Revista Freim #10 - Vacío by Revista Freim

Año 1. Número 10, Julio 2010. Revista Cultural Mensual

Vacío

-Vacíos en el arte -Vacíos queyha que subsanar - Cuento: Lau ra -Poesía: Ma ybe 1 - Freim!

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www.revistafreim.com

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4 - Freim!

Ensayo a las 4 Lleno/Vacío Ricardo Pineda. Pag. 10 Vacíos que hay que subsanar Rodolfo Zapata. Pag. 14

Directorio Director General:

XX[X] Alan Abarca Saint Martin. Pag. 18

Fabián Zugaide

Reflexión: ¿Qué es el vacío? Adriana Cantoral. Pag. 22

Ricardo Pineda

Repisa Laura Erika Arlanzón. Pag. 26 Desprenderme de ti Huini Juárez. Pag. 32 Maybe Fabián Zugaide. Pag. 34

iris 8 maravillas del Sistema Solar Ron Miller. Pag. 52

Pixel Empty L.A. Matt Logue. Pag. 68

Recomendaciones Pag. 88

ligas? Pag. 92

Editor: Consejo editorial: Alejandro Altamirano, Alan Abarca Saint Martin, Christian Peña Diseño: Freim! Diseño y Publicidad Fotografía: Nohemi Valerio Colaboran en este número: Rodolfo Zapata, Adriana Cantoral, Erika Arlanzón, Huini Juárez. Revista Freim! Es una publicación mensual. Número de reserva al título en derecho de autor en trámite. Domicilio de la publicación: David Alfaro Siqueiros No. 6-A, Col. Campiña de Aragón. C.P. 55130 Ecatepec Edo. de Mex. La información de los artículos es responsabilidad de los autores. Se permite la reproducción de los materiales siempre y cuando se cite la fuente. El material utilizado, así como las marcas y logotipos son propiedad de sus respectivos fabricantes. Envía tus comentarios a: administracion@revistafreim.com 5 - Freim!

Edit orial Es ese hueco que sentimos que nos hace falta llenar, ese vacío que se genera en la física lo que provoca mayor presión, es ese interludio en una pieza musical, o el silencio que se forma entre dos personas lo que nos está hablando. A veces los vacíos, abstractos o más “reales”, nos brindan más información que lo que satura, la información misma. Todo el tiempo la nada o el vacío están amenazando con comernos si no hacemos algo con él, la 6 - Freim!

inocuidad tiene que ser atendida, sepultada, incluso el ignorarla, interpela a no dejarla pasar así como así. En toda la historia humana ha existido el silencio y sus respectivas disertaciones, han existido toda una tradición en la que el acento ante el silencio, el abismo, el vacío y lo infinito se encuentran expuestos en un libro, en colores, en ausencias, en ideas que al final se pierden y encuentran en ese asidero enorme, paradoja inexorable

que resulta la nada. La ausencia de una persona querida, la propia, el vacío de existir para Sartré, el minimalismo, los cuentos de Raymond Carver, el Timeo de Platón, John Cage, el budismo, matemáticas aplicadas, poesía, arte sonoro, Borges y la eternidad, Nietzche y el eterno retorno. El vacío es fundamental en nuestra vida y a veces lo importamos, estamos tan inmiscuidos en el mundo real, en lo físico, que ni nos damos cuenta que

vamos perdiendo eso que creemos estar alcanzando; la insatisfacción incesante. El vacío es la nada que envuelve a lo lleno, al todo, a la saturación, al sonido, la sustancia. La nada es partir de cero para dibujar algo más sólido. Sirvan estas palabras llenas de nada para los próximos textos, que esperamos sean de su agrado, para discernir en distintos ángulos, acerca del vacío. 7 - Freim!

Ensayo 8 - Freim!

a las 4 9 - Freim!

(...) Lleno/Vacío (...) El vacío en las artes (una finita selección infinita) Ricardo Pineda

El primer puto instante antes del sueño, no el sueño; es volver a morir. Paco Ignacio Taibo II Es que yo hablo de interludios, de instantes neutros, ni si quiera le llamarías así: instante. Es más bien un ejercicio de contención, el vacío aparente, tal vez el cúmulo de información suspendida en el espacio, algunos los confunden o interpretan como infinito, otros como ausencia, ciencia y literatura, números y teorías libres. El cero como agente de cambio; la alteración debido al vacío. Además de las posibilidades inconmensurables del cero, también el símbolo de infinito, está por demás decirlo, es elemental. Sendos libros acerca de la nada, teorías musicales sobre el silencio, sobre los interludios, los puentes invisibles, García Ponce y Lo invisible en el Arte, un color negro sin fondo, un silencio infinito, una plegaria silenciosa, una hoja en blanco: el silencio en 4´33´´ de John Cage; Historia de la Eternidad de Jorge Luis Borges, y Tapas de Yogurt de Gabriel Orozco. Cage y el silencio total El compositor John Cage (Los Angeles, EU, 1912) llegó a un momento en su vida en el que comenzaba a pensar en otro contexto acerca de las posibilidades en la música, tratando de sobrepasar el tono, el ritmo, la 10 - Freim!

composición; a veces tenía la sensación de que su intención con la música no era bien transmitida, entonces veía que la música como medio, fallaba en cierto sentido. Cage quería experimentar algo cercano a un silencio total, fue entonces que comenzó a verse involucrado con la incorporación de experiencias filosóficas, de posturas, cambio de mentalidad, en estudios y percepciones del sonido. El músico llegó a la conclusión de que no había posibilidad de experimentar el silencio total ya que siempre se escuchaba algo todo el tiempo, la única manera sería no estando, pensó que el silencio era más una postura: “El significado esencial del silencio es la pérdida de atención”. La no intervención; el abandono total, el no delimitar al abismo, el cómo éste sencillamente convierte a una pieza de dimensiones inconmensurables, aleatorias e infinita en sus posibilidades. La perspectiva de Cage era que el silencio prácticamente no existía, ya que el sonido es continuo; siempre escuchas algo. Entonces eso era precisamente lo que el compositor buscaba: poner atención en esa falta de atención, en ese abandono, en esa no intención de escuchar algo, y a su vez, comenzar a escuchar lo que hay en ese lugar. Por eso la pieza es infinita. Y al ponerle un límite (4´33´´ de puro silencio), orillaba al escucha a poner atención sin intención de escuchar a los sonidos que te rodeaban. La influencia de la filosofía oriental en esta

El eterno vacío. Negación de los ciclos El vacío en Borges funciona de manera distinta, aunque no de modo explícito como en la obra de Cage. Al menos no en Historia de la Eternidad. El vacío es infinito en la obra del argentino. Así como los laberintos y la idea de la eternidad y sus posibilidades (interminables, valga la redundancia), el infinito es una constante en la imaginería literaria de Borges, casi siempre intrincada pero muy ilustrativa: un pequeño orificio que contiene el universo, un Borges que toma una decisión al mismo tiempo que opta por su opuesto y las respectivas ramificaciones en hipotéticas consecuencias que se tornan de éstas, hasta abandonar nuestra capacidad de asirlas mentalmente. Otro más, en donde la repetición de vidas, la reencarnación, y las posibilidades de cambiar determinados momentos, es experimentada como un recuerdo diferente e infinito en personas distintas. pieza, y en el resto de la obra del autor, es crucial para las nuevas concepciones sonoras venideras, es un elemento definitivo en toda la obra que vino después así como, y resta decir, su vida personal. La duración de la obra está llevada a cabo a partir de aproximaciones en la consulta del I-Ching, el oráculo chino por antonomasia, así, la obra no es estricta, ya que se basa en las concepciones de continuidad y no continuidad, por lo que puede durar un segundo o indefinidamente. En algunas versiones, dependiendo del intérprete, los cambios en “la pieza” suelen marcarse con la palabra de la aproximación del I- Ching. Aproximaciones a la nada, a la abstracción total, el infinito, al vacío; el universo entero. Poner más atención sin intención, de manera natural, regresar de donde venimos, a la ausencia, a la no concepción mental de nosotros en nuestros progenitores. Ser concientes de nuestra ausencia total.

En Historia de la Eternidad (1936), Jorge Luis Borges hace un estudio más “riguroso”, aunque no menos subjetivo, sobre la eternidad, echando mano de capítulos dedicados al tiempo, a su autocontención, así como a la Esfera de Pascal cuyo centro está en todas partes y circunferencia en ninguna. Otros ensayos del autor en el título mencionado se encuentran avocados más a la cuestión numérica, y uno más, quizás el que mejor ilustra la idea de eternidad y resulta un deleite por su buen fundamento, tono y construcción, es “La doctrina de los Ciclos”, ensayo que refuta la idea del Eterno Retorno en Nietzche, expuesta en prácticamente toda la obra del alemán, a partir incluso de que las aseveraciones de éste fueran certeras. Borges casi afirma que el autor de Así Habló Zaratustra sentencia lo contrario debido a la naturaleza de sus aseveraciones. El filósofo alemán sostenía que el número de átomos en el universo eran inconmensurables, finitos. De tal modo que esas partí11 - Freim!

culas volverían a repetirse tarde o temprano debido a esa finitud, y nosotros repetiríamos estos instantes tal cual los estamos viviendo de manera “consciente”.

interludio que se puede repetir inconmensurablemente al menos. Un momento de desconcierto, abandono y vacío multiplicado infinitamente.

Borges parte de la máxima del alemán y comienza a discernir sobre el átomo, sobre la partícula; acerca de la numeración, la contabilización de éste y la manera en que el sistema de enumeración de las cosas funciona, lo cual nos enseña que los números son capaces de expandirse a series kilométricas, que llegan a perder una aplicación real, lo finito deja de serlo en tanto no se le pueda medir, conmensurar, abarcar aunque sea hipotéticamente.

Resta decir que el texto no es precisamente sencillo ni digerible, ya que requiere de atención y un poco de contexto que, como es costumbre en la obra del autor argentino, no repara en erudiciones y referencias no convencionales. Historia de la Eternidad abarca casi todas las aristas abstractas de manera más literaria que científica, ni siquiera con el rigor filosófico de un estudioso en la materia. El vacío puede ser la mirada infinita, la eterna duda existencial o también la constante y controversial práctica de la fe ante la dudosa argumentación, en ciertos puntos, de la ciencia.

La multiplicación, que no es otra cosa que la suma potenciada, demuestra que la exponencialidad de esa abstracción de lo físico (lo que está en el reino de nuestros sentidos: temperaturas, ideas, atmósferas, aspectos visuales, etc.), los números en sí, se combinan infinitamente en secuencias de todo tipo: aritméticas, algebraicas, decimales, porcentajes formulados, fracciones hasta el infinito. En este orden de ideas, el autor de Ficciones indaga en las influencias teóricas principales, a partir de evidencias y suposiciones, en la teoría de Nietzche, aludiendo la idea de infinito, de inconmensurabilidad, lo eterno es aquello que no somos, algo que no se es pero Borges lo trae al terreno de lo abstracto y metafísico, ahí también donde juegan nuestras sensaciones, como cuando percibimos un deja vú, aludiendo al recuerdo, lo cual en teoría debe de ser una señal de la repetición de un ciclo, de que en algún paralelo las cosas vuelven a ocurrir. Pero el alemán nunca sostuvo la finitud a la que aludía en cuanto a lo material. Y eso, para Borges, conllevaba a que un deja vú era una especie de negación también, de vacío quizás, en el que “el recuerdo importaría una novedad, un aspecto pequeño e influyente en nuestra vida”; esa conciencia, esa aceptación tal vez, de eso que no sabemos si ya fue o será: un 12 - Freim!

El punto medio del libro es eso, un intervalo, que es tan grande como que ni siquiera se puede concebir a bien. Existe una relación incesante, aunque no necesariamente cíclica, con nosotros mismos en todas las capacidades tangibles o abstractas. El límite es el vacío No es casualidad que en este escrito, al hablar del artista mexicano Gabriel Orozco también se mencione a Juan García Ponce, John Cage y la Esfera de Pascal, ya que son una recurrencia habitual en la obra del “no autor” de una caja de zapatos vacía. Orozco alude también a una “no intervención”, en donde las obras digan otra cosa sin dejar de ser ellas mismas, algo iniciado en la música años antes con Cage. Repensar lo natural a partir del intersticio, de lo incompleto, de lo aparentemente antinatural, trabajar con ese pedazo que falta y que puede o no hacer la diferencia en la conmensuración intelectual, conceptual mejor dicho. Orozco, muy probablemente el artista contemporáneo con más proyección del y fuera del país, prescinde del estudio de trabajo, la

mayoría de las veces también de los soportes convencionales en la producción artística o de sus posibilidades de relación, para hacer énfasis en eso invisible, en la nada, como en la caja de zapatos o en la delimitación de lo indelimitable. Gabriel Orozco ha declarado que para él una obra de arte perfecta sería algo muy parecido a un árbol, de hecho un árbol. Aquí la idea de vacío es tan grande e influyente a la hora de la “producción artística”, en el proceso de creación para más específico, que termina por hacer cada vez más pequeño al autor, pesa menos en la obra, volviéndolo casi imperceptible a la hora de lo que él llama “el momento del arte”, en donde una obra afecta nuestra percepción después de verla, internándose de forma sutil en nuestra cotidianeidad, a partir de ella misma y de ponerle énfasis de manera más natural, sin perder un discurso recurrente, en donde la intención del artista llega al receptor de manera lo más “nueva” posible, lo más inocente, enorme e inconmensurable. La caja de zapatos contiene precisamente eso: la nada en su exposición total. Un estornudo en una cueva enorme o el movimiento incesante sin dirección. El vacío es en el artista una materia constante, ingrediente primigenio para la instrumentación discursiva, partir de cero. No obstante, a quien esto escribe le parece que Tapas de Yogurt refleja mejor el vacío, con la ilógica aparente de un espectador que está viendo algo supuestamente desde el exterior pero que de pronto se ve envuelto en el cambio de posición, él es el contenido en el recipiente. Las cuatro tapitas de aluminio de envases de Yogurt se encuentran posicionadas a la misma altura (a la mitad) de cada uno de los muros del cuarto donde se exponen.

la duda de ver esos límites que invierten nuestro lugar como receptores de la obra, ya que ahora la percibimos desde dentro por decirlo de algún modo. Pero hay una limitante: al ver las tapas sólo logramos hacerlo con tres de ellas, tenemos que girar para ver esa tapa restante, de tal manera que esa tapa que no podemos ver, percibir constantemente, pese a que es una diferente de las cuatro, ésta se multiplica, se vuelve muchas a la vez, pueden ser infinitas, de tal manera que no somos nada, somos ese espacio infinito que se mueve y que no puede ser completamente abarcado de ningún modo, somos el vacío. Un infinito limitado. El artista ha confesado en más de una ocasión que las tapas le parecieron fascinantes por ser objetos banales, porque son antisorprendentes, no son obra, son eso: unas simples tapas de yogurt. Pero el ciego que tenemos en la nuca, como alude Orozco, es ese espacio, ese vacío que se vuelve importante y fundamental en la obra; es la obra en sí. El reducto total, la nada, es la culminación y origen de las elucubraciones conceptuales. El vacío es un tema recurrente no sólo en las artes, sino también en la ciencia y en diversas corrientes de pensamiento y dinámicas humanas. Lo no dicho, el intervalo, la pequeñez insignificante en nuestras vidas, es ese Aleph de posibilidades y de cosas ya, o aún no dichas y/o hechas. El vacío es tan irrelevante e inconmensurable que se vuelve demasiado importante como para soslayarse.

De alguna manera, si concientizamos el hecho de que somos un recipiente, algo que transporta, lleva o, vaya, contiene, aparece 13 - Freim!

Vacíos que hay que subsanar

@RodolfoZapata

En el día a día de las noticias los consumidores de medios quizá no se enteren de qué manera periódicos, radiodifusoras y televisoras construyen sus contenidos. 14 - Freim!

El producto final siempre es el mismo: una, dos o tres horas de información noticiosa que cumpla con las expectativas (de los escuchas, televidentes y lectores) e incluya los principales temas del acontecer nacional e internacional. Tras bambalinas, o mejor dicho, en redacciones; periodistas, reporteros y editores trabajan en el arte de comunicar, con las bases que la profesión exige y con la experiencia que muchos han adquirido.

Pero, ¿qué pasa cuando hay un vacío de información? Quienes estamos relacionados con el periodismo, sabemos qué dificultades o ventajas trae consigo, para los que no, explico. Cada semana se marcan agendas: tal o cual conferencia, congreso o efeméride que derivará en anuncios importantes (si bien nos va) o en algún comentario político que ocasione buenas reacciones. Hay días, incluso semanas, en que la información fluye lentamente. Navidad,

año nuevo o semana santa, son ejemplos claros, sin embargo, no son los únicos motivos para estos vacíos noticiosos. “Cuando el silencio proviene de la incapacidad periodística o la censura impuesta, de la renuncia al ejercicio del derecho a la libre expresión y a la obligación de garantizar el derecho a la información, entonces cualquier sociedad estará en problemas”, apunta Elia Baltazar, cofundadora de la Red de Periodistas a Pie (@ eliabaltazar en Twitter). 15 - Freim!

Actualmente vivimos también una abierta guerra al narcotráfico y a la delincuencia organizada, que afecta directamente el ejercicio periodístico. “Secuestro” e “intimidación” son palabras que se vuelven más comunes entre los reporteros. “Lamentablemente ahora hay vacíos de información por varias razones, algunas de ellas son la integridad de los periodistas”, nos recuerda desde Veracruz el reportero Juan Carlos Cortés (@jccortes). En entrevistas de 140 caracteres, amigos y colegas de los medios, compartieron sus preocupaciones ante los vacíos de información. ¿Qué riesgos traen consigo? ¿Cómo afectan al periodismo? ¿Quién pierde? ¿Quién gana? Mario Campos, conductor de Antena Radio Primera Emisión y La Agenda Pública, dice que “los vacíos siempre terminan por llenarse, la pregunta es con qué. El riesgo es que los rumores, trascendidos y filtraciones crecen”. El rumor, que como fiera se apodera de los medios, propicia que la información destruya, en vez de construir. Que si al Jefe Diego lo mataron, que si Nacho Coronel era la moneda de cambio, etcétera, etcétera. En este punto el periodista debe llenar los vacíos de información para ofrecer contenidos de calidad a la audiencia. Investigación, reporteo, consultas y buenas fuentes hacen la diferencia entre subsanar huecos o dejarse llevar por la nula agenda. “Investigando y comprobando. Sólo se debe informar lo constatado. La nota no es una hipótesis o una creencia. Con 16 - Freim!

rigor”, dice Carlos Urdiales, conductor de Radio Trece Noticias (@CarlosUrdiales) Si hay una “bondad” en los vacíos de información, es la presión que tienen los periodistas para contar verdaderas historias, el contexto que necesita la sociedad, para realmente, entender el acontecer nacional. “Creo que podría subsanarse con labor de investigación. La nota no siempre es la frase del día, sino lo que hay detrás, el contexto”, explica Gilberto Molina Arcos, de la Agencia de Noticias de El Universal (@Gil_Molina en Twitter) Cerrar la brecha entre el rumor y la especulación, propiciados por vacíos informativos, es la chamba del comunicador. Los consumidores de medios, para bien, se vuelven más exigentes cada semana. No más “atole con el dedo”, hay que “diversificar fuentes, buscar contexto, revisar antecedentes, opiniones de expertos, dar voz a todos los relacionados. No especular”, apunta Mario Campos (@ mariocampos). Así pues, está en los micrófonos, cámaras, imágenes y plumas de reporteros, conductores y fotógrafos, subsanar los vacíos informativos que, a la larga, afectan a la sociedad. Elia Baltasar, también periodista del periódico Excélsior, nos recuerda que “Necesitamos de la verdad. Los reporteros, los periodistas, andamos tras ella, insatisfechos de una sola versión del mundo, de una sola verdad. Inconformes con los silencios, vengan de donde venga”. @RodolfoZapata

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XX[X] Alan Abarca Saint Martin

— ¿Qué te pasa, acaso eres bestia? — Déjame en paz, José, ¿por qué me tratas así? — ¿Y todavía tienes el descaro de preguntar? Entran dos personas tomadas de la mano a la cafetería. Hay una sonrisa en el rostro de uno de ellos. En el otro indiferencia. El sonriente busca hacer plática, lográndola con un poco de esfuerzo. Sus movimientos son muy delicados. No le da vergüenza. La escasez de corriente de aire ayuda a que su ropa no se despegue del cuerpo. El caminar hace que sus pantalones de mezclilla, que de tanto usar presenta varios hoyos, presionen su entrepierna. – ¿Te gusta lo que me hice? – dice Luis de manera suave y algo afeminada. Hay una referencia de su cuerpo. Su piel bronceada. Las cejas delineadas. Sus labios humectados. El brillo de la lámpara permite que su piel luzca más. La crema hacía su efecto. Mostraba su barba y patillas delineadas de manera simétrica. El otro levanta los hombros — ¿Igual que siempre, no? — Contesta indiferente. 18 - Freim!

El otro muchacho no presenta cambio alguno en su cuerpo. No le interesa arreglarse en lo más mínimo. Su vestimenta es una playera estampada blanca y pantalones de mezclilla negros. Su cabello un poco alborotado por el viento de la ciudad. Su rostro no muestra ninguna marca de vello. Llegan a su asiento. Siguen con las manos entrelazadas. Hay un poco de silencio. De repente: — Ayer sentí riquísimo. Cada vez es mejor, mi amor — mientras cierra sus ojos. Los abre y suelta la mano de su pareja. La lleva a la pantorrilla. Voltea su cabeza a los lados para observar si nadie lo ve. Son sus dedos los que acarician disimuladamente los genitales del otro. — Espero que en la noche sea mejor. Te tengo una sorpresa — Ahora su voz es algo entrecortada. Su cara comienza a cambiar de color. Sus mejillas se tornan rojas. Sin importar lo que digan las personas, esta vez aprieta y masajea por encima del pantalón la misma zona. — Lo quiero ahorita — dice mientras dirige su boca a la de él. Su compañero sólo le quita la mano de donde la tenía y corresponde al beso. Debajo del pantalón hay una erección.

— Esa es una maldita mentira. ¿Cuáles fueron tus razones para lastimarme? — No, ninguna. Yo sólo…

— ¡Ya! No me maltrates por favor. ¿Por qué no me dices qué te pasa? — Luis, ¿es que realmente estás imbécil o qué?

La ropa de los dos amantes está en el suelo del departamento de José. No hay orden después de su noche especial. La luz de la mañana ilumina esos cuerpos abrazados y cubiertos por la sábana de la cama. José abre los ojos. Escucha a lo lejos una canción: Si porque te quiero quieres, Llorona, que yo la muerte reciba. Observa cómo Luis, aún dormido, muestra una sonrisa de satisfacción. Él no sabe lo que siente. Algo le dice que entre ellos no hay esperanza alguna. Que se haga tu voluntad, ¡ay, Llorona!, por suerte de Dios no viva. Sale de la cama con algo de cansancio. Se frota los ojos para despertar y camina hacia la ventana. La gente sigue con sus actividades de rutina. Despierta Luis. Mira la silueta de José y se excita. Lo llama a la cama.

— No me digas así, yo sólo… — Puedo explicarlo. Déjame… El momento es mágico en el departamento de José. Los dos amantes juegan con sus cuerpos desnudos y escurridos. Uno besa, otro gime, los dos gozan. Luis y José fundidos en uno. Discípulos de Alejandro y Hepheastion. Coquetería afrodisíaca. Posiciones caligulezcas. Electricidad embriagante por fricción. Vistas nubladas, gritos irresistibles. Arrebatadores sonidos. Miembros ostentosos. Sabor radiante. Éxtasis total en el orgasmo mutuo. Astuto y sutil aroma. Delirio pasional que contagia la habitación. Violencia amorosa. Danza majestuosa del corazón lujurioso. Tiempo atemporal.

No hay nada que explicar, Luis, todo — está más que claro. Luis está sentado en la silla del estudio de su padre. Recuerda la última vez que lo vio agonizante en el hospital. Recuerda cómo estaba ansioso porque iba a conocer a la supuesta novia de Luis. Recuerda el paro cardiaco. Luis sacude su cabeza y observa con detenimiento el cajón del escritorio. En el interior está una caja de roble. Un revolver, seis balas y un papel con bastantes arrugas son su contenido. Desdobla la hoja y lee:

— ¡Cómo es posible que me hayas hecho eso! — No tenía más remedio.

Luis:

cito. Te pido que no le comentes nada de esto a tu madre, ya sabes cómo se pone con cosas de ese tipo. Recuerda que la vida es pura mierda. No dejes que te pisoteen. Es tiempo que me despida. Sé que serías mi orgullo.

Tu padre

Luis dobla la carta. Coge la pistola y apunta hacia la pared. Siempre que se siente solo realiza lo mismo.

— Permíteme explicarte, yo sólo…

— Te juro que ha sido la única vez. No sé por qué lo permití. Desde ese día no me he sentido bien. Me remuerde la conciencia. — No sé si creerte. — Te necesito a mi lado. No me dejes. Te prometo… Luis recibe los resultados de sus análisis. Abre el sobre con mucho nerviosismo. Los dedos no le responden como él quisiera. Mira el papel. Las lágrimas comienzan a salir de sus ojos. ¿Cómo se lo diré? ¿Qué llegará a pasar si él…? Ayer maravilla fui, Llorona, y ahora ni sombra soy. — Ya no me pidas más, es lo único que puedo hacer.

— ¡Cállate! —le da un puñetazo en la cara

— No me entiendes, déjame hacerlo.

— Entiende tú el sufrimiento que me provocas. Luis camina pensativo por la calle. Existen muchas dudas en su cabeza. ¿Será posible que no pueda terminar mi licenciatura? ¿Qué sería de mí si esto llegara a pasar? Un claxon lo extrae de su trance. No, no puede ser eso, ¿qué será? Mira a su lado derecho. Está en la taquilla de un cine XXX. En la sala mira a su alrededor. Una pareja tiene sexo oral. Muchas personas solitarias se masturban con la película. Se sienta en el centro de la última fila. Piensa que la película es mala. No se excita al verla. De repente siente una mano encima de su pantalón. Un viejo militar comienza a frotar su entrepierna. No hay resistencia. El señor le baja el cierre. Saca el pene y se lo mete en la boca. Luis sólo cierra los ojos y hace la cabeza hacia atrás. 20 - Freim!

— ¿Estás seguro que ya no quieres estar conmigo? Y aunque la vida me cueste, Llorona, no dejaré de quererte. — Sí, Luis, lo estoy. Ya no te quiero ver más. Vete por favor. — Si esa es tu decisión, no me verás más.

Se oye un disparo.

Y aunque la vida me cueste, Llorona, no dejaré de quererte.

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Reflexión: ¿Qué es el vacío? Adriana Cantoral @laculturalibre

¿Qué es el vacío? ¿Es efecto del pasado y de los recuerdos? ¿Es espacio libre del presente? ¿O es ambas cosas? Si decimos que el vacío es la ausencia de algo que una vez estuvo lleno, como por ejemplo una casa concurrida de personas en determinado momento y que ahora está vacía, entonces en un sentido físico y material, en gran medida, el pasado se reduciría a puro vacío presente. De este modo, todos nuestros recuerdos no serían más que espacios vacíos presentes, al igual que el futuro. Lo único que se estaría llenando y vaciando continuamente sería el presente, aquí y ahora. El vacío nos aterra y por eso nos aferramos a un pasado sobradamente lleno y repleto de recuerdos. Ayer estuvimos muy a gusto en la fiesta bebiendo y bebiendo, nuestras miradas atravesaron cada centímetro de nuestra ropa, nos besamos, tuvimos relaciones sexuales y…. hoy somos dos perfectos desconocidos, sólo nos queda el vacío que se lleno ayer. Lo lleno es fugaz y volátil, el vacío prevalece. ¿Cuántas veces después de una comilona nos vuelve a dar hambre? Siempre preferimos estar llenos en lugar de estar vacíos, no importa el precio que tengamos que pagar.

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Rep 24 - Freim!

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Laura Erika Arlanzón

Sentí un golpe de perfume añejo al penetrar el Olimpo. Mis ojos fueron invadidos por luces fosforescentes, recorrí el espacio y encontré un piso pestilente perfumado de orín agrio, junto al sudor de los clientes. La paciencia fue mi acompañante esa noche. Fijé mí mirada en ti. Iniciabas tu número con paso firme, me acerqué a la barra, saludé con un ademán discreto al cantinero, éste me sirvió el trago seco que siempre bebo en el Olimpo.

trago seco reconoció mi garganta. La sed de venganza me hizo caminar con discreción, invadí tu espacio; un camerino putrefacto lleno de cajas que hacen a su vez de tocador con un espejo hecho pedazos que dejan ver mil figuras de tú y yo.

Mis tacones no me traicionaron, pues no te percataste de mi presencia hasta tenerte entre mis manos. Era el momento de jugar con tu sostén, acariciar tus senos, mordisquearlos con mi lengua y dientes, absorber tu perfume pestilente. A la par que bebía, te escanee con la miraContinué acariciando tus pechos sin imda fotografiando tu cuerpo, para guardar portar tu rechazo, no me fue difícil termiel negativo en mi cerebro. nar de desnudarte y arrancar la máscara. Tomarte entre mis piernas haciéndote Llevabas una máscara de luchadora que jadear, sabiendo que no te producía cubría a la perfección tu cabeza, aun así, la saliente cabellera pelirroja jugaba quis- ningún sonido que asemejara el canto quillosamente con los reflejos de las luces de sirenas viejas. Me fascinó sentir y mirar como colgaron tus piernas entre las decadentes del burdel. mías, dejando caer tus tacones de hilo de Mientras, realizabas las piruetas que com- aguja. ponían la sinfonía del número que me Esta noche…las agujas no te sirvieron habías robado. Esperé en silencio a que terminaras los pasos que me pertenecen. más que para remendar tu cuerpo vioPues no te bastaron los desaires públicos. lado por mis manos. Mi puño te penetró, con tal fortaleza que sentí los latidos Retumban en mis frescos recuerdos la de tu corazón en mi mano ardiente. El acidez de tu voz: “Laura… para ti… soy por- placer corrió por mi ser. Dejé mi huella celana”. dentro de ti, por robar mis pasos, por considerarme poca mujer para ti. Este La música cesó, agradeciste recogiendo paso robado nunca lo olvidarás, así como los billetes para después salir con la sonte acordarás de mi. risa falsa que esbozas cada noche detrás de la cortina azul. Salí tras de ti, mis pasos se fortalecieron con la misma sed que el 26 - Freim!

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XX[X] Alan Abarca Saint Martin — ¿Qué te pasa, acaso eres bestia? — Déjame en paz, José, ¿por qué me tratas así? — ¿Y todavía tienes el descaro de preguntar? Entran dos personas tomadas de la mano a la cafetería. Hay una sonrisa en el rostro de uno de ellos. En el otro indiferencia. El sonriente busca hacer plática, lográndola con un poco de esfuerzo. Sus movimientos son muy delicados. No le da vergüenza. La escasez de corriente de aire ayuda a que su ropa no se despegue del cuerpo. El caminar hace que sus pantalones de mezclilla, que de tanto usar presenta varios hoyos, presionen su entrepierna. – ¿Te gusta lo que me hice? – dice Luis de manera suave y algo afeminada. Hay una referencia de su cuerpo. Su piel bronceada. Las cejas delineadas. Sus labios humectados. El brillo de la lámpara permite que su piel luzca más. La crema hacía su efecto. Mostraba su barba y patillas delineadas de manera simétrica. El otro levanta los hombros — ¿Igual que siempre, no? — Contesta indiferente. El otro muchacho no presenta cambio alguno en su cuerpo. No le interesa arreglarse en lo más mínimo. Su vestimenta es una playera estampada blanca y pantalones de mezclilla negros. Su ca28 - Freim!

bello un poco alborotado por el viento de la ciudad. Su rostro no muestra ninguna marca de vello. Llegan a su asiento. Siguen con las manos entrelazadas. Hay un poco de silencio. De repente: — Ayer sentí riquísimo. Cada vez es mejor, mi amor — mientras cierra sus ojos. Los abre y suelta la mano de su pareja. La lleva a la pantorrilla. Voltea su cabeza a los lados para observar si nadie lo ve. Son sus dedos los que acarician disimuladamente los genitales del otro. — Espero que en la noche sea mejor. Te tengo una sorpresa — Ahora su voz es algo entrecortada. Su cara comienza a cambiar de color. Sus mejillas se tornan rojas. Sin importar lo que digan las personas, esta vez aprieta y masajea por encima del pantalón la misma zona. — Lo quiero ahorita — dice mientras dirige su boca a la de él. Su compañero sólo le quita la mano de donde la tenía y corresponde al beso. Debajo del pantalón hay una erección. — ¡Ya! No me maltrates por favor. ¿Por qué no me dices qué te pasa? — Luis, ¿es que realmente estás imbécil o qué? — No me digas así, yo sólo… El momento es mágico en el departamento de José. Los dos amantes juegan con sus cuerpos desnudos y escurridos. Uno besa, otro gime, los dos gozan. Luis y José fundidos en uno. Discípulos de Alejandro y Hepheastion. Coquetería

afrodisíaca. Posiciones caligulezcas. Electricidad embriagante por fricción. Vistas nubladas, gritos irresistibles. Arrebatadores sonidos. Miembros ostentosos. Sabor radiante. Éxtasis total en el orgasmo mutuo. Astuto y sutil aroma. Delirio pasional que contagia la habitación. Violencia amorosa. Danza majestuosa del corazón lujurioso. Tiempo atemporal. — ¡Cómo es posible que me hayas hecho eso! — No tenía más remedio. — Esa es una maldita mentira. ¿Cuáles fueron tus razones para lastimarme? — No, ninguna. Yo sólo… La ropa de los dos amantes está en el suelo del departamento de José. No hay orden después de su noche especial. La luz de la mañana ilumina esos cuerpos abrazados y cubiertos por la sábana de la cama. José abre los ojos. Escucha a lo lejos una canción: Si porque te quiero quieres, Llorona, que yo la muerte reciba. Observa cómo Luis, aún dormido, muestra una sonrisa de satisfacción. Él no sabe lo que siente. Algo le dice que entre ellos no hay esperanza alguna. Que se haga tu voluntad, ¡ay, Llorona!, por suerte de Dios no viva. Sale de la cama con algo de cansancio. Se frota los ojos para despertar y camina hacia la ventana. La gente sigue con sus actividades de rutina. Despierta Luis. Mira la silueta de José y se excita. Lo llama a la cama.

No hay nada que explicar, Luis, — todo está más que claro. Luis está sentado en la silla del estudio de su padre. Recuerda la última vez que lo vio agonizante en el hospital. Recuerda cómo estaba ansioso porque iba a conocer a la supuesta novia de Luis. Recuerda el paro cardiaco. Luis sacude su cabeza y observa con detenimiento el cajón del escritorio. En el interior está una caja de roble. Un revolver, seis balas y un papel con bastantes arrugas son su contenido. Desdobla la hoja y lee:

Luis:

Al parecer mi vida aquí ha terminado. Es tiempo que te entregue nuestro tesoro. El revolver que observas ha permanecido en la familia desde antes de la Revolución. Es mi regalo hacía ti. Ahora podrás ya ser hombrecito. Te pido que no le comentes nada de esto a tu madre, ya sabes cómo se pone con cosas de ese tipo. Recuerda que la vida es pura mierda. No dejes que te pisoteen. Es tiempo que me despida. Sé que serías mi orgullo.

padre

Luis dobla la carta. Coge la pistola y apunta hacia la pared. Siempre que se siente solo realiza lo mismo.

— Puedo explicarlo. Déjame… 29 - Freim!

— Permíteme explicarte, yo sólo…

— ¡Cállate! —le da un puñetazo en la cara — No me entiendes, déjame hacerlo. — Entiende tú el sufrimiento que me provocas. Luis camina pensativo por la calle. Existen muchas dudas en su cabeza. ¿Será posible que no pueda terminar mi licenciatura? ¿Qué sería de mí si esto llegara a pasar? Un claxon lo extrae de su trance. No, no puede ser eso, ¿qué será? Mira a su lado derecho. Está en la taquilla de un cine XXX. En la sala mira a su alrededor. Una pareja tiene sexo oral. Muchas personas solitarias se masturban con la película. Se sienta en el centro de la última fila. Piensa que la película es mala. No se excita al verla. De repente siente una mano encima de su pantalón. Un viejo militar comienza a frotar su entrepierna. No hay resistencia. El señor le baja el cierre. Saca el pene y se lo mete en la boca. Luis sólo cierra los ojos y hace la cabeza hacia atrás. — Te juro que ha sido la única vez. No sé por qué lo permití. Desde ese día no me he sentido bien. Me remuerde la conciencia. — No sé si creerte. — Te necesito a mi lado. No me dejes. Te prometo… 30 - Freim!

Luis recibe los resultados de sus análisis. Abre el sobre con mucho nerviosismo. Los dedos no le responden como él quisiera. Mira el papel. Las lágrimas comienzan a salir de sus ojos. ¿Cómo se lo diré? ¿Qué llegará a pasar si él…? Ayer maravilla fui, Llorona, y ahora ni sombra soy. — Ya no me pidas más, es lo único que puedo hacer. — ¿Estás seguro que ya no quieres estar conmigo? Y aunque la vida me cueste, Llorona, no dejaré de quererte. — Sí, Luis, lo estoy. Ya no te quiero ver más. Vete por favor. — Si esa es tu decisión, no me verás más.

Se oye un disparo.

Y aunque la vida me cueste, Llorona, no dejaré de quererte.

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Despedirme de ti Huini Juárez

Despedirme de ti y tu perfecta calma mentirosa es más duro que verte llorar, pedir, insistir, apelar a los recuerdos o sólo hablar de este dolor que compartimos. El castigo a mi abandono es convertirme en una extraña a la que se trata con amabilidad y no se le confiesan los tropiezos o las soledades. La indiferencia que dibujas mientras tomamos café y tejemos trivialidades, se rompe cuando observo tu mirada: es triste, como el llanto de los huérfanos, como los recuerdos, que invierten su valor cuando sabemos que ya no habrá más. No insisto en saber cómo estás, eso sería el regodeo del criminal en su víctima. Dejo que sonrías, que me ofrezcas hospitalidad y preguntes cándidamente por la familia, la escuela, el trabajo y los días fríos. En un arrebato de sentimiento me pides abrazarte y nos sostenemos uno al otro como si fuésemos a caer en el abismo de los que sufren sin confesarlo. Siento tus huesos, la tibia contención, el olor tan conocido de tu miedo.

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Salgo de ahí sosteniendo, como tú, esa sonrisa civilizada de tranquilidad. Respeto tus deseos, este no será nunca un drama: tan sólo una civilizada despedida entre adultos endurecidos y completamente vacíos. Salgo de ahí a toda velocidad, a todo volumen, a toda ignorancia. Ya no soy parte de tu infierno sólo puedo imaginarlo y no hacer nada. http://lahetaira.blogspot.com/

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Maybe Fabiรกn Zugaide

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A María Elena...

“Siempre fugitiva y siempre cerca de mí, en negro manto mal cubierto el desdeñoso gesto de tu rostro pálido.” Antonio Machado

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Maybe me mira fijamente desde el otro lado de la sala de estar, recostada en su sofĂĄ, limpia sus gafas y vuelve a mirarme. Su mirada es algo frĂa y pesada y yo trato de disimular que la veo de reojo.

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A Maybe le gusta leer mientras pasa el tiempo en la oficina. Cuando sale de ella le gusta caminar a la avenida para tomar el autobĂşs o el metro. Le gusta pasar a la panaderĂa o comprar chicles para el camino. Cuando llega a casa devora un cigarrillo, toma un vaso de cola, platica del trabajo diario y disfruta su novela de 8 a 9 y se prepara para comenzar una vez mĂĄs con la rutina diaria.

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Maybe, déjame escoger un departamento lindo como el que vimos juntos para llevarte flores a la cama todos las mañanas, comprar un pizarrón de tiza para colgarlo justo en la entrada y parafrasearte mi amor línea a línea, colocar un tapete de colores y un sofá que dé a la ventana para contemplar la noche juntos en días de luna llena.

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Maybe es un alegre aguijón, el patio de una iglesia, el verano de ensueño, los discos de electro pop dance que tanto disfruto. She´s all I ned, algo que me acompaña sin disculpas a buscar un nuevo significado para toda esta guerra de manipulación y artificio.

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Maybe, cuya sonrisa, subrayada como fuerza de oposici贸n, me escandaliza a las 5:30 en punto, Maybe, con su calma rota, piel blanca, tierna y nerviosa, transgresora como ensue帽o, una diosa clavada a punta de martillo, lidiando con el intelecto clasemediero de oficina, Maybe; el disparo inocente que inici贸 mi plegaria en delay.

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Soy un tipo sencillo con sólo un vicio: Maybe, una colección de juegos e ítems opuestos, mil horas de referencia y agonía estética que me hacen un poco vulnerable. Celebro la diferencia que nos une, y oprimo el botón de STOP antes que el dolor llegue sin explicación. Todo esto es tan complicado que en ello se nos va el resto del día.

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Maybe es mi prozac, mi ecstasy, mi botella de licor, la base de mi equilibrio, mi punto de control y mi contacto con la realidad, el sueño romántico y la caricia ardiente de un corazón en plena armonía. Llegará el día en que acabe todo y me marche, pero cuando eso pase, sé que me puedo alejar pero siempre volveré para encontrarnos en el mismo sitio.

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Maybe, espejo de mi locura. SonrĂe a lo lejos Maybe, salta al asiento del copiloto, flor x ĂŠxtasis. Pasear por la ciudad, mira el cielo, contempla el mundo, me besa en los labios, cabello negro, mirada ausente, pedacito de suerte, negocio de llama ausente, esclava de Shakespeare, Trazos de Millet, musa de Rimbaud, cenicero de Allan Poe, tiempo de terceros, un beso mĂĄs... Fin del camino.

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Maybe, quiero regalarte una sonrisa para el resto de tu vida.

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Maybe ya deberĂa saber que, ahora y siempre, ella ha sido la otra parte de mi vida.

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Carver y lo determinante de la nada @RaiKa83

Uno suele ir por la vida leyendo libros así de espesos, llenos de imágenes sugerentes, que ahondan en cuanto a la cantidad y calidad de las letras. Esos libros sirven, entre muchas cosas positivas, para medirse el nivel de bagaje cultural obtenido. La cantidad a la hora de presumir es importante, los grandes y buenos autores llevan en su poder la batuta literaria y coctelera. No obstante, y afortunadamente, también existen los autores perdedores, los de culto (que dicho sea de paso también sirven para presumir en diversos sectores culturales, no lo descarten), los que escriben poco y, al parecer, en apariencia figuran como la opción literaria menos 90 - Freim!

atractiva. El escritor norteamericano Raymond Carver es uno de esos casos. A Carver se le suele asociar con el término “realismo sucio”, haciendo alusión a lo evidente de su estilo: opaco, cotidiano, pobre. Carver (1938-1988) escribía cuento, un género caracterizado por su contundencia y extensión en relación con la novela, y lo hacía de una manera muy peculiar. Al momento de su muerte comenzaba a estallar su fama, su repercusión ha hecho el eco justo que lo posiciona como uno de los escritores más grandes de Estados Unidos, pero no el necesario para ponerlo en la palestra de los grandes escri-

tores mundiales. De cualquier modo no importa mucho, ya que el tiempo le dará la razón, y si no se la da, lo reafirmará. La obra del estadounidense suele estar caracterizada por su extensión (textos más que breves), su descripción minimalista y precisa, la abstracción de elementos narrativos, y la acción reducida a su mínimo absurdo, cotidiano y elemental. Pareciera que los cuentos de Carver no quieren ser, no pretenden ser o les da pena ser tales, por lo general son tristes y decadentes, burdos si se quiere, pero sólo son la fachada de lo que hay detrás: la horrenda e insoportable nada. En Catedral por ejemplo vemos muertes, reencuentros que duelen, hombres a punto de suicidarse, alcohólicos, perdedores y demás personajes que quedaron fuera del sueño americano, que llevan a cabo acciones más corrientes que comunes, sueltan diálogos que uno esperaría de cualquier persona: “me duele la cabeza”, “hay que cambiar el refrigerador”, “tal vez sea hora de irme”, etc. Frases que son colocadas en la vida de los implicados como quien deja una pistola en la mesa con aire de estar colocando una manzana sin dueño. La “otra lectura” que se hace de la obra del estadounidense es otro cantar. Detrás de la nada, del ridículo, de irrisorio, de lo triste incluso, solemos encontrar algo más, algo que si no nos percatamos como lectores sentimos que no se nos dijo o se nos quedó a deber, algo que hasta podemos llegar a pensar que el autor pudo haber hecho una mejor historia de eso que no se dijo. Pero el encanto del autor de Quieres Hacer el Favor de Callarte Por Favor se encuentra precisamente ahí: el vacío, el

hueco, lo que no se hizo o dijo, funciona como contención discursiva, como un estúpido, vergonzoso y urgente nudo en la garganta. Los simbolismos en la obra de Carver actúan también como antítesis de su propio contexto sumergido en sí mismo, de repente se vuelven inasibles. Cualquier cuento que se lea del norteamericano refleja a la perfección el mundo artístico, llano y anómalo del autor de Tres Rosas Amarillas (título a su vez del cuentoexcepción a la regla carveriana, que es un homenaje de una de sus mayores influencias rusas: Chéjov). De qué Hablamos Cuando Hablamos de Amor, Short Cuts, Catedral o Quieres Hacer el Favor de Callarte Por Favor, son títulos excepcionales en su factura, en sus “no mensajes” y que dejan al lector con una sensación de que nada ha pasado, el vacío de nuevo tal vez, pero que después de eso ya nada volverá a ser lo mismo: el reconocimiento del personaje a la contra de eso. 91 - Freim!

Gordon Matta Clark y la construcción del vacío No resulta casualidad que en este número de Freim! Algunos personajes relacionados con la nada o el vacío sean de origen estadounidense, la nación que lo dice todo, que marca la tendencia, poderosa, llena y rica en apariencia y que parece lo tiene todo. Tenemos algo ahí, pero no es el tema que nos incumbe, tiene contenido. Gordon Matta-Clark (1943-1978) fue un artista neoyorquino que hizo obras únicas y peculiares, de tintes y dimensiones épicas. De formación arquitecto y literato, Matta-Clark opta por lanzarse al vacío metafórico y no ejercer ninguna de las disciplinas formativas que recibió. A principios de los setenta lleva un restaurante con otros artistas plásticos de su generación, en el que la preparación de cada platillo representaba un performance o una acción determinada. Su obra más representativa y por la que ganó cierta repercusión en el medio del arte, fue la relacionada con la intervención a casas y edificios. A partir del deconstructivismo y el situacionismo, Gordon comenzó a partir casas vacías exactamente por la mitad, hacía boquetes dentro de éstas, u agujeros en muros. El artista siempre aludió a que en estas obras de mastodónticas dimensiones, la materia prima era el vacío; la nada. Lo relativamente efímero de obra y de su vida lo llevaron a ser poco reconocido, sin embargo se le ha citado en muchas ocasiones como un artista imprescindible para la comprensión del arte de los últimos 40 años. Gordon incluso llegó a explicar que una casa encierra, nos acerca a las cosas, acentúa nuestra capacidad de intervenir sobre ellas, dominándolas. En lugar de esta contención y cierre arquitectónico, las intervenciones de Matta-Clark permitían una abertura, un boquete, así como un despliegue de estos “gestos deconstructivos”, que invocaban la dialéctica negativa del deshacer. 92 - Freim!

93 - Freim!

Liga 94 - Freim!

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Ciclos. Steve Reich y la herencia de Cage Steve Reich es un músico de vanguardia, con varios años de credibilidad artística y muy influyente para la escena artística neoyorquina. Es junto a La Mounte Young, Phillip Glass y Tony Conrad, pionero del minimalismo dentro de la composición musical. A diferencia de sus contemporáneos, los trabajos de Reich suelen tener una vena más diversa, sí son conceptuales e intrincados, hasta cierto punto complejísimos, pero también suelen hacer énfasis en el color y el énfasis tímbrico. Freim! Recomienda escuchar Music for 18 Musicians que es un claro ejemplo de porqué Steve es nombrado uno de los compositores más grandes del mundo, vivo. Repeticiones infinitas, La influencia de con Cage es evidente, pero tiene la suficiente investigación y trabajo genuino que respalda su influencia y relevancia en muchos países. En apariencia no hay nada, uno se acerca y sólo escucha secuencias, música culta que aburre incluso a los amantes de ésta. Vanguardia, discurso claro y escueto; poca información. Pero conforme se va adentrando en esa escasez, encuentra algo más que concepto y música culta de vanguardia, un elemento que trasciende al minimalismo como corriente y al sonido como concepto. Por si fuera poco, la obra de Reich, pese a que carece de convencionalismos, se puede disfrutar con los oídos también. Claro, si uno atiende abiertamente y con disposición aquello que se escucha, lo cual en Reich puede ser pequeño y abigarrado, o elocuente, hermoso, enorme y poético.

http://www.stevereich.com/ http://www.youtube.com/watch?v=CHVMVDhC-UA 96 - Freim!

Hasta el infinito Un protector de pantalla, detalle de dise帽o, aplicaci贸n chistosa. Un v贸rtice siempre es bien recibido, a veces no hay discurso y sencillamente se trata de ver, de disfrutar infinitamente un detalle que no tiene trasfondo discursivo. Aunque uno nunca sabe.

http://www.clublaugh.com/es-items/712.swf

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Cartas de amantes Una de las cosas que probablemente seguirán prevaleciendo por tiempo indefinido son las cartas de novios, de amantes. Sí, esas que no dicen nada, huecas y que al pasar de los años o pierden total y absoluto sentido, o se convierten en un parteaguas de nuestra existencia. Este sitio de internet es en parte nada importante ni atractivo, pero por otro representa también un buen ensayo sobre el amor, el desamor, y su interminable correlación, al mismo tiempo que en sentido inverso. Su relación con los colores enternece y conmueve, al mismo tiempo que parece comenzarnos a decir algo. El creador o artista de este concepto escribió 300 cartas de amor y se las envió a extraños, ante lo que recibía contestaciones preguntándole el sentido de la obra. El autor alude a que, sólo probablemente, quería cruzar un espacio entre la “intimidad social”, aunque le resultaba evidente que el proyecto lo mismo podría parecer simple o complejo, evocativo e interesante, o sencillamente estúpido e inocente.

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