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DERMATITIS ATÓPICA

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SISTEMA INMUNE

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Salud

La dermatitis atópica, también conocida como eccema atópico, y para algunos solo como “eccema”, es un proceso inflamatorio crónico de la piel que principalmente debuta en la infancia afectando mayormente a niños, pero que puede presentarse a cualquier edad, incluyendo los adultos. Aunque epidemiológicamente el proceso tiende a mejorar en la edad escolar, existen casos que se prolongan hasta la adultez.

Su etiología está vinculada a rasgos genéticos/hereditarios, respuesta inflamatoria/inmunológica, respuesta a estímulos medioambientales (clima, alérgenos, detergentes) y el estrés

DERMATITIS ATÓPICA

DEL ADULTO

emocional. La mayoría de los casos tienen antecedentes personales o familiares de asma, rinitis, fiebre del heno, etc. No es contagiosa.

Cursa con brotes o reactivaciones que se manifiestan con zonas de piel secas y enrojecidas, acompañadas de mucho picor. Esto conlleva al rascado crónico (largo tiempo) de las zonas afectadas que pueden desarrollar engrosamiento y cambios de color en la piel.

El diagnóstico se basa en observar el cuadro clínico, donde las zonas afectadas del cuerpo se manifiestan secas y enrojecidas (clásicamente en pliegues anteriores al codo, detrás de las rodillas, mejillas) pero en adultos puede haber afección de cara, manos, y llegar a diseminarse en todo el cuerpo y se denomina eritrodermia por dermatitis atópica.

El síntoma principal que manifiestan los pacientes es el picor o prurito intenso, que muchas veces no deja descansar al paciente y altera su calidad de vida, afectando negativamente su desenvolvimiento personal y/o laboral. El rascado inicial hace que se presenten rasguños y pérdida superficial de la piel, que pueden infectarse secundariamente.

Desde el punto de vista de tratamiento para la persona que padece esta condición (sea niño o adulto), la prevención de brotes o reactivaciones siempre será de gran importancia, que a veces resulta un poco difícil de lograr, sin embargo, está establecido que es primordial el cuidado adecuado de la piel diariamente. Se recomiendan baños cortos (mojarse, enjabonarse y enjuagarse, utilizando las manos y no paños, esponjas) con agua a temperatura ambiente (siempre preferiblemente no muy caliente) y utilizando jabones sin detergente (conocidos como syndet). Secar el cuerpo sin frotarlo, dando toques (enjugando con la toalla). Inmediatamente después y siempre dentro de los primeros 3 minutos posterior al baño, que la piel está un poco húmeda, aplicar cremas o lociones corporales humectantes, preferiblemente sin fragancias. El vestido o ropa a utilizar debe ser siempre de algodón, incluyendo la ropa interior y para el lavado de esta, evitar el uso de suavizantes o aromatizantes y lograr un buen enjuague.

En otro orden, el uso de antihistamínicos tomados, en los últimos tiempos se ha discutido si son de utilidad o no. Sin embargo, en algunos pacientes pueden ser de ayuda para la sensación de picor, y también por el efecto sedante.

La dermatitis atópica es un proceso inflamatorio crónico que afecta a muchas personas, desde casos leves y que desaparecen, hasta casos que persisten y/o debutan en la edad adulta. Como es una afección crónica, el objetivo principal es y debe ser controlar el proceso inflamatorio y el picor característico, siempre dirigido a restaurar la piel.

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