10 minute read

La entrevista. José Martín Aguado

Profesor de Secundaria en el Colegio Los Olmos de Madrid

«No podemos dejar que las plataformas eduquen a nuestros hijos»

Advertisement

Zoraida Arribas Manzanal Dpto. de Comunicación de EC

José Martín Aguado conoce de primera mano cómo son nuestros adolescentes y cómo las redes y los contenidos de plataformas audiovisuales influyen en ellos. Por eso aboga por despertar el pensamiento crítico de los jóvenes, tanto en el aula como en la familia. Además, considera cruciales las tutorías con los padres, para lograr, en sintonía, que los alumnos adquieran valores y virtudes que les acompañen toda la vida. Activo en redes sociales, descubre en ellas contenidos para ver en familia y también comparte en esta entrevista sus títulos imprescindibles para docentes.

Licenciado en ADE, tu experiencia laboral comenzó en el sector de la empresa, ¿qué te llevó a cambiar de rumbo y apostar por la docencia?

Pues sí, antes de comenzar en la aventura de la educación estuve en diversos sectores y no me veía contento en ninguno de ellos. Muchas tablas de Excel, presentaciones, trabajo de escritorio… Después de cinco años trabajando en el mundo empresarial, de un día para otro, dejé la consultora en la que estaba y, gracias a varias sesiones con un coach profesional, opté por la docencia.

Fue sin duda un salto al vacío pues no sabía si me iba a gustar dar clase, si gestionaría adecuadamente el ambiente de trabajo en mis asignaturas, si tendría los conocimientos necesarios para Secundaria y Bachillerato. Como ves, dudas que pueden rondar en la cabeza de cualquier profesor que comienza su periplo en los colegios.

Los profesores forman parte de uno de los colectivos más estresados. Tu vocación imagino que ayuda a tomar impulso, y desarrollarla en un centro católico, sin duda, aporta un plus. A pesar de la intensidad del ritmo que lleváis ¿qué es lo que más te llena de tu profesión?

Es curioso, porque sigue habiendo un cierto recelo sobre el estrés y los profesores, y puedo asegurar que eso es así. Entrar en una clase con 25 alumnos y mantenerlos atentos durante tus explicaciones, motivarlos para que den lo máximo cada día, saber lidiar con situaciones de falta de respeto hacia tu persona sin perder los papeles, teniendo en mente lo mejor para ese alumno, hace que ser profesor requiera de unas cualidades que no todos tienen.

Mi vocación de profesor dando clase la complemento con algo que me llena de ilusión y que me hace sentir útil para los demás y es acompañar a los padres de mis alumnos en el proceso madurativo, de adquisición de conocimientos y competencias de sus hijos a través de tutorías trimestrales.

Me parece esencial que haya un vínculo cercano y de confianza entre los padres y los tutores de sus hijos. Es un elemento totalmente diferenciador en la educación de los alumnos cuando hay una comunicación fluida entre los padres y el tutor del alumno. En esas conversaciones se deberían tratar no solo aspectos académicos, sino también de personalidad, de cómo mejorar el carácter de este, o cómo ir adquiriendo las virtudes y convicciones que serán los pilares de su felicidad.

El papa Francisco ha invitado a las escuelas a adherirse a un Pacto Educativo Global que realice una transformación cultural profunda, integral a través de la educación. La transformación cultural y la educación integral no son conceptos ajenos a los centros católicos, pues llevan haciéndolo siglos. Escuelas Católicas se ha unido al Pacto y también lo han hecho hasta el momento más de 300 de nuestros colegios. ¿Cómo animar desde estas páginas a aquellos centros que aún no se han decidido?

Las escuelas tienen un papel significativo en la educación integral de sus alumnos. La idea de que los niños van a los colegios a adquirir conocimientos tiene que ir derivando a que los niños van para convertirse en agentes de cambio de la sociedad, con sus inquietudes, con sus deseos de mejorar el entorno en el que viven.

Pongo un ejemplo de lo que estoy hablando. No es ninguna utopía. En marzo de 2020 con todo el lío de la pandemia, un antiguo alumno de mi colegio creó una cuenta de Instagram y una web junto a amigos suyos y la llamó “Yo te ayudo con la Sele”. Organizaron una red de profesores voluntarios por toda España para ayudar a los alumnos de 2º de Bachillerato a superar con éxito la EVAU. Realizaban diariamente clases colaborativas, sesiones de dudas y bancos de apuntes.

Me parece que el papa Francisco nos propone esto mismo: conseguir personas con altísimos conocimientos y con grandes ideales de cooperación y servicio a la sociedad. ¿Quién no se uniría a un pacto que proponga esto?

En los colegios católicos el Evangelio impregna todo cuanto en él sucede, pero ¿crees que nuestros jóvenes son permeables y se dejan empapar por él? ¿Cuál es tu experiencia en tu centro?

Sí que son receptivos y el mensaje del Evangelio les llega con fuerza. La semilla queda sembrada y se les ve con ganas de ser mejores personas y de seguir a Cristo. La dificultad que veo es que tienen la teoría bien aprendida pero poca práctica. Ser cristiano no es saberse los mandamientos y, si me apuras, las bienaventuranzas sin equivocarte. Se trata de seguir de cerca a una persona llamada Jesús, que vivió hace 2.000 años pero que sigue viviendo físicamente en cada sagrario. Como solía decir un gran santo español, tenemos que procurar que nuestros jóvenes busquen a Cristo en su día a día, le encuentren y le amen. Si no, el ambiente irremediablemente les arrastrará lejos de Dios.

Tenemos que procurar que nuestros jóvenes busquen a Cristo en su día a día, le encuentren y le amen

Nuestros alumnos disfrutan de parte de su tiempo de ocio en plataformas de pago cuya oferta incluye contenidos que no siempre son apropiados para su edad. Evitar que accedan a ellos es complicado cuando en muchos casos lo hacen a través de su propio perfil y en sus dispositivos personales, pero ¿qué podemos hacer desde la escuela para que reflexionen sobre lo que ven?, ¿para que se cuestionen que no todo vale, que no todo cuanto ven es normal o real?

Pensamiento crítico. Es una tarea pendiente que tenemos tanto padres como educadores y que encaja perfectamente dentro de ese Pacto Educativo Global propuesto por el papa Francisco.

Hace unas semanas, en Coruña, ofrecí una sesión para padres titulada “Cuando Netflix me ayuda a formar criterio” sobre cómo podemos aprovechar las plataformas de contenido para que nuestros hijos piensen por ellos mismos. Al final de la sesión un padre intervino explicando que hoy en día educar es mucho más complejo que hace 30 años, donde solo había una televisión con dos canales. Ahora tenemos móviles, tablets, varias televisiones y todo el contenido a golpe de un clic… Y tiene toda la razón.

Ante la pregunta de qué podemos hacer desde la escuela me parece que podemos hacer mucho. Cristian Olivé es un profesor que me encanta por cómo enfoca sus clases de Lengua y Literatura. No se limita a dar clase de ortografía y a leer las coplas de Jorge Manrique, sino que trae a discusión temas actuales que interesan a sus alumnos para que piensen sobre ellos, para que analicen aspectos que quizá nunca se plantearían. Esto mismo podemos replicarlo en nuestras asignaturas, siendo creativos y aprovechando las circunstancias para ayudarles a formar su criterio. Siento mencionar de nuevo mi colegio, pero es que tengo un compañero en el claustro que da la asignatura de Filosofía a través de series de televisión. Me parece una manera sensacional de tener a tus alumnos entusiasmados con tu asignatura y a la vez desarrollar un pensamiento crítico sobre algo que están muy acostumbrados: sus héroes de Netflix.

Esto mismo es lo que animo a todos los padres: a sacar sobre la mesa conversaciones que quizá de primeras puede asustar pero que, si te paras a pensar, lo están sacando a la palestra las plataformas de contenido audiovisual. No podemos dejar que sean estas las que eduquen a nuestros hijos en estos temas.

Estás muy presente en distintas redes sociales y desde ellas recomiendas series y películas para ver en familia. Como profesor y padre de familia de dos pequeños es un esfuerzo grande. ¿Cómo surge esta iniciativa? ¿Nace ante la escasa oferta de contenidos que ofrezcan valores interesantes para niños y adolescentes? ¿Sueles recibir feedback de tus propuestas?

Sí. Estoy en Instagram como @Jmartinaguado y trato de ofrecer a mi comunidad -sobre todo son madres de familia- recursos que faciliten la educación de sus hijos. Las redes sociales son maravillosas si sabes cómo usarlas y pones límites para que no se aprovechen de ti. En mi caso, me ha servido para conocer a personas increíbles y retomar contacto con antiguos amigos. Ese es el caso de @paroste, que es padre de seis y un auténtico loco de las películas. Un día, hablando con él le propuse hacer el proyecto “Pelis para el finde”, en el que cada viernes ofrecemos seis películas, categorizadas por edad y por plataforma, para que los padres sepan qué poner a sus hijos los fines de semana y no perder tiempo buscando entre tantísimo contenido. Todos los viernes a las 19:00 subimos las seis películas y la verdad es que tiene buenísima acogida y recibimos feedback positivo. Ahora estamos viendo si conseguimos algún patrocinador que nos ayude con el proyecto. Así que, si alguien está interesado, somos todo oídos.

No es que haya escasa oferta de contenidos con valores para niños y adolescentes, sino todo lo contrario. Es la cantidad inabarcable de películas y series lo que nos hace volvernos locos buscando algo que sea entretenido y adecuado. Esto ya lo estudió el psicólogo y profesor Barry Schwartz. Si el umbral de opciones sobrepasa en exceso, los inconvenientes pueden pesar más que las ventajas, produciéndose la llamada paradoja de la elección. Lo que en un principio se entiende como algo positivo, en realidad, se vuelve en nuestra contra y dificulta la libre decisión.

Desde tus perfiles también planteas interesantes retos literarios para distintas etapas escolares. Cuéntanos en qué consisten y por qué se te ocurrió hacerlo. ¿Quizá tu pasión por la lectura tiene algo que ver?

Son tres los retos literarios que lanzo cada nuevo año. Uno pensado para adultos, otro para adolescentes y finalmente el último para alumnos de Primaria. Lo hago en colaboración con tres madres súper lectoras y con gran criterio. Lo que proponemos es que, por lo menos, el que se anime a empezar el reto lea un libro por mes.

Este 2021 lo titulamos “Reto lector para lectores perezosos” y quise que fueran libros con tres características: relativamente cortos, que fueran fáciles de leer y de gran calidad. Nada fácil, ¿eh?

Aunque no soy profesor de Lengua y Literatura, promover la lectura siempre es necesario, así que me lancé a ello y sé de buena tinta que tengo a unas cuantas decenas de personas “enganchadas” al reto, así que misión cumplida.

Pregunta necesaria a un gran lector, recomiéndanos tres libros imprescindibles para educadores y por qué.

No son para nada técnicos, pero te ayudan a ver la educación con optimismo y esperanza. El primero es “Cinco panes de cebada”,de Lucía Baquedano. Es la historia de una mujer que se dirige a su primer puesto como maestra en un pueblo del Pirineo navarro.

Otro sería “Martes con mi viejo profesor”, de Mitch Albom. Es una historia basada en hechos reales que tiene como protagonista a Mitch, un personaje que siempre se ha acordado de uno de sus profesores de la universidad. Cuando le ve en la televisión entrevistado por ser enfermo de ELA, decide aprovechar el tiempo que le queda de vida al docente para seguir escuchando aquellas enseñanzas que le marcaron el corazón.

Y por último, “Invisible”, de Eloy Moreno. Un libro para que nos sensibilicemos sobre el acoso escolar.

Durante este curso en Escuelas Católicas estamos reflexionando, a través de distintas propuestas, sobre el tema del cuidado, sobre las escuelas del cuidado. ¿Cómo es para ti una escuela del cuidado?

Para mí es una escuela en la que se desarrolle una relación de ayuda-confianza entre profesor y alumno. Por otra parte, un entorno en el que se anime a cultivar la empatía hacia los demás y un respeto hacia opiniones variadas.

Licenciado en ADE, tu experiencia laboral comenzó en el sector de la empresa, ¿qué te llevó a cambiar de rumbo y apostar por la docencia? Pues sí, antes de comenzar en la aventura de la educación estuve en diversos sectores y no me veía contento en ninguno de ellos. Muchas tablas de Excel, presentaciones, trabajo de escritorio… Después de cinco años trabajando en el mundo empresarial, de un día para otro, dejé la consultora en la que estaba y, gracias a varias sesiones con un coach profesional, opté por la docencia.

This article is from: