Suplemento Ni A Palos Numero 187

Page 1

El sonido y la furia Crónica del 8N: caos y cacerola en el corazón pálido del país SUPLEMENTO JOVEN DE MIRADAS AL SUR Domingo 11 de noviembre de 2012 Buenos Aires, Argentina. Año 2 Número 187

Entrevista a Patricia Pietrafesa

“En los ´80 si eras heavy, punk o raro siempre estabas preso” Además: La semana, la mala leche , fronteras, trasvasamiento, ESTEREOTiPOS, fechitismo, D.R.E.A , whiskypedia, tumor gráfico y falsa escuadra


2 NI A PALOS / Domingo 11 de noviembre de 2012 >

LA SEMANA

Leonardo Favio muere a los 74 años. Cineasta, compositor, un artista total que supo cruzar como pocos vanguardia y sensibilidad popular. Una de las biografías por donde transita la historia argentina del siglo XX.

EL LUGAR

>

China

Arrancó el Congreso del PC chino para definir autoridades. Por “seguridad”, se prohibieron manifestaciones, vuelos de palomas y pelotas de ping-pong con mensajes. En el medio de la locura, la mayor concentración de rosca política del mundo moderno. Atención ahí.

>

EL OBJETO

Basura

Fea semana para estar en Buenos Aires. Además del calor, un conflicto entre el gobierno de la Ciudad y los recolectores de residuos, dejó las calles porteñas repletas de basura acumulada. Alerta amarilla.

>

EL PERSONAJE

Obama

Barack lo hizo de nuevo. A caballo de los votos de Florida y Ohio, venció al mormón republicano Mitt Romney y se alzó otra vez con la presidencia de los Estados Unidos.

>

EL TWEET

@PKBellas Lo de Macri es ideológicamente impresentable. Un fan de Queen no puede tomarse fotos con los Kiss. En 1980 lo hubieran degollado.

Preventismo El preventismo es una forma del accionar político que consiste en llevar a cabo acciones de oposición a acontecimientos que aún no han tenido lugar pero que potencialmente podrían suceder. Aunque la práctica tuvo sus orígenes ancestrales, lo cierto es que la conceptualización del preventismo tuvo lugar a partir de emprendimientos de la agrupación Frente Amplio y Progresista (más conocido como FAP) de Binner, Bonfatti y Victoria Donda entre otros. En tal sentido, se considera como hecho fundador del preventismo la recolección de firmas para el freno de un proyecto de reelección que aún no ha sido presentado.

Minority Report

WHISKYPEDI A La enciclopedia ebria Contenido [ocultar] 1. Definición 2. Minority Report 3. Pre Kogs.

Aunque hubieron antecedentes de hechos de oposición a cosas que no sucedieron, como la gran gesta heroica de Propuesta Republicana (PRO) cuando denunció la vetocracia de 2009 de parte del Gobierno Nacional que nunca ocurrió (y que luego ellos sí aplicaron, quizás por justicia poética), lo cierto es que los fundamentos teóricos y filosóficos del preventivismo nacieron a partir de la película Minority Report, de 2002. Diversos analistas aseguran que en los campamentos del FAP, donde Bonfatti toca Rasguña las piedras y Binner anima con ronda de chistes en el fogón, la película comenzó a ser emitida como forma de discusión política hasta crear una doctrina que se basa en el argumento del film. Allí, tres personas que han sufrido unas mutaciones adquieren habilidades precognitivas que les permiten establecer previamente, con seguridad, dónde se cometerán crímenes. La distopía, basada en un relato de Philip K. Dick, fue rápidamente convertida en manual de conducción política por el FAP, quien alertó sobre la necesidad de hacer política ya no sólo con lo sucedido y lo que se encuentra sucediendo, sino también en base a las políticas públicas que eventualmente podrían suceder.

Pre Kogs Si bien filosóficamente la decisión de adelantarse a los hechos que podrían eventualmente suceder ya había sido tomada, quedaba la cuestión operativa, es decir, la implementación práctico-política de la advertencia de hechos que podrían eventualmente suceder y que, de tan infinitos (puesto que a priori, puede suceder todo) habría que recortar. De esa manera, y también apelando a la película, el FAP decidió crear un escalafón organizativo nuevo a instancias de su partido, dentro del cual se fundaba la figura del Pre Kog, igual que en la película pero con una K, de kirchnerismo, por aquello de la rebeldía. El lugar de Pre Kogs fue ocupado por un triunvirato, como en Minority Report, donde además debía respetarse el cupo femenino, razón por la cual Binner, Bonfatti y Donda quedaron nominados para ocupar dichos espacios de precognición política. Desde allí debutaron con la junta de firmas contra una reelección sobre la cual no hay proyecto, pero es tan solo el comienzo de acciones tendientes a frenar intentos de cosas que no sucederán. Aunque algunos calificaron de maniobra tendiente a lograr un resultado positivo en cualquiera de sus resoluciones (si el hecho sucede, ellos lo previeron mientras que, si no, lo previeron y lo evitaron), la minorityreportización de la política llegó a la Argentina, de la mano del FAP, para quedarse.


Domingo 11 de noviembre de 2012 / NI A PALOS

ESTEREOTIPOS HOY: El que tarda en contestar los mails

* Se pone “ocupado” en el chat. * Cuando te lo cruzás siempre está “a las corridas”. * Resopla mucho. * Puede ser habitué de las respuestas breves como “Listo” u “OK”. * Cree que si no se estresa, camina “apuradito” o chista antes de atender el teléfono, no está trabajando. * Le gusta dar a entender que recibe muchos mails por día. * El 75% de su bandeja de entrada son mails de Groupon o spam sin filtrar. * Todavía usa Hotmail. * Deja que atienda el contestador. * Lo que más le gusta de las vacaciones es el mail automático de respuesta avisando que no está en la oficina y que “responderá a su regreso”. * Siente que no responder los mails es un gesto ludista de liberación como no tener cuenta de Facebook o abrir el sachet de mayonesa con los dientes. * También tarda en responder los sms. * Si usa Twitter no responde las mentions. * El pin del Blackberry le parece una grave falta de respeto. * Ni hablar del doble check del Whatsapp. * Detesta que ahora en el chat de Facebook aparezca “visto” porque lo obliga a responder. * Si trabaja en telemarketing es el que te deja esperando con Para Elisa. * La función de escritura predictiva en el celular le parece el mejor invento del mundo. * Fuma. * Tiene dos celus. * Se arremanga la camisa y se afloja la corbata antes de empezar a trabajar. * Quiere ser Michael Douglas en Wall Street. * No es. * Somos 9 en la cancha, estamos 4 contra 5. La alquilamos a las 8. Son 8 y 20. No llega. Te manda: “Va”.

estereotipo del domingo que viene El que duerme con la radio bajo la almohada

Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a contacto@niapalos.org o vía Twitter a @niapalos así lo publicamos.

www.niapalos.org

3

D.R.E.A. Diccionario de la Regeneración del Español Argentino Por Sonny Corleone

Cachiva. m/f. Persona extrovertida,

desordenada, de comportamiento histriónico. // Las vedettes veteranas que siguen mandándole cuchillo a las lolas, al llegar a determinada edad, ya se convierten en cachivas profesionales. Igual nos la suben. Sí, somos comeviejas. ¡Arriba los corazones!

>

TUMOR GRÁFICO

Manija. adj. Necesitado, que quiere algo

con intensidad. // -¿Qué le pasa al Rodri que anda tan ortiva? -Es que el glifosato le mató todas las plantas y anda re manija de faso. -Noo, no me digas que no hay más flauers para los pibes.

Butaquera. adj. sólo en femenino. Dicho

de una persona: que gusta de salir con hombres con auto tuneado. // -¿Che Sabri te vas con tu novio? -No, está sin auto. -Ah, así que vos sos butaquera, pipurrichiquisniquis. -No imbécil, chocó y casi se mata y lo estoy yendo a ver. Sos un tarado y un insensible. -Disculpame, no sabía. ¿Te llevo? -Depende, si andas en un escort con alerón, sí. Obviusly. >

FECHITISMO

por Franco Dorio

Las espaldas

E

s gracioso pensar que a tan sólo 3 días de la jodita del 8N se estén cumpliendo 40 años del abrazo entre El General y Balbín. ¿Por qué es gracioso, señora? Ahora le explico, siéntese, agárreme esta...idea. Es loco (re loco, re loco) pensar que más allá del fin real de ese encuentro histórico, más allá de los intereses reales de ese gesto, hace cuatro décadas dos referentes importantísimos de la política argentina se palpaban las espaldas (literalmente, señora). Dos líderes populares, dos grosos (uno bastante más groso que el otro, ¿no?). Y esperando que juegue Boca, hoy domingo, uno lee las tapas de los diarios independientes y se ríe de los malabares de la prensa para hacer creer que lo que pasó el jueves, que lo vienen repitiendo desde el viernes, fue más groso que la “Marcha de la Sal” de Gandhi. No pueden encontrar al Balbín actual. Lo que resulta gracioso también es que este redactor está escribiendo esta nota 2 días antes de lo que está anticipando y ya sabe, como todos los argentinos conscientes del papel que ocupan las corporaciones, cómo van a titular los diarios del domingo.

Es verdad, puede que no le resulte tan gracioso, señora. Puede que el hecho de que al monopolio se le venga la hora y que su opereta mediática no haya dado los resultados que realmente deseaban, no le resulte gracioso. A usted o a Héctor, quizás. A mí, a decir verdad, un poco sí. Porque fue tal el despliegue, el ataque constante, las mentiras inventadas, los guionistas pagados, la energía desperdiciada que está para la palmadita en el hombro a lo Juan Domingo. Y yo creo que algo así sucede cada vez que nuestra Presidenta anuncia alguna medida, hay una palmadita a la oposición. Hay un: “Vos sabes que estoy

contacto@niapalos.org

@niapalos

haciendo las cosas bien y que el pueblo ya se dio cuenta”. Y lo que parece una palmadita sobradora en realidad es un gesto de paz y grandeza ante el odio acérrimo que emana la oposición. Es gracioso,señora, permitame, que usted ya sepa todo lo que le estoy diciendo y que realmente lo que sucede es que usted no soporta que le toquen la espalda y que a los desplazados se les de la mano. Es por eso que hoy. que no pasó mucho, que el hecho más importante en la historia del mundo fue ese abrazo entre John Sunday y Richard Balbin, hoy se declara el día mundial de “la palmadita en la espalda”.

.

niapalos


4 NI A PALOS / Domingo 11 de noviembre de 2012

>

nota de tapa

Ruido blanco Manijeado hasta la locura, el 8N fue la extraña palpitación de un acontecimiento complejo, caótico y masivo. La “fuerte protesta”, que algunos medios y opositores buscan llevar a su propio molino es, vista de cerca, una consigna amplísima y difícil de traducir. ¿Qué hay ahí, en la calle, en esa alquimia desordenada de enojos, aspiraciones, intereses y confusiones? ¿Hay una sola cosa? Tratando de ver de frente la fiesta del monstruo, nos fuimos a cuatro puntos claves de la protesta que se desarrolló en Buenos Aires. Acoyte y Rivadavia, Plaza de Mayo, Sante Fe y Coronel Díaz y Santa Fe y Callao. Cuatro zonas fundamentales del mapa porteño del cacerolazo, en una noche calurosa.

La fuente

Caballo loco por Federico scigliano

A

coyte y Rivadavia, viejo arrabal de la parroquia radicheta. Es así. Acá perdió Perón en el 73, cuando sacó 6,2 de cada 10 votos nacionales. Caballito es la Aldea Gala. Acá nunca, se enorgullecen dos jubilados con caras de Gil Lavedra, cada vez que pueden. Quien vive por acá y conoce el rumor barrial que se cuece en las colas de las verdulerías, sabe que hay pocos lugares en el mundo más antiperonistas que Little Horse. No es de extrañar entonces, que desde 2008 para acá este lugar se haya transformado en la única esquina no estrictamente norteña en tener asistencia perfecta en cuanto cacerolazo se haya organizado. Allá fuimos. El clima cuando llegamos es de expectación y cierta euforia por una convocatoria que es acaso un poco mayor que las otras veces. Sin embargo, el tono lo pone la porción más adinerada de ese océano profundo que es la clase media porteña. Mucho concheto, mucho joven moldeado en Megatlón (en este rioba en cinco cuadras ¡hay dos Megatlón!), mucho viejito con náuticos con esposa maestra jubilada, mucho empleado de buen pasar. Ese es el tono de una esquina en la que hay mucha gente, contenta de ser mucha. La cartelería abunda, se ve que muchos han pasado un rato en su casa construyendo su mensaje que levantan frente a los otros y

fundamentalmente frente a fotógrafos y cámaras de TV. Lo que entrega esa trama cartelera es la ensalada que organizan estas espontaneidades contemporáneas: reclamos por la inseguridad, todo el rosario del discurso antipolítico, y la monodia beligerante de los pedagogizados por los medios masivos (Indec, variaciones sobre la idea de la “dictadura K”, rechazo ofuscado a la política social del gobierno, no mucho más). Hay odio, igual. Se nota. El mitin cobra impulso definitivo sobre las ocho y media, nueve de la noche. Sin embargo, es difícil imponer un cantito, una consigna. Es la marca liviana de estas gestas ciudadanas: nadie conduce, nadie convoca. Y ya sabemos quién conduce y quién convoca cuando nadie lo hace. A la tarde La Nación y Clarín, desembozadamente, proponían en sus páginas el “mapa de la protesta” para que nadie se quedara sin su lugar para ser espontáneo. Aporías de la política de las corporaciones. Con clima de vuelta al perro muchos vecinos se saludaban, mientras Il Trovatore, tal vez el mejor dulce de leche de Buenos Aires, despachaba cuartos de helado a lo pavo para manifestantes exigentes como pocos. Pasadas las 9, sólo el núcleo duro del asunto seguía en la esquina; el resto, mucho perro lindo, mucha ojota al tono, mucha chomba, encaraba retirada en alegre montón. Si se apuraban, capaz que hasta enganchaban Graduados desde el segundo bloque.

.

por fede vázquez

E

squina del bar La Victoria, un poco después de las ocho de la noche del 8N. Unas cuantas personas de distinta edad con camisetas blancas, un camión con un letrero de “no tenemos miedo”, un grupo se reparte unas escarapelas patrias, unas chicas se comparten un agua fresca en un atardecer de calor agobiante. La parsimonia de los grupos que llegaron temprano para “militar” la concentración se termina en unos minutos: un río de gente entra por Diagonal Norte (Diagonal Sur permaneció vacía) durante más de una hora. Mucha gente. El ojo se intenta posar sobre el contenido juvenil de la marcha opositora: la conclusión es que no hay forma de reducirlo a ningún estereotipo. Muchos pibes de veintipico de clase media en grupos de amigos (pequeñas rondas de no más de 4 o 5) que se juntaron para ir a la protesta, con un nivel de politización mínimo, o dicho más exactamente, inaugural. Las miradas, la forma de caminar, el silencio (fue, a grandes rasgos, una marcha silenciosa, o donde las palabras venían más de los diálogos privados que de cantos comunes), mostraban a jóvenes a los que la política los había envuelto hasta lograr su movilización, pero que, al mismo tiempo, se trataba de una mochila frágil, hiper coyuntural. Se prende un micrófono: corrupción y mentiras del oficialismo, repiten varios. El temario se agota rápido, el discurso está deshilachado, brota en tópicos genéricos, no avanza en acciones. Los cantos que prendían de tanto en tanto eran del tipo “Argentina, Argentina” y el nostágico “que se vayan todos”. De tanto en tanto, aparecían algunos bombos y redoblantes y sobre ellos se formaba un círculo que entonaba alguna consigna. El contenido de clase (media) lo dio un canto extraño, por lo autoconsciente: “¿Dónde están los pobres? con seis pesos no se come”.

A diferencia de la marcha anterior, una mayor masividad diseminó a los discursos duros y las consignas destituyentes. Se ve poco de eso y mucho cartelito de pequeños sincericidios: “si vine bien vestida es porque tengo trabajo”. Y al lado un cartel que dice: “Cristina es la Barrick”. Una ensalada de imposible solución política, adobada con los infaltables llamados a la “seguridad”. Una conclusión que tendrá que ser sometida a prueba pronto: el fogoneo de Clarín y sus periodistas parece ser todavía efectivo para instalar ideas, palabras, discurso. Para, puesto en extremo, darle temporalidad política a una movilización multitudinaria y multifacética. Pero puede estar bastante lejos de provocar una identificación social en su defensa. Un enorme cartel fue aplaudido cuando entró a la Plaza: “Ni Clarín ni Cristina, Una patria argentina”. Había muchos, hechos a mano, en un sentido parecido: “Clarín miente, paga Noble, Cristina miente, pagamos todos”. “Yo quiero que Clarín cumpla la ley así el gobierno no tiene a quien echarle la culpa de sus limitaciones”. Esa liviandad, esa antipolítica movilizada puede ser, al final de cuentas, una fuerza demasiado heterogénea y librepensadora para que sirva como escudo de defensa al Grupo. ¿La oposición política? Nadie, en esa plaza, parecía siquiera estar haciéndose esa pregunta.

.


Domingo 11 de noviembre de 2012 / NI A PALOS

Alto Palermo por diego sánchez

M

e puse una chomba para cubrir el cacerolazo en Coronel Díaz y Santa Fe. Para quien esperaba el apocalipsis, una sorpresa: parecía la fiesta del Día de la Familia de una escuela bilingüe. Las mujeres se abanicaban con las cacerolas, se saludaban con un beso y se preguntaban “¿los chicos bien?”. Había algo de encuentro, de cruce barrial al amparo del shopping y el Starbucks. Tal vez por eso no se veían grandes grupos: cada uno llegaba con los suyos, mezclados entre la multitud que bajaba por la avenida Santa Fe. Eran muchos, sí, pero llegaban sueltos, directo de casa. Despejando las equis -la rubia que como la mujer del Reverendo Alegría suplicaba cuidar a los niños o el psycho que marchaba con el cartel exigiendo basta de luto y que uno imaginaba como el familiar que pudre el casamiento con un comentario xenófobo-, es decir, sacando a cierta demencia aislada, lo que se veía era una manifestación de clase media, enojada, sí, y algo refinada, pero incapaz de destituir siquiera a la directora de la escuela. Ahí había otra cosa. Qué, es difícil saberlo. Tal vez habría que definir si las manifestaciones se abordan por la suma de sus individualidades o por el acontecimiento que genera en un determinado momento histórico. Creo que deberíamos optar por lo segundo. ¿Qué había entre ese pibe con collar de coco que parecía mozo de restó y la piba que venía de laburar y aplaudía? ¿Entre el padre piola con moto y el wannabe que trabaja por un anhelo que no descansa en su apellido? ¿Entre el que pedía por trenes de larga distancia ya y el que estaba ahí porque no quiere k-chavismo? No eran todos iguales. Y sin embargo algo los unía en la noche palermista: parecían contentos, disfrutaban de ese breve momento en el que hay que hacer un poco de política para sacarse a la política de encima. Gente buscando gente que la

ayude a hacer algo “político” para poder hacerse escuchar. Una rubia con un nene de pocos años me tocó el hombro y me preguntó si me “prendía” a cantar Una patria más justa / para todos. La melodía no pegaba ni loco. Pero era eso: consignas simples para no romper esa unidad básica. Y los jóvenes, mientras tanto, aplaudían, pero con algo de carpa, como quien se avergüenza de ver a su madre demasiado emocionada en un acto público. Sacando al puñado de cuatro militantes que enfiló en soledad hacia la Plaza, la mayoría había llegado con sus familias. El resto con su círculo de amigos. Nunca más de tres o cuatro. Uno de remera negra, veintipico, lo dijo con una sospechosa candidez: es la primera vez que protesto. Algo de eso había. Muchos iniciando su propio sendero de politización, para quienes también había vuelto la política, aunque más no fuera como reflexión individual. Había algo político. Había algo joven ahí. Una cosa llamativa: los únicos que no le dieron

mucha bola al himno, las tres veces que se cantó, fueron los jóvenes. Fue un instante de hermandad generacional: no sobreactuar la unidad de un país que sólo existe en la mente de algunos. ¿Adónde irá a parar todo eso? Por lo menos ahí, a metros del Alto Palermo, esa pregunta no existe. Es extemporánea. ¿Cómo seguimos mañana? Mañana hay que ir a al estudio, hay que abrirle al fumigador que viene a las ocho, sacar al bulldog francés, ir al Disco. Coronel Díaz y Santa Fe es el punto neurálgico de la espontaneidad, la marcha del orgullo inorgánico. Lo raro eran esos que estaban en Pizza Donna, en Tolón, en Ristretto, tomando un café o un chop, en la calle, y que no prestaban atención. Siguiendo con el análisis lombrosiano de estos días, no parecían lectores de Galeano ni retuiteadores de Jorge Giles. Pero estaban ahí y no hacían ningún ruido. Argentina es un país muy grande.

.

El malestar de los bienvenidos por emiliano flores

C

on un fondo de planos de banderas ondeando y la fachada francesa del Edificio Roccatagliata, una voz en off lanza lo que puede ser la primera moción de orden de la tarde: “La camioneta va primero, dejen pasar”. La marea humana deja espacio para que una humilde combi, con bocinas en el techo, agite el curso de lo que augura ser una gran movilización. Minutos antes, esas bocinas loopeaban la Marcha de San Lorenzo, una versión de Todo Cumbia y la Marcha de las Malvinas. Un grupo de tres jóvenes, acompañados por adultos, intenta tararearlas aunque se complica. En el interior de la camioneta Volkswagen que surca la multitud, un abuelo repite la súplica para que lo dejen pasar y la combi llega a la cabeza. Faltan dos minutos para las siete y ese adagio alfanumérico que empezó en y con la web horas después del 13S, empieza a hacerse carne. Desde Riobamba hasta unos metros antes de Callao, una bandera celeste y blanca de unos cien metros cubre el asfalto de la avenida. Más adelante un camión negro con pantalla gigante muestra videos de Cristina con Hebe de Bonafini, Guillermo Moreno y otras imágenes que se pretenden graciosas. Al camión lo custodia una veintena de militantes portando remeras negras con la leyenda Yo estuve el #8N. La osatura de la puesta en escena la aporta la agrupación macrista La Solano Lima, quienes buscan contagiar con una impronta juvenil ese caos de calor insondable, consignas cruzadas y golpes de cacerola: malabaristas, equilibristas

y algún canto medianamente ensayado los distingue de la multitud y, en medio de esa algarabía, hasta se dan el lujo de ovacionar la llegada del periodista Martín Ciccioli, quien responde con un saludo profesional o apático dependiendo del grado de afecto que despierte en el observador. Apático. Se sabe, o al menos desde 2008 lo sabemos, que Santa Fé y Callao es una de las esquinas favoritas para quienes deciden manifestarse contra el kirchnerismo. Según los expertos en bienes raíces, se trata de una de las esquinas más caras del país. Claro que el precio de los locales en alquiler no ampara a la codiciada esquina del calor de la ciudad, tema que esta semana en particular se torna inevitable en encuentros del estilo viaje en ascensor. Pero indudablemente la ubica en un paso obligado para los que residen en el corredor norte del área metropolitana en su peregrinación al microcentro.

Entonces confluyen familias de Barrio Norte con familias de San Isidro, grupos de amigas de zona norte de la provincia con las señoras de Recoleta que añoran los tiempos de uniforme. Sofía estudia psicología y tiene 23 años. Fue con dos amigas de Tigre y Boulogne principalmente a “pedir seguridad”. “Vivimos en un país totalmente inseguro, queremos libertad, poder vivir nuestras vidas sin miedo a no volver a casa”. En las casi dos horas de marcha, no paró de circular gente por avenida Santa Fé. Los reclamos, como era de prever, se centraron en el rechazo al gobierno, el no a la reforma constitucional y la seguridad. Pasadas las nueve, la multitud emprendió el regreso por la misma avenida. Con menos calor y con la satisfacción de la tarea cumplida, ahora sí hubo un tiempo para curiosear por las vidrieras.

.

5


6 NI A PALOS / Domingo 11 de noviembre de 2012

>

Entrevista a Patricia Pietrafesa

“Siempre que uno no está de acuerdo con algo hay que manifestarse” Pat Kombat Rock, alias Patricia Pietrafesa es, como su nombre lo indica, una heroína de la escena under argentina. Activista rockera, periodista fanzinera, bajista y guitarrista autodidacta, formó parte de las bandas más importantes del punk argentino como Sentimiento Incontrolable y Cadáveres. Llevó adelante la flamante Feria del Libro Punk y creó una de las primeras cooperativas de músicos. Ahora toca en dos bandas hermanas: She Devils y Kumbia Queers. A punto de sacar un libro que reúne todos los textos de su legendario fanzine Resistencia, nos cuenta cómo es vivir treinta años de punk rock y seguir con el espíritu intacto para dar pelea. Por walter lezcano

porque era muy raro que una mujer se involucrara. Como la comunidad punk era muy chica y se conocían todos, se preguntaron ¿esta quién es? Así que elegí a los que me parecían menos peligrosos, una banda que se llamaba Los Inservibles. Ahí me dieron una guitarra, me explicaron cómo tocar y me uní al grupo.

V

enís de una familia de clase media Una familia de clase mediabaja, de Capital. Yo toda la dictadura fui a la escuela y vivimos una época muy complicada porque tenía un montón de cosas restringidas. Se hablaba poco de todo eso porque hermanos de mi mamá de Montoneros fueron asesinados, entonces desde que había pasado eso fue un “no salgan”, “no esto” “no aquello”, una actitud que tomó mucha gente.

Ahí ya tenías todo el look punk Sí, sí, en esa época ser punk era hacer un pacto de conversión y te cortabas el pelo. Era una época donde ser un poquito raro era muy extraño. Igual yo antes de vestirme así iba a los recitales a mirar porque tenía miedo, me parecía un mundo wow. Y los punks tenían un aspecto muy diferente entre ellos. Igual los conocí a todos en muy poco tiempo de ir a los recitales.

¿Cómo fue tu acercamiento al punk? Muchísimo antes de que me gustara la música, de chica me gustaba todo el fetiche rockero y las revistas de rock. Miraba mucho las fotos de Ramones, de Chrissie Hynde, Patti Smith, Joan Jett, The Clash, ya los conocía y todavía no los había escuchado. Esto es a finales de la dictadura, yo ya tenía 17 años. Y me costaba mucho todo eso del rock nacional porque en esa época era todo muy oscuro. Yo me dedicaba al deporte: a jugar softball en el club San Lorenzo e ir a la escuela (risas). Y siempre me interesaron cosas que en ese momento eran difíciles de conseguir: películas, libros, había un montón de cosas prohibidas, todo eso ejercía un atractivo extra. A diferencia de lo que quería lograr el sistema de censura. En ciertos espíritus inquietos la censura produjo mucha curiosidad y atracción por lo prohibido. ¿Por dónde llegabas a esa información? Revistas, como El Expreso Imaginario. Y me gustaban periodistas de rock como Miguel Grinberg, Pipo Lenourd, que los había leído en algunas revistas hippies, que no me gustaban pero me atraían muchas notas que salían ahí. Me iba instruyendo, iba rastreando. La gente que tenía intereses en esa época tenía que investigar, buscar. Y en el correo de lectores de El Expreso Imaginario había cartas de los primeros punks. Carteándome con uno de ellos me mandaron el libro de [Juan Carlos] Kreimer: Punk, La muerte joven. Y después por otros me llegaron cassettes de Damned, Ramones, Clash, toda la música importante y en ese momento me cerró todo. Y también empecé a ir a Parque Rivadavia, el circuito que hacía le gente que tenía inquietudes musicales. ¿Y cuándo empezás a tocar? Por culpa de Kreimer. Cuando leí su libro me di cuenta que se podía hacer

¿Qué vino después de Los Inservibles? Estuve dos años con Los Inservibles, y ellos al ser de provincia eran medios marginados por el circuito de bandas “estrellas” como Los Laxantes, Los Violadores, Los Barajas. Y aparte era un momento complicado para tocar y conseguir lugares. Había años en los que tocábamos uno o dos veces por año. Después entré a Sentimiento Incontrolable en el ´85. Debutamos con Todos Tus Muertos. Ahí ya hacía las canciones. ¿Cómo era el movimiento punk en democracia? Yo ahí estaba a full. Había empezado con mi fanzine: Resistencia. Hacía otro fanzine con Fidel Nadal, iniciaba marchas contra la policía: era súper activista dentro del movimiento punk. Para el ´86 armé una cooperativa de músicos. Ya estabas definida políticamente. Yo era anarco individualista, mi visión del mundo iba por ese lado.

“Siempre me interesaron cosas que en dictadura eran difíciles de conseguir: libros, todo eso ejercía un atractivo extra. En ciertos espíritus inquietos la censura produjo mucha curiosidad y atracción por lo prohibido”. lo que uno quisiera. Y en otras notas había leído que el punk era hacerlo vos mismo, entonces me lancé. Al principio

no sabía bien qué hacer y puse un aviso en Segundamano buscando banda para tocar. Me contestó un montón de gente

Sin embargo armaste la cooperativa. Eso no tiene nada que ver con juntarse. Anarco individualismo mas allá de que estemos acostumbrados a usar la palabra individualista como sinónimo de egoísmo o egocentrismo no tiene que ver con eso, las ideas se basan en considerar al individuo como ser único en contraposición a cómo el sistema ha transformado a los únicos e irrepetibles seres en engranajes de una maquina que haga funcionar ese sistema. Así que el individualismo es centrarse en la persona como única reconociendo que cada uno es responsable de sí mismo y de sus actos y no desdibujándose en la masa, en la mayoría o en movimientos o partidos que hacen borrosa la referencia


Domingo 11 de noviembre de 2012 / NI A PALOS

“Había leído que el punk era hacerlo vos mismo y entonces me lancé. Al principio no sabía bien qué y puse un aviso en Segundamano buscando banda para tocar. Me contestó un montón de gente porque era muy raro que una mujer se involucrara. Como la comunidad punk era muy chica y se conocían todos, se preguntaron ¿esta quién es?” al individuo, a la persona. ¿Qué lugar ocupó el fanzine Resistencia en tu vida de esa época? Yo bullía de ideas. Y en el fanzine encontré un espacio de libertad absoluta que iba en línea con lo punk que era hacer lo que uno quisiera. Yo lo escribía, lo fotocopiaba, lo armaba, lo regalaba o lo vendía, no tenía que rendirle cuentas a nadie. Me parece una de las mejores herramientas de expresión que conozco. Cubría los movimientos de la escena punk rock. Y en los números de los ´80 prima mucho el tema policial porque siempre estabas preso: si eras heavy, punk o raro caías, al menos una vez por semana, preso. ¿Vos caíste también? Sí, muchas veces, como todo el mundo. Por contravenciones, averiguación de antecedentes, edictos policiales de todo tipo. ¿Y cómo lo bancabas? El único trabajo que tuve en mi vida fue dar clases de inglés. No soy profesora ni nada, pero cuando me di cuenta que no podía tener un trabajo normal me negué, como que no encajaba. Ahí empecé a dar clases. Y con eso me mantenía. Ponía todo mi dinero para las fotocopias. ¿Vivías sola? No, con mi familia. Era una relación difícil, encima caer presa todas las semanas, tardaron un tiempo en adaptarse a mi vida. Aparte eran épocas

que consumía montones de cosas, costó un poco. Pero una vez que nos llevaron a varios en cana por una semana por una situación súper injusta (armamos un recital en un colegio de Lanús) se dieron cuenta que lo que nosotros exigíamos estaba bien. Como que dijeron “ah, los edictos policiales son una injusticia total”, y se pusieron de nuestro lado, ahí hubo un click en la cabeza de mi familia. Después vinieron todas las versiones de Cadáveres. Sí, esto fue hasta finales de los ´80. Nosotros fuimos los únicos que decidimos no estar en Invasión ´88, por cuestiones ideológicas. En el disco participaba Comando Suicida que era un grupo que tenía conexiones con partidos nacionalistas de acá. Y pensé que nadie iba a querer participar y me desilusionó eso. ¿Y cómo fueron los ‘90 para vos? Ahí ya empezaste con She Devils Cuando terminan los ´80 me pareció que el punk rock era un desastre, se estaba transformando en algo que no me gustaba. Así que empecé con algo más rockero con Marcelo [Pocavida] en la voz. Que al principio fue Cadáveres de niños y en un show Marcelo se hace un tajo enorme en el pecho, le dieron treinta puntos, y le dejamos Cadáveres nomás. Eso fue hasta el ´95. En el ´96 empieza She Devils. Fue una época que empezamos a vivir todos juntos, incluso se vino Nekro (de Fun People) un tiempo. La propuesta era hacer las cosas de manera independiente

“En el fanzine encontré un espacio de libertad absoluta que iba en línea con lo punk. Yo lo escribía, lo fotocopiaba, lo armaba, lo regalaba o lo vendía, no tenía que rendirle cuentas a nadie. Me parece una de las mejores herramientas de expresión que conozco”. porque disfrutábamos así. En los Cromañón.

2000

sucedió

lo

de

¿Qué postura tenés al respecto? Es un tema tan amplio que no deja situación social sin cuestionar... Es netamente un caso de responsabilidad individual y de cómo viviendo en sociedad siempre tendemos a esquivar la responsabilidad, tipo “yo prendo una bengala, seguro que acá no pasa nada, está todo ok”. El que dejó un niño en el baño al cuidado de alguien más pensando que estaba todo bien, los de la banda que pensaban que el manager tenía que cuidar todo o el dueño del lugar que pensaba que la banda se hacía cargo de algo, cada uno va descargándose de responsabilidades y en definitiva todo termina sucediendo por alguien más. La cuestión sería que fuéramos capaces de hacernos cargo de nuestros actos más allá de que haya leyes que tienen que ser lo más justas posibles. ¿Y para ustedes cómo impactó la tragedia en la escena? Fueron dos años en los que no hablábamos de otra cosa. Eso se cortó cuando en marzo del 2007 hicimos una serie de protestas en la calle que se llamó Musicalazo porque no podíamos tocar en ningún lado por las restricciones que tenían los lugares. Tratábamos de llamar la atención sobre una regulación coherente de los lugares y toda la situación. Siempre que uno no está de acuerdo con algo hay que manifestarse. ¿Cómo aparece Kumbia Queers? ¿Te

generó algún conflicto tocar cumbia? Sólo pudo pasar eso porque yo estaba en una profunda depresión por la muerte de mi mamá, porque había terminado una relación, por el cierre de mi tienda Garageland. Estaba muy mal. Me dijeron “nos juntamos”, “bueno”, respondí. Éramos las She Devils más Ali Gua Gua y Juana Chang. Era un juego al principio y no sabíamos en qué íbamos a terminar. Ahora ya editamos el tercer disco: Pecados tropicales. Y también hicimos cuatro giras por Europa y tocamos un montón de veces en México, donde debutamos ante 10.000 personas en el 2007. Y ahora estás por sacar un libro con todos los números de Resistencia, tu fanzine. Sí, sale este año, y se llama Resistencia y el Inconformismo fotocopiado. Abarca la escena under de los ´80 hasta el 2002. Tiene cuatrocientas páginas y tiene un prólogo de Marcelo Pocavida, Martin Sorrondeguy de Los Crudos, Pilar de las Kumbia Queers. El impulsor de este trabajo es Nekro, lo vamos a sacar a medias con él. Y con este libro fundo mi editorial Alcohol & Fotocopias, que es la editorial que yo tenía cuando era chica. Y esto también se relaciona un poco con la primera Feria del libro Punk en Argentina que hicimos en Salón Pueyrredón, la segunda en La Plata y una mini en Berlín en la última gira de las Kumbia. Ahora eso ya sigue solo.

.

¿A qué le decís ni a palos? No da ni a palos intentar ser quien no soy.

7


8 NI A PALOS / Domingo >

11 de noviembre de 2012

LA MALA LECHE

SOCIEDAD Y ESTADO

TRASVASAMIENTO CULTURAL Por Benito Messina

Kranear 5

POR MARTÍN RODRÍGUEZ ¿Estamos viviendo los días de otra 125? No. No habrá noche con final inquietante alrededor de un congreso iluminado y dos plazas esperando un veredicto. No hay articulación evidente entre el 8N y el 7D. Las cacerolas no tienen un Cobos, ni un parlamento, ni un resultado que desempate. Ninguno de los puntos de la protesta incluye como reclamo puntual la “no desinversión” del grupo Clarín. Es decir: el 8N puede tener “la agenda de Clarín” pero no a Clarín como agenda. ¿Y qué efecto político beneficioso para Clarín pudo producir? A mi juicio: el cómo del 7D. O sea: la protesta del jueves no amenaza la existencia misma del plazo judicial del 7D, sino las formas para forzar el incumplimiento del grupo a ese plazo. Es obvio que los manifestantes no tienen prioridad en la ley de medios y, más seguro, consideran al grupo Clarín un aliado. No razonan decisiva la contradicción “política y corporaciones”, y ven al gobierno fuerte, amenazante, con mayoría parlamentaria, con una masa de votos frescos, y que en “esto” podría sumar más poder. ¿Y qué podrían pensar los que reclaman por las instituciones acerca de las intromisiones judiciales del grupo Clarín o sobre los detalles de la gestión en Papel Prensa? No lo sabemos. Quizás lo saben y no alcanza. Quizás muchos incorporaron lo de Lanata: “opto por el más débil”. Veámoslo al revés. Te dicen: “¿Pero entendés lo del INDEC, no?” Sí, sí. “¿Pero entendés que seguís siendo kirchnerista?” Sí, sí. Ahí llegamos en la conversación. Un país sin carmelitas en el terreno político pero en el que aún con todo lo simbólico que se arrastra en las palabras no nos vamos a matar ni vamos a morir en esto. Cuando alguien dice “voy a dar la vida por X”, hoy, lo que hay que decirle es que la letra chica del contrato firmado en 1983 dice que si decís que vas a dar la vida primero tenés que decir quién te la amenaza. La inflación discursiva nos aleja de la realidad más gris. El 54% de votos de Cristina conforman un dato, no es “Pueblo Tallando en Piedra”, sino una enorme aprobación. Porque también era antidemocrática cualquier actitud destituyente cuando el gobierno era el del 30% (2009). La clase media está en el centro de la escena de un país que desplaza suavemente su pregunta-fetiche favorita (“¿mamá, qué es el peronismo?”) por esta otra mucho más incómoda y familiar. El nuevo malón que defiende su progreso y que ni siquiera Laclau puede llegar a ver desde su observatorio privilegiado. ¿Cómo construir beneficiarios culposos del modelo, franciscanos del capitalismo, ganadores con pudor que agachan el lomo y agradecen al cobrador de impuestos? Tenemos un problema. Mamá, ¿qué es la clase media? Y podemos decir, en el año de la Bestia: la clase media es el hecho maldito del país peronista. La política es compleja. La vida parece simple. Y la simpleza de una subraya la complejidad de la otra. ¿Con cuánto se hace una vida? Perón dijo ¡en 1970! que la víscera más sensible era el bolsillo. El plan vital: cumplir sueños, cubrir necesidades y que el recaudador de impuestos no golpee mi puerta. La antipolítica también es un estado natural. Todos odian a ese cobrador. Cualquier ciudadano promedio en su quinta incursión a la AFIP empieza a sumar calorías anti-políticas. Es así, odiamos la burocracia (ni hablar la que empieza a las 4 AM en el hospital Fiorito). Es parte del plan de Dios para hacernos sentir que pasar dos horas en misa no es lo peor a lo que podamos destinarnos. Para algunos el 2001 fue leído como “vuelta de la política” (asambleas, nodos de trueques, participación), pero de algún modo en sus consignas también resultó la imagen de la gente sacándose a la política de encima. Remarcando una distancia entre vida y política que exige mejor representación. Sorprende el “silencio entre ellos”, decía la cronista de TN sobre los caceroleros que marchaban. Silenciosos, decía, bajo banderas sólo argentinas. Un montón de particularidades que no hacen sombra bajo ningún trapo: INDEC, 82% móvil, inseguridad, inflación, dólar. Y así, una zona de temas que se encadenan en su clima, en su prosa, que se mezclan, que invocan libertades, fascismos. El país se ha dado cien días de oposición. Veremos, pero no sólo de eso depende la vitalidad de esa energía. Quizás el 8N nos dice que desde 2001 para acá no todo cierra. Es el fin de ese ideal, un poco bipartidista, del gran equilibrio nacional. Nuestro orden, nuestra representación, incluye estas lagunas. No le tengo mucha fe a la oposición y claro que (como buen republicano que soy) me encantaría que se consume otro matrimonio político. Fuimos a la plaza en bici a “mirar” con el genial sociólogo y tuitero Tomás Borovinsky y vimos un montón de populismo en disponibilidad.

.

S

alió nuevo número de la revista Kranear. ¿Qué trae? Además de las cuatro nuevas figuritas de los Luchadores Latinoamericanos te copiamos el sumario completo: Apuntes acerca de la realización simbólica del genocidio en la Argentina (Celeste Abrevaya y Lucía Sosa), La Gesta Malvinera. Del Gaucho Rivero a los Cóndores del 66 (Horacio Ríos), Recursos estratégicos. Nacionalizar o morir en el intento (Pablo A. Ruggiero), Una visita al Presente. Hablan los guías de la Ex ESMA (Mariano Abrevaya Dios), Hacer política junto a Eva Perón. El relato vivo de Ana Macri. (Lalo Recanatini), Las Malvinas son Sudamericanas. Cómo torcerle el brazo al pirata (Marcelo Gullo), Sección Sonidero Kranear. Cumbia para Todos. El rítmo universal (Carlos Echeverri), Sección Gastronomía latinoamericana. La quinua, el grano de oro de los Andes (Agustina Martínez Alcorta) y Sección Fotosíntesis. La transición dentro de la Ex ESMA (Inés Ulanovsky). Como escribió Mariano Abrevaya Dios en su blog (hermanos-dios): “Mírenla, arremangándose la camisa, mostrando el bicep. Y esa sonrisa cargada de confianza, y hasta orgullo. Claro que sí. Desde Kranear también celebramos las conquistas de la época. Las vivimos con intensidad. Nos comprometemos. Como ella, la Abanderada de los humildes, que sonríe, como diciendo, luchar por una patria más justa no tiene precio. Vale el esfuerzo de toda una vida.” Puntos de venta en los siguientes puestos de diarios: hall central del Mitre (Retiro), Defensa y Carlos Calvo (San Telmo), Shopping Abasto, estación Colegiales (Federico Lacroze y Crámer) y Corrientes 705.

> Falsa escuadra

Los porteños y los otros

L

a calle más larga, el río más ancho, gigantes como el Obelisco, voceaba Gustavo Cordera en “La argentinidad al palo”. Aunque tuviera un tono irónico, voceaba: había orgullo en esos versos. Hace poco volví a escuchar esa canción y pensé: habla de la porteñidad al palo, porque argentinidad, si pudiera definirse ese ser nacional contemporáneo de forma homogénea, casi no hay. Todos los supuestos signos que construirían esa identidad, signos culturales, sociales y políticos, desde el dulce de leche a Gardel, pasando por la marcha de los cabecitas negras, se anclan casi exclusivamente en Buenos Aires. En Buenos Aires, la que la tiene más grande. Más grande que todos. Podrán decir: la canción de Cordera es solo una canción. Pero algo debe estar representando con ese compendio de estereotipos y lugares comunes sobre… la porteñidad al palo. Es tiempo de decirlo: no me banco a los porteños. En rigor, y aunque parezca un acertijo: no me banco a los porteños que actúan como porteños. Quiero decir, no me banco esa capacidad que tienen de mirarse siempre el ombligo y convencerse de que es importante mirárselo y que se lo miren; esa ignorancia por todo lo que, física y culturalmente, está más allá de los límites políticos que dividen, de norte a sur, la ciudad del resto de la provincia y, así, del país; esa sistemática falta de interés por todo lo que todo lo que, física y culturalmente

Staff Director/

Federico Scigliano

suplemento joven de miradas al sur

Editor/

Diego Sanchez

POR romina sánchez

está más allá de los límites políticos que dividen, de norte a sur, la ciudad del resto de la provincia y, así, del país. Poniéndome más campechana, me irrita ese apuro de agenda, esa escasa cortesía de calle, ese sálvese quien pueda como método biográfico. Me pasó unos días atrás. Juro que no me miento. Les pregunté por un lugar a dos personas distintas, en dos alturas distintas de una misma cuadra de Buenos Aires. La primera llevaba auriculares. No me respondió. Ponele que, aunque yo gesticulara como Chaplin, no pudo prestarme atención. Ponele. Pero la segunda, recuerdo el gesto violento del ninguneo, ni me miró. Y siguió caminando. En el interior, una persona cualquiera, que además te saluda pese a no haberte visto en su vida -¡los porteños se asombran de lo bien aprendida que es la gente del interior, che!- puede armar una charla de largo aliento sobre el asunto de las coordenadas locales. Eso también me molesta un poco. Porque estoy contaminada de porteñidad. Pero ese es otro asunto. Porteños, mírense el ombligo pero revisen la pelusa. Nací en Capital. Hasta que tuve cinco años, mis viejos deambularon por distintos barrios. Chacarita, Villa Pueyrredón, Paternal. A partir de allí, viví siempre en el Conurbano, en el oeste. Mi lugar de pertenencia -¿será eso que llaman lugar en el mundo?- es Merlo. Estudié en Capital. Trabajo hace años en Capital. Voy y vengo. Vengo

Redactores /

Julia Mengolini Martín Rodríguez Zappa Fede Vázquez Benito Messina Tomás Aguerre Salvador Salinas Franco Dorio Laila Manubes Paz

Julián Eyzaguirre

Arte /

Diego Paladino

Fotografía /

Patrick Haar

y voy. Pero a diferencia de Cabral, yo soy de un lugar. Y los porteños, esos que se autoproclaman porteños de ley, ya se encargaron de advertirme que yo no soy porteña. Vos sos de provincia, me dicen. Tienen razón. Pero hablemos con propiedad: soy bonaerense. Tienen razón porque, en realidad, es el sentido de pertenencia el que te da identidad. Soy bonaerense. Lo elijo. Los que vivimos rozando los confines de los cordones, somos la masa difusa del resto del mundo, somos el extranjero, somos todo lo no porteño, somos la negación. Hay baldosas ideológicas que nos separan. No queremos jugar a esa rayuela. Me pasó en la facultad, antes de los 20. Instancia de trabajo práctico grupal con compañeros de Capital y de Tigre, Temperley, Casanova y Villa Tesei. Recuerdo que me ofendía mucho que los porteños del grupo me preguntaran dónde quedaba Merlo, cómo llegar. Y el chiste de las vacas y los sulquis me daba ganas de escupirlos en los ojos. Así, pasando situaciones como esa, fui forjando una pantalla, una careta, un otro yo: aprendí a emitir signos de porteñidad. Aprendí a mentir que es un poco aprender a sobrevivir. En el día, como tantos otros, me hago la porteña. Para pasarla mejor. Y a la noche, los mentirosos volvemos a casa cruzando el cordón de turno, dejamos de ser extranjeros. Y nos queda el sabor de haberlos engañado. Y nos jactamos por eso. Eso también es actuar la porteñidad o, acaso, ser porteño.

Redacción: Uriarte 1656 (CP1425) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Contacto: contacto@niapalos.org Departamento comercial: Tel.: 4776-1779 Internos: 156 y 159.

.

Venta de ejemplares atrasados: Azopardo 455. Tel.: 4342-8476 Impresión: Editorial AMFIN S.A. Paseo Colón 1196. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Distribución en Capital Federal y Gran Buenos Aires:New Site. Baigorri 103, CABA. Distribución en el interior: Inter Rev S.R.L. Av. San Martín 3442. Caseros Provincia de Buenos Aires.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.