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El poder de la metacognición

Joan Paul Pozuelos López Doctor en Psicología por la Universidad de Granada, experto en entrenamiento cognitivo y del cerebro, CEO de Neuromindset

Es lunes, comienza la semana de clases e Isabel está en su aula mientras sus alumnos realizan sus ejercicios de clase. Mientras recorre el salón con su mirada observa que Luka está mirando a la pared. Isabel se acerca a Luka y le dice: “Luka, presta atención a tu ejercicio”. Luka le responde: “Maestra, pero ¿cómo se presta atención? No sé cómo hacerlo”. Isabel le dice: “Enfócate en el cuaderno, así es cómo se presta atención”. Y para sorpresa de Isabel, Luka le responde: “Maestra, ¿qué es enfocarse?, ¿cómo lo hago?”. Isabel se queda perpleja.

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¿Cómo puede ser que Luka no sepa qué es enfocarse? ¿Está mintiendo a la maestra o es que en realidad no sabe a qué se refiere esa palabra? ¿Cómo le explicas a un niño qué quiere decir enfocarse? Es más, ¿cómo guías a un niño a que tenga la experiencia vivencial de qué es enfocarse en algo, o prestar atención?

Y si te pregunto a ti, lector o lectora, qué debemos hacer con nuestra mente para prestar atención, ¿qué me dices? ¿Cómo me lo explicas? ¿Qué haces tú en tu mente cuando prestas atención?

Para encontrar la respuesta a estas preguntas es necesario que actives en ti un proceso fundamental para la vida, pero que conocemos muy poco: la metacognición.

El psicólogo John H. Flavell definió la metacognición como: “El conocimiento que tenemos acerca de nuestros propios procesos cognitivos, pensamientos y todo lo que se relaciona con ellos”.

La metacognición es ese proceso mental que permite el autoconocimiento. Nos posibilita comprender cómo funciona nuestra mente cuando aprendemos, nos ayuda a reconocer las estrategias que utilizamos para hacer algo y a ser conscientes de cuáles nos ayudan a ser más eficientes y saber qué habilidades o estrategias aplicar dependiendo de las circunstancias y las situaciones.

Por mucho tiempo se abordó el concepto de la metacognición desde la perspectiva puramente educativa. Pero ahora sabemos que va más allá. Ahora sabemos que la metacognición es una parte fundamental de la regulación de nuestro comportamiento, nuestras emociones y de nuestras habilidades sociales.

Por ejemplo, gracias a la habilidad metacognitiva, podemos reconocer qué cosas son las que nos molestan, cómo reaccionamos cuando vivimos esas situaciones y especialmente con qué herramientas contamos para poder gestionar las emociones de manera eficaz.

Por eso, hoy por hoy sabemos que la metacognición es una de las habilidades mentales más importantes que tenemos los humanos y que es fundamental ayudar a nuestros alumnos a desarrollarla.

Sin embargo, algunas de las preguntas más comunes que surgen en nuestras formaciones con educadores acerca de la metacognición son: ¿cómo se desarrolla la metacognición?, ¿los niños pequeños tienen metacognición?, ¿cómo usar la metacognición en el aula? Y, principalmente, ¿se puede potenciar la metacognición?

"Cuando un alumno es capaz de utilizar con eficiencia la metacognición, podrá desarrollar todo el conjunto de habilidades que hacen posible el aprendizaje autorregulado y la autorregulación"

Metacognición y sus componentes

Para poder conocer el curso de desarrollo de la metacognición y comprender cómo se manifiesta en la vida de los niños es muy importante entender cuáles son los procesos sobre los que se construye esta habilidad.

Los procesos sobre los que se construye la metacognición se pueden agrupar en tres habilidades principalmente:

• El control metacognitivo.

• El conocimiento metacognitivo.

• Las experiencias metacognitivas.

El control metacognitivo se define como las habilidades que nos permiten regular y controlar nuestra cognición y nuestros procesos cognitivos de manera que podamos hacer más eficiente nuestra autorregulación. Esta habilidad se desarrolla sobre la base del funcionamiento de las funciones ejecutivas y la atención.

El conocimiento metacognitivo se refiere a todos esos modelos mentales que desarrollamos acerca de cómo funciona nuestra mente y cómo implementamos nuestras habilidades mentales para hacer nuestra autorregulación y aprendizaje más eficaz. Este conocimiento tiene un fuerte componente de lenguaje, pero no del lenguaje desde su función comunicativa, sino más bien desde el lenguaje unido al pensamiento. Esta función instrumental del lenguaje fue descrita por Vygotsky.

Por su parte, las experiencias metacognitivas son las experiencias que tenemos cuando evaluamos nuestras habilidades. Por ejemplo, la famosa experiencia de “la punta de la lengua”. Esta experiencia surge de cuando nosotros evaluamos nuestro conocimiento, “sabemos que lo sabemos”, pero por alguna razón no somos capaces de articular la respuesta verbal.

Como podrás imaginar, cada una de estas habilidades se divide a su vez en distintos subprocesos que son los que definen en qué momento emergen durante el desarrollo y cómo es que la habilidad metacognitiva se va formando en la mente de los niños.

Metacognición durante el desarrollo del niño

Sabiendo que la metacognición se compone de distintas habilidades, y que a su vez estas se componen de sub-procesos, podemos comenzar a mapear cómo es que cada una de estas habilidades va surgiendo durante el desarrollo.

Tomemos como ejemplo el caso del control metacognitivo que se compone de los subprocesos de las funciones ejecutivas y la atención. Recordemos que estas habilidades son pilares fundamentales de la conducta voluntaria y autorregulada.

Gracias a los estudios en el campo de la Neurociencia Cognitiva sabemos que las funciones ejecutivas y la atención tienen un período de desarrollo y maduración prolongado.

Aunque ya hay evidencia de que la capacidad de dirigir nuestra conducta voluntariamente surge a partir del sexto mes de vida, la Neurociencia sugiere que uno de los períodos de máximo desarrollo de las funciones ejecutivas y la atención se da entre los tres y los seis años de vida. Debido a esto, podemos decir que las primeras habilidades fundamentales para la metacognición se comienzan a desarrollar durante esta etapa.

Si somos capaces de conocer este proceso de desarrollo y maduración, seremos capaces de implementar estrategias que nos permitan ayudar a nuestros alumnos a desarrollar, potenciar y utilizar esta habilidad. Cuando un alumno es capaz de utilizar con eficiencia la metacognición, podrá desarrollar todo el conjunto de habilidades que hacen posible el aprendizaje autorregulado y la autorregulación. Imagínate cómo cambiaría el aprendizaje de tus alumnos y de tu quehacer docente si los niños desarrollasen esta habilidad de manera eficaz a una temprana edad.

CURSO EC EL CEREBRO METACOGNITIVO

En EC te ofrecemos la oportunidad de participar en el curso “El cerebro metacognitivo” en el que podrás profundizar en el fascinante mundo de la metacognición y aprenderás estrategias basadas en evidencias científicas para ayudar a que tus alumnos desarrollen esta habilidad.

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