Suplemento Ni A Palos Numero 236

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SUPLEMENTO JOVEN DE TIEMPO ARGENTINO Domingo 20 de octubre de 2013 Buenos Aires, Argentina Año 4 Nº236

A PALOS

La década narrada Volver a los 90: un recorrido por las obras que cuentan los años que aprendimos a odiar

entrevista a pablo morosi, autor de ¿dónde está miguel? “La ausencia de Miguel Bru deja un rompecabezas sin terminar” iento,

ás: La semana, la mala leche , diario de bicisenda, trasvasam + Adem ESTEREOTiPOS, la salidera, D.R.E.A , whiskypedia, y falsa escuadra


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LA semana

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El viernes 11 un grupo de personas encapuchadas realizó 14 disparos sobre el frente de la vivienda del gobernador santafecino Antonio Bonfatti. Dos de los impactos ingresaron al living mientras el mandatario se encontraba con su mujer. El grave atentado, del que aún se investigan móviles y responsables, volvió a poner en escena los reclamos de distintos sectores sociales que insisten con prestar atención a un submundo narco que crece y entra en tensión violenta con la instituciones políticas y las fuerzas de seguridad.

»  EL LUGAR

»  EL OBJETO

»  EL PERSONAJE

» EL TWEET

Estados Unidos //

Cámara //

Gioja //

@CoronelGonorrea

USA en modo Rodriguez Saa: en medio del bardo económico y político, que llegó hasta un shutdown administrativo, los copados del Tea Party agitaron esta semana el fantasma del default. Como diría un trosquista (?): crisis del capitalismo.

Entre la grabación de un gendarme a Juan Cabandié y el crudo de la “cámara oculta” del encuentro entre Lanata y Fariña, la política mudó su domicilio a YouTube. Una campaña a pura edición.

El gobernador de San Juan sufrió un grave accidente mientras viajaba en helicóptero. A causa del accidente falleció la diputada Ferrá de Bartol y el gobernador seguía, al cierre de esta edición, internado en terapia intensiva.

Al Momo Venegas le iban marcando los tiempos del guión con una picana en la espalda.

Luisabungismo

WHISKYPEDIA

Se define al luisabungismo como una corriente de pensamiento político, aunque también como una nueva filosofía de vida simplísima, practiquísima, profundamente cristiana y antiquísima. A pesar de ser una corriente de pensamiento novedosa para el estudio de las ideas políticas, el calificativo de antiquísimo se incluyó como verdad del luisabungismo por su refinadísima fonética frente al más grasún y peronista calificativo de “popular”.

Origen Contenido [ocultar]

1. Definición 2. Origen 3. Liberalismo for dummies 4. Política laboral 5. Transporte

Se rastrea el origen del luisabungismo en la entrevista fundamental y fundacional que el periodista Luis Novaresio le realizara a la ex modelo, agrónoma y actual candidata por el Partido Liberal Libertario, Luisa Bunge, founding mother del movimiento luisabungista. Allí la joven Luisa expresó sus ideas que calaron hondo y le dieron un aire renovado a lo que parecían ideas que el liberalismo del siglo XIX había enterrado con sus propios ideólogos.

Liberalismo for dummies Una de las virtudes del luisabungismo fue no sólo el aggionarmiento de las ideas básicas del liberalismo a los tiempos en que vivimos, sino también la sencillez en la comunicación de esas ideas. Mientras que voluminosos tratados sobre el liberalismo chocan contra la necesidad de inmediatez y resumen de la vida en las redes sociales, el luisabungismo se impuso a fuerza de definiciones del tipo de “el país hace rato está manejado por el Estado”, que no por breve y a primera vista carente de sentido deja de esconder tras de sí una reflexión de una profundidad que excede estas líneas.

Política laboral En lo referido específicamente a las propuestas del luisabungismo para obtener una banca desde la cual llevar su revolución liberal como bandera hasta la victoria, esta corriente política se definió como una fortísima defensora de los derechos individuales, especialmente aquél que se refiere a “la libertad de trabajar”. Entendido más

como libertad de montar una empresa para que, en verdad, sean otros los que trabajen, el luisabungismo desarrolló un marco teórico referido a las presiones estatales frente a esa libertad cada vez más en riesgo. Bajo la consigna de lograr antes que nada la eficacia en la transmisión de las ideas, la líder natural del movimiento manifestó que la libertad de comercio se encuentra sojuzgada por la amenaza de que “si un empleado tiene un problemita te hace juicio y te fundís”.

Transporte Llevar la revolución liberal como bandera a la victoria no sería una tarea sencilla para el luisabungismo, toda vez que señaló, como segundo pilar de sus propuestas, la cuestión del transporte público. Coincidiendo en el diagnóstico con casi todos los sectores del arco político, quizás no coincidió tanto con el remedio, que resultó ser nada menos que “privatizar todos los transportes públicos”, política que matizó con un “emmm”, instaurando una primera división fundacional en el luisabungismo.


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3 Bajón. m. Estado de ánimo, situación de angustia, malestar o aburrimiento. // "No salgo, estoy medio bajón." / "Este lugar es un bajón." // Efecto secundario de la marihuana que implica la necesidad de ingesta de alimentos. // “¡Che, qué buen bajón que pegamos!" -"Qué alto bajón que es la bondiola en lo del Chapu en la Costanera."

ESTEREOTIPOS HOY: El militante del Partido de la Red » »Es julianassangista fanático.

» »Se lleva bien con sus ex novias

» »Se cree Daniel CohnBendit desde que lo bloqueó @FernandezAnibal en Twitter.

» »De pibe, se quedaba leyendo historietas a la sombra.

» »Abrió una cuenta en Ask. fm para que le recomienden comidas pero se pasó dos días sin morfar. » »Banca un poco al gordo de Megaupload pero le hace ruido que sea millonario. » »Sólo lee en Kindle. » »Tiene la notebook llena de stickers. » »Se bajó la app para cacerolear el 8N. » »El discurso de Steve Jobs en Stanford es su La Comunidad Organizada. » »Igual no le alcanza el sueldo para comprarse una Mac. » »Quiso configurar una red Tor para navegar de forma anónima pero se le llenó de virus el Windows Vista. » »Es puntero político del World of Warcraft. » »Tiene una remera de Doom, Megaboy, y un wallpaper erótico de Chun Li de Street Fighter mostrando el escote. » »Es New Full User en Taringa!

» »Tuvo Atari. » »Desde hace 6 meses está apasionado con el ping pong. » »Le creyó mucho, pero mucho, a Lilita entre 2001 y 2003.

lilaescondida.tumblr.com/

» »Mamá es psicóloga. » »Papá, arquitecto.

diario de bicisenda  |  Por Emiliano flores

» »Cuando estudiaba en la UBA no laburaba, pero en enero Cuba era una fija. » »Dice que con internet "hay más libertad" y se siente un estadista. » »Reacción al arrojarle una pelota: tomarla con la mano. » »Está muy de acuerdo con el voto electrónico. » »Supone que el voto electrónico tiene algo que ver con votar desde casa.

» »Se da mística militante escuchando Rage Against the Machine en Spotify.

» »Es monotributista.

» »Está muy pendiente a la política norteamericana. » »Sabe las reglas del béisbol y del fútbol americano.

ESTEREOTIPO DEL DOMINGO QUE VIENE «El que regala cactus para los cumpleaños» Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a contacto@niapalos.org o vía Twitter a @niapalos así lo publicamos.

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GRÁFICO

» »Usa anteojos desde los 13 años.

» »Fue a “volantear” unos tuits a Acoyte y Rivadavia pero justo se había caído la antena de Movistar.

twitter

TUMOR

» »Coleccionó estampillas y monedas.

» »Tiene contradicciones con el tono peyorativo que se le asigna a la frase “opinar desde un sillón”.

» »Le encantaría trabajar en Greenpeace.

Chagar. f. Dícese del aparato reproductor masculino. // "El grone tiene tremenda chagar"-¿Mariela? Nada que ver. - Ooookeeey

» »Tiene la colección completa de la revista Conozca más, antes conocida como Conocer y Saber.

» »Comprometido con su nueva vocación política, ya se preparó un cosplay de Luis Zamora.

» »Fuma cigarrillos mentolados.

Bajonear. tr. Ingerir alimentos en la culminación de la noche, previo a acostarse a dormir. // "Quiero llegar a casa para bajonearme las milanesas frías de ayer."

@niapalos niapalos

Un secreto Además de ser el nombre del futuro, cambio es la palabra que más veces le escuché decir a mi chino. Mi chino se llama Yon y es la cara visible del supermercado de Carlos Calvo y Castro Barros, uno de los cientos de comercios asiáticos que se expanden por la ciudad. Excede a mi interés las razones hicieron que Yon migre desde una provincia de China para convertirse momentáneamente en mi chino. La relación empieza y termina ahí, mediada por una caja, con el chino pidiéndome cambio y yo gesticulando ampulosamente por la culpa que genera pagar con cien una compra que no alcanza a los 23 pesos. La culpa es verdadera y se agranda un poco por la actitud risueña que profesa durante horas el bueno de Yon. A él no le importa si tal situación se debe a una realidad efectiva, probablemente alguna de las que le debemos a Perón, o a que dejamos todo el cambio en el otro pantalón. Yon responde siempre con el talante proactivo de quien conoce uno de los secretos que mejor esconde la ideología. Aunque parezca mentira la cadena evolutiva de los chinos empieza en las míticas pulperías. Y si bien la sensación de que entre uno y otro emprendimiento hay varios eslabones perdidos deben saber que no es tan así. Hasta mediados de los cincuenta, las compras de alimentos y otros productos reposó en tiendas específicas, de muy pequeña escala como almacenes

y despachos de bebidas. Tiempo después, a medida que las ciudades se fueron convirtiendo en lo que son, nació el Supercoop: el primer polirubro de grandes dimensiones situado en la base de un complejo habitacional que construía una cooperativa llamada El Hogar Obrero, para proveer de alimentos a quienes habitaban el edificio. Otro momento de la historia de las góndolas fue la llegada de Minimax, una firma propiedad del magnate Rockefeller, que mucho antes de desembarcar de la mano de Chevron, lo hizo a partir de un súper. Ese momento, sumamente importante, suele ser recordado por tratarse del ingreso de capitales extranjeros en la distribución de mercancías. Minimax fue el primer comercio en decorar su marquesina con la palabra supermercado, por eso, antes que nada, representa el momento de autoconciencia del supermercadismo. Lógicamente, el propio desarrollo de los supermercados hasta llegar a lo que conocemos hoy nos permitió conocer la experiencia del almacén de barrio. En mi caso fue el almacén de Angelita, un comercio relativamente pequeño ubicado en el barrio de Haedo. Sería lindo decir que lo de Angelita atesoraba la magia de un comercio atendido por sus propios dueños. No voy a mentir, las galletitas por venta al peso saben mejor que las de paquete. Pero aunque no viviésemos en un sistema basado en la con-

centración económica, no había que ser un experto en tendencias para comprender que ese tipo de negocio atendido por sus dueños estaba llamado a fracasar: atendido por sus dueños significaba agregar, al precio de abastecerte, interacciones con su marido, su hijo de seis, su hijo de dos, la madre de Angelita y el perro del de seis, que te mordía los cordones que te tenías que volver a atar pero con el cordón todo babeado. Así, a fines de los ochenta, llegaron Carrefour, Jumbo, Wal-Mart y grupos argentinos como Coto y Casa Tía. Fue la etapa más voraz del supermercadismo y podría considerarse la etapa para sí. Lo cierto es que a partir de ofertas, la posibilidad de maltratar a las cajeras y algunas otras ventajas, estos monstruos que se devoraron la mayoría de los comercios de barrio, nos hicieron creer que perder el tiempo haciendo cola era el costo inevitable del progreso. Sin embargo, tratando de pasar desapercibidos, nuestras urbes comenzaron a plagarse de los mercados de origen asiático que hoy modelan más del 40 % del consumo elemental de lo porteños. No son un culto a la limpieza, se dice que la mafia china, que apagan las heladeras, que no pagan impuestos pero Yon, como otros miles de orientales, conocen perfectamente el secreto de por qué estamos ahí: te da el vuelto y te devuelve rápido a tu casa para que sigas con tu vida. Simple pero verdadero.×


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Por Mariano Zamorano Imágenes y recuerdos personales se mezclan y entregan un mix amorfo compuesto por noches en hoteles all inclusive, novelas televisivas protagonizadas por Grecia Colmenares, cartas a la NASA, salidas de viernes y sábados al ex boliche Ananá, con el contexto de un país que se privatiza, en donde el desempleo empieza a ser una opción en grandes porcentajes y el call center la única entrada al mercado laboral. Más allá de esto, el interrogante es básico: ¿cómo retratar la década del 90 fuera de esquematizaciones sencillas, clichés y demonización política? Sebastián Robles, Violeta Gorodischer, Martín Gambarrotta, Ezequiel Gatto y Marcos Perearnau fueron algunos de los autores que en los últimos tiempos lograron desentrañar partes de la respuesta. Repaso por las obras que interpelan desde distintos costados al país de los 90.

Reflejos de los 90 El book trailer de la segunda edición de Los años felices, de Sebastián Robles, comienza con la frase del autor presente en la contratapa del libro en donde se pregunta: ¿cómo narrar una época sin olvidar que la odié profundamente pero también la amé en secreto? Las imágenes que continúan se suceden entre iconografía del mundial de Italia 90, la banda del Golden Rocket, Menem y Alfonsín de espaldas en el Pacto de Olivos, un billete de un peso y un dólar en señal de convertibilidad, Guns N’ Roses y Rolling Stones tocando en el país, el atentado a la AMIA,

la película Caballos Salvajes, Pinamar, hasta finalizar con alguna fotografía del 19 o 20 de diciembre de 2001 y un cartel que dice ‘no hay vacante’ como símbolo de desempleo. “Hablar de los 90 como la década infame era repetir un discurso de otros. No porque carezca de verdad, sino porque mi experiencia –igual que la de muchos de mi generación– tuvo otros matices. El problema de la demonización política de la década es que conlleva la idea de que todos fuimos víctimas de un proceso del que nadie se asume como responsable. Victimizarse me parece una manera fácil de quedarse en el molde, de ser condescendiente con uno mismo y, en definitiva, de no crecer nunca. Prefiero reconstruir mi historia, no tanto como individuo sino como integrante de una generación, desde un lugar un poco más auténtico”, asume Robles. En Los años felices Eric es el encargado de narrar su historia desde la primera visita al Cemento de Omar Chabán hasta el ingreso al CBC de Drago y los vaivenes con sus amigos Hernán y Diego, en un escenario movedizo pero que siempre tiene como foco principal a Villa Ballester. Novela nacida al calor de un blog, Robles asegura que si bien tomó como modelos todos aquellos blogs contemporáneos que ejercitaban la nostalgia -en particular la de los años ochenta- no quería incurrir en la idea instalada de que todo tiempo pasado fue mejor. “Había algo en la nostalgia de los noventa que me parecía obturado: no era tan sencillo escribir un blog nostálgico sobre los 90 como lo era sobre los 80, especialmente si uno quería ir un poco más allá de la mera rei-

Contar otra vez

Nota de tapa

En los últimos años surgieron una serie de obras que narran y describen la década del 90 lejos de la demonización política explícita y más cerca de experiencias micro o personales. Los relatos se extienden y llegan a ficcionalizar el menemismo a través de una tragicomedia teatral y a analizar el rol de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota como LA banda que fundó una época. Nota en clave Pumper Nic, porno en VHS, Pronto Shake y Todo por $2. vindicación de ciertos consumos culturales, que era lo que se hacía habitualmente en los blogs. Las preguntas que me interesaban responder, más allá de la cuestión de la nostalgia que por supuesto también está presente, fueron ¿de dónde vengo? ¿qué cosas me constituyen a mí como escritor y, más importante, como integrante de una generación?”, dice Robles y señala a la serie The wonder years y los libros El Cuerpo e It, de Stephen King, como influencias que le sirvieron para narrar el pasado histórico. En otro orden de las cosas, en Los años que vive un gato Violeta Gorodischer se encarga del retrato de una familia de clase media, con vacaciones en Cuba y Disney incluidas, atravesada por la homosexualidad y el exilio a España de uno de los hijos, y la extracción de un tumor sobre la médula y el posterior tratamiento que atraviesa la infancia y adolescencia de la protagonista. Las contradicciones de la clase media ilustrada (“son

los primeros en levantar la mano a favor del matrimonio igualitario pero dejan pasar miles de comentarios homofóbicos”), llevaron a Gorodischer a escribir Los años que vive un gato bajo el género de familia disfuncional (“a lo Franzen, a lo Salinger”). “Yo quise, desde la mirada infantil, transformar el sueño de Disney en una pesadilla, en una incomodidad de clase que yo misma pertenezco. Le conozco las grietas y desde ese lugar puedo contarla, me hubiera sentido muy incómoda contando otra clase. En la década del 90, que no es toda igual, hay un apogeo y una caída, todo el mundo se iba a Miami a consumir, pero yo pongo el ojo en una familia progre. Son los que también dicen ‘vamos a Cuba, que es la cuna del socialismo’, los que arrastran cierto discurso libertario de los 70 pensando que aún son revolucionarios o que luchan contra algo, cuando lo que aparece es este doble discurso: irse a Cuba y no ver las grietas del sistema castrista,

negar eso que ve la nena, cómo las mozas se prostituyen con los italianos, o volver acá y acusar a la empleada de robo”, comenta Gorodischer. “En la novela los noventa son un contexto situacional que habla de muchas cosas. No hay demonización pero sí crítica y autocrítica (de clase) que es lo más rico de un trabajo narrativo. Por eso la política o el contexto social son telones de fondo que sin embargo se filtran constantemente. Exigen una lectura atenta, no subrayar (acá se critica la plata dulce, acá la represión, acá el vaciamiento del país, las privatizaciones) sino plasmar todo de una manera sutil”, dice Gorodischer y señala a Sebastián Robles, Walter Lezcano y Laura Meradi como algunos de los escritores de su generación –que promedia los 30 años- que aportaron una perspectiva “no tan escandalizada o iracunda, con una mirada adulta y una crítica implícita, sutil, acompañada por ritos de iniciación”.


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Redondos forever En el capítulo Gulp! de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, del libro 10 discos del rock nacional presentados por 10 escritores, Martín Gambarrotta analiza la forma en que las canciones del primer disco de la banda salieron a cuestionar el orden establecido y las reglas de juego en plena primavera alfonsinista (“Solari ya tiene el contexto perfectamente diagnosticado: la primavera alfonsinista pronto va a pudrirse”). Gambarrotta señala que el diosprisión-feliz-prisión de Barbazul sirve como anticipo y descripción del comienzo de los noventa con las departamentales del Gran Buenos Aires desplegadas por la Costa Atlántica, con apoyo político duhaldista, “para limpiar playas de punks, hippies, rastafaris, psicobolches, y todo joven que atentara con transformarla en balneario decente”. Gulp!, Oktubre y Un baion para el ojo idiota son señalados por el autor como el anuncio con clarividencia de la llegada de la década neoliberal. Por otra parte, en Redondos A quién le importa, biografía política de Patricio Rey recientemente publicada, se señala al monarca Patricio como “un oasis en ese desierto hostil” de los años eclosivos del fin de los grandes relatos, la crisis de los Estados-Nación y la neoliberalización, caracterizados en la Argentina por la sociedad de mercado (Shopping Disco Zen, Vulcan Roja y risas Baron B) y el menemismo. “Nos parece que todos los discos tuvieron una capacidad explicativa y anticipatoria poderosa, siempre caminando por los bordes de la época. Siempre planteando

lo que llamamos el raje: romper las narrativas, los sentidos, las explicaciones. Nos parece también que los discos, sobre todo desde el momento en que la banda se vuelve masiva, no se limitan a entender la época sino que la crean. Argentina no sería lo que es si Lobo suelto Cordero atado no hubiera salido nunca”, dice Ezequiel Gatto, coautor del libro junto a Ignacio Gago y Agustín Valle.

Menem en las tablas En febrero de 2012 la obra Menem Actor, escrita y dirigida por Marcos Perearnau, tuvo su presentación en Casa Ofelia Teatro. Reestrenada en la Sala B de Ciudad Cultural Konex en junio de este año y luego publicada en formato libro, la obra recrea la intimidad del ex presidente a partir de sus relaciones con Zulemita, Leonel Miguel (hijo de Lorenzo Miguel) y Ana María Luján.

“La premisa fue que el actor no se pareciera a Menem. El trabajo estuvo puesto en no condenar a Menem moralmente, sino en dejarse atravesar por sus fuerzas. Devolverle sus poderes de seducción y facultad de mezclar discursos tan heterogéneos como el peronismo, neoliberalismo, relatos bíblicos, el Corán. Deshacer el hechizo de ese travestismo discursivo, con el hechizo del teatro. Zulemita sufre un severo

complejo de fealdad y sustituye a la madre cuando es nombrada Primera Dama. Quien viene a romper el vínculo incestuoso con su padre es Leonel Miguel, testaferro, y presunto hijo de Menem, que realiza un salto mortal y pasa de ser un don nadie a disputarle de igual a igual el trono a Menem. Sus ambiciones de ascenso y de transformar su sustancia social lo echan a perder. Y quien va tejiendo por detrás todos los hilos de la historia, es Ana María Luján, la eterna amante de Menem”, cuenta Perearnau. Menem Actor transcurre entre discusiones de Zulemita y Menem en la Quinta de Olivos, reuniones en la habitación Queen of Empire del Hotel Alvear, citas del Corán y el Facundo, y un desenlace poderoso a partir de la muerte de Carlitos Jr. Perearnau dice que la complementación entre la obra de teatro y el formato libro permite apreciar cómo los hechos de los 90 se prestan a una estructura clásica de dramaturgia, colabora en darle realidad teatral a representaciones como la de Menem y pone a jugar al teatro en la interpretación y elaboración social de los problemas del presente. “En lo personal atravesé la década menemista sin conciencia histórica. Nací en el 85, el año de los Juicios. Escribir Menem Actor fue la posibilidad de producir una distancia desde la cual trabajar estos materiales. Transformando los materiales en teatro, es decir volviéndolos disponibles para lo escénico, puedo establecer una relación genuina con ellos. Encuentro en el teatro la posibilidad de construir una mirada para poder ver. Es a través de las obras como miro”, concluye Perearnau.

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Por Mariano Vespa ¿Cómo surgió la investigación del libro? Cuando ocurrió el caso, en agosto del 93, colaboraba en un suplemento que tenía Página/12 en La Plata. Ahí solíamos trabajar en equipo con Cristian Alarcón y él, en su condición de estudiante de periodismo de la misma camada que Miguel, trajo la preocupación de la familia por su ausencia. En aquel momento empecé a guardar cosas: volantes de la Escuela de Periodismo, escritos judiciales, anotaciones, casetes con entrevistas, etc., con la idea de armar algo más adelante. Las cosas fueron quedando en un archivo al que cada tanto le agregaba nuevos elementos: la cobertura del jury en que se destituyó al primer juez del caso, Amilcar Vara; las notas del juicio oral en 1999 donde se condena a los policías. Con el tiempo, el proyecto durmió devorado por otras urgencias. El año pasado, invité a Rosa Shonfeld, la mamá de Miguel, a una de mis clases de periodismo en la Universidad de Quilmes y mientras la escuchaba ante los alumnos en un ejercicio de entrevista colectiva caí en la cuenta de que llegaban los 20 años y no se había escrito un libro sobre el caso. Se lo propuse y se mostró emocionada y muy agradecida. Creo que hay cosas personales como estar en pareja con una periodista, Sandra Di Luca, con la que empecé a salir en aquellos días con quien cubríamos el caso y que ahora colaboró conmigo en la investigación; pero también hay motivos más relevantes como el intentar un aporte para el mantenimiento de la memoria colectiva sobre el caso y la toma de conciencia de la deuda que implica el hecho de que aquella pregunta surgida del desconcierto por la falta de Miguel siga hoy sin respuesta pasadas dos décadas. Al mismo tiempo hay un reconocimiento necesario a la lucha inquebrantable encabezada por la madre de Miguel, sus amigos y compañeros.

A pesar de haber conocido a Miguel sólo a través de testimonios ¿qué valores rescatás de él? En la tarea de retratarlo para el libro pude reconstruir parte de su vida, sus gustos, sus costumbres entrevistando a sus amigos y a su ex novia. Era un pibe al que le gustaba mucho la calle; compartir aunque tuviera poco; ser amigo de sus amigos. Defendía convicciones

«Hay un reconocimiento necesario a la lucha inquebrantable encabezada por la madre de Miguel, sus amigos y compañeros»

pablo morosi

«Miguel defendía convicciones que lo ubicaban claramente en un lugar antisistema» Este año se cumplieron dos décadas de la muerte y desaparición de Miguel Bru, el joven de 23 años, estudiante de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata, que fue ejecutado por la maldita policía el 17 de agosto de 1993. Caso que marcó una divisoria de aguas en la historia del gatillo fácil en la Argentina, el crimen de Miguel es una muestra clara de diferentes prácticas nefastas que aún persisten y de la gran deuda de la democracia en el año de su 30 aniversario: la discusión respecto al accionar de las fuerzas de seguridad. Recordamos a Miguel y a la lucha de Rosa, su madre, junto al periodista platense Pablo Morosi, autor de la reciente investigación ¿Donde está Miguel? que lo ubicaban claramente en un lugar antisistema. Su novia dice que era un anarquista intuitivo porque tenía actitudes de anarco sin aprehendido el dogma. Como sea, su ausencia deja un rompecabezas sin terminar y esa es la herida de la que tenemos que hacernos cargo como sociedad.

Como profesor de la UNLP, ¿en qué sentido ves la presencia de Miguel en la juventud? Creo que en la Facultad de Periodismo y, si querés, en la ciudad de La Plata, hay una idea sobre el caso y su figura tiene cierto aura, pero

en el resto del país me parece que es uno de esos casos para mencionar pero, lamentablemente, no veo demasiada información ni un conocimiento masivo al respecto.

En el prólogo decís que la pregunta (¿Dónde está Miguel?) sirve para repensar un desafío para la democracia en relación a los desaparecidos. Más allá de que hablamos de dos formas de gobierno totalmente opuestas ¿Cómo interpretás la figura del desaparecido en democracia y la del desaparecido en dictadura en esencia y en relación

a su búsqueda? La desaparición en democracia sólo es posible porque existió una dictadura que usó ese método para aniquilar a sus opositores. En tanto y en cuanto no se corrija la secuela cultural que anida en la fuerza de seguridad provincial, usada como instrumento represivo por los militares, el problema persistirá. No ha habido una política seria y consecuente en ese sentido; por el contrario ha habido una sucesión de marchas y contramarchas que han permitido la subsistencia de prácticas de terror muchas ve-

ces cobijadas desde los sectores políticos y judiciales. Este año Rosa denunció la inacción de la causa abierta aún por la búsqueda del cuerpo. Aunque con diferentes condimentos, las desapariciones en democracia son mensajes macabros del pasado cuyo abordaje y resolución, a treinta años de la recuperación de las instituciones, es de exclusiva responsabilidad de los gobernantes.

¿Qué precedente deja el caso Miguel para hablar de cuerpo del delito y no de cuerpo de la victima?


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«Aunque con diferentes condimentos, las desapariciones en democracia son mensajes macabros del pasado cuyo abordaje y resolución, a treinta años de la recuperación de las instituciones, es de exclusiva responsabilidad de los gobernantes» nen que ver con la falta de preparación, con la nula formación en derechos humanos, con bajos salarios y con un clima corporativo en el que si no se suma a las corruptelas queda marginado. Eso sigue existiendo y los políticos, no creo que sea por miedo, sino más bien por conveniencia, dejan así.

En varios pasajes “desnudás” las inacciones y los prejuicios de fiscales jueces corruptos que desistían de la búsqueda de Miguel por considerarlo homosexual o delincuente. ¿Qué beneficia para vos la democratización de la justicia? Hay que ver lo que cada uno entiende por democratización de la Justicia. El concepto principal para mí debería tener que ver con el acceso igualitario de todos a los tribunales; luego la necesidad de que los jueces tengan una alta capacitación técnica y un profundo compromiso con una justicia al servicio de la búsqueda de la verdad y no de otros intereses.

Hay mucho para decir de Rosa Schonfeld. Como Susana Trimarco, Sabina Sotelo y muchas otras madres son mujeres que, sin militancia previa, pusieron su cuerpo para mantener un mensaje en pie ¿Qué rescatas de su lucha?

La condena de los policías en ausencia del cuerpo es un hito que, incluso fue mencionado en los juicios por la verdad y en otras instancias judiciales de juzgamiento de crímenes de lesa humanidad. Los jueces que juzgaron el caso eludieron la estrategia que planteaban los defensores de los policías para quienes sin cuerpo no había delito alguno por condenar. La sumatoria de elementos de prueba construyó el cuerpo del delito más allá del ocultamiento del cuerpo de la víctima. La decisión de los jueces puede funcionar, en ese sentido, como una advertencia.

Un punto emotivo del relato es la carta de Carolina. Te la cito a modo de pregunta: ¿En qué cuestiones te parece que no “será demasiado tarde” la búsqueda? Nunca será tarde en tanto sirva

«La condena de los policías en ausencia del cuerpo es un hito que, incluso fue mencionado en los juicios por la verdad y en otras instancias judiciales de juzgamiento de crímenes de lesa humanidad»

para conocer lo ocurrido, despejar las dudas, saber la verdad. Creo que Carolina pensaba que lo peor había pasado. Y tuvo razones.

¿Cómo interpretás el silencio de aquellos participes o cómplices –sea de la dictadura o de casos en democracia- que se mueren sin confesar esos hechos tan aberrantes? Creo que, por un lado, no terminan de asumir sus actos aberrantes. Asumirlos sería, quizás, peor que mantener el secreto porque además de su propia conciencia

los acorralaría la conciencia colectiva y serían constante objeto de un reproche social que puede ser mucho más doloroso que una pena judicial. Por otra parte, he pensado en el convencimiento de esas personas. Etchecolatz, por ejemplo, era un convencido que siempre defendió lo que hizo. Acá hay vigente un pacto de silencio que sirvió para dejar impunes a otros policías que aquella noche estaban en la comisaria novena.

En el libro hay una cita de Zaffaroni que dice que el poder

judicial le tiene miedo a la policía. ¿Considerás, como Ricardo Ragendofer, qué el rol de la fuerza es gerenciar el delito? ¿Qué otros factores creés que desencadenan el gatillo fácil? El gatillo fácil es hijo de la secuela cultural de la dictadura en la que los grupos de tareas asociaron la represión con la rapiña. La policía se autofinancia desde siempre porque, entre otras cosas nunca tuvo un presupuesto suficiente. Pero eso no es justificativo. Por otro lado, el gatillo fácil y la brutalidad policial en conjunto también tie-

Rosa es un ejemplo. De mujer incauta del interior se convirtió en referente de la lucha contra la violencia institucional. Desde el dolor y la tragedia que la atravesó descubrió la verdadera dimensión de la solidaridad y transformó su lucha personal en algo colectivo, solidario. Es, acabadamente, un ejemplo de comunicadora popular porque ella ha sostenido, más que nadie, el relato de la historia de su hijo durante 20 larguisimos años. Ha sido la principal fuente de este hecho. Y no afloja.

¿Creés, como ella, que hoy estamos en presencia de un Estado distinto? Hay un Estado distinto del de los 90. Qué duda cabe. El problema es si esto es circunstancial o permanente. En este país tan proclive a los vaivenes, yo me inclinaría por lo primero.

¿A qué le decís ni a palos? Ni a palos a los palos; la violencia en cualquiera de sus caras×


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La salidera

Ley

DÁ!

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Por Sofía Mercader “En la villa no hay ley”, le comenté una vez a un amigo que me preguntó sobre el tema. Él se quedó pensando, repitió: “en la villa no hay ley”. La primera villa a la que entré fue la 20, en Lugano. Fui con un amigo que militaba en un MTD, ahora trabaja en el AFSCA y también se dedica a abrir locales de Nuevo Encuentro por la comuna 15. Me acuerdo que el MTD eran 2 o 3 personas que te hacían sacar la batería del celular cuando estabas en una reunión con ellos. Iba a esas reuniones también un dirigente de la villa al que años después me lo encontraría en la Legislatura, lo saludé recordándole que lo conocía, obviamente él no a mí. En la 20 el enemigo número uno era un tipo que se llamaba Villar. Con ese nombre era imposible no hacerse una imagen de narcotraficante asesino con guardaespaldas de 2 metros a su alrededor, una especie de zé pequenho blanco, o de rasgos andinos. Nunca lo vi a Villar, pero siempre me quedó la idea de que era muy malo, y también la idea de que debía haber un Villar en cada villa. La villa no me impresionó tanto, recordaba lugares parecidos que había visto en mi vida: algunas casas precarias de compañeros de la primaria, barrios del conurbano en los que vivían los albañiles con los que trabajaba mi papá, algunos lugares que quizás había visto en Misiones, cuando yo era muy chica y mi familia tenía una casa ahí. Lo que ahora pienso es que algunos lugares del conurbano son un poco más abiertos, más bajos, más tranquilos. La villa de la ciudad es amontonamiento, pasillos sucios, escaleritas caracol para subir a la pieza de arriba. La segunda villa que conocí fue la 21-24 de Barracas. Como en mi primera experiencia, no tenía muy claro por qué estaba yendo ahí, me lo habían propuesto y me sumé, lo que implicaba levantarse temprano los sábados a la mañana, tomarse dos colectivos, llamar a alguien para que te vaya a buscar a la entrada, llegar al lugar. Siempre me sentí un poco invasora, las villas son como un pueblo en el que todos se conocen, y como en todo pueblo, si caés un poco de la nada naturalmente te van a mirar mal, a desconfiar. Siempre el asunto era la “organización” de los villeros. Las

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asambleas, las reuniones, tratar de que las personas se “sumaran”, hacer actividades, proyectar películas, jugar con los chicos, armar el torneo de fútbol, hablar con los vecinos, que te contaran anécdotas que nunca entendías del todo (no se quién dijo no sé que cosa, fulano fue a amenazar a mengano, etc.). Después entendería un poco más cómo funciona esa mecánica: está en Ciudad de Dios, está en Elefante Blanco, está en una película muy clase B de unos chicos de la 21-24. También me contaría un poco mejor después mi último novio, que era de la 31. En las villas no hay robos, no hay violaciones (quizás sí dentro de una familia), pero hay guerra de bandas. No hay una razón mucho más alta para empuñar las armas que la de la diferencia de barrios adentro de la villa. Si sos de tal barrio no podés pisar tal otro, y viceversa. El día en que uno cruzó la línea, allí fueron los otros con sus armas a hacerle saber que ese no era su territorio. El día que uno es asesinado, empieza el ajusticiamiento y así hasta que alguno da el tiro de gracia. Después queda la guerra latente. Yo trataba de entender eso, encontrarle alguna razón. Así como también trataba de entender por qué las hermanas de mi novio preferían tener hijos y quedarse en su casa. Un amigo que trabaja en una escuela pobre dice que es tanta la violencia que tener un hijo da cierto resguardo. También tener hijos, matar a alguien, exponerte a que te maten, tiene que ver con la perspectiva de futuro que tenés. A algunos nos hicieron pensar que hay que mirar para adelante, pensar qué vas a hacer, quién vas a ser en el futuro, a cuidar tu vida. A otros no. Me cuesta ese límite, porque a veces, pienso: ¿por qué es mejor lo mío y no lo otro? Y después siento que es todo lo mismo, y me pierdo en la diferencia entre el bien y el mal. Quiero entender por qué a algunos no les parece tan terrible la sangre derramada. Y entonces cuando lo entiendo, ya perdí todo punto de referencia posible, y justifico todo. Y vuelvo: en la villa no hay ley. Te mataron un hijo, o te vengás o le vas a cantar a Gardel. En la villa no hay ley. Hay Asignación Universal, hay personas que trabajan en blanco, hay planes, pero no hay ley.

Musicales Mad Professor + Nairobi Jueves 24 - La Trastienda - Balcarce 460 - 23hs Mad Professor (Neil Fraser) retorna al país para un nuevo encuentro lleno de música e intercambio cultural junto a la reconocida banda local Nairobi. Ambos conjuntos estarán presentando sus nuevos trabajos y lo harán este jueves en la Trastienda. Entradas desde 130pé.

jueves a lo grande, con bandas invitadas, grupos de percusión desde tempranito y, claro, el show de Cafundó que siempre es garantía de bailongo. Entradas a un precio NOTABLE: 20 pesito pa todo el mundo.

reúne imágenes que fueron tomadas durante un viaje en moto de 5.800 kilómetros, entre Delhi y las puertas del Reino de Bután, cruzando todo el Nepal y Sikkim. Entrada libre y gratuita.

Teatreros APNEA de la Compañía David Señoran

Cachengue

Todos los sábados - Espacio Cultural Pata de Ganso - Pje. Zelaya 3122 21hs De la mano del director David Señoran, llega APNEA, un espectáculo musical de danza contemporánea que muestra a un grupo de jóvenes con un horizonte adverso a sus deseos y sin motivaciones. Nos permitirá ver su pasaje a la adultez, qué significa en muchos de los casos, renuncias dolorosas y pequeñas muertes sin sentido. Entradas a 60 pé.

II Fiesta del Guarapo con Cumbia Club La Maribel

Los Broster y Sus Crujidos del Sur Viernes 25 - Uniclub - Guardia Vieja 3360 - 20.30hs Cumbia, actitud y alegría a costa de todo, este viernes de la mano de los 3 brosters y los 3 crujidos del sur, que aúnan sus sonidos en un mismo recital para presentar el nuevo material de Los Broster.

Viernes 25 - El Chaperío - Jorge Newbery 4880 - 23.30hs Sale la segunda fiesta cumbiera organizada por las chichas de C.C. La Maribel, en esta oportunidad, en el antro del Chaperío, viejo reducto protoperonista devenido en boliche cumbiero. Junto a la Cresta de la Olga y la musicalización de Mama Tora, sale el cachengue a pura cumbiancha. Entradas generales a 40pé.

Yo es otr@ sobre textos de Rimbaud y Gogol Sábado 26 - Teatro Orfeo - Luis Maria Campos 1375 timbre 4 - 23hs En la difícil curva del existencialismo, un joven solitario, introvertido y poco adepto a las redes sociales, trabaja como cadete en una empresa familiar y se enamora de la hija del dueño. De ahí en adelante, consagra su vida a la conquista del amor de su musa, resultando en una vertiginosa capitulación al desorden de sus espíritu. Una obra de Ana Franchini, los sábados en el Orfeo, con entradas a 70pé y a 50 para jubilados y estudiantes.

Muestras Cafundó + 10 Orquesta Jueves 24 - Groove - Santa Fe 4389 19hs Cafundó + 10 Orquesta, “la sociedad viento tambor”, cumple su primer aniversario y sus primeros 10 shows en vivo, por eso deciden festejarlo este

Staff Director Federico Scigliano Editor Diego Sanchez

Redactores Martín Rodríguez Emiliano Flores Tomás Aguerre Franco Dorio Julián Eyzaguirre

“Vidas en la ruta”, de Federico Fangi Todos los días - Teatro San Martín - Corrientes 1530 La fotogalería del Teatro San Martín inaugura la muestra “Vidas en la ruta”, de Federico Frangi. La exhbición

Diseño original Nizo Mauas Arte Diego Paladino Fotografía Patrick Haar

Redacción: Amenabar 23 (C1426AYB) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Contacto: contacto@niapalos.org Departamento comercial: Tel.: 4776-1779

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