ANEXOS
I
II
A N E X O Nº 1 ARCHIVOS Y COLECCIONES PARTICULARES BIBLIOTECA NACIONAL (FONDO RESERVADO) FONDO: CONDES SANTIAGO DE CALIMAYA
Levantamiento de información en dicho fondo documental reunido en 48 cajas de donde fueron recogidos todos los datos directamente relacionados con este estudio. CAJA Nº 3 1)3/11. ADMINISTRACIÓN. Relaciones del estado general de las corridas de toros 1863-1864. 14f. ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL DOMINGO 3 DE ENERO DEL AÑO DE 1864, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. ENTRADA
GASTOS
3 Lumbreras vendidas 311 boletos idem de sombra 1236 Ydem Ydem. de sol Efectivo entraspuerta
a 6 p.s. a 6 r.s. a 2 r.s.
Entrada Gastos
$646.4 1/2 377.2 1/4 269.2 1/4
Reparto:
Sr. D. Juan Cervantes 1/3 Sr. D. Sotero Groso Sr. D. Bernardo Gaviño Total:
18.00 233.20 309.00 862 1/2
Licencia del ayuntamiento Imprenta Dependientes 7 caballos Banderillas Música Mojiganga Carteleros y repartidores Alquiler de mulas Médico Albeitan Pasturas Torilero Talabartero Administrador Honorarios de estanquillos Toros de cola
102.00 43.00 40.40 70.00 14.00 25.00 25.00 4.00 3.40 5.00 2.40 5.00 3.40 1.20 20.00 4.4 1/4 8.40 $ 377.2 1/4
$89.60 $89.60 $89.60 $269.20 1/4
Méjico, enero 4 de 1864. El Administrador de la función: Mauro Guido de Guido. (Fuente: Fondo: Condes Santiago de Calimaya, caja 3 documento 11-1)
III
ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL DOMINGO 29 DE NOVIEMBRE DEL AÑO DE 1863, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Reparto:
Sr. D. Juan Cervantes 1/3 Sr. D. Sotero Groso Sr. D. Bernardo Gaviño Total:
$207. 1/2 $207. 1/2 $207. 1/2 $621.1 1/2
El Administrador de la función: Mauro Guido de Guido. (Fuente: Fondo: Condes Santiago de Calimaya, caja 3 documento 11-2) ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL DOMINGO 6 DE DICIEMBRE DEL AÑO DE 1863, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Reparto:
Sr. D. Juan Cervantes 1/3 Sr. D. Sotero Groso Sr. D. Bernardo Gaviño Total:
$192.2 1/8 $192.2 1/8 $192.2 1/8 $576.6 3/8
El Administrador de la función: Mauro Guido de Guido. (Fuente: Fondo: Condes Santiago de Calimaya, caja 3 documento 11-3) ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL DOMINGO 20 DE DICIEMBRE DEL AÑO DE 1863, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Reparto:
Sr. D. Juan Cervantes 1/3 Sr. D. Sotero Groso Sr. D. Bernardo Gaviño Total:
$102.6 3/4 $102.6 3/4 $102.6 3/4 $308.4 1/4
El Administrador de la función: Mauro Guido de Guido. (Fuente: Fondo: Condes Santiago de Calimaya, caja 3 documento 11-4) ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL DOMINGO 27 DE DICIEMBRE DEL AÑO DE 1863, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Reparto:
Sr. D. Juan Cervantes 1/3 Sr. D. Sotero Groso Sr. D. Bernardo Gaviño Total:
$147.6 7/8 $147.5 7/8 $147.5 7/8 $443.4 3/4
El Administrador de la función: Mauro Guido de Guido. (Fuente: Fondo: Condes Santiago de Calimaya, caja 3 documento 11-5) ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL DOMINGO 10 DE ENERO DEL AÑO DE 1864, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Reparto y/o demostración Al Sr. Conde Al. Sr. Groso Al Sr. Gaviño
219.00 219.00 219.00 657.00
Destaca en esta cuenta la participación de una compañía de acróbatas que cobró 100.00 y harina para la misma, que costó $15.40 (3/11.6)
IV
ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL DOMINGO 17 DE ENERO DEL AÑO DE 1864, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Reparto y/o demostración Al Sr. Conde Al. Sr. Groso Al Sr. Gaviño
$215.4 1/2 215.4 1/2 215.4 1/2 646.5 1/2
(3/11.7)
ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL DOMINGO 24 DE ENERO DEL AÑO DE 1864, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Reparto y/o demostración Al Sr. Conde Al. Sr. Groso Al Sr. Gaviño
193.7 193.7 193.7 581.50
(3/11.8)
ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL DOMINGO 31 DE ENERO DEL AÑO DE 1864, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Reparto y/o demostración Al Sr. Conde Al. Sr. Groso Al Sr. Gaviño
187.70 187.70 187.70 563.5
(3/11.9)
ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL DOMINGO 7 DE FEBRERO DEL AÑO DE 1864, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Reparto y/o demostración Al Sr. Conde Al. Sr. Groso Al Sr. Gaviño
315.2 1/2 315.2 1/2 315.2 1/2 946.00
(3/11.10)
ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL DOMINGO 14 DE AGOSTO DEL AÑO DE 1864, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Destacan entre otros datos, los siguientes: -Gratificación de los vaqueros -Un toro de fuego y las ruedas -La música de los indios -2 burros para las mojigangas -9 figurones -Para la merienda y coronas
04 04 06 01.2 08.4 02
(3/11.12)
ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL DOMINGO 16 DE SEPTIEMBRE DEL AÑO DE 1864, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Cuadrilla de toreros Espada Fernando Hernández 2a. espada Andrés Chávez Banderillero Joaquín López Antonio Cartagena Pancho “El Ratón”
$30 25 20 14 12
V
Pancho “El Poblano” 2 chulos Cachetero 2 lazadores 2 locos 5 muleros
12 12 12 04 08 06
(3/11.13)
CAJA Nº 5 2)Aparece como 7/60.14: Prefectura de Policía México Recibí del Sr. D. Bernardo Gaviño quince pesos por derechos de una autorización para salir armado a Tenango del Valle, camino de catorce individuos. Prefectura de Policía México Recibí del Sr. D. Bernardo Gaviño quince pesos por derechos de una autorización para salir armado a Tenango del Valle, camino de catorce individuos. Méjico enero 13/1864 El oficial 2º de la Prefa M. del Valle (Rúbrica) CAJA Nº 6 3)6/18.8 Recibí de Dn. Pablo Mendoza la cantidad de doscientos pesos ($200) que pagó importe de cuatro toros brabos cuya cantidad dejo cargada en la cuenta del Sr. Dn. José Juan Cervantes y es correspondiente al deudo de los abonos vencidos. Y para seguridad del interesado le doy el presente en Toluca a 2 de mayo de 1869. Rafael Jaime (Rúbrica) CAJA Nº 9 4)9/17 Sor. Lic.do D. José Urbano Fonseca. Atenco 1 de octubre de 1838. Muy S.or mío qe aprecio: En uno de los días de la semana anterior ha pasado el Juez de Tenango acompañado de porción de vecinos del Pueblo á reconocer los terrenos del litigio, y ayer reunido con más de 30 hombres vino a la vaquería de Sta. María, en donde estuvieron coleando el ganado de esta; y mandando el Caporal á un vaquero para q´suspendieran el estropeo de los animales, mandó un recado dicho S.or Juez de q.e se le permitiera licencia para colear y la dió el caporal para que colearan algunos toros: pero ya metido el sol y encerrando los vaqueros sus ganados volvieron algunos de aquella reunión á querer seguir coleando el ganado, y reconvenidos por los vaqueros, resultó que hirieron á uno gravemente, a otro un machetazo en la cabeza y muy cintareado otro cuñado de uno de los heridos, cuyo hecho es de extrañar en un Juez por quien han delineado tales desordenes, debiendo V. inferir que á la vez me expondría yo mismo a los dependientes, impidiéndoles su objeto. D. Luis López a quien conocieron los heridos podrá declarar quienes fueron la segunda vez, y dudoso de si dirijiría esta queja al mismo Juez a elevarla al S.or Prefecto, lo comunico a V. para que tome medidas que halle por convenientes, sirviéndose V. comunicarme lo q.e en el particular me convenga a hacer. Es de V. afmo. y S. José Ma. González de Pliego. CAJA Nº 9 BIS 5)9 BIS/8 Estado general de la hacienda de Atenco en el año económico de 1854
VI
Ganado cerrero Existencia del año anterior Nacidos en el año Toros comprados á la empresa Muertos Vendidos Fiada Remitidos a México p.a una corrida qe dió S. D. José Juan Importa el Cargo Id la data Existencia para el año 1855
2510 654 4 20 189 59 6 3168 274 2894
274
6)9 BIS/9 Cuenta gral. de la hac.a de Atenco. Enero 24 de 1854. De el valor de 3/4 partes del valor de 19 toros a 71 p.s qe entiº Pozo deduciendo la parte correspondiente a el adelanto y 22 p.s 7 r.s de gastos de 3 corridas, Marzo 7. De 6 toros vendidos a Bernardo Gaviño de los que bolbió uno y queda p.r s/c De 4 toros id. a Mariano González á 70 p.s Noviembre 4. Haber por el importe de 7 toros a 60 p.s Noviembre 11. Yd. por el id. de 3 id. a id. Noviembre 18. Haber por el importe de 3 toros y 1 novillo. Noviembre 25. Haber por el importe de 3 toros a 60 p.s Debe por 80, valor de 2 toros que se metieron por mal juego. Diciembre 3. Haber por el importe de 3 toros a 60 p.s Debe por el valor de un toro que se devolvió por mal juego. Diciembre 10. Haber por el importe de 4 toros a 60 p.s Diciembre 17. Haber por el importe de 3 toros y 1 novillo. Debe por 40 importe de un toro que se devolvió por mal juego. Diciembre 25. Haber por el importe de 7 toros a 60 p.s Diciembre 30. Haber por el importe de 3 toros. 7)9 BIS/12. Estado general de la hacienda de Atenco en el año económico de 1856. Ganado cerrero. Existencia del año anterior Cargo 484 becerros producto de la nacencia en el año Yd. 10 toros debueltos de la empresa de México Data 302 cabezas vendidas Yd. 54 id. muertos Yd. 150 id fiadas Yd. 8 toros que se remitieron á México para la corrida que se dio a beneficio de esta hacienda en 10 de enero p p.o y de la cual no se sabe el resultado, por cuya razón se hace solamente la data del ganado Ymporta el cargo Yd. la data Existencia para el año de 1857
3136 484 10 302 54 150
8 3630 514 3116
514
8)9BIS/13 Estado general de la hacienda de Atenco en el año económico de 1865 Ganado cerrero Cargo Existencia Sem. antr. 4 toros vendidos para jugarlos el día 30 en Toluca 1 toro viejo fiado Suma el cargo 2403 Yd. la data
Data 2403
4
Ymp.s
4 1 1 5
VII
Quedan existentes
2398
9)9 BIS/17 Estado número 19 que corresponde a la semana número 19 del 3 al 9 de mayo de 1874 Ganado bravo Existencia anterior Nacidos Existencia
Cabe 1282 4 1286
10)9 BIS/17 Pormenor de Chilcualones de la hda. en la semana número 27, del 28 de junio al 4 de julio de 1874 Caudillo: Felipe Hernández Vaquero: Luis Díaz “ : José Díaz “ : Jesús Bernal “ : Toribio Díaz “ : Aniceto Montes de Oca Caballeg.o: Qurino López Carrocero: José Ma. Hernández “ : Tomás Hernández. CAJA Nº 10 11)10/21 ESTADO GENERAL DE LAS CORRIDAS DE TOROS VERIFICADAS ENTRE LOS MESES DE FEBRERO Y DICIEMBRE DE 1865, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Día
Fecha
Utilidad
Ganancia
Repartido entre:
Domingo Domingo Domingo Martes Domingo Domingo Domingo Domingo Domingo Domingo Domingo Domingo Domingo Domingo
12.02.1865 19.02.1865 26.02.1865 28.02.1865 05.10.1865 15.10.1865 22.10.1865 29.10.1865 05.11.1865 12.11.1865 19.11.1865 26.11.1865 03.12.1865 31.12.1865
$564.00 $32.30 $173.20 $929.00 $78.40 $702.40 $638.10 $657.10 $523.10 $400.20 $515.70 $307.60 $288.20 $425.30
$282.00 $16.50 $86.50 $464.40 $39.20 $351.20 $319.50 $328.05 $261.05 $200.20 $257.35 $153.70 $144.10 $212.15
Sr. Conde y Gaviño. “ “ “ “ “ “ “ “ “ “ “ “ “
12)10/22 ESTADO GENERAL DE LAS CORRIDAS DE TOROS VERIFICADAS ENTRE LOS MESES DE ENERO Y DICIEMBRE DE 1866, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Día
Fecha
Utilidad
Ganancia
Repartido entre:
Domingo Domingo Domingo Domingo Martes (Toluca) Domingo Domingo Domingo
07.01.1866 14.01.1866 21.01.1866 11.02.1866 13.02.1866 01.04.1866 16.09.1866 30.09.1866 07.10.1866
$491.00 $629.60 $1242.50 $794.70 $1105.00 $388.40 $732.60 $1017.00 $979.70
$245.50 $314.50 $621.25 $397.50 $552.50 $194.20 $366.30 $508.40 $489.35
El Sr. Conde y Gaviño “ “ “ “ “ “ “ “
VIII
Domingo Domingo Domingo Domingo
14.10.1866 21.10.1866 28.10.1866 04.11.1866
$793.40 $570.10 $733.10 $889.40
“ “ “ “
$395.25 $285.05 $366.05 $444.60
En esta corrida, Bernardo Gaviño toreó con Mariano González “La Monja” y Benito Mendoza. Domingo Domingo Domingo Domingo Domingo Domingo
14.11.1866 18.11.1866 25.11.1866 09.12.1866 16.12.1866 23.12.1866
$547.20 $572.00 $439.60 $386.20 $165.00 $18.60
$273.50 $286.00 $219.50 $193.10 $ 82.40 $ 9.30
“ “ “ ” “ “
13)10/24 ESTADO GENERAL DE LAS CORRIDAS DE TOROS VERIFICADAS ENTRE LOS MESES DE ENERO Y MAYO DE 1867, EN LA PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO. Día
Fecha
Utilidad
Ganancia
Repartido entre:
Domingo Domingo Domingo Martes
20.01.1867 27.01.1867 03.03.1867 05.03.1867
$400.00 $ 57.40 $265.60 $587.30
$200.00 $ 28.60 $132.70 $293.50
El Sr. Conde y Gaviño “ “ “
CAJA Nº 11 14)11/12 Testimonio de D. Martín Angel de Michaus sobre los productos y beneficios de la hacienda de Atenco, 1818. Legajo 15f. Don Martín Angel de Michaus, teniente coronel graduado, y Sargento mayor del Regimiento de Infantería Urbano de México, ante V. como mejor proceda digo: que he tenido en arrendamiento la hacienda de Atenco sita en esta jurisdicción de Tenango, propia del Conde de Santiago de Calimaya, nueve años hace, en cuyo tiempo he padecido extraordinarias extracciones de semilla, bueyada, caballada, mulada, torada alzada, ganado lanar y demás frutos a ella pertenecientes, por las partidas de insurgentes que en todo este tiempo han ocupado su territorio (...) Los administradores que la han manejado en este tiempo, y a quienes les consta todo lo que llevo dicho, han sido Dn. Agustín Peña, el R.P. Fr. José Moncayo y D. José Mariano Guadarrama Castañeda tuvo la desgracia de ser preso por los insurgentes muriendo entre ellos (en conjunto todos los mencionados fueron víctimas de los insurgentes). Tenango del Valle agosto trece de 1818. Don José Mariano Guadarrama, teniente de los realistas de esta hacienda declara: (ser) vecino de esta hacienda y responde: Preguntado por los particulares de este (...) dijo: que le consta de oídos y de público y notorio que cuando se acercó a estas inmediaciones el cabecilla cura Hidalgo sufrió esta hacienda una extracción considerable de reses pues una partida acaudillada por un tal Camacho que fue sirviente en esta misma hacienda, en una vez se llevó ochocientas reses, quantos caballos, yeguas y mulas manzas había en los macheros y en el campo de esta hacienda que con motivo de que los yndios así arrendatarios y circunvecinos se insurgentaron, sabe el que declara que cada uno se tomó la cabeza que pudo, destruyendo zanjas y haciendo cuanto perjuicio pudieron (...). Las tropas del Rey se llevaron muchos caballos, unos en calidad de prestados, y otros quitándoselos á los sirvientes a donde los encontraban. Continuó el saqueo (y) hasta las verjas de las ventanas de la principal, con la existencia de fierro y acero lo levantaron. (...)Don Manuel Colina, Alférez de Realistas, y previa venia de su Jefe, en su persona que conozco le recibí juramento que hizo puesta la mano derecha sobre el puño de su espada bajo su palabra de honor ofreció decir verdad; y siéndolo al tenor del escrito dijo: que habiendo venido a ésta hacienda de dependiente en abril de ochocientos catorce, halló primeramente interceptado todos los lugares en este distrito y ocupados por los rebeldes, y luego fué sabedor que desde que se acercó a esta finca el cabecilla Hidalgo tuvo que lanzar la exacción de todo su ganado vacuno y lanar, (...) posteriormente que vino a presenciar no tenía un caballo en que montar los vaqueros, y que también se impuso porque lo vió en las cuentas, y comprobantes de los
IX
administradores que habían sido de aquí, las varias exhibiciones de reales que estos había hecho a los facciosos pedidas con violencia y amenazas, y ya estando sirviendo su destino de amanuense, empezó a ser testigo de vista de la multitud de ocasiones que ya Bargas, ya González, ya Rosas, ya qualquiera otro insurgente a nombre de estos o por sí solos, venían a pedirle reales, reses, caballos, borregos, semillas y todo género de esquilmos de estas fincas, a los administradores desde D. Mariano Piña á el presente señor y tenían que darlos forzosamente porque si no eran amenazados de muerte (...) 15)11/16 Bienes (encomendados) de don Fernando Cortés contra el Lic. Altamirano, 1536. 9f. En febrero de 1531 pareció el dicho Licdo. Juan de Altamirano e presentó un escrito de demanda contra el dicho nuestro fiscal, en que dijo que Nuño de Guzmán, e los licenciados Matienzo e Delgadillo, nuestro Presidente, e oidores que fueron de la dicha nuestra Audiencia, le habían despojado de hecho, e contra derecho de la posesión e aprovechamiento de los dichos pueblos de Calimayan, e Metepeque e Tepemachalco que en el estaban encomendados, e depositados por Alonso de Estrada nuestro Gobernador que fue de esta la Nueva España. (...) Yo el lic. Alonso de Estrada, Gobernador de esta Nva. España por su Majestad: Por cuanto al tiempo que Don Fernando Cortés Gobernador que fue de esta N. España partió de ella, para ir a los reinos de Castilla, dejó a Vos el lic. Juan Altamirano el pueblo de Calimaya que es en la provincia de Matalsingo con su sujeto para que os sirviesedes de ellos, según en la manera que el contenía, o servirá. Por ende, Yo en nombre de su Majestad deposito en vos el dicho Licdo. Altamirano el dicho pueblo de Calimaian con su sugeto, e las estancias de Metepeque e Tecamachalco (sic), que son junto a dicho pueblo de Calimaian, para que os sirváis de todo ello, en vuestras haziendas e granjerías conforme a las ordenanzas; e con cargo que tengais de los industrias en nuestra santa fe católica, fecha a diez e nueve de Noviembre de mill, e quinientos e veinte e ocho años. Alonso de Estrada. (Luego del juicio levantado en contra de Altamirano, se le encontró inocente y le fueron devueltas sus posesiones el 12 de julio de 1531, aunque en dicho día ocurrió un incidente desagradable). CAJA Nº 12 16)12/13 BIENES-EMBARGO. Notificación de C. Márquez al Sr. José Juan Cervantes transcribiendo un oficio del general Bruno Aguilar de 3 de diciembre de 1860, sobre procedimiento de embargo de 39 reces a la hacienda de Atenco, para cubrir adeudo de mil pesos por concepto de contribuciones, México. Cuartel General del Ejército Mexicano. Diciembre 7 de 1860. 1f. ES.= En contestación al oficio de V.E. fecha 30 de septiembre referente al ganado vacuno de la Hacienda de Atenco, tengo el honor de informarle, que desde el 19 de noviembre solicitó el recaudador Gral. de contribuciones directas, que se le auxilian con fuerzas armadas por la Comandancia Gral. de Toluca con el fin de embargar a la referida hacienda, por no haber pagado contribución complementaria. Se mandó la fuerza conveniente a la disposición del sector nombrado que procediese al embargo, mas habiéndose presentado en el mismo día el administrador de la hacienda suplicando que suspendiese el embargo, bajo la condición de que el día siguiente pagaría como en efecto lo verificó, con unos trecientos y tantos pesos á cuenta de mil que adeudara y que en los siguientes tres o cuatro días, complementaría el pago de su deuda, se mandó suspender el pago. No habiendo cumplido con la segunda parte de su promesa y siéndome necesario proporcionarme los recursos para socorrer la fuerza de mi mando y la de la Brigada Orihuela se mandaron á embargar el día 23 del p.pdo 39 reses que se han vendido para cubrir la deuda que se causó en Lerma, para las atenciones de la fuerza (...) Dios y O. Cuartel Gral en México. Dic. 7 de 1860 C (o G.) Marques (Rúbrica) CAJA Nº 18 17)18/1 Pozo, Vicente, carta desde la ciudad de México, le comunica que ha recibido 13 toros de un pedido. Méjico, enero 25 de 1852. 1f. Sr. D. José Juan Cervantes Méjico enero 25 de 1852 Mi muy Apr.e amigo y Sor. Con su enviado Francisco Recillas he recibido ayer su muy grata fha 20 y con ella los trece toros (13) de mi pedido inclusos (sic) los siete que había separado Bernardo. Hoy deben jugar 6 según verá. V. por el anuncio adjunto y habría tenido una verdadera satisfacción si U. hubiera podido venir para verlos lidiar. Espero que será otro día, y mientras tanto me repito de V. afmo. amigo y S.S. Q.S.M.B.
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Vicente Pozo (Rúbrica) 18)18/2 Cervantes, José Ma. le informa a su hermano del éxito de una corrida de toros y del entusiasmo de su afición a esa clase de diversión. Méjico, enero 26 de 1852. 1f. “Con mucho gusto te participo que la corrida de toros ayer ha sido tan sobresaliente que por voz general se dice que hacía mucho tiempo que no se veía igual: los toros jugaron como uno leones y á cual mejor, diez y ocho caballos hubo entre muertos, heridos y lastimados Magdaleno y otros dos picadores”. (...)Tu hermano José María. 19)18/3 Cervantes, José María, Sr., a su hijo (José Juan Cervantes) informándole de la venta de 8 toros para una corrida.-Méjico, enero 19 de 1852. 1f. “Mi querido hijo Varias veces me han visto algunas personas con el fin de que me interesara contigo para que bendieras toros; más yo siempre me he escusado de tomar parte en estos negocios para dejarte obrar con toda libertad que es necesario, pero anoche no he podido excusarme en un compromiso de esta especie, pues el ministro Ynglés y el Español personas apreciables y con quienes llevo relaciones me han sorprendido pidiéndome ocho toros de Atenco para una corrida particular que van a dar próximamente los toreros españoles (...)” “Al Sr. D. José Juan Cervantes. “Muy estimado amigo y Sor. Escribo a V. en la misma plaza, al mismo tiempo de concluir la corrida, para manifestar a U. la notabilísima diferencia que ha habido en la corrida de hoy, comparada con la del domingo pasado en términos de haberse metido el último toro por no haber jugado absolutamente. No sabemos si será porque este estuviera enfermo, o porque tal vez se haya traído equivocadamente sin ser de los del juego del cercado. “Pero lo que si no tiene duda es que la permanencia aquí de una corrida los ocho días que pasan después de su llegada los rebaja de tal manera que perdemos el crédito U. y yo, y solo lo podemos remediar trayéndose corrida por corrida aun cuando sea para U. más molesto, y que tengamos que erogar algún gastito en los baqueros conductores. Ese es el objeto de la presente que llegará a manos U. a tiempo de que pueda dar sus órdenes para que solo venga ahora una corrida de seis toros en lugar de los 12 pedidos. Creo que en esto además de hacernos a nosotros un servicio muy particular que agradeceremos a U. debidamente el crédito del ganado se conservará intacto, como hasta aquí y no volveremos a tener otro disgusto como el de esta tarde”. Vicente Pozo. 20)18/4 Pozo, Vicente, le comenta la corrida de toros de ese día y nota sobre la organizada por J. Manuel Lebrija.-México, febrero 1 de 1852. 1f. 21)18/5 Pozo, Vicente, le comenta una corrida y pica de los toros, y le avisa de la selección de 6 toros para una corrida que hará Silverio Guzmán. Méjico, febrero 5 de 1852, 1f. 22)18/6 Lebrija, José Manuel, le comenta una corrida de toros.-Méjico, febrero 23 de1852, 1f. “...la corrida de ayer fue muy buena, pero como el público a la vez de ignorante imprudente, hicieron meter el 5º toro porque no le entraba a la pica, que para los de a pie hubiera sido asombroso; según lo que ví fueron (...) nomás como 14 caballos”. José Manuel. 23)18/19 Lebrija, José Manuel, le comenta los preparativos de una corrida de toros del borrador de un folleto que repartirá al público y le solicita siete toros. También le avisa que solo le falta un párrafo para recapitular un escrito y llamar la atención del juez. Méjico, septiembre 27 de 1852, 1f. “Mi querido Pepe Juan “Con Tomás (Hernández) he remitido los 25 caballos que él mismo escojió en la partida que en mi concepto son muy buenos y que han sido pagados a diez y ocho pesos cabeza. “En seguida me fuí a ber a Bernardo y sin que precediera dificultad alguna queda arreglada la corrida bajo los términos del borrador que le incluyo y que es el que se ha de repartir al público en la corrida del domingo en número de 3,000 ejemplares sin perjuicio de los anuncios por los periódicos y de 80 rotulones que se fijarán el lunes en los carteles y esquinas de costumbre. “Para que U. se conbenza de su error el Domingo pasado comensó la función después de las cuatro se lidiaron 6 toros dos huvo de cola y el embolado de costumbre se terminó la función a las 6 y el público salió algo disgustado porque todavía havía mucha luz tanto por esto cuanto por las reflecciones que me hizo Bernardo sobre que aparecería mesquino la corrida siendo por el dueño de la Hda. misma de los toros conviene pues que
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mande U. los 7 para la lid sin perjuicio del embolado y de los de cola y con respecto a prever la contingencia de que alguno pueda inutilizarse en el camino U. sabrá lo que combina y me lo avisa con oportunidad”. José Manuel. 24)18/21 Lebrija, José Manuel, en la que le comenta una corrida de toros. Méjico, octubre 11 de 1852, 1f. 25)18/22 Programa (borrador) de la corrida de toros del 11 de octubre de 1852.-1f. PLAZA DE TOROS EN EL PASEO NUEVO DOMINGO 10 DE OCTUBRE DE 1852 CUADRILLA DE BERNARDO GAVIÑO TOROS DE ATENCO. 26)18/31 Lebrija, José Manuel, le avisa no haber concluido lo pendiente (...) le comenta una corrida de toros con algunos incidentes.-Méjico, noviembre 28 de 1852, 1f. “(...) los toros de esta tarde han estado más que buenos y el 5º como no había visto en mi vida pues volava los caballos como reguiletes, en una de estas piruetas safó a Avila de la silla le dio dos vueltas en el aire y cuando cayó ya tenía dos heridas en las piernas, a otro picador lo lebantó con todo y caballo y cayó contra la vaya muy lastimado, a vos populi lo indultaron (...)” 27)18/47 Ortiz y Arvizu, Antonio, Carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México (...) de 65 toros que se tienen en un potrero.-Atenco, enero 21 de 1857, 1f. “Tenemos en el potrero 65 toros sin contar con los que ha debuelto la empresa y los embolados... “El novillo que debolvió la empresa en la última corrida y sirbió de embolado se cansó en el camino y hubo que matarlo y fiarse la carne en once ps. El toro que fue para mojiganga en la corrida anterior a la pasada vino tan picado y maltratado que también se murió así como sucedió igualmente con un veserro de los que fueron para mojiganga todos cuyos animales no se de que manera datarlos por lo que respecta a precio y U. se servirá manifestármelo. 28)18/79 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa de una fuerte helada que hechó a perder todas las siembras. Atenco, 22 de junio de 1857, 1f. “(...)Tengo el grandísimo sentimiento de manifestar a U. que anoche ha caído una helada tan fuerte, que nada absolutamente quedó de las sementeras de maíz ni aún en S. Agustín”. 29)18/93 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa que él no cree que falten toros que el ganado se está corriendo aún (...). Atenco, 8 de septiembre de 1857. “Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto: “Digo a la siempre grata de V.E. que no creo que nos falten toros como está U. informado por el Sr. Pozo; lo único que hay es que el ganado no ha descoyado con la prontitud de otros años en razón de el maltrato del pasto por el yelo y por eso apruebo que se metan por ahora al potrero en los términos que usted me indica tanto por lo dicho cuanto porque todavía están corriendo con las vacas”. 30)18/113 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa de la remisión de 10 toros para una corrida que son de lo mejor según Cresencio, y que espera contestación con Zacarías.-Atenco, 9 de diciembre de 1857, 1f. “Muy Señor mío de todo mi afecto y respeto. “Llegó Tomás (¿Hernández?) con el objeto de que se hiciera la vaqueada de los toros para la corrida de la apuesta; pero como yo vine instruido de esa, ya con tiempo se había dispuesto todo lo concerniente para remitir los diez que hoy salen y que según Cresencio y todos es de lo mejor y aún Tomás quiso que recorriera el cercado para escoger alguno pero no encontró mejores que los expresados: se han puesto los medios: ahora falta la suerte (...)” 31)18/122 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa que la mortandad de los animales amenaza porque no han cesado las heladas. Atenco, 1 de febrero de 1858, 1f. “La mortandad de animales de toda clase, está amenazando mucho con las heladas que no sesan aún”. 32)18/124 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa que hoy salen los toros para la corrida del domingo, que ojalá dedicara a las rayas su importe (...) Atenco, febrero 4 de 1858, 1f.
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33)18/143 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa la llegada de Bernardo.-Atenco, 18 de mayo de 1858, 1f. “Bernardo llegó ayer a Toluca y como usted me dice en su carta que venía a dar unas corridas en compañía seguramente no se arreglaría con U. conforme era de esperarse; todo lo cual me hace dirigir a U. a Don Antolín o que usted me diga lo que se hace”. 34)18/148 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa de una corrida de toros en Toluca.-Atenco, 1 de junio de 1858, 1f. “Se dio la corrida en Toluca, y Bernardo entregó únicamente cien pesos de modo que le he tenido tabardillo porque esperando yo más cantidad pedí en Toluca para devolverla ayer y no encuentro como descifrar a U. la vergüenza con que tuve que recibir hoy un recado cobrándome doscientos pesos pues pedí 300 para la raya quese hizo hasta el domingo”. 35)18/149 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa de una corrida de toros en Toluca.-Atenco, 11 de junio de 1858, 12f. “El domingo se dio en Toluca una corrida de toros que produjo a esta hacienda 78p.s pues que pudieron tres y dos para embolado: de los primeros pagaron 2 a 40 ps. y el otro no lo pagaron porque no jugó; los embolados fueron como siempre prestados y por consiguiente de los 80 ps. dedúzcanse 2 que se les dan a los vaqueros y quedan 78 por dos toros muertos uno acalambrado y dos novillos maltrechos: en cuanto a los 40ps. del precio dicen que con U. lo arreglaron así”. 36)18/169 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa de un incidente sobre una deuda a D. Bernardo (...) Atenco, agosto 14 de 1858, 1f. “Es en mi poder la siempre grata que recibí hoy de Francisco López por la que soy impuesto de que deducidos 158ps. que le debe U. a Bernardo se servirá U. consignar para las atenciones de esta lo que produzcan las corridas de Puebla, cuyo importe se servirá U. manifestarme cuando sea en su conocimiento para mi gobierno”. 37)18/172 ESTADO GENERAL DE LA CORRIDA DE TOROS VERIFICADA EL 22 DE AGOSTO DE 1858 EN PUEBLA. Día
Fecha
Utilidad
Ganancia
Repartido entre:
22.08.1858
$187.40
$143.60
El Sr. Conde y Gaviño.
38)18/176 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa de los herraderos que hizo al ganado.-Atenco, 8 de septiembre de 1858, 1f. “El lunes y martes hize los herraderos que se compusieron de 114 vezerros incluso 18 de media señal y todo el vecerraje muy bonito y grande como nunca se había hecho sin duda alguna en razón de no haberse ordeñado. El de los potros ascendió a 37 cabezas y además 6 mulitas”. 39)18/181 Productos y gastos de la corrida de toros del 5 de octubre de 1858. 1f. s
s
Por 3 lumb . a 4 p. s Por 6 medias lumb Por 555 voletos de sombra a 2.5 P. 628 voletos de Sol a 2.5 Por la traspuerta de sombra Por la D. de Sol Por 5 toros á 8 p.s Suma Se deducen de gastos Quedan Le toca al Sr. D. José J. Cerbantes por mitad r Ydn a S. Bdo. Gaviño p. id.
$12.00 12.00 217.40 157.00 17.40 54.00 40.00 570.00 249.00 321.00 160.40 160.40
Gastos de la corrida
XIII
Por el arrendamiento de la plaza Por la música de la corrida y la gratificación del convite Por los derechos del Gobierno Por la impresión de las dos funciones Por 4 caballos muertos en la corrida Por los dependientes Por las mulillas Por el cartelero y repartidor Por el torilero Por el aseo de Plaza Por el mulero Por el clarín de las dos corridas
$80.00 47.00 30.00 25.00 36.00 16.00 4.00 3.00 1.40 3.00 2.00 2.00 $249.00
40)18/182 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa que le envía los 7 toros y un novillo y que su producto será para rayar (...) Atenco, 7 de octubre de 1858, 1f. 41)18/184 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa del envío de algunos toros (mañana salen 5 toros y dos novillos para la plaza del Paseo). Atenco, octubre 13 de 1858, 1f. 42)18/197 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa que le solicitaron 12 toros para una corrida (...). Atenco, diciembre 20 de 1858, 1f. “Acaban de estar conmigo D. Manuel Gaviño, manifestándome que necesita para el sábado y domingo doce toros, los cuales mandaré apartar hoy para que salgan mañana”. 43)18/202 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa sobre unos toros para el beneficio de Bernardo. Atenco, 4 de febrero de 1859, 1f. “Don Manuel Gaviño llegó hoy con objeto de señalar los toros para el veneficio de Bernardo, quien me dijo que había avisado a U. el lunes y que era su veneficio el domingo de la semana entrante”. 44)18/213 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa del herradero en la vaquería. Atenco, agosto 23 de 1859, 1f. “Hoy hice el herradero de la vaquería y asendió a 171 cabezas de fierro y 11 de media señal, todo el becerraje grande y muy gordo, de modo que me acordé mucho de U. y sentí que no lo hubiera visto”. 45)18/234 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa de la entrega de cuatro toros.-Atenco, mayo 24 de 1860, 1f. “De conformidad con lo que se sirva U. ordenarme en su grata de 13 del corriente, se entregaron el domingo cuatro toros para Toluca, cuyo importe a razón de cincuenta pesos me lo dieron, rebajando los diez y deis pesos, con que U. contribuyó en obsequio del hospital de Sn. Juan de Dios”. 46)18/237 Ortiz y Arvizu, Antonio, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa que el jueves envía los toros que le pidió. Atenco, junio 5 de 1860, 1f. “El jueves si U. no me ordena mañana otra cosa, salen los nueve toros y el embolado que me dijo U. en su última del día 1º”. 47)18/260 Lebrija, Joaquín carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa que le remite 6 toros para una corrida. Atenco, noviembre 14 de 1861, 1f. “Muy S, mío y hermano “Remito a U. seis (6) toros de juego, conduciéndolos ocho bueyes cabestros, debiéndose volber dichos bueyes a esta hacienda”. 48)18/263-Díaz, G. Albino carta a José María Suvieta en la ciudad de México, le avisa de la existencia de ganado bruto enviando un cuaderno con registros; y de las reces que se vendieron para pagar la Aduana de Tenango.Atenco, abril 16 de 1862, 1f. (Guadalupe Albino Díaz, es padre de Ponciano Díaz).
XIV
49)18/163-B Tomás Hernández, carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le avisa sobre la existencia de unos toros que a pesar de su mal color se puede disponer de ellos.-Atenco, abril 29 de 1862, 1f. CAJA Nº 21 50)21/24 Ortiz y Arvizu, Ramón. Carta a José Juan Cervantes en la ciudad de México, le dice que remite 6 toros y un novillo. Atenco, 12 de noviembre de 1857. 2 f. "Hoy remito al Sr. D. Vicente Pozo seis toros de plaza y un novillo para embolado, lo que pongo a usted en conocimiento". 51)21/26 Sr. D. Vicente Pozo Muy Señor mío Remito a Y. con D. Isidro Cartagena ocho toros de lid y un becerro para embolado, conducidos por diez bueyes cabestros; cuyos once últimos se servirá U. mandar devolver a esta finca y acusar el recibo de los toros. De U. afmo. Sr. que B.S.M. Atenco, enero 27 de 1859 José Puente. 52)21/28 Puente, José, envía 6 toros, un becerro y 7 bueyes el 30 de noviembre de 1859. “Con esta fecha se remiten al Sr. D. Germán Landa, de esa capital, seis escogidos toros de juego y un becerro p.a embolado”. CAJA Nº 22 53)22/93 Lebrija, Agustín, carta a Da. Ana Ma. Lebrija de Cervantes en la ciudad de México, le informa de la salida de toros para corridas y de la cosecha de cebada y nabo.-Toluca 22 de noviembre de 1862. 2f. “...ayer recibí una carta de Pablo Mendoza que verás y ya los toros estavan en camino, por este otro incidente de que el mismo domingo me pidió una corrida para mañana jueves en esta ciudad para el Hospital de Sangre lo que estava ya temiendo mucho por el datil, mas aguardando el comunicado para afectarnos voy sabiendo que ce
las horas son de D Rosa (?) con tal ocurrencia dispuse que ya no vinieran los de la hacienda pues para que la salida de los de Méjico que salen siempre el jueves y este día venían para esta ciudad, mandé que hoy salieran y no unos ni otros tanto que tube de venirme para (...) pero vayan el sábado porque se cayó esta venta, que en partes me alegro porque según supe querían toros a 20 pesos para la sangre de nuestros prójimos resultado que no hay para rayas y no hay recurso porque nadie compra nada, pues el que quería más lo quiere dado a 3 p.s por supuesto dije que no”. 54)22/94 Lebrija, Agustín, carta a Da. Ana Ma. Lebrija de Cervantes en la ciudad de México, le informa de las dificultades para vender maíz, de la cosecha de cebada y de toros para corridas. Toluca, 29 de noviembre de 1862.-2f. “Toros, han ido y no he tenido razón ninguna así es que, si Tomás ha de hacer lo que quiere avísamelo para mi gobierno y dese mi responsabilidad en lo que hago el nuevo administrador esto solo a tí te lo digo de estos procederes estoy cansado, pues en el cercado han hecho prodigio y medio con los pastos, en fin pronto te escribiré largo sobre este asunto. Si consideras que hay incomodida por lo que te digo no hables nada, pones en la misma tarde recibido que tu Conde escribió a Tomás para que le mandara la corrida y lo cierto es que yo no he visto tal carta, y solo me avisó el Caudillo que se llevaban para Méjico seis toros que pedía el amo”. 55)22/100 Lebrija, Agustín, carta a Da. Ana Ma. Lebrija de Cervantes en la ciudad de México, le informa de toretes que no salieron y sobre disgustos con Tomás y familia y problemas con el sueldo de José María. Toluca, 8 de marzo de 1863.-2f. “Muy querida Gordita: con ancia de saber de Uds. y por saber hoy de un nuevo robo grande, dime y pongamos de acuerdo por lo que pueda suceder. “Los toretes por fin no salieron porque hubo enfermedad en la corriente del Gral. Beltrán y ni así se fue Tomás y sin embargo de que Gregorio le dio tu recado desde hoy hace ocho días, pues como te dije tu carta la recibí después de 8 días sin embargo en el acto dispuse se fuera. “Te hablaré respecto a Tomás y familia que todos los mozos están muy disgustados con ellos principalmente e
Guad el Caudillo que es el responsable del cercado, y como a este le pido cuentas de los partes y muchas
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partidas las recoje José Ma. y solo Dios sabe lo que se vuelve, pues aunque este me dice lo que recibe ya he cojido varias denuncias con el que tu sabes. A Tomás respecto de esa no te diré nada en su obsequio porque estoy satisfecho de su manejo, pero como tu sabes no es para nada de eso y todo lo enreda, así es que José Ma. es el bravo. Hace ocho días que se queja un vaquero de que José Ma. le pegó y por tal asunto se sacaron prodigios. Las circunstancias me contienen para correjir sin embargo te lo aviso para que sepas y te cuenten chismes, lo que hice fue regañarlos a todos. “El sueldo de José Ma. es nocivo a la raya porque ya no trabaja cosa en los corrales, así es que solo está ya de cuidador que con Tomás sobre pues las cobranzas ni caso hacen y todos los días digo que cobren, en esto hay mucho enmiendo como te diré en otra vez. “Por ahora (...) a tres cartas y con esta cuatro, porque todo importa mucho. “Con disimulo no dejes de preguntarle a Tomás sobre cobros y si hay animales de pastos que paguen”. 56)22/112 Lebrija, Agustín, carta a Da. Ana Ma. Lebrija de Cervantes en la ciudad de México, le informa del inicio de las cosechas y le pide una media.-Atenco, 1º diciembre de 1864.-2f. “Dile a Pepe Juan que ya se comensó la cosecha o pisca en Zazacuala y la semana entrante se ará en Tepemajalco que para todo el gasto aguardo que dé las corridas en Toluca Bernardo pues no bajará de tres mil pesos la levantada de la cosecha y no cuento con más ahora que con los mil pesos de los toros de Tenancingo”. 57)22/118 Lebrija, Agustín, carta a Ana Ma. Lebrija de Cervantes le informa sobre la venta de toros y corridas que se realizarán.-Atenco, 15 de noviembre de 1864.-2f. “Dile a Pepe Juan que ba a ber funciones en Tenancingo y que ya vendía 20 toros que no tenga cuidado por la existencia de estos animales pues para Toluca si los hay en Tenango y para México que bien pueden darse en esa de 10, a 12 corridas. “Se me pasó decirte para que se lo digas a Pepe Juan goce los toros de Tenancingo los ha de jugar D. Bernardo”. CAJA Nº 33 58)33/1 Escritura de venta que otorgó D.a. Catalina Pizarro a la marquesa doña Juana de Zúñiga de la estancia nombrada Chapultepec. 9 de febrero de 1548. Menciona contar con ganado vacuno "que en dicha estancia hay, que son hasta quinze cavezas de vacas chicas, é grandes la cual dicha estancia con el dicho ganado le vendo con todas sus entradas, salidas e pertenencias por libre de censo y tributo, por precio e cuantía cada caveza de el dicho ganado a dos pesos, y medio de oro de minas de ley". 59)33/9 Menciona para 1754 la capilla, la casa principal, el menage y otras de la propiedad del condado tales como: -San Nicolás -Guautenango -Almoloya -Santiaguito -Tepemaxalco -Zazacuala -Rancho del Matadero -Rancho de Quautenango Por lo que respecta a los ganados mayores y menores, así vacuno, cavallar, y obejuno se nombraron peritos contadores para que los contaran don Manuel de Ibarra, nombró a Juan Gutiérrez de Velasco a Manuel González ambos para las vacas de vientre; a Eusebio Gutiérrez de Velazco para los toros de dos a tres años... Ganado Bacuno Bacas de vientre 2607 Toros de 2 a 3 años 744 Bezerros errados de 6 meses para arriba 1213 Toros cabestros 12 Total: 4576. CAJA Nº 34 60)34 s/n El Sr. D. José Juan Cervantes, se compromete bajo las bases siguientes á dar a D. José Jorge
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Arellano, los mejores toros del ganado de la Hacienda de Atenco para que se jueguen en las corridas que el Sr. Arellano tenga a bien dar en esta capital. 1a. El Sr. Cervantes dará a Arellano los toros que este señor le pida para que se jueguen en esta capital. 2a. El Sr. Cervantes se obliga a que por su cuenta y riesgo sean conducidos los toros hasta ponerlos en la Plaza, mandando para cada corrida uno más del número que se le tenga pedido, por si acaso no agradara al público alguno de los toros de la corrida y tenga que dejarse de lidiar. Sin embargo Cervantes no queda obligado al cumplimiento de esta cláusula siempre que por algún caso fortuito los toros se huyesen o murieren (sic) en parte o en todo. 3a. El Sr. José Jorge Arellano pagará al Sr. Cervantes 60 pesos por cada toro de los que fueren muertos en la plaza. 4a. El Sr. Arellano pagará al Sr. Cervantes, quince pesos por el toro que el público devolviese quedando además en ese supuesto, el toro a favor del Sr. Cervantes. 5a. El Sr. Arellano pagará al Sr. Cervantes 30 pesos por cada uno de los toros que hubiese servido para mojiganga, o como embolados o si habiéndose picado, se hubiese indultado a petición del público. Si algún toro embolado o de mojiganga muriere o fuere matado queda la carne a beneficio de Cervantes. 6a. El Sr. Arellano pagará al Sr. Cervantes 15 pesos por cada uno de los toros que de otra raza proporcione para jugar los embolados. 7a. El Sr. Arellano pagará al Sr. Cervantes el valor de los toros que hayan jugado en una corrida, al día siguiente de esta, y el mismo día de la corrida se hará el pedido para la corrida siguiente. 8a. El Sr. Cervantes disfrutará de una lumbrera gratuitamente en cada función para que la ocupe, y al efecto se le mandará a su casa la víspera la planilla correspondiente. 9a. Cuando S.S.M.M.Y.Y. asistan el regalo de moñas será hecho y por cuenta del Sr. Cervantes como dueño del ganado. 10a. Si el Sr. Arellano desgraciadamente perdiera en la primera o siguientes corridas que ha de dar, queda rescindido este contrato y no tiene el Sr. Cervantes derecho a demandar a Arellano daños, perjuicios ni a deducir acción alguna. México, Diciembre 19 de 1864. José Jorge Arellano (Rúbrica) 61)s/n Semana Nº 51 del 18 al 24 de Diciembre de 1870. Pormenor de raya de la hacienda principal: Caudillo: Vaquero: “ : “ : “ : Velador: Carrocero: Caballerango Mozo de cocina
Guadalupe Díaz Luis Díaz José Díaz A. Ramírez S. García Mateo Jardón José María Hernández G. López F. Vázquez Tomás Hernández
$1,00 $1,00 $1,00 $1,00 $1,00 $0,50 $5,50 $0,50 $0,50 $3,00 $15,00
62)s/n Pormenor de chilcualones y raya de la vaquería en la semana Nº. 51 Caporal:
Ausencio González
$1,00
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Vaquero Pastero
Anizeto Montes de Oca Crescencio López
$0,50 $0,50
63)s/n Pormenor de Chilcualones de la hada. principal en la semana Nº. 22 del 23 al 29 de mayo de 1875 Caudillo: Vaquero: “ : “ : “ : Carrocero: Caballerango: Caudillo jubilado:
Felipe Hernández Luis Díaz José Díaz Toribio Díaz Miguel Díaz José Ma. Díaz Quirino López Tomás Hernández
$1,00 $1,00 $1,00 $1,00 $1,00 $5,50 $0,50 $2,00 $13,00
CAJA Nº 35 64)s/n (f. 12v. y 13): Demanda que ha instruido D. José Hernández contra D. José Juan Cervantes respecto a una sentencia de remate sobre ganado embargado, a lo que Cervantes mismo justifica que sí son razonables los elementos que le benefician, es decir, en los cargos a su favor. (José Hernández) Fundado en el derecho que tenía para designar los bienes, en que debía hacerse el embargo, señalo en ganado bacuno que tiene en la hacienda de Atenco de su propiedad y esperando que lo o
hacía del que se halla en el nombrado cercado de dicha finca, de cuyo ganado según el estado u 38, último, que había recibido de las existencias de la mencionada hacienda, y que puso de manifiesto, había en 23 de septiembre próximo anterior, dos mil, setecientas, treinta y cinco cabezas (2,735), que a la fecha podían estar aumentadas, y el ministro ejecutor hizo y trabó la ejecución en el mencionado ganado en lo que bastare a cubrir la suerte principal y las costas. Pues bien cualquiera que no tenga inteligencia ni conocimiento en este ramo creerá que con esta ejecución se ha hecho algo, cuando en realidad no se ha adelantado nada. Ese ganado es el bravo de que absolutamente no se puede disponer, ni se puede sacar porque no hay quien lo compre y solo tiene uno para las corridas, cuando las hay, de que resulta como ha dicho, ilusoria la providencia y es de absoluta necesidad (...) Octubre 21 de 1848. Sr. D. Francisco J. de Heras Casa de U. Nov. 30 de 1848 Mi apreciable amigo Estimaré a U. tenga la bondad de decirme al Juez de esta 1º Si en las varias épocas que ha tenido U. da
negociación de Toros, es cierto que me ha comprado para las corridas ganado de la hac de Atenco pagándome desde 29 hasta 407 cabezas. 2º Si así lo ha verificado no solo en corto número sino comprándome partidas hasta de 200 toros. 3º Si esta se (tran) sin dificultad a los potreros q. U. ha tenido en las inmediaciones de a
México y se conserban en ellas del mismo modo interin no se necesitan p. las corridas. 4º Si por esto y por el conocimiento que las expresadas compras le han dado del ganado creo que sea de fácil realisación. Agradeceré a U. se sirva manifestarme sobre cada una de las anteriores preguntas mandando la que guste a o
su afmo. am. q. B.S.M. José Juan Cervantes. Sor. Dn José Juan Cerbantes. Casa de U. y Dic. 1º/1848 Muy Sr. mío y apreciado amigo: en contestación a la que antecede debo decirle: que no solo lo gasté en la plaza de toros de mi propiedad en Necatitlán, sino también en la de San Pablo pagándole a U. pr. cada cabeza hasta el precio de 45 p.s En cuanto a la 2ª hemos contratado todo el ganado del cercado de Atengo que he necesitado para mis corridas, y espero de su amistad que me facilitare muy pronto cuanto necesite. En cuanto a la 3ª es cierta en todas sus partes. Respecto de la 4ª no solo tiene estimación preferente a otro ganado. p.a la lid, sino aun p.a el tajón por el incomparable sabor de su carne.
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Queda de U. afmo. y Atto S. Q.S.M.B. Francisco Javier de Heras (Rúbrica). Demanda que ha instruido D. José Hernández contra D. José Juan Cervantes respecto a una sentencia de remate sobre ganado embargado, a lo que Cervantes mismo justifica que sí son razonables los elementos que le benefician en los cargos a su favor. CAJA Nº 38 65)s/n Sr. Coronel D. Antonio de Ycaza Atenco, octubre 26/830 (1830) (...) En cuanto á que ha parecido al muy corto el número de Becerraje, herrado en los días 11 y 12 del corriente, que fueron 258 cabezas, solo diré a V. que estas son las que hay, escepto diez cabezas que por estar demasiadamente flacas sin herrarse, y si se lograre que se reformen, se herraran y de ello daré a V. parte, pues de los que se recibieron como estaban las vacas picadas de enfermedad murieron algunas de ellas y de consiguiente las crías, y a más de estas otras que en razón de lo expuesto perecieron. 66)s/n Sr. D. José Juan Cervantes Atenco, Dic. 14 de 1842 Quedo entendido en que la venta de ganado del brabo solo se hará de novillos, toros y vacas viejas. Román Sotero (Rúbrica) CAJA Nº 39 67)s/n Señor D. José Juan Cervantes Atenco, 22 de enero de 1847 (...) De ganado del cercado contamos hoy con 3000 cabezas, entre ellas muchos toros buenos para el toreo. Román Sotero (Rúbrica) 68)s/n Señor José Juan Cervantes. Tenango. Diciembre 6 de 1849 Mi apreciable amigo y Sor. Mi compadre Dn. José María Garduño pasa a esa para cerrar definitivamente el trato de los quince toros escogidos de que le hablé a U. en mi anterior; bajo la inteligencia de que quieren los vecinos de este lugar que se pastoreen por cuenta de la hacienda, quince o veinte días antes de la fiesta, y que su condición hasta esta villa sea por cuenta de la misma hacienda. No puedo menos de reiterar a U. la misma súplica que le hice en mi anterior; y de recordarle que ahora un año me ofreció U. darme toros a veintiocho pesos. También me tomo la libertad de llamar la atención de U. a que no son los mismos los gastos y el maltrato de los bueyes para traerlos a esta población; que me parece indudable que el cercado tiene los toros bastantes para cumplir los compromisos de U. que para vender la corta partida de quince más; pues de lo contrario estoy persuadido de que no vendería U. un solo toro aunque le dieran por el quinientos pesos. Recivale U. mis repetidas molestias que disponga como gasto de la inutilidad de su sincero amigo y seguro servidor Q.S.M.B. Feliciano Sierra y Rosso (Rúbrica) 69)s/n Sr. Dn. José Juan Cervantes Villa de Tenango. Enero 2 de 1850 Muy señor mío de mi aprecio. Consecuente con lo que hablamos U. y yo en esa finca sobre la venida a torear en la próxima función del Sr. Dn. Bernardo debo manifestarle que no he podido en lo absoluto arreglarlo porque habiendo celebrado convenio con el Sr. Chávez, no puedo relevarme de ese compromiso, y por consiguiente tampoco puedo celebrar ninguno con el expresado señor Dn. Bernardo. Al dirigir a U. esta comunicación, por mi parte, le doy las más sinceras gracias por la eficacia y empeño que tomó en el asunto a fin de que la función saliera más lucida, y entre tanto, me repito de U. su afmo. amigo y S.S. Q.B.S.M. Yrineo Garduño (Rúbrica)
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70)s/n Sr. Dn. José Juan Cervantes Atengo (sic) México 23 de abril de 1851 Mi siempre estimado amigo: Según indique a U. la última vez, que tube el gusto de verlo, se sigue fabricando la Plaza de Toros de mi primo Dn. V(icente) Pozo, y, aunque hay empeño de concluirla para principios de Junio próximo, yo veo difícil conseguirlo. Como quiera que suceda, ya es tiempo de pensar en los animalitos que hayan de lucir en ella. Por tanto, y deseando yo que los Toros de esa Hacienda sean los que únicamente se gasten en dicha plaza, en cuyo sentido creo que está el referido mi primo, he de agradecer a U. haga favor de decirme, circunstancialmente, el pro o términos a que le convenga vender los toros que se necesiten, en el concepto de que han de ser de los mejores para el objeto indicado, en cuya materia es U. inteligente. Así mismo espera, se sirva instruirme de si los baqueros de esa Hda. conducirán los toros hasta aquí, y, en fin, todas las providencias que U. juzgue necesarias sobre el particular. Armando Uscola (Rúbrica). 71)s/n Sor. Dn. José Juan Cervantes. Puebla Oct. 13/1857 Mi apreciable amigo y Sor. con su muy grata que del corriente recibí inclusa una carta p.a Bernardo Gaviño quien marchó hoy p.r la Diligencia p.a Méjico, y por cuyos motivos la puse en poder de su señora para que se le remitiera, pues lo hace por buen conducto según me ha asegurado. Si a su regreso resultase no haberle recibido se lo participaré a U. para que se le duplique si acaso se hubiese extraviado. No teniendo otro asunto quedo de U. como siempre afmo. atto. y S.S. Q.B.S.M. Andrés Torres (Rúbrica). 72)s/n Puebla, Octubre 21 de 1851 Sr. Dn. José Juan Cervantes Muy Sr. mío. Recibí su grata de U. fecha 9 del presente la cual no he recibido asta el día de oy, por conducto de Dn. Andrés Torres por lo que quedo impuesto de lo que U. me dice. Le digo a U. que quente que U. me dice será su cita. U. berá un picador de una, por ci ubiere una desgracia y de los que aquí todo está bueno, en el cálculo que he echado por conducirlos de ida y vuelta y darle su sueldo lo menos que he podido arreglar, son hochocientos pesos, no contando con mi persona como usted me dice. Por Tomás se abrá U. impuesto que estoy comprometido, para estrenar la plaza del Paseo en México pues U. no ygnorará los chismes que a habido en México atento de mi persona, de modo que asta el ministro español, se a empeñado en que entre en la plaza para que no ce diga mas nada de mi y tan luego como la estrene retirarme, pues me an querido contratar y no e querido tan bien pude que fueran los toros rebueltos, con dos toros siquiera en cada corrida, pues de ese modo sobresalen mucho mas que los demás y serían muy aplaudidos como lo an cido ciempre, pues yo llebaba ese plan y al Sor. Ldo. no ha parecido bien, de lo que Tomás le abrá informado a U. (...) Queda de U. Su afmo. y seguro servidor q. B.S.M. Bernardo Gaviño (Rúbrica) CAJA Nº 40 73)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 31 de marzo de 1855 (...)Si es que las corridas de toros son por cuenta de U. creo que no convendría poner cobradores extraños, sino que se alternaran Florencio D. Hernández, D. Antonio Vilchis y Peñas esto lo digo porque oí decir a D. Agustín (Lebrija?) que creo que Bernardo traería cobradores de esa, sin embargo U. calculará sin intereses y se hará aquello que a U. mejor le parezca. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 74)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 16 de mayo de 1855 (...) Me informó el conductor de los toros lo mal que habían jugado y la poca concurrencia, de manera que antes que llegara a mi poder la última apreciable de U., ya tenía malas noticias de la corrida, quizás en la próxima corrida se servirá la perdida porque efectivamente como U. dice no salen nunca las cosas tal cual se
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desean. Los toros se vaquearon el lunes y salen mañana conducidos según U. me encarga, no habiendo salido hoy porque ayer arrancaron todos para el cercado no fue posible contenerlos y como los noté tan briosos me pareció oportuno darles otro día de pastoreo. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 75)s/n Sr. D. José Juan Cervantes Atenco 18 de junio de 1855 El ganado del cercado está ya pariendo con fuerza; llevamos hasta hoy 198 cabezas de nacencia todo y generalmente está ya muy bonito. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 76)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 2 de setiembre de 1855 Hoy se vaquearon nueve toros de lo más brabo que U. quiere ver; mañana se pastoriarán para que entren al potrero. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 77)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 19 de setiembre de 1855 Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Tengo a la vista la siempre grata de U. 17 del corriente así como igualmente la copia que se sirve acompañarme de la cuenta que ha pasado a U. el S. Pozo concerniente a los toros en la que siertamente no estamos de conformidad y por lo mismo remito a U. nota de los toros remitidos a la empresa en el presente año así como igualmente los justificantes respectivos que se servirá U. debolverme cuando se haya terminado esa liquidación. Tampoco estamos conformes en los toros debueltos porque el novillo que aparece en el apunte que U. me manda si lo debolbió la empresa, no aparece apunte ninguno de que si lo haya remitido y mal podía devolver una cosa que no había recibido. Hubo en efecto un novillo remitido a esta pero correspondiente a la corrida que mandé el 4 de junio para U. y cuyos toros están pendientes por datarse así como igualmente lo que remití en 9 y 16 de mayo y 9 de junio. En el apuntito que U. se sirbe remitirme y de que queda hecha mención, aparecen 9 toros para la corrida del veneficio de Febrero, y no fueron de aquí más que 7 y 2 vacas las cuales se debolbieron, y de los 7 toros indicados quedó uno sobrante que se le cargó a la empresa. De esta partida no remito a U. justificantes porque como no hera por cuenta de la empresa no se le exigió el recibo á Ysidro. Las aguas no sesan un momento y todo el día de hoy nos ha sido imposible vaquear los toros que hande comenzar a entrar al potrero; haber si mañana ya amanece siquiera medio escurrido el llano y los comensamos a meter en número siquiera de 20 para que formen el pie con los bueyes cabestros, y si es que se da la corrida para el 27 tendré que vaquear los toros también mañana, de modo que si no tiene efecto sirbace U. mandarme avisar para soltarlos en el potrero. Ojalá y todas las corridas sean de esta fines así le sacaremos mas producto al cercado y sobre todo U. se auxiliará con su importe para los compromisos que me manifiesta U. tener, pues solamente U. puede desear mas que yo que se vea libre de ellos a cuyo fin hago y hede hacer cuanto me sea posible por no librarme un peso. Los toros que hay en el cercado son 266 pero he de rectificar la cuenta porque hay probabilidades de haberse equibocado al llegar contando por S. Gaspar. Abisaré a U. pues el resultado del recuento. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 78)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 24 de setiembre de 1855 Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. En vista de que hasta hoy no he recibido razón alguna de si hay corrida el día 27 he mandado soltar los toros al potrero los que están allá bien; no habiendo sucedido lo mismo con los que se trajeron directamente del llano para el referido potrero, pues en el momento de soltarse persiguieron a la gente de a caballo y después se hecharon dentro de la zanja, de modo que tuvimos trabajos para sacarlos no habiendo logrado que ninguno quedase en el potrero, no obstante que puce un pie de más de veinte bueyes mansos, razón por la que juzgo que para meterlos es preciso vaquearlos primero, soltarlos en el corral como lo hacemos y después de pastoriarlos dos días en el llano de Santa Cruz ya pueden entrar arriándose con los bueyes como ha sucedido con la corrida que estaba prebenida para el 27. (...) He dispuesto hacer mañana el herradero de los beserros y el jueves el de los potros para que yobiéndoles
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después desechen el maltrato que reciben por esta causa. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 79)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 26 de setiembre de 1855 Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Ayer se hizo el herradero de los beserros que ascendió a 212 cabezas con inclusion de 54 de media señal. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 80)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 17 de octubre de 1855 Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Mañana salen los 7 toros y un novillo que se sirve pedirme en la grata de U. de ayer que me entregó D. Francisco Togno. Los toros que están en el potrero son 32 y el viernes vaquearemos 14. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 81)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 25 de octubre de 1855 Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Por la siempre grata de U. 23 del corriente quedo impuesto de que los toros de la corrida del domingo salieron flojos y que se atribuye al pastoreo que tuvieron en el potrero por cuya razón llevó Bernardo seis del llano y uno del potrero para hacer comparación en la plaza; sea lo que fuere suspendo con arreglo a las ordenes de U. la introducción de toros al potrero. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 82)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 6 de noviembre de 1855 Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Me he impuesto también de que la corrida de los toros del potrero fue muy buena lo que me hace confirmar mi opinión que le manifesté a Bernardo de que lo malo de la corrida anterior del potrero no era más que una de tantas rarezas que se ven en este ganado. Quedaron ayer vaqueados los toros para el próximo domingo y se ha procurado que sean de lo mejor quizás corresponderán con el empeño con que se escogieron. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 83)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 10 de noviembre de 1855 Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. No va el estado semanario porque me ha ocurrido la duda del precio a que debo abonar los dos toros que vinieron indultados de los cuales uno murió ayer y también que U. se sirba decirme lo que hay sobre el otro toro indultado que me abisaron los vaqueros haber quedado en esa por cuenta de U. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 84)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 15 de noviembre de 1855 Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Contesto la siempre grata de U. 12 del corriente diciendo que sin contar con los toros que haya en el potrero y deducidos los toros padres tenemos en el cercado 160 de los cuales serán cosa de 60 de cuatro años y el resto todos toros mansos lo que servirá a U. de gobierno para que se sirba formar el cálendo respectivo si es que piden de Puebla. Ayer han solicitado de Tenancingo 20 toros para las fiestas del mes entrante y contesté que para resolverles sobre el particular me era preciso escribir a U. como lo verifico para que se sirbiera comunicarme si se les podían dar y el precio al que los han de pagar ($60.00) así como igualmente me he comprometido en abisar el resultado el lunes próximo sin falta ninguna por lo que espero la contestación de U. sobre el particular al regreso de Zacarías. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 85)s/n Sr. D. José Juan Cervantes.
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Atenco 2 de diciembre de 1855 Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Ysidro no ha visto el cercado mas que el día que vino Bernardo y por consiguiente no sabe la clase de toros que hay, puede U. creer que no se ha jugado uno en la presente temporada que no tenga cinco años para arriba: han sido si, chicos de cuerpo los de las últimas corridas por ser de S. Gaspar y que los más corpulentos del llano los metimos al potrero. La corrida que debe haber jugado hoy salió en el soltadero muy buena, especialmente un toro pando compañero del tapatío pero sufrieron mucho maltrato en el potrero porque dos ocasiones se pasaron todos al cercado; sin embargo de esto espero que hayan salido buenos aunque para este ganado no hay regla fija y lo que uno espera mejor sale peor. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 86)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 7 de enero de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Tengo a la vista la siempre grata de U. 5 del corriente en la que se sirve comunicarme que para el 13 deberá darse una corrida de toros a nombre de esta finca y en la que por consecuencia deberá U. llevar parte, por cuya causa no se ha vaqueado hoy para que toda la corrida vaya de los toros del potrero, tanto por lo expuesto tanto porque el moso que U. me anuncia vendría hoy, no ha llegado y si vaqueamos los toros y por determinación piensa Ysidro llevar toda la corrida del llano resulta que los toros sobrantes tenemos que meterlos al potrero y en la época presente no se reponen del maltrato pues así lo he visto con tres o cuatro que ha cambiado el expresado Ysidro a lo que se agrega también que si como usted se sirva indicarme que no se dan corridas en la temporada chica nos alarman entonces los toros del potrero para la temporada actual que los del llano nos servirán para atender a la plaza de Toluca. La nasencia del cercado fue de 563 cabezas por supuesto deducidas las que se malograron y ratificando la cuenta en general resultó de conformidad con la existencia y la nasencia lo que aviso a U. para su satisfacción. En cuanto a los recursos de este ramo no pueden ser otros por ahora más que la extracción que haya de toros porque vacas no es conveniente estraer hasta el mes de julio en razón de que están entonces en mejor estado pues en la época presente bamos saliendo de una que otra fiada por muy flacas y viejas lo mismo sucede con los bueyes del desecho que están actualmente en los rastrojos para que concluidos estos entren a la volsa de Tepemajalco reservada con ese objeto. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 87)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 11 de enero de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Fueron por fin para el veneficio 6 toros del potrero, dos del cercado, uno acerrado de los que jugaron en Santiago, y un torete, no habiendo remitido novillo en lugar del toro acerrado porque los que hay están delgados. Por razón de no haberse metido los toros en el potrero en la cantidad competente para las corridas de la temporada, se está notando una diferencia conciderable entre los toros del cercado y los del potrero pues que los vimos con motivo de haber adelgasado se ven chicos, y por lo mismo se juegan de poca edad en comparación de los del potrero, que como mantenidos en pastos reservados se han conservado en el mismo estado y aun mejores de lo que entraron; estas circunstancias hacen creer a la vista de menos edad los toros del cercado, pero la nacencia del ganado la cuenta de los toros que se hizo cuando se amarraron los del potrero, y la ratificación de la existencia del ganado brabo, son pruebas ebidentes de que tenemos ganado para dar las corridas del que se sirve U. ablarme en su siempre grata de ayer, y lo único que sí no debe esperarse es que los toros del cercado tengan la vista que los del potrero. Por lo que respecta a los toros que podremos tener para el año entrante sería muy difícil calcularlo ahora si para ello nos sirbiera de dato la simple vista del ganado, pero tomando en consideración la nacencia del año de 53 puede colegirse que deberemos tener de 240 a 250 toros de cuatro años, y como la separación para el potrero se ha de hacer cual corresponde y la experiencia indica, tendremos sin duda alguna mejor ganado que ahora. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 88)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 15 de enero de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Me dijo Cresencio que habían jugado bien los toros y que estubo bonita la corrida. Vinieron ó regresaron 3, el torete, el embolado, y uno de los del potrero, y a más otro toro que me dicen es de la empresa, y que lo mandan
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para que se cambie por otro en esta corrida inmediata; U. pues me dirá que se hace en esto. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 89)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 20 de enero de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Procuraré ver a Bernardo para que me diga los toros que se han menester para Toluca. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 90)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 26 de enero de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Lo mismo que U., creo que con los toros que hay en el potrero nos alcanzará y aun para dar corridas en Toluca pues se que el mismo Trevilla es dueño de la plaza y que le concedieron esperar y le hicieron vaja de un 25 por ciento. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 91)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 30 de enero de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Tengo el sentimiento de manifestar a U. que en los cercados se nos han enfermado un toro y un novillo de mal de lengua, los cuales mandé matar en el acto, porque si los dejamos era muy probable que se contagiase el ganado, y como que á este no se le puede atender con la eficacia que a los bueyes mansos, la perdida sería segura. U. calculará con el cuidado que estaré con el temor de que esta enfermedad no vaya a invadir el cercado. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 92)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 5 de febrero de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Doy contestación a la siempre grata de U. 1º del corriente diciendo, que ignoraba yo si la causa porque se han suspendido las corridas de toros había sido el disgusto que tubo Bernardo según se sirve U. manifestarme este supuesto va a recaer en contra de U. por la entrada de reales que por medio de los toros nos proporcionamos por esto me serviré de gobierno para apurar en lo posible los otros ramos (...) Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 93)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 9 de marzo de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Tenemos en el potrero diez y seis toros buenos y me parece que no debemos meter en la época presente porque es indudable que se han de maltratar pues el ganado está delgado pero se sin embargo de esta reflección, estima U. combeniente hasta el completo de los cincuenta de que se sirve Y. ablarme prosedería a verificarlo. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 94)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 15 de marzo de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Digo a la siempre grata de U. 9 del corriente que conforme á lo que en ella se sirbe prebenirme he vaqueado los ocho toros para introducirlos en el potrero y esperimentar con ellos si se vajan o no por razón de la época presente pues aunque el pasto del potrero está mejor que el del cercado tenemos en contra el maltrato que reciben en la vaqueada y U. mismo ha visto en este que al siguiente día de vaqueados se ven ya estragadísimos y los pastos en este tiempo por buenos que sean se logra cuando más mantener a los animales en el estado que entran en ellos; sin embargo de lo dicho me parece hacertado la medida de esperimentar con los ocho toros ya referidos. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 95)s/n Sr. D. José Juan Cervantes.
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Atenco 3 de abril de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Hoy salen los nueve toros que se sirve U. pedir en su esquelita de antier, y suplico a U. queen lo sucesivo se sirva decirme; que sucede con los toros que debuelben pues unos regresan por mal juego y otros porque ni entran a la plaza y estos últimos no se si debo cargar algo por ellos a la empresa lo mismo que por los embolados que también devuelven. También suplico a U. se sirva decirme si pagó a Togno los 14 p.s que pidió para gastos de la primer corrida y si también ha cubierto a U. la empresa veinte y cinco p.s porque se ministraron para gastos de la corrida que con criados de esta hacienda mandé el 27 de diciembre y cuyos gastos no han mandado a esta. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 96)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 22 de abril de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. El beneficio de Bernardo se desgració por haber tenido él la desgracia de que se clavó una banderilla en el empeine y entró la púa bastante acia abajo por poco le cuesta la vida pero ya está fuera de riesgo. Solo 4 toros jugaron y de ellos, dos dice que son suyos aunque yo no tengo en mis apuntes semejante constancia, porque un bragado que bolvió por mal juego en su último veneficio y otro que no entró a la plaza en el penúltimo los rebajé de los que remití pero el dice que se los pagó a U. y por lo mismo debe 2 que me dice ajustó con U. a 50 p.s El 5º toro no jugó porque dicen que es una fiera y orrorisados ya de los cuatro anteriores y con la desgracia de Bernardo y de uno de los mejores picadores que está bastante mal herido se suspendió la corrida. Cuyos toros dicen que salieron extraordinariamente bravos. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 97)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 27 de abril de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Bernardo se marchó a esa aliviado y sin cubrir el importe de los toros lo que aviso a U. para su gobierno así como igualmente que ayer no pidieron toros en Toluca. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 98)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 23 de mayo de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Ayer se lidiaron en Toluca 5 toros cuyo importe me sirve de grande auxilio para la raya de mañana. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 99)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 5 de junio de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. En la actualidad cuento con 250 p.s de los toros del domingo próximo pasado pero también tengo encima la cuenta de la aduana y la raya del próximo sábado. Probablemente el inmediato domingo habrá otra corrida y ya me servirá de auxilio para la entrante semana. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 100)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 18 de junio de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Tubo efecto la corrida del domingo en Toluca que como manifesté a U. me dijo Bernardo que hera en compañía de esta hacienda y todavía no se el resultado pues quedó de traer la cuenta el viernes pero me supongo que el resultado no ha de ser nada favorable por razón de que la corrida se hizo lloviendo y la entrada dicen que fue pésima. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 101)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 6 de julio de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Digo a la siempre de U. 3 del corriente que aun no se meten ningunos toros al potrero porque si lo verificamos
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tan temprano quedaría el pasto tan bueno como es debido y por otra parte sería por ahora inútil en razón de que en el cercado hacen bastante y por consiguiente creo que deberemos a empezar a meterlos desde mediados del que entra pues las primeras corridas empezarán cuando más temprano en septiembre y por último reservando el pasto hasta la época citada nos durará más y en las estaciones del invierno y seca conserbaremos los toros bien tratados: este es mi parecer y creo que el de U. también lo será pero en caso contrario U. tendrá la bondad de indicarme lo que sea de su agrado para comenzar a meterlos. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 102)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 14 de septiembre de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. No pidieron ayer toros ningunos para lidiarse en Toluca hoy, como esperábamos por lo que sin duda alguna se dará la corrida el 16. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 103)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 1 de octubre de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Los únicos toros que han llevado p.a Toluca son nueve p.a las dos corridas que dió Trevilla y el producto de la primera sirvió p.a D. Agustín el mes p.do lo que indique a U. la última vez que estube en esa pues pida doscientos p.s p.a entregarlos en Toluca: ahora también tengo que pagar la Cta. de la aduana que aun no he visto pero debe importar cuando más 180 p.s. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 104)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 16 de octubre de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Con esta fecha remito al Sr. D. Vicente Pozo siete toros para lidiarlos a muerte y uno para envolado, lo que se servirá U. quedar impuesto para su inteligencia, así como que al regreso de los vaqueros se sirba U. abisarme los que vengan devueltos y de la manera que formo aquí los apuntes correspondientes, esencialmente con relación a los emvolados y de esta manera las mismas cartas de U. me serbirán de norma para que caminemos de total conformidad con la cuenta del Sr. Pozo. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 105)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 23 de octubre de 1856. Muy señor mío de todo mi aprecio y respeto. Con esta fecha remito al Sr. D. V.te Pozo siete toros p.a lidiarse a muerte y uno p.a embolado lo que servirá a U. de gobierno. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 106)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 30 de octubre de 1856. Remito con D. Ysidro Cartagena siete toros y un veserro a la corrida á veneficio a Bernardo Gaviño lo que servirá a U de gobierno. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 107)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 5 nov.e de 1856. Con esta fecha remito al Señor D. Vicente Pozo seis toros y un veserro lo que pongo para su conocimiento para su inteligencia. Ramón Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 108)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco noviembre 12 de 1856. Con esta fecha remito al señor D.n Vicente Pozo con D. Ysidro Cartagena seis toros, lo que participo a U. para su conocimiento. Ramón Ortiz y Arvizu (Rúbrica).
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109)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco noviembre 19 de 1856. Muy señor mío de mi Respeto. Con esta fecha remito al señor D. Vicente Pozo seis toros p.a lidiarse en la plaza del Paseo lo que aviso a U. para su conocimiento. Por Ausencia del admor. Ramón Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 110)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco noviembre 26 de 1856. Aun no parece el aviso del Sr. Pozo y no se si ande vaquear, o no los toros p.a el domingo en cuya virtud mando al portador violentamente p.a que se sirva decirme lo que haya sobre el particular porque de lo contrario no habría tiempo de conducirlos. Ramón Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 111)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco noviembre 26 de 1856. Quedo impuesto de lo que se sirbe U. indicarme con respecto a los toros: hoy se vaquearon 20 y de hoy en ocho vaquearemos otros tantos para que den en el potrero todos los necesarios para la plaza del Paseo. De Yautepec no he recibido razón ninguna pero la tendré porque mañana tengo que mandar un propio y sin dilación avisaré a U. si por fin la localidad del teatro de lugar p.a dar las corridas de toros. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 112)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 1 de diciembre de 1856. De Yautepec dicen que el teatro no tiene más que 25 varas de diámetro y que está algo viejo por lo que creo que no será posible dar las corridas cuando aún las funciones no pueda uno realizarse por lo alarmado que está aquello. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 113)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco enero 4 de 1860. Ya escribiendo esta y en la noche recibí la de U. en que me pide la corrida de toros p.a D. Miguel y la cual sale mañana temprano y yo regreso también p.a Tenango. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 114)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco enero 16 de 1860. He tenido hoy el disgusto más grande que U. pueda imaginar con los Sres. de Tenango pr. que a la hora horada supe que Tomás estava comprometido a capitanear la cuadrilla de toreros razón porque me fuí a Tenango a oponer a que hubiera tal corrida exponiendo que era y había sido siempre contra la voluntad de U. que sus dependientes salieran a ningún espectáculo público; pero D. Ygnacio Garduño que me vió p.a los toros me dijo como era natural que yo no tenía más derecho que p.a pedir el importe de las corridas que el y D. J. Arellano me habían pedido. Tomás vino con varios Sres. al curato á que le diera yo permiso p.a torear y le dije que ni dependía de mí su persona ni más que dependiera le daría lisencia p.rque no podía traspasar la boluntad de U. vien sabida p.a mi de que no le agrada que ningún dependiente suyo sea torero pero no obstante esto Tomás ha salido siempre causándome como he dicho un completo disgusto lo que partisipo a U. para su inteligencia pues aunque el referido Tomás expone que se hacía acreedor a entrar en la cárcel como en efecto es cierto, él nunca debió comprometerse á lo que no podía sin contar con la voluntad de U. porque el que sirve no depende de sí mismo. Yo por estas ocurrencias no quise ir a los toros, sino que me quedé en el curato pero según todos no pudo Tomás hacer nada y hubo que ocupar su lugar uno de los locos que estaba con Bernardo resultando de aquí una bergüenza p.a Tomás y que para la corrida de mañana ya no lo admiten: todo causado por llevarse de amistades y no atender a quien debe. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 115)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco marzo 22 de 1860.
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Mi compadre D. Antonio Ortiz y Arvizu aunque no le ha repetido el ataque (epiléptico), lo veo vastante malo y lo atribuyo a las continuas aflicciones que sufre, ya por el negocio de Sn. Antonio como por el imponderable en todo de escacés de recursos que diariamente hay, al grado de haber podido rayar las Hacdas hasta hoy y eso a fuerza de pedir prestado; por lo mismo, algunos peones no han querido trabajar, lo q.e será de grave perjuicio, supuesto q.e esta semana ha comensado la siembra. José Puente (Rúbrica). 116)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco abril 11 de 1860. Mañana salen los seis toros que se sirvió U. mandar pedir, y los dos embolados. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 117)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco mayo 10 de 1860. Conforme con lo que se sirva U. ordenarme en su at.a de 3 del presente, entregué a Pablo Mendoza cuatro toros que jugaron el domingo en Toluca y cuyo importe, a razón de 50 p.s cada uno, lo pagó después de la corrida: también se le mandaron los cuatro caballos de los cuales solo volvió tres, porque uno murió en la plaza. Ramón Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 118)s/n Tepopula, Julio 5 de 1860 Lo afectado que me he visto en estos días con el embargo de Atenco y lo abatido de mi espíritu con mis enfermedades y las desgracias de usted me hicieron venirme a estas barrancas a buscar tranquilidad lejos del bullicio de los negocios; pero siempre pendiente del curso de los asuntos de U. tan interesantes para mí y al comunicarme Ramón la posesión de Sn. Antonio por Dn. Jesús Pliego me ha llenado de tormento (...) Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 119)s/n Toluca enero 31 de 1862 Sra. Condesa Dile a Pepe Juan que me es indispensable y preciso que vea a Pablo Mendoza p.a que este venga a dar en el mes que entra dos corridas porque es la única solución que para darles algo (...) Joaquín Lebrija (Rúbrica) 120)s/n Veracruz y marzo 29 de 1862 Sr. Dn. José Juan Cervantes Posdata Ya estará usted informado que Bernardo quiere que vea U. a Groso para que tenga corriente la plaza para octubre en que el y su nueva cuadrilla piensan dar corridas en esa, si las cosas lo permiten. Aquí están construyendo una plaza en la pescadería para dar algunas corridas y pronto. Miguel Valleto (Rúbrica) 121)s/n Sr. D. A. M. Hacienda de Atenco y febrero 8 de 1863 Muy señor mío y amigo. En contestación a su esquelita que acabo de recibir le digo que necesita me mande U. una carta dirijida a mi hermano Agustín en la que le diga a U. que siendo depósito puesto por 8 haga presente al Jefe supr. de Toluca, que el ganado de la Hacienda de Atenco está embargado por el gobierno así como también los demás llanos de la referida finca, haciendo mérito de que si llevan a efecto la orden del Ministro equivaldría a cobrarle a U. lo que Pepe Juan debe lo cual es contra toda justicia. Joaquín Lebrija (Rúbrica) 122)s/n Toluca, Noviembre 28 de 1863 Mi querido hermano: Me ha dicho un sujeto que desde el próximo domingo ya tienes una parte muy directa en las corridas de toros, y se interesa a comprar los que se maten en el precio y condiciones que siempre se acostumbran. Si como lo creo, no tienes en el particular ningún compromiso, deseo me prefieras pues respondo por el interesado su afmo. hermano José María (Rúbrica) 123)s/n Atenco, Diciembre 19 de 1867
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Por esta no tengo novedad alguna, y en las (...) sigo piscando con poca gente según me lo tiene ordenado para ir tanteando la existencia de (...); pues hoy solo de los toros, tengo disponible; pues los de Tenancingo me lo han puesto, en Tenango y Santiago de cuya corrida, creo que Bernardo Gaviño ya habrá hablado a U. como también, el arreglo que tuvo con los de Tenango para las fiestas, de lo que espero se sirva U. comunicarme lo que disponga y para mi gobierno y para que cuando vengan a verme los empresarios de las corridas les conteste y arregle; respecto al precio y demás cosas de la corrida, pues Bernardo en Tenancingo habló con Sosa, que fué (o es) el comisionado, y cuando estuve en Tenango con Bernardo a mi y (...) nos dijo que ya estaba todo arreglado con dicho señor de manera que ya cuentan con las corridas y están haciendo la plaza. (...) Va Luis Díaz encargado de la corrida y quedan José Ma. para salir el Domingo con los otros dos para el 25 y 29 según U. lo dispone, y con él mandaré la suma que por ocupación no he cumplido. José Fuentes (Rúbrica) 124)s/n Atenco, enero 9 de 1868 (...) Hoy han estado conmigo los señores de Tenango y quieren se les ponga en la Baquería los toros la semana entrante y que han de ir dos embolados y dos toretes. U. me dirá lo que en el particular hay para mi gobierno. José Fuentes (Rúbrica) 125)s/n Atenco, enero 23 de 1868 Aprovecho la ida de Bernardo para escribirle a U. y él dirá a U. respecto de las corridas de Tenango y la cuarta que la cuenta de la corrida la entregará a U. el mismo y verá U. su producto. José Fuentes (Rúbrica) 126)s/n Tenancingo, septiembre 12 de 1868 Sr. Dn. José Juan Cervantes México/Mi muy estimado amigo El mes de diciembre va acercándose: el día 8 del mismo comienzan las fiestas de este pueblo; y como para hacer toros este año a el erario conseguí madera para la plaza porque no hay existencia de ella que puedan grabar (...) vendrán los toros de Atenco y juicio de cada toro, bajo el concepto de que han de ser como los que vinieron el año anterior y de que se permitan por lo menos veinte. Nos ha dicho que fuera Calimaya vendieron toros a 25.00 pesos y no se si será el precio que le hayan fijado a todos los que salgan para el toreo (...) Tomás Madariaga (Rúbrica) 127)s/n Cuernavaca, septiembre 14 de 1868 Sr. Dn. José Juan Cervantes Apreciable Sr. respecto de lo que habló con D. Antonio Camacho respecto del ganado para jugarlo en Cuernavaca respecto a ello estoy en esta y solo deseo saber a que precio me puede U. dar una corrida de toros puestos en esta pues me he arreglado con la empresa y solo deseo me considere U. comodida que U. considere proporcionándomelo respecto del dinero que importe el ganado lo haré como U. me contestó con mi compadre Camacho dicho dinero lo tendrá U. después de jugado a los ocho días por no tener un conducto más biolento cuanto antes será puesto en casa de U. Suplico a U. indique por quien es dirigirme sus letras a la panadería del Vapor. Soy y Sr. grato Rafael Alvarrán (Rúbrica) 128)s/n Tenancingo, octubre 11 de 1868 Sr. Dn. José Juan Cervantes Puestas recibí tus dos gratas de fecha 17 y 22 del próximo pasado y no te había contestado porque aguardaba que nos reuniéramos todos los empresarios de corridas de toros para manifestarles tu determinación en cuanto a precio de cada animal, y como uno de aquellos señores estaba ausente, fuí para aguardarlo, de manera que la reunión se verificó últimamente. Se consideró muy alto el precio de cincuenta por cada toro y es seguro que si no se funde ser otro, tendremos que conseguir del ganado de Camacho o de otro de los Molinos, pues aquí la empresa de toros no es negocio de ganaderías y lo grava el hecho de que ningún empresario lo ha sido por dos años, sino solo por uno, porque los gastos han reportado pérdidas. Se han repartido las pérdidas por animación a la feria, teniendo siempre cada nueva empresa la idea de conseguir que no haya pérdidas; pues lo cierto es que todos han salido mal. Lo del año pasado perdió, porque son gastos fuertes, pues los toros costaron mil y tantos pesos: los caballos de la puerta de plaza, nunca se hizo ascender los gastos a una cantidad que no era posible cubrir con las
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entradas, aunque fueron regulares. Ninguno como tu sabe lo que cuestan estos negocios y por no puedes calcular los rentados, de suerte misma, ahora que quien vale mal serán las entradas, cuando hay una pobreza muy notable. Antes de echarte mérito vi a Bernardo en Toluca y hablando de corridas de toros me animó para que diéramos las de diciembre, asegurando que el ganado varía a menos precio y que la cuadrilla haría alguna baja. La circunstancia me obligó a reconocer la función y apuraba que por tu parte hubiera baja, atendiendo a la circunstancia que no van a ser las mismas que los del año pasado (...) Tomás Madariaga (Rúbrica) 129)s/n Atenco, Diciembre 4 de 1870 Sr. Dn. José Juan Cervantes El día 1 del actual vino a esta el Sr. D. Tomás Madariaga y un enviado de la Señora Alvear por los toros para Tenancingo los que se escogieron los días dos y tres, y hoy han salido veinte toros de juego, dos embolados y un torete para el Sr. Madariaga y 4 toros y un embolado para la Sra. Alvear. Respecto a los embolados, el Sr. Madariaga nada ha querido pagar porque dizque siempre han ido prestados, y solo pagaré diez pesos por el alquiler del torete y como el arreglo lo tiene con U. directamente, suspendí la resolución hasta consultar con U. En la vaqueada de los toros para Tenancingo no estuvimos muy felices pues hubo algunos lastimados aunque no todos de gravedad, pues solo un tal Pablo Morales, está bastante grave y temo que se muera, pues el golpe lo recibió en la cabeza al caer con el caballo encima, de una altura como de dos varas en donde levantó el toro al caballo. Lo mandé llevar a Zazacuala punto más inmediato al lugar donde sucedió la desgracia, y ha creído conveniente se cure y sea por cuenta de la hacienda. El ganado está muy bravo, muy bonito y muy gordo. José Suárez (Rúbrica) 130)s/n Amecameca, Febrero 28 de 1871 Sr. Dn. José Juan Cervantes De los 13 toros que binieron de Atenco 4 de estos eran becerritos y ni parecían de la Hda. por ser muy ordinarios creo me deberá U. de considerar algo atendiendo a la justicia. Con los toros mansos he mandado un toro, que no jugó, para que mereciendo el favor de U. se quede en la hacienda a mi disposición mientras se traen otros. Si U. puede hacer alguna baja, se piensa dar en la Pascua una corrida haber si se gana algo, con esta se han perdido como 400 pesos. De U. su afmo. Fco. Noriega Mijares (Rúbrica) 131)s/n Sr. Dn. José Juan Cervantes México Puebla, enero 31 de 1874 Muy Sr. mío y estimado amigo: Casi he concluido la presente temporada y aunque para las venideras chica y grande tengo la torada de Sn. Diego que se ha lidiado, deseo sin embargo que se juegue el de Atenco si U. puede y está en disposición de procurar venderme su ganado de manera que yo (estile) algo, pues con tal fin me he metido a la empresa hace algún tiempo: en tal virtud, y con la garantía de la calidad, suplico a U. me de su favor contestando a su afmo. amigo y servidor que lo estima M. Aspiróz (Rúbrica) 132)s/n San Juan del Río, Qro. Marzo 6 de 1874 Sr. Dn. José Juan Cervantes México Mi muy apreciable Pepe Juan: Te pongo estos cuatro renglones para saludarte, y decirte que teniendo en esta ciudad la Plaza de Toros hace un año, y habiendo sufrido grandes pérdidas por el mal ganado de las cercanías, quiero dar dos corridas de toros de tu hacienda de Atenco, el próximo mes de mayo en que ba a tener lugar una feria, y creo que por el alboroto que hay estará esto concurrido. Se por varias personas que tienes rezago de ganado de mas de mil y quinientos toros, y por lo mismo se puede sacar una cada fiesta. En cuanto al precio me parece que no debemos hablar de él pues la plaza apenas rinde de 200 a 250 pesos que no alcanzará para pagarte los toros por lo mismo sale más que me los regales y para ti diez toros mas o
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menos nada significan. Espero me contestarás luego, pues quiero hacer unos anuncios muy pomposos y con bastante anticipación, y también para mandar mozos y bueyes para que se traigan los diez toros. Román S. Michaus (Rúbrica) CAJA Nº 48 133)s/n. Fincas rústicas pertenecientes al Ex-Condado de Santiago Calimaya. Cuaderno 1º. Las fincas rústicas que actualmente pertenecen al Ex-Condado de Santiago de Calimaya y de que únicamente se ha tenido noticia son cuatro, las cuales han estado en arrendamiento a excepción de las que están situadas en el rumbo de Acapulco. Los arrendamientos a que han estado sujetas se verán en el estado de la vuelta y cuentas particulares que a continuación se pondrán. Méjico 1º de abril de 1829 Joaquín de Miramón Estado
Al ino Fincas Hacienda de Atenco y sus anexas 9,000 p.s al año y el Rancho de Sn. Antonio Aramburo 300 p.s en el mismo Hacienda del Olivar
3,100.00 00.00
a
Tierras de S. Ysidro & Tierras de la Condeza
Arrendamiento Al año
9,300.00 1,200.00
000.00 0,250.00 000.00 0,040.00 Son 3,500.00 1,079.00
Se aumentan 1.160 p.s p.r deudas de arrendatarios que salieron debiendo hasta 30 de abril de 1829 en que se les liquidaron sus cuentas y tienen cargadas en las respectivas particulares que a continuación siguen Total
1.160.00 11,950.00
Mayo 1º de 1829 Miramón (Rúbrica) Hacienda de Atenco y Rancho de S. Antonio Aramburo en Jurisdicción de Tenango del Valle. En 1º de enero de 1829. la tiene arrendada el Teniente Coronel D. Martín Angel Michaus en 9.300 p.s al año pagaderos p.r tercios cumplidos con arreglo a las demás condiciones que se contienen en la escritura de dicho arrendamiento, su fecha: 15 de junio de 1814 p.r ante el Escribano D. Francisco Calapis. Abonos Notas 1ª La hacienda de Atenco con un rancho anexos está arrendada solamente en 9 mil pesos al año los que se han pagado exactamente por el arrendatario hasta que apoderados los pueblos colindantes de dicha Hacienda de mucha parte de sus pastos, de sus montes y aguas, y seguidose un pleito dilatado y costosísimo p.r el arrandatario y Curador del menor dueño de ella, sin fruto alguno y sin obtener la restitución del despojo que han sufrido, cesó de pagarlo p.r ser demasiadamente obvio y conforme a todo derecho que no disfrutando la cosa arrendada en toda su plenitud, sin culpa suya, y habiendo hecho las gestiones judiciales que en el caso les designan las leyes estubiere pagándolo íntegro y como si percibiera los frutos o utilidades de todo lo usurpado; pero dicho arrendatario está lleno a satisfacer aquel arrendamiento que se le calificare de justo p.r la autoridad competente previas las solemnidades legales por aquella parte de dicha hacienda que hasta el día ha permanecido en su poder señalándose así mismo el tiempo desde cuando esto deba ir.
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2ª Estando cumplido el tiempo del arrendamiento de esta Finca desde el año de 23, se halla expedito p.a entregarla el nuevo administrador nombrado cuando esto se acuerde p.r ambos. 3ª El Rancho de Sn. Antonio Aramburo está arrendado en 300 pesos al año con separación de la Hacienda de Atenco por haber manifestado el Sr. D. José María Cervantes desde un principio que dicho Rancho no era perteneciente a los bienes del vínculo sin de los bienes libres del Sr. su padre. Su renta se la pagó con exactitud hasta que la cedió por vía de alimentos a su viuda Madre política, quien desde dicha cesión la ha estado cobrando hasta ahora sin que no se la haya retirado ni disminuido en razón de no ser sus tierras de la que se han apoderado los pueblos se que si han hecho mención en las notas anteriores. Miramón (Rúbrica) CAJA Nº 40 134)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 10 de agosto de 1859. Tengo el sentimiento de dirigir a U. la presente manifestándole, que el Domingo á la madrugada me ví atacado del mal epiléptico con la fuerza que jamás lo había sentido y con las circunstancias de haberme repetido la misma mañana del Domingo haviendo quedado a consecuencia de estos acontecimientos con los nervios especialmente de las manos contraídos, al grado de no poder comer por mi mano hasta el lunes (...) Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica) 135)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 19 de diciembre de 1859. Sr. D. José Juan no vino ayer el Sr. Pliego y por eso no le he mandado a U. las cartas. Si tampoco viniera para de aquí a la tarde le escribiré yo a D. Ignacio para que no se pierda la ocasión de que lo busquen los mozos que me han dicho U. van para Atenco. Fonseca (Rúbrica) 136)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 21 de diciembre de 1859. Hasta ayer ya tarde llegó una carta de Rubín manifestando a D. Cristóbal que se había desconcertado el traspaso de la casa y que era imposible de pronto hacer exhibición ninguna ni entrar en San Antonio sin desprenderse de la casa de Guadalupe. D. Cristóbal sin embargo hizo a Pliego oferta de entrar en negociaciones con el según la copia que acompaño y Pliego no entra por más convenio que percibir su dinero no obstante las recomendaciones que si de positivo recibió del Sr. Fonseca y de D. José Fco. porque D. José Ygnacio todo lo desprecia en atención a la coalición que hay entre él y D. Jesús, según insinué a U. en mi anterior. En este estado he ofrecido a D. Cristóbal que me haga el gran favor de arreglar con Pliego siquiera que reciba el dinero en maíz al precio que valga en octubre dejando en poder de D. Cristóbal la cosecha de Sn. Antonio y a más el rancho que era mío sus llanos y cosecha en calidad de empeño y que lo usufructúe sin venta ninguna por un año y a Ramón lo tendré a mi lado porque lo mío de Tepopula no hay quien lo tome por la sociedad del Sr. Pozá y lo de Ramón es mío y lo mío todo es de U. Así he logrado que D. Cristóbal se preste pero no es posible entregar el dinero constante pero si para Agosto o poco antes porque así ya tendré tiempo de ver lo que hago: en suma cuento a Dn. Cristóbal con la mejor voluntad en favor de U. su firma y sus intereses están prontos por la renuncia de Pliego es absoluta: hoy sin embargo va Dn. Cristóbal a verlo a Japalpa y darle cuantas garantías quiera cuyo manejo decente de Ordóñez me tiene agradecido y confío en sus esfuerzos y en Dios que ablandará el corazón de D. Ygnacio; pero escribo a U. sin embargo para que esté al tanto y lo que ocurra me lo diga violentamente aun cuando en esa venida a caballo el dador pues ahora las horas son días. Ignacio Pliego quiere dar un golpe, movido por su ambición con la violencia que exige el negocio. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica) 137)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 22 de diciembre de 1859. Se presentó D. Jesús Pliego haciendo postura por las dos terceras partes del valor de la finca, y de acuerdo conmigo lo hizo D. Jesús Torres, subiendo 500 p.s más sobre todas las que pueda hacer D. Jesús Pliego, y ofreciendo entregar doce mil pesos en octubre y el resto a reconocerse al 6 % según U. me indica. La postura de Torres fue abonada por D. Cristóbal Ordóñez, el cura Pozá y Ramón mi hermano. Luego que D. Jesús Pliego vió estos procedimientos se largó p.a Toluca demasiado molesto, manifestándome que D. Ygnacio no se separaría en este negocio, no obstante las recomendaciones que había recibido de su
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hermano D. José Fco. y del Sr. Lic. Fonseca. El abogado que yo tengo me ha ofrecido poner en juego multitud de recursos; pero yo siempre temo que no se consiga una moratoria, cual necesitamos para conseguir pagar a Pliego. Dice que la protesta del Sr. D. Pepe es una arma que podremos jugar en el último caso; pero en razón de que el mismo Sor. D. Pepe interpuso la tercería que ganó Pliego, no podrá ser ya tan terrible para este, y solo sí surtirá buenos efectos para que no haya postores en la almoneda; pero no para que Pliego dejara de pedir la adjudicación de la finca, pues el, a todo trance, está determinando a que U. pierda la hacienda de Sn. Antonio; sin embargo de lo dicho, se hará uso de la protesta del Sr. D. Pepe de una manera conveniente, y yo por la diligencia diré a U. todos los días lo que ocurra, y allí se esperará el mozo para que U. también me instruya, y así obre yo con menos mortificación de la que tengo, pues es consiguiente el temor de ir a cometer un yerro involuntario, no obstante que procuro con todo empeño obrar de la manera que más convenga a los intereses de U. (...) Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica) 138)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 4 de enero de 1860. Muy Sor. mío de todo mi aprecio y respeto. Luego que el día 2 se abrió el punto pasé a Tenango con el objeto de que se me hiciera saber el dictamen del Asesor en el negocio de Pliego. No se admitió la recusación que se hizo del Juez y se mandó llevar al cabo la almoneda de Sn. Antonio. El Lic. Díaz, que pasó justamente conmigo a Tenango, me hizo que apelara del auto y que recusara al Asesor: fue negada la apelación y se pidió el certificado, que tampoco se quiso expedir por parte del Juez, en cuya virtud se protestó de nulidad en los procedimientos por no estar conformes en la práctica, ni con la última ley que los arregla. Hubo por fin mil alegatos y oposición abierta por parte de Barona; pero el resultado fue que el Licdo. como se dice vulgarmente, los revolcó a todos. Sin embargo de lo expuesto, el remate está citado otra vez para mañana y aunque es muy probable que no se verifique por los muchos recursos que ha interpuesto el expresado Licdo. por si tiene efecto, están tomadas las precauciones que U. me indicó, relativas a la postura que se hace por nuestra parte. Esta la representaba D. Jesús Torres, pero en atención a que tuvo que marcharse a esa capital, se presentó antier D. Paulino Anzaldo con sus cartas de abono, y después de ser admitidos por el juzgado, hizo su postura por escrito, ofreciendo cuarenta mil pesos: ocho a los ocho meses y el resto al año pagando el rédito legal desde que finqué el remate. Es claro que en el caso de rematar D. Paulino la Hacda deberá ser pagado Pliego a los 8 y 12 meses, y en este término estoy seguro que podemos hacerlo. Mis temores, y aun los del Licdo no se han acabado en cuanto a que se califique la postura de D. Jesús Pliego de mejor calidad que la nuestra, no obstante al ser inferior la de Pliego, en cantidad de quince mil pesos y a que nosotros tenemos dispuesto subir la nuestra hasta cincuenta mil pesos a la hora del remate. Hay fundamente en que apoyar ambas opiniones, es decir, la mía y la U. y también sabré decirle, que el Licdo. Zúñiga que disfruta de buena opinión, apoya la idea de U., y como tiene bastante amistad conmigo y con el Licdo Díaz (Prisciliano Díaz González), están comprometidos ambos a defender el día del remate la opinión de U. en derecho para cuyo objeto aparecerá Zúñiga como abogado de Anzaldo. Todos los recursos que se han usado hasta aquí, han llevado por objeto ganar tiempo, con la mira de poder arreglar el pago y evitar así un golpe como sería para U. y para Atenco la enagenación de Sn. Antonio, pero por desgracia han sido estériles los pasos que se han dado para proporcionarse el dinero, según manifestaré a U. a continuación. D. Lorenzo Villalta, español radicado en Lerma ha hecho oferta de recibir doce mil pesos al contado, al 1 1/2 p % mensual, por cinco años y con hipoteca de la misma Hcda. de Sn. Antonio; estipulando por condición, que se le arrendará la misma Hacda por los mismos cinco años, con todos sus llanos y que se le bajara el arrendamiento de dos mil quinientos pesos, cuyas proporciones me parecieron inadmisibles y emanadas de lo ejecutivo de las circunstancias en que nos encontramos y en que todos nos ven a consecuencia del negocio de Pliego; razones porque juzgo impracticable el arrendamiento de las Hacda, si no fuera con grave prejuicio para U., pues este malhadado asunto ha venido a cambiar la paz de todos los solicitantes de las Hacdas, con escepción de D. Cristóbal Ordóñez, quien se ha manejado con mucha caballerosidad, animándome por último a que se solicite el dinero de D. Manuel Rubín, de quien cree fácil conseguirlo, escribiéndole al efecto la adjunta y otra mía (que dice: ... quisiera entenderme más sobre otros pormenores, relativos a éstas negociaciones, no lo hago por falta de tiempo, pues desde el lunes que me fuí a Tenango, no me fue dable volver hasta hoy, para evitar un chasco en la secuela del negocio de Pliego...).
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En cuanto al sacrificio que se haga, es muy preciso tener presente, que aún suponiendo que la postura hecha por Anzaldo sea en quien se finque el remate, no por esto dejaríamos de tener necesidad de dos mil pesos para pagar la alcabala, y esto suponiendo también, que la postura no exceda de los cuarenta mil pesos, pues si las circunstancias nos obligasen a más puja, con proporción a ella será también mayor el gravamen de la alcabala. Ramón Ortiz y Arvizu (Rúbrica). 139)s/n Sr. D. Antonio Ortiz Toluca a 7 de enero de 1860 Apreciable amigo Me comunica U. si estando ya pregonada la Hacienda de Sn. Antonio y estado la última almoneda con calidad de remate, se evitará la venta pagando mil cargas de maíz que demandó Pliego al Sr. Conde de Santiago, que fue condenado por sentencia ejecutoriada a entregar el maíz, pero no teniendo cuando se le requirió de pago, se estimó por perito nombrado por el Licdo. ejecutor, en siete pesos carga y se embargó la finca referida por doce mil pesos, siete, valor del maíz y cinco de costas e intereses. En mi opinión, si se evitará la venta de la Hacienda de Sn. Antonio, entregando las mil cargas de maíz, en especie y las costas e intereses en numerario. Creo esto porque el que es condenado a entregar una especie está obligado a entregar esa misma especie y cuando lo haga no puede recibírselo el acreedor pues ese solo puede exigir el objeto de su demanda y no otro. No obsta que por no haber maíz (...) se hizo el requerimiento de pago, fue ecrimada (?) la semilla y la finca se embargó por el precio y no por el maíz, porque el precio de la cosa debida se cobra en defecto de esa, mas presentándola aún tres días después o nueve, de aprobado el remate de la cosa embargada puede el deudor recoger esta, pagando el precio que se dió por ella y entregando del acreedor el objeto de su demanda y las costas e intereses. Soy amigo de U. y S. que mucho B. S. M. Lic. Francisco Zúñiga (Rúbrica). 140)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 16 de enero de 1860. El asesor nombrado en el negocio de D. Ygnacio estoy seguro y plenamente satisfecho en que apoyaré la paga real en los términos que dije a U. por D. Cristóbal no tiene ni puede dar el dinero porque a él y a Rubín el Chico se les ha desconcertado el traspaso de la casa de Guadalupe y no queda más recurso que vender maíz puesto este por desgracia dice U. que no se puede valorar. Yo no encuentro que hacer porque estoy cierto que nos admire el asesor la paga real y en los términos propuestos es muy ventajosa para U. Si algo ocurre a U. sírvase decirme lo bien entendido de que yo por aquí no seso de trabajar. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica) 141)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 18 de enero de 1860. El asunto de la paga real de Sn. Antonio cada día se pone mejor y lo han hecho ya pronto de honor los abogados pues he procurado el estímulo en su saber y repito a U. que tengo ya segura la resolución del asesor en apoyo nuestro pero no es posible dilatar mucho porque la parte de Pliego ajita demasiado. Sírvase U. pues decirme lo que haya verificado y si contrata el maíz puede U. ofrecer entregar cien cargas semanarias cuando menos. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica) 142)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 23 de enero de 1860. El Lic. Zúñiga me ha venido a ver hoy manifestándome que el asesor en el negocio de Pliego no pudiendo detener más el negocio se ve en la necesidad de despachar y mañana o pasado comenzará de nuevo a molestarme. El mismo asesor dictaminará en favor de la paga Real de que he hablado a U. ya puesto hace falta el dinero. Yo lo más que he conseguido es dejar pendiente la venta de mil cargas de maíz a 3 p.s para cerrarla si U. lo aprueba y los otros dos mil que los consiguiéramos mandando a ese maíz con violencia pues creo que el negocio es así menos perjudicial a U. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica) 143)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 7 de febrero de 1860. El sábado me fuí a Calimaya en solicitud de reales para rayar y allí supe accidentalmente que esta citado
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remate para ayer lunes: la hora era inoportuna para dar yo pasos y me encontraba sin el abogado; pero la fortuna quiso que llegara a Calimaya con el objeto de hacer la raya de sus hcadas. de Sn. Fco Putla y le comunique lo que ocurría (...) Regresé a esta bastante noche con el abogado y Dn. Cristóbal y me encontré con la citación para el remate: esto prueba la malicia con que se propusieron sorprenderme, pero Dios había determinado las cosas de modo que no lograron su intentona. Fue a partir de ese momento que comenzó la verdadera pesadilla para el administrador quien dice: Aquello se convirtió (en) una comedia, y en los informes de lo que pasaba mande divulgar como en secreto que los pronunciados estaban inmediatos y la confusión crecía. Todo esto hice porque a la verdad en mis manos no se remata Sn. Antonio y si es que no hemos de recobrar la finca, ruego a U. que me lo diga para no aparecer yo ese día, porque me matan de una cólera en desquite de lo que les he hecho. Vamos a lo más interesante y al triunfo positivo conseguido ayer. La acusación hecha al escribiente dio por resultado infinidad de empeños que desairé y hasta que Barano y D. Ygnacio Pliego me vieron me presté poniéndoles por condición que se rompieran las actuaciones de aquel día; que apareciera como no citado el remate ni que ellos habían concurrido y que se remitiera al Sr. Asesor el expediente dándonos unos 10 días para replantear dinero (...) Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica) 144)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 16 de febrero de 1860. Deberé manifestara U. con franqueza que una vez desechada la paga real en los términos que la hemos hecho, no encuentro recurso alguno y por esto ha sido mi afán en buscar recurso alguno y por esto ha sido mi afán en buscar recursos para pagar; pero hasta ahora nos hemos estrellado con la influencia de los Pliegos. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica) 145)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco 6 de marzo de 1860. D. Antonio Escandón, sirvió a la causa de Pliego puesto que D. Ygnacio o Escandón me han hecho un mal para mí grande porque han venido a suponer cosas que no existen y yo he perdido mi reputación absolutamente. (...) mi opinión es pues que, esos recursos de las apelaciones, dejan a salvo derechos, hacer protestas y otros son absolutamente inútiles después de hecho el remate, especialmente en un país en que la administración de justicia es tan torpe y dolosamente administrada. Por otra parte yo no creo que debemos atender al origen total de los negocios sino únicamente al estado que guardan y a sus consecuencias. Ambas circunstancias las considero yo demasiado fatales en el negocio de Pliego y no dudo que U. también les pesará como merecen; porque por un lado se ve un negocio ejecutoriándose y por el otro una pérdida equivalente a tanto como a convertir los pesos en la mitad de su valor y en centavos si se quiere considerándose la dificultad de adquirir para Atenco una finca igual a Sn. Antonio en distancia y elementos. Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica) 146)s/n Sr. D. Antonio Ortiz y Arvizu. Toluca, 21 de marzo de 1860. Entretanto le participo que es preciso escriba U. al Lic. D. José Juan Cervantes diciéndole que piden los títulos del rancho de Sn. Antonio para tirar la escritura de venta en favor de D. Jesús Pliego: que no obstante que yo he de poner obstáculos a la entrega de ellos, mientras no se gana el tiempo que desea en el negocio (...) Miguel Flores (Rúbrica) 147)s/n Sr. D. José Juan Cervantes. Atenco marzo 22 de 1860. Mi compadre D. Antonio Ortiz y Arvizu aunque no le ha repetido el ataque (epiléptico), lo veo vastante malo y lo atribuyo a las continuas aflicciones que sufre, ya por el negocio de Sn. Antonio como por el imponderable en todo de escacés de recursos que diariamente hay, al grado de haber podido rayar las Hacdas hasta hoy y eso a fuerza de pedir prestado; por lo mismo, algunos peones no han querido trabajar, lo q.e será de grave perjuicio, supuesto q.e esta semana ha comenzado la siembra. José Puente (Rúbrica).
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148)s/n Tepopula, Julio 5 de 1860 Lo afectado que me he visto en estos días con el embargo de Atenco y lo abatido de mi espíritu con mis enfermedades y las desgracias de usted me hicieron venirme a estas barrancas a buscar tranquilidad lejos del bullicio de los negocios; pero siempre pendiente del curso de los asuntos de U. tan interesantes para mí y al comunicarme Ramón la posesión de Sn. Antonio por Dn. Jesús Pliego me ha llenado de tormento (...) Antonio Ortiz y Arvizu (Rúbrica).
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A N E X O Nº 2 1.-DOCUMENTOS PROPORCIONADOS POR EL SR. JAIME INFANTE AZAMAR. TÍTULOS / DE UN CRÉDITO POR $12,000 / A FAVOR DEL SR. D. MARIANO / YLZARBE, Y A CARGO DEL SR. D. / RAFAEL BARBABOSA, CON HIPO-/ TECA DE LAS HACIENDAS DE / ATENCO Y ANEXAS. / 1876. f. 1.Un sello que dice: Estado de México. Registro Público. Distrito de Tenango. El ciudadano Licenciado Mariano Rivera, Juez constitucional de primera instancia de este Distrito. Certifico: que á pedimento del Ciudadano Ygnacio Cervantes Ayestarán, he buscado en los libros de censos e hipotecas que existen en el archivo de este juzgado y que comprenden los años de mil setecientos noventa y dos, fecha en que comienzan, hasta mil ochocientos setenta, y en los del Registro público desde su institución hasta la fecha, los gravámenes que reporta la hacienda de Atenco, ubicada en la municipalidad de Tianguistenco, perteneciente a este mismo Distrito, y se encuentran los que a continuación se expresan: A fojas cincuenta y seis vuelta del libro de censos e hipotecas que contiene los años de mil ochocientos, a mil ochocientos sesenta y tres, se halla un asiento con fecha veintiuno de octubre de mil ochocientos vein- f. 1v. tinueve, en que consta que se registró una escritura otorgada ante el Escribano Ciudadano José María Maya en primero del citado octubre, por la que aparece ue la junga general de acreedores con presencia del curador del menor ex – Conde de Santiago, hipotecó a favor del coronel Don Martín Angel de Michaus y por la cantidad de cincuenta y cuatro mil quinientos ochenta y cinco pesos, cuatro reales y tres granos la Hacienda de Atenco. Por las notas que se encuentran al margen de dicho asiento, con fecha diez y nueve de Abril de mil ochocientos cuarenta y nueve, aparece que el anterior gravámen quedó reducido a la suma de diez mil pesos, después de haberse mandado cancelar por el resto de cuarenta y cuatro mil quinientos ochenta y cinco pesos, cuatro reales, tres granos, que en varias partidas se habían abonado al Señor Don José Ygnacio Espinosa, a quien el albacea y herederos del Señor Michaus subrogaron con el crédito y cuya cancelación se hizo por orden del Señor Juez segundo de lo civil de México, Licenciado Don Agustín Pérez de Lebrija, previa citación de la viuda y albacea del Señor Espinosa, la Señora Doña Margarita Peimbert y el Señor Don Gregorio Mier y Terán. A fojas ciento diez y siete del mismo libro de censos e hipotecas aparece vivo otro gravamen de un mil pesos sobre f. 2 la misma finca por la caución prestada a favor de la Hacienda pública por el manejo de Don Agustín María Lebrija, Receptor de rentas en Santiago Tianguistenco: en fecha diez de Febrero de mil ochocientos cuarenta y cinco. A fojas ciento cuarenta y una vuelta de dicho libro y con fecha trece de Febrero de mil ochocientos cincuenta y uno, se registró la escritura otorgada en México, a treinta y uno de Enero de dicho año, ante el Escribano Villalón por Don José Juan Cervantes a favor de su Señora Doña Ana María Lebrija, a quien confiesa deberle en liquidación de cuentas, la suma de treinta y tres mil trece pesos, dos reales que garantizó con hipoteca de la Hacienda de Atenco. Por las notas puestas al margen del anterior asiento, consta: que por escritura que pasó en once de Julio de mil ochocientos setenta y dos, ante el Notario Don Agustín Pérez de Jara, el Señor Don José Juan Cervantes se obligó a reconocer a la Hacienda pública, cinco mil seiscientos setenta y tres pesos, tres centavos que por impuesto de herencias transversales le correspondían de la testamentaría de la referida Señora Doña Ana María Lebrija, sin que este reconocimiento formara nuevo gravamen sino que siendo parte del expresado de treinta y tres mil pesos dos reales, que refiere el registro; el fisco gozaría f.2v de la prelacía y antigüedad que este daba a la cantidad reconocida: que por escritura que pasó XXXVII
ante el citado Notario Pérez de Jara, en siente de Diciembre de mil ochocientos setante y cuatro, el Ciudadano Tesorero General de la Nación, en nombre del Supremo Gobierno, subrogó al ciudadano José Higinio Núñez en los derechos y acciones que al Erario competían por el anterior reconocimiento y por los réditos cantados desde el primero del citado Diciembre. Y finalmente, a fojas ocho vuelta del libro del Registro, correspondiente al año próximo pasado, bajo el número veintisiete, obra la inscripción de una escritura otorgada en México, a veintitres de Mayo de mil ochocientos setenta y uno, ante el Notario Villada y de ella aparece que Don José Juan Cervantes, confiesa deber a Doña Refugio Vázquez, cuatro mil pesos: a Doña Soledad Bastida, otros cuatro mil; y a Doña María de Jesús Bastida, dos mil; y a Doña Cecilia Esnaurrizar un mil pesos y además por quinientos veinticinco pesos, les constituye formal hipoteca de la mencionada Hacienda de Atenco, con obligación de exhibir dicho capital dentro de seis años contados desde el día primero de Marzo de mil ochocientos setenta y uno, con rédito de seis por ciento anual. Y para los efectos a que haya lugar, expido el presente en la H. Villa de Tenango f.3 a quince de Diciembre de mil ochocientos setenta y cinco. Doy fe. Mariano Rivera. A Ysidoro Gallegos. A Abraham Estevez. El Ciudadano Jefe político que suscribe. Certifico: que las firmas que cubren el presente certificado y dicen: “Mariano Rivera, Ysidoro Gallegos y Abraham Estévez” son: la primera del Ciudadano Juez letrado de este Distrito y las otras de sus testigos de asistencia mismas que están en todos sus actos oficiales. Tenango, Diciembre diez y seis de mil ochocientos setenta y cinco. Feliciano Poza. Cosme Salazar, Secretario. Un sello que dice: Jefatura política del Distrito de Tenango del Valle. En la Ciudad de México a once de enero, de mil ochocientos setenta y seis. Por ante mi el suscrito. Notario Público. Asistido de los testigos, don José G. Moreno y Don José de los Cobos, escribientes, mayores de edad, de esta vecindad, que viven, este en la casa número tres de la calle Nueva del Rastro, y aquel en la número uno del callejón de Lagartijas, han comparecido los Señores Don Ygnacio Cervantes Ayestarán por sí, Licenciado Don Pedro Díaz Barreiro como apoderado jurídico de las Señoras Religiosas Doña María de Jesús Bastida, Doña Refugio Vázquez, Doña Cecilia Esnaurrizar y Doña María de Jesús Santa-Ana con arreglo a los distin- f. 3v tos poderes que para todo lo relativo al cobro; arreglo, imposición de sus dotes y aceptación de las correspondientes escrituras le tienen conferido la primera ante el Notario Don José Villela el veinticinco de Setiembre de mil ochocientos sesenta y nueve, la segunda ante el mismo Notario el veintitres de mayo de setenta, la tercera ante el Licenciado Don Ygnacio Bravo, el cinco de Agosto de sesenta y nueve y la última el nueve de Diciembre del mismo año ante el Notario Don Antonio Campos de la Vega; la Señora Religiosa Doña Soledad Bastida por sí, y Doña Amada Pliego, como albacea de su finado esposo el Señor Don José Juan Cervantes á virtud del nombramiento que le hizo el Señor Juez tercero de lo civil, Licenciado Don Carlos María Escobar ante el actuario Don Joaquín Negreiros con audiencia del representante del Ministerio público, Licenciado Don Juan Sánchez Azcona, en la junta celebrada el día veinticinco de Enero del año anterior en los autos del intestado del mismo Señor Cervantes, que originales, el suscrito Notario certifica tener a la vista; y declararon los Señores comparentes: que el Señor Don José Juan Cervantes, era deudor a las Señoras Bastida, Esnaurrizar y Vázquez, del capital de once mil quinientos veinticinco pesos con arreglo f. 4 a la escritura de veintitres de Marzo de mil ochocientos setenta y uno, ante el Notario Don José Villela, con hipoteca de la Hacienda de Atenco, sita en jurisdicción de Tenango del Valle, en las proporciones y por el plazo y demás condiciones que se perciben en la última partida inserta en el certificado de cabildo, con que se dio principio a la presente escritura: que para el pago de los correspondientes réditos de aquel capital el Señor Cervantes consignó las rentas de ciertas localidades de las casas XXXVIII
números once y doce de la calle del Parque del Conde de esta Ciudad, que asimismo era deudor a la Señora Santa-Ana, del capital de un mil pesos, parte de su dote, de que no le había llegado a otorgar escritura o comprobante alguno. Que después del fallecimiento del nominado Señor Cervantes terminó el juicio; que el comparente Señor Cervantes Ayestarán tenía promovido contra aquel sobre división de los mayorazgos de Altamirano, Arévalo y Legaspi, a los que era anexo el Condado de Santiago y por virtud de la transacción que celebraron la Señora Pliego como albacea de Don José Juan y el mismo comparente, quedó a este aplicada la Hacienda de Atenco y sus anexas, por el valor de ciento ochenta mil pesos, con la carga de sesenta y f. 4v. cinco mil pesos que en proporción de su haber debe cubrir por parte de los ciento veinte mil pesos del pasivo total de los mismos vínculos á que están sujetos los bienes divididos según aparece de la escritura que autorizó el mismo suscrito Notario el primero de Noviembre próximo pasado: que debiendo el mismo Señor Cervantes Ayestarán hacerse cargo de algunos de los créditos que forman el pasivo de los vínculos hasta cubrir la parte de que es responsable, tomó por su cuenta el crédito de las dos Señoras Bastida, Esnaurrizar y Vázquez, por la circunstancia de estar ya afecto a esa obligación hipotecaria el inmueble que ha adquirido y el de la Señora Santa Anna por no habérsele otorgado aún el comprobante que le corresponde, que para tal efecto solicitó y obtuvo el consentimiento de la Señora Pliego, por cuanto a la subrogación que envuelve este contrato, en las obligaciones de la testamentaría de Don José Juan Cervantes y del Señor Barreiro y Señora Doña Soledad Bastida por la delegación de deudor que asimismo resulta: que concertó asimismo con dichos acreedores, después de alguna quita y un pequeño abono en reconocer los cuatro mil pesos de la Señora Vázquez los dos mil de Doña Jesús Bastida f.5 los mil de la Señora Esnaurrizar, los cuatro mil de Doña Soledad Bastida y los mil no escriturados de la Señora Santa Anna y que en conjunto forman doce mil pesos por el plazo de nueve años, interés de seis por ciento en cada uno bajo las demás condiciones que concertaron: que de acuerdo con todo lo expuesto han determinado proceder al otorgamiento de la escritura que en el caso corresponde y lo efectúan así por el tenor de la presente y bajo las siguientes capitulaciones: 1ª. Primera. La Señora Doña Amada Pliego, en su calidad de albacea del Señor Don José Juan Cervantes, cuyo cargo protesta no estarle suspenso revocado o limitado consiente en que el Señor Don Ygnacio Cervantes Ayestarán se subrogue en las obligaciones de la testamentaría de aquel, con relación al crédito de las cinco nominadas Señoras Religiosa, importante hay doce mil pesos. Segunda. El Señor Licenciado Don Pedro Díaz Barreiro, protestando asimismo estar en el pleno ejercicio de los poderes de las Señoras Doña Jesús Bastida, Esnaurrizar, Vázquez y Santa Ana y la Señora Doña Soledad Bastida por sí, consiente en la delegación de deudor y en que este lo sea en lo sucesivo el Señor Cervantes Ayestarán, re- f. 5v.conociendo los doce mil pesos a censo consignativo redimible sobre la Hacienda de Atenco y sus anexas que ha adquirido; bajo las cláusulas, forma de pago y demás condiciones que ya tienen pactadas y son objeto de la presenta escritura. 3ª. Tercera. El Señor Don Ygnacio Cervantes Ayestarán, como resultado de la subrogación y delegación de que se ha hecho mérito, confiesa y declara que es deudor a la Señora Doña Refugio Vázquez, del capital de cuatro mil pesos; a Doña Soledad Bastida de cuatro mil pesos; a Doña Jesús Bastida de dos mil pesos; a Doña Cecilia Esnaurrizar de mil pesos y a Doña María Santa Ana de mil pesos, de cuyos doce mil, como se de presente, parecieran en este acto, no da por contento y entregado a su satisfacción, otorgando a favor de las mismas señoras el resguardo que más fíeme y eficazmente conduzca a su seguridad. 4ª. Cuarta. Dicho señor Cervantes Ayestarán se obliga a conservar en su poder los expresados doce mil pesos a censo consignativo redimible por el plazo de nueve años que XXXIX
contados desde primero de Noviembre del próximo pasado terminarán en igual fecha de mil ochocientos ochenta y cuatro durante cuyo periodo, por facultad concedida por el Señor Barreiro f. 6 en nombre de sus poderdantes y la Señora Doña Soledad Bastida por sí podrá el Señor Cervantes Ayestarán amortizar el capital con abonos que no bajen de un mil pesos cada año. 5ª. Quinta. El mismo capital causará, todo el tiempo que permanezca sin redimir, el interés correspondiente a razón de seis por ciento anual, que el Señor Cervantes abonará a las Señoras sus acreedoras, por semestres adelantados sin descuento alguno por contribuciones o impuestos ordinarios o extraordinarios sea cual fuere su objeto o denominación. 6ª. Sexta. Las exhibiciones total o parciales del capital así como las de los réditos, han de efectuarse precisamente en esta ciudad de México, lugar en que con arreglo al artículo mil seiscientos treinta y cuatro del código civil vigente han de tener en cumplimiento las obligaciones que emanan de este contrato sometiéndose en consecuencia el Señor Cervantes a las autoridades de ella, aun cuando sea otro su domicilio, el pago será en pesos fuertes del cuño corriente mexicano y no en otra especie o moneda, pues renuncia en lo conducente al artículo mil quinientos sesenta y nueve del citado código. 7ª. Séptima. Ni sobre el pago de capital ni sus réditos dará lugar el Señor Cervantes Ayestarán f. 6v a litigio alguno, pues de haberlo han de ser de su cuenta las costas y gastos que origine a las Señoras sus acreedores en cuya simple protestas o de la persona que las represente defiere toda prueba y consiente ser ejecutado por todo rigor de derecho; pero si desgraciadamente llegase el caso de tal litigio, para procederse a la segunda instancia no exigirá de dichas Señoras la fianza de que habla la fracción primera del artículo mil setenta y siete del código de Procedimientos o de cualquier otra disposición que lo constituya. 8ª. Octava. A la perfecta seguridad del pago de los doce mil pesos, sus réditos y demás obligaciones que emanan de la presente escritura, el Señor Cervantes Ayestarán además de la obligación general de todos sus bienes presentes y futuros grava y sujeta con expresa, especial y señalada hipoteca la Hacienda de su propiedad llamada de Atenco y sus anexas la Vaquería, Santiaguito, San Agustín, Zazacuala y Tepemajalco, sitas en el Distrito de Tenango del Valle del Estado de México con cuanto de hecho y por derecho les toca y pertenece siendo sus linderos como siguen: Hacienda de Atenco. Al norte, tierras f.7 del pueblo de San Pedro Tlaltizapán, rancho de San Nicolás y tierras de la Hacienda de Atizapán; al Poniente, pueblos de Chapultepec, Concepción, San Antonio la Ysla, Tepemajalco y San Lucas; al Sur tierras de los dos últimos pueblos nombrados, hacienda de San Diego y laguna de Almoloya: y al Oriente, tierras del pueblo de Santa Cruz y la expresada laguna. La Vaquería al Poniente, tierras de Santa María de la Asunción; al Sur, tierras de Santiaguito y San Juan la Ysla; al Oriente, la laguna de Almoloya, y al Norte, tierras del pueblo de Santa María y Hacienda de San Diego. Santiaguito al Poniente, pueblo de este mismo nombre; al Sur, tierras de los de Tenango y San Joaquín; al Oriente la laguna de Almoloya y al Norte la Vaquería y pueblo de San Juan la Ysla. San Agustín, al Norte camino que va para la hacienda del veladero y tierras del pueblo de Tenango; al Poniente, hacienda de Guadalupe y rancho colorado; al Sur, pueblo de San Francisco Tetetla y hacienda de Guadalupe, y al Oriente, pueblo de Santiaguito. Zazacoala al Sur, tierras del pueblo de la Concepción; al Norte y Poniente, pueblo de Chapultepec, y al Oriente, Cercado de Atenco. Tepemajalco, al Norte f. 7v.y Poniente tierras del pueblo de San Antonio la Ysla, al Sur, las mismas tierras y Hacienda de San Diego, y al Oriente, Cercado de Atenco. 9ª. Novena. Declara el Señor Cervantes Ayestarán que la finca que ha hipotecado solo reporta ahora el gravamen de las fracciones que se han hecho de la escritura dotal de la Señora Doña Ana Lebrija, distribuido entre sus legatarios y el Señor Don José Higinio Núñez cesionario del XL
fisco por el importe del derecho de herencia transversal que causó la testamentaría de la misma Señora y además el de once mil pesos a favor de la testamentaría de Don Joaquín Lebrija, pues que los dos primeramente referidos en el certificado de cabildo están ya extinguidos y están arreglándose las cancelaciones respectivas y el último queda asimismo extinguido por razón de la presente escritura. 10ª. Décima. El Señor Licenciado Don Pedro Díaz Barreiro y Señora Doña Soledad Bastida declaran cancelada, rota, nula y de ningún valor ni efecto la escritura de veintiseis de Mayo de mil ochocientos setenta y uno ante el Notario Don José Villela para que no valga ya ni produzca acción alguna en juicio o fuera de él; por lo que consiente en la total tildación de su registro. 11ª. Undécima. Finalmente, este contrato f. 8 queda (...) en todas sus partes a las prescripciones de los códigos civil y de procedimientos vigentes en el Distrito Federal, cuando los costos y derechos de la presente escritura, su testimonio, registro, cancelación y tildación a su vez de cuenta del Señor Cervantes Ayestarán. Bajo tales términos así lo otorgaron las Señoras comparentes, a quienes yo el Notario doy fé de conocer, de que disfrutan de la competente capacidad legal para contratar y de que son mayores de edad teniendo el Señor Cervantes Ayestarán que es propietario la de treinta y cinco años y vive en la casa número diez de la primera de la Pilaseca; el Señor Barreiro veintiocho años y habita la casa número seis de la calle de la Cervatana; la Señora Doña Soledad Bastida de veintinueve años, con habitación en Buena Vista número diez y seis y la Señora Pliego de cuarenta y dos años con habitación en la casa número seis de la calle de Jesús Nazareno; y dada lectura íntegra a este instrumento público en presencia de los testigos manifestaron los Señores otorgantes su conformidad y conocer el valor y fuerza de las obligaciones que contraen en cuya comprobación lo firmaron con aquellos a las diez y media de la mañana del día doce siguiente al otorgamiento ante mi de que doy fe. Ygnacio f. 8v. Cervantes Ayestarán. P. Díaz Barreiro, Soledad de la Sma. Trinidad de la Bastida, José G. M. Amada P. De Cervantes. José G. Moreno. José de los Cobos, Francisco Rafael Calápiz. Not. Público. Estado libre y soberano de México. Distrito de Tenango de Arista. Municipalidad de Tianguistenco. Administración de rentas del mismo. Boleta número trecientos sesenta y siete. Contribuciones, predial y personal decretadas por la H. Legislatura para el año económico de primero de julio de mil ochocientos setenta y cinco a treinta de junio de mil ochocientos setenta y seis. El ciudadano José Juan Cervantes testm.a pagará lo siguiente. Nombre y situación de sus propiedades. Por la casa en Tenango. Por terrenos en el mismo valor rústico ciento treinta y un mil setecientos cuarenta y cuatro pesos. Suma ciento treinta y un mil setecientos cuarenta y cuatro pesos. Cuota mensual por contribución personal, correspondiente a la propiedad a que esta boleta se refiere catorce pesos, cuarenta y cuatro centavos. El ocho al millar anual sobre ciento treinta y un mil setecientos cuarenta y cuatro pesos valor de la propiedad registrada en esta boleta, importa mil cincuenta y tres pesos noventa y cinco centavos. Cuota mensual por contribución predial de ocho al millar ochenta y siete pesos ochenta y tres centavos. Total pago mensual al Erario del Es- f. 9 tado, ciento dos pesos veintisiete centavos. Veinticinco por ciento Federal veinticinco pesos cincuenta y seis centavos. Entero total que deberá satisfacer el Ciudadano José J. Cervantes testm.a en esta administración, dentro de los primeros quince días de cada mes, ciento veintisiete pesos ochenta y tres centavos. Diario de ingresos folio uno partida número siete. En primero de Diciembre entero por el mes de Diciembre. Predial ochenta y siete pesos ochenta y tres centavos. Personal catorce pesos cuarenta y cuatro centavos. Federal, veinticinco pesos cincuenta y seis centavos. Total ciento veintisiete pesos ochenta y tres centavos. Recibí. Linch Zaldivar. XLI
Es la copia original que se sacó de su registro para que sirva de título a las Señoras acreedoras y va en nueve fojas útiles, llevando la primera estampillas por valor de doce pesos cincuenta centavos y por de cincuenta centavos las siguientes. Corregido, doy fé. México enero doce de mil ochocientos setenta y seis. Ep. Francisco Rafael Calapíz (Rúbrica). Un sello con la leyenda: Francisco R. Calapíz. República Mexicana. Notario Público. Los que suscribimos: Certificamos que el sello y firma que preceden son los mismos con que el Notario público Don Francisco Rafael Calapíz autoriza f. 9v sin dignos dejé y crédito en juicio y fuera de el cuya comprobación ponemos la presente sellada con el de nuestro Colegio en Méjico a doce de enero de mil ochocientos y setenta y seis. Un sello con la leyenda: José Vicente Piña. República Mexicana. Notario Público. José Vicente Piña (Rúbrica). Fermín González C. (Rúbrica). Un sello con la leyenda: Estado de México. Registro Público. A las diez del día de hoy, quedó inscrito el anterior título en el libro principal corriente de esta oficina, bajo el número 11 once. Tenango enero 15 quince de 1876 mil ochocientos setenta y seis. Mariano Rivera (Rúbrica). Abraham Estévez (Rúbrica). José Sánchez Azcona (Rúbrica). Por escritura otorgada ante mi con fecha de ayer y de la cual expedía hoy el testimonio respectivo con los timbres que f. 10 le corresponden, las Señoras religiosas Jesús Bastida, Cecilia Esnaurrizar, María de Jesús Santa Ana y Soledad Bastida, y Señorita María de Jesús Vázquez, como donataria de la religiosa Refugio de San Ignacio Vázquez, cedieron a favor del Sr. Don Mariano Ylzarbe, el capital de doce mil pesos y sus réditos desde el día de ayer en adelante, a que tienen derecho seguro la escritura de las anteriores fojas otorgada con fecha once de enero de mil ochocientos setenta y seis ante el Notario Don Francisco Rafael Calapiz, siendo de advertir, que la Señorita María de Jesús Vázquez es dueña del capital de cuatro mil pesos que perteneció a la Religiosa Refugio de San Ygnacio Vázquez, por donación que dicha religiosa le hizo en escritura de quince de febrero de mil ochocientos setenta y uno, otorgada ante el Notario Don Jesús Reynoso. México, Diciembre veintiuno de mil ochocientos ochenta y dos. Doy fe. Gil Marson. Not. Público. (Rúbrica) México diciembre veintiuno de mil ochocientos ochenta y dos. Queda transcrita la anotación anterior al margen de su matriz de la que es testimonio el de las anteriores fojas. Doy fé. Manuel Romero (Rúbrica). Derechos dos pesos que recibí. Por escritura de fecha cuatro de mayo último, extendida en mi protocolo, consta que la de que son testimonio estas fojas que f. 10v dó cancelada por pago que hicieron los señores Rafael Barbabosa Sucesores, dueños actuales de la hacienda de Atenco y sus anexas, a la Señora doña Vicenta Pliego viuda de Ylzarbe, heredera del señor don Mariano Ylzarbe. Conste. Toluca julio nueve de mil novecientos diecisiete. Jesús María Fernández, Notario Público. (Rúbrica). NOTARÍA PÚBLICA / DE / JESUS REYNOSO / TESTIMONIO de la escritura de donación otorgada por la Señora Religiosa exclaustrada de la extinguida Comunidad de la Encarnación Refugio de San Ygnacio Vázquez a favor de la Señorita de Jesús Vázquez. f. 1 Al calce: Por escritura otorgada ante mí el cuatro de mayo último, por la Señora doña Vicenta Pliego viuda y heredera del Señor don Mariano Ylzarbe, a favor de los señores Rafael XLII
Barbabosa Sucesores, dueños actuales de la hacienda de Atenco y sus anexas, quedó cancelada la escritura de que son testimonio estas fojas. Conste. Toluca, julio nueve de mil novecientos diecisiete. Jesús M. Hernández (Notario Público. Rúbrica). En la Ciudad de México a quince de febrero de mil ochocientos ochenta y uno. Ante mí el Notario público y testigos que se expresarán comparecieron de una parte, la Señora Religiosa exclaustrada de la extinguida Comunidad de la Encarnación, Refugio de San Ygnacio Vázquez de cuarenta y siete años de edad, con habitación en la casa número tres y medio de la segunda calle de la Pilaseca; y de la otra la Señorita su hermana María de Jesús Vázquez de cuarenta y cinco años de edad, con habitación en la casa número uno del Puente de Jesús Nazareno, vecinas de esta Capital, y la primera dijo: que es dueña de la cantidad de cuatro mil pesos que con causa de réditos a razón del seis por ciento anual le reconoce don Ygnacio Cervantes y Ayestarán sobre la Hacienda de Atenco y sus anexas ubicadas en el Distrito de Tenango del Valle del Estado de México y por el término y con las condiciones que expresa la escritura otorgada ante el f. 1v Notario Don Francisco Rafael Calapio con fecha once de Enero de mil ochocientos setenta y seis: que en atención al cariño que profesa a la Señorita su hermana a su voluntad hacerle donación del expresado capital y de los réditos que produce a razón del seis por ciento anual pagadero por semestres adelantados; y no restando otra cosa que proceder al otorgamiento de la escritura que corresponde, lo ponen en efecto por el tenor de la presente por la cual y en la forma que sea más firme y eficaz en derecho declara: que le hace donación pura, perfecta e irrevocable entre vivos, del expresado capital de cuatro mil pesos y de sus réditos, importe de la escritura de que se ha tomado razón sin reservarse nada para sí por no tener herederos forzosos que conforme a la ley debieran heredarla: si desiste del derecho que unos y otros ha tenido, y confiere a la Señorita su hermana María de Jesús Vázquez poder amplio e irrevocable con libre franca y general administración constituyéndola procurador actor en su misma causa y negocio y la procure el propio lugar grado y preferencia que a ella corresponde para que cobre y perciba del deudor el capital y los réditos y dé f. 2 y otorgue los recibos y cancelaciones que convengan; y necesario fuere promueva contra él siga y concluya por todos sus trámites e instancias el juicio que corresponda hasta ser íntegramente pagada de la suerte principal réditos, cuotas y gastos y se obliga a no renovar esta donación total ni parcialmente y declara: que el capital es cierto debido y por pagar que no lo tiene cedido cohado ni remitido; y que le entrega el testimonio de la escritura de impresición para los efectos legales. La Señora María de Jesús Vázquez impuesta del contenido de esta escritura dijo: que la acepta y hará que de su testimonio se tome razón a donde corresponde con arreglo a la ley. Leída en presencia de los testigos Don José María Alfaro y Don Adalberto Piña; el primero dependiente con su habitación en la casa número cuatro y medio de la calle de las Rejas de Balbanera y el segundo pasante de Notario con la suya en la número ocho del Estanco de Hombres, manifestamos conformidad y firma en unión de ellos y del presente Notario la Señorita María de Jesús Vázquez no haciéndolo la Señora su hermana por impedírselo su enfermedad por lo que lo hace a su ruego la Señora f. 2v Santa Ana. El presente Notario da fé de conocer a las Señoras exponentes quienes tienen capacidad legal para este acto. Por la Señora Refugio Vázquez. Merced L. Santa Ana. María de Jesús Vázquez. José M. Alfaro. Adalberto Piña. Jesús Reynoso, N.P. Sacóse para la Señorita María de Jesús Vázquez hoy veintiuno de febrero de mil ochocientos ochenta y uno va corregido en dos fojas con las estampillas correspondientes. Doy fé. Un sello con la leyenda: JESUS REYNOSO. NOTARIO PÚBLICO. REPÚBLICA MEXICANA. XLIII
Jesús Reynoso (Rúbrica) Los que suscribimos certificamos: que el sello y firma que anteceden son de nuestro compañero Señor Don Jesús Reynoso. México, Febrero quince de mil ochocientos ochenta y tres. Varias firmas. ESCRITURA / DE CESIÓN, OTORGADA POR LAS SRAS / MARÍA DE JESUS BASTIDA, CECILIA / ESNAURRIZAR, MARIA DE JESUS MER / CED SANTA ANA. SOLEDAD BASTI / DA Y MARIA DE JESUS VÁZQUEZ EN / FAVOR DEL SR. D. MARIANO YLZARBE. / MÉXICO, 1882. f. 1 Al calce: (En Tenango a las once 11 de la mañana del día diez y seis 16 de abril de mil ochocientos ochenta y tres 1883, el Ciudadano Gustavo Chavert presentó este título para su inscripción y firmó: Lic. Rafael Zarco (Rúbrica) y Gustavo Chavert (Rúbrica)). En la Ciudad de México, a veinte de Diciembre de mil ochocientos ochenta y dos, ante mí el Notario público y testigos, comparecieron, de una parte las Señoras religiosas María de Jesús Bastida, Cecilia Esnaurrizar, María de Jesús Merced Santa Ana y Soledad Bastida, y la Señorita María de Jesús Vázquez, como donataria de su hermana la religiosa Refugio de San Ygnacio Vázquez: de otra el Señor Don Mariano Ylzarbe y de otro, el Señor Don Rafael Barbabosa. Y dijeron los señores comparecientes: que según escritura de once de Enero de mil ochocientos setenta y seis, otorgada ante el Notario Don Francisco Rafael Calápiz, que en testimonio inscrito con fecha quince del mismo mes de Enero, bajo el número once del libro principal del Registro público de Tenango, certificó haber visto, leído y devuelto, el Señor Don Ygnacio Cervantes y Ayestarán se subrogó en los derechos y obligaciones del finado Señor Don José Juan Cervantes, para con las Señoras Religiosas f 1v. (al calce) (Subinscripto el derecho a que este título se refiere bajo el número ciento noventa y ocho 198 y a fojas dos 2 frente y vuelta del libro segundo 2º Principal del Registro Público de este Distrito y del corriente año Tenango, Abril diez y seis 16 de mil ochocientos ochenta y tres 1883. Sin derechos. Rafael Pastrana (Rúbrica). Lic. Rafael Zarco (Rúbrica) y Miguel Navarro (Rúbrica)). comparecientes y para con la de igual clase Refugio de San Ygnacio Vázquez, por las siguientes cantidades, que se obligó a pagar en un término de nueve años que deberá concluir el día primero de Noviembre de mil ochocientos ochenta y cuatro, con pensión de réditos de seis por ciento anual e hipoteca de las Haciendas de Atenco y anexas en jurisdicción de Tenango, Estado de México, a saber: a la Señora religiosa Vázquez, cuatro mil pesos: a la Señora religiosa Jesús Bastida, dos mil a la Señora religiosa Esnaurrizar mil; a la Señora religiosa soledad Bastida, cuatro mil; y a la Señora religiosa Santa Anna mil: total doce mil pesos, pudiendo hacer abonos el deudor con cantidades que no bajen de un mil pesos. Que el capital que correspondía a la Señora religiosa Refugio de San Ygnacio Vázquez, fue donado para esta Señora a su hermana la Señorita María de Jesús Vázquez, según la escritura que ambas otorgaron ante el Notario Don Jesús Reynoso, en esta Ciudad, a quince de febrero de mil ochocientos ochenta y uno, según lo comprueba el testimonio de esta escritura que también certifico haber visto, leído y devuelto. Que el deudor hoy de esos capitales es el Señor Don Rafael Barbabosa, como actual f. 2 dueño de las referidas Haciendas de Atenco y anexas, según la escritura de compra-venta que el Señor Don Ygnacio Cervantes y Ayestarán le otorgó ante mí en treinta de junio de mil ochocientos setenta y nueve. Y que bajo tales antecedentes, las Señoras religiosas y Señorita que comparecen, otorgan: que por valor recibido a toda su satisfacción sobre cuya entrega protestan que no tienen excepciones que oponer en contrario, ceden y renuncian a favor del XLIV
Señor Don Mariano Ylzarbe, todos los derechos y acciones que les asisten por las causas explicadas, para cobrar del Señor Don Rafael Barbabosa o de quien fuere dueño de las Haciendas de Atenco y anexas, los siguientes capitales, con sus réditos de seis por ciento anual a contar desde hoy día de la fecha, a saber: la Señora religiosa María de Jesús Bastida, dos mil pesos; la Señora Religiosa Cecilia Esnaurrizar, mil pesos; la Señora religiosa María de Jesús Merced Santa Anna, mil pesos; la Señora Religiosa Soledad Bastida, cuatro mil pesos y la Señorita María de Jesús Vázquez, como donataria de la Señora Religiosa Refugio de San Ygnacio Vázquez, cuatro mil pesos: total doce mil pesos y sus réditos de seis por ciento anual. f. 2v. Las Señoras y Señorita cedentes se desprenden absolutamente de todos sus derechos y acciones sobre los capitales y réditos mencionados, y los ceden y renuncian en su mismo grado y prelación a favor del Señor Don Mariano Ylzarbe, a quien confieren el poder que se requiera para que, judicial o extrajudicialmente cobre los capitales y réditos que le dejan cedidos y por lo que perciba otorgue los recibos y cancelaciones legales. Declaran: que dichos créditos son justos, ciertos, debidos y por pagar: que antes de ahora no los han cedido, gravado ni enagenado en todo ni en parte a favor de persona alguna; y que consienten en que por virtud de esta cesión se hagan las anotaciones, notificación y registro convenientes. El Señor Don Mariano Ylzarbe dijo: que acepta la cesión y recibe en este acto, en fojas nueve y dos los títulos de la deuda. El Señor Don Rafael Barbabosa expuso: que queda enterado de la presente cesión y toma a su cargo pagar los derechos y costos de esta escritura, su testimonio, anotaciones y derechos de registro; así como los que se causen cuando llegue a efectuarse la cancelación. Yo el Notario doy fé de conocer a los comparecientes y de su capacidad f. 3 legal para contratar: son de esta vecindad las Señoras religiosas y Señorita Vázquez: esta Señorita de cuarenta y seis años de edad, es libre de toda potestad y vive en la casa número once de la primera calle del Relox; las religiosas Jesús Bastida y Soledad Bastida viven en la casa número diez de la primera calle del Relox, esta es de treinta y cinco años de edad y aquella de cincuenta años de edad; la religiosa Santa Anna, vive en la casa cural de San Sebastian, cuenta cuarenta y ocho años de edad; y la religiosa Esnaurrizar, habita en la casa número uno del Puente de la Mariscala y es de cuarenta y cuatro años de edad, siendo todas libres de ajena potestad. Los señores Ylzarbe y Barbabosa son labradores, vecinos de Toluca, en el Estado de México y transeuntes en esta Capital, el primero casado, de sesenta y seis años de edad y habita en el edificio del Hospital de Jesús, y el segundo, de cuarenta y nueve años de edad, también casado, hospedado en la casa número doce de la calle del Puente Quebrado. Dada lectura de este instrumento a los comparecientes, manifestaron conocer su valor y están conforme en él, firman f. 3v. en comprobación. Fueron testigos que también firmaron Don Alberto Valdez pasante de Escribano, y Don Alejandro Ortiz, dependiente, ambos con aptitud legal, que viven, aquel en la calle de la Estampa de San Andrés número cinco y este en el veintidos de la de Chiconautla. Doy fe. María de Jesús de S. L. G. Bastida. Merced López de Santa Anna. María Cecilia del Santísimo Santo Esnaurrizar. María de Jesús Vázquez. Soledad de la Santísima Trinidad Bastida. Rafael Barbabosa. Mariano Ylzarbe. Alberto Valdez. A. Ortiz. Gil. Mariano León. Notario Público. Es la copia original sacada de su matriz para la parte del Señor Don Mariano Ylzarbe en tres fojas útiles con las estampillas correspondientes y está confrontada. México, Diciembre veinte y uno de mil ochocientos ochenta y dos. Doy fé. E.r. Merced. Merced. Soledad Bastida cuatro mil pesos y lar y uno. Vale E. Por cuatro. No vale. Un sello con la leyenda: Gil Mariano León. Notario Público. República mexicana. Gil Mariano León (Rúbrica). Los que suscribimos: certificamos que el sello y firma anteriores son de nuestro compañero XLV
Don Gil Mariano León. México diciembre veintidos de mil ochocientos ochenta y dos. Varias firmas. Por de- f. 4 aclaración del Ciudadano Licenciado Agustín Martínez de Castro, Juez segundo de primera Ynstancia de este Distrito, en su auto de veintiuno del corriente mes, que obra a fojas cuarenta vuelta y cuarenta y una de los autos de la testamentaría del Señor Don Mariano Ylzabe, todos los bienes dejados por este Señor, inclusive el crédito a que se refiere este testimonio, corresponden a la Señora Doña Vicenta Pliego, como única y universal heredera del referido Señor Don Mariano Ylzarbe, atento el testamento otorgado por éste ante el suscrito Escribano en dieciocho de Mayo de mil ochocientos noventa y dos; lo que asiento y certifico para constancia. Toluca, Septiembre veintiseis de mil ochocientos noventa y tres. Doy Fé. Un sello con la leyenda: Juan N. Romero. Escribano Público. Toluca. República mexicana. Estado de México. Juan N. Romero (Rúbrica). Por escritura otorgada ante mí, de fecha cuatro de mayo del corriente año, por la Señora Vicenta Pliego viuda de Ylzarbe a favor de los Señores Rafael Barbabosa Sucesores, consta que la escritura de que son testimonio estas fojas quedó cancelada. Toluca, julio nueve de mil novecientos diecisiete. Jesús M. Hernández, Notario Público (Rúbrica). 2.-DATOS SOBRE LA ÚLTIMA ETAPA DE CONTROL DE LA FAMILIA CERVANTES EN SUS PRINCIPALES PROPIEDADES. ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN. Fondo: “José María Ágreda y Sánchez”, caja 1, exp. 2, f. 22-25. En 23 de agosto de 1874, Ignacio Cervantes y Ayestarán, como inmediato sucesor en los mayorazgos de Altamirano, Arévalo y Legaspi, se presentó con su apoderado el Lic. Carlos María Escobar demandando a José Juan Cervantes y Michaus sobre división de los mayorazgos expresados, a los cuales era anexo el título de Conde de Santiago de Calimaya, José Juan Cervantes y Michaus con su abogado Lic. Manuel María Ortiz de Montellano negó la demanda. Se recibió el negocio a prueba y a poco tiempo, 30 de diciembre del mismo año murió intestado dicho señor José Juan Cervantes y Michaus. La viuda, Amada Pliego González dio cuenta al juez quien corridos diversos trámites, en junta celebrada en 25 de enero de 1875 por auto de esa fecha la nombró albacea y declaró ser heredera del mismo Sr. junto con sus menores hijos Antonio de Padua, José Juan (que murió al poco tiempo de tres años), Manuela, Ángela y Josefa Gabriela Cervantes y Pliego. En 3 de febrero el juez discernió el cargo de tutor especial del primero al Lic. José Zubieta y de curador de los menores al Lic. José Linares. En tal estado, Ignacio Cervantes y Ayestarán secuestró los bienes en 24 de abril, y la viuda, por escritura otorgada en esta ciudad, en 1 de junio ante el Notario Manuel Cresencio Landgrave, nombró su apoderado al Sr. Manuel Terreros. Este señor y el Lic. Viñas convinieron en celebrar una transacción fundada en la dificultad que presentaba para el menor Antonio Cervantes y Pliego la cláusula que el Lic. Juan Altamirano puso en la fundación del mayorazgo de su apellido exigiendo absolutamente que los sucesores fuesen hijos habidos en legítimo matrimonio y excluyendo totalmente a los legitimados por su siguiente matrimonio (en el caso de Amada Pliego González, el Sr. José Juan Cervantes y Michaus casó con ella in artículo mortis el 4 de agosto de 1874) y excluyendo totalmente a los legitimados por su XLVI
siguiente matrimonio; en que José María Cervantes y Osta, medio hermano de José Juan había sido reconocido como inmediato sucesor en escritura que ambos otorgaron en esta ciudad en 11 de octubre de 1848 ante el Notario Ramón de la Cueva, y en otra otorgada, por el mismo José Juan a Faustino Gorivan, en esta misma ciudad, en 27 de enero de 1873 entre el notario Rafael Calipiz en el que decían las partes interesadas y sus apoderados de que el intestado se convirtiese en concurso, por razón de lo mucho que debía José Juan, y aun cuando no fuese así, la sola dilación del pleito hasta su término sería muy perjudicial a la viuda y a los menores. Ignacio Cervantes y Ayestarán presentó la siguiente cuenta: Bienes enajenados del vínculo Dos casas en la calle de Plateros y la hda. Del Olivar Casa Nº 9 del Puente de Santo Domingo La Nº 1 de los Bajos de San Agustín La Nº 2 y 3 de ídem. Nº 15 y 16 de la C. de Jesús Terrenos de la Condesa Ranchos rematados y otros enajenados por cálculo
Bienes existentes Casa principal La Nº 11 del Parque del Conde La Nº 12 de idem La Nº 15 de idem La hacienda de Atenco con sus llanos Terrenos de Acapulco
90,000 16,611 42,937 41,000 50,000 2,000 50,000 312,548
70,000 30,000 29,000 25,000 190,000 6,000 Suma 310,000
Suma total de bienes enajenados y existentes Pasivo de los vínculos Líquido a dividir Mitad para cada uno Lo que enajenó D. José Juan Debe pues D. José Juan Mitad de D. Ignacio Cervantes Se le aplica lo existente Sale debiendo D. Ignacio Comprobación
622,548 120,000 502,548 291,274 312,948 61,274 251,274 310,000 58,726
Mitad de D. José Juan Mitad de D. Ignacio Debe D. José Juan Debe D. Ignacio aplicándose lo existente Suma igual a la mesa total del vínculo
251,274 251,274 61,274 58,726 622,948
El representante de la viuda y de los menores rechazó esta cuenta por las razones que expuso y entonces entre él y el representante de Ignacio Cervantes se hizo el siguiente proyecto de transacción: Ambas partes contendientes trabajarían para reducir el pasivo a la menor cantidad posible y todo lo que así se utilizase se dividieron por partes iguales. Si el pasivo fuese menor de lo calculado la diferencia sería también a favor de ambas partes. El crédito contra el Gobierno por los despojos en la hacienda de Atenco sería de favor del intestado; “y cualesquiera otros bienes, derechos, créditos y acciones que hubiesen XLVII
pertenecido al Condado de Santiago se dividirían entre ambas partes como un crédito a favor de Jesús Pliego”. Todos los ingresos desde 24 de abril en que este último secuestró los bienes hasta la fecha en que ambas partes entrasen en posesión de lo que les adjudicase había de quedar por cuenta del intestado en cuanto a las fincas urbanas. Todos los gastos de la transacción serían por mitad, excepto los honorarios de los abogados que serían pagados por quien los ocupase. La hacienda de Atenco con todos sus llanos, cosechas, etc., sería entregada a Ignacio Cervantes y Ayestarán. Con esa transacción quedarían absolutamente terminadas cuantas cuestiones se habían suscitado y pudieran suscitarse sobre quien es después de muerto José Juan el inmediato sucesor de los Vínculos de Altamirano, Arévalo y Legaspi. Firmaron esta transacción en esta ciudad en 26 de agosto de 1875. La sucesión no pasó a José María Cervantes y Osta -medio hermano-, sino directamente a su hijo Ignacio Cervantes Ayestarán, al recibir la herencia transversal de la testamentaría de la señora Doña Ana María Lebrija. Esto en 1874. En 1879 la propiedad, que entonces vive el abandono, es enajenada a Rafael Barbabosa Arzate, a través de una compra, cuya hipoteca alcanzó la suma de $33,013 pesos y 2 reales. Fue hasta el 9 de julio de 1917 en que la Sociedad Rafael Barbabosa Sucesores tiene, como de su absoluta propiedad la mencionada hacienda de Atenco,1 luego de que se diera finiquito al adeudo contraído entre Rafael Barbabosa Arzate con las Sras. María de Jesús Bastida, Cecilia Esnaurrizar, María de Jesús Merced Santa Anna, Soledad Bastida y María de Jesús Vázquez, señoras religiosas exclaustradas de la extinta “Comunidad de la Encarnación Refugio de San Ignacio Vázquez”, adquiriendo aquel la escritura de compra-venta que el señor Ignacio Cervantes y Ayestarán le otorgó el treinta de junio de mil ochocientos setenta y nueve. Se sabe también, que al enlazarse Ignacio Leonel Gómez de Cervantes Padilla con Ana María Altamirano de Velasco y Ovando, se unieron, entre otros, los títulos del condado de Santiago de Calimaya y el Mayorazgo de la Higuera. En la descendencia, Ignacio y Guadalupe Cervantes y Ayestarán, heredaron ese gran conjunto de propiedades y tierras (en Jalapa, Veracruz). Padecieron, al igual que con las pertenencias existentes en el valle de Toluca –fundamentalmente con la hacienda de Atenco-, el agobio de las deudas, (deudas originadas por el dispendio que ocasionó en gran medida José Juan Cervantes y Michaus), por lo que en 1879 tuvieron que vender al abogado Rafael Dondé, la hacienda e Ingenio de Mahuistlán, que era la última gran posesión vinculada a la región de Jalapa. 2 3.-DATOS SOBRE LA “CERCA” O “EL “CERCADO” QUE SE LEVANTÓ EN ATENCO A MEDIADOS DEL SIGLO XVI. Cinco son los sitios mencionados como los primeros que se designaron en encomienda al Lic. Gutiérrez Altamirano desde 1528 y que son: el pueblo de Calimaya, y la estancias de Metepec, Tepemaxalco (también Tepemajalco o Tepemachalco), Chapultepec y Chiconauatengo respectivamente. Es pues ese, el primer territorio que tuvo en propiedad el Lic. Juan Gutiérrez Altamirano, y más tarde su hijo, Hernando. En 1551, el virrey don Luis de Velasco, atendiendo la petición de los indígenas afectados por el desmesurado crecimiento de cabezas de ganado mayor y menor que tuvo lugar en ese sitio, así como por el peligro que esto significaba para sus vidas, ordenó que se hiciese una cerca que dividiese las tierras de 1
Es preciso recordar que hasta el año de 1917, pudo liberarse el contrato de compra-venta, por lo que hasta ese momento, la hacienda de Atenco fue propiedad absoluta de la sociedad “Barbabosa Sucesores”. 2 Gilberto Bermúdez Gorrochótegui: El mayorazgo de la Higuera. Xalapa, 1987. 158 pp. (BIBLIOTECA UNIVERSIDAD VERACRUZANA), p. 12; 112-113; 149 y 150.
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los indios de las de esas estancias,3 formándose lo que sería “el cercado”, o “el cercado del conde”,4 conocido así por la delimitación ya mencionada. Es probable que dicha “cerca” haya sido un improvisado límite, que ni siquiera se levantó con el apoyo de “mojoneras” 5, puesto que el ganado lo rebasó e incluso destruyó, dispersándose más allá del territorio que indicaba la pertenencia de cada nuevo propietario.6 Respecto a la cerca que permite delimitar a Atenco contamos con información que proviene de Joaquín García Icazbalceta y de Gustavo G. Velázquez. Joaquín García Icazbalceta, respetable bibliófilo congregó una de las bibliotecas más importantes hacia fines del siglo XIX, y en la cual se encontraban documentos valiosísimos. En sus OBRAS, el pasaje "El ganado vacuno en México" presenta datos como el que sigue: La asombrosa multiplicación del ganado vacuno en América sería increíble, si no estuviera perfectamente comprobada con el testimonio de muchos autores y documentos irrecusables. 7 Desde los primeros tiempos siguientes a la conquista, los indios poco acostumbrados a la vista y vecindad del ganado, padecían a causa de él, mucho daño en sus personas y sementeras, lo cual dio lugar a repetidas disposiciones de la corte, que vacilaba entre la conveniencia de que los ganados se aumentasen, y el deseo, que en ella era constante, de procurar el bien de los indios. Entre esas disposiciones es notable la relativa a la gran cerca que se labró en 3
Vasco de Puga: Cedulario de la Nueva España, ed. facsimilar del impreso original de 1563, estudio, introd. de María del Refugio González. México, Condumex, 1985., LVIII, 118 fojas. (ff. 153v y 154). Como consecuencia de la visita que hiciera don Luis de Velasco al valle de Toluca en 1551, y del informe que rindiera al Rey, la Princesa signó en Valladolid, el 3 de junio de 1555, una importante disposición, que en orden al tema expuesto, es conveniente transcribir, en sus partes más expresivas: “El valle de Matlazingo que está doce leguas de la ciudad de México, cerca de un lugar que se llama Toluca, que es la cabecera del valle... y que hay en él más de sesenta estancias de ganados, en que dizque hay más de ciento cincuenta mil cabezas de vacas y yeguas, y que los indios le pidieron, que hicieze sacar el dicho ganado del valle porque recibieron grandes daños en sus tierras y sementeras y haciendas, y que no las osaban labrar es decir eran salvajes- ni salir de sus casas, porque los toros los corrían y mataban, y que los Españoles dueños de las estancias y el cabildo de la iglesia mayor desa ciudad, por otra le pidieron que no se sacase el ganado de la iglesia...” 4 Enrique Florescano: “Formación y articulación económica de la hacienda en Nueva España”, pp. 19 (mecanografiado): “En Toluca y Tepeapulco, donde se oponían densamente indígenas y ganados, se levantaron cercas para impedir la entrada de los animales en las sementeras”. 5 MOJONERA o MONERA.-(Se dice por mojón). Pilastra de mampostería, generalmente bruñida y de forma cilindrojival; de unos dos y medio metros de altura por uno de espesor. Sirve para señalar los linderos de los predios rústicos. Fueron comunes ya, en el siglo XVIII. 6 Charles Gibson: Los aztecas bajo el dominio español (1519-1810). Traducción de Julieta Campos. México, Siglo XXI, 1967. 531 pp., fots., maps., grafs., p. 287-8: Las comunidades indígenas construían corrales y cercas y zanjas para controlar el ganado español que vagaba de un lado a otro y para enmarcar y proteger las tierras agrícolas. Los indios contraatacaban con redes, trampas y pozos, con perro y con fuego. Pero en general el ganado tenía más éxito en el encuentro de forraje que los indios en la protección de sus cosechas. Algunos españoles interesados acusaban a los indios de relocalizar sus parcelas agrícolas de modo que el ganado pudiera destruirlas, ocasionando así un motivo de queja o estableciendo un perjuicio que pudiera ser discutido contra una merced. Manuel Miño Grijalva (Compilador): Haciendas, pueblos y comunidades. Los valles de México y Toluca entre 1530 y 1916. México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1991. 343 pp. (Regiones), p. 46-48: Margarita Menegus al referirse a la “cerca de Toluca” apunta que Cortés introdujo la ganadería en el valle de Toluca desde la década de 1520, fundando la primera estancia de ovejas en el pueblo de San Mateo Atenco. Ya para 1550 había 60 estancias de ganado mayor y menor mismo que se incrementó notablemente al grado de que tuvo que levantarse una cerca por los indios de las comunidades circunvecinas, la que se terminó en 1555, aunque tan errática “que fue poco efecto”, ya que “cada día se cae”. Desde mediados del siglo XVI las estancias ganaderas de los españoles comenzaron a extenderse a la región otomí de Xilotepec, abandonando parcialmente el centro del valle de Toluca. Por ello, la cerca se construyó más bien al norte de la villa de Toluca. Uno de los puntos que abarcó dicha obra fue la hacienda de Atenco. 7 Véase: ANEXO Nº 3: “Comportamiento y evolución del ganado de casta en la hacienda de Atenco: 1526-2003”.
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el valle de Toluca para encerrar el ganado de los españoles. Consta en la cédula real de 3 de Junio de 1555, que por su interés histórico y por hallarse únicamente un libro rarísimo (la Monarquía Indiana, Libro I, cap. 4), me resuelvo a copiar, a pesar de su mucha extensión. Dice así: QUE SE EJECUTE LO QUE EL VIRREY PROYECTÓ SOBRE LA CERCA DEL VALLE DE TOLUCA. El Rey-Nuestro Presidente é oidores de la Audiencia Real de la Nueva España. A Nos se ha hecho relación que D. Luis de Velasco, nuestro visorrey de esa tierra, salió a visitar el valle de Matalcingo, que está doce leguas desa ciudad de México, cerca de un lugar que se llama Toluca, que es en la cabecera del valle, é que tiene el dicho valle quince leguas de largo, é tres y cuatro y cinco de ancho en partes, y por medio una ribera, y que hay en él mas de sesenta estancias de ganados, en que dizque hay mas de ciento cincuenta mil cabezas de vacas é yeguas, y que los indios le pidieron que hiciese sacar el dicho ganado del valle, porque recibían grandes daños en sus tierras y sementeras, y haciendas, y que no las osaban labrar, ni salir de sus casas, porque los toros los corrían y mataban, y que los españoles dueños de las estancias, y el cabildo de la Iglesia mayor desa ciudad, por otra, le pidieron que no se sacase el ganado de la Iglesia, que perdía lo más sustancial de sus diezmos, y a los oidores y a la ciudad que se les quitaba de su provisión y entretenimiento lo más o lo mejor que tenían. E que visto lo que los unos y los otros decían, y mirada y tanteada toda la dicha tierra, y comunicado con ciertos religiosos y con los dichos indios principales naturales del dicho valle y todas sus comarcas, irató [¿mandó?] que se hiciese una cerca que dividiese las tierras de los indios de las de esas estancias, cada una conforme a la cantidad de ganado que tuviese; que la cerca se tasase por buenos hombres, y que la dicha cerca se hizo, la cual tiene más de diez leguas, medidas por cordel, y que los indios tienen por bien que del precio della se compre censo para tenerla reparada siempre, por estar seguros de los daños de los ganados, y que se trasó la cerca en diez y siete mil y tantos pesos de oro común, y que al tiempo del pedir la paga a los dueños de las estancias, apelaron para esa Audiencia de mandarles el dicho visorrey pagar, y que han hecho el negocio pleito, con fin de dilatarlo todo lo más que pudieren, por que los indios no sean pagados, ni la cerca no se conserve, que es lo que pretenden, y que convenía mandásemos que los que tienen ganado en el valle pagasen la cerca ó sacasen los ganados, por que con ello se contentarían los indios, aunque lo más conveniente para el sustento y conservación de la una república y de la otra era que la cerca se pague, porque el ganado se conservase sin daño de los naturales. E visto todo lo susodicho y entendido que es conveniente que la dicha cerca se conserve, envío a mandar al dicho visorrey, que en lo del pagar la dicha cerca los españoles, ejecute luego lo que en ello tiene ordenado. Por ende, yo vos mando que vosotros ayudéis é favorezcáis a la ejecución dello, sin que pongáis estorbo alguno: é si los dichos españoles ó alguno de ellos se agraviare, mandamos que se ejecute el dicho repartimiento sin embargo dello, é vosotros veréis los agravios, y haréis sobre ello, llamadas é oídas las partes a quien tocare, brevemente justicia, y avisarnos heis de lo que en ello se hiciere. Fecha en la Villa de Valladolid, a tres del mes de Junio de mil é quinientos é cincuenta é cinco años. -La Princesa. -Por mandado de su Majestad, su Alteza en su nombre, Francisco de Ledesma.8
Hacia 1540 tuvo efecto un proceso de transformación muy importante. Al utilizar una infraestructura mínima para el cuidado del ganado, hubo por tanto crecidos descuidos, que dieron origen a conflictos entre los poseedores de tierras y ganados. Desgraciadamente hubo afectados, que fueron los indios "sujetos de aquellas estancias", quienes también protestaban ante las autoridades virreinales por las invasiones reiterativas del ganado (Real Cédula del 3 de junio de 1555) sobre todo cuando este causaba estragos entre los pobladores que vivían alrededor de las estancias. Por eso en 1530 el cabildo ordenó y autorizó a los criadores de ganado un derecho de uso sobre los pastos llamado "sitio" o "asiento", que no implicaba la posesión de la tierra. Como requisito se pedía el que se cercaran aquellas posesiones. Con la repartición de tierras -y esto es muy importante recalcarlo-, puede decirse que la ganadería en cuanto tal (no es un término que entonces fuera de uso común) se formalizara a
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Joaquín García Icazbalceta: OBRAS, Tomo 1, opúsculos varios 1. México, Imp. de V. Agüeros, Editor, 1896. 460 pp., p. 454-456. "El ganado vacuno en México".
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partir de 1550. Aunque con anterioridad hayan existido concesiones que se llevaron a la práctica. También, al iniciarse la mitad del siglo XVI la multiplicación excesiva y asombrosa del ganado en sus diversas variedades nos conduce a pensar en que haya ocurrido una especie de agotamiento biológico o "degeneración" en el ganado, debido al hecho de que ninguna "sangre nueva" venía a injertarse en el circuito o proceso reproductivo. Gustavo G. Velázquez dice sobre la CERCA9 que (...) después de la destrucción de Tenochtitlán, la extensión y propagación en el extenso Valle de Toluca en donde los indios tuvieron que construir una cerca,10 que fue muy famosa para defender sus sementeras del daño del ganado, el acrecentamiento del ganado de corda (sic) y la cría de las gallinas de Castilla en torno a las haciendas y jacales de peones y pequeños arrendatarios, labradores de aquel extenso valle, modificaron profundamente la vida de los habitantes y mejoraron la economía indígena.
Gracias a un plano, que parece ser es el que cita Boturini como de su propiedad, y del que poseemos una copia gracias al Arquitecto Luis Barbabosa Olascoaga, heredero de esta tradición ganadera, pueden apreciarse los puntos específicos que fueron marcados para establecer la cerca11 con la que se buscaba limitar un proceso reproductivo que no fue posible frenar. El crecimiento se extendió –e incluso en todo él se perdió el control- a lugares tan alejados como la Nueva Galicia (Zacatecas). De ello, la gráfica 12 que ofrece W. Borah en su obra el siglo de la depresión en la Nueva España permite comprobar dicho crecimiento, desmesurado y sin control que contrasta con el decremento de la población indígena, mestiza y blanca. Asimismo también es interesante mencionar que en el Archivo General de la Nación, existe un documento,13 evidencia clarísima de los malestares ocasionados por aquella 9
Gustavo G. Velázquez, y Ramón Pérez C.: LA GAVIA. Biografía de una hacienda mexicana. México, Editores Asociados, 1953, 97 pp. Fots. (CAPÍTULO V. Perspectivas económicas, p., 39). 10 Op. cit., p. 43: Boturini dice “que hubo en el Valle de Toluca, después de la Conquista, en tiempos de la Cristiandad, aquella famosa cerca con dos puertas y un puente, para pastar ganado, como se ve en dos mapas grandes que están en mi Archivo, el uno en papel indiano y el otro en lienzo de algodón, donde está marcada toda la Provincia y Valle”. Zurita agrega que “el Valle de Matlacingo y el de Ixtlahuaca y Toluca, que es todo junto, es toda tierra riquísima, por su mucha fertilidad”. Se coge mucho maíz y dice que más se cogería si no fuera por el mucho ganado mayor que hay entre ellos, de donde viene grandísimo daño. Agrega que Cortés y los otros dueños del ganado hicieron trabajar a los indios en una grandísima “cerca” que se hizo para que el ganado no hiciese tanto daño. Otras penas de los indios refiere el mismo Zurita que escribió en 1595 su Relación. 11 Véase: Anexo Nº 6, AHT24RF4. 12 Véase: Anexo Nº 6, AHT24RF541. 13 A.G.N. Ramo: Mercedes, vol. 2, exp. 306. Yo don Antonio de Mendoza, Viso Rey e governador, etcétera, por quanto yo soy ymformado e me es hecha Relación que los harrieros que van e pasan por los pueblos de Toluca e Teutenango, ansi para las minas de plata como para otras partes quando llegan a los dichos pueblos sueltan las bestias de la harria y las echan por las labranzas e simenteras de los naturales del dicho pueblo, las quales se las comen e destruyen de que an recebido e reciben mucho agravio e daño e me fue pedido le mandase remediar porque de otra manera sería dar causa que los naturales de los dichos pueblos padesciesen muchas necesidades, e por mi visto, para el remedio de ello mandé dar este mandamiento en la dicha razón, por el qual mando que de aquí adelante ninguno ni algunos de los harrieros que fueren e vinieren por los dichos pueblos de Toluca e Teutenango no sean osados de soltar ni suelten ninguna bestia de la harria que llevaren o truxeren por sí ni por ynterpósitas personas ni lo permitan so pena que qualquier bestia que se tomare o hallare en algunas labranzas o simenteras de los naturales de los dichos pueblos demás e allende que luego paguen el daño que hizieren las tales bestias yncurran cada cabeza de medio peso de oro común aplicado la tercia parte para la cámara e fisco de sus magestades e las otras doss tercias partes para el denunciador e juez que lo sentenciare, e mando a las justicias que estoviere en los dichos pueblos de Toluca e Teutenango que tengan cuidado de la execución de lo en este mandamiento contenido e lo hagan apregonar en el dicho pueblo e asienten a las espaldas de él el dicho pregón e porque soy ynformado que los dichos harrieros sueltan las bestias a causa que los naturales de los dichos
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reproducción en potencia, misma que alteró la vida de muchos pobladores inmediatos al famoso “cercado” que se levantó desde 1552 y no en 1555 como lo menciona Icazbalceta, quien contó con la fuente de fray Juan de Torquemada. Gracias a una albúmina de C. B. Waite obtenida en 190814 es posible, gracias un poco a la recreación y otro tanto a la imaginación, remontarnos a un momento tan semejante al desembarco de los ganados en cualquier playa del golfo de México. Gracias también a Antonio Navarrete, pintor que en su obra supo recrear perfectamente escenas del pasado con el inigualable sabor de su pincel,15 recogiendo lo ocurrido apenas varios años después de concluida la etapa de conquista, momento a partir del cual comenzaron a darse nuevas condiciones para la vida cotidiana de los habitantes plenamente novohispanos, mismos que tuvieron que compartir el mosaico o abanico de posibilidades impuesto por los españoles. De esa forma, el apunte que ahora termina, presenta enriquecido y complementado con gráficas, documentos e imágenes hasta hoy poco difundidas. Así como el virrey Antonio de Mendoza con fecha 3 de junio de 1555, recibió orden de cercar las tierras y caballerías, en 1560 el virrey de Velasco prohibió en el mismo sitio fueran efectuadas dichas maniobras en aquellas extensiones, tan luego se levantara la cosecha, con el fin de que el ganado mayor pudiera pastar en ellas sin limitación alguna, insistiendo que si alguna tierra estuviera cercada esta debía retirarse. Con el tiempo, la hacienda de Atenco también se le llamó “La Principal”, por ser la que ejerció el control administrativo durante el siglo XIX. Tenía como anexas las haciendas de San Antonio, Zazacuala, Tepemajalco, San Agustín, Santiaguito, Cuautenango, San Joaquín, así como la vaquería de Santa María, y los ranchos de San José, Los Molinos y Santa María”.16 La hacienda de Atenco pertenece a los actuales municipios de Tenango del Valle y Santiago Tianguistenco. En cuanto a la zona geográfica que originalmente comprendió la encomienda, con los pueblos de Calimaya, Metepec y Temepaxalco, situados en el valle de Matalzingo, junto a la estancia de Chapultepec, la propia estancia de Tepemaxalco, donación de Antonio de Mendoza y la estancia de Chiconauatengo, es posible ubicarla bajo los criterios que establece la División territorial del Estado de México (1810-1995), la cual señala a su vez la “Situación actual de los municipios”, con lo que Almoloya del Río, Atizapán, Calimaya, Chapultepec, Lerma, Mexicaltzingo, Metepec, Ocoyoacac, San Mateo Atenco, Tenango del Valle, Tianguistenco entran en la delimitación que tuvo en sus orígenes la encomienda. 4.-ALGUNAS IDEAS E IMÁGENES SOBRE LOS LATIFUNDIOS EN MÉXICO. Un síntoma que fue común en las haciendas, tan luego operaron las leyes de desamortización de los bienes del clero, fue el de su expansión y crecimiento formándose así los grandes latifundios. Esto me parece que no fue el caso de la familia Cervantes, que fue perdiendo posición y propiedades. Si la transición de la hacienda de Atenco, ocurrida en 1879 a favor de Rafael Barbabosa quien también poseía San Diego de los Padres y Chíncua, allí sí pueblos no les quieren vender ni dar el mayz e yerva que an menester para sus harrias, por la presente mando a los gobernadores e principales de los dichos pueblos, que luego den y hagan dar a los dichos harrieros el mayz e yerva para que oviere menester pagando ante todas cosas a los indios y que lo dieren o truxeren su justo prescio e valor e no de otra manera. Fecho en México a XIII de julio de IDXLIII años. Don Antonio de Mendoza. Por su mandato, Antonio de Turcios. 14 Véase: Anexo Nº 6, AHT24RF2. 15 Véase: Anexo Nº 6, AHT24RF1. 16 Flora Elena Sánchez Arreola: “La hacienda de Atenco y sus anexas en el siglo XIX. Estructura y organización”. Tesis de licenciatura. México, Universidad Iberoamericana, Departamento de Historia. México, 1981. 167 h. Planos, grafcs., p. 10.
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puede notarse el aumento de dimensión territorial, y por supuesto de capital que hubo con una familia que en el valle de Toluca adquirió presencia, como la tuvieron en su momento Ignacio de la Torre y Mier o los Pliego. En cuanto a que la consecuencia directa de la acumulación de propiedades, ya fuera en número o en extensión, generara por resultado a grandes latifundistas, anexo a continuación los datos de varios cuadros sinópticos preparados por Herbert J. Nickel y Margarita García Luna bajo los siguientes criterios, y que podrán ser observados en el Anexo Nº 6. CUADRO 1 Herbert J. Nickel: Morfología social de la hacienda mexicana. 2ª ed. México, Fondo de Cultura Económica, 1996. 491 pp., ils., fots., cuadros. (Sección de obras de Historia)., p. 435. Cuadro sinóptico sobre el número de ciudades, pueblos, haciendas, ranchos y estancias de ganado en Nueva España a fines de la época colonial, 1810. CUADRO 2 Herbert J. Nickel: Morfología social de la hacienda mexicana. 2ª ed. México, Fondo de Cultura Económica, 1996. 491 pp., ils., fots., cuadros. (Sección de obras de Historia)., p. 436. Cuadro sinóptico sobre el número de ciudades, pueblos, haciendas y ranchos en México en 1880. CUADRO 3 Herbert J. Nickel: Morfología social de la hacienda mexicana. 2ª ed. México, Fondo de Cultura Económica, 1996. 491 pp., ils., fots., cuadros. (Sección de obras de Historia)., p. 437. Cuadro sinóptico sobre el número de ciudades, pueblos, haciendas y ranchos en México en 1900. CUADRO 4 Herbert J. Nickel: Morfología social de la hacienda mexicana. 2ª ed. México, Fondo de Cultura Económica, 1996. 491 pp., ils., fots., cuadros. (Sección de obras de Historia)., p. 440. Resumen de los tres anteriores CUADRO 5 Margarita García Luna: Haciendas Porfiristas en el Estado de México. Toluca, edo. De México, Universidad Autónoma del Estado de México, 1981. 109 pp. Ils., fots., cuadros., pp. 48-49. “Total de haciendas y ranchos en el estado de México durante el periodo porfirista. Años de 1878 a 1910”. CUADRO 6 Margarita García Luna: Haciendas Porfiristas en el Estado de México. Toluca, edo. De México, Universidad Autónoma del Estado de México, 1981. 109 pp. Ils., fots., cuadros., p. 51. Total de haciendas y ranchos en el estado de México y en cada uno de sus distritos. Año de 1893. CUADRO 7 Margarita García Luna: Haciendas Porfiristas en el Estado de México. Toluca, edo. De México, Universidad Autónoma del Estado de México, 1981. 109 pp. Ils., fots., cuadros., p. 73. Haciendas del estado de México con alta productividad agrícola. Año de 1893. CUADRO 8 Margarita García Luna: Haciendas Porfiristas en el Estado de México. Toluca, edo. De México, Universidad Autónoma del Estado de México, 1981. 109 pp. Ils., fots., cuadros., p. 83. Haciendas porfiristas de mayor extensión territorial en el distrito de Toluca: 1889-1893. MAPA 1 Herbert J. Nickel: Morfología social de la hacienda mexicana. 2ª ed. México, Fondo de Cultura Económica, 1996. 491 pp., ils., fots., cuadros. (Sección de obras de Historia)., p. 120. Distribución de las haciendas alrededor de 1900. MAPA 2 Herbert J. Nickel: Morfología social de la hacienda mexicana. 2ª ed. México, Fondo de Cultura Económica, 1996. 491 pp., ils., fots., cuadros. (Sección de obras de Historia)., p. 122. Cfr. Claude Bataillón: La ciudad y el campo en el México central. México, siglo XXI, 1972. Distribución y extensión de las haciendas en el estado federal de México alrededor de 1910, según Bataillón.
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A N E X O Nº 3 SEMBLANZA DE SAN DIEGO DE LOS PADRES Y ENTREVISTAS.
Esta hacienda se encuentra ubicada a sesenta y cinco kilómetros de la capital de México, y a dos, de Santiago Tianguistenco. En los datos del primer texto se había mencionado lo siguiente: “Aunque fundada en 1853, la ganadería de san Diego de los Padres, enclavada en el hermoso valle de Toluca, junto a Santín, y muy cerca de Atenco, tuvo orígenes inciertos”. Por su parte Agustín Linares en su libro El toro de lidia en México comenta que fue “En el año de 1848, (cuando) fundó don Rafael Barbabosa Arzate la hacienda de San Diego de los Padres”. Con los años, tomó posesión de San Diego Juan de Dios Barbabosa, quien a su vez cedió a su hijo, el doctor Agustín Barbabosa, sus derechos. Al quedar dividida en parcelas, el ganado pastó en “La Bañera”, porción de terreno que perteneció a la hacienda de Atenco. La casa de la hacienda -sigue apuntando Linares- se dividió en dos partes, entre Agustín Barbabosa y hermanos, y su tío Manuel M. Barbabosa, dueño de Atenco. La que ocupa Agustín, consta de una planta, siendo su construcción de tipo colonial, entresolada. La entrada al patio principal está formada con arquerías a los dos costados, encontrándose primero el despacho, y a la izquierda, frente a él, la escalerilla que sube a corredor, dando entrada a diferentes piezas. Tiene la casa una pintoresca sala con paredes cubiertas de “papel tapiz” hecho en Francia, donde se ven motivos taurinos, enmarcando la bella figura de una “manola” con un picador, y en su parte alta destaca un friso de unos treinta centímetros de ancho, con dibujos a colores de la antigua revista taurina “La Lidia”. En el centro del techo, en un gran plafón, se ve en traje de luces y de cuerpo entero, la egregia figura del torero cordobés Rafael Guerra “Guerrita”. En los cuatro ángulos y en sus vértices, hay figuras alegóricas de la fiesta de los toros. Está la Capilla a la izquierda de la casa, siendo su construcción de tipo colonial, donde se dicen misas con frecuencia por un Sacerdote de Santiago. LIV
Cuenta la ganadería de San Diego de los Padres con tres grandes potreros, teniendo dentro de ellos su casa el velador, y alojándose en aquellos unas doscientas cabezas de ganado”. Está el tentadero frente a la casa de la hacienda; tiene veinticinco metros de diámetro, cinco burladeros, un toril, seis corraletas y el embarcadero, con su báscula para pesar los toros. El palco, cubierto de tejas, da cabida para treinta personas. Entre los toros famosos que nos vienen a la memoria, figuran: “Sangre Azul”, berrendo en colorado, muerto e inmortalizado por el Califa de León, Rodolfo Gaona, en el antiguo “Toreo”. “Azucarero”, berrendo en cárdeno, careto, coletero y recogido de cuerna, lidiado en séptimo lugar como toro de regalo, en la memorable tarde del 12 de abril de 1925, en que el gran Rodolfo se despidió para siempre de los ruedos. “Cirquero”, “Azote”, “Gallito”, “Payaso”, “Oaxaqueño”, “Cordobés”, y “Primoroso”. A todos los nombrados se les dio la vuelta al ruedo. Y por último, en la corrida celebrada en la Monumental Plaza “México” el domingo primero de marzo de 1953, se lidió en séptimo lugar y de regalo, al famoso “Malagueño”, con el que se despidió de los ruedos el gran torero mexicano Silverio Pérez. Este toro, de excelente trapío y casta, dio una lidia ejemplar, poniendo en todo lo alto los colores de la divisa de “San Diego de los Padres”, termina apuntando Agustín Linares. Aunque fundada en 1853, la ganadería de San Diego de los Padres, enclavada en el hermoso valle de Toluca, junto a Santín, y muy cerca de Atenco, tuvo orígenes inciertos. En 1863, Rafael Barbabosa Arzate compró toros de la hacienda de El Salitre para calarlos, sin otro objeto que hacerlo por puro gusto, ya que al no lidiarlos, su diversión consistía en “verlos enojados desafiando”, como lo comenta Manuel M. Barbabosa, en viejos apuntes, fechados en Toluca el 30 de mayo de 1912 bajo el título de: “Datos de la ganadería de San Diego de los Padres de la propiedad de los señores Rafael Barbabosa Sucesores, vecinos de Toluca, Edo. de México”, amablemente cedidos por el Arq. Luis Barbabosa Olascoaga, autor del libro ATENCO Y DON MANUEL que permanece inédito. LV
Con el tiempo, pudo más la afición ya que se efectuó una corrida informal en la mencionada hacienda, lidiándose cuatro toros por la cuadrilla de Epigmenio Moreno. Fue tal el éxito que en la plaza de toros de Toluca, el propio Epigmenio, en compañía de José Acevedo lidiaron 4 toros anunciados no como de San Diego sino como “los únicos competidores de los de Atenco”. Uno de ellos, de tan bravo, fue indultado, regresando a padrear a los potreros de san Diego de los Padres. Esto ocurrió en 1869. Un año después, la empresa de Puebla requirió ganado que se jugó en diversas corridas ya con el nombre de la hacienda. Las plazas de Tlalnepantla y el Huisachal anunciaron también los toros de don Rafael. Su divisa lleva los colores rojo y blanco por simpatía al Duque de Veragua cuya historia conoció a través de Bernardo Gaviño, diestro con el que guardó particular amistad. En 1885 el sevillano Manuel Rodríguez aconsejó a Barbabosa del modo como en España se calificaban los toros. Lamentablemente don Rafael falleció en marzo de 1887 y fueron sus hijos, quienes bajo la representación de la “Sociedad Barbabosa Sucesores” se encargaron no solo de la de San Diego. También de Atenco y Chíncua, hacienda maderera enclavada en territorio michoacano. Fue hasta 1896 en que Juan Jiménez “El Ecijano” les vendió un semental de Ibarra (que era viejo y al poco tiempo murió, lográndose poco con él), indultado tiempo atrás en la plaza “Bucareli”. El mismo diestro hispano se encargó de dirigir la retienta de las vacas. En 1910 llegó el primer gran lote de simiente española a San Diego, procedente de lo que envió el Marqués del Saltillo y que llegó el 12 de octubre, formado por las vacas: LAMPARILLA, BARATERA, CHINELA, CORBATILLA, GUAPETONA y NAVARRITA, junto con los toros ZAMARRERO, MEDIA LUNA y BOSQUERO. De las páginas gloriosas en el libro de los recuerdos para San Diego de los Padres, aparecen los toros GENDARME y FLECHA, lidiados en Tlalnepantla, al parecer el domingo 11 de junio de 1876, cuando visitaba nuestro país don Carlos VII de Borbón. Clementina Díaz y de Ovando, en su libro Carlos VII EL PRIMER BORBÓN EN MÉXICO, LVI
relata el acontecimiento. El domingo 11(de junio de 1876) don Carlos asistió en Tlalnepantla a una corrida de toros. Muy príncipe, pero llegó a su palco como cualquier plebeyo, entre pisotones y empujones. La gente de sol lo ovacionó a su manera gritándole indistintamente; ¡don Carlos! O ¡don Borbón! Los bichos resultaron bravos, un picador y un banderillero se lucieron, y “un chulillo hábil y valiente manejó la capa como el barón Gostkowski el claque”. Don Carlos estuvo muy cordial con los que le ofrecieron la fiesta, llamó a su palco al banderillero y al picador (y como veremos después, al propio Gaviño), y los premió con esplendidez. El picador bien lo merecía ya que realizó toda una proeza, según reseñó La Revista Universal el 13 de junio: La hazaña del picador merece contarse: embistió el toro y resistió el de a caballo bravamente; ni él se cansaba de arremeter; ni el hombre de resistir; al fin, desmontándose hábilmente sin separar la pica de la testuz, el picador se deslizó del caballo, se precipitó entre las astas del toro, soltó la púa, se aferró con los brazos y las piernas de la cabeza del animal, y mantuvo todavía algunos minutos completamente dominado y sujeto contra el suelo por un asta. El de la hazaña fue objeto de grandes ovaciones: ¡si al menos el mérito de la lucha hubiera salvado al mísero animal!
Pero faltaba que Enrique María de Borbón llamara a su palco a Bernardo Gaviño a quien regaló una petaquilla y le dijo: “Con estos toros no se echan de menos los de España”. CALENDARIO, lidiado el 29 de noviembre de 1903 en la plaza “México” de la Piedad, hizo escribir a algún revistero lo siguiente: “Fue un toro bravísimo y noble en grado superlativo en toda su lidia; un toro que por sí solo basta para acreditar una ganadería. JAQUETÓN, CATALÁN y otros de imperecedera memoria sería como este mejores ¡imposible! “Machaquito” lo mató de una estocada monumental y entre los toros bien matados en México, este es uno de ellos”, termina diciendo el cronista. Según Manuel M. Barbabosa a este toro se le tributó por primera vez en México el honor del “arrastre lento”, que consistió en dos vueltas al ruedo. Y del propio Manuel M. Barbabosa Saldaña, incluyo a continuación un testimonio escrito por él en el año de 1912, precisamente en los momentos en que la hacienda de San Diego de los Padres se encuentra bajo el mandato de Juan de Dios Barbabosa Saldaña. El porqué del nombre de la ganadería de San Diego de los Padres. “Esta Azienda fue del justísimo señor don Juan de Zumárraga, Arzobispo de México, y en este paraje tuvo su capilla su memoria y su beneración”, se lee en una losa, que mandó grabar sobre las ruinas de esa capilla, el señor don Bernabé Serrano, dueño de la hacienda en el año de 1736. Una cruz de piedra se irguió, junto a la losa, también por mandato del señor Serrano. Según noticias de esa inscripción, don Simón de la Cuadra, era el administrador de la “Azienda”, el 6 de octubre del año mencionado. Antes de que la propiedad fuera de don Bernabé Serrano, el Arzobispo don Juan de Zumárraga, anterior dueño, cedió la hacienda a los padres dieguinos, y a causa de esta donación, desde entonces esas tierras se llamaron de San Diego de los Padres. Muy cerca de donde estuvo la primitiva capilla, cincuenta varas al sur de ella, se construyó otra, empezándose su
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edificación el 7 de enero de 1873, por mandato de quien en aquellos tiempos era propietario de esas tierras, y fue fundador de la ganadería brava de San Diego de los Padres, el señor don Rafael Barbabosa. La nueva capilla terminó de construirse el mismo año, el día 5 de octubre, colocándose diez días después de la conclusión de la obra, o sea el día 15 de ese mes, una placa que da noticia de ello. Rafael Barbabosa Arzate compró San Diego de los Padres el 13 de octubre de 1863 a Refugio San Román de Cortina, por la cantidad de $33,600.00. Con objeto de aclarar algunos aspectos en cuanto al desarrollo de esta hacienda, me permito anotar lo siguiente: DATOS DE LA GANADERÍA DE SAN DIEGO DE LOS PADRES, propiedad de los SEÑORES RAFAEL BARBABOSA SUCESORES, vecinos de Toluca, Edo. De Méx. -El Señor Rafael Barbabosa, por su gran afición a las corridas de toros, y deseoso de tener en su Hacienda de San Diego de los Padres toros bravos, tuvo un empeño grandísimo por formar una ganadería y para lograr sus fines seleccionaba entre sus vacas que tenía, para esquilmarlas en el producto de leche, aquellas que aunque mansas, tuvieran más brío y las acompañó de toros que fuesen más briosos y bravucones; con este objeto compró en la Hacienda del Salitre unos toros que caló él mismo, para hacerse de aquellos que se manifestaran más bravos. -Me remontaré al año de 1863. -Del producto de esta simiente iba seleccionando lo que daba mejor prueba en la CALA, que verificara en el patio de la Hacienda, con pieles secas de res que los utilizaba como dominguillos. Fueron pasando algunos años, durante los cuales el señor Barbabosa -mi padre- veía con gran gusto sus toros en un potrero, llamado de los Talayotes y como no se lidiaban sus toros, su diversión consistía en calarlos en el llano y verlos enojados desafiando. -Llegó la vez en que con motivo de una fiesta verificada en la Hacienda, se corrieron unos toros, ya en el redondel que se había hecho, así como las oficinas necesarias y en esa corrida se lidiaron cuatro toros por la cuadrilla que capitaneaba Epigmenio Moreno, a la cual asistió numeroso público de Toluca. Como de esta corrida quedara el público muy contento se llegaron al Sr. Barbabosa los señores Epigmenio Moreno y José Acevedo para comprarle cuatro toros que deseaban lidiar en la plaza de Toluca, a lo que accedió el Sr. Barbabosa con la condición de que no fueran anunciados de San Diego de los Padres. La empresa los anunció como “Los únicos competidores de los de Atenco”. El resultado de la corrida fue brillante, quedando el público muy satisfecho del juego de los toros por lo duros que fueron para con los caballos y en dicha corrida se le perdonó la vida a uno volviendo a la Hacienda para semental. Esto ocurrió en 1869, debut de la ganadería. -El Sr. Barbabosa entusiasmado por el éxito obtenido siguió fomentando su ganadería y al año siguiente fueron solicitados por la Empresa de Puebla, donde se jugaron en diversas corridas ya con el nombre de la Hacienda; obteniendo buen éxito en relación con la lidia de aquel entonces de la cuadrilla Hernández que fueron los que los lidiaron, hasta que posteriormente se jugaron en las plazas de Tlalnepantla y Huisachal. -Por cierto, déjeme comentar, que la mencionada cuadrilla Hernández, estaba formada por Felipe Hernández, que banderillaba a caballo. También por José María Hernández “El Toluqueño”, quien se anunciaba como capitán y primera espada. La “segunda espada” era Encarnación Escamilla y sus banderilleros: Telésforo Parra, Luis Resillas, Dario Maldonado y Luis Ávila, que nada tenía que ver con el otro Luis Ávila, quien tuvo destacadas actuaciones en la primera mitad del siglo XIX. Los picadores fueron: Antonio Hernández, Cosme Esquivel, Guillermo Reyes, Pedro Alva e Ireneo García. -En efecto. Bernardo Gaviño se hizo amigo del Sr. Barbabosa y le hablaba de las ganaderías españolas, de sus hierros, divisas y entre las ganaderías que le ponderaba como notables, era la del Exmo. Sr. Duque de Veragua y por simpatía a las narraciones que le hacía de ella quiso que sus toros fueran distinguidos por los colores rojo y blanco, mismos que usaba el Sr. Duque y a instancias de un buen amigo del Sr. Barbabosa, don Manuel Rodríguez, sevillano, se picaron unas vacas en el año de 1885, con lo que adquirió mayores conocimientos del modo como en España se calificaban los toros; hasta que desgraciadamente murió el fundador de la ganadería en marzo de 1887 pasando a sus hijos que la han seguido fomentando con todo empeño y escrupulosidad.
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-En el afán de aclarar un aspecto que podría resultar insignificante, apunto don Manuel, que los colores de la divisa, dicen algunas historias, se debe a que en San Diego se veneraba al Sagrado Corazón de Jesús, imagen de bulto que lleva los colores rojo y blanco y que en Atenco, por estar en la capilla la imagen de la Purísima Concepción, vestida con ropajes donde predominan los colores azul y blanco, por ese solo motivo, los toros de una y otra, ostentan los colores de sus divisas por esa razón. -Bien, continuo. Estos señores, ya con la simiente habida así como con el trato de los toreros que fueron viniendo a la república, entre los que se cuentan Juan Ruiz “Lagartija”, Manuel Hermosilla, “El Tortero”, Diego Prieto “Cuatro Dedos”, mismos que dieron un impulso a la ganadería, pues ellos hacían algunas tientas y aún hacían la distribución del ganado. Más adelante, por los años de 1893 a 1897 Juan Jiménez “El Ecijano” dirigió la retienta de las vacas y el año de 1896 les vendió a los Sres. Barbabosa un toro de la ganadería de Ibarra que al ser lidiado en la plaza de Bucareli el año anterior se le perdonó la vida pero como el toro era ya viejo murió al poco tiempo habiéndose logrado poco de él. Los Sres. Barbabosa han seguido día a día fomentando su ganadería y para elevarla a mayor altura y quitarle defectos que aún conservan sus toros, han adquirido otros tantos de las ganaderías españolas de los Sres. D. Felipe de Pablo Romero y del Exmo. Marqués del Saltillo con objeto de cruzar la ganadería que hoy poseen. Estos sementales los recibieron en Octubre del año de 1910. En opinión de mi familiar, el Sr. José Julio Barbabosa, quien en su libro de apuntes, llamado: Nº 3 Orijen de la raza brava de Santín, y algunas cosas notables q.e ocurran en ella J(...) J(...) B(...). Santín Nbre 2/1914, consideraba lo siguiente: “según he sabido, para la de Atenco y S. Diego el año de 1910 en octubre, llegaron a ésta 2 toros del Marqués del Saltillo y 2 de Felipe Pablo (Romero) y 1 vaca de este señor, por haberse muerto otras en el camino, y 6 vacas del Marqués, con cuyos elementos que según dicen les costaron veinte y dos mil y pico de pesos, han mejorado las dos ganaderías, yo no he asistido a ninguna de las corridas que han dado con esos toros cruzados, pero según dicen, en general han salido muy buenos y como es natural, algunos malos (notas que realizó hacia 1920). “Para Atenco venían tres vacas, habiendo muerto dos en alta mar. Llegaron a la hacienda el 10 de febrero de 1911. Arribaron la Nº 354 “Chaleca”, negra zaina, la Nº 1 “Nevada”, negra muleta entrepelada, Nº 2, Gitana, morcilla entrepelada; Nº 3 “Fierecilla”, retinta y la Nº 4, “Triguera”, morcilla entrepelada. Acompañadas de “Colmenero”, cárdeno listón bragao y de “Nevado”, negro zaino. En cuanto a San Diego de los Padres, llegaron a esta hacienda el 12 de octubre de 1910 las 6 vacas: Nº 140 “Lamparilla”, cárdena Nº 147 “Baratera”, negra Nº 122 “Chinela”, negra mulata Nº 128 “Corbatilla”, cárdena Nº 65 “Guapetona”, cárdena y la Nº 115 “Navarrita”, negra bragada “Así como por los toros: “Zamarrero”, negro entrepelado bragado, “Media Luna”, negro y “Bosquero”, también negro”. Entre los toros que se han distinguido por sus hechos se anotan los siguientes: CANARIO, negro listón jugado en Puebla al que el vaquero durante el camino de la hacienda a Puebla le cargaba sobre sus lomos zarape, manga, chaparreras y el morral donde llevaba su comida y lo cinchaba para sujetar estos arneses con los que entró hasta la misma plaza y en su lidia fue bravo. CAPULÍN, negro, que se había familiarizado con el vaquero que lo cuidaba, que dormía cerca de su choza y lo acariciaba. En su lidia fue muy bravo y Bernardo Gaviño que lo lidiaba hizo salir al redondel al vaquero, el toro se le arrancó acometiéndolo y este lo llamó por su nombre y al oírle el toro cambió de dirección. Volvieron a citarle los picadores a los que hizo cisco y el público en masa pidió que se le perdonara la vida muriendo al poco tiempo en la hacienda a consecuencia de las heridas. AZOTE. Dos toros de este nombre que eran muy semejantes merecieron por su bravura que fuesen indultados en las plazas de Tlalnepantla y Puebla. -Durante el “imperio de Gaona”, este formidable torero, tuvo a bien torear al que puede considerarse el tercer AZOTE, con el que obtuvo un célebre triunfo, después de magnífica labor. Esto ocurrió la tarde del
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TIGRE y PIRATA. Dos toros muy bravos que se les perdonó la vida y sirvieron durante algún tiempo de sementales. GENDARME y FLECHA, lidiados en Tlalnepantla, resultando superiores y uno de ellos causó tal entusiasmo al ministro de España que asistía a la corrida, que llamó al palco a Bernardo Gaviño regalándole una petaquilla y le dijo: “Con estos toros no se echan de menos los de España". -Y va de historia, don Manuel. De las páginas gloriosas en el libro de los recuerdos para San Diego de los Padres, aparecen los toros GENDARME y FLECHA, lidiados en Tlalnepantla, al parecer el domingo 11 de junio de 1876, cuando visitaba nuestro país don Carlos VII de Borbón. Clementina Díaz y de Ovando, en su libro Carlos VII EL PRIMER BORBÓN EN MÉXICO, relata el acontecimiento. El domingo 11(de junio de 1876) don Carlos asistió en Tlalnepantla a una corrida de toros. Muy príncipe, pero llegó a su palco como cualquier plebeyo, entre pisotones y empujones. La gente de sol lo ovacionó a su manera gritándole indistintamente; ¡don Carlos! O ¡don Borbón! Los bichos resultaron bravos, un picador y un banderillero se lucieron, y “un chulillo hábil y valiente manejó la capa como el barón Gostkowski el claque”. Don Carlos estuvo muy cordial con los que le ofrecieron la fiesta, llamó a su palco al banderillero y al picador (y como veremos después, al propio Gaviño), y los premió con esplendidez. El picador bien lo merecía ya que realizó toda una proeza, según reseñó La Revista Universal el 13 de junio: La hazaña del picador merece contarse: embistió el toro y resistió el de a caballo bravamente; ni él se cansaba de arremeter; ni el hombre de resistir; al fin, desmontándose hábilmente sin separar la pica de la testuz, el picador se deslizó del caballo, se precipitó entre las astas del toro, soltó la púa, se aferró con los brazos y las piernas de la cabeza del animal, y mantuvo todavía algunos minutos completamente dominado y sujeto contra el suelo por un asta. El de la hazaña fue objeto de grandes ovaciones: ¡si al menos el mérito de la lucha hubiera salvado al mísero animal! Pero faltaba que Enrique María de Borbón llamara a su palco a Bernardo Gaviño a quien regaló una petaquilla y le dijo: “Con estos toros no se echan de menos los de España”. PAVO REAL, negro zaino, bizco, lidiado en 1885 en la plaza de Tlalnepantla, siendo la presentación de la cuadrilla de “Mateíto”; fue un toro que sufrió 12 varas matando seis caballos, banderillado por Ramón López y fue el único toro que murió en el redondel por manos de “Mateíto”, pues de los corridos no pudo matar ninguno y todos fueron lazados y muertos a puntilla pues todavía no se acostumbraba volverlos al corral. En esta corrida fue donde el público de México conoció al Sr. D. Ramón López. PORQUERO. Toro colorado, lidiado en la plaza “México” el 1 de marzo de 1903, y al que “El Imparcial” nombró CICLÓN por su gran poder; recibió 12 varas y en una de ellas al arremeter contra un caballo y estar corneándolo rompió los cerrojos de la puerta de la barrera y también abrió la puerta de salida al patio de caballos para donde se salió y fue a matar una jaca pinta del “Castañero” y herir varios caballos de los coches de algunos capitalistas que introducían sus coches dentro de la plaza. Fueron 9 el número de caballos que mató y “Gorete” lo pasaportó al destazadero. CALENDARIO, negro zaino, lidiado la tarde del 29 de noviembre de 1903 en cuarto lugar y en la plaza “México”. Fue un toro notable en toda su lidia pues soportó diez varas dando diez tumbos y mató seis caballos, llegando al último tercio bravo y sencillo. Algún revistero al reseñar la corrida se expresó en estos términos: “Fue un toro bravísimo y noble en grado superlativo en toda la lidia; un toro que por sí solo basta para acreditar una ganadería. ¿“Jaquetón”, “Catalán” y otros de imperecedera memoria serían como este, mejores? ¡Imposible! “Machaquito” lo mató de una estocada monumental y entre los toros bien matados en México este es uno de ellos. Antiguamente, cuando un toro era muy bravo el público pedía que se le perdonara la vida y en su honor se concedía. Abolida esta costumbre, después de muchos años transcurridos, a este toro fue el primero que se le tributaron los honores modernos pues al ser arrastrado fue paseado en el ruedo dándole dos vueltas en medio de música y los vítores de la concurrencia. VIOLETO, negro zaino. Jugó en una corrida a beneficio de las víctimas de Guanajuato, organizada por “El Imparcial”, quien le puso a este toro por nombre JAPONÉS. Fue lidiado en la plaza “México” el 13 de agosto de 1905 por Félix Velasco; fue bravísimo soportando hasta nueve varas y en las dos
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primeras mandó al callejón a los picadores. Se lidiaron en esa tarde además de VIOLETO, tres toros de San Nicolás Peralta, uno de Parangueo y uno del Venadero. PLATANITO, negro albardado, bragado, lidiado en la plaza “El Toreo” el 10 de enero de 1909, en una corrida a beneficio de las víctimas de Italia en toda su lidia fue superiorísimo, sufriendo bastante número de puyas. Lo mató “Bienvenida” muy bien y levantó su cartel en esta corrida pues el público la había tomado con él. También jugó en esta misma corrida un toro negro llamado ABORRECIDO que fue muy bravo y lo mató el mismo “Bienvenida”. Estos toros jugaron respectivamente en 2º y 5º lugares. HERRERO, toro retinto, jugado en la plaza “El Toreo” el 3 de marzo de 1912 en el primer concurso de ganaderías verificado en México. Se lidió como reserva del segundo toro (de esta misma ganadería) y fue un toro bravísimo, recibiendo ocho varas, metiéndose debajo de los caballos y empujando con los cuartos traseros de verdad. Fue banderillado por Gaona en un par al cambio superior, otro de “Corchaíto” también al cambio y otro de Vicente Pastor al cuarteo, quien al clavar le arreó media estocada con el palo de la banderilla (¿?) que tuvieron que sacárselo desde la barrera. El toro se conservaba al último tercio muy bravo y muy noble, habiéndose toreado él solo con la muleta pues “Corchaíto” lo único que hizo fue ponerle delante la muleta habiendo tenido campo de hacer una faena digna de uno de los soles de la tauromaquia. Al ser arrastrado fue calurosamente ovacionado pidiendo el público que se le tributaran honores, paseándolo por el redondel y no le fue adjudicado el premio por haber estado fuera de concurso. -No me resta sino agradecerle a usted el que me haya permitido proporcionarle estos invaluables datos acerca de San Diego de los Padres, que firmo en TOLUCA, MAYO 30 DE 1912 MANUEL M. BARBABOSA.
De mi libro “PONCIANO DÍAZ SALINAS, TORERO DEL XIX. A cien años de su alternativa en Madrid. 1889-1989 (Biografía)” de 1989, trabajo inédito, aparece un apéndice que amablemente cedió para incluirlo el Arq. Jorge Barbabosa Torres y que tituló: “LA FAMILIA BARBABOSA, LA HACIENDA DE ATENCO Y OTRAS MÁS DEL VALLE DE TOLUCA”, fechado en 1989. De él se registran los siguientes datos relativos a la hacienda de san Diego de los Padres y, fundamentalmente de don Rafael Barbabosa Arzate que a continuación presento. LA FAMILIA BARBABOSA, LA HACIENDA DE ATENCO Y OTRAS MÁS DEL VALLE DE TOLUCA En el año de 1878 don Rafael Barbabosa y Arzate compró la finca de la familia de los Condes de Santiago de Calimaya, la Hacienda de Atenco y la ganadería brava del mismo nombre, que fue fundada en el siglo XVI, por el Licenciado don Juan Gutiérrez Altamirano, primo, consejero y albacea del Conquistador Hernán Cortés, en la época en que el Emperador Carlos V decidió nombrar una audiencia para gobernar la Nueva España, hacia el año de 1528. Para este efecto don Rafael hipotecó a favor de don Mariano Ilzarbe su Hacienda de San Diego de los Padres, esta hipoteca se renovó hasta el año de 1917, en que fue totalmente liquidada. En ese tiempo la hacienda de la Purísima Concepción de Atenco, como es originalmente su nombre y sus haciendas anexas de San Agustín, Santiaguito, Estancia de la Vaquería, Tepemajalco y Zazacuala, ya pertenecían a la “Sociedad Rafael Barbabosa Sucesores” que fue formada en el año de 1887, a la muerte de don Rafael por sus hijos don Aurelio, doña Herlinda, don Juan, don Antonio, don Rafael, doña Concepción y don Manuel, así como por su viuda doña María de la Luz Saldaña y
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Sánchez. En 1899, don Aurelio se separó de la Sociedad y por ese motivo se le adjudicó la Hacienda de San Agustín que como dije era una de las anexas de Atenco. No está muy claro como don Rafael Barbabosa se convirtió en ganadero de toros de lidia, por tradición familiar sabemos que desde muy niño fue aficionado a la fiesta brava y que dedicado como estaba desde joven al campo convenció de esto a su hermano y a su tía y madrastra doña Teresa. Desde 1848 aparece este hecho asentado en los tratados serios que sobre ganaderías bravas se han publicado tanto en España como en México, uno de ellos es la enciclopedia LOS TOROS, editada en Madrid en 1952 por el tratadista español José María de Cossío, donde se registran las ganaderías españolas existentes en esas fechas y seis mexicanas más, tres de las cuales eran propiedad de los señores Barbabosa. Don Rafael se hizo ganadero de reses bravas en la Hacienda de la Santísima Trinidad de Santín, misma que fue parte de la herencia que dejó su abuelo paterno el Lic. don José Antonio Barbabosa y Díaz de Tagle, a su esposa doña Clara Cruz Manjarrez. La que al morir en 1834 a su vez la heredó junto con los demás bienes que le habían tocado, a sus hijos casados en la proporción que a ella le correspondía heredarles y a los menores y solteros hasta entonces agregando a lo anterior lo que les había dejado su marido y que ella como madre y albacea les administraba, estos eran entonces don Manuel María, que años después se hizo sacerdote, don Sebastián que casó al poco tiempo y don José María, el menor de todos que contaba entonces 12 años, y que posteriormente y en su tiempo estudio cánones y leyes y se recibió de abogado en 1848, ante el Supremo Tribunal de México. En 1824 la Hacienda de Santín, incluyendo el casco, las huertas, las tierras de labor, los pastizales, el ganado bovino, caprino, lanar, porcino y caballar y todos sus aperos, importaban 118,070 pesos, 5 reales y 8 granos. Su extensión era aproximadamente 2500 hectáreas. La fortuna de la familia Barbabosa en 1824, no obstante las fuertes mermas que sufrió por las guerras de Independencia y las revoluciones subsecuentes, montó la cantidad de 214,856 pesos. Don Joaquín y doña María Antonia Barbabosa, el mayor de los hombres y la mayor de las mujeres, recibieron el tercio y el quinto de esta herencia respectivamente, incluida en lo que tocó a la referida señora la Hacienda de Narvarte en la ciudad de México, como parte de la dote que recibió al casarse en 1818, con don Sebastián Ugarte. Los inicios de don Rafael como ganadero fueron en pequeño, poco a poco y en base a la selección de los toros cerreros más apropiados de la finca, cruzándolos a su vez estos con vacas seleccionadas de la misma región, limitado todo esto por las circunstancias propias de la tierra y de la economía familiar, que en un principio no era próspera, pues había venido en fuerte decremento en virtud de las muchas asonadas y levantamientos militares que se sucedieron en nuestra nación después de que se consumó la Independencia en 1821, a pesar de que el antes citado licenciado don Antonio Barbabosa, abuelo paterno de don Rafael, había logrado conservar hasta 1824, como ya lo mencioné, un muy buen nivel económico en el patrimonio familiar, no obstante las fuertes pérdidas que este había sufrido por las guerras anteriores nuestra separación de España y todas las dificultades que estas trajeron consigo entre 1810 y 1821. Aunado a todo lo anterior debemos agregar las pestes y epidemias que azotaron a la población en esos tiempos y que también contribuyeron al decaimiento de este patrimonio, pues afectaron mucho a la familia Barbabosa, sin embargo, como antes se dijo, primeramente y gracias a la capacidad de administración, de ahorro y de trabajo del Licenciado don José Antonio Barbabosa y Díaz de Tagle, el abuelo paterno y posteriormente a la de doña Teresa Arzate y a la laboriosa contribución de sus sobrinos e hijastros, don Rafael y don Jesús María, hacia 1863 gozaban ya nuevamente estos señores de una magnífica posición económica, tanto así que en octubre de ese año compraron a doña Refugio Sanromán de Cortina la hacienda vecina a Santín, denominada de San Diego de los Padres, misma que cubría alrededor de 1,000 hectáreas y que perteneció en el siglo XVI al primer Arzobispo de México, Fray Juan de Zumárraga, y posteriormente a los Padres Agustinos Misioneros de San Nicolás de las Islas Filipinas. En 1887 murió don Rafael y heredó a sus hijos las Haciendas de Atenco, de San Agustín, de Santiaguito, de la Estancia de la Vaquería de Tepemajalco, de Zazacuala, de San Diego de los Padres y algunas casas en México como una en la calle de Puente Quebrado y otras más en Toluca entre ellas la del Callejón del Carmen No. 3 que pertenecían a esta familia, cuando menos desde 1850, y que fue la primera en llamarse Casa Barbabosa, hasta que en 1872 su hermano don Jesús
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María inició la construcción de la Casa Barbabosa del Jardín de los Mártires que fue la segunda en así llamarse. Como toros célebres de San Diego de los Padres, Cossío menciona a MARINERO, lidiado en Puebla, que hirió de muerte al banderillero Juan Romero. ZALAMERO que se corrió en México el 5 de diciembre de 1920, bravo en todos los tercios, aguantó en el primero seis varas, ocasionó 3 tumbos y mató 3 caballos. Fue célebre toro de esta vacada el denominado MICHÍN a consecuencia de cuya cogida murió el torero Carmelo Pérez, hermano del espada Silverio Pérez, quien se despidió con un toro de esta ganadería, el domingo 1 de marzo de 1953, el famoso ejemplar de excelente casta y trapío denominado MALAGUEÑO. El Califa de León Rodolfo Gaona, sin duda uno de los toreros más grandes que ha dado México en todos los tiempos, se despidió en el antiguo “Toreo” con AZUCARERO, berrendo en cárdeno, careto, coletero y recogido de cuerna, lidiado en séptimo lugar como toro de regalo en la memorable tarde del 12 de abril de 1925. CORDOBÉS, OAXAQUEÑO, PRIMOROSO, GALLITO, CIRQUERO, PAYASO y AZOTE, fueron todos toros de esta sangre a quienes se les dio la vuelta al ruedo, en reconocimiento a su bravura. Los colores de la divisa de ésta ganadería son el rojo y el blanco, y según doña Herlinda Barbabosa y Saldaña habían sido escogidos para distinguir a esta vacada, por ser los del Sagrado Corazón, patrono de la Hacienda de San Diego de los Padres, pero en realidad los señores Barbabosa la escogieron para sus toros por ser los colores de una de las ganaderías españolas que intervinieron en la formación de la sangre de éstas reses. Con una fracción de esta vacada, que les tocó a los nietos de don Rafael Barbabosa y Arzate, que fueron a su vez hijos de don Rafael Barbabosa y Saldaña, se formó la ganadería a la que se puso por nombre ZAMARRERO por descender de un semental español así llamado que se trajo junto con otros toros y vacas a la Hacienda de Atenco para refrescar la sangre de la vacada de San Diego de los Padres, que ahí se encontraba asentada. Con el tiempo el prestigiado ganadero doctor don Agustín Barbabosa Ballesteros, adquirió de sus parientes la vacada de Zamarrero, dándole lustre y buena fama. Los colores que don Agustín escogió para su divisa son el azul rey y el amarillo. Zamarrero, bajo la dirección del doctor Barbabosa, mandó bravos y bien presentados encierros a las plazas de México y su provincia muchos de sus toros inmortalizaron a algunos espadas como Pepe Luis Vázquez, dándoseles la vuelta al ruedo por sus relevantes cualidades. Los colores de la divisa de San Diego de los Padres que como antes dije son el blanco y el rojo supuestamente en honor del Sagrado Corazón y que es quien debía presidir la iglesia de esa Hacienda, hoy día se encuentra en la de Atenco. En la iglesia de la Hacienda de San Diego, indebidamente, está la Purísima Concepción, de la que como ya referí se suponía que fueron tomados los colores azul celeste y blanco para la divisa de los toros de Atenco. Al morir don Rafael en 1887 se formó la “Sociedad Rafael Barbabosa Sucesores”, hacía cabeza de ella el mayor de los hijos don Aurelio Barbabosa y Saldaña. En 1899, don Aurelio se separó de la sociedad en virtud de los problemas que tuvo con sus hermanos, principalmente con doña Herlinda, quien no aceptó que don Aurelio casara con la que fue su esposa, la señora Consuelo Arias. Posteriormente la sociedad de los hermanos Barbabosa aumentó a sus siete haciendas originales la de San Francisco de Paula de Chíncua una rica hacienda maderera en el estado de Michoacán y otra más de labor en el estado de México que llevó el nombre de Santa Lugarda de Caspi. En 1905 se separó de la Sociedad, doña Concepción Barbabosa y Saldaña el motivo fue que sus hermanos no quisieron aceptar como socio a su futuro cuñado don José Sánchez Valdez. Doña Concepción entabló pleito legal con su familia, tras del cual recibió la parte que le correspondía y casó en Toluca en 1906 con el citado señor Sánchez, que era hijo de un asturiano de apellidos Sánchez Tuero y de una mexicana del linaje de los Varas de Valdez, uno de los más antiguos de Toluca que fue fundado hacia 1647 en Ixtlahuaca por otro asturiano que provenía de Llanes, llamado don Francisco Varas de Valdez. En los años 30, también por problemas familiares se separó don Antonio Barbabosa y Saldaña, pues este al quedar viudo de su primera esposa doña María de Jesús Lechuga comenzó a realizar fuertes gastos con los que los demás socios no estaban de acuerdo. El asunto terminó cuando a don Antonio le entregaron todo lo que el consideraba justo, entre otras cosas parte del ganado bravo de San Diego de los Padres que este señor trasladó a un rancho de su sobrino el ingeniero Agustín Cruz Barbabosa, ya en otra parte mencionado y que a la sazón era dueño de la vacada de Santín,
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así como de la Hacienda de ese nombre. Desde entonces el citado don Antonio Barbabosa empezó a dirigir las tientas de vacas bravas y toretes para sementales y por lo tanto a intervenir en la selección de las reses de esa ganadería, la cual terminó absorbiendo los lotes de ganado bravo propiedad del mencionado don Antonio, entrando así la sangre de San Diego de los Padres en la original de la vacada de Santín. El grueso de la vacada de San Diego de los Padres le tocó a otro de los hermanos don Juan de Dios Barbabosa y Saldaña, quien delegó la responsabilidad de esa ganadería en uno de sus hijos el doctor don Agustín R. Barbabosa Ballesteros, a quien finalmente se la heredó junto con sus hijas doña Luz, doña Refugio, doña Antonia, doña María Guadalupe y doña Emma Barbabosa Ballesteros. Posteriormente el doctor Barbabosa, quedó como único dueño de la ganadería, pues este compró a sus hermanas las partes que a estas habían correspondido como herencia. El citado doctor don Agustín Barbabosa Ballesteros, mantuvo por algunos años la ganadería de San Diego de los Padres con la que tuvo señalados éxitos, por los bravos encierros que enviaba a las plazas de México y de su provincia, pero fundamentalmente por la falta de espacio suficiente en las tierras de Atenco que era donde pastaban sus toros, finalmente acabó vendiéndola, en 1962, a don Nicolás González Jáuregui, quien la trasladó de las tierras del valle de Toluca donde habían pastado esos animales por más de cien años, a su hacienda de Ajuchitlancito, Municipio de Pedro Escobedo, en Querétaro. El doctor Barbabosa vendió sus terrenos de Atenco a Juan Pérez, quedándose entonces como propietario de la ganadería de Zamarrero que era una fracción de San Diego de los Padres, que adquirió de sus primos hermanos los Barbabosa López, y a la que le pusieron ese nombre por ser el de un semental español de la ganadería del Marqués del Saltillo, como antes, en otra parte de este trabajo he señalado que se trajo en los tiempos de la “Sociedad Rafael Barbabosa Sucesores” junto con otros toros y vacas de esa ganadería para refrescar la sangre de las reses de San Diego de los Padre. La fracción de Zamarrero había sido trasladada por uno de sus propietarios, don Alfredo Barbabosa López, a un Rancho alquilado por don Luis Argüelles a don Enrique Pliego. El doctor Barbabosa una vez propietario de esta ganadería la asentó en un Rancho al que se denominó Zamarrero, situado en el Valle de Toluca, y la fue aumentando con lotes de terneras de la vacada de la Punta, propiedad del ganadero don José Madrazo. Más adelante, la heredó al menor de sus hijos, el licenciado y contador don Agustín Barbabosa Kubli, quien al poco tiempo le vendió a su hermano el también licenciado y contador don Juan de Dios, de los mismos apellidos, quien finalmente la vendió a otra persona hace unos pocos años. El casco de la hacienda y las fracciones de tierra que pudieron conservar los Barbabosa Ballesteros en la Hacienda de San Diego de los Padres, quedaron al final en manos del gobierno, el resto fue invadido desde 1933 por los agraristas.
ENTREVISTAS ENTREVISTA Nº 1 Concedida por el Arq. Luis Barbabosa Olascoaga, el 5 de diciembre de 1998 en Toluca, Edo. de Méx. El Arq. Luis Barbabosa Olascoaga fue dueño de Atenco hasta el año de 1958. ¿Cuándo nació Manuel Barbabosa Saldaña, y a partir de qué año comenzó a ser responsable de la hacienda de Atenco? Don Manuel María Barbabosa Saldaña nació el 15 de octubre de 1879. Se hizo cargo de la ganadería de Atenco desde que don Rafael Barbabosa Arzate -su padre- murió en 1887. Siendo muy niño el que llevaba la voz cantante era Antonio Barbabosa, 15 años mayor que Manuel (es decir, Antonio nació en 1864). De 6 a 7 años tenía mi padre cuando murió mi abuelo. En 1887 la SOCIEDAD BARBABOSA SUCESORES comenzó a funcionar, administrando San Diego de los Padres y Atenco. En San Diego se hizo cargo mi tío Juan de Dios Barbabosa Saldaña, y mi otro tío Antonio, se encargaba de las relaciones públicas para la compra-venta de ganado y
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otros artículos salidos de ambas haciendas. Mi tío Rafael llevaba el despacho, las cuentas, lo contable, lo escriturable. Manuel se hizo cargo de las dehesas de Atenco tanto en el ganado bravo, manso, lanar y caballar. Al paso de los años, entre el 12 de octubre de 1910 y el 10 de febrero de 1911, en que llegaron a San Diego las 6 vacas del Exmo Sr. Marqués del Saltillo: LAMPARILLA, BARATERA, CHINELA, CORBATILLA, GUAPETONA y NAVARRITA, acompañadas de los toros MEDIA LUNA y ZAMARRERO; y las 5 vacas de Dn. Felipe de Pablo Romero: CHALECA, NEVADA, GITANA, FIERECILLA y TRIGUERA, junto a los toros BEATO, COLMENERO y NEVADO respectivamente. Un precioso toro cárdeno, bragado, de nombre COLMENERO, del cual, me pongo a pensar que, para don Manuel, mereció lugar muy especial el primero entre los toros famosos de Atenco; becerro marcado con el Nº 1, importado de las dehesas salmantinas, como semental de la prestigiada ganadería de don Felipe de Pablo Romero, para refresco de la sangre de la más antigua ganadería de México, Atenco. Llegó a esta ganadería azteca del mismo origen con su hermano de sangre y del mismo pelaje, llamado BEATO; así como, también llegaron de la península el ZAMARRERO y el MEDIA LUNA de la afamada ganadería del Exmo. Sr. Marqués del Saltillo, destinados para San Diego de los Padres, como sementales. En otros viajes posteriores fueron importadas las vacas de las mismas procedencias que servirían de simiente y refresco de sangre a las afamadas ganaderías toluqueñas. Tanto el COLMENERO, como el demás ganado bravo adquirido en España; fue traído y recomendado por Ricardo Torres, torero español... la verdad, no recuerdo quien, sí fue BOMBITA, SALERI... desencajonándose en Atenco, allá por los años de 1910 y la CHALECA más tarde lo que despertó gran curiosidad y entusiasmo entre familiares e invitados; quedándose absortos y perplejos al terminar la espectacular faena del desembarque de las nuevas reses de sangre y casta española, lo que ocasionó fuertes aplausos y cordiales felicitaciones a los ganaderos de Atenco y San Diego de los Padres. Entre mi familia y la gente residente en Atenco, el COLMENERO representó una larga y grata leyenda. El toro, siempre fue muy querido, cuidado y protegido por Don Manuel y necesariamente por el caporal y vaqueros, fue muy admirado por todos y sorprendido por su gran nobleza mis hermanos y yo, trascendiendo su popularidad cada vez más en toda la región, al pasar del tiempo. Posiblemente éste toro alargó su existencia, hasta cerca de los 20 años de edad, procreando muchas crías de sangre y casta nuevas. Ya aquerenciados y aclimatados, tanto los cuatro becerros, como las vacas españolas, en los pastizales húmedos, en terrenos planos y a gran altura sobre el nivel del mar; soportaban el clima tan frío de Atenco, en donde el termómetro ha llegado a marcar hasta menos 14 grados centígrados; y en donde era común y fácil de apreciar el hielo blanco de la fuerte helada caída sobre los lomos de los cabestros famosos del campo como eran: TINTERO, TROMPO, VENADO, etc., por las circunstancias ya referidas, se puede decir: las reses bravas, vacuno en general, caballar y los rebaños de Atenco no padecen de la “Garrapata”. En cambio no se puede decir lo mismo de otras ganaderías, que cuentan con otras calamidades y otros elementos naturales y por lo tanto están expuestas a padecer la epidemia y en forma muy destructiva. Los días destinados para ser calado éste ganado español, es practicado en la placita de Atenco, en donde demostró su calidad y bravura, comprobándose así el resultado esperado, por cuanto a su casta, poder, prontitud, fijeza y nobleza, es decir: ¡Sangre brava y buena! Conforme fue creciendo el “toro de marras”, era notable su nobleza, a tal grado que, el vaquero Santos Esquivel, con valor y confianza, después de haber llenado su comedero con pastura, le llega a acariciar uno de sus pitones; tal si fuera un desplante y muy torero por cierto. Ya, en su ancianidad, el COLMENERO, tuvo que pasarlas en una corraleta del toril de Atenco, en donde con especial cuidado y gran estima, se le proporcionaban sus alimentos y agua, por medio de dispositivos especiales para dichos menesteres y con servicios de aseo diarios. Recuerdo muy bien, que mi papá nos llevaba a sus hijos ya mayorcitos a ver, que digo, a espiar al notable COLMENERO, por una rendijita abierta entre las dos hojas de la puerta y al llamado ya fuera de Güero, Toño, Nacho o mío, uno por uno, para que, se acercara a la rendija y decía uno “toma, toma, toma, COLMENERO...” quien se acercaba en repetidas ocasiones y de antemano mi papá nos colocaba sal granulada en nuestras manos las que, metíamos por la rendija, ya estando el toro en la puerta por nuestro insistente llamado, acudiendo para lamer la sal de cada una de
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nuestras manos; causándonos a cada uno de los chicos inmensa emoción, a la vez que gran horror al sentir su lengua tan rasposa y salivosa. Terminaba ya, su última etapa de existencia, tranquila y llegada la hora tuvo su muerte natural. Entonces de inmediato, se preparó la cabeza, y fue enviada a Puebla a famoso taxidermista quien elaboró y logró una perfecta disecación así como también lo fueron con anterioridad las cabezas del BEATO, ZAMARRERO, el MEDIA LUNA y la CHALECA, cabezas que adornan el privado del despacho del Carmen Nº 13 de Toluca. Mi padre le tenía tanto cariño al ganado bravo, que una vez me consultó cuando ya habían muerto dos hermanos, los mayores: Antonio y Aurelio. Yo fuí el que me quedé de mayor de los varones. Me pedía un consejo, pues Rodolfo Gaona, gran amigo, estimado por mi papá, con el propósito de que quería comprarle la ganadería de Atenco. La respuesta fue: -Oye papa, si tu vendes la ganadería de Atenco, que lo has hecho como una profesión, aparte de la cuestión de agricultura y demás, lo que es una hacienda... Pero realmente tu lo tomaste como una verdadera profesión, como verdadera misión, tan grande, tan grande, que yo siento que si tu te deshaces del ganado bravo, te morirías de tristeza. Tanto es así que yo -mi opinión- es que no la vendas, porque tu te morirías de tristeza de deshacerte del ganado. Tan es así, que ya muerto mi padre, quien muere el día 7 de noviembre de 1958, después de haber sufrido la amputación de las dos piernas, por la cuestión de las arterias, la circulación y el colesterol, ya no se podía ni levantar. Pero desde antes, desde 1949, por motivos de la cuestión agraria, porque como lo tengo escrito en mi libro (llamado ATENCO Y DON MANUEL), libro de recuerdos familiares, mi padre sufrió cuatro amputaciones: La primera fue la de sus dos hijos mayores, en distintas épocas. Luego de la muerte de sus dos hijos, le amputan y le quitan en la época del presidente Lázaro Cárdenas, le quitan todo lo que era la ganadería por un gran error agrario. Entonces me enseñó dónde habían errado los ingenieros ejidales. Habían hecho el cierre del polígono de las tierras y dijo: “Aquí está cerrado en este punto, en un lugar que se llamaba como la “puerta de en medio” -uno de los cascos de la hacienda-, ahí creían que ya con eso habían cerrado el reparto. Pero mi papá que conocía perfectamente los terrenos, vio que no se habían repartido, abriéndose en este punto una cuña que yo no sabría decirle cuantos metros tendría la cuña ésta. Entonces, se quedaron como 130 ó 140 hectáreas, de las cuales, también por errores de colocación se habían adjudicado nombre a cada uno de los terrenos. Una parte se le quedó a un hermano de mi tío Juan, que aparecía a su nombre de él, diciendo: “esto es mío...” Y entonces lo que quedaba a una hermana, que era mi tía Herlinda, que también nos lo repartieron, entonces él (mi papá) como se lo había heredado mi tía Herlinda a mi papá, entonces metió el ganado, el poco ganado que tenía en ese pedazo de cuña, que eran como treinta y tantas hectáreas, al grado que un día, estando en la hacienda (y aquí no recuerda el Arq. Barbabosa si fue Carlos Quiróz “MONOSABIO” o Rafael Solana “VERDUGUILLO”) le comentaron a Don Manuel: “¡Cómo es posible que usted siga criando toros en una maceta!” Lo que viene realmente a convergir con lo que yo le había dicho a mi papá: “¡Qué tal si tu te deshaces de la ganadería. Te hubieras muerto!” Y así sucedió. Se fue acabando, acabando..., y total. De 1958 a 1964 me hice responsable de la hacienda, de lo que restaba, de lo que quedaba en Atenco, tanto de ganado como de tierras. ¿Cuándo nació Luis Barbabosa Olascoaga, y a partir de qué año comenzó a ser responsable de la hacienda de Atenco? La fecha de mi nacimiento es el día 13 de junio de 1915. A estas fechas yo ya tengo 83 años. Yo que me acuerde, que en vista de que estaban juntos los toros de San Diego y de Atenco en esta última, con las castas ya mencionadas. Y como el ganado bravo para las dos ganaderías se hacían cargo de las tientas, clasificación, color y señalar y marcar era mi papá. Él era el que se encargaba totalmente de todo lo que era la ganadería. Tanto es así que, pues tenía una cantidad de libritos de las tientas y de la clasificación del número de puyazos que recibía cada animal, tanto hembras como machos, para así poder clasificar, cuáles eran las que se daban para simiente y para crianza, como prolongación de la ganadería. Y cuáles eran desechos que se vendían para carne e iba un señor de Santiago Tianguistenco, don Juan Acosta, el que compraba todo el desecho de
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ganado para las carnicerías. Entonces, ¿quiere decir que Pablo Romero fue la simiente fundamental a partir del año de 1911 que predominó en Atenco y ya no hubo ninguna otra cruza y la de Pablo Romero se cruzó con lo viejo de Atenco que había en ese entonces? Exactamente, sí. Con lo viejo que había de ganado se cruzó con la sangre de Felipe de Pablo Romero, a partir de que se trajo este ganado español pero vuelvo a repetirle: Marqués del Saltillo para San Diego, y Felipe Pablo Romero para Atenco. Luego, como estaban las dos ganaderías en la misma, en los mismos terrenos de San Diego, nada más que atadas a diferentes sangres, así se fueron llevando las ganaderías, hasta que llegó un momento en que tanto el agrarismo, como el que le hacía bien renovar la sangre del ganado, entonces mi papá hizo la cruza de la misma ganadería de San Diego de los Padres la hizo con Atenco, con el ganado de Atenco. Entonces, así es que ya revivió como quien dice la sangre, porque a la postre, una vez que le quieren comprar a mi papá el ganado, se llevaron el ganado, la familia de mi tío Juan se quedó con el ganado bravo de San Diego y el Dr. Agustín Barbabosa, digamos el que siguió la ganadería de San Diego, le vendió el ganado bravo de San Diego al Lic. Nicolás González Jáuregui, mismo que lo mandó a su ganadería en Querétaro. Y mi papá se quedó exclusivamente con Atenco. Y él, ya en Atenco tenía la mezcla del ganado de Atenco y San Diego, ya era una mezcla de las dos ganaderías pero siguió con la ganadería, el nombre, la divisa exclusivamente de Atenco. Hubo desde el siglo pasado la presencia de religiosas (las madres josefinas). ¿Sabe usted cuál fue la causa de que estuvieran en la hacienda? Por lo poco que yo sé, es que desde tiempos de don José Juan Cervantes, este mantuvo una deuda con las señoras religiosas. Además, existen historias sobre mujeres emparedadas en los gruesos muros del casco de la hacienda. ¿Algo hay de cierto en todo esto? Yo sí conocí y traté a las madres josefinas en Atenco desde que yo era niño. Eran las que llevaban la voz cantante de la cuestión escolar que mi familia Barbabosa les tenían a todos los acasillados (peón que habita en la misma finca donde presta sus servicios) -se puede decir- de ahí de Atenco. Inclusive, de pueblos aledaños a la misma hacienda como era San Pedro Tlaltizapan y Santa Cruz Atizapán. Niños de estos poblados asistían a las clases para que estudiaran y aprendieran a leer y a escribir. Tanto es así que, todos los niños sabían leer y escribir sin costo alguno. Ya después vino la cuestión esta de Lázaro Cárdenas del socialismo que fue la expropiación, por lo que expropiaron inclusive las escuelas, corrieron a las monjas y pusieron el profesorado de la Secretaría de Educación Pública. ¿Cuándo nació y cuándo murió Herlinda Barbabosa Saldaña? Esa pregunta no se la voy a poder contestar porque mi memoria... sí lo supe. Ya no lo recuerdo. Nada más sé que mi papá nació en 1879 y mi tía Herlinda era la mayor de todos los hermanos que vivían. El mayor de los varones fue Aurelio. Aurelio Barbabosa, hermano mayor de mi padre y quien fue y se le reconoce con todo cariño y admiración, no solamente mi familia, sino toreros de la gran talla de Juan Belmonte, como Antonio Bienvenida, como tantos toreros que pasaron por Atenco, que dijeron que ni en España había una placita de toros con los corrales y yo como arquitecto se lo se decir, lo digo, con toda tranquilidad y franqueza, de que la distribución de los corrales que haciéndolos de embudo, de mayor a menor, para poderlos enchiquerar, ni en la plaza MÉXICO existen. Cuya plaza de toros yo entré al concurso del diseño de la plaza siendo arquitecto y me saqué el segundo lugar en el premio de la plaza. Y considero que el haber hecho la plaza de toros MÉXICO en dos niveles, general dividido de lo que es numerado, eso es parte de mi proyecto, de mi tesis, así como los corrales y los chiqueros más o menos son tomados de la misma tesis, cosa que lo digo yo porque a mí me dijo “Don Dificultades” que fuera yo a reclamar. “Don Dificultades” -un hombre muy conocido en este medio de los toros-. Dato importante que no puede faltar, es que, como resultado de un accidente en un carruaje y hacia principios del siglo XX, la Srita. Herlinda Barbabosa quedó tuerta. Posteriormente, murió.
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Se dice que Ponciano Díaz se enamoró de Herlinda. ¿Es cierta esta historia, o sólo se tejió como parte de un mito romántico? Tengo entendido que es un mito romántico porque resulta que Ponciano Díaz efectivamente nació en una parte, en uno de los anexos de Atenco, que no me acuerdo si era Zazacuala, creo que se llamaba... se me va el nombre donde exactamente nació Ponciano. Y resulta que Ponciano Díaz fue el primer torero que toreaba y banderillaba a caballo. Luego le levantaron de que era hijo de mi abuelo cosa que es falsa y al ser falsedad, están lastimando el recuerdo y la memoria de la manera de ser de mi abuelo que fue una persona muy honorable y que no tuvo hijos por ningún otro lado. Un director de cine, Gabriel Soria, pidió permiso de que se filmara la película ¡Ora Ponciano! que fue muy famosa en su tiempo el año 36, la estrenaron en México en el cine Alameda. Y pidió permiso para que Chucho Solórzano hiciera el papel de Ponciano Díaz y que Consuelito Frank hiciera el papel de mi tía Herlinda. Pidieron permiso e hicieron la aclaración antes de que “no era cierto, de que era una historia, una comedia, una película”. Eso es lo que tengo entendido. Se sabe por ahí que en el argumento intervinieron algunas ideas que presentó o que propuso el torero Pepe Ortiz. ¿Es cierto esto? Desconozco que Pepe Ortiz haya tenido que ver nada. Era muy amigo de la casa, tomó la alternativa con ganado de Atenco pero nunca, nunca supe yo que fuera así. Su tío Antonio debe haber conocido muy de cerca a Ponciano Díaz. Incluso por tal motivo tuvo gran apego a la ropa de charro, al vestido campirano. ¿En algo influyó aquella amistad que se dice entablaron Antonio Barbabosa Saldaña y Ponciano Díaz? En eso hay también algo de falsedad, porque no nada más mi tío Antonio. Todos, todos los acasillados de cierto nivel social dentro del “acasillado” eran unos grandes charros, todos, todos. Por ejemplo tenemos una fotografía de 1921 en que yo conocía -cuando tenía 6 años- conocí al gran caporal que era Salomé Reyes a quien conoció Rodolfo Gaona y lo estimaba. Y Gumaro Recillas, otro que era el gran picador de tienta... usaban el traje de charro y no creo que hayan influido en lo mínimo, absolutamente en nada porque todos eran charros. Tanto los “patrones” como se les decía o sea a la familia, los Barbabosa como los “acasillados” de cierto nivel. Porque claro, si vamos a hablar de los trabajadores de campo, estos usaban calzones de manta. ¿Qué ruta se fijaba, es decir, qué poblaciones se tocaban cuando eran enviados los encierros desde Atenco a la ciudad de México? ¿Había algún rancho o pequeño lugar donde quedaban concentrados antes de llegar, por ejemplo, a la plaza del Paseo Nuevo, y más tarde, a la de Bucareli, Paseo, Colón o incluso la “México” de la Piedad o el “Toreo” de la Condesa? Pues tengo entendido que siempre fueron los mismos. No eran ranchos, no se si serían ranchos. Lo que sí sabía yo y como conocí fueron grandes corrales adonde llevaban a los toros de la corrida, arreados con cabestros, incluyendo como se acostumbraba en ese tiempo dos toros de reserva, por si alguno salía malo pues entonces lo echaban para atrás, lo mandaban al corral y salía uno de los de reserva. Había dos corrales: uno era en Cuajimalpa, otro estaba arriba de Ocoyoacac. Un corralón donde metían ahí todo el ganado bravo con los mansos y al día siguiente lo sacaban y lo metían a otro corralón al pueblito de Cuajimalpa y de Cuajimalpa ese tramo era a la plaza de toros. Yo me acuerdo y sé, de cuando yo los vi, al recibirlos en la plaza de “El Toreo”, los llevaban a pie y los traían de Cuajimalpa. Entraban ahí a muy temprana hora, que serían las 7 de la mañana a más tardar. E iban por delante avisando: tengan cuidado con el ganado bravo y no había el exceso, sobrepoblación que existe ahora. Era una ciudad grande pero no llegaba ni al millón de habitantes. Del capítulo XXV de su obra ATENCO Y DON MANUEL que titula: TRASLADO Y EMBARQUE, nos dice Luis Barbabosa: Allá en tiempos lejanos hasta por los años 20, las corridas de toros no eran embarcadas, sino, eran trasladados los animales por su propio pie desde Atenco hasta la ciudad de México, por los
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caminos de herradura existentes, arreados por los vaqueros montados en sus cabalgaduras, quienes lo hacían con un buen número de mansos y pasando noches en el trayecto. El recorrido consistía desde los corrales de la hacienda en donde pasaban la noche y a muy temprana hora eran conducidos por el camino de Santiago y doblar por el que conduce al poblado de San Mateo Atenco hasta llegar al camino de Toluca-México para dar vuelta por Lerma y llegar por fin a Jajalpa en donde se pasaban la primera noche en la localidad conocida como los “Chirinos”, para que de ese corralón, salieran mucho antes de salir el sol y emprenderla con dirección a Salazar y llegar a quedarse por 2ª noche en un gran corral de Cuajimalpa y salir nuevamente muy temprano con rumbo a la ciudad de México para llegar a la histórica plaza de toros el Toreo de la Condesa, D.F., antes de salir el sol, y mucho antes de que saliera la gente de sus casas. Más adelante cuando ya existían las trocas por los 25 en adelante, quizás, los traslados de los toros se comenzaron a efectuar en cajones especiales construidos por operarios de la hacienda y de propiedad del ganadero. La faena del EMBARQUE de las corridas de toros comenzaba por efectuar el arreo de los corrales como si se fueran a enchiquerar haciéndolos pasar de uno por uno a los diferentes cajones dispuestos en hilera, mientras trepados encima y de cada lado del cajón un peón sosteniendo levantada la puerta de guillotina, para que al paso de cada toro los que siguen a un buey tirado por un valiente vaquero que con una reata larga al salir del cajón delantero da el aviso ¡encierra al buey! con ello impide el pasar las reses bravas y entonces es cuando se acomodan los toros en su propio cajón dejando caer la gillotina. El ganadero dirige, inspecciona lo correcto de las maniobras. Posteriormente los cajones con su carga, son tirados por mulillas para ser conducidos abajo de la garrocha y subir los cajones atados con cadenas cruzadas sobre él de donde será suspendida la carga al ser elevada por la garrocha con polea a base también de cadenas que serán jaladas por dos hombres hasta subir la carga lo necesario para que después el camión de reversa los coloca a cada uno sobre su plataforma. La operación se repite cuantas cajas con toros sea capaz de aguantar hasta cubrir lo largo de la plataforma. En los principios, las trocas empezaron por cargar tres toros y más adelante ya eran 4, hasta que por fin, ya llegaron hasta cargarse los 8 con sus respectivos toros y en cajas ya construidas en los propios camiones; y ya, cargado el transportador, al salir de la Hacienda son despedidos por Don Manuel y su familia y los vaqueros, con el deseo inmenso y luminosa esperanza de que irán a poner en todo lo alto posible la divisa azul y blanco y el fierro de Atenco, honrando también el apellido de prosapia en el medio del campo bravo. Y hubo un hecho más que simpático, original, que en estos traslados Salomé Reyes, que era el caporal, gordito, uno de los encargados de arrear el ganado hacia la ciudad de México. En al arreo de una corrida de toros hacia la ciudad de México, en plena caminata, por salvar a una mujer atravesó su caballo y al derribarlo uno de los toros lo embistió, sufriendo una cornada en la nariz, la cual, para detener la hemorragia de sangre se cubrió con su paliacate y sostenido por su mano, de inmediato fue trasladado a Toluca y al ser presentado al niño Manuel -así le decían los empleados cercanos a mi papá- al internarlo en el hospitalito de San Vicente de Paul, el cual lo tenía mi familia para atender a las gentes pobres, y ser atendido de la herida, apenado mi padre al verlo le preguntó: ¿Qué pasó Salomé? Al instante de contestarle “¡nada niño!” se destapó la nariz, para enseñarle la cornada, quedándose pegado el pañuelo, dejando al descubierto la calavera en la zona de las fosas nasales. “¡Tápate! ¡Tápate, Salomé!” contestó mi papá impresionado. Era horrible e impresionante el espectáculo. A la postre quedó bien, aunque de ancha nariz, Salomé era muy estimado por mi padre y sus hermanos, era como el patriarca de Atenco, muy popular entre la gente de coleta. ¿De qué autor son las Reglas de Albeitería que aparecen en su libro? De eso lo único que se que las tomé y las tengo escritas en mi álbum que escribí, porque mi padre se las sabía de memoria. Porque mi padre era de una memoria fabulosa y mi madre también. Mi madre hacía versitos y cada santo de mi padre hacía versos glorificándolo, haciéndole honor. Era muy entusiasta mi madre. Y los dos sabían el poema, Las Reglas, las cuales son muy originales, no se de donde vienen. Yo las reconozco como una verdadera obra para mí. Y además muy simpáticas porque es la paralela entre una mujer y un caballo. Preciosa.
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(Nota al calce: las “Reglas de Albeitería” son creación de Luis G. Inclán). Frente a la escalinata, en el interior del casco, hay una columna con unos datos que son auténticamente un misterio, y que mencionan las fechas de, por lo menos el 15 de enero de 1918. ¿A qué hecho importante se refiere esta leyenda? Esa fecha grabada, no estoy seguro, pero ahora que lo menciona, la fecha esa se debe referir a que esa parte última del casco de la hacienda la hicieron ellos. Esa la hizo, mi abuelo y sus hijos. Mi abuelo debe haber empezado a hacer esa crujía del cubo del zaguán hasta lo que es el río. Toda esa crujía como digo yo, la tercera época de las construcciones del casco de la hacienda de Atenco, porque tiene las tres épocas: la época de Hernán Cortés que es toda la cuestión de las arquerías, de las cuales yo ya desconozco si existen. Unas arcadas en donde se ponían a todos los caballos a sombrear. La del fondo que tenían unas piezas arriba de los arcos en donde se guardaban ahí los carruajes de esa época y había alguna vecindad, casuchita ahí, que era donde vivía ya fuera el que se encargaba de todas las cuestiones de los peones de siembras, el jefe, el mayoral: era don Vicente González, muy querido y admirado por mí, de esta familia González muy generosa. Y más adentro vivía Gumaro Recillas y Salomé Reyes. Esta fecha, del año 1918 coincide con las iniciales que fueron grabadas en cada una de las columnas de uno de los pasillos del patio principal. Cada una de las columnas estas, que son columnas en forma rectangular y estriadas. En la parte del basamento, tiene las iniciales de los hermanos que constituyeron la Sociedad Barbabosa Sucesores y que eran: Aurelio, Antonio, Juan, Rafael, Manuel y Herlinda Barbabosa. Por lo que la leyenda ya mencionada se refiere a la época en que se acabó de terminar la construcción de esta crujía de piezas. Muy curioso es que en esa crujía en la sala, en lo que era la sala del casco, un salón muy largo de 15 X 6 metros estaba tapizada con un tapiz francés con motivos taurinos. En España no lo había. En la parte superior, como friso se colocaron diferentes cromolitografías del periódico español “La Lidia”. En el mero centro estaba la figura del “Guerra”, figura señorial..., no se si existirá. Toda llena, pletórica de imágenes taurinas. ¿Usted tuvo en lo particular a algún caballerango de sus confianzas? En lo personal ya no pudo ser. Ya no me tocó, porque ya era gente muy joven. Pero sí puedo decirle a usted que de las confianzas, el último, honorabilísimo, más serio que un maguey era Santos Esquivel. Esta Santos Esquivel iba yo por ejemplo con mi padre, a caballo de chiquillo entre el ganado y veía: mi padre le preguntaba ¿esa becerra que está ahí de qué vaca es? -Pues es de tal, de la Nº 3, o de la Nº 5, y así, en la mente era un libro grabado de todos los animales. Tanto es así que por ejemplo, cuando estaba a la hora de la pica, estábamos en el burladero junto al picador que era Santos Esquivel, un hombre maravilloso, porque ya Salomé ya había pasado su época. Santos Esquivel era el que despachaba el ganado, estaba Salomé de caporal por allá, y Santos Esquivel que era ya el picador, entonces, al estar picando no tenía número ni tenía nada. Mi padre le preguntaba: ¿Oye Santos, esta becerra de qué vaca es? Es de tal vaca. Y veía con mi papá con sus libros que tenía. Efectivamente, mi papá lo tenía escrito y él lo tenía escrito en la memoria. Así de genial era don Santos Esquivel. Y tuvo un hijo, que fue Juan Esquivel, que era de mi época, que jugábamos cuando éramos niños entre los chamacos y mis hermanos que éramos más o menos de la edad era Juan Esquivel, otro que le llamábamos “El Trompo”, Juan Flores, y otros.
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Este es el lugar preciso que indica el Arq. Luis Barbabosa Olascoaga: …abriéndose en este punto una cuña que yo no sabría decirle cuantos metros tendría la cuña ésta. Fuente: Google Earth. El puntero señala las coordenadas 19º20´10.01” – 99º32´06.98”, a una elevación de 2574 msnm. La vista se realizó a una altura de 4.95 km.
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ENTREVISTA Nº 2 Concedida por el Lic. Juan de Dios Barbabosa Kubli, el viernes 23 de octubre de 1998. El Lic. Juan de Dios Barbabosa Kubli es hijo del Dr. Agustín Barbabosa Ballesteros y nieto del Sr. Juan de Dios Barbabosa Saldaña, quien perteneció a la Sociedad Rafael Barbabosa Sucesores. LIC. BARBABOSA: ¿Qué relación guarda la familia Barbabosa con los Pliego? Una relación tan estrecha dado que, Juan de Dios Barbabosa Saldaña, abuelo mío, casa con Dolores Ballesteros Pliego, entonces esa relación es totalmente estrecha. Esa familia muy conocida en Toluca tiene una relación total y directa con la familia nuestra. La pregunta que yo le hago va en relación a esto: en los documentos del Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional, Fondo: Condes Santiago de Calimaya hay un proceso para embargar la hacienda de Atenco hacia 1860-1861 y los Pliego de alguna manera, se quedan con Atenco, tanto con ganados como con tierras, después de que José Juan Cervantes no puede pagar una deuda. A partir de ese momento, la presencia de los Pliego se hace evidente en la hacienda de Atenco concretamente. De ahí el motivo de la pregunta. Y quizá de ahí se deriva que mi abuelo Juan de Dios haya conocido a Dolores Ballesteros Pliego con quien casa. Yo desconozco lo que usted me menciona en relación a esa llegada de la familia Pliego en la hacienda de Atenco pero no me suena nada fuera de lugar. ¿Qué versión conoce de la presencia del toro o simiente navarra en Atenco, es decir: las historias nos cuentan que desde 1528 Juan Gutiérrez Altamirano trajo toros navarros. En mis estudios e investigaciones no he encontrado esta relación. Sin embargo, el toro atenqueño tiene unas características tan semejantes, tan parecidas a las del toro de las provincias de Navarra, el toro Zalduendo, el toro Carriquiri que eso no lo puede negar. Usted tiene alguna idea de, en qué momento comienza a trascender esta presencia o influencia del toro navarro en Atenco? No. Realmente son muchos años atrás de mi existencia. Nunca escuché algo diferente a lo que usted menciona al principio de esta pregunta. Siempre, a través de mi padre y de mi abuelo se escuchó el que los toros de Atenco procedían de las provincias navarras. Nunca hubo un paréntesis, una desviación al respecto. Que yo lo escuché desde hace 50 años para acá. Cuáles sistemas de selección conoció en casa, siendo su abuelo uno de los que constituyeron la Sociedad Barbabosa Sucesores, entidad que surge al morir la columna principal, como lo fue el Sr. Rafael Barbabosa Arzate. Sin embargo con todo esto, usted llegó a percibir alguna influencia de la manera en que su padre o su abuelo, desempeñaban las tareas cotidianas de criar, de lograr un toro bravo concretamente en Atenco? Si como no. Apenas teniendo uso de razón ya no vi a mi abuelo Juan de Dios Barbabosa Saldaña actuar como ganadero porque era muy mayor. El muere el año 57´. Y siendo yo un pequeño de 6 u 8 años, con uso de razón apenas en ciernes, vi actuar a mi padre como ganadero mas no a mi abuelo pues ya era mayor. Y ahí pude observar desde muy pequeño el ahínco, la profundidad y el profesionalismo ganadero que impartía mi padre en la selección de sus vientres en primer lugar y hacer las cruzas para llevar con toda perfección y cuidado las reatas de cada uno de sus animales. ¿Se llevaba un registro estricto de esto? Totalmente. Le digo que durante toda mi niñez y luego juventud y después en la madurez vi el ahínco y la dedicación con que mi padre el Dr. Agustín Barbabosa Ballesteros llevó con una -creo yo- incomparable minuciosidad y cuidado todos los registros de la ganadería. Ahora, usted me pregunta de Atenco, mi padre nunca participó como ganadero de Atenco. Esa casa Barbabosa que tenía las diferentes haciendas, y luego los repartos que también
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desconozco como se hicieron, a mi padre le toca heredar de su padre Juan de Dios ganado y tierras en San Diego de los Padres. Es decir, el Dr. Agustín Barbabosa nunca fue ganadero de Atenco. Esta fue de sus primos Luis, Manuel, Alfredo, hijos de Manuel Barbabosa, hermano de mi abuelo. Ellos sí fueron los ganaderos de Atenco. Esto quiere decir que tanto en Santín, como en San Diego y Atenco respectivamente, cada uno de los dueños llevaba un procedimiento distinto? Totalmente. Yo mentiría tremendamente si digo que conozco como manejaron las cosas en Atenco. ¿Por qué mi cercanía con Atenco? Porque mi padre hereda en los repartos amañados o vaya usted a saber como fueron, hereda él y los hermanos el fierro, divisa cartel y ganado de San Diego, pero con tierras en Atenco. Y fue mi padre, quien lleva muchos vientres y sementales a terrenos de Atenco mas esto no lo hizo nunca ser ganadero del fierro y la divisa de Atenco. Mas sí, asentados en el casco que hoy existe en Atenco, que también fue motivo de reparto entre los hermanos. “Zamarrero” como ganadería vivió en algún momento con la insinuación de Atenco. Es decir, Atenco influye en “Zamarrero” o “Zamarrero” se define como una ganadería totalmente diferente? Totalmente diferente. Vuelve a nacer la confusión porque mi padre al ser poseedor y propietario de terrenos en Atenco funda la ganadería de “Zamarrero” en atención a un toro que llegó de España con ese nombre. Y él, viendo quizá la necesidad de sangres nuevas en el origen de Saltillo que había en San Diego de los Padres, por su gran amistad y su cercanía con don Francisco Madrazo de “La Punta” y “Matancillas”, logra él una punta de vacas que se cruza con ganado muy selecto de San Diego de los Padres, y funda mi padre la ganadería de “Zamarrero”. Sin ninguna influencia, y totalmente definida la no cercanía y hasta no buen trato con la familia de los primos que eran los de Atenco. O sea Atenco, describe una línea totalmente distinta y lejana a la que describió mi padre como sucesor de la ganadería de San Diego de los Padres. ¿Qué entiende por encaste? Por encaste, en mis muchos años, como le digo a usted, porque nací y viví entre los animales bravos, pienso que la palabra se deriva de animal de casta, y es algo que ya está intrínseco en el propio animal. Un animal o tiene casta o no tiene casta. Al hablar de encaste me suena con que le quiere meter la casta a algo que no la puede adquirir sino que la tiene de nacimiento. O sea, la palabra encaste no la diría así, con la letra “e” al final sino ganado de casta uno, o el descastado que no la tiene. Tiene usted algún recuerdo particular en el que insistiendo sobre la presencia de los toros de Atenco, pero más aún con esa vieja herencia de sangre navarra entre sus venas, haya quedado como parte de una memoria en sus recuerdos. Que esto haya dejado una trascendencia, es decir, la insistencia en preguntar tanto sobre Atenco va en función de que el toro tiene una ascendencia totalmente navarra? El de Santín sabemos que era un toro criollo. El de San Diego no tengo todavía una percepción exacta. Pero con Santín y con Atenco encontramos dos contrastes: el toro criollo, el toro nacional el cual, a partir de algunas crónicas de fines del siglo pasado se anunciaba la “Gran corrida de toros, con toros de Santín, los toros criollos, los toros nacionales”. Da idea de la excelencia de ese toro criado, nacido en México sin ninguna influencia externa y logró ocupar un puesto importante junto al desarrollo de las mejores castas que se daban entonces en el siglo pasado. Pero en el caso concreto de Atenco, tiene usted alguna evidencia que salte en este momento a la vista?
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Por desgracia, no. Y es que el motivo no es por lo que le expresaba yo hace unos momentos. Todos mis hermanos, cuatro que somos, vivimos San Diego de los Padres por único contacto en la calle de Cerda Madero de Bravo. Atenco fue lo de los primos de mi padre, en donde como le insisto, teníamos que ver con Atenco, porque había una parte del casco de Atenco que le tocó en el reparto de bienes a mi padre. Mas lo que era la conducción de la ganadería per se de Atenco nunca tuve ni tengo memoria de algún suceso o de la manera de conducir las riendas de la ganadería de Atenco. Atenco fue para nosotros el techo que nos cobijó de los elementos naturales, donde vivimos los quehaceres de mi padre el Dr. Agustín Barbabosa como ganadero de San Diego de los Padres. Suena un poco hasta confuso. Pero en Atenco se tentaban las vaquillas y becerros de San Diego de los Padres, aunque estaba San Diego de los Padres, allá en el otro rumbo al norte de Toluca, se traían las reses de allá a los terrenos de Atenco. Esto no tenía que ver con la ganadería de Atenco. Por todas mis evidencias desde los primeros años de razón en la mente, estuvimos cerca, profunda y apasionadamente siguiendo los destinos de San Diego de los Padres que le dieron muchas glorias a su ganadero y los momentos que sucedieron. Atenco, Santín, San Diego son hermanas. No se distancian, no se enojan. Al contrario, se dan la mano y mutuamente comparten, conviven las experiencias ganaderas que la familia Barbabosa logra trascender en un momento de auge importantísimo como fue el esplendor, el nacimiento de la ganadería de toros bravos en el concepto profesional a partir de 1887.
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A N E X O Nº 4 GLOSARIO DE TÉRMINOS ESPECIALIZADOS ABSENTISMO Costumbre de residir el propietario fuera de la localidad en que radican sus bienes. También: costumbre de abandonar el desempeño de funciones y deberes anejos a un cargo. ACASILLADO “Peones de cuadrilla” o “acasillados”, formaban el núcleo más numeroso de los trabajadores permanentes de las fincas. Se empleaban en las faenas más diversas exigidas tanto por el cultivo de los cereales como por el cuidado del maguey pulquero. Se les retribuía con pequeñas cantidades en monetario, raciones de maíz, casillas y pegujales donde producir parte de su sustento, principalmente maíz. Eran contratados antes de comenzar el año agrícola cuando les hacían entrega de un anticipo o “avío” y la raya de Semana Santa. ADMINISTRADOR Responsable máximo de la vida de una hacienda en el plano económico y de la programación de actividades. Realiza función de enlace entre el propietario y el mayordomo de la hacienda. Si el dueño posee otras propiedades, el administrador suele coordinar la marcha y la contabilidad de todas ellas. AGOSTADERO Tierras en donde agosta el ganado. En ocasiones con este término se hace referencia a los pastos que encuentran los rebaños en las cañadas reales durante los desplazamientos estacionales. AGOSTAR En su sentido ganadero significa pastar los rebaños en la época del año en que abundan las hierbas, normalmente después de la temporada lluviosa del verano en el caso de México. AHIJADERO Crías de una especie nacidas durante un año natural. El término se aplica también al lugar reservado a las crías para que pasten con sus madres durante los meses inmediatos al nacimiento. APARCERIA Sistema de explotación económica en el que el cultivador tenía que entregar a una parte de la cosecha al propietario. Numerosos aparceros (medieros, terceros o quinteros), que podían utilizar la maquinaria y las yuntas de la hacienda y también en ocasiones habitar en la hacienda, perdieron su estatus LXXV
en el transcurso de la modernización y de la expansión de la producción propia de la hacienda, teniendo que entrar al servicio de la hacienda como jornaleros. APARTADO o APARTADERO Acción y efecto de apartar cualquier clase de ganado. Lugar en que se lleva al cabo esta operación. ARRENDATARIO Individuo o grupo de personas que, por dinero en efectivo podían alquilar pequeñas extensiones de tierra de cultivo y pastoreo, o también grandes extensiones de tierra, ranchos inclusive, donde el “aparcero” se comprometía a entregar en especie parte de la cosecha o resultado de los bienes al arrendador o propietario. ARREO Todo lo relativo al arreo de ganado no corresponde estrictamente al hacendado. Si el comprador o dueño del ganado de cría, no acompaña a su ganado durante el viaje, como sucede generalmente, y encarga su conducción a un mayordomo debe darle por escrito las instrucciones claras y terminantes, a las cuales deberá sujetarse en la marcha. Por lo tanto, arreo no es otra tarea que separar, contar y recibir un ganado de cría, misma que conviene realizarla lo más temprano posible, a fin de sacar el ganado en el día, para ir a pasar la noche o encerrar fuera del campo de la querencia. No es conveniente encerrar el ganado en los corrales de la hacienda, porque al siguiente día, el soltarlo es muy peligroso, y es mejor hacerlo caminar y rondarlo o encerrarlo en otra parte. Es costumbre que el dueño de la hacienda haga acompañar el ganado con su gente, hasta estar fuera de la querencia, porque el ganado se resiste a salir, y si algunos animales se separan, van de cuenta del vendedor, como que quedan sin contramarca y en su mismo campo. El ganado de cría debe arrearse despacio; las jornadas deben ser cortas y las paradas de descanso muy seguidas, porque todo lo chico sufre mucho y extraña. Durante la marcha, va adelante el ganado mejor, el más liviano, la novillada y las vacas sin cría; y va quedando atrás lo más pesado, lo más chico y lo más flaco. ARRIERO Conductor o arreador de ganado. Se aplica el término de forma específica al conductor de atajos de caballerías (normalmente mulas) empleadas en el transporte. BALDÍAS Tierras desocupadas o públicas. BECERRO
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Toro con menos de un año. En el siglo XVIII los términos becerro y novillo se usan indistintamente. BIENES COMUNALES Propiedades que pertenecen a una comunidad vecinal (municipio) y son aprovechadas por todos. Solían ser los bosques, prados, aguas, etc. Su origen está en la Edad Media y se termina a mediados del s. XIX. ” b. de propios. Bienes comunales propiedad de los municipios y con cuyos beneficios se sufragaban los gastos municipales, como policía, reparación de caminos y enseñanza pública. En 1855 se ordenó la venta de los bienes de propios, con lo cual se perdió la autonomía financiera de los municipios, y se dio un paso hacia la centralización administrativa. CABAÑA Número de cabezas de una especie (machos y hembras) destinadas a la reproducción. CACIQUE En la terminología política española, persona que ejerce un poder político extra legal sobre el cuerpo electoral español durante el s. XIX y comienzos del XX. Controla las elecciones porque dispone de una clientela que les da el voto a cambio de "favores", que consigue de la Administración por su influencia personal. Tuvo una gran importancia en la estructura política del país porque formaron una clase directora que se organizó adaptándose a las divisiones administrativas; caciques de pueblos, eran secretarios de ayuntamiento; y caciques rurales, propietarios que controlaban a los campesinos. CALPANERÍA Colonia de los trabajadores de una hacienda, la mayoría de las veces ubicadas junto al casco. También: conjuntos de casas o chozas dentro o en la cercanía de los cascos de las haciendas. CALPIXQUI (pl. calpixque). Funcionario administrativo y recaudador de tributos. CAMADA Conjunto de reses nacidas en la misma parición. En Andalucía, se aplica, con el mismo significado, el apócope camá. CAPORAL Mando intermedio entre el mayordomo y los vaqueros y empleados de una hacienda. Cada caporal tiene a su cargo una cuadrilla de vaqueros especializados en una determinada función. En un sentido restringido, caporal puede ser sinónimo de capataz de una cuadrilla. LXXVII
CAUDILLO Segundo jefe, subalterno del caporal. Unos versos de Andrés Z. Barba Camarena, sobre el “Soliloquio de un toro viejo” quizá den una mejor idea del significado del “caudillo”: Por tener grueso morrillo Y mis cuernos tan puntales, Los vacunos sementales Me declararon Caudillo. Desde luego, nada de lo anterior tendría que ver con la connotación que recae en Tomás Hernández “El Caudillo” y más tarde en su hijo Felipe, quien además demostró en ciertos momentos un comportamiento rebelde, en contraposición con los dictados que marcaba el administrador de la hacienda de Atenco, el señor Agustín Lebrija, entre 1862 y 1863. CERRERO Término que se aplica a toda bestia sin domar. En una acepción amplia puede equivaler a cimarrón. CIMARRÓN Término aplicado al ganado que se cría fuera del control del hombre. Equivale a salvaje y, en sentido restringido, a cerrero. O también: animal doméstico del que no se conoce su ascendencia. Rudo, bravío, montaraz y salvaje. También con esta voz se denominaba, en Las Antillas, a los negros y esclavos que ganaban la cima de las montañas inaccesibles, formaban colonias y se substraían al trabajo esclavo. Por extensión también se llamó a los animales domésticos –toros, caballos y puercos- huidos al bosque y, por tanto, hechos bravíos. COLEO, Colear, coleadero Faena de colear reses, yeguas, mulas y burros. Lugar en que se colea. CRIADERO DE GANADO MAYOR Extensión equivalente a 438.90 hectáreas. CRIADERO DE GANADO MENOR Extensión equivalente a 195.06 hectáreas. CRIANZA Acción y efecto de criar el ganado bravo. Constituye un elemento primordial para que el toro alcance un trapío estimable. En la crianza, además de pasto del campo que come el toro, el ganadero le proporciona pienso. LXXVIII
CHICUALÓN o CHILCUALÓN Trabajadores que recibían pago adicional. CUADRILLA Grupo de peones, compuesto la mayoría de las veces de 24 hombres, así como de un capitán y un tlacualero (y/o chicualon ó chilcualón). Las haciendas y ranchos contrataban a las cuadrillas por semana o temporada. DESEMBARQUE Acción y efecto de desembarcar. DESTETE Acción y efecto de destetar o destetarse los becerros. Ocurre entre los ocho o diez meses del nacimiento y supone una laboriosa operación; en la que hay que separarlos de sus madres. EJIDO En su acepción ganadera restringida significa extensión de tierras de uso comunal pertenecientes a un municipio destinadas a pastorear el ganado. Usual en Castilla para la designación de terrenos ubicados fuera de las ciudades, los cuales podían aprovechar los habitantes conjuntamente, por ejemplo para trillar o instalar colmenas. Después de 1917, todas las tierras puestas a disposición de las comunidades o determinados solicitantes dentro del margen de la reforma agraria se llamaban ejidos. Por regla general, los pastos y zonas de bosques ejidales se explotaban conjuntamente, y la tierra de labrantía del ejido, por parcelas individuales. El ejido subsiste como propiedad de la nación, por lo cual no es posible vender ni hipotecar las parcelas. EMBARQUE Acción y efecto de embarcar a los toros para que sean transportados de la dehesa a la plaza. ENCHIQUERAR o ENCHIQUERAMIENTO Meter o encerrar el toro en el chiquero. Se efectúa después de apartar los toros y de esta forma queda cada toro enchiquerado en un toril independiente o chiquero hasta el momento en que deba lidiarse o ser apartado para la corrida en el campo. Al acto y momento de enchiquerar los toros se conoce como enchiqueramiento. ENCIERRO Acto de traer los toros o encerrar en el toril. En España ha constituido desde muy antiguo una manifestación popular en la que los mozos corren delante de los toros, que van arropados por los cabestros, hasta la plaza de toros. LXXIX
ENCOMENDEROS Muy pronto el monopolio virtual que ejercía la alhóndiga sobre la venta de los granos cayó en poder de los grandes agricultores a través de los llamados encomenderos, individuos también españoles o criollos a quienes los hacendados encomendaban sus granos para que fueran vendidos en la alhóndiga. En el siglo XVIII ese proceso había culminado: solo unos cuantos "encomenderos", que concentraban en sus manos los granos de varios hacendados y especuladores, vendían la mayor parte del maíz y del trigo que se consumía en las principales ciudades y reales de minas de la Nueva España. El resto, o sea la parte de la producción indígena que entraba al mercado urbano, la revendían los especuladores. ENCOMIENDA La encomienda es una institución de origen castellano que pronto adquirió en las Indias caracteres peculiares que la hicieron diferenciarse plenamente de su precedente peninsular. Por la encomienda, un grupo de familias de indios mayor o menor según los casos, con sus propios caciques quedaba sometido a la autoridad de un español encomendero. Se obligaba éste jurídicamente a proteger a los indios que así le habían sido encomendados y a cuidar de su instrucción religiosa con los auxilios del cura doctrinero. Adquiría el derecho de beneficiarse con los servicios personales de los indios para las distintas necesidades del trabajo y de exigir de los mismos el pago de diversas prestaciones económicas. ESTANCIA Medida de superficie (igual a sitio); hacienda dedicada a la cría de ganado. ESTANCIA DE GANADO MAYOR Hacienda de reses. Una estancia para ganado mayor medía 1,750 hectáreas. ESTANCIA DE GANADO MENOR Hacienda de ovejas o cabras. Una estancia para ganado menor medía 730 hectáreas. FENOTIPO Realización visible del genotipo en un determinado ambiente. El veterinario Sanz Egaña considera en su obra La bravura del toro de lidia lo siguiente: “Las nociones clásicas de casta y trapío se llaman ahora genotipo y fenotipo. El fenotipo representa los caracteres aparentes comprobados por el reconocimiento exterior”. GAÑAN Trabajador de la hacienda. LXXX
GENOTIPO Conjunto de los genes existentes en cada uno de los núcleos celulares de los individuos pertenecientes a una determinada especie vegetal o animal. El veterinario Sanz Egaña considera en su obra La bravura del toro de lidia que: “casta y trapío corresponden a genotipo y fenotipo”. El genotipo representa la nación de constitución orgánica, la estructura y funcionalidad del animal, y en él se comprenden todos los factores hereditarios de los ascendientes, se manifiesten o no al exterior”. HACIENDA La hacienda, como propiedad territorial, fue la riqueza más prestigiada. En el siglo XVII, la palabra hacienda, que significaba haber o riqueza personal en general, se fue aplicando para designar una propiedad territorial de importancia. La hacienda era el haber seguro, la tierra que podía exhibirse orgullosamente como propiedad de una familia. Pasó a ser la unidad económica por excelencia en Nueva España; se convirtió en unidad autosuficiente; atrajo población de pueblos de indios, y otra población dispersa se fue asentando también en las haciendas; mantuvo servicios religiosos y aprovisionamiento seguro. Todo esto, en estrecha relación con los cambios importantes en el régimen del trabajo, favoreció el desarrollo y estabilidad de la hacienda en el centro y el norte de la Nueva España. HERRADERO Operación que se realiza todos los años en una hacienda consistente en concentrar todo el ganado nacido durante el año para marcarlo con el “hierro” o divisa característica de su propietario. Las cifras de “herradero” de una unidad de producción señalan, consiguientemente, las crías nacidas durante un año natural. HIERRO Marca de hierro con diseño característico que, aplicada al rojo vivo sobre la piel de una res, sirve para señalar la propiedad o divisa del animal. En el siglo XVIII se reservaba casi exclusivamente para el ganado mayor. ÍNDICE DE FERTILIDAD Proporción del número de hembras que paren a lo largo de un año en referencia a las hembras existentes en edad de procrear destinadas a la reproducción. JARIPEO Conjunto de suertes que integran el moderno arte de la Charrería, y cuyo origen se encuentra en las faenas que realizaban los vaqueros en el campo con las bestias de acuerdo con las necesidades reales de una hacienda (rodeo, herradero, conducción de partida, etc.). Fray Alonso Ponce, llegado de España como visitador de conventos, refiere, en 1586, las hazañas de un vaquero en las que ya se podían reconocer algunas de las suertes de lo que se llamará el jaripeo –mitad fiesta de toros, mitad fiesta ecuestre- que celebran hoy día los rancheros mexicanos y que fue modelo, también para el rodeo norteamericano. LXXXI
LABORÍO Trabajador o residente de la hacienda. LATIFUNDIO En la consolidación del latifundio participó ese sentimiento tan vivo que tenían los españoles de los lazos de sangre y del parentesco. Cualquiera que fuere el origen de sus fortunas, casi todos los propietarios de tierras aspiraban a vincular sus propiedades a un nombre, a una casa y, si era posible, a un título nobiliario. La tierra fue considerada como un símbolo de prestigio y como una manera de perpetuar el nombre de un linaje. Así, todo se dirigía a crear una gran aristocracia territorial. MACEGUAL Indígena plebeyo. MAYORAL Funcionario del pueblo, vigilante. MAYORDOMO Custodio. Máxima jerarquía en la vida interna de una hacienda, con autoridad sobre todos los caporales, vaqueros y empleados que trabajan en ella. MAYORAZGO Bienes que se separaban del patrimonio familiar. Formaban una unidad que no se podía vender y lo heredaba el hijo mayor. Su origen está en la Edad Media castellana, se cree que para evitar la descomposición del patrimonio familiar, por el reparto de tierras entre varios hijos. La institución fue reglamentada en las Leyes de Toro, aprobadas en 1505. El mayorazgo se podía constituir por licencia real, por contrato y por testamento. A partir de Carlos III se dieron leyes que limitaban la libertad de fundar mayorazgos y permitían vender sus bienes y se les gravaba con impuestos. MEDIERÍA Un método muy parecido al de la “sociedad”, solo que el mediero tenía la obligación de entregar la mitad de las semillas cosechadas, por lo que la Principal cumplía iguales condiciones como en el término de la Sociedad. La hacienda Principal también arrendó el rancho de San Agustín Aramburó entre 1833 y 1834. Más tarde en 1837, siendo el responsable del alquiler el Coronel Antonio Icaza, administrador del vínculo. Pero fue hasta el tiempo en que el propietario José Juan Cervantes se encargó de la administración, el mismo se hizo responsable de mandamiento y pago de alquiler, que se pactó en 33 pesos, 2 ½ reales por mes, cubiertos por adelantado. La mencionada propiedad era del Sr. Ignacio Cervantes, hijo de José Juan. LXXXII
Otras tierras arrendadas estuvieron ubicadas en Coatepec, edo. De México, usadas para alimentar ovejas. Tal arrendamiento tuvo que darse quizá por el agotamiento de pastos, en tanto se recuperaban los que se usaban para dicho fin. MERCEDES (DE LA TIERRA) La gracia o merced de tierra tuvo por origen el mismo propósito de recompensar con largueza a los particulares que habían hecho posible la obra portentosa del descubrimiento y conquista organizando a sus propios costos la mayoría de las empresas descubridoras. MERCEDES (DE SITIO O ESTANCIA PARA GANADO MENOR O MAYOR) Son posteriores a las mercedes para labranza (caballerías) y en realidad sólo vinieron a ratificar una ocupación del suelo realizada de hecho y en forma más o menos estable por los primeros "señores de ganados". En principio, de acuerdo con la tradición medieval española, se mandó que "los pastos y montes y abrevaderos sean comunes" con excepción de "las heredades y ejidos y dehesas que se señalan a cada uno de... los pueblos". Este carácter común de los pastos fue confirmado por el primer virrey de la Nueva España, quien escribió: "Su Majestad tiene mandado que los pastos y montes en toda la tierra sean comunes, porque los piden no los quieren sino para tener jurisdicción sobre estos pobres indios". Sin embargo, cuando las vacadas comenzaron a invadir las tierras cultivadas y abiertas de los indios y surgieron poderosos "señores de ganados", las autoridades municipales sancionaron por sí mismas la ocupación de hecho que habían establecido los ganaderos. Pronto los cabildos comenzaron a reconocer ciertos sitios o asientos fijos donde los ganaderos podían asentar sus animales. El hecho de que muchos de los primeros "señores de ganados" fueran miembros de los cabildos, explica el origen de este proceso. Al mismo tiempo, una palabra acuñada en América, el término "estancia" comenzó a hacer fortuna y acabó por designar, como lo señala Francois Chevalier, "el punto en que al fin se detienen el hombre y el rebaño nómadas". MESEROS Los meseros ocupaban la cima de la pirámide social que jerarquizaba a los distintos trabajadores de la hacienda. Era el grupo denominado sirvientes o “gente de razón” en el siglo XVIII. Cien años después, éste se había ampliado y diferenciado internamente. Cierto, dentro del grupo de los meseros estaban los dependientes, que eran los trabajadores de confianza de la hacienda y, por lo mismo, los de más alta jerarquía y remuneración. Su retribución se efectuaba fundamentalmente en monetario, ya que sus percepciones, relativamente altas, hacían innecesario que se endeudaran con la finca. Es decir, se trata de jornaleros por mes. MESTA En Castilla, organismo central encargado del cuidado de la ganadería. Su origen está en la Alta Edad Media, cuando los pastores y propietarios se reunían en asambleas, llamadas mestas, para acordar los precios y asignar las reses descarriadas. En 1273 la agrupación de todos los pastores de Castilla fue reconocida por Alfonso X el Sabio, con el nombre de Honrado Consejo de la Mesta de Pastores. La organización se basaba en el reconocimiento del derecho de paso de los ganados a través de rutas tradicionales, llamadas cañadas. El LXXXIII
momento de mayor apogeo fue el siglo XVI. La pérdida de la protección real y las nuevas teorías económicas que beneficiaban a la explotación agraria hicieron que en 1836 fuese extinguida y sustituida por la Asociación General de Ganaderos del Reino. NASCENCIA Número de crías nacidas durante un año natural. NOVILLO Término usado con amplitud en México en el siglo XVIII para designar un toro joven, corrientemente con menos de dos años. PASTOREAR Actividad de aquella persona que, tras recibir órdenes del administrador o ganadero se encarga de andar con las reses valiéndose del caballo, la garrocha o una reata como elementos esenciales. Dentro de esa labor se debe considerar el hecho de dirigir al ganado de un sitio a otro, donde se encuentren particularmente los pastos y abrevaderos. PEÓN ACASILLADO Peón que vive en una hacienda o rancho (calpanero), respectivamente que vive en la calpanería de una hacienda o de un rancho. PEÓN DE AÑO Se consideran los trabajadores que eran ocupados durante todo el año agrícola en una hacienda, pero que a diferencia de los peones acasillados no vivían ahí. POTRERO Terreno destinado al pastoreo de ganado caballar y mular. PUEBLO DE INDIOS Es el nombre que se dio a cada señorío de origen prehispánico, una vez integrado al sistema colonial. Cada pueblo de indios conservaba su propia estructura de gobierno, territorio, identidad y otros elementos propios de una organización de tipo político o corporativo. RAYA Pago de sueldo. La expresión “tienda de raya” implica el reproche de que la tienda en las haciendas fue un instrumento de explotación en manos del hacendado o de su administrador, a través de la sustracción directa del salario (rayar = remunerar). REATA LXXXIV
Raíz o tronco al que pertenecen los toros de una ganadería. REPARTIMIENTO Sistema de repoblación utilizado en la Península Ibérica. Se inició en el siglo XIII, en el reino de Castilla con los territorios conquistados del valle del Guadalquivir. El rey repartía tierras entre los que habían participado en la conquista. La concesión de grandes señoríos a los nobles y a las órdenes militares fue el origen de los grandes latifundios andaluces. Los reyes aragoneses utilizaron el sistema de repartimientos en la repoblación de Mallorca y Valencia, aunque en estas tierras generó luego un régimen de pequeña propiedad. En América, el repartimiento de indios se vinculó a la encomienda, por la que un grupo de indios era puesto a disposición de los colonos españoles como mano de obra. RES En el texto el término se aplica a toda cabeza de ganado vacuno. En una acepción amplia puede aplicarse también a otras especies de cuadrúpedos. RETINTA Raza vacuna procedente de la Baja Andalucía de color rojizo, bella estampa, mediano rendimiento cárnico y escasa utilidad láctea, que resiste bien las sequías. La mayoría de las razas “criollas” actuales de México participan, en mayor o menor grado, de este tronco racial originario común. RODEO Conjunto de faenas que se realizan en la concentración anual del ganado de una hacienda para contabilizar los nacimientos, marcar las crías y seleccionar los ejemplares destinados a la reproducción o a la venta. Dicha operación tiene pleno sentido en un régimen extensivo de crianza. El rodeo también es considerado una batida circular sobre un territorio gigantesco con la intención de concentrar el ganado en un punto donde con la ayuda de una especie de garrochas, muy parecidas a las andaluzas, se apartaba el ganado que deseaban seleccionar. Dicho procedimiento quedó reglamentado en 1574 a través de las Ordenanzas de la Mesta, por instrucciones del virrey Martín Enríquez de Almanza. SEMANEROS Los semaneros eran trabajadores eventuales, a quienes se contrataba por temporadas – particularmente para cosechar maíz y arrancar magueyes- y se pagaba cada semana, de ahí su nombre. Acudían de las comunidades vecinales y eran contratados por semana pero también por períodos más largos que podían prolongarse hasta por una estación. En tiempos de la colonia eran llamados tlaquehuales. SITIO DE GANADO MAYOR Extensión equivalente a 1,755.61 hectáreas (pastos para el ganado vacuno); más tarde, sólo medida de superficie. LXXXV
SITIO DE GANADO MENOR Extensión equivalente a 780.27 hectáreas (pastos para el ganado vacuno); más tarde, sólo medida de superficie. SOCIEDAD La entendemos de mejor manera con este ejemplo, ocurrido en la propia hacienda de Atenco: Fue hasta 1868 en que la hacienda de San Agustín fue explotada en sociedad con D. José María Garduño durante 7 años. El socio tenía la obligación de entregar a la Principal la mitad de las semillas que cosechara, así como proporcionar aperos para labranza, caballos para la trilla y pagar la cuarta parte de raya del tiempo de cosecha y la mitad de los gastos. Otra condición pactada con el socio era que si concluía el plazo de la sociedad y aún no se levantaba alguna cosecha, el asociado tenía obligación de levantarla y trillar lo que existiera en los campos. TERRAZGUERO Durante estos años de sucesivas heladas y sequías, las reservas de maíz de agotaban casi por completo y esta situación extrema obligaba a romper las barreras étnicas tan celosamente guardadas: entonces los gobernantes permitían que la gente saliera hacia otras regiones en busca de alimentos. Los que no se vendían como esclavos, se asentaban en otros territorios en calidad de terrazgueros o trabajadores fijos a la propiedad. La condición de terrazguero significaba que la persona quedaba adscrita a otro señor o casa señorial. A cambio de la protección y de la tierra que el señor le daba para labrar, el terrazguero pagaba una renta en especie en forma de tributo, y quedaba vinculado permanentemente a esa tierra, no pudiendo dejarla por su voluntad. De modo que cuando el gobernante de un territorio daba permiso para que sus vasallos salieran de su jurisdicción, corría el riesgo de quedarse sin ellos. TIENDA DE RAYA Tienda de una hacienda, en la que los empleados hacen compras en concepto de anticipo. Éste se deducía del salario, por ejemplo, al realizar la liquidación de cuentas de fin de año. TIENTA Prueba que se hace en el campo de la bravura de las reses, previa a su lidia. Generalmente se realiza a campo abierto; pero principalmente, en corral o plaza de tienta. En ambos casos, el objetivo central es medir la bravura y resistencia en el castigo de varas y la embestida de cada res. TIERRAS BALDIAS Según los estudios de la propiedad en España el término de tierras baldías tiene varias interpretaciones, particularmente en el siglo XVI. Vassberg nos ofrece tres definiciones para la época: por un lado, los baldíos son tierras pertenecientes a la corona (realengas) que no han sido mercedadas y permanecen sin cultivar y de las cuales tampoco se obtiene ningún LXXXVI
aprovechamiento. En segundo lugar, baldías también son aquellas tierras de la corona usurpadas por un tercero, quién por aprovecharlas o explotarlas le pasaban a ser propiedad privada. Según el mismo autor, en el siglo XVI había una relación clara entre tierras públicas (de comunidad) con la palabra baldío, tercera definición. De tal forma que, a veces aquellas tierras que los municipios o las comunidades utilizaban de manera colectiva se llamaban baldías. Es decir, las tierras baldías comprendían pastos, montes y a veces tierras que podían ser roturadas. La segunda y la tercera definición, sin embargo, corresponden a la realidad castellana, y se alejan de la definición jurídica estricta, es decir, son tierras baldías las pertenecientes al monarca. Desde la Edad Media y hasta la Edad Moderna, la propiedad sobre los terrenos baldíos fue un asunto problemático, conflictivo y difícil de discernir, ya que tanto el rey, como los señores feudales o los municipios, sin tener ningún título de propiedad, reclamaban derecho sobre ellas. TIERRAS REALENGAS Son tierras baldías pertenecientes a la corona que además sufren notables usurpaciones y la de privado dominio están distribuidas en grandes haciendas que abrazan centenares de leguas, correspondientes a casas religiosas, clérigos, mayorazgos y sujetos particulares cuyo número es muy menor comparado con el de los demás vasallos (Revillagigedo, 1791). TRAPÍO Conjunto de caracteres de apreciación visual de un toro, que hacen juzgar de su aspecto, estampa y probables condiciones de lidia; si bien antonomásicamente por trapío se entiende buena planta y gallardía del toro de lidia. TRASHUMANCIA En su acepción pecuaria, el término hace referencia al desplazamiento periódico y estacional del ganado. VAQUEADA Rodeo realizado exclusivamente con ganado vacuno. En ocasiones el término puede significar tan sólo la concentración de las manadas para seleccionar las partidas destinadas a la venta. VAQUERO Cuidador, arreador y conductor de la vacada de una hacienda. Con rigor histórico, este “hombre a caballo” anticipa ya las características y habilidades de un tipo regional que cristalizará en el siglo XIX: el “charro”.
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A N E X O Nº 5 APUNTES ANECDÓTICOS DE JUAN CORONA, PICADOR EN LA CUADRILLA DE BERNARDO GAVIÑO CUANDO ESTE SE ASOMABA A LA GLORIA. (1853-1888). Algunos datos de la ganadería de Atenco, sacados por F. Llaguno de la Biblioteca que conservaba el Sr. D. Juan Corona propietario que fue de la Plaza de Toros “Bernardo Gaviño” situada á un lado de la Calzada de la Viga, en la Ciudad de México. De algunos manuscritos por el mismo Corona notable picador en aquella época y otros de algunos periódicos que se publicaban entonces. El año 1853 en la Gran Plaza de San Pablo cuando gobernaba Su Alteza Serenísima, se corrieron en muchas corridas ganado de Atenco cimentando más la fama de que ya gozaban entre los aficionados; pero el más notable de los hechos en ese año en una de tantas corridas, fue la lucha de uno de esos toros con un tigre de gran tamaño y habiendo vencido el toro al tigre, el público entusiasmado con la bravura del toro pidió el indulto y que se sujetara y una vez amarrado fue paseado por las calles de la capital en triunfo acompañándolo la misma música que tocó en la corrida. Muchos hechos notables se registran en esa misma plaza de los toros de Atenco, entre ellos el de haberse suspendido en una de las corridas del mes de Abril del año 55 la suerte de varas por la razón de que el 1º y 2º toro inutilizaron á los cinco picadores después de haber matado 14 caballos. Trabajaba en esa corrida como espada Gaviño (este hecho me lo relató el mismo Corona, porque fue uno de los que ingresaron a la enfermería). En la Plaza del Paseo Nuevo el año de 56 se jugaron toros de Atenco en competencia con los de la afamada Hacienda del Cazadero en varias corridas y casi en todas fueron vencedores los de Atenco sobre todo en la suerte de varas. Esta competencia dio lugar á que se corrieran en el 58 en plaza partida las mismas ganaderías y en la segunda corrida el 2º toro de Atenco, castaño obscuro después de haber matado los cuatro caballos de los picadores que salieron rotó (sic) la barrera de la división se pasó a donde estaba jugando el toro del Cazadero y después de haber matado otro caballo de los picadores nada menos que el que montaba D. Juan Corona arremetió contra el toro del Cazadero dándole fuertes cornadas y poniéndolo en fuga. En estas corridas trabajaban como espadas Gaviño que era el que lidiaba los de Atenco y de Mariano González (á) La Monja, los del Cazadero. En la época del Ymperio también dejaron muchos recuerdos á los aficionados por sus hazañas esas dos ganaderías pero siempre sobresaliendo Atenco. Datos recogidos en Tenango. En los años del 60 al 72 en las corridas de feria de Tenango también son innumerables las hazañas de los toros, de esa vacada aún todavía existen algunos empresarios como son D. Leandro Perdones (sic) (probablemente sea Paredones) vecino de México el Sr. D. Cosme Sánchez actual Presidente Municipal de Tenango D. Guadalupe Gómez vecino en la actualidad de México, y otro muchos que aun viven. En enero del año 62 costó nada menos al empresario L.P. los tres días de feria la friolera de cuarenta y cinco caballos. Trabajó como espada D. Mariano González (á) La Monja. El año 64 tocó trabajar á B. Gaviño los tres días de Feria y el último día o sea la última corrida quedó sin picadores por motivo de haber ingresado á la enfermería los cuatro que traía entre ellos el famoso Cenobio Morado. 32 jamelgos.
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El 66 y 67 fueron tan notables las corridas de esos años que algunos de los que fueron testigos oculares las recuerdan con entusiasmo. En esa trabajaron Gaviño y Pablo Mendoza. El 2º toro de la última corrida cogió gravemente al picador Morado. Del 68 al 73 en la misma plaza fueron indultados algunos toros á petición del público por admirar la ley y bravura hubo toro que recibió 22 picas y dejó en la arena 12 caballos de arrastre. Pero el que más llamó la atención en la 2ª corrida del año 72 fue el 3er toro castaño encendido, bragao, coliblanco y cornigacho ese toro dejó muertos en el redondel 16 caballos, cuatro tantas de picadores de a cuatro salieron al redondel y cuatro veces quedaron a pie los cuatro picadores. Era espada d. José Ma. Hernández. Estos apuntes lo he recogido de muchas personas que presenciaron esas corridas y que aún viven en Tenango. Las corridas que he visto tanto en Tenango como en algunos otros redondeles del país también recuerdo algunos hechos notables de esos toros. No se me olvidará lo de la Plaza de Tlalnepantla el 31 de octubre de 1886 el 4º toro al clavar la divisa el torilero Miguel Ramos fue enganchado del pecho por el toro saliendo y llevándolo en el pitón derecho hasta el otro extremo del redondel. Trabajaba como espada en esa corrida Ponciano Díaz. En México, enero 4 de 1888, 4ª corrida de abono en la Plaza de Colón el 4º toro al ponerle un par Tomás Mazzantini hizo por el él bicho cogiéndolo en la barrera y aventándolo al tendido de sol. En la Plaza del Paseo (México), fue cogido el 4 de diciembre de 1887 el espada Francisco Díaz (Paco de Oro), por el 1er toro, habiéndole quitado en pedazos la chaquetilla: ostentaba un traje azul y oro, y alternaba con Hermosilla. El mismo Hermosilla fue cogido y volteado y enganchado de la pierna derecha en otra corrida en la misma plaza por el cuarto toro. Esta ganadería á sido conocida en todo el país, y sus cornúpetos han visitado desde hace muchos años, casi todos los redondeles mexicanos. Es sin duda la que ha dado más toros de lidia desde su fundación no solo para los cosos (...)
Estas interesantes notas fueron proporcionadas por el Arq. Luis Barbabosa y Olascoaga, quien las conserva en su archivo particular, mismo que encierra un gran capítulo de historias por escribir sobre la ancestral hacienda de Atenco, sitio en que pasa buena parte de su vida, como lo hizo en su momento Bernardo Gaviño. Quiero aclarar que el arquitecto Barbabosa tiene terminado un libro el cual he tenido en mis manos, y puedo confesar que se trata de un trabajo muy importante. Su título es: ATENCO Y DON MANUEL. Agradezco el apoyo proporcionado para esta causa.
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A N E X O Nº 6 LAS PRIMERAS LECTURAS LLEGADAS A MÉXICO DESDE ESPAÑA. LA IRRUPCIÓN DE LA PRENSA TAURINA. OTRAS TAUROMAQUIAS REEDITADAS EN MÉXICO. DOMINGO IBARRA. EL CENTRO TAURINO "ESPADA PEDRO ROMERO", LAS OBRAS DE RAFAEL MEDINA. Buena parte de los argumentos manejados en esta tesis, no tendrían sustento si para ello se hubiesen dejado de explorar las fuentes hemerográficas, ricas en información. Sin embargo, ahí no termina su papel protagónico. El periodismo taurino también mostró una serie de comportamientos fundamentales que sirvieron para consolidar el toreo de a pie, a la usanza española en versión moderna. Todo ello, a partir de 1887, año en que se reanudaron las corridas de toros en la ciudad de México. Lo anterior, no es más que una suma de pequeños elementos informativos sobre festejos, salvo excepciones como la de El Orden de 1852. Pero lo que va a suceder en el año en que quedó derogada la prohibición a las corridas de toros, expedida desde 1867, puede considerarse como un acontecimiento sin paralelo. Surgieron diversas tribunas desde las cuales se defendió todavía la bandera del nacionalismo y en otras se cuestionó severamente, a la luz del más declarado prohispanismo. Para ello, los que entendieron ese nuevo amanecer, también se nutrieron de una novedosa literatura taurina española con la que fortalecieron sus argumentos hasta vencer con la razón, a la pasión. Afortunadamente las imprentas mexicanas también publicaron otros tantos libros, con los que de hecho comienza una próspera industria editorial en este campo. De igual forma, también se organizaron pequeños grupos de aficionados integrándose en sociedades cuyo sentido fue someter a discusión esa nueva tauromaquia que muy pronto eliminó a la de carácter eminentemente nacional desarrollada durante buena parte del siglo XIX. Por todos estos motivos es que considero importante hacer una detenida disección de todos esos acontecimientos para entenderlos también, desde nuestra perspectiva. Carlos Cuesta Baquero supone que nuestro nacionalismo taurino fue causante de que estuviéramos aferrados al estilo anticuado de torear, al que usaba Pedro Romero “Pepe-Hillo”, XC
Jerónimo José Cándido, Juan Jiménez “El Morenillo”, Juan León “Leoncillo” y los hermanos Ruiz (Antonio y Luis) apodados “Los Sombrereros”, todo a través del eslabón o pieza del engranaje que jugó en su momento Bernardo Gaviño, diestro español radicado en México entre 1829 y 1886, junto a una serie de discípulos que hicieron suya su enseñanza. “Especulaban con el odio atávico hacia el “gachupín” y cuando arribaba algún espada español inmediatamente comenzaban la cruzada en su contra haciendo reminiscencias de la avaricia de los conquistadores, de las violaciones que habían hecho en las indias, del tormento que dieron al monarca azteca Cuauhtémoc (¡!, estos signos de admiración son de mi autoría y responsabilidad. N. del A.) y llegaban hasta la época contemporánea aludiendo a la usura de los agiotistas españoles, especialmente a los que tenían casas de préstamos facilitando dinero mediante la pignoración de prendas, aludiendo a la rapacidad de los hispanos comerciantes en comestibles de abarrotes, aludiendo a los exiguos jornales que los braceros tenían en las fincas rústicas propiedad de hispanos y los despóticos tratamientos que se les daba a esos jornaleros. Esa era la campaña preparatoria para despertar el ancestral rencor y a la vez despertar las antipatías en contra del lidiador debutante”.17 Hayan sido o no las causas, el hecho es que tal síntoma tuvo tanta repercusión que se dejó notar en la poca apertura a nuevas fronteras taurómacas manifestadas con el natural desarrollo del progreso habidas en España. De ahí que la Tauromaquia de Montes fuera conocida hasta el año de 1862, pero continuara siendo la de José Delgado la encargada de seguir dictando los cánones, bajo una evolución demasiado ralentizada, porque fue la de “Hillo” la de mayor difusión en aquellos años, anteriores a 1862. El propio Cuesta Baquero nos proporciona un apunte preciso sobre la forma en cómo fueron llegando poco a poco las primeras publicaciones en forma de libro o de periódico o revista a nuestro país, hasta muy entrados los años 80`s del siglo XIX. No se cual fue la causa por la cual en la República Mexicana fue tardío el arribo de la literatura taurina española y por consiguiente el nacimiento y desenvolvimiento de la similar mexicana. Desde hacía muchos Carlos Cuesta Baquero (seud. Roque Solares Tacubac): “Nuestro nacionalismo taurino. Comentarios al margen de un artículo. (Trabajos inéditos (1920-1945. Obra mecanuscrita). Número de Referencia: 7, 56 p., p. 5-6. 17
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años que en España era costumbre escribir y publicar descripciones de las corridas de toros, titulando a esas producciones literarias con el nombre de “Reseñas”. Así aparecieron en Sevilla aquellas famosas tituladas Cartas de Don Clarencio, escritas en versos por Don José Velásquez y Sánchez. Así aparecieron en Madrid aquellas festivas firmadas con el pseudónimo Don Éxito, escritas por el señor Don José de la Loma, padre de quien años después fue famosísimo cronista escribiendo con el pseudónimo Don Modesto. Así habían aparecido los trabajos serios de crítica doctrinaria, técnica, juzgando de la labor de los toreros escritos primeramente por Don Mariano Gariduain Blanco en el periódico taurino titulado El Mengue, y luego por Don José Carmona y Jiménez en el titulado El Enano (Boletín de Loterías y Toros) y habíase desarrollado ese género de literatura y alcanzaban a casi un centenar las publicaciones periodísticas que había en toda España. Igual acontecía en cuanto a los libros didácticos de la Tauromaquia. Primeramente había sido publicado uno pequeño titulado Cartilla del Arte de Torear, dictada por el matador José Delgado Guerra alias Pepe Illo, después hubo segunda edición aumentada, escrita por Don José de la Tixera (aficionado preeminente). Pocos años después salió a publicidad la Filosofía de las Corridas de Toros, libro que trae adicionado un Tratado de Tauromaquia, escrito por Abenamar, pseudónimo del señor Don Santos López Pelegrín. A seguida vino El Arte de Torear, atribuido al espada Francisco Montes Paquiro, pero según decires no escrito por él sino únicamente revisado y sancionado, pero escrito por el antes citado Abenamar. Luego, otra segunda edición de tal libro, escrita, corregida (fijarse en el calificativo) y aumentada por el aficionado Pilatos, pseudónimo del Señor Don José Santa Coloma. Luego el conocido y ahora ya casi olvidado libro titulado El Toreo. Gran Diccionario de Tauromaquia escrito por el aficionado Señor Don José Sánchez de Neira.18 Y aún quédanse en el tintero los títulos de algunos otros, en no exiguo número. Era bastante nutrido el bagaje de libros docentes de Tauromaquia. Pero, a pesar de tal profusión en España, en las librerías de aquí no había a la venta ni libros ni periódicos taurinos y tampoco los había en los centros públicos de lectura como son las bibliotecas. Solamente algunos particulares tenían algunos libros anticuados –El Toreo escrito por Bedoya-, una colección de reseñas de las corridas que hubo en la plaza de toros de Madrid, en el año de 1851, cuando la famosa competencia entre José Redondo El Chiclanero y Francisco Arjona Cúchares y El Arte de Torear, edición de 1804, escrito por Don José de la Tixera, aprovechando apócrifamente la firma del recientemente fallecido espada Pepe-Illo. Los libros modernos eran enteramente desconocidos. Fue hasta finalizar el año de 1882 cuando comenzaron a llegar a las librerías obras tauromáquicas, siendo de las primeras El Toreo. Gran Diccionario de Tauromaquia, escrito por Don José Sánchez de Neira, edición segunda aumentada y corregida por Pilatos (don José Santa Coloma). Entre los periódicos el primero que llegó, causando verdadero deleite igualmente por sus estampas que por sus escritos correctamente literarios, fue La Lidia, publicada en Madrid, bajo la dirección del Señor Don Juan Martos Jiménez de pseudónimo Alegrías. Después llegaron otras publicaciones periodísticas: El Enano, continuación del famoso Boletín de Loterías y Toros, El Toreo, antiquísima publicación, El Sinapismo, El Burladero, El Loro (periódico sevillano) y EL ARTE DE LA LIDIA, editado y dirigido por el sempiterno aficionado, escritor y anticuario taurino don Leopoldo Vázquez. Escribo con letra mayúscula el título de este último citado periódico porque fue el progenitor del primero de los periódicos taurinos mexicanos, titulado igualmente El Arte de la Lidia, editado por don Julio Bonilla, militar apasionado por la fiesta tauromáquica.19
Se sabe que el torero potosino Pedro Nolasco Acosta, adquirió un ejemplar de la obra de Leopoldo Vázquez con la cual se sirvió para difundir ese conocimiento en un pequeño círculo de amigos, entre los cuales se encontraba Carlos Cuesta Baquero, entonces joven y La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 15 de enero de 1943, Año I., Nº 8. De la serie: “Periodistas taurinos mexicanos, Don Pedro González Morúa, “La Monja”, (Boceto por P.P.T. –Carlos Cuesta Baquero-). Por mi consejo compró –Pedro González Morúa- el “Diccionario de Tauromaquia” escrito por don José Sánchez de Neira, y allí comenzó a estudiar el modo de estudiar el modo de torear el modo de torear que practicaban los hispanos... transformándose su ideología. Por esto el cariz de la publicación “El Correo de los Toros”, simultáneamente, empezó a hacer crítica adversa a los lidiadores mexicanos y elogiosa a los hispanos que así la merecían. 19 Op. Cit., p. 8-9. 18
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entusiasta aficionado, cuya labor crearía un vuelco sin precedente años más tarde junto a otro grupo que comulgó con la idea contundente de que todo habría de cambiar en aras de una serie de postulados venidos de las obras que siguieron llegando de España o se publicaron en México. A ese cambio se sumó la vertiente de aquel grupo de toreros españoles, los cuales consumaron "la reconquista vestida de luces", y desde luego el interés creado por una afición formada bajo el nuevo credo, cuyo sustento fue el principio teórico y práctico del toreo de a pie, a la usanza española en versión moderna. Ese cambio desde luego que estimuló los deseos de lectura y alentó a una serie de creadores a producir obra, fuera en términos periodísticos, literarios o seudo literarios que los hubo en buena cantidad. Como resultado de una ponencia que abordaba asuntos del toreo mexicano, durante el porfiriato,20 me parece oportuno extraer la parte correspondiente al estudio que, sobre la prensa taurina realicé en ese trabajo. INTEGRACIÓN DE UN MOVIMIENTO INTELECTUAL UBICADO EN DIFERENTES TRIBUNAS PERIODÍSTICAS. Dedico enseguida unos apuntes al asunto relacionado con el papel que desempeñó la prensa taurina en los últimos 15 años del siglo XIX, y que determinaron la serie de decisiones tomadas para definir nuevos criterios que hicieron suyos los aficionados taurinos en su totalidad, tan necesitados entonces de una guía específica y doctrinaria. Es a partir de 1884 en que aparece el primer periódico taurino en México: El arte de la lidia, dirigido por Julio Bonilla, quien toma partido por el toreo “nacionalista”, puesto que Bonilla es nada menos que el representante de Ponciano Díaz. Dicha publicación ejemplifica una crítica al toreo español que en esos momentos están abanderando los toreros ya citados en el primer punto. La participación directa de una tribuna periodística diferente y a partir de 1887, fue la encabezada por Eduardo Noriega quien estaba decidido a “fomentar el buen gusto por el toreo”. La Muleta planteó una línea peculiar, sustentada en promover y exaltar la expresión La “reconquista vestida de luces” (Las corridas de toros y su entorno, en el México de 1877 a 1911). Conferencia dictada en la Casa de la Acequia, sede del Ateneo Español de México, A.C, el 24 de julio de 2002, dentro del ciclo “El Rescate de la memoria”, organizado por el Centro de Estudios Histórico del Porfiriato, A.C. 20
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taurina recién instalada en México, convencida de que era el mejor procedimiento técnico y estético, por encima de la anarquía sostenida por todos los diestros mexicanos, la mayoría de los cuales entendió que seguir por ese camino era absolutamente imposible; por lo tanto procuraron asimilar y hacer suyos todos los novedosos esquemas. Eso les tomó algún tiempo. Sin embargo pocos fueron los que se pudieron adaptar al nuevo orden de ideas, en tanto que el resto tuvo que dispersarse, dejando lugar a los convenientes reacomodos. Solo hubo uno que asumió la rebeldía: Ponciano Díaz Salinas, torero híbrido, lo mismo a pie que a caballo, cuya declaración de principios no se vio alterada, porque no lo permitió ni se permitió tampoco la valiosa oportunidad de incorporarse a ese nuevo panorama. Y precisamente La Muleta, al percibir en él esa actitud lo combatió ferozmente. Y si ya no fue La Muleta, periódico de vida muy corta (1887-1889), siguieron esa línea El Toreo Ilustrado, El Noticioso y algunos otros más. A la vera de estas publicaciones –casi siempre efímeras-, surgieron nombres –a partir de 1887- como los siguientes: 1887
1902
El arte de Ponciano. El Correo de los Toros El Mono Sabio El Toro El Toro de Once El Volapié (publicado en Puebla) El Volapié La Banderilla La Divisa La Divisa (Publicado en Puebla) La Lidia (Publicado en San Luis Potosí) La Lidia La Muleta La Verdad del Toreo La voz del toreo Toros en Puebla 1888
El arte de Cúchares El diablito taurino Toros y Toreros (Publicado en San Luis Potosí)
El Cencerro El Eco Taurino El Estoque (Publicado en Puebla)
La Careta Claro-obscuro Fra-diávolo Ratas y Mamarrachos 1904
1889
1903
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El Boletín Taurino La Garrocha (Publicado en Puebla) 1890 El Picador El Zurriago Taurino 1892
Don Clarencio México Taurino El Tío Timplao 1905
1906
Pimienta y Mostaza (Publicado en Mérida, Yucatán) El Correo Taurino El Estoque El Loro El Puntillero El Teatro Cómico El Toreo Ilustrado. Semanario Imparcial La Lidia La Lidia (Publicado en San Luis Potosí) La Puntilla 1895
El Loro
El Estoque El Toreo. Semanario Ilustrado Floridón La Divisa Oro y Azul 1896
El Imparcial Taurino
El Sarpullido (Publicado en Villahermosa, Tabasco) La Muleta (Publicado en San Luis Potosí) Sol y Sombra 1897
Sangre y Arena
El Almizote Taurino El sinapismo Toros y Toreros
1899
Correo de los toros. Semanario Ilustrado La divisa El enano Monterrey Taurino Los Toros 1910
El Tío Jindama 1900
Los toros en España 1911
1907
1908
1909
La Temporada
A todo este conjunto de datos, no puede faltarle una pieza importante, alma fundamental de aquel movimiento, que se concentró en un solo núcleo: el centro taurino “Espada Pedro Romero”, consolidado hacia los últimos diez años del siglo XIX, gracias a la integración de varios de los más representativos elementos de aquella generación emanada de las tribunas periodísticas, y en las que no necesariamente fungieron con ese oficio, puesto que se trataba XCV
–en todo caso- de aficionados que se formaron gracias a las lecturas de obras fundamentales como el “Sánchez de Neira”, o la de Leopoldo Vázquez. Me refiero a personajes de la talla de Eduardo Noriega, Carlos Cuesta Baquero, Pedro Pablo Rangel, Rafael Medina y Antonio Hoffmann, quienes, en aquel cenáculo sumaron esfuerzos y proyectaron toda la enseñanza taurina de la época. Su función esencial fue orientar a los aficionados indicándoles lo necesario que era el nuevo amanecer que se presentaba con el arribo del toreo de a pie, a la usanza española en versión moderna, el cual desplazaba definitivamente cualquier vestigio o evidencia del toreo a la “mexicana”, reiterándoles esa necesidad a partir de los principios técnicos y estéticos que emanaban vigorosos de aquel nuevo capítulo, mismo que en pocos años se consolidó, siendo en consecuencia la estructura con la cual arribó el siglo XX en nuestro país. Se cuestiona Roque Solares Tacubac sobre la manera en por qué llegaron a las librerías todas aquellas publicaciones hispanas que fueron mencionadas párrafos atrás, y su respuesta la afirma en el hecho de que en esa época hubo una floración en la literatura tauromáquica hispana y esa floración se esparció hasta la Hispanoamérica y por ende a la República Mexicana. La realidad consistió en que esas publicaciones llegaron a los anaqueles de las librerías y de allí a las manos de personas cultas y por consiguientes curiosas por leer. Así pasaron a los domicilios de estudiantes, profesionistas y periodistas, que las leyeron por curiosidad primeramente, pero luego ya con el interés de aleccionados en lo que habían ignorado las releyeron, las comentaron, y al hacerlo quedaron convertidos en verdaderos aficionados no en simples concurrentes a las corridas de toros. A esa pléyade cada día mayor porque lo aprendido lo enseñaba por la conversación, ya no fue posible hacerla integrante incondicional de nuestro nacionalismo taurino fundamentado en el odio ancestral al gachupín y en la hipotética superioridad del estilo de torear mexicano. Esa pléyade fueron los artilleros que manejaron los cañones constituidos por las publicaciones tauromáquicas y esos cañones estuvieron formando baterías emplazadas las posiciones campales de los toreros hispanos que después fueron arribando. Esos toreros ya tuvieron metralla con qué responder a los cacharrazos y botellazos que les lanzaban los todavía incondicionales nacionalistas taurinos, ya tuvieron razonamientos técnicos que oponer a los insultos, a las injurias, a las vejaciones. Ya no estuvieron aislados, solitarios, sino que tuvieron valerosos acompañantes, que de la conversación pasaron a la mayor publicidad y difusión sirviéndose del periodismo, pocos meses después surgió en México el primer periódico taurino mexicano El Arte de la Lidia. Hijo en cuanto al encabezado de aquel editado en España. Pocos meses después de la aparición de ese periódico taurino hubo ya en la prensa política y noticiera las reseñas de las corridas de toros y apareció el segundo periódico taurino titulado El Correo de los Toros, escritos y editado por el Señor Don Pedro González Morua, tipógrafo en la imprenta del periódico Diario del Hogar, propiedad del conocido periodista señor Don Filomeno Mata. En seguida ya se generalizó la literatura taurina mexicana, recurriendo también a ella para defenderse los paladines de nuestro nacionalismo taurino, editando un periódico titulado La Sombra de Gaviño porque el célebre don Bernardo ya había fallecido trágicamente, a consecuencia de una cornada. El Pontífice entonces de nuestro nacionalismo taurino era Ponciano Díaz. Y también en la prensa política y noticiera hubo adalides
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defensores de aquel nuestro nacionalismo taurino y la contienda se entabló entre los mexicanos netos, según se calificaron los nacionalistas y los agachupinados, los chaquetas, según calificaron a los que aleccionados por los periódicos y libros tauromáquicos habían evolucionado hacia otro estilo de torear. Esa contienda plena de incidentes, de apasionamientos, de actividad, de vitalidad, igualmente por ambos bandos, duró cinco años, desde 1885 hasta 1890. entonces, ya quedó completamente derrotado nuestro nacionalismo taurino fundamentado en el odio al gachupín y en la superioridad hipotética del estilo mexicano de torear.21
Un referente de valor es el compendio denominado LECTURAS TAURINAS DEL SIGLO XIX,22 antología preparada por Bibliófilos Taurinos de México en 1987, con motivo de los cien años de corridas de toros en la ciudad de México. Allí están reunidas las más representativas, pero no todas, las cuales son: 1) José Joaquín Fernández de Lizardi: “Sobre la diversión de toros”. Publicada por la Imprenta de doña María Fernández de Jáuregui, el jueves 4 de mayo de 1815., pp. 15-28. 2) José Joaquín Fernández de Lizardi: “Alacena de Frioleras”. Sábado 13 de mayo de 1815. “Las sombras de Chicharrón, Pachón, Relámpago, y Trueno. Conferencia”., pp. 29-33. 3) ARROYAL, León de: Pan y Toros. Oración apologética en defensa del estado floreciente de la España, dicha en la plaza de toros por D.N. en el año de 1794. Imprenta de Ontiveros, 1820., pp.33-51. 4) F.P.R.P.: El mexicano. Enemigo del abuso más seductor. México, Imprenta de D. Juan Bautista de Arizpe, 1820., pp. 53-59. 5) EL CATOLICISMO Y LAS CORRIDAS DE TOROS. OPÚSCULO. ESCRITO PARA LA ESCLARECIDA DIÓCESIS DE PUEBLA Y OFRECIDO RESPETUOSAMENTE A SU DIGNÍFISIMO OBISPO Y VENERABLE CLERO. Tacubaya, Febrero 15 de 1887. Un Católico., pp. 61-96. 6) TIO PUNTILLA: “RECUERDOS DE BERNARDO GAVIÑO. Rasgos biográficos de su vida y trágica muerte por el toro CHICHARRÓN, en la plaza de Texcoco el 31 de enero de 1888//Versos de su testamento y canción popular á PONCIANO DÍAZ”. Orizaba, Tip. Popular, Juan C. Aguilar, 1888. 16 pp. (pp. 97-124). 7) Francisco Sosa: EPÍSTOLA A UN AMIGO AUSENTE. México, Imp. De la Secretaría de Fomento. Calle de San Andrés número 15. 1888., pp. 115-124. 8) Agustín Rivera: ENTRETENIMIENTOS DE UN ENFERMO. EL TORO DE SAN MARCOS, O SEAN MUCHOS CONCEPTOS DE FEIJOO SOBRE LA MATERIA, COPIADOS POR (...). Lagos (de Moreno, Jalisco), 1891 Ausencio López Arce, Impresor. 5ª de la Estación, Número 42., pp. 125-142. 9) Rafael Medina (Seud. Pedro Arbués): Taurinas. Colección de cuentos, epigramas, anécdotas, chascarrillos, etc. Escritos por (...). Prólogo de P. Drin, Intermedio de Villamelón y Epílogo de Trespicos. México, 1896. s.p.i. 80 pp. Grabs., pp. 207-208.
Un prólogo firmado por “nadie” (hora es de que ese “nadie” vaya teniendo nombre y apellido. Malo es que no pueda hacerlo a mi nombre en mi nombre. Esos costos, se pagan caros). En
Cuesta Baquero: “Nuestro nacionalismo...”, op. Cit., p. 10-11. LECTURAS TAURINAS DEL SIGLO XIX (Antología). México, Socicultur-Instituto Nacional de Bellas Artes, Plaza & Valdés, Bibliófilos Taurinos de México, 1987. 222 pp. facs., ils. 21 22
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cuanto al resto de las obras que fueron publicadas en México y que hoy día se conocen, contamos con la siguiente información: INCLÁN, Luis G.: ESPLICACIÓN DE LAS SUERTES DE TAUROMAQUIA QUE EJECUTAN LOS DIESTROS EN LAS CORRIDAS DE TOROS, SACADA DEL ARTE DE TOREAR ESCRITA POR EL DISTINGUIDO MAESTRO FRANCISCO MONTES. México, Imprenta de Inclán, San José el Real Núm. 7. 1862. Edición facsimilar presentada por la Unión de Bibliófilos Taurinos de España. Madrid, 1995. FRONTAURA, Carlos y Joaquín Gaztambide: EN LAS ASTAS DEL TORO. Zarzuela en un acto y en verso, original de (...) y música de (...). México, Imprenta de Juan Nepomuceno del Valle, Puente de San Pedro y San Pablo, Nº 8, 1869. 16 pp. (EL TEATRO. Enciclopedia dramática). DELGADO, José (Seud. Pepe Hillo): LA TAUROMAQUIA O ARTE DE TOREAR. OBRA UTILÍSIMA PARA LOS AFICIONADOS DE PROFESIÓN, PARA LOS AFICIONADOS, TODA CLASE DE SUJETOS QUE GUSTEN DE TOROS. POR (...). México, Imprenta de I. Cumplido, Calle del Hospital Real Nº 3, 1887. 58 pp. + II de índice. --: Tauromaquia ó arte de torear. Orizaba, Imprenta “Popular” de Juan C. Aguilar, 1887., 58 pp. --: La Tauromaquia o Arte de Torear. Obra utilísima para los toreros de profesión, para los aficionados y toda clase de sujetos que gustan de toros. Por (...). Primera edición mexicana, Corregida al estilo de las suertes del país y aumentada con el uso del manejo de la reata y el jaripeo. Añadido con un vocabulario alfabético de los nombres propios de la Tauromaquia para la mejor comprensión de las suertes. Orizaba, Imprenta “Popular”, Juan C. Aguilar, 1887. 72 pp. + 2 de índice. EL ARTE DE MAZZANTINI o MANUAL PARA ASISTIR A LAS CORRIDAS DE TOROS. CONTIENE LA EXPLICACIÓN DE TODAS LAS SUERTES DEL ARTE DEL TOREO. Por DOS BARBIANES. San Luis Potosí, Litografía E Imprenta de M. Esquivel y Compañía, 1887. 58 pp. Ils. IBARRA, Domingo: Historia del toreo en México que contiene: El primitivo origen de las lides de toros, reminiscencias desde que en México se levantó el primer redondel, fiasco que hizo el torero español Luis Mazzantini, recuerdos de Bernardo Gaviño y reseña de las corridas habidas en las nuevas plazas de San Rafael, del Paseo y de Colón, en el mes de abril de 1887. México, 1888. Imprenta de J. Reyes Velasco. 128 pp. Retrs. LÓPEZ DE MENDOZA, Rafael: “Fotografías instantáneas. Cuadros Críticos. Escritos en verso por el Gral. (...). Las Corridas de Toros”. México, Librería LA ILUSTRACIÓN, 1888. 16 pp.
EL CENTRO TAURINO "ESPADA PEDRO ROMERO" Este centro fue una institución que sesionaba en algún lugar de Tacubaya, hacia la última década del siglo XIX. Allí, se reunieron diversos personajes como Eduardo Noriega, Rafael Medina, Carlos Cuesta Baquero, Eduardo Hoffmann, entre otros, quienes en medio de acaloradas discusiones alrededor de la tauromaquia, entregaron también sus propias conclusiones, cuya memoria fue divulgada en periódicos y revistas fundamentalmente. De hecho, “Taurinas” se convirtió en un divertimento literario y no en el comunicado perfecto sobre la declaración de principios de este cenáculo. Sin embargo, las disecciones teóricas trascendieron gracias a su consistencia, gracias al espíritu de convencimiento que impusieron XCVIII
y se impusieron para aleccionar a una afición –“no en simple concurrencia a las corridas de toros”- como calificó en su momento Cuesta Baquero a esos grupos de asistentes a festejos taurinos que estuvieron privados durante mucho tiempo de la auténtica idea y formación que luego cuajó en el “aficionado” en cuanto tal. Dicha evolución pudo lograrse tras intensa labor comenzada desde 1887, y culminada años después con la presencia de estos encauzadores –refiriéndonos a los integrantes en pleno del Centro Taurino “Espada Pedro Romero”-, mismos que dejaron preparado el terreno para recibir de forma madura y consciente el siglo XX. No se trata de un grupo numeroso, pero sí selecto, cuya capacidad se reflejó en el amplio conocimiento, en una cultura ejemplar y una formación movida por su espíritu inquieto, todo ello en conjunto, razón suficiente para sacudir el viejo esquema que imperó durante cerca de 60 o 70 años, tiempo en el cual se intensificó el “nacionalismo taurino”, detentado fundamentalmente por Bernardo Gaviño y Ponciano Díaz. Tal periodo –independientemente de su brillantez-, ocasionó estancamiento, un estancamiento de conveniencia favorable a estos dos diestros y a la “afición” o concurrencia, convencida de aquella forma de operar, la cual parecía estar segura de no encontrar obstáculos no tanto en su progreso, objetivo este el menos prioritario. Sino a la manera en que debía mantenerse estable, sin motivos aparentes de alteración. Es sabida la intensidad, riqueza, invención y reinvención que operaron durante esos años hegemónicos en el toreo nacional, bajo la tutela tanto del gaditano como del atenqueño, aunque en su mayoría, al margen de los postulados teóricos, de los que México estuvo privado, no por desconocimiento (ya hemos visto la cantidad de Tauromaquias de José Delgado o de Francisco Montes que circularon en varias ediciones por aquel entonces) sino por conveniencia, vuelvo a reiterar. No era posible desentenderse o desvincularse de una estructura cuasi corporativa que dejaba buenos dividendos, quedándose eso sí, en un segundo término, la posibilidad laissez faire, de permitir la natural y urgente evolución y actualización de la tauromaquia, conforme a los últimos patrones de comportamiento experimentados en España, país del cual llegaron los dictados y fundamentos del toreo a pie a XCIX
la usanza española en versión moderna, todo ello a partir de 1882, pero que se dejaron notar contundentemente cinco años después, ocasionando, por consecuencia, el derrumbe de aquella anacrónica estructura levantada y defendida por Bernardo y por Ponciano, incluso hasta su muerte misma, ocurridas, la de aquel en 1886; la de este, en 1899. Finalmente debo apuntar que el paso del Centro Taurino “Espada Pedro Romero” fue efímero, pero dejó escuela en el “Centro Taurino Potosino” que desde el centro del país, siguió impulsando la teoría durante buen número de décadas del siglo pasado.
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