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El tabú de la política en Space Invaders (2013) de Nona Fernández

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Ambigüedades

Ambigüedades

un papel donde escribiste “Pequeña, prepara tu maleta, la mía ya está en el baúl del carro”. Gimotea buscando algo con la vista. Le tocas la cara para que te mire. Le haces las señas de que no se apure que ya la gata está en su cartera de viajes en el asiento trasero. Nica te abraza. Prosigues organizando cosas en la casa. Así pasan varias horas, cuando la ves en el balcón con un bidón de gasolina, el que usan para el generador cuando se va la luz. Le dices que lo suelte, que no lo van a necesitar. Nica lo deja frente a la puerta de la cocina y regresa a su habitación. Escuchas a tu padre vomitando y entras a su habitación. Allí está con la cabeza casi sumergida en el zafacón cercano a la cama. ―Mírame bien a la cara. No volverás a saber de mí. Tampoco de Nica ―le gruñes a tu padre, pero está tan mareado que sólo se gira levemente en la cama, eructa y se recuesta nuevamente.

Te acercas a tu hermana. “Es hora. Vámonos”. Nica te abraza y hace gestos de que lo sigas, que va en unos minutos. Sales de la casa, terminas de meter algunas bolsas en el baúl. Ya no ves lo que hace Nica que se ha dirigido a la cocina. Luego la niña agarra el retrato de vuestra madre donde está Nica de bebé y tú a su lado. La única foto en que están las tres juntas, y él había escondido. Nica golpea al borracho con el marco, despertándolo por un momento de su delirio. El hombre la observa aturdido. Ella le enseña una de las paredes de la habitación: todas engrafitadas muestran primero cómo él envenenó a la madre enferma. Señala la pared contigua, donde él la asfixia con la almohada. El hombre trata de moverse, pero no puede. Finalmente lo vuelve a golpear, rompiéndole la nariz y le señala un dibujo en el techo, la mamá con una antorcha y la casa en llamas. ―¡Hazlo, mamá! Arde, maldito. No soy sorda. Te odio.

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Nosotras. Escapar. Alma. Fuego.

Tu hermanita llega contenta al carro. No recuerdas haberla visto tan feliz. Te entrega su maleta y una mochila. Le preguntas por qué se había demorado tanto. Te susurra, “Matilde, te quiero”. Escuchado en su voz, hace que te hinques de rodillas a lágrima viva y te abrazas a sus piernas. Nica te ayuda a levantarte. Te entrega la foto. No puedes controlar las lágrimas. Nica te besa la mano. ―Te quiero, Matilde. Mis palabras huyen también. Vámonos, mamá nos acompaña. ―Te quiero hermanita. Estaremos bien. ―Somos mujeres empoderadas, como dice Mariana en la televisión. ―Lo somos…

Enciendes el carro y tu hermana te da golpecitos para que mires hacia la casa. Observas el fuego a través del espejo retrovisor: las siluetas del fuego besan libertades de humo. Bajas la ventana para escuchar cómo el crujir de la madera comienza a domesticar el terror impregnado en la piel, y lo convierte en valor. Le das una palmadita suave a tu hermanita abrazada a su gato de peluche, observas sus limpias manitas. Le das un beso en la frente. Aceptas en silencio, pero con orgullo, que ella también tenía derecho a tomar su decisión. Emprendes feliz la marcha hacia un nuevo destino, mientras ella escribe “libres” sobre la empañada ventana. ¬

El tabú de la política en Space Invaders (2013) de Nona Fernández

Alfredo Frederick Neira (Chile)

ESTE TRABAJO analiza la forma en que se presenta el tabú en la novela Space Invaders (2013) de Nona Fernández (Santiago, 1971) vinculado con la situación política que vivió Chile en la década de 1980 con la dictadura militar de Augusto Pinochet. En él se trabajan tópicos de la novela ligados a la memoria individual frente a experiencias traumáticas que se unen en un mismo tema para conformar la reconfiguración de lo vivido mediante la memoria colectiva de los personajes.

El objetivo es dilucidar el lugar de la escritura en Space Invaders en relación con la política como el principal tema tabú de la época, que se representa en la novela a través de las experiencias relatadas por los personajes. La lectura que propongo consiste en que el ejercicio de recordar que se realiza en el relato es entendido en sí como un tabú, dados los traumas que provocó haber crecido durante la dictadura militar chilena en la década de 1980.  Los personajes de la novela son escolares de quinto básico que parecen vivir una infancia normal hasta que llega a incorporarse al curso una compañera nueva, Estrella González, a quien desde el primer día la perciben como una persona diferente a ellos. De a poco, Estrella se integra al curso, pero siempre fue la “calladita y tímida de la fila del fondo de la sala”, algunos compañeros tuvieron la suerte de conocer su casa y parte de su familia, otros sólo la recordaban por su aire misterioso, porque a veces faltaba mucho a clases y, especialmente, porque desapareció un día sin decir nada.

Después de que Estrella González marcara a varios de sus compañeros con distintas experiencias, desaparece y nunca más la vuelven a ver. Viven el resto de sus vidas entre sueños y recuerdos difusos que no les permiten distinguir lo real de lo imaginario porque quedaron muchas preguntas sin resolver desde su infancia, ya que nadie sabía o quería meterse en este tema convertido en tabú: la política.

La infancia que se presenta en el relato es un tema importante a considerar para este análisis porque la voz narrativa se configura desde ese lugar que se relaciona con la inocencia. El tópico de la infancia es definido en el “Dossier: escrituras de infancia” como un “recurso literario, pero también como nudo problemático, como experiencia que se resiste a la verbalización, la memoria o la normatividad social” (240). En Space Invaders este tópico se adecua muy bien a la descripción de Amaro y Lange.

Sin embargo, el relato fluctúa entre esa voz narrativa infantil que vive en el pasado y una voz adulta que constantemente se encuentra a sí misma en un estado de trance en el que recuerda lo sucedido. El recuerdo en la novela se hace presente como un acto voluntario y también involuntario, en el que los personajes sueñan con Estrella González, pero no la recuerdan de la misma manera. Algunos la recuerdan con su uniforme de la escuela, otros recuerdan sólo su rostro y su cabello; y otros más son capaces de recordar sólo las voces de los compañeros en la sala de clases.

Los sueños son los recuerdos de estos niños, ninguno de ellos sueña con Estrella en una situación futura, es sólo su memoria que trabaja por reconstruir la realidad para resolver los silencios y los espacios vacíos que nadie quiso explicar porque la infancia estaba de por me-

dio, porque podrían no entender o hacer muchas preguntas, o porque simplemente no es adecuado que los niños sepan temas de adultos. En este sentido, el tabú está vinculado también a la infancia, a lo que se debe compartir o no con ellos porque está prohibido, es indebido o porque simplemente se quiere evitar el tema político y con ello también posibles problemas; porque el problema no era la política en sí, sino la violencia que iba de la mano de ella en la dictadura chilena.  El carácter autobiográfico de la novela también es relevante para este análisis, porque da cuenta de la experiencia real del tabú político que se vivió en la época. Nona Fernández en una entrevista para el diario El País confirma esta idea de no entender los porqués de las situaciones políticas por estar condicionada la infancia y ser un tema tabú no apto para niños: “Fuimos una generación rara que tuvo lucidez y conciencia de lo que ocurría, pero no llegaba a entenderlo. Nos quedamos sin respuestas: algunas siguen sin llegar. En unos casos porque el dolor fue demasiado grande; en otros porque eran de los que no querían saber” (s/p). La autora fue testigo de lo sucedido y logra plasmar en la novela lo acontecido con verosimilitud discursiva. Esto se distingue al identificar elementos que son comunes a la memoria colectiva de la época, como por ejemplo la consola Atari, el juego Space Invaders, fechas de acontecimientos particulares, incluso el “Chevy rojo” en el que andaba el tío de Estrella es un auto que hace referencia común de la época.

Las cartas, como medio de comunicación confidencial entre Estrella y su amiga Maldonado, son una muestra de estas costumbres colegiales ochenteras y además, dan cuenta de la inocencia de la infancia, ya que Estrella mandaba sus cartas a su amiga mediante su tío del Chevy rojo y ella pensaba que él no las leería nunca, pero dadas las circunstancias en las que su familia se encontraba, con diversos misterios y bastante que ocultar, su tío debía revisarlas para asegurarse de que no dijera nada prohibido respecto a su situación política familiar.

 El nombre de la novela Space Invaders hace alusión al juego compatible con la consola Atari, un juego muy común en la época. Los personajes relacionan las situaciones que viven a partir de este juego, en las que ellos son los extraterrestres a los que estos invasores del espacio disparan con sus balas verdes. Se trata de una visión que se queda estancada en la infancia. Los personajes relatan que sueñan frecuentemente con lo sucedido, hasta llegar a confundir los límites entre la realidad y lo onírico, afirman: “No sabemos si esto es un sueño o un recuerdo. A ratos creemos que es un recuerdo que se nos mete en los sueños, una escena que se escapa de la memoria de alguno y se esconde entre las sábanas sucias de todos” (41). Los personajes estaban inmersos en consecuencias políticas sin saberlo, hasta que crecieron y pudieron relacionar algunas cosas para intentar comprender. Crecieron con esa cicatriz, ese trauma que significó para ellos que su compañera fuera diferente, rodeada de misterios familiares; sabían que su padre era uniformado.

Riquelme, compañero de curso, fue a la casa de Estrella y allí conoció a su padre, quien usaba una prótesis en su mano izquierda, apenas lo vio se asustó y desde ese día “Riquelme sueña con manos de repuesto” (23). Esta relación da cuenta del vínculo entre el recuerdo y el sueño. Se trata del recuerdo involuntario que se da en el espacio onírico.

Estos personajes son niños que estaban frente a una realidad nueva, un lado oculto de la sociedad que desconocían. Cuando los niños crecieron, se enteraron por la prensa del crimen que terminó con la vida de su ex compañera Estrella que, aunque no veían hace muchísimo tiempo —sólo en sueños seguía siendo una niña— reconocieron al instante cuando escucharon su nombre como víctima de un crimen relacionado con una venganza política de años atrás; la venganza del crimen que cometió su padre por el “Caso Degollados” la pagó

ella con su vida. Sólo cuando sus ex compañeros, ya adultos, se enteraron de la noticia, pudieron comprender todo lo que sucedía, la injusticia, la corrupción y la violencia política. Sin embargo, lo que más les importó a los compañeros de Estrella frente a lo ocurrido fue su misterio, su desaparición, su muerte y la diferenciación de pensamiento, que nada importó cuando eran niños y jugaban al Space Invaders en la consola Atari.

En este sentido, la novela se lee como un manifiesto de la incapacidad de superar a través de la memoria, de los sueños y del recuerdo, el trauma colectivo (e individual) que significó la dictadura chilena para ellos como niños, sin entender bien lo que estaba sucediendo, en medio de las injusticias, torturas y abusos relacionados a la política y que apuntaban directamente a lo acontecido con su compañera Estrella.

A partir del recuerdo individual y colectivo se busca la reelaboración de la infancia traumática. Walter Benjamin en su texto Discursos interrumpidos I (1973) sostiene que “la verdadera imagen del pasado transcurre rápidamente. Al pasado sólo puede retenérsele en cuanto imagen que relampaguea, para nunca más ser vista, en el instante de su cognoscibilidad” (180). En otras palabras, el recuerdo es fugaz, no es posible de asir completamente lo sucedido. Por lo mismo, cada personaje de la novela inmortaliza cosas distintas y mezclan sus experiencias individuales con las comunes en este ejercicio de reconstrucción de la realidad.

 El trauma es una condición que da cuenta de la violencia del tabú dada por la política. Una situación de la novela que muestra esto es cuando los personajes Zúñiga y Riquelme se ven involucrados en temas políticos y esto les genera problemas en la escuela y sus compañeros no dejan de hablar sobre ellos: “Que parece que Zúñiga y Riquelme hicieron algo malo. Que parece que los pillaron en algo terrible, por eso los suspendieron un par de días (…) Que Zúñiga anda metido en política, que por eso le pasa lo que le pasa” (48).

Los compañeros del liceo no tienen certeza de qué hicieron exactamente Zúñiga y Riquelme, pero saben que se relaciona con la política. Otros compañeros no entienden de lo que hablan, o no creen en ello. Tal es el caso de Maldonado, quien dice que “no puede ser que ande metido en política porque es muy chico” (48). Comparten información que permite aclarar ciertos puntos, pero sin tener completa certeza de lo que se habla, por ejemplo, Fuenzalida dice que “sí puede ser [que Zúñiga ande metido en política] porque sus papás son dirigentes y su hermano militante” (48).

Frente a este intercambio de pensamientos, se expresa la opinión de otros compañeros que no saben de lo que hablan, no entienden los conceptos, se preguntan cosas como: “qué es ser dirigente (…) qué es política (…) de qué sirve” (48). A la vez se generan respuestas reflexivas que dan cuenta del proceso analítico por el que debieron pasar para comenzar a entender la situación como: “No está bien que se prohíban cosas” (48). Esta frase se refiere a las prohibiciones del gobierno respecto a adoptar una posición política. Esta escena termina con la reafirmación del tabú en ese espacio escolar que involucra esta vez a otros compañeros, Estrella ya no es la única metida en política. La discusión se da momentos antes de que comience la clase, una voz dice “cállense que viene el profe de matemáticas” (49).

Es en ese momento que se deben cumplir las normas de orden establecidas por la escuela y la sociedad, de la autocensura para no tener problemas con las autoridades de la escuela; cada uno se va a su puesto, abre su libro, pero finalmente no son capaces de soportar la duda en sus mentes y le preguntan al profesor qué es estar metido en política y el narrador enfatiza: “Que silencio (…) Que silencio (…) Que silencio” (49). El profesor destruye las esperanzas de los niños de resolver sus dudas y les responde diciendo: “Esta es la clase de matemáticas y que al colegio se viene a estudiar, no a

hablar leseras” (49). En la escena anteriormente descrita se muestra lo prohibido de dar opinión respecto al tema político y la conciencia de que hay cosas que están prohibidas por el gobierno, y estos niños saben que esto no está bien. Además, se muestra lo que es debido y lo que no, como el guardar silencio y respetar las normas para no tener problemas. Es por esto que la libertad de expresión también se concibe como un tabú, ya que no está permitido hablar libremente de temas relacionados con la política.

Los personajes establecen relaciones de amistad con Estrella, algunas más cercanas y otras más lejanas. Maldonado logra ser su amiga íntima. Entre ellas se escriben cartas por correo frecuentemente. “Maldonado sueña con cartas” (19). Ésta es su manera de recordar a Estrella.

En la narración se incorpora el género epistolar de forma fragmentaria porque incluye en el relato las cartas que Estrella le escribe a su amiga Maldonado. En ellas, la protagonista insinúa sobre lo secreto, pero es consciente de que no puede plasmarlo en el papel explícitamente porque su tío es el que lleva las cartas al correo y sabe que él podría leerlas. Estrella le escribe a Maldonado: “Contigo se puede confiar. No sabes cuántas cosas tengo que contarte. Cosas secretas que sólo tú puedes saber, cosas que no puedo contarle a nadie, cosas que ni siquiera las he dicho o escrito o pensado. Muchas cosas (…), cosas importantes y secretas” (20).

La cita anterior da cuenta de la intimidad de la amistad entre ambos personajes. Estrella confía en ella, pero sabe que no puede contarle todas esas “cosas secretas” por ese medio. La confidencialidad de aquellas cosas es muy relevante para Estrella, afirma que ni siquiera ha pensado, escrito o dicho esas cosas, lo cual se traduce como miedo a decir algo que no se debe contar, porque de cierta forma, está prohibido para ella compartir ese tipo de información. Estrella se autocensura, no es capaz de contar todo lo que quiere decir, pero también hay cosas que sus padres no le cuentan porque podría no entenderlas o sufrir y, frente a esta angustia, querer compartir la situación con otros.

Estrella le escribe a su amiga: “¿Tú sabías que a mi papá le pasó un accidente en su trabajo? Nadie en el liceo sabe. Le han hecho varias operaciones. (…) Ahora está en el Hospital de Carabineros” (21). El padre de Estrella aparece como su autoridad familiar y en la carta se distingue miedo de desobedecerle: “Yo debiera hacer el intento de obedecer a mi papá. Él se merece eso, que yo lo obedezca” (21). Dada la cita anterior, en esta escena se puede entender que el padre de Estrella sufrió un accidente relacionado con su trabajo y vinculado a lo político, es por esto que a ella no le permiten hablar sobre el tema con sus amigos. De esta manera, lo secreto, aquello que no se puede decir porque está prohibido por alguna autoridad, ya sea el gobierno o los padres, es entendido como tabú de la mano de la violencia política.  Cabe mencionar que personajes son nombrados en la novela por sus apellidos. Esto se lee como el procedimiento que sigue el narrador para realizar este ejercicio de la memoria. Para ello es importante recordar los apellidos de los compañeros, como si pasara la lista en su cabeza para intentar recordar cada detalle que le sirva para la reelaboración del pasado. Sin embargo, el único personaje que aparece en el relato con nombre y apellido es la protagonista, Estrella González. Esto indica la importancia de ella en la novela, ya que todo el relato se configura en torno a ella, su amistad, sus misterios, su desaparición y su inesperada muerte.

Junto con lo anterior, destaca la estructura narrativa utilizada en el relato, en la que constantemente se recuerdan instancias de orden de la escuela, como los tradicionales actos de los días lunes cuando debían rezar, cantar el Himno Nacional con vestimenta formal y pulcra: “El último botón de la camisa abrochado, la corbata anudada, el jumper oscuro debajo de la rodilla, las calcetas azules arriba, los pan-

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