nº 250 | año 5 | 26 de enero de 2014
LA SEMANA
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Cristina reapareció con un acto en el que anunció el plan Progresar, un programa social para jóvenes de entre 18 y 24 años “que no estudian, que no tienen trabajo o que teniendo trabajo es informal, o que siendo formal no alcanzan a tener el mínimo".
» EL LUGAR
» EL OBJETO
» EL PERSONAJE
» EL TWEET
Casa Rosada //
Subte //
Franco Macri //
@boedomonamour
Tinelli se reunió con Capitanich en lo que podría ser un nuevo capítulo del Fútbol para Todos. Al día siguiente, criticó al diario La Nación. “Está bueno informar pero no mentirle a la gente”, lanzó. ¿Gomazo, súbete?
Guerra bajo tierra: tras la aparición de un sitio web que denunciaba a los pungas en el subte, un grupo de ¿vigilantes nocturnos? ¿desquiciados? salieron a cobrar justicia por mano propia bajo el nombre de los Cazapungas
Entrevistado por Noticias, Macri, que no es Mauricio, aseguró: “El próximo presidente tiene que ser de La Cámpora” y levantó polémica pero sobre todo incertidumbre ante uno de esos agujeros negros del debate político que cada tanto nos regala este hermoso país.
Amigo Diputado del PO: si querés jugarla de Robin Hood donando tu sueldo, no lo dones a tu mismo partido pq se nota y queda mal. Abzo.
Presidenciabilismo
creen que la primera vez que se usó el término presidenciable fue por parte de un periodista recordado por sus condiciones muferiles por lo que omitiremos su nombre y lo llamaremos Robert Mitchum quien repasando la previa de las elecciones de 1995 expresó “Octavio Bordón es presidenciable”, determinando de esa forma el resultado de las elecciones y confirmando su fama de piedra. Otro presidenciable fallido fue Francisco de Narváez, quien luego de imponerse en las legislativas de 2009 pensó que tenía el camino allanado hacia la Casa Rosada, omitiendo el pequeño detalle de que es colombiano y colorado, y es de público conocimiento que los colorados no pueden ser presidentes. O algo así. Por eso De Narváez optó por ser gobernador de Buenos Aires y dejar las chances de ser presidente en manos de su socio eventual Ricardo Alfonsín, conformando la efímera banda de covers de rock clásico conocida como Little Richard and The Tattooed Redhead.
El presidenciabilismo es la capacidad de determinar dos años antes quienes serán los hipotéticos candidatos y candidatas a dirimir las elecciones por la Presidencia de la Nación y de esa forma adjetivar a la persona de presidenciable. Un ejemplo de la utilización de esta expresión sería: “Tras el furor por sus fotos en tanga, Pocho La Pantera sería presidenciable”.
Orígenes
Contenido [ocultar]
1. Definición 2. Orígenes 3. Auge
El término fue acuñado en las últimas décadas aunque quizá el hito haya sido la seguidilla de presidentes que se sucedieron entre el 19 de diciembre de 2001, por la renuncia de Fernando de la Rúa, y el 1 de enero de 2002, con la asunción de Eduardo Duhalde. En esa docena de días por la que pasaron cinco presidentes los 257 diputados y los 72 senadores fueron presidenciables más allá de que la bolilla con el nombre de Duhalde había sido calentada cuando Pelé la sacó del bol según ciertos historiadores que suelen juntarse en un bar de la calle Viamonte. Más allá de esa vicisitud, algunos investigadores
Auge En la actualidad el término está en auge debido a la confirmación por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que no será candidata a ningún cargo en 2015. Eso generó
expectativas dentro y fuera del oficialismo, por lo que terceros ya endosaron el adjetivo de presidenciable a Daniel Scioli, Florencio Randazzo, Jorge Capitanich y Sergio Urribarri, por citar algunos del Frente para la Victoria, exceptuando a Aníbal Fernández que se propinó a sí mismo el término. En cambio, por el lado de la oposición es generalizada la autocalificación de presidenciable. Así tenemos a personajes que encarnan modas triunfalistas, como Sergio Tomás Massa; efímeros, como Ernesto Sanz; asustadizos subcampeones, como Carlos Reutemann; repetidores, como los hermanos Rodríguez Saá; amagadores procesados, como Mauricio Macri; paquetas, divertidas y alucinadas, como Elisa Carrió; pseudosocialistas y momificados, como Hermes Binner; saltimbanquis y etílicas, como Patricia Bullrich; y risueños y segundones, como Horacio Rodríguez Larreta. Cabe acotar al lector desprevenido que las últimas dos menciones han sido incluidas ya que tanto Bullrich como Rodríguez Larreta han aseverado que serán presidentes en algún momento. Bullrich lo hizo tras mezclar grappa con Twitter y el inefable manifestó que lo habla con su analista que evidentemente no es ni lacaniano ni freudiano, sino mostazamerleano.
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ESTEREOTIPOS
Por Leticia Martin
» »Colecciona remeras de fútbol.
Brasil hay que matarlo.
» »Puede ser un fanático tardío de Memphis La Blusera.
» »Usa chomba para salir los viernes.
» »Obvio, quiere a Tévez en » »Se burla de la propagan- la selección. da de Manaos pero cree » »Si va a Brasil usa zunga. que el Pelado López es un “genio”. » »Si va al Norte usa gorro coya. » »Todavía ve CQC.
» »29 años y todavía va a Mar del Plata con sus amigos. » »Curva habitual de todos los veranos: arrancar super excitados; terminar comiendo churros en Manolo sin una sola anécdota con mujeres.
» »Se ríe de los que tienen los sticker de la familia en el Surán pero le pegó la manzanita de Apple al Palio. » »Pudo haber estudiado en la Universidad de Palermo. » »Le pega mal el faso. » »No toma cerveza negra.
» »Es de los que andan por el Microcentro con » »Tiene pocas anécdotas la tarjeta de entrada a con mujeres en términos la oficina colgada del generales. cinturón. » »En algún momento de » »Se “emociona” con todas su vida coleccionó latilas propagandas que tas. incluyan la fórmula: “camiseta” + “fútbol” + » »Tiene tatuado el escudo “pasión” + “los colores” de Boca y hoy le da un + “amistad”. poco de vergüenza. » »Va a tomar cerveza a Plaza Serrano.
» »Cree que Burlando es un “capo”.
» »Usa Facebook y Twitter para “tirotear” minas”.
» »Tiene cuenta de Hotmail.
» »Puede ser carne de cañón de “Así no me vas a coger pelotudo”. » »En la cosmovisión Midachi es más de la línea Miguel Del Sel. » »Aprendió a bancar a Messi pero dice que si no hace “17 goles” en
» »Se viste en Siamo Fuori. » »Gran curtidor de zapatillas o havaianas blancas relucientes. » »Tiene una pulsera en el tobillo que sólo él cree que es sexi. » »Mira mucho programas de pesca.
Estereotipo que viene «La mina que se calienta con Peretti» Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a contacto@niapalos.org o vía Twitter a @niapalos así lo publicamos. web
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Nick Carter (se divierte mientras el lector es asesinado y yo agonizo), de Mario Levrero
Ese aparato infernal
HOY: El fanático de las propagandas de Quilmes
» »Curte mucho Partido de la Costa.
ruido de fondo |
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Nick Carter es un investigador en clave de falso Sherlock Holmes que narra sus andanzas en primera y tercera persona alternativamente. Sobre el comienzo uno cree que su objetivo es salvar la vida de Lord Ponsonby pero los avatares de este policial nos permiten descubrir que estamos frente a otro tipo de investigación. Carter no lo sabe, pero el enigma a resolver es el sentido de su vida. Los personajes que lo rodean colaboran con la confusión general. Virginia, su secretaria, es una ninfómana que lo persigue buscando apagar su avaro sexo candente. Tinker, su mascota, fricciona los dientes hasta hacerlos rechinar, dobla papeles en 128 partes y entra en transfiguraciones que lo convierten en Watson, el socio de los monstruos marinos. A veces relata sus sueños y luego Carter los analiza freudianamente. El disparate de la trama incluye los delirios que la hija de Lord Ponsonby despierta en el detective: “Mi imagen estaba devorando a la niña; había comenzado por el sexo, clavando los dientes, y arrancaba pedazos de carne”, dice Carter, mirándose a un espejo horrorizado. ¿Qué buscaba Mario Levrero con semejante escenario de aberraciones? Planteada esta irrealidad de absurdos hechos y personajes, la trama
-que nunca cesa- recorre andanzas de todo tipo y de la más disparatada irrealidad: un libro sin letras que todos leen, una muñeca inflable masculina y momentos en que los personajes de la historia se cruzan con los de una serie televisiva donde el propio Carter es director, actor, promotor publicitario y protagonista. Pero el deseo no se satisface. Ni en la realidad -donde Carter se encuentra fornicando con la anciana Marquesa of Delaware- ni en la ficción -donde Carter rescata a Lady Dunsay. ¿Cómo se resuelve la insatisfacción? ¿Hay algo que colme al yo? Carter termina enamorándose perdidamente de una muñeca inflable de cabello natural, gran ironía que reconduce la narración a la pregunta que nos hacíamos al principio. ¿Qué busca Levrero? ¿Trata de correr los márgenes del género policial? ¿Intenta el humor en la morbosidad? ¿Se ríe de la idea de “héroe”? ¿Trivializa la “solemnidad” de la novela pensándola como un género menor? Levrero, en su ambición experimental de “escritor raro” -como lo llamó Ángel Rama- insistió en reescribir los géneros. Su obra abarcó desde la novela tradicional hasta el diario íntimo, pasando por los crucigramas y otros géneros marginales como los manuales y el folletín. La angustia producida por los aparatos y softwares que se lee in-
cipiente en La novela luminosa aparece nuevamente en ciertos párrafos de este absurdo policial donde la televisión puede ser interpretada como ese aparato infernal que enloquece a los personajes. “Nick ya no tolera ver su propia imagen, ofreciendo ahora graciosamente sabrosos productos de cerdo a los telespectadores.” La burla, tanto del género policial como de las series televisivas y sus códigos es evidente. Pero además Levrero se ríe de la lógica y de la razón. Cuando Carter se pierde en los túneles y descubre a los monstruos marinos comiendo carne humana fétida, las deducciones comienzan a armarse solas en su mente y le revelan ciertas “verdades” del universo. Todo está tergiversado en este policial, como en la vida. Un ayudante puede ser un enemigo. El bien y el mal pueden ser la misma cosa. ×
FALSA ESCUADRA
Vacaciones drama Por Romina Sánchez Siempre me pasa cuando vuelvo de vacaciones: me deprimo. ¿Y antes? Me deprimo. ¿Y durante? ¿Qué son las vacaciones? ¿Son un real descanso reparador? ¿Suponen un preciso corte en el almanaque vital? Las esperamos con la ansiedad de Papá Noel bajando por la chimenea. Los días previos son un Bazooka en el asfalto. Y eso que hacemos lo que nos gusta. Cuando llegamos a destino, sea el mar, la montaña, Luján o Campana, contamos los días y nos autocomplacemos en la idea de todo lo que falta para el deber, como si hubiésemos terminado el colegio. Visto desde el arranque, lo que resta es la eternidad, inalcanzable como el horizonte. Sea que reposemos o nos hastiemos, las vacaciones son una extraña inflexión, una rutina dentro de la rutina, para engañar a la rutina. Me acuerdo de las últimas vacaciones que pasé con mi familia. Habíamos hecho una recorrida por Entre Ríos: Concepción del Uruguay, Colón, Federación, Gualeguaychú. Mi viejo queriendo pescar todo el día, mi vieja durmiendo, mi hermana buscando roña. Y encontrándola. El carnaval me parecía un festejo al que nadie me había invitado,
una fiesta vip que yo, aunque estuviese en el medio del corsódromo, hecha una estatua de purpurina, veía del otro lado de la valla del tedio. Contaba los días como contaba las hojas para terminar un libro aburrido. Borges decía que cuando una lectura no va, no va. Yo insisto, me gusta el masoquismo. Volví con nudos en la espalda. También recuerdo la primera vez que fui al norte. Tucumán, Salta y Jujuy. Como armar el plan de vacaciones me estresa, fui a lo fácil y contraté un paquete. Si bien son días que me sacan una sonrisa, por los amigos que hice y porque la escenografía no podía ser más hermosa, volví el domingo a la tarde para trabajar el lunes a la mañana. Fue como el 2 de enero, un cachetazo de realidad exacerbado por el sueño acumulado como en una alcancía del fastidio. Es que fueron días de una disciplina de nutricionista, hasta el ocio espontáneo estaba planificado. Y eso me hacía ruido. Pasar por los pueblitos, conocer su casco histórico sin cruzar dos palabras con la gente más que para comprar achilata por el calor tucumano o empanadas, empanadas y empanadas; bajar del micro como zombies siguiendo el cantito hipnotizador del coordinador quien, muy Tipito,
nos abducía gritando “¡Chucherías, hizo chucherías!”; levantarte a las 6 de la mañana para tomar la combi, hacer dos o tres horas de viaje solo por un rato. Y al otro día lo mismo. Y al otro. Hubiera querido algo más errático, menos tamizado por la matriz turística. Al año siguiente volví en auto, con amigas. Llegamos a lugares que la cartografía no contempla. Ni el GPS. Me cansé de ver iglesias. Pero fue cansancio lindo. Otra sonrisa. También me fastidia arrojarme al ocio, caminar por el precipicio de la improvisación. Siempre envidié –con ganas, la envidia sana es como la nieve negra– a esa gente que caza la mochila y se va, sin más, por uno, dos meses o quién sabe. Para mí las vacaciones, toda su previa, son un problema. Y el día después también. Es el histeriquear con la amargura. Dormir hasta la una, hacerte la boluda para bañarte, para cocinar, jugar con tu gata. Mirar el calendario, la tortura hasta el viernes a la noche. Y pensar en los feriados, en las próximas vacaciones. Ansiarlas, desearlas como los gordos desean los hidratos. Me gusta viajar. Y me resultan casi inhumanos esos que no se toman unos días por voluntad. Es que las vacaciones son un drama, pero un drama necesario. ×
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Un objeto volador no identificado llegó de Córdoba: la revista Palp. Esta publicación suma su grito primal a la pesadilla más hermosa de estos últimos años: la recuperación de los llamados “géneros menores”, concentrados en esa síntesis preciosa y horrenda conocida como “Pulp”. Terror, ciencia ficción, policial, western, fantasy y otros estilos mezclados en un cóctel explosivo que convoca a algunos de los mejores autores contemporáneos, buscando recuperar ese anhelo vital y popular del género. Aprovechando la salida de Palp, fuimos tras la pista de los géneros menores en este presente digital y caótico. Por Carlos Mackevicius
Uritorco Magazine Por Carlos Mackevicius
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uando me enteré por Facebook que la editorial cordobesa Llanto de mudo presentaba la revista Palp, dedicada a la publicación de textos de terror, policial, ciencia ficción, western y fantasy, recordé un verano en Gesell durante mi infancia: yo miraba, furtivamente, los dibujos de unas mujeres semidesnudas que aparecían en la tapa de unas Club del Misterio que mi abuelo, acostado en una reposera, leía al sol. Ese fue mi primer acercamiento al género. El viernes 13 de diciembre del año que ya se fue, en la ciudad de Córdoba se presentó Palp -Revista de Géneros-. “Historias para mentes alteradas” y una cyborg platinada a punto de ser manoseada por un monstruo fueron el texto y la imagen elegidos para la portada del #1. La ilustración de tapa está ins-
pirada en una vieja revista policial norteamericana llamada Crime, de 1953. Traduzco los títulos de los cuatro cuentos que contenía esa Crime: Cuidado con una mujer que es fácil amar // La novena esposa es fatal // Patrulla lobo // Cada uno a su gusto. Los dos primeros son un verdadero encanto.
La revista “Acordamos con Gandolfo en que los géneros menores cumplen un papel de refresco, de refuerzo de la literatura mayor; pero entendemos (tenemos fe en ello) que es un camino de ida y vuelta, que las formas complejas y la estilización sumamente artística han enriquecido, a veces como tenia, a veces como lluvia de fuego, a la ficción pulp”, escribe Sebastián Pons (docente, escritor y una de las cabezas del
proyecto) en su editorial, suerte de declaración de principios. Y sigue: “La actual generación dominante y los nuevos clásicos de la literatura argentina se criaron leyendo historietas, leyendo a Chandler, leyendo a Dick; el propio Borges supo nutrirse de las seudo-épicas cercanas, de la aventura, de los llamados géneros menores, y Roberto Arlt es legatario del folletín.” Aparte de Pons, los responsables de la iniciativa son Diego Cortés, (editor de Llanto de mudo y guionista de historieta), Martín Cristal y Guillermo Bawden (escritores). La revista-libro tiene 160 páginas, cuesta $80, será semestral y la primera tirada fue de 500 ejemplares que están casi agotados. Los puntos de venta están en Córdoba, Rosario, Capital Federal, La Plata y Mar del Plata: el circuito comercial está más cerca del mundo del
cómic y la historieta que de la librería clásica. Los autores de este primer número son Elvio Gandolfo, crítico, traductor, compilador y redactor del antecedente más directo en el que se puede leer esta nueva publicación, la revista El Péndulo, de principios de los 80, (aparte, es uno de los más veteranos referentes del género en el Río de la Plata); Luciano Lamberti, que participa con un cuento de terror, incluido en su libro de relatos El loro que podía adivinar el futuro (Nudista, 2012), uno de los mejores cuentos escritos en la última década, mezcla de lo mejor de Stephen King con el mejor David Lynch, costumbrista y metafísico, de Twin Peaks; y Leonardo Oyola, que cierra la revista con un cuento policial vago, que abusa de un coloquial lumpen, en una trama donde se troca conflicto por jerga delincuencial y miserabilismo, extraído de su último libro Sultanes del
Las entregas por semana de las historias continuadas obligaba a los escritores a un ritmo a veces frenético de trabajo
ritmo (Estuario, 2013). También hay cuentos de Martín Cristal, Diego Cortés, el uruguayo Ramiro Sanchiz, el mexicano Rodolfo Santullo
Nota de tapa
y el entrerriano Cezary Novek. El nivel de los textos es en promedio muy bueno. Y las ilustraciones son del cordobés Nicolás Brondo. “No hubo un criterio de selección formal. Hubo, sí, necesidad de dar lugar a los que se la juegan con el género: si bien no descartamos del todo la posibilidad de que en el futuro se dé lugar a esas escrituras paródicas o a esas narrativas posmo, siempre preferiremos las escrituras serias del género”. Nos dice el editor Sebastian Pons cuándo le preguntamos acerca de qué autores iban a tener lugar en la revista. En la presentación que se hizo en Café del Alba, también se dejó entrever la posibilidad de que a partir de la 2da entrega la revista incluya, además de los cuentos, un texto crítico por número.
Tradición El pulp nace en la década del 20 del siglo pasado en Norteamérica, y debe su nombre a la pulpa de la madera con la que se producían las ediciones. Es, a su vez, heredero del folletín de aventuras europeo del siglo XIX. Su característica sobresaliente es el bajo costo de producción, que se traducía en el precio de bolsillo al lector. De ahí su audiencia obrera y popular. Las entregas por semana de las historias continuadas obligaba a los escritores a un ritmo a veces frenético de trabajo; esa presión es una de las razones por la cual en los textos prevalecían la acción y la peripecia en desmedro de los perfiles psicológicos de los personajes o de cuestiones de estilo mas
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experimentales; esos rasgos del género están antes en las propias condiciones materiales de producción, que en decisiones tomadas en función de principios literarios. La forma se confundió con el fondo, y así las tramas de terror, eróticas, fantásticas, western y policiales se confundieron con el pulp, transformando a un soporte en un género. Hasta las últimas décadas del siglo XX fue un fenómeno editorial redituable, con un volumen de ventas que llegó a ser masivo. Una de las más legendarias revistas pulp -donde se publicó por primera vez Cosecha Roja (1923) de Dashiell Hammett- fue Black Mask. Otros grandes autores, como H. McCoy, J. Thompson o Stephen King publicaron textos en revistas de género. El movimiento en Hispanoamérica tuvo sus miles de lectores, pero se basó mayoritariamente en traducciones de los autores americanos. Juan Martini es un escritor rosarino que entre 1976 y 1983 dirigió, en Barcelona, las series Novela Negra y Club del Misterio para Editorial Bruguera. Cuando le preguntamos acerca de su visión del panorama de la literatura de género en nuestro país nos responde: “Pienso que el paso de algunos autores argentinos por la literatura de género no es más que episódico o experimental.” Y nos ofrece una pregunta: “¿Es posible pensar en una literatura de género argentina
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sin colecciones que la sostengan?” La duda parece atinada.
El género hoy Desde 1989 existe, editada en formato diskette, la primera revista en español dedicada a la ficción científica: Axxon. Coherente con su especialidad, Axxon comenzó a publicar en ese formato cuando para la mayoría de los argentinos leer en otro soporte que no fuera el papel era propio de ciencia ficción. Desde 2001, Axxon tiene su página web y desde 2009 la revista está disponible en epub y mobi, formatos para dispositivos digitales de lectura. En 2012, la editorial Clase Turista lanzó su colección pulp Saqueos en Greiscol, cuatro novelas breves que
El movimiento en Hispanoamérica tuvo sus miles de lectores, pero se basó mayoritariamente en traducciones de los autores americanos.
van del policial al western, pasando por el fantástico tribunero y el ho-
rror sudaca en clave videogame: Las mellizas del bardo, de Hernán Vanoli, El tucumanazo, de Esteban Castroman, Tony, de Jorge Chiesa y El cañón de Vladivostok, de Gerardo Salinas. Nico Saraintaris nació en 1983, es licenciado en Letras y ha publicado cuentos y novelas, es desarrollador de videojuegos y creador del sitio dedicado al género literaturaclaseb. com. “En Argentina se edita mucho bodrio costumbrista, mucha novela o relato en los que nunca pasa nada. Hay excepciones como la antología Vienen Bajando (editada por el CEC), o la revista de ciencia ficción y fantasía Próxima. Mirando lo que pasa afuera, hay algunas tendencias interesantes como los Quirk Classics (Sense and Sensibility and Sea Monsters) o el Monster Porn (Cum for Bigfoot) que acá no se exploran. Como sea, el acceso a la literatura de género está cambiando en todos lados, explotando en podcasts, ebooks, cómics, videojuegos, cortos animados en youtube o aplicaciones móviles (standalone o editoriales). ¡Basta de divorcios, crisis de la mediana edad o culpa después de hacerse una paja! Para un golpe de realidad está el viaje en bondi”. La editorial Punto de Encuentro está presentando este verano su nueva colección Código Negro, dedicada al policial. La dirigen Rolo Diez y Roberto Bardini: la idea es publicar cuentos, artículos y ensayos vin-
culados al género. Una de las primeras novelas que publicarán es Chau Papá, del fallecido Juan Damonte, ganadora del Premio Hammett de Novela Negra 1996 en Gijón. También han cobrado en los últimos años un lugar importante en
Hablamos de textos de bajo costo de producción con contenidos de calidad y de distribución masiva, ¿qué otra cosa ha sido sino el pulp?
los medios masivos algunos festivales de literatura policial como el Azabache o el BAN (Buenos Aires Negra).
Series Terror, zombies, escenarios postapocalípticos, fantasía, épica, guerra, policía, mafias, drogas. Si pensamos en una literatura que contenga estas categorías pensamos también en entretenimiento. Y si pensamos en entretenimiento, pensamos en tv y en internet ¿Eso nos habilita a poder imaginar a las
series de tv actuales como el pulp de nuestros días? Es claro que los lenguajes de la tv o el cine tienen distintas reglas y no se pueden comparar mecánicamente con el literario. Pero The Walking Dead, Breaking Bad o Game of Thrones, por poner tres ejemplos paradigmáticos de series exitosas, se pueden pensar sin mayor esfuerzo desde una clasificación de género.
La pata digital ¿Es posible emular una literatura pulp sin pensar el soporte? Si hablamos de textos de bajo costo de producción con contenidos de calidad y de distribución masiva –¿qué otra cosa ha sido sino el pulp?-, pensamos inmediatamente en la herramienta internet. En este sentido, tal vez el costado más interesante del proyecto de la revista Palp sea “Palp Series”. A partir de marzo, en la página web de la revista (revistapalp.wordpress.com) se van a publicar todas las semanas cuatro novelas de género por entregas; un capítulo nuevo por cada día de la semana. Los títulos serán Musa (Diego Cortés), Marea de bronce (Guillermo Bawden), Bandera roja (Alejandro Drallny) y Perpetua en Eribea (Ari Epstein). La idea de los editores, una vez terminadas las entregas, es publicar las novelas completas en formato digital y quizás también en papel.
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dié periodismo. Sobre todo porque quería trabajar rápido. Estudiar Letras me parecía que iba terminar siendo profesora y yo quería trabajar en un lugar más dinámico, no tenía ningún interés en ser profesora. Y la verdad que no conocí escritores hasta que publiqué.
Al no tener ninguna relación con escritores, el proceso de escritura de Bajar es lo peor, ¿cómo fue? Lo empecé a escribir a los 17 años, creo. Estaba en la secundaria. Lo escribí a máquina, yo no tenía una gran velocidad para escribir. Debo haber tardado dos años, aproximadamente, para terminarla. Había mucha inseguridad en mí, entre otras cosas porque yo no la pensaba para publicar, era algo más bien personal. Se lo mostraba a mis amigos. Me acuerdo que el trabajo de corrección vino después, cuando llegó a la editorial. En ese momento no. Ahora que me hacés pensar la cosa era así: primero en cuadernos (todavía escribo un poco así), una primera versión, y después al pasarla a máquina era la primera corrección. Eso hacía que fuera bastante largo el laburo.
¿Había en vos, en esa época, un trabajo consciente con el lenguaje del mundo que querías retratar?
Mariana Enríquez
«El terror es un género muy popular y divertido» Publicó su primera novela a los 21 años. En ese entonces se la llamó “la escritora más joven del país”. Ahora que pasó el tiempo y ya es, aparte de una renombrada periodista cultural, una escritora cuyos textos pueden figurar entre lo mejor de la narrativa actual (publicó Cómo desaparecer completamente, Los peligros de fumar en la cama, Chicos que vuelven) Mariana Enríquez, de ella estamos hablando, reaparece en las librerías con dos textos: la reedición de su primera obra, Bajar es lo peor, y un libro, a falta de un término mejor pero que es mucho más que eso, de crónicas: Alguien camina sobre tu tumba. Mis viajes a cementerios (Galerna). Con ella nos juntamos para hablar, entre otras cosas, de sus libros, su trabajo en el periodismo y su indiferencia hacia los encasillamientos.
Por Walter Lezcano Foto Leonardo García
En el prólogo de Bajar es lo peor decís que al momento de editar la novela no tenías ninguna relación con el mundo literario. Quería preguntarte cómo era tu relación con la literatura antes de la escritura de la novela, en tu adolescencia y juventud. Con la literatura tenía una relación de lectora, nada más. Mis viejos no tienen nada que ver con la literatura: mi papá es ingeniero y mi mamá es
médica. Leen mucho y tenían una biblioteca importante, grande, con un montón de cosas. Empecé a leer de muy chica y todo lo agarraba de ahí. Leía caóticamente lo que había. Los primeros libros que me gustaron seriamente fueron: La historia interminable de Michael Ende y Cumbres borrascosas de Emily Brönte. Era la cosa fantástica e imaginativa, que todavía me gusta, y el romanticismo muy recargado. Esa era mi relación. Después no estudié literatura, estu-
«Lo que ocurrió con Bajar es lo peor es que fue algo más subterráneo y es que la novela tuvo fans. Eso era lo raro.»
Sinceramente no, para nada (risas). No tenía esas preocupaciones que son más de escritor. Lo contaba y ya. Y las palabras que salían eran las que me parecían que había que usar para armar la escena. Aparte estaba muy influenciada por la música así que muchos climas tienen que ver con eso más que con lo literario. Y todo de una manera bastante inconsciente.
¿Te sorprendió la circulación y exposición que tuvo el libro? Fue mucho más chico de lo que parece. Tuvo dos reseñas nomás, y una era bastante mala. No es que se publicó y fue un éxito. Lo que ocurrió fue algo más subterráneo y es que la novela tuvo fans. Eso era lo raro. Porque después a nivel de otro tipo de repercusión, sí, me hacían notas, pero no fue muy espectacular. Fui a la tele, fue una exposición mínima. Alguien expuesto eran los chicos de Montaña Rusa (risas). Lo que era muy raro era eso que cuento en el prólogo de que gente venía a buscarme al diario para saber más cosas de los personajes. No entendía por dónde pasaba ese nivel de identificación de alguna gente. Era una minoría intensa. También fue un libro que salió en un momento muy cambio de época. Hoy en día no pasaría algo así: ¡recibía cartas! Por ningún otro libro mío pasó algo de eso. No lo procesé de ninguna manera: estuvo bueno.
¿Sirvió para algo esa exposición de la que hablás, para lo que escribiste después? Tardé diez años en publicar otro
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libro. En el medio escribí una novela a la que le fue muy mal, nunca fue publicada. Entre Bajar es lo peor y Cómo desaparecer completamente fue un periodo de transición. Entre otras cosas porque empecé a trabajar en periodismo y realmente necesitaba trabajar. Hablamos del ´96, una época de crisis personal, tenía que laburar, no la tenía muy fácil. Vivía en La Plata viajaba todos los días a Buenos Aires para laburar freelance en Página/12 y en otros lugares, pero sobre todo en Página. Y en ese momento estaba viendo si iba a seguir siendo escritora o no. Lo que había pasado con Bajar es lo peor era que había puesto mi nombre en algún lado. Cuando salió la novela tenía 21 años y a esa edad nadie termina de creerse realmente que es escritor. Todo ese tiempo fue como un momento que yo necesité mucho para leer con más orden, entender un poco qué era escribir teniendo más es cuenta tradiciones, técnicas, y en el medio estar escribiendo esta segunda novela que era muy mala: la llevé a un par de editoriales y ninguna me la agarró y tenían razón. Y después escribí Cómo desaparecer completamente y me parece que con esa novela decidí que iba ser escritora. Porque pensar en si tenía resto para poder escribir una tercera novela fue darme cuenta que me iba a dedicar a la escritura aunque me vaya mal. En el sentido en el que sí fue importante eso que decís fue en el hecho de conocer gente. Y además darme trabajo en el periodismo lo que me permitió mantener mi nombre en circulación, que yo sé que es importante, sobre todo para la instancia de publicación, no la de la escritura. En ese sentido fue muy importante. Y también la novela fue importante para algo que casi nadie vio que son los elementos fantásticos. Después escribí muchos cuentos de terror pero ahí ya estaban esos
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elementos que me gustaban y que se mantienen.
En la escritura de Cómo desaparecer completamente, ¿sentís que ya estabas más cerca de dominar lo literario: en cuanto a lenguaje, estructura y todos esos elementos que no estaban contemplados en tu primera novela? Esa es una novela escrita entre el 2000 y el 2002. Me parece que es una novela sincera. Que tenía un poco menos que ver con lo que yo tenía ganas de escribir y mucho más que ver con lo que yo tenía para decir. Yo tenía ganas de escribir otra cosa. Pero lo que tenía para decir era eso.
«Siempre, desde el principio, estuve interesada en la literatura de terror y fantástica.»
Laburar de periodista, ¿te dio algún tipo de herramienta a la hora de escribir ficción? Yo creo que lo tengo bastante separado. A mí el periodismo me gusta pero es muy muy un trabajo. Y hace muchos años que hago exclusivamente periodismo cultural. Es decir, yo siempre tuve más calle en mi vida que en el periodismo. Siendo periodista estás como en otro mundo. Lo que sí para mí es una influencia muy clara del periodismo es, no tanto en la cuestión literaria sino en la escritura, es esto: yo no soy muy rápida, pero soy muy constante. Tardo bastante en escribir, no soy
prolífica, pero puedo escribir todos los días. Como en el periodismo: vos no podés decirle a tu jefe: hoy no tengo inspiración (risas). Yo me puedo poner reglas, me gusta que me den y darme indicaciones para escribir, de trabajar con fechas, escribir contrarreloj, de no estar muy enamorada del texto: si hay que cortar algo se corta. No tengo arrogancia con el texto. Y no es que yo no tenga ninguna técnica a la hora de escribir, es una cosa más simple: yo sigo sin haber ido nunca a un taller, por ejemplo. Y le doy a leer a muy poca gente: lectores intuitivos y muy poco profesionales. Además confío en los editores. Leí mucho de cómo armar una escena, tensión, personajes y eso, pero cuando escribo sigo teniendo una pasión muy intuitiva mientras lo estoy haciendo.
¿Con Los peligros de fumar en la cama te acercás a lo que tenías ganas de escribir? Siempre, desde el principio, estuve interesada en la literatura de terror y fantástica. Sobre todo la fantasía más oscura. Pero durante mucho tiempo no lo pude hacer. Hay muchos cuentos en ese libro que fueron escritos a pedido. Me divierte tener estímulos de ese tipo y haber armado el libro así porque tiene que ver con la tradición de escritores que a mí me gustan: que son muy populares, escriben en distintos medios, escriben cómic, cuentos en revistas, escriben novelas con seudónimo, etc. El terror es un género muy popular y divertido. Lo que pasó ahí era ver qué tenía yo para decir, desde acá, en el lenguaje del terror. Es difícil hacer terror en castellano. El punto era encontrar esa zona de horror en nuestra vida. Fui trabajando con territorios de peligro cotidiano.
Apuntes en la previa del Mundial Por Emiliano Flores Según consigna la sección portuguesa de Wikipedia, rolezinho es el diminutivo de rolé, que en lenguaje informal brasileño significa "dar una pequeña vuelta". Siguiendo a la enciclopedia 2.0, se trata de una irrupción coordinada de centenares de jóvenes de clase baja en parques, shoppings y diferentes lugares públicos naturalmente apropiados por las clases más aventajadas. La movida es considerada por los organizadores como una forma de protesta contra el racismo y, como suele suceder en este tipo de fenómenos, la garotada se convoca a través de las redes sociales. Durante la misma, los jóvenes bailan, cantan, corren y se hacen ver con actitudes ciertamente provocativas. Aunque a veces terminan en robos o pequeños disturbios con la policía, lo efectivo de la protesta es la violencia simbólica que ejerce su mera presencia en masa. Los fenómenos de masas tienden a
ser interesantes por su ambivalencia: suelen ser mirados con desdén por los sectores conservadores y positivamente por los sectores de izquierda. Con los rolezinhos, la mirada conservadora del fenómeno quedó en manos del Tribunal de Justicia de San Pablo que prohibió la celebración del encuentro argumentando que el centro comercial es un lugar privado, inapropiado para ese tipo de manifestaciones. Por el lado del gobierno, se mostraron más contemplativos declarando que la represión no el la mejor salida y entendiéndola como una lucha por derechos. En nuestro país, el progresismo de la época puso de moda reírse de las luchas de las minorías y ese humor está bien si se lo piensa como una respuesta al lucro que existe vinculado a la pertenencia a una minoría sexual, étnica o del tipo que sea. Para decirlo con humor, se puede escribir que los afros no tienen la culpa de que Pelé sea un negro de mierda y recibir tantos faveos como re-
pudios. Pero la cuestión racial en Brasil es un tema más o menos serio. Salvo en el ámbito del fútbol, cualquier foto del país muestra que esa segregación existe. Pero hay un dato que resulta más que ilustrativo: durante 2012, el 70% de las víctimas de homicidios fueron afrodescendientes. La tendencia de los rolezinhos surgió a fines de 2013, pero en los últimos días los encuentros se intensificaron, se
Pensás en algún tipo de lector de estos cuentos de terror. En el momento de la escritura te mentiría si te dijera que sí. Pero me gustan mucho los lectores adolescentes. Por el tema del descubrimiento, es un lector que me gusta.
Quería preguntarte por un elemento que aparece seguido en tus textos de ficción y también en Alguien camina sobre tu tumba, tu último libro de crónicas: el dinero. ¿Qué relación tenés con eso? ¿Te parece que es algo de lo que se habla poco en la literatura actual o reciente? Mi relación con el dinero es compleja porque tengo poco (risas). Creo que se habla poco del dinero en la literatura. Pero más que del dinero, la ansiedad por conseguirlo y del trabajo es de lo que se habla poco. La relación del dinero con la vida cotidiana me parece muy atractivo. Igual no lo pienso como un tema, pero me parece muy normal. Me parece muy raro un texto que no lo incluya, es como si no los entendiera a esos textos. Y en mi vida laburo mucho porque tengo un miedo atávico a quedarme sin trabajo por tener generaciones de parientes con trabajos esporádicos, que no pudieron hacer plata. El dinero tiene algo de prejuicio. Y a mí me pasa. No es un tema que plantee, para mí es muy natural.
¿Cómo le fuiste dando forma a Alguien camina sobre tu tumba? Cada vez que viajo voy a un cementerio. Desde siempre. Me parece una cosa grata un cementerio. Los venía fotografiando, tomando notas de todo lo que pasaba. Lo tuve en mi cabeza durante mucho tiempo. Cada vez que lo comentaba no reci-
bía ninguna respuesta entusiasta de nadie (risas). Lo comentaba y nadie decía nada: yo soy pésima para venderme, no me gusta, me parece un papelón. Entonces cuando apareció la posibilidad de reeditar Bajar es lo peor se lo conté al editor y le gustó. A todas esas notas desperdigadas le di un orden.
«Es difícil hacer terror en castellano. El punto era encontrar esa zona de horror en nuestra vida. Fui trabajando con territorios de peligro cotidiano.»
Teniendo en cuenta tus últimos libros, ¿tenés ganas de encaminarte a ser una escritora de terror? Esos libros van en ese sentido porque yo tuve ganas de que así fuera. La verdad es que es lo que me gusta escribir en este momento. Es un lugar donde tengo algo para decir que es muy propio. Además siento una pertenencia con mis lecturas, con el tipo de lenguaje que me gusta manejar que vienen de múltiples influencias. Hasta dónde puedo ir no lo sé. Ahora estoy escribiendo una novela de terror pero está rarísima. Si me etiquetan como la “escritora que escribe de terror medio oscuro”, todo bien. Ningún tipo de encasillamiento me molesta.
¿A qué le decís Ni a Palos? Al cinismo, últimamente.
dIARIO DE BICISENDA hicieron más numerosos y se diseminaron en varias ciudades importantes generando no sólo el reclamo de los comerciantes sino también la reacción violenta de la policía. Sólo a partir de entonces llegó la respuesta del gobierno. Con buena leche, nadie debería pensar que el de Brasil es un gobierno lejano a lo que sucede en la calle. La propia coalición de gobierno incluye a los principales movimientos sociales como parte de su esencia. Sin embargo, como es costumbre en este tiempo, una vez que el fenómeno se afinca, inunda los medios de comunicación y adquiere volumen, llega la respuesta política. En este caso, la palabra de un dirigente político sobre el tema llegó cuatro días después de la creación de la entrada en Wikipedia. No es curioso que sucedan este tipo de manifestaciones en un país que, además de oficiar de anfitrión del Mundial, se encuentra en un año electoral. Lo curioso es que suceda en un país con
tan escasa tradición callejera reciente como Brasil. Sin embargo, desde las manifestaciones que comenzaron durante la realización de la Copa de Confederaciones para acá, o mais grande do mundo permanece en vilo mientras suceden este tipo de movidas en las que la identidad se constituye más a partir de los espacios de acción que sobre lo ideológico. Si se mira el último tiempo, luego de las manifestaciones de 2013 por el aumento de la tarifa del transporte público, vinieron las de los llamados arratoes: decenas de jóvenes descendiendo de las favelas de Río de Janeiro y asaltando a los turistas en las playas durante los festejos de Año Nuevo. Ahora, jóvenes protestando contra el racismo en los shoppings. Es entendible que Brasil haya empezado a sentir el miedo de que Argentina gane la Copa del Mundo en su propia casa, pero algún cambio profundo parece estar sucediendo, algún pacto social parece haber vencido. ×
nº 250 | año 5 | 26 de enero de 2014
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Hombres y mujeres de Estado Por Martín Rodríguez Cristina no aparece. Está, pero no habla. Pasa a saludar en las reuniones. Eso dijeron las crónicas, como la de la reunión de Capitanich y Tinelli. Una sombra vaga, un recorrido vaporoso por los pasillos de un palacio frío en el peor verano del siglo: Cristina, en espectro, alimenta las versiones. Bueno, es curioso: venimos de diez años de reeducación sentimental en torno a líderes, personalismo, populismo, la cátedra libre Lacló, y de golpe, sufrir esa ausencia marca un giro: es una ausencia de poder que subraya méritos y defectos. Su importancia como líder y ordenadora del ánimo político convive con el riesgo latente desde 2012: que su voz dispare reacciones. Caballito sin luz y cadena nacional es leña al fuego. A la vez se subraya la incapacidad kirchnerista de producir políticos, delegados relativamente autónomos que no sientan al segundo día el vacío. No funcionarios, militantes, interventores o “gatillos fáciles” de políticas económicas, sino políticos. Esta ausencia es notable en muchas forma. Veamos tres ejemplos: 1) Esta escena: al ex senador y ex ministro de educación le sirven el Estado a la carta, le dicen “Daniel, ¿qué querés?”. Filmus ya sabe lo que quiere: algo con Malvinas. Una nueva secretaría de Estado. Es la opción por la visibilidad mediática (Malvinas es noticia siempre) y entraña una superposición (hay un canciller), obligado a una nada retórica nacionalista en boca de un hombre progresista. Lo digo rápido: le ofrecieron una responsabilidad de Estado y eligió la fuga simbólica hacia delante. 2) Ahora cualquiera es presidenciable. La autoridad política presidencial desde 2003 fue el ejercicio sobre el deseo de los subordinados: reducirlo, anularlo, contenerlo, producirlo. Nombrar gobernador de la provincia de Buenos Aires a Scioli, vicepresidente a Boudou, etc. Pero en estos días, algunos ministros o ex salieron a decir lo que desean: todo. Ser presidentes. Se aflojan las riendas cortas y sale lo que para algunos es “lo peor de la política”, es decir: sale la cuchillería bruta de la interna, un vestuario descontrolado donde todos se ponen la 10. Nunca se escucharon tanto los ruidos sordos de palacio. 3) Esa rienda corta, el “estar observado” impuso el peor de los estilos: no solo la alcahuetería, sino también la calidad monológica de los discursos. El efecto “batalla cultural” sobre políticos amateurs en la lucha con Clarín
fue la torpeza retórica de muchos que sólo vieron en Clarín un gran árbol que tapa el bosque. Cuando a Capitanich un periodista de Clarín lo apuró, le preguntó por la reglamentación congelada de la ley de trata votada hace dos años, le respondió con la pregunta por la grilla de Cablevisión y Paka Paka. Hasta el jefe de gabinete no puede imaginar otra forma dialéctica que la de ese empate: somos dos Estados frente a frente. El Estado de la sociedad (gobierno) versus el Estado del mercado (el monopolio Clarín). Cristina apareció. Muy fuera del marco esperado: habló de un tema crucial como los ni-ni, lanzando un programa que fue elogiado hasta por Elisa Carrió. Buen lanzamiento con un discurso que le dio pasto a las fieras: cargó sobre los medios, casi como costumbre. En la previa las predicciones tuiteras eran que aumentaba la AUH. Casi como revelando un secreto: el gobierno cuando no sabe qué hacer aumenta la AUH o las jubilaciones. Bueno, esta vez, abrió otro juego sobre otro grupo social de esta década: jóvenes que ni ni. En un texto impecable, el sociólogo Ignacio Ramírez en Le Monde del año pasado (sobre un trabajo de FLACSO sobre cultura política en Argentina) planteó una conjetura: la clase media es kirchnerista y no lo sabe. O: es más kirchnerista que lo que admite ser (según su consenso a políticas como el matrimonio igualitario, los derechos humanos, la intervención del Estado, etc.). El gobierno cinceló en diez años una sociedad que se le parece más de lo que cree. Su agotamiento político, la economía con problemas, y la ausencia de recursos simbólicos para sobresaltar la meseta crítica no pueden ocultar este resultado: la sociedad ya no es la misma. Pero la orientación de los análisis, siempre tan centrados en el kirchnerismo (con su “¿qué les pasó?” a la cabeza) debe empezar a torcer el foco. Hay que mirar la sociedad. La idea teórica de kirchnerismo “sujeto” vació de experiencia social al kirchnerismo. Como dicen los análisis trotskistas dementes: ¡ahora los uniformados conducen la lucha de clases! (“ellos subieron el techo salarial”). O la presencia latente de los vecinos y la luz. Y así. Suenan las calles, muchachos. Ni la militancia debe ser sólo la infantería simbólica que defiende al gobierno de la sociedad, ni el análisis político aceptado debe ser la pregunta perenne y agotadora por el kirchnerismo. Afuera hay un país. . ×
¡AGEN
La salidera
DÁ!
manda tu gacetilla a salidera@niapalos.org
MUSICA Club 3131 Miércoles 29 - Ciudad Cultural Konex Sarmiento 3131 - 19 hs
El "Club 3131" es una propuesta distinta. En una sola noche reúne a Flor de Mambo, una banda que va desde la salsa, el son, pasando por la cumbia colombiana y otros ritmos que se fusionan con el objetivo de hacerte bailar toda la noche, con la musicalización de DJ Diamante, y su mix de música electrónica y rock. Como si todo esto fuera poco, vas a tener a disposición mesas de ping pong, metegol y futbol-tenis, totalmente gratuitos, para poder distenderte y pasar un miércoles diferente tomando unos tragos y disfrutando de estas actividades. La entrada sale $40.
tra música nacional: "El Tata" Cedrón. El ciclo sobre Favio repasa su filmografía a través de proyecciones de sus trabajos cinematográficos a modo de homenaje a este gran artista que trascendió los límites del cine y también incursionó en otras disciplinas artísticas como la música. Los viernes a estas proyecciones se le suman diferentes presentaciones musicales a modo de introducción. "El Tata" será el encargado de amenizar la noche con su guitarra y voz inconfundible. Imperdible y gratuito.
TEATRO Fuerza Bruta Domingo 26 - Centro Cultural Recoleta - Junin 1930 - 20 hs
Ron Mueck Martes a Domingo - Fundación Proa Av Pedro de Mendoza 1929 - 11 a 19 hs.
Lucas Finocchi es guitarrista y cantante de Mostruo! y este miércoles, en compañía de la Probabel Orchestra, presentará canciones compuestas en casa, en plan acústico e intimista, fuera de la lógica del rock galopante de la banda. Tocará también Luciano Larocca, percusionista de La Bomba de Tiempo, que presentará El Escorpión, un proyecto solista donde el músico explora la canción desde la guitarra y la voz. Entrada $40
Es difícil catalogar a "Fuerza Bruta" como un mero espectáculo de teatro. Este grupo, ya legendario de la escena porteña, ha logrado instalarse no solo en el ámbito nacional sino también fuera de su tierra, a fuerza de increíbles y originales espectáculos que combinan el teatro, la danza, y actividades de riesgo que dan como resultado una estética impresionante, logrando una sorpresa constante en el espectador. El show actual lleva un nombre extraído de las raíces profundas de nuestro suelo: "Wayra", es una propuesta que, como siempre, involucra al espectador y lo torna partícipe de la noche. Imperdible para el que nunca lo vio y siempre nuevo para aquel que ya tuvo el gusto de apreciarlo. Las entradas están desde los 120 pesos.
Juan "El Tata" Cedrón
FOTOGRAFÍA
Viernes 31 - Casa del Bicentenario Riobamba 985 - 20 hs. En el marco de la exposición sobre Leonardo Favio, ese prócer del cine argentino, contaremos en esta oportunidad con otro gran referente de nues-
Staff Director Federico Scigliano Editor Diego Sanchez
Redactores Pablo Móbili Martín Rodríguez Emiliano Flores Franco Dorio Julián Eyzaguirre Romina Sánchez Diseño original Nizo Mauas
parte de la convocatoria para el V premio Centro Cultural Haroldo Conti, y tienen como eje temático a la memoria y los derechos humanos. Es una muestra fuerte que permite meterse en la piel de las atrocidades cometidas durante el terrorismo de estado ejercido en las dictaduras cívico-militares en nuestro país. El Centro Cultural Haroldo Conti funciona en el predio de la Ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), hoy resignificada en Espacio para la Memoria, donde se llevan adelante distintas actividades culturales, que buscan llenar de vida estos espacios macabros sin perder de vista la memoria colectiva.
ESCULTURA
Lucas Finocchi y la Probabel Orchestra + Luciano Larocca y el Escorpión Miércoles 29 – Ciudad Vieja – Calle 71 Nº 1103, esquina 17 – La Plata – 21:30.
muestra fotográfica que se compone de una selección de obras que forman
Escenarios y Naturalezas Martes a Domingo Centro Cultural Haroldo Conti Av del Libertador 8151 - 12 a 21 hs. "Escenarios y Naturalezas" es una
Arte Diego Paladino Santiago Ares Gaspar Iwaniura Fotografía Patrick Haar
Redacción: Amenabar 23 (C1426AYB) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Contacto: contacto@niapalos.org Departamento comercial: Tel.: 4776-1779
Grazia Quaroni es la curadora de esta exposición que viene de un rotundo éxito en París, y en palabras de Quaroni "ha revitalizado la escultura figurativa contemporánea". Ron Muek es un artista australiano que utiliza diferentes técnicas y materiales con el fin de lograr un ultrarrealismo en la representación de la figura humana. El mérito del artista no radica solo en lo increíblemente bien logradas que están las obras, que hacen dudar al espectador de si está frente a una escultura o frente a un ser humano, sino el dramatismo de las situaciones representadas y en la increíble dosis de vitalidad en la expresión de las figuras. Una oportunidad imperdible en el marco del itinerario latinoamericano de la exposición. La entrada: $15 general, $10 estudiantes, $5 jubilados.
Internos: 156 y 159 Venta de ejemplares atrasados: Azopardo 455. Tel.: 4342-8476 Impresión: Editorial AMFIN S.A. Paseo Colón 1196. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Distribución en Capital Federal y Gran Buenos Aires: New Site. Baigorri 103, CABA. Distribución en el interior: Inter Rev S.R.L. Av. San Martín 3442. Caseros Pcia. de Buenos Aires.