ESPACIOS QUE CREAN PAISAJE El potencial de los vacíos urbanos.
Romina Piuma Profundización Académica del Viaje de Arquitectura. Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. Montevideo, Uruguay. rominapiuma@gmail.com
Abstract: El tema en estudio se centra en la relación entre el artificio y la naturaleza, arquitectura y paisaje, en sus diversas escalas, en intervenciones urbanas y en lugares específicos. Partiendo de vacíos urbanos que formaron parte de zonas degradadas de la ciudad, espacios que han encontrado la posibilidad de ser potenciados gracias a una nueva intervención, la construcción de un espacio público a modo de naturaleza fabricada. Se analiza cómo estos sitios son reinterpretados y como establecen una relación con el lugar, siendo el medio para observarlo o formando parte del paisaje, incluso ser el propio paisaje. Keywords: vacío urbano, paisaje, arte, espacio público, revitalización.
Introducción Podemos encontrar que la relación entre naturaleza y artificio tiene un origen muy antiguo en el jardín, basado este en la domesticación y control de la naturaleza por parte del hombre. La relación con la naturaleza fue en un principio para la agricultura o contemplación, decorativas o como objeto de ocio. A lo largo de la historia se produjeron diferentes estilos de parques y jardines delimitados de diferentes maneras, caracterizados por el modelado de la topografía, usos de agua, distintos tipos de vegetación y la introducción de varios elementos. Como indica Iñaki Ábalos (2007) a fines del siglo XVIII lo pintoresco era una característica propia de la naturaleza que se aplicaba como canon estético a un rio, montaña o edificio, para él, los elementos de la naturaleza que componen un escenario son: el terreno, el arbolado, el agua y las rocas, con un quinto elemento que lo introduce el hombre, los edificios. Podemos encontrar estos elementos en todos los paisajes con su variación en cuanto a color, forma y dimensión. La belleza y el carácter del paisaje depende de la composición de los elementos. En 1770 la arquitectura y la naturaleza eran materias visuales, composiciones plásticas. El jardín paisajista o naturalista se refleja en la pintura que al igual que los viajes eran el medio de conocimiento y difusión del paisaje. El romanticismo y su representación pictórica tenían su propia forma de contemplar la naturaleza como se puede ver en las obras del pintor Caspar David Frederich que representan esa atracción hacia el paisaje desde el punto de vista del observador, la fuerza de la naturaleza y la belleza sublime de las ruinas.
Figura 1: Vista desde la pequeña Warmbrunn Sturmhaube (Caspar David Frederich, 1811)
Figura 2: La ruina de Eldena (Caspar David Frederich 1825)
Figura 3: El verano (Caspar David Frederich 1807)
En cada periodo histórico el hombre ha tenido distintas formas de relacionarse con el ámbito natural o varias maneras de intervenir la naturaleza. Por ejemplo, en la edad media nos encontramos con intervenciones sencillas e intimistas, en el renacimiento con unas más geométricas, en Francia se destacaron grandes parterres y en Inglaterra la irregularidad y lo pintoresco, en el siglo XIX el jardín romántico con sus formas sinuosas. Podemos decir que las distintas maneras de intervenir no solo se corresponden con un periodo histórico sino también con un lugar en particular con una geografía, topografía o clima, como el oasis dio lugar a los primeros jardines cerrados, donde la sombra y el agua tenían un papel primordial (jardines árabes). Es correcto decir que muchos influyeron sobre otros y que en un periodo previo a la modernidad se negó al lugar como una determinante, como indica Enric Batlle (2011) “nuestra sociedad está más acostumbrada a copiar imágenes que esencias.” En el sigo XX de la mano del movimiento moderno se creaban edificios como esculturas considerando el paisaje como simple naturaleza, relegándolo a un segundo plano, pero en la modernidad también existieron figuras como Le Corbusier, Bruno Taut, Roberto Burle Marx, Robert Smithson que adaptaron estos nuevos valores de la época a los distintos lugares. Podemos sintetizar las ideas de estos autores en un anhelo de una fusión entre lo natural y lo artificial teniendo en cuenta el papel activo del lugar, incorporaron las características de la pintura contemporánea (abstracción y color) al paisaje y los jardines. Redescubrieron los espacios públicos como lugar de dialogo entre humanos y no humanos. Superaron la pintura con la fotografía que los llevo a observar espacios antes invisibles e inmortalizar esas escenas en imágenes. Podemos reconocer particularmente en Smithson un gran interés en los espacios vacíos de la ciudad posmoderna reflejado en sus fotografías de lugares industriales abandonados. Como vimos a lo largo de la historia no se pude separar el paisaje natural de la actuación del hombre, ya que él lo interviene, lo observa, lo recorre y en su mínima relación lo contempla. Al profundizar en el tema nos damos cuenta de que no podemos evitar encontrar otras relaciones como la del paisaje con el arte, con la arquitectura y con la propia ciudad.
Objetivos generales y particulares Partiendo de las relaciones que existen entre lo natural y lo artificial a nivel urbano, se busca analizar las intervenciones en los espacios vacíos o terrenos vacantes, el vínculo entre espacio público y paisaje. Identificando las características de estos espacios antes y después, y sus relaciones con otros aspectos como el arte la arquitectura y el paisaje. Poner en valor esos espacios que se funden con el paisaje, que aportan al lugar una nueva mirada A través del estudio de ejemplos de actuaciones exitosas en algunas ciudades se buscará encontrar los factores en común que implicaron estos cambios radicales y positivos en la zona.
Desarrollo La arquitectura forma parte del paisaje en que vivimos y colonizamos con el arte y la naturaleza como principales instrumentos. En estas relaciones se funden los elementos naturales con el espacio para la vida, donde arte y arquitectura se confrontan y dialogan. Cuando tanto arquitectos como artistas intervienen en el paisaje natural o artificial en el fondo están intentando territorializar un lugar determinado, apropiarse de él. El paisaje se ha convertido en el material para reconstruir el territorio. Un espacio capaz de conformar un ambiente exterior, interior o intermedio “no es un objeto, no es una imagen, es un espacio, algo que no se ve, ni se toca, ni se siente, es algo donde se está (…). Es el modelo de una experiencia”. Baricco (1997) El paisaje no debe interpretarse como objeto o escenario sino como un sistema activo, no está solo para ser observado, sino para ser vivido, no es una entidad pasiva, es activa y en transformación que lleva a ampliaciones y reinvenciones del territorio. Ahora podemos definir el paisaje como un proceso en movimiento, no como un lugar estático. “El paisaje no es el entorno. El entorno es el aspecto factico de un medio, es decir, de la relación que existe entre una sociedad, el espacio y la naturaleza. El paisaje es el aspecto sensible de dicha relación.” Octavio Zaya (1996)
A partir de los años sesenta surgen experimentaciones que atribuían a la arquitectura una centralidad que teóricamente conduciría a la superación de todas las barreras espaciales o temporales, “todo es arquitectura” suprimía todos los limites interdisciplinares. Llevaban a reflexiones sobre la condición del hombre, de la vida, del ambiente y de la ciudad. Se indicaba una multidireccionalidad de la investigación, amplia disponibilidad para incorporar sugerencias que provengan de cualquier arte u otra condición creativa e investigadora. Hoy en día el paisaje es el escenario de la experiencia arquitectónica, ya no está ligado solo a la tierra y a sus componentes naturales, se extiende a todos los lugares del planeta sin distinguir entre territorio natural y artificial, entre naturaleza y ciudad. Así como Koolhaas marca la idea de un paisaje dialectico en un proceso de revelación, podemos decir que la urbanización ya no es el objetivo primordial, ahora se busca una remodelación del territorio. Se apela por una reconsideración de la ciudad existente, frenando la expansión, que fue el objetivo de las ciudades en la época moderna cuando solo se pensaba en el crecimiento y la generación de ciudades homogéneas y uniformes, que daban origen a la “ciudad genérica” (otro de los planteos de Rem Koolhaas) una ciudad sin historia, sin identidad y que niega su entorno, es igual en cualquier parte, independiente del paisaje. Algunos de los problemas de la ciudad actual entre ellos la dispersión, el crecimiento sin control que causa la no planificación nos ha llevado a un paisaje suburbano dominado por espacios libres residuales, entre carreteras, urbanizaciones, edificios que perdieron su valor original, tierras de nadie, sin identidad ni funciones precisas, sin identificar, que parecen estar esperando que alguna infraestructura cercana les de valor. Los espacios urbanos, como los desiertos o las zonas de borde ofrecen oportunidades para volver a apropiarse de ellos, espacios físicos y conceptuales que habían quedado vacantes, abandonados como objetos de investigación. La seducción de las estructuras de borde, la manufactura urbana abandonada y en proceso de degradación, revela y transmite cuando es reconquistada a la naturaleza y cuando es “releída”. Estas son las que Sola Morales (1995) llama “terrain vague”. El concepto de “terrain vague” tiene que ver con un cambio de sensibilidad que ocurrió en la década de los 70, a través de la fotografía se encontraron atractivos los espacios abandonados que daban cuenta de que allí algo paso. Algunos artistas de la época como Smithson se vieron muy interesados por mostrar a través de estas fotografías la naturaleza artificial repleta de sorpresas, carente de formas fuertes y representaciones de poder, donde una imaginación romántica se nutre de recuerdos y expectativas. En breves palabras cuando Sola Morales utiliza el término “terrain vague” hace referencia a porciones de tierra que aguardan, con gran potencial, que son inestables y fluctuantes. Un espacio de lo posible que genera gran expectación.
Figura 4, 5: fotografías de un recorrido por Passaic, New Jersey (Robert Smithson, publicadas en 1967)
Existe un interés por los lugares olvidados, donde predomina la memoria del pasado sobre el presente. Lugares obsoletos, externos, extraños, fuera de los circuitos de las estructuras productivas. Estos pueden ser áreas industriales, estaciones de ferrocarril, puertos, zonas residenciales inseguras, lugares contaminados, donde se puede asegurar que la ciudad no está allí. Parecen ser islas interiores vacías de actividad. Estas áreas deshabitadas, improductivas resultan extrañas al sujeto urbano ya que son exteriores mentales en un interior físico, se transforman en la contra imagen de la ciudad. Podemos ver que hoy en día se han llevado a cabo proyectos urbanos en espacios obsoletos de grandes equipamientos industriales, transformaciones en los viejos puertos, cambios en antiguas estaciones ferroviarias, pero sabemos que la ciudad tiene muchos otros vacíos, porque la ciudad tiende a conformar núcleos urbanos no compactos, quedan inevitablemente vacíos urbanos. Hay quienes afrontan el problema desde un punto de vista social, económico, existen quienes subestiman la fuerza de estos lugares o quienes plantean la conservación de áreas naturales y permiten la destrucción de otros paisajes. “El jardín de la metrópolis” planteado por Enric Batlle (2011) busca resolver esta crisis en los límites de la ciudad, tratando de potenciar y aprovechar las posibilidades de los “terrain vagues”. Nos muestra una mirada positiva en cuanto a los nuevos espacios libres de la ciudad, en los que proyecta un espacio público, metropolitano, ecológico, vertebrador de la nueva ciudad, integrador de las nuevas técnicas medioambientales, plantea “el jardín de la metrópolis” como una manera de recuperar la tradición del jardín como la domesticación de la naturaleza, un jardín urbano que sea el resultado de la relación entre naturaleza y ciudad. Sabemos que hoy en día existen en las ciudades una demanda de espacios de calidad que reflejen el paso del tiempo y que muestren el paisaje en una genuina relación con las singularidades topológicas, climáticas y fisiológicas del lugar. Se busca lograr nuevos sistemas de parques en áreas abandonadas, recuperación de espacios degradados, nuevos espacios públicos que reutilicen o reinventen las agriculturas, proyectos que integren las grandes infraestructuras en el paisaje que pueden ser a través de pequeñas intervenciones que den al ciudadano una nueva sensibilidad, que el hecho de estar dentro y fuera de una obra implique movimiento, participación de la persona que puede ya conocer el lugar incluso habitarlo durante un tiempo, pero nunca se ha detenido a observar cómo pasa el tiempo, las variaciones de la luz, encontrar que el arte revela el paisaje y se convierte en parte de él. El nuevo espacio puede reinventar el uso del emplazamiento y revelar características que antes estaban ocultas. “formar parte de este paisaje y andar por una tierra por la que jamás se había andado antes, evoca la sensación de encontrarse en este planeta, dando vueltas alrededor del espacio y del tiempo universal”. Kastner, Walls (1998) Además de estos nuevos espacios existen hitos urbanos que pueden contribuir al desarrollo y transformación del resto de la ciudad, aunque sabemos que los proyectos de reurbanización no son suficiente para resolver el problema de la ciudad dispersa. Algunas ciudades continúan enfrentándose al problema de la necesidad de seguir urbanizando las periferias y por otro lado la necesidad de conservar las cualidades naturales del espacio. Una solución a estos problemas es buscar el equilibrio entre la ciudad y el paisaje que hagan posible la urbanización y a la vez sea respetuosa con las cualidades naturales del territorio. Un urbanismo desde el paisaje que consiga aproximarse a la búsqueda de argumentos para producir una unión indisoluble entre ciudades, espacio libre y paisaje. Existen modelos de ciudades que priorizan una correcta relación con la naturaleza como es el caso de algunas propuestas urbanas a mediados del siglo XX en Estocolmo y Copenhague. Los sistemas de espacios libres incluso en pequeña escala podrían servir para resolver problemas medioambientales. Entenderlos como sistemas ecológicos vitales los hacen estrategias que pueden dar respuestas a las ciudades, incluso pueden llevar a soluciones que se den a gran escala. Existen en la ciudad varios problemas ecológicos que pueden ser apaciguados con la renovación de los espacios degradados, entre ellos el exceso de suelo pavimentado impermeable que obstruye el ciclo hídrico, o los ríos que contaminaron en un pasado, espacios que se usaron como vertederos de la ciudad.
“La casa del parque” En Suiza, dentro del área suburbana de Zúrich. Se localiza un proyecto que conforma la construcción de un parque con características especiales. Este parque fue un espacio vacío precisamente formaba parte de una antigua zona industrial donde se encontraba la fábrica de máquinas Oerlikon. Fundada en 1876, producía fundamentalmente armas, locomotoras eléctricas y otras máquinas. No es un proyecto aislado, sino que forma parte de una gran transformación de todo el barrio que comenzó en 1988, este proyecto en puntual comenzó en 1998 y se inauguró en el 2002. Rodeado de viviendas y algunos edificios de oficinas, este ex barrio industrial hoy en día es uno de los más populares de Zúrich. El parque MFO (Fábrica de Máquinas Oerlikon) se desarrolla en una estructura reticular de acero del mismo tamaño que el antiguo edificio industrial ubicado en ese lugar, es una doble capa recubierta por alambre, abierto en 3 de sus lados, por ella crecen frondosamente distintos tipos de vegetales y enredaderas que van cambiando la imagen y el color del parque con las estaciones, cuenta con pasarelas cubiertas y balcones en voladizo que atraviesan el espacio intermedio. Se genera una atmosfera única y un espacio mágico. “La casa del parque” como la llaman los lugareños supone una importante mejora para los edificios residenciales del centro norte de Zúrich con amplios usos y actividades, las personas realizan deportes, juegos, reuniones y eventos en él. El aporte de este nuevo espacio a sus inmediaciones es sumamente importante le da una buena calidad de vida y nuevo entorno a los residentes de la zona, sin duda forma un nuevo paisaje integrando naturaleza y artificio sin ocultar u olvidar su pasado. El proyecto conto con participaciones multidisciplinares entre ellos arquitectos Burckhardt + Partner AG, paisajistas Raderschallpartner AG., ingenieros (Basler & Hofmann) y diseñadores (Frédéric Dedelley, Figura 6: Imagen de Parque MFO en Zúrich. Fotografía CC Roland zh Charles Keller).
Figura 7: Zúrich-Oerlikon fotografía aérea de Walter Mittelholzer, en la parte inferior de la imagen vemos los terrenos de la MFO (1920)
Figura 8: Imagen de Google Earth ZúrichOerlikon (2018)
El rio en la ciudad Este ejemplo de rehabilitación a mayor escala es un proyecto urbano realizado entre el 2006 y el 2012 en Madrid a lo largo del rio Manzanares. Se trata de un parque desarrollado en una franja del terreno de ancho variable que sigue linealmente al rio manzanares por más de 7 km. Con la parte más antigua conforma un recorrido de 30 km. La diversidad de paisaje a lo largo del rio es amplia yendo desde la nieve en las sierras hasta zonas desérticas del sur de Madrid, esto genera grandes contrastes. El proyecto se compone de un conjunto de espacios verdes entrelazados que se infiltran en la ciudad. Cuenta con un nuevo sistema de movilidad y accesibilidad ya que varias estaciones del metro se concentran en el recorrido, se propone mejorar la integración y la calidad urbana de los barrios que limitan con el proyecto y a largo plazo esta generando un cambio positivo en la ciudad. El eje principal es el rio Manzanares, dato que no es menor dado que la relación de la ciudad de Madrid con su rio ha sido particular, (no es una relación como la de Paris y el rio Cena o la de Londres y el río Támesis) la ciudad durante toda su evolución en la historia se ha desarrollado a espaldas del rio, relegándolo a un segundo plano, siempre fue un obstáculo a salvar. La construcción de la autopista M-30 destruyo la poca relación del rio con sus habitantes. Significo una barrera gigante totalmente impermeable y genero contaminación, las riveras del rio eran un espacio abandonado y descuidado. Unos años después se construyeron túneles para enterrar la carretera esto resulto en una gran cantidad de espacios vacantes en los que por fin se reconoció ese gran potencial, estos espacios podían ser un nexo entre los parques ya constituidos como: El Prado, Getafe, Casa de Campo, el parque de Arganzuela y el Manzanares del sur, la unión de espacios y puntos singulares antiguos y nuevos generando una continuidad a lo largo del rio, mostrando en todo su esplendor lo que el rio y la naturaleza en sus bordes tenían. El hecho de enterrar la carretera trajo muchos beneficios, se mejoró la movilidad urbana, se rehabilitaron los barrios circundantes, todo esto llevo a el concurso de ideas para proyectar los espacios que quedaron libres, ganando el concurso (Burgos & Garrido, Porras & La Casta y Rubio & Alvarez – Sala, con la colaboración de West 8). Con el proyecto nuevo el rio se convirtió en una puerta entre el interior urbano y el área suburbana, generando áreas de integración del paisaje con el hombre. El rio Manzanares y sus bordes hoy son de los mejore paisajes de Madrid. Se reconstruye el paisaje, sobre la carretera subterránea tratando de aprovechar esos espacios para generar una nueva relación entre rio y ciudad, con sus nodos, parques y puentes que dinamizan el espacio, conviviendo puentes históricos como el Segovia (1582), el Toledo (1732), con el Puente de Arganzuela (2011) entre muchos otros, generando como competencias y tensiones, construyendo un dialogo justo entre presente y pasado.
Figura 9: Imagen de Google Earth de la zona de Arganzuela y orillas del rio Manzanares, Madrid, España (2000)
Figura 10: Imagen de Google Earth de la zona de Arganzuela y orillas del rio Manzanares, Madrid, España (2018)
La ciudad portuaria Este proyecto de espacio público partió de una actuación a nivel urbano en torno a la rehabilitación de una zona portuaria de Hamburgo en Alemania a orillas del rio Elba. El proyecto de HafenCity (ciudad puerto). Parte de la transformación de una antigua zona de descarga y almacenamiento del puerto, en el proyecto se plantea multiplicar área de oficina, plazas, locales comerciales y vivienda. Se desarrollan varios espacios públicos entre edificios elevados. El puerto fue la semilla que dio origen a la ciudad de Hamburgo, creciendo con el éxito de dicho puerto. Este tenía una gran importancia para la ciudad, configuró y condicionó la forma de la ciudad ya que para proteger las instalaciones de las inundaciones estas se elevaban a 4 o 5 metros sobre el nivel del mar. Fue evolucionando como centro de transporte, otorgando transbordos entre rutas marítimas y fluviales, tren y carreteras El puerto de Hamburgo crecía en importancia para la industria y como puerto de embarque para los emigrantes a américa del norte y del sur, todo este crecimiento se vio detenido por la primera guerra mundial la economía se enlenteció y se vio sofocada por la depresión mundial. Durante la segunda guerra mundial fue usado para deportaciones y transporte industrial convirtiéndose en objetivo de bombardeos de los aliados (el 70% de los almacenes y el 90% de los cobertizos de almacenamiento fueron destruidos) cuando se comenzó a reconstruir resulto demasiado chico y poco profundo para los nuevos buques, así su importancia como zona industrial disminuyo paulatinamente. En 1997 se tomó la decisión de recrear la ciudad de Hafencity. La historia jugo un papel muy importante en muchas decisiones de planificación y arquitectura, lo antiguo y lo nuevo se une en muchas partes del distrito. El proyecto trata de formar un nuevo paisaje con elementos naturales como el agua y la vegetación, que cambia la imagen del puerto según las estaciones. El cambio de la zona mercantil a residencial es increíble como este nuevo paisaje mantuvo la esencia de lo antiguo, recobrando su importancia como punto estratégico de la ciudad. Con este proyecto Hafencity tiene un nuevo paisaje costero en el que dialogan pasado y presente entre espacios públicos de calidad, naturaleza, arquitectura, arte y paisaje
Figura 13: Imagen de Google Earth que muestra el puerto de Hafencity, (2000)
Figura 11: Imagen histórica de Google Earth del puerto en Hafencity, Hamburgo, Alemania, 1943.
Figura 12: Imagen actual de espacios públicos en Hafencity. (http://www.mirallestagliabue.com/wpcontent/uploads/2018/07/648.jpg)
Figura 14: Imagen de Google Earth que muestra el puerto de Hafencity, (2018)
Conclusión A lo largo del desarrollo el objeto de estudio, los “vacíos urbanos” fueron ampliando sus variantes, sus orígenes y destinos, así como se vio enriquecida su definición en si por el aporte de varios autores y el análisis de ejemplos. Al adentrarse en estos espacios obsoletos de la ciudad se descubre que son producto de la misma historia de la ciudad y su crecimiento. Su esencia está marcada por hechos históricos como la conformación de las ciudades industriales y su expansión. Ese cambio de las ciudades compactas a las dispersas y esa pérdida de los límites entre ciudad y campo, son parte de esas incertidumbres que surgen en las áreas suburbanas, evidenciando rastros de un pasado y evidenciando un posible potencial latente que existió desde antes de lo que nos imaginábamos (en las ruinas pintadas por Caspar David o en las fotos de Smithson). Pero aun así podemos afirmar que los espacios vacíos, degradados a los que se enfoca este trabajo son propios de nuestro tiempo y que los procesos dados en la historia nos han llevado a ellos y probablemente la mirada que tenemos hoy día vaya más allá que la que tuvieron Caspar David o Smithson buscando y cuestionando el futuro de estos. Existen miradas contradictorias sobre el tema. Ver estos espacios con la melancolía de un pasado mejor o buscar culpables de su actual situación, entender que cualquier intervención en ellos es una agresión a su estado natural o que estas crean un paisaje artificial que va a maquillar y ocultar la realidad, pueden darse en muchas situaciones, pero deben superarse cuando se trata del destino de los “vacíos urbanos” y las intervenciones en ellos. Se exige una visión positiva sin subestimar la realidad porque claro está que no es una tarea fácil y que exige un estudio profundo y de absoluto cuidado, las intervenciones deben ser respetuosas con el paisaje circundante, tratar de reparar antiguos vínculos o reivindicarlos, pero es posible intervenir en ellos y lograr grandes cambios desarrollando su potencial. La actuación en los “espacios vacantes” no solo implica pensarlos como un espacio necesario para urbanizar y generar una continuidad con la ciudad, se debe entender que es más que eso, es la intervención en un lugar con su historia propia, con memoria y hay que actuar de manera respetuosa y trabajar con ella. Como ya lo mencionamos la historia es un claro factor determinante y muy influyente que se debe tener en cuenta en cualquier intervención a realizar en estos espacios degradados, mantener ese lazo con el pasado, evidenciándolo ya sea de una forma directa o indirecta le da identidad al nuevo proyecto, le da un marco que lo hace viable y los fundamentos, necesarios para lograr solidez y la apropiación de las personas. Vemos esto en caso de las trasformaciones en el puerto de Hafencity, como se ve una fuerte relación entre edificios antiguos y otros contemporáneos. Los proyectos que generan entornos sostenibles llegan a crear un hábitat propio, en el que el usuario se sienta cómodo y pueda apropiarse de él, como es el caso del parque MFO en Zúrich, que conforma un espacio al aire libre flexibilidad, ideal para el ocio y otras funciones. Cuando el usuario empieza a apropiarse del espacio deja de ser un lugar abandonado, pasa a ser un punto de encuentro, un lugar para visitar y así se abre a la ciudad. El Paisaje como otra clave en los proyectos, no solo fomenta su conservación, sino que se deben recrear en nuevos paisajes, construidos según leyes ecológicas. Cabe recordar que el paisaje es un sistema activo y no solo se observa, sino que debe ser vivido, como se ve en el desarrollo esta nueva idea de paisaje activo que dejo de ser un escena rígida en un cuadro sino como un proceso de cambio y transformación del territorio, esta idea va de la mano de la transformación de los “vacíos urbanos” que eran para la ciudad un escenario fijo del pasado una escena melancólica de lo que ya paso, pero alguien vio su potencial y los reivindico como vemos en los ejemplos estudiados. Con la presencia del nuevo parque MFO el antiguo barrio industrial recreo su paisaje, ya no existen los grandes galpones, pero quedan evidencias de la historia como la estructura que conforma el parque. Esta actuación transformó un paisaje y sigue en transformación, porque la propia intervención es un hecho activo, conformando nuevos paisajes en cada época del año. No se trata de imitar o conservar artificialmente, es aprovechar realidades, generar procesos vivos compatibles con la nueva manera de planear el territorio. Existen espacios que ya no pueden recuperar su estado natural y deben ser reinventados como es el caso del rio Manzanares con la recuperación del terreno sobre la carretera, el paisaje en torno al rio Manzanares no solo transformo, sino que se creó, la reivindicación de sus orillas revelo el potencial que estos lugares tienen. Como vimos hay que tener en cuenta que el paisaje ya no distingue entre territorio natural y artificial o entre naturaleza y ciudad. El éxito de los planteos en cuanto al diseño de estos espacios degradados exige una amplia colaboración de diferentes disciplinas y la coordinación entre ingenieros, arquitectos, paisajistas, artistas, diseñadores, ecologistas, sociólogos, siendo esto importante para la creación de nuevos paisajes.
Las intervenciones en los “vacíos urbanos” crean paisaje cuando comienzan reconsiderando la ciudad existente, con su historia e identidad, reflexionando sobre el lugar, utilizando como herramientas el arte, la arquitectura y la naturaleza y así le dan nuevas posibilidades para su uso, que la gente logre apropiarse de él, un espacio con vida, activo que con el tiempo sea una parte importante del nuevo paisaje de la ciudad. La idea no es dar una receta y sus ingredientes sino establecer claves encontradas en proyectos reales que partieron de ser un espacio degradado y hoy en día gracias a su potencial y a las personas que lo supieron reconocer y actuar han resurgido como una nueva oportunidad no solo para el sitio en si sino para la ciudad entera, un nuevo paisaje. Como a partir de la observación y el análisis podemos encontrar las pautas que nos ayuden a decidir el futuro de muchos otros espacios vacíos que están expectantes.
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