuerzas georgianas son derrotadas. A rusos e incluso parlamentarios estadounidenses. pesar de la propaganda quedó claro que la parte La prepotencia occidental, la necesidad de cercar georgiana fue la agresora. a China y apropiarse de las riquezas naturales rusas que proEn marzo de 2011 la alianza que debería haber sido “purametían un siglo más de dominio estadounidense, la creencia en mente defensiva” bombardea Libia. La operación viene preceun país con un “Destino manifiesto”, están haciendo el resto. dida de la consiguiente preparación psicológica de la poblaEl presidente Putin, el 10 de marzo de 2007 en la Conferencia ción. En este campo sobresale un antiguo hombre de “izquierde Seguridad anual de Munich, advertía: “Vemos la aparición das”, gran “intelectual y humanista”. Bernard-Henri Lévy, con en Bulgaria y Rumanía de ‘bases americanas ligeras avanzadas’ gran predicamento dentro de la izquierda europea, en especial de 5.000 soldados cada una. Sucede que la OTAN acerca sus en Francia y España. Su figura se enlaza con la de otro filósofo: fuerzas de avanzada a nuestras fronteras, mientras que nosoSantiago Alba Rico, que estuvo originariamente en Unidas Potros, que respetamos estrictamente el Tratado, no reaccionademos y acabó como Bernard-Henri apoyando las guerras de mos a estos movimientos. Es obvio, creo, que la ampliación de agresión contra Libia, Siria y ahora defendiendo la intervenla OTAN no tiene nada que ver con la modernización de la ción de la OTAN en Ucrania. El influjo de estos intelectuales ha alianza, ni con la seguridad en Europa. Por el contrario, es un tenido mucho que ver con la confusión en la que está sumida

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la izquierda y el movimiento anti-militarista. Años más tarde, el 9 de septiembre de 2016, el propio parlamento inglés reconoció que Gadafi no había ordenado ninguna masacre.

La OTAN sigue presionando: entre 2012 y 2020 lleva a cabo la operación “Valla Activa”. Se pretendía proteger a Turquía con misiles Patriot de un supuesto ataque sirio-iraní. En 2014, tras el “Maidan”, Ucrania abandona su consideración de “país no alineado”. En 2017, Montenegro se unió a la OTAN; en 2019 Ucrania cambia su Constitución y pide su integración en la UE y la OTAN. En marzo de 2020, la República de Macedonia del Norte se convirtió en el trigésimo estado miembro. En junio de ese año la OTAN otorgó a Ucrania el estatus de Socio de Nuevas Oportunidades; ahora sabemos que durante este proceso la OTAN ha ido rearmando a Kiev, incluso desarrollando armas bacteriológicas y planteando la ruptura del consenso de Budapest para dotarse de armamento nuclear. En febrero de 2021, el presidente de Ucrania pregunta a Joe Biden cuándo se incorporará su país a la OTAN. En junio de 2021, el presidente de Ucrania pide a Biden una respuesta de "sí" o "no" al ingreso de Ucrania. En septiembre de 2021, el presidente de Ucrania se reúne con Biden y solicita que acelere el proceso. Biden no se negó. El 21 de octubre de 2021, Rusia indica que cree que el volumen del armamento militar de Ucrania operado por la OTAN amenaza su seguridad, a pesar de que Ucrania aún no es miembro de la OTAN. Rusia comienza a mover sus tropas dentro de sus fronteras. En un

mensaje claro el 18 de noviembre de 2021 Putin afirma que: “Occidente se toma las líneas rojas de Rusia demasiado a la ligera”. El 7 de diciembre de 2021 el presidente ruso pide a Biden garantías de que la OTAN no se expandirá. El 9 de diciembre de 2021 Biden responde que la entrada depende de Ucrania. El 10 de diciembre de 2021, la OTAN se negó a dar a Rusia las garantías que solicitaba. El 16 de diciembre de 2021, el presidente ucraniano es recibido en la OTAN. Rusia vuelve a pedir garantías por escrito a EEUU. Las negociaciones en 2022 no conducen a ningún acuerdo. Se inicia la guerra.

La destrucción del ejército ucraniano en estos momentos se ha casi completado. EEUU quiere enfangar a Rusia en una guerra de desgaste y doblegarlo con la guerra económica que ha iniciado. En función del resultado el siguiente objetivo será China. Para mantener la tensión militar Washington cuenta con un ejército “secreto” de unos 60.000 efectivos. En 2001 el general Ralph Peters propuso la creación de estos grupos de mercenarios. La guerra de Afganistán o Irak fueron guerras “clásicas” donde EEEUU envió fuerzas “regulares”, pero para la “guerra sin fin” que preconiza el Pentágono los militares estadounidenses utilizaron fuerzas yihadistas en conflictos como en Siria o Libia cambiando de nombre. A la vista de los datos, parece evidente que la actual crisis no es fruto de la paranoia del presidente Putin o la senilidad de Biden. Es una guerra construida desde hace más de 25 años y en la que la Rusia se juega su propia existencia como nación ■

Notas 1. Cumbre de Malta.

2. Fue una de las promesas realizadas en la reunión con Mijaíl Gorbachev el 9 de febrero de 1990.

3. https://www.elviejotopo.com/topoexpress/amigo-enemigo-siriacaos-creativo/ 4. http:/ /nsarchive.gwu.edu 5. Documento de: United States Department of State. (september 7, 1993) 6. New York Times. 2 de octubre 1993.

7. The New York Times, y portada de The Los Angeles Times, 6 de diciembre de 1994 8. The New York Times 28/12/1994 9. The New York Times 09/09/1995 10. Dick Morris, organizador de las campañas de Bill Clinton, estuvo escaneando todas las semanas la marcha de la campaña.

11. La Casa Blanca, memorandun de conversación telefónica.

07.05.1996.

12. Se pueden encontrar en la revista Time del 15 de julio de 1996.

13. http://beemeadowcroft.uk/about/cvfrench.html

14. Le Monde Diplomatique marzo 1919.

15. Le Monde Diplomatique 08/04.1999.

16. Le Monde Diplomatique 03/2019.

17. BBC NEWS 07/09/2001.

18. “Las partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas que ocurra en Europa o América del Norte se considerará un ataque dirigido contra todas las partes y, en consecuencia, acuerdan que, si tal ataque se produjera, cada una de ellas, en el ejercicio del derecho de legítima defensa, individual o colectiva, reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, asistirá a la parte o partes así atacadas tomando inmediatamente, individualmente y de acuerdo con las demás partes, las acciones que estime necesarias, incluido el uso de la fuerza armada, para restablecer y garantizar la seguridad en la región del Atlántico Norte. » 19. Diseñador de la política de contención de Truman en la Guerra Fría, quien señalaba en 1997: ”la expansión de la OTAN sería el error más catastrófico de la política estadounidense en toda la era posterior a la Guerra Fría”.

20. http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/8281990.stm L´exprees. 23.03.2011.

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Artículo ilustrado con fotografías de un campamento paramilitar para niños en las afueras de Kiev, 2017. Fotos de Efrem Lukatsky

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Comprender la guerra Imperialismo, pacifismo, y el papel de los comunistas Por Fosco Giannini

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o se debe confundir capitalismo con imperialismo. El autor nos ofrece datos y argumentos para considerar que la posición imperialista no es la de Rusia, cuya acción militar pretendería lograr un anillo de seguridad ante la OTAN y pacificar los territorios de población rusoparlante.

Escribimos este artículo para la revista El Viejo Topo, mientras las negociaciones en Brèst, Bielorrusia, entre las delegaciones rusa y ucraniana, ven de nuevo a los hombres de Piotr Zelinsky pidiendo a Rusia que abandone Ucrania, Donbass y Crimea. Por su parte, los hombres de Lavrov y Putin reiteran que no será posible llevar a cabo seriamente ninguna negociación hasta que Kiev renuncie al proyecto estratégico estadounidense destinado a transformar a Ucrania en una base militar de la OTAN equipada con misiles nucleares.

Escribimos este artículo mientras los dirigentes de la UE, alejados de una prudencia que resultaría necesaria para calmar la situación, contribuyen a dramatizar en mayor medida el marco general del conflicto. Esto permite que distintos países de la UE estén enviando recursos económicos y armamento a Ucrania.

También justifica que se prohíba la emisión de los canales de noticias rusos. Solo cabe un relato; el de las verdaderas mentiras, las dictadas, en última instancia, por la Casa Blanca. ¿Cuánto tiempo más podrán expresarse aquellos periódicos no alineados con el poder establecido en nuestros países?

Escribimos este artículo mientras los servicios secretos norteamericanos preguntan a los servicios secretos italianos (país desde el cual escribo) todos los nombres de intelectuales, líderes del movimiento obrero, periodistas y directores de diarios italianos que no aceptan la idea de que Putin es un loco criminal ni que la paz puede llegar de la mano de Joe Biden, Jens Stoltenberg y Volodímir Zelinsky.

San Agustín afirmaba que el hombre solo puede llegar gradualmente a la verdad acercándose a su alma y cuanto más se acerque a ella, más será iluminada por la Palabra de Dios. Si sustituimos la Palabra de Dios por la conciencia de clase y la plena conciencia antiimperialista, sabremos transformar un pensamiento confuso en un pensamiento iluminado por la verdad histórica. Así pues, encomendémonos al dios de la conciencia antiimperialista y tratemos, con ella, de “iluminar nuestras almas” y alcanzar la verdad.

La guerra imperialista siempre ha sido “el poder mismo” que determina las dos opciones fundamentales (y tertium non datur, como siempre ha enseñado la lógica aristotélicoescolástica del “tercio excluido”). Y, como siempre, la guerra imperialista ha sido el punto de inflexión entre, por un lado, las fuerzas “kautskistas” que continuamente reaparecen entre las filas del movimiento obrero, y, por otro lado, quienes, organizando su pensamiento en torno a la piedra angular del antiimperialismo, pueden comprender la naturaleza de los intereses en pugna y, en virtud de esto, saben en qué lado de la barricada deben permanecer. Siempre recordando la advertencia de Lenin: “Quien no está de un lado de la barricada es la barricada”.

Ahora bien, debe quedar claro que no consideramos a la actual Rusia de Putin un país socialista, ni siquiera heredero de la Unión Soviética. Pero nos sentimos cerca de la posición expresada por el Partido Comunista de la Federación Rusa: en

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una declaración el 28 de febrero, el presidente del Comité Central del PCFR, Guennadi Ziugánov, afirmó que…

“El golpe de 2014 en Ucrania se llevó a cabo con el apoyo de los Estados Unidos Ante la potencia y la Unión Europea. Llevó al poder fuerde fuego del zas extremadamente reaccionarias, llegigantesco nas del veneno del nazismo y la rusofoaparato bia... Superar la división de clases sociamediático, es el les y unir a la sociedad frente a las amenazas externas requiere, en Rusia, un momento de modelo fundamentalmente nuevo de restaurar una vida económica y social. No debe servir opción para enriquecer a los especuladores fiantiimperialista. nancieros, sino para promover la industria y la agricultura, desarrollar la ciencia y la educación, y apoyar la salud pública y la cultura. En el contexto de las duras sanciones occidentales, se necesita una sustitución real de las importaciones, la desdolarización de la economía y la reducción de la fuga de capitales. El efecto correcto de estos pasos es posible solo en combinación con la nacionalización de sectores estratégicos de la economía, el uso de recursos naturales más ricos en interés de todos los ciudadanos y la planificación estatal de la vida económica”. * * * La guerra ha empezado ahora, pero el proyecto noratlántico de provocar un conflicto con Rusia, directo o indirecto, ya estaba en marcha. Se trata de la voluntad de hierro del imperio estadounidense: impedir la unión euroasiática a fin de consolidar su presencia militar en el continente. Y los comunistas estamos llamados tanto a luchar contra la guerra como a sacar a la luz las causas iniciales que la provocan. La verdad de lo que está pasando se llama imperialismo.

Hoy es, ante todo, el momento de ¿Es realmente restaurar una opción consecuentemente antiimperialista. Y hacerlo cierto que Putin frente a la dramática crisis rusointerviene en ucraniana, la artillería empleada en Ucrania para el campo de batalle, pero también volver a la Gran frente a la potencia de fuego del giRusia de Iván el gantesco aparato mediático occidental (que cumple la función que Grande? cumplía la caballería en los antiguos ejércitos: atacar desde los flancos).

En estos días, los medios de comunicación occidentales, ya sea a través de la prensa o de la televisión, están inundando los

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hogares y las mentes de cientos de millones de personas con imágenes de casas destruidas, de niños ucranianos asustados por la guerra, de mujeres corriendo para abastecerse, de hombres haciendo cola en las gasolineras… Una historia muy distinta a la que han utilizado y utilizan los medios de comunicación para ocultar por completo las matanzas del Batallón Azov contra las poblaciones de Donetsk y Lugansk. Milicias cuyos cascos se adornan con esvásticas, enviadas desde Kiev y apoyadas por Washington.

Junto a esto, se multiplican los artículos firmados por “sesudos psiquiatras” para los más importantes diarios occidentales, tendientes a liquidar la crisis ruso-ucraniana apelando, simple y llanamente, a “la locura de Putin”, ese demonio de la KGB que tendría en mente una sola idea, una idea maníaca cual patología devastadora: la reconstrucción de la Unión Soviética o, más aún, la reconstrucción de la Gran Rusia de Iván el Grande (el “unificador” de las tierras rusas).

Puesto que queremos saber la verdad, debemos interrogarnos al respecto de los sucesos. La primera pregunta es esta: ¿es realmente cierto que Putin interviene en Ucrania para volver a la Gran Rusia de Iván el Grande? ¿O por psicopatología? ¿Hay otra interpretación posible de la intervención rusa?

Sí, hay otra lectura, que es la que explicaría la intervención militar rusa en Ucrania por su carácter estratégicamente defensivo. ¿Defensivo con respecto a qué? Con respecto al cada vez más claro plan estratégico de los EEUU y la OTAN para cercar a la Rusia de Putin, transformando Ucrania en otro protectorado naranja-estadounidense equipado con armas nucleares y, a través de esto, acercando cada vez más la amenaza imperialista a la República Popular China. ¿Es esta una interpretación sesgada? No, simplemente es una lectura rigurosa de los hechos. Veamos cuáles son.

En junio de 2021 Biden impuso, en la cumbre del G7 en Cornualles (Inglaterra), un documento político del “fin del mundo” (oficialmente conocido como Declaración de Carbis Bay) en el que se organizaba (¡no evocado, sino organizado!) un proyecto para construir un frente inmenso mundial militar imperialista (de Canadá al Reino Unido, de Estados Unidos a toda la Unión Europea, y de India a Australia y Japón) contra Rusia y China. Un documento firmado por todos los países del G7.

Desde 1991 hasta la actualidad, según el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos, este país norteamericano ha proporcionado a Ucrania asistencia militar por un coste equivalente a unos 7.000 millones de dólares, a los que se suman los 1.000 millones de dólares proporcionados por el Fondo Fiduciario de la OTAN, en concepto de ayudas. Asimismo, el Reino Unido ha concluido importantes acuerdos

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Juegos de guerra

militares con Kiev, invirtiendo 1.700 millones de libras para el fortalecimiento de la armada ucraniana. El programa dirigido por Boris Johnson incluye armar barcos ucranianos con misiles británicos, la producción conjunta de 8 unidades de misiles rápidos, la construcción de bases navales en el Mar Negro y también en el Mar de Azov que, como sabemos, se encuentra entre Ucrania, Crimea y Rusia.

Y esto no se producía en un “periodo políticamente neutral”, sino mientras los gobiernos ucranianos (nacidos de las tendencias nazi-fascistas de 2014, momento en que el gobierno prorruso de Víktor Yanukóvich fue derrocado mediante un golpe de estado) acentuaron su política antirrusa, acentuaron su acercamiento a la UE y la OTAN, y acentuaron sus bombardeos contra la gente del Donbass.

Con la ayuda de la OTAN, los EEUU, y el Reino Unido, el gasto militar total de Ucrania pasó del 1,5% a principios de la década de los 2000 al 11% en 2022, lo que corresponde a más de 11.000 millones de dólares invertidos en un rearme estratégicamente dirigido contra Rusia.

Por su parte, según ha revelado la revista estadounidense Time, el empresario Erik Prince planeaba crear un ejército privado valorado en 10.000 millones de dólares para que interviniese en Ucrania. Erik Prince es el fundador de la compañía militar privada Blackwater (ahora denominada Academi) que “vende” mercenarios al Pentágono (el Departamento de Defensa de los Estados Unidos) para operaciones encubiertas y golpes de Estado en todo el mundo.

Pero cuando la estrategia EEUU-OTAN se despliega claramente es en los primeros meses de 2022: se pide a Ucrania que acentúe su violento y sangriento compromiso militar contra

las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk en Donbass para obligar a Rusia a reaccionar. (Recordemos que Donetsk y Lugansk eran óblasts ucranianos de población principalmente rusoparlante que, después del golpe de estado perpetrado por ultranacionalistas ucranianos en 2014, proclamaron su independencia a fin de ser protegidos por Moscú). La reacción rusa consistió en reconocer la independencia de Donetsk y Lugansk e intervenir militarmente en Ucrania a fin de lograr su “desmilitarización” y “desnazificación” como condición de posibilidad para impedir el hostigamiento constante, cuando no las matanzas, sobre la población del Donbass.

Lo cierto es que el frente EEUU-OTAN (al que incluimos el seguidismo servil de la UE) ya estaba preparado para la reacción rusa. Incluso podríamos decir que la buscaba. Además de sufragar económicamente buena parte del enorme proyecto de rearme ucraniano, ya hacía tiempo que las bases de la OTAN en Europa se estaban reforzando: miles de soldados estadounidenses partieron hacia Europa, concretamente hacia Polonia y Alemania, y los tanques estadounidenses se enviaron a Austria. Y en este contexto de ya profunda militarización atlantista, no podemos olvidar el significativo aumento de contingentes militares que en los últimos años han recibido las repúblicas bálticas (Estonia, Lituania, y Letonia) fronterizas con Rusia.

Incluso el gobierno sueco, a instancias de la alianza noratlántica, colocó su ejército pertrechado con equipo de guerra y vehículos blindados de combate en Gotland (la isla del Mar Báltico ubiNuestros cada a 350 kilómetros de la rusa Ka“sesudos liningrado), al tiempo que el ministro de Defensa sueco justificó esta maniopsiquiatras” bra, marcadamente desafiante, apeexplican la crisis lando a una actitud defensiva: la “neceruso-ucraniana sidad de defender a Suecia del peligro apelando, simple de que los barcos de desembarco rusos y llanamente, a crucen el Mar Báltico”. * * *

“la locura de Putin”.

Como parte de este cerco militar se entiende el impulso cada vez más fuerte de insertar Ucrania (que literalmente significa “tierra fronteriza”, en la frontera con Rusia) en la UE y la OTAN. De hecho, veníamos

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asistiendo a una reiterada negativa, por parte de Washington y Bruselas, de negociar con Moscú una reordenación general de los equilibrios geoestratégicos en Europa encaminada a la defensa y autonomía de cada país: Rusia solicitaba la paralización de cualquier proyecto expansivo de un bloque militar, lo que significaba impedir el avance militar de la OTAN hacia Ucrania: Putin alertaba en repetidas ocasiones de la amenaza que suponía instalar silos con misiles nucleares capaces de impactar sobre Moscú en apenas 4 minutos. Pero Rusia no intervenía sobre Ucrania, pese a que los medios de comunicación ¿Putin ha sido llevaban semanas, sino meses, caconducido hasta careando una inminente invasión. la “trampa afgana” Fue el desencadenamiento de un tendida por Estados nuevo ataque militar contra la población del Donbass lo que finalUnidos? mente provocó, como si se tratara de una profecía autocumplida, la intervención militar rusa en Ucrania: que los objetivos rusos sean estrictamente militares explicita que el propósito de la misión es proteger las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, cuya independencia fue reconocida por el Kremlin el pasado 21 de febrero.

Podríamos pensar que Putin ha sido conducido hasta el lugar donde estaba preparada la “trampa afgana” tendida por Estados Unidos. (Sabemos que los norteamericanos armaron a los muyahidines en los años setenta, lo que provocó que los soviéticos acudieran en defensa del gobierno socialista surgido de la Revolución de Saur (1978), y se desangraran con tal de impedir el derrocamiento de la República Democrática de Afganistán (1978-1992) por parte de los “luchadores de la yihad”). Pero, incluso si Putin hubiera caído en una trampa, o

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precisamente a causa de ello, lo cierto es que la intervención rusa de hoy en Ucrania no tiene nada que ver con la supuesta “expansión territorial de Rusia” que nos venden tanto los medios de comunicación como, a un nivel de refinamiento algo mayor, los “think tanks” de los países occidentales.

Si bien todos los proyectos golpistas llevados a cabo por EEUU en América Latina (Brasil, Bolivia, Cuba, Venezuela, Nicaragua…) y las agresiones militares en las que participaron países de la OTAN (Yugoslavia, Iraq, Libia, Siria…) han sido actuaciones eminentemente ofensivas, podemos considerar que la intervención militar rusa se encuentra fundamentada por una disposición defensiva: evitar un asedio que cada vez resultaba más estrecho (no hace falta más que ver la ampliación de la OTAN hacia el este durante estas últimas décadas). Y, tras un vasto plan de provocaciones ya insoportables, Moscú ha optado por intervenir ahora y, así, evitar un futuro mal mayor. ¿Qué ocurriría si, en una hipotética situación inversa, Rusia tuviera la intención de instalar ojivas nucleares en Cuba, Nicaragua o Venezuela? ¿Qué ocurriría si un país limítrofe a Estados Unidos, como pudiera ser México, se propusiera como base militar rusa? ¿Cuál sería la respuesta de Washington? ¡Joe Biden desataría un infierno! Y, por supuesto, todo el aparato mediático occidental legitimaría una guerra defensiva. Recordemos que la invasión de Iraq, a prácticamente 10.000 km de distancia de Estados Unidos, resultaba ser una “acción preventiva” que, además, se justificaba bajo la mentira de esas “armas de destrucción masiva” finalmente inexistentes.

Por el contrario, las legítimas preocupaciones rusas en materia de seguridad nacional resultan desdeñadas, y la única forma que le han dejado al Kremlin para afrontarlas ha sido satanizada. Para los medios occidentales el relato es simple: la “agresión rusa” a la “indefensa Ucrania” implica un único responsable, un hombre enemigo de la humanidad, el culpable de todos los males. Y, entonces, contra Putin se dan de la mano los manifestantes pacifistas, los estrategas de la OTAN y, por supuesto, los nazis ucranianos.

Así pues… ¿Han salido los EEUU-OTAN reforzados por el estallido de un conflicto abierto y, como consecuencia de ello, la visceral campaña mediática realizada contra Rusia?

Esto nos lleva a pensar que los ejes que pueden “funcionar” para una verdadera paz en Ucrania son la denuncia y condena de la OTAN y de su expansionismo, la salida de nuestros países de esta alianza militar, el reconocimiento de la independencia de Donetsk y Lugansk, y, dicho esto, por supuesto que debemos reclamar la retirada inmediata de las tropas rusas de Ucrania ■

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Huyendo de la guerra, más de dos millones de ucranianos han abandonado su país

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Sobre la paz posible por Víctor M. Sánchez

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a conmoción causada por la agresión rusa ha impulsado a la mayoría a vociferar pidiendo el envío de armas –y algunos de tropas– a Ucrania, imaginando –pues de pura imaginación se trata– que Ucrania por sí misma puede ganar la guerra, olvidando así lo verdaderamente importante: conseguir la paz.

1. Inflación de charlatanes, ausencia de Ciencia Uno de los magníficos escritos de H. M. Enzesberger, titulado “La tribu de los charlatanes”, empezaba con una afirmación: “nuestra cultura sufre una inflación desmesurada” de charlatanes, por supuesto1. En estos momentos vivimos inmersos en una de esas hinchazones. Comprensible, pero de la que hay que sobreponerse cuanto antes para hacer las cosas con racionalidad.

Al margen de la brutalidad, uno de los elementos distintivos de la guerra de Ucrania actual ha sido la emergencia inmediata de un grupo numerosísimo de oradores ambulantes, que pasan de tertulia en tertulia sin haber leído una página sobre todo lo que se mueve alrededor de la Guerra y la Paz; menos aún del propio conflicto de Ucrania que tanto nos horroriza.

Hacen ver que ellos sí se enteran de lo que pasa en el Mundo y ahí están para contarlo. Lo cierto es que, si se intenta buscar y rebuscar en las biografías de la inmensa mayoría de ellos –en especial de esos que ayer hablaban también sesudamente, pongamos, de las granjas intensivas de cerdos– se torna transparente enseguida que lo que hace que sepan tanto es el ignorante atrevimiento. Es el “Tomate, tomate” de las tertulias políticas habituales que, por desgracia, ahora orientan en la comprensión de la realidad internacional a un segmento relevante de la población en un asunto que es de vida o muerte y, por ello, nos interesa a todos racionalizar adecuadamente.

La política interna es una regla de tres simple y, hasta nos la podemos tomar a pitorreo, como se hace tan a menudo; la Política Mundial es una ecuación de cuarto grado, con elementos de física cuántica, en la que la sociedad se juega una Guerra total si se acumulan pequeños errores en la toma de decisiones

políticas, como sucedió en la I Guerra Mundial. Se explica muy bien en The Sleepwalkers: How Europe Went to War in 1914, del historiador Christopher Clark (Sonámbulos, Galaxia Gu-temberg, 2019). Una agregación paulatina de representaciones erradas de la realidad, malentendidos y señales equívocas acaban enfangando gradualmente a Europa en una guerra espantosa. Así que tu mente, en manos de todo aquel ruido, está irremediablemente perdida.

Si se declara fuego en un edificio de oficinas, lo que salva más vidas es respetar las reglas y protocolos de evacuación fijados por expertos, no seguir a los que más gritan y gesticulan, provocando una marabunta que bloquee las salidas. Hay fuego y sangre reales en Ucrania, y los políticos y la sociedad debieran obrar con la máxima prudencia para evitar que el desastre civil y militar, ahora inevitable, se acreciente. Hay que conjugar lo emocional con lo racional para alumbrar más rápidamente un camino hacia la paz y la libertad. Por este orden natural.

2. Vida y libertades humanas frente al misticismo numantino: la paz posible Sin duda, la compasión es una de las emociones que nos hace humanos en un sentido positivo. Y toda la población de Ucrania la merece a raudales. Pero también necesita la esperanza de que pronto podrán volver a sus casas, las que queden en pie, y de que la solidaridad de la Europa occidental llegará inmediatamente para aliviar su situación y reconstruir las derruidas por la barbarie militar. Pero para retener esa esperanza hay que sobrevivir primero, y a este fin se orienta la obtención de un alto el fuego rápido y las negociaciones para una paz amarga, aunque paz al fin y al cabo, distinta a la de los

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rra Julien Offre de La Mettrie en su obra magistral Homme a machine (1748): afirmó que no se puede disociar el alma del cuerpo.

Las soluciones intuitivas y emocionales, o puramente oportunistas como las de P. Sánchez, especialmente en Política Mundial, conducen a situaciones peores que las que se quieren superar. Es peor el remedio que la enfermedad. Son todos esos castillos en el aire que dibujan los militares de salón que solo han visto la guerra en videojuegos o en el cine. Hay que taparse los oídos al estruendo de esa cultura violenta y escuchar lo más profundo de nuestra conciencia Lukashenko, Vladimir Putin, Angela Merkel, Francois Hollande, y Poroshenko en la firma de los incumplidos acuerdos de Minsk y razón. Lo que nos empuja a vivir más para ser más libres; no a odiar y matar para liberar cementerios, que permita soñar con un futuro mejor. Sin futuel alma, aunque esto sea una reacción humana comprensible ro, no hay ni esperanza ni libertad, solo desolación. Claro, la en la situación en que viven los ucranianos. En el mundo vida humana, por desgracia, no es solo amor y compasión. complejo de los Estados soberanos la mera coexistencia es lo Desde el Antiguo Testamento, sabemos que también la más parecido a la paz. Y sin embargo es algo tan complejo y pasión humana nos conduce irreflenamente a la tentación por difícil de conseguir, que no ha habido un solo año en la histoel mal. El incumplimiento de la Ley nos expulsó del Jardín del ria de la Humanidad, desde los Anales de Mursili de circa Edén para siempre; y el primogénito de los pecadores, Caín, del 1356-1319 a. C. (A. Gótze, Die Annalen des Mursilis, Leipzig, que venimos al parecer, nos legó un segundo pecado capital, el 1933) hasta hoy, en el que no se hayan enfrentado bélicamenasesinato de Abel, su hermano. Incumplir leyes y asesinar son te entidades soberanas territoriales, derramando la sangre de así también pasiones humanas originales negativas que, con soldados y civiles. los precarios conocimientos del Bien y del Mal que adquirimos Los hay que, sin embargo, llaman naîves o ilusos a los que se tras aquel mordisquito bíblico, debemos evitar y, cuando no se arriesgan a hacer discursos en favor de la paz, mientras hacen consigue, expiar. Difícil tarea. Más aún si nos dejamos llevar sonar su trompetería de guerra y de muerte. ¡Cuánta ignoranpor la inflación belicosa que se propaga por los Mass Media y cia antropológica! Toda guerra acaba con una paz, de uno u en las redes, incluso entre colegas académicos. A los típicos otro tipo, que es lo que buscan ambos contendientes, agresor y rambos de café y salón se les han unido los de la tertulia televiagredido; unos más desesperadamente que otros. Y ahora un siva y el wasap. Todo ese belicoso griterío de ocas, como lo lladiscurso sobre la paz solo aspira a trazar la paz menos lesiva maría Rubén Darío, en nada ayuda ahora al restablecimiento para Ucrania; no aspira ni diseña paraísos en la tierra, que tienurgente de la paz, aunque sea precaria. Toda paz es precaria de por naturaleza al Valle de Lágrimas. De hecho, los discursos por definición, como la vida que se nos regala. Y luego, cada sobre la paz sólo tienen sentido pleno durante las guerras, para cosa por su orden. Paz primero y Libertad después. Sin lo priacelerar la llegada de la mejor paz posible; y en tiempos de guemero nunca es posible lo segundo. O no es posible el tipo de rra los lanzaron gigantes como Isócrates (V-IV a.c), Jesucristo libertad al que me refiero aquí; la de los vivos. No aquella que (s. I), Erasmo (s.XVI), Kant (s. XVIII) o, N. Angel (s. XX), entre llama a liberar las almas de decenas de miles de personas de otros. Este es uno más, aún muy defectuoso, minúsculo y mosus respectivos cuerpos; esa, en mi diccionario, está en la voz desto. Basta que sea útil para quien lo lea y le hayan hecho muerte y forma parte de las visiones místicas de la experiencia dudar sobre sus convicciones pacifistas en el caso concreto. vital humana cuestionadas, justamente, por el médico de gue-

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3. Inutilidad y efectos contraproducentes de las sanciones miento o estanflación. Por ello, como los expertos saben de económicas colectivas antemano que no afectará el curso de la guerra, las sanciones Entre los aspectos abordados a la ligera por el coro de engaaplicadas hay que juzgarlas con otros criterios de racionalidad tusadores está su tratamiento de las sanciones económicas consocial, política y ética, y rechazarlas de plano. tra Rusia. La idea es muy primaria, para que cale hondo con Según la prestigiosa Economic Intelligences Unit (UK) estas facilidad: Rusia está recibiendo unas sanciones económicas son las consecuencias económicas de un alargamiento (comerciales, financieras) tan fuertes que está a punto de tirar numantino de la guerra de Ucrania y de las sanciones que nos la toalla, noqueada en el rincón del Ring Mundial. Es falso. Eco aplicaremos recíprocamente, puesto que donde las dan las falso. El Editorial Conjunto Occidental (ECO) propagandístico. toman; nosotros aplicaremos sanciones económicas, que tenDesde los estudios académicos serios drán un efecto negativo para Rusia y (Hufbauer et al, Eco-nomic sanctions para nosotros; y también recibiremos Cada cosa por su orden. reconsidered, Peter Institute for Internalas sanciones de Rusia, con el mismo Paz primero y tional Eco-nomics, 2008; Janes Lee, Soefecto mutuo. Todas se habrán cumpliLibertad después. cieties under siege: exploring how interdo una a una cuando leas este artículo, national economic sanction (do not) escrito a finales de febrero: work, Oxford University Press, 2015), los a) Los precios de las materias primas se expertos indican que este tipo de medimantendrán elevados durante meses. das: a) No logran modificar la acción exterior del Gobierno casTantos como duren las sanciones, y algunos más. Es una de las tigado por ellas a corto plazo; b) Causan daño, sí, a la sociedad consecuencias que ya sentimos. Se debe a que hay dificultades del Estado, aunque ésta se acomoda con el paso del tiempo de suministros por la destrucción de la infraestructura física y (¡qué remedio!); c) Y, en realidad, todas han acabado invarialas sanciones. Si se imponen prohibiciones a la exportación de blemente reforzando el poder político-económico afectado. Le hidrocarburos por Rusia, no solo se disparan los precios del empuja a restringir libertades públicas, reafirma su control de petróleo y del gas, también los de los metales y los del grano la economía y del espacio público, neutraliza con más facilidad por las necesidades energéticas para su producción. Cuando se la pluralidad política. estrecha un mercado, se encarece el producto afectado direcEl ejemplo más ilustrativo es el de Cuba desde que EEUU le tamente y todos los conectados a él a través de la cadena de aplicó un embargo general en 1960. ¿Es acaso ahora más benéproducción. vola que cuando empezaron a aplicar las sanciones? No, solo b) Como Rusia produce también metales básicos y nos los se ha conseguido reducir su esperanza a una vida digna; y su exporta (aluminio, titanio, paladio y níquel), todos estos subitejido socio-político vive en un coma permanente, porque su rán sus precios e impactarán negativamente en los sectores independencia del Estado es ahora total. dustriales que los utilizan, entre otros, la industria automotriz En contraste, los mismos orates pasan por encima la sisteeuropea y española. Habrá cierres parciales de estas industrias matización correcta de las consecuencias que, a cambio del por su encarecimiento o escasez. valor puramente simbólico de las sanciones del que piensan c) Esta subida también se proyecta sobre los productos básicos sacar provecho los políticos, vamos a tener que soportar en las agrícolas (trigo, maíz, cebada y colza) cuyos precios se disparapróximas horas, días y meses, si no se para la guerra y se retiran rán, y todas las cadenas de alimentación o producción a las pronto. De esto te tienes que informar como el barco que se que contribuyan, humanas o animales. Aquí, la suma de Ucraencuentra sorpresivamente con un iceberg en alta mar. De nia y Rusia representa más de una cuarta parte del comercio sopetón, vas a cargar el depósito de gasolina, y chocas con él. mundial de trigo. Las interrupciones de las rutas comerciales Hombre, pues no. Allá los rusos con su brazo extirpado por las en el Mar Negro aumentan aún más la presión sobre los premedidas coercitivas, a mí me preocupa más el pie o la mano cios de los cereales Y será superior aún si este año baja la coseque me cercenan. Es lo que me dolerá y es innecesario perdercha de Ucrania por la continuación de la Guerra y Rusia exporlo puesto que, pasado el efecto simbólico que anestesia el ta hacia mercados no europeos las suyas. La campaña de siemdolor, empeora nuestra situación, no mejora la de la Ucrania bra de esta primavera en Ucrania está en peligro severo. Se agredida, y nos gangrena socialmente y, me temo, políticahabrán interrumpido las tareas de preparación del campo y la mente. Crea pobreza, vamos. Serás más pobre. Mucho más compra y distribución de semillas. pobre, y tu drama no saldrá en ningún lado. Quedará difumid) Más en general, todas las cadenas de suministro quedarán nado en estadísticas y datos agregados de inflación, decreciafectadas y algunas se interrumpirán, lo que encarecerá muchos

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bienes y reducirá la producción de otros. Tanto las terrestres, desplazamientos internos y más refugiados–, y a los que me he como las aéreas y marítimas. Las sanciones financieras tienen referido en otros escritos2, hay motivos económicos, sociales, políticos y éticos suplementarios que debieran empujar a la impacto en las cadenas de suministro porque afectan mucho a UE a trabajar sin denuedo por obtener un alto el fuego entre los la operatividad de las empresas comerciales y de transporte. La beligerantes, agresor y agredido, en lugar de empujarlos a alarposible destrucción de algunas infraestructuras de transporte gar la guerra con la venta de armamentos a Ucrania apelando a (especialmente los puertos de Ucrania) agravaría estos problesu derecho a la defensa o supervivencia. mas. Otras quedarán paralizadas o muy reducidas sin necesiLo tiene. Pero si alguien se está ahogando en un lago, mejor dad de daños materiales. Hay rutas terrestres entre Asia y lanzarle un salvavidas desde la orilla que tirarse al agua a resEuropa que pasan por Rusia y Ucrania. La nueva “Ruta de la catarlo sin saber nadar, aunque te pida a gritos que nades en su seda” se entorpece. El cierre recíproco de espacios aéreos acresalvación y no comprenda tu falta de arrojo. E incluso si sabes cienta esa carestía. nadar, mejor lanzar el salvavidas también si no has hecho curd) Con todo ello, el paro en España aumentará –y debe ser de sillos de salvamento en el agua; y no los hemos hecho. Pero es los más altos de la UE–, lo que junto con la inflación generalipeor que eso; el Editorial Conjunto Occidental ya te ha persuazada, aumenta la posibilidad de que se produzcan desórdenes dido de que lo óptimo es arrojarles unas internos por razones sociales en aquellos botas militares de hierro. Juzga tú mismo países más afectados por las consecuenEl coro de engatusadores donde irá a parar el que se las ponga. Qué cias de las sanciones. No creo que nuesha abordado a la ligera el tema libertad le ofreces. Las medidas coercitivas tros transportistas puedan aguantar el de las sanciones impulsadas por la UE además de políticaaumento brutal de los costes del gasoil mente contraproducentes son éticamente que por ahora nadie subvenciona. De económicas. dudosas, ambiguas e inconsistentes. Tamahí a la falta de abastecimiento de probién para la sociedad rusa. ductos básicos en supermercados media Imponer a los ciudadanos rusos una un paso. Es una constante que suele sanción colectiva es éticamente injusto si decimos que la agreacompañar a este tipo de situaciones, conforme a la expesión internacional a Ucrania es “la guerra de Putin el autócrariencia histórica acumulada. ta”. Si Putin es el responsable único, a él solo, y a su cúpula de e) La situación, a corto y medio plazo, nos volverá también a poder político-económico implicada en las decisiones se debenosotros más vulnerables a posibles injerencias externas y ría dirigir el daño causado por las sanciones. En el mundo podría lesionar nuestra estabilidad política, forzando a decremoderno las sanciones éticamente correctas son individuales tar el estado de alarma, de excepción, o similares, o a compor(inteligentes), no colectivas (torpes); queda para el Antiguo Testarse como si estuvieran decretados. Los partidos políticos tamento eso de castigar a los hijos por los errores de los padres extremos subirán en las bolsas parlamentarias. Eso empobrehasta la tercera y cuarta generación (Éxodo. 20:5; Deuterocerá también la calidad de nuestra democracia. nomio. 5:1-11.)

Oirás pronto, si se continúa por esta senda, expresiones Mantenerlas para que se subleven los sujetos a su poder y como “pactos de salarios”, “sacrificios sociales”, “congelatomen al asalto la Plaza Roja de Moscú, como dicen también ción de pensiones”, “ahorro energético individual”, y otros los opinadores y políticos europeos, es, además de un pensaeufemismos. Ahí están, también, los curiosos asaltos masimiento mágico más, una retorsión a los civiles moralmente vos a nuestra frontera Sur. No han sido aleatorios. E insisto, reprochable. ¡Vamos a hacerles pasar hambre, se indica con nuestro sufrimiento no alterará en nada la campaña militar jolgorio! De nuevo me remito al caso de Cuba. Y aceptar, a su de Rusia. Las medidas aplicadas por la UE y el Gobierno de vez, que debemos laminar nuestro Estado de bienestar, ya P. Sánchez sólo tienen un efecto simbólico, el de calmar muy malogrado tras dos megacrisis económicas consecutinuestra conciencia pensando que se hace algo útil para los vas, es irracional, lo diga J. Borrell. Von der Leyen, P. Sánchez, ucranianos asediados. No es así. Lo que hacen es, en realiJ. Biden o el sursum corda. Castigamos a un tercero, cortándad, simplemente, tapar la incompetencia y errores de dole el brazo, automutilándonos la mano. nuestra diplomacia europea y gubernativa.

Como individuos racionales, mejor rebelarse. La Democracia y los Derechos Humanos se crearon para que pudiéramos 4. Dudosa ética de las sanciones rechazar la sumisión a un poder absurdo e incompetente, aunPor ello, además de los motivos humanitarios, que siempre que se le haya votado. Ninguno de nuestros oligarcas políticos son los más determinantes –evitar más víctimas mortales, más

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ce apagar la calefacción que no puedes pagar. Ellos viajan en Jets y beben champagne en copas de cristal de murano. Te piden que lo hagas además “durante los próximos años”, mientras se desarrollan adecuadamente alternativas energéticas más caras. Ellos se subirán sus salarios de clase política bienpensante, “por el trabajo bien hecho”, nosotros veremos como la inflación se come nuestros ingresos y pequeños ahorros.

Guerra: muerte y destrucción para beneficio de algunos

europeos va a sufrir ni de refilón las medidas que nos obligan a aceptar como necesarias. Tampoco Putin.

Ellos celebran sus festejos internacionales de luxury believe class y la sociedad plebeya pone el sacrificio. Ellos harán sus “reuniones en la Cumbre”, adoptarán decisiones idiocias, y nosotros tendremos que pasar frío en casa para poder pagar el recibo de la luz. Tú y tus hijos enfermáis por el frío que produ-

5. Sistema de Seguridad Colectiva de la ONU vs. dinámicas de Bloques militares La brutalidad de la operación especial militar de agresión de Ru-sia contra Ucrania ha cubierto también un tupido velo sobre otro aspecto relevante del conflicto: la marginación del único Sistema de Seguridad Colectiva universal en vigor, la Carta de las Naciones Unidas (1945).

No se han hecho respetar adecuadamente sus decisiones desde 2014 en el largo conflicto de Ucrania. Y este factor forma parte del problema. El art. 1.4 de la Carta de la ONU indica que es ésta, y no la OTAN o la UE, el “centro que armoniza los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.”

Fuera de la ONU no se armoniza, ni se pacifica, ni se gana seguridad colectiva internacional, sino que se tensionan las relaciones internacionales hasta que revientan con violencia, como prueba lo sucedido en Ucrania.

El 17 de febrero de 2015, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la Resolución 2202 (2015) que daba la bienvenida y apoyaba explícitamente los Acuerdos de Minsk (20142015) como marco de solución de la controversia entre Ucrania y Rusia. El Gobierno ucranio de Zelensky, desde su toma de poder hasta el 30 de enero de 2022, al igual que todos los gobiernos ucranianos anteriores desde 2014-2015, fue afirmando

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Así se ha vivido en el Donbass el conflicto en los últimos años

públicamente que no tenían ninguna intención de respetarlo. Y, en efecto, así hicieron durante siete años consecutivos, sin grandes protestas de la UE. Sin embargo, los Acuerdos de Minsk eran un acuerdo internacional de paz plenamente vinculante para Ucrania que nunca estuvo a su disposición dejar de cumplir, puesto que estaba comprometido jurídicamente a ellos por su propia firma y políticamente por la resolución del Consejo de Seguridad que lo respaldaba. A la misma habrá que volver para recolocar a Rusia en la casilla negociadora.

Además, la Resolución A/ES-11/L.1 de la Asamblea General de la ONU, de 2 de marzo, que tanto consuelo ha traído porque condena la agresión de Rusia y pide que retiren sus tropas, no aprueba sanciones contra ésta; pide un alto el fuego; y en su punto 14 “insta a la inmediata resolución pacífica del conflicto entre la Federación de Rusia y Ucrania mediante el diálogo político, las negociaciones, la mediación y otros medios pacíficos”.

Hay que cumplir así, el espíritu y la letra de la resolución, que refleja el mínimo común denominador existente en la ONU en estos momentos, y no quedarse solo con la parte que nos agrada. Otras propuestas de aplicar sanciones a Rusia fueron descartadas durante su redacción y debate.

La UE debe así atenerse al espíritu y la letra de la Carta, la reciente Resolución aprobada por la Asamblea General de la ONU, la más antigua del Consejo de Seguridad, y a sus propios tratados constitutivos, que cuando delimita sus funciones en materia de acción exterior y seguridad común afirma que “La acción de la Unión en la escena internacional se basará en… el respeto de los principios de la Carta de las Naciones Unidas” (22.1 y 22.2 c) TFUE).

Así, condenando la agresión de Rusia, tendría el deber de: a) No enviar armas al conflicto, y retirar a la mayor brevedad de

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tiempo posible las sanciones financieras y comerciales que castiguen severamente a la población rusa, a la población española y a la población europea del Sur en general, para dejarlas circunscritas a Putin y su cúpula gubernativa, por el bien de la ciudadanía en general, que ni allí ni aquí ha decidido lanzarse a la guerra y, por ello, no es responsable de la misma. Además de que, empobreciendo a esa sociedad, se refuerza a Putin y su círculo decisorio interno, los que impulsan esta guerra de agresión.

Le estamos restando fuerzas a la sociedad rusa, inclusive a las partes de esa “oligarquía” más occidental que podría mover hacia una política exterior rusa diferente, y no lo contrario que es lo que quieren hacerte ver que se consigue al aplicar esas sanciones indiscriminadamente. Como muestran los datos del Yuri Levada Analitycal Center (https://www.levada.ru/en/ ratings/), está aumentando el apoyo social a Putin en Rusia. Y no hay “una” oligarquía rusa; es múltiple y plural en su visión de Rusia y el Mundo: los hay globalistas y occidentalistas, pero también aislacionistas nacionalistas. La UE machaca a los primeros y deja intactos a los segundos.¿Cómo entonces influirán a Putin si pasan, empobrecidos, a ser irrelevantes? b) Instar a ambas partes a aceptar un alto el fuego inmediato, que paralice la situación militar en el momento en que se encuentra ahora; y que facilite la celebración de negociaciones bilaterales o con mediador que se orienten hacia la salida de las tropas de Rusia del territorio de Ucrania, que no estaba bajo su tutela o dominio antes del inicio de la agresión; la neutralidad militar de toda Ucrania; y un arreglo temporal sobre Dombás y Crimea, que deje las espadas en alto sobre su soberanía –así será aunque el acuerdo final diga lo contrario, ex inuiria non ius oritur–, y que a la vez, impida ad calendas graecas que se vuelvan a cruzar violentamente las armas. c) Y llevar a cabo lo único que la UE ha hecho y sabe hacer en cuestiones relativas a la paz y seguridad internacionales con eficiencia: prestar socorro a los refugiados y desplazados internos y prepararse para reconstruir Ucrania sobre bases económicas, militares y de seguridad más firmes a largo plazo, teniendo en cuenta que el Oso de la taiga, cuando vuelva a ella,

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seguirá vigilando para que nadie prenda antorchas cerca de su piden que ahora hagamos es realmente racional, justo, ético y bosque. Ni cerillitas siquiera. necesario, propongo, para ser consistentes, aplicar medidas Lo digo especialmente, por los puristas sobrevenidos del del mismo tipo al resto de Estados ocupantes ilegales previa Derecho Internacional. Hay que recordar que el art. 52 de la Caragresión internacional en violación del Derecho. Lo demás es ta de la ONU solo acepta la existencia de organizaciones regiodoblez pasada por altura de miras. nales cuyo fin sea entender en los asuntos relativos al manteniAsí que, sí o sí, se va a sumar Ucrania al largo listado de desamiento de la paz si sus actividades son guisados gravísimos de la Política Muncompatibles con los propósitos y princidial creados desde 1945 y quizá, quizá, si se pios de la ONU. Es dudoso que esto se esté Las medidas impulsadas por la UE trabaja a futuro más en el seno de la diploademás de políticamente cumpliendo cuando el art. 53.1 de la CNU macia multilateral que representa la ONU, indica taxativamente que “no se aplicarán y menos en el fortalecimiento de alianzas contraproducentes son medidas coercitivas en virtud de acuerdos militares regionales como la OTAN o la UE éticamente dudosas, ambiguas regionales o por organismos regionales sin –que es en lo que quieren convertirla tame inconsistentes. autorización del Consejo de Seguridad”. bién, sin serlo ahora–, se pueden evitar La UE carece de esta autorización en otros a futuro y sacar muy lentamente del estos momentos y no la obtendrá. Esta ausaco los acumulados para que la pus que torización no es aplicable a la aplicación supuran no reviente en el futuro, con las de sanciones económicas y financieras en mismas consecuencias trágicas que hoy Ninguno de nuestros oligarcas asuntos relativos al mantenimiento de la padece Ucrania. políticos europeos va a sufrir paz, pero sí lo es al envío de armas a un esPD. Rusia ha cometido un acto de agrecenario de guerra entre terceros estados, sión internacional. Debe retirar sus tropas las medidas que nos obligan salvo que la UE esté formalmente en guede Ucrania. Se puede alcanzar una solua aceptar como necesarias. rra con Rusia. Si fuera así, debería explicar ción diplomática en la senda de los AcuerTampoco Putin. con qué base jurídico-competencial ha dos de Minsk (2014-2015) que fueron resalcanzado esa posición, puesto que carepaldados por el CS de la ONU, aunque esta ce explícitamente de tales atribuciones, lo posibilidad se reduce cuanto más se alarque es una violación también del art. 5.1 gue la guerra. Conviene declarar el territoTUE, algo que genera, ipso iure, una vulneración grave de la rio de Ucrania como espacio internacional militarmente neuConstitución Española. En ella se fija con claridad que “Al Rey tral a través de una Resolución del Consejo de Seguridad de la corresponde, previa autorización de las Cortes Generales, deONU. La UE, sus miembros, y todos como seres humanos declarar la guerra…”. No se ha celebrado esa sesión en el Conbemos hacer el mayor esfuerzo posible para prestar socorro greso ni hemos visto al Rey declarándonos beligerantes contra humanitario a todos los refugiados y desplazados internos. La Rusia. Ni a nadie, por cierto. Y esa competencia jamás se trasUE tiene un bagaje sobre el terreno encomiable para la reconsladó a la UE a través del art. 93 de la Constitución Española. trucción de Ucrania, puesto que ha desarrollado con éxito decenas de misiones de paz y reconstrucción con esperanza6. La paz amarga es posible, como en tantas otras ocasiones... dores “cascos blancos” de paz. Es su sitio, es nuestro europeís“All novelty is but Oblivion”, decía Bacon (Essays, 1597). mo constitucional, el auténtico, y no aventuras militaristas Desde la creación de la ONU (1945) ha habido muchas guerras redundantes a la que supone la OTAN n y se han creado muchos espacios territorialmente problemátiVíctor M. Sánchez es Doctor en Derecho Internacional Público cos como el que emergerá de esta crisis. Entre otros los Tey CEO Byron Books, Huygens Editorial rritorios Ocupados de Palestina (1948), que siguen ocupados por Israel; la Isla de Taiwán (1949), por EEUU; el Sahara Occidental, por Marruecos; Chipre del Norte (1979) por Turquía; Notas Kosovo (1999), por EEUU; Osetia del Sur y Abjasia (2009) por 1. H. M. Enzesberger, Las máscaras de la razón, Círculo de Lectores, Rusia, etc.; y aún hay otros más antiguos como las Islas Mal2. Artículos de prensa, “Una salida para Ucrania”, Crónica Global, 20 de vinas, en disputa por su soberanía entre Gran Bretaña y Armarzo de 2014; "Estado de guerra", E-noticies, 7 de marzo de 2022; gentina; o el mismo Peñón de Gibraltar, cuya soberanía recla"ECO", en Economía Digital, de 10 de marzo de 2022.1995. mamos a los británicos cada año desde el s. XVIII. Si lo que

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Putin en los Simpson

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Tercera Roma, dominium mundi y los Simpson Por Pedro del Parque

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o gritó Esperanza Aguirre en televisión: Putin es comunista. No importa que el sistema político ruso sea de naturaleza mafioso-oligárquico y distante años-luz del socialismo: Putin es comunista. Y Zelenski no es el jefe de un gobierno ultraderechista y mafioso: es el defensor de la libertad frente al imperialismo comunista de Putin. Y tal vez así quedará inscrito en la historia.

Esta vez se equivocaron los Simpson. O no.

De entre las muchas predicciones que se les atribuyen, el insidioso regreso de la Unión Soviética no estaba entre ellas.

Biden no piensa lo mismo. “Putin quiere restablecer la Unión Soviética”, ha afirmado. Al menos es prudente. Una parte del ejército de plumillas e intelectuales otánicos piensa que ya lo hizo, otra piensa que la URSS nunca se fue (“esso ess lo que quierriamosss que piensarran”) ya que URSS y Rusia son lo mismo. ¿Qué se celebró entonces en 1991?

La confusión entre la URSS y Rusia no es nueva ni inocente.

Desde los albores de la Guerra Fría existió en los servicios secretos de EE UU una doble perspectiva acerca de cómo caracterizar al enemigo: ¿era “Rusia” o era “el comunismo”? Algunos pensaban que era Rusia y que el comunismo era, sencillamente, una herramienta del secular expansionismo ruso.

Otros, por el contrario, pensaban que era el comunismo, que había encontrado en Rusia una base para cumplir su propósito de extender la revolución a nivel mundial. A efectos prácticos daba igual. Para las cancillerías y la prensa occidental, revolución mundial y dominación rusa eran sinónimos.

En un plano militante e incluso académico, de entre las muchas críticas de las que era objeto la URSS, un grupo de ellas enfatizaba sistemáticamente la continuidad entre la Rusia imperial y la Unión Soviética. ¿Mesianismo global? Doble

check: de la Tercera Roma a la Tercera Internacional. ¿Líder autócrata? Doble check: del Zar al secretario general. ¿Cárcel de pueblos? Doble check: de la rusificación de los zares a la de Stalin. ¿Religión de Estado? Doble check: del cristianismo ortodoxo al marxismo-leninismo. El gran triunfo soviético, la victoria en la Segunda Guerra Mundial (Gran Guerra Patriótica, en la URSS/Rusia), tuvo como consecuencia conseguir la gran ambición de la Rusia imperial: el control de la Europa del Este. Aquí también doble check: del paneslavismo al Pacto de Varsovia.

Hasta los chinos, en pugna con la URSS desde los años sesenta, clamaban contra “los nuevos zares”. Para ellos, la “Guerra Fría” no enfrentaba a capitalistas y comunistas sino a imperialistas y “social-imperialistas”, como catalogaban entonces a la URSS. Para terminar de arreglarlo, entre los propios rusos también existe esa confusión. Pero en este caso, sus motivos no tienen que ver con la geopolítica. Para ellos, la URSS, con su gran poderío militar y su victoria frente a Alemania, es motivo de orgullo nacional. Todo ruso nacionalista, nostálgico de la Gran Rusia, identifica a la URSS como una encarnación de la misma.

La entronización de Putin revelaba, en alguna medida, la intención de aprovecharse de esa confusión. Cuando Putin llegó al poder realizó varios gestos de rehabilitación de la época soviética. Se recuperó el viejo himno, previa revisión de la letra, se amagó con devolver el nombre de Stalingrado a la ciudad del

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Volga, se recuperó el trato de “camarada” en algunos ambienPara Occidente, Rusia es un mal inescrutable. Siempre lo ha tes, regresaron los fastos de los desfiles militares manteniendo sido. Con comunismo o sin comunismo. Demasiado próxima la vieja simbología. Al mismo tiempo, se santificó a la familia imperial Romanov, se condenó la Revolución Bolchevique, se obtuvo la bendición de la Iglesia ortodoxa y, la clave, se mantuvo y reforzó el régimen mafioso-oligárquico. Fue, de alguna manera, el triunfo del programa golpista de agosto de 1991, cuando una alianza de altos oficiales del ejército, el KGB y burócratas del PCUS se conjuraron para salvar la gran potencia, el imperio, no el socialismo. Matiz importante sistemáticamente ignorado.

Para Putin, y en esto coincide con sus más enconados enemigos occidentales, la URSS era un imperio y, como tal, reivindicable en su nueva Rusia imperial. Cualquier afirmación nacional-imperial rusa integrará necesariamente el periodo soviético resaltando su momento imperial y su autoritarismo, eliminando su naturaleza y aspiraciones originarias socialistas e internacionalistas. Eso hace Putin: recuperar lo peor de la URSS, aquello que la destruyó. Occidente, en cambio, no ve en Putin lo peor de la URSS por la sencilla razón de que eso sería para ignorarla. Demasiado oriental para aceptarla. Demasiado como aceptar que hubo algo mejor. Al contrario, verá en cualgrande para someterla. La URSS fue la sublimación de este prequier Rusia geopolíticamente consciente la enésima prueba de juicio. El Imperio del Mal. Mal por comunista, pero también continuidad, de identidad entre el maléfico rusismo de la URSS mal por ruso. y el pérfido comunismo de la actual Rusia. Occidente veía en la Para Occidente, todo mal tiene que ser necesariamente URSS una Rusia imperial y ve en la actual Rusia una nueva comunista. También lo vemos con China. Mientras China fue URSS. La Rusia actual hace exactamente lo mismo. un país productor de baratijas que se esforzaba por salir adeReducir la realidad de un país como la URSS a su momento lante con reformas capitalistas y abriéndose al mercado munimperial es como reducir la Francia revolucionaria al Imperio dial no hubo problemas. Siguiendo el manual liberal se afirmó Napoleónico: propaganda reaccionaria, sea en Oriente o en que la libertad política llegaría de manera natural gracias a la Occidente. Pero vende. Y cala. libertad económica. Así que los derechos humanos podían La extrema singularidad de la URSS ni reside ni se explica en esperar mientras los negocios florecían. Ahora que China disuna naturaleza o una inclinación imperial. Un país cuyo mito puta el liderazgo económico y tecnológico a EE UU, súbitafundacional fue una revolumente, China ha vuelto a ción de aspiración mundial, ser comunista. Los editoEn 1991 una alianza de altos oficiales del ejército, el KGB y cuyo primer himno nacional riales de la prensa, los burócratas del PCUS se conjuraron para salvar la gran fue “La Internacional”, cuya papers académicos, las potencia, el imperio, no el socialismo. bandera nacional fue la de soflamas de los tertuliamultitud de partidos por todo nos se llenan de advertenel mundo, que se auto-consicias sobre la “China roja”. deró “patria de todos los trabajadores del mundo” no parece un Así, ¿el mundo se prepara para la nueva “Guerra Fría”, para el ejemplo típico de nacionalismo imperialista. segundo round entre comunismo y capitalismo? No. Estamos Las recurrentes ironías de la Historia han hecho que un proante una confrontación entre potencias imperialistas, una yecto de país tan congénitamente internacionalista haya acapugna por el dominio del mundo, bastante más impresentable bado por servir de cobertura ideológica a una política imperial y terrible que las bellas proclamas de nuestros líderes. nacionalista y a la reacción del militarismo atlantista. Algunos El meollo es que se trata de dos imperialismos en decadendirán que fue así desde el principio, otros que desde 1924, otros cia, el ruso y el estadounidense, uno en ascenso, China, y otro, 1945 o 1956. Es igual. La tragedia de la URSS no es su regreso, de comparsa, la UE. Putin ha frenado la decadencia del podees que no deja de morir. río ruso pero no la ha revertido. Del mismo modo, la hegemo-

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nía de EE UU no es capaz de asumir la realidad de China. llegó la victoria. Por eso se amplió la OTAN, por eso se rompió Mientras, la UE ha vuelto a sellar su destino al de EE UU al Yugoslavia, por eso se intervino en Oriente Próximo, por eso se mismo tiempo que presume de independencia. rodea a Rusia y a China.

El criminal movimiento de Putin cruza una línea roja que A pesar del creciente estruendo que vamos a sufrir, el gran bien puede volverse en su contra y propiciar aquello que queausente de todo esto es el socialismo. Esa aspiración que fue ría evitar: ampliación, reforzamiento y militarización de la la verdadera razón de la existencia de la URSS, no se encuenUE/OTAN, mayor supeditación de Europa a EE UU y, consetra ni en Rusia ni en China. Es igual. Cuanto menos socialiscuentemente, más dependencia rusa de su alianza con China. tas sean Rusia o China, cuanto más irrelevantes sean los Ese escenario sería una golosina para los estrategas atlantiscomunistas en el mundo, más feroz será el anticomunismo tas: tendrían hecho el relato. Ya lo estamos viendo. Democracia occidental. El comunismo ha vuelto a ser ese fantasma que occidental contra despotismo oriental. Libertad frente a tiranía, decía el Manifiesto hace más de siglo y medio, para mayor como ha dicho Biden. La misma vieja historia. Esta guerra le ha satisfacción del capitalismo otánico: sin forma, sin vida, reflebrindado una nueva oportunidad a EE UU de seguir escribienjo espectral de otro mundo, pero ideal para mantener a raya do la Historia del Mundo a los chiquillos.

Para Occidente, Rusia es un mal inescrutable. a la americana.

Los problemas que a Siempre lo ha sido.

Que a nadie le extrafectan a todo el planeta y Con comunismo o sin comunismo ñe el auge del autoritaque tienen que ser afronrismo aquí. El diseño de tados desde una perspecese escenario y su imtiva global serán dejados plementación lo demanda y lo precisa. Mientras el elemento de lado en favor de una nueva edición de Occidente saldeterminante de la política internacional siga siendo el juego vando al mundo, nuestra Civilización luchando contra la de las grandes potencias, su intensificación ira pareja al crecibarbarie. miento del autoritarismo. Y ese juego nunca se ha parado.

No importa quien gane esta guerra ni la guerra que está El Fin de la Historia fue un espejismo, 1991 fue un espejismo. preparando esta guerra. El Occidente capitalista seguirá El ciclo de guerras en curso se fraguó entonces. No llegó la paz, muriendo de éxito ■

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Acto de FEMEN. París, 6 de marzo 2022

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Pensar la guerra desde la izquierda por Genís Plana y Javier Alonso Monseco

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esde el Euromaidán de 2014, la OTAN ha usado al gobierno de Kiev como polichinela a través del cual presionar a Moscú. Pero la agresión militar sobre Ucrania ha generado la percepción de una Rusia imperialista. Ante esta situación, ¿qué posición debe tomar la izquierda?

La penetración de fuerzas militares rusas en el territorio ucraniano ha pillado por sorpresa a la inmensa mayoría de la izquierda. Las primeras impresiones, en su mayoría precipitadas, han sido paulatinamente substituidas por relatos que, cuando no se encuentran empapados de propaganda, se encuentran ahormados a concepciones ideológicas clausuradas.

Porque la izquierda española (refiriéndonos a aquella izquierda que se muestra crítica con el sistema político y económico vigente) no es inmune a los centros desde los que se propala la comunicación política de masas y, en muchas ocasiones, ha sido inoculada por sesgos propagandísticos. Esta izquierda, ausente del espacio institucional y sin capacidad de incidir en los medios de comunicación tradicionales, suele usar las redes socio-digitales como el principal medio y altavoz sobre el cual poder manifestarse.

Especial atención merece el “debate” (por llamarlo de alguna manera) producido en el seno del “Twitter de izquierdas”, es decir, de aquellos usuarios de Twitter que se identifican con posiciones de izquierda (algunos de los cuales, por cierto, esconden su identidad personal con nombres inverosímiles e imágenes grandilocuentes de líderes revolucionarios). Si rastreamos dicho debate, observamos dos bandos claramente contrapuestos: uno de ellos correspondería al de los “internacionalistas progres”, y otro a los “prorrusos” o “rusófilos”.

En el debate, o más bien en la pelea de gallos, se han empleado las tácticas retóricas a las que suele recurrir la izquierda militante: una tendencia a la imposición de argumentos puramente doxográficos que suplantan un análisis crítico sobre el recorrido histórico de los acontecimientos. Tampoco han falta-

do los insultos, las descalificaciones personales y la dichosa manía de creerse que uno está en el absoluto derecho de poder repartir carnés de comunista, como si de un pasaporte de limpieza ideológica se tratase.

Aunque maniqueístas, y en ocasiones confusos o tramposos, no son completamente estériles los debates de esta nueva generación de activistas cuya participación política se produce a golpe de click. Al presenciarlos, al menos notamos lo extraviada que se encuentra buena parte de aquella izquierda política que aún podría considerarse como tal.

A poco que seamos serios nos resultará inverosímil la visión de un Putin presentado como una especie de reencarnación de un líder soviético. Pero igualmente inadmisible es la creencia de que Putin sea (a la manera en que lo ha presentado la ilustración atribuida a la portada del semanario Time) un Hitler actualizado. Unos, ingenuamente apegados a unos tiempos en que existían firmes alternativas políticas a la sociedad del Capital; otros, subordinados ideológicamente a una visión cosmopolita y globalista que identifica cualquier forma de interés nacional como parte de un abyecto autoritarismo fascista.

Alejados de esta taxativa oposición dicotómica, veamos la situación teniendo en cuenta factores geoeconómicos y geopolíticos. Para lo cual, debiéramos partir de lo que parece ser el cuestionamiento de un periodo histórico marcado por el predominio de Estados Unidos, un periodo histórico transcurrido durante la pretendida globalización feliz surgida tras el ocaso de la Unión Soviética.

Ante un orden unipolar ya resquebrajado (liderado por EEUU, pero en el cual se integran una serie de potencias de

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rango medio/alto como el Reino Unido, Alemania, Israel, Arabia Saudí, Japón…), pareciera consolidarse una alianza entre Rusia y China (en torno a la cual se agrupan una serie de países que no se han integrado al protectorado angloamericano, como Cuba, Irán, Corea del Norte, Venezuela…). Dicho esto, surge la cuestión del “imperialismo” como interrogante al cual dar respuesta para empezar a pensar la posición que debería tener la izquierda ante la invasión rusa. * * * Uno de los argumentos más comunes entre la izquierda se da en la aseveración de que Rusia es una potencia imperialista más, y que su pugna sobre territorio ucraniano ofrece lo que vendría a ser un choque meramente interimperialista: OTAN vs. Rusia. En efecto, a priori podría sostenerse que Rusia guarda ciertos anhelos imperialistas y que, de hecho, sus intervenciones en suelo sirio y ucraniano juegan un papel favorable a esas pretensiones imperiales.

Sin embargo, debe tenerse mucha cautela, ya que pudiera ser insensato afirmar con contundencia que la contienda entre Rusia y la OTAN, en la que por ahora Ucrania resulta el campo de juego, son fruto de una contradicción interimperialista.

Recordemos que, en su famoso libro Imperialismo: fase superior del capitalismo, Lenin plantea que el imperialismo obedece a un desarrollo capitalista por el cual la concentración del capital industrial, mercantil y bancario trae consigo la formación de monopolios capitalistas bajo la dirección de una oligarquía financiera que se caracteriza por la exportación de capitales.

Si Rusia fuera un país imperialista, al menos en el sentido leninista de la palabra, su actividad política debería estar orientada hacia los intereses de sus élites financieras, y sería a través de la exportación de capitales, en lugar de materias primas o productos manufacturados, que se desarrollaría una relación de dominación con una serie de países en situación de dependencia con respecto a Rusia. En ese caso, la oligarquía financiera rusa actuaría fuera de las fronteras nacionales, interviniendo sobre el mundo en forma de carteles o trust. Pues bien, ¿es esto así?

Dentro de Rusia existen grupos de población muy diversos.

Desde devotos de la iglesia ortodoxa a liberales cosmopolitas al estilo occidental, pasando por muchos hombres y mujeres que, amando a su familia y a su país, consideran que la vida ha empeorado tras el colapso de la Unión Soviética. También existen oligarcas, por supuesto, y posiblemente muchos de ellos sean cercanos al Kremlin (como cercanos a la Moncloa cabe suponer que son nuestros oligarcas patrios, aunque a estos

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últimos se les llame empresarios o emprendedores).

Ahora bien, el posible papel imperialista de Rusia podría empezar a escudriñarse observando el número de corporaciones capitalistas rusas que se encuentran entre las más grandes del mundo. Según la clasificación elaborada por la revista Forbes, Rusia únicamente cuenta con 2 de las 100 principales empresas, y ninguna se encuentra entre las 50 primeras. Estados Unidos posee 39 multinacionales entre las 100 más grandes, China (sin incluir Hong Kong) 17, Japón 8 y Alemania 6.

Esta lista tiene en consideración cuatro variables: sus activos, el valor de mercado de la empresa, sus ventas y sus ganancias.

Y, por lo que respecta a los activos, las empresas rusas no llegan siquiera al 1% del total de la lista1.

La izquierda española no es inmune a la comunicación política de masas.

De acuerdo con los fundamentos que Lenin estableció en su día sobre el imperialismo, lo lógico sería considerar que una potencia imperialista contase con una posición relativamente importante en el ámbito financiero mundial. Pero, si observamos la lista de los 100 principales bancos, Rusia tan solo cuenta con una institución bancaria, y ocupa el puesto 66. Por lo que, hasta la fecha, Rusia no ocupa ninguna posición relevante en la exportación de capital financiero. De hecho, la exportación de capitales en Rusia viene dada en forma de fuga de capitales, y no tanto como inversión en activos ubicados en el extranjero2.

El cometido de la izquierda española, francesa o alemana no es el mismo que el cometido de la izquierda rusa.

Tan solo hay un ámbito que podríamos relacionar con el imperialismo en donde Rusia destaca, y es el del campo militar. Actualmente, Rusia cuenta con el segundo ejército más importante del mundo, poseyendo el mayor arsenal de armas nucleares. Que en los últimos diez años haya levantado la cabeza en el ámbito internacional explica que el país siga teniendo un papel geopolítico importante. Cabe destacar, no obstante, que las intervenciones fuera de su territorio, en lugar de derrocar a gobiernos enemigos, han ofrecido protección a

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gobiernos aliados: Siria, por supuesto, y favorables. Además, muchas de esas más recientemente Kazajistán; dejando armas caerán en manos de orpara un examen en mayor medida porganizaciones paramilitares y grupos menorizado las intrincadas problemáirregulares, por lo que, a la postre, ticas del Cáucaso que fueron resueltas impedirían la estabilización del hace más de una década. país, aun cuando pudieran usarse Así pues, independientemente de contra la propia población civil nuestra irrelevante simpatía o antipatía ucraniana4.

Una Ucrania en la cual el armapor Putin, debemos ser muy cuidadomento se encontrase diseminado sos al momento de afirmar que Rusia es sería, al fin y al cabo, una Ucrania imperialista. Y abstenernos en el caso ingobernable. Y eso es lo que procude afirmarlo contundentemente. De ra ahora una OTAN que pudiera perhecho, el país no reúne las característider el control sobre el país en el caso cas para que sea considerado, desde de que Zelenski, sometido a la preuna definición canónica, una potencia sión militar, acabe firmando la paz imperialista. Entonces, ¿a qué se debe que le pide Putin. En definitiva: así la penetración de tropas rusas en terricomo el Che pretendía “crear dos, torio ucraniano? tres, muchos Vietnam” en los que Antes de nada, notemos que, una vez Estados Unidos se embarrase, los fracasada la inicial táctica de ataque Por internet circula esta ilustración falsamente países de la OTAN (es decir, EEUU) relámpago, a Moscú no le interesa que atribuida a Time pretenden “crear dos, tres, muchos el conflicto se enquiste. Un conflicto Afganistán” en los que Rusia se desprolongado, además de incrementar el gaste5. Y eso es lo que desconoce esa izquierda que, movida número de bajas, podría propiciar una reacción del pueblo por grandes sentimientos humanitarios, es incapaz de realizar ruso contra Putin. Aunque la presencia militar rusa pudiera ser análisis geoeconómicos y geopolíticos y, por ello, acaba aceptada por la población rusoparlante que reside en el este actuando como si fuera el “tonto útil” de Washington. ucraniano, obviamente es insostenible, y por consiguiente desDicho lo anterior, debemos entender la razón por la cual cabellada, la posibilidad de una ocupación rusa indefinida.

Estados Unidos logra exhibirse (política, económica, militarTampoco consideramos que el Kremlin estuviera interesado en mente…) sobre la gran masa continental euroasiática por su la hipotética caída del gobierno de Zelenski, pues eso deslegimargen occidental. A través de una OTAN concebida para pretimaría los acuerdos que, al momento de finalizar la guerra, sionar a Rusia, los norteamericanos son capaces de impedir deben suscribirse entre Ucrania y Rusia. que Europa articule un eje de cooperación desde Lisboa hasta Por consiguiente, cabe suponer que la agresión pretende Moscú: solo por medio de una constante confrontación con que el gobierno de Zelenski acepte unos requisitos ya anunciaRusia, pretexto por el cual plagar la región con bases militares, dos por Moscú. Los principales son: 1) la renuncia de Ucrania Washington impide un mayor entendimiento euroasiático, a ingresar a cualquier tipo de bloque militar, lo que significaría pues, en el caso de que Rusia no quedara apartada, se dificulun freno a la expansión de la OTAN hacia territorio ruso; 2) el tarían los propósitos norteamericanos de direccionar el merreconocimiento de Crimea, que de facto ya es rusa, como parte cado europeo hacia el otro lado del Atlántico6. de la Federación de Rusia; y 3) la aceptación oficial de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, a fin de proteger a las * * * poblaciones rusas de estos territorios3.

Las fuerzas militares entre ambos países son asimétricas, y la Ya en la recta final del articulo debemos plantearnos esta derrota ucraniana es cuestión de tiempo. Entonces, ¿para qué cuestión: ¿Qué postura debe tomar la izquierda española ante alargar la guerra? Pareciera que quienes promueven que se la agresión rusa? ¿Tenemos que centrar nuestros esfuerzos en envíen armas a las fuerzas ucranianas únicamente pretenden denunciar un supuesto imperialismo ruso? Ocurre que las cauque al ejército ruso le cueste más cara la victoria; de modo que, sas de este conflicto vienen de lejos y no pueden reducirse a la así, el Kremlin dispondría de menor capacidad para exigir que reciente intervención militar rusa. Asimismo, según hemos el acta de rendición incorpore ciertos contenidos que le sean

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observado previamente, nes del gobierno ruso que resulta complicado afirsean criticables (y que, por mar que actualmente Rusupuesto, las hay). Nosotros, sia sea una nación impepor el contrario, tenemos rialista. Por lo tanto, ¿qué otras prioridades, pues solo posición debemos tener desde nuestros países es con respecto a una actuaque podemos actuar. Nuesción militar que, aunque tra responsabilidad inexcuvituperable desde un punsable pasa por mostrar el to de vista ético, pudiera daño que causan las deciser geopolíticamente comsiones de nuestros goberprensible? nantes, ya sea para las maSi entendamos que los yorías sociales de nuestros gobiernos occidentales compatriotas nacionales, ya fueron los que soliviantasea para las mayorías sociaron a Kiev para que forzara les de quienes viven al otro Joe Biden y Pedro Sánchez en la cumbre de la OTAN de 2021 una confrontación con lado de nuestras fronteras. Y Moscú, ¿debiéramos opoenviar armas a Ucrania, avinernos a la OTAN y, por extensión, a la sumisión de la Unión var las llamas del incendio, es una decisión a la que, sin duda Europea a los intereses geopolíticos estadounidenses que se alguna, debemos oponernos. expresan a través de la OTAN? Tal vez esa misma sea la tarea Madrid acogerá, durante el 29 y 30 de junio, la próxima cumque tiene la izquierda en España, pero también la tarea que bre de la OTAN. Ello nos ofrece la ocasión para demostrar que tiene la izquierda ubicada en los territorios cubiertos por la todavía somos una izquierda racional, crítica y confrontativa. alianza militar noratlántica. Porque el cometido de la izquierda Una izquierda que, desinteresándose del pasatiempo que española, de la francesa o de alemana, no es exactamente el suponen ciertas discusiones bizantinas, apaga Twitter y se mismo que el cometido de la izquierda rusa. levanta del sofá; una izquierda que, procurando que el conflicA ellos, a los integrantes de la izquierda rusa, les competen to bélico no ascienda a una escala global, le grita a los poderes otras tareas, a ellos les atañe la obligación de señalar las accioverdaderamente imperialistas: OTAN no, bases fuera ■

Notas 1. “The list: 2021 Global 2000”. Forbes. 13/5/2021. Disponible en: https://www.forbes.com/lists/global2000/#46fd7ccc5ac0 2. Otro dato interesante se relaciona con la riqueza financiera promedio: mientras que la riqueza financiera mundial por adulto es de 38.110 $, la riqueza financiera nacional en Rusia dividida por su población adulta da lugar a 8,843 $. Este indicador está liderado por Suiza (372.336 $), al que le sigue Estados Unidos (336.528 $). Stansfield Smith: “Is Russia imperialist?” Monthly Review. 02/1/2019. Disponible en: https://mronline.org/2019/01/02/is-russia-imperialist/ 3. Público/Agencias. “Rusia expone sus exigencias para detener la guerra mientras pacta con Ucrania tímidos avances para evacuar civiles”.

Público. 07/03/2022 [actualizado: 08/3/2022].

4. Ya existe material audiovisual que reporta asesinatos masivos perpetrados por grupos filonazis a población civil que, en vez de incorporarse a la resistencia armada, intenta usar los corredores humanitarios habilitados para huir de las ciudades. También se han producido saqueos y pillajes tras la distribución de armas, por parte del gobierno ucraniano, entre la población.

5. En los años setenta Washington armaba y financiaba a los muyahidines de un Afganistán socialista aliado de la URSS. De la misma manera, sabemos (siendo algo reconocido por Hillary Clinton) que Washington se encontraba detrás de los islamistas que, a partir de 2011, pretendieron derrocar el gobierno sirio aliado de Rusia. Ahora, ¿los batallones nazis en Ucrania serán los nuevos “luchadores por la libertad” (según Reagan denominó a los muyahidines)?

6. Digamos que el TTIP (Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión) fue un primer intento reciente de lograr una situación de comercio preferencial. Ahora, la guerra en Ucrania podría suponer que se cierren los gaseoductos procedentes de Siberia que abastecen de energía a los países de Europa central. De ser el caso, la alternativa sería proveerse por medio de buques cisterna procedentes de Estados Unidos: un gas licuado que viene desde más lejos, y es un 40% más caro según datos de GasIndustrial.

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Imperialismo: pólvora y guerra Por Higinio Polo

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l imperialismo estadounidense no está derrotado, ni mucho menos. Pero sí ha entrado en decadencia.

China es el gran rival y enemigo que conjuntamente con Rusia desplaza el centro de gravedad del mundo hacia oriente. La guerra de Ucrania puede permitir a EEUU ralentizar ese desplazamiento.

El ciclo contrarrevolucionario abierto en 1989 y 1991 con la desaparición del bloque socialista europeo y de la URSS, se ha cerrado definitivamente. Se vendió como una victoria de la libertad, pero estuvo lejos de ser así. Por el contrario, la desaparición de la Unión Soviética fue una catástrofe: murieron millones de personas, estallaron guerras en la periferia soviética y, contrariando la vulgata liberal, no fue el inicio de una "gran oportunidad" para el mundo: el imperialismo estadounidense y sus aliados han seguido golpeando las heridas mal cerradas de aquel cataclismo.

Las tres décadas transcurridas desde entonces han contemplado la aplicación del programa estadounidense de dominio planetario ampliando la OTAN, su alianza militar, hasta las fronteras rusas, metabolizando fracasos como sus sangrientas aventuras en Oriente Medio (Afganistán, Iraq, Siria) y África (Libia) y contemplando, con sorpresa primero y con angustia después, el rápido fortalecimiento chino. Las guerras de Bush ensangrentaron la primera década del siglo, pero Obama no cambió el alfabeto guerrero del Pentágono, que siguió bombardeando países y avanzando sus peones en Europa y Asia con desigual fortuna. No fue distinto Trump, con su agresividad hacia China u ordenando asesinatos como el del general iraní Soleimani, sin ni siquiera comunicarlo al Congreso estadounidense. Trump no mostró apego por la estabilidad mundial: su salida del Tratado INF (que afecta duramente a Rusia) y del

Tratado de Cielos abiertos, o el intento de Maidán en Bielorrusia en agosto de 2020, continuaba la peligrosa inclinación bélica de Estados Unidos. Ahora, en el inicio de la tercera década del siglo, el gobierno Biden ha endurecido su política exterior, con bombardeos en Iraq y en Siria, asesinatos selectivos y operaciones como la liquidación del dirigente de Daesh, Al Quraishi, en una matanza donde murieron también seis niños.

Los signos de Biden están impresos en la tensión en Ucrania, la operación contra Cuba, la presión en el Mar Negro y el Báltico, y el despliegue militar en las cercanías de Taiwán y en el Mar de China meridional.

Hasta hoy, el imperialismo estadounidense ha impuesto sus condiciones al mundo a través de dos mecanismos: su fuerza militar (más de setecientas bases militares en todo el planeta, el instrumento de la OTAN, y las imposiciones a sus aliados) y su dominio del sistema financiero internacional y de los grandes canales de información. Pero ese esquema se está agotando. Ahora, Estados Unidos afronta la decadencia, empieza a ser consciente de que su poder no es invencible, y su resistencia a perder la hegemonía mundial aumenta el peligro de guerra. La división y el enfrentamiento en el interior del país, la crisis sanitaria, la creciente violencia (según el Gun Violence Archive, GVA, 43.000 muertos por armas de fuego en 2020, cifra que llegó a 45.000 en 2021), son la expresión de una crisis que amenaza con liquidar el sueño americano, aunque para millones

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de estadounidenses ese sueño sea ya apenas un espejismo.

Según la agencia Bloomberg, el once por ciento de la población estadounidense pasa hambre ("inseguridad alimentaria", en su jerga), y Feeding America (una red de bancos de alimentos) calculaba que, en 2020, sesenta millones de estadounidenses necesitan ya "ayuda alimentaria".

La caótica retirada de Afganistán envió al mundo, sin pretenderlo, la señal del retroceso estadounidense, que es visible ya en la vieja y orgullosa América que da lecciones al mundo parapetada tras su poder militar y su propaganda en los grandes canales de información. La retórica de Trump (America first) y la grandilocuencia de Biden (America is back) revelaban los serios problemas del viejo imperialismo estadounidense.

La deuda aumenta: en 2008, con el estallido de la crisis financiera, la deuda pública estadounidense era de 10 billones de dólares. En febrero de 2022, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunciaba que la deuda pública del país había superado los 30 billones de dólares (que Elon Musk aumenta a 60 billones). Y no puede pagarla. Porque pese a la resistencia norteamericana, el mundo camina hacia una economía global donde el dólar no tendrá el papel que ostenta hoy y dejará de ser la más importante moneda de reserva. Su control del sistema financiero internacional no es ya tan sólido como hace tres décadas, por la resistencia de muchos países al saqueo impuesto por el FMI y a las imposiciones norteamericanas. Si en el pasado Estados Unidos fue un país acreedor, en nuestros días se ha convertido en deudor. La supremacía del dólar está en peligro, su poder industrial se ha reducido y la guerra comercial lanzada por Trump contra China no ha disminuido el déficit comercial estadounidense, y su incompetencia ante la pandemia ha hecho que hayan muerto por la Covid-19 más del doble de ciudadanos estadounidenses que durante toda la Segunda Guerra Mundial. Pese a ello, Estados Unidos continúa siendo la principal potencia militar del planeta y su capacidad de intervención, gigantesca.

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En ese contexto ha estallado la crisis ucraniana. Tras intentar un acomodo con Estados Unidos, Putin ya había denunciado el expansionismo estadounidense y atlantista en la Conferencia de Seguridad de Múnich en 2007. Pero hasta ese instante, Moscú, primero bajo Yeltsin y después con Putin, había aceptado con candidez las promesas falsas y las palabras de Washington. Durante el gobierno de George W. Bush las relaciones con Rusia ya empeoraron mucho: Estados Unidos avaló además la provocación y la guerra iniciada por Saakashvili en Georgia en agosto de 2008. Con Obama pareció iniciarse un tiempo nuevo con Hillary Clinton ofreciendo el "reinicio" de las relaciones con Moscú: en marzo de 2009, entregó en Ginebra a Lavrov la caja amarilla con un botón rojo de reset.

Rusia mostraba entonces voluntad de cooperación con Estados Unidos en Afganistán facilitando el paso de los aprovisionamientos estadounidenses, pero estaba preocupada por la renegociación del START, el escudo antimisiles norteamericano, y la expansión de la OTAN en Europa. Todo fue una puesta en escena de Obama, porque las relaciones siguieron deteriorándose después; Trump aprobó sanciones y Biden ha desatado una inusitada campaña mundial de acoso a propósito de Ucrania.

Las crecientes dificultades norteamericanas están facilitando un escenario donde nuevas guerras locales e incluso enfrentamientos de mayor envergadura sean el espejismo donde Washington espera revertir su lenta pero constante decadencia. Tiene problemas: el viaje de Bolsonaro a Moscú, que Estados Unidos intentó impedir, muestra que incluso históricos aliados suyos como Brasil desobedecen sus exigencias.

Pero su capacidad de presión continúa siendo enorme: Canadá siempre acompaña a Washington; ahora, enviando tropas a las cercanías de las fronteras rusas occidentales, mientras que Gran Bretaña y la Unión Europea, con diferentes grados de entusiasmo, aceptan sus imposiciones y la estrategia de Estados Unidos, que cuenta también en el Pacífico con arrastrar a Japón, Corea del Sur, Australia e incluso la India a nuevos episodios de acoso a China. La subordinación de la Unión Europea es particularmente desdichada: tras ser arrastrada a las guerras de Afganistán e Iraq y financiar una parte del gasto militar, en el momento de la retirada de Kabul el gobierno Biden ni siquiera consultó a sus aliados europeos. El aumento del gasto militar de Estados Unidos y la OTAN muestra su disposición hacia aventuras bélicas, porque el imperialismo es la guerra. En 2022, Estados Unidos dedicará 760.000 millones de dólares a sus ejércitos (pese a la retirada de Afganistán): 2.100 millones de dólares diarios; presupuesto que añadido a los del resto de miembros de la OTAN, supera con creces el billón de dólares anuales: eso es la carrera de armamentos. Por su parte,

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China gasta la tercera parte del presupuesto norteamericano, y sirios, ni tampoco en establecer un protectorado en el norte de Rusia dedica una cantidad similar a la de Alemania o Gran Iraq, donde sus militares y sus aliados israelíes actúan con la Bretaña. Y casi el setenta por ciento del gasto mundial en arcomplacencia de los kurdos iraquíes. A Estados Unidos no le mamento atómico lo realizan las potencias nucleares de la preocupa la soberanía de los pueblos: desde la lejana usurpaOTAN (Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia). ción de territorio mexicano, pasando por la amputación de Tras el fracaso de Estados Unidos y la OTAN en Siria, la caóPanamá a Colombia, ha despreciado siempre la soberanía de tica retirada de Afganislos demás países. tán fue un sonoro golpe El tablero estratégico Batallones nazis bombardean desde hace años a la para la credibilidad y la mundial ofrece victorias y población del Donbás, sin que Occidente haya dicho influencia norteameriderrotas para las principauna palabra. cana, aunque no por ello les potencias. Estados Uniabandona su beligerandos, que se había cobrado cia: tanto en relación a la pieza de Libia en 2011, Ucrania como en Taiwán, la intromisión norteamericana se consiguió con el golpe de Estado del Maidán en 2014 romper la fundamenta en que defenderá a ambos territorios de ataques alianza de Ucrania con Rusia y atraerla a su esfera de influenrusos y chinos. En 2021, Biden acudió a la Conferencia de Secia. Desde entonces, Kiev ha seguido una política de odio hacia guridad de Múnich asegurando: "América ha vuelto", pero Rusia y de discurso ultranacionalista que ha capturado a una concretó ese retorno con la más agresiva campaña contra parte de las nuevas generaciones. Moscú retuvo Crimea, pero Rusia de las dos últimas décadas, que ilustran las palabras de el distanciamiento de Ucrania fue una derrota de grandes conKamala Harris en la misma ciudad bávara un año después. La secuencias para Rusia, porque complicó sobremanera la procumbre del G7 y la OTAN sirvió para que Biden presionará a gresiva reintegración del espacio postsoviético. Así, Estados sus aliados europeos para incorporarlos al enfrentamiento Unidos fracasó en el intento de arrebatar a Rusia el control de estratégico contra China y Rusia, en un desesperado intento Sebastopol, una de las principales bases marítimas rusas y sepor retener la hegemonía en el planeta. de de la flota del Mar Negro, y los acuerdos de Minsk, que conEs pues en ese contexto que estalla la guerra ucraniana. taban con el apoyo de Moscú y el recelo de Kiev, continuaron ¿Cómo se ha llegado hasta aquí? El último cuarto de siglo ha siendo la base para desactivar la crisis, pero Estados Unidos presenciado una paulatina y constante violación estadouniempujó a Zelenski a lanzar una ofensiva contra el Donbás, que dense de los términos del Acta Fundacional Rusia-OTAN, susMoscú no podía contemplar indiferente. crita en 1997, adelantando el dispositivo militar occidental El estallido de la crisis ucraniana se ha gestado en el hasta las fronteras rusas. La hipótesis de la entrada de Ucrania Pentágono y el Departamento de Estado. La principal disputa en la OTAN, una alianza suno está en la crisis interna mamente agresiva hostil a de Ucrania, donde Rusia En Odessa tuvo lugar el asesinato de cuarenta y seis Rusia, es inaceptable para siguió apoyando los acuermilitantes del Partido Comunista de Ucrania que Moscú, que ya soporta un rodos de Minsk hasta el recofueron quemados vivos. sario de bases militares estanocimiento de las repúblidounidenses y de la OTAN en cas del Donbás en febrero toda su periferia occidental a de 2022, sino en el intento lo largo de miles de kilómetros desde el Mar Báltico hasta el de Estados Unidos de incorporar a Kiev a la OTAN, junto al Mar Negro y el Cáucaso. Que Ucrania se incorporase a la OTAN aumento del dispositivo militar atlantista en las fronteras ejerciendo su soberanía y su libertad de elección, como afirrusas. Moscú exigió un Acuerdo de garantías de seguridad para man en el cuartel general de Bruselas, es pura palabrería, como resolver pacíficamente las diferencias con Washington, ententambién su defensa de la integridad de Ucrania: Estados diendo que la seguridad internacional es indivisible. Propuso Unidos no tuvo la menor inquietud en quebrar la soberanía de también que Estados Unidos y la OTAN no organicen maniola pequeña Yugoslavia y romper el país, segregando a Kosovo. bras militares cerca de las fronteras rusas ni en Ucrania, CáuNi ha visto problemas con la ocupación turca del norte de Siria, caso y Asia Central, y que ambas superpotencias nucleares se ni en crear bases militares propias en los territorios sirios que abstengan de desplegar misiles terrestres de corto y medio ocupa, donde roba además el petróleo; ni ve problema alguno alcance, junto al compromiso jurídico de detener la expansión en la ocupación israelí del sur del Líbano y los Altos del Golán de la OTAN renunciando a la integración de Ucrania, Georgia y

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otros países. Moscú quiere también que las potencias firmandomicilios, y donde los escuadrones nazis fueron integrados tes renuncien a emplazar armas nucleares fuera de su territopor el gobierno en la Guardia Nacional, y siguen persiguiendo rio, retornando las que hoy están desplegadas. Propone adea quienes se oponen al régimen. Esos batallones nazis bommás que Estados Unidos y Rusia se comprometan a no enviar bardean desde hace años a la población civil del Donbás, sin bombarderos ni buques con armamento nuclear cerca del que Occidente haya dicho una palabra. territorio de la otra parte. Las alarmas levantadas por OcMoscú impulsó los acuerdos de Minsk, intentó durante cidente sobre la invasión rusa de Ucrania eran la cortina de ocho años resolver la crisis del Donbás, atacado por el ejército humo para ocultar la cuestión central: la seguridad en Europa de Kiev causando miles de muertos, cuya trágica situación no y la expansión de la OTAN. La respuesta negativa de Estados ha preocupado a Occidente, y procuró negociar garantías de Unidos al documento de seguridad con Estados Unidos.

Moscú sobre garantías Nada de eso ha servido, porEn el momento de la retirada de Kabul el gobierno Biden ni de seguridad recibió un que la expansión de la OTAN siquiera consultó a sus aliados europeos. duro alegato ruso llano se ha detenido, y la hipótemando a Kiev a aplicar sis de una Ucrania antirrusa, los Acuerdos de Minsk y claramente hostil, incorporada que Estados Unidos y al dispositivo militar occidensus aliados dejasen de enviar armamento a Ucrania, retirasen tal es una gravísima amenaza: eso es lo que ha llevado a Putin los instructores militares y no realizasen nuevas maniobras con a la intervención en Ucrania, con el objetivo de asegurar la el ejército ucraniano. Pero la guerra ha cambiado el escenario. neutralidad del país, en una arriesgada operación, porque la Putin cometió un grave error en 2014, sin reaccionar ante el invasión de febrero de 2022 tiene una génesis precisa. Durante golpe de Estado que derrocó a Yanukóvich en Ucrania tras la las semanas anteriores a la operación rusa, el ejército ucraniaviolación del acuerdo firmado para crear un gobierno de unino, espoleado por Washington, estuvo bombardeando el Dondad nacional que integrase a gobierno y oposición, suscrito bás con dureza (incluso alcanzando territorio ruso limítrofe) con la garantía de los ministros de Asuntos Exteriores de mientras Estados Unidos continuaba su apabullante campaña Alemania y Polonia, Frank-Walter Steinmeier y Radoslaw mundial denunciando las intenciones de Rusia: si Moscú resSikorski. Por el contrario se impuso un régimen de extrema pondía al ataque en el Donbás para proteger a la población de derecha, incluso con ministros abiertamente fascistas, ante la los bombardeos, Biden esperaba verle caer en la trampa de un impotencia de Moscú, que solo reaccionó cuando la población conflicto en sus fronteras que podría envenenarse; si por el empezó a resistir al golpe de Estado: fue aplastada en muchas contrario Putin optaba por la prudencia, dejando caer el regiones, como en Odessa (donde tuvo lugar el espeluznante Donbás, Estados Unidos se apuntaba una seria victoria que asesinato de cuarenta y seis militantes del Partido Comunista reforzaría su objetivo de seguir acorralando a Rusia e incorpode Ucrania que fueron rar a Ucrania a la OTAN. MosNo es Rusia quien lleva tropas a las cercanías de Estados quemados vivos en el edicú dudaba, y Putin optó por la ficio de los sindicatos), en invasión. Así, la decisión de Unidos, sino el Pentágono y la OTAN quienes acercan su Járkov, en el Donbás, en intervenir del gobierno ruso dispositivo militar a Rusia.

Crimea. Putin consiguió se sustentó en la ayuda al retener la península criDonbás y en dos cuestiones meana y Sebastopol, sede muy relevantes que se explicide la marina rusa del Mar Negro, pero el cambio de bando de taron en los días previos al estallido de la guerra: primero, la Ucrania fue un golpe demoledor. El régimen ultranacionalista rotunda negativa de Estados Unidos a negociar el documento ucraniano es presentado ahora por los potentes medios de presentado por Rusia el 17 de diciembre (que recoge sus propaganda occidentales como un país democrático invadido, demandas principales: desistir de incorporar a Ucrania y Georocultando que surgió del golpe de Estado del Maidán, que una gia a la OTAN, retorno a la situación estratégica de 1997, cuancorrupta oligarquía controla la sociedad hasta el punto de que do se firmó el acuerdo OTAN-Rusia; y renuncia a desplegar muchos grandes empresarios disponen de ejércitos privados, y armamento en el Este de Europa); y segundo, la imprudente y que el gobierno persigue con saña a los comunistas y a la temeraria declaración de Zelenski proclamando que Kiev izquierda, cuyos militantes sufren asesinatos, torturas y detenpodría volver a albergar armamento nuclear: eso encendió tociones, quema de sus locales y a veces destrucción de sus das las alarmas en Moscú, porque una Ucrania nuclear o con

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armamento atómico estadounidense desplegado en su territorio (como Estados Unidos tiene en Alemania, Italia, Holanda y Bélgica, además de Turquía) sería una amenaza mortal para el futuro de Rusia. Putin y el ejército ruso constataron que la propia existencia de Rusia estaba en juego y que, con otros actores, podría repetirse en la federación rusa la fragmentación de la Unión Soviética, riesgo que no ha desaparecido. De hecho, el Partido Comunista ruso lleva años reclamando a Putin una política exterior más firme ante el imperialismo estadounidense para prevenir esa eventualidad.

La histeria creada por Estados Unidos con la campaña de desinformación sobre Ucrania pretende también ligar a la Unión Europea a su estrategia, y lo ha conseguido. Un aspecto muy relevante de la seguridad en el continente es la existencia de armamento atómico estadounidense en varios países europeos, en abierta violación del Tratado de No Proliferación Nuclear, TNP. Además, Estados Unidos aunque está dispuesto a discutir el START III sobre la reducción de los arsenales nucleares, se niega a abordar los depósitos de armamento atómico que tiene desplegados en Europa, en países no nucleares, y que pueden alcanzar territorio ruso. Esa circunstancia se añade al abandono por Estados Unidos del Tratado INF de misiles de corto y medio alcance (que eliminaba los misiles de crucero y balísticos de entre 500 y 5.500 kilómetros) que abrió también otra brecha en la seguridad estratégica rusa: el pretexto norteamericano para abandonarlo fue la existencia del misil ruso de crucero 9M729 que, según Washington, supera el radio de alcance establecido en el INF, extremo que Moscú siempre ha negado porque tiene un alcance de 480 kilómetros, mostrándose además abierta a inspecciones mutuas que constaten su veracidad. Rusia ha conseguido aventajar a Estados

Unidos con sus misiles hipersónicos, pero el conjunto de la arquitectura de seguridad mundial está en peligro: Estados Unidos destruyó el ABM y el INF al abandonar unilateralmente esos tratados.

Las reiteradas amenazas de sanciones económicas, incluso de sacar a Rusia del sistema de transferencias internacionales SWIFT hechas ya en 2014, y aprobadas finalmente por Estados Unidos y sus aliados en los primeros días de la guerra ucraniana, han llevado al gobierno ruso a preparar una alternativa, el SPFS, un sistema de transferencia financiera similar al SWIFT aunque de mucho menor alcance. Porque las amenazas vienen de lejos: antes de la actual crisis, el Parlamento europeo aprobó, en mayo de 2021, una resolución proponiendo desconectar a Rusia del SWIFT "si invadía Ucrania", aunque el griterío sobre la "amenaza rusa" en Ucrania quería ocultar las evidencias: no es Rusia quien lleva tropas a las cercanías de Estados Unidos, sino el Pentágono y la OTAN quienes acercan su dispositivo militar a Rusia. Que el gobierno Biden exija a Mos cú que retire tropas que están en territorio ruso es inaceptable, y oculta también que Estados Unidos dispone de instructores militares en Ucrania y adiestra a su ejército, circunstancia que, es obvio, no podía ser contemplada con tranquilidad por Moscú.

La ofensiva lanzada por Washington contra Rusia con el expediente Ucrania perseguía también golpear la estrategia de Moscú (hacer frente al fortalecimiento de la OTAN en sus fronteras, al mismo tiempo que prosigue su lento y dificultoso acercamiento a las antiguas repúblicas soviéticas) y, subsidiaria-

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mente, infligir una derrota a China, su más serio oponente en el mundo. Porque Estados Unidos no solo pretende incorporar a su área de influencia a toda Europa oriental: está, además, reforzando el dispositivo militar de la OTAN para debilitar a Rusia y confinarla en un estatus de potencia regional que tendría así que ocuparse más de su propia seguridad que de promover junto a Pekín un nuevo escenario internacional multipolar. En esa hipótesis, cobra sentido que Washington incitase a Kiev a lanzar operaciones militares contra el Donbás para involucrar a Rusia en una guerra local: la inmediata reacción de la OTAN llevaría la crisis a un punto de difícil retorno, supondría el fin del gasoducto Nord Stream 2 y amarraría a Alemania y a la Unión Europea a la estrategia estadounidense. Así ha sido. Pero la guerra es siempre una catástrofe, y la opción más sensata sigue siendo una mediación china para poner fin a los combates.

La nueva fase imperialista está presidida por el rearme, la militarización de las relaciones internacionales y el riesgo de una guerra global. Los recursos estadounidenses son los tradicionales de las dos últimas décadas: imposición de sanciones económicas, acciones de sus equipos de operaciones especiales, bombardeos selectivos, golpes de Estado, utilización de compañías de mercenarios y grupos terroristas creados y financiados por sus propios servicios secretos, guerra electró-

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nica, además de la financiación de ONGs que orienten y estimulen protestas en países considerados enemigos. Una línea de actuación de su política exterior es promover la ruptura y fragmentación de países, como ha intentado en Oriente Medio, aunque sin éxito. Como podía esperarse, en algunos países Estados Unidos intenta también intervenir al calor de protestas de la población.

El G-7, la Unión Europea, el QUAD asiático y el AUKUS anglosajón son instrumentos de Estados Unidos para lograr sus objetivos en el mundo, y tienen destinatarios precisos: China y Rusia. Mientras, Washington prosigue el incumplimiento de la política de "una sola China" estimulando el particularismo en Taiwán al mismo tiempo que levanta alarmas acusando regularmente a Pekín de preparar la invasión de la isla, pese a que según el derecho internacional forma parte de su territorio. No debe olvidarse que Taiwán siempre ha sido territorio chino, y que la situación actual tiene su origen en 1949 cuando el ejército derrotado del Kuomintang se refugió allí, recibiendo desde entonces el apoyo de Estados Unidos. Una declaración de independencia de Taiwán sería considerada por Pekín una provocación a la que no podría dejar de responder. Y Washington no ha abandonado su campaña sobre Xinjiang, con espeluznantes acusaciones falsas sobre campos de concentración donde estarían recluidos centenares de miles de uigures

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chinos. Además, ha concertado con Tokio patrullajes navales mo ruso en las principales ciudades, potenciales protagonisnipones en zonas que preocupan a Pekín. Por añadidura, Estas de revueltas. China debe soportar la presión en Xinjiang, tados Unidos lanza acusaciones de piratería informática conTíbet y Hong Kong, que cuentan con movimientos particulatra China y Rusia, en un ejercicio de suma hipocresía surgienristas y nacionalistas financiados por Washington, y en do del país que mantiene la estructura de espionaje y piratería Taiwán, aunque la solidez del poder central del Partido más voluminosa del mundo. En el verano de 2021, en un eviComunista de China está fuera de duda. dente movimiento concertado, Estados Unidos, la OTAN y la La agresividad norteamericana hacia Moscú ha fortalecido Unión Europea, además de Gran Bretaña, Canadá, Nueva Zelos vínculos de Rusia y China, aunque su moderna colaboralanda y Japón, acusaron a China de piratear el sistema de coción se remonta a la creación en 2001 de la Organización de rreo electrónico de Microsoft que utilizan centenares de milloCooperación de Shanghái, OCS. El aviso lanzado por Putin en nes de personas en el mundo. Josep Borrell, en nombre de la la Conferencia de Seguridad de Múnich en 2007 fue, de hecho, Unión, publicó un comunicado señalando sin pruebas a Pekín el inicio de una nueva fase en las relaciones internacionales: como responsable de haber causado graves "riesgos de segurise había terminado la complacencia hacia Washington que dad e importantes pérdidas económicas para los organismos impuso Yeltsin, y ello vino acompañado del progresivo fortalepúblicos y compañías privadas". cimiento chino. En la crisis ucraniana, China apuesta por la Ucrania es ahora un pretexto para cautela y la negociación, defendienuna ofensiva norteamericana que do el concepto de que la seguridad pretende arrinconar a Moscú a traes indivisible y apoyando a Moscú China apuesta por la cautela vés de duras sanciones concertadas en sus reclamaciones sobre el fin de y la negociación con sus aliados, sabotajes a su ecola expansión de la OTAN, y cuenta nomía, y presión militar y diplomácon la alianza de Rusia y de la OCS, tica, con el objetivo de asestar un duro golpe a Putin y, eveny dispone de una apreciable influencia en Asia, Oriente Medio, tualmente, derribar al gobierno ruso: esa política está convirÁfrica y América Latina gracias a su cautelosa política exterior, tiendo al mundo en un polvorín, y mucho dependerá de la y a su renuncia a intrometerse en las cuestiones internas de evolución de la guerra en Ucrania. Victoria Nuland, que reparcada país. Pero Estados Unidos cuenta con muchos aliados, de tía galletas en el Maidán en los días previos al golpe de Estado grado o por la fuerza, y domina los grandes medios informaticontra Yanukóvich, admite ahora que Estados Unidos dispone vos internacionales con los que inunda al mundo sin reparar en Ucrania de laboratorios biológicos, que Rusia teme que en la mentira, aun incurriendo en groseras manipulaciones: estuvisen desarrollando armas biológicas. China, que ha pediObama ha condenado la intervención rusa en Ucrania consido explicaciones a Estados Unidos sobre esos laboratorios derando que es "una violación del derecho internacional y los ucranianos, critica la imposición de sanciones a Rusia y la proprincipios básicos de la decencia humana"... como si, en sus hibición de las importaciones de petróleo ruso. Al mismo ocho años en la presidencia, él mismo no hubiese ordenado tiempo, Estados Unidos es consciente de que una guerra globombardear Afganistán, Iraq, Siria, Libia, Yemen, Somalia, Pabal para derrotar a Rusia y China derivaría en una catástrofe kistán, y como si su país no siguiese esparciendo la pólvora y nuclear, por lo que es descartada incluso por los más aventuel odio. reros halcones del Pentágono y del Departamento de Estado: El imperialismo estadounidense no está derrotado, ni opta por la presión militar en las fronteras, por atacar a aliados mucho menos: la crisis en Europa oriental, el belicismo de la de Moscú y de Pekín, y por estimular protestas internas en OTAN y la creciente presión sobre Rusia; el cerco a China, el Rusia y China, promoviendo también la división y el enfrentaacoso a sus empresas, en sus costas, en el océano Pacífico y en miento en sus estructuras de poder que tan buen resultado le Taiwán, puede encender más hogueras negras. El riesgo de dio en los años de Gorbachov: recuérdese que en la década esta hora es que Estados Unidos quiera exorcizar su crisis infunesta de Yeltsin, con su aprobación, agentes de la CIA trabaterna, la ausencia de un proyecto de futuro y la disminución jaron controlando la actividad del gobierno ruso en sus prode su poder económico global con el recurso a los viejos mepias oficinas y que incluso estuvieron presentes en sus instacanismos bélicos de la expansión imperial: su rechazo a un laciones de armas nucleares. Washington cuenta con que esas mundo compartido, con responsabilidad conjunta y colaboraprotestas puedan derivar en crisis políticas e, hipotéticamención entre las grandes potencias, significa que en Washington te, en la quiebra y la ruptura. Rusia cuenta con puntos débiles siguen acariciando la tentación de derrotar a sus enemigos, y en el Cáucaso y entre los beneficiados por el actual capitaliseso hace resonar los tambores de guerra ■

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Ejercicios militares conjuntos de Rusia, China y Mongolia. 2018

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Relaciones entre China y Rusia por Alberto Bradanini

¿

Sobre qué fundamentos se establece la alianza entre rusos y chinos? La convergencia entre ambos países pretende afirmar sus respectivas soberanías políticas. Una futurible unión euroasiática aislaría a los Estados Unidos de la mayor masa continental del planeta y, por consiguiente, desactivaría sus aspiraciones de hegemonía mundial.

Las relaciones entre Rusia y China están en el centro de la política mundial. Veamos brevemente su génesis y evolución.

Si los bolcheviques habían sovietizado el marxismo en el siglo pasado, los comunistas chinos lo han sinizado ahora. Tras tomar el poder, los soviéticos se centraron inicialmente en la dimensión internacionalista, pero pronto la abandonaron por razones de supervivencia. Los bolcheviques habían llegado al poder en un país donde los trabajadores eran una ínfima minoría en comparación con los campesinos/esclavos del imperio zarista. La revolución de Lenin fue una revolución tomada al borde de la historia, propiciada por la inmensa carnicería de la Primera Guerra Mundial y llevada a cabo en nombre de los trabajadores del mundo. Estaba convencido de que los trabajadores europeos pronto se levantarían también, reforzando las posibilidades de la propia revolución soviética, que todavía era frágil y estaba en el punto de mira de las potencias burguesas.

En los años siguientes, al tener que sobrevivir como avanzada socialista sitiada, la Unión Soviética había aceptado el diálogo con las naciones capitalistas como una línea provisional de compromiso, a la espera de una revolución proletaria universal que, sin embargo, era cada día más hipotética. La frustración de esta esperanza habría conducido a la rusificación del comunismo, a la prevalencia del nacionalismo soviético sobre el ideal internacionalista y, finalmente –según los críticos capitalistas y maoístas después de la desestalinización de Jruschov– a dejar de lado las necesidades de los obreros y campesinos.

La creación ex-novo de una clase relativamente privilegiada

como pilar de los privilegios del Partido para la construcción de una quimérica sociedad monoclasista –sistema construido por Iósif Stalin tras la muerte de Lenin y que poco tenía que ver con la doctrina de Marx– está en la base de la derrota histórica del comunismo soviético.

Por eso no es de extrañar que, en el momento del colapso, no solo el mundo del trabajo esclavizado, sino ni siquiera la nomenklatura que se beneficiaba de tantos privilegios, se opusiera al desmantelamiento planificado del país (bajo Boris Yeltsin), a la venta de los activos nacionales al capitalismo occidental y a la fuerte degradación social que siguió.

La experiencia china fue diferente desde el principio. En el centro de las preocupaciones estaban la fragilidad de la nación y la sostenibilidad del proceso revolucionario en un país exterminado y atrasado, y en ausencia de una clase obrera digna de ese nombre. En esas condiciones, no se podía pedir al comunismo chino que se ocupara de la palingenesia universal ni que pretendiera ser coherente con las instancias fundadoras de la ideología marxiana –libertad formal y sustancial, lucha contra la alienación y la explotación en todas sus formas, tensión hacia una sociedad axiológicamente diferente– siempre que Mao conociera a fondo las especulaciones del filósofo de Tréveris.

Incluso cuando el PCCh, en la década de 1960, emprendió un prudente apoyo a los movimientos antiimperialistas (contra Occidente) y antirrevisionistas (contra la URSS) en Asia, África y América Latina, sus objetivos nunca se centraron realmente en horizontes internacionalistas. Ostensiblemente comprom-

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tido con la lucha ideológica a favor del ideal comunista, en realidad el Partido Comunista Chino está preocupado principalmente por proteger la seguridad y la soberanía del país, que percibe como amenazada por el imperialismo occidental.

Desconfiado de la Comintern desde el principio, Mao estaba convencido de que el programa oculto del PCUS era utilizar la Internacional Comunista para imponer la dominación rusosoviética a los movimientos socialistas mundiales y no promover la revolución proletaria en el mundo respetando la soberanía de cada uno.

La ruptura con la Unión Soviética se consumó definitivamente en 1959 con la negativa soviética a suministrar a Pekín la tecnología para la construcción del arma atómica; según Moscú porque ello habría impedido la distensión con Occidente, aunque, en realidad porque la bomba habría independizado aún más a China de la influencia soviética. Mao, por su parte, no podía aceptar el paraguas atómico que Jruschov le proponía como alternativa: “China es demasiado grande”, respondió, pero quiso decir demasiado orgullosa, “para confiar la seguridad a otro país”.

Japón y Gran Bretaña Su objetivo era también exacerbar las tensiones con Moscú para apoyar el son los puestos de acercamiento a Estados Unidos que esavanzada taba surgiendo entonces y que habría estadounidenses para permitido a China entrar en el Consejo de Seguridad de la ONU en lugar de Taicontrolar la masa wán, objetivo que se consiguió realmencontinental te el 25 de octubre de 1971.

Unos años antes, en la Conferencia de euroasiática.

Bandung (1955), las palabras de Zhou Enlai resonaron enérgicamente contra el colonialismo y el imperialismo, y a favor del no alineamiento, pero no abrieron ningún atisbo de una posible tercera vía revolucionaria o incluso reformista que China liderara a escala mundial.

Sin embargo, esto no impidió que durante la Revolución Cultural surgiera un resurgimiento del internacionalismo limitado a favor de los movimientos antiimperialistas en Vietnam, Palestina y algunos países africanos. Sin embargo, a pesar del énfasis léxico, y sin interrupción desde Mao hasta Xi Jinping, tanto la construcción del socialismo (desde la fundación de la

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Vladimir Putin, Xi Jinping y Hassan Rouhani. 2019

República Popular hasta la muerte de Mao en 1976) como el crecimiento económico (desde Deng en adelante) se han centrado en la perspectiva nacional.

Los intentos de proyectar el maoísmo en la escena internacional, ya sea en el sudeste asiático, en África o en Sudamérica, no van más allá de algunas ayudas materiales y algunas declaraciones de principios, mientras que las intervenciones en Camboya y Vietnam están motivadas por razones geopolíticas más que ideológicas.

Tras la ruptura entre Mao y Jruschov en los años 50, las relaciones ruso-chinas empeoraron en 1969, cuando los incidentes del Ussuri acercaron a las dos naciones a un conflicto que sería inédito (entre dos naciones comunistas) y devastador (con riesgo de escalada, entre dos potencias nucleares). La perspectiva de aislamiento y las amenazas percibidas a la soberanía nacional, cuya pérdida Mao consideraba letal para el futuro de China, le convencieron de seguir la intención de Washington de jugar la carta china en clave antisoviética.

Pasaron los años y, con la implosión de la URSS, el marco de alianzas cambió radicalmente, porque a partir de ese momento, Estados Unidos ya no necesitaba a China y, de hecho, se convenció de que la principal amenaza para su hegemonía procedía de Pekín. Según la lógica de la compensación, se inició un lento deshielo entre Rusia y China, que en 1991-1992 condujo a la firma de un acuerdo de demarcación de fronteras y de cooperación militar, con la venta de los primeros aviones de combate rusos a la Fuerza Aérea china.

En 1996 se estableció una asociación estratégica cuyo conte-

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nido es aún impreciso. En 1997, Jiang Zemin y Boris Yeltsin firmaron una declaración a favor de un mundo multipolar, condición indispensable para un orden planetario diferente. En 1999 se alcanzó el primer acuerdo serio sobre el Amur, aunque las relaciones comerciales eran todavía modestas y las agendas respectivas con Estados Unidos eran diferentes. En 2001 se firmó un tratado de amistad que abrió nuevas áreas de cooperación hasta 2012-13, cuando los lazos se hicieron más sólidos y diversificados, y Xi Jinping incluso desarrolló una relación de estima personal con Vladimir Putin. Y así es como poco a poco –la historia no deja de sorprender– China y Rusia vuelven a converger sobre la base de fuertes intereses comunes, una convergencia que no tiene los contornos anticapitalistas del pasado anterior a la ruptura, sino que cuenta como rival estratégico a la misma nación que antes había sido enemiga de ambos: Estados Unidos de América.

Hasta 1989-91, el papel que Washington había asignado a China, y viceversa (a saber, la contención de la Unión Soviética), había garantizado un relativo grado de cercanía, a pesar de las diferencias de ideología y sistema económico. Sin embargo, en esos años se produjo un acontecimiento de importancia histórica que cambió las cartas sobre la mesa, la desintegración del imperio soviético. Con ello, el principal motivo de acercamiento entre dos naciones tan alejadas desapareció de repente, las relaciones se complicaron y la sombra del enfrentamiento estratégico se alargó. Al día siguiente del colapso soviético, Washington trató de controlar la economía rusa y, al mismo tiempo, de enganchar a Moscú en una perspectiva antichina. Sin embargo, esta elección duró poco, tras lo cual una serie de sucesivos (aparentes) errores estadounidenses allana-

El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, y su homólogo chino, Wei Fenghe. 2021

ron el camino hacia los escenarios actuales.

Con la crisis ucraniana de 2014, China y Rusia redescubrieron una agenda política y económica común y la misma necesidad de contener la omnipresencia estadounidense. Concebida por Estados Unidos en un contexto antirruso, la llamada primavera ucraniana sacó a la luz mu chas complementariedades con Aunque comprometida Moscú que hasta entonces habían perma necido en la sombra: cooperación con el ideal comunista, militar, energética, comercial, colaboraChina está ción en el seno de la OCS (Organización principalmente de Cooperación de Shanghái), converpreocupada por gencia en torno a Irán, Palestina, Corea del Norte, etc., todo ello aderezado por la proteger su seguridad necesidad común de contener el expany soberanía nacional. sionismo estadounidense. La profundidad de esta reaproximación se ve corroborada por una similitud, aunque relativa, entre ambos sistemas económicos: en Rusia, como en China (con diferentes modulaciones e intensidad), los activos fundamentales, las finanzas y los sectores estratégicos, están controlados por el Estado y, por tanto, son de difícil acceso para el omnívoro corporativismo estadounidense. Tras el desastroso interludio de Boris Yeltsin, con la llegada de Putin la música ha cambiado y la caja fuerte del país, empezando por los enormes yacimientos de gas y petróleo, vuelve a estar firmemente bajo control estatal.

En marzo de 2014, con su decisión de abstenerse en la resolución presentada por Estados Unidos ante la Consejo de Seguridad de la ONU sobre la anexión rusa de Crimea, China equilibra astutamente los intereses (el interés conjunto con Moscú) con los principios (el riesgo de dar cabida a la injerencia en Tíbet, Xinjiang, Taiwán y Hong Kong). Después de las fricciones de la era soviética, ese voto de abstención es un hito en el camino del acercamiento estratégico entre Rusia y China, cuyo pilar es la necesidad compartida de contener el hegemonismo estadounidense.

El comercio bilateral entre ambos países crece a ritmos elevados (en 2019, más de 111.000 millones de dólares en ambas direcciones): importaciones chinas por valor de 54.900 millones de dólares y exportaciones por valor de 49.060 millones de dólares1. El intercambio se acelerará aún más con las importaciones chinas de gas siberiano previstas en los próximos años2.

China es ya el primer socio comercial de Rusia, que, a su vez, tras haber superado a Arabia Saudí, es el primer exportador de energía a la República Popular, y por tierra, lo que permite evitar los tramos de mar controlados por las flotas estadounidenses. También Rusia es el principal exportador de tecnología militar a China. En el comercio electrónico y transfronterizo,

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Vladimir Putin y Xi Jinping

en la navegación por satélite, en la producción de aviones de largo alcance e incluso en el frente cultural, las relaciones bilaterales se amplían cada día.

El acuerdo energético de 30 años firmado el pasado 4 de febrero refuerza aún más el vínculo mutuo. A través del nuevo gasoducto que unirá Siberia Central con territorio chino, Gazprom aumentará las exportaciones a China de los 38.000 millones actuales a 48.000 millones de metros cúbicos anuales, lo que convertirá a Asia Central en el principal proveedor de gas natural del giIrán cuenta con China gante asiático. No se conocen los precios y Rusia para construir acordados, pero cabe suponer que China ha llegado a un acuerdo conveniente, un triángulo de mientras que Rusia consolida los lazos resistencia con un crucial comprador alternativo a antiestadounidense. Europa, reforzando su poder de negociación con esta última.

Las dos naciones realizan ejercicios militares regulares, han completado la construcción del grandioso y simbólico puente sobre el río Amur y han desarrollado acuerdos militares avanzados3. Para ambas, se trata de una estrategia que, además de contener a su rival común, pretende reforzar la multipolaridad definiendo esferas de influencia mutuas en Asia Oriental y Central y en Oriente Medio4.

En tal escenario, no hay que sobreestimar la preocupación rusa por los flujos comerciales cualitativamente ventajosos para China (materias primas chinas frente a energía rusa), las sospechas de reproducción ilícita de armamento ruso, una hipotética invasión china en los interminables espacios siberianos y, finalmente, una hiperactividad china en los países exsoviéti-

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cos de Asia Central que entraría en conflicto con los intereses rusos. Se trata de cuestiones en las que se hace hincapié en la manipulación occidental, pero sobre las que se puede llegar a un compromiso, a la luz de los numerosos intereses comunes.

Vladimir Putin y Xi Jinping también reafirmaron la amistad entre ambos países en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín, expresando sus críticas a la ampliación de la OTAN y llamando a abandonar las oposiciones ideológicas propias de la época de la Guerra Fría y a respetar la soberanía, la seguridad y los intereses de los demás... actuando de forma justa y objetiva en favor del desarrollo pacífico entre los pueblos. Los dos líderes añadieron que las relaciones bilaterales chino-rusas no tendrán límites y están destinadas a superar el nivel de las alianzas político-militares de la Guerra Fría. Incluso en la península de Corea, los dos países encuentran buenas razones para cooperar. El despliegue de THAAD (Terminal High Altitude Area Defense, sistema estadounidense contra misiles balísticos de medio y corto alcance) en Corea del Sur se considera una operación de intrusión contra ambos con el pretexto de la amenaza norcoreana.

En cuanto a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), de la que China y Rusia son los pilares, inicialmente tenía el objetivo limitado de derrotar a los Tres Males: el terrorismo, el separatismo y el extremismo religioso. En junio de 2017, se incorporaron Pakistán e India, y en septiembre de 2021, Irán. El éxito de la OCS queda confirmado por el amplio interés que despierta: además de los miembros de pleno derecho5, se han incorporado los países observadores, Afganistán, Bielorrusia y Mongolia, mientras que Sri Lanka, Camboya, Azerbaiyán, Nepal, Armenia, Egipto, Qatar, Arabia Saudí e incluso Turquía (país de la OTAN) participan como socios del diálogo6.

Con el tiempo, si es capaz de generar rendimientos tangibles para todos, en términos de seguridad y estabilidad política, así como beneficios económicos, reduciendo los factores de división y ayudando a resolver disputas de larga data, como la indo-pakistaní y la chino-india, la OCS podría convertirse en una especie de OTAN asiática, aunque la heterogeneidad objetiva de algunos de sus miembros no permite una predicción tan clara.

Las tensiones ruso-estadounidenses, alimentadas por la política imperialista de Washington, que afectan profunda-

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mente a las relaciones (que deberían ser amistosas) entre Europa y Rusia, empujan a esta última aún más hacia la orilla china.

Con el advenimiento de Putin, que ha devuelto la dignidad a una nación sumida en el desorden, Estados Unidos ha tenido que enfrentarse a una difícil alternativa: apretar el acelerador del reset con respecto a Moscú, aceptando un acercamiento estratégico de éste con Europa, o elegir el mal menor, perder a Rusia. Si la perspectiva de una integración estratégica Rusia-Europa incluyera con el tiempo a China, al final de ese camino de interconexión logística entre el Lejano Oriente y Europa que constituye el objetivo primordial del Cinturón y la Ruta, el continente euroasiático encontraría un centro de gravedad diferente, redibujando los contornos del poder en el mundo. En la visión estadounidense, Europa y Asia deberían operar en dos frentes separados, ahorrando a Washington el coste de una intervención directa.

Es posible que Washington apueste por el resurgimiento de las desavenencias ruso-chinas de la época soviética, aunque hoy el escenario político es muy diferente y los factores de rivalidad son mínimos. Por otro lado, Estados Unidos cree que se beneficia del escenario actual. Además de confirmar el servilismo de Europa a los intereses estadounidenses, el complejo militar-industrial sale ganando una vez más (que como sabemos, además del armamento, se extiende a la industria del entretenimiento, los medios de comunicación, el mundo académico, Internet, las carreras políticas y más), mientras que las sanciones (hasta ahora) unilaterales de Estados Unidos contra Rusia y China, siempre astutamente moduladas para no perjudicar a las corporaciones estadounidenses, mantienen los precios de la energía bajo presión y apoyan el tipo de cambio del dólar.

El principio fundador de cualquier imperio es “divide y vencerás”. Japón y Gran Bretaña son los puestos de avanzada estadounidenses para mantener bajo control el Lejano Oriente y el Lejano Occidente de la masa continental euroasiática, respectivamente. El imperio estadounidense ha delegado en estos dos países la tarea de contener sus respectivas terminales vecinas. En Occidente, sigue siendo poco probable que Inglaterra sucumba a la seducción de integrarse en el destino euroasiático, ya que pertenece al club americanista anglosajón por razones políticas, culturales y financieras. En cuanto a la elección subordinada de Japón, parece estar motivada por un astuto

Hassan Rouhani, expresidente de Irán, y Xi Jinping, presidente de China. 2016

cálculo, los rendimientos económicos del mercantilismo tras la derrota militar y la humillación de la cultura tradicional que permitió a ese país alcanzar la prosperidad sin una costosa movilización militar.

Si no puede surgir ningún proyecto serio de unificación europea si Alemania y Rusia siguen siendo hostiles entre sí, por analogía no puede haber una perspectiva asiática real si China y Japón siguen divididos. Por el momento, éste pretende preservar el orden de la posguerra, pero en el futuro este escenario podría cambiar, ya que Japón se encuentra en una etapa reversible de americanización, su cultura muestra resistencia a la homologación del manto occidentalizador, e –impulsado por diferentes prioridades– podría librarse algún día de las consecuencias de la derrota militar. En esencia, China es el horizonte inconsciente de Japón y un posible aliado natural, además de un gigantesco mercado para la interacción económica.

En 1997, Zbigniew Brzezinski escribió que Eurasia es el supercontinente axial... Es imperativo que no surja ningún retador en esta región capaz de dominarla y, por tanto, de desafiar a Estados Unidos7. Los geoestrategas estadounidenses son prisioneros de esta concepción arcaica, negándose a considerar que la progresión de la historia reconfigura constantemente las relaciones entre los pueblos. Incluso si un día surgiera un Estado contendiente en los territorios asiáticos, el sol seguiría saliendo cada día como lo ha hecho durante miles de años. El comercio de Japón con China es 1,4 veces superior al de Estados Unidos. Las exportaciones de Corea del Sur a China son más de un 80% superiores a las de Estados Unidos, y la lista continúa. Eurasia no es políticamente homogénea y no consti-

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tuye un bloque uniforme. Sin embargo, su economía es mayor y más dinámica, su territorio está habitado por una media de personas más educadas y ahora dispone de tecnologías cuyo monopolio ha perdido Estados Unidos. El siglo XXI es el siglo de Eurasia.

El panorama se enriquece aún más por el hecho de que el eje Moscú-Pekín, además de las exrepúblicas soviéticas geopolíticamente contiguas, tiende a enrolar a otras naciones fuera del dominio estadounidense, la primera de las cuales, situada en la línea de fractura entre Asia y Europa, es la República Islámica de Irán. La meseta iraní está estratégicamente situada y cuenta con las mayores reservas combinadas de petróleo y gas del mundo. Irán y China, herederos de antiguas civilizaciones, se encuentran en un momento crítico de su historia, urgidos por la necesidad común de hacer frente a la hostilidad estadounidense, que en el caso de Teherán es total y en el de Pekín más dialéctica. La República Islámica de Irán cuenta con China y Rusia para construir un triángulo de resistencia antiestadounidense, reducir su aislamiento, reforzar su cerco de seguridad contra la amenaza israelí-estadounidense y relanzar su economía, empezando por el Entre Rusia y China sector energético, su principal existe la necesidad fuente de ingresos. compartida de Para Teherán, la sed china contener el de energía es casi insaciable. hegemonismo Pekín sigue comprando petróleo8, a precios rebajados adeestadounidense más, desafiando las sanciones de Estados Unidos con astucia, para no afectar a sus intereses con la superpotencia americana.

En abril de 2021, China e Irán firmaron un acuerdo estratégico9 en materia de economía y seguridad, abriendo nuevos horizontes en la geopolítica regional10. Pekín se compromete a invertir hasta 400.000 millones de dólares en los próximos 25 años en gas/petróleo, banca, telecomunicaciones, puertos, ferrocarriles, sanidad, redes 5G, GPS, etc., contribuyendo a la modernización industrial y de infraestructuras de Irán, a cambio de una energía segura y con descuentos. En términos políticos, China pretende incluir la meseta persa en la dinámica de desarrollo del Cinturón y la Ruta de Asia Central, mientras que Teherán abre un horizonte alternativo a Oriente frente a un Occidente del que es rechazado.

Hoy, en esencia, China, Rusia e Irán están unidos por la necesidad de enfrentarse al mismo rival en un laberinto de caminos, ante la brecha cualitativa de las respectivas relaciones con Estados Unidos: hostiles en todos los frentes las de Teherán,

conflictivas pero en igualdad de condiciones las de Rusia, y competitivas, conflictivas y, a la vez, mutuamente ventajosas, las de China. Se trata de caminos cuesta arriba, que deberán contar con un prisma abigarrado de intereses e imprevistos, aunque hoy, en las agendas de los tres protagonistas, las convergencias parecen prevalecer sobre las divergencias. Sin embargo, la historia, como es bien sabido, es una maestra de la coreografía, no solo de la vida ■

Notas 1. Melkadze, A. “Value of Russian trade in goods (export, import, and trade balance) with China from 2007 to 2020”. www.statista.com 2/11/2021.

2. Las inversiones chinas en la extracción y el transporte de energía en Siberia central y oriental son considerables. Un acuerdo por valor de 400.000 millones de dólares, firmado en 2014 en Shanghái, asegura a Pekín el suministro anual de 38.000 millones de metros cúbicos de gas durante los próximos 30 años y la entrada de su capital en el upstream [exploración, perforación y extracción], un privilegio nunca concedido por Rusia a ningún otro país. En mayo de 2020, las importaciones chinas de petróleo ruso superaron los 1,76 millones de barriles diarios y crecen anualmente a un ritmo de entre el 20 y el 30%, mientras que las exportaciones rusas de equipos industriales y alta tecnología registran aumentos anuales de alrededor del 30%.

3. Compras chinas de aviones de combate Su-35 y sistemas antimisiles tierra-aire S-400, así como otros elementos del ciberespacio.

4. En mayo de 2015, Xi Jinping y Vladimir Putin firmaron un compromiso de apoyo a la Unión Económica Euroasiática (UEE), que ya incluye a Bielorrusia, Kazajistán, Rusia, Armenia y Kirguistán, y que debería atraer a otras antiguas repúblicas soviéticas e Irán en el futuro.

Por el momento, China no participa, pero el fuerte activismo en la Iniciativa del Cinturón y la Ruta debería permitir a Pekín unirse, equilibrando sus intereses en una región que también es estratégica para Moscú.

5. China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, India, Pakistán y, a partir de octubre de 2021, Irán.

6. Se espera que Líbano, Siria, Irak, Serbia y otros países asiáticos se unan como socios del diálogo en 2022.

7. Brzezinski, Z. (1997): El gran tablero mundial: la supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos.

8. Como media de los últimos tiempos, de enero a marzo de 2021, Pekín importó algo menos de un millón de barriles de petróleo al día: https://www.reuters.com/article/us-china-iran-oil-idUSKBN2BM08Z 9. Texto completo de la Declaración Conjunta sobre la Asociación Estratégica Integral entre la RI de Irán y la RP China: https://www.president.ir/EN/91435 10. Vatanka, A. “Making sense of the Iran-China strategic agreement”. www.mei.edu 26/04/2021.

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Juan Torres López Fotografías de Paco Puentes por gentileza de lapoliticaonline.es

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Las mentiras de los economistas Entrevista a Juan Torres López por Salvador López Arnal

C

atedrático de Economía aplicada en la Universidad de Sevilla, Juan Torres López (Granada, 1954) es autor de numerosas publicaciones y libros científicos y divulgativos. Cabe citar aquí: El capitalismo en crisis: del crac de 1929 a la actualidad (2015), Economía para no dejarse engañar por los economistas (2016), La renta básica: ¿qué es, cuántos tipos hay, cómo se financia y qué efectos tiene? (2019) y El crash de la COVID-19 (2020). Centramos nuestra conversación en su último libro publicado: Econofakes (Ed. Deusto, 2021).

—¿Qué significa Econofakes?

—He querido expresar con ese término tan de moda los fakes o falsedades que se han hecho más habituales en el discurso académico, político o mediático de la Economía.

—El subtítulo: “Las 10 grandes mentiras económicas de nuestro tiempo y cómo condicionan nuestra vida”. ¿Son más peligrosas, desde un punto de vista social, las mentiras económicas que las mentiras teológicas, filosóficas, biológicas o físicas por ejemplo?

—No sé si son más o menos peligrosas. Lo cierto es que condicionan muy fatalmente el destino de los seres humanos y su capacidad de decisión sobre cuestiones centrales de nuestras vidas. Entre otras cosas, porque nos afectan de modo muy desigual.

—¿Por qué muy desigual?

—Cualquier mentira que tenga que ver con la condición humana tiene efectos diferentes sobre cada individuo, pero las que tienen que ver con la economía afectan a nuestras condiciones básicas de vida, a la satisfacción de nuestras necesidades básicas, a las posibilidades de realizarnos. Limitan la capacidad de decidir en su favor en mayor medida a unos seres humanos y da ventaja a otros.

—Abre el libro con una cita de Paul A. Samuelson: “No me importa quién redacte las leyes de una nación o quién elabore

sus tratados avanzados si puedo escribir sus libros de textos de economía”. ¿Son tan importantes los manuales de economía?

—Seguramente esa expresión sea exagerada, pero, como decía Borges, es la exageración en donde mejor se ve la verdadera naturaleza de las cosas.

—¿Qué estatuto epistemológico tiene la economía? ¿La ciencia social más avanzada como afirman algunos economistas y metodólogos? ¿Una ideología cubierta con ropajes matemáticocientíficos al servicio de colectivos e intereses privilegiados?

—Me resulta difícil contestar en pocas palabras a esta pregunta. Diría que la economía tiene unas limitaciones casi absolutas para poder aplicar con carácter general el método científico, que es lo que define a una ciencia auténtica. Aunque, al mismo tiempo, es evidente que puede utilizarlo en determinados casos, ámbitos o parcelas de estudio.

—¿Y por qué esas limitaciones para poder aplicar con carácter general el método científico?

—Por razones diversas. Los fenómenos sociales son difíciles de observar con precisión y objetividad. No es tampoco fácil verificar las hipótesis. Se puede experimentar en campos muy específicos y reducidos. La realidad social es compleja y se carece de un pensamiento complejo que pueda explicarla. Influyen mucho los juicios de valor, los intereses sociales de todo tipo. El saber económico no es neutro, de modo que no siem-

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pre hay interés real en que sea riguroso y cierto.

—La primera de las mentiras analizadas: “El problema básico de la economía es la escasez”. No sé si es “el” problema básico, pero, hablando en términos globales y sin olvidar las injustas e insoportables desigualdades entre colectivos sociales y países, ¿no es un problema importante la escasez en un mundo hiperpoblado que no es un pozo sin fondo? Muchos economistas, con preocupaciones ecológicas, llevan décadas advirtiéndonos que nuestra forma de vida no es universalizable, que nuestra “vida económica” tiene que ser una mucho más austera, que la escasez de muchos bienes que consideramos “caídos del cielo” está en nuestro horizonte próximo, casi a la vuelta de la esquina.

—La escasez es una evidencia. Lo que me parece que no es verdad es que sea el problema central o que haya una “ley de la escasez” porque, como digo en el libro, plantearla como problema obliga a plantear otros: escasez de qué, por qué y para quién.

generalizado”. ¿Cómo se ha conseguido que una falsedad así domine la mente de una buena parte de la ciudadanía?

—Porque es utilísima, tal y como explico en el libro. Porque permite transmitir la idea de que la economía, los mercados, funcionan como un mecanismo fuera del alcance de nuestra voluntad. No se le ocurra a usted establecer un salario mínimo o un control al precio de los alquileres: estará atentando contra “la ley” de la oferta y la demanda.

—Si no es la falsa “ley” de la oferta y la demanda la que determina el precio de bienes y servicios, ¿cómo se determinan los precios? ¿La teoría marxiana del valor-trabajo le parece una hipótesis descabellada y trasnochada?

—La teoría de valor-trabajo es, como su propio nombre indica, una teoría del valor (algo que influye en la formación del precio) pero no una teoría de la formación del precio. Los precios se determinan en función del valor de lo que se intercambia, por supuesto, pero también en virtud de las condiciones del intercambio, del poder de negociación, de la información... es el resultado de una especie de pulso.

—La segunda mentira: “Todos los años se concede el Premio Nobel de Economía”. ¿Por qué se sigue hablando así (los medios suelen hacerlo, también personas cultas) a pesar de que, como usted recuerda, no existe tal Premio Nobel? La economía capitalista no se parece en nada a

—También es mentira, afirma, que el capitalismo sea la economía del mercado libre y la competencia. la idílica idea de la libertad de mercado. ¿Qué tipo de economía es entonces —Me han criticado que mencione el capitalismo? este hecho como una mentira por—Que eso es mentira resulta evique, dicen, es tan solo una forma de hablar, coloquial. Sin dente. La economía capitalista es un sistema complejo con embargo, eso no quita que sea mentira, es decir, no es verdad componentes de amplia libertad de acción, de fuerte control, que haya un Premio Nobel de Economía. Se puede estar o no con competencia y tendencia muy acusada a la concentrade acuerdo con la interpretación que hago de por qué se miención... pero que no se parece en nada a la idílica idea de la liberte al respecto, pero lo cierto es que al hacer creer que existe tad de mercado y la competencia en sentido auténtico. algo así se le da a la economía un estatus que realmente no tiene.

—Quienes sostienen que es posible y deseable una economía alternativa al capitalismo que sea más justa, más humana, menos —¿Esa es, en su opinión, la razón central de la “confusión”? desarrollista… ¿sueñan?, ¿confunden sus deseos con la realidad?

—Creo que sí. Las corrientes más ortodoxas o liberales, como —No lo creo. Esa economía alternativa al capitalismo, más se quieran denominar, ponen especial énfasis en la considerajusta, más humana, menos desarrollista... la podemos ver ya a ción de la economía como una técnica, como algo ajeno a la nuestro alrededor: ¿Qué es la sanidad pública sino dar a cada política o los valores, como una ciencia de proposiciones indisuno según su necesidad y reclamar según su capacidad? ¿Qué cutibles. La revolución en el pensamiento económico de finason las cooperativas? ¿Qué son la multitud de trabajos voluntales del siglo XIX impuso el hablar de “economics” (lo económirios, solidarios...? ¿Qué son las formas de producir respetando co, una realidad singular y propia) en lugar de “political ecovalores que propone la economía del bien común o las teorías nomy” (economía politica). del decrecimiento que muchas empresas o colectivos practican? Es verdad que no son tan abundantes como sería de de—La tercera falsedad: “El precio de los bienes y servicios lo detersear, no tan conocidas, entre otras cosas porque las izquierdas minan las “leyes” de la oferta y la demanda”. Lo que considera convencionales han olvidado que de poco sirve su acción polímentira es casi un axioma en el “sentido común económico tica si no promueven lo que yo llamo el “adelantar el futuro” al

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que se dice aspirar. Lo hacen grupos o personas normalmente a su margen.

der la cabeza a más personas que el amor. No querrá usted que yo la resuelva en una línea.

—¿Se puede hablar consistentemente de “socialismo de mercado” o “con mercado”?

—Yo no puedo creer que la humanidad pueda cometer la torpeza tan grande de eliminar el mercado, ni siquiera en el socialismo. ¿Qué de contrario a este último puede tener, por poner un ejemplo, que los niños y niñas intercambien cromos en recreos? No deberíamos cometer el error de hablar del mercado en abstracto. Lo decisivo, lo que hay que contemplar, es en qué condiciones, bajo qué estructura de property rights (a mí me gusta traducir esa expresión no como ‘derechos de propiedad’ sino como ‘poderes de apropiación’) funciona y qué se decide que sea provisto a través del mercado.

—No, no lo pretendo.

—Creo que, de entrada, basta con decir que es cualquier cosa o tecnología que es utilizada generalizadamente para realizar pagos o saldar nuestras deudas. Cualquier otra, sea lo que sea, que no cumpla esa condición no se puede considerar como dinero. Es poder de apropiación, de disfrute, y de decisión.

—¿Quiénes deben tomar esas decisiones?

—Pueden tomarlas dictadores, colectivos de personas, grupos de interés, instituciones democráticas… son decisiones políticas y es sabido que hay muchas formas de organizar en cada régimen o sistema social.

—La quinta mentira: “Se recibe como salario o como beneficio lo que cada cual aporta a la producción”. Si no es así, ¿a qué responde la cuantía de los salarios? ¿Los beneficios son resultado o están relacionados con el riesgo inversor del capital?

—Como tengo apenas un par de líneas para responder a esta pregunta, creo que bastaría con referirme de nuevo a las condiciones en que se fijan los precios y que he mencionado antes. Y si pudiera responder en términos coloquiales respondería recordando al asesor de Clinton: ¡Es la lucha de clases, estúpido!

—La sexta: “El dinero es un simple medio de cambio, y los bancos, intermediarios que prestan lo que depositan sus clientes”. De acuerdo, el dinero no es eso. ¿Qué es entonces el dinero? ¿Poder, como usted señala? ¿Qué tipo de poder?

—Decía un ministro de la reina Victoria, con razón, que la especulación sobre la naturaleza del dinero había hecho per-

—El bitcoin, las llamadas criptomonedas, ¿serían entonces dinero? ¿Conviene apostar por ellas?

—Mientras no sean utilizadas generalizadamente para realizar pagos yo creo que no se pueden considerar como dinero.

Son monedas como lo pueda ser una de Isabel II, que se compra y vende, pero como se vende un lingote de otro, un cuadro o un terreno, es decir, como un activo rentable, no como un medio de pago.

No entiendo bien lo que puede significar el apostar por ellas: hoy día, insisto, son un activo más que se utiliza para especular con ellas. Es posible que el día de mañana se generalice su uso como medio de pago, como dinero (para lo cual, entre otras cosas, se debería resolver el despilfarro bestial de energía que supone su uso). Hoy día no lo son.

—Por cierto, ¿qué opinión le merecen las tesis de la conocida como Teoría Monetaria Moderna (TMM) del dinero?

—A mí me parece que muy moderna no es exactamente. Es verdad que el predominio de algunas falacias neoliberales contemporáneas sobre las finanzas o la deuda puede hacer que parezca de una gran novedad, pero no creo que esté diciendo cosas que no se supieran. Y creo que se está defendiendo, al menos en España, con cierta confusión porque se olvida a menudo que tendríamos que hablar de la zona euro.

En general, yo no soy muy de tribus y me apena que las haya en el campo de las ideas: a mi alrededor observo que las hay cuando uno es “de” la TMM, aquel, “de” la renta básica, este otro “del” decrecimiento... ¿No tendríamos que ir hacia una comprensión más abierta y compleja de la realidad?

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—La siguiente, la séptima falacia: “Para crear empleo hay que pero creo que también hay razones que pueden hacer dudar de bajar los salarios”. Ante esta falsa idea usted afirma: “El trabajo su completa bondad. Y, en concreto, es preciso avanzar y conse considera como una simple mercancía más, lo que no se cretar mucho a la hora de establecer el mejor modo de finanpuede aceptar ni ética ni económicamente”. ¿Por qué no se ciarla. puede considerar el trabajo una simple mercancía desde un punto de vista económico y desde una perspectiva ética? ¿No es —La octava mentira. “El envejecimiento de la población hará así como se considera de hecho, imposible financiar las pensiones especialmente el mal llamado trapúblicas”. Señala también que la ¿Qué determina el salario? bajo manual poco cualificado, en “influencia de la demografía en el (casi) todos los países del mundo? sistema de pensiones públicas es ¡Es la lucha de clases, estúpido!

—El trabajo es una dimensión del evidente y muy importante” pero ser humano. Como decía Polanyi, que hay “varias razones que permisi se compra y se vende (si se convierte en mercancía) se está ten afirmar que la evolución demográfica, sea cual sea, no es comprando y vendiendo la vida. Ese es el planteamiento ético factor que puede provocar que las pensiones públicas sean que lleva a rechazar que se mercantilice. insostenibles porque no se puedan financiar”. De esas varias Desde el punto de vista económico no se puede aceptar que razones a las que alude, ¿cuál sería la razón más importante? se produzca efectivamente algo como la mercantilización por¿No hay entonces de qué preocuparse? ¿Envejecer no es el camique, en realidad, no existe la mercancía trabajo como algo desno hacia el desastre? gajado del ser humano, es una ficción.

—No es verdad que la posibilidad de financiar en el futuro las pensiones públicas dependa solo de la población jubilada o —Hablando del trabajo y dándole la dimensión que usted le da, trabajadora. Depende de cuál sea el volumen del producto o ¿es favorable a la renta básica universal? ingreso total que se puede generar y de cómo se decida repar—Después de estudiarla durante bastante tiempo, escribí un tirlo. Lo primero depende, a su vez, de otras diversas circunslibro de trescientas páginas para tratar de explicar qué es, tancias y de la productividad principalmente; y lo segundo es cuántos tipos hay, cómo se financia y qué efectos tiene y, la veruna decisión política y, por tanto, no ineluctable. dad, es que eso no me ha permitido poder pronunciarme en Por supuesto que hay que preocuparse por el futuro de las términos de estar a favor o en contra. No sé si es una limitación pensiones: si se mantiene la evolución actual del capitalismo y mía o es que se trata de una propuesta que tiene diferentes de las políticas que lo regulan no habrá en el futuro ni pensioperspectivas de análisis y que, por tanto, carece de un valor nes públicas ni muchos otros bienes o servicios públicos. intrínseco o universal. Tiene virtudes y ventajas innegables, Poder envejecer cada vez más es una conquista humana,

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parece mentira que se pueda considerar un problema.

cioso para España la permanencia en la UE y en la eurozona?

—Llevo muchos años tratando de explicar que no se puede —¿Y cómo ve la actual evolución del capitalismo? Según sus críhablar de intereses “de todos” cuando se habla de economía. ticos, el capitalismo es, inexorablemente, un sistema enemigo de Definamos primero cuáles son los intereses de España porque, la Naturaleza que nos conduce a pasos agigantados al desastre, a veces, se confunde una de las partes con el todo. De entrada, al colapso. habría que distinguir la UE y el euro. Es significativo, siempre —Yo creo que la lógica intrínseca, inherente, al capitalismo llelo digo: está contemplado que cualquier país salga de la UE, va efectivamente a la destrucdel euro no. ¿Se puede confiar en ción del planeta si no tuviera un club que no contempla que La humanidad no puede cometer la torpeza reservas, límites o frenos; pero puedas salir, te ocurra lo que te de eliminar el mercado. también me parece evidente que ocurra dentro? el propio capitalismo los tiene, Yo creo que pertenecer a una tal y como sabemos que ocurre en todo sistema complejo. zona monetaria supranacional puede ser positivo, pero me En resumen, no creo que los fenómenos, y en concreto la deopuse a la entrada de España en el euro porque este estaba riva del capitalismo, su evoludiseñado en beneficio del capital ción, sea inexorable. alemán y el centroeuropeo. Lo he explicado en muchos artículos y —La novena falsedad: “El libre libros y no quisiera que, por exprecomercio y dejar que las econosarlo así en pocas palabras, pudiemías compitan entre sí es más ra parecer que se trata de un argubeneficioso para todas que inmento simplista. Ha habido, sin tentar protegerlas”. Cita en este duda beneficios, pero ha sido a apartado a Pascual Lany, exdicosta de desindustrializar España, rector general de la OMC: “el libre de destruir nuestro tejido produccomercio no existe […] es una fictivo y de empobrecernos en térción útil”. ¿Útil para quién? minos relativos.

—La ideología del libre comercio es útil a las potencias que —Hay una idea que, en mi opitienen poder político, ideológinión, aparece repetidas veces en su co y militar para obligar a que se ensayo con diferentes formulaciodesprotejan sus competidores nes. La siguiente: “tal o cual modemientras ellas se protegen; así lo es de una gran complejidad y pueden esquilmarlos. sofisticación matemática pero es completamente irreal”. ¿Qué senti—¿Es entonces partidario del prodo tiene entonces construir modeteccionismo en determinadas cirlos así? ¿Quiénes defienden esa La ideología del libre comercio es útil cunstancias? España, por ejemlínea de investigación económicoa las potencias que tienen poder. plo, ¿debería proteger sus indusmatemática? No logro imaginartrias más esenciales? me una cosa semejante en el ám—Soy partidario de lo que se ha llamado el nuevo protecciobito de las ciencias físicas, por ejemplo. nismo del que he hablado en algunos de mis trabajos. No el —Los modelos son irreales por definición. Otra cosa es que que practican las grandes potencias sino el que antepone la sirvan o no para poder conocer lo que ocurre en la realidad. seguridad, el cuidado y la vida al lucro, el que considera que Un mapa es irreal, no es la realidad misma (tendría que ser a respetar la naturaleza debe ser un principio de partida, el que escala 1:1) pero si lo seguimos nos lleva a donde queremos no empobrece ni aísla sino el que promueve la cooperación y llegar. las sinergias, el que ahorra costes sin excluir...

El problema de ciertos modelos económicos de gran sofisticación es que no llevan a nada que realmente exista o pueda —Por cierto, saliéndome un poco del guion, ¿ha sido, es benefiexistir en la realidad.

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—La décima mentira: “El Estado es el problema porque el gasto público es dinero tirado, expulsa a la inversión privada, obliga a poner impuestos que perjudican a todos y genera deuda que frena el crecimiento económico”. ¿Debe la izquierda defender la intervención económica directa del Estado? ¿Lo hace? ¿Qué tipo de intervenciones?

—La intervención directa del Estado la defiende y la practica la izquierda y la derecha. No hay mayor intervencionismo estatal que el practicado por los llamados liberales.

La cuestión no es si debe haberla o no, sino cuál debe ser la que se lleve a cabo. Yo creo que la izquierda ha tenido un exceso de ingenuidad sobre sus bondades. Ni siempre es necesaria ni conviene en cualquier magnitud. E incluso cuando es imprescindible (como en el caso de la provisión de bienes públicos que no se puede proveer a través del mercado) puede realizarse inconvenientemente. Es una de las grandes cuentas pendientes de la izquierda.

ha permitido que la democracia no alcance a la toma de decisiones económicas.

—¿Pero no elegimos a los gobiernos responsables de las políticas económicas que rigen en nuestras sociedades?

—En los países democráticos elegimos a los gobiernos, pero los gobiernos no son los que tienen el poder que se precisa para regir nuestras necesidades.

—¿Quiénes son los responsables de las mentiras que usted denuncia? ¿Los economistas, los políticos, las instituciones interesadas, los periodistas, los publicistas…?

—Todos ellos y también los académicos.

—Por cierto, ¿cómo definiría usted la economía (no la realmente existente, la deseable)?

—La economía como actividad es la que llevamos a cabo los seres humanos para procurarnos nuestro sustento. Como rama del conocimiento, la que estudia los problemas que esa actividad lleva consigo y nos plantea diariamente.

—Una de las grandes cuentas pendientes de la izquierda… ¿y cuáles son las otras cuentas pendientes? Usted mismo se ha definido o presentado en muchas ocasiones como economista de izquierdas.

—No cita mucho a Marx ni a economistas marxistas a lo largo —Echo en falta pedagogía, conocimientos, inclusión, salir de del libro. ¿Piensa que no es una tradición que no da mucho de sí las tribus, como he dicho antes. en este ámbito de investigación?

Parece que el conocimiento no le —Pues yo creo que entre los autores ¿La mentira decisiva? Hacer creer que las hace falta. A mí me resulta llamaque cito hay bastantes cuyas obras proposiciones económicas no son políticas. tivo, por ejemplo, que ni una sola no se podrían haber escrito sin la organización de algún partido posombra o la influencia del marxislítico de izquierda o sindicato me mo. Otra cosa es que yo siempre haya llamado para presentar este último libro. Y, más o menos, prefiera reforzar mis argumentos, en la medida de lo posible, eso me ha pasado casi siempre. No lo veo lógico, sinceramencon los de quienes justamente no están en mi línea de pensate. Y creo que también se tiene pendiente, hablando en térmimiento. Mucha gente me critica diciendo que “mis” argumentos nos coloquiales, el predicar con el ejemplo, promover nuevos son inventados, que mi libro es izquierdista... y lo cierto es que tipos de comportamientos, de empresas, de formas de produquien en realidad “habla” en mi libro son autores como Keynes, cir y consumir y vivir, de relacionarse... nuevos modos de ser.

Solow, Samuelson, Krugman, Stiglitz, Romer...

Los neoliberales lo tenían más claro: Thatcher decía “lo imporDe todos los libros que he escrito, quizá éste sea el que contante no es la economía, lo prioritario es cambiar el alma”. La tenga menos ideas propias. Me he limitado a recurrir a otros ecoizquierda creo que tiene pendiente “ser” de otro modo para nomistas para demostrar los argumentos que, eso sí, me he afaque también lo sea la gente a la nado en presentar de la forma más que se supone que le pide apoyo y diáfana y didáctica posible. A tenor No se puede hablar de intereses “de todos” complicidad. del éxito que está teniendo, parece cuando se habla de economía. que lo he conseguido en buena —De todas las mentiras que expomedida. ne, ¿hay alguna que le parezca especialmente peligrosa, la “gran mentira” por así decir?

—Gracias por su amabilidad y su tiempo. ¿Alguna cosa más que —Creo que cada una tiene su momento y su específica trasquiera añadir? cendencia. Quizá la decisiva es la que hace creer que las pro—Nada más. Muchas gracias por acogerme en estas páginas posiciones económicas no son políticas porque es lo que que tan queridasn

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La nación, el interrogante de los comunistas Entrevista a José Luis Martín Ramos por Salvador López Arnal

J

osé Luis Martín Ramos (Barcelona, 1948) es catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona. Sus investigaciones se han centrado en la historia del socialismo y el comunismo. Entre sus últimas publicaciones: El Frente Popular: victoria y derrota de la democracia en España (2016), Guerra y revolución en Cataluña, 1936-1939 (2018), La Gran Guerra y la revolución. Orígenes de la Internacional Comunista (2019), Historia del PCE (2021). Hablaremos sobre su último libro, publicado por El Viejo Topo (2021): La Internacional Comunista y la cuestión nacional en Europa (1919-1939).

—Estudio deslumbrante, 361 páginas llenas de buena historia, rica documentación y excelentes análisis. Me temo que me veré obligado a dejar muchas preguntas y temas en el tintero. ¿Qué debemos entender por “cuestión nacional”?

—A mediados del siglo XIX esa cuestión se refería tanto a la unificación alemana e italiana como a la diversidad nacional del Imperio Austriaco y el del Zar. Resueltas aquellas unificaciones, reorganizado el imperio de los Habsburgo como Imperio Austrohúngaro –que mantenía abierta la cuestión de la diversidad nacional al satisfacer solo a los húngaros–, la cuestión se desplazó de manera exclusiva al problema de las minorías en Europa oriental y balcánica. Fue una consideración parcial de la cuestión que durante décadas oscureció la de las identidades nacionales mayoritarias, y sobre la que no se proyectó ningún foco social.

No obstante, la cuestión nacional debe ser considerada de manera integral, poniendo el foco tanto en las minorías como en las mayorías nacionales, sin dejar de considerar nunca que todas se han construido y siguen construyéndose históricamente.

—Más allá de lo que aporta a nuestro conocimiento histórico,

¿qué interés tienen para nuestro hoy los debates sobre el tema generados por la III Internacional entre 1919 y 1939?

—Seguir acumulando de manera crítica la tradición de la izquierda, sin la cual la propia izquierda corre el riesgo de caer en el adanismo. Y evitar que la ignorancia, además de potenciar el adanismo, nos haga caer en los mismos errores del pasado; olvidando o ignorando las aportaciones y soluciones acertadas que han estado presentes en los debates.

—¿Por qué la limitación a Europa? ¿No hay “cuestión nacional”, no hay reflexiones de interés sobre el tema, en otras partes del mundo?

—Obviamente, sí. Hay “cuestión nacional” en todas las partes del mundo, articulada ya sobre la base de estados formalmente independientes. Pero ir más allá de Europa me habría dispersado del motivo de mi estudio, que era el de analizar cómo en el movimiento comunista, en el tiempo concreto de la Internacional Comunista (IC), se había deformado la posición de Lenin y se había descuidado la consideración integral de la cuestión entre la segunda mitad de los años veinte y la primera de los treinta del siglo XX, algo que Dimitrov reconoció implícitamente cuando propuso en el VIº Congreso de la IC

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hacer autocrítica del nihilismo nacional. La complejidad que adquiere la cuestión en los estados surgidos de las descolonizaciones, las del XIX en Latinoamérica y las del XX en África, Asia y Oceanía necesita un estudio específico que vincule descolonización, nacionalismos y definición nacional de los estados independientes. Para sacar las conclusiones fundamentales sobre la política de la IC sobre la cuestión nacional, en el tiempo en que esta existió, consideré suficiente circunscribirlo a su tiempo y al espacio europeo, y considerar en él los casos en los que se produce un debate abierto con trascendencia en la política comunista.

—Abres con advertencias metodológicas. La primera: la historia de la cuestión nacional en el marxismo (de manera singular en la socialdemocracia y el movimiento comunista) “no puede hacerse como el despliegue de una doctrina, que se desarrolla de manera inmanente partiendo de una propuesta inicial que de idea en idea culmina en una determinada formulación”. La historia de la cuestión es “la historia de la respuesta dada por los defensores de un proyecto emancipador fundamentado en la igualdad social, a las situaciones históricas concretas que vivieron, incluyendo sus propias condiciones”. Una historia “de ninguna manera unilineal, sino tan plural como lo es en la práctica el pensamiento y la acción marxiana”. ¿No hay entonces, propiamente hablando, una teoría, una “doctrina” del marxismo sobre el tema?

—Lo que denominamos marxismo –se han buscado otros nombres, pero ninguno lo ha sustituido de manera universal– es un pensamiento y una práctica política muy plural, en el que hay un principio y un cuerpo nuclear compartido y en el que pocas cosas se han establecido como doctrina única.

No se ha producido tal unanimidad en el ámbito del análisis económico, ni en el de las formas de organización de la praxis política. Tampoco en la respuesta dada a los conflictos de la identidad nacional.

—Otra advertencia: “ha de tenerse presente el carácter también histórico de lo que llamamos el hecho nacional, cuyo contenido se construye y cambia como lo hace la propia comunidad en que se produce”. ¿Estás indicando que el concepto “hecho nacional” (o “nación” o “nacionalidad”) varía con la historia, que no se puede hablar propiamente de naciones milenarias por ejemplo?

—Hay culturas milenarias, lenguas más o menos milenarias, religiones milenarias… pero pienso que ninguno de estos elementos, en sí mismos o combinados entre sí, producen el hecho nacional. No hay tampoco un desarrollo inmanente de la nación, desde un embrión imaginario, que se despliega por sí mismo, contra viento y marea. Que una comunidad asuma

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de manera explícita, para sí, una identidad nacional es resultado de un proceso histórico en el que el factor político, la organización del poder, es determinante. Cuando hablamos de proceso histórico hablamos de construcción histórica, de todas las relaciones humanas y también de esa relación social que es la nación, y añado: los rasgos concretos de esa nación, de la misma manera que no son eternos ni inmanentes, tampoco son permanentes. No es que “evolucionen”, sino que están siempre en construcción respondiendo a todo lo que le sucede a esa comunidad nacional.

Tal como pienso, no conozco ninguna nación milenaria.

Todo lo más la identificación con un espacio territorial, con una “tierra”, pero las dimensiones geográficas de ese espacio son muy variables y el contenido humano de él varía en el tiempo.

Para Marx debe darse una complementariedad entre identidad nacional e internacionalismo.

—Señalas que en tu aproximación destacarás las posiciones que tomaron Marx, Engels, Kautsky, Bauer, Stalin, las propuestas políticas de Lenin y los bolcheviques. ¿Esas han sido, en tu opinión, las aportaciones más importantes dentro de las tradiciones marxistas? ¿Y Gramsci o Rosa Luxemburg, por ejemplo? ¿Hay aportaciones más recientes que te parezcan de interés?

—Esas aportaciones están referidas al contenido del libro, a la historia de la política de la IC, que incluye su antecedente de la socialdemocracia. Desde luego que hubo y ha seguido habiendo aportaciones. Recuerdo las de los marxistas británicos, muchas de las cuales de todas maneras comparten los ejes principales que los nombres que citas. Rosa Luxemburg está incluida en la primera parte del libro, aunque la trato desde la perspectiva crítica de Lenin; puede ser discutible, pero es mi posición.

La cuestión de Gramsci es diferente, porque sus aportaciones originales más importantes no se conocieron hasta después de su muerte, cuando se publicaron sus Cuadernos de cárcel. Antes de ser detenido Gramsci, no hizo aportaciones públicas remarcables. Si acaso pudiéramos considerar alguna reflexión concreta sobre la cuestión sarda, y es significativo que en la cuestión de las minorías eslavas o alemanas del Norte de Italia se remitiera a los acuerdos políticos de la IC y nada más.

Podemos rastrear los inicios de la importancia que le reconocía de hecho a la cuestión nacional, referida a la identidad nacio-

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nal italiana; pero, repito, eso no fue todavía magisterio, ni tuvo trascendencia en la IC. —Al hablar de Marx sostienes: “no elaboró ninguna teoría general ni desarrolló una respuesta política asimismo general que pudiera tomarse como precedente inmutable de una doctrina única del marxismo, que tampoco existe”. Sin embargo, ¿por qué tantos marxistas y tantas veces han señalado lo contrario?

—Por eso mismo que he señalado, porque lo que llamamos “marxismo” es ampliamente diverso y en esa diversidad hay quien ha pretendido que solo hay un pensamiento de Marx, inmanente y doctrinal, que no cambia ni duda a lo largo de su vida. Y cuando extendemos eso a otros exponentes importantes llegamos entonces a la aberración del marxismo-leninismo y ya no digamos del marxismo-leninismo-estalinismo-maoísmo-pensamiento de Enver Hoxha.

Esa identidad es manipulable por el nacionalismo, como otras identidades. La obrera es también manipulable por el corporativismo o por el populismo fascista. Pero que sea manipulable no quiere decir que no sea legítima y es real, si no no cabría la manipulación. Cuando Marx escribió esa frase, se estaba refiriendo a lo mismo que años más tarde se refirió Bauer: no es que no tengan patria/nación, sino que es enajenada a los trabajadores por la burguesía que le impone su particular concepto de nación.

—Por la misma senda, ¿cómo entendieron los grandes clásicos del XIX el internacionalismo? ¿Ser internacionalista es ser antinacionalista o no nacionalista?

—¿Cuáles fueron en tu opinión las aportaciones más destacadas de Marx en este ámbito? ¿Qué destacarías de su perspectiva?

—En el ámbito de la cuestión nacional destacaría cuatro: el reconocimiento y el rechazo de la opresión de las minorías nacionales, sean irlandeses o húngaros; el rechazo del nacionalismo como alternativa a la opresión nacional; la defensa, por encima de los movimientos nacionales, de la unidad de clase básica y de la mayor unidad de estado posible; y la consideración de complementariedad y no exclusión entre identidad nacional e internacionalismo, algo que está presente en las Críticas al programa de Gotha.

—¿Por qué hemos leído tan mal el pasaje del Manifiesto, un sarcasmo en tu opinión, donde se afirma que los trabajadores no tienen patria? ¿La tenemos o no la tenemos? ¿Tenemos o no tenemos identidad nacional?

—La identidad nacional no es ninguna ánima alojada en ninguna parte de nuestro cuerpo ni en su supuesta cuarta dimensión, ni una suma de rasgos físicos, ni un carnet… Es una identidad común que se asume individualmente y que es tan variada, según la realidad histórica de cada comunidad, que todos los intentos de definirla han fracasado o creado artefactos intelectuales que impiden conocer la nación real. Hay quien no quiere asumir ninguna, pero eso tiene poco recorrido. La historia es la que es. Y la historia ha dado lugar a la construcción de esa identidad, que se ha manifestado como sólida en el tiempo histórico presente. Bauer sostuvo que sustituido el capitalismo por un sistema internacional de igualdad –el socialismo– las naciones no desaparecerían. El obrero alemán se siente alemán, el francés, francés, etc. Se identifica con su patria, con la comunidad a la que han pertenecido sus padres.

—Hubo una consideración común, la de la solidaridad internacional de todas las clases trabajadoras y el rechazo al nacionalismo como antagónico al interés común de la clase internacional, el proletariado. A partir de ahí había diferencias. El programa del congreso de Gotha de 1875, en el que se fundó el Partido Socialdemócrata Alemán, lo consideró en términos de “esfuerzo común” y del objetivo de la “fraternidad internacional de los pueblos”; Marx criticó esa fórmula no porque estuviese en contra de esa fraternidad, sino porque se quedaba corta, no concebía las “funciones internacionales de la clase obrera alemana”, es decir, no tenía en cuenta el internacionalismo como pensamiento y práctica política activa. En la Segunda Internacional se mantuvo esa diferencia entre un internacionalismo pasivo –retórico– y un internacionalismo activo, del que Rosa Luxemburg, Pannekoek, Lenin y Martov

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fueron principales exponentes. En su pensamiento y su acción, internacionalismo y nacionalismo eran antitéticos. No ser nacionalista, pero ser antinacionalista había de resolverse de manera concreta. Bajo la dominación del imperialismo, el nacionalismo podía tener un rol positivo, incluso revolucionario; pero no universalmente, ni siempre. Lenin aceptó en este sentido la rectificación de Roy en el Segundo Congreso de la IC de hablar en términos de nacionalismo revolucionario, no solo de nacionalismo, como potencial aliado de los comunistas.

—¿Internacionalismo es equivalente a cosmopolitismo?

—El internacionalismo no es cosmopolitismo en la acepción cultural y política habitual de que solo hay una comunidad

El obrero se identifica con su patria, con la comunidad a la que han pertenecido sus padres.

universal, en la medida en que el cosmopolitismo prescindía de la realidad de la comunidad nacional. Marx dijo bien claro que el proletariado debe organizarse en las naciones como clase, que el contenido de su lucha de clase era internacional, pero su forma había de ser nacional. Bauer recordó que el concepto de internacionalismo supone la nación, no su negación.

—Apuntas que la lucha social es la clave fundamental de la actitud de Marx ante los movimientos nacionales de su época. “El hecho nacional y los movimientos de las nacionalidades fueron considerados siempre desde la perspectiva de la revolución social”. ¿Cómo hay que entender esta clave? Si un movimiento nacionalista permite avanzar en la lucha social (entiendo en la defensa y conquista de los derechos de los trabajadores), hay que apoyarlo; si no, hay que rechazarlo. ¿Es eso? ¿No es un poco oportunista?

—Marx considera los movimientos nacionales, y no el nacionalismo, no es lo mismo. Y está pensando en determinados movimientos nacionales que tenían un contenido democrático e incluso podían tener consecuencias positivas para una movilización revolucionaria, como creyó que podía tenerlo el irlandés. No creo que sea oportunismo, sino precisar cuál es la clave para considerar los movimientos nacionales; que esta clave sea su contenido y función social. Pudo equivocarse en la valoración de un movimiento nacional concreto, pero el principio me parece coherente con su línea de fondo, en el pensamiento y en la práctica, que era la de la lucha por la emancipación social.

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—¿Existen aportaciones específicas de Engels en este ámbito?

—Que yo recuerde son conjuntas, o compartidas, con las de Marx.

—¿Hay en la obra de Marx y Engels alguna formulación que defienda la libre autodeterminación de todos los “pueblos” del mundo? ¿Cuál es el origen de esa expresión-concepto tan presente en las finalidades de muchos partidos comunistas, incluso en la actualidad, y sin hablar de “pueblos oprimidos”?

—Empiezo por lo segundo. El término está en la literatura jurídica desde hace siglos; por lo que yo sé lo utiliza ya Francisco de Vitoria en sus Relecciones sobre los Indios y el derecho de guerra, de 1539. Pero hasta el siglo XIX no adquiere una connotación política, y entonces el concepto quedó sobredeterminado en la práctica por el “principio de las nacionalidades” enunciado por Mazzini como derecho de toda nación a convertirse en estado. El Congreso de 1896 de la Segunda Internacional, ante el debate sobre la cuestión polaca, vinculó ambos conceptos al acordar la defensa del derecho de autodeterminación como el de todas las naciones a disponer de sí mismas; sin especificar cuál habría de ser la resolución política de la ejecución de tal derecho, si la federal o la independentista.

—En cuanto a Marx y Engels...

—En cuanto a Marx y Engels hay constantes apelaciones a la libertad de los pueblos, más frecuentemente a los derechos culturales de las minorías nacionales. Aunque no siempre traducen esos derechos culturales en derechos políticos de soberanía, creo que son más las veces que no lo hacen que las que lo hacen. No lo hacen ni el caso de los checos o los croatas, como reacción al papel que ambos pueblos jugaron en apoyo del Imperio durante las revoluciones de 1848, y tampoco consideraron que tener una lengua y una cultura propia, como en el caso de los rumanos, justificara constituirse en estado independiente. No recuerdo que nunca utilizaran la expresión de la libre autodeterminación para todos los pueblos del mundo. No hicieron nunca esa afirmación de ámbito universal. Ni siquiera la utilizan para el caso de Irlanda, en el que defienden la emancipación de los irlandeses, aunque su posición definitiva sobre las formas políticas de esa unificación sea la de una federación libremente pactada con el Reino Unido.

Si Marx reclama esa emancipación es porque la consideró como la palanca para el ascenso de la revolución en Gran Bretaña, que, a su vez, debía ser una palanca para la revolución en Europa. Cuando sí utiliza el término de libre determinación es ante los polacos, de los que dice que con sus luchas se han ganado “su derecho histórico a la autonomía nacional y la autodeterminación”, que en este caso es el de la reunificación de los polacos en el estado que habían tenido antes.

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Me parece significativo que cuando utiliza el término de autodeterminación de manera firme es en un caso de reunificación nacional.

por nuevos estados en 1918, los denominados austro-marxistas, fueran austríacos o checos, abandonaron en la práctica la propuesta de la autonomía cultural-nacional.

—Hablas de los diversos usos de nación y nacionalismo por parte de Marx y Engels, ¿Qué usos diversos serían esos? ¿Cuáles serían los más importantes?

—Me estaba refiriendo al uso indistinto que hacen de la nación como sinónimo de estado –que es, en mi opinión, el de El Manifiesto Comunista o el de las notas al Programa de Gothay como nominativo de una comunidad nacional, ya sea la nación alemana o la nación irlandesa. Y en este último caso, no es el término nación el único que utilizan; también lo hacen de manera indistinta con los términos pueblo, país, patria. Nunca pretendieron hacer ninguna definición de qué era una nación, pero sí distinguieron el hecho como algo histórico, por tanto, no inmanente a nada: naciones antiguas, asiáticas, feudales y burguesas, y estas últimas, las modernas, pueden ser suma de nacionalidades del período medieval.

Sinceramente, creo que aparte de su congruencia en aproximarse al hecho desde la historia, de mantener su historicismo también en la consideración del hecho nacional, no hacen en este terreno una aportación sistemática, y la variabilidad de uso y palabras han creado interpretaciones confusas sobre su posición ante la cuestión nacional.

—El importante apartado dedicado a Lenin, excelente en mi opinión, lleva por título: “La propuesta de Lenin. La doctrina del reconocimiento del derecho de autodeterminación”. ¿Existe, hablando propiamente, una doctrina leninista sobre la cuestión nacional? ¿Hay una línea de continuidad en sus aproximaciones o rupturas más bien?

—Su doctrina es un pensamiento práxico, que va respondiendo a la situación concreta ante la que se encuentra. Que va desde el rechazo a toda opresión nacional como su punto de

—¿Cuáles fueron las principales innovaciones de Bauer? ¿Formuló una teoría general de la nación a diferencia de los clásicos? ¿Concibió la aplicación del derecho de autodeterminación en términos federales y no independentistas?

—También intentó definir la nación –de hecho, en esto Stalin siguió sus pasos– pero esa no fue su mejor innovación. Una de ellas la he citado antes; la otra fue defender el federalismo como proyecto con sentido en un estado multinacional como el Imperio Austrohúngaro. Lo defendió no como desarrollo del principio de autodeterminación, sino porque su referente era la realidad del Imperio y su preocupación eliminar las discriminaciones de derecho por diferencias de identidad nacional.

Nunca fue partidario de la separación de ningún territorio del estado, y cuando el Imperio se rompió propuso integrar la Austria resultante en la Alemania democrática y revolucionaria de entonces.

Ahora bien, Bauer y Renner erraron en el desarrollo concreto de la propuesta federal en términos de autonomía nacionalcultural dentro de cada territorio del Imperio. Una autonomía que no solo complicaba extraordinariamente las cosas, sino que fragmentaba al límite la unidad de clase que había en el estado imperial. Cuando el Imperio desapareció, sustituido

Todos los intentos de definir la identidad nacional han fracasado. partida y la consideración del papel de aliados que los movimientos nacionales democráticos pueden tener en la lucha contra el Imperio zarista, a la elaboración de una respuesta compleja sobre el derecho de autodeterminación basada en su reconocimiento (en el libro explico la importancia capital de este detalle), para finalizar tras la revolución de octubre en la concreción de un estado federal amplio y disimétrico.

Todo ello lo desarrolló no en un texto sistemático –como en el del Imperialismo o el de El estado y la revolución– sino en textos políticos sucesivos, desde resoluciones de partido hasta artículos de combate político y, finalmente, decisiones sobre la organización del estado soviético. Cualquier foto fija de alguna secuencia de esa película falsea el pensamiento y el comportamiento de Lenin. Por otra parte, fue una película con continuidades en sus respuestas a las situaciones concretas a las que respondía, con un eje inamovible: la unidad de clase y su unidad orgánica también en el seno del estado, ya fuera el imperial o el soviético.

—Hablando de Lenin. Observas: “la afirmación que en el capitalismo, sea cual fuese su estado de desarrollo, las clases trabajadoras de un estado constituían una sola clase, una sola parte de la “clase internacional”, ya fuera ese estado mononacional o multinacional; esa clase única había de tener una “unidad de voluntad” y organizarse, por lo tanto, en un solo partido, organizado sobre los principios del centralismo democrático, que proyectaba también al futuro estado revolucionario”. Clase trabajadora única, un solo partido: ¿mantuvo siempre estas posiciones el revolucionario ruso?

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—Absolutamente sí. Aunque es cierto que lo hiciera de manera algo peculiar en los tiempos de la guerra civil, lo que puede prestarse a confusión. Los partidos comunistas que se formaron en las nacionalidades soviéticas tuvieron una naturaleza territorial pero no política. El PC ruso (bolchevique) siguió marcando las orientaciones políticas y organizativas de todos los partidos del estado soviético. Hay numerosas pruebas de ello y de cómo se cortaron de raíz los intentos, que hubo, de constituir partidos comunistas plenamente soberanos con res-

pecto al ruso, como fue el de un partido turcomano. A partir de 1919, la constitución de la Internacional Comunista como partido mundial efectivo dejó atrás la confusión que se hubiese podido producir.

—Señalas que Lenin escribió dos artículos que son fundamentales para la comprensión de su pensamiento: “Notas críticas sobre el problema nacional” (1913) y “El derecho de las naciones a la autodeterminación” (1914). ¿Se recogen en ellos sus consideraciones más esenciales?

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—Son, para mí, los dos textos principales, sobre todo para entender aquello en lo que insisto: la complejidad de la posición de Lenin sobre la autodeterminación que nunca se reduce a una consigna ni a un derecho universal automáticamente ejecutable.

—Comentas el texto de Lenin “La revolución socialista y el derecho de las naciones a la autodeterminación”, escrito en enerofebrero de 1916. Apuntaba aquí: “el proletariado de las naciones opresoras (…) no puede menos de luchar contra la retención violenta de las naciones oprimidas dentro de las fronteras de un Estado concreto, y esto significa luchar por el derecho de autodeterminación”; y a renglón seguido añadía “por otra parte, los socialistas de las naciones oprimidas deben defender y aplicar especialmente la unidad total y absoluta, incluyendo la unidad orgánica, entre los obreros de la nación oprimida y los de la nación opresora”. ¿No es una política casi contradictoria? ¿Derecho a la independencia, por un parte, unidad orgánica, por otra?

—No lo es, si se analiza en detalle y en el contexto de la posición de fondo de Lenin, expuesta en los dos artículos que antes me citabas. El proletariado de la nación opresora –léase el estado, la nación burguesa– lucha contra la “retención violenta”, no contra la unión, mientras que el proletariado de las naciones oprimidas –en este caso los pueblos– debe defender esa unidad, porque eso es lo que responde a la unidad de clase. El proletariado no defenderá la retención, no compartirá la opresión, por eso reconocerá el derecho; pero el interés y la opción política de uno y otro es lo mismo, la unión. Y la clave principal es que el proletariado de las naciones oprimidas no defenderá la separación, ni siquiera la separación orgánica: un solo partido, un solo sindicato. La unidad orgánica es imprescindible, para que ninguno de ellos olvide su posición de clase, que es única –no hay un proletariado opresor y un proletariado oprimido– y caiga en las posiciones nacionalistas. En el ejercicio del derecho de autodeterminación, si llega el caso –Lenin dijo siempre que esa circunstancia la decidiría el partido, en su momento en función del interés de clase– ni uno ni otro defenderán la independencia. Solo se resignarán a ella cuando no haya la más mínima posibilidad de unión, cosa que Lenin considera solo por hipótesis absolutamente excepcional.

—¿Qué opinión te merece la aportación de Stalin al tema nacional?

—A mí me cuesta encontrar aportaciones importantes en Stalin.

No creo que lo fuera su famosa definición de nación y todo su empeño en intentar encontrarla. Fue una aportación negativa, aunque trascendió solo después de la muerte de Lenin. No esta-

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ba ni en la línea de Lenin, ni en la de Marx y Engels, que siempre consideraron inapropiado pretender definirla.

—No obstante, lo que pasó a la historia fue la definición que acuñó Stalin, sumándose a la larga lista de los que emprendieron la subjetiva e infructuosa tarea de convertir el hecho de la nación en algo intemporal y universal: “Nación es una comunidad humana estable, históricamente formada y surgida sobre la base del idioma, de territorio, de vida económica y de psicología, manifestada ésta en la comunidad de cultura”. Stalin sostuvo que esa enumeración de factores no era una suma descriptiva sino una definición cerrada: “ninguno de los rasgos indicados, tomados aisladamente es suficiente para definir la nación. Más aún: basta con que falte aunque solo sea uno de esos rasgos, para que la nación deje de serlo”. Añades: la definición no jugó ningún papel en la socialdemocracia ni en el movimiento comunista hasta finales de los años veinte. ¿Por qué luego fue tan relevante? ¿No hemos bebido todos o casi todos, incluido partidos u organizaciones nacionalistas nada marxistas, de esa definición?

—Fue relevante porque formó parte del monstruo ideológico de la “diamat”, del “marxismo-leninismo”, la cosificación del pensamiento revolucionario en una doctrina catequística, que sirvió a Stalin para imponerse sobre el resto de posiciones existentes entre los bolcheviques. Stalin no podía presentar credenciales de pensamiento teórico y de autoridad política más que en ese ámbito de la cuestión de las nacionalidades: sus artículos de 1913 y su responsabilidad como Comisariado del Pueblo sobre las Naciones. Por más que Lenin nunca incluyera esos escritos en sus reflexiones al caso –no le convencieron– o discrepara del comportamiento de Stalin en el Comisariado. A pesar de ello, no tuvo rubor de pretender a partir de 1924 que sus escritos de 1913 eran la doctrina bolchevique desde entonces. Eso fue, lisa y llanamente, falso. ¿Por qué se mantuvo después? Por los límites de la desestalinización, por inercia cultural, por empobrecimiento de la política comunista…

—En la práctica política real, ¿qué principios, qué línea política se aplicó en la URSS sobre el tema de las nacionalidades?

—La posición fundamental siguió siendo la misma: el partido decide en función de lo que considera el interés de la clase trabajadora en cada lugar y circunstancia. Eso significó, de entrada, que las relaciones entre el estado soviético y las nacionalidades debían ser diferentes a las que éstas habían tenido con el estado zarista. En primer lugar, basarlas en el reconocimiento de la diversidad de identidades nacionales y el rechazo a la opresión cultural. La resolución política de ello era otra cosa.

Sobre el papel, el estado soviético se constituía sobre el principio de unión libre de pueblos libres; en la práctica, dado que

era el partido el que tomaba las decisiones, la concreción política e institucional siempre fue la de la unión entre partes (rusa, bielorrusa, ucraniana, armenia, georgiana, azerí…) y, además, una unión asimétrica con un poder central real y diferencias entre las atribuciones de las partes. En la etapa de Lenin se aceptó la independencia de Finlandia por el hecho consumado de la derrota de los socialdemócratas de izquierdas, afines a los bolcheviques, y la de los países bálticos porque, como señaló E. H. Carr, así interesaba al estado soviético para poder tener intercambios económicos con el mundo capitalista. Después de esas, ya no se consideró ninguna independencia más. El derecho a decidir lo tenía el partido, el bolchevique en los primeros años y luego el Partido Comunista de toda la Unión, antecedente del PCUS.

Nuestro enemigo es el sistema capitalista, y todo lo que sea sumar fuerzas contra ese enemigo es fundamental.

—Situándonos en 2022, en nuestro país por ejemplo. ¿Por qué la “cuestión nacional” sigue tan presente? ¿Tiene solución o, como dijo Ortega, hay que conllevarse con ella?

—Está presente porque la realidad de España es de diversidad de identidades nacionales, que además se conjugan de manera también diversa al postular, unos, el antagonismo de identidades, y otros, negando ese antagonismo y aceptando su complementariedad o su yuxtaposición. Yo no comparto el pesimismo de Ortega, que me da que recoge su desconfianza en las masas. Tiene solución y no es imposible; es una articulación federal del estado, constituido sobre el pacto de todos. La España de todos que proclamaba el socialista catalán Rafael Campalans. La “conllevancia” es, perdón por la broma, como el matrimonio moderno, muy soluble. Y yo estoy en contra, por principio y por la experiencia histórica de nuestro país, tanto del unitarismo español, como del unitarismo catalán o vasco.

—Titulas el capítulo IV: “El Frente Popular redescubre la nación”. ¿Qué nación redescubrieron los frentes populares? ¿La nación popular frente al nacionalismo?

—Tiene que ver con el olvido de la nación por parte del movimiento comunista, por mor de un internacionalismo falseado en beneficio supuesto de una experiencia revolucionaria única –la soviética– y de la única consideración, instrumental como explico en el libro, de las minorías nacionales. El olvido que Dimitrov calificó de nihilismo nacional. Ese internacionalismo

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falseado, vestido de revolución mundial única, de un solo modelo, fue puesto en cuestión ya por el propio Lenin a partir del estancamiento de la revolución en Europa, cuando insistió en la distinción entre las formas y ritmos de la revolución en los países no desarrollados –política y económicamente– y los avanzados. Lenin no pudo desarrollar la idea de la diversidad de las experiencias revolucionarias, que reaparece en el concepto de Gramsci de la no traducibilidad de la experiencia soviética, en el énfasis de la raíz nacional de la revolución –lo que le lleva a interesarse por el Rissorgimento–, y en la elaboración por parte de Togliatti de la propuesta de la revolución popular, nacional por naturaleza, como período de transición hacia el socialismo. En el reflujo de la revolución y la deriva hacia el sectarismo de la Internacional Comunista entre la segunda mitad de los veinte y la primera de los treinta, todas esas reflexiones quedaron bloqueadas.

—Pero reaparecieron...

—Reaparecieron ante la ofensiva del fascismo en los años treinta, en Francia a partir de la ofensiva autoritaria de comienzos de 1934. La primera reacción de la IC, que aceptó Stalin no sin alguna reticencia, fue recuperar la política de frente único sin sectarismos, de unidad entre las diferentes corrientes del movimiento obrero frente al fascismo. Sin embargo, la dirección del Partido Comunista Francés, de manera autónoma y desoyendo las instrucciones que le venían del Ejecutivo de la Internacional, manifestó públicamente que esa unidad era necesaria, pero insuficiente; que para derrotar al fascismo era imprescindible una unidad social más amplia, de la gran mayoría de la nación, obreros, campesinos, clases medias. Eso que Thorez denominó inicialmente “frente nacional” ante el fascismo, enemigo de los intereses populares y, por tanto, de los intereses colectivos de la nación. La construcción del Frente Popular correspondía a esa

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nueva mirada de la nación, no confundida con el estado ni apropiada cultural y políticamente por la burguesía.

—Pero el Frente Popular no era nacionalista.

—El Frente Popular era nacional, pero no nacionalista, y se basaba en el reconocimiento de las clases, incluso de su conflicto.

También consideraba la necesidad de establecer un compromiso de intereses entre las clases populares, que podían ser diferentes pero no excluyentes. La revolución mundial era un concepto que identificaba todo un período histórico, pero su forma concreta había de ser nacional también en la política de alianzas sociales. Para reforzar culturalmente su nueva propuesta, que la IC aceptó y generalizó, el Partido Comunista Francés descubrió lo que Mathiez como historiador y Jaurés como político ya habían percibido: que la revolución francesa no era burguesa sino popular y, por eso, había sido una revolución nacional.

La revolución francesa no era burguesa sino popular y, por eso, había sido una revolución nacional.

—Finalizas el libro con estas palabras: “La aporía del nacionalismo revolucionario en la Europa del siglo XX quedó en evidencia en el icono mayor que por mucho tiempo tuvo ese nacionalismo revolucionario [el de Irlanda]”. ¿Por qué?

—Porque era una especulación, que chocaba con la realidad, que el nacionalismo irlandés construido de manera muy firme sobre la identidad religiosa, preñado de clericalismo católico, pudiera ser revolucionario, y el hecho es que, con toda lógica, la Irlanda independiente es uno de los estados más conservadores de Europa, desde el primer segundo de su constitución.

—Mil gracias por tu libro y por la entrevista querido compañero de Espai Marx ■

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Alain Krivine uno de los nuestros Por Pepe Gutiérrez

N

os ha abandonado un revolucionario. Un hombre honesto que mantuvo sus convicciones en estos tiempos de continua mudanza. Un luchador que nunca tiró la toalla. Ha sido un honor para El Viejo Topo que su firma apareciera en varios números de esta revista, allá por los años setenta.

Como no podía ser menos, el fallecimiento de Alain Krivine (París, 1941-2022) ha pasado prácticamente inadvertido en los medios de difusión, incluido El País, del que fue colaborador, sobre todo cuando fue diputado europeo, aunque el diario dinástico tituló su elección con el siguiente encabezamiento: los trotskistas y los cazadores entran en el Parlamento europeo.

No parece que esta indiferencia sea desconocimiento, ya que es sabido que Alain fue uno de los rostros más conocidos y desde luego más persistente de los portavoces de las barricadas del mayo-junio francés del 68; pero en estos tiempos invertidos las ideas rupturistas tienen muy mala prensa, y Krivine era un arcaico trotskista. Por cierto, concepto este que se resistía a emplear, de ahí que solía enmendar a quienes lo empleaban. Como réplica señalaba que ellos eran marxistas abiertos o comunistas democráticos. Que su razón de ser había sido tratar de mantener las mejores tradiciones del socialismo militante en oposición al estalinismo y el reformismo, cómplices o incluso parte del propio sistema.

Su biografía trasciende lo personal. De entrada, porque los Krivine eran más que una familia. De procedencia judía se habían visto obligados a huir de la Ucrania natal. Huyeron de los “progroms” antisemitas propios de la época zarista. Llegaron a París a finales del siglo XIX, y desde entonces su trayectoria queda ligada a las tradiciones socialistas. En la primera mitad de los años cuarenta, durante la ocupación nazi, conocieron su particular calvario. La familia constituía una prole

numerosa, de manera que la trayectoria de Alain aparece estrechamente ligada a la de sus hermanos, todos ellos implicados en el mismo combate. El mayor, Jean-Michael alias “Arnold”, fue médico como su padre, amén del principal y persistente animador del Comité Nacional Francia-Vietnam en oposición al colonialismo tanto francés como norteamericano, una conexión que sería uno de los afluentes de las jornadas de mayo. El gemelo de Alain, Hubert, permaneció un poco en un segundo plano. Esto no le impidió destacar como un “profesional” de internacional, así como difusor de las teorías económicas marxistas, y daba seminarios en las células; antes, aprendió el castellano en la Cuba revolucionaria junto con su compañera de entonces, Jeanette Habel, la misma que sigue publicando trabajos muy potentes sobre la isla (https://vientosur.info/ cuba11-de-julio-de-2021-un-antes-y-un-despues/), mientras que el propio Hubert ha pasado a ser un reconocido divulgador científico (La Tierra, de los mitos al saber, Biblioteca Buridán). Este ambiente de complicidad y de estrecha camaradería se hizo inherente a sus relaciones con sus iguales, en particular quizás con los que nos sentimos parte de lo que Danien Bensaïd llamaba “la promoción Krivine”, un estilo ampliamente compartido al menos en los componentes de la “vieja guardia” de la LCR española, con la cual todos ellos mantuvieron unas relaciones intensas a lo largo de varias décadas.

Alain comenzó a militar en el área comunista oficial en 1956, un año pródigo en acontecimientos. Aparte de la expedición

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militar franco-británica a Suez, fue ante todo y sobre todo el año de la insurrección obrera en Budapest, el mismo año en el que los diputados del Partido Comunista Francés (PCF) votaron la concesión de plenos poderes al social-imperialista Guy Mollet, que se dio prisa en utilizarlos para intensificar la guerra en Argelia, el mismo en el que Krivine dio inicio a una larga década de disidencia dentro del área universitaria de “el Partido”. En este trayecto conviene no olvidar su encuentro con la mayoría de una IV Internacional en la que se alinea con los incombustibles Pierre Frank y Ernest Mandel. También practica lo que en el argot trotskiano se llama “entrismo”, un concepto al que se le da un carácter peyorativo pero que ya funcionaba en la Primera Internacional, sobre todo por parte de los bakuninistas, y también lo practicaron sin ir más lejos los propios comunistas en la socialdemocracia, llegando a constituir toda una tradición en el Labour Party.

Estos inicios resultan bastante duros, primero porque Alain y afines se convierten en los llamados “portadores de maleta”, símbolo de una actividad semiclandestina en la que se aboga por la insumisión militar en el ejército, sin olvidar la apuesta por la creación de una fábrica de armas en apoyo del FLN; también porque el PCF no gastaba bromas con el ”trotskismo como agente de la CIA”, etc. Esto lo pudo comprobar más de una vez Alain, especialmente cuando en los combates de las barricadas trató de conectar con los trabajadores de chez Renault que ocupaban Regie Billancourt, pero a los que el PCFCGT no dejaba acercar a ningún “gauchiste”, lo que no impidió que la “Ligue” llegara a tener una seria implantación en esta emblemática empresa.

El activismo internacionalista de esta época inicial se desarrolla con la policía mordiéndole los talones y a cara de perros. Alain formó parte de una generación ascendente que también fue clave en la reunificación de la IV Internacional, un paso sólido asentado en la regularización los derechos de tendencia y de fracción, algo que la izquierda establecida bloqueó con todos sus medios. Con este paso pluralista decisivo, quedaban desactivadas las fracciones animadas por líderes poseídos por el síndrome Trotsky, del que se consideraban los verdaderos “guardianes de la fe” (Lambert, Moreno, Posadas, Healy, etc)…

Activo siempre en toda clase de propuestas por ampliar el apoyo social, Alain se mostró un personaje abierto y dialogante, alguien que no callaba pero que no tenía ningún inconveniente en reconocer sus propias contradicciones. Desde esta

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perspectiva resultaron emblemáticos su participación en aquellos mítines de la Mutualité en los que la ya creada Ligue Communiste Revolutionnaire mostraba su vehemencia militante, su apuesta por un leninismo condensado desde el que se trataba de luchar y crecer en una situación en la que se abogaba por la “repetición general”. Estas actitudes quedaron reflejadas también en sus contribuciones editoriales formada por algunos títulos, tales como Los caminos de la revolución (Júcar, Madrid, 1981), un arduo debate moderado por Thierry Pfister con Fred Zeller, antiguo dirigente de las juventudes socialistas francesas radicalizadas y ganado a la IV Internacional, en el que Krivine sigue apostando por una revolución que a Zeller le coge de vuelta; o El socialismo que queremos (Ed. Fundamentos, Madrid, 1981).

Alain siguió planteando una nueva apuesta. Como aquella que comenzó al día siguiente de que un famoso locutor asegurara con toda la razón –aparente– del mundo, que Francia se aburría. Una pequeña chispa provocó la irrupción de las barricadas, la huella más amplia jamás conocida con el añadido de las ocupaciones de empresas y de los centros oficiales. Entre los diversos “grupúsculos” hostiles, la JCR creada en 1967 en oposición al apoyo de la candidatura de Mitterrand –el “verdugo” de Argelia– por parte del PCF, y los círculos libertarios crearon una asamblea plural y participativa, el “Movimiento 22 de marzo”, que se erigió como la fracción más consciente de una lucha cuyos rasgos no aparecían en los manuales. Aunque el rostro de esta asamblea fue indudablemente “Dani el Rojo”, los cerebros reconocidos por la historia fueron otros, Alain entre ellos. Luego siguió una nueva fase histórica en la que el “socialismo realmente existente” acabó arruinando hasta tal punto el ideal socialista que lo convirtió en un antimodelo. En un ejemplo al que inicialmente se le opuso el “suecialismo” del “Estado del Bienestar”, justo cuando este comenzaba a mostrar sus contradicciones…

Había pues que comenzar de nuevo, pero no había que perder la memoria de un desafío que se inició con la solidaridad con Vietnam (“trágicamente solo” como nos decía el Che).

De un movimiento que motivará las grandes movilizaciones de Berlín, Londres, París, etc., allá por mitad de los 60, fechas en las que al amparo de la revolución cubana, de la odisea de Ernesto “Che” Guevara, se anima una nueva vanguardia militante que será conocida como la del 68. La misma que conmueve el mundo, que desborda a la izquierda establecida (socialdemocracia, comunista oficial), y que se bifurca en tres

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De ahí que, en el epílogo de sus memorias (Ya se te pasará con los años), justifica que la izquierda militante se mantuviera firme en la lucha porque “cambiar la sociedad es más necesario que nunca y, como repito a menudo, hoy hay más razones para rebelarse que en el 68”. Y es que a diferencia “de finales de los años 60, en que eso fue lo que eligió una gran parte de mi generación (…) La evolución hacia la derecha de la izquierda oficial ha modificado profundamente las condiciones en las que debemos formular las respuestas. Esas respuestas no se pueden encontrar simplemente en el relato de las luchas pasadas y, a menudo, perdidas”. Con todo “podemos sacar de ellas algunas lecciones para avanzar en la construcción de otra sociedad.

Krivine intervino Compartir las experiencias que he vivido, siempre que fue intentar abrir algunas perspectivas, ésa es la necesario en la única ambición que reivindico…” Seguía tepolítica española niendo claro que tras más “de medio siglo de combates políticos, si miro algunos instantes por el retrovisor, más que los fracasos, las desilusiones y las ocasiones perdidas, es la necesidad de perspectivas revolucionarias, todavía más urgentes hoy que ayer, las que me saltan a la vista. Algunos verán en ello el acto de fe de un incoKrivine en la década de los 70 rregible ‘comunista revolucionario’, perdido siempre en sus sueños y sus utopías. Sin duda. Yo no soy ni cínico, ni amarcorrientes: la llamada marxista-leninista conexionada en su gado ni estoy hastiado. La acusación, que oigo frecuentemenfraccionamiento con las promesas del “pensamiento Mao”; la te, de ser un ‘soñador’ es para mí un cumplido. ¿Por qué no neoanarquista que abarca diversas tendencias libertarias no volver a aprender a soñar en una sociedad más justa en la que menos fraccionada, y finalmente la que apuesta por la IV Inlos criterios no sean ya las cotizaciones en la bolsa, sino la ternacional. Solo las dos últimas han resistido la prueba del satisfacción de las necesidades que la población haya deciditiempo, no sin una fuerte depuración… do democráticamente? Solo los conservadores no sueñan.

“Varias décadas, sobre todo para contribuir a hacer existir, Nosotros, para cambiar el mundo, necesitamos soñar para más allá de las filas de la LCR, otra izquierda, portadora de un luchar juntos. Todos juntos…” proyecto global de emancipación y de una alternativa a los vieKrivine intervino siempre que fue necesario en la política jos partidos de la izquierda institucional… Estos cincuenta española.

Lo hizo contra los juicios de Burgos a principios de años de militancia me han llevado a dar cuenta de mi recorrilos años setenta, trabajó con la LCR siempre que se le pidió, do con la esperanza de aportar mi modesta contribución a una acompañó la campaña electoral de la Liga en las elecciones tarea más actual que nunca: ayudar a la reconstrucción de un de junio de 1977, intervino con osadía en programas como movimiento anticapitalista, después de los fracasos del estali“La Clave”, y lo recuerdo denunciando la oscura financiación nismo y de la socialdemocracia. No pretendo escribir aquí la de los partidos establecidos, también poniendo contra las historia de la LCR, ni la del conjunto de la izquierda radical, cuerdas a Santiago Carrillo en un debate sobre el eurocomumucho menos la mía, sino al menos ofrecer algunos apuntes al nismo. Personalmente tuve más relación con sus hermanos respecto a través de mis experiencias personales (…) He sido pero no puedo olvidar un masivo y hermoso acto en el princiun testigo privilegiado tanto de las luchas como de los debates pal teatro de Oviedo en mayo de 1988, así como un acto barpolíticos que han fomentado la emergencia de una izquierda celonés en homenaje a Daniel Bensaïd que formó con Alain la de izquierda. He tenido la suerte de conocer muchas facetas de cara más apasionante de la JCR, luego de la LCR y finalmente, la acción política, del militantismo de base, hasta del Pardel NPA. Se podría decir de él que fue tan grande como los de lamento europeo. Un hilo rojo recorre este relato forzosamenantes de la noche estaliniana y de la mediocridad socialdete subjetivo: la fidelidad, que creo indispensable, a las convicmócrata ■ ciones revolucionarias.”

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Libros

QUE LOS ROJOS SEAN VERDES Y LOS VERDES SEAN ROJOS

ECOLOGÍA Y CIENCIA SOCIAL. REFLEXIONES ECOLOGISTAS SOBRE LA CRISIS DE LA SOCIEDAD INDUSTRIAL

Manuel Sacristán Luzón Ed. Irrecuperables-Calma tensa, 2021; 289 pp.

Con la que está cayendo, hay que agradecer grandemente a Miguel Manzanera, prologuista del libro, y a la editorial Irrecuperables, esta nueva selección de 16 de los textos o intervenciones orales sobre ecología y ciencia social de Manuel Sacristán escritos o pronunciados oralmente entre 1977 y 1985.

Ojalá que esta nueva selección permita a las nuevas generaciones incorporadas a la lucha tras del ciclo con la crisis del 2008 acercarse a la obra más combativa del filósofo y militante eco-comunista más importante del siglo pasado de España. A mi modesto entender estos textos resultan esenciales para tratar de comprender la encrucijada civilizatoria en la que nos encontramos. Una encrucijada que renueva el viejo dilema expresado por el primer párrafo del Manifiesto comunista de 1848 y por la Rosa Luxemburg de La crisis de la socialdemocracia escrita en una cárcel en plena primera guerra mundial: socialismo o barbarie. Ojalá que esta nueva selección sea una ayuda más para que las nuevas generaciones se incorporen al hilo rojo-verde de la lucha por la emancipación sin perderse por el laberinto de la postmodernidad.

Quien nos presenta esta selección tan bellamente editada es Miguel Manzanera, quien fue el autor de la primera tesis sobre la obra del filósofo y militante comunista y ecologista, leída en 1995, apenas

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10 años después de la muerte de Sacristán. Se trata, pues, de un pionero de larga trayectoria en los estudios sacristanistas. Además, Miguel Manzanera nos ofrece un cuidado prólogo que merece ser comentado con mayor profundidad que la permitida en una recensión tan breve como ésta.

Una nueva tesis sobre la obra de Sacristán fue defendida por José Sarrión en el año 2014 bajo el título La noción de la ciencia en Manuel Sacristán. A ambos se les puede ver en un acto grabado el pasado 2 de febrero debatiendo sobre Sacristán con un sacristanista de trinchera como es el amigo Manuel Cañada [en YouTube: Introducción al pensamiento de Manuel Sacristán / Presentación del libro Ecología y ciencia social].

Los 16 textos no están ordenados cronológicamente sino de manera temática.

Están divididos en dos partes: “Intervenciones políticas” (seis textos) y “Dilucidaciones teóricas” (diez textos). En opinión del autor de la selección, este orden permitirá a los lectores noveles introducirse más cómodamente en el pensamiento de Sacristán. Creo que tiene razón. Esta selección incluye un texto inédito correspondiente a las sesiones de Metodología de las Ciencias Sociales impartidas por Sacristán en el curso 1984-185 en la Universidad de Barcelona: grabado por Xavier Marín y transcrito por Jesús Muñoz, el texto (que además de ser una novedad editorial es de enorme importancia) ha sido revisado y corregido por Manzanera.

Es cierto que algunos de estos textos ya fueron publicados in illo tempore en que Sacristán estaba presente entre los que entonces aún éramos jóvenes. Me refiero a las recopilaciones como Pacifismo, ecología y política alternativa a cargo de Juan Ramón Capella (Icaria/ Antrazyt, 1987; re-editada por Público en 2009) o a la de Salvador López Arnal y Pere de la Fuente Acerca de Manuel Sacristán (Destinolibro, 1996). También es cierto que, desde 1996

hasta casi hoy mismo, el trabajo minucioso, perseverante e incansable de Salvador López nos ha seguido ofreciendo numerosos inéditos del filósofo y militante eco-comunista a través de la editorial El Viejo Topo. Pero las nuevas generaciones seguramente no conozcan estos textos que pueblan las bibliotecas y las mentes de los viejos eco-comunistas. Y este hecho acentúa la importancia de este libro.

Los comunistas de mi edad, una generación posterior a la de Sacristán, nos formamos en la lucha en los mismos años en que se iniciaba la enorme crisis de civilización cuya terrible aceleración vivimos dramáticamente en estos días, con la guerra mundial en ciernes, tras el ataque de Rusia a Ucrania.

Unos inicios de crisis civilizatoria en la que se entrecruzaban en compleja amalgama la derrota del imperialismo en Vietnam; con la crisis económica y del petróleo de principios de los años 70; con las consecuencias de la nueva división internacional del trabajo (estudiada en tiempo real por Fröbel, Heinrichs, Kreye, Piore o Sabel entre otros); con las previsiones del Club de Roma y las advertencias de Wolfgang Harich o de Barry Commoner en

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Libros

torno a la destrucción de la biosfera. A esta constelación de problemas se añadía la derrota estratégica del movimiento comunista tras el doble aldabonazo de 1968 (Paris y Praga) y el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile que originó la discutida y discutible propuesta del compromiso histórico de berlingueriana memoria.

Los escritos de Sacristán de esa época, junto a sus contundentes críticas políticas al eurocomunismo local e internacional, formaron parte de la formación de nuestra conciencia política y teórica.

Entre asambleas, huelgas y reuniones de partido, sindicato, asociación de vecinos o movimiento antinuclear o anti-OTAN… en nuestras mentes se amalgamaba un estupor estratégico solo disipado en parte por el enorme ejercicio de autoconciencia que nos producían estos textos o la escucha de sus conferencias.

Sacristán nos develó que el desarrollo de

las fuerzas productivas, en lugar de producir la revolución socialista podía llegar a transformarlas en destructivas y a poner en cuestión el metabolismo del hombre con la naturaleza. Sacristán puso en cuestión el mito del progreso y nos mostró que el progreso era una ideología mayoritariamente burguesa o de la ilustración fisiocrática. Este descubrimiento nos creaba un desasosiego notable. La propia praxis política nos mostraba que el viejo binomio socialdemócrata de partido y sindicato no eran, ni de lejos, la respuesta adecuada o suficiente a la envergadura de la crisis de la humanidad a la que debíamos enfrentarnos.

Incluso aquellos no podemos ser calificados de sacristanistas de estricta observancia y que sufrimos una terrible desilusión cuando leímos su artículo A propósito del Vº Congreso del PSUC (El País, 22 de enero de 1981), estuvimos y estamos profundamente impregnados en nuestro

quehacer militante por la enorme capacidad de Sacristán para plantear los problemas centrales de la época. Releyendo estos 16 textos más de cuarenta años después de hacerlo por primera vez, no podemos más que admirar su capacidad de anticipación y preocuparnos por la razón que se ha demostrado que tenían la mayoría de sus pronósticos: los problemas señalados entonces y no comprendidos por nosotros, los sindicalistas y comunistas de aquellos años, nos estallan hoy ante las narices.

Es por todo ello que considero que esta selección es de lectura necesaria para las jóvenes generaciones que son y serán las herederas de un planeta y de una humanidad cuyos problemas no supimos o no pudimos resolver los comunistas de nuestra generación.

Joan Tafalla

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Libros LOS HORRORES DE LA GRAN GUERRA

LENINGRADO. EL ASEDIO MÁS ÉPICO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Anna Reid Ed. Debate. Barcelona, 2022, 531 pp.

Cuando las tropas rusas invaden Ucrania, como si no hubiéramos aprendido nada de nuestro pasado, recordamos una inmensa tragedia. La hermosa ciudad de San Petersburgo fue el terrible escenario de uno de los asedios más espantosos de la historia: Leningrado padeció casi tres años de aislamiento durante la Segunda Guerra Mundial, y su resistencia fue uno de los elementos relevantes en la derrota del nazismo. En total perecieron millón y medio de personas (entre tropas de la Wehrmacht, rusos, finlandeses, combatientes extranjeros, como los españoles de la División Azul…). Mientras que el precio que pagaron los leningradenses quizá puede cuantificarse, pero no valorarse. “Para que podamos entender las cosas en profundidad nos fue dado como medida el invierno de 1941”, escribió Konstantín Símonov. Y Dmitri Lijachov concluía: “No había medias tintas. Todo era real. Los cielos se abrieron y hasta pudimos ver a Dios”. De poco sirvió.

El asedio comenzó el 8 de septiembre de ese 1941, once semanas después de que Hitler iniciara la Operación Barbarroja. Y la idea era, fundamentalmente, matar a sus ciudadanos de hambre. En buena medida lo consiguieron: hubo unas 750.000 muertes por inanición. La periodista Anna Reid publicó en 2011 un extraordinario libro sobre todo aquello, que ahora podemos leer en español: Leningrado. El asedio más épico de la Segunda Guerra Mundial. Sus más de 500 páginas

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no tienen desperdicio. Sin alimentos, sin combustible, con temperaturas ese primer invierno de 30 grados bajo cero, los que sobrevivieron resumían así su vida: “frío, hambre, bombas, fuego”. Y la inevitable pregunta que Anna Reid intenta responder es: “¿Cómo era vivir todo eso?”. Para explicarlo recurre, por supuesto, a la Historia, atendiendo al desarrollo del conflicto, a las órdenes de los mandos militares, a las obcecaciones de Hitler y Stalin, a la idiosincrasia del régimen soviético, y, sobre todo, acude a los diarios, las cartas, las anotaciones desoladoras de quienes padecieron ese infierno: “Es insoportablemente triste, y lo que te salva es una indiferencia brutal hacia el sufrimiento humano”, señalaba la jefa de adquisiciones de la Biblioteca Pública, María Mashkova, tras enumerar las últimas muertes contempladas, el abandono de los cadáveres, el robo de las cartillas de racionamiento… La autora avanza cronológicamente y divide la obra en cinco partes, dedicadas a: “La invasión: de junio a septiembre de 1941”, “Empieza el asedio: de septiembre a diciembre de 1941”, “La mortandad: el invierno de 1941-1942”, “A la espera de la liberación: de enero de 1942 a enero de 1944” y, finalmente, “Después del asedio”. En cada una de ellas, con habilidad incuestionable, con precisión y empatía que huye de la banalidad y el sentimentalismo, Reid expone minuciosamente la vida cotidiana de los sitiados, la de los menos afortunados, una gran mayoría, y la de los que disfrutaban de las prebendas asociadas a sus cargos o responsabilidades en el partido. Explica los errores de las autoridades demorando la evacuación, las peculiaridades del régimen soviético, que dificultaban aún más la distribución de los escasísimos alimentos, la fría supervisión alemana que comprobaba la mortal efectividad de su tenaza, y el hundimiento físico y moral de una ciudad que no cayó en la anarquía pero que padeció

Anna Reid

todos los desmanes que una situación así puede generar. El mito soviético quiere que el heroísmo y la ejemplaridad fueran las características dominantes durante el asedio, pero es pedir demasiado. Yelena Skriábina, que recorrió la “ruta del hielo” que pretendía evacuar la ciudad lo sintetizó así: “Creo que Robinson Crusoe fue un tipo con suerte. Sabía perfectamente que estaba en una isla desierta y tenía que arreglárselas solo. Pero yo estoy rodeada de seres humanos”. Raspaban el papel de la pared para intentar comerse el pegamento, hervían los zapatos y los cinturones esperando alimentarse, tenían que decidir quién debía comer algo más a costa de que otro miembro de la familia dejara de hacerlo y muriera antes… Se convertían, en fin, en lobos. El capítulo dedicado al canibalismo, sencillamente, es difícil de terminar por su dureza. Poco hueco queda para el heroísmo, escaso lugar para la dignidad siquiera. Hoy Rusia, de la mano de su nuevo pretendido vozhd, vuelve a estar en guerra. Y nosotros leemos esta imprescindible obra de Anna Reid, para intentar entenderlo. Y juzgarlo.

Antonio García Vila

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Libros SOBRE EL MARX TARDÍO MARX Y RUSIA Carlos Taibo Los Libros de la Catarata.

Madrid, 2022, 127 pp.

Una aproximación rigurosa matizada e informada, desde una perspectiva libertaria (léase la cita de Maximilien Rubel con la que se abre el volumen), a una etapa de la obra (y la vida) de Marx que sigue siendo bastante desconocida entre nosotros. Las razones del autor: “Me interesan los años finales de las gentes…

En el caso de Marx me atraen muchas de las ideas que blandió, y muchos de los grupos humanos con los que simpatizó, en los últimos años de su ida”.

El libro se sienta en tres pilares: 1) La simpatía de Taibo por el Marx tardío que acabamos de indicar. 2) Su deseo de “ampliar y profundizar, con un poco de curiosidad, conocimientos más bien frágiles” sobre el tema. 3) La certeza de que estamos ante una materia poco frecuentada en España, a la que “no viene mal un texto de divulgación”. Con un añadido crítico, algo injusto en mi opinión: “A efectos de tirar para atrás imaginables lecturas malévolas, dejaré claro que en estas páginas no hay ningún designio de demostrar a muchos marxistas que hay otro Marx afortunadamente diferente del que adoran [¿adoran?] ni lo hay de recordar a muchos anarquistas que la figura y la obra de Marx son más complejas de lo que a menudo suponen”.

Las temáticas de los seis capítulos del ensayo: el primero se centra en un relato básicamente biográfico de los últimos años de Marx; el segundo “bucea en algunas de las percepciones mayores de éste en lo que se refiere al desarrollo histórico de las sociedades, con debates, en

la trastienda, como los relativos al colonialismo, a las formaciones precapitalistas y al papel del campesinado en los procesos revolucionarios”; el tercero da cuenta de las relaciones de Marx con Rusia y de los cambios que experimentó; el cuarto proporciona una información básica sobre el movimiento Naródniki y la comuna rural rusa (la obshchina); el quinto se centra en los escritos postreros de Marx, con la correspondencia mantenida con Vera Zasúlich en lugar prominente; y el sexto es un capítulo de conclusiones.

Apartados destacados: el dedicado a la visión marxiana del desarrollo histórico de las sociedades; el que tiene al campesinado como asunto central; todo el capítulo dedicado a la relación de Marx con Rusia (“A todo ello se sumaron, a finales de la década de 1870, relaciones cada vez más estrechas con los movimientos de resistencia rusos, que a los ojos de Marx se nutrían de gentes que se jugaban con gran coraje la vida frente a la molicie que probablemente atribuía a muchos de sus correligionarios europeoccidentales”); al igual que el quinto, el centrado en la correspondencia MarxZasúlich (“Importa destacar que las consideraciones de Marx no se agotaron en las que se interesaban por la comuna rural rusa. En los últimos años de su vida Marx se acercó de nuevo a un sinfín de realidades que remitían a formaciones sociales precapitalistas”), sin olvidar el dedicado a Engels, o el centrado en lo que Taibo llama “el experimento bolchevique”.

Sin destripar nada, señalo dos de las conclusiones esenciales del ensayo: 1) El

Marx último es felizmente más interesante, en determinados ámbitos, que su predecesor maduro (el de El Capital, por ejemplo). “No sé si al respecto tiene mayor relieve que sus percepciones finales surgiesen de manera fluida de su obra anterior o acarreasen, por el contrario, un corte con respecto a ella”. 2) El resultado es que “se reveló con fuerza un Marx romántico que, en nombre de valores sociales, morales o culturales premodernos o precapitalistas, protestaba contra la mecanización, contra la disolución de los lazos comunitarios y contra la cuantificación de las relaciones sociales”.

Entre los autores citados destaquemos dos referencias: 1) Teodor Shanin: su El Marx tardío y la vía rusa: Marx y la peri-

Carlos Taibo

feria del capitalismo (publicado por la editorial Revolución en 1990). 2) Manuel Sacristán Luzón: Taibo refiere a las notas [¿suyas?] de una conferencia impartida por el autor de Sobre Marx y marxismo en Madrid en 1983: “Los últimos años de Marx en su correspondencia”, accesible en Rebelión.org (y algún texto complementario, tal vez la entrevista de 1983 con Dialéctica, que no cita en la bibliografía).

Salvador López Arnal

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UNA COMPRENSIÓN INTEGRAL DE LAS PANDEMIAS

CAPITALISMO Y PANDEMIAS Frank Molano Camargo Ed. Traficantes de sueños.

Madrid, 2020, 129 pp.

Probablemente ya estemos todos saturados de pandemias y de información sobre virus, bacterias y vacunas, especialmente cuando tantísimo ruido mediático ha polucionado nuestras sociedades en estos dos últimos años de crisis. Pocos han actuado con verdadera responsabilidad: ni medios, ni políticos, ni supuestos expertos abonados a secretar sus especiosas opiniones a diestro y siniestro, afectados por un divismo propio de estos tiempos adolescentes rehenes de los “likes”, a los que se han sumado algunos artistas (y filósofos) desbarrando. Aún así merece la pena comentar un breve texto, conciso, informativo, beligerante, de Frank Molano, quien es profesor en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas (Bogotá) e investigador, desde la perspectiva de la ecología mundo capitalista, de la historia ambiental, los movimientos sociales y la educación política.

Uno de los aciertos de su libro Capitalismo y pandemias reside en su minimalismo. Es una presentación accesible, documentada, justa, de una serie de pandemias que han afectado a la humanidad desde los orígenes del capitalismo en la edad moderna hasta nuestros días. No es que los virus o las enfermedades que asolaron a los hombres en estos siglos no existieran previamente, es que, situándonos en la línea de investigación que propone Molano Camargo, es el capitalismo, escoltado por el patriarcado y el imperialismo, el que detona el explosivo que

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convierte un asumible riesgo en una debacle humana. Yo dudo, francamente, que la ecuación sea tan simple como el autor denuncia, y si acusar al capitalismo parece explicarlo todo, a la postre no soluciona nada. Sea como sea, los datos que expone Molano son tan interesantes, y su exposición es tan clara y precisa, que la lectura de su librito resulta muy provechosa y pedagógica.

El texto se divide en dos apartados. El primero trata “La unificación microbiana del mundo y la ecología-mundo capitalista y colonial”, y se subdivide en tres capítulos: el primero sobre la peste negra, el siguiente sobre la viruela, y el último acerca del cólera. El segundo apartado se titula “El imperialismo y el capital financiero: degradación y mercantilización de la naturaleza”, y en él estudia la malaria, la gripe española, el VIH-sida y, para acabar, la covid-19.

El modelo positivista habitual se conoce como “la explicación viral tipo bola de billar”: la sociedad es como una mesa de billar y el virus como una de las bolas del juego que, al evolucionar sobre el tapete de un lado al otro, va chocando con otras bolas y así infectándolas de modo que cuanto más aisladas estén menos encuentros habrá y, por el contrario, cuantas más bolas haya sobre la mesa, más rápido circulará el virus.

Sin embargo, Molano Camargo afirma que es un modelo, si no erróneo, sí, cuando menos, incompleto. Su propio modelo, tomado de los antropólogos médicos Samuel R. Friedman y Diana Rossi, en su análisis de la expansión del sida, propone integrar en esa supuesta mesa el sistema económico, los sistemas de gobierno, la lucha de clases, de género, étnicas, la pobreza, la discriminación racial, las creencias… Sin duda un proyecto mucho más ambicioso e, igualmente, más exacto, más completo, que él mismo intenta aplicar, de forma un tanto esquemática pero pertinente, en estos acercamientos a la enfermedad y al capitalismo, o mejor, a las enfermedades que produce el capitalismo, un sistema viciado desde su origen, en el que ni naturaleza ni personas importan.

La historia de la humanidad es, también, la historia de sus enfermedades.

En este pequeño libro, Frank Molano, desde una perspectiva amplia pero guiada siempre por la crítica al capitalismo, muestra esa historia desde el Renacimiento hasta hoy, denunciando las posibles causas de sus apariciones y la injusticia de la aplicación interesada de sus remedios.

El capítulo menos interesante, quizás por la falta de perspectiva, es el referido a la covid-19. Aún así, de todos ellos podemos intentar sacar conclusiones provechosas. Sobre el mundo en el que vivimos y sobre el mundo que queremos.

Y sobre si aún queda tiempo para conseguirlo.

Antonio García Vila

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LEIBNIZ EN DESLUMBRANTE EDICIÓN LA IDEA DE PRINCIPIO EN LEIBNIZ Y LA EVOLUCIÓN DE LA TEORÍA DEDUCTIVA / DEL OPTIMISMO EN LEIBNIZ

José Ortega y Gasset CSIC. Madrid, 2020, 745 pp.

Esta reseña solo puede ser una incitación a la lectura (a poder ser en compañía, en un seminario por ejemplo). No puede ser otra cosa.

Deslumbrante edición, pero no solo por el contenido sino por el objeto-libro en sí. ¡Da gusto mirarlo, tenerlo entre las manos, ojearlo, pararse aquí o allá, observar las fotografías finales...!

Sobre el contenido: Presentación (del editor, de Javier Echevarría), tres estudios introductorios (“Ortega en 1947”, Jaime de Salas; “El Leibniz de Ortega”, Concha Roldán; “Encuentros de Ortega con Leibniz”, Javier Echevarría); La idea de principio en Leibniz y la evolución de la teoría deductiva (Ortega lo escribió de corrido, durante ocho semanas, en Lisboa en 1947), Del optimismo de Leibniz, y el plato fuerte de la edición: “Manuscritos inéditos de Ortega relativos a Leibniz a partir de las notas de trabajo que se conservan en el archivo Ortega y Gasset.

Capítulo 1: Léxico leibniziano. 2: Acotaciones de lectura de los Nuevos Ensayos de Leibniz. 3: Apuntes preliminares utilizados por Ortega para redactar La idea de principio en Leibniz... Finalmente: Bibliografía, índice de nombres propios e índice de términos (¡excelente!, ¡muy útil!) e Imágenes.

De estos “manuscritos inéditos”, un detalle: “Es ridícula la tergiversación del carácter de mi obra que ha cometido la generación siguiente a la mía, incluso

mis discípulos más próximos. Porque es bien evidente que no se trata de algo que se da como filosofía y resulta ser literatura, sino, por el contrario, de algo que se da como literatura (y aun de periódico) y resulta ser filosofía.

La idea de principio en Leibniz y la evolución de la teoría deductiva fue publicado inicialmente por la editorial Emecé de Buenos Aires en 1958 (Ortega había fallecido tres años antes, en 1955). Se incluyó como apéndice la conferencia “Del optimismo en Leibniz” (1947), publicada por el propio Ortega en 1948. ¿Dónde

José Ortega y Gasset

radica entonces la novedad de la edición? En la publicación por vez prmera de “587 notas de trabajo que hasta ahora han permanecido inéditas en el Archivo Ortega y Gasset, pese a que están en relación directa con el libro sobre Leibniz o con su conferencia sobre el optimismo”.

Echevarría señala que esas notas son importantes y merecen ser conocidas por el público por varias razones. La más importante, la quinta: “En algunos pasajes de su libro publicado Ortega anunció

que se trataba del primer volumen de lo que sería una obra más amplia sobre Leibniz. A La idea de principio en Leibniz debería seguirle un segundo volumen sobre el principio de razón suficiente y luego un tercer volumen sobre el principio de lo mejor. Pues bien, varias de las notas que ahora se publican por primera vez tienen que ver con el contenido de lo que hubieran podido ser esos dos volúmenes posteriores, que Ortega nunca llegó a escribir”. A través de estos documentos no solo cabe seguir “el modo pensar y trabajar de Ortega a la hora de escribir un libro filosóficamente denso, aunque muy bien escrito, sino que también se puede vislumbrar algo de lo que hubieran podido ser esos dos libros posibles, por decirlo en términos leibnicianos”.

Tres observaciones finales: 1. Es extraño que en el apartado D.3, “Obras sobre Ortega”, de la bibliografía no se haya incluido El maestro en el erial de Gregorio Morán.

2. En el apartado D.6, “Obras sobre Leibniz”, no se han incluido dos trabajos de alguien que, en su momento, fue uno de nuestros grandes conocedores de la obra de Leibniz, Manuel Sacristán (También Miguel Sánchez Mazas).

3. El editor ha acompañado los Manuscritos inéditos con informativas y eruditas notas, siempre de interés, que ennoblecen la edición, y ha decidido no acompañar con notas los dos ensayos de Ortega. En mi opinión, hubieran sido de agradecer anotaciones que acompañaran e hicieran más comprensibles ciertos pasajes, en absoluto fáciles, de los dos textos orteguianos. Se dirá que no estamos propiamente ante una edición crítica y que la tarea hubiera incrementado aún más las páginas de esta voluminosa edición. Se dirá con razón… pero es una pena.

Salvador López Arnal

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UNA MUJER QUE QUIERE VIVIR CIERTA MUJER Arishima Takeo Ed. Satori. Gijón, 2021, 489 pp.

La editorial Satori prosigue su ejemplar tarea (llevan ya más de cuarenta títulos) de ofrecer al lector de habla hispana lo mejor de la literatura japonesa, especialmente la escrita en las épocas Meiji (1868-1912) y Taisho (1912-1926), en cuidadas ediciones, con textos traducidos directamente del japonés y, a menudo, acompañados de pertinentes Introducciones. Es el caso de Cierta mujer, la mejor novela de Arishima Takeo, traducida por primera vez a nuestro idioma.

Considerada, como explica Carlos Rubio en su didáctica Introducción, demasiado occidental para los nipones, y demasiado japonesa para los occidentales, Cierta mujer, aparecida en su versión definitiva en 1919, muestra ese fecundo hibridismo cultural entre ambos continentes que ya caracterizó a buena parte de los escritores de la Era Meiji, como ilustran las obras de Natsume Soseki, Takutomi Roka o Tayama Katai.

La novela de Takeo, cuya acción transcurre en los primeros años del siglo XX, se caracteriza por una franqueza y rudeza expresiva y temática que no dejarán de sorprender a los lectores que se adentren en la vida de esa mujer hermosa, audaz y libre que intenta protagonizar su vida al margen de las imposiciones sociales, familiares y culturales.

Arishima Takeo, nacido en una familia de samuráis en 1878, alumno en una escuela misionera protestante, estudiante en la escuela de élite Gakushuin (donde fue compañero del futuro emperador), y viajero por Estados Unidos y Europa, fue uno de los intelectuales de referencia de

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Arishima Takeo

las primeras décadas del siglo XX. Apreciado como pensador y escritor, siempre se preocupó por la cuestión social y por difundir los valores del humanismo y el pacifismo. Influido por Whitman, Kropotkin y Tolstói, criticó el cristianismo y se sintió atraído por el socialismo. Y, como tantos otros escritores japoneses, se suicidó. Cuando el marido de su amante, Akiko Hatano, influyente editora feminista, amenazó a la pareja con hacer pública su relación, se quitaron la vida el 9 de junio de 1923, en Karuizawa.

Es imposible no emparentar esta obra de Arishima Takeo con esa impresionante serie de novelas que, a partir de la segunda mitad del siglo XIX en la literatura europea, tomaron a figuras femeninas como objeto de análisis, elaborando perfiles psicológicos agudísimos y denunciando realidades dolorosas y mutiladoras. Tolstói, Flaubert, Clarín, Eça de Queirós, Theodor Fontane, Pérez Galdós, completaron algunas de sus mejores obras escribiendo sobre mujeres que no

se adaptaban a la norma establecida, que se rebelaban o, al menos, intentaban vivir una vida propia distinta a la que socialmente les estaba destinada. En esa estela se sitúa Yoko Satsuki, la protagonista de Cierta mujer, quien confiesa “haber nacido en el país equivocado en un momento equivocado”. Carlos Rubio explica muy bien la situación de las mujeres en Japón en la época de la redacción de la novela: sus avances, sus esfuerzos por abandonar su posición subordinada, sus iniciativas culturales. En esa dinámica se ubica Cierta mujer, una novela intensa, bella, triste, subyugante y abierta. Narra las vicisitudes de Yoko, de 25 años, tras separarse de su marido poco después de su matrimonio, con una hija a su cargo, cuando también fallecen sus padres y es enviada a Estados Unidos para reunirse con su prometido en un matrimonio impuesto. En la travesía Yoko, una mujer muy atractiva, sexualmente activa, que conoce bien a los hombres, se enamorará de Kuraji, el sobrecargo, por el que siente, al principio, una mezcla de atracción salvaje y repulsión, de modo que, finalmente, fingiéndose enferma, no llegará a desembarcar en su destino, y volverá a Japón. En la segunda parte de la novela asistimos al deterioro de esa relación ilícita, así como al derrumbe físico y psicológico de Yoko, cada vez más celosa e inestable, incapaz de controlarse y de salvar ni su relación con Kuraji ni con sus hermanas pequeñas, ni con su hija, a la que abandona. Jalonada por escenas de una intensidad digna de Dostoievski, atravesada por un estremecedor lirismo, la decadencia de Yoko refleja la dureza inhóspita de una sociedad que le cierra las puertas y la desahucia, a pesar del desgarrador grito que, al final de la novela, aúlla: “¡Quiero vivir!”. Sin duda, una gran novela.

Antonio García Vila

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CUESTIÓN NACIONAL

¿TIENEN PATRIA LOS OBREROS? LUXEMBURG Y LA CUESTIÓN NACIONAL (1893-1918) Alejandro Andreassi y Joan Tafalla Bellaterra Ediciones.

Manresa, 2021, 492 pp.

He aquí un libro importante para el pensamiento político y el saber histórico. Por un lado, la obra constituye una crítica en regla, frontal, hacia el pensamiento sobre el problema nacional sustentado por la gran figura histórica que estudia centralmente, Rosa Luxemburg. Y por el otro, y sin que en ningún momento se mencione, la problemática del presente sobrevuela los análisis del pasado evocados en las luchas por la justicia social y la resolución de los conflictos territoriales. El ensayo va desmenuzando la forma cómo se ve y se vive la cuestión de la autodeterminación nacional en el mundo del pensamiento y la praxis inspirados por Marx y Engels entre 1848 y 1918.

¿Qué propuestas y contrapropuestas surgieron en este movimiento, hoy poco conocido por el gran público? ¿Por qué razones una figura importante y trágica del movimiento obrero del siglo XX como la economista y política comunista polaca Rosa Luxemburg rechazó el derecho de autodeterminación en el ámbito europeo y específicamente del Imperio Ruso?

Esto es lo que intentan dilucidar en su extenso ensayo Alejandro Andreassi y Joan Tafalla, autores a cuatro manos de este extenso ensayo histórico-político, obra que incluye un texto inédito de Rosa Luxemburg. Los autores son destacados especialistas en historia social y política.

Alejandro Andreassi Cieri (Buenos Aires, 1948), profesor jubilado de la UAB, es especialista en el movimiento obrero y la política alemana del período nazi: Arbeit macht frei. El Trabajo y su organización en el fascismo (2004) y El Compromiso Fáustico. La biologización de la política en Alemania, 1870-1945 (2015). Y por su parte, el doctor en Historia Joan Tafalla Monferrer, que fue director de Avant (1982-1991) y, ha sido coautor del Atlas Histórico de la Revolución Francesa (2011), figura, más recientemente, como editor de la antología de Gramsci Quien quiere el fin, quiere los medios (2019).

La obra supone una crítica frontal y con-

Mitin de Rosa Luxenburg

DISCUTIR LA

tundente hacia el mecanicismo determinista y el reduccionismo economicista al que conducen determinadas aproximaciones doctrinales a la lucha de liberación de los pueblos, inspiradas, en este caso, en el marxismo. Frente a la tentación simplificadora, propone un pensamiento que pivote “sobre principios éticos y valores morales” para interpretar y cambiar el mundo. Ni que decir tiene que el ensayo ofrece numerosos ejemplos de cómo socialdemócratas y comunistas de orientación marxista trataron, en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX, la cuestión nacional, tan decisiva en el desencadenamiento y desenlace de la primera guerra mundial.

Al respecto, Rosa Luxemburg fue un auténtico contraejemplo, al decidir, que “fuera de toda prueba factual que la cuestión nacional es propia exclusivamente de la burguesía o de sectores sociales afines”, argumentando hacia 1908-1909 textualmente que “para la socialdemocracia la cuestión de la nacionalidad, como todas las demás cuestiones sociales y políticas, es sobre todo una cuestión de intereses de clase”. En el inventario de contradicciones de la dirigente espartaquista, junto al poco acierto y ceguera con relación al tema nacional polaco y europeo, los autores del ensayo no se andan con chiquitas señalando que… “nuestra autora (siguiendo el esquema estrechamente obrerista, propio del marxismo de la época, no considera la importancia del campesinado como fuerza social y política, que, sin embargo, fue, antes, durante y en los años sucesivos de la revolución de 1905, una fuerza política y social muy importante. En los análisis de clase de la sociedad polaca, presentes en todos los textos examinados, la ausencia del campesinado nos parece clamorosa”.

En descargo de Rosa Luxemburg, hay que decir que buena parte (pero no toda) de la socialdemocracia europea defendía que el criterio de lucha del movimiento

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obrero era el estatal, siendo así que asumía que el movimiento obrero tenía como objetivo la conquista del poder político, “residiendo éste en el estado” como defendía Kautsky en 1912. Fuera de la socialdemocracia alemana, los apoyos a la independencia polaca procedieron sobre todo del político occitano Jean Jaurès, asesinado en 1914, y del italiano Antonio Labriola (1843-1904), introductor del marxismo en su país.

La percepción del tema nacional en el movimiento obrero revolucionario iba cambiando, a medida que el capitalismo evolucionaba y el fenómeno imperialista agresivo iba extendiéndose. Fue cuando Lenin propuso diferenciar entre el nacionalismo de la nación opresora y el de la oprimida, sustentando el principio de autodeterminación de los pueblos y la solidaridad internacionalista de la clase obrera de las naciones oprimidas.

Los posicionamientos teóricos y prácticos de la socialdemocracia y del obrerismo de inspiración marxista hacia 1914 son, como decíamos al principio, mal conocidos tanto en las universidades como entre el gran público. También por

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este motivo es remarcable el ensayo de Andreassi y Tafalla, que incluye al final una cronología de R. Luxemburg y una útil y extensa biografía de los principales agentes históricos de este movimiento.

En síntesis, muy valiosa aportación al binomio “lucha anticapitalista-autodeterminación de los pueblos”, desde la constatación de que el internacionalismo obrerista del siglo XIX y primeras décadas del XX debatió, desde posiciones a veces encontradas, la cuestión nacional.

Una cuestión incardinada en el corazón mismo de la historia mundial hasta nuestros días. Y que, en el período que estudia el ensayo, a través del juego tanto de las naciones “opresoras” como de las “oprimidas”, fue decisiva en el desencadenamiento y desenlace de la primera guerra mundial.

Frente a la tentación de anatemizar al nacionalismo independentista exhibida por los herederos más rancios del marxismo-leninismo (que plantea que el referéndum de independencia de Cataluña de 2017 era asunto de la burguesía económica sin sostén popular), urge una valoración de las razones por las que la

autodeterminación de los pueblos sigue siendo una cuestión trascendente, más aún, de rabiosa actualidad, no solo en el caso catalán: basta con pensar en el Kurdistán troceado entre estados, Palestina, Hong-Kong, Taiwán, Bielorrusia o Ucrania.

La problemática intrincada de los procesos de liberación nacional durante la descolonización en la segunda mitad del siglo XX, primero, y más recientemente las terribles guerras nacionalistas europeas de finales del siglo pasado han abierto los ojos y roto estereotipos de los sectores más sanos de la izquierda mundial. En este sentido, tanto la reflexión crítica sobre la tradición marxista, analizada en este ensayo, como la que afecta al movimiento anarquista coetáneo, tienen y tendrán mucho que aportar. Aunque sea para demostrar que el internacionalismo obrero no ha sido una quimera de solidaridad de clase, sino que ha sido y sigue siendo fuente y motor de procesos emancipadores y transformadores contra cualquier forma de poder.

Pere Solà Gussinyer

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MÚSICA PARA LA REINSERCIÓN SOCIAL EL VIOLÍ DE LA LLIBERTAT. HISTÒRIES REALS DE SUPERACIÓ GRÀCIES A LA MÚSICA I EL VOLUNTARIAT A LES PRESONS.

Canòlich Prats Editorial L’Albí.

Barcelona, 2021, 229 pp.

La violinista Canòlich Prats, miembro fundadora e integrante de la OSV [Orquestra Simfònica del Vallès], recoge su experiencia en diversos proyectos musicales en cárceles catalanas en El violí de la llibertat. Por esta labor, en buena parte liderada por ella, la Simfònica del Vallès fue recientemente galardonada por el Departamento de Justicia de la Generalitat por su colaboración y compromiso con los servicios de medidas penales, de reinserción y atención a la víctima.

En un estilo muy llano, de frases cortas, sin retórica y bien estructuradas en capítulos generalmente breves, estas memorias son el testimonio de su espíritu altruista e inquieto corroborado por otras iniciativas de la OSV: desde actividades con la Obra Social de La Caixa en escuelas con niños en riesgo de exclusión social hasta proyectos como “Tàndem”, “ACordant”, “Mosaico de sonido”, en favor de personas con discapacidad. Y también, con la Jove Orquestra Graeme Clarck, compuesta por niños y niñas sordos que han recuperado la audición gracias al tratamiento con implante coclear.

Todo ello define la vocación y compromiso ético de la Simfònica del Vallès con las causas sociales, ya que siempre ha tenido claro el rol de cooperación de una orquesta en su sociedad. Algo que encaja con su lema de este año: “La música no es de quien la hace sino de quien la nece-

sita”. Es decir, la música entendida más allá del patrimonio cultural. Por eso, ya hace muchos años que también empezaron a tocar en prisiones, en formato de pequeñas orquestas y grupos de cámara como relata el libro.

Precisamente porque son lugares de rehabilitación y reinserción, porque son una segunda oportunidad en la cual la música puede ser un gran instrumento de crecimiento humano, la música en las cárceles ha ayudado a encarar la vida desde otro ángulo. No como una finalidad. Es decir, atendiendo a la importancia de la riqueza emocional y al desarrollo de habilidades que les ha supuesto. De esta manera, el título sintetiza esta acción socioeducativa y de transformación social a dos niveles: el metafórico y el real, desarrollada en diversos centros como Quatre Camins, Brians I, Brians II, la Model i el Centre de Joves de Tarragona.

Entre todos, destacan Wad-Ras para mujeres –la primera que Canòlich Prats visitó–; el Centre Penitenciari de Joves de la Roca del Vallès donde desarrollo las “Converses sonores” el año 2012; y, particularmente, Lledoners, donde en 2018 volvió con la idea de llevar a cabo el “Kanon desenkadenant”. También fue en este último centro, que en el 2019 se ofreció un Messies de Händel participativo.

De entre todas las iniciativas, la más ambiciosa y a la que dedica más páginas es el “Kanon desenkadenant” estructurado en tres actividades: clases de instrumento en la prisión; visitas programadas de los internos a ensayos, conciertos o que los músicos puedan ir a dar conciertos a la prisión; y, por último, que los internos, una vez fuera del centro, puedan recibir clases durante dos años con músicos de la orquesta.

Con pinceladas sobre la historia de cada centro y sin el más mínimo perjuicio ha-

Canòlich Prats

cia sus alumnos, la violinista explica el funcionamiento de las clases y los recursos metodológicos para enseñarles a tocar el instrumento. Puesto que no sabían solfeo, aplicó un sistema de numeración de las notas según cada cuerda.

Por ejemplo, las notas de la cuerda Mi se ponían en un círculo, las de La no llevaban ningún grafismo, la de Re se colocaban dentro de un cuadrado y las de la cuerda Sol dentro de una viñeta con muchos ángulos. Y a cada nota de cada cuerda les correspondía un número empezando por el cero para la más grave.

La edición, que cuenta con un cuerpo de letra relativamente grande y cómodo de leer, se acompaña de algunas ilustraciones y fotografías, así como de la reproducción de documentación como la carta escrita por Jordi Cuixart y cartas de alumnos que relatan experiencias vividas. En conjunto, son historias compartidas que ejemplifican incidencia y la diferencia entre ofrecer música –como en los conciertos– y utilizarla con finalidades humanitarias para la comunidad.

Albert Ferrer Flamarich

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REFLEXIONES SOBRE EL PENTAGRAMA PENSAMIENTO MUSICAL.

Magda Polo Pujadas Ediciones Universidad de Cantabria.

Santander, 2019, 138 pp.

Con más de una decena de libros publicados, la docente e investigadora Magda Polo Pujadas (Manlleu, 1965) suma otro título en su haber con este Pensamiento musical. Se trata de una historia sintética, expeditiva y muy concisa sobre la estética musical a partir de una estructuración muy diáfana y correlativa de los principales ejes filosóficos sobre la música desde la antigüedad griega. Como la misma autora recoge, no es difícil recordar las palabras de Dahlhaus al afirmar que “el sistema de la estética es su historia. Una historia en la que se compenetran las ideas y las experiencias de su origen heterogéneo”. Su prosa es conceptualmente densa y abunda en derivadas discursivas sin perder el afán divulgativo, mostrando una estimable capacidad para hilvanar conceptos expuestos en frases que realzan lo lógico y lo consecuente de las ideas como obviedad. Los extractos y citas de textos filosóficos nutren un desarrollo en el que teoría y praxis mantienen una estrecha relación.

Por eso el discurso no se desvincula de las técnicas compositivas, especialmente en el capítulo dedicado al siglo XX. Desde esta premisa también ofrece una perspectiva contextualista fundamentada en la concepción del arte como eje testimonial de la idea del hombre y del mundo, así como de la obra en el entorno. Debates de la amplitud del ethos griego, la teoría de los afectos y del formalismo decimonónico frente la música programática son expuestos junto a epi-

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sodios determinantes de la historia como la “Querelle des bouffons”. Entre las pinceladas particulares cabe resaltar el comentario sobre el paisaje sonoro no sólo en Schafer, sino también de manera infrecuente en Liszt; y sobre el “tiempo no pulsado” y su raíz deleuziana en las páginas finales del último capítulo. Todos son temas sobre los que autora ha dejado aportaciones más desarrolladas en artículos de investigación y monografías específicas. En conjunto suponen una especie de constelación bibliográfica que combina divulgación, reflexión e historiografía del pensamiento musical desde distintas perspectivas aunque con un halo evidente de reincidencia en ello.

A este cometido quizá le falte algún cuadro sinóptico o esquema que, a modo de resumen final, sintetice y organice visualmente las características y posturas teóricas de la Edad Media, el heliocentrismo, la teoría de los afectos, la música pura y la programática. A pesar de las referencias a la sinestesia, el concepto de obra abierta y la interdisciplinariedad, Magda Polo no entra en otros objetos de reflexión fundamentales del pensamiento musical durante la segunda mitad del siglo XX. Entre estas ausencias cabe nombrar la interpretación con instrumentos históricos, la fenomenología, así como tampoco ubica las aportaciones fundamentales de filósofos de la música como Carl Dahlhaus, Susane Langer o el

tan discutible Peter Kivy, dentro de una historia del pensamiento sobre música.

Sin ser un demérito, la escueta mención a Mersenne no incurre en su aportación fundamental sobre el complejo problema teórico-práctico en torno a la consonancia armónica. Éste fue un debate amplísimo a caballo entre la historia de la ciencia y de la música y la crítica cultural con rasgos temáticos (históricos, sociológicos, antropológicos, físicos, filosóficos). Desde una perspectiva cercana a la filosofía de la ciencia y la matemática, el tema fue reivindicado y documentado por Carlos Calderón en su culta y densa monografía El beso y el mordisco.

Un museo imaginario con vestigios de armonía, consonancia y monocordios, también con una sugestiva base estética.

En resumen, se trata de una herramienta que ofrece un abanico elemental sobre la materia en su condensación argumental.

Se incluyen algunas imágenes y está editado con un grafismo austero, de letra cómodamente legible y lectura fácil. Un listado de obras vinculadas a cada capítulo como guía de ilustración musical cierra este manual básico y útil como introducción a la materia, en particular como referencia bibliográfica para estudiantes universitarios de música y humanidades.

Albert Ferrer Flamarich