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Ambigüedades
talones perfectamente planchados, la insignia del colegio zurcida en el pecho, a la altura correcta, sin hilachas colgando, los zapatos recién lustrados” (17). La rememoración de esta solemnidad se repite a lo largo de la narración como una manera de enmarcar la mente en ese momento para poder fomentar el recuerdo — que fue borrado segmentariamente por el trauma— con mayor facilidad.
El tabú político de lo prohibido también se distingue en el relato cuando los padres de algunos compañeros de Estrella comienzan a sufrir abusos políticos como el allanamiento, el secuestro e incluso la tortura física. Los niños hablan de esto sin pudor, casi por necesidad de apoyo frente a lo ocurrido, pero sólo hablan entre amigos de confianza. Ellos saben que algo anda mal y que tiene que ver con la política, temen porque ven a sus padres sufrir y fueron testigos de las misteriosas acciones de su compañera y de su posterior desaparición.
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Zúñiga recuerda que asistió a un funeral con su familia, pero nunca entendió quién era la persona que estaba en el ataúd, dice que “al llegar a su casa, de vuelta del funeral, toda su familia fue detenida. A él y a su hermano los liberaron al día siguiente, pero a sus padres los trasladaron a otro lugar desconocido” (59). Este recuerdo contado desde la voz de la víctima evidencia la violencia política, en la que el tabú es entendido como la prohibición de la libre expresión de acción y pensamiento ya que, por asistir al funeral relacionado con un tema político —aunque esto no se diga explícitamente, sino que se insinúa— , su familia quedó detenida y sus padres fueron abusados por los mandados del régimen. No se dan mayores detalles, dado que el relato se escribe desde la inocencia traumática de la infancia, pero es suponible que, posiblemente, sus padres fueron llevados a un centro de torturas.
En esta parte del relato, todos los personajes comienzan a involucrarse en la política, aún sin tener conocimiento de ello. De hecho, participan en manifestaciones ligadas a la política y sufren consecuencias físicas que los marcan de por vida (no sólo en este plano), sino también psicológicamente: “Donoso y Bustamante fueron apaleados en una concentración estudiantil. Donoso perdió para siempre la movilidad de su dedo meñique y Bustamante terminó en la Posta Central con diez puntos en la cabeza” (59). En este sentido, el tabú se presenta en la censura de la libertad de expresión, controlada por el régimen militar.
Otro episodio de violencia política vinculado al tabú de la prohibición de la libertad personal, en este caso de acción y de opinión, consiste en la escena cuando la mamá de Riquelme es secuestrada y “doce horas después la soltaron. Traía sus pezones cortados con una hoja de gilette en forma de cruz” (60). La madre de Riquelme queda marcada con la cicatriz de la tortura por pensar diferente a los ideales impuestos en la dictadura.
Los sueños como manera de recordar es una idea que se entiende como la necesidad de recuperar el pasado para sanar la herida del trauma. Es decir, que estos recuerdos se manifiesten mediante los sueños es un síntoma más que demuestra el trauma vivido por los personajes en la dictadura. Se sentían desorientados, no entendían los misterios, los silencios forzados, los sinsentidos de ser, las dudas que nadie podía responder porque existe esta prohibición, un tabú al hablar de la política. Los sueños aparecen como el empujón del subconsciente a un abismo en el que cae la mente, donde se dispensan los límites entre el recuerdo y lo onírico; entre la realidad y la fantasía.
El tabú respecto a la política en Space Invaders se distingue a través de diversas situaciones que se presentan en la narración, a través de los sueños, los secretos, lo oculto, la inocencia y el trauma del recuerdo. Recordar es un acto revolucionario que implica abandonar ese espacio de confort para abarcar un tema prohibido, que en este caso es la política.
Walter Benjamin señala, en relación al recuerdo que: “Articular históricamente lo pa-