El toreo en Morelia
F1391 .M8 .5 M87 2013
Soto Pérez, Luis Uriel, Marco Antonio Ramírez Villalón, Salvador García Bolio El toreo en Morelia, hechos y circunstancias / Luis Uriel Soto Pérez, Marco Antonio Ramírez Villalón, Salvador García Bolio. Morelia, Michoacán de Ocampo, México : Centro Cultural y de Convenciones Tres Marías, c2013. 224 p. ; il. : map. ; 22.5 x 31.0 cm. Incluye bibliografía e índice 1. Corridas de toros – Historia – Morelia, Michoacán de Ocampo (México) 2. Plazas de toros – Historia – Michoacán de Ocampo (México) – Siglo XX 3. Toreros – Historia – Michoacán de Ocampo (México) – Siglo XX
Apoyo en la redacción: Valentina Ramírez Ramírez Corrección de estilo, formación y cuidado de la edición: Laura Valdivia Moreno Fotografías: Arturo García Álvarez Alejandro Nápoles Avelar Juan Carlos Soria Chávez Producción editorial: Edicolor Digital www.edicolordigital.com Título original de la obra: El toreo en Morelia, hechos y circunstancias
Basado en la investigación de Luis Uriel Soto Pérez, con aportaciones de Marco Antonio Ramírez Villalón y Salvador García Bolio, bibliófilos taurinos. Se han actualizado y modificado la ortografía y las citas textuales para mejor comprensión. Primera edición: febrero de 2014 Morelia, Michoacán, México Derechos reservados conforme a la ley © Centro Cultural y de Convenciones Tres Marías Queda prohibida la reproducción parcial o total de la presente obra, sin contar previamente con la autorización expresa y por escrito del titular, en términos de la Ley Federal de Derechos de Autor, y en su caso de los tratados internacionales aplicables. La persona que infrinja esta disposición, se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes. Impreso en México/Printed in Mexico
El toreo en Morelia Hechos y circunstancias
Luis Uriel Soto Pérez Marco Antonio Ramírez Villalón Salvador García Bolio
Centro Cultural y de Convenciones Tres Marías
Contenido Prólogo 9 Capítulo I. Los orígenes del toreo en México y sus repercusiones en Valladolid de Michoacán 11 Los umbrales del toreo en Nueva España 13 Un acercamiento al lado taurino de Valladolid 21 Las primeras prohibiciones taurinas en Nueva España 33 El ámbito taurino durante la Guerra de Independencia 36 Los primeros reglamentos taurinos 39 Capítulo II. Plaza de Toros de San Juan 43 El primer coso taurino en Morelia 45 El ejército francés en Morelia 52 Las prohibiciones taurinas en la República 57 Tauromaquia en Morelia en el siglo xx 83 Abandono y demolición del coso de San Juan 144 Capítulo III. El Rancho del Charro 147 Doce años de toros en Morelia 149 El Semanario El Redondel 152 Las corridas en el Lienzo Charro 154 Últimos años de festejos taurinos en el Lienzo Charro 201 El Rancho del Charro dice adiós al toreo 215 Bibliografía 219
Prólogo
S
iempre tuve la curiosidad por saber dónde y cuándo se iniciaron las fiestas de toros en Valladolid de Michoacán. Aclarar, entre otras, las interrogantes siguientes: ¿cómo se vivió la tauromaquia en tierras vallisoletanas durante la Colonia?, ¿quiénes fueron los personajes que la conformaron?, ¿en qué consistían los festejos?, ¿dónde se llevaban a cabo? Conocer a los toreros que lidiaron en estas tierras; a qué toros se enfrentaron; quiénes fueron los empresarios que organizaron los festejos y bajo qué reglamentos lo hicieron; cuál era la justificación para celebrar las corridas; cómo y por qué se elegían ciertas fechas. También, cuál fue la influencia de acontecimientos que se vivieron en Valladolid y en la capital del país, como la guerra de Independencia (1810) y la Revolución mexicana (1910), y de qué manera afectaron la evolución de la tauromaquia en esta ciudad. En 1952 se inauguró la Plaza Monumental de Morelia, y con ello inició el declive en el aspecto taurino del Rancho del Charro. A partir de ese momento se compilaría toda la información perteneciente a la fiesta brava moreliana, a la que se suma la también conocida y parcialmente publicada historia del Palacio del Arte, construido en 1988. Sin embargo, quedaba un gran vacío ante las escasas obras que permiten visualizar el panorama taurino anterior a estas dos plazas. Llenar dicho vacío requería de una investigación en archivos, así como de
Doctor Marco Antonio Ramírez Villalón, Presidente del Centro Cultural y de Convenciones Tres Marías
trabajo de campo que reuniera información de por lo menos tres siglos. Para esto encontré una solución al conocer a Luis Uriel Soto Pérez, quien para obtener el grado de Licenciado en Historia por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, realizó un estudio sobre Organización Ramírez. En su tesis buscó esclarecer el proceso histórico de nuestra empresa a través de una profunda revisión de datos que duró dos años, por lo que le pedí que hiciera la investigación necesaria sobre la historia taurina de Morelia; es así como inició 9
El toreo en Morelia la presente obra, que aporta datos veraces respaldados por sus fuentes. Al dar lectura de esta investigación se encontrará que tiene aportaciones para comprender el desarrollo taurino principalmente en Morelia; pero reconozco que es más lo que falta por estudiar e investigar que lo que estamos esclareciendo con este esfuerzo. Esperamos que todo aquel que tenga información de la que nosotros carecemos nos la haga llegar al Centro Cultural, con nuestro compromiso de recopilar lo faltante, con su ayuda y mediante las investigaciones que nosotros seguiremos haciendo, para en el futuro presentar más obras sobre el tema.
Este libro es el segundo que publica el Centro Cultural y de Convenciones Tres Marías. La investigación duró más de un año y dio como resultado el descubrimiento mágico y maravilloso del mundo taurino moreliano, que estoy seguro gustará a todos los que admiran, quieren y respetan la fiesta brava, de la que Federico García Lorca dijo: “Es la más bella y la más culta de todas las fiestas”. Este libro es un reconocimiento a quienes han hecho posible que esta tradición perdure hasta nuestros días, tradición que a pesar de tener opositores, como siempre ha tenido, cuenta con muchos más seguidores, como siempre ha sido.
Marco Antonio Ramírez Villalón Presidente del Consejo Centro Cultural y de Convenciones Tres Marías
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Capitulo I Los orígenes del toreo en México y sus repercusiones en Valladolid de Michoacán
Los umbrales del toreo en Nueva España
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na vez conquistada la región central de Nueva España, la Corona dispuso enviar colonizadores a las comarcas circunvecinas con el fin de dominarlas; entre ellas, se encontraban los territorios del reino Michoaque, extensos y ricos en recursos naturales y humanos –de los cuales hicieron uso para edificar ciudades–. Hernán Cortés envió militares comandados por Cristóbal de Olid en 1522,1 quien acompañado de indígenas aliados tomó el poder y colonizó estas tierras, fundó pueblos y villas que fueron encomendadas entre los conquistadores más prestigiados. Las tierras cercanas a la ribera del lago de Pátzcuaro, adquirirían prestigio ante el arribo de religiosos humanistas –entre los que destaca Vasco de Quiroga–, quienes brindarían protección y abrigo a los indefensos. Tal concentración de religiosos provocaría que estas tierras se convirtiesen en morada y sede inicial de las autoridades eclesiásticas en Tzintzuntzan, antigua capital del reino purépecha. Los peninsulares, por su parte, apostaban por alguna ciudad en la cual pudieran concentrarse las autoridades. Tal y como informa el virrey don Antonio de Mendoza al monarca en turno, se buscaba fundar una villa con familias españolas y religiosos que administraran los santos sacramentos.2 La falta de habitantes en la naciente Valladolid de Michoa-
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Raúl Arreola Cortés, Morelia, monografías municipales, Gobierno del Estado de Michoacán/Morevallado Editores, 1978, p. 41. 2 Jesús Amaya Topete, Cédulas Reales de 1537 y 1609 relativas a la fundación de Valladolid hoy Morelia, Morelia, Gobierno del Estado de Michoacán, 1956, p. 34.
cán, fundada en 1541,3 y la disputa sobre la sede de las autoridades eclesiásticas y civiles retrasaron su desarrollo. En pocos años, a Valladolid de Michoacán se trasladaron las autoridades civiles y eclesiásticas. La mayor parte de las familias que se avecindaron edificó sus propiedades, primero con materiales modestos y pocos duraderos como paja y adobes, siendo complejos arquitectónicamente incipientes en relación con los del siglo xviii. Los informes oficiales daban constancia del lento desarrollo de dicha provincia. Así, el padre Alegre, al hablar sobre los primeros días de arribo de los jesuitas a la joven Valladolid de Michoacán, decía lo siguiente: “dos de los regidores se encargaron de juntar algunas limosnas para el Colegio entre los vecinos; pero estos eran tan pocos que apenas llegaban a cuarenta”. En el ámbito político las disputas parecían haberse desvanecido, por lo que en el siglo xvii la villa de Valladolid de Michoacán inició su importante desarrollo al erigirse edificios públicos y casas particulares; se construyeron caminos, drenajes, acueductos, calles, plazas, iglesias y monasterios. Esta ciudad se caracterizaría por aplicar una arquitectura de gran sobriedad, como la que destaca en su Catedral, una de las más hermosas de Nueva España, que comenzó a construirse en 1660 y concluyó en 1745,4 y que aún ahora continúa siendo el edificio emblemático de la ciudad. Por otra parte, muchos de los antiguos complejos arquitectónicos que estaban en 3 4
Arreola Cortés, op. Cit., p. 59. Ibid., p. 101.
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El toreo en Morelia
Grabado taurino que muestra a un caballero español desjarretando un toro en Nueva España. Véase en la Biblioteca del Centro Cultural y de Convenciones Tres Marías (en adelante, cc3m): Alfonso de Castilla, Libro de la montería (acrecentado por Gonzalo Argote de Molina), 1582, p. s/n.
proceso de desmoronarse, fueron remplazados por nuevos y de mejor calidad, en lo que sería el preludio del magnífico desarrollo de la siguiente centuria. El siglo xviii fue de auge para Valladolid, ya que concentró el poder religioso, político y social, y fueron construidos colegios, hospitales y señoriales casas en el centro de la ciudad, que lucían alfombras lujosas, escudos reales, pinturas, tibores, marfiles, maderas preciosas, y tenían amplias huertas de las que disfrutaban sus moradores. En la Avenida Madero, antigua Calle Real y posteriormente Calle Nacional, circulaban carruajes forrados de terciopelo. La Plaza Mayor, elemento constante en las ciudades de la península Ibérica y toda Nueva España, sería el centro de las festividades de la época. Cualquier motivo permitía hacer uso de esa explanada, que era adornada de acuerdo con la ocasión, ya fuera para representaciones dramáticas, música, danza, voladores, diversiones caballerescas, batallas campales, carreras de caballos, juegos de cañas, sortijas y escaramuzas. De todas estas diversiones, las más destacadas fueron las corridas de toros. Al final, la muerte del animal se convertía 14
en una carnicería, pues parte del público bajaba de las gradas a dar estocadas, por lo que eran comunes los heridos e incluso los muertos.5 Las carnes de los toros corridos salían laceradas, macheteadas, estoqueadas, apedreadas y mordidas por los perros que les soltaban. El códice que se muestra en la página siguiente data de 1580, probablemente fue pintado por un tlacuilo –palabra náhuatl para nombrar a un pintor– sobre papel de maguey, y muestra en detalle una representación gráfica de las quejas de los indígenas por la gran multiplicación de ganado bovino que les asolaba, pues no les permitía el libre tránsito por los caminos y causaba frecuentes muertes. Se pueden observar varios indígenas con sus arcos y flechas matando algunos toros. La queja más conocida sobre este problema es la carta enviada al rey, que señalaba la gran cantidad de toros que pastaban en los valles de Toluca, encomendados a don Manuel Gutiérrez de Altamirano, primo de Hernán Cortés. 5
Antonio Rubial García, “La Plaza Mayor en las crónicas virreinales”, en Revista Destiempos.com, México, Distrito Federal, marzo-abril 2008, Año iii, Núm. xiv, publicación bimestral, p. 17.
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Códice Relaciones geográficas de la Nueva España, resguardado en el Archivo de la Real Academia de la Historia de Madrid
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El toreo en Morelia
Corrida de toros en la Plaza Mayor de Madrid. Grabado anónimo que nos permite visualizar cómo se corrían toros en las plazas principales de los pueblos y las ciudades de la Nueva España y de la península Ibérica. Véase en el cc3m
El toreo, diversión netamente española, había servido desde la Edad Media para celebrar todo acontecimiento importante y fue considerado siempre como la forma más natural de festejar cualquier hecho que mereciera ser conmemorado. Los torneos y las fiestas caballerescas provenían de los conquistadores y de la gente de abolengo que arribó a tierras novohispanas, pero a mediados del siglo xvii y durante las siguientes centurias, la fiesta taurina fue efectuada por mestizos, criollos, negros, mulatos e indios. En estas prácticas no existía arte, mucho menos técnica… era cuestión de valor. Las condiciones en que se desarrollaban estos festejos eran únicas, según el relato siguiente: “…todos entran en el coso borrachos, muchos cayéndose lo menos es que no les quede capote ni sayo ni calzones que no se les haga pedazos, y algunos mueren infelizmente, otros escapan heridos descalabrados, estropeados y contrahechos”.6 De cual6
Archivo Histórico de la Catedral de Morelia (en adelante: ahcm), Fondo: Diocesano, Sección: Gobierno, Series: Sacerdotes, Subseries: Información, Caja: 20, Año: 1610, Morelia, Michoacán.
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quier forma, la corrida había sido adoptada con fervor por los diversos grupos étnicos de la Colonia, ya fuesen indios, negros, castas, así como hombres y mujeres que entraban al ruedo a lidiar toros, lo mismo a pie que a caballo.7 Las corridas de toros permitían materializar a la vista de los espectadores de la Colonia la aceptación del orden político y religioso procedente de la península Ibérica. Si bien a un sector importante de ambos cabildos se les exigía que no concurrieran a las corridas de toros y al teatro, los altos jerarcas de la Iglesia tenían lumbreras especialmente destinadas para ellos y existe constancia de que asistían, ya que siempre estuvieron ocupadas por religiosos. Los diversos palcos que se ofrecían a las altas autoridades civiles y religiosas reflejaban el lugar que éstas ocupaban en la escala del poder y prestigio social. El sector popular también acudía a la plaza, así como limosneros, aguadores, vendedores de frutas, dulces y pasteles.8 7
Nicolás Rangel, Historia del toreo en México, México, Editorial Renacimiento, 2004, pp. 99-101. 8 Juan Pedro Viqueira Albán, ¿Relajados o reprimidos? Diversiones públicas y vida social en la ciudad de
t lo . o or ene el oreo en M i o En su libro Americana Thebaida nos dice Fray Mathías de Escobar, refiriéndose a los toros lidiados por naturales en Michoacán: …se lidian toros, mucho más bravos como más monteses, que los celebrados jarama, pues los que allá han ganado fama de excelentes toreadores, acá ya no se atreven a ponerse a la vista de un toro de Mechoacán; y estos indios los lidian con notable valor y los que apocan su nativo ardor, dicen que lo hacen como bárbaros que son, como si a estos les faltase el temor de la muerte, que tienen hasta los brutos.9 Por su parte, el coso taurino instalado en la Plaza Mayor requería que no fuese demasiado grande, ya que provocaría cansancio en los animales y toreros, ni tampoco debía de ser pequeño ya que obstaculizaría la libertad de movimiento en la brega. Los cosos estaban
compuestos de vigas de madera, clavos, lías, cueros, reatas y goznes para darles solidez, petates para forrar el interior de las lumbreras, pintura y colgaduras para completar el adorno, así como de un entarimado que era alquilado. Una vez terminado, las lumbreras eran puestas en subasta al mejor postor, exceptuando las destinadas al ayuntamiento y las de algún otro cuerpo o personaje distinguido. El coso de madera debía ser duradero y capaz de soportar el gentío que se reuniera, ya que duraba uno o varios meses. Para comprobar que los tablados se hallaban en óptimas condiciones, se comisionaba a personas conocedoras para que verificaran la calidad. Por su parte, las calles que desembocaban en la plaza principal de la ciudad eran cerradas con cualquier objeto que permitiera evitar la fuga de los bureles jugados, mientras las personas que entraban en los tablados disfrutaban de las lidias.
Grabado taurino, donde demuestra el correr toros en los primeros días en Nueva España. Biblioteca del cc3m, en: Alfonso de Castilla, op. Cit., p. s/n. México durante el Siglo de las Luces, México, Fondo de Cultura Económica, 1987, pp. 41-42. 9 Mathías de Escobar, Americana Thebaida vitas patrum de los religiosos ermitaños de nuestros padres San Agustín de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán, México, Balsal Editores, 1970, p. 90.
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El toreo en Morelia Las familias más acaudaladas observaban las festividades taurinas desde los balcones que daban a la plaza.10 Las corridas de toros eran un espectáculo al que acudía la gente con el propósito de divertirse. Quienes las organizaban, en su afán por conseguir mejores entradas, anunciaban todas aquellas diversiones, tanto taurinas como extra taurinas, que pudieran provocar en la gente mayor interés por acudir a las plazas. Por su parte, los matatoros11 irían adquiriendo experiencia con las continuas temporadas taurinas, lo que permitiría que la lidia profesional a pie adquiriera madurez y la consiguiente formación de un concepto artístico, donde se buscaba equilibrar la belleza de la suerte con el valor al ejecutarla, y el dominio que ejercía el hombre sobre la res.12 La Iglesia católica era la principal organizadora del espectáculo taurino, Es necesario agregar, sin embargo, que frente a este espacio codificado y perfectamente organizado de la fiesta oficial, estaba la celebración popular que convertía el suceso en pretexto para la bulla, la lujuria, la glotonería y la borrachera, es decir, para proclamar el reino de lo corporal. La fiesta era para la mayoría una manera de olvidar las tensiones y miserias de la vida diaria, una forma de romper la monotonía de lo cotidiano.13 Las fiestas taurinas crecieron en popularidad, por este motivo las autoridades novohispanas aprovecharon la situación para obtener recursos para obras 10
Benjamín Flores Hernández, “Sobre las plazas de toros en la Nueva España del Siglo xviii”, en: Estudios de Historia Novohispana, Núm. 7, 1981, pp. 2-67. 11 Los primeros en surtir de toros a las autoridades fueron los carniceros de la época. 12 Benjamín Flores Hernández, “Organización de corridas de toros en la Nueva España del siglo xviii y primeros años del xix”, en: Anuario de Estudios Americanos, Núm. 2, Vol. 61, 2004, pp. 3, 5. 13 Rubial García, op. Cit., p. 10.
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públicas o festividades oficiales. Esto se repetiría de manera constante hasta mediados del siglo xx. Pero, ante todo: …no perdamos de vista el hecho de que el toreo, diversión nacional española, había servido ya desde la Edad Media para celebrar todo acontecimiento importante, lo mismo en el plano de lo civil que en el de lo religioso. Y conquistadores y colonizadores continuaron con la costumbre de solemnizar las festividades y acontecimientos que les hacían recordar su patria natal.14 Lo más común en aquella época era correr toros en los días del santo patrono de cada pueblo, así como en la canonización o procesión de algún santo. Iguales demostraciones de júbilo se hacían al organizar algún festejo con toros por las iglesias que se acababan de construir o remodelar. De cualquier modo, durante todo el periodo virreinal el motivo fundamental por el que se corrían toros fue la celebración de fiestas reales, pues era la mejor manera de demostrar alegría por los acontecimientos relevantes. Las autoridades se allegaban algún dinero, que empleaban en los otros actos para solemnizar el hecho en cuestión, siempre como una forma de ratificar la devoción novohispana por los soberanos que habían aceptado como legítimos.15 Las fiestas reales tenían como finalidad mostrar la lealtad a las casas reinantes, ya fuesen de austrias o de borbones, lo cual era expresado en los elementos que se utilizaban para embellecer las ciudades de Nueva España, como arcos, túmulos, mascaradas, carros alegóricos repletos de imágenes y emblemas reales.
14 Flores Hernández, “Organización de corridas…”, op. Cit., p. 7. 15 Flores Hernández, ibidem, p. 9.
Cรณdice de Tlatelolco de 1733, resguardado en el cc3m
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El toreo en Morelia El documento gráfico más antiguo sobre un festejo taurino en la Nueva España se muestra en la página anterior. Se trata de un códice azteca en que están corriendo toros en Santiago, Tlatelolco, fechado el 5 de noviembre de 1733. Este códice, realizado sobre papel amatl y con pinturas vegetales, representa un festejo con toros. Nótese, en la parte superior, a las autoridades españolas y aztecas que dialogan sobre el suceso. Se encuentran además cinco personajes: tres españoles y dos indígenas, uno de estos últimos yace en el piso, herido. También están dibujados dos toros que lanzan fuego por la boca y tienen cola de diablo, como representación del mal. En la parte central superior se encuentra un español montado a caballo. El documento original forma parte del acervo del Centro Cultural y de Convenciones Tres Marías (cc3m). A continuación, lo publicado en la Gaceta de México sobre esta imagen:
El 24 de noviembre de 1733 concurrió innumerable concurso en la Iglesia Parroquial de Santiago Tlatelolco, á la celebre Dedicación del sumptuoso Retablo, que, de limosas se ha fabricado á la prodigiosa Imagen del Milagroso San Antonio de Padua, que en su capilla mayor se venera: Estrenó este día ricos tersos, y finos vidrios, Diadema y Palma, primoroso Frontal de peso de ciento y tres marcos, agraciada lámpara de ochenta, vistosamente dorados, costoso Ornamento entero en tela blanca, con sus Alvas de Campeche, y demás aderentes; todo debido á la actividad del Revmo. P. Comissario General, y á la eficacia del R. P. Fr. Diego Hinojosa, quien á costa de sonroseos ha conseguido ver esta grande Obra consumada, que todo a tenido el costo de nueve mil quinientos quarenta y nueve pesos: corriéronse en aquella plaza toros, y se hizieron (los dos días siguientes) otras demostraciones de jubilo y regozijo á el aplauso de tan desseada, y solemne Dedicación.16
16 “Gazeta de México, 1722, 1728-1742”, en: Salvador García Bolio, Cuadernos taurinos, 1722, 1728-1742. Núm. 72, Morelia, p. 50.
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Un acercamiento al lado taurino de Valladolid
Detalle de la fuente ubicada en la Plaza Pública de Acámbaro, Guanajuato
Los primeros antecedentes del arribo de toros bravos a tierras michoacanas se encuentran registrados en el año de 1551 en Acámbaro, ciudad que perteneció al Obispado de Michoacán y hoy forma parte del estado de Guanajuato.17 En cuanto a ganaderías renombradas, existen referencias de que la Hacienda de San Nicolás de Parangueo, fundada por don Vasco de Quiroga, fue la primera en criar reses bravas, donde la vacada procedía de Valladolid y Navarra, España. La línea de sucesión de propietarios se borra a la muerte del obispo, hasta que en 1675 aparece como dueño de esta hacienda don Pedro Bautista Retana.18 En el contexto nacional, “hubo cronistas y escritores que dejaron testimonios de los eventos taurinos celebrados en distintos puntos de la Nueva España”.19 17 Juana Martínez Villa, La fiesta regia en Valladolid de Michoacán, Núm. vi, Colección Bicentenario de la Independencia, Morelia, Instituto de Investigaciones Históricas, umsnh, 2010, p. 110. 18 Marceliano Ortiz Blasco, Diccionario enciclopédico de la historia, la técnica y la cultura del arte del toreo, Tomo ii, Madrid, Editorial Espasa Calpe, 1991, pp. 1069-1070. 19 José Francisco Coello Ugalde, Novísima grandeza
En Acámbaro se encuentra una fuente que muestra la influencia taurina, donde la lidia a pie y a caballo se refleja en varias escenas talladas en la piedra, con las costumbres de la época. Estas escenas obligan a imaginar que el cabildo eclesiástico y civil, así como la población de todas las clases sociales, presenciaban y disfrutaban las suertes de los toreros de aquella época, quienes lucían adornos en sus trajes y cabalgaduras. Remataba la pintoresca escena con la participación ocasional del loco o payaso. En días festivos o cuando sucedía un acontecimiento importante, la muchedumbre se concentraba en la ciudad. Al concluirse la nueva morada de las monjas Catalinas en Valladolid, a mediados de 1738 –escena representada en la página 21–, las religiosas se trasladaron a su nuevo convento, donde quedarían enclaustradas de por vida, vestidas con el hábito que distinguía a la congregación y con el rostro descubierto. Caminaban de dos en dos, en orden jerárquide la tauromaquia mexicana, México, Fundación Ingeniero Alejo Peralta y Díaz Ceballos, 1999, p. 32.
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Vasco de Quiroga, fundador de la Hacienda de San Nicolรกs Parangueo. ร leo resguadado en el cc3m
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Traslado de las monjas Catalinas. LitografĂa resguardada en el cc3m
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El toreo en Morelia co, primero las novicias y después las monjas profesas. Se encaminaron hacia la Calle Real, acompañadas de salmos y repiques de campanas que anunciaban a los habitantes la importancia de aquel momento. Flanqueaban la procesión sacerdotes que llevaban un cirio encendido y cerraban la misma el Santísimo Sacramento, en manos del chantre, y el clérigo, quien bendeciría el templo al arribar las altas autoridades eclesiásticas de Valladolid. Estas últimas marchaban en procesión cubiertas por un dosel y seguidas por las autoridades civiles, entre las cuales podían distinguirse los regidores de cabildo por sus lujosas casacas y blancas pelucas, a la usanza de la época. “No faltaron las públicas demostraciones de júbilo, las corridas de toros, el desfile de carros alegóricos y la representación de comedias costumbristas y dramáticas en el coliseo que se mandaba levantar”.20 La fiesta brava seguía ganando adeptos y, con ello, la oportunidad de presentarse la lidia en cualquier evento civil o religioso. Prueba de esto fue que una vez concluida la construcción de torres, portadas y atrios de la Catedral de Morelia en 1745, el cabildo determinó celebrar el acontecimiento con las manifestaciones de regocijo que estuviesen a su alcance, ordenándose la construcción de la plaza de toros, la cual serviría de escenario para esta lidia, para las carreras de liebres y demás festejos.21 La Plazuela del Taller,22 hoy conocida como Plaza Melchor Ocampo, fue la explanada ideal para tal ocasión.
Sabemos que en la mayoría de las ocasiones el escenario para los espectáculos taurinos fue ubicado en la Plaza Mayor, o en la de San Juan de Dios, pero también existe registro de que se verificaron corridas de toros en la planicie ubicada desde la parte sur de la cerca del Convento de San Agustín al Río Chico. Posteriormente, este espacio fue invadido por “diferentes personas que pusieron casuchas, con lo cual obligaron a las autoridades a fraccionar dichos terrenos ante la creciente población”.23 Esto permitiría que la Plaza Mayor siguiera siendo el sitio para las corridas de toros la mayor parte del siglo, ya que el primer coso taurino sería construido hasta mediados del siglo xix. En 1747, en la ciudad de Valladolid, para celebrar la jura de Fernando vi – coronado rey en 1746– el cabildo civil sacó a remate la organización de las corridas de toros, otorgando el derecho al mejor postor, quien dispondría de las ganancias de las corridas, que incluían un impuesto que se cobraba a los puestos alojados alrededor de la plaza, y de los beneficios al vender la carne de los toros lidiados.24 Fue el caso de ese año, cuando la plaza de toros –rematada a Joseph Manuel Rosales–, dejó un ingreso al Ayuntamiento de 555 pesos.25
20
Silvia Figueroa Zamudio, Morelia, Patrimonio Cultural de la Humanidad, umsnh-Gobierno del Estado de Michoacán-Ayuntamiento de Morelia, 1995, p. 222. 21 Archivo Histórico Municipal de Morelia (en adelante: ahmm), Actas de Cabildo, libro 22, 1742-1743, Sesión del 5 de febrero de 1745. 22 “Esta plazuela se llamó del Taller, porque en ella se establecieron los canteros, herreros, carpinteros cuando se construyó la Santa Iglesia de Catedral”, en: José Eugenio Villalobos Guzmán, El abasto de carne en Valladolid-Morelia, siglo xix, Morelia, H. Ayuntamiento de Morelia, 2006, p. 137.
24
23
Juvenal Jaramillo Magaña, Valladolid de Michoacán durante el Siglo de las Luces, Michoacán, Instituto Michoacano de Cultura-Colegio de Michoacán, 1998, p. 58. 24 Martínez Villa, op. Cit., p. 111. 25 ahmm, Caja: 43, Expediente: 29, Año: 1747.
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Catedral de Morelia, pintura de Mariano de Jesús Torres. Imagen en la página web: http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=910398&page=22 (fecha de consulta: 2 de agosto de 2012)
Recorrido del Real Pendón para la celebración de la Jura de Fernando vi. Mapa base: “La ciudad de Valladolid a principios del siglo xvii, interpretación del arquitecto Enrique Cervantes S.”. Carmen Alicia Dávila, Enrique Cervantes (coordinadores), Desarrollo urbano de Valladolid-Morelia 1541-2001, Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
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El toreo en Morelia Para esta corrida se erogaron fuertes gastos, entre ellos:26 Por
100 pesos
Para el premio de cuatro toreadores que vinieron de México.
Por
16 pesos
Para flete de 4 mulas en que vinieron.
Por
21 pesos y 6 reales 52 pesos y 7 reales
Para la manutención del Camino y de las cabalgaduras.
Por
15 pesos
Para su vuelta, para su comida y paga del mozo.
Por
58 pesos y 1 real
Para el costo de dos gruesas de banderillas con todos sus adornos de papel blanco, dorado, listones, oropel de acero y hechuras.
Por
7 pesos y 3 reales
Para el costo de cinco rejones, que entraron las amoladuras que se les dieron durante los toros.
Por
20 pesos
Para Francisco Hurtado, toreador de a caballo.
Por
22 pesos
Para Francisco Ávila, toreador de a caballo.
Por
5 pesos
Para la comida de don Francisco Hurtado y Francisco Ávila; en 22 días.
Por
9 pesos
Para Juan de la Rosa, alias “El Chino”, toreador de a pie.
Por
5 pesos
Para el pago por un caballo que mataron los de a caballo.
Por
30 pesos
Para el pago del clarinero que vino de Salvatierra, que tocó en todas las fiestas.
Por
20 pesos
Para la viuda de Juan Espino, toreador de a caballo que murió el día primero de toros.
Por
11 pesos
Para las cabalgaduras que volvieron a los toreadores mexicanos.
Por
15 pesos
Por otro caballo que se mató en los toros.
Por
4 pesos y 3 reales
Para los tambores.
Por
186 pesos
Para 31 toros que se mataron en los días en la plaza, de esta forma: tres de la hacienda de la Huerta, uno de la hacienda de Tirio, once de la hacienda de Coapa, 7 de la de Itzícuaro, 4 de Caparatato, y 2 de la de Queréndaro, que se pagaron a 6 pesos.
Por
14 pesos y ½ real
Para el costo de una traba y gancho de fierro, para arrestar los toros.
Por
7 pesos
Para refrescos que se dieron a los vaqueros que traían toros.
Por
26
26
Para los gastos de comida, y posada en el mesón de esta ciudad durante 25 días.
Archivo Histórico del cc3m, Ciudad: Valladolid de Michoacán, Año: 1747.
t lo . o or ene el oreo en M i o Sobre este festejo, el historiador Juvenal Jaramillo escribió: “Los gastos se extendían hasta la vestimenta misma de los toreros, donde las telas, botones, listones, pañuelos, zapatos, muletas, sombreros y elaboración misma que tuvieron un costo de 363 pesos con 3 reales”.27 También se sumarían los costos correspondientes a los adornos de la ciudad, así como de los aperitivos obsequiados a las autoridades que presidían los eventos. Es un hecho que estas fiestas fueron excepcionales, las corridas de toros eran el centro de las diversiones, compartidas con comedias, así como con otras expresiones y espacios de esparcimiento comunes en ese siglo. “Un exceso, sin duda, y tales excesos acarreaban, a su vez, otros males: muchos artesanos, obrajeros, campesinos y demás gente dedicada a oficios varios, se distraía de sus ocupaciones durante un periodo demasiado largo, abandonándose a las apuestas, las embriagueces, el hurto y otras conductas lesivas a su persona, su familia y la sociedad toda”.28 En el país se disfrutaban las suertes del toreo, pero aún más cuando las autoridades permitían participar a los concurrentes en los festejos, tal y como menciona Viqueira: …otros días se ponía en el centro de la plaza un monte Carnaval, que era un conjunto de prendas de vestir, de animales de corral y de alimentos, protegidos en un primer momento por la tropa. Al hacer una señal el Virrey, la tropa se retiraba y los espectadores se abalanzaban a tomar cuanto pudiesen del monte, en reñida lucha los unos contra los otros. Una variante de esta diversión era el palo encebado o cucaña. Nobles y autoridades gozaban de estos espectáculos en los que la gente del pueblo, en su pobreza, peleaba entre sí para hacerse de alguna gallina o de algunas medias.29 27
Ibidem. Jaramillo Magaña, op. Cit., p. 59. 29 Viqueira Albán, op. Cit., pp. 41-42. 28
Este ritual servía para manifestar públicamente lealtad al nuevo rey, ausente en forma física del virreinato pero simbólicamente materializado a través de un eficaz espectáculo propagandístico que, si bien no sólo se concentraba en la realización del festejo taurino, también constituía el punto de reunión de las diversas castas que, eufóricas, apoyaban a su nuevo monarca. Un ejemplo es lo sucedido en Guadalajara, donde el conjunto de festividades se extendió sobre una decena de días, alternándose espectáculos diversos: ceremonias civiles y religiosas, desfiles de carros, combates y corridas de toros. Era la Plaza Mayor de Guadalajara, en su explanada, el espacio donde los universos religioso y político se reunían con el pueblo.30 Para darnos una idea de lo que sería un día normal con una corrida vallisoletana del siglo xviii, nos relata Jorge Amós sobre las fiestas de Santa Teresa celebradas en octubre de 1757: Los toros fueron comprados a las Haciendas de Coapa en Tiripetío y de Atapaneo en los límites de la ciudad, conducidos por Pedro Mendes, un coyote31 de 40 años y Thomas Piñón, mulato de 26 años; una vez reunidos, se les dejaba pastar en las lomas del Zapote, vigilados por Miguel de Chávez, mulato de 31 años. Para entonces se hallaban levantadas las gradas y emparejada la tierra de la plaza frente al Ayuntamiento, trabajo realizado también por mulatos. El empresario don Salvador de Silva ya había contratado a tres toreros: Ilario Rodríguez, vecino de Pátzcuaro (el único foráneo), mulato libre de 34 a 36 años, quien ganaba un peso por día por “torear de garrocha” y “le daban caballo en que entrar”; Faustino, 30 Thomas Calvo, “La jura de Fernando vi en Guadalajara (1747): de la religión real a la festividad”, en: Takwá, Revista de la División de Estudios Históricos y Humanos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, Núm. 8, Otoño, 2005, p. 75. 31 De la mezcla de indígena con mestizo surge la casta denominada coyote.
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El toreo en Morelia mulato libre de 40 años, “toreador de garrocha”, ganaba un peso toreando en bestia que le daba el empresario; Tomas Piñón, mulato libre ganaba 10 reales diarios por torear en su propio caballo. Además de los trabajadores de la plaza y los que cobran en los tablados como un tal, Joseph de Arteaga, mulato libre de 34 años, quien se encargaba de cuidar los 12 caballos de los toreros y ayudaba a destazar los toros; hay algunos voluntarios o acomedidos que trabajan solo por el placer de ver los toros.32 En 1760 se celebraron las festividades en honor del casamiento del príncipe de Asturias, Carlos iv, y la princesa Luisa de Parma, para lo cual se mandó limpiar y emparejar la Plaza Mayor con el fin de colocar los tablados. Se pagaba un real a los indios de pueblos cercanos, quienes con yuntas de bueyes y carretas propiedad de don Joaquín Chávez de Vicuña, nivelaron la tierra. Don José Francisco Ruiz de Chávez fue nombrado para que diera siete días de toros, vigilara e informara sobre las acciones de la plaza.33 Durante un lapso de dos semanas los vallisoletanos disfrutaron de la lidia de toros acomodados en los tablados, dos de ellos ocupados por los cabildos eclesiásticos y civiles –este último tendría a su cargo la compra de los toros.34 La magnificencia y suntuosidad que se desprendía de las bodas reales, hacía que la sociedad disfrutase de lleno las celebraciones e hiciera eco de ellas en bailes, banquetes, recepciones y comitivas reales, torneos, juegos de cañas y sortijas, misas de Acción de Gracia, paseos y carros triunfales, representación de luchas de moros y cristianos, teatro y desfiles de máscaras. Si bien Valladolid de Michoacán es nuestro marco de estudio, en la provincia de Oaxaca se programaron durante dos semanas festejos que incluían paseos de 32 Jorge Amós Martínez Ayala, ¡Epa! ¡Epa! Toro prieto, Instituto Michoacano de Cultura, México, 2001, p. 184. 33 Archivo Histórico del cc3m, Ciudad Valladolid de Michoacán, año: 1760. 34 Martínez Villa, op. Cit., p. 91.
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carros triunfales, toros, misa de Acción de Gracias, luminarias generales y fuegos artificiales.35 En la Ciudad de México las fiestas de toros con motivo de los matrimonios concertados entre las casas reales de España y Portugal duraron siete días: El día 8 [...] se corrieron valientes y feroces toros en la Plazuela del Volador, a la celebridad de los plausibles desposorios de los Serenísimos Príncipes de España y Portugal; continuándose esta semana cuatro días, y la siguiente tres, habiéndose iluminado las tres primeras noches toda la ciudad de hachas y luminarias, en que la lealtad de los vecinos mostró su general júbilo y universal regocijo.36 La afición estaba generalizada en el siglo xvii, no se podía imaginar una ciudad o población hispanoamericana en la que se celebrase algo sin que se corriesen toros. Para atraer la población se acostumbraba: “añadirle multitud de pequeñas diversiones que le hicieron perder por completo su carácter original de ejercicio de caballería. Para empezar era frecuente que hubiese mujeres toreras”.37 En otras ocasiones se soltaban animales de presa para que lucharan contra los toros, según la cita: La multitud enardecida gritaba exigiendo al moribundo animal que sacara a relucir su casta. El toro parece que comprendió y con un esfuerzo inexplicable, súbito y acaso pudiera decirse sublime, desencajó al tigre de su lomo, lo derribó y hundió una y diez mil veces sus aceradas astas en el vientre del tigre, regando sus entrañas por el suelo. Ambos animales quedaron tendidos en la arena y el público consagró al toro como el triunfador.38 35
Biblioteca Nacional de España, Hemeroteca Digital, Gaceta de México, Z 3785, Núm. 12 (noviembre de 1728), p. 94. 36 Ibidem, p. 90. 37 Viqueira Albán, op. Cit., p. 41. 38 Alejandro Rosas, “Al toro por los cuernos”, en: revista Relatos e Historias en México, 25 de septiembre de 2010, p. 3.
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Lucha de toro y tigre. Grabado original resguardado en el cc3m
Para 1775, en Valladolid, las fiestas de día de muertos duraron tres semanas de toros y doce de comedias. Si bien las corridas se realizaban a la par de festividades y momentos de alegría, se estaba sembrando el antecedente de las actuales temporadas, que comenzaron con la prolongación de las corridas. Su organización implicaba que con tres meses de anticipación se mandara un pregón para rematar las lumbreras de la plaza de toros al mejor postor. El pregón, con voz fuerte y clara, hacía saber a la comunidad vallisoletana lo siguiente: “¿Hay quien quiera hacer postura a las fiestas, que se han de hacer el mes de noviembre venidero de este año, las que se han de componer de tres semanas de corridas de toros?” La ausencia de empresarios interesados fue palpable ese año, a tal grado que el pregón salió por las calles en nueve ocasiones hasta que el ayuntamiento vallisoletano se propuso a sí mismo, ante la falta de postores acaudalados.39 39
Archivo Histórico del cc3m, Ciudad: Valladolid de
En el año 1776 se presentaron los pregones correspondientes para las fiestas de toros y comedias de noviembre; de igual manera, se convocó a la sociedad vallisoletana tres meses antes para que decidiesen participar en los festejos taurinos, que se dividirían en ocho días de corridas de toros y seis de comedias, comenzando desde el 4 de noviembre.40 Transcurriría el año de 1777 y, como era costumbre, en el mes de septiembre se hicieron los preparativos para el 2 de noviembre. Este año parecía que la fiesta taurina sería suspendida por la falta de postores capaces de cubrir los requisitos mínimos que solicitaba el ayuntamiento, pues la única propuesta que había surgido era la de don Francisco Viveros, inadmisible con respecto a las condiciones del cabildo. Dicha carencia de postores obligaría a aplazar las festividades hasta el mes de enero del próximo año, después de la celebración de la AdoraMichoacán, Año: 1775. 40 Archivo Histórico del cc3m, Ciudad: Valladolid de Michoacán, Año: 1776.
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El toreo en Morelia ción de los Santos Reyes. Posteriormente emergería la propuesta de don Juan Torres Cano, subteniente de Dragones de Milicias Provinciales de Michoacán, la cual fue valorada y aprobada a grado tal que el compromiso de realizar la fiesta taurina en el mes de enero próximo fue derogada y se renovó la oportunidad de hacerla en noviembre.41 Como empresario, contribuiría con 500 pesos bajo las siguientes condiciones: “…Han de comenzar las corridas y fiestas, desde el día 24 próximo de noviembre […] se han de dar ocho días de corridas de toros […] que si por algún motivo no se pudiesen correr algún día de los destinados se me ha de completar siempre el número de los ocho”.42 Así aprovecharía las circunstancias al cobrar un impuesto extra a las buñueleras y demás puestecitos de dulceros que se pusieron bajo los portales, como también a aquellos que pusieran cocinas. La prontitud de levantar la plaza de toros en medio de la ciudad implicaba un gran movimiento de personal para colocar los tablados correspondientes. Si éstos no fuesen suficientes, don Juan Torres Cano requeriría apoyo del señor corregidor. Además, exigiría que la guarnición se presentara el día previsto para mantener la compostura de los asistentes,43 ya que cuando los toros o toreros resultaban pésimos, el público arrojaba anises y diversos objetos en protesta. En ocasiones, por el malestar debido al pésimo ganado, “los concurrentes bajaban a la arena mientras se estaban lidiando los toros, picaban a los animales para enfurecerlos con espadas, garrochas o púas, mientras que otros insultaban a los toreros para incitarlos a realizar suertes más peligrosas”.44 La mayoría de los empresarios que hacían corridas de toros estaban obliga-
dos a dejar limpia la explanada donde se instalaban los tablados, así como a presentar buenos toros y toreros. Torres Cano, en su contrato establecido con el cabildo civil, consideró necesario que le informaran a tiempo la procedencia de las bestias, para evitar reclamos.45 Dichas fiestas taurinas fueron toda una ocasión, y los preparativos para ello eran, a su vez, un ritual digno de relatar: Todas las mañanas los caballos recibían su pastura y se acicalaban, mientras los toreros tomaban bizcochos y chocolate; en la comida se servía por igual a vaqueros, toreros, aventureros, mujeres y convidados de toreros, el menú consistía en caldo, carne con pan, frijoles y atoles. En la tarde se efectuaban las lidias. El público se sentaba donde pagaba, aunque existían sitios reservados para los cabildos; sobre todo cuando los ruedos se levantaban en la Plaza Mayor, frente al ayuntamiento, pues los balcones eran los mejores palcos. La música se colocaba a veces en un mongibelo (montículo) justo en el centro de la plaza. Salía el torero en su caballo, siempre descubierto, sin más protección que la habilidad de su jinete y luego el toro que era lanceado. El torero de garrocha que lograba matar en una suerte a su toro recibía de gala dos pesos más o medio toro y así que unas veces era uno y otras lo otro. En algunas ocasiones se mandaba un toro encuetado.46 El antecedente de entregar orejas al torero se originó por la costumbre de premiarle con medio toro o toro completo, que le entregaba el carnicero al presentar una o dos orejas. Escribe Viqueira sobre la Ciudad de México: “Después de la función, en las noches, la gente misma del pueblo se introducía en la plaza, llevando co-
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Idem. Idem. 43 Idem. 44 Viqueira, op. Cit., p. 42. 42
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45 Archivo Histórico del cc3m, Ciudad: Valladolid de Michoacán, Año: 1777. 46 Martínez Ayala, op. Cit., p. 185.
t lo . o or ene el oreo en M i o mida y bebidas, y con la ayuda de algunos músicos, organizaba escandalosos bailes”.47 En este sentido, lo que sucedía en Valladolid de Michoacán no era muy distinto de la capital. En 1782, los señores del muy ilustre Cabildo de Justicia y Regimiento, en reunión extraordinaria, consideraron que saliera el pregón para subastar entre los interesados la organización de las fiestas de toros y comedias de noviembre. Don Manuel Torres Cano ofertó 400 pesos, el ayuntamiento aceptó su propuesta y le permitió construir el coso, así como cobrar durante los días festivos un impuesto a los expendios de cocina y confiterías, además de permitírsele vender la carne de los toros que fuesen muertos en las corridas. Como era costumbre, los que realizaban la empresa estaban obligados a ceder dos tablados para el honorable Cabildo, que presenciaría dos semanas de toros y comedias. En el año de 1783 se presentaron varias posturas de remate para las fiestas taurinas, al final la más alta fue la de don Dionisio García Carrasquedo, quien ofreció 925 pesos, por lo que se le permitió realizar las fiestas de noviembre. Para 1784, don Santiago Ignacio de Islas compareció ante el pregón para ofrecer 500 pesos, mismos que el Cabildo aceptó. Sobre los precios para los festejos, Viqueira nos comenta: “los que no eran fijos llegando a veces a alcanzar niveles tan altos que el pueblo, a pesar de su afición por este espectáculo, dejaba de concurrir a las plazas”.48 No podemos continuar sin mencionar al Excelentísimo Señor Virrey de la Nueva España, don Bernardo de Gálvez y Madrid, a quien Julio Téllez García describe como fiel y apasionado taurino: 47 48
Rangel, op. Cit., p. 190. Viqueira Albán, op. Cit., p. 41.
Don Bernardo de Gálvez y Madrid, virrey de la Nueva España. Óleo resguardado en el Museo Nacional de Historia, en el Castillo de Chapultepec, Conaculta-inah
Sin duda el 49° Virrey de Nueva España fue uno de los más carismáticos políticos de su época; hablando toreramente tenía “ángel, duende” para gobernar. Muy pronto se adueñó de las simpatías y el amor de los novo-hispanos; convivía con el pueblo y se presentaba en las plazas de toros conduciendo él mismo su carruaje, dando vueltas al redondel antes que los propios lidiadores, valiéndole siempre grandes aplausos de la multitud. Después subía a ocupar, no su regio palco, sino cualquier lugar junto al pueblo que asistía familiarmente al espectáculo. Algunos lo criticaban como don Carlos María de Bustamante “…Gálvez hacía los mayores esfuerzos por ganarse una popularidad hasta entonces desconocida, y que mancillaba, por no decir prostituía, la alta dignidad de Virrey. ¿Qué es esto de dar gusto al populacho en barullo para girar en un quitrín en derredor de la plaza de toros como pudiera Nerón en la Roma para ganar aplausos? ¿Qué sentarse al lado de una mujerzuela banderillera, con
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El toreo en Morelia agravio de la decencia pública y aún de su misma esposa que lo presenciaba”.49 Esta cita fue tomada de “Pasajes de la diversión de la corrida de toros por menor dedicada al Excelentísimo Señor don Bernardo de Gálvez Virrey de toda la Nueva España, Capitán General, del año 1798”, obra considerada por Julio Téllez y Salvador García Bolio como un manuscrito pobre en ornato pero rico en detalles sobre usos y costumbres del siglo xviii, como fiestas, juegos de cañas y toros. Esta es la primera vez que un testigo presencial nos describe los pormenores de la construcción de una plaza de toros y los festejos en ella realizados. Un aficionado taurino del siglo xx se aproxima a la magia, a la poesía de un mundo, de una sociedad y de una historia taurina que se está rescatando.
Continuamente se planeaban lidias en todo momento que pudiera parecer apropiado para ellas y en cualquier lugar que estuviera en condiciones de ser adaptado para verificarlas, y no sólo en el transcurso de las temporadas oficiales. De este modo, llegó a ser bastante frecuente montar corridas no estrictamente formales y que por lo tanto no se hallaban sujetas a una organización precisa.50 Es el caso de la realizada el año de 1787, donde el señor fiscal le otorgó al intendente Corregidor de Valladolid de Michoacán la concesión de dar una corrida de toros.51
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Julio Téllez y Salvador García Bolio, “Pasajes de la diversión de la corrida de toros por menor dedicada al Excelentísimo Señor don Bernardo de Gálvez Virrey de toda la Nueva España, Capitán General, del año 1798”, Cuadernos Taurinos 4, México, 1988, p. s/n.
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Benjamín Flores Hernández, “Organización de corridas de toros en la Nueva España del siglo xviii y primeros años del xix”, en: Anuario de Estudios Americanos, Vol. 61, Núm. 2, 2004, p. 4. 51 Archivo General de la Nación (en adelante: agn), Caja 3154, Expediente 010, Año 1787, Ciudad Valladolid de Michoacán.
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Las primeras prohibiciones taurinas en Nueva España Antes de 1787 ya se habían promulgado diversas disposiciones, bulas papales y reales pragmáticas que prohibían los toros. La real pragmática de Carlos iii con fecha del 9 de noviembre de 1785 prohibía las fiestas de toros en los pueblos del reino. Cuando se realizó en Valladolid de Michoacán la corrida a la que nos referimos en el párrafo anterior, ésta se encontraba vigente. El rey sabía que no podía hacer efectiva esta disposición ya que traería graves repercusiones sociales y económicas, por lo que ordenó: “Imprímase pero no se publique”. Las festividades en honor a Carlos iv tuvieron casi las mismas características en toda la provincia de Nueva España: constaban de un paseo de la Jura Real, en la cual sobresalía el alférez real que arrojaba monedas conmemorativas a los asistentes. El juramento de fidelidad iba acompañado de misas, desfiles, juegos pirotécnicos, música, baile y las fastuosas corridas de toros. En la ciudad de Valladolid fue visible la ostentación de las clases dominantes de la provincia, a pesar de que para esos años la crisis agrícola de 1785-1786, conocida como el Hambre Gorda, había afectado a varios sectores sociales. El obispo de Michoacán, Francisco Antonio de San Miguel Iglesia Cajiga –mejor conocido como Fray Antonio de San Miguel–, mandó construir el acueducto de Morelia para dar trabajo al pueblo y combatir la pobreza, y al mismo tiempo solucionar el problema más grave de la ciudad, que era la escasez de agua.52 Las exigencias del cabildo civil para esta festividad se concretaron a mandar emparejar y limpiar la Plaza Mayor para la colocación de los tablados. 52 Fue construido en 1785. Véase: Carlos Juárez Nieto, “El acueducto de Morelia”, en: Figueroa Zamudio, op. Cit., pp. 97-105.
Carlos iv. Óleo resguardado en la Sala de Obispos de la Catedral de Morelia
El virrey Revillagigedo había aprobado el cumplimiento de estas disposiciones, además de felicitar al Ayuntamiento de Valladolid de Michoacán por la manera en que se proclamaría al monarca.53 Dado que los festejos comenzarían el 8 de enero de 1791, se dispuso que hubiera: “misa y sermón en esta santa iglesia catedral: en el lunes principio de la semana, continúen las corridas de toros y comedias: precediendo en las tres noches anteriores de viernes, sábado y domingo, los fuegos e iluminaciones correspondientes”.54 La población deseaba asistir a dicho espectáculo, pero la mayoría de las localidades dentro del coso estaba destinada a las familias de los personajes más acaudalados de la provincia de Valladolid de Michoacán, mientras que otras lumbreras pertenecían al cabildo eclesiástico. Junto a la fiesta taurina hubo otros espectáculos muy concurridos, como los juegos de cañas, que constituían también reminiscencias de la Edad Media: 53
ahmm, Actas de Cabildo, libro 69, 1790-1791, sesión del 26 de agosto de 1790. 54 Eugenio Mejía Zavala, “Testimonios de la Proclamación de Carlos iv en Valladolid de Michoacán en 1791”, en: Tzintzun, Revista de Estudios Históricos, Núm. 38, julio-diciembre de 2003, Morelia, Instituto de Investigaciones Históricas de la umsnh, p. 175.
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El toreo en Morelia se trataba de un simulacro de combate en el que los caballeros se alanceaban mutuamente con varas o cañas muy frágiles, de unos dos metros y medio de longitud, que se rompían en la adarga o en la armadura sin causar daño.55 En 1790 el alcalde de Valladolid, don Isidro Huarte –padre de Ana Huarte, quien casó con don Agustín de Iturbide, primer emperador de México–, tuvo a su cargo la comisión de corridas de toros y funciones teatrales.56 El lugar para la ubicación de la plaza de toros estaba en duda: algunos sugerían que se situara en la Plaza Mayor de Valladolid de Michoacán, pero otros consideraban que fuese en la Plaza de San Juan de Dios, para lo cual era necesario destruir la pila, aunque posteriormente la reedificarían con las ganancias provenientes de las fiestas.57 La discusión concluiría en ubicar el coso en la Plaza Mayor, “desde la pila que está en medio de ella para el norte, poniéndose después los puestos…”.58 Las fiestas reales no se limitaron a corridas de toros y obras teatrales, el día de la proclamación de Carlos iv se corrieron cañas y se realizaron otros espectáculos que demostraban el júbilo del pueblo novohispano. Esto se glorificaría aún más los días 26 y 27 de marzo, cuando el alférez real entró al redondel y con voz fuerte gritó: “¡Viva el rey!”. “El espectáculo era hermosísimo y sirvió de evidente señal de amor y lealtad”.59 A fines del siglo xviii se manifestó con fuerza el efecto de la Ilustración en las autoridades virreinales, lo que influyó sobre la celebración de corridas de toros, bajo la consideración de que se trataba de un espectáculo brutal e inhu-
mano, que producía desapego al trabajo e invitaba a vicios e inmoralidades. Pero era una raíz difícil de resquebrajar en el ámbito local, algunos investigadores han propuesto que su constancia se debía a sus buenos ingresos. La postura de la autoridad se constató aún más con los comentarios del conde de Revillagigedo, en 1792: “No hay necesidad de hacer en esa ciudad gastos algunos en el recibimiento del nuevo intendente, don Felipe Díaz de Ortega, y en el caso de ser indispensables debería pensarse en otros arbitrios, menos perjudiciales al público que las corridas de toros”.60 Las prohibiciones de finales del siglo xviii no impidieron que se manifestara esta tradición, adoptada y hecha propia por la población de Valladolid de Michoacán. En el año de 1800, el Procurador General del Ayuntamiento, don Benigno Antonio de Ugarte, autorizó las corridas de toros para mejoras urbanas. En 1802 se presentaron dos corridas de toros con el fin de reunir fondos para la reparación del camino a Santa Rita y el que se dirigía al pueblo de Tarímbaro. Comparecería don José Joaquín de Iturbide, quien dirigía el Consejo Municipal y era propietario de la Hacienda de Quirio, manifestando lo siguiente: …Es tan necesario el reparo que se le debe hacer a éste, que sin este beneficio no pueden transitar los que van para el viento de la de México, como los que de allá vienen y por consiguiente se carece de los víveres más necesarios y suben de precio aquellos que con demasiado trabajo y peligro se arriesgan a pasar, con motivo de que el río tiene poca caja.61
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Martínez Villa, op. Cit., p. 113. ahmm, Caja: 48, Expediente: 10, Fecha: 1791, Ciudad, Valladolid de Michoacán. 57 ahmm, Actas de Cabildo, Libro 69, 1790-1791, sesión del 18 de septiembre de 1790. 58 ahmm, Actas de Cabildo, Libro 69, 1790-1791, sesión del 13 de diciembre de 1790. 59 ahmm, Caja: 48, Expediente: 10, Año: 1791. 56
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60 ahmm, Actas de Cabildo, Libro 69, 1790-1793, sesión del 4 de junio de 1792. 61 agn, Caja: vii, Volumen xv, Expediente: 9, Año: 1802.
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Virrey don José de Iturrigaray Óleo resguardado en el Museo Nacional de Historia, en el Castillo de Chapultepec, Conaculta-inah
El 4 de enero de 1803 el virrey don José de Iturrigaray tomó posesión de su cargo. Pese a las prohibiciones, desde esta fecha el Ayuntamiento inició la organización de las corridas de toros para la fiesta de toma de posesión; para tal efecto se decidió que las corridas se realizaran una semana antes de las fiestas de carnaval. Se construyó una plaza de toros de madera, con el lujo acostumbrado y con palcos destinados únicamente a las autoridades y la sociedad pudiente. Don Gabriel del Yelmo presionó a los carniceros para que le vendieran la carne a cuatro pesos el toro, aunque su valor real era de doce pesos. Ante tal abuso el nuevo virrey ordenó de forma oficial que los toreros vendieran la carne a quien ellos quisieran y a un precio justo, lo cual provocó malestar en el acaudalado y soberbio abastecedor, quien juró venganza, al grado de participar en la conspiración para aprehender a don José de Iturrigaray por considerársele insidioso.62 En 1805 los empresarios enviaron una carta a don Benigno Antonio de Ugarte para solicitarle que asistiera a las corridas como agradecimiento al apoyo recibido. En el mensaje se leía: “La gene62
José Eugenio Villalobos Guzmán, op. Cit., p. 139.
rosidad con que ese ilustre ayuntamiento se ha manifestado en todos tiempos hacia este vuestro cabildo hasta ahora una prueba nada equivoca convidándole para que autorice con su personal asistencia las corridas de toros que han de comenzarse el miércoles próximo”.63 Para la temporada de 1806 se abastecería la plaza de toros de Valladolid de Michoacán con cuarenta toros de cuatro a cinco años –edad considerada como apropiada para tales lides–, de la Hacienda de Bellas Fuentes. La calidad de las reses debía ser excelente, por lo que para constatarlo enviaron a don José Antonio Chávez, administrador de dicha hacienda, y a don Francisco Ortiz como perito. Este último declaró: …que habiendo procedido al reconocimiento de los toros, de la hacienda de Bellas Fuentes hallo que cuando comiencen el pie a partidas que se trató para torear en las presentes fiestas son de dos años que van a tener y algunos de tres que van a cuatro pero ninguno de cuatro cumplidos. Que esta es la verdad por el juramento que tiene hecho al tiempo de la aceptación, el cual ratifica y lo firman por anterior de que doy fe.64 A pesar de la opinión desfavorable del perito, se adquirieron los toros, una vez que se iniciaron los festejos los astados no fueron del agrado de don Benigno Antonio de Ugarte, por mansos, lo que dio como resultado que asistieran cada vez menos espectadores. El problema fue tan serio que devolvieron los toros a don José Antonio Chávez y se solicitó traerlos de otras haciendas con la edad que era costumbre para lidiar en esta plaza.
63 ahmm, Caja: 37, Expediente: 5, Legajo: 1, Año: 1805. 64 Archivo Histórico del cc3m. Ciudad: Valladolid de Michoacán, Año: 1806.
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El toreo en Morelia
El ámbito taurino durante la Guerra de Independencia
gidores honorarios don Andrés Fernández y don Benigno Antonio de Ugarte y doctor don José Rafael Suárez Procurador general. Habiendo tenido noticia positiva este ilustre Ayuntamiento de estar nombrado por Intendente Corregidor de la provincia el señor don Manuel Merino. Acordó se consulte a la superioridad a fin de que sirva ampliar la licencia para gastos de la entrada de su señoría y demás señores intendentes, hasta la cantidad de un mil quinientos pesos respecto a que los trescientos a que los modero la Junta Superior de propios de treinta y uno de marzo de este año, es cantidad muy corta y no se encuentra motivo para que siendo costumbre recibir a dichos señores magistrados con el decoro que corresponde, no se haga lo mismo con el actualmente nombrado y demás que le sucedan; porque no pudiéndose de manera alguna evitar la concurrencia acostumbrada del venerable Cabildo Eclesiástico, prelados de religiones, cuerpos militares y políticos, vecinos republicanos y de distinción de la ciudad, es a todas luces cantidad cortísima la de los trescientos pesos; todo lo cual se haga presente a la superioridad como también que asignándose en el referido reglamento para este gasto, el arbitrio de una corrida de toros por tres días…65
Fernando vii de Borbón. Óleo resguardado en el Museo del Prado en Madrid, España. Autor: Vicente López Portaña
Los años siguientes fueron difíciles para Valladolid porque estuvieron marcados por la Guerra de Independencia, en varias ocasiones con la toma de la ciudad por insurgentes y realistas, con el consiguiente sufrimiento de la población. El movimiento independentista fue provocado por los criollos españoles, quienes resentían la opresión de los monarcas españoles y el favoritismo hacia los peninsulares, y que aprovecharon la oportunidad de la invasión francesa a España y la coronación de José Bonaparte como rey de Hispanoamérica. El legítimo rey Fernando vii de Borbón, El Deseado, fue un hombre de carácter débil, juzgado por la historia como un mal gobernante, quien perdió sus posesiones en América cuando fue llevado prisionero a Francia. En 1810 el Cabildo recibió un escrito en los siguientes términos: Valladolid de Michoacán a catorce de agosto de mil ochocientos diez. Estando en su sala de acuerdos los señores del muy ilustre Cabildo, justicia y regimiento de esta nobilísima ciudad a saber: el señor doctor don Alonso Terán Teniente letrado, Asesor ordinario e Intendente interino de esta Provincia que preside; el señor Regidor Alcalde provincial don Ysidro Huarte, el señor don Juan Bautista de Arana Regidor perpetuo, los señores Re36
El dictamen no fue aprobado. El 17 de septiembre de 1810 la Junta Superior de Real Hacienda negó el gasto de los mil 500 pesos para los festejos de recepción del intendente,66 debido a que se consideró que no correspondía organizar corridas o festejos tumultuosos, por las calamidades y enfermedades derivadas de la escasez de semillas, aunadas a los graves sucesos en torno del gobierno. Don Miguel Hidalgo y Costilla, Padre de la Patria, inició la Guerra de Independencia la noche del 15 de septiembre de 1810 en Dolores –entonces perteneciente al Obispado de Michoacán–. La noticia de este levantamiento armado llegaría de forma inmediata a la ciudad de Valladolid. Los componentes de la sociedad vallisoletana –entre ellos civiles, religiosos y militares– se encon65 66
ahmm, Acta de Cabildo, 14 de agosto de 1810. ahmm, Acta de Cabildo, 17 de septiembre de 1810.
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Hidalgo agricultor. Obra de Alfredo Zalce Óleo ubicado en la Sala de Rectores del Centro Cultural Universitario (ccu) de la umsnh
traban inquietos, pues la efervescencia era palpable, de modo que por unos meses se interrumpió la fiesta brava.67 Hidalgo fue un gran aficionado a las corridas, asistía a ferias y celebraciones para vender sus toros y jugar sus gallos. Por su afición, se tiene constancia de que había comprado las haciendas de Jaripeo, Santa Rosa y San Nicolás, del actual municipio de Ciudad Hidalgo, y vendido ochenta toros de lidia para las corridas que se celebraban en la plaza de Acámbaro.68 Se relacionó, por su orden de vida, con personajes como Agustín Marroquín, El torero Marroquín, quien lo acompañó en parte de su campaña. De turbios antecedentes, Marroquín fue liberado de la prisión después de que José Antonio Torres entró a la capital de Nueva Galicia el 11 de noviembre de 1810. Días después fue nombrado verdugo de Guadalajara y el 12 de diciembre del mismo año dirigió la masacre que costó la vida a 48 prisioneros españoles en un paraje cercano a la ciudad. En un folleto impreso en México en 1811, el doctor Velasco afirma que el ex prisionero fue ascendido a capitán por Hidalgo. Bajo sus órdenes, Marroquín 67 “Las primeras noticias del levantamiento llegaron a Valladolid hasta el día 20”. En Arreola Cortés, op. Cit., pp. 153-154. 68 Armando de María y Campos, Los toros en México en el siglo xix, México, 1938, p. 11.
avanzó al frente de una división antes de la famosa batalla de Guadalajara, con el fin de observar los movimientos de Calleja. Éste logró interceptar un mensaje de Hidalgo a Marroquín, aunque el cura de Dolores afirmó en su declaración que quien lo realizó fue un sirviente de Allende, llamado Vicente Loya. Agustín Marroquín fue ejecutado por las fuerzas realistas el 10 de mayo de 1811. La historiografía taurina nos habla de líderes insurgentes y de la tropa como aficionados al toreo y a las fiestas charras, siendo ellos los precursores de una mezcla de lances hípicos, caballerescos, de cacería, así como de cierto toreo primitivo y un cúmulo de invenciones propias, que formaron de esta manera la identidad del toreo al estilo mexicano.69 Durante la revuelta se recabaron fondos para la milicia realista. En tierras vallisoletanas se dio una corrida de toros cuyos ingresos se destinaron a la compra de vestuario para la tropa. Con este fin arribó a la capital michoacana don Francisco de Velazco, quien acompañó a los vaqueros –que eran pocos y estaban desarmados–, a arriar los astados hasta Valladolid. A esta corrida asistió el virrey don José de Iturrigaray, presencia que obligó a que la corrida fuese a la perfección y las lumbreras estuviesen bien distribuidas.70
Agustín Marroquín. Imagen en la página web: http://en.bestpicturesof.com/marroquin24 (fecha de consulta: 24 de julio del 2012) 69
José Santos-Alonso, El rejoneo: origen, evolución y normas, San Luis Potosí, uaslp, 2005, p. 86. 70 agn, Caja: 574, Expediente: xxiv, Año: 1815.
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El toreo en Morelia Fiestas posteriores a la Independencia
Don Agustín de Iturbide. Óleo de Primitivo Miranda, imagen en la página web: www.bicentenario.gob.mx (fecha de consulta: 20 de agosto de 2012)
Concluido el movimiento insurgente con la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México y la subsiguiente coronación del vallisoletano don Agustín de Iturbide como emperador de México, se celebraron los primeros actos como nación independiente con una serie de festejos taurinos en el país: La Regencia había ordenado que en todos los confines del Imperio se hiciera en la forma y con la magnificencia que se hacía antes en las juras de los reyes […] Según las actas enviadas desde muy diversos pueblos, villas y ciudades que fueron obligados a reportarlo, se trató de un gran festejo que incluyó por lo general baile, iluminación, peleas de gallos y corridas de toros, como las fiestas de Coatepec, Chalco, desde donde se informó que en el mismo día, en 38
obsequio de tanto beneficio, se torearon unos toritos con lo que concluyó nuestra alegría.71 Posterior a la jura del nuevo monarca en octubre de 1821, en la que se convocó a toda la nación, se celebró “una misa solemne en Catedral para implorar por la felicidad del Imperio y en la tarde tuvo lugar una corrida de toros”.72 La coronación de Agustín de Iturbide como Agustín i, emperador de México, consumó la Independencia. Este acto no sólo marcó el final de una cruel lucha, también anunciaba la creación de una nueva patria, de un México independiente. Motivo fue de celebración en todo el país, y se sabe que se dieron corridas de toros en la Plaza de San Pablo en la Ciudad de México, así como en otras ciudades, pero Michoacán lo celebró especialmente porque el emperador era vallisoletano y estaba casado con doña Ana Huarte, también vallisoletana e hija de don Isidro Huarte, quien además de sus aportaciones políticas fue empresario de toros en Valladolid de Michoacán.
71
María del Carmen Vázquez, “Las fiestas para el libertador y monarca de México, Agustín de Iturbide, 18211823”, en: Revista de Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, Núm. 36, 2008, p. 53. 72 Ibidem.
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Los primeros reglamentos taurinos José Luis de Quintanar Soto, quien se dio de alta como teniente del Regimiento de Dragones Provinciales del Ejército Realista de Querétaro en 1801, comenzó a ascender militarmente; por su habilidad como gran jinete y aficionado a los toros, llegó a figurar entre los mejores picadores mexicanos en las corridas, hasta el grado de que el emperador Agustín de Iturbide le encargó elaborar el primer reglamento taurino del país.73 En 1822, en Valladolid de Michoacán, se publicaron las convocatorias para el remate de las corridas de toros de octubre y noviembre. Primero se acordaba que se pegaran rotulones en la Plaza Mayor y en otras plazas públicas, para convocar a los interesados para el arrendamiento de la plaza. Todo esto se elaboraba un mes antes para que el rematador tuviera tiempo de rentar la madera y hacer sus disposiciones. Al remate asistieron el alcalde constitucional don Gaspar Cevallos, el señor regidor don Cayetano Gómez y el teniente coronel don Joaquín Rodríguez, que era el Síndico Procurador Primero. El pregonero público repetía, en alta y clara voz: “Al remate, al remate, al remate de la corrida de toros que ha de hacerse en la Plaza Mayor de esta ciudad en los meses de octubre y noviembre del presente año. Si hay quien quiera hacer postura a ella, comparezca que afianzándola en forma se le admitirá la que hiciere”.74 Comparecían ciudadanos que presentaban distintas ofertas para adquirir localidades, el señor Joaquín de Huarte ofreció por un sitio de sombra 150 pesos.
José Luis de Quintanar Soto. Imagen en la página web: http://omnibiografia.com/biografias/biografia. php?id=79 (fecha de consulta: 20 de agosto de 2012)
Manuel Ramos por dos palcos inmediatos al cabildo en ciento cincuenta pesos cada uno. Don Fermín González por un sitio de sombra inmediato a la anterior en ciento cincuenta pesos. Juan José Ordoñez sitio de sombra en ciento cincuenta pesos. Don José Ma. Calvillo por sitio de sombra…, un ciento cincuenta pesos. Martin Torres por cuatro sitios de sombra a ciento cincuenta pesos por cada uno. José María Tavera por otro sitio de sombra ciento cincuenta pesos. Don Manuel Molina por tres sitios en media sombra en el alzado de toriles a ciento cincuenta pesos en el segmento y lo fueron todos y el que no un día por lo menos. Don Martín Mier por dos sitios de sombra frente a las casas constitucionales, ciento cincuenta pesos cada uno. Don Augusto Palacios por tres sitios de sol frente a la casa de don Isidoro Rodríguez a cien pesos cada uno. Don Manuel Sosa por uno de sombra a ciento cincuenta pesos. Don Antonio Olmos por otro de sombra en ciento cincuenta pesos. Don José María Mendoza por otro de sombra en ciento cincuenta pesos.75
73
Víctor Cano Sordo, De la Luisiana a la Nueva España: la historia de Juan Bernardo Domínguez y Gálvez (1783-1847), Impresora Múltiple, 1999, p. 116. 74 Archivo Histórico del cc3m. Ciudad: Valladolid de Michoacán, Año: 1822.
75
Ibidem.
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El toreo en Morelia
Reglamento resguardado en la Biblioteca del cc3m
40
t lo . o or ene el oreo en M i o Los problemas políticos, de pobreza y educación, así como el desempleo, las malas comunicaciones, la insalubridad y el escaso comercio repercutieron en los festejos taurinos, la crisis económica post independencia era visible en los remates. Las plazas quedaban medio vacías y se ofrecían cantidades inferiores en la subasta, pues sólo se ocupaba una tercera parte del tendido, así que se tuvo que reducir el valor de los remates. A pesar de todo, ante el alboroto para los días festivos se hizo necesario levantar los tendidos en la Plaza Mayor de Valladolid, por lo que los tablajeros iniciaron su construcción. Los carpinteros, por una cantidad acordada, tenían la obligación de montar y desmantelar el redondel al término de los festejos. A su vez, los promotores tenían la obligación de “dar diez días de toros en dos semanas: los lunes, martes, miércoles, jueves y sábado y en cada uno lidiar tres toros por la mañana y cinco por la tarde”.76 Además de dar cuenta a la ciudad de “los costos de cuatro toreadores de a caballo, cuatro de a pie, un loco, su correspondiente compañero, costo de los toros, de encerradores, de arrastradores y de un globo en la plaza, música para dentro de la plaza, banderilleros, capotillos y puertas de la plaza”.77 También tenían los promotores la obligación de reportar el costo de los festejos, que en la mayoría de las ocasiones eran realizados por el ayuntamiento mismo. Las corridas se celebraban en la plaza principal de la ciudad, pero algunas se hacían en el hipódromo que se localizaba en la calle Morelos, propiedad de don Martín Mier. En este lugar también había carreras de caballos, peleas de gallos, equitación y boxeo, entre otras disciplinas, pero el mal estado en que se encontraba hacía que los empresarios pocas veces se animaran a utilizarla.
En el ámbito político el culto a los caudillos insurgentes fue contundente, a grado tal que en 1828 los miembros de la diputación provincial, a propuesta del diputado José María Silva –padre del gobernador Miguel Silva Macías y abuelo del revolucionario doctor Miguel Silva González–, honraron a Morelos cambiando el nombre de Valladolid por el de Morelia, derivado del apellido del Generalísimo don José María Morelos y Pavón. Corría el año de 1828, se… …siguió manteniendo sus viejas fuentes de esparcimiento, fundamentalmente: Toros y Teatro; hubo jueces encargados de ambas actividades. La temporada se divide en dos periodos comenzando en la próxima Pascua y durante las fiestas de noviembre y diciembre. Cuando el municipio necesitaba fondos organizaba alguna corrida de toros, fuera de lo normal. Usualmente remataban la temporada al mejor postor (unas 30 corridas) y de ellas obtenían: una de beneficio para los fondos municipales, y una lumbrera en la plaza para ver las lidias; además de la carne de los toros muertos durante 12 corridas.78 Al concluir las corridas de toros, la carne proveniente de la lidia era vendida al público para su consumo, pero la crisis sanitaria por la epidemia del cólera morbus en 1833, obligó y “ordenó a la junta de sanidad de ese órgano colegiado, que en un término de tres días, presentara un informe, aclarando si se debía prohibir el consumo de carne de toro resultado de la lidia que se realiza en la fiesta brava”.79 La postura de las autoridades se basaba en que “la carne de toro estaba dañada por estar golpeada así como contener principios de gangrena y que sufriendo el toro en la plaza la cólera y el enojo, era claro que la carne de este animal manifestaba principios de cáncer. Ya en 1829 se habían dado órde78
76
Ibidem. 77 Ibidem.
Martínez Ayala, op. Cit., p. 189. ahmm, Acta de Cabildo, Libro: 140, Año: 1 de abril de 1833. 79
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El toreo en Morelia nes serias de no hacer consumo de esta carne”.80 Una vez cumplido el tiempo de espera para presentar el dictamen, el protomedicato declaró “ser insalubre la carne de toro resultado de la lidia ya fuera fresca o salada”.81 Posteriormente, en sesión ordinaria de Cabildo se acordó y aprobó el siguiente acuerdo: “…se declaran comprendidas en el artículo 9º del bando de policía publicado el 8 de marzo de 1833 las carnes de toros que se lidien en la plaza y en cualquier otra parte, se comunicara esta resolución a los empresarios de las corridas de toros”.82 La problemática económica obligó a incrementar un peso de impuesto a las actividades recreativas. Se aplicó en 1837, cuando el gobernador accedió a la solicitud de Antonio Rendón, quien solicitó una corrida de toros en esta capital.83 Por la inestabilidad política, el general Antonio López de Santa Anna, quien se hizo llamar Su Alteza Serenísima, ocupó en varias ocasiones la presidencia de la República, a pesar de su polémica figura. Compartió el gusto por la tauromaquia, y fue un asiduo asistente a las corridas de toros y a las peleas de gallos.84 La lidia de toros bravos había evolucionado y adquirido mayor técnica, los toreros ocupaban espacios en las publicaciones, se celebraban los acontecimientos nacionales y los santos patrones de las iglesias de las distintas comunidades. En este contexto se lidió una corrida de toros en 1842, en honor del Excelentísimo Señor General Presidente Antonio López de Santa Anna, en la plaza principal de San Pablo. Triunfó un torero español llamado Bernardo Gaviño, 80
ahmm, Caja: 22, Expediente: 41, Año: 1833. ahmm, Actas de Cabildo, Libro: 140, Año: 11 de mayo de 1833. 82 ahmm, Actas de Cabildo, Libro: 140, Año: 9 de julio de 1833. 83 Archivo Histórico del cc3m, Ciudad: Morelia, Año: 1837. 84 José Francisco Coello Ugalde, “Con Bernardo Gaviño y rueda: mando, control y rigor de su influencia entrega”, en: Mexican Art &Life, Núm. 11, en: www. puertorealweb.es/spip/spip.php?article1338 (fecha de consulta: viernes 16 de abril de 2010). 81
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considerado por los aficionados como figura, proveniente de la antigua escuela del toreo donde se requería de valor y arte. Había llegado a América contratado para torear en Cuba, donde triunfó rotundamente, para después desplazarse a México, donde pasó el resto de su vida. Murió a los 83 años por una infección generalizada cuando era atendido en la Ciudad de México, días después de haber recibido una cornada en el recto mientras toreaba en Texcoco. El matador toreó en Morelia el 18 de noviembre de 1868.
Bernardo Gaviño. En: Domingo Ibarra, Historia del toreo en México, México, Imprenta de J. Reyes Velasco, 1887, p. 15. Biblioteca del cc3m
Capitulo II Plaza de Toros de San Juan
El primer coso taurino en Morelia
L
as fuentes historiográficas sobre La grandeza de dicho coliseo sería los orígenes del primer coso tauri- compartida con las más afamadas plano fijo ubicado en el barrio de San zas taurinas de toda la República, “en Juan coinciden en que fue construido en seis meses corridos de mayo a octubre 1844, dado que las principales familias quedó terminada la obra, siendo su dimorelianas habían asistido en Pátzcuaro rector el arquitecto Granados”.3 Las pria los festejos de Pasmeras declaraciocua de Resurrección nes postulaban que de 1840, y habían era “una plaza de sido testigos de la toros de mamposascensión aerostátitería, edificada en ca del globo tripuel año de 1844, que lado por el señor aunque hermosa y Benito León Acosta. cómoda en el inteEste exitoso especrior presentaba un táculo despertó en aspecto desagrael ánimo de los cadable por la parpitalinos el deseo te exterior, por no de observarlo en su haberse construido ciudad. Por no exislas obras accesorias tir en la ciudad de que debían haberla Morelia las instalacontemplado”.4 ciones de una plaza Por su parte, adecuada para tal Sixto Murillo Ortiz, propósito, las peruno de los cronissonas acaudaladas tas taurinos de la se comprometieron ciudad en la época a construir una, que moderna, declaró serviría más tarde que su gradería fue Vista aérea de la ciudad de Morelia. Fotografía donde se visualiza el coso taurino de San Juan a como plaza de toros primero de vigas, su lado derecho, sobresaliendo entre los edificios y recinto para dife“posteriormente lo más altos. Archivo fotográfico del cc3m rentes eventos.1 fue de mamposteLos fondos utilizados para cons- ría, en la parte superior estaba rodeatruir la plaza estarían divididos en 65 da por un barandal hermosísimo de acciones con un valor de 350 pesos cada fierro de esbeltas y perfectas columnas una, promoción en la que destaca la ini- de cantera que formaban el círculo de ciativa de los señores Evaristo Barandían, Vicente Rionda y Pedro Rangel.2 Morelia, edición del autor, 1977, p. 12. 1
María Teresa Cortés Zavala, “La vida social y cultural de Michoacán durante el siglo xix”, en Enrique Florescano, Historia general de Michoacán, siglo xix, Tomo iii, Morelia, Gobierno del Estado, 1989, pp. 327-330. 2 Sixto Murillo Ortiz, Morelia y su tradición taurina,
3 Juan José de la Torre, Bosquejo histórico de Morelia, Morelia, Editorial Erandi, 1961, p. 132. 4 Lucas Alamán, Diccionario universal de historia y de geografía, Colección de artículos relativos á la República Mexicana por José María Andrade, Andrade y Escalante, 1836, p. 892.
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El toreo en Morelia
Plano de Morelia de 1857, levantado por J. M. Archivo fotográfico de Ricardo Espejel Cruz Acercamiento del mapa al barrio de San Juan y la Plaza de Toros de San Juan
Plaza de toros de San Juan. Véase: Pintura anónima sin fecha, en resguardo en el cc3m
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t lo . la a e oro e an an sus sesenta y cuatro choacán están obras lumbreras”,5 así como como: La lira michoacana y el Diccionario una espaciosa gradería tanto interior como geográfico de Michoacán. Dirigió además exterior. “El anillo o redondel tiene 55 vaperiódicos relevantes ras de diámetro y cacomo El Centinela. Don Mariano de Jeben en todas las localidades como tres mil sús Torres fue uno de los hombres más iluspersonas”.6 En el Sematrados del siglo, que nario Nacional Revistas aportó información de Revistas del 7 de feimportante para cobrero de 1937, se afirma nocer y comprender que la de San Juan es Michoacán. una plaza tristona, pero El periodista y compite con cualquiera Mariano de Jesús Torres, El Pingo Torres. Colección particular de la familia cronista nos relata del país, y tiene el ruedo Guajardo López que para la inaugumás grande de México, que es del doble del de Vista Alegre en ración de la Plaza de San Juan, se preEspaña, con cupo para seis mil especta- pararon unas suntuosas fiestas a las que dores. asistió gran concurrencia de las poblaEl día primero de noviembre de ciones inmediatas, especialmente para 1844 fue la inauguración, “hubo varias disfrutar de la ascensión en globo de corridas dadas por las cuadrillas que Benito León Acosta. Ese día fue muy airoso, al grado de capitaneaban los cuatro no poderse soltar las hermanos Ávila, cuyas amarras: diversiones produjeron a la empresa como 9,000 Por fin, en las primepesos líquidos”.7 El priras horas de la tarde, en mer toro que pisó la arena era de color berrendo, que se vio que [el vieny provenía de la ganadeto] algo se había apaciría de Atenco.8 guado, se soltó el globo Gracias a los fieles el que apenas salió de y detallados relatos de la plaza, fue azotado y usos y costumbres esarrebatado por el viento, critos por el periodista dando con la canastilla y cronista de la ciudad en el borde de aquélla; y Mariano de Jesús Torres, al salir por completo haconocido también como cia afuera, arrojó el aeEl Pingo Torres, podemos ronauta a una altura de deleitarnos, hoy, de mu25 varas, quien, al caer, chos temas relacionados sufrió la fractura de una con las corridas de toros, pierna. El globo siguió Diccionario histórico, biográfico, que sirven también como su curso, se perdió en bibliográfico, geográfico, estadístico, referencia para conocer el espacio; a las 5 de la zoológico, botánico y mineralógico de 3 m Michoacán. En la biblioteca del cc el popular y aún vigentarde fue visto pasar te festejo de los toritos de volando en la ciudad de petate. Entre sus aportes Querétaro.9 para la cultura de Mi5
Murillo Ortiz, op. Cit., p. 15. Cortés Zavala, op. Cit., pp. 327-330. 7 De la Torre, op. Cit., pp. 132-133. 8 Murillo Ortiz, op. Cit., p. 16. 6
9 Mariano de Jesús Torres, Diccionario histórico, biográfico, bibliográfico, geográfico, estadístico, zoológico, botánico y mineralógico de Michoacán, Tomo iii, Morelia, Imprenta particular, 1912, p. 122.
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El toreo en Morelia
Don Benito León Acosta. En la página web: www.guanajuato.gob.mx (fecha de consulta: 2 de enero de 2012)
Globo aerostático en las afueras de la Plaza de Toros de San Juan. Colección particular de la familia Guajardo
El lamentable accidente de Benito León Acosta antecede al éxito de las grandes faenas realizadas por “Bernardo Gaviño, Epifanio de Jesús Villegas, Lino Zamora, Pancho El Moreliano y Rafael Corona”.10 La venta de boletos para las corridas se hacía en el portal de Hidalgo, número 2; el precio de las localidades se muestra a continuación:
A partir de 1844 la ciudad tuvo una plaza de toros con arquería de cantera, en la cual también se daban peleas de gallos. Para don Justo Mendoza (quien no gustaba de la fiesta brava), este edificio era uno de los más notables de la República: …los días del carnaval hay mucha gente que concurre a toda clase de diversiones en la plaza de toros, la gradería acomoda más gente; así que el señor Pérez Morelos pide a los miembros del cabildo aumentar el impuesto municipal en $5 pesos, además de que: se opone a que se den estos espectáculos porque son por si repugnantes y ya no tienen el carácter de una simple diversión sino de juego de azar hasta cierto punto inmorales, se apuestan fuertes sumas de dinero y casi siempre hay desordenes y riñas que perturban la tranquilidad pública.11
Plaza de toros* Sombra Luneta Asientos primeros de lumbreras Asientos segundos de lumbreras Asientos terceros de lumbreras Gradería interior Gradería exterior Entrada general
Sol 040 040
Luneta Asientos primeros
020 020
030
Asientos segundos
011
020
Asientos terceros
010
011
Gradería interior Gradería exterior
010
030
010
020
* Suplemento Toros, Tomo iii, Vol. 280, en: La Voz de Michoacán, jueves 31 de octubre de 1844. 11 10
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Cortés Zavala, op. Cit., pp. 327-330.
Martínez Ayala, op. Cit., p. 197.
t lo . la a e oro e an an Para 1845 no había otro tema del que se hablara más en Morelia y sus alrededores, que el de tener una plaza de toros capaz de causar expectación a propios y extraños. Los medios de comunicación exigían que a la brevedad posible quedara totalmente concluida, ya que suponían que los accionistas aplazaban la obra para desviar las jugosas ganancias generadas por las entradas de un año atrás. La junta menor de accionistas encararía las injurias comunicando, a su vez, que las entradas habían sido menores a los nueve mil pesos que se decía, que solamente se había conseguido de los ingresos un monto de dos mil pesos y pico, y que si existía a pesar de este comunicado algún cuestionamiento, se invitaba a los quejosos a la casa de don Vicente Sosa, miembro de la junta menor de accionistas, para ver por sí mismos las cuentas presentadas en la última junta general, así como “cuanta constancia existiese y probara la falsedad de esas posturas, de lo contrario actuarían legalmente ante esos agravios”.12 La regularidad de la fiesta brava en Morelia era manifiesta en 1849, como puede apreciarse en el cartel de la página siguiente, fechado el domingo 23 de diciembre de dicho año. Para dicho festejo se escogerían toros de la Hacienda de Itzícuaro. Los precios de las localidades se presentan a continuación: Lugar
Precio
Asientos primeros
5 ½ reales
Asientos segundos
2 ½ reales
Grada general
Sombra
2 reales
Sol
1 real
Mariano de Jesús Torres ha narrado cómo se vivían los acontecimientos, muestra este texto: En las puertas de entrada es aquello una avalancha humana y todos se 12 Suplemento: Toros, en: periódico La Voz de Michoacán, Tomo: iii, Vol. 332, del jueves 1º de mayo de 1845.
disputan a penetrar a cual primero. La plaza se inunda de un gentío inmenso; es un lleno completo; muchas concurrentes tienen que volverse porque ya no hay asientos resignándose a estar de pie durante la función. Comienza esta por fin… Todo mundo aplaude y comienza a gritar ¡toro! ¡toro!... Todos palpitan de ansiedad por ver salir la terrible fiera; el toril se abre… Todos se vuelven ojos para ver, corazón para gozar y hasta la respiración parece se detiene…13 No a toda la sociedad vallisoletana le gustaban los festejos taurinos; expresiones de desagrado y malestar no se hacían esperar, como el siguiente comentario: Cuando las corridas se hacen en días de trabajo, no es diversión que se deba permitir a los jornaleros, menestrales y artesanos, porque pierden el jornal del día y gastan el de tres o cuatro, con ruina de la familia. Si se repiten estas corridas por muchas semanas, se atrasa el maestro y oficiales en concluir las obras empezadas, faltando a lo que prometen… Que los maestros cuiden, de que sus aprendices, hijos y oficiales no vayan a los toros en días de trabajo, ni a la comedia, ni a los volantines ni a otra diversión pública, incompatible con sus obligaciones.14 Por su parte, las autoridades eran exigentes en la calidad de los toros y la destreza de los toreros, los jueces de plaza aplicaban los reglamentos y cuando era necesario multar a los empresarios, no titubeaban en proceder. En cambio, los empresarios buscaban a toda costa que las multas les fuesen condonadas o reducidas. Como don Febronio Retana, quien señalaba que los toros perdían mucha de su bravura con sólo trasladarlos de un punto a otro, y que el ganado de la Hacienda de Itzícuaro no era del todo para la lidia.15 13 Suplemento Iniciativa, en: El Centinela, Tomo: vii, Vol. 14, del periódico del 22 de octubre de 1899. 14 Jean Sarrail, La España ilustrada de la segunda mitad del siglo xviii, Fondo de Cultura Económica, México, p. 74. 15 Archivo Histórico Municipal de Morelia, Caja: 76, Expediente: 12, Año: 1856.
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El toreo en Morelia
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t lo . la a e oro e an an En 1857 se conformó un cartel taurino donde destaca la actuación de toreros afamados en todo México: Para el martes 23 de febrero, despedida de Sóstenes Ávila y Jesús Villegas […] Al presentarnos por última vez ante un público tan bondadoso, cumplimos con el grato deber de tributarle las más sinceras gracias por los favores que nos ha dispensado y ya que no podemos esforzarnos para que la función de esta tarde sea tan lúcida como lo permitan nuestras circunstancias. Al efecto se lidiarán a muerte cuatro toros escogidos de Rancho Viejo y se presentará el fenómeno Alejo Garza dispuesto a montar el toro que se le designe por los concurrentes. Además si el público lo pide y el Sr. Juez lo permite el mismo Garza, banderilleará de pie en un barril cualquiera de los otros toros, y repetirá algunos ejercicios de las corridas anteriores.16 De los empresarios morelianos, nos dice Jorge Amós Martínez Ayala: …siempre eran numerosos y sin relación con las familias pudientes de la ciudad. En contraste con las empresas del siglo xviii, cuando una o dos personas formaban una empresa que entregaba alrededor de 500 pesos al ayuntamiento; mientras que en 1860, los Ciudadanos José Ma. Páramo, Manuel Ortiz de Ayala, Benigno y Cenobio Urbina quienes obtuvieron permiso para las corridas del 14 y 21 de octubre y 1, 2 y 11 de noviembre escribieron al presidente municipal: “suplicándole a la vez que en consideración a las circunstancias en que nos encontramos de miseria, se nos designe el mínimum de los derechos”.17 En 1860, por primera vez, la empresa solicitó al ayuntamiento “64 faroles de alumbrado público para la iluminación de las lumbreras en la plaza”.18 La corrida de toros más importante y simbólica de Morelia se realizaba la noche 16
ahmm, Caja: 76, Expediente: 12, Año: 1856. Martínez, op. Cit., p. 198. 18 ahmm, Caja: 25, Expediente: 4, Año: 1860. 17
del dos de noviembre, Día de Muertos, tradición que permanece arraigada hasta la actualidad y para la cual los empresarios procuran armar los mejores carteles, y el público suele llenar la plaza. A ésta siguieron las corridas del 15 y 16 de diciembre del mismo año, cuyo empresario fue José Gregorio Patiño,19 aunque desconocemos a los toreros y toros que actuaron en estos festejos. Para 1861, refiriéndonos a la dinámica taurina en la ciudad de la cantera rosa, los días festivos cinco y seis de enero se lidiaron dos corridas de toros, de las que se tiene constancia en el Archivo Histórico de Morelia. Los empresarios fueron multados con 50 pesos.20 Meses después, al señor Melquiades Placencia21 le fue concedido el permiso correspondiente para dar en esta ciudad de cuatro a seis corridas de toros, donde se lidiarían toros embolados.22 En 1862 los empresarios Francisco Silva y José María Cano pidieron permiso para montar seis corridas de toros y así obtener utilidades, pero el gobierno las condicionaría a que los toros que se lidiaran fueran encerrados y una vez terminada la función de acróbatas, les permitiría dar comienzo al espectáculo.23 Por causas desconocidas no se dieron las corridas programadas, y no fue hasta diciembre de ese mismo año cuando al empresario Ángel Padilla se le autorizó realizar tres corridas de toros para 1863. El Ayuntamiento Municipal le condicionó a que verificara una corrida el día dos de noviembre por la noche, y que no se lidiaran toros puntales.24
19
ahmm, Caja: 98, Expediente: 33, Año: 1861. ahmm, Caja: 92, Expediente: 97, Año: 1861. 21 ahmm, Caja: 92, Expediente: 101, Año: 1861. 22 Los toros embolados se caracterizan porque sus puntas son cubiertas con bolas de caucho para evitar lesiones. 23 ahmm, Caja: 98, Expediente: 116, Año: 1862. 24 ahmm, Caja: 98, Expediente: 86, Año: 1862. 20
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El toreo en Morelia
El ejército francés en Morelia El arribo del ejército francés a la ciudad de Morelia traería consigo batallas entre el ejército republicano y el francés, que provocaron daños severos a la estructura de varios monumentos históricos de la capital, como el coso taurino de San Juan. Uno de los cronistas que mejor narra la situación de la época es Eduardo Ruiz, quien expresó: Al sentir el enemigo que una fuerza, la de Elizondo, ocupaba la plazuela de San Juan, Márquez envió a Zirez a que reforzara la plaza de toros, gran anfiteatro de mampostería que por sí solo es inexpugnable, pero que en aquella vez fue poderosamente fortificado; Márquez dirigía personalmente los trabajos. Todas estas operaciones se hacían en medio de un nutrido fuego, en la noche del 17 al 18 de diciembre de 1863. Esta guerra provocó severos daños de la estructura en la plaza de toros que para mediados del siglo xx se demolería.25 La guerra trajo consigo enfermedades y necesidades, principalmente en los hospitales, por lo que se formó una comisión para organizar una corrida de toros que generara dividendos para los hospitales de sangre.26 En 1864 se concedió licencia a don José María Cano para que en las fiestas de Pascua efectuara cuatro corridas de toros. En esta época se publicaron reglamentos por el Ayuntamiento de Morelia sobre las corridas, que entre otras aspectos, obligaba: a lidiar toros despuntados; dar aviso oportuno a las autoridades para que éstas dispusieran del personal que comprobara si la corrida había cumplido la normativa; y que los empresarios tuvieran todo en orden para verificar las corridas.27 El cuidado para que 25
Eduardo Ruiz, Historia de la guerra de Intervención en Michoacán, Morelia, Balsas Editores, segunda edición, 1969, p. 37. 26 ahmm, Caja: 102, Expediente: 90, Año: 1863. 27 ahmm, Caja: 107, Expediente: 41, Año: 1864.
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se realizara este espectáculo en óptimas condiciones se refleja en el comunicado del Prefecto Municipal, donde ordena a los dueños del coso de San Juan “cambie las puertas de dicho edificio de manera que se abran en sentido inverso al que hoy tienen, porque de esa manera será más fácil la salida de la concurrencia en un caso violento”.28 La capital michoacana fue ocupada por imperialistas durante mil 140 días. Resguardada la ciudad y gobernada por el Imperio, Maximiliano de Habsburgo emprendería una gira por el país para conocerlo y conquistar adeptos.29 El emperador escribió: En Morelia, la ciudad más peligrosa y políticamente más difícil del Imperio, fui recibido con un entusiasmo que todavía no había visto nunca en mi vida; apenas si podía avanzar con mi caballo y cuando me apeé la multitud casi me ahogaba. Es un pueblo inflamable y, por eso, también peligroso; la ciudad es muy hermosa, tiene ricos palacios construidos de sillería y una maravillosa catedral, también de sillería en dos altas torres. El campo es risueño y rico.30 El arribo del emperador a la ciudad de Morelia acarrearía festividades populares, entre ellas un serial taurino de acuerdo con la solicitud siguiente: Dirigido al Señor Prefecto Municipal. Federico Sanders ante N. S. como mejor proceda comparezco y digo: Que deseando contribuir en lo que está de mi parte a las festividades que debe haber con motivo de la venida a esta ciudad de S. M. el emperador me ha propuesto dar tres corridas de toros lidiándose en cada una de ellas cuatro de los mejores que se pueden conseguir y bajo de la dirección de la cuadrilla de 28
ahmm, Caja: 107, Expediente: 98, Año: 1864. Arreola Cortés, op. Cit., p. 238. 30 Caesar Conte Corti, Maximiliano y Carlota, Fondo de Cultura Económica, segunda edición, México, 1971, p. 304. 29
t lo . la a e oro e an an los pasados tiempos. No los del último siglo en lo que entre el polvo para el cabello y los insípidos idilios los hombres se deslizaban por un falso paraíso a un abierto abismo.32 Los empresarios fueron obligados a presentar un programa de la función a realizar uno o dos días antes de que se llevara a cabo, para que el Ayuntamiento pudiera excluir lo que creyera conveniente.33 Los precios de las entradas para las fiestas taurinas en Morelia durante el Segundo Imperio,34 estuvieron regulados por el Ayuntamiento:
Fernando Maximiliano de Habsburgo, archiduque de Austria, emperador de México. Imagen en la página web: http://metropoliblog.com (fecha de consulta: 24 de julio de 2012)
Jesús Villegas por ocurro [sic] a V. S. para que se sirva concederme la licencia correspondiente estando pronto a llenar todo lo que la ley me presente. Por tanto. Suplico se sirva acordar como llevo pedido en lo que recibiré merced. Dios guarde a N. S. muchos años. Morelia. 5 de agosto de 1884. Federico Sanders.31 La afición a la fiesta brava en Maximiliano de Habsburgo provenía desde que el 14 de septiembre de 1851 presenciara una corrida en Sevilla, España; de tal hecho dejó constancia: Me agradan semejantes fiestas, en las que la original naturaleza del hombre se revela en toda su verdad, y las prefiero con mucho a los entretenimientos inmorales y enervantes de otros países voluptuosos y degenerados. Aquí perecen los toros, ahí el corazón y el alma se hunden en una frivolidad débil y sentimental. No lo niego, me agradan 31
El documento original está resguardado en la Biblioteca del cc3m.
Lugar
Precio
Asientos primeros en lumbrera
3 pesos
Asientos segundos
2.5 pesos
Grada general
Sombra
2 pesos
Sol
1 pesos
Entre las iniciativas establecidas por el emperador Maximiliano, estaba el rememorar las fiestas de septiembre, por lo que en todo el país se darían licencias para realizar festejos taurinos que al terminar presentarían el embolado de costumbre.35 En este tenor, la ciudad de Morelia se engalanó con la presencia de la compañía tauromáquica de Jalisco. Con la caída de Maximiliano, el presidente Benito Juárez retomó el poder. El 28 de noviembre de 1867 prohibió que se efectuaran corridas de toros en el Distri-
32 Marco Antonio Ramírez Villalón y Salvador García Bolio, “El imperio y la república. El inicio del toreo moderno”, en: revista La Banderilla, Morelia, 1994, p. 2. 33 ahmm, Caja: 111, Expediente: 9, Año: 1867. 34 Maximiliano de Habsburgo fue quien introdujo en México el uso del Sistema Métrico Decimal y el peso como moneda. 35 Suplemento: Toros, en periódico La Restauración, Tomo: i, Vol. 57, del jueves 12 de septiembre de 1867.
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El toreo en Morelia to Federal,36 por lo cual los aficionados viajaban a la periferia para verlas. Don Benito Juárez no gustaba de las corridas de toros, pero existen antecedentes que demuestran que durante su gobierno antes del archiduque Maximiliano sí las aceptaba: el 27 de enero de 1861, en la plaza de toros Paseo Nuevo, se anunció una “función extraordinaria dedicada al Excelentísimo Señor Presidente de la República, don Benito Juárez, quien la honrará con su asistencia”. A su fallecimiento se levantó la prohibición y se construyeron cinco plazas dentro de la capital del país, lo cual contribuyó al auge taurino. Por la prohibición de las corridas de toros en el Distrito Federal, surgieron en la periferia gran número de plazas, entre ellas el Huizachal, Tlanepantla, la Hacienda de los Morales, donde siguieron dándose festejos taurinos igual que en el resto del país. En la ciudad de Morelia se lidiaron varias corridas en las festividades religiosas más importantes. Don Francisco Ruiz Gaytán y Mariano González solicitaron licencia para dar funciones de toros en los días de carnaval y el día 2 de noviembre. Para diciembre de 1867, en Morelia se anunciaba una corrida extraordinaria de toros, en pro de los arruinados de Matamoros. El programa estaría integrado de la siguiente forma: Una música escogida, aunque de ello no hace alarde, se tocará en esta tarde para alegrar la corrida. Y si es propicia la suerte para los de Matamoros, se lidiarán cuatro toros, briosos todos y a muerte. Van a ser toreadores los jóvenes del lugar, con algún miedo han de entrar, más cuentan con los favores de toda la concurrencia, que en clase de aficionados no les serán escaseados los signos de la 36
Marco Antonio Ramírez Villalón y Salvador García Bolio, “El imperio y la república. El inicio del toreo moderno”, en: revista La Banderilla, 1994, p. 1.
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indulgencia. Hazañas casi asombrosas verán en los picadores, banderillas muy hermosas habrá cubiertas con flores. Para evitar las querellas y para el orden debido, todo será presidido por tres niñas las más bellas. Si a algunos no les agrada la corrida serán necios.37 La prensa daba constancia de la afición de la sociedad moreliana por los toros: Allí están las morelianas dulces, tiernas y galanes, con su semblante de niño, con su suave piel de armiño, con sus bocas de coral, con su risa angelical, con los mágicos fulgores de sus ojos brilladores, con su seno de paloma exhalando el grato aroma de los cándidos jazmines, calzando breves botines donde se oculta una planta, que por donde anda levanta las frescas pintadas flores y la siguen los amores y las gracias y las risas, y las cortejan las brisas jugando con sus cabellos, que en rizos rubios y bellos en el azul aire sueltos, dan a sus talles esbeltos ese donaire que en armonía, tonos de amor os envía. Venid pues hoy a los toros, haced tan gran sacrificio, la entrada es a beneficio de los que allá en Matamoros fueron de huracán terrible las víctimas desgraciadas.38
37 Suplemento: Toros, en: periódico La Restauración, Tomo i, Vol. 82, del lunes 9 de diciembre de 1867. 38 Suplemento: Toros, Tomo: i, Vol. 82, en periódico La Restauración, lunes 9 de diciembre de 1867.
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Festejo taurino engalanado por el C. presidente Benito Juรกrez. Cartel resguardado en el cc3m
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Grabado que ilustra la prohibición de las corridas de toros. Original resguardado en el Centro Cultural Tres Marías. La Orquesta, Núm. 58, T. i
En 1868 la vida taurina transcurría con actividad. El empresario Estanislao Machado pidió licencia para dar corridas de toros en esta ciudad, del 15 de septiembre al 15 de noviembre,39 al domingo siguiente se dio una corrida a beneficio del teatro Ocampo de esta capital con seis toros de las haciendas Del Rincón, Coapa, Quirio y Tirio, con la cuadrilla que dirigía Bernardo Gaviño. Al finalizar la lidia, hubo como espectáculos extras: Un toro para jinete; un toro embolado para la pantomima, otro para los aficionados y un palo encebado.40 El 24 de diciembre de 1868 se anunció una corrida, promovida por la prensa: Venid pues hoy, morelianos, a tan brillante corrida y dejad la caja henchida de duros, venid afanosos, en tropel, en confusión, pues de lo que ahora se trata es de reunir algo en plaza por medio de esta función, para concluir el local que Palo encebado en la Plaza de Toros de San Juan. Colección particular de José Macouzet Iturbide 39
ahmm, Caja: 112c, Expediente: 147, Año: 1868. Suplemento: Toros, Tomo: i, Vol. 184, en: periódico El Constitucional, del jueves 19 de noviembre de 1868. 40
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t lo . la a e oro e an an debe luego servir para gozando adquirir la cultura y la moral. También vosotros venid, frescas, hermosas, galanas, simpáticas morelianas, y allí graciosas lucid, vuestros ojos brillantes, tras cuyos dulces destellos, andan como locos ellos, vuestros mil adoradores: venid que van a lidiar con esos dichos enhiestos, listos gallardos y apuestos los muchachos del lugar. Y veréis dentro el anillo a Eduardo Gil “El Ligero”, José María Caballero y Federico Castillo: de vuestros la llama, iluminara esta vez al otro Eduardo el de Jamay y Dionisio Milanés: también aparecerá en la arena Dávalos y Celso que allí entre los picadores lanza en ristre andando van, junto de Ochoa Rafael y también junto de aquel que dirige la obra, Juan. Que despacho, que Berrospe y Gómez Nacho ya la algaraza estrepitosa. ¡Qué corrida tan hermosa! venid bellas morelianas. Para que se vea inundada ahora la plaza de gentes.41 En 1869, en el periodo agostoseptiembre, anunciaron los señores Francisco Ortiz y Tadeo Olmos, avecindados en esta ciudad, que organizarían corridas de toros. Fueron tan exitosos que a mediados del xix y hasta principios del siglo xx seguirían figurando como empresarios taurinos prominentes.42 Los siguientes meses, don Tadeo Olmos volvió de empresario, destacando las corridas de los meses de octubre y noviembre, en ocasiones con don Francisco Ortiz de Zárate. Además de los festejos religiosos y cívicos, entre ellos el presentado a beneficio del Teatro Ocampo de esta capital, para que fuesen concluidos y pagados los gastos de su construcción. El señor Juan Bockotsiky y el matador Bernardo Gaviño solicitaron licencia para dar cuatro corridas de toros, una el 31 de octubre de 1869 y los días 7, 9 y 14 de noviembre.43
Las prohibiciones taurinas en la República La nueva relección de don Benito Juárez provocó el levantamiento del general Porfirio Díaz, lo que trajo estancamiento económico y problemas sociales en todo el país, que repercutió en la fiesta brava por la oposición del presidente Juárez a las corridas de toros. Al parecer, Morelia también sufrió las consecuencias; en los siguientes dos años es escasa la información sobre actividades taurinas, bien sea por lo antes expuesto o porque los archivos de esa época se hubieran perdido.
Don Benito Juárez. Archivo fotográfico del cc3m
Resurgió la fiesta en 1871 con las solicitudes de permiso consecutivas de los señores: Antonio Mora, quien pidió permiso para finales del mes de enero;44 don Juan Berrozpe para el mes de abril;45 don Jesús Lara, de agosto a mediados de septiembre46 y don Antonio Martínez para la última quincena de diciembre de 1871,47 destacando en una de ellas el ascenso de un globo entre las nueve y diez de la mañana.48 44
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Suplemento: Toros, Tomo: I, Vol. 144, en: periódico El Constitucional, jueves 24 de diciembre de 1868. 42 ahmm, Caja: 114, Expediente: 9, Año: 1869. 43 ahmm, Caja: 114, Expediente: 2, Año: 1869.
ahmm, Caja: 121, Expediente: 86, Año: 1871. ahmm, Caja: 112, Expediente: 119, Año: 1871. 46 ahmm, Caja: 121, Expediente: 174, Año: 1871. 47 ahmm, Caja: 121, Expediente: 94, Año: 1871. 48 ahmm, Caja: 121, Expediente: 196, Año: 1871. 45
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El toreo en Morelia En ocasiones el desorden popular en la plaza era grande, de acuerdo con el espectáculo. El periódico El Demócrata narra lo siguiente: “Acto continuo se pondrá el aparato precedido de la fortificación con sus respectivos soldados que la defiendan, y los suavos montados en los chivos haciéndoles fuego, y por otro lado se les echara violentamente un toro para que se revuelva con los chivos y el fuego”.49
Don Porfirio Díaz. Archivo fotográfico del cc3m
También encontramos otra curiosa costumbre: …aparecían en las salidas de cuadrillas el pintarrajeado ‘loco’ o payaso, o le fijaban al toro una figura de soldado que estallaba como un judas. En estas lidias que conservan fuerte sabor colonial, buena parte de la atracción se la llevaba la habilidad desconocida hoy en día del picador, dejemos a quien gustó de ella describirla: “el Negrito Conde, picador celebérrimo [hacía su faena]... aguantando al toro y rechazándolo sin que su caballo sufriera ni un leve rasguño... El Negrito conde era del primitivo tipo de aquellos picadores mexicanos que jamás entregaban su caballo, si no que tenían a gala defenderlo... salían a picar toros en valiosos caballos de su propiedad, tan se-
guros así estaban de que sabrían librarlos de la saña del toro.50 En 1881, don Vicente Celoa programó tres corridas de toros en forma consecutiva, la primera de ellas, pésima, imponiéndole el Ayuntamiento de Morelia una multa de 50 pesos. Esto provocó que el empresario se justificara, al explicar que su tío político don Wenceslao Romero le había conseguido malos astados. Pero pedía se le redujera o se le cancelara la multa contra la entrega de una lámpara de magnesio que servía para producir luz eléctrica, señalaba que estaba intacta y con buena calidad para alumbrar. El Ayuntamiento contestó que no le era necesario dicho aparato pero ante tal gentileza, le reducía la sanción a 30 pesos los cuales se liquidaron a prontitud.51 Tan recurrentes eran las corridas de toros realizadas por don Vicente Celoa, que don Tadeo Olmos tendría cierto recelo en realizar alguna posterior a ellas.52 El 13 de enero de 1884, se realizó una corrida en beneficio del jardín de la Plaza de los Mártires de esta ciudad, que requería mejoras. Se recabó un capital de 276.27 pesos, del cual fueron descontados 5.75 pesos como impuesto.53 El periódico El Pueblo Libre, con fecha de 23 de mayo de 1885, publicó una nota que destacaba la falta de espectáculos públicos, como teatro y zarzuela, circo o alguna otra distracción. Esta situación se agudizó al conocerse la noticia de lo sucedido en la plaza de toros de Celaya, incendiada por los espectadores ante el malestar que les causó el pésimo espectáculo, con un saldo de varios muertos y heridos. Por lo sucedido en dicho redondel, el Congreso del Estado de Michoacán redactó una prohibición sobre este espectáculo: 50
Martínez Ayala, op. Cit., pp. 198-199. ahmm, Caja: 137, Expediente: 10f, Año: 1881. 52 ahmm, Caja: 187, Expediente: 10e, Año: 1881. 53 ahmm, Caja: 89, Expediente: 65, Año: 1884. 51
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Suplemento: Toros, en periódico El Demócrata, Tomo: i, Vol. 21, miércoles 28 de febrero de 1876.
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Prohibición de corrida de toros y pelea de gallos Artículo 1º Quedan prohibidas en el Estado las lides de toros y peleas de gallos. Artículo 2º. Los individuos que proporcionaren locales para corridas de toros, o que tomaren en ellas parte activa y directa, incurrirán en la multa de cincuenta a doscientos pesos o en arresto de ocho días a un mes, según lo determine la primera autoridad política de la demarcación donde se efectúen las corridas, o la inmediata superior, si aquella por desidia o disimulo se desentendiere en imponer la pena. Artículo 3º. Lo prevenido en el artículo anterior se hace extensivo a las peleas de gallos, con la sola modificación de que la pena no será pecunaria sino precisamente de arresto por el término de quince días a un mes. Artículo 4º. Las personas que se consideren agraviadas por la imposición de las penas que expresan los artículos anteriores podrán ocurrir en vía de queja al prefecto del distrito quien confirmara, disminuirá o revocará dichas penas, según fuere debido, más si él las hubiere impuesto la queja se elevará al Gobierno. Artículo 5º. Si las lides de toros o de gallo se verificaren con el permiso o disimulo de las autoridades políticas o municipales, se impondrá a estas por los prefectos respectivos, o si ellos fueren los responsables por el Ejecutivo, las penas que en su caso establecen los artículos 2º y 3º de esta ley. Artículo 6º. Se autoriza al Ejecutivo para que destine en cada año fiscal hasta la cantidad de cuatro mil pesos al fomento de los espectáculos teatrales que tuviesen lugar en el Estado, a la mejora de edificios destinados a ese objeto y a conceder premios a los autores que en certámenes literarios o musicales, reglamentados por el gobierno, se hagan acreedores a esta recompensa. Fuente: ahmm, Caja: 136b, Expediente: 58b, Año: 1888.
La electricidad descubriría de Morelia su bello rostro en 1888, al permitir que sus calles y establecimientos cobraran nueva vida: El amparo de la luz concedió nuevos tiempos y espacios, así como la llegada de atractivas diversiones que tenían en la electricidad su fuente de poder. El alumbrado y las remodelaciones realizadas a las calles principales a finales del siglo xix y principios del xx, les otorgaron un nuevo significado simbólico, transformando las vías de comunicación en verdaderas arterias del corazón de la ciudad. Un ejemplo fue la Calle Nacional, lugar de gran importancia para la vida de Morelia, y que gracias a la electricidad adquirió un nuevo esplendor, reafirmándola como el lugar donde transcurría la vida social, política y económica de la urbe.54 Esta calle era la ruta obligada de todos los convites, los organizados para las fiestas taurinas –formados por una banda y un grupo de entusiastas animadores, quienes pregonaban la fecha de celebración de las corridas de toros–, y los de las procesiones religiosas, como las realizadas en Semana Santa: la celebración del Jueves Santo, de las Tres Caídas, del Santo Entierro y de la Soledad.55 Hasta este año el importante festejo taurino del dos de noviembre se iluminó con velas, el siguiente año ya fue con luz eléctrica. A estos acontecimientos se incorporaría la presencia del ferrocarril en el territorio mexicano, incluida la ciudad de Morelia, puesto que daba oportunidad a las clases adineradas de conocer nuevos horizontes de manera rápida, permitía el transporte de productos y acrecentaba la mano de obra, resultando con estas nuevas expectativas que amplios sectores de la sociedad buscaran mejores sa54
Véase: Celina Ruiz, La llegada del cinematógrafo y el surgimiento, evolución y desarrollo de la primera sala cinematográfica en la ciudad de Morelia, Tesis para la obtención del grado de Maestría en Historia de México por el Instituto de Investigaciones Históricas de la umsnh, 2007, p. 27. 55 Torres, op. Cit., Tomo iii, pp. 5-6.
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Cuadrilla de toreros con listón de luto en la Plaza de Toros de San Juan, en un soltadero de globos en 1886. Colección privada de José Macouzet
Cuadrilla de aficionados, lazadores y un payaso, curiosa fotografía. Tacámbaro en 1892. Revista de Revistas, El Semanario Nacional, Año xxvii, Núm. 1439, México, Editorial Excélsior, 19 de diciembre de 1937
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t lo . la a e oro e an an larios.56 Taurinamente esto se traduce en el arribo de gran número de aficionados, ya que por ferrocarril y en trenes especiales que se anunciaban en los mismos carteles, asistían a las corridas de Morelia aficionados procedentes de ciudades como Acámbaro y Pátzcuaro, entre otras. Con la llegada de la luz y el ferrocarril, la ciudad camFestival en la Plaza de Toros de San Juan que muestra las lámparas que dan luz al coso. bió, se modificaron las extenColección particular de Omar Guajardo sas huertas que fueron fraccionadas en lotes y vendidas al mejor postor para abrir nuevas calles. Se presentó en Nueva Orleáns, EsLos amplios atrios-cementerios se con- tados Unidos, en corridas de toros invirtieron en plazas o mercados, dejan- cruentas durante el año 1884. Adoptó do pequeñas áreas bardadas frente a los la suerte de matar a la española antes templos. Los antiguos edificios conven- de la llegada de Luis Mazzantini, lo que tuales y colegios sufrieron una serie de le permitió enfrentársele como figura adaptaciones para destinarlos a los más mexicana. En enero de 1888 inauguró, diversos usos como oficinas públicas, como copropietario, la Plaza de Toros escuelas, cárceles, cuarteles, hospitales, Bucareli en la capital mexicana, en la entre otros.57 También cambió el público que también se presentaría. En 1889 asistente a las corridas: de ser local pasó viajó a Europa para actuar en España y a regional, gracias a las comunicaciones. Portugal, alternando como jinete y con el traje de luces. Recibió la alternativa el 17 de octubre de 1889 de manos de SalPonciano Díaz vador Sánchez Frascuelo y Rafael Gueen tierras morelianas rra, Guerrita, con el toro “Lumbrero” del duque de Veragua. Falleció el 15 de En 1893 se presentó en Morelia el torero abril de 1899, en la Ciudad de México. mexicano Ponciano Díaz, un ídolo que tuvo múltiples actuaciones y cosechó grandes triunfos. No hay personaje taurino mexicano más importante durante el siglo xix que este hombre: torero, promotor, empresario y matador de toros con alternativa en España. Nacido en la Hacienda de Atenco en 1858, inició su carrera taurina como torero de a pie en 1877 a los 19 años de edad, y pronto alcanzó renombre. Con su carrera en ascenso recorrió varios estados de la República mexicana como figura. Una de sus suertes favoritas era la de poner banderillas a caballo. Ponciano Díaz Lanfranchi, op. Cit., Tomo i, p. 24 56
José Alfredo Uribe Salas, “Morelia durante el Porfiriato, 1880-1910”, en: Gerardo Sánchez Díaz (coord.), Pueblos, villas y ciudades, México, iih de la umsnh/Gobierno del Estado de Michoacán, 2010, p. 115. 57 Gabriel Silva Mandujano, “El desarrollo urbano y arquitectónico (1821-1910)”, en: Florescano (coord.) op. Cit., Vol. iii, p. 408.
A continuación se presentan dos fotografías y algunos carteles de eventos taurinos en Morelia, estos últimos se tomaron del Archivo Municipal. 61
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Dedicatoria autógrafa Zacatecas. Octubre 17 de 1882 Archivo fotográfico del cc3m
Ponciano Díaz Archivo Fotográfico del cc3m
Archivo Histórico Municipal de Morelia
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Carteles resguardados en el ahmm
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Ponciano DĂaz. ahmm
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El toreo en Morelia El Porfiriato El gobernador don Aristeo Mercado, porfirista, derogó la prohibición por decreto de 3 de mayo de 1893, con lo cual se permitieron las corridas. Publicó también el siguiente reglamento:
REGLAMENTO Para las corridas de toros y peleas de gallos De las corridas de toros Artículo 1º. Ninguna corrida podrá verificarse, sin que se obtenga previamente permiso del Gobernador del Estado. Artículo 2º. El permiso se solicitará por escrito y por conducto de la Prefectura del Distrito respectivo para que ésta informe en vista de la ley y del presente Reglamento. Artículo 3º. Por cada corrida se cobrará una cuota que determinará el Gobierno y que será de cincuenta a cien pesos, si aquella se verificare en la Municipalidad de Morelia, y de veinticinco a cien si tuviere lugar en cualquier otra municipalidad. Artículo 4º. Por ningún motivo se permitirá que los toros que se lidien sean puntales, debiendo estar arreados de las astas como lo determina la ley. Artículo 5º. La corrida deberá empezar precisamente a la hora designada, a fin de que concluya antes de obscurecer. Si terminare la tarde antes que la corrida, se suspenderá ésta y se impondrá a la empresa una multa por falta cometida. Artículo 6º. Cuando el gobierno, por circunstancias excepcionales, creyere conveniente conceder permiso para que alguna corrida se verifique por la noche, fijará al interesado las reglas especiales a que la función haya de sujetarse. En este caso podrá aumentarse hasta cincuenta por ciento el importe de los derechos. Artículo 7º. Siempre que una función de toros haya de verificarse en la noche, la plaza se iluminará suficientemente, así como los tránsitos, teniéndose especial vigilancia para evitar un incendio. Artículo 8º. Sólo a individuos de la cuadrilla se permitirá tomar parte en la lidia. Ninguno de los concurrentes podrá bajar al redondel, quedando en consecuencia prohibidos los toros embolados para el público. El que infrinja esta disposición será castigado con arresto de diez a treinta días. Artículo 9º. Media hora antes de la corrida, se presentará la autoridad a quien toque presidir y en el caso de que alguno de los individuos que formen la cuadrilla se encuentre en estado de ebriedad o imposibilitado por cualquier otro motivo para trabajar le prohibirá, conforme al artículo 15 que lo hagan, imponiéndole, cuando fuere culpable, una multa de uno a cinco pesos. Artículo 10º. Las picas de las garrochas tendrán una longitud de diez y siete milímetros, no tendrán filo y se abotonarán concernientemente, cuidando la autoridad que presida de que aquellas tengan las condiciones indicadas. Artículo 11º. Queda a la prudencia de la autoridad que presida marcar el tiempo que deba durar la suerte de varas y de banderillas, según la bravura y calidad del toro; y una vez dada la señal para la suerte de banderillas, no podrá ser picado aquel sin previo permiso de la autoridad, incurriendo los infractores en la pena de arresto de cinco a quince días. Artículo 12º. Se prohíbe el uso de banderillas de cohetes, así como de bombas para matar o conmocionar al toro, castigándose la contravención con una multa de cinco a veinticinco pesos que satisfará la empresa.
(Continúa)
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REGLAMENTO Para las corridas de toros y peleas de gallos Artículo 13º. Los toros serán estoqueados por el capitán de la cuadrilla o por el torero que él designe, no pudiendo pasar tres de tres estocadas que reciban y si con la última no muriesen, se mandarán sacar del redondel a lazo; en el concepto de que por ningún motivo se permitirá el uso de la puntilla o rejón, si no es para rematar al toro después de caído. A los infractores se impondrá la pena de quince a treinta días de arresto. Artículo 14º. La empresa tendrá en cada corrida el número suficiente de toros de reserva, para sustituir los que fueren desechados, así como el número suficiente de caballos, para que en el momento de ser herido alguno, sea repuesto por otro. Ningún caballo herido, cualquiera que sea la naturaleza de la lesión, podrá continuar sirviendo en la corrida. Artículo 15º. Ningún individuo imposibilitado, ni jóvenes menores de quince años, podrán tomar parte en la lid. Artículo 16º. Se prohíbe el acceso del público a los corrales en los momentos de encajonar los toros que han de lidiarse. Artículo 17º. La empresa cuidará de que antes de empezar la corrida, la plaza esté limpia y reada y aseados los asientos, así como los corrales de la misma plaza. Artículo 18º. Tanto al llevar los toros al lugar de la función, como al sacar los que sobren de la corrida, serán conducidos a la hora y por las calles que tenga designadas para ese efecto el Presidente Municipal. Artículo 19º. Cuando algún toro se separe de los demás, al ser conducido, y escape al cuidado de los conductores, así como cuando se salga del encierro y recorra algunas calles u otros lugares por donde pueda ocasionar daños, se impondrá al concesionario una multa de cinco a cincuenta pesos, y al conductor arresto de ocho a quince días. Ambos serán además responsables de los daños causados por el animal en las personas o en las cosas, y consignándose a la autoridad judicial cuando hubiere méritos para ello. Disposiciones generales Artículo 34º. Las cantidades que por licencia de toros o peleas de gallos deben cobrarse a este reglamento, se pagarán invariablemente al otorgarse dichas licencias. El producto de éstas y el de las multas que se impongan al otorgarse dichas licencias, ingresará al fondo municipal y se destinará al mejoramiento de las escuelas, invirtiéndose precisamente en las de la municipalidad o tenencia en que la función se verifique. Artículo 35º. La inversión de dichos productos se hará de acuerdo con el Prefecto del Distrito, y de ella se dará inmediatamente aviso al Gobierno. En él se expresará el objeto a que el dinero se hubiere destinado, siendo responsable dicho Prefecto si no se da a los fondos la inversión debida. Artículo 36º. Al concederse las licencias, el concesionario depositará en la Tesorería municipal respectiva una cantidad de cincuenta a cien pesos si se tratare de toros, o de diez a cincuenta, si se tratare de gallos, para asegurar el pago de las multas que pudieran imponerse por infracciones al presente Reglamento. Artículo 37º. Dicha cantidad se devolverá al interesado, al siguiente día de concluida la función, mediante la constancia que dé la autoridad municipal de no haber habido lugar a multas. Si alguna o algunas hubieren sido impuestas, se aplicará al fondo la parte relativa, o el total según lo que importaren aquellas, y se procederá al cobro de lo que falte si el depósito no hubiere bastado para cubrir la responsabilidad. Artículo 38º. Se prohíbe dedicar los espectáculos a cualquier clase de autoridades, empleados o particulares. En caso de que se infrinja esta disposición, el Presidente municipal mandará suspender el espectáculo, hasta que se circulen nuevos avisos retirando la dedicatoria, e impondrá al infractor una multa que no baje de diez pesos.
(Continúa)
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REGLAMENTO Para las corridas de toros y peleas de gallos Artículo 39º. Cuando los productos liquidados de alguna función se destinen en su totalidad a objetos de utilidad o beneficencia públicas, no se cobrará a la empresa cuota alguna. Artículo 40º. El espectáculo anunciado no podrá variarse, ni mucho menos suspenderse, sino por causas independientes de la voluntad del empresario y que impidan se dé la función. Entre estas causas se contará la falta casi absoluta de concurrencia, a juicio de la autoridad que presida. Artículo 41º. Cuando el espectáculo se suspenda, la autoridad deberá cerciorarse de que se devuelve a los concurrentes el importe de las localidades que hubieren tomado. Artículo 42º. Se prohíbe vender mayor número de boletos para cada localidad que el de los asientos que se hubieren señalado en ella, o que el de las personas que cómodamente puedan colocarse. La infracción de este artículo se castigará con multa que no baje de veinticinco pesos. Artículo 43º. Antes de comenzar la función la autoridad inspeccionará el local, a fin de cerciorarse de que los asientos son suficientemente sólidos para recibir el peso de los concurrentes. Si hubiere temores de algún accidente y no se pudiere remediar desde luego el mal, no se permitirá el acceso del público a la parte que se encuentre en malas condiciones, y se impondrá al dueño del redondel una multa que no baje de diez pesos. Artículo 44º. Se prohíbe a los concurrentes manifestar su agrado o desagrado con palabras indecentes, y arrojar objetos que puedan causar daño. El que ejecutare alguno de estos actos será castigado con arresto que no baje de ochos días. Artículo 45º. La autoridad que presida tiene el estricto deber de impedir cualquier delito o falta, y cuando se cometa, consignará a los culpables a la autoridad competente, o les impondrá la pena a que hubiere lugar. Artículo 46º. Los agentes de seguridad que se destinen a hacer que se conserve el orden, estarán a disposición de la autoridad que presida o vigile el espectáculo. Artículo 47º. La autoridad política dará aviso al gobierno de cualquier escándalo que en estas diversiones tenga lugar y de los delitos que se cometan, informando también sobre si se han impuesto y hecho efectivas las penas procedentes. Artículo 48º. El concesionario será responsable de los desórdenes que ocurran y que hubiere estado en su mano evitar, y se le impondrán las multas respectivas sin perjuicio de que también se proceda contra los autores del desorden. Artículo 49º. Al concesionario a quien se hubiere impuesto alguna pena por infracciones a este reglamento, no se le volverá a conceder licencia cuando la solicitare. Artículo 50º. Las autoridades políticas o municipales que por tolerancia o descuido dejen de imponer las penas expresadas, incurrirán en multa de veinticinco a cien pesos, la que será impuesta por los prefectos. Cuando estos fueren los culpables, impondrá la multa el Gobernador. Artículo 51º. En todos los casos penados en este reglamento con arresto, podrá conmutarse dicha pena en multa que no baje de cinco pesos, ni exceda de cien. Artículo 52º. Las infracciones de este Reglamento que no estén penadas expresamente, se castigarán con multa de diez a cien pesos, o prisión de cinco días a un mes que impondrá el Prefecto en las cabeceras de Distrito y el Presidente del Ayuntamiento en las municipalidades. Artículo 53º. Cuando la falta amerite una pena que no pueda imponer la autoridad municipal, se dará aviso al Prefecto para que éste la imponga. Artículo 54º. Se concede acción popular para denunciar las infracciones del presente reglamento. De las multas que se impongan, en caso de denuncia, se aplicará un cincuenta por ciento al denunciante. Artículo 55º. Quedan en todo su vigor las disposiciones que contienen las ordenanzas municipales relativas a la materia, en cuanto no se oponga a las presentes.
Fuente: ahmm, Caja: 206, Expediente: 5, Año: 1893.
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Rafael Corona, matador de toros nativo de Morelia. Gozaba de gran prestigio, protegido por los señores Iturbide. Vistió el traje de luces durante 20 años como espada, y cinco como banderillero de Jesús Villegas y Lino Zamora. Véase “Seis antiguos espadas mexicanos”, en: Revista de Revistas, El Semanario Nacional, Año xxvii, Núm. 1439, México, Editorial Excélsior, 19 de diciembre de 1937
Cartel de fecha 5 de noviembre de 1893
Valentín Zavala, torero texcocano, arribó a la ciudad de Morelia en varias ocasiones.Fue lugarteniente de Ponciano Díaz. Ibidem
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Colección particular de Omar Guajardo
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Aficionados a la fiesta brava en las afueras del Coso de San Juan. Colección de Omar Guajardo
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Con las nuevas reglas los empresarios taurinos organizaron corridas: el afamado torero Ponciano Díaz las presentó los días 1o, 3 y 5 de octubre de 1893, con un impuesto de 6.75 pesos por cada una. Seguirían Luis Sámano Gómez y Manuel D. Bonilla, con las corridas de los días 22 y 29 de octubre, así como los días 1º y 2 de noviembre de 1893, con 50 pesos de impuesto por cada una. Después, don Tadeo Olmos el día 5 de noviembre, por la que pagó al erario una cuota de 50 pesos, y José María Sánchez Villegas y Cristóbal Orozco los días 12 y 19 de noviembre de 1893. Concluyó el año con licencias para Manuel D. Bonilla, representante de la Sociedad Progreso y Fraternidad, para el 26 de noviembre y 3 de diciembre de 1893, con toreros jóvenes de la capital michoacana, otra al señor Francisco Parra, con tres corridas los días 3, 10 y 14 de diciembre de 1893, y cerró don Eduardo Oviedo con la corrida del 24 de diciembre de 1893, cuyos productos fueron destinados a beneficio de las mejoras que se estaban practicando en el Teatro Ocampo.58
Las actividades sociales “se vieron influenciadas en el Porfiriato por las nuevas corrientes de pensamiento, las innovaciones técnicas, la transformación del entorno urbano, la creación de nuevos espacios recreativos, la proliferación de eventos artísticos y de esparcimiento”.59 En las corridas se presentarían toreros y ganaderías afamadas en el coso taurino de San Juan. Desde 1893 y los años subsiguientes los empresarios no desaprovecharían motivo alguno para hacer empresa. Don Manuel D. Bonilla solicitaría licencia para principios de 1894 con la finalidad de recabar fondos para la mejora del teatro Melchor Ocampo, un mes después el señor Braulio Sánchez consiguió licencia para los días 4, 6, 11 y 18 de febrero de 1894, donde la cuadrilla de Braulio Díaz expondría sus mejores suertes. El mes de marzo sería para el empresario Valentín Zavala y un mes después para Rafael Corona, estableciéndole 75 pesos de impuesto. Don Fernando Ortiz organizó dos corridas los días 6 y 13 de mayo de 1894. Y en el festejo esperado de la corrida nocturna del 2 de noviem-
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ahmm, Caja: 169a, Expediente: 42, Año: 1893.
Uribe Salas, op. Cit., p. 120.
t lo . la a e oro e an an bre, el empresario fue don Aureliano Pérez Gil.60 No contamos con registros de 1895 a 1897. A finales de 1898 se anunció un serial de tres corridas que tendrían verificativo los días 11, 16 y 18 de septiembre. El diestro y empresario Luis Leal había comprado toros de las ganaderías de Pedalagua, Estarvel y Atapaneo, que se encontraban en magnífico estado de carne, “Morenito de Valencia” haría su presentación ante el público, después de la brillante campaña que había hecho en la capital de la República y en algunos poblados de los estados.61 En sus notas periodísticas señala Mariano de Jesús Torres, El Pingo, su oposición hacia las corridas en la siguiente nota: “Se han prohibido en el progresivo estado de Chihuahua. Michoacán no debe de quedarse atrás en la vía de la civilización y en virtud, esperamos que nuestro congreso expida cuanto antes el decreto prohibiendo tan odioso espectáculo”.62 En 1899, durante las fiestas de Pascua, el gobierno concedió licencia al empresario don Luis Leal para que en el coso taurino de San Juan se presentara la compañía de Juan Antonio Cevera, El Cordobés.63 Los meses patrios se verían engalanados por “la cuadrilla de la que es primer espada el distinguido diestro Leopoldo Camaleño y donde figuran además los valientes banderilleros Guerrita, Villarreal, Citre y Mazzantini”.64 Cabe destacar que en el expediente se consigna a Guerrita y Mazzantini como banderilleros, pero no se refiere a los primeros espadas españoles Rafael
Guerra, Guerrita, y Luis Mazzantini, de los que tomaron el nombre por su fama. La tenacidad del empresario y banderillero Luis Leal continuó dando frutos: ese año organizó una corrida para la tarde del 4 de junio con cuatro toros de la Hacienda de Itzícuaro y con la presencia de Leopoldo Camaleño y su cuadrilla: sobresaliente de espada, Baldomero Sánchez El Guerrita; los picadores José Vega El Arriero Grande, Piedad García y Vidal Zúñiga El Atapaneo; y con banderilleros como Antonio Gómez El Chiqui. Las entradas costaron de un peso en Sol General a 25 centavos.65 Para el día 2 de noviembre se programó el siguiente cartel, con los matadores españoles: Diego Prieto Cuatro Dedos, Eduardo Leal Casado Llaverito, y Leopoldo Camaleño. Mariano de Jesús Torres narra que a pesar de que los capitalinos michoacanos destacaban por profundas ideas cristianas, deliraban por esa diversión bárbara donde se anunciaban toros de una bravura extraordinaria, así como toreros de talla nacional y extranjera. Aunque los precios de entrada eran altos, dice El Pingo Torres sobre los morelianos: …mientras en el teatro le pesa dar un real más cuando se pone a cinco o seis reales la luneta y por esa alza insignificante, se rehúsa a concurrir. Tratándose de toros desembolsa con gusto un peso por boleto de grada y procura llevar a su esposa y a sus hijos aun pequeñitos para que se eduque su corazón en espectáculos de sangre y aprenda a cocorear escuchando insultos y gritando dicterios a plena plaza en presencia de la autoridad pública.66
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Archivo Histórico Municipal de Morelia, Caja: 172b, Expediente: 18, Año: 1894. 61 Suplemento: Toros, en: Periódico El Centinela, Tomo: vi, Vol. 9, del 1º de septiembre de 1898. 62 Suplemento: Toros, en: Periódico El Centinela, Tomo: vi, Vol. 18, del 13 de noviembre de 1898. 63 Suplemento: Toros, en: periódico El Centinela, Tomo: vi, Vol. 37, del 26 de marzo de 1899. 64 Suplemento: Toros, en: periódico El Centinela, Tomo: vii, Vol. 8, de 10 de septiembre de 1899.
En otro artículo, el mismo autor comenta: “Los tranvías van reventando de gente que concurre a los toros; la calle 65 Archivo particular de Luis Uriel Soto Pérez, Contenido: cartel taurino de la ciudad de Morelia, Caja: 01, Expediente 02, Año: 1899. 66 Suplemento: Toros, en: periódico El Centinela, Tomo: vii, Vol. 8, de 24 de octubre de 1899.
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El toreo en Morelia Nacional y las contiguas al lugar de la diversión se ven obstruidas materialmente de personas de todas clases sociales que vuelan placenteras a gozar viendo toros tan bravos, lidiados por afamados toreros españoles”.67 Era tal el alboroto que “el expendio de boletos está completamente lleno de gente; el ruido de los pesos se deja oír a gran distancia y la cosecha de dinero es tanta Bosque Cuauhtémoc. Colección particular de Omar Guajardo que su monto es fabuloso y haría la fortuna de cualquiera. En las puertas de de dos pisos, 5 de tres pisos y 8,182 casas entrada es aquello una avalancha huo jacales. Como es de suponer, la mayomana y todos se disputan a penetrar a ría de las casa habitación de uno, dos y 68 cual primero”. tres pisos se localizaban en el centro la No se diga cómo era la efervescencia ciudad. El grueso de las denominadas humana si la lidia era de mala calidad: chozas o jacales constituían la vivienda de la población rural del municipio. En …el público, al verse tan vilmente enel conjunto de la mancha urbana destagañado, expresa con silbidos y tremenda caban las construcciones de un piso, en gritería su indignación; el juez manda las afueras de Morelia se construyeron tocar a lazo: se vuelve la res al corral y chozas o jacales que daban albergue a se espera la salida del otro toro, que sale un núcleo importante de la población lo mismo; y así con el tercero y cuarto. avecindada en ella.70 La concurrencia se enfurece, arroja al redondel los bancos, las sillas cuanto halla De acuerdo con Gerardo Sánchez, a la mano, todo es desorden, todo confu- el porcentaje más alto de la población sión y la famosa tarde de gala queda con- urbana se concentraba en las cabeceras vertida en tarde de escándalo inaudito.69 distritales y en la capital del estado. “La ciudad de Morelia era la más poblada, Para entender el entorno de la ciu- seguida por Zamora, La Piedad, Uruadad a finales del siglo xix, se anexan los pan, Pátzcuaro, Puruándiro y Zitácuaro, siguientes datos estadísticos: en tanto que las de más bajo índice poblacional eran Apatzingán, Coalcomán Para 1900 el municipio de Morelia con- y el Carrizal de Arteaga”.71 taba con 3,943 casa[s] de un piso, 169 El señor Luis Leal fue empresario de finales del siglo xix a los primeros años 67 Suplemento: Toros, Año: 7, Núm. 14, Año: 1899, en periódico El Centinela del 22 de octubre de 1899. En la Hemeroteca de la umsnh. 68 Suplemento: Toros, en: periódico El Centinela, Tomo: vii, Vol. 8, del 24 de octubre de 1899. 69 Suplemento: Toros, en: periódico El Centinela, Tomo: vii, Vol. 8, del 24 de octubre de 1899.
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Uribe Salas, op. Cit., p. 106. Sergio Corona Salguero, “Corridas de toros y peleas de gallos en Morelia durante los primeros años del siglo xx”, en: Rosa de los Vientos, Boletín del Archivo Histórico Municipal de Morelia, mayo, 2010, p. 31. 71
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Tauromaquia en Morelia en el siglo xx
Gobernador don Aristeo Mercado. Busto de Aristeo Mercado, resguardado en el cc3m
del siglo xx. El 4 de marzo de 1900, durante las fiestas de carnaval, organizaría corridas de toros con ganado de Guadalupe y Tazícuaro.72 Posteriormente en septiembre, mes de remembranza de los héroes de la patria, “el laborioso y entusiasta empresario Luis Leal, ha contratado el valiente José Huguet ‘Mellaito’”.73 Aquí cerramos el siglo xix, el siglo de la Independencia, que vio pasar dos imperios, la república incipiente y sus dictadores, un país al que aún le faltaba padecer la Revolución y la Guerra Cristera, sucesos todos que además del sufrimiento y las calamidades que causaron a sus habitantes, provocaron la pérdida de archivos y bibliotecas, lo que impide profundizar en los temas taurinos como en tantos otros, pero demos la vuelta a la hoja para entrar al siglo xx.
72 Suplemento: Toros, en: periódico El Centinela, Tomo: vii, Vol. 32, del 4 de marzo de 1900. 73 Suplemento: Toros, en periódico El Centinela, Tomo: viii, Vol. 10, del 16 de septiembre de 1900.
Durante el siglo xx, la tauromaquia moreliana se consolidó, el número de corridas aumentó y surgieron grandes figuras del toreo. Atrás quedó la antigua forma de lidiar. Empresarios, toros, toreros y cosos taurinos evolucionaron y apareció la nueva época. Los reglamentos y las prohibiciones en México se aplicaron a conveniencia y se modificaron de acuerdo con diferentes intereses. Paulatinamente se ordenó y reglamentó la fiesta brava; aparecieron, entre otras novedades, mujeres y niños que actuaban en los festejos, lo cual antes estaba prohibido y gracias a los nuevos reglamentos adquirieron legitimidad. En la actualidad, es común que lidien menores de edad y mujeres. Las fiestas por el advenimiento del siglo xx no se hicieron esperar, la aristocracia porfirista avecindada en la ciudad de Morelia celebraría tal hecho pomposamente, dejando constancia de las alegrías y buenos deseos para el nuevo siglo. Para esta celebración, se prepararía el jardín de la flora que se ubicaba en el centro del antañón y romántico Bosque de San Pedro, hoy Bosque Cuauhtémoc, donde concurrirían las familias más selectas de Morelia. “Entre las diez y las once de la noche del día 31 de diciembre del año de 1900, empezaron a llegar al chalet del citado jardín las familias que fueran invitadas para despedir el siglo xix”.74 En el momento que se presentó el gobernador del estado, don Aristeo Mercado, la música tocó sonoras estrofas del Himno Nacional, poniéndose de pie la concurrencia. El entusiasmo crecía y todos sacaban sus relojes con la ansiedad de las doce. “El reloj marcaba las doce. ¡Augustos momentos! Las fábricas 74 Gerónimo Campanas (Miguel Pérez Moral), “Morelia: Costumbres, oficios y tradiciones”, en: Élite, Morelia, 2007, p. 26.
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El toreo en Morelia con sus silbatos, las campanas con sonoros y recios tañidos, las músicas con sus acordes, la artillería con las descargas y las personas con la inteligencia y el corazón se despiden del siglo xix y dirigen respetuoso saludo al siglo xx”.75 La fiesta brava no pasó desapercibida en los festejos de inicio de centuria, “tres siglos de coloniaje español dejaron huella en cada una de las expresiones y usos culturales, tanto en el campo como en la ciudad”.76 Por lo que se concedió licencia para que actuara en el coso taurino de San Juan, la cuadrilla de Leopoldo Camaleño lidiando cuatro toros de la Hacienda El Cubo,77 ubicada en el estado de Guanajuato. La licencia fue aprobada por el gobernador del Estado de Michoacán,78 siendo él quien fijó una cuota de cien pesos como impuesto. La prensa de la época, en especial el periódico El Centinela, narró lo siguiente: “El público concurrió en masa, esperando gozar de un espectáculo sorprendente [y] admirable. Mas he aquí, que se llevó un solemnísimo chasco; porque los famosos toros de El Cubo salieron pésimos; tuvieron que meterlos a lazo en medio de la rechifla pública y el ciudadano mandó que se devolviera la entrada”.79 Para la tarde del 13 de enero de 1901, se presentó Leopoldo Camaleño lidiando toros de El Cubo, acompañado del picador Alejo Jaime, Nene, proveniente de San Luis Potosí. El mismo Camaleño apuntaba:
El torero Leopoldo Camaleño figura como empresa y primer espada. ahmm, Libro de Secretarías 398, Exp. 337, Año 1901, Cartel taurino de Leopoldo Camaleño
público en general, me han obligado a organizar la corrida que hoy anuncio. Contando con buenos elementos para reforzar la cuadrilla y siendo mi afán ofrecer un espectáculo digno de esta localidad, he contratado a los banderilleros Antonio Martínez “el sastre”, y al popular Luis Leal, así mismo a todo costo e obtenido cuatro toros de la hacienda el cubo que, sin desmerecer han sido lidiados en el coso de San Luis Potosí con los de Guename y los de la cruza de Miura de la ganadería del Espíritu Santo. Programa: A las 12 del día hará la cuadrilla el paseo de costumbre. A las 3 de la tarde conducción del cartel de la plaza de los Mártires a la de toros. A las 4 y 15 hecho el despejo de la plaza, por primera vez 4 toros a muerte de la Hacienda del Cubo. Como banderilleros participan Antonio García (Fatigas), Luis Leal, Antonio Martínez (El Sastre), Santos Vega (El Montañez), y como picadores Alejo Jaime (Nene), Vidal Zúñiga (Atapaneo) y Miguel López (El Poblanito).80
La gratitud y simpatía que siempre e tenido a esta culta ciudad, las pruebas de cariño con que me han distinguido mis numerosos amigos y la galantería del 75
Gerónimo Campanas op. Cit., p. 27. María Teresa Cortés Zavala, “Ante el ojo de la cámara…”, en: Tzintzun, Revista de Estudios Históricos, Núm. 11, iih de la umsnh, Morelia, enero-junio de 1990, p. 65. 77 Hemeroteca de la umsnh, Suplemento: Toros, en: periódico El Centinela del 27 de enero de 1901, Tomo: viii, Núm. 28. 78 ahmm, Caja: 3a, Expediente: 4, Legajo: 1, Año: 1901. 79 Hemeroteca de la umsnh, Suplemento: Toros, 1901 en: periódico El Centinela del 27 de enero de 1901, Tomo: 8, Núm. 28. 76
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ahmm, Libro de Secretarías 398, Exp. 337, Año
t lo . la a e oro e an an El domingo 20 de enero de 1901, lidió Leopoldo Camaleño tres toros de la ganadería El Cubo, comprometiéndose entre otras suertes, a poner banderillas a caballo. El mismo matador, en la tarde del 22 en septiembre del mismo año, tuvo un grave fracaso, quedó el público muy disgustado a tal grado que el juez de Plaza recibió insultos y agravios, por lo que tuvo que someter a un par de concurrentes.81 Al año siguiente, se autorizó a Leopoldo Camaleño lidiar dos o tres corridas, las cuales nunca se llevaron a cabo. La afición disfrutó del espectáculo hasta que el famoso diestro Arcadio Ramírez, Reverte Mexicano, tomó la iniciativa y organizó dos corridas, una para el martes 16 y otra para el domingo 21 de septiembre de 1902.82 En la mayoría de los estados de la República mexicana ya tenían prohibidas las corridas de toros; en Morelia aún estaban permitidas pero la suerte llamada “don Tancredo”, muy solicitada por los concurrentes a la plaza de San Juan, no fue permitida.83 En el año de 1903 arribó a la capital michoacana la magnífica cuadrilla de toreros en la que figuraba como capitán el afamado Antonio Fuentes y Zurita, rival de Luis Mazzantini.84 Al empresario Margarito de la Rosa, quien incursionaba en este negocio, el ayuntamiento le otorgó permiso para presentar corridas de toros los días 13, 16 y 20 de septiembre de ese año. Formó parte de la cuadrilla del valiente y aplaudido matador de toros de alternativa, Arcadio Ramírez, el Reverte Mexicano.85 Cartel de la primera corrida del siglo xx en Morelia. Resguardado en el cc3m
1901, Solicitud de Leopoldo Camaleño. 81 En la Hemeroteca de la umsnh, Suplemento: Toros, en: periódico El Centinela del 29 de septiembre de 1901, Tomo: ix, Núm. 11. 82 En la Hemeroteca de la umsnh, Suplemento: Toros, en: periódico El Centinela del 14 de septiembre de 1902, Tomo: 10, Núm. 9. 83 ahmm, Caja: 2a, Expediente: 96, Legajo: 1, Año: 1901. 84 En la Hemeroteca de la umsnh, Suplemento: Toros, en: periódico El Centinela del 16 de agosto de 1903, Tomo: 11, Núm. 5. 85 En la Hemeroteca de la umsnh, Suplemento: Toros, en: periódico El Centinela del 13 de septiembre de 1903, Tomo: 11, Núm. 9.
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Cartel de seda, en resguardo en el cc3m
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Lugares Palcos de sombra
Gradas Niños y tropa formada
Primera fila Segunda fila De sombra De sol
Precio 2.00 1.75 1.50 0.35 Mitad de recio
del estado honraría con su presencia. La hora de lidiar fue programada a las cuatro y cuarto de la tarde, estuvo amenizada por la Banda del Estado y del Sexto Regimiento. Contó con la participación de las distinguidas señoritas Clara Oseguera, Ángela Ortiz Vidales, María Ramírez y Guadalupe Estrada. Con toros de La Huerta, Atapaneo, Queréndaro e Itzícuaro. Los de la Huerta tenían divisa blanco y rojo; de Atapaneo, azul y blanco; de Queréndaro, rosa y blanco; y de Itzícuaro, lila y blanco.87 El cartel también precisaba lo siguiente: “El aplaudido banderillero José Zamora, ejecutará la suerte de banderillas al quiebro de una silla, con el toro que mejores condiciones reúna y como espada, Arcadio Ramírez Reverte Mexicano”. En noviembre de este año, para la esperada corrida del Día de Muertos, se anunció al valiente matador de toros Diego Rodríguez Silverio Chico y su magnífica cuadrilla, lidiando cuatro valientes toros de la acreditada hacienda de la Huerta.88 Para cerrar con broche de oro, el 6 de diciembre de 1903 se presentó en la Plaza de San Juan la cuadrilla española de señoritas toreras; lidiaron: • De primer espada: Emilia Herrera, Herrerita
Arcadio Ramírez, Reverte Mexicano. Archivo fotográfico del cc3m
• De segunda espada: Isabel Guerrero, Joseíta
La mejor corrida fue la del 16 de septiembre, con lleno total y éxito: “el ganado salió excelente y el desempeño de la compañía estuvo magnífico, especialmente aplaudido”.86 Para el 30 de septiembre de 1903 se dio una corrida de toros, cuyos fondos fueron a beneficio del monumento a José María Morelos y Pavón –conocido popularmente como El Caballito–. El cartel taurino anunciaba que el gobernador
• De sobresaliente: Josefa Molas, Pepita, y Luisa Comas, Finita (quien ejecutó la peligrosa suerte de Don Tancredo) • Como auxiliares de la cuadrilla: José Turel, Tit, y José Hernández, Pepín Chico
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En la Hemeroteca de la umsnh, Suplemento: Toros, Tomo: 11, Núm. 10, periódico El Centinela del 19 de septiembre de 1903.
Cartel taurino resguardado en el cc3m. Hemeroteca de la umsnh, Suplemento: Toros, en periódico: El Centinela del 1° de noviembre de 1903, Tomo: 11, Núm. 16.
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En resguardo en el cc3m
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Suerte de Don Tancredo. Litografía original de Francisco de Goya y Lucientes, resguardada en el cc3m
La prensa tomó esta festividad como un hecho inédito, no igualado desde que la popular Charrita Mexicana –María Aguirre– se presentara como banderillera ecuestre en nuestra plaza. Informaba la prensa local que en tal espectáculo no se había llegado a ver al sexo débil disputando los laureles que en el coso de Morelia alcanzaron en otro tiempo los Ávila, los Lino, los Zamora, Epifanio de J. Villegas, Pancho El Moreliano y varios personajes españoles. Para entender la capacidad económica de los asistentes en esta época debemos basarnos en los salarios de los trabajadores urbanos, se tiene antecedente de que sus honorarios: …variaban de acuerdo a la naturaleza de la rama económica en la que se ubicaban y a la actividad específica que desempeñaban al interior de aquellas. Así, por ejemplo, en la industria textil (La Paz y La Unión) los salarios variaban de un peso a 25 centavos; en las de jabón de un peso a 25 centavos; en las de cerveza, de puros y cigarros, de un
peso a 25 centavos. En el renglón de las actividades económicas denominadas de artes y oficios, es decir en el mundo del trabajo manual y artesanal, los salarios percibidos iban de un peso a 25 centavos, o cuando se ocupaba la mano infantil, éstos recibían 14 centavos por día.89
Tinta sobre papel de la Charrita Mexicana. atribuido a José Guadalupe Posada, resguardado en el cc3m
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Uribe Salas, op. Cit., p. 114.
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El toreo en Morelia El precio del boleto para las corridas que se celebraban en la ciudad variaba de acuerdo con la calidad de los toreros y toros, un ejemplo es el cartel de la época donde actuaron las jovencitas toreras en el año 1903 con ganado de Itzícuaro, al que asistió numerosa concurrencia. La corrida fue un éxito artístico y económico:
mansa y no lució como era de esperarse, ni la concurrencia fue tan numerosa como la que tuvieron las señoritas toreras en los últimos días de 1903.93
…con plaza completamente llena, tal como se esperaba. El desempeño de “Joseita”, “Herrerita” y “Pepita” fue óptimo, se lucieron en sus respectivas suertes, de un modo tan satisfactorio, que arrancaron calurosos aplausos y merecieron repetidas dianas, así como otras demostraciones de aprobación de los espectadores. El público quedó complacido, la empresa gananciosa y las artistas satisfechas.90 La prensa informaba sobre la gran actividad en la construcción y reconstrucción de la ciudad. Se publicó que entre enero y mayo de 1904 el Ayuntamiento de Morelia había extendido 99 permisos para la construcción y remodelación de viviendas y edificios públicos.91 En 1904 la afición disfrutó de una espléndida corrida capitaneada por la compañía taurina del sin rival Antonio Montes, notable matador alternativado en Madrid, para lidiar a muerte cuatro toros de la ganadería de Parangueo, propiedad del señor Nicolás del Moral, con divisa verde y blanco. La empresa se vio en la necesidad de subir sus precios de entrada;92 la corrida salió 90
Hemeroteca de la umsnh, Suplemento: Toros, Tomo: 11, Núm. 22, Año: 1903, en periódico El Centinela del 13 de diciembre de 1903. 91 Uribe Salas, op. Cit., p. 107. 92 Hemeroteca de la umsnh, Suplemento: Toros, periódico El Centinela, 1o de enero de 1904, Tomo: xi, Núm. 25.
90
Cartel en resguardo en el cc3m
En abril de 1904 se lidió ganado de La Huerta; figuró como único espada el famoso diestro Diego Rodríguez, Silverio Chico.94 En septiembre del mismo año, concedió el gobernador del estado, don Ariste o Mercado, al empresario taurino Luis Erro, licencia para dar en esta ciudad tres corridas de toros los días 11, 16 y 18. 93 Hemeroteca de la umsnh, “Suplemento: Toros”, Tomo: xi, Núm. 26, en periódico El Centinela del 10 de enero de 1904. 94 En la Hemeroteca de la umsnh, “Suplemento: Toros”, en periódico El Centinela del 10 de abril de 1904, Tomo: xi, Núm. 39.
t lo . la a e oro e an an y valientes toros de la muy acreditada ganadería de la hacienda de La Huerta, en la cuadrilla figuraron los matadores, Antonio Mata El Copao y Agustín Valazio Fuentes mexicano, rey del descabello.96 La corrida fue organizada por el empresario Margarito de la Rosa.
Antonio Montes Vico. Imagen consultada en la página web: http://laaldeadetauro.blogspot.mx/2010/01/ antonio-montes-103-anos-de-su-muerte_13.html (fecha de consulta: 7 de agosto del 2012)
En 1905 solamente tenemos registrada una corrida, realizada el 1º de noviembre con cuatro toros de Atenco, propiedad del señor Rafael Barbabosa, y como único espada a Joaquín Hernández, Parrao; por primera vez en un cartel registramos como taquilla autorizada para vender boletos al Hotel Morelos. Hacemos notar que el número y pelaje de los toros están reseñados: Número 44 69 122 73
Pelaje Hosco Conejo Caribello Negro Saino Castaño Claro
El 10 de junio de 1906 se presentó el diestro Antonio Mata “Copao” lidiando a muerte cuatro toros de la ganadería “La Palma de Santa Clara”.95 El 17 de junio se lidiaron cuatro hermosos 95
Hemeroteca de la umsnh, Suplemento: Toros, en periódico El Centinela del 10 de junio de 1906, Tomo: xiii, Núm. 47.
Corrida a beneficio del empresario Margarito de la Rosa. Cartel taurino resguardado en el cc3m
96 Hemeroteca de la umsnh. Suplemento: Toros, en: periódico El Centinela del 17 de junio de 1906, Tomo: xiii, Núm. 48.
91
El toreo en Morelia Registramos la corrida del 28 de octubre a beneficio del empresario Margarito de la Rosa, que en el programa hizo público su agradecimiento a tres distinguidos morelianos: don Ramón Ramírez, don Joaquín Sámano (Joaquinito) y el licenciado Pascual Ortiz Rubio –quien llegaría a presidente de la República–, ya que cada uno cedió un toro para el festejo. Fue para esta fecha cuando se estrenó la barrera de la Plaza de Toros de San Juan. En este cartel Margarito de
la Rosa, además de ser el empresario, actuó como banderillero. La corrida de gran expectación se anunció con precios rebajados para viajar en tren desde Uruapan y Celaya para asistir a esta gran corrida. Es importante señalar que en el cartel hay un apartado que dice: artículo 11 del reglamento de toros vigente: queda a la prudencia de la autoridad que presida marcar el tiempo que deba durar la suerte de varas y banderillas, según la bravura y calidad del toro, y una vez
Público asistente a la Plaza de Toros de San Juan en 1905. Colección particular de la familia Torres
Palco de reinas en 1906. Colección particular de José Macouzet
92
t lo . la a e oro e an an dada la señal para la suerte de banderillas, no podrá ser picado aquel sin previo permiso de la autoridad, incurriendo los infractores en arresto de cinco a 15 días. El 15 de septiembre de 1907, para la celebración de las fiestas de independencia de México, apunta el periódico El Centinela de don Mariano de Jesús Torres: …el estimable empresario, Sr. Margarito de la Rosa, con el objeto de hacer más atractiva en esta ciudad la fiesta patria, ha organizado unas corridas de toros, que tendrán lugar la tarde de hoy, y la de mañana, en la plaza de San Juan. En la de hoy actuará el afamado y aplaudido matador “Corcito” y en ambas se lidiaran unos sobresalientes toros de la acreditada ganadería de San Joaquín Parangueo. Deseamos buen éxito a la empresa.97 El domingo 17 de mayo de 1908, a las 4:30 de la tarde se realizó una gran corrida con la participación de la Aplaudida Cuadrilla Infantil Jalisciense, en la que figuraron los notables matadores J. Merced Pacheco y José Guijares, lidiando a cuatro toros de la Hacienda de Urundaneo. El 20 de noviembre se presentó el notable matador de toros Manuel Lavín Esparterito, alternando con el matador Manuel Corzo, Corcito, con toros de Copándaro propiedad de los señores González Roa Hnos., de Puruándiro, divisa morada y oro, con los picadores Ernesto Carrillo, Ignacio Carmona y uno de reserva, y como banderilleros José Catoral, Manuel Vallejo (El Macareno), Federico Fernández (Saleri) y José Vara (Varita Chico).98
Cartel taurino en resguardo en el cc3m
97
Hemeroteca de la umsnh, “Suplemento: Toros”, Tomo: 15, Núm. 9, Año: 1907, en periódico El Centinela del 15 de septiembre de 1907. 98 Cartel taurino en resguardo en el cc3m.
93
El toreo en Morelia En el cartel se lee: El toro que se inutilizará durante la lidia no será sustituido.- El toro que tome 3 varas no será devuelto al corral.- Para conocimiento del público se observará el reglamento de toros vigente.- Sólo a individuos de la cuadrilla, se permitirá tomar parte de la lidia.- Ninguno de los concurrentes podrá bajarse al redondel antes de que esté muerto el último toro.- Habrá 3 toros de reserva y el público por ninguna razón exigirá más de los anunciados.- Si por fuerza mayor la corrida se suspendiere una vez empezada, se dará por terminada.Si algún toro se inutilizare durante la lidia, no será remplazado.- A ninguna persona, sea quien fuere, se le permitirá la entrada sin el correspondiente boleto del que exigirá el talón que le servirá para la devolución del importe, en caso de suspenderse la corrida por fuerza mayor, antes de comenzar.- Si después de lidiado el primer toro, la lluvia impidiere continuar la corrida, los toros que falten se lidiaran en la corrida siguiente.- Si después de lidiado el segundo no pudiere continuar la corrida se dará ésta por terminada.
Cartel resguardado en el cc3m
94
t lo . la a e oro e an an se iba a permitir que subieran a ocupar la azotea, pero quizá la autoridad no lo permitió para evitar una desgracia. Debe formar época en los anales históricos de la plaza expresada la función a que nos referimos, pues nosotros que la vimos comenzar hace 64 años, no habíamos llegado a ver un concurso tan numeroso. Lástima que el ganado de la hacienda de la Huerta, que fue el que se lidió no haya correspondido debidamente para que el capitán de la cuadrilla y toda la compañía hubieran lucido su habilidad.99 El torero Rodolfo Gaona nació en León, Guanajuato, el 22 de enero de 1888, a los 16 años se unió a la Cuadrilla Juvenil de Saturnino Frutos, Ojitos. Realizó su carrera novilleril en México hasta el año 1908, cuando viajó a España, donde recibió la alternativa en Tetuán de las Victorias el 31 de mayo –a los 20 años–, de manos de Manuel Lara Jerezano, confirmándola en Madrid el 5 de julio. En el cartel mural de 112 x 250 cm –cuyo original se encuentra en el Centro Cultural Tres Marías–, se lee: “…y el espada mexicano, Rodolfo Gaona, que tomara la alternativa, confiando más que en sus propios méritos en la Imagen autografiada por Rodolfo Gaona a don Eleuterio inagotable y proverbial benevolenMartínez, primer bibliófilo mexicano en publicar en siete tomos la bibliografía taurina. cia de los buenos aficionados de esta Archivo fotográfico del cc3m capital. Por lo tanto, no dudamos en que el público corresponderá a este Rodolfo Gaona sacrificio que nos hemos impuesto”. El 29 de noviembre de 1908 marca un Volvió a España en el año de 1909 y antes y un después en la fiesta brava mo- toreó 32 corridas, regresando consecutivareliana al anunciarse la actuación del to- mente cada año hasta 1920 –lo cual suma rero mexicano Rodolfo Gaona en la Pla- cerca de 520 toreadas en 12 años de preza de San Juan, precedido de una justa sencia consecutiva–. La importancia que y bien adquirida fama. La prensa de la alcanzó es señalada por José Alameda, época dejó constancia de ello: Pepe Alameda, en su libro El hilo del toreo: “Gaona es el primero que, sin haber naLa concurrencia fue tan extraordina- cido en España, ocupa con tal desahogo riamente numerosa que la gran plaza, un puesto de primera línea en el toreo”.100 donde según cálculo aproximado caben 5000 personas, no estaba solamente lle- 99 Suplemento: Toros, Tomo: 15, Núm. 20, Año: 1908 na, sino rellena y a tanto grado que ya en Periódico El Centinela del 29 de noviembre de no cupo toda la gente que había com- 1908. En la Hemeroteca de la Universidad Michoacprado boleto, quedando fuera sin poder ana de San Nicolás de Hidalgo. 100 José Alameda, El hilo del toreo, Madrid, Espasaentrar más de 200 personas. Se dice que Calpe, 1989, p. 145.
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El toreo en Morelia
Gaona en la Plaza de Toros de San Juan. Fotografía de Rodolfo Gaona, en resguardo en el cc3m
A finales del Porfiriato el paisaje urbano y la imagen de la ciudad habían cambiado sensiblemente. Fue el resultado de la acción de los grupos que tuvieron acceso a construirla y transformarla, en aras de ideales y objetivos concretos. Es decir, en el ejercicio de poder, pero también en la necesidad de crear una imagen de ciudad acorde con sus requerimientos y aspiraciones que los legitimara como clase dominante y les otorgara prestigio dentro de la forma de organización social.101 Desde luego, no pocos viajeros que visitaron Morelia durante esta época quedaron admirados de la nueva fisonomía urbana, del buen tino de su clase dirigente para in-
troducir mejoras materiales y servicios públicos. La población –especialmente las clases populares–, que durante el Porfiriato se duplicó, fue favorecida con mecanismos de acceso al bienestar social y a los adelantos de la época, que se habían detenido hacía tiempo.102
101
María Estela Eguiarte, “Espacios públicos en la ciudad de México: pases, plazas y jardines 1861-1877”, Historias, Revistas de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, enero-marzo, 1986, p. 91.
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102
Uribe Salas, op. Cit., p. 108.
t lo . la a e oro e an an Los toros y la Revoluciรณn mexicana
Anuncio de la corrida del 20 de noviembre de 1910
Cena de agradecimiento por un brindis al matador Pedro Lรณpez el 20 de noviembre de 1910 en Morelia. Colecciรณn particular de la familia Herrera Torres
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El toreo en Morelia
Al centro, Eligio Hernández El Serio. Archivo fotográfico del cc3m
En 1910 tenemos registrada en Morelia una corrida de toros a la que corresponden las imágenes de la página anterior. En 1911 se dieron varias corridas de toros que están registradas en el Archivo Histórico Municipal de Morelia; para la corrida del domingo 7 de mayo de 1911, en la Plaza de San Juan, el empresario Manuel Cortés Rubio fue multado con la cantidad de 100 pesos porque no se lidió un toro que estaba anunciado. Entre los asistentes de ese día estaba presente el joven Samuel Ramos, con trece años de edad; su concurrencia se debió a que el doctor Ramos Cortés, su padre, fungió como médico de plaza, circunstancia que le dio la oportunidad 98
de acompañarlo a todas las corridas de la temporada. Aquí inició su afición, misma que conservaría como diversión predilecta a lo largo de su vida y le daría motivo para escribir, ya en su madurez, un ensayo sobre las corridas de toros, en el que sostiene la tesis de que “el toreo es una trágica danza en la que se hallan múltiples valores estéticos”.103 En su honor y agradecimiento por haber heredado a la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, el Auditorio Universitario lleva su nombre.
103 Juan Hernández Luna, Biografía de Samuel Ramos, Morelia, Gobierno del Estado de Michoacán, 1992, p. 12.
t lo . la a e oro e an an Para la fiestas patrias de 1911 toreó una corrida el espada Eligio Hernández El Serio, capitán de la cuadrilla, quien sufrió una cornada del primer toro de lidia, que le provocó dos heridas que le impidieron continuar: “La primera, estaba situada en el costado derecho al nivel de sexto espacio intercostal… la segunda, se encuentra situada al nivel del anillo inguinal derecho”.104 Para finalizar las fiestas patrias, el empresario Margarito de la Rosa solicitó dos corridas de toros para los días 24 y 30 de septiembre en la plaza de Morelia, con toros de las acreditadas ganaderías de La Huerta, Lagunillas y La Labor,105 seleccionados escrupulosamente para la presentación del matador Jesús Tenes y del sobresaliente de espada José López. El 26 de noviembre de 1911 la Cuadrilla Moreliana, acompañada del matador Manuel Hernández El Curro, lidió cuatro toros de la Hacienda del Rincón, propiedad del licenciado Pascual Ortiz. El programa fue el siguiente: 1) A las 12 del día, la Cuadrilla, acompañada de la Banda del Estado, recorrerá las principales calles de la ciudad. 2) A las 3 de la tarde, conducción del Cartel. 3) A las 4 en punto y previo permiso de la autoridad que presida, se dará principio a la lidia. 104
ahmm, Caja: 22, Expediente: 79, Legajo: 2, Año: 1911. 105 La Hacienda San José de la Huerta, mejor conocida como Hacienda de la Huerta, estaba ubicada en las afueras de la ciudad de Valladolid, a lo largo de lo que conocemos como Calzada la Huerta, desde el cementerio municipal colindando hasta la población de Cointzio. Para el siglo xvi, fue propiedad del alférez real don José de Figueroa Campofrío, y para el xviii sería propiedad del acaudalado don Ramón Ramírez. La Hacienda de Lagunillas se localiza al este de la ciudad de Morelia, siendo en su dimensión geográfica lo que ahora conocemos como el municipio de Lagunillas. En: Sergio Tirado Castro, Casas y familias de Morelia, remembranzas de la cantera, Morelia, Gobierno del Estado-Ediciones Papiro Omega, 2010, pp. 383-423.
Cartel taurino resguardado en el ahmm, Caja 22, Exp. 79, Legajo: 2, Año: 1911
En el cartel se lee: nota: Una vez que el toro haya tomado en toda regla 3 varas, no se podrá ordenar que sea retirado del redondel. Si algún toro se inutilizara en la lidia, no será remplazado por otro (art. 32 del Reglamento). No se podrán exigir más toros que los anunciados. conforme al articulo 21 fraccion 3ª del reglamento de toros, toda persona que arroje objetos al redondel profiera insul99
El toreo en Morelia tos contra los lidiadores, falte al respeto a la autoridad o trastorne de cualquier modo el orden, sera consignada la policia. Si por desgracia se inutilizara algún toro durante la lidia, no podrá exigirse otro. Si la corrida se suspendiese después de muerto el primer toro, se devolverá la mitad del importe de la entrada, muerto el segundo no se devolverá nada. Queda estrictamente prohibido estar entre barreras, o bajar al redondel. No serán validos los boletos que no estén sellados por la subdirección de Ramos Municipales. Todo concurrente debe de retener en su poder la contraseña que ya adjunta el boleto, para que tenga derecho a reclamar el importe de la entrada en caso de devolución. Se prohíbe la entrada a personas que estén estado de ebriedad, así como la introducción de bebidas embriagantes. Si después de soltados los toros de reserva alguno o algunos no se prestan a la suerte de varas no serán retirados del redondel sino que se les pondrán banderillas de fuego y serán estoqueados por el diestro al que le corresponda. No habrá contraseña para salir y volver a entrar a entrar a la plaza. por disposicion de la autoridad queda terminantemente prohibido repartir anuncios en los tendidos, la empresa no responde por los boletos vendidos fuera de los expendios anunciados. Las corridas que dio el empresario Margarito de la Rosa fueron un éxito, lo que le ganó la confianza de las autoridades y el reconocimiento de la prensa y afición, por lo que se le autorizaron dos corridas más de toros en la plaza de Morelia: una para la tarde del domingo 29 de octubre de 1911, y otra la noche del 2 de noviembre de 1911. Los toros que se lidiaron en estas ocasiones 100
fueron de las acreditadas ganaderías de Parangueo e Itzícuaro, y actuó una de las mejores cuadrillas de la República, capitaneada por dos matadores de renombre: el Serio y Juan Patlán. Los precios fueron los siguientes:106 Lugar
Precio
Lumbrera
2.50 pesos
Grada de lumbrera
2.00 pesos
Grada de sombra
1.50 pesos
Sol, entrada general
50 centavos
El domingo 26 de noviembre de 1911, torearon la Cuadrilla Moreliana y el matador Manuel Hernández El Curro, con toros de la ganadería del Rincón.107 En 1912, para celebrar las fiestas patrias “se autorizó al empresario Rafael Vallejo una corrida de toros en la Plaza de San Juan; en ella actuó el notable y valiente matador de toros Alfonso Zambrano, quien recibió su alternativa de manos del notable diestro Rodolfo Gaona. Se lidiaron cuatro toros de la ganadería de Parangueo, corrida cuyo resultado no fue el que se esperaba, por lo cual el público quedó displicente”.108 A pesar de las turbulencias políticas, sociales y económicas en que vivía el país, el empresario Margarito de la Rosa anunció una corrida de toros, en esta ocasión figuraron los valientes diestros de alternativa Diego Rodríguez Silverio Chico y Alfonso Zambrano, quienes lidiaron hermosos y bien escogidos toros de la acreditada ganadería La Labor, en una corrida que resultó un éxito.109 106
Ibidem. ahmm, Caja: 22, Expediente: 49, Legajo: 2, Año: 1911. 108 Hemeroteca de la umsnh. Suplemento: Toros, Año: 20, Núm. 8, en: periódico El Centinela del 15 de septiembre de 1912. 109 Hemeroteca de la umsnh. Suplemento: Toros, Año: 20, Núm. 15, en: periódico El Centinela del 3 de noviembre de 1912. 107
t lo . la a e oro e an an
Corrida de toros en la Plaza de San Juan 1912. Colección particular de la familia Farfán Soto
El año de 1913 fue inolvidable con la presentación del valiente matador de toros Miguel Freg –quien murió trágicamente en su juventud siendo novillero– y su bien organizada cuadrilla, quienes lidiaron cuatro toros de la Huerta.110 Pero sobre todo, históricamente será recordado por haberse autorizado la prohibición que establecía que “no se dará permiso para que se verifiquen corridas de toros en la noche”,111 lo cual perjudicó la festividad nocturna del Día de Muertos, parte de la cultura taurina de Morelia. El domingo 6 de abril de 1913 se dio una corrida para despedir al matador Samuel Solís, maestro de Rodolfo Gaona –a quien presentó con su cuadrilla juvenil–. Fue acompañado de Rosendo Béjar, Luis León e Ignacio Gómez, lidiando toros de la ganadería de Tecacho. En el cartel se lee:
Con los toros que se presten solís, ejecutará la vistosa suerte de banderillas, estilo “Cocherito de Bilbao”.- béjar toreará por Gaoneras y ejecutará el pase de la muerte, con el que tantas palmas se ha ganado su maestro Rodolfo Gaona.- león dará dos pases de rodillas y gómez, ejecutará la suerte del cambio de rodillas, con que tanto emocionó a los públicos su hermano Merced.112
110
Hemeroteca de la umsnh. “Suplemento: Toros”, Año: 20, Núm. 27, en periódico El Centinela del 26 de enero de 1913. 111 Hemeroteca de la umsnh. “Suplemento: Toros”, Año: 20, Núm. 28, en periódico El Centinela del 2 de febrero de 1913.
112
Cartel taurino, resguardado en el cc3m.
101
El toreo en Morelia El empresario Margarito de la Rosa presentó entre otros afamados matadores a Juan Silveti, Belmonte Mexicano,113 conocido más tarde como El Meco. Fue él quien inició la “Dinastía Silveti”, seguido por su hijo el matador de toros Juan Silveti Reynoso, uno de los mejores toreros de México de todas las épocas; continuaron como matadores de toros sus dos hijos: David y Alejandro Silveti Barry, y actualmente la cuarta generación, con el matador Diego Silveti del Bosque. Por aquellas fechas, …la ciudad presentaba un aspecto solitario, pues las noticias de gavillas de asaltantes que merodeaban los lugares cercanos generaban inseguridad. En sí, la vida de los habitantes de nuestra Morelia era la de costumbre, aunque el comercio resultaba exiguo –como era natural–, había pocos empleos, además de otras carencias, y se vivía recibiendo las diarias noticias acerca de las maniobras militares del general Francisco Villa, por el norte, y de Emiliano Zapata por el sur.114 La ciudad de Morelia, “que apenas alcanzaba 40 mil habitantes, estaba salpicada de plazas y parques y rodeada de la campiña. En el paisaje destacan las torres y cúpulas de las iglesias en el ámbito de construcciones de un solo piso”.115 Para olvidar los malos momentos nacionales, la sociedad realizaba actividades culturales y de 113
Cartel taurino del 13 de abril de 1913, resguardado en el cc3m
102
Ibidem. Samuel Calvillo Pérez, Pláticas de ayer y hoy, Instituto Michoacano de la Cultura, Edición Especial, 1999, p. 17. 115 Carmen Alicia Dávila Munguía (coord.), Desarrollo urbano de Valladolid-Morelia 1541-2001, umsnh, 2001, p. 92. 114
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Cartel taurino del 7 de diciembre de 1913. ahmm, Caja: 26, Expediente: 6; Legajo: 1, Año: 1913
diversión como la asistencia a las obras de teatro, a exhibiciones de películas, peleas de gallos y la carrera de caballos. Pero la diversión que más agradaba a la gente, rica o pobre, eran las corridas de toros. La milicia se hacía presente en la ciudad y en todos los espectáculos, incluidas las corridas: “Esto para que aumentase el calor con el que se despierta el entusiasmo popular, siempre empezaban con el despeje de la plaza que hacían los soldados”.116 A pesar de la lucha política que se desarrolló en nuestro país en 1910, desde la caída del presidente de la República don Porfirio Díaz hasta la toma del gobierno por parte del general Venustiano Carranza en 1917, los espectáculos se presentaron a la par del alboroto revolucionario, lo que en ocasiones provocaría grandes pérdidas económicas por la poca asistencia o la suspensión de los espectáculos programados. En 1914 se celebraron más de 10 corridas en la plaza de la capital michoacana. Al empresario Margarito de la Rosa se le concedió permiso para dar una corrida el domingo 25 enero de 1914, con el cartel siguiente: matador Juan Silveti, El Belmonte Mexicano; sobresaliente Jesús Sáenz, quien tendría obligación de banderillear; y como ban116
José Valadés, Orígenes de la República Mexicana: la aurora constitucional, unam, 1994, p. 266.
103
El toreo en Morelia
Presidente Venustiano Carranza. Imagen disponible en la División de Impresiones y Fotografías de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, bajo el código digital ggbain.14619
derilleros: Margarito de la Rosa, José Álvarez y Ramón Viveros; de picadores: Refugio Ortiz Calderón, José Palafox y un reserva, con toros de la ganadería de la Hacienda de la Huerta.117 En febrero del mismo año, el empresario Margarito de la Rosa organizó un festival con vacas bravas que fueron lidiadas por la siguiente cuadrilla: el matador Carlos Soria como sobresaliente de espada, con obligación de banderillar y matar la última vaca; como banderilleros Jesús Sáenz, Antonio Camiño, Ramón Viveros, Antonio González, y como picadores: José Palafox y Refugio Ortiz.118 La tarde del martes 17 de febrero se verificó en la Plaza de San Juan otra corrida, se anunció que “Los toros serían magníficos, corpulentos, bravos y bien escogidos, llegando de la capital de la República el afamado torero Rodolfo Gaona, con su excelente cuadrilla, a lucir su habilidad tauromáquica para complacer al público moreliano”.119 La 117
ahmm, Caja: 26, Expediente: 6, Legajo: 1, Año: 1913. Idem. 119 Hemeroteca de la umsnh. Suplemento: “La corrida de toros, verificada el martes 17 del actual. ¡Gran 118
104
prensa de ese entonces postulaba que el ganado que iba a jugarse era lo más sorprendente que había en el país: “se puso a las localidades un precio fabuloso; 5 pesos grada en sombra, 2 pesos en sol y así por ese orden. Se difundió la noticia dentro y fuera de la ciudad, fijándose grandes cartelones con letreros llamativos; se imprimieron millares de anuncios; se derramó con profusión el retrato de colores del gran Rodolfo Gaona, y se agotaron todos los medios que sugirió la empresa para fascinar al público”.120 En Morelia no se hablaba de otra cosa sino de la gran corrida que iba a tener lugar ese martes. Atraídos por la importancia del espectáculo arribaron a Morelia personas de diversos lugares, … [como] si se tratara de una festividad nacional, se dispuso que se cerrara el comercio, que suspendieran su despacho varias oficinas públicas, y hasta se llegó a decir que iba a darse asueto ese día a los alumnos de los colegios, y de todos los establecimientos de instrucción para que nadie quedara sin ir a los toros... Los hoteles, los mesones, las casa de posada estaban repletas de foráneos que vinieron al famoso espectáculo; en muchas casas particulares tuvieron que recibir huéspedes que no quisieron privarse de ver cosa tan admirable y sorprendente […]. Pero ¡oh decepción! Los toros no sirvieron, Rodolfo Gaona, nada hizo de sorprendente y el público se llevó el gran chasco.121
Chasco!”, en Periódico El Centinela, Año: 21, Núm. 32, Año: 1914, del 22 de febrero de 1914. 120 Idem. 121 Idem.
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El toreo en Morelia Por la tarde del 22 de febrero de 1914 se lidiaron toros de la ganadería de La Huerta por el diestro Juan Silveti.122 Margarito de la Rosa se empeñó en presentar el mejor ganado de lidia, y los toreros supieron desempeñar su cometido.123 En marzo de 1914, a este mismo empresario se le presentó la oportunidad de organizar una corrida de toros con ganado de la Hacienda de La Huerta. El cartel estuvo conformado por: • • •
El tumulto a la salida de una corrida en la Plaza de Toros de San Juan126 El señor José Cano solicitó al Ayuntamiento, la licencia correspondiente para dar una corrida de toros el domingo 12 abril de 1914, con cuatro toros de la ganadería de la Hacienda de Tecacho. El cartel estuvo integrado por: • •
Matador: Juan Silveti, y Ramón Viveros, sobresaliente de espada Banderilleros: José González, Luis Díaz, Jesús Sáenz Picadores: Refugio Ortiz, Carlos Soria y uno de reserva124
•
Matadores: Alfonzo Zambrano y Jesús Sáenz Banderilleros: Manuel Márquez, Ramón Viveros y Gabino Hernández Picadores: Refugio Ortiz Calderón, José Barajar El Chato y Francisco Luna De esta corrida, narra el empresario:
El cronista Mariano de Jesús Torres narra la euforia con que se vivía la fiesta brava: Las calles de la ciudad estaban inundadas de gente: la calle Nacional presentaba un aspecto inusitado… En la tarde del día de la función era de ver todas las calles que desembocan de la plaza de toros llena de concurrentes; era un río humano tan anchuroso como el río Bravo, el Lerma del Atoyac, un sin número de coches, de automóviles y de bicicletas corriendo apresurados, como si temieran no llegar a tiempo a donde iba a tener lugar la función; las ventanas, los balcones, las azoteas de las casas inmediatas a la plaza de toros estaban coronadas de curiosos que se conformaban al menos, con ver la gente que iba a disfrutar de la fiesta.125
122 ahmm, Caja: 26, Expediente: 6, Legajo: 1, Año: 1913. 123 Hemeroteca de la umsnh. “Suplemento: Toros”, Año: 21, Núm. 33, Año: 1914 en: periódico El Centinela del 1º de marzo de 1914. 124 ahmm, Caja: 26, Expediente: 6, Legajo: 1, Año: 1913. 125 Hemeroteca de la umsnh. “Suplemento: La corrida de toros”, verificada el martes 17 del actual. ¡Gran Chasco!, Año: 21, Núm. 32, Año: 1914 en Periódico El Centinela del 22 de febrero de 1914.
106
Por cuestiones inexplicables no pudieron torear el diestro Alfonzo Zambrano y el banderillero Manuel Márquez, quienes fueron parte del elenco que le puse en mi solicitud, pero tanto al primero como al segundo de mi solicitud los sustituirán otros que si no son mejores que aquellos son iguales en su trayectoria y son diestros: Diego Rodríguez (Silverio Chico) como matador, y como banderillero Gabriel Bonfante (Caliente).127 Don Luis José Reyes Mendoza, secretario de la asociación de “La Cruz Blanca Neutral”, solicitó licencia para dar una corrida de toros el 17 de mayo de 1914. Recibió la siguiente respuesta: “El H. Ayuntamiento, en sesión verificada ayer, tuvo a bien conceder a la asociación Cruz Blanca Neutral por conducto de usted, que no pague el impuesto de doce por ciento sobre la entrada bruta. Morelia 16 de mayo de 1914”.128
126
Colección particular de la familia López Chapa. ahmm, Caja: 28, Expediente: 11, Legajo: 1, Año: 1914. 128 ahmm, Caja: 28, Expediente: 11, Legajo: 1, Año: 1914. 127
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Imágenes superior e inferior: aspectos de la Plaza de San Juan un domingo taurino Colección particular de José Macouzet Iturbide
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El toreo en Morelia
El atrio de Catedral en Morelia, en época Revolucionaria. Archivo fotográfico del cc3m
Otros empresarios también presentaron solicitudes de licencias al Ayuntamiento para organizar kermeses, bailes, vistas de cinematógrafo, obras de teatro y carreras de caballos, junto con las de corridas de toros. El señor Carlos Rodríguez solicitó licencia para dar una corrida de toros que fue lidiada por una cuadrilla de aficionados del día 27 de septiembre de 1914 a las tres en punto de la tarde, cuyos productos se destinarían a la creación de un monumento a Francisco I. Madero.129 En ella figuraron dos matadores, los jóvenes Salvador Virutia y Juan Briz.130 El gobierno también concedió permiso a don Juan B. Ruiz para que a mediados de octubre de 1914, en la Plaza de San Juan, diera una corrida de toros en la que tomaran parte jóvenes aficionados; los productos que se obtuvieron se destinaron a erigir un monumento al mártir de la democracia.131 129
ahmm, Caja: 29, Expediente: 133, Legajo: 1, Año: 1914. Hemeroteca de la umsnh. Suplemento: Toros, Año: 22, Núm. 12, en: periódico El Centinela del 27 de septiembre de 1914. 131 ahmm, Caja: 29, Expediente: 133, Legajo: 1, Año: 1914. 130
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En el ámbito político, en 1914 se trasladó temporalmente la capital estatal a la ciudad de Tacámbaro. Morelia fue tomada por las fuerzas revolucionarias del general Gertrudis G. Sánchez el 31 de julio de ese año, y por las tropas villistas al mando del general José I. Prieto el 3 de marzo de 1915, este último gobernó por 23 días, seguido de don Alfredo Elizondo, que a mediados de 1915 fue nombrado gobernador. De febrero a agosto de 1917 fue ejecutivo del estado José Rentería Luviano, y a partir del 6 de agosto inició su gobierno el ingeniero Pascual Ortiz Rubio. Esto confirma la inestabilidad institucional que concluyó con la promulgación de la Constitución del 5 de febrero de 1917.132 Aparte de quienes efectivamente pertenecían al movimiento revolucionario iniciado por Madero debido a las constantes reelecciones de don Porfirio Díaz, había grupos de maleantes que se cobijaban bajo distintas banderas, ya fueran villistas o zapatistas, capitaneados en numerosas ocasiones por sedicentes soldados 132
Calvillo Pérez, op. Cit., p. 25.
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Cartel en resguardo en el cc3m
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El toreo en Morelia de la Revolución, quienes sin tener una ideología definida vivían del saqueo. Cinco años ininterrumpidos –desde 1910– de lucha de grupos militares, agrarios, obreros y gavillas disfrazadas, deterioraron la economía del Estado, debido a los daños ocasionados a los ferrocarriles, la agricultura, la ganadería y la industria. La revuelta mexicana arrasaría con la mano de obra del campo y la ciudad, lo que desembocó en fuga de capitales al exterior, el cierre de empresas y, por consecuencia, desempleo general, escasez de productos básicos y alza en sus precios. Para financiar los gastos de la lucha armada fue prioritario confiscar bienes y obligar a un gran sector del público al préstamo forzado. A pesar de lo anterior, la fiesta brava continuaba. El domingo 4 de abril de 1915 se celebró una corrida con el propósito de ayudar a las viudas y los huérfanos de los soldados en campaña. Fueron madrinas del festejo las distinguidas señoritas de la sociedad moreliana: Carmen Ortiz, Berta Dávalos, Lupe Maqueda, Eva Campuzano, María Campuzano Videgaray, Lupita Arriaga, María Quintana y Luz Infante. Amenizaron las bandas de Policía y Estado Mayor. El cartel taurino agrega: AL PÚBLICO: Persiguiendo la idea de aliviar las miserias de las viudas y huérfanos de nuestros aguerridos soldados muertos en campaña, hemos organizado esta corrida de toros que de seguro resultará de su agrado por el cartel bien adquirido del ganado de Queréndaro. Con una cuadrilla capitaneada por Luis Vidrio y Salvador Urrutia, participando como picador Eduardo Ojeda, Julio Dávalos y Francisco Páramo y con los banderilleros Jorge Dávalos y Roberto Robinson. La sociedad moreliana siguió asistiendo a la Plaza de San Juan para disfrutar de las corridas. El empresario Alfonso Ruiz obtuvo permiso para realizar una para la tarde del 27 de junio de 1915. 110
Como impuesto por función debido a que las arcas municipales estaban vacías por los constantes saqueos, se determinó cobrar a las diversiones públicas un pago de 12 por ciento.133 En 1916 el señor B. Ibarra, con domicilio en la Cuarta Calle de Morelos de esta ciudad, obtuvo permiso para dar un festival con el objeto de reunir fondos para la amortización de la deuda nacional, el domingo 11 de mayo de 1916. Fue manso el ganado, a lo que se sumó el poco interés de las figuras contratadas, pues los toreros renombrados de la República mexicana temían viajar a la ciudad de Morelia por la constante presencia de gavillas de bandoleros en los caminos. Para lucimiento de las fiestas patrias de 1916, el empresario Luis R. Cortés solicitó licencia para dar corridas de toros los días 10, 16, 17, 24 y 30, pero dichos festejos fueron pésimos y con poca asistencia del público, de modo que tuvieron grandes pérdidas económicas y la reprobación de los asistentes a la Plaza de San Juan.134 El miércoles 11 del siguiente mes don Venustiano Carranza, presidente de la República, prohibió la celebración de la fiesta brava. Esto, aun cuando los impuestos recabados por tales diversiones servían para el mantenimiento de las ciudades y gran parte de las ganancias eran destinadas al propio ejército. Se publicó en el Diario Oficial Constitucionalista: Considerando que siendo el deber primordial de todo gobierno salvoguardar a todos los individuos que forman la colectividad del estado, el goce de los derechos fundamentales sin los que la sociedad no pueda existir ni llenar debidamente sus fines, tiene también, como consecuencia, la obligación de fomentar aquellos usos y costumbres que tengan a la realización de aquel objeto, sea favoreciendo el desenvolvimiento de la 133 134
ahmm, Caja: 30, Expediente: 42, Legajo: 1, Año: 1915. ahmm, Caja: 35, Expediente: 7, Legajo: 2, Año: 1916.
t lo . la a e oro e an an personalidad humana, sea procurando la mejor adaptación de ella a las exigencias y necesidades de la época, así como igualmente tiene el deber de contrariar y extirpar aquellos hábitos y tendencias que indudablemente son obstáculo para la cultura, o que predisponen al individuo al desorden despertando en él sentimientos antisociales. Que el deber de procurar la civilización de las masas populares despertando sentimientos altruistas y elevando, por tanto su nivel moral, se está procurando cumplir en México con especial empeño por medio de los establecimientos educativos, en los que no sólo se da instrucción, sino también educación física, moral y estética, que prepare suficientemente al individuo para todas las funciones sociales; pero tal obra quedará trunca y, como incompleta, no producirá efecto, si a la vez se dejasen subsistir hábitos inveterados, que son una de las causas principales para producir el estancamiento en los países en que han arraigado fundamentalmente. Que entre estos hábitos figura en primer término el de la diversión de los toros en la que a la vez se pone en gravísimo peligro, sin la menor necesidad, la vida del hombre, se causan torturas, igualmente sin objeto a seres vivientes, que la moral incluye dentro de su esfera, a los que hay que extender la protección de la ley. Que además de esto, la diversión de los toros provoca sentimientos sanguinarios, que por desgracia ha sido el baldón de nuestra raza a través de la historia, y en los actuales momentos incentivo para las malas pasiones, y causas que agrava la miseria de las familias pobres, las que por proporcionarse el placer malsano de un momento, se quedan sin lo necesario para el sustento de varios días. Art 1° Se prohíbe absolutamente en el Distrito Federal y territorios federales, las corridas de toro. Art 2° Se prohíbe igualmente en toda la república las corridas de toros hasta que
se restablezca el orden constitucional en los diversos Estados que la forman. Art 3° Las autoridades y particulares que contravinieran a lo dispuesto en esta ley, serán castigados con una multa de mil a cinco mil pesos o arresto de dos a seis meses, o ambas penas, según la gravedad de la infracción.135 A pesar de esto, la suspensión no causó efecto en todo el país, ya que para 1917 las corridas se seguían autorizando en Morelia. En dicho año, el empresario Margarito de la Rosa solicitó permiso para realizar una mojiganga en el coso de San Juan, lidiándose cuatro toretes a capa, pica y banderillas. Dicha licencia no le fue otorgada debido a que solamente el H. Ayuntamiento otorgaría el permiso si se concedían las ganancias a beneficio de esta ciudad. El señor Adolfo Rodríguez verificó un serial de corridas de beneficencia, cuyos productos fueron destinados a la entubación del agua potable de Morelia. Un mes después, el señor José Calderón compareció con la intención de que le otorgaran licencia para dar el domingo 27 de mayo de 1917, en la plaza de toros de esta misma población, una novillada en la que lidiarían cuatro toros a capa, pica, banderillas y simulación de la muerte. En dicha corrida tomarían parte jóvenes aficionados de la localidad, en un espectáculo precedido por señoritas.136 Para el mes de junio del mismo año, el empresario Eligio Díaz dirigió el siguiente documento al presidente municipal, en el que se manifestó en lucha por la reaparición de las corridas de toros:
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Diario El Constitucionalista, 11 de octubre de 1916. ahmm, Caja: 39, Expediente: 1, Legajo: 2, Año: 1917. 136
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El toreo en Morelia Desde el 1º de mayo del presente año, la República volvió al régimen Constitucional. Ha desaparecido el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y con él las causas que motivaran algunos de sus decretos entre ellos el referente a la supresión de las corridas de toros. La constitución no prohíbe en ninguno de sus preceptos esta clase de diversiones, y lo que la ley no prohíbe, debe entenderse que lo permite. Esta misma Constitución establece el ayuntamiento y es a la honorable Corporación que usted dignamente preside la única que puede conceder la licencia respectiva.137 El domingo 12 de agosto de 1917 la suspensión de las corridas de toros se desvaneció. En la Plaza de San Juan, a las cuatro en punto, los matadores Fidel Díaz y Francisco Aranda mataron cuatro toros de la acreditada Ganadería de San Antonio de las Alazanas, acompañados por los banderilleros y picadores: Francisco Rangel, Francisco Isunza, Tomas Ulloa, Sebastián Cruz, Cenovio Esparza y Magdaleno Delgado. Lugar*
Precio
Asientos en lumbrera Barrera de sombra primera fila Sombra Grada general Sol
1.25 pesos 1.25 pesos 1 peso 30 centavos
*Fuente: Archivo Histórico Municipal de Morelia, Caja: 39, Expediente: 1, Legajo: 2, Año: 1917.
En el mes de agosto la Plaza de San Juan se vistió de luces con los matadores Francisco Aranda, Jesús Tenes y Diego Rodríguez. Los toros que se lidiaron fueron de las ganaderías de la Hacienda de Queréndaro y la Hacienda de La Labor. Para octubre y noviembre se organizarían corridas con el fin de obtener fondos para cubrir obras de bienestar 137
ahmm, Caja: 39, Expediente: 1, Legajo: 2, Año: 1917.
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social, como combatir la desnudez de los niños notoriamente pobres de las escuelas primarias y proporcionar fondos a la Cruz Roja michoacana. Margarito de la Rosa contrató a Juan Silveti con su cuadrilla –lo mejor de la República en este momento– para lidiar astados de la Hacienda de Queréndaro, de cruza española, el 25 de diciembre.138 Al año siguiente –1918–, el empresario Eligio Díaz organizó varias corridas; la primera de ellas fue el 7 de abril a beneficio de la Gendarmería Montada de esta ciudad. Posteriormente, la tarde del domingo 12 de mayo coordinó un festejo para aficionados. De forma consecutiva obtuvo licencia el 2 de junio para una corrida de toretes lidiados por aficionados y una lucha grecorromana, previa al espectáculo taurino. Por circunstancias secundarias, se transfirió el permiso para el 23 de junio, imponiéndosele una multa de veinte pesos. Los días 30 de junio y 14 de julio se llevaron a cabo festejos que fueron un fracaso económico total, de modo que el empresario solicitó al H. Ayuntamiento licencia para efectuar una lidia de vacas bravas para el 21 de julio, como medida para sufragar dichas pérdidas.139 Para los días 15, 16 y 29 de septiembre se programaron una lidia de astados y una mojiganga, debiendo pagar 10 por ciento de la entrada bruta como impuesto. En octubre, pretendió dar una novillada en la que tomarían parte tres elementos femeninos pero las autoridades locales prohibieron tal hecho, por lo que el 13 de octubre, de acuerdo con el reglamento de toros, le fue concedida la licencia para realizar una corrida mixta: de toros y circo o mojiganga.140 Para el domingo 24 de noviembre se llevaría a cabo una corrida, imponién138
ahmm, Caja: 39, Expediente: 3, Legajo: 2, Año: 1917. 139 ahmm, Caja: 46, Expediente: 5, Legajo: 1, Año: 1918. 140 ahmm, Caja: 46, Expediente: 6, Legajo: 1, Año: 1918.
t lo . la a e oro e an an dosele un impuesto de cinco por ciento sobre la entrada bruta para el municipio; en ésta figuraría el conocido matador de novillos Arcadio Ramírez Reverte Mexicano, con toros de las haciendas de San Ramón y El Casadero.141 Las buenas noticias: a esta temporada taurina se sumó el espectáculo de enero de 1918: Morelia amaneció totalmente cubierta de nieve, la gente veía caer copos cual si fueran las diminutas plumas de una blanca paloma,142 algo nunca antes visto en ciudad. Las malas noticias: por desgracia, en ese mismo año se comenzó a hablar de una gripe maligna que venía de España, según se decía entonces. Las autoridades sanitarias tomaron providencias contra el posible embate de la terrible epidemia, los médicos hacían recomendaciones sobre cómo librarse de tan agresiva enfermedad. Sin embargo, la gripe española hizo que comenzaran a caer enfermos, sin distingos de clase social o económica,
mismos que fallecían a los tres o cuatro días.143 En este año el señor Manuel Hernández, con gran ánimo taurino a pesar de las circunstancias que lo rodeaban, deseó continuar las corridas de toros pero se impuso más el miedo al contagio, y su pretensión fue atinadamente denegada ante la epidemia reinante, cuyo recrudecimiento provocó que se prohibieran las grandes aglomeraciones.144 “…Los fallecimientos estaban a la orden del día, las calles quedaban solas, la ciudad sufría el pánico de la muerte”.145 De 1919 no existe ningún registro de festejos taurinos, seguramente como consecuencia de dicha epidemia que azotó el país. El 24 de mayo de 1920, don Venustiano Carranza fue asesinado en Tlaxcalantongo. Ese mismo año, en el estado de Michoacán fue nombrado gobernador el general Múgica, “un hombre bien preparado pero radical, cuyo mandato produjo un distanciamiento más profundo entre
Aspecto de la Plaza de San Juan un domingo taurino en 1920. Colección particular de Omar Guajardo
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ahmm, Caja: 46, Expediente: 7, Legajo: 1, Año: 1918. 142 Calvillo Pérez, op. Cit., p. 25.
Ibid., p. 26. ahmm, Caja: 46, Expediente: 6, Legajo: 1, Año: 1918. 145 Calvillo Pérez, op. Cit., p. 26. 144
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El toreo en Morelia las dos corrientes dominantes: la obreracampesina y la católica, radical también en todo lo relativo a las normas planteadas en la encíclica Rerum Novarum, para establecer el catolicismo social”.146 La lucha por el poder político fue constante y, con ello, la inestabilidad financiera del país. A pesar de ello, en Morelia continuaron las corridas de toros y el día 1º de febrero de 1920 fueron lidiados toros por jóvenes aficionados, y figuró como matador Carlos García. Se autorizó para los días 16, 19 y 30 de septiembre la organización de novilladas, así como una corrida de toros para la noche del 2 de noviembre de 1920.147 El año de 1921 figuraron como empresarios taurinos diversos personajes tanto locales como nacionales; sobresale Estanislao Hernández, quien tuvo una mala tarde el domingo 16 de enero por un escándalo inigualable debido a la mala calidad de los toros lidiados, por lo que se ordenó se devolvieran las entradas. Nueve días después le fue negada la licencia respectiva a Jesús Saenz Tinoco, en primer lugar por el escándalo anterior y en segundo –y más importante–, por falta de toros que garantizaran el espectáculo. Al señor Eligio Díaz primeramente le fue negado el permiso, pero después se le permitió hacer una corrida el día 16 de septiembre. Por tratarse de un año problemático, los festivales realizados en esta ciudad fueron destinados a obras de beneficio, principalmente para el Colegio de San Nicolás de Hidalgo, instituciones benéficas de la localidad, damnificados por desastres naturales y por las desgracias vividas en Europa.148 En este año, el gobierno del estado de Michoacán tomó una actitud radical ante el clero, con lo que se agudizó el problema. La rivalidad entre la Iglesia católica y el gobierno se hizo evidente
y propició un enfrentamiento, ya no ideológico sino físico; aquí en Morelia, como en otras ciudades de la República, se estableció una gran divergencia entre ambas corrientes. Los templos católicos fueron clausurados y los actos religiosos, celebrados en el interior de los hogares.149 La relación Iglesia-Estado colgaba de un hilo, …cualquier chispa podía encender la hoguera de las pasiones y los actos punibles. Así llegamos al 12 de mayo de 1921. Un día antes, los morelianos nos sorprendimos al ver ondear en la parte más alta de la torre oriente de la catedral una bandera rojo y negro. A su encuentro, en las propias naves de la catedral, salió el sacristán mayor, de nombre Maximiliano, quien se negó a entregar las llaves a quienes pretendían abrir la puerta de la torre para lograr su propósito, pero a golpes y jalones se las arrebataron. Ya con las llaves y antes de salir del recinto, uno de los profanadores acuchilló la imagen de la Virgen de Guadalupe que se encontraba en un altar, cerca de la puerta del lado oriente.150 Los católicos se sintieron agraviados, por lo que… …un numeroso grupo de católicos comenzó a reunirse del santuario de la virgen de Guadalupe; partirían de dicho a las cuatro de la tarde, recorriendo la calzada que actualmente lleva el nombre de Fray Juan de San Miguel, para continuar luego por la Avenida Madero, hasta acceder a la santa catedral y concluir ahí la procesión con un evento religioso de desagravio a la imagen oprobiosamente ultrajada. Esta manifestación religiosa no obtuvo el permiso necesario del gobierno encabezado por el general Múgica…151
146
Ibid., pp. 37-38. ahmm, Caja: 55, Expediente: 10, Legajo: 1, Año: 1920. 148 ahmm, Caja: 62, Expediente: 5, Legajo: 1, Año: 1921. 147
114
149
Calvillo Pérez, op. Cit., p. 38. Calvillo Pérez, op, Cit., pp. 38-39. 151 Ibid., p. 39. 150
t lo . la a e oro e an an y a pesar de ello decidió hacer empresa en la ciudad de Morelia. No se conoce que haya sido realizada alguna corrida, pero en el Archivo Histórico de Morelia encontramos una solicitud que dice: He tomado la resolución de constituirme en empresario de toros en esta ciudad, pero para tener éxito en mi negocio he tropezado con la gran dificultad de que se encuentran completamente desprestigiadas esta clase de empresas por los muchos fraudes cometidos al público, que se ha convertido en retraído y desconfiado, con toda justicia. Otro factor en contra es la completa escasez de dinero que actualmente impera en la ciudad.152
Rodolfo Gaona. Archivo fotográfico del cc3m
Sobre los arcos del acueducto se había colocado la policía, que emplearía la fuerza si los ánimos se calentaban. No se supo desde cuál de los contingentes surgió el disparo, algunos mencionan que fue por parte de los católicos fanáticos y otros mencionan que por parte de la fuerza armada, pero lo cierto es que la acción, haya sido quien fuese, segó la vida a J. Isaac Arriaga. México estaba en caos, los bandoleros hacían tambalear la economía nacional, las posiciones políticas estaban radicalizadas y la relación Iglesia-Estado estaba por los suelos. A pesar de esto, a la plaza de toros acudían domingo tras domingo ya fuesen simpatizantes de villistas, zapatistas, militares, etcétera, para disfrutar las faenas del matador Rodolfo Gaona. El señor Francisco Sierra describió el panorama que imperaba en la época,
En 1922 don Rafael Vázquez Cadena programó para el domingo 15 de abril una novillada, con la finalidad de generar dividendos para los asilos de la población, pagando dos por ciento de impuesto al municipio.153 A Francisco Aguirre se le concedería el permiso respectivo para verificar dos Charlotadas los días 22 y 29 de octubre, para posteriormente presentar otras cuatro, los días 1, 2, 5 y 12 de noviembre del mismo año.154
152
ahmm, Caja: 5, Expediente: 6, Legajo: 1, Año: 1921. 153 ahmm de Morelia, Caja: 69, Expediente: 34, Legajo: 1, Año: 1922. 154 ahmm, Caja: 74, Expediente: 47, Legajo: 1, Año: 1922.
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El toreo en Morelia
Corrida de toros en el año de 1922. Colección particular de la familia Zuno López
En el año de 1923, en la Plaza de San Juan, se presentaron nueve corridas de toros de escasa calidad, quedando solamente como antecedente la realizada a beneficio del centro de obreros “Vasco de Quiroga”, la cual se verificó para principios de año.155 Fue a mediados de 1923 cuando se volvió a celebrar una novillada, así como dos jaripeos, por la Asociación Nacional de Charros de Morelia, quien destinó los ingresos para “la construcción de los corrales, lienzo de colear y tribunas para comodidad del público y para que nuestros socios puedan practicar, así como la adquisición de yeguas”.156 Para 1924 las calles de la capital michoacana se tiñeron de sangre, el problema se recrudeció cuando entraron en pugna Adolfo de la Huerta y Álvaro Obregón. Como era de esperarse, en Michoacán hubo facciones de ambos bandos:
muy bien de fortines; la antigua plaza de toros edificio circular de cantera, las calles Aquiles Serdán y Amado Nervo; los templos de La Merced, el de Capuchinas con el edifico anexo, el Carmen, el templo del Santuario de Guadalupe, el Cuartel de las Colonias, la antigua penitenciaria, todos fueron ocupados por los defensores de la ciudad. El ataque lo efectuaban cuatro grandes columnas por los cuatro puntos cardinales. Las garitas de la población, tales como la de la salida a México, por el lomerío de El Zapote, la salida al estado de Guanajuato, la salida a Pátzcuaro y la salida a Guadalajara. Desde allí confluían los invasores en número incontenible de fuerzas. El templo de Lourdes y el acueducto eran retenes de resistencia. Por noventa y seis horas consecutivas Morelia sufrió una granizada de plomo, días y noches de pavor y muerte. El jueves 24 de enero de 1924 la lucha llegó a su clímax…157
Fue la tarde del 21 de enero de 1924, siempre lo tendrá presente. Las partes altas, los edificios públicos de construcción mayor: el templo de San José por el costado norte, bastante alto y con ventanas pequeñas que servían
Los obregonistas, orgullosos de sus actos, dejaron constancia de ello: “Una de las acciones más eficaces, entre las que realizamos, fue el ametrallamiento de la plaza de toros de Morelia, donde había una gran concentración de fuerzas sublevadas, y en cuya acción ni una sola bala disparada por nuestras ame-
155 ahmm, Caja: 80, Expediente: 34, Legajo: 1, Año: 1923. 156 ahmm, Caja: 82, Expediente: 42, Legajo: 2, Año: 1923.
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Calvillo Pérez, op. Cit., pp. 50-51.
t lo . la a e oro e an an tralladoras hizo blanco fuera del coso”.158 Gracias a su buena puntería el daño causado a la plaza de mampostería inició un proceso irreversible e irreparable, que con los años trajo un deterioro acelerado. Fue el principio del fin del coso taurino de San Juan, finalmente demolido en 1943. Su historia se divide en 80 años antes de Obregón y 19 después de él. El panorama cambió radicalmente en el Don Augusto del Moral en traje de torero. Colección particular de Omar Guajardo año de 1924 con el arribo del famoso matador guanajuatense Juan Silveti y de José El señor J. Refugio Ortiz Calderón Ramírez Gaonita, quienes se presentaron para lidiar reses de primera clase de organizó una novillada el día 31 de la Hacienda de Queréndaro –propiedad agosto. La solicitud enviada al H. Ayunde don Felipe de Pablo Romero–. Los tamiento mencionó: “Esta función es a nombres de dichos animales, que eran beneficio mío y en recompensa de mi de cruza española, fueron “Pifas” No. larga carrera como Picador de Toros”. 60, “Bolero” No. 60, “Papelero” No. 5, El mes de septiembre de 1924 se celebray “Jardinero”. Se incentivaría a la po- ron varias corridas los días 7, 14, 16, 30, blación vecina de la capital michoaca- se darían además: charlotadas, novillana para asistir en trenes especiales de das y corridas formales, en las que desTacámbaro y Uruapan, con paradas en tacaron como matadores Augusto del puntos intermedios. El de Uruapan sa- Moral, Jesús Solórzano Dávalos y José lía a las nueve de la mañana para regre- Fernández Trelles.160 En este año de 1924, Morelia vivió sar de Morelia a las seis de la tarde.159 de nueva cuenta un momento funesto en sus calles: la última ocasión donde la caLugar Precio pital michoacana fue escenario de guerra. Asientos En ese tiempo tomó la gubernatura el 3.50 pesos en lumbrera general Enrique Ramírez Aviña, quien resguardó la ciudad ante la rebelión Sombra 3 pesos Grada cristera, con la aplicación del artículo general 130 de la Constitución Mexicana.161 La Sol 1.25 pesos lucha religiosa significó inestabilidad económica y social, por lo que muchas 160
158
Roberto Fierro Villalobos, Esta es mi vida, s.n., 1964, p. 55. 159 ahmm, Caja: 81, Expediente: 15, Legajo: 1, Año: 1924.
ahmm, Caja: 81, Expediente: 15, Legajo: 1, Año: 1924. 161 Carlos Paredes (coord.), Morelia y su historia, Morelia, Coordinación de la Investigación Científica de la umsnh, 2001, p. 105.
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El toreo en Morelia familias se resguardaron en esta ciudad. Los Cristeros tuvieron presencia en varios estados del centro y occidente de la República, parte de Zacatecas y Durango, así como en los estados de Nayarit, Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Guerrero, parte de Puebla y parte de Oaxaca.
Jesús Solórzano Dávalos, matador de toros moreliano
Antes de continuar, es necesario hacer un breve resumen sobre el torero más importante que ha dado Michoacán en todas sus épocas: el matador de toros moreliano Jesús Solórzano Dávalos, quien también se desempeñó como empresario. Nació en Morelia, dentro de una familia social y económicamente poderosa, propietaria de la Hacienda de San Andrés, donde el niño Chuchito a los trece años ya realizaba verdaderas proezas. Los vaqueros, caporales y mayordomos lo veían con familiaridad, y cada uno de ellos afirmaba de buena fe haber sido su maestro. Puede decirse que la capital michoacana no solamente fue la cuna nativa de Jesús Solórzano, sino también su cuna taurina, y que la Asociación de Charros hizo las veces de nodriza, al organizarle sus primeras corridas de toros en Morelia. Los reveses de la fortuna y el agrarismo, lo obligaron a buscar empleo en la Secretaría de Comunicaciones, con cuyo sueldo vivía escasamente y sin poder alternar El general Lázaro Cárdenas dialoga con el líder cristero Anatolio con sus amigos, que seguían Partida, en Morelia. Archivo cc3m, s/f. siendo ricos. Incursionó como empresario taurino con la organización de una corrida el domingo 30 de noviembre de 1924, en la que se presentó la Cuadrilla Infantil de la Asociación Nacional de Charros Michoacanos.162
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ahmm, Caja: 81, Expediente: 15, Legajo: 1, Año: 1924.
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Plaza El Toreo, México. Alternativa de Solórzano. Padrino: Félix Rodríguez, 15 de diciembre de 1929. Revista de Revistas, El Semanario Nacional, Año xxvii, Núm. 1439, México, Editorial Excélsior, 1937,p. s/n. Matador Jesús Solórzano Dávalos. Archivo fotográfico del cc3m
La primera vez que Chucho Solórzano vistió traje de luces fue en mayo de 1927, en una novillada que los señores Barbabosa –quienes siempre lo apoyaron y estimularon– dieron en Acámbaro. Comenzaron los éxitos en el coso de la Condesa, en la Ciudad de México, donde tuvo una gran tarde en la que ganó la oreja de plata y por fin tomó la alternativa el 15 de diciembre de 1929, con todos los honores. Para torear en España tuvo que renunciar a la alternativa, alcanzando triunfos inenarrables en su campaña novilleril. Solamente así se explica que en plena Feria de San Miguel y en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla, lo doctoró Marcial Lalanda. Para hablar del gran éxito de Chucho Solórzano en México y en España se requeriría dedicarle un libro ente-
Plaza la Maestranza, Sevilla segunda alternativa de Solórzano. Padrino: Marcial Lalanda. 28 de septiembre de 1930. Idem
119
El toreo en Morelia ro. Sólo por citar faenas imperecederas puede mencionarse al toro “Revistero” de la ganadería de Aleas, al que hizo en Madrid una prodigiosa faena. En México destacan las que realizó con los toros “Granatillo”, “Cuatro Le-
tras”, “Leones” y “Redactor”, por mencionar algunas lidias de uno de los mejores capotes y toreros con mayor clase de cuantos han pisado cosos taurinos – para mejores referencias se le puede ver torear en la película Ora Ponciano.
Teatro Hidalgo o Hipódromo
Antiguo espacio del Teatro del Hipódromo. Zavala García, op. Cit., p. 35.
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t lo . la a e oro e an an Se tiene escasa información sobre las coPor fuentes escritas sabemos que se rridas de toros realizadas en el Hipódro- realizaron algunas corridas de toros en mo, también llamado Teatro Hidalgo. Sa- lo que fue el Teatro Hidalgo o el Hipóbemos que este lugar ocupó la huerta al dromo. Las siguientes imágenes apolado sur del ex convento de San Agustín, yan su existencia y funcionalidad como manzana 17, calle de Comonfort –hoy ca- espacio taurino: la primera muestra su lle Aldama–, Cuartel Primero.163 Fue divi- fachada y la segunda, la realización de dido en lotes para su venta. Uno de ellos corridas de toros en este lugar. fue adquirido por los hermanos Félix e Irineo Alva, activos empresarios en el ramo de la exhibición cinematográfica, por la cantidad de mil cincuenta pesos.164 Fueron ellos quienes reacondicionaron ese viejo galerón, anteriormente utilizado para peleas de gallos y corridas de toros, habilitándolo como teatro.165 El señor Félix Alva designó que se trazara el diámetro del inmueble en 25 varas. Toda la estructura se construyó de Fachada del antiguo Hipódromo de Morelia (Teatro Hidalgo) madera, con una cubierta de forma cónica; como ornamento tenía pintados en el interior pabellones de naciones como Francia, España, Alemania y Bélgica. La fabricación de todo el recinto tuvo un costo de seis mil pesos.166 Actualmente no existe rastro de lo que fue el antiguo Hipódromo, ya que fue construida una serie de casas particulares y negocios por las calles de Abasolo, Aldama y García Obeso.
163
Magali Zavala García, Espléndido espectáculo, los teatros en la Morelia porfiriana, serie Cantera rosa, textos archivísticos, Morelia, H. Ayuntamiento de Morelia, Núm. 1, 2012, p. 17. 164 De la Torre, op. Cit., p. 131. 165 Francisco Xavier Tavera Alfaro, Morelia en la época de la Republica Restaurada 1867-1876, Morelia, Instituto Michoacano de Cultura-Colmich. 1988, p. 193. 166 Tirado Castro, op. Cit., 2010, p. 185.
Matadores y cuadrillas en las afueras del Hipódromo. Colección particular de la familia Torres
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El toreo en Morelia Lugares de reunión taurina La Puerta del Sol
Aspecto exterior de La Puerta del Sol. Colección particular de Omar Guajardo
Abrió sus puertas el bar La Puerta del Sol en el antiguo edificio del Diezmo, después Hotel Morelos, que operó durante cuatro décadas administrado por don Germán Figaredo, a quien apodaban don German. En este lugar se reu-
nían los novilleros, toreros, picadores y banderilleros a comentar sobre sus glorias y lances de las últimas corridas. Además, se instalaban las taquillas para la venta de los boletos de las corridas de toros.
La Puerta del Sol. Colección particular de Omar Guajardo
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t lo . la a e oro e an an Tienda La Navarra
La tienda La Navarra, a un costado de la Plaza de San Juan, en una tarde de toros. Colección particular de la familia Guajardo López
Otro punto de reunión era la tienda La Navarra, mejor conocida como La Cantina, en las antiguas calles de Guerrero con Bravo –hoy Aquiles Serdán y Revolución–, a contraesquina de la Plaza de Toros de San Juan. Su propietaria, doña María Zavaleta, atendía a su clientela –conformada principalmente por toreros y maletillas– con esmero, y estos “la respetaban con entrañable cariño, ya que también en las épocas aciagas operaba como banquera”.167
cabeza del toro que causara la muerte al valiente espada Esteban García y, con el dolor de gran aficionado, donó la cabeza del burel de la ganadería de Queréndaro al Museo del Arte Taurino de la Capirucha”.168
Barbería El Toreo Además de estos negocios, la barbería El Toreo era un sitio sabatino para escuchar las crónicas taurinas del personaje apodado El Bolillo, quien sabía de los carteles, toreros y hechos, sucesos, lances y tragedias de las corridas de toros en la vieja Plaza de San Juan: “Cual reliquia bendita de la fiesta brava de seda, sangre y sol, El Bolillo recogió del destazadero de los corrales de dicho coso, la 167
Campanas, op. Cit., p. 88.
168
Campanas, Ibid., p. 104.
123
El toreo en Morelia El matador Jesús Solórzano Dávalos debutó como empresario en la ciudad, con una corrida de toros el domingo 8 de marzo de 1925, a las tres y media de la tarde en el coso taurino de San Juan, donde se lidiaron a muerte cuatro toros. Era visible que los ingresos de las corridas permitían generar recursos económicos, por eso durante el mismo año el inspector general de Policía, Juan Espinosa Córdoba, organizó un par de corridas de toros a beneficio de la gendarmería local; sin embargo, éstas resultaron un fracaso.169 En 1926, los empresarios taurinos Ochoa Ponce de León organizaron un serial de corridas los días 31 de enero, 7 y 14 de febrero, 4 de abril, 10 y 17 de octubre; esta última se pospuso en varias ocasiones, hasta celebrarla el 12 de diciembre. De esta empresa sobresalió la calidad de los matadores, entre quienes se contó con Fermín Espinosa y Alfredo Ochoa.170 Al año siguiente, las corridas formales disminuyeron y tomaron fuerza las charlotadas, presentadas por los empresarios José Guzmán, Francisco Murillo, Carlos Gutiérrez y Luis de la Mora. Solamente tenemos registrada una novillada, donde lidiaron Carlos Sepúlveda y Jesús Bravo con toros de acreditada ganadería. El año de 1928 fue de gran actividad taurina: los días 5, 12 y 26 de febrero; 15, 22 y 29 de abril; y 11, 12, 21 y 24 de octubre se dieron corridas.
Las mejores faenas fueron la del 12 de febrero, con el matador Carlos Sepúlveda; la del 26 de febrero, con el matador Juan Silveti; la del 22 de abril, con los matadores Balderas y Muñoz, además de la que realizó el H. Ayuntamiento con los matadores Pepe Ortiz y Jesús Solórzano. Las ganaderías más recurrentes fueron Parangueo, Queréndaro y Piedras Negras.171 Por otra parte, destacó la del día 21 de octubre porque el banderillero Vicente Cárdenas Maera sufrió una cornada que le produjo una herida de 10 centímetros de extensión, que sin embargo interesó únicamente la piel, por consiguiente fue considerada una lesión leve.172 El 30 de septiembre por la tarde, en que se debió celebrar una corrida de toros por el natalicio de José María Morelos y Pavón, las primeras planas en las noticias no fueron taurinas. Este día, el desfile militar fue presidido por el general Lázaro Cárdenas del Río en su primer año como gobernador de Michoacán. Por galantería, uno de los pilotos aviadores que participó en el desfile invitó a subir al avión a las señoritas Consuelo Martínez Báez y Consuelo del Moral, para ver Morelia desde las alturas. El avión, piloteado por el capitán Juan Gutiérrez, tuvo una falla, se apagó el motor y hubo de aterrizar de emergencia en la azotea de la casa marcada con el número 137, en la Segunda de Matamoros, a las 6:27 de la tarde.
Novillada mano a mano de los michoacanos Carlos Sepúlveda y Jesús Bravo. ahmm. Caja: 321, Expediente: 6L2, Legajo 1, Año: 1927 169
ahmm, Caja: 313, Expediente: 9, Legajo: 1, Año: 1925. 170 ahmm, Caja: 321, Expediente: 10, Legajo: 1, Año: 1926.
124
171 ahmm, Caja: 331, Expediente: 4, Legajo: 1, Año: 1928. 172 ahmm, Caja: 338, Expediente: 26, Legajo: 1, Año: 1928.
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Accidente aéreo en la ciudad de Morelia. Archivo fotográfico del cc3m
Las primeras corridas de 1929 fue- rían como matadores Carmelo Pérez, ron organizadas por el empresario José alias El Rey del Parón y Carlos Cruz, El Calderón, y correspondieron a los días Serio, con cuatro toros de Itzícuaro.173 20 enero y 3 de feLa Escuela de brero; esta última Medicina de la Uniestuvo llena de irreversidad Michoacagularidades, entre na de San Nicolás ellas que a la hora de Hidalgo organifijada para princizó una corrida de piar la corrida el toros para el doruedo aún no esmingo 2 de junio taba limpio, había de 1929. Las reses objetos y propafueron bravas y el ganda que hicieron banderillero Carlos imposible la lidia; Vázquez fue cornaademás, la cuadrido por uno de los lla no se presentó astados, recibiendo a la hora indicada, una herida en la sino después de alpierna derecha, de gunos minutos. consideración meEn el mismo nos grave. mes de febrero, día 10, el empresario Carmelo Pérez. Jesús Tamayo reArchivo fotográfico del cc3m cibió permiso para verificar una corri173 da donde figuraahmm, Caja: 96, Expediente: 2, Legajo: 1, Año: 1929.
125
El toreo en Morelia
Cartel taurino sobre la actuaciĂłn de Esteban GarcĂa, resguardado en el cc3m
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t lo . la a e oro e an an Una noche trágica Ese mismo año, la plaza de San Juan se sabiendas de que tampoco contaba con tiñó de rojo por la sangre derramada de el apoyo de las cuadrillas del matador Esteban García Barrera. Liceaga, pues venían en el mismo auto. Como en todas las tragedias, la coFue cornado en la lidia del tercer rrida estuvo precedida de casualidades: toro y llevado a la enfermería, que era David Liceaga, quien un cuartucho donde se debía llegar para el mano guardaban hasta sillas a mano con Esteban Garde montar. Lo desvistiecía, se perdió en la anron para revisar la heritigua carretera Méxicoda y decidieron traslaMorelia, conocida como darlo al Sanatorio de La Mil Cumbres, y no pudo Luz, ubicado aproximallegar a la hora de inidamente a un kilómecio del festejo; por esta tro de distancia sobre la razón Esteban García Calzada de Guadalupe. se encontraba solo en No tenían camilla, por la puerta de cuadrillas. lo que improvisaron dos Como la gente se imcapotes de brega para pacientó, el matador transportarlo y caminatuvo que decidir entre ron bajo el frío invernal lidiar los cuatro toros con el torero semidesnuo suspender la corrida. do. A su llegada al sanaNo deseaba causar una torio fue atendido por el pérdida importante al doctor Coppel. Esteban García. Archivo fotográfico del cc3m empresario, así que decidió encerrarse solo, a
Esteban García el 2 de noviembre, foto de la cornada que le costó la vida en la Plaza de Toros de San Juan. Archivo fotográfico del cc3m
127
El toreo en Morelia En el parte médico del cirujano de la plaza174 está escrito: …tengo el honor de poner en el superior conocimiento de usted, que en la corrida de toros efectuada en la noche de los corrientes, el matador Esteban García fue cogido por el 3er toro, habiendo sufrido una herida penetrante de abdomen, situada en el flanco izquierdo de 10 cm de extensión; dicha herida es grave, pues hubo hernia del epiplón y es de pronóstico reservado... a 3 de noviembre de 1929.175 48 horas después, murió de pulmonía quien potencialmente fuera una de las grandes figuras de México. A la muerte de Esteban García su familia quedó desprotegida económicamente, por lo que sus colegas recabaron fondos por medio de una lidia de vacas bravas el 23 de febrero de 1930, de la cual el H. Ayuntamiento condonaría 50 por ciento de los derechos municipales que le correspondían.176 El 2 de marzo de 1930, el matador de toros Jesús Solórzano Dávalos lidió una corrida de despedida ante su inminente partida a España, para ensanchar en aquellas tierras la fama que tanto le había dado México. Este festejo fue patrocinado por el general Lázaro Cár-
denas, gobernador del estado, y por la Sociedad de Charros; estuvo dedicado a la sociedad de Morelia, la Colonia Española y los aficionados taurinos. El matador Alfredo Ochoa lidió el domingo 11 de mayo una corrida, eximiéndosele de impuestos,177 como en la anterior corrida. Pasaron cuatro meses para que se volvieran a celebrar corridas de toros: el 7 de septiembre, 8 de octubre, así como los días 12, 14 y 21 de diciembre de 1930. En 1931, únicamente tenemos registrada la lidia del 2 de noviembre. El domingo 5 de mayo de 1932 a las cuatro en punto de la tarde, debutaron las señoritas toreras Margarita García La Reverte, Esther García La Finita de México y la renombrada Lucha Hernández de Pachuca. Ejecutaron todas ellas la suerte de Don Tancredo, con cuatro toros de Queréndaro de cruza española. El día 22 del mismo mes estaría a reventar la Plaza de San Juan por el arribo de Edmundo Zepeda –triunfador en El Toreo al conquistar la Oreja de Plata– y de J. Jesús García Razo –aplaudido en las mejores plazas de la República–, quienes enfrentaron cuatro toros de la primera cruza española de la famosa ganadería de Queréndaro.178
Debut de Margarita García, La Reverte, Esther García, La Finita de México. ahmm
174
El parte médico fue firmado por el doctor José Pilar Ruíz, como muestra el cartel en resguardo en el cc3m. 175 ahmm, Caja: 96, Expediente: 2, Legajo: 1, Año: 1929. 176 ahmm, Caja: 410, Expediente: 23, Legajo: 1, Año: 1930.
128
177 ahmm, Caja: 410, Expediente: 23, Legajo: 1, Año: 1930. 178 ahmm, Caja: 126, Expediente: 25, Legajo: 1, Año: 1932.
t lo . la a e oro e an an El domingo 13 de noviembre de 1932, a las cuatro de la tarde, se presentó el afiligranado y valiente diestro Javier Valle, proveniente del estado de Oaxaca, quien había alternado mano a mano con el moreliano Juan Hernández, en la plaza de toros El Toreo, en la Ciudad de México. Lidiaron a muerte cuatro hermosas vacas de cruza española de Queréndaro.179
Los espectáculos dominicales en la ciudad de Morelia se diversificaron debido a la aparición del cinematógrafo que, por otra parte, al mostrar en sus proyecciones lidias en distintas latitudes, ayudaría al espectador taurino a volverse más selecto y escrupuloso, así como exigente, con las faenas. Remontémonos con el siguiente párrafo a aquellas tardes taurinas: El Juez de plaza dispone ya los toques del claro clarín en la Plaza de Toros, entre los espectadores columbramos la silueta blanca de “El Empanaditas” quien lleva en las manos un gran canasto repleto de las sabrosas empanadas de leche, coco y picadillo. “El Empanaditas” es el mejor animador gratuito de la fiesta brava. Por el redondel, si la faena es buena y arranca el aplauso del pueblo, “El Empanaditas” avienta a los pies de los toreros el canasto de su mercancía y lanza al aire de la tarde torera gritos de júbilo que espantan los gorriones del jardincillo mustio y triste de la Plazuela de San Juan.180
ahmm, Caja 126; Exp. 25, Leg. 1, Año: 1932
Tradición tan arraigada en Morelia provocó que el matador Jesús Solórzano Dávalos, quien ya había regresado de España, toreara la tarde del domingo 5 de febrero de 1933. Por su parte, la familia Ochoa organizó un mes después una corrida de toros, y para abril el señor José María Montes, otra más. Este año la Plaza de San Juan estuvo muy disputada entre corridas y jaripeos, estos últimos tuvieron un auge sorprendente que puede ser apreciado en la solicitud continua de permisos al H. Ayuntamiento para su celebración.181 Para la conmemoración de las fiestas patrias se realizaron novilladas los 180
179
ahmm, Caja: 126, Expediente: 25, Legajo: 1, Año: 1932.
Campanas, op. Cit., p. 179. ahmm, Caja: 139, Expediente: 21, Legajo: 1, Año: 1933. 181
129
El toreo en Morelia
Plano de 1934. Archivo particular de Ricardo Espejel Cruz
Acercamiento al Plano con la plaza de toros
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Festival en la Plaza de Toros de San Juan. Colección particular de la familia L. A.
días 8, 16 y 30 de septiembre, y el 20 de noviembre de 1933. Asimismo, el Día de Muertos fue ocasión para una corrida, pero los toros resultaron difíciles porque estaban pasados de edad –tenían más de seis años–, y los toreros no pudieron hacer nada con ellos, lo cual provocó el enojo del público. El señor José María Montes fue empresario de corridas, novilladas y charlotadas.182 Realizó, en el año de 1934, varias lidias en las fechas siguientes: 21 de enero, 17 de junio, 8 de julio, 18 de noviembre, 16 y 30 de diciembre de 1934. A éstas se agrega la del matador Jesús Solórzano, el lunes 5 de febrero.183 Y para el festejo del 2 de noviembre del mismo año, el empresario Leopoldo M. Sixtos utilizó ganado de Queréndaro.184 El día 5 de febrero de 1935 debutó el novillero Antonio Espinoza Arenilla como empresario taurino. Su primera corrida tuvo escaso público y poco éxito, por lo que declaró: 182
ahmm, Caja: 139, Expediente: 21, Legajo: 1, Año: 1933. 183 ahmm, Caja: 143, Expediente: 31, Legajo: 1, Año: 1934. 184 Idem.
Desgraciadamente el público de esta ciudad no correspondió en manera alguna a este espectáculo, viéndose los tendidos de sombra y sol casi vacíos, como consta a los señores regidores Melchor Rodríguez que fungió como juez, Norberto Vega, Maximiliano Silva, José Mejía Aguirre y el propio presidente de la corporación c. José Molina…185 El impuesto que cobró el H. Ayuntamiento de Morelia por verificar la novillada fue de veinte pesos. Pero el señor Antonio Espinoza Arenilla suplicó que le condonaran tal gravamen, ante su mala corrida.186 Para el 2 de junio, el mismo Arenilla solicitó permiso para otra novillada, la cual no se llevó a cabo porque los toros no llegaron a tiempo. Por último, volvió a solicitar permiso para la tarde del domingo 9 junio de 1935. La documentación resguardada en el Archivo Histórico Municipal de Morelia da constancia de que en esta ocasión la novillada sí fue realizada. 185 ahmm, Caja: 162, Expediente: 54, Legajo: 1, Año: 1935. 186 Idem.
131
El toreo en Morelia
Festival en la Plaza de Toros de San Juan. Colección particular de Omar Guajardo
El señor Leopoldo M. Sixtos compró toros de Atenco para la corrida del 3 de marzo, en la cual los afamados diestros demostrarían sus mejores suertes. En este festejo participaron el michoacano Jesús Solórzano y el madrileño Curro Caro. La corrida fue un éxito. Por su parte, el empresario Simeón Lemus Díaz contrató a los matadores Mauricio Mendoza El Ticho y Carlos Sepúlveda, para que lidiaran el 16 de septiembre la tradicional corrida. Además de estos matadores, el empresario Lemus Díaz trajo a los Charlots, quienes tanto prestigio ganaron en el ruedo de San Juan.187 El empresario José María Montes, quien había presentado espectáculos en 1933, organizó para el domingo 27 octubre una corrida de toros, y otra para el 3 de noviembre. Ambos festejos dejaron constancia de su solidez como empresario taurino. En 1936, los matadores Manuel Origel y Jesús García Razo partieron plaza con cuatro toros de Zinziro. Los precios 187
ahmm, Caja: 162, Expediente: 54, Legajo: 1, Año: 1935.
132
de los boletos no alentarían a los morelianos para asistir a la corrida. Lugar
Precio
Asientos en lumbrera
1.25 pesos
Grada general
Sombra
1 peso
Sol
50 centavos
Niños menores
Media paga
A pesar de la escasa asistencia en la Plaza de San Juan a dicha corrida, se presentó como empresario el señor Neif Jury (propietario de los cines Eréndira, Rex y Colonial), pero sin explicación le fue negado el permiso por el Ayuntamiento, en cambio sí otorgó licencia a Jesús Chucho Solórzano, quien contrató al matador Alberto Balderas con su respectiva cuadrilla para el día 5 de febrero.188
188
ahmm, Caja: 185, Expediente: 46, Legajo: 1, Año: 1936.
t lo . la a e oro e an an En este año debutó como empresario taurino el señor Enrique Ramírez Miguel, quien presentó un festejo con la Cuadrilla Juvenil Michoacana, conformada por aficionados, la tarde del día 9 de febrero de 1936, en la plaza de toros de esta ciudad.189 Cabe destacar que en esa fecha don Enrique Ramírez cursaba su último grado de preparatoria, lo cual muestra su temprana afición a la fiesta brava, que se prolongó por el resto de su vida. De la familia Ochoa Ponce de León –la más taurina de Morelia–, Jesús, Alfredo, Juan y Fernando destacaron como ganaderos, toreros y empresarios; para los meses de abril, octubre, noviembre y diciembre de este año anunciaron en sus carteles buenos toreros y los charlots que tanto gustaban al público. En este tiempo, la modernidad de Morelia estaba en marcha mediante obras de infraestructura; una de ellas fue la construcción del sistema de drenaje de la ciudad, que inició el 4 de septiembre de 1936. Tres años después, el ingeniero Pablo Acue, director de las obras de saneamiento y abastecimiento de agua potable, se dirigió al presidente municipal don Domingo Rubio, para informarle que el 15 de enero habían terminado de construir los drenajes de aguas negras de la ciudad. A pesar de tratarse de un caso de salubridad tan importante como el desalojo de las aguas negras, hubo una serie de solicitudes por parte de los habitantes para que les ampliaran el permiso y pudieran conectarse después, pero las autoridades municipales dieron un plazo no mayor a 15 días hábiles para que construyeran en sus predios las obras necesarias para conectarse al canal, ya que “las calles y banquetas dan mal aspecto por los escombros removidos y se obstruye el tráfico de vehículos”.190 189
ahmm, Caja: 185, Expediente: 46, Legajo: 1, Año: 1936. 190 Alejandra Lucio Martínez, El Abasto del agua y saneamiento de la ciudad de Morelia en los años treinta, Tesis de licenciatura, Facultad de Historia de la umsnh, 1999, p. 89.
Cartel en resguardo en el cc3m
133
El toreo en Morelia En este mismo tenor, entre los años de 1936 y 1939 se construyó sobre el río Grande de Morelia, cerca de la localidad de Cointzio, una gran presa de almacenamiento para el suministro de agua a la ciudad. Al término de la obra, ésta resultó insuficiente y de baja calidad, ante una demanda creciente por el aumento de población y la instalación de nuevas industrias.191 Mientras las autoridades organizaban estos trabajos en la ciudad, en el mundo taurino los empresarios continuaban con la organización de corridas. José María Montes solicitó permiso para celebrar festivales las tardes del domingo 11 octubre y del 29 noviembre de 1936.192 Para el siguiente año, pidió la licencia correspondiente para los días: 3 y 31 de enero, 16 de mayo y 25 de julio de 1937, para presentar festivales cómicotaurinos y una novillada. En febrero de 1937 el señor Luis Gómez Rueda pidió licencia para celebrar una corrida de toros con diestros de prestigioso renombre, como Fermín Espinoza Saucedo –padre de Fermín Espinoza Armillita– y el regiomontano Lorenzo Garza, gran torero mexicano que provocaba pasión y entrega en los tendidos. La autorización le fue concedida y el festejo se verificó sin novedad, siendo uno de los más sonados de la época.193 Las corridas de beneficencia, que habían desaparecido, retomaron fuerza para 1937, año en que el empresario Domingo Rubio solicitó permiso para presentar un festejo con el fin de recabar fondos para la Escuela Hogar Número 1. En esta corrida se lidiaron dos toros a muerte, cuatro de jaripeo y un embolado, asimismo se efectuaron una o dos peleas de gallos y bailables.194 191
Abel Padilla Jacobo, Instituciones de fomento y estructura industrial en la economía de Morelia, 19101950, Tesis de licenciatura, Facultad de Historia de la umsnh, 2007, p. 156. 192 ahmm, Caja: 185, Expediente: 46, Legajo: 1, Año: 1936. 193 ahmm, Caja: 186, Expediente: 27, Legajo: 1, Año: 1937. 194 Idem..
134
Posteriormente, Luis Morales León y Octavio Mota Maciel solicitaron permiso para otro Festival Taurino a Beneficio del Juzgado. Asimismo, se conformó una Comisión Organizadora de Corridas de Toros a beneficio del Hospital Doctor Miguel Silva.195 El día 9 de mayo arribaron a Morelia el queretano Francisco Paquito Gorráez y el potosino Gregorio García, quienes contaban con valor, calidad y prestigio. Aun así, la entrada fue mala y se perdieron dos mil pesos, de acuerdo con lo que se informó a la autoridad.196 Enrique Cerda Calderón solicitó permiso para efectuar una corrida el 5 de diciembre, en la cual tomaron parte los conocidos diestros Gregorio García y Leopoldo Ramos, Ahijao del Matadero, con toros de la ganadería de Cerro Viejo, pura sangre de San Mateo.197 Para cerrar la temporada, el 26 de diciembre, con seis toros de La Punta se dio un mano a mano de los matadores Fermín Espinosa Armillita y Jesús Solórzano. En este ámbito taurino de la capital michoacana, para junio de 1937 llegaron un aproximado de 500 niños españoles: Se les trajo a México con la anuencia del presidente Lázaro Cárdenas para ponerlos a salvo de la guerra civil que asolaba a España. Muchos eran hijos de combatientes o simpatizantes republicanos. Venían con una pequeña maleta en la mano y con la esperanza –eso les prometieron– de regresar junto a sus padres en cuanto se ganara la guerra. No fue así.198 Se les instaló en lo que antiguamente era la Quinta Salesiana –finca expropiada en 1936 por Lázaro Cárdenas a 195
Idem. Idem. 197 Idem.. 198 Periódico La Jornada, sección Espectáculos: “Los niños de Morelia, enfoque intimista de la vida de seis refugiados españoles”, México, viernes 19 de marzo de 2004. 196
t lo . la a e oro e an an los Hermanos Salesianos–,199 mientras se construía lo que después se denominó el Internado España-México. Ahí se les educó y albergó. Los niños de Morelia – como fueron conocidos– “crecieron solos, formaron familias [entre ellos hubo varios que alcanzaron el éxito], se hicieron viejos. Unos murieron, otros se dispersaron. Muchos jamás volvieron a ver a sus padres. De aquellos hijos de la guerra, hasta 2002 aún vivían seis en la capital michoacana”.200 Al año siguiente –1938–, varios sucesos impactaron el país. Por una parte, los paradigmas del Cine de Oro mexicano influyeron para que este año se realizaran en esta ciudad más jaripeos que corridas, y en estas últimas se intercalaban bailes jalicienses. La mayoría de la población mexicana deseaba ser como Jorge Negrete, Pedro Infante, Luis Aguilar o Pedro Armendáriz. Además, una noticia conmocionó al país entero: el 18 de marzo de 1938, el general Lázaro Cárdenas expropió la industria petrolera nacional, que estaba en manos extranjeras. El Diario Oficial refería lo siguiente: Se declaran expropiados por causa de utilidad pública y a favor de la Nación, la maquinaria, instalaciones, edificios, oleoductos, refinerías, tanques de almacenamiento, vías de comunicación, carros tanque, estaciones de distribución, embarcaciones y todos los demás bienes muebles e inmuebles de propiedad de la Compañía Mexicana “El Águila” S. A., Compañía Naviera de San Cristóbal S. A., Compañía Naviera San Ricardo S. A., Huasteca Petroleum Company, Mexican Sinclair Petroleum Corporation Stanford y Compañía S. en C. Penn Mex Fuel Company, Richmond Petroleum Company de Mexico, California Standard Oil Company of Mexico, Compañía Mexicana de Vapores San Antonio S. A., Sabalo Transportation Company, Clarita S. A., 199 200
Tirado Castro, op. Cit., p. 374. Periódico La Jornada, op. Cit.
y Cacalilao S. A. en cuanto sean necesarios, a juicio de la Secretaría de la Economía Nacional para el descubrimiento, captación, conducción, almacenamiento, refinación y distribución de los productos de la industria petrolera.201 En este mismo año, en la ciudad de Morelia, se seguían presentando los jaripeos porque tenían mucha demanda, y las corridas a beneficencia también seguían programándose, como las del 27 febrero, 27 de marzo, 1o y 5 de mayo, promovidas por el coronel Carrillo, inspector general de la Policía Municipal, quien trató de conseguir fondos para la adquisición de equipo contra incendios. La corrida del 1º de mayo dejó un déficit de mil 800 pesos. Pero los malos resultados no influyeron en los señores Salvador Solórzano, José e Ignacio Herrejón para que realizaran una corrida de toros mixta la noche del 2 de noviembre. El cartel estaba formado por el matador de toros Alberto Balderas y el matador de novillos Eduardo Solórzano, con seis ejemplares de la nueva ganadería de San Isidro Mazatepec, propiedad de los señores José y Joaquín, vecinos de la ciudad de Guadalajara, Jalisco.202 La corrida prometía ser inigualable debido a que Balderas venía con una racha de triunfos en la Madre Patria, y el moreliano despuntaba como buen torero, apadrinado frecuentemente por Lorenzo Garza. Ante tal atractivo, los empresarios instalaron 35 reflectores, los cuales serían “una iluminación férrea en que verdaderamente la plaza semeje a una ascua de oro, a base de potentes y numerosos reflectores que traeremos de la Ciudad de México, y que por primera vez en la historia del toreo, se hará esto en la plaza de toros de Morelia”.203 201
Diario Oficial, sábado 19 de marzo de 1938. En el expediente no se mencionan los apellidos de dichos ganaderos. ahmm, Caja: 213, Expediente: 46, Legajo: 1, Año: 1938. 203 Idem. 202
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El toreo en Morelia
Juan Ochoa Ponce de León, Juanocho, aficionado práctico. Archivo fotográfico del cc3m
Alfredo Ochoa Ponce de León, matador de toros. Archivo fotográfico del cc3m
Alberto Balderas repitió el 20 de noviembre, alternando con el jalisciense José Ortiz Puga, Pepe Ortiz, considerado como primera figura del escalafón, y Alfonso Covarrubias, de sobresaliente. Se utilizaron toros de Caltengo, los cuales se anunciaron como de primera clase.204 El empresario Juan Ochoa Ponce efectuó el día 27 noviembre de 1938, en la plaza de toros de esta ciudad, una corrida en la que actuaron los matadores Juan Silveti, Heriberto García y Leopoldo Ramos, con toros de la ganadería de Santín.205 Para 1839, los festivales taurinos se siguieron promoviendo de manera constante. El matador Juan Ochoa Ponce de León anunció seis toros de primera clase, probablemente de San Mateo, Santín o Torrecillas, y matadores como Lorenzo Garza, Heriberto García o Alberto Balderas, para el día 5 de febrero de 1939. Por circunstancias ajenas, el señor Ochoa no cumplió con lo prometido y hubo manifestaciones públicas ante la Presidencia Municipal por su mal desempeño como empresario.
En el mes de marzo el señor Alfonso Herrejón contrató a Salvador Solórzano, quien acompañado de otros toreros dio muerte a cuatro novillos de la ganadería de San Isidro Mazatepec, de cruza española.206 Morelia “presentaba las características de las ciudades medias de ese tiempo. Su entorno, apenas sobrepasaba el viejo casco colonial. Estaba próxima a cumplir sus primeros cuatro siglos de vida. Era una ciudad tranquila, aunque llena de contrastes”.207 La capital michoacana “era una ciudad pequeña y encantadora, suspendida en el tiempo. Sus viejas casonas aún eran habitadas por personajes arrancados del siglo xix; sólo algunas estaban destinadas a posadas o mesones”.208 No obstante, los pasos a la modernidad, lentos pero constantes, daban resul-
204 ahmm, Caja: 213, Expediente: 46, Legajo: 1, Año: 1938. 205 Idem.
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206 ahmm, Caja: 222, Expediente: 8, Legajo: 1, Año: 1939. 207 Gerardo Sánchez Díaz, Las voces del exilio español en Morelia, científicos y humanistas en la Universidad Michoacana. 1938-1943, Instituto de Investigaciones Históricas de la umsnh, http://dieumsnh.qfb.umich. mx/madridmexico/voces.htm (fecha de consulta: 10 de septiembre de 2012). 208 Raúl Arreola Cortés, “Introducción”, en: Ludwing Renn, Morelia, una ciudad universitaria de México, traducción del alemán de Josefina Muth de Mier, Morelia, umsnh, 1991, p. 12.
t lo . la a e oro e an an tados. En su primer informe de gobierno el presidente Cárdenas dio a conocer que en noviembre de 1935 iniciarían los trabajos para el tramo carretero comprendido entre México-Morelia-Guadalajara, con el compromiso de terminar esta línea en tres años; pero el proyecto en su totalidad fue concluido hasta noviembre de 1939, cuando se realizó su solemne inauguración.209 El señor J. Jesús Villamar solicitó dar la corrida para la noche del 2 de noviembre con seis toros de cruza española de la ganadería de Quiriceo. Posteriormente, el señor Juan Abarca Pérez solicitó permiso para una lidia el 19 de noviembre, y Gustavo Castro, El Santanero, pidió otra para el domingo 24 de diciembre de 1939. En esta última tomaron parte los matadores de toros Fermín Espinoza y Lorenzo Garza, con seis toros de primera clase “de una de las mejores ganaderías”.210 En 1940 la ciudad de Morelia se encontraba en un proceso paulatino de crecimiento demográfico, económico y social, que sin embargo no resultaba homogéneo para todas las colonias y sectores. La prensa manifestaba que la ciudad carecía del servicio de alumbrado público en barrios enteros, mismos que permanecían completamente a obscuras durante toda la noche: Atendiendo el llamado angustioso de algunos vecinos del populoso barrio del hospital, nos hemos dado cuenta que carece en absoluto de energía eléctrica durante las horas de la noche. El servicio público de alumbrado es en ese barrio de suma importancia por los muchos crímenes que habitualmente se cometen allí y porque estando a la entrada de la ciudad por la carretera GuadalajaraMéxico, desdicha mucho su categoría. Ayer mismo nos acercamos al encar209
Antología de la Planeación en México 1917-1985, México Secretaría de Programación y PresupuestoFondo de Cultura Económica, 1985, p. 245. 210 ahmm, Caja: 222, Expediente: 8, Legajo: 1, Año: 1939.
gado de este ramo municipal, Regidor Andrés Rodríguez quien nos indicó que la compañía eléctrica Morelia ya en ocasión anterior y debido a este mal de que adolece la ciudad, se había dirigido al Ayuntamiento dándole aviso de que carecería de alumbrado en vista de que el agua de alimentación a las plantas era insuficiente, y parece que carecemos de alumbrado eléctrico durante buena parte de la noche, con grave perjuicio de las barriadas mal vigiladas.211 Para darnos una idea de la población de Morelia, los censos oficiales dan constancia de que en 1940 contaba con 44 mil 304 habitantes. Entre los avecindados existía una gran afición a la fiesta brava, que se presentaba en forma constante, nutrida con las nuevas generaciones.212 Por otra parte, el desarrollo económico podía palparse con la inauguración del Hotel Alameda, que se sumó a los servicios turísticos: A las 10 horas de hoy tendrá lugar la tan anunciada inauguración del modernísimo y elegante hotel alameda, que la Compañía “Turismo Michoacana S. A. de C.V.” construyó en la esquina de la Avenida Madero y Calle de Guillermo Prieto. Más de un año tardó las construcción de este elegante edificio que pone la nota de interés en nuestra espléndida Avenida Madero, destacándose por su belleza arquitectónica, ya que, si rompe el sello colonial puro de los edificios colindantes, no desentona, antes bien armoniza oponiendo su agilidad y la idea de confort y de luminosidad junto a la presapiada de las casonas que le precedieron hace siglos.213 211
Periódico Heraldo Michoacano, sábado, 6 de enero de 1940, p. 5. 212 Guillermo Vargas Uribe, “El crecimiento urbanoterritorial de Morelia (1921-1931)”, en: Ciencia Nicolaita, Revista de la Coordinación de Investigación Científica de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Núm. 7, noviembre, 1994. P. s/n 213 Periódico Heraldo Michoacano, domingo 4 de febrero de 1940, p. 5.
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El toreo en Morelia
Cartel de los niños toreros. Periódico Heraldo Michoacano, domingo 14 de enero de 1940, p. 5
El ámbito taurino también mostraba luces de cambio, con reglamentos más abiertos que permitían la actuación de menores de edad y de mujeres. Los domingos 14 y 21 de enero de dicho año se dieron corridas jamás vistas en la ciudad de Morelia, al contratar a la cuadrilla de niños toreros “Torres Vela”. Sobre 138
esta lidia, El Heraldo Michoacano narra lo siguiente: A medida que se acerca el día en que actuarán los niños toreros en nuestro coso con los preciosos ejemplares de “Calderón” que se podrán admirar todavía hoy y mañana en los corrales de
t lo . la a e oro e an an la plaza, el ánimo de la afición sube de punto. No fácilmente pueden olvidar los aficionados a la hermosa fiesta de los toros los arrestos de valor de Pepito Vela, Manolo Torres y Juanito Vela que el domingo pasado ante la afición se consagraron como unos torerazos hechos y derechos. Y por esta razón los amantes del Arte de Cúchares se enardecen cada día más comentando las grandes hazañas que estos toreritos pequeños en edad y estatura realizan con los toros.
La corrida de mañana es una de las más bien presentadas que se dan en esta clase de espectáculo. Los toros han merecido el elogio de los aficionados, por su arrogante presentación y por la bravura de que dieron muestras los hermanos en la corrida pasada. Y si a todo esto agregamos los deseos de triunfar de los discípulos de Alvarado, ya podemos estar seguros de que mañana los tres chavales saldrán por la puerta grande con todos los honores.214
Conchita Cintrón, La Diosa Rubia del Toreo. Archivo fotográfico del cc3m
214
Periódico Heraldo Michoacano, domingo 21 de enero de 1940, p. 5.
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El toreo en Morelia Por su parte, la rejoneadora peruana Conchita Cintrón, La Diosa Rubia del Toreo, con tan bien ganada fama internacional, fue invitada para alternar en Morelia con los matadores Chucho Solórzano y Alberto Balderas el domingo 4 de febrero. El Heraldo Michoacano no dio constancia de la participación de Conchita, ya que en su nota sólo menciona a los dos matadores: “Ni Balderas, ni Solórzano, estuvieron bien, debido a lo malo del ganado, Chucho era la empresa y sólo tuvo suerte en la entrada, ya que se llenó la plaza hasta los topes”.215 A esta corrida asistió el general Juan Andreu Almazán, precandidato a la Presidencia de México, quien fue aclamado al entrar en el coso.
Política y toros Dentro del Archivo Histórico Municipal de Morelia encontramos la solicitud de una corrida programada para el domingo 25 de febrero de 1940, en la que actuarían los matadores Carnicerito y Lorenzo Garza. De acuerdo con información de la prensa, dicha lidia es la misma que se venía posponiendo desde el 28 de enero de dicho año, cuando fue suspendida por el mal clima: Con gran pesar para la afición tuvo que suspenderse a causa del mal tiempo la gran corrida del domingo 28 en que iban a actuar “Carnicerito”, el torero suicida y Ricardo Torres, el gran artista del toreo y los toros de Pasteje, a la ganadería de los toros de bandera. La empresa de los señores Abarca Pérez y Martínez, que ha logrado sentar cartel de afición y honradez estuvo esperando hasta lo último para no defraudar al público que estaba ansioso de presenciar el mano a mano del calos y el arte, pero ante lo inevitable tuvo que pedir autorización para avisar al numerosos público que, no obstante el aguacero estuvo 215
Periódico Heraldo Michoacano, martes 6 de febrero de 1940, p. 2.
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esperando a que abriera la tarde, que la corrida se dejaría para mejor ocasión. Después y siempre tratando la empresa de dar a la afición un espectáculo atrayente, arreglaron los señores Abarca Pérez y Martínez repetir el cartel para el domingo 18 de febrero, con los mismos toreros y los mismos toros, que se quedaran aquí no obstante los gastos tan crecidos que requieren, pero para que nadie se quede sin ver como embisten estas bravas y potentes catedrales que tanto han entusiasmado al público de toros.216 Acercándose la fecha, aparece una nueva publicación que anunciaba: “carnicerito y ricardo torres proximamente”. Sin embargo, el 21 de febrero de 1940, en el Heraldo Michoacano se publicitó una corrida de toros para el domingo 25, donde Garza y Carnicerito serían los protagonistas, descartando a Ricardo Torres. Pero en el último cartel para esta corrida, quedaron Carnicerito y Ricardo Torres. Por la cancelación de la corrida, el sábado 24 de febrero de 1940, otra vez en el Heraldo Michoacano, apareció la nota siguiente: ¿Habrá Corrida Mañana? Ha entrado en acción la represalia, al parecer, política, en una Empresa que nada tiene de política y su pretexto de ello, el Presidente Municipal de esta ciudad ha puesto una serie de obstáculos para que la corrida anunciada para mañana en esta plaza, no se efectúe dizque porque nuestro director es almazanista –y a mucha honra lo tiene–, y no obstante haber concedido la licencia por escrito, no se para en mientes, para perjudicar a la Empresa ni a los numerosos aficionados que desde regiones apartadas vengan a ver esta corrida haciendo gastos […] La nota agregaba que se había enviado un telegrama para el presidente 216
Periódico Heraldo Michoacano, martes 30 de enero de 1940, p. 5.
t lo . la a e oro e an an de la República, en la que se hacía de su conocimiento la serie de “intrigas” del presidente municipal, para evitar que la corrida tuviera lugar. Inclusive se publicó el telegrama enviado: Telegrama Extra Urgente: Morelia, 23 de febrero de 1940. Señor Presidente de la Republica, Chilapa, Gro. Plena autorización usted concediome, dirijole presente manifestarle que Presidente Municipal esta, pretextos políticos, inicia represalias mi contra obstaculizándome después concederme permisos por escrito para corrida toros veinticinco actual. Agotados medios amistosos con autoridades, dirijome usted haga justicia con su intervención, pues tal procedimiento de autoridad municipal implica para mí perdida diez mil pesos Juan Abarca Pérez. Tenemos confianza en que el señor presidente intervenga en este asunto y de que puedan atenderlo, ya que el Ejecutivo Federal jamás ha impuesto ninguna consigna, porque sería indigna de él en cuestiones políticas y a reserva de aclararle al propio primer magistrado el maquiavelismo. Del director del cotarro y los procedimientos que han iniciado algunas autoridades de Michoacán en la lucha democrática, es conveniente que el público se vaya dando cuenta de quién es ahora el responsable de la suspensión de esta corrida de toros, en puerta y de los enormes perjuicios que recibe la Empresa.217 De acuerdo con Juan Abarca Pérez (1893-1961), director del periódico218 y uno de los empresarios de la corrida, se trataba de cancelarla por motivos políti217 Periódico El Heraldo Michoacano, sábado 24 de febrero de 1940, p. 2. 218 “Penjamillo. Personajes ilustres”, en: Enciclopedia de los municipios y delegaciones de México, estado de Michoacán de Ocampo, http://www.e-local.gob. mx/work/templates/enciclo/EMM16michoacan/ municipios/16067a.html (fecha de consulta: 8 de mayo de 2010).
cos, dado que había apoyado al general Almazán en su candidatura. Sin embargo, al poseer un medio de información, el empresario podía expresar su enojo y justificarse ante el público aficionado, que resultó perjudicado por estas diferencias políticas. El 28 de enero debió haberse efectuado esta corrida de toros, con actuación de Carnicerito y Ricardo Torres en el coso de esta ciudad; la lluvia que comenzó a caer precisamente a la hora en que debía comenzar, provocó que se suspendiera. Carnicerito tenía todas las fechas contratadas y no podía fijar una nueva para Morelia, hasta que por fin, gracias a una constante labor de la empresa, pudo desocupar día el 25 de febrero. Cuando se le comunicó al presidente municipal, Enrique Sánchez, que la corrida suspendida se iba a efectuar el día mencionado, éste afirmó que se trataba de “otra corrida”, no obstante que se torearían los mismos astados de la suspendida el día 28 de enero y se tenía el mismo cartel; al parecer, se trataba de aumentar los impuestos, de modo que los empresarios aceptaron, con tal de realizar el festejo. Fue así como el día 20 de febrero obtuvieron el permiso correspondiente por escrito. Pero un circo tendría ocupada la plaza hasta el día 19, y contaba además con permiso verbal para prorrogarse al 21. Para realizar la lidia se requería contar con el lugar mínimo tres días de anticipación, de modo que los empresarios fueron a hablar con el señor Leopoldo Sistos –quien rentaba la plaza–; éste les manifestó que había dado su palabra a la empresa del circo para que contaran con el lugar, siempre y cuando la autoridad no le retirara el permiso, de modo que el día 20 la utilizaría quien contara con dicho documento. Relata el mismo periódico que el presidente Enrique Sánchez confesó al otro empresario de la corrida, ingeniero Gustavo Martínez, que no habría lidia porque “el señor Abarca era almazanista”. 141
El toreo en Morelia Pese a que los empresarios solicitaron la intervención de personas influyentes y de filiación avilacamachista como el general Félix Ireta, no pudieron lograr nada. Como último recurso enviaron al presidente de la República, el telegrama ya mencionado. La autoridad municipal, de acuerdo con el Heraldo Michoacano, utilizó el circo para evitar la corrida, afirmando que éste se había amparado para no retirarse del lugar: Al día siguiente, viernes, el señor Abarca Pérez le habló por el teléfono a la autoridad municipal, haciéndole hincapié en sus palabras dichas al Ing. Martínez y manifestó el Presidente que eso no era verdad, que se trataba de que la empresa del Circo había solicitado amparo y que había suspensión para no retirarse del lugar que ocupaba y que estaba amparada esa empresa por setenta y dos horas. Cuando una Autoridad lo decía, seguramente que debería tener en su poder la petición de informes. Incontinenti acudimos al juzgado de distrito y se nos informó que no habia tal amparo. Segunda mentira del Presidente Municipal Sánchez.219
hasta que llegaron a un indiscreto que estaba cerca y eran éstas: “Don Francisco Beas ha dado quinientos pesos para ayuda de la recepción del Gral. Ávila Camacho”. Esto oyó quien nos vino a contar. Todos los Regidores, inclusive los que pretendían defendernos, salieron del salón de cabildos sin decir una palabra, nada pudieron hacer ante las prodigiosas palabras del diputado Vega, y nuestros amigos, ni siquiera nos han vuelto a saludar.220 De acuerdo con el Heraldo Michoacano, el señor Francisco Beas pidió un amparo que justificara el que no se apoyara la corrida de toros. La misma fuente señala entre los perjudicados, además de los empresarios: …también el Sindicato de Servicios de Plaza y empleados de puertas; el Fiscal Federal, porque dejó de percibir cerca de un millar de pesos; el Fiscal Municipal porque dejaron de ingresar $250.00 del impuesto de la corrida; el arrendatario de la plaza, señor Sistos y, sobre todo esto, los cientos y hasta miles de personas que desde lejanos lugares vienen a esta corrida anunciada, Tacámbaro, Ario, Uruapan, Zitácuaro, Celaya, León, Gto., etc. sólo el general Ávila Camacho ganó, porque así resultará más lucida su recepción con los quinientos pesos que donó el señor Beas.221
Esta disputa llegó hasta el Cabildo, donde los regidores discutieron sobre la licencia de esta corrida, pero nuevamente el motivo político imperó: Algunos de los señores Regidores, al darse cuenta de la maniobra que estaba haciendo el presidente Municipal y tratando de vindicar el buen nombre del Cuerpo Edilicio, gestionaron para aclarar lo de la licencia concedida al Sr. Juan Abarca Pérez, para dar esa corrida; todos llevaban, como decimos, intenciones de que se hiciera respetar su permiso para la corrida, pero llegó el señor diputado Norberto Vega, les habló al oído y después siguieron comunicándose unos a otros los Regidores aquellas palabras del representante popular, 219
Periódico Heraldo Michoacano, domingo 25 de febrero de 1940, p. 2.
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Finalmente, la corrida no se llevó a cabo. Cierra su artículo el Heraldo Michoacano advirtiendo a la sociedad que no tenga tratos con la Presidencia Municipal, a menos que sean avilacamachistas. En 1941, Morelia conmemoró su cuarto centenario con una serie de festejos de alboroto y júbilo. La imagen de la capital estaba cambiando, se podía observar el levantamiento de edificios modernos y escuelas; el embellecimiento de jardines, el remozamiento de calles y plazas públicas; así como la regulari220 221
Idem. Idem.
t lo . la a e oro e an an zación de nuevas colonias, producto del incremento demográfico. Para el domingo 25 de mayo de 1941, lidiaron seis toros de Torrecilla los matadores Fermín Espinosa Armillita Chico y Silverio Pérez en un mano a mano que se anunció como el “¡¡cartel cumbre!!” En 1942, Morelia contaba con dos plazas de toros disputándose los espectadores: la Plaza de Diversiones Públicas de San Juan y el Lienzo Charro, ubicado en la calle de Virrey de Mendoza. Sin embargo, esta competencia duró pocos meses porque la primera sería demolida en 1943 y el Lienzo Charro fue dedicado a la charrería, para lo que fue construido y que hasta el día de hoy continúa cumpliendo con su cometido.
Félix Briones y El Empanaditas en 1942 En la Plaza de San Juan Colección particular de José Macouzet Iturbide
Cartel en resguardo en el cc3m
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El toreo en Morelia
Abandono y demolición del coso de San Juan
Abandono de la Plaza de San Juan. Colección particular Omar Guajardo
Para 1942, la administración de la Plaza de San Juan, que dio cabida a más de 100 años de espectáculos taurinos, comunicaba lo siguiente: Manifiesto que el citado edificio como tengo informes, y a usted personalmente le consta, no está en condiciones de resistir el peso de los espectadores, por encontrase materialmente en ruinas y a punto de que venga un derrumbe catastrófico que sería de graves consecuencias, por lo que expongo a usted que por cuenta de las personas que represento, no se autoriza el uso de la misma Plaza y le ruego muy encarecidamente ordenar no se dé más autorización para que sea utilizada en los términos que indico, pues repito que no nos haríamos responsables de ninguna lamentable consecuencia, rogándole a la vez tener la bondad de hacer extensiva esta súplica el H. Ayuntamiento de la ciudad, a efecto de que también no permita el uso de la Plaza y declare está fuera de servicio por las causas que indico.222 222
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ahmm, Caja: 260, Exp. 14, Leg. 1, Año: 1942.
El ingeniero municipal Jaime Sandoval, por su parte, realizó la inspección correspondiente al edificio para examinar sus condiciones, y encontró lo siguiente: 1º Las gradas de mampostería de las cinco primeras filas han sufrido asentamientos que en algunos lugares llegan hasta 30 centímetros de la horizontal original. Sin embargo, estos asientos no significan un serio peligro para los espectadores, más bien incomodidad. 2º Las graderías de madera de los palcos están prácticamente destruidos en su totalidad, la madera está deteriorada y la seguridad que tales gradas representan es nula prácticamente, por lo que no deben usarse, pues existe el grave peligro de que se venga abajo con el peso de los espectadores. 3º El muro exterior, sobre el que descansan el piso y el techo de los palcos, se encuentra desplomado en un 60% de su extensión. Este desplome se acentúa más en la parte Noreste, entre las calles 20 de Noviembre y Aquiles Serdán. En
t lo . la a e oro e an an algunos lugares el muro se ha separado de la vertical 80 cm., en su parte más alta. El desplome de este muro ha jalado las columnas de cantera del frente de los palcos, las que amenazan con caerse. En el momento en que tal cosa suceda, esa sección del muro exterior se vendrá abajo. Esta parte de la plaza está en inminente peligro de caerse. 4º Los envigados de la plaza, en su mayoría, están en malas condiciones. En muchos tramos los techos han sido reforzados con “Madrinas” en las cabeceras para evitar que las vigas se caigan. Como el edificio ha quedado más o menos abandonado, las lluvias han hecho estragos en los hormigones, observándose vegetación por doquiera sobre los techos. En las azoteas hay varias grietas, especialmente se ha separado del techo en su parte superior, produciendo un gran número de goteras.223 Los dueños de la plaza, Rafael Villagómez y Luz María Mier de Alfaro, estuvieron de acuerdo con el dictamen, y consideraron que los inquilinos que habitaban los locales bajo los palcos fueran desalojados, especialmente los de la calle 20 de Noviembre, para que no sufrieran un accidente.
La molestia pública por la inminente demolición de la plaza se hizo evidente al formarse un comité, llamado Consejo Consultivo Municipal, que postulaba lo siguiente: …que por la prensa local nos hemos enterado de que los actuales propietarios de la Plaza de Toros de Morelia hicieron reconocer ese edifico por el Ing. Jaime Sandoval, quien rindió un informe en el sentido de que los muros y pilares que soportan los tendidos de la parte noroeste esta desplomados, así como que algunas de las vigas de los citados techos están degolladas. Que como consecuencia de ese informe se mandó desalojar a los inquilinos de las accesorias de la citada Plaza; teniendo nosotros informes fidedignos de que los dueños del edificio pretenden derribarlo y fraccionar el terreno en lotes para construir casa de habitación, lo que se confirma por los pasos preliminares ha dado.224 A continuación transcribimos un documento publicado por “varios michoacanos adoloridos”:
Demolición de la Plaza de Toros de San Juan. Colección particular Jesús García Tapia 223
ahmm, Caja: 260, Expediente: 14, Legajo: 1, Año: 1942.
224
Idem.
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El toreo en Morelia Al ciudadano presidente municipal Estimado señor: Ya habrá Ud. Visto todo lo que se dice de la plaza de toros de esta; esperando tome usted empeño y contando con la valiosa ayuda del sr gobernador y cámara de diputados para que construyan us. plaza a satisfacción, por habernos demolido ha ocultis sin que me diera cuenta, el público, autoridades solo el vecindario por las tolvaneras que perjudico gravemente a esos habitantes, sin darlas cuenta la autoridad que usted preside, para haberla suspendido, si no que ya cuando estaba las paredes que lindan con las calles que ya no podían ocultar la destrucción y entonces se tramito la suspensión dijo el autor: me rio del pendejo gobernador y secuases hay tengo al juez de distrito que sobre ellos la tumbo, porque una propiedad, particular jamás se encuentra ni se impide su destrucción por ser propiedad de uno. Ahora yo digo; que más propiedad que las tierras, los edificios que actualmente están en servicio; fueron secuestrados; hoy esa plaza que bastante falta le hace al público y más al gobierno que en ellas verificaba sus fiestas, agasajos y el bien para las escuelas, parvulitos que no podían ir usarlo, por su edad quitarles ese cupo para casarse. Piénselo bien Sr. Presidente; pues hay muchos campos para exigir la repongan a satisfacción, como en Guadalupe de
piedrita, Campo Manuel López, lugar donde se han hecho las exposiciones y también en los ex cuarteles en las rosas, porque el tal coleadero es completamente irregular y jamás se podrá ser un coso solamente empezando de nuevo la construcción. Este comité invitaba a los propietarios de la plaza de toros a que invirtieran en el edificio para que no se realizara la demolición, o en su defecto, que el H. Ayuntamiento pudiera hacerse cargo de dicha propiedad y remodelarlo para un buen funcionamiento, ya que por un siglo se había disfrutado de buenos espectáculos. haga un/una convocatoria para todo el estado y vecinos para exigir que se reponga esa plaza historica y que se demolio a ocultis. También favor de fijarse y ver el perímetro que es de la plaza y que al hacer su manzana de construcción no se vayan a robar terreno de más, pero como tienen que hacer de obligación escuadra la manzana, así como les puede sacar dinero, Fíjese Ud. En todo y si lograra Ud. Triunfar que no lo dudo y al Gran General L. Cárdenas toma carta en esto dejara Ud. Un recuerdo benéfico para el estado en este suceso varios michoacanos adoloridos. Morelia, Noviembre de 1943.
Construcción del Hotel Presidente en el antiguo predio de la Plaza de San Juan. Colección particular José Macouzet
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Capitulo III El Rancho del Charro
Doce años de toros en Morelia
E
l Rancho del Charro es un lienzo que está ubicado fuera del Centro Histórico de Morelia. Por ser un edificio no clasificado, pocos historiadores lo han abordado y quienes lo han hecho, lo han tratado de manera superficial. Para Francisco Xavier Tavera Alfaro, historiador michoacano, este edificio es simplemente una construcción dotada de un lienzo y un casino.225 Para Ana Cristina Ramírez se trata de una estructura prominente que se localiza al suroeste de Morelia, al pie del cerro de Santa María. Refiere que, al entrar en el recinto, encontramos:
…una imagen formada con mosaicos empotrados en la pared externa del ruedo: un jinete de sombrero ancho y engabanado que lleva atravesada delante de él a una hermosa ranchera, a la cual sostiene rodeando sus hombros con su brazo derecho. El jinete y la bella mujer van sobre un caballo, al parecer alazán, con un lucero en la frente, va al paso bajando una loma. Ella va tan lánguida como su rebozo; su brazo izquierdo cae a plomo mientras que su cabeza de cabellera rubia cuelga hacia atrás exponiendo el cuello a la mirada del jinete. Él la mira seguro con tristeza, quizá
Aspecto exterior del Rancho del Charro. Colección particular de Roberto Zavala
225
Francisco Xavier Tavera Alfaro, Paseo por Morelia: guía para el turista, 1976, p. 115.
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El toreo en Morelia
Aspecto interior del Rancho del Charro. Colección particular de Roberto Zavala
también con amor. A sus espaldas, en el horizonte boscoso, la tenue luz ubica la escena al final del atardecer o al inicio del amanecer.226 Junto a este mosaico hay una inscripción, donde se lee: Rancho del Charro, se construyó siendo Presidente de la República el Sr. Gral. de Div. Lázaro Cárdenas, debido a la labor y entusiasmo del Sr. Daniel T. Rentería y la cooperación de los Sres. Enrique Calderón, Ramón Ramírez y José Durán, colaborando también los Sres. Nahúm Pedraza, Arturo Chávez M. y Antonio Ramírez Caballero, por la grandeza y perduración del deporte nacional, Morelia Mich., octubre 12 de 1940.227 Mosaicos del Rancho del Charro e inscripción en el interior del Rancho del Charro
Al grupo de fundadores mencionado se añadieron otros como Rafael Campuzano Stark, Raúl Sánchez Calderón, Luis Ibarrola, Pastor Castro Tinoco, Francisco Páramo228 y don Agustín Carrillo, este último gran aficionado a la charrería y pilar para su desarrollo. Ana Cristina Ramírez describe las gradas y el ruedo del Rancho del Charro como: …el conjunto arquitectónico es un espacio amplio que consiste en un graderío techado circundando un ruedo de 226 Ana Cristina Ramírez, El juego del valor. Varones, mujeres y bestias en la charrería, Tesis de doctorado en antropología social del Colmich, 2005, pp. 1-2. 227 Ramírez, op. Cit., pp. 1-2. 228 Carlos Sánchez Mariscal, Nota Nacional: 87 años de los charros en Morelia, http://charrousa.com/noticias09/casama0960.html, Copyright 2009-2012 (fecha de consulta: 11 de julio de 2012).
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t lo . El an o el 40 m de diámetro el cual está unido a un área rectangular de 60 m. de largo por 12 de ancho. Una puerta abatible de lámina permite cerrar el paso entre el ruedo y el área rectangular o manga del lienzo. El piso del área de competencias es más de grava fina que de arena.229 Actualmente el lienzo es propiedad de la Asociación de Charros de Morelia. Paga ocho por ciento de sus ingresos como impuesto al Estado y tiene una iguala con la Presidencia Municipal para la presentación de espectáculos.230 Heriberto Lanfranchi complementa: “Ya desde varios años antes estaba inservible” [la plaza de San Juan] y las corridas organizadas en esta ciudad se celebraban en un lienzo charro, con cupo para cuatro mil personas, que el 13 de octubre de 1940 estrenaron Alberto Balderas y Silverio Pérez al lidiar seis toros de D. Heriberto Rodríguez”.231 Miguel Luna Parra coincide con esta fecha de apertura, así como con los antecedentes generales sobre el Rancho del Charro, pero difiere en cuanto a la procedencia del ganado que se lidió ese día, ya que afirma que las reses bravas provenían de La Punta.232 Los señores Luis de Tabique y Rogelio Ubeda, en su obra Guía de América Taurina, mencionan que el Rancho del Charro tenía un cupo de tres mil espectadores. Otros cronistas taurinos que han escrito sobre el inmueble coinciden en que tenía seis gradas, palcos y lumbreras, cubiertos con un vistoso alero de teja de barro que protegía eficazmente al público del sol y de la lluvia. Se trata de una construcción planeada y edificada para ser utilizada como lienzo charro, no como plaza de toros, así que cuando 229
Ramírez, op. Cit., pp. 1-2. Luis de Tabique, Rogelio Ubeda, Guía de América taurina, plaza de toros de México, 1955, p. 211. 231 Lanfranchi, op. Cit., Tomo ii, p. 761. 232 Miguel Luna Parra, Federico Garibay Anaya, México se viste de luces: un recorrido histórico por el territorio taurino de nuestro país, Guadalajara, Informador, Ágata Editores, 2001, p. 137. 230
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se presentaban corridas había un sinnúmero de molestias y dificultades, pero a falta de un lugar más adecuado y tomando en cuenta el éxito alcanzado con el primer festejo taurino, se continuó utilizando para este fin durante 11 años. El programa inaugural del Lienzo Charro fue el siguiente: 1) A las 11 horas se iniciará un desfile encabezado por la Reina de la Asociación de Charros Michoacanos, en el que tomarán parte los elementos que vienen de México y representantes de la Liga de Comunidades Agrarias. 2) A las 12 horas, solemne inauguración del Rancho del Charro, y realización de un programa compuesto de bailables de la Región del Sur de Michoacán, una composición poética declamada por el Prof. Lauro Benites y como número final el Jarabe Tapatío. 3) Después se organizará un desfile que pudiéramos llamar latino-americano.- Es necesario que cada una de las escuelas caracterice a un pequeño grupo de alumnos con los trajes regionales de cada una de las 21 Repúblicas Latino Americanas, debiendo llevar el pabellón respectivo.- Si no se pueden conseguir camiones suficientes, solicítense de las Comunidades Agrarias más cercanas el número de carretas y bueyes necesarios.- Los adornos de las carretas deberán ser sencillos, pero siempre con motivos sobresalientes de la República que estén representando.- En la Ciudad de Morelia funcionan 22 escuelas.- Este dato se da por si se quisiere hacer también representar a los Estados Unidos, siguiendo la política internacional que priva en América. Se sugiere que la República de México quede a cargo de los niños de los Kindergartens, para que den una nota emotiva y graciosa, además de que ya tienen los trajes apropiados. 4) A las cinco de la tarde puede celebrarse una fiesta en la Plaza de Toros, compuesta de bailables y cantos.- Las es151
El toreo en Morelia cuelas industriales, por su disciplina y contingentes, están en capacidad de presentar un festival atractivo.- Se llevarían todos los conjuntos de Mariachis de la ciudad y se haría un concurso de bailadores de Toritos de Petate. 5) De las 20 a las 21 horas, podría celebrarse una velada a cargo del Departamento de Cultura Estética de la Dirección de Educación Pública.- Los más altos exponentes de la Cultura Musical tomarían parte para demostrar el estado de adelanto en que se encuentra en esta ciudad en esta Materia. 6) De las 21 en adelante, podría celebrarse una Noche Mexicana, muy bien preparada y en perfecto orden. Igualmente podría celebrarse un baile en Palacio Municipal.- Para esto, es necesario, en obvio de gastos que el Carnet musical estuviese a cargo de los alumnos de la Escuela Álvaro Obregón. Igualmente se podría realizar una audición especial, en la plaza de la Constitución, la que estaría iluminada así como los portales, conservando el material eléctrico que se utilizó en las Fiestas Patrias.233
Alberto Balderas. Archivo fotográfico del cc3m 233
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ahmm, Caja: 436, Exp. 8, Legajo: 1, Año: 1940.
El Semanario El Redondel El Semanario El Redondel, publicación dominical especializada en el ámbito taurino, se publicó por vez primera en noviembre de 1928 y se imprimió de manera ininterrumpida hasta noviembre de 1990, a excepción del periodo entre marzo de 1987 a noviembre de 1988. En su primera época estuvo a cargo de Abraham Bitar Gelaty y Alfonso de Icaza Green; y en la segunda, de Alberto A. Bitar Letayf y Alberto Icaza, por lo que hablamos de una dinastía del periodismo que duró 62 años. Este semanario taurino, el más importante de México durante el siglo xx, contó con importantes plumas como la de Clarinero, don Aurelio Pérez Sánchez Villamelón, el doctor Fernando Quijano, el licenciado José Cuarón, Conchita Cintrón, el doctor Enrique Warner, C. Madrazo, Heriberto Murrieta, Pablo Carrillo, Daniel Medina de la Serna y Luis Bonilla, entre otras. Mención especial merece el corresponsal para Morelia del semanario: don Eduardo Coló Medina, quien se desempeñaba como encargado de Investigación a Clientes Especiales del Banco de Londres y México; gracias a él tenemos las crónicas taurinas que de otro modo se hubieran perdido. Sabemos que era de constitución baja y delgada, y que gozaba de un gran respeto entre sus lectores y amigos. Se ha tomado como fuente principal para la elaboración de este capítulo porque en sus páginas narra varios episodios taurinos de la ciudad de Morelia, que tuvieron como escenario el Rancho del Charro. A las citas textuales incluidas se han anexado fotografías de distintas colecciones e información de otros repositorios, como el Archivo Histórico Municipal de Morelia (ahmm) y la Biblioteca del Centro Cultural y de Convenciones Tres Marías (cc3m). La inauguración del Lienzo Charro fue un evento que no pasó desapercibido para El Redondel:
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Silverio Pérez. Óleo de Francisco Pancho Flores, resguardado en el cc3m
Se estrenó hoy el Rancho del Charro con un festival de charrería. Cerrando los corredores del lienzo, queda formada la placita que, según se me dice, tiene un cupo aproximado de cinco mil personas y en la cual se verificó ayer, con poca entrada, la corrida inaugural. El primer toro fue muy chico. Alberto Balderas lo veroniqueó bien recortando mejor. En el primer quite ejecutó dos gaoneras muy buenas y Silverio algunas chicuelinas. Dos pares colgó el de México y luego, encorajinado por un grito alusivo a la pequeñez del socio, dio pases ceñidos rubricados con menos de media muy bien puesta, que bastó. Palmas. A su segundo lo muleteó enterado aunque sin relieve, despachándolo de dos pinchazos y una caída. En el penúltimo de la tarde vimos la confirmación de que “no hay quinto malo”. Balderas ejecutó, en varios tiempos, verónicas muy templadas y algunas gaoneras ceñidísimas. Luego chicuelineó y al rematar con un clásico manguerazo el público se volvió loco. Todavía maripo-
seó después. Cogió las banderillas y colgó un par bueno; otro estupendo y un tercero excelente. Inició su faena con ambas rodillas en tierra y siguió con pases por alto; se echó la muleta a la izquierda y dio dos o tres naturales de torero grande. Nuevamente con la derecha, ligó cuatro derechazos formidables; algunas florituras y acabó con una estocada casi entera. El toro fue nobilísimo, de carretilla, digno de la vuelta que le dieron, ya desorejado y sin rabo. Ovacionaza a Balderas, salida del ganadero, don Heriberto Rodríguez y el delirio. El primero de Silverio embestía mal, pero el texcocano lo muleteó con un dominio absoluto, y después de pincharlo dos veces, lo pasaportó al segundo intento de descabello. En el cuarto de la tarde no le vimos sino varios doblones brutales, orteguísticos. Acabó con dos pinchazos (con mucho cuarteo), una media y un descabello. El último fue más chico que los anteriores casi como el primero. Después de corrido se le en153
El toreo en Morelia frenta Silverio: una, dos, tres verónicas inmensas, “larguísimas”; se trae el toro desde muy lejos para pasárselo muy cerca, despedirlo muy lejos y, prendido, traérselo otra vez. Luego, varias chicuelinas buenas. Y en el primer quite, un solo lance, un “puente trágico” en el que no sabemos como pasó el astado. Balderas, en su turno, hizo su especialidad: la mariposa, Ovacionado. Y con la muleta, el hermano de Carmelo torea en genio. Fue una corta faena derechista solamente, pero ¡qué derechazos! Sencillamente inenarrables. ¡Nadie torea como éste! Hay, hacia el fin, un ligero parpadeo; luego entra a matar paso a paso y pincha. Y después, un volapié hasta el puño. Orejas y rabo del bravo toro y salida de hombros de ambos diestros. De los subalternos, se distinguió bregando y banderilleando, el Chato Guzmán. Y salimos del Rancho del Charro paladeando el recuerdo del torerismo de Balderas y del toreo perfecto de Silverio Pérez.234
Las corridas en el Lienzo Charro El Rancho del Charro, en 1940, solamente presentó dos corridas de toros: La tradicional corrida nocturna del 2 de noviembre se aguó esta vez, trasladándose su celebración para hoy domingo por la tarde. La concurrencia fue escasa. Los novillos de Santa Marta, descendientes del Ilustrado, de regular tamaño. Se arrancaron de largo a los caballos, pero todos sacaron feo estilo para los de a pie. Chicuelín lanceó con aplauso a su primero, ejecutando luego, al quitar, ceñidos faroles de rodillas: colgó par y medio y después de ser toreado en el último tercio, acabó de un pinchazo y una media bien puesta. Vuelta de carrerita. En su segundo hizo una faena voluntariosa, con detalles plausibles: mató de dos pinchazos y una bien colocada. Torero de clase, de voluntad, de público, recibió entre ovaciones, la oreja. Blando, que sufrió una maroma en el que abrió plaza, no hizo nada en su primero, que embestía muy mal; lo mató de dos enteras. En el quinto muleteó muy enterado y muy torero. No lo aplaudieron como mereció. Terminó de dos pinchazos y una delantera. Guerrita trabajó con inteligencia en el difícil tercero, al que pasaportó, después de un pinchazo, de una estocada delantera. Vuelta al ruedo. En el último nada vimos digno de mención, a no ser las fatigas de Guerrita para matarlo, dentro de una escena de capea por la gente que, como siempre, se tiró al ruedo antes de terminar la corrida.235 La primera corrida del año siguiente fue un lleno completo; en ella originamente se había anunciado la presencia del matador Alberto Balderas, pero falleció antes de la fecha y fue reemplazado por David Liceaga. Al respecto, El Redondel narró:
David Liceaga. Archivo fotográfico del cc3m 234
El Redondel, El periódico de los domingos, 20 de octubre de 1940, “Cada uno en un toro, se lucieron en Morelia, A. Balderas y Silverio”, p. 4.
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El Redondel, El periódico de los domingos, 16 de noviembre de 1940, “No se efectuó el día dos la tradicional corrida de Morelia”, p. 4.
t lo . El an o el La corrida de ayer (2 de enero) se verificó con un lleno completo. En sustitución de Alberto Balderas, vino David Liceaga ya que este primero había fallecido en el redondel. Muerte que fue muy sentida en el ámbito taurino y que en memoria a El torero de México, “todos los toreros hicieron el paseíllo montera en mano, llevando luto en el brazo derecho. Antes de salir el cuarto toro Jesús Solórzano pidió un minuto de silencio. Coincidencia impresionante: en aquello momentos, sólo se escuchaba en la plaza el doblar de las campanas de un templo cercano. ¡Descanse en paz Alberto Balderas!” A su primero le hizo una faena reposada, y lo mató de una media muy bien puesta. Vuelta y salida al tercio. En el tercero dio algunas buenas verónicas; empezó muleteando por alto, bien, y luego sin mayor relieve, pero tranquilo siempre y para acabar necesitó de media tendida, tres pinchazos sin soltar y una casi entera. En el quinto, después de unos cuantos pases, mató con una punzadura poco profunda y media caída. El público quedó muy satisfecho de su actuación. A su primer enemigo Liceaga, le propinó unos cuantos pases por abajo, con miras a la muerte, la que logró a la primera estocada. En el cuarto, nada le anotamos, excepto unos trapazos y el bajonazo final. En el último, banderilleó, siendo bueno el segundo par; con la muleta, doblones a granel, para terminar con un estoconazo fulminante, hasta el puño, que fue lo mejorcito que se hizo en toda la tarde. Las cuadrillas pésimas; largos ratos de espera tuvimos antes de que los peones se decidieran a correr a los Matancillas. Por lo reciente de la tragedia nos explicamos tal cosa, sobre todo en los ex subalternos de Balderas. Y como siempre, Barana se señaló por los bárbaros lanzazos que puso, bastante lejos de su lugar.236 El 5 de febrero de 1941, un día lluvioso y ventoso, se celebró la tradicional 236
El Redondel, El periódico de los domingos, 5 de enero de 1941, “Chucho Solórzano sorprendió a sus paisanos el día 1º con su torerismo y su seguridad”, p. 2.
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Fermín Espinoza Armillita. Archivo fotográfico del cc3m
corrida, con toros de Coaxamalucan. Refiere el periódico que hubo lleno en las gradas de sol, y regular en las de sombra: Los toros de Coaxamalucan, excepción hecha del sexto, que sacó nervio y se revolvió siempre en un palmo terreno, fueron unos benditos. Los tres primeros, sosos y quedados al final y muy suaves y manejables, aunque tardos, el cuarto y el quinto, sobre todo aquél. Armillita, que sustituyó a Silverio, ligó, en el abrió plaza, varios templados naturales izquierdistas y mató de una casi entera. Después de habérsele hecho tirar la oreja, dio vuelta al ruedo. En el tercero le anotamos una verónica magnífica, un par muy bueno y cosa rara, dos malitos. Con la franela, tocaduras de pitones, que entusiasman; dos pinchazos, un cuarto de estoque bien puesto y un descabello. En el quinto ejecutó verónicas aplaudidas; clavó tres grandes pares. Empezó una faena con buenos derechazos, siguió con toreo para las 155
El toreo en Morelia
Fermín Espinosa Armillita. Óleo de Francisco Pancho Flores, resguardado en el cc3m
galerías, del que sobresalió un rápido molinete de rodillas, y después de pinchar cuatro veces, terminó con media bien colocada. Fue ovacionado al salir de la pla237 za. Mató a su primero de una casi entera, tras unos cuantos pases por abajo. En el cuarto lanceó, en varios tiempos, estupendamente: verónicas de seda, suavísimas, recreándose y recreándonos al ejecutarlas. Un hubo faena propiamente, sino, en pinceladas, derechazos templadísimos y pases por alto completos. Mató de dos pinchazos, un metisaca, una media y, después de varios intentos, un descabello. En el último macheteó sin lucimiento y ayudado de los peones y estuvo mal matando, pues solo lo logró tras varios pinchazos.238
237 El Redondel, El periódico de los domingos, 9 de febrero de 1941, “Fermín ovacionado, Chucho toreó bien con capote y muleta”, p. 2. 238 Idem.
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Para el 19 mayo de 1941, con motivo de la celebración del cuarto centenario de la fundación de Morelia, se presentó un cartel muy atractivo: el matador Fermín Espinoza Armillita y Francisco Paco Gorráez, con toros de Piedras Negras. El tiempo fue malo, pues estuvo lloviendo a partir del segundo toro… [los astados] fueron en lo general chicos y sacudidos de carnes. El primero resultó noblísimo y manejable; suave y bravo el segundo; con cierto nervio el último y sosos en extremo los demás. Armillita ejecutó aplaudidas chicuelinas en el lucido primer tercio del que abrió plaza, en el que Gorráez fue ovacionado también en su quite a capote recogido. Colocó con precisión matemática tres pares de banderillas y muleteó cerca, con completo dominio y dando algunos buenos pases, habiendo matado de un pinchazo y una entera vuelta al ruedo. En su segundo hizo una faena confiadí-
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Fermín Espinosa Armillita. Óleo de Carlos Ruano Llopis, resguardado en el cc3m
sima, aunque sin relieve, y terminó con un tercio de estoque y un descabello al segundo intento. En el quinto anotamos dos grandes pares de Juan. Fermín trabajó concienzudamente con la muleta, pero faltó la liebre para el guisado; se puso pesado al matar, ya que pinchó cuatro veces y acabó casi con una entera. Gorráez toreó de capa al segundo, entre el entusiasmo de la gente: lo muleteó corajudamente, bajo la lluvia, y mató de dos pinchazos y una media. En el cuarto, a base de obligar logró derechazos y por alto, ceñidos, destacando dos de pecho belmontinos. Después de cuatro pinchazos y mil fatigas, se deshizo de su enemigo de una casi perpendicular. En el último toreó cerca con el capote, bailó desaforadamente con la franela y terminó con un estoconazo hasta la bola.239
El domingo siguiente, por lluvia, se suspendió la corrida,
El Redondel, El periódico de los domingos, 23 de mayo de 1941, “Armillita estuvo bien el primero y Gorráez desigual”, p. 4.
240 El Redondel, El periódico de los domingos”, 1º de junio de 1941, “Una buena tarde de Armillita y de Silverio en Morelia”, p. 6.
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…ante la insistencia de los más empedernidos aficionados de ésta y de los que vinieron de fuera se verificó al fin en familia y con una hora de retraso. Los toros de Torrecillas, excepción hecha del cuarto, que fue chico, fueron de buen tamaño, gordos y fuertes. El primero llegó algo quedado a la muleta; el segundo y el tercero sacaron muy feo estilo para los de a pie y salieron siempre sueltos de las varas; el cuarto, muy abanto al principio, llegó bien al tercio final; el quinto, de mucho poder, se marchaba después de cada pase, y el último fue noble y bravo a carta cabal, valiéndole a su dueño una ovación y un paseo en hombros por el ruedo.240
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El toreo en Morelia Armillita lució al abrir plaza, y Silverio […] Colgó un par, otro magnífico y uno muy bueno, se estiró en algunos pases; trasteó y luego… mató de un pinchazo, una media delantera y, con algunas fatigas, un descabello. En el tercero anotamos dos buenas puyas de Mota. El de Coahuila peleó brevemente con su enemigo, al que pasaportó de una media bien puesta. Al quinto le puso tres pares perfectamente colocados y, sujetándolo con muleta-garra, le hizo una faena completísima, con naturales, derechazos, por alto, etc. con un dominio y un señorío absoluto; mató de una entera y cortó orejas y rabo, recibiendo entusiastas ovaciones. Silverio propinó al segundo sus típicos doblones y lo despachó de un pinchazo y una caída. En el cuarto. Armillita hizo un buen quite por chicuelinas; el texcocano toreo bellísimamente con la franela, dando algunos derechazos formidables. Tras dos pinchazos entrando muy bien en el segundo, terminó con una estocada desprendida. Vuelta y salida a los medios. El bonísimo último, mientras Armillita quitó con aplaudidos faroles, Silverio nada hizo con el capote. Pero con la muleta vino lo grandioso: un faenón inenarrable, en el que, con esa derecha inigualada que tiene el hermano de Carmelo fue bordando pases y pases de maravilla, a un milímetro de los pitones, embriagándose de torerismo, de sabor, de “silverismo” puro. Después de señalar un pinchazo, siguió en el mismo plan insuperable y mató luego de una estocada defectuosa. Orejas, rabo y salida en hombros. El escaso público salió satisfechísimo de la corrida.241 El 30 de septiembre de 1941, …la tarde fue lluviosa y la entrada escasísima, debido, más que todo, a la pésima calidad del ganado, de Palmitas. Los novillos segundo y cuarto no resultaron malos, pero en cambio sus hermanos lo fueron a más no poder. Habiendo actuado el domingo en novillada postinera en 241
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Idem.
José Antonio Mora, El Chato. Archivo fotográfico del cc3m
El toreo, no sé cómo vino a torear tales bueyes al Chato Mora, muchacho que inició aquí su carrera. Estuvo enterado y con sitio en la plaza, pero para matarlos, como era de esperarse, pasó fatigas y oyó avisos. Se desquitó, sin embargo, toreando estupendamente de capa al último, ganándose entusiasta vuelta al ruedo y salida en hombros al final. Su alternante, Miguel Chávez, necesita más calma y entrenamiento; no hizo cosa mayor, sobresaliendo solamente la estocada que pudo atizarle al cuarto, que también le valió la salida en hombros. Los muchachos subalternos harto hicieron saliéndoles a tales enemigos.242 Para el día 2 de noviembre, Día de Muertos, se efectuó la tradicional corrida nocturna: …cumplió en este año, cien de celebrarse, lidiándose toros de la cercana ganadería de Santa Marta. Carnicerito le puso a su primero, chico y quedado, cuatro 242
El Redondel, El periódico de los domingos, 5 de octubre de 1941, “El Chato Mora pasó fatigas en Morelia lidiando bueyes”, p. 2.
t lo . El an o el pares de banderillas, muy expuesto el último de cortas. Con la franela toreó para las galerías y mató de una buena estocada. A su segundo, de pésimo estilo, le colocó un puyazo formidable. Carnicerito peleó bien con él y lo despachó de un pinchazo y una media. En el quinto, manejable, volvió a banderillear, y después de varios pases y un pinchazo, entró bien y dejó una estocada que, con varios intentos de descabello, bastó. A Fermín Rivera le tocó en primer término un verdadero marrajo, completamente ilidiable, con el que oyó los avisos de rigor y al que al fin cazó como pudo. Al cuarto le dio unos cuantos pases y lo mató de una caída, y en el último, chico y de buen estilo, toreó finamente por chicuelinas y gaoneras; con la muleta instrumentó aplaudidas riverinas, sin ligar, sin embargo, buena estocada. Alguien le dio la oreja y el rabo y, como ya va siendo costumbre con todos los que torean aquí al último, lo sacaron en hombros. Las cuadrillas trabajaron furiosamente toda la noche, mareando a los toros con sus innumerables capotazos.243 Don Octaviano A. Román, de la Peña Taurina Sol y Sombra, informa y puntualiza: A los 9 años, cuando mi padre me llevó por primera vez a presenciar una corrida de toros en la vieja plaza del Rancho del Charro de mi natal ciudad de Morelia, Michoacán, México, sentí el poderoso peso de la afición taurina. Lo que más llamó mi atención fue el observar la pasión con que el público se contagiaba cuando los toreros ejecutaban las suertes de la tauromaquia frente a la furia de los enormes toros de lidia, y el miedo de los impredecibles resultados causados por la anticipación del entronque entre el torero y el toro sobre el transcurso de la lidia.244 243
El Redondel, El periódico de los domingos, 9 de noviembre de 1941, “Carnicerito mató bien y Fermín tuvo de todo en Morelia”, p. 2. 244 Octaviano A. Román, San Francisco, Peña taurina: sol y sombra. Los clubes taurinos son el alma de la
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Ricardo Torres. Archivo fotográfico del cc3m
En 1942 los encabezados de los periódicos informaban: el presidente de México declaró la guerra en contra del Eje formado por Alemania, Italia y Japón, el 22 de mayo. Lo anterior, con el pretexto del hundimiento, por supuestos submarinos alemanes, de dos navíos petroleros mexicanos: El Potrero del Llano –donde perecieron cinco marinos– y El Faja de Oro,245 en la Bahía de La Habana, Cuba. La mayoría de la población apoyó esta declaratoria y el país entró a la Segunda Guerra Mundial. A pesar de todo esto, Morelia continuaba con festejos taurinos. En septiembre de ese año: Carnicerito mató a su primero, cegatón y quedado, de un pinchazo, un tercio de estoque y un descabello al quinto golpe. A su segundo, que fue bravo y pequeñito, le puso tres pares de banderillas, dos de ellos, buenos de cortar, con la muleta, empezó con pases ceñidos, luego vinieron sus indispensables arrodifiesta brava, http://www.sfsolysombra.org/noticias/ fiestabrava.html (fecha de consulta: el 11 de julio de 2012). 245 Blanca Torres Ramírez, Historia de la Revolución mexicana 1940-1952, México en la Segunda Guerra Mundial, Colmex, México, 1988, p. 89.
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El toreo en Morelia llamientos, y terminó de un pinchazo y una media, entrando con un sombrero, entusiasmando así a las galerías, que lo premiaron con oreja, vuelta al ruedo y salida a los medios. Zepeda no hizo cosa de provecho en toda la tarde. A su primero, bastante bravo y que fue aplaudido en el arrastre, se lo echaron a perder en varas; con la franela, fue toreado el tehuano. En el cuarto también pasó desapercibido. Menos mal que estuvo breve con la espada. Güerita toreó el quinto y el sexto. En aquél, un tanto soso, mostróse enterado, y lo pasaportó de una media bien puesta, después de otras dos punzaduras y al último, muy bravo y manejable, lo veroniqueó con lucimiento; quitó por gaoneras; dio buenos pases y, aun cuando pudo haber hecho más, demostró mucha tranquilidad, conocimiento y torerismo. Terminó con una media tendida. Salió en hombros.246 El domingo 25 de octubre de 1942, se publicó en el periódico El Redondel: “...En Morelia, plaza del Charro, actuarán con Santines también Silverio y Ricardo Torres... La República entera se tauroniza y sólo falta que nuestros ases se arrimen, lo mismo en las plazas chicas que en las grandes para dejar contentos a todos los públicos”.247 Sobre esta corrida, el mismo periódico reseñó el 8 de noviembre siguiente: ...nada verdaderamente digno de mencionarse vimos en toda la tarde. Los toros de Santin, codiciosos con los caballos, acabaron quedados, el segundo de ellos sobre todo, por excesivo castigo de los picadores. Como no fueron mansos, se hubieran prestado a mayor lucimiento de los toreros si éstos hubieran puesto empeño en complacer el público, que en regular número asistió al festejo. Sil246
El Redondel, el periódico de los domingos, 14 de septiembre de 1942, “Carnicerito cortó oreja por entrar a matar con sombrero”, p. 4. 247 El Redondel, el periódico de los domingos”, 25 de octubre de 1942, “muchas corridas se van a verificar en la república”, p. 2.
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verio exhibió toda la tarde su personal mandanga en forma desesperante. Solo le recuerdo, digno de su nombre, dos chicuelinas. Ricardo Torres, su alternante, no expuso sino relativamente en sus dos últimos toros, que no se presentaron para cosa mayor. También hizo un buen quite por apretadas y bellas gaoneras.248 El 5 febrero de 1943 se anunció una novillada donde actuarían los jóvenes diestros Rafael Osorno, Félix Guzmán y el Chatito Mora, lidiando novillos de Heriberto Rodríguez. La prensa informó: Rafael Osorno, Félix Guzmán y el Chato Mora se las entendieron, cumplieron en lo general, …habiéndose prestado el cuarto y el sexto de ellos, al lucimiento de los toreros. Rafael Orosco, después de una lidia vergonzosa a su primero, oyó los avisos de rigor, descabellando a su enemigo antes de ser vuelto al corral, en medio de justificada bronca. En su segundo tampoco expuso, a pesar de que el novillo fue bravo y pequeño, y redondeó así una tarde fatal. Félix Guzmán, que trajo grandes deseos de agradar, procuró sacar partido de sus dos toros y lo logró, especialmente en el segundo más que en el cuarto, que fue de difícil lidia e insuficientemente picado, a juicio de este corresponsal. El Chato Mora, tan voluntarioso como siempre, se esforzó por corresponder al cariño que le tienen ya los aficionados de Morelia. Pasaportó a su primero, un buey difícil, con todo acierto y habilidad, mandándolo al destazadero de media que mató sin puntilla y le valió la vuelta al ruedo, y aprovechó debidamente la bravura [del] sexto, en él que con capa, banderillas y muleta se lució ampliamente, habiendo salido de la plaza de hombros.249 248 El Redondel, El periódico de los domingos, 8 de noviembre de 1942, “tarde gris de Silverio Pérez y Ricardo Torres en Morelia”, p. 6. 249 El Redondel, El periódico de los domingos, domingo 14 de febrero de 1943, “Éxito de Chatito Mora y fracaso de Osorno en Morelia”, p. 4.
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Rafael Osorno. Archivo fotográfico del cc3m
Nota curiosa, en mayo de 1943 el periódico El Redondel publicó: ...Con modesto resultado económico, pero con notable éxito artístico, se celebró ayer el festival de beneficencia organizado por las señoras de Sañudo y de Ibarrola. Bajo el reinado de un grupo de guapas manolas, conocidos aficionados dieron alegre y divertida lidia a 5 becerras de Santa Marta, que denotaron casta y bravura. La primera de ellas fue lidiada por la señorita Elodia Trujillo, que hizo su presentación. Se trata de una muchacha de agradable figura, que tiene cierta idea y disposiciones para el toreo. Las restantes recibieron muerte simulada de Mario Novoa, Antonio Sañudo, Germán Caballero y Mario Herrejón, habiéndose llevado la palma Sañudo, especialmente porque cuajó una tanda de buenos muletazos. De sobresaliente actuó Manuel Solórzano, primo de los diestros Jesús y Eduardo, que causa el buen estilo de la casa. Los banderilleros, Miguel Herrejón, Ger-
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Félix Guzmán. Archivo fotográfico del cc3m
mán Figaredo, Eduardo Laris Iturbide, Tarsicio Padilla y Antonio Oseguera cumplieron la “promesa formal de no correr”, habiéndose distinguido Eduardo Laris, que dio lucidos lances y puso un estupendo par, después de prepararlo como cualquier famoso coletudo. Manuel Herrejón y Primo Torres, los picadores, cumplieron su cometido sin caerse del caballo. Lo más curioso, aunque lamentable del festejo, fue el par de banderillas que se colocó –una por delante y una por detrás– Antonio Oseguera y el héroe indiscutible de la jornada resultó ser Tarsicio Padilla, que hizo el Tancredo de pie, de rodillas y acostado; sufrió innumerables revolcones y se pasó entre las patas de las becerras.250 Sobre la tradicional del 2 de noviembre, sólo poseemos datos que aportan lo siguiente: en noviembre... 250 El Redondel, El periódico de los domingos, 16 de mayo de 1943, “Detalles sorprendentes en un festival celebrado el domingo último en Morelia”, p. 4.
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El toreo en Morelia
Manolas en el Rancho del Charro. Archivo fotográfico del cc3m
…se celebró una novillada en la plaza del Rancho del Charro, en la que Juan Ponce de León y José Luis Almanza debieron dar cuenta de dos novillos y seis becerras de don Carlos Ponce de León. Se lidió un solo novillo, el cual fue muerto por el primer espada, quien tuvo algunos aciertos en la lidia. El segundo no fue lidiado, lo que acusa falta de formalidad en la empresa, muy censurable, porque esto es lo que ha venido retrayendo al público de Morelia. En la lidia de las becerras se distinguió, sobre todo, un muchacho de nombre Rodolfo García, que tiene idea, facultades y afición para sobresalir en el toreo. Como su ilustre tocayo, el gran Califa, nació en León. También tomaron parte en el festejo Joaquín Tapia, Reveriano Rojas y Alfonso Gutiérrez. El ganado fue bravo.251 El 9 de abril de 1944 Nacho Pérez (hermano de Silverio Pérez) y Paco Rodríguez torearon novillos de San Pedro de Almoloya. “Paco Rodríguez nada hizo digno de mención en ninguno de sus dos adversarios. Se le vio desganado y torpe, contra lo que era de esperarse, dadas sus facultades”.252 Por su
parte, “Nacho Pérez estuvo regular con el capote y en los quites e hizo una faena con pases de alguna calidad, pero no como pudo haberla realizado, dadas las condiciones de su enemigo, con el que terminó mediante un pinchazo y una media bien colocada. Se dice que la entrada fue regular apenas”.253 A finales de este mismo mes, se lidió una corrida en la que los toreros Luis Briones y Luis Procuna estoquearon novillos de la ganadería de Guayabé. Toros que salieron escasos de lucimiento por su debilidad y pequeñez. La corrida inició una hora después de anunciada, lo cual provocó una violenta reacción del público, que arrancó “las tejas que cubren las lumbreras y las lanzó por millares al ruedo. Briones y Procuna hicieron el paseo en ambiente hostil”.254 El corresponsal de El Redondel, anotó lo siguiente: La cosa se compuso. Briones, de manera especial, estuvo valiente y voluntarioso toda la tarde. Lidió con lucimiento a su primer adversario, entendió y dio adecuada lidia a su segundo y obtuvo completo triunfo en su último, al que veroniqueó muy bien; le dio unas chicuelinas de las suyas, que ya es decir,
251
El Redondel, El periódico de los domingos, 7 de noviembre de 1943, “Se consumó ya la demolición de la plaza de Morelia”, p. 2. 252 El Redondel, el periódico de los domingos, 16 de abril de 1944, “Apenas si Nacho Pérez pudo lucirse en su primer enemigo”, p. 4.
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253
Ibidem. El Redondel, El periódico de los domingos, 7 de mayo de 1944, “Briones cortó oreja en Morelia y Procuna fue muy aplaudido”, p. 5. 254
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Luis Procuna. Archivo fotográfico del cc3m
mientras Procuna se bailaba algunas orticinas, y le hizo una buena faena que entusiasmó al público. Principió de rodillas con dos ayudados en verdad valientes y ajustados; le dio magníficos y ligados derechazos; continuó con los rodillazos para terminar con bellos adornos. Pasaportó a su enemigo de una estocada algo caída que surtió rápidos efectos y se llevó la oreja, dio dos vueltas al ruedo y salió al centro a agradecer la ovación.255
Luis Briones. Archivo fotográfico del cc3m
canzado algún lucimiento y aun dado la vuelta al ruedo y El Ticho también trató de cumplir y lo consiguió en parte, dada la mansedumbre de su enemigo. La entrada fue bastante buena.256 En noviembre de 1944 debutaron tres aficionados: Adolfo Tapia, Pepe Luis Almanza y Rubén Nieto, quienes lidiaron astados de Palmillas.
Se lidiaron solamente dos toros, bravo el primero de ellos, y los otros dos fueron devueltos al corral por mansos, el segundo de los Zepeda después de haberse lidiado parcialmente. El Tehuano se esforzó en su primero, habiendo al-
Los novillos fueron bravos y encastados, sobresaliendo el precioso berrendo lidiado en segundo lugar. Adolfo Tapia pasó fatigas con su primero, en el que oyó avisos, pero se desquitó en el cuarto, al que veroniqueó bien y le hizo una muy estimable faena, que coronó con un estoconazo, en el que se entregó con muy buena impresión. Pepe Luis Almanza tuvo actuación muy semejante. No pudo con el segundo, el bravo novillo de tan bonita estampa, habiendo oído también, avisos, cortando, en cambio, la
255 El Redondel, el periódico de los domingos, 7 de mayo de 1944, “Briones cortó oreja en Morelia y Procuna fue muy aplaudido”, p. 5.
256 El Redondel, el periódico de los domingos, 8 de octubre de 1944, “Pésimos toros de El Pedregoso de los que sólo dos se lucieron”, p. 4.
El 30 de septiembre se anunció una corrida mixta, con Edmundo Zepeda y Mauricio Mendoza El Ticho como espadas, y con toros de El Pedregoso:
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El toreo en Morelia
Edmundo Zepeda. Archivo fotográfico del cc3m
oreja del quinto. Hizo una buena faena y se deshizo rápidamente de su enemigo. Rubén Nieto cumplió con el primero que le tocó en suerte y dio lidia completa al último. Este muchacho tiene porvenir, como lo tiene a mi juicio, Adolfo Tapia. En su faena al sexto, dejó ver Nieto la preocupación de los toreros actuales de pasarse a toda costa al toro y aun cuando no remata bien sus pases, tiene evidentes posibilidades con la muleta. Mató bien y fue sacado en hombros. Entre las infanterías, se distinguieron Ezequiel Mendoza El Sastre, banderillero local muy estimado del público; Rafael Bejarano, que tiene madera de buen peón y Joaquín Tapia. Un hermano de Paco Herros, conscripto, colocó a petición del público un buen par de banderillas. El público seguramente desconfiado ante los fiascos anteriores, dejó medio vacía la plaza, pero salió contento del espectáculo. Al día siguiente, habrá una novillada en la que actuarán Cantinflas, el Chato Mora y Eduardo Liceaga.257 257
El Redondel, el periódico de los domingos, 12 de noviembre de 1944, “Fue inaugurada en la capital de
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Mauricio Mendoza. Archivo fotográfico del cc3m
El 20 de noviembre se realizó una novillada, en la que Rodolfo Ramírez (hermano del Reverte Mexicano), Adolfo Tapia y Rubén Nieto lidiaron ganado de Santa Marta. A decir del corresponsal, los novillos resultaron casi becerros, pero muy bravos, Revertito, quien debutaba: es un muchacho bullidor y voluntarioso que supo ganarse al público. Pasó fatigas con su primero, pasaportándolo de varios pinchazos y dos estocadas enteras, pero en el cuarto, fino y con temperamento, le vimos cuatro valientes faroles de rodillas; un ceñido quite por gaoneras, y una faena pródiga en lucidos muletazos, aunque en desacuerdo con las condiciones de la res, necesitando para deshacerse de ésta de numerosos pinchazos, que coronó con una estocada hasta el puño, no sin antes haber oído avisos. Parte del público lo sacó en hombros. Adolfo Tapia me gustó más hoy, que la otra vez. Entiende la lidia y ejecuta bien las suertes de capa Michoacán la temporada novillera”, p. 2.
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Cantinflas toreando en el Rancho del Charro. Colección particular de Roberto Zavala
y muleta, aunque por no poner en ellas mucho calor haya sido menos aplaudido de lo que merecía. En su primero hizo una labor completa, despachándolo de dos pinchazos y una media, y al quinto, tras de banderillearlo, lo mató de una buena estocada. Rubén Nieto, casi un chaval, estuvo regular en el tercero, y aunque el sexto hizo un gran quite por gaoneras, toreando superiormente de brazos, no pudo aprovecharlo con la franela terminando con una estocada. El muchacho puede lucir mucho cuando tenga más exigencia. Bregando y con los palos volvió a triunfar Rafael Bejarano. Los picadores sólo actuaron en el quinto, visto el tamaño de los novillos restantes. La fiesta, en conjunto, resultó divertida, siendo de desearse que los próximos carteles sean de mayor categoría.258 El 17 de diciembre de 1944, se efectuó una novillada donde El Chato Mora y Ricardo Balderas lidiaron ganado de Santa Marta, 258
El Redondel, El periódico de los domingos, 26 de noviembre de 1944, “Resultó muy lucida la segunda novillada en la capital michoacana”, p. 6.
Los toros de regular tamaño, sin ser propiamente mansos, dieron una lidia muy difícil, que echó por tierra el lucimiento de la fiesta, que lamento porque soy testigo de la afición y el celo de los ganaderos. El Chato Mora toreaba su última novillada en la tierra natal, antes de salir para Sudamérica, y demostró un enorme empeño en complacernos lo que consiguió, en parte, dada la asura de sus enemigos. Al entrar a matar al tercero, se llevó un puntazo de cuatro centímetros en la axila, del que, afortunadamente, no ha sufrido complicación. Su primero no se prestó para ser veroniqueado ni para los quites, aunque tomó las varas de rigor, recargando en la última. El Chato tomó banderillas y colocó un buen par. Inició su faena con efectivos doblones, logrando sujetar al socio, y hasta estirarse en varios derechazos; los últimos de mucho aguante y verdadero mérito. El toro fue a menos, y Mora termina con una entera y media, que surte efectos. Aplausos y vuelta al ruedo. El tercero, muy difícil, no se dejó veroniquear y sólo el sobresaliente Ramón Chávez, no pudo hilvanar algunas chicuelinas. Volvió a colocar un buen 165
El toreo en Morelia propiamente faena, vistas las condiciones del bicho, al que mata de dos estocadas y varios pinchazos.259 Con motivo de la celebración del Día de la Raza y el Quinto Aniversario de la fundación de la Asociación de Charros de Morelia, se organizó una serie de festividades. El programa estaba integrado por jaripeos, kermeses, charreadas y bailes. El domingo 13 de octubre de 1945, la Cuadrilla de Toreras apoderada por Rafael Díaz, lidió un festival incruento, …seis becerras de la ganadería de Lagunillas, de nuestro amigo don Carlos Ponce de León. El ganado fue bravo, aunque extremadamente chico. Actuaron de matadoras: Hermila López, enterada, valiente, con personalidad; Teresa Andaluz, que cosechó los mejores aplausos de la tarde y se lució particularmente en banderillas, suerte que domina a la perfección, y en la última faena, que, por cierto, tuvo la gentileza de brindarme: Ofelia Sandoval, chica que promete, y una novata, Graciela Lechuga, que se llevó un puntazo y no obstante, siguió toreando, y de banderillera exclusivamente, tarea en la que rivalizó con las espadas; Eloisa Meléndez García, que tiene madera y valor para llegar lejos. Actuó de auxiliar Mariano Rodríguez.260
Rafael Bejarano, Torrerito. Archivo fotográfico del cc3m
par El Chato, y tras de brindar a toda la plaza y de manera especial a “El Empanaditas”, el tipo más popular entre la afición local, dobla con su enemigo, da varios derechazos e intenta el natural, malográndose la faena por las condiciones de la res. Atiza una estocada entera y al volver a tirarse, recibe el puntazo en la axila, de que antes hablo, pasando dificultades para descabellar. Ricardo Balderas, seguramente contrariado, por la lidia de los toros que le correspondieron, anduvo desganando toda la tarde. No pudo veroniquear al segundo ni le hizo quite alguno. En cambio, El Chato, tras de un farol escalofriante, aguantó horrores en tres gaoneras, de muy buena ejecución. Tras de brindar a la plaza, Balderas hace una faena de aliño y termina con una estocada de defectuosa colocación, siendo cogido aparatosamente y sin consecuencia al trastear con la muleta. Al último lo veroniqueó rápidamente, pero remató con pinturarería. Sin quites y mal banderilleado, pasó a manos de Ricardo, que no hace 166
La constante concurrencia a los festivales de aficionados permitió festejos de beneficencia pública, como el realizado el 4 de noviembre para la Inspección General de Policía: Presidieron el festejo, en calidad de madrinas, las distinguidas señoritas Susana Ambriz, Teresa Arenal, Consuelo Arriaga, Victoria Borja, Victoria y Ángeles Crespo, Elvira Chávez, Lupita 259
El Redondel, el periódico de los domingos, 24 de diciembre de 1944, “Cogida de Chato Mora, que sufrió en Morelia un puntazo en la axila”, p. 4. 260 El Redondel, el periódico de los domingos, 21 de octubre de 1945, “Actuó con buen éxito en Morelia una cuadrilla de señoritas toreras”, p. 4.
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Diez, Beatriz Díaz, Mercedes González, María Eugenia López, Ninfa Navarro, Olga y Yolanda Nahmad, Lola Ockuysen, Ana Ruiz García, Alicia Ramírez, Lucila Ríos, Lola Sosa, Nena Sahagún, Teresa Villalón y Ángela Villaseñor, habiendo partido plaza la señorita Alicia Castro Tinoco, agraciada reina de los Charros. Se desarrolló un variado y sugestivo programa, en el que hubo de todo: bailes regionales; cala de caballos, lidia a muerte de un novillo de Lagunillas; jaripeo de toros y yeguas y como final, un toro embolado. El público salió contento y los organizadores alcanzaron por el resultado artístico y económico de la fiesta, el propósito que los llevó a organizarla. Por la noche, la referida agrupación ofreció un lucido baile a las madrinas, en el hall del Hotel Casino. El ambiente taurino se ha animado en Michoacán. Ya se anuncia profusamente las fiestas de Jiquilpan y Zinapécuaro, para los días cercanos al aniversario de la Revolución. Aun no se publican los carteles de la segunda plaza mencionada. En Jiquilpan, torearán Cagancho y David Liceaga, el día 19 con toros de San Mateo.261 El corresponsal de El Redondel narra que el 5 de diciembre de 1945, con buena entrada, Paco Lara y Félix Briones torearon novillos de Santa Marta, propiedad de don Maximino Chávez: El encierro resultó muy bravo, habiendo dado el último astado una pelea sobresaliente en todos los tercios. Al parecer, el ganado de Santa Marta va resultando mejor cada día. Paco Lara estuvo muy valiente con su primero, al que dio voluntariosas verónicas e hizo una esforzada faena con la muleta, que inició de rodillas y continuó en buen plan, para deshacerse fácilmente de su enemigo y dar la vuelta al ruedo. A su segundo, el más grande del encierro, le tomó cierta desconfianza y no hizo con él todo lo que era de esperarse. No obstante ha deseado buen cartel 261
Cartel taurino en resguardo en el cc3m
El Redondel, el periódico de los domingos, 11 de noviembre de 1945, “Hubo en Morelia el domingo pasado un lucido festival Charro-Taurino”, p. 4.
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El toreo en Morelia en Morelia. Félix Briones, al que siempre se ve con gusto por la verdad y pundonor con que torea, alcanzó un merecido triunfo. Estuvo voluntarioso y torero con el primero que le tocó en suerte, e hizo una lidia completa al último. A éste, que fue, como ya dije, un novillo muy bravo, lo toreó muy bien por verónicas, le hizo un estupendo quite por gaoneras; su faena fue de auténtico torero, sobresaliendo sus naturales y sus derechazos, y lo mató de una media en buen sitio. Oreja, rabo y salida en hombros.262 En 1946, se tiene constancia de la construcción de una serie de colonias y fraccionamientos de carácter residencial al oriente de la ciudad, mismas que fueron desarrolladas rápidamente, a comparación de las colonias del norte y sur de Morelia, construidas para las clases media y baja.263 El 2 de enero de 1946 se dio una corrida a beneficio de la Cruz Roja, organizada por el empresario don Hilario M. Plata, con la participación de Luis Briones en sustitución de Félix Briones, quien alternó con el novillero español Luis Mata, lidiando toros de Santa Marta: …Briones se las entendió por principio de cuentas con un novillo negro, de regulares carnes, llamado Policía que resultó muy bravo. Veroniqueó el regiomontano lucidamente, aunque con la parquedad hoy acostumbrada. Tras de la primera vara, volvió a lancear al natural estupendamente, para rematar con una medida exquisita y que fue para mi gusto, lo más artístico de la jornada. Briones condicionó su faena con cuatro pases de rodilla en tierra, muy ceñidos y que provocaban gran entusiasmo. Continuó con derechazos de buena calidad, aunque no con el aguante desea262
El Redondel, el periódico de los domingos, 9 de diciembre de 1945, “Triunfo de Félix Briones en Morelia, con corte de oreja y salida en hombros”, p. 4. 263 Claudia Bustamante Penilla, Morelia 1940-1960, una nueva arquitectura doméstica, Tesis de maestría, Facultad de Arquitectura de la umsnh, 2008, pp. 112-123.
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Luis Briones. Archivo fotográfico del cc3m
do, y se entregó a la hora final, logrando una completísima estocada que mató sin puntilla a su enemigo. En medio de muy cálida ovación, dio Briones la vuelta al ruedo, salió a los medios y cortó las dos orejas […] Por su parte, Luis Mata se las entendió con un bravísimo y precioso novillo negro meano, de nombre “Tapatío”. Lo veroniqueó con su arrojo y voluntad característicos, provocando el aplauso general. El novillo recibió con mucha codicia cuatro varas, prestándose al lucimiento de ambos espadas.264 De acuerdo con El Redondel, para noviembre de ese mismo año se organizó una novillada en la que participaron Félix Briones, Leopoldo Gamboa y Manuel Rivera; la peculiaridad consistió en que dicho evento se realizó en día lunes: Para noviembre se efectuó una novillada en lunes, lo cual rompía con la costumbre de realizarlas el domingo, con 264 El Redondel, el periódico de los domingos, 6 de enero de 1946, “Dos Luises, Briones y Mala, cortaron apéndices en Morelia”, p. 8.
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toros de “Palpa” (hoy Pasteje), siendo de diferentes tamaños y dos de ellos de raza Cebú. Cayó un soberbio aguacero resultando de esto, una entrada mala. Los diestros de la corrida fueron Félix Briones, Leopoldo Gamboa y el novillero Manuel Rivera. Este último, al que no pudo lidiar debido al desmesurado tamaño del burel, ‘Félix Briones y Leopoldo Gamboa, cumplieron aceptablemente y Rivera estuvo muy valiente en el único toro que estoqueó. Naturalmente, la afición purembe quedó francamente disgustada y con ganas de no volver a la plaza en mucho tiempo’.265 El domingo 10 de noviembre se organizó una segunda novillada postinera en la cual se disputó por primera vez en Morelia la Oreja de Plata con toros de Zacapixco, Guanajuato. Para diciembre de ese año, se anunció un sensacional mano a mano: Javier Medina El Mexicano y Jesús Gracia El Español se disputarían dos mil pesos al lidiar cuatro toros de primera clase, provenientes de la Ganadería de Begoña.266 El domingo 19 de enero de 1947, a beneficio del Sanatorio de los Pobres, y con el matador Rodolfo Gaona como director de lidia, se efectuó un festival taurino en el que actuaron los toreros morelianos Chucho y Lalo Solórzano, y los novilleros Jesús Cabrera y Fernando Ochoa Ponce de León; como picadores se presentaron los aficionados: Eduardo Rivera, Rogelio Cabrera, Rogelio Contreras y Enrique Ramírez Miguel. De banderilleros: Benjamín Ruiz, Filiberto Torres Caballero, Carlos y Antonio Zamudio y Alfredo Muñoz Santoyo. Ataviadas con los clásicos trajes de manolas, chulas y cordobesas, presidieron la corrida en calidad de reinas, las señoritas Lupita y Gloria Diez, Carmela 265
El Redondel, el periódico de los domingos, 2 de junio de 1946, “Se engañó a la afición de Morelia con falsos toros de Pastejé”, p. 6. 266 El Redondel, el periódico de los domingos, 24 de noviembre de 1946, p. 6.
Cartel taurino en resguardo en el cc3m
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El toreo en Morelia
Licenciado Enrique Ramírez Miguel. Fotografía tomada de la película propiedad del licenciado Adolfo Ochoa Sánchez
Licenciado Filiberto Torres Caballero. Idem
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José Rodríguez, Joselillo. Archivo fotográfico del cc3m
Laris, Blanca Noriega, Lupita Sánchez, María Luisa y Sarita Laris Iturbide, María Campuzano, Toya Borja y Virginia Irigoyen. Para el 5 de febrero de 1947 se anunció una corrida con Jesús Guerra, Guerrita, y José Rodríguez, Joselillo, para matar toros de Carlos Ponce de León. El ganado estuvo regular en general. En su primer toro, …Guerrita le paró en una o dos verónicas aisladas, embarullándose al final. Sin nada, de particular en quites el matador puso dos pares de banderillas, bueno el primero y regular el segundo. Su faena de muleta la inició con pases por alto, cerrando en tablas. Hubo uno de costado de calidad, pero el torillo fue a más, y Guerrita a menos, terminando todo con una estocada que mató sin puntilla. Se le aplaudió su voluntad. Con el segundo toro, más grande que el anterior, Guerrita no se acomodó con el capote, y con la muleta sólo trató de sa-
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Jesús Guerra, Guerrita. Archivo fotográfico del cc3m
lir del paso, aliñando para una estocada de rápidos efectos.267 En cuanto a Joselillo, …confirmó su fama de torero espectacular, de estilo privilegiado. Al toro corrido en tercer lugar le obsequió una excelente verónica, haciéndose después un lío con el capote y terminando de desarmado. En quites ejecutó gaoneras, sobresaliendo una magnífica. La faena tuvo un prólogo lucido: cuatro ayudados por altos ceñidos y artísticos. Continuó toreando por alto, y con la muleta en la izquierda, le llegó al toro hasta la cara, trazando naturales que no tuvieron el mérito de ser ligados, pero aisladamente hubo dos extraordinarios. Después de ejecutar “manoletinas” ceñidas, viendo a los tendidos, todo ello en distinguidos lugares, se perfiló y dejó buena estocada 267 El Redondel, el periódico de los domingos, 9 de febrero de 1947, “Triunfa actuación de Joselillo el miércoles, en Morelia”, p. 6.
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El toreo en Morelia que bastó. Se le concedió la oreja, a mi juicio benévolamente, pues si bien destacaron lances extraordinarios, la faena en sí fue desligada. En el cuarto toro, el más grande, Joselillo volvió a gaonear como él sabe hacerlo y en la faena, con el bicho hecho un marmolillo, logró extraerle ayudados excelentes, una arrucina, naturales medianos, más pases por alto, sobresaliendo algunas manoletinas y ya con el toro casi sin hacer por él dejó otra estocada en buen sitio que mató pronto. La autoridad le concedió otra oreja y fue sacado en hombros y llevado hasta el hotel… La entrada fue nutrida en ambos departamentos.268 El 23 de febrero de 1947, se anunció en el Rancho del Charro una corrida engalanada por Antonio Velázquez y Luis Procuna con toros de Santa Marta: …Cuarenta y cinco minutos antes de la corrida la entrada era superior al cupo de la plaza y momentos después de salido el primer toro, ya había aplausos para Antonio Velázquez, por unas verónicas valientes, aunque sin liga. Continuó en quites con cuatro gaoneras y media buenas a secas y, en su turno, vimos a Procuna genial, recrearse, esa es la palabra, al bordar chicuelinas de fantasía que remató con una rebolera maravillosa. Después de otros lances rápidos de Velázquez, pasamos, sin nada de particular en banderillas, al tercio final. Brinda el primer espada al público y comienza su faena con ayudados por alto, para luego citar con la mano torera dando naturales nerviosillos. Sigue con derechazos y un pase de costado y otra vez naturales que no salen muy limpios. Desgraciadamente por un desarme se frustra un pase de pecho, pero viene luego uno de costado inmenso; manoletinas de impecable factura y un 268
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Idem.
Antonio Velázquez. Archivo fotográfico del cc3m
bonito y novedoso cambio. Media estocada y varios intentos de descabello. Ovación y vuelta al ruedo. Este toro fue bravísimo y descompuso muchas veces a Velázquez por su gran codicia.269 En su siguiente toro, el matador Antonio Velázquez forja siete naturales, …en distintos terrenos y echando las manos abajo se enrosca al burel en media verónica formidable. Toma las banderillas y coloca dos pares regulares. Su faena la salpica de derechazos cumbres y de dos manoletinas tremendas y termina de un pinchazo en buen sitio y una estocada hasta el puño, que mata sin puntilla. Ovación y salida al tercio. En el quinto de esta gran tarde, le vimos al leonés una faena de crispante dramatismo, con brutales, pases de costado de espanto, que las afiladas puntas 269 El Redondel, el periódico de los domingos, 2 de marzo de 1947, “También Velázquez cortó apéndices”, p. 14.
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Luis Procuna. Archivo fotográfico del cc3m
de los cuervarios rodillazos en tierra en los que rozaban la cara del diestro, que terminó con una estocada casi hasta la empuñadura. Ovación, vueltas al ruedo, oreja y rabo.270
una estocada. La plaza blanquea de pañuelos y se le concede la oreja.271 En el primer tercio del cuarto toro, Luis Procuna...
En su segundo toro, Luis Procuna...
…ejecuta hasta seis derechazos buenos, pases por alto y en seguida, irguiendo la figura, tres fenomenales lasernistas y luego manoletinas. Parte del público ovaciona y parte permanece indiferente, lo que ocasiona una reacción del torerazo que enciende los ánimos con un cambio de muleta único. Vienen luego algunos derechazos de los suyos y, saliéndose de la recta, deja una estocada contraria que basta. La gente obliga al del mechón a dar la vuelta al ruedo, y hay petición de oreja que no se concede. No puede describirse lo que aconteció en el último tiro. Dos buenas verónicas de Luis, chicuelinas lentísimas, enormes; gaoneras trepidantes de Velázquez, media rebolera y una larga cordobesa genial de Procuna. Tres grandes pares
…brinda al público, y tras de algunos pases por alto en los que el toro se marchaba con viento fresco, llevamos una gratísima sorpresa: ver a un Procuna enterado y dominador, doblando suavemente hasta hacerse del astado. Y luego a torear. Naturales rematados por alto, ayudados, manoletinas, más pases por alto viendo a los tendidos y un cambiazo por atrás que dinamitó la plaza. A continuación, cerca del tendido de sol y bajo una lluvia de flores, echa tras la muleta y templando maravillosamente de tres sobrenaturales que liga con un forzado de pecho de verdadero coloso. En otro sitio hay dos afarolados de miles de watts, y mata de un pinchazo y 270
Idem.
271
Idem.
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El toreo en Morelia de banderillas al quiebro de este diestro, el último, por dentro, gigantesco, y la faena inconmensurable en que vertió, como en cascadas de luz, la pedrería magnificente de su arte. Toda la gama del torero resplandeció en las manos de Luis. Naturales, forzados de pecho, derechazos cumbres, cambios de muleta, afarolados, pases altos. Fue una sucesión de pinturas de inmortal colorido. Agotado ya el extenso repertorio con el público parado de cabeza y entre rugientes gritos de ¡Torero! ¡Torero! se perfila y hunde de más de medio estoque. Tarda el toro en doblar, pero cuando cae, resuena un alarido en la plaza. Y con las orejas y el rabo del burel, que fue magnífico, fue sacado en hombros Luis Procuna.272
lón, Leonor e Isabel Figaredo, Milagros Ochoa y Mercedes Buitrón. Se lidiaron seis bureles de Santa Marta, que fueron bravos, habiendo dado pelea sobresaliente el segundo de ellos.273 El primer espada fue Chucho Cabrera, “quien se lució con capote y banderillas, hizo una faena enterada y con sabor y lo mató de una buena estocada, siendo muy aplaudido”.274 El segundo toro fue “muy bravo, como ya dije, permitió a Enrique Gaona brindarnos su excepcional calidad taurina. Dio varias verónicas y una media de gran cartel, y en el quite “El Calesero” se soltó por chicuelinas extraordinarias. Banderilleó Cabrera bien, y Calesero colocó un par excelente; terminó El Zamorano con un par bien igualado”.275
Fotografías tomadas de la película propiedad del licenciado Adolfo Ochoa Sánchez
El 6 de abril, …se celebró en esta ciudad un festival organizado para recaudar fondos para la reapertura de la Facultad de Comercio de la Universidad Michoacana. Avaloró el festejo la presencia de Rodolfo Gaona, el Califa Leones y de Luis Briones El Calesero, Tacho Campos, Enrique Gaona y el conocido aficionado Chucho Cabrera, recayendo la presidencia en las gentiles señoritas María Luisa y Paz Álvarez, Blanca Noriega, Teresa y Virginia Villa272
El Redondel, el periódico de los domingos, 2 de marzo de 1947, “También Velázquez cortó apéndices”, p. 14.
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El tercer toro correspondió a Luis Briones, …a quien desde luego notamos muy enterado y volviendo por sus fueros de artista. Veroniqueó con éxito, rematando con la brionesa, y en el quite hizo la chicuelina con primor, para completarla de rodillas en un desplante de buen gusto. Calesero se volvió a encargar de 273
El Redondel, el periódico de los domingos, 13 de abril de 1947, “Enrique, el hijo de Gaona fue el triunfador en el Festival de Morelia”, p. 10. 274 Idem. 275 Idem.
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banderillear, en unión de Arisqueta y de Carlos Campuzano –aficionado local–, y los tres cumplieron bien su cometido. En la faena Briones hizo especialmente el derechazo y concluyó con una estocada caída de rápidos efectos. Ovación.276 Tacho Campos se hizo cargo del cuarto de la tarde, al que veroniqueó con gravedad y sin gran suerte, realizando un quite por saltilleras con algún lucimiento. De las banderillas se encargaron El Sastre y Calesero. La faena de Tacho fue laboriosa porque el animalito tenía un lado difícil. Campos intentó varias veces la estocada y al final acertó con el descabello.277 Juan Ochoa, entusiasta aficionado local, dio lidia al quinto del encierro. Lo veroniqueó y le dio echicuelinas con empeño, el quite quedó a cargo de Pepe Luis Almanza, quien también hizo con bastante lucimiento la saltillera en varias ocasiones. Del segundo tercio se encargaron el propio matador Almanza –quien dio la vueltecita y por aguantar demasiado salió enfrontillado– y Arisqueta, que puso un par con la boca, con fortuna. Como el enemigo de Ochoa fue chico y débil, no pudo hacer gran cosa con la muleta, pero se deshizo de él con brevedad.278 El último toro fue lidiado por Fernando Ochoa Ponce, abogado de gran afición, quien a decir de la prensa escrita: “Veroniqueó con gran finura y en el quite por fregolinas también pudo llevarse buena carretada de palmas. La entrada fue regular y ojalá que los resultados del festival hayan contribuido al fin que los motivó”.279 En este periodo el gobernador fue José María Mendoza Pardo (1944-1949). Entre otras obras, pavimentó la mayor
Juan Ochoa Ponce de León, Juanocho
parte de la capital del estado e inició los trabajos para dotarla de un nuevo sistema de agua potable. Pero cuando anunció la construcción de un teatro público relativamente costoso, al tiempo que se mantenía una política de austeridad con el sector universitario, los estudiantes protestaron en una manifestación donde murieron dos jóvenes. Este hecho provocó la renuncia del gobernador y el nombramiento de Daniel T. Rentería para sustituirlo como interino, en el lapso de agosto de 1949 a septiembre de 1950.280 Por otra parte, la crónica taurina relata que el día 21 de septiembre de 1947 Luis Procuna y Arturo Álvarez El Vizcaíno lidiaron reses bravas de la ganadería de Santa Marta. Este último contendió con el primero de la tarde, al inicio veroniqueó tres veces y media en forma vulgar y sin que se perdiera de vista en
276
Idem. Idem. 278 Idem. 279 Idem. 277
280
Enrique Florescano (coordinador), Historia general de Michoacán, Siglo xix, Vol. iii, Morelia, Gobierno del Estado de Michoacán, 1989.
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El toreo en Morelia quites. Álvarez, voluntarioso, colocó dos pares regulares de banderillas y, después de brindar al público, inició su faena, que resultó valiente pero embarullada y falta de dominio; la terminó de dos estocadas, una de las cuales atravesó al toro.281 En su segundo, El Vizcaíno realizó tres buenas verónicas y se pasó luego en los quites al astado, en gaoneras emotivas por lo ceñidas... …de su faena sobresalen algunos pases excelentes, y a continuación, con la franela en la zurda, ejecuta naturales desangelados, por lo que acude a las manoletinas, viendo al público para entusiasmar con su media estocada, que fue de efectos fulminantes. El último toro que lidió fue el más grande y fuerte del encierro, ocasionando un tumbo tremendo. No hubo nada de particular en los dos primeros tercios y con la zarga, ahora sí domina Arturo, mediante buenos doblones. Matando estuvo bien y oyó aplausos de concurso.282
sitando de dos estocadas y como nueve intentos de descabello. De todos modos escuchó abundantes ovaciones.283 A su segundo, “Procuna lo recibió con verónicas que remata suavemente, pero como no le salieron a su gusto, las repite mejorándolas y abriendo el abanico rojo de su capote nos obsequia una media de escándalo. En quites chicuelean los dos espadas: Procuna imprimiendo sabor y lentitud a sus maravillosos lances y Álvarez echándole mucho valor”.284 Del último de la tarde, reporta el corresponsal, Luis Procuna estuvo más torero. El bicho llegó al tercio final, tardó para embestir, pero ahí estaba la muleta de Luis, que supo embeberlo y centrarlo hasta lograr la ejecución de diez o doce derechazos largos, templados y de una suavidad tal, que parecían quebrarse como el delgado tintineo de una copa de cristal. Esos derechazos fueron el todo de la faena, pues a estas alturas el toro se apagó por completo. No hubo suerte matando y El Berrendito perdió otra merecida oreja.285
El corresponsal de El Redondel manifiesta el dominio de Luis Procuna sobre los toros, al narrar lo ocurrido en esta faena: Este torero de tantas facetas mostró la del valor temerario, casi suicida en su primero, incierto y gazapón, pisando terrenos increíbles y aguantando en varias ocasiones las medias arrancadas del burel en derechazos y naturales. Tanto se arrimó, que al intentar un lance al natural fue enganchado y levantado aparatosamente, sin que por fortuna resultase herido. Todavía arrancó pases de un aguante brutal. Desgraciadamente al matar, se le vino el mundo encima nece281
El Redondel, el periódico de los domingos, 28 de septiembre de 1947, “Buena tarde de Luis Procuna, el domingo en la plaza de Morelia”, p. 10. 282 El Redondel, El periódico de los domingos, 28 de septiembre de 1947, “Buena tarde de Luis Procuna, el domingo en la plaza de Morelia, p. 10.
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Para el 2 de noviembre, en la nocturna del Día de Muertos, …se celebró en esta ciudad la corrida en la que Silverio Pérez hizo su reaparición en la Republica, después de su inconsistente retirada de hace un año. año. Podemos dar la buena nueva a la afición y a los numerosos partidarios del gran hermano de Carmelo de que aún hay en 283
El Redondel, el periódico de los domingos, 28 de septiembre de 1947, “Buena tarde de Luis Procuna, el domingo en la plaza de Morelia, p. 10. 284 El Redondel, el periódico de los domingos, 28 de septiembre de 1947, “Buena tarde de Luis Procuna, el domingo en la plaza de Morelia, p. 10. 285 El Redondel, el periódico de los domingos, 28 de septiembre de 1947, “Buena tarde de Luis Procuna, el domingo en la plaza de Morelia, p. 10.
t lo . El an o el éste el torero de extraordinaria hondura que tanto arrebata a los públicos. Desgraciadamente en esta tarde sólo fueron breves momentos los que de gran torero tuvo Silverio, pero nos bastaron para comprobar que puede, seguir siendo, si lo quiere, el mimado torero de antes.286
arro
Por su parte, Luis Castro El Soldado toreó… …un bicho chico, negro, meano, corniapretado, al que dio dos verónicas regulares para terminar capoteando. Con dos varas en que recargó y sin quites apreciables, tras de ser banderilleado con rapidez, pasó el animalito a manos de su matador. Inició éste la faena con dos rodillazos que el público le festejó; continuó con un derechazo o remedo de derechazo, más bien dicho; intentó torear al natural y al tratar de dar un pase por alto, sufrió un palotazo, que le hizo sangrar y acabó con la poca decisión que hasta ahí había dejado ver. Castro, tras de una estocada sin reunirse, dio dos pinchazos y así logró dar cuenta de su enemigo con vuelta al ruedo, un poco forzada. En su segundo el cuarto encierro, negro, zaino, más grande que los tres primeros, El Soldado nada hizo digno de mención. Capotazos vulgares, pases de aliño y sin decisión, para dejar ver alguna habilidad y ningún arrojo al agarrar media bien colocada. Completó así este torero una de sus características actuaciones.287
El 21 de diciembre de 1947 se efectuó una gran corrida de toros con ganado de Xajay y la presentación del famoso diestro mexicano Carlos Arruza, acompañado de Luis Castro El Soldado y Gregorio García. La prensa del momento no daba constancia de la mala faena que dio Arruza. Pero en gran parte, fue culpa de los toros que le correspondieron.
El más lucido fue Gregorio García; el corresponsal de El Redondel escribió sobre su actuación: A su primero negro zaino, sin rabo, le dio buenas aunque rápidas verónicas, dada la prontitud, también, de la embestida, y remató con una media primorosa. Le hizo un estupendo quite por gaoneras y principió la faena por alto, en gran forma. Continuó con derechazos regulares, intentó el natural y en parte por el torero, y en parte porque el toro se quedaba en la suerte y lo descompone, la cosa no llega a mayores alturas. Dos pinchazos y una entera empleó Gregorio, pero éste lo obtuvo a medias y más bien para el público poco
Carlos Arruza. Óleo de Roberto Montenegro, en resguardo en el cc3m
286 El Redondel, el periódico de los domingos, 9 de noviembre de 1947, “Reaparición de Silverio en Morelia muleteando muy bien a un toro”, p. 10.
287
Idem.
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El toreo en Morelia
Foto de Luis Castro, El Soldado, en la Plaza México
exigente. Lo veroniqueó bien el potosino y le hizo un lucido quite. Ofreció banderillas a Arruza y éste colocó un gran par, Gregorio en su turno, se dejó ver y colocó los suyos con el estilo privilegiado que posee, aunque abusando un poco de la forma en la preparación de la suerte, para hacer teatro. Llegó el morito en excelentes condiciones y Gregorio inició su faena con muy buena tanda de rechazos, para olvidar enseguida el camino emprendido y dedicarse a torear para la galería, a base de rodillazos, cortando el viaje al toro. Entra bien a matar, consigue la estocada y le dan la oreja, a nuestro juicio inmerecida, para salir en hombros de algunos espontáneos.288 La economía de la capital michoacana durante el periodo 1940-1960 cre288 El Redondel, el periódico de los domingos, 28 de diciembre de 1947, “Arruza aduana al dominio de sí mismo, el dominio del toro en forma imponderable”, p. 10.
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ció en 7.9 por ciento, de acuerdo con los datos estadísticos de la Población Económicamente Activa.289 El crecimiento demográfico se hizo notorio cuando Morelia pasó de ser un espacio rural a una ciudad urbana. Dado el crecimiento poblacional, el sistema educativo se expandió y se abrieron nuevos centros educativos, como el Colegio Plancarte, el Anáhuac, el Instituto Valladolid, la Escuela Simón Bolívar y el Centro Escolar Independencia, entre otros.290 En este contexto, los aficionados a la fiesta brava en Morelia participaban en festivales, como el anunciado donde los aficionados locales Antonio Vera, 289 Rogelio Hernández Venegas, “El desarrollo del capitalismo y la urbanización de Morelia 1940-1980”, en Gustavo López Castro, Urbanización y desarrollo de Michoacán, Colmich-Gobierno del Estado de Michoacán, México, 1991. p. 264. 290 Gerardo Sixtos López, “La primera modernidad de Morelia”, en: Reflexiones sobre arquitectura y urbanismos latinoamericanos. Versión electrónica: http:// rafaellopezrangel.primeramodernidad.html (fecha de consulta: 12 de septiembre de 2012).
t lo . El an o el
arro
Jesús Solórzano Dávalos. Óleo de Francisco Pancho Flores, propiedad del cc3m
Miguel Chávez y Juan Ponce de León, se las entendieron con toros de Guayabé. En lo que respecta a Antonio Vera, por su entrada edad, falta de entrenamiento y estilo pueblerino no pudo hacer algo del agrado del aficionado, “y menos en esta ocasión, en que sus enemigos lo fueron de verdad, por la pujanza y bravura que demostraron. Así vio volver a los corrales, vivo el primero, y dio cuenta de su segundo entre la desilusión del público”.291 La prensa informó que el torero aficionado Miguel Chávez, desafortunadamente “sólo pudo tener detalles en su segundo, un verdadero toro, y tuvo que pasar trabajos con el primero que lidió”.292 El triunfador fue Juan Ponce de León, quien recibió al toro:
miado con la oreja de su enemigo y recorriendo el ruedo en vuelta triunfal salió al final a recoger la ovación de un público que vio con simpatía su triunfo.293 En enero de 1948, Jesús Solórzano se despidió en Morelia, homenaje en que la emoción y la devoción se combinaron con el torero de la tierra y el cariño de un gran público que vivió esta fiesta taurina, tan bella y tan nuestra como ninguna,294 …pudo establecerse entre el artista y su público una tan clara corriente de mutuo estímulo de recíproca admiración como en esta corrida de Morelia… Armillita, Arruza y Solórzano, os han dado una tarde inolvidable, es cierto; pero qué gran público, también, el de ese día: inteligente, generoso, entusiasta. En él abundaron los aficionados distinguidos de otros lugares y muchos paisanos del torero que se despedía de los aquí residentes, y de los que radican en diversos rumbos de la República.295
…con verónicas regulares; todavía sin la confianza que da el entrenamiento, pero como que el público lo animó, hizo un quite mejor y se creció con la muleta. Logró muy buenos pases de diversas marcas, entre los que nos gustaron especialmente, los derechazos, y como no se alargó con la espada, pues tras de dos pinchazos agarró la estocada, fue pre293 291
El Redondel, el periódico de los domingos, 11 de enero de 1948, “Se divirtieron los morelianos durante la novillada del domingo”, p. 10. 292 Idem.
Idem. El Redondel, el periódico de los domingos, 15 de febrero de 1948, “Fue apoteótica la corrida en que Chucho Solórzano se despidió de sus paisanos”, p. 9. 295 Idem. 294
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El toreo en Morelia
El matador Fermín Espinosa cortó la coleta al matador Jesús Solórzano en Morelia y en México. El terno que usó para ambas despedidas se encuentra en el Centro Cultural Tres Marías, donado por la Dinastía Solórzano.
El ganado provenía de La Punta, los toros estaban chicos y finos, pero resultaron muy bravos. Fermín Espinosa Armillita no pudo acomodarse con el primero de la tarde. “Y como el toro fue excesivamente castigado en varas, no hubo intervención posible de sus alternantes. Tampoco la faena fue cosa del otro jueves”.296 Para terminar con el torete, “Fermín empleó un pinchazo y una caída. Su labor no provocó comentarios en la mayoría. En cambio, en su segundo de la tarde, cuarto del encierro, apareció el gran torero que es el de Saltillo. Su enemigo fue bravo ciertamente”, pero lució “por la estupenda lidia que Armillita supo darle”.297
296 297
180
Idem. Idem.
A Chucho Solórzano le correspondió, en opinión del corresponsal de El Redondel, …el menos bravo del lote. No obstante, pudo Chucho, tener una lucida tarde final. Recibió a su primero con verónicas de su exclusiva; en la última hizo uso de la escultura y remató con media chipén. Quitó con adornados lances de Ortiz, mientras Arruza se echó el capote atrás, con movimiento de cámara lenta, y dio tres ceñidas gaoneras. Principió Jesús su faena con el pase de la muerte, y la continuó por alto, derechazos, adornos y un trincherazo muy majo, para acabar con su enemigo, mediante dos pinchazos y una hasta mojarse los dedos. Ovación y salida al tercio. Al toro de la despedida lo veroniqueó bien a secas;
t lo . El an o el pero pudo cuajarle varias estupendas chicuelinas. Sus alternantes tuvieron breve intervención.298
En el sexto, Arruza: …aunque a veces no tan claro como parecía, dio lugar al triunfo apoteótico de su matador. Lo recibió Arruza con buenas verónicas y le hizo un gallardo alegre quite por las afueras, para ofrecer, después, banderillas a sus alternativas. Salió por delante chucho, seguramente por la ocasión que se celebraba, y cambio en el tercio, con precisión y estilo, que le valieron las palmas últimas que escuchara en la tarde, Armillita hizo gala de su gran cartel de banderillero en un par superior, y concluyó Arruza con un par de los suyos, en los que convierte la lidia en jubiloso y despreocupado juego. […] Así, en Morelia, a pesar de pinchar en forma que el pomo del estoque al rebotar le hizo sangrar la nariz, y de necesitar del descabello para redondear la estocada, el público concedió orejas y rabos al Ciclón.301
Mientras lidiaba, le tocaron “Las Golondrinas”. Brindó a todo el público su último toro: …rodilla en tierra, donde aguantó firme la embestida y prosiguió con derechazos, en que brillaron la naturalidad y el señorío de los mejores tiempos; cuajó algunos buenos naturales, y terminó con molinetes y adornos. Se perfiló bien y entró a matar como se debe, pero pinchó. Consumó a continuación la estocada, y le fue concedida la oreja, y asistimos entonces a la inolvidable escena de la despedida. Dio Chucho varias vueltas al ruedo, aclamado unánimemente, y varias, incontables veces, fue llamado al centro del ruedo para recibir la ovación. Tras de abrazarlo Armillita y Arruza, se retiró finalmente el moreliano, seguido del aplauso y el cariño de la tierra a la que dio fama y gloria en los ruedos de México, España y Sudamérica.299 Carlos Arruza, El Ciclón, fue memorable en su lidia: A su primero lo recibió con verónicas bastante buenas, y tomó banderillas para colocar tres pares dignos de él, especialmente el segundo. En la faena Arruza lo hizo todo, empezando por embestir, según su costumbre, ante el manso o el quedado. Lo toreó a distancia increíble; le dio naturales inusitados y milagrosos y provocó tan intenso entusiasmo que, a pesar de que pinchó una vez, se le concedió la oreja, con beneplácito general.300
arro
Se realizó una corrida en febrero, en la que actuaron el matador Luis Procuna, mano a mano con Fermín Espinosa Armillita, lidiando toros de la ganadería del propio Armilla. “Luis Procuna tuvo una buena tarde, cortando orejas y rabos en dos de sus enemigos, mostrándose precavido con el último de sus adversarios. Pero esta ocasión, lidiaron astados de la ganadería de ‘Armillita’, que resultaron terciados, pero bravos, sobre todo con los de a caballo”.302 A su primero, Armillita lo veroniqueó en cuatro ocasiones, siendo excelente la tercera, así como la media del remate, y quitó luego por chicuelinas grises. Banderillearía él mismo, dejando un par en todo lo alto y haciéndole otro de la misma calidad, cerrando el tercio entre aplausos y dianas. Acto se301
Idem. El Redondel, el periódico de los domingos, 29 de febrero de 1948, “Fermín Espinosa ‘Armillita’ se despidió el domingo pasado de la afición de la ciudad de Morelia, cortando una oreja”, p. 12.
302 298
Idem. Idem. 300 Idem. 299
181
El toreo en Morelia guido, Fermín “se lleva, la franela a la izquierda y ejecuta el natural con sobra de mando, pero con carencia de temple. Hay después manoletinas de calidad, adornos y pases de pitón a pitón, metido materialmente en los puñales. La media estocada en el propio hoyo de las agujas fulmina al socio y Armillita dio la vuelta al ruedo”.303 En su segundo, Armillita inició su faena de rodillas, …ya de pie, nos entusiasma con dos grandes derechazos, y tras un cambio, cita al natural, resultando bueno el primero, pero al intentar el segundo el burel frena y a la mitad de la suerte, tira un derrote espantoso, haciendo surgir al hábil lidiador que con agilidad cubrió la cabeza del toro con la muleta, haciéndose él solo el quite. Todavía da un molinete y termina atizando soberbio estoconazo que mata sin puntilla. Se le concede la oreja y retorna a dar la vuelta al anillo. El último toro que lidió Fermín proporcionó un tumbo de órdago y lucidamente la adornó en banderillas su matador. Puesto el público de pie, brinda a todos, mientras “Las Golondrinas” inundan de melancolía el ambiente. Su faena es con el toro menos propicio al lucimiento, no obstante lo cual Armillita hace gala de poderío, acabando de dos pinchazos en todo lo alto y una entera que mata sin puntilla. Vuelta al ruedo y ovación de día grande, devolviendo sombreros y prendas de vestir.304
se desplegó en rebolera de cascabeleros giros… El pase de pecho hizo rugir a la multitud, que también se alborotó con las sanjuaneras y los adornos. Mató de una estocada y la autoridad otorgó las dos orejas y el rabo, impresionada quizá por el entusiasmo exagerado de la gente. El segundo bicho ensoberbeció a la procunista afición de Morelia, porque ¡vaya miedo que se apoderó de Luis! A más de una aparatosa cogida de un peón que no identifiqué, no se puede reseñar nada, simple y sencillamente porque Procuna quiso estar tan lejos del toro como pudiera estarlo un pacífico habitante de la Patagonia. Siete pinchazos e infinidad de intentos de descabello necesitó Luis para deshacerse de quien le originó tan terrible descontrol.305 De acuerdo con lo que reseña El Redondel, después de la desafortunada lidia de su segundo toro, Luis Procuna volvió a lucirse con su tercero y último: …marcó una luminosa explosión de toreo pletórico de juventud, con que cuenta. Por el candente piso del ruedo, quedaron trazados los arcos, siempre perennes, siempre triunfales del auténtico pase natural, que en Luis tienen reminiscencias de pasado y promesas de porvenir. Y los pases altos, sobre todo aquel con el que inició su faena, parecía un poema sinfónico. Después, el cauce profundo del derechazo, la verdad artística de los de costado, la luminosidad de tres afarolados deslumbradores y la magia emotiva de los pases altos viendo el público. Un pinchazo y una estocada hasta el puño, coronaron la obra del artista que, llevando el terno tinto en sangre y las orejas y el rabo del burel, voló en hombros de la multitud hacia la gloria.306
Por su parte, Luis Procuna: …dio dos buenas verónicas y un remate sabroso del Berrendito, [que] hicieron sonreír a los aficionados. Ya en quites, la cosa estuvo mejor: rítmicamente templadas, dos chicuelinas marcaron la capacidad de Luis para el buen toreo. El remate 303 304
182
Idem.. Idem.
305 306
Idem. Idem.
t lo . El an o el
arro
Colorao, P. Díaz El Dictador, J. Herrera El Caporal, J. L. Farián y J. L. Irigoyen El Moreno de Sevilla.
El jueves 16 de septiembre de 1948 se presentó un festival cómico. Periódico La Voz de Michoacán, 28 de agosto de 1948
Cartel taurino, propiedad del cc3m
El 2 de mayo de 1948 se realizó un festival organizado por estudiantes. En su cartel puede leerse que se presentaron Fernando Ochoa, Wilfrido Ortiz El Chatito, Francisco Ayala El Gitano de la Villa y Valentín Reyes Ayala, El Niño de la Melena, quienes lidiaron cuatro toros de Guayabe, propiedad de Francisco Bonilla, de Celaya, Guanajuato. Fungió como director de lidia Chatito Mora. Como picadores, Enrique Ramírez Miguel, C. Arenas El Conejín, T. Campos El Berrinches y A. Pardo El Oso. Y como banderilleros: A. Cardel El Alegre, A. Espitia El Callao, E. Calderón El Duende, L. García El Torete, A. Hurtado El 10
El 30 de septiembre de 1948 tuvo lugar una corrida de toros para conmemorar el nacimiento de don José María Morelos y Pavón, en la que alternaron El Soldado, Velázquez y Procuna, lidiando astados de Santa Marta. El primer espada fue Luis Castro, El Soldado, como consigna el Semanario: …se las entendió con el primero de la tarde, negro zaino, de nombre Sortilegio. Lo recibió con buenas verónicas y remató con una media extraordinaria. Hizo el primer quite por chicuelinas regulares. Velázquez, en su turno, dio la gaonera con la verdad y sabor característicos en fuertes aplausos de la tarde. El Soldado brindó a Algara, y principió 183
El toreo en Morelia su faena con pases altos; continuó con derechazos en que no logró completar la suerte en todos ellos; se descompuso un poco al final y atizó una estocada completa, aunque con travesía. Descabelló primer intento y dio la vuelta al ruedo.307
…[El Soldado] le dio varias verónicas de extraordinaria factura, que no fueron lo suficientemente aplaudidas. Desgraciadamente pronto dejó ver el toro que se hallaba lastimado de los cuartos traseros, y a pesar de que El Soldado quiso que no lo picaran, la lidia con la muleta fue imposible y el toro fue devuelto al corral, con aprobación de autoridad y público. Contra lo que era de esperarse, El Soldado estuvo durante toda la tarde en plan de buen torero. Para mí, casi podría decir que el único que verdaderamente hizo el torero con escuela y solera.308 El segundo toro de la tarde tenía por nombre “Tabernero”, le tocó en suerte a Antonio Velázquez, quien pasó “sin pena ni gloria, pero en las fregolinas del primer quite alcanzó más lucimiento […] La faena, fue típicamente velazquista, es decir, para el gusto de quienes aprecian su toreo congestionado aunque indiscutiblemente intrépido, formado por altos derechazos, etc. Pinchó en dos ocasiones y al final acertó, llevándose una oreja que buena parte del público protestó”.309 Velázquez recibió al quinto, Cantador, negro zaino, con verónicas medianejas y su primer picador dejó enhebrada la vara en el toro. Afortunadamente le fue extraída por el peón y el bicho, un poco menos castigado de como es costumbre en estos tiempos, llegó más entero a la muleta. Así me pareció que la faena del leonés tuvo más mérito que la anterior, y se compuso, de altos, derechazos, dos de ellos muy buenos, cambios de mano y en fin, toda la gama del toreo velazquista. Volvió a cortar parte del público. Sin embargo, dio con beneplácito general dos vueltas al ruedo y se despidió en el centro del anillo con ademán de triunfador.310
Luis Castro Archivo fotográfico del CC3M
Este mismo matador, en el cuarto toro –que por cierto hizo muy buena salida– no pudo terminar la faena ya que el astado se encontraba lastimado y fue devuelto al corral: 307 El Redondel, el periódico de los domingos, 10 de octubre de 1948, “El soldado muy torero, Velázquez muy valiente y Procuna muy mal”, p. 7.
184
308
Idem. Idem. 310 Idem. 309
t lo . El an o el Con el tercero de la tarde, llamado “Coplero”,
ne la ventaja de ser un invento patentado y hecho en México; por el sistema de ozonificación por medio de oxígeno concentrado, que destruye las bacterias en frío…313
Procuna se limitó a darle tres verónicas y media, si así pueden llamarse los lances del artista de San Juan. Dejó Luis que “El Conejo” hiciera “la carioca” en dos ocasiones y por ello el toro llegó al tercio final aplomado y sin fuerzas. Poco intentó Procuna con la franela y sólo en algunos derechazos altos se lució. Desconfiado el diestro, dejó una caída, entrando de cualquier modo, y el silencio reinó en la plaza. A mi parecer, el toro fue perfectamente desaprovechado”.311 En el sexto, Cortesano negro zaino y chiquitín, Procuna dejó ver su “mandanga”. Verónicas que no lo fueron y nada en quites. El público obligó a banderillear a Procuna, quien colocó el primer par en buen sitio, y también a petición del público ofreció banderillas a Velázquez quien las igualó con acierto, aunque salió perseguido. Procuna dejó el par al final, traserillo. Con la muleta el Berrendito no hizo nada a derechas y dejó ver una desconfianza enorme. Casi llegó al mítin y se deshizo de su animal de bastante fea manera.312 Mientras esto acontecía en la fiesta brava, en Morelia la inversión tanto municipal como de la iniciativa privada se incrementaba. El lunes 15 de noviembre de 1948, a las once horas, fue inaugurada la empresa purificadora de agua “Ideal” S. de R. L., con dirección en la calle de Guillermo Prieto, Núm. 361. La prensa del momento refería: El sistema empleado por esta moderna planta ha causado una verdadera revolución en el mundo, y en las principales ciudades de los Estados Unidos está tan implantando el nuevo sistema, que tie311 312
Idem. Idem.
arro
Preventivo del periódico La Voz de Michoacán, del 20 de noviembre de 1948, p. 4
El domingo 5 de diciembre de 1948, se lidió una novillada en el Rancho del Charro para José Antonio Mora, Manuel Capetillo y Nito Ortega. Torearon novillos de Santa Marta. El primero fue para el Chato Mora, quien en el último tercio lo mató al segundo descabello.314 El cuarto, de nombre “Guareño”, era un toro negro meano y buen mozo, que permitió dos limpios cambios de rodillas a José Antonio Mora, quien continuó lanceándolo... 313
La Voz de Michoacán, 20 de noviembre de 1948, p. 1. 314 El Redondel, el periódico de los domingos, 12 de diciembre de 1948, “Fue la novillada del domingo lo más grande que ha visto Morelia”, p. 5.
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El toreo en Morelia …ya prendido el entusiasmo, por verónicas elegantes y en las que fue ganando terreno al novillo. Quitó por chicuelinas antiguas, rítmicas y ajustadas y Capetillo, gaoneó con la finura de la casa. Cuatro varas recibieron Guareño, dos de ellas de un gran picador de manos del viejo Barana y en todas embistió con poder y codicia. Le puso El Chato un buen par de banderillas y dos regulares y tras de brindar a todo el público coterráneo, en ésta su despedida local de novillero, inició la faena con varios altos. Después… el faenón a un novillo bravísimo. Tandas y más tandas de naturales, alguna de ellas de ocho, perfectamente rematados y ligados, con temple, con mando, con una verdad que es difícil ponderar y con un señorío sobre el excepcional enemigo, digno de un auténtico matador de toros. Para ceder al gusto reinante de una sola manoletina y vuelve al sendero clásico del natural y el forzado de pecho. Y cuando los tendidos aullaban, una estocada hasta mojarse los dedos, que mata sin puntilla, para recibir las orejas y el rabo y el enardecido homenaje del público renovó su fe y su adhesión a este cuajado matador de toros…315 El segundo toro, llamado “Pebetero”: …fue más grande, Capetillo lo recibió con una tanda de verónicas espléndidas pero sin llegar a la categoría de las que le dan fama. Hizo la gaonera en el primer quite, sin acomodarse por completo, y Ortega quitó por verónicas regulares. Insuficientemente castigados, fue banderilleado el novillo, pronto y bien por Casillas y Pericas y llega a manos de Capetillo, no muy propicio al lucimiento. Brinda el de Guadalajara a toda la plaza y dentro de la faena, ejecuta algunos muletazos de extraordinaria belleza: el trincherazo, el de costado, algu315
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Idem.
nos derechazos, varios naturales y trata de dominar, posteriormente a su enemigo, sin conseguirlo plenamente. Pinchó y concluyó con media muy delantera, que bastó. Aplausos. […] Capetillo se entusiasmó ante la salida del quinto, al que lanceó al natural en forma brillante, para rematar con media, espléndida y recibir una gran ovación. Hizo en seguida con su privilegiado y peculiar estilo, “su quite” por medias verónicas ligadas, deslumbrantes.316 Ortega recibió a “Cometa”, novillo negro, con verónicas valientes pero raras, que se le aplaudieron. El toro recibió cuatro varas, y en los quites: …sólo es digno de mención el que por gaoneras hizo Mora. Pide banderillas el colombiano, las reduce al tamaño de un jeme; cita en cortísimo terreno y quiebra en los cuernos del toro, que lo enfrontilla entre la emoción y el entusiasmo del público. Colocó un segundo par sin suerte. Con la plaza ganada por su arrojo, tras de brindar a unos paisanos, el colombiano inició la faena del bravísimo animal con varios pases altos, ceñidísimos. Se ajustó también en los derechazos y le levanta la gente con manoletinas suicidas –aunque no muy artísticas–; continúa con el de costado, con sernistas; se libra de varios achuchones a base de vista, y como remata la valientísima faena, con una media entregando el pecho, el público lo aclama con delirio y le concede la oreja. A Ortega correspondió el sexto, un bicho cómodo de pitones y una claridad, bravura y suavidad en la embestida que es difícil recordarle paralelo. Se llamó Caimán. Arma el escándalo Nito, mediante seis y media verónicas de espasmo. Da un tumbo el novillo y el sudamericano, hace la gaonera entre los cuernos, continuando el 316 El Redondel, el periódico de los domingos, 12 de diciembre de 1948, “Fue la novillada del domingo lo más grande que ha visto Morelia”, p. 5.
t lo . El an o el alboroto en su honor. Mora vuelve a torear por gaoneras y Capetillo, tras una saltillera en que dignificó la suerte, de la gaonera también y concluye con lances de Pepe Ortiz, realizando así el más bello quite de la tarde. Ortega, solo y casi a oscuras, realiza la postrera faena en la que dio infinidad de muletazos de todas clases y entre ellos, tres soberbios –por bien ejecutados y por el trágico sabor manoletino que tuvieron– naturales, demostrando que si tiene un valor inusitado, sabe también realizar el toreo espléndidamente. Concluye con un volapié y un descabello recibiendo la oreja y el rabo, y con El Chato Mora, sale en hombros del entusiasmado y exhausto público. Vaya un aplauso para los hermanos Ochoa que más que empresarios, han sido aficionados en el manejo de la plaza de Morelia.317
El 16 de enero de 1949 se mató una corrida de toros que lidiaron Andrés Blando, el ecuatoriano Edgar Puente y Manuel Jiménez Chicuelín, con toros de Ibarra. La prensa dejó constancia del evento: “la entrada fue desconsoladora, pero no obstante, los matadores, dentro de sus posibilidades, se esforzaron por tener una actuación digna de elogio”.318 En esta corrida, Andrés Blando recibió aplausos en sus dos faenas, como consigna El Redondel: …recibió a su primero con verónicas, en las que puso voluntad e hizo un buen quite por gaoneras. Puente, en su turno, dio chicuelinas aplaudidas. Recibió el morlaco tres varas, y tras de ser banderilleado pasó a manos de Andrés, que logró algunos buenos muletazos altos y otros con la derecha. Intentó torear al
Edgar Puente. Archivo fotográfico del cc3m
Andrés Blando. Archivo fotográfico del cc3m
317
Idem.
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Idem.
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El toreo en Morelia natural y terminó mediante una estocada calando, que bastó. Palmitas. El cuarto toro le salió muy sacudido y sin fuerza… A veces entrevimos a aquel novillero que tantas condiciones apuntaba, pero que no pudo conservar el sitio. Actualmente le falta a Blando, sobre todo, aguante. En este toro logró algunos pases dignos de mención y como se deshizo pronto de él, volvió a ser aplaudido.319
y así perdió una oreja que, por lo menos, por lo que a nosotros toca, había ganado.321 El tercer torero de la tarde, Manuel Jiménez, El Chicuelín, no tuvo buena fortuna con su primer toro, el cual era un negro zaino corniapretado:
Posteriormente le salió un toro negro listón, con edad y peso considerable, el más grande de la corrida:
…lo recibió con verónicas vulgares que no obstante, se le aplaudieron. En las chicuelinas mejoró un poco. El toro llegó a la muleta aplomado, pero sin malas ideas. No obstante, Chicuelín sin plan ni confianza, dio varios trapazos y pincha repetidas veces: oye un aviso y logra finalmente, cazar a su enemigo a la media vuelta. Silencio benévolo. Chicuelín buscó el desquite, desde luego, mediante tres faroles de rodillas en las que aguantó y armó la escandalera. Lanceó, en seguida, al natural con arrojo y entusiasmo y la plaza continuó aplaudiéndolo. En su turno Puente hizo un vistoso quite por orticinas. Chicuelín comenzó con seis pases de rodillas que provocaron un verdadero alboroto; dio multitud de derechazos, algunos dignos de todo elogio; hizo manoletinas ajustadas y siguió con naturales, pero la noche se le echó encima y la estocada se le dificultó, aunque siempre entró con decisión y logró al final una entera, por lo que se le concedió la oreja, saliendo en hombros de los entusiastas.322
Puente lo recibió con verónicas aplaudidas y realizó un estupendo quite por gaoneras. Inició su faena con dos finos ayudados por alto, y continúo por derechazos corriendo bien la mano y nos hizo gozar de tres tandas de naturales de excelente factura, en la última de las cuales, por exceso de confianza, el toro se le echó a los lomos, aunque sin hacerle daño. Tuvo poca suerte con el estoque
En febrero, torearon El Chato Mora, Lorenzo Garza y Manuel Capetillo, con ganado de Santa Marta. El Chato Mora lidió su primer toro de la tarde, de nombre “Manguito”, con verónicas en las que fue ganando terreno hasta rematarlas a la mitad del ruedo. Aplausos. En su primer quite, “hizo la gaonera con aplomo y riñones, y se llevó un achuchón que no lo amilanó… Lo dobló, y
Sobre la lidia del matador ecuatoriano, se reseñó lo siguiente: …recibió al segundo, un novillo bravito y con nervio, con un farol que prendió el entusiasmo. Continuó por verónicas bien ejecutadas, sin que sus alternantes se destacaran en quite. Durante la faena, tras de iniciarla con dos pases altos que le fueron celebrados, se dedicó a pelear con el socio hasta lograr hacerse de él. Entonces le propinó varios ayudados con aguante y arte y derechazos aplaudidos. Entró a matar con rectitud y agarró un pinchazo magnífico. Hizo después un molinete muy forzado, en que el toro lo achuchó y le dio un puntazo. Volvió a entrar con fe y consiguió la estocada. Vuelta al ruedo, ovación y música.320
319 320
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Idem. Idem.
321 322
Idem. Idem.
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Lorenzo Garza. Óleo de Francisco Pancho Flores, en resguardo en el cc3m
sin acabar de hacerse del socio dio algunos naturales estimables. Luego, en vista de que el horno no estaba para bollos, entró a matar”.323 El siguiente toro, de nombre “Rorrito”, fue chico. “No obstante, pudo verse en el de Monterrey, la extraordinaria categoría y excepcional solera que posee, lo mismo en las verónicas clásicas, en que toreó de verdad, como en la gaonera en que tan bellamente templó la suerte. Agotado el crío, no se prestó a gran cosa con la muleta y Garza lo mandó al destazadero mediante dos medias”.324 El cuarto fue el menos chico y el más bravo de la tarde. Desde que salió de la puerta de chiqueros, hasta que murió tras de haber dado lugar a una de las lidias más completas y brillantes que hayan tenido lugar en la plaza de Morelia, fue un jabato. Lo recibió Garza con 323 El Redondel, el periódico de los domingos, 13 de febrero de 1949, “Triunfo de Garza y del Chato Mora en la alternativa de este en Morelia”, p. 12. 324 Idem.
verónicas extraordinarias, que remató con una media chipén. En el quite volvió a dar verónicas, despatarrado y torero. Sus alternantes no se perdieron de vista. La faena fue principiada a la manera clásica: con la muleta en la mano izquierda para dar el natural, que consumó luego y continuó con otros dos más, de aquellos que le han dado fama y que han sido para nuestro gusto los mejores que se han hecho en el toreo. La faena continuó con derechazos de una verdad indudable y de un temple excepcional. Volvió el de Monterrey a dar otra tanda de naturales que fueron canela pura; hizo el de la firma y el centenario emulando la gloria del gran Califa de León. Hasta ahí la faena fue una obra clásica y espléndida: sin un doblón ni un pase de aliño, ni un adorno de mal gusto. El público lo entendió así y ovacionó con delirio. Garza para redondear el triunfo y crecido ante una colada, dio todavía varios pases de rodillas, y aprovechando el momento de entrega general de la plaza, acabó con su enemigo mediante su característica media delantera. La ovación fue tan grande 189
El toreo en Morelia como las que Garza provocara hace diez años: oreja y rabo, infinitas vueltas al ruedo y aquel grito de pelea y de victoria de los años mejores del regio montano. ¡Garza! ¡Garza! ¡Garza!325 A Manuel Capetillo, Capeto, le correspondió, …un novillo bravito al que recibió con voluntad pero sin acabar de acomodarse. En los quites el Chato se llevó las más abundantes palmas. Con la franela demostró el tapatío verdadero torerismo; se hizo del toro y lo encerró materialmente contra el muro de la plaza –desgraciadamente la nuestra no tiene barrera–, y ahí a fuerza de porfiar y de exponer, le dio multitud de derechazos larguísimos y de naturales de buena factura. Logró una estocada, completa, que mató sin puntilla. Hubo petición de oreja y vuelta al ruedo entre grandes aplausos.326 Con el último de la tarde,
Óleo de Manuel Capetillo. Archivo fotográfico del cc3m
Para cerrar plaza se presentó El Chato Mora, …con tres valientes faroles, que prendieron el entusiasmo pero en las verónicas no pudo acomodarse cabalmente. En las gaoneras del primer quite sí, pues tuvieron verdad y lucimiento. El toro, aunque castigado, llegó con genio a la muleta, y el paisano en su afán de lucirse, intenta desde luego el toreo de las grandes ocasiones, olvidándose de doblar y hacerse del toro, previamente. Consigue de todo elogio y algunos otros buenos pases, y mediante una estocada se deshizo de su enemigo, despidiéndose entre aplausos cariñosos del público moreliano. Los banderilleros actuaron bien, en lo general, y los picadores sólo de cuando en cuando agarraron los bajos, con menos justificación que nunca, dada la pequeñez del encierro.328
Capetillo volvió a no acomodarse con el percal en el quinto de la tarde, bautizado con el nombre de Orfebre y que lucía en el costillar el número 80. Garza en el quinto dio varias chicuelinas de seda. Nuevamente en la faena, demostró el tapatío sus adelantos. Dobló a sus enemigos hasta lograr hacerse de él y entonces le vimos derechazos naturales, de la firma, el pase de Arruza y trincherazos. Todo ello con profusión, y con la innegable calidad que en todas sus cosas pone el toreo de Guadalajara. Tras de un pinchazo logró una media que bastó. Ovación, oreja y entusiasta vuelta al ruedo.327
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Idem. Idem. 327 Idem. 326
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Idem.
t lo . El an o el El 8 de mayo de 1949 torearon Lorenzo Garza, Félix Briones y Rafael Rodríguez, quienes se las entendieron con astados de la ganadería Armilla Hermanos. Lorenzo Garza se enfrentó con “Lagartijero”, toro chico y bravo, al cual: “…recibió con dos y media verónicas de buena factura. Mal picado, dio lugar a un buen quite por gaoneras de Briones. Durante la faena Garza dio dos estimables naturales, pero no continuó en ese plan, sino que aliñó. Se deshizo de su enemigo de media delantera”.329 El otro toro para Garza, de nombre “Renegado”, fue bravo. “No obstante Garza nada hizo digno de mención y fue pitado por el público, que se sintió defraudado”.330 El siguiente, de nombre “Carnicerito”, “fue bravísimo verdaderamente de bandera. Briones se esforzó y aunque no llegó a ejecutar naturales, hizo una faena asentada y valiente, especialmente por derechazos. Como entró bien a matar, se le premió con oreja y rabo”. En su segundo toro, “Briones no lo perdió de vista y lo mandó al destazadero con una media y un descabello. Silencio en los tendidos”.331 El tercer toro fue grande y difícil, propinó “fuertes tumbos a los picadores y con él se portó Rodríguez a la altura de un señor torero. Se hizo de él mediante varios doblones de maestro, y después lo toreó a la misma distancia que acostumbra y sin atender a que el toro, a veces, punteaba terriblemente. Obtuvo así la oreja y el rabo, ya que con el estoque se entregó también, aunque tuvo mala suerte de calar a su enemigo”.332 El último de la tarde, de apodo “Carrocero”, “fue brutalmente picado, al grado de que terminó sus días sin poder con el rabo. Rodríguez, sin atender a ello, se empeñó en torearlo, natural-
arro
mente sin que se lo apreciara el público y se puso pesado con el estoque, pues necesitó de cuatro pinchazos y una estocada, calando para despachar al socio”.333 El 30 de septiembre es una fecha importante para los michoacanos porque se festeja el natalicio del Generalísimo José María Morelos y Pavón. En 1949 se anunció en el cartel al matador Rafael Rodríguez, el Volcán de Aguascalientes, pero al ser cornado en San Miguel el Alto, Jalisco, el miércoles 28, no pudo actuar y fue sustituido por Silverio Pérez.
Cartel publicado en La Voz de Michoacán antes de conocerse la cornada de Rafael Rodríguez
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El Redondel, el periódico de los domingos, 15 de mayo de 1949, “Félix Briones y Rafael Rodríguez cortaron orejas en Morelia el día 8”, p. 12. 330 Idem. 331 Idem. 332 Idem.
333
El Redondel, el periódico de los domingos, 15 de mayo de 1949, “Félix Briones y Rafael Rodríguez cortaron orejas en Morelia el día 8”, p. 12.
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El toreo en Morelia llos trágicos muletazos de Caraba, y tras un paseíllo que pudo ser el de la firma, bordó cuatro derechazos más, pero ya no del toreo congestionado y oloroso a cloroformo sino del toreo que descansa en la quieta indolencia de la maestría y termina en la suavidad y temple de un arte esplendoroso. Repite el toro al revés y Silverio liga otros cuatro derechazos, de los que hubo dos fantásticos. Después de un lucido remate trata de sacar al bicho de la querencia; no lo consigue y ahí despliega la muleta que ahora tiene perfiles con trastados de tragedia y alegría, y con ritmo ejecuta dos magníficos lasernistas. Se perfila el Faraón y deja media estocada que no basta, por lo que propina media lagartijera que desluce un poco la faena breve, pero de una calidad exquisita. Muerto el toro, el público reacciona y hace dar a Silverio una vuelta al ruedo, con salida a los medios.335
Rafael Rodríguez, El Volcán de Aguascalientes. Óleo resguardado en el cc3m
El matador Silverio Pérez “comenzó a calentar la cosa en el toro que abrió plaza cuando, muleta en mano, hizo el obsequio de un derechazo de ensueño, seguido de dos trincherazos marca Texcoco. La faena continuó en plan de dominio e impregnada, toda ella de sedosa suavidad. Mató de casi media en todo lo alto, una caída y otra media mortal de necesidad”.334
El corresponsal de El Redondel afirma: Lo demás, casi no merece la pena reseñarlo. Procuna nos dejó con las ganas de verlo inspirado y salvo tres buenas verónicas a su primero, dos orticinas coronadas por un vistoso remate, dos derechazos y un pase de costado excelentes, y en su segundo tres buenos pares de banderillas, más varios derechazos que carecieron de mérito por haberse lastimado el toro un cuerno y ocho o diez naturales que no pasaron de buenas intenciones, en general, el berrendito anduvo sin plan y algo inconsistente.336
En su segundo toro, Silverio estuvo en su granja texcocana, durante todo el primer tercio, pero una vez banderillado, se vino a Morelia y entró a la plaza con toda la solemnidad de un emperador azteca y, al suave latigazo de su muleta pronto quedó sometida la fiera. Hubo un derechazo tremendo, de aque334 El Redondel, el periódico de los domingos, 9 de octubre de 1949, “El arte de Silverio ganó la corrida del día 30 en Morelia”, p. 10.
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Idem. Idem.
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Por su parte, a Ricardo Balderas... …le tocó en suerte el mejor lote, sobre todo el primero, el cual se prestaba a toda clase de primores. Con el capote nos entusiasmó con algunas gaoneras muy valientes, pero embarulladas, y con la muleta se vio comprometido, estando valiente toda la tarde, pero falto de dominio. Sólo hubo fuertes pinceladas taurinas, como sus pases de costado y algunos derechazos. Con la espada mal, especialmente en el último, que prácticamente se le fue vivo a los corrales.337 El 6 de noviembre de 1949, se presentó el rejoneador mexicano Juan Cañedo, alternando con los matadores Gregorio García y Félix Briones, con toros de la ganadería de La Laguna de Guadalupe. Abrió plaza el rejoneador Juan Cañedo. La prensa informó: El primer rejón es matemático y queda prendido en lo alto del morrillo del toro que abrió plaza; repite con menos suerte, debido a que el animal no arranca de largo y al clavar otro rejoncillo se lastima el caballista una mano. Caracoleando muy cerca de los pitones, para alegrar al bicho, provoca la embestida, clava el cuarto rejón y sale perseguido, tan cerca, que al cortar terreno el toro alcanza a la jaca por los cuartos traseros y le da un leve rayón en la piel. Deja el rejón de muerte casi entero y el sobresaliente termina al tercer intento de descabello.338
La Voz de Michoacán, domingo 6 de noviembre de 1949
y tercero y, en el último hace gala de destreza con otro caballo palomino. Y llegando hasta la propia jeta del bicho en medio de arrancadas intempestivas consuma la suerte con limpieza. Al matar falla en tres ocasiones, pues ya el toro no hace por el caballo, y cuando se disponía el rejoneador a descabellar a pie, dobla el astado.339
Con su segundo toro, se lució… …clavando muy bien el primer rejón, no tiene la misma suerte en el segundo 337
El Redondel, el periódico de los domingos, 9 de octubre de 1949, “El arte de Silverio ganó la corrida del día 30 en Morelia”, p. 10. 338 El Redondel, el periódico de los domingos, 13 de noviembre de 1949, “Buena actuación de Cañedo, mala de Gregorio y superior de F. Briones”, p. 13.
Le siguió el matador Gregorio García, quien inició la lidia a la usanza española. El toro... …arranca de largo sobre los caballos, proporcionando un tumbo aparatoso y 339
Idem.
193
El toreo en Morelia también Gregorio arranca de largo para el burladero. La autoridad cambia de tercio y los picadores no obedecen y propinan tres varas más, lo que provoca un escándalo mayúsculo. Por fin, amaina la bronca, sólo para dar oportunidad a Goyo de bailarle un zapateado al toro, que es el dueño de la situación. Cuarteando propina un horrible bajonazo y después de picotear deja otro estoque en el cuello. En su segundo toro cambia la cosa momentáneamente, pues sale decidido y traga paquete, en tres buenas verónicas y un remate suntuoso. En quites hay intentos de chicuelinas, de gaoneras y un buen remate. Felix Briones gaonea con valor. Eso fue todo, porque la escena del miedo de Gregorio se repite y la faena se esfuma. Termina de una estocada casi entera y un descabello. Félix Briones merece lugar aparte en esta crónica, porque su triunfo no sólo se debió al contraste, sino que fue de torero, de artista y de hombre. La cosa comenzó desde su primer toro, en el que hubo tres verónicas de valiente y un remate por chicuelinas ceñidas y lentas. Con la muleta doblones secos y mandones. El bicho se resuelve rápido en uno de ellos y proporciona un pitonazo en el muslo al diestro, quien cojeando da otro doblón suavísimo y pronto se perfila, finalizando con una estocada y un descabello. Abrió el capote para trazar seis verónicas templadas y medias bajando las manos con arte. Su faena fue la adecuada a la nobleza y bravura del toro y tuvo desde un principio la serena quietud del que sabe lo que hace. He ahí su mérito indiscutible: la preponderancia del hombre sobre la bestia, de la inteligencia sobre la fuerza bruta, pues el trasteo no se disolvió en chispazos geniales, sino que constituyó un todo sólido, eslabonado, medido, clásico. Apenas tomó los trastos de matar, fijó los pies en la arena y sin moverse un milímetro, ejecutó dos pases altos, macizos, como los cimientos de una catedral.340 340
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Idem.
Cambió su muleta a la izquierda y prendió al tendido con… …tres pases naturales, el segundo de antología, rematados original y caprichosamente con un afarolado que de tan perfecto se antojó que no había toro. Siguen siete u ocho naturales más, hondos, sentidos, artísticos y así, en plan de transformación en que se nos presentó no el Félix Briones valiente, atropellado y escasamente artístico, sino el Briones que aúna la valentía con arte, fue desarrollándose y estructurándose la obra en que el diestro copió la esbeltez, la bella proporción y majestuosidad de la catedral que vio en la mañana por el sol de Morelia. Se perfila Briones y con decisión se vuelca sobre el morrillo hundiendo el estoque casi hasta la empuñadura y dando la maroma por encima de los cuernos. Como el bicho tarda en doblar descabella al primer empujón y se le conceden las dos orejas, el rabo y hasta una pata, sin que el suscrito haya oído el toque para este último trofeo.341
Rejoneador Juan Cañedo. Archivo fotográfico del cc3m
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Idem.
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pitón, haciendo gala de dominio enorme que ahora se trae el Compadre. Termina con un tercio de estoque y otro hasta la empuñadura que mata sin puntilla. Salió al tercio en medio de una ovación.342 El segundo toro de Silverio, …acometió con furia sobre los capotes, lo que provocó el entusiasmo general y, así caldeado el ambiente, se planta Silverio en los tercios, vestido con pantalones de monosabio por la rotura de la taleguilla, y su capote se abre templada y suavemente hasta en tres verónicas preciosas y después alarga los brazos, hace girar todavía más lento el capote y nos obsequia con una rebolera inacabable, que nos deja maravillados. La suerte de varas es ejecutada pésimamente y sólo da oportunidad al matador en turno, para hacer una chicuelina. La cuadrilla le coge un miedo terrible al toro que ha perdido fuerza debido a los puyazos traseros y la faena, aunque con detalles brillantes como el de un lasernista espectacular, algunos derechazos trepidantes y un trincherazo, no resultó lo que al principio prometía; parte por las condiciones del toro y parte porque ladinamente el Compadre no se esforzó gran cosa en sacarle partido. La verdad en su punto. Dos veces clava un tercio de estoque y la tercera lo hunde hasta la empuñadura.343
La Voz de Michoacán, 3 de diciembre de 1949
El 4 de diciembre de 1949 torearon mano a mano Silverio Pérez y Antonio Velázquez con toros de la Ganadería de La Punta. Este día el matador Silverio Pérez, con su gran clase, inició con… …tres verónicas paraditas, que repitió en otro terreno con un regular remate. Sin nada de particular en quites y banderillas, toma Silverio muleta y estoque y sintiendo el toreo hasta la médula, se inspira para hacer su trincherazo pero es tan lento y tan ceñido que el toro lo tropieza propinándole un golpe fuerte en el muslo y rompiéndole la taleguilla. Sin embargo, con serenidad y aguante únicos, echa atrás la muleta y surgen los derechazos hieráticos, largos y mandones. Fueron tres que hicieron sacudir los tendidos, y luego, ya en pleno dominio sobre la bestia, viene otro trincherazo desmayado que arranca la ovación de día grande. Hay todavía otros tres derechazos, seguidos de varios pases de pitón a
El último de la tarde, resultó… …un toro fuerte y bravo, que embiste bien por ambos lados. Y comienza la apoteosis de Silverio. Tras de haberlo corrido los peones, vemos cuatro verónicas con el sello del Faraón, y otra vez es indolente maravilla de sus remates que duran siglos de angustiosa quietud. ¡Qué formidable media verónica! ¡Y qué par de quites inolvidables vieron nuestros ojos atónitos! El primer puyazo 342
El Redondel, el periódico de los domingos, 11 de diciembre de 1949, “La Punta, Silverio y Velázquez triunfaron en Morelia”, p. 16. 343 Idem.
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El toreo en Morelia es en buen sitio y Silverio despliega el manto de sus ancestros para bordar en plena inspiración, unas fregolinas tan sentidas, tan lentas y tan templadas que dinamitaron los tendidos. El griterío es ensordecedor y con los ánimos al rojo blanco, se presenta Antonio Corazón de León para pelear el triunfo al rey Poeta y sus gaoneras arrancan los angustiosos oles en que se mezcla la admiración por su aguante increíble y el temor por su arrojo imponderable. ¡Qué quitazo! Los banderilleros se lucen y al sonar los parches y metales para el último tercio se desborda Silverio. A través de su sangre la habla toda una raza estoica, melancólica y bizarra. Primero, en trazos increíbles como ese derechazo inicial de la faena en que prolongó el pase hasta dar la vuelta completa. Fueron dos derechazos en uno. Después, la suave languidez de los lasernistas; más tarde otra vez los derechazos eternos; medios pases que parecía estar haciéndolos frente a un espejo y de pronto el trincherazo sin igual. No se puede describir paso a paso esta hazaña de Silverio y cuando rueda el toro muerto sin apuntillar se le concede las dos orejas y el rabo y alguien corta la pata como si estuviéramos en obscuro villorrio. Las vueltas al ruedo son incontables: en fin, apoteótica resultó la aparición de este gran Silverio.344
arena no se movía un milímetro. En varios pases el toro entró paso a paso, y en algunos de plano se quedó parado, para seguir luego el viaje que le marcaba la muleta imperiosa del dramático torero. La fortuna no le acompañó a la hora de la muerte, pues tuvo una media para terminar. Sin embargo, fue tan meritoria la faena que la ovación de escándalo lo obligó a dar dos vueltas al ruedo.346 El corresponsal de El Redondel abunda sobre Antonio Velázquez: …no podía irse sin trofeos quien ha llegado a ser uno de los valores más sólidos de la fiesta y a ganarlos salió decidido Velázquez en el sexto. Él mismo lo corre, para dar cuatro verónicas ajustadísimas y un remate de figura cara. En los quites vuelve a encender el entusiasmo con sus emotivas fregolinas, Silverio no interviene y llegado el último tercio, Antonio comienza la faena con tres pases altos superiores y repite la hazaña de su poder absoluto sobre la fiera, su valor sin límites y su voluntad de triunfo. Hay tres derechazos completísimos y un cambio como para ser inmortalizados por Ruano Llopis. Se cambia la muleta a la mano izquierda para ejecutar un pase natural en que el toro entró frenando la embestida, lo que no fue obstáculo para que Velázquez, inmóvil, continuara jalando al animal hasta rematar por arriba este prodigio de pase natural. Alegra al bicho, con mucha pupila, y le cuaja varios pases perfectos, citando de largo. Se perfila el diestro y deja un tercio de estoque lo suficientemente bien colocado para fulminar al bicho que rueda espectacularmente sin puntilla. La ovación es estruendosa y Velázquez sale en hombros, con las dos orejas y el rabo del animal, en compañía de Silverio Pérez.347
Por su parte, de Antonio Velázquez se escribe: “Pisa cumbres inaccesibles del toreo y de dramático poder. Su primer toro le da ocasión de lucirse en verónicas, gaoneras de las suyas, y con muleta y estoque, en varios derechazos y tres primorosos cambios. Termina de una estocada hasta el puño y dos intentos de descabello. Merecidamente da la vuelta al ruedo”.345 Con su segundo, demostró: …que es todo poder y todo valor que aguantó no tres, ni cuatro, sino docenas de veces las embestidas que hacia el bicho al principio, probando; pero ante él estaba Velázquez que atornillado en la 344 345
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Idem. Idem.
Después de una serie de festejos exitosos con toreros de talla nacional e internacional, las fiestas en la ciudad de Morelia continuaban con éxito, y más 346 347
Idem. Idem.
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cuando el beneficio monetario de la corrida era destinado para el bienestar social.348 Para finales de diciembre de 1949 se realizó un festival taurino pro Navidad del Niño Pobre, …en el que participaron conocidos aficionados de la sociedad moreliana. Magnífico fue el despeje que la señorita Alicia Castro, reina de la Asociación de Charros, hizo con la gallardía que la caracteriza, montando un precioso caballo y seguida de varios autos convertibles, en los que lucían bellos ramillete de chicas lujosamente ataviadas con mantillas españolas. Lupita y Gloria Diez, Carmela Laris Alanís, Ester Ruiz García, Teresa Laris Iturbide, Alma Castro, Gilda Mercado, María del Carmen Camacho Rodríguez, Ma. Esther Ochoa Arriaga y otras, que ocuparon el palco de honor y, con la asistencia del señor Daniel T. Rentería, gobernador interino del Estado, comenzó la lidia de seis novillos, toros de la ganadería El Romeral, de Jesús Ochoa Ponce, que fueron bravos sobresaliendo los tres últimos por su nobleza.349
Víctor Manuel Tato Ramírez. Archivo fotográfico del cc3m
Por su parte, el licenciado Torres Caballero, “gallea estupendamente para dejar los aretes, uno en la costilla y otro en la paletilla”.352 El cuarto de la tarde es para Chucho Camacho,
Abrió plaza Juan Ochoa Ponce de León, quien se encargó de pasaportar a su primero, “al que le hizo una faena dominadora, después de un brindis al gobernador, que por poco dura toda la tarde”.350 El siguiente correspondió a Mariano Ramírez, quien en voz del corresponsal:
…quien da dos verónicas y media, inmejorables, y su faena es buena, sobresaliendo un derechazo de escándalo. Mata de un pinchazo y una estocada hasta la bola. Corta oreja al igual que sus antecesores Juan y Fernando Ochoa. El quinto es el torete más chico del encierro y corresponde al contador Alfredo Muñoz Santoyo, y en este bicho se luce el licenciado Torres Caballero, dejando un bonito par al quiebro. Llega escaso de facultades el burel y Muñoz Santoyo mata de una estocada. El último es para José L. Iturbide, quien da varias verónicas templadas. José Arriaga y el primero es trompicado aparatosamente. Pepe Laris inicia su faena con pases variados y de pronto hace dos naturales bastante buenos. Varias veces lo zarandeó el toro y tuvo dificultades para matar.353
…sale a contender con el segundo y se estira en varias verónicas, mientras que la suerte de varas la ejecuta con dificultades el Licenciado Enrique Ramírez. Le toca banderillear al Tato Ramírez, quien echa línea, se acerca al toro y… sale banderilleado, pues el torito, por primera vez en la historia taurina, le coloca en todo lo alto de la mejilla al Tato un adornado rehilete.351 348
Idem. Idem. Idem. 351 Idem. 349 350
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Idem. Idem.
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El toreo en Morelia
Alicia Castro Tinoco, reina de la Asociación de Charros de Morelia, partiendo plaza en el Rancho del Charro
El gobernador Daniel Rentería asistió a este festejo. El Lic. Fernando Ochoa le brindó la muerte del novillo, cortó una oreja y, triunfal, dio la vuelta al ruedo acompañado por el popular Empanaditas Fuente: fotografías tomadas de película propiedad de Adolfo Ochoa Sánchez
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Lupita Diez
Lupita Treviño
Fuente de las tres imágenes: fotografías tomadas de película propiedad de Adolfo Ochoa Sánchez
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El toreo en Morelia
Fernando Ochoa Ponce de León y Mariano Ramírez, partiendo plaza en el Rancho del Charro
Mariano Ramírez y Alfredo Ochoa Ponce de León en el Rancho del Charro
Fuente de las tres imágenes: fotografías tomadas de película propiedad de Adolfo Ochoa Sánchez
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Últimos años de festejos taurinos en el Lienzo Charro
Zapata y Ventura Puente.357 La prensa local refería: …y las ciudades se fueron llenando de gente y las calles se fueron alargando, hasta llegar al fenómeno que actualmente presentan todas las ciudades de México y que consiste en una verdadera congestión de habitantes sin habitaciones. En Morelia este fenómeno presenta caracteres verdaderamente alarmantes, y no se le ha encontrado solución real pese a la creación de colonias, puesto que, de todas maneras persiste el problema de las pocas casas y de la gran cantidad de gente.358
Lo anterior acontecía a mediados del siglo xx, a la par que una serie de fenómenos políticos, sociales y económicos provocaban cambios tanto en el ámbito interno como en el externo de la ciudad. Cambios que permitían la estabilidad económica y, por ende, el mejoramiento de ciudades, comunicaciones y servicios sociales como salud y educación. En otros términos, no se explicaba cómo el país, tras los efectos del proceso revolucionario iniciado en 1910, que creó desorden e inestabilidad política y con ellos crisis económica, propiciando incertidumbre institucional, logró en dos décadas enfrascarse en un ritmo de crecimiento económico sostenido nunca antes experimentado, sobre todo porque no pararía hasta los años setenta.354 Para enero de 1950 se inauguró en Morelia la línea aérea llamada Aerovías Reforma, que tenía conexión con la capital de la República y con Colima, Manzanillo y Guadalajara. La inauguración estuvo engalanada por el oficial Mayor Gustavo Gallardo González, en representación del gobernador interino Daniel T. Rentería.355 La prensa de ese año dio constancia de la inversión municipal emprendida para embellecer la ciudad, en puntos como las calzadas del Bosque Cuauhtémoc, en proceso de pavimentación.356 La falta de viviendas suficientes provocó que los inmigrantes se avecindaran fuera del centro de Morelia, en donde se formaron nuevas colonias, como la Vasco de Quiroga, Emiliano 354 Abel Padilla Jacobo, Instituciones de fomento y estructura industrial en la economía de Morelia, 19101950, Tesis de licenciatura, Facultad de Historia de la umsnh, p. 8. 355 Periódico La Voz de Michoacán, 14 de enero de 1950, p. 1. 356 Periódico La Voz de Michoacán, 1° de abril de 1950, p. 1.
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Este año sería de constante renovación. La Voz de Michoacán refería: “por fin tendremos un nuevo hospital civil. La cámara de diputados el día 5 del actual [abril de 1950], aprobó el decreto, por medio del cual se constituyó el Patronato del Hospital Civil Dr. Miguel Silva. El señor gobernador Daniel T. Rentería, con todo entusiasmo ha iniciado los trabajos preliminares…”.359 A esta nota se añadía lo siguiente: Las aportaciones que sabemos entregarán tanto la Federación como el Gobierno del Estado, son de cien mil pesos mensuales por cada parte, y que se está haciendo todo lo posible porque los trabajos se inicien el día 16 del presente mes […] El lugar para la construcción del nuevo edificio del hospital ha sido el amplio terreno donde se encuentra el campo deportivo ‘Manuel N. López’, estando seguros que ha sido un verdadero acierto la selección de dicho lugar, por el ambiente de tranquilidad y reposo que en esa zona prevalece.360 357
Guillermo Vargas, ponencia “Urbanización y configuración territorial de la región de Valladolid-Morelia, 1541-1991, dictada en el Segundo Módulo del Seminario La Vida Cotidiana de los Michoacanos en la Independencia y la Revolución Mexicana. 3 de junio de 2009. 358 Periódico la Voz de Michoacán, 22 de mayo de 1950, p. 2. 359 Periódico la Voz de Michoacán, 15 de abril de 1950, p. 1. 360 Periódico La Voz de Michoacán, 15 de abril de 1950, p. 2.
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El toreo en Morelia En abril de 1950, el periódico La Voz de Michoacán refería que una de las obras emprendidas por el gobierno del general Lázaro Cárdenas en la zona de Tepalcatepec, fue la construcción de: …una serie de presas, plantas de energía eléctrica, canales, carreteras, etc. que dieran la oportunidad de hacer producir los miles de hectáreas de ricas tierras que se encuentran comprendidas en la cuenca de Tepalcatepec, bajando y extendiéndose en interminables valles hasta la costa del Pacífico, listas para producir en cantidades fantásticas los productos de la tierra caliente: arroz, caña de azúcar, copra, ajonjolí, plátano, limón, mango, piña, papaya, melón, sandía, jitomate y muchos otros que harán que Michoacán se convierta dentro de poco tiempo, en uno de los principales Estados productores de nuestra República.361 Es preciso mencionar que dicha obra tendría un costo de treinta millones de pesos y una duración de tres años. Por otra parte, los empresarios en Morelia continuaban con la organización de festivales para recaudar fondos que se destinarían a obras de beneficio social. Como muestra de lo anterior, el 22 de enero de 1950 se realizó “un festival taurino a beneficio de la benemérita Cruz Roja Mexicana, en el que tomaron parte elementos distinguidos de nuestra sociedad, habiéndose lidiado a muerte cuatro novillos de San Diego de los Padres, que resultaron, en general, encas-
José Pepe Laris Iturbide. Archivo fotográfico del cc3m
tados, sobresaliendo por su bravura el primero y el cuarto”.362 En esta corrida abrió plaza el capote de Salvador Ochoa Rentería, …quien tuvo momentos felices, estando voluntarioso con la muleta. Perdió la oreja por su mala suerte al matar. El 362
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Periódico La Voz de Michoacán, 29 de abril de 1950, p. 7.
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El Redondel, el periódico de los domingos, 29 de enero de 1950, “Festival taurino en Morelia, a beneficio de la Cruz Roja”, p. 10.
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segundo novillo fue para Juan Ochoa Ponce, sí que se le ovacionó estruendosamente por un extraordinario quite por gaoneras, que le valió una vuelta al ruedo. Seguramente que, por telegrafía, Manolo dos Santos le informó cómo hacer explotar los tendidos con el lance del Califa. La faena bajó de calidad por haberse aplomado el toro, y matando estuvo bien. Chucho Camacho, valientísimo con el tercero y quitando por orticinas se llevó una carretada de aplausos. Ejecutó una faena muy enterada, de acuerdo con las condiciones del novillo al que había que llegarle mucho para que embistiera y hubo para el matador petición de oreja, que el juez no concedió. Ya es proverbial el valor de Pepe Laris Iturbide frente a los astados y hoy hizo gala de él, nuevamente. Lidió al novillo más grande del encierro, al que le paró en varias verónicas de excelente calidad y, con la muleta dio pases de todas marcas, escalofriantes algunos de ellos, y de una patente hondura y plasticidad los siete naturales que ligó.363 Caso lamentable, …sufre una voltereta y al hacerle el quite su picador, el licenciado Enrique Ramírez, vemos cómo el novillo campanea a este último aparatosamente, cayendo después a la arena con una rodilla luxada. El expresado profesional se encuentra ahora encamado y esperamos que pronto se restablezca. Entre tanto, Pepe Laris en premio a su buena labor con capote, muleta y estoque, recibe entre aclamaciones las orejas y el rabo del novillo.364
363 364
Idem. Idem.
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El toreo en Morelia El 16 de abril de 1950 tenemos registrada por primera vez la actuación en el Rancho del Charro de tres importantes michoacanos para la fiesta brava: Gilberto Chávez Valencia, Pepe Luis Almanza y Gustavo Castro, que se anunciaron como El Procuna Michoacano, El Milagro Tarasco y El Dramático Santanero, respectivamente. Ni Gilberto ni Gustavo llegaron a tomar la alternativa y caminaron por distintas sendas en la vida. Gilberto, como crítico político y reportero taurino, y el Santanero, quien dedicó su vida a la fiesta brava. Gilberto, después de novillero, dedicó su vida al periodismo. Fundó y dirigió un periódico denominado en sus primeros números Reforma Agraria, mismo que inició su publicació en 1970. A partir del número 32 se denominó solamente Reforma. Este periódico semanario perduró muchos años, y en cada ejemplar, además de temas políticos, invariablemente había artículos taurinos. La colección completa de sus publicaciones fue donada al Centro Cultural y de Convenciones Tres Marías por su viuda y sus hijas, donde son resguardados y cuidados con esmero. El 18 de mayo de 1950, con lleno total, los matadores Silverio Pérez, Antonio Velázquez y Paco Ortiz lidiaron toros de la Ganadería de Santa Marta, para conmemorar la fundación de la ciudad de Morelia. La presencia de la reina de las Fiestas de la Primavera de México, acompañada por la reina de Michoacán y sus bellas princesas, le dio al evento “una nota de majeza, colorido y simpatía”.365 El primero de la tarde fue para Silverio Pérez, un toro “grande y de bonita lámina, que hacía palpar ya los lances majestuosos del Compadre, se estrelló contra un burladero, por culpa de Juan 365 El Redondel, el periódico de los domingos, 28 de mayo de 1950, “Silverio y Paquito Ortiz cortaron apéndices el jueves 18 en Morelia”, p. 10.
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t lo . El an o el Armillita, rompiéndose a la mitad su cuerno. Naturalmente que Silverio movió la cabeza, se rió y le recetó tres o cuatro trapazazos a guisa de verónicas”.366 El inválido bicho fue picado bárbaramente, sobre todo en el tercer puyazo, sin que los matadores intervinieran. Anotamos un buen par del mayor de los Armilla y al llegar el último tercio, el de Texcoco dobló al toro, algo incierto, dándole después un derechazo para volver a reírse y atizar un metisaca que bastó.367
dose en tres verónicas que produjeron las primeras ovaciones. El remate fue una media verónica de oro purísimo. Pero el Silverio enorme se dejó ver en un quite por chicuelinas, especialmente la segunda, pasmosa como amapola, su capote privilegiado fue bordando una rebolera inacabable que hizo estallar, los tendidos. Esto señaló el punto cumbre de la corrida. Con el ambiente caldeado, brinda a las reinas y pasa a contender con un toro claro, pero agotado. Se dobla suavemente y como quien no quiere el tercio, jalando lentamente al bicho, para darle un trincherazo que me hizo recordar a Tanguito. En algunos derechazos se mete a los costillares y en otros pone la marca faraónica y termina de una media bien colocada. Alguien corta las orejas y el rabo, pero como ni la autoridad ni el público lo pidieron así, se queda con una merecidísima oreja y da la vuelta al ruedo en medio de estruendosa ovación.370
El segundo para Antonio Velázquez, …no recibió la ovación que merecían sus tres excelentes verónicas y el remate. En quites, hace alarde de valor y cita con el capote plegado a la espalda, para dar en tres ocasiones gaoneras con el sello de la casa. Después de tres pares rápidos, entra en funciones Velázquez ante un torito bravo, al que le da derechazos pases altos, manoletinas y un pase de costado, excelente. Un pinchazo en que se salió de la recta y media estocada finiquitaron al burel que, por su poco trapío restó mérito a la labor de uno de nuestros más poderosos toreros.368
En el quinto para Velázquez, …pasa inadvertida los dos primeros tercios, y armado de los trastos de matar, Velázquez ejecuta una faena deslizada en la que hay de todo. Sobresalen cuatro derechazos sencillamente estupendos y un cambio de muleta precioso. En honor de la verdad, inexplicablemente, no logró acomodarse del todo. Matando aburrió a todos, pues necesitó de mucho tiempo para aliñar y dar una estocada, dos pinchazos, otra honda y un descabello al primer empujón.371
El tercero de Paco Ortiz era chico, y aun así le dio un puyazo: “Es claro que con este bicho nada hay digno de reseñar, pues aunque Paco Ortiz le echa valor, más parece estar toreando a un gato que a un toro, por lo que abrevia y mata de media estocada”.369 El día siguiente dijo la prensa sobre Silverio Pérez:
El segundo toro de Paquito Ortiz,
…se le compone la cosa, pues su tamaño es digno de un público de categoría, y pronto tenemos al Compadre estirán-
…dio la posibilidad de pelear el triunfo de la tarde y así lo hizo, con un arrojo verdaderamente temerario. Sin nada de particular en los dos primeros tercios, realizó su faena cada vez más cerca del
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Idem. Idem. 368 Idem. 369 Idem.
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Idem. Idem.
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El toreo en Morelia toro y, a medida que los derechazos, los ayudados y las manoletinas se iban sucediendo, crecía el entusiasmo en los tendidos no por su estilo, que deja mucho que desear, sino por la emoción que se origina al ver a un muchacho jugársela temerariamente. El público se rindió al valor, y hubo un momento angustioso en el que Paco se tropezó en la cara del toro. Parecía que lo alcanzaba, pero el de Apán se rodó [...]. Da un pinchazo y ejecuta tres sanjuaneras que, artísticamente fueron lo mejor de la faena y sepulta una entera que es suficiente y le vale cortar las dos orejas juntamente con el rabo.372 Para el mes de agosto, la prensa local informaba: …se han hecho obras por más de cien mil pesos, entre las que destacan de manera especial el arreglo de los Jardines “Dr. Miguel Silva”; “Las Rosas”; “Prudencio Bocanegra (El Carmen)”; “La Soterraña”; “Melchor Ocampo”; y “Azteca”; la pavimentación del Bosque Cuauhtémoc” […] además fue reparado el drenaje, banquetas, cercas, plantación de árboles, etc., hasta dejarlo un lugar digno del recreo de la sociedad de Morelia; se hizo el bacheo de la carretera de circunvalación que era ya casi intransitable; se construyeron drenajes para el servicio de las colonias Vasco de Quiroga, Independencia, Obregón, Ventura Puente; y Felix Ireta. Además el H. Ayuntamiento le prestó especial atención a las Tenencias…373
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Idem. Periódico La Voz de Michoacán, 26 de agosto de 1950, p. 9. 373
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Gustavo Castro Cuna El Santanero, al centro de la imagen, en el Rancho del Charro. Archivo fotográfico del cc3m
El Santanero Tomamos de las propias palabras de Gustavo Casto El Santanero, el mensaje que él mismo redactó y que fue leído durante el homenaje público que se le rindió en la Plaza Monumental de Morelia el 2 de noviembre de 2013: Al toro. Me voy a adornar, lo conozco como ninguno en el mundo. Soy hijo de carnicero, lo jineteé, vi cuando el toro agarraba la vaca, vi la nacencia, el herradero, la tienta, en la plaza lo toreé, lo banderilleé, lo piqué, lo apuntillé, le corté las orejas y el rabo... fui jefe de callejón, fui juez de plaza, apoderado de mis hijos que torearon, y siempre defendí las puntas. A mis 84 años acabo de torear en una ganadería, fui tentador en varias ganaderías pero más en San Mateo, donde fui caporal durante 30 años y por último, fui delegado en Michoacán de la Unión Mexicana de Matadores de Toros y Novillos, rematando con un triunfo en España de mi ganadería, San Mateo. Gustavo Castro Cuna
Para el 30 de septiembre de 1950, en la conmemoración del natalicio del generalísimo Morelos, se contó con la participación del torero potosino Fermín Rivera, del Volcán de Aguascalientes, Rafael Rodríguez, y de Juanito Silveti, El Tigre de Guanajuato –considerado una joven revelación del toreo–, quienes lidiaron ejemplares de la Ganadería Campo Alegre, de los señores Ochoa y Fernández. El corresponsal de prensa anotó en su columna lo siguiente: Aunque bravos, justo es consignar que los bichos de Fermín Rivera fueron los menos propicios al lucimiento, pues llegaron aplomados por el castigado al último tercio y, además el primero lo lidió en medio de la lluvia y sobre el lodoso piso del ruedo. Por otra parte, no hubo de parte del potosino esa indomable voluntad de triunfar, que es la que vence obstáculos y supera dificultades. En el que abrió plaza, nada hizo digno de mención durante los dos primeros tercios, limitándose en la faena torear por la cara, con tranquilidad y aseo, 207
El toreo en Morelia terminando de una estocada honda y algo caída.374
tendidos con dos rítmicos ayudados por alto y un derechazo estupendo, y luego, a torear con la izquierda, de largo, con suavidad, templando y mandando. Fueron cuatro naturales que podrían rubricar los amos de la izquierda. Viene a continuación un derechazo terrible, un cambio, más toreo izquierdista de menor calidad, pero con mucha pupila no deja que baje el entusiasmo, y traza nuevamente los brochazos de tres pases por alto que son tres pinturas, rematando la faena con cuatro o cinco manoletinas estrujantes. Se perfila, entra derecho y agarra una estocada honda que mata sin puntilla. Se le otorgan las dos orejas y el rabo. No obstante el triunfo claro, abierto y sin discusión del de Aguascalientes, en el segundo de la tarde, ya descrito, a mi juicio fue más plena torera, más artística y más plena de madurez la actuación de Rafael, en el quinto, el que salió comiéndose los capotes y al que sólo veroniqueó tratando de sujetar. Viene la primera puya, puesta en todo lo alto, y el valor indomable del muchacho se muestra útil y esplendoroso, al citar cruzadísimo para jalar al toro en tres inverosímiles gaoneras, que remata sabrosamente poniendo la mano sobre el testuz. Hay una tempestad de aplausos.376
En lo que respecta a su segundo toro, Fermín Rivera, tuvo… …salida de toro bravo, muy espectacular recargando soberbiamente sobre los caballos, pero pasando también, inédito en quites. Dos o tres doblones suaves, muleta en mano, y ahora si se decide Fermín a torear con finura en tres o cuatro derechazos a cuya serie pone fin un vistoso cambio… Se le queda el bicho en el cuarto natural, y como la cosa ya no le sale a derechas, aliña y da dos medias estocadas y un descabello al primer intento, retirándose al burladero de matadores entre ovación general de la concurrencia.375 De Rafael Rodríguez nos informa, …un torero emotivo por excelencia que sabe levantar al público de sus asientos, al conjuro de sus muletazos, que semejan rojas llamaradas que al crepitar, vivientes y poderosas, juegan a la vida y a la muerte, con el intenso sentimiento del que se siente apasionado por el agridulce de la tragedia y el arte. Hoy más que nunca, lo he confirmado gustoso; Rodríguez va con esa su estallante emotividad, por el cambio triunfal de la estética, dejando atrás contorsionismos oropelescos y temeridades inútiles. Sigue siendo un valiente y un poderoso, pero es ya un artista. ¡Casi nada! A su primer enemigo lo recibió con cinco verónicas, muy buenas las del lado izquierdo, que remató regularmente. En quites se lucen Juanito Silveti con una verónica de bronces, y Rivera con chicuelinas atildadas y ya tenemos al Volcán, muleta en mano, calentando los 374 El Redondel, el periódico de los domingos, 8 de octubre de 1950, “R. Rodríguez cortó orejas y rabo en Morelia, el día 30”, p. 3. 375 Idem.
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…La faena de Rodríguez es breve, pero con esa brevedad de límites relativa que tienen las joyas. Un pase alto que arranca una ovación, seguido de otro sin reponer el terreno y tres naturales erguida la figura y fijos los pies en el suelo, prologaron la parte central de su trasteo, compuesta de una serie de cuatro naturales citando alegremente de largo y aguardando la acometida de la fiera, para burlarla con el precioso juego de muñeca. Hay otras manoletinas olorosas a cloroformo y, de pronto se perfila, dejando media estocada que 376
Idem.
t lo . El an o el no es suficiente. Todavía ejecuta dos pases altos y tres derechazos suavísimos y sepulta otra media mortal. Da la vuelta al ruedo y saluda desde los medios.377 El 13 de noviembre de 1950 se presentaron Silverio Pérez, Antonio Velázquez y Rafael Rodríguez con toros de Campo Alegre. El primero correspondió a Silverio Pérez: “era un toro de bravura y nobleza, ideales para forjar sus gigantescas faena, pero algo anduvo mal en su granja de Texcoco, y Silverio, príncipe indio, prefirió meditar en el silencio de la plaza, acerca de la realeza de su sangre”.378 A su segundo, astado, le dio…
su mente que andaba por otro lado”.380 En su siguiente, le salió un toro bravo y noble animal para el que se pidieron los honores de la vuelta al ruedo, negada por una inexplicable prisa de los mulilleros, que arrastraron los despojos: A este bicho le propinó el leonés buenas verónicas y una rebolera impregnada de arte y, después de la primera vara, tres fregolinas rematadas con otra rebolera, tan piramidales, que armaron el escándalo de la tarde. El trasteo lo comienza con un derechazo citando a cuerpo limpio que dinamita los tendidos. Cuatro pases con la derecha siguen al primero y después de un torerismo desplante se cambia la zarga a la izquierda para torear al natural bien a secas. El toro se devuelve rápido y Antonio, con pupila, opta por seguir toreando con la derecha en plan estupendo. Las innecesarias manoletinas las corean fuertemente los neófitos. Hay otro desplante temerario y termina de una estocada honda. Se otorgan al leonés los máximos trofeos, se da el toque para la vuelta al ruedo del toro, la que no se lleva siempre a cabo, alguien pide que salga el ganadero y bajo el peso de una ovación unánime, con las orejas y el rabo de su enemigo, da la vuelta al ruedo el poderoso torero de León.381
…dos verónicas por el lado izquierdo y un recorte suntuoso, con que saludó al cuarto del encierro. Tomada la primera vara, Silverio desmaya su capote en dos chicuelinas geniales. Y viene también Velázquez a tomar su encumbrado sitio con cinco gaoneras y una rebolera maravillosa. Muleta en mano, el Faraón deja su apatía por una rabiosa ansiedad de triunfar y lo consigue, a base de arrancar la faena de los propios belfos del animal, en pases altos y derechazos citando a la mínima distancia. Matando estuvo regular y dio la vuelta al ruedo.379 De Antonio Velázquez, dice la reseña: “se nos presentó apático, pensando seguramente por qué serán famosas las campanas de León, y al segundo toro, un bicho fuerte, que recargó brutalmente sobre las caballos, pero que presentó serios y peligrosos problemas para las infanterías, lo pasaportó con decoro, sin que tales problemas le distrajeran
Rafael Rodríguez decoró la tarde, con… …tres verónicas y el digno remate, un tumbo aparotisísimo y, luego, en el último tercio, paladeamos esa es la palabra, tres ayudados por alto estéticos, ceñidos y sentidos. El pase de costado es de calidad exquisita, seguido de un pase natural completísimo. Los derechazos en redondo van subiendo de calidad la faena y, ya con la franela en la izquierda, este nuevo Rafael hace surgir como
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Idem. Idem. 379 El Redondel, el periódico de los domingos, 19 de noviembre de 1950, “Rafael Rodríguez hizo que despertaran en Morelia S. Pérez y Antonio Velázquez”, p. 10.
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Idem. Idem.
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El toreo en Morelia por encanto, naturales de un temple y aguante formidables. Los primeros pases izquierdistas son tomando al toro de largo, pero a medida que el bicho se agota, Rodríguez acorta las distancias y ejecuta naturales, cruzando angustiosamente, tanto, que en uno de ellos el toro lo prende, dándole una tremenda vuelta de campana. No hubo más que el susto y el lidiador no se mira la ropa y sin perder un ápice de tranquilidad aliña y mata de una estocada caída. Se le concede la oreja, ganada a ley y da la vuelta al ruedo en medio de atronadora ovación. […] Se mascaba en toda la plaza la faena de día grande, hecha presentimiento en la trágica lividez del rostro de Rodríguez, pero la oscuridad de la noche se interpuso a sus deseos de pelear y ya sin luz, se concretó a salir del paso.382
El 4 de marzo de 1951 se inició la temporada con una corrida en la que participaron Curro Caro, Luis Procuna y Ricardo Balderas, que lidiaron ganado de Corlomé. Curro fue el primero en torear, y comenzó… …con derechazos, intercala manoletinas, para seguir toreando por abajo y termina de media estocada muy certera. Entre aplausos unánimes da la vuelta al ruedo. A su segundo toro lo veroniquea pasablemente… Hay un puyazo duro que es protestado, pero que por ningún concepto debió dar lugar a que los cafres que en estado de ebriedad entraran a la plaza, a ciencia y paciencia de las autoridades arrojen botellas al ruedo como sucedió, suscitándose fenomenal lío en los tendidos. Es natural que a pesar de los arriesgados esfuerzos del matador español, su faena casi pasara inadvertida, debiendo anotarse que hubo derechazos y ayudados, por alto de mérito indiscutible. Con el estoque se puso pesado y oyó palmas y pitos; palmas de quienes aquilatan su labor mexicanista, y pitos de algunos asoleados que no saben por donde cantar el gallo.383
Juan Silveti El Tigre de Guanajuato, tentando en la ganadería de Mariano Ramírez, enmarcado por el hierro y la divisa con los colores de la ganadería. Óleo pintado por Francisco Pancho Flores, resguardado en el cc3m
Curro Caro. Fotografía en el Archivo del cc3m
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Idem.
383 El Redondel, el periódico de los domingos, 11 de marzo de 1951, “Luis Procuna cortó oreja en la corrida del domingo en Morelia”, p. 12.
t lo . El an o el Luis Procuna, conocido ya por la afición moreliana, fue aplaudido por los presentes, aun cuando de su segundo toro El Redondel reseñó:
cada honda y dos intentos de descabello. Al toro se le da una vuelta al ruedo, como premio a su bravura, y también Balderas recorre el anillo recogiendo aplausos. Del último toro de la corrida sobresalen tres faroles y una rebolera de muchos watts, y su faena es por la cara, con pleno dominio del toro. Se acuerda de Arruza aunque un poco nervioso. Dos pinchazos y una estocada ponen fin a la corrida.385
…no cabe duda que hay un ambiente grande en esta ciudad, testigo de muchas hazañas de El Berrendito. Por eso, abonado como está ya el terreno, poco trabajo le costó triunfar. Sus verónicas al segundo de la tarde le fueron ampliamente aplaudidas; lo mismo su quite por las afueras que fue muy pinturero. En las banderillas se anima y prepara a lo Pablo Herráiz, un par que, desafortunadamente no le sale bien. Vienen después dos grandes pares. Muleta en mano, recoge al toro con eficacia y se estira en varios derechazos, buenos a secas. Se adorna y cita para la sanjuanera, de las que hay tres excelentes. El trasteo sigue por alto y en el alcanza Luis su actuación más brillante de esta tarde, sobre todo en los lasernistas y ayudados con la marca de casa. La estocada mata sin puntilla y el de San Juan se lleva una oreja más que añade a su larga lista de apéndices cortados en Morelia. A su segundo enemigo lo veroniquea regularmente, pasa fatigas para banderillearlo y le hace una faena insulsa que a ratos quiere ser dominadora. Mata de una honda y escucha aplausos.384 Ricardo Balderas realizó su primera faena de la tarde… …con pases de rodillas y, ya de pie, ejecuta el buen toreo en derechazos estimables. Los naturales no le salen muy limpios que digamos, pero después de algunas riverinas excelentes ante una intempestiva arrancada del burel, nos obsequia un monumental forzado de pecho que dinamita los tendidos. Luego se da a torear de pitón a pitón, dominador y mata de tres pinchazos, una esto-
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Ricardo Balderas. Archivo fotográfico del cc3m
El 1º de abril de 1951 se montó un mano a mano de Carlos Arruza y Manolo Dos Santos, lidiando toros de Zacatepec. Arruza comenzó con “tres buenas verónicas y un remate torero. Toma el puyazo de Zacatecas y proporciona un tumbo de órdago pero desgraciadamente, sale lastimado el toro de una pata, por lo que no habiendo nada que hacer Arruza abrevia y deja una estocada honda que fue suficiente”.386 El segundo 385
Idem. El Redondel, el periódico de los domingos, 8 de abril de 1951, “Crónica del primer Mano a Mano Arruza-Dos Santos, en Morelia”, p. 14. 386
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El toreo en Morelia del Ciclón, “sale suelto, pero ahí está el capote poderoso de Carlos que sujeta con un solo movimiento al bicho, para ejecutar después varias verónicas regulares. La primera vara es en lo alto y el arte que Arruza se trae ahora con el capote, esplende en tres chicuelinas magníficas y un remate pleno de garbo”.387
tados derechazos, en los que hubo un aguante bárbaro, no perdiéndose la finura, y dominio del torero en los pases de aliño. Nuevamente estuvo mal con el estoque”.390
Carlos Arruza. Óleo de Francisco Pancho Flores, en resguardo en el cc3m Manolo dos Santos, quien contrajo nupcias en Morelia con la señorita Gloria Diez. Archivo fotográfico del cc3m
El diestro lusitano Manolo dos Santos El Lobo Portugués, “sólo a ratos brilló con toda su quinta esenciada magnitud, en el que hubo cuatro verónicas y media, que provocaron aplausos, unas gaoneras embarulladas en los quites y tres pares de banderillas, el último superior”.388 La faena de Manolo dos Santos, puntualiza El Redondel, “es buena, qué duda cabe; pero salvo cuatro naturales y un forzado de pecho, adornos y unos pases altos dosantinos, faltó en lo demás ese toque purísimo de templado acoplamiento, que distinguen las obras de arte del portugués. Sin embargo, fueron tan deslumbrantes los detalles que, al matar de buena media estocada, recibe merecidamente una oreja”.389 Su último enemigo, “era soso y el arte del lusitano sólo apareció en con387
El Redondel, el periódico de los domingos, 8 de abril de 1951, “Crónica del primer Mano a Mano Arruza-Dos Santos, en Morelia”, p. 14. 388 Idem. 389 Idem.
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El domingo 27 mayo de 1951 se verificó una novillada “lidiándose seis novillos de la ganadería de los Hnos. Pérez, por Juanito Ponce de León, Gustavo Castro… y José Luis Rangel. Con media entrada en ambos tendidos partieron plaza los novilleros, para entendérselas con bichos sin casta, que acabaron con la corrida”.391 Del primer toro que lidió Gustavo Castro, “sólo recordamos dos verónicas y un quite valiente por gaoneras… y la faena voluntariosa con pases altos viendo a los tendidos y de pitón a pitón. A estas alturas, el toro se defiende y el matador en turno pasa las de Caín, hasta oír los avisos para la devolución al corral del precavido animalito”.392 El siguiente enemigo de Gustavo Castro 390
Idem. El Redondel, el periódico de los domingos, 3 de junio de 1951, “Detalles plausibles en la novillada del domingo en Morelia”, p. 10. 392 Idem. 391
t lo . El an o el tenía un pitón roto, motivo por el cual sus embestidas eran descompuestas. El Santanero supo sacarle partido, “tanto en el primer tercio, al ejecutar gaoneras, como con la muleta, insistiendo varias veces en torear al natural, mediante cites cruzadísimos, con innegable valor, logra la arrancada, al fin y aguanta en el primero, quedándosele el toro en el segundo. Aliñado el bicho, él sepulta una estocada casi entera que basta. Hay muchos aplausos”.393 El corresponsal de El Redondel, nos dice: “A José Luis Ángel no lo pudimos ver, ni apreciar su clase de buen torero, porque el manso perdido que le tocó en suerte hubo necesidad de apuntillarlo, y al siguiente poco le pudo hacer, ya que su bravura bronca, sin casta, no permitía monerías de ninguna especie. Estuvo mal matando”.394 Por su parte, Juanito Ponce, …tenía una espina clavada, por la del toro que se le fue vivo y en su segundo comenzó a desclavársela al poner dos buenos pares de banderillas, muleta en mano, sale de rodillas, citando a distancias prohibidas, que entusiasman al público. Así aguanta una embestida y ya de pie aprovecha los viajes del burel para ejecutar cambios, manoletinas y pases de pitón a pitón, inclusive el abanico, todo ello con asentamiento y cerca de los puñales. Un pinchazo y una estocada finiquitan al socio y el matador da la única vuelta al ruedo en la tarde.395 Unos meses después –el 30 de septiembre de 1951–, se organizó un festival a beneficio del Patronato Pro Construcción del Asilo de Ancianos, en el cual aficionados de la localidad lidiaron ganado de Santa Marta. “Lástima grande que una pertinaz lluvia desluciera el festejo, aunque no apagara los entusiasmos, ni menos aún las ansias de gloria taurina de los aficionados Pepe Laris 393
Idem. Idem. 395 Idem. 394
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Iturbide, Leonel Sixtos Murrillo y Enrique Ochoa Rubio, que se las vieron con tres toretes... bravos, pero que llegaron al último tercio reservones, debido a lo falso y lodoso del ruedo”.396 Este grupo de aficionados era capitaneado por el novillero Gustavo Castro, El Santanero. El corresponsal de El Redondel, narra la participación siguiente: “vimos a Pepe Laris lucir en varios lances de capa, en derechazos y uno o dos naturales encomiables. Matando estuvo regular y mereció aplausos del cónclave”.397 Por su parte, “Leonel Sixtos ya tiene una personalidad dentro de nuestros aficionados prácticos y su toreo es bullicioso y alegre. Sus lances de capa le resultaron buenos y con la muleta hizo cosas de calidad. Como algo digno de mención se puede contar una singular manoletina invertida, que seguramente ni Leonel nos podrá explicar cómo le salió. Después de algunos intentos mató el novillo y dio vuelta al ruedo”. Enrique Ochoa Rubio “ejecutó suertes con sello de toreo auténtico. Especialmente hubo tres derechazos en los que templó, paró y mandó. Naturalmente su inexperiencia lo induce a desaprovechar ciertos momentos para arrancar las embestidas, pero su innegable valor y la calidad de algunas suertes me hacen suponer que hay un torero en puerta, y de los buenos”.398 Lo destacado del festival fue realizado por Gustavo Castro, al ejecutar “verónicas valerosas, chicuelinas de alta calidad y unas gaoneras que arrancaron la ovación. Con la muleta se metió a los terrenos del animal y le paró en algunos pases altos y derechazos. En uno de ellos el toro lo atropelló propinándole un golpe seco, tan fuerte que lo dejó sin aire. Se repuso y volvió a machetear de pitón a pitón. Mató regularmente y cortó una oreja”.399 396 El Redondel, el periódico de los domingos, 7 de octubre de 1951, “Festival en Morelia por aficionados de la localidad”, p. 10. 397 Idem. 398 Idem. 399 El Redondel, el periódico de los domingos, 7 de oc-
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El toreo en Morelia La nota cómica de la corrida se dio: ...cuando un policía bajó al ruedo, tratando de sacar a un espontáneo. Intempestivamente embistió el animal al guardia y en la forma más limpia imaginable, le arrebató con el pitón izquierdo el máuser, cuya arma permaneció un buen rato enganchada, afortunadamente sin tener cartucho cortado, de la cornamenta del burel. No cabe duda que ese toro sí fue partidario sincero del desarme.400 En noviembre de 1951 se registró un lleno en la corrida de toros que lidiaron David Liceaga, Andrés Blando, Arturo Álvarez El Vizcaino; Jesús Guerra Guerrita, Pepe Luis Vázquez y Curro Ortega, quienes fueron ovacionados. El encierro fue de San José Buenavista, cruza de Xajay. El primero de la tarde correspondió a Liceaga, a quien el astado propinó una aparatosa cogida, afortunadamente sin consecuencias. El segundo, …tuvo el brillo que David sabe imprimirle, cuajando tres impecables pares de banderillas que fueron largamente ovacionados. Con la muleta estuvo voluntarioso y aprovechando los conocimientos adquiridos en su larga carrera, logró sujetar al bicho, que traía la cabeza suelta para sacarle una tanda de buenos derechazos y varios forzados de pecho. Finiquitó al socio de un pinchazo y una media en lo alto, siendo premiada su labor con dos vueltas al ruedo y salida a los medios.401
pues el matador no pudo controlar a su enemigo, ni a sus nervios, ni al aire, que estuvo soplando toda la tarde. Un pinchazo y una buena estocada que le valió la vuelta al ruedo, pusieron fin a su actuación”.402 El tercer espada, Arturo Álvarez, “logró arrancar aplausos en quites, con unas meritorias gaoneras y unas lucidas chicuelinas. Manifestó valor en el último tercio, ejecutando un trasteo metido entre los cuernos, a base de doblones y pases de pitón a pitón, para luego arrancarse con una tanda de emotivas manoletinas. Pero a la hora de la verdad se puso pesado, necesitando de un pinchazo y dos bajonazos para deshacerse del burel”.403 Jesús Guerra Guerrita, “toreó bien con la capa e hizo un auténtico quite a uno de los picadores, que sufrió un aparatoso tumbo. Las fregolinas que a continuación vinieron entusiasmaron a la concurrencia. Quiso banderillear, pero no le salieron bien las cosas y con el trapo rojo se concretó a hacer una faena de aliño que terminó de una estocada. Los aplausos fueron tan tibios como su faena”.404 En cambio, Pepe Luis Vázquez tuvo mejor suerte con el quinto toro de la tarde, como narra El Redondel: …nos dejó con la frase en la boca de que no hay quinto malo, al torear de capa, aunque con la muleta hizo cambiar algo la cosa, pues en su faena hubo buenos derechazos, medidos y templados y valientes pases por alto. Intentó el natural sin lograrlo y alargó la faena más de lo debido. Se le aplaudió un desplante de rodillas, de espaldas al toro, y como la estocada aunque atravesada, fue definitiva, se le concedió la oreja y dio la vuelta al ruedo entre ovaciones.405
Andrés Blando lidió el segundo, con el que consiguió instrumentar “varias verónicas de recibo, y un valiente quite por gaoneras, pero con la muleta nos quedamos sin ver al artista que hace tiempo esperara el llorado Ruano Llopis, tubre de 1951, “Festival en Morelia por aficionados de la localidad”, p. 10. 400 Idem. 401 El Redondel, el periódico de los domingos, 11 de noviembre de 1951, “Gran triunfo de Curro Ortega, que ganó la Oreja de Oro en Morelia”, p. 12.
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Idem. Idem. 404 Idem. 405 Idem. 403
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El Rancho del Charro dice adiós al toreo Como se mencionó en páginas anteriores, al inaugurarse la Plaza Monumental de Morelia en 1952, el Rancho del Charro dejó de ofrecer corridas de toros. Para despedir los festejos taurinos de este recinto, se realizó una última corrida el día 5 de febrero, que a juzgar por el redactor de El Redondel no fue de la calidad que ameritaba la ocasión. Dado que se trata del cierre de un espacio que en su momento fue importante para la tauromaquia moreliana, para cerrar este capítulo a continuación se transcribe de forma íntegra, la nota publicada por dicho periódico. Domingo 10 de febrero de 1952 Salvo el último toro, la corrida del martes, en Morelia, fue pachanga Luis Procuna oyó un aviso; Ricardo Balderas estuvo mal y Anselmo Liceaga logró triunfar en el sexto. morelia, Mich., febrero 6 (especial para El Redondel). Cuando ayer contemplaba el ruedo de la plaza “Rancho del Charro” sembrado de capotes en todos lados, con picadores dando la vuelta al revés y otros ejecutando la suerte exactamente en los medios, después de cambiado el tercio, todo ello como factor de un descomunal herradero que prevaleció durante la tarde, pensé que, a pesar de lo chica, pueblerina y mal acondicionada, esta plaza merecía otra despedida. La fiesta de toros es pasión y el sentimiento juega papel importante en ella. Por eso, como sentimental, me dolió que la última corrida verificada en la placita donde tan buenos ratos hemos pasado, revistiera caracteres de pachanga pueblerina, en la que lo único respetable fueron los toros y la faena al último de Anselmo Liceaga. Fuera de ellos, todo se fue en carreras, puyazos en plena contramarcha, tumbos sin que hubiera
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un matador para hacer el quite, intentos de banderillear, intentos de naturales, intentos de derechazos y el disloque a la hora de matar. Hasta el quinto toro, inclusive, la corrida marchaba hacia el desastre absoluto y los protagonistas de esta triste despedida del Rancho del Charro eran Luis Procuna, Ricardo Balderas y Anselmo Liceaga, anunciados para lidiar, no para hacerle aire con la punta de la muleta, a seis toros de la ganadería Campo Alegre, de los hermanos Ochoa. Como los animales, principalmente tres, tenían trapío, fino pelaje, larga cola y demás características de verdaderos toros, había cierta curiosidad por ver si su bravura y nobleza correspondían a su aspecto y en caso afirmativo, contemplar las hazañas de “El Berrendito” a quien tanta falta le hace reivindicarse. Dos toros mansurronearon y si en los otros animales se vislumbraba la materia prima de grandes faena, su nobleza y bravura pasó en general desapercibida, pues su estilo se estrellaba constantemente, ante las muletas agitadas por el nerviosismo, para no decir miedo, de Procuna y Balderas. Luis Procuna, en el que abrió plaza con una salida alegre, no se acomodó para veroniquear, en quites ejecutó tres chicuelinas y su faena fue de aliño, estando fatal con el estoque. Oyó un aviso. Al salir el segundo animal, la cosa parecía que iba a componerse, pues Ricardo Balderas logró tres verónicas valientes, aunque embarulladas. El bicho recarga fuerte sobre los caballos y hay chicuelinas atropelladas, pero ceñidas, del matador en turno y un quite por gaoneras, muy bueno, de Anselmo Liceaga. La faena de Balderas, careció de plan, de mando y de aguante; hubo uno que otro derechazo pero, en general, el toro estuvo por encima del torero. Termina de dos estocadas y dos pinchazos con un toro bravo que se fue inédito. En el tercero estuvo tan desabrida la cosa que por poco nos dormimos. Apenas si nos dimos cuenta de que An215
El toreo en Morelia selmo finiquitó al socio de media estocada y un descabello. Su majestad, el toro, hizo su aparición en cuarto lugar. ¡Que preciosa, estampa de animal! Con peso de cerca de 500 kilos enmorillado, fuerte. Claro es que, Luis Procuna en su calidad de ciudadano de una República, dijo que no tenía que ver nada con majestades y permitió que el bicho fuera y viniera por el ruedo, mostrando su fuerza con un tumbo pavoroso. En quites no hubo más que media verónica de Liceaga. Al fin “El Berrendito” se decide a tratar con el monarca e intenta clavar banderillas, cosa que no le hace gracia al amo del ruedo, quien aprieta el paso, le gana terreno y le pega el susto de su vida a Procunita. Después de la espantada pone los garapullos de cualquier modo. Como en la faena no hay aguante, y el toro se aploma, nos quedamos sin ver a Luis, quien termina con una estocada baja. El siguiente es otro toro de bonita estampa, y se acentúa el herradero que prevaleció casi toda la tarde. Excepto los tumbos tremendos que provocó y de un puyazo en el que dejaron clavada la garrocha, nada hay digno de comentarse. Mientras Ricardo Balderas brincaba de un lado para otro ante la cara del toro, nosotros pensábamos en las buenas corridas que en esta plaza hemos visto y en los regios carteles inaugurales que, en la nueva y monumental plaza de Morelia, abrirá una época en la historia del toreo en la provincia. Entretanto Balderas mató muy mal. Y se dio suelta al último, un toro bravo, de excepcional nobleza y afortunadamente, Liceaga se decidió a dar la nota, comenzando su labor con dos verónicas y media buena a secas. En quites hace una chicuelina y una verónica y media que se aplauden. Balderas insistiendo ahora mucho, logra tres emocionantes faroles de pie y una media que calienta el ambiente, para que a continuación se desganen los aplausos ante varias gaoneras de Liceaga. Mal banderilleado llegó el toro 216
muy suave al último tercio y Anselmo lo aprovecha, haciendo una torerísima faena, comenzada por tres derechazos y un cambio preciso. Después de un desarme, prosigue con la derecha. Hay dos derechazos de antología y de ahí, para arriba, a sacar todo el repertorio, en pleno dominio sobre la bestia, con naturales, dos preparados de pecho y unos cambios dejando caer la muleta que fueron lo mejor del trasteo. Hace el teléfono, y otros desplantes entre los cuernos, y pone punto final con dos estocadas hondas. Se le otorga, con toda justicia las dos orejas y mirando las cosas un poco benévolamente, el rabo, saliendo el hombre en hombros de la multitud. Con esto concluimos la temporalidad de las corridas en el Rancho del Charro; aunque marcó toda una época en la historia de la fiesta brava dejó de ser utilizado como coso taurino cuando fue inaugurada la Monumental Plaza de Toros de Morelia el 2 de marzo de 1952. Terminamos esta revisión mostrando el cartel de esta corrida, seguido de una foto del triunfador Carlos Arruza dando la vuelta al ruedo, donde se puede ver el “entradón” de este festejo.
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Carlos Arruza, triunfador en la corrida inaugural de la Plaza Monumental de Morelia. cc3m
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Archivos, bibliotecas y hemerotecas Archivo Histórico de la Catedral de Morelia. Archivo Histórico Municipal de Morelia. Archivo Histórico del Centro Cultural y de Convenciones Tres Marías. Archivo General de la Nación. Archivo Particular del Lic. Luis Uriel Soto Pérez. Biblioteca Nacional de España, Hemeroteca Digital. Hemeroteca de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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Este libro se terminĂł de imprimir en febrero de 2014 en la ciudad de Morelia, en los talleres de Edicolor Digital S.A. de C.V. Se utilizaron las tipografĂas Palatino Lynotipe, Calibri, Candara, Last King Quest y Symbol.