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la posmodernidad en su esplendor. Esa sería, posiblemente, la reseña más atinada de la obra. Los paradigmas culturales y sociales del arquetipo norteamericano, representados en el cuerpo y espíritu del Sueco , esbozan el sueño de todos aquellos desplazados en búsqueda de la aceptación de un pueblo reiterante en su hostilidad hacia la diversidad.

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Ambientada durante los años 60 del siglo pasado, en las gloriosas épocas vividas en Nueva Jersey, Seymour Irving Levov es el estandarte clave de una comunidad ―de tantas habidas en esas tierras― errante y heterogénea; un símbolo de la sociedad judía, que intenta levantar la mano y hacerse ver. Es el joven que demuestra la posibilidad, para un nuevo pueblo, de instau- rarse e integrar su cultura a los Estados Unidos. El Sueco es todo aquello que un norteamericano honorable tiene que ser: esposo modelo, ciudadano ejemplar y un hombre patriota, devoto de su país.

Pero un giro inesperado fractura la vida de Seymour. ¿Qué hacer cuando tu sangre cuestiona tus decisiones? ¿Cómo calmar una mente rebelde con una energía histérica y un sentimiento heroico contrario al propio? Y aún más complejo: ¿qué medidas tomar cuando ese espíritu es el de tu hija?

Todo esto conforma una problemática central en la obra, una de tantas. La sátira que realiza Philip Roth de la nación americana va más allá de una crítica a los parámetros obsoletos del hombre y la mujer ideal. El autor cuestiona hasta qué punto la ingenuidad se convierte en negligencia, y la negligencia en incapacidad humana. Los pasos que damos tienen consecuencias ahincadas más profundamente de lo que podemos ver, y en una sociedad tan cuadrada, los círculos se perciben a kilómetros. El sinsentido de la posmodernidad asoma su cabeza en la vida de los personajes e incita a quedarse para averiguar su impredecible final.

H ifu, H a R ías C ualqui ER CO sa p OR di VER ti R t E

mo Yan, considerado uno de los autores contemporáneos más influyentes, posee también un sentido creativo muy apegado a las realidades de su pueblo. En este libro, conformado por ocho escritos breves, Mo Yan rompe su tradición novelística y reivindica el peso de los relatos cortos. Dota de singularidades cada una de las obras, pero no por ello evade la homogeneidad de la idea central: la crítica social a la China del siglo XX, sumergida en un turbio panorama de decadencia. En cada historia el autor describe imágenes y escenarios plagados de una cruda realidad suscitada diariamente: hambruna, falta de empleo y desarrollo, problemas políticos y carencia de libertad; entre muchos otros, son los ejes temáticos de sus relatos. En el texto central de libro, Ding, un viejo obrero que ha dedicado más de cuarenta años de su vida a trabajar en una fábrica municipal, es despedido poco antes de su jubilación. Ello desata una crisis emocional y económica en el anciano, al encontrarse de pronto ante un panorama terriblemente desfavorable. El viejo Ding no encuadra en el plan nacional de este país que pretende ser visto como moderno, mientras trata de maquillar sus atrasos económicos, políticos, educativos, culturales y sociales.

Sin embargo, el aliento, la fuerza y la energía que caracterizan a la república asiática, se consagran en este personaje, que gracias a su visión emprendedora, logra no sólo subsistir, sino convertirse en un microempresario exitoso. Afortunada o desafortunadamente, un nuevo acontecimiento estremece el mundo de Ding, quien se ve obligado a tomar una decisión crucial para su vida.

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