EL ESPACIO EN LA VIVIENDA SOCIAL

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EL ESPACIO EN LA VIVIENDA SOCIAL LA ESPACIALIDAD ABORDADA EN TRES CASOS DE ESTUDIO: LA VIENA ROJA, LA UNITÉ DE HABITACIÓN DE MARSELLA Y LA CITÉ MANIFESTE

Alba Paredes Profundización Académica del Viaje de Arquitectura. Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. Montevideo, Uruguay. alba339@gmail.com

El objetivo de este trabajo será cuestionar, indagar y analizar los requerimientos necesarios para el diseño y construcción de los diferentes modos de habitar, desde una concepción espacial de las viviendas donde se desarrollarán los mismos. Para este análisis se tendrán en cuenta una multiplicidad de factores: la ciudad, la flexibilidad, el tamaño, las habitaciones, la forma, el contexto social, económico, etc. Los mismos serán diferentes según el contexto donde se desarrollen. Asumiendo que hoy en día, el mundo no es el mismo que hace veinte años y que en la actualidad son otros los parámetros que rigen a la población mundial. La finalidad de este artículo es comparar nuevas miradas que permitan reflexionar acerca de la calidad espacial en la vivienda social. Algo que está muy estigmatizado hoy en día. Para de este modo poder repensar a la hora de proyectar complejos habitacionales, cuales son y cómo afectan esas variables que influyen en el diseño para obtener los más altos estándares de calidad. El abordaje se llevara a cabo mediante el análisis de tres casos de estudio: la Viena roja, La unidad de habitación de Marsella y las viviendas de Lacaton y Vassal en la Cité manifesté. En definitiva, ¿qué es la vivienda sin un usuario? ¿Se debe tomar al hombre como eje central de cada proyecto? ¿Se debe pensar en la función y no en el individuo? ¿Se debe sacrificar el confort en pos de la función? ¿Se debería poder proyectar tomando como partida la flexibilidad? ¿Es posible lograr un equilibrio entre la economía y el confort? ¿Calidad vs Cantidad? ¿Habitar vs. Confort? Keywords: Habitar; Confort; Calidad; Pertenencia.

Introducción

En primer lugar, es necesario hacer una síntesis histórica de cómo, cuándo y a raíz de qué sucesos, se genera esta problemática, la cual se extiende hasta hoy en día. En la década de los veinte la vivienda europea experimento transformaciones en el modo de habitarla y de entenderla. Buscando soluciones a las necesidades generadas por la Primera Guerra Mundial. Debido a la difícil situación social y económica en que quedo Europa, se implementó una solución para reducir las necesidades al mínimo imprescindible para resolver el problema de alojamiento lo más rápido posible. En 1929 se convocó en Frankfurt el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna y el Comité Internacional para la Resolución de los problemas arquitectónicos contemporáneos, bajo el título Das Existenz mínimum. Ernst May, anfitrión de este CIAM, planteaba propuestas de nuevos tipos de alojamiento, donde la idea era conseguir el máximo confort a menos coste. Se buscaron sistemas constructivos que cumplieran con las normas de calidad óptima, rapidez de ejecución y máximo confort. El CIAM de Frankfurt fue un éxito gracias a las soluciones que allí se presentaron, con un coste proporcional al tamaño mínimo, centrándose en resolver el problema del realojo, sin exceptuar el ingenio y la creatividad y donde las viviendas estaban pensadas para las personas que las iban a habitar.


Objetivo general y objetivos particulares

El objetivo general es poder repensar esta vivienda, cuestionándonos qué factores son los mejores a la hora de poder obtener una vivienda de calidad espacial y a su vez, armar este gran rompecabezas enmarcado por la historia y por maneras de producir que tal vez, por la urgencia de aquella primera instancia de la postguerra cobraron tanta relevancia; manteniéndose aún hoy ciertas lógicas que no se adaptan a los tiempos que vivimos. Ser capaces de volver a ese origen y tratar de entender por qué la vivienda quedó relegada a corrientes de pensamiento y diferentes propuestas que, a lo largo del tiempo han traído consigo los problemas que hoy se mantienen.

Desarrollo

“Mientras que un movimiento global conecta electrónicamente todos los lugares y todas las culturas en una fusión ininterrumpida de tiempo y espacio, coexiste una tendencia inversa: las culturas locales plantean expresiones de pertenencia a un lugar. En el cauce de estas dos fuerzas –expansión/contracción- se constituye el espacio tiempo contemporáneo” La realidad de la vivienda en la actualidad, se encuentra en una compleja convergencia de cuestiones urbanas, sociales, tecnológicas y medioambientales. Surgen varias problemáticas luego de la experiencia obtenida a lo largo del siglo XX, donde el “existenz mínimum + habitante estándar”, han dejado de ser herramientas adecuadas a la hora de proyectar. El “existenz mínimum” planteaba satisfacer las necesidades principales a través de un programa prefijado y donde el periodo de ocupación seria por poco tiempo. Los cambios que se han desarrollado a lo largo de todo el siglo pasado, sin duda han establecido diversas y más complejas relaciones con el espacio que habitamos. Otro de los cambios importantes fue la disminución de esa “familia estándar” como grupo representativo; dejando paso a un nueva realidad, no con el objetivo de definir a un nuevo “habitante estándar” sino que apuntando a un enfoque con más diversidad. “Hemos llegado a un punto crucial. Constatamos que ya no existe ni familia estándar ni necesidades estándar. Las necesidades cambian de un grupo social a otro y se expresan de formas diversas. No conocemos a los habitantes, esto significa que las reglas según las cuales concebimos nuestros planes pierden importancia, que debemos abandonar unas reglas que se remontan a los años veinte: si desconocemos las necesidades de los habitantes, no podemos pretender que nuestros planes den respuesta a estas necesidades. Tenemos que dotarnos de nuevas reglas. Esto permitirá considerar las cosas de una manera totalmente diferente”. (Roger Diener “Quaderns d’arquitectura i urbanisme. Martin, Bernardo. Vida Interior. Facultad de Arquitectura, Instituto de Diseño, Taller Folco, Montevideo - Uruguay, Marzo 2002, pág. 18) En el año 1929 Le Corbusier plantea, frente a lo que él llamó la concepción “reduccionista”, el concepto “maison máximum”, expresado a través de unidades de vivienda donde el manejo del espacio interior se realiza desde una dimensión más poética, intentando superar el simple criterio eficientista. En 1948 plantea el “modulor” como “una medida armónica a la escala humana”. Un hombre de aproximadamente un metro ochenta, con un brazo levantado, se insertaba en un cuadrado dividido, a su vez, de acuerdo a la sección aurea. Esto daría una proporción armoniosa a cualquier objeto. Este tipo de investigaciones construyen el soporte conceptual de los manuales que comenzaran a aparecer después de la Segunda Guerra Mundial. Donde objetos y edificios estándar serán para la gente estándar. Los sistemas de prefabricación pesada desarrollados a partir de los años cincuenta, se apoyan en la estandarización como forma de reducir costos. Entonces, si al concepto de vivienda mínima le incorporamos el de habitante estándar, nos da como resultado la gran producción de vivienda que se dio en el siglo XX. A fines de los ochenta, las nuevas condiciones sociales, económicas y tecnológicas consolidaron una renovación en el proyecto de vivienda. Donde a su vez, se incorpora un nuevo concepto: la sostenibilidad. Para finalizar, el “existenz mínimum”, que surgió como respuesta a esa emergencia social generada por la posguerra, con el pasar de las décadas se transformó en una forma de vida.


La Viena Roja: Las Höfe 1923-1933

En las höfe se trató de mostrar la expresión de un nuevo orden social. El ejemplo más conocido, es la Karl Marx-Hof, construida entre 1927 y 1930 según el proyecto de Karl Ehn, que proponía 1.382 viviendas. Con impresionantes dimensiones, dotada de equipamientos y una baja ocupación que liberaba amplios jardines interiores marcaron la pauta de una nueva fórmula de producción urbana. Las höfe redefinen la noción de manzana como estrategia de construcción de ciudad, albergaban comunidades muy numerosas y se caracterizaron por la propuesta de un gran patio comunitario (hof). Este patio, conectado con el exterior por medio de accesos, generalmente monumentales, es la expresión de una nueva utopía social. Las höfe se plantearon como “palacios obreros” y en el intento de dignificar las edificaciones se recurrió a una monumentalidad que se basó en el tamaño y en la singularidad de la arquitectura que con un renovado lenguaje estilístico, mezclaba tradición y modernidad, consiguió dotar a las manzanas de una personalidad muy relevante. La mayoría de los casos responden a una tipología muy concreta: el superbloque o bloque-manzana, el Hof. Esta tipología habitacional de grandes dimensiones presenta una clara similitud con los monasterios religiosos. Donde en estos una serie de células individuales se agrupan en torno a un claustro, el corazón de la vida en comunidad, en el Hof aparecen pequeños apartamentos para familias agrupados en torno a patios públicos, abiertos a la ciudad, donde se desarrollan todo tipo de actividades urbanas y sociales alrededor de unos equipamientos sociales. Por un lado, sus grandes dimensiones en planta y su extensión longitudinal en paralelo a las vías le dotan de una escala urbana, casi metropolitana, que hace referencia a toda la ciudad de Viena y más allá de su periferia. Se alza como una ciudad independiente, una isla de vida comunitaria que debe servir y sirve como ejemplo para la construcción de una sociedad alternativa. Por otro lado, el cuidado en sus detalles y su altura y proporciones amables, muy humanas, dotan al complejo de una escala de barrio que es ideal para la construcción de una identidad en el transcurso de la vida comunitaria. Un sistema de arcadas y pasajes vinculan estos patios verdes con las calles circundantes, generando un continuo conceptual y físico, donde peatones pueden pasear y detenerse en su día a día cotidiano. Este sistema de espacios públicos enlazados se resuelve magistralmente generando una transición de escalas y un gradiente que va desde lo público, la ciudad de Viena, hasta lo “privado”, la vivienda individual de cada familia. El desarrollo de una tipología habitacional innovadora no era una cuestión prioritaria en este momento, puesto que el énfasis debía ser puesto en todos los espacios públicos y las distintas transiciones entre ellos.

Figura 1: Fachada Principal Karl Marx-Hof


Figura

2:

Vista

aérea Karl

Figura 3: Vista aérea Karl Marx-Hof

Marx-Hof


Figura 4: Planta General Karl Marx-Hof

Figura 5: Fachada Karl Marx-Hof

La Unidad Habitacional de Marsella 1951

“Derivados del plan de la ciudad, conocido como Ville Contemporaine, Le Corbusier diseñó variaciones de la Unité d’Habitation. El plan preveía bloques de viviendas masivas establecidos en zonas verdes - torres en los parques, que brinden luz y aire para los residentes de la vivienda urbana. El tipo Unité, era para el arquitecto, el más indicado para la inclusión de calles internas y alojamiento de las funciones sociales y comunales como centros médicos, espacios recreativos, jardín de infantes, etc. todos dentro del bloque de viviendas. En Europa fueron construidas cinco unidades de la serie en Marsella, Nantes Rezé, Briey-en-Foret, Berlín Este y el de Firminy, este fue el último ejemplo construido”. (https://nomada.uy) “En la Unidad de Habitación la célula no se concibe como un sistema de distribución de habitaciones, sino como un espacio unitario articulado de diferentes maneras. La célula presenta una gran fluidez espacial lograda a partir de recursos muy simples como la separación del comedor y la cocina mediante mobiliario de poca altura, el espacio de doble altura entre el dormitorio principal y el estar y la división móvil entre los dormitorios pequeños. En el estar se plantea un relacionamiento con el exterior muy intenso a partir de la doble altura, la terraza y los amplios ventanales. Todos estos recursos seguramente no den lugar a una vivienda más eficiente, desde el punto de vista de actividades previstas pero da lugar a una conformación de espacio que mejora la calidad de vida”. Al reducir las unidades y permitiendo un espacio de doble altura, es capaz de colocar de manera eficiente más unidades en el edificio y crear un sistema de interconexión entre los volúmenes residenciales. En cada extremo de la unidad hay un balcón protegido por un brise-soleil que permite la ventilación cruzada en toda la unidad, el aire fluye a través de los estrechos dormitorios al espacio de doble altura; destacando un volumen abierto en lugar de una planta libre. La Unidad Habitacional ha sido un ejemplo de vivienda pública en todo el mundo; sin embargo, ningún proyecto similar ha sido tan exitoso como este, simplemente por las proporciones modulares que Le Corbusier estableció durante el proyecto.


Figura 6: Isométrica disposición espacial

interior Figura 7: Foto exterior, plantas, fachadas y cortes extraídos de internet

Cité Manifesté, viviendas de Lacaton y Vassal

La “Cité Manifesté” es un pequeño barrio en una zona residencial de Mulhouse, caracterizada por la realización de operaciones para la mejora de la calidad del alojamiento de las clases obreras. A principios de los años 2000 se desarrolló una reflexión sobre cómo realizar vivienda social de calidad a bajo coste. El proyecto perseguía el objetivo de poner en crisis aspectos de la normativa y de los procesos de construcción con soluciones que fueran viables para todos los intervinientes en el proceso de promoción y construcción. El proyecto está basado en la ocupación máxima de la parcela, eliminando los pasos transversales, con un garaje acondicionado para su posible posterior ocupación.


El objetivo era producir casas de calidad que, por el mismo precio, fueran más grandes que las que cumplen las viviendas estandarizadas. Conformadas por una estructura y una envoltura simple, económica y efectiva, que define, sobre un principio de loft, un área de superficie y volumen máximos con cualidades espaciales contrastantes, complementarias y sorprendentes. En la planta baja, una estructura de poste / viga en concreto sostiene una plataforma a una altura de tres metros, sobre la cual se fijan los invernaderos. El marco es de acero galvanizado, las paredes en policarbonato transparente. Parte del invernadero está aislado y calentado. La otra parte constituye un jardín de invierno, en gran parte ventilado a través del techo y la fachada. Una sombrilla horizontal se despliega dentro del invernadero. Con dispositivos de control de clima automatizados, ha permitido desarrollar soluciones para el bioclima. Posteriormente se dividió el volumen en 14 viviendas, dispuestas transversalmente en forma de dúplex, que se benefician de todas las diferentes cualidades que ofrece la diversidad de los espacios.

Figura 8: Foto interior y exterior extraídas de internet


Figura 9: Planta extraída de internet

Tres miradas sobre lo espacial

Mientras que Las höfe fueron una experiencia controvertida, que básicamente busco aliviar y dignificar la vida de los vieneses de la posguerra, mediante una concientización social del contexto en que se estaba desarrollando toda esta problemática, la búsqueda de una espacialidad se pensó desde el espacio colectivo. Diferente es lo que sucede con la unidad habitacional de Marsella, donde mediante el concepto de mínimos se buscaba generar una gran fluidez espacial, producto de recursos muy simples como por ejemplo, la generación de espacios mediante la separación de ambientes con mobiliario de poca altura. Opuesto a estos dos tipos, se encuentran las viviendas propuestas por Lacaton y Vassal en Mulhouse, donde la calidad espacial estuvo priorizada antes que el tipo de materialidad a emplearse, ya no proponiendo mínimos sino afirmando que el mayor valor de una vivienda es el espacio y la posibilidad de dotar a la misma de grandes áreas, lejos de los mínimos que se establecieron luego de la pos guerra. Mientras que Las höfe tienen una preocupación de cierto modo ideológica del asunto, donde se buscaba generar una fuerte conciencia e identidad de la clase obrera que levantara el espíritu y el ánimo del decaído proletariado austriaco tras la Primera Guerra Mundial. Con esto, no se pretende alterar la estructura urbana existente de Viena, expandiéndola, sino que se opta por la opción de construir pequeñas “ciudades autónomas” en el interior del propio tejido urbano y zonas periféricas. En los otros dos casos pasa algo opuesto. Donde en la unidad de habitación los espacios son mínimos y en los ejemplos de la Cité Manifesté son máximos, haciendo uso de materiales de bajo coste, en pos de una mejor calidad espacial. Si bien los tres ejemplos plantean soluciones diferentes a la misma problemática, claramente se puede vislumbrar que la matriz donde se enmarcan dichas viviendas es la misma. La búsqueda del confort mediante la calidad espacial, sea esta mayor o menor en metros cuadrados, no debería quedar relegada en ningún caso a la hora de proyectar vivienda social.


Conclusiones obtenidas

¿Es posible cuantificar el área necesaria en la que habite el hombre? ¿Sera que esa área es infinita y continúa como la cantidad de experiencias que ocurren y se acumulan a lo largo del tiempo? ¿Cuál será la cantidad de espacio para almacenar la experiencia de vivir? ¿La capacidad de satisfacer las necesidades y requerimientos de las personas está relacionada con la abundancia de espacio de que dispongamos? ¿Es la falta de metros cúbicos habitables un elemento que inhabilite que una vivienda sea adecuada? Entonces ¿Por qué subdivir la poca superficie de la que disponemos, en otras más pequeñas? En primer lugar, queda claro que la solución a un Gran problema, como lo fue la Primera Guerra Mundial, trajo consigo consecuencias impensadas en los años posteriores. Por un lado, la búsqueda de una solución habitacional de urgencia, dejo relegados otros temas importantísimos que fueron haciéndose evidentes con el correr de las décadas. Se partió de la base de una familia estándar, lo cual a lo largo de los años fue teniendo cambios significativos que hicieron necesarias otro tipo de soluciones. Por otro lado se encuentra el especulador inmobiliario, donde claramente su finalidad no es otra que la del negocio redituable, y que claramente hay cosas que no conviven en armonía. Las viviendas no están preparadas para asumir cambios, por lo cual terminan siendo fuertes condicionadoras del desarrollo de la vida cotidiana. Han sido una multiplicidad de factores, sociales, económicos, espaciales, etc. los que han hecho de la vivienda lo que hoy es. Es bastante evidente que en los próximos años se seguirá diseñando y habitando viviendas de reducido tamaño. Se ha dejado de lado al individuo para pensar en metros cuadrados. La vivienda quedó detenida en el tiempo... y lamentablemente el individuo perdió protagonismo en todo este asunto. “(…) Un programa que otorgue una mayor atención a la cuestión de la temporalidad en la arquitectura, englobando los estilos de vida, los usos, las sustracciones y las apropiaciones. Las partes permanentes y las partes caducables se tienen que diferenciar construyendo una arquitectura a partir de esta decisión: la de no volver a dividir espacios, sino tan solo lo que tiene que permanecer de lo que tiene que transformarse.” “En resumen, la vivienda, hacedora de ciudad, espacio de convivencia y crecimiento personal, no es una escenografía sino un espacio de complejidad creciente, con múltiples capas de análisis y lecturas. (Herramientas para habitar el presente.” (Montaner, Muxí y Falagán, Pag. 13) Tanto las preguntas como las respuestas que se plantean hacen especial hincapié en la diversidad de posibilidades. No se trata de ofrecer un recetario de soluciones definitivas sino de promover maneras de pensar críticas, que tengan en cuenta la historia y la memoria colectiva, que afronten la diversidad del presente, que enriquezcan las estructuras urbanas, que favorezcan el derecho a la vivienda y a la igualdad de géneros, que potencien la búsqueda de soluciones arquitectónicas cada vez más sostenibles y medioambientalistas. En definitiva, soluciones que aporten una mejor arquitectura.


Referencias Fotográficas

Figura 1: Fachada Principal Karl Marx-Hof/ http://urban-networks.blogspot.com/2012/04/la-viena-roja-comoutopia.html

Figura 2: Vista aérea Karl Marx-Hof/ http://urban-networks.blogspot.com/2012/04/la-viena-roja-comoutopia.html

Figura 3: Vista aérea Karl Marx-Hof/ http://urban-networks.blogspot.com/2012/04/la-viena-roja-comoutopia.html

Figura 4: Planta General Karl Marx-Hof/ http://urban-networks.blogspot.com/2012/04/la-viena-roja-comoutopia.html

Figura 5: Fachada Karl Marx-Hof/ http://urban-networks.blogspot.com/2012/04/la-viena-roja-como-utopia.html

Figura 6: La Unidad Habitacional de Marsella/ Isométrica disposición espacial interior/ https://es.wikiarquitectura.com/edificio/unite-dhabitation-de-marsella/ Figura 7: La Unidad Habitacional de Marsella / Foto exterior, plantas, fachadas y cortes/ https://es.wikiarquitectura.com/edificio/unite-dhabitation-de-marsella/ Figura 8: Cité Manifesté, viviendas de Lacaton y Vassal/ Foto interior y exterior/ https://www.lacatonvassal.com/index.php?idp=19 Figura 9: Cité Manifesté, viviendas de Lacaton y Vassal/ Planta/ https://www.lacatonvassal.com/index.php?idp=19


Bibliografía

Martin, Bernardo. Vida Interior. Facultad de Arquitectura, Instituto de Diseño, Taller Folco, Montevideo-Uruguay, Marzo 2002.

La Idea Moderna de Vivienda. Concepción Diez y Pastor Iribas.

"Herramientas para habitar el presente. La vivienda del siglo XXI." Autores: Zaida Muxi Martínez, Josep Maria Montaner y David H. Falagan.

http://urban-networks.blogspot.com/2012/04/la-viena-roja-como-utopia.html https://nomada.uy/guide/view/attractions/1900


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