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Karina M. Rivera Camacho enfocada en su propósito de vida
En una ocasión Lolly Daskal dijo; “La diferencia entre el fracaso y el éxito radica en la voluntad del corazón”. Precisamente eso es lo que le sobra a Karina M. Rivera Camacho quien aspira a lograr grandes metas y ser de ejemplo a otros jóvenes con su historia. El pasado 16 de mayo del 2019, la joven de 18 años intentó suicidarse lanzándose a 29 pies de altura de un puente cercano a Plaza Las Américas ubicado en el expreso 22. Allí el alguacil Christian Soto Vázquez detuvo el tránsito para socorrerla. “Karina antes del 16 de mayo era una joven que se guardaba muchas cosas. Pasaban los días, entrenaba, tenía dos trabajos, concursaba, hacia muchas cosas y mantenía mi mente ocupada, pero ante cada situación me quedaba callada, no le contaba nada a mi mamá. Todo era una bomba de tiempo”, expresó la joven. Karina, residente del pueblo de Carolina, narró en entrevista para En Salud que; “cuando abrí mis ojos que estaba en sala de emergencia, yo vi la luz así bien potente y como que no lo creía. Porque después de haberlo hecho, las estadísticas de ese puente, nadie sobrevive a esa altura. Yo vi a mi mamá, salió de mi corazón, yo ni lo pensé, decirle perdón. El amor de una madre es inmenso y el amor de madre lo quiere dar todo por sus hijos. Le pedí perdón y valoro eso”. A consecuencia del incidente Karina sufrió varias heridas y fracturas en sus cervicales, espina dorsal, espalda baja, laceración en sus costillas, pulmón y hombro. Tras la lesión del hombro tuvo que ser sometida a una única operación para colocarle 8 tornillos en el área del humero. Finalmente, tras 21 días recluida en el hospital fue dada de alta y hoy día se recupera satisfactoriamente. “Esa es mi huella, (refiriéndose a la cicatriz en su hombro) lo único que tengo del pasado, porque eso es una enseñanza de que “por ahí no” como dice mi mamá. No volver a tomar soluciones las cuales sé que puedo buscar otras mejores”, aseguró Rivera Camacho. “Luego de ese día cuando Dios me dio la oportunidad de abrir mis ojos aprecie cada momento. En el hospital, los 21 días que estuve aprecie que mi mamá estuvo 24/7 conmigo, no me soltaba, mi hermano y el apoyo en los momentos difíciles. Vi quien realmente era quien y el amor que sentían, todo cambio en mí. Aprendí a valorar cada cosa que tenía a mi alrededor y pasaban los días y era mejor. Gracias a Dios todo va mejor ahora”, agregó. Créditos: Redacción enPortada: Yanairet Matías Fotografía: José A. Otero Lugar: Hotel DoubleTree by Hilton Arreglo Personal: Reynaldo Cortés (787.518.1923)
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Su madre, Linda M. Camacho Acosta, reconoció que “después del 16 de mayo la vida nos cambió a ambas, pero obviamente el cambio en ella ha sido favorable. Ella siempre fue una niña buena, siempre fue seria, hacendosa, trabajadora, pero si era extremadamente independiente. Todo lo decidía ella, yo le decía te amo y no me contestaba. Pero gracias a Dios, no por el suceso, que tocó su vida y ahora tengo una nena dulce en mi casa. Una nena que me dice te amo, reconoce lo que una madre hace por ellos, le da más valor y más sentido a la