ANUARIO TAURINO MEXICANO 1866 y 1886

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ANUARIO DE AVISOS, CARTELES y NOTICIAS TAURINOS MEXICANOS. (AÑOS 1866 Y 1885)

JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE

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APORTACIONES HISTÓRICO TAURINAS MEXICANAS. ANUARIO TAURINO MEXICANO. 1866 y 1885.

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APORTACIONES HISTÓRICO TAURINAS MEXICANAS Nº 109 ANUARIO DE AVISOS, CARTELES y NOTICIAS TAURINOS MEXICANOS. (AÑOS 1866 Y 1885)

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JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE

APORTACIONES HISTÓRICO - TAURINAS MEXICANAS N° 109. ANUARIO DE AVISOS, CARTELES y NOTICIAS TAURINOS MEXICANOS. (AÑOS 1866 Y 1885)

MÉXICO, 2016 4


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José Francisco Coello Ugalde. Reservados todos los derechos. 2016.

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Centro de Estudios Taurinos de México, A.C. 2016.

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra -incluido el diseño tipográfico y de portada-, sea cual fuere el medio, electrónico o mecánico, sin el consentimiento por escrito, tanto del autor como del editor. La imagen de la portada corresponde a la obra de Johann Salomón Hegi (1814-1896): “Cuadrilla española en la plaza de toros”. Siglo XIX. Acuarela sobre papel. 54 x 74 cm. Col. Salomón y Brigitte Schäter, Zurich, Suiza. En: Gustavo Curiel, et. al.: Pintura y vida cotidiana en México. 1650-1950. México, Fomento Cultural Banamex, A.C., Conaculta, 1999. 365 pp. Ils, retrs., grabs., p. 183. 5


La presente imagen, debe corresponder al trabajo realizado por Claude Desiré Charnay hacia 1858. Se trata de la vista en perspectiva de la famosa pieza escultórica dedicada al rey Carlos IV y que vox populi, se ha conocido como “El Caballito”. A sus espaldas, aparece la entrada principal de la que fue casa de Lorenzo de la Hidalga y en un tercer plano, la plaza de toros del Paseo Nuevo. Es un positivo, papel a la albúmina, imagen montada en cartón. Aparece una leyenda manuscrita que describe el sitio retratado.

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INTRODUCCIÓN Concebir un trabajo como el que ahora pone punto de partida, es una empresa de suyo, ambiciosa. No sé si me alcanzará el tiempo, la vida para pretender reunir 500 años de historia del toreo en México. El que lo ponga en marcha, significa que serán otros historiadores o interesados en continuarlo. A cualquier que lo pretenda a título personal, queda rebasado. Por eso es importante adelantar la circunstancia de que este, es un trabajo de equipo, de otra forma será imposible alcanzar su cometido. Heriberto Lanfranchi y su obra fundamental: La fiesta brava en México y en España. 1519-19691 ha dado la pauta a muchos interesados en el asunto, aunque por su naturaleza de trabajo terminado no nos proporciona la información aquí reunida. Esos dos tomos sirvieron luego como modelo para organizar los que en forma personal he venido trabajando desde hace 37 años y que ahora son de enorme utilidad para los fines aquí perseguidos. Elegí comenzar este tipo de trabajos con el presente año debido a la notable cantidad de datos, que originalmente en otra publicación ya reflejaba ese grado de notoriedad, por lo que era conveniente poner en marcha el que es un ambicioso propósito, del que no espero encontrar su punto final, en la medida en que me supera la cantidad de información de la que hasta hoy he hecho acopio. Celebro que con la prodigiosa ayuda por parte de la Hemeroteca Nacional Digital de México, componente importantísimo de la ya muy conocida página de internet “TodaUNAMenlínea”, haya sido posible encontrar todas las imágenes que se han reunido en el presente esfuerzo. En ese sentido, mi agradecimiento muy especial lo hago patente para mí Universidad por tan generosa aportación. El resto de las imágenes tiene indicada su particular procedencia, lo que facilitará al interesado la búsqueda e interiorización de los casos específicos plasmados aquí. Al concluir el presente “Anuario”, aparece un desglose de todos los registros, los que quedan sintetizados en el “Balance final”, como datos duros y concretos que cumplen, a satisfacción el propósito original. José Francisco Coello Ugalde Maestro en Historia. Ciudad de México, marzo de 2014.

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Heriberto Lanfranchi: La fiesta brava en México y en España 1519-1969, 2 tomos, prólogo de Eleuterio Martínez. México, Editorial Siqueo, 1971-1978. Ils., fots. 7


1866 PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 7 de enero. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. 4 toros de muerte. Toro indultado para picarlo hasta donde alcance su bravura. Gran manganeo y jineteo con yeguas y potros cerreros. Toro embolado de costumbre.

PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 14 de enero. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. Presentación de una leona mexicana. Divertida mojiganga. Toro embolado.

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PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 21 de enero. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. 4 toros de muerte. Lucha de la leona con un toro de Atenco. Mojiganga. PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 28 de enero. Beneficio de Bernardo Gaviño. 3 toros de muerte (Hacienda de Atenco). Dos becerros lidiados por la cuadrilla de los muchachos. Capirotada ranchera. Toro embolado.

PLAZA DE TENANGO DEL VALLE, EDO. DE MÉX. Bernardo Gaviño y su cuadrilla. Toros de Atenco. Alternó con Mariano González “La Monja”. (Datos sin fecha precisa). PLAZA DE TOROS DE TENANGO DEL VALLE, MEX. Enero 15, 16 y 17. Si como afirma Juan Corona en “Apuntes anecdóticos” que aparecen en el capítulo Nº 4 de esta obra, de 1860 a 1872 y de manera constante alrededor del 15 de enero y con motivo de la fiesta patronal de “Nuestro Padre Jesús” en la cabecera municipal de Tenango del Valle, entonces es un hecho que por aquellos tiempos se celebraran un promedio de tres corridas de toros, donde la materia prima procedía de Atenco. Por observación del propio Corona, afirma que Bernardo Gaviño y Pablo Mendoza “trabajaron” en dichas fiestas. PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 4 de febrero. Beneficio de la cuadrilla de Bernardo Gaviño. 3 toros de muerte. 3 becerros lidiados por la cuadrilla de los muchachos. Mojiganga. 2 toros de cola. Embolado para los aficionados.

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PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 11 de febrero. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. 3 toros de muerte. 2 para el coleadero, por enmascarados. Un torete para la comparsa de máscaras. 2 toros de muerte lidiados por la cuadrilla enmascarada. Toro embolado para los aficionados.

PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Martes 13 de febrero. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. 3 toros de muerte. 3 de cola. Mojiganga. 2 toros de muerte lidiados por la compañía enmascarada. Toro embolado con monedas de plata. 10


PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 18 de febrero. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Gran función a Beneficio de la Asociación de la parroquia del Salto del Agua. 5 toros de muerte (Hacienda de Atenco). 2 para el coleadero. Mojiganga. Toro embolado de costumbre.

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PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 11 de marzo. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. Ascensión aerostática y lucha de un toro con perros bulldogs, desde las tres de la tarde. Juegos de equitación por A. Capula, juego del aro mágico y Paloteo Valenciano.

PLAZA DE TOLUCA, EDO DE MÉX. 1 de abril. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. PLAZA DE TOROS “DEL PORVENIR”, GUADALAJARA, JAL. Jueves 10 de mayo de 1866. Primera cuadrilla jalisciense. Cinco toros del Astillero. La Mona Irola ¡¡Gineteará el quinto TORO!!

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PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 16 de septiembre. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 30 de septiembre. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. Unos días antes, El pájaro verde del 26 de septiembre había dicho lo siguiente: “Bernardo Gaviño con su cuadrilla, sabemos que se dispone a dar corridas de toros e la plaza del Paseo desde el domingo próximo. “Gaviño se había herido levemente en una pierna; pero estaba ya rapaz de retar a todos los toros de Atenco a batalla singular, en que siempre la fiera sucumbe”.

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PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 7 de octubre. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco.

PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 14 de octubre. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco.

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PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 21 de octubre. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 28 de octubre. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco.

PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 4 de noviembre. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. Toreó con Mariano “La Monja” y Benito Mendoza.

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PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 11 de noviembre. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco.

PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 18 de noviembre. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco.

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PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 25 de noviembre. Cuadrilla de Bernardo GaviĂąo. Toros de Atenco.

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PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 2 de diciembre. Toros de Atenco. Función extraordinaria a beneficio de Bernardo Gaviño.

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PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 9 de diciembre. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco.

PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 16 de diciembre. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco. PLAZA DE TOROS DEL PASEO NUEVO, D.F. Domingo 23 de diciembre. Cuadrilla de Bernardo Gaviño. Toros de Atenco.

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El 66 y 67 fueron tan notables las corridas de esos años que algunos de los que fueron testigos oculares las recuerdan con entusiasmo. En esa trabajaron Gaviño y Pablo Mendoza. El 2º toro de la última corrida cogió gravemente al picador Morado.2

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Ver: Apuntes de Juan Corona, en el capítulo Nº 6 de esta misma obra.

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ILUSTRADOR TAURINO. EN 1866 SE TUVO EL PROYECTO DE ERIGIR UNA PLAZA DE TOROS DE PIEDRA, EN EL ESTILO CLÁSICO. Corren los pocos años en que el “segundo imperio” pretendió entrañar en la forma de ser y de pensar del pueblo mexicano, que una vez más fue motivo de aspiraciones –ahora de un poder y una influencia extranjera-, mientras diferentes grupos que encabezaban otros tantos anhelos de poder, seguían enfrascados en conflictos que parecían interminables. Leyendo recientemente México y los mexicanos, obra que José Zorrilla escribió en 1857, este hace un retrato que se acerca a lo que la condición de nuestro país durante aquellos años: México no ha tenido tiempo de corregir ciertos vicios ni de desarraigar ciertas preocupaciones, porque lleva apenas una generación de nacionalidad: y esa generación la ha pasado en revoluciones continuas, las cuales no han podido producir los grandes resultados que las de otras naciones, porque más han sido disensiones y luchas de partido por divergencia de opiniones, guerras de intereses parciales y cuestiones de forma, que lucha de principios fundamentales, y que regeneración y establecimiento completos de su vitalidad nacional. La única revolución positiva de México es una emancipación del dominio de España; se hizo independiente: éste es un hecho, cuya consecuencia fue la necesidad de constituirse, de darse un gobierno mexicano, puesto que dejó de ser colonia española: y determinó constituirse en república. Pero durando aún la generación mexicana, que estuvo constituida en monarquía, necesariamente tiene que sufrir todavía la influencia de las tradiciones, de las costumbres y de las preocupaciones monárquicas: así es que siendo México una república, es decir, el gobierno más eminentemente liberal, todavía presenta su pueblo la anomalía de que el mayor número de sus bandos políticos tienen odio o miedo al liberalismo y a los sistemas constitucionales y en todas las revoluciones, casi todos sus partidos y casi todas sus clases reclaman fueros, privilegios y exenciones, incompatibles con las repúblicas: en las cuales no hay, ni puede haber, más que ciudadanos iguales ante la ley y gozando todos de unos mismos derechos, desde el presidente que baja de su silla presidencial cumpliendo el tiempo de su Presidencia, para volver a ingresar en la familia nacional de los ciudadanos. Todos los partidos, todas las opiniones coinciden en una sola aspiración: la de la independencia mexicana, la de la conservación de su nacionalidad; pero cada cual la quiere bajo la forma que cree más conveniente: de donde resulta que mientras el transcurso del tiempo, o la aparición de un hombre de genio y prestigio suficientes para arrastrar en pos de sí las opiniones divergentes no las reasuman en una sola, las revoluciones parciales son inevitables, e inextinguibles las guerras de partido, que entorpecen o retardan el establecimiento de una homogeneidad nacional. Y como en tales situaciones de transición, los principios que son inconcusos para los unos son aberraciones paradójicas para los otros, y los hombres que son ídolos para un partido son objeto del encono o de la mofa de los contrarios, los unos se esfuerzan en ridiculizar lo que los otros divinizan: y los partidos como los individuos se acostumbran a no respetarse unos a otros, y todo concluye por vulgarizarse o caer en ridículo. 3 Todo el conjunto de notas escritas por el autor español, viene a colación, en virtud del ingreso de uno más de los intentos de reorganización política que necesitaba México, mismo que finalmente no prosperó, e incluso quedó sin posibilidad de continuidad al ser liquidado luego de intensos y cruentos combates, con el fusilamiento de Maximiliano en el cerro de las campanas, en mayo de 1867. Pero mientras transcurrió este segundo y efímero imperio (el primero se lo atribuyó así mismo Agustín de Iturbide, Agustín I), se dieron intentos por mejorar, entre otras cosas, la visión urbana que presentaba o 3

José Zorrilla: México y los mexicanos. Selección, prólogo y notas: Pablo Mora. Notas: Silvia Salgado y Pablo Mora. México, CONACULTA, 2000. 166 p. (Mirada viajera). p. 81-82. 24


debía presentar un buen conjunto de obras levantadas en la ciudad de México. De ahí que fuera contratado un señor (seguramente arquitecto de apellido Lloyd), mismo que presentó un proyecto para mejorar la vista que entonces tenía el rumbo donde se localizaba la plaza de toros del “Paseo Nuevo”, proponiendo las siguientes consideraciones, que encontré en el ARCHIVO HISTÓRICO DEL DISTRITO FEDERAL en su acervo: OBRAS PÚBLICAS / OBRAS PÚBLICAS. (MEJORAS DE LA CIUDAD). PERIODO: 1866-1913. VOLÚMEN: 1 VOL.: 1504ª, Exp. Nº 479. Año de 1866. Proyectos de mejoras en la Ciudad de México-Boulevarts, Monumento de Independencia, etc., contratando al efecto de dichas obras con el Sr. Lloyd. 28 f. f. 13: Plaza del caballo de bronce. El caballo de bronce se trasladará en donde se cruzan las líneas de la nueva plaza de toros y Calzada del Emperador, formando una plaza singular, alrededor se formarán 4 edificios de los cuales serán dos, el circo y la plaza de toros. El conjunto deberá formar y Rundpoint (sic) con sus calles regulares y sus fachadas, armonizando con el estilo. Y habrá bancas, plantaciones y árboles según los dibujos del señor Grube. f. 14: Plaza de toros. Erigir una plaza de toros de piedra en el estilo clásico, en armonía con las casas del Ramo point (sic) (¿o Rundpoint?)

Interior de la plaza en San Luis Potosí, hacia finales del siglo XIX. Col. del autor. Esto es, que se manifestaba antes que nada, una notable influencia europea que buscaba el embellecimiento de una de las glorietas del importante paseo del “Emperador”, hoy mejor conocido como “Bucareli”. Mr. Lloyd pretendió reunir en ese punto preciso un circo, obra fija, al igual que la de la plaza de toros, con objeto de que ambas construcciones estuviesen una frente a la otra. El deseo de este arquitecto o diseñador fue el de erigir –no sé si el mismo lugar donde ya estaba la plaza taurina 25


inaugurada en 1851-, una construcción firme y definitiva, de mampostería, empleando materiales propicios, entre los cuales, la piedra sería elemento fundamental. Pero lo más importante, obra sujeta al estilo clásico. Dicho estilo considerado por Lloyd, ¿no sería otro que el visto en las monumentales construcciones de plazas de toros españolas, probablemente apreciadas en alguna visita hecha por él de antemano? Concebida esa idea, y materializada de preferencia, tendría que entrar “en armonía con las casas del Ramo...” Como muchas otras, la plaza del Paseo Nuevo fue construida empleando al efecto madera, material perecedero, que requiere de constante mantenimiento, a partir del cambio permanente de tablones, evitando así la putrefacción de los mismos por efecto de su contacto con humedad o resequedad, conforme a las variaciones climatológicas. Aquel proyecto no prosperó. Sin embargo, la que sí puede considerarse primer plaza de mampostería levantada en la ciudad de México, es la del “Toreo” de la colonia Condesa, inaugurado el 22 de septiembre de 1907 y que funcionó hasta mayo de 1946. Esta plaza contó, además, con el agregado de una estructura metálica que fue adquirida en Europa por los capitalistas de la misma, empeñados en tener un edificio que se adecuara a los tiempos modernos de aquel entonces. Tal fue su resistencia pero también su maniobrabilidad, que pudo desmantelarse, trasladando toda la estructura a sus nuevos terrenos, ubicados en el rumbo de Naucalpan, exactamente en el punto conocido como “Cuatro Caminos”. Hoy, a casi cien años de su construcción, dicha plaza sigue en pie, lamentablemente ya sin cumplir el propósito para el que fue concebida, a causa, principalmente, de que “Cuatro caminos” se convirtió rápidamente en un punto demasiado conflictivo, debido a los extremos cambios urbanos que vivió la ciudad de México, pero sobre todo su zona conurbada, de 30 años para acá. Además, le fue retirada una importante parte de la azotea, lo que, con el tiempo, llevó a su propietario, el Ing. Bernal a techarla, rompiendo con su original encanto (de hecho, la plaza del “Toreo” era antiestética, por lo que más que armónica, sólo desprendía recuerdos de los aficionados, como escenario de grandes hazañas). Mr. Lloyd puso, seguramente toda su ilusión para proponer un cambio en la fisonomía de un coso que, para 1874 fue derribado definitivamente, luego de servir como local para que allí se instalaran algunos circos itinerantes que con frecuencia visitaban la ciudad de México.

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1885. NTRODUCCIÓN LAS TRES ÚNICAS IMÁGENES QUE REGISTRAN EL COSO DEL HUISACHAL. Quien haya construido la plaza de toros del Huisachal hoy pasa como un arquitecto desconocido. ¡Falta que nos hace!, sobre todo porque se trata de una plaza donde abundaba el mal gusto, construida porque tenía que construirse y así cumplir un propósito que estuvo al servicio de la tauromaquia de 1881 a 1888. Una plaza como esa, de madera, como fueron la mayoría de las que se levantaron durante el siglo XIX en México, funcionó de forma efímera para ciertas empresas que integraron algunas de las temporadas, parte en el interregno de la prohibición impuesta a las corridas de toros desde 1867, y parte en los dos últimos años de su vida, mientras la ciudad de México recuperaba el orden y la continuidad en el espectáculo al haberse derogado el decreto prohibitivo a finales de 1886. Allí torearon Bernardo Gaviño, Ponciano Díaz, Francisco Gómez “El Chiclanero”, Francisco Jiménez “Rebujina”. Se le otorgó la alternativa a Genovevo Pardo (el 26 de octubre de 1884). Allí compareció Felícitos Mejías “El Veracruzano”, y hasta una crónica, más o menos articulada se conserva de otra tarde, la del Domingo 14 de diciembre. 5ª corrida. Bernardo Gaviño (1), Francisco Jiménez “Rebujina” (2) y Felícitos Mejías “El Veracruzano” (1), con 4 toros de San Diego de los Padres. Después del tercer toro habrá una mojiganga de Indios, concluyendo la corrida con el TORO EMBOLADO. B. GAVIÑO. Dio algunos medios pases al único toro que lidio y media estocada a volapié, que mató sin puntilla. ¡Gran ovación! Al respecto dice El Arte de la Lidia Nº 6, del 21 de diciembre de 1884: (...) llega la hora de que el Charro (así se llamó el toro) muera; el viejo Bernardo coje los trastos, y frente al departamento de sombra emprende su tarea: da unos ligeros medios pases de muleta y una media estocada que podría llamarse muy bien un corto volapié, ocasionó la muerte del bicho (con todo y que en aquellos momentos, matar de metisaca, es lo que agrada más en México. N. del A.). Dianas, sombreros y puros caen al redondel y toda la concurrencia bate palmas al torero de más de 70 años. En general, todos quedan satisfechos de la bravura y buen juego de este toro. En otra parte de la publicación, precisamente en LOS TOROS DEL DOMINGO, se hace un interesante análisis, escrito por “Costillares”, autor de la columna, quien comenta la muerte del toro que abrió plaza, que pasaportó Gaviño, en estos términos: (...) la muerte del primer toro, ejecutada por Bernardo Gaviño, quien si la hubiera hecho en Rusia lo hubieran mandado a la estepas siberianas a pasar dos o tres veranitos, temerosos de su rara habilidad o bien entendida malicia; pues más que una estocada pareció un golpe dinamítico de diestro nihilista; fue una muerte sistema Elison, convirtiéndose la punta de la espada en un carrete de Runkfort, que su solo contacto produce la muerte. Ha sido un golpe que hará siempre se conserve el recuerdo del decano de los toreros. 4 4

José Francisco Coello Ugalde: Bernardo Gaviño y Rueda: Español que en México hizo del toreo una expresión mestiza durante el siglo XIX. Prólogo: Jorge Gaviño Ambríz. Nuevo León, Universidad Autónoma de Nuevo León, Peña Taurina “El Toreo” y el Centro de Estudios Taurinos de México, A.C. 2012. 453 p. Ils., fots., grabs., grafs., cuadros.

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Las imágenes que acompañan las presentes notas, nos presentan tres diferentes momentos del primer tercio donde sobresale el caos y la anarquía como forma de expresión todavía en boga, mostrando el defecto de una técnica fotográfica en plena evolución y la enorme cantidad de gente que podía estar en el ruedo mientras ocurría el tercio de varas, donde los piqueros, ajenos a los círculos concéntricos, se daban a pasar de un terreno a otro del ruedo, sin más propósito que “mojar el chuzo” como fuera, soportando las fieras y secas embestidas de tres ejemplares de no muy buena alzada, pero que aún con su pequeña figura eran capaces de causar tremendos tumbos y más de una baja en la cuadra de las “sardinas” que salían en calidad de caballos en aquel coso rematado de banderolas y una cornisa peculiar, que más allá de su territorio, nos dejan ver una abundante arboleda, como debe haber sido parte del escenario campestre que imperaba en la famosa hacienda de “Los Morales”, a donde iban los aficionados a disfrutas de su espectáculo. Así recordamos a esta curiosidad, adefesio de la arquitectura, como lo recuerdan estos versos publicados en 1889: RECUERDOS A MÉXICO DE PONCIANO DÍAZ DESDE ESPAÑA Y SU DESPEDIMIENTO DE LA PLAZA DE MADRID. (............) “La plaza del Huisachal fue testigo muchas veces, de mi modo sin igual para matar a las reses. No tuve jamás reveses en suerte tan arriesgada, que siempre ha sido mi espada, certera como ninguna, para matar sólo de una a la res más retobada.5 (.............) Todo lo anterior tiene que ver con el hecho de que en muchas de las noticias que se verán en las páginas siguientes, se vincula con una plaza convertida en escenario dominante de otros tantos festejos taurinos, los que tuvieron lugar muy cerca de la capital del país, en donde hasta 1885 seguía impuesta la prohibición a las corridas de toros (cuya reanudación estaba cercana, aspecto que ocurriría a partir del 20 de febrero de 1887 siguiente). Mientras tanto, este y otros escenarios funcionaron como elemento que permitía la continuidad de una tauromaquia más mexicana que española. Los componentes se irán viendo al paso de cada registro y tenga seguro el lector que este trabajo tiene la intención de que se dejen fascinar por aquellos comportamientos que, acumulados aquí con la mayoría de los registros localizados para el caso, permitan confirmar mi presupuesto.

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Armando de María y Campos: Ponciano, el torero con bigotes. México, ediciones Xóchitl, 1943. 218 p. fots., facs. (Vidas mexicanas, 7)., p. 190-191.

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Plaza de toros “EL HUISACHAL” (ca. 1885). José María Alvarez. Añoranzas. El México que fue. Mi Colegio Militar. México, Imprenta Ocampo, 1948. Archivo General de la Nación [A.G.N.] Fondo: Felipe Teixidor.

“LA LIDIA. REVISTA GRÁFICA TAURINA”, respectivamente.

José Francisco Coello Ugalde Maestro en Historia.

Ciudad de México, diciembre de 2014.

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El “Embolado” de costumbre. Una escena como estas, publicada en La Patria Ilustrada, el 17 de octubre de 1887, p. 12, aunque no corresponde temporalmente con el propósito de este anuario, sí en cambio guarda profunda alianza con aquella presencia multitudinaria de entusiastas aficionados, quienes en el fin de fiesta, y ya cargados de licores y bebidas espirituales, deseaban emular a los ídolos del momento. No contaban con que tendrían que hacerlo muchos, y el caos se apoderaba de

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la situación en un ruedo que más bien parecía representar el teatro de una batalla inútil... pero divertida a veces… sangrienta otras. Imagen consultada en la siguiente dirección: http://www.hndm.unam.mx/

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1885 PLAZA DE TOROS EN MORELIA, MICHOACÁN. Según datos aparecidos en El Diario del Hogar, D.F., del 1º de enero de 1885, p. 4, se apunta lo siguiente: (…) En Morelia pronunció el discurso cívico el 16 del presente el Sr. D. Francisco W. González.-Ha llegado a Morelia el torero D. Bernardo Gaviño. El 6 de enero de 1885, y en El Diario del Hogar, D.F., de la misma fecha en su página 4 se notificaba que Bernardo Gaviño, el decano de nuestros toreros en la República, no será difícil que trabaje este año al lado de Ponciano Díaz en Nueva Orleans. PLAZA DE TOROS EN GUANAJUATO, GTO. El jueves 1° de Enero comenzó una temporada de seis corridas, en Guanajuato. Forman la cuadrilla Rebujina, Cuquito, Frasquito, Candela y otros. El Arte de la Lidia, año I, del domingo 4 de enero de 1885, N° 7, p. 4. PLAZA DE TOROS EN MAZATLÁN, SINALOA. En la plaza de toros establecida en este puerto, está dando lucidas corridas una compañía de toreros durangueños. El Arte de la Lidia, año I, del domingo 4 de enero de 1885, N° 7, p. 4. PLAZA DE TOROS EN VERACRUZ. Dice el “Ferrocarril” de aquella ciudad: Toros.-La compañía llegada anoche de Orizaba dará función esta tarde en la plaza de la Laguna. Los toros son, de la Piedra, y se ha tenido cuidado en elegirlos de los mejores. La compañía se nos dice, es bastante buena. Con que a la Plaza. El Arte de la Lidia, año I, del domingo 4 de enero de 1885, N° 7, p. 3. PLAZA DE TOROS “EL HUISACHAL”, ESTADO DE MÉXICO. Festejo para el día 4 de enero de 1885, dado a conocer en El Diario del Hogar, en su edición del mismo 4 de enero, p. 7:

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El Arte de la Lidia, aùo I, del domingo 4 de enero de 1885, N° 7, p. 1. 34


PLAZA DE TOROS EN PACHUCA, HIDALGO. 4 de enero de 1885. Comenzará en esta ciudad una temporada de corridas de toros. Se dice, que se lidiará un valiente ganado, y que figuran en la cuadrilla los conocidos Carlos Sánchez y el “Güerito” Conde. El Arte de la Lidia, año I, del domingo 4 de enero de 1885, N° 7, p. 4. PLAZA DE TOROS “EL PROGRESO” DE GUADALAJARA, JALISCO. 4 de enero. En la plaza que por sarcasmo se llama del Progreso, hubo en la tarde del domingo 4 del actual, una corrida de toros que salieron a gusto del público, porque eran bravos y estropearon a más de un torero. El Tobalo llevó una revolcada muy regular, y varias veces ascendió por los aires, ni más ni menos que como una pelota. El picador (José María) Mota, con su eterna risita, se hizo aplaudir por su destreza poco común en el peligroso arte. Es bueno bautizar a este picador, y desde luego, yo seré su padrino. Propongo que Mota, en lo sucesivo, se llame “El hombre que ríe”, aunque para esto tenga que robarle el seudónimo al joven gacetero que de pocos días a esta parte se convirtió en pitera. Próximamente se dará una función a beneficio del Hombre que ríe o sea Mota, y de mi amigo Miguel Manogrande, Administrador de la empresa tauromáquica. Desde hoy, llamo la atención de mis lectores sobre ese asunto, porque se me dice que en dicha corrida, se esperan grandes cosas. (Juan Panadero de Guadalajara). El Arte de la Lidia, año I, del domingo 18 de enero de 1885, N° 8, p. 4.

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La imagen proviene del libro de Ramón Macías Mora: La Catedral y los Toros. La Tauromaquia en Guadalajara. 1608-1979. Guadalajara, H. Ayuntamiento de Guadalajara, Egartorre Libros, 2007. 536 p. Ils., fots., retrs., grabs., p. 41.

Cartel de la plaza de toros de “Buen Gusto” (Aguascalientes, Ags.) para el domingo 18 de enero de 1885, donde actuó la compañía de toreros dirigida por el Sr. Refugio Hernández, lidiando “cuatro bravísimos toros de la hacienda de CIENEGUILLA, de los cuales dos serán a muerte, y dos se jugarán a garrocha y banderilla”. Imagen bajada de la Internet.

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PLAZA DE TOROS “DE OCCIDENTE”, QUERÉTARO. 11 de enero. La Sombra de Arteaga, de la ciudad de Querétaro, dice: “Espléndida estuvo la función tauromáquica del domingo anterior, a beneficio de los fondos de las fiestas de Navidad”. PLAZA DE TOROS EN TENANGO DEL VALLE, ESTADO DE MÉXICO. 13 de enero de 1885. José María Hernández enfrentando 5 ejemplares de Santín. PLAZA DE TOROS “EL HUISACHAL”, ESTADO DE MÉXICO. Domingo 18 de enero de 1885, Felícitos Mejía y su cuadrilla lidiando toros de San Diego de los Padres. PLAZA DE TOROS “EL PROGRESO”, GUADALAJARA, JALISCO. 18 de enero. Habla el Juan Panadero de Guadalajara. Valedores, se llegó el día; hoy en la tarde tendrá lugar la corrida que con anticipación he anunciado, en cuya función se lidiarán cinco feroces vacas de la hacienda de Ocotengo, escogidas y adiestradas bajo la dirección de una persona inteligente en la materia. Chistoso va a estar aquello de ver a las hembras agrediendo a los machos, y siquiera por curiosidad deben ir más aparceros a aplaudir, si la corrida está buena. Siempre el sexo femenino ha sido más alebrestado que el masculino, por lo que creo que más de un torero va a dejar los calzones en las astas de alguna vaca. Las hembras que van a lidiarse han sido bautizadas por los caporales con los nombres siguientes: La Loba, La Centella, La Pantera, La Pólvora y La Osa. Todas estas fieras se jugarán a capa, pica, banderilla y muerte. Yo he visto ya esos animales, y tienen tal facha, que estoy cierto de que a más de un torero, me lo dejan encueratris. Ofrezco medio chinito al lidiador que pegue banderillas a topa vaca, y ofrezco otro medio al que no corra ante las susodichas hembras. Éstas van a salir adornadas con hermosas coronas y otros atavíos que llamen la atención del público. Repito que la fiesta no puede ser más divertida, y formalmente invito a mis vales a que me acompañen a hacer guasa para pasar un rato divertido. El Arte de la Lidia, año I, del domingo 18 de enero de 1885, N° 8, p. 3.

El Diario del Hogar, 18 de enero de 1885, p. 7.

PLAZA DE TOROS EN VERACRUZ. 18 de enero. Hoy debe tener lugar en la plaza de toros de Veracruz la primera corrida en donde hará su debut la nueva cuadrilla española que ha

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llegado a ese puerto y de la cual, tan luego como nos escriba nuestro corresponsal, daremos cuenta a nuestros lectores. El Arte de la Lidia, año I, del domingo 18 de enero de 1885, N° 8, p. 4. El siguiente número de El Arte de la Lidia da cuenta de ese acontecimiento. CORRIDA DE TOROS EN VERACRUZ. El “Ferrocarril” de aquella ciudad nos da una idea de la corrida en que trabajó por primera vez la cuadrilla española que dirige el espada Mateíto. La primera impresión era mala: la cuadrilla se presentaba cobrando precios que parecían exagerados, pues pedir dos y medio pesos por entrada y luneta, es demasiado. Eso se paga en las grandes compañías de ópera; y sin embargo, la plaza estaba completamente llena, pues aunque todo el mundo protestaba contra lo exorbitante del precio, todo el mundo lo pagó voluntariamente.

Plaza de toros de Veracruz, anónimo, fresco, siglo XIX. En José N. Iturriaga, Martha Chapa y Alejandro Ordorica: Dentro y fuera del ruedo. Veracruz, Gobierno del Estado de Veracruz, Talleres gráficos de Editora la Voz del Istmo, S.A., 2010. 314 p. Ils., fots., grabs., p. 93. 38


A las cuatro y media de la tarde del domingo último ocupó el amigo D. Juan G. Zamora la presidencia de la plaza; la música tocó la marcha “Giralda” y aparecieron en la arena cinco gallardos toreros lujosamente ataviados y dos picadores, vestidos y montados a la usanza española, que fueron saludados con entusiastas aplausos y otras ruidosas manifestaciones, en las que no faltaron interjecciones muy expresivas, pero quizás no del caso. Salió el primer toro, animal corpulento, bonito, bien armado, puntal, y que pareció iba a tragarse la plaza; pero pronto abandonó estas veleidades, no tomó ninguna vara, se apoltronó, y, por último, dio muestras de ser el toro más cobarde de cuantos sustentan cuernos. Fue arrojado ignominiosamente de la plaza, sucediéndole otro bicho que fue menos malo, sin que por eso llegara a la categoría de regular siquiera; y para no cansar a los lectores, diremos que el tercer toro fue igual al primero, y se sacó de la plaza, y que el cuarto no valió lo que el segundo, y que el quinto… En fin, el ganado fue de lo peor, y el mayor enemigo de la Empresa no se lo hubiera traído igual, ni buscándolo con candil. El público estaba dividido: una parte del de sombra aplaudía frenético cuanto se hacía, bueno o malo; otra parte silbaba cuanto de bueno o de malo se hacía. Unos querían que picadores y toreros lidiaran a la usanza mexicana; otros que los lidiadores lo hicieran como tenían de costumbre, y por último, surgió cuestión de nacionalidad, aunque no muy a las claras, lo cual no puede ser más ridículo ni más extemporáneo; y de allí gritos, chocarrerías, aplausos, silbidos, frases destempladas y todo su séquito. La verdad es que no puede formularse juicio definitivo respecto a la cuadrilla, por lo flojo del ganado, y sabido es que sin ganado bueno, no hay corrida que valga la pena. Sin embargo, pudo notarse que los que la forman son toreros, es decir, que tienen arrojo, conocimiento del arte y serenidad. Mateíto debe ser un buen espada, tal vez de segundo orden en Madrid, pero de primera fuerza comparado con todos los que hemos visto aquí. Hay en él apostura, elegancia, sabe trastear al toro, no se precipita y dirige bien su cuadrilla. Los banderilleros hicieron cuanto era toreramente posible, y los picadores cumplieron con su deber. Esperamos ver la próxima corrida para hablar con más conciencia. Mientras tanto, no nos parece de más aconsejar prudencia al público, no echar a patriotería asuntos de esa naturaleza; aplaudir lo bueno, cualquiera que sea su origen, y censurar lo malo, de cualquiera parte que venga; pero con imparcialidad, con buen juicio; lo contrario es sentar plaza de indiscreto. El Arte de la Lidia, año I, del domingo 25 de enero de 1885, N° 9, p. 2-3. PLAZA DE TOROS DE ORIZABA, VERACRUZ. BERNARDO GAVIÑO. Trabajó últimamente en la plaza de toros de Orizaba y fue muy aplaudido. El ganado que lidió fue muy valiente y de buena estampa. El Arte de la Lidia, año I, del domingo 25 de enero de 1885, N° 9, p. 4. PLAZA DE TOROS EN TENANGO DEL VALLE, MÉX. 21 de enero. El cartel anunciador decía: En los días 19, 20 y 21 del actual mes de Enero, tendrán lugar tres corridas: se lidiarán las sobresalientes razas de Ayala, Santín y Atenco. Cuadrilla mexicana del primer espada José María Hernández.

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El Arte de la Lidia, año I, del domingo 18 de enero de 1885, N° 8, p. 1.

PLAZA DE TOROS DE TEXCOCO, EDO. DE MÉX. Se preparan en estas ciudades grandes espectáculos con motivo de la feria que anualmente se celebra. Habrá corridas de toros y se lidiará la afamada ganadería de la hacienda de Piedras Negras (Edo. de Hidalgo). Cuadrilla lidiadora escogida por el primer espada Bernardo Gaviño. ¡Grandes novedades! ¡Corrida monstruo! Las corridas se celebraron los días 25 y 29 de enero; también el 1º de febrero. (3 actuaciones). El arte de la Lidia, año 1, Nº 8 del 18 de enero de 1885, p. 3. PLAZA DE TOROS “EL HUISACHAL”, ESTADO DE MÉXICO. 25 de enero. Toros de San Diego de los Padres para la “Cuadrilla mexicana” dirigida por José Machío. 40


El Diario del Hogar, 25 de enero de 1885, p. 7.

PLAZA DE TOROS EN GUANAJUATO, GTO. En El Arte de la Lidia, año I, del domingo 25 de enero de 1885, N° 9, p. 3 aparece la siguiente nota: CUADRILLA DE TOREROS.-La que se hallaba trabajando en Guanajuato, ha llegado a esta capital después de ganar aplausos y dinero en aquella tierra. PLAZA DE TOROS DE ORIZABA, VER. 25 de enero de 1885. Hoy debe tener lugar en aquella ciudad la segunda corrida de toros, en la cual trabaja la cuadrilla de toreros que dirige el primer espada Gabriel López (a) Mateíto. En la primera corrida fueron muy aplaudidos los diestros. El arte de la Lidia, año 1, Nº 9 del 25 de enero de 1885, p. 3. PLAZA DE TOROS DE ORIZABA, VER. 1° de febrero de 1885. “El gran matador de cartel, Bernardo Gaviño trabajó últimamente en la plaza de toros de Orizaba y fue muy aplaudido. El ganado que lidió fue muy valiente y de buena estampa”. El arte de la Lidia, año 1, Nº 11 del 8 de febrero de 1885. PLAZA DE TOROS DE VERACRUZ, VER. LA ÚLTIMA CORRIDA DE TOROS EN VERACRUZ.-El “Diario Mercantil” de aquella ciudad publicó el siguiente programa relativo a la corrida verificada el último domingo. Dice: “La que está anunciada para esta tarde, su sujetará al programa siguiente: La banda de música que dirige el acreditado profesor D. Alfonso García, tocará las piezas más escogidas de su repertorio. Se lidiarán 4 BRAVOS TOROS PUNTALES, DE LA PIEDRA. Habrá otros cuatro toros de reserva, de los cuales se apartará uno para los aficionados. Si los toros se prestan, el arrojado primer espada Gabriel López (a) Mateíto, pondrá banderillas en la silla, Juan León (a) el Mestizo, que en la corrida anterior no pudo torear por encontrarse enfermo, dará el cambio de rodillas y pondrá banderillas cambiando; dentro de un aro Rafael Rodríguez (a) Faíllo, dará el salto de la garrocha, y finalmente toda la cuadrilla trabajará en competencia, con el objeto de dejar un grato recuerdo en esta H. Ciudad, de la cual tienen la honra de despedirse por ahora, aunque con harto sentimiento. La cuadrilla saldrá el martes 27 para la capital de la República, en cuyo punto tiene contratadas cuatro corridas. El arte de la Lidia, año 1, Nº 10 del 1° de febrero de 1885, portada.

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Esta es la composición tipográfica del cartel en que Juan León “El Mestizo” toreó en Veracruz. Carlos Cuesta Baquero: (Seud. Roque Solares Tacubac): Historia de la Tauromaquia en el Distrito Federal desde 1885 hasta 1905. México, Tipografía José del Rivero, sucesor y Andrés Botas editor, respectivamente. Tomos I y II.

PLAZA DE TOROS “EL HUISACHAL”, ESTADO DE MÉXICO. Domingo 1° de febrero de 1885. Cuadrilla española. Presentación del matador de cartel de las plazas de España Gabriel López (a) MATEÍTO. Ganado de San Diego de los Padres. El arte de la Lidia, año 1, Nº 10 del 1° de febrero de 1885, p. 1. PLAZA DE TOROS EN TEXCOCO, ESTADO DE MÉXICO. Domingo 1° de febrero. Cuadrilla mexicana del primer espada Bernardo Gaviño. Ganado de Piedras Negras. El arte de la Lidia, año 1, Nº 10 del 1° de febrero de 1885, p. 1. 42


El arte de la Lidia, año 1, Nº 10 del 1° de febrero de 1885, p. 1.

PLAZA DE TOROS “EL PROGRESO” DE GUADALAJARA, JALISCO. Domingo 1° de febrero de 1885. En El Arte de la Lidia, año I, N° 11, del domingo 8 de febrero de 1885, p. 3 aparece el siguiente registro: TOROS EN GUADALAJARA.-El Juan Panadero refiriéndose a la corrida del domingo pasado (1° de febrero) verificada en la plaza del Progreso de aquella ciudad, dice: “La corrida de bichos de Estipac que hoy se lidiarán en el Progreso, promete estar buena, porque el ganado de esa hacienda es de los más bragado. Habrá además palo ensebado

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que tendrá cincuenta duros para los atrevidos, música de cuerda y cantadoras; piquetes en pelo por los tres topadores, banderilleo sobre barriles y sillas y otras varias curiosidades. ¡Ojalá que la corrida no salga tan amargosa como las últimas! Y ya que de ellas hablo, debo advertir que esas no las escogió mi amigo D. Rafael Robles, que se escupe la mano para conocer qué toros entran y cuales están buenos nomás para el abasto. Conste, pues”. PLAZA DE TOROS EN CULIACÁN, SINALOA. Domingo 1° de febrero de 1885. En El Arte de la Lidia, año I, N° 11, del domingo 8 de febrero de 1885, p. 3 aparece lo que sigue: La revista Sinaloense hablando de la corrida que tuvo lugar en aquella ciudad, dice: “Malísimos estuvieron los del domingo. El primer toro, que picado hubiera estado bueno, fue el único que dio algunas embestidas. Pero quién lo picaba? si el picador temblaba como un azogado y en vez de que el toro no entrara a la pica era el picador quien huía. El gallardo capitán, se lució como la vez pasada. A pesar de que los toros casi no hacían golpe, banderilló con segura mano. PLAZA DE TOROS “EL PROGRESO”, GUADALAJARA, JALISCO. 8 de febrero de 1885:

Cartel de una corrida celebrada en la plaza de toros del Progreso, el 8 de febrero de 1885. (Foto 44


cortesía del Primer Museo Taurino de Guadalajara de D. Manuel Barbosa). El personaje que aparece en la ilustración es el famoso José María Mota “el hombre que ríe”, picador de toros. Ramón Macías Mora: El signo de la fiesta. Madrid, Egartorre, S.L., 2000. 231 pp. Ils., retrs., fots.

PLAZA DE TOROS EN GUANAJUATO, GTO. En El Arte de la Lidia, año I, del domingo 8 de febrero de 1885, N° 11, p. 3 se lee: REBUJINA.-Según nuestras noticias, en una de las últimas corridas que trabajó en Guanajuato (seguramente la tarde del 1° de febrero), recibió una cogida de un bicho. A estas horas, está bueno, pues sigue trabajando con la cuadrilla a que pertenece. PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. Domingo 8 de febrero de 1885. Matador de cartel en la república: Bernardo Gaviño. ¿Toros de Atenco?

LUNA PARRA, Miguel Luna Parra y Federico Garibay Anaya: México se viste de luces. Un recorrido histórico por el territorio taurino de nuestro país. Guadalajara, Jalisco, El Informador, Ágata Editores, 2001.232 p. Ils., fots., facs., maps.

PLAZA DE TOROS EN TENANGO DEL VALLE, ESTADO DE MÉXICO. 8 de febrero de 1885. Cipriano Gómez, capitán; Ángel Silva, primer banderillero, Simón Carrillo, segundo idem; Feliciano Martínez, tercero idem; Rodrigo Vega y Sotero González, capeadores; Ireneo y Álvaro Talavera, Mariano Garduño y Antonio Mendoza, picadores. 5 toros de Santín. PLAZA DE TOROS “EL HUISACHAL”, ESTADO DE MÉXICO. Domingo 8 de febrero de 1885. Actuación de Ponciano Díaz, lidiando 4 toros de Santín. 6 o como se llegó a decir 6

Al final de esta reunión de apuntes y datos encontrados en la prensa y en carteles, incluyo una tabla en que se detallan las actuaciones, particularmente las de Ponciano Díaz durante 1885. Ponciano, según podrá verse, toreó en 51 ocasiones.

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tambiĂŠn en otra publicidad: Muerte de cuatro toros al estilo mexicano, por la cuadrilla de Ponciano DĂ­az.

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El Arte de la Lidia, Aùo I, N° 11, domingo 8 de febrero de 1885, portada.

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El Diario del Hogar, edición del 8 de febrero de 1885, p. 7.

PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. Domingo 15 de febrero de 1885. Matador de cartel en la república: Bernardo Gaviño. ¿Toros de Atenco? PLAZA DE TOROS DEL “HUISACHAL”, ESTADO DE MÉXICO. Domingo 15 de febrero de 1885. Segunda corrida extraordinaria bajo la dirección del primer espada mexicano Ponciano Díaz. Ganado de Piedras Negras. Banderillas a pie por PONCIANO quien también picará un toro.

El cartel de la izquierda, proviene de El Arte de la Lidia, Año I, N° 12, domingo 15 de febrero de 1885, portada. El cartel de la derecha, forma parte del fondo “Diversiones Públicas” del Archivo General del Estado de México. En este documento, fechado el 15 de febrero de 1885, José Machío, se hizo anunciar como “discípulo y compañero del gran maestro CÚCHARES. En esa ocasión alternó con Felícitos Mejía y el sin competidor banderillero a caballo Felipe Hernández, “inteligente caporal de la hacienda” (de Atenco). Para dar a la corrida todo el lucimiento que se acostumbra en España, el hábil jinete D. VICENTE FALCÓN (al parecer el apellido correcto es FALCÓ) que tanto ha sido aplaudido en el CIRCO ORRÍN se ha prestado a solicitud de varios amigos, a salir de alguacil, en su magnífico caballo andaluz VOLADOR, con traje Felipe II, a recoger la llave.

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PLAZA DE TOROS EN TOLUCA, MÉX. 15 de febrero. El Siglo Diez y Nueve, D.F., del 12 de febrero de 1885, p. 3, dice lo siguiente: TOROS EN TOLUCA.-Tenemos noticia de que el matador José Machío trabajará en la plaza de toros de Toluca el próximo domingo 15 del corriente, habiéndose organizado una cuadrilla notable que lidiará bravos y arrogantes toros de Atenco. ¡Bravo, Sr. Crespo! Vd. entiende como empresario el gusto del público, y hace bien en afanarse por complacerlo! A última hora hemos sabido que el hábil cuanto inteligente Sr. Falcón, que tantos aplausos ha conquistado por sus caballos al mando en el Circo Orrín, partirá la plaza, vestido a la Felipe II; para que la corrida anunciada llene todas las condiciones de la mejor que se haya dado en Madrid. No olvidar que hay viaje de recreo por el ferrocarril, y viaje especial a los toros. Por su parte El Diario del Hogar, D.F., del 15 de febrero de 1885 incluía la siguiente inserción publicitaria: PLAZA DE TOROS EN TOLUCA. Domingo 15 de febrero de 1885. Para esta tarde a las tres en punto, espléndida corrida de toros de la sin rival raza navarra de Atenco, los cuales serán lidiados por la cuadrilla española capitaneada por José Machío. Para esta corrida saldrá un tren especial de la estación de la Colonia, a las ocho y treinta y cinco minutos de la mañana (…)

Aquí la edición antes indicada. 49


El cartel definitivo quedó rematado como sigue: PLAZA DE TOROS EN TOLUCA, MÉX. Domingo 15 de febrero de 1885. Cuadrilla Hispano-Mexicana, con el matador José Machío y cuatro toros de la acreditada raza de Atenco. En el cartel Machío se anuncia como discípulo y compañero del gran maestro “Cúchares”. Sobresaliente de espada Felicitos Mejía. El sin competidor banderillero a caballo Felipe Hernández. Toro embolado. PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. Domingo 22 de febrero de 1885. Hoy domingo en la tarde, tendrá lugar la tercera función de la temporada, la cual promete ser de gran atractivo para los aficionados al arte del toreo de dicha ciudad. El Arte de la Lidia, año I, N° 13, del domingo 22 de febrero de 1885, p. 2. PLAZA DE TOROS EN TOLUCA, MÉX. 22 de febrero. Cuadrilla capitaneada por el renombrado maestro José Machío, acompañado de los reputados banderilleros “Frasquito” y “Cuquito”. Los sin rivales picadores de ATENCO. Banderillas a caballo por el que no tiene competidor Felipe Hernández. Cuatro toros, pura raza de la sin rival ATENCO. Para conocer a detalle los acontecimientos de aquella jornada, bien vale la pena traer hasta aquí el facsímil de El Arte de la Lidia, tal como publicó la crónica de “Gadea”:

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A la izquierda, el cartel aquí incluido procede del Archivo Histórico del Estado de México, Fondo “Diversiones Públicas”. Corridas de toros”. En su amplio contenido, llaman la atención diversas referencias que aluden al tipo de suertes que entonces eran del uso común. Por ejemplo, banderillas a caballo, representación de la que encargaría Felipe Hernández, o el capítulo del “Toro embolado”, al final de la corrida formal. A la derecha puede observarse la inserción publicada en El Arte de la 52


Lidia, año I, N° 13, del domingo 22 de febrero de 1885, p. 1 y que también formó parte de la publicidad para el festejo en Toluca.

Una más en El Diario del Hogar, 22 de febrero de 1885, p. 8. Esta reproducción fue recogida en el portal: Hemeroteca Nacional Digital de México (http://www.hndm.unam.mx/).

PLAZA DE TOROS EN CHIHUAHUA. 22 de febrero. Ponciano Díaz, lidiando toros de la Hacienda de Bachimba. PLAZA DE TOROS EN VERACRUZ. 22 de febrero. Se dio en la plaza de Veracruz una función, por una nueva cuadrilla, lidiándose el ganado de Nopalapam. PLAZA DE TOROS EN AMECA, JALISCO. TOROS EN AMECA.-Según nuestras noticias, las corridas verificadas ahí con motivo de la feria estuvieron muy concurridas. El Arte de la Lidia, año I, N° 13, del domingo 22 de febrero de 1885, p. 3. PLAZA DE TOROS EN VERACRUZ. 1° de marzo. Hoy tal vez se dará otra corrida, tal y como reza en El Arte de la Lidia, año I, N° 14, del 1° de marzo de 1885, p. 4. PLAZA DE TOROS EN CHIHUAHUA. 1° de marzo. Ponciano Díaz, lidiando toros de la Hacienda del Pastor. PLAZA DE TOROS “PASEO NUEVO” EN PUEBLA. En El Arte de la Lidia, año I, N° 14, del 1° de marzo de 1885, p. 4 se menciona que habrá TOROS EN PUEBLA.-Parece que hoy se dará la última corrida en Puebla en vista de que los aficionados de aquella ciudad en estos días, van más a la iglesia que a cualquiera diversión. 53


PLAZA DE TOROS “EL HUISACHAL”, ESTADO DE MÉXICO. 1° de marzo de 1885. Así se enteró la afición del cartel, gracias a la inserción que hizo del mismo El Diario del Hogar, en su edición del mismo día, en su página 7:

Se dice que en la corrida de esta tarde en el Huisachal, el matador José Machío dará la alternativa al matar un toro al conocido espada Rebujina. Como resultado de este festejo, días más tarde La Patria Ilustrada, del 9 de marzo publicó cuatro dibujos que recrean, con toda seguridad, algunos de los detalles que llamaron la atención del artista, que sin firmar, algunos confunden con José Guadalupe Posada, tomando en cuenta que el futuro grabador llegó a la ciudad de México hasta 1888. Por ser peculiarmente curiosas dichas estampas, las incluyo a continuación, como también las crónicas, publicada una en El Diario del Hogar, y la otra en El Arte de la Lidia. Los siguientes cuatro dibujos fueron elaborados por Santiago Hernández, y publicados en La Patria Ilustrada, N° 10, del 9 de marzo de 1885.

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PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. Domingo 1° de marzo de 1885. Primer espada: Bernardo Gaviño. Sobresaliente o segundas espadas, Felícitos Mejía y Francisco Lovato. Banderilleros, Tomás Vieyra, Pedro García, Francisco Lovato y otros. Picadores de primera clase, El Negrito Conde, Gerardo López y N. Oropeza. PLAZA DE TOROS “EL HUISACHAL”, ESTADO DE MÉXICO. 5 de abril de 1885. Cuadrilla mexicana. Matador de cartel de las plazas de la República, Ponciano Díaz. Ganado de Piedras Negras.

El Arte de la Lidia, año I, N° 15, del domingo 5 de abril de 1885, portada. 57


PLAZA DE TOROS EN GUANAJUATO. Domingo 5 de abril de 1885. Cuadrilla HispanoMexicana. Matador, “Rebujina”. Primeros banderilleros: “Cuquito” y “Frasquito”. PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. 5 de abril de 1885. Primer espada, Bernardo Gaviño. Sobresalientes o segundos espadas, Felícitos Mejía y Francisco Lovato. Banderilleros, Tomás Vieyra, Pedro García, Francisco Lovato y otros. Picadores de primera clase, “El Negrito Conde”, Gerardo López y N. Oropeza. Las corridas en Puebla. El domingo pasado 5 de abril de 1885, ante una numerosa concurrencia se inauguró en Puebla, con muy buen éxito, la temporada taurina. Los cuatro toros que se lidiaron en la antigua plaza del “Paseo Nuevo”, jugaron perfectamente, matando diez o doce caballos. El viejo Bernardo, según nos dicen de aquella ciudad, estuvo feliz, pues se despachó con arte y sin miedo tres toros, siendo muy aplaudido. En cambio, Felícitos Mejía quedó malísimamente, pues no pudo matar el segundo bicho, el que le lazaron después de haberle dado muchas malas estocadas. Recibió una rechifla general. Se calculan en 8,000 almas las que concurrieron el domingo a los toros en Puebla. El arte de la Lidia, año 1, Nº 16, del 12 de abril de 1885. PLAZA DE TOROS “EL PROGRESO”, GUADALAJARA, JAL. 5 de abril de 1885. Matador, Francisco Gómez “El Chiclanero”. Banderilleros, “El Artillero”, “Tovalo” y demás diestros de Jalisco.-Picador de primera clase, José María Mota. PLAZA DE TOROS EN ZACATECAS. 5 de abril de 1885. Primer espada, Andrés Fontela. Sobresaliente, Carlos Sánchez. Banderilleros, Emeterio Garnica, Carlos Sánchez, Jesús Blanco y “El Otros” (sic). Se ignora el nombre de los picadores.

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El Arte de la Lidia, año I, N° 17, del domingo 19 de abril de 1885, portada. PLAZA DE TOROS EN MORELIA, MICHOACÁN. 5 de abril de 1885. Cuadrilla mexicana, en la que figura el primer espada Pedro Nolasco Acosta. PLAZA DE TOROS EN DURANGO. 5 de abril de 1885. En esta ciudad habrá desde hoy corridas de toros, debiendo lidiar a los bichos la cuadrilla mexicana que dirige el espada Gerardo Santa Cruz Polanco.

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PLAZA DE TOROS EN VERACRUZ. El arte de la Lidia, año 1, Nº 15, del 5 de abril de 1885, p. 4 reproduce esta nota: TOROS EN VERACRUZ.-Las últimas corridas que se dieron en el puerto por el espada Juan León “El Mestizo”, según nuestras noticias, estuvieron bastante mal, tanto por lo huido del ganado como por lo pésimo de la cuadrilla lidiadora. “El Mestizo” como matador, no vale gran cosa, pero sobresale mucho como banderillero. PLAZA DE TOROS EN ORIZABA, VERACRUZ. Domingo 5 de abril de 1885. Se verificó en la plaza de esta ciudad la primera corrida de toros por la cuadrilla que dirige el inteligente primer espada Juan León “El Mestizo” y su cuadrilla. No se menciona en la crónica publicada en El Arte de la Lidia (año I, N° 17, del domingo 19 de abril de 1885, p. 2) la procedencia del ganado. PLAZA DE TOROS “EL HUISACHAL”, ESTADO DE MÉXICO. 12 de abril de 1885. Cuadrilla mexicana. Matador de cartel de las plazas de la república, Ponciano Díaz con ganado de San Diego de los Padres. Presentación del charro mexicano Ignacio Gadea, inventor en la República de la suerte de poner banderillas a caballo. Gran corrida. Mucha novedad. Todo parece indicar que este festejo quedó suspendido por mal tiempo.

El Arte de la Lidia, año I, N° 16, del domingo 12 de abril de 1885, portada. 60


PLAZA DE TOROS EN ZACATECAS. Domingo 12 de abril de 1885. Se lidiaron cinco bravos y hermosos toros de la Hacienda de Trujillo. Para una mejor comprensión del festejo, incluyo la crónica tal cual fue redactada por “Un aficionado”.

El Arte de la Lidia, año I, N° 17, del domingo 19 de abril de 1885, p. 2.

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PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. 12 de abril de 1885. Hoy debe verificarse la segunda corrida de la temporada. Según se sabe, el torero que estuvo presente en aquella ocasión fue José Machío. PLAZA DE TOROS EN ORIZABA, VERACRUZ. Domingo 12 de abril de 1885. Compareció la cuadrilla de Juan León “El Mestizo”. No se menciona en la crónica publicada en El Arte de la Lidia (año I, N° 17, del domingo 19 de abril de 1885, p. 2) la procedencia del ganado. Entre otros integrantes del conjunto se destaca la actuación de Antonio González y Félix López, banderilleros. PLAZA DE TOROS “EL PROGRESO” DE GUADALAJARA, JALISCO. El Arte de la Lidia, año I, N° 17, del domingo 19 de abril de 1885, p. 3: LA EMPRESA DE TOROS EN GUADALAJARA. Un periódico tapatío dice que el público de Guadalajara se queja de la inexactitud en la hora de comenzar las corridas, pues se anuncia para las cuatro y media en punto y empiezan a las cinco o más tarde. En dicha plaza se han verificado dos corridas por la cuadrilla que dirige el Chiclanero lidiándose en cada una, cinco valientes toros braminos de la hacienda “El Cabezón”. También en El Arte de la Lidia, año I, N° 18, del domingo 3 de mayo de 1885, p. 4: TOROS EN GUADALAJARA.-La cuadrilla que en la temporada de este año trabaja en Guadalajara, está compuesta de los diestros siguientes: Primer espada El Chiclanero. Banderilleros, Atenójenes de la Torre, El Artillero, Cornelio Ortiz y Pablo Castañeda. Picadores, José María Mota y Agapito Godines. El ganado que se ha estado lidiando desde el primer domingo de Pascua, ha sido de las acreditadas ganaderías del “Refugio” y “El Cabezón”. “Juan Panadero”, periódico tapatío, hablando de la corrida verificada el domingo 19 dice: “El domingo pasado, aunque no estuvieron los toros de lo muy mejor, me proporcionaron una tarde deliciosa, porque pude apreciar el mérito de los que trabajan en el cuadro tauromáquico que actúa en la Plaza del Progreso. Aunque yo andaba medio cubetero, pude ver algodón y se los cuento todavía algo crudo. Atenójenes de la Torre en competencia con Mota debido a su habilidad, sacó según yo creo la palma en el desafío por sus trabajos desempeñados con verdadera maestría. Atenójenes trabaja en conciencia y lo demuestra ayudando a los picadores hasta el grado de evitarles que, en caso desgraciado les cometa algún entuerto el toro. Arriesga su vida a cada momento en el cumplimiento de su deber. Esto no quiere decir que los demás se hayan portado mal. Trabajaron bien, y felicito al popular Chiclanero, al Artillero y a Cornelio, que también supieron lucirse, recibiendo en cambio muchos aplausos”. Siguiendo con noticias surgidas en Guadalajara y por aquellos días, encuentro en La Patria del 17 de mayo de 1885, p. 2 el siguiente reporte: Un payaso herido.-En una corrida de toros que se dio en Guadalajara, mientras un payaso estaba distraído haciendo gracejadas, le atrapó un toro y le hirió mortalmente. PLAZA DE TOROS EN VERACRUZ. Domingo 19 de abril de 1885. El Arte de la Lidia, año I, N° 17, del domingo 19 de abril de 1995, p. 3 apunta: CORRIDA DE AFICIONADOS. Hoy en la tarde, se debe verificar una corrida de aficionados en Veracruz, con el benéfico fin de colectar fondos para varias sociedades mutualistas. La cuadrilla la forman varios entusiastas jóvenes de la localidad, debiendo estoquear a los bichos el Sr. Ventura Rojano.

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PLAZA DE TOROS “EL HUISACHAL”, ESTADO DE MÉXICO. 19 de abril de 1885. Cuadrilla Mexicana. Matador de cartel de las plazas de la República, Ponciano Díaz. Ganado de San Diego de los Padres. Toros escogidos por el dueño de la Hacienda. Banderillas a caballo por Ponciano. Suertes variadas. Corrida monstruo.

El Arte de la Lidia, año I, N° 17, del domingo 19 de abril de 1885, portada. PLAZA DE TOROS EN SALTILLO, COAHUILA. Domingo 19 de abril de 1885. En El Arte de la Lidia, año I, N° 18, del domingo 3 de mayo de 1885, p. 3 aparece la siguiente nota: CORRIDA DE TOROS EN EL SALTILLO. El domingo 19 del actual se celebró en la capital del Estado de Coahuila una corrida de aficionados dedicada al Gobernador General Julio M. 63


Cervantes. Tomaron parte en el espectáculo varios jóvenes entusiastas de la localidad, y los productos fueron a beneficio del ornato y recomposición de la plaza principal del Saltillo. PLAZA DE TOROS EN VERACRUZ. Domingo 26 de abril de 1885. Actuación de Juan León “El Mestizo”. En El Arte de la Lidia, año I, N° 18, del domingo 3 de mayo de 1885, p. 3: El Ferrocarril, periódico de Veracruz hablando de una corrida en que trabajo el “Mestizo”, en aquel puerto, dice: “El Mestizo ha tenido nuevas pruebas de las muchas simpatías que goza en el público veracruzano. Una vez, los concurrentes a la parte del sol lo tomaron por los brazos y lo subieron a las gradas, en medio de los aplausos y vítores de la concurrencia… El Mestizo recibió dos ovaciones: la una al dar el quiebro con un hombre entre las piernas, adornando al cornúpeto con un par de banderillas, plantadas con maestría en el morrillo, una cada lado. Esta suerte exige mucho sentido, mucha sangre fría, mucha seguridad, y un valor a toda prueba. El Mestizo la hizo con limpieza y brevedad, de un modo admirable. La segunda ovación fue con motivo del cambio de rodillas con el cuarto toro, que fue el más feroz de la corrida, y no muy a propósito para el lance, pues era marrajo, nada franco, y en lugar de correr a lo largo, saliendo por la derecha, donde se le arrastró la capa, apenas hubo pasado, se revolvió violentamente buscando el bulto y arremetiendo con furia, salvándose el diestro de una cogida, merced a sus conocimientos y arrojo. A no dudar, el nuevo torero gustará en México, tanto más, que a su llegada no se ha anunciado con pomposos carteles ni ha dado a conocer esas pretensiones de otros toreros que últimamente han llegado al país”. PLAZA DE TOROS EN ORIZABA, VERACRUZ. Domingo 26 de abril de 1885. Actuación de una cuadrilla en la que figuraban los picadores Zerrilla y Rodríguez. En El Arte de la Lidia, año I, N° 18, del domingo 3 de mayo de 1885, p. 3. PLAZA DE TOROS EN ZACATECAS. El Arte de la Lidia, año I, N° 18, del domingo 3 de mayo de 1995, p. 2. Ayer domingo 19 de abril, se verificó la tercera y última corrida de la temporada, por la cuadrilla mexicana dirigida por el espada Andrés Fontela, de entre cuyos integrantes se destaca el nombre de Emeterio Garnica. PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. 3 de mayo de 1885. La última corrida en Puebla. El domingo 3 de mayo de 1885 tuvo lugar en aquella ciudad el beneficio del decano de los toreros Bernardo Gaviño, quien, según se anota en “El arte de la lidia” se encuentra en México desde 1829. El ganado que se lidió no dio el juego que se deseaba. Ponciano Díaz que estaba en la plaza como concurrente, tuvo que matar un toro por pedido general del público. El Arte de la Lidia, año 1 Nº 18 del 8 de mayo de 1885. PLAZA DE TOROS “EL HUISACHAL”, ESTADO DE MÉXICO. Domingo 3 de mayo de 1885. Ganadería de San Diego de los Padres. Presentación por primera vez en México del notable taurino JUAN LEÓN “El Mestizo”. En esa ocasión también actuó el viejo Ignacio Gadea el cual “estuvo poco feliz en las banderillas a caballo, pues la yegua que sacó al redondel no le ayudaba a la suerte por su inquietud y mucho brío. Al colocar el único par de palos, fue cogida y herida por el bicho de la manera más lastimosa. Este bonito animal llamado la “Sombrilla” es propiedad del Sr. Cuevas, propietario de la plaza del Huisachal”.

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PLAZA DE TOROS DE TOLUCA. 5 de mayo. Cuatro toros de Atenco. José María Hernández, primer espada. PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO” EN PUEBLA. Domingo 10 de mayo de 1885. Actuación de Ponciano Díaz. PLAZA DE TOROS EN GUANAJUATO. Domingo 10 de mayo de 1885, a beneficio de Francisco Jiménez “Rebujina” y cuadrilla. No se menciona la procedencia del ganado. PLAZA DEL HUISACHAL, EDO. DE MÉX. 14 de mayo. Cuatro toros de Atenco para Ponciano Díaz y la Cuadrilla Hispano-mexicana. PLAZA DE TOROS EL HUISACHAL, EDO. DE MÉX. Domingo 24 de mayo. Ponciano Díaz con cuatro toros de Atenco. PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO” EN PUEBLA. Dice El Arte de la Lidia, año I, N° 19, del 24 de mayo de 1885, p. 4: CORRIDAS EN PUEBLA.-En los días 31 del actual y 7 del entrante Junio, se deberán celebrar en Puebla, dos grandiosas corridas de toros: El Mestizo hará su debut ante el público poblano, quien lidiará la afamada ganadería de San Diego de los Padres. 65


PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA. 31 de mayo de 1885. Dice El Diario del Hogar del 7 de junio de 1885, p. 6 y 7: EL “MESTIZO” EN PUEBLA. Corrida celebrada en la Plaza de toros del Paseo Nuevo de la ciudad de Puebla, la tarde del domingo 31 de mayo de 1885.-Ganadería de San Diego de los Padres, propiedad de los Sres. Barbabosa. Cuadrilla hispano-mexicana. Primer espada Juan León (a) el Mestizo. (…) por parte de la redacción del “Arte de la Lidia”, marchó a Puebla el domingo pasado el cronista Gadea quien nos remite la revista de toros de la corrida verificada la tarde del 31 del pasado en aquella ciudad, por la cuadrilla que dirige el atrevido diestro Juan León (a) el “Mestizo”. Dice así: Poco antes de las doce del día, varios amigos llegamos a la capital del Estado de Puebla y después de tomar alojamiento, descansar y almorzar fuerte, a las cuatro de la tarde nos dirigimos rumbo al Paseo Nuevo, donde se halla situada la plaza de toros. Desde esta hora densos nubarrones cubrían el horizonte, lo que nos hizo comprender que pronto recibiríamos un baño desagradable. En efecto, a poco caía un soberbio aguacero, chubasco espantoso que hacía renegar a los numerosos aficionados a la lid taurina. La lluvia no fue obstáculo pues a las cuatro y media en punto, dio comienzo la diversión con una buena entrada. El toque del clarín dio la señal, y la cuadrilla salió al charcoso redondel a efectuar el saludo de ordenanza. La componían los siguientes diestros: Director y primer espada, el valiente Juan León (a) “El Mestizo”, Sobresaliente o segundo espada, Francisco Jiménez “Rebujina”; Banderilleros: Cuquito, Frasquito, Candela, Tovalo y resto de picadores, lazadores, muleros y Puntillero. Verificado el paseo y cambio de capotes se dio libertad al primer toro que fue: Josco, de poca edad, bravo, cornicorto y de muchos pies. Acometió sin miedo a la gente montada quienes no se lucieron como debían, a causa del mal piso del redondel. Sin embargo, recibieron buenos tumbos y la pérdida de dos caballos despanzurrados. “El Mestizo” puso una banderilla al quiebro que le debía haber salido mejor si el toro entra bien a la suerte. Cuquito cumplió con un par a la media vuelta. Llegar el momento de matar: “el Mestizo” con traje grana oro, saluda a la Presidencia y pasa a vérselas con el bicho, al que da con mucha confianza tres pases de muleta naturales, largando una buena estocada bajo que lo hizo rodar. El toro murió en el acto. Grandes aplausos y diana para el matador. Los aguaceros seguían arreciando hasta impedir, que la corrida continuase por lo que los diestros abandonaron por un momento el redondel. Mas no había remedio, el agua, se encaprichaba más y más y el Juez, que por cierto no se mojaba, dio un trompetazo, señal de que saliera el segundo toro. Toro y diestros aparecieron en el ruedo. El pelo del animal era negro, de buena estampa y libras, pero de menos juego que su antecesor. Salió buscando la defensa en las tablas, haciéndose difícil la suerte de varas, a pesar de la gran maestría del capote, al manejo del atrevido “Rebujina” que obtuvo muchas palmas. Cinco puyazos fue toda la faena de la caballería en cambio de varios batacazos y un potro que se acostó en la arena sin aliento. Frasquito clava dos pares de banderillas como Dios le dio a entender, metiéndose al efecto en cada charco que parecía una laguna. Fue aplaudido.

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Rebujina, con vestimenta morado y oro, sin temor a la fuerte lluvia que anegaba el redondeo, le toreo moviendo bien los brazos y con frescura, con tres pases naturales y dos cambiados para largar un pinchazo en hueso; un natural y un acoson (sic) para otro pinchazo y por conclusión de faena, dos pases con la derecha y una estocada de metisaca que hizo que el toro se echara en la arena. El puntillero a la primera lo concluyó. Prieto fue el tercero de la tarde y el mejor en juego, ley y bravura; grande, bien armado, de buena lámina y entron: recibió desde su salida el aplauso general de la concurrencia. (Un paréntesis: el aguacero seguía en todo su apogeo). Los piqueros la pasaron mal con este toro, pues a cada puyazo venían a tierra caballo y jinete. A un piquero que no conocemos, le dio tan soberbia caída, que lo hizo retirar a la enfermería todo descompuesto. “El Mestizo”, con este bonito animal, ejecutó con la maestría y valor que acostumbra, la difícil suerte de dar el cambio de rodillas con el capote, lo que le salió con todo lucimiento. Desconocida esta suerte para Puebla, el efecto, fue grandioso y la ovación unánime. Aplausos, dianas y entusiasmo general en todos los departamentos de la plaza. Bien por Juan León. Te lo mereces, chiquillo. Se oían aún las palmas y vivas al Mestizo, cuando este, con mucho aquel, tomó un par de palos para dar el quiebro metidos sus pies en un pequeño aro, suerte que no se pudo ejecutar, en atención a que el bicho, cuando fue llamado para la suerte, al clavar, se salió de ella. El diestro quedó en su sitio, es decir, dentro del aro. Muchos aplausos. Tovalo, en seguida, con mucho trabajo y huyendo, colocó un par a la media vuelta. A pesar de eso fue aplaudido. Rebujina, después de una crecida cantidad de pases, largó un pinchazo y una estocada baja. No queriendo morir el toro, se recurrió al cachetero. El agua seguía como Dios manda o mejor dicho, caía a cántaros. Negro fue también el cuarto y último que cerró plaza. De buenas condiciones, bien puesto y de ley, dejó como siempre espléndidamente enarbolado el pabellón de San Diego de los Padres. Aurelio Barbabosa gozaba, no obstante el baño de regadera que recibía. Los poblanos aplaudían. Los picadores, se acercan varias veces a descubierto o a media plaza, los hurras de los espectadores de sol son espantosos, los caballos y jinetes vienen a tierra y el Juez, azorado por la matanza de jamelgos, da la señal de banderillas. Candela clava dos pares, uno aprovechando y otros a la media vuelta. Hizo lo que pudo. Rebujina a la hora de matar, bien en los pases, y mucha confianza al herir, pues se arrancaba de cerca. Con más calma el atrevido matador se luce en la faena. Todavía con mucha agua se dio suelta al embolado, que por cierto, era un torete regular. El Juez estaba de guasa. Los pelados o plebe de Puebla lo hicieron bien y son muy superiores a los que vemos en el Huisachal supuesto que toman menos pulque. Solo se anotaron algunos insignificantes revolcones. DETALLES. Los toros de San Diego de los Padres en lo general, buenos y de ley. El tercero superior. La cuadrilla con gran aceptación en Puebla. “El Mestizo”, con muchas ovaciones, aplausos y con ganas de verlo trabajar en buena tarde. Picadores malos. Caballos fuera de combate, siete. Temperatura, indecente y mala, pues llovió todo el tiempo de la corrida. Público de Puebla contento y conocedor del arte. Empresa y servicio de plaza, regular. Presidencia, pasadera. Numerosa concurrencia. Gadea.

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PLAZA DEL HUISACHAL, EDO. DE MÉX. 14 de junio de 1885. Ponciano Díaz y cuadrilla con 4 toros de Santín. PLAZA DEL HUISACHAL, EDO. DE MÉX. 12 de julio. Dice El Diario del Hogar, del 11 de julio de 1885, p. 3: Gran corrida de toros. En la tarde del día de mañana deberá tener lugar en la plaza del Huisachal una gran corrida de toros, lidiándose por una bien organizada cuadrilla la mejor ganadería de la República (que dicho sea de paso, no podía ser otro, y en esos momentos que la de Atenco. N. del A.). La cuadrilla que se presentará esta tarde en el redondel del Huisachal es la que dirige el valiente diestro Francisco Gómez “El Chiclanero” acreditado primer espada que últimamente ha causado gran alboroto en el público de Guadalajara, donde ha trabajado una larga temporada. A no dudar, al espectáculo taurino de mañana acudirá una numerosa concurrencia, supuestas las muchas simpatías que goza en México el amigo “Chiclanero” y sus compañeros de lidia. Rebujina, Cuquito, Frasquito, Candela y Tovalo así como los arrojados picadores mexicanos Santín y los afamados de la Hacienda de Atenco. Uno de los más declarados antitaurinos en aquella época fue Enrique Chávarri “Juvenal”, en cuyas crónicas se desbordan comentarios adversos al espectáculo. Siempre lo hizo en forma abierta, sin miramientos, lo que hoy día permite entender sus apreciaciones al respecto.

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La Patria Ilustrada, 20 de julio de 1885, p. 16.

Precisamente, siendo El Arte de la Lidia la fuente en la cual se están recogiendo la mayoría de las referencias aquí reseñadas, conviene destacar un texto que nuestro personaje escribió a su vez en El Monitor Republicano. “¡Los toros! “Decididamente, penoso es decirlo, decididamente los toros son en estos momentos el espectáculo favorito de una gran mayoría de esta sociedad. “La plaza del Huisachal da corrida en que como la del domingo penúltimo, es preciso cerrar los expendios de billetes porque no caben ya los espectadores de la civilizadora diversión. “Ya en Toluca se anuncian nuevas corridas, es un verdadero furor el que hay por los toros, los domingos, México se despuebla, y no importa que el billete cueste dos o tres pesos, va la gente en tumulto, va hasta el Huisachal y vuelve loca de alegría contando las hazañas de Frascuelo, de Ponciano o de Cuquito. “Hemos retrogradado no cabe duda, volvemos a nuestras antiguas costumbres, parten la plaza, caballeros vestidos a la moda de Felipe segundo, los toreros son más admirados que 69


los insignes artistas, las mujeres rompen sus abanicos aplaudiendo, los hombres gritan hasta enronquecer, y se poseen de santa ira cuando el diestro, no pone un par de banderillas con las reglas del arte. “Los toreros salen a la plaza vestidos de oro y plata, se les admira como a hombres sobrenaturales, sólo sí, no les arrojan como antes, lluvias de pesos, en esto han cambiado los tiempos, muchos aplausos, muchos gritos, muchas ovaciones, pero poca plata. Nos sospechamos que ya ni la empresa cumple con uno de los preceptos más arraigados por las costumbres; es fama que antes se entregaba al juez de la corrida un saco de pesos para que a puñados los arrojara al redondel cuando un torero daba un buen pase de muleta, cuando ponía una vara con valor, cuando daba un meteisaca o mataba al toro al golpe del rejón haciéndole caer a sus pies. “Hoy, es más ruido que las nueces; efectos de lo anubarrado del tiempo”. El Arte de la Lidia, año I, N° 13, del domingo 22 de febrero de 1885, p. 3. PLAZA DE TOROS DE TOLUCA. 16 de septiembre. Escogidos toros de la antigua hacienda de Atenco!! De cinco a seis años de edad. La prensa, originalmente anunciaba bajo la condicionante de que “Tal vez trabaje en esta corrida el aplaudido diestro Juan León “El Mestizo”, sin embargo el cartel quedó integrado de la siguiente manera: Cuadrilla mexicana capitaneada por el diestro matador José María Hernández. Toro embolado. Tal festejo, según lo reseña El Diario del Hogar, D.F., del 19 de septiembre de 1885, p. 3, indica que no fue la tarde del 16, sino la del 17 cuando se celebró el festejo. Agrega que La novedad del espectáculo consistía en que el afamado torero Juan León El Mestizo, haría por primera vez su presentación ante aquel público tan aficionado al arte de Cúchares y Pepe Hillo.

Según nuestras noticias, la corrida estuvo espléndida, quedando los concurrentes sumamente satisfechos, tanto del ganado de Atenco, como de la cuadrilla lidiadora. En el Diario del Hogar, del 9 de agosto de 1885, p. 5 y 6 se publicaron las siguientes noticias:

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Archivo Histórico del Estado de México. Fondo: “Diversiones Públicas”.

PLAZA DE TOROS EN TOLUCA. 17 y 19 de septiembre. Juan León “El Mestizo” lidiando toros de Atenco. 72


PLAZA DE TOROS EN TOLUCA, MÉX. 20 de septiembre. Sorprendentes novedades! Maravillosas y lucidas suertes en las banderillas! Ejecutadas por el inimitable Juan León (a) “El Mestizo”. Cuatro escogidos toros de la antigua hacienda de ATENCO. Banderillas CON LOS PIES dentro de un aro de media vara. Toro embolado para los aficionados. Además, intervinieron José María Hernández, su hermano Felipe y el “Tovalo”. 73


Archivo Histórico del Estado de México. Fondo: “Diversiones Públicas”.

PLAZA DE TOROS EN TOLUCA. Domingo 4 de octubre. Cuatro valientes toros de Atenco para Juan León “El Mestizo” y José María Hernández. Banderillas nunca vistas, citando y recibiendo al toro SENTADO EN UNA SILLA. CAPEOS DE FAROLILLO Y NAVARRA. Toro embolado.

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EL CARTEL. Archivo Histórico del Estado de México. Fondo: “Diversiones Públicas”. 75


LA CRÓNICA. El Diario del Hogar, 9 de octubre de 1885, p. 3 PLAZA DE TOROS “EL PROGRESO”, GUADALAJARA JALISCO. 76


Guadalajara, Octubre 9 de 1885. Sr. Director de “El Arte de la Lidia”. México. Muy Sr. mio: Hasta hoy recibí su apreciable fecha 22 del próximo pasado, la que con gusto contesto. Consecuente con sus deseos, debo manifestarle que aún no organizo de una manera definitiva la cuadrilla, por razón de estar pendiente con dos o tres toreros, entre los que se encuentra el capitán, que probablemente es el Sr. Ponciano Díaz, quien creo aceptará las proposiciones que le hice; contando de pronto como banderilleros con Braulio Díaz, Honorio Romero (a) Artillero y Bernardino Flores; como arrastradores, Carmen Ocampo y Teófilo Naveda, y topadores, José María Mota, Juan Zermeño (a) Brazo de hierro y Agapito Godines. Además, hay en esta ciudad otros buenos banderilleros, como son: Atenójenes de la Torre, que funje algunas veces como capitán, Cornelio Ortiz y Pablo Castañeda, y topadores, Pablo Nuño y Nepomuceno Hernández. El ganado que por lo regular se lidia en esta plaza es de varias haciendas como son: el Plan, el Cabezón, el Refugio, Astillero, Coecillos, Ocotengo, Calderón, Santa Cruz del Valle y Concepción; y algunas veces de otras fincas; pero las principales crías son las que dejo mencionadas. Esta es la noticia que de pronto puedo dar a vd. y tan luego como esté completa la cuadrilla, tendré el gusto de comunicárselo para los efectos que me indica. Conforme con la proposición de que tome dos o tres suscripciones de su periódico “El Arte de la Lidia” puede vd. mandarlas a mí directamente. Esta me proporciona la oportunidad de ofrecerme de vd. afmo. y S.S..-Rómulo Munguía. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 2, del domingo 25 de octubre de 1885, p. 3. PLAZA DE TOROS EN TOLUCA. Domingo 11 de octubre. En El Arte de la Lidia, D.F., año II, segunda época, Nº 1 del domingo 18 de octubre de 1885, p. 1 aparece la siguiente nota: Con respecto a Toluca, la Empresa Barbabosa anuncia la tercera corrida (la del domingo 4 fue la primera) en la que, como siempre, se lidiará la afamada ganadería de Atenco, que en este año en nada ha degenerado en juego, ley y bravura. En esta plaza se tiene el gran aliciente de ver torear al atrevido diestro conocido como “El Mestizo” que de día a día se capta las simpatías del público mexicano, tanto más, que en la cuadrilla que dirije este valiente torero figuran los aplaudidos banderilleros Frasquito y Cuquito tan queridos en México. La lidia del ganado de Atenco y la bien organizada cuadrilla, nos hacen creer que la corrida de Toluca (respecto de la del domingo 18 siguiente, pero que la nota indica que se trató de la presentación de la misma cuadrilla el 11 de octubre) será buena, por lo que de seguro acudirá numerosa concurrencia, supuesto la baratura de los precios, la comodidad de los elegantes coches del Ferrocarril Nacional y la oportunidad de aprovechar un bonito paseo a la simpática capital del Estado de México. PLAZA DE TOROS EN QUERÉTARO, QUERÉTARO. Según un periódico de Querétaro, el domingo 11 de octubre se verificó en aquella plaza una corrida de toros, por aficionados, con el fin de recoger fondos para las fiestas de Navidad que se preparan en aquella ciudad. La compañía se formó de la manera siguiente: Sres. Manuel T. Franco, Luis Uribe, Emilio Mejía, Enrique Llaca, Manuel V. González, Jesús Jiménez, Adrián Rubio, Agustín Llaca, Anselmo Arias, Francisco Gutiérrez y Francisco Mondragón. 77


Los bichos, con excepción de uno, fueron de buena raza, bravos, ligeros y cargados a la vara. La compañía tauromáquica desempeñó bien su difícil cometido, y digna es del aprecio de los queretanos. Lamentable es, empero, que una parte del público espectador, fuera muy exigente con individuos que gratuita y generosamente se lanzan a la lid. Fácil es desde la barrera censurar la aptitud de los lidiadores; pero ya en el redondel, es difícil, por mucha que sea la serenidad del ánimo, tener esa calma, propia y natural de aquellos que tienen por profesión la tauromaquia. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 2, del domingo 25 de octubre de 1885, p. 4. PLAZA DE TOROS EL HUISACHAL, ESTADO DE MÉXICO. 18 de octubre de 1885. Hoy tendrá lugar en la plaza del Huisachal una gran corrida de toros, bajo la dirección del famoso “Chiclanero”, lidiando toros de Santín. PLAZA DE TOROS EN SAN LUIS POTOSÍ. Domingo 18 de octubre de 1885. Primera corrida. Primer espada, Pedro Nolasco Acosta. Picadores, Dionisio Leya, Eutimio Acosta y Martín Acosta. Banderilleros, Ignacio Núñez, Inés Hernández y Juan Núñez. Arrastradores, Macedonio Hernández, Manuel Soriano y Melitón Márquez, “lidiándose una de las ganaderías de más renombre en la República”. El ganado de más fama y juego que agrada a este público, es el de la Hacienda de Guanamé, bastante grande, de libras, y superior en presencia, juego y bravura, existiendo, además toros de otras ganaderías que se prestan mucho para la lidia, como son: los de las Haciendas de Solís, Cruces, Espíritu Santa y la Parada. Como antes se dijo, el domingo 18 tuvo verificativo la primera corrida, lidiándose seis hermosos y arrogantes toros de Guanamé, de cuya corrida paso a hacerle una pequeña reseña. El primer toro salió blando y marrajo, tomando a fuerza de buscarlo ocho puyazos sin ninguna cnsecuencia. Fue banderillado regular. Al llegar la hora de matarlo, el animal se defendía, recibió dos estocadas y se lazó. El segundo tuvo el mismo juego que el anterior, prestándose un poco más en banderillas. El tercero fue el mejor de la corrida. Entró a la pica con voluntad, fue banderillado bien y muerto de una sola estocada. El matador fue aplaudido. El cuarto, salió al ruedo, parecía receloso, pero se creció en la lidia. Se prestó a todas las suertes, quedando también despachado con una sola estocada. Nuevos aplausos al espada. El quinto que cerró plaza, pues el sexto estaba destinado a los aficionados, jugó bien y se prestó en general a las suertes taurinas. La corrida en lo que cabe ha sido buena. EL CORRESPONSAL. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 3, del domingo 8 de noviembre de 1885, p. 4. En El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 1, del domingo 18 de octubre de 1885, p. 1, hay toda una referencia a la actividad taurina que habría no solo en el Huisachal o Toluca. También Gadea y Costillares, que fueron los autores de tal reseña, extienden la vista del panorama hacia otras tantas plazas en el resto del país, lo cual es indicativo de una actividad taurina a la alza, lo que podrá comprobarse en la lectura de dichos apuntes.

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PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO�, PUEBLA, PUE. La temporada en Puebla. La primera corrida debe celebrarse hoy, domingo 18 de octubre de 1885, debiendo lidiarse cuatro hermosos y arrogantes bichos de las citadas razas de Atenco y San Diego de 79


los Padres. Al frente de la cuadrilla lidiadora está el decano de los toreros de México, es decir: Bernardo Gaviño, el simpático viejo que tantos aplausos ha escuchado desde hace muchos años, por su valor, arrojo y seriedad. PLAZA DE TOROS EN TOLUCA. Domingo 18 de octubre. Toros de Atenco para Juan León “El Mestizo” y José María Hernández. Tomando en cuenta la nota que ya quedó registrada para el festejo del día 11 de octubre (y del que no da cuenta El arte de la Lidia, año II, 2ª época, Domingo 18 de octubre de 1885, Nº 1, ni tampoco los documentos consultados en el Archivo Histórico del Municipio de Toluca), doy por hecho de que el cartel de esta tarde, es el tercero (ateniéndome y perdón por la insistencia del supuesto, al hecho de que las anteriores fueron, como ya quedó apuntado, tanto el 4 como el 11 de octubre) de una serie de festejos organizados por la “Empresa Barbabosa”. En dicha tarde, también actuaron “El Mestizo”, “Frasquito” y “Cuquito”. PLAZA DE TOROS EL HUISACHAL, ESTADO DE MÉXICO. 18 de octubre de 1885. Hoy tendrá lugar en la plaza del Huisachal una gran corrida de toros, bajo la dirección del famoso “Chiclanero”, con ejemplares de Santín. La Empresa de la plaza del Huisachal ha conseguido permiso del Gobierno del Distrito para que la cuadrilla que debe trabajar esta tarde, pueda recorrer las principales calles de la capital, acompañada de una banda de música con el objeto de anunciar debidamente la corrida. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 1, del domingo 18 de octubre de 1885, p. 3. El diestro Francisco Jiménez, Rebujina, que últimamente salió contratado de esta capital, para torear en algunas poblaciones de Chihuahua, parece que trabajará en esta última ciudad. Acompañan a este torero los conocidos banderilleros Tovalo y Candela. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 1, del domingo 18 de octubre de 1885, p. 3. PLAZA DE TOROS EN ZACATECAS. Domingo 18 de octubre de 1885. Ponciano Díaz, el aplaudido y sin rival primer espada mexicano, parece inaugura la temporada de toros en el redondel de Zacatecas, debiendo comenzar sus trabajos esta tarde. Tanto en Durango como en otras plazas de la Frontera donde últimamente ha toreado, ha sido objeto de grandes ovaciones y simpatías. No sabemos las contratas que tenga para la temporada, pero es de suponerse que no le faltarán, por lo codiciado que es de las Empresas y por lo querido de todos los públicos el joven matador. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 1, del domingo 18 de octubre de 1885, p. 3. Correspondencia particular del “Arte de la Lidia”. Durango, octubre 10 de 1885. Sr. Julio Bonilla México. Muy Sr. mio: Recibí su grata fecha 23 del pasado, y enterado de su contenido paso a manifestarle, que la cuadrilla de toreros que desde el mes de Julio ha trabajado en la plaza de toros de esta ciudad, está dando ya sus últimas corridas. Dicha cuadrilla está compuesta de toreros mexicanos que, en general, han gustado a este público. El primer espada lo es Ponciano Díaz, Sobresaliente o segundo espada, Felícitos Mejías, Banderilleros: Tomás Vieyra, Carlos López, Jesús Fragoso, Porfirio Rodríguez y Jesús Girón. Picadores: Vicente Conde (a) el “Güerito”, Atanasio Altamirano y Nieves González. 80


En esta temporada, se han lidiado toros de las haciendas de Guatimapé, Ramos, Atotonilco y Sauceda, anotándose varias desgracias en la cuadrilla, que son la muerte del picador Cándido Reyes en una de las primeras funciones, a consecuencia de un golpe en el vientre, por un toro de Guatimapé, que a la vez lo hirió ligeramente en una pierna. La muerte, también, del loco de la compañía a quien alcanzó un toro al meterse a un burladero, hiriéndolo tan gravemente que murió a las veinticuatro horas. A Felícitos Mejía y Jesús Fragoso, heridos al banderillar; pero por fortuna ya sanos; y por último, la lamentable desgracia que le pasó a Ponciano Díaz lazando un toro en la Hacienda Dapias, quien se rompió dos dedos de la mano izquierda, perdiendo dos coyunturas. Cicatrizadas sus heridas, ha podido seguir trabajando con el buen éxito de antes. La temporada seguirá con nueva cuadrilla, y al efecto, la Empresa está en arreglos con varios toreros y entre ellos está pendiente el contrato del Chiclanero. Si las anteriores noticias interesan a su publicación, lo celebraré, quedando de vd. a sus órdenes, su afmo. S.S.-El Corresponsal. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 2, del domingo 25 de octubre de 1885, p. 3. PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. Domingo 25 de octubre de 1885. 2ª. Corrida. Ganado de Atenco y San Diego de los Padres, por la cuadrilla de Bernardo Gaviño. La crónica dice en relación a su actuación del domingo 18: “El viejo Bernardo, con vestimenta azul y plata, después del consabido permiso, va en busca del animal para darle muerte. Emplea seis pases naturales, para una estocada de metisaca, que resultó tendida. El puntillero, a la primera”. El arte de la Lidia, año II, Nº 2, del 25 de octubre de 1885. PLAZA DE TOROS EN TOLUCA. Domingo 25 de octubre. Toros de Atenco para Juan León “El Mestizo” y José María Hernández. Se lidiaron cuatro valientes toros de Atenco. Famosas suerte del toreo en regla. Toro embolado.

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Archivo Histórico del Estado de México. Fondo: “Diversiones Públicas”.

Y para no ser la excepción, de nuevo Enrique Chávarri “Juvenal” nos dice en su “Charla de los domingos”, publicada en El Monitor Republicano, del 25 de octubre de 1885, p. 1: Hasta el fondo de mi encierro monástico, llegó el último domingo algo como el fragor de una batalla, gritos roncos, y música destempladas, vivas y mueras, y zambra general que yo percibía confusamente entre los ruidos de cerrojos de la prisión y el clamoreo de los centinelas. 82


Pregunté si aquello era la venida del Antecristo y se me contestó sencillamente que era la gente que volvía de los toros, alegres ciudadanos que después de haber empinado el codo a la salud de Frascuelo y del Chiclanero, volvían a la ciudad gritando como unos energúmenos y recordando con fruición la agonía del toro y el número de caballos-sardinas a quienes la fiera había hecho espirar en medio del redondel y entre los aplausos del respetabilísimo público. La temporada tauromáquica ha comenzado pues. La civilización está de duelo. En Toluca, en el Huisachal, en Cuautitlán se torea de lo lindo. Y la gente tauromófila se precipita los domingos a las plazas de mayor fama, para embriagarse con la sangre y el pulque; los primeros espadas, son los leones del día, héroes los picadores, y grandes personajes los diestros banderilleros. Al huir las nubes de nuestra atmósfera, ahuyentadas por el cierzo del inverno, los aficionados al toril se han precipitado en masa al gran circo, evocando como a su númen tutelar las sombras de Cúchares y Pepe Hillo, los hombres de la trenza, y del bonete andaluz, son el objeto de todas las conversaciones. Toro, toroó!!!... Hé aquí el grito estridente que hasta mi elegante departamento en el risueño hotel de Belen, llegaba el último domingo. Adelante! pues! Viva el progreso! Allá en el Huisachal no solo agoniza el toro, la estatua de la civilización se cubre de banderillas. PLAZA DE TOROS EL HUISACHAL, ESTADO DE MÉXICO. Domingo 25 de octubre de 1885. Toros de la ganadería de Santín y la cuadrilla mexicana bajo la dirección del torero español Francisco Gómez “El Chiclanero”. Nota importante: este festejo fue suspendido a cusa de la fuerte lluvia, que hizo imposible la lidia. La suspensión fue dada luego de que se lidiaron dos soberbios toros de la acreditada raza de Santín que por cierto, dieron un magnífico juego, probando una vez más esta ganadería, su mucha bravura y terrible empuje. PLAZA DE TOROS EN GUANAJUATO. Domingo 25 de octubre de 1885. En Guanajuato, ha principiado la temporada de toros. El espada Refugio Sánchez (“Lengua de bola”), es el encargado de dar muerte a las reses. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 2, del domingo 25 de octubre de 1885, p. 4. PONCIANO DÍAZ EN GUADALAJARA, JALISCO. Tal vez se arregle para torear en Guadalajara el primer espada mexicano, Ponciano Díaz, al que acompaña una buena cuadrilla. Los tapatíos están de enhorabuena, pues Ponciano cumple como matador. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 2, del domingo 25 de octubre de 1885, p. 4. En efecto la actuación de Ponciano Díaz ocurrió el domingo 1° de noviembre, tal como se comprueba en la crónica que publicó en su momento el Hijo de Juan Panadero, del cual se toma la siguiente “revista taurina”: El domingo pasado fue un gran día para todos los aficionados a las lides tauromáquicas. Con quince días de anticipación se veía anunciado en grandes cartelones y con letras gordas la próxima llegada del famoso torero Ponciano Díaz y todo su troupe; con este motivo, desde entonces, olvidando aunque fuera por momento el asoro en que están todos los pobres vivientes

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de la ínsula de Tolentino, a causa de la completa seguridad en que viven, no hablaban de otra cosa que de la primera corrida con que se iba a inaugurar la temporada de invierno. Por fin llegó el ansiado día y el empresario, como si le hubieran quitado un grave peso de encima, viendo la plaza verdaderamente invadida por el gentío, respiró con toda la fuerza de que pueden disponer sus pulmones. Dieron las cuatro y media, y el público con esto, esperaba el toque del clarín que ordena el saludo de la cuadrilla; pero D. Clemente Muñoz (el Juez de funciones) que para todo está bueno menos para cumplir con sus obligaciones como tal, puesto que ni las comprende, no se dignó presentarse hasta las cuatro y tres cuartos, con toda la parsimonia que le caracteriza. Al fin sonó el clarín, y el público quedó verdaderamente sorprendido al contemplar el lujo con que saben vestir los que verdaderamente conocen el arte de Mazzantini; ahora sí podemos decir que es la primera vez que vemos un torero vestido con propiedad, elegancia y lujo; nada de parches, nada de cachirulos, y se comprende desde luego que los trajes no son heredados. Se oye de nuevo el clarín y sale el bicho que abre la corrida; era como los demás de la tarde, de la ganadería de Palmarejo, de color prieto, alto de testuz y listo para la capa. Para las varas estuvo un poco flojo; pero con ayuda de los arrastradores tomó cinco o seis veces varas de los picadores Mota y Conde; nada de notable hubo en esta suerte. Se tocó a banderillas y se presentó el primer banderillero Tomás Vieyra, vestido de rojo y oro; Tomás es un muchacho de buena presencia y sobre todo de muy buen cuerpo para el arte; puso cuatro pares, bien. Ponciano después de cinco o seis pases de muleta da una baja en falso, muda espada, y cambiados dos pases, da un mete y saca a la res, ocasionándole la muerte por asfixia, y a Díaz una silba. El segundo, prieto manchado, como el anterior; malo para la pica, y por tal razón nada hubo de notable. Banderilló Felícitos Mejía con traje azul plata y oro; sobaquió dos veces y al fin puso tres pares y medio a la media vuelta. Ponciano trasteó regular y dio una estocada de costado baja y terminó ese acto con ayuda del puntillero. Tercero, prieto rayado, fue el mejor de la corrida; en este tuvimos oportunidad de admirar al negro Conde como picador; este güero es de lo mejor que hemos visto. Banderilleo de Pedro García; traje blanco y seda verde esmeralda; puso bien cuatro pares a la media vuelta y recibió palmas. Ponciano cita a la fiera, da siete pases de muleta, hinca una rodilla y da una buena baja, con lo cual quedó el bicho de cuerpo presente. Muchos aplausos del público, el cual pedía el toro para el diestro. El cuarto, sardo, miedoso a la capa y a la pica; el juez mandó meterlo y esto se hizo con ayuda de dos prudentes. El quinto, josco, regular para las varas; el Artillero que vestía rojo y seda negra, banderilleó como los anteriores y puso cuatro pares. El matador se encamina hacia la fiera, le da cuatro pases, media estocada y una buena alta; pero a causa tal vez de lo reseco del ganado, hubo necesidad de la puntilla. El sexto, pinto de negro y blanco, también flojo para la pica. El Amarillo, con traje colorado y plata, puso muy bien cuatro pares de banderillas y recibió aplausos. Ponciano trasteó bien, y de un mete y saca despachó al toro. Resumen: la empresa se puso las botas. Los picadores en general son buenos, y Ponciano un excelente matador.

El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 4, del domingo 15 de noviembre de 1885, p. 1 y 2.

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PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. Domingo 1º de noviembre de 1885. Bernardo Gaviño y cuadrilla. Lidia de toros de San Diego de los Padres. Reseña de la tercera corrida de Puebla, Celebrada el domingo 1º de noviembre. ¡A los toros, a los toros! Gritan en nuestro Paseo, los muchachos, las mujeres, los charros, los venduteros los soldados y las viejas; y ya se escucha el jaleo de aquel que vende naranjas, nieve de limón, de huevo, de leche, en fin, y otras cosas peculiares del toreo. La plaza de bote en bote, es decir, el circo lleno, que impaciente grita y grita, por ver al bicho con cuernos que ponga pies en la plaza para dejar satisfechos a todos los concurrentes que están de entusiasmo llenos. A las cuatro y media en punto; se presenta el juez a tiempo, y un estrepitoso aplauso se deja oír al momento; se abre la puerta al instante y se presenta al paseo la cuadrilla de Bernardo, nuestro simpático viejo, que con mesurado paso, con paso firme y sereno, al pie de la Presidencia con todos sus compañeros saluda muy cortésmente; PRIMERO. ¡Dá la corrida comienzo! Después de cambiar de capas, de los clarines al eco, abriéndose del toril la puerta, un toro negro se nos presentó a la arena, de veinte arrobas lo menos, desconociendo la plaza malicioso y tan matrero, 85


que no buscaba caballos según algunos, por miedo; Carlos Sánchez, que es un chico en el arte ya maestro se lució con este toro en la suerte del capeo, arrancando muchas palmas muy justas, esto es lo cierto; no se quedó atrás Gaviño, el decano de los diestros, porque también se animó dando al toro su quiebro; por fin el bicho que estaba ya conociendo el terreno, tomó una puya de Mesa lo que se llama con riesgo, porque el toro pegajoso arremetía con el cuerno de que cornaba más, que era a mi ver, el izquierdo, con el que al fin destripó al desgraciado jamelgo; tomó otra puya del mismo casi, casi, allá en los medios y se encontró con Merodio que no supo entrar a tiempo y el toro se le metió cuanto le tocó al pellejo, ensartando por el cincho al caballo, que de viejo no aguantaba ni al jinete que vino a dar por el suelo; Mesa volvió sobre el bicho le dio un puyazo muy bueno y el toro se huyó al castigo; refrescándose de nuevo, (tomó algunas otras varas que no tuvieron gran mérito). Tocaron a banderillas y salió el banderillero más simpático que hoy en nuestra plaza tenemos: Carlos Sánchez, con soltura, le puso un par al cuarteo, otro, a toro parado; y cuadrando, puso medio, con arte y con maestría como Sánchez sabe hacerlo. Los clarines anunciaron 86


la muerte, y desde luego, salió Bernardo Gaviño con los trastos por supuesto; quien se enfrentó con el bicho dándole un pase de pecho, seguido de un gran pinchazo en que el toro en su recelo, salió muy desconfiado, porque guardaba el pellejo. Lo buscó el viejo Bernardo, le dio dos pases de nuevo, naturales, y uno sólo sobre las tablas volviendo, soltándole otro pinchazo de padre y muy señor nuestro; el bicho buscó las tablas, pues sin duda conociendo que a cada paso Gaviño le iba desgarrando el cuero, se volvió más receloso demostrando mucho miedo; entonces el buen Bernardo queriendo despachar luego, haciendo traición al toro con un pinchazo soberbio sobre el toro que parado estaba fuera de juego, le fue con tanta bravura con destreza y con denuedo dándole por cuarta vez otra estocada en los huesos; tocaron para lazar porque el soberano pueblo, pidió metieran al bicho por ser tan malo a su encierro, para que acabara allí por mano del puntillero. López tomó la reata dirigiéndose a los medios y por el aire veloz surcó el espacio violento el lazo que se fijó con mucho garbo en los cuernos del toro, que desmintió ser de San Diego o Atenco. González quedó muy mal en el peal, por lo menos no llenó su cometido y fue chiflado en extremo 87


por el pueblo soberano que sabe con gusto hacerlo. por fin lo echaron a tierra; lo remató el puntillero, y al toro con las mulillas a su lugar condujeron, dejando otra vez la plaza dispuesta para el toreo. SEGUNDO TORO. A la lidia se presenta hasta de su sombra huyendo, chico, de buena presencia, josco, y de pies muy ligeros, con arrobas diez y seis según cálculo, que creo no poder equivocar pues tal fue mi buen deseo. Mercado, detrás del bicho siempre buscando su encuentro, hasta que tranquilo el toro le arremete, y por supuesto cuanto que sintió la puya, comprendió que su elemento no era aquel, y con deseo de salirse de la plaza para volver al chiquero, se olvidó de que Mercado lo venía persiguiendo, y siempre se lo encontraba delante de sus dos cuernos. Obligado el animal tomó tres varas, que fueron tomadas casi de paso; tres de Oropeza, lo mismo, y salió el josco bramando, de rocinantes huyendo. Pero convencido al fin de que no tenía remedio, tomó determinación de dejar a un lado el miedo y arremeter donde quiera que se encontraba un jamelgo; Oropeza confiado que buscó al bicho en los medios, llevó un porrazo mayúsculo quedándose descubierto con el toro encima siempre, 88


que en ira y furor ardiendo embistió con tantas ganas que ya tirado en el suelo el picador, al caballo lo destripó en el momento; lo mismo pasó a Mercado quien dio tres piquetes buenos siendo el toro pegajoso cuanto sentía el acero. Oropeza le dio cuatro como el arte del toreo lo exige, y siempre buscando Mercado, le dio otro bueno, quitando el toro Gaviño con mucha gracia y salero. Tocan pues a banderillas, y un par tomó Genovevo, poniendo medio, de frente, otro par casi al trascuerdo y medio, a toro parado, viniendo desde los medios. Los clarines a la muerte tocaron, y el toro entero buscaba capas, seguido, y entraba mucho al capeo. Carlos Sánchez, que vestía azul y plata, sereno tomó los trastos, brindó; al bicho se encuentra luego en la sombra y de refresco, le suelta dos naturales y un mete y saca soberbio que el toro rodó en la arena clavando en ella los cuernos. Diana y aplausos obtuvo de todo el público el diestro, y el toro le regalaron entre el popular estrépito y los vivas y la zambra; para dar paso al tercero. TERCERO. Listón, diez y nueve arrobas arrogante y muy bien puesto, de muchos pies, receloso, buscando barrera y negro, no le gustaba la plaza, era a mi ver, burri-ciego; 89


tomó de Mesa un piquete flojo, se largó a los medios y de allí buscó barrera con tal ímpetu corriendo que al saltar se llevó un poste que echó abajo con sus cuernos. Allí se le arrima Mesa a quien tiró por el suelo llevando buena caída y muriendo su podenco; se le presenta Gregorio quien como su compañero, fue a dar cuenta de su arrojo con las costillas midiendo la tierra, no se paraban con todo y con su jamelgo, el que murió en el instante como noble y como bueno. Tres veces más la barrera el toro saltó, en su intento de salirse de la plaza, pero no logró su objeto: la presidencia que estuvo con sus deberes cumpliendo, mandó tocar banderillas, y salió Lobato presto, con dos anchas en las manos negras, por ser día de muertos: después de dos intentonas le puso tan solo medio par, y seis salidas falsas, que le hizo luego poniendo a la media vuelta solo un par, y no queriendo el toro ya banderillas se fue a la barrera huyendo donde otro medio le puso casi cerca de los cuernos. Tomó Gaviño el estoque, la muleta, y comprendiendo que ese toro no humillaba porque salió burri-ciego, le dio un pase natural con otro corto de pecho saliéndose de la suerte el animal de San Diego. En un palco a Juan León (a) el Mestizo vieron y a una voz todos gritaban 90


para que matara al negro, pero el juez con su deber y con su cargo cumpliendo viendo que el toro era malo y al matador en un riesgo, ordenó que lo lazaran para darle al puntillero; Gaviño a pesar de todo buscó al toro y en un credo le arrimó un buen volapié que por desgracia dio en hueso, vino en consecuencia el lazo que le echaron al pescuezo un señor H. González que en la materia no es bueno; pues por poco más, ahorca al torete en un momento, López, mal en el peal con su chifla; el puntillero cumplió con su obligación y se llevaron al muerto. CUARTO. Salió recelando siempre muy parecido al primero, de carnes, de muchos pies, valiente, corniveleto; tomó seis varas seguidas de Oropeza en un momento porque el toro recargaba muy voluntario en el juego; Oropeza obtuvo entonces como taurino trofeo mil aplausos y dianas y alguno que otro sombrero. Santín le dio tres piquetes y le costó su jamelgo, a quien colgaban las tripas casi, casi por el suelo; Lobato le hizo un buen quite luciéndose en el galleo, Oropeza en otra puya también perdió su podenco, y de Oropeza y Santín tomó seis varas, sin mérito. Por la señal consabida García (el Banderillero) salió a ponerle los palos, 91


se fue derecho a los medios y con garbo y valentía seguido le fue poniendo el primer par, al relance; el segundo fue, al trascuerdo; tercero, a la media vuelta y el público muy contento lo aplaudió con mucho gusto porque llegó a merecerlo. Sánchez le espada tomó con la muleta de nuevo, tres naturales también y el bicho ya con recelo se dejó dar un pinchazo que apenas le rompió el cuero, el toro más se enfullina más se enfullina el torero y le arrimó a volapié la estocada del remedio rodando el toro en seguida a manos del cachetero. En resumen la corrida si no fue de lo más bueno no dejó que desear. Juan Pichiclú Sopla-Fuego.7

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El Arte de la Lidia. Año II, Nº 3, 3 de noviembre de 1885, p. 2-3.

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La Patria Ilustrada, 2 de noviembre de 1885, p. 1.

PLAZA DE TOROS EN AGUASCALIENTES. El aplaudido diestro Juan León El “Mestizo” ha sido contratado para torear en Aguascalientes los días 1°, 2 y 3 del entrante Noviembre. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 1, del domingo 18 de octubre de 1885, p. 3 PLAZA DE TOROS EN DURANGO. El martes 3 salió para Durango contratado para trabajar algunas corridas, el espada Juan León “El Mestizo”. Acompañan al diestro, los banderilleros Frasquito, Cuquito, y Enrique Pola. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 3, del domingo 8 de noviembre de 1885, p. 4. El 8 de noviembre de 1885, La Voz de México. Diario político, religioso, científico y literario, T. XVI, N° 252, y en su primera página, y gracias a la caudalosa pluma que escribía la columna Poliantea Semanal, nos enteramos del siguiente acontecimiento. (…) El carrousel armenio8 es, por lo visto, tan bárbaro o más aún que los toros; pero en eso consiste para muchos el atractivo de espectáculos semejantes; en el peligro de la vida humana. Si este no existiera, las plazas se quedarían completamente vacías. A propósito de toros, ha llegado a esta capital el maestro (José) Machío. Lo ponemos en conocimiento de los aficionados al arte de matar por todo lo alto, o descabellar bichos, suerte en que Machío ha logrado tanta celebridad, como la Patti en hacer trinos y gorgoritos. Para muchos vale más Machío que la Patti, por la sencilla razón de que aquel expone la vida al ejercer su arte, mientras que esta solo se expone a ganar cinco mil pesos en una sola noche. 8

El autor de la columna se refiere a la narración de una bárbara competencia a caballo que narra el coronel inglés Burnbay, y que aparece párrafos antes de la cita que, por tratar el tema taurino son las de interés para el presente trabajo. Recomiendo a los interesados, remitirse directamente al ejemplar aquí consultado.

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Hay gustos y razones para todo género de consumidores. No disputaremos sobre este tema. Hoy habrá en el Huisachal corrida de toros, y volviendo a la antigua usanza, se lidiarán seis de muerte. Seis toros era la dosis antigua, mas el embolado. No sabemos porqué el Huisachal inauguró la costumbre de lidiar solo cuatro. Tal vez sería porque el ganado de Atenco es cada vez más caro, a causa de que se ha ido extinguiendo la raza, y hay pocos becerros de buena ley. Para abrirse el apetito los concurrentes a los toros, les recomendamos se detengan a contemplar las estampas iluminadas que muestras varias amenidades tauromáquicas y se ven en el aparador de la tienda de “La Veguera”, en la 1ª calle de San Francisco, y son: Los retratos de Antonio Pérez (el Ostión) y de Victoriano Recatero. Pedro Romero, recibiendo a un toro. Un quiebro a cuerpo limpio del célebre Martincho. Una cogida del malogrado banderillero Esteban Argüelles (Armilla). Una cogida del Lagartijo en la plaza vieja de Madrid. Después de la cogida. Finalmente, la estampa que muestra un toro rejoneado y muerto a los pies del caballo de aquel conde Villamediana que, según la leyenda “picaba bien, pero muy alto”, y que murió de mala muerte por tan alto picar. Gracias a la edición de La Voz de México, ahora del viernes 13 de noviembre, y en su página 6, algo se saca al respecto de quienes actuaron en el festejo anunciado por el autor de la Poliantea Semanal. Heridos.-Dice un colega: “Lo fueron el domingo en la corrida de toros verificada en la Plaza del Huisachal, Francisco Jiménez (a) Rebugina, al pretender banderillar al primer toro, al quiebro sentado en una silla, y otro banderillero cuyo verdadero nombre desconocemos y al cual le llaman sus compañeros, el Moreliano; la herida de Rebugina fue en el muslo derecho y según la opinión facultativa de bastante gravedad. PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. Domingo 8 de noviembre de 1885. 4 toros de San Diego de los Padres, para la cuadrilla de Bernardo Gaviño, quien por cierto, vistió de rojo y plata. Apreciación de la corrida celebrada en la Plaza del Paseo Nuevo el domingo 8 del corriente mes. Ganadería de San Diego de los Padres, propiedad de D. Rafael Barbabosa. Bajo una tarde nublada y cruda como de invierno, se comenzó la corrida en la plaza del Paseo, a pesar de que asotaba del Norte muy crudo el viento; a las cuatro y veinte y cinco el puez, al palco saliendo, da la señal de ordenanza y la cuadrilla al terreno 94


de la lidia se presenta, para dar luego comienzo; después del cambio de estilo de capotes y de puestos, se abre el toril: se presenta un toro bonito, nuevo, amarillo, por lo grifo, y bonito hasta el extremo, de muchos pies, entrador y con bastantes deseos buscando capa y caballos, de pujanza y de respeto, como de cara y valiente, se le presenta al momento Merodio, y por el aire con todo y sardina, al suelo. Lo mismo le pasó a Mesa y a Santín, cuyos jamelgos todos fueron destripados por el toro y después muertos, quedándose de la plaza dueño y señor en un credo; volvió otra vez a la carga el amarillo y, de nuevo, la plaza quedó tan limpia que no dejó ni un podenco, luciéndose el animal como feroz carnicero. Merodio, Mesa y Santín siempre andaban por el suelo y era el toro tan chiquito que entraba en los burladeros como Pedro por su casa, según dice un refrán viejo; al grito de picadores, voz del soberano pueblo, salió Oropeza montado en un tordillo de genio y cuando lo vio el torete le arremetió tan ligero, que caballo y picador, igual que sus compañeros ruedan en un santiamén al empuje de sus cuernos; la suerte de banderillas se anunció, y el toro entero entre la sombra y el sol espera al banderillero; era este, Carlos Sánchez, 95


con azul y plata el terno que vestía; y de frente al toro le puso medio par, a toro para uno y a media vuelta el tercero; suena el clarín de la muerte y Gaviño (nuestro viejo) que rojo y plata vestía, le suelta un pase de pecho despachándole a la tumba con un pinchazo ligero porque ya el toro las tablas buscaba con mucho empeño. El juez que en esta corrida no estuvo de lo más bueno, cuando lazaron al bicho sin más razón al argumento que se le pegó la gana por su gusto y su derecho: salió López; tira el lazo, y ni siquiera en un cuerno le cayó, sino en el rabo… lo que causó gran estrépito de risotadas y chiflas en muy merecido premio. Gaviño, por más que digan que es un excelente diestro, aprovechó con gran maestría este nuevo contratiempo, y dio una buena estocada al torete recibiendo que a poco rato se echó; pero vino un puntillero tan malo, a dar el cachete que tan sólo el toro al verlo se volvió pronto a parar, porque el hombre metía miedo, pero como la estocada fue dada por un maestro, el toro volvió a rodar muriéndose desde luego; aparecen las mulillas al corral lo condujeron y quedó lista la plaza para el otro y su toreo. SEGUNDO. El mismo color también, 96


muy bonito, cari-negro, salió sin castigo alguno pues al salir, no pusieron los locos divisa alguna; diez y ocho arrobas lo menos, salió corriendo la plaza valiente, corniveleto, tres verónicas le dio Carlos Sanchez al momento; Oropeza buscó al bicho, le dio un piquete ligero y en el quite Carlos Sánchez con verónicas de nuevo volvió a lucirse el muchacho, pues todas fueron de mérito; el torete parecía que cogió a la muya miedo; de Santín tomó una blanda, otra de Oropeza, luego, en que salió su sardina desbocada en el momento como chispa que en los aires se apaga en otro elemento; tomó tres o cuatro puyas que de gusto carecieron y en el quite de la última casi a punto estuvo el viejo de Gaviño de caer del torete en los dos cuernos, si no es la serenidad con que tomó el burladero; los clarines anunciaron banderillas; Genoveva, que azul y plata vestía, tomó los palos y luego el toro le puso una con la suerte del trascuerdo, el toro desconfió ya, receló, y con grande miedo ya no buscaba la suerte; pero siempre Genoveva se decidió a colocarle dos pares más por lo menos, y colocándose en suerte le puso un par al cuarteo tan bien puesto, que son pocos las buenos banderilleros, que puedan ganarle a este en ese par por lo menos; 97


con otro a la media vuelta toditos a cual más buenos. Tocan a muerte y salió Carlos Sánchez al momento con su muleta y espada a buscar al cari-negro: le soltó tres naturales muy cerquita de los medios otros tres en la barrera y un mete y saca soberbio, hasta la cruz de la espada como Calos sabe hacerlo; el público pidió a voces le dieroan el toro luego al matador, porque había dejado su honor bien puesto; pero el juez, que en esta tarde estuvo tocando el cuerno, después que el toro se echó, el maldito puntillero en vez de dar el cachete levantó al toro, con esto el Soberano y buen juez mandó lazar al torero, al toro, y a todo el mundo ¡como él no tenía riesgo! En fin, de la tauromaquia la ley pisando en el suelo lazaron al toro y muerte le dio siempre el puntillero, quedando lista la plaza para lidiar el TERCERO. Salió del toril buscando igual que sus compañeros con ganas de entrar a vara, cornialto del izquierdo, amarillo, buenos pies, y como los otros, crespo; venía el toro la plaza con muchos pies recorriendo cuando se encontró con Meza y Gregorio al mismo tiempo, quienes tropiezan los dos con sus dos malos podencos y el toro les arremete con tal bravura y tal genio, 98


que armó la de San Quintín, puesto que los dos al suelo cayeron en dos por tres, armándose tal jaleo que Merodio se paró montado ya en el pescuezo del caballo, que corriendo perdió hasta la montura los estribos y hasta el freno. Por otro lado iba Mesa como el demonio corriendo; esto fue de sensación porque no siempre el toreo presenta estos espectáculos de choques entre jamelgos; Mesa se repone un poco se acomoda en su podenco y busca al toro que viene de coraje siempre lleno y por el aire veloz va Mesa en un burladero a dar un golpe mortal quedando el caballo muerto, lastimándole una pierna y dislocándole un brazo. (Aquí por honra del arte una observación haremos) Mesa salió lastimado de una pierna y ni un torero, ni nadie se le arrimó a prodigarle un consuelo; solo, atravesó la plaza, solo, buscó un burladero y solo llegó a la puerta que se la abrieran pidiendo; esto demuestra una cosa y es, que malos compañeros sus deberes no llenaron, sus deberes no cumplieron ninguno de la cuadrilla; quiera para ejemplo el cielo no llegue a necesitar de auxilios, en caso idéntico, y que cumplan como amigos en los casos como estos. Y al veterano Gaviño con interés recomiendo, enseñe la caridad a toditos sus toreros. 99


Volvamos pues con permiso señores a nuestro cuento: tomó el toro varias puyas y destripó en un momento cinco sardinas, que pobres en el acto sucumbieron; Oropeza, que es muchacho muy templado, vino al suelo, y parándose en seguida su caballo defendiendo valiente al pie del cañón como muere un artillero al torete desafió picándolo en descubierto pie a tierra, como el Cid campeador, no pudo hacerlo; allí, cinco o seis piquetes cara a cara y sonriendo le puso al toro amarillo, que le bramaba embistiendo, queriendo alcanzar a un hombre de arrojo tanto y sin miedo. La plaza se vino abajo su heroicidad aplaudiendo y el público a una voz: Que regalaran pidieron el toro a aquel picador que bien llegó a merecerlo; pero el juez, que como he dicho no conoce del toreo ni de la misa la media; se hizo el guaje, como es, creo, y olvidando sus deberes olvidó también el premio: Santín puso buenas puyas, y la plaza sin jumentos quedó dos veces seguidas y el toro amo del terreno; el público grita y grita mas picadores pidiendo y el juez dando gusto al toro caballos le fue trayendo, lo que dio por resultado que el amarillo en extremo, se descompuso a las suertes, de muerte y banderilleo; volviéndose receloso como sucedió en efecto. Lobato, que es un muchacho 100


de experiencia, solo medio pudo ponerle de frente, otro medio en un cuarteo y medio a la media vuelta a toro parado o menos. Estaba este toro ya; pero mucho, descompuesto, y Bernardo, que en el arte ha sido siempre el primero, recurrió con gran maestría a los últimos extremos, y se decidió a matar al animal recibiendo. Ni un solo pase le dio, sino que se fue a su encuentro y por todito lo alto, como no saben hacerlo muchos toreros de fama dio tal estocada el viejo que rodó como pelota el toro por el terreno; lo que le valió las palmas al simpático torero. CUARTO. Como sus antecesores del mismo color y pelo, salió un poco receloso y bando para el acero y toro fino y de ley la plaza iba conociendo, cuando el juez de sus pistolas mandó lo metieran dentro. -¿Qué le pesaba a ese juez? que nos digan, por San Telmo, porque nunca aquí se vio nadie como este fullero. Cinco piquetes tomó (no el juez) el toro, que entero lo lazó luego González que es en el lazo maestro, y a un señor López que es como el juez de majadero le chiflaron en el peal cada vez que intentó hacerlo, en fin, a la media hora lo metieron al chiquero a pesar de que era toro como los otros de bueno, 101


en tanto vino la noche ¡y el cuarto? pues ni remedio! ¡no hubo toro en el toril! y ya oscuro, salió un negro, no por la puerta de siempre por la de los carniceros; cuyo animal no veía ya, ni caballos ni toreros ¡y vuelta con este juez! tocó a banderillas. ¡Cielos! ¡pues qué, no vez, angelito, que ya no se ve y que negro es el toro, y matará al pobre banderillero! ¡Que le pongan una multa a este juez por ser tan diestro! o que coloque los palos, gritó en el instante el pueblo; otros decían, que lo echen en vez del torito negro y la gente de la plaza se fue muy triste saliendo cuando una buena corrida la empresa nos fue cumpliendo. ya no hubo pantomima ni nada, que al puro infierno debe ese juez presidir si es que hay toros como creo, donde será espectador. Juan Pichichá Sopla-Fuego. NOTA. No fue culpa de la empresa que haya habido tanto enredo, sino del juez, que es un juez como ninguno, estupendo; esta es la verdad del caso y lo afirma Sopla-Fuego.9 El Monitor. Diario del Pueblo, del 13 de noviembre de 1885, p. 3 apunta: VILLA DE SAN JOSÉ. San Luis Potosí, S.L.P. Nuestro corresponsal de esta villa, nos dice lo que sigue: 9

El Arte de la Lidia. Año II, Nº 4, 15 de noviembre de 1885, p. 2-4.

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El día 8 del próximo Diciembre será la función tutelar de la patrona del Valle del Maíz,10 la Santísima Virgen; para esto, se preparan ocho corridas de toros y demás diversiones permitidas por la ley. Al efecto, el cura de dicha Ciudad del Maíz, ha nombrado comisionados, tanto en esta villa como en la misma ciudad. Los nueve días que preceden a la función, habrá serenatas por la noche y toda demostración de regocijo. Remito a vd. un ejemplar de los nombramientos hechos por el párroco. Creo oportuno anuncie vd. esta función de esta manera tendrán noticia de ella los habitantes de este partido, advirtiendo que las autoridades han dictado órdenes convenientes para la seguridad de los concurrentes. PLAZA DE TOROS EL HUISACHAL, ESTADO DE MÉXICO. Domingo 8 de noviembre de 1885. Gran corrida para en la tarde. Nueva ganadería. La corrida de esta tarde en la plaza del Huisachal, promete ser de gran atractivo tanto por los diestros que deben tomar parte cuanto porque se debe lidiar una nueva ganadería. El torero que estuvo al frente de las cuadrillas fue Francisco Jiménez “Rebujina”. Personas de conocimientos en la materia, nos han asegurado que los toros de la FRONTERA que por primera vez van a jugarse esta tarde en el Huisachal, son de mucha ley bravura, y que a no dudar, llamarán la atención por su mucha edad, libras y magnífica presencia. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 3, del domingo 8 de noviembre de 1885, p. 4. PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”.PUEBLA, PUE. Domingo 8 de noviembre de 1885. Cuarta corrida. Ganado de San Diego de los Padres. PLAZA DE TOROS EN DURANGO. 8 de noviembre de 1885. “Según telegrama que ha recibido una persona de esta capital, el domingo 8 comenzó a trabajar en Durango la cuadrilla que dirige el atrevido diestro Juan León El Mestizo. Parece que aquel público quedó contento. Ya publicaremos las revistas de estas corridas. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 4, del domingo 15 de noviembre de 1885, p. 4. PLAZA DE TOROS EN DURANGO. Domingo 15 de noviembre de 1885. Se lidiaron cinco reses de la Hacienda de la Sauceda. Primer espada, Juan León “El Mestizo”. Segundo espada, “Frasquito”. PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. Domingo 15 de noviembre de 1885. Bernardo Gaviño y cuadrilla. Lidia de toros de San Diego de los Padres. Reseña de la corrida de Toros verificada en Puebla en la Plaza del Paseo Nuevo el Domingo 15 de Noviembre de 1885. El domingo amaneció de nubes el cielo lleno, augurando mala tarde pues amaneció lloviendo; sin embargo a medio día las nubes se desprendieron 10

Se trata del actual municipio de Ciudad del Maíz, en San Luis Potosí.

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con dirección hacia el Sur y el cielo limpio y sereno presentó otra perspectiva y abrió la tarde en un credo; la gente entusiasta siempre a la plaza del paseo se dirige, y a las cuatro minutos, que no cuento si mi reloj no anda mal dio la corrida comienzo. PRIMER TORO. De nombre (el curita) salió, josco, buscador, de pies, cinco años lo menos, recorrió toda la plaza sin detenerse un momento; Carlos Sánchez se lució con navarras y capeo y al salirse de la capa de Carlos y como huyendo, tomó una vara de Mesa muy blanda; flojo al acero, tomó tres o cuatro más bufando, como un Bucéfalo; Merodio le puso una que vino a dar en el suelo, otras tres de Mesa, flojas de Merodio dos, muy buenos, y dos de Mesa también después tomó muy ligeros. A las banderillas tocaron: Carlos con vestido negro le puso con mucha gracia el primer par al cuarteo, el segundo a topa toro y a media vuelta el tercero, dejando al público todo complacido y satisfecho; el señor juez que si sabe sus deberes, tocó luego a muerte, y Gaviño azul y plata vistiendo, después de tres naturales de un mete y saca tremendo lo mató, para entregarle en manos del puntillero, a quien dicho era de paso 104


deben nombrar cachetero para todas las corridas pues desempeña su empleo, aquí, ni mulillas hubo pues cayó el toro en el centro de la puerta donde están los señores carniceros, los que luego lo jalaron para quitarle el pellejo: la plaza volvió a su estado y el segundo da comienzo. SEGUNDO. De nombre (sumidero) muy garboso, bien formado chico, de color muy negro salio siempre receloso y como teniendo miedo, no hacía caso de caballos; notamos que al lado izquierdo había una contractura que le quitaba gran mérito al torete, que era fino de la raza de San Diego. El público pidió el lazo y el señor López (de cuerno) que ya nos tiene cansados por su mal comportamiento, recibió sus buenas chiflas, hasta que González, diestro como lo es sin disputa templado y hombre completo, lo lazó divinamente y lo metieron adentro quedando lista la plaza en espera del: TERCERO. Josco, listón, pelo grifo de pies y blando al acero; tomó diez y nueve varas, voluntarioso en extremo; diez del valiente Oropeza, nueve de Santín; con esto el juez tocó a banderillas, que este bicho fue violento. Con traje encarnado y oro 105


el amigo Genovevo le colocó sus dos pares, muy bien puestos al cuarteo, con otros a la media vuelta no sin trabajos, que el diestro apuradillo se vio para completar su terno. De espada y muleta sale armado Carlos y luego, le mete tres naturales con otros cuatro de pecho, dando por todo lo alto un floretazo muy bueno; como el toro no se echaba lo lazaron al momento y acabó el pobre su vida en manos del cachetero. CUARTO De nombre (Barba azul). Salió valiente a la plaza josco también, chino el pelo como tirando a morado, de buena estampa y aliento, de muy buena cornamenta y veinte arrobas lo menos; tomó una puya algo floja de Merodio, que violento se salvó, porque es jinete, si no, seguro va al suelo; se encara luego con Mesa y solo con el aliento al picador y al caballo medir les hizo el terreno, lo que causó mucha risa en el soberano pueblo; el morado comprendió su misión, y en un momento se decidió a no dejar en la plaza un traste quieto; Merodio que es un muchacho que tiene su genio también le puso dos buenas varas del redondel en los medios, Mesa luego se entusiasma, busca la suerte y adentro se le mete el toro bravo cual demonio del infierno, 106


destripándole el caballo en menos que yo lo cuento; se vació el animalito, su mondongo repartiendo por la plaza, cual si fuera un salón del matadero, quedando exánime al punto tan desgraciado jamelgo. sale Oropeza al instante del animal al encuentro y a su muy flaca sardina el mismo acontecimiento le sucedió espirando también a pocos momentos; tomó doce puyas más con ganas, y tocan luego la suerte de banderillas y salió el banderillero; este fue el joven Lobato de origen Orizabeño, que es muchacho que promete en el arte del toreo, su traje era rojo y plata, tres pares puso al encuentro como los ponen los hombres, es decir, palos bien puestos y se lució con el toro como se luce un torero; esto le valió a Lobato muchas palmas y sombreros y vivas, con su diana, y de la sombra dinero y a más el toro pidió al público, y se lo dieron. Los clarines de la muerte anunciaron otro juego, y Carlos Sánchez salió para quitarlo de en medio; le dio diez pases seguidos naturales, seis de pecho, y un volapie de recursos; lo remató el cachetero y las mulas por el toro en el momento vinieron; pero quiere la desgracia que al jalar Uno las mulas los triperos) sin el toro las mulillas jalaron y fue un estrépito de chiflas tal, y algazara 107


hasta no enganchar de nuevo; ya por la segunda vez su torpeza corrigieron y se llevaron al toro como a nosotros adentro. QUINTO De nombre Licenciado. Salió como un licenciado sale con pena o contento del palacio de Justicia meditando el complemento con que ganar un litigio que le de fama y provecho; reposado, observador (como que sabía derecho) no corría, paso a paso fue la cosa conociendo y que no tenía salida de ese círculo en el centro comprendió seguramente; bonito y de color negro, la divisa que era larga y casi llegaba al suelo no le gustó y pateaba de coraje por lo menos; tomó de Oropeza seis varas con gusto y genio, y otras siete de Santín, algunas tomó en los medios total, a las trece varas Oropeza a su podenco desensilla y monta en pelo en los momentos terribles en que el toro de ira ciego destripa el galgo a Santín que rueda con su jamelgo: Vuelve el toro sobre él, (mejor dicho sobre ellos) a tiempo de que Santín logra deshacerse luego de los estribos y galgo, a quien tirado en el suelo despanzurró el toro aquel cebándose e introduciendo por cinco veces seguidas en su panza los dos cuernos que buscaba al picador 108


con ganas de deshacerlo; el toro se fue en seguida a donde el caballo muerto había estirado las patas y allí comenzó de nuevo a meterle de cornadas y querencia tomó luego. El estaba en la faena de abrirle nuevo agujero cuando Oropeza se arrima y le pica en el pescuezo, levanta el toro la cara y descubre en el momento a tan audaz picador a quien embiste violento siquiera para vengarse por el puyazo grosero; pero Oropeza se ríe la aguanta firme de nuevo y el toro lleno de espanto sale en su enojo corriendo por tres veces la barrera a saltar como los perros, saltó en la sombra, en el sol, saltó por los burladeros; pero no tuvo salida se conformó de nuevo; sonó de las banderillas del clarín el fino eco y el público pidió a voces otro puyazo, en los medios Oropeza le plantó no uno, sino un par muy bueno lo que le valió pidieran darle el toro como premio, pero el juez, que por la empresa tiene interés algún pienso como el juez aquel de marras se hizo el guaje y no lo dieron, van dos toros que a Oropeza le da el soberano pueblo por su arrojo y bizarría y patos se están haciendo cuando Oropeza merece, porque es picador muy bueno. De banderillas al toque salió Florentino y luego lo coronó con dos pares que le colocó al cuarteo 109


y otro par muy regular que después le puso al sesgo. La muerte dispone el juez y Carlos Sánchez saliendo con la muleta y la espada oye al público pidiendo que lo matara Machío, matador de mucho mérito. La plaza en un solo grito pide y pide salga el diestro y este que en la barrera se encontraba, comprendiendo que era una necesidad que el público satisfecho quedara, bajó a la plaza entre palmas y su estrépito tomó la espada y muleta este excelente torero y se fue a buscar al bicho a la cabeza derecho, era de ver la maestría la serenidad del diestro quien jugaba con el toro como yo pudiera hacerlo con un perro de Chihuahua. ¡Qué elegancia! ¡Cuánto esmero! No movió el hombre los pies para nada, esto es muy cierto. Trató al toro, con finura tal, que ni un caballero a una dama trataría en un estado (el ejemplo que me parece hasta impropio y con mucho de grosero) me dispensarán las bellas que haga uno de esos términos, que no es mi ánimo herir a ese delicioso sexo. Y con mano soberana tres naturales completos [allí no olimos a ambar los amantes del toreo) cuando Oropeza se acerca con su garrocha y en pelo me le planta seis puyazos al animal, conteniendo con mano firme y segura como si fuera de hierro la pujanza y la bravura 110


del toro terrible y fiero le dio, y tres pases más con elegancia y de pecho y la mano de muleta se compuso tan violento que parecía una cabra según lo estaba poniendo el simpático Machío torero entre los toreros. Después de otros pases más todos a cual más maestros se paró a media vara de la cabeza y los cuernos y llamó al toro con garbo para darle recibiendo por todo lo alto una estocada, de gran mérito; era de ver la postura el arte y todo aquello que a un público inteligente entusiasma en un momento. El simpático Machío demostró que su toreo es tan solo con los bravos que es como causa recreo. Le dio otra estocada más de la misma clase y género que le metió hasta la mano en dos segundos o menos. la sombra vitoreaba con animación al diestro y su nombre una vez más quedó cual siempre bien puesto. Arrastraron al torete y la mojiganga luego se preparó y se presenta en el redondel el SEXTO. (De nombre enterrador) Quien se encontró a su salida con un castillo de fuego representando la tumba de doña Inés según creo de Don Luis Mexía también del Comendador Don diego a quienes huía el toro teniendo a la mente miedo. 111


Lobato que a Don Juan Tenorio representaba completo le puso algunos puyazos a la verdad todos buenos. No lució esta mojiganga por ser ya noche y el pueblo se bajaba al redondel en confusión, siendo esto lo que el gusto le quitara al último toro, el sexto. Había una de pinacates que parecía el infierno, y es preciso corregir los abusos de este género; ya de noche sólo vimos a Oropeza que al cuarteo puso un par de banderillas lo que se llama bien puesto, otro puso uno vestido de demonio, que no encuentro quien pueda ser por ahora pero los pasó al cuarteo, y Lobato ya sin luz mató al bicho, y no miente supongo que no fue el sino el soberano pueblo; lo que debe disgustar a este muchacho, es bien cierto cuando lo hubiera matado con mucha gracia y salero. En resumen, la corrida fue de lo muy poco y bueno la empresa cumplió muy bien y cumplieron los toreros, cumplieron los picadores los toros no fueron menos y todo el mundo salió complacido y satisfecho. con que hasta el Domingo entrante. Juan Pichiclú Sopla-Fuego.11 PLAZA DE TOROS EL HUISACHAL, ESTADO DE MÉXICO. 15 de noviembre de 1885. Hoy tendrá lugar en la plaza del Huisachal una gran corrida de toros, bajo la dirección del famoso “Chiclanero”, acompañado de Francisco Jiménez “Rebujina” con ejemplares de Santín.

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El Arte de la Lidia. Año II, Nº 5, 22 de noviembre de 1885, p. 3-4. Según los redactores de este periódico, a la reseña aquí recogida, se le llamaba en su época “revista en verso”.

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PLAZA DE TOROS EN TOLUCA. Domingo 15 de noviembre. Cuatro Toros de Atenco para la Nueva cuadrilla, Juan León “El Mestizo” y José María Hernández que pondrá banderillas a caballo.

Archivo Histórico del Estado de México. Fondo: “Diversiones Públicas”.

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PLAZA DE TOROS EN TOLUCA. Domingo 22 de noviembre. Grandiosa corrida para esta tarde.-Cuadrilla reformada.-Ganado de San Diego de los Padres (1) y tres apartados entre lo más fino de la Tabla de San Gaspar del cercado de Atenco. Juan Moreno “El Americano”. Banderilleros José Monje y Antonio Antunes “Tobalo”. Juan Gudiño “El Moreliano”. Valentín Mochilón. Picadores los de la Hacienda de Atenco.

Archivo Histórico del Estado de México. Fondo: “Diversiones Públicas”. 114


PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. 22 de noviembre de 1885. Espléndida corrida. Cuadrilla mexicana. Grandes novedades. Corrida extraordinaria celebrada a beneficio de la Escuela de Artes y Oficios. Ganado de San Diego de los Padres. A las tres y media, o poco más, una banda militar, compuesta de 120 músicos, dio principio al espectáculo tocando una fantasía de Guillermo Tell. Terminada la pieza salió la cuadrilla y comenzó la lidia del primer toro, al que desde luego hubo necesidad de volver al chiquero porque no entraba ni siquiera a las capas. Como este, o quizá peores, estuvieron los demás; ninguno dio juego y la corrida que esperábamos mejor, fue la más mala que se registra en Puebla. Aquí se culpa de esto al Sr. Barbabosa, dueño del ganado, pues según dicen envió toros ya lidiados, lo cual estoy algo dispuesto a creer no obstante que me consta el precio tan alto a que vende su ganado y la exactitud con que se le paga. Tan malos salieron los toros, que algunos aseguraban que no eran de San Diego sino de los alrededores de Puebla. No sé yo lo que habría de cierto, pero sí puedo asegurar a usted que jamás se había visto aquí ganado más malo ni público más tolerante como el de esa tarde, que supongo no cometió un desmán en gracia del objeto a que se destinaban los productos de la función, que deben haber sido pingües, según la entrada, que como digo, no pudo ser mejor. Presidió la función el juez Espíndola, y su condescendencia llegó hasta el grado de tolerar con gran escándalo del respetable público que el primer toro, que se había mandado meter por malo, volviera a salir a la lidia engañándose así a los espectadores, nada menos que por la autoridad encargada de corregir semejantes abusos. En fin, que la última corrida no pudo estar peor… El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 6, del domingo 29 de noviembre de 1885, p. 2. Hoy se deben celebrar corridas de toros en las siguientes poblaciones: Guadalajara, León, Guanajuato, Durango, Puebla, Toluca, Veracruz y en otros redondeles taurinos de la república. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 6, del domingo 29 de noviembre de 1885, p. 4. PLAZA DE TOROS “EL PROGRESO”, GUADALAJARA, JALISCO. Domingo 22 de noviembre de 1885. La corrida del domingo 22 pasado estuvo a satisfacción del público y su resultado favorable fue debido al buen ganado que se lidió. Ponciano Díaz quiso hacer lo que ya en otras ocasiones ha practicado con tan brillante éxito, clavar banderillas a caballo; pero el toro no se prestó y se vio obligado a clavarlas a pie, con lo que consiguió atronadores aplausos, pues clavó los palos perfectamente y para colmo del entusiasmo con que el público lo victoreaba, dio muerte al bicho a la primera estocada. Ponciano no tuvo oportunidad de lucirse en las mangas porque dejaron para última hora el jaripeo, cuando el público se retiraba entre las sombras del crepúsculo vespertino; sin embargo, bástele la faena de que viene precedido, para guardarle consideraciones y deparamos que el próximo domingo nos dé a conocer esas habilidades a caballo. Vieyra, este notable torero, y decimos notable porque su arrojo y destreza como tal lo recomiendan, clavó como de costumbre sus banderillas con toda la maestría que reclama el arte taurino por lo que el público le aplaudió calurosamente. El Artillero, sentado en una silla de tule, se presentó al toro para dejarle sobre el lomillo sus agudos recuerdos, pero el bicho parece que lo comprendió todo y dejó descansando al Artillero con su par de banderillas en la mano. Este toro fue más prudente que el que hirió hace pocos días a Rebujina en la plaza del Huisachal en México, en el momento de querer clavar sus banderillas sentado en una silla. 115


A nada conducen esos chistes, nosotros somos de opinión que las banderillas sean clavadas bien, sin que para ello se metan dentro de un barril, ni se suban a una mesa ni nada de esas cosas, que sólo ayudan a las desgracias que tienen lugar tan frecuentemente. Los picadores nada dejaron que desear, distinguiéndose entre ellos, el que es hoy tan consentido del público, conocido con el nombre de El Güerito. En esta vez notamos que el público cumplió con la nota del programa, en la que se advierte que está prohibido arrojar al redondel objetos; no así el domingo anterior, en que rompiendo con la prohibición, se vieron algunos cojines viajeros en el aire y una que otra sillita, por las que se permiten el lujo de cobrar un real de alquiler. (Gaceta Jaliciense). El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 7, del domingo 6 de diciembre de 1885, p. 4. PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. 29 de noviembre de 1885. Espléndida corrida para esta tarde. Beneficio del decano de los toreros de México, Bernardo Gaviño. PLAZA DE TOROS EN TOLUCA. Domingo 29 de noviembre. Corrida para esta tarde. Ganado de Atenco. PLAZA DE TOROS EL HUISACHAL, ESTADO DE MÉXICO. 29 de noviembre de 1885. Hoy tendrá lugar en la plaza del Huisachal una gran corrida de toros, bajo la dirección del famoso “Chiclanero”, con ejemplares de Santín. El 30 de noviembre de aquel año, La Patria Ilustrada contribuía con la interesante opinión de “Querubín”, un personaje quien más de fuerzas que de ganas acudió a los toros, seguramente la tarde del 29 de noviembre misma, pues por los nombres de los toros que da en su interesante apreciación, se puede adivinar que así fueron bautizados los “pupilos” de D. José Julio Barbabosa, a la sazón ganadero de aquella prócer hacienda. La lectura completa de sus impresiones, y dado lo interesante del escrito mismo, es reproducida a continuación. COSTUMBRES DE PROVINCIA. UNA CORRIDA DE TOROS. No tinta sino ponzoña; no pluma sino una lanceta, un colmillo de víbora cascabelaria, quisiera para escribir este artículo y descargar mi furia periodística contra esa diversión como muchos la llaman; contra ese pasa-tiempo, como lo califican aquellos que con más entusiasmo lo encarecen. Una tarde me encontraba triste, como Secretario de Estado a quien obligan a dejar la cartera cuando está encaramado al tejado de la patria; yo exhalaba suspiros más hondos, que los de novio calabaceado, que los del padre conscripto sin reelección; cuando llegó a mi casa Pepe Chirinola, el genio más bullicioso de todos mis amigos, y se precipitó en mis brazos. Su visita tenía por objeto llevarme a los toros, pues se esperaba una espléndida corrida como jamás se había visto. La concurrencia debería ser selecta, lo granado de nuestra culta sociedad; sólo haría falta nuestra presencia sin la cual no serviría la fiesta destinada a formar época en los anales de la tauromanía. Con tales esperanzas emprendimos el viaje. Demás de esto no nos dispensaría de asistir un grupo de amigos muy queridos.

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No sé qué atractivo podrán tener para el hombre civilizado esos espectáculos que pregonan la barbarie; esa lucha con animales feroces, para ostentar valor y agilidad; ese combate de la inteligencia, del ser racional, contra el instinto sanguinario del toro salvaje. El aspecto de la sangre derramada, debilita el sentimiento, empequeñece el alma, amortigua los afectos nobles del corazón, cuando se tiene por guía los resplandores del cristianismo y la luz evangélica. España nos legó, como un contraste de su civilización, esos espectáculos que, así como a las nuestras, degradan sus costumbres. Sus legisladores y sus poetas, sus filósofos y sus novadores, no intentan desarraigar ese vicio que heredaran de sus descendientes; por el contrario, cada día más se le enaltece, se levanta al rango de ciencia con principios fijos. Fernando VII fundó en Sevilla escuelas para el toreo;12 hoy se inaugura la apoteosis para sus héroes, para sus maestros y sus mártires; la historia inmortaliza nombres y acciones, y torea la nobleza más encumbrada. Carlos V celebró el natalicio de su hijo Felipe II con una gran corrida en que aquel dio muerte a un toro con una soberbia lanzada. Los Concilios autorizan, en vez de anatemizar, las corridas. Gregorio XIII en su Constitución de 25 de agosto de 1575 las recomienda. El virrey, Arzobispo y Cabildo eclesiástico de Lima asistían a las corridas de toros con el mismo celo y fe religiosa que si asistieran a un Te Deum o a un auto de fe; el primero arrojaba a la plaza la llave del toril al comenzar la lidia, como un signo del patronato que se ejercía con tan amena diversión. Al canonizar a S. Luis Gonzaga, hicieron una gran fiesta de toros los estudiantes de Salamanca. Para que al lado de lo hermoso no falte lo grotesco, refiere también la historia que en Córdoba, el lunes 3 de mayo de 1665 se levantó un cadalso en la plaza de toros, para un auto de fe. Al llegar al trono un monarca se festejaba su elevación con funciones de toros; y se hacían también, como señal de regocijo en las caídas estrepitosas de los hombres de elevada alcurnia. El Padre Nithar descendió de su privanza, y su caída se celebró con una gran corrida. El triunfo contra Almagro en 1538, en el Perú, fue celebrado con una fiesta taurina. Hoy se alarma la orgullosa nobleza española cuando hay una cogida tremenda; llueven tarjetas si Cúchares atrapa un constipado: si Frascuelo o el Lagartijo tienen el más leve contratiempo. No se tributaron en vida tales miramientos a los príncipes del arte pictórico ni al autor del Quijote. Se conservan en los museos las astas del valiente toro que mató muchos caballos y algunos hombres en una sola tarde, y no la lanza del Empecinado. El pueblo espectador de la lidia, indulta de la muerte a un noble bicho, y no pierde en su oportunidad la vida de valientes guerreros, sacrificados por celos militares. Nosotros no podemos atribuir esa degradación de los sentimientos en un pueblo noble y valiente, sino al aspecto de la sangre derramada en las plazas de toros. Llegamos a la plaza; ocupamos nuestros asientos al lado de algunos jóvenes que pertenecen a familias distinguidas, y que me aturdían con gritos e impertinente corismo. Mi 12

El primer maestro de esa escuela fue Pedro Romero, con sueldo de 12,000 reales. Aún existe un discípulo llamado Manuel Domínguez. Carlos IV profirió las corridas de toros en 20 de febrero de 1805, pero fueron autorizadas por su hijo, y sucesor en el trono.

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corazón latía, me preocupaba con algún presentimiento funesto; es que iba a presenciar un combate terrible, triunfos espléndidos, los de la barbarie con los de la civilización, en pleno siglo diez y nueve; iba a escuchar los aplausos de una muchedumbre ciega y frenética, los rugidos de la otra gran fiera, de ese pueblo que profesa una religión llena de caridad, pero que allí ve sereno asesinar a un noble animal que nos labra el sustento. Allí se veían jóvenes sensibles que sufren ataques nerviosos si miran desosar (sic) un pavo, y que impasibles contemplan el martirio de animales benéficos al hombre. Allí se veían niños inocentes respirar en una atmósfera viciosa las brisas corrompidas por los vapores de la sangre, cuando se quiere sembrar en su almas nobles, generosos sentimientos; ellos ríen ante el espectáculo del terror, y se complacen con la agonía y con la muerte de animales que, aunque irracionales, son sensibles al dolor. Era preciso resignarse a los trabajos y a recibir las impresiones más desagradables. No sé hasta dónde pondrán extenderse mis reflexiones si no hubiera escuchado los acentos de una murga que tocaba el Himno Nacional anunciando la presencia de un comisario del Municipio, que debía presidir la diversión. En todas partes se ven unidos, en fraternal consorcio, lo sublime y lo ridículo. Nuestra bandera tricolor flotaba en el palco oficial, en la puerta del toril, en el cerviguillo de los toros. La Cruz, como para santificar el circo, se había colocado también en la parte más elevada de uno de los palcos. El payaso salta la estacada entre los aplausos y los silbidos de los muchachos. Después de una salutación en per-verso, recitó unas coplas picarescas, que fueron muy del agrado de todos, glosando la siguiente: Ni el magnate en su grandeza, ni el pobre en su triste hogar, ni aun el toro en su fiereza, han dejado de cargar los cuernos en la cabeza. La multitud reía; no faltaron maridos desconfiados que rugaban el entrecejo; solo las señoras conservaban circunspección contra los tiros sin puntería de un arlequín. Mis vecinos, que se habían provisto de una cerbatana y de dardos de papel con púas de clavellina para asediar al toro, se ocupaban en dar con bodoques de papel maseado a los distraídos. Eran los calaveras descritos por Fígaro que escogían para teatro de sus hazañas una plaza de toros. Carlota no se digna vernos, -decía uno de los cócoras. -Excusa recibir nuestro saludo. Parece reina des… tronada. -Perfecta escultora de Canova. -D. Cándido la cela demasiado… ¿dónde quieren que le hiera mi proyectil? hostilicémosle. -En la lustrosa calva ¡Ahora! ¡Ahora! El bodoque, zumbando por el aire, fue a deponer su fuerza en el lugar indicado. El agredido miraba con azoramiento para todas partes. -Nadie le vea, porque malicia. -A D. Lucas; ahora que no vé. El Señor D. Lucas, al sentirse herido, dirigía miradas indagadoras hacia aquel grupo. El clarín dio la señal de atención, y la cuadrilla se presentó con donaire y arrogancia a principiar la lid; cada uno de los toreros mostraba entereza, desprecio al riesgo de perder la vida, y confianza en su agilidad. En el toril aparecen grandes letreros que transmiten a la concurrencia el nombre de cada una de aquellas fieras que mugían emparedadas en el coso. Judas, Lucifer, Asmodeo, La 118


Sierpe, El Huracán, La Pantera, El Cocodrilo. ¡Dios nos tenga de su mano! Se ha reventado el negro abismo; las furias infernales, los reptiles, los elementos, eran simbolizados en el palenque, y se desataban para esparcir sus beneficios en aquella deliciosa tarde. Se lanza el primer toro al redondel, y el hábil picador lo espera lanza en ristre; su pujanza es poderosa para poder resistir la primera embestida. Este acto fue del agrado de la concurrencia que prorrumpió en entusiastas bravos y en sonoros aplausos. Toca el turno a otro picador, el toro esquiva dar un segundo golpe, sensible al agudo dolor que le ocasionó la primera vara; se le provoca con insistencia, y obediente al instinto de su ferocidad se arroja con denuedo; caballo y jinete son levantados a grande altura, y el toro deposita sus aceradas armas en las entrañas del caballo, después de romper las arterias del encuentro, el jinete cae debajo del cuadrúpedo que montaba sin poderse desprender para escapar al furor de su encornado enemigo, la víctima de la insensibilidad de los hombres fue el caballo, muerto allí, mientras que la cuadrilla libertaba al picador de una muerte segura. El segundo acto fue poner banderillas, vistosos recortes de oropel y papeles de colores; la suerte principal consiste en llamar al toro, salir a su encuentro, desviar el cuerpo al ser embestido y poner las banderillas , que llevan saetas en uno de los extremos, en el cerviguillo de la fiera. Después de varias escenas de esta naturaleza se dio muerte al toro por el director de la cuadrilla, con un pronto mete y saca; el animal bambolea, huye de su adversario, busca el cuerpo de su víctima y dobla ante ella las manos para morir, como si obedeciere a los mandatos de una reciprocidad justa. Según la fraseología del arte de la lidia, el toro fue muerto de una sola estocada por habérsela dado en el mollar, es decir, en la carne magra y sin hueso. La calma se restableció en los espectadores hasta que se extrajeron los cadáveres de aquellos animales martirizados para divertir a un público demente; entre tanto se preparaban y repetían nuevas escenas, acaso más terroríficas que las que acababa de tener lugar. Acusamos de bárbaros a los que asistían al sacrificio de víctimas en el circo romano, llevadas allí por sus crímenes o por sus creencias religiosas, y no a unos espectadores que profesan las doctrinas del mártir de la Cruz en plena luz del siglo XIX. Las señoritas estaban lívidas, desviando sus ojos de aquellas escenas; su presencia en la extensa plaza era un sarcasmo contra su sensibilidad y su decoro. ¡Ángeles divinos! Alejaos de esos espectáculos que hieren vuestro corazón; así daréis principio a regenerar nuestras costumbres y despertareis los nobles sentimientos, hoy aletargados en el alma de los mexicanos. No desesperéis de ver algún día derribar esos edificios que se llaman plazas de toros, y que son un anacronismo en el suelo donde se escucha el mugir de los toros que pregonan la oscuridad de otros tiempos, sino el de la locomotora que saluda a la civilización. Es muy frecuente, entre los afectos a los toros, escuchar estas preguntas y respuestas: -¿Cómo estuvo la corrida esta tarde? -Malísima; solo cuatro toreros fueron maltratados, y dos caballos muertos. La siguiente será buena si se depositan en la fosa algunas libras de carne humana.13 13

Dice un periódico de Barcelona: “Huracán era un magnífico bruto, castaño, aldinegro, bien armado y de reposado y altivo continente; salió del chiquero con lento paso, el testuz erguido, la mirada fiera y con la actitud que dan la seguridad de la fuerza y del valor y la confianza absoluta en la victoria, siete veces acometío con ímpetu irresistible, y con la fuerza de un verdadero huracán, y dejó siete caballos muertos y destrozados, arrojando a los jinetes como si fueran muñecos de cartón. Con su poderoso testuz alzaba al caballo y al caballero, y dos o tres veces quedó dueño del redondel, en medio de la estrepitosa gritería de los espectadores, que, a millares, agitando gorras y pañuelos, pedían caballos y se dirigían al Presidente impulsados por el afán de ver aglomerados más cadáveres aún en

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¡Prodigio admirable de la ilustración! las lides taurinas se heredaron de los moros; éstos quisieron hacer una parodia caricaturesca del circo romano, puesto que ellas ya tenían lugar en España en 1101; ellas traen los recuerdos de torneos en la edad media ¿Por qué hoy existen esas diversiones sólo en los países en donde se habla el español y sus dialectos, y no en algún otro de los asiáticos o africanos? “Deben conservarse y protegerse las lides de toros –dicen los apologistas de ellas- para acostumbrar a los hombres a presenciar actos de valor, de fuerza y de agilidad; para conservar pura la raza vigorosa de los toros españoles, única en el mundo. Por aquella causa la culta Inglaterra tolera el pugilato, disimula el duelo y protege a los acróbatas”. Esta no es una explicación satisfactoria. México debe imitar a los pueblos en el refinamiento de su civilización y no en la relajación de sus hábitos sociales. Un español, gran hombre de Estado, decía que para el bienestar y la cultura del pueblo ibero era necesario pan y toros. Los norteamericanos quieren para el hermano Jonathan, pan, carne y vino. Nosotros, descendientes de dos grandes razas, la azteca y la española, solo anhelamos para el pueblo mexicano pan y escuelas. QUERUBÍN.14 PLAZA DE TOROS EN VERACRUZ. Domingo 29 de noviembre de 1885. Corrida promovida por varios jóvenes aficionados de aquel puerto a beneficio del Casino Veracruzano. El personal de diestros fue el siguiente: Espadas.-Juan Molina, Antonio Hermosa y Juan Riquelme. Banderilleros.-Víctor López, Juan Beltrán y Chorro, José Juan y Manuel Nieto. Picadores.-Justo Llorente, Francisco González, Francisco García y Federico Ruiz. Puntillero.-Antonio Fernández. Se lidiaron tres toros a muerte, después de lo cual se ejecutaron varios actos de jirapeo (sic) y cola, con dos toros preparados al efecto, terminando con el juego de otro torete (el embolado) para el pueblo. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 7, del domingo 6 de diciembre de 1885, p. 2. PLAZA DE TOROS EN DURANGO. Domingo 29 de noviembre de 1885. Tercera corrida celebrada en esta plaza por la cuadrilla que dirige el atrevido diestro Juan León “El Mestizo”, acompañado de “Frasquito”. Entre los banderilleros sobresalieron “Cuquito” y Carlos López. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 7, del domingo 6 de diciembre de 1885, p. 2. PLAZA DE TOROS EL HUISACHAL, ESTADO DE MÉXICO. 6 de diciembre de 1885. Hoy gran corrida de toros en El Huisachal. Actuará Francisco Gómez “Chiclanero”, con ejemplares de Santín.

torno del poderoso y terrible bicho. Era un espectáculo difícil de describir. La emoción del público era febril, era casi un delirio. Once picas tomó Huracán, mató nueve caballos, y más hubiera matado si los clarines no hubieran puesto término a aquella carnicería. ¡Qué lástima! el público quería más cadáveres de caballos y el Sr. Presidente no consistió ni uno más de nueve. Era casi un delirio, dice el biógrafo del Huracán. ¡Ya lo creo! ¿quién no se entusiasma viendo tal aglomeración de cadáveres de nobles, útiles e inofensivos animales?” (Ilustración Española y Americana -1883tomo 2°, página 186). 14 La Patria Ilustrada, año III, N° 48, del 30 de noviembre de 1885, p. 6, 11 y 12.

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PLAZA DE TOROS EN TOLUCA. Domingo 6 de diciembre. Cuatro toros de Atenco para la “Cuadrilla Mexicana” capitaneada por el famoso matador José María Hernández. Valientes picadores de Atenco. Lucidas banderillas a caballo por Felipe Hernández. Divertidísima mojiganga por “Don Juan Tenorio y D. Luis Mejía”.

Archivo Histórico del Estado de México. Fondo: “Diversiones Públicas”.

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Como complemento de lo sucedido aquella tarde, El Tiempo, D.F., del 11 de diciembre de 1885, p. 3 apuntaba: “Devuelvan lo que han visto”.-Esta fue la contestación de un hombre muy conocido en Toluca por su “talento administrativo y político” que dio en la plaza de toros el domingo 5 del corriente, al público que gritaba que devolvieran las entradas a consecuencia de haber salido los toros sumamente malos, habiendo anunciado la empresa unos bravísimos toros de la acreditada hacienda de Atenco. PLAZA DE TOROS EN VERACRUZ. Domingo 6 de diciembre de 1885. Hoy debe celebrarse en la Plaza de toros de Veracruz una gran corrida de toros, estando encargado de estoquear el inteligente matador de cartel de las plazas de España, José Machío, que por primera vez hace su presentación ante aquel público. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 7, del domingo 6 de diciembre de 1885, p. 4. En El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 8, del domingo 20 de diciembre de 1885, p. 4 se incluye las siguientes notas: La cuadrilla que capitanea el diestro Juan León “El Mestizo” que últimamente ha trabajado en Durango, ha sido contratada por el Empresario de la Plaza de toros de Zacatecas, en cuyo redondel comienza sus trabajos desde esta tarde. En efecto, “El Mestizo” estará en México muy poco tiempo, pues mejor informados, diremos que este arrojado torero vuelve a Zacatecas, donde deberá torear los días 25 y 27 del mes actual, y el 1° y 3 del entrante Enero. Los periódicos de Guadalajara vienen haciendo grandes elogios del primer espada Ponciano Díaz, que en la actualidad trabaja en aquella ciudad, donde el joven matador ha sido muy bien recibido. No nos extraña esto, pues Ponciano es el mejor torero que tenemos del país, y uno de los demás conocimientos y valentía. Que pronto lo volvamos a ver torear en el Huisachal. Abundando en el caso de Guadalajara, la fuente de información vuelve a ser La Gaceta Jalisciense, de la cual se recogieron estos párrafos: TOROS EN GUADALAJARA. Los toros del martes.-Al hacer esta clasificación, creemos obrar con la justicia que siempre nos acompaña; decir que el martes es un día y el domingo otro, es una verdad de Pero Grullo, pero por lo mismo concluyente. Los toros del domingo fueron unos y los toros del martes fueron otros; ahora vamos a decir que tal estuvieron los primeros. Nada dejó que desear la manera como fueron lidiados, pues con el pequeño y casi necesario paréntesis de la personalidad de Felicitos Mejía, el resto de la compañía demostró su arrojo, en la pica, capa, banderillas y muerte a los bichos; las estocadas de Ponciano si pudiéramos juzgarlas con todas las reglas de la tauromaquia diríamos, que la faena de muleta en el primer toro, fue lucida; un natural y dos con la derecha, clavando y matando al toro, aunque fue juzgada indebidamente, como pezcuecera y de degüello. En los otros hubo sus palos puestos al sesgo, al cuarteo y medio cuarteando, todos firmes y seguros. Mota y el Güerito, pusieron bien sus varas, no sin haber quedado un poco maltrechos los rocinantes; en fin la corrida estuvo buena, sólo tenemos que condenar y esto ya lo hacemos en artículo separado, el acto de salvajismo que presenciamos y que tanta culpa tiene en ello la empresa, como el pueblo que no en vano se le ha tildado de imbécil en diferentes ocasiones. La corrida del martes estuvo fatal; toros inservibles que mucho trabajo dieron a la cuadrilla, al grado de que El Artillero, uno de los que mejor clavan sus pares, porque tiene arte y la 122


escuela de mi compá El Lagartijo no pudo clavarlos ni pudo por lo mismo lucirse; una de las cosas que notamos y que prohíbe terminantemente el reglamento del toreo, es que tres o cuatro quieran poner palos a un mismo toro, pero esto que pasó el martes ni lo impidió el juez, ni tampoco el capitán a quien se le deben hacer cargos en tales casos como Jefe de la cuadrilla. Si la empresa no da mejores jvascos (sic), este espectáculo lo irá abandonando el público y entonces los antitaurófilos se llenarán de contento y satisfacción. Veremos el domingo qué tal salen. PLAZA DE TOROS EL HUISACHAL, ESTADO DE MÉXICO. 20 de diciembre de 1885. Hoy tendrá lugar en la plaza del Huisachal una gran corrida de toros, bajo la dirección del famoso “Chiclanero”, con ejemplares de Santín. De tal festejo, La Voz de México, del 27 de diciembre siguiente, y en su página principal deja un interesante testimonio gracias a la pluma de A.B.DUL. En la plaza de toros del Huisachal hubo el pasado domingo un gran escándalo, que amenizó la corrida. Sea por culpa del empresario o del juez, sea por culpa de la mala cuadrilla, el caso fue que al ver indultado a un toro de la pena de muerte, se exaltó el público, y con algarabía mayor de la de costumbre lanzó denuestos y apostrofes insolentes contra los dueños de la plaza y contra la autoridad. El toro fue arrastrado de nuevo a la plaza y muerto sin piedad, para satisfacer la ferocidad de los concurrentes. Al final de la corrida, por causa de lo toreado del cuarto toro que hacía imposible lidiarlo, y por causa de que no se quiso reemplazarlo con otro, la furia del público se desbordó, y al salir el toro embolado, comenzaron a volar sillas al redondel, y por el lado del sol, se empezó la demolición en forma de la plaza, desclavando las tablas de las lumbreras. Los gendarmes, por orden o sin orden de sus jefes, dispararon al aire algunos tiros, y los concurrentes evacuaron precipitadamente la plaza. Tamaños escándalos que no dejan de poner en peligro las vidas, deben de ser severamente reprimidos por orden de la civilización. Por mucho tiempo la plaza del Huisachal se verá desierta y los empresarios de las corridas aprenderán a su costa lo perjudicial que les es no cumplir exactamente las promesas que se hacen al público, cuya paciencia, en efecto, ha sido hasta ahora bien grande. Si ha de haber corridas de toros, preciso es que en lo de adelante a los empresarios y al público los mantenga en orden de las autoridades. Una diversión es absurdo convertirla en combate. PLAZA DE TOROS EN PUEBLA, PUE. Domingo 23 de diciembre. En El Nacional, D.F., del 30 de diciembre de 1885, p. 2 aparece la siguiente nota: Puebla, Diciembre 23 de 1885.-Sres. R. R. de “El Nacional”.-México. Mis estimados amigos: El domingo pasado (día 20) hizo su debut el inteligente taurómaco José Machío con su compañía Hispano-Mexicana. La novedad de ver una notabilidad en el arte bárbaro atrajo como era natural, una inmensa concurrencia y nuestra plaza de toros del Paseo Nuevo estaba plena. El ganado que se lidió era de Atenco, y los bichos no desmintieron su renombrada bravura. Afortunadamente cuatro fueron las fieras sacrificadas; y digo que afortunadamente, porque si hubieran sido más, mayores hubieran sido las desgracias, pues únicamente fueron ocho los caballos destripados; y un capoteador herido, que sucumbió el lúnes.

123


Machío es una verdadera notabilidad, trabaja con mucha elegancia y limpieza, pero no agradó mucho al soberano que está acostumbrado a ver degollar a los animales; y dio motivo a que le hicieran una ovación algo pesada, pues fue saludado con una lluvia de naranjazos, habiendo tenido que tomar parte la policía aprehendiendo a media docena de escandalosos. Malas lenguas cuentan que la compañía que trabajaba anteriormente a ésta (es decir, la de Bernardo Gaviño) fue la que promovió el escándalo, con esto diré lo mismo que mi tocayo: “Como puede que sí, puede que no”. PLAZA DE TOROS “EL PASEO NUEVO”, PUEBLA, PUE. El empresario Joaquín Camacho contrató a José Machío en las últimas funciones (6, 13, 19 y en la que se lidió ganado de San Diego de los Padres, el 26 de diciembre. En total, 4 actuaciones) que trabajó la cuadrilla de Bernardo Gaviño, los toros que se lidiaron dieron mal juego, por lo que Joaquín Camacho acudió a Toluca a arreglar con el Sr. Rafael Barbabosa propietario del ganado, la contrata de los toros de San Diego de los Padres. El arte de la Lidia, año II, Nº 8, del 20 de diciembre de 1885. PLAZA DE TOROS EN TOLUCA. Domingo 29 de diciembre. Toros de Atenco para José María Hernández.

Retrato de Ponciano Díaz. Tomado de La Lidia. Revista Gráfica Taurina. Col. del autor.

124


INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA.Dos cuadros estadísticos acompañan la presente información. Se trata de sendas “tablas” elaboradas –por ahora-, en dos libros inéditos de mi autoría. Se trata de APORTACIONES HISTÓRICO TAURINAS MEXICANAS Nº 13: “PONCIANO DÍAZ SALINAS, TORERO DEL XIX, A LA LUZ DEL XXI”. PRÓLOGO DE D. ROQUE ARMANDO SOSA FERREYRO. CON TRES APÉNDICES DOCUMENTALES DE: DANIEL MEDINA DE LA SERNA, ISAAC VELÁZQUEZ MORALES Y JORGE BARBABOSA TORRES. (SERIE: BIOGRAFÍAS TAURINAS, Nº 2). 403 p. Ils., fots., grabs., retrs., tablas. De igual forma, esta otra información procede de: APORTACIONES HISTÓRICO TAURINAS MEXICANAS Nº 25: “HISTORIA SOBRE LA RAZA BRAVA DE SANTÍN”. 254 p. Ils., fots., grabs., retrs., tablas. En ambos casos, su presencia es complementaria a los datos ya recabados páginas atrás, sin que ello signifique alteración alguna en el balance final que aparece más adelante. RELACIÓN DE CORRIDAS DE TOROS EN QUE PARTICIPÓ EL DIESTRO MEXICANO PONCIANO DÍAZ SALINAS DE 1866 A 1899.

PLAZA Y/O CIUDAD

FECHA

ALTERNANTES

TOROS

1

El Huisachal, Méx.

04.01.1885 Cuadrilla mexicana

2 3

El Huisachal, Méx. El Huisachal, Méx.

08.02.1885 15.02.1885

4 5 6

Chihuahua, Chih. Chihuahua, Chih. Chihuahua, Chih.

22.02.1885 01.03.1885 12.03.1885

7

Chihuahua, Chih.

15.03.1885

8 9

El Huisachal, Méx. El Paseo Nuevo, Puebla

10

El Huisachal, Méx.

05.04.1885 1885 (hacia marzo o abril) 12.04.1885 Presentación del CHARRO MEXICANO IGNACIO San Diego de los . GADEA, inventor en la República de la suerte de poner Padres banderillas a caballo.

OBSERVACIONES

San Diego de los Padres Muerte de cuatro toros al estilo mexicano. Santín (4) Banderillas a pie por Ponciano, quien también picará un Piedras Negras (4) toro. Actuaciones en aquella población Hda. De Bachimba Ponciano Díaz y cuadrilla Hda. Del Pastor Ponciano Díaz y cuadrilla. Festejo por la noche. Se desconoce El Arte de la Lidia, D.F., año I, Nº 15, del 05.04.1885, p. 2. Ponciano Díaz y cuadrilla. Se desconoce. El Arte de la Lidia, D.F., año I, Nº 15, del 05.04.1885, p. 2. Ponciano Díaz y cuadrilla Piedras Negras (8) Cuadrilla de Ponciano Díaz Altonga Fue destruida la plaza debido a la mansedumbre del ganado.

I


11

El Huisachal, Méx.

19.04.1885 Ponciano Díaz y cuadrilla

12

Puebla, Pue. (San Francisco?)

03.05.1885

13

Puebla, Pue.

14

Puebla, Pue.

15

Puebla, Pue.

16 17 18 19

El Huisachal, Méx. El Huisachal, Méx. El Huisachal, Méx. Plaza de Durango, Dgo.

20

Plaza de Durango, Dgo.

21

Plaza de Durango, Dgo.

Mayo de 1885 Mayo de 1885 Mayo de 1885 14.05.1885 24.05.1885 14.06.1885 Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Ponciano Díaz y cuadrilla Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Ponciano Díaz y cuadrilla Agosto de 1885 y Marzo de 1886

San Diego de los Padres (4) Bernardo Gaviño y Ponciano Díaz. En la nota que Se desconoce El Arte de la Lidia, D.F., recoge la fuente consultada, se dice que Ponciano se del 08.05.1885, p. 3. encontraba como espectador. Al ser descubierto por el público, este demandó que bajara al ruedo para “lidiar y matar” a uno de los toros, a lo que accedió. A mayor abundamiento: “La última corrida en Puebla. El domingo 3 de mayo de 1885 tuvo lugar en aquella ciudad el beneficio del decano de los toreros Bernardo Gaviño, quien, según se anota en “El arte de la lidia” se encuentra en México desde 1829. El ganado que se lidió no dio el juego que se deseaba. Ponciano Díaz que estaba en la plaza como concurrente, tuvo que matar un toro por pedido general del público”. Ponciano Díaz y Cuadrilla. Se desconoce El Arte de la Lidia, D.F., del 08.05.1885, p. 3. Ponciano Díaz y Cuadrilla. Se desconoce El Arte de la Lidia, D.F., del 08.05.1885, p. 3. Ponciano Díaz y Cuadrilla. Se desconoce El Arte de la Lidia, D.F., del 08.05.1885, p. 3. CUADRILLA HISPANO-MEXICANA Atenco (4) Ponciano Díaz y cuadrilla Atenco (4) Ponciano Díaz y cuadrilla Santín (4). Ponciano Díaz y cuadrilla Ramos, Guatimapé, La Sauceda

2

año I, Nº 18,

año I, Nº 18, año I, Nº 18, año I, Nº 18,

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.


22

Plaza de Durango, Dgo.

23

Plaza de Durango, Dgo.

24

Plaza de Durango, Dgo.

25

Plaza de Durango, Dgo.

26

Plaza de Durango, Dgo.

27

Plaza de Durango, Dgo.

28

Plaza de Durango, Dgo.

29

Plaza de Durango, Dgo.

Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

3


30

Plaza de Durango, Dgo.

31

Plaza de Durango, Dgo.

32

Plaza de Durango, Dgo.

33

Plaza de Durango, Dgo.

34

Plaza de Durango, Dgo.

35

Plaza de Durango, Dgo.

36 37

Zacatecas, Zac. Guadalajara, Jal.

Ponciano Díaz y su cuadrilla. “…la cuadrilla de toreros que desde el mes de Julio ha trabajado en la plaza de toros de esta ciudad, está dando ya sus últimas corridas. Dicha cuadrilla está compuesta de toreros mexicanos que, en general, han gustado a este público. El primer espada lo es Ponciano Díaz. Sobresaliente o segunda espada, Felicitos Mejía, Banderilleros: Tomás Vieyra, Carlos López, Jesús Fragoso, Profirio Rodríguez y Jesús Girón. Picadores: Vicente Conde (a) el “Güerito”, Atanaasio Altamirano y Nieves González. 18.10.1885 Ponciano Díaz y cuadrilla 01.11.1885 Ponciano Díaz y cuadrilla

38

Guadalajara, Jal.

08.11.1885 Felícitos Mejías y Tomás Vieyra

Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre Agosto de 1885 y Marzo de 1886 Entre septiembre y octubre de 1885

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Varios

El arte de la lidia, Año II, 2ª época, del 4 de abril de 1886, Nº 14.

4

Varios. Guatimapé, El arte de la lidia, Año II, 2ª época, Ramos, Atotonilco del 25 de octubre de 1885, Nº 2. y Sauceda y Tapias.

Se desconoce Palmarejo, Ocotengo, San Isidro y El Plan Hda. del Cabezón


39 40 41 42 43

Guadalajara, Jal. Guadalajara, Jal. Guadalajara, Jal. Guadalajara, Jal. Guadalajara, Jal.

15.11.1885 20.11.1885 27.11.1885 20.12.1885 22.12.1885

Felícitos Mejías y Tomás Vieyra Francisco Díaz Francisco Gómez “El Chiclanero” Felícitos Mejía. Ponciano Díaz y cuadrilla

y Palmarejo. Hda. del Cabezón San Isidro El Plan Se desconoce Se desconoce

44

Guadalajara, Jal.

Fines 1885

Ponciano Díaz y cuadrilla

Se desconoce

45

Guadalajara, Jal.

Fines 1885

Ponciano Díaz y cuadrilla

Se desconoce

46

Guadalajara, Jal.

Fines 1885

Ponciano Díaz y cuadrilla

Se desconoce

47

Irapuato, Gto.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Parangueo

48

Irapuato, Gto.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Parangueo

49

Irapuato, Gto.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Parangueo

50

Irapuato, Gto.

Ponciano Díaz y cuadrilla

Parangueo

51

Irapuato, Gto.

Diciembre, 1885 Diciembre, 1885 Diciembre, 1885 Diciembre, 1885 Diciembre, 1885

Ponciano Díaz y cuadrilla

Parangueo

5

El arte de la lidia, Año II, 2ª del 4 de abril de 1886, Nº 14. El arte de la lidia, Año II, 2ª del 4 de abril de 1886, Nº 14. El arte de la lidia, Año II, 2ª del 4 de abril de 1886, Nº 14. El arte de la lidia, Año II, 2ª del 4 de abril de 1886, Nº 14. El arte de la lidia, Año II, 2ª del 4 de abril de 1886, Nº 14. El arte de la lidia, Año II, 2ª del 4 de abril de 1886, Nº 14. El arte de la lidia, Año II, 2ª del 4 de abril de 1886, Nº 14. El arte de la lidia, Año II, 2ª del 4 de abril de 1886, Nº 14. El arte de la lidia, Año II, 2ª del 4 de abril de 1886, Nº 14.

época, época, época, época, época, época, época, época, época,


RELACIÓN DE ENCIERROS DE LA HACIENDA DE SANTÍN, LOCALIZADOS EN LAS DIVERSAS FUENTES DE CONSULTA A QUE TUVO ACCESO EL AUTOR.

PLAZA Y/O CIUDAD

FECHA

ALTERNANTES

Nº de TOROS

1 2

Tenango, Méx. El Huisachal, Méx.

13.01.1885 José María Hernández 5 08.02.1885 Muerte de cuatro toros al estilo mexicano, por la 4 cuadrilla de Ponciano Díaz. 08.02.1885 Cipriano Gómez, capitán; Ángel Silva, primer 4 banderillero, Simón Carrillo, segundo idem; Feliciano Martínez, tercero idem; Rodrigo Vega y Sotero González, capeadores; Ireneo y Álvaro Talavera, Mariano Garduño y Antonio Mendoza, picadores. 14.06.1885 Ponciano Díaz y cuadrilla. 4 11.10.1885 Francisco Gómez “El Chiclanero” y cuadrilla 4 18.10.1885 Francisco Gómez “El Chiclanero” 4 25.10.1885 Francisco Gómez “El Chiclanero” 4 08.11.1885 Sin datos 4 La Frontera 2 Santín 15.11.1885 Francisco Gómez “El Chiclanero” y Francisco Jiménez 4 “Rebujina”.

3

Tenango, Méx.

4 5 6 7 8

El Huisachal, Méx. El Huisachal, Méx. El Huisachal, Méx. El Huisachal, Méx. Sin datos.

9

El Huisachal, Méx.

10

El Huisachal, Méx.

29.11.1885 Francisco Gómez “El Chiclanero”

4

11

El Huisachal, Méx.

06.12.1885 Francisco Gómez “El Chiclanero”

4

12

El Huisachal, Méx.

20.12.1885 Francisco Gómez “El Chiclanero”

4

I

OBSERVACIONES

El Diario del Hogar, D.F., 13.02.1885, p. 2.

El partido liberal, D.F., 17.06.1885, p. 2 y 3.

El Arte de la Lidia, D.F., 21.03.1886, p. 1 El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 7, del domingo 6 de diciembre de 1885, p. 3. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 7, del domingo 6 de diciembre de 1885, p. 3. El Arte de la Lidia, año II, Segunda época, N° 7, del domingo 6 de diciembre de 1885, p. 4. El Diario del Hogar, D.F., 24.12.1885, p. 3


BALANCE FINAL. Como en los anuarios que preceden al que ahora concluye (1852 y 1853), también presento a continuación un cuadro sintetizado de la situación, con objeto de tener idea aproximada en cómo se comportó el año taurino mexicano de 1885. MORELIA: 1 GUANAJUATO: 11 MAZATLÁN, 3 VERACRUZ: 11 EL HUISACHAL: 23 PACHUCA: 1 EL PROGRESO DE GUADALAJARA: 10 EL BUEN GUSTO, SAN LUIS POTOSÍ: 2 OCCIDENTE, QUERÉTARO: 2 TENANGO DEL VALLE: 5 ORIZABA, VER.: 6 TEXCOCO: 3 CULIACÁN, SIN.: 1 PASEO NUEVO, PUEBLA: 22 TOLUCA: 15 CHIHUAHUA: 2 AMECA, JALISCO: 3 ZACATECAS: 4 DURANGO: 8 SALTILLO, COAHUILA: 1 AGUASCALIENTES: 3 VILLA DE SAN JOSÉ, SAN LUIS POTOSÍ: 8 TOTAL: 146 FESTEJOS. Lo anterior no significa haber reunido la totalidad de los festejos celebrados en aquel año. Lamentablemente el registro de la prensa se realizó de conformidad a una búsqueda minuciosa y detenida, labor que tomó 25 años aproximadamente, luego de realizar sendos trabajos sobre Atenco, Bernardo Gaviño y Ponciano Díaz. Del acopio resultante, más otra serie de consultas complementarias, se tiene como resultado el presente balance, el cual refleja, para la época un número bastante importante, lo cual significaba que el espectáculo de los toros, en tanto industria, representaba para ferias, temporadas y demás motivos de celebración, un componente de importancia capital, pues con toda seguridad, generaba más beneficios que perjuicios a sus organizadores o posibles beneficiados. El cuadro que precede este balance, es entre otros datos, un buen motivo para entender en qué forma se movilizó Ponciano Díaz por diversas plazas del país y así, acumular hasta 51 actuaciones, de las que varias de ellas no aparecen en la relación elaborada en forma independiente, y que se sujetó a las fechas en donde la prensa todavía pudo haber recogido información de otros tantos sucedidos, pensando que la comunicación tendría sus problemas para surtir efecto en la prensa escrita, único medio de difusión por entonces. El caso de Irapuato, por ejemplo se extiende hasta números del mes de abril y que recoge, como noticia la fuente esencial en buena parte de los datos. Me refiero a El Arte de la Lidia.

2


EN MÉXICO, CIUDAD EN EL DÍA 5 DE DICIEMBRE DEL AÑO DE GRACIA DOS MILÉSIMO y DÉCIMO CUARTO.

LAVS

 DEO 3


4


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