Articulo agricultura agua y salud 2012

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AGUA, AGRICULTURA Y SALUD JORGE LEONARDO JAVE NAKAYO Ingeniero Agrónomo. Magister en Ciencias en Desarrollo Agrario Sostenible. Doctor en Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. Docente Universitario de Post Grado. UNFV-UNMSM-UNI-UNAP-URP-CV

El desarrollo de la agricultura implicó un salto sustancial para la humanidad; de acuerdo a lo que informan los historiadores, la agricultura y los primeros asentamientos en forma de aldea aparecieron en el período Neolítico, denominado como el período de la Revolución Neolítica o Revolución Agrícola, porque en él aparecen las primeras manifestaciones de la actividad agrícola, el hombre pasó de realizar actividades como la pesca, la recolección y la caza a la realización de tareas agrícolas y ganaderas, señalándose al trigo y a la cebada como las primeras plantas que cultivó el hombre en dicho período sustancial. Sin duda, esta transformación económica se desarrolló por la influencia del cambio climático que obligó a las poblaciones de bandas de pastores a dejar las montañas y bajar a las tierras de los valles en busca de las cada vez más escasas presas de caza; abandonar las habitaciones que habían erigido en las orillas de los cursos de agua. La necesidad de encontrar una actividad de subsistencia llevó a los hombres del Neolítico a la recolección y almacenamiento de cereales, que pronto iban a ser sembrados y cosechados. Con el advenimiento de la agricultura aumentó la disponibilidad de alimentos y también la población del mundo y en el plano social hizo que las sociedades se volvieran un poco más sedentarias comenzando a considerar la propiedad privada sobre los bienes inmuebles, actualmente quienes se dedican a trabajos agrícolas hacen uso de la tecnología y de la ingeniería genética para mejorar la productividad del suelo y de los cultivos. Además, la ciencia ha cooperado para conseguir que las semillas sean cada vez más resistentes a las plagas y puedan adaptarse a los diferentes climas y suelos. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), indica que la agricultura utiliza tres cuartas partes del agua que se consume a nivel mundial; la industria utiliza 15 por ciento y el uso en los hogares es de un 10 por ciento. Para producir los alimentos que se consumen en el mundo, se requieren distintas cantidades de agua. Por ejemplo, para producir un kilogramo de maíz se requieren 900 litros de agua; para un kilogramo de trigo 1,300 litros de agua y para un kilogramo de arroz 3400 litros de agua. Por otra parte, se necesitan 15,500 litros de agua para producir un kilogramo de carne de res, lo cual incluye el agua que bebe el ganado a lo largo de su vida y el agua requerida para cultivar los granos que le sirven de alimento.

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La Sociedad Americana de Agricultura (American Society of Agronomy) en 1989 señala que “una agricultura sustentable es aquella que, en el largo plazo promueve la calidad del medio ambiente y los recursos base de los cuales depende la agricultura; provee las fibras y alimentos necesarios para el ser humano; es económicamente viable y mejora la calidad de vida de los agricultores y la sociedad en su conjunto”. Es la actividad que permite tener una producción de alimentos y de fibras vegetales, sin poner en riesgo la conservación de recursos naturales ni la diversidad biológica y cultural para las futuras generaciones. Para que la agricultura se sostenga, satisfaga las necesidades actuales y futuras del hombre en el planeta, se debe proteger y mejorar la calidad del aire, del suelo y del agua. La agricultura se constituye en el mayor consumidor de los recursos hídricos: la lluvia, el agua de los ríos, lagos y acuíferos. Dicho sector absorbe alrededor del 70% del consumo mundial, mientras que al uso doméstico se destina el 10% y a los usos industriales el 21%. La mitad del consumo mundial del agua en la agricultura se pierde por evaporación e infiltración. El Agua El agua es uno de los recursos que ofrece la naturaleza y al mismo tiempo es una de las riquezas indispensables para la vida del hombre y para sus actividades productivas; es vital para la supervivencia, la salud y la dignidad humana; fundamental para el desarrollo; es el elemento más valioso y esencial que sustenta la vida, permitiendo a toda la humanidad y la naturaleza sobrevivir. Con el agua se puede producir energía, elemento imprescindible para la agricultura, con el agua también se crean diferentes productos que hoy en día son indispensables para los seres humanos. Por ello, necesitamos mejorar nuestro conocimiento para asegurar un futuro con sostenibilidad hídrica. Intercambiar resultados de investigaciones y las lecciones aprendidas de la experiencia, nuevas herramientas y prácticas innovadoras, la forma de aplicar mecanismos más eficaces de acción para el cambio y la integración de políticas sobre el agua: todos son elementos que nos orientan hacia la dirección que debemos seguir. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, declara que “El derecho humano al agua”, otorga el derecho a todos al agua suficiente, segura, aceptable, físicamente accesible y asequible para uso personal y doméstico. Estos cinco atributos constituyen las bases para la seguridad del agua. Además, representan los parámetros de un derecho humano que se viola amplia y sistemáticamente en una gran parte de la humanidad. Para unos 1.100 millones de personas, el agua suficiente, segura, aceptable, accesible y asequible para la vida es una esperanza de futuro, no una realidad del presente. El agua dulce, es sin lugar a dudas la mayor riqueza del planeta, es el elemento imprescindible y fundamental para la vida. Tiene en el mismo una desigualdad distributiva aún mayor que la riqueza material. Del total consumido, el 85% lo es por el 12% de los seres humanos que habitan la Tierra, tener presente que de los 1.400 millones de km3 de agua que conforman el planeta Tierra (un metro cúbico es igual a mil litros), solamente un 2,5% es de agua dulce, el 97,5% restante es agua salada que hacerla potable, además de la complejidad que supone, su costo sólo podría ser soportado por los países más ricos de la tierra. El Perú cuenta con 54 cuencas hidrográficas, 52 de las cuales son pequeñas cuencas costeras que vierten sus aguas al Océano Pacífico. Las otras dos son la cuenca del Río Amazonas y la cuenca endorreica del Lago Titicaca, que desembocan en el Océano Atlántico, ambas delimitadas por la Cordillera de los Andes. El Perú contiene el 4% del agua dulce del planeta, esta riqueza hídrica lo hace vulnerable, pues a pesar de poseer el 71% de los glaciares tropicales del mundo, muchos de ellos están experimentando un preocupante retroceso; razón por la que el conocimiento científico debe 2


ser coherente y pertinente con los problemas en el terreno, y debe ser compartido con eficacia y rapidez de manera que cada persona, pueda contribuir en la reducción del impacto de los grandes problemas de agua. Es importante tomar en cuenta lo relacionado al Agua y las Metas de Desarrollo del Milenio; que al respecto considera que al año 2050, siete mil millones de seres humanos que vivirán en sesenta países, padecerán graves penurias de agua. El informe clasifica 180 países y territorios según la cantidad y calidad de agua disponible- Kuwait, Gaza, Emiratos Árabes, Bahamas y Qatar son los que acusan mayores necesidades por disponer de las menores reservas de agua potable por individuo. En el otro extremo figuran Finlandia, Canadá, Guyana Francesa, Islandia, Guyana, Surinam y Congo-Kinshasa, países todos ellos con las mayores reservas de agua potable por individuo. La Declaración Ministerial de La Haya de marzo del 2000 aprobó una serie de desafíos como base de la acción futura. Primer desafío Apunta a satisfacer las necesidades humanas básicas, ya que las dolencias relacionadas con el agua son una de las causas más comunes de enfermedad y de muerte entre los pobres en los países en desarrollo. Las estadísticas hablan por sí mismas. En el 2000, la tasa de mortalidad estimada sólo por diarreas relacionadas con la falta de sistemas de saneamiento del agua fue de 2.213 millones de personas. La mayoría de los afectados por mortalidad y morbilidad relacionadas con el agua son niños menores de cinco años. Otro dato: actualmente 1.100 millones de personas carecen de instalaciones necesarias para abastecerse de agua y 2.400 millones no tienen acceso a sistemas de saneamiento. Las medidas a implantar para revertir esta situación no son complicadas ni onerosas, pero requieren una reorientación política considerable. Segundo desafío Busca proteger los ecosistemas y el agua constituye una parte esencial de todo ecosistema, no hay dudas de que los ecosistemas acuáticos continentales presentan graves problemas. El caudal de alrededor del 60% de los mayores ríos del mundo ha quedado interrumpido por alguna estructura hidráulica. Tercer desafío Las necesidades divergentes del entorno urbano constituyen el tercer tema planteado. Según las estimaciones de los organismos internacionales, el 48% de la población mundial actual vive en pueblos y ciudades. En el 2030 la proporción será de cerca del 60%. Las aglomeraciones urbanas concentran desechos y cuando la gestión de los residuos es precaria o inexistente, las ciudades se transforman en los entornos más peligrosos que existen en el mundo. De ahí que se hace imperiosa la adopción de ciertas medidas para mejorar el suministro de agua, el saneamiento y el control de las inundaciones en las ciudades. Cuarto desafío Habla de asegurar el suministro de alimentos para una población mundial creciente. Con una agricultura no controlada se logra alimentar a unos 500 millones de personas; por eso, para alimentar a la población mundial actual, de seis mil millones de individuos, es necesario recurrir a la agricultura sistemática. Si bien la mayor parte de la agricultura depende de la lluvia, es clave el uso eficiente del agua de riego, actualmente situado alrededor del 38% en todo el mundo. Este debería mejorar hasta alcanzar un promedio del 42% en 2030, gracias a la tecnología y a una mejor gestión del agua de riego. Quinto desafío Apunta a promover una industria más limpia. La utilización del agua en los procesos de fabricación, a menudo en grandes cantidades, es muy corriente. Luego, se devuelve a los sistemas locales. El agua vertida por las industrias puede ser de muy mala calidad y, a no ser que se trate de forma adecuada, es una amenaza para las aguas superficiales y subterráneas en 3


las que se vierte. La industria puede constituir una amenaza crónica debido al vertido constante de efluentes, o bien una amenaza crítica si, por un fallo accidental, se genera una contaminación intensa en un período corto, la formación en materia de gestión de la demanda, combinada con la transferencia de tecnología, puede beneficiar al medio ambiente y mejorar el rendimiento económico de las empresas. Sexto desafío Consiste en utilizar la energía para cubrir las necesidades del desarrollo. Es que el agua es imprescindible para la producción de energía. Sus dos aplicaciones principales son la producción de electricidad de origen hidráulico y su uso a efectos de enfriamiento en centrales térmicas de energía eléctrica. Con todo, la electricidad contribuye a la reducción de la pobreza en muchas formas. Resulta esencial para la subsistencia de pequeñas empresas y para mejorar los servicios médicos, incluyendo los equipos electrógenos y la refrigeración de vacunas y medicamentos, entre otras funciones. Séptimo desafío La reducción de los riesgos y hacer frente a la incertidumbre es el séptimo desafío, las razones hay que buscarlas en el número de víctimas de los diversos desastres naturales, ya que aumentó de 147 millones a 211 millones por año entre 1991 y 2000, las pérdidas económicas derivadas de las catástrofes naturales han aumentado de 30 mil a 70 mil millones de dólares en los Estados Unidos entre 1990 y 1999. Asimismo, alrededor del 97% de las muertes causadas por los desastres naturales han tenido lugar en países en desarrollo. En el caso de las inundaciones, el riesgo potencial está relacionado con su magnitud y frecuencia. Es posible calcular la probabilidad de su aparición y prever las inundaciones en tiempo real. Así, entre todos los objetivos que las distintas instancias internacionales han establecido en los últimos años, las Metas de Desarrollo del Milenio para el 2015, adoptadas por la Cumbre de las Naciones Unidas del 2000, muchos de ellos han colocado a la problemática del agua en un sitio preferente y las Naciones Unidas ya elaboró el Informe donde insta a compartir el agua, no sólo entre sus diferentes usos (energía, ciudades, alimentación, etc.), sino también entre los diferentes usuarios (regiones administrativas o países que comparten una misma cuenca o acuífero). También a identificar y valorar las múltiples facetas del agua, no sólo como un valor económico, sino además en su dimensión social, religiosa, cultural y ambiental. El conjunto de desafíos deberá estar acompañado por una responsabilidad colectiva y una administración responsable del agua para asegurar un desarrollo sostenible. Lo señalado en torno al agua, nos lleva a remarcar que: La cantidad y calidad de agua para consumo humano son factores indispensables para el desarrollo sustentable de la humanidad, el agua debe ser proporcionada a cada habitante del planeta como un derecho humano. El agua de lluvia representa una opción para abastecer con este importante recurso a 1400 millones de habitantes que no cuentan con acceso al agua potable. La captación “in situ” puede realizarse a nivel de familia y a nivel de comunidad. Existen ejemplos de proyectos exitosos. Es urgente prevenir y combatir las enfermedades gastrointestinales provocadas por la mala calidad del agua que afectan cada año a más de 1 000 millones de habitantes, principalmente a los niños menores de 5 años. Gestionar mejor el agua: si las reservas de agua dulce se están reduciendo tiene sentido incrementar la eficiencia de la red de distribución y utilizar más eficientemente el agua. En algunos países como España, se ha propuesto incrementar las tarifas del agua para evitar que se malgaste. Esta propuesta no ha estado exenta de polémica. Usar la tecnología de desalación del agua de mar permitiría crear nuevas fuentes de agua dulce para compensar las pérdidas 4


ocasionadas por el deshielo de los glaciares, pero es una tecnología relativamente costosa y requiere una gran cantidad de energía. Agua y Salud Esta relación es tan compleja, que no podríamos dejar de mencionar a personajes que hicieron historia con frases, en torno a la importancia del agua en la salud del hombre: Hipócrates (460-377 AC) llamaba la atención de sus colegas con respecto a la relación entre la calidad del agua y la salud de la población; al recomendar que un doctor “que llega a una ciudad desconocida debe tener una idea muy clara del agua que usan sus habitantes”. Tales de Mileto, consideró: El agua es el fundamento de la vida, porque la vida ha nacido en ella, es la base de todo lo vivo, es “el principio de todo lo que existe”. La identificación de los microorganismos causantes de la lepra, el antrax, la tuberculosis, el cólera, la fiebre tifoidea, el tétanos, la peste, etc. propició el desarrollo de la higiene personal y de la salud pública y que han contribuido al notable aumento de la esperanza de vida al nacer que se ha visto en Europa durante los dos últimos siglos. En los países de América Latina y el Caribe el gran número y frecuencia de las enfermedades de origen hídrico las coloca entre las 3 principales causas de muerte en la Región. La epidemia más significativa de los últimos años fue la del cólera originada en 1991 en Perú, la cual se extendió a 21 países de la Región con más de 1,200, 000 casos hasta 1997. El derecho al agua considera el acceso al agua necesaria para mantener la vida y la salud que satisfagan las necesidades básicas y no confiere a las personas el derecho a una cantidad ilimitada de agua. Según la OMS, se requieren entre 50 y 100 litros de agua por persona al día para cubrir la mayoría de las necesidades básicas y evitar la mayor parte de los problemas de salud. El acceso a 20-25 litros por persona al día representa el mínimo, cantidad que origina preocupaciones sanitarias, por ser insuficiente para cubrir las necesidades básicas de higiene y consumo. Estas cantidades son indicativas ya que dependen del contexto particular y pueden diferir de un grupo a otro en función del estado de salud, el trabajo, las condiciones climáticas y otros factores. Referencias consultadas: 1.

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10. OPS/HEP/99/33. Agua y Salud. División de Salud y Ambiente, Organización Panamericana de la Salud, 525 Twenty-third Street, N. W., Washington, D.C. 20037. 11. PNUD-México. (2008). Cambio Climático y Desarrollo Sustentable, para América Latina y el Caribe. 12. UNESCO. (2009). World Water Resources at the Beginning of the 2 IST Century. 13. U.S. GEOLOGICAL SURVEY. (2007). Earth's water distribution.

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