250 años de historia de la plaza de Acho 2016

Page 1

250 años de historia de la Plaza de Acho Página 8

Ándres Roca Rey

Ganador del Escapulario de Oro del Señor de los Milagros Página 96

27 de Noviembre 2016 Enrique Ponce Alejandro Talavante Joselito Adame 6 Juan Pedro Domecq 6 Página 52

4 de diciembre de 2016 Morante de la Puebla, José Mari Manzanares Ándres Roca Rey 6 Hnos. García Jiménez 6 Página 76

Que Dios reparta suerte ! Página 38

El Paseillo Página 44

Los Claveles...... Página 114

La Marinera

Patrimonio cultural de la nación Página 118

La suerte de varas Página 122

Los toreros de plata

Enero de 2017

Página 128

1


2


3


Indice Pág. 52.- Reseña Corrida del 27 de noviembre del 2016. Enrique Ponce, Alejandro Talavante y Joselito Adame Ganadería Juan Pedro Domecq.

Pág. 8.- La plaza de Acho la mas antigua de América. 250 años de historia le avalan.

Pág. 14.- La capilla.

Mosaicos artísticos de los santos mas venerados por los toreros.

Pág. 16.- El hombre que es bien nacido, será siempre agradecido.

Pág. 53.- Enrique Ponce. Su actuación en fotografías.

Innumerables placas fundidas en bronce y mosaicos artísticos dan fe del paso del tiempo, conservando así su historia.

Pág.- 60.- Alejandro Talavante. Su actuación en fotografías.

Pág. 26.- Su museo taurino.

Trajes de luces, capotes de paseo, fotografías de grandes figuras del toreo de la época de oro.

Pág. 32.- A disfrutar de la fiesta.

Pasillos, corredores y terrazas dan albergue a los aficionados antes de la corrida.

Pág. 38.- Que Dios reparta suerte. Apoderados, subalternos, autoridades y empresarios, llevan a cabo el sorteo de los toros a lidiar.

Pág. 42.- ¡Todo mundo fuera!... que vamos a entorilar

Actividad que se lleva a cabo después del sorteo.

Pág. 44.- El Paseíllo.

La corrida da inicio y se disipan los nervios. 4

Pág. 66.- Joselito Adame. Su actuación en fotografías.

Pág. 72.- En el callejón.

Personajes en este singular lugar.

Pág. 76.- Reseña de la corrida del 4 de diciembre del 2016.

Morante de la Puebla, José María Manzanares, Andrés Roca Rey. Ganadería Hnos. García Méndez.


Pág. 106.- Ganadores del Escapulario de plata. De su inicio en 1969 a 2016

Pág. 114.- Los Claveles.

Un poema sobre esta flor tan simbólica en la fiesta.

Pág. 77.- Morante de la puebla. Su actuación en fotografías.

Pág. 118.- La Marinera.

Patrimonio cultural de la nación.

Pág. 82.- José María Manzanares. Su actuación en fotografías.

Pág. 90.- ¡Lo natural!...del natural… José María Manzanares.

Pág. 91.- Vuelta al ruedo…

Toro “Veraneante” ganador del escapulario de plata. Lidiado por José María Manzanares. Ganadería Hnos. García Méndez.

Pág. 96.- Andrés Roca Rey.

Ganador del escapulario de oro del Señor de los Milagros.

Pág. 100.- Ganadores del Escapulario de Oro. De su inicio en 1947 al 2016.

Pág. 122.- La suerte de varas. La primera de la lidia.

Pág. 126.- Merecido reconocimiento. A Don Pedro Cárdenas Sandoval.

Pág. 128.- Los toreros de plata. Actuación de los subalternos.

Pág. 134.- Presentación del libro “Soñadores de Gloria”.

5


6


7


La plaza de Acho la mas antigua de América

Texto: Dikey Fernández Fotos: Oskar Ruizesparza

L

a consabida historia de nuestra Plaza de Toros de Lima “Plaza de Acho” se remonta al sábado 22 de febrero de 1762, cuando los habitantes de la ciudad de Lima con una corrida de toros celebró jubilosamente la llegada del Virrey don Manuel Amat y Juniet en los terrenos denominados del Acho (HAACHO es una palabra castellana que significaba “parte alta” ósea desde donde se ve el mar llegar las embarcaciones al puerto del Callao). Este fue el primer intento de establecer un lugar especialmente construido para las celebraciones de las corridas de toros en Lima. Es necesario recordar que la influencia que ejerció sobre el Virrey Amat y Juniet la mestiza Micaela Villegas ó Miquita (nombre de cariño le decían sus familiares) Villegas “La Perricholi” y como no se ha investigado detenidamente su vida, posiblemente se ignore lo mucho que a favor de Lima hiciera ésta cortesana nacida en Lima y criada en Huánuco (confusión o no sobre su nacimiento, y que no es tema taurino que nos interese más allá de la historia). Es pues muy posible que a ella se le deban muchas de las obras que el virrey catalán realizó en nuestra ciudad limeña (específicamente en el barrio del Rímac, donde geográficamente está edificada la Plaza de Toros de Acho), entre las obras realizadas por el Virrey Manuel de Amat y Juniet se describen las siguientes: el palacio de la Quinta Presa (casa 8


250 años de historia le avalan

donde vivió La Perricholi), el Paseo de Aguas (cuenta la historia que el Virrey Amat le pidió a La Perricholi ser su amante y ella le respondió que lo haría cuando él le ponga la Luna a sus pies, al poco tiempo el virrey enamorado mando construir una fuente – reservorio de agua – muy pequeño en altura pero amplio en longitud y ancho, por lo que servía de espejo al cielo, y una vez que hubo ‘Luna Llena’ invitó a pasear a La Perricholi, diciéndole que hoy pone la Luna a sus pies), la Alameda de los Descalzos (vereda rodeada de jardines con 12 estatuas en mármol de carrara, que simbolizan los doce signos zodiacales), la Plaza de Toros de Lima “Plaza de Acho”. Por el año del 1765 el acaudalado vecino de la ciudad de Cañete, don Agustín Hipólito de Landaburu, se decidió a construir una verdadera plaza de toros firme (hay que recordar que en 1762 ya había una construida de madera en los terrenos de Acho), y para que hiciera las gestiones administrativas ante el virrey Amat, confirió poderes a su cuñado don Juan José Belzunce, quien se traslado a Lima, y en el mismo año de 1765 obtuvo la autorización concediéndole el permiso para la construcción de una plaza de toros firme, también le autorizó el permiso para celebrar ocho corridas de toros cada año, y de la utilidades se deberían entregar una determinada cantidad al Hospicio de los Pobres, que regentaba la Real Junta de Beneficencia. La 9


historia cuenta que al constructor y propietario de la plaza firme de Lima don Agustín Hipólito de Landaburu cuándo se le preguntó ¿a cuánto había ascendido la inversión de la construcción de la Plaza de Toros de Lima?, éste respondió que la construcción había costado 107,609 pesos y 6 reales. La fecha de inauguración de la Plaza de Toros de Lima “Plaza de Acho” tenía una serie de vacíos históricos, ya que las fuentes de principios de siglo, así como las diversas publicaciones sobre el tema no daban una fecha exacta, pero gracias a las investigaciones realizadas por el doctor Aurelio Miro Quesada Sosa se llegó a determinar que la primera corrida se celebró el 30 de enero de 1766, en la que se lidiaron 16 reses destinadas para los diestros de a pie y a caballo. En el cartel de esta corrida inaugural figuraban los espadas “Pizi”, “Maestro de España” y “Gallipavo”, los tres peruanos. Y el primer toro que pisó el ruedo de Acho para ser lidiado se llamó “Albañil Blanco”, procedente de la hacienda Gómez, ubicada en la localidad de Cañete (sur de Lima), y que según don José Emilio Calmell en uno de sus libros publicados cuyo título es “Diccionario Taurino del Perú”, los ejemplares de esta hacienda cañetana llevaban sobre sus lomos la divisa rosa y caña. La historia señala que a ésta primera corrida asistió el Virrey don Manuel de Amat y Juniet, y que el festejo se realizó aún pendiente del permiso y autorización del Rey de España Carlos III, que un año más tarde se dio por Real Cedula. El contratista de la plaza don Agustín Hipólito de Landaburu se dedicó a explotar el negocio de organizar corridas de toros con bastante acierto, pues obtenía muy buenas utilidades cada temporada. No lo disfrutó por mucho tiempo, ya que por cláusulas del contrato que le eran desfavorables a él, dejó de dar corridas. A la muerte de don Agustín Hipólito de Landaburu continúo explotando la Plaza de Toros de Lima “Plaza de Acho”, su viuda, la misma que fue asesorada por su hermano don Juan José Belzunce, quien también antes había asesorado al malogrado Landaburu. A la muerte de la viuda de don Agustín Hipólito de Landaburu fue su hijo don Hipólito de Landaburu y Belzunce quien heredó sus cuantiosos bienes, entre ellos la Plaza de Toros de Lima (Plaza de Acho), quien no continúo la labor de sus padres. Al marchar éste a España y luego de ser enviado a Francia, 10


su albacea don Hipólito Unánue se hizo cargo de la plaza de toros. En el año de 1832 don Hipólito Unánue como albacea de Landaburu y Belzunce dejó como legado testamentario de su patrocinado la Plaza de Toros de Lima “Plaza de Acho” a favor del Hospicio de los Pobres, administrada por la Junta Real de Beneficencia de Lima (actualmente forma parte del patrimonio de Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana, propietaria de la Plaza de Acho), para su explotación a favor de dicho hospicio. La entidad propietaria del coso taurino limeño procedió a sacar a remate la explotación de dicho inmueble, siendo el primer asentista don José Antonio Morote. La antigua y vieja Plaza de Toros de Lima “Plaza de Acho” sufrió con el correr del tiempo tres grandes modificaciones: la primera se efectúo en 1865, la que fue denominada de “refacción”, con motivo de prepararla para la celebración de su centenario; la segunda y la más importante en 1944, denominada la “remodelación” a cargo de la Sociedad Explotadora de Acho, de común acuerdo con la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima (nombre anterior que llevaba la propietaria del viejo coso rimense) ; y por último las obras realizadas en el año de 1961, a la que se ha denominado de “ampliación” ya que el área de la plaza fue aumentada con los grandes patios de ingreso, formando atrios, pérgolas y explanadas, así como la edificación de un restaurante, dos bares y un Museo Taurino. La antigua Plaza de Toros de Lima “Plaza de Acho” tenía una capacidad para 6,300 personas y un ruedo con 90 metros de diámetro. Con la remodelación del año 44 la nueva estructura de la Plaza de Acho se ahondó, teniendo el ruedo ahora 60 metros de diámetro, y también se la elevó sobre las mismas columnas (sin modificarlas) columnas conocidas como “machotes” (columnas o contrafuertes) y que se conservan originalmente construidas desde 1765 en barro y caña, ésta vez la nueva capacidad de la plaza se había ampliado aproximadamente para 13,300 personas. La llamada reinauguración tras la remodelada Plaza de Toros de Lima “Plaza de Acho”, se llevó a cabo el 7 de enero de 1945. El cartel de la tarde inaugural estuvo conformado por los toreros españoles Rafael Ponce “Rafaelillo”, Juan Belmonte Campoy y el torero peruano Adolfo Rojas “El Nene”, que esa tarde recibió la alternativa de matador de toros. Aquella tarde 11


se lidiaron seis toros de la prestigiosa ganadería nacional de “La Viña”, de propiedad de don Víctor Montero, con divisa celeste y blanca. Es por el año de 1946, y por gestión de don Manuel Solari Sawyne “Zeñó Manué” por intermedio del diario decano

12

“El Comercio” se establece la ‘Temporada de Octubre’, más tarde llamada ‘Feria del Señor de los Milagros’. Esta idea de crear una temporada o feria partió de su antecesor don Fausto Gastañeta en 1942, también desde las páginas del diario “El Comercio” y fiel a sus convicciones don Manuel Solari

continúo llevando a cabo, hasta que en 1946 vio luz del anhelo e instauración. A partir de ese momento se inicia una nueva página en la historia taurina del Perú. La feria limeña se inicia un 12 de octubre de 1946, en el cartel seis toros mejicanos de La


Punta, para los diestros Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete” (español), Luis Procuna (mejicano) y Alejandro Montani (peruano). Aquella tarde partieron plaza un campero andaluz, un charro mejicano y un chalán peruano. Esta feria por razones políticas en 1948 sólo se redujo a novilladas. Del

1949 al 1951 esta ya prestigiosa y postinera feria se lleva a cabo en la Monumental Plaza de Lima, también conocida como Plaza de Chacra Ríos (hoy es el Coliseo Amauta). Nuevamente desde 1952 hasta nuestros días se realiza en la Bicentenaria Plaza de Toros de Acho. En el año de 1996 se realizaron las

corridas conmemorativas por las ‘Bodas de Oro’ con motivo de los 50 años de la Feria del Señor de los Milagros, al igual que en 1946 partió plaza un campero andaluz, un charro mejicano y un chalán peruano, y en el cartel se lidiaron toros mejicanos de Javier Garfias, para los diestros Alejandro Silveti (mejicano), Vicente Barrera (español) y Rafael Gastañeta (peruano).

13


La Capilla.

El Señor de Los Milagros

14


15


El hombre que es bien nacido, sera siempre agradecido Impresionante la cantidad de reconocimientos en los muros de la plaza. Bustos, placas realzadas y fundidas en bronce, azulejos artisticos. La historia de Acho y su grandeza se encuentra en estos reconocimientos. Cada una de ellas ha detenido el tiempo y solo queda la nostalgia de lo ahí sucedido. Fotos y texto :Oskar Ruizesparza

16


17


18


19


20


21


22


23


24


25


Su museo taurino Por: Dikey Fernández Fotos: Oskar Ruizesparza

E

l Museo Taurino de la Plaza de Toros De Acho es un edificio de construcción moderna que está ubicada en los exteriores de la bicentenaria plaza de toros de Lima, exactamente al lado izquierdo del ingreso del atrio ó de la explanada a los tendidos de sombra, en el sub sótano debajo del local denominado “Mesón La Ronda”, y que turísticamente está a solo una cuadra del Paseo de Aguas, de la Alameda de los Descalzos, del Convento Franciscano de los Descalzos, de las Iglesias Coloniales de Santa Liberata, de Nuestra Señora de Copacabana, del mirador del Cerro San Cristóbal, así como de otros lugares coloniales y virreinales en el Rímac de visita obligada por los turistas en Lima. El Museo Taurino es un local adosado al contexto del viejo coso limeño; forma parte de las propiedades de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana, entidad que por legado es propietaria de la Plaza de Toros de Lima. Esta institución dedicada a fines eminentemente sociales (atención de niños y ancianos), por Acuerdo del Directorio del mes de septiembre de 1961, se tomó la decisión de crear un local donde se puedan exhibir los objetos taurinos más importantes y que íntimamente estén ligados a la historia de la plaza de toros de Lima (Plaza de Acho), desde su fundación el 30 de enero de 1766, hasta nuestros días. 26


Es así como se instauró el Patronato del Museo Taurino, que fue presidido por el doctor Manuel Cisneros Sánchez en noviembre de 1961. Los miembros de ese primer grupo del patronato se abocaron a buscar dispersos objetos taurinos que se encontraban en colecciones privadas y que no los exhibían al público, logrando que muchos donen al Museo Taurino bienes culturales formando así el primer acervo museográfico del Perú. Se escogió inicialmente como local provisional para ser usada como sala de exhibición museográfica el sub sótano del edificio denominado “Mesón La Ronda” (restaurante de muchísimo prestigio en Lima), pero como todo provisional muchas veces se queda como definitivo en el tiempo. Fue así como el 18 de octubre de 1962 se inauguró el Museo Taurino de la Plaza de Acho, abriendo sus puertas al público a partir del día siguiente con el éxito y los mejores elogios por la calidad de bienes culturales que ahí se empezaron a exponer en forma permanente e ininterrumpida. En marzo de 1983, en la que se desbordó el Río Rímac (río que cruza el valle donde está fundada la ciudad de Lima, por Don Francisco Pizarro) inundando la Sala principal de exhibición, deteriorándose algunos bienes culturales de gran valor museográfico. Poner nuevamente operativo el Museo Taurino de Acho duró aproximadamente siete meses, con motivo de la tradicional Feria del Señor de los Milagros de ese año, se volvieron a abrir sus puertas al público, con el mismo estilo que había tenido antes. 27


En 1989 se volvió a recomponer en número los miembros del olvidado Patronato del Museo Taurino, ésta vez la presidencia recayó en el General FAP José Ernesto Fernández Lañas, quien trabajó indesmayablemente en la recuperación del acervo cultural museológico taurino, especialmente en textiles (trajes de luces), falleció en ejercicio de sus funciones en 1995, asumiendo el ingeniero Luis Cayo Córdova es el cargo de presidente del Patronato, institución que años después dio paso a la formación del Patronato de la Plaza de Acho. Fulvio Da Fieno extinto aficionado fue el primer curador o encargado del Museo Taurino de Acho, lo sucedió en el cargo la señora América Carrera Sanguinetti por catorce años, posteriormente en cortos periodos al frente del museo estuvieron Juan Ramírez Peña, Alicia García Barboza y Guillermo de las Casas, hasta 1988 la Dirección del Museo Taurino de Acho fue depositada en confianza a Dikey Fernández Vásquez, posteriormente en menor tiempo Rosa Zorrilla, Carmen Huamanchumo y por último a Elita Moreno, con el apoyo de taurino Jaime Arenas. El museo actualmente cuenta con cerca de los dos millares de bienes culturales y no todos se encuentran en exhibición, éste local se inicio con apenas 128 objetos taurinos, los mismos que a través del tiempo fueron incrementándose sobre todo en el año de 1966 con motivo de las celebraciones del “BICENTENARIO DE LAS PLAZA DE ACHO” evento que fue de primerísima línea y en la que se 28


vieron obligados los matadores a obsequiar sus prendas al museo, lo que provoco fue que muchas familias que tenían bienes culturales taurinos entregasen al museo para que sean mostradas en público, llegando a 657 bienes culturales. Es en 1989 que se ve una nueva perspectiva museológica al ya existente en Acho, para l que se abocó a tiempo completo el patronato, logrando llegar a la cifra de 1660, do los que inicialmente hacíamos referencia. Con el apoyo económico del Patronato del Museo en 1990 se logró restaurar y conservar varias piezas textiles que se encontraban en probable deterioro. El asesoramiento técnico del ICOM-PERU y del INC fue necesario para un buen manejo del material textil. Así mismo se lograron deshumedecer las paredes de los ambientes colindantes al exterior, revistiendo las paredes con pintura expoccica, a fin que no filtre la humedad del medio ambiente, jardines y corrales. Su contenido rico en trajes y capotes de grandes figuras como fueron, César Girón, Antonio Bienvenida, Raúl Ochoa Rovira, Luis Gómez “El Estudiante”, Luis Procuna, Fermín Espinosa “Armillita”, Manuel Rodríguez “Manolete” Juan Belmonte, Fernando Roca Rey, Manuel Benítez “El Cordobes”, Conchita Cintrón “La Diosa Rubia del Toreo”, Rodolfo Gaona, Domingo Ortega. En sus muros cuelgan fotografías históricas de los matadores que han pisado este albero, Pinturas de Ruano Llopis, banderillas y arreos que le dan vida al pasado de esta iconica plaza de toros de Acho. 29


30


31


¡ A disfrutar de la fiesta ! A temprana hora las terrazas, pasillos y explanadas, se iba congregando de aficionados. La tuna y grupos alegraban con su musica los momentos previos a la corrida. Las terrazas se llenaron de comensales y paladearon los manjares de la cocina Peruana. Los niños disfrutaban del pequeño redondel, forjando su sueño de querer ser torero. Los nombres de los toros y sus pesos asi como la ganadería a la vista del públíco. Un presagio se sernia de una tarde redonda, figuras del toreo y ganaderías lo garantizaban. Fotos y texto :Oskar Ruizesparza

32


33


34


35


36


37


Que Dios reparta suerte Por Enrique Rivas “Joselito” qepd Fotos Oskar Ruizesparza

E

n el mundo de los toros la suerte tiene un papel primordial y es en la ceremonia del sorteo, que se lleva a cabo cuatro horas antes, de la hora anunciada para el festejo, en las dependencias de la plaza, donde la suerte caprichosa y voluble, como una dama seductora, se aparece regalándole sus favores a quien menos se lo espera. En los principios del toreo, no existía el sorteo de los toros a lidiarse, simplemente ya sea por imposición del ganadero o bien por las ventajas del torero de mayor cartel, se repartían los toros a su gusto, dejando a los otros toreros con lo que sobraba, claro que siempre escogían los toros con mejor estampa y con las características mas cómodas para el torero favorecido. Hasta el año de 1897 Luis Mazzantini torero de la época, convence a todos los interesados y se instituye la ceremonia del sorteo, lo que se registra en todos los reglamentos taurinos y se establece como una norma, con esta acción se terminaron las ventajas y cada quien según su suerte se quedaba con los toros que le correspondían, como resultado de esta ceremonia. El encierro que se lidia en la tarde se encuentra a la vista de todos, aficionados, apoderados, banderilleros, autoridades y medios de 38


comunicación. Generalmente asisten al sorteo los apoderados de los toreros y los banderilleros las dos partes realizan actividades importantes. Los banderilleros, con calma observan a los toros en los corrales, anotan los números que llevan los toros marcados a fuego y apuntan algunas de las características especiales que presenta cada uno, estos datos les servirán para en común acuerdo, con los apoderados y los banderilleros de cada torero, realizar los lotes esta faena se llama “Enlotar”. Comúnmente en un festejo se lidian 6 toros 6 lo que se busca para enlotar es emparejar la suerte es decir, se escogen los 3 toros con mayor presencia o los que mas gustan a los toreros por su características y se emparejan con los otros 3 que no son tan preferidos, luego anotan el número de uno que les gusto más y lo juntan con otro que les gusto menos, supongamos que los toros mas bonitos son el 33, 44, 55 mientras que los toros con menos estampa son el 22, 88, y por ultimo el 66. Los lotes pueden quedar de la siguiente forma el 33 con el 22, el 44 con el 88 y el 55 con el 66. El sorteo se realiza en el patio de cuadrillas ante las autoridades de plaza, el Juez y su Asesor, así como el cuerpo de médicos veterinarios, quienes certifican la integridad de los toros y de las buenas condiciones que guardan para ser lidiados. Los

apoderados

y 39


banderilleros regresan con sus anotaciones, en este momento el Juez de Plaza les reparte según la tradición unos papelillos de papel arroz o de envolver tabaco para que anoten en ellos los lotes correspondientes de acuerdo a sus anotaciones. Luego el Juez se quita el sombrero y solicita a alguno de los presentes un sombrero más, mientras tanto el apoderado con su papelillo correspondiente lo hace chiquito, hasta hacerlo una diminuta pelotita en la que ya se encuentran anotados los números de los toros según fueron enlotados. En el sombrero con la copa hacia abajo, el juez solicita que depositen las pelotitas de papel, cada apoderado y banderilleros antes de meter las pelotitas en el sombrero, se santiguan y pronuncian alguna oración, y colocan las pelotitas dentro del sombrero diciendo ¡ Que Haya suerte para todos ¡ Cuando las pelotitas están dentro, el Juez de Plaza, tapa con el otro sombrero el hueco, en el que quedaron los papelillos, agitando los dos sombreros para que las pelotitas se revuelvan bien, acto seguido tal como mandan los reglamentos, el apoderado del primer espada en antigüedad, es el que saca la primera pelotita, a continuación el siguiente en antigüedad, hasta el apoderado del torero mas joven en el cartel. No pueden ver los papelillos, el Juez solo permite que entren los dedos para que tomen la pelotita que ellos quieran y les pide en el momento de sacarlas que no 40


turno del matador según su antigüedad, que toro de los que le corresponden, prefiere que salga en primer lugar y por eliminación, el otro saldrá en segundo. Los apoderados le piden un poco de tiempo y regresan a los corrales con el papelillo en la mano y ahora observan con mucho detalle y atención a los toros que tienen marcados a fuego, los números que aparecen en la pelotita de papel, generalmente los apoderados prefieren que salga el toro con menos probabilidades de triunfo en primer lugar y dejan al que les gusto mas en segundo, para con ello en la medida de lo posible, asegurar el éxito de su torero. Para garantizar el espectáculo si por alguna razón se inutiliza un toro durante la lidia, existen dos toros de reserva, que normalmente son sugeridos por el ganadero estos toros también se anotan en la tarjeta y son llevados a toriles como sus hermanos. digan nada, hasta que todos los apoderados tengan en la mano la suya. Cada apoderado en el momento de sacar su pelotita, vuelve nuevamente a hacer la señal de la cruz y pronuncia alguna oración, deseando que el lote de su preferencia sea el que la suerte le haya destinado, desenrollan los papelillos con calma y cuando están extendidos observan los números de los toros, que su matador enfrentara esa tarde. Luego el Juez de Plaza verifica que todos estén de acuerdo y les solicita el orden de salida, es decir en cada

Son toros en perfectas condiciones pero que sus hechuras y estampa no son tan agradables como los que se enlotaron, algunos se van de reserva porque tienen mayor peso, tal vez, en otras ocasiones porque son de un tipo diferente en su apariencia de los que se lidian de acuerdo al sorteo. Muchos toros de reserva por la razón que sea han salido a la plaza y dan un juego extraordinario mientras que los que se lidiaron de acuerdo al sorteo no resultaron tan buenos, nuevamente nos enfrentamos a la caprichosa suerte. 41


¡ Todo mundo fuera !... que vamos a entorilar

42


43


El Paseillo Por Enrique Rivas “Joselito” qepd Fotos Oskar Ruizesparza

S

in duda una de las partes mas emocionantes en un festejo taurino, es el paseíllo, el desfile multicolor de las cuadrillas, bajo la emocionada sonoridad del pasodoble torero, con la gallardía de los toreros que vestidos de príncipes avanzan hacia el misterio que significa cada tarde de toros. Al sonar los clarines que hieren al viento con sus agudos toques, es el anuncio que toda la gente espera, para que se de inicio el festejo, la autoridad de esta manera ordena el comienzo del espectáculo, se abren las pesadas hojas de madera de la puerta de cuadrillas para dar paso al desfile de cuadrillas el paseíllo, que tiene un rito y una forma especial, que tiene una gran importancia y jerarquía dentro del universo taurino. A continuación explicamos amable lector, los pormenores de este rito luminoso y ancestral de la fiesta de los toros: El alguacilillo porta una vestimenta de mucha tradición que proviene de España se trata de un traje de pana o raso de color negro en honor de Felipe II cuello blanco con adornos y sombrero adornado con dos plumas, mientras que en México el alguacilillo se distingue por portar el tradicional traje de charro aunque en muchas plazas de toros de nuestro país se les puede ver vestidos de una u otra manera este es el primer personaje que sale a la plaza cabalga hacia al palco de la autoridad y recibe la orden de que comience el espectáculo, vuelve hacia las cuadrillas y se coloca al frente de las mismas para iniciar el paseíllo, luego recoge la llave de los toriles y se la entrega al encargado de la puerta de toriles otra de sus funciones es entregar los trofeos a los toreros. Los toreros encabezan el paseíllo la colocación de ellos guarda relación con la antigüedad de cada uno, esto no significa que sea por orden de edad sino la antigüedad que tengan como toreros, es decir, por orden de alternativa. De esta forma el que primero que haya 44


45


46


47


48


49


recibido la alternativa de matador de toros se coloca a la derecha, el segundo lo hará a la izquierda, mientras que el más joven de los tres, lo hará en el medio, vistos por el público de frente. Debemos decir que el espada que torea por primera vez en una plaza debe hacerlo desmonterado, es decir, con la montera en la mano. En el caso de que hubiera hecho el paseíllo de novillero y volviera al mismo ruedo una vez tomada la alternativa, también desfilara hasta el palco de la autoridad con la montera en la mano esa es la señal para el publico asistente que es la primera vez que se presenta en la plaza como matador de toros. A continuación de los toreros se encuentran las cuadrillas, los subalternos reciben muchos nombres: peones, banderilleros o incluso toreros de plata. El orden de los subalternos depende de su antigüedad en el oficio taurino y en ese orden van tomando su lugar detrás del matador al que les toca servir cabe resaltar que cada torero cuenta con tres subalternos, ellos se colocarán en fila justo detrás de los matadores primero los del primer torero y así sucesivamente. Los picadores también forman parte de la cuadrilla de un torero, cada maestro dispone de dos picadores, que salen para actuar en cada toro que le corresponde al matador, el método para su colocación en el paseíllo es el mismo que con los subalternos, depende de su antigüedad en el toreo y marchan detrás de sus compañeros subalternos encima de sus cabalgaduras. Luego desfilan los monosabios que son los encargados del servicio de plaza, y de forma especial auxilian a los picadores con las cabalgaduras en el momento de su actuación y después de la muerte de cada toro vuelven a dejar en condiciones el ruedo para el siguiente matador. Al final del grupo vienen los “mulilleros” encargados del tiro de mulillas con las que se arrastra al toro después de muerto para sacarlo del ruedo y llevarlo al destazadero de la plaza.

y ovaciones por su prestancia y sabor en el momento de partir plaza.

Es tan importante el paseíllo que para muchos toreros en la historia, solo les bastaba pisar la arena para recibir caudales de aplausos

Además en esos momentos, el público toma partido por su torero favorito les aplaude y los alienta, los toreros guardan ritos y tradiciones como por ejemplo el hacer una cruz

50


su patriotismo con capotes de paseo adornados con símbolos nacionales como Don Juan Silveti “El Meco” que paseo con orgullo bordado en su capote de paseo el Calendario Azteca, así como Mauro Liceaga de dinastía de solera que en competencia con los toreros españoles lucio en su capote un Cuauhtémoc, también en ocasiones se presenta la rivalidad entre los toreros por celos profesionales se han dado casos en que los toreros se hacen de palabras en la puerta de cuadrillas y al comenzar el paseíllo, mucho se recuerda por ejemplo el pleito entre dos figuras Joselito Huerta por México y del español Paco Camino, el mexicano le dijo despectivamente ¡Gachupin! mientras que el español lo insultó diciéndole ¡Indio! las diferencias las limaron en el ruedo con grandes faenas lo que resulto en beneficio del publico que vivió la disputa en un torbellino de pasiones. Ya que cada tarde de toros viene seguida de un presagio de que algo grande tiene que suceder es una de las situaciones mágicas que ofrece la fiesta en un espectáculo irrepetible, único y singular. Cuando los toreros llegan hasta el palco de la autoridad, piden permiso respetuoso al Juez de Plaza, de inmediato cambian el capote de seda por el capote de percal con el que van ha torear, un detalle significativo para cualquier aficionado presente o personaje es que el torero le entregue su capote de paseo para que adorne su localidad es una gran distinción.

con el pie en la arena, al mismo tiempo que se desean suerte diciendo ¡Que Dios reparta suerte! enfundados con su capote de paseo, de bordados exquisitos y con las imágenes de su preferencia como la Virgen de la Macarena, el Cristo del gran poder y la Virgen de Guadalupe, El Señor de los Milagros, algunos han demostrado

Ya con su capote de percal en la mano los toreros realizan algunos ejercicios y torean al viento para relajarse, en ese momento el público comienza con aplausos y grandes voces a solicitar la presencia de su torero favorito para que salude montera en mano desde el tercio, casi siempre el primer torero que sale es aquel que tuvo triunfos en su anterior presentación así como el que goza de mayor simpatía entre los asistentes, es un momento de mucho colorido y emoción, casi siempre el saludo termina con la participación de los tres toreros en el cartel saludando al mismo tiempo a toda la concurrencia. Son muchos los diestros que le han dado brillo por su intensa personalidad y elegancia al paseíllo torero, que sin duda cabe, por si mismo es un espectáculo, que vale la pena no perderse, cada tarde de toros. 51


Por: Dikey Fernández Fotos: Oskar Ruizesparza

Éste

domingo 27 se guardará en los anales de la historia taurina de la Plaza de Acho, en especial de la Feria del Cristo Morado, por la descollante actuación de los tres diestros alternantes que partieron plaza al compás del pasodoble “Gallito” y que interpretó la banda de músicos Juventud Coracora en medio de aplausos de los asistentes. Una tarde para el recuerdo que hubiera sido una tarde de Gloria como el libro de Oskar Ruizesparza que presentó el Lima el viernes último. Si Ponce, Talavante y Adamen no hubieran pinchado con la espada al momento de entrar a matar, otro sería el titular. Si fue grande el momento en que se cortaron las orejas, más grande aún fue la ovación cerrada que recibió cada uno de los toreros al término de sus faenas, siendo justo premio a sus labores taurinas a pesar de que las faenas se estropearon al momento de la verdad. Enrique Ponce y Alejandro Talavante hicieron faenas para el Escapulario pero la espada les jugo un papel contrario. En tarde de Sol y más de tres cuartos de plaza, se lidiaron seis toros de la ganadería de Juan Pedro Domecq, que resultaron bravos, nobles y con transmisión; destacando 52

el lidiado en quinto lugar, al que el señor juez de plaza le escatimó la vuelta al ruedo, para mi modesta opinión hasta el momento es el toro N° 98, de la feria y por qué no, creo que puede ser toro de Escapulario.
 Enrique Ponce, oreja y vuelta al ruedo Alejandro Talavante, palmas y oreja Joselito silencio.

Adame,

oreja

y

El primer torero que recibió las ovaciones fue el diestro español Enrique Ponce, quien desde que se abrió de capa dejó ver el cofre de su tauromaquia, destellante y siempre artista el torero valenciano fue cosechando uno a uno cada aplauso hasta lograr la conjunción de todos los asistentes, que al unísono coreaban ¡torero! ¡torero!, a ese primer toro al que le cortó una oreja y dio la vuelta al ruedo en medio de ovaciones. La apoteosis vino en el cuarto toro de la tarde donde el matador interpretó pases de todas las marcas, desarrollando las poncianas, un muletazo de su inspiración flexionando las piernas y haciendo el cambiado de muleta en ambas manos, y para enaltecer sus labor el cartucho de pescado, el pase que Antonio Bienvenida y Miguel Báez “Litri” inmortalizaron,

pero Enrique Ponce lo volvió a revivir en medio de los olés y palmas. Pero la espada le negó el triunfo absoluto, sin embargo el público generoso de Lima le volvió a dar una sonora ovación y Ponce en los medios del ruedo agradeció. Una vez más su inspiración culminó en grande y los periodistas taurinos del Perú le dieron por ganador ésta tarde. El torero Alejandro Talavante no quiso quedarse atrás y también salió inspirado y dio una faena muy técnica a su primero y que pudieron apreciar, estuvo enorme con su segundo toro, el quinto de la tarde al que desde que se estiró en el primer lance, se le vio al toro que era bueno y Talavante se entregó sacando muletazos de todas las marcas, aguantando horrores y pasándose los pitones muy cerca de la taleguilla, una faena de valor y raza. Alejandro Talavante estuvo variado y con pases como la arrucina y cambios de mano que fueron no solo ovacionadas sino que repetidas y sonoras ovaciones oyó en la vieja plaza de toros de Lima. También la espada le negó salir por la puerta grande. El mexicano Joselito Adame intentó estar a la altura de las circunstancias y dio el do de pecho, es decir cumplió a cabalidad su actuación y también cortó una oreja, pero en el último al que quiso hacerle más faena, la tarde nos llegó y se disipó su labor. El picador de toros Pedro Cárdenas Sandoval se retiró de los ruedos tras 50 años ininterrumpidos de actuaciones en feria del Cristo de Pachacamilla.


Enrique Ponce

53


54


55


56


57


58


59


Alejandro Talavante

60


61


62


63


64


65


Joselito Adame

66


67


68


69


70


71


En el callejón

72


73


74


75


Por Dikey Fernández Fotos Oskar Ruizesparza

El

diestro nacional Andrés Roca Rey es el primer torero peruano en obtener dos Escapularios de Oro del Señor de los Milagros como mejor torero de la presente feria. La historia de la feria data de 1946 y toda ella sólo un torero había ganado dos Escapularios seguidos, en 1969 y 1970 el madrileño Ángel Teruel, hasta hoy que el torero de casa Andrés Roca Rey ha obtenido por segundo año consecutivo el más preciado trofeo en el mundo taurino americano; es la presea o galardón máximo que un torero nacional ha obtenido seguidamente en dos ferias, la del 2015 a cargo de Citotusa y la del 2016 a cargo de Casa Toreros Consorcio Perú. Pero la anécdota no queda ahí solamente, porque los peruanos que han obtenido dicho Escapulario han sido en 1973 Rafael Puga, en 1991 Freddy Villafuerte, en 1992 Pablo Salas, en 1997 Rafael Gastañeta y en el 2015 Andrés Roca Rey. Que orgullo el nuestro tener a un joven salido de las canteras de Acho para ir a España y triunfar, regresar como un ídolo máximo a Lima para triunfar, y de qué manera, metiéndose la gente como él como lo que es, un verdadero líder que mueve masas, los taurinos de pláceme y en medio del loquerío gritando torero! Torero! Torero! Luego gritos no taurino Perú! Perú! Perú! En resumen se cortaron siete orejas: Roca Rey, cuatro; Manzanares, dos; y Morante de la Puebla, una. La tarde llena de gloria, el Sol radiante y las graderías de la Plaza de Toros de Acho a reventar, algunos pequeños claros en el Tendido 1, pero los de Sol estaban llenos 76

hasta la bandera, ni entraba un alfiler en los asientos altos el delirio era absoluto. La banda de músicos interpretaba los pasodobles uno a uno y luego las marineras hacían estremecer los viejos machones del coso rimense cuando los tres matadores estaban toreando. Morante de la Puebla, oreja y silencio José María Manzanares, palmas y dos orejas Andrés Roca Rey, dos orejas y dos orejas. La tarde se inició con el paseíllo con alguacilillos y caballos peruanos de paso, que rompieron en ovación al término del mismo. Partió plaza Morante de la Puebla, trajeado de lila y azabache, pero en conclusión tuvo una de cal y otra de arena. En su primer ejemplar, un pupilo de hermanos García Jiménez realizó una faena muy jaleada, con lances impregnados del sello particular de Morante, al que le ejecutó muletazos con su aroma de torero y al que le cortó una oreja. A su segundo en el lote que le tocó en suerte no tengo mucho que reseñar con el percal, pero tiene muletazos aislados que torea primorosamente y esos destellos son apaulados, estuvo con su corte de torero gitano, pero sólo se limitó a oír el sonido del silencio.
 Por su parte el diestro alicantino José María Manzanares hijo del diestro del mismo nombre, al que Lima le rindió pleitesía taurina y que obtuvo cuatro escapularios. A su primero lo recibió con templadas verónicas que fueron


largamente jaleadas, después de la suerte de varas y la colocación de banderillas, el torero de Alicante realizó una faena corta pero con hondura, el animal se quedaba corto, y se puso pesado con la espada, por lo que oyó palmas. Con el que hizo quinto Manzanares estuvo inmenso, exuberante y desbordante en el repertorio de, mientras que el viejo adagio se logró cumplir en el quinto toro “No hay quinto malo” y de esa manera se destapó el cofre con la esencia del toreo bueno, de ese que se ve en pocas oportunidades, torero lento, templado, ligado y con ese arte depurado de los bendecidos para ser figura, con ese toro cortó las dos orejas. Otra vez Andrés. Que puedo escribir de un torero

peruano al que lo he visto desde niño en tentaderos. Lo hemos visto torear en España alternando con las figuras y saliendo por la puerta grande de diferentes plazas de toros hispanas, aclamado ya en España como ídolo de multitudes, donde la tauromaquia ver reverdecer al torero valiente, a ese que tarde a tarde se juega la vida en cada muletazo, consiente o inconsciente, pero del que los aficionados a la tauromaquia quieren y esperan. Variado de capote y muleta, comprometido siempre en medio de los pitones de los toros y pisando los terrenos difíciles que el peligro asecha. Pero ahí es donde se ven a los toreros, y Andrés es uno de los privilegiados. Dos orejas en el tercero y otras dos orejas en

el que cerró plaza. El público se quedó a aplaudir la salida en hombros de los dos toreros Manzanares y Roca Rey, al cierre de ésta edición el Jurado Calificado dio por ganador del Escapulario de Oro del Señor de los Milagros a Andrés Roca Rey y el Escapulario de Plata al toro “Veraneante” herrado con el número # 46, de la ganadería Hermanos García Jiménez de España, al que le dieron la vuelta al ruedo. Apostillas.Dennis Castillo se volvió a desmonterar y César Caro pegó un puyazo. Fue cogido sin consecuencias el matador Andrés Roca Rey. Los letreros anunciaron y agradecieron los 250 años de Acho.

Morante de la Puebla

77


78


79


80


81


José María Manzanares

82


83


84


85


86


87


88


89


¡ Lo natural !...del natural....

90


Vuelta al ruedo...

Premio a la bravura y nobleza Ganador del Escapulario de Plata como el mejor toro de la feria Toro “Veraneante” No. 46 de la Ganadería Hnos. García Jiménez de España

91


92


93


94


95


Ándres Roca Rey

Ganador del Escapulario de oro del Señor de los Milagros HISTORIA DE LA FERIA TAURINA DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS Por: Dikey Fernandez Fotos Oskar Ruizesparza

P

or el año del 1,942 aparece por primera vez en el Perú, la página taurina con información periodística dedicada a difundir la fiesta brava a través del decano de los diarios como es “El Comercio”, órgano de amplia difusión y con gran prestigio en el mundo. El primer responsable de la página especial denominada “Lunes Taurinos” recayó en la pluma de don Fausto Gastañeta personaje limeño que usaba el seudónimo taurómaco de “Que se va...ya”, y fue él quien lanzó la idea de dar una temporada taurina en el mes de Octubre, dedicada al Señor de los Milagros, patrón de la ciudad de Lima. Fallece al poco tiempo de haber asumido tal encargo y lo sucede en la crítica taurina el tradicionalista limeño Manuel Solari Swayne “Zeñó Manué” quien indesmayablemente batalla periodísticamente desde la página de los “Lunes Taurinos” del diario “El Comercio” por cuatro años, lunes a lunes, a favor de que Lima tenga una temporada taurina en el mes de Octubre. El artículo principal de don Manuel Solari Swayne “Zeñó Manué” que el diario “El Comercio” publicó, fue decisivo para la creación de la entonces denominada “Temporada de Octubre” y que con el correr de los años tomó el nombre de “Feria del Señor de los Milagros”. Estamos reproduciendo para todos los aficionados el artículo publicado en el diario “El Comercio”: “Pocas manifestaciones públicas tan ceñidas a la tradición, como la fiesta brava. Aunque la manera de torear haya evolucionado – si ayer se prefirió el lance con las manos altas, hoy al aficionado le gusta mejor cuando es ejecutado con las manos bajas no puede decirse que el toreo haya cambiado sustancialmente. Se mantiene, a pesar de los años la rígida estructura de este rito popular. Continúa permanente y depurado el clásico corte 96


de la lidia. Tres tercios. No hay quien destruya el gallardo tríptico. La verónica, la media verónica, los puyazos, los quites, las faena de muleta y la estocada. Algunos quites y pases han sido creados. Se ha enriquecido el repertorio y se ha dado un matiz más de plasticidad al arte incomparable, pero en esencia, medularmente, sigue siendo lo mismo. La verónica, el pase natural y el de pecho y el volapié siguen siendo la base y el auténtico sustento de la torería. Los trajes, brevemente aligerados, con esa su plástica reminiscencia goyesca, finos y luminosos, en contraste con la violencia de la fiera (una nueva paradoja en el espíritu ibérico) han dejado que todas las vestimentas se ciñan a las cambiantes modas, permaneciendo ellos como una pincelada de oro, en este mundillo de billetes. El brindis, la vuelta al anillo, el cortar orejas, las rechiflas y broncas, se suceden en la Historia del Toreo, sin alterar su peculiar emoción, sin salirse de los firmes cánones tauromáquicos. Y tal vez por ser el toreo tan hondamente tradicional, sus mejores tardes armonizan en España y México – también en ciudades y pueblos del interior de nuestro país – con los días en los que brilla más nítidamente el sentimiento católico de los vecinos que conmemoran las festividades de sus santos patronos. En los antedichos países, ibérico y azteca, existen las llamadas Corridas de Feria. Al júbilo católico, que lleva en hombros la imagen de su veneración se suma el regocijo popular de las corridas de toros. La Semana Santa en Sevilla, la Pilarica en Aragón, la Guadalupana en México. Suenan las campanas de los templos y suenan las ovaciones y los ¡olés! en los críticos taurinos. Esto me ha hecho pensar muchas veces en la posibilidad de crear en Lima, en esta devota y castiza Ciudad de los Reyes, las corridas de Feria del Señor de los Milagros, la milagrosa y popular imagen – patrón de la ciudad -, a la que siguen miles y miles de hombres y mujeres, con sus trajes y sus capas moradas, en un místico peregrinaje que, además de una palpable demostración de fe popular, es una imponente romería de exaltación a la tradición limeña, al sabor peculiar, a la gracia de lo autentico, a aquella emoción permanente que sólo canta una copla; la de la verdad. La festividad del Nazareno de los Milagros, - su nombre de por sí un romance sonoro y hondo, 97


que bien merecería afilarse y quebrarse en los angustiados labios de un “cantor flamenco” – se celebra en Octubre. El 28 de Octubre y el día de Cristo Rey – primer domingo de noviembre -, el crucificado recorre las calles melancólicas y nostálgicas de la encantadora ciudad. Estas fechas coinciden con la primavera limeña, de días templados y soleados en los que, cogiendo el último domingo de octubre y los dos o tres primeros de noviembre, podrían realizarse corridas de postín que, iniciaran la temporada grande y en lasa cuales, sumándose a la mística manifestación y teniendo en cuenta las gentes que vienen del interior y las que seguramente vendrán con el tiempo del extranjero para presenciar la bellísima procesión – como acontece en otro lugares – se podría intentar un acento limeñísimo que les diera peculiaridad y gracia. Sería hermoso, por ejemplo – y esto es sólo una sugerencia, que, desde luego, consideramos factible – que en estas Corridas de la Feria del Señor de los Milagros, salieran a pedir la llave dos lujosos chalanes ataviados a la usanza criolla, en primorosos caballos de paso. Después de muerto el quinto toro – ello es ya casi una costumbre – una pareja debidamente trajeada, podría bailar una marinera y la Plaza, en estos días de Feria, podría engalanarse con colgaduras, como se hace en otras partes, en las corridas de fuste. Y los diestros lucirían traje morado y oro. Y el público gozaría, no sólo con las faenas de los coletas sino, para ver revivir, siquiera unas tres o cuatro veces al año, un incomparable retazo de aquella personalidad de nuestra Ciudad de los Reyes a la que, viajeros de todos los tiempos y países, han colocado y mantienen en la historia y cuyo sólo nombre sugiere el fino acompañamiento de un rasgueo de guitarras, la sonrisa de los piropos, el tintineo de sus campanarios y el silencioso poema de las primorosas mantillas, que se colgaran de las ventanas para dar un encanto del misterio al clásico perfil de la villa que es cuna y madre de la tradición hispanoamericana.” Zeñó Manué La Feria Taurina del Señor de los Milagros se inauguró el sábado 12 de octubre de 1,946 (Día conmemorativo al descubrimiento de América), constituyéndose desde entonces una de las ferias taurinas más importantes de América, categoría que obtiene por las ganaderías que se lidian, por los diestros que intervienen, y por la solera de su afición. 98


En la tarde inaugural partieron plaza tres jinetes, vestidos: uno de campero andaluz, otro de charro mexicano y el tercero de chalán peruano, representando a los tres países más taurinos del mundo y detrás de ellos las cuadrillas encabezadas por el matador español Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”, el mexicano Luis Porcuna y el peruano Alejandro Montani “El Sol del Perú”, quienes lidiaron y estoquearon toros mexicanos de “La Punta”. Esa tarde la plaza registró un lleno de bandera y asistió el entonces Presidente de la República, don José Luis Bustamante y Rivero. A partir del 1,947 se empezó a otorgar al diestro triunfador de la Feria del Señor de los Milagros el preciado trofeo denominado “Escapulario de Oro” (es una imagen tallada en alto y bajo relieve en oro brillante de 18 Quilates), distinción que fue instituida por el empresario y ganadero Fernando Graña Elizalde a propuesta de los señores Manuel Solari, Alejandro Graña, José Antonio Roca Rey, Antonio Graña y Enrique Ego Aguirre Poggi. Se decide otorgar un trofeo al mejor toro de la feria, y es recién que en el año de 1,969 se crea por única vez la “Divisa de Oro”, la misma que a partir del año siguiente se institucionaliza como el “Escapulario de Plata” (es una imagen tallada en alto y bajo relieve en el metal plata de 925), premio que se entrega al ganadero propietario del mejor toro lidiado en la Feria del Señor de los Milagros. Desde 1946 hasta el cierre de esta edición en el 2008 la feria limeña se ha realizado consecutivamente durante 62 ediciones, sin interrupciones, salvo el año 1948 en la que se celebró una feria con novilladas en lugar de dar corrida de toros, las razones fueron de carácter político que no permitieron organizarse a tiempo la feria, que ya venía con gran auge, tras las actuaciones de Manolete, Procuna, Armillita, Bienvenida, Arruza y Montani. Se celebraron las Bodas de Oro de la feria morada con gran éxito en el año de 1996. Suponemos que las empresas taurinas tendrán como reto organizar una gran feria de postín para el año 2021, con motivo de las Bodas de Diamante, efemérides que tendrán que afrontar en próximos años poniendo lo mejor de la cartelera. Actualmente varias ferias se vienen dando a nivel nacional, casi todas ellas toman como espejo la Feria del Señor de los Milagros, de Lima. 99


GANADORES DEL “ESCAPULARIO DE ORO” Por: Dikey Fernandez 1947 - Luis Procuna - (México) 1948 - Rafael Santa Cruz - (Perú) * 1949 - Antonio Bienvenida - (España) 1950 - Desierto 1951 - Rafael Ortega - (España) 1952 - Luis Miguel Dominguín - (España) 1953 - Desierto 1954 - César Girón - (Venezuela) 1955 - Paco Mendes - (Portugal) 1956 - Desierto 1957 - Jaime Ostos - (España) 1958 - Desierto 1959 - Luis Segura - (España) 1960 - Curro Romero - (España) 1961 - Gregorio Sánchez - (España) 1962 - Antonio Ordóñez - (España) 1963 - Santiago Martín “El Viti” - (España) 1964 - Manuel Benítez “El Cordobés” (España) 1965 - Manuel Cano “El Pireo” - (España) 1966 - Desierto 1967 - Curro Girón - (Venezuela) 1968 - Francisco Rivera “Paquirri” - (España) 1969 - Ángel Teruel - (España) 1970 - Ángel Teruel - (España) 1971 - Miguel Márquez - (España) 1972 - José Luis Galloso - (España) 1973 - Rafael Puga - (Perú) 1974 - Francisco Ruiz Miguel - (España) 1975 - El Niño de la Capea - (España) 1976 - Palomo Linares - (España) 1977 - José Mari Manzanares - (España) 1978 - Juan Antonio Esplá - (España) 1979 - José Mari Manzanares - (España) 1980 - Desierto 1981 - Francisco Rivera “Paquirri” - (España) 1982 - Curro Vázquez - (España) 1983 - Paco Ojeda - (España) 1984 - Antonio José Galán - (España) 1985 - José Mari Manzanares - (España) 1986 - José Ortega Cano - (España) 1987 - El Niño de la Capea - (España) 1988 - José Mari Manzanares - (España) 1989 - Desierto 1990 - Víctor Mendes - (Portugal) 1991 - Freddy Villafuerte - (Perú) 1992 - Pablo Salas - (Perú) 1993 - Desierto 1994 - Emilio Muñoz - (España) 1995 - Enrique Ponce - (España) 1996 - Vicente Barrera - (España) 1997 - Rafael Gastañeta - (Perú) 100


1998 - Julián López “El Juli” - (España) 1999 - Manuel Caballero - (España) 2000 - Enrique Ponce - (España) 2001 - Ignacio Garibay - (México) 2002 - César Jiménez (España) 2003 - Sebastián Castella (Francia) 2004 - Miguel Ángel Perera (España) 2005 - Julián López “El Juli” (España) 2006 - Sebastián Castella (Francia) 2007 - Desierto 2008 - Enrique Ponce - (España) 2009 - Miguel Ángel Perera - (España) 2010 - Desierto 2011 - Enrique Ponce - (España) 2012 - Daniel Luque - (España) 2013 – Desierto 2014 – Enrique Ponce – (España) 2015 – Andres Roca Rey – (Perú) 2016 – Andres Roca Rey – (Perú) * El año de 1948 sólo fueron novilladas 101


102


103


104


105


GANADORES DEL “ESCAPULARIO DE PLATA”

Mejor toro Feria del Señor de los Milagros Por: Dikey Fernandez AÑO TORO

GANADERÍA

PAIS

1969 “REMILGON” LAS SALINAS PERÚ 1970 “GIGANTE” LA VIÑA PERÚ 1971 “BRAVÍO” LA VIÑA PERÚ 1972 “TINÍN” YÉNCALA PERÚ 1973 “MENDIGO” LA VIÑA PERÚ 1974 “PICÓN” CHUQUIZONGO PERÚ 1975 “RESBALOSO” YÉNCALA PERÚ 1976 “VIDRIERO” CHUQUIZONGO PERÚ 1977 “CAFETERO” SLAMANCA PERÚ 1978 Desierto 1979 “TAMBORERO” JARAL DEL MONTE PERÚ 1980 Desierto 1981 Desierto 1982 “RISUEÑO” SALVADOR GUARDIOLA ESPAÑA 1983 “ALTANERO” LA PAUCA PERÚ 1984 “CHICLAYANO” EL ROCÍO PERÚ 1985 “BONITO” LA HUACA PERÚ 1986 “ASOMBRO” LA HUACA PERÚ 1987 “SARRACENO” LA PAUCA PERÚ 1988 “IMPARCIAL” LOS MARTÍNEZ MÉXICO 1989 Desierto 1990 “REPORTERO” LA VIÑA PERÚ 1991 Desierto 1992 Desierto 1993 Desierto 1994 “VENCEDOR” SAN FERNANDO PERÚ 1995 “FINA ESTAMPA” JAVIER GARFIAS MÉXICO 1996 “SANTEÑO” REAL DE SALTILLO MÉXICO 1997 Desierto 1998 “PITERO” ALCURRUCÉN ESPAÑA 1999 “LANDINO” EL VENTORRILLO ESPAÑA 2000 “CULEBRO” CARMEN LORENZO ESPAÑA 2001 Desierto 2002 “ESCONDIDO” JUAN MANUEL ROCA REY PERÚ 2003 “VICTORIOSO” ROBERTO PUGA PERÚ 2004 “PUNTERO” ROBERTO PUGA PERÚ 2005 “ALTANERO” MONTEGRANDE PERÚ 2006 “PUNTERO” ROBERTO PUGA PERÚ 2007 Desierto 2008 “GALANTE” LA AHUMADA COLOMBIA 2009 Desierto 2010 Desierto 2011 “DUDOSO” SEBASTIÁN LAS PALMAS COLOMBIA 2012 “VENCEDOR” SEBASTIÁN LAS PALMAS COLOMBIA 2013 Desierto 2014 “LAUREADO” ROBERTO PUGA PERU 2015 “TRAVIESO” DANIEL RUIZ ESPAÑA 2016 “VERANEANTE” HNOS. GARCÍA JIMÉNEZ ESPAÑA * Ese año se entregó la “Divisa de Oro” 106


107


108


109


110


111


112


113


Los Claveles A la memoria de mi abuelo Lic. Luis Rivadeneyra Neyra

L

os claveles son las flores más representativas de la fiesta de toros. Han sido parte de las escenografías taurinas, así como fuente de inspiración de pintores y poetas como Rafael Alberti y Federico García Lorca. El clavel, del latín clavellus, diminutivo de clavus, clavo, tiene sus orígenes en la Cuenca Mediterránea, vive tanto en las montañas de España, como en una gran variedad de países; en el noreste de México en donde extendió sus raíces, así como en otros lugares del territorio nacional formando parte de la familia de las plantas que se cultivan con particular esmero. Por sus características físicas, su elegante largo tallo, y su caprichosa corola se exhibe según esté de vena, en botón cerrado o abierto a todo lo que da; “peinadito o despeinado”. Es la voluptuosa flor que va a tono con el color de la tauromaquia, porque vive fielmente la pena ensangrentada de la fiesta, acompaña con frenesí el desenlace cumbre de toda faena. Pero también tiene la gracia de transitar de blanco y oro, como traje de luces en toma de alternativa. Los toreros han utilizado la figura garbosa del clavel para decorar los capotes de paseo con bordados artísticos, muchas veces enmarcando alguna imagen religiosa. También lucen en algunos ternos, son invitados distinguidos en toda corrida, además de ser cómplices de los toros, porque de cierta forma son extraídos de las veredas del campo para yacer en las plazas, en donde lentamente se deshidratan en la arena por el sol ingrato que arrebata la pureza de su alma. Estas flores forman parte del romanticismo que conlleva el toreo en sus diferentes matices, redondean las faenas culminadas por los diestros o acompañan su más honda nostalgia, porque una tarde pueden salir cubiertos de claveles o ser descubiertos por la muerte. ¿Cuantas veces los diestros son corneados y aflora el rojo vivo de su carne coloreada como pétalos de clavel 114


herido? Y qué decir de los morrillos de los toros después del tercio de varas, cuando se dibuja en ellos un manojo de claveles, el cual después de unos segundos derrama sus pétalos en coágulos. El clavel es también el sexo casto de una adolescente, que como novillero llega al momento en que recibe “el bautizo de sangre” consagra así su cuerpo ante la vida. Los claveles rondan el mundo táurico, se transportan de mil maneras a las plazas, ya sean mordidos en la boca seductora de una Maja, o abrazados por la ilusión de una novia enamorada. Acompañan las solapas del traje de un taurino que aún conserva su romántica indumentaria. Son también flores bravías, embisten en las tardes con ímpetu incontenido, puesto que son aficionados que disfrutan la corrida sentados en las barreras recargando sus finos brazos, y no falta uno que otro pillo que se asoma por las troneras, más de repente, llega su turno y como antiguos espontáneos en busca de oportunidad se saltan a la arena. Los claveles son flores que llevan el alma agitanada por terquedad, esto reafirma la certeza de que gozan de libertad y viven el peligro, por ello se aventuran a vivir en mundos singulares. Sus formas y dibujos aparecen también en los holanes de una falda de flamenco que, al juntarlos entre las manos, no son sino un enorme ramillete de claveles que sueltan el llanto, ese sollozo herido que expresa con su cante, (su rocío) en lo más profundo del sentir esa parte calé de su vida errante. Algunos claveles son cardenales sin alas que caen sobre la arena y mueren; otros tiemblan de miedo al ver las astas de los toros jugar con la vida de los toreros, pero otros más, son afortunados, su destino los mantuvo en el callejón de una plaza de toros, y agotados de emociones duermen junto a los avíos de los diestros al haber sido convertidos en ofrenda, ellos esperan ser reliquias consumadas dentro de todos los misterios que un novillero o matador de toros guarde dentro de sus más profundos secretos de íntima espuerta.

Por: Mary Carmen Chávez Rivadeneyra Fotos Oskar Ruizesparza 115


116


117


La Marinera. Declarado

“Patrimonio cultural de la nación” y considerado por muchos como “La reina y señora de todos los bailes del Perú” en sus diversas variedades regionales. La marinera norteña es un baile de pareja mixta, en el cual la elegancia y la sensualidad se pone expreso, donde el hombre conquista a la mujer en medio del galanteo, acechando con su mirada y el paso cepillado, mientras que la dama coqueta la admite con picardía expresando su sensibilidad. El origen de ésta danza nacional ha motivado acaloradas polémicas entre africanistas, hispanistas e indigenistas, puesto que la marinera se baila en todo el Perú (estilo según su región) desde la llegada de los españoles fusionándose linajes y culturas (andinos, mestizos y africanos.), vestimentas, instrumentos y ritmos musicales (huayno, zamacueca, jota aragonesa o el minué). Tras pasar tiempos evolutivos, hoy se convirtió en

118

Patrimonio cultural de la nación


la distinguida “Marinera”. El nombre de marinera se debe al homenaje a Miguel Grau y la Marina de Guerra del Perú, después de la guerra con Chile (1879) como: “marinera”, “baile de marinería” o “baile de la marinera”; propuesto por don Abelardo Gamarra “El tunante”. La primera marinera compuesta por “El Tunante” se llamó “La Antofagasta” (marzo de 1979) y la primera marinera para ser cantada y acompañada con piano fue “Concha de Perla” (1893), letra de José Alvarado y música de “El Tunante”. Trujillo es considerado como la: “Capital de la Marinera Nacional del Perú” y se caracteriza por su elegancia, atrevida, coqueta y diálogo sensual del amor, más vivaz que la marinera limeña, donde la pareja en sí, es el centro de atención y precisamente es la mujer quien toma la iniciativa en el cortejo. Las posturas en el baile son erguidas, con miradas penetrantes e insinuaciones afectivas. El varón pareciera limpiar el piso o abrir camino para que la dama la siga, el varón en determinados

119


momentos trata de cubrirla con sus brazos utilizando su sombrero sin tocarla, pareciera besarla, ella sale airosa y con elegancia se aleja. De igual modo son característicos los movimientos laterales, con el cuerpo expandido, el zapateo (paso igual para ambos), la expresión en los rostros y ocupar el mayor espacio posible. Finalmente la danza concluye con el varón de rodillas ante la dama, con los brazos abiertos, expresando una actitud de reverencia y sumisión. El vestuario de las damas, es el vestido típico del pueblo norteño (criollo por cierto), no existe una prenda exclusiva de marinera, sino más bien, ellas lucen sus atuendos de fiesta confeccionados en Monsefú, Catacaos, Moche, Huanchaco, etc. Portan un pañuelo y bailan descalzos. El varón viste como el típico y conocido chalán, con su poncho de hilo y su sombrero de paja de ala ancha, como en algunos pueblos norteños llevan puestos un terno de dril, color blanco (característica de toda la costa del norte del Perú), una faja o chalina en la cintura, llevan puestos zapatos de color negro y un pañuelo en la mano. Musicalmente es acompañado con una banda de músicos, donde predominan instrumentos de viento metálicos, trompetas, trombones, caracoles, clarinetes; de percusión. Bombos, tarolas, etc. Definitivamente la “Marinera Norteña”, como baile o danza de mucha elegancia y estilo aporta variaciones notables como la incorporación del famoso caballo de paso, donde un caballero chalán, montado, 120


hace danzar al equino, tratando de enamorar a la bella pareja que la acompaña con su dulce mirada sensual. Es tradición que en la ciudad de Trujillo, desde muchos años se realiza el concurso nacional de “Marinera Norteña”, certamen de fama internacional, donde participan miles de parejas que provienen de todos los rincones del Perú y del extranjero, escuelas de danza y parejas se entremezclan para ejecutar sus mejores pasos, distribuidos en diferentes categorías y un estricto jurado calificador que anunciará quien es el gran ganador del año. Hoy se ha constituido en uno de los más importantes del calendario turístico del país. “No hay primera sin segunda”, Trujillo te espera. Ven a conocer costumbres

nuestras

El Perú es un país lleno de cotumbres, con sus tradiciones en cada rincon del país te envolveras con la magia peruana, que esperas ven y disfruta de todo el perú. Fotos Oskar Ruizesparza 121


La suerte de varas Por: Enrique Rivas “Joselito” QEPD Fotos: Oskar Ruizesparza

La

Suerte de Varas La suerte de varas tiene por finalidad ahormar la cabeza del toro, comprobar su bravura y disminuirle la fuerza, para así llegar a la faena de muleta en otras condiciones propicias para el toreo. El tercio de varas es el eje de la lidia, entre otras razones, porque en él se practica la prueba definitiva de la bravura del toro. Los tentaderos en el campo le sirven al ganadero para efectuar la selección de las reses, pero no bastan para marcar el rumbo de la ganadería. La lidia, y dentro de la lidia principalmente el tercio de varas serán el gran tentadero, el testimonio irrefutable y definitivo de si aquella selección está bien hecha o debe modificarse con cruzas distintas de vacas y sementales. Puesto el toro en suerte por el matador, o con menor frecuencia por uno de los subalternos, en línea con el caballo, que no traspasará la raya interior como el toro no debe traspasar la exterior, el picador puede realizar la suerte de frente y por derecho, dando los pechos del caballo, ligeramente cuarteado, al toro, o de costado, por el lado cubierto por el peto. La puya debe clavarse en lo alto, alargándola en el cite y recogiéndola desde el encuentro y jamás, debe taparse la salida del toro durante la vara, acorralándolo entre las tablas y el cuerpo del caballo, la denominada carioca.

122


Terminada la suerte, el matador procede al quite, es decir a sacar primero al toro de su encele con el caballo y después a instrumentarle los pases de capa que considere más lucidos según las características del animal. En las varas segunda y tercera, que son las que calibran, en verdad, la casta y bravura del toro, los quites los efectúan, por orden de antigüedad, los compañeros de terna. Lo más artístico es coger el palo corto y hacer que se deslice por la mano (tirar el palo), intentando detener al toro, adelantando la vara, antes de que choque con el peto. Se señala el puyazo y se carga el castigo. La puya hará sangrar al toro a la altura del morrillo para comprobar su reacción ante el castigo (si es manso huye). El toro debe embestir al caballo tres veces. Una vez que el toro sale del castigo, los toreros comprueban las condiciones en que ha quedado la res tras el puyazo. (el picador da salida al toro por la derecha)

123


124


125


Merecido reconocimiento

El picador de toros Pedro Cárdenas Sandoval se retiró de los ruedos tras 50 años ininterrumpidos de actuaciones

126


127


Los toreros de plata Por: Enrique Rivas “Joselito” qepd Fotos: Oskar Ruizesparza

L

os hombres del toro así llamados porque su profesión dentro del amplio universo taurino, toma esta forma de vida, por el llamado de una vocación que para expresarse, tiene cabida en diferentes actividades del toreo. Sin duda, las más importantes son, en las que tienen papeles protagónicos, ya sea, como novilleros, matadores, banderilleros y picadores. Su protagonismo estriba, en que, en cualquiera de estos niveles, enfrentan al toro dentro del ruedo, realizando diferentes funciones. Las presentes líneas están dedicadas a los banderilleros o subalternos también llamados toreros de plata, ya que su jerarquía no les permite lucir el oro en sus trajes de luces, privilegio que solo le corresponde a los matadores y a los picadores, dada su antigüedad e importancia histórica en el toreo. Su labor tiene una gran importancia, ya que dependiendo de lo bien ejecutada que sea su labor, el triunfo del matador esta garantizado en un gran porcentaje. Un subalterno o banderillero debe tener las siguientes cualidades para estar y mantenerse en una cuadrilla. Valor sereno, capacidad técnica, conocimiento de los terrenos del toro, actitud dispuesta y alerta durante toda la lidia, saber estar bien colocado, además de un gran entendimiento con su matador, conociendo su estilo e interpretación del toreo y un amplio conocimiento de las reacciones del toro, de acuerdo a las condiciones que presente durante la lidia. Ya en la práctica un subalterno completo debe tener las siguientes cualidades: Con el capote torear con oportunidad y conocimiento, esta acción se le conoce en el lenguaje taurino como bregar, se trata de utilizar 128


129


130


131


el capote no para lucirse solo para mover al toro dentro del ruedo a los diferentes terrenos de la plaza de tal manera que con suavidad meta los vuelos del capote en el hocico provocando la arrancada y con el menor numero de capotazos posibles deje al toro en el lugar deseado. Ya que cada capotazo de más, es un muletazo de menos, en la faena de muleta, que realiza su matador y que es parte fundamental para alcanzar el triunfo. Luego en el segundo tercio en el de banderillas debe colocar los pares con rapidez alternando los lados por donde pone el par para evitar que el toro desarrolle sentido o resabios, es decir un par por el lado izquierdo y el siguiente por el lado derecho. Saber colocarse en el ruedo en los burladeros para estar cerca de la escena donde desarrolla la faena del matador, para realizar algún quite oportuno ante una circunstancia de peligro, en que se vea involucrado el torero en turno, de su oportuna intervención depende la vida del matador. Es importante recordar que son toreros de los pies a la cabeza y muchos de ellos tuvieron carreras importantes en las filas de los novilleros incluso algunos recibieron la alternativa de matadores de toros, pero las cornadas, la mala administración y la dura lucha por mantenerse en primera línea, les obligo a pasar a las filas de los subalternos. Además algunos tienen una gran expresión artística para colocar banderillas luciéndose con señorío y elegancia acaparando los aplausos del público. Recordemos con emoción y respeto a los toreros de plata que a lo largo de la historia del toreo mexicano se han distinguido por su profesionalismo y gran capacidad en el ruedo.

132


133


134


Soñadores de Gloria Lima Perú, 26 de noviembre del 2016 Texto: El Esportón Fotos: Lucho Herencia En el Centro Español del Perú se llevó a cabo la presentación del Libro Soñadores de Gloria, con un lleno hasta la bandera. Inicio Juan Antonio Hernández con una semblanza del contenido del libro e hizo una similitud con los sueños de gloria de todos, pues a diario en la profesión de cada uno se viven esos sueños de gloria y porque las grandes cosas inician con un sueño. Juan Pablo Corona ganadero de San Constantino y socio de Casa Toreros México y ahora en el Perú, ha tendido también sus sueños de gloria, pues de ser un buen aficionado a los toros ahora se encuentra inmerso en la crianza del toro bravo y con Casa Toreros, empresa que tiene varias plazas en México y ahora la de Acho y el coapoderamiento de Roca Rey. Por su parte el matador Antonio bricio también externo sus sentimientos he hizo suyo el título que vivió con intensidad al querer ser torero, con esos sueños que van desde ponerse por vez primera el traje de luces, de ir a España, de tomar la alternativa, he hizo mención de su paso por el Perú al que dijo que ha sido como su segunda casa, ya que por 6 años hizo campaña por el vasto territorio taurino peruano. Por su parte Oskar Ruizesparza hizo una semblanza de cómo se realizó este libro en el cual participaron con el tema periodistas connotados de los siete países taurinos y agradeció al Ganadero Juan Pablo Corona por el apoyo recibido en sus sueños de gloria editoriales en las ediciones de este libro así como en Alas de Mariposa que es una antología del toreo de capa y el del Toreo al Desnudo, mismos que han sido presentados en la feria de San Isidro Una vez que cada panelista tuvo su intervención, Juan Antonio Hernández hizo participar a la respetable audiencia con preguntas y fue muy copiosa para los cuatro exponentes que dieron sus puntos de vista a cada pregunta. Al final se pasó un video con el contenido del libro y se cerró con broche de oro con una degustación de vino tinto Nubori y canapes 135


136


Países donde se ha presentado: México, España y Perú

CREDITOS Textos: Dikey Fernández. Mary Carmen Chávez Rivadeneyra Enrique Rivas “Joselito” qepd Fotografía Oskar Ruizesparza Lucho Herencia

La soberanía de los pueblos, estriba en sus costumbres y tradiciones. ¡Mantengamoslas vivas!

copyright©

Esta es una publicación de los derechos son reservados y propiedad de la editorial, la reproducción total o parcial, por cualquier medio, ya sea impreso, digital, electrónico o calcado será sancionado conforme a la ley autoral. Anguila No. 3745, Loma Bonita Residencial, Zapopan Jal., México Tel. Oficina (33) 1581 4628 - Cel. 044 333 440 4001 www.mexicomio.com.mx oskar@oskarfotografo.com.mx

137


138


139


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.