JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE
TRATADO DE LA POESÍA MEXICANA EN LOS TOROS SIGLOS XVI – XXI.
SIGLO XIX.
TOMO II
1985-2020
TOMO II
1887 PRIMERA CORRIDA DE TOROS En la plaza de San Rafael, el domingo 20 de Febrero de 1887. Les juro a ustedes, lectores, que ni en la hecatombe habida en la famosa corrida de los toros del Fortín, Mostraron esos cornúpetos tan furioso desenfreno cual la gente en el estreno de antier. Fue aquello un motín. Para bosquejar siquiera en tauromáquica charla la fiesta, hay que compararla con una tromba, un ciclón, Con una riña de gatos, de suegras y matrimonios, con un festín de demonios, con volcánica erupción. Ni en los tiempos de Su Alteza Serenísima Santa-Anna se había visto tal jarana, tan horroroso belén. Todo el México taurófilo concurrió a la magna fiesta y ejecutó a toda orquesta el taurino somatén. Desde antes de medio día, y como en son de paseo, se dio comienzo al jaleo de la plaza en derredor. La gente llegaba en grupos y después en pelotones y más tarde en batallones llenos de taurino ardor. Los simones y tranvías corrían henchidos de gente festejosa, sonriente, dispuesta a la diversión. Las tabernas y figones ambulantes se animaban, y aspecto a la fiesta daban de católica función. Se almorzaba al aire libre, ye gritaba en tonos varios y se hacían mil comentarios sobre la próxima lid. Se hablaba de Mazzantini, del héroe del día, Ponciano,
y del toreo mexicano, de Cúchares, y aún del Cid; Parecía aquella la fiesta de un centenario taurino; y se hacía taurino el vino y se hacía taurino el sol. Y menudeaban los brindis ricos de taurófilo estro por un mexicano diestro y por un diestro español. En el centro del fandango, ya con anuncios de fiesta, veíase la plaza enhiesta, izado su pabellón; Y en las cajas del expendio se oía la música grata de los torrentes de plata caer sin intermisión. A la una era ya aquello un tumulto, una Babel, la gente acudía en tropel queriendo en tropel entrar. Comenzaron las carreras, los gritos y las disputas, y los bastones-batutas de gendarme a solfear. ¡Cómo ama esa gente el palo, la patada y el insulto! ¡cómo goza en el tumulto ¡cómo estropeada es feliz! ¡Qué ariete es el populacho! No era de nieve la bola: La taurina batahola tenía un infernal caríz. Lo más extraño y más chusco, es mirar en tales cuitas las chisteras y levitas mezcladas en el belén, Y como flores tronchadas y arrastradas por un río, algunas bellas ¡Dios mío! gritar y reír también. Muy pronto se armó la gorda; muy pronto prendió la mecha, y el pópulo abrió la brecha y las puertas asaltó. El grito, el sable, el garrote. fueron vanos, impotentes, y el populacho a torrentes y ¡toro! Gritando entró. Muy pronto llegó la guardia y con su fiera actitud
rechazó a la multitud y se apaciguó el motín; Pero muy pronto también volvió el pueblo soberano gritando: ¡ahora, Ponciano!... y aquello no tenía fin. Mas entremos a la plaza por entre las bayonetas que inspiran todo el respeto de la cólera y la fuerza. Confieso que no sentí al entrar y verla plena, ni asombro por el gentío ni por verme allí, vergüenza; lo que sí sentí fue miedo de ver convertirse en fieras aquel pópulo taurófilo que rabiaba de impaciencia. Era una oleada de caras, agitada, gigantesca, todas con aspecto fiero, todas con la boca abierta. Era aquel inmenso circo henchido hasta la azotea como el cráter de un volcán haciendo erupción de fieras. Dos músicas militares sin interrupción alternan y sus bélicas sonatas a las gentes ponen bélicas. No hay un claro, sólo el claro despejado de la arena que espera a los lidiadores y las taurinas tragedias. Y es tan grande el entusiasmo, y es tan grande la impaciencia, que todo el mundo está espiando las aún cerradas puertas del palco presidencial, y cuando se abren, y entra el regidor con su corte y dando órdenes se sienta, es la grita tan feroche, Y tan feroche la gresca, que los toros han de creer que a echarlos van a las fieras. Pero esto es nada: se da la señal con la trompeta, que parece la del Juicio según el efecto de ella, y sale al fin la cuadrilla con el rey a la cabeza,
es decir, Ponciano Díaz, luciendo todos la seda, y el raso y el terciopelo en los que al sol centellean los bordados de oro y plata sobre las flamantes telas. Y saludan, y sonríen, y en el ruedo se dispersan y resuenan las charangas y cien mil gritos resuenan, y como si del infierno el mismo Judas saliera sale el toro y acomete, y corre, y salta, y babea, y los charritos de raso bordado con lentejuelas que lucen en el sombrero nacional escarapela, corren garrochas en alto al encuentro de la fiera, y al encuentro del caballo salta el toro si lo encuentra, y todo se desbarata y se confunde y revuelca, caballo, jinete y pica, silla, cueros y correas, y el vientre de los Troya sus frutos al sol enseña, y se rasgan los capotes y la sangre al fin chorrea, y el pópulo grita como si quisiera ir a beberla. No se yo como se llaman ni los diestros ni las fieras, ni los lances ni las suertes; sólo sé que aquella guerra fue reñida, que a los toros se hizo fieros a la fuerza, y que Mota dio soberbios costalazos en la tierra, y que Carlos Sánchez puso sus tres pares de manera que se vino abajo el circo aplaudiendo su guapeza; y que cuando al fin Ponciano brindó la muerte primera, y se fue risueño al toro con la espada y la muleta, todo el mundo quedó mudo, todo el mundo fue de piedra, y cuando al segundo embroque rodó sin vida la fiera, todo el mundo quedó sordo
y se estremeció la tierra. Y así fue el segundo toro y el tercero; en la faena de parear, los otros diestros no lucieron; mas las fieras a la segunda también recibieron muerte cierta de Ponciano. Al cuarto toro aplicóle la sentencia Carlos Sánchez, a la quinta, de rayo, en las agujetas. El quinto tuvo reemplazo por cobardón y maleta, y el reemplazo recibió muerte de mano maestra, y fue Guadalupe Sánchez quien lo mató, de una buena en la cruz hasta la mano y un descabello; a la sexta víctima o toro, Ponciano lo banderilló en su yegua, con ese traje de charro que luce el rey de la arena, y quedando como nunca en esa suerte. Pie a tierra, tomó los trágicos trastos y de una estocada espléndida de las suyas, murió el toro sin puntilla en la cabeza, y el público hizo a Ponciano una ovación gigantesca. Con un furioso embolado dio fin la famosa fiesta, que sólo fue regular por no ser las reses buenas; la cuadrilla es de lo fino, y si hoy son mejor las fieras, se lucirá mucho más que en la corrida primera. Entrada no habrá mejor: ¡fue antier de veinte talegas! Pintamonas.1 1887 EL TORERO (A PONCIANO DÍAZ) Qué torero tan valiente 1
El Diario del Hogar, D.F., del 22 de febrero de 1887, p. 2.
tenemos hoy en el día, este torero mentado se llama Ponciano Díaz. Ay! torito de mi vida Ay! torerito rechulón, Ay! este Ponciano Díaz ya vino del interior. Qué bonito capotea y pone las banderillas, le hace la memela al toro, y lo mata de rodillas. Ay! torito de mi vida, Ay! torito de mi amor, ya llegó Ponciano Díaz, ya vino del interior. La plaza del Huisachal siempre será fiel testigo, de que Ponciano torea al estilo de Gaviño. Ay! torito de mi vida, Ay! torito rechulón, dicen que viva Ponciano que es el torero mejor. También la de Cuautitlán el público lo ha aplaudido, porque no le tiene miedo al toro más atrevido. Ay! torito de mi vida Ay! torito rechulón, dicen que viva Ponciano que es el torero mejor.2 1887 Banderilleaba a caballo… Banderilleaba a caballo a cualquier bicho rejego, y esto lo subía de fama y aquilataba su precio. No hubo plaza en que no fuera de todo mundo apreciado. 2
Lecturas taurinas del siglo XIX. Antología. México, Socicultur-Instituto Nacional de Bellas Artes, Plaza & Valdés, Bibliófilos Taurinos de México, 1987. facs., ils., p. 113-114.
Luego que se presentaba gritaban, ¡Ahora, Ponciano! ¡Ahora, Ponciano!, le dicen le dicen con entusiasmo, mata bien a ese torito, en descanso ponle el alma. ¡Que viva Ponciano Díaz! ¡Viva Bernardo Gaviño! ¡Vivan todos sus toreros! ¡Ahora Ponciano!, le gritan: Entre todos sus amigos, hoy te vendremos a ver en el siguiente domingo (sic.)3 1887 Al primer espada mexicano Y popular diestro Ponciano Díaz. Vuelves Ponciano a los caros lares Donde en la lidia, amante y con cariño, Después de rudos sin igual pesares, Te dio la espada el inmortal Gaviño. Desde entonces tu nombre ha resonado Por todo el orbe con ardiente gloria, Y ese nombre lo tienes ya guardado En el libro grandioso de la Historia. Valiente sin igual, hijo querido Eres tú de mi patria idolatrada; Por eso ves que el pueblo agradecido, Te proclama en la lid primer espada. Siete años há por la vez primera Canté tu gloria en tu función de gracia, Y desde entonces mi alma placentera Admiró tu destreza y arrogancia. Por eso ahora, y con igual anhelo Celebro tus arrojos como hermano, Ahora que pisas de mi Puebla el suelo, Porque Puebla te quiere, gran Ponciano. Diciembre 12 de 1887. Un amigo.4 1887
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Ib., p. 95. El Monosabio. Periódico de Toros. Ilustrado con caricaturas, jocoso e imparcial, pero bravo, claridoso y… la mar!. T. I., Nº 4. Ciudad de México, 17 de diciembre de 1887, p. 6. 4
Ya viene Ponciano Díaz… Ya viene Ponciano Díaz para torear en la plaza... Las mocitas se emocionan: lo buscan con la mirada.5 1887 Y entre alegre gritería… Y entre alegre gritería llega el torero valiente, ¡Es muy hombre con los toros y también con las mujeres!6 1887 Yo no quiero a Mazzantini… Yo no quiero a Mazzantini ni tampoco a “Cuatro Dedos”, al que quiero es a Ponciano que es padre de los toreros. Mazzantini, el gran torero, de San Rafael en la plaza hizo el fiasco más entero por toros de mala raza. Más valientes son los perros de la casa de Escandón, que aquellos pobres becerros más cobardes que un capón... Mazzantini ya se fue lamentando amargamente, el no haber hallado aquí siquiera un toro valiente. La corrida concluyó a gritos y silletazos, y a poco más también hay una frasca de balazos. Es muy bueno Mazzantini, pero el pueblo mexicano a nadie le pide nada mientras tenga a su Ponciano.
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María y Campos: Ponciano el torero con..., op. cit., p. 89. Ibidem., p. 90.
Que donde Ponciano pinta, por su valor y su maña, no deja que pinte nadie ni los toreros de España. Donde hubo un Lino Zamora y un Felícitas Mejía sólo puede poner raya el actual Ponciano Díaz. Mazzantini conoció el valor de un mexicano, y por eso llamó amigo al valiente de Ponciano... A México ha de volver, ese famoso español y entonces podrá juzgarse de su destreza y valor.7 1887 LA TARASCA DEL PUEBLO MEXICANO VIENDO TOREAR DE NUEVO AL GRAN PONCIANO Ahora si que está de buenas este suelo mexicano, pues de nuevo va a torear nuestro querido Ponciano. El jueves nueve de junio, día de Corpus memorable. Veremos torear de nuevo al torero inimitable. Ahora sí que es indudable que México va a gozar, pues que volveré a admirar arrojos y valentías que sólo Ponciano Díaz a cabo puede llevar. Los toros, que ya han sabido que Ponciano va a torear. Unos de miedo están malos y otros se han puesto a rezar. Ya todos van a elevar un ocurso al Presidente suplicando humildemente se les conceda la paz, y ya no se mate más en la época presente. 7
Ib., p. 127-128.
Triste y desconsoladas las pobres vacas están: Ya no quieren tener hijos y hasta a divorciarse van. Sus hijos esconderán en el centro de la tierra. Hasta que pase la guerra que todos han declarado, al desgraciado ganado se la Frontera y de la Sierra. Algunos toros matreros que son grandes pensadores quieren en último caso vengarse en los picadores. Y aunque sufran los dolores de alguno que otro pinchazo les darán más de un pinchazo. Destrozándoles los jacos, que ni por viejos ni flacos les dejaron un pedazo. De esta fecha es bien seguro que ni un toro va a quedar, pues el valiente Ponciano ni uno solo va a dejar. ninguno se ha (de) escapar de la certera estocada, que nuestro primer espada le pone a los más rejegos pues que con él no hay juegos ni mucho menos lazada. Saludamos entusiastas al valiente mexicano, al renombrado Ponciano. Mas no ha trabajado en vano por conquistarse su fama, que todo el pueblo lo aclama como el rey de los toreros. Primero entre los primeros y al que más el pueblo ama. ¡Hurra el valiente torero! ¡Hurra el valiente Ponciano! Que será siempre el primero en el suelo mexicano. A ver torear a Ponciano todos irán en tropel, porque nadie es tan querido ni mimado como él.
De México y los Estados ansiosa acude la gente para admirar los capeos de un mexicano valiente. No hay otro que en banderillas pudiera ser su rival, porque siempre las ha puesto en su merito lugar. Para matar no hay como él quien tan bien use la espada porque nunca necesita dar la segunda estocada.8 1887 Mazzantini será muy bueno… Mazzantini será muy bueno pero el pueblo mexicano a naiden le pide nada mientras tenga a su Ponciano ¡Maten al toro! ¡Maten al toro! Yo no quiero a Mazzantini ni tampoco a “Cuatro Dedos”, al que quiero es a Ponciano que es padre de los toreros. ¡Maten al toro! ¡Maten al toro!9 1887 A PONCIANO DÍAZ SONETO Anhelante de gloria y de riqueza te lanzaste del arte en el sendero. Nadie pudo abatir tu orgullo fiero, ni quebrantar tu sin igual firmeza. En tu mirada muestras entereza, y á la fiera contemplas altanero, empuñas firme, reluciente acero, y sobre ella te vas con ligereza. Queda el bruto temblando, y en la arena se desploma á tus pies agonizante, prorrumpe un ¡viva! el pueblo generoso que con sus ecos el espacio atruena, y admirando tu arrojo de gigante 8 9
Ib., p. 142-144. Ib., p. 162.
ciñe á tu frente lauro victorioso. L.O. 10 1887 A PROPÓSITO DE LA INAUGURACIÓN DE LA PLAZA DE TOROS “SAN RAFAEL” LA TARDE DEL 20 DE FEBRERO DE 1887 Ayer palpó esta verdad el público mexicano; ¡qué espléndida novedad el estreno en la ciudad de una plaza por Ponciano! ¡Qué fiesta, qué animación por ver al diestro bizarro! ¡Cuánta gente a pie, en wagon y a caballo y en simón. Cuanto catrín, cuánto charro! ¡Cómo el ansia sostenida con la plaza prometida desde que empezó el mes loco, fue creciendo poco a poco hasta el día de la corrida! ¡Qué emoción y que algazara cuando la primera plaza de México, se abrió al fin y de Parangueo la raza salió al toque del clarín! ¡Y qué estruendo, qué alharaca que hasta la música opaca cuando estoque y trapo en mano, se dispone al metisaca el arrojado Ponciano! (. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .) Pero lo bueno, lector está dentro de la plaza do la vista se solaza con el taurófilo ardor. Mas cuida el orden ufana la guardia, con la guapeza de los tiempos de su Alteza serenísima Santa-Anna llega el juez y al par resuena la charanga y el clarín. 10
LA BANDERILLA. Semanario taurino Ilustrado, Año I Nº 7, del domingo 25 de diciembre de 1887. Reproducción facsimilar.
Y en medio al clamor sin fin la cuadrilla entra en la arena. Marcha a la cabeza airoso el diestro Ponciano Díaz, que con vivas simpatías saluda el pueblo gozoso. El diestro saluda, escucha mil vivas, y la cuadrilla, peones y gente de silla corren listos a la lucha. Suena al fin el cuervo ufano y dan comienzo al jaleo las fieras de Parangueo y el grito de ¡Ahora Ponciano!11 1887 AL PRIMER ESPADA Y POPULAR DIESTRO PONCIANO DÍAZ. Vuelves Ponciano a los caros lares donde en la lidia, amante y con cariño, después de rudos sin igual pesares, te dio la espalda el inmortal Gaviño. Desde entonces tu nombre ha resonado por todo el orbe con ardiente gloria, y ese nombre lo tienes ya guardado en el libro grandioso de la historia. Valiente sin igual, hijo querido eres tú de mi patria idolatrada; por eso vez que el pueblo agradecido, te proclama en la lid primer espada siete años ha por la vez primera canté tu gloria en tu función de gracia, y desde entonces mi alma placentera admiró tu destreza y arrogancia. Por eso ahora, y con igual anhelo celebro tus arrojos como hermano, ahora que pisas de mi Puebla el suelo, porque Puebla te quiere, gran Ponciano. Dic. 12 de 1887. Un amigo.12 1887 AHORA PONCIANO!!! ¡Salga ya el toro! Que al morir la fiera henchido el pueblo de placer se siente, gritando un viva y proclamando un muera 11 12
EL ARTE DE LA LIDIA, año III del 22 de febrero de 1887. Véase la versión completa páginas más adelante. El Monosabio, T. I, Nº 4, del 17 de diciembre de 1887.
nomás por ser espléndido y valiente. Los que van á morir ya no saludan como el vencido en la guerrera Roma, pero en el Sol los concurrentes sudan con el fuego infernal de la Sodoma. Allí está el Juez, allí la concurrencia ávida de un placer que nunca alcanza, teniendo con la vista la conciencia plegada á la razón de la matanza. Adelante muchachos! No hay que andarse con cosas de moral y remolinos; el hombre de valor debe pararse como en frente del mar viejos marinos. ¡Venga aquí el toro! Y al soltar la capa enciéndase el valor del ciudadano, y si el hecho á la ley coge y atrapa no hay más que proclamar: ¡¡Ahora Ponciano!!13 1887 FELICITACIÓN AL AMERICANO (En ocasión de la llegada de Ponciano a México) El valiente americano que en peligro es sereno, se encuentra ya casi bueno, platicando de Ponciano. El percance no fue vano, la herida fue muy profunda; fue cogida tremebunda como pocas habrá habido, mas no se da por vencido en la lidia furibunda. El pueblo le felicita, alegrándose de veras, y con palabras sinceras a otra corrida le invita. El corazón le palpita de contento sin igual, pues otra vez sin rival lidiará feroces toros estos acordes sonoros de la música marcial. ¡Qué viva el americano! por fin la suerte propicia le ha salvado, y su pericia 13
El Hijo del Ahuizote T. II. Ciudad de México, domingo 27 de marzo de 1887. Nº 30.
verá el pueblo mexicano. Saldrá triunfante y ufano a los toques del clarín, y clavará el espadín al toro con gran presteza, y su victoria completa proclamaremos por fin. Muy pronto tendremos ya al diestro Ponciano Díaz, pues periódicos bastantes lo dicen con alegría. El día primero de junio estará en la capital, y tendremos el placer de contemplarlo torear. Alístense todos, pues, y prepárense a gastar, porque esto no es de perderse, pues es digno de admirar. Qué júbilo sentiremos al saludar a Ponciano; ¡gloria al invicto torero! al valiente mexicano.14 1887 AL DIESTRO Y POPULAR CAPITÁN PONCIANO DÍAZ EN SU BENEFICIO. Si el egoísmo y la envidia Te han hecho constante guerra, Eres hijo de una tierra Dó se conoce la lidia. Y jamás con torpe pluma Tu mérito será hollado, Pues eres hijo mimado Del país de Moctezuma. De ese país que prodiga Beneficios con largueza, Porque le sobra nobleza Aun para quien lo maldiga. De ese país donde unidos Van hispano-mexicanos, Estrechándose las manos Por afectos muy queridos. La página más lucida Y más bella de tu historia 14
María y Campos (reed.): Ponciano, el torero..., op. cit., p. XV-XVI.
La escribió tu ángel de gloria: ¡Tu modestia conocida! Que mexicano y torero Sabes dominar el arte, Y con dignidad captarte El cariño del ibero. Pues formas del redondel La figura prominente; Por eso ostenta tu frente Un merecido laurel. Mucho tu fama ha volado Aun más allá de los mares, Pues Mazzantini y Cantares Por diestro te han proclamado. ¡Nunca morirá tu nombre! Porque si el pueblo te quiere, Y si siempre te prefiere Y si te ha dado renombre, Es que ha visto tu valor, Tu pericia, tu destreza; Que te ama con entereza, Te defiende con ardor. Porque eres el arrebol Que ostenta el cielo del arte, Pues sabes de parte a parte El del torero español. Si hubo un tiempo en que la saña Emponzoñó el corazón, Hoy grita la ilustración: ¡Vivan México y España! Pero que vivan ligados Con indisoluble lazo, Como se dan tierno abrazo Dos seres que son amados. Si con justas alegrías España diestros proclama, De México orgullo y fama Eres tú Ponciano Díaz. Adalberto Jorge Martínez.15 1887 A PONCIANO DÍAZ. EN SU BENEFICIO. El pueblo entero sin cesar te aclama Y con sus bravos el espacio atruena; ¡Ahora Ponciano! en su delirio exclama Y un Hurra estalla que la plaza llena… 15
El Diario del Hogar, D.F., del 23 de agosto de 1887, p. 2. En efecto, el verso se refiere al beneficio que tuvo ocho días atrás, es decir el 14 de agosto y en la plaza de Colón.
Tu modestia y valor su fuego inflama Cuando te mira con la faz serena. Hoy con más entusiasmo el mexicano Viene a gritar también ¡Viva Ponciano! México, Agosto 21 de 1887. Varios amigos del beneficiado.16 1887 ¡VIVAN ESPAÑA Y MÉXICO! ¡VIVA PONCIANO DÍAZ! No sólo bajo el cielo de Sevilla Se levantan valientes caballeros, Taurófilos osados y guerreros Cuyo mérito llega a maravilla. América también como Castilla De corazones animosos, fieros, A la vez que indomables y sinceros Hombres que nunca doblan la rodilla. Así como al calor vivificante, De León hispano se formó Gaviño, Así de junto al Águila arrogante Se alzó Ponciano, gigantesco niño… ¡Españoles! juzgadlo sin malicia, No os pido compasión, sólo justicia. México, 21 de Agosto de 1887. M. M. y Ávila.17 1887 EN EL BENEFICIO del primer espada mexicano PONCIANO DÍAZ. Gloria al torero galano, Al que en el taurino ruedo Mata certero y sin miedo; Al ya sin rival ¡Poonciano! ¡Gloria al charro mexicano Que con su garbo enagena, Al que es el rey de la arena Al gran espada ¡Ponciano! 16 17
Op. Cit. Ibidem.
Gloria al que en los redondeles Arranca bravos y palmas, Que amor tiene en nuestras almas Y conquista mil laureles! Hoy todo el pueblo tu hermano Por tu modestia y valor Te apalude, y en tu loor Grita: ¡Que viva Ponciano! México, Agosto 21 de 1887. Un Taurófilo.18 1887 AL PRIMER DIESTRO MEXICANO PONCIANO DÍAZ (En su beneficio). ¿A quién se debe saludar? ¿Al arte; O á ti que representas sus labores? Si en tu camino has encontrado flores Tremolando muy alto el estandarte. Y si contigo México departe Su sin igual grandeza y sus loores, Muy justo es que sus hados bienhechores Vengan hoy tu valor a coronarte. Y aquí miras al pueblo que te abona Como el tipo inmortal de su grandeza; Tu fama inmarcesible que pregona Alto renombre y sin igual nobleza, Muy bien haya quien lleva en su cabeza De una madre bendita la corona. Agosto 21 de 1887. Varios admiradores.19 1887 AL INTRÉPIDO LIDIADOR PONCIANO DÍAZ. SUS ADMIRADORES. Vedle, allí está, simpático, arrogante, Haciendo palpitar mil corazones, Despertando valientes emociones Como en los griegos Júpiter Tonante. 18 19
Ibid. Ib.
Nació para calmar del ignorante Vulgo infelíz que vive entre aflicciones Las penas que le causa y decepciones La cruel aristocracia denigrante. De ese pueblo sufrido cuanto bueno Eres la joya tú, noble Ponciano, Tú aduermes los dolores de su seno Y él te declara su ídolo, su hermano… Hoy ese pueblo canta tu grandeza Y corona de encina tu cabeza. México, Agosto 21 de 1887. M. M. y Ávila.20 1887 DÍSTICOS. Eres humilde artista mexicano Cual fue valiente Cuauhtemoc, tu hermano. México bate palmas glorificando a su hijo, Que eclipsa los laureles del bravo Lagartijo. Ni Cara-ancha, ni el Gallo, ni Espartero Te superan a ti como torero. Héroe en la plaza, simpático al lidiar Eres perfecto amigo, un ángel en tu hogar. Brilla en tu frente la audacia y el valor Nadie te iguala, sereno matador. No hay más allá, ni más certera mano Al matar, que la diestra de Ponciano. Viva siempre el diestro mexicano Emulo digno del torero hispano. Te aplaudimos contentos, placenteros, Orgullo de tu patria, rey de los toreros. Es tu gloria escuchar al mexicano Entusiasta gritar: ¡¡Ahora Ponciano!! En el valiente suelo mexicano Nació para la lid el gran Ponciano. Anónimo.21
20 21
Ib. El Diario del Hogar, D.F., del 23 de agosto de 1887, p. 3.
1887 RESPUESTA A LUISA. El amor de este siglo luminoso; Ya no rinde en el templo su jornada; Todos llaman al toro ¡ángel hermoso! Pero ninguno aguanta una cornada; Porque hay algunas que al donar sus manos, Como estás en política atrazada; A sus maridos, libres ciudadanos, Los convierten en testas coronadas. Domingo Argumosa.22 1887 DESPEDIDA DEL FAMOSO DIESTRO MAZZANTINI Y SU CUADRILLA. Yo no quiero a Mazzantini ni tampoco a “Cuatro Dedos”, al que quiero es a Ponciano que es padre de los toreros. Mazzantini, el gran torero, de San Rafael en la plaza hizo el fiasco más entero por toros de mala raza. Más valientes son los perros de la casa de Escandón, que aquellos pobres becerros más cobardes que un capón... Mazzantini ya se fue lamentando amargamente, el no haber hallado aquí siquiera un toro valiente. La corrida concluyó a gritos y silletazos, y a poco más también hay una frasca de balazos. Es muy bueno Mazzantini, pero el pueblo mexicano 22
Marco Antonio Ramírez Villalón y Salvador García Bolio: LA BANDERILLA. SEMANARIO TAURINO ILUSTRADO. Edición facsimilar. Morelia, Michoacán, Palacio del Arte, 1994. 18 h s/pgnar: 2 de texto + 15 h. reproduciendo en facsímil “La Banderilla” + 1, colofón. La referencia, proviene del Año I, México, Domingo 13 de noviembre de 1887, N° 1.
a nadie le pide nada mientras tenga a su Ponciano. Que donde Ponciano pinta, por su valor y su maña, no deja que pinte nadie ni los toreros de España. Donde hubo un Lino Zamora y un Felícitas Mejía sólo puede poner raya el actual Ponciano Díaz. Mazzantini conoció el valor de un mexicano, y por eso llamó amigo al valiente de Ponciano... A México ha de volver, ese famoso español y entonces podrá juzgarse de su destreza y valor.23 1887 En la crónica que publicó El Tiempo, ciudad de México, 12 de junio de 1887, p. 4, aludiendo al festejo del 10 de junio, en el cual participó Ponciano Díaz, menciona el cronista que, luego del despejo de la plaza: “Ponciano, vestido de guinda y oro, fue saludado con estrepitosos aplausos por toda la concurrencia y él, modesto y humilde, manifestaba su emoción y contestaba cariñoso al público que tanto le quiere. “En ese momento le arrojaron por todas partes innumerables tiras. Dos de ellas decían así: “Varios amigos y admiradores del primer espada Ponciano Díaz le dedican lo siguiente: Lleva entusiasta la fama… Lleva entusiasta la fama Tu valor a su infinito, por todas partes te aclama, E ilumina con su llama Tu nombre en su cielo escrito. Viene un pueblo a coronarte Con la encina y el laurel Pues que eres genio en el arte; Y si él goza con honrarte Goza tú también con él”. 1887
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Ibarra, Historia del toreo en…, op. Cit., p. 20-1.
LOS PRIMEROS TOROS EN LA CAPITAL. ¡¡Saquen al toro!! ¡¡Saquen al toro!! (Con ilustración). En la primera corrida Se ha lucido Tuxtepec, Pues siendo treinta los bichos Los ha lidiado a la vez. La plaza mayor del mundo No pudo más grande ser Porque ha sido todo México La arena del redondel. Los bravos salieron todos, Bajaron juntos del tren Y por las calles y plazas Dieron a todo correr, Aquí embistiendo a una vieja, Allí cogiendo a otras tres Y en todas partes alzando El más terrible belén. El día de la gran corrida Fue el miércoles a las seis Y era de ver por la calle Un cuasi noventa y tres, Regado el suelo de heridos Y… varios muertos también; Corriendo allí los gendarmes, Dando un hombre aquí un traspiés Y más allá un lagartijo Que va de tomar café Buscando como una valla A una indefensa mujer. Aquello fue el día del juicio Y nadie lo ha de creer; Pero esta página de oro Se le debe a Tuxtepec; A Tuxtepec que ha querido Al pueblo valiente hacer, A Tuxtepec que confirma Lo que ha sido Tuxtepec. Aquella jornada alegre Tiene tristezas también Y en la calle del Reloj Donde apareció una res Tan negra y tan bien armada Como ligera de piés; Fue aquello una tremolina En un solo santiamén
Que imposible es describirla Tan pronto como ella fue: Algunos pobres muchachos De esos mozos de cordel, Que se paran a la esquina De un alto poste a los piés, Acometidos de pronto No pudieron ya correr Y uno de ellos fue arrastrado Muriendo poco después. Una pobre viejecita Sentada sobre un dintel Donde siempre se sentaba Para pedir de comer, Fue suspendida en el aire Y la infeliz al caer Solo era una masa informe De la miseria que fue… En otras calles la escena Todavía más triste es, Pero aunque la relatara No hay medio de convencer A tantas ilustraciones Y a tanto hombre de saber Que aseguran que la ciencia, El valor y la altivez De un pueblo, consisten solo En enseñarlo a comer, En matar por las espaldas Y ver caída una res. Sin embargo es de opinarse Que sí, como en esta vez, Un toro se entra a Palacio Y no tienen que temer Ni el Presidente ni aquellos Que lejos los toros ven; Se tenga en cuenta que el pueblo Sí ha de entrar al redondel Y esa es la única manera De que valiente ha de ser, Se le dé una leccioncita Del arte que ha de aprender Y que se pongan anuncios Para que pueda saber Cuándo ha de esperar al toro Desde que baje del tren.24 1887 24
En EL HIJO DEL AHUIZOTE. SEMANARIO FEROZ, AUNQUE DE NOBLES INSTINTOS, POLÍTICO Y SIN SUBVENCIÓN COMO SU PADRE, Y COMO SU PADRE, MATERO Y CALAVERÓN (NO TIENE MADRE). T. II., Ciudad de México, Domingo 13 de febrero de 1887, Nº 24, p. 2 y 3.
Rendido a Baco el matutino culto… Rendido a Baco el matutino culto con seis cocteles, métese a Iturbide; come, y bebiendo siempre, se decide a seguir de los toros el tumulto. Llega a la plaza, y con semblante estulto El redondel con la mirada mide. ¡Toroo! con voz aguardentosa pide y a cada picador grita un insulto. Si ¡bruto! a aquel que se salvó de un salto Y ronco de gritar como un carnero, ya de resuello y de vergüenza falto, al ver un volapié del Habanero, arroja al redondel su sombrero alto ¡con una interjección de carretero! Juan A. Mateos. 1887 COPLAS DE DON SIMÓN Don Simón, los ochenta he cumplido, buena y sana por gracia de Dios, y del mundo fatal, corrompido ¡Contemplando el escándalo atroz! En mi tiempo no había despertado por los toros tan grande furor, y toreaban Gaviño y La Monja como un gato torea a un ratón. Hoy se ponen las plazas repletas El Paseo, Ponciano (sic) y Colón, para ver mal torear gachupines ¡Qué apretones!, señor don Simón. Don Simón, don Simón recordando, en los años que el Señor me dio, nunca he visto lo que estoy mirando con el cuento de la ilustración. En mi tiempo un torero la espada manejaba con gran precisión y mataba a los toros de Atenco, sin puntilla y con grande valor. Hoy los vemos que tiemblan de miedo, y hasta pierden también el color,
porque van a matar toros sonsos, ¡Españoles!, Señor don Simón. Si mis coplas a alguno ofendieron no cantelas con tal intención, si aludidos también se creyeron no les pido por esto perdón, que estos versos tan sólo se hicieron para en algo variar la función. Mas si a alguno les van o les fueren, ¡Que aprovechen!, señor don Simón.25 1887 Tres son de apellido López… Tres son de apellido López, Dos Ramones y un Gerardo, Y tan buenos lidiadores Como Genovevo Pardo. Cada uno pone su dardo Al toro de más fiereza, Por lo que con entereza El público los aplaude, Aunque a otros no les cuadre Esa lujosa destreza. El picador José Mesa Como Olmo y el Tapatío, Se burlan con gran valor Del toro de más bravío. Reyes, Frasquito y Darío, El Cholula y Mochilón, Gozan también ese don, De tener tanta destreza, Para burlar la fiereza Del que es émulo de León. Manuel Diaz el Habanero Y el americano Juan, Disputan quien de los dos Mejor estocada dan. Los taurófilos dirán, Que ambos lo hacen con salero, Con limpieza y todo esmero, Pues con exquisita treta Dan los pases de muleta Y meten bien el acero. En la plaza del Paseo: Toda la tropa torera, 25
María y Campos: Ponciano, el torero con..., op. cit., p. 166-7.
Además de ser muy buena En sus trabajos se esmera; La muchedumbre parlera Aplaude con gran contento, Cada vez que ve un intento Para burlar a la fiera, Que embestir ella quisiera Con mayor conocimiento.26
1887 Recuerdos del buen lidiador Felícitos Mejía. Si Felícitos Mejía Se presentara a torear, Muchos habían de admirar Su destreza y bizarría; Pero ha de llegar el día Que en la plaza de Colón; Sin hacer ostentación Mostrará su habilidad, Que es toda una realidad Que es toda una realidad Su perfecta ejecución. Por lo que todos han visto En Felícitos Mejía, Es sin duda su maestría Pues en todo se halla listo; El anda siempre previsto De la espada y la muleta, Para si el toro le asesta Una furiosa cornada, Le de certera estocada Con la más ligera treta. Cuando la fiera provoca Distante de las orillas, Le prende dos banderillas Felícitos con la boca; El dice esa suerte es poca Aun cuando a mí me repese, Porque el público merece Suertes de grande valía Que admite con alegría Si se hace lo que se ofrece. 26
IBARRA, Domingo: Historia del toreo en México que contiene: El primitivo origen de las lides de toros, reminiscencias desde que en México se levantó el primer redondel, fiasco que hizo el torero español Luis Mazzantini, recuerdos de Bernardo Gaviño y reseña de las corridas habidas en las nuevas plazas de San Rafael, del Paseo y de Colón, en el mes de abril de 1887. México, 1888. Imprenta de J. Reyes Velasco. 128 p. Retrs., p. 52-54.
Es diestro mexicano Gozando de su arrebol, Recibió de un español Leccioncitas de su mano; Igualmente Díaz Ponciano Las obtuvo con cariño, Del renombrado Gaviño, Que en el oficio murió, Y que tantas muestras dio De su valor con aliño.27 1887 Se mandó con la corneta… Se mandó con la corneta Se abriera, pues, el toril, Y salió un toro tan bravo Que lo picó el Albañil Recorre todo el redil Y con Cantares se encuentra, A quien furioso le entra, Pero le dio un garrochazo, En cambio de un batacazo Que por poco lo revienta. Es muy hábil Bienvenida Y no menos Rebujina, Que para burlar al bicho No necesitan madrina. Son en la lidia taurina Unos grandes gladiadores, Pues hacen tantos primores Con sus capotes de brega, Que por eso nadie niega Son sus suertes las mejores. El Tobalo con Boccaccio Y también el Artillero, Le preguntan al Mestizo Quien es buen banderillero: Él dice con todo esmero Que entre los tres no hay rival, Pues ponen al animal Sus palitos frente a frente, Por lo que toda la gente Los aplaude por igual; Si Machío con la muleta Le para al toro de frente, 27
Op. Cit., p. 56-57.
Dando pases naturales Lo admira toda la gente. Y si pues, incontinente Lo estoca por todo lo alto, Placenteros dan un salto Los afectos a la lidia, Causándoles gran envidia Como se ejecuta ese acto.28 1887 Al inteligente diestro primer espada Fernando Hernández. Caminabas tranquilo y muy gozoso Acompañado de Bernardo y buena gente, Cuando fuiste acometido de repente Por el indio feroz y tenebroso; Pero tú, Fernando, firme y valeroso Aunque a tus compañeros muertos visteis, Al Comanche rapaz lo combatisteis Con afán profundo y asombroso. Honor y gloria, gladiador amable Se ve en tu frente como blanco armiño Porque con amor puro y admirable Velaste por la vida de Gaviño; Eterna sea para siempre tu memoria, Consignando tu nombre nuestra historia.29 1887 A LOS TOROS. A los toros, salero…! cuerpo bonito! La llevaré a barrera, y en primer piso, ¡Verá el jaleo! Esta tarde trabajan muchachos güenos. Cruze usté, vida mía, para la plaza, que la corrida empieza y es función magna… ¡Andando, niña! Y vamos a ver juntos esta corrida. A los toros, salero…! ¡Viva la gracia! 28 29
Ibidem., p. 65-67. Ib., p. 87-88.
Por fin tuerce la esquina… ¡pues a la plaza! ¡Cuánto meneo! El Mestizo, al mirarla, aprendió el quiebro. Ya verá qué corrida tan esplendente…! Han de estar los tendidos pues… ¡como siempre! -Olé! ¡Silencio! Ya tiene su manola, ¡Vamos adentro! -Esta sí que es corrida de mucho ruido…! que tengo una manola ¡Vaya un palmito! ¡Gracia bonita! Con ella me he llevado la gran cogida…! Estamos en barrera juntos y al pelo; y después de los toros… ¡Olé! Salero! ¡Gran alboroto! ¡Qué viva mi manola! ¡Vivan los toros…! Febrero 16 de 1887. Ernesto Mora.30 1887 Desahogo. Son las corridas de toros Una diversión brutal, Anti-civilizadora Y anti yo-no-sé qué más! Esto dice a voz en grito El demagogo Damián Que compra siempre barrera Aunque cueste un dineral. Y cuando alguien le pregunta Por qué a las corridas va Dice: Yo vengo a la plaza, Y no faltaré jamás, Porque es el único sitio 30
El Arte de la Lidia. Año III, Nº 18, 27 de febrero de 1887, p. 3.
En que, cuando lo hace mal Puede un ciudadano libre Silbar a la Autoridad. Miguel Ramos Carrión.31 1887 Los cuernos. ¡Los cuernos! Hé aquí una cosa Que gozo cuando los veo En la cabeza de un… bicho Si este es de empuje y berrendo. ¿Dónde hay cosa más bonita Bajo la capa del cielo, Que una corrida de toros, Cuando el ganado da juego? ¿Qué hombre no se entusiasma Al ver rodar por el suelo A un picador con su arranque Saliendo el jinete ileso? ¿Qué mortal no suelta un ¡bravo! Al ver que un banderillero Coloca un par de pendientes Con mucha sal, dando el quiebro? ¿Y qué hombre que está en el circo No echa habanos y el sombrero, Al ver que de una estocada, A volapié o recibiendo, Mata un toro en toda regla Mazzantini o Cuatrodedos? ¡Yuyuyuy, bien por los toros! ¡Yuyuyuy, bien por los diestros! ¡Yuyuyuy, bien por el arte! ¡Yuyuyuy, bien por los cuernos! ¡Yuyuyuy, bien por los hombres! Que dieron toros a México! Vicente Rubio.32 1887 Un cambio de “El Mestizo”. En el centro de la Plaza, De marrón y oro, el “Mestizo” Desafía con arrojo La ferocidad del bicho. La capa tira a lo lejos, 31 32
El Arte de la Lidia. Año III, Nº 20, 13 de marzo de 1887, p. 2. El Arte de la Lidia. Año III, Nº 22, 27 de marzo de 1887, p. 3.
Cruza los brazos y fijo Espera sin inmutarse Ni conjurar el peligro. El toro lo ve y ligero Se dirige al atrevido, Creyendo fácil la presa… Llega, y al instante mismo Con rápido movimiento Sesga el hombre el cuerpo limpio; Embiste el toro y sus armas Solo encuentran el vacío. La fiera pasa rozando Con las astas el vestido; El diestro queda sereno Sin abandonar su sitio, Y el pueblo premia con dianas El arrojo de el “Mestizo”. P. (¿Pintamonas?)33 1887 En los toros. Buscando una diversión brata, bonita y buena, vendo la tarde serena fi a la plaza de Colón. ¡Cuántas penas a la entrada! El sol derramaba lumbre, Y la inquieta muchedumbre rugía desesperada. Sin saber de qué manera, pude entrar, medio molido, y me senté en el tendido debajo de una lumbrera. No llegaba el regidor y por calmar la impaciencia, contemplé la concurrencia que estaba a mi derredor. Allí el rico, el artesano, el pollo cursi, el tendero… ¡si estaba México entero queriendo ver a Ponciano! Por mi suerte, que es muy negra, se sentó junto a mi asiento una vieja; no, un sargento con una cara de suegra. Aquello era hombre, no dama, obesa, de cuerpo enorme, y con una voz disforme 33
El Arte de la Lidia. Año III, Nº 42, 21 de agosto de 1887, p. 2.
de traidor de melodrama. ¡Qué bigote tan espeso! ¡qué pelo tan encrespado! ¡y qué cutis tan manchado! ¡y qué suelta la sin hueso! Pero no era esto lo peor, sino el sudor que vertía; y, vamos, que aquello olía… ¡qué mal olía el sudor! Con ella iban dos muchachos, no, no alcemos testimonios: Eran más bien dos demonios con caras de mamarrachos. Uno de ellos se me avanza, se me sube en las rodillas y me tira las patillas con la más grande confianza. -Niño, quieto, ven acá, dice aquel monstruo de horror, no molestes al señor. -¡Si no hago nada, mamá! -En vano en calmarlos lucho, -me dice ella- ¡pobrecitos! ¿verdad que son muy bonitos? -Sí señora, mucho, mucho…! -No son de raza corriente, pero hemos venido a mal: Son hijos de un general y nietos de un presidente. -¿Sí? Lo celebro-El amor maternal mi pecho llenaNiño, ¿qué haces?-La cadena que se le ha roto al señor… -Por la piel de Belcebú! Exclamé fuera de mí-, -Niño, quítate de ah, no diga que fuiste tú… Aunque con el ceño adusto ahogué en el pecho el furor; en esto entró el Regidor y se calmó mi disgusto. Mas la vieja en molestarme tuvo gran obstinación; y al comenzar la función así empezó a preguntarme: -¿Por qué no vino Mejía a presidir, ¿sabe usté? -No señora, no lo sé, tal vez porque no querría. -¿Por qué viste el capitán ese traje verde y oro? -Si viera vd. Que lo ignoro! En su casa lo sabrán.
-¿Y por qué el toro primero es prieto y no colorado? -Ni sé, ni me lo han contado, pregunte usté en el chiquero… -¿Por qué sacan ese potro de tan grande delgadez? -Será, señora, tal vez porque no tendrían otro. Pero mi contraria estrella siguió en sus iras crueles un chico pidió pasteles y otro quiso una grosella. Y yo de un modo eficaz para no buscarme enojos, les complací sus antojos queriendo quedar en paz. Pero, nada; ¡si acudían los contratiempos a fe! La gente se puso en pie y los chicos no veían. Y para evitar bromazos quiso la vieja execrable que yo, que era tan amable, me los subiera a mis brazos. Ya no respeté sus faldas ante su injusta porfía; le dije que volvería… Pero volví las espaldas. Y furioso por demás me escurrí como una liebre; me caigo muerto de fiebre si tardo allí un rato más! PLUTÓN.34 1887 El texto de la doctrina taurina. Todo fiel torero Está muy obligado, A tener devoción De todo corazón Al arte del testuz. De Cúchares nuestra luz, Pues en él quiso morir Por nos redimir De nuestro pecado Y de algún torero malo, Y por tanto Te has de acostumbrar 34
El Arte de la Lidia. Año III, Nº EXTRAORDINARIO, 2 de octubre de 1887, p. 2-3.
Con la muleta a citar Haciendo tres cruces: La primera en las astas Para quitarle a tu toro Sus malos pensamientos. La segunda en la boca Para que te libre Dios De un trompicón. La tercera en los rubios Para probar que no haces Muy malas obras. Diciendo así: Por la señal De la santa espada De este mi enemigo Líbrame Señor, Machío nuestro En el nombre del Cuco Y del Frasco Y de Mazzantini Ahora Ponciano Y luego dejemos Que el puntillero Mande a una Tabla Y sirvan de muestra Los fríos despojos, Y nosotros vayamos A hacer monadas, Quiebros, rendimientos Oraciones y pedimentos, Y bien parados Esperemos del mundo Muchos doblones. Ripalda.35 1887 ¡ADIOS! A Luis Mazzantini. Publico este remitido Largo, cariñoso y tierno Que las niñas de la espuma Me enviaron por el correo. Es la casta despedida Para el valiente torero Que descabelló a las gentes Con su título de médico. El Monosabio. Periódico de Toros. Ilustrado con caricaturas, jocoso e imparcial, pero bravo, claridoso y… la mar!. T. I., Nº 2. Ciudad de México, 3 de diciembre de 1887, p. 6. 35
Que vino como abogado Corriendo tras del dinero, Y que hoy se larga silbando Porque es muy angosto el tiempo. He aquí las frases sencillas De unas vírgenes del cielo, Que tenían culto rendido Por el augusto ingeniero, Sacerdote y escribano, Publicista y arquitecto, Telegrafista y espada, Vaina, poeta, académico, Y todas las profesiones Que registra el mundo entero. Habla la espuma, señores, En nombre de sus derechos; Atención, mano al bolsillo Y oído al parche, que es de cuero: “Señor Repórter en Jefe De Las Novedades”. México, Carabanchel, Capellanes, 25 de febrero, Estimado y fijo joven De nuestro mayor aprecio: Suplicamos que publique En su periódico entero El siguiente remitido, Por el que le damos luego Las más expresivas gracias Con protestas de respeto, “El Lunes próximo parte Mazzantini, el amor nuestro, Que es el hombre más decente Como dio una prueba de ello, Dándole de bofetadas A una mujer, cuyo pecho Le repicaba de amores Como las campanas, recio. Un hombre tan distinguido Que andaba siempre en bureos Con nosotras las señoras, Y que tenía presupuesto, Comidas de altos empleados, Que no obstante aquel jaleo Lo sentaban a su mesa Como a un noble de Palermo. Tan resuelto, que si el toro Era reacio y matero, No le ponía la muleta Porque es muy valiente el miedo. Desinteresado y noble Galán, airoso y apuesto, En Madrid valía peseta,
Y en México, hasta diez pesos, Y sobre todo, encantaba Por lo humilde y lo modesto, Pues decía que Lagartijo Y el atrevido Frascuelo, Valentín y Cara-Ancha, Ponciano y el Sr. Dedos, Siempre le hacía los mandados En asuntos de toreo. Aquí nos dejó sin blanca, Con pretexto de su mérito, Y nos quitó la camisa Salvo el pudo por supuesto. Y como es tan ilustrado Tan gentil y caballero, Ni quien chiste una palabra Porque lo tantean… borrego. En resumen, como hombre Tiene perfiles de genio, Y ni Cervantes ni Shakespeare, Ni Víctor Hugo, ni Homero Le llegan a los talones En cuestiones de talento. Como buen mozo un Narciso, Como amante es un Romeo, Y en punto a valor, mil Cides No tuvieron tantos… duelos. Como orador ni Demóstenes, Mas filósofo que un griego, Más médico que Lavista, Más millonario que Creso, Más boticario que Urueta, Y creemos que más bello Que el Sr. Morales Manso Que es la muestra de ese género. Con todas estas virtudes Sangre y no llanto del pecho Nos arranca la partida De nuestro sabio torero. Lloren con todas nosotras Mundo indiferente y fiero, Que dejas partir tan solo Al monarca de los cuernos. Apelamos por lo tanto A la gente de gobierno, Para que de a Mazzantini Muchos honores y premios Por tanta honra que nos trajo, Por su buen comportamiento, Y que se pongan de luto Las espumosas de fuego, Y este callejón de Zúñiga Que será un sepulcro abierto
Al dejarlo Mazzantini, Gala, Corito y su séquito. ¡Adiós palomito blanco! Abur, que ya nos veremos. Quedamos, Señor Repórter, Con el más alto respeto, Sus atentas servidoras, La Vol-au-vent y la Théo, La Manijes. La Metate, La Cebollón y Consuelo, La Mascota, la Gallega, La Sevillana y su perro, La Trompada y sus muchachas, Lili y su gente de trueno, La Madrileña y la Perla, Y por las que no sabemos Firmar este remitido El Gran Luminar in peto”. (De “Las Novedades”). Anónimo.36 1887 Revista Tipográfica Leperuna. Se fue Mazzantini al cabo Y la bestia ni lo extraña, Que se fue metiendo el rabo Haciendo el papel de… bravo Sin entrar en la campaña. Limpia salió su coleta Sin oler el polvo aquel Que bebe la turba inquieta; Él en la plaza es veleta Y juido en el redondel. Si antes que no lo dijo Naiden, lo diré sin traba: El probe es solo un cosijo Que parece un LAGARTIJO Que a la mera se le acaba. Se mojaron sus papeles, ¡Qué alternativa ni qué De fama en los redondeles; Solo anduvo en los burdeles Diciendo: á lo pié de uté. Valentín, ese no aguanta ¡Juy! ni embestidas ni TOPES. Porque también se atoreanta Y hasta se enreda en la manta, El Monosabio. Periódico de Toros. Ilustrado con caricaturas, jocoso e imparcial, pero bravo, claridoso y… la mar!. T. I., Nº 15. Ciudad de México, 5 de marzo de 1888, p. 2. 36
Y si no, dígalo López. Allí sí que luce el diestro Con chicas de su ralea, Sin bozal y sin cabestro… Que quien la arrulla con su ESTRO Quién le da una MELOPEA. Mateíto en un tipillo Tan mula que es casi un macho, Desde la frente al tobillo, Todo él es un baturrillo De cochambre y de gazpacho. Es de toda esa cuadrilla El que más presume a fe Cuando no vale cuartilla; Pa no quedarse en la chilla, Vállase para Jeré. Aquí ya no le apatecen Ni las moscas del toreo Aunque en nikeles lo pesen… Y si no se va, le ofrecen De seguro un buen meneo. En cuanto a DEDOS: Es hombre Que ha adquirido un sobrenombre Porque el vulgo se lo dio. Pero nunca ha hecho, redió, Nada que luzca o que asombre En la plaza es un engorro Que si hace alarde de afanes Siempre anda corro que corro, Mas si se emuona (sic) es un zorro Que la brilla en Capellanes. Que se juera bueno juera Con la música a otra parte Pues todos le gritan “fuera” Cuando corre ante la fiera Por miedo de que lo ensarte. Rebujina, ese sí vale, Y si con la Cuenca alterna Hasta la risa se sale; Aquí no hay NAIDEN que iguale Su apostura sempiterna. Mas si la fiera es de brío El probe de Rebujina Se convierte en pobre tío Que el rostro torna en sombrío, Y todo se desafina… No sirve su pretención Cuando se arriesga el calzón Y hasta la media de seda… El probe blanco se queda
Cual si fuera un polvorón. Y si aturden los silbidos Y los hurras (al revés) Qué de ansias y de pujidos; Donde otros se vieron juidos A él no le ví ni los pies. Por su figura expresiva, Por lo largo, está Machío Que es famosa alternativa; Si al público no se esquiva Le corre a un toro bravío. Ya se fue para la Habana ¡Bien ido y no vuelva más A hacer más fiascos mañana! Que el probe en su edad temprana Procuró quedarse atrás. Yo que soy aficionado Y pago mis tecolines Por gritar en el CERCADO, Puedo decir sin candado Lo que son los GACHUPINES. Y en donde pinto no borra Ninguno de esa camada De coletilla y de gorra Y puedo echarlos en porra Con mi gente ensabanada. ¡Vivan los chicos de PELA Que sin humos ni papeles Y sin lloriquear a abuela, Hacen más en la plazuela Que otros en los redondeles! No valen más por su trajes Llenitos de relumbrones, Del bicho ante los corajes… Que los aplaudan los guajes Y que les dén sus tostones. FIDELILLO.37 A mediados de 1887, surgió una competencia taurina bastante interesante: la que protagonizaron Francisco Jiménez “Rebujina” y Juan León “El Mestizo”. De ella se derivaron estos versos: 1887 GRAN COMPETENCIA EN LA PLAZA DE COLÓN ENTRE REBUJINA Y EL MESTIZO CON APUESTA DE DOS MIL DEL ÁGUILA. El Monosabio. Periódico de Toros. Ilustrado con caricaturas, jocoso e imparcial, pero bravo, claridoso y… la mar!. T. I., Nº 18. Ciudad de México, 31 de marzo de 1888, p. 3 y 6. 37
Cuanto más pueda el deseo en Colón podemos ver que dos diestros del toreo mil prodigios han de hacer. El 24 de junio que es la fiesta de San Juan dos afamados toreros en suertes competirán. a cual más se lucirán con la espada y la cortina, que si es bueno Rebujina tampoco el Mestizo es rana; y el público es el que gana en esta lucha taurina. Los dos hábiles toreros, ambos valientes y osados, van a poder a los bichos en lances muy apretados. Los cinco diestros jurados el fallo decidirán y en la plaza premiarán al que acredite mejor su destreza y su valor que en el arte mostrarán.38 1887 “Los toreadores Juan León (a) “El Mestizo” y Francisco Jiménez (a) “Rebujina” hicieron la apuesta de $2000 sobre quién es mejor lidiador” (1887) Dos toreros afamados se retan con una apuesta de quién practica mejor sus suertes en una fiesta. Igualmente quién asesta, a la fiera la estocada, sin dejádsele la espada ni que se le dé degüello, porque esa suerte, y todo ello, para mucho vale nada. “El Mestizo” y “Rebujina” con entendido valor, ante el público se retan quién es torero mejor, y tan belicoso ardor con las miras de lucrar, 38
Lanfranchi: La fiesta brava en México...op. cit., T. I., p. 201.
no se le debe admirar porque es acto de barbarie que jamás podrá haber nadie que lo pretenda negar. Imposible ha sido ver el reto de los toreros, por lo mucho que ha llovido con continuos aguaceros, los taurófilos parleros que sus boletos compraron, con la mitad se quedaron para asistir a otro día pero la lluvia á porfía les dio el chasco que llevaron. Ya veremos si por fin se verifica el torneo, que será una gran simpleza según lo que yo preveo, nada más habrá paseo para una buena mojada, porque lo que es la toreada por los diestros contendientes, ya estos tienen con sus dientes la paga bien agarrada. Por último no hubo nada del desafío tan mentado ni a muchos les devolvieron lo que antes habían pagado; quedó el público chasqueado aunque sin mala intención, pues la presente estación la lidia no permitió, sino solo concedió lloviera sin dilación.39 A continuación, podremos ver cuál fue el desenlace de aquel suceso, que puso en ebullición a los aficionados capitalinos que gozaron de las corridas de toros, en ese año de la reanudación. 1887 SE VA A VER QUE NO ES GALLINA, JIMÉNEZ (a) REBUJINA Los amantes al toreo Prevengan ya su tostón, que un desafío va a ver en la plaza de Colón. “Historia del toreo en México”, Domingo Ibarra, Imprenta de J. Reyes Velasco, México, 1887, páginas 126 a 128. 39
El diestro Pancho Jiménez en un cartel muy curioso, retó a que ante bravos toros compareciera el Mestizo. Este del rogar no se hizo y el desafío admitió, pero si aseguro yo que dejan Julia y Romeo por ver destripar caballos, los amantes del toreo. Por ser el día de San Juan a las guerras dedicado, a guerrear con buenos bichos a dos diestros les ha dado. Uno al otro ha desafiado con dos mil pesos de apuesta, y ahora sólo resta ver quien lleva un coscorrón. Los amigos de uno y otro prevengan ya su tostón. Y los sujetos también que forman ambas cuadrillas, harán por ver quien mejor pega un par de banderillas. No picar panza o costilla si no en el mejor morrillo, porque hasta los locos pillos gracejadas han de hacer; conque ya les avisé que un gran desafío va a ver. Decidirán el que gana cinco jurados bien diestros, que en el arte tauromáquico sean hábiles maestros. Los capitanes bien puestos el premio disputarán, y al que gane nombrarán rey de toros con razón, por haberse distinguido en la plaza de Colón. El viernes día de San Juan nadie se haga remolón. Que gran novedad se espera en la plaza de Colón. Con su pesito o tostón entrarán a sombra o sol, que divierten más los toros que el oír un sí bemol. La plaza se llenará sin quedar rincón ni esquina, por ver quién queda mejor, si el Mestizo o Rebujina. Ya el pueblo se despepita
por ir en gran pelotón a ver el gran desafío en la plaza de Colón.40 Por principio de cuentas, la “mentada” fecha del día de San Juan, o sea 24 de junio, no fue posible llevarla a cabo sino que el festejo se pospuso hasta el 4 de septiembre y en la plaza “El Paseo”. Fue un día lluvioso pero a pesar de ello los tendidos registraron un lleno. Los toros fueron de origen desconocido y protestados. Se abrió la puerta de toriles la friolera de once veces, para permitir el desfile de toros (¿?) apáticos y de contraestilo, a decir de la crónica del momento. Sobre Juan de Dios Peza. De este autor memorable (1852-1910), sólo se sabe en forma general de su gran producción poética, típicamente romántica y nacionalista. Esta se divide en cuatro grandes grupos, a saber: Hogar y patria: Cantos del hogar; Romances; Leyendas, tradiciones y Monólogos. El arpa del amor: Horas de pasión; El arpa del amor; Musa de viaje. Recuerdos y esperanzas: Poesías; Romances nacionales y Monólogos. Flores del alma y versos festivos. A su vez, una buena parte de la obra de Peza está en prosa. De ella son de particular interés los Panoramas literarios, sus Memorias, reliquias y retratos (1900), y los Recuerdos de mi vida (1907) que conservan datos muy importantes para la historia literaria de México. Pues bien, este gran autor mexicano, gloria de las letras nacionales, también tuvo algún tiempo para dedicarlo a unos versos taurinos, muy arraigados a la expresión popular, pero con las normas vigentes dentro de lo establecido por la academia. En El Correo de los Toros, aparece un poema más del eximio autor mexicano Juan de Dios Peza. 1887 ¡TOROS! (PARODIA) Sí, mi amigo Don Gregorio, Tiene usted mucha razón: Los padres de nuestra patria No tienen perdón de Dios! I Juzga usted que es una plaga Que nos envía Lucifer, Lo que pasa entre nosotros, Lo que sólo aquí se vé: Que algunas ilustraciones Se inclinan ante el poder De un magnate que les paga, Y a quien le besan los piés; Que tan ilustres señores, Con notoria sans façon Sancionáran con sofismas La cabal derogación De esa ley humanitaria Y culta que se nos dio En Veintiocho de Noviembre 40
María y Campos, Imagen del mexicano..., op. Cit., p. 144-147.
(Si mal no recuerdo yo) Del año sesenta y siete Del siglo en que estamos hoy; Esa ley que nos prohibía Ese espectáculo atroz Que por mera anomalía Hoy se llama: “diversión”, Y que en México y España Lid de toros se llamó… ¿Dice usted que se horroriza De cinismo tan feroz?... Que la cultura es un mito? Que no hay civilización?... Pues sí, señor D. Gregorio, Tiene usted mucha razón: Los padres de nuestra patria No tienen perdón de Dios. II Juzga usted que es escándalo, Dice usted que causa horror Escuchar por todas partes, En estos tiempos de Dios, Ese charlar sempiterno De algún taurino orador, Que con ínfulas de sabio, Sepa tauromaquia o no, Se presente ante los necios A mostrar su erudición, Espetando tecnicismos Con temerario valor. Háblales de Pepe-Hillo A quien, dice, él conoció, Cuando es sabido que el diestro Dos siglos ha que murió. Dice que Felipe Cuarto Y Carlos quinto también, Siendo reyes de Castilla ¡Han muerto en un redondel! Que Frascuelo era atrevido, Mazzantini es mucho más; Y por fin hasta a Ponciano Saca también a danzar. Mas lo curioso del cuento Según dice su merced, Es el discurso elocuente (¿?) Que ayer oyó en un café. Copiémos, pues, un fragmento De aquello que usted oyó: -Señores: -exclama erquigo En su silla el CicerónEs preciso confeséis
Que del orbe en derredor No hay diversión más amena, (Al menos que sepa yo), Que la hermosa lid de toros; Ninguna otra, ¡Vive Dios! Reunido así todo un pueblo En torno de un redondel, Vése palpitar creciente Su entisiasmo, su interés Cuando el bicho viene a tierra Del “Habanero” a los pies. Las riñas y libaciones Casi se olvidaron ya; Todos piensan solamente En aplaudir y gritar. Es, además, una escuela Como no hemos visto dos: Allí el hombre pusilánime Adquiere pronto el valor Con la vista de la sangre Con la agonía y destrucción De las fieras que sucumben… Y tal vez del matador!... Para concluir, os propongo Esta sencilla cuestión: ¿Es la sota perniciosa? Contestadme si es o no. Siendo el juego más funesto ¿Por qué, pues, se permite hoy? Y si el juego es permitido ¡¡¡Que haya lides un millón!!! .......... ¿Dice usted que causa risa, Por no decir mal humor, Hallar en un ser que piensa Tan brutal aberración?... Pues sí, señor D. Gregorio, Tiene usted mucha razón: Los padres de nuestra patria No tienen perdón de Dios. III Dice usted que ya da miedo Ver llegar el día de Dios; Quiere decir, el domingo, Que se consagra al Señor; Porque en este día nos ponen, El “Ferrocarril Central” Y el “Nacional Mexicano”, Con el deseo de lucrar, Unos cuatro o seis huacales A que con énfasis dan
El pomposísimo nombre De “wagones”… -Es verdad. Y en tan asquerosas jaulas Empacan a los que van A ver toros a Toluca, A Puebla o al “Huisachal”. Y una vez así enjaulados Esperan con ansiedad El anuncio del silbato Que fija la hora fatal, O el instante de partida De un viaje a… la eternidad! Ha llegado aquel instante; Ya se oye el pito silbar: Crujen los pernos, y parte El tren con velocidad! .......... Han transcurrido tres horas Como avanza el huracán; Mas la máquina y sus trenes No pueden más avanzar. Y ya el sol, del firmamento Ha llegado a la mitad, Lanzando rayos de fuego Y de un fuego tropical. Ha llegado ese momento, Dice usted, mi buen señor, -Y riéndose a carcajadas Por lo que allí presenció-. Ha llegado ese momento Supremo en la humanidad, Cuando el estómago pide Algo así que devorar. Pero en aquellos desiertos, Y en aquella soledad Solo se veía muy lejos… ¡Un extenso magueyal! Todos se ven con espanto; Se oye a las niñas llorar; Dá el ataque a las youngladis Llenas de angustia mortal; Maldicen los caballeros A los gringos sin piedad, Por ser la causa inmediata De tan cruel barbaridad. .......... ¿Supone usted, buen amigo, Que en nuestra hermosa ciudad, Piensan las ilustraciones, Para cortar tanto mal, Erigir cien redondeles Por bien de la humanidad? Pues sí, señor don Gregorio,
Tiene usted mucha razón: Los padres de nuestra patria No tienen perdón de Dios. IV Concluye usted en su carta; Mi muy querido señor, Hablándome del Proyecto De Ley, que una comisión Propuso ha poco a la Cámara, Y en el acto se aprobó. Dice usted que es un impreso El tal proyecto en cuestión; En el cual se nos reputa Como a una raza feroz, Con el instinto del tigre, Del cacal o del león. Afirman que, a semejanza, Del vasto pueblo español, Hay en nuestro pueblo, ingénita Por las lides, la afición. Que es de procedente histórico; Que es nacional… qué sé yo Ese bárbaro espectáculo Que la España nos legó. Y si el asunto se mira -Continúa la comisiónEn su aspecto utilitario Todo entonces mejoró: Porque es fuente de recursos Del Distrito Federal; Es una mina de plata, Es de oro un manantial, (Que ingresará al Municipio… Si a otros bolsillos no vá). Y que una vez ya reunidas Grandes sumas de metal, Continuaráse el desagüe De esta higiénica ciudad… Ante tan gratas promesas, Ante tan hermoso ideal, Dice usted con Argensola: Qué grande lástima da No hallar entre estas bellezas Ni conatos de verdad; Porque aquí en esta metrópoli Que habitamos usté y yo, Todo se vuelve sainete, Y todo… especulación!... Pues sí, señor Don Gregorio, Tiene usted mucha razón: Los padres de nuestra patria
No tienen perdón de Dios. TÁNTALO. México, marzo de 1887.41 1887 Los Toros. Allá cuando el grosero gentilismo Adoraba a los dioses terrenales, Al hundirse entre inmundas bacanales El Imperio Romano en el abismo, De insensato deleite el paroxismo, Del Circo en las matanzas infernales, Arrancábale al cielo las señales De la aurora de paz del cristianismo. ¡Ya pesar de Jesús, con amargura Vemos que damas de hoy, por negra suerte, Olvidan la piedad y la cultura Por el brutal placer y les divierte, Como en Roma a la impúdica hermosura La estocada y las ansias de la muerte. José T. de Cuellar.42 1887 A LA LIDIA DE LOS TOROS. Espectáculo soez y repugnante, De sangre y de blasfemias amalgama, Donde el vulgo frenético proclama Por arte la matanza horripilante. El torpe retroceso ya triunfante Con ignorancia estúpida te aclama Y en mengua del progreso que hoy infama Se jacta en tu barbarie espeluznante. La cultura y las ciencias se han proscrito, Yacen las artes en desdén profundo, Impera el salvajismo a lo infinito. Ser más feroz que fieras e iracundo, Gozarse en ser verdugo forma un mito: “Que haya un cadáver más halaga al mundo!” Manuel Estrada y Cordero. México, agosto 25 de 1887.43 41
El Tiempo. Ciudad de México, 18 de marzo de 1887, p. 3. El Monitor Republicano, D.F., del 10 de abril de 1887, p. 1. 43 El Monitor Republicano, D.F., del 4 de septiembre de 1887, p. 1. 42
1887 Como consecuencia de la inauguración de la plaza de toros “San Rafael”, la prensa no descansó en dar detalle del gran acontecimiento. Por ello, los versos que vienen a continuación aparecieron en un alcance extraordinario de El Arte de la Lidia. Ayer palpó esta verdad… Ayer palpó esta verdad el público mexicano; ¡Qué espléndida novedad, el estreno en la ciudad de una plaza por Ponciano! Y a caballo, y en simón, cuánto catrín, cuánto charro! ¡Cómo el ansia sostenida con la plaza prometida desde que empezó el mes loco, fue creciendo poco, a poco hasta el día de la corrida! ¡Qué emoción y qué algaraza cuando la primera plaza de México se abrió al fin, y de Parangueo la raza saliá al toque del clarín! ¡Y qué estruendo, qué alharaca que hasta la música opaca cuando estoque y trapo en mano, se dispone al metisaca el arrojado Ponciano! Cielo azul, sol abrazante, regadas las anchas vías, mil simones, mil tranvías, llenos de gente anhelante; gendarmes de curvo sable, que como estatuas escuestre, de jinetes y pedestres ven el curso inagotable; soldados, charros, catrines, hombres, niños y mujeres, proletarios, mercaderes, figurones, figurines; mucho jarano y rebozo, mucho tápalo y sombrilla, mucho abanico y mantilla, mucho fuego, mucho gozo.
Mucho francés y español, mucha frugra por el suelo, mucha carita de cielo, muchos ojitos de sol. Gente en puertas y ventanas, y en balcones y azoteas, viendo amoríos y peleas, y empellones y jaranas. Mil carreras, mil rumores, del festejoso gentío, que semeja hirviente río entre márgenes de flores. Polvo, sudores, afanes dichos, hechos, apreturas, chillidos de las criaturas, diabluras de los galanes; y en el fondo, coronada de ondeantes banderolas, la plaza, en que se hace olas la gente frente a la entrada. Pero lo bueno, lector, está dentro de la plaza, do la vista se solaza con el taurófilo ardor. Mas cuida el orden ufana la guardia, con la guapeza de los tiempos de Su Alteza serenísima Santa-Anna. Llega el Juez, y al par resuena la charanga y el clarín, y en medio al clamor sin fin la cuadrilla entra en la arena. Marcha a la cabeza airoso el diestro Ponciano Díaz, que con vivas simpatías saluda el pueblo gozoso. El diestro saluda, escucha mil vivas, y la cuadrilla, peones y gente de silla corren listos a la lucha. Suena al fin el cuervo ufano y dan comienzo al jaleo las fieras de Parangueo y el grito de ¡Ahora, Ponciano! Anónimo.44 1887 44
El Arte de la Lidia. Revista taurina y de espectáculos. Órgano del toreo en México. Año 3º. México, martes 22 de febrero de 1887, 3ª época. Estreno de la “Gran Plaza de Toros de México. Calzada de San Rafael, Colonia de los Arquitectos. Primera corrida de inauguración. Domingo 20 de febrero de 1887.
Un toro al chiquero entraba… Un toro al chiquero entraba, otro al redondel salía, y luego se le lazaba; la gente se amostazaba y la paciencia perdía. Y salió la concurrencia diciendo: ¿Suerte fatal!... ¿A qué fue la competencia, a torear bien o a torear mal?45 1887 Amor Taurómaco A una ella Te ví una vez ya no recuerdo donde, te confesé lo que por ti sentía, hiciste una verónica María... que tu fingido llanto me encantó. Te volví a ver, y sin llorar entonces hablaste del amor con tanto fuego que te puede creer, quedando ciego por la vara alta que tu amor me dio. Nos volvimos a ver y hablamos mucho, tú con palabras a mi ver sencillas con sesgo me pusiste banderillas que prudente el bolsillo resistió. Siguieron los floretes emanando de tu pequeña boca nacarada, mas no pudiste darme otra estocada pues con mis muchos pies, las evadí. Cierta vez que me hablaste de los lazos que pudieran unirnos dulcemente yo te dije que ese era francamente el mayor descabello que te ví. De pocas libras yo, bien receloso por golpes de fortuna huido acaso nunca he pensado en ese pase o paso que pensaste que diéramos los dos. Hoy que por tus desdenes he advertido la burla que sufrió mi amor sincero 45
LECTURAS TAURINAS DEL SIGLO XIX..., op. cit., p. 147.
tengo que abandonar el burladero a aquel que de burletas vaya en pos. Dejo la plaza ya de tierno amante a quien quiera probar de tus desprecios, y lo hallarás, que hay Lagartijos necios que quizá poco diestros te creerán. Tendrás alternativas infinitas, partidos a cual más sobresalientes, unos fogosos y otros incipientes que mucho en que ocuparte te darán. Yo que en íntimas luchas he lidiado al concebir una ilusión mentida, no quiero en mi carrera o mi corrida encontrar de esas luchas ya, jamás. Ya ves; doy media vuelta y olvidando mi penar, tus amores y mi dola tomo por un axioma que el buey solo... y a tu criterio dejo lo demás.46 Manuel Pérez Aguado. 1887 MI MANOLA La niña de mi amor, mi prenda amada, nunca quiso asistir a una corrida; porque siendo de nervios delicada evitaba una fuerte sacudida. La convencí por fin: haciendo alarde de valor y colmando mi deseo, se animó a acompañarme la otra tarde a la elegante Plaza del Paseo. ¡Cómo ví retratada la ventura de su semblante en la expresión sencilla, cuando llena de garbo y donosura, apareció en el ruedo la Cuadrilla! Al principio, por causas que me explico, pues trató de evitar duelos y enojos, oculto tras la red de su abanico la apacible mirada de sus ojos. Pero después huyó súbitamente de su semblante la expresión severa, 46
La Banderilla. Semanario taurino ilustrado. Año I. México, 13 de noviembre de 1887. N° 1.
admirando algún diestro, que valiente burlaba los amagos de la fiera. De su faz retiró la mano hermosa que a la más bella dama diera envidia, y siguió, conmovida y afanosa, las varias peripecias de la lidia. El rubor de un placer extraordinario coloreó levemente sus mejillas, ante el valor de un chico temerario que colocó un buen par de banderillas. Y ví el fulgor de su mirada inquieta llena de fuego y entusiasta anhelo, cuando, después de un pase de muleta cayó herido el cornúpeto en el suelo. Ya no pudo ocultar el alborozo ni la emoción que en su interior sentía y llegué a descubrir, lleno de gozo, que ella misma a los diestros aplaudía. La corrida acabó; tomé su brazo, que fuera, en lo torneado, maravilla, y la dije sin pena ni embarazo mientras ella arreglaba su mantilla. Yo quiero que me digas sin ambaje lo que en la tarde de hoy hayas sentido. -seré-me contestó-cruel y salvaje, pero a decir verdad, me he divertido. ¡He pasado por tantas emociones! Tuve el alma de un hilo suspendida mas no llegué a sufrir, como supones; ¿me traerás a la próxima corrida?47 México, abril de 1887. Antonio Calvo. 1887 UN QUITE Hay un maestro afamado, aunque alguno no lo crea, que es, según me han enterado, sumamente aficionado a los gallos de pelea, 47
La Banderilla. Semanario taurino ilustrado. Año I. México, 20 de noviembre de 1887. N° 2.
y tiene un gran gallinero provisto de los mejores, y los cuida con esmero, pues le dan mucho dinero siendo siempre vencedores. Siga el cuento; pues señor, según también he sabido creo que hubo un picador que era dueño del mejor gallo que se ha conocido; y el espada que me callo le hizo en varias ocasiones muy buenas proposiciones para comprarle aquel gallo de tan raras condiciones. El picador despreciaba las ofertas que le hacía, y tan obstinado estaba, que cuanto más le ofrecía, el hombre más se negaba. Apurados los extremos, dijo aquel en desafío: -¡Ya que no nos entendemos el gallo al fin será mío! -¡Lo veremos! -¡Lo veremos! Y el picador y el espada, haciendo en la cuestión punto, la dieron por terminada, sin hablar los dos ya nada, referente a tal asunto. Llegó un día de función en que estaban de faena los diestros de la cuestión, y pisó un toro la arena, gacho, negro y bravucón. El picador castigando quiso poner una puya, y al embestir recargando la fiera, fueron rodando el ginete y la aleluya. Situación tan apurada vio la gente horrorizada, creyendo al ginete muerto, cuando allí llegó el espada llevando el capote abierto. El de tanda respiró y se dijo: -¡de esta escapo! Pero el otro preguntó: -¿me das el gallo? -¡No! ¿No? Pues entonces, te destapo.
-¡No, por Dios! -El gallo quiero. -No lo doy. -Te echo la res. -¡No! -¡Allá vá! -Bueno, tolero; saca el toro, y tuyo es el gallo y el gallinero. .......... Y apenas hubo escuchado esta promesa formal aquel maestro afamado, largó a la res el percal, y la llevó al otro lado.48 Fiacro Yráyzoz. 1887 EL RESERVA Vicente Ruiz, el Gitano, es un pobre picador que nació para pastor en un pueblo sevillano, pero que el cruel destino de la suerte veleidosa, quiso hacer de él otra cosa, y le llevó a ese camino. Ni tiene al arte afición, ni por aprender se inquieta, y, en fin, que es hoy un maleta, mal ginete, y muy tumbón. A nadie le tiene envidia, y, por no tener, Vicente, ni ropa tiene decente con que salir a la lidia. Tuvo un día, por su mal, que salir al redondel, para hacer allí el papel de reserva, o entra y sal. Y cuando se fue a vestir, estallando de alegría, vio el hombre que no tenía chaquetilla que lucir. ¡La ocasión era apurada! ¿Qué hacer en tal situación? No había más solución que agenciársela prestada, y aquel infeliz piquero, 48
La Banderilla. Semanario taurino ilustrado. Año I. México, 27 de noviembre de 1887. N° 3.
como el caso era preciso, por salir del compromiso se la pidió a un compañero. Accediendo éste al instante a esa petición sencilla, le prestó una chaquetilla muy hermosa y muy brillante que estaba sin estrenar; pero con la condición de que, al primer revolcón, se la había de pagar. -¡Acepto! ¡Pues esa es buena! (dijo para sí Vicente). Yo sé positivamente que no he de tocar la arena. Y vistiéndose en seguida, que el tiempo apremiaba mucho, montó un caballo flacucho y fue a escape a la corrida. ¡Ya está un berrendo valiente! Derriba a los picadores, y entre gritos y clamores sale a la Plaza Vicente. -¡Más corta esa vara, más! -¡Otro paso, otro, adelante! -¡Borracho!-¡Pillo!-¡Tunante! -¡Que no vuelva aquí jamás! -¡La culpa tiene el que manda! -¡Aún no ha picado el tumbón! (Y estando en esta cuestión, llegaron los dos de tanda). Será de más advertir que aquella escena soez, se repitió cada vez que el hombre volvió a salir; y aunque por todos los lados gritaba airada la gente, lo aguantó pacientemente por no estropear los bordados. -¡La cosa era bien sencilla! Como salió sin picar, no le tuvo que pagar al otro la chaquetilla. Lector; será una bobada, pero si algún día observas, pensarás que los reservas... ¡la tienen todos prestada!49 F.I. 1887 49
La Banderilla. Semanario taurino ilustrado. Año I. México, 4 de diciembre de 1887. N° 4.
AL CÉLEBRE TORERO LUIS MAZZANTINI SONETO Brillante lidiador, hijo de España, nieto feliz de los heroicos moros que en la cerrada arena, con los toros ejecutas hazaña tras hazaña! Rústico bardo yo de la montaña, al mirarte en la lidia, con sonoros aplausos, me uno a los cien mil canoros que celebran tu arribo a tierra extraña. Discípulo de Montes y Delgado, de Cúchares digno émulo y Frascuelo, das a tu arte inusitado brillo; Y al saludarte como hombre honrado, le pido a Dios, no tengas en mi suelo el trágico final de Pepe Hillo...50 México, Diciembre 1° de 1887. Miguel A.O´Gorman. 1887 INSTRUCCIÓN TAURINA Madre no me gusta el Circo porque me asustan los monos y me dan miedo sus gritos y me hacen cerrar los ojos. -Niña, si nada te gusta y piensas de varios modos, ¿Dónde quieres que te lleve? -Madre llévame a los toros. -Qué sabes tú de cuarteos, de pies, de varas y adornos, ni de pases de muleta ni de trajes crema y oro! Ni que sabes ¿de pinchazos, ni si son los bichos joscos? -Sí madre, sé los conceptos que se versan en los toros, Pues tengo “La Banderilla” y allí los aprendo todos; y en eso de mete y saca me enseña mi primo Adolfo. 50
La Banderilla. Semanario taurino ilustrado. Año I. México, 11 de diciembre de 1887. N° 5.
También, que le doy lecciones por las noches a mi novio, cuando viene de visita con su tío Don Homobono. -Pues hija, ya que lo sabes y le haz agarrado el modo, ponte el puf y la mantilla ponte los guantes y el gorro. Y al salir para la Plaza gritaban las dos en coro ¡Que viva Luis Mazzantini! viva el jerez y los toros!51 F.G.G. 1887 A LUIS MAZZANTINI. (Corrida de inauguración) SONETO Lleno el semblante de marcial decoro atraviesa la plaza majestuoso, y al hacer su saludo respetuoso la gente un ¡hurra! le prodiga en coro. Azul el traje, con bordados de oro; el cuerpo esbelto y el andar airoso, con el trapo en la mano, saleroso elegantes recortes dale al toro. Coje los trastos, párase delante, la diestra empuña reluciente espada, y risueño, valiente y arrogante Le dá a “Rondeño” clásica estocada, y el público entusiasta y delirante le saludó con general palmada52. México, Diciembre 15 de 1887. Francisco García González. 1887 Canta y canta JáSacramento doscientas óperas vio 51 52
La Banderilla. Semanario taurino ilustrado. Año I. México, 18 de diciembre de 1887. N° 6. La Banderilla. Semanario taurino ilustrado. Año I. México, 25 de diciembre de 1887. N° 7.
y en las doscientas halló parecido el argumento. Sin críticos ni rivales sin temer modos ni modas anoche me dijo “todas las óperas son iguales”. El mismo asunto de amor y en todo caso enamora en público a la señora primera tiple el tenor. Salvo que por suerte ingrata acabe en cosa de duelo y pase como en Otelo que al fin y el cabo la mata. A su lado conmovida siempre otra dama veréis ¡La comprimaria! ¿entendéis? Es decir: la comprimida. Completando aquella trama el barítono al final resulta como rival queriendo birlar la dama. El bajo tiene el trabajo de hacerse el desentendido, oficio bien escogido en todo papel de bajo. ¿Qué papel hacen los toros? Gente que teme o se asombra representa en plena sombra al pleno sol de los toros. Y así, hasta en las más remotas regiones que el sol calienta... tan solo se tiene en cuenta en las óperas, las notas. Juro decir la verdad, un ejemplo: la Africana; la música soberana y el libro barbaridad. Y nadie tiene derecho a exigir soberbia trama pues lo más malo del drama se salva en un do de pecho. ¿Puede armarse algún belen, con un pésimo argumento?
Jamás! Si el chiste del cuento está en que lo canten bien. Dijo bien aquel patán cuya candidez fue tanta que concluyó Canta y Canta, y nada de ópera Juan.53 Juan de Dios Peza. 1887 La flor de la calabaza. Que salga, que salga el toro Dice la gente gritando, Adentro el machete pando Y fuera todo el decoro, Lo bueno es hacer mucho oro, Tener aguante y cachaza, Desbarrar como Barraza, O matar como Ponciano, Para coger con la mano La flor de la calabaza. ¿Quién se acuerda de las leyes, De la moral y todo eso? Ahora se tiene el progreso Jugando a sotas y a reyes, Matando pencos y bueyes En el circo de la plaza, Haciendo al pueblo trapaza Dándole gato por liebre Y pegándole su fiebre La flor de la calabaza. Cuentan que en una corrida El popular Tranca-Diaria Iba a echar la solitaria Que le enjendró la bebida; Jugó una mala partida Y el soberano por guasa Puso su cabeza a tasa, Escondiéndose de susto En la taberna con gusto, La flor de la calabaza. Hoy que la dicha consiste En soltar una mangana Y en untarla la pavana Al que de ajeno se viste. Tranca-Diaria está muy triste 53
La Muleta. Revista de toros. Año I, México, Noviembre 27 de 1887. N° 13.
Y aunque la ebriedad le caza, Dice que suelta la hilaza, Y no aguanta el papelote Teniendo por Ahuizote La flor de la calabaza. En cambio si él desespera, Morfín Chavez está atento Y como pluma en el viento Vendrá luego a la carrera, Que çel no teme, porque es fiera, Y que si alguno lo atrasa Lo despachará… a su casa Don Atenógenes Llamas Que no se anda por las ramas De una flor de calabaza. Anónimo.54 1887 Un pollo en los toros. Rendido a Baco el matutino culto con seis cocteles55 métese a Iturbide; come, y bebiendo siempre, se decide a seguir de los Toros el tumulto. Llega a la plaza, y con semblante estulto el redondel con la mirada mide, ¡Toroo! con vos aguardentosa pide y a cada picador grita un insulto y ¡bruto! a aquel que se salvó de un salto. Y ronco de gritar como un carnero, ya de resuello y de vergüenza falto, al ver un volapié del Habanero, arroja al redondel su sombrero alto con una interjección de carretero.56 José T. de Cuellar (Facundo) 1887 ¡Cangrejos frescos! ¡Platillo nacional! Música de los primeros “Cangrejos”. Canción muy popular en la primera época de las reformas. CORO 54
El Hijo del Ahuizote (Segunda época). Tomo II, Ciudad de México, domingo 27 de marzo de 1887, Nº 30, p. 2 y 3. 55 Cok-Taill.-Mezcla de jarabe, amargos, cognac y hielo. 56 Las hijas del Anáhuac. Ciudad de México, 4 de diciembre de 1887, p. 8.
Cangrejos, ya no más progreso, ilustración, marchemos para atrás al circo de Colón. ¡Oh tiempo incomparable de la horca y Torquemada!... De gente esclavizada y de tonteras mil… Pues que ¡con longaniza se ataban a los perros!... ¡Son tantos nuestros yerros que volvemos a ti” Cangrejos, ya no más, etc. ¡Quien piensa en la que estudia y premia sus afanes, cuando hay toros, caxcanes, y albures y embriaguez!... ¡Cuando es nuestro delirio la sangre, la matanza… Cuando es nuestra esperanza de gloria… el redondel! Cangrejos, ya no más, etc. No a la mujer que estudia y vence ardua tarea, sino a la que torea debemos aplaudir. ¡Porque esta da a la patria honor y buenos hijos… Frascuelo… Lagartijo… Taurófilos así. Cangrejos, ya no más, etc. ¡Ay de la que se ilustre y emanciparse quiera por medio a una carrera o noble profesión; pues nunca fue el talento del retroceso hermano… Por hoy… sólo Ponciano a México da honor! Cangrejos, ya no más, etc. Si fuimos adelante y buenas relaciones
con todas las naciones llegamos a tener, ¡atrás… aunque se pierdan… Pues bien vale la pena la ensangrentada arena de un sicio redondel! Cangrejos, ya no más, etc. ¡Doquier con palizada tropiece el extranjero, en un grande chiquero conviértase el país!... A miles las tendremos; en ellas viviremos… Y… no hay más qué pedir! Cangrejos, ya no más, etc. ¡Con sangre, con martirios, y el gesto de la muerte, el pueblo se divierte, se embriaga de placer!... ¡Y tanto censuramos al indio Apache horrible, y al tribunal terrible de Inquisición cruel”… Cangrejos, ya no más, etc. De tigres y panteras será la nueva raza, pues hoy llenan la plaza los niños, las mamás!... ¡Son útiles a entrambos aquesas impresiones, porque sus corazones en mármol trocarán! Cangrejos, ya no más, etc. Id, padres de familia, siguiendo la corriente… con vuestro contingente la lidia protejed; ¡Y cuando por aquellos que allí han sido educados estéis descuartizados… no preguntéis por qué! Cangrejos, ya no más, etc. Prosigan las corridas
y corra allí a torrentes, la sangre de las gentes y del torero feroz… prosigan los cornúpedos quitándonos el juicio… Y luego… el Santo Oficio y el rey nuestro señor!!! Cangrejos, ya no más, etc.57 Anémona. 1887 Recuerdos a Lino Zamora, por sus compañeros de arte (también llamados Últimos recuerdos que dan sus compañeros de arte, los toreros). Pobre de Lino Zamora ¡Ah qué suerte le ha tocado!, que en el Real de Zacatecas un torero lo ha matado. Es muy triste recordar dice Ponciano Díaz, que Lino Zamora ya acabó sus tristes días. Juan León (a) “El Mestizo” le da su postrer adiós y recuerda que hartas veces juntos torearon los dos. Lo mismo que “El Chiclanero”, aunque no le conoció, pero sí su grande fama hasta sus oídos llegó. En el mentado “Frasquito” es tan grande su sentir que con el alma y la vida le quisieran revivir. Gómez (a) “Rebujina” su triste suerte deplora y con pesar y dolor luctuosa lágrima llora. “Coquito” el banderillero que a quererle nadie gana, siente que haya sido muerto 57
Las hijas del Anáhuac. Ciudad de México, 4 de diciembre de 1887, p. 11-12.
por causa de Prisciliana.58 1887 AL INTRÉPIDO Y VALIENTE EX PICADOR JUAN CORONA. ¡No habéis visto peñascos levantados, En medio de los mares turbulentos, A quienes ni las olas ni los vientos Movieron en sus choques encontrados! Así siempre Juan dejó burlados Del toro los golpes rudos y violentos Por lo que le daban palmas y contentos Los que le veían picar, entusiasmados. Ya Corona no quiere ser torero, Sino que al trabajo y la labranza Se dedica hoy con todo esmero Mereciendo de todos la alabanza; Y porque no siendo nada altivo, Socorre al pobre con amor activo.59 Ca. 1888 – 1889 Trae el santo de espaldas esta tarde de abril... Trae el santo de espaldas esta tarde de abril el “Chiclanero” y lucha en un ambiente hostil; a cada paso el público con un “¡Ora Ponciano!” evoca la figura del diestro mejicano y subraya los lances del torero español, al que silban lo mismo en sombra que en sol, más que por impericia, por celillos de raza: escándalo y desorden se adueñan de la plaza, que a muchos no les placen espadas que usan motes y que el rostro se afeitan y no llevan bigotes; desean que los luzcan tan crespos y con guías como los del famoso diestro Ponciano Díaz... 60 1888 Las corridas nocturnas. Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…): El citado documento lo encontré reproducido en las siguientes obras, de la primera de las cuales tomé su texto: “Historia del toreo en México”, Domingo Ibarra, Imprenta de J. Reyes Velasco, México, 1887, páginas 26 a 27. “Ponciano, el torero con bigotes”, Armando De Maria y Campos, Vidas Mexicanas, volumen 7, Ediciones Xóchitl, México, D.F., 1943, páginas 79 a 80. 59 Ibarra, Historia del toreo en…, op. Cit., p. 78. 60 Eduardo J. Correa: Viñetas de Termápolis. México, edición del autor, 1945., p. 186. 58
Tienen algo de ideal y misterioso Las lides en la noche celebradas: Parecen el relato caprichoso De los cuentos, leyendas y baladas. Aquella luz pálida y tranquila De un modo tenue el redondel alumbra Y deja sumergidos, cuando oscila, Los palcos y el tendido en la penumbra. Aquél inmenso círculo ocupado Por gritona y alegre muchedumbre; Un ambiente que corre sosegado, Y un cielo transparente por techumbre; Y abajo aquel brillar de los toreros Que produce un espléndido espejismo, Y parecen relámpagos ligeros Cruzando por el fondo de un abismo; La fiera que afanosa corretea Como el sombrío heraldo de la muerte; Su pupila vivaz que centellea, El lúgubre arrastrar de un cuerpo inerte. Las sombras que se miran a lo lejos Que en la densa penumbra desaparecen O de la ténue luz que a los reflejos Se agrandan, se aminoran, bajan, crecen; Entre la luz que rompe a grandes rasgos De la tiniebla y el vallador oscuro, Todos parecen ser duendes o trasgos Al poder evocados de un conjuro. Parecen ser como ánimas en pena Que al tomar sus mortales vestiduras Atraviesan fugaces por la arena Y se hunden en sus negras sepulturas! .......... ......... Y cuando se recuerdan a otro día Aquellas impresiones ya pasadas Parece que asistió la fantasía A un cuento de leyendas y baladas. Plutón.61 1888 ¡Quién se había de imaginar... ¡Quién se había de imaginar que en México había de haber tanto furor por los toros que no era posible creer! No hace más que embrutecer 61
La Banderilla. México, 1° de enero de 1888.
al que la lidia presencia, pues ve con indiferencia de su prójimo la pena, y al olvido la condena con la mayor indolencia. Los cornúpetos taurinos son los señores del día. Y por eso un gran artista no tiene mejor valía, si tan crasa anomalía debiera permanecer, ya se debe comprender que adelante la barbarie, no pudiendo verla nadie sin dejarse de ofender. Hoy el pueblo soberano disfruta, del gran contento, pues con su pulque y sus toros se le tiene en su elemento. Y para mayor aumento de tan perniciosos males a las lides infernales se le cita muy de prisa y aunque se halle sin camisa por verlas deja dos reales. Por ver torear a Ponciano también las viejas se alientan, y cual si fueran muchachas, hasta el corpiño se aprietan, a toda la casa inquietan a que asista a la función y aunque tengan aflicción por carecer de dinero, por ir a ver al torero empeñan hasta el colchón.62 1887 GRAN BENEFICIO DEL SIN RIVAL TORERO MEXICANO PONCIANO DÍAZ. El veintiuno del presente63 En la Plaza de Colón, En honor del gran Ponciano 62
María y Campos: Ponciano el torero con..., op. cit., p. 114-115. Probablemente se trate del festejo celebrado en la plaza de toros “Colón”, el 21 de agosto de 1887, tarde en la que además de la actuación de Ponciano Díaz, también se presentaron Ramón López y “El Chiquitín” (ambos banderilleros), en la lidia de “6 bravos toros y un embolado de El Tulipán”. 63
Habrá una regia función. El simpático Ponciano Se despide con afán, Toreando en su beneficio Los toros del Tulipán. Todos con placer irán A ver por última vez, A ese torero que es, El más diestro y más valiente, Cuando se haya frente a frente De la más valiente res. Como charro no ha de haber Ninguno otro que le iguale, Que nadie puede valer Lo que el gran Ponciano vale. De sus casillas se sale Tratándose de charrear, Y nadie le ha de igualar Para poner como rayo, Banderillas a caballo, Y menos para colear. Con su valiente cuadrilla, No reconoce rival, Que es el primero entre todos En el arte de torear. Nadie le puede ganar Cuando con la mano armada, Despacha de una estocada A la fiera más potente, Que es entre todos valiente Siendo la mejor espada. De paisanos y extranjeros Con muy sobrada razón, Llama a todos la atención Como el rey de los toreros. El famoso Cuatro Dedos Admiró su valentía, Mirando su sangre fría Para matar sin tardanza, Al toro de más pujanza Y mejor ganadería. Con muestras de regocijo Hoy el pueblo mexicano, Saluda en su beneficio Al renombrado Ponciano. Con gran pompa se despide En esta actual temporada,
El diestro que supo ser Siempre la primer espada. Valientre entre los valientes Y el más diestro en el matar, No hay nadie que frente a frente Con él se pueda parar. No reconoce rival Cuando con la reata en mano, En lucidos manganeos Se presenta Don Ponciano. No hay otro para las colas Ni tan fino y tan certero, Quedando siempre triunfante En la plaza y el potrero. Es un charro sin segundo En cosas de manganeo, Siendo notable, además, En el arte del toreo. Por eso los españoles Que en la plaza lo han mirado, Haciendo justicia al arte Su mérito han admirado. Este Don Ponciano Díaz Jamás se muestra orgulloso, Siendo en extremo modesto, Muy amable y afectuoso. Por eso siempre con gusto Todo el pueblo mexicano, Grita con grande alegría: Viva el valiente Ponciano. México. Tip. y Encuadernación de A. Vanegas Arroyo. Encarnación núms. 9 y 10. Anónimo.64 1887 CANCIÓN DEDICADA AL VALIENTE Y MODESTO TORERO MEXICANO PONCIANO DÍAZ. Con qué gusto y con qué afán Vamos a ver a Ponciano Con toros del Tulipán 64
Disponible en internet noviembre 8, 2019 en: http://ipm.literaturaspopulares.org/Inicio
Jugueteando mano a mano. Ahora torito, toro matrero, Allí viene Ponciano Díaz Para atirantarte el cuero. Las muchachas más bonitas Acuden alborotadas, A ver torear a Ponciano Gritándole entusiasmadas: ¡Ahora Ponciano! diestro sin par, Las mexicanas acuden Solo por verte torear. Los toreros españoles Que son en el arte diestros, Admiran la valentía De mexicanos modestos. Todos, toditos sin distinción, Aplauden del gran Ponciano La destreza y el valor. Sus compañeros del arte Le profesan amistad, Porque es mucho lo que sabe Pero es mayor su bondad, Y así le dicen con alegría, Viva el rey de los toreros Por su arrojo y valentía. México. Tip. y Encuadernación de A. Vanegas Arroyo. Encarnación núms. 9 y 10. Anónimo.65 1887 SEGUNDA PARTE De la canción y versos dedicados a Ponciano Díaz. AHORA PONCIANO, TE DICEN TODITOS LOS MEXICANOS, TE FELICITAN DEVERAS Y TE APLAUDEN CON SUS MANOS. no temas, Ponciano Díaz, el que se eclipse tu luz, ni que te pueda ganar ningún torero andaluz. Toro, torito, Toro matrero, Ponciano no tiene miedo Aunque seas del Contadero. 65
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Ponciano Díaz, en verdad, Es torero muy cabal Porque ni en España o México Ha encontrado otro rival. Toro, torito, Que eres de Atenco, Ponciano solo desea El que no le salgas penco. Ponciano cuando torea, Se le mira en su elemento, Y si el toro sale bravo El se muere de contento. Toro, torito Del Contadero; Ponciano lo capotea Pero con mucho salero. Le pega unas banderillas Al toro más enojado, Y aunque lo aplaude la gente Nunca se la echa de lado. Toro, torito ¡Ay! del Parral, Que a Ponciano lo verán Con un buen toro jugar. Cuando un bravísimo toro En la plaza se le suelta, Ponciano con mucho garbo Le saca la media vuelta. Toro, torito Del Contadero, Ponciano te matará Pero con mucho salero. Gusto causa a la verdad, Verlo pegar banderillas, Se las pone en el morrillo Y nunca por las costillas. Toro, torito ¡Ay! de San Diego, Da gusto verle pegar Las banderillas de fuego. De San Diego de los Padres El ganado es muy valiente, Pero Ponciano sin miedo, A todos les hace frente. Toro, torito Del Interior, No hay duda de que Ponciano
Es hoy la espada mejor. Ponciano sale a la Plaza Con gallardía y gentileza, Y el público entusiasmado Luego a saludarle empieza. Toro, torito, Sin murmurar, Con su espada muy filosa Ponciano te va a matar. Dicen que los andaluces Con gusto saben torear, Pero a Ponciano ninguno Ha de poder igualar. Toro, torito, ¡Ay! de Angangueo, A Ponciano solo sirves Para su puro recreo. En la plaza de los toros De Tlalnepantla afamada, Ponciano Díaz conquistó Una fama bien ganada. Toro, torito, Toro planchado, Hasta ahora a Ponciano Díaz Ningún toro lo ha golpeado. Con este y ya se acabó Esta canción de Ponciano, Y todos digan que viva Porque es puro mexicano. Toro, torito, Ya se acabó, Que viva Ponciano Díaz Que tanto toro mató. Propiedad particular.-Imprenta y Encuadernación, Encarnación 9 y 10.-México. Anónimo.66 1888 AL RENOMBRADO DIESTRO MEXICANO PONCIANO DÍAZ EN EL ESTRENO DE SU PLAZA Por tu arrojo y destreza intrépido Ponciano, ni allá en el suelo hispano 66
Impreso que forma parte de la colección del autor.
rival has de tener. Con solo una estocada firmísima, certera, le das muerte a la fiera rindiéndola a tus pies. Son ya cientos de toros a quienes cupo en suerte, esa súbita muerte que tu espada les dá. Viva el hábil torero, el diestro mexicano, sí, sí viva Ponciano, su nombre sea inmortal. Enfrente al toro y con espada en mano no hay quien iguale al célebre Ponciano. eres y hás sido tú, siempre el primero, en banderillas, lazo y coleadero. Enero 15 de 1888.67 1888 A PONCIANO DÍAZ Para comprender quién eres, y en la lidia lo que vales, basta de hombres y mujeres el clamor, cuando tú sales y certero al toro hieres. ¡Viva el valiente torero, que en el suelo mexicano ocupa el lugar primero! Tu nombre en México entero es Aclamado, PONCIANO. De otros toreros difieres tanto en la lid, que ya eres desde el centro a los poblachos ídolo de las mujeres, los viejos y los muchachos. El pueblo contigo es fiel siempre que lidias: le basta ver tu nombre en el cartel, 67
El Monosabio, T. I, Nº 9 del 21 de enero de 1888. Además: Biblioteca Nacional. Fondo Reservado. Hemeroteca. “Miscelánea mexicana del siglo XIX”: VOL. 121: EL NUEVO NACIONAL. T. I. México 17 de enero de 1888. N° 13.
y en incesante tropel la plaza llena entusiasta. Gozas de gloria y de fama y al público lo enloqueces, y toda Empresa te llama, y todo el pueblo te aclama cuando en la arena apareces! ¡Solo tú de miles de almas las plazas llenas, que calmas con tu presencia y arrojos! que admiran todos los ojos y aplauden todas las palmas. En el arte varonil que creó PEDRO ROMERO, conquistas, laureles mil; banderilleando gentil y dando muerte certero. Charro hábil y galano68 montado en brioso corcel y banderillas en mano al verte en el redondel, grita el Pueblo: ¡Ahora Ponciano! A caballo eres la flor, pues en toda suerte brillas como charro y picador, y al clavar tus banderillas no hay un jinete mejor! Por eso México entero te muestra hoy sus simpatías, y al darte el lugar primero, grita: -¡¡Que viva el torero sin rival, PONCIANO DÍAZ!!69 1888 Nació junto al nevado… Nació junto al nevado Y es de Toluca hijo, Lo que no se a punto fijo Es si nació a pie o montado.70 En otra edición dice: “Charro rillante y galano” Carlos Cuesta Baquero: Historia de la tauromaquia en el Distrito Federal. 1885-1905. México, Tipografía José del Rivero, sucesor y Andrés Botas editor, respectivamente. Tomos I y II. T. II., p. 227-228. Originalmente, estos versos fueron publicados en El Arte de la Lidia. Año III, Nº 6, 21 de noviembre de 1886, p. 3-4, fechados el 14 de noviembre de 1886 y firmados por PINTAMONAS. 68 69
1888 EN LA LISA DEL TOREO, DEL BUEN TOREO MEXICANO, NO HAY OTRO COMO PONCIANO NI EN JARA, ESPADA Y CAPEO Sin que ciegue la pasión y el provincialismo neto a dos cosas yo concreto mi canto en la situación: A tributar ovación al mexicano atrevido que para el toreo ha nacido como el ave para el viento, y á probar que su talento está bien reconocido. El hijo bueno que adora a su cariñosa madre, (aunque al vulgo no le cuadre) un buen caudal atesora, y le va bien en toda hora, aunque las creencias sean mías; por eso á Ponciano Díaz llovieron las bendiciones en las duras aflicciones que fueron sus alegrías. Al ir para el redondel a su madre le pedía la bendición y salía sobre su brioso corcel: Banderillas ponía en él, y con su espada destaca, y no había res gorda o flaca que, con su aplomo y bravía, no fuera á carnicería con un solo mete y saca. Después de torear aquí con gusto, destreza y maña, marchó á las plazas de España donde su muerte creí, allí torear yo lo ví con gran arrojo y denuedo, y en Barcelona y Toledo aplausos mil recibió, y el público lo llamó:
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El Eco Taurino. México, 9 de diciembre de 1937. Nº 444.
“el mexicano sin miedo”.71 1888 MARCHA “PONCIANO DÍAZ” Con música del maestro P. Inclán. Se presenta al redondel el simpático Ponciano, el valiente mexicano, que al toro sabe vencer. Miradlo como se entrega a repartir su cuadrilla y miradlo como brilla durante toda la brega. Ya con la capa se avanza a desafiar a la fiera, que orgullosa y altanera al verlo, sobre él se lanza. Pero él con calma y destreza se encara con la atrevida hasta que la ve rendida y humillada la cabeza. Con un estilo sencillo toma un par de banderillas las pega, no en las costillas, sino en el mero morrillo. Y si las pone a caballo, en esto no tiene igual, pues le he buscado rival, y en México no lo hallo. Tocan por fin a matar; la suerte más arriesgada, pero él tomando la espada, a la bestia va a retar. Y allí con su faz serena con una buena trasteada, le da al bicho una estocada que lo hace morder la arena. Y con la cabeza erguida a sus pies mira postrado al toro que ya ha matado, al toro que está sin vida. Entonces el soberano aplaude con fe sincera, porque es la espada primera en México, el gran Ponciano!72
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Colección Julio Téllez García. Biblioteca Nacional. Fondo Reservado. Hemeroteca. “Miscelánea mexicana del siglo XIX”: VOL. 121: EL NUEVO NACIONAL. T. I. México 17 de enero de 1888. N° 13. 72
ANSELMO G ARUSTI. 1888 AL VALIENTE ESPADA MEXICANO PONCIANO DÍAZ. Al inaugurar su gran plaza de Bucareli. (CORRIDO) Febril y lleno de gozo todo el pueblo mexicano en masa va presuroso a saludar á Ponciano. Pues ha llegado el momento en que se debe admirar al que con justo contento en su plaza va á torear. De las plazas de Mixcoac, de Tulancingo y Pachuca no se oirá más la boruca, pues hay otra que admirar. En la cual, estoque en mano y con un toro valiente, se encuentra muy frente á frente el gran torero... Ponciano. La fama lleva su nombre, y en valor á nadie engaña, pues ha alcanzado renombre hasta en el reino de España. Toreros aquí han llegado de muy grandes compañías, pero nunca han alcanzado lo que tú, Ponciano Díaz. Como torero es valiente, y como charro atrevido; por eso toda la gente jamás le echa en el olvido. Hasta hoy no hay quien se le iguale en la suerte de matar, ni tampoco en lo que vale cuando va á banderillar. Pues que con serenidad al toro mata y comprende; y el público bien entiende que lo hace con humildad.
El público en proclamarte lo hace con mucha constancia, porque no te das jactancia como lo hacen los del arte. Trabaja, en fin, con anhelo, que así siempre te querrán los hijos de aqueste suelo que llaman Tenoxtitlán. En fin: ¡viva el gran torero! ¡Viva nuestro noble hermano! ¡Viva él, que es siempre sincero! Y ¡viva el bravo Ponciano! México, Septiembre de 1894.73 Pero no todo había de ser lirismo espontáneo y admirativo. Llegaron los toreros españoles y la popularidad de Ponciano se convirtió en partido nacionalista. Entonces los bates le cantaron estrofas, en las que empezó a chorrear odio y rencor, anunciando el ocaso del torero tricolor. 1888 ¡¡QUANTUM MUTATUS AB ILLO!! Coronas de laurel para el guerrero emblema hermoso de eternal memoria coronas esculpidas por la Historia en el bronce ó el mármol duradero. Si un tiempo fuisteis el afán primero del inspirado trovador, su gloria, os habéis convertido en irrisoria ofrenda concedida hasta el torero del histrión infeliz ornáis la frente entre el aplauso de la turba necia quel circo aserda, cual turbién rugiecen quien de sensato con razón se precia ¡¡Oh coronas!! os mira indiferente y vuestro brillo el pensador desprecia. FRANCISCO SOSA.74 1888 Obsequios a Ponciano… Brillan en tu frente la audacia y el valor: Nadie te iguala, sereno matador. Es mundanal la fama de Frascuelo. 73 74
Colección Julio Téllez García. Carlos Cuesta Baquero. Trabajos Inéditos. (1920-1945. Obra mecanuscrita). Documento Nº 43, p. 13.
Pero la tuya se remonta al cielo. Anónimo.75 1888 CANTARES TAURINOS. EL PRIMER GALLEO. Por el arte entusiasmado Con sus capas y sus hierros Fueron a lidiar becerros Seis o siete aficionados. Una vez el bicho suelto, Becerro de condición, Y según la filiación lomipardo y cornivuelto. Salió Andrés, el buen Andrés, que se distinguió en Gencibras por ser de muy pocas libras y de muchísimos pies. Y con natural deseo, ocultando lo cobarde, quiso comenzar la tarde con un lucido galleo. Sin que el peligro le importe, en irse al bicho se apresta pero con la capa puesta como para dar recorte. Abre con mucho donaire los brazos firme y resuelto y entonces el cornivuelto le da una vuelta en el aire. Como esquila el pobre Andrés dio vuelta en la inmensidad pero por casualidad cayó en el sitio de pie. “Así me da gusto verte” gritó en la barrera alguno, y a igual tiempo agregó un tuno: 75
El Universal, D.F., del 29 de agosto de 1888, p. 4. En ocasión de un festejo, le fueron obsequiados a Ponciano Díaz varios presentes. Entre otros, un cuadro que le presentó el Sr. Jose Gómez Monroy. Este laborioso trabajo representa una cornisa, del orden compuesto, hecha a pluma y pincel por el dibujante Antonio Gómez Monroy. Sobre la cornisa está la Fama coronando a Ponciano y en una de las coronas puede verse la siguiente inscripción: “Nonor al genio” “Viva Ponciano Díaz”.
“¡que nos repita la suerte!” Sintiéndose Andrés morir del susto en aquella fiesta, murmuró: suertes cual esta no se puede repetir. Y tomó tal aprensión que le acobardó un capricho: tuvo miedo, más no al bicho sino a la repetición. Juan de Dios Peza.76 1888 Aquí otros “Cantares Taurinos”, sólo que de la autoría de Rafael Medina: CANTARES TAURINOS. ¡OH LAS MUJERES! -Manolo, que las adoro, -Y yo también. -Pues prefiero que me des dos puñaladas a dejártela. -Lo creo, mas es que hay una grandísima dificultad. -¿Cuál? -Es ello, que yo la adoro igualmente y puñaladas no quiero, conque… véte y buenas noches. -Irme de aquí ¡ni por pienso! Manolo que la Jesusa me quiere a mí. -Bueno, bueno, pues a mí más y se acaba, que yo no estoy para cuentos, ¿entiendes? La otra tarde cuando la brindé el tercero, vi la cara que me puso, ¡recontra! como diciendo: “Viva tu gracia y tu sangre, ¡Redios! eres un maestro!” -Y cuando la brindé el cuarto, no me dijo ná, zopenco, con esos ojos que tiene Estos versos, aparecieron reproducidos en el “Programa de lujo”, correspondiente a la tarde del 26 de octubre de 1947. Col. Julio Téllez. 76
que parecen dos luceros. -Pues qué te dijo? -Friolera, Que era mía cuando menos. -¿Y cuando más? Si te burlas, te juro que te reviento. -Pues chico, yo no desisto, -Ni yo tampoco la dejo, Así hubiera de arrancarla A un Miura de entre los cuernos. -Hablas de veras? -De veras. -Entonces solo hay un medio de acabar esta disputa. -Ese es mi solo deseo, Habla. -Allí está su ventana, ven conmigo, llamaremos, cuando ella salga que elija entre los dos y laus deo, el preferido se queda y el otro se larga. -Bueno, Pues llama y espera un poco. -Ya se escucha ruido adentro; ya abren. -Muy buenas, Jesusa, Adiós Manolo. -¿Qué veo? no es Jesusa -Señá Juana, ¿la Jesusa está durmiendo? -Puede ser. -Pues no está en casa? -¿Cómo, no saben? ¿Qué es ello? -Que ayer noche se ha largado. -¿Con quién? -Con un mulillero! Rafael Medina. 1888 Beneficio de Diego Prieto Cuatrodedos, que tuvo lugar en la plaza de Colón. A los amantes de Tauro Les traigo un gran notición, Que un beneficio verán En la plaza de Colón.
En esta plaza, señores, sin que a nadie cause celos, se lucirá el español Diego Prieto, “Cuatrodedos”. Para no tener enredos, no quiso, de San Rafael. que vinieran a torear Machío, Jiménez o Mauro, para sorprender él solo a los amantes de tauro. Esta tarde, en San Rafael, anuncian como es muy cierto, que lidiarán bravos toros, pues los traen desde el desierto. Mas Diego Prieto que es diestro y que jamás nos engaña, hizo trajeran de España de toros un pelotón; para que concurran todos, les traigo un gran notición. La destreza de este Prieto, aunque es blanco de color, ante las astas de un toro nunca pierde su valor. Porque fuera deshonor que el público lo silbara, y del redondel lo echara cual un pobre sacristán, y por eso les anuncio que un beneficio verán. En esta tarde, señores, se lucirá muy ufano, con los toros españoles Moreno “el Americano”. Matará con diestra mano con solo de una metida Manuel Mejías “Bienvenida”, al toro más rechulón, y aplausos recibirá en la plaza de Colón. López y Márquez también exponiendo sus costillas, lucharán por pegarle bien al toro las banderillas. Lo mismo los mexicanos, Tomás Vieyra, y Genovevo, con banderillas de fuego al toro volverán ciego.
Jugará con esos bichos como con la bota Bato, Francisco el banderillero y de apellido Lobato. Francisco Sánchez, de España, que le dicen “Albañil”, picará al toro valiente, cuando salga del toril. Y también Manuel Cantares con mucho tino y maestría, a los toritos planchados picará con gallardía. Lo mismo los mexicanos José Meza y Gerardito, tan manso pondrán al toro como si fuera leguito. Esta función la dedica Diego Prieto, muy ufana, a la sociedad entera de la nación mexicana. Y cumpliendo su deber para que no haya “ñañola”, se la dedica también a la colonia española.77 1888 ¡Honra al valiente toreo que es de todos el primero! Para torear por lo fino No ha de haber otro mejor, Que el valiente Cuatro dedos Honra del suelo español. El que ha visto a Diego Prieto no tiene ya más que ver, pues él hace con los toros lo más que es posible hacer. Casi no se puede creer que haya un hombre tan valiente, que desafíe frente a frente a la más altiva fiera, Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…): Este documento no lo encontré reproducido en alguna obra en particular, sino que fue tomado directamente de su publicación original, que fue realizada en Imprenta y Encuadernación en la Ciudad de México. Pertenece a la colección de Mercurio López Casillas. 77
como si tan solo fuera un borreguito inocente. Más de una vez se le ha visto arrojarse con valor, casi a una muerte segura por salvar a un toreador. Siempre en la ocasión mejor y en donde el peligro es cierto, luego está allí Diego Prieto para salvar a cualquiera, arrojándose a la fiera y exponiéndose a ser muerto. De los toreros de España es sin disputa el primero, pues no se había visto aquí otro tan hábil torero. Es audaz y tan ligero que ningún toro lo atrapa, y da los quiebros sin capa con tal destreza y maestría, que nadie al verlo creería cómo del toro se escapa. Siempre el pueblo mexicano que apreciar sabe el valor, lo mira siempre con gusto y lo aplaude con furor. “Cuatrodedos” es honor del suelo que le dio el ser, pues ha sabido hacer ver que el valiente pueblo hispano es del de México hermano por su osadía y su valer.78
De Francisco Sosa se conoce de entre su gran obra literaria una que aborda el tema taurino, pero desde una posición donde cuestiona su curso y desarrollo. En su momento, cuando se abordó el fenómeno de Ponciano Díaz, se incluyó un fragmento de la EPÍSTOLA A UN AMIGO AUSENTE, publicada en 1888, a propósito de la inauguración de la plaza de toros de Bucareli y que ahora reproduzco en su totalidad. 1888
Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…): Este documento también fue tomado directamente de su publicación original, que fue igualmente realizada en Imprenta y Encuadernación en la Ciudad de México. Pertenece a la colección de Mercurio López Casillas. Cabe mencionar que también lo localicé, con algunas variantes en su redacción, en la siguiente obra: “Historia del toreo en México”, Domingo Ibarra, Imprenta de J. Reyes Velasco, México, 1887, páginas 76 a 78. 78
EPÍSTOLA A UN AMIGO AUSENTE ¡Felice tú, de México distante! Feliz sin contemplar el bochornoso solaz a que se entrega delirante. Nadie tiene un momento de reposo hasta que llega el suspirado día de dirigir sus pasos hacia el coso. En tanto, está desierto el de Talía templo que viste, con placer, henchido cuando sangriento redondel no había. En tanto, está humillado y abatido del egregio Rebull, de Anáhuac gloria, el arte, y lanza su postrer gemido. Donde quiera que voy, la horrible historia escucho, sin querer, de la faena; lo mismo entre los cultos que entre la escoria. Donde quiera que voy, miro que llena la tropa de los diestros, la ancha vía ostentando trenzada la melena. Discurren en ruidosa algarabía, cual si taberna fuese autorizada la gran Tenochtitlán, para su orgía. Sucia hueste infantil, predestinada a formar de las hordas el racimo, a seguirles se encuentra consagrada. Y no es ella no más, la que el arrimo anhela delirante, del torero, y así afanosa le prodiga el mismo: El apuesto doncel, aunque altanero se cree superior, por sus corceles, y usurpa las funciones del cochero, Halla en los diestros los amigos fieles que quiso ver jamás en los que anhelan de la ciencia inmortal ricos laureles. No pienses que mis versos te revelan en asquerosa desnudez la llaga que montes y aguas a tus ojos velan. Mucho calló, en verdad; mayor la plaga es, que hoy corrompe la ciudad querida cuyo recuerdo sin cesar te halaga.
Ay! Si la vieras en el fango hundida! Taurófilos y hetairas, de su seno ¡oh mengua! quieran arrancar la vida. Llega el influjo del letal veneno a la dama gentil y encantadora, un tiempo vaso de ternura lleno. Ya no tiembla a la grita atronadora que allí en el ancho redondel se escucha, ni horrenda interjección la descolora. En los sangrientos lances de la lucha hoy funda su ilusión, y así proclama que de ser la fortaleza es mucha. Lo dudas, ¿no es verdad? ¿piensas que infama a la dulce beldad, el labio mío porque me hirió con su desdén la dama? ¿Encuentras imposible desvarío en tierna joven, candorosa y pura, mirar cual corre de la sangre el río? Calle mi voz, y la sin par ternura te halague entonces del cantar sonoro en que un bardo traduce su amargura. Logren las notas de su lira de oro revelarte mejor, cual se degrada el ser que fuera de bondad tesoro: En la plaza te ví; te ví en la grada, y te confieso que con honda pena, implacable, feroz, transfigurada. Te mantuviste allí más que serena, y fija tu mirada centellante no se apartó de la sangrienta arena... (No olvides que quien habla es un amante por más que tú le juzgues rudo y fuerte y que se encuentra de su bien delante.) Oh! Qué horrible te hallé de aquella suerte! aun pienso con espanto en la corrida, pues ya se que la sangre te divierte. Del desengaño la profunda herida el pecho traspasó del inspirado, al ver la estrella de su amor perdida.
Entonces en terceto apasionado, como nota final del canto hermoso que es queja y maldición y grito airado; Como suspiro tierno y amoroso en la hora de la amarga despedida, le dice con acento doloroso: ¿Tú mujer? ¿Tú la madre prometida? ¡Si gozas con la lucha y con la muerte, y una madre es amor, y paz y vida!... El bardo así cantó; y al ofrecerte sus versos, engastados en los míos, pienso, que fe profunda, conmoverte. Que si pálidos son, y son tan fríos mis versos como el viento de la noche, o cual del Norte los nevados ríos. Con los ajenos, diamantino broche los quisiera poner; mas necesito de tu paciencia hacer el gran derroche. Pues fuera imperdonable mi delito si ante los duelos de la patria amada quisiera sofocar del pecho el grito. A México, -¿me escuchas?- transformada, si a su suelo volvieras, la hallarías, por la fiebre taurina aletargada. Despreciadas son hoy las armonías de música sublime que atesora del corazón las penas y alegrías. Percíbese doquier la engañadora canción del papelero que a millares los pliegos vende que la plebe adora. No pienses que esos son los ejemplares del libro do se guardan del poeta sentidos y armoniosos los cantares: "El Arte de la Lidia", "La Muleta", "El Arte de Ponciano" y el "Toreo", la crónica hiperbólica y completa. De la lid del domingo en el Paseo; de Mazzantini la mejor historia y su triunfo en el viejo coliseo. ¿Te acuerdas? Los laureles de la gloria
estaban a los genios reservados y eternizaban, pura, su memoria. Hoy se ven los toreros coronados, porque del vasto redondel la arena cruzaron tantas veces desolados. Y mientras torpe muchedumbre llena las gradas, las lumbreras y el tendido, y ebria de gozo con su aplauso atruena. Desierto está el taller!; en el olvido bella esposa infeliz, a quien persigue el Tenorio en ausencias del marido. Ah! Voz ninguna detener consigue al que se lanza en pos de loca orgía, aunque el deber a lo contrario obligue. Toros y pan el español pedía cuando un imbécil rey le sojuzgaba en tiempo infausto, de memoria impía. Y el pueblo mexicano que se alaba con razón, en el siglo diez y nueve, de ver al fin de la libertad que ansiaba Para tocar la cima, en plazo breve del brillo, del poder y la grandeza, ¡No más que en toros a pensar se atreve! En vano el aguijón de la pobreza siente en su húmedo hogar el artesano y en el suelo reclina la cabeza. El hijo de su amor, doliente, en vano le pide un pan por conciliar el sueño y de hambre espira el infeliz anciano. Las prendas todas de que fuera dueño, cuanto llevar pudiera como abrigo, por los toros se encuentra en el Empeño. Como es del picador constante amigo, adorador más bien, todo lo olvida por ir a ser de la ovación testigo. Y mientras mira el empresario henchida, en la tarde, su caja, de doblones fruto brillante de la atroz corrida. El hábil comerciante decepciones encuentra nada más, y a ver empieza
de negro porvenir los nubarrones. La juventud las aulas con presteza indócil abandona, y abatido el profesor sucumbe de tristeza. Que el fruto a sus desvelos prometido al brindar de su ciencia los tesoros, perdida mira, por su mal, perdido!... Los grandes y pequeños, en los toros pensando nada más, y por remate rindiendo adoración a copas y oros. De tantos vicios el terrible embate, como de negra tempestad bravía, cuanto hay de noble aquí, todo lo abate. ¡Plegué a los cielos que al tornar un día al suelo hermoso cuyo bien te halaga, tu corazón inunde la alegría libre al mirarle de la horrenda plaga! México, Enero 22 de 1888.79 Francisco Sosa. 1888 UNA GUASA DE RAFAEL A Juan Gallegos Le dijo al buen Lagartijo un gitano sevillano, con aire calamocano y con cuerpo de botijo: -Por el santo Crucifijo, por la Virgen Santa y pura, déme usted de aquella untura que al ponérsela en la piel lo libra en el redondel de un trastorno en la figura. -¿Qué ungüento es ese? -Gaché, usted lo compró en Utrilla, y con él ganó en Sevilla muchísimo parné. Aquí en reserva yo sé 79
Francisco Sosa: Epístola a un amigo ausente (véase: Lecturas taurinas del siglo XIX..., op. cit., p. 115124).
que usted con sólo una untada se libra de una cornada y amedrenta a todo bicho y yo me traigo el capricho de hacerme primer espada. Así tendré pan y guita y viviré muy contento, convide usted del ungüento que todo peligro quita. por nuestra Madre bendita perdonando la intención saldré airoso de la función y pondré a la fiera quieta y el estoque y la muleta me darán reputación. Lagartijo comprendiendo la torpeza del gitano, le dijo: -Venga esa mano que ya me estás convenciendo. El domingo amaneciendo, a mi casa te vendrás, allí te desnudarás y haré que mi muletero te pinte bien todo el cuero y ya untado... ¡matarás! -Verá usted con cuánto brío todo peligro conjuro, y ante mi golpe seguro el bicho de más trapío, caerá al suelo sin sentío y palmas escucharé y al toro recibiré porque matarlo deseo por derecho y sin cuarteo y menos a volapié. Quedó bien apalabrado el curro con Rafael de embadurnarse la piel el Domingo señalado. El ungüento preparado solo para aquella vez era sebo de Jerez con alquitrán, cola dura en una espesa mixtura de trementina y de pez. Con un brochón escogido, cojo quien barniza cuero, pintaron el cuerpo entero
del gitano decidido. Quedó tan desconocido y tan rígido al andar, que sin poder menear sus robustos miembros, dijo: -Si mi madre ve a su hijo no le va ni a saludar. Llegó el esperado instante y al mover de mil sombreros salió con sus seis toreros Lagartijo por delante el gitano vacilante quedó junto al callejón y luego, en cada ocasión que al bicho miraba a un paso gritaba: No te hago caso, matarte es mi obligación. Toda la primera parte de la lidia fue serena, tomó cada vara buena con voluntad y con arte. los palos muy bien, aparte de dos con falsa salida y un intento de cogida; mas terminada la suerte, pidió el Presidente muerte con la señal convenida. -Anda-dijo Rafaely con apostura altiva dio en regla la alternativa al sucio gitano aquel: -Vete derecho hasta él y te ciñes sin gindama, corta sí ves que reclama el bruto y extiende el trapo sin saltar como gazapo porque dirán que te escama. El gitano se quedó sin dar señal de trabajo, miró arriba, miró abajo, y a todas partes miró. A poco el bicho llegó y el, viendo la frente armada de aquella bestia irritada tiembla cobarde, se inquieta y arroja al aire, muleta, trapo, montera y espada. Silbó el público a rabiar;
Lagartijo enfurecido, así dijo al aturdido que no cesó de temblar: ¿A esto le llamas matar...? -Por la Santa Virgen pura no me sirvió la pintura y ya me voy de otro lado, que el bicho está acatarrado y no puede oler la untura. -Dame la espada, barbián, y vete con los cencerros y trasquila asnos y perros en la plaza de San Juan. Las unturas que se dan en Sevilla y en Madrid a todo el que entra en la lid, son la astucia y el valor; ¡Las usaba aquel señor a quien llamaban el Cid!80 Juan de Dios Peza. 1888 MATAR Y MORIR ¡Terrible fatal instante! El bicho ya va a morir quiere con furia embestir y está el matador delante. Un pase... dos... otro más y otro porque así conviene y listo el diestro va y viene adelante y atrás. Sigue la brega: atención; en redondo tres iguales y luego dos de telón. La gente se desespera y en los tendidos se agita y algún chulo que grita ¡Está de Dios que no muera! En frente del matador muy serio y muy enfadado y en la barrera sentado mira el coso y gran actor. Con gesto de rabia y susto cansado de ver la brega su estentórea voz desplega en un grito de disgusto... ¡Cobarde, cíñete allí 80
La Muleta. Revista de toros. Año II. México, octubre 14 de 1888, N° 2.
¡no saltes como gazapo! ¡Mandilón extiende el trapo! ¡Vamos... no corras así...! ¡Se nos acaba la tarde! ¿Y para esto hicimos los gastos? ¡Quítate, deja los trastos, métete a cura, cobarde! Volvió el rostro el matador que de rojo figuraba y así dijo al que gritaba, al mismo y renombrado actor: “En el teatro yo sé morir de mentirijillas, aquí muere de chipé... Cambiaremos las costillas compare ¿qué dice uste? Esto en caló de la corte casi equivalió a decir: “Non es lo mesmo morir que parale de la morte”81 1888 EN LA PLAZA Hija del pueblo, morena, vestido de medio raso azul celeste, de razo que al andar cruge y resuena, negros cárieles, mantilla blanca, y dos flores sembradas en el cabello, arrancadas de los huertos de Sevilla. Peinete de teja, brío, terso cutis, labios rojos y sobre todo unos ojos de ¡perdónalos, Dios mío! Así –juro por el Cidla ví en un palco escogido, estando yo en un tendido de la Plaza de Madrid. ha de ser tierna, pensé, casta, encantadora, pura; su boca, toda dulzura, su corazón toda fe... Airosa, gentil y bella, mi admiración la acompaña, ¡No ha de haber en toda España! Mujer tan linda cual ella! si es tan dulce su mirar será su voz como arrullo... 81
El Eco Taurino, Nº 429 del 14 de enero de 1937. Col.: Julio Téllez García.
Mas, ¿qué pasa?... ¡Gran murmullo! ¡Lagartijo va a matar! Calla la gente más tosca y ve al más pulido doncel. Se puede en el redondel oír volar una mosca. Que todos saben, de fijo, los asombros que arrebatan al pueblo siempre que matan o Frascuelo o Lagartijo. ¿Quién tal acto no respeta? A otro enumerar la toque todos los pases de estoque y los pases de muleta. El bicho, rasca el terruño embiste y queda sin vida por una buena metida por todo lo alto hasta el puño. ¡Qué entusiasmo! ¡Qué ovación! La plaza entera temblaba y la dómina gritaba reventándose el pulmón. -¡Qué bien lo has matao sin confesión, pobrecito! ¡Qué bien matas, condenao! ¡Y ésta –dije- es la paloma de hermoso y níveo plumaje; ¡Vamos, que aliente coraje y tiene dulce el idioma! Y decepcionado ya de mi tremenda vecina, volvíme en una berlina a la calle de Alcalá.82 Madrid, 1888. Juan de Dios Peza.
ESPECULACIONES HISTÓRICAS. DE LA CREDIBILIDAD A LA SOSPECHA. UNA REVISIÓN MINUCIOSA A “LAS CORRIDAS DE TOROS” DE RAFAEL LÓPEZ DE MENDOZA. Las presentes notas, corresponden al análisis hecho a las “Fotografías instantáneas. Cuadros Críticos. Escritos en verso por el Gral. Rafael López de Mendoza. 83 Apenas un año atrás, y en febrero de 1887, las corridas de toros retornaron a la ciudad de México; precisamente el 20 de febrero84 luego de ser derogado el decreto de prohibición, emanado de la Ley 82
El Eco Taurino. Nº 429, del 14 de enero de 1937. “Fotografías instantáneas. Cuadros Críticos. Escritos en verso por el Gral. Rafael López de Mendoza. Las Corridas de Toros”. México, Librería LA ILUSTRACIÓN, 1888. 16 p. Debo el obsequio de este ejemplar fotocopiado al licenciado José Rodríguez. 84 PIEZA -Cartel taurino. 83
de dotación de fondos municipales del 28 de noviembre de 1867. Diversos empresarios, en sociedad con algunos toreros, pronto se dieron cuenta de las enormes posibilidades económicas generadas por la opción que representaba la recuperación de un espectáculo que, al margen de la prohibición en la capital del país, podían disfrutarla los espectadores en plazas como la del Huisachal, Cuautitlán, Puebla, Texcoco, Tlalnepantla, Toluca que eran las más inmediatas a la ciudad capital. Fue tal aquella condición que pronto inició la construcción de varias plazas, a las que se sumó un verdadero movimiento de la prensa, desde la cual se establecieron tribunas que alentaron el entusiasmo. Plumas y voces como las de Enrique Chavarri “Juvenal”, Francisco Sosa o Rafael López de Mendoza, mostraron su rechazo de diversas formas entre la oleada sin precedentes de aquella movilización extraordinaria. Entendiendo la visión crítica de estas ideologías, puede percibirse el conjunto de excesos que representaba vivir bajo el síndrome taurino que se registró en lo particular durante el año de 1888. Mientras la prensa taurina pro-nacionalista o pro-hispanista contó con elementos de más para publicar y difundir sus ideas en diversas publicaciones, en las que también no dejaba de hablarse de los abusos, corruptelas y otras guasas de empresarios, toreros, ganaderos y hasta subalternos con lo que los aficionados tenían motivo suficiente para soliviantarse, estallando en broncas de pronóstico que terminaron en más de una ocasión con la destrucción parcial o total de la plaza, todos estos factores dieron motivo para que las autoridades dispusieran la prohibición como medida no represiva, sino correctiva para hacer ver que disturbios como aquellos, nada bueno traían. Si esta reflexión provenía de la prensa taurina, qué se podría esperar de la prensa diaria o de los semanarios que veían desde fuera todos los síntomas registrados por un espectáculo que se relajaba más y más, sin que pudieran verse cambios significativos, sobre todo en lo referente a corregir lo incorregible en unos momentos en los que la fiesta de toros, a pesar de aquellos inconvenientes, encontraba misteriosos estímulos, los cuales empujaban por caminos indeseados a toda la estructura participante que, en medio de la fascinación no se daban cuenta cabal del enrarecido ambiente, causante de aquel estado de cosas. Mientras unos advertían, otros festinaban. Algunos más, lanzaban opiniones críticas y centradas sobre aquellos excesos, traducidos en las nueve plazas, cuatro escuelas de tauromaquia y la irrupción de toreros españoles que se sumaron a una inestable presencia de los nacionales, encabezada por Ponciano Díaz. Dicha inestabilidad fue el resultado de la dispersión de toreros inmediatamente después de haberse puesto en práctica el decreto prohibitivo de 1867, creándose pequeños feudos o monopolios en los estados más representativos, donde la afición a los toros era sólida e intensa. El retorno que estimuló la reactivación (a partir del 20 de febrero de 1887), no presentó cosas favorables para los diestros mexicanos, quienes se encontraron con un panorama cubierto por toreros hispanos los que, desde 1882 comenzaron a ubicarse en puntos estratégicos, dejando o quedando sitios de privilegio para Ponciano Díaz, Ignacio Gadea, Rafael Calderón de la Barca, Gerardo Santa Cruz Polanco, Timoteo Rodríguez y algunos más. Por eso, los versos de López de Mendoza se refieren a esa circunstancia y no a otra. Más bien, encontramos en su discurso poético –tan parecido desde luego al de Francisco Sosa en su Epístola a un amigo ausente del mismo año-, la crítica acerca de las actitudes populares fuera de control, donde solos o en masa eran capaces de cometer excesos ya por lo ridículo en uno o lo espantoso en -Medidas: 17.4 x 57.8 cm. -Características principales: PLAZA DE TOROS / CALZADA DE San RAFAEL / ¡¡Primera Corrida de Estreno!! / PARA LA TARDE DEL / DOMINGO 20 / DE FEBRERO DE 1887. / Selecta Cuadrilla escogida / por el Célebre y popular / Diestro Mexicano / Ponciano Díaz, / Compuesta de 3 Espadas, 6 Picadores, / 6 Banderilleros, etc., etc. / Se lidiarán / ¡6 TOROS! / A MUERTE / De la ya muy Acreditada Hacienda / De Parangueo / Escogidos también por el mencionado Primer Espada MEXICANO / Terminando la Corrida con un 7 TORO EMBOLADO / Para los aficionados. / La corrida empezará a las 4 en punto / AL DAR LA SEÑAL LA AUTORIDAD / Las puertas de la plaza se abrirán a la una. -Estado de conservación: Bueno. Es copia del original. Fuente: Colección del autor. -Imprenta: Tip. Callejón del Ratón núm. 2.
muchos. Los hay que quieren hacer réplica del personaje más “chic” del momento y se convierten en una mala y hasta ridícula copia. Esta crónica citadina en verso, retrata y reprocha a los buenos estudiantes, a los jornaleros que se dejan llevar por el encanto de Tauro. Habla del lenguaje florido, lo mismo en La Concordia que en cualquier plaza de toros. Sin embargo, lo que más apunta es de las corridas de toros, ese estereotipo que si no renació de las cenizas, casi..., se constituyó en un símbolo emblemático sin parecidos con el comportamiento –por ejemplo-, de este mismo espectáculo durante el año de 1852, cuando entre las plazas de San Pablo y Paseo Nuevo se dieron alrededor de 53 festejos (localizados en diversas fuentes hemerográficas y bibliográficas) que apenas registran un pequeño incidente ocurrido no en ese año, sino en noviembre de 1851, justo el 30 de aquel mes. Era la segunda corrida luego de la inauguración del coso. Actuaba Bernardo Gaviño y su cuadrilla con siete toros, incluso el embolado de la hacienda del Cazadero.85 Y aunque desde 1887 y 1888 se pretende reglamentar el espectáculo taurino –disponiendo para el caso de la vieja norma de Luis Quintanar de 1822, y algunos bocetos de un reglamento, modelo de la anterior disposición, elaborados en 1852-, fue hasta 1895 en que estuvo vigente un reglamento en toda forma. Tantos años como permaneció acéfalo el espectáculo, con apenas algún intento de control, permitió que ocurrieran aquellos excesos, provocando algunas suspensiones temporales entre el periodo 1890-1894.86 Las autoridades no contaban con elementos 85
Heriberto Lanfranchi: La fiesta brava en México y en España 1519-1969, 2 tomos, prólogo de Eleuterio Martínez. México, Editorial Siqueo, 1971-1978. Ils., fots., T. I., p. 140. “ESCÁNDALO.-Ayer, en la nueva plaza de toros, la fuerza armada que la autoridad envía para cuidar del orden mostró el mayor empeño en alterarlo y en insultar y atacar a los concurrentes. “En esa diversión ha sido siempre costumbre que el público grite aplaudiendo o censurando los lances que ocurren en la corrida y jamás ha resultado de esto daño alguno. “Pero ayer los soldados quisieron imponer silencio a algunas personas y para ello aun usaron de sus fusiles, dando culatazos, calando bayoneta y queriendo hacer fuego y si no ocurrió una desgracia lamentable, esto se debe sólo a que entre los concurrentes hubo quienes no permitieron a los soldados consumar sus atentados. La autoridad permaneció impasible. “El público, justamente indignado, comenzó a gritar: ¡Fuera, los soldados!, y estos se retiraron... “Triste es que quienes así se conducen sean hombres que sirven en lo que se llama guardia nacional, y muy sensible que las autoridades no repriman sus excesos. Es muy de notar que todo esto pasó en presencia del Sr. Presidente de la República, que honraba con su asistencia la corrida de toros”. (El Siglo XIX, Nº 2836, del martes 2 de diciembre de 1851). Por su parte, MIGUEL MARÍA DE AZCÁRATE, coronel retirado y gobernador del Distrito Federal, hizo del conocimiento “Que entretanto se publica el reglamento que he creído conveniente para la diversión de Toros, con el deseo de evitar los peligros a que se exponen los toreros, cuando se arrojan a la plaza frutas o cáscaras de éstas y cualquiera otro objeto, que pueda ocasionarles resbalones o caídas, he dispuesto lo siguiente: ART. ÚNICO. Se prohíbe en las diversiones de Toros tirar a la plaza frutas, cáscaras, ó cualquiera otro objeto que pueda causar algún mal a los toreros, bajo la pena de 5 a 50 pesos de multa, o de tres días a tres meses de grillete, sin perjuicio de la que imponga la autoridad competente por el daño que se ocasione. Y para que llegue a noticia de todos mando se publique por bando en esta capital, y en los demás lugares de la comprensión del Distrito fijándose en los parajes de costumbre. México, Diciembre 28 de 1851. Miguel M. De Azcárate Mariano Guerra, secretario. 86 José Francisco Coello Ugalde: “Cuando el curso de la fiesta de toros en México, fue alterado en 1867 por una prohibición. (Sentido del espectáculo entre lo histórico, estético y social durante el siglo XIX)”. México, 1996 (tesis de maestría, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México). 238 p., p. 205206. OTRA PROHIBICIÓN, DESAHOGO Y REFUGIO. El día 2 de noviembre de 1890 se arma tremenda bronca en la plaza de toros "Colón" donde se jugaron astados de Guanamé por Carlos Borrego "Zocato" y Vicente Ferrer. Fue tan malo el ganado y causó tal malestar que obligó a las autoridades a suspender las corridas de toros por cuatro años. Y como ya hemos visto, los incidentes de aquella tarde se desarrollaron en medio de actos violentos. Ponciano Díaz, por su
legales emanados del espectáculo que en sí mismo debía regirse con criterios establecidos por los usos y costumbres. La crónica en verso de López de Mendoza es un vivo retrato de la realidad. Este personaje extraído de las milicias porfirianas, resultaba un desconocido hasta que tuve oportunidad de conocer otra obra suya, publicada y representada en 1887,87 junto a otros “juguetes cómicos” y obras de teatro menor. López de Mendoza parece ser el autor de otros trabajos bajo la idea de esos “Cuadros críticos”, donde temas como: Los Empeñeros, Los jugadores y los dueños de garitos, Los Lagartijos y las pollas del día; o Los mendigos de levita, Las Garbanceras y los Catrines fueron recogidos en aquellas “fotografías instantáneas”, de las que no escapó el mismísimo Ponciano Díaz en la obra denominada “Ahora Ponciano”, del propio General Rafael López de Mendoza. Al margen de su posición, el autor ofrece una puntual crónica de toros, aderezada de retratos a veces no muy agradables, porque los registra en algunos casos con malestar. En otras con repugnancia, porque “En nuestras rancias costumbres / ... en México se desata / un furor... diz que taurino...”, causante de una alteración extraordinaria registrada por los habitantes de la capital del país. 188888 resultó ser un año muy intenso en actividad taurina que no daba respiro suficiente para cuenta, emprende una campaña taurina por todos los puntos de la república, encabezando su cuadrilla hispanomexicana y aprovechando públicos marginados en información. La pléyade de toreros españoles en México nunca tuvo respuesta de intercambio, ni siquiera mínima en la península. ¿Qué toreros nuestros con mérito hubieran podido cruzar el charco si los alcances artísticos y técnicos eran despreciables? Por eso en nuestra nación abundaron diestros mexicanos y españoles que con verdades y mentiras sostuvieron una fiesta prácticamente desordenada de nuevo. Y aquella empresa de sólida estructura, la que mostraba el edificio del toreo moderno en adecuadas condiciones de operación, llegó a tambalearse peligrosamente en una oscilación cuya intensidad fue 1890-1894. Se antoja proponer a aquellos años como de "ensayos y pruebas" donde a partir de 1887 y hasta el año de 1907 -momento de la aparición del gran Rodolfo Gaona- se suceden situaciones que convergen y divergen en una marea sin descanso. 87 Rafael López de Mendoza: TOREROS EN MÉXICO. A PROPÓSITO. EN DOS CUADROS Y EN VERSO. ORIGINAL DEL GENERAL (...). Estrenado la noche del Domingo 9 de Octubre de 1887, en el Teatro Abreu, por la Compañía Dramática del primer actor español D. Segismundo Cervi. México, Antigua Imprenta de Murguía, 1887. 40 p. 88 Coello Ugalde, op. Cit., p. 198-203. Apud., Heriberto Lanfranchi: La fiesta brava..., op. Cit., T. II., p. 655-8. Además: Torero (T), Picador (P), Banderillero (B), Otros (O). -José de la Luz Gavidia "El Chato" (T) -Atenógenes de la Torre (P) -Rafael Calderón de la Barca (T) -Felícitos Mejías "El Veracruzano" (T) -Genovevo Pardo "El Poblano" (T) -Carlos Sánchez (B) -José Ma. Mota (P) -Agustín Oropeza (P) -Celso González (P) -Carlos López "El Manchao" (B) -Abraham Parra "El Borrego" (T) -Pedro García (B) -Natividad Contreras "El Charrito del siglo” (T. y desde el caballo) -Ramón Márquez (B) -Pompeyo Ramos (B) -Casto Díaz (B) -Antonio Vanegas "Chanate" (B) -José Basauri ()T) -Timoteo Rodríguez (T) -Jesús Adame (T)
-Ignacio Gadea (desde el caballo) -Antonio González "El Orizabeño" (T) -Refugio Sánchez "Lengua de Bola" (B) -Valentín Zavala (T) -Francisco Aguirre "Gallito" (B) -Adalberto Reyes "Saleri mexicano" (B) -Miguel Acevedo (P) -Francisco Anguiano (P) -Jesús Carmona (P) -Vicente Conde "El Güerito" (T) -Juan Corona (P) -Ireneo García (P) -Piedad García (P) -Antonio Mercado "Santín" (P) -Cándido Reyes (P) DIESTROS ESPAÑOLES -Carlos Borrego "Zocato" -Juan Antonio Cervera "El Cordobés" -Antonio Escobar "El Boto" -Francisco González "Faico" -Antonio Guerrero "Guerrerito" -Manuel Hermosilla -Joaquín Hernández "Parrao" -Juan Jiménez "El Ecijano" -Gabriel López "Mateito" -José Machío -Valentín Martín -Luis Mazzantini -Tomás Parrondo "El Manchao" -Diego Prieto "Cuatro Dedos" -Enrique Santos "Tortero" NOVILLEROS -Joaquín Artau -Leopoldo Camaleño -Manuel Cervera Pacheco -Antonio Díaz Lavi -Manuel Díaz Lavi "El Habanero" -Juan José Durán "Pipa" -Pedro Fernández "Valdemoro" -Andrés Fontela -Fernando Gutiérrez "El Niño" -Juan León "El Mestizo" -Manuel Machío -José Machío Trigo -José Martínez Galindo -Juan Mateo "Juaniqui" -Juan Moreno "El Americano" -Vicente Navarro "El Tito" -Arturo Paramio -Diego Rodríguez "Silverio Chico" -José Romero "Frascuelillo".
Por otro lado y en la permanente revisión de fuentes para lograr un panorama más amplio sobre el ambiente del espectáculo, luego de su recuperación en la Ciudad de México, encontré en la obra majestuosa del COSSIO (T. 9, p. 315-7) una importantísima reseña publicada en España, y en El Toreo Sevillano (enero de 1889) que presenta un resumen de la temporada del año anterior en nuestro país y en la que se puede observar la relevancia que habían adquirido en el país las corridas de toros, el gran número de ganaderías y toreros de la tierra, así como el número de corridas celebradas: AÑO DE 1888 Temporada Taurina EN MÉXICO Desde el primer domingo de enero hasta el domingo 30 de diciembre del año 1888, se han celebrado en las cinco plazas de la capital de la República 127 corridas lidiándose 723 toros de ganaderías mexicanas y españolas como se verá por los siguientes datos: Plaza de Bucareli Idem del Paseo Idem del Coliseo Idem de Colón Idem de San Rafael Total
35 corridas 31 " 31 " 27 " 3 " 127 corridas.
Se jugaron en dichas corridas 723 toros de 53 ganaderías mexicanas y 9 españolas, bajo esta forma: Ganaderías mexicanas.-Venadero 61, Cazadero 44, Atenco 42, San Simón 41, Canario 41, Soledad 30, Jalpa 23, Cieneguilla 22, Guanamé 21, Mezquite Gordo 21, Jalapilla 19, Salitre 18, Desconocidas 18, Ramos 17, Santín 15, Buenavista 14, Guatimapé 13, San Diego de los Padres 12, Parangueo 12, Canaleja 12, Montenegro 12, Maravillas 12, Meztepec 11, Bramino de Arandas 11, Estancia Grande 10, Santa Cruz 10, Fortín 10, Cercado de Bayas 9, San Pedro Piedra Gorda 7, Ortega 7, Cuatro 7, Nopalapan 6, Jaral 6, San Francisco 6, Guaracha 6, Sauceda 6, Rosario 6, Cubo 6, Santa Lucía 5, San Antonio 5, Calera 5, San Diego Xuchil 5, Ayala 5, Plan de la Barca 4, Tulipan 4, Bringas 4, Noria de Charcas 3, Hacienda de la H 3, San Isidro 3, San Gerónimo 3, San Cristóbal 3, Santa Rosa 1, San Clemente 1.-Total 697 toros. Ganaderías españolas.-De Heredia 6, Hernán 3, Saltillo 3, Benjumea 3, Conde de la Patilla 3, Concha y Sierra 3, Miura 2, de procedencia desconocida 2, Anastasio Martín 1.-Total 26 toros. De éstos, dos no se mataron, siendo uno de Concha y Sierra y otro de Anastasio Martín. En las 127 corridas verificadas en México en el año 1888, han tomado parte en la lidia 170 diestros y 35 aficionados. Espadas.-Artau Joaquín, Borrego Carlos "Zocato", Díaz Ponciano, Díaz Lavi Manuel el "Habanero", Fontela Andrés, Flores Antonio, Gadea Ignacio, Gutiérrez Fernando el "Niño", González Antonio "Frasquito", Hermosilla Manuel, Jiménez Juan el "Ecijano", López Gabriel "Mateíto", Lobo Fernando "Lobito", Leal Cayetano "PepeHillo", León Juan el "Mestizo", Mazzantini Luis, Martín Valentín, Machio José, Moreno Juan el "Americano", Navarro Vicente el "Tito", Prieto Diego "Cuatro dedos", Parrondo Tomás el "Manchao", Polanco Gerardo, Zavala y otro espada. Picadores.-Blázquez Laureano, Carmona Jesús, Carmona Pedro, Conde Vicente el "Güerito", Conde Vicente (h), Conde Emilio, Camacho Antonio, Cueto Félix, Figueroa Eulogio, Gómez Cornelio, García Piedad, García Ramón, García Pedro, García Federico, García Ireneo, García Juan, Bayard José "Badila", González Celso, Gochicoa Federico, González Filomeno "Cholula", González Nieves, Hernández J.M., Mota J.M., Mota Domingo, Mercado Ramón "Cantaritos", Mercado Pablo, Morales Guadalupe, Mosqueda Francisco, Morales Amado, Oropeza Agustín, Oropeza I.M., Pérez Antonio el "Charol", Pérez Manuel el "Sastre", Reyes Arcadio, Rodríguez Manuel "Cantares", Reyes Adolfo, Recillas Juan de la Luz, Romero Antonio, Reyes Ramón, Rosas Manuel "Pelayo", Rodríguez Antonio el "Nene", Ramón Jesús, Nava Manuel, Sánchez Enrique el "Albañil", Saez Rafael el "Pintor", Sierra Benigno, Talavera Demetrio, Tovar Pascual, Vargas Juan "Varguitas" y un desconocido. Banderilleros.-Anaya Anastasio, Adame Ángel, Blanco Manuel "Blanquito", Bonar Francisco "Bonarillo", Barreras Elías el "Aragonés", Antúnez Antonio "Tovalo", Calderón de la Barca, Blanco Jesús, Cañiveral Ramón el "Campanero", Cermeño Juan, Carbajal Francisco el "Pollo", Cortés José León, Cao Faustino el "Rochano", Diego Francisco "Corito", Delgado Luis S., Domínguez Manuel, Escacena José, Fragoso Jesús el "Mutilado",
asimilar uno, cuando llegaba otro, en ocasiones hasta cuatro veces por semana. El Distrito Federal se ahogaba en toros, y ese agobio era respuesta de la puesta en escena de un buen número de festejos que alcanzaron incluso, a varios teatros a donde iban a dilucidarse si Mazzantini era mejor que Ponciano o viceversa. En el fondo, se estimulaba el patrioterismo, causante de pleitos y disputas por un patriotismo mal entendido. La música, las hojas de papel volando se sumaron a aquella exaltación que no se había dado en tales términos de exageración. Creo que por estas razones, creció el malestar de quienes no siendo afectos al toreo, tenían que soportar aquella invasión, la cual alentaba su rechazo absoluto.
García Antonio el "Morenito", Gómez Antonio el "Chiquitín", González Antonio el "Orizabeño", Galea José, Gallegos Vicente, Gadea Amado, Gadea I.M., Gadea Ignacio (h), González Patricio, Garnica Emeterio, García Emeterio, García Florencio el "Tanganito", García Carlos, Gutiérrez Benito el "Asturiano", Gudiño Juan, Girón Aurelio, García Antonio "Alegría", Hernández José el "Americano", Hernández Mauricio, Hernández Francisco, Lobato Francisco, López Ramón, López José "Cuquito", Lobo Antonio "Lobito Chico", Lara Eugenio el "Maestro", Muñoz Joaquín el "Belloto", Muñoz Rafael el "Mochilón", Mejía Francisco, Manero Manuel "Minuto", Mercado Jesús, Miranda Antonio el "Pipo", Morales Manuel "Mazzantinito", Mendoza Diego el "Curro", Marquina Francisco "Templao", López Carlos el "Manchado", Mejía Manuel "Bienvenida", Machio Manuel, Mazzantini Tomás, Monje José "Candelas", Márquez Ramón, Mercadilla Antonio "Zenzontle", Navarro Miguel el "Cartagenero", Nava Julián, Pujol Alberto el "Cubano", Pardo Francisco el "Trallero", Osed Agustín, Pérez Ramón, Pardo Genovevo, Pompeyo José, Paredes Salvador "Redondillo", Romero Juan "Saleri", Recatero Victoriano "Regaterín", Recatero Luis "Regaterillo", Orozco José "Laborda", Sánchez Carlos, Sánchez Francisco, Sosa Darío, Sánchez Hipólito, Torre Atenógenes de la, Vaquero Francisco "Vaquerito", Vieyra Tomás, Villegas Francisco "Naranjito", Vázquez Enrique "Montelirio", Velázquez José "Torerito", Zayas Antonio, (tres peones cuyos nombres no dieron los carteles y otro banderillero desconocido). Puntilleros.-Audelo Inés, Reyes I.M., (h), Puerta Romualdo "Montañés". En las corridas formales del año de 1888, el número de toros que cada espada ha matado, es el siguiente: Ponciano Díaz Carlos Borrego "Zocato" Vicente Navarro "El Tito" Diego Prieto "Cuatrodedos" Gabriel López "Mateíto" Fernando Lobo "Lobito" Manuel Hermosilla Juan Jiménez "El Ecijano" Luis Mazzantini Valentín Martín Otro matador Joaquín Artau Valentín Zavala Gerardo Santa Cruz Polanco Cayetano Leal "Pepe-Hillo" Antonio González "Frasquito" Juan León "El Mestizo" Antonio Flores Tomás Parrondo "Manchado" Díaz Lavi "El Habanero" Ignacio Gadea José Machío Juan Moreno "El Americano" Andrés Frontela Fernando Gutiérrez "El Niño" Total
145 87 60 58 43 34 22 22 21 21 21 18 15 14 9 8 6 6 5 5 3 2 2 2 2 631
No todo es “corrida magna”, pues de ahí se podía pasar a la agitación de “las humanas oleadas / encima de los andamios, / cuando se escuchan bravatas / y hay muertos, golpes y heridos...” Y efectivamente, la prensa de la época, tanto los periódicos taurinos como los de noticias generales nos hablan de aquellos pasajes en donde la bandera de la patriotería ondeaba en medio del desconcierto más absoluto. Parece que el ardiente fervor estaba herido en el fondo por la presencia española, aquella “reconquista vestida de luces”89 que con sus métodos positivos y negativos también impuso sus reales para extirpar de una vez por todas las formas del quehacer nacionalista, encabezado por Ponciano Díaz y sus huestes, que defendieron a ultranza una posición amenazada. Sin embargo una serie de síntomas extraños comenzó a operar con tal velocidad, siendo el propio Ponciano el primero en resentirlos de manera violenta. Sucede que siendo un auténtico ídolo antes de su viaje a España, donde asumió el doctorado en tauromaquia (acontecimiento que ocurrió el 17 de octubre de 1889 en la plaza de toros de Madrid, alternando con Salvador Sánchez “Frascuelo” y Rafael Guerra “Guerrita”, en la lidia de toros del Duque de Veragua y Orozco), esto representaba una bofetada a las pasiones encendidas, lo que en otras palabras se entendía como una “traición al toreo nacional”. A su regreso –finales de 1889-, las cosas ya no fueron como antes. Empezó su rápido declive, y también la pérdida de popularidad que, para recuperarla tuvo que meterse a empresario. Los resultados no fueron nada agradables, pues presentando ganado de procedencia desconocida, ofreciendo un mal juego en lo general, le generaba severas reprimendas de la prensa, o ridiculizándole en caricaturas y editoriales feroces, donde lo que no se le dijo en su momento por devoción, se le dijo en otro por convicción, instándole a retractarse, cosa que no se consiguió. Algunos otros toreros mexicanos entendieron que ya no podía hacerse más, por lo que desaparecieron del panorama, o tuvieron que aliarse a la nueva situación. Pero también los españoles tenían lo suyo. Así como los hubo entregados a su oficio, los hubo deshonestos y abusivos. Del incidente del 16 de marzo de 1887, donde Luis Mazzantini protagonizó un escándalo mayor, debido en buena medida a los “pésimos toros” de Santa Ana la Presa. Terminada la corrida tuvo que salir de la plaza bajo el resguardo de la policía, evitando así más agresiones. Al llegar a la estación del ferrocarril, apresurando su salida del país, todavía vestido de luces, se quitó una zapatilla y sacudiéndola con desaire expresó: “¡De este país de salvajes, ni el polvo quiero...!” Sin embargo la prensa –quisquillosa que era-, respondió: “¡pero qué tal las bolsas de dinero!” Allí está el caso de Diego Prieto quien timó a más de un ganadero deseoso de mejorar su raza bovina..., con toros de desecho ofrecidos por el “Cuatro dedos”. Este es, en parte, el estado que guarda la fiesta taurina en 1888, dejando de poner la debida atención a aspectos de la técnica y la estética que empiezan a tomar auge. Imposible dejar de mencionar el papel que jugaron los hacendados que se volvieron ganaderos y en fin, otro conjunto de cauces registrados en un año que reporta una de las actividades taurinas más intensas que se recuerden. El toreo habría de salvar muchas irregularidades entre las cuales, una desmedida pasión, como reflejo fanático de patrioterismo fue de los primeros aspectos atendidos para evitar su proliferación, con lo cual se atenuaría la desbocada atención de quienes siendo feroces espectadores, se convirtieron en más o menos sensatos aficionados. 89
La reconquista vestida de luces, debe quedar entendida como ese factor que significó reconquistar en lo espiritual al toreo, luego de que esta expresión vivió entre la fascinación y el relajamiento, faltándole una dirección, una ruta más definida que creó un importante factor de pasión patriotera –chauvinista si se quiere-, que defendía a ultranza lo hecho por espadas nacionales –quehacer lleno de curiosidades- aunque muy alejado de principios técnicos y estéticos que ya eran de práctica y uso común en España. Por lo tanto, la reconquista vestida de luces no fue violenta sino espiritual. Su doctrina estuvo fundada en la puesta en práctica de conceptos teóricos y prácticos renovados, que confrontaban con la expresión mexicana, la cual resultaba distante de la española, a pesar del vínculo existente con Bernardo Gaviño. Y no sólo era distante de la española, sino anacrónica, por lo que necesitaba una urgente renovación y puesta al día, de ahí que la aplicación de diversos métodos tuvieron que desarrollarse en medio de ciertos conflictos o reacomodos generados entre los últimos quince años del siglo XIX –tiempo del predominio y decadencia de Ponciano Díaz-, y los primeros diez del XX, donde hasta se tuvo en su balance general, el alumbramiento del primer y gran torero no solo mexicano, también universal que se llamó Rodolfo Gaona.
El verso que aquí se incluye, no necesita de análisis literario profundo, no porque lo requiera, tratándose de una construcción más bien sencilla, sino porque nos muestra veridicamente qué pasaba en los toros, a los ojos de una mente que maduró su crítica, teniendo como parámetro su obra teatral TOREROS EN MÉXICO, de 1887 en la que quedaron exaltados los ámbitos de un espectáculo el cual en ese año tan especial, fue adquiriendo la figura proporcional primero; luego desproporcionada que se desbocó en 1888, cuando en la ciudad de México operan hasta seis plazas al unísono. Y lo que comienza siendo un negocio seguro, pronto se alteró, enfrentándose a la inminente catástrofe, porque de las plazas llenas en un principio, se pasó a plazas a medio llenar o semivacías, debido a la desgastante competencia, a la sobreexplotación de ganado, lidiándose lo mismo de haciendas reconocidas que de las de origen incierto (del agarradero se dice en el medio taurino). El papel de la prensa al cumplir con sus funciones principales, genera a través de intensa labor de convencimiento diversidad de opiniones al menos por el camino deseable: la razón. Quedó atrás una inestabilidad encontrada, en la que el toreo nacional terminó asimilándose y adhiriéndose al capítulo del toreo de a pie, a la usanza española en versión moderna. Quedó atrás todo ese conjunto de desórdenes que alcanzó niveles de relativa calma o tranquilidad hasta el último lustro del siglo XIX, tiempo en que para bien o para mal, dominaban los españoles, con ganado hispano, mientras se esperaba la presencia de toros mexicanos cuya cruza entre castas y razas diversas, diera como resultado el tipo de toro que necesitaba la fiesta, porque en medio de cualquier caos, el toro es eje fundamental y es quien define, como se definió a finales del siglo XIX, o como se establece en este amanecer del XXI, el ritmo de un espectáculo peculiar que superó aquellos capítulos de desorden en unos momentos en que se establecía el origen de una nueva edad o época que cambió en buena medida el destino de la fiesta que rebasa el siglo de evolución bajo ese concepto, pero dentro de los casi 475 años de recorrido total en estas tierras. A continuación, incluyo la obra completa de estos versos de Rafael López de Mendoza. 1888 RAFAEL LÓPEZ DE MENDOZA: “Fotografías instantáneas. Cuadros Críticos. Escritos en verso por el Gral. (...). Las Corridas de Toros”. México, Librería LA ILUSTRACIÓN, 1888. 16 p. LAS CORRIDAS DE TOROS Estamos ya colocados según Zúñiga y Miranda, bajo el dominio de Tauro; la elíptica está cambiada en nuestras rancias costumbres y en México se desata un furor... diz que taurino, que parece arte de magia ver cómo ha cambiado todo en unas cuantas semanas. Sólo se piensa en piquetes, en las buenas estocadas, en los buenos capotazos, verónicas y Navarras, en el quiebro y el requiebro, en la metida de vara y en un buen par delantero hasta la merita chapa del alma del animal;
se entiende, la cosa es clara: En saltar bien la barrera con mucha soltura y gracia, en el breve descabello a puro pulso, no es nada; en el pase de telón que al cornúpeto desarma; naturales y de pecho con mucha destreza y calma, en los lujosos recortes limpiando al bicho la baba y en otros mil perendengues que hoy tenemos en usanza. En los bichos corni abiertos asti-finos y de lámina, en el poder del cornúpeto y su colosal pujanza, en su codicia al buscar al chulillo de la capa, encajándole algún cuerno en el Portín Calatrava dejándole tan mal trecho, que cual bandera, en un asta se lleva los intestinos paseándolos por la plaza. Hoy; los buenos estudiantes no concurren a las aulas, porque dejan los estudios en unión de camaradas que se van a contemplar a Diego Prieto y comparsa. Hoy; los empeños negocian como nunca negociaran, que la gente jornalera por ir al toro, empeñara hasta la única camisa que tienen puesta, de manta. El comercio, nada vende, los negocios ya no marchan, no se escucha más que ¡toros! ¡Toros! ¡Toros! Y no es nada, lo que es peor todavía mil pleitos y puñaladas, borracheras a granel y pendencias en las plazas, en presencia de señoras que tienen de hielo el alma. Los teatros no tienen gente, la concurrencia es escasa:
Y es tal la costumbre ya que tiene, de batir palmas creyendo estar en los toros entre bulla y algazara, que hasta el pobre alumbrador de un teatro de cuarta escala fue victima ya hace días de insolencias y amenazas. Son tantos los personajes de coleta que aquí vagan, que a México han declarado completo corral de vacas, hagamos pues el retrato de esta gente tan bizarra. Una trenza delgadita perfectamente trenzada debajo del occipucio como un galeno llamara; unas mechas a los lados en las sienes, aplastadas, y un mechón sobre la frente a lo Bell; lampiña cara; y un fieltro cual quesadilla de muy regulares alas. Una chaquetilla corta cayendo sobre una faja de trescientos mil colores perfectamente ajustada, camisa de fina tela con la pechera ahuevada, chaleco a todo descote con leontina aquilatada semejante a un calabrote con dijes y faramallas; anillos en cada dedo do se fijan las miradas de todos los lagartijos y de espumosas lagartas. Pantalones ajustados donde señalan las nalgas y... las piernas, por supuesto nada más eso faltara que no enseñaran sus formas, figuras tan... ¡lengua calla! Que hay verdades como un dulce y que sin embargo amargan porque no saben comerlas los que tienen que tragarlas. Pues bien: van á la Concordia,
invaden toda la casa, forman diversos corrillos y en ellos lanzan palabras tan soeces y groseras que causa grima escucharlas, y aquel centro de reunión de gente bien educada en otros tiempos, hoy es una perfecta cloaca. Los días de toros ¡Jesús! de fantasía se acicalan y acuden á la corrida. A ser héroes en la plaza, y por verlos torear escuchan lo que allí pasa: Hombres, mujeres y niños se agrupan allá en la entrada, se machucan y apabullan, se esprimen si no se aplastan, se roban unos a otros, se lanzan fieras palabras, salen a luz los puñales, los tranchetes y navajas, pistolas y cortaplumas y tiradas de naranjas; la tropa da culatazos a la terrible oleada de gente, que se desquicia por penetrar a la plaza; una vez en los lugares que han tomado con mil ansias, sale al ruedo la cuadrilla precedida de una marcha y cambiados los capotes como es allí de ordenanza, sale a la arena el primero, de muchas libras y estampa. Recorre el toro el anillo rugiendo feroz de rabia y desde el opuesto extremo en vez de caballo, un arpa, vé que monta un picador que allí le espera con calma; llega, la puya se siente sobre el morrillo, y el asta introduce con encono del animal en la panza, vaciando completamente la cavidad que formara:
El picador cae al suelo, con trabajos se levanta mientras que al quite se pone según el arte, el espada a cubrir al desdichado con una suerte de capa. Esta cosa se repite muchas veces, la algazara, los gritos y los denuestos se ponen allí e privanza, y grita el pueblo sediento ¡Más caballos a la plaza! Tocan a cambiar la suerte y el banderillero marcha en pos del fiero enemigo; poco a poco se le encara con un palo en cada mano; el bicho le vé, le arranca y aquel hombre se le escurre clavándole el par; las palmas retumban por el espacio, suenan después las dianas, unos tiran sus sombreros, otros puros, otros plata, y una completa ovación termina la suerte. Calma su furor la plebe luego porque la corneta marca que es la hora de la muerte, y a la lid, sale el espada. Con ella y con la muleta a la presidencia avanza y una breve alocución como Juvenal llamara, autoriza al matador a dar al bicho de baja. Llega, le da varios pases y cuando el toro se iguala, le tiende presto en la arena de una soberbia estocada. Salen después las mulillas compuestas o enjaezadas, y cargan con el cornúpeto hacia un corral de matanza. Así se lidian seis toros y la sangre se derrama sin compasión en el circo y el pueblo grita y aclama
en confusa vocería y frenéticas palabras a todos y a cada uno de los toreros; la calma tan solo se restablece al prevenir cada tanda. No siempre sucede esto porque esta es corrida magna y está mejor y es más buena si un toro a un torero mata, como pasó con Saleri en la semana pasada, pero cuando más se agitan las humanas oleadas encima de los andamios, cuando se escuchan bravatas y hay muertos, golpes y heridos y prisiones y amenazas, es cuando los toros malos no destripan a las arpas. entonces, ¡poder de Dios!... Vienen sillas a la plaza, arrancan tablas, tablones, las barreras y las vallas y volcán en erupción es aquel lugar; la zambra no termina sin sus muertos y algunos por las pedradas, hasta que la policía interviene en la cruzada. Estos, estos son los toros, en nuestra querida patria; estas son las diversiones que tenemos en usanza y el resultado se ve de una manera muy clara. ¡Quién! ¡quien nos hubiera dicho que el destino reservaba a la gran Tenoxtitlán tanta y tanta y tanta plaga! El juego, las espumosas, los toreros, frailes, nanas fe aquellas de caridad, misioneros y comparsa que acaban con el dinero que se acuña en mil semanas. ¿Y después?... toman el flete volteándonos las espaldas y sacudiendo la ropa,
(no los costales de plata) y exclaman ya en el vapor ¡Este país, sí que es Jauja! ¡Estúpidos mexicanos! ¡Qué necios son! Por la pascua tornaremos otra vez que son buenas las ganancias! No ha mucho que alguien decía que el pueblo que dá pedradas a los toreros, no es pueblo sino salvajes... ¡Que infancia! Cuando ese pueblo a mi ver, ese pueblo, hablando en plata da prueba de su cultura obrando así; no maltrata ni ha maltratado jamás a la Patti o la Peralta, recompensa a los artistas que de aquí van a su patria llevando gratos recuerdos y halagüeñas esperanzas. Hoy ya tenemos los pleitos por mayor; ha unas mañanas que un Cuatro dedos y otros en unión de ciertas damas del callejoncito aquel, ya saben, aquel de marras; se arañaron y pegaron en Capellanes; navajas según nos cuentan salieron a relucir, sevillanas, y hubiera sido un motín si no ocurre la montada. Ya ven pues nuestros lectores que nada, nada nos falta y que si Dios no lo enmienda viviremos entre astas por conceptuar feliz a nuestra querida patria. En vez de teatros y escuelas hoy tenemos nueve plazas; que han costado capitales de regular importancia: una: “Plaza de Colón” frente a Pane situada; dos en el Paseo Reforma; “El Huisachal”, “Tlalnepantla”, “San Rafael y Belem”,
“en la Viga y Tacubaya” y tres más que hay en proyecto según la prensa diaria. Hay además, cuatro escuelas llamadas de tauromaquia, otra en Toluca, otra en Puebla, otra en la culta Orizaba y otra, entre nosotros mismos cuatro veces por semana. Los cuernos por todas partes con profusión se propalan y con frecuencia hay quien sufre continuamente cornadas. Bueno será que el Congreso, con una buena plumada, suspenda de entre nosotros esa diversión tan bárbara; que viene siendo terrible, más que terrible una plaga, que arruina a la sociedad y a la patria mexicana. FIN
Ca. 1888 LA CALAVERA SEVILLANA Esta hermosa calavera que fue de un gran torero, viene a presidir las fiestas que nos va a dar Cuatro Dedos. Cuatro Dedos ha llegado con una nueva cuadrilla, muy dispuesto a celebrar las fiestas de la canilla. Él como primer espada figura en línea primera; es la primer calavera de esta cuadrilla afamada. Y siguen las animitas o sean los banderilleros, que todos tienen gran fama de ser muy buenos toreros.
No te descuides, Zocato vaya a ser que un toro prieto, te de un soberbio sopapo que te deje hecho esqueleto. Mucho cuidado, Miranda, al poner las banderillas, no vaya el toro a quebrarte de un astazo las costillas. Mucho cuidado, Valencia, con ese toro que sale, que si no te cuidas bien ni ser Valencia te vale. Hernández José se llama el otro banderillero, no sea que “El Americano” deje en América el cuero. El simpático Saleri de Puebla en el panteón, espera a sus compañeros que les llegue su ocasión. El Curro también espera, a aquellos aficionados, que los toros despuntados han de volver calavera. El viejo José Machío a todos les aconseja, que cuiden más la pelleja toreando con menos brío. Llegó ya a la capital el Mestizo, Juan León, y si no se cuida mucho irá a torear al panteón. Gaviño y Lino Zamora con ansia esperan de veras a que los toreros de ahora sean como ellos calaveras. El picador Juan Durán les dice a sus compañeros que a pesar de tantos cueros sólo esqueletos serán. Calaveras han de ser Cuatro Dedos, el Blanquito, Frascuelo, el Nene y Bebé,
Juan Moreno y el Cuquito. En fin, todos los toreros que son valientes de veras, llegarán a convertirse en hediondas calaveras. Y si en el mundo se escapan del toro que sea más fuerte, nunca se podrán librar del torito la muerte. Que aquí está la calavera que preside la función, que a sus amigos espera en las puertas del Panteón. Y no les ha de valer tener buenos lazadores porque todos se han de ver en el Panteón de Dolores. Se despide esta bella calavera con su arrogante garra de torero, para volver el año venidero a saludar a la nación entera.90 1888 SEGUNDA CALAVERA TAURINA DE LA NUEVA ESTUDIANTINA. A la jota jota vivan los toreros viva la cuadrilla de banderilleros. A la jota jota vivan los amores, viva la cuadrilla de los picadores. A este toro delgado cual espina, hoy lo viene a torear la estudiantina. Aunque a este toro le toquen flauta, pandero y la viola, ha de morir en sus cuernos la estudiantina española. Y al son de una jota que gusto les da. 90
Se expende en la imprenta, Encarnación Núms. 9 y 10. México (ca. 1888).
Los manda a toditos a la eternidad. Al otro mundo se irán con bandurrias y panderos, donde alegres cantarán la jota de los toreros. Y al toro embolado en la eternidad, capearán contentos con serenidad. Y sintiendo grandes miedos por este toro matero, hacen venir al torero, hacen venir al torero Diego Prieto, Cuatro Dedos. Y haciendo recortes y con buenas capas, procura cortarle al toro las patas. Mas no le podrá valer el ser un diestro atrevido, que calavera ha de ser aunque valiente haya sido. Porque este torito aunque es puro hueso, al fin le hará dar el grande volteo. Que aunque parece por flaco víctima del matrimonio, este toro en el infierno ensartó al mismo demonio. Y por eso el diablo que es hombre ladino, a habitar el mundo corriendo se vino. Y para poder librarse de suerte aquesta tan negra, se metió dentro del cuerpo de mi endemoniada suegra, le prometo un cirio a San Cayetano, el día que a mi suegra vea en el camposanto. Haciendo cuentas cabales y sin fijarse en quimeras, al fin todos los mortales hemos de ser calaveras. Y todos diremos se acabó la fiesta, al dar en la tumba la gran voltereta.
Ni curas ni sacristanes de la muerte han de escapar, que con sotana y ciriales al gran hoyo han de ir a dar. Y juntos ya todos armando chacota, cantarán alegres la española jota. Y entre tanto este torito va por el aire que zumba, despachando sin piedad a todo el mundo a la tumba. Y alegre y contento se irá a descansar, cuando no haya nadie a quien despachar. Se muere la que es bonita y también el que es valiente, el cura se ha de morir y también el presidente. De esto no se escaparán ni los perros ni los loros, ni Don Ponciano que mata de una estocada a los toros.91 Ca. 1888 El Torero (Dominio Público) Mamá me quiero casar, pero ha de ser con un torero pa'que me saque a pasear y me dé mucho dinero. Mamá me quiero casar, pero ha de ser con un torero pa'que me saque a pasear y me dé mucho dinero. Ay, mamita sí, ay mamita no, que se va, que se va y ya nunca volverá. Ay, mamita sí, ay mamita no, que se va, que se va y ya nunca volverá. Mamá me quiero casar, pero ha de ser con un torero que sepa abanderillar y gane mucho dinero. Mamá me quiero casar, pero ha de ser con un torero que sepa abanderillar y gane mucho dinero. Ay, mamita sí, ay mamita no, que se va, que se va y ya nunca volverá. Ay, mamita sí, ay mamita no, que se va, que se va y ya nunca volverá. Yo no quiero a Mazzantini ni tampoco al Cuatro Dedos, al que quiero es a Ponciano, que es el Rey de lo toreros.
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México.-Imprenta Santa Teresa núm. 1.-México.
Yo no quiero a Mazzantini ni tampoco al Cuatro Dedos, al que quiero es a Ponciano, que es el Rey de lo toreros. Ay, mamita sí, ay mamita no, que se va, que se va y ya nunca volverá. Ay, mamita sí, ay mamita no, que se va, que se va y ya nunca volverá.92 1887-1889 PAGAR ES CORRESPONDER (De “La Muleta”) Es muy linda la doncella... en el barrio en que ha nacido; es fama que no ha existido jamás, ninguna cual ella. Mil galanes, con afán, cortejábanla á porfía, y entre todos, uno había más amante y más galán. Pedro llamaban al chico, era gallardo y apuesto, y además de todo esto era en virtudes muy rico. Cierta tarde en que logró que su pasión fuese oída, con el alma enternecida estas frases escuchó: -Como á un hermano te quiero; mas, chico, no eres persona, porque mi afán ambiciona ser mujer de algún torero. Triste se alejó el doncel con mil sombras en la frente; mas, al domingo siguiente estaba en el redondel. Una silba general saludó todos sus lances, y evitando más percances se fue de la capital. Y después de un lustro entero en que mil reses lidió “Encerrona con Oscar Chávez”, con cuaderno anexo al álbum de cuatro discos CD, editados en 1991. México, Discos Pentagrama, S.A. de C.V. 92
al fin el chico volvió convertido en un torero. La niña oyó con afán los nuevos hechos del mozo, y esperó con alborozo ver al torero galán. Llegó el domingo siguiente y la chica vio al doncel marchando en el redondel y seguido de su gente. Entre gritos del gentío la lidia empezó por fin con un bicho de Santín valiente y de buen trapío. Pedro hizo tales reclamos que cautivó muchas almas, y logró tener más palmas que ni un Domingo de Ramos. El héroe fue de aquel día, a todos entusiasmaba, y el público lo aclamaba por su arrojo y valentía. Cuando la fiesta acabó en pos fue de la doncella, y estando solo con ella de esta manera le habló: -Obedecí a tu reclamo, soy torero y tengo fama; y contestóle la dama: -con toda el alma te amo. El dijo meditabundo: -Te probé que te quería, mas, entre tu alma y la mía hay un abismo profundo Cuando mi alma te adoraba al comenzar nuestra historia, tú soñabas en la gloria y yo en el amor soñaba. Porque tu sueñas en algo, que despreciaste por necio, hoy a mi vez te desprecio probándote lo que valgo.
Cuando así, con fuego habló, se alejó el mozo callando, y la doncella llorando el seno se desgarró. Nadie sabe del doncel donde para o donde existe, la doncella sola y triste llora y suspira por él.93 Eduardo Noriega. 1888
México Gráfico. ciudad de México, 15 de julio de 1888, p. 3. 93
Correo de los toros, semanario ilustrado. México, D.F., T. I., N° 2, del 17 de octubre de 1909.
1888 ROMANCITO (. . . . . . . . . .) Para acabar me conviene Dar punto con un escándalo Acaecido en Bucareli, En la plaza de Ponciano. Sobre la frente del diestro Pusieron un verde lauro, Igual a los que han ceñido Petrarca, Dante y el Tasso, Qcue en nada son semejantes A Rebujina o Zocato Como ovación; en su pecho Banda tricolor cruzaron, Igual a las que revisten Los primeros magistrados. Sonó el himno de la patria Entre blas femias y palos; Y yo, que miraba todo, Me retiré avergonzado, Pues pienso que las coronas Y los himnos sacrosantos, Y las bandas tricolores Y los gritos de entusiasmo, Ni son para los toreros Ni merecen tal escarnio, Pues son símbolos augustos Para el pueblo mexicano De lo sublime y lo grande, No de lo torpe y lo bajo. La patria no anda entre capas Y banderillas y lazos; Está más alta, más alta De lo que se han figurado. ¿O ya no nos entendemos O ya no nos estimamos? Ante tan tristes sucesos Rompo la pluma y me callo. ¡Oh pueblo de pan y toros! Como dice Jovellanos, No está la patria en el mole Ni en el pulque colorado. El templo de sus victorias Está tan alto, tan alto, Que allí no llega ni el eco De los gritos de Ponciano!
LAPICERO.94 1888 LA BOMBA INÉDITA DE MI LIBRO DE VIAJES. Teatro: la tierra del Cid con su sal y sus tesoros, sitio: la plaza de toros de la Villa de Madrid. Un confuso galopar de jacas con cascabeles; baldosas con oropeles y tarde canicular. En apretado tropel la gente corriendo al vuelo y Lagartijo y Frascuelo descollando en el cartel. Con claro acento español mil gritos descomunales: -A los toros por dos reales desde la Puerta del Sol Yo me dije;- Voy allá y entraré quepa o no quepa y airoso monté una chepa en la calle de Alcalá, ya de bomba, ya de guerra. Llegué a la Plaza en un brete, me escurrí como una anguila y formé cola en la fila para comprar mi billete. Después de mucho pujar y ya bañado en sudor, comprélo a un revendedor en lo que quiso cobrar. Entré a la Plaza aturdido, como puede entrar cualquiera y cerca de la barrera tomé un lugar de tendido. Era aqueella inmensa tromba de un mar encrespado y fiero, yo llevaba alto sombrero o mejor dicho, ¡una bomba! Verme con ella hecho un mite bastó a varios del lugar para ponerse a gritar con furia –Que se la quite! Dejo al lector que suponga cuan grande mi apuro fue, mas no bien me la quité 94
México Gráfico. Ciudad de México, septiembre 2 de 1888, N° 10, p. 3.
gritaron: -Que se la ponga! Me la puse y hombre al mar! gritaron con más placer: ¡Que se la vuelva a poner! ¡Que se la vuelva a quitar! Y rojo como un fresón me estuve quieto y temblando ya poniendo ya quitando, mi sombrero de salón. De pronto con gran asombro y aumentando mi tormento, vuelvo el rostro, porque siento una palmada en el hombro. Y encuentro ¡triste de mí! que una chula cual no hay dos dice: ¡Misté que redios! ¿por qué viene usted así? Y con desgaire infinito agrega entre tantos coros: -Aquí se viene a los toros y no al baile, señorito. Yo solo repuse: amén y agrega para consuelo, -Tome esa gorra de pelo y póngasela usté bien. Y arrojóme con gran sal una gran gorra de cuero propiedad de un tabernero que se puso a verme mal. ignoro si con cachaza la tomé, más es el cuento que salió en aquel momento el alguacil a la Plaza. Frascuelo de verde y oro, Rafael viste amarilla y con ellos la cuadrilla y después el primer toro. Armó el bicho gran camorra, la tarde fue de caprichos y yo ví a todos los bichos, ya de bomba, ya de gorra. Cuando acabó la corrida Dijo la chula: -Compare: le he jecho un favor de mare que no se paga en la vida: Las bombas son de salón y debe usté de advertir que naiden debe venir con bombita a la función. Respondí: “gracias y amén” y mirándome al soslayo ella dijo: -Adios, tocayo, sudar y pasarla bien.
¡Tocayo!... y le digo quedo: ¿Cuál es tu nombre hechicera? BARBARA, tripicallera de la calle de Toledo. JUAN DE DIOS PEZA.95 1888 VAYA UN TORITO EMBOLADO QUE AL COMERCIO HA REVOLCADO. A QUÉ TORITO TAN BRAVO SE SALIÓ DE SAN RAFAEL, DICE LA GENTE ASUSTADA QUE ES EL TORITO DEL MAL. A este torito, señores, Cuatro Dedos lo toreó, Pero de un brinco, el picudo, De la plaza se salió. Cuando a San Cosme llegó Revolcó a las recauderas, También a las tortilleras Las dejó sin un centavo; Las triperas dicen, tristes, ¡A qué torito tan bravo! De un brinco este animalito Llegó presto al Volador, Revolcó a las chimoleras Y también a un aguador. Sin fatiga ni sudor Revolcó a Tía Mariquita Que vende la escamochita En la Merced, por su mal, Este toro tan valiente Se salió de San Rafael. No lo pudo detener Con su caballo el “Güerito”, Pues de la plaza se fue Para el barrio de Tepito. Se lució allí ese torito Revolcando reboceros; También a los carniceros Les ha dado su cornada. Ya nos anda con el toro, Dice la gente asustada. En la plaza de Santa Ana Con sus golpes tan certeros, 95
México Gráfico. Ciudad de México, diciembre 16 de 1888, N° 24, p. 7 y 8.
Este toro revolcó A los pobres panaderos, A todos los dejó en cueros Y cual mala pesadilla Al barbero de a cuartilla Le tiró hasta su jacal; Y este jura y retejura Que es el torito del mal. A que torito tan bravo Me dice tía Desideria, Es sin duda el antecristo Que nos trae ya la miseria. Ya se va para la feria De los Lagos, en San Juan, Allí lo capotearán Sacándole media vuelta Porque ya en la Capital A la gente trae revuelta. Se salió de San Rafael En esta última corrida, Y a todos los artesanos Les ha dado buena herida. En la miseria sumida Se encuentra la gente pobre, No consigue ya ni cobre Con que tener alegrías, Y al toro no hay quien lo mate, Ni el mismo Ponciano Díaz. Dice la gente asustada A que toro tan matrero, Que ha llegado a revolcar Hasta al mismo tocinero, Lo mismo al charamusquero Que canta en cualquier zaguán, Muy triste lo encontrarán Tentándose las costillas, Pensando a quien podrá el pobre Clavarle las banderillas. Que es el torito del mal Me dijo a mi mi tatáche, Porque a Belem encajó Al indio que hace el apache. A la que vende tepache Y a la que hace pambacitos, Las hace hacer pucheritos, Porque nada venden ya, Y esta miseria, se dicen, ¿Hasta cuándo cesará?
El lunes, por la mañana, Llegó el toro con afán, Revoleando a los chiteros De la plaza de San Juan. Mala suerte a correr van Todititos los fierreros, Lo mismo los huacaleros Que gritan por los Donceles, Ya el toro piensa eornear A los que vocean papeles. Nos ha venido este toro A todos a revolcar, Y no hay ninguno en el día Que lo pueda capotear. Esto debe de cesar, Pues a todos es constante Que es muy cierto y terminante Aquel refrán que seguro, “Ningún mal, cien años dura Ni hay enfermo que lo aguante”. Propiedad particular.-Imprenta Encarnación núms. 9 y 10.-México. Anónimo.96 1889 De pronto rompen mil gritos…97 De pronto rompen mil gritos el imponente silencio, y con aplauso recibe la concurrencia a Valleto,98 que es el nuevo juez de plaza, y sustituye a Don Pedro Ordóñez, quien por la silva que lo puso como nuevo en la corrida anterior, le transfirió sus derechos a este nuevo Presidente que goza el favor del pueblo. A lo largo de la reseña el autor de la crónica (anónimo por consecuencia) fue integrando algunos versos, como los que resultaron de los hechos en el segundo toro:
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Disponible en internet noviembre 8, 2019 en: http://ipm.literaturaspopulares.org/Inicio Reseña al festejo ocurrido en la plaza de toros “El Paseo”, D.F., el domingo 1º de septiembre de 1889. Toros de El Cazadero para Diego Prieto “Cuatro-Dedos”, Cayetano Leal “Pepe Hillo” y la actuación de Agustín Oropeza poniendo banderillas a caballo. 98 Se refieren a Guillermo Valleto, a la sazón, miembro de una familia de fotógrafos de gabinete que estuvieron vigentes en el último tercio del siglo XIX y hasta 1910, en que muere nuestro personaje. 97
Sonó la corneta, le dio Cayetano los avíos a Diego, quien, montera en mano, pronunció un discurso como un diputado. A la lid se apresta, da pases y pasos, algunos son buenos, pero otros muy malos, y por fin, mete una al fiero adversario. no muere con ella el reo infortunado que muestra sus bríos recorriendo el campo, recibiendo afrentas y mil capotazos. Otra le da Prieto que lo deja manco. Entonces Valleto dio la orden de lazo. -¡Una! Dice Prieto, con una remato, y al juez hace señas con el dedo cuarto…. el buen Presidente responde: “Aceptado”. Y sigue la brega, y hay otro pinchazo, Y se oyen silbidos, y el bicho… parado. Como fin de reseña, el cronista deja estos versos: COMPENDIO Los toros del Cazadero Dejaron muy mal parado El nombre de su afamado ganadero; Sin marcadas intenciones Todos de menor edad, Escasos de voluntad y pitones. Debe hacerse una excepción del último que durante su vida pública cumplió como bueno, y de esto puede dar fe el Notario, Pepe Hillo, por la firma que tiene al calce. Hillo, su adquirida fama Esta vez no desmintió, Y Cuatro dedos, borró Con su quite la jindama
que, según opinión general, mostró toda la tarde. La presidencia, atinada, y muy aplaudida. La tarde serena.99 1889 La plaza del Paseo estaba llena…100 La plaza del Paseo estaba llena De hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, Señoras de la crema, lagartijos, Espumosa también y algunos charros; Todos iban a ver la gran corrida Que según los programas anunciaron. Preparó Cuatro Dedos para esta tarde En beneficio del Sr. Moncayo, Periodista español que se halla preso Y por añadidura sin un cuarto, Por lo cual fue preciso que apelara No de lo que dijeron en los autos, Sino a la caridad de nuestro pueblo Y a la filantropía de los paisanos. (. . . . . . . . . .) Los de la sombra en silencio, Los del sol gritaban: ¡toro! Y el señor juez conversaba Con los señores del corro; Y entre tanto, Febo, Sus ardientes rayos Mandaba a la plaza Para asar pelados. Y ya estamos en el tercero de la tarde: Nos cuentan los autores más sesudos Que de fiestas de toros han hablado Cómo el Sr. Ordóñez pretendía En este beneficio de Moncayo Que Diego rematase al tercer bicho Aunque fuera con otro bajonazo, Y contra la opinión de todo el pueblo Que, aunque sea de nombre es soberano. (. . . . . . . . . .) Remendao.101 1889 99
El Universal, D.F., del 3 de septiembre de 1889, p. 2. Reseña al festejo ocurrido en la plaza de toros “El Paseo”, D.F., el domingo 22 de septiembre de 1889. Toros de Cieneguilla para Diego Prieto “Cuatro-Dedos” y Cayetano Leal “Pepe Hillo”. 101 El Universal, D.F., del 24 de septiembre de 1889, p. 3. 100
CANCIÓN y VERSOS A PONCIANO DÍAZ. AHORA DE VERAS PONCIANO CON LOS TOROS DEL BAJÍO, VAMOS A VERTE TOREAR, SON TOROS DE MUCHO BRÍO. Vámonos a Tlalnepantla en los trenes de recreo a ver torear a Ponciano a los toros de Angangueo. Qué bonitos son los toros cuando los torea Ponciano, con su capa sobre el hombro con ellos anda jugando. ¡Ay, torito rechulón!, ¡Ay, torito de mi vida! ¡Viva el valiente Ponciano con su arrojada cuadrilla! Ahora de veras Ponciano, con los toros del Bajío, vamos a verte torear son toros de mucho brío. Vámonos a Tlalnepantla en los trenes de recreo a ver torear a Ponciano a los toros de Angangueo. Toda su cuadrilla es buena y de puros mexicanos, que lo diga Carlos Sánchez que de veras es malcriado. ¡Ahora, Ponciano!, le gritan, atórale a ese torito, Hazle la memela, pues, con solo tu capotito. ¡Qué bonito banderilla a ese toro tan matrero! Húrtale la vuelta Carlos; Al fin es del Cazadero. ¡Ahora Ponciano! es de veras, Mira, pues, a ese torito; Es de los meros de Atenco, Hazle con el capotito. ¡Uja! Qué toro tan bravo Es del mero Contadero, Péguenle unas banderillas, A ese toro tan rejego.
¡Ahora Ponciano” le gritan, Adentro tus picadores, Estos toros que toreas Son toros de los mejores. Qué valientes picadores, Son del merito bajío, Cuando les meten la pica Hasta se les sube el brío. ¡Ahora Ponciano! le dicen, Mata bien a ese torito; Mira qué bonito te entra Pues de veras es maldito. Qué bonito es Tlalnepantla Con su gran plaza de toros, Los domingos en la tarde Marchan muy contentos todos. Van diciendo: ¡ahora Ponciano! Te vamos a ver torear, A esos toros tan valientes De la hacienda del Parral. Ahí viene Ponciano Díaz, Con toditos sus toreros, Diciéndole a sus amigos, Aquí los toros son buenos. ¡Ahora Ponciano!, le dicen, Atórale a ese torito, Que de veras es valiente; Hazle con el capotito. Es bonito ir a los toros Con su bonita muchacha, A ver a Ponciano Díaz. Hasta mero Tlalnepantla. Qué bonitos son los toros, Los toros del Contadero; Cuando los torea Ponciano, Se les quita lo matrero. Ujale, torito bravo, Qué bonito te torean; Cuando te mata Ponciano, Hasta los ojos volteas. ¡Ahora Ponciano! le dicen, Le dicen con entusiasmo, Mata bien a ese torito, En descanso ponle el alma. ¡Que viva Ponciano Díaz! ¡Viva Bernardo Gaviño!
¡Vivan todos sus toreros Para todos muy queridos! ¡Ahora Ponciano!, le gritan, Entre todos sus amigos; Ay te vendremos a ver, En el siguiente domingo. Anónimo.102 1889 CON LA ESPADA Y EL CAPOTE. Un diálogo entre “El Valedor” y “El Hijo del Ahuizote”. Valedor.Óyeme, ahuizote hermano, Desde que al mundo he venido No he jayado un atrevido Tan güeno como Ponciano, Si de que él mete la mano Al torito más valiente, Me lo pone derrepente Mansito como un cordero; Y de puro gusto quiero Ser torero aunque reviente. Ahuizote.Pos yo, manis, la verdá, Aunque ví al fiero Gaviño, Al chiclanero y al Niño, Y a otros güenos, claro está, Ninguno de esos será Comparable con Ponciano, Porque francamente, hermano, Cuando él se pone a torear, Ganas me dan de abrazar Al valiente mexicano. Valedor.¡Caracho” si de que veo Como le corta la vuelta, Y que lo agarra y lo suelta A su antojo y su deseo, Hay momentos en que creo Que es de los toros compadre; 102
Esta versión es completa, y con haberla transcrito del original, haré los ajustes del caso, para evitar la reproducción de otras tantas cuartetas que, deliberadamente publicó Armando de María y Campos en Ponciano el torero con bigotes. El impreso es de mi colección particular.
Eso es no tener ni madre En el arte de torear, Y nunca aquí ha de llegar Quien de Ponciano sea padre. Ahuizote.El Mazzantini mentado Aquí siempre la pitó, Pues dicen que no sirvió De los toros el ganado; Pero aunque sea muy planchado, Yo a Ponciano creo mejor, Pues no le pide favor A nadie como torero, Y menos a un extranjero Aunque sea un Emperador. De “El Hijo del Ahuizote” Enero de 1889. 1889 -Poncianillo, guarda el toro… -Poncianillo, guarda el toro, -Sí, señor, que soy valiente: y mi sangre no consiente morir en astas del toro. Si ese toro me matase, no me entierren en sagrado, entiérrenme en campo verde donde me pise el ganado. A mi cabecera pongan un letrero colorado y digan las cinco letras: ¡Aquí murió un desdichado!, no murió de calentura, ni de dolor de costado, ¡murió de una cornadilla que le dio el toro nevado...!103 1889 Siguió, siguió esa carrera… Siguió, siguió esa carrera dedicándose a la lidia, hasta ser diestro completo formando así su cuadrilla. 103
María y Campos: Ponciano el torero con..., op. cit., p. 69.
Lino Zamora trató de llevárselo a su lado, pero el matador Hernández104 se anticipó a contratarlo.105 1889 En España, “El Toreo Cómico” anunciaba a la afición el próximo arribo de Ponciano Díaz y su cuadrilla, con una caricatura del torero de Atenco, y la siguiente cuarteta al pie: Pronto de España llegará a algún puerto… Pronto de España llegará a algún puerto y hasta la capital de la nación podremos comprobar si aquello es cierto. Y hacerle una ovación.106 1889 Corrida extraordinaria verificada el 28 de julio de 1889 en la plaza de toros de Madrid. Ya llegó, ya llegó el señor Ponciano… Ya llegó, ya llegó el señor Ponciano a salir a la arena de la pista, para del jaripeo y manganeo darnos a conocer las cosas finas. El hombre está en Madrid satisfechísimo (según nuestras verídicas noticias), y otro tanto le pasa al señor Celso y a Oropeza, y al buen Julio Bonilla (que es un barbián que vale muchos pesos en poniendo la pluma en las cuartillas). La animación es grande; todos hablan de lo que pasará, y hay quien afirma que vamos a quedarnos turulatos con las suertes en pelo y en la silla. El resto del programa se compone de seis toros de tres ganaderías (Concha y Sierra, Solís y Palha Blanco), y Ortega y Santos manbdan las cuadrillas, (hermano de Mateo) y Bienvenida, que ha estado durante mucho tiempo en la patria del tal Ponciano Díaz. En El Toreo Cómico que da cuenta de aquella actuación, en cuanto fue momento de la presentación de Ponciano Díaz, esto fue lo que anotó El Barquero:
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José María Hernández. María y Campos: Ibidem., p. 70. 106 Ib., p. 179. 105
En quinto lugar salió Escribano, de Palha, negro, grande, ciclán y corto del izquierdo que sacaba afilado. Con voluntad y poder se lió con la tanda y Cantares, tomando en junto seis varas por tres caídas y dos potros fallecidos. Bueno Santos en los quites, sobre todo en una caída de Cano al descubierto. Cuando se cambió el tercio, don Ponciano salió en un caballejo, que más tarde vimos que era un relámpago, un teléfrafo en cuestión de arrimarse, ¡Vaya un bicho fino! Ponciano hizo una salida, y después colocó a la media vuelta medio par en lo alto, entrando en un palmo de terreno por las tablas. Volvió a hacer otra salida (pues allí nadie sabía preparar el toro), y de una vez, más en corto y ceñido que antes, colocó tres palos pero lo que se dice en lo alto del morrillo. (Muchas palmas). Otra salida, y un par superiorísimo de banderas de todos colores, rematando con un recorte, sombrero en mano. (Gran ovación merecida). ¡Señores, vaya un Ponciano! ¡Y vaya qué caballito! ¡Y vaya qué maestría! ¡Y vaya qué parecito! Enrique Santos de primeras dio seis naturales, cuatro con la derecha, tres saltos, seis cambiados y cuatro de pecho, para un pinchazo citando a recibir. Uno natural, otro de pecho, otro redondo y media de travesía. Tres con la derecha con colada, cinco altos y dos de pecho y un intento de descabello al aire. Varios trasteos, una baja y atravesada y se acabó. En el resumen, El Barquero opinó sobre Ponciano así: LOS MEJICANOS.-Ponciano superiorísimos pareando a caballo, suerte que no dabe dudar es su favorita. Mucha precisión, no poca valentía y gran maestría para sostenerse a caballo. Las demás suertes, opinamos como la generalidad, que resultan pesadas, y no tienen gran mérito ante nuestro público, desde el momento en que se ejecutan con ganado mansurrón. El lazo lo manejan todos divinamente, y el jinete de los toros muy bravo. En general agradaron mucho las suertes, pero repetimos que causan más entusiasmo las banderillas a caballo, seguramente porque la suerte se ejecuta con un toro bravo.107
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El Toreo Cómico. Revista semanal de espectáculos. Madrid, 29 de julio de 1889, p. 6 y 7.
1889 Plaza de toros de Madrid. Corrida extraordinaria verificada el 4 de agosto de 1889. La segunda aparición… La sigunda aparisión ante la güena afisión der cabayero Ponsiano, que der mundo meicano sa venío a esta nasión, por causarnos la sorpresa por su bravura y guapesa ques de lo más superior, y pa ser er sarvador de la probesita impresa Enrique Santos, Tortero, y Antoñito er Marinero son los jefes de pelea, pa dirigir la capea de los bichos de Romero. Cuando la hora sonó tó er mundo se colocó en su sitio verdaero, sacó el usía er moquero y la fiesta emprensipió. Y nos vamos con el segundo de la tarde: Segundo, Herrero, retinto en colorado, carinegro, corto y con andares de buey. A la salida se coló por el (¿?), apabullando a dos o tres del burladero. Los picadores de Ponciano Díaz componían la tanda de piqueros, y buscando al cornudo en todas partes siete puyazos buenos le metieron, cayendo cuatro veces a la arena
y perdiendo un hermoso clavileño. Los hombres escucharon palmas justísimas, pues demostraron gran valentía en la suerte. Regaterillo colgó medio par en buen sitio, y luego, después de dos salidas y poner un par en la alfombra a la media vuelta, colocó uno bueno en el morrillo. Su colega cumplió medianamente. Terminó la labor con la actuación del Tortero enfrentando al ejemplar de Carrasco. Azulejo, cuarto toro de Romero, ensabanado, calzado de las manos, grande y gacho. Lobito le dio tres verónicas y dos faroles, buenos. En medio de un lío espantoso, aguantó el toro nueve sangrías de Coca, Pino y Cantares, derribándoles cuatro veces y finiquitando una raspa. Tortero es acogido con palmas al presentarse con la mano vendada, al tiempo que un mono cae de cabeza al callejón ayudado por el toro. Entre estruendosos aplausos sale Ponciano y de primeras mete un par bueno en lo alto, cayendo junto al 10, sacando la cara desollada. Al quite la providencia. Haciéndoselo todo el diestro mejicano, pues sólo Mejía metió algún capote, hizo dos buenas salidas para clavar un buenísimo par (Palmas). Luego medio par y luego el lío más horroroso gracias a la inútil cuadrilla, a la que tuvo que obligar el público, pues nadie salía a bregar. Por fin, Ponciano se pasó seis veces con valentía, pues el toro ya le conocía, y concluyó colocando un plumerito en la cara del toro. Palmas al mejicano, y la gran bronca a la destartalada e inútil tropa. Enrique toma al toro con uno natural, otro con la derecha, seis altos, tropieza con un difunto, cae y se levanta contusionado del brazo derecho, retirándose a la enfermería, de donde no volvió a salir. Tomo las trastos Lobo, quien dio dos con la derecha, diez altos y un pinchazo bajo entrando mal. dos altos y una estocada perpendicular desde luego, que tumbó a la res. (Palmas). En el resumen se encuentra la nota dedicada a PONCIANO, quien cumplió por su voluntad. Firma El Barquero.108 1889 Y mientras Julio Bonilla, representante o apoderado de Ponciano Díaz estuvo en España, este fue centro de diversos y elogiosos motivos, culminando varias veces en reuniones sociales que fueron “nota” en la prensa taurina. A pocos días de su regreso a nuestro país, todavía se le distinguió con un “modesto banquete” en el que, entre otros detalles, se le extendió el siguiente soneto: Salud al ilustrado compañero… Salud al ilustrado compañero, honra y prez de la prensa mejicana, que en la defensa sin cesar se afana del arte de los Hillos y Romero. Salud al concienzudo revistero del país del jarano y la mangana, y cuya fama grande, soberana, recorre sin cesar el mundo entero. Que de tu patria el panorama hermoso logres mirar, simpático Bonilla, 108
El Toreo Cómico. Revista semanal de espectáculos. Madrid, 5 de agosto de 1889, p. 6 y 7.
sin que te ocurra un lance desastroso. Y si con tiempo y con humor te pilla, no olvides a este grupo cariñoso de amigos, que te quedan en Castilla.109 1889 ADIÓS A MADRID DEL VALIENTE ESPADA PONCIANO DÍAZ Después de triunfos gloriosos, que alcanzó en Madrid, Ponciano sus adioses cariñosos así te dio al pueblo hispano: Adiós, pueblo soberano, nunca olvidaré en mi vida, la cariñosa acogida con que el pueblo madrileño. me aplaudió en el desempeño de suerte reconocida. Adiós, plaza de Madrid que me aplaudió con anhelo; de “Lagartijo” y “Frascuelo” me tengo que despedir. -Ojalá pueda venir otra vez a disfrutar, lo que no podré olvidar, que en esta plaza gocé. Donde manolas miré que no hay con qué comparar. Adiós, Fuente Castellana, adiós, Museo y El Retiro; desde tierra mexicana yo les mandaré un suspiro. Con mucha tristeza miro y con grande sentimiento, que se acerca ya el momento de la forzosa partida. Adiós España querida, donde estuve tan contento. Adiós, desde ahora, les digo a diestros y aficionados, desde hoy cuentan un amigo, que no los tendrá olvidados. Adiós, paseos afamados, adiós, manolas sin par, cuya gracia sin rival no tiene igual en el mundo, con sentimiento profundo hoy me tengo que ausentar. 109
El Toreo Cómico. revista semanal de espectáculos. Año II, N° 73. Madrid, 12 de agosto de 1889, p. 2.
A Mazzantini, el famoso y simpático torero, le doy mi adiós cariñoso con un pesar verdadero. En España fue el primero que ufano me recibió, y que mi mano estrechó como antiguos conocidos, y como en México, unidos también España nos vio. Adiós, Cádiz y Sevilla Barcelona y Santander, volveré con mi cuadrilla, para darla a conocer. Aquí los han de querer porque todos son valientes, y aquí los inteligentes los aplaudirán sin tasa, cuando los vean en la plaza modestos y complacientes.110 1889 A mi distinguido amigo el popular diestro mexicano Ponciano Díaz (Con motivo de su viaje a España) Antes de que te ausentes caro amigo, antes que partas de tus patrios lares; escúchame por Dios, lo que te digo, en estos de amistad tiernos cantares. ¿Por qué vas a partir? ¿Cuál es tu anhelo? Laureles mil, ya ciñen tu cabeza; piensas quizá encontrar bajo otro cielo de los que aquí te amamos la terneza? ¿Por qué vas a partir? Yo sé que dejas un santo hogar donde tu madre mora; donde eleva por ti sus tiernas quejas y por tu ausencia inconsolable llora. Aquí tienes afectos, tienes gloria que tu arrojo y valor han conquistado; páginas indelebles en la Historia, las flores y los triunfos que has soñado. Tu tierna Patria quedará llorando 110
Ib., p. 192-193.
al escuchar tu postrimer adiós; y por tu vuelta quedarán regando tu madre y los arcángeles a Dios. LUISA GODOY Aguascalientes, abril de 1889.111 1889 Ha dado usted en preguntar… Ha dado usted en preguntar y la pregunta es concreta: ¿Puede el bigote alternar con la espada y la muleta? ¿Me lo dejo o me lo quito? Oiga, en tan terrible duda lo que piensa el infrascrito de esta cuestión peliaguda: Sin infundios ni camelos va usted a torear, señor. Pues, no repara usted en pelos sobre el labio superior. Que si quiere usted arrimarse y es fresco, y para, y recibe, para mi puede usted dejarse hasta perilla inclusive. Lotería de Cartones EL TORO (Sácale una vuelta al toro) Para toros del Jaral traigo un caballo tordillo y un potrillo, un buen potrillo alazán. ¡Échenme ese toro bravo jijo de la vaca mora! ¡Échemelo usté, malora, que aquí le traigo su gallo! ¡Toro de Tepeyahualco, ya sonó el clarín del palco! ¡Epale! ¡Ujule! ¡Ya el estoque está en la mano! ¡Ahora, Ponciano!112
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Ib., p. 225. “Lotería de Cartones” por Genaro Estrada. En: Letras de México Nº 18, del 1 de noviembre de 1937, p. 3.
1889 AL PRIMER ESPADA MEXICANO PONCIANO DÍAZ CON MOTIVO DE HABERSE PRESTADO A TRABAJAR EN LA CORRIDA DE BENEFICIO, DEL PRIMER ESPADA ESPAÑOL FERNANDO GÓMEZ (EL GALLITO) DÉCIMAS I Hoy el diestro Mexicano orgullo del patrio suelo, brillo dá al hermoso cielo del Anáhuac soberano; hoy ayuda á un diestro hermano con nobleza y sin jactancia y el público sin instancia, acude alegre en tropel a ver en el redondel de Ponciano la arrogancia. II Fernando Gómez que tiene justa popularidad la aumenta con la amistad que con Ponciano mantiene; el pueblo en masa aquí viene para dar su aprobación y aplaudir por esa acción, hecha sin más pretensiones que dar brillo á dos naciones que forman Una Nación. III Ponciano, humilde torero, vence el peligro con calma, pues tiene templada el alma como finísimo acero; al herir, siempre certero demuestra sus facultades y algunas dificultades del arte sabrá vencer, porque querer es poder siempre y en todas edades, IV
Según sabemos se vá a España, por su recreo y á observar en el toreo todo lo que arte dá; Tiene combinado yá permanecer en Madrid, pasar á Valladolid, Sevilla, Cádiz, Pamplona, la sin rival Barcelona y hasta la tierra del Cid. V Lo acompañará Fernando Morenito y Bienvenida, toda gente agradecida de los que están toreando; juntos se irán navegando a esas naciones que no cierra sus puertas, y do se encierra un pueblo de gran valía, que la Española hidalguía es proverbial en la tierra. R. L. de M. México, 17 de marzo de 1889.113 1889 Glorioso éxito de Ponciano Díaz y de sus valientes charros en las Plazas de Madrid. Pronto será conocido Ponciano en las dos Castillas, por su gracia y su maestría para poner banderillas. Para las suertes lucidas de jineteo y de mangana, es la gente mexicana la que no tiene rival, pues hasta hoy nadie les gana para echar bien un buen pial. Ya en la plaza de Sevilla trabajó también Ponciano, entusiasmando a todito el público sevillano. Nuestro valiente paisano probó suficientemente que es un charro inteligente, a todas horas dispuesto, 113
Hoja volante. México, Tip. de Orozco, Escalerillas 13. Colección del autor.
a dejar siempre bien puesto su nombre como valiente. Sus valientes picadores González y Oropeza probaron que valen más que muchos que tienen trenza. Tienen valor y vergüenza como se ha podido ver, dándose siempre a querer en todas las ocasiones, pues no se hacen remolones cumpliendo con su deber. Por eso Ponciano Díaz en llevarlos tuvo empeño, y así lo dijo en Madrid: “es la muestra lo que enseño”. Y aunque les parezca un sueño arrojo tan singular, aquí es muy fácil hallar sin trabajo y sin desvelo, charros que pican en pelo como se debe picar. Ahí están Arcadio Reyes, Mercado, alias “Cantaritos”, el valiente José Mota y el simpático “Güerito”, con un valor inaudito y sin temor a la muerte, la más peligrosa suerte consuman con arrogancia, y no hay toro que sea fuerte de su brazo a la pujanza. Ya muy pronto “Lagartijo” el torero sin igual, a Ponciano allá en Madrid la alternativa dará. Nuestro paisano será ya matador de cartel, y no habrá otro como él como ha probado otras veces, que a las más feroces reses dé muerte en el redondel. En cualquier plaza del mundo será un primer matador, que ha de dejar asombrados a todos por su valor. Es justicia y no favor a su mérito probado,
pues bastante ha demostrado que en la suerte de matar, nadie ha podido llegar donde Ponciano ha llegado. En la plaza de Lisboa tuvo gran aceptación y a Paris irá a sus fiestas de la gran Exposición. Causando la admiración del público en general, va este diestro sin igual más agrandando su fama, y por eso se le llama el soberbio caporal. Muy contento debe estar el simpático Ponciano, que tantos triunfos adquiere en medio del pueblo hispano. El modesto mexicano enseñó con su maestría que en saber y valentía pocos se le han de igualar; por eso causa alegría mirarlo siempre triunfar.114 1889 Recuerdos a México de Ponciano Díaz desde España Ponciano Díaz el diestro mexicano, un recuerdo le manda al suelo indiano. al pisar la playa extraña nuestro valiente Ponciano, recordó así desde España a su suelo mexicano: “Por fin sobre suelo hispano, hoy me ha traído el destino, abriendo un nuevo camino a la caprichosa fama, que hoy a este suelo me llama porque a la suerte convino”. “Aquí de mi patria amada mil recuerdos me acompañan, que hoy al mirarlos tan lejos, Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…) Este documento no lo encontré reproducido en obra alguna, sino que fue tomado directamente de su publicación original, que fue realizada en la imprenta de don Antonio Vanegas Arroyo. Pertenece a la colección de Mercurio López Casillas. 114
lágrimas mis ojos bañan. ¿Quién sabe si allá me extrañan mis amigos y parientes, que fueron tan complacientes y mi trabajo alentaron, pues que todos me llamaron ¡Valiente entre los valientes!” “Dejo una madre querida y amigos que quiero mucho, y aún me parece que escucho alguna voz conocida. Allí pasé de mi vida. los momentos más dichosos; mis paisanos cariñosos alentaron mi afición, dándome con distinción mil aplausos calurosos.” “Fue don Bernardo Gaviño en el toreo mi maestro, y siempre con su cariño se empeñó en hacerme diestro. Yo pude ocupar su puesto de las cuadrillas al frente, procurando ardientemente complacer siempre el deseo, de aquellos que en el toreo buscan un placer creciente.” “La plaza de San Rafael que en México se estrenó, el primer diestro fui yo que pisó su redondel. Mil pruebas obtuve en él de cariño y simpatía, pues allí ni un solo día el público mexicano, conmigo ha sido tirano pues que siempre me aplaudía.” “Los toros del Tulipán del Canario y de la Noria, un buen testimonio dan de mi valentía notoria. Siempre he fundado mi gloria no en conquistar mis laureles ni brillantes oropeles, sino en dejar complacido a mi público querido, que asiste a los redondeles.” “La plaza del Huizachal
fue testigo muchas veces, de mi modo sin igual para matar a las reses. No tuve jamás reveses en suerte tan arriesgada, que siempre ha sido mi espada, certera como ninguna, para matar sólo de una a la res más retobada.” “Muy pronto tendré el placer de verme entre mis hermanos, pues ya me quiero ver rodeado de mexicanos. Pronto, queridos paisanos, estaré ya entre vosotros, lazando yeguas y potros, y en mi jaca como rayo banderilleando a caballo como no lo han hecho otros.” “Pero mientras llega el día de verme entre mis patrios lares, sin que turben mi alegría, de la ausencia los pesares, recuerdos particulares hoy les mando a mis paisanos a quienes quiero como hermanos y espero pronto volver, para tener el placer de hallarme entre mexicanos.”115 1889 A Joaquín Artau, en la corrida a beneficio de los huérfanos del asilo. Por tu destreza y tu arrojo En la arena, escuchas palmas; Y la admiración coronas De triunfo arroja a tus plantas. Cuando en la suerte suprema Tu seguro estoque mata, Y va rodando la res Mientras la turba te aclama,
Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…): Este documento lo encontré reproducido en las siguientes obras, de la segunda de las cuales tomé su texto: “Ponciano, el torero con bigotes”, Armando De Maria y Campos, en Vidas mexicanas, volumen 7, Ediciones Xóchitl, México, D.F., 1943, páginas 190 a 192. “El corrido popular en el Estado de México”, Mario Colín, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, México, 1972, páginas 421 a 424. 115
¡Cómo tu espíritu goza! Si te saludan los doctos ¡y se emocionan las damas! Bien cumples en la faena; Ora al quite con la capa, Ora el elegante en el quiebro, Cual se acostumbra en tu patria. ¡Salud al diestro español, Al que adquiere limpia fama, Y es honra de matadores, Y de cumplir hace gala! ........... Hoy su guirnalda mejor Para tus sienes prepara Pueblo que los brazos tiende A cuanto noble: ¡Orizaba! Porque si el diestro español, Desde el coso lo entusiasma, Más lo enajena y obliga Consolando las desgracias. Y te aplaude, y te bendice, aunque tu rasgo no extraña; Que en corazones sin miedo Jamás la nobleza falta; .......... Para el torero español Y diestros que lo acompañan; Y para quienes acudan Acciones acudan Acciones dignas y santas; Tiene aplauso el laúd Que rasgos nobles ensalza, Y el huérfano agradecido, Todo su amor… y sus lágrimas. Orizaba, Ver. Enero 20 de 1889. Rafael Delgado.116 1889 Y cinco veces así… 116
Dante O. Hernández Guzmán: Orizaba en tiempos de toros. Orizaba, Comunidad Morelos, S.A. de C.V., 1998. 360 p. Ils., fots., p. 37.
El domingo pasado, como se anunció por toda la prensa, se dio en la bonita plaza del Paseo la corrida de toros a beneficio del escritor español Luis Moncayo, que extingue en Belen una condena psicológica. No se recuerda haber visto en un coso taurino concurrencia tan escogida como la que asistió a esa función de tauromaquia. La plaza, y perdónese el símil, negreaba como la Cámara de Diputados en tarde de sesión; había quórum. Y por cierto que lo menos distinguido era el presidente… de los debates. El bello sexo, representado aristocráticamente, también acudió al llamado de la beneficencia, y los banqueros, y los periodistas, esos banqueros de la inteligencia, también concurrieron en masa, que es la palabra gráfica. Los fanáticos de la tauromaquia, los que piden toro, y lazo, y un descabello, bregaban en tendidos y lumbreras para ver sobre los paraguas y las chisteras de los lagartijos asoleados, que invadieron el departamento de Febo. La discusión era a muerte, a cuerno y espada, tenían pedida la palabra, en pro, los señores Diego Dedos y Cayetano Hillo, y en contra, los señores cornúpetos, diputados los primeros por Sevilla y los segundos por Cieneguilla. Se pasó lista a los caballos, garrochas y banderillas, y el presidente abrió la sesión a son de trompeta, dándole la palabra a un conscripto por Cieneguilla, que habló y dijo: “¡Búu!” (rumores en las galerías). El orador combatió con elocuencia contundente la tauromaquia decretada por el 13º Congreso Rural, y echó por tierra los argumentos que se le oponían, dejándolos destripados. El orador se iba á la capa, recibió algunos piquetes y banderillazos de la Cámara con bravura; después el presidente dio la palabra a uno de los diputados de Sevilla, quien jugó con el propinante como juega un torero con un toro, y blandió sobre él la espada de su elocuencia, dejándolo muerto en la arena de los debates. Y cinco veces así Se empeñó la discusión En la importante sesión, Con creciente frenesí. Y ya al final del debate, Que produjo mil enredos, Gritaban a Diego Dedos: ¡Que lo mate! ¡que lo mate!” Y así acabó la sesión, En la que venció Sevilla Y sucumbió Cieneguilla, Es decir, la oposición. Aunque es necesario rectificar algo: ni acabó así, ni perdió la oposición, pues al Sr. Prieto lo multaron en cincuenta pesos por no querer contestar a una interpelación y una moción de orden del presidente, que no supo dirigir los debates, y la oposición, es decir, el preso beneficiado, alcanzó tres éxitos en su favor: primero, el éxito moral de la prensa que apadrinó su beneficio, el éxito parlamentario de los diputados sevillanos, que satisfizo al público, y el éxito pecuniario, que le dejó libre de trámites más de mil y un decente pico de duros. Mucho mayor éxito está alcanzando en las cortes españolas el Diputado Ponciano Díaz. Después de sus triunfos en las sesiones tauromáquicas de Madrid y San Sebastián, los ha obtenido muy entusiastas en Lisboa, en su gran suerte de banderillas a caballo, en su famosa jaca tan aplaudida como él por el público matritense. También sus charros han entusiasmado a los españoles en la difícil suerte de varas, por su valor y destreza como jinetes y piqueros, y a españoles y portugueses en las suertes del jineteo. Después ha tomado la alternativa de las mismísimas manos de Lagartijo en Madrid, acontecimiento que sólo puede ser apreciado por los dilettanti de la tauromaquia, y que es verdaderamente extraordinario en los fastos y en los anales del arte de Curro, Cúchares y Frascuelo. Esa ha sido una novedad para los taurófilos y taurómacos españoles y mexicanos, pues es la vez primera que un
torero extranjero recibe con distinción de un torero célebre en el coso de Madrid, como quien dice en la capital de la tauromaquia. Ponciano, pues, vendrá hecho un torero; ya puede llamarse matador de cartel, pues ha sido armado caballero de la Real y popular Orden del Toreo, y raro será que se traiga la Gran Cruz de los Matadores y el manto de Comendador de los toreros, pudiendo usar las armas de primer espada. ¡Ahora, Ponciano! BOCCACIO.117 1889 Semblanza de Diego Prieto “Cuatro Dedos”. Este matador, realmente en España no da juego; por eso, prudentemente, toma las de Villa-Diego. Quién sabe si ganará en México la batalla. Aquí sólo alcanzará Sus cuatro-dedos de falta.118 1890 RECUERDOS A MÉXICO DE PONCIANO DÍAZ DESDE ESPAÑA PUBLICADO EN MÉXICO, POR ANTONIO VANEGAS ARROYO. Muy pronto tendré el placer de verme entre mis hermanos, pues que ya me quiero ver rodeado de mexicanos. Pronto queridos paisanos estaré ya entre vosotros lazando yeguas y potros. Y en mi jaca como rayo banderilleando a caballo como no le han hecho otros.119 1890 “Sabrán ustedes que el diestro español Frascuelo, alias Salvador Sánchez, se acaba de cortar la coleta en Madrid, lo cual, traducido al lenguaje vulgar para los que no están iniciados en los profundos misterios del tecnicismo taurino, quiere decir que el diestro Frascuelo deja los redondeles y se retira a la vida privada. Muchas felicidades”. Y como aquí somos diestros… Y como aquí somos diestros… 117
El Diario del Hogar. México, D.F., del 29 de septiembre de 1889, p. 1. El Redondel. El periódico de los domingos. Año XII, N° 587, del domingo 28 de enero de 1940, p. 3. 119 María y Campos: Ponciano el torero con..., op. cit., p. 64. 118
en el arte de imitar, algunos paisanos nuestros van sin duda a trabajar, para que el diestro Ponciano (sin saber si le conviene) se corte con diestra mano la coleta que no tiene.120 1890 La Vuelta del Peregrino Últimos hechos Del Br. PONCIANO DÍAZ Graduado in utroque En la Universidad Taurina de Madrid. “…er señó Ponciano er que monta, parea y ejecuta las suertes de lazo, que es jasé, según dijo un sujeto, mas que fizo el señó Carlo Mano. Sentimientos. Bendita esa tierra de gloria inmortal, Que fue en otro tiempo del mundo señora, Do brillan como astros fulgentes agora Sagasta, Romero y el buen Pi Margall Allá, de ese suelo se fue hasta el confín Un hombre notable del val mexicano, El diestro famoso, valiente Ponciano, Con Celso González y el gran Agustín.121 A todas las gentes les muestra el valor Que tienen los nietos del cid y Pelayo. Y laza, colea y monta a cabayo, Que nadie en Anahuac lo hiciera mejor, Después, desde España 120 121
El Diario del Hogar, D.F., del 15 de junio de 1890, p. 2. Oropeza.
se va a Portugal Y contos de reíses él gana a millares. Y luego se embarca, traspone los mares, Y torna a la tierra del verde nopal. Remendao.122 Y siguen algunos comentarios más que no quisiera dejar pasar por alto. Ponciano Díaz estaba reapareciendo ante la afición capitalina, su afición, sus legítimos seguidores, la tarde del 26 de enero de 1890 con un cartel de polendas: José Galindo (de Madrid). Banderilleros: Saturnino Frutos “Ojitos”, Rafael Calderón de la Barca, Carlos López “El Manchao” y Pompeyo Ramos. Picadores: Manuel Feijoo, Agustín Oropeza, Celso González y Arcadio Reyes. Por supuesto que al frente de esta notable cuadrilla, ni más ni menos que Ponciano. La plaza, su plaza, la de Bucareli daba lugar a ese festejo donde fueron lidiados toros de El Tulipán y de Arandas. Es por eso que el cronista, cuya crónica no sólo se publicó en El Diario del Hogar, sino también en El Universal nos habla de aquel mayúsculo acontecimiento como sigue: Aquí, ya se sabe, lo recibieron como si fuera obispo, con músicas, cohetes, sociedad de amigos y otras cosas al estilo del país. El pueblo, o más bien dicho, algunos fervientes aficionados, lo llevaron en triunfo hasta su casa, y allí siguió la gresca, y hubo brindis, etc., etc. Sin ser poeta, ni siquiera príncipe o emperador, determinaron sus prosélitos ceñirle el laurel, y se preparó la ceremonia de la coronación, y, como se verá después, llegó a alcanzar un honor que desdeñó nuestro gran poeta D. Guillermo Prieto, y que aun no cuenta la Virgen de Guadalupe, con ser la patrona de todos los mexicanos. Para esto se fijó al domingo 26, con recomendación de que estuviésemos puntuales en la plaza de Bucareli. En atención a los vivísimos deseos que teníamos de no perder ripio de la corrida, y estimulados por lo que hizo antes la empresa Abbey y Grau pusieron los precios de entrada, por las nubes. Por esto el concurso no era tan numeroso como otras veces y se veían grandes vacíos en el lado del sol, que eran difíciles de llenar, por aquello de que la entrada a ese departamento costaba la friolera de 75 centavos. Algunos han adivinado por esta alza, que Ponciano se ha vuelto aristocrático. No me meto en honduras. Lo que sí afirmo es que el viaje a los Madriles le aprovechó al buen señor. En el circo, no había aquella tarde mongolfieras, ni otras señales que nos indicaran la probabilidad de una ascensión con que según se decía, nos amenazaba el Sr. Cantolla, aeronauta reconocido y aceptado. A la hora fijada sonó la corneta, salió la cuadrilla y por otra puerta aparecieron dos individuos, que llevaban sendos estandartes; y hasta media docena de niños de ambos sexos, dos de los cuales, sostenían sobre un cojín, la magnífica corona de plata que iba a servir para la ceremonia. Ponciano saludó a los porta-estandartes, luego hincó una rodilla y dos de los menores le colocaron en su sitio la corona de marras. Pero como se la pusieron al revés, resultó un tanto cuanto ridícula la 122
El Universal, D.F., 28 de enero de 1890, p. 3.
soleniá, que dijo una curra abigarrada, que estaba cerca de un servidor de vdes. Luego, varias aficionadas que estaban en el tendido, arrojaron al diestro ramos de flores; y algunas personas le obsequiaron otros objetos y una nueva corona, Para coronas estuvo el día ¿será Ponciano ya monarquista? Cuando terminó la comedia de la coronación dio principio el drama con la salida del Primero que era color Balandrano, de más libras que el bajo Pinto y con buena arboladura. Tomó varas de Oropeza y Celso, el nuevo Bachiller in utroque estuvo oportuno en los quites y mereció vivas y aplausos. Adornaron al bicho Ojitos y Calderón (de la Barca) el primero con dos pares, que le premiaron con palmas y el segundo con media y una intentona tan infructuosa como el último motín de que habló la prensa. Ponciano, que lucía terno de aceituna y oro, practicó la vivisección, con una corta en el lugar de las aflicciones, otra media y la final que dejó a la res, en agonía y en disposición para que la rematara el Sr. Puntillero. Segundo. Otello como el anterior y con ostensibles muestras de estrabismo; le dieron sus dimisorias porque no servía para el caso. Lo sustituyó otro buey del mismo color, con más mansedumbre que cuerno. Recibió algunas puyas, con muestras de desaprobación, por lo cual tornó a su hogar. Ocupó la vacante uno que, según dijo un peluquero era castaño, y más flaco que corista sin contrata. Feijoó y Guillermo fueron los encargados de darle el trancazo; el primero mojó dos veces y obtuvo parmas; el segundo también mojó dos; pero sufrió un tumbo. El tauro nos deleitó con algunas vocalizaciones de la mejor escuela. Ramos y el Manchado fueron a parear; la cosa fue larga como editorial de esos que publican los periódicos sobre asuntos económicos. En vista de la demora y después de algunos pares puestos Dios sabe cómo; se dio en solfa al animal su sentencia de muerte y Ponciano metió a la res El estoque hasta la bola; Pero no bastó ésta sóla Para rematarla, pues Parecía que el toro tenía siete vidas como los gatos, y tuvo el Bachiller in utroque la necesidad de darle varias porciones en el lugar de los silogismos para lograr que el bicho exhalara le dernier soupir. (Silvas). El Tercero Era castaño ojalao, cornalón. Ojitos, con la garrocha ar momento lo sartó, y er torete convencido
de qu´iva a ser diversión, comenzó a cantar zarzuelas y lo hizo mucho mejor que algunos artistas de… los cuales me libre Dios. Oropesa y Celso mojaron cinco veces; este último sufrió una caída. En el segundo tercio sobresalió Saturnino Frutos, con un par supremo. Galindo, de rojo y oro, le dio un pinchazo y un metisaca para que el puntillero matara definitivamente al animal. Cuarto. Tenía el mismo traje que el finado. Los de tanda le inocularon el dengue con seis varas. Para atender al enfermo, le colgaron algunos pares Calderón y Ramos. Ponciano curó al paciente de la influenza con un piquete y una estocada, al nivel del mar. (Remató Q. vd. S.) Quinto.-Era de magnífica lámina, excelentes carniceras y ligerito. Como entró con valor y a pocas fojas, digo a pocas varas, perforó dos jacas, todos los agentes creímos que aquello iba a terminar como algunas sesiones del Congreso de Instrucción. Pero no, en el segundo tercio se le dulcificó el carácter de tal modo, que pasó a las manos de Galindo, inútil para una muerte heroica. Falleció a resultas de un pinchazo y más de veinte puñaladas. Fue un asesinato cruel. El Sexto.-Cornidelantero, pinto y de mala figura. Recibió cuatro de los de tanda. Parearon Calderón y Ramos. Ojitos de esperanza y plata, después de corta faena, le dio una media en su lugar, y una profunda como los pensamientos de cierto presbítero que escribe en El Tiempo. No hubo idem ni para que recibiera el buró los últimos auxilios de la ciencia puntilleril. RESUMEN Ponciano menos incorrecto que antes. Los boulangeres, arrojados. Galindo… na… ni agua. Ojitos certero. El ganado pésimo. El Sr. Cantolla de riguroso incógnito, cosa que todos aplaudimos. Curioso incidente. Cuando Ponciano brindó su primer toro “por la unión de la raza latina”, una chula gritó desde el tendido de sombra: -¡Caramba, saleroso! ¡qué baño de filonsofía te fuistes a dar a la torre eifela de los franchutes! Calla, no seas tonta, le dijo otra, eso lo ha deprendido de los periódicos. Remendao.123 1890 DE PONCIANO DÍAZ
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El Universal, D.F., del 28 de enero de 1890, p. 2.
Alcanzó muy alta fama, fue de mucha valentía; en muchas plazas toreó con valor y gallardía. Su fama no desmintió, pues en las plazas de España manifestó que era bueno, y de paso buena espada. Desde su muy tierna edad se dedicó a ser torero, pues nacido y creado fue allá en la hacienda de Atenco. Su padre bien lo enseñó: fue charro a prueba cabal, y en lazo y en la cola no tuvo ningún rival. Banderilleaba a caballo a cualquier bicho rejego, y esto lo subía de fama y aquilataba su precio. Como torero moderno alcanzó bastantes glorias, y en las plazas que lidió dejó muy gratas memorias. Por la muerte de Gaviño, que fue excelente torero, su puesto ocupó Ponciano con bravura y con denuedo. Muy hábil diestro salió: nunca desmintió su fama, y en el arte de la lidia hizo muy grandes hazañas. Si antes de morir Gaviño hubiera visto a Ponciano, hubiera sido el primero en tratarlo como hermano. Se acabaron los toreros de aquella época pasada, en que había diestros muy buenos y de veras se lidiaba. Ponciano fue de esa plaza, siempre lidio con limpieza, no tenía miedo a los toros
al empuñar la muleta. No hubo plaza en que no fuera de todo el mundo apreciado, luego que se presentaba gritaban: “¡Ahora, Ponciano!” Siempre con trajes lucidos salía, pues, al redondel, y los vivas a Ponciano era lo que había que ver. Aun el mismo Mazzantini su valor con él midió, y tuvo el gusto Ponciano de ser un buen toreador. En Jalisco, en Monterrey, en Coahuila, en Zacatecas, en Puebla y en muchas partes sus glorias están aún frescas. En Puebla tuvo la gloria de que el público entusiasta quitó las mulas al coche para llevarlo a la plaza. Bandas y coronas tuvo, como se dice, de a bola, porque siempre fue simpático y elogiado a toda hora. fue un hijo muy obediente, a su madre quiso mucho, y quizá la muerte de ella lo hizo bajar al sepulcro. Esa parca fiera y cruel del mundo se la ha llevado, pero nos deja recuerdos a todos los mexicanos. Ha concluido ya su Historia: y no existe aquel Ponciano, el arte también concluye y lloran los mexicanos. Mas en esa losa fría que deposita sus restos, nuestros recuerdos reciba rezándole un Padre Nuestro. Los toreros españoles también deben de sentirlo, pues los trató con aprecio
y se mostró buen amigo. Adiós, querido Ponciano, nos dejas gratos recuerdos, y desde el punto en que estés te enviaremos nuestro afecto. En fin, se acabó Ponciano, ya no volverá a torear: ha pasado ya a la historia: duerme para siempre en paz.124 1890 De una crónica que apareció en El Universal, D.F., del 18 de marzo de 1890, p. 2, recojo los siguientes versos: FIESTA AGUADA. Corrida verificada el domingo 16 de marzo de 1890, a beneficio de Juan Ruiz (á) Lagartija). Para demostrarles… Para demostrarles que es caritativa persona Don Juan Ruiz de Lagartija, diré que ha cedido una parte líquida de lo que produjo la función taurina que se dio esa tarde, a la CASA AMIGA DE LA OBRERA, como lo hizo ya Adelina Patti Nicolini, la flor de las divas a quien Abbey guarde y Pastor bendiga. ¡Cuánto la miseria debe a los artistas!... ¡Qué laudable objeto tuvo ayer la lidia de los siete toros, no de Cieneguilla, que han salido mansos en otras corridas, sino de Santín la ganadería que prefirió siempre Manuel Hermosilla!... ¡Bien para los buenos 124
Mendoza: El corrido mexicano..., op. cit., p. 369-372.
que a otros benefician! Caridad nivela toreros y divas. Esto da materia para gacetillas alabando a todos su filantropía. (. . . . . . . . . .) Cortés sin cortesía colgó uno, desigual, otro, con valentía el pollo Carbajal, que, según vieron todos, marró antes una vez; y con mejores modos prendió otro, León Cortés. (. . . . . . . . . . ) “Brindo por la Presidencia, “por todos en general; “perdone la Concurrencia “si lo hago mal”. (. . . . . . . . . .) Al segundo le decían por mal nombre Garraleto. Era como el otro toro y como la tinta, negro; tenía, además, muy pequeños y para abajo los cuernos, tomó de los boulangeres algunas varas, huyendo; le dio un tumbo a Tres Calés y a otro de los cabayeros, dejando en la arena uno de los rocinantes, muerto. (. . . . . . . . . . .) Tras de tanto borueu salió Camelio, nombre que para toro parece poético; sería más propio si fuera el apellido de algún gomoso. Era el buey de que se habla color castaño, tenía negros los ojos, los cuernos gachos, y por su porte, parecía entre los bueyes un señor Conde… Ya conocen vdes. sus generales. cuentan que este toro tomó con poder dos fuertes puyazos
de don 3 Calés. don Martín Fernández nieto de Camöens, le dio tres piquetes que le pagó el auey con tres buenos tumbos. ¡Pobre Portugués! Remendao. 1890 ANTOÑICA ¡Antoñica, si hubieras sido como yo te imaginaba! Yo había puesto en tu alma todo lo bello de mi alma de colegial intacto donde aún perduraban bajo las arideces aritméticas fulgores de Cuentos de Hadas. Antoñica, rubia ramera desde el parque frente a tu casa te veía en el crepúsculo palidecer y luego iluminarte para el vivir nocturno... En tus cabellos brillaban las onzas de oro de la “partida” de Tacubaya y en tus ojos violeta un alcohol de veloces y azules flámulas. Hoy, ya muerta te identifico con las princesas de las miniaturas persas, por sensual y por fina y rubia con la Madona del Gran Duca. De tus amantes nadie te amó como ese niño. ¡Ni el general, ni el banquero, ni el banderillero de Bernardo Gaviño! Como aquel niño ya poeta que divinizó tus pupilas como estrellas lejanas, suaves como violetas, y en su deliquio, cuando tú pasabas, extraño al sortileño de tu sexo cruel temblaba sin saber por qué. Y te veía alejarte, poniente en tus espaldas las alas de su Ángel de la Guarda...125 125
Datos obtenidos por la internet, en la siguiente dirección: http://www.biblioweb.dgsca.unam.mx/tablada/publica/medyn.html
José Juan Tablada, 1890. Del que por cierto son estos otros versos: Unirse a ti en idéntico derroche… Unirse a ti en idéntico derroche Y andar de feria en feria por la vida, Fuegos artificiales por la noche Y gallos, toros y rentoy de día.126 28 de noviembre de 1867. En tal día, fue expedida la "Ley de Dotación de Fondos Municipales", cuyo artículo 87 suprimió el desarrollo de la fiesta de toros en la ciudad de México. Su duración efectiva: 20 años. Dice su contenido: No se considerarán entre las diversiones públicas permitidas las corridas de toros; y por lo mismo, no se podrá dar licencia para ellas, ni por los ayuntamientos ni por el gobernador del Distrito Federal, en ningún lugar del mismo.127 Dicha ley entró en vigor hasta el 1º de enero de 1868, pero ya la "última corrida" se había efectuado el 8 de diciembre de 1867. Tal festejo se desarrolló en la plaza "El Paseo Nuevo", como apoyo a los damnificados del tremendo huracán que azotó las costas de Matamoros. Ignacio Manuel Altamirano -claro oponente de estas manifestaciones- apuntó un día después de la corrida: (...) Con esta corrida que se permitió a la caridad, concluyeron para siempre en nuestra capital las bárbaras diversiones de toros, a las que nuestro pueblo tenía un gusto tan pronunciado desgraciadamente. Los hombres del pueblo saben más de tauromaquia que de garantías individuales.128 Frente a compleja situación, el balance que puedo mostrar es el siguiente: De la revisión amplia y generalizada al motivo de la prohibición y bajo el planteamiento de doce exposiciones,129 es de considerar -en primera instancia-, la participación directa de todos los elementos,130 como asociación de un momento histórico sometido a los rigores de la transición, a la HORTA, Manuel: PATIO DE CUADRILLAS. Antología de la prosa taurina de (…). Selección y prólogo de Raúl Horta. Ilustraciones de Antonio Navarrete. México, Edamex, 1988. 85 p. Ils., p. 10. 127 Manuel Dublán y José María Lozano: Legislación mexicana o colección completa de las disposiciones legislativas expedidas desde la Independencia de la República. Ordenada por los Licenciados (...). México, Imprenta del Comercio, de Dublán y Chávez, a cargo de M. Lara (Hijo). 1878. T. X. 848 p., p. 152. 128 El correo de México No. 85 del 9 de diciembre de 1867. 129 José Francisco Coello Ugalde: “CUANDO EL CURSO DE LA FIESTA DE TOROS EN MÉXICO, FUE ALTERADO EN 1867 POR UNA PROHIBICIÓN. (Sentido del espectáculo entre lo histórico, estético y social durante el siglo XIX)”. México, 1996 (tesis de maestría, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México). 238 p. 130 Op. Cit. Los diversos elementos, son a saber: -Motivos de rechazo o contrariedad hacia el espectáculo, ofreciendo el análisis a doce propuestas que se sugieren para explicar causa o causas de la prohibición en 1867. Para ello viene en seguida una justificación. En las circunstancias bajo las cuales se mueve la diversión popular de los toros en México y durante el siglo XIX, vale la pena detenerse particularmente en 1867, profundizar en ese sólo año y tratar de acercarnos a las causas motoras que generaron la más prolongada prohibición que se recuerde, en el curso de 470 años de historial taurómaco en nuestro país (esto, entre 1526 y 1996). 126
La tauromaquia como divertimento que pasa de España a México en los precisos momentos en que la conquista ha hecho su parte, inicia su etapa histórica justo el 24 de junio de 1526 y adquiere, al paso de los años cada vez mayor importancia y consolidación al grado de estar en el gusto de muchos virreyes y miembros de la iglesia; así como entre las clases populares. Ocasiones de diversa índole como motivos reales, religiosos o por la llegada de personajes a la Nueva España, eran pretexto para organizar justas o torneos caballerescos; esto en el concepto del toreo a caballo, propio de los estamentos. Luego, bajo el dominio de la casa de Borbón se gestó un cambio radical ingresando con todas sus fuerzas el toreo de a pie. Tal fue causa de un desprecio (y no) de los monarcas franceses contra las "bárbaras" inclinaciones españolas, sustentadas hasta el primer tercio del siglo XVIII por los caballeros hispanos y su réplica en América. Así, el pueblo irrumpió felizmente en su deseado propósito de hacer suyo el espectáculo. A fuerza de darle forma y estructura fue profesionalizándose cada vez más, por lo que alcanzó en España y México valores hasta entonces bien estables. En los albores del XIX surge en México el convulso panorama invadido por el espíritu de liberación, para emanciparse del esquema monárquico. Tras la guerra independentista lograron nuestros antepasados cristalizar el anhelo y la nación mexicana libre de su tutor colonial, inició la marcha hacia el progreso con sus propios recursos. Y en el toreo ¿qué sucedía? El ambiente soberano que se respiraba en aquellos tiempos permitió todo concepto de tolerancias. Fue entonces que el libre albedrío, la magia o el engaño de improvisaciones llenaron un espacio: el de las plazas de toros, donde se desarrollaron los festejos. El toreo basaba su expresión más que en una fugaz demostración de dominio del hombre sobre el toro, en los chispazos geniales, en las sabrosas y lúdicas connotaciones al no contar con un apoyo técnico y estético que sí avanzaba en España, llegando al grado inclusive de que se instituyera una Escuela de Tauromaquia, impulsada por el "Deseado" Fernando VII. Todo ello, a partir de 1830. Pero no avanzaba en México de forma ideal, probablemente por el fuerte motivo del reacomodo social que enfrentó la nueva nación en su conjunto. Con la presencia de toreros en zancos, de representaciones teatrales combinadas con la bravura del astado en el ruedo; de montes parnasos y cucañas; de toros embolados, globos aerostáticos, fuegos artificiales y liebres que corrían en todas direcciones de la plaza, la fiesta se descubría así, con variaciones del más intenso colorido. Los años pasaban hasta que en 1835 llegó procedente de Cádiz, Bernardo Gaviño y Rueda a quien puede considerársele como la directriz que puso un orden y un sentido más racional, aunque no permanente a la tauromaquia mexicana. Y es que don Bernardo acabó mexicanizándose; acabó siendo una pieza del ser mestizo. Mientras tanto, el ambiente político que se respiraba era pesado. El enfrentamiento liberal contra el conservador, las guerras internas e invasiones extranjeras fueron mermando las condiciones para que México lograra avances; uno de ellos, aunque tardío, llegó el 15 de julio de 1867 cuando el Presidente Juárez entra a la capital y restaura la República. Se discuten auténticos planes de avanzada y la fuerza que adquieren los liberales, el ingreso del positivismo como doctrina idónea a los propósitos preestablecidos -con su consigna de orden y progreso-, ponen en acción nuevos programas. Aunque extraña y misteriosamente Juárez, ya casi al concluir ese año de la restauración, prohíbe las corridas de toros. Extraña su resolución. Él, que había asistido en varias ocasiones a festejos en compañía de su esposa -para recaudar fondos para las tropas partícipes en las jornadas de mayo de 1862-, cambió de parecer, sin más. Cabe hacer ampliación de otras posibles causas, además de la ya expuesta, que por muy explícita se reduciría al antitaurinismo del Benemérito. Los otros motivos de estudio son: -Influencia de los liberales y de la tendencia positivista; -caos y anarquía en el espectáculo, oposición del "Orden y progreso"; -posible presencia de simpatizantes del Imperio de Maximiliano, los cuales pudieron haber girado en torno a la órbita taurina; -la influencia del federalismo; -un incidente de Bernardo Gaviño en el gobierno de Juárez en 1863; -la prensa como dirigente del bloqueo a las aspiraciones del espectáculo taurino en 1867; -con la reafirmación de la "segunda independencia", ¿sucede la ruptura?; -temor de Juárez a un levantamiento popular recién tomado el destino del gobierno; -incidencias probables que arroja el Manifiesto del gobierno Constitucional a la nación el 7 de julio de 1859;
renovación, tratando de superar la crisis nacional y procurando también la modificación de los valores ideológicos propios de una época cuyos contextos significaron arraigo mental significativo que se proyectó en la forma de ser y de pensar; tanto en sus costumbres como en su forma de vivir. Si la fiesta de toros se consideró contraria a la civilización y el progreso, era de esperarse un combate directo para eliminarla, de ahí todos los argumentos manejados por los hombres de esa época, hombres con ideas liberales, deseosos de un cambio que tardaba en darse o de aparecer en escena, como deslumbramiento y azoro del esfuerzo mayor impuesto a tales ambiciones. Por eso, la fiesta torera concentraba de una forma especial, los ingredientes del carácter contra el cual se atentaba y pugnaba por su desaparición en consecuencia. De esa forma caos y anarquía, o el antitaurinismo de Juárez (si es que lo hubo), aunque lo fue y lo sigue siendo para muchos, son dos aspectos que animaron el estudio, pero han perdido peso al no encontrar en ellos el soporte necesario para continuar. El sentido de la imposibilidad de realizarse la nación como tal no sin antes eliminar, para permitir tal realidad los aspectos de "hipocresía, inmoralidad y de desorden" que desde 1859 fueron señalados abiertamente en el "Manifiesto del gobierno Constitucional a la nación", el cual cuestionó -hasta llegar a la propia médula- las costumbres, los hábitos, los privilegios "y -más profundamente- contra el modo de vivir y pensar de la mayoría de los mexicanos de aquella época" según nos lo muestra O'Gorman. Que la prensa jugó un papel determinante en este asunto, es indudable. No fue masivo el comportamiento, aunque sí incisivo por parte de quienes no dejaron de insistir en la necesidad de su erradicación, resolviendo la propuesta por una mejor educación que generara factores de cultura importantes. Por eso, "moralizar en vez de corromper" fue la bandera instituida. Liberales y positivismo también son parte del nuevo panorama y no es que no existieran. Surge una filosofía donde el orden y progreso se postulan como razones existenciales para una nueva época por venir. De lo que sucedió durante el Imperio de Maximiliano, apenas deja entrever intentos de prohibición que se resolvieron en los mejores términos sin alterar en consecuencia, un espectáculo al que era afecto el emperador (aunque sólo haya asistido -no tengo más datos-, a dos corridas en 1864). Si lo que apunté sobre Gaviño y Juárez como incómodo encuentro allá por 1863 y luego manera de arreglo o desarreglo en la corrida del 3 de noviembre de 1867, en que vuelven a verse las caras, resulta un modo de afectación al bloqueo, es o sería insignificante pensarlo como tal, pues esto se supone entonces en un arreglo de cuentas personales y nada más que eso. En alguna medida la reafirmación de la segunda independencia abrió caminos para el logro de objetivos muy claros. Disipó -por algún tiempo- rencillas de todo tipo y sólo se puso como constante recuperadora de lo que una primera independencia no había podido lograr. Razón emergente seguía siendo la de separarse o divorciarse de las "costumbres y los hábitos heredados de la época colonial" horizonte todo este que marca el arraigo mental tan pronunciado entre aquellos que, emancipados de una manera solo formal, no habían conseguido las formas de independencia legal, social y hasta económica. De ahí la vicisitud que afectó una razón de ser tan indefinida de mexicanos quienes se dedicaron a la provocación, al desorden y a la lucha por el poder. Todo esto en conjunto, permitió en consecuencia el avance de "las costumbres y los hábitos heredados de la época colonial" alterado, si se quiere, de forma, pero no de fondo, puesto que se estaba ya en épocas distintas. Gran parte de esa lucha ideológica y por el poder la mantuvieron los masones, personajes de gran inteligencia y astucia quienes lucharon contra la ignorancia, el fanatismo y el dogmatismo, fenómenos los tres, que dominaban el ambiente mexicano en el cual los valores culturales escaseaban, por lo que el riesgo de infección por falta de preparación era mayor.
-la masonería: ¿Intervinieron sus ideales en la prohibición?; y -de que no se expidió el decreto con el fin exclusivo de abolir las corridas, sino para señalar a los Ayuntamientos Municipales cuáles gabelas eran de su pertenencia e incumbencia. Por eso el decreto fue titulado LEY DE DOTACIÓN DE FONDOS MUNICIPALES y en él se alude al derecho que tienen los Ayuntamientos para imponer contribuciones a los giros de pulques y carnes, para cobrar piso a los coches de los particulares y a los públicos y para cobrar por dar permiso para que hagan diversiones públicas (de las cuales, la de toros resultó ser la más afectada).
Por su parte, el federalismo favorece la fiesta por la conformación de estados libres y autónomos agrupados entre sí. Por tanto, esa autonomía, si bien, consiguió que la afectación ocurriera en el Distrito Federal, no sucedió así en el resto del país, en donde las corridas de toros continuaron desarrollándose, tanto en pueblos como en ciudades. El temor de Juárez a un levantamiento popular producido por todos aquellos que fueron licenciados luego de la lucha por la causa liberal puede ser, en buena medida, fuente o brote de sospechas a nuestro estudio. Se esperaba que aquellos no-bandidos regresaran a su anterior forma de vida. Sólo que ocurrió lo contrario. El bandidaje resultó ser la respuesta a aquella condición que incluso acarreó el malestar de 60 mil hombres alineados a la causa, de la cual no obtuvieron ningún reconocimiento; mucho menos un ofrecimiento de mejora en sus vidas. Esto, en su conjunto, significaba un riesgo, pero la plaza de toros seguía siendo el centro de reunión colectiva donde la gente gozaba de todo cuanto en ella sucediera. Sin embargo, el detonante de la prohibición fue se relaciona con el cobro de impuestos, pues era preciso que el (o los) ayuntamiento(s) supiera(n) cuales "gabelas" eran de su pertenencia o incumbencia y sabemos que gabela tiene un significado de tributo, contribución o impuesto. Como se puede comprender, gabela es, ante todo, una exacción (o impuesto en resumidas cuentas) que los antiguos señores feudales imponían a sus vasallos, arbitrariamente y sólo con el objeto de emplearlos en comodidad propia. Esto lleva a pensar en una aplicación de sentido feudal por su género, de suyo arbitrario. Pero sobre todo es la forma en que la ley de Dotación de Fondos Municipales logró un control de los impuestos, control que requería una renovación o un ajuste ante los abusos cometidos. Ahora bien, la Constitución de Cádiz al referirse al papel de los municipios es clara y abierta, por lo que se adelanta en mucho a las condiciones de beneficio común que estos deben ofrecer, lejos ya de toda evidencia del pasado. Por lo que respecta a las medidas, éstas se basan en disposiciones que se remontaban al año 1854; la ley de 1862, primer aviso de suspensión no cumplida, aunque aplicada la duplicación del impuesto fijado a las corridas de toros en abril de 1865 y luego, la puesta en vigor del artículo 87 de la ley de dotación, el cual no otorga ipso facto la concesión de licencias para el desarrollo del espectáculo, esto como una medida que atentaba los intereses de la empresa, comandada por Manuel Gaviño, quien seguramente no llevaba bien el estado administrativoeconómico de la plaza, lo cual tampoco satisfacía las peticiones del ayuntamiento por hacer la repartición equitativa y porcentual de los impuestos que debían ingresar al ayuntamiento, soporte de los fondos municipales, utilizados en las mejoras de la condición urbana, desagüe, alumbrado y otros servicios públicos. De esa forma, se concluye que el motivo por el cual no se concede la licencia para el desarrollo del espectáculo fue, única y exclusivamente de carácter administrativo, lo cual nos hace entender que si bien son implícitos los conceptos que promueven la prohibición -entendida como tal, aunque el artículo 87 en ningún momento indicaba se procediera con dicha aplicación-, es más directo el factor relacionado con los impuestos. Lo curioso es que en esos justos momentos se concentraban las ideas, formulaciones y demás aspectos que he decidido analizar, por lo que resulta aún más atractivo el conglomerado de propuestas. En tanto, con las corridas de toros prohibidas en el D.F., los aficionados no sufren la ausencia del espectáculo porque se organizan fiestas en plazas como el Huisachal, Texcoco, Pachuca, Cuautitlán, Tlalnepantla, escenarios bien dispuestos a presentar buenos carteles al estilo de la época, donde hacíase característico un toreo en nada parecido al que prevalece en nuestros días. Era, por el contrario, un toreo antiestético, a distancia, de pocos pases, donde la suerte fundamental se fijaba en la hora de la verdad, con auténticos mete y sacas. Aunque hubo excepciones y al toreo de José Machío y de Luis Mazzantini, así como del veterano Bernardo Gaviño y de otros diestros, eran cosa del otro mundo para los aficionados de hace más de 100 años que gustaban de las machincuepas y chacotas en percal y pañosas buriladas. Pero como Ponciano, ninguno. De 1881 es la siguiente cuarteta: A los toros, sin mohina A los toros, sin mohina
acudid hoy muy temprano, banderillea Rebujina y pica el Zaragozano.131 Un fenómeno de incidencias populares va -como lo hemos visto en testimonios anteriores-, apoderándose de dar razón o fe de los hechos movidos a una consecuencia histórica, cuestionamiento surgido de la cinemática de varios toreros a raíz de su popular idiosincrasia y del movimiento lírico, popular también, de varios poetas surgidos de la clase media; e incluso hasta de los anónimos. Tal estructura mueve a crear, desechar o modificar teorías que sobre la lírica popular se produce al gestarse, también, una acción pasiva o radical de unos sucesos de amplio marco ofrecido a quienes determinan el rumbo del país con un criterio amplio de libertades. Esto es, el mecanismo sucede a partir de los eventos elaborados por los toreros y aceptado o rechazado por el pueblo, mismo asunto de política, religión y sociedad en general, pues aunque estos elementos dispongan de los medios suficientes para mejores condiciones de vida, es el pueblo quien las acepta o repudia. Se percibe ese interés por ensalzar a los héroes de la tauromaquia a partir de esquemas poéticos sencillos, fáciles de presentar una evidencia lógica y general de la persona de "x" torero y sus repercusiones, sobre todo lo que le rodea o que está en torno suyo. Pariente muy cercano es el corrido, clasificado como género "épico-lírico y narrativo" a la vez, el corrido ha sido emparentado con el romance español. Según el investigador Vicente T. Mendoza, el corrido es "no sólo un sucesor directo del romance español, sino aquel mismo romance, trasplantado y florecido en nuestro suelo". De ese modo, la musa popular se desgrana, tras un triunfo de Ponciano Díaz, allá por el bajío, con el cual lo levantan como héroe popular en el corrido que vierte su populismo. Como puede apreciarse, los versos no tienen una buena calidad, abundando lo que se considera verso libre, donde no hay ninguna métrica ni equivalencia dignas de un poema con mejor suerte. De todas formas, su información nos dice de forma más o menos detallada los sucesos ocurridos en la arena taurina de San Rafael. Mas, una seria amenaza venía de Veracruz a México, justo en 1886: Del bruto dominando la pujanza… Del bruto dominando la pujanza Por el valor, la astucia y la destreza, El torero mantiene su entereza Cifrando en los laureles su esperanza; La Gloria constituye su bonanza Y goza al recibirla con largueza Expuesto a sucumbir en la cabeza De algún toro que al fin, lograrlo alcanza. Cada fiesta de toros, dura prueba Es para el lidiador que afición tiene; Que impávido y sereno se mantiene. Al ver al bicho que a sus plantas llega, Y aunque es al parecer cosa sencilla, Cada vez que torea, entra en capilla. Un torero poeta.132 131
Maria y Campos, Ponciano, el torero con..., op. Cit., p. 93. El Eco Taurino. Año XIII, México, D.F., 9 de febrero de 1939, Nº 471. El 14 de febrero de 1886 se efectuó en Puebla una corrida de toros a beneficio de Juan León “El Mestizo”, quien dedicó su función de gracia al entonces Gobernador Constitucional del Estado de Puebla, General Don Rosendo Márquez. En los preventivos 132
Hasta que El día 16 de noviembre… El día 16 de noviembre llamó mucho la atención la cuadrilla y Mazzantini para Méjico embarcó. Dicen que va por tres meses, qué lástima y qué dolor; dentro del barquito llevan las alas de mi corazón...133 Precedido de una gran fama llega a México el torero güipuzcoano quien corre con la suerte al reestablecerse las corridas de toros en la capital y no limitarse, como sus compañeros a torear en algunas provincias. Por tanto, terminada la temporada en Puebla, que fue de tres corridas, salieron para la capital de la República, dispuestos a cumplir un contrato con un empresario que a la sazón regenteaba la plaza de San Rafael. El aparato informativo sobre su persona hizo verlo como a un ser especial, tras la notable actuación en Puebla. Pero la mala suerte quiso que el claro azul del horizonte se nublara de pronto, y lo que debió ser un gran triunfo, sólo resultó un fiasco, por culpa de los toros. Ca. 1890 CON ME En una noche estival hablando de cien empresas, en una de las cien mesas que tiene el "Café Imperial". Seis jóvenes de la Villa, con monóculo y con llavero, le apostaban a un torero las cañas de Manzanilla. Aturdieran a los bronces sus gritos, pero ante todo: ¿Cómo jugaban? De un modo que estaba de moda entonces. El de acertar con presteza cualquier palabra en un rato, dando por único dato la sílaba con que empieza. Era de ver la intención con que todos se ponía hechos en fina cartulina, se imprimieron firmados por Juan León los versos que aparecen reproducidos párrafos arriba. 133 Maria y Campos, Ponciano, el torero con..., op. Cit., p. 121.
palabras que requerían verdadera erudición. Todo aquel que adivinaba antes de las cinco veces, una caña hasta las heces gratuitamente apuraba. Pero si entre seis o más ejemplos erraba el tino, pagaban por pena el vino que apuraban los demás. Yo, formando vecindad, con la mesa en que jugaron, diré que todos salvaron la mayor dificultad. Con talento extraordinario acertaban, parecía que cada cual se sabía de memoria el diccionario. Llegó su turno al torero (que a juzgar por su exterior, debía ser arrastrador, mono sabio o cachetero). Y al decir: "me toca a mí" agregó muy gravemente dándose un golpe en la frente: "vamos que la tengo aquí". Dínos la sílaba pronto, dijo amostazado alguno; y exclamó orgulloso el tuno: -la diré que no soy tonto. -¡La dirás? -Sí, la diré, que nada me da vergüenza... Mi palabrita comienza... -¡Con qué sílaba? -¡Con ME! -¡Merengue! -No, no señor. ¡Mesa! ¡Melindre! ¡Meneo! ¡Metisaca!... -¡Pues ya veo que voy a ser vencedor.! Los seis jóvenes se vieron y en perder hallando mengua, cuanta palabra en la Lengua comienza con mé, dijeron.
En verdad recuerdo yo cuánto me mortificaba ver al tuno que gritaba a cada palabra: ¡NO! Estando todos reñidos, el torero con gran calma dijo: -¡Por vida del alma! ¿Se dan todos por vencidos? ¡Naiden sabe hablar aquí! ¡Naiden conoce su idioma! ¡Es tan fácil! -Esa es broma... -¿Quieren que la diga? -Si! -Pueden verla en el registro del Diccionario anotado, la palabra que he pensado es la más fácil: MENISTRO. Risa, espanto, confusión, aplausos... ¡la mar de asombro! Y uno tocándole el hombro le dijo: -Tienes razón!134 Juan de Dios Peza 1890 Y más o menos de ese año, deben ser los siguientes versos, también del célebre poeta: Romances taurinos en la feria. Siempre que un turista inglés viaja en suelo sevillano, le acompaña algún gitano que a todo responde yes. Al que los oye y los mira le causa estupefacción ver que a cada afirmación corresponde una mentira. Mentiras en las que tales hipérboles se derraman que son de las que se llaman en español, garrafales. Llegó un inglés de London flux a cuadros, cara seria, a ser un creso en la feria 134
Correo de los toros, semanario ilustrado. México, D.F., T. I., N° 21, del 7 de febrero de 1909.
como todo buen Mirlón. Si alguna cosa veía su historia y fin preguntaba y el gitano contestaba aquello que le ocurría. Al pasar por un café entráronse mano a mano el andaluz y el britano con muchísimo tupé. El criado, con presteza -¿Qué se sirve? preguntó y el seco inglés contestó:-“Mi, sólo toma cerveza!” -¿Y usté…? Con gran intención más serio y más cejijunto contestó el gitano al punto: “Yo lo mesmo que el Mirlón”. Luego con destreza suma dio el criado algunos pasos y les trajo al fin dos vasos con sus penachos de espuma. Quedóse el gitano absorto, aturdido, atolondrado; se ruborizó y cuidado que no pecaba por corto. Salvando terribles dudas dio un trago ¡por San Benito! puso un rostro el pobrecito igual al rostro de Judas. Inclinó luego el testuz, sus labios palidecieron y dijo: -¿Mirlón, ¿qué dieron a Jesucristo en la cruz? “Hiel vinagra” –respondió el inglés muy secamente; bajó el gitano la frente y luego así se expresó: “De cuantas purgas se cuenta es la más mala que he visto si le dan cerveza a Cristo vamos, Mirlón, lo revientan! Miró el vaso de través y dijo muy enfadado “Este vino lo ha inventado
la suegra de algún inglés” Juan de Dios Peza. 1890 LUZBEL Y MONTES Trocándose Luzbel en negro toro, con asta y traza fiera cerrar quiso la suerte celestial del Paraíso al noble atleta cuya ausencia lloro. El campeón Miguel con estoque de oro con su manto le ofrece de azul viso, los toma al punto, airoso rinde al piso y cita al monstruo, con tropel sonoro. El bufa y ruge, le acompete y cierra mas al trapo burlado grata historia. Truncado al cuello al golpe atroz se atierra, el cielo en coro, aplaudo la victoria vomita el dragón fuego y muerde tierra y Montes triunfa entrándose en la gloria. Al propio asunto y con diverso son. Un cacidiablo toro, el vil Patillas s un alma salva, atájale el camino tizón el asta, en furia torbellino, por ojos y narices cuatro hornillas. El aire troncha en átomos y astillas según derrota en fiero desatino, mas el genio tremola blanco lino con púrpuras orladas las orillas. Gallea a lo galán, de arrastre y vuelo y es Patillas con él un rudo topo lo tronza, lo quebranta, y rinde al suelo. Cáscaras, dijo el diablo alzando el hopo este es Montes, me cuco y vaya al cielo que temo más en capa que un hisopo.135 EL SOLITARIO 1891 PONCIANO DÍAZ. De aquí para allá, brillando; De allá para acá luciendo; En todas partes triunfando, Por donde quiera viviendo. Los toros no le hacen daño, 135
EL ZURRIAGO TAURINO. REVISTA SEMANAL. T. I., México, Marzo 30 de 1890, N° 6.
Ni las mujeres tampoco; Pero un despiadado engaño, Del racional hace un loco. Si a Ponciano le desdoran, Los taurófilos le lloran. Anónimo.136 Como podrá observarse, la nota en aquel momento, en buena parte de la prensa taurina, y la que no lo era también, fue el hecho de que el 17 de octubre siguiente, Ponciano Díaz sería investido como matador de toros en la antigua plaza de Madrid. Ca. 1891 PONCIANO DÍAZ. De aquí para allá, brillando; De allá para acá luciendo; En todas partes triunfando, Por donde quiera viviendo. Los toros no le hacen daño, Ni las mujeres tampoco; Pero un despiadado engaño, Del racional hace un loco. Si a Ponciano le desdoran, Los taurófilos le lloran. Anónimo.137 1891 EPIGRAMAS El banderillero Talmas le puso al toro culebro un par excelente al quiebro que le valió muchas palmas. Y entusiasmado Camacho, le dijo así a Polidor: -¡Vaya un par tan superior que me ha puesto ese muchacho! -Por vida de los infiernos -¿Qué te sucede, bien mío? ¿qué tiene? dime. -¿Yo?... ¡cuernos!... Ramón García y García.138
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LA PATRIA ILUSTRADA, D.F., del 2 de noviembre de 1891, p. 8. LA PATRIA ILUSTRADA, D.F., del 2 de noviembre de 1891, p. 8. 138 México Gráfico. México, D.F., 20 de diciembre de 1891, p. 2. 137
1892 PASES DE MULETA Todo el que de observador se precie, puede afirmar que no trato de engañar al concienzudo lector si digo, a fe de poeta, que es corriente en las mujeres el toreo de muleta. Modistilla que camina al taller apresurada y te lanza una mirada al revolver de una esquina, y continua formal su camino: está probado... esta pasa al natural. Nodriza que con corpiño y collar de cascabeles sale en busca de donceles dando de mamar al niño, y del rubor a despecho echa al aire entreambas ubres... Esta, si pasa, es de pecho. Mujer que te lance un sí sin saberlo su doncel, y al llegar donde está él te dice: -aguárdame aquí: Y quedas mondo y lirondo esperándola cien años... Te ha dado un pase en redondo. Casada que a su marido engaña con gran primor, menospreciando el honor del que le dio su apellido, y avanza de salto en salto, de un amante al otro amante... No pasa más que por alto. Yo conozco a más de cuatro que ejercitan el trasteo en su casa, en el paseo, en el café, y en el teatro; y si la niña no es lerda, me consta, lector, que pasa con la derecha y la izquierda. En fin, para terminar
confesaré al sexo feo, que en lo tocante al trasteo la mujer sabe triunfar. (. . . . . . . . . .) Tratad con una coqueta y vereis como exclamáis ¡Me dio el quiebro de muleta!139 M. Núñez de Matute. 1892 GRAN ROMANCE DE LA ESCALA DEL REBUMBIO Voy a rasguear un romance como la horchata con chía, tan sólo para prebarles el rigor de las desdichas. Medio alegre, medio endino, como cuando el sol reluce por detrás de la llovizna. Y atención, noble auditorio, porque allá van los ansinas. Privando estaban los toros, sin sombra ni polecía, y era un diluvio de gente y un titipuchi de dicha. ¡Qué sombreros de Pirame! ¡Qué recitos!, ¡qué vesitas! ¡Y cómo se daban vuelo pesudos y señoritas! ¡Con qué gloria el peladaje desde las gradas jervía! y en el aire, ¡qué rejuego de paraguas y sombrillas! ¡Oh, qué lindo en aquel cerco en que una suidan cabía, con el sol reverberando, o en la sombra aparecían sedas, diamantes y plumas, jorongos, pleses y pichas! Los toreros, qué planchados, con sus delgadas trencitas, y sus vestidos de majos, y sus posturas endinas; y hasta los probes caballos arremedaban la risa, aunque por lo puro flacos, 139
Pimienta y mostaza (Salsa indispensable para las comidas dominicales). 1ª época. Jueves 21 de julio de 1892, N° 1.
levántase la malicia que en el hocico enseñaban, no dientes, sino costillas. ¡Y en aquel mar de cabezas, y entre alegre algarabía, las manos haciendo ruidos, las caras brotando risas, de par en par las bocazas, y en una inquietud divina! Las músicas la brillaban, y eran cosas devertidas, ya el lance del cuerno timpio, ya la suerte de la silla, ya con los más arriesgados, el volapié y la cogida; pero al hilo, poco neutle, poco saque y poca riña. La procesión era juera, de Cupidos y de niñas, andando y pelando cañas, hartas naranjas y limas. Más que bien dijo el que dijo: “Si la envidia fuera tiña, en toda la plaza de Armas los tiñosos no cabrían...” Señor de mi alma, y que se alzan rabiosas las pulquerías, predicando como santas, tanteándole a la dotrina. y que se dan tales trazas, y que arman tal chamuchina, que se cerraron las plazas, y que en pie, pero vacías, están diciendo: “Aquí hay plato”, y no hay lumbre en la cocina después de los requitorios. De los señores de arriba, después que hasta en el Congreso los valedores decían; que con el toro, valiente el pueblo todo sería, al ver a bichos sangrientos, a cuacos hechos cecina, y de toros y toreros regando el suelo las tripas... Pero a todo se ensordecen las malditas pulquerías, porque la venta se atranca y está el neutle sin salida. Triunfaron, y al fin ganamos, porque la pulcata es mina de cosas que sólo aprecian los que entienden de medidas.
La consecuencia de todo este relajamiento, queda fielmente retratada en la segunda parte de este romance, que sigue así: Allí macolla el bolado y la confianza la priva; allí dejan cumplimientos las viejas y las pollitas; allí se bebe abrazando, fuera de toda malicia; allí, detrás de las puertas, hay tertulias que reaniman y conciertos de la pela, encanto de buscavidas; allí un rentoy se concierta o un albur se compagina, y al aclararse paradas en amores o en intrigas, los más listos meten mano, salta sangrienta la riña; unos gritan al gendarme, ladra el perro, el niño chilla; el gendarme tiene callos, el pito influenza, y no pita, y hay su procesión de sangre que va a la comisaría. San Lunes llega triunfante, y el trabajo cuesta arriba; si lloraba con los toros, con el pulque llora y grita. ¿Si vendrán a incomodarnos? ¿Si los grandes, que la pintan de cosquillosos y santos, nos voltearán la tortilla? ¿Si quedarán para el pelado calavera y disciplina, y para los lagartijos los cluses y las cantinas? -Eso no... –repitió un coro de deidades del empirio-, porque aquí estamos nosotras gritándole al pueblo: “envido”. -¿Quiénes sois? –Somos las ferias, madres del pueblo querido, las que cuando caiga el pulque y el tlachique súnico hijo, porque a cualquier mandatario se le alborota el latido, gritaremos... “Mecateros, aquí tenemos surtido: Carcamán, visbis, roleta, colores, gallos de pico,
albures de tecolote y albures que corren limpio; allí la magia se mira de las flores de Cupido que hacen a todos los gustos, de tacón alto y gorrito y de enaguas y rebozo a lo probe y a lo rico. Aquí se redama el neutle a toda luz y escondido, y el pambazo muy compuesto hace lado al chinguirito; aquí faltan las palabras cuando sobran los cuchillos, y una metida se pasa como si fuera un pelisco. Aquí se rifan parejos en sabroso revoltijo jefes de estrellas y fajas, licenciados de alto quirio, matronas encopetadas, pollas sueltas, charros, indios que entre gritos y palmadas cascabeles y cantidos... Pierden vergüenza y dinero cuando más estía el frío”. ¡Viva la feria, muchachos!, que es lo de injundia y lo lícito; de los viejos, embeleso; de jóvenes, el delirio; de las pollas, refrigerio para abrir el apetito; vacaciones de casadas, y deleite de los niños. ¡Viva la feria, muchachos!, lo demás importa un pito, y que celebran su triunfo y que encabecen el vítor reboliando sus banderas gobiernos y municipios.140 Marzo 11 de 1892 Fidel. 1892 Pacotillas. Famoso romance de la Gran Manifestación. (Con permiso de Fidel). 140
Guillermo Prieto: Romances. Presentación, compilación y notas: BORIS ROSEN JÉLOMER. México, CONACULTA, 1995. Vol. XV. 631 p., p. 388-392.
Para cuándo son los rayos, Los truenos y las centellas, La escarlatina, la rabia, Los cataclismos de tierra, Los ciclones y las pestes Y las mortales viruelas. Así al cruzar por la calle De Plateros, una vieja Decía, cuando pasaba Fusco insigne, a la cabeza De dos mil manifestantes, Manifestando entereza Alma grande, patriotismo, Valor, tesón y otras hierbas -Miren al capitancillo Cómo corre y se menea,La vieja decía, -en medio De esas filas patrioteras, Con su cara de comino A mas con sus patas chuecas. Y miren cómo ha crecido Desde que vino de la tierra Y después de haber ganado Según dicen malas lenguas El grado que le dio Marte, Por su adhesión tan completa. Y mírenlo a la vanguardia De todo el que manifiesta… Con veinticinco centavos Tener la barriga llena. Y mírenlo entre los carros, Los coches y las carretas, Tiradas por mansos bueyes, Cómo audaz se pavonea Entre tanto ciudadano (?) Que a la reelección se apresta. ¡Y mírenlo en él se engríe! Y mírenlo cual revienta, Como portugués finchado Que quiere estrujar la breva. ¡Ay, Fusco, Fusco, el cubano El de las tristes polendas, El de la triste figura, El que adora a dulcinea, No por amor que le tiene Sí por el dulce que deja, Pues la reelección es chichi Y a ella hay muchos que se pegan. Si entre los manifestantes De tu adhesión manifiesta, Tus mansas yuntas quisieren Partirle a la concurrencia
Procura que ¡ahora Ponciano! Nos cuide y nos favorezca Para que tus cornúpetos No manifiesten sus penas. Ni suceda como ahora, Fusco de mis entretelas, Que entre los manifestantes Vayan bueyes y hasta bueyas Y caballos alquilados, Y mulos de las Haciendas Que hicieron decir a un chusco Al ver tu rara clientela: Buena manifestación Es mis valedores esta, Pues con caballos acaba Y por caballos comienza. FIDELITO.141 1892 A MAZZANTINI. Mazzantini va a llegar Pues dicen que es buen torero; Aquí lo están esperando Los toros del Cazadero. Los toros aquí son bravos Son toros, no son becerros, Veremos si Mazzantini De veras es buen torero. No lo vaya aquí a hacer mal Ante el pueblo mexicano, Porque el rey de los toreros, Es el valiente Ponciano.142 1892 LOS TOROS. Los toros están en boga Y ya llegó Mazzantini, Es el rey de los toreros Del mucho valor que tiene. Este torero en España Tiene gran reputación 141
El Diario del Hogar, D.F., del 2 de abril de 1892, p. 3. Colección de Canciones que publica Antonio Vanegas Arroyo para 1892. Recuerdos de Bernardo Gaviño. 2ª Colección de canciones modernas para 1892. México, Antonio Vanegas Arroyo, editor. 16 p. Ils. (Número 24), p. 11. 142
Porque ninguno le iguala En arrojo y en valor. Torea con mucha elegancia Y no conoce rival, Pues no hay otro que lo iguale Cuando se pone a torear. En España es conocido Por el rey de los toreros, Pues en nada se parece Al Niño y al Chiclanero. ¡Ay que torero tan guapo No parece ser Hispano, Porque parece más bien Ser torero MEXICANO. ¡Ah torito de mi vida Torito del Cazadero, Ahí viene Mazzantini Que es mejor que el Habanero!143 1893 EL TORERO Tez morena encendida por la navaja, pecho alzado de eunuco, talle que aprieta el ígneo terciopelo de la chaqueta recamada de oro cual rica alhaja. Como reptil sombrío por ella baja la espiral perfumada de la coleta que trenzaron con mano glacial e inquieta los dedos nacarados de amante maja. Mientras aguarda, oculto tras firme escaño y cubierta la espada por rojo paño que, mugiendo en la arena le embiste el toro. Sueña en trocar la plaza, febricitante, en cálido torrente de sangre humeante donde quiebra el ocaso sus rayos de oro!144 (Anónimo) 1893 En El Teatro Cómico, D.F., del 22 de octubre de 1893, se publicaron unos versos sin autoría, en cuya lectura de fondo, se entiende que la reanudación de las corridas de toros en la capital de la república mexicana era un hecho. El espectáculo había estado pasando por una serie de irregularidades que terminaban en tremendas broncas, ya fuera porque el ganado que se lidiaba por entonces no cumplía requisitos establecidos por el reglamento y no contaba con el mínimo de 143 144
Op. Cit., p. 15. El País. Diario Moderno.-Sociedad anónima. México, domingo 12 de febrero de 1893, T. I., N° 33, p. 1.
bravura, o porque los toreros estuviesen convertidos en auténticos “maletas”. Estas malas señales obligaron a la autoridad a suspender los festejos en diversas fechas, por lo que un anuncio de reanudación como el que se conoció en octubre de 1893, despertó tal ambiente de optimismo en el poeta anónimo que así describió su entusiasmo: Entre la taurina gente… Entre la taurina gente, gratos rumores corrían: ¡Vuelven los toros! –decían¡Los habrá próximamente! El Señor Gobernador está el asunto estudiando, y en la plaza están pintando el ruedo y el exterior. ¡Qué placeres y alegrías” y sobresaltos y miedos, nos preparan Cuatro dedos, Jarana y Ponciano Díaz! Veremos muchas coletas y muchas nalgas al aire, y volverá aquel donaire de los diestros y maletas. Y ha de producir envidia el favor extraordinario que alcanzará un semanario que es –“El Arte de la Lidia”-. Julio Bonilla, asegura que no es verdad la pintura ni el rumor es verdadero. Esta noticia tan mala causará más de un respingo; paciencia y a Tulancingo a Pachuca y a Tlaxcala. Anónimo.145
Grabado de Manuel Manilla, publicado en El Vigilante. D.F., del 26 de enero de 1893. Representa al 145
EL TEATRO CÓMICO, D.F., del 22 de octubre de 1893, p. 4.
torero Ponciano Díaz. 1894 CUERNOS EN TOLUCA. Después del tremendo viaje Sólo hecho para ver toros, Y de llegar a Toluca Cargado de hambre y de polvo, Con toda calma y paciencia Me fui dirigiendo al coso Para presenciar la lidia Que causaba el alboroto. A la hora de reglamento Y ya prevenido todo, se le dio suelta al primero, De Ayala, con moño rojo. De estampa más que mediana, Y cuernos finos y cortos. De dos lanceros que fueron Acevedo y Guerra, el toro Se llevó siete lanzasos Infumables. ¡Qué demonio! ¡Como que no hay picadores Ni siquiera por asomos! Tomaron los palitroques Contentos y muy orondos Atenógenes y Carlos… Y aquí comienza lo gordo. Sobaquillo por arriba, Que silbarían en el Congo; Sobaquillo por abajo Infumable, horrible, indómito. En fin, que aquellos señores Lo hacen de un modo horroroso. ¡Con decir que ni el Trallero! ¡No señores, de esto hay poco! Se sigue después Ponciano… ¡Qué pases, San Homobono! ¡Qué salirse de la suerte Sin rubor y sin bochorno! ¡Qué manera de acercarse Por donde el toro no es toro! Por fin tras muchas fatigas Perdiendo el compás y el tono Dio tres medias estocadas ¡Ay que malas San Bartolo! El segundo fue barroso De Enyegé, divisa blanca, Con la cuerna muy mal puesta Y de una pésima estampa.
Tomó tres buenos lanzasos Que le dio Mota a la mala, Y dos más que le dio el Diablo Que del diablo, muy malos. Salieron de compañeros El Ostión, que escuchó palmas Y el Orizabeño… ¡Pobre No puede ni con su estampa! Silverio tomó los trastos ¡Ampárame Virgen Santa! ¿Y eso es torear, señores? ¿A eso se le llama espada? ¿A degollar a las reses Como quien degüella cabras? Por fortuna al fariseo Le dieron su serenata. Muy justa, muy merecida Y muy retebien sonada. Siguió el tercero y lo mismo Que se acaba de decir. Lanzasos de los lanceros Dados en muy mala lid. Sobaquillos infumables Dignos del garrote vil, Herradero intolerable, Hasta no haber que pedir. Y lo mismo que al principio Todo se siguió hasta el fin. ¡Qué corrida, Dios eterno! Como siga ese bolón Ya puede irse la afición Cuando menos al infierno. RESUMEN LOS TOROS: Insoportables, De malísimo trapío, Un jicote, el de más brío. ¡Qué toros tan infumables! La cosa no tiene igual, Y tan poquito cumplieron Que de seis que se ofrecieron Dos volvieron al corral. LOS BANDERILLEROS: Nada. Ya los buenos no recrean Y los que hay sobaquillean De manera descarada. LOS PICADORES: Son ceros En materia de picar Y se debieran llamar Con más acierto lanceros.
LOS ESPADAS: Sin arrojo, Sin arte, sin hacer nada Al herir, cara volteada Sin el más leve sonrojo. ¿Y a eso llaman torear? ¿Y a eso le llaman saber? ¿Y así pretenden, Señor, Mucha plata que ganar? El día que el público sienta Ese engañito tan feo Les ha de dar tal meneo Que sin duda los revienta. La tarde lluviosa y fría, La Presidencia fatal Y… Veremos otro día. MEDIA LUNA146 1894 ALTERNATIVA DE CAMALEÑO A Leopoldo Camaleño le tocó banderillear, tomando la alternativa en la plaza de Mixcoac. Tiempo hace que se alternó aquel Cayetano Leal, y por cierto que esa tarde al pobre le fue muy mal. Tocóle al valiente espada en esa tarde alternar, y por nada allí se muere sin poderlo remediar. Y en Camaleño miraron mil cualidades reunidas, y confiriósele el cargo de clavar las banderillas. Si el bicho lo lastimó, culpa no fue del torero; pues en toda alternativa mil desgracias ocurrieron. Así Camaleño nunca se desanima en la plaza, y toreará sin temor el valientísimo espada. 146
EL NOTICIOSO, D.F., del 17 de julio de 1894, p. 1 y 2.
¡Vive por siempre, Leopoldo! ¡Porque es valiente completo! Pocas veces se había visto tan magnífico torero.147 1894 CUERNOS EN TOLUCA. RESEÑA DE LA CORRIDA DE TOROS DE AYER. La afición no viene a menos, los toros siguen en auge y el público iría hasta el Congo con tal de aplaudir los pases del “Quinito”, o los del “Boto”; del “Perdigón” buenos pares; y los tumbos del “Fortuna” y de los chicos los lances. A Toluca vamos prestos andando, que se hace tarde. Que al par de ver la corrida veremos rostros de ángeles; porque son las Toluqueñas Bocato di Cardinale. La máquina alegremente da sus silbatos al aire, cruje el convoy y se aleja en medio de los maizales. Se va el camino admirando que tiene bellezas grandes y la vista se recrea al ver abajo, en el valle, al pasar por la alta cima el pueblo de Ocoyoacaque, luego se divisa Lerma y al fin la meta del viaje, donde se espera la fiesta que por engaños y fraudes han suprimido en la Corte las buenas autoridades. Ya la plaza está repleta, el público está que se arde, y al fin el juez a su palco llega a presidir. Ya se abre la puerta de los suspiros, y vienen los capitanes al frente de sus muchachos 147
Mario Colín: El corrido popular en el Estado de México. Dibujos de Jesús Escobedo. México, Imprenta Casas, S.A., 1972. 556 p. Grabs., ils. (Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, XXV)., p. 430-431. (Tomado de la “Gaceta Callejera”, México, mayo 27 de 1894. N° 19. Imprenta de Antonio Vanegas Arroyo. Calle de Santa Teresa N° 1).
y va a comenzar la brega. ¡Lean ustedes adelante!148 Y por supuesto, la crónica del festejo aparece con amplio despliegue de detalles. 1894 Una cogida. La multitud se agita; ya está en el circo la asombrada fiera; impávido el jinete que la espera, su atención y su enojo solicita. ¡Menos vara, morral!- un chusco grita. ¿Se ha enamorado usted de la barrera? El hombre avanza, y rápida y certera a su encuentro la res se precipita. Como roca del monte desgajada rueda el jinete, y ebria de furores cébase en él la fiera ensangrentada, mientras, ahogando el ¡ay! de sus dolores, la imbécil muchedumbre, entusiasmada, repite: -¡Picadores! ¡Picadores!Manuel del Palacio.149 1894 Recordando que José Zorrilla estuvo en México, los versos que a continuación se reproducen, probablemente tengan aromas de influencia nacional. Una pica. Con el hirviente resoplido moja el ronco toro la tostada arena, la vista en el jinete, alta y serena, ancho espacio buscando el asta roja. Su arranque audaz a recibir se arroja, pálida de valor la paz morena, e hincha en la frente la robusta vena el picador, a quien el tiempo enoja duda la fiera, el español la llama, sacude el toro la enastada frente, la tierra escarba, sopla y desparrama; le obliga el hombre, parte de repente y herido en la cerviz húyele y brama, y en grito universal rompe la gente. José Zorrilla.150 148
EL DIARIO. Político, informativo, jocoso e ilustrado. Año I, N° 21. México, lunes 16 de diciembre de 1895. Luis Taboada, Ventaja de los Toros, 27 de mayo de 1894, p. 6. 1a.-3a. 150 Op. Cit. 149
1894 Carmela (Para “El Puntillero”) Adiós, la dijo el torero y entró contento en su cuarto a acicalarse y vestirse y ponerse listo y guapo. Sonó el clarín. La cuadrilla al circo salió con garbo entre el murmullo del público entre gritos y entre aplausos. Los acordes de una banda atronaban el espacio. ¡Qué bulla, qué algarabía ninguno estaba callado, todo el mundo con anhelo esperaba el espectáculo! Carmela con varias chulas contenta estaba en un palco. Por fin salió el primer toro, recibió varios puyazos y pasó a las banderillas con ímpetu. ¡Buenos palos! mecían unos, ¡muy buen par! Gritaban por otro lado. Y el amante de Carmela dirigía la vista al palco pidiéndole una mirada de su intrepidez en pago. Siguió el torero luciéndose con arrojo temerario; la alternativa le dio el capitán y brindando por su amada, pasó al bicho y luego éste desarmándolo sobre el bulto se arrojó furioso; llenos de espanto lanzaron todos un grito; el berrendo había alcanzado al matador, embistiolo y por el aire lanzándolo calló el torero en la arena fija la vista en el palco. Carmela solo exclamaba: ¡Lo ha matado, lo ha matado! y junto con sus amigas de allí se alejó llorando…! Pocos momentos después Moría el torero en sus brazos.
A los ocho días la plaza estaba llena, en un palco Carmela con varias chulas Presenciaba el espectáculo. Alguien a ella se acercó Por el muerto preguntando y Carmela contestole: ¿El muerto? Ya está enterrado. Mayo 19 de 1894. Rafael Medina.151 1894 EPIGRAMAS A la puerta de una chula un torero así cantaba: ¡Ojalá que fueras toro para darte una estocá! Al terminar la corrida a un picador dijo Rosa: Quita de aquí, so pendón ¡qué mal has picado ahora! A la casa de un torero fue una vez Juan Palomino y viendo sobre una mesa dos cuernos, así le dijo a la mujer del torero: ¿Son de Ud. estos? –No amigole contestó la mujer.los dos son de mi marido. Al resbalarse en la calle el esposo de Loreto le dijo un chusco: ¡Jesús! ¡que se rompe Ud. los cuernos! ¡Muy bien! Esas banderillas han estado muy bien puestas; ¡qué diera yo por mirarlas en los lomos de mi suegra! Cuando estás muy enojada y con cólera me miras tus miradas, mi bien, me parece que son banderillas. 151
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 1. México, mayo 20 de 1894, p. 2.
Al terminar la corrida preguntó Juan a Remedios ¡qué es lo que más te ha gustado? Y ella contestó: Los cuernos. Por vez primera, a los toros llevó a Lorenza, Narciso y como a un diestro rasgara el toro los calzoncillos, gozosa exclamó Lorenza: -Esto sí que es para visto. ¿Qué nada hay como esos toros de bravos afirma vd? Pues hombre, serán muy bravos, mas no como mi mujer. Pepe y yo.152 1894 Amor taurino. Mirar a una hermosa chica y que ella mire también con unos ojos de edén, esa es la primera pica. Que cuando el corazón grite: “amor” con tenaz empeño se sepa que hay otro dueño, a eso se le llama quite. Si cuando un cariño interno nos destroza el corazón otro le causa ilusión, esto es un salto al trascuerno. También cuando el hombre ciego se encuentra y apasionado, se dice que le han clavado las banderillas de fuego. Aseguró por mi fe que aquel que se casa pronto, a más de llamarse tonto da estocada a volapié. Mirar un palmito bello de modo que el alma parta y luego darle una carta, intento de descabello. El querer en tierno abrazo realizar las ilusiones y que ellas digan que nones 152
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 1. México, mayo 20 de 1894, p. 4.
se le llama golletazo. Si hablando a la prometida sentimos detrás un palo, eso es que por tiempo malo se suspende la corrida. Y dar, en fin, el mal paso, es decir, ir al altar, a esto se debe llamar por varios motivos: “lazo”. Anónimo.153 1894 Epigramas. Al excelente Fray Pedro dijo la preciosa Inés: “un toro a usía le regalo”. Dijo el fraile “¿para qué?” -“Como su Paterinidad díjome el día de ayer: “dormir en la celda solo tristísima cosa es”, un toro le doy a usía para que duerma con él”. Viendo un letrero que dice: “Aquí se curan cogidas”, Matilde dijo dudosa”: ¿A que no curan la mía?” Er toro cogió a tu mare, a tu hermana y a tu tía y a ti también te cogió… ¡mía tu cuánta cogía! Pepe y yo.154 1894 Un torero. Tez morena encendida por la navaja, Pecho alzado de eunuco, talle que aprieta Verde faja de seda, bajo chaqueta Fulgurante de oro cual rica alhaja. Como víbora negra que un muro baja Y a mitad del camino se entosca quieta, 153 154
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 2. México, mayo 24 de 1894, p. 2. El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 2. México, mayo 24 de 1894, p. 3.
Aparece en su nuca fina coleta Trenzada por los dedos de amante maja. Mientras aguarda oculto tras un escaño Y cubierta la espada con rojo paño Que, mugiendo a la arena se lance el toro. Sueña en trocar la plaza febricitante En purpúreo torrente de sangre humeante Donde quiebre el ocaso sus flechas de oro. Julián del Casal.155 1894 A un villamelón ¿Revistero tú? ¿Canastos! cualquiera es hoy revistero, como tú, naturalmente, porque para serlo bueno no basta tomar un lápiz ir a la plaza y en menos que canta un gallo, decir… todo lo que estás diciendo en tus revistas, tonteras de las que nadie hace aprecio. ¿Quién le va a dar fe a quien come y duerme con los toreros, y toma con ellos copas que siempre las pagan ellos? ¿Crees tú que con darte gusto, crees tú que con darte vuelo haciéndoles la… patilla, tan solamente con eso vas a pasar ante todos por un hombre de talento, conocedor en el arte que hoy se llama de Centeno? Hombre, estás equivocado no seas melón, no seas lelo sé imparcial, verás entonces como yo soy el primero en decir que eres un hombre que vale por cuatrocientos. Mientras tanto, ya lo sabes, no pasas de ser un necio con pretensiones de sabio; y si sigues escribiendo así, que te lean en casa 155
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 3. México, (no indica fecha, aunque es de suponer que corresponda a los últimos días de mayo de 1894, p. 1.
y que te toree Juan Diego. Cataplum.156 1894 Epigramas A los toros fue Juana con un teniente, sin saberlo el esposo, naturalmente. Y dio un chillido Juanita al ver al toro: “¡Ay, mi marido!” Con un par de banderillas en estas manos, ¡carape! ¡no hay una suegra en el mundo que se me ponga delante! -Si me quieres halagar, -un torero le decía a una maja, -vida mía, de cuernos cómprame un par. Y ella contestó: -¿a qué vienes pidiendo eso? Cosa es clara que si te miras la cara verás como ya los tienes. Me han cogido, un matador exclamaba contristado, y un amigo respondiole: -¡Hombre, que te hayas dejado! Y a su mujer, una chula que escuchaba, así le dijo al verla ojerosa y pálida: -¿a ti también te han cogido? Anónimo.157 1894 LA CHULA Allá vá, triste, sombría, la amada de un torero. La luz del día languidece y se oculta detrás del monte llenando de negruras el horizonte; todo se halla tranquilo, todo está en calma 156 157
Op. Cit., p. 2. Ibidem., p. 4.
solo la chula lleva dentro del alma un dolor que es tan grande y es tan profundo como la negra sombra que cubre al mundo. Con qué melancolía, con qué misterio penetra en el recinto del cementerio y allí, junto a un sepulcro pobre y sencillo, junto a una cruz de fierro, negra, sin brillo, allí, donde reposa rígido, austero el cuerpo inanimado de su torero, vierte la triste chula su triste llanto mientras tiende la noche su negro manto. Los relámpagos brillan, el viento zumba y ella sigue postrada junto a la tumba ya nada la intimida, ya nada quiere y a vivir sin su amado, morir prefiere. La tempoestad no cesa, retumba el rayo Y ella así exclama altiva: Yo no desmayo, La sombra no me asusta, ni el cierzo frío, porque estoy a tu lado, toprero mío; ruja sobre mi frente negra tormenta a mi no me intimida, ni me amedrenta que me figuro en este lugar desierto, que también en los cielos tocan a muerto. Anónimo.158 1894 Epigramas ¿Qué sabe vd. de Patricio? Pero ¿habrá perdido el juicio? Ahora si que es desgraciado. Quisiera yo ser un toro y que tu fueras torera, para revolcarte mucho y cogerte con frecuencia. Quisiera yo ser el toro y mi siguegra me toreara, para poderla mandar hasta el sol, de una cornada. Saliendo Juan de misa el otro día le cogió una una terrible pulmonía y saliendo de misa Luis Romero, se encontró una cartera con dinero. Por eso hago esta observación concisa Es muy bueno y muy malo el ir a misa. 158
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 3. México, (no indica fecha, aunque es de suponer que corresponda al mes de junio de 1894, p. 1.
Un eminente cronista Anónimo.159 1894 Puyazos A un matador chabacano un amigo le decía: -¿no ha visto U. un periódico que lo pone por encima de las nubes y que dice que es usté una maravilla? -Ya lo creo, contestó el otro, que lo he visto, está en justicia que me elogie.-U. merece todo eso.-No por mi vida, es que pago al revistero con cañas de manzanilla. CANTARES ¡Las lágrimas que derramo al saber que no me quiere la chula a quien quiero tanto! Al demonio no le ocurre lo que a ti se te ha ocurrido, de ponerle esos cuernazos al bruto de tu marido. Anda, y vé y dile a tu madre que he visto un toro en la plaza que se parece a tu padre. P. Rico.160 1894 PUYAZOS ¿No vé Ud. a ese vejete que en la cantina se mete estafando a los toreros con escritos majaderos; escribe por interés y uno lo creen maravilla; 159
Op. Cit., p. 3. El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 6. México, (no indica fecha, aunque es de suponer que corresponda al mes de junio de 1894, p. 2. 160
pero realmente no es más que un montón de polilla. ¿No vé Ud. a ese torero que es un gran banderillero según dice un papelejo que se titula el… Conejo? El pobre muy viejo está Pero a muchos maravilla, -Es un gran torero. -Ca! Es un montón de polilla. P. Rico.161 1894 Ven a los toros, muchacha… Ven a los toros, muchacha, y allí veras lo que es bueno, pues son bravos y han de estar toda la tarde cogiendo. Oiga Ud., Doña Francisca, diga usté a Micaela, que no hable tanto de cuernos que me duele la cabeza. En la plaza de Mixcoac dijo un chusco a un polizonte: -“Si al callejón salta el toro, píquelo con el garrote”. CATAPLUM.162 1894 CORRESPONDENCIA I Me dicen, Naranjo,163 que pronto tendremos la horrible desgracia de verte torear. ¡Jesús! Ni lo pienses, si ya conocemos querido Naranjo, que lo haces muy mal. Que no eres torero, que matas cuarteando, 161
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 7. México, (no indica fecha, aunque es de suponer que corresponda al mes de junio o julio de 1894, p. 2. 162 El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 9. México, (no indica fecha, aunque es de suponer que corresponda al mes de junio o julio de 1894, p. 4. .163 Se refiere a Francisco Villegas “Naranjito”, matador de toros español.
que no entras derecho, cual debe de ser, y al dar tus pinchazos estás recelando que de una cornada te mate la res. ¿Tomar tú el estoque? ¿Coger la muleta y enfrente del bicho ponerte a bailar? protesto! protesto! y abajo coleta! Pasaron tus tiempos y no volverán. El público, chico, te pone mal gesto y el día que trabajes va a armarte un belen y aun cuando te luzcas y aunque eches el resto, va a darte una silba que no hay más que ver. No más, Naranjito,164 no más monerías que aplauden los tontos, pues bien sabes tú, (aun cuando te aplaudan), que son tonterías hincarte ante el toro, besarle el testuz. Ya no te queremos, nos has fastidiado, caíste en desgracia, llegase tu fin; mas cuando se sepa que te has retirado yo soy el primero que te he de aplaudir. Pedro Arbués.165 1894 EPIGRAMAS -Este toro es cornalón, -Este toro es corni-abierto, -No, señor, es corni-gacho, -No, señor, es corni-vuelto, -Yo digo que es corni-corto, -Pues yo digo que es cubeto, -Pues yo que es bizco, Sí es brocho, -Sí es mogón, -no, sí es veleto. Así discutían algunos 164
Heriberto Lanfranchi: La fiesta brava en México y en España 1519-1969, 2 tomos, prólogo de Eleuterio Martínez. México, Editorial Siqueo, 1971-1978. Ils., fots., T. I., p. 221. Refiere Lanfranchi que el domingo 19 de agosto de 1894, torearon en la plaza de “Mixcoac” Manuel Díaz Laví El Habanero y Francisco Villegas Naranjito, con 5 toros de Santín. Respecto a la actuación de Naranjito, apunta: Como en la corrida del domingo 29 de julio había insultado al público y había sido remitido a la cárcel, antes de principiar la corrida hizo repartir unas hojitas impresas que decían: “Francisco Villegas Naranjito espera del público toda la indulgencia que necesita. Son galantes los hijos de México y apela a su galantería”. Le convino lo que hizo, pues el público le perdonó las ofensas pasadas y le aplaudió con ganas. Toreó bastante bien con el capote y la muleta y entrando a matar con más coraje que otras veces, mató a sus dos toros de buenas estocadas. 165 El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 10, agosto 12 de 1894, p. 2.
afamados revisteros, acercáronse a la fiera que pastaba en un potrero y por fin fue resultando… que el bicho no tenía cuernos.166 Al terminar la corrida un picador dijo a Lola: “picar en la plaza es malo, pero en casa, es otra cosa! Mi marido es picador, y conmigo se ha enojado, y me estuvo todo el día con la garrocha picando. Ayer me dijo Matilde: muy contenta estuve anoche, mis primos y yo jugamos al toro con Paco Montes, el era toro y nosotras lo toreábamos y el pobre se entusiasmó de tal modo que nos cojió como doce veces y también nos dio muchísimos revolcones. En casa del “Artillero” dijo Pedro Calamar: para poner un buen par ninguno como el “Trallero”. Y con sonrisa insolente contestó Pedro Ansorena para ponerlo en la arena lo pone perfectamente. R. M.167 1894 CORRESPONDENCIA II Pues sí, señor Trallero, vd. dirá lo que quiera y se enojará conmigo y me hará ver las estrellas, pero si vd. Lo permite, voy a hablarle con franqueza y a darle algunos consejos 166 167
A este tipo de ganado se le conoce con la antigua denominación de “xaltianguis”. Op. Cit., p. 3-4.
que espero que los atienda, y más, en vista de que mi voluntad es muy buena. Préstema vd. Atención y escuche: Yo soy de aquellas personas que a los ancianos humildemente respetan y lo colman de atenciones y sus canas reverencian, por eso, señor Trallero, trato a vd. de esta manera, sin faltarle, y respetando las canas de su cabeza. Y allá va el primer consejo: Es en verdad lastimera la figura que vd. hace cuando a torear se presenta. Si vestido de torero en un espejo se viera, le aseguro a vd. que al punto se cortaba la coleta. ¡Ay qué facha y au que ficha tan ridícula y tan fea! Vístase vd. de igorrote, de turco, de lo que quiera pero de torero… ¡nunca! si es el colmo ¡zapateta! Sigue el segundo consejo: pasando de los cincuenta los hombres ya no están aptos ni tienen fuerza en las piernas para correr. Como vd. no está en una edad muy tierna (pues que le faltan los dientes los colmillos y las muelas, y tiene arrugado el rostro y es calvo), muy fácil fuera que a una edad tan avanzada le faltase ligereza y cualquier día fuera a dar a los cuernos de la fiera. Esto a decir se reduce que se corte la coleta, yo se lo suplico a vd. por lo que más vd. quiera por la vida de sus nietos y también de sus bisnietas, que a su edad, señor Trallero, es probable que los tenga. Pedro Arbués.168 168
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 11, agosto 19 de 1894, p. 2.
1894 REJONCILLOS Salvo tal cual excepción los matadores, yo entiendo que cumplen con su misión; pues todos estamos viendo que matan… a la afición. Aseguraba Teodoro que la suerte más expuesta y que más trabajo cuesta, es la de aguantar un toro. -Si aumentan los novilleros -dije-, me inclino a creer que más difícil va a ser aguantar a los toreros.169 1894 Lo que dice el Guerra.170 Me retiro del arte, porque quiero comerme descansando los millones que en medio de continuas ovaciones he ganado en mi vida de torero. ¿A qué tanta ambición? Más bien prefiero, aunque digan que temo a los pitones, expirar sobre cómodos colchones que en alma de testuz del bicho fiero. No sería conmigo humanitario si teniendo una suma conseguida a fuerza de luchar con mi adversario en peligro pusiera más mi vida. Me retiro, aunque opinen lo contrario cuando acabe con mi última corrida. Paco-Pica-Poco.171 1894 CORRESPONDENCIA III Yo se que eres, Manolo,172 muy caballero muy fino, muy decente, muy apreciable, como dijo “Tres Picos”,173 mas buen torero, 169
Op. Cit., p. 3. Rafael Guerra Bejarano Guerrita, matador de toros nacido en Córdoba, España. 171 El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 12, agosto 26 de 1894, p. 3. 172 Manuel Díaz Laví “El Habanero”, matador de toros español. 170
eso, Manolo amigo, no es muy probable. Te has atrasado, chico, ya la muleta no te conquista aplausos que antes oías; pasas cual si tuvieras la pataleta y ya te van gustando las monerías. Yo que esperaba verte firme y ceñido a tus toros pasando con elegancia, como en mejores tiempos mas ¡ay! querido, de entonces a la fecha ¡qué gran distancia! ¡Qué enorme diferencia! ¡Cómo has cambiado! No eres el Habanero que entusiasmaba no eres el Habanero tan festejado y que tantos aplausos se conquistaba. Hoy eres un maleta ¡quién lo diría! Y pues tan mal te portas, que no te extrañe que siempre que demuestres tu tontería yo te silbe, te grite y aun te regañe. Pedro Arbués.174 1894 CORRESPONDENCIA IV Mi querido Don José:175 La afición está aburrida y no le falta por qué… Me refiero a la corrida del domingo, ¿sabe usté? A los chicos dirijió y siendo así ¡voto a tal! La gente se entusiasmó y nunca se figuró que saliera eso tan mal. Se dijo: allí está Centeno, y a Mixcoac debemos ir que hemos de ver algo bueno; de fijo va a haber un lleno. ¡Nos vamos a divertir! y aunque poca fue la gente que acudió, siempre hubo alguna que estuvo muy consecuente, pero exageradamente, ¡por los cuernos de la luna! En tan inicuo herradero usté el orden no metía y abusaba el mundo entero; ¡por Cristo! ¡Si parecía Se refiere a Eduardo Noriega, notable periodista que fundó en 1887 el periódico “La Muleta”. Más tarde colaboró en “El Noticioso” y se integró a Centro Taurino “Espada Pedro Romero”. 174 El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 10, agosto 12 de 1894, p. 4. 175 José Centeno, matador de toros español. 173
cada muchacho un Trallero! Confiese usted, como yo, que no trabajó usted bien que casi no dirigió que el domingo la pitó y los muchachos también. Esto no es mucho exigir, que aunque fue una novillada lo que fuimos a aplaudir don José, usté es un espada y debió de hacer cumplir. Pero en fin ¡vaya por Dios! delirio insensato es pretender tanto de vos, pásela usted bien y adios, siempre suyo Pedro Arbués.176 1894 A TOPA TORO Siempre que pone el “Trallero” un par a la media vuelta el público al pobre viejo lo pone de vuelta y media. Muere un diestro en la plaza matando un bicho, y el público parece muy compungido; los monos sabios cargan con el difunto y… al otro lado. Sale otro toro al coso, grita la gente; Ddl infeliz difunto no hay quien se acuerde, y solo llena el aire este rugido ¡siga la fiesta! Anónimo.177 1894 REJONCILLOS
176 177
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 13, septiembre 2 de 1894, p. 2. Op. Cit., p. 3.
-Lo menos ha despachado hoy ocho toros Antero, -¿Pero dónde? -En el mercado Donde está el carnicero. Un revistero decía: -El Nene CUMPLIÓ el domingo, y un punto le contestó: -Pues que le den el RETIRO. Anónimo.178 1894 CORRESPONDENCIA V Señor Don José Marrero, álias “Cheché”, de la Habana; he sabido esta mañana que el domingo venidero en la plaza de Ponciano se va a presentar y se propone agradar al público mexicano. Mis deseos verdaderos son que lo consiga usté; ya estamos hartos, “Cheché”, de Naranjos y Tralleros. A copas no lo pasamos, ¡astros de la torería! Y hacen cada tontería estos señores que…, ¡vamos! Ya cansan los mamarrachos que pagan las ovaciones, no queremos jindamones ni maletas ni borrachos.179 Mientras cierto matador y matador de cartel (?) de embriagarse en el redondel sin importarle su honor, usté y Centeno,180 toreros son muy dignos de aplaudir; los dos hacen por cumplir y los dos son caballeros. Estudie vd. Y será de lo mejor que ha venido; así lo tengo entendido, 178
Ibídem. El único caso que hasta ahora está comprobado es el de Ponciano Díaz, quien se presentaba a actuar en estado inconveniente. (N. del A.) 180 José Centeno, matador de toros español. 179
el tiempo resolverá. Vd. Don José es valiente y no está de orgullo lleno, con vd. Y con Centeno estamos perfectamente.181 Pedro Arbués.182 1894 A TOPA TORO Buena suerte la de Pedro, Que, a pesar de ser casado Ninguno le vé los cuernos. ¡Cuánto diera yo por ver A mas de cuatro maletas En las astas del algún toro Y con las tripas de fuera. Anónimo.183 1894 REJONCILLOS No hay torero, dice Luisa, que se parezca al Conejo, porque dá unos metisacas hasta mojarse los… dedos. Que repiquen las campanas, que se prendan los castillos y que se cante y se baile y que la gente alce el grito; ahora somos felices, se acabó nuestro martirio. ¿Qué ha pasado? -Casi nada; cojió el toro al Limoncito! CATAPLUM184 1894 CORRESPONDENCIA VI 181
P. D.-A última hora y después de perpetrados los versos anteriores, he sabido que armó vd. una bronca feroz en una cantina. ¡Y yo que creía á vd. gente decente! Quite vd. de aquí, so-maleta. 182 El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 14, septiembre 9 de 1894, p. 2. 183 Op. Cit. 184 Ibídem., p. 3.
Señor Don Juan Jiménez (Ecijano): Espada a quien respeta y admira y enaltece y aplaude la afición: yo sé que entre la gente que viene, de coleta, usted, señor Jiménez, acaso es lo mejor. Dios lo haga, ya queremos mirar una corrida, cansados nos hallamos de tanto contemplar, maletas que merecen sufrir una cogida que al diablo se los lleve dejándonos en paz. ¿Si viera vd. qué horribles, qué inicuos herraderos nos dan estos siniestros que ya conoce vd? parecen bailarines, parecen maromeros, son todo, menos diestros, ¡qué diestros van a ser! Yo he visto dar pinchazos debajo de la cola, matar a un pobre bicho con bajonazos mil mas unas estocadas que lleguen a la bola, son cosa, Exijano, que no se ven aquí. Si quiere vd. que aquellos que son aficionados, que entienden en el arte, lo aplaudan a rabiar, cumplir tan solo debe, los diestros afamados no apelan a monadas, como hacen los demás. El vulgo gusta mucho de ver a un mamarracho hincarse y acostarse delante de la res, ¡qué aplausos, qué ovaciones le brinda el populacho!, pregunte usté a Centeno, pregúntele al “Cheché”. Dios quiera que vd. venga con otras intenciones, que ponga coto a tantos maletas que aquí hay, pues dicen y aseguran no pocas opiniones, que vd. señor Jiménez, es diestro de verdad. Pedro Arbués.185 1894 Trastea con mucho esmero… Como se comprenderá, por lo que antecede, “El Ecijano” llegará a esta Capital del 11 al 12, y por consiguiente, el próximo domingo le veremos torear en Bucareli. Leo: “Acabo de recibir De la mera capital Un colega semanal Que ha poco empezó a salir. 185
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 15, septiembre de 1894, p. 2.
Es periódico taurino, Se titula El Puntillero, Trastea con mucho esmero Y recorta de lo fino. Mucha suerte y larga vida, Deseo al diestro novel Que ha salido al redondel Sin temor a una cogida.186 Anónimo.187 1894 CORRESPONDENCIA VII Debes perder la esperanza porque aunque eres muy avispa, aquí tú ya no dás chispa, no dás chispa Niña Panza. Esos tiempos de bonanza en que con tenaz empeño te quisiste hacer el dueño de todo Villamelón, has pasado, Camelón, quise decir, Camaleño. ¡Qué mal que está tu figura en medio del redondel! Y al pasar ¡Dios de Israel! crees estar a gran altura. Mas la gente por ventura te ha conocido la intriga y al arrancarte investiga que ni es corto ni derecho, y que por pasar de pecho dás tus pases de barriga. Estudia, chico, en el arte, es necesario estudiar, si no, te van a mandar con tu música a otra parte. El día que logres llamarte matador, te aplaudiremos y todos confesaremos que eres chico de valer. ¡Dios lo permita! Y a ver si entonces nos entendemos.
186
Las anteriores líneas pertenecen a Pimienta y Mostaza, periódico que en Mérida se escribe con muchísima gracia. Agradecemos mucho la visita y sus finos elogios; muchas gracias, colega, y nos veremos hasta el domingo próximo. 187 Ibid., p. 4.
Pedro Arbués.188 1894 TOROS. PRIMERA CORRIDA EN LA PLAZA DE TOROS DE BUCARELI. ¡Picadores! ¡Picadores! ¡Caballos! ¡Vengan caballos! Exclama desde el tendido casi siempre el soberano, cuando tocan a degüello los toros que saben algo. Pero ni los picadores oyen bien, ni el empresario: los unos por su jindama y el otro porque son caros los insectos que presenta ante el público ilustrado. La misión del picador es detener, pongo el caso, al toro con una vara, y también, de cuando en cuando, detener con la cabeza el hemisferio terráqueo. Divídanse en varias clases los picadores de que hablo; Hay unos sentimentales, que hacen gestos tan amargos cuando reciben un golpe en los sitios delicados, que parece que se han muerto sus parientes más cercanos. Hay picadores alegres, que después de un batacazo, se levantan muy contentos, con expresión indicando que nunca les duele nada y son más duros que el mármol. Hay picadores rabiosos, que se levantan muy bravos y se tiran de los pelos y quieren comerse un brazo o atizar veinte patadas a todos los monos sabios. Hay picadores besugos, que nadan más que los patos, se agarran a la barrera, abandonan el caballo y accionan los pobrecitos como en terrible naufragio. 188
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 16, septiembre 23 de 1894, p. 2.
Hay picadores de dulce, que señalan diez puyazos y nunca hacen sangre al toro por ser muy humanitarios. Otros que son torazones, y pertenece al rango de los que por su canguelo, nunca defiendan al jaco, porque sólo al ver el toro se quedan atarantados. Hay picadores de música que berrean en tono alto cuando ponen una vara; y están tan (ilegible) que sin dar (ilegible) no tienen (ilegible). Hay otra clase soberbia De picadores mecánicos, ¡digo! se desarticulan Mucho más que los gusanos. Y en fin, picadores buenos, de quienes no queda rastro y se ve en la arqueología algún que otro especial caso. Cuando estos hombres se caen reciben placer tan grato, como los espectadores que se inundan de entusiasmo. Hay tumbos de latiguillo, que ponen al aporreado cual magnesia calcinada. Tampoco duelen los callos con caídas de cogote, o de espalda o de costado. Los efectos son distintos: unas veces se rompe algo sensible, según la parte; otras se derrite el cráneo, pero después se congela con catorce o quince tragos; otras se les destornillan los huesos articulados aunque los huesos ya saben al lugar abandonado y se ordenan ellos solos con el mayor desparpajo; otras resultan chichones más o menos abultados, a pesar de que hay cabezas que son de hierro fojado y rompen el pavimento sin que se sientan el porrazo. ¡Vaya! que les da lo mismo
desmontarse del caballo con la cabeza hacia arriba o la cabeza hacia abajo. Aquella ocasión, torearon Juan Jiménez “El Ecijano”, José Marrero “Cheché” quien se hizo cargo de todo el encierro, a causa de que su alternante se fue a la enfermería. Y he aquí el Resumen Son los toros de Atenco soberbios, bravos, cómo que es muy difícil aventajarlos, y el más bonito de toda la corrida fue el toro quinto. ¡Digo! Los matadores tuvieron suerte; les tocó el premio gordo sencillamente. Hay loterías que jugar quisiera por las cogidas. Centeno, al primer toro dio un buen trabajo, y alcanzó muchas palmas. Este muchacho no se supuso que a los pocos momentos tuviera un punto. Cheché, toda la tarde fue un chico hermoso por sus buenas jechuras ¡que! ¿me equivoco? Tiene de aquello Que hace falta a los hombres y los toreros. ¿Y los banderilleros? ¡caramba! nadie demostró nada digno de mencionarse. Los picadores pusieron buenas varas, pero ¡qué golpes! Caballos murieron trece, según me han dicho, sin contar los que quedan muy mal heridos.
La presidencia resulta que no sabe lo que se pesca. ¿Dirección? no la hubo porque ya es cosa de que nadie obedece: ¡siga la bola! Den a esos maulas que su deber no saben dos mil patadas. El servicio… ya es hora de estar tranquilos: soberbio estuvo todo, todo el servicio. La entrada, un lleno resultó por fortuna. ¡Vaya! me alegro. En fin, fue una corrida de las mejores. El domingo veremos lo que nos ponen. Ya está anunciado Que viene la cuadrilla del Ecijano. PITONES.189 1894 CAPOTAZOS En cuanto que tenga tiempo averiguar lograré los millones que ha ganado la Empresa que en gloria esté. Para ser buen matador tan solo se necesitan dos quintales de jindama seis de bombo y mucha guita. Los brincos, las pataditas y otros perfiles taurómacos, me dan, vamos al decir cien patás en el estómago. Al pie de la Torre Eiffel un diestro consideraba 189
El Relámpago. México, D.F., 12 de septiembre de 1894, p. 1 y 2.
que de mayor magnitud es en muchos la jindama. Ángel Jorro y Barber. Lo que vale tu planta lo saben tós; lo que vales picando… ¡me lo sé yo! Naranjerita mía: Si vender quieres, adonde yo trabaje márchate siempre y a la hora escasa no te queda en el cesto ni una naranja. Mirádme, ojos ingratos, miradme luego, O sin vacilaciones me voy a cuerno. Que no es tan largo el trecho, de este punto, al campo santo. José Puyol Bosque.190 1894 Cierto día que trabajaba… Cierto día que trabajaba por verlo a la plaza fui, para ver si me gustaba y hacerlo constar así. Citó al toro y al citar, el bicho con tal fiereza se arrancó, que Pum fue a dar al callejón de cabeza. Con la cabeza quebró una tabla, y no se quien al ver tal cosa exclamó: ¿verdad que quiebra muy bien? CATAPLUM.191 1894 CORRESPONDENCIA VIII 190 191
Op. Cit., p. 3. Ibídem., p. 4.
Al público. ¡Oh público que dejas engañarte del modo más atroz, sin ofenderte: No lo permitas más, y altivo y fuerte castiga a los que tratan de burlarte! Los que hoy se llaman genios en el arte de Cúchares, la oreja quieren verte; lo que debes hacer es imponerte y enviarlos con la música a otra parte. Dale a Villamelón su pasaporte que tiene tanto afán por pervertirte; castiga lo que es malo y no te importe que rabien los chancletas; presumirte debes que esos, que el diable los soporte, se divierten en vez de divertirte. Pedro Arbués.192 1894 CORRESPONDENCIA IX Cuentan que donde se halla el “Marinero”193 todo el mundo se quita la montera194 y dicen que el tal chico es un torero maleta y jindamón como cualquiera. Y pues dos opiniones yo no igualo a un profundo mutismo me condeno, pues si hay quien asegura que es muy malo, no falta quien afirma que es muy bueno. Usted mismo, torero a quien adulan, y ponen muy arriba o muy abajo, acallará las voces que circulan, el día que nos enseñe su trabajo. Juan Jiménez,195 me dijo cierto tío, es un diestro que vale lo que pocos; así lo hice constar, y hoy no me fío de opiniones de algunos que están locos. Y como en esa vez metí la pata 192
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 17, octubre 4 de 1894, p. 2. El autor se refiere a Antonio Ortega, “El Marinero”, diestro español que por entonces se encontraba en nuestro país. 194 Los que la usan, se entiende. 195 Juan Jiménez “El Ecijano”. 193
y no quiero meterla nuevamente, me espero a ver si vd. nos da una lata o conquista el aplauso de la gente. ¡Ojalá que vd. cumpla, ya anhelamos algo que se parezca a un buen torero, Si vd. logra agradar, como esperamos, sea vd. muy bien venido, Marinero. Pedro Arbués.196 1894 EPIGRAMAS “Que te coje, que te coje”, dice un chulo a la Tomasa, viendo a un toro que iba huido sembrando terror y alarma. Mas la Tomasa volviose al chulo aquél, y con guasa le responde: “¡que me coja! usted siente la ventaja”. Nicanor y Sinforosa jugaban al econdite; y si no vienen al quite, allí pasa alguna cosa. Dicen que mata EL NARANJO recibiendo, pero quiá…, lo que tan solo recibe son las silbas que le dan. Anónimo.197 1894 CORRESPONDENCIA X ¡Por Dios, por la Virgen, señor Don Ponciano, nos ha Ud. Partido nos ha fastidiado! ¡Qué toros, oh, cielos, qué toros tan malos nos dio usted el Domingo, la oreja mirándonos! Es feo que una empresa que se ha acreditado 196 197
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 18, octubre 7 de 1894, p. 3. Op. Cit., p. 4.
tan pronto la pite de un modo tan claro. ¿Pues qué, Ud. ignora, señor empresario, que el público un día va a dar un escándalo y se arma una bronca de todos los diablos? “No hay pues que confiarse, que a veces el gato, aun siendo de casa, nos pega un araño”. La gente es sufrida, la prueba está al canto; pues aunque el domingo salió renegando, ni armó la de Cristo ni echó naranjazos, ni echó maldiciones al pobre empresario. Mas ¡ay! si se enoja, verá Ud. si es bravo, más bravo que un Miura, señor Don Ponciano. que venga un ganado que miren que es bueno los aficionados; verá Ud. entonces qué vivas, qué aplausos y cómo nosotros también celebramos que al fin ya tenemos un buen empresario. Pedro Arbués.198 1894 CABLEGRAMAS (ESPECIALES PARA “EL PUNTILLERO”) Madrid, Octubre 10. Ortografía, Ponciano, ha entusiasmado Academia, hoy se le nombra Académico y corrector de la Legua (*) Lisboa, Octubre 10. Se desejan doux mil tauros famousos das Guanamé por cruzalhos con as feiras 198
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 19, octubre 14 de 1894, p. 2.
dos letos (En Portugués). Hong Kong, Octubre 10. La-Kan-Chin-Rey de esta tierra quiere ver una corrida, donde estoquée “Naranjito” y banderille “Almendrito”. París, Octubre 11. Salas baile solicitan matadores de cartel, que bailen, hagan piruetas y no se dejen coger. Guatemala, Octubre 12 Para que enseñe a tirarse desde lejos; a Centeno, la suplica Reina Barrios se marche pa allá corriendo. Batuecas, Octubre 13. Han llegado los baberos de Bucareli, preciosos, estrenáronlos caballos y se asustaron los toros. San Balandrán, Octubre 13. Jindama toreros cunde, hay que ponerles enaguas pues apenas ven un toro ponen cara triste y pálida. (*) Por lo de Arastradero.199 1894 CORRESPONDENCIA XI ¡Con razón ya no me fío de la opinión de aquel tío que a los toreros se obliga y que es muy fácil que diga que es un diestro Paramío! Ya se vé, como hoy cualquiera se cree del primero que lo engaña, usted, señor Paramío, nos ha dado una castaña, de padre y muy señor mío. Pero ¡vaya un matador infumable!, sí señor, yo no le tengo merced 199
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 19, octubre 14 de 1894, p. 4.
y claro le digo a usted que entre gentes de coletas, (y esto ni Dios lo remedia) no vale vd. dos pesetas; pero ni peseta y media. Yo creía que el Naranjo y el Trallero era lo peor que existía; pero ¡quía! Si hay un torero muy malo y más correlón que un galgo y que si acaso vale algo será en su otra encarnación, porque en esta, será su suerte funesta; pero no salió del paso, y es el caso que el amigo Paramío, por más que me diga el tío que vale mucho en España, aquí nos dio una castaña de padre y muy señor mío. Pedro Arbués.200 1894 Cómo son ellos. (En la calle). Oiga usté, no es pretención, lo sostengo a toda hora, yo he flechao a esa Señora que vive en el callejón. Mis hechuras, mis andares vuelven loca a esa chiquilla; y ahora con mi chaquetilla luciendo los alamares. Con mi traje tan hermoso que toda la gente pasma, de fijo que se entusiasma ese cuerpo saleroso. Le digo a usté que ya es mía aunque eso a usté no le cuadre y ¡olé, que viva mi madre! Y ¡olé, que viva mi tía! Vamos que no es pretensión, lo sostengo a toda hora, yo he flechao a esa señora que vive en el callejón.
200
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 20, octubre 21 de 1894, p. 2.
EN LA PLAZA ¡Jesús y qué mar de gente! ¡Como tengo yo fortuna!... ¡Si me parece esto una Babilonia, mayormente! ¡Dios me tenga compasión y no me abandone ahora! ¡Cielos! ¡Allí está la señora que vive en el callejón! ¡A lucirse, a trabajar con arrojo y valentía, suena el clarín Virgen pía, tú no me has de abandonar! ¡Qué cuernos de este animal otro más bravo no existe! Y entra el maldito y embiste, (cosa que es muy natural). A ver si hago un quite bueno ¡Toro! –Me aplauden-. ¡Olé! ¡Más aplausos! ¿Qué tal eh? Ni que fuera yo Centeno. Debían ponerme en un nicho. ¡Uy, que me coje. ¡Yo corro! ¡Piedad, auxilio, socorro! ¿Quién viene a quitarme el bicho? ¡Santo Dios, me desmayé! Fiera más bruta y más pilla… Me rompió la taleguilla y toda la gente vé… En la enfermería. No siento el golpe fatal, lo que si me da coraje, es que se rompió mi traje y que he quedado muy mal. ¡Yo que tenía la intención de lucirme! Pero ahora ¿Qué me dirá la Señora que vive en el callejón? Anónimo.201 1894 VOTOS RAZONADOS. Dicen que de Sevilla viene lo bueno, y entre los que llegaron 201
Op. Cit., p. 4.
está Centeno, que si se empeña con los preceptos cumple, que el arte enseña. Por eso doy mi voto sin restricciones al que más satisface las aficiones; pues me parece que es “er Zeñó Centeno” quien lo merece. N. B. y M. Mi voto doy a favor de Centeno, que a mi ver es un chico de valer y un torero de valor. J. R. de la P. Las razones no da´re pero aunque soy poco ducho a mi me ha gustado mucho José Marrero “El Cheché”. UN VILLAMELÓN Con la muleta en la mano nadie iguala al Ecijano, y en quites y en estocadas, ha escuchado mil palmadas en la plaza de Ponciano.202 1894 CORRESPONDENCIA XII Señor de Rebujina: Ante todo le ruego que con calma escuche lo que sigue y no me quiera usted partir el alma, pues que, si no me engaño, un consejo a ninguno le hace daño. Conque no hay que fruncir el entrecejo y si usted lo permite vá el consejo: El diestro que se siente con jindama no debe trabajar, mejor se encuentra acostado en su cama o en su casa metido 202
Op. Cit., p. 4.
o viendo la función desde un tendido, porque si sale al coso, no ha de correr para salir ileso sino parar los pies y hasta olviodarse de que es de carne y hueso. Usted valiente era, mas como cierta vez lo dejó un bicho con las tripas de fuera, esta razón es clara para que usted se tire desde lejos y volteando la cara. De aquí pues la soberbia gritería que el público le diera el otro día; el que, a pesar de toda su cachaza, si ha podido le avienta con la plaza. Por eso, señor mío, no se debe aprender de Paramio. He visto en un programa, que ante el público quiere sincerarse y desea trabajar con el arrojo de otros tiempos mejores a riesgo que lo enganchen por un ojo los bichos que son malos y traidores. Bueno, muy bien, señor de Rebujina ¡ojalá que consiga usted su intento y logre sus afanes! que yo seré el primer en aplaudirle y gritarle y decirle que ha vuelto por su honor y al fin y al cabo no nos salió ud. nabo. A sincerarse, ,pues, sea vd. valiente, Para que así la gente se convenza (sea quien fuere la gente) que es vd. un torero de vergüenza. Pedro Arbués.203 1894 CABLEGRAMAS (ESPECIALES PARA “EL PUNTILLERO”) París.Arquitectos franceses entusiasmados piden manden diseños del gran tinaco.204 pues unos quieren para ahogar Ravacholes 203 204
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 21, octubre de 1894, p. 2. Plaza de toros de Tacubaya.
y arder infieles. Cafrería.Protestan los lectores De “Estoque” y “Loro” contra las palabritas de ambos periódicos Y están cansados de leer groserías a cada rato. Madrid.Rebujina, lucióse en Tacubaya y naranjas le dieron que refrescara. Ahora se cambia al tal refresco: Rebujinada. China.Pirotécnicos chinos piden portada que ha lucido en “Los Mártires” la hermosa Plaza. Y hacer castillos que aburran Japoneses sus enemigos. Por el Cable: VILLAMELÓN.205 1894 Calaveras taurinas de El Puntillero. Por parecer de notable importancia, dada la curiosidad del siguiente impreso, reproduzco los versos206 que aparecieron en el “Número extraordinario” que publicó El Puntillero alrededor del 1º de noviembre de 1894, y donde el retrato de los personajes que aparecen en las que más adelante se conocerán como “calaveras”, dejan ver el estado de cosas, pero sobre todo la visión periodística que alcanzaron las “personalidades” allí retratadas. Además, en el original, se reproducen grabados y viñetas, entre otros autores, de José Guadalupe Posada y Manuel Manilla. Leamos. 1 Ponciano. Aquí yace Don Ponciano de Bucareli en el Coso, 205 206
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 21, octubre 21 de 1894, p. 2. Para lo cual se dará un número progresivo pertinente (N. del A.)
era empresario famoso; Dios lo tenga de su mano. 2 La Charrita. La cojió un toro de Atenco al poner las banderillas y al caerse del caballo se deshizo la Charrita. 3 El Loro. Fue con los maletas duro, fustigó de tal manera que a la familia torera siempre metió en gran apuro. Criticó siempre con seso pero un día, día fatal al pobrecito animal le torcieron el pescuezo. 4 Centeno. Ahora va lo mero bueno el espada sin igual; era un torero formal; se llamó José Centeno. 5 El Gordito. De ser gordo se quejaba, pues no podía correr y se dejaba coger del toro que lo alcanzaba. 6 Almendrito. Era almendra, pero amarga ni para aceite servía; no supo echar una larga ni nunca un palo ponía. Y ya la Muerte cansada de ver peones tan malos
le atizó doscientos palos y con él hizo almendrada. 7 Melonero. Melonero fue un melón, [mala la comparación] pero fue un melón tan malo que un día que lo ví calar al panteón fue a parar con todo y sardina y palo. 8 Castañero. Castañero, nos ha dado la castaña, pero un toro le ha rompío las entraña. 9 Los Pollos. Valiente par de toreros de barrera y burladeros. 10 El Artillero. Cambió zarzo por navaja y capote por tijeras; prefirió ser peluquero que no ser cualquier maleta. 11 Pipa. Pipa reposa ahora aquí. Fue un matador hasta allí. 12 P.Drín. Era el Señor don Pedrín Un soberbio revistero, Pero un día un maromero Lo cogió de balancín.
13 “Tres Picos” Fue el mejor revistero que hubo en mi tierra y aquel que a los maletas les dio más guerra, grandes y chicos aplaudían las revistas del buen “Tres Picos”. Una tarde ¡oh desgracia! tarde funesta una diana al “Naranjo” tocó la orquesta y el revistero se murió y le enterraron en un babero. 14 Fierabrás. No me mates Fierabrás; ni me lleves al infierno; donde supongo estarás dando saltos al trascuerdo con tu primo Satanás. 15 Joseíto. Era del padre Padilla Joseíto, ilustre hermano, por eso con él marchose a buscar paz y descanso. 16 Camama. Dice que el “Perico” mama: Camama y que á el no se le toque; Estoque. Mas la amistad no me invoque este amigo revistero: Ahora soy sepulturero y le enterraré “El Estoque”. 17
Jindama. Escribía las reseñas según él a la Española; pero el lector se aburría y hoy por eso aquí reposa. 18 Cheché. Yace aquí José Marrero era todo un… matancero. 19 El Habanero. Fue Manolito Laví un torero de mistó, en México no agradó; por eso reposa aquí. 20 Paramío. Quiso el pobre ser torero y una tarde debutó, mas del susto que llevó visitó al sepulturero. 21 Ecijano. Según afirma Chancleta murió Juan, el Ecijano con la espada en una mano y en la otra una muleta. 22 Los Reyes. Eran reyes en la Pica estos dos buenos señores pero dejaban matarse los jamelgos a montones. 23
El Sordo. Era sordo y no veía donde el zarcillo clavaba si alguno lo criticaba su disculpa es que no oía. 24 León Cortés. Le gustaba a la afición León porque paraba los pies Cortés. Hoy yace en este panteón que parece un burladero, el bravo banderillero llamado Cortés León. 25 Cantaritos. Reposa aquí Cantaritos entre millones de pitos. 26 Silverio Chico. Si levantas esta lazo, solo encontrarás un hilo, ¿quién es? Has de preguntarme, pues, hombre… Silverio Chico. 27 “Marinero”. En un navío de Cádiz navegaba Antonio Ortega, para venir a enseñarnos cómo en España se brega. 28 El Chiclanero. ¿Por qué a Don Ramón Hidalgo llamaban “El Chiclanero?” es porque nació en Chiclana o que le faltaba un… dedo?
29 “Paquiro” Paquiro (el banderillero), murió porque cierta vez le colocó a un toro un par de zarcillos en los pies. 30 “Rebujina” Reposa aquí don Jiménez; que llamaban Rebujina, era matador de toros pero un matador gallina. 31 Timoteo. Detente viajero aquí y contempla a Timoteo era un espada muy feo ¿verdad, lectores, que sí? 32 “Ostión”. No era carne ni pescado, ni picador ni peón; era tan solo un Ostión en una ostra encerrado. 33 “Trallero”. Ahora le toca al Trallero: un maleta jindamón, lo pide el sepulturero para llevarlo al Panteón. 34 Los Ganaderos. Cuando iba cualquier Ponciano a contratarles los toros le engañaban como a un chino
dándole bueyes sin morro. Pero la muerte cansada de mirar que hacían tontos a toreros y empresarios hoy los condena al reposo. 34 “Oro y Azul”. Revista de teatros, toros, bailes, circo, variedades y una porción de vaciedades. Tal era el “Oro y Azul”, el mejor de los mejores, según afirmaban los… redactores. 35 Ignacio Ceballos. ¿No has visto un sepulcro feo en figura de tinaco? Pues es la Plaza de Toros donde reposa Ceballos. 36 Silverio Grande. Dio el salto de la garrocha siempre con felicidad, y era un torero aceptable y modesto si los hay; aquí reposa este chico y su tumba al contemplar que nunca ha sido aseguro ni chicha ni limoná. 37 “Villita”. era un buen gato “Villita”, pues que sabía caer; si un toro le daba un tumbo siempre caía de piés. Mas la muerte no respeta Ni gato de siete vidas, Y de Guanamé en figura Le dio un día una cogida.
38 “Pimienta”. Ni chiquito ni picante fue este pobre picador, era tan solo un guisante que no llegaba a frijol. 39 Atenógenes. Le dio un día cien cogidas un toro de Atenco bravo, En este Panteón descansan De la Torre y su caballo. 40 “Nemo”. Aquí reposa el buen “Nemo” fue revistero y doctor y en esas dos facultades era un hombre superior. 41 “Camaleño”. Torero fue, aquí descansa pobrecita Niña Panza. 42 “Naranjo”. Tuvo un tiempo en que brilló o intentó al menos brillar; quiso al público insultar y una silba se llevó. La gente lo despreciaba y perdiendo la entereza murió lleno de tristeza porque no se contrataba. 43 Los empresarios. Compran toros de desecho y dicen les engañaron;
pero jamás ellos pierden pues quien paga los engaños es el público que asiste a mirar bueyes de arado. 44 “Capita”. Dicen que cualquiera puede de su capa hacer un sayo mas Capita con la suya de reseñas hace un fárrago. 45 “El Manchado”. Le gustaba mucho el sesgo mas nunca lo pudo hacer, y murió el pobre Manchado sin que llegara a aprender. 46 “El Arte de la Lidia”. Era un dormilón periódico que despertaba hasta el Jueves, lo redactaba Bonilla el de las agencias breves. Aquí yacen los Cigarros famosos de la Honradez; San Ramón número I. del Valle, Ramón también. En el Portal de Agustinos número doce, alacena; descansan soberbios libros y dan risa en vez de pena. Aquí yace Marcelino Guerrero, Encuadernador México, diez de Zuleta, corred a ver su Panteón. 47 El Madrileño. Yace aquí el “Madrileño” un guapo chico
que con las banderillas hacía prodigios. Mas fue a un tinaco y el pobre “Madrileño” allí se ha ahogado. 48 “Villamelón”. Yace aquí “Villamelón” revistero improvisado que nunca supo el taimado que era un pase de telón. Le gustaba el portugués y hacía cada desliz que era el chico, un infeliz más tonto que Pedro Arbués. Murió el muchacho de un susto pues le prometió el “Trallero” apalearlo. “El Puntillero” se está muriendo de gusto. 49 “Paquiro”. (Nuestro revistero) Usaba lentes, Paquiro, pues veía así mejor cuando un torero pasaba de muleta o de bastón; pero un día bien aciago un tinaco se estrenó en Tacubaya, y un chato afectó a la diversión, a Paquiro el revistero los anteojos le robó. Vióse sin ojos “Paquiro” y ayer se ha pegado un tiro. 50 Pedro Arbués. Aquí yace Pedro Arbués un guapo mozo retinto le gustaba mucho el tinto y por eso aquí lo ves. 51
Nuestro editor. No va Pancho a los toros porque el tunante dice que la reseña puede atrasarse; más no sé como muy tarde sale siempre nuestro periódico. El Puntillero.207 1894 Un torero Haré al amor un insulto, mas sé que insulto al más guapo, porque es bicho que huye al trapo y se va derecho al bulto. Como es muy duro enemigo, no hay que esperar que se entregue ni hay que dejarle que llegue a la muerte sin castigo. ¡Lidiando en el redondel, sepa todo matador, que si no mata al amor el amor lo mata a él. Anónimo.208 1894 CORRESPONDENCIA XIII Oye, “Pipa”, torero orgulloso y señor matador de cartel, que las pitas haciendo en el coso trasciendas monadas metiendo así el pie. A pesar de que tú eres valiente y que quiere a fuerza agradar, ya se va convenciendo la gente que no eres espada, ni diestro, ni ná. El estudio te falta chiquillo, y no debes jamar presumir que en el arte del gran “Pepe-Hillo”, cualquiera es un monstruo que vale por mil. 207
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Panteón del Puntillero. 1 o 2 de noviembre de 1894. 208 Op. Cit.
Hay madera para un buen torero, no lo dudo señor matador; pero si he de ser franco y sincero te está maleando tu gran pretensión. Si el “Guerrita” que es diestro afamado oor su orgullo eclipsándose está, tú que apenas a espada has llegado ¿qué fin se te espera, querido Durán? Es preciso apreciable Pepito, Ya que el público aprecia el valor que los pases aprendas prontito pues pasas muy poco, según don “Pon Pon”. A enmendarse, a estudiar la muleta, y a ser algo tal vez llegarás; mientras tanto, señor don Maleta, tú n o eres espada, ni diestro, ni ná. Pedro Arbués.209 1894 CANTARES No vayas, Laura, a los toros con el señor tu marido, pues cree la gente que un Miura se ha saltado hasta el tendido. Si cada vez que te beso me cogiera cualquier bicho, ya tuviera todo el cuerpo igual al de un Santo Cristo. ¡Qué susto te voy a dar el día que te diga yo que no te puedes casar porque tu novio, Cantó aun no ha aprendido a picar! Pedro Arbués. Si fueras toro, Cubana… Si fueras toro, Cubana, me dejaría coger; y siempre procuraría se repitiera otra vez. 209
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 22, noviembre de 1894, p. 2.
Ponte en suerte vida mía y verás si sé matar, por lo alto y por lo bajo, por delante y por detrás. Dile a tu madre, Jacinta que ya no toree a tu padre que aunque el pobre tiene cuernos es toro de poco aguante. CUBANITO.210 1894 VOTOS RAZONADOS ¿Quién es el mayor jindama? Chiclana. ¿Cuál es mejor matancero) Marrero. Centeno el mejor torero Y el que más se le aproxima Aun con más gracia y salero, Es el diestro REBUJINA. Muestra al matar arrogancia; Está lleno de valor; Verdadero matador Con saber y sin jactancia. Sus suertes todas muy buenas; Banderillea de primera; Y pura sangre torera Le circula por las venas. No baila, no es jindamón; Se acerca a la res bravía, Mostrando su valentía Y su grande corazón. En pases, siempre sereno; En quites, siempre oportuno; Entre toreros, ninguno Le iguala a JOSÉ CENTENO. México, Noviembre 1° de 1894. Ramón Sobrino. Serenidad y valor… Serenidad y valor; 210
Op. Cit., p. 4.
Sin jindama y sin meneos; Tiene de agradar deseos; Es completo matador. No hay que dudarlo señor, Es torero de lo bueno, Por eso de afanes lleno, Entusiasta y reverente, Le doy mi voto al valiente Espada JOSÉ CENTENO. Indalecio Robina.211 1894 CORRESPONDENCIA XIV Señores picadores: Lancero infernales que dais puyazos viles en donde más os place. Ya el público protesta, y aunque es muy tolerante no sufre ciertas cosas que no soporta nadie. Señores picadores no conocéis el arte, perdeis el jaco siempre marrais a cada instante, un tumbo es vuestra gloria, ¡valientes barbajanes! Descomponeis al toro y haceis barbaridades. Pimienta y Atenógenes, Los Reyes, ¡buenos pares? Villita, entrega el jaco, los otros… ni se hable, son todos, todos unos lanceros detestables. Y así, vuestras proesas Villamelón aplaude y como el vulgo es necio muy bueno es agradarle; pues bien, señores mios, seguid como empezaistes (sic) ¡que vivan los lanceros! que vivan y…, adelante! ¡si el arte pierde, en cambio Villamelón aplaude! Pedro Arbués.212 211 212
Ibídem., p. 4. El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 23, 11 de noviembre de 1894, p. 2.
1894 VOTOS RAZONADOS Er zeñó Zenteno é, er chavó de ma valía ca venío d´Andaluzía y er que tiee ma chipé. Viva su grazia y olé, Mi voto doy ar Zenteno Que ez un chico de valía Y es er torero ma bueno Ca venío d´Andaluzía. UN ZEBIYANO. El “Cheché” muy arrojado… El “Cheché” muy arrojado; Ponciano Díaz, así, así; “El Marinero” ay de mí, No es ni carne ni pescado. Juan Jiménez, “Naranjito”, “Cara Ancha”, José Durán, Nunca matan con afán, Por eso oyen tanto pito. “Rebujina” no me fío, Ni “Camaleño” que es malo; Manuel Díaz Laví es de palo; Y Juan Zamora, ¡Dios mío! Es regular Juan Moreno, Le falta al “Tato” valor; El único matador Sin duda, es José Centeno. Ramón García.213 1894 CORRESPONDENCIA XV Ruge el sol, en inmensa gritería desbordándose el pueblo soberano aplaude al vencedor, al héroe, al ídolo, al diestro tantas veces aclamado; el pópulo se anima y se entusiasma al grito magistral de “¡Ahora Ponciano!” Y usted Sr. de Díaz,214 naturalmente,
213
Op. Cit., p. 4.
sin pensar que es ud. de lo más malo que en cuestión de toreros hemos visto, Inclusive Tralleros y Naranjos, se figura que nadie en este mundo merece, como ud. miles de aplausos, y que es el non plus ultra de los diestros que han venido al país a visitarnos. Puede ser, pero hablando con franqueza (y ya pueden rabiar sus partidarios), me parece que ud. Sr. de Díaz, es un poquito menos que mediano; estoy por afirmar, (que me perdone Villamelón feroz), que es ud. malo, que la capa le sirve a ud. De estorbo, que un quite no hace ud., que, hablando claro, (y así se caiga el mundo yo lo suelto) no vale tres pepinos su trabajo. Pedro Arbués.215 1894 UN TORERO Haré al amor un insulto, más sé que insulto al más guapo, porque es bicho que huye al trapo y se va derecho al bulto. Como es muy duro enemigo, no hay que esperar que se entregue ni hay que dejarle que llegue a la muerte sin castigo. ¡Lidiando en el redondel, sepa todo matador, que si no mata al amor el amor lo mata a él. Anónimo.216 1894 Cantares. Suena el clarín, desfila la cuadrilla al compás de la marcha, y se cambian las capas de paseo; con ansiedad se aguarda 214
Sin lugar a dudas, Pedro Arbués no se refiere a Ponciano, sino a Manuel Díaz Laví, quien por esos días está cumpliendo contratos. Sin embargo, no está resultando lo bueno que de “El Habanero” dicen otras plumas, o su reputación allende el atlántico. 215 El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 24, noviembre 19 de 1894, p. 2. 216 Op. Cit.
que salga el toro, y cuando al fin asoma, Inmenso grito estalla. No volveré ya a tu casa pues me encuentro a tu marido, “y a los toros hay que verlos, morena, desde el tendido”. No va mi niña a los toros por no ver una cogida; y que hay que saber la digo, de todito en esta vida. Ay, morena, morena, si yo fuera algún toro ¡qué cogidas te diera! Para toros, tu marido es un juez inteligente; y él asegura a la gente que en cuernos es entendido. Cubanito.217 1894 CORRESPONDENCIA XVI El señor de Basauri, que es novillero que hasta hoy ha trabajado sin pretensiones, pues no tiene los humos de un gran torero, ni son llegar a tanto sus intenciones. No se pondrá furioso por un consejo ni lo oirá, (me figuro) con desagrado frunciendo las arrugas del entrecejo, como cierto maleta que he critado. No, que el señor Basauri, persona fina, no sabe hacer berrinches como un chiquito no tiene los humores de Rebujina, el “Pipa”, el “Marinero” y el “Naranjito”. 217
Ibídem., p. 4.
Pues bien, señor Basauri, confiando en eso y en que las opiniones usted respeta, según varias personas de mucho seso, usted no sabe el uso de la muleta. Con ella, (Ud. perdone que se lo diga), se compone a la fiera se pone en suerte; con ella se le cita se le castiga, y una vez conseguido se le dá muerte usted no afianza al toro porque alza el brazo de un modo que, realmente, no es para dicho, luego, en esa postura dá usté un trapazo e indispensablemente se cuela el bicho. Si estos y otros defectos que no enumero usted se los corrige, si se los quita, será, fuera de dudas, un buen torero y no oirá, lo aseguro, nunca una grita. Si le gusta el estudio será un buen chico y eclipsará el orgullo de tantos zotes. ¡Ah! Señor de Basauri, se lo suplico, sea usted más progresista, ¡fuera bigotes! Pedro Arbués.218 1894 CORRESPONDENCIA XVII Ya viene el Boto con su cuadrilla para consuelo de la afición, pues hay quien dice que maravilla, porque es torero de corazón. 218
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 25, noviembre de 1894, p. 1.
¿Será mentira? ¿Saldrá un camelo? ¿Será este diestro de muchos pies? ¿Será valiente, tendrá canguelo? ¿Sabrá pararse frente a una res? Yo sé que en quites es oportuno y que es valiente para matar que pasa al bicho como ninguno de los que se hallan aquende el mar. Que en su corridas no hay herradero que no hay monadas donde él esté, como en corridas de el Marinero el Ecijano, Pipa y Cheché. ¡Caracolitos! dice la gente, ¡caracolitos! agrego yo si así sucede, si así es realmente nuestra esperanza se nos cumplió. Mas si es un diestro de los de pega el que esperamos con tanto afán y su torpeza se ve en la brega, ¡no es una silba la que le dan! Pedro Arbués.219 1894 LA DIVISA A Villamelón (Del libro en preparación “Taurinas”) -José, la divisa quiero, -y la tendrás, dueño mio, con rostro impasible y frío contestó el bravo torero. Y al bicho que ya salía bella divisa ostentando, José, en su amada pensando Se arrojó con valentía. Un momento de estupor, un silencio sepulcral, una lucha desigual y un grito desgarrador. Intenta el torero en vano proseguir en su faena y cae rodando en la arena con la divisa en la mano.
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El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 26, noviembre de 1894, p. 1.
Rafael Medina.220 1894 UN MATADOR Suena el clarín y allí sale al frente de la cuadrilla moviendo con gracia el cuerpo; y en los labios la sonrisa. Salta la fiera a la arena y el diestro mil monerías se pone a enseñar que sabe, y la dirección descuida. En tanto que allá el piquero cayó con todo y sardina el espada muy ufano por sus gracias tan bonitas, recibe el aplauso necio y dianas y aun hasta vivas. Se ha tocado nuevo tercio, mientras ponen banderillas, el matador ya se ha armado y orgulloso el toro brinda. Va hacia él y lo haya huído, y en vez de que se le ciña lo pasa corto y redondo desde su casa lo cita; y después de marearle se arranca desde la China, y pasa, pues, lo de siempre que al toro tan solo pincha. Sale el diestro perseguido y ¡horror! busca la guarida, sufre, doscientas coladas y da doscientas salidas, y tras quinientos pinchazos que hacen al toro cecina; llevado ya de la cólera o la vergüenza taurinas, se va resuelto a la fiera, empuñando la puntilla. No he retratado yo a nadie solo quise dar la pinta de un matador como muchos que se creen de gran valía. Cubanito.221 1894 220 221
Op. Cit., p. 2. Ibidem.
CANTARES (Del libro en preparación “Taurinas”) Un toro cogió al “Chancleta”, Otro cogió al “Calamar”, y a mi me cogió tu mare y me dio tres gofetás. Por recortes yo no paro; me han dado seis puñalás, ¡vea usté si estoy re-cortao! Los toros más bravos que he visto en mi vida son tu padre, tu madre, tu hermano, tu primo y tu tía. Pedro Arbués.222 1894 CABLEGRAMAS Guatemala.-Para la guerra con México se necesitan valientes mándennos a Paramio, Marinero y demás gente. España.-Con urgencia se desean toreros aficionados, de esos que usan bigotes, “Basauri, Acosta y Ponciano”. Rusia.-Baberos de Bucareli, son aquí muy rebuscados, porque preservan del frío a sardinas y caballos. Patagonia.-Se desean policías celosos de su deber, para que quiten cencerros a los bueyes de esta grey. Alemania.-El barbero del Imperio se dará por muy honrado, si van con él a afeitarse don Basauri y don Ponciano. Por los corresponsales VILLAMELÓN.223
222 223
Ibid. Ib.
1894 CORRESPONDENCIA XVIII Mil pesos pide el Zocato, (que hoy está muy patarato), por trabajar una vez; pues dice que es un valiente y por menos, no es prudente colocarse ante una res. Se ha obstinado en su capricho y no cede, porque ha dicho: “Soy un bravo matador; tengo gracia y desparpajo, ¿pagan mal? pues no trabajo, No trabajo, no señor. Soy magnífico torero, trabajé con Espartero, y también lo ví morir; este es dato que interesa para que me de la Empresa lo que quiera yo pedir”. De manera que al Zocato, (que hoy está muy patarato), no veremos trabajar; ¡qué desgracia, qué tormento! sabe Dios que yo lo siento… pero no puedo llorar. Pedro Arbués.224 1894 El Museo de Pingarrón. A Trespicos (De libro en preparación “Taurinas”). Don Mateo Pingarrón tienen en Cantón un museo que ha llado la atención de todos los que en Cantón visitan a Don Mateo. Allí tiene, entre otras cosas, dos pistolas sin gatillo, unas tijeras, un grillo 224
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 27, 8 de diciembre de 1894, p. 2.
y un par de ranas preciosas que fueron de Pepe Hillo. Una carta de Frascuelo en que le pide prestadas tres pesetas a su abuelo, del Guerrita, tiene un pelo y dos camisas planchadas. De Mazzantini un formón, de Cara Ancha un bandolón, una escoba de Ponciano, un mirlo del Ecijano y de Reverte un cañón. En otro lugar sombrío, tiene un diente de Machío, dos riñones y una tripa, un callo de Paramio y un saca-corchos del Pipa. Don Mateo Pingarrón tiene una gran colección y hoy ofrece, con misterio, un inmenso fortunón por la nariz de Silverio. Anda el hombre siempre alerta y el tal objeto persigue, mas yo creo y es cosa cierta, que si la nariz consigue ¡no ha de caber por la puerta! Rafael Medina.225 1894 CANTARES El sol no calienta tanto como enardece mi vida, cuando estando uno en la Plaza le da el toro una cogida. Mi niña ayer me ha ensillado pues caballo me creía, al principio se reía después… ¡qué tumbos le he dado! Me saben a miel tus besos los abrazos a ambrosía y a mil demonios sabráme de seguro una cogida.226 225
Op. Cit., p. 4.
1894 CORRESPONDENCIA XIX ¡Qué varas tan soberbias voto al infierno, puso ayer en Naucalpan el Castañero! Esto es picar, señores, como Dios manda; que aprendan los lanceros que siempre marran. El Villa y el Pimienta y otros chambones que presumen los tontos de picadores. La afición, a Dios gracias, ya vio algo bueno ¡cinco varas soberbias del Castañero! ¡Muy bien, amigo Vega, todos te aplauden! ¡olé, viva tu gracia, viva tu madre! Pedro Arbués.227 1894 CANTARES Ay Julia, cuando te miro me parece estar lidiando, pues tus ojos se asemejan a los de un toro Navarro. Mi niña me grita mucho cuando estoy del toro al frente, pues dice la muy tunanta que no remato la suerte. Manzanilla, juerga y toros esta ha sido mi divisa, que con mujeres y vino acaban bien las corridas. 226 227
Ibídem. El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 28, diciembre de 1894, p. 1.
(* * *) Si algún día soy torero, me decía María Esther; te aseguro por mi nombre que no me dejo coger. ¿Quién sería mejor toro en caso de reencarnar? Tal era el tema propuesto en la Corte Celestial. Y el premio le fue otorgado al esposo Don Sabás. CUBANITO.228 1894 CORRESPONDENCIA XX Señores Empresarios de Naucalpan: Ya que ustedes prometen mucho bueno y suprimen inútiles estorbos como son los horribles burladeros, ya que ustedes, señores empresarios oyen sin enojarse un buen consejo y al público prometen darle gusto (en todo lo posible, por supuesto), justo es que los elogie y los anime a que sigan el mismo derrotero. Señores empresarios: sus colegas nos tienen aburridos con camelos, se han burlado del público, no obstante las multas que los jueces han impuesto. Hay alguno que dice: “¿No le gusta a nadie los baberos? Pues baberos a darles unos bueyes de desecho”. En fin, que todo el gusto de esos santos es llevarse la contra al mundo entero y darle en la cabeza y fastidiarlo asi pueda rabiar el Padre Eterno. Ustedes al revés, siempre animados por buenas intenciones y deseos cumplen lo que prometen y oyen siempre la opinión de entendidos revisteros. Bien, muy bien que siguiendo de este modo alcanzarán aplausos y dinero y verá la afición con mucho gusto que por fin se lograron sus deseos.
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Op. .cit., p. 3 y 4.
Pedro Arbués.229 1894 CANTARES Para reir los payasos, los dramas para llorar, y toros de Parangueo pa coger y revolcar. Toque de muerte es un beso, toque preventivo dos, tres besos indican lazo; puntilla si diez te doy. Pica, banderilla y muerte son las suertes del toreo; toros, mujeres y vino son las desgracias que tengo. Al redondel ven conmigo morena del alma mía, y verás si al verte el toro, no te pega una cogida. CUBANITO.230 1894 CABLEGRAMAS ESPECIALES PARA “EL PUNTILLERO” Francia.-En la exposición más próxima se va a seguir el ejemplo; de Don Ponciano que premia con moneditas de a peso. España.-Sábese que a Don Zocato le han obsequiado un cencerro, que se cuelgue esa medalla y entonces será borrego. Japón.-Se ha escapado un japonés un tal Miranda creemos, un mediecito de oro, daráse por el reintegro. Circasia.-Circasianas muy hermosas, 229 230
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 29, diciembre de 1894, p. 2. Op. Cit.
mueren de amor por el Pollo desde que lo vieron calvo, y recortando a los toros. Madrid.-Pregunten a Don José que se apellida Centeno si por fin es solo espada o también es cachetero. New York.-Jay Gould, Roschild y otros abrieron hoy suscripción para comprarle a Silverio un flamante pantalón. VILLAMELÓN.231 1894 CANTARES Cuando te halles en el ruedo y ya dispuesto a matar, acuérdate al dar los pases “que tienes madre, Julián”. Si vas conmigo a los toros ponte el mantón de Manila, que para ver esa fiesta de maja hay que ir vestida. Si quieres que yo te quiera dame un besito, mujer, que el toro aunque sea malo sabe al castigo crecer. Si me engañas y desprecias morena mi grande amor mas te valiera morirte que exponerte a mi furor. CUBANITO.232 1894 CABLEGRAMAS ESPECIALES PARA “EL PUNTILLERO” Madrid.-Parodia del “Nacimiento” ha gustado tanto y tanto 231 232
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 30, 23 de diciembre de 1894, p. 2. Op. Cit.
que hoy se telegrafía a Centeno y Ecijano. Nueva York.-Noticia de que Silverio ha estrenado taleguilla ha entusiasmado a Jay Gould; por Cable lo felicita. Cafrería.-Amarre piés de Zocato, puso alegres a los cafres; si se repite la escena o pantomima, den parte. Sevilla.-Feliciten a toreros burladeros suprimidos; si no es cierta la noticia denles naranjas y pitos. s. Pbrgo.-Un elogio a Poncianillo del nuevo Czar Nicolás por supresión de baberos. Ahora a quitar lo demás. Groelandia.-Se puede hacer un buen zarzo de banderillas de fuego con Almendrito, Miranda, el Jurado y Filomeno. Por los Corresponsales. VILLAMELÓN.233 1894 CANTARES Ahora juerga y manzanilla que la corrida ha acabado, vengan copas y chulapas y besitos muy tronados. En la tierra quién no goza es un triste majadero, que no hay toros ni mujeres lo aseguro, allá en el cielo. Con la pica El Castañero, es un chico de valer; pero a picar no me gana, que lo diga María Esther. Si te beso viene al quite 233
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 31, diciembre de 1894, p. 2.
al momento tu mamá; pero el día que yo sea toro te cojo y te dejará. CUBANITO234 1894 AL REVISTERO AQUEL.235 Hombre, por Santa Teresa, ¿por qué si gracia ni modo se introduce usted en todo lo que nada le interesa? ¿No fuera más natural y menos estrafalario que empuñara usté el rosario y pensara en el final? Porque andarse en chicoleos a estas horas, no está bien; señor de Matusalén, ¿qué son esos devaneos? Estilo es de gente ducha y que tiene el juicio sano, dejar a cada cristiano hacer por ahí su lucha; pero acusar de envidioso a quien envidia no siente, y usar el tono elocuente (?) del dómine que hace el oso; es tanto como querer una camorra buscar, pero yo no le he de dar motivo para morder. ¡Quédese usté levantando al Cheché, que lo merece, y siga usted en sus trece más a Silverio incensando, hable usted de volapiés que se dan de sobaquillo; siga usted con su estribillo: a los medios Juan y Andrés. Hable usted de banderillas, que se ponen recargando y de varas aguantando, y todas esas morcillas. pues ya usted, Don Cronicón, con sus simplezas tan buenas, más está para novenas que para aquello del pón… 234 235
Op. Cit. Todo parece indicar que la indirecta fue contra Carlos M. López “Carolus”.
Entienda usted esto bien por más que poco le agrade; con que abur… y no se enfade señor de Matusalén. El Revistero Este.236 1894 UNA COGIDA. El lance que aquí refiero sencillo o extraordinario o supuesto o verdadero lo dio a luz cierto diario político y noticiero. Decía: “En la novillada hace seis días celebrada en la plaza de Lucena fue cogida y volteada la diestra Inés la morena. Era el bicho chorreado, y más feo que un insulto; de libras, muy bien armado, con frecuencia encampanado, y siempre buscando al bulto. Después de oir la señal mandando cambiar la suerte, la chica, con mucha sal brindó, y hacia el animal se fue para darle muerte. Lo pasó con precaución, con un cambio, dos de pecho y cinco o seis de telón; le cuadró al toro un peón, y, al tirarse por derecho, dando un arranque la fiera, enganchó a Inés la torera por el… (tan confuso estaba esto, que no hallé manera de saber lo que expresaba.) “Llevada a la enfermería, el médico que allí había notó con satisfacción que la diestra no tenía la más leve contusión”. ……………………………. No dijo más el diario de semejante accidente; pero un torero eminente, el siguiente comentario 236
El Loro. Semanario Taurino. Tomo I, México, septiembre 23 de 1894, Nº 3, p. 2.
hizo ante un corro de gente: -Vamo, que er cambio de seso entrevino en er suceso con más fortuna que el arte…! ná…, que yo no sargo ileso si me engancha por tal parte! M. del Todo.237 1894 EPIGRAMAS. ¡Qué gran toro! –Entusiasmado gritó en la plaza Calixto;Niceta en tu vida has visto un bicho mejor armado. -Vaya!- contestó Niceta, muchacha de veinte abriles, y chula, barbiana y neta:Para armados… los civiles que están allí en la meseta. El musicastro Benito alguna vez se equivoca cuando en su instrumento toca, y este instrumento es el pito. Si el del pito una pitada da, ¿qué es lo que dará Andrés si yerra en el corno inglés? -Qué ha de dar? ¡Una cornada! El cinco de marzo, Juan dijo ante unos compañeros: -Buena fiesta, los toreros, mañana celebrarán; será una juerga completa. -¿Por qué?- preguntó José. -Pues muy sencillo; porque mañana es Santa Coleta. ¡Estocada ignominiosa! grita y vocifera Andrés. -¿Por qué, muchacho?- ¿No ves que eso es una dolorosa? -En mi vida oí, Pascual, cosas más disparatadas; dí ¿las otras estocadas no duelen al animal? A Cacho, que era un borracho 237
Op. Cit.
dieron sepultura ayer; ahora sí que sin empacho, puede decir su mujer que ya está libre de cacho. Anónimo.238 1894 POR EL CORREO. Cartas que un aficionado dirigió a la Redacción, del periódico nombrado El Loro, y a tío Pon… pon… APRECIABLES REDACTORES: Quisiera sólo un instante abusar de sus favores, y decirle cuatro flores a “El Estoque” petulante. Porque es muy triste mirar que un vejete sin conciencia nos fastidie sin cesar, y a tanto barbarizar agote nuestra paciencia. Y yo, como verdadero aficionado a los toros, no quiero que un MAJADERO nos mire cara de moros diciéndose revistero. Así es que, (aunque no me toque) voy a darle un coscorrón al reseñero Pon… pon, que ha cobrado en “El Estoque” a centavo subvención. A ese digno noticiero que con humos de valiente se titula independiente, (?) y le da bombo al torero que le paga pan caliente. SEÑOR REVISTERO AQUEL: No queremos tolerar que, con frases de burdel nos venga usted con laurel. ¿Cree usted que el aficionado puede soportar con calma, que un papel desprestigiado ataque, en ira inflamado, al que se lleva la palma? 238
El Loro. Semanario Taurino. Tomo I, México, octubre (…) de 1894, Nº 4, p. 2.
Pues no lo crea mamarracho, y su frase libertina cuando habla libre de cacho, es la propia de un borracho que lleva la papalina. Sus escritos de carrero son la biografía elocuente del que se dice decente, siendo sólo un caballero… Que no llegará a ser gente. Así pues, tenga decencia, y si escribe más reseñas escríbalas con conciencia; y no nos cante su ciencia que es la ciencia, de las dueñas. Deje de ser oficioso, sea usted un poco galante; su ancianidad ambulante necesita del reposo, y de algún fortificante. Pues no es usted revistero ni IMPARCIAL su “Semanario”, y bien ve México entero que su oficio verdadero, es mover el incensario.239 José Chueca y León.240 1894 SONETO TRISTE (A Rebujina). Un miembro de la gran maletería, juzgando a nuestro público camama, volvió a buscar aquí, la plata y fama que en su país jamás alcanzaría. 239
El Loro. Semanario Taurino. Tomo I, México, octubre 28 de 1894, Nº 6, p. 1. En contestación a tan cáusticos versos, Joseíto (que no es otro que Armando Morales Puente), apuntó lo siguiente desde la tribuna de El Estoque: En su último número me dirige unos versos (?) insultantes en la forma y sin razón en el fondo. No intentaré siquiera contestarlos, porque el Director y Redactores de ese periódico niegan hechos presenciados por miles de personas, y porque, exageradamente presuntuosos, desconocen la competencia, en asuntos taurinos, de D. Mariano Garisuain Blanco, y de D. José Sánchez de Neira, cuyo Diccionario, obra admirada por todos los buenos aficionados, es tenida en nada por los escritores de El Estoque. Mi compañero Tata les ha probado con excelentes razones, irrecusables textos y valiosísimas opiniones, lo justificado y exacto de nuestras apreciaciones y escritos, pero el Tío Garrucha y compañía mandarán noramala a Vázquez y Rodríguez, a Peña y Goñi y a Caamaño, como lo hicieron con el Director de El Mengue y con el autor de El Toreo!! Con gente obsecada y llena de vanidad es imposible discutir. Sí recomendamos al Tío Garrucha que lea las revistas de Trespicos, Paquiro, Jindama y Rehilete en El Noticioso, El Puntillero, El Universal y Gil Blas respectivamente, y se fije en el calificativo aplicado por todos ellos a la estocada que dio el Pipa al último toro de la corrida verificada en Tacubaya el 21 de octubre actual. En cuanto a los insultos no los tomo en cuenta ni me fijo en ellos, porque sé de quien vienen. 240 El Loro. Semanario Taurino. Tomo I, México, octubre 21 de 1894, Nº 5, p. 3.
En México, (seguro pensaría) pasará inadvertida mi jindama. ¡Ya la afición antigua me proclama! ¿La nueva? Aplaudirá mi valentía. ¡Pero atroz decepción! El novillero oyó, por ser miedoso y mal torero, la justa silba que se merecía. Desde entonces en triste compañía con su primo Manolo, El Habanero llora el engaño de su fantasía. SONETO ALEGRE (A El Pipa) Sea el bravo Granadino tu modelo, y lograrás ser héroe de coleta; nunca podrán tacharte de maleta, y será realidad tu justo anhelo. Eres valiente como el gran Frascuelo y llegarás como él, hasta la meta, porque con el estoque y la muleta no llega a dominarle vil canguelo. Pero PIPA, conforma tu faena a las reglas que el arte determina, porque si no es así, no será buena. El bregar al estilo REBUJINA y tirarse de bruces en la arena, no se llama toreo, sino pamplina. EPIGRAMA. Después de una gran cogida, decía el médico, Pando: -Como el pitón va abrasando, hiriendo a un tiempo y quemando, suele inflamarse la herida. Desde entonces ruega Inés (que peca algo de inocente) que la libre Dios clemente de toda herida caliente, por si se inflama después. Anónimos.241 1894 El matrimonio y el toreo. Llega un hombre a una mujer grave, desdeñosa, altiva, pidiéndola su querer, y ella por condescender 241
El Loro. Semanario Taurino. Tomo I, México, octubre 28 de 1894, Nº 6, p. 2.
le cede la alternativa. El chico empieza boyante y aunque le resultan caras las caricias de su amante, no se huye, marcha adelante, y sigue aguantando varas. Es claro: la chica al ver que él no duda en conceder, el capricho o cosa rara, le acosa, sin comprender que el chico ha vuelto la cara. Pero la madre que ha visto que el chico, muchacho listo, quiere obrar con ligereza, cual ya tenía previsto, le da un cambio en la cabeza. Y ya no cesa de hablarle de boda, y aconsejarle tenga amor a su costilla y al tratar de castigarle, le pone una banderilla. Coge los trastos la hermosa con gracejo y maestría sin hacer ardua la cosa; con la muleta, engañosa le lleva a la Vicaría. Se cuadra el chico; ¡oh placer! Ella que le llega a ver queriendo hacer maravillas, se tira y le hace caer ante un altar, de rodillas. Luego para completar la faena de la bella, con acierto singular, no le hace mucho esperar un cura le descabella. Para completar la cosa de por sí bastante negra, con ligereza pasmosa le engancha al tiro la esposa y hace el arrastre la suegra. Así hay algunos. Viendo que en el oficio de carpintero
no ganaba el muchacho una peseta, abandonó el cepillo, se hizo torero, y hoy le vemos luciendo larga coleta. Antes andaba siempre desesperado, con las manos metidas en los bolsillos, y hoy, que ya es un torero, se halla tronado y va enseñando el pobre los calzoncillos. PREVISIÓN. Tuvo un hijo Antonio Recio, picador de empuje y fama, y al presentarlo en la Iglesia para que lo bautizaran, dijo: como éste ha de ser, Si la vista no me engaña, picador como su padre, ¡que lo bauticen con árnica! Anónimos.242 1894 UN SÍMIL. En amable compañía rebosando de alegría y por el afecto unidos, fueron cuatro conocidos a los novillos un día. Aunque poco inteligentes hallaban allí alicientes, y aquello que ignoraban, uno de los concurrentes que era bizco, lo explicaba. En esta conformidad, de la fiesta a la mitad, dieron suelta del encierro a un voluntario becerro que pegaba de verdad, el cual hizo una faena tan pegajosa y tan buena en menos que canta un gallo, que caballo tras caballo despachó media docena. Sorprendido y admirado, el público entusiasmado le tributó una ovación, y el bizco antes mencionado apuntó esta observación: ¡Vaya un bicho de provecho! 242
El Loro. Semanario Taurino. Tomo I, México, noviembre 4 de 1894, Nº 7, p. 2.
Bien puede estar satisfecho el dueño con esa pieza. ¡Qué codicia… y qué certeza, aunque es bizco del derecho! A lo que sin comprender la indicación apuntada, metióse uno a responder: ¿Bizco? ¡Pues tiene que ver, igual que Usted, camarada! M. (Reinante) H(idalgo).243 1894 A UNO. ¿Con que quieres ser torero y piensas no seguir más un oficio de zapatero sólo por ganar dinero? ¡¡Por San Blas!! No pienses en esa cosa: soy tu amigo, y te lo digo. ¡Esa vida es desastrosa! Haz caso, una vez, Canosa, de tu amigo. No harás con eso carrera pues te hace falta valor, y tu sangre es horchatera. ¿Tú torero?... ¡Ni siquiera! ¡¡No señor!! ¡Que a ti te sobra el saber y has de ser torero?... ¿Tú? Pero hombre, ¿qué lo has de ser? ¡Haz el favor de no hacer más el bú! ¿Nunca has temblado al pensar lo que te puede ocurrir si te llega a empitonar un toro de (el) Colmenar, sin sentir, y te hace un gran agujero por causa de la jindama y tienes un año entero que estarte, por ser… torero, en la cama? Nada, no hagas esa cosa; soy tu amigo y te lo digo. ¡Esa vida es desastrosa! Haz caso, una vez, Canosa, de tu amigo. 243
El Loro. Semanario Taurino. Tomo I, México, noviembre 11 de 1894, Nº 8, p. 2.
Y si sientes tanto amor por los toros, pues te metes… -Sí, ya lo sé, a picador. -No tal. ¡¡A revendedor de billetes!! Ricardo de la Vega.244 1894 PASES DE MULETA Es el amor una fiera que a más de un aficionado le lleva siempre encunado durante la vida entera. Por eso los que son diestros en las lides amorosas, aprenden, entre otras cosas, a dar pases de maestro pues, según el arte reza, en el toro y la mujer lo difícil es saber componerles la cabeza. Y el que quiera en el amor no sufrir muchas cogidas, debe tener prevenidas las artes del matador. Mujer que al incauto acecha es bicho que necesita los pases con la derecha. Niña que da el corazón al mes de ser requebrada, a esa, por ser confiada, unos pases de telón. La que finge cariño hondo y tiene mil pretendientes, según los inteligentes pide pases en redondo. La que es de altivos modales necesita los cambiados; la de gustos remilgados exige los naturales. Por alto, si es inocente; de pecho, cuando es coqueta; y la que es algo veleta, medios pases solamente. De este modo el lidiador, conociendo ya el ganado, podrá salir bien librado en los lances del amor. 244
El Loro. Semanario Taurino. Tomo I, México, noviembre 18 de 1894, Nº 9, p. 2.
Y si rendido se ve después de tanto pasar, cuando quiera puede entrar marcando un buen volapié. Pero no olvide jamás que, en el toro y la mujer, la muleta debe ser la defensa y algo más. M. Reinante Hidalgo.245 1894 El 25 de mayo de 1894 se publicó en una “hoja de papel volando”, la Gaceta Callejera, aquella publicación que anunciaba: Esta hoja se publicará cuando los acontecimientos de sensación lo requieran. Y tal ocurrió con los Inmemorables recuerdos DE LA PLAZA DE TOROS EN MIXCOAC, misma que rememora la inauguración de la plaza de toros de Mixcoac el 20 de mayo de 1894. Por incluir en dicha hoja unos versos alusivos al hecho, los incluyo a continuación. Comencemos por la plaza… Comencemos por la plaza Que es hermosa y bien construida A donde el público goza De una tarde divertida. La concurrencia escogida Los toros de lo mejor. La cuadrilla de valor, Ya no hay más que apetecer, Pues que hemos podido ver Gran corrida en su furor. Llegóse la hora indicada Y comienza el espectáculo Sin que haya ningún obstáculo Parauna función que agrada. Ya la gente entusiasmada Con la música en (ilegible) Comienza a gritar: ya es hora En que salga la cuadrilla. Pagamos más de cuartilla Y el sol ya nos devora. Luego se presenta el juez, Manda tocar la corneta. Toda la gente se inquieta Con el más vivo interés. Pocos momentos después Se presenta la cuadrilla Fragante y muy sencilla, Y hace un solemne saludo 245
El Loro. Semanario Taurino. Tomo I, México, noviembre 25 de 1894, Nº 11, p. 2.
Después sale del embudo La luz de la maravilla. Pero antes es de advertir Que Falcó en un buen caballo Se presenta como un rayo Para las llaves pedir. El juez que fue a presidir Se las entrega gustoso. Y aquí que principia el gozo Y que empieza la lidia Que al mejor causara envidia Ver de la lid el retozo. Anuncia el juez la carrera Y sale el primero torito Muy valiente y muy bonito, Pero que a nadie respeta. Le hacen juegos de muleta El famoso Juan Moreno. Pero el toro es un veneno Le da una terrible cogida Casi a dejarlo sin vida Porque el el toro muy bueno. Una cogida tan mortal Manda llamar a su esposa Se la presenta angustiosa Llena de inmenso pesar. No hay pues con que comparar Tan angustioso momento Tan horrible sufrimiento Llegado a su corazón Y en tan triste situación Hay un general lamento. Los famosos picadores Le pican con gran denuedo, Pues ya conocen el miedo Queriendo ser vencedores. El toro es de los mejores Y los hace caer en tierra, Grande sensación se encierra En el pueblo espectador Y un entusiasmo duro Hace más grande la guerra. Sale el segundo furioso Muy ligero al redondel Y manda al flaco corcel A gozar de más reposo. Después que hace esa (ilegible) Su noble bravura (ilegible) Y entre sus hazañas cuenta
A un caballo destripado Y a un picador lastimado El cual se llama Pimienta. Se presenta el tercer toro Más valiente que el Tlamapa Camaleño con la capa (…) .......... Después de banderillero Clavan bien y clavan mal Pero por lo general Cumplen como caballeros. Toca al matador Centeno Matar al furioso bicho Y con afán y capricho Se le pone en buen terreno Con un aspecto sereno. Empuña brillante espada Le da al toro una estocada La cual no le surte efecto Pero después por completo A la res deja postrada. El cuarto, el quinto y el sexto Son de buena condición Como los de Atenco son Que dan un golpe funesto. Sirva de ejemplo todo esto A famosos lidiadores Que con rezos superiores No han recibido tal susto Pero sigan dando gusto A nuestros espectadores. Anónimo. 1894 TOROS EN MIXCOAC Cuando la ocasión convida al goce y felicidad, es un tonto quien olvida que las horas de la vida corren con velocidad. Y pues huyen sin volver, no hay que dejarlas huir sin exprimir su placer; que el que lo sepa extraer es quien entiende el vivir.
Ciertos filántropos-toros demuestran su indignación y echan llamas por los toros contra la gran diversión del día, contra los toros. ese insulso clamoreo de tan serios pensadores niega… hasta que el toreo cause placer y recreo a tantos espectadores. Que: ¿a tan hermoso conjunto que ofrece la concurrencia no van hombres de conciencia que desean la hora en punto de ver a la Presidencia? ¡No gozan con la señal del que salga la cuadrilla! y ¡no al ver al animal, se oye un grito general y se acuerdan de Sevilla? Pues si el placer, como he dicho nos hace grata la vida, ¡no es un placer el capricho de ver torear el bicho y asistir a una corrida? El español se enardece con “los toros” ¡bella fiesta! el verlos tan poco cuesta, que no ir a ellos me parece tontería manifiesta. Esta antigua diversión, donde por tanta arrogancia reina igual animación, ¿no ha tenido aceptación En la mesmísima Francia? Si toros el pueblo quiere, dad al pueblo lo que pida; pues cuando toros prefiere, que no es tan mala, se infiere, de toros una corrida. Es plausible el frenesí y tanto entusiasmo ciego que por “toros” hay aquí; porque yo juro que a mí me entusiasma hasta un borrego.
¡Venga de ahí! que haya eternos Toros, capas, banderillas, muletas, estoques, cuernos, varas, caballos, mulillas, y después… a los infiernos. Ya es la hora señalada; después de ansiedades mil, la concurrencia animada pone fija su mirada en la puerta del toril que se abre, después del consabido toque… y viene a continuación la reseña en prosa, que da cuenta de la actuación de Francisco Villegas “Naranjito” como único espada, lidiando toros de Santín. El cronista va intercalando una serie de versos que ahora pongo a la consideración de los lectores: En el segundo de la tarde, viene esta ocurrencia en verso: Entró en calor el muchacho, se entusiasmó en la faena, pues en el segundo toro le noté que había enmienda; y aunque no soy exigente con un mataor que empieza y tiene valor y gracia y mucha facha torera, le aconsejo que trabaje, mayormente, con pruensia. Del tercero, estas otras apreciaciones: El puntillero a la primera, Sería injusto negar que en esta media estocada la ovación fue tributada al buen arte de matar. Eres más que regular y como nuevo con suerte, ¿tendremos ya que quererte porque sin gran maestría, demostraste valentía de los toros en la muerte? Ya estamos en el cuarto: (Miguel) Reyes despachó a la primera. ¡Juy! ¡qué toros tan bribones son los toros de Santín! y me acuerdo que en la plaza del Paseo (yo lo ví) le lanzaron los seis toros a “Lagartija” Juan Ruiz, torero de cuyo mérito
no se puede discutir. ¡Válgame Dios, y qué toros son los toros de Santín! En el quinto Un caballo, sólo, huyendo, le dio un susto al Mochilón que pegó un brinco el muchacho ¡Jesús, y qué brinco dio! si no es por mi, ya estas horas estaba en Sebastopol. Y ya para terminar: Haremos el resumen de la corrida: Naranjito bregando toda la lidia; los toros bravos, difíciles y duros para matarlos. Cortés y Montelirio como Trallero, pusieron banderillas los tres al pelo; los demás regulares, y el servicio de plaza… Kalifa, no hables. Naranjo dirigiendo semi acertado y estuvo el Presidente… mejor me callo. Caballos muertos hubo diez ¡me parece que el caso es serio! Picadores heridos, tres ¡y no es broma! Supongo la alegría de Barbabosa. To no me explico cómo algunos se alegran de que haya heridos. Cantaritos y Acosta se distinguieron al picar, trabajaron como dus buenos. Piedad García No es tampoco tan malo
como decían. En fin: cinco estocadas con un pinchazo; pares de banderillas siete agradaron; y de los toros, no hay que hacer distinciones, gustaron todos. Kalifa.246 1894 CUERNOS EN TOLUCA. Después del tremendo viaje Sólo hecho para ver toros, Y de llegar a Toluca Cargado de hambre y de polvo, Con toda calma y paciencia Me fui dirigiendo al coso Para presenciar la lidia Que causaba el alboroto. A la hora de reglamento Y ya prevenido todo, se le dio suelta al primero, De Ayala, con moño rojo. De estampa más que mediana, Y cuernos finos y cortos. De dos lanceros que fueron Acevedo y Guerra, el toro Se llevó siete lanzasos Infumables. ¡Qué demonio! ¡Como que no hay picadores Ni siquiera por asomos! Tomaron los palitroques Contentos y muy orondos Atenógenes y Carlos… Y aquí comienza lo gordo. Sobaquillo por arriba, Que silbarían en el Congo; Sobaquillo por abajo Infumable, horrible, indómito. En fin, que aquellos señores Lo hacen de un modo horroroso. ¡Con decir que ni el Trallero! ¡No señores, de esto hay poco! Se sigue después Ponciano… ¡Qué pases, San Homobono! ¡Qué salirse de la suerte 246
El Correo Español. México, D.F., 10 de julio de 1894, p. 2.
Sin rubor y sin bochorno! ¡Qué manera de acercarse Por donde el toro no es toro! Por fin tras muchas fatigas Perdiendo el compás y el tono Dio tres medias estocadas ¡Ay que malas San Bartolo! El segundo fue barroso De Enyegé, divisa blanca, Con la cuerna muy mal puesta Y de una pésima estampa. Tomó tres buenos lanzasos Que le dio Mota a la mala, Y dos más que le dio el Diablo Que del diablo, muy malos. Salieron de compañeros El Ostión, que escuchó palmas Y el Orizabeño… ¡Pobre No puede ni con su estampa! Silverio tomó los trastos ¡Ampárame Virgen Santa! ¿Y eso es torear, señores? ¿A eso se le llama espada? ¿A degollar a las reses Como quien degüella cabras? Por fortuna al fariseo Le dieron su serenata. Muy justa, muy merecida Y muy retebien sonada. Siguió el tercero y lo mismo Que se acaba de decir. Lanzasos de los lanceros Dados en muy mala lid. Sobaquillos infumables Dignos del garrote vil, Herradero intolerable, Hasta no haber que pedir. Y lo mismo que al principio Todo se siguió hasta el fin. ¡Qué corrida, Dios eterno! Como siga ese bolón Ya puede irse la afición Cuando menos al infierno. RESUMEN LOS TOROS: Insoportables, De malísimo trapío, Un jicote, el de más brío. ¡Qué toros tan infumables!
La cosa no tiene igual, Y tan poquito cumplieron Que de seis que se ofrecieron Dos volvieron al corral. LOS BANDERILLEROS: Nada. Ya los buenos no recrean Y los que hay sobaquillean De manera descarada. LOS PICADORES: Son ceros En materia de picar Y se debieran llamar Con más acierto lanceros. LOS ESPADAS: Sin arrojo, Sin arte, sin hacer nada Al herir, cara volteada Sin el más leve sonrojo. ¿Y a eso llaman torear? ¿Y a eso le llaman saber? ¿Y así pretenden, Señor, Mucha plata que ganar? El día que el público sienta Ese engañito tan feo Les ha de dar tal meneo Que sin duda los revienta. La tarde lluviosa y fría, La Presidencia fatal Y… Veremos otro día. MEDIA LUNA.247 1894 Con motivo del siguiente festejo: PLAZA DE TOROS “TACUBAYA”, DISTRITO FEDERAL. Domingo 21 de octubre. Inauguración de la plaza. Antonio Ortega “El Marinero”, Francisco Jiménez “Rebujina”, y Juan José Durán “Pipa”, con 6 toros de Atenco, apareció en la prensa el siguiente texto: La corrida del domingo. El alboroto era grande Para ver la nueva plaza, Y a pesar de lo carito Que costaban las entradas Empezó a tomar la gente Los trenes de Tacubaya Desde los viajes de ocho, Nueve y diez de la mañana Ya a la una ¡no se diga! La afición entusiasmada Iba tomando los trenes De los toros, en la Plaza Del Refugio, Independencia, 247
EL NOTICIOSO, D.F., del 17 de julio de 1894, p. 1 y 2.
Tarasquillo y calles Anchas. Subían franceses, ingleses, Muchos yankees con sus yankas, Y todos algo decían Del estreno en Tacubaya. El nuevo coso taurino Es como todos. Las gradas Son bajitas y molestas, Porque las barreras tapan. También como en Bucareli Hay una sombre asoleada Que hiciera sudar el quilo Hasta un negro de la Gambia. Pero en fin, llegó la hora, Y entre gritos y entre palmadas Pisó la gente aquel ruedo A las tres y cuarto y… anda También estaba en la plaza. Trespicos.248 1894 TOROS. LA CORRIDA DE TOLUCA. Huyendo de la afición, Y de todo aficionado, Hice un pasero forzado A las Ventas de Alcorcón. ¡Qué pueblo! ¡cuánta pasión Por dejarse la coleta Y usar corta la chaqueta Con el pantalón ceñido! ¡Vaya un pueblo maldecido Donde no hay ni una peseta! Pero en ese pueblo hay casas Elegantes con esquinas, Y trastiendas y cantinas, Que venden copas y pasas, Este es un centro de masas. Toreras que dan el opio… Vaya, ni con microscopio Puede hallarse un buen torero: Son mozos del matadero Con muchísimo amor propio.249 ¡Oh! cuando hablan, ¡Jesucristo! No hay quien no sea valiente: Y aun quien despacha aguardiente 248 249
EL NOTICIOSO, D.F., del 23 de octubre de 1894, p. 2. Vamos, al decir.
Es un muchacho muy listo, (Como que él dice que es mixto De vizcaíno y andaluz Vive de sacar la luz Negociando manzanilla Y se quiere ir a Sevilla Para ablandarse el testuz.250 Y creo que el Almirante Lo mismo que el Intendente, Supondrán quye es muy prudente Que el chico siga adelante. Me obligo a salir garante De su buena aplicación; El ya tiene educación, Pero educación torera. ¡Ojalá que se instruyera Alejado de Alcorcón! A propósito: es un hecho Que ya se puede aprender A desollar, a correr Y a arrancarse por derecho.251 Tanto los pases de pecho, Como los pases cambiados, Están ya reglamentados Por mor del Sr. Carrera; ¡Viva la sangre torera, Señores aficionados! Hasta humildemente opino, (Hablo sólo por mi parte) Que ha ganado mucho el arte Con ese centro Taurino Quien seguir quiera el camino De poder dejarse el pelo Y dar a Cristo un camelo Con la mayor sangre fría, Que asista de noche y día A la escuela de “Frascuelo”.252 En la Castañeda está De sus jardines adentro El tauromáquico centro… Con que, muchacho, ¡olé, ya! Tu en la tienda no haces na ¡Caramba! te has de aburrir Por tantas copas servir A la gente de coleta, 250
Que no lo conseguirá. Al callejón o a casa del boticario. 252 Ya el arte de Pepe-Hillo cayó en desuso. 251
Mándalos a la… retreta Y busca otro porvenir. Esa tarde, actuaron José Marrero “Cheché”, Timoteo Rodríguez y Ponciano Díaz con toros de Ayala. Veamos a continuación algunos de los versos intercalados en la crónica de Pitones: Primero Que como era muy certero Con la mayor prontitud, El bicho sacó las tripas O la ropa del baúl A tres flacas sanguijuelas: Ni dijeron ni ¡Jesús! Segundo En este mismo momento Unos papeles volaron Procedentes por lo visto De Dios mismo o de los santos, Que sin duda son señores Muy buenos y humanitarios, Anunciando el beneficio Del valiente (Juan Moreno) “Americano” Juan Moreno, que es un chico, A mi parecer, simpático; Será en Mixcoac, el domingo Venidero y allá vamos. Tercero. Picadores por aquí, Picadores por allá, Caballos muertgos… así, Trompazos fuertes asá Hasta que yo prohibí Que er toro ziguiera ma. ¿No ha de respetarme a mi? Se conoce que en Toluca Beben a pasto cerveza, Son fríos, y no hay boruca: Tienen sangre de chiluca De los pies a la cabeza. Pues la estocada en cuestión253 En otra cualquiera parte, La premian con la ovación Que se le tributa al arte. ¡Caramba qué población!
253
Estocada en todo lo alto que “jiso porvo ar bicho”, propinada por “Cheché”.
Cuarto Y le atizan este comentario a Timoteo Rodríguez: ¿Haciendo barbaridades Va a seguir ese hombre siempre? Estudie usted, hombre, estudie Y aprenda lo que no entiende ¡Quien sabe si al fin y al cabo Si no sucedió, sucede! Sexto Todo el país ¡cataplum! Porque el bicho era inocxente, Agasajó al Presidente Con un soberbio rum rum. Contra el sentido común El Presidente fue blanco Y mandó tocar a bando Sin razón y sin conciencia. Estuvo la Presidencia Toda la tarde abusando.254 Y hubo un sustituto: Pero el bicho fue cobarde Y luego empezó a gritar Poniendo el grito en el cielo, Hasta que yó su papá Y su tío, que asomaron Por las puertas del corral Para llevárselo a casa Y darle allí de mamar. Uno más: ¡Vaya un torito de zapa! Si tan pronto no se escapa, Plancha el chico el pavimento; Pues que perdió en un momento Las zapatillas, la capa, La montera y el… aliento. Resumen: Esos toritos de Ayala Dieron aceptable juego, Pero son siempre mejores Los de Santín, por supuesto. Aunque dejaron los nenes 254
De su ignorancia.
Unos diez caballos muertos, Dándoles salvoconducto Para irse al cementerio. El Cheché, que es un serrano, Estuvo con mucho acierto En la brega y en las suertes Que requieren pelo en pecho; Tiene alguna inteligencia. Y eso que aun es muy nuevo; Promete y tiene madera Para hacer un buen torero. Y ¿qué he de decir a ustedes Del otro, de Timoteo? Que es un bárbaro con suerte Y con muy poco canguelo; Que se mete, que no sabe Y que es ¡vaya! un chiripiento. En banderillas Barciela Y con la pica Acevedo. La presidencia infumable; Servicio de plaza bueno, (QUE DESMIENTA Javier Sánchez Si es que por ventura miento). La dirección, pues, señores, Fue dirección de herradero, Y un poco antes de la fiesta Cayó un chaparrón soberbio Que no impidió, sin embargo, Que en el sol hubiera un lleno. Y en la sombra tanta gente Como en el sol, poco menos. Fue una corrida de butem Con unos ochenta peros… ¡Ah! no debe olvidar nadie Que el domingo venidero Hay en Mixcoac beneficio, A favor de Juan Moreno. Vamos a ver, camaradas ¿Qué sucede?, ¡asistiremos? PITONES.255 1894 El próximo domingo, rumórase que Leopoldo Camaleño trabajará en la plaza de Toluca. Ya está que por muchos motivos, se verá la plaza llena… de aire. Un matador de cartel… Un matador de cartel Y varias otras patrañas, 255
El Correo Español. México, D.F., 28 de agosto de 1894, p. 4.
Que vino de las Españas Con muchísimo oropel, Intenta dejar la piel, De su gran jindama en pos, En una plaza o en dos. ¡Ojalá que así no sea, Y que si el hombre torea, Buena suerte le dé Dios! PITONES.256 En el resto de la página revisada, se puede leer la reseña de toda la corrida, elaborada por Eduardo Noriega. 1895 LETRILLA Que con lujo inusitado se anuncia una gran función y la gente en pelotón acuda alegre al llamado y luego que se ha cobrado una cantidad subida cual la que cobró Centeno salga una mala corrida… no está bueno. Que a un novillero maleta la alternativa se dé sin que él sepa para qué le ha de servir la muleta y la multitud inquieta sin poderse contener le rompa el alma de un palo por no cumplir su deber… no está malo. Que el calandrio del morado defienda los burladeros lo mismo que los baberos aunque ya los han quitado y asegure que ha pesado tal pérdida a la afición defendiendo así lo ajeno con bastante erudición… no está bueno. Mas que Ponciano dé oídos a los consejos prudentes y quite esos indecentes 256
EL RELÁMPAGO, D.F., del 06.09.1894, p. 2
estorbos ya suprimidos burlando así a sus queridos y apreciables defensores dándoles con esto un palo que les duela a esos señores… no está malo. Pedro Arbués.257 1895 CABLEGRAMAS ESPECIALES PARA “EL PUNTILLERO” Villa-Viciosa. Se dice que los maletas que tienen miedo matan siempre a los toros por el pescuezo. Batuecas. Ni puertas ni burladeros agradan a la afición; porque pues el tonto empeño o la nacia obcecación. Cabo de Hornos. Mándennos banderilleros pero que sean incógnitos y si también no les gusta manden al diestro Palomo. Sevilla. Maestros del arte envían sus plácemos más sinceros por su afición y su estudio al valiente Madileño. Por los Corresponsales. Villamelón.258 1895 EPIGRAMAS Discutían con calor algunas aficionadas, las suertes más adecuadas 257 258
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 33, enero de 1895, p. 1. Op. Cit., p. 4.
al quite del picador. Según unas lo mejor era un recorte (a su juicio); y otra que entiende el oficio, dijo –El recorte me carga, y en cambio, una buena larga, me saca siempre de quicio. Cuando el Gallo fue cogido en la anterior temporada, preguntó una aficionada: ¿se sabe dónde lo ha herido? Y uno que estaba a su lado contestó… Yo la diré… Si en vez del Gallo es usté, ni la hubiera tropezado. Porque Guerrita quebró en la cara de la res, un espectador girtó: -¡Eso también lo hago yo siempre que encuentre un inglés! Plóez.259 1895 Paco Frascuelo es un chico… Paco Frascuelo es un chico que vale mucho galleando pero en la suerte suprema no vale el hombre tres tlacos. Diego Prieto a su primero le tuvo un miedo nefando, en el segundo periolo y le dio ya mejor trato. En banderillas supremo; conquistóse el justo aplauso; si a eso se dedicara siempre habría de alabarlo. El Botito en su primero estuvo jecho un geniazo; qué frescura y qué limpieza, ¡valiente estuvo el muchacho! En su segundo portose con muchísimo desgano, esto tal vez motivólo del Presidente el regaño. De piqueros no me ocupo; en banderillas Cuadrado 259
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 33, 20 de enero de 1895, p. 2.
y el valiente Madrileño; en toros, el primo y cuarto. Servicio de plaza infame; los escotillones, malos; no sirven las puertecitas mas que pa romperse el cráneo. La Presidencia aprendiendo el Reglamento mentado, y haciendo mil desacierto. ¡Vaya con los Jueces-sabios! ¿Usía, tal vez ignora que a un diestro no hay que sacarlo por una falta tan leve, cuando se halla toreando? La corrida no fue mala, no hubo la de San Bernardo, todos salimos contentos que hasta la Gloria miramos. Villamelón.260 1895 ¡POR GRITAR! Pues Señores paseando anteayer por la mañana, con un amigo encontreme que, con la voz apagada, me dijo haberse enfermado del pecho y de la garganta porque el domingo en los Toros que dieron en Tacubaya, con furor había gritado contra las mamarrachadas que ejecutaron los diestros; y estaba enfermo de asma de tos y de laringitis. Sin decirle una palabra le conduje a la Botica del Sr. Liz, una caja ovalada de Pastillas de Anacahuite (que sanan hasta a los mudos) compréle a mi amigo. Esta mañana encontrele bueno y sano y porque no se olvidara le dije que en Nuevo México, 205, se hallaban 260
Op. Cit., p. 3. Estos versos forman parte de la crónica que da cuenta del festejo celebrado en la plaza de toros “Bucareli”, el 20 de enero de 1895. Como se habrá podido notar, todos, o casi todos los integrantes de las cuadrillas fueron españoles, lo cual se permitió con mucha frecuencia por aquellos años.
Esas famosas pastillas Que quitan la tos y el asma. Anónimo.261 1895 EPIGRAMA Contando Manuela un día, que por los toros, manía tiene más bien que afición su futuro, así decía, de una amiga en la reunión: -Yo alguna vez le provoco discusión sobre este punto, y el hombre se vuelve loco; por lo mismo no le toco con más frecuencia el asunto.262 1895 UN TORERO Mi quería Soleá: anda disiendo la gente, que tan visto mú chalá con su barbi de Graná, que le llaman D. Visente. ¡Pero ven acá mardita! ¿qué vale er tal cabayero Junto aquesta presonita? ¿qué tiene mucha más güita? ¡pero en cambio no es torero! ¿Es capaz alguna ves de jaser lo que Paquiyo? ¿coge un par, ú dos, ú tres, y se los planta a una res de frente ú de sobaquillo? ¿Te quiere ese tío acaso como yo, que por mirarte, me serró un berrendo er paso, pripinándome un puntaso en sarva sea la parte? ¿Sin duda tas orvidao de aquer par que por capricho te brindé tan abroncao que se lo puse ar Pelao tomándole por el bicho? ¿No te acuerdas de la tarde 261 262
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 35, 10 de febrero de 1895, p. 4. El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 36, 17 de febrero de 1895, p. 4.
que estabas en la barrera y por haser un alarde, me atisó er señor Arcarde una murta de primera? ¿Y por coger la divisa delante de tus ojiyos? ¿no viste que a toda prisa me dejó er toro en camisa lusiendo los carsonsiyos? ¿Y er martes de carnaval que era espada en la corría? disen que estuve mú mal porque fueron al corral ¡pero no tuve cogía! Pero ar domingo siguiente, ¿no estuve yo mú valiente? ¿no le dí tres golletaso, Y después de dos pinchaso cayó repentinamente? Soy torero, porque sí, y tengo estampa y presensia y un gran corasón aquí, y der granaíno a mí ya ves tú si hay diferiensia. No jagas tar desatino manque er tenga más dinero, mira que er tal granaíno ni es tan guapo, ni es tan fino como yo. ¡Ni tan torero! Con que no haiga noveá, Y orvídate de ese piyo, que es un tuno, Soleá ¡Si no, hasta la eterniá Se despide tu Paquiyo. Por la copia, FIACRO YRAYZOZ.263 1895 DESPEDIDA DEL ZOCATO “Ar Zeñor Ayuntamiento: Repetable señor mío: Yo, con mucho sentimiento, De usía y Méjico ma ausento Y ya mi maleta lío. Me voy poique ya no hay toro Que a mí me imponga, rejpeto, Y embijte maj el as de oro, Y el reglamento, no inoro 263
El Puntillero. Semanario de toros, teatros y variedades. Tomo I, Nº 38, 3 de marzo de 1895, p. 2.
Que han salíoun mamotrero. Poique ya no hay afisión Y se yenan loj tendío De puro Villamelón Que ice que yo he resibío… Cada tarde un revolcón. Ya no hay quien al ruedo bote Ni un sombrero, ni un cigarro, Y quiere er público zote Que eje yo er bigote Y que me vijta e charro. Ya no quiero yo er meneo Por farta e ganaería; Me voy con capa e paseo Y les dejo en er toreo Al rey Don Ponciano Día. Ar Señor Gobernahor Le igo que ya no mato Poique hace mucho calor, Y a Perico el Regidor Le da un tierno adió. ZOCATO.264 1895 NOTA CÓMICA DEL DÍA LA SANGRE TORERA -¿Cuánto darán por mis libros en el empeño de enfrente? -Tu pides catorce reales para que te ofrezcan siete. -Es poco, pero apechugo y voy inmediatamente… -Oye, qué ¿vas a empeñarlos? -Chico, si estoy en un brete. -Figurate que se trata de liquidar cuatro güeves en Tacubaya el domingo, y no poseo más bienes para pagar aunque en parte, la cuota correspondiente. Los de la Preparatoria dijeron que yo podía poner bien los rehiletes y tuve que cuotizarme… -¿Con siete reales? -Con vente. Mis condiscípulos todos se han propuesto convencerme 264
Gil Blas Cómico. Ciudad de México, 20 de mayo de 1895, p. 7.
de que ser torero es fácil. -Sí, muy fácil. -Mayormente. Por mucho que a mi me digan, supongo lo que ellos quieren. -Si los de Jurisprudencia lidiaron toros a muerte, y si los de Medicina mataron cuatro toretes, ¿por qué nosotros, dijeron, no hemos de hacerlo igualmente? Convenimos casi unánimes en cuotizarnos, alegres, y a mi me tocó añojar veinte reales, chico… ¡veinte! Se lo dije a mi mamá y, tras ella, desde el jueves la adulo por ver si acaso me hace persona decente. Pero ¡quía! cuando pensaba que me iba a ver con parneses, se acercó y me dijo así: “Oye, mocoso, tu tienes (no se cómo me contengo), ganas de comprometerme, dándome un susto ¡verdad? ¿meterte a torero quieres? ¿Y que yo, mientras toreas, quede sufriendo hondamente? No he de darte ni un centavo: ya puedes ver cómo adquieres esos dos pesos y medio… .......... -¿Y si no quieren? -Veré si empeño otra cosa… Por ejemplo, llevo un mueble de mi casa, a escondidas aunque después… me festejen… .......... Esto fue, caros lectores, con señales, pelos y erres lo que sucedió. ¡Cuidado que son precoces los nenes! Pero… la sangre torera hace eso y más, mayormente. Román Rodríguez Peña.265 1895 Plaza de toros en Babia… 265
El Demócrata. México, D.F., 29 de junio de 1895, p. 2.
Plaza de toros en Babia con ganado de la Prensa, toros bravos y de libras y de muchas castañuelas. A las horas señaladas en el cartel, dio la brega principio y fue presidida por el Juez Independencia. Sonó el clarín, y en la plaza, es decir, sobre la arena, aparecio El Noticioso, toro de pies y de piernas, correlón, algo marrajo, un mamón en la apariencia; pero que las gasta, vaya, como aquel de La Verbena. El hojalatero, el mismo, según dice Doña Tecla, la madre de aquella niña, que las gasta como ella. Seis lanzasos le pusieron la razón y la paciencia, sobre las mismas agujas con muchísima destreza; y pasó al segundo tercio sin humillar la cabeza, donde la imparcialidad sin inquina y sin soberbia, le colgó cuatro zarcillos sobre las mismas orejas que para el sordo de oficio tal medicina es muy buena. Y pasó el último tercio o a las manos de la Ofensa; la que después de seis pases, le recetó una trasera, que fue bastante y sobrada para que a Chihuahua fuera, con su tapa y con su tipo, con su facha y con su fecha. El segundo fue La Patria, bicho de gran subvención, de romana, de sentido, corniabierto y cornalón. Seis verónicas ceñidas le sacó la Reelección, y pasó luego a las puyas de Guayaba y de Turrón. Le creció el bicho al castigo, y como buen camastrón, escarbaba y berreaba;
pero La Constitución le adornó con ocho pares de excelente condición, todo el frontis y el trasfrontis con tan marcada intención, que el Padre Cobos decía en su justa indignación, fuego en él, porque está huido, y que se largue al Japón. Pero se armó La Conciencia y con mucha san façon, tras de veinticuatro pases con él se dio un atracón que le hizo bailar la Cueca y el jaraba al mero son de la murga del tío Vivo que tocaba el violón. Salió el Bausan, un becerro; era el tercero, y era bizco del izquierdo, mal trapío, no era toro, que era un mico. No entró a varas porque huía y la Presidencia dijo: Este toro o lo que sea, que vaya y muela a su tío. El cuarto, El Universal, un toro muy liberal, por su propia conveniencia, que aunque tiene gran conciencia es conciencia de animal. Era de pies y ligero, de muchísima intención, lo picó La subvención, montada con gran salero sobre La Constitución. Diez pares de rehiletes El Monitor por supuesto le clavó sobre el sorbete; desde entonces el pobrete come, pero está indispuesto, y tiene mucho gracejo, y tiene gran desparpajo, y yo, en mi opinión no cejo, que el que nace para grajo es porque nació bencejo. Lo mató la Retirada de la subvención mimada, que El Tesoro le acordó, y el pobrecito murió de una tremenda estocada que El Demócrata le dio.
El quinto, un toro cabal, de arranques y muchos bríos, y éste es, señores míos, El Partido Liberal. Buen bicho, de cuernos grandes, y tiene con gran decoro la mano sobre el Tesoro y una pica puesta en Flandes. Lo picó, cual convenía, Doña Razón, de buen grado, y desconstitucionado va sólo a Tesorería. Banderillas con decoro la opinión le ha recetado, por ser marisco pegado a la peña del Tesoro. Y la libertad se armó, le dio un pase con esmero y le introdujo el acero por un sitio que se yo. Sitio preciso y cabal, por el cual y no os asombre, abolir desde su nombre El Partido Liberal. Resumen: Ganado malo, cuadrilla buena, en picas todos franca faena. En banderillas la Subvención, pero matando Constitución.266 Anónimo. 1895 NOVILLADA DE DERECHO. SANGRE TORERA DE LOS ALUMNOS DE JURISPRUDENCIA Un caballero con guantes enorme cuello, bastón y zapatos elegantes267 me dijo: los estudiantes van a dar una función taurina: ¿quiere usted ir? quedará usted satisfecho 266 267
Gil Blas cómico. México, D.F., 5 de agosto de 1895, p. 7. Algunos detalles más… entre los que resalta el patchuli.
pues los que estudian Derecho tienen ganas de lucir quiebros y pases de pecho. Son presuntos lidiadores con algunas atenuantes, porque los hay… mataores, monosabios, picadores, y sobre todo… estudiantes. Es la cosa en Tacubaya, continuó diciendo amable, si escribe usted algo, no hable con dureza: con que… vaya, que es una fiesta agradable. Me obsequió una invitación con frases de relumbrón, me suplicó que asistiera por vez décimatercera y allá fui sin dilación. (. . . . . . . . . . . . . . .) Y había un banderillero con lentes, que si citaba o al ternerito alegraba, lo hacía con tal salero que el público le silbaba. ¡Qué algazara la que allí tenían los concurrentes…! ¡cuánto yo también reí! ¡qué calor, qué frenesí al caérsele los lentes! Como el chico se quedó sin anteojos, puso un pal (estilo Díaz Dufóo) entre el rabo ¿bien, chavó! y la región pectoral. (. . . . . . . . . . . . . . .) Y el matador, ya viendo que se acostaba su adversario, en seguida sacó la espada, que, o mal recuerdo, clavó, con mucho brío, casi en los cuernos. Y el apuro más grande que padecía, fue al ver que nadie, nadie daba puntilla… “Si se alza, dijo, lanzo el sable y al punto le pego un tiro”.
(. . . . . . . . . . . . . . .) Tiene afición el sujeto y es un chico que promete con el tiempo, y le prometo que ha de tener un bufete de polendas y un membrete de licenciado completo, si es que a torero se mete. (. . . . . . . . . . . . . . ) Me quejo sin razón: un invitado nunca tiene el derecho de quejarse. señores, si he pecado, no hay al fin más remedio que aguantarse, pues que tengo afición tal por los cuernos que he de mandar siempre a los infiernos esas mil atenciones que traen consigo las invitaciones. Si son ustedes tan inteligentes en casos de derecho, como son competentes en taurinos asuntos, no deben estudiar, hay grande trecho de saber á saber: y a ustedes todos les suspendo por mil doscientos modos y por mi cuatrocientos cuatro puntos. PITONES.268 1895 Nota cómica del día. No vayan vds. a dejarse la coleta. A los toreritos de la “Preparatoria”. (En la plaza de toros de Tacubaya, la tarde del 30 de junio de 1895) ¿Reseña? no, ni oportuna la reseña aquí parece, sobre todo, se estremece si la escribo, hasta la luna. Para escribir una a una todas las cosas pasadas faltan plumas bien cortadas y me debo concretar solamente a relatar las que fueron bien silbadas.
268
El Demócrata, D.F., del 25 de mayo de 1895, p. 2.
Pero, ¿qué estoy yo diciendo? ¿No fue acaso todo malo? ¡Vaya una función-regalo! ¡Qué valor tan estupendo! Empezaron suprimiendo la música que tocara varias piezas, ¿con qué cara dan corrida de novillos, sin música, esos chiquillos? ¡Demonio” la cosa es rara. Suprimieron igualmente los toros esos malditos, y dieron cuatro… cabritos de casta poco decente. Pero no obstante, la gente corría, digo, volaba y de cabeza se echaba casi siempre al callejón… ¡Con ustedes la afición me parece que se acaba! Hombre, en la Preparatoria, por multitud de razones, se engendran las vocaciones que conducen a… la gloria… Y es una cosa notoria que en vez de ser ingenieros, abogados, pasteleros269 o doctores, los rapaces juzgo que son más capaces para ser… (¿verdad?)… toreros. Saltos, lesiones, disgustos, galopes y ritornellos: de punta todos los pelos, y en todos los pechos sustos. ¡Qué raro! los más robustos y con más conocimiento taurino, a cada momento veíanse, cual querubes, ir y venir de las nubes… a planchar el pavimento. ¡Hubo una grande camorra en el tendido de sol, porque dijo un español a Mario… valor… no corra… -“Cállese… viene de gorra “y no puede exijir más… dijo Mario… al pronto, ¡zas! 269
Políticos.
dióle el toro un revolcón, sintió una fuerte emoción y se echó la mano atrás. RESUMEN: fue una pitada piramidal la función, ¡como que ha sido el borrón de toda la temporada! yo no quiero decir nada por no herir vuestro amor propio; además, eso es impropio de revisteros galantes… Pero, ¡Jesús! qué estudiantes!... de toreros… dan el opio. PITONES.270 1895 “FRASCUELO”, “ZOCATO” y “NARANJITO”271 Crónica en verso. ¡Fuera todo el mundo! ¡Fuera! grita de altiva manera casi siempre el matador, yendo derecho a la fiera con aparente valor. Pero ya cerca del toro viene el arrepentimiento, y quisiera ver un coro de peones en el momento de… salirse por el foro. Y no tan sólo desea nulificar su mandato, sino que rabia y patea porque no hace un desacato la cuadrilla que torea. Cuando él dice: ¡fuera todos! ¡caracoles! se arrepiente de mandar así a la gente y después, de todos modos, que se le arrimen consiente. ¡Fuera todo el mundo! ¡Fuera!... ¿Para qué tal orden dáis, cuando el miedo en vos impera? ¿No interiormente rogáis porque se vaya… la fiera? ¡Cuánto gusto me dio a mí 270
EL Demócrata, D.F., del 3 de julio de 1895, p. 2. Plaza de toros de San Bartolo Naucalpan. Corrida verificada el domingo 1º de septiembre de 1895. Francisco Sánchez “Paco Frascuelo”, Carlos Borrego “Zocato” y Francisco Villegas “Naranjito” con seis toros de Santín, de don José Julio Barbabosa. 271
la otra tarde en San Bartolo! Porque, lectores, oí que un gancho decía: a mí me dejan ustedes solo. Y el farsante, el embustero, no apenas lo había dicho que con todo plañidero suplicó a un banderillero que le compusiera el bicho. Con todos los matadores ésto casi siempre pasa; quisieran, con mil amores, a chicos, a espectadores y… al toro mandar a casa. En resumidas cuentas, me importa a mí (porque les importa a ustedes) hablar de los detalles de la corrida, a la vez que de ciertas protuberancias de ciertos matadores de cierta categoría mayormente. La función cómico-dramática fue dividida por sus autores en seis actos. Personajes: seis toros de Santín, tres mataores, seis banderilleros de lo peorcito, un picador de butem y tres de cartón o guardarropía. ¡Ah! y un Presidente de la fiesta que… verán ustedes. Desde luego tributo merecido elogio a los Sres. Gándara de Velasco y Mier porque, a pesar de los obstáculos con que tropezaron, venciéndolos todos, cumplieron como buenos al dar la corrida; así conquistaron el título de empresarios cabales. Primer acto. Al levantar el telón apareció un personaje de cuernos, negro zaino, de libras, astinegro, cornicorto, sin poder y bastante voluntad, al que Frascuelo saludó cortésmente con dos verónicas para continuar un regio y magistral galleo. [Aplausos en galería y patio]. El Arriero [buen actor] plantificó tres varas magníficas, recargando, que aplaudieron los diletantis. El Portugués… (corista pésimo). Carreritas por aquí carreritas por allá; no jizo er mardito ná, y zí sólo presumí. ¡Qué picaor, camará! Montelirio [corista] situó al cuarteo dos pares, el último bueno (palmas); Félix García, sin medir terrenos, entrando mal, colgó un par delantero, desigual y… [ceceos en palcos y butacas]. Frascuelo (actor genérico) vestido de chile verde, se quita la montera y brinda así: No sé si debo matar, aceptando el desafío que el toro me hace, brafío… lo mejor es no aceptar. Porque si me han de llevar y someterme a jurado para salir condenado… por hacer de honor alarde, prefiero ser un cobarde antes que ser un malvado. -¡No! Gritaron…
-¿Mato?..... -¡Sí!..... -Ya lo veis, me desafía porque en sus cuernos se fía y hasta se burla de mí. Pues, señores, ya que oí que la sociedad me ordena que del honor en la arena muera o mate, mataré…… y si me juzgan, oiré que ella misma me condena. Frascuelo, tras poco, reposada faena en el primer asalto, dio un pinchazo bien señalado, siguieron unos cuantos pases malos y, por no consumar reunión o el toro no rematar la acometida, pasó sin herir hasta que en las tablas atizó un regular volapié que partió la jerraura der bicho cuya humanidad rodó fecha porvo. [aplausos en palcos primeros, segundos, galería, plateas, butacas y lunetas]. Reyes, con mucha atención sacó una de sus puntillas para dar… la absolución, y con música al panteón le arrastraron las mulillas… después… ¡abajo el telón! Segundo acto. Este protagoniza era de cuernos también; negro albardado, cornicorto, mejor dicho algo apretado, meleno, meano y de voluntad, buena lámina, boyante y con el número 202 en la parte estribor de su persona. Zocato (tenor absoluto) lució algunos recortes a medio capote, que aplaudieron en galería nada más. El Arriero, oportuno y valiente, picó como Dios manda, castigó y oyó palmas nuevamente. El Portugués…… Picó el espacio, marró y también picó en la cola del caballo que sacó. ¡Qué Portugués! Se hizo bola…… después lo despacurró el toro por carambola,, cuando el Arriero picó….. Pica usted menos, chavó, que el famoso Virgen Pola, que pica mejor que yo. Hasta la fecha ni un tumbo ni un caballo muerto, ni un quite, porque El Arriero picó solo los dos toros ¿cuánto gana El Portugués? Filomeno (partiquino) preparó bien su toro y al cuarteo puso un supremo par un poco abierto sí, pero con arte. (Aplausos en todo el teatro). Otro par bueno. Mazzantinito par y medio de pacotilla. El Zocato, de morado y oro, brindó: Señor presidente:
Señores: voy á matá er toro que me ha tocao, ceñío, corto, parao, pero con gran zereniá. Zi no pueo terminá prontamente con zu vía, no será por curpa mía, zerá por que er mezmo bicho no muere por mi capricho zino de una purmonía Zoy partidario der duelo por muchísimas razones…. ¿no son toas las paziones refractarias ar canguelo? Tú, señor, que desde er cielo vez que he zio provocao, no permitas que el jurao me condene porque mato, juego mi vía y acato laz costumbres der pazao. El Zocato ejecutó pases muy bonitos de verdadero mérito y a volapié dejó media estocada caída, quiso ahondar el estoque y sin conseguirlo, salió trompicado, otra estocada delantera e igualmente poco caída entrando por derecho y sobre corto. Los enterradores quisieron aburrir al toro, que presentó a una hora una joraba notable. Ahondó el estoque Zocato y… no se ensañen con él, dijo uno, es insurrecto el pobre. Un intento y descabello final. (Aplausos hasta entre bastidores). Tercer acto. Salieron los picadores de tanda y ¡otro caballo! gritó el público porque el Arriero se presentó decentemente con el mismo caballo con que picó los dos toros anteriores; estaba un poco remendado el cutis del jaco, pero no quiera el público caballos árabes de gran precio. Tal fue la insistencia injusta del soberano, que marchóse el único picador de la tarde y salió sustituyéndole un abdomen monstruo, adherido a un hombre, encajado en una oblea; este era el picador Tinacal, como le llaman todos. Presentóse un hermoso toro hornero o jijón, de buen trapío, ojalao, cornicorto y… manso, porque se le antojó al Presidente. Este fue un acto de todos los diablos, el personaje en cuestión (el toro, no el Presidente) no estudió bien su papel, se equivocaba constantemente, tartamudeaba con los personajes montados y tuvieron que entrar en el escenario para aconsejarle, después de varias súplicas, los cabestros que fungían de traspuntes, lo cual que se llevaron al toro por el fondo. Sin que bajara el telón; asomóse un personaje guasón y que desempeñó mal su papel, negro, capacho, bragao, sin voluntad y que, a fortiori, tomó dos varas, mató un caballo y estropeó propiamente al Portugués por dar grupa y no presentar el flanco derecho de su apergaminada careta. Noté, con disgusto que Frascuelo y Zocato se metieron a recortar y gallear un toro que no les correspondía, quizá por un espíritu de poco compañerismo, tanto, que no dejaron ni rematar un quite a Naranjito de quien era el toro. El Quinquillero con posturas adorno, aparato, farsa, nada; colocó dos pares desiguales, delanteros; caídos y malos de verdad. Tenderín, con más valentía y menos adornos, dejó un par aceptable, aunque salió mal de la suerte. Naranjito, de morado y negro, brindó también Por la corte celestial, por los jurados de pega,
por el alfa, por la omega y por el juicio final. Por la suerte colosal que tuvieron los padrinos, y por ciertos tratados chinos de sabia jurisprudencia… y siguió con gran prudencia mencionando desatinos… Luego se fue jasia er bicho, que resultó manso, al que no pudo trastear como lo hemos visto otras veces, y después de tres pinchazos y una media, con ayuda del que desde la barrera ahondó el estoque, rodó el toro. La verdad, injustamente tocó a lazo el Presidente… ó, vamos, tocó el trompeta; pero así no se respeta a la afición, mayormente. Cuarto acto. ¡Arriba el telón! Preludia la orquesta una redova llamada “La falsedad del Jurado” y, entre un entusiasmo grande, personóse un cómico, negro albardao, astiblanco, cornicorto y de poca voluntad. Lancearon mal los dos de tanda; Piedad, que se luxó un brazo, y aquel de marras, el de voluminoso vientre. El toro les tomó el pelo, porque supo quiénes eran en seguida. Frascuelo quiso gallear nuevamente; ¡vaya un viejo laborioso! y, sin embargo, después de tanto galleo, pues toda la tarde estuvo con la capa presumiendo, resulta, créame usted, ¿galleo? No, gallinero. No prodigue usted sus gracias, porque si lo poco es bueno, lo mucho carga, fastidia, y resulta mal, Frascuelo. No sirve usted pa otra cosa, pero ni esa le tolero. Montelirio puso un par bueno de relance y otro superior al cuarteo, que por magnífico resultó el par de la tarde. Félix García dejó medio par el testuz. A este mal corista le suprimía yo el sueldo por maula. Frascuelo dijo: fuera tóo er mundo?... (después llamó a la gente). Pasó de muleta malamente, regularmente y buenamente, para media estocada tendida y una caída que se fue ahondando poco a poco; sacó el estoque, cayó rodando el toro y ¡zas! la puntilla. Ya terminó su faena, con verdadera suerte; mató dos toros, cosa que no la cree él, aunque yo se lo jure, porque nunca ha matado ni un pimiento, y eso que inmodestamente presume con el sonoro nombre de Frascuelo nombre lleno de gloria. Merluza, que así se llama, debe dar gracias a Dios por… todo, y eso que mató los dos toros que le tocaron, pero de chiripientos está lleno el mundo.
Quinto acto. En el palco proscenio presentose a galope el protagonista de este acto, un toro colorado, cornidelantero, ojalao con calzoncillos por pudor, es decir, bragao, bocinero, núm. 118 y con bastante voluntad. Mazzantinito dio el salto de la garrocha, mal por cierto y sin medir el terreno. Galleos de Frascuelo, (siempre gallea hasta en los toros de otro matador). Cuando yo le digo á vd. que le vamos a prohibir que gallee hasta los toros de vd. Un día dijo el gran Frascuelo: Por delante no torea mi querido hermano nada, se luce cuando gallea… y así, por detrás agrada, pero en cuanto al toro vea, sale el pobre de escapada y no se para hasta… Coreo. -¿Es cierto esto, camarada? Piedad García colocó una vara y otra con tumbo de latiguillo. Buen quite de Naranjo, que nadie aplaudió. El Tinacal, el barrigón puso una a la atmósfera y otra a un monosabio. El Arriero una buena con tumbo y pérdida del insecto; se crece el toro y el Arriero mismo pone otras dos soberbias varas, a cambio de un tumbo y la gallinacea, pero oyendo una merecida ovación. Mazzantinito dos pares así, así. Filomeno, dos pares buenos y con elegancia. Zocato lució una magnífica faena: trasteó bien, pero bien y, a volapié dejó una superiorísima estocada que hizo rodar al toro. Ovación grande, completa, Sombreros, bravos, olés, dos dianas, una retreta… no, retretas fueron tres. Le echaron una chaqueta y un vestido japonés, que perteneció a un trompeta; le regalaron después un cañón, una escopeta, y un perrito dogo, inglés… Yo solo eché una peseta como sobrante del mes de Agosto… (dicen que Ezeta mandó un parte por Express!) Sexto acto. Negro, brocho, de pocas libras, abanto y quedado muchas veces, fue el último cantante de la fiesta. Continuaron Frascuelo, queriendo gallear, y Zocato recortando el toro de Naranjito ¡Parece mentira! Tinacal y el Portugués… psh… nada; el primero se fue de cabeza por laterales y el otro entregaba las alimañas que lucía y… de cabeza al callejón. Tenderín puso banderillas en silla; esta criatura resuelta a poner banderillas en silla, las hubiera puesto a cualquier toro, aún a cambio de una cornada; la inocencia puede mucho y la ignorancia también; primero debiera estudiar al toro y después, después sería otra cosa.
Puso también tras muchas idas y venidas un excelente par al cuarteo, (aplausos). Zocato colocó un mal par y Naranjo un par bueno al sesgo que mereció palmas. Naranjito se encontró sin interlocutor; estaba agotado el toro con tanto recorte, galleo y otras zarandejas. Se quedaba, no hacía caso del trapo, se paseó severamente por el redondel y después de media estocada que escupió el toro, atizó otra a volapié; el toro siguió aplomado y cobarde. Se pasó el tiempo en ir y venir, pues el toro no quiso acometer y sí pasear; por último, media buena y por hacerse tarde, lazo. ¡Qué casualidad! A Naranjito le han tocado los peores toros de la tarde; y otra coincidencia, Frascuelo ha estado como nunca bien, y mal, como nunca, Naranjito. Muchos se fijan nada más en lo que hace el torero y olvidan las condiciones del toro de quien mucho o todo depende el éxtio. Resumen. Ha sido una corrida que me ha gustodo; los toros superiores y el empresario divinamente; pues ha cumplido ahora como se debe. Son de Santín los toros archi-soberbios como que me gustaron; más que Frascuelo. ¡Digo! El Zocato se llevó pros, palmas dianas y bravos. De los banderilleros, el Tenderín, porque de su madera faltan aquí. Sonaron palmas; el Arriero picando ies (sic) otros nada. Sería, cruel, injusto si por lo visto, condenare el toreo de Naranjito. Yo con mis ojos ví, que el público, a veces sacole en hombros. Estuvo intransitable la presidencia porque la asesoraba… nadia Fontela. Y aunque me apene denuncio, las torpezas Del Presidente. Regular fue la entrada, bueno el servicio, deliciosa la tarde, yo divertido…
¡vaya! el conjunto fue muy bueno de veras… yo lo aseguro. PITONES.272 1895 LOS ESTUDIANTES DE MEDICINA Toreando por lo fino. (En Bucareli, el 24 de junio). ¡Viva la sangre torera! ¡Viva la gracia y la sal! .................... Vaya, que no empiezo mal La redondilla primera. Los chicos de Medicina se declaran, temerarios, decididos partidarios de la diversión taurina. Y por cierto ¡vive Cristo! que no merece reproche de valor tanto derroche y de audacia, como he visto. ¡Claro! nadie se fastidia viendo rasgos de valor. ¡Un aplauso atronador a los chicos de la lidia! ¡Bravo! ¡bravo! ¡bien! ¡muy bien! ustedes con gusto exclaman, y les aplauden y aclaman; pues, lectores, yo también. Y probar poco me cuesta que el aplauso es merecido: voy a dar un colorido del conjunto de la fiesta. Primer torete. Señas particulares: hermoso, guapo, de lámina y poder, mucho donaire, pues mandó el becerrete por el aire al primer estudiante que echó el trapo. Sobre dos estampillas salieron a picar dos estudiantes 272
El Demócrata, D.F., del 3 de septiembre de 1895, p. 2 y 3.
que anduvieron errantes, y en los medios picando, valerosos. Un chaparro, Negrete, en banderillas mereció cien aplausos calurosos y Ramos, el espada, después de algunos pases… extranjeros, propinó una magnífica estocada. -Unas chicas le echaron bellas flores, y pitillos y puros y sombreros, llenos de frenesí, varios señores. por fin (…), exclamó desde el tendido: ¡que viva la mamá que te ha parido! Segundo torete Era bonito, arrogante, buena lámina y con bríos; tomó bien algunas varas sin dar un solo quejido, y eso que los picadores picaban en el ombligo, en el rabo, en las pezuñas o en lugares parecidos; eso sí, con gran coraje y un valor no desmentido. Montellano puso un par con palos chiquirrititos ¡cuánto arrojo demostró! toda la tarde este chico! Tomó los trastos Jiménez, encaróse con el bicho, quiso pasar de muleta y matar la araña quiso; mas le estorbaba el estoque, la muleta se hizo un lío, le dio el toro un revolcón y fue a la atmósfera el niño: descendió, rascóse un poco por el golpe recibido, y se fue tras el torete muy enojado y muy listo, atizando una contraria que mató al animalito. Tercer torete. Qué vivaracho, qué buen torete, qué malicioso, qué juguetón; a los caballos no acometía, buscaba el bulto del picador. Solo a Pimienta tenía ganas, pues varias veces le hizo correr, y es que Pimienta quiso lucirse
de salta-montes o de clown Bell. Banderillearon dos estudiantes a un mono sabio por error; eso sucede frecuentemente cuando se tiene disposición. Viendo que el toro, que retozaba viendo a Pimienta, quiso jugar, le colocaron serenamente las banderillas, pero muy mal. No les exijo grandes virtudes, pues demasiado, yo opino así, tienen los chicos con esos rasgos de mucha gracia y pitiminí. Viendo que Ramos tomas los trastos, el becerrete se burla de él, le tira y huele, le manosea y le revienta y hace correr. Ramos jadeante, enfurecido, lleno de tierra, se incomodó y dio soberbia media estocada que jizo porvo su corazón. Cuarto torete. Era verdugo o meco con estrabismo de cuernos, con malas carnes y bravo el bicho. Los picadores picaron malamente dos ocasiones. En esto como en todo lo de la lidia, hubo gentes magníficas de la cuadrilla que por el suelo rodaban, si rodaban… pero sin miedo. Le pusieron dos pares en la región… que me diga uno de ellos qué nombre doy a tal lugar… ¡ah… sí… ya recuerdo… región frontal. Lo que es de Montellano jamás me olvido. ¡Qué buen cambio, qué pares tan aplaudidos!
¡qué valentía! ¡qué animación, qué rasgos y que cuadrilla! Caramba! el sobresaliente merece plácemes, porque dio una estocada… la de la tarde. Palmas, aplausos, gritos, puros, sobreros, olés y bravos. Resumen. Cruoz los torosz me como, decía ayer un torero, y otro dijo: ¡anda, zalero! mi mujer ya sabe cómo las gasta el hojalatero. -¿Crudos los toros, usté? si corre usted como galgo en cuanto va toro le ve… -oiga, oiga, yo ya zé lo que zoy y lo que vargo. Mire usted, esos desplantes de su valor en la lidia, se los cuente usté á… Cervantes, y muérase usted de envidia sólo al ver los estudiantes. Eso es valor y decencia, y dignidad y decoro, y arrogancia y mucha ciencia, y sobre todo… inocencia de los ardides de un toro. Todos rodaron: el suelo conservará algunos días, para que pasen al cielo, de hueso, fotografías, pero nunca de canguelo. El fórceps o el bisturí, las pinzas o la lanceta para barbianes así; importan menos aquí que el estoque y la muleta Un aplauso extenso cabe; mas si todo el mundo sabe que los chicos se lucieron,
y que milagros hicieron, que ese mundo los alabe. ¡Oh, conatos de galenos! ¡Oh proyectos de doctores, demostrasteis por lo menos que como buenos sois buenos… ................ Os felicito, señores. PITONES.273 1895 EL BRINDIS. -Zeñó, dipénzeme uté, ezte domingo vá á zé mi beneficio y yo quiero brindar con mucho chipé y muchízimo salero. Me aseguran por allí que uté jaze verzo, azí, de cuernoz y yo venía a ver si acaso me hacía algún brindis para mí. -Bueno no hay onconveniente, ¿por quién quiere usted brindar? -Por er zeñó Presidente, por le público presente, por la Virgen del Pilar. Por mi tierra y su jipío, por uté, por mi chulapa que tiene un cuerpo… ¡Dios mío! y que es la chica má guapa que se vará en er tendío. -Con mucho gusto lo haré. Mil grazia ¿cuánto es? -No es nada. Pero… en fin, cómo a de zé, pasarlo bien, camarada. -Hasta luego, Don José. ¡Ah! no se le olvide mandar el brindis. 273
El Demócrata, D.F., del 26 de junio de 1895, p. 2.
-Pierda cuidado, que no se me ha de olvidar. -Al Hotel, si está cerrado, que no dejen de llamar. Hice el brindis prometido y según lo convenido al punto se lo mandé. ¿Sabe usted su contenido? ¿No? Pues escúchelo usted. “Brindo señor por usía, que es una buena persona con toda la torería y brindo por esta mona que despacho cualquier día. Por el público presente que es bastante inteligente, por la Virgen del Pilar, por mí que soy un valiente y que me tiro a matar. Por mi Rita primorosa, que es á mi ver, digo yo, la chiquilla más graciosa, ¡olé, y viva, salerosa! la madre que te parió! La plaza llena de gente, toda aquella turba loca enmudece de repente. ¿Qué ha sucedido? Que toca a matar el Presidente. No se oye ruido siquiera, armado ya Don José, quitándose la montera, se dirije á su mercé y le habla de esta manera… Más antes de continuar, es preciso hacer constar que el brindis se le olvidó y al quererlo recordar, así Don José exclamó: “Brindo, zeñó, por usía que es una chula en persona con toda la torería, por Rita que es una mona,
que despacho cualquier día. Por el público presente, que aunque no ez inteligente, ahora lo voy a matar; ¡aquí no hay más que un valiente, por la Virgen del Pilar! También brindo por zu esposa, (volviendo al juez exclamó,) que es la mujer más hermosa ¡olé y viva, ¡salerosa! la mare que la parió! Terminada la corría sin dilación aprendía el presidente al gaché, y aquella noche, dormía en la cárcel Don José. Rafael Medina. Ca. 1895 CANTARES TAURINOS. ¡OH LAS MUJERES…! -Manolo, que las adoro, -Y yo también. -Pues prefiero que me des puñaladas a dejártela. -Lo creo, mas es que hay una grandísima dificultad. -¿Cuál? -Es ello, que yo la adoro igualmente y puñaladas no quiero, conque… véte y buenas noches. -Irme de aquí ¿ni por pienso! Manolo que la Jesusa me quiere a mí. -Bueno, bueno, pues a mí más y se acaba, que yo no estoy para cuentos, ¿entiendes? La otra tarde cuando la brindé el tercero, ví la cara que me puso, ¡recontra! como diciendo: “Viva tu gracia y tu sangre, ¡Rediez! eres un maestro!”
-Y cuando la brindé el cuarto, no me dijo ná, zopenco, con esos ojos que tiene que parecen dos luceros. -Pues qué te dijo? -Friolera, que era mía cuando menos. -¿Y cuando más? Si te burlas, te juro que te reviento. -Pues chico, yo no desisto, -Ni yo tampoco la dejo, así hubiera de arrancarla a un Miura de entre los cuernos. -Hablas de veras? -De veras. -Entonces sólo hay un medio de acabar esta disputa. -Ese es mi solo deseo, habla. -Allí está su ventana, ven conmigo, llamaremos, cuando ella salga que elija entre los dos y laus deo, el preferido se queda y el otro se larga. -Bueno, pues llama y espera un poco. -Ya no se escucha ruido adentro, ya abren. -Muy buenas, Jesusa, Adiós Manolo. -¿Qué veo? no es Jesusa. -Señá Juana, ¿la Jesusa está durmiendo? -Puede ser. -Pues no está en casa? -¿Cómo, no saben? ¿Qué es ello? -Que ayer noche se ha largado. -¿Con quién? -Con un mulillero. Rafael Medina. Ca. 1895 SENSIBLEROS. Don Rodrigo Cabezón, personaje prominente, protesta enérgicamente
contra nuestra diversión. Dice: “Crimen en verdad a un toro dar muerte es, y ponerse ante una res es una barbaridad. Quien a un pobre animalejo va resuelto a asesinarle y a partirle y a pincharle por mil partes el pellejo. Merece el vil por su zaña darle un castigo feroz, ¡Oh, qué espectáculo atroz mengua de la noble España. Yo por los toros me aflijo y hago mil votos al cielo porque se mueren Ortega Manolete y el Chicuelo. Que acabe la diversión que tanto mi alma maldice”. Esta y otras cosas dice don Rodrigo Cabezón. ¡Alma noble y justiciera! ¡quién imaginarse pudo que ayer noche, ¡suerte fiera! lo encontrase la portera comiéndose un niño crudo! Rafael Medina. Ca. 1895 VAYA UN TORITO PLANCHADO. A TODOS HA REVOLCADO.
1895 Con motivo de un posible viaje por parte de María Aguirre a España, el Suplemento a El Enano, Madrid, del 18 de julio de 1895, p. 4, expresaba lo siguiente: De El Arte de la Lidia, de México: “Es un hecho que en este año, emprenderá viaje a España con el objeto de trabajar en las principales plazas de la Península, la popular y aplaudida Charrita mexicana, María Aguirre de Marrero. En su viaje le acompañará su esposo el valiente matador de toros José Marrero “Cheché”, quien piensa tomar la alternativa en Madrid para después regresar al país”. Ya verá la Charrita y ya verá Cheché que aquí los cornúpetos no son de Guanamé. 1895
Ni revista ni reseña. (A Rodolfo Angelini-Fornri) -El Señor Pitones -¡Ah! a usted le conozco yo… -Rodolfo Angelini. -¡Oh! lo conocía a usted ya… de nombre… -Creo que no. -Soy un barítono… así… sabe usted, sin pretensiones ni gran concepto de mí. -Pues yo soy ha tiempo aquí conocido por… Pitones. -¿El revistero? -Cabal. -En Italia me contaron que usted no lo hacía mal… -Crea usted que le engañaron… -No señor, no creo tal… -¡Usté es acaso Angelini, el muy célebre cantante?... -No señor, soy… veraneante… amigo de Mazzantini y eterno lector del Dante… como que estando en Madrid con Mazzantini asistía de los toros a la lid y admiré al bravo adalid en una y otra corría. Y hasta me hice partidario de Mazzantini y del Guerra porque no se ve en la tierra tanto valor temerario… -¿Ni en esa maldita guerra? -¿En qué guerra? -En la cubana… -Déjeme usted de esos líos… A mi me gusta jarana, cosa flamenca, jipios… y el cantar de una serrana. Me gusta esa batahola de flamencos y andaluces, de los toreros la bola, de sus vestidos las luces, de su sangre española. Me gusta esa fiesta, sí… por lo viril, por lo hermosa y porque hay pitiminí,
y mucho de acá y de aquí… -¡Qué afición tan espantosa! -Pero… ¡cómo! ¿usté se extraña? Sí, porque es usté italiano… -Adoro lo sobrehumano Y me gusta mucho España… -¡Soberbio! venga esa mano. ......... Y muy amigos quedamos y estrecho abrazo nos dimos y por España brindamos y por Italia bebimos y después nos acostamos. Yo no sé si me resista a complacer su deseo: quiere tan notable artista ver su nombre en mi revista porque le gusta el toreo… Si mi revista notoria jamás llegaría a ser, con esta dedicatoria se leerá hasta en la gloria, si es que allí saben leer. Allá va: esta temporada Tiene trazas de ser buena Por más que no valta nada. Hay una gente anunciada que no merece la pena. Pero ahora se me ocurre lo más grave del asunto. ¿Cómo haré una revista de toros si llegué a la plaza cuando estaban matando el tercero? ¿Se contentaría el Sr. Angelini con un resumen? ¿Sí? Pues ni el resumen puedo hacer porque tendría que adivinar cómo o de qué manera fue la lidia de los tres primeros toros. Pero ¿quiere usted que hable de los otros tres? Pues tampoco presté la suficiente atención, si he de hablar con franqueza. De todas maneras, y a reserva de dedicarle a usted otra reista que merezca la pena, le diré el que la corrida fue buena, que… verá usted. Ponciano… ¡Ah! Ponciano es un matador de toros que tomó en España la alternativa, porque allí hasta entre los toreros (cosa rara) se sabe tratar con cariño y consideración al huésped mexicano. Me he visto en el caso de hacerle a usted esta aclaración porque no fuera usted a creer que Ponciano era un insurrecto o algún negro manigüero de Cuba, y como usted viene de Roma, claro está que es menester que se vaya enterando… poco a poco… Pues bien… Ponciano… ya lo ve usted, puntos suspensivos… Colorín… coloreado de vergüenza torera en toda la lidia. Silverio Chico no hizo notable mas que el brindis… brindo por esta tierra que es un ramo de perlas y de flores… Los toros son toros que prometen poco; promete más el ganadero si se resuelve a perfeccionar la agricultura del Estado de Querétaro. De los banderilleros Braulio y el Sordo fueron los que más se distinguieron. Entre los picadores el Arriero ná más.
El Presidente oportuno, la tarde nebulosa, la concurrencia ignorante como las masas del tendido; yo tardío en llegar a la plaza para no tomar buen puesto y para verme en el caso de no poder escribir ni reseña ni revista. Por lo demás, pues no hay que decir ni palabra. PITONES.274 1895 SEGUNDA CORRIDA DE LA TEMPORADA: “MARINERO”, “COLORÍN” y “SILVERIO”, EN BUCARELI, 20 de octubre de 1895. Toros de San Diego de los Padres. Pues, señor; o ya no sé lo que me pesco o se nota que por donde quiera brota un matador de carté, de categoría, de coleta, de gran renombre con mucha lacha275 mu hombre, y, que viéndole torear no hay nadie que no se asombre. Y es que allá no se contratan norque no hay hispana empresa que les haga la promesa de Pagar lo que ellos matan.276 ¡Si a los toros desbaratan nada más que con la vista! ¡si no hay toro que resista ni aun el mover de sus cejas…! ¡qué ovaciones! ¡qué de orejas! ¡lea usted cualquier revista! El Guerra ni otro es mejor ni son capaces de imitar su manera de torear y sus rasgos seductores… ¿Qué valen los matdores que en Madrid el pueblo aclama si en cuantito un toro brama ya no sirven pa la lidia…? ¿si los consume la envidia y tienen de malos fama? Nosotros, los que vivimos en la mexicana tierra… (que falta haceis en la guerra) venimos por que… venimos. Semos así; preferimos 274
La Raza Latina. México, D.F., 16 de octubre de 1895, p. 3. Vergüenza: tacha se usa en caló; y caló es un lenguaje que no tiene tacha. 276 Porque matan… mucho. 275
que los otros ganen pan y presuman donde están por lástima contratados… porque esos desventurados a ninguna parte van… Así, poco más o menos, se explicaba en el tendido un matador presumido y de fama entre los buenos. En el todos los terrenos distingue, sube y alterna; es de nombre y gloria eterna, mata toros con puntillas y hasta pone banderillas por debajo de la pierna. ¿No ha notado, usted lector, el valer de esos toreros que son de boca ligeros y pesados de valor…? Tanto y tanto matador que en México se presenta… viene sin tenerles cuenta, y a dejar aquí sus platas, dejando allá cien contratas… o por lo menos cincuenta. La América productora de palmas y de dinero para todo buen torero es España en toda hora; y esa nube abrumadora de toreros emigrantes son los eternos cesantes, del toreo de verdad!... son una calamidad y unos tío iznorantes. Allí está la América, allí para el valor y el saber. .......... conque ya han de suponer quienes vienen por aquí. ay, lector, desde que vi anunciado tanto… espada, me dije ¿gente afamada que en España… veranea? ¿gente que allí no torea…? ........... ¿Sabeis lo que vale? NADA.
En seguida, la crónica, donde destacan los versos que el autor de la revista fue reuniendo para darnos idea de lo ocurrido con el tercero de la tarde: Ovación indescriptible, Ovación inexplicable, entusiasmo inconcebible, entusiasmo interminable y cuanto hay en able o ible. Nutridas palmas, cigarros, Hurras, mil bravos, oles, abanicos y corsés y de catrines y charros sombreros capas y plaids. Medias, calcetines, ligas, camisetas interiores, calzoncillos de… señores, y hasta vi que dos amigas, echaron dulces y flores. En el cuarto, ocurre lo mismo: Aplausos de primer orden, estruendosa aclamación… Con todo su corazón, el país, entre el desorden le tributó una ovación. Y hasta en premio de su arrojo y singular valentía pude notar de reojo, que le guiñaron el ojo desde un palco donde había señoritas de… mi antojo. Y noté que Carballeda igualmente entusiasmado al echarle una moneda, dijo: no tengas cuidado, te meteré cuando pueda en un nicho tapizado con mil peluches de seda… (Mañana termina la revista) PITONES.277 Y así es, en efecto, en el ejemplar del día siguiente, apareció, en la pág. 3, el resto de la reseña, donde, para abreviar, parece bueno tomar los apuntes del RESUMEN:
277
La Raza Latina. México, D.F., 23 de octubre de 1895, p. 2.
Buena corrida; tres toros que valieron ellos solos un capital para los inteligentes; poco pudo importarnos que los demás resultaran… yeguas. Colorín… francamente a mi me gusta y eso que tiene sus defectos de mayor cuantía. Silverio, me está gustando también y me atrevo a asegurar que si a ese paso sigue estudiando, llega hasta mu alto. ¡Qué dos supremos volapiés! Ahí van esos cinco, pero devuélvame el solitario, la cartera, el reloj, etc., que entusiasmado arrojé… porque todo me hace mucha falta y además no era mío… Por eso creo que fui tan espléndido. El Sordo fue el único banderillero de la tarde. Castañero el único picador de vergüenza. Buen tiempo, buena entrada, buen servicio, buen presidente y buen ganado relativamente. Mataron los tres únicos toros que resultaron superiores, doce caballos… Hasta otra. PITONES.278 1895 LAS SEÑORITAS TORERAS. A Lola Pretel y Compañía. Encantadora chiquilla, catalana sandunguera y señorita torera cabeza de la cuadrilla, no sé, por más que me afano, al saludarla cortés, si debo besar sus piés o debo besar su mano. Y porque duda no ofrezca, ya que besarla me toca, ahí va el beso, y lo coloca donde mejor le parezca. Yo sé que sin gran trabajo Nido el beso encontrará, Y a mí, en besando, me da Lo mismo arriba que abajo. Cuando la vi en el cartel con sus alias correspondiente, dije yo inmediatamente: “¡Me suena lo de Pretel!” Pero aunque el nombre revela parentesco, ¡oh linda espada! sé que no le toca nada a la tiple de zarzuela. No me extraña, ¡oh matadora! vuestro arte toreador. ¿Quién ha de escurrir mejor el bulto que una señora? ¿Quién se atreve a competir en la suerte de matar, 278
La Raza Latina. México, D.F., 24 de octubre de 1895, p. 2.
tratándose de citar en corto o de recibir? ¿Cómo, mirando esa cara, huye un toro, niña mía, si yo, sin ser bruto, iría adonde usted mi citara? ¡Oh qué honor! ¡Qué gran merced! que me empapara en percal, y ser, por suerte final, recibido por usted! ¡Qué cuadrilla tan valiente!... ¡Y qué hechuras y qué andares”, qué capotes, y qué pares ponen ustedes de frente! ¡Qué volapiés… y tal! ¡Qué recortes tan bien hechos! ¡Qué buenos pases de pechos!... (Se me ha escapado el plural). No me extraña que se afane por verlas España entera. ¡Lo que es a sangre torera No hay torero que las gane! Que Dios guarde a la cuadrilla, y que un becerro guasón, al daros un revolcón no os rompa la taleguilla. Si el calzón os despedaza… ¡El pensarlo me da frío” ¡Qué espectáculo, Dios mío, iba a presenciar la plaza! ¡Cuidad, por amor de Dios, Que no se rasgue la seda! ¡Ay, si el débil calzón queda por gala partido en dos! Salud, ¡oh Lola Pretel! bonita entre las bonitas apreciables señoritas que pisan el redondel. Abrace a sus compañeras, Y dígales de mi parte: “¡Olé la gracia y el arte de las mujeres toreras!” ¡Duro a la cabeza!...¡duro! incomparable Dolores, y que haya palmas y flores, ya que usted no fuma puro. Yo a currelar no me obligo, Ni de valiente blasono; Pero si hace falta un mono Sabio, cuenta usted conmigo.
José Jakson Veyán.279 1896 La corrida de Bucareli. (Para “El Demócrata”) Nuestro cronista taurino “Canguelito” y el revistero “Pitones”, se han unido para hacer la siguiente revista de la corrida del domingo, en la Plaza de Bucareli. ¡A los toros! Si me manda la empresa doce palcos, y cincuenta mil duros y un landó y varias chicas jóvenes y guapas que en la corrida me hagan el amor, y entre el cuarto y quinto de los toros me obsequia con Jerez y con jamón y además me lo ruega el Arzobispo, el Cabildo, el señor Gobernador, los Ministros, Congreso y el Senado… entonces… puede ser que vaya yo, porque aquí ya no hay toros ni toreros, ni vergüenza, ni Dios que meta en puño fuerte a tantos tipos Que ultrajan y deshonran la afición. ¡Digo! la Empresa, según me han dicho, se componía de dos rivales aficionados… ¡Qué tontería! Cuando los nombres de los cuitados que por capricho quisieron solos formar la empresa ya tarde supe… dije al momento: pues no me pesa, Y en mi no cabe… de indescriptible contentamiento; porque la empresa perdió, y lo siento. Motivos varios tiene en su contra, y entre otros muchos, porque ¡recontra! todos ya quieren ser empresarios. “Muy bien parlado” (a mi espalda se encontraba Canguelito, que fue quien dijo tal cosa con una voz de barítono, potente como oportuno porque confirmó mi dicho).
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Gil Blas cómico. ciudad de México, 11 de noviembre de 1895, p. 4.
-¿Te ha gustado la corrida? -Hombre, francamente, no. (Patitieso me dejó con un no tan toricida). Hay algo, dijo en seguida, que ha sido muy de mi agrado pero lo más me ha causado el efecto de un veneno: Centeno, chico, Centeno es el que me ha contentado. -Vamos por partes, ¿el Boto con su deber no ha cumplido? -Ese es un desaborido que no me causa alboroto; ya verás como lo azoto si quieres que discutamos, Pitones. -De acuerdo estamos y no hay Dios que nos resista si escribimos la revista. -Vamos a escribirla. -Vamos. Primer toro. P - Lo más digno de mención fue una vara del Arriero un quite de precisión que Centeno hizo certero y un par del Pipo. ¡Guasón! C - sí el Pipo no puso nada… Sí: medio par en la arena y otro palo en la papada del toro: mejor faena ni mejor par… C - ¡Camarada! P - ¿También dirás que Centeno estuvo matando mal? P - Estuvo piramidal morrocotudo, archi-bueno. - Y la cogida ¿qué tal? - No fue cosa grave alguna por suerte lo que pasó: tuvo la inmensa fortuna, de que si cayó en la cuna allí el toro lo arrulló. - ¡Qué aplausos, qué frenesí! en todos los concurrentes! que aplaudiste también ví. - Aplaudí tanto, que a mí se me cayeron los lentes.
Segundo toro. C - ¿Y del segundo toro que es lo que dices. Tú que de cuantos miras Siempre maldices? P - ¿Lo que digo preguntas? C - Precisamente. P - Pues voy a responderte Muy francamente. Que no era de lidia Lo vió el más lego. C-¿Por qué razón? P – Porque era C - ¿Qué? P – Burriciego. C – Pues él tomó con brío Varios lanzazos, Y dio a los picadores Sendos porrazos. P – Porque era de cabeza Duro y certero, Y arrancaba con fuerza Contra el piquero. C – Pues Perdigón diquela P – Yo no lo niego. ¿Mas quién luce con toro Que es burriciego? C - ¿Y en la muerte, que dices? ¿Qué tal lo hizo? ¿Nada de su pelea Te satisfizo? P - ¡Qué ha de satisfacerme! Si no acudía. ¡Y luego con El Boto Que le temía! ¡Qué pases y que pasos Y qué carreras! C – Pues le dio un buen pinchazo Aunque no quieras. P – Hombre, caro Canguelo, No seas tarugo Ya veo que discurres Como un besugo. Lo que le dio el espada. Y esto no es grilla. Fue un sablazo rosando La paletilla; Y aun así no valieron Enterradores Y salieron al coso Los Lazadores.
C – Un día de desgracia. P - ¡Y tan completa! C – El Boto tienes fama P – Sí, de maleta. No hables de ese torero De mantequilla, Que más que Boto o bota… Es zapatilla. Tercer toro. C - ¿Viste el toro que al corral se llevaron los cabestros? P – Sí; mas no me fijé mucho porque le ví con canguelo casi, casi, como el otro que salió substituyendo, sin poder, sin voluntad, fúnebre como Maceo, como él negrazo y cobarde y falso como insurrecto ni tomó varas ni nada que huía de los jamelgos y eso que a desengañarle con la capa fue Centeno. C – Sordo y Ostión arrancaron en dos pases al cuarteo palmas justas ¿no, Pitones? P El Sordo puso uno al sesgo, pero fueron los aplausos merecidos. C – Por supuesto. ¿Centeno matando? P – Bien: estuvo el chiquillo al pelo oyó otra ovación ruidosa por aquel volapié bueno que dio después del pinchazo, ¿no fue así? C – Estamos de acuerdo. Cuarto toro. P - ¿Y aún defiendes al Boto, Canguelito? ¡Si solo al recordar el cuarto toro, Me lleva el diablo y de furor me irrito! C – Si el cuarto le metieron por bueyendo P – No metas la pezuña, ni seas bruto; Yo me estoy refiriendo Al que salió después de substituto. C - ¿A aquél negro zaino? P – Ciertamente. Estaba bien armado, era de libras;
Blando al principio, se mostró valiente En cuanto le tocaron en las fibras del morrillo, mostrando desacato Pérez, Daoiz, Arriero y Fortunato. C - ¿Y en banderillas? P – Pipo Puso un par al relance pasadero repitiendo en su turno con otro más malito que el primero C - ¿Y el Sordo? P – Regular en sus dos pares. Pero es chico que aprieta Y dará a los demás muchos achares Porque lleva con honra la coleta. C – El Boto en este toro te confieso Que estuvo… P – Te comprendo hecho un camueso. C – Dio solo seis pinchazos. P - ¿Y te parecen pocos? C –No son muchos. P - ¡Vivan los torerazos. Que se arriman tan solo a los moruchos. Pinchó este Lagartijo trashumante A derecha a izquierda, abajo, arriba. ¿No vistes ignorante, Que dejó al pobre toro hecho una criba? ¿Pues y la dolorosa Con la cual puso fin a su trabajo? Cierto es que la pita fue horrorosa, pero aún quedó por bajo con todo y a pesar de ser muy buena De la horrible maldad de la faena. Quinto toro. P – No merecen los honores de mención ciertos detalles porque mira… C – Que te calles que me están dando dolores de vientre tus pesimismos, Pitones… P – Ni los de aupa ni nadie: yo como chupa puse en la plaza a los mismos, no me pidas pareceres, del quinto que fue un fracaso. C – Vaya, no hay que hacerte caso pues siempre has de ser quien eres: ¿olvidaste la estocada de Centeno? P – Sí, humillado el toro y después parado,
total, una chambonada. Sexto toro. C - ¿No te parece Pitones, Que era muy buen toro el sexto? P – Hombre, tanto como muy, No en verdad, pero era bueno. C – Tomó catorce puyazos, Y algunos muy pasaderos. P – Es verdad, los de Fortuna, Pérez el Panzón y Arriero. En cambio las banderillas Que deficientes ¡oh cielo! Tanto el uno como el otro, ¡Qué malitos estuvieron! C - Pero el Boto en este toro Se portó como un Frascuelo. P – Como un merluza, dirás, Pasó sin conocimiento. Por alto, cuando era un bicho Que estaba a gritos pidiendo Pases bajos que le hicieran Humillar cabeza y cuernos. C - ¿Y la estocada? P – Caída. Casi un bajonazo horrendo. C – Pues lo tocaron la diana. P – La oí; y hasta le aplaudieron Unos de Villa-cerril Que por lo que yho sospecho No han debido nunca ver Ni los toros de mi pueblo. C – DE modo que estuvo malo. P – No sólo malo, perverso. C – Hazme el resumen de todo. P - ¿Deveras? Escucha atento: Resumen P – Voy a dar a cada cual Lo que merezca. C – Está bien. ¿El Centeno? P – Bien, muy bien. C - ¿El Botito? P – Mal, muy mal. C - ¿En banderillas? P – El Sordo, C - ¿Y varas? P – Buena, ninguna. Pasaderillas Fortuna, Arriero y Pérez el Gordo.
C - ¿La Presidencia? P – Dormida. C - ¿Servicios? P – De Lucifer. C - ¿Y tú? P – Jurando no ver Torear al Boto en mi vida. C – Lo mismo pienso yo hacer. CANGUELITO Y PITONES.280 1896 TAURINAS Con este título halléme En la calle, cierto día, Un librito bien impreso Lleno de sabiduría. Medina o Pedro Arbués, El primero es de la fila Que entiende tanto de toros Como yo de cantar misa. Y no es lo peor del caso Lo que aquí se dilucida, Lo peor, y esto lo cierto Es, que es torero Medina; Pero torero de Invierno, Sin coleta ni patillas; Y hasta es poeta de numen, De inspiración y de chispa. ¡Sobre todo, los cantares Que en el libro publica! ¡Ay, qué cantares!... de canto Son, de arena y de cal viva. Tienen la gracia en el sitio Que la tienen las avispas, Y como siga cantando Va a reventar cualquier día, Como la chicharra, es claro, Que canta hasta que la pita Y truena como arpa vieja Si al tocarla desafina. Un revistero de toros Que es inquisidor, me irrita; Porque al verlo solamente Ya me huele a chamusquina. ¿Pues y el Doctor Sinapismo? ¡Qué Doctor de mis pecados! Entiende tanto de toros 280
El Demócrata, D.F., del 21 de enero de 1896, p. 2
Como yo de amansar patos. Ello es que él mete la pata Cuando le viene a la mano, Y es revistero de toros Cuando se presenta el caso. Y tres puntas, o tres cuernos Que a Sánchez Neira lo ha dado Pesares y sentimientos, Con su mismo Diccionario? Y es poeta de talento Y de pensar está calvo, Y además de ser torero, Pues es un autor dramático De muchísima pujanza, Aunque un poco averiado; Que no es lo mismo hacer dramas Que hablar de toros y burros. Las tales taurinas deben Figurar en los estrados De los negros desperdicios Que tiene el papel mojado. K. Landrio.281 1896 Galería de tipos. El torero. Este también es tipo muy tenido Que estorba el libro paso en la banqueta, Dándose a conocer por la coleta, Y también por su extraño y feo vestido. Una banda color rojo subido Le ciñe la cintura; y la chaqueta Que usa siempre cortísima el maleta, Hacen que sea por todos conocido. Lanza puyas, voces insultantes, Se reúne con varios compañeros, Todos llenos de dijes y brillantes. Con bastones que son puños enteros, Lo que hace que digan los paseantes, Que son terrible plaga los toreros. Tamerlán.282 K. Landrio.283 1896
281
Gil Blas Cómico. Ciudad de México, 2 de marzo de 1896, p. 5. Gil Blas Cómico. Ciudad de México, 10 de agosto de 1896, p. 15. 283 Gil Blas Cómico. Ciudad de México, 2 de marzo de 1896, p. 5. 282
La muerte del toro. Al toque del clarín, que el juez acata, A la muerte prepárase el torero, Y un júbilo salvaje, inmenso y fiero En todos los semblantes se retrata. Ondula al viento el manto de escarlata Que empuña el diestro, impávido y artero, Y en sus manos al sol brilla el acero Como vivo relámpago de plata. Embiste el toro, un trémulo vislumbre Luce, y a tierra caen sus despojos, Aplaude la entusiasta muchedumbre. La tarde espira entre celajes rojos, Y ya agoniza herida por la lumbre Dulce y tirana de tus negros ojos. Vicente Acosta.284 1896 TOROS!!! Recuerdo de la corrida de aficionados que tuvo verificativo en esta ciudad el domingo 22 de Noviembre de 1896. Ya la plaza del “Buen Gusto” Venerable por lo antigua, Se encuentra de bote en bote, Por alegre gente henchida, Que se empuja, que se pisa, Que gime y se desgañita. Parece que Aguascalientes, Gozoso se ha dado cita Y que no quiere ninguno Perder aquella corrida, Que por miles de motivos, Tiene que ser divertida. De una atronadora diana Se oye el alegre sonido, Y todos vuelven la cara, Para saber el motivo. ¿Qué pasa? Pues que las reinas Con más gracia que las gracias Que vienen a dar colorido A la alegre fiestecilla, Alegre como se ha dicho. Llegan ya. Toman asiento Y con un aire tan divino, Un saludo graciosísimo, 284
Gil Blas Cómico. Ciudad de México, 7 de septiembre de 1896, p. 16.
Que éste responde y festeja Con un aplauso nutrido. Ahí está Carmen Orozco; Con su galante sonrisa La acompañan Laura Escoto, La espiritual Clementina, Y Luisa, que todas cuatro, Son de hermosura divina. Ahí está Concha Madera, Y Lupe, y las tres Marías. ¿Y Luz Santoyo? ¿Pero Ángela? Y aquellas tres chiquitillas? Todas, todas tan hermosas Que dan a la dicha envidia. Suena el clarín. Ya las puertas Abren sus gastadas hojas, Y dan paso a la cuadrilla Que sale muy majestuosa. Son aficionados jóvenes Todos los que aquella forman, Que gustosos se han prestado Para contribuir a la obra. -Sale el toro- Qué buen toro. -Ese es un toro de lidia. Y el público entusiasmado Hasta enronquecerse grita. Le para los pies Martínez, Que es bueno y solo se pinta, Y arrojados picadores, Le ponen muy buenas picas. Puso Pascualillo un par Después de salir en falso, Y Valadez uno y medio, Que premiaron los aplausos, Recibiéndolos Morones Sixto Ortega, y otros varios, Pues todos los merecieron Por su valor arrojado. Llega al colmo el entusiasmo Cuando cinco chiquitillos Se presentan a la lidia De un valiente torerito. Corren, sacan sus recortes, Y Chucho que llora y grita Se frota alegre las manos, Y vuelve a todos la vista. La lidia fue de seis toros, Cuatro grandes y dos chicos Y ninguno atrás se queda, Que fueron bravos los bichos.
Todo en la vida se acaba: Terminó pues, la corrida. Y festejando salimos Las peripecias habidas. SULTÁN ALÍ GHEDY. Aguascalientes, Noviembre de 1896.285 1896 PLAZA DE BUCARELI. CORRIDA A BENEFICIO DEL ASILO COLÓN. Domingo 26 de enero de 1896. Existe cierta extraña analogía. Entre la hermosa caridá y los cuernos: En donde hay que enjugar alguna lágrima, Allí está pronto el arte del toreo. ¿Se inunda una comarca? Una corrida, Que al par que da placer, rinda dinero. ¿Hay un hospicio pobre? Pues andando A hablar in continenti a los toreros Y a sacar guita, que se da con gusto. Porque redunda en bien de pobres huérfanos. Y así, en las desgracias de la vida, Cuando hiere cruel el hado adverso, Siempre acuden las gentes bondadosas Al arte humanitario de los cuernos. Honor, pues, a las damas mexicanas Que esta fiesta de toros dispusieron, Y como la afición hoy las bendice, Que las bendiga el cielo. Primer toro.286 Negro listón, corni-brocho, de pies. Tomó seis varas, después de que se los pararon (los pies ¿eh?: hubo quites buenos. Filomeno, puso un archi-supremo par a topa-carnero (si no hay quien diga otra cosa). Oyóse un aplauso pleno, entusiasta, atronador, gritando un espectador ¡Viva tu ma…! Filomeno le dijo: gracias, señor. De otros tres pares que colgaron al toro no debemos hablar, porque 285 286
GIL BLAS CÓMICO, D.F., del 28 de diciembre de 1896, p. 10. Los toros pertenecieron a la hacienda de Santín.
de cosas que resultan malamente no se debe ocupar quien es decente. Centeno, vestido de verde y oro, agarró los estorbos y desembuchó al señor Icaza este u otro parecido brindis: Yo soy un torero-que tiene vergüenza yo soy un tunante-yo soy un bribón, yo tengo muleta-yo sé lo que es arte y si quiero, mato más que Salvador. Vaya por vds.-vaya por usía que es un presidente de mucho caló.287 (Gracias, dijo Icaza, yo caló no tengo ¿cómo? ¿si se siente más frío que Dios? Centeno se juejasia er burel y, previos algunos pases, recetó dos buenos pinchazos y una caída. (Palmas). Segundo toro. Salió en segundo lugar un torillo lombardo, apretadito de armas y corto. Desde la salida demostró tendencias a la naja, tratando de saltar al callejón; y aunque Quinito quiso desengañarla dándole dos lances de capa moviditos, no lo consiguió y el bicho volvió a la casa paterna. Substituto. Fue negro azabache, De muchas arrobas Con un listón blanco De cabeza a cola. Del joven Fortuna Una vara toma Y otra del Arriero Y a los dos desmonta. El de las castañas (Castañero) moja Y recibe un golpe Que tiembla la órbita. Suena la corneta Y a parear se aprestan Un Marinerito Y un Pipo que ahora Caigo que es un pobre Pipo sin Mascota. Clavan cuatro palos 287
En el lenguaje caló, caló significa gracia, sal, etc.
Pasando congojas Lo cual, que la gente Promueve una bronca. Del clarín se escucha La voz estentórea Y Joaquín Navarro Brinda en verso o prosa. Da pases diversos Que a nadie ilusionan Y desde Chicago, Llegada la hora Se tira el torero Y deja una honda. Más pases, más saltos, Y le larga otra Algo desprendida Y además muy corta Mirando al tirarse A cierta jamona Que estaba en un palco Del lado de sombra, La que le hizo un guiño O seña amorosa Por el descabello Que largó a la mona; En fin, que no estuvo Tan mala su obra. Tercer toro. Negro, listón, meleno, apretado, es sin el atributo hermoso de los que nacen desgraciados: que si no son consentidos, son los pobres serenados además de ser maridos; y también resultó burriciego, con bastantes libras y de muchos pies. Tomó con poca voluntad dos varas y media. Y ¡diablo! el presidente Mandó tocar Banderillas ¡que poca oPortunidad! Ostión… dos pares en… (me da vergüenza decirlo). Perdigón, pues ná tampoco. D. Antonio Escobar (a) El Boto matriculado en Tortosa por una sola vez con el bachillerato adquiridos en Nimes es decir, que no ha toreado más que de veces, una en cada sitio, pidió los trastes, brindó, y Allá va el maleta ¿Quién sabe do va?
paciencia lectores, que ya se sabrá. Ya hemos dicho que brindó y ná, dos pases de zaragata para cuartear atrozmente al clavar el asador en el pescuezo, pero con lujo y defecto, porque la otra mitad del estoque salió por la papada del toro; dimpué er zeño Zapatilla, estando abierto y sin igualar el bicho, se tiró con pasito atrás y cuarteando mayúsculamente para pinchar en el pescuezo también: dimpué fue a trastear y perdió la jerramienta (¿más todavía?) otra atravesada, pescuecera, perpendicular, dolorosa y… (calma, lector, calma): dimpué otro pasito atrás, otro cuarteo atroz y ná: dimpué una hilvanada tendida, echándose fuera, desde lejos y con otro pasito atrás: dimpué (todavía falta más, palabra) dimpué ná,dimpué tocaron a lazo y… previa protesta formal contra tal ensañamiento, le dijo el toro: ¡animal! empleas un tratamiento para darme pronta muerte, que jamás podrás matarme. Me marcho ya por no verte y quiera Dios que el gendarme primero que encuentre hoy te conduzca a tu destino: sí, a Belen por asesino, por sinvergüeza y… me voy en pos de aquellos cabestros que vienen en busca mía… adiós y… ¡olé por los diestros de cartel y nombradía! Cuarto toro Era negro, bien puesto de cuernos y ancho de cuna. El Arriero pone dos varas cayendo y quedándose a pie en una. Castañero moja también dos veces sufriendo en la primera una fenomenal caída de latiguillo, Pérez pica sin consecuencias. Filomeno cumple en banderillas con un buen par al cuarteo y otro un poco caído. Santillo uno pasado de saboquillo y otro al cuarteo regular. Centeno brinda al sol y pasa a su contrario, que acudía, con cuatro buenos pases, recetando un morrocotudo pinchazo que aplaudió el país. Vuelve a la faena y, tras algunos pases de verdadero castigo, se tira a volapié neto con una archimagnífica estocadahasta la empuñadura y ezo porque ya no había más estoque. ¡Demonio! dijo una chica, Aquella estocada al ver: Creí, compadre Centeno Que con la espada, también En el cuerpo del becerro Quería celarse usted. Y la respondió el espada: Pues no lo jise porque Aunque la entrada haya visto La salía para ver, Necesitaba estar dentro
Del corazón del burel. La ovación se oyó en la manigua: Dianas, sombreros, puros y la oreja. ¡Olé por los toreros! Quinto toro. Negro, mohino, bien puesto, de pies y de poder. Picaron Castañero, Frutos, Daoiz, pero el que oyó una merecida ovación fue el Arriero por una suprema vara recargando. Torerito dos pares asá, así. Al poner el segundo par, fue arrollado sin consecuencias, gracias a un bonito quite de Filomeno. (Palmas). Quinito puso un par abierto y otro magnífico al cuarteo. (Aplausos). Después agarró la espada y la muleta; brindó a los de sol y desde el primer pase hasta el último oyó el chiquillo la más ruidosa ovación por la magnífica, suprema faena que lució entre pases naturales, cambiados, en redondo y de pecho, limpios todos y todos bien ejecutados, para un pinchazo bien señalado y sin saltar, media en su sitio a volapié y una monumental estocada “a un tiempo” que fue la desmembración de todos los concurrentes, yo aplaudí hasta con los dientes, con los pies, con el bastón, con ambas manos y con bravos y olés estridentes. Todos los inteligentes se unieron en la ovación (NOTA: a mi me dio un pisotón uno de los más fervientes por una equivocación). (Oreja). Sexto toro. Cárdeno, obscuro, cornivuelto y fino. Entre Fortuna, Juan Pérez y Daoiz le tentaron siete veces la piel, proporcionó cuatro tumbos y apagó la vida de dos jacas huérfanas, pobres y flacas. Sordo puso un supremo par al cuarteo y otro al sesgo superior. Madrileño un par al cuarteo abierto y un palo sobaquilleando. Boto, con terno azul y oro, se dirigió a su enemigo y… ¡Pobre Boto! Hubiera yo perdido la memoria Para no relatar a mis lectores, Las mil barbaridades, los horrores, Con que ha manchado su taurina historia. Si aún quieren con el manto de la gloria Cubrirle dos o tres admiradores; En lo particular, esos señores Pueden hasta comerle en pepitoria. Cúbranle con un manto de escarlata, Paguen, si les parece, a algún poeta, Para cantar su valentía innata
Y su saber moviendo la muleta; ¡Mas que no den a la afición la lata Presentando en un ruedo a ese maleta! El toro estaba noble aunque un poco aquerenciado en las tablas y El Boto no pudo sacarlo porque tuvo mucho canguelo. No detallamos lo que hizo porque no nos gusta cebarnos en los caidos. El toro no fue muerto por el Boto; y murió aburrido. ¡Boto! ¡¡Botito!! ¡¡¡Córtate la coleta!!! Ya vez; te aconsejamos, pues no te queremos mal. (…) PITONES.288
1896 EN EL COSO (De Lápidas) Pasean coruscantes las chaquetillas, la luz sobre las ropas tiembla y resbala y fingen grandes flores las banderillas y llamas las bermejas capas de gala. El sol arde en los gajos de las sombrillas, el clarín su alarido de muerte exhala y el diestro ante los charros y las mantillas. En tanto, yo contemplo –toda nerviosa cubierta con las manos la faz hermosa-, a una blanca damita de rizos de oro, abrir como abanico los leves dedos para ver, tras aquella reja, sin miedos como brota la noble sangre del toro.289 Amado Nervo. En la fiesta de los toros, podemos ser testigos de infinidad de acontecimientos que no en todos los casos ocurren en el ruedo. Los aficionados que colman los tendidos pueden originar sabrosas discusiones que terminan en alianzas colectivas o en trifulcas inesperadas. También se da la razón fortuita del encuentro de extraños que termina siendo entre amigos, o entre amantes, como lo que se dice en 1896 LIDIA MUTUA Mandóme al cuerno la mujer querida y tristón, aburrido, malhumorado, fuíme a la corrida aunque jamás he sido 288 289
La Raza Latina. México, D.F., 28 de enero de 1896, p. 2-3. El Eco Taurino, N° 111 del 4 de diciembre de 1928.
entusiasta del arte del toreo. Llegue cuando empezaba la cuadrilla el clásico paseo; y al intentar colarme en el tendido, caí en jurisdicción de un señor feo y su joven costilla, muy modesta, con aire resignado, y, unos ojos más negros que el pecado. Paseé la mirada indiferente por aquel mar de gente, no viendo la de un solo conocido en la revuelta confusión de caras. De no aburrirme más, tomé el partido, y al ver con gusto que tomaba varas la vecinita, le largué un capote; mas soy tan poco diestro que, con el lance aquel, le dí motivo al señor que ejercía de cabestro, para fijarse, y me tiró un derrote y yo tomé el olivo. Ella, al verme cobarde, citó cerca y me echó un par de miradas, alegrando, de frente y bien clavadas, que fue el par de la tarde. Me entusiasmó su toreril guapeza, su trasteo también, corto y ceñido, y me dije mirando a su marido: ¡Duro, y a la cabeza! Al bajar los peldaños del tendido se recogió el vestido, y ví su bien torneada pantorrilla... ¡Eso fue querer darme la puntilla! Luego, la eterna historia en estos casos fui siguiendo sus pasos hasta entrada la noche, seguro de lograr una conquista; mas tomaron un coche, arrancó el jaco y la perdí de vista.290 CHESTER México, Julio de 1895. “Unos ojos, más negros que el pecado” fueron en esta ocasión, motivo para construir interesante faena que CHESTER llevó a la construcción de tan curiosos versos, réplica de torera hazaña, donde tuvo que soportar las inciertas embestidas del “señor que ejercía de cabestro”, marido de la hermosa dulcinea que tuvo emocionado a nuestro “valiente espada” del tendido, que ya no soportó más luego de que aquella hermosa mujer, recogiéndose con salero el vestido, dejó ver “...su bien torneada
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LA BROMA. DIRECTOR: ALBERTO ARAUS. EDITOR Y GERENTE: ROSENDO VALDES. Año I, México, domingo 26 de enero de 1896.
pantorrilla”, que terminó siendo para él la terrible puntilla. Ay Valentín, cosas del amor, sufridas por el iluso CHESTER. 1896 TOREO FEMENINO En el diario “Las Tijeras” he visto en la gacetilla que hay formada una cuadrilla de señoritas toreras. Que nunca meten la pata, que tienen mucho amor propio, que hay unas que dan el opio y hay otras que dan la lata. Me alegro, ¡qué diantre! á ver si las hembras dan de sí estocadas hasta allí ó pican cual debe ser. No zurzáis más calzoncillos, niñas que el arte reclama, no cosáis, no hagáis la cama, que os esperan los zarcillos. Dejad la costura quieta, nunca más fregar el suelo. ¡Viva el arte de Frascuelo y que muera la escobeta! Venceréis al fin y al cabo; ¿Odiáis la cocina? ¡Bien! ¿Y el fregadero? ¡También! ¿Amáis á los cuernos? ¡Bravo! Seguid sin temores, hijas, venceréis en cualquier parte, ¡Salud, lumbreras del arte, Frascuelas y Lagartijas!291 También son de Rafael Medina los siguientes versos: 1896 En la plaza ¡Rediós, y qué mar de gente! 291
Rafael Medina (Pedro Arbués): Taurinas. Colección de cuentos, epigramas, anécdotas, chascarrillos, etc. Escritos por (...). Prólogo de P. Drin, Intermedio de Villamelón y Epílogo de Trespicos. México, 1896. s.p.i. 80 p. Grabs., p. 65-66. En LECTURAS TAURINAS..., op. cit., p. 207-208.
¡Cómo tenga yo fortuna.....! ¡Si me parece esto una Babilonia, mayormente!. ¡A lucirse, á trabajar con arrojo y valentía! ¡Suena el clarín! Virgen pía, tú no me has de abandonar! No hay en el mundo torero que se luzca como yo, soy un diestro de mistó, ¡viva mi gracia, salero! ¡Qué cuernos de este animal! Otro más bravo no existe, y entra el maldito... y embiste, [cosa que es muy natural]. Debían ponerme en un nicho. ¡Uy! ¡que me coge! Yo corro. ¡Piedad, auxilio, socorro! ¿Quién viene á quitarme al bicho? ¡Santo Dios, me desmayé, fiera más bruta y más pilla! Me rompió la taleguilla y toda la gente vé...292 1896 EN LA ENFERMERÍA No siento el golpe fatal, lo que sí me dá coraje es que se rompió mi traje y que he quedado muy mal. ¡Yo que tenía la intención de lucirme, pero ahora ¿qué me dirá la señora que vive en el callejón?293 1896 CANTARES Un toro cogió al “Chancleta”, otro cogió al “Calamar”, y a mi me cogió tu mare 292 293
Op. Cit., p. 154. Ibidem., p. 155.
y me dio tres bofetas. Por recortes yo no paro; me han dado seis puñaladas, ¡vea usté si estoy re-cortado! Para toros, los de Atenco, pa presidente, Rangel, y pa rasguños, tu madre, ¡vaya si rasguña bien! Armémonos de valor, mi querido Don Melchor; á usted lo cogió un utrero y a mí me cogió el casero que es muchísimo peor. Los toros más bravos que he visto en mi vida, son tu padre, tu madre, tu hermano, tu primo y tu tía.294 1896 SIGA LA FIESTA! Muere un diestro en la plaza matando un bicho, y el público parece muy compungido; los monos sabios cargan con el difunto y... al otro lado! Sale otro bicho al coso, grita la gente, del infeliz difunto no hay quien se acuerde, y solo llena el aire, este rugido: ¡siga la fiesta!295 1896 AMOR TAURINO Mirar á una hermosa chica y que ella mire también con unos ojos de edén, esa es la primera pica. 294 295
Ibid., p. 156. Ib., p. 162.
Que cuando el corazón grite: amor, con tenaz empeño, se sepa que hay otro dueño, a eso se le llama quite. Si cuando un cariño interno nos destroza el corazón otro le causa ilusión, se llama salto al trascuerno. También cuando el hombre ciego se encuentra y apasionado, se dice que le han clavado las banderillas de fuego. Aseguro por mi fe que aquel que se casa pronto, a más de llamarse tonto da estocada a volapié. Mirar un palmito bello de modo que el alma parta y luego darle una carta: intento de descabello. A querer en tierno abrazo realizar las ilusiones y que ellas digan que nones, se le llama golletazo. Si hablando a la prometida sentimos detrás un palo, eso es que por tiempo malo se suspende la corrida. Y dar, en fin, un mal paso, es decir, ir al altar, a esto se debe llamar, por varios motivos: ¡lazo!296 1896 Torooo...! A P.Drín. Vamos, Laura, á la fiesta, sonó la hora, la inquieta muchedumbre llena la plaza, 296
Ib., p. 167-168.
el sol las arenillas del circo dora y los rostros, su lumbre tuesta y abrasa. Ya están llenos de gente los dos tendidos, vibra el clarín, aumenta la gritería y entre miles de aplausos no interrumpidos se escucha en una marcha la melodía. Se abre la puerta y salen al rubio coso con trajes deslumbradores los matadores seguidos de su gente. ¡Momento hermoso! Ya se hallan en su sitio los picadores. Se dá suelta al primero, la lidia empieza; el bicho á los de tanda resiste airado y desquita sus iras y su fiereza enganchando un jamelgo por el costado. A los medios se aprestan los dos peones, y adornan a la fiera, que rebrincando muge al sentir el hierro de los rejones. Escucha que el espada ya está brindando. Arroja la montera, se va hacia el toro y lo pasa valiente firme y ceñido. ¡Qué aplausos! Todos vivas gritan en coro y le arrojan sombreros desde el tendido. Lía el percal el diestro, ya perfilado, y tras una estocada que al bicho acuesta,
el público prorrumpe desenfrenado en el grito de siempre: ¡Siga la fiesta! .......... Ya el sol su lumbre oculta por el ocaso. Concluyó la corrida y el griterío; todas las puertas, libre dejan el paso y se lanza por ellas el gran gentío. Después... silencio, calma, la noche tiende su misterioso velo; detrás del monte La luna esplendorosa su luz enciende bañando en claridades el horizonte...297 1896 LOS CUERNOS ¿Pero es posible, Ramona que su marido de usté que es una buena persona como todo mundo vé, se haya metido á torero encontrando en ello gusto? ¿No comprende el majadero que un día recibe un susto? ¿Qué es una cosa de nada acaso se le figura, recibir una cornada con la mano en la cintura? ¿No comprende en su torpeza? -Sí, pero el pobre se ensaña, porque tiene la cabeza lo mismo que una maraña. Siguiendo de esta manera, corre de su muerte en pos y morirá... -¡Dios lo quiera! Digo, no lo quiera Dios.
297
Ib., p. 176-178.
En las astas de algún bicho; ¿pero qué puedo yo hacer? Él torea por capricho y no me puedo oponer. Si él me falta, ¡Dios piadoso! ¡Cuántas penas me vendrán! -Los amigos de su esposa nunca la abandonarán. Vervi-gratia: aquí estoy yo, que aunque siempre no es igual, me permito creer que no le serviría tan mal. -Muchas gracias. Por ahora mientras él se encuentre vivo... -Sí, lo comprendo, señora, el arte es muy productivo. Para uno vida de infiernos, mas varios inteligentes, aseguran que los cuernos son lo mismo que los dientes. -¡Cómo! -Lo voy a decir... -No he podido comprender... -Pues duelen para salir, y sirven para comer.298 1896 Un payaso, a gritos, anuncia la corrida… Un payaso, a gritos, anuncia la corrida: “Se lidiarán seis bravos toros; de Venadero tres, tres de Cieneguilla, y de darles la muerte se encarga el “Chiclanero”, que ofrece una cuadrilla vomo nunca se ha visto por lo bien escogida (la forman unos cuantos atrevidos “triperos”, que en el Rastro se ensayan y se juzgan toreros); sobresaliente, el “Chato”·, y son los picadores Chón y Pepe Guerrero y Guadalupe Lara, alias “El Garabato”; un toro con monedas al fin será soltado para que lo juegue el público aficionado. Los precios, al alcance de blusa y de chaqueta: Palcos, un peso; sombra, tostón, y sol, peseta.299
298
Ib., p. 205-206.
Eduardo J. Correa. 1896 Taurinas. Con este título halléme en la calle, cierto día, un librito bien impreso lleno de sabiduría. Medina ó Pedro Arbués, el primero es de la fila que entiende tanto de toros como yo de cantar misa. Y no es lo peor del caso lo que aquí se dilucida, lo peor, y esto es lo cierto, es, que es torero Medina; pero torero de Invierno, sin coleta ni patillas; y hasta es poeta de numen de inspiración y de chispa. ¡Sobre todo, los cantares que en el librito publica! ¡Ay, qué cantares!... de canto son, de arena y de cal viva. Tienen la gracia en el sitio que la tienen las abispas, y como siga cantando va a reventar cualquier día, como la chicharra, es claro, que canta hasta que la pita y truena como arpa vieja si al tocarla desafina. Un revistero de toros que es inquisidor, me irrita; porque al verlo solamente ya me huele a chamusquina. ¿Pues y el Doctor Sinapismo? ¡Qué Doctor de mis pecados! Entiende tanto de toros como yo de amansar patos. Ello es que él mete la pata cuando le viene a la mano, 299
Jesús Antonio de la Torre Rangel: Aguascalientes 1900: toros y sociedad y otros escritos taurinos. Aguascalientes, Instituto Cultural de Aguascalientes, 2008. 156 p., p. 15. Cfr. Eduardo J. Correa: Viñetas de Termapolis. Dice de la Torre Rangel: “Es como dijimos, la época en que se estrena el Coso San Marcos, y el espectáculo taurino se consolida. El cartel de la inauguración del coso sanmarqueño ofrece “todo bueno, todo nuevo, por primera vez toros limpios en esta capital…” Quedaba atrás la etapa de la historia del toreo en Aguascalientes que le tocó cubrir a la Plaza de Toros del Buen Gusto (…)
y es revistero de toros cuando se presenta el caso. Y tres puntas, o tres cuernos que a Sánchez (de) Neira le ha dado pesares y sentimientos, con su mismo Diccionario? Y es poeta de talento y de pensar está calvo, y además de ser torero, pues es un autor dramático de muchísima pujanza, auqneu un poco averiado; que no es lo mismo hacer dramas que hablar de toros y tarros. Las tales taurinas deben figurar en los estrados de los negros desperdicios que tiene el papel mojado. K-Landrio.300 1896 TOROS!!! Recuerdo de la corrida de aficionados que tuvo verificativo en esta ciudad el domingo 22 de noviembre de 1896. Ya la plaza del Buen Gusto venerable por lo antigua, se encuentra de bote en bote, por alegre gente enchida, que se empuja, que se pisa, que gime y se desgañita. Parece que Aguascalientes, gozoso se ha dado cita y que no quiere ninguno perder aquella corrida, que por miles de motivos, tiene que ser divertida. De una atronadora diana se oye el alegre sonido, y todos vuelven la cara, para saber el motivo. ¿Qué pasa? Pues que las reinas con más gracia que las gracias que vienen a dar colorido a la alegre fiesterilla, alegre como se ha dicho. Lllegan ya. Toman asiento 300
Gil Blas Cómico. Ciudad de México, 2 de marzo de 1896, p. 5.
y con un aire tan divino, un saludo graciosísimo, que éste responda y festeja con un aplauso nutrido. Ahí está Carmen Orozco; con su galante sonrisa la acompaña Laura Escoto, la espiritual Celestina, y Luisa, que todas cuatro, son de hermosura divina. Ahí está Concha Madera, y Lupe, y las tres Marías. ¿Y Luz Santoyo? ¿Pero Ángela? ¿Y aquellas tres chiquitillas? Todas, todas tan hermosas que dan a la dicha envidia. Suena el clarín. Ya las puertas abren sus gastadas hojas, y dan paso a la cuadrilla que sale muy majestuosa. Son aficionados jóvenes todos los que aquellan forman, que gustosos se han prestado para contribuir a la obra. -Sale el toro- que buen toro. Ese es un toro de lidia. Y el público entusiasmado hasta enronquecerse grita. Le para los pies Martínez, que es bueno y solo se pinta, y arrojados picadores, le ponen muy buenas picas. Puso Pascualillo un par después de salir en falso, y Valadez uno y medio, que premiaron los aplausos, recibiéndolos Morones Sixto Ortega, y otros varios, pues todos los merecieron por su valor arrojado. Llega al colmo el entusiasmo cuando cinco chiquitillos se presentan a la lidia de un valiente torerito. Corren, sacan sus recortes, y Chucho que llora y grita se frota alegre las manos y vuelve a todos la vista. La lidia fue de seis toros, cuatro grandes y dos chicos
y ninguno atrás se queda; que fueron bravos los bichos. Todo en la vida se acaba: Terminó pues, la corrida. Y festejando salimos las peripecias habidas.301 Sultán Alí Ghedy. Aguascalientes, Noviembre de 1896. 1896 Literatura grotesco-religiosa.-Con motivo del centenario de la Asunción de la Virgen de San Juan de los Lagos, se ha expedido allí una circular impresa en que se pide a los vecinos que, sin escusa ni pretexto de ningún género, contribuyan con exhibiciones de dinero para la fiesta, en la que habrá carros alegóricos que representarán a Ruth espigando y el juicio de Salomón, convites, gineteo, lidia de un toro, castillos, etc., etc. Además de esa circular se han repartido unos versos en que se lee lo siguiente, que es tan profano como chabacano: Ahora el programa será variado… Ahora el programa será variado, Si Dios me ayuda para cumplir; Habrá castillos, habrá enyedrado (¿?) Con lindas luces de oro y zafir. Habrá cohetes y corredores, Bombas marquesas en profusión; Valientes toros y lidiadores Que son del mundo la admiración. Habrá retretas, habrá alboradas Por la gran música de Manuel; Y en lindos carros, representadas Muchas escenas del pueblo fiel. Anónimo.302 1896 PUNTOS… SUSPENSIVOS Que son tuyos me dices, niña salada, los colores que tiene tu linda cara. No te lo niego, 301 302
Gil Blas cómico. Ciudad de México, 28 de diciembre de 1896, p. 15. EL DESPERTADOR, MORELOS, del 23.08.1896, p. 11.
tuyos son… pues los compras con tu dinero. Cada vez que en la calle niña te encuentro, tanto te ruborizas y hablas tan quedo, que habrá quien diga, que si tú y yo… y bien sabes que eso es mentira. Has hecho a tu marido todo un flamenco, pues está muertecito por los toreros, y por los toros, y por los… ¡Cuernos, casi lo digo todo! FRANCISCO GÓMEZ.303 1897 De todas veras suplico… De todas veras suplico Al Ilustre Ayuntamiento De esta culta Capital, Que se fije en el proverbio Aquel de que “Dios al saco Y el saco en tierra”. ¿No es cierto? Antes de que llegue aquí Mazzantini a convencernos Entre él, segundo espada, Que ha de ser de los muy buenos, Y los chicos de primera Que vienen también con ellos, Una empresa piensa dar Dos o tres fiestas de cuernos Con ganado que no es Ni de Santín, Cazadero, Ni tampoco, es de sentirse, Tepeyahualco ni Atenco, Piedras Negras y… no hay más Ganaderías de mérito. ¿Matadores? ¿Quiénes? Nadie Que valga reside en México. Y si surge alguna bronca Por toros o por toreros, Como posible es y fácil, ¡caracoles! sufriremos 303
CRÓNICA MEXICANA, D.F., del 2 de febrero de 1896, p. 6.
Todos los aficionados Resultados bien funestos Y nos privará de ver Buenas corridas. Por eso Que es de notoria importancia, Suplico al Ayuntamiento Si quiere hacer un gran bien A la afición y a los cuernos, Que dediquen, falta poco, La mayor parte del tiempo A reconocer la plaza Ya que va a haber tales llenos Cuando venga Mazzantini, Como igualmente establezco Súplica a los inteligentes Para que vayan con tiento Y se esperen a que vengan Las cuadrillas que queremos Y no, a la postre resulte El lamentable suceso De que no tengamos plaza Y no veamos toreros De verdad, con arte, ciencia Y diznidaz. Esperemos. Alsásua.304 1897 FELIZ VIAJE.305 Después de una temporada que fue en provecho muy grande y no chica en ovaciones de las plazas importantes; después de haber toreado en más de sesenta tardes y de traer para casa no pocos miles de reales; después de haber recorrido toda España en cien viajes y de haber estoqueado doscientos cornudos grandes, en lugar de descansar como casi todos hacen, esperando que se acerquen las fiestas primaverales, don Luis Mazzantini, ahora, a traspasar vá los mares y en México seguirá 304 305
El Popular, D.F., del 31 de octubre de 1897, p. 1. Estos versos los publicó El Enano de Madrid, con motivo del viaje a México de Mazzantini y Villita.
los quites inimitables, que tantos aficionados con entusiasmo le aplauden, y dará esas estocadas que llamamos colosales, porque ya no hay adjetivos propios de cosas tan grandes. La contrata de verdad que no es nada despreciable y pesos a de cobrar sus veinticinco millares. Y como a nadie le amarga cobrar esas cantidades, don Luis habrá dicho: -Bueno, ¿qué los meses invernales no los paso tan tranquilo como los pasé años antes? No importa, ya seré viejo y tiempo habrá en que descanse, aprovechemos ahora, que aún me quedan facultades. con él va el bravo Villita, muchacho nada cobarde que en México ha de gustar por sus buenas cualidades, pues él se arrima a los toros y sabe bien enterrarles el estoque en el morrillo con valentía y coraje. Hoy en estos malos versos es mi objeto saludarles deseándoles que tengan cómodo y feliz viaje, lo mismo el bravo don Luis que Villita, Tomás, Sastre, Luis y Tomás Recatero, Cirilo, y Enrique Sánchez, el Largo, Hierro, Berrinches y todo el que el charco pase. Que no tengan rozamiento con los pitones, y guarden incólumes sus personas, que podemos saludarles cuando a la patria regresen llenos de felicidades. con que, señores, repito, salud y feliz viaje. Manuel Serrano García-Vao.306 1897 306
El toreo. Semanario ilustrado. Año III, México, noviembre 6 de 1897, Nº 3, p. 3 y 6.
Plaza de Bucareli. Domingo 12 de diciembre de 1897. Con gran magnificencia… Con gran magnificencia la nueva temporada se inaugura. ¡Bendita… providencia que, en forma de toreros de… conciencia, cuatro ú cinco corridas asegura! Mazzantini, ¿qué tal? ¿Y en otro espada? ¿Y los chicos que ponen banderillas? ¿Y los toros, señores? Nada, nada; digamos de una vez: “La temporada con tales matadores y cuadrillas nos ha dado un programa apetitoso que causará placeres verdaderos aún al más exigente, escrupuloso y tenaz detractor de los toreros… ¿Hay un cartel así, tan primoroso? yo me voy a los toros, caballeros. Una corrida tal, es -donde no hay ningún maletala diversión más completa que posee las tres bes, llena de mil gallardías, de vívidos resplandores, de luz, de aire, de colores, de ruidosas alegrías, de placenteros espasmos, de olor a rosas y a lirios, de disloques, de delirios y de grandes entusiasmos. ¿Dos matadores… decentes, -no dos tipos matachinesestoqueando seis Santines con arte, siempre valientes?
¿y sus seis banderilleros? ¿y sus cuatro picadores? Vóyme a la plaza, señores… ..................... Ya estoy aquí caballeros. En el mismísimo acto de sentarme en la barrera, me asombre, de tal manera, que me quedé… estupefacto. ¡Qué conjunto tan hermoso! De perspectiva ¡qué efecto! Qué animación y qué aspecto humano tan primoroso! lector, para que te enteres y las impresiones juntes, bien detallados apuntes hice de aquellas mujeres de hermosura peregrina que a Dios mismo vuelven loco… ¿A Dios? Me parece poco. Allí ví una Mazzantina superior… Mas de las bellas que había en la… reunión no puedo hablar, por razón de ser lindas todas ellas; con una boquita… así y unos ojos que… ya… ya y unos talles… hasta allá y unas formas… hasta allí. ¡Uy! había soberanas bellezas, como… ellas solas con mantillas españolas y con almas mexicanas, para ver de las cuadrillas, con entusiasta deseo, el elegante toreo, la suerte de banderillas, los sublimes volapiés de los primeros espadas… Y oír después las palmadas los bravos y los olés. (. . . . . . . . . . . . . . .) Sonó el clarín y salió en un caballo arrogante el Alguacil, y al instante la GENTE Lector, se oyó una ovación que brotó del público muy vibrante, como jamás se escuchó. Así a Don Luis saludó la ansiedad febriscitante de la afición. ¡Digo yo!
(. . . . . . . . . . . . . . .) Segundo toro. Villita ejecuta tres verónicas y una navarra algo movido de piés, que le aplauden. Luego marra el Largo, y el Castañero una vara pone y cae. Pepe el Largo, vuelve, fiero, pues sabe lo que se trae y dos varas bien lucidas pone, que, justo, el país premió con palmas nutridas. Villita al quite y D. Luis Cirilo, un bajo lanzazo y Albañil, con alegría, o alegre entra, y del batacazo que llevó… a la enfermería. (. . . . . . . . . . . . . . .) Luego del Volapié de Villita… Y remató Comas con un golpe de los certeros. Después la gran ovación: bravos y puros, sombreros y una mujer muy bonita exclamó, echándole flores: “¡Viva tu madre, Villita!” ¡Olé por los matadores! Tercer toro. Pues del toro a los envites rodaban los picadores para D. Luis hacer quites, como suyos, superiores, que de aprobación el fallo tuvieron. Se le aplaudió por ellos. En un caballo el toro se aquerenció. (. . . . . . . . . . . . . . .) Un peón le estorba otra vez y de Pablo Herraiz se acuerda307 para alegrar, con donaire; al toro echó la montera y, de relance, coloca un buen par. (Bernardo) Hierro cuartea otro par y el toro pasa 307
Tomás Mazzantini, banderillero en la cuadrilla de Luis Mazzantini. (N. del A.)
al poder de la muleta de Don Luis, que, previo un brindis a los de sol, le trastea y no muy lucidamente con la izquierda, la derecha; huye el toro y rebrincando a las tablas se aquerencia; sufre un desarme, prosigue don Luis su mala faena, da tres medias estocadas eso sí, en los altos, buenas, y el buey se hace de sentido; dos descabellos intenta a pulso, aunque por taparse el bicho pronto no rueda, y Mazzantini por fin, le hizo polvo a la tercera vez. Aplausos muy pocos de una y otra concurrencia. por exceso de castigo, en varas, llegó la fiera a la muerte ya sin bríos y del todo descompuesta. (. . . . . . . . . . . . . . .) Cuarto toro. Y por maula e indecente y demostrar mucha guasa, le gritó así el Presidente: ¡Largo… á cas! Se retiraron los diestros del lado del animal y se fue con los cabestros al corral. (. . . . . . . . . . . . . . .) Sustituto. Don Luis con gran ligereza hizo un quite superior, y oyó por tanta destreza un aplauso atronador. Tras los puyazos… Medio par en una oreja o casi, casi; otro palo del par igualmente malo y el toro, claro, se queja. Laborda quiso enmendar su labor, guapo deseo, y pone a limpio cuarteo en seguida otro buen par. (. . . . . . . . . . . . . . .)
Del delirio taurino los excesos brotaron desde sombra y desde sol y llovieron allí puros y pesos. una niña gritó: a ese español con gusto le daría un par de besos. yo que estaba muy cerca y que la oí, la dije muy formal: Si siente usted por él tal frenesí, por de pronto, es igual: puede usted, niña, dármelos a mí. Quinto toro. Nueve varas tomó con voluntad y otros tantos soberbios latigazos recibieron de veras, Castañero y Cirilo y el Sastre y Pepe el Largo. se quedaron sin ropa mayormente los baúles de cinco o seis caballos, mientras todos frenéticos al toro aplaudían allí con entusiasmo. El Largo por tres varas magistrales con justicia, lector, fue ovacionado como fue ovacionado Mazzantini por sus quites con arte ejecutados cual Villita que listo estaba siempre de hacer quites también. ¡Qué hermoso cuadro! Tras un quite de Villita… Pero el diablo de Tomás, que nada tiene de zote, le dijo, Villa ¿Qué estás haciendo? y al toro ¡zas se llevó con su capote! Y en la faena, Mazzantini… Al son de medio compás de habanera, y dos compases de polka. En fin que sus pases fueron baile nada más. Y entrando pronto a matar sobre corto y por derecho -así, maestro, bien hechoal animal partió el alma de media estocada buena con acierto verdadero. Se le echó, y el puntillero le obligó a besar la arena. Sexto toro.
Cirilo solo picó para poner broche de oro cinco veces el chavó castigó muy bien al toro y el público le aplaudió mientras que al Sastre Don Luis le dijo: no te hagas pato. Eso está muy mal en mis picadores y no es grato que te arme bronca el… país. Continúa Villita en la faena de muleta… Y otra ovación monstruosa piramidal, y otra vez la hermosa y angelical criatura entusiasmada gritóle así: “Yo me como ese espada por que… sí. RESUMEN. Si quieren, lectores, que agote mi numen haciendo un prolijo y difuso resumen, se llevan un chasco solemne, de veras. Mi musa me dice: “No puedo, aunque quieras, “ni veinte renglones ya más inspirarte, “pues no soy, ALSÁSUA, devoto del arte, “taurómaco tuvo que tanto te encanta”. Así dijo y fuese la muy… musa santa. Pues no hago resumen, señores, les dejo que ustedes lo formen al débil reflejo que pálida arroje mi pobre revista, pues creo que todos tendrán buena vista. ................ No bien Mazzantini, Villita muy bien. Pasables los toros. ¿Los hicos? No hay quien ya mucho, ya poco no haya hecho lo suyo en varas el Largo; y… yo aquí concluyo. ALSÁSUA.308 1897 Chuzas. De erratas plagada ¡horror! mi revista salió ayer; pero debo suponer 308
El Popular, D.F., del 15 de diciembre de 1897, p. 1.
que el criterio del lector salvará tanto primor escapado a los cajistas. Todos los Mazzantinistas dirían, cual si lo viera: ¡Jesús! ¡Vaya una manera de confeccionar revistas! En fin, remedio no tiene por hoy. Yo procuraré que con tanto error no esté la del domingo que viene, para que agrade y que llene exigencias que, a montón, todas con mucha razón, he notado, por mi mal, entre el guapo personal que aquí tiene la AFICIÓN. Alsásua.309 1897 Un atrevido empresario… Un atrevido empresario de esta culta capital abriga el original negocio extra – ordinario de contratar para México a las muchachas toreras que se burlan de las fieras con un valor estratégico y manejan el estoque la capa y las banderillas con saber. Esas chiquillas van a causar ¡el disloque! Ya pueden ir los toreros con la música a otra parte porque no saben más… arte que presumir a… Plateros y mostrar en las aceras… todo lo que Dios les dio. ¡Lectores, prefiero yo a las mujeres toreras! Si después ellas también en cualquier céntrica esquina quieren, de manera fina, prodigar a tutiplén a los hombres galanteos y palabras cariñosas, 309
El Popular, D.F., del 16 de diciembre de 1897, p. 1.
para no ver tales cosas me abstendré de ir a paseos. ¡Vengan pronto esas mujeres que en España hacen furor por su gracia, su valor, sus andares y… quereres. Alsásua.310 1897 TOROS. EL NARANJITO, TORERÍN Y CERVERA. Pus señor; (no hay que asustarse Que no voy a contar cuentos) Voy a decir simplemente Lo que ocurrió (si me acuerdo) En la corría pasá Cuando entré al circo; al primero Ya le habían dao muerte, Así es, que con sentimiento No les puedo aquí decir Lo que el Naranjito ha jecho. Sólo sé lo que una sílfide De remuchismo salero Que estaba a la vera mía Me dijo: -Zeñó mu güeno Que fue el primé mataó Sin una pizca de mieo Matando con circunstancias -Yo no lo he visto -lo siento Porque si usté lo vislumbra Se quéa pa siempre tuerto. -Antes (ilegible) que tal veas -Dice usté. -Nada… y me alentó. Suena el clarín y aparece Por la puerta del chiquero El segundo de la tarde, Negro, listón; sin respeto Al jefe de la cuadrilla No arma un lío de los buenos Tirándole capotazos Todos a diestro y siniestro. Los piqueros ponen varias Puyas; y al segundo tercio Pasar; y los (ilegible) ponen Tres buenos pares y medio Después de dar dos salidas 310
El Popular, D.F., del 25 de mayo de 1897, p. 1.
Por quedarse el cornúpeto. Torerín; azul y plata Con cabos rojos; derecho Se dirige al presidente Lo saluda con respeto Y con muleta y estoque Se vá pa el buró sin mieo. Le da dos con la derecha Uno con la izquierda; y luego Se tira con valentía Y deja en los mismos medios Es decir, deja en la cruz Una estocá hasta los deos Que el público entusiasmado Aplaudió;… un descabello Á pulso, dan fin del toro; Dianas; oreja, y sombreros. Mi vecina entusiasmada Gritaba: -viva el salero! Le tira un ramo de flores Quiere tirar mi sombrero Pero como yo me opongo Diciéndole, que es el nuevo, Me dijo: -Uste es un tío Litri Aprenda y quése tuerto. Vuelve a sonar el clarín Y se presenta el tercero, Morucho, con muchos pies Más que novillo un becerro, Cervera toma una vara Cita, y en los mismos medios Salta con mucha limpieza, El público está contento Y escucha Cervera palmas. -¡Olé por los niños buenos!Voy a comprarte un carruaje Tirao por cinco camellos Y veinticuatro elefantes, Pa que vayas de paseo Tóo los días por la tarde Acompañando a mis huesos. 1897 Se celebró en la ciudad de México, y en la plaza de Bucareli, la tarde del 26 de diciembre de 1897 un festejo en el que intervinieron Luis Mazzantini y Nicanor Villa Villita, frente a seis toros de Tepeyahualco. En la prensa, seguramente en El Demócrata, debe haber aparecido la crónica de Pitones, de la que, para los redactores de El Toreo en Madrid, les pareció oportuno este conjunto de versos que aparecen a continuación: Me parecieron por sus arranques…
Me parecieron por sus arranques los toros guapos y hermosos yankees. Eran más propios, según infiero, más que pa´ lidia, pa´ el matadero. Toros muy gordos, muy presentados, pero, señores, ¡qué condenados! ¿Quién, cuanto tienen tan mala lidia, no de ver toros se refastidia? En los tendidos como en los palcos ¡nada gustásteis, Tepeyahualcos! ¿Lidia difícil y sin nobleza? pues, claro, todo Dios de cabeza. Y aunque por grasa, fuisteis portentos de allí salimos muy descontentos. Dos toros sólo fueron… magníficos ¿los otros cuatro? Fueron… científicos. Pitones.311 1897 CON EL PIE EN EL ESTRIBO. Toros, bailes, regatas, romerías, Gigantones y fuegos de artificio, ¡Quedad con Dios! deberes del servicio Me empujan a otras aguas más bravías. Logren vuestras dudosas alegrías Servir a mi salud de beneficio, Pues mayores venturas no codicio Ni me parecen propias de mis días. Recorrí por placer o por acaso Una parte del mundo nada escasa. Ya sólo con esfuerzo muevo el paso. De cuanto hermoso ví gocé sin tasa; Y hoy puedo asegurar que en todo caso Donde una está mejor es en su casa. MANUEL DEL PALACIO312
311 312
El Toreo, Madrid, del 24 de enero de 1898, p. 3. EL DESPERTADOR, MORELOS, del 23.06.1897, p. 7.
1897 El hombre del día. Mazzantini, el torero que tiene, cual otro ninguno, predilecta pupila, y que viene por plata el muy tuno, ha sabido que en México cuenta con sólidas bases por igual entre chicos de imprenta aquí, que entre clases culminantes, socialmente hablando: y puestos los codos en la guapa actitud que mirando estamos, va a todos -que a su vista conviértense en mudospor todas las calles prodigando afectuosos saludos sin muchos detalles ni actitud de servil reverencia, aunque que a él le titulan, cuando menos, milord o excelencia. Y no es que le adulan, como así, simplemente, parece. Don Luis, caballeros, otro tanto, y aún más, se merece, porque es, de toreros, quien, hazaña viril tras hazaña, social o taurina, ha llegado a ganarse en España, lo mismo que… en China, sin andarse con falsos papeles, de DIGNO el dictado; y lo prueban los muchos laureles que ya se ha conquistado, de igual modo en fastuosos salones que en circos taurinos. Hoy ostentan Don Luis los blasones soberbios, divinos, del perfecto y cortés caballero, por sus bellas trazas, cual campea, arrogante torero, con ARTE las plazas. Generales, ministros, marqueses, banqueros y… todos los que valen y tienen parneses, de muy varios modos, ante tal eminencia se inclinan, sombrero en la mano; y que se haga en su honor, hoy opinan con criterio sano, un banquete monstruoso, dó vaya
la nata y la flor, y discursos y brindis mil haya. -Muy bien. Sí, señor. ALSASUA.313 1897 COUPLETS VARIADOS. Dice un periódico que para la próxima temporada de toros, vendrá de España una cuadrilla de señoritas. Ya hay mujeres escritoras, Mujeres telegrafistas Y mujeres cobradoras Y hasta mujeres cajistas. Pronto mujeres tendremos En nuestras plazas, de modo Que al paso que vamos, vemos Que hay mujeres… para todo. Anónimo.314 1897 TOREO FEMENINO. En el diario “Las Tijeras” He visto en la gacetilla, Que hay formada una cuadrilla De señoritas toreras. Que nunca meten la pata, Que tienen mucho amor propio Que hay unas que dan el opio Y hay otras que dan la lata. Me alegro ¡que diantre! a ver Si las hembras dan de sí Estocadas hasta allí O pican cual debe ser. No zurzáis más calzoncillos, Niñas que el arte reclama, No cosais, no hagáis la cama, Que os esperan los zarcillos. Dejad la costura quieta, 313
El Popular. Diario moderno independiente, político ilustrado. Jocoserio y de caricaturas. D.F., del 13 de diciembre de 1897, p. 3. 314 FREGOLÍ, D.F., del 01.07.1897, p. 7.
Nunca más fregar el suelo. ¡Viva el arte de Frascuelo Y que muera la escobeta! Venceréis al fin y al cabo. ¡Odiais la cocina? ¡Bien! ¿Y el fregadero? ¡También! ¿Amais a los cuernos? ¡Bravo! Seguid sin temores, hijas, Venceréis en cualquier parte, ¡Salud, lumbreras del arte, Frascuelas y Lagartijas! Anónimo.315 1897 ANDALUZADAS A PAARITO Entre dos matadores Se entabló cierta vez una disputa, Porque los dos decían Que habían hecho primores Y que gloria inmortal se merecían. Yo, prorrumpió uno de ellos Seis toros una tarde he recibido; Y al último le dí tal puñetazo Que lo arrojé al tendido. Eso casi no es nada, Yo hice cosas mejores camarada. Una ocasión la gente pidió en coro Que yo pareara un toro Y vea vd. la manera Como adorné a la fiera. Monté sobre mis hombros dos chiquillos, Y tomé los zarcillos. Después, en la cabeza Me pusieron tres pianos, dos candiles Un vaso de cerveza. Me amarraron los pies con seis cordones, Colocáronme un fardo en los pulmones, Y luego me sentaron En una mecedora de bejuco, Poniéndome un zapato en cada oreja Y en la boca un trabuco. 315
Op. Cit.
Vendáronme los ojos Y por la luz que alumbra el firmamento Que así he banderillado y que no miento. Rióse el rival, y dijo: ¡qué bobada! Pues yo he matado un bicho cual ninguno. -¿Cómo? ¡De una cornada! Por fin, cierta ocasión que trabajaron Estos dos matadores, Tan insufriblemente se portaron Que una silba tremenda se llevaron. (Fiese usted de toreros habladores!) Anónimo.316 1897 El presente registro, procede de la siguiente publicación: ADIÓS A MÉXICO. 35. Colección de canciones modernas para 1897. Publicadas por Antonio Vanegas Arroyo y un grabado de José Guadalupe Posada.317 Lo anterior, forma parte del interesante proyecto digital denominado Impresos Populares Iberoamericanos, lo que representa una enorme ayuda, y una excelente herramienta para ubicar nuevos materiales relacionados con los quehaceres, tanto de Antonio Vanegas Arroyo, como de José Guadalupe Posada y Manuel Manilla. 5 ADIOS A MÉXICO. (Fragmento) (. . . . . . . . . .) Adiós, chata Villaruel que paseabas con salero, también en Juan Carbonero tomamos pulque curado. Callejón del Recabado donde había la Tina de Oro; adiós, pulquería del Toro que de fama es lo mejor. Adiós, querida Leonor, ya no me hará usted Borrego; adiós, templo de San Diego con alteres de oración Adiós, Soledad Rincón, pues te llevo aquí en la meolla; adiós, Caballo de Troya, que eres consuelo de moros. Adiós, Plaza de Toros que ha levantado Ponciano; 316 317
FRÉGOLI, D.F., del 15.08.1897, p. 6 Consulta en internet febrero 19, 2018 en: http://ipm.literaturaspopulares.org/P%C3%A1gina:AAMexico.djvu/1
adiós, casa del Hospicio donde tratan con crueldad. Adiós, doña Soledad con sus hijos y su abuela; adiós, grande Ciudadela donde se pasea muy bien. (. . . . . . . . . .) 1897 TOROS. Nos remite una señora, para su publicación, los siguientes versos: Ahí viene Mazzantini con su cuadrilla y de segundo espada Nicanor Villa. ¡Olé, salero! Los nenes más barbianes del mundo entero. El día de la Virgen de Guadalupe la primera corrida será de fuste. ¡Bien por la empresa! que se gasta su plata para esas fiestas. Seguro es que la plaza se llena toda de lindas mejicanas y de españolas, que en ese día lucirán sus encantos con alegría. Precioso panorama que ya lo veo con los ávidos ojos de mi deseo: flores, mantillas, como si hubiese en Méjico treinta Sevillas. Y ya está el sexo fuerte de enhorabuena, pues con esas toreras faltará poco para que todo Méjico
se vuelva loco. Que del sol mejicano la luz radiosa alumbrando esa fiesta tan deliciosa, los corazones llenará de entusiasmo y de ilusiones. Santín, Tepeyahualco, el Cazadero y Atenco, son los toros que darán juego con su trapío, pues son hermosas fieras de estampa y brío. De esta ocasión espléndida que por rareza nos brinda finamente galante empresa, se hará memoria, porque aquello, señores, será la gloria. Che.318 1897 GRAN NOVEDAD DEL SIGLO XIX La Banderillera Mexicana MARÍA AGUIRRE DE RODRÍGUEZ. Con un entusiasmo ardiente Fue recibida en Mixcoac; Los de frazada y de frac La aplaudieron ciegamente. En un caballo excelente Se presenta la torera, Con su sonrisa hechicera, Y el público con agrado Grita muy entusiasmado: ¡Viva la banderillera! Sigue corriendo a caballo Al redondel de la plaza, Porque nada le embaraza Y así parte como un rayo. Toma otro par sin desmayo 318
EL CORREO ESPAÑOL, D.F., del 3 de diciembre de 1897, p. 2.
Y lo clava muy certero, Y el público placentero Le brinda mil ovaciones Y palmadas a millones Con un afecto sincero. La encantadora Charrita De la ciudad de Zamora Llegó a México en buena hora Con gracia tan exquisita. Es una perla o joyita En el arte del toreo, Es de México el recreo, Es honra de la cuadrilla, Pues clava sus banderillas Con mucha gracia al cuarteo. La charrita mexicana Hoy es el lujo y la gloria Que guardará en su memoria La gente republicana. Ya la plaza muy ufana Del público de Mixcoac, Ya sea de frazada o frac, La aplaude con frenesí, Y se dice para sí Ya no habrá otra más allá. Desde su pequeña edad Mostró su afecto al caballo, Corriéndolo como un rayo A toda velocidad. Su graciosa agilidad La conquistó mil laureles Y diplomas y papeles De grandiosa garantía, Como se muestra hoy en día Adornada de oropeles. Con los toritos de Atenco Ha mostrado mucho arrojo, Y sin que le cause enojo El toro más bravo o penco. Hasta el novillo mostrenco Lo ha sabido tolerar, Y también banderillar Con un acento risueño Como si pasara un sueño Al punto de despertar. En el puerto Mazatlán Se conserva una memoria De la prez y de la gloria
Conquistada con afán. Todos los pueblos dirán: ¡Viva María la charrita! Que además de ser bonita Tiene una gracia especial, Pues torea en lo general De una manera exquisita. En la ciudad de Zamora, Estado de Michoacán, Con escrupuloso afán Vio la Charrita la aurora. Del toreo contempladora Fue desde su tierna infancia, Y sin darse la importancia De buena y grande torera, Se conquistó la bandera Con los toros de arrogancia. Al puerto de Mazatlán Llegó con buena cuadrilla, Y allí fue una maravilla Que todos aplaudirán. Ya con su incansable afán Dejó al público admirado, Y con entusiasta agrado Le aplaudieron con vehemencia, Pues fue tal su inteligencia Que el mundo quedó admirado. En Guaymas, en Hermosillo, Toreó con bastante acierto, Con espíritu despierto Y con excelente brillo. Con los toros de Trujillo, Con Atenco y Cazadero, También con el Venadero Bien se supo distinguir, Y con gran gracia lucir En el arte del toreo. Chihuahua y Paso del Norte Le dieron los parabienes, Colocándole en sus sienes Un laurel de grande porte. Os hombres de la gran corte Le hicieron mil ovaciones, Y los nobles corazones Del genio republicano ¡Oh! le tendieron la mano Con generosas acciones. En Durango y en Saltillo,
También en Aguascalientes Con aplausos muy vehementes Le dieron un alto brillo. Hasta el rústico y sencillo De los campos le aplaudió, Y todo el mundo admiró Su destreza y gran arrojo, Y al toro le causó enojo La arrogancia que se dio. Querétaro y Guanajuato, Y Tulancingo y Pachuca No hicieron la cosa cuca Sólo con ver su retrato. Hasta el torero más chato De las plazas de Madrid Se entusiasmó en aplaudir, Diciendo en medio a la grita: ¡Viva siempre la Charrita Que entra arrojada a la lid! En fin, el público entero Hoy aplaude a la Charrita Como una cosa exquisita Y en cariño verdadero. Ella es la honra del torero Que se luce por doquiera Con una gracia hechicera Que no se podrá olvidar, Porque se ha de conservar El nombre de la torera. México.-Imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, Calle de Santa Teresa Núm. 1. 319 1897 CHUZAS. Algabeño, Mazzantini, Minuto, Bomba, Reverte, Guerra, Villita, Frascuelo, Faíco, Lagartijo y Fuentes, son los que ya se susurra que vendrán probablemente, porque hay 32,000 pesos reunidos y, parece que hasta ya dinero sobra para traer a esa gente. A cada cual, en reparto por igual entre los nueve, tocan dos mil ochocientos 319
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diez y ocho pesos, que tienen según el cambio del día, el valor equivalente a mil novecientos doce duros españoles. ¡Puede! El cambio al 150 por ciento, que yo sobre ese tipo acabo de fundar la operación. Sí, sí, vienen los nueve aplaudidos diestros para dar como unas vente funciones con sus cuadrillas, cada uno con seis reses de famosa procedencia, aunque dicha suma empleen (porque es mucho lo que sobra) en gastos de embarque, fletes, pasajes, trasbordo y otros motivos que van al Debe. .................... Los gastos de aquí, el regreso, la manzanilla, que siempre van derramando a su paso matadores así célebres; el fletar dos o tres buques que conduzcan los laureles desde México hasta España, (porque aquí, si no hay dinero, hay abundancia de verde) y otros gastos imprevistos que surgen constantemente… todo, todo y mucho más sí, señores, puede hacerse con mil novecientos doce del cuño español duretes. ¿Les parece a ustedes poco? A mí no me lo parece, y, es más, creo que hasta sobra dinero para los nueve matadores de cartel, que vendrán… seguramente. ¡Caracoles! ¡si son buenos! Otra vez, lean ustedes: Algabeño, Mazzantini, Minuto, Bomba, Reverte, Guerra, Villita, Frascuelo Faíco, Lagartijo y Fuentes… ¡La flor y nata española de los matadores célebres! .................... Seis toros de allá y de… batem media cuadrilla de nenes que saben lo que es toreo
y que ganan sueldos fuertes, y un matador con los gastos, por supuesto, consiguientes ¿por mil novecientos doce duros? Muy bien me parece, y, vamos que de seguro vienen. ¡Bah! ¡Vaya si vienen! Señores aficionados de México: ya que ustedes quieren ver buenos toreros y buenas corridas, deben reunir toda la plata que la República tiene para que sean verdad tantos dimes y diretes. Mientras tanto, no habrá toros más que… con la misma gente a que estamos obligados, por nuestra desgracia, siempre: El Señorito y Zayitas y Boto y otros… valientes… toreros llenos de buena voluntad, aunque carecen de todo lo necesario como les sobra, con creces, mucha prudencia, ignorancia y virtudes adyacentes. (. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ) Alsásua.320 1897 TOROS. Nos remite una señora, para su publicación, los siguientes versos: Ahí viene Mazzantini con su cuadrilla y de segundo espada Nicanor Villa. ¡Olé, salero! Los nenes más barbianes del mundo entero. El día de la Virgen de Guadalupe la primera corrida 320
El Popular. Diario moderno independiente, político ilustrado, joco-serio y de caricaturas. México, D.F., 2 de septiembre de 1897, p. 1.
será de fuste. ¡Bien por la empresa! que se gasta su plata para esas fiestas. Seguro es que la plaza se llena toda de lindas mejicanas y de españolas, que en ese día lucirán sus encantos con alegría. Precioso panorama que ya lo veo con los ávidos ojos de mi deseo: flores, mantillas, como si hubiese en Méjico treinta Sevillas. Y ya está el sexo fuerte de enhorabuena, pues con esas toreras faltará poco para que todo Méjico se vuelva loco. Que del sol mejicano la luz radiosa alumbrando esa fiesta tan deliciosa, los corazones llenará de entusiasmo y de ilusiones. Santín, Tepeyahualco, el Cazadero y Atenco, son los toros que darán juego con su trapío, pues son hermosas fieras de estampa y brío. De esta ocasión espléndida que por rareza nos brinda finamente galante empresa, se hará memoria, porque aquello, señores, será la gloria.
Che.321 1897 TOROS. Mu buenos días señores: contando con el “premiso” de “tóos” los animales que en er circo se han corrió, me tomo la libertá de icir desde mi sitio que aquí nó saben ver toros ni saben qué son novillos. En la corría pasá se presentó un buró fino que er probe porque era mucho aunque tenía su brío, al bueno del regidor se le antojó (probecito) retirarlo pa el corral después de haber tomao cinco puyas con mucho coraje; pero era mocho ¡Dios mío! La función que se anunció ¿fue de toros o novillos? ¿fue de desecho? ¿o no fue? pues si lo fue, aquí digo que el ganao tiene que ser bien mocho, astillao o bizco, o burriciego o quebrao, vamos de desecho; he dicho. Pus entonces ¿hay razón pa retirar un torito que se trae mucho coraje pa luego sustituirlo por un buey malo o cobarde y que sólo sus instintos eran irse pa el corral? ¿Hay razón pa esto? ¡digo que aquí no saben ver toros! y que quieren en novillos lo que no se pueda dar aunque a veces sale un niño como el mocho de ayer tarde que se trae mucho consigo y que pa ser de chipé sólo falta que con tino le den lo que se merece, le toreen con sentío y que el señor regidor 321
EL CORREO ESPAÑOL, D.F., del 3 de diciembre de 1897, p. 2.
se ponga unos lentes finos y en vez de echarle al corral se lo deje a tós los chicos, y así los aficionados saldrán contentos. He dicho. Anónimo.322 1897 Han de estar entusiasmados… Han de estar entusiasmados, si ya saben la noticia con muchísima justicia todos los aficionados. Las muchachitas toreras vienen, ya están en camino, y traen el arte divino de… muchísimas maneras. Como saben torear y hacer miles de monadas, van a ser ovacionadas por los públicos… la mar! Pues matan, banderillean y pican, y… son tan fuertes, que además de tales suertes, a caballo rejonean., Pero si en cualquier corrida por descuido, sucediere que el toro al bulto se fuere y viéramos una cogida. ¿Qué sería bueno hacer para no mirar desnuda a una de ellas? Por la duda, lo mejor será… no ver. Y para poder lograr tal deseo y no ver nada, es cosa más acertada para no ver, no mirar. Alsásua.323 1897 322 323
El Diario del Hogar. México, D.F., del 29 de junio de 1897, p. 3. El Popular. México, D.F., 4 de julio de 1897, p. 3.
CHUZAS. No habrá toros. El dinero de accionistas reunido se devuelve todo entero por… el Cambio, que ha subido veinte puntos sobre cero. ¡Adiós, famoso Reverte! ¡Adiós, ilusiones mías! ¡Adiós, el abrazo fuerte señal de mis simpatías, que pensaba darte, al verte! ¡Adiós, sueños entusiastas de mi taurina afición! ¡Adiós, corridas con astas de bichos de puras castas y diestros de condición! ¡Es imposible que así quedemos decepcionados! al Señorito o Zayitas… dos diestros aclamados contrataremos aquí. Han hecho bien, en conciencia, Reverte como Minuto. Temieron la competencia y… la posible emergencia de un revolcón absoluto. Alsásua.324 1897 ENTRE BRUTOS GRAN CAMELO AL PÚBLICO EL TORO y EL “NEGRO” ¿Billy Clark preto y multade? Yo no fui a Toluca ¡bah! porque el mismo resultado fue por mí vaticinado. ¡Si lo sabría yo ya! En una semi-revista, de augurio que antes de ayer hice, dije: ¿lucha haber taurómaco-pugilista? 324
El Popular. Ciudad de México, 6 de junio de 1897, p. 1.
Señores, no puede ser. .......... Verán ustedes. La arena pisa un toro de Santín negro y de libras, de buena presencia, tras de que suena para la lucha el clarín. Capotazos por aquí, percalazos por allá. El público grita: ¡Ya” El negro contesta: ¡Si! Y PITÓN replica: ¡Quía! Billy Clark toma un capote, se quiere acercar y ¡safa! tira el capote al cogote del toro, y con gran cerote corre y dice: ¡como piafa! En que el toro, el negro al ver, lanzó un terrible mugido que dejó al negro aterido de miedo, y echó a correr por el toro perseguido. Fue tal la resolución de Billy Clark, tal su audacia, tal su atlético tesón, que se echó con mucha… gracia de cabeza al callejón. ¡Vaya una silba estruendosa que del uno a otro confín de la plaza oyóse! ¡Hermosa agilidad y gloriosa lid del negro y del Santín! El negro sale otra vez con el deseo marcado de luchar, y allí ¡pardiez! se puso el negro morado, y eso que es como la pez. Doble susto, otra carrera al írsele el toro encima, y también a la barrera salta el negro, que a la fiera, caballeros, no se arrima. (¿?) de rechifla al… satanás; pero el toro le ve y ¡zas! Le propina un par de coces.
¡Ah! de indignación el grito fFue total. Bronca nutrida de que hablar no necesito, pero que fue merecida para aquel negro maldito. Ya por fin se decidió Billy Clark, y te arrojó sobre los cuernos del toro; mas el toro le arrolló, y otra vez la chifla a su coso. A punto estuvo de ser el pugilista (¿?) cogido, como era de suponer; se levantó, echó a correr, y no paró hasta el tendido. .......... -¡Negro, que se va la tarde! -¡Deja que el toro te venza! -¿A qué vino tanto alarde? ¡Gandul! -¡Feo! -¡Sinvergüenza! ¡Canalla! ¡Tizón! ¡Cobarde! ¡Vaya usted mucho a la porra! Negrazo! ¡Bruto! ¡Animal! ¡A la cárcel! ¡Eh, no corra! .......... ¡Qué insultos, Dios me socorra! Vamos, no tienen igual. Voces así en un momento oyó el intrépido atleta, por tan justo descontento. Al que en dibujos se meta Sírvale esto de escarmiento. Por la Virgen, que no se haga ya más tal programa aquí; programa-anzuelo, que traga siempre el público que paga, y se ve burlado así. Yo lo supuse; por eso en México me quedé. El público, de regreso
Te alegró, tonto, porque… a Billy dejaron preso. Alsásua.325 1897 Salud a los mexicanos. De la tierra en que nací a la vida y al toreo; regreso otra vez aquí; tan fácil la vuelta ví, que me pareció un paseo. En vuestra nación querida hallé el gozo que se encierra en el alma agradecida: quien vió una vez esta tierra difícilmente la olvida. Ni el tiempo ni los azares del destino turbulento torcieron mi sentimiento; si me separaron mares no me alejó el pensamiento. Siempre fija en mi memoria está la pasada historia de la protección de ustedes; por vuestras nobles mercedes sentí el placer de la gloria. Aunque sin arte y sin estro es mi saludo la muestra del firme entusiasmo nuestro; Mexicanos, este diestro ss da con gusto la diestra. Con el afecto de hermano, vuestro antiguo conocido dice al tenderos la mano: “Si español no hubiera sido quisiera ser mexicano”. Y si del circo en la arena ante la res humillada provoca alguna estocada un aplauso que resuena como universal palmada; o si, por contrario sino, al público entendedor del desenlace taurino, juzgando que erré el camino no le agrada mi labor; siempre obediente a su ley no seré a su voz ingrato; 325
El Popular. Ciudad de México, 25 de agosto de 1897, p. 1.
que la soberana grey tiene la fuerza de un rey para imponer su mandato. Así, a toda la afición vuelve a pedir indulgencia quien halló su galardón más, que en propia suficiencia en vuestro corazón. JOSÉ CENTENO. México, Diciembre 4 de 1897.326 1897 Chuzas. Ya vienen por esos mares, navegando viento en popa, “Mazzantini” con su tropa Y “Villa” y sus auxiliares. Dejaron los patrios lares por cumplir una contrata muy espléndida y muy grata pa esos chicos del toreo, que acá vienen de paseo y se irán, llevando plata. Apuesto, sin duda alguna, a que la gente completa ha cambiado la peseta, a bordo, con gran fortuna, por la manera importuna del constante cabeceo del vapor, y el balanceo que siempre hay en alta mar. ¡Qué bonito es navegar, mas que el horrible es el mareo! Ya los toros de Santín y demás ganaderías han contado de sus días el triste y glorioso fin. Del uno al otro confín, los toros sienten honor al morir en el fragor de su lucha con el hombre, y mueren bien, no os asombre, si bien mata un matador. Y, por Dios, no piensan mal; 326
El Popular. Ciudad de México, 6 de diciembre de 1897, p. 1.
pues también yo prefiriera, de morir, que muerto fuera por manos de un general Presidente o mariscal, vamos, de un primer… espada, como quien no dice nada; pero no por un… pelado o espada desgrestigiado de esos de… la reservada. El toreo también tiene su policía secreta… ¡Abunda tanto maleta que huyendo de España viene! “Mazzantini” en sí contiene la mar de lacha y valor, la circunda un esplendor de envidiable valentía, y es hoy la gloria del día y es un bravo matador. Y ved lo que es el toreo en relación con el mar. Tienen también que torear las delicias del mareo. A todos ellos los veo, valientes, con sus percales capeando vendavales y del buque cabezadas y funestas marejadas y luchas… estomacales. Ello es que vienen, que ya, tengo razón y de sobra, si es que el buque no zozobra, aunque no zozobrarápa decir que se verá de toros la temporada verdaderamente honrada por esa misma razón y que debe la AFICIÓN estar muy regocijada. Alsásua.327 1897 TOROS EN S. BARTOLO NAUCALPAM. Verdadera corrida… del público.
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El Popular. Ciudad de México, 23 de noviembre de 1897, p. 2.
Esperaban los lectores, con seguridad, ayer los datos encantadores de toros y lidiadores de allá. Mas ¡cómo ha de ser! Sus ansiedades inmolo, pues si saber el anhelo es de lo de San Bartolo sabed que fue un gran camelo y no fue un camelo solo. porque, creo, fueron dos, para más grata sorpresa de los que fuimos en pos de divertirnos. Me pesa pero mucho como hay Dios. Un camelo de los yankes del Nacional Mexicano que de un modo… soberano, entre brutales arranques, al público mexicano de tal manera tomó, lector, el pelo… ¡luchones!* --(*) Señor cajista, cuidado con poner: lechones que como fardos, metió a la gente en diez furgones, y… no es papa. Lo ví yo. El otro camelo fue superior. Vamos, ya irrita ver tan crecido el tupé de los empresarios que anunciaron (a) la “Guerrita”. “Coquinero” y “Señorito” en unión del “Remendao” un muchacho muy bonito revistero desgraciao que quiere tocar el pito. ó pitarla, que es igual vistiendo traje de luces… como maleta inicial. Hay hoy tantos avestruces que sienten ansia formal, -ridícula pretenciónde dedicarse al toreo para mal de la afición,
en alas de su… ilusión, ó de su precoz mareo. por pasar de mal cronista a ser torero tan malo pa resultar camelista y merecer este palo, que no sé si lo resista. “La Guerrita” mu valiente mejor dicho, temeraria: aunque eso sí, totalmente decencia y saber carente en la complicada y varia. profesión que se ha buscado. “Coquinero”… acoquinado desde el principio hasta el fin y el “Señorito” empeñado en que nos hará tilín. con su audacia y valentía y su notable afición. Con el tiempo, todavía si toma día tras día de quien sea una lección… llegará a ser matador, ya que con tanto calor con los toros la ha emprendido, puesto que está poseído de lo más güeno: el valor. En resumen; la corrida hizo salir de estampida al público aficionado y todos hemos quedado satisfechos. Se me olvida decir que esta temporada ha tenido la gran sombra para ser aquí iniciada. Ay, caballeros, asombra el verla así profanada. Nos queda el grato consuelo inmenso, descomunal, que tras de tanto camelo viene la gracia del cielo para el doce. Menos mal.
ALSÁSUA.328 1897 CHUZAS. ¡Vengan esos cinco! He tejido ya la palma de verde y fresco laurel, para D. Luis, para él, en… el fondo de mi alma, jardín donde se amontona, confundido, el sentimiento más grande que experimento, y que mi afición abona, por la feliz arribada de Mazzantini, que tiene fama merecida y viene a iniciar la temporada, -tal fue siempre mi deseocon la gracia y valentía de su gran categoría en el arte del toreo. Sed bienvenidos, valientes que con él aquí llegasteis y que con los mares cruzasteis para dar tres esplendentes corridas, que a la AFICIÓN satisfarán, como a mí, que veré con frenesí, dilatando el corazón -al frente de mis cuartillas donde los apuntes tome-, el grato instante en que asoma Don Luis, Villita y cuadrillas, ostentando esa altivez que siempre en el pecho cabe del que cumple y del que sabe: las dos cosas a la vez. ¡Pues tal fue y notorio ahínco hay por ver, creame a mí, toros de veras aquí! ¡Vengan, Don Luis, esos cinco! (. . . . . . . . . .) “Ecijano”, “Cuatrodedos”, Centeno, “Faiquillo”, “Boto”, “Gorete” er zeñó Hermosilla, y otros más, aquí de toros matadores, que unos algo alternan y valen, como -eso todo Dios lo sabe328
El Popular. Ciudad de México, 11 de diciembre de 1897, p. 2.
Alternan y valen poco, o nada, precisamente por su desgracia, los otros, hoy que vino Mazzantini, están dados al demonio, y tras ayes y suspiros escapados desde el fondo de su coleta, así exclaman en desafinado tono: “¡Qué empresario tan lipendis “y qué público tan tonto “y qué…! (Muchas cosas más) “Somos capaces nosotros “de hacer lo que Mazzantini “y que “Villita”, si solos “en el redondel nos dejan, “frente a frente, con los toros. “Pagaba menos el público “y la Empresa menos costo “tendría y un presupuesto “sencillo y nada oneroso. “Ni empresas ni aficionados “entienden aquí el negocio”. Y me cuentan que Centeno que es uno de los del corro y que en silencio había estado, dijo: ¡Ea! Menoz moño y menos jabladuría; tanto yo como vozotro comparado con Don Lui… ya zabemo lo que zomo y er público noz conoce y noz conocen ya toos, siempre yenitos de infundios estais oztedes ¡recorcho” como yo. Zi quié la Vigen, mataremo aquí toros y de Don Lui aprenderemo argo güeno, azin, de pronto, pus valemo a zu lao, zeamo franco, tan poco, que en España, zi valiéramo, ezte nuestro negosio”. Zois toos mu jabladore y yo zoy como vozotro”. Centeno habló igual que un libro Porque no se pone moñoz y estar quiere en su lugar y hace bien, porque no es tonto. Alsásua.329 329
El Popular. Ciudad de México, 12 de diciembre de 1897, p. 1.
1897 DOMINGO 26 DE DICIEMBRE DE 1897 Lector, nunca, jamás será posible que los nenes que aquí garrapateamos, escribiendo de toros, en estilo los unos semi-bárbaro y los otros con más conocimientos taurómacos que el Tato, (así lo dicen ellos muy orondos que en el hablar son parcos) como yo que soy otro revistero de los de tres al cuarto y que escribo de toros mayormente por escribir de… algo: jamás será posible aquí, repito, que dos líneas, unísonas, con cálculo con pupila y con arte en nuestras revistitas escribamos y estemos una vez de acuerdo todos o formemos un criterio aproximado al juzgar de los toros, picadores, cual de peones, espadas y empresarios. Un revistero dice: ¿aquesto es negro? pues quiero yo que sea siempre blanco. Otro dice: “Lectores, yo aseguro que no es blanco ni negro; es colorado y lo pruebo en seguida si alguno me sostiene lo contrario”. Pero llega un tercero y ¡Jesucristo! ¡qué triple confusión! ¡qué maremágnum! Anda, pues ¿y si sale a la palestra con su saber el cuarto? ¿Y si luego yo llego y meto la cuchara y suelto un fárrago de horribles disparates que dejen al lector… paspachurrado? ¿Cualquiera nos entiende! Aquí no hay ni uno que de toros saber no pretendamos y yo creo que todos no llegamos a ser ni… monosabios, que tenemos voluntad, buenos deseos, muchísima afición (que siempre es algo) y escribimos revistas por chiripa con pseudónimos así, muy rebuscados cual Paquiro, Pedrín y Patalarga y Gindama y Trespicos tres o cuatro?) y Antolín y otros muchos incluyéndome yo que sé… otro tanto y que no más allá de mis narices veo en eso de hacer taurinos párrafos;
pues ignoro si a veces es el bicho o bien puesto o capacho o berrendo o de libras o boyante o capirote o cárdeno o verdugo o de pies o sacudido o meleno o abanto o negro o burriciego o cornibrocho o de poder o blanco. Yo, que tengo ambición de ser cronista, lo que solo en mi vida he ambicionado, arrebujo los términos taurinos, que después de leer cien diccionarios han quedado en mi mente, y hago, peguen o no, así involucrándolos, un soberbio guisote o magnífico ajiaco de técnicas palabras revestidas con un tono dogmático y audacia tan soberbia que a mi mismo me causa el gran escándalo. Pero tengo un consuelo. Que los otros amigos y colegas estimados echan mano también de igual sistema para hacer otro tanto… lo cual que a mí me anima y me entusiasma por aquel refrancejo ya olvidado pero que yo recuerdo: “Mal de muchos…” y el mundo es hoy de tontos o de osados. Voy a hacer la revista. Si discrepo de todos los demás… seré otro bárbaro. Aparece en el palco mister Valleto, aAsoma las narices el direitó, sentándose en el biombo con el corneta; y suena en medio de una fuerte ovación la señal convenida para que salga montado en arrogante potro español un alguacil trigueño, medio gitano que vuelve a buscar presto la colección de diestros que cruzaran con arrogancia de sus trajes brotando un multicolor iris de bellas luces, al ancho ruedo… Preparé mis cuartillas, puse atención, me senté en mi barrera y se oyó vibrante el toque que las puertas al toro abrió. PRIMERO Berrendo en negro, capuchino, botinero, bien armado, de libras y bonita lámina. Previas dos verónicas regulares de Mazzantini, tomó cuatro varas y un marronazo; caen dos sistemas métricos y los dos matadores hacen quites, exceptuando uno muy oportuno de Tomasillo a Pepe el Largo, quien como Cirilo y el Albañil, midieron con sus cuerpos el hemisferio. Bernardo cuartea un buen par. (Palmas).
Tomás Mazzantini después de dos salidas en falso por quedarse el toro, alegrando sobre corto colgó al cuarteo un soberbio par. (Aplausos). Y Tomás, al entrar de relance, dentro de la suerte, ya fue arrollado y volteado sin que, por fortuna, sufriera la grave cornada que todos supusimos al verle entre las astas del toro. Un extemporáneo capotazo del Regaterillo pudo haber sido causa de tal cogida. El bicho ya convertido en un completo ladrón, con ribetes de bandido, era además un guasón que a su sombra perseguía, sin haber caso de engaños; tanto que una que allí había lectores, en los escaños de gradas, buena berrenda en rubio, ojo de perdiz, y que lucía por prenda de ornamento en su nariz una verruga con pelo, gritó así: ¡toro maldito! Por poco a Tomás estruja! Me ha puesto el alma en un hito! -Sí, señora; es un granuja… ¡el toro es el mismo diablo… -Bueno, ¿y qué le importa a usté? porque con usted no hablo -Muchas gracias -No hay de qué. SEGUNDO .......... Mas no quiero escribir, toro por toro, los detalles de toda la corrida porque yo me demoro, resulta la reseña muy pesida, digo, pesada; usted, lector, se aburre con tanta prosa vil o verso infame que, sin grandes trabajos, se me ocurre, en continuo derrame, y estar muy enojado por aquella berrenda, que me dio tal descolón, descolón qué causóme mucha mella y me puso arrugado… el pantalón. Confórmate, lector, si tengo númen con que, copla tras copla, haga un breve resumen… ¡De veras! Hoy la musa no me sopla! GANADO Me parecieron por sus arranques los toros guapos y hermosos yankees.
Eran más propios, según infiero, mas que pa lidia, pa el matadero. Toros muy gordos, bien presentados, pero, señores, ¡qué condenados! ¿Quién, cuando tienen tan mala lidia, no de ver toros se re-fastidia? En los tendidos como en los palcos nada gustasteis, Tepeyahualcos! ¿Lidia difícil y sin nobleza? pues, claro, todo Dios de cabeza. Y aunque por grasa, fuisteis portentos de allí salimos muy descontentos. Dos toros sólo fueron… magníficos: ¿Los otros cuatro? fueron… científicos… MATADORES ¿Tendrán acaso disculpa en algo los matadores si echo a los toros la culpa? Pues los toros, sí señores, es siempre la principal causa que puede influir en que estén o bien o mal, y son, vamos al decir, los toros frecuentemente los que a un diestro dan cartel cuando el torero es valiente y luce en el redondel, a más de sus facultades que pa serlo necesita, las muchas habilidades que Mazzantini y Villita otra vez han demostrado, para honrar así su trenza, cuando torean ganado que tenga algo de vergüenza. Mazzantini estuvo bien, teniendo en cuenta lo dicho porque como ustedes ven del toril no salió un bicho sincero, noble, boyante que a la lucha se prestara con la fiereza pujante que el público descara para ver de varas suerte y suerte de banderillas
y ver darle buena muerte sin mover las pantorrillas y ver de capa mil lances y mil lances de muleta… sin retrocesos ni avances ni lidia tan incompleta. Otro tanto decir puedo de Villita, aunque, por Dios, juro que no tuvo miedo nadie, nadie de los dos. Menciono dos soberanos quites hechos por Don Luis que aplaudió con ambas manos, entusiasmado, el país. BANDERILLEROS. ¡Ah! fue grande la brega de todos ellos para lid con los toros Tepeyahualcos, casi todos granujas, siempre en los medios, inciertos y la vista desparramando; pues los chicos sudaron la gota gorda en sustos, capotazos, carreras, brincos, resultando una lidia tan desastrosa cual eran infumables los tales bichos. Para alivio de males, Tomás, que sólo trabaja lo mismito que veinte juntos con una mano herida salió del coso lo cual que lo sentimos de veras, mucho. Hizo prodigios, guapo, siempre Laborda en la brega lo mismo que con los palos; y también hizo lindas y buenas cosas con palos y capote Hierro Bernardo. PICADORES Exceptuando al valiente Don Pepe el Largo los demás estuvieron… remoloneando; y catorce volaron almas al cielo de otros tantos gusanos (alias) jamelgos. POR ÚLTIMO Con los palcos nutridos de mil bellezas y con, ambos tendidos, dos mil cabezas, que de sus entusiasmos hacían gala fue, pasmo de los pasmos, no buena, mala la tercera de abono por desventura
nuestra y por ser muy mono, de catadura el siempre celebrado ¡qué decepción! maledecto ganado de la junción. Alsásua.330 1897 La presente caricatura, que con cierto atrevimiento atribuyo a atribuir a José Guadalupe Posada, tiene una fuerte carga de elementos que darían con el hecho de que se trata del artista aquí estudiado. Como esta, muchas otras pasan desde entonces y hasta hoy sin firma, lo que hace difícil definir y decidir la correspondiente autoría. Sin embargo, el tema taurino no escapaba a la vista del propio aguascalentense, y menos cuando el tema del día era, por entonces el diestro guipuzcoano Luis Mazzantini, quien además de lucir en esta figura desproporcionada, estereotipo de la época, se incluye aquí un doble discurso o mensaje, pues así como se “echa” el capote a la espalda, intenta pegarle un lance al que no es precisamente la representación de un bravo toro, sino de la todavía más áspera embestida que proviene de un cerdo que representa al periódico El Imparcial. La pugna permanente habida entre varios impresos del momento, hizo que este otro –El Popular- se tomara la puntada de entrar en cierta discusión que la sola caricatura era suficiente para generar el resto de la historia.
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El Popular. Ciudad de México, 19 de diciembre de 1897, segunda columna.
El Popular, D.F. del 20 de diciembre de 1897, p. 4. Luis Mazzantini estaba concibiendo justo en ese año la “Temporada” de reconciliación con el público mexicano, luego de su amarga experiencia, ocurrida 10 años atrás, en el capítulo negro que se consumó el 16 de marzo, luego de terrible jornada que terminó prácticamente con una penosa salida por piernas. Miradle: él que vino aquí a lidiar y matar toros, se encontró con otra fiera que frunciéndole los morros, le gruñó y se le echó encima. Mazzantini para al coco los pieses y le torea
con el verdadero aplomo necesario. Después dice, ya con el capote al hombro: ¿Todo por cuestión de “pases”? Pues pa “pases” en redondo, naturales y de pecho los míos. No entiendo de otros. Yo no doy “pases” de gorra porque aun no los conozco ni yo soy el empresario ni me meto en sus negocios. no ataques así, cochino, ni des gruñidos tan roncos ni enseñes tanto la oreja… ¡Ya te han conocido todos! De los versos se puede deducir la campaña de desprestigio que promovió El Imparcial, pero aún peor se desliza la sospecha de que sus redactores estuviesen metidos en turbias maniobras de pretender cobrar por hacer la nota respectiva, a la que el “Rey del Volapié” se negó rotundamente. Eran quizás los comienzos de un nefasto ejercicio que, con los años tendría en Carlos Quiroz “Monosabio” a su mejor representante. Es una lástima que tan inteligente escritor, un auténtico pozo de sabiduría, se involucrara en acciones que, con los años fueron en aumento, al punto de ser verdaderas maniobras de abuso de confianza y de desfachatez como nunca antes se habían conocido en el medio periodístico. Así que con la caricatura o dibujo de Posada, tenemos el complemento de aquel punto en el que Mazzantini, en su humano intento de resarcirse de aquella, su “noche triste”, ahora tuviese que enfrentarse a los nefastos procedimientos de ciertos elementos de una prensa que comenzaba a alejarse de los auténticos principios de veracidad e imparcialidad que, a lo que se ve, no eran un común denominador en la mismísima publicación de El Imparcial, crítica ilustrada contra la que El Popular les lanzó este dardo.
1897 Hay materiales que se explican solos. Este es uno de ellos.
El Popular, D.F., del 13 de diciembre de 1897, p. 4.
1898 Desde la Habana. 30 de enero de 1898. De regreso del antiguo gran imperio mejicano tenemos aquí a don Luis, el matador de reaños que ha sabido colocarse en un puesto de los altos por su mucha voluntad ante los brutos astados. Da su primera corrida hoy, y aquí va a demostrarnos que lo que dicen de él es con motivos sobrados y si gran cartel se trae lo tiene muy bien ganado. Con él torea Centeno un torero sevillano que ha sabido conquistarse en estos países cálidos un puesto de los mejores, porque es un torero bravo que ni le asustan las fieras ni ignora lo que entre manos trae delante de los públicos; viene en el puesto del maño, que se quedó mal herido En la patria de Ponciano. Con estos dos matadores y con tres toritos bravos de doña Celsa Fontfrede y tres toros mejicanos de la vacada de Atenco no resulta el cartel malo y esta la plaza de Regla que no sabe ni un garbanzo cuando don Luis y sus gentes hacen el paseo clásico entre la inmensa alegría de un público entusiasmado. (. . . . . . . . . . . . . . .) Anónimo.331 Sobre el mismo asunto, nada más que aparecidos en otra publicación, se dieron a conocer los siguientes versos: 331
El Enano, Madrid, del 27 de febrero de 1898, p. 4.
TOROS EN LA HABANA. Primera corrida celebrada en la plaza de Regla el 30 de enero de 1898. PROGRAMA. TRES TOROS DE CONCHA Y SIERRA Y TRES DE ATENCO, PROCEDENTES DE LA CRUZA CON RESES NAVARRAS. Matadores: Mazzantini y Centeno. Ya está otra vez Mazzantini… Ya está otra vez Mazzantini En la ciudad de la Habana, Y por verle, ya la gente Suelta gustosa la plata. Es el Mazzantini de antes, Valiente al clavar la espada, En la dirección atento Y airoso al tirar la capa. El día de hoy parece el día de una fiesta grande. ¿Y cómo no, si es uno de los dos únicos días grandes que tiene el año? Dos, nada más que dos. Los otros son días vulgares que pasan sin que nadie se aperciba de ellos. Esos dos días a que me refiero son: el Viernes Santo y el domingo en que se inaugura la temporada taurina. El uno es el día del cielo. El otro es el día de la tierra. Y huelgan todos los demás del almanaque. Presenta un hermoso aspecto la bahía de la Habana, con los vapores que vienen, con los botes que se marchan. Un solo afán guía a todos, y es ir de Regla a la plaza, para ver a la cuadrilla y saludarla con palmas. Las cinco corridas que nos ofrecerá Mazzantini serán cinco acontecimientos taurinos de esos que se graban con caracteres de oro en los anales de la tauromaquia. Digo anales, y no anaqueles, como decía un revistero del interior, que no sabía de estas interioridades. Con la temporada que nos ofrece Mazzantini, despierta del letargo en que yacía la afición, dormida a fuerza de tanto narcótico como le han suministrado las empresas, que con ruidosos bombos le ofrecieron grandes corridas y se descolgaron después con reverendas novilladas. Ahora salen al ruedo toreros de verdad, y en los corrales esperan su hora una colección de bichos andaluces, con más punta que un alfiler y con más condición que un contrato de arrendamiento. Que lo diga el entusiasmo que se ve en palcos y gradas, y la gente que se apiña
a las puertas de la plaza. Qué de ojos seductores y qué salada hembrería, maresita de mi alma! Desde que el sol con sus rayos alumbró radiante el alba, en la corrida de hoy solamente se pensaba. Coches, ríperes y carros, y vapores y chalanas, eran pocos para tantos como pedían entradas, y la plaza está por eso que no parece una plaza, sino el globo terráqueo con sus millones de almas. Preparo la manzanilla, me siento con toda calma, dispongo papel y lápiz, y a reseñar la jornada. Una nutrida banda militar hace oír, debajo de la presidencia, los más brillantes y enardecedores aires nacionales. Vestido de alguacil, y con un traje bastante averiado, sale a recibir la llave Tres Picos, montando una bonita jaca. A los acordes de la banda se presenta la cuadrilla, y los aplausos son atronadores. De tanda quedan Albañil y Cirilo. Rompió plaza un toro de Concha y Sierra, cárdeno, bien armado, de libras y bragado. Salió aplomado. De ambos tomó cuatro puyazos, hiriendo un penco. A los quites Mazzantini. Martito clavó un soberbio par cuarteando, y Regaterín, después de dos salidas falsas, clavó medio par. Repitió Martito, y al entrar a dejar el segundo en los mismos terrenos del toro, fue trompicado, salvándolo de una cogida segura Mazzantini. Este tomó los trastos, brindó y se fue a la fiera, a la que pasó con serenidad, echándola a rodar de una estocada un tanto delantera que hizo innecesaria la puntilla. Aplausos merecidos. El ruedo se cubrió de cigarros, marca Mazzantini. A buen espada, mejores cigarros. Segundo. De Atenco, colorado, listón y corniapretado. De la misma tanda que el anterior, tomó con poco poder cuatro varas, hiriendo un caballo. Berrinches y Regaterín clavaron: el primero, dos pares, y el segundo, uno superior, consintiendo. Centeno, de azul y oro, tomó los trastos, y brindó yéndose a la fiera, a la que encontró descompuesta y defendiéndose. La pasó con arte, pero desde lejos y, eficazmente auxiliado por Mazzantini, le atizó una estocada buena aunque tendida, descabellándola a pulso al primer golpe. Olés y aplausos de los tendíos,
que es un torero que lo ha sabío. Tercero. Bravo toro, cárdeno, ojo de perdiz y corniapretado. Mazzantini clavó dos puyazos superiores, y otro bueno, y su compañero uno superior. Dos alimañas quedaron gravemente heridas. Bernardo Hierro, entrando a toda ley, clavó un par de castigo, repitiendo en su turno con otro bueno. Martito dejó un par, y al repetir aprovechando, fue volteado, estando al quite Berrinches y Mazzantini. Este, de azul marino y oro, brindó a los del sol, y pasó con la derecha recogiendo a la res que se le iba, y completamente solo dando las tablas, le endilgó uno de sus famosos volapiés. El bicho era de sentido, se defendía y el maestro le dio algunos telonazos, lo preparó Ovación delirante, vivas y palmas, y olés en los tendíos por su jornada. Cuarto. De Atenco. Como su hermano, era castaño, pelo rizado y bien puesto de encornadura. De los de aupa recibió con poca voluntad y poder siete puyazos, hiriendo un jaco y dando un tumbo. Centeno le dio algunos lances de capa, que fueron aplaudidos. Laborda adornó el lomo del animal con dus buenos pares de palitos y Berrinches con otro que no desmereció de los de su compañero. Muchas palmas. Centeno se armó de estoque y muleta, brindó a los espectadores solares, saludando a la res con un bonito pase cambiado. Siguiendo una faena bastante lucida, atizó dos buenos pinchazos. Terminando con una estocada en la cruz, entrando bien. Sacó el estoque y lo descabelló a pulso. Palmas. Centeno pasa con arte pero desde un poco lejos, y al tirarse es una fiera y no sabe lo que es miedo. En la puntilla, de buten, y oye un aplauso soberbio. Quinto. También de Atenco, del mismo pelo que sus hermanos, aunque algo oscuro, bonita cabeza, corniveleto y de libras. Salió parado y se creció después, tomando hasta cinco varas, no hiriendo ningún penco por defecto de la cornamenta. Luis Recatero y Hierro banderillearon al buró, el primero con un par desigual y otro superior, y el segundo con uno bueno. Palmas.
Luis se va en busca de la fiera, a la que pasó con desconfianza, pues el toro se defendía que era una bendición de Dios, y le enjaretó una estocada algo delantera con la cual se acostó y el maestro escuchó aplausos. Sexto toro. Cerró plaza un bicho negro, astiblanco y bragado, de Concha y Sierra. Mazzantini y su compañero metieron la lanza siete veces, oyendo aplausos. Cambiada la suerte, y a petición del pueblo soberano, tomaron los palos los espadas, y al son de la música clavó Centeno un par de los buenos; D. Luis, llegando a la misma cara y moviendo los brazos con soltura, dejó un soberbio par, que le valió una ovación. Tomás Regaterín terminó con otro par. El bicho cortaba el terreno. Centeno se fue en busca de la fiera, y con precipitación y sin tener en cuenta que el toro se le venía encima, se tiró a matar con mucho valor, resultándole en el encuentro una soberbia estocada, siendo volteado y campaneado, recibiendo sólo un fuerte golpe en la cabeza y unos rasguños. La res dobló casi instantáneamente y el público prodigó al diestro una verdadera ovación. ¡Bravo, Centeno! Como se ve, la cuadrilla es bastante buena, contándose entre los peones diestros tan inteligentes como Regaterín y Hierro, que son incansables en la brega. Los picadores tuvieron una buena tarde. Martito estuvo dos veces expuesto por precipitarse demasiado. Los espadas en quites, oportunísimos. En resumen: Mazzantini, como siempre, un torerazo; muy decidido el Centeno, como todos esperábamos. los dos en banderillas de chora y déjame el cabo, y la corrida muy sosa y aquí paz cristi, y me largo. Anónimo.332 1898 LAS SEÑORITAS TORERAS. SU PRÓXIMO “DEBUT”. Las brisas de Atlante soplan favorables para las valerosas diestras españolas. Desde el otro lado de los mares llega hasta nosotros noticia fidedigna. Sensacional hoy en México de las muchachas toreras que se burlan de las fieras con un valor estratégico y manejan el estoque la capa y las banderillas con saber. Esas chiquillas van a causar el disloque quizás harán furor 332
El Toreo, Madrid, del 28 de febrero de 1898, p. 2 y 3.
o han de hacerlo, sin quizás, en México, nada más, por su gracia y su valor. De igual modo que ha sucedido en las plazas de Francia, España, Portugal o en la Habana, donde han cosechado dinero y aplausos, según hemos visto ante la lectura de acreditados periódicos habaneros, portugueses, españoles y franceses. Don José Sánchez de Neira, conocida autoridad taurina, se expresa bien en su gran Diccionario, al hablar de Lolita Pretel y Angelita Pagés, ambas primera y segunda matadoras respectivamente de tan bien organizada tropa femenina. Dolores Pretel, LOLITA. Diez y siete abriles. Es ni muy bonita ni fea, y guapa cuando torea con valentía a la res. De su carrera a través justas palmas alcanzando y entusiasmo mil causando, deja siempre impresión grata con los palos, cuando mata, lo mismo que rejoneando. Salerosa, bien apuesta, de facultades y vista palmas nutridas conquista sin dejar de ser modesta. Hizo, en la taurina fiesta revolución femenil y ha probado, veces mil, soberanas condiciones para llevar pantalones con entereza viril. Sabe Lolita Pretel, aunque parezca inconexo, las labores de su sexo practicar de un modo fiel. y a pesar de su cartel, como buena matadora, es también cortés señora al hablar; sabe solfeo y ha de escribir, según creo, de manera encantadora. Ángela Pagés, ANGELITA. Paisana de la Pretel. En Barcelona se meció la cuna de ambas, e ingresaron por su afición en la cuadrilla de “Señoritas Toreras” que entonces estaba organizando en la capital de Cataluña su director actual D. Mariano Armengol. Lolita salió desde la primera vez de matadora y Angelita como banderillera, con permiso de sus padres que eran de la primera D. Francisco Pretel, reputado
gimnasta y Doña Dolores Ubeda; de Angelita los dueños hace veinte años de una cervecería en Barceloneta. Angelita sobresalió pronto por su increíble valor y arrojo temerarios; pasó a la categoría de matadora. Es hoy continuo reflejo de habilidad consumada en el difícil manejo de la muleta y la espada. Ha sufrido tres cogidas de la lidia en el fragor, y ¡oh rareza” esas heridas aumentaron su valor. Cuadra bien, con perfección ante los toros, y aprieta con la espá hasta el corazón, porque se encuna completa. Ella y Lolita, primores bordan con las banderillas y ¡cómo gustan, señores, en el cambio de rodillas! No es cual Lolita elegante mas sí como ella valiente de los becerros delante… o Sánchez de Neira miente. Los cronistas de cartel han comparado a Angelita con Juan Molina, con él; y a la Lolita Pretel, casi nada, con Guerrita. No sabemos aún a punto fijo, si torearán en Bucareli o en S. Bartolo Naucalpan. Depende sólo de que el Ayuntamiento conceda el necesario permiso para que toreen aquí. En tres años que llevan de organizadas estas hijas de… Cúchares, han consumado 169 corridas en Madrid, Barcelona, Sevilla, Cádiz, León, Linares, Jerez, Algeciras, Gibraltar, (La Línea) Lisboa, Marsella, Burdeos, Orán, Valencia, Tortosa, Utiel, Játiva, Castellón, Tarragona, Mataró, Figueras, Murcia, Albacete, Cartagena, Bilbao, San Sebastián, Vigo, Oviedo, Salamanca, Valladolid, Zaragoza, Zamora, Toledo, Plasencia, Cáceres, Badajoz, Priego, Córdoba, Logroño, Marto, Guadalajara, Calatayud, Santander, Baeza, Huelva, etc., contando siempre, sin interrupción, el NÚMERO DE CORRIDAS POR ÉXITOS. Lo creo sinceramente ¡por qué no? Esta nueva novedad que en México se presenta y con partidarios cuenta ya por toda la ciudad, me dará oportunidad para apreciar tal valer
y mi revista hacer -que son todo mi recreohablando de su toreo… como Dios me de a entender. Alsásua.333 1898 Torero soy desde el día… Torero soy desde el día que dijistes yo te quiero. De esto hace más de diez años, Ya vez si habré visto cuernos. Por eso siempre, morena, cuando acabo de matar, vuelvo a mi casa con pena y con dos chichones como dos melones por lo regular. A la jota, jota de Lagartijillo Miá tú que es gracioso todo este estribillo. A la jota, jota del Bombita Chico, Litri y el Parrao, del Escabechero de Ponciano Díaz y de su cuñao. ¡Rián, rián, rián! Anónimo.334 1898 A LOS TOROS. Hoy el pueblo soberano va a presenciar algo bueno, viendo torear a Centeno en unión del Ecijano. Es función de despedida a la vez que beneficio de Centeno, que a mi juicio, nos dará una gran corrida. Cuadrillas de lo mejor que hay aquí para el toreo y toros de Parangueo 333 334
El Popular. Ciudad de México, 4 de febrero de 1898, p. 1. El Universal, D.F., 6 de noviembre de 1898, p. 4.
con poder y con valor. Cualquiera el dedo se mama, por tonto o indiferente, si no va inmediatamente ante tan bello programa a ver la corrida de hoy, ver toros de verdad… Si alguna contrariedad antes no tengo… yo voy. Y… ¿ustedes van, caballeros? ¿cómo no habían de ir para aclamar y aplaudir a los barbianes toreros que van a hacer esta tarde un derroche de valor…? ¡Ah! me dijo un matador que de vergüenza hace alarde y lleva las zapatillas y el pelo con dizuidaz que, por gustar, es capaz de colocar banderillas en el estribo sentado. ¿Toros buenos? ¿matadores con lacha y con mucho aquel? Así se forma un cartel para que haya espectadores. Nota. Tiene tal empeño en complacer Don José ya de despedida, que toreará el Camaleño alternando con los dos diestros que antes referí… ¡Digo digo! Si es así, tiene la gracia de Dios. ALSÁSUA.335 1898
335
El Popular. Ciudad de México, 4 de septiembre de 1898, p. 1.
La Risa del Popular, D.F., del 10 de enero de 1898, p. 3. La presente caricatura, obra de José Guadalupe Posada, recrea la forma “arrebatada” en la que Luis Mazzantini se enfrenta a José Ives Limantour, entonces secretario de Hacienda. Ambos parecen disputarse una talega de dinero, asunto del que derivó la siguiente e incómoda conversación: -Lo veremos. -Lo veremos. -Yo soy quien dispone aquí… -Pues nada me importa a mí y en polémicas no entramos. -Soy todo un ministro yo, -Y yo soy una eminencia… -No abuses de mi paciencia y susita la bolsa. -No: Si a mí el pueblo me la da y por ir a verme paga, contigo saliva traga y a la fuerza a pagar va. -Todo consiste en mi ciencia de al país administrar… -Bueno, y mi ciencia es torear sin ejercer violencia, para sacar los dineros… -El país que no administro
paga también. -Si, Ministro, somos los dos, dos toreros. -Tienes razón. Yo toreo y ejecuto suertes varias con mis leyes hacendarias y otros recursos, que empleo para hacer rico al país, sin que a mis barbas se trepe. -Pues… feliz año, Don Pepe. -Felicidades, Don Luis. 1898
El Popular, D.F., del 21 de febrero de 1898, p. 6.
1899 Epigramas. Voy a mandar, le decía Juan el torero, a María, los toros a los infiernos, pues el pan de cada día no quiero que todavía nos lo estén dando los cuernos. José F. Valdés Amoroso.336 1899 Su madre le quiso mucho… Su madre le quiso mucho; él también la quería. Y lo quitó de torear casi ya al concluir sus días. A poco ésta se murió y se entristeció Ponciano: abandonó la muleta y al sepulcro fue marchando. Mas todo toca a su fin y todo nomás es humo. Así le pasó a Ponciano. se apartó de aqueste mundo.337 1899 Ha concluido ya su historia... Ha concluido ya su historia... ya no existe aquel Ponciano; el arte también concluye y lloran los mexicanos. Los toreros españoles también deben de sentirlo, pues los trató con aprecio y se mostró buen amigo.338 1899
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El Cómico, D.F., del 9 de abril de 1899, p. 5. Ibid., p. 214. 338 Ib., p. 216. 337
Un buen entierro le han hecho… Un buen entierro le han hecho todos sus buenos hermanos, que lo vieron espirar y por eso lo han llorado. Con coronas fue cubierta la caja en que lo pusieron, que sus amigos le enviaron como muestras de su afecto. Al panteón fue conducido aquel torero querido, y allí pues se dispidió de sus más caros amigos. Mas en esta losa fría que deposita sus restos nuestros recuerdos reciba, rezándole un Padre Nuestro. Adiós, querido Ponciano, nos dejas gratos recuerdos y desde el punto en que estés te enviamos nuestro afecto.339 1899 En fin, se acabó Ponciano… En fin, se acabó Ponciano, ya no volverá a torear: Ha pasado ya a la historia. Duerme para siempre en paz. Sirva este corto relato de un cariñoso recuerdo, para que nunca te olviden, aunque lo vemos que ha muerto.340 1899 De la tierra del “mangano”… De la tierra del “mangano” aquí le pudimos ver, cuando nos dio a conocer el toreo mexicano. Capa y muleta en su mano 339 340
Ib., p. 217. Ib., p. 218.
no sirvieron casi nada; manejó mejor la espada; y, pareando a caballo, valió tanto que me callo por no hallar frase apropiada.341 1899 ¡Ay Ponciano, qué dolor! ¡Ay Ponciano, qué dolor! ya la parca te llevó; ya ni modo, ¡qué capaz de que vuelvas a torear! Murió Ponciano, es muy cierto, pero muy lleno de glorias, el quince del mes de abril será su eterna memoria. Murió, murió; ya es verdad, que la tierra le sea leve; sus amigos no se olviden que esto fue en noventa y nueve. Tengan siempre muy presente su recuerdo bien patente. Que ya tarde, ya temprano a otro mundo todos vamos. La vida sólo es prestada; la muerte es la realidad, Ponciano Díaz ya no existe; descansa en la eternidad. “Aprended, hombres, de mí” dice en su tumba Ponciano; ayer grande diestro fuí... ahora en el sepulcro me hallo. La biografía de Ponciano, preciso es la recordemos, pues nació en cincuenta y ocho en esa Hacienda de Atenco. Su padre don Guadalupe, 341
Núñez y Domínguez: Historia y tauromaquia..., op. cit., p. 203-204.
que era muy buen caporal, desde niño lo enseñó a ser charro muy cabal. Ponciano le obedeció abrazando esa carrera, logrando con su constancia ser un diestro de primera. Regular educación recibió en su tierna edad, aprendió a leer y escribir con alguna propiedad. Cuando tuvo catorce años ya era un charro de primera, daba cola y manganeaba con valor a toda prueba. Siguió, siguió esa carrera dedicándose a la lidia hasta ser diestro completo formando así su cuadrilla. Lino Zamora trató de llevárselo a su lado; pero el matador Hernández se anticipó a contratarlo. Ya siendo torero bueno se presentó en Tlalnepantla, y tuvo muchos aplausos, en esta mentada plaza. Logró, pues, el ser torero y tomó la alternativa que Mazzantini (?) le dio en medio de muchos vivas. Tuvo su época brillante, el público lo aplaudía, palmas y galas le daban con la más grande alegría. Bandas, coronas y flores le enviaban al redondel, y estas pruebas de cariño, sabía bien corresponder Todo el interior anduvo demostrando su valor, lidió toros de los buenos, que jamás se desmintió.
Mas todo toca a su fin, y todo nomás es humo, así le pasó a Ponciano, se partió de aqueste mundo. Su madre lo quiso mucho, pero el también la quería, y lo quitó de torear casi al concluir sus días. A poco ésta se murió, y se entristeció Ponciano, abandonó la muleta y al sepulcro fue marchando. Ya no volvió a ser torero su vida se concluyó, y en su casa, en Bucareli, cristianamente murió... Un buen entierro le han hecho, todos sus buenos hermanos, que lo vieron expirar y por eso lo han llorado. Con coronas fue cubierta la caja en que lo pusieron, que sus amigos le enviaron como muestra de su afecto. Al panteón fue conducido aquel torero querido, y ahí, pues, se despidió de sus más caros amigos. Otra versión de esta cuarteta es la siguiente: Al panteón fue llevado aquel Ponciano querido, y al llegar, "se despidió" de sus queridos amigos. Sirva este corto relato, de un cariñoso recuerdo, para que nunca se olvide aunque lo vemos que ha muerto...342 1899 CANCIÓN MEJICANA 342
María y Campos: Ponciano el torero con..., op. cit., p. 188-192.
Adiós, querido Ponciano, nos dejas gratos recuerdos, y desde el punto en que estés te enviamos nuestro afecto. En fin, se acabó Ponciano, ya no volverá a torear, ha pasado ya a la historia, duerme para siempre en paz.343 1899 Cuando Ponciano murió… Cuando Ponciano murió México se echó a llorar, porque la fiesta se quedó sin su mejor capitán. Ponciano, vuelve otra vez, y Ponciano no volvió, por eso siempre le llora “con angustia”, la afición.344 1899 Ponciano fue un gran torero… Ponciano fue un gran torero abrazando esa carrera, logrando con “su constancia” ser un diestro de primera. Al panteón fue llevado aquel Ponciano querido, y al llegar, “se disidió” En esa hacienda de Atenco un día nació Ponciano, y se murió en Bucareli el torero mexicano.345 1889 PONCIANO DÍAZ El veintisiete de octubre346 en espléndida corrida 343
Cancionero popular taurino. Antología. Recopilación de Manuel Martínez Remis. Madrid, Taurus Ediciones, S.A., 1963. (Ser y tiempo, 21). p. 132. 344 Op. cit., p. 143. 345 Ibidem., p. 138. 346 La fecha correcta es 17.
el público madrileño le dará su despedida. Salvador Sánchez “Frascuelo” que no hubo otro como él, abandona para siempre la gloria del redondel. Y para dar honra al diestro que tanto triunfo alcanzó, una gran función taurina en Madrid se organizó. Se formará la cuadrilla de diestros de los mejores, como peones figurando los primeros matadores. Lagartijo y Cara Ancha, el simpático Guerrita el Gallo y otros espadas de los de primera fila. Además otro suceso que ha de llamar la atención, hará que sea memorable esta espléndida función. En tan soberbia corrida de manos del diestro hispano, tomará la alternativa el simpático Ponciano. Y esa tarde probará que si como charro es bueno, como matador de toros no ha de haber quien lo haga menos. Pues ya granjearse ha sabido la simpatía general, por su valor, por su arrojo y destreza sin igual. Entre el arrogante grupo de picadores hispanos, se verán las dos figuras de los charros mexicanos. Así la fama que tiene por su valor conquistada, en el mundo del toreo quedó siempre afirmada.
Que allí probará Ponciano como ha probado otras veces, lo certero de su mano y su arrojo ante las reses.347 1899 ESTA ES LA SEGUNDA PARTE DE LOS VERSOS A PONCIANO Y UN RECUERDO DE SUS HECHOS A ESTE DIESTRO MEXICANO. ¡Ay Ponciano qué dolor ya la parca te llevó. Ya ni modo, ¡Que capaz! De que vuelvas a torear. Murió Ponciano, es muy cierto, pero muy lleno de glorias, el quince del mes de Abril será de eterna memoria. Murió, murió; ya es verdad, que la tierra le sea leve; sus amigos no se olviden que esto fue en noventa y nueve. Tengan siempre muy presente su recuerdo bien presente. Que ya tarde, ya temprano a otro mundo todos vamos. La vida sólo es prestada; la muerte es la realidad, Ponciano Díaz ya no existe; descansa en la eternidad. “Aprended, hombres, de mí,” dice en la tumba Ponciano; ayer grande diestro fuí..... ahora en el sepulcro me hallo. 347
Diario de el rumbo. Voz del estado de México del 13 de junio de 1976, p. 3.
La biografía de Ponciano preciso es la recordemos, pues nació en cincuenta y ocho en esa Hacienda de Atenco. Su padre Don Guadalupe que era muy buen caporal desde niño lo enseñó a ser charro muy cabal. Ponciano lo obedeció abrazando esa carrera, logrando con su constancia ser un diestro de primera. Regular su educación que recibió en tierna edad, aprendió á leer y á escribir con alguna propiedad. Cuando tuvo catorce años ya era un charro de primera, daba cola y manganeaba con valor á toda prueba. Siguió, siguió esa carrera dedicándose á la lidia hasta ser diestro completo, formando así su cuadrilla. Lino Zamora trató de llevárselo á su lado; pero el matador Hernández se anticipó a contratarlo Ya siendo un torero bueno se presentó en Tlalnepantla, y tuvo muchos aplausos en esa mentada plaza. Logró pues, el ser torero y tomó la alternativa que Mazzantini le dio en medio de muchos vivas. Tuvo su época brillante el público lo aplaudía palmas y galas le daban con la más grande alegría. Bandas, coronas y flores le enviaban al redondel,
y á estas pruebas de cariño les sabía corresponder. Todo el interior anduvo demostrando su valor, lidió toros de los buenos que jamás no desmintió. Mas todo toca á su fin y todo no más es humo, así le pasó a Ponciano se apartó de aqueste mundo. Su madre lo quiso mucho; él también bien la quería, ý lo quitó de torear casi ya al concluir sus días. A poco ésta se murió, y se entristeció Ponciano; abandonó la muleta y al sepulcro fue marchando. Ya no volvió á ser torero, su vida se concluyó. Y en su casa “Bucareli” el espíritu exhaló. Un buen entierro le han hecho todos sus buenos hermanos, que lo vieron espirar y por eso lo han llorado. Con coronas fue cubierta la caja en que lo pusieron, que sus amigos le enviaron como muestras de su afecto. Al panteón fue conducido aquel torero querido, y allí pues se despidió de sus más caros amigos. Sirva este corto relato de un cariñoso recuerdo, para que nunca se olviden aunque lo vemos que ha muerto.348 1899 Corrido de Ponciano Díaz. 348
Colección Julio Téllez García.
(Fúnebres recuerdos de Ponciano, el distinguido torero mexicano) Ya murió Ponciano Díaz el magnífico torero; la parca se lo llevó muy justo es que le lloremos Alcanzó muy alta fama, fue de mucha valentía; en muchas plazas toreó con valor y gallardía. Su fama no desmintió, pues en las plazas de España allí se vio que era bueno, y de paso buena espada. Desde su muy tierna edad se dedicó a ser torero, pues nacido y criado fue allá en la hacienda de Atenco. Su padre allí lo enseñó; fue charro a prueba cabal, y en el lazo y en la cola no tuvo ningún rival. Banderilleaba a caballo a cualquier bicho rejego, y esto lo subía de fama y mirarlo con aprecio. Como torero moderno alcanzó bastantes glorias, y en las plazas que lidió dejó muy gratas memorias. Por la muerte de Gaviño, que fue excelente torero, su puesto ocupó Ponciano con bravura y con denuedo. Muy hábil diestro salió; nunca desmintió su fama, y en el arte de la lidia hizo muy grandes hazañas. Si antes de morir Gaviño hubiera visto a Ponciano, hubiera sido el primero en tratarlo como hermano. Se acabaron los toreros
de aquella época pasada, en que había diestros muy buenos y deveras se lidiaba. Ponciano fue de esa raza, siempre lidió con limpieza, no tenía miedo a los toros al empuñar la muleta. No hubo plaza en que no fuera de todo el mundo apreciado, luego que se presentaba gritaban: ¡ahora, Ponciano! Siempre con trajes lucidos salía, pues, al redondel, y los vivas a Ponciano era lo que había que ver. Aún el mismo Mazzantini su valor con él midió, y tuvo el gusto Ponciano de ser un buen toreador. En Jalisco, en Monterrey, en Coahuila, en Zacatecas, en Puebla y en muchas partes sus glorias están aún frescas. En Puebla tuvo la gloria de que el público entusiasta quitó las mulas del coche para llevarlo a la plaza. Bandas y coronas tuvo, como se dice, de a bola, porque siempre fue simpático y elogiado a toda hora. Fue un hijo muy obediente, a su madre quiso mucho, y quizá la muerte de ella lo hizo bajar al sepulcro. Esa parca fiera y cruel del mundo se lo ha llevado, pero nos deja recuerdos a todos los mexicanos. Ha concluido ya su historia; ya no existe aquel Ponciano, el arte también concluye llorando los mexicanos.
Mas en esa losa fría que deposita sus restos, nuestro recuerdo reciba, rezándole un Padre Nuestro. Los toreros españoles también deben de sentirlo, pues los trató con aprecio y se mostró buen amigo. Adiós, querido Ponciano, nos dejas gratos recuerdos, y hasta el punto en el que estés te enviaremos nuestro afecto. En fin, se acabó Ponciano, ya no volverá a torear; ha pasado ya a la historia; duerme para siempre en paz.349
Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…). Dice el autor que este corrido se puede localizar en las siguientes obras, presentando algunas cuantas variantes en su texto: “Canciones, cantares y corridos mexicanos”, Higinio Vázquez Santa Ana, Ediciones León Sánchez, México, .D.F., 1926, páginas 202 a 206. “El folklore literario de México. Investigación acerca de la producción literaria popular (1525-1925)”, Rubén M. Campos, Publicaciones de la Secretaría de Educación Pública, Talleres Gráficos de la Nación, México, D.F., 1929, páginas 254 a 257. “Fiestas y costumbres mexicanas”, Higinio Vázquez Sana Ana, tomo I, Ediciones Botas, S.A., México, D.F., 1940, página 13. En esta obra se reproducen únicamente las tres primeras estrofas del corrido. “Ponciano, el torero con bigotes”, Armando De Maria y Campos, en Vidas mexicanas, volumen 7, Ediciones Xóchitl, México, D.F., 1943, páginas 211 a 218. En esta obra se reproducen de manera aislada algunas de las estrofas o coplas del corrido, acompañando el texto del autor. “Ponciano Díaz (silueta de un torero de ayer)”, Manuel Horta, Imprenta Aldina, Robredo & Rossell, S. de R.L., México, D.F., 1943, páginas 47 a 51. “El corrido mexicano”, Vicente T. Mendoza, Fondo de Cultura Económica, colección letras mexicanas, volumen 15, primera edición, México, D.F., 1954, páginas 369 a 372 (letra y música). “Cancionero popular taurino (antología)”, Manuel Martínez Remis, compilador, Colección Ser y Tiempo, Temas de España, volumen 21, Taurus Ediciones, S.A., Madrid, 1963, página 132. En esta obra se reproducen únicamente los dos últimos versos o coplas del corrido. “Lírica narrativa de México. El corrido”, Vicente T. Mendoza, Estudios de Folklore, Volumen 2, Instituto de Investigaciones Estéticas, Universidad Nacional Autónoma de México, primera edición, México, D.F., 1964, páginas 340 a 341 (letra y música). “Cancionero taurino (popular y profesional)”, Bonifacio Gil García, Librería para Bibliófilos, Madrid, España, 1964-1965, tomo III, páginas 159 a 161. “El corrido popular en el Estado de México”, Mario Colín, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, México, 1972, p. 438 a 442. “Historia moderna de México. El porfiriato. La vida social”, Editorial Hermes, tercera edición, México, D.F., 1973, Páginas 747 a 749. “El corrido popular mexicano. Su historia, sus temas, sus intérpretes”, Álvaro Custodio, colección Los Juglares, Ediciones Jucar, S.A., primera edición, Madrid, octubre de 1976, páginas 177 a 178. “La charrería: tradición mexicana”, Octavio Chávez, Casa Pedro Domecq, S.A., segunda edición, México, D.F., 1993, página 108. En esta obra únicamente se reproducen dos estrofas, con algunas pequeñas 349
1899 ¡Ole, el progreso! Está en preparación una cuadrilla de niñas mexicanas que irán a recorrer, de villa en villa todo su patrio suelo para lucirse, todas muy ufanas, haciendo habilidades en el difícil arte de la lidia, para tomar el pelo a los maletas, que tendrán envidia de ver que hasta en los cuernos las señoras les disputan el triunfo a todas horas. Estas niñas toreras son cinco; de ellas una matadora y todas las demás banderilleras, por no haberse pedido hallar hasta ahora otra niña valiente que se atreva a hacer frente rematando a las fieras. ¿Qué dira Zamacona al saber la noticia, el que al rubor en público se abona al mirar la malicia del teatro por horas donde salen desnudas las señoras? Los asuntos de cuernos como la humanidad, son casi eternos y es en estos asuntos donde calzan las hembras muchos puntos pues en cuestión de cuernos, es probado que siempre las mujeres han brillad. No es de extrañar, por esto, que esas niñas, (sino llega entre todas haber riñas, que entre hembras el reñir está de moda, y se deshace la cuadrilla toda) al correr por los pueblos y ciudades haciendo habilidades obtengan ovaciones y encuentren, al pisar las poblaciones, recibimientos tiernos, diferencias de redacción, a partir de la frase “Su padre allí lo enseñó…”, que hacen referencia al aspecto charro de Ponciano Díaz. “Corridos mexicanos”, Gilberto Vélez, Editores Mexicanos Unidos, S.A., quinta edición, México, D.F., febrero de 1999, páginas 239 a 240. “Cien corridos, alma de la canción mexicana”, Mario Arturo Ramos, Editorial Océano de México, S.A. de C.V., primera edición, México, D.F., 2002, página 150. Este corrido es interpretado por Oscar Chávez en el disco compacto número I, canción número 9, de la “Encerrona con Oscar Chávez. Canciones Taurinas”¸ de Discos Pentagrama, S.A., México, D.F, 1991.
sobre todo si son las niñas bellas, porque en cuestión de cuernos ¿quién más práctico y más perito que ellas? ¡Qué ruido, qué alharaca, cuando la matadora, co guapeza se tire a la cabeza y largue un metisaca, con arte y con limpieza! ¡Ni la misma señora de Lacota con la hojita de parra que se asoma entre aquel traje de paradisiaca es capaz de causar tanto mareo como una niña de esas del toreo haciendo el metisaca! Y Blanca haría bien, de esa manera, propinando unos pases a la fiera… ¿Pues y cuando las cuatro señoritas después de darle al toro algunas citas con los palos enhiestos les pongan unos pares muy bien puestos najándose en seguida de rositas? Para ellas en la suerte no hay azares… ¡Apenas si habrán puesto buenos pares! Una niña con gracia que torea por poco bien formada que ella sea, si coge bien los trastos y va al bulto entusiasma en seguida a cualquier hombre y no hay quien tenga el entusiasmo oculto! Señor de Zamacona, no es quinera; si a usted, siendo persona seria y formal, y nada mototera, una niña le diera un buen pase en redondo y un volapié en lo hondo hasta pinchar el hueso… ¡Ay, señor Zamacona, solamente por eso dejaba usted de ser formal persona y salía gritando: ¡olé el progreso y olé las señoritas con gracia y con guapeza y olé sus madrecitas! ¡Duro y a la cabeza!350 Anónimo. 1899 Cuernos y demás abusos. 351
350 351
El Alacrán. Ciudad de México, 9 de diciembre de 1899, p. 3. El Alacrán. Ciudad de México, 23 de diciembre de 1899, p. 2.
Con motivo de la inauguración de la plaza de toros “México” de la Piedad, se publicaron los siguientes comentarios, combinación de verso y prosa, destinados, en su conjunto para conseguir la manufactura de una crónica. A la plaza. Grande el entusiasmo la tarde bonita llena la calzada de gente y demás; polvo por arrobas, coches a porrillo formando una bola archivolosal. El Ayuntamiento, cual siempre, en la higuera, cocheros riñendo por querer pasar, y ya a última hora viendo lo imposible de arreglar el lío saltó Rebollar. Saltó de su coche, calóse el sombrero y en voces muy altas se puso a gritar. Y orden por un lado y orden por el otro el lío dejaba arreglado ya cuando notó el hombre que en todo el trayecto ¡no había un gendarme a quien ordenar! ¡Qué plancha, qué plancha más fenonemal la que ha tirado allí Rebollar! La gente se apiña, corren, se separan, se juntan y gritan todos a la vez, las nubes de plovo invaden la atmósfera y hasta al sol obligan a palidecer. Todo es entusiasmo, todo es alegría, bulla y algaraza todo por doquier, todos se apresuran a tomar boleto
temiendo sin duda el sitio a perder, se comenta a Fuentes, se habla de Minuto, se habla de los toros españoles que hay, todos se relamen pensando gozosos en la gran corrida que se va a efectuar. Mucho regocijo, mucho movimiento, aspecto bonito, mucha animación… La gente discute y huye de los coches diciendo adjetivos al gobiernador, corren, vuelan, huyen, vuelven a juntarse, luego se aglomeran de la plaza en pos, y aquello parece por la muchedumbre alguna barbera manifestación. DE LA PLAZA. Cual vanos fantasmas que el suelo no tocan, con pasos muy lentos sus pies al andar, mudas las gargantas, ceñudo el semblante, así todos vuelven de ver torear. Los cinco pesillos les pesan a todos, cada uno sus cuentas echándose va, y todos maldicen in mentem la hora en que resolvieron tal suma gastar. Y no hay entusiasmo, ni ya hay alegría, ni corre la gente ni quiere gritar, ni ya se discuten la plaza y los toros ni de esas cuestiones quiere nadie hablar. Ceñudo el semblante, colérico el rostro, con cólera sorda, que escondida está, la gente camina con pasos muy lentos, sin ganas de risa, sin ganas de hablar. Tan sólo un murmullo muy quedo se escucha; son las oraciones que a la empresa van dirigiendo todos, en voz muy bajita con una asombrosa unanimidad,. Que aquello no debe costar cinco pesos, que quien tal corrida se iba a figurar, que dale, que vuelta, que viene, que toma, que aquello es muy malo, que no vuelven más.
Y van cabizbajos los espectadores… Sus pasos producen un sordo rumor, y mientras la tarde declina y la tiende la lóbrega noche su negro crespón. Y no hay alegría, y nadie discute ni nada le dicen al gobernador… ¡Qué tristes, Dios mío, que tristes a todos la tan anunciada corrida dejó…! La corrida. Estaba llena la plaza, no obstante los cinco pesos, cuando entraba Pérez Gálvez, púdico cual botón tierno… No había nada que hacer ni a quien tener algo el pelo y por no estar aburridos, los de sombra le aplaudieron, y a la hora prefijada se dio principio al despejo. Pasado el cual, sale el primer toro, es español, de Cámara, cárdeno claro, muy grande y corniabierto. Se quedó en la plaza como diciendo, aquí estoy; ¡a ver para qué me habéis llamado! y Fuentes empezó a recortarle. El toro empezó a bramar, como si presentara sus acusaciones ante aquella acción. Parecía un Jacoma, mal comparado, en lo furioso y con el modo de quejarse. Puyazo de “Fortuna” que no la tuvo, otro luego de “Grande”, que se dio un tumbo. “Pizones” otro idem y al quite Fuentes dos vara el “Arriero” medio decentes. El toro estaba picado de que le picaron tan mal, cuando entró a banderillas como Castellano entraba en el foro de Abreu, por meter la cabeza en alguna parte. “Noteveas” un par muy desigual al cuarteo y otro al sesgo y “Pastoret” uno al cuarteo citando en corto. ¡Bien por Pastorer! ¡Para eso de las banderillas ni un periodista independiente le gana, sin aludir a Montes de Oca. Coje los trastos “Minuto”, va a buscar al toro, que se defendía en las tablas, le da varios pases concluyendo con uno de pecho y un pinchazo y después otro pinchazo y luego otro… ¡ni que fuera un alfiler” interviene el Fuentes y remata “Minuto” con una estocada honda delantera. Voló el “Cámara” a las regiones eternales, do moran las víctimas de MENA. Y salió a escena el segundo, de la nunca bastante admirable ganadería del Cazadero primer premio… de reses mansas. La cabra era zaina y con más punta que los chistes de Nervo. Fuentes parando mucho y moviendo los brazos archisuperiormente le para los pies con cuatro verónicas. ¡Ni la empresa de Abreu torea mejor al público! “Minuto”, una monería ¡chistoso! Los hermanos Carriles lancean al buey en cuatro ocasiones. Pasa a manos de Rourat que al cuarteo deja un par regular; vuelve con otro, pero medio y termina Enrique Fuentes con uno desigual cayendo delante del toro. Quite oportuno de Valencia. Este tercio se pareció a la Srita. Bonoris en que ni fú ni fa. Fuentes, verde y oro, brinda con elocuencia castellana y se fue al del Cazadero. La faena de Antonio fue de esas que pasan a la historia… taurina escrita con letras de oro… y Castellanos. Verán
ustedes: un pase ayudado magnífico; dos de pitón a pitón: (uno del público) ¡quien fuera toro!); dos altos rematando divinamente. Mas pases, todos buenos y entrando bien un pinchazo en su sitio; y después de unos varios para arreglarle los mozos, que a semejanza de algunas tiples tenía muchos humos, se deja caer con una estocada superior, como la que da al arte el Sr. Lacota en “Mignon”, llevándose al excelente marido a las tablas donde entrega su alma a Fuentes que se la recibe propicio, dando gracias a la providencia que le hizo salir bien del paso. Y el público de sombra entusiasmado y el de sol hondamente conmovido hácenle una oración despampanante de las que pocas veces hemos visto. Las chicas algo frigiles que ocupan el pintado e incómodo tendido le tiran con amor dulces miradas y pañuelos y flores y abanicos, y Gascón que se había entusiasmado con Fuentes y con un cognac muy rico le tiró su sombrero que por poco no vuelve a ver el músico aplaudido. Total que la ovación fue delirante, que fuente se portó como un gran chico toreando y matando, y que la gente dice que faena igual nunca la ha visto. De aquí en adelante, aquello fue la descoyuntura, con agravente de todos géneros y bronca en las gradas. Vino uno de Cámara grande y coloradote. Después otro del Cazadero, negro meleno, flaco, como si lo hubieran alimentado en el Centro Mercantil y más saltarán que Ferrel, que saltó desde “El Demócrata” al Congreso. Después otro igual y para broche de oro, uno que fue al corral y otro de Cámara que… ¡cámara, qué toro! La gente se impacientaba, Los músicos se reían Y el empresario miraba Que los toros prometí Pero que ninguno daba. Allí hubo de todo; toros con dos estocadas, seis intentos de descabello y otra estocada, toros que no querían morirse… (Hubo quien propuso mandar al Consejo de Seguridad para que ayudara a matar aquellos bichos. Algunos los hubo tercos, sudaban los matadores y ellos erre que erre. Se pensó en algún artículo de Juvenal, en cualquier cosa que pudiera causar efecto contundente… Vale más que lo dejemos, porque en esto sucede como en la Administración de Justicia, que parece muy buena porque nadie entra en detalles. No diciendo nosotros nada, favoreceremos a la empresa, a los matadores y a los toros… Y nosotros tratamos de favorecer a todo el mundo. RESUMEN Que a ese paso no se darán muchas corridas a cinco pesos. Que el servicio de plaza estuvo peor que el de Correos, que es lo que menos sirve en la República, después del Ministro de Fomento. Que el ganado resultó perdido completamente. Que el público resultó prudente.
Y que si para muestra basta un botón, ¡qué botonadura nos espera” ¡Y qué botones se necesitan para pedir por ella cinco pesos! 352
1899 (…) El valiente Villita… El valiente Villita Que como ustedes saben se halla en Méjico Recogiendo laureles y pesetas Por su mucha guapeza ante los fieros Pitones de los bichos De Copal, de Santín y el Cazadero, Escribe a cierto amigo Que en Marzo hará el viaje de regreso, Puesto que para Pascua Tiene que torear ante este pueblo. Huelga decir que al maño Le deseo un buen viaje de regreso Y que al pisar su tierra Rebose de salud… y de dineros. SOTILLO. 8 de febrero de 1899.353 1899
352
Heriberto Lanfranchi: La fiesta brava en México y en España 1519-1969, 2 tomos, prólogo de Eleuterio Martínez. México, Editorial Siqueo, 1971-1978. Ils., fots., T. I., p. 236-7. Plaza “México”.-Domingo 17 de diciembre de 1899. inauguración de la plaza. Enrique Vargas “Minuto” y Antonio Fuents, con tres toros españoles de don José Manuel de la Cámara y tres de El Cazadero. A lo largo de su apreciación, Heriberto Lanfranchi refiere las muchas coincidencias por lo pésimo en el resultado del festejo inaugural de una de las plazas de toros cuya trayectoria se extiende hasta el año de 1914 en que terminó siendo desmantelada. 353 El Enano, Madrid, 12 de febrero de 1899, Nº 426, p. 3.
TOROS Pues señor, vino Averardi y nadie lo recibió; también vino en cierto tiempo don Carlitos de Borbón, y ninguno le hizo caso. Vino Bryanb, “el talón” de plata”, y algunos yankees fueron sólo a la estación. Volvió el señor Arzobispo Próspero, María Alarcón, y unos cuantos rapavelas de sotana y con “manteo” le dieron los buenos días y todo en eso paró. Pero vienen los toreros. “Perjuicio”, “Chambas”, “Dientón”, “Cuatro pies” y “Siete Dedos”, “Colmillo”, “Chicha” y “Chichón”, y es de ver el entusiasmo y la bulla que se armó! Periodistas, literatos, Banqueros, “canónigos”, Artistas y comerciantes, Cómicos, gente de pro en malo y en buen sentido, emprendieron procesión a Veracruz a encontrarlos. Y ya se sabe si son altos, bajos, güeros, prietos, si este habla puro caló, si el otro escupe por el colmillo, si aquel mató en Pucela, en Chinchorrete, y en Manillas y en Chinchón! Ay, más vale ser torero en este mundo traidor, que arzobispo, talón plata, Kevenkuler o Borbón… “Pan y toros”… todavía! lo que es aquí ni Rediós nos quita el amor al cuerno. Nacimos con vocación y sólo el género chico con mallas, bailes y con hojas de parra en el frente y en la parte posterior, compiten con las barreras, con la sombra y con el sol. Vivan los toros “chiquilyos” y a darle!
FRASCUELO Y YO.354 1899 ESTRENO DE LA PLAZA “MÉJICO” Primera corrida de la temporada. Duro por Chamberlain y San Cecilio355 Que estoy emocionado y que quisiera (ilegible)356, más que revista, un bello idilio Que entusiasmos taurinos produjera Y de sanas razones con auxilio Contar lo sucedido en la primera, Ya que todos pusieron alma y vida Para a cabo llevar esta corrida. Y juro por Mathuen, Gataere, White357 Como juro por Buller, que guasones, Teniendo como impulso el pobre envite De la plata gastada en ocasiones, Sin pronto recibir grado desquite, Exclamaron ayer:… una mala novillada! Culpemos a los toros, no a la empresa, Ni la culpa lancemos a los diestros, Cuya fama adquirida influye y pesa Para ser, sin disputa, dos maestros. ¿Qué una sola corrida deje impresa Tan mala señal en… Animos vuestros? No seamos lectores pesimistas, Porque entonces no escribo más… revistas. Y como ustedes están un poquito disgustados… Es claro, resultarán los detalles muy pesados, que es lo que evitar pretendo cuando escribo sobre toros, ya que, por viejo, comprendo a cristianos como a moros. Ligeras apreciaciones voy a hacer de la corrida, pues cuantos menos renglones resulten, mejor leída la reseña debe ser… Y este es el único modo para terminar: hacer breve resumen de todo. GANADO 354
El Cómico. México, D.F., 17 de diciembre de 1899, p. 301-2. Rhodes. 356 Al parecer dice “hacer”. (N. del A.). 357 Como suena. 355
¡Ay! Los toros de Cámara dejaron su cartel a tal altura por blandos y cobardes, dado el nombre que tienen en España, que si alguna vez traer pretendieran más de su casta, a mi se me afigura que era el tiempo perder como el dinero… ¿No ha sido Diego Prieto el de la ruda tarea de escoger ganado digno? Pues él tiene la culpa. Lo mismo Cazadero. Casi bueyes salieron a la lucha… lo cual que toros tales de cabeza traerán siempre hasta al mismo sursum corda. para que los toreros saquen a luz su lucha y sus jechuras, hace falta en los toros poder y voluntad, alma y bravura. LOS MATADORES No se les puede apreciar con toros tan… condenados, aunque ellos ya están juzgados y no han venido a ganar censuras ni a ser silbados. Su nombre, reputación en todos los redondeles de la española nación, les han dado en los carteles envidiable aceptación. Minuto ¿no es un torero de prodigiosa destreza? Pues le jierve el cuerpo entero desque el toro la cabeza asoma por el chiquero. Y Fuentes ¿no la elegancia personificada encierra? Torea con arrogancia y es, lector, sin discrepancia, después del Guerra, otro Guerra. En otra corrida habrá, sin duda, mejor ganado, y entonces sí se verá que el público aplaudirá tanto como hoy ha silbado. ¿Verdá? LOS BANDERILLEROS Me parecen completas las cuadrillas,
por lo poco que hacer pudieron todos entre aquel herradero tolerado por los dos matadores, en desdoro de su limpio cartel. Más energía y habrá más lucimiento con los toros. El Cuco y Pastoret se distinguieron: el domingo diré más de los otros. LOS PICADORES Pa mí, que me gustaron los dos Carriles, aunque los otros sean, picando, Ciees. Grande y Fortuna puede decirse que tiene condiciones costilleriles, atenidos a aquellos soberbios quites que hicieron, entre palmas, Minuto y Fuentes. DE LO DEMÁS Un conjunto muy hermoso De perspecteril efecto. ¡Qué animación y qué aspecto Humano tan primoroso! Lector, para que te enteres Y las impresiones juntes, Tan detallados apuntes Bien de aquellas mujeres, Que… verán… Mas de las bellas Que había en la reunión No puedo hablar por razón De ser guapas todas ellas. Aquellos rostros divinos Y aquellos cuerpos gentiles Y aquellas almas viriles Y aquellos ojos… taurines, Entre las mil gallardías De miles de espectadores Y entre luces y colores Y ruidosas alegrías, Resultaban soberanas Bellezas como ellas solas, Con mantillas españolas Y con almas mejicanas. Esta imagen es tal fiel, Que por haber tantas bellas Me fijaba más en ellas Que en el mismo redondel.
17 de diciembre de 1899. Román R. Peña.358 1899 ¡TRIUNFARON! IMPRESIONES TAURINAS Tenía así que ser. Los dos espadas de justa fama y renombre precedidos, que en Madrid abren siempre temporadas al ser con “Algabeño”, preferidos, ambos demostraron lo que valen y pueden como diestros, y millones de aplausos arrancaron, porque son en sus “géneros”, maestros. “Minuto”, esa monada que vive en parangón, con su “apellido” ó “alias”, es igual, priva y agrada y a Dios quita el sentido por armarse en completo torerazo, desque se abren las puertas del toril y bullirse la sangre, capa al brazo, para hacer suertes mil. Es cual una mosca que se arrima con valor a terrenos de la fiera, que no puede de encima espantarla jamás; bulle “do” quiera, y es alegre y audaz e inteligente, sin hacer los esfuerzos sobrehumanos que supone la gente, para oír mil aplausos soberanos que todos le prodigan; sostiene su cartel a digna altura, y es, por más que digan, una hermosa y simpática figura lo mismo colocando banderillas, que al pasar de muleta, irguiéndose al matar, casi en puntillas, para ver dónde clava la “escopeta”. “Diminuto” debiera apellidarse, pero ¿sabe o no sabe agigantarse? Fuentes, cabal coloso de lo artístico, fino y elegante, llena de extremo a extremo todo el coso, y resulta ante el bicho, otro gitante. ¡Cuán torera es su alma! ¡Qué sereno 358
El Correo Español, D.F., del 19 de diciembre de 1899, p. 2.
con capa o banderillas o muleta ¡Con qué dominio pleno siempre a los toros reta! ¡Qué lucimiento el suyo cuando trata de hacer cualquiera suerte! ¡Cómo enloquece el “chico” y arrebata y cómo hace al entusiasmo que despierte! Su “género” es distinto; no pulula ni bulle, ni retoza o juguetea, ni su espina dorsal desarticula, con el modo elegante que torea. Desarrolla actitudes magistrales, cual bellas y académicas posturas de estética y finura naturales… fuentes es de las únicas figuras que privan en el “mundo” aficionado, y quizás el primero, o sin quizás; Guerra dijo: “Me voy, pero ha quedado Fuentes para los toros”. ¿A qué más? Mecido entre ovaciones, desde su primer paso en tal sendero, entorchados posee, no galones, y es todo un general, un gran torero. La corrida del día veinticuatro, fue el triunfo de los dos, en el nuevo local anfiteatro. Que lo bendiga Dios, de toda la afición siempre al abrigo, como yo, aficionado, los “bendigo”. ROMÁN R. PEÑA. México, Diciembre 26 de 1899359 Ca. 1900 CALAVERA PONCIANESCA Con un gozo y placer el más profundo, hoy vengo a visitar el nuevo mundo. Aquí está ya la valiente calavera poncianesca, que hoy a la torera gente del pasado y del presente viene a pasarles revista. Y aunque haya alguno que morir no quiera, 359
Cómico. México, D.F., 31 de diciembre de 1899, p. 12-3.
todos se irán con esta calavera. Del simpático Ponciano partidaria decidida, ha de asentarle la mano a los diestros de verano de frase reconocida. Ni uno solo escapará de ir a hacer compañía, porque mi cuadrilla va aumentando cada día. Yo soy el primer espada que dará al género humano, una soberbia estocada como las que da Ponciano. No valen amigüedades ni respeto a los maestros, porque de todas edades me he de llevar a los diestros. A los diestros de retablo que quieren mandar cuadrillas, les pondré unas banderillas en el caballo del diablo. Y todos sin distinción cuando vean la de deveras, irán a dar al panteón a volverse caballeros. Guerrita y el Espartero, Mazzantini y Lagartijo, Frascuelo y el Marinero todos tienen tiempo fijo. Todos éstos conocieron al renombrado Ponciano y el mérito comprendieron del valioso mexicano. Y cuando ellos no quisieron morirse de buena gana, esta diestra calavera les echará una mangana. Y a todos hago cabal aunque me miren catrina pues lo mismo echo un buen pial que una buena crinolina.
El mismo diestro Ponciano fue mi maestro en manganeo, lo mismo que ha sido maestro de otros muchos en toreo. En el panteón de Dolores tendrá la satisfacción, de ver a los picadores de los diestros en unión. Allí esperaré también a todos los monosabios, que ya también de toreros tienen algunos resabios. Y allí en confuso tropel los diestros de más renombre, verán de Ponciano el nombre brillando en el redondel. Y así desde ahora les digo y se los digo de veras, que todos vendrán a ser solamente calaveras. No les valdrá ser tan buenos como es el Regaterín, porque van a tener toditos el mismo fin. Se acabaron los recortes, las verónicas y largas, y las picas con zopapo que ponía el viejito Vargas. Hermosilla y Espartero Zocato y el Ecijano verán que fue su maestro el simpático Ponciano. En fin, todos los toreros habidos y por haber, claveras muy peladas tendrán que llegar a ser.360
Ca. 1900
360
Armando de María y Campos (reed.): Ponciano, el torero con bigotes. (Edición Facsimilar de la de 1943), a cargo de Dionisio Victoria Moreno. Toluca, Estado de México, Gobierno del Estado de México, Fonapas, Libros de México, 1979. XVIII-218 p. Facs. (Serie Juana de Asbaje. Colección Letras)., p. XVI-XVIII.
Guadalupe la Chinaca. Por el puente viejo de Pula, viejo y polvoso, rebosante de amores y ansias inmensas, va la gentil ranchera ebria de gozo, como símbolo rustico y glorioso de la patria, que lleva en sus dos trenzas en la fascinación de su reboso, apasionada flor que se destaca en los campos como alegórica visión. Es Guadalupe "La Chinaca", que con su escolta de rancheros, diez fornidos guerrilleros y en su cuaco retozón que la rienda mal aplaca, de la fábrica de Aguirre a los ranchos de Menchaca Guadalupe la chinaca va a buscar a Pantaleón. Pantaleón es su marido, el gañán más atrevido con las bestias y en la lid. Faz trigueña, ojos de moro y unos músculos de toro y unos ímpetus de Cid. Cuando mozo fue vaquero, y en el monte y el potrero la fatiga le templó. para todos los reveses, y es terror de los franceses y cien veces lo probó. Con su silla plateada, su chaqueta alamarada, su vistoso cachirul y su lanza de cañotos, cabalgando pencos brutos ¡qué gentil se ve el gandul! Guadalupe está orgullosa de su prieto; ser su esposa le parece una ilusión, y al mirar que en la pelea Pantaleón no se pandea,
grita: ¡viva Pantaleón! Ella cura los heridos con remedios aprendidos en el rancho en que nació, y los venda en los combates con los rojos paliacates que la pólvora impregnó. En aquella madrugada todo halaga su mirada finge pórfido el nopal y los órganos parecen candelabros que se mecen con la brisa matinal. En los planos y en las peñas, el ganado entre las breñas, rumia y trisca mugidor azotándose los flancos, y en los húmedos barrancos busca tunas el pastor. A lo lejos, en lo alto, bajo un cielo de cobalto que desgarra su capuz, van tiñéndose las brumas, como un piélago de plumas irisadas en la luz. Y en las fértiles llanadas, entre milpas retostadas de color, pringan el plan, amapolas, maravillas, zempoalxóchitls amarillas y azucenas de san Juan. Guadalupe va de prisa de retorno de la misa, que en las fiestas de guardar, nunca faltan las rancheras, como sus flores y sus ceras, a la iglesia del lugar; con su gorra galoneaba, su camisa pespunteada, su gran paño para el sol, su rebozo de bolita, y una saya suavecita y unos bajos de charol; con su faz encantadora, más hermosa que la aurora que colora la extensión, con sus labios de carmines,
que parecen colorines, y su cutis de piñón, se dirige al campamento, donde reina el movimiento y hay mitote y hay licor, porque ayer fue bueno el día, pues cayó en la serranía un convoy del invasor. ¡Que mañana tan hermosa! ¡Cuánto verde, cuanta rosa y que linda la extensión! rosa y verde se destaca, con su escolta, la chinaca, que va a ver a Pantaleón. Las mujeres Por: Alejandro Rosas Robles. "Estoy aquí por haber hecho caso a mi esposa", confesó apesadumbrado Maximiliano, que junto con Miramón y Mejía esperaba el momento de su ejecución. "Nada tiene que lamentar su Excelencia —respondió el general Miramón—, yo estoy aquí por no hacerle caso a la mía." La anécdota revela que junto a la historia oficial, la de héroes y antihéroes, cielos de la Patria e infiernos cívicos —donde los hombres parecen ser protagonistas únicos—, camina una historia paralela, diferente, llena de sentido común y determinante para la nación mexicana: la historia femenina. El panteón cívico de la Patria concedió graciosamente algunos pedestales innegablemente bien ganados: Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, Margarita Maza, Carmen Serdán, entre las más representativas. Pero fue al mismo tiempo injusto al arrojar al anonimato a muchas otras, intelectuales, políticas, activistas y guerreras en cuyo "sepulcro de honor" sólo alcanza a leerse la palabra: "desconocida". En el siglo XIX muchas hicieron relucir sus espadas por la independencia, en la defensa del territorio nacional o en las guerras entre liberales y conservadores. Las hubo insurgentes. Rita Pérez, llamada La Generala Moreno, se encargó de administrar los recursos del fuerte insurgente, El Sombrero. En los años más cruentos de la lucha perdió dos hijos en combate, a una hija, fusilada por negarse a intercambiar prisioneros con el ejército realista, y a un bebé recién nacido. Quizá su único consuelo fue presenciar el triunfo de la independencia. Manuela Rafaela López Aguado, casada con Andrés López Rayón y viuda desde 1810, se adhirió a la causa insurgente junto con sus cuatro hijos. En diciembre de 1815 uno de ellos, de nombre Francisco, fue aprehendido y doña Manuela recibió un ultimátum: si no persuadía a sus hijos de deponer las armas, lo fusilarían. "Prefiero un hijo muerto que traidor a la Patria" —fue su estoica respuesta. En los últimos días de diciembre, Francisco fue pasado por las armas. El célebre poema de Amado Nervo "Guadalupe la Chinaca" es el más atinado retrato de la bélica bravura femenina ante la nación invadida, puesta a prueba por los franceses en 1862. "Con su escolta de rancheros/ diez fornidos guerrilleros/ y en su cuaco retozón/ que la rienda mal aplaca/ Guadalupe la Chinaca/ va a buscar a Pantaleón." La vocación de las armas parecía innato en las chinacas. Combatían, curaban, cuidaban a sus hijos y dirigían batallas. Agustina Ramírez podría ser la representación ideal de la "patria encarnada". Mujer originaria de Sinaloa, apoyó la causa de la República junto con su familia, y la guerra contra los franceses le cobró cara su heroicidad: perdió a su marido y a sus doce hijos. Llamada La Heroína, Soledad Solórzano apoyó a los guerrilleros republicanos de la región de Michoacán, prestando auxilio a los heridos. Capturada por los imperialistas belgas, fue colocada al frente de la trinchera para impedir el asalto guerrillero sobre Tacámbaro y, a pesar del embate, salió
con vida. Años más tarde, en su poema "Primero es la Patria", Juan de Dios Peza pasaría lista ante el sepulcro de doña Soledad. Algunas otras mujeres no tomaron las armas, pero su cercanía con el poder determinó en México la elevación del segundo imperio. La emperatriz Eugenia de Montijo, con su idea de establecer una civilización latina en América —de ahí el término Latinoamérica—, y Carlota Amalia, con su sueño de gobernar "el imperio más hermoso del mundo", influyeron en las decisiones políticas de sus esposos: Napoleón III y Maximiliano de Habsburgo. Quizá en el Cerro de las Campanas el infortunado emperador recordó las palabras de Carlota cuando pensaba adbdicar: "mientras haya un pedazo de tierra, habrá un imperio", al tiempo que su inerte cuerpo caía sobre un puñado de tierra. Al iniciar el siglo XX, las mujeres cambiaron la espada por el activismo, la fundación de clubes políticos, las letras y la cultura, como Elena Arizmendi, fundadora de la Cruz Blanca, o la maderista María González. Los asuntos femeninos no se reducían a ser "buenas esposas" o "madres responsables". Para la historia, resulta difícil imaginar a Mercedes González, la madre del presidente Madero, aconsejando: "No andes con contemplaciones, imponte un poquito, porque si no tendremos que batallar [...] hay que quitar a Huerta [...] está haciendo la contrarrevolución". El presidente desoyó los desinteresados pero sensatos consejos maternos y terminó sus días víctima de una traición a manos de Victoriano Huerta. Con la revolución en marcha, las mujeres no vacilaron en llevar al hombro los pesados 30-30, infiltrarse en los campos enemigos como las célebres espías constitucionalistas que en más de una ocasión denunciaron los turbios negocios de los generales revolucionarios o protestar por la dictadura y la represión, como María Arias Bernal, María Pistolas, a quien Obregón le entregó su arma "por ser ella el 'único hombre' que hubo en la Ciudad de México durante la Decena Trágica". La historia mexicana podría reescribirse a través de los ojos de la mujer. Cientos de anécdotas y hechos de suma importancia han sido definidos por la participación femenina. El siglo XX agregó una lista interminable de mujeres valiosas: intelectuales, escritoras, políticas, artistas, profesionistas, deportistas y científicas. Son las nuevas insurgentes, las valerosas republicanas y las audaces revolucionarias que buscan que su historia no corra paralela, sino converja en una sola: la gran historia nacional.-361 1900 De una crónica que apareció en El Alacrán, D.F., del 13 de enero de 1900, p. 2, recojo los siguientes versos: Toros y demás abusos… (Corrida del Domingo 7 del presente).362 -¿Va usté a los toros? Pues…….. sí. ¿Dónde quiere usted que vaya? Mientras tanto que no haya más diversiones aquí… -Vaya á Arbeu -Gracias, no gasto. -Ya la Coromi no está… -Pues sí ella era sola la que daba en Arbeu abasto! Se marchó con todo y hoja y ya no piensa volver. 361
http://www.letraslibres.com/index.php?art=6286, abril de 2000. PLAZA DE TOROS “MÉXICO”, D.F. Domingo 7 de enero. 6 toros de Atenco. Enrique Vargas “Minuto”, Antonio Fuentes y Ángel García Padilla. 362
¿Qué queda para escoger? ¡El demonio que allí escoja! La Coromi era muy mala, pero tenía entre manos Lacoma, dos Castellanos, Peón, la segunda sala, otros dos jueces o tres la famosa hoja en cuestión… Era, en fin, de sensación Arbeu, pero ya no lo es. -Vaya al Principal -¡Qué horror! Para ver esos bailables que de tan considerables latas al espectador… y oir a Vigil a veces soltar gallos a docenas, para ver piernas rellenas, para oir chistes soeces, para ver un grupo de tiples con la voz escasa…… ¡Para eso me quedo en casa ¡y es mejor, créalo usté! que espectáculos como esos no se tienen otros hoy. Y aunque se merezcan palos los toreros y la empresa es más nueva la fiesta esa y no son ellos tan malos como son esos actores Y esas tiples de cartel; ¡entre ambos prefiero aquel donde son menos peores! Tal decía la gente el domingo anterior por la mañana. Todos se resentían hondamente de pagar cinco pesos por ver los toros esos, mas es así la condición humana, y aunque todos rabiando poquito a poco allí fueron llegando. Y hubo, cual siempre, bola de coches y tranvías y ni el Gobernador dicto una sola medida inteligente, ni hicieron nada allí los policías por ordenar la gente y todo fueron gritos y codazos, y sustos y empujones y decía la gente; “¡qué riñones tiene este buen Sr. de Rebollar! ¡Bien supo lo que había de pasar!
Los tranvías de Menes la expedición hicieron más amena con sus muchos abusos y su escaso servicio y con los malos usos que tiene por costumbre, ya de oficio, y la gente, enfrentando a Rebollar, se acordaba después del Sr. Mena y en seguida poníase a pensar en el Sr. De Landa y Escandón, otra alma también buena que se ha propuesto ahorrar sin duda alguna y no manda que rieguen la calzada y se levanta allí una nube de polvo espesa y “bien formada”. Con esta algarabía y en esta pobre traza, de elogios entonando alegre coro a las autoridades, llegamos a la plaza a tiempo que salía furioso y escarbando el PRIMER TORO Bragado y coloradito, por poco coge a Pastoret y le manda a las regiones atmosféricas. Y es que el toro salió casi ciego por el coraje, como cualquiera en su caso. Pongan vdes. que tuviéramos la dicha de que el doctor Ruiz saliera de su casi ministerio, donde tan buenos negocios se pescan……. Pues saldría embistiendo, como un Lacoma cualquiera. Los hombres y los toros tienen su genio. Cuatro varas y dos pases tomó el bicho, unas malas y los otros peorcitos. Tomó “Minuto” los trastos, fue elocuente, con un brindis por el dicho presidente y se fue al toro despacio, con cachaza y empezó a hacer la faena necesaria. El toro estaba en malas condiciones, aunque amenazando ¡ni que fuera Castellanos! Pero Minuto le dio unos cuantos pases surtidos y le amansó un poco. Entró a matar seis veces, unas mal y otras peor, y algunas en corto y por derecho y acabó con una honda contraria. El animal no quería morirse sin duda hasta ver si ya se aclara el asesinato del Lic. Saldaña en Puebla, y perseguía al matador, hasta que al fin, convencido de que esos misterios no se aclaran nunca, inclinó blandamente la cabeza a un lado y a otro como diciendo: “estos de Atenco no tenemos más que fachada”, y murió… La gente empezó a escamarse, porque si así empezaba la corrida ¿cómo había de concluir? y salió el SEGUNDO.
Ojalado, corto de cuernos y largo de pies. Sobrevino un desorden que ¡me río yo de los de Tlaxcala! Tomó el bicho tres puyazos y tres pares contra su voluntad, y el herradero y la confusión cada vez más grandes. Pero ¿estamos en Veracruz? preguntaba uno al oir tanta protesta? (Antonio) Fuentes la emprende con aquel bicho ladrón que buscaba el bulto y después de manejar el trapo se arranca recto y a volapié y cae el toro. Ovación. ¡Ya era hora! TERCERO. De mucha fachada y poco fondo, como el Centro Mercantil, abierto de cuernos y retinto. Unas varas imposibles y dos buenos pares de Roura. Entonces sobrevino Ángel García Padilla, el debutante, armado de trapo, muleta y resignación, suelta tres cosas que él llama pases y una estocada de través. Silba general. Ni que hubiese cantado Vigil. Pierde el diestro la moral y el público la paciencia y vienen un metisaca, un pinchazo y una media y el toro no se moría y el espectáculo no era fiesta taurina, sino lucha del hombre y la fiera, para vista en cualquier circo de los que hay en las afueras y al fin va el bicho al corral de orden de la presidencia y se termina en sainete lo que pudo ser trigedia (sic). CUARTO. Corto, colorado y enjuto, medio anémico. Parecía que había usado el cinturón eléctrico para restaurar sus fuerzas. Padilla empieza a hacer monadas para desquitarse y sufre un puntazo. Minuto bien con la capa. Y comienza otra vez el herradero Y aquello es el disloque, La gente echa de menos a Villegas, Que en reprimir desórdenes Casi tan práctico es como Cahuantzi, 363 Y sino que lo digan y lo anoten Aquellos estudiantes Con los cuales tan fin y bien portóse. Media estocada, dos pinchazos y otra media de Minuto derriba al de Atenco. Faena pesadita. QUINTO. 363
Se refiere el cronista a Próspero Cahuantzi. El Coronel Próspero Cahuantzi fue un militar mexicano que participó en la Revolución mexicana. Nació en Santa María Ixtulco, Tlaxcala, en 1834. Ingresó a la carrera militar y obtuvo el grado de coronel de caballería en 1877. Fue gobernador de Tlaxcala de 1885 al 2 de junio de 1911. Murió en la penitenciaria de Chihuahua en 1915.
Ojo de perdiz, meleno y abierto de cuerna como los demás. Varios lances de Minuto y un par bueno de Padilla y otro de los otros dos y Fuentes el toro brinda, le pasa bien de muleta, se arranca con valentía, da un pinchazo a volapié y una honda bien metida y piden para él la oreja y continúa la lidia. SEXTO. Cornicorto y colorado. Al corral. Deslucidas las primeras suertes, entra Padilla arrancando recto y derriba al toro de una estocada. AL SALIR DE LA PLAZA -¡Y a usted que le ha parecido? -La primera parte, mala, la segunda algo mejor y las dos en globo, caras. ¡Dar por eso cinco pesos me parece una primada” -Hombre, no tanto, no tanto… la tarde no estuvo mala. -Menos cuesta la Coromi -¿Eh? -Verla salir de mallas, casi del todo desnuda y con la hojita de parra. -¿Y el ganado? -Está perdido. -¿Gente? -Mas de media plaza. -¿Y usted sabe de la Oro? -¿De la Oro…? ¡No se nada! -Salió de la enfermedad Que la tenía postrada. -¿Y quien es… vamos, el médico? -Por ignorado se calla. -¿Sabe usted que al Principal Volverá otra vez la Pata? -No me admira ya el que vuelva, sino el que siga Labrada. -“Cosas veredes, el Cid”… -¿Qué sabe usted de Tlaxcala? -Que le quitan -¿A Cahuantzi? -Naturalmente
-¿Qué lástima! Un historiador como él que también hace la barba… -¿Montamos en el tranvía? -Mi vida aprecio más cara. ¡Mientras los dirija Mena no gastaré en ellos nada! -¿Usted volverá el domingo? -¿Qué hacer? Aunque cueste cara. Mientras no se abra el Congreso, a ver si Mateos habla o desaforan al fin a Don Pepe, el de Oaxaca, el protector de las tiples, no tiene uno que hacer nada y va a los toros por ver a donde el tiempo se pasa. -¿Y usted es…? -Soy profesor. -¿De qué? -De instrucción primaria -¿Y qué dice el Dr. Ruiz? -Pues decir no dice nada, pero hacer, amigo mío, ¡ese las hace sonadas! Y así es como andamos todos y la instrucción así anda y se hacen libros de texto Y se hace buenas jugadas… ¡Créame uste, amigo mío, ese puesto es una ganga! -Pues memorias al doctor afectuosas. -Muchas gracias. -Me voy a ver a Lacoma esta noche. -Pues que le haga buen provecho. ¿Va usted al baile? -A Mignon, donde él se halla entre muchas señoritas, de las más acreditadas oficiando de… empresario. ¿Y su mujer? -Buena, gracias. -¿Siempre se va uste al tranvía? -¿Y qué quiere que le haga? -Pues adiós. Celebraré que no le suceda nada. Anónimo.364
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El Alacrán, D.F., del 13 de enero de 1900, p. 2.
1900 BENEFICIO DE “MINUTO”. TOROS DE SANTÍN. Don… (él, me suplicó que no dijera su nombre en estas líneas) hizo una observación muy oportuna respecto a mis revistas. “Es usted tan benévolo, me dijo, “que acaso perjudica “a los mismos toreros, quienes creen “que a veces no la… pitan, “y que son… infalibles en los lances “variados de la lidia. “Pegue usted con más ganas, fuerte, duro, “y si chillen que chillan” (Al revés: Es figura vascongada que a mí me causó risa). -Sí, señor, contesté. Seré severo… verá usted mi revista cómo da a todo dios lo que merece y cómo hace justicia. Mas, muchos comentarios que suprimo, ¿no saltan a la vista? Hay verdades, D. Víctor, necesarias que resultan mentiras, y además, estos chicos en conjunto pa mí que tienen chispa. ¡Caramba! Se escapó… dije su nombre… pero ¿quién adivina, por el nombre nomás, el apellido? D. Cándido estaría catorce horas pensando, y puede… acaso, que se quedara… asina. (Con el dedo pulgar desde los dientes como quien nada indica). Son ustedes los aficionados de coraje y de fibra, y es asunto el de toros ¡ay! que tiene, entre flores, espinas. Perdónenme, señores, ya que saben que, por lo que omita y no pegue y castigue, otros en cambio, sin razones, fustigan y pegan sendos palos a una fiesta por demás virilísima. Basta de introducción. Daré principio a mi lata-revista en verso y prosa para que así rabien los de marras, avispas de afilado aguijón, cuando se trata
de hacer, sobre mí, crítica. (. . . . . . . . . . . . . . .) SEGUNDO Personajes.-Un matador, un toro, dos partiquinos y comparsa de aupa. El toro. ¡Hola!, señores, buenas tardes. Los de aupa. Este tío me parece que se trae de poder buenos alardes y planchamos el globo si se crece. (Antonio) Fuentes. Si antes lo dije: a tal embite teníanla que tener en descubierto… José Carriles. ¡Fuentes lánzame un quite, que tengo el toro encima y estoy… muerto de… valor y del golpe que he llevado… pronto… una capa… míralo… socorroo!... Fuentes: José, no grite, que a tu lado juro ar bicho cogé der mismo morro y jacerte un buen quite por zarvarte… (Esta frase efectista diez mil almas la premiaron gritando: ¡Viva el arte! con diluvio de bravos y de palmas). Roura y Valencia son los partiquinos que hicieron sus papeles fácilmente, clavando cuatro pares de los finos sin hablar dos palabras mayormente. El toro. ¿Ya se fueron esos tíos que a fuerza de pincharme me han tanteado?... Fuentes: Sí, ya se fueron y a mis bríos para hacer el epílogo has quedado. -¿Amenazas a mí? -Y á otros más buenos que tú siempre reté, sin otro ardid que meterme valiente en sus terrenos y matarles de un golpe en buena lid… Entra… otro pase más… otro… acomete… -Me has herido de muerte… me has matado, pero a ley… te perdono. Adiós y vete a decir por el mundo que has dejado enhiesto y con honor tu gallardete. (Ovación entusiasta a este final, porque Fuentes estuvo colosal). (. . . . . . . . . . . . . . .) CUARTO, y ya con la faena avanzada: Una faena de pases divinos, de todas clases; ceñidos, a pies clavados, entre los gratos compases de mil bravos prolongados. Y dio (“Minuto”) un pinchazo de aguante, dos pinchazos recibiendo
y dos más siempre elegante, entrando como saliendo con su magistral desplante. Después el bravo chiquillo se tiró a matar con fe, para dar, lleno de brillo, un soberbio volapié hasta tocar el morrillo. ¡Qué delirante ovación, qué frenético entusiasmo! Toda, toda la afición fue presa de un dulce espasmo de grata recordación. Y se consumó el disloque de acto tan despampanante con un argentino estoque y un magnífico brillante que le echó Mister… Schoque, de la Schalqui, apoderado, y el actual promovedor de llevar a Nuevayor, por treinta mil, contratado al valiente matador. Fuentes, casi conmovido con tan regio… galanteo, le dio las gracias, rendido, y regaló al aludido su capote de paseo. (. . . . . . . . . . . . . . .) SEXTO. Fuentes da dos con la derecha preciosos, dos altos bañando al toro con la flámula, un natural bellísimo, uno de pecho morrocotudo y… aceitera. Cita a recibir valiente y da un pinchazo contrario, atracándose, de frente… ¡un pinchazo extraordinario! Dos veces más recibir quiso Fuentes y no pudo con buena fortuna herir, pero estuvo pistonudo. Después entró a volapié y dijo: a ver zi ez verdá. Pues ya lo creo que fue… ¡caballeros, qué estocá! Excuso decir a ustedes que las cincuenta ú cien yancas que vi allí, como paredes salieron de puro… blancas, acaso por la emoción que Fuentes causara en ellas y de ellas el corazón,
casi todas eran bellas, latiera sólo por Fuentes de tal modo, que miradas impetuosas, elocuentes, ví en las misses, encantadas por el valor, gracia y arte del Cid de los campeones. ¡Como que Fuentes hoy parte, de veras, los corazones! TOTAL Que el ganado fue sólo regular y que tiene Santín que mejorar. Que fue el beneficiado siempre objeto de muestras cariñosa de respeto. Que Fuentes es el tío más coloso que pisa, por fortuna, nuestro coso. Que mostró el “Tenderín” ser de madera365 y buena condición, siempre que quiera. Y que yo… (lo demás salta a la vista) pongo punto final a mi revista. 28 de Enero de 1900. Román Rodríguez Peña.366 1900 La despedida de mañana. (José) Centeno y los toros. ¿Por qué no hemos de ir a ver el último adiós de un torero con vergüenza? Ha de ser sentimental su brindis de despedida. Así, poco más o menos: No olvidaré mientras viva que hoy hago mi retirada. ¡Adiós un primer espada de formal alternativa! Mi gratitud, que excesiva para el suelo mexicano late en mi pecho serrano, me obliga a decir sincero que aquí sucumbe el torero y resurge el artesano. Brindo por el Presidente 365 366
“Tenderín”, banderillero en la cuadrilla de Enrique Vargas “Minuto”. El Correo Español, D.F., 30 de enero de 1900, p. 2 y 3.
y por quien los pesos gasta para darme un entusiasta adiós cariñosamente. Recordaré eternamente dos cosas, tan sólo dos: Que mi brindis te hago en pos del pensamiento más sano, y el saludo al artesano que da al fin torero adiós. Sí; vamos a ver por última vez a Centeno. Se retira casi en la plenitud de sus facultades profesionales. Veremos bonitos lances de capa, oportunos quites, serenos pases de muleta y monumentales estocadas; que hiriendo es Centeno un torero de vergüenza. Ahora no caben comparaciones ni recuerdos. Se trata de hacer una buena obra y de pasar un rato ameno, presenciado la lidia de seis arrogantes toros de Santín. A los toros, amigos mío. No pagaremos ni tres, ni cuatro, ni cinco pesos, y sí, en cambio, al regresar de la plaza, vendremos con la cordial satisfacción de haber hecho, a la vez, una acción meritoria. R.R.P.367 1900 JUGANDO AL TORO. Un día estuve en casa de don Teodoro y vi a sus cuatro chicos jugar al toro. El tal juego les gusta más que el teatro ¡y hay que ver lo que gozan así los cuatro! Tienen de chucherías una caterva pero han pasado todas a la reserva, y haciendo de toreros, reses y potros, sin descanso se lidian unos a otros. ¡Y cómo los indinos ponen las piezas que sirven de teatro de sus proezas! Los sillones son vallas y burladeros, y son gradas las mesas y los trincheros y hasta prestan servicios en ocasiones El Correo Español, D.F., del 17 de marzo de 1900, p. 2. En efecto, tal despedida ocurrió en la plaza “México” de la Piedad, D.F. el 18 de marzo, alternando con “Corcito” en la lidia de 6 toros de Santín. 367
los plumeros, los zorros y los bastones. Sobre el cuarto del padre (que es muy modesto) con ocre y sin malicia “Toril” han puesto y sobre el dormitorio de la nodriza un letrero que dice: “Caballeriza”. Suele Andrés ser el toro, Luis el caballo, Juan es el Algabeño, Fuentes o el Gallo. Paz suele ser la reina que, muy florida, desde su regio palco ve la corrida, y como son muy pocos para la fiesta el vecino de al lado sus chicos presta, de los cuales Alberto, por darse tono, hace de presidente; Julián de mono, de picador Camilo, de guardia Tula, Roque de timbalero y Ángel de mula, y hasta en la lidia emplean a la sirviente (que es desecho de tienta seguramente). Y hay veces que un amigo va de visita y que sufra un puntazo nadie le quita. Es inútil, lectores, decir a ustedes lo que pasa entre aquellas cuatro paredes y lo que hacen los chicos del mobiliario y lo que mortifican al vecindario. Pero no hay una cosa más divertida que el reparto de cargos de la corrida, pues aunque para toros todos alternan, yo no sé como diablos
se las gobiernan que el que puede zafarse de ser lidiado, no zafa siendo listo, por de contado. Cuando los vi el domingo tal bronca había porque alguno a ser toro se resistía, que Paz, que tiene rasgos conciliadores, ante el conflicto dijo: “Vaya, señores; que por mí no se altere vuestro sosiego y aunque sé demasiado que en este juego una se hace girones y se despeina, un rato seré el toro y otro la reina”. Y esta frase que dijo cándidamente, en mí de tal manera quedó presente, que siempre que yo veo jugar al toro, me acuerdo de los chicos de don Teodoro. Anónimo.368 1900 ¡Toros! ¡Toros! Yo ví hacer la otra tarde cuanto pudieron a Jarana, a Potoco y al Espartero.369 Pero no eran las reses, ni mucho menos, dignas de las faitigas de los toreros. Tenían buena estampa, trapío bueno, suficiente romana, bonito pelo; pero sangra de horchata, 368
El Chisme, D.F., del 16 de agosto de 1900, p. 2. Antonio Arana “Jarana”, José Villegas “Potoco” y Manuel Lavín “Espartero” o “Esparterito”, eran tres de los toreros hispanos que actuaron en la temporada 1899-1900 en diferentes plazas mexicanas. 369
coraje, cero, muy malas intenciones y peores hechos; así que los muchachos se deslucieron. Y la Empresa, que tiene formal empeño, en que veamos toros, y toros buenos, prepara una sorpresa que no reservo, pues pronto para nadie será un secreto. Está en tratos, me han dicho, con ganaderos que traerán a la plaza burós de aquellos que dejan rayas hechas en el toreo. Así que… ¡vengan brichos, y vengan cuernos, y vengan empresarios de buen deseo, para ver, los domingos, el cielo abierto! Anónimo.370 1900 ¡Olé con olé! He oído el octeto de profesores cuya fama pregonan París y Londres, y salí entusiasmado de los primores que en el concierto hicieron los españoles. Lo que es, si continúan las audiciones, prometo mi asistencia todas las noches; y eso que, hasta la fecha -Dios me perdoneno entendía ni jota de esos primores. Pero aquellos violines me predisponen al arte, pues educan sus vibraciones. 370
El Correo Español, D.F., del 7 de noviembre de 1900, p. 2.
Tocar un contrabajo como aquel hombre, en todo el universo no hay quien lo toque. Y así, cuando el octeto con sus acordes preludiaba la jota de la “Dolores” sentí agudas punzadas en los tendones, los nervios excitados, la sangre joven; y con toda la fuerza de mis pulmones, lancé un “¡viva la tierra de mis amores!” ¡Y acarició mis sueños toda la noche la jota cadenciosa de la “Dolores!” Anónimo.371
Ca. 1900 CUADERNO DE BRINDIS TAURINOS… BRINDIS JUVENILES. Brindo este toro bonito que pronto muerto será por el recuerdo bendito de mi amor que lejo etá. Este toro he de matá en meno que canta un gallo, y si nó… vamo á brindá que mejó me parta un rayo! Brindo, “señó jué, ete toro que sucumbirá a mi ejpada (sic) por la morena que adoro y por nuestra patria amda! Está mi espada impaciente, por hundirse en el morrillo de ese toro tan valiente… ¡olé, la gracia chiquillo! Bien sencillo es el brindar 371
El Correo Español, D.F., del 9 de noviembre de 1900, p. 2.
por la salú de mi jué pero el toro ¿qué dirá? ¡que lo he de matá redié! Brindo er toro señó jué, que haré rodá por la arena, por mi mare y la de uté, ¡por su salú y mi morena! BRINDIS AL SEÑOR JUEZ Señor Juez brindo con alma, Porque maté a la primera Por alcanzar una palma De mi chula zandunguera. ¡Por la gracia de las mozas, Por mi coleta querida. Por las reinas tan airosas Que animan esta corrida! ¡Porque viva el señor Juez Con la dicha tan deseada, Porque despacho a la res A la primera estocada. BRINDIS A LOS TENDIDOS DE SOMBRA. A la entendida afición Dedico mi pobre faena; No es brillante, ni lucida. Pero yo quiero ofrecerla Como testimonio firme De la voluntad sincera Que tengo de complacer A todos los que me alientan Con su aprobación, aplausos, Y repetidas finezas. Si la suerte se remata, Con brío, o con destreza, Se deberá, más que a mí Al público que me alienta, A mis constantes amigos Que en esta plaza se encuentran Y que galantes me animan En mi riesgosa carrera Reciban, como expresión De mi gratitud sincera La faena que voy a hacer Para la suerte suprema. A LOS TENDIDOS DE SOL. Pueblo noble y generoso Que has acudido esta tarde,
Para olvidar tus fatigas Y un momento solazarte, A ti dedico la muerte De la fiera que aún combate. A ti dedico la muerte De la fiera que aún combate. Si logro salir airoso, Y con fortuna del lance, Débese a la voluntad, Que tengo por agradarte, A todos, pues, les dedico, De la corrida esta parte; ¡Mis deseos se colmarán Si me aplaudes esta tarde! BRINDIS PARA LAS REINAS. ¡Oh reinas de esta corrida! ¡Oh reinas de la hermosura! Que dominais esta plaza Con encanto y donosura Con satisfacción sincera Os brindo este toro ahora, Pues sois dignas con justicia De tal oferta que me honra; Sois dignas no solo de este Sino de honores más grandes Pues teneis belleza y garbo Y simpatía sin alarde, Aceptad pues este brindis, Que os dedico con fervor; Y así con vuestro permiso A matar al toro voy. DE UN TORERO ESPAÑOL A LOS MEXICANOS. En prueba de simpatía, Y agradecimiento vivo A vosotros mexicanos Este cornúpeto os brindo, Vuestras palmadas valiosas Me animan y dan confianza Para matar a este bicho a la primera estocada pero si pierdo os suplico me tratéis con indulgencia y si triunfo ya os espero para tomar las cervezas. AL TENDIDO DE SOMBRA. Ilustrada concurrencia Que presenciais la corrida,
Tengo el gusto de ofrecerte Al toro que aquí ya miras. No es tan malvado que digamos Pero yo tengo valor Y así espero darle muerte Y obtener tu aprobación. AL TENDIDO DE SOL. Pueblo sincero que estimo, Con el alma y corazón, Te dedico mi faena En la presente función Si mato al toro palmadas Pido yo en profusión Y si el toro a mi me mata Un responso y se acabó. A UN AMIGO ÍNTIMO. ¡Uh mi amigo queridísimo, Voy a matar a este toro, El cual porque lo mereces Te lo dedico con gozo. Tu presencia me reanima Porque tu eres muy valiente Acoge pues este brindis Y sé conmigo indulgente. AL GANADERO. Tú que eres el ganadero Es justo que te dedique La arriesgadica faena Que a las mujeres aflige. Yo no conozco temores Pues si la raya no llega Ni cien toros bastarían A quitarle la existencia. Por esto pues voy tranquilo Este toro a despachar, Acepta el ofrecimiento Y así pues a trabajar. AL EMPRESARIO. A vos señor empresario De estas corridas de toros Tengo el honor verdadero De brindaros este toro. Sois digno de ello y es justo Que os lo dedique gozoso Es prueba de gratitud
Y de cariño amistoso. A LOS TAURÓFILOS. A vosotros los taurófilos De sincera vocación, Os dedico la faena Que pondré en ejecución. Este toro pues os brindo En la fiesta del valor; Si la fortuna me ayuda Tendré gran satisfacción Aceptad mi oferta ingenua Con indulgencia mayor, Que ya voy a dar principio: Así pues, mucha atención. AL JUEZ DE PLAZA. Con el respeto debido Este toro, señor Juez Os lo brindo muy gustoso Muy sincero y sin doblez. Si consigo mi propósito ¡Que contento quedaré, Y altamente satisfecho, Con ver el bicho a mis pies. A LAS REINAS Y A TODAS LAS SEÑORITAS. Señoritas que de reinas Estáis en este lugar, Yo os dedico jubiloso Al que voy a despachar Con un valiente entusiasmo Voy la faena a empezar, Que vuestra bella presencia Tan sólo me animará. Por vosotros lindas reinas Que tan atentas miráis, Y por todas las morenas Y blancas en general. AL PÚBLICO. Tú, público generoso, Espero que complaciente No te mostrarás celoso, Ni sensible, ni exigente. Es mi deber darte gusto, Por ello me afanaré; Hay que abandonar el susto… Y al toro despacharé!
AL PÚBLICO EN GENERAL: Brindis de la muerte del 2º toro. ¡Oh público bondadoso Que me haces un gran favor Al perdonar los defectos Que tengo cual matador. Este es el segundo toro Y os lo brindo con placer, Esperando que resulte Mucho mejor que el primero. Aceptadlo, yo os lo oferto Con el cariño más cierto. AL PÚBLICO EN GENERAL: Brindis como sustituto. A mi pobre compañero Que inutilizado fue, Por la cogida que tuvo A sustituirlo hoy iré. Este toro tan completo Os lo brindo respetuoso Esperando en la faena Quedar limpia y victorioso. POR PETICIÓN DEL PÚBLICO Brindis a él. Pedís que mate al cornúpeto Dispensándome favor. Pues me falta la maestría Aunque me sobre valor. Voy a daros ese gusto, Y en pago de vuestro afecto Os brindo el toro esta tarde Rebosando de contento. AL PÚBLICO EN GENERAL Brindando la muerte del toro que lastimó a los picadores. Este toro que tan bravo Se mostró con picadores, Por haberlos lastimado, Tendrá castigo veloce, Con gran gusto yo os lo brindo Al público en general, Pidiendo si bien lo mato Tus palmadas y… la mar! Brindis de un aficionado que debuta.
Por vez primera Voy a matar A este torete Sin vacilar Y con gran gusto Te lo dedico… Perdona atento Si no soy listo. A los aficionados mexicanos de la Tauromaquia Brindis de un debutante. A vosotros que el toreo Conocéis aquí muy bien Os dedico con gran júbilo El torito que ya veis Al debutar esta tarde Es mucha honra para mi Dedicar a mexicanos La fiera que haré morir. BRINDIS (De un diestro matador). Brindo por los negros ojos De mi andaluza querida, Que por cumplir sus antojos Gustoso expongo la vida! ¡Brindo por el Dios que adoro, Que me libre de la fiera, Por dar muerte bien al toro Y por la sangre torera! ¡Brindo por la gente mía Que me ha dado bríos y maña, Por el sol de medio día Que alumbra el cielo de España. ¡Por mi mare y por mi pare Por mi patria y mi morena; Que Dios no me desampare Y tienda al toro en la arena! Atribuidos a Antonio Vanegas Arroyo.372 1900 VARALARGA. Ya rompió plaza Bartolo con carteles a tres tintas, 372
Cuaderno de Brindis Taurinos y coplas humorísticas, publicado por Antonio Vanegas Arroyo. México, Imprenta de Antonio Vanegas Arroyo, con un grabado de José Guadalupe Posada en la portada del folleto. 16 p. Ils.
y Varalarga no logra figurar en las cuadrillas. Picador es Varalarga, cesante de mona y pica, que no ha convencido al Bomba ni ha conquistado al Villita. De Mazzantini y Reverte vive y bebe algunos días, si no por pincharles toros, porque en la bolsa los pincha. El alias es Varalarga que ganó en Andalucía; se lo aplicó una trianera, en varas muy entendida, viéndole alargar el palo a un toro de muchas libras, y hacer, entre cuero y carne, vainas para las astillas. Por ser picador de bajos ganóse Juan la gran silba; mientras la moza de Triana le aplaudió muerta de risa. Los aplausos de la jembra tienen su filosofía; que no se halla un varilargo en cualquier hombre que pica. Éralo Juan con los toros de miedo que les tenía, sin ver que el que en corto agarra, si empuja, para caídas. Desgarrón o marronazo el miedo de Juan castigan; tras el marronazo, el golpe, tras el desgarrón, la grita. Cesante de picar y mona le he llamado más arriba, y, lo que es de lo segundo, no es verdad, si bien se mira. Anda como con el hierro por la calle de Sevilla, y siempre su andar denuncia la toma de alguna pítima. De esas monas con jindama se acompaña en las corridas, y el peleón con que monta lo mide con las costillas. Mucho es un miedo a los toros? más no hay en la corte y villa matón que se lo eche en cara sin que se lo pague en riña. Y eso es Varalarga siempre: flojo en tientas, fuerte en tientas, ante los hombres un bravo
y ante los toros un lila. Anónimo.373 1900 Cosas de toros. Con acompañamiento de guitarra (Si se tercia). Que hoy hable de cosas de toros me pide Loma? No puedo ni debo, señores, tomarlo á broma. Y escribo de cosas de toros de buena gana. Por más que la lata resulte muy soberana. Los toros, yo vengo notando desde chiquito que suelen a más de los cuernos gastar morrillo.
373
El Chisme. México, 24 de febrero de 1900, p. 1.
Y asĂ como tienen por dentro su sangre tiera, los cuernos, el cutis y el rabo lo tienen fuera. Hay reses que para la lidia son destinadas Y corren y mujen y bufan y dan cornadas. Y hay reses vacunas tan mansas como incompletas, que pasan la vida tirando de las carretas. Por mĂĄs que me gustan los toros en el anillo, prefiero comerme guisado su solo-
millo. Y hay diestro que en esto demuestra su sangre fría, pues luego que mata con arte la res de día, cenando de noche y en menos que come un higo. Al tiempo que canto guajiras, escribo y, claro, los versos me salen de un metro bastante raro. ¿Más versos que traten de toros no quiere Loma? Pues ya que los quiere, cantando le digo: “Toma”. Y aunque es u-
na forma muy rara la que ha salido, ¿no trato de cosas de toros? pues he cumplido. Juan Pérez Zúñiga.374 1900 Toros y demás abusos. (Corrida del 31 de diciembre de 1899). Mediada la plaza o un poquito más, la gente escamona, como es natural, que los cinco pesos ya dan que pensar. La empresa de trenes, es de adivinar que puso un servicio lo mismo al llegar que para salir ferozmente mal. Los trenes paraban cada doce pasos, todo eran molestias todo eran obstáculos, la gente, impaciente, promovía escándalos y los coches, llenos, no daban abasto, andaban dos varas, parábanse un rato, de nuevo salían apenas al paso, pues aquellos bichos enclenques y flacos hacían los pobres lo que era del caso. Y entre excitativas y entre latigazos 374
El Cómico, D.F., del 8 de julio de 1900, p. 12.
y entre imprecaciones y feos vocablos, y aquí ya me acuesto y allá me levanto, y un charro que viene, montado a caballo, y a arrancar ayuda echando una mano, así de la plaza salían los carros y poquito a poco al centro llegamos, quejándose unos, todos renegando y al Ministro Mena In mente mentando… Una tarde soberbia, muy propia para que Nervo la destrozara con adjetivos decadentistas. El público estaba impaciente ya, como si asistiera a la representación de alguna obra de Escalante con colaboración de Labrada, y con ganas de armar bronca cuando salió el PRIMERO. Aquello no era un toro, era un becerrillo recién destetado: negro, pero con el alma blanca como heroína decalentista, se dejó recortar dos veces por “Minuto”. Aguantó con resignación cuatro varas, dando, con una de ellas, lugar para que Fuentes le refrescar, abanicándole caprichosamente. A este chico lo vamos a mandar a que abanique a Castellanos, que según parece viene irrito de Oaxaca. Los matadores aprovechando las buenas condiciones del mamoncito le torearon al alimón. Ovación. ¿Estaría allí la claque de Arbeu? Pastoret y Noteveas Le pusieron siete palos, Pero no sabemos cuál De los siete fue el más malo. “Minuto” que vio la ocasión de quedar regular, se fue al toro, le dio cinco pases buenos, luciendo la barriguita, y contra costumbre entró recto a matar, dejando una estocada caída. El joven “Minuto” se arrodilló y empezó a hacerle señas al torito para que se echara, éste por no ver aquella gracia y por no dejarle mal se echó, y el puntillero acabó con aquel inocente, que por su mansedumbre igual pudo haber nacido empresario de teatro, diputado, regidor, todo, menos empeñero. Descanse en paz un corazón tan tierno. SEGUNDO De Miura y muy bien plantado, le pican regularmente. Roura un par bien colocado y Valencia, disparado deja otro por indecente. El gran Fuentes retira a los peones, entre los cuales hay varios melones, y empieza a ejecutar una faena
superiormente buena que admiran los toreros corazones, pero el toro que sin duda confundió la muleta con las “Místicas” de Nervo, empezó a dejar el trapo y se iba al bulto, como diciendo: ¡a mi con decadentismo! Fuentes se creció. ¿El toro quería coger? Pues arrimarse más. No recordó a Mena ¿la prensa le ataca por la desorganización de los ferrocarriles? Pues más descarrilamientos. Con la diferencia que a Fuentes le podía coger el toro, y a Mena no hay ni esperanza, porque no viaja. Por último Antonio se arranca, y al dejar una honda a volapié, el de Miura le engancha derribándolo… Aun hay patria, digo, aun hay Fuentes, Cuco. (¡bien por Cuco!) mete el capote y se lleva al toro. Que es lo que va a tener que hacer la Sra. Corona en su asunto con EL ALACRÁN, meter un capote, porque sino va a sufrir una decepción. Fuentes se levantó, y hecho un valiente volvió al toro que se echó al verle. TERCERO. De Tepeyahualco, hermoso animal, que si hubiera tenido la misma bravura que estampa no lo torea ni Peón del Valle que es, o fue, el juez que torea mejor. Se pegó a los caballos, Y los piqueros, Dieron con sus hechuras En el vil suelo. Fuentes cogió el percal y moviendo los brazos superiormente y muy paradito. Alcanzó una ovación. Dicen que esa habilidad se la enseñó Labrada que en materia de torear es el número uno, sobre todo toreando al público. Pastoret y Gonzalito, Gonzalito y Pastoret adornaron a la fiera como Dios les dio a entender. Minuto, que se encontró con un buey, se armó, y nosotros también, pero de paciencia, y comprendiendo la lata que iba a dar al público, se fue al toro, y pasándolo medianamente, pero muy medianamente, le atizó una estocada baja, pero muy baja. ¡Viva usted mil años Sr. Vargas, pero no toreando! CUARTO. Berrendo, de Tepeyahualco, fino de remos y con los cuernos al alto. Cuando salió había ya desanimación en el público. Todos andaban distraídos, y en vez de mirar la lidia, quien se ponía a guasearse de la Convención Nacional, quien le dirigía algún adjetivo a Castellanos para pasar el tiempo, quien miraba al toro y se ponía luego a hablar de Lacoma, quien, en fin, se entretenía con el vecino en averiguar si D. Múcio P., el de Puebla, que tendrá mucho de Múcio, pero nada de P., pensará hacer todo lo posible para que se escarezca el misterioso asesinato del Lic. Rafael Saldaña… En fin; cada quisque procuraba amenizar la tarde para combatir el aburrimiento que aquello producía, y no pensar en los cinco del águila. Hasta las señoritas esas que fueron a los bailes de Lacoma invitadas por él, y que en la plaza formaban concurrencia “numerosa y escogida”, charlaban ya por los codos y en alta voz… Tres varas, con la que el bicho se ablandó, sin que hubiere defunciones que lamentar, unos cuantos pares muy malos, y viene Fuentes, da unos cuantos pases y allí, junto a las tablas, despacha al vil enemigo con un pinchazo alto y un volapié hasta la empuñadura.
QUINTO. ………………………………………………….. 1900 Y uno más, de nuevo obra de Rafael Medina. Sensibleros. Don Rodrigo Cabezón, personaje prominente, protesta enérgicamente contra nuestra diversión. Dice: “Crimen en verdad a un toro dar muerte es, y ponerse ante una res es una barbaridad. Quien a un pobre animalejo va resuelto a asesinarle y a partirle y a pincharle por mil partes el pellejo. Merece el vil por su zaña darle un castigo feroz, ¡Oh, qué espectáculo atroz mengua de la noble España. Yo por los toros me aflijo y hago mil votos al cielo porque se mueran Ortega Manolete y el Chicuelo. Que acabe la diversión que tanto mi alma maldice”. Esta y otras cosas dice don Rodrigo Cabezón. ¡Alma noble y justiciera! ¡quién imaginarse pudo Que ayer noche, ¡suerte fiera! lo encontrase la portera comiéndose un niño crudo! Rafael Medina.