Suplemento Ni A Palos Numero 189

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Néstor Sono films

Fuimos al preestreno de la película de Néstor Kirchner en el Luna Park: cine liturgia y recuerdo SUPLEMENTO JOVEN DE MIRADAS AL SUR Domingo 25 de noviembre de 2012 Buenos Aires, Argentina. Año 2 Número 189

Entrevista a Mónica Santino: “El fútbol femenino es como una militancia” Además: La semana, la mala leche , fronteras, trasvasamiento, ESTEREOTiPOS, fechitismo, D.R.E.A , whiskypedia, tumor gráfico y falsa escuadra


2 NI A PALOS / Domingo 25 de noviembre de 2012 >

LA SEMANA

La Franja de Gaza fue otra vez el escenario de enfrentamientos entre el ejército israelí y el grupo Hamas. Tras ocho días de bombardeos, y la amenaza de una nueva guerra amplificándose, al cierre de esta edición se había declarado un alto el fuego que intentó lentamente devolver la normalidad a la región. El mundo, sin embargo, sigue de cerca el tenso hilo del que pende la paz.

EL LUGAR

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Mar del Plata

Hoy termina el 27º Festival de Cine de Mar del Plata. Al cierre de esta edición, más de cincuenta mil personas ya lo habían disfrutado. Envidia absoluta para los que tuvieron la suerte de pasear por la Feliz.

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EL OBJETO

Playa

David Hasselhoff, el protagonista de Baywatch y El Auto Fantástico, visitó Mar del Plata y cumplió su sueño (?): homenajeó, junto a Emilio Disi, a esa gema llamada Los bañeros más locos del mundo. Crack.

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EL PERSONAJE

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EL TWEET

Juez Griesa

Con su cara de Cuentos de la Cripta, el defensor de los fondos buitre fue una de las estrellas mediáticas de la semana. Lo raro es la forma en que algunos confunden gobierno con país y se alegran por su fallo contra la Argentina. Mal ahí.

@queruzo En 2001 tuvimos 5 presidentes. Ahora le metimos 5 sentidos a la calle Arenales. #NuncaMenos

Villalvismo El villalvismo es una patología que provoca una percepción que no corresponde a ningún estímulo físico externo. Es decir, el paciente siente la percepción como real a pesar de que la misma no ha ocurrido, a diferencia de la ilusión, que es una percepción distorsionada de un estímulo externo efectivamente existente. Se conoce al término como villalvismo ya que fue detectado por primera vez en el paciente Daniel “Keko” Villalva, jugador de la primera división de Argentina del club River Plate, que tenía la particularidad de festejar goles que no habían ocurrido durante el transcurso del partido. La particularidad de la patología reside en que generalmente el estímulo externo que el paciente crea en su inconsciente está vinculado a una situación de disfrute, es decir que el villalvismo se define más que por la invención de la percepción por su contenido positivo que busca engañar a la mente.

WHISKYPEDI A La enciclopedia ebria Contenido [ocultar] 1. Definición 2. Pinky 3. Por adjudicación 4. Por omisión

Pinky Uno de los casos más reconocidos de villalvismo fue el de la reconocida actriz y conductora televisiva Lidia Elsa Satragno, más conocida en el ambiente como “Pinky”. En 1999 fue candidata a intendente por el partido bonaerense de La Matanza en representación de la Alianza. Los bocas de urna la daban como ganadora del distrito y tal era la confianza que no dudó en proclamarse públicamente vencedora de la contienda electoral. Sin embargo, el conteo de votos dio como vencedor al candidato del Partido Justicialista, Alberto Balestrini. El caso fue uno de los primeros en denominarse un cuadro grave de “villalvismo político”.

Por adjudicación Uno de los casos más frecuentes de villalvismo en el ámbito de la política es aquél que se produce por adjudicación, una suerte de villalvismo retroactivo. En este caso el estímulo externo es verdaderamente existente, mas lo que el paciente tiende a distorsionar es su propia participación dentro del mismo. Por ejemplo, suele ocurrir que en determinadas movilizaciones, por poner un ejemplo, como la del 8 de noviembre contra el Gobierno nacional, ninguna fuerza política a priori decida ponerse al frente de la convocatoria por temores varios y posibilidades de costos políticos. A su término, y evaluando políticamente el costo y beneficio de asumirla como propia, el paciente comienza a suponer que la misma ha sido convocada y organizada por él mismo. Algunos especialistas dudan que se trate de un caso de villalvismo y lo consideran más bien un caso de pillines.

Por omisión Otra forma del villalvismo es aquella que se padece por omisión. La misma consiste no en inventar un estímulo externo que no existe, sino en lograr que la consigna de adhesión a una idea sea de tan natural cumplimiento que el sólo hecho de omitir una acción implique el apoyo a la misma. Es decir, radicalizando por ejemplo el método de paro, que implica dejar de cumplir una tarea para provocar un efecto, el villalvismo convoca, por ejemplo, a no movilizarse a Plaza de Mayo un martes a las 4 de la tarde en repudio a determinada cosa, logrando de esa manera que todo aquél que efectivamente no se movilice a Plaza de Mayo un martes a las 4 de la tarde esté de acuerdo con el repudio a la cosa, independientemente de la causalidad. Dicha forma de villalvismo, aseguraron otros especialistas, también es una forma muy parecida de la autocomplacencia.


Domingo 25 de noviembre de 2012 / NI A PALOS

ESTEREOTIPOS HOY:El fanático de Galeano

* Gusta recurrir a fábulas para explicar cualquier cosa, desde la República de Weimar hasta la acumulación de sarro en la bañadera. * Escucha música fusión. * Es uno de los principales promotores de la industria de la chancleta. * Le dice “chancleta” a la ojota. * Es también el responsable de que no termine de erradicarse definitivamente el sahumerio. * Si es mujer es muy afín a la ropa hindú. * Reivindica al “barcito de la esquina”. * Cree que el buen arte es el que te hace “reir, emocionar y pensar”. * Puede decir mucho la palabra “cipayo”. * Le gusta el fútbol de antes y casi todo lo de antes. * No tira caños cuando va ganando. * Es menottista. * Usa reloj de pulsera. * Cree que los celulares y las redes sociales hacen que la gente se comunique menos. * Lo mismo cree de la televisión. * Es peronista de José Pablo Feinmann. * Tiene Facebook sin foto de perfil, sólo para colgar flyers con frases de Galeano cuando hay un quilombo tipo el de Gaza. * Es más de Evita que de Perón como más del Che Guevara que de Fidel. * Es militante de Quino. * Puede meter camisa cuadrillé con bermuda. La camisa puede no cerrarle del todo. * No es vegano pero banca. * A misma distancia entre bondi y subte elige bondi. * Odia a los Estados Unidos de América a quienes denomina “yanquis”. * Una parte de él quiso hacer fuerza por Obama. * No pudo. * Imposta un latinoamericanismo textil, cultural y gastronómico que se nota demasiado. * Hizo el camino del Inca en más de una oportunidad. * Fue a todas las marchas contra la estatua de Roca en Diagonal Sur. * Va al Norte todos los veranos. * Pasó al menos una Navidad en Iruya. * Es más de Línea Fundadora que de la Asociación. * Y más de Abuelas que de Línea Fundadora. * Votó al PI. * Tiene barba canosa. * Fue mucho a la asamblea del Parque Centenario en el verano del 2002. * Dice que es de izquierda “pero no gorila”. * Tiene una extraña pasión por las murgas uruguayas.

estereotipo del domingo que viene El ratón que le sigue dejando cincuenta centavos al delivery Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a contacto@niapalos.org o vía Twitter a @niapalos así lo publicamos.

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D.R.E.A. Diccionario de la Regeneración del Español Argentino Por Sonny Corleone

Tragarse el sapo. Resultar engañado. // Pensábamos que con Barcos adelante y Ahumada les íbamos a hacer cuatro a Brasil. Está bien, nos comimos el sapo y nos cabió por penales. Pero si hay de lo que estamos seguros… Es que Pelé… Pelé debutó con un pibe.

Armar yompa. Armar grupos de afinidad. // Ahora las conchetas de Barrio Norte se mueren por armar yompa con el Momo Venegas, que armó yompa con Moyano, que a su vez armó yompa con Micheli que es parecido a Amigacho. Esto ya es un papelonacho. Tumbear. Engañar. // Griesa y su cara de tío sam nos quiere tumbear con la movida de los fondos buitre. Hemos leído acerca del realismo

jurídico, del acto jurídico y del ordenamiento jurídico. Pero nunca, compañeros, hemos oído hablar del buitrismo jurídico. ¡Los quiero mucho!

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TUMOR GRÁFICO

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FECHITISMO

E

por Julian Eyzaguirre

Pólvora + Farol = Bombita Rodríguez

l 25 de noviembre de 1867 el sueco Alfred Nobel inventó la pólvora. 89 años más tarde, Fidel Castro hacía de la precaria embarcación “Granma” un polvorín que encendió uno de los faros que -hasta el día de hoy- ilumina Latinoamérica. Es muy saludable traer estos fechitismos a la memoria ya que en días como los de hoy la lealtad y las convicciones son moneda invaluable, como los billetes de Evita. Pero ojo, decimos invaluable en el buen sentido, porque muchas veces cuando se le pone valor a las cosas -o se las sobrevalora-, surgen esas berreteadas que nos muestran las miserias de las personas, en especial de aquellas que se embanderan bajo falsas consignas... Como Benito Mussolini, que se disfrazó de socialista y un día como hoy, pero de 1922, recibía plenos poderes por parte del Parlamento italiano y luego, bueno, todos saben, resultó ser el facho number one. En cuestión, hoy es un día en el que tenemos que levantar la frente y no apichonarnos porque sea domingo. En principio porque aunque sea domingo, mañana es lunes feriado y hoy se tiene que salir, cueste lo que cueste. Por otra parte, el

feriado de mañana es el que corresponde al 20 de noviembre, Día de la Soberanía Nacional, y si recordamos el martes pasado, fue bastante triste ver cómo unos pocos burócratas nos quisieron amargar la semana con un boicot que resultó ser más virgo que la Cenicienta. Entonces hoy tenemos que demostrar que, así como laburamos el martes pasado, mañana lunes lo vivimos a pura resaca, como amerita un feriado, de la cabeza como lo estaba el patriota Lucio Mansilla cuando se le fue a encima a los ingleses y los franchutes, con cadenas y todo, de frente mar. Pero siguiendo con nuestro planteo inicial, hoy queremos pecar de zurdaloca. Sí, porque bancamos al Che y porque cuando cantamos “abran paso, llegó la jotapé, del

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Pinguino, de Chávez, de Fidel...” nos la sube como loco. Somos esos jóvenes incautos que cuando vemos los documentales setentistas en Encuentro y escuchamos a los viejos militantes hablar del “socialismo nacional” flashiamos Bombita Rodríguez. Y eso somos: Bombitas Rodríguez. Pero ojo, tampoco somos unos cuadrados bigotudos; nos parió el neoliberalismo y el consenso de Washington, crecimos a la luz de las felatios de Mónica Lewinsky, por ende, el “openmind” es algo muy naturalizado entre nosotros; será por eso que nos pegan las publicidades del INADI y en días como el de hoy hacemos varias veces referencia al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer que, para variar, es hoy.

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4 NI A PALOS / Domingo 25 de noviembre de 2012

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nota de tapa

La máquina de pensar en Néstor El pasado sábado 17 de noviembre, en el Luna Park, se celebró el preestreno de Néstor Kirchner, la película, el film documental realizado por Paula de Luque acerca de la vida del ex presidente y fundador del movimiento que grabó el pulso político y simbólico de estos primeros años de nuestro siglo XXI. Pieza fundamental para entender la Argentina reciente, la vida de Kirchner, desde su niñez hasta su muerte repentina, son retratadas en una película que, casi como un acto político más de estos tiempos, mereció su propio escenario, entre la presencia oficial y la liturgia militante, en el viejo Palacio de los Deportes de la calle Corrientes. Hasta allí nos fuimos para ver qué pasaba, tanto en la pantalla como en los asientos, y le hicimos un par de preguntas a su directora, antes de que Néstor Kirchner llegue también a las mejores salas.

Por diego sánchez y federico scigliano

S

ábado 17 de noviembre de 2012. Pasadas las nueve de la noche, sobre el escenario del Luna Park, el compañero Carlos Polimeni, con su eterno rostro de cantante pop de los 80, de enanito verde, hace un gesto imperceptible y pide: “Paren la máquina de pensar y conecten la máquina de la emoción”. La frase de corte bambinesca -máquina de la emosssiónhace contacto con lo que tiene enfrente. Esa alquimia del fervor que pone bajo el mismo techo a la primera línea oficial y al puñado nada menor de militantes que copa la platea y el pullman, permite que todos se fundan en la corporalidad del cancionero -vengoo bancando este proyectooo-, como si lo que aguardaran fuera un acto más, la inauguración de tal o cual obra hídrica, y no el preestreno -mundial según el rigor emocional del presentador- de una película. Néstor Kirchner, la película. Ese pedido de Polimeni, esa súplica, parece una advertencia de lo que vendrá, de lo que tendremos que ver y del cómo, que igual pasa desapercibida por la potencia con la que se fuerza esa máquina. Ahí donde estamos todos cantan, no se pueden contener y aplauden cuando alguna referencia electrifica el cuerpo y los obliga a eyectarse de la butaca. Antes de que todo empiece, de que la pantalla siquiera se encienda, ya aparecen compañeros con la remera oficial. “Yo la vi”. Ya la vieron. Es una vida de película. Lo que resucita el interrogante con el que arribamos originalmente al Luna. ¿Qué más se puede decir? Una vida narrada por la Historia, por la economía, por las fuerzas vivas de la sociedad, por los medios de comunicación, por todos nosotros, llega a la pantalla grande. ¿Qué es lo que se percibe en la calle? Sorpresa no: nadie se cuestiona que Kirchner sea un personaje que merezca una, dos, mil películas. Pero tampoco ansiedad, demasiadas dudas sobre aquello que verán. Hay alegría, bastante emoción. Pero no inquietud. Tal vez no importe tanto el qué sino el cómo. Para muchos, en definitiva, el preestreno parece otra fiesta, un nuevo punto de encuentro militante. Cuando finalmente empieza, tras un video de Cristina comentándola, la película

también se vive como un acto. No está el requerimiento del silencio. Las imágenes generan efectos, las grandes frases se aplauden al mismo tiempo en la película y en el estadio. Doble continuidad de una historia contada demasiado de cerca. Pero a medida que avanza la cinta nos acercamos más a su centro deseado: el lado humano de Kirchner, el retrato del presidente de un país extraño, herido, en el cual hace más de diez años corríamos a cualquiera que pareciera político para fajarlo, y donde ser un humano consagra. Te recorta del resto. Ahí hay un eje: todas las mejores escenas, su cara de conmoción al ingresar al Congreso el 25 de mayo de 2003 -que muestra debajo de las ansias al enano humano que desde el fondo de sus entrañas le gritaba ¿dónde te metiste?-, o el plano a sus manos nerviosas durante el acto en las puertas de la Esma, o el viejo tape familiar del Néstor gobernador ayudando a empujar un auto en la nieve santacruceña, todas esas imágenes de archivo, en definitiva, buscan

resaltar eso, la humanidad, y tal vez por eso sean escenas que se entienden mejor después de habérselas escuchado comentar a Cristina. Son pequeñas anécdotas familiares sobre las instituciones. Pero hay algo más, ese archivo convive en la película con el costado más transitado de las imágenes nestoristas, muchas de ellas verdaderos highlights de la era YouTube. Y sin embargo, hay algo que llama la atención, y es que esas imágenes no se terminaron de gastar, esos discursos (en el FMI, en Campo de Mayo, en la Asamblea Legislativa, en el Ateneo patagónico ochentoso, donde sea) siguen siendo verdaderos actos de la mejor lengua política de estos años. Eso impacta. Uno las ve de nuevo y no puede sino sentir la potencia de ese “no les tengo miedo” frente a miles de milicos, para dar sólo un ejemplo. Y aunque cuesta percibir lo inédito, y no sentir que ya se abucheó a esas imágenes de Videla, de la Mesa de Enlace, de Cobos -mención aparte para el cumpa que, en

el medio de los vendepatria y cipayo de rigor provocados por la imagen de ex vicepresidente, se decantó por un más original y preciso ¡gil!- la peli muestra, en sus aciertos y en sus lagunas, que hay una materia potente y vital en el pasado de esa vida descomunal, y en el presente de todos los que sienten que la biografía política de Néstor Kirchner es un legado y un compromiso con potencia de futuro. Lo dijimos varias veces pero lo repetimos: por azar histórico al kirchnerismo le tocó gobernar una época que se relata a sí misma, un tiempo de redes sociales y comunicación ubicua que está en permanente estado de narración y que supera cualquier registro ecuménico. No es sencillo contenerla. A pesar de la recomendación sobre los celulares, en la oscuridad del Luna cada tanto se veía la luz inconfundible de una pantallita táctil. Muchos debían estar ahí mismo tuiteando sobre lo que veían, narrando su época. Vivimos en la máquina de pensar en Néstor. Difícil apagarla.


Domingo 25 de noviembre de 2012 / NI A PALOS

Entrevista a Paula De Luque, directora de Néstor Kirchner, la película

“Me preguntan si es una película política y yo digo que es una película sobre un político” ¿Qué le aporta la película a una vida tan “narrada” como la de Néstor Kirchner? Creo que lo que tiene de diferente, con respecto a otros discursos, es que es una película que lo pone en perspectiva histórica. Traté de eludir el lenguaje televisivo que es un lenguaje más urgente, que habla solamente del aspecto público que influye sobre la vida de los demás. Lo que hice fue ponerlo en perspectiva histórica, que quiere decir no solamente “contar a Néstor”, sino contarlo en su marco, el de los últimos nueve años del país, de 2003 para acá, pero también hacia adelante y hacia atrás, hacia los ‘70, que es de donde Néstor sale con su primera militancia, cuando era muy joven, y donde se ponen en juego un montón de cosas. Néstor surge en ese clima. ¿Cuál era tu mirada sobre el “personaje” antes de comenzar y con qué te fuiste encontrando? Yo partía del trazo grueso, más televisivo, sumando mi propia opinión, por supuesto, pero básicamente de eso, de los libros leídos sobre el tema y del hecho de tener yo también una formación política e histórica. Conozco la historia del país y sé que los procesos son complejos, no son lineales, tienen un montón de vericuetos. Y todo eso que soy y lo que yo sé, lo fui plasmando en la película. Después me encontré con cosas inéditas, sobre todo del >

Fronteras

mundo más íntimo. Hay mucho material cedido generosamente, en medio del dolor, por la familia de Néstor. ¿Cómo definís esta obra? ¿Cómo un documental político, como una película biográfica? Es una película. Me preguntan si es una película política y yo digo que es una película sobre un político. Pero no es una película política en el sentido de que no baja línea. La perspectiva histórica lo que hace es decir: “quien quiera oir que oiga”. Por supuesto está mi verdad relativa también, eso es imposible que no suceda. Sin un punto de vista es imposible hacer una película, ya no sobre Néstor Kirchner, sino sobre cualquier personaje. Pero no creo que sea claramente un documental, en el sentido de que no es un documento con una determinada cantidad de material de archivo, un popurri de lo que ya se vio, sino que tiene un relato argumental que está trabajado con materiales del orden del documental. Así que yo lo denomino una película. ¿Fue difícil para vos hacer una película sobre una biografía tan ligada a la coyuntura política? Sí, por la vigencia, por el compromiso, por el amor que mucha gente tiene con Néstor. Fue muy difícil por el escenario político actual, con su mujer ejerciendo la presidencia. Eso es difícil para un cineasta porque, si bien

yo no hice una película que pretende ser un homenaje post mortem, sino que, por el contrario, al ser el cine presente perpetuo, Néstor “vive” en mi película, hay un punto donde yo sentía que seguían pasando cosas en el país, con son ecos de lo que Néstor inició y hoy continúa Cristina, y que me hacían pensar: “¡Paren, que estoy haciendo una película! ¿En qué momento freno?” El tema de la vigencia es un tema con el que me enfrenté y aprendí mucho. Yo me siento muy crecida después de esta película. ¿Y no estuvo presente el peligro del mito, algo que quizás afecta a la dimensión histórica? El mito vendrá después. Yo no lo construyo a Néstor en la película como un mito. Yo no intento evangelizar a nadie. Por eso lo pongo en perspectiva histórica. Vos ves las imágenes de archivo de los militantes, que eran miles y miles y miles, y hubieron 30.000 desaparecidos en este país, y terminó siendo él. ¿Cómo de esa masa de militantes hay uno y por qué es él y no otro? ¿Qué características tenía? La película también se hace preguntas que no se responde. En ese sentido no tiene una bajada de línea sino que, si bien está impreso mi punto de vista, no necesariamente es una película evangelizadora. Y cuando digo que no es una película sólo para kirchneristas, lo que quiero decir es eso: que no doy por sabido nada, que no tiene un lenguaje hermético y que también habla de muchas cosas que mucha gente no

sabe, inclusive las nuevas generaciones. ¿Está pensada para los jóvenes también? Sí. Néstor, como dice un personaje en la película, tiene 60 años y los va a tener siempre, pero también tiene los 15 que tenía cuando militaba en la JP en La Plata. Y eso hace que esté muy hecha para los jóvenes, porque Néstor era un joven que después le pasó el tiempo y llegó a presidente pero tiene ese alma joven, nunca perdió esa militancia y esa razón de vida. Y hay un reverdecer de la militancia y en ese sentido Néstor rescata muchas cosas de la juventud. Es muy para los jóvenes la película. ¿Te influyó en el armado de la película la certeza de que iba a ser leída políticamente, que iba a dialogar o a confrontar directamente con el presente político?

No lo sé. Hoy puedo tener dudas, por supuesto, no saber cómo la van a recibir. Pero es el ejercicio de la democracia que haya opiniones disímiles y que todas puedan convivir. La película en ese sentido no se mete mal con nadie, no tiene un discurso único. Y hay que decir que es sólo una película, que después vendrán otras. Considero un gran privilegio haber hecho la primera película sobre Néstor Kirchner pero es sólo una. Esta fue hecha con mi punto de vista. No recibí ninguna bajada de línea ni del gobierno ni de los productores. Así que me encantaría que

POR Fede Vázquez

Latinoamérica, la política y las

Brasil y su nueva clase media

El ya célebre informe del Banco Mundial sobre el crecimiento de los “sectores medios” en Argentina y América latina, muestra lo evidente, aunque algún discurso trasnochado quiera seguir negándolo: somos sociedades menos pobres. Pero también abre, tácitamente, una discusión que, probablemente, sea la que ocupe a las mejores cabezas intelectuales de acá a un tiempo. Y esa discusión tiene que ver con la naturaleza del sujeto que, finalmente, terminará de moldearse en estos años de crecimiento económico y regreso del Estado conducido por gobiernos populares.

tienen no pocas diferencias. Sí, en cambio, tomar la pregunta, y volverla sobre el conjunto de las instituciones políticas.

El debate sobre la clase media agotó ya su productividad mientras no se indague de una forma un poco más rigurosa lo que hay dentro de ese significante (vacío). Es necesario deslizar la cuestión hacia un lugar más concreto y material, menos enroscado en los “imaginarios” que ya se volvieron bufandas sofocantes. Por ejemplo: ¿En qué medida el “aumento de la clase media” es la recuperación de un lugar que se había perdido y cuánto la llegada a ese podio por primera vez? O sea: hasta qué punto se trata de una nueva clase media, en tanto es hija de un ascenso social y no un mero retorno de los que se habían “caído” de la clase.

¿Qué quieren? ¿Qué se imaginan cómo futuro? ¿Tenderán a consolidar formas colectivas de defensa de sus intereses o prevalecerá el instinto de supervivencia individual? ¿Qué estructuras -materiales y simbólicas, concretas y mentaleslos organizaran? ¿Cuál es el hombre nuevo que encierra esta nueva clase media?

Pongamos el ojo fuera de las fronteras nacionales. En estos años Brasil experimentó también una explosión de inclusión social, en parte por la masificación de políticas sociales y también por el aumento de los puestos de trabajo formal. Decenas de millones pasaron a vivir mejor, a consumir mejor, a trabajar mejor. En la siempre recomendable web Carta Maior, el analista político Artur Araujo escribe sobre esa nueva clase media a la que, sin embargo, no duda en ponerla dentro del vasto océano de los trabajadores asalariados. Es decir, en términos clásicos, como parte de la clase trabajadora. Pero dice: “recurriendo al

La pregunta, precisa, podría formularse así: cómo se traduce en términos organizativos, simbólicos e identitarios el proceso de inclusión social que, siendo más riguroso, podemos concluir que es un proceso de “enclasamiento” de personas y familias que, o habían perdido su pertenencia social de origen en alguna de las crisis recurrentes o, por primera vez pueden sentirse parte de un colectivo que no se define por su marginalidad o exclusión.

viejo cánon, podemos decir que, antes que una clase “en sí”, o “para sí”, vivimos un período de clase “pre-si”, de multitud todavía por conformarse como grupo de intereses históricos explícitos y organizables”. Brasil, Argentina, América Latina, redujeron los niveles de pobreza, aumentaron el empleo y atenuaron la desigualdad social, materia en la que todavía -es bueno recordar- se tiene el primer puesto mundial. Pero ese inmenso desplazamiento social se da en un contexto donde la modelación social también se juega en las pautas de consumo y en la masificación de ideas por los medios de comunicación. En la crisis de las formas de organización social y políticas clásicas y, dentro de ellas, en la crisis del sindicato como lugar “natural” de politización de los trabajadores. Sigue Araujo: “La formalización del vínculo (laboral) no implica la adhesión al sindicato y mucho menos la sindicalización. Infelizmente lo que hemos visto, por ahora, en los sindicatos son grandes filas de jóvenes empleados entregando las cartas de oposición a los descuentos sindicales.” No sería lógico hacer paralelismos veloces sobre países y sistemas sindicales que

Frente a estos interrogantes surge, por ahora, una sola respuesta que -si es políticamente contundente- no agota el abanico de cuestiones por resolver: esta nueva mayoría de “trabajadores medios” identificó en algunos liderazgos su representación política, creando un per saltum frente a la crisis de los partidos e instituciones intermedias (Lula en Brasil acaba de lograr que la ciudad de San Pablo vote por su candidato y digan lo que digan las cacerolas y piquetes modelo 2012, Cristina sacó hace un año el 54% de los votos en el país latinoamericano donde hay más “clase media”). Queda por ver, entonces, qué construye esa clase media en el medio de ella y los liderazgos. Porque la recomposición del lazo político no vino de la mano -hasta ahora- de una reconstrucción de la trama social que, en otras épocas, funcionó como lugares de socialización, contención o politización (el club de barrio, la iglesia, el sindicato). Pero si esas formas suenan ya propias de un tiempo “que no volverá”, tampoco aparecen claras las

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Entrevista a Mónica Santino

“La vida me la explico con el fútbol” Mónica Santino divide su tiempo entre dos villas: Martelli, en Vicente López, y la 31, ahí, en Retiro, ese ícono que representa todo lo que la desidia del poder político puede generar, para hacer lo que más le gusta: militar en el fútbol femenino y social o inclusivo. Es abanderada de una profesión donde, aunque comenzó un lento proceso de apertura, el machismo opera en su máxima expresión. DT de selecciones argentinas en los torneos mundiales de los sin techo, ex jugadora, sobre su espalda pesa la responsabilidad de generar a través del fútbol una red de contención para mujeres en situación de calle y abordar las diversas problemáticas de género. Creció viendo a Vélez y jugó en All Boys, donde aprendió a valorar al ex técnico de la selección, Sergio “Checho” Batista. “Igual, me identifico con el estilo de Redondo”, asegura. Perfil de una luchadora. Por patricio tesei ¿Cómo llegaste al fútbol? A mí me gustó de toda la vida. Tengo 47 y cuando era chica era bastante difícil poder jugar, pero en mi casa era la actividad principal. Todos en mi familia son hinchas de Vélez y los domingos era ir a la cancha, aunque después me fui metiendo en los partidos que se armaban en mi bario, en la calle; aprendí a jugar así. Cuando fui creciendo traté de estudiar todo lo posible relacionado al fútbol, educación física, periodismo deportivo, hasta que tuve la oportunidad de jugar en All Boys: jugaba de volante central, y me encantaba. Vos hablás del fútbol femenino como una militancia, ¿en qué sentido? Porque la vida misma me la explico con el fútbol, y sé que hay montones de mujeres que lo sienten así, entonces una vez que lo dejé me dije que había que militarlo; es una militancia en función de ir consiguiendo espacios y que cada vez se naturalice más la práctica. Avanzamos bastante, es menos raro ver jugar a una mujer al fútbol, aunque falta mucho. ¿Y cómo hacés para instalar esa militancia en un ámbito que todavía sigue siendo machista? Pregunto, por ejemplo, entre los DT’s… Es pura pasión; es haberme inventado a mi misma, haberme inventado un trabajo. Cuando jugaba pensaban qué lindo pasatiempo, y cuando quise hacer el curso de DT muchos me decían que era un hobby, y la verdad que no, es mi trabajo. Cuando encontré un programa de fútbol femenino en la Dirección la Mujer en la Municipalidad de Vicente López, que contemplaba toda la parte social, fue como encontrar mi lugar en el mundo, porque el fútbol es más importante en sí mismo que cuando se lo trasmite como una industria del espectáculo, que es en lo que se ha transformado el fútbol de varones. ¿Qué buscan en el fútbol las chicas que van al programa en Vicente López o en la Villa 31? Vienen con diferentes problemáticas. Trabajamos con un grupo de adolescentes y jóvenes, donde el fútbol resulta una herramienta maravillosa para cambiar cosas que tienen que ver con estereotipos, con derechos de género, con hablar de prevención de salud, con situaciones que exceden al deporte. Y las chicas en situación de calle ganan en autoestima, por el placer enorme que sienten al jugar, y porque se recupera el sentido de lo colectivo, lo importante que es

“Cuando encontré un programa de fútbol femenino en Vicente López, que contemplaba toda la parte social, fue como encontrar mi lugar en el mundo, porque el fútbol es más importante en sí mismo que cuando se lo trasmite como una industria del espectáculo, que es en lo que se ha transformado el fútbol de varones”. el aporte de cada una para lograr un objetivo, generan ciudadanía. Y eso tiene que ver con una cantidad de valores que socialmente se fueron perdiendo en la Argentina por algún u otro motivo: dictadura militar, políticas liberales. Ahora estamos en sintonía con un tiempo que es distinto y el fútbol sirve para todo eso. ¿Y cuál es el principal estigma con el que tienen que convivir? El estigma más grande es que las mujeres no pueden jugar, ni al fútbol ni a otra cosa; no pueden tener tiempo libre. Es una cuestión de tiempo y de espacio. Muchas veces escuché que con el fútbol te va a cambiar el cuerpo y te vas a parecer a un varón, que hay cosas más importantes que hacer, como cocinar o limpiar, que hay que

cuidar a los hijos porque la maternidad es un mandato muy grande. En definitiva, que no se puede jugar a un deporte que está pensado y socialmente aceptado para los varones. Con la asunción de Jorge Macri en Vicente López, ¿cambiaron las cosas? A grandes rasgos, no. Estamos trabajando en el barrio Las Flores, y nuestra idea es llevarlo a otros barrios. El problema es que estamos estancados, en el sentido de que se sigue trabajado de la misma manera y se le podría dar una vuelta de tuerca. El programa es del año 1994, y fue una de las primeras políticas dentro del Centro de la Mujer, después de que un grupo de pasantes de la UBA hicieran un estudio que dio como resultado que no había oferta deportiva para

mujeres en situación de exclusión. Y nosotros elegimos el entrenamiento del fútbol como excusa para trabajar la problemática que tiene que ver con el género. Y en la 31, ¿cómo fue la lucha por ese espacio común que es la cancha? Por superioridad numérica. Haberse adueñado de la cancha, que es el espacio público más importante de la villa, ese lugar donde no se avanza, no se construye, una especie de iglesia, para una piba es algo enorme. Tenemos asignados los martes y jueves. Llegamos, ponemos las pelotas, los conos, y ellos (por los varones) se van corriendo porque está instalado que es nuestro lugar. Hace casi cinco años que hacemos esto, y nos llevo casi un año tener un espacio.


Domingo 25 de noviembre de 2012 / NI A PALOS

“Trabajamos con un grupo de adolescentes y jóvenes, donde el fútbol resulta una herramienta maravillosa para cambiar cosas que tienen que ver con estereotipos, con derechos de género, con hablar de prevención de salud, con situaciones que exceden al deporte. Y las chicas en situación de calle ganan en autoestima, por el placer enorme que sienten al jugar, y porque se recupera el sentido de lo colectivo, lo importante que es el aporte de cada una para lograr un objetivo. Generan ciudadanía”.

Pero tuvieron complicaciones, ¿no? Había que hacerles entender a los delegados, a lo que manejan la cancha. Y nos ganamos el respeto, porque hasta con un día de lluvia vamos igual. Si no se puede jugar, vamos y tomamos mate en la casa de alguna de las chicas. La presencia genera vínculo. ¿Cómo fue experiencia en la Homeless World Cup? Este año, por cuestiones personales, no viajé al torneo (NdR: se realizó durante el mes de octubre en México), aunque tres de las chicas de los programas fueron seleccionadas. Sí fui uno de los entrenadores el año pasado, cuando se jugó en Francia. Fue una oportunidad única. Nunca perdés la capacidad de asombro de lo que el fútbol puede provocar. Visitamos lugares que solo veíamos en libros, en manuales. Ir a Europa es como abrir un libro de historia. Además, pudimos conocer proyectos similares al

“Cuando estábamos en Paris nos invitó a la cancha Javier Pastore, que actualmente está jugando en el Paris Saint Germain, y fue algo increíble. Cuando salimos, con las chicas, cerca del estadio habían tirado un sillón que, en Argentina, sería un lujo. Y ellos lo habían tirado a la basura. ¿Sabés qué ganas de cartonear?”

nuestro, de fútbol femenino, de países de África, de India, de Estados Unidos, algunos latinos como México o Brasil. Decime que tenés alguna anécdota… Muchísimas. Por ejemplo, nos invitó a la cancha Javier Pastore, que actualmente está jugando en el Paris Saint Germain, y fue algo increíble. Cuando salimos, con las chicas, cerca del estadio habían tirado un sillón que, en Argentina, sería un lujo. Y ellos lo habían tirado a la basura. ¿Sabés qué ganas de cartonear? Pero me parece que lo que más me impactó fue la historia de una de las chicas, Yanina “Curi” Brandan, de la 31. Como tenía 17 años para viajar necesitaba la autorización del papá, que no quería saber nada. Entonces fuimos a verlo. El tipo estaba sentado en un sillón, y nos miraba como preguntándose de donde habíamos salido. Poco más que lo llevamos a la rastra y firmó. Cuando Curi estaba en París salió una nota en Página/12 donde hablaban de ella y eso cambió el lugar que ocupaba dentro del ámbito familiar. Al padre no le quedó más remedio que acceder a esa realidad y pudo ver algunos partidos por internet. A Curi le empezaron a habilitar cosas en el barrio, la invitaban a comer y ahora es abanderaba en eventos interministeriales. Una chica que era retraída pudo levantar la vista, y a eso apuntamos. ¿Cuáles son los criterios para seleccionar a las jugadoras? A este proyecto entramos por otra organización, que es Hecho Club Social, que también se ocupa de las personas en situación de calle. A través del conocimiento entre ambas organizaciones lo que hacemos es aportar mujeres. Nuestra intención es en algún momento organizar una Copa América, que se juegue todos los años y que mueva a equipos de otros continentes para

que conozcan lo que está pasando acá. Hay que pensar bien las convocatorias, porque además de la cuestión futbolística, hay que ver la cuestión persona; cuánto hay de positivo y de cambio en la vida de la persona que se está convocando. No es tan determinante si juega bien o mal a la pelota. ¿Cómo ves el nivel del fútbol femenino en Argentina? Creo que en todo lo que tiene que ver con AFA, hay una diferencia gigante entre ser profesional y no; con el tiempo que esa jugadora le puede dedicar, además de una estructura que en el país todavía falta. Por ejemplo, los clubes no tienen divisiones inferiores, las jugadoras llegan grandes a los equipos, y hay una cuestión de no sentirse deportistas. Hay jugadoras con una táctica diferente, que aprendieron a jugar con los chicos en los barrios más humildes, pero cuando van a meter una carrera contra una norteamericana o una canadiense, por ejemplo, notás una enorme diferencia física. Entonces el resultado a la vista no son buenos, y por eso todo nos cuesta un montón. En este sentido también te hablo de la militancia. ¿Y ves posible cambiar esto? Mientras no exista una cultura de mujeres que lo practica va a ser difícil. El primer torneo de AFA se realizó en 1991, y tuvo un pico de participación en 1997, donde llegó a haber 35 equipos porque se televisó. No se si te acordás, pero lo transmitía el canal Siempre Mujer, que había comprado los derechos, y lo relataba Sergio Goycochea. Pero eso duró un año, y después vino otra curva descendiente. Nos falta mucho desarrollo y estructura deportiva, lleva mucho tiempo de laburo y de tomarse las cosas en serio. ¿Qué hacés para sostener el trabajo

social que llevás adelante? Desde nuestra experiencia nos cuesta mucho sostener o no claudicar cuando los fondos que conseguimos desde lo privado se nos caen. Y frente lo que es estatal está el temor de que ante un cambio de gestión los programas puedan desaparecer. Por eso creo que el trabajo social de calidad tiene que ser rentado, no estructurarse desde el voluntariado ni la caridad. ¿Y cómo se logra eso? Tiene que tener el apoyo del Estado en una política de largo aliento. Aunque destaco que desde el 2003 a esta parte las cosas cambiaron muchísimo, me parece que hay que buscarle una vuelta de tuerca: quizá censar las organizaciones que hay y cómo el Estado las puede impulsar a las que realizan un cambio muy profundo en la vida de las personas. No es una gran inversión de dinero, si uno se pone a mirar cuánto se gasta para hacer grandes espectáculos que solo sirven para una foto y listo, y no cambian la realidad. Es la única forma de garantizar condiciones mínimas de laburo. Al principio de la nota dijiste que jugabas de volante central, ¿estilo “Chicho” Serna o estilo Redondo? Me identifico con el juego de Redondo, toda la vida. Cuando jugaba en All Boys estaba terminando su carrera Sergio “Checho” Batista y yo lo admiraba un montón. Porque a esa edad daba dos pasos para adelante y dos para atrás y ocupaba toda la cancha. Me dedicaba a ver lo que hacía cuando no tenía la pelota. Otro tremendo número cinco era Julio Daniel Asad, el tío de Omar. ¿A qué le decís Ni a Palos? Al fascismo, al autoritarismo, y a la injusticia; a que no tengamos todos las mismas oportunidades.

Alrededor de 20 chicas participan del programa municipal en Vicente López, en el Centro de la Mujer, mientras que en Villa 31 son casi 60, que se reúnen los martes y los jueves por la tarde para entrenar. “Queremos fundar un club, es la idea que tenemos; estamos con los trámites en la Inspección General de Justicia”, asegura Santino. Tiene a cargo el equipo de “Las Panteras”, de Villa Martelli, y “Las Aliadas de La Villa 31”, del barrio de Retiro. Con un seleccionado surgido de ambos equipos participan desde 2009 en la Homeless World Cup y en la Liga de Fútbol por la inclusión social..

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8 NI A PALOS / Domingo >

25 de noviembre de 2012

LA MALA LECHE

El corazón sobre todo POR MARTÍN RODRÍGUEZ

E

ntrás a la sede del sindicato traspasando dos puertas blindadas, pero luego de la primera, en el descanso en el que esperás que te abran la segunda, el mundo se parece a un camión de Prosegur. Sí, un camión que te lleva a otro tiempo. Y ahí no entran las balas, es un edificio que permite mantener en conserva a los seres humanos del sindicato que contribuyen a la única máxima del libro de arena que dejó el General: sólo la Organización vence al Tiempo. Tarde de julio de año 2009. El “politburó” decidió el perfil de la nota que debíamos hacer. Me llegó la orden por mensaje de texto. “Sindicatos y empresas recuperadas.” Los días después del 28J confirmaban una pequeña ganancia moral para aquellos que habíamos estado haciendo el papel de escépticos. Lo que no sabíamos era lo rápido que debíamos abandonarlo. El joven secretario general del Sindicato XXX me recibió después de las dos puertas, después del grandote que me preguntó a quién buscaba y después que el grandote le avisó a la recepcionista que interrumpió su conversación y fue hasta donde yo estaba: “sí, ¿por qué tema es?”. Vuelve al teléfono, habla en voz baja, en la voz extrañada de esa chica el nombre del diario parecía el título de un libro de Galeano. Me grita: “ahí te atiende”. Entrevista con el secretario general de un sindicato industrial con sede en Caballito. Un mal imitador de Sandro sale de ahí. Un recontra culata sale de ahí. Pero del túnel sale un joven que camina como el dueño de un complejo de canchitas de papi fútbol, o sea, un ex jugador, alguien que pasó por las inferiores de Ferro o San Lorenzo, que no llegó, que lo jodió un ligamento, pero que el fútbol es lo suyo y le queda la chuequera para adentro, algo que ningún zapato ortopédico puede corregir jamás. En su camino hasta mí, atravesando el pasillo interno del edificio modesto, se cruza con las dos de la cocina (“¿cómo andan chicas?”), se cruza a Toto (“¡qué hacé Totitoooooo!”), así que primero llega su voz, después su cuerpo: menos enorme, menos importante, que su voz. Ese Toto está en una oficinita dejando pasar el tiempo, con un reloj de arena en la mano y cuando pasamos me dice, señalando: “Toto, un bronce, 50 años en el gremio”. Pero Toto no está adentro de un cristal, Toto está adentro de su vida. “Mirá –le digo- la idea es repasar la historia de las empresas recuperadas pero desde el punto de vista del rol que los sindicatos tuvieron en ese proceso. Tanto ustedes como la UOM seccional Quilmes…” “Ahhh –dice- nada que ver entonces con el cooperativismo extremista…” El centro halló su palabra: la palabra extremista. Las dos puertas blindadas que separan el adentro del afuera. Trafiquemos palabras, amigo. Trafiquemos signos, compañero. No digamos más de acá a cien años la palabra extremista. Estamos grabando en el salón de reuniones. En frente está la cocina. “¡Martita! Vení un cachito, mami. ¿Vos qué tomás?” “¿Tomamos mate?” “Tomá mate vos, a mi, Martita, traeme un té…” Cuando se lo dice, le toca las manos, le sonríe y la empuja como se empuja con el empeine una pelota en la arena: “andá, andá”. El té y el mate calentitos permiten ahumar la escena en que su despliegue se vuelve axiomático: estudió todos los tics posibles de un cuadro sindical, de alguien que habla de igual a igual con un comisario, pero que ahora incluye en su ilación pasar por el peaje simbólico del 24 de marzo de 1976 para ordenar su país, su organización, su tiempo: “la mayoría de los desaparecidos, eso no se dice, eran trabajadores”. Decir más es oscurecer: se aprende a hablar aprendiendo primero a callar. Pero de pronto, sobre nosotros, unidos por un arco iris que le sigue a una lluvia que se quiso llevar puesto al barrio de Belgrano, brillaron dos soles: dos fotos en blanco y negro perfectamente enmarcadas y puestas como por un curador. En cada uno de los costados de la pared amplia del salón de reuniones dos rayos de sol volvieron a su madriguera y mostraron el brillo hasta ahora escondido del salón. Dos cuadros. Dos figuras. Dos almas. De frente a mí, a la izquierda del salón, la foto previsible –y previsiblemente emocionante- de Juan Domingo Perón. Caballo blanco. A la derecha... ella. Una reina que permite entender -por efecto de extrañamiento- por qué ese lugar, ese gremio, ese secretario general, esa Martita y ese Toto, siguen perteneciendo al futuro. A la derecha estaba un cuadro de la hermosa Marilyn Monroe.

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TRASVASAMIENTO CULTURAL

La adecuación de los zombis Se va terminando el 2012, el año que aprendimos que era más rápido mencionar sólo la inicial y no el mes completo. Así fuimos construyendo fechas claves. 7D, 8N, 13S. Un calendario convertido en una batalla naval. Pero antes de que todo esto acabe, tenemos una jornada más para anotar. 30N, el día que los zombis regresan al país del piquete y la cacerola. Hace algunos meses recomendamos en Ni a Palos, Estación Zombi un genial cortometraje hecho a pulmón y cerebro lleno de walking deads que arrasan el Conurbano. Bueno, ahora al mejor estilo Hollywood, llegó su secuela. O algo así. “Expansión Zombi -nos cuentan sus creadores desde la clandestinidad del e-mail- es la continuación de EZ. Después de hacer el corto varios amigos, pibes y conocidas quedaron manija con ser comidos o hacer de zombis y además creímos que todavía quedaban por contar cosas desde los zombis y con ellos”. Y agregan: “Expansion es una serie web bien pequeña, que busca cerrar lo que abrimos”. Este 30N a las 19 horas, en la Estación Bella Vista, se celebrará una mini función lanzamiento, en la que se pasarán los capítulos y tocará unos temas la orquesta de cumbia OCB. Los pibes zombis llegaron para quedarse, y si todos tienen sus fechas históricas, ellos no querían quedarse sin transmitir su mensaje conciliador: el apocalipsis esta encantador. En www.youtube.com/user/ expansionzombi van a ir subiendo materiales y novedades.

> Falsa escuadra

Seamos realistas, pidamos lo posible Iba con mi viejo en el auto. Él manejaba con el humor de un tachero bilardista. De repente, el coche que iba delante frenó y dobló sin aviso para meterse en una calle. Mi viejo, a las puteadas. -Seguro que maneja una minasentenció. Hay cosas de las que ya no hablamos con mi viejo. Para no pelear. Aceleró para pasar al otro auto y comprobar su sospecha. Pero se trataba de un tipo, manejaba un tipo. La misma cara, el mismo humor de tachero bilardista. -Qué raro que un hombre maneje tan mal- trató de explicarse. Mejor pasemos a otro tema, pensé. Pero la escena me quedó repiqueteando. Si bien es cierto que en los últimos tiempos hubo cierta apertura hacia la mujer, en distintos ámbitos y dimensiones de la vida pública y privada, todavía vivimos en medio del machismo. Sí, ya sé, toda la fábrica Felfort por la noticia. Sin entrar en los matices del análisis -puntualmente, ¿de qué sociedad estamos hablando?, ¿de Buenos Aires, del interior, de todo el país?- es lamentable cómo todavía, por caso, aquellas mujeres que juegan al fútbol -bien o mal- son peyorativamente tildadas de lesbianas o carentes de todo virtuosismo, o todo eso junto, o cómo las que intentan trompear con el boxeo son vistas como un fenómeno exótico en el sentido de la suricata. ¿Y qué pasa con

Staff Director/

Federico Scigliano

suplemento joven de miradas al sur

Editor/

Diego Sanchez

los cargos directivos y jerárquicos? Las mujeres que los ocupan son contadas, y la mayoría de las veces ganan menos que los hombres que se desempeñan en puestos similares. Como en un casting despiadado, la mujer siempre tiene que demostrar el doble. Y cuántas siguen criando varones que no saben lo que es un repasador. Me deprimo, cuánto nos falta. Creo que parte de la culpa la tiene el feminismo. El feminismo no supo -aún no sabejugar en el sendero de las victorias parciales en aras del triunfo de la igualdad. Hace unos días, trabajando con unos alumnos sobre las minorías, una chica me dijo, con esa lucidez ingenua que tanto escasea, que en el diccionario el feminismo era definido como un movimiento que exige para las mujeres los mismos derechos que para los hombres y que eso le resultada una obviedad. Está bien, es la Real Academia. Pero el feminismo no hace suyas esas palabras. Su contenido. Las feministas ortodoxas, aquellas que se creen la reencarnación de Simone de Beauvoir pero no son más que la caricatura devaluada de la francesa, se atragantan en la espiral de su propia dialéctica masturbatoria: discusiones que son árboles genealógicos del detalle del detalle del detalle, temas faltos de verdadera potencia disruptiva -lo bueno también puede venir en envase chico- y, sobre todo, el hombre como perfecto y cómodo blanco móvil. Si pretendemos

Redactores /

Julia Mengolini Martín Rodríguez Zappa Fede Vázquez Benito Messina Tomás Aguerre Salvador Salinas Franco Dorio Laila Manubes Paz

Julián Eyzaguirre

Arte /

Diego Paladino

Fotografía /

Patrick Haar

POR romina sánchez

hacerle la revolución de los soviets al mundo patriarcal, aquí y ahora, ni nuestros nietos verán los cambios. Las que no odiamos a los varones pero tampoco queremos tener huevos, somos marginadas de la mecánica de semejante pseudo debate. Al cabo que ni queríamos participar. Nosotras podemos recibir flores o bombones y eso no nos hace funcionales al sistema machista. En todo caso, esos gestos pueden resultarnos cursis. Podemos reírnos sin tapujos si un hombre se nos aparece con un oso de peluche. A la basura. Pero eso, en realidad, forma parte de la discusión sobre la Franja de Gaza que divide el dulce de leche repostero del chocolate semiamargo del amor. Flaco, nosotras queremos tu mismo sueldo -que no es lo mismo que tu sueldo- y queremos también tus bombones. No confundimos cortejo con manipulación. No queremos ser más: queremos ser como los hombres, con nuestra particularidad, con los hombres. A veces me desanimo y pienso que es inútil. Es que la lucha es cruel y es mucha. Solo -de eso estoy seguradesde la heterodoxia, podremos subir escalones. Hetero, distinto, doxa, ¡doxa!, ese saber común, con mucho más tacto que la paja intelectual en la que deriva la endogamia de cierto academicismo feminista. Mátense entre ustedes, chicas. Yo mejor me quedo con la RAE.

Redacción: Uriarte 1656 (CP1425) Ciudad Autónoma de Buenos Aires Contacto: contacto@niapalos.org Departamento comercial: Tel.: 4776-1779 Internos: 156 y 159.

Venta de ejemplares atrasados: Azopardo 455. Tel.: 4342-8476 Impresión: Editorial AMFIN S.A. Paseo Colón 1196. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Distribución en Capital Federal y Gran Buenos Aires:New Site. Baigorri 103, CABA. Distribución en el interior: Inter Rev S.R.L. Av. San Martín 3442. Caseros Provincia de Buenos Aires.


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