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Cruz de Guía

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El Cautivo

El Cautivo

José Márquez Valdés

Así comenzamos nuestras salidas procesionales: con la cruz de guía. Con la cruz como guía.

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Pero detrás de la cruz estamos nosotros, los que queremos seguir a Cristo en el camino del Evangelio.

¿Qué hay, por tanto, detrás de una cruz de guía cuando sale a la calle durante la Semana Santa?

- Hay hombres y mujeres que, envueltos en túnicas, capas y antifaces, manifiestan la unidad de la Iglesia, donde se pierden los protagonismos y donde todos caminan en filas como hermanos siguiendo al mismo Señor.

- Hay hombres y mujeres que llevan cirios encendidos en sus manos, poniendo de manifiesto la luz de la fe, iluminando el camino por donde pasan, para que la fe resplandezca en medio de un mundo secularizado.

- Hay algunos que cargan cruces sobre sus hombros, porque las dificultades y sufrimientos de la vida los quieren unir a la cruz del Señor. Es como queriendo llevar a la realidad el mensaje del Evangelio; “El que quiera seguirme, que coja su cruz y me siga.” - Hay hermanos que llevan estandartes, que levantan en medio del camino de la vida, aquellas cosas que representan sus devociones, sus creencias, el vínculo que une a cuantos se sienten hermanos y cofrades. desde el servicio, la humildad, buscando siempre lo que une, evitando tensiones, creando un verdadero clima de familia entre los hermanos.

- Están también los costaleros, que son los pies de Cristo y de la Virgen, que unen su fuerza para que Dios no esté escondido entre los muros de nuestros templos, que escuchan y siguen la única voz del capataz, personas que quieren poner en nuestras calles, con el mimo y la mecida, la presencia de los sagrado.

- No faltan en nuestras salidas procesionales las mujeres de mantilla, anunciando que el luto, cuando se acompaña a Jesús y a María, se viste siempre de encajes y hermosura.

- Están también los que, con sus instrumentos musicales, ponen al mismo tiempo notas fúnebres y festivas a la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, uniendo sus melodías al misterio pascual.

- Hay algunos que llevan en sus manos el incienso que, al quemarse, eleva hacia el Cielo el humo que derrama su perfume y fragancia como signo de que las filas de nazarenos y penitentes están elevando también sus oraciones ante Dios.

- Y quiero poner además a quienes, desde el color y la belleza, han sabido colocar flores a la Pasión de Cristo y a las lágrimas de la Virgen. Hermanos y hermanas, está próxima a salir nuestra Cruz de Guía. Salgamos detrás de ella.

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