4 minute read

the mirror

Next Article
ana

ana

andre I T arko VS k I

Advertisement

esforzarse por discernir el mensaje, ensamblar la línea argumental o formular hipótesis interpretativas en torno al cine de Andrei Tarkovski no es, posiblemente, la mejor manera de asimilarlo y apreciarlo. Lo incomprendido de su obra se debe comúnmente a sus característicos saltos argumentales, largas tomas y temáticas complejas, que si bien no imposibilitan el contenido, sí lo convierten en un autor difícil.

Sobre este tema nos dice en su libro Esculpir en el tiempo: “ Ya he dicho que el arte incide sobre todo en las emociones de una persona y no tanto en su razón. Su meta es «reblandecer» su alma, hacerla receptiva para lo bueno, pues al ver una película valiosa o un cuadro bello o al escuchar buena música, desde el principio no es la idea como tal la que te cautiva y te conmueve.”

El espejo es la quinta cinta del director, y para muchos, la más característica producción de su carrera. En ella manifiesta el completo desprendimiento del argumento lineal tradicional y así forma, a través de fragmentos constituidos por recuerdos, viajes oníricos y experiencias intrínsecas, un verdadero collage que constituye el ejercicio de la remembranza.

En su obra Andrei Tarkovski , Carlos Tejada nos dice que “los recuerdos no vienen como una entidad lineal, sino en forma de secuencias, por emplear un término cinematográfico, de un hecho o una vivencia completa.” De ahí la estructura de El espejo como un cúmulo de experiencias y sueños que en su conjunto conforman una especie de álbum familiar o mapa emocional en movimiento del cineasta; una técnica ya antes explorada en otros campos, que alude a las búsquedas de Marcel Proust por recuperar el tiempo o el fluir de conciencia que William Faulkner dominó con maestría.

Alexei, el protagonista de El espejo , encarna al alter ego de Andrei Tarkovski y viaja a través de diferentes momentos de su vida para dibujar las figuras más memorables, secuencias que se complementan con los poemas de Arseni Tarkovski, su padre.

El filme contempla un acercamiento muy personal al ser el mismo director quien proyecta en la cinta sus experiencias personales, labor esta difícil de realizar y metafóricamente manifiesta en la primera escena: una logopeda atiende a un joven paciente con tartamudez, hasta que este logra pronunciar palabras sin impedimentos. Tarkovski supera la tartamudez para lograr comunicar experiencias a través del joven arte del cine. Sumamente íntimo, pero trasparente, formula a personajes que contienen una impresionante energía condesada, latente en su contexto y en sus acciones. No hay ni qué decir en cuanto a la fotografía: la impresión estética reafirma su calidad artística.

En su libro, Tarkovski confiesa que muchas veces se vio desanimado por sentirse incomprendi - do: por el público que le enviaba cartas exigiendo una explicación para saber de qué hablaba la película; por críticos, que en esfuerzos por interpretar su obra se alejaban más de lo que él, como artista, quería transmitir, y hasta por el mismo staff , que hacía sugerencias irreverentes. Pero luego encontraba consuelo en personas que con toda sinceridad habían asimilado el filme y comprendían, a un nivel más humano, lo que quería retratar en su obra. Con respecto a El espejo, una correspondencia a Tarkovski decía:

¿ de qué se trata esta película? del hombre. Por supuesto que no de aquel hombre concreto, de cuya voz en off se ocupa Inokenti Smoktunoski. no. e s más bien una película sobre ti mismo, sobre tu padre y tu abuelo. Una película sobre el hombre que vivirá cuando tú hayas muerto, pero que será un «tú». e s una película sobre el hombre que vive sobre la tierra, que a su vez es parte de ese hombre. Una película sobre el hecho de que el hombre ha de responder con su vida ante el pasado y ante el futuro. e sta película hay que verla, eso es todo, escuchando devotamente la música de Bach y las poesías de a rseni Tarkovski. Y hay que verla como se contemplan las estrellas, el mar o un paisaje bello. Se echará de menos la lógica. Pero esta, en el fondo, no explica qué es el hombre y en qué consiste el sentido de su vida.

El espejo es una película difícil, pero no en el sentido intelectual. El arte se abre no al intelectual de criterio y lenguaje artificioso, sino al espectador que con sinceridad y humildad anhela comprenderse mejor a sí mismo y al mundo que lo rodea.

Poesía Martín Makáwi Traducción Enrique Servín

Colaboración del Instituto Chihuahuense de la Cultura Resurgimiento de la literatura indígena Edgar Adrián

Moreno Pineda

el presente poema es obra del escritor y promotor cultural tarahumara Martín Makáwi, originario de la comunidad de Ipó, Ejido de Basíhuare, municipio de Guachochi.

La escritura de poesía en tarahumar es un fenómeno reciente y tuvo su origen entre los maestros bilingües y los promotores sociales que a partir de la década de los ochenta comenzaron primero a transcribir canciones tradicionales tarahumaras y luego, a componer poesía propia en su lengua materna.

A la fecha, dos personalidades han destacado en este ámbito, aportando una obra que ya es digna de contarse entre lo más valioso de la li- teratura indígena de nuestro país. La primera fue Dolores Batista, promotora social de la comunidad de Ojachíchi, municipio de Carichí, quien tradujo a poetas tales como Omar Khayyam al rarámuri, llegando a publicar un cuaderno de narraciones en tarahumar, así como poemas sueltos en algunos periódicos y revistas del estado. El otro es Martín Makáwi, quien siguiendo el ejemplo de Dolores Batista ha continuado con la tarea de generar una poesía escrita en este importante idioma amerindio. A la fecha, Makáwi ha sido receptor de diversos reconocimientos y apoyos, y ha participado como becario en el programa de traducción literaria del Banff Centre de Alberta, Canadá.

Je’ná bamí mapu simárali ‘á belá ta wi’káwaka nokísi pe kuwána ta kú e’nésa má ké tási ta machí kámi riká buurúa.

Má síile pá chókame suléame ‘á belá ichaísimi sitákame rakáala.

Népi wabé nochásimi chahkéna ‘nátami ‘á belá láa kaenásimi ba’wí ki’yáwala.

Estos últimos años hemos extraviado tanto el camino que si volteáramos hacia atrás ya no sabríamos ni por dónde corrían los caminos.

Llegaron los de negro corazón y fueron sembrando semillas de sangre.

Cómo se afanan los de negro corazón en convertir en sangre el agua antigua.

This article is from: