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CAJA DE RECUERDOS

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ESCONDITE

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GABINETE DE CURIOSIDADES

Los arquitectos Saidee Springall y Jose Castillo son fieles creyentes de que las mejores casas son aquellas donde no reina un solo estilo y los objetos son la mejor manera de conectar historias. Este es su hogar.

POR ISSA PLANCARTE FOTOS LUIS GARVAN PRODUCCIÓN ELLE DECORATION MÉXICO

EN LA SALA LAS SILLAS CARLOTA DE LA METROPOLITANA, UNA MESA DE PIRWI, UNA LITOGRAFÍA DE MATHIAS GOERITZ,

EN LA SALA UN PAPALOTE DE FRANCISCO TOLEDO / CASA (CENTRO DE LAS ARTES DE SAN AGUSTÍN), UN SOFÁ DE ALEJANDRO CASTRO PARA PIRWI,

UN TRINCHADOR VINTAGE DE 1950 Y UN TAPETE DE MARRUECOS.

“SOMOS ARQUITECTOS Y MÁS QUE UN ESTILO, NOS GUSTAN LOS ESPACIOS CON CARÁCTER. EL NUESTRO SIEMPRE HA SIDO MUY ECLÉCTICO”. — JOSE CASTILLO

Hace poco más de diez años, los planetas se alinearon para que Saidee Springall y Jose Castillo encontraran la casa de sus sueños. Los fundadores del despacho de diseño, arquitectura y urbanismo a|911, habían estado buscando varios meses un espacio en una de las colonias diseñadas por el urbanista Jose Luis Cuevas –Condesa, Polanco y Lomas de Chapultepec–, por su planeación y ubicación. “Para nosotros fue clave conectar con un barrio de jacarandas y fresnos, de manzanas grandes, caminar al Bosque de Chapultepec y tener cerca un mercado, un café y varios restaurantes”, explica Castillo. Después de visitar más de cuarenta propiedades sin éxito, una casa de 1943 les ofreció justo eso. Lo que más les gustó fue el aprovechamiento de los 400m² distribuidos en tres plantas y la combinación del estilo colonial californiano y moderno.

Con el paso de los años realizaron algunos cambios progresivos, pero fue hasta 2017 que hicieron una gran remodelación en la primera planta para reafirmar su infraestructura social de ser un lugar donde todo pasa, y darle continuidad al ambiente que integra el patio, el comedor y la cocina. Esta última fue obra a la medida de Julianna Moré, directora de diseño de Henrybuilt, a quien conocieron dando clases en la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans. La empresa con sede en Seattle se especializa en el diseño arquitectónico de cocinas. Confiesan que trabajar con ella fue bueno para ejercer el placer de otorgar libre albedrío a un profesional. “Los arquitectos solemos ser muy controladores. Cuando escuchas, dejas ir y te pones en manos de alguien que sabe hacer su trabajo, es increíble. La casa es un salto de fe y la cocina es su manifestación en su máxima expresión. La manera en la que se integraron los espacios es muy especial. Todo en ella conecta con la narrativa del resto de la casa”, relata Castillo. En ella hay mucho trabajo de madera sólida, detalles en bronce y mármol de Grupo Arca para dar como resultado un espacio creado para cocinar en familia, actividad que disfrutan enormemente. Por ello, es su piedra angular y el espacio favorito de ambos.

El trabajo de piedra volcánica que comprende una fuente exterior y bancas es de Juan Fraga, quien ha colaborado con artistas como Jorge Yázpik y Gabriel Orozco. Para mantener el estilo histórico de la herrería de la casa buscaron a Pablo Reyes, quien realizó distintas piezas en Pujol de Tennyson. Él entendió que una casa de la década de los cuarenta necesitaba un trabajo de restauración y mantenimiento, más allá de la imposición de un nuevo estilo. A la par, se integró un biombo que une el comedor y la cocina, que replantea el trabajo de herrería en una casa de esta época. Como es una propiedad que carecía de jardín, la importancia del diseño de espacios verdes era muy importante para la pareja, y por ello buscaron a Tonatiuh Martínez. “Siempre hemos creído que a la par de la arquitectura, lo que transforma una casa son los objetos y el mobiliario”, explica Jose Castillo sobre los elementos que le otorgan una personalidad al espacio que creó junto con Saidee. Si bien han comprado la mayoría a muchos de sus amigos diseñadores —como Héctor Esrawe, La Metropolitana, Pirwi—, otros han sido herencia familiar y otros más provienen de distintos viajes, como un chaise longue de Fritz Rachl o algunos tapetes que trajeron de Irán. La dupla busca constantemente enriquecer su colección de cucharas, algo que comenzó de forma intuitiva para contar historias sobre conexiones tanto estéticas como emocionales de los lugares que han visitado a lo largo de los años. Piezas de Japón, Francia o Italia, entre otras, conforman más de ochenta utensilios que exhiben en un trinchador que La Metropolitana creó ex profeso.

Su colección de arte en continuo crecimiento consta de piezas centrales que ambos han elegido en el curso de varios años. Destacan las fotografías de Armando Salas Portugal y Alan Ward; las piezas de Gala Porras-Kim y Beatriz Zamora; un papalote del Taller de Francisco Toledo y litografías de Mathias Goeritz que acaban de comprar en un viaje a Madrid.

Todo en conjunto crea un hogar donde reina lo ecléctico, como lo explica Jose: “Estoy convencido de que las casas monoestilo son para mostrar, no para habitar. Son fruto de esos prejuicios que tenemos muchos arquitectos y que en lugar de hogares, parecen museos. Buscamos cosas con las que conectamos y que van con el carácter de la casa. No es que la casa sea un trabajo de Saidee y Jose, ni un proyecto de a|911. Es un gabinete de nuestras curiosidades y un viaje de ida y vuelta”, finaliza Jose Castillo.

(ESTA PÁGINA) LA COLECCIÓN DE CUCHARAS QUE HAN ADQUIRIDO EN DISTINTOS VIAJES. LAS SILLAS CARLOTA DE LA METROPOLITANA CON UNA

MESA DE ALEJANDRO CASTRO PARA PIRWI. (PÁGINA OPUESTA) LOS CUADROS SON DE ISAURO HUIZAR Y EL COMEDOR DE IAN ORTEGA PARA PIRWI.

(ESTA PÁGINA) UNA SILLA BFK CON PIEL DE VACA, DETALLES DE HERRERÍA DE PABLO REYES, LA LUMINARIA DE CANDELA LUZ, EL CHAISE LONGUE DE

FRITZ RACHL Y EL ARTE DE GALA PORRAS-KIM. (PÁGINA OPUESTA) LA MESA Y LAS SILLAS SON DE SVEND AGE MADSEN.

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