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ESPACIOS

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ESCONDITE

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Casa, memoria y nostalgia

Por Rodrigo De N. Colmenero Fotos Ana Paula Álvarez

Objetos llenos de historia se mezclan con piezas de diseño contemporáneo. Historias de viajes por México combinan con nuevas aproximaciones a lo artesanal.

La casa de la abuela es un refugio para toda la familia; la añoramos y recordamos con nostalgia. Recordamos su olor, la forma en que entra la luz y la paz que ahí se siente. Las reuniones en la sala o las comidas familiares marcan parte de nuestra historia. En su más reciente proyecto, la arquitecta Cristina Grappin evocó estos recuerdos para transformar un espacio muy cercano y querido.

Al acercarse a un espacio tan querido y con una carga emocional grande para ella, tuvo que preguntarse qué quería contar y de qué forma se habitaría ese espacio hoy. Pensó en qué ambientes usa más y qué necesidades tiene Nina, su tía, quien habitaría la casa. La arquitectura original de la casa en la Ciudad de México forma parte de un conjunto de viviendas, por lo que la privacidad y la idea de un refugio en medio de la caótica urbe era importante.

La arquitectura original de la casa destacaba detalles mexicanos que Cristina preservó, mientras que en los interiores logró un sentido atemporal. “No quisimos saturarla de color o de elementos sobrediseñados que probablemente cansen con el paso del tiempo”, dice Cristina al explicar su proceso. Aun así la selección de color jugó un papel fundamental para crear calidez en el entorno. En toda la casa usó como referencia la paleta Viviendo en plenitud de Comex. Utilizó los tonos desaturados estratégicamente en algunos muros para brindar un sentido de calma. En la cocina el tono Equipal se observa en las puertas de los muebles y en las cerámicas personalizadas que realizó Arca en el tono Berenjena (ellos también crearon las placas de mármol y la madera). Toda la casa tiene el tono Metate, un off white cálido que la unifica, y placas de cerámica tradicional en los apagadores (un guiño a este legado mexicano). Hubo otros cambios: se alisaron los muros, se eliminó el tirol usando Texturi y se cambiaron pisos. Los baños que anteriormente estaban completamente forrados de mosaico de un solo color (uno amarillo y el otro azul), ahora solo tienen acentos que contrastan con los lavabos de mármol. Uno de los cambios más radicales fue integrar la sala comedor a una terraza exterior (antes un jardín lateral), eliminando un muro para crear una puerta de cristal y herrería con cuadros de distintos tamaños. En este ambiente, también se creó un deck de madera y se integró mobiliario de exterior. Este espacio es uno de los favoritos de Nina. Ahí sale a leer y tomar el sol, y en momentos de la pandemia es invaluable tener la posibilidad de salir a un área privada de descanso.

Fue importante que se mantuviera el estilo artesanal que tenían los objetos de la casa antes de la intervención. “Mi abuela fue quien me enseñó sobre los distintos trabajos artesanales en México; viajaba mucho y traía diferentes objetos para su casa. Me platicaba sobre cada técnica y cada historia”, recuerda. Muchos de los objetos siguen en exhibición, desde una máscara de talla de madera a un espejo artesanal, pero Cristina buscó darles más proyección.

Además se incluyeron piezas de diseñadores y artistas locales, el sofá de Roku Black invita a descansar en la sala, la bufetera y el comedor son de Taller Nacional y las vasijas de barro de Pronto Muy

Pronto decoran rincones del comedor y la cocina; una pieza de papel picado inspirada en el trompo, juguete clásico mexicano, de María García Ibáñez, de Ángulo Cero, descansa encima de la credenza del comedor. Por último, los tapetes de telar artesanal en la sala y el pasillo son de Bi Yuu.

Al renovar un espacio, determinar la paleta tonal facilita la selección de materiales y texturas. En este caso, la sensación de calidez y comodidad se logran con los tonos rojizos y amarillos, mientras que la frescura y amplitud se logran con materiales como el cobre, el barro, la piedra y las fibras naturales.

“Este proyecto le ha dado un segundo aire a Nina. Para mí, el lugar emana una energía muy linda y considero que esto es resultado de conocer muy bien a la usuaria”, platica Grappin. La renovación del espacio trae consigo una merecida actualización y marca una etapa de su vida en la que valora la paz, la tranquilidad, los momentos al sol en su nueva terraza y los pedacitos de historia que cuelgan de las paredes.

Ahora que vivimos a un ritmo de consumo acelerado, modificar un espacio que ha sido vivido y que está repleto de objetos con historia, nos permite verlo de otra forma y encontrar tesoros que merecen ser tema de conversación de nuevo. La mesa de centro y la silla de Taller Nacional, las vasijas de Pronto Muy Pronto y el arte de Ángulo Cero, hacen el espacio contemporáneo sin dejar los guiños por los procesos artesanales mexicanos de construcción y decoración.

Los colores desaturados como Metate, Berenjena y Equipal, de la paleta Viviendo en plenitud de Comex, brindan calidez y transmiten una sensación de calma.

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