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CONSEJOS DEL ABUELO A SU NIETA PARA QUE ADMINISTRE MEJOR

Su Dinero

ANXELLI, JOSE TOLEDO Y MARIO TOLEDANO / CORRESPONSALES

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El abuelo Juan leyó en una revista especializada en psicología infantil, la conveniencia de inculcar a los niños desde los 3 años de edad, el concepto del valor del dinero, a efecto de que empiecen a comprender que con dinero se obtienen cosas.

También leyó que la edad adecuada para que comiencen a usar su dinero y aprendan a administrarlo es antes de los 8, así como que es fundamental crecer, también, conciban al dinero como un medio y no como fin.

Con esa información, se le ocurrió que al momento que le diera el “domingo” a su pequeña nieta ese fin de semana, aprovecharía la oportunidad para decirle como lo podía administrar.

Le dijo: “hay dos posibilidades: una, que gastes todo tu “domingo” ese mismo día, o bien, todo lo ahorras. En ambos casos no te podrías dar ni siquiera un pequeño gusto durante la semana”.

La segunda y la más sensata es que administres el “domingo”; para ello te aconsejo: de los $50 que te doy, gasta $10 ese mismo domingo, ahorra otros $10 y los restantes $30 gasta $5 cada día de lunes a sábado de tal manera que todos los días te puedas dar un gusto.

De los $10 que ahorras, te daré dos alcancías, en una de ellas depositas $5 para que te compres después de algunos meses de ahorro el juguete de tu preferencia, mientras que el dinero ahorrado en la otra lo destinas en causas sociales, para ayudar a los más necesitados.

De tal manera, pensó, educaré a mi nieta en cuatro aspectos: NO MALGASTAR, ADMINISTRAR, AHORRAR Y SER SOLIDARIO CON LA SOCIEDAD.

El abuelo Juan pensó también que era necesario transmitir a la nieta conceptos de abundancia, escases y despilfarro, así como motivarla al autocontrol del manejo del dinero, explicando a la niña la diferencia entre las cosas que se DESEAN y las que se NECESITAN. Para que conozca cuánto dinero se tiene disponible para suplir esas cosas.

Si se enseña a los pequeños la importancia de administrar su dinero, cuando sean adultos, se les habrá formado el maravilloso hábito de ajustarse a su ingreso y no vivir encadenados a una tarjeta de crédito que les afecte su economía y en ocasiones hasta su salud.

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