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EN BUSCA DE LA INSTITUCIONALIDAD

DISTANTE. El presidente López Obrador ha declarado que Morena “es mucho partido para tan pocos dirigentes”.

MANTENER EL GOBIERNO SIN PERDER EL PARTIDO La falta de disciplina y de institucionalidad podrían cobrarle factura a la fuerza política fundada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

POR: Lidia Arista

ajo el cielo de Oaxaca y rodeado por más

Bde 6,000 personas, la tarde del 28 de septiembre de 2013, el dos veces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, encabezó la primera asamblea constitutiva para que su Movimiento de Regeneración Nacional consiguiera el registro como partido político.

“Morena tiene que crearse con principios y con ideales y no permitir que se eche a perder, entre todos tenemos que cuidar a Morena”, pedía López Obrador en el auditorio Guelaguetza, al idealizar su partido. “Morena tiene un objetivo superior: la transformación de nuestro país. Para eso se está creando, no para que sea un trampolín en donde se suban y se encaramen ambiciosos a ocupar cargos, sin principios y sin ideales”.

En cuatro años, su movimiento se convirtió en el partido más poderoso: alcanzó la Presidencia de la República, la mayoría en las Cámaras, conquistaron 17 legislaturas locales y siete gubernaturas. Pero, a dos años de ese triunfo, la fuerza política enfrenta tantos problemas, que la ponen en riesgo de seguir siendo un gobierno sin un partido sólido, solo que, está vez, de cara a las elecciones de 2021.

MORENA NECESITA SER UNA HERRAMIENTA DEL PUEBLO, MÁS QUE DEL PRESIDENTE.

Citlalli Hernández, secretaria general de Morena.

“Los partidos que se rompen muy fácilmente son los que empiezan y los que ya llevan mucho tiempo y ya están desgastados. Cuando se consolidan pueden durar mucho tiempo, pero es con disciplina, institucionalidad, con solución de conflictos internos de manera satisfactoria, pero los partidos al inicio se rompen fácilmente”, explica el analista político y académico del Centro de Estudios y Docencias Económicas (CIDE) José Antonio Crespo.

De la misma forma que fueron llegando las victorias al partido, también llegaron los problemas y las confrontaciones al interior. Los mismos morenistas lo han reconocido: se alejaron de sus bases, se enfrentaron entre ellos, se indisciplinaron, se enquistaron en el poder y se privilegiaron los intereses personales por encima de los del partido.

“No hemos asumido que somos gobierno, que somos muchos, y que, en vez de buscar imponer nuestras ideas por encima del otro, lo que nos toca es construir, en la

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CONTRASTE. El diputado Porfirio Múñoz Ledo contendió, sin éxito, para obtener la dirigencia de Morena.

diferencia, objetivos comunes, una visión de partido diferente que acompañe la transformación y que nos permita vivir mucho más tiempo de vida como organización política”, señala la secretaria general del partido, Citlalli Hernández.

Desde agosto de 2018, Morena ha vivido una cruenta lucha por la dirección del partido, pues, de un día para otro, de “ganar la presidencia sin dinero” se convirtió en el más rico de México: con 1,600 millones de financiamiento público, dirigir el partido representó manejar recursos millonarios y controlar la definición de candidaturas rumbo a 2021 y 2024.

“Falta de institucionalidad es nuestro principal problema, reglas claras y, además, un sistema de impartición de justicia mucho más sólido”, reconoce Alfonso Ramírez Cuéllar, en su calidad de presidente del Comité Ejecutivo Nacional.

Si bien los analistas señalan que a todos los partidos les toma tiempo alcanzar una vida institucional, hay algunos, como el Partido de la Revolución Democrática

HAY VARIOS GRUPOS QUE INTENTAN CONTROLAR EL COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL, ALGO QUE NO SE VIO EN OTRAS DIRIGENCIAS.

Juan Pablo Navarrete, profesor de la Universidad de La Ciénega. DESAFÍO. Mario Delgado resultó el ganador de la encuesta para dirigir el partido.

MORENA EN EL PODER 1 Presidencia de la República

7

gubernaturas

61

senadores

252 diputados federales

17 13

congresos locales con mayoría

capitales

(PRD) y del que está formado Morena, que después de 20 años de vida no lo logran.

“Nosotros estamos en vías de organización de un partido, de forma lenta se organizaron otros partidos, como el PAN y el PRI”, afirma Porfirio Muñoz Ledo, quien dice que solo así se consiguen institutos políticos para más de 100 años.

De acuerdo con los analistas, en Morena se suman factores que complican la tarea: su composición ideológica heterogénea y su dependencia de la figura de López Obrador.

A Morena no solo llegaron experredistas, también priistas, panistas, empresarios, todos con ideologías diferentes, a quienes, al principio, los unía el objetivo de ganar, pero cuando llegaron los triunfos, el poder y recursos, los dividieron y los confrontaron, explica Juan Pablo Navarrete, profesor de la Universidad de La Ciénega de Michoacán.

En la misión de cambiar de dirigencia, las pugnas y divisiones convirtieron a Morena en un partido que judicializó cada decisión y movimiento hasta dejarlo enredado en más de 2,500 asuntos internos, de los cuales 820 recursos están aún en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

FALTA DE CUADROS Salvo algunos perfiles nacionales, Morena carece de cuadros que hagan atractivo al partido para mantenerse como opción, advierte José Antonio Crespo. “Cuando mengüe la figura de López Obrador si no se ha logrado un grado de institucionalización, pueden venir conflictos mucho más fuertes de los que estamos viendo y se puede desmoronar el partido”.

Ahora, con Mario Delgado al frente, el reto será llevar a buen puerto la designación de candidaturas rumbo a las elecciones de 2021.

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