NARRATIVA
La invencible Daniela López Martínez
U
n hombre atraviesa un largo sendero que se extiende bajo gigantescas columnas metálicas. El largo sendero está suspendido por hilos de metal que se entrecruzan hasta formar una gran red. Aquel lugar que parece un extenso puente le conduce hasta Santa Hildegarda, la ciudad colgante. En esta ciudad, los objetos tienen la extraordinaria capacidad de cambiar su forma. Hay edificios y casas que cambian su arquitectura dependiendo del clima o del número de personas que albergan. Algunos objetos se dirigen a sus dueños con sonidos que asemejan gemidos de animales. Sus chillidos son inquietantes. La ciudad está adornada de esculturas gigantescas y cambiantes cuya belleza hipnotiza a los visitantes. Grandes estatuas de mármol protegen la ciudad, algunas representan el caos: figuras humanas con cabezas de pájaros exóticos. Ivan Petrowski va en busca de su amada Sonia. En la entrada, Petrowski se encuentra con algunos habitantes de Santa Hildegarda que lo miran con extrañeza. Un mercado se extiende a lo largo de una calle alumbrada por luces artificiales y adornada con esferas de cristal. Al fin, reconoce a uno de entre todos aquellos rostros: al frente del puesto de objetos místicos encuentra al señor Julián, padre de Sonia. Petrowski inclina levemente la cabeza en señal de saludo y el señor Julián le extiende la mano. En ese instante, recuerda haber oído rumores de que Santa Hildegarda está en riesgo de ser destruida por un meteorito. —Vengo a buscar a Sonia —dijo Petrowski. —Sonia, mi querida Sonia, ha desaparecido. Mi esposa y algunos vecinos, buscamos incansablemente en cada rincón de la ciudad, pero no encontramos a mi querida hija.
REVISTA ESPEJO HUMEANTE #5 / CIUDADES
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