JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE
TRATADO DE LA POESÍA MEXICANA EN LOS TOROS SIGLOS XVI – XXI.
SIGLO XX (I)
TOMO II 1985-2020
SIGLO XX 1927 PONCIANOMANÍA... ¡NO! Decididamente la inquietud me abrasa, por lo que a menudo en México pasa. Inquietud muy seria, inquietud quemante, creadora de una situación tirante. Si se circunscribe esto a las corridas, hay que hablar, empleando razones debidas. Porque es tolerable que los picadores faltos –según dicende firmes pudores; a fin de evitarse ímprobos trabajos, busquen no tan sólo picar en los bajos, sino que cometan hasta otros excesos... ¡Ganen por corrida veinticinco pesos! porque es discutible que todos los peones hagan, en el ruedo, papel de moscones, y que, con la vista fija en el contrato, sin noción alguna de lo que es recato, dancen frente al toro con bélico ardor, por dejar contento a SU matador, ya que así el ajuste será conseguido... ¡Es algo tan serio Eso del cocido!... Porque es tolerable -con ciertas reservasque los toros anden escasos de “yerbas” y que, por tal causa,
muchas ocasiones, no hagan ni cosquillas con los dos pitones; porque es admisible que abunde la gente siempre predispuesta, dado el mal ambiente, a hollar a sus anchas prestigio y decoro, y... ¡hasta que haba versos don Víctor del Toro! Porque es admisible que Roberto el Diablo -ídolo proscrito de pétreo retablo-, por gusto tan sólo se engolfe en el yerro, y haga las funciones propias del becerro; porque es admisible que los uruguayos, en México no hayan hecho sino ensayos, y, que, al fin de cuentas, ágiles, traviesos, hayan recibido -dicen- muchos pesos, a cambio de una benigna campaña para no hacer trizas a la oncena “España”. Todo es admisible, todo es tolerable, ¡menos que un espada meta mal el sable! Porque esto que ocurre hoy en “El Toreo”, es, señores míos, un cruel pitorreo. Hace muchos años, dicen los devotos, -que en esto resultan graves Herodotos-: Cuando el diestro era de sello flamenco, surgió un mexicano, nacido en Atenco, que, al verse amparado por dinero y gloria, marcó en nuestro cielo luminosa historia. y Ponciano Díaz,
-resonante nombre de este, para muchos, invencible hombre-, fincó su grandeza, -aparte alharacasen dar a los toros sendos METISACAS. Pasaron los años, la fiesta creció, y del metisaca nadie se acordó. Pero hace muy poco, los aficionados, unos sorprendidos y otros indignados, hemos contemplado a dos novilleros, que tienen madera de buenos toreros, exhumar la suerte, pues con gusto atroz, Solórzano Pliego y José Muñoz, en tarde de triunfo, que aún se destaca, nos vieron la oreja con el metisaca. Que esto, caballeros, ya no se repita, porque en estos tiempos no se necesita; que los matadores ofrezcan el pecho, doblen la cintura y entren por derecho, y que el metisaca quede sepultado como una reliquia del tiempo pasado.1 CLO-CHANO. 1927 Los toros en celo. Quema el sol vertical. Por la llanada los boyeros conducen la vacada al arroyo que baja de los cerros; cornalones y bastos, van delante 1
Toros y deportes (El Universal Taurino). Tomo XIV, México, D.F., Julio 11 de 1927, Nº 298, p. 10.
con su tranco cansado los dos bueyes que llevan los cencerros; en la siesta calmosa y sofocante los pintados becerros se apretujan en medio del ganado; y al chocar de las astas empinadas y a los graves mugidos, se confunden los gritos y silbidos con que van los pastores azuzando a las vacas retrasadas y empuñando con bélicos ardores sus livianas aijadas. En las diáfanas aguas del remanso ya mitigan su sed los animales, que con hilos de espumas y cristales en los rojos hocicos, se desbandan y, echados en las márgenes, demandan el tranquilo descanso y la grata frescura que la sombra del soto les procura. En el fuego pesado de la hora hay dos toros celosos, ambos bravos y briosos, que buscan en amores una vaca. Uno es cárdeno, joven, de codicia, con robusta cabeza retadora; entre todos los otros se destaca por su crespo morrillo que el sol dora, con la dura altivez con que acaricia con su cola de seda silvadora sus costados nerviosos y triunfales, y por ser sus dos cuernos dos puñales; Es el otro zaino, de rosado testuz alto y sedoso, cornicorto, ligero, poderoso. apretado de carnes, largo, fino, con dos astas de hierro en media luna, de pequeña pezuña y con una mancha blanca en la frente Mansa y quieta la hembra, junto a un tronco los contempla con bíblica dulzura; adivina el instinto prepotente, y presiente el encuentro por el bronco rebramar de los machos ardorosos, cuyo celo agiganta su bravura y los vuelve más ágiles y hermosos. Uno y otro se acercan; ella huye; la persiguen los dos; los dos la alcanzan...
Temblorosa la vaca se escabulle... Y entonces uno al otro se abalanzan. No es un choque de toros... de ciclones, según el resoplar de sus bramidos, el trágico pegar de sus pitones en chispas y chasquidos, el rápido tronar de sus pezuñas clavándose en la tierra como cuñas, la ira y el temblor de sus costados, la curva de sus colas en tensión, y el furor con que salen rebotados cada vez que se quedan encornados bufando, recelosos, y viéndose con ojos espantosos preñados de intención. La sangre, cual capa de torero arrojada en el miedo de la huída, empapa el muelle césped. Fue el primero en herir el zaíno: aprovechando de su noble enemigo una caída, lo cuerna fieramente por el pecho, lo para casi en vilo, y reculando lo lleva varios pasos... Mas, rehecho el bello cárdeno sangriento, avanza torvo y lento, levanta la cabeza, y cobrando vigor desconocido, indómito y mortal se arroja con fiereza, y al caer, cual un rayo, en su rival, sepulta todo el cuerno enfurecido en el centro lustroso de su vientre rotundo y lujurioso. larga herida de grana y de coral deja ver las entrañas del vencido, pone hielo en sus ojos y en sus patas, y lo hace rodar sobre las matas exangüe y tembloroso. El bruto tembloroso. El bruto victorioso se ensaña en el caído; y al verlo agonizando, zahareño y retador lanza un mugido que el eco va alargando por toda la extensión de la sabana, haciéndolo más dulce y más sonoro la paz augusta bajo el sol de oro que va cayendo en tarde virgiliana.2 2
Mariano Alberto Rodríguez: Armillita El Maestro, recuerdos y vivencias. México, Unión Gráfica, S.A., México, 1984. 286 p. Ils., fots., p. 29-30. Además: Revista de Revistas. El semanario Nacional. Año XXVII, Núm. 1439, 19 de diciembre de 1937.
Otilio González, 1927. 1927
En diciembre de aquel año, comenzó una intensa campaña, que impulsó la revista El Eco Taurino para levantar una estatua a Rodolfo Gaona. El escultor Juan Leonardo Cordero presentó toda una justificación para llevar a cabo la obra (que finalmente fue develada, siendo la cabeza la parte corporal que quedó convertida en pieza escultórica). No faltó la parte crítica, bastante crítica, como lo veremos en los siguientes versos. MARTÍN GALAS. Se proyecta levantar a Gaona un monumento, y yo tengo que opinar si, para el “levantamiento” de la estatua, proyectado, puede haber, o no, razones para estar justificado snte las generaciones que discutan este honor, pues la estatua, según creo, se alzará en el interior de la plaza de “El Toreo”. El asunto es delicado, porque esta duda me asalta: No sé si se ha levantado una estatua a la Peralta.3 si ha borrado las fronteras del Arte, ¿por qué motivo no tiene Chucho Contreras4 un monumento emotivo? Por fin, ya que a mano viene: aquel músico bizarro, Abundio Martínez,5 ¿tiene siquiera, un busto… de barro? Así, por ese tenor, de Artistas grandes, un ciento, no han merecido el honor de ver, en un monumento perpetuada su memoria, cuando ya no han existido. ¡Si acaso, tienen la gloria de vivir en el olvido…! Rodolfo, el enorme Artista, 3
Ángela Peralta, famosa soprano que tuvo momentos verdaderamente brillantes durante el último tercio del siglo XIX mexicano. 4 Jesús Contreras, famoso escultor aguascalentense. Malgré tout fue, entre muchas, una de las obras más consagradas, debido, entre otras cosas, a que la pudo lograr faltándole un brazo. 5 Abundio Martínez, compositor nacido en Huichapan, Hidalgo. Creador, entre otras obras, del famoso pasodoble “El Hidalguense”.
el portentoso torero, siempre fue tras la conquista de la gloria… y del dinero. Y al poner fin a su historia, brillante como ninguna, hoy vive lleno de gloria, y dueño de una fortuna. ¿Que tuvo tardes enormes, como tuvo tardes malas? En eso estamos conformes. por lo tanto, “Martín Galas”, que se siente satisfecho de opinar a su sabor, declara: Que no hay derecho para rendir este honor a un torero, que está vivo, cuando artistas consagrados, quedan, sin ningún motivo, completamente olvidados. MARTÍN GALAS.6 1927 ADIÓS. Pasatiempo original de Don FRANCISCO IRAIZOZ (Del repertorio del genial humorista Pepe Medina) Cariñosa despedida Que escrita con letra inglesa Mandó un toro a la dehesa Al terminar la corrida. (. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .) Mis queridos compañeros: no sabéis lo desdichado que he sido cuando he dejado por mi desgracia de veros. Yo inocente en paz vivía, desde mi más tierna edad, con toda comodidad en esa ganadería. Y sólo por ser valiente y por no saber huir, me están haciendo sufrir de una manera insolente.
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El Eco Taurino. Revista de información, opinión y comentarios. Año III, Nº 81, México, D.F., Diciembre 20 de 1927. Martín Galas, era a la sazón en esos momentos cronista de El Universal Gráfico.
Me metieron en el tren en un oscuro cajón y llegué a esta población, eso sí, bastante bien. Pero luego me llevaron con otros seis de mi raza a un corral que hay en la plaza y allí nos abandonaron. Cansado ya de esperar, se abrió una puerta, salí y lo que entonces sufrí yo no lo puedo explicar. Un hombre que iba a caballo, con pantalón amarillo, me hizo daño en el morrillo, pero yo, que no me callo, dí a los dos un revolcón, que los reventé quizás. Porque a mí no me la dá ni el gallo de la Pasión. Después un hombre cualquiera, con un traje muy brillante, se me colocó delante, para que yo le embistiera. Y en medio de las costillas, muy de prisa y dando gritos, me colocó unos palitos, que se llaman banderillas. Después, un hombre travieso, con un trapo colorado, me tuvo un rato mareado, dando vueltas; lo confieso. Hasta que al cabo, rendido, y sin fuerzas para nada, me largó media estocada, que me dejó sin sentido. Y ahora que me veo aquí, y sé que al fin moriré, os escribo para que sepáis lo que fue de mí. Porque quieras o no quieras, estoy mirando de frente a un sangriento dependiente que me va a matar de veras.
Adiós, pues, mis compañeros, que no os den tales matracas expresiones a las vacas y un abrazo a los terneros. Y pues, me siento tan mal, dad como prueba especial de mi cariño sincero un puntazo al ganadero y una coz al mayoral. Pepe Medina.7 1927
Apuntaba Roberto Núñez y Domínguez –Roberto el Diablo- en el artículo “Gaona y los poetas” lo que sigue: (…) para terminar voy a espigar del bello poema “Una tarde de toros en Sevilla” del arca de Juan B. Delgado, aquellos versos en que pinta de mano maestra la lidia de un toro por el leonés: Y Gaona, el Prometeo… Y Gaona, el Prometeo que ha robado fuego de arte a Lagartijo y Frascuelo -dos colosos inmortalesGaona, el bravo Gaona, Petronio por lo elegante, en los tercios aprovecha de la fiera el raudo viaje: se hinca: y en esa postura desafía la bravura del animal, que llega, acomete ciego, y que es despedido luego con un serpentino juego del percal. y tras el cambio de rodillas que levantó una polvareda, para engranar vistosas suertes Gaona clávase en la arena: de la verónica los tiempos mide don arte y gentileza, y estremecer hace la plaza cuando ejecuta la gaonera, esa gaonera cuya fama es la mejor de sus proezas, esa gaonera que en cantares 7
El Eco Taurino. Revista de información, opinión y comentario. Distrito Federal. Año II, Nº 62, del 10 de mayo de 1927.
al son de la guitarra vuela… Una en cada mano, cual varas floridas, cual tirsos de rosas, levanta Gaona las dos banderillas: avanza hacia el bruto, paso a paso, como ceremonioso, frente a Rosalinda, un marqués tejiera graciosa pavana al son de los dulces violines de Hungría. ¡Mirad! En las astas practica el galleo con el ágil quiebro de una culebrina. Juan B. Delgado.8 1927 Que la verdad, inmaculada, irradie…
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El Eco Taurino. Revista de información, opinión y comentario. Distrito Federal. Año III, Nº 81, del 20 de diciembre de 1927.
Publicado en Toros y Deportes. (El Universal Taurino). MĂŠxico, T. XIII, NÂş 279, del 28 de febrero de 1927, p. 3.
1927 Dadas las características de los siguientes versos, incluyo la reproducción facsimilar del mismo. ¡VENGA EL PETO!
Versos publicados en Toros y Deportes, T. XIII, Nº 290, del 16 de mayo de 1927, p. 19.
1928 NATURALEZA MUERTA Está el patio solitario; se enfría la res yacente; zumba el tábano bestiario y huele a sangre caliente. Marginal, llega el bullicio; tiene el aire vieja y rara sensación de sacrificio y prestigio, el suelo, de ara. Toros y caballos muertos, tintos de sangre y arena, de insomnes ojos abiertos por una infinita pena. Viejos cobres, esculturas que troqueló la agonía, está en recias crispaturas trazada su anatomía. La piel rota en las heridas al repelo el sol charola; vénse en el suelo vertidas las crines de cada cola. Las astas que antes peinaron los aires o las cornadas, tras el arrastre quedaron en roja arena clavadas. Puso en las bocas la muerte tristes risas amarillas; bajo el pelo se advierte la jaula de las costillas. De el clarín su cita clara; bulle la plaza contigua y hay en el aire una rara emoción de fiesta antigua. Está el patio abandonado; se enfrían las reses muertas; rosma el tábado obstinado... y otra vez se abren las puertas.9 Antonio Martínez Mayor. 9
El Eco Taurino, N° 111, del 4 de diciembre de 1928.
1928 No pierdas tu amuleto… No pierdas tu amuleto Por el que triunfando estás. Si lo pierdes, el secreto De tu arte se perderá. ¿Quién supera tus alcances De lidiador singular? Te abres de capa, y tus lances Una hora duran y aún más. Rey del temple: tu Sevilla, Tierra de donaire y sal, Tiene en ti una maravilla De taurino arte sin par. Taumaturgo milagroso, Gitano artista y genial Puedes estar orgulloso Pues nadie te igualará. Al gitano Cagancho. Nadie como tú en el ruedo El capote al desplegar, Hace, ante el toro, el Tancredo Con más gracia y majestad. Ni el esteta Joselito, Ni el gran trianero don Juan, Fueron del temple exquisito De tu personalidad. No pierdas el amuleto Por el que triunfando estás, Si lo pierdes, el secreto De tu arte se perderá. Juan B. Delgado. México, 2 de diciembre de 1928. 10 1928 D. Fray García Guerra, Arzobispo de México De 20 de junio de 1611 a 12 de febrero de 1612. Murió en México XII 10
El Eco Taurino. Año IV, México, D.F., 11 de diciembre de 1928, Nº 112.
¡Que vivan las guapas…! ¡Que vivan las guapas, olé mi manola, qué chula te has puesto qué modo de andar; qué garbo te cargas muchacha, tu sola, salero y donaire, qué modo de andar. En vano te ocultas el lánguido talle y apagas el ruido del breve chapín; doquiera que pasas te llevas de calle los ojos de todos en loco tragín. Bien haya este fraile que manda por mandas corridas de toros en vez de rosarios, y en palco cubierto de flores y bandas olvida las leyes silicio y breviarios. Y chillen en tanto las viejas que esperan el nuevo convento, patee doña Inés; promesas con rabo se olvidan, se engüeran: Primero los toros, las beatas después. De 13 de febrero de 1612 a 27 de octubre del mismo. Coro: la Audiencia cubre al entreacto si no hay de facto nueva Excelencia. Enrique E. López.11 1928 Enrique E. López: La danza de los virreyes. Dr. (…) Miembro de la Sociedad Médico-Farmacéutica de Guadalajara y Corresponsal de la Geografía y Estadística de México. Guadalajara, Tip. Y Lib. Liceo 235, 1928. 90 p., p. 20-1. 11
En la lectura que hecho recientemente de un libro esencial sobre crítica de la poesía mexicana,12 su autor, nos plantea en el capítulo denominado Las flores del mal: Tablada y Rebolledo, la participación que José Juan Tablada tuvo en el quehacer literario del modernismo. De ahí que al citar su obra La Feria (ojo, no confundirla con otra del mismo autor que se llama La feria de la vida),13 encontramos una interesante referencia que no me resisto citarla. En La Feria el gallo, se vuelve la mexicanidad de la fiesta, la violencia y el relajo: “Perfecto gallo tricolor / mestizo de quetzal y zopilote”, que lleva cola como penacho de salvaje sacrificador azteca y despierta el día” con su canto matinal: / los primeros compases / del Himno Nacional”. Oh gran gallo patriótico que haces de todo el año un 16 de septiembre. Vuélveme trigarante, el agua, el pan, de mi amada la frente, de la luna el fulgor, el zodiaco y las nieves del volcán. ¡Vuélveme todo tricolor! Cántame el himno nacional, mi animula gregaria alienta y a la zaga del General marcharé con mi 30-30 más allá del bien y del mal. El gallo supermacho que “haría un gallinero del serrallo / del mismo Salomón”, si tuviera de cóndor espolonearía hasta a la Sulamita a quien cantan en la Biblia los profetas: sacudiendo tu pluma pavonada lanzarías un gran kikirikí indiferente a la mujer violada como diciendo: “¡Aquí no ha pasado absolutamente nada!”. Gallos paladines que siempre están vestidos de gala para el torneo medieval. Gallos criollos como puesta de sol. La feria se puebla, además, de tianguis, olores de sobacos femeninos, pulquerías, cerámica nativa, copales, chilacayotes, hormigas perdidas en el dédalo indígena-surrealista de ¡una batea michoacana!; indios con rostros de dioses antiguos, aguas de horchata y chía, doradas pechugas de pollos fritas, pulques curados (verde, blanco y colorado), enchiladas, escabeches, adobos, regueros de ajonjolí, como “¡nebulosa del hondo firmamento!”, dulces conventuales, cajetas de Celaya. La ruleta parece mansión en ruinas, pues en ella “unos hallan el oro y otros el muerto”. Jaulas de periquitos como Kinder-garten. La patria tiene su retablo con demonios (Pancho Villa) y pueblerinos arcángeles (López Velarde). La revolución es la resurrección de Huichilobos en mitad de un jaripeo (y aquí, la cita completa del poema denominado Versos de un payaso, que contiene el asunto que pone en contexto Tablada). VERSOS DEL PAYASO Con las enaguas encarnadas 12
José Joaquín Blanco: Crónica de la poesía mexicana. México, 3ª ed., Editorial Katún, S.A., 1981. 270 p. Ils., fots., p. 112-114. 13 José Juan Tablada: La feria de la vida (Memorias). México, Ediciones Botas, 1937. 456 p.
De la China poblana Hace el nacionalismo novilladas Y la hierática Tehuana De los senos erectos, Ha sido convertida en Don Tancredo! (Las onzas de oro tiemblan en su seno Sollozante y moreno.) El coso es de azulejos ¡Por supuesto! En barrera las mantas del Saltillo De tanto estar al sol pierden su brillo. La cuadrilla es de charros Modelados en barros Tapatíos y levemente andróginos... En las criollas melenas Clavan una intención de españolada Mantillas y peinetas... Los ojos indios brillan de soslayo y gritan teponaztle y pandereta: ¡Viva Cuauhtémoc y Viva Pelayo! .................... Sobre su tumba gigantesca y yerta Con ojos de heliotropo sigue al Astro, desde el volcán la Mujer Muerta Y el sol tras de los oros del chimal. Dispara las saetas de sus rayos Que por la tarde silenciosa van A cubrir con suavísimos desmayos ¡De xúchiles y rosas al volcán! José Juan Tablada. Ídolos que parecen seguir vertiendo por las fauces sangre humana, selvas que echan a volar sus plantas verdísimas como pericos, colas de quetzales que son fuego de artificio, boas que fluyen como ríos de geometría. Los indios y los coyotes a punto de atacar a dentelladas las barrigas enormes de los hacendados; el sapo es el cuasimodo de la Rosa, y la patria de los veintes es: Mística Puebla, arquitectónica y musical, industriosa y simétrica, inmune a los fonógrafos y a las cosas eléctricas.14 1928 A SU MAJESTAD EL TORO. Inédito. Noble bicho de cabeza acarnerada De grandes y brillantes ojos Demuestras con ímpetus y arrojos 14
Blanco: Crónica…, op. cit.
Ser la sublime bestia inmaculada. De pitones finos coronada, Con belfos húmedos y pelo brilloso, Al redondel saltas arrogante y furioso, Tras la llama de la capa encaprichada. Llevas al caballo tu mirada, Y arremetes bravo y fuerte Como potente y brava llamarada. Tras banderillas, e inicua capoteada, Vas a encontrar la muerte ¡Oh sublime bestia” en la traidora espada. Salvador Santos.15 1929 Corrida académica. Las abejas gloriosas del Himero16 se han echado al ruedo… El ilustre Juan B. Delgado ha cogido los trastos… Los sesudos Arcades de Roma17 por el “callejón” asoman su noble y serena faz, pendientes del “faenón” que se espera; solemnes, en barreras de primera fila, los académicos se alistan a admirar al colega; Darío18 González Peña,19 Artemio,20 San Francisco,21 Don Ezequiel,22 en fin, todos se vuelven “todo ojos”. Tras el brindis a la Presidencia, Alicandro despliega la muleta 15
Concursos Taurinos. México, temporada 1928-1929. Programa de mano. ¿Himeneo? Es probable que el autor se haya referido a H., la divinidad masculina, protectora del casamiento. 17 Arcade. Natural de la Arcadia. Perteneciente a este país de Grecia. Individuo de la academia literaria llamada de los Árcades, fundada en Roma en 1690. 18 Rubén Darío. 19 Carlos González Peña. 20 Artemio de Valle-Arizpe. 21 Carlos Rincón Gallardo y Romero de Terreros. 22 Ezequiel A. Chávez. 16
ante el belfo espumante del bravo de San Diego de los Padres con un donaire “belmontino” “caganchesco” o “fuentístico”. Un pase natural, uno de pecho dos redondos por bajo, otro –soberbioafarolado, luego cuatro naturales con la izquierda; uno, despampanante, de pecho. (Aquí el espada toma respiro; el toro también descansa). Y sigue la faena: un estupendo rodilla en tierra, luego dos de la firma; cambiándose el engaño a la derecha, dos pausados molinete girando dentro de los propios cuernos del animal; seis u ocho de tirón, llevándolo a los medios, y, por fin, uno inmenso en redondo. Tras eso el toro cuadra, y Epirótico se echa a la cara el toledano alfanje, recoge la muleta, y perfilándose sobre el pitón izquierdo, da el hombro –el izquierdo también- y se va tras el estoque, hundiéndolo, todo en la cruz, derecho, saliendo por los costillares con pausa y donaire, mientras el toro se bambolea y, patas arriba, cae en la arena… Un clamor delirante, una ovación unánime premia la faena de Alicandro, el insigne émulo de Cagancho, y caen al ruedo sombreros,
bastones y puros; los pañuelos piden flameantes, la oreja; la Presidencia, a cargo de Don Federico Gamboa, accede, y la oreja y la cola las recibe Don Juan, arrojándolas al tendido, con gracia… La ovación va en aumento: Vueltas al ruedo salida a los medios, el delirio. Todavía cuando el otro espada, Luis G. Urbina, alias “El Viejecito”, da una serie de lances a su toro, el ingente vocería llena la plaza… Y, por fin, cuando arrastran al último las mulillas, un grupo de “capitalistas” -Caso,23 Cordero, Díaz Dufóo,24 Canales, González Obregón, Genaro Fernández Alfonso Reyes, y cien más –se lanza al ruedo, sobre sus hombros, rápidos, levanta al triunfador y lo lleva a la calle, en donde una inmensa multitud lo ovaciona continuando, así en triunfo, hasta la fonda… UN ACADÉMICO DE LA LENGUA.25 1929 Este Señor Don Antonio Cañero… Señor Cañero; el del airiso traje campero y la castiza silla vaquera; el caballero que, con su porte de cortijero, 23
Antonio Caso. Carlos Díaz Dufóo. 25 El Eco Taurino. Año IV, México, D.F., 15 de enero de 1929, Nº 117. 24
pone a la fiesta que es luz y gracia un blasón recio de aristocracia. Su jaca torda, la que, orgullosa, los ruedos borda; la que los flancos menea, inquieta, y luego aborda los tercios, fina, grácil, coqueta, es como una hembra piropeada que cruza el ruedo ruborizada… Su yegua baya en cuyas ancas se ve una raya, -bravo recuerdo de un bravo torosu yegua gaya que trota, altiva, bajo un sol de oro, recorta y quiebra, graciosa y pronta, como orgullosa de quien la monta. Señor Cañero: -todo un jinete; todo un torero; todo prestigio; todo arrogancia; vuestra prestancia trae a las mientes al caballero que fue el asombro del mundo entero; que en su divisa, de áureos metales, brindaba amores regios por “reales”. La sombra altiva del poderoso Villamediana en vuestro porte resurge viva; surge y cautiva -como en las justas de vieja historiaa aquella hermosa, la Soberana de regio empaque, de ojos de gloria, cuyas caricias dejarán harto al desdeñoso Felipe IV. Señores, ¡plaza al caballero de altiva traza, de recio porte, potro ligero; al caballero que trae aromas de Andalucía en su soberbio traje campero; al caballero, -Valor, Nobleza, Arte, Hidalguíaque con prestancia de cortijero, pone en la fiesta, que es luz y gracia, un blasón recio de aristocracia…
“Curro Faroles”.26 1929 Epístola a Juan sin miedo. Compadre Juan: conservo tu pistola por si se vuelve a preparar la bola, y cada uno, como buen jabato, entramos una noche en Guanajuato, echando, desde nuestros retintos bailadores, bala a los hombres y a las hembras flores. Será ya hora de que miren cómo saben poner en su lugar el plomo el antiguo oficial de Pancho Villa y el que mandó en Santiago de Cuba una guerrilla, entre los cafetales de la caliente zona, seguido de una negra cimarrona, cuya boca, al besar, despedía un vaho sabroso de mazorca de cacao. Bajo nuestros sombreros, piramidal cimera y anchas alas, con una calavera, uniformes cuerudos, resonantes de planta, sobre la silla nacional, la reata para lanzar en Michoacán cristeros, irá nuestra nocturna cabalgata haciendo blanco en los luceros hasta dejar la noche tan sombría, como entonces serán tu conciencia y la mía. Contaremos en Pátzcuaro y Chapala al bergantín del sol su velamen de gala, y mientras va al garete la chalupa, marcharán a la grupa de nuestros cuacos de violentas crines las hembras, el mejor oro de los botines: cuerpos morenos, frescos igual que en el Bajío las flores que amanecen abiertas junto al río; las trenzas del cabello, como un dogal obscuro; los ojos, dos esclavos en un feliz conjuro, el pecho tembloroso como un zagal perdido, una gran buganbilia todo el traje florido, los pies, menudos para formarles zapatillas con los estuches de nuestras finas boquillas; los ópalos, adorno del cuello de banano,
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El Eco Taurino. Año IV, México, D.F., 22 de enero de 1929, Nº 118. Entre la impresionante cantidad de colaboradores con que contó este semanario, aparece el presente alias, mismo que años más tarde ostentaría en la revista “Torerías”, su más brillante pluma: Josefina Vicens. La autora del Libro vacío, había nacido en Villahermosa, Tabasco en 1911, por lo que para 1929 tendría ya sus 18 años cumplidos y quizá una insinuación poética como la que ahora se recoge. Sin embargo, esta suposición pasa como un apunte que deba referirse más a un homónimo en el seudónimo que en otra cosa. También se publicó, sin mayor empacho, semanas más adelante en El Eco Taurino. Revista de información, opinión y comentario. Distrito Federal. Año IV, Nº 124, del 9 de abril de 1929.
y el zarape, una puesta de sol en cada mano. Cambiando nuestros besos como primeras arras irá nuestro cariño aventurero, entremezclado de pasiones charras, diciendo en el camino, bajo el azul, te quiero. Tal como caminamos, florecerá la tierra, nos brindará su tálamo la sierra y anchos, macizos, se oirán los besos en el recodo del primer barranco, como monedas de cincuenta pesos al descender de la saquita al banco… Nuestras almas irán locas y ufanas, sin ver en los mezquites los ahorcados, lo mismo que una fiesta de campanas que van llamando a misa los poblados bajo el añil de los amaneceres. y perderán el miedo las mujeres al saludar al alba las pistolas, y la sangre del enemigo aumente las violentas amapolas en la dorada quemazón del trigo. Después, los generosos sentimientos, el paredón de los fusilamientos; el pueblo, que deshoja bendiciones porque le echamos a rodar tostones; los episodios revolucionarios, el oro joven de los centenarios y la ciudad, que nos dará sus bienes. * * * * * * * ¡Compadre Juan: el que jamás se raja es admirable este país que tienes en tus manos, igual que una baraja! Alfonso Camín.27 1929 PINCHAZOS EN HUESO. Uns mocita guapa, desde el tendido, quiso lucir la capa de su marido: Pero, con gran asombro, vio que el capote estaba sobre el hombro de una “cocote” ¡Jesús, qué rato has pasado por culpa 27
El Eco Taurino. Año IV, México, D.F., 5 de febrero de 1929, Nº 120.
del carbonato! Para la gente honrada resulta al pelo, que en esta temporada venga “Chicuelo”, porque este y otros chicos son necesarios, ¡para que se hagan ricos los empresarios! ¿Cuánto te apuestas a que no viene el mozo si lo molestas? Me ha dicho “Verduguillo”, con desconsuelo, que siempre fue el anillo para Carmelo. Y aunque se lo merece, yo aquí declaro que el fallo me parece bastante raro. ¡Vengan barberos, que es bueno que rasuren… a los toreros! Lombardini ha pensado, serenamente, hacerse apoderado de don Vicente, porque él siempre anda a caza de algún torero, por ver si sienta plaza de novillero. ¡Qué antigüedades se encuentran los que viajan por las ciudades! Esteban es un diestro que no se achara, cuando cualquier “maestro” “vuelve la cara”, pues es de los que salen mil ocasiones, a demostrar que valen por sus riñones ¡Cómo hay valientes, que al ver salir un toro chocan los dientes!28 1929 28
El Taurino. El único semanario especialista. T. XVIII, México, septiembre 9 de 1929, N° 2.
A PUNTA DE CAPOTE ¡MUERAN LOS TOROS! Un señor diputado, generoso y honrado, que se pasa de listo y tiene, por lo visto, su plan bien meditado, va a pedir diligente al señor Presidente, que se acaben los toros, porque…; está viendo moros, indiscutiblemente! que queden suprimidas las brillantes corridas, pues el “padre conscripto”, sabe bien que en Egipto y en naciones, tenidas como ejemplo, hasta el grado de que al buen diputado le provocan envidia, nunca han visto la lidia, como aquí, de un astado. En Cubita la bella, no ha quedado ni huella de los circos taurinos; y en los pueblos latinos, que se piensa en aquella diversión favorita, en que el público grita cuando mira en la arena una enorme faena que sus nervios excita. En los pueblos de Oriente, donde muere la gente como canes rabiosos, desconocen los cosos, porque el pueblo no siente afición a esta fiesta que resulta molesta para el buen diputado, que se encuentra indignado y que airado protesta. En Estados Unidos, donde son permitidos la Ley Linch29 y el boxeo,
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Charles Lynch (1736-1796) fue un revolucionario estadounidense que personalmente encabezó un tribunal improvisado, cuyo propósito fue imponer castigo a los lealistas en el curso de la guerra de independencia en
se prohíbe el toreo, porque son conocidos el pudor y el decoro de los “reyes del oro”, que bañados en llanto, verían con espanto que mataran un toro. En la Italia de Reyes, donde imperan las leyes que dictara el fascismo, acontece lo mismo: ¡no se matan los bueyes! En la rubia Inglaterra, donde el arte se encierra, no se lidian becerros… ¡pero hay luchas de perros y se piensa en la guerra que es señal de progreso…! Solamente por eso, el señor diputado, que se encuentra alarmado, va a pedir al Congreso y al señor Presidente que se tenga presente su actitud de protesta, y que acabe la fiesta de los toros, pues siente que “su pueblo” se engaña aplaudiendo la hazaña que un torero realiza, con lo cual sintetiza la vergüenza de España. El señor diputado, generoso y honrado “protector de animales”, ¿estará en sus cabales? Porque el paso que ha dado con la fiesta taurina, a pensar nos inclina que es un hombre moderno propietario de un tierno corazón de gallina. Que se pone muy triste cuando sabe que existe un chaval perdulario, que teniendo un canario… aquel territorio. De su nombre, que se tomó en aquel juzgado, aquella decisión dio origen al término “linchamiento”.
no le compra su alpiste; que se llena de enojo cuando matan un piojo; que azorado se queda cuando pasa la rueda de un camión, sobre un cojo que en cualquier accidente, despojado se siente de su perna… de palo; que se pone “muy malo” al mirar a un valiente con enorme cuchillo, “espantando a un chiquillo por hablarle del “coco”; y que va, poco a poco, recorriendo el anillo de una plaza, con pena, porque encuentra en la arena el molar de un caballo o… la cresta de un gallo, regodrida y morena, que cayó en el combate… Con razón nuestro “cuate” se exaspera y se irrita; y hace gestos, y grita, y provoca el debate, con razones de peso; y ha pedido al Congreso suprimir las corridas, que no son conocidas donde impera el progreso. Desde luego he pensado que el señor diputado de quien tanto se trata, ha metido la pata porque no se ha cansado de decir necedades que tomó por verdades. Y si no me equivoco ¡me lo tiran a loco sus ilustres cofrades…! ¡Pasará su protesta, que es bastante molesta, como en una avalancha! ¡Y se tira su plancha: Y que siga la fiesta…! V. LETO.30 30
El Taurino. El único semanario especialista. T. XVIII, México, noviembre 25 de 1929, N° 13.
1929 El Rey del Valor. Triunfa en España el valor y triunfa el que es buen torero, por eso, el “Rey del Acero” triunfó como matador. Y si en España el mejor se harta de ganar dinero, cuando derrocha el salero, la gracia y el poundonor, en México, por igual, triunfa el torero valiente y los que brindan al cliente algo del Arte genial de la industria nacional. Por eso, precisamente, “EL MODELO” es imponente ¡por su papel colosal!31
Ca. 1930 Con mi capote de brega… Con mi capote de brega yo toreo tus intenciones, cuando por la calle llegan 31
El Taurino. El único semanario especialista. T. XVIII. México, diciembre 16 de 1929, N° 16, p. 6.
los toros de tus tacones. Qué bonita chaparrita para detrás de un chaparro, la cantan en un corrido los toreros mexicanos.32 Ca. 1930 En la loma brava el toro… En la loma brava el toro y abajo lo están oyendo, las vacas en el corral remolino están haciendo. La vaca era colorada y el becerrillo era moro, y aquel vaquero pensaba que era hijo de otro toro... Le dirás a la vaquilla que no se ande ledereando, que un becerro trae al pie y otro que se anda ahijando. Le dirás a la vaquilla que se baje pa´l camino, para darle mamantones a ese becerro bravino. El vaquero de esta hacienda tiene un cuaco muy cabal, y aflojándolo la rienda no hay mejor pa´echar un pial Ay, Jesús. Ahí viene el toro. Ay, Jesús. Ahí viene ya. Recio se viene. Recio se va; será mentira, será verdad; serán las fiestas de Pasalá. Le dirás a la vaquita que se baje para el plan, para darle mamantones a ese becerro galán. Ves a ver quién es el toro 32
Martínez Remis: CANCIONERO POPULAR..., op. cit., p. 59.
que brama tras esa loma, que no se le ven las patas no más la cabeza asoma. Y le dije al caporal que el vaquero se mató, en la barranca del pueblo está la "cuera" que dejó. ¡Ay, Jesús, José y María! ¡Ay, qué tropezón que di! Por andar toreando un toro de los que nacen aquí. Torito, torito bravo, torito de varios colores, no me "matis" con tus artes, mátame con tus amores. Niñas de Guadalajara, levantaros más temprano, que camino de los toros van los charros mexicanos. Una corrida de toros es lo que hay que ver, con un habano en la boca, y llevando una mujer.33 Ca. 1930 A JUAN SILVETE (En su viaje a esta bendita tierra que me vio nacer. CHAMACUERO). Cuando empezaron los murmullos de que venía el gran Silvete, todos estaban en un brete y hasta decían: ¡Esos son chanchullos! Pero seguían con el sucirio, casi no hablaban de otro asunto, y era un argüende y un conjunto que parecía tenían delirio. Pero que al fin, señor de mi alma, se llegó siempre ese gran día, y allí en la orilla de la vía a Juan le dimos nuestra palma. Y ya después que junto al riel algunas dianas le tocamos, 33
Ib., p. 76-119.
tutado en hombros lo llevamos hasta la puerta del hotel. Y que se llega la corrida, y que resuena el primer toque, y que fue aquello el gran disloque y la tremenda sacudida. El indio, tieso y muy garboso, con un vestido muy planchado, dio cuatro vueltas en el coso, como caballo alborotado. Y que se quita la chaqueta y se la avienta a don Santiago, y aquello fue como el estrago que hace en la calle una carreta. Cuando se asoma el primer miura, Juan se le hincó como en el rezo, y que lo agarra del pescuezo y que lo tumba en la basura. Luego, enojado el cornúpeto, con mil trabajos se levanta y al ver al indio, hasta se espanta de verlo hincado y quieto, quieto. Y Juan, con ojos muy ufanos, como diciendo: ¿De qué tratas?, que se le mete por las manos y que le sale por las patas. Y que la fiera, más furiosa, se vuelve a ver si así le vale, y otra vez Juan que le entra y sale, hincado como si tal cosa. Aquello fue el sanseacabó, todos torteábamos las manos y don Procopio el de "Los Llanos" hasta la blusa le aventó. Luego agarró los reguiletes34 y con mucha arte y mucho aplomo, que va y que le parte todo el lomo, banderillándolo con cuetes. Luego llegó la hora suprema, cuando se sabe lo que es bueno, y entonces Juan, con mucha flema, 34
Así les dicen también a las banderillas
se paró en medio, muy sereno. Y que se quita la montera, y que la avienta entre las gradas, y aquello fue una toreteadera como si fueran cachetadas. Y Juan sin muchos espamentos y haciendo cosas muy resueltas, le sacó al toro muchas vueltas y le picaba los asientos. Y sin armar mucho mitote y voltiando antes para arriba, le aventó un chorro de saliva entre los pelos del cogote. Y que le baila por enfrente, y que le brinca por un lado, y el animal, atarantado, nomás voltiaba a ver la gente. Y se quedaba, lelo, lelo, como diciendo "Ya ni amuelas", al ver que Juan le hacía en el suelo malacachunchas y memelas. Y luego al fin, con mucha miga, el pobre toro dejó tieso de una estocada en el pescuezo que le salió por la barriga. Y entonces todos muy de acuerdo con estocada tan pareja, hasta le dieron una oreja, para que la alce de recuerdo. Ya te tocaba, Chamacuero; ya te quitaste de ese brete, ya conocista a Juan Silvete, el que le dicen rey de acero.35 Ca. 1930 DE EL TORO “GORRIÓN” Miércoles dos de noviembre, día de por finados, cierto; en la Hacienda de San Juan, del señor Luis Obregón, se corrió el toro “Gorrión”, por el Arroyo del Muerto.
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MARGARITO LEDESMA (Humorista Involuntario). Poesías. Prólogo del Lic. Leobino Zavala. 15ª ed. México, Impresiones Offset Caya, 1985. 304 p., p. 61-64.
En la Hacienda de San Juan, del señor Luis Obregón, tarugos nos hizo un toro, uno llamado “Gorrión”. Decía el güero Bonifacio al llegar al tepozán: -¡Qué tan diablo puede ser, yo lo lazo en mi alazán! Merced, Gavia y don Adolfo pensaban que era juguete, y en el Puerto Colorado ya les sudaba el copete. Ese torito es un josco del hocico para arriba, es el mentado “Gorrión” del fierro del Plan de Arriba.36 Aquel Cerro del Pinal (illo) con sus hermosas laderas, pasaba el toro “Gorrión”, azote de las panteras. Por el Puerto Colorado yo vi pasar ese toro. ¡Ah, qué toro tan precioso con su argolla tricolor! Decía Feliciano Martínez: -Vaqueros y caporales, preparen bien su memoria que hay que lazarlo con piales. Vaqueros y caporales, preparen bien su memoria, los que acaban de llegar son los charros de la Noria. Decía Gil Villanueva: -Ese toro yo lo lazo, en mi yegüita parida ese toro yo lo lazo. Decía Isaac García, soltando una carcajada: -compadrito don Adolfo trajo toda su bueyada. Contestaba don Adolfo con su apresura memoria: -compadrito don Isaac, tenga cuenta su memoria, la que acaba de llegar es la engorda de La Noria. ¡Qué fecha tan decidida el año de treinta y dos! para lazar ese toro fuimos más de veintidós. Muchachos del vacilón, ese toro hay que lazarles; estos versos son compuestos por mí: Gumersindo Juárez.37 Ca. 1930 Juan Silveti, un torero de leyenda. Con sangre tienes escrita la verdad ruda y violenta de tu vida, Juan Silveti, indio nacido en América.
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Lo correcto es San Juan Pan de Arriba. Mendoza, Lírica narrativa..., op. Cit., Proporcionado por el Gobierno del Estado. 37
p. 274., p. 339. Procede de San Diego de la Unión, Gto.
Tú bien hubieras podido llevar el arco y la flecha de Moctezuma, o la maza que Caupolicán blandiera. Tú también podrías gritar, quemándote en una hoguera: “No estoy en lecho de rosas” Y que la llama te fuera cual manto de ardiente púrpura del hombro al pie cayera. Saliste de Guanajuato y te echaste por la tierra, como se escapa del monte una pintada pantera y se va por los caminos con sed de sangre en la jeta, y en las pupilas oculta la soledad de su selva. Y a tu caballo soltaste por la soledad la rienda; y se vio tu valentía, tu desfachatez, erecta como una pluma de gallo sobre una corrosca nueva. Y un día, macho, llegaste a los patios de las ventas; revolándote el pañuelo sobre la nuca morena; con el sarape en la mano y una reata en la siniestra, a desafiar a los mozos por una moza cualquiera. Y otro día, al fin, caíste sobre una plaza de ferias, clavado por los puñales de un toro de Piedras Negras. Y otro día, y otro día… Y así la verdad violenta de tus hechos, has escrito con la sangre de tus venas. Te admiro por el mechón que cae sobre tus cejas y te corta los perfiles de algún bandido de gesta. Te admiro, pues eres manso, con mansedumbre de fiera;
te admiro, porque fuerte, con fortaleza de piedra. Como tú, también he escrito con la sangre de mis venas el romance de mi vida, vagabunda y altanera. Tu morirás desangrando tu vigor sobre la arena. yo moriré soportando el peso de mi cabeza, que está ceñida por llamas y por guirnaldas de pena. Anónimo.38 1930 JUAN ESPINOSA “ARMILLITA”. Méjico, Dulzura. La china poblana. Jardines floridos y la catedral. Todo dice vida. Suena una campana que anuncia la hora triunfal. Por la tarde toros, la fiesta algarera. Una china canta melosa un rondel y en la noche negra de su cabellera florece un clavel. Torea Armillita. Majeza y bravura. En la plaza miedo ante su valor; y una mujercita de rara hermosura ríe al matador. Se tiende el capote rápido a la fiera. El toro acomete furioso al pasar. Armillita erguido mira a una barrera… y obliga al berrendo a doblar. Emoción. Locura. Vuelta al redondel. Ya Juan Espinosa sonríe triunfante. La china poblana repite el rondel que canta al torero galante. Fidel CABEZA.39 1930 Los toreros. Publicación realizada y coordinada por Fidel Solís “El Torilero” para la temporada 1942-1943. Se publicó en la ciudad de México hacia 1942 y contiene 80 p. Ils., fots., p. 4 y 68. 39 Toros y Toreros. México, año I, Tomo I, 29 de septiembre de 1930, Nº 17, p. 14. 38
Títere de seda. La Maja, el Torero y la Muerte. La Maja: Este títere de seda que el relámpago remeda al herir, es algo que no hay quien pueda definir. Duro y grágil, blando y fuerte, se entretiene en provocar a la Muerte que va y viene detrás d´él en su vida de oropel, como una querida terca o una prometida fiel, y de verla ya tan cerca siguiendo paso a paso… ¡no acostumbra hacerle caso! Y, aunque repentinamente, con asombro de la gente, álcelo la Muerte en vilo como si se lo llevara…, él la mira frente a frente, cara a cara, y se queda tan tranquilo en la ensangrentada rueda éste títere de seda…! La aguda Psicología no ha podido todavía precisar qué es lo que puede ocultar esa insolente alegría y esa falsa pedrería…; qué es lo que realmente existe bajo esa capa bordada y esa locura dorada de que el torero se viste, que, después de una cornada, truécase en cosa bien triste…! Es una modalidad de la locura española; una prodigalidad de estéril heroicidad
que nace y que muere sola. Una locura de audacia, del tronco de España, brote: como la de Don Quijote una locura de honor… como la mía, de Manola, una locura de gracia y una locura de amor… este títere de seda, rey del amor y del oro, se agiganta cuando rueda a sus pies, herido, el toro. Un oleaje se levanta con un delirante empuje. El bárbaro circo cruje… para poderlo aclamar… Un haz de clarines canta… y la muchedumbre ruje como un mar!... caballero de la Muerte, y Señor de la Ovación, le llama a su oficio “Suerte”, y a sus riesgos, Afición!... Ebrio de triunfo y valor en la arena purpurina, de su espada que fulmina majestuoso en el alarde, entre el inmenso clamor bravo y ensordecedor, es todo un emperador de la tarde que declina… ¡Torero… ven a mis brazos antes de ir a la arena!... La afición tiene regazos para consolar tu pena. Yo soy la Maja española que borda tu chaquetilla… yo, tu amante, tu Manola, tu gitana, tu chiquilla… ¡Abraza, torero, abraza, que quiero verte en la plaza con un nimbo de altiveces, y echarte una zapatilla sobre la arena que escalda… y brindarte Manzanilla… y que repique tres veces la Giralda
de Sevilla!... Dame tu alma enardecida… Dame tu abrazo más fuerte, y llévame a la corrida… mientras que pasa la vida… mientras que pasa la Muerte…! México, 1930.
(Viñeta de Neve). Julio Sesto.40 1931 GLORIA Y PASIÓN DE CARMELO PÉREZ Confunda Dios a “Michín”, el marrajo de San Diego que una tarde de noviembre acribillara a Carmelo. El sol se viste de gala y derrama su oro nuevo sobre la gente apiñada en las gradas de “El Toreo”. De las lumbreras abajo, de las barreras al cielo, ruedan las aclamaciones y estallan los clamoreos. Dianas suceden a dianas y un pasodoble torero canta a la fiesta gallarda con voces de plata y hierro. Y después del frenesí un espantado silencio se enseñorea de la plaza al ver torear a Carmelo. ¡Torero de non, coloso! ¡Loco perfilado en genio! Julio Sexto AZULEJOS. Poesía de (…). México, El Libro Español –Méjico-Madrid, con dibujos de artistas mexicanos, 1942, p. 243-6. 40
En el silencio espantado sólo se oye el martilleo de la sangre en las arterias y el corazón en el pecho. Cuando un pase natural, -alegre como un requiebro, solemne como la misa-, esculpe en un solo cuerpo al toro y al matador, huye acosado el silencio por los vítores y aplausos que festejan a Carmelo. ¡Pasmo de los redondeles! ¡Pauta, arquetipo y portento! Dispensador de belleza, emperador de los ruedos, eras hecho de emoción. ¡Poeta del rostro negro y el corazón encarnado, de la tragedia unigénito, la Muerte te dio la Vida, la Gloria te crió a sus pechos! Mas ¡ay que su vida estaba a merced de algún berrendo! ¡Ay, que la Muerte envidiaba prendida con alfileres y oscilando entre los cuernos, las hazañas de Carmelo, señor de las multitudes, su afirmación y su ejemplo! Y una tarde de noviembre un torillo de San Diego despedazó la leyenda, bordó de coral el ruedo y al héroe nubló los ojos con un velo rojinegro. Las águilas de los montes ya remontaron el vuelo; crespones prenden al sol y gimen su amargo duelo. Los árboles de los bosques sus penachos abatieron. En las tierras de Texcoco querellas cortan el viento, como si Netzahualcóyotl pulsara el laúd de nuevo. El día se trueca en noche, la noche llora luceros y a la Gloria se le ponen,
de llorar, los ojos negros porque un torillo retinto quitó la vida a Carmelo. Desde entonces los domingos hay en el cielo jaleo porque los ángeles corren a ver torear a Carmelo. ¡Torero de non, coloso! ¡Pauta, arquetipo y portento!41 1931 El triunfador de Bogotá LUCIANO CONTRERAS. Cuando este gran corajudo sale a la plaza, es inmensa la animación que se siente, la expectativa que reina por el ver al mejor torero que es valor y arte en la arena. Sueltan el toro y al punto salta Luciano Contreras juega con él con la capa en verónicas perfectas, termina con un farol y el público aplaude y tiembla. Una ovación permanente sobre los espacios suena cuando este gran valeroso prepara con la muleta y hace el pase de la firma diez veces, con mano diestra. Cuando tranquilo, sereno y con altivez se enfrenta al toro y da una estocada tal como el Arte lo ordena y mira en breves segundos que el toro a sus plantas rueda en tanto que el sol se enciende y hay una ovación frenética. el “cagancho” es valeroso porque ha sentido en las venas todo el valor y el coraje que le dio la sangre azteca; y es valeroso el “cagancho” porque es hombre de vergüenza y conoce el gran secreto de triunfar en la plaza. Para él fragantes claveles 41
Mario Colín: El corrido popular en el Estado de México. Dibujos de Jesús Escobedo. México, Imprenta Casas, S.A., 1972. 556 p. Grabs., ils. (Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, XXV)., p. 448-450.
y miradas hechiceras; para él rosas encarnadas y jazmines y violetas; para él frenético aplauso y admiraciones secretas de las mujeres hermosas que extasiadas lo contemplan… Valor la afición reclama, el valor es de esta fiesta y cuando éste con el arte hace la tarde completa; y las tardes de Luciano con emoción se recuerdan, porque son tardes de toros cuando no enormes, soberbias, pues aquí abunda el coraje y hay derroche de vergüenza. Cuando de valor se trata triunfa Luciano Contreras. (De “El Tiempo de Bogotá”, Colombia) J. D. CAÑIZALES.42 1931 Predestinado Nací en una hermosa finca ganadera y mi padre era don Prudencio Toro que unió sus destinos en legal “casaca” con mi mamacita, doña Pura Vaca. Tuve cuatro hermanos y eran los malvados, cojos, chatos, biscos y escuchimizados. Yo fui el quinto Toro y ahora lo deploro, pues no hay quinto malo; nací sin defecto y quiso mi padre ponerme Perfecto. ¿Yo Perfecto Toro? ¡Vaya nombrecito el que me ha legado mi buen papacito! Ese es el causante de mis desventuras, de mis sinsabores y mis amarguras. Cuando fui a la escuela, si algunos chiquillos para mi desgracia pintaban novillos, decía mi maestro, el buen don Teodoro, ¿Hicieron novillos? ¡Es cosa de Toro! Si mis buenos cuates hacían de las suyas el pobre de Toro cargaba las puyas. Después, ya crecido, soñé en ser marido y amé como un choto a Blanca Becerra 42
El Eco Taurino. Revista de información, opinión y comentario. Distrito Federal. Año VI, Nº 219, del 23 de abril de 1931.
la negra más linda de toda mi tierra. Me casé con ella. Pleitos sempiternos, y al mes de casado me puso los cuernos. Hoy, al recordarlo, me exaspero y lloro: ¡Se atrevió a ponerle los cuernos al Toro! Pretendí matarla, pero por mi mal soy manso perdido y me fui al corral, a contar mis cuitas a Pancho el vaquero quien me dio una carta para don Tercero que ahora es diputado por la capital. Me dieron un pase… de ferrocarril y después de penas y fatigas mil llegué a esta bendita ciudad de las latas en forma de radios, autos y baratas. Miré al diputado y al oir mi nombre se quedó asombrado y me dijo: ¡anda! ¡Quítale los moños a Marcial Lalanda! Me volvió la espalda; soltó un adjetivo y dejó a este Toro más muerto que vivo. Tras este fracaso ya nada me queda es sólo la muerte lo que necesito quiero que me maten Liborio o Zepeda o, en último caso, si quiere Padilla que el “gran” “Gallinito” me dé la puntilla! TEOTIMO.43 1931 Banderillas de lujo. Aguinaldos. Para EL REDONDEL llegaron, por el último correo, los siguientes aguinaldos, que pronto repartiremos: Para Pepe Ortiz un libro de “El Perfecto Cancionero”; para Cagancho el gitano, un milagroso amuleto que contrarresta a la bicha, al lagarto y a los tuertos; para Solórzano un toro de poder y de respeto; para Armillita, alegría; para Barrera, un compendio escrito por Volinini sobre los bailes modernos; 43
El Redondel. Semanario gráfico taurino. Año III, N° 147, domingo 6 de septiembre de 1931, p. 8.
otro palmo de narices para el amo de “El Toreo”; para Campos, el del Fábregas, un par de zancos de a metro; para Junco, la exclusiva de las obras de don Pedro Muñoz Seca; para Soto, una tiple de altos vuelos; para la gente del Lírico frascos de agua de Juvencio; inspiración para Lara; un buen tenor para Pierson; para Bitar, una prensa; y para “Ojo” otro heredero; un retrato de Padilla para Monosabio; un metro o dos metros más de vara para los pobres piqueros; una escafandra blindada para los flacos jamelgos; para Homobono un ompayer, y banderillas de fuego para la siempre alabada sociedad de ganaderos. Todos estos aguinaldos y otros más que no recuerdo los mandará “EL REDONDEL” a las casas de sus dueños. Si usted no recibe el suyo Avísenos por correo. TEOTIMO.44 1932 Sabiomonotina… MONOSABIO45 está triste… ¿qué tendrá Monosabio? Los suspiros se escapan de su boca de sabio, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. Monosabio está pálido a la vera del toro, está inmóvil su lápiz de metal muy sonoro; y su mente ha olvidado al burel “Bordador”.
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El Redondel. Semanario gráfico taurino. Año IV, N° 162, domingo 20 de diciembre de 1931, p. 3. Carlos Quiroz “Monosabio”, célebre periodista taurino mexicano quien publicó desde finales del siglo XIX hasta muy entrada la tercera década del siglo XX en diversos periódicos y revistas. Su fama aumentó de mala manera al ser uno de los primeros que impusieron la famosa sentencia de “a tanto la línea”. Por su rigor pasaron muchos toreros y ganaderos que al no coludirse con su forma de corromper tan digna profesión, eran increpados de fea manera en notas y columnas que se traducían en tamaño según fuera la manera de no pagar. Si por el contrario brillaba intensamente la plata o el oro, aquello se convertía en elogios desmedidos. 45
En el ruedo se encuentran indefensos corceles; parlachín, Rodriguitos charla con los conceles, y, vestido de rojo, piruetea a don Simón. Monosabio no ríe, Monosabio no siente; Monosabio persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. ¿Piensa acaso en el príncipe de la bella orticina, o en el que ha superado la triunfal belmontina y remata la suerte en el propio testuz? O en el rey de los ruedos de allende los mares, o en aquel diestro insigne llamado “Cantares”, o en aquel otro “dueño del temple”, llamado Jesús? ¡Ay! el gran Monosabio de la mueca graciosa, ya no quiere ser sabio, quiere ser otra cosa, tener muchos pesos y vivir bajo el dólar, o ganar en pesetas, como ganó siempre “El Gallo”, pero aquel, “Joselito”, banderillero de rayo con quien jamás Monosabio pretendió comulgar. Ya no quiere la gloria, ahora quiere la plata, y en su afán por hallarla, viene dando la lata, viene haciendo cabriolas sin Oriente y sin Sur, aunque siempre buscando con su campaña un Norte para encontrar el oro que a su alma conforte; y soñar que navega sobre el lago de azur. ¡Pobrecito cronista que perdió “Universales”! Está preso en los cobres, ya no está en sus cabales, le obsesiona una cuenta en el Banco Montreal; una cuenta que abonen el “trompito” Barrera, Don Antonio de Márquez –de rubia cabelleray don Jesús de Solórzano, de “temple sin igual”. ¡Oh, quién fuera Armillita que tiene oro y es sabio! (Aunque Armillita es muy “codo”, ¿no es verdad Monosabio?) ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¡Quién valora a la tierra en que Domingo existe! (Monosabio está palido. Monosabio está triste). Más mohino que nunca, ante aquel albañil. Calla, calla, “don sabio”, deja ya tanta inquina. En un gran monoplano, hacia acá se encamina. En la bolsa el tesoro que te inquieta un horror, el feliz don Domingo, a quien amas muy fuerte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con su beso de amor. Alberto Lázaro.46 46
La Porra. México, marzo de 1932, p. 21-23. Estos versos, y dada la magnitud del caso de extorsión que ya sin ningún descaro practicaba Carlos Quiroz, también se publicaron tanto en La Afición como en El Deportista.
1931-1932 LA MUSA POPULAR: EL PASODOBLE “CARMELO PÉREZ” Por sabido se tiene que nuestro pueblo es en extremo sentimental, y que con facilidad que asombra a propios y a extraños, lleva a la música, en forma sencilla pero emotiva, ya el raudal y de sus penas o la explosión de sus alegrías. En esta consideración siendo Carmelo Pérez ídolo de las clases populares cuando este portentoso torero recibiera graves heridas ocasionadas por los pitones del toro Michín de la ganadería de San Diego de los Padres, fue Pedro Álvarez, notable guitarrista y compositor mexicano quien con motivo de tan espantosa jornada, escribiera la letra y música del siguiente pasodoble: CARMELO... Carmelo de grana y oro, con garbo cita a “Michín” un toro de gran trapío, que como rayo, le vino a herir. El torero, casi un guiñapo, fue fácil presa para “Michín”, ni Márquez ni el gran Ortiz se lo pudieron quitar de allí. En brazos de los “monosabios”, va el ídolo de la afición... ¡Carmelo, pobre Carmelo! La muerte fuiste a encontrar. Pero lo salvaron de los brazos de la parca esos dos portentos que merecen una estatua, los sabios doctores Ibarra y Rojo de la Vega... y fue la Madre España, quien lo vio morir. 47 1932 DE MECATOTZIN AL CAMPANERO DE LEÓN. Campanero, Campanero que me estás encampanando: óyelo bien, ya no quiero que me sigas re… picando para dar el baño a Elguero, que te estás equivocando y no soy ningún bañero. Sé más gente, Campanero; porque me vas otorgando plaza de temascalero. Campanero, no la amueles; si se invierten los papeles y nos baña Pepe Elguero, 47
Martínez Remis: CANCIONERO POPULAR..., op. cit., p. 32.
hazlo también buen bañero; mira que es el mensajero que nos hace los mandados, y no es propio, Campanero, que nos quedemos chorreados. Y si por causa del baño desgraciadamente muero, dobla por mi, Campanero responsable de mi daño. Pero si quedo triunfante, no pierdas un solo instante; sube a tu torre ligero, y repica el esquilón, como al caer “Carbonero” repicaste, Campanero por el Indio de León. Mecatotzin.48 1932 EPIGRAMAS DE JOSÉ F. ELIZONDO. XXXIX Salubridad pretende que sean rapadas las educandas de los colegios. Salubridad intenta poner remedio al avance del tifo dando el acuerdo de rapar a las niñas en los colegios. Un taurófilo dice que es lance nuevo hacer con “chicuelinas” un descabello. LXXX Un toro arrancó una oreja al Coronel Castillo Bretón. En cierta novilladeja un militar, con decoro, perdió una oreja, y se queja de tan grave deterioro. ¡Por primera vez un toro logra “llevarse la oreja”! XCVIII 48
El Eco Taurino. Revista de información, opinión y comentario. Distrito Federal. Año VII, Nº 259, del 23 de febrero de 1932.
Remató en un burladero alguno de los “Miurillas” de ayer, y rasgó el tablero sacándole unas astillas. ¡Vaya toro carpintero que con astas hace astillas! José F. Elizondo.49 1933 TARDE DEL TRECE DE ENERO... (A Ricardo Noriega) En el huir de los años no escapas a mi recuerdo, tarde infantil y solemne, tarde del trece de enero de mil novecientos siete... Yo quería ser torero, y me enfadaba llevar boina azul de marinero -de marinero de tierracon dos listones al viento, las pantorrillas al aire, y sin manchas el vestido de niño decente y bueno. ¿Recuerdas, madre? Querías hacer de mí un ingeniero. Capas rojas, gritos roncos, ruge el toro como un trueno, y arde el sol en los caireles con vivo chisporroteo. Fuentes, Montes y “Bombita”. ¡Parpadean tres luceros en el cartel de las nubes! Antonio Fuentes, maestro; a Montes, cara de cura, le enviaba valor el cielo; Ricardo Torres “Bombita”, alegre y zaragatero. ¡Si parece que fue ayer, tarde del trece de enero!... “Mátale de prisa, Antonio”, dijo Fuentes, el maestro. José F. Elizondo: Más de cien epigramas de “Kien”. Dibujos de Guerrero Edwards y un apunte de García Cabral. México, Editorial “Cvltura”, 1932. 140 p. Ils., p. 45, 86 y 104. 49
y Montes entró, despacio y el toro le hundió su cuerno. Mis diez años se pararon trémulos de asombro y miedo, cuando el toro cogió en tablas al pobrecito torero. Congoja, tristeza y luto. las cuadrillas hablan quedo, y sollozando la tarde crespones cuelga en su pecho. “¡Se muere Montes, se muere!”, en voz baja dice el viento. cristiana la noche enciende cuatro dorados luceros. Mató un toro a Antonio Montes, ¡Madre, ya no quiero ser torero!50 Armando de María y Campos. A mi excelente amigo don Emilio Huerta Corujo, gran aficionado, gran caballero y gran español. 1933 ¡FIESTA BRAVA!... ¡Fiesta brava!... ¡Fiesta brava de líneas puras, tan bellas, que hacen falta del romance las castellanas cadencias para cantar dignamente tus innúmeras bellezas!... ¡Fiesta noble y varonil, -que noble es tu procedenciade tu flameante bandera con llamaradas de sol, con bordados de oro y seda y con burbujas de sangre sobre la alfombra de arena!... ¡Fiesta brava!... ¡Fiesta brava!... ¡Por brillante, por intensa, por pródiga en emociones, por varonil y por fiera, eres blasón de una raza de guerreros, de poetas, de hidalgos y de Quijotes y de una pléyade inmensa de hombres que, en sed de aventuras y en afanes de proezas, 50
El Eco Taurino, N° 301 del 12 de enero de 1933.
por ser iguales a Dios dieron un mundo a la tierra!... Los árabes te inyectaron su sangre indómita y recia, y de solaz de morismas pasaste a ser -¡brava fiesta!recreo de Reyes moros y prez y horror de Princesas del Muslím y de cautivas cristianas que fueron Reinas... En Magerit ya lucieron sobre jacas cordobesas su valor y bizarría los caudillos de la guerra, -que duró ochocientos añosentre la Cruz –que es fe ciegay la roja Media Luna que es símbolo del profeta. Y si caballeros moros fueron alma de la fiesta, cien caballeros cristianos la tomaron en herencia haciendo honor a la manda preciosa que recibieran... Siglos después, cuando España ya afirmó su independencia, cuando Isabel y Fernando con su hueste de poetas llegaron hasta Granada y clavaron en sus puertas el rubro de “¡Ave María!” mientras Boabdil, harto apriesa, daba lugar a la frase ya histórico de Zulema, “¡defiéndela como hombre o llórala como hembra!”; siglos después gentes nobles, de airón rojo en la cimera, de tizona toledana y de lanza ginovesa, ofrendaron su valor y su sangre y sus proezas para levantar en alto el prestigio de la fiesta que volvió a ser prez de Reyes y homenaje de Princesas... Y fue un Rey, -siglos más tardeel que dio sus Reales Cédulas para fundar en Sevilla de Tauromaquia la Escuela
a la que Pedro Romero, -de Ronda- hiciese rondeña. Y entonces la fiesta brava abandonó la realeza para tener por blasones y airones de su cimera el Valor y la Emoción la Alegría y la Belleza... ¡Fiesta brava!... ¡Fiesta brava ¡La más viril de las fiestas!... Como el sol, de luminosa; como la sangre de recia; inmortal, como tu raza, noble, como la nobleza... Dicen los que no entienden que ya estás en decadencia; mas quien tal dice no sabe que mientras haya en la tierra oro, seda, sangre y sol, tú vivirás, pues reflejas las virtudes de una raza que ama y siente la tragedia.51 Joaquín González Pastor “Curro Faroles” 1933 El Mexicano y el Árabe. El lujo de sus arreos lo ostentoso de sus trajes cuajados de plata y oro y bordados a realce; sus chaquetas de montar de paño inglés y de ante, con solapas y hombrilleras caireladas de alamares; sus chaparreras sujetas con chapas, broches y enganches hechos con dos onzas de oro puestas de plata en engastes; sus calzoneras que cuentan botones por centenares hechas de escuditos de oro de a veinte y cuarenta reales; sus jaranos castoreños de valioso galonaje criados cuyas toquillas rayan en lo extravagante por lo ricas, pues las cuajan 51
Orticinas (ca. 1933), p. 10.
de aljófar y de corales y las prenden y apresalan con topacios y diamantes; las sillas de sus caballos que mas que el caballo valen con pomo, teja y estribos atanjiados con esmaltes; el lazo y la espada puestos en el arzón de delante y el revólver en el cinto que se ha hecho hoy indispensable y en fin los zarapes blancos; que les embozan flotantes, aspecto a los mexicanos dan de Emires Orientales.52 José Zorrilla. 1933 Con todo respeto, al Sr. Carlos Rincón Gallardo, Marqués de Guadalupe, exponente viril y digno del Nacionalismo en México. Charro gallardo y gentil… Charro gallardo y gentil, eres bizarro y marcial, el tipo más varonil y un emblema nacional. Es tu sombrero jarano con alas de amplio vuelo como un volcán mexicano cuya copa apunta al cielo. Y cuando el jarabe suena en cualquier fiesta o verbena, el sombrero galoneado con aureo metal bordado por mano mágica y fina, sirve cual tapete de oro al estuche verde loro que guarda al pie de la china. Tu chaqueta es recortada, de alamares recamada o colgajos de carnaza, con su filo bien plateado y cuero color bronceado cual fue tu gloriosa raza.
52
Orticinas (ca. 1933), p. 36.
La regia botonadura, aurea o de impecable albura que la belleza remata del pantalón ajustado, franjas de cielo cuajado con estrellas de oro y plata. Zapatos rechinadores; de brillantes resplandores tus espuelas de metal, y atrás bordado un caballo una herradura, un gallo o tu escudo nacional. Y la corbata encendida que en tu pecho va prendida, cual símbolo de bravura, es de floridos vergeles, puño de rojos claveles color de tu sangre pura. Y cobijas a tu china con una prenda divina de los más vivos fulgores… Prenda de mágico brillo tu sarape de Saltillo que al iris dio sus colores. Charro gallardo y gentil, el tipo más varonil… Que como el héroe Galeana, igual tira una mangana con alarde de valor al cañón de un invasor; que al tañir de una guitarra dice amoroso a su charra -esbelta como una palmala sentida filigrana de una canción mexicana, que es la música del alma. Que ama a su virgen morena, a su china cuando es buena; y es adalid en la guerra en la que estoico ha peleado por otro amor muy sagrado, que es la música del alma.53 Enrique Guerrero.
53
Op. Cit.
1933 ROMANCE DE ANGELILLO Y ADELA. A Federico García Lorca. Ella venía de México -quietos lagos, altas sierras-, cruzara mares sonoros bajo de nubes inciertas: por las noches encendía su mirada en las estrellas. Iba de nostalgia pálida, iba de nostalgia enferma, que en su tierra se dejaba amores para quererla y en su corazón latía amarga y sorda la ausencia. Él se llamaba Angelillo -ella se llamaba Adela-, él andaluz y torero -ella de carne morena-, él escapó de su casa por seguir vida torera; mancebo que huye de España, mozo que a sus padres deja, sufre penas y trabajos y se halla solo en América. Tenía veintidós años contados en primaveras. Porque la Virgen lo quiso, Adela y Ángel se encuentran en una ciudad de plata para sus almas desiertas. porque la Virgen dispuso que se juntaran sus penas para que de nuevo el mundo entre sus bocas naciera, palabra de malagueño -canción de mujer morena-, torso grácil, muslos blancos -boca de sangre sedienta. Porque la Virgen dispuso que sus soledades fueran como dos trémulos ríos perdidos entre la selva sobre las rutas del mundo para juntarse en la arena, cielo de México oscuro, tierra de Málaga en fiesta. ¡Ya nunca podrá Angelillo salir del alma de Adela!
Salvador Novo (24 de diciembre de 1933).
Localizado tardíamente este poema, su contenido tiene una fuerte carga erótica destinada a estimular el amor homosexual habido entre dos importantes creadores cuyas personalidades están marcados por el que para la época en que se conocieron estaba convertido en todo un prejuicio, lo que trajo por consecuencia entre uno y otro el escándalo. Sin embargo, el mensaje subliminal que encierran todos y cada uno de los versos plantea un discurso que, al decodificarlo, es posible encontrar diversos elementos que ponen en claro la razón del Romance. Jaime Valender en Invenciones y Ensayos, publicado en Cuadernos hispanoamericanos Nº 548 de febrero de 1996 (p. 7-20), incorpora un texto denominado: “Cartas de Salvador Novo a Federico García Lorca”, y en ello intentaré el siguiente análisis. Es curioso, pero como apunta Valender, “a Novo no le gustaban en absoluto los toros, pero, a pesar de ello, no pudo oponer resistencia ante una lógica tan impecable”. En el curso de 1933 Lorca y Novo se conocen en Río de la Plata y en esos precisos momentos Salvador escribe el presente “Romance”, mismo que publicó ya en nuestro país y en una limitadísima tirada de 15 ejemplares el 31 de enero de 1934. En el encuentro rioplatense culminó el anhelo que uno y otro desplegaron en cartas, en largos tiempos de espera hasta que llegó un momento en que recordando Novo la manera en cómo enseñó a Lorca los versos de la antigua canción La Adelita, y cómo este los recordaba en tanto tuvo ocasión de encontrarse con aquel, finalmente Salvador no pudo resistirse al hecho de retomar al personaje femenino, hacerlo suyo, convertirse en ella-el y trasvasarlos al que fue su doble “Romance”. Vale la pena recordar qué dicen los versos de LA ADELITA (Corrido revolucionario) En lo alto de una abrupta serranía, acampado se encontraba un regimiento, y una joven que valiente lo seguía, locamente enamorada del sargento. Popular entre la tropa era Adelita, las mujer que el sargento idolatraba, que además de ser valiente era bonita, que hasta el mismo coronel la respetaba. Y se oía, que decía, aquel que tanto la quería: Y si Adelita quisiera ser mi esposa, si Adelita fuera mi mujer, le compraría un vestido de seda para llevarle a bailar al cuartel. Y si Adelita se fuera con otro, la seguiría por tierra y por mar, si por mar en un buque de guerra, si por tierra en un tren militar. Y después que termino la cruel batalla
y la tropa regresó a su campamento, se oye la voz de una mujer que sollozaba, su plegaria se escucho en el campamento. Al oírla el sargento temeroso, de perder para siempre a su adorada, ocultando su dolor bajo el esbozo a su amada le cantó de esta manera: Y se oía, que decía, aquel que tanto se moría: Y si acaso yo muero en campaña, y mi cadáver lo van a sepultar, Adelita por Dios te lo ruego, que con tus ojos me vayas a llorar. Dominio popular.
El amor homosexual demostrado por estos dos personajes no pudo expresarse de otra manera que a partir de algún aislado encuentro, pero sobre todo a partir de una limitada correspondencia en la que uno y otro ansían otra ocasión que ya no fue posible por las diversas circunstancias que enfrentaron. Novo intentó como última alternativa, -ya para el inicio de 1935- proponerle a Lorca ir a vivir una temporada a España debido al hecho que no encontraba razones para hacerlo en México, dadas las circunstancias en las que el funcionario público Salvador Novo fue cesado de su puesto en la secretaría de Educación Pública, justo en el año del inicio del sexenio del Gral. Lázaro Cárdenas, en el cual habían sido anunciadas no “sólo reformas sociales muy radicales, sino también una política cultural de orientación netamente nacionalista”. Por tal razón, Novo, muchos años confesó: “Personalmente no conocí a Cárdenas durante su administración. Sin embargo conocí los efectos de su estancia en el Palacio Nacional: me zafó de la burocracia”. Tiempo atrás a este hecho, y en carta que Salvador envía a Federico el 11 de diciembre de 1933, le solicita nuestro autor al ponderado creador de “Poeta en Nueva York” que le obsequie un dibujo en unos términos muy peculiares: Querido Federico: He vuelto a estar enfermo, claro, porque me han faltado tus conjuros: hazlos, por favor, a distancia. Desde la cama –sólo [sic]- y con fiebre y con calentura, no he podido escribirte, pero tú sabes bien que en el fondo hay una pasión loca furiosa de atar. ¿Cuándo vendrás a Montevideo, en donde ya se encuentra tu embajadora? Hoy recibí pruebas de mi poema que imprimirá Colombo en B[uenos] A[ires] y para el que Molinari te forzó a prometerme un dibujo. ¿Lo harás? Algo así como un marinero, o una verga marina, o el mar o lo que se te dé la chingada gana, pero ya, en este momento, porque ahí son lentos para trabajar, y entrégaselo a Molinari, a quien le escribo ahora para rogarle que se encargue de vigilar la edición. Ah, y mándame un romancero gitano-argentino para mi colección de incunables. Mi hotel es Gran Hotel. Ahí han estado, según confesión de mi mucama, Novelli, Anatole France… y Tina de Lorenzo. Te abrazo.
Salvador.54
Tal apunte, hasta donde puedo comprender, acompañaría la edición que finalmente salió a la luz pública, en cantidad de 15 ejemplares, bajo el sello de la Imprenta Mundial, de la ciudad de México en 1934. Pues bien, como resultado de dicha misiva, Federico contestó de la siguiente manera:
El asunto que viene analizándose, con la incorporación del valioso poema de Salvador Novo, tiene un amplio despliegue informativo en el texto de James Valender que ya he citado en su parte respectiva. Dicho ensayo muestra con muchísimo detalle la manera en cómo se conocieron y se trataron Salvador Novo y Federico García Lorca. También se da a conocer toda la correspondencia sostenida entre ambos, pero en el fondo, destaca el trato entrañable habido entre ambos. Una decodificación de dichos textos por parte de Valender así nos lo hace ver a los lectores, por lo que vale mucho la pena conocer su contenido. 1933 ORACIÓN A SAN MATEO.55 ¡San Mateo!... Por el santo solideo que cubre tus santas canas, ¡haz que hoy se muestren con ganas los diestros en “El Toreo”! ¡San Mateo!... James Valender: “Cartas de Salvador Novo a Lorca”, en Cuadernos Hispanoamericanos, 548. Febrero de 1996. (pp. 7-20), p. 10. 55 La tarde del 6 de noviembre de 1932, segunda de la temporada 1932-1933 en la plaza de toros “El Toreo” de la ciudad de México, se lidiaron 6 toros de San Mateo, a manos de Joaquín Rodríguez “Cagancho”, David Liceaga y Luciano Contreras, que confirmó su alternativa. 54
por el gitano trofeo que trae al cuello “Cagancho”,56 ¡haz que éste tenga hoy campo ancho y… “gloria in excelsis Deo!... ¡San Mateo!... por el claro tintineo de las clásicas campanas ¡haz que toquen “sevillanas” las campanas de “El Toreo”!... ¡San Mateo!… Por el rojo cabrilleo del sol, jugando en la lid, ¡haz que esta tarde David toque el arpa con deseo! ¡San Mateo!... San Mateo Evangelista (que es el santo más taurino que tenemos a la vista), ¡haz, eficaz y oportuno, que añadamos a la lista de don Antonio Llaguno las hazañas de un “Dentista”.57 Danos, entre sedas y oros, -el más taurino trofeo-, Una gran tarde de toros; ¡San Mateo!... Dánosla por caridad; los que tus devotos fuimos hoy, Santo, te la pedimos con mucha necesidad. Curro Faroles.58 1934 COSTUMBRES REGIONALES (Para el Profr. Bartolomé García Correa, Gobernador Const. Del Estado, atentamente). I Joaquín Rodríguez “Cagancho” a pesar de haber tenido una mala tarde, realizó un providencial quite por “Verónicas”, salvando de un percance serio al picador Guadalupe “Gûero” Rodríguez. 57 Heriberto Lanfranchi: La fiesta brava en México y en España 1519-1969, 2 tomos, prólogo de Eleuterio Martínez. México, Editorial Siqueo, 1971-1978. Ils., fots., T. I., p. 337. “Dentista” fue lidiado por Manuel Jiménez “Chicuelo” el 25 de octubre de 1925, en la plaza de toros “El Toreo” de la ciudad de México. Aquella fue una faena de las consideradas de “antología”. Lo recibió el sevillano con ocho verónicas de escándalo. La faena, con factura de aquella época, constó de más de 12 naturales (seis de ellos ligados en dos series, mientras que los demás los intercaló con pases de pecho, pases de la firma, ayudados por alto y por bajo, afarolados, cambios de mano, etc.) y a pesar de 3 pinchazos y haber descabellado al segundo empujón, cortó las dos orejas y el rabo, dio 2 vueltas y salió 4 veces a los medios para agradecer las interminables ovaciones. 58 El Eco Taurino. Revista de información, opinión y comentario. Distrito Federal. Año VIII, Nº 310, del 16 de marzo de 1933. 56
LAS CORRIDAS El tablado se encuentra ya repleto. la multitud delira alborozada, al detonar los cohetes de la hilada, mientras el toro a un tronco está sujeto! Brama el toro, como lanzando un reto; la concurrencia lo goza entusiasmada, y a una linda mestiza empolvillada echa un piropo un Consejal discreto. Al compás de la Banda de la Villa, desfila la muy típica Cuadrilla ciñéndose el capote de escarlata... Porta bien, taleguilla, camiseta, un sombrero de guano, y sin coleta, y un pañuelo a manera de corbata! II LOS VAQUEROS Antes de ese despejo, los vaqueros cruzan veloces, a carrera abierta, con sus caballos que, de puerta a puerta se rifan orgullosos y ligeros! A manera de fusta, los sombreros se utilizan, y al punto se despierta el coraje en la bestia; que está cierta de pasar a sus nobles compañeros! Termina la carrera. La Corrida comienza con la brusca sacudida que el toro pega, cuando de ira ciego Golpea el tronco de guano con la cara... ¡Es que siente el dolor de aguda jara y tostarse sus lomos por el fuego! III LA CONCURRENCIA Mientras la lidia al público electriza, escucho a un trovador improvisado, entonar "El Pichito Enamorado" en honor de una clásica mestiza! Comprendo que su voz me martiriza,
pero sigo escuchando entusiasmado, porque aquella mestiza me ha brindado el encanto sutil de su sonrisa! ¡Se han lidiado tal vez sesenta toros! Mas yo sigo admirando los tesoros que encierra la mestiza, cuando a ratos Me lanza una mirada de soslayo... y entonces me doy cuenta... tiene un callo... pues con placer se safa los zapatos!59 1934 TIPOS POPULARES QUE PASARON (El Negro Miguel) Iba siempre por las calles pregonando presuroso, el producto de su esfuerzo: Su sorbete delicado; la guanábana sabrosa, y el famoso mantecado, que era entonces preferido por su gusto delicioso! Luchador como ninguno, nunca quiso estar ocioso! Con un genio de mil diablos siempre fue malhumorado; hacía en toros el "tancredo" de albayalde embadurnado, y la plaza de arenero era suya en cualquier coso. Espectáculo fue aparte, el mirarlo correteando con la arena, por la plaza, o el chicote reventado, para echar a los corrales algún toro tardo o flojo... Fabricó como ninguno la sabrosa butifarra! Y a pesar de tanta lucha fue su suerte tan chaparra... Que debido a la viruela quedó el pobre sin un ojo!60 59
Luis Ceballos Mimenza (Seud. YURI): SILUETAS. Relato de costumbres y tipos regionales, en verso y prosa, original de "Yuri". Poemas, romances, siluetas, epigramas, cuentos regionales, boladas, etc., etc. Mérida, Yucatán, México, ediciones "Yuri", 1934. (Sección Editorial).
1934 En defensa del toro. ¡Noble y hermoso animal de altiva y temible testa, “alma mater” de la fiesta que ya es internacional; eres el más discutido y eres el más “arrastrado”; eres el más ofendido y eres el más calumniado!... Sin ti no habría “figuras”, ni piqueros remolones, ni “chulos” que hacen diabluras., ni periodistas “mangones”. Tu muerte es cosa precisa para que viva el torero, para honrar una divisa y hacer rico a un ganadero. Y tu conducta abnegada te la pagan de este modo: ¡sin ser culpable de nada te echan la culpa de todo! Si eres noblote y suavón, tus detractores eternos te llaman “burro con cuernos”, “mulo”, “borrego” y “cebón”. Si rebelde a tu destino de ser fiera acorralada das a un diestro una cornada, te motejan de “asesino”Si sintiéndote “escamao” porque te hacen cosas feas muestras tus malas ideas, te tachan de “pregonao”. Si eres bravo y tu bravura de leyenda o de proverbio “descubre” a cualquier figura”, te dicen que “tienes nervio”. Si te muestras reservón con quien te pincha y te raja, dicen que eres “mansurrón”, te llaman “toro de paja”. Y si por natural ley huyes (de) la humana perfidia, te dicen “que eres un buey!, “que deshonras a la lidia”. Si por cualquier accidente 60
Op. Cit.
queda tu talla menguada, te dirá la masa, airada, que eres “un gato indecente”. Y si el pasto se dio bien y de peso no andas mal te dirán “que eres un tren”, “que eres una catedral”… Si tus dos córneos brotes son como los de Luzbel dicen: ¡trae este burel en vez de cuernos, camotes!” Y si Natura te ha “dao” “leña” “pa” tu “pensadora” no faltará algún “malora” que grite: “¡es un carabao!” Si has de dar gusto en tus trotes a las taurinas mesnadas, has de tomar los capotes como el que toma enchiladas. Serás parco en los envites; te saldrás del picador para que tu matador pueda lucirse en los quites. En cuanto el clarín reviente y el matador, “que es de abrigo”, se incline ante el Presidente y si de un “sablazo” a un amigo, te verás como te pones para ir del torero en pos, pues, aunque lo mande Dios, no han de hacerlo los peones. Ya está ante ti la muleta; la has de tomar sin malicia y con la misma codicia que un hambriento una chuleta. Para que el encanto crezca templarás en la arrancada de tal modo, que parezca que el que templa es el espada. Y si te agarra un pitón ten un poco de respeto y estate un ratito quieto mientras dura la ovación. Embiste suave y derecho; no achuches por ningún lado, porque eso sólo lo ha hecho el toro “mal educado”. Cuando te den un pinchazo bajo, leve o delantero, cáete, no seas “pelmazo”, entrégate al puntillero. Y cuando estés de cuchillas
muriéndote de emoción te arrastrarán las mulillas sin orejas… y rabón. Entre tanto que el espada, -que ya se le quitó el miedo-, ante una ovación cerrada triunfa y da la vuelta al ruedo… ¿Qué tu hiciste la faena? ¿Qué el torero no hizo nada? ¡Lee una crónica pagada y ya verás cosa buena! .................... Si quieres, en conclusión que no digan que eres malo, tendrás esta condición: ser un toro de cartón con cuatro ruedas de palo… “Mingo Revulgo”61 1934 Epístola a Juan sin Miedo. Compadre Juan: conservo tu pistola por si se vuelve a preparar la “bola”, y cada uno, como buen jabato, entramos una noche en Guanajuato, echando, desde nuestros “retintos” bailadores, bala a los hombres, y a las hembras, flores. Es hora ya de que comprenda cómo saben poner en su lugar el plomo el antiguo oficial de Pancho Villa y el que mandó en Santiago de Cuba una guerrilla, entre los cafetales de la caliente zona, seguido de una negra cimarrona, cuya boca, al besar, despedía un vaho sabroso de mazorca de cacao. Bajo nuestros sombreros, piramidal cimera y anchas alas, con una calavera, uniformes cuerudos, resonantes de plata, sobre la silla nacional, la reata para lazar en Michoacán “cristeros”, irá nuestra nocturna cabalgata haciendo blanco en los luceros hasta dejar la noche tan sombría, como entonces serán tu conciencia y la mía. Cortaremos en Pátzcuaro y Chapala al bergantín del sol su velamen de gala, y mientras va al garete la chalupa, marcharán a la grupa 61
Los ases. Semanario Ilustrado. T. I., México, D.F., 26 de septiembre de 1934, Nº 2, p. 2.
de nuestros cuacos de violentas crines, las hembras, el mejor oro de los botines: Cuerpos morenos, frescos igual que en el Bajío las flores que amanecen abiertas junto al río; las trenzas del cabello, como un dogal oscuro; los ojos, dos esclavos en un feliz conjuro; el pecho tembloroso como un zagal perdido, una gran bugambilia todo el traje florido, los pies, menudos para formarles zapatillas con los estuches de nuestras finas boquillas; los ópalos, adorno del cuello de banano, y el zarape, una puesta de sol en cada mano. Cambiando nuestros besos como primeras arras, Irá nuestro cariño aventurero, entremezclado de pasiones charras, diciendo en el camino, bajo el azul: “te quiero”. Tal como caminamos, florecerá la tierra, nos brindará su tálamo primaveral la sierra, y anchos, macizos, se oirán los besos, en el recodo del primer barranco, como monedas de cincuenta pesos al descender de la saquita al banco. Nuestras almas irán locas y ufanas, sin ver en los mezquites los ahorcados, lo mismo que una fiesta de campanas que van llamando a misa a los poblados bajo el añil de los amaneceres. Y perderán el miedo las mujeres al saludar al alba nuestras fieras pistolas, y la sangre del enemigo aumente las violentas amapolas en la dorada quemazón del trigo. Después, los generosos sentimientos, o el paredón de los fusilamientos; el pueblo, que deshoja bendiciones porque le echamos a rodar tostones; los episodios revolucionarios, el oro joven de los “centenarios” y la ciudad, que nos dará sus bienes. ¡Compadre Juan: el que jamás de “raja”¨ es admirable este país que tienes en tus manos, igual que una baraja! Alfonso Camín.62
Además, del mismo autor y obra, recogemos estos otros versos: PULQUERÍA.
Alfonso Camín: Los poemas del indio Juan Diego. Obras completas de (…). Madrid, Editorial “Revista Norte”, 1934. 214 p., p., 13-15. 62
Pulquería color de guacamayo… (…) y como en un bizarro jaripeo, las negras reatas de la cabellera enlazan los novillos del deseo, rubricando la noche.63 .......... VAINILLA. Piel de naranja y canela, un fuerte olor a vainilla; el cuerpo, de tarantela; fe ¡qué relinda y qué mona!, gracejo de banderilla fe las que pone Gaona cuando hay toro y hay cuadrilla y hay aplausos en la arena, y entre los aplausos brilla la mirada nazarena de la que quiere y no quiere: La indita dulce y morena que no lo dice y se muere.64 .......... EL CHARRO. Monta un potro retinto; viste traje de cuero con adornos de oro; fina espuela de plata, jorongo de Saltillo, galoneado el sombrero, deslumbrantes botones y chalina escarlata. Sobre el potro, la hacienda cruza a paso campero. lleva un lazo en la diestra con el que ata y desata, yergue y derriba un toro. Fuma un largo veguero que trituran sus dientes y termina en fogata. Se batió en Santa Anita: fue un Viernes de Dolores. se embriagó en Xochimilco; lleno, el corcel de flores. Es amigo de pulque, de guitarra y gallera. Mas que el jarrón de Sevres, ama el barro moreno de Tlaquepaque. Gruesa pistola. Suelto el freno. Y amor, que a la grupa tendido en bandolera.65 COLONIA.
63
Op. Cit., p. 25. Ibidem., p. 27. 65 Ibid., p. 59. 64
Sabía que amabas las fiestas de toros, los versos sonoros, las musas bohemias de la encrucijada, la noche callada; las Venus de bronce de las Alamedas, sobre cuyos cuerpos la luna argentada deshoja las rosas de las rosaledas celestes. Sabía que en nada tu heráldica abona la testa sajona.66 .......... EL JARIPEO. General: estamos tristes los que ayer en los bizarros jaripeos, en el Rancho de los Charros, te aplaudimos manganeos y coleos, potro y pial. Evocando magueyeras; deslumbrantes chaparreras, el perfil, de caporal, en el medio de un cortejo de salvajes primaveras, ¡has ágil sobre el potro, como un símbolo racial. Con tus ritmos, con tus pasos, y el sombrero plateado, que era una ascua bajo el sol, te envidiaban los Pegasos de Querol, que relinchan vanamente, tras del pasto sideral, sobre el témpano de mármol del Teatro Nacional. Se vestía el festival de alegrías de rancheros y zorzales de fogata; y hoy nos dicen, General, que no tejes madrigales en el aire con la “reata”, que la “china” ya no tiembla bajo el rojo del percal; ni las trenzas del cabello muerde y ata, las desata, las macera, y en el cuello, temblorosa, va formando con las manos un dogal. Ni en los ojos querendones la impaciencia se dilata, pues nos dicen que hoy galopas por los campos escarlata, que está el águila difunta junto al tronco del nopal, y que no se sabe a dónde va la roja cabalgata… Y eso es triste, General. ¡Qué relinda aquella fiesta, con aplausos de la orquesta, bajo un cielo que era limpio, luminoso como un chal! El sol era como un gallo de dorados espolones; movimientos retozones, roja cresta, 66
Ib., p 105.
como un índice marcial; un ambiente recaliente de terral; armonías inefables de canciones del Bajío, un tremendo mujerío, un olor a seno en flor, un gran vaho de trigal y a madera de cedral que los peones van tumbando en la floresta; a ramajes que el sol tuesta y a colmena musical, entre el ritmo retesuave y la gloria del “jarabe” de la fiesta nacional. Tu alazán, de ágiles cascos, crin de luna, piel de seda, era igual que el caballo de Velázquez en “La Rendición de Breda”. y hay quien dice, General, que en un tiempo estuvo en Flandes ese ingrávido corcel; que el encaje de la Holanda se hace espumas en la piel; y más tarde fue a esas tierras en la proa de un bajel, y elegante y musical, desde entonces va en sus cascos el más fino madrigal. Reflorece en los tendidos un primor de lentejuelas; tras las ávidas cancelas de los ojos de las “chinas”, un milagro de candelas dicen todo el vino ardiente que retoza en el parral; mientras brillas, resonantes, las espuelas, como un chorro de tostones que se salta del huacal. Sangre yaqui y andaluza; la chaqueta, de gamuza; pantalón y chaparreras que denuncian un platal; un geranio suelto al aire, la corbata; la voz recia, con metales de clarín; las promesas de la chata, como un fresno capulín; tal parece que cabalga sobre el negro Chamberín, y la “reata” va entre flores, como el arco primitivo de unos cándidos amores. Y la hembra retebuena, Ojos negros, piel morena, En los ojos retechulos, un relumbre pasional; En la boca pequeñita, de miel plena, Los anhelos, como abejas en la gloria del panal. El alegre grupo charro, A las puertas del corral; Y la arena, Donde cunde el festival, Con su forma de guitarro, Todo espléndido y floral. En la hilera de los palcos, las promesas de las “chinas”
Cuyos ojos también trazan en el aire “crinolinas”; Y que sale tras del toro el General, Sobre su alazán de seda; Que entusiasma el jaripeo, Que en los anchos corazones hay un ronco campaneo, Y que alcanza al animal, Potro bruto, ruin novillo, Que se aturde, que se queda, Que violentamente rueda Sobre el potro, hecho un ovillo, Y que sigue como flecha sobre el potro el General; Que parece una bandera su zarape de Saltillo; Y la “reata” hecha un anillo, Y el sombrero en una mano, la otra mano en el bridal, Para en firme su caballo, Abre el ala de los brazos en el aire, como un gallo, Y retumba en las esteras el aplauso nacional. Filemón, que como un “moro” Flameante, sigue al toro, Rechinando en el pretal; Y de nuevo que tu “reata” va trazando crinolinas”, Se estremecen en los palcos las pechugas de las “chinas”, y que salta una chinaca sobre el cálido arenal; Que remanga su faldita, que es entrona y tiene brío; Que repica ya en las tablas el “jarabe y tapatío”; Que se suelta otra chinaca, como rosa del rosal; Se desborda el entusiasmo, caudaloso como un río; Que acompaña a las chinacas el marqués, Y entre el ritmo de las faldas y el valiente griterío, Va el sombrero por el aire, como gallo en desafío Pa que pique la chinaca luceritos con los pies. ¡Qué linda aquella fiesta Y qué lejos, General. Pero tu figura enhiesta, En las buenas o en las malas, En la fiesta de los charros o en la fiesta de las balas, Sigue igual. Es inútil. Será siempre la escultura nacional. Si te vieras prisionero, Junto al paredón fatal, Dejarías placentero Proyectada tu figura para siempre en el tapial. Que arriscado tu sombrero, Y en la boca el “especial”; Firme el pie, como raíces que se adueñan de la tierra, Levantando en una mano tu “mascada” matinal, “¡ya nos vemos!...” les dirías a los hombres de la guerra. La descarga sería el himno victorioso de la sierra, Y tu muerte será entonces otro bello madrigal; Reatas de humo que en el aire van trazando “crinolinas”, ¡clavelones encarnados en el pelo de las “chinas”, Y un escape de amapolas en las curvas del ramal.
Alfonso Camín.67 1934 LA CORNADA Ahora no es un caballo, es una quilla vieja enterrada en la playa de la circense arena. Ya van los monosabios, marineros de pega con sus blusas hinchadas, a empujar a la bestia. En vano. Porque el golpe de la astada galerna fue mortal… y naufraga bajo un cielo de piedra aquella vida. Un último estertor la congela. Los dientes, las costillas se abren como cuadernas… Ángel Lázaro.68 1935 VERTE Y NO VERTE A IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍAS ELEGÍA EL TORO DE LA MUERTE Antes de ser o estar en el bramido que la entraña vacuna conmociona, por el aire que el cuerno desmorona y el coletazo deja sin sentido; En el oscuro germen desceñido que dentro de la vaca proporciona los pulsos a la sangre que sazona la fiereza del toro no nacido; Antes de tu existir, antes de nada, se enhebraron un duro pensamiento las no floridas puntas de tu frente; 67
Ib., p. 143-148. El Eco Taurino. Revista de información, opinión y comentario. Distrito Federal. Año IX, Nº 336, del 15 de febrero de 1934. 68
Ser sombra armada contra luz armada escarmiento mortal contra escarmiento, toro sin llanto contra el más valiente. (Por el mar Negro un barco va a Rumanía. por caminos sin agua va tu agonía. Verte y no verte. yo, lejos navegando, tú, por la muerte). Las alas y las velas, se han caído las alas, se han cerrado las alas, sólo alas y velas resbalando por la inmovilidad crecida de los ríos, alas por la tristeza doblada de los bosques, en las huellas de un toro solitario bramando en las marismas, alas revoladoras por el frío con punta de estocada en las llanuras, sólo velas y alas muriéndose esta tarde. Mariposas de rojo y amarillo sentenciadas a muerte, parándose de luto, golondrinas heladas fijas en los alambres, gaviotas cayéndose en las jarcias, jarcias sonando y arrastrando velas, alas y velas fallecidas precisamente hoy. Fue entonces cuando un toro intentó herir a una paloma, fue cuando corrió un toro que rozó el ala de un canario, fue cuando se fue el toro y un cuerno entonces dio la vuelta por tres veces al ruedo, fue cuando volvió el toro, llevándolo invisible y sin grito en la frente. ¡A mí, toro! (Verónicas, faroles, velas y alas. yo en el mar, cuando el viento los apagaba. Yo, de viaje. Tú, dándole a la muerte tu último traje). EL TORO DE LA MUERTE Negro toro, nostálgico de heridas, corneándole al agua sus paisajes, revisándole cartas y equipajes a los trenes que van a las corridas.
¿Qué sueñas en tus cuernos, qué escondidas ansias les arrebolan los viajes, qué sistema de riegos y drenajes ensayan en la mar tus embestidas? Nostálgico de un hombre con espada, de sangre femoral y de gangrena, si el mayoral ya puede detenerte. Corre, toro, a la mar, embiste, nada, y a un torero de espuma sal y arena, ya que intentas herir, dale la muerte. (Mueve el aire en los barcos que hay en Sevilla, en lugar de banderas, dos banderillas. Llegando a Roma, ví de banderillas a las palomas). ¿Para qué os quiero, pies, para qué os quiero? Los pies pisan la muerte, poco a poco los pies andan pisando ese camino por donde viene acompañada o sola, visible o invisible, lenta o veloz, la muerte. ¿Para qué os quiero, pies, para qué os quiero? Me va a coger la muerte en zapatillas, no en zapatillas para el pie de baile, no con tacón para esas tablas donde también suele temblar la muerte con voz sorda de pozo, voz de cueva o cisterna con un hombre no se sabe si ahogado, voz con tierra de ortigas y guitarra. ¿Para qué os quiero, pies, para qué os quiero? Unos mueren de pie, ya con zapatos o alpargatas, bien bajo el marco de una puerta o de una ventana, también en medio de una calle con sol y hoyos abiertos, otros... Me va a coger la muerte en zapatillas, así, con medias rosas y zapatillas negras me va a matar la muerte. ¡Aire! ¿Para qué os quiero, pies, para qué os quiero?
(Por pies con viento y alas, por pies salía de las tablas Ignacio Sánchez Mejías. ¡Quién lo pensara que por pies un torillo lo entablara!) EL TORO DE LA MUERTE Si ya contra las sombras movedizas de los calcáreos troncos impasibles, cautos proyectos turbios indecibles perfilas, pulimentas y agudizas; Si entre el agua y la yerba escurridizas, la pezuña y el cuerno indivisibles cambian los imposibles en posibles, haciendo el aire polvo y la luz trizas; Si tanto oscuro crimen le desvela su sangre fija a tu pupila sola, insomne sobre el sueño del ganado; Huye, toro tizón, humo y candela, que ardiendo de los cuernos a la cola, de la noche saldrás carbonizado. (En la Habana la sombra de las palmeras me abrieron abanicos y reboleras. Una mulata, dos pitones en punta bajo la bata. La rumba mueve cuernos, pases mortales, ojos de vaca y ronda de sementales. Las habaneras, sin saberlo, se mueven por gaoneras. Con Rodolfo Gaona, Sánchez Mejías se adornaba la muerte de alegorías: México, España, su sangre por los ruedos y una guadaña. Los indios mexicanos
en El Toreo, de los ¡olés! Se tiran al tiroteo. ¡Vivan las balas, los toros por las buenas y por las malas! Ya sus manos, Gaona, paradas, frías, te da desde la muerte Sánchez Mejías. Dale, Gaona, tus manos, y en sus manos, una corona). ¿Qué sucede, qué pasa, qué va a pasar, qué está pasando, sucediendo, qué pasa, qué pasó? La muerte había sorbido agua turbia en los charcos que ya no son del mar, pero que ellos se sienten junto al mar, se había rozado y arañado contra los quicios negros de los túneles, perforado los troncos de los árboles, espantado el silencio de las larvas, los ojos de las orugas, intentando pasar exactamente por el centro a una hoja, herir, herir el aire del espacio de dos piernas corriendo. la muerte mucho antes de nacer había pensado todo esto. Me buscas como al río que te dejaba sorber sus pasajes, como a la ola tonta que se acercaba a ti sin comprender quien eras para que tú la cornearas. Me buscas como a un montón de arena donde escarbar un hoy, sabiendo que en el fondo no va a encontrar agua, no vas a encontrar agua, nunca jamás tú vas a encontrar agua, sino sangre, no agua, jamás, nunca. No hay reloj no hay ya tiempo, no existe ya reloj que quiera darme tiempo a salir de la muerte. (Una barca perdida con un torero, y un reloj que detiene su minutero.
Vivas y mueras, rotos bajo el estribo de las barreras). EL TORO DE LA MUERTE Al fin diste a tu duro pensamiento forma mortal de lumbre derribada, cancelando con sangre iluminada la gloria de una luz en movimiento. ¡Qué ceguedad, qué desvanecimiento de toro, despeñándose en la nada, si no hubiera tu frente desarmada visto antes de nacer su previo intento! Mas clavaste por fin bajo el estribo, con puntas de rencor tintas en ira, tu oscuridad, hasta empalidecerte. Pero luego te vi, sombra en derribo, llevarte como un toro de mentira, tarde abajo, las mulas de la muerte. (Noche de agosto arriba va un ganadero, sin riendas, sin estribo y sin sombrero. decapitados, toros negros, canelas y colorados). Se va a salir el río y ya no veré nunca el temblor de los juncos, va a rebosar el río paralizando el choque de las cañas, desplazando como una irresistible geografía de sangre que volverá los montes nuevas islas, los bosques nuevas islas, inalcanzables islas cercadas de flotantes tumbas de toros muertos, de empinados cadáveres de toros, rápidas colas rígidas que abrirán remolinos, lentos y coagulados remolinos que no permitirán este descenso, este definitivo descenso necesario que le exigen a uno cuando ya el cuerpo no es capaz de oponerse a la atracción del fondo y pesa menos que el agua. Desvíeme esos toros, mire que voy bajando favorecido irremediablemente por el viento, tuérzale el cuello al rumbo de esa roja avalancha de toros que le empujan,
déjeme toda el agua, le pido que me deje para mí solo toda el agua, agua libre, río libre, porque usted ya está viendo, amigo, cómo voy, porque usted viejo amigo, está ya comprendiendo adónde voy, ya estás, amigo, estás olvidándote casi adónde voy, amigo, estás, amigo... Había olvidado ahora que le hablaba de usted, no de tú, desde siempre. (¿De dónde viene, diga, de dónde viene, que ni el agua del río ya le sostiene? -Voy navegando, también muerto, a la isla de San Fernando). DOS ARENAS Dos arenas con sangre, separadas, con sangre tuya al son de dos arenas me quemarán, me clavarán espadas. Desunidas, las dos vendrán a unirse, corriendo en una sola por mis venas, dentro de mí para sobrevivirse. La sangre de tu muerte y la otra, viva, la que fuera de ti bebió este ruedo, gloriosamente en unidad activa. Moverán lunas, vientos, tierras, mares, como estoques unidos contra el miedo: La sangre de tu muerte en Manzanares, la sangre de tu vida por la arena de México absorbida. (Verte y no verte, yo, lejos navegando, tú, por la muerte). Plaza de toros EL TOREO México, 13 de agosto 193569 69
Rafael Alberti: Antología poética. Buenos Aires, Argentina, Editorial Lozada, S.A., 1942. 269 p. (Biblioteca Contemporánea)., p. 195-204. Por su parte, Salvador Arias, en su obra Libro de oro poesía taurina, agrega un muy interesante pasaje al respecto. En el libro De lo vivo y lo lejano- (Espasa-Calpe, Madrid, 1996, p. 48) Mª Asunción Mateo narra la estrecha relación de Alberti con el torero Sánchez Mejías y el impacto que le causó la noticia de su muerte: “Ignacio era casi un dios para nosotros; parecía que nunca le pudiera suceder nada malo. Recuerdo perfectamente cuando
Rafael Alberti. Ca. 1935 Hermosa fiesta bravía Hermosa fiesta bravía de este pueblo fiero, de terror y de alegría, oro, seda, sangre y sol.70
El autor de esta biografía, refiere que apenas conocía –José González- una mujer que le simpatizara y enseguida la “cuajaba” de alhajas y con su peculiar estilo y simpatías, se adueñaba de sus amores. Muchas mujeres desfilaron por su azarosa vida como enlazadas en los poemas de Fernando Acuña: Ca. 1935 El torito retinto. Torito Retinto, no te asustes si es puntal, porque más cuernan los ojos de las prietas del sauzal. Caballo Mojino, no lo sueltes caporal, porque a todas las potrancas me las viene a alborotar. Todo charro bien fajado, tiene mucha obligación de no engrirse con la vida, cuando le roban su amor. Y si saca su machete para defender su honor, no ha de volver a meterlo sin partir un corazón. Torito Retinto, no te asustes si es puntal, porque más cuernan los ojos de las prietas del sauzal. Caballo Mojino, no lo sueltes caporal, porque a todas las potrancas me las viene a alborotar. Si llora por una ingrata, debe el ranchero saber que no es vergüenza en un hombre, llorar por una mujer. Más debe el charro cuidarse, porque no siempre hay que creer ni en la cojera de un perro, ni en el llanto de mujer. 71 (Atrib. Armando Rosales ¿”El Saltillense”?) Ca. 1935
me dieron la noticia de su muerte, yo estaba fuera de España, y casi hoy me causa el mismo dolor... Lo único que pude hacer ya fue ponerme a escribir Verte y no verte, que le dediqué a La Argentinita, su gran amor, durante los últimos años. El poema lo acabé en México, y en la plaza de toros El Toreo, en donde Ignacio había tenido tardes de gloria. Reuní a Rodolfo Gaona, el matador que tantas veces compartió cartel con él, al pintor Sequeiros y a unos pocos amigos y recité el poema. Después, en la misma plaza, lo firmé simbólicamente. ¡Pobre Ignacio!” 70 José Alberto Casillas: Carnicerito de México: El torero que jugaba con la muerte. México, Editorial Aristos, 1966. 75 p. Ils., fots., p. 37. 71 “Encerrona con Oscar Chávez”, con cuaderno anexo al álbum de cuatro discos CD, editados en 1991. México, Discos Pentagrama, S.A. de C.V.
Si yo fuera torero… Si yo fuera torero de amor te morirías tarde a tarde, como yo muero. Si yo fuera torero ya todo lo tendrías mi amor y mi gloria, Mi nombre y mi dinero.72 1935 ALELUYAS SEMANALES Aunque viviera cien años me tengo yo que acordar de la tarde que me echaron los tres toros al corral. Permita Dios que se vea sin camisa y sin calzones el ganadero que envía toros con muchos pitones. Trece veces he pinchado y no dobla el animal; como no doble muy pronto a mí me van a doblar. Salí en medio de la calle miré al cielo y dí un suspiro al ver que no hay una Empresa que quiera cargar conmigo. Cuando me marche a la plaza no te pongas a llorar, porque la “jinda” que tengo me la vienes a aumentar. Después de cien años muerto y de gusanos roído, se han de estremecer mis huesos de las broncas que he oído. ¡Ay!, que me dan un aviso; ¡Ay!, que otro me van a dar; ¡Ay!, que me sacan los mansos sin poderlo remediar.73
72
Martínez Remis: CANCIONERO POPULAR..., op. cit., p. 46.
1935 Olé con olé. A la Serranita. Toreando encanta la Serranita Porque es muy ágil y muy bonita plena de gracias y de emoción. Se arranca el toro y ella lo espera de pie y derrama salsa torera en el momento de la reunión. Sus chicuelinas y sus verónicas vivas celebran dianas eufónicas y si es un quite VAYA CHIPÉN. Por eso a la hora que el pitón toca, toda la gente se vuelve loca, tira sombreros y grita: ¡Olé! Pero, ¿y su arte con banderillas? ni en los Madriles, ni en las Sevillas… ¡Canela fina, pimienta y sal! Pasito a paso llega a la cara, las manos junta, cuadrando para, y el par resulta monumental. Último tercio: pases de todos; ceñidos, bellos y en varios modos… ¡Ya está la niña frente al burel! Ya se perfila, lía y se arranca… ¡Qué estoconazo! La ovación franca es para ella palma y laurel… Por eso encanta “La Serranita”, porque es muy ágil y muy bonita, plena de gracias y de emoción. Y porque viertes salsa torera cuando a los bichos tranquila espera los pies bien quietos y el corazón. Nochistlán, Zacatecas, 18 de octubre de 1935. José N. Orozco.74 73
Programa Oficial: Gran Temporada Taurina 1935-36 que anuncia el cartel correspondiente a la tarde del 8 de diciembre de 1935: Plaza de Toros “El Toreo, S.A.”. Espada: “Armillita chico”, Fernando Domínguez, nuevo en esta plaza y Fermín Rivera, que tomará la alternativa, con 6 toros de Rancho Seco. 74 El Eco Taurino. Año XI, México, D.F., 14 de Noviembre de 1935, Nº 385.
1935 Joaquín Rodríguez “Cagancho”, torero de maravilla. Negro zaíno, cervigudo, blancas y agudas las astas, fruncida y hosca la frente, espesa la cola y larga, finos y cortos los remos, y de fuego la mirada, jamás vio tan grave fiera esa mexicana Plaza. Ligera sale y embiste, y atropella y desbarata, y salva ágil la barrera, y patea, y bufa, y brama. (. . . . . . . . . .) Y muy cerca de las tablas el de la trianera Cava, el capote bugambilia le muestra al toro con alma. Acállase el vocerío, tiemblan medrosas las damas, míranle el toro suspenso, y la multitud pasmada. La fiera atrás se retira para acrecer en pujanza, tuerce la cola y embiste, ciega y bufando de rabia. (. . . . . . . . . .) La tarde se asoma alegre en su barrera de nubes, para admirar al gitano que cuando torea esculpe. También el viento detiene su paso, y ni baja y sube para aspirar de “Cagancho” un toreo que es perfume. (. . . . . . . . . .) Joaquín Rodríguez “Cagancho” torero de maravilla, en tu capote de luna se ha refugiado la brisa; las estrellas de los cielos tocan como campanillas cuando mueves tu muleta olorosa a sal marina… ¡Ay quien pudiera mirarte en la Plaza de Sevilla! (. . . . . . . . . .) Morena de verde luna, al fin nieto de Camborio,
como una vara de mimbre toreas lento y garboso. Un arte que tiene siglos se asoma fiel a tus ojos, y se riega por la tarde volviéndola toda de oro. Siendo tu capote brisa parece que fuera plomo, tiene sobriedad eterna y es ligero como arroyo. Como en los versos de Lorca75 cuando lidias a los toros, “el día se va despacio la tarde colgaba al hombro, dando una larga torera sobre el mar y los arroyos…” (. . . . . . . . . .) Joaquín Rodríguez “Cagancho” torero de maravilla en tu toreo verdinegro se ha refugiado la brisa; la detienes cuando quieres; los luceros, allá arriba, aficionados de siempre, tocan como campanillas cuando mueves tu capote con sabor de sal marina… ¡Ay quien pudiera aplaudirte en la Plaza de Sevilla! (. . . . . . . . . .) Le arranca bufando el toro, y un quieto pase de pecho permite que el asta pase del torero junto al cuerpo; sin moverse de su sitio porque es dueño de su puesto, un bello pase por alto gallardo consuma el diestro; acude al trapo la bestia, las curvas astas blandiendo, y alza por alto el artista muleta y estoque a un tiempo; se enciende un afarolado, y con palpable salero la verdad del natural logra cuajar el torero; uno tras otro los pases se van raudos sucediendo; rompe en gritos el gentío, al ruedo caen los sombreros, 75
Federico García Lorca, poeta granadino, integrante de la Generación del 27, y autor, entre otros versos famosos del Llanto a la muerte de Ignacio Sánchez Mejías.
y tras la brega lucida quedan, mirándose atentos, el lagunero, furioso, y el tapatío, sereno… Armando de María y Campos.76 1935 FERMÍN ESPINOSA. SONETO. Muestra de un gladiador Griego la gallardía Cuando levanta su mirada saludando Hacia los tendidos, con su alma bravía; Y con garbo a las mujeres cautivando. En la arena candente del circo taurino ¡Oh Fermín!, con tu capa de coloso pagano; Haces maravillas con tu arte divino Coronando de lauros tu frente de gitano. En las tardes plenas de sol y de alegría Llenos los tendidos de mujeres preciosas, Valientemente sacas el pase natural; Con pose apolínea y algarabía Despiertan en las almas tus corridas famosas; ¡Porque lleva tu gesto la bravura ancestral! Joaquín Herrera.77 1935 JESÚS SOLÓRZANO. SONETO. En el ruedo hace derroche de valor Sacando de los cuernos la silueta; Cuando torea como un esteta, Consiguiendo que le aclamen con fervor. En la plaza su espada reluciente Semeja filigrana de luz al recortar El viento, en la tarde esplendente; 76
El Eco Taurino. Revista de información, opinión y comentarios. (Ubicar número y fecha). Estos versos, que atribuyo al periodista conocido también como Duque de Veragua, son complemento de la crónica que da razón de una milagrosa tarde, ocurrida el 17 de noviembre de 1935 en la plaza de toros “El Toreo”: (Joaquín Rodríguez) “Cagancho sigue siendo el gitano genial. [Mano a mano con] -(José) Ortiz hizo preciosa faena en el quinto.-De los seis de la Laguna, tres fueron muy bravos”. 77 El Eco Taurino. Revista de información, opinión y comentario. Distrito Federal. Año XI, Nº 386, del 14 de noviembre de 1935.
En que gallardo se tira a matar. Alcanzando ruidosas ovaciones El orfebre de la verónica magistral, En una apoteosis de victoria; Que haces estremecer los corazones Con su temeraria faena triunfal; ¡Que le da el resplandor de la gloria! Joaquín Herrera.78
Febrero 2 de 1936 CORRIDO DE LORENZO GARZA ¡Abran paso al vendaval! Aquí está Lorenzo Garza. El coso le viene chico pero con él se agiganta. ¡Todo el Cerro de la Silla está plantado en la plaza! Inmóvil y trepidante se unta a la muerte en la faja, y en trueno y escalosfrío los tendidos se levantan. ¡Aquí está el de Monterrey: sismo y estatua! Fundido en fierro y acero (para algo tenemos fábrica) mírenlo entre los pitones que le bordan filigranas: ¡La muerte en los alamares y la sonrisa en la cara! Levántase fray Servando Gonzalitos se prevenga por si médico nos falta; derroche Ramos Martínez el color a cataratas; y en prosa de Alfonso Reyes, dure, nítida, la hazaña. Ebrio de líquidos oros brinde el sol su Carta Blanca, y estallen cristalerías de la Vidriería, en las dianas. ¡Aquí está el de Monterrey: 78
Op. Cit.
sismo y estatua! Y esfumada, allá muy lejos, como en neblina de lágrimas, pone una madre en angustia perspectiva de plegaria. ¡Madre! Te oyeron arriba: seca y alegra esa casa. ¡Ya, dando tumbos de gloria, se despeñan las campanas! Ya el hijo de Monterrey se untó la muerte en la faja, y con ella de trofeo sale en hombros de la plaza. ¡Abran paso al vendaval: Aquí está Lorenzo Garza! ¡Este es el de Monterrey: sismo y estatua!79 Alfonso Junco. 1936 DE LOS QUINIENTOS NOVILLOS En la Partida de Kansas hubo muy grande corrida. ¡Ay, qué caminos tan largos!, no contábamos la vida. En la Partida de Kansas hubo una grande corrida, gritaba mi caporal: -Les encargo a mi querida. Respondió otro caporal: -No tengas cuidado, es sola, que la mujer que es honrada aunque viva entre la bola. Íbamos por el camino, nos pescó un fuerte aguacero, pa´poderlos detener les formaron tiroteo (A los toros). Unos piden un cigarro, otros piden qué comer, y les dice el caporal: -¡Se acabó! ¿Qué hemos de hacer? En la Corrida de Kansas, ni me quisiera acordar, caporales y vaqueros, nomás nos faltó llorar. Quinientos novillos eran, los quinientos muy livianos, y entre quince americanos, no los podían llevar. Los novillos eran bravos, nos los podían embarcar, entre treinta americanos nos los podían separar. Los novillos eran bravos, no los podían separar; 79
La Lidia, Nº 53, del 16 de noviembre de 1943.
gritaba un americano: -Que se baje el caporal. El caporal tuvo miedo y un vaquero se arrojó, a que lo matara un toro, nomás a eso se bajó. Llegaron diez mexicanos y al punto los embarcaron y los treinta americanos se quedaron azorados. Y la madre del vaquero le pregunta al caporal: -¿Dónde se ha quedado mi hijo?, que no lo he visto llegar. -Señora, yo le dijera, pero va a querer llorar; lo mató un toro frontino en las trancas de un corral. “Treinta pesos alcanzó, pero todo limitado, y trescientos puse yo para haberlo sepultado”. Todos los aventureros lo fueron a acompañar, con su sombrero en la mano para verlo soportar. Vaya usté y tráigame a mi hijo, que no lo he visto llegar y llevarlo al camposanto donde lo quiero enterrar. Ya con ésta me despido con l´amor de mi querida, aquí se acaban cantando los versos de la Corrida.80 1936 EL ROMANCE DEL TORERILLO TRISTE ¡Llegaba por las mañanas al corral de unas gitanas Joselillo el torerillo con capote de ensayar; pantalones de talle alto, chaquetilla azul cobalto y una espada de matar. Su cabeza despeinada casi siempre enmarañada ostentaba con orgullo el capullo de un mechón; que sale tras de la gorra como pluma de cotorra, del color del pantalón. Era el pobre Joselillo en mañanas de verano, 80
Mendoza: Lírica narrativa..., op. cit., p. 272-273. Procede de la Sierra de Chihuahua. Comunicó Ignacio Asúnsolo. Recogido en Ixmiquilpan, Hgo., el 4 de abril de 1936.
el gitano con más brillo cuando echaba en donosura lo juncal de su figura con un garbo peculiar. Su capote era tan flojo que semejaba de redrojo vago y tenue de color; teñido con anilina resaltaba la esclavina que según los maldicientes perteneció a Antonio Fuentes el ilustre matador. Era lírico su espada, le compró en el baratillo pero nunca una estocada. Joselillo el torerillo pudo dar; y cuando alguien le guaseaba y acababa con la historia de la gloria y de la muerte respondía “mardita suerte si es la espada que Reverte me lejara pa´matar”. Que de qué y donde vivía nadie en verdad lo sabía, siempre callado y cansino se le veía en el camino que conduce al matadero siempre digno y caballero siempre torero calé; y en la noche con decoro de gitano siempre moro, se llegaba el “Gallo de Oro” y hacía el céntrico café. Su rara fisonomía despertaba la ironía las risas y burladeros de toreros que imitó; ¡Ah, que pasa Joselillo! ¿Cuándo toreamos gitanillo? Le preguntaba el corrillo respondiendo él muy ufano 60 para el verano tengo ajustadas, gachó.
Muchos quites y faenas poca alegría, muchas penas, reflejada en la jeró; de su amor con las mocitas contaba lleno de cuitas que eran flamencas bonitas de vaporoso vestido para que con tanto olvido el viento se las llevó. Más hete entonces que un día hubo inmensa algarabía en una plaza olvidada, no se supo cómo y quién en un desplante chipén queríalo SACAR de espada. El susto fue momentáneo, vago temblor subterráneo, después inmensa alegría; por fin llegaría a la plaza donde un memorable día jurado había, por su raza, lleno de fiero arrebol, salir por LA GRANDE en hombros entre el grito y los asombros de una tarde belmontina llena de sangre y de sol.81 José Daniel 1936 Carmelo. Elegía mexicana. Oh milagroso torero indiano, temperamento de sobrehumano gran lidiador; habla la historia de aquel monarca timbre de gloria por su valor; de aquel monarca que fue tu hermano, “rayo del cielo” que en el lozano campo de anáhuac, fue el soberano y emperador. Y fuiste 81
El Eco Taurino N° 425, del 17 de diciembre de 1936.
triste como el indiano, parco en el modo, grande como él; gesto arrogante, nervios de acero, y en la alegría como el guerrero, fue tu sonrisa deshecha en hiel. Cruzaste al paso por el fracaso de nuestro siglo como un torrente, alta la frente, fiero arrebol; luces del Sol finjían tus lances maravillosos llamas que el viento prendía en los cosos de Nueva España, fuego y ardor. Alma torera que ingente brilla, desde los machos de la montera a donde es negra la zapatilla. Fue en una tarde que se alumbraba con la fogoza luz de Castilla, cuando a mi vera triste pasaba y amargas coplas así cantaba mi Carmelita la gitanilla. Torea Carmelo la negra muerte, carga la suerte con genio y brillo, pasan rosándole los puñales el frágil vuelo del capotillo. Fuiste Toledo, último ruedo… blanco santuario de inspiración; y fue su temple tan grande y fiero, como tu acero de fundición. …………………………………… Y era gris la tarde que muerto viniste, todo sollozaba todo estaba triste, trajeron tu cuerpo marchito, marchito… brotó de mis ojos un lloro infinito, tañeron los vientos dolientes plegarias y en las altas torres siempre solitarias, doblaron a muerto los bronces sonoros… se vistió de duelo
el azul del cielo el rey de los astros la corte y su luz; y allá en los pastales bramaron los toros y en las soledades de negros picachos las águilas reales, sus alas potentes abrieron en cruz. Desde que las sombras del negro cortijo cubrieron las glorias y triunfos del hijo de mis patrios lares que lejos cayó; nadie ya a la tumba del audaz que ha muerto a regar con rosas gragantes ha vuelto, está su sepulcro huérfano de flores… falto de cariños y falto de amores… y en torno a su loza la flor del olvido su nombre cubrió. Anda salamera riesga con tu llanto mi amargo quebranto, y hablándole quedo, quedito, en voz baja, dile que en su caja desde que murió; sin heberle estado siquiera esperando, sin saber de dónde ni cómo ni cuando… le estaba guardando dentro de mi pecho, la rosa en botón. Anda mexicana reina soberana, póstrate de hinojos entre los abrojos rézale en silencio mística oración; pon sobre su fosa mi lida serrana, la rosa más guinda la rosa de grana, la rosa marchita de mi corazón. Oh la azteca raza de vieja solera bravo fue aquel noble que pujanza diera, gran magnificencia de tu audaz valor; fue aquel esforzado sin igual guerrero que corriendo el tiempo se sintió torero porque ahí en el pecho tenía un sol entero si en el ancho ruedo no brillaba el sol. Paladín augusto de la torería, fuiste el alma bruja de la patria mía, para ti estos versos, tu la raza azteca, la elegida y brava, para ti los versos que mi mente graba lo que ha mucho tiempo grabara un pitón,
lo que no se borra, lo que siempre queda… grabado en el rojo capote de seda de mi corazón. Febrero de 1936. José D. Gómez Campos.82 1936 ESTAMPAS DE LA FIESTA I El toro de bandera. Pone su rúbrica ardiente el sol en el graderío; emocionado, el gentío se desborda en el torrente de voz de su griterío; y del ruedo en el albero, lentas, solemnes, pausadas, van las mulas enjaezadas dibujando a un bruto fiero, homenaje de pisadas. La altiva testuz vencida, abre dos surcos iguales en la arena removida, que, sin vibración de vida, que, sin vibración de vida, aún los dos finos puñales hacen cada uno su herida. Y roja congestionada, tallada en roble y metal, la pelambre alborotada, inclínase, emocionada, la testa del mayoral. Como un pájaro, en sus manos se agita el amplio “pavero”; el pasodoble torero, baña sus ecos lejanos en un perfume campero; y por las rudas mejillas, en despedida al amigo, caen dos lágrimas sencillas. (Lo que ayer fueron semillas, ha cuajado en rubio trigo). II
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El Eco Taurino. Año XI, México, D.F., 12 de marzo de 1936, Nº 402.
Corrida de pueblo. Cohetes de los pregones en parábolas sonoras… Mejillas que han florecido, al sol del verano, en rosas… En la espadaña del templo, cigüeñas espectadoras… En los balcones colgados, claveles, ojos y bocas… El alcalde en el Consejo. -sombrero y bastón con borlasel alguacil, a su lado. -varita de junco y gorrael que va a pedir la llave, montando su jaca torda. Y, pálidos y nerviosos, limpia de brillos la ropa, la taleguilla, arrugada, la casaquilla, pringosa, los toreros: risa y miedo, hambre y dolor de unas horas. Agrio, un clarín desafina… ronco, un tamboril redobla… Salta un torazo a la arena, revuelan las capas rojas, y es la plaza sinfonía en que el sol clava su nota, y ponen nubes de polvo un contrapunto de sombras. Anónimos.83 1936 La vaquilla colorada Abre las trancas, vaquero, del corral de la manada, que tenemos que lazar la vaquilla colorada. Dicen que la colorada tiene los cuernos puntales; dicen que le tienen miedo vaqueros y caporales. Uy, uy, uy, uy, uy, vamos a lazar a la colorada que tenemos que tentar. 83
La Divisa. Semanario taurino, Año IIII, T. III, 26 de diciembre de 1936, Nº 33, p. 17.
Esa vaquilla trigueña viene de buenos corrales; de la tierra tampiqueña la traen los caporales. Esa puya, picadores, hay que sangrar el morrillo; que encierren en los toriles a todos los becerrillos. (Estribillo) Lorenzo Barcelata. 1936 Toro Coquito. Toma, coquito, toma Toma, coquito, toma…. Azúcar te voy a dar. Y tienes que ser valiente, que un gran torero te va a torear Toda la gente te va a aplaudir Y con bravura vas a morir. Huya, huya, huya! Toma, toro, vuelve para el redil. Que ya vienes los vaqueros Y van a arriarte para el toril. Toda la gente te va a aplaudir Y con bravura vas a morir. Huya, huya, huya! Toma, coquito.... Lorenzo Barcelata. 1936 Poema por bulerías. Ni guitarra, ni bandurria, ni gaita, ni pandereta; ¡el corazón se me fuga con ritmo de castañuelas! Ébano, boj y azufaifo, guayacón y ganadillo, árboles que se hacen ritmo al vibrar en los “pasillos”. Recio y bronco en una mano, tierno y dulce en la derecha,
un suspiro con arrullo repiquetea en las orejas. Quejas y reproches, celos y promesas, achares, tormentos, delirios y majezas. Agonías… congojas… fatigas… quereres… desdenes… ¡candelas! ¡Todos tienen el ritmo de las castañuelas! Ya sólo quiero saber de Pastora la de “El Gallo de Dora la de “Chicuelo” y de Laura de San Telmo; y de la Nati Morales, y de Soledad Miralles, de Carmelita Sevilla, de la Custodia Romero, de Antonia Mercé, ¡serrana!, de Encarnación López Fúlvez y la Pilar que es su hermana. Ya sólo quiero saber Que el alma me han pisoteado, Los tacones de mujer Que emb rujaron el “tablao”… Carlos León-González Abril en México, 1936.84 1937 ARMILLA No eres “sismo y estatua” porque es fría es la estatua y es el sismo conmoción; tú eres “el justo medio”, la armonía; la belleza inmortal del Partenon. Tu eres serenidad, sabiduría y arte a la vez; gloriosa conjunción de la forma y el fondo; ¡geometría de los soles de una constelación! No eres trueno, borrasca, ni centella: eres mundo y joyel, como la estrella; no eres lumbre, pero eres claridad. No arrastras, porque no eres torbellino; 84
La Divisa. Semanario taurino. T. III, Año III. 19 de diciembre de 1936, N° 32, p. 17.
¡Tú eres el colosal crestón andino Donde se rompe en luz la tempestad! Horacio Zúñiga. México, D.F., 24 de enero de 1937. 1937 ¡LORENZO GARZA! En su pase “natural”. En el ruedo candente de la arena, El “león de Monterrey” valiente espera, el arranque impetuoso de la fiera, con gallarda actitud y faz serena. En su frente la gloria irradia plena y, al bravísimo toro de bandera, ofrece, con la tela, el alma entera y su moza y viril carne morena. La flámula, muy lento, al suelo baja; con la pierna contraria desafía y casi entre los belfos se la encaja. Puntal, el asta, el áureo terno raja; y, el mozo egregio al animal se lía… ¡cual si fuese el palmito de una maja! A. Saviñón. H. 24 de enero, 1937.
1937 Fue su pujanza tan arrogante... Fue su pujanza tan arrogante, fue tan brillante su audaz denuedo, que no cupiendo su alma gigante quería salirse fuera del ruedo cachorro nuevo, de Nuevo León. A ti, Garza el inmenso, magnífico Lorenzo, Madrid y San Mateo el genio del toreo coraje y rebelión; por ti son estos versos fugaces y dispersos, como chispazos cumbres de las ínclitas lumbres de la caliente plaza de la crepitante hornaza donde fundió mi raza
su inmenso corazón.85 José Daniel. 1937 LAS CORRIDAS NOCTURNAS Tienen algo de ideal y misteriosa las lides en la noche celebradas: parecen el relato caprichoso de los cuentos, leyendas y baladas. Aquella luz pálida y tranquila de un modo ténue el redondel alumbra y deja sumergidos, cuando oscila, los palcos y el tendido en la penumbra. Aquél inmenso círculo ocupado por gritona y alegre muchedumbre; un ambiente que corre sosegado, y un cielo transparente por techumbre; y abajo aquél brillar de los toreros que produce un espléndido espejismo, y parecen relámpagos ligeros cruzando por el fondo de un abismo; la fiera que afanosa corretea como el sombrío heraldo de la muerte; su pupila vivaz que centellea, el lúgubre arrastrar de un cuerpo inerte. Las sombras que se miran a lo lejos que en la densa penumbra desaparecen o de la tenue luz que a los reflejos se agrandan, se aminoran, bajan, crecen; entre la luz que rompe a grandes rasgos de la tiniebla y el valladar oscuro, todos parecen ser duendes a trasgos al poder evocados de un conjuro. Parecen ser como ánimas en pena que al tomar sus mortales vestiduras atraviesan fugaces por la arena y se hunde en sus negras sepulturas! (. . . . . . . . . .) y cuando se recuerdan a otro día aquellas impresiones ya pasada parece que asistió la fantasía a un cuento de leyendas y baladas.86 PLUTÓN 85
Ernesto González Valdés: LORENZO EL MAGNÍFICO. La vida tempestuosa del gran torero regiomontano. El más discutido de los tiempos modernos. Monterrey, Editorial “Cumbre”, N.L., 1944. 340 p. Fots., p. 206. El verso que recoge el autor, resulta de una faena realizada por Lorenzo Garza allá por febrero de 1937, y que luego apareció publicado en La Divisa. 86 El Eco Taurino, N° 438 del 25 de marzo de 1937.
1937 ¡EL DERRIBO! A mi buen amigo Dn. Carlos Ruano Llópis (Inéditas para “El Eco Taurino”) Es el acoso y derribo, preliminar de la tienta de reses bravas, y a más, brillante fiesta campera. Los becerros negros son, y hacen grandes manchas negras sus grupos, sobre el verdor de los campos de la brega. Ya son becerros cuajados, se va a comenzar la tienta y al extremo del lugar, preparado para ella, nervioso se ve el ganado remolineando en espera de algo que les va a pasar y de que no se dan cuenta. Por allí, a corta distancia, montando jacas soberbias, esperan dos caballistas, con garrochas en la diestra. Vaqueros cortan el bruto, que con lento trote empieza a buscar fácil salida a favor de la querencia; lo siguen los de a caballo y lo acosan con fiereza. El toro siente el acoso y emprende veloz carrera, sobre el florido pastel donde su raza paciera, dibujando sobre el verde caprichosas manchas negras. Uno de los dos jinetes, montando arrogante potro, enfila y persigue cerca al nuevo aspirante a toro. Que buscando la salida se va a encontrar con el otro caballista, que lo arropa para quitarle lo bronco; y cuando ya le da alcance,
casi rozándole el lomo, pone, por el regatón, la garrocha de tal modo que dá en la penca del rabo. Y cuando alza el anca el toro, espueleando a su corcel, da el empujó y echa el polvo a rodar al noble bicho, que se levanta furioso. Ya le espera el picador avanzando, poco a poco, provocándolo con voces que hacen más fiero su enojo; si es bravo y embiste bien, toma un puyazo, luego otro; si resiste más de dos en sus relucientes lomos, le servirán de señales de que mereció ser “toro”. Mas si la pelea rehuye, negando al castigo el lomo, queda declarado “manso” y, por débil y medroso, condenado a humilde eunuco, y al miserable abandono. En tanto que los valientes vuelven al campo orgullosos, a lucir en la vacada las heridas de sus lomos, para merecer el nombre y honor de llamarse “toros”. (. . . . . . . . . ) Más tarde irán a los cosos, se convertirán en fieras, tendrán negras intenciones y las entrañas más negras; pues harán correr la sangre, sangre de hombres y de bestias, hasta dejarlos tendidos exánimes en la arena. Entre tanto, allá en los campos, seguirá su descendencia, paciendo tranquilamente sin intenciones aviesas, dibujando sobre el verde caprichoso manchas negras.87 87
El Eco Taurino, N° 442 del 24 de noviembre de 1937.
Carlos Rincón Gallardo. Noviembre, 1937. 1937 ARMILLA. No eres “sismo y estatua” porque es fría es la estatua y es el sino conmoción; tú eres “el justo medio”, la armonía; la belleza inmortal del Partenon. Tu eres serenidad, sabiduría y arte a la vez; gloriosa conjunción de la forma y el fondo; ¡geometría de los soles de una constelación!... No eres trueno, borrasca, ni centella: eres mundo y joyel, como la estrella; no eres lumbre, pero eres claridad. No arrastras, porque no eres torbellino; ¡Tú eres el colosal crestón andino donde se rompe en luz la tempestad!... México, D.F., a 24 de enero de 1937. Horacio Zúñiga.88 1937 ¡LORENZO GARZA! En el ruedo candente de la arena, El “león de Monterrey” valiente espera El arranque impetuoso de la fiera, Con gallarda actitud y faz serena. En su frente la gloria irradia plena Y, al bravísimo toro de bandera, Ofrece, con la tela, el alma entera Y su moza y viril carne morena. La fámula, muy lento, al suelo baja; Con la pierna contraria desafía Y casi entre los belfos se la encaja. Puntal, el asta, el áureo terno raja; Y, el mozo egregio al animal se lía… ¡cual si fuese el palmito de una maja” 88
El Eco Taurino. Revista de información, opinión y comentario. Distrito Federal. Año XIII, Nº (¿?), de enero de 1937. Además, volvió a ser publicado en El Eco Taurino. Año XIII, México, D.F., 29 de diciembre de 1938, Nº 464. Métodos, a su vez empleados en el campo por Eduardo N. Iturbide a la sazón, ganadero de Pastejé por aquellos años.
24 de enero de 1937. A. Saviñón H.89 1937 Sinfonía azul. En un torbellino de trágico embate, el hombre y el toro luchan con ardor. El diestro sonríe, la fiera combate poniendo en la brega todo su furor. Mano a mano en una riña sin empate… La tragedia asoma su gesto de horror y el bruto jadea pero no se abate porque viene de una casta superior. Arde en la muleta viva llamarada y es rosa de fuego la tarde dorada entre los aplausos y la algarabía, Mas el pincel mago del hábil pintor, hace de aquel drama de carnicería una sinfonía en azul menor. José Luis Velasco.90 1937 Rodolfo Gaona. En el aire caliente de la tarde galana rueda por los tendidos la sonora ovación, y los cobres avientan la gloria de su diana, y el circo vibra, rojo, como su gran corazón. El “indio”, gentilmente, con la tela desgrana un lance y otro lance. Dijérase que son el hombre y el revuelo de su capote grana, mariposa de luces y clavel reventón. Coge las banderillas y cita con aplomo. finge raso de fuego la sangre sobre el lomo de la bestia inundada por un vivo arrebol, y cuando avanza el diestro con lenta gallardía, es estatua vestida de fina pedrería en la tarde “de oro, de seda, sangre y sol”.
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Op. Cit. Tric-Trac. Año III, México, D.F., agosto de 1937, Nº 3, p. 23.
José Luis Velasco.91 1937 EL ROMANCE DE LA ÚLTIMA TARDE. La tarde se engalanaba con rebozos de bolita, de ranchera fresca y brava, tan bonita; que un gachó carro y flamenco, alardeando con su brillo, le rayó tordillo penco, en el fleco caminero de un zar de Saltillo. El viento traía en sus blondos, guadejos perseguidores de la fiesta de los hondos cataclismos de colores, elevando sus vapores armoniosos al azul; y en los álgidos tendidos había el sursum, de los mares de epilepsia embravecidos, y en los mil y un sonidos esbozaron las charangas, las encíclicas del bul. Agitáronse las telas de los aires retumbantes y a los ágiles acordes de las notas caminantes penetraron los clarines en acústicos confines, acarreando turbulencias de indomable rebelión; sollozó el viento en sus giros, floreciendo los suspiros de la nota sostenida, prolongada y alargada como el hilo de la vida que se juega en las astas el hijo de Nuevo León. Veinte charros desfilaron por la clásica charola, veinte charros con pistola de irradiante aureola y de fina cacha de oro, espuelas amozoqueñas tintilantes y risueñas, caballos porte de moro negro zaido y alazán; y un “mundial” tordo rodado en el cual iba montado un charro centauro rudo 91
Op. Cit.
que ostentaba como escudo su magnífico gabán. Y marcharon las cuadrillas, caballeros de Castilla forrados en oro y seda con su fúnebre alcotán; tres caminaban al frente, en el centro, el más valiente, a la izquierda del corrillo iba el Marqués de Saltillo, y a la diestra del MONARCA, el Virrey de Michoacán. Cuerpos mozos y cimbreantes, gallardías beligerantes y destrezas de delfín; la gran tarde en agonía en la plaza parecía altar de la Macarena, o el barrio de una verbena despidiendo a dos mancebos y al augusto paladín. Y hubo guerra y ajetreo, Y entusiasmos y jaleo Y vuelcos de corazón; Y en las plúmbagas cortinas Del cielo, las golondrinas, Plegaron sus negras alas Arropándose en las galas De la tarde hecha canción. José Daniel.92 28-3-1937 1937 LORENZO GARZA. HOMENAJE DE ADMIRACIÓN Y CARIÑO AL NOTABLE DIESTRO REGIOMONTANO. Ante el asombro del mundo, sale toda la Cuadrilla, y al frente de ella camina, un Torero Maravilla. LORENZO LORENZO. Llueven flores en el ruedo, 92
La Divisa. Semanario Taurino. Tomo III, Año III, 17 de abril de 1937, Nº 48. Ejemplar de la colección de Julio Téllez García.
en colores de ilusión, perfumado con su ambiente, el capote de un Torero. LORENZO LORENZO. Montera en mano saluda, éste heroico gladiador, que la afición asegura, que en el Mundo es el mejor. LORENZO LORENZO. Ante el torero triunfante, se agiganta la emoción, y es el clamor ululante, al diestro de Nuevo León. GARZA GARZA La Gloria en suprema Ley, luce sus galas divina, por que este Artista fascina, cual Genio de Monterrey. GARZA GARZA Y en su capote de lujo, se envuelven los corazones, y así cual mágico embrujo, tiembla el Coso en ovaciones. GARZA GARZA Y nuestra Virgen Morena, de esta Ciudad Grande y Noble ante el peligro lo cubre. ¡VIRGEN MORENA DEL ROBLE! Lorenzo Garza tu nombre, burilado va a la historia. Artista eres de renombre. Artista que maravilla, TORERAZO QUE DA GLORIA. Pedro DOMINGUEZ V.93 1938 EL MORENITO 93
La Divisa. Semanario Taurino. Tomo III, Año III, 17 de abril de 1937, Nº 48. Ejemplar de la colección de Julio Téllez García.
EL MORENITO les dice con banderillas en mano: -Échenme el toro que salga, que al cabo no está mi hermano. La gente se lo decía: -Pero, hombre, ¿qué vas a hacer? Por darle gusto a la gente tu vida vas a perder. Les contesta El Morenito: -Dejarlo que hacer no puedo, primero me mata el toro que digan que tengo miedo. Se lo echaron por la izquierda, le salió por la derecha; lo alzó el toro de la faja, dejándosela deshecha. Cuando cayó El Morenito con su color sin igual, le echaron en la camilla; fue a morir al hospital.94 1938 ROMANCE DE TAPABOCAS Era el toro “Tapabocas”, pero una cosa fue cierta: Las gentes, que no eran pocas, bostezaban boca abierta. Otros, con gentil empeño, daban gritos de entusiasmo, más eran voces de pasmo por ver de espantar el sueño. También sacaron pañuelos habiendo perdido el juicio; ¿Qué no sacarían los lelos si estaban fuera de quicio? ¡Qué grande eres, Armillita! Gritó la plebe contenta; y estoy de acuerdo en la cita: Bien mide su metro ochenta.
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Vicente T. Mendoza: El corrido mexicano. 3ª reimpr. México, Fondo de Cultura Económica, 1976. 467 p. (Colección popular, 139)., pp,. 290-291.
¡Sois el único!, clamaban sus febriles partidarios; ¡Qué bien!, pues amolaban si como él hubiera varios. ¡Qué maestría dejar que el bicho poco a poco se recobre!; ¡Qué maestría!, bien habéis dicho, tanto enseña, que hasta el cobre. Alzó el dedo, la mano alta, por decir que era el primero; pero sería más sincero levantar el que le falta. Pero tanto los remedos le agradan a éste fulano, que le gusta así su mano por ser otro “Cuatro-Dedos”. ¡Qué sabor! Sí, de melcocha, su gracia nos mueve a risa; si gusta es por la castiza afición, que ahora es pocha. Si triunfó un tío tan guarro no fue por su preciosismo fue porque al patrioterismo gustan las piernas de charro. Y hay personas tan babiecas que creen ver cosas eternas, en faenas sobre piernas con agravante de chuecas. “Tapabocas”, “Tapabocas”, ¡Cualquiera lo indultaría! ¿Por qué ante un castigo a locas no dijo ésta boca es mía? “Tapabocas”, “Tapabocas”, me la tapas y me callo; más pienso, ¿qué tal si topas con un diestro menos payo? “Tapabocas”, tapa bocas de la prensa asalariada, a ver si en boca cerrada no entra “mosca”
Lord Lyon.95 1938 EL ROMANCE DEL TORERO VALIENTE María del Carmen, paloma de realeza y señorío, peinando garbo y majeza luciendo rumbo y tronío; iba esgrimiendo en su pecho pitones de escalofrío, verónicas en sus faldas y en su mantón un ceñido recorte de maravilla, que prende en el barrio un grito, y a la zaga de la moza, cuerpo serrano y erguido, camina pidiendo aplauso para sombrero y cintillo. calañés de pura cepa, el bravo “Carnicerito”, de las mozas el gachó con más salero y bravío en el toro y la pendencia, con el café y el vino, catador de manzanilla del “Cante Jondo” elegido, torero non en el arte de lidiar toro sentido, y enredarse como faja escándalo y capotillo, en el centro de la arena cuando deja que los bichos sobre su cuerpo de seda le firmen algún escrito. A paso de banderillas se acerca a la moza el crío, y cerrándola en las tablas en un desplante atrevío le dice: reina, paloma, por ti estoy loco hace un siglo, ¿Qué yo diera por mirarme retratado en tus ojitos? ...Todo el valor de Frascuelo y el arte de Lagartijo, anda capullo decíme que no puedes disfrazar 95
La Divisa. Semanario Taurino. T. IV, año IV. México, D.F., abril 30 de 1938. Número extraordinario, p. 24. Este Lord Lyon, no puede ser otro que Carlos León, humorista mexicano, que llevaba la Jefatura de Redacción del semanario consultado.
todo lo que yo te he dicho, y te juro por la virgen del templo de Atotonilco, que no habrá fiesta sin gloria y sin sol ningún domingo, que para que tú te enteres saldré a torear vestido con terno corinto y oro, por robarle el colorido a ese par de rojos labios que están pidiendo a Murillo para quedar en el raso de un cuadro genial cautivos, anda y acude al engaño gitana de escalofrío. La moza embistió de largo de negra mirada al brillo, y enredada a la cintura del bravo Carnicerito, se alejaron repicando la banqueta con su ruido de sus plantas salerosas, cobijados con el fino pañolón en cuyos flecos había gracia y señorío. Marzo de 1938. José Daniel96 1938 Lorenzo… Tarde de sol que en ardorosa lumbre vuelca a la arena su entusiasmo de oro, cual arrancada de Goyesco lienzo, rodear la hazaña del torero cumbre. Estatua y ritmo que se plasma y vibra; cual arrancada de Goyesco lienzo, así surgió del inmortal Lorenzo la figura genial, músculo y fibra. Y en el milagro de la tarde inquieta son hombre y fiera escultural figura en la que el arte a la emoción se engarza; y al tremolar su mágica muleta, se vuelca en apoteósica locura la aclamación para el inmenso Garza. 96
La Divisa. Semanario Taurino. T. IV, año IV. México, D.F., abril 30 de 1938. Número extraordinario, p. 34.
Blanca Stella G. De Santillán.97 1938 Garza y San Mateo. Gloriosa tarde de toros tarde del seis de febrero Lorenzo Garza “As de Oros” sólo con seis San Mateo. Es beneficio de Garza; y al saludar su entereza, hay ovación en la plaza cuando cruza por la arena. Sale Lorenzo el Magnífico dos cuadrillas predeiendo, sale primero que todos gentil, gallardo, apuesto. En el terno verde y oro con que torea hoy Lorenzo, viene a jugarse la vida con arte y valor inmenso. Ha empeñado su palabra de dejarnos satisfechos esta tarde memorable, ¡tarde del seis de febrero! En los tendidos hay lumbre sol y fuego hay en el ruedo, y en los ojos llamaradas con que animan al torero. Tocan locos los timbales suena luego el gran clarín, con los fieros animales va a luchar el paladín! Ya Lorenzo se dispone a ir sacando con esmero, lo que guarda en aquel cofre que le sirve de joyero. Su pecho es el cofre fuerte su corazón el joyero; allí guarda su alma ardiente joyas del arte torero. 97
La Divisa. Semanario Taurino. T. IV, año IV. México, D.F., abril 30 de 1938. Número extraordinario, p. 51.
Hay de todo: perlas finas esmeraldas y topacios, y moradas amatistas y zafiros limpios, claros. Hay verónicas ceñidas que semejan los diamantes chicuelinas, Tapatías y Orticinas elegantes. Hay primorosas Gaoneras con el capote a la espalda dejando frente a la fiera el terno verde esmeralda. Un picador se aproxima arremete el toro fiero levantándole en el aire derribándolo en el ruedo. Corre Lorenzo valiente a socorrer al caído salvándolo de la muerte con un quite de prodigio. Otro piquero lo alegra, el toro lo vé y se arranca embistiendo codicioso recargando con pujanza. Metiéndole su capote quita al toro del puyazo, y de pronto nos deslumbra esplendente farolazo. Ahora, en el centro del ruedo brinda su toro a la plaza; y una hoguera es el tendido que encendió Lorenzo Garza. Y al iniciar la faena primorosos derechazos, luego sus pases de pecho majestuosos, estatuarios. Lo más fino del joyero va sancando el Gran Lorenzo; hay pases de todas marcas el repertorio es inmenso. Cuando gallardo y valiente cita para un natural
la plaza entera, ferviente, queda en silencio espectral. Su muleta milagrosa fingue mágico abanico aletea cual mariposa de la fiera hasta el hocico. Mete la pierna contraria provocando la embestida; se arranca el toro, y mandando Lorenzo le dá salida. El natural de rodillas sigue luego a los de pie, ¡portento de maravillas! Y el coso trepida y vé. Con terriro y con espanto cómo se enrolla Lorenzo a la fiera, tanto y tanto, que es milagro salga ileso. Son los pases naturales cual brillantes refulgentes engarzados en sartales que deslumbran esplendentes. El natural de rodillas Lorenzo mismo lo ha creado, semeja una perla negra por lo fino y delicado. Y al rematar de rodillas dando la espalda al morito, un alarido sacude al coloso de granito. Transcurre toda la lidia aplaudiendo la faena, y hay dianas, ramos de flores y sombreros en la arena. Viene luego el gran momento de coronar esa hazaña Lorenzo es un monumento y le hunde toda la espada. La ovación es delirante cuando cae el toro muerto, y un manicomio es la plaza aclamando al gran torero.
Los pañuelos semejaban en su blancura invernal, nieve que el fuego apagaba y que cubría al “Vendabal”. Y en su inquietud parecían cual blancas palomas locas pidiendo para el torero las más espléndidas glorias. Rabos, orejas y dianas le concedió el mundo entero, y lo sacaron en triunfo y le gritaba “TORERO”. Sólo este grito se escucha al llevarlo en el paseo “¡arriba Lorenzo Garza!” “¡arriba los San Mateo!” Toros nobles, bravos, fieros realizaron maravillas; serribando a los piqueros creciéndose en banderillas. Y llegando hasta la muerte con bravura y boyantía, por su divisa peleando con poder y gallardía. Abrío plaza “Guerrillero” un estupendo ejemplar y “Famoso” y “Peregrino” no se quedaron atrás. Un cárdeno primoroso se llamaba “Desertor” y en el arrastre la diana mereció por su valor. El lugar de honor, el quinto, “Campanillero”, ocupaba, “Príncipe Azul” era el nombre del que salió a cerrar plaza. ¡Qué maravilla de toros los que mandó San Mateo, dignos del regio “AS DE OROS” que los lidió en el Toreo! Y en la arena de la plaza escrita quedó con fuego, la epopeya esplendorosa
que realizó el gran Lorenzo. Y allí quedará grabada muchos años en el ruedo, pues nunca podrá borrarla lo que haga ningún torero” Rosa y Blanco.98 1938
Algunas notas sobre la zarzuela “Ponciano y Mazzantini” de Juan A. Mateos. Las siguientes son algunas notas publicadas por Armando de María y Campos 99 en un artículo denominado “El que Trajo las Gallinas… Una relampagueante Silueta de Ponciano Díaz, Torero Verde, Blanco y Colorado! Todo fue a propósito de la llegada de Luis Mazzantini a México en 1888. No se habló en el 88 de otra cosa. En el Teatro Arbeu, el 19 de enero de 1888 se estrenó una zarzuela titulada “Ponciano y Mazzantini”, letra del distinguido literato mexicano don Juan A. Mateos y música del maestro don José Austri. “Ponciano y Mazzantini –dijo un cronista de la época- tiene asunto simpático, como que se trata de demostrar que sobre las accidentales escisiones que el dinero pudiera producir entre México y España, está un gran sentimiento de confraternidad y un alto espíritu de conciliación. “El señor Mateos ha conseguido su objeto –continúa- pintando magistralmente el carácter español y el carácter mexicano, dejando ver en el fondo del cuadro, los nobles sentimientos que distinguen a la raza indo-hispana”. He aquí el argumento de “Ponciano y Mazzantini”, que tengo la fortuna de poseer el acaso único ejemplar, manuscrito, que de esta obra existe. Relatando el argumento me evito describir cuál era el ambiente reinante provocado por las rivalidades de Ponciano y de don Luis; Mazzantini, al dejar las playas españolas, siente el triste pesar que causa siempre abandonar la patria. El rumor de una tempestad popular parece que amenaza al diestro español cuando aun percibe el rumor estridente del mar atlántico. A Mazzantini le han calumniado, diciendo que él calumnió a esta tierra -¿os acordáis de aquel ¡De esta tierra de salvajes ni el polvo quiero!-, y un sentimiento de ira está a punto de estallar contra él. Los mexicanos toman el nombre de “poncianistas”, para dar carácter al acto, que se proponen, menos hostil que despreciativo. Se alarma Mazzantini ante aquella próximo tormenta de iras populares, y se propone por su parte desbaratarla con la demostración de su hidalguía. Un senador de la República se inspira en el buen criterio de la sociedad más culta, juzga que el pueblo está preocupado, ve a los españoles proclamar la caballerosidad de Mazzantini, prevé un choque y se dispone a evitarlo, convidando a un banquete fraternal a Ponciano y Mazzantini. Un hostelero y un torero de la cuadrilla de Mazzantini comienzan el movimiento de hostilidad. -¿Usted qué es?- pregunta el hostelero. -Yo, mazzantinista. -Pues yo poncianista, y vamos a arreglar el negocio a cuchilladas. 98
La Divisa (número extraordinario, p. 50-51). El ejemplar que poseo no tiene ni la portada. Tampoco las páginas 1 a 6, así como la 59 a la 66. Estos versos rememoran la célebre tarde del 15 de enero de 1939. Plaza de toros “El Toreo”, D.F. 7ª corrida: Lorenzo Garza (solo), con 6 toros de San Mateo cortando 5 orejas y un rabo. 99 El Eco Taurino. Revista de información, opinión y comentario. Distrito Federal. Año XIII, Nº 464, del 29 de diciembre de 1938.
El hostelero se arma de un cuchillo y de una navaja de Albacete el torero. Y… el hostelero propone una copa para acabar, y el torero una botella para empezar. El senador se presenta y llegan Ponciano y Mazzantini al banquete. Antes de iniciarse el ágape, Mazzantini saluda a México y Ponciano a España, y ambos elogian el valor y las virtudes de españoles y mexicanos. Con un abrazo de amistad termina la fiesta, y la tormenta que bullía latente, se resuelve en una explosión de cariño y de entusiasmo. “No hay para qué decir que siendo tan interesante el juguete –reseña el cronista que he citado antes-, los artistas sacan su parte de gloria. Romualda Moriones explota con toda la usura del arte y con la habilidad de su talento, las bellezas de ese revoltoso entremés. Bien es cierto que la Moriones, aplaudida por todo, nos ha hecho formar la idea de que lo mismo se le aplaudiría por nada. Así es el público en el culto por sus ídolos”. ¿Tiene el lector una impresión de lo que era el ambiente taurino en plena competencia PoncianoMazzantini? La envidia que se revela, Doquiera que el genio brilla, Ha dicho en son de rencilla: “Ponciano no tiene escuela”. Mas, ¿con quién se te nivela Que pueda ser superior, Cuando fuiste lidiador Desde joven, desde niño, Y del inmortal Gaviño El discípulo mejor?... ¿Queréis conocer mejor la impresión que a los “poncianistas” les merecía su ídolo? Pues ahora escuchan “cómo lo veían”, torero, “sus partidarios: Por tu carácter sencillo, Franco, sin ostentación, Conquistas admiración, Y fama y renombre y brillo. No serás un PEPE-HILLO LAGARTIJO, ni FRASCUELO, Ni portarás el capelo De “taurómaco Doctor”; Pero eres, por tu valor, Un taurómaco modelo. Otro poeta anónimo le decía al torero de Atenco: Porque no eres Sevillano, No te preocupes Ponciano Que ni valor ni osadía Anhela de Andalucía Nuestro pueblo mexicano. El pueblo, poeta eminentemente popular, logra la mejor semblanza del gran lidiador aborigen: El lidiador solo fía En su pericia privada; Y cuando da una estocada, Buena o mala, la revela…
¿No tiene Ponciano escuela? Pues menos fama usurpada. Entre líneas de esta poesía que una tarde le arrojaron al ruedo sus partidarios se adivina el encono de una campaña nacionalista. Algunos explotadores, Pretendiéndote humillar, Han traído de Ultramar Crema del arte taurino, Sin pensar que es tu destino Sólo triunfos alcanzar. ¿Queréis mayor sinceridad e ingenuidad en tan pocas palabras? Oíd, finalmente este retrato de Ponciano, trazado en cuatro renglones: Eres valiente, Ponciano, Por más que ruja la envidia, Genio audaz para la lidia Y modesto mexicano. 1938 El Arreo Vaca vaca vaca toro toro toro.... La luz de la luna llena corre por todo el potrero. la van siguiendo las nubes con gotitas de aguacero. Canto el zenzontle llanero perdido en el matorral. y huyó el coyote matrero espantado del corral. Vaca vaca vaca.... Arrelante vaca pita no te salgas del camino, pa mi que traes compromiso con algun toro ladino. Luna grande, luna llena eres medalla de plata. quisiera verte prendida en el cuello de mi chata. Toro toro toro toro...
My compadre trae el cuero traserrao. ay que buena esta mi ahijada pa'que la habré bautizao. Desde aqui ya se divisan las casitas del trigal. y una ventana chiquita donde quero platicar. Vaca vaca vaca... toro toro toro.... Lorenzo Barcelata.
Y sigue don Armando citando otras tantas cosas, aunque nos dejó con el pendiente de decirnos desarrollo y desenlace de la zarzuela, motivo con el cual ya nos estaba metiendo en la “muleta” del entusiasmo y la curiosidad. 1939 PLEGARIA DE LA MACARENA Madre mía de la Esperanza oh Virgencita Morena, no es que pierda la confianza sino que muero de pena. Quiero que triunfe, que viva y que en hombros salga ileso, con su sonrisa expresiva a darme el sabor de un beso. Esquívale con tu mano la feroz acometida, si con torpeza o espanto pone en peligro su vida. Si su capote de raso ce algún lance pinturero, haz que atruenen los aplausos que es la gloria del torero. Mas no permitas, Señora, que del hechizo en los brazos de alguna belleza mora, rompa de mi amor los lazos. La llama consume el cirio, mi alma la angustia y la pena. ¡Destruye todo mal fario,
virgen de la Macarena!100 Mercedes Segura (Enero de 1939) 1939 Ahora en el centro del ruedo... Ahora en el centro del ruedo brinda su toro a la plaza y una hoguera es el tendido que encendió Lorenzo Garza. El natural de rodillas Lorenzo mismo lo ha creado; semeja una perla negra por lo fino delicado. Sólo este grito se escucha al llevarlo en el paseo: ¡Arriba Lorenzo Garza! ¡Arriba los “San Mateo”! (. . . . . . . . . .) Cuando el último toro ha rodado las gargantas están ya sin voz, ya no puede la plaza aclamarlo de sorpresa extasiado quedó. Sale en hombros el héroe del ruedo gritan todos con ronco clamor: Que es Lorenzo un enorme torero que es imán, que es artista, que es NON. Ya Lorenzo ha pintado en el ruedo con su arte y valor sin igual los colores del cuadro goyesco que lo harán para siempre inmortal. (. . . . . . . . . .) La tarde memorable que nos dio Lorenzo la prueba verdadera de su arte milagroso; fue aquella en que triunfaba del odio cruel e inmenso después que lo insultaron, saliera victorioso. Su nombre llena el coso las veces que lo quiera y estruja a su capricho las más grandes pasiones; arrastra por la arena domada ya la fiera y lleva hasta el delirio sin fin los corazones. Y todo es alboroto, en la candente lisa y siguen los ultrajes subiendo de color, cuando de pronto brilla la luz de una sonrisa en la morena cara del bravo lidiador. Y todos presentimos, absortos y extasiados 100
Enrique Silva Ramírez (Curro de Silva, seud.): Vamos a los toros. México, Cultura Taurina, S.A. de C.V., 2001. 240 p. Ils., retrs., fots., p. 30.
que cruza por el ruedo la inspiración divina amigos y enemigos olvidan lo pasado al raro sortilegio de su sonrisa fina. El lidiador inmenso cual águila bravía remóntase a las nubes con mágico esplendor; y en su muleta trágica que llama parecía ardieron multitudes, rugiendo de pavor.101 “Rosa y blanco”. 1939 Triunfo en la derrota. I La tarde memorable en que nos dio Lorenzo la prueba arrolladora de su arte milagroso, fue aquella en que, triunfando del odio cruel e inmenso después que lo insultaron, saliera victorioso. Su nombre llena el coso las veces que lo quiera y estruja su capricho las más grandes pasiones; arrastra por la arena, domada ya a la fiera y lleva hasta el delirio sin fin los corazones. Primero los insultos, la bronca y el coraje saltaron cual torrente con ímpetu salvaje queriendo en su injusticia, faena siempre igual. La rabia incontenible de multitud rugiente se vuelca sobre el coso cual huracán potente sin ver las condiciones de aquel fiero animal. II Y todo es alboroto en la candente liza, y siguen los ultrajes subiendo de color cuando de pronto brilla la luz de una sonrisa en la morena cara del bravo lidiador. Y todos presentimos absortos y extasiados que cruza por el ruedo la inspiración divina: amigos y enemigos olvidan lo pasado al raro sortilegio de su sonrisa fina. Son naturales, rítmicos, templados, prodigiosos, coreados con locura por óles estruendosos; 101
González Valdés: LORENZO EL MAGNÍFICO..., op. cit., p. 272-274. Estos versos fueron escritos al calor de la pasión que produjeron varias faenas de Garza, como la del domingo 15 de marzo y la del 2 de abril siguiente.
ya está Lorenzo Garza en plena inspiración. De flores y sombreros cubierto queda el ruedo y todos deliranteas aplauden el denuedo mientras risueño borda su más bella creación. III El lidiador inmenso, cual águila bravía Remóntase a las nubes con mágico esplendor, Y en su muleta trágica que llama parecía Ardieron multitudes rugiendo de pavor. Los pies atornillados en la candente arena, Aguanta del “Punteño” la ruda acometida Inmóvil, trepidante, con actitud serena Pasándose a la fiera la marca la salida. Son pases de milagro que el entusiasmo encienden Y ahora porque quiere los mismos que lo ofenden Lo aclaman delirante y lo aplauden sin fin; Termina la faena y vemos en la altura Revolotear palomas de nítida blancura Brindando galardones al bravo paladín! “Rosa y Blanco”102 1939
102
La Divisa (número extraordinario, p. 7). El ejemplar que poseo no tiene ni la portada. Tampoco las páginas 1 a 6, así como la 59 a la 66.
APOGEO Galante y dicharachero, presumió con las muchachas, cuando fue banderillero d´ Eduardo Rojas “Carcachas”.103 Pronto dejó el redondel y los humos de don Juan, para cumplir su papel de purito “Gavilán”; jefe en todas las barriadas, el mejor en la pelea. -Jijo de diez mil tostadas104 el mula que no lo crea!Y son sus meritos moles105 los pleitos y chamusquinas, sin desdeñar los sotoles106 ni olvidar la camoninas;107 No era tampoco remiso en la cuestión de mujeres, nomás que sin compromiso y cambiando de quereres; Ninguna pudo lograr inspirarle una pasión; su pasión es batallar, con razón y sin razón. En la China y el Rebote, con su cuete108 y con su lata,109 y en velorio u en mitote, ningún cuatezón110 l´ empata.
Eduardo Rojas “Carcachas” sí existió en la realidad. Algunos datos biográficos pueden localizarse en la obra de Carlos Cuesta Baquero (seud. Roque Solares Tacubac): Historia de la Tauromaquia en el Distrito Federal desde 1885 hasta 1905. México, Tipografía José del Rivero, sucesor y Andrés Botas editor, respectivamente. Tomos I y II. 104 Tostado-a. Jijo de la tostada, o de la tiznada, es la mayor ofensa que posee el lenguaje popular. 105 Mole (aztequismo: guiso).-Guisado de guajolote (pavo) con salsa de diversos chiles (pimientos). Es un platillo nacional muy apreciado. 2ª Sangre, por el color rojo de la salsa con la que más comúnmente se adereza el guiso. 3ª Ser el mole, constituir la especialidad en la que se sobresale. Ser lo que más agrada. 106 Sotol.-Aguardaliente destilado de las hojas de la palma de ese nombre. 107 Camonina.-Albur en el que se apuesta con determinadas condiciones. 108 Cuete (Cohete).-1ª acep. Arma de fuego. 2ª Embriaguez. 3ª Ebrio. Ejemplos: trae un “cuete”, está “cuete”. 109 Lata.-Instrumento cortante. Tiene otras acepciones que no son del caso. 110 Cuatezón.-1ª acep. (de “cuate”, gemelo). Amigo íntimo, compañero de parranda; por extensión: los individuos de un mismo gremio o profesión. 2ª la aceptada por la Academia: bestia que, por naturaleza, debe tener cuernos y que, por cualquier circunstancia, carece de ellos. 3ª Cobarde, inútil. 103
Contra todo acomete: charro, tecolote,111 roto,112 y en tragedia u en sainete, finaliza l´ alboroto. -Ay! coyote, no me muerdas, puede ser que yo te coma, por no respeto a Juan Cuerdas ni al Pinto de la Paloma.Quemones y cuchilladas li achacaron, a montones, mas nunca fueron probadas tan graves acusaciones; Quen sabe qu´ es lo qui haría, para tener esa suerte, pos es claro que debía, a lo menos, una muerte; en la chinche113 lo zambullen, -un dicir, a cada rato-, los agentes li atribuyen: lesiones u asesinato. Y después de tanta bulla lo entorilan por un mes: ultrajes a la patrulla, escándalo y embriaguez. Honró, también, su presencia, las salas del hospital, pero siempre por esencia u herida superficial. No hay deuda que no se pague ni plazo que no se llegue; no hay chulo que no s´ embriague ni chula que no se entregue. Estaba Jesús bien crudo114 y un vil, diciéndose amigo, le desconchinfló el menudo, perforándole l´ ombligo;
111
Tecolote.-Gendarme, principalmente el nocturno. Roto.-1ª Catrín. 2ª Ridículo en el vestir. 3ª Que se viste con una elegancia en desacuerdo con sus posibilidades: “no como por andar de roto”. 113 Chinche y chirona.-Cárcel. 114 Cruda.-Crudez, crudeza. Estado depresivo, caracterizado por trastornos diversos, consecuencia de la embriaguez aguda. Gastritis alcohólica. Crudo.-El que padece la cruda. 112
La suerte no lu abandona, por una de sus chiripas, de salvó de la pelona, con remiendos en las tripas. Sólo quedó relajado, perjuicio qu´ es beneficio: consignado, fue ´xeptuado por inútil pal servicio. Continuó como antes era: tahúr, borracho y rufián, y en puntas y en balacera no faltaba “El Gavilán”. -“Me cuadra la tandariola,115 mucho mejor si hay desmoche,116 no le digas nad´ a Lola, yo se lo digo a la noche; Le diré lo que sucede, sin echármelas de lado: conmigo ninguno puede, soy de fierro muy pesado… ¡Carreta, cómo rechinas, que te pongan alquitrán!... guarden pollos y gallinas, qui allí viene ´l gavilán… Porque ignoro lo qu´ es miedo, soy el único que rifo,117 y al afirmar que las puedo, nu estoy mamado ni grifo!...”118 Francisco Castillo Nájera.119 1939 ..QUÉ OPINA ELLA… ¡Ah que diablo de cuate este Díaz Conti, ¡yo crioque mi ha querido vacilar porque eso de pedirme que yo opine 115
Tandariola.-Onomatopéyica: ruido, escándalo. Desmoche.-Acción de cercenar. En los combates, las bajas por muerte o por heridas. Reducción: desmoche de empleados. Guillermo Prieto en sus “Memorias” usa “desmocha”. 117 Rifar.-Sobresalir. Distinguirse. 118 Grifo.-El marihuano en estado de intoxicación aguda, o el marihuana habitual, según se use el vergo estar, o el ser: es grifo, está grifo. 119 Francisco Castillo Nájera: El Gavilán (Corrido grande). Con viñetas de Francisco Díaz de León. México, Editorial México Nuevo, 1939. (De la pág. 145 a 154, el autor incluye una “Explicación de algunas palabras y frases”). 154 p. Ils., p. 15-22. 116
de toros, sale igual que pedirle a Armillita que haga versos o a Garza que se meta a sacristán. Y palabra de honor que si no “juera” porque es cuate, dialtiro de verdá, no mi hubiera metido en estas danzas que no sé yo ni como encomenzar. Dende escuincle los toros me han cuadrado -¡paqué lo he de negar!Me cuadra devisar cuando torean Armillita, Solórzano y Gorráez y también cuando el gran Lorenzo Garza se luce de verdad; pero d´eso a que entienda yo de toros, por Dios del cielo qui hay más distancia dialtiro qui la qui haiga dende `l mesmo Sonora a Yucatán. ¡No sé cómo demonios salir del compromiso! ¡No sé ni qué opinar…! Pero ya que mi cuate si ha impeñado en que hable de toros, pos más mejor es, de plano, preguntarle a una vaca que tengo en mi corral, porque tuvo antinoche un becerrito, y ansina hay motivo pa opinar! Carlos Rivas Larrauri.120 1939 Juan Silveti ha sido designado con mil epítetos: Juan Sin Miedo, el Meco, El Tigre de Guanajuato, etc., etc., para pintar su mexicanísimo neto; pero además de todo ese Juan tiene un corazón, así de grande, máxime con aquellos que han menester de su ayuda o de su bolsillo. En un pueblo de Quito, Ecuador, Juan organizó una corrida, cuyos productos fueron para aliviar a cientos de familias que sufrieron la pérdida de sus familiares en un espantoso derrumbe que dejó sepultados a infinidad de trabajadores. JUAN SILVETI. No será la oda bárbara como aquella que oíste a un poeta viril, un día, en Barranquilla, ni el verso de Camín, de noche alegre y triste para sorber como un trago fuerte de manzanilla. Compadre Juan te han dicho los poetas en tratamiento afable. Compadre Juan sin Miedo cuando tiras los dados jugándote la anécdota, cuando tiras la capa en la mitad del ruedo, 120
La Temporada. Semanario taurino especialista. Número extraordinario. México, 1939.
cuando afilas la espada contra el relámpago del oro, cuando te arrimas al balcón de Guanajuato por ver pasar la caravana charra, y cuando arrimas, tigre, el asombro de tu cara al criollo marfil de los cuernos del toro. No quiero hablar del bravo Juan sin Miedo, sabe bastante de su alma la pistola. Presa en su cinto duerme con un sueño de hierro y conversa ella sola las hazañas de Juan sin una herida mala. Más le gustó el taurino fulgor de la amapola de sangre, que la llama sonora de la bala. El Juan Mejor, sin miedo y con entrañas es el que viene a la querencia nuestra, se empapa del vigor de las montañas, para el frío del páramo trae la veta de su grito, y lo enlaza al final como a una res salvaje que lanza su cornada al infinito y sopla en la bocina su yaraví de viaje. El mejor Juan es ese Juan del pueblo, monumental figura de mexicano barro, Juan Forzudo e ingenuo Juan Popular, Juan Charro. Aquel que un día estuvo junto al Chanchán bravío y sin poder lidiarlo, como a una fiera, triste, le golpeó la emoción como en una cogida… Miró cómo rodaban cuerpos, cuerpos humanos, uno tras otro en la fúnebre corriente. Viaje fatal de un centenar de hermanos para nunca jamás en la noche tremenda. Juan Silveti, lloró. Lagrimones viriles, casi de nieve, duros como en el aguacero ecuatorial. Gemidos varoniles dilataron su pecho de charro y de torero. Ese Juan que hoy se juega su mexicana vida por los pesos ajenos que han de sonarle como música más clara, que si cayeran cantando en su misma alcancía hecha del cuero de la res bravía que despachó una tarde, mareándose dos líneas sangrientas en la cara. Hoy es más Juan del Pueblo el Juan de la cuadrilla. Comprende ahora mejor como su bronce sensitivo es ágil para el golpe final de la puntilla, ágil para el paseo de la muleta, altivo y duro, pero bueno, como si equilibrara su gesto que confunde a la fiera chorreada con su mano de copo de algodón, suave y rara
así como es de acero su torera mirada. Juan Silveti estuviera -corazón mexicano y charra indumentariaen uno de los frescos criollos de Rivera. Pero cuando en su pecho se anudaran los lloros Juan Silveti saliera del fresco de Rivera para matar los toros. Augusto ARIAS.121 Ca. 1940 Se vistió Xocotitlán122 en terno verde y oro Se vistió Xocotitlán en terno verde y oro en el cielo azul y plata, en regia tarde de toros. Frescas brisas incoloras acariciaban los rostros y era una orgía de colores de todo el valle en el fondo. El Sol, al morir la tarde, volcó su ánfora de oro, todo porque en Pastejé123 se hacía la primera tienta, estrenando el nuevo coso. Desde México vinimos vadeando lagos y arroyos los dos Solórzanos.124 Armillita y Barana con pica y todo. Manuel Buch, los Iturbide y un espontáneo anónimo. Se tentaron siete vacas, que echaron sangre a chorros, con el color de la ley de aquellos, de los de Camborio. Hubo dos, las dos número catorce que por su porte garboso, bravura y estilo, deben sus nombres dejar siempre escritos, en estos muros gloriosos, entre otros nombres ilustres, en grandes tardes de toros. Y cuando vengan flamencos de otras tientas y otros cosos, alcen sus copas por ellas, que fueron dos ases de oro, y merecieron ser madres de nueva casta de toros. Que brinden por nosotros los padrinos, de aquel coso con Xocotitlán vestido de verde y oro, 121
La Temporada. Semanario taurino especialista. Número extraordinario. México, 1939. Véase: Rosaura Hernández Rodríguez (Coordinadora): Jocotitlán. Zinacantepec, Estado de México. El Colegio Mexiquense, A.C.; H. Ayuntamiento de Jocotitlán, 200. 227 p. Cuadros, maps. (Cuadernos municipales, 14). 123 En su origen no se fundó como una hacienda ganadera, sino como la petición para registrar 2 caballerías. En aquel entonces, Pastejé que es una palabra otomí, cuya raíz original era Pásthèjè, topónimo que quiere decir más o menos “la yerba en el agua” o “lugar de yerbas en el agua”, o también “agua caliente” (si se le analiza como palabra mazahua) era un dominio territorial otomí que hacia 1470, entró al control mexica cuando Axayácatl, guerreó con los otomíes. Curiosamente, la zona era hacia esa época un dominio matlazinca. Lengua e influencia de una nueva cultura respetan la raíz de este rincón que se mantiene hasta nuestros días, ubicado en términos de Ixtlahuaca, en el actual estado de México. 124 Jesús y Eduardo Solórzano Pesado. 122
el cielo azul y plata y el Sol, con los ternos todos.125 Eduardo Iturbide. Ca. 1935-1940 ¿Quién es el guapo de la torería... ¿Quién es el guapo de la torería que irguiendo su figura soberana, embebe en su capote gualda y grana a la fiera indómita y bravía? Quien puede ser. Con singular maestría, uno tras otro natural engrana, a los acordes de sonora diana en la fiesta de luz y de alegría. Es el más bravo de la gente moza, el que con su arte nuestro gozo incita, el que en la lid que asombra y alboroza, NI CONSEJO NI AYUDA NECESITA. ESE DOCTO CHAVAL ES: “ARMILLITA”126 1940 Tarde de toros. Es un domingo en la tarde, tarde de invierno, torera, sin claveles sevillanos, sin mantones ni peinetas. Negros ojazos mestizos alumbran en las barreras, y en el ambiente caldeado se oye al fin “la Macarena” sacudiendo con sus notas desde la azotea a la arena. Palpitar de corazones; alegría que se revela en las risas, en los ojos y en las caras morenas. Es una tarde de toros del coso de la Condesa.
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Carmen Madrazo: El Rey del Temple (Jesús Solórzano). México, SEI, S.A., 1993. 252 p. Ils., retrs., fots., p. 152. Los versos escritos en alguno de los muros de la ganadería de Pastejé, son obra de Eduardo Iturbide, su propietario. 126 Mariano A. Rodríguez: Armillita El Maestro..., op. cit., p. 54-55. El maestro de música, don Enrique Quiroz le dedicó un pasodoble flamenco titulado “La Oreja de Oro”, y un poeta de su tierra un soneto (...).
Redoblan ya los timbales, suena el clarín y ordena qye se de suelta al primero de los toros a la arena. Salta un bravo San Mateo de imponderable belleza, tab fubi cini yb duanabtem} encastado y con nobleza. Con terno tabaco y plata una figura lo espera, y su capote de razo burla la ira de la fiera. Con pétalos de amapola entre los pitones juega, y sonriendo tras la capa brilla su cara morena. ¡Ya está Lorenzo el Genial con su bermeja muleta bordando de pedrerías sus majestuosas faenas!... ¡Estatuarios naturales hacen trepidar la arena!... ¡Pases de todas las marcas que nos conmueven y aterran!... ¡La plaza es un manicomio!... ¡Cómo se goza y se pena!... Seis toros mató el Coloso! Seis bravos de Zacatecas! Seis orejas y dos rabos! Seis portentosas faenas!... Sonriente, altivo y triunfal, en alto rabo y oreja la multitud que lo aclama en hombros ya lo pasea. Mercedes Segura. Recuerdo de la magnífica corrida del domingo 15 de enero de 1939.127 1940 Lorenzo Garza Tarde de sol que en ardorosa lumbre vuelca a la arena su entusiasmo de oro, cual arrancada de Goyeso lienzo, rodear la hazaña del torero cumbre.
127
La Divisa. T. VIII, Año 6, 27 de enero de 1940, N° 85, p. 7.
Estatua y ritmo que se plasma y vibra; cual arrancada de Goyesco lienzo, así surgió del inmortal Lorenzo la figura genial, músculo y fibra. Y en el milagro de la tarde inquieta son hombre y fiera escultural figura en la que el arte a la emoción se engarza; y al tremolar su mágica muleta, se vuelca en apoteósica locura la aclamación para el inmenso Garza. Blanca Stella G. de Santillán.128 1940 LA LIDIA En delantera de grada está la Diosa morena. el toro escarba la arena mugiendo al ver al espada. El matador llega aprisa; brinda a la Diosa la suerte y entre un silencio de muerte se abre el clavel de una risa... ¡Ojos con brillo de acero como un estoque de lidia! ¡Qué envidia tuve, qué envidia del torero! Resopla el toro en la arena con la testuz empapada; en delantera de grada está la Diosa morena. El diestro a la res provoca; la de unos pases ceñidos; la gente de los tendidos se pone en pie, como loca. Tras la mantilla calada el negro mirar fulgura. ¡Ojazos de calentura! ¡Ojazos de hembra encelada! Ojos con brillo de acero como un estoque de lidia! 128
La Divisa. T. VIII, año 6. 24 de febrero de 1940, N° 58, p. 7.
¡Qué envidia tuve, qué envidia del torero! Riza el aire la muleta; la plaza da un “¡olé!” a coro; de pronto se arranca el toro veloz como una saeta. Miré la muleta roja que ante la res flameaba; sentí que se me escapaba el grito de “¡que lo coja!” Y vi que en su delantera la Diosa de la mantilla, estaba más amarilla que la cera. ¡Ojos donde el amor arde! ¡Perdón para mi perfidia! ¡Tened piedad de la envidia de un cobarde! Cuando aquel toro caía, de un volapié hasta la taza, se vino abajo la plaza con explosión de alegría. Era el supremo placer, el placer de los placeres; había tres mil mujeres hambrientas del hombre aquel. Pero él, que la está mirando, saluda con la montera; la Diosa en la delantera estaba riendo y llorando... Mientras trotan las mulillas, palomas van por los cielos y gavilanes de celos se esconden tras las mantillas. ¡Ojos con brillo de acero como un estoque de lidia! ¡Qué envidia tuve, qué envidia del torero!129 Cristóbal de Castro. 129
Luis R. Suárez, ed.: Programa taurino de lujo para la corrida del domingo 29 de diciembre de 1940. 5ª. Corrida: Alberto Balderas, José González “Carnicerito” y Andrés Blando. 6 toros de La Laguna (debe decir de Piedras Negras).
1940 El romance del Torero Herido. El trombón de la charanga en el aire ponía cuerdas, que conmocionaban ecos de la plaza y de la fiesta. De fresa y blanco vestido, Lorenzo pisó la arena, y la tarde desató el oro que había en sus trenzas. El ambiente estaba negro, la porra agresiva y fiera la gente de los tendidos injusta y en plan de guerra, aventando los insultos para ver a la tragedia pintar con rojos pinceles los ojos de la inconsciencia. (. . . . . . . . . .) Toro negro, alto de agujas, quinto de la tarde aquella, Lorenzo Garza te upso pintado con sangre negra, el pitón rabioso y fino de tu embravecida testa; pero no lograste tú, ni nadie, que vestir pueda el rico traje de luces, que se borda en oro y seda, acabar la sangre brava que circula por sus venas, ni el empaque majestuoso de su rebelde silueta, ni el vuelo enjundioso y bravo de su mágica muleta. José Daniel Febrero de 1940.130 1940 Arena Arena! Rubia Arena! Magnífico pandero! De los circos alfombra impasible y serena! Que en la tarde reluces como claro lucero 130
La Divisa. T. VIII, Año 6, 17 de febrero de 1940, N° 88, p. 15.
bajo el peso gitano de su pierna morena! Cuántos cuerpos dorados que cantara el coplero, han sentido tu roce como caricia buena;… y cuántas otras veces la sangre de un torero, con sus rojos corales, han manchado tu escena. A ti vengo a pedirte, si sufre una cogida, si en las astas del toro peligrara su vida, que le acojas y beses como madre amorosa… bebe el sudor helado de su frente morena! Dile quedo al oído que me muero de pena! Que me falta su vida, en mi Vía Dolorosa! Mercedes Segura.131 1940 CORRIDO DE LA COGIDA Y MUERTE DE ALBERTO BALDERAS EN LA PLAZA DE “EL TOREO” En diciembre veintinueve año cuarenta de veras en la Plaza del Toreo fue muerto Alberto Balderas. Con terno canario y plata iba vestido el torero guapo y erguido, valiente de figura, un pinturero. Ni siquiera imaginaba que la muerte traicionera oculta muy bien estaba en palco contrabarrera. “Estoy muy triste” le dijo, a uno que le preguntó cómo le iba en esa tarde en que la vida dejó. Salió del corral “Rayao” buen toro que hará memoria Balderitas en la brega cubierto quedó de gloria. Pobre de Alberto Balderas mala suerte le tocó en la última del año 131
La Divisa. T. VIII, Año 6, 13 de abril de 1940, N° 103, p. 15.
que aquí en México toreó. Quién había de decir, tan valiente como estaba; era domingo en la tarde. ya la muerte lo acechaba. Con “Rayao” se había lucido y hasta una oreja cortó, cuando salió “Cobijero” ése que lo asesinó. Negro, meano, grande y hondo era tal bandido fiero, que antes de morir luchando lo empitonó traicionero. Le paró pies Carnicero, los de a caballo picaron y los de las banderillas al asesino adornaron. Carnicero brinda el toro cerca de la Presidencia. más “Cobijero” lo vió con mucha mala tendencia. Se le arranca por detrás y Balderas, buen amigo: “No lo agarres a la mala. métete mejor conmigo”. Y se le fue derecho al toro con la capa a medio abrir, mas “Cobijero” no quiso al nuevo engaño acudir. ¡Ay, Virgen de Guadalupe! ¡Madre nuestra del Consuelo! En menos que se los cuento Alberto estaba en el suelo. Fue tan adentro el pitón que el hígado le rompió así como las arterias por cerca del esternón. Señores, de que me acuerdo me dan ganas de llorar Balderitas quedó herido y se pudo levantar. ¡Que venga mi hermano Pancho!
¡Que estoy muerto de verdad! ¿Qué será de mis hermanas? Se quedan en la orfandad. Un monosabio lo agarra; Balderas no podía andar, lo llevaron para adentro echando sangre, la mar... Cuando Rojo de la Vega vio que Balderas... caía se fue junto con Ibarra corriendo a la enfermería. Primero fue un tropezón pero ese toro maleado le tiró una puñalada en el merito costado. Ibarra corrió a su lado la herida quiso tapar; pero la sangre brotaba como un pozo al reventar. Rojo de la Vega, Ibarra con Herrera y otros más, lo acostaron en la mesa donde lo iban a operar. Dijo Vega a la enfermera: -Una aguja de inyección ¡Pronto, pronto señorita! Esto me huele a panteón. Pidió Ibarra adrenalina en bastante cantidad, para inyectarla en el pecho era grande la gravedad. Ya Balderitas no hablaba, era tanta la emoción que hasta le inyectaron sangre buena pa´la transfusión. Luego me salí, señores, por montañas y praderas pa´decir cómo murió el diestro Alberto Balderas. A poco entró un sacerdote y le echó la “absolución”. ya estaba pa l´otra vida... se le paró el corazón...
Dijo Francisco Balderas: Alberto ya falleció... Ahora nos quedamos solos mis hermanitos y yo. Alcázar y sus muerteros a poco se lo llevaron dentro de caja de mimbre en donde lo colocaron. Por la noche en el velorio llegaron muchos toreros, los de la “porra” y amigos así como revisteros. De la raya nadie pasa, tampoco Alberto pasó; murió por buen compañero, a “Carnicero” salvó. Adiós Alberto Balderas, ya te llevan a enterrar, te acompañan tus amigos. todos te van a llorar. Mandó Francisco Balderas: “Lo entierran junto a mi padre. allí en el Panteón Moderno, a las cinco de la tarde”. Ya murió Alberto Balderas, el Torero Mexicano. aquí se acaba el corrido que le escribí muy temprano.
Otra versión de esta cuarteta aparece de la siguiente manera: Ya murió Alberto Balderas, el torero mexicano, aquí se acaba el corrido pues lo escribió un mexicano.132 Y no se olviden, amigos, lo que acabo de cantar, murió el torero Balderas por un amigo salvar.133
132
Martínez Remis: CANCIONERO POPULAR..., op. cit., p., p. 133. Luis R. Suárez, ed.: Programa taurino de lujo para la corrida del domingo 5 de enero de 1941. 6ª. Corrida: 7 toros de La Laguna. “Conchita” Cintrón, a caballo. Fermín Espinosa “Armillita”, Jesús Solórzano, José González “Carnicerito”, Silverio Pérez, Carlos Arruza y Andrés Blando. 133
“Jacobo Dalevuelta” 1940 ...Quieto, parado ...Quieto, parado con ánimo sereno, cual atleta, seguro de vencer, y que esforzado con sólo su saber hiciese al toro morder la arena, débil, jadeante, rendido y sin poder y vacilante.134 Anónimo. 1940 Ha muerto Balderas. Veintinueve de diciembre, tarde de luto y tragedia; en la historia de los ruedos queda grabada esta fecha. La afición viste de luto, la fiesta llora de pena, la muerte se pasea muda por tendidos y barreras. El torero consentido, el gran ALBERTO BALDERAS, como mártir ha caído sangrante sobre la arena… Murió cuando el sol brillaba aureolando su cabeza, y las flores eran lluvia Y alfombra de su faena… Fue su última jornada pletórica de belleza, prodigio de arte y valor, de pundonor y vergüenza… ¡Qué artista con el capote! Con banderillas ¡qué esteta! ¡Qué genial con la muleta! Los aplausos en su honor aún se escuchaban con fuerza cuando salió “Cobijero” marrajo de Piedras Negras. Recogido de pitones, en ellos llevaba impresa 134
Higinio Vázquez Santa Ana: Fiestas y costumbres mexicanas. Tomo I. México, Ediciones Botas, 1940. 381 p., p. 15-16.
la guadaña de la Parca alevosa y traicionera. Carnicerito de espaldas saluda a la Presidencia, cuando el toro se le arranca con intenciones arteras… Y fue Balderas al quite; su alma generosa y buena no tembló ante el sacrificio y ofrendó su vida entera… ¡Alma gigante y hermosa que siempre estuvo serena! ¡Corazón de oro y acero que solo tuvo nobleza; Ya no veré en tu sonrisa el gesto de tu franqueza, ni tu imagen atrevida llena de vida y guapeza. Ya descansas para siempre bajo la tumba severa Y teje la gloria coronas que ciñen tu sien morena… ¡Adiós torero genial romántico de la fiesta! ¡Artista de corazón, Bohemio de las arenas! Abra sus puertas el cielo, tu Alma de gloria sea llena y que descanses tranquilo gozando la paz eterna. Mientras, la gloria del mundo con tu sangre siempre fresca, en la historia del Toreo marca tu nombre ¡¡¡BALDERAS!!! MERCEDES SEGURA. 30 de diciembre de 1940. 1940 MUERTE DE ALBERTO BALDERAS. Poema inédito de la obra “Doce Poemas Taurinos” Tú no moriste tu muerte, moriste una muerte ajena. Que mala suerte tu suerte, tu pena, qué negra pena. Tú que eras tan buen torero, gallardo, dominador, que triunfabas tarde a tarde con valor y pundonor, en un camino de sombras te encontraste un pitón:
El pitón de “Cobijero”, el toro que te mató. No era a ti, era a José, a quien la fiera buscaba, más tú te le atravesaste y te pegó la cornada. Tu carne, Alberto Balderas, en amapolas se abrió y tu vida, tan vivida, como cristal se rompió. ¡Qué mala suerte tu suerte! ¡Qué pena negra tu pena! ¡Tú no moriste tu muerte, moriste una muerte ajena! Jorge López Antúnez.135 1941 Lo que dice Pantaleón Siñor Sesevuto López. Rancho de la Conseisión. San Vartolo Acatepexco. Compa de mi corazón: Reseví las mujres letras que asté m´iscrevió el día dos, y no contesté llo aluego porqui ando de basilón, pos asté no s´imagina lo reti a gusto qu´estoy en este Méjico piocha, que le juro a asté, por Dios, quies la tierra más tres piedras, pa tupirle al basilón. Sigui todos sus concejos y lla bide todo lo qui asté me dijo que viera en esta suidá tres dos. Me juí aluego al Tupinamba, y bide a lo más mejor quien el cine, teatro y toros, esiste´n esta nasión. Ayí bide al “Chato Ortín” que dialtiro es un siñor que se carga unas narsces que me parese que no puede haver otras más chispas en todo lo que Dios crió. Ayí mesmo también bide al “Hombre del Corvatón” Jorge López Antúnez, “Muerte de Alberto Balderas”. Texto incorporado en el cuaderno adjunto que acompaña la presentación del álbum musical conocido como “Encerrona con Óscar Chávez”. México, 1991. 35 p. Ils., p. 21. 135
un biejo endino qye crioque es plhitito… hablador, pero qu´es como avogado dialtiro recopetón! Y ayí bide a los toreros y… ¡ay, compa, qué deseisión… ¿Bierpa´sté que diferiensia hay de berlos como los bemos cuando están toriando, dende´l tendido de sol, a debisarlos de rotos en el café; ¡Llo, por Dios, que no creiba que se bieran dialtiro tan gachos, pos llo me los afigurava un pelito menos pior! ¡Pero el que si me dio di ala, fue ese jincho tan tres dos que se nombra Juan Silveti y que lla se rigresó, limpués de dar harta guerra por esos mundos de Dios! ¡Qué pelego tan repiocho…! ¡Ese sí que me cuadró…! Pero, dimpués de tupirle muy masiso al basilón, ¡caray, compadre de mi alma, no sé como mi ocurrió alcansarme la puntada d´ir a la enaugurasión de las corridas de toros el domingo que pasó; y llo manque dé eso intiendo muy poco, la berdá no crioque aqueyo desquitara los fierros que me costó… ¡Afigúrese, compadre, tres sincuenta y en bil sol! Los toros de La Punta dialtiro soplaron pior que los güeyes que tenemos… en esa, pa la labor, pos siquiera aqueyos jalan, pero esto, por Dios que no podían tenerse parados ni por milagro de Dios! ¿Y los toreros…? Pos… güeno Yo no intiendo esa cuestión, pero, llo no bide claro, y se mi ase a mí qu´el lión
no sempre sale tan fiero como lo pinta el pintor… pero, lo que sí a lo macho, bajo palabra di honor, mi ha dado muina, es qui aluego leyí en la prensa que los toreros eran dialtiro la divina garza…! ¿Y no cré asté que también dicían que los güeyes que mandó La Punta, se las traivan por lo bravos? ¡Qué chirrión, si eran dialtiro más güeyes que nuestro cuate Nabor! ¡Y hablaban de los “faroles”…! ¡Qué faroles, si bía sol? ¡Y también de las “Berónicas”… ¡Cuáles “Berónicas”? ¡Llo no conosco otra “Berónica” que la de Nuestro Siñor! ¡Y que Garza dio una “Media”… y que Balderas dio dos… y que Gorráez pinchó en güeso, pero que qué bien pinchó…! Y ansina por ese estilo… Pero, palavra que llo, Puede que güelva a los toros, Pero, a ler reseñas… ¡no! Le manda munchos abrasos Su compadre PANTALIÓN.136 1941 La novia del torero. Tiene los ojos negros y se llama Pastora, su alma es ardiente, como la loca manzanilla; es la que canta coplas de una tristeza mora detrás de las floridas cancelas de Sevilla. Es rosa de pasión que se da toda entera; cuando anda es ritmo y gracia su garbo sevillano; es morena y dramática como la petenera, sensual y atormentada como un tango gitano. Y en la tarde de toros, al rematar la suerte, cuando el muñeco de oro ha burlado a la muerte 136
LA DIVISA. 18 de enero de 1941, Número especial dedicado a la reciente muerte de Alberto Balderas, p. 4.
y estalla la charanga, y aplaude el circo entero, mientras pasea el héroe su española majeza, con sus ojos sultanes cargados de tristeza es la única que llora la novia del torero. EMILIO CARRERE.137 1941 CLASICISMO (Posiblemente, letra de un pasodoble, dedicado a Alberto Balderas) Sabor que el ambiente llena, lidiador de cuerpo entero, cuando tú pisas la arena la plaza huele a torero. Astro que al torear reflejas, bajo los rayos de Febo, el brillo de joyas viejas, que guarda un estuche nuevo. Sabor que el ambiente llena, lidiador de cuerpo entero, cuando tú pisas la arena la plaza huele a torero. ¡Salve, artista prodigioso! Cuando el público te aclama, evocas a aquel grandioso que es de León de los Aldamas. Sabor que el ambiente llena, lidiador de cuerpo entero, cuando tu pisas la arena la plaza huele a torero. Astro que al torear reflejas, bajo los rayos de Febo, el brillo de joyas viejas, que guarda un estuche nuevo.138 Anónimo. 1941 Estocada. Es un cárdeno bragado que en la percha cornivuelta 137 138
Op. Cit., P. 5. Ibidem., p. 37.
alzó en vilo en el derrote a caballo y picador; sangre baña sus pitones; y en su cólera revuelto en la arena riega sangre como timbre de valor. Con arraigo de valiente y con postura resuelta la muleta hasta los felfos aproxima el matador; se queda inmóvil el toro; y por el coso da vuelta la ansiedad de la cornada como un sádico temor. Mas de pronto, el hombre, con gallarda bienandanza el torero –que es una ascua rutilante- se avalanza sobre el bruto poderoso al amparo de una cruz; y el acero toledano que en su mano un punto brilla se hunde rápido hasta el pomo; rueda el toro sin puntilla, ¡y el diestro siente en la entraña el rebote del testuz! Xavier Sorondo.139 1941 LO QUE DICE PANTALEÓN. Siñor Sisevuto López. Rancho de la Conseisión. San Vartolo Acatepexco. Compa de mi corazón: Reseví las mugres letras qui asté m´iscrevió el día dos, y no contesté llo aluego porqui ando de basilón, pos asté no s´imagina lo reti a gusto qu´estoy en este Méjico piocha, que le juro a asté, por Dios, quies la tierra más tres piedras, pa tupirle al basilón. Siguí todos sus concejos y lla bide todo lo qui asté me dijo que biera en esta suidá tres dos. Me jui aluego al Tupinamba, y bide a lo más mejor quien el cine, tiatro y toros, esiste´n esta nasión. Ayí bide al “Chato Ortín” que dialtiro es un siñor 139
La divisa, del 22 de marzo de 1941, p. 10.
que se carga unas narises que me parese qu no puede haver otras más chispas en todo lo que Dios crió. Ayí mesmo tamién bide al “Hombre del Corvatón”, un biejo endino que crioque es puriitito… hablador, pero qu´es como avogado dialtiro recopetón! Y ayi bide a los toreros y… ¡ay, compa, qué deseisión… ¿Bierpa´sté que diferiensia hay de berlos como los bemos, cuando están toriando, dende´l tendido de sol, a debisarlos de rotos en el café? ¡Llo, por Dios, que no crieba que se bieran dialtiro tan gachos, pos llo me los afigurava un pelito menos pios! ¡Pero el que si me dio di ala, jue ese jincho tan tres dos que se nombrra Juan Silveti y que lla se rigresó, limpués de dar harta guerra por esos mundos de Dios! ¡Qué pelado tan repiocho…! ¡Ese si que me cuadró…! Pero, dimpués de tupirle muy masiso al basilón, ¡caray, compadre de mi alma, no sé como mi ocurrió alcansarme la puntada d´ir a la enaugurasión de las corridas de toros el domingo que pasó; y llo manoue d´eso intiendo muy poco, la berdá no crioque aqueyo desquitara los fierros que me costó… ¡Afigúrse, compadre, tres sincuenta y en bil sol! Los toros de La Punta dialtiro soplaron pior que los güeyes que tenemos en esa, pa la labor, por siquera aqueyos jalan,
pero, estos, por Dios que no podían tenerse parados ni por milagro de Dios! ¿Y los toreros…? Pos… güeno yo no intiendo esa cuestión, pero, llo no bide claro, y se mi ase a mí qu´el lión no sempre sale tan fiero como lo pinta el pintor…! Pero, lo que sí a lo macho, bajo palabra di honor, mi ha dado muina, es qui aluego leyí en la prensa que los toreros eran dialtiro la divina garza…! ¿Y no cré asté que también dicían que los güeyes que mandó La Punta, se las traívan por los bravos? ¡Qué chirrión, si eran dialtiro más güeyes que nuestro cuate Nabor! ¡Y hablaban de los “faroles”…! ¿Qué “faroles”, si bia sol? ¡Y también de las “berónicas” ¿Cuáles “Berónicas”? ¡Llo no conosco otra “Berónica” que la de Nuestro Siñor! ¡Y qué Garza dio una “Media”… y que Balderas dio dos… y que Gorráez, pinchó en güeso, pero que qué bien pinchó…! Y ansina por ese estilo… pero, palavra que llo, puede que güelva a los toros, pero, a ler reseñas… ¡no! Le manda munchos abrasos Su compadre. PANTALION.140 1941 CORRIDO DE UNA CORRIDA. Fíjense que este domingo los toros me dieron pena porque en toda la tarde sólo hubo una faena.
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La Divisa. Semanario Taurino. Ejemplar de la colección de Julio Téllez García.
Fue la que hizo Silverio sin la muleta soltar; el toro iba y venía y Silverio en su lugar. ¡Pobre del público inmenso que presenció aquella treta, pos no más se quedó helado y con la boca reseca!... Fue con el toro “Traguito” que Silverio se lució; lo hizo bien con la muleta con el estoque falló… ¡Pobrecitos picadores, pues no quedaron muy bien los caballos se caían como se vuelca un tren! ¡Ay, pobres peones de brega, cuántas carreras pegaron, y en los cuernos de los toros todas sus capas dejaron! ¡Ay pobres banderilleros, qué horribles tragos pasaron, los toros eran mañosos y de sabios se pasaron! Dicen que dicen que Armilla iba a ser como un alud…; pero aquí no dio la pala, ¡que se vaya a Hollywood! Lo “mejor” que hizo el maestro -dicho esto entre comillasfueron los cuatro faroles que hizo Fermín en cuclillas. Los toros de Torrecillas, según opiniones pochas, se fueron de torrecillas… salieron de Torres Mochas. (Al ver que un torero volaba, una catrina exclamó: ¡Ay, qué cuernos tan inmensos! y el marido se apenó…) La tarde estuvo bonita, Silverio toreó muy lento; y más aprisa que Armilla
sopló la fuerza del viento… Ya con esta me despido, desde las altas lumbreras; la corrida fue mentira, el corrido de deveras… Por Anselmo Sombra.141 1941 A LA MUERTE DE BALDERAS. I Desfloran los Cielos su lluvia de oros; y vuelven con ellos la tarde triunfal! La tarde de arena, la tarde de toros, la tarde de aplausos, la tarde de gloria, la tarde rumbosa de trajes de luces que cantan victoria, nimbada en el Orto de un claro arrebol. La tarde de triunfos, la tarde de quites, de picas, de estoques, de seda y de Sol. El coso taurino -racimo vivientede gente apiñada, es disco de fuego, -moneda acuñadaque enciende reflejos y viste de brillos los ojos morunos, los negros justillos, las capas de raso, las finas mantillas, las bocas de rosa que son maravillas sonriéndole al diestro, que firme, 141
La Divisa. Semanario Taurino. Número del 26 de enero de 1941. Ejemplar de la colección de Julio Téllez García.
gallardo, recibe de todo el enorme tendido torrentes de aplausos que son cataratas, -raudales de perlas-, que bajan, y bajan con furia no escasa, al ruedo de arena que forma la plaza. BALDERAS gentil y airoso, clavado en el suelo con esa su gracia, tan grande, tan suya, en pleno derroche de arrojo y bravura, tendida la capa se enfrenta a la bestia… Y las manos magistrales del torero temerario, van plasmado entre dos astas acuarelas vespertinas, que semejan filigranas, con verónicas muy finas, con sus pases de muleta que dibuja el gran artista, sobre el oro de la tarde, sobre el ocre de la arena… Las almas se encienden y rasgan las horas los “olés” que arranca la recia emoción… Y en palcos, en gradas, en sol y barreras, cortando los aires retumban las voces de todas las gentes, que rugen, y rugen lo mismo que fieras, lanzando a lo alto los gritos potentes de: ¡VIVA BALDERAS! La Gloria del Triunfo, al héroe taurino cobija amorosa, sembrando de flores su corto camino. II
Y en el hueco de la sombra, burladero imaginario, asecha y asecha la muerte traidora… ¡La Muerte! Esa muerte ladrona de vidas, ladrona de glorias, ladrona de triunfos, ladrona de olivas. ¡La Muerte, metida en el ruedo, pues quiere para ella, los timbres de gloria que dio el primer toro al gran triunfador… y afila su negra guadaña homicida, que habrá de llevarse un brote de vida, toda ella cuajada de abriles en flor. El floreo de los capotes, mariposas de colores, prenden visos en los aires, y las horas se desgranan, como pétalos de flores… En el fondo del gran ruedo, con bramidos de coraje, el pujante “COBIJERO”, buena estampa que a la empresa le mandara Piedras Negras. Hace polvo entre la arena, ruge y rabia, se revuelve traicionero y arremete empitonando, en mortífera cogida… y es la Muerte y “Cobijero” los que al filo de la tarde, consumaron alevosa la tragedia del torero… ¡Y muere Balderas! El héroe, a la vida, pagó su tributo… La noche aproxima crespones de luto… Y a trueque de aquella gigante ovación, se hace un silencio preñado de llanto, el llanto que sube del alma de un pueblo y envuelve a BALDERAS, como una oración… Morelia, Mich., dic. 30 de 1940. Sara Malfavaund.142 142
La Divisa. Semanario Taurino. Número del 1º de febrero de 1941. Ejemplar de la colección de Julio Téllez García. Una nota adjunta a la reproducción de estos versos dice: “De todas partes de la República, nos llegan
1941 UN TORO HERIDO. El toro herido es un bajel errante de proceloso viento combatido, ya cortando el tumulto enfurecido van por proa las puntas adelante. Fábrica del tajón, mas no triunfante velas las cintas son, con que lucido lo deja aventurero presumido entre sangrientas olas naufragante. Sin sosiego se muere, corre y gira, áncoras son los pies, con que el desierto campo que despobló, prende y suspira: pero sin norte a su carrera cierto, en su navegación, cargado de ira, es la furia timón, la muerte es puerto. José Pérez de Montoro.143 1941 ES UN CÁRDENO BRAGADO… Es un cárdeno bragado que en la percha cornivuelta Alzó en vilo en el derrote a caballo y picador; Sangre baña sus pitones; y en su cólera revuelto En la arena riega sangre como timbre de valor. Con arraigo de valiente y con postura resuelta La muleta hasta los belfos aproxima el matador; Se queda inmóvil el toro; y por el coso da vuelta La ansiedad de la cornada como un sádico temor. Mas de pronto, dando el hombre, con gallarda bienandanza El torero –que es una ascua rutilante- se abalanza Sobre el bruto poderoso al amparo de una cruz; Y el acero toledano que en su mano un punto brilla Se hunde rápido hasta el pomo; rueda el toro sin puntilla, ¡y el diestro siente en la entraña el rebote del testuz! Xavier Sorondo.144 colaboraciones sobre la muerte de Alberto Balderas, publicamos uno de los que no hemos pidod dejar fuera, por ser de una colaboradora asidua de esta publicación y que radica en la Ciudad de Morelia, Mich. 143 La Divisa. Semanario Taurino. Número del 15 de marzo de 1941. Ejemplar de la colección de Julio Téllez García.
1941 “Se proclamará la Ley Marcial en la nación española”. 15 de mayo de 1931. Asombrado me quedé oyendo en un café: -¿Ya sabes que el matador Marcial Lalanda ha triunfado en política y ha dado una ley que ha hecho furor? -¿Marcial Lalanda?..... ¡Me extraña! -Pues ha sido colosal, tanto que ya en toda España se habla de la “Ley Marcial”.-145 “No entrarán al país los toreros españoles si no se les da el pase”. 25 de abril de 1936. Las represalias pondrán la fiesta brava en un tris pues sin pase no entrarán los toreros al país. Esto der pase va asé la guasa der mundo entero. ¡Tiene grasia…! ¡Mire usté que darle “un pase” a un torero!...146 “Vienen cuarenta “Miuras” de España a México. 29 de octubre de 1937. Vienen de la Hispana tierra -según ya leído habráscuarenta Miuras. Verás cuando se acabe la guerra cómo vienen muchos más.147 “En Bolchevo, Stalin sigue “suicidando” generales”. 9 de diciembre de 1937. Si es que faltan matadores en la temporada actual ¿por qué no traer, señores, a Stalin, que es colosal?148 “Moscú.-De hecho los troskistas han entrado en capilla”. 3 de marzo de 1938. 144
La Divisa. Semanario Taurino. Número del 22 de marzo de 1941. Ejemplar de la colección de Julio Téllez García. 145 José F. Elizondo: y chungas. (Epigramas de “Kien”). Prólogo de Don Artemio de Valle-Arizpe. Retrato del autor por E. G. Cabral. México, La Helvetia, Cipsa, 1941. 203 p., p. 29. 146 Op. Cit., p. 60. 147 Ibidem., p. 90. 148 Ibid., p. 92.
¡Vaya un cartel que supongo resultará de postín! “Hoy, Gran Plaza del Kremlin. ganado de Trotskitongo. matador: José Stalin.149 “Suspendieron los bancos sus operaciones con divisas extranjeras”. 25 de marzo de 1938. Mañana van a lidiar toros de divisa Ibera. El Banco debe dictar esta advertencia severa: “Sepa la cuadrilla entera que a esos toros, aunque quiera nadie los puede cambiar por ser divisa extranjera.150 15 de marzo de 1940. Ocho estocadas le dio -y algunas en forma suciaa un toro que le tocó al “Soldado”… ¡y no cayó! Este soldado… ¡Pa´Rusia!151 “Repentina embestida de las tropas X”. 12 de febrero de 1939. Con frecuencia desmedida dice el cable sin enmienda que en la hispánica contienda hubo “embestida tremenda”. No la llamen embestida que puede haber quien se ofenda.152 1941 JESÚS GUERRA “GUERRITA”. Recio, eficaz, dominador, “entero”, bajo el signo que marca la Victoria, “Guerrita” seguirá la trayectoria que él mismo se marcó: “¡Seré torero!” “Figura” con la capa y el acero, es en los palos, su actuación, notoria, y cual los “Ases” de más clara historia, 149
Ib., p. 95. Ib., p. 99. 151 Ib., p. 155. 152 Ib., p. 116. 150
es, también, formidable muletero. ¡Vedlo en un “natural”! Corre la mano, el toro sigue tras el lienzo rojo y un arco traza con su acometida… Toda la plaza es un clamor humano. Vuelve a embestir la fiera con enojo… El diestro “aguanta”… -¿Qué más da la vida? Por CORINTO Y PLATA.153 1942 SILVERIO, EL POETA DEL TOREO Pueblo de Pentecostés; peña brava encielo abierto, nidal de toreros hondos, raza de antiguos guerreros. Netzahualcóyotl se duerme, y es ritmo su pensamiento; entre el polvo de los siglos está su voz resurgiendo grandilocuente y sublime, clamando con limpio acento por las llanuras bravías: “Maravilla de estos tiempos... cumbre de las altas cimas, asombro de los toreros, magia oriental en tus lances, bravuras de león en celo, los ciclos universales que tendrá el toreo moderno, se han de dividir en antes y después del gran Silverio”. “Por tu vena negra y honda corre de raza el aliento, un soplo divino anima tu brazo frente al misterio”. “Eres torero tan indio tu sabor tan puro y seco, tu templar tan agotante, tu lance tan largo y lento, que cuando torear parece que están ensoñando un sueño Los toreros, las ganaderías bravas y el reglamento de las corridas de toros”. México, programa para la temporada 1941-1942, p. 28. 153
fabuloso y milenario, entre las ruinas de un templo donde los ídolos duermen las grandezas de un imperio pavoroso y legendario, en donde el valor escueto gestara la esencia heroica en el mar, grande silencio, de aquel corazón viviente que un día se llamó Carmelo, gigantesco monolito hecho de sangre y de gente”. “Hermano tenías que ser de tu carísimo ancestro, mas tu llama no es violenta, tu fuego es un fuego lento como aquel que relamiera la arrogancia de Cuauhtémoc y que el pulir de los siglos tornó en sagrado y eterno”. “Acerca tu real figura, deja que te ponga al cuello este collar de los grandes caballeros de este reino: ocho cabezas de toro en obsidianas de ensueño, con sus diez y seis espinas irán pregonando al viento: “Guitarrista” y “Pescador”, “Moreliano” y “Pispireto”, a “Cantarito” y “Mariachi”, a “Traguito” y “Peluquero”; ahora sí, ve por el mundo a sojuzgar en los ruedos a las fieras mugidoras, con el poder de tu gesto, aniquilando su casta con el filo de tu acero, que para eso cuentas ya con mi más férvido anhelo”. -Apagó Netzahualcóyotl de su voz vibrante el eco, y su visión se perdió entre la peña y el cielo; pueblo de Pentecostés cobijado de silencio, echa a rodar tus campanas, suena el caracol guerrero, que ya el rey poeta tiene un prepotente heredero
a quien el mundo le dice en la música de un verso: “Torero de todo el toro que sale por los chiqueros” y en un alarido enorme, ¡Torero cumbre, torero!154 JOSÉ DANIEL Noviembre de 1942. 1942 TORO DE LIDIA (A Carlos Ruano Llópis) El ojo de perdiz y el belfo, escudo; robusto el cuello como proa de nave; menudo el casco y el andar tozudo; rizo el testuz; y en el pelaje; suave; enarcado el morrillo como clave; móvil la oreja de aguzado embudo; cumbre el riñón y en el ijar, deslave; larga la cola y el pitón, desnudo... Miuras, Villamartas, Concha Sierras; feroces bestias de andaluzas tierras; ¡Gloria y orgullo del solar hispano! En el Guadalquivir templan crianza, y tienen el ardor de su pujanza en el de Utrera reventado grano.155 Xavier Sorondo 1942 EL MILAGRO DE LA VERÓNICA A Ernesto García Cabral Los brazos pordioseros, como péndulo doble, arrastran por la arena la comba del percal, y se diría que avanza con su ropaje noble, en procesión hierática, un rojo cardenal. Cuentan que la verónica, en bíblico desdoble, enjuga con el paño la sangre de coral de una herida de adorno; mientras el pasodoble se deshoja en el aire como flor de metal.
154
MULTITUDES. Año IV. México, Lunes 28 de diciembre de 1942, N° 211. ¡A LOS TOROS! México, comunidad CONACYT, abril-mayo 1980, año VI, núm. 112-113. (p. 45-176). Ils., retrs., fots., p. 143. 155
Las piernas, en estacas, para cargar la suerte, dejan a la cintura la burla de la muerte; y cuando pasa el bruto, hendiendo el carnicol, Se lleva en los pitones que un leve esguince libra, hilos de seda y oro, entre los cuales vibra, pimienta de la fiesta, el reflejo del sol.156 Xavier Sorondo. 1942 GRACIA DE LA GAONERA A Jesús B. González El toro humilla y empuja; el picador se apalanca, y el golpazo hace que cruja el rocín, de oreja a anca. Pechos la emoción estruja; salta en astillas la tranca, y se estable la puja del quite que el miedo estanca. En el capote que asedia se disuelve la tragedia; ¡y como una volandera! Y pintada mariposa, sobre las astas se posa la gracia de la gaonera!157 Xavier Sorondo. 1942 COPLAS DE LA FIESTA Es tu querer como el toro que donde le llaman va; el mío es como la piedra, donde lo ponen se está. Como los toretes bravos, tienes, chamaca, el arranque sólo te acuerdas de mí cuando me tienes delante. 156
Xavier Sorondo: ESTAMPAS DE TORERÍA. Dibujos de Carlos Ruano Llópis. Apunte de Ernesto García Cabral. México, Editorial “Polis”, 1942. 47 p. Ils., retrs. 157 Op. Cit.
Vas a dar lugar, chinaca, a que eche la capa al toro, y que tire de la capa y que se descubra todo. A mí no me mata el toro ni me matan los toreros: Que me mata una chamaca que tiene los ojos negros. Mi novio con los toros bien se divierte; cada uno se alegra de ver su gente. ¿Quién el día de toros no está contento? Quien no tiene tostones y quiere verlos. Virgen de Guadalupe, cierre tu mano esta herida, porque entre los alamares se va escapando mi vida! Dios te dé, jaca, una muerte tan noble como tu vida lejos del fiero aguafuerte de una tarde de corrida. Lejos de la honra suprema de sucumbir en la plaza, como verso de un poema de sol, de sangre y de raza.158 (Sin autor) 1942 LA COPLA TAURINA Las banderillas del puente se menean cuando paso; tú meneas los pinreles cuando pasas al morlaco. Yo me arrimé a un pino verde por ver si me consolaba; y tú te arrimas al toro, en el costillar, mi alma. 158
La Lidia. Revista gráfica taurina. Nº 3. México, D.F., 11 de diciembre de 1942.
Entre espinas nacen flores. Que es lo que le pasa a Garza; pues en todas las corridas da una flor entre cien zarzas. Una le pasa a cualquiera, y si a ustedes quieren dos; mas tras seis corridas malas, anda y que lo aguante Dios. Un detalle, otro detalle, y el gran torero no asoma, ¿verdad lector;... La “milicia” continua siendo incógnita.159 1942 LOS TOROS EN CELO Quema el sol vertical. Por la llanada los boyeros conducen la vacada al arroyo que baja de los cerros; cornalones y bastos, van delante con su tranco cansado los dos bueyes que llevan los cencerros; en la siesta calmosa y sofocante los pintados becerros se apretujan en medio del ganado; y al chocar de las astas empinadas y a los graves mugidos, se confunden los gritos y silbidos con que van los pastores azuzando a las vacas retrasadas y empuñando con bélicos ardores sus livianas aijadas. En las diáfanas aguas del remanso ya mitigan su sed los animales, que con hilos de espumas y cristales en los rojos hocicos, se desbandan y, echados en las márgenes, demandan el tranquilo descanso y la grata frescura que la sombra del soto les procura. En el fuego pesado de la hora hay dos toros celosos, ambos bravos y briosos, que buscan en amores una vaca: 159
Luis R. Suárez, ed.: Programa taurino de lujo, para la corrida del domingo 15 de marzo de 1942, en la plaza de toros “El Toreo” de la ciudad de México, cuyo cartel fue: 6 toros de Carlos Cuevas. Matadores: Fermín Espinosa “Armillita”, Lorenzo Garza y Alfonso Ramírez “Calesero”.
Uno es cárdeno, joven, de codicia, con robusta cabeza retadora; entre todos los otros se destaca por su crespo morrillo que el sol dora, por la clara altivez con que acaricia con su cola de seda silbadora sus costados nerviosos y triunfales, y por ser sus dos cuernos dos puñales; es el otro zaíno, de rizado testuz, alto y sedoso; caricorto, ligero, poderoso, apretado de carnes, largo, fino, con dos astas de hierro en media luna, de pezuñas pequeñas, y con una mancha blanca en la frente. Mansa y quieta la hembra, junto a un tronco los contempla con bíblica dulzura; adivina el instinto prepotente, y presiente el encuentro por el bronco rebramar de los machos ardorosos, cuyo celo agiganta su bravura y los vuelve más ágiles y hermosos. Uno y otro se acercan; ella huye; la persigue los dos; los dos la alcanzan, temblorosa la vaca se escabulle. Y entonces uno al otro se abalanzan. no es un choque de toros... de ciclones, según el resoplar de sus bramidos, el trágico pegar de sus pitones en chispas y chasquidos, el rápido tronar de sus pezuñas clavándose en la tierra como cuñas, la ira y el temblor de sus costados, la curva de sus colas en tensión y el furor con que salen rebotados cada vez que se quedan encornados bufando, recelosos, y viéndose con ojos espantosos preñados de intención. Ya la sangre, cual capa de torero arrojada en el miedo de la huída empapa el muelle césped. Fue el primero en herir el zaíno: aprovechando de su noble enemigo una caída, lo cuerna fieramente por el pecho, lo para casi en vilo, y reculando lo lleva varios pasos... Mas, rehecho el bello cárdeno sangriento, avanza torvo y lento, levanta la cabeza, y cobrando vigor desconocido
indómito y mortal se arroja con fiereza, y el caer, cual un rayo, en su rival, sepulta todo el cuerno enfurecido en el centro lustroso de su vientre rotundo y lujurioso. Larga herida de grana y de coral deja ver las entrañas del vencido, pone hielo en sus ojos y en sus patas, y lo hace rodar sobre las matas exangüe y tembloroso. El bruto victorioso se ensaña en el caído; y al verlo agonizando, zahareño y retador lanza un mugido que el eco va alargando por toda la extensión de la sabana, haciéndolo más dulce y más sonoro la paz augusta bajo el sol de oro que va cayendo en tarde virgiliana.160 Otilio González. 1942 TOROS. COVADONGA. Chuflillas Taurinas LA ESTOCADA Como hoy los diestros no matan nada, (que es lo que ordenan los Mandamientos). Ya están pensando los descontentos hacer honores a la estocada. ¿Una plaquita cursi y bonita, con un letrero sentido y fino? ¡Horror de horrores!... Se necesita, para algo fuerte, de un pergamino. Los pergaminos, recios, cual robles, ejecutorias de timbres claros, son las divisas donde los nobles graban y esculpen hechos preclaros. Y el pergamino que es el anhelo, no tiene mérito, no vale nada, si es que no llega la mano al pelo.161 1942
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La Lidia. Revista gráfica taurina. Nº 3. México, D.F., 11 de diciembre de 1942. Programa de mano de la corrida de Covadonga, celebrada en la plaza de tor*os “El Toreo”.
DURANTE LA CORRIDA… Así resoplaban dentro del corral dos caballos flacos su idioma animal. No sabían adónde los llevó la suerte; ignoraban ellos su pena de muerte, y mientras lidiaban al toro brutal, ellos discutían su sino fatal. -¿A qué nos trajeron?... Dijo el cuado tordo al caballo prieto, que era un poco sordo. -¿Qué dices? Soy tardo de la oreja izquierda; relincha más fuerte para que no pierda tus frases. -Decía que ¿a qué hemos venido? ¿No encuentras extraño verte desuncido? ¡Es tan raro el día en que descansamos! ¿A qué nos destinan? ¿Para dónde vamos? ¿Sabes algo, prieto? -No lo sé. ¡Quién sabe! Este es un asunto demasiado grave. Sí puedo decirte que otros compañeros que estaban rumiando en estos macheros, hace un cuarto de hora fueron ensillados y todos volvieron casi destripados. Mira. Ahí viene el bayo que estaba aquí junto; es decir, no viene, ya lo traen difunto.
-¡Caray! ¡Cuánto observas! Pues, entonces, viejo, ya sé a qué venimos... ¡Vete en ese espejo! -¡A mí qué me importa! -¡Filósofo estás! -Lo que estoy es viejo. ¡Ya no puedo más! He sufrido tanto que, donde me ves, no más por caballo me sostengo en pies. Siento unas punzadas en el calcañar, tengo tan matada la espina dorsal, sufro unas jaquecas tan fuertes, que ya prefiero la muerte... -¡No seas animal! -Mira: ahí viene el Pinto, le han rasgado el cuero. -¡Ya lo remataron! -Y después, ¿qué hacen con todo el que espicha? -Yo sé que lo venden para hacer salchicha. -¿Y el cuero? -Lo curten y en el curtidor o lo hacen zapatos o lo hacen tambor. -¿Tú, qué escogerías? -Ya abierto en canal, que hagan lo que quieran... ¡A mí me da igual! -A mí no. Que me abran; que se me remache; que me hagan tambora;
que me hagan huarache... Pero que Dios quiera prestarme la dicha de que no me forren después en salchicha, porque me da rabia, si en eso termino, que alguno se piense ¿Qué yo fui un cochino!... Y acallando aquellos honrados temores, se oye que en la plaza gritan: -¡Picadores!162 José F. Elizondo. 1942 Fermín Espinosa “Armillita” Es su poder, su fuerza, su maestría imán que el triunfo a su designio atrae; está en la cumbre, pero nunca cae, ni se rinde a la “noche”… ¡Siempre es “día”! Vencedor del espanto y de la muerte, amplio y dominador, firme y entero, vive dentro de sí, recio guerrero que hace de su valor, sublime suerte. Muleta, espada, capa y banderilla, símbolos son en manos de este “Armilla” MAESTRO DE MAESTROS, acatado. Cerebro, corazón, arte y destreza, en Fermín, el torero no igualado, forman un bloque pétreo, de una pieza… Anónimo.163 1942 Luis Procuna, el gitano artista. Procuna es genialidad, Destello y “gitanería”. Es una vez, la Verdad Y es otra vez… Fantasía. 162
La Lidia. Revista gráfica taurina. Año I, Nº 2. 4 de diciembre de 1942. Los toreros. Publicación realizada y coordinada por Fidel Solís “El Torilero” para la temporada 1942-1943. Se publicó en la ciudad de México hacia 1942 y contiene 80 p. Ils., fots., p. 6. 163
En general, siempre encanta, Por su garbo y por su “modo” ¡Pero hay momentos que espanta Cuando se la juega todo! A modo de “revulsivo” Sobre el sistema nervioso Del taurófilo impulsivo, Consigue lo milagroso De encenderlo de pasión Con su esplendorosa llama, Y en increíble reacción, Tras que lo increpa, lo aclama. Arte sublime, o locura, Misterio y complejidad, Procuna llega a “figura” ¡por su personalidad! Anónimo.164 1942
Juan Silveti es igual a Juan sin miedo. Juan Silveti es igual a Juan Charrasqueado. Entre las diversas etiquetas que ostentó en vida el recio diestro guanajuatense, encontramos dos que contribuyen a estimular el mito. Ya conocimos el texto que Alfonso Camín le dedica al Compadre Juan, y donde queda remarcado como Juan sin Miedo. Es ahora el compositor mexicano Víctor Cordero quien escribe la que después fue famosa letra de la canción bravía Juan Charrasqueado, y que convirtió en icono de la música vernácula el tenor Jorge Negrete. Según se sabe, la letra escrita por Cordero es, en buena medida fruto de la presencia e influencia de Juan Silveti, quien se había despedido de los ruedos el 1º de mayo de aquel mismo año en la plaza de toros “El Toreo”, alternando con Paco Gorráez, Carlos Vera “Cañitas” y por delante estuvo “Conchita” Cintrón” quienes lidiaron 8 toros de Piedras Negras. ¿Que Silveti llevaba alguna cicatriz en la cara, tan grande que para muchos, el rastro de esa herida, se parecía a la dejada por la “caricia” de una navaja? No puedo asegurarlo, pero el “Tigre de Guanajuato” llevaba tantos “recuerdos” y cornadas en el cuerpo, más de treinta, alguno de ellos mortal de necesidad, que seguramente no le hacía falta ostentar uno más. Sin embargo, ¿aquella “herida” fue motivo del roce de un pitón, o un mero asunto de faldas? Corrido de Juan Charrasqueado. Voy a cantarles un corrido muy mentado Lo que ha pasado allá en la Hacienda de la Flor La triste historia de un ranchero enamorado Que fue borracho, parrandero y jugador. 164
Op. Cit., p. 27.
Juan se llamaba y lo apodaban "Charrasqueado" Era valiente y arriesgado en el amor A las mujeres más bonitas se llevaba De aquellos campos no quedaba ni una flor. Un día domingo que se andaba emborrachando A la cantina le corrieron a avisar: "Cuídate, Juan, que ya por ahí te andan buscando Son muchos hombres, no te vayan a matar." No tuvo tiempo de montar en su caballo Pistola en mano se le echaron de a montón "Ando borracho", les gritaba, "y soy buen gallo" Cuando una bala atravesó su corazón. Creció la milpa con la lluvia en el potrero Y las palomas van volando al pedregal Bonitos toros llevan hoy al matadero Qué buen caballo va montando el caporal. Ya las campanas del santuario están doblando Todos los fieles se dirigen a rezar Y por el cerro los rancheros van bajando A un hombre muerto que lo llevan a enterrar. En una choza muy humilde llora un niño Y las mujeres se aconsejan y se van Sólo su madre lo consuela con cariño Mirando al cielo llora y reza por su Juan. Aquí termino de cantar éste corrido De Juan ranchero, charrasqueado y burlador Que se creyó de las mujeres consentidas Y fue borracho, parrandero y jugador. Víctor Cordero.
1943 ACUARELA El crepúsculo es manto de torero en las manos morenas de la tarde. Graderías las montañas, ruedo el valle, y las nubes pañuelos apremiantes. El toro acusa la ebriedad del celo. es un triunfo vital su fiera estampa que trae del mito la visión remota de aquel su ancestro que raptara a Europa. Fragor de palmas improvisa el viento, y agujas de penumbra, en serpentina,
bordan rosas de luto en el capote de la tarde torera que, gitana, hace del manto singular mantilla, del agreste peñón una peineta, y, jinete en abrupto cerro arisco, luminoso rejón clava certera en la pupila bárbara del toro que trae el mito, la visión remota de aquel su ancestro que raptara a Europa.165 José Fernández Mendizábal. 1943 A FRANCISCO OLVERA, “BERRINCHES” Eres parte esencial de la gran fiesta, jinete en fiel rocín enflaquecido a quien hiere la mofa del “tendido” asaz cruel en su fuerza manifiesta. Diríase que ignoras lo que cuesta el tumbo doloroso cuando, erguido, te ves por el burel acometido en suerte que te puede ser funesta. Valiente a no dudarlo tú lo eres empuñando la lanza cuando alegra al toro en el terreno que prefieres, Y también si te engaña su perfidia... erguida o en tumbo, tu figura íntegra el cómico sentido de la lidia. II Sin luz tus ojos ni vigor tu brazo, hierro en la pierna y sobre el hierro, cuero; firme en la silla se te mira entero lucir al sol que rubricó tu ocaso. ¿Y qué será de ti cuando el abrazo de la temida sombra ciña artero su anilla cruel? Noble Lancero de la fiesta, en el nervioso trazo. De estas líneas mi emoción te ofrenda -tal mano grácil que la luz alegra-, el clavel reventón de la leyenda
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La Lidia. Revista gráfica taurina. Año I, Nº 9. 22 de enero de 1943.
A salvo del rencor y de la insidia ¡Qué en él tumbo final tu gesto integra el trágico sentido de la lidia!166 José Fernández Mendizábal. 1943 AL VIEJO “BERRINCHES” Aluego “Berrinches” llega con un caballejo, al trote, y toma parte en la brega. Haz de cuenta Don Quijote que hubiera resucitado con bacinica y garrote y re más encaprichado se güelve toro el molino y las aspas hoy son astas y es aquello un torbellino, un relajo ¡qué canastas! A la verdá, no hay derecho. Destripado el caballejo y “Berrinches” muy maltrecho, por poco pierde´l pellejo si no le espantan al toro. Y la gente, cómo grita. le dice llena de azoro una gringa a una currita: -¡Qué bárbaros los latinos” ¿No hay saciedá protectora de animales? ¡Asesinos!...167 Anónimo. 1943 A CONCHITA CINTRÓN Emoción embravecida y tempestad en las manos. Horizonte de pañuelos y juramentos gitanos. Resabios de otras edades a flor de labios y ojos, y el oro del sol se trueca en sendos claveles rojos. Andamio supersticioso. Racimos de colorido. Rumor que luego es estruendo que rasga histórico aullido. De cuatro a seis de la tarde, el domingo se hace noble: La Muerte le da blasones en metal de un paso doble. Trozo de noche con nervios monta la virgen torera, y ónix nocturno incrustado lleva en la cara lunera. Mira a la Muerte de frente y la Muerte retrocede 166 167
La Lidia. Revista gráfica taurina. Año I, Nº 10. 29 de enero de 1943. La Lidia. Revista gráfica taurina. Año I, Nº 10. 29 de enero de 1943.
y en el testuz de la fiera, la luna, hecha cuernos, cede. Perfil de antigua medalla: mentón que reta y acepta; dos goterones de sangre los labios en donde repta el colibrí de la risa como fugaz pincelada, y la nariz es más firme que noble amistad jurada. Fruto de savia bravía se me antoja la doncella que empuña pincel agudo y traza una roja estrella en el lomo de la fiera y en el instinto que estalla en torrente turbulento, que después, manso, desmaya. Restalla el clarín con fuerza, como látigo sonoro, y la geometría taurina no es más que ángulo de azoro. Muchedumbre hiperestésica en comunión emotiva -Una enorme vid de nervios, generosa y agresivay en el centro, la doncella, la del caballo nocturno, y el sol, bello paje rubio, ofreciéndola el coturno.168 José Fernández Mendizábal. 1943 TARDE DE LLUVIA Y TEDIO Lluvia en tarde de domingo. Húmeda carne de tedio: Blanda, laxa, torpe, fofa... Mi mal no tiene remedio. Café de cuarenta céntimos. Historias de torería y, de la urbe en el centro, gime la plaza vacía. Mi corazón, novillero, hace a una moza el manteo, mas no hay codicia en sus ojos y me esquiva, si la veo. La moza, mansa, se aleja rasgando cortinas de humo. Requiero papel y un aire de grave importancia asumo. Recadería sin destino. Frase que archiva la tarde en cartapacios de hastío, con un desdeñoso alarde. Desflecado pasodoble en organillo mendigo y, sólo de charla ajena a ser un oidor me obligo. Un hombre basto hace trampas con su baraja taurina: Transforma en as una sota y a que la acepten conmina precipitando improperios facturados en Sevilla, -eh, mozo –gritó-, despierta: ¿Un chato de manzanilla! .......... Y por el torvo tedio empitonada rueda la tarde gris ensangrentada.169 José Fernández Mendizábal. 1943 168 169
La Lidia. Revista gráfica taurina. Año I, Nº 14. 26 de febrero de 1943. La Lidia. Revista gráfica taurina. Año I, Nº 14. 26 de febrero de 1943.
CABALLO DE PICA A Roque Armando Sosa Ferreyro Osamenta de sarcasmo que mal cubre peor pellejo; rosetones ulcerados sobre el andamiaje viejo... Le clava el Sol en los huesos diez mil alfileres de oro y en su vientre –libro de hambres- estampa su firma el toro. El armazón del caballo exhibe aristas agudas y el extraño adorno púrpura de sus vísceras desnudas. Le vendan como se venda al cobarde ante fusiles; y no cobarde y sí viejo es en sus veinte perfiles. Sombra de corcel que fuera –difusa mancha baldíaestallan sus costillares como vasija vacía. Sus pobres flancos hostiles se quiebran sin estridencia, sin que el caso tenga nunca relieves de trascendencia. Suple el Sol la carne escasa del jamelgo estremecido, que por efímero instante se me antoja embravecido. Dolor en la bestia humilde, mínimo dolor inútil de sangre que sin prestigio rubrica tragedia fútil. ¡Triste caballo de pica al que la mofa enjaeza: Tu ridícula prestancia y tu crónica tristeza, ni Goya expresarla pudo con generosa nobleza!170 José Fernández Mendizábal 1943 El natural de Lorenzo Con garbo, gracia y majestad, Lorenzo llega muleta en mano hasta la fiera. Muy cerca del testuz, que embista espera y lentamente, con dominio intenso La hace que siga tras el rojo lienzo pasándose a la brava bestia entera ceñida entre la faja, cual si fuera dócil cordero para su arte inmenso. Y a la otra fiera, a la que llena el coso, que aplaude o ruge y sin razón se irrita, también sabe vencer, hecho un coloso: Ante su arte pletórico de asombros, el mismo que le silba y que le grita, le alza en triunfo inmortal sobre los hombros!171
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La Lidia. Revista Gráfica Taurina. Año I, Nº 19. 2 de abril de 1943. 23 de Mayo 1943 en el Coliseo (Monterrey, N. l.). Despedida de Garza. El muletero cumbre! Amo y señor del Pase natural! Programa oficial conmemorativo. Monterrey, N.L. 46 p., p. 35. 171
Daniel Cadena Z. 1942-1943 COVADONGA 1942-TOROS-1943 TARDE DE TOROS ¡Qué día tan hermoso!... El padre Febo luce en todo lo alto, en oro y fuego y en México derrama todo el tesoro de su luz, que en el éter es polvo de oro. Ya al arrugado frío dimos mortaja, surgiendo las primeras “güitas” de paja. Y cómo está El Toreo señores míos!... Luces miles de hermosas sus atavíos, que enmarca lo celeste de su belleza, que es grande y que realza la gentileza. ¡Peinetas y mantillas, regios mantones, y talles que estremecen los corazones!... Y es que no hay otra fiesta que se le ponga delante: es la Corrida de Covadonga! Es la grande corrida que año tras año mueve a México entero cual lo hace hogaño; y es que tiene ganada regia aureola, ¡es la fiesta de toros, y es la española! Es contienda amistosa, más como hermanos se enfrentarán al toro dos mexicanos, que han de luchar ansiosos por el trofeo con seis hermosas fieras de San Mateo. De esa ganadería
que es honra y brilla, de que México entero de testimonio, con sus toros alegres cual del Saltillo, bajo el fino cuidado de don Antonio. ¡No me digáis que Antonios hay más que uno; criando reses bravas sólo hay Llaguno!172 1943 ¡TIENE ORTIZ UN CAPOTE GUADALUPANO...! Tiene Ortiz un capote guadalupano aun hecho en España por mano diestra, impreso lleva el sello de mexicano pues la Virgen Morena es cosa nuestra. Como antaño en la liza de las Cruzadas, para entrar a la lucha, combate rudo, moderno paladín, trae el escudo, la Virgen que le cuida de las cornadas. Y confía en la Virgen; es ella sola la musa que le inspira grandes faenas; en el triunfo le cubre con bella aureola, con amor le mitiga todas sus penas. El toreo de Pepe, es religioso; son éxtasis sus lances y sus momentos llevan el misticismo de los conventos. El temple de su mano es prodigioso y al vibrar en los de los vuelos de la muleta tiene notas de salmo de una saeta. Y si plasma un quite, es todo un lienzo que al contacto del aire derrama incienso; aunando a los perfiles de su arte austero su linaje garboso de gran torero. ¡Capotillo dorado de mil colores! -regio pregón bordado de tus amoresque sus luces refleja sobre la arena. Al lanzarlo a las filas del graderío, donde esplende sus galas el mujerío, que tus ojos encuentran a la morena, 172
Programa de mano de la corrida de Covadonga, celebrada en la plaza de toros “El Toreo”.
a la bella fragante flor mexicana que sabrá encomendarte, en arranque pío, a la Virgen sublime Guadalupana.173 Carlos León, México, 1943. 1943 PLEGARIA DE LA ESPOSA DEL TORERO (A Lupita Gallardo –esposa de José Ortiz-) Ante la imagen santa de Cristo en el madero, eleva sus plegarias la esposa del torero. Es presa de la angustia, viviendo en agonía mientras la fiesta brava desgrana su alegría. Copioso, amargo llanto le surca las mejillas. Su amado, en ese instante, cincela maravillas. Estallan ovaciones... ¡Trepida el graderío!... La mujercita exclama: ¡Ampáralo, Dios mío! Del sol y de alegrías... ¡De toros es la tarde! En cambio, en esa estancia, sólo una lámpara arde, que alumbra, ya muriente, con débil resplandor el drama que ella vive, transida de dolor. Termina la corrida... ¡Fue el triunfo clamoroso! El diestro hacia su hogar, regresa presuroso, llevando en recia mano, la rosa más fragante que a sus pies cayera, en la arena tremante. -Para ti es esta flor-, le dice a su adorada. -Es el lauro más bello de mi última jornada... -¡Que sea del Nazareno- Contesta al punto ella; -llevémosla al Señor, que escuchó mi querella; que guardó de tu vida, y te hizo triunfador... ¡Pongámosla a las plantas de Cristo Redentor!174 Fernando D. Silva. 1943 EL ADIOS DEL TORERO Canción Española Música de Manuel Álvarez “Maciste”. Letra original de Pepe Ortiz. El adiós de un torero, motivo de mi canto, 173
Op. Cit. Francisco Ortiz: Ortiz, orticinas y orticistas. José Ortiz, el creador taurino más genial del siglo XX. México, Impresores Unidos, S. de R.L., 1943. 174
es mantón pinturero que se moja de llanto. ¡Quién sin pena supera perder algo en la vida... ¡Ay, yo nunca quisiera dar esta despedida! Y, aunque me quisiera alegrar, hoy siento ganas de llorar. Tantas tardes luminosas, radiantes y gloriosas, llenas de risas y sol!... Serán después recuerdos, pobres claveles muertos por el invierno del adiós. ¿Dónde queda aquél capote de oro y luz? ¿Dónde quedó mi juventud? Al pintar la barrera con gotas de mi sangre, he dejado en la arena jirones de mi carne. Y, esos quites de esa que a mí Dios inspirara, no quisiera dejarlos... ¡En el alma llevarlos! Digo adiós a la afición, dejándole el corazón. Y una rosa temprana dejo a la Guadalupana, que siempre me amparó. No siendo ya torero, otra gloria no quiero... ¡Toda ilusión se acabó! ¡Adiós, adiós!... Temblando me voy de emoción, ¡Adiós, oh, fiesta brava! Adiós!...175 1943 BRINDIS FINAL 175
Op. cit.
BRINDEMOS: Por la fiesta de luz de sol y algarabía, cuya belleza inspira la poesía galana. Fiesta regia, que tiene de España la alegría y el valor de la raza mexicana: Que vive entre nosotros, cual reina y soberana deslumbrando con luces de mágico matiz; porque viva el artista, esencia y filigrana, que nació en esta Tierra, y se llama Pepe Ortiz. DESPEDIDA: Ha llegado la tarde de espera e incertidumbre en que se va el artista de cristal y de roble. Está lleno el tendido; el sol envía su oro en sus rayos de lumbre; se escucha un alarido y se oyen los acordes de un bello pasodoble. Sonaron los clarines, sonaron los timbales, ya sale el arlequín que vestido de oro, atraviesa la arena de sus tardes triunfales y... va a salir el toro. Se abre un capotillo que da luz a la tarde, el entusiasmo arde, el ruedo se ilumina; y con sabor y esencia y exquisita figura, se ven las “Orticinas” que son como esculturas, de figuras divinas. Se ovaciona al torero por sus milagrerías; surgen las “Tapatías”, y en nuevo cite al toro se queda allí plasmado también “El quite de Oro” Va muriendo la tarde, ya el entusiasmo no arde, cayó el último toro... Ya no habrá “Quite de Oro”, ya no habrá “Tapatías”, ya no habrá “Orticinas” que son como esculturas de figuras divinas. El Orfebre se ha ido, todo se ha enmudecido van a surgir del cielo las luces mortecinas... La gente se entristece, y todavía parece que en el aire se mece
el eco dulce y triste de nuestras “Golondrinas” 176 Enrique Guerrero. 1943 SUEÑO DE GLORIA A LOS QUE CAEN. En la noche callada, los luceros se encienden y las luces se apagan. Y en la quieta calleja de la vieja barriada, a la reja florida de una moza galana, negra sombra se mira. En el viento que corre va flotando el susurro de un poema, que esconde la razón de la vida, el impulso del mundo, el amor de dos seres que en la tierra se inician y en el cielo se funden. Tras la reja florida, de romance y misterio, la muchacha se agita, la más bella del pueblo; y en la calle desierta, la figura gallarda de la sombra alargada, corresponde al torero. -“No te alarmes, chicuela, no te empañen los ojos las angustias rastreras, ni el temor de los toros, que sus astas enhiestas han de darme la gloria de cumplir tus antojos y saberte contenta”. -“No te importe la lucha, ¡es la lucha tan bella! Que el torero no escucha, cuando burla a la fiera, el rumor tempestuoso 176
Ibidem.
del aplauso que rueda de tendido en tendido y se vuelca en la arena”. -“No hay placer comparable a enredarse en la faja con majeza y coraje, a la fiera que ataca, con instinto asesino, con impulso salvaje, para verse engañada por el hombre, en su ataque”. -“No, no temas, chicuela, que mañana en la tarde, yo saldré por la puerta, por la puerta más grande de la plaza de toros, de entusiasmo rodeado, de ilusiones y anhelos, en volandas llevado”. -“Y después, en la quieta santidad de tu pecho, ha de huir la tristeza, cumpliráse mi anhelo de mirar a mi madre con nosotros viviendo, y tu risa y la de ella me tendrán en el cielo”. No habló más el torero. En la noche callada fue más hondo el silencio, se cerro la ventana, cintiló algún lucero, se alargaron las sombras y besaron la reja los murmullos del viento. Ya la tarde se muere, y en la reja florida, una moza que quiere, pone el alma y la vida esperando al torero, que en la noche callada le juró que vendría y es muy tarde... y no vuelve. Sin embargo, ha cumplido la promesa que hiciera de salir conducido por la puerta más grande,
la más grande que hubiera en la plaza de toros. ¡Va muy quieto en la caja! ¡Se lo llevan en hombros! Y la novia lo espera, y la madre le aguarda, y el torero no llega... ¡Nunca más llegará! ¡Que las astas enhiestas, no le dieron la gloria, ni el calor de unos besos... Ni la paz de un hogar! Y en la noche callada, los luceros se encienden y las luces se apagan, y en la quieta calleja de la vieja barriada, y la reja florida de la moza galana... Ya no hay sombras ni hay nada. Se secaron las flores... ¡se cerró la ventana...!177 Adolfo Gabriel. 1943 VERÓNICA BAJO EL SOL A JUAN SILVETI JUAN SILVETI: no hay retrato del Tigre de Guanajuato, que no sea un aguafuerte cara a cara con la muerte. La nueva lira saluda tu audacia que se desnuda cuando tus ínfulas gastas para pulirle las astas -que se vuelven, sin querer, perchas de la muerte- al toro, igual que un califa moro los pechos a una mujer. Rezumar y florecer he visto ya los claveles de tu sangre, en esas pieles mansas del atardecer, cuando en el coso repleto, 177
La Lidia. Revista gráfica taurina. Año I, Nº 40. México, D.F., 27 de agosto de 1943.
llevando como amuleto sobre la frente el mechón, tu capa –tirabuzón rojo cual tinto de Españadescorchaba la Champaña bullente de la emoción. Crecía la expectación frente a tu gracia torera, batiendo su nopalera de manos en ovación. Juan sin Miedo, maravilla del valor y del denuedo; dorado de Pancho Villa; recio gladiador del ruedo, que entre el coruscante enredo de oro, de seda y de sol, y en el fatídico rol de la muerte o la victoria, fuiste apresando la Gloria dentro de cada “farol”. Era la fama un fistol joyante de tu corbata, cuyos vuelos escarlata tendió tu traje español, que se volvió mexicano cuando el pico del “jarano” quiso rasgar el cendal de nuestro cielo triunfal, y en un derroche de galas robó el ímpetu a las alas del Águila Nacional. Así fue, charro marcial que hicieres, llegado el turno, con el aro de Saturno tu “crinolina” genial. Maestro que en el siniestro redondel, volcaste un día toda la milagrería faquiresca de tus pases; que, másculo y sin disfraces, -pavoroso en el ceñircon un capote de auroras hiciste tuyas las horas brillantes del porvenir; ya no lograrás morir, a pesar de tu despecho, pues aún los lances de pecho te condenan a vivir porque la Gloria es moneda
que sin ambajes se queda para cuño tu perfil. ¡Qué banderillas de añil te brindaron los poetas acribillando a saetas tu desplante juvenil, en el blanco de las mil y una noches de tu vida -romancera de un suicida frustrado por varonil-. Torero, rejoneador de bureles y horizontes; va mi tropel de bisontes para tu lidia mejor, Silveti: Deja el confeti de las estrellas caer; deja que el atardecer plagie tu gaya verónica, y entra triunfal a la jónica plaza que abrió mi cantar. Que si vamos a brindar con disloque por tu estoque de luna sin conjunción, tu capa –tirabuzón rojo cual tinto de Españadescorchará la Champaña bullente de la emoción, y la misma expectación, frente a tu gracia torera, batirá su nopalera fe manos en ovación!...178 Jorge Ramón Juárez 1943 ROMANCE DE LOS TORERILLOS Todos los días por mi casa pasa muy entusiasmado un grupo de torerillos, formado por diez chamacos; llevan un capote viejo y unos lienzos colorados para improvisar muletas con los estoques de palo; el capote lo veneran como reliquia de santo, 178
La Lidia. Revista gráfica taurina. Año II, Nº 53. México, D.F., 6 de noviembre de 1943.
por ser regalo valioso de un torero retirado. Es en un corral sin puertas, por todos abandonado donde mañana a mañana se juntan ilusionados. Creen que alcanzar la Gloria no saben de los calvarios que los ases consagrados tuvieron que soportar; ellos se sienten esclavos de esa fiesta que es embrujo, y ahí están para animarlos los triunfos inenarrables de Armilla, Garza, El Soldado, Rodolfo que fue Califa, sin olvidar a Cagancho, Juan Belmonte, Joselito, y Gitanillo y El Gallo, torero entre los toreros y Faraón de gitanos. Sueñan que ha llegado el día del debut tan esperado; se oye el clarín, parten plaza; con solera y firme paso van recorriendo la arena; de la Gloria o del fracaso se encuentran frente por frente: llegó el momento anhelado. El primero de la tarde lleva por nombre “Murciano”, le ha tocado a Joselillo por ser el chaval más bravo; le receta cuatro lances, se convierte en un jabato y al quitar tiene desplantes que le envidiaría el más guapo. ¡Qué pares de banderillas!, levantando bien los brazos, y después, con la muleta, (de terciopelo, no trapo) pases de todas las marcas, adornos, cambios de mano, que vuelven loco al gentío por toreo tan inspirado: Ya se dispone a matar, se perfila muy confiado. De pronto se escucha un grito,
después una carcajada... -¿Qué pasó?- ¡Que te dormiste! Pasó entera la mañana sin que hubieras entrenado, y Juan tuvo la humorada de echarle un poco de agua por ver si te despertabas; se fue por ahí corriendo para evitar tu venganza. -¡Ah, malaje, nos veremos! ¡Te juro que me la pagas!, Que me pierdo por tu culpa una carretada de palmas, el rabo, las dos orejas, puede ser que hasta las patas, con que el público, muy justo, mi gran faena premiaba. Termina el entrenamiento, ya se acabó la mañana, lían capotes y muletas... los torerillos se marchan. Uno de ellos va muy triste: Es aquel que dormitaba... Se va quejando entre dientes de aquella broma pesada, que en pleno triunfo cortó faena tan bien ligada.179 Antonio Lomelín Ríos. 1943 VA LA LENTA CARAVANA... Va la lenta caravana por la blanca carretera en pos de Lorenzo Garza por verlo torear en Puebla. Va la pasión encendiendo sus rojas flores de fuego como chispazos corriendo saltando de pecho en pecho. Va en la plaza trepidando el garcismo vocinglero por todo el coso rodando la ovación, desde el paseo. Va bordando en la faena Lorenzo Garza una historia que cada grano en la arena, 179
La Lidia. Revista gráfica taurina. Año II, Nº 56. México, D.F., 17 de diciembre de 1943.
es una chispa de gloria. Por eso estamos regando el llanto sobre la pena: Se va Lorenzo alejando, por eso fuimos a Puebla En las páginas blancas de la vida, el amor a tu madre fue tu gloria una flor inmortal, la siempreviva, que florece perenne en tu memoria. En las páginas rojas de la lucha, fuiste el ídolo tú, el mejor torero, fuiste pasión que la razón no escucha cuando se triunfa como tú, primero. y en las páginas negras de la muerte el vencedor serás, porque está escrito que la gloria se ligue con tu suerte, más allá del adiós y del olvido. Va muriendo la tarde de un domingo de toros. Brilla el sol, sobre las gradas arde con reflejos de oro... Volverán otros diestros en el ruedo naturales mandones a ligar, pero aquellos, los clásicos garcista, esos, ¡no volverán!180 Adolfo Gabriel 1943 PEPE FAROLES181 180
La Lidia. Revista gráfica taurina. Año II, Nº 56. México, D.F., 17 de diciembre de 1943. Versos dedicados a Lorenzo Garza, con motivo de su despedida en la plaza “El Toreo” de Puebla, Pue. 181 Pepe Faroles era el seudónimo de Josefina Vicens. De ella escribí el siguiente texto: JOSEFINA VICENS: DETRAS DE LA GRAN NOVELISTA, UNA GRAN AFICIONADA A LOS TOROS. La vida de Josefina Vicens se aglutina en escasas, pero no por ello, notables producciones literarias. El libro vacío (1958) es su obra mayor. Los años falsos (1982) completa el trabajo novelístico. “Petrita” un cuento y los guiones cinematográficos “Los perros de Dios”, así como “Renuncia por motivo de salud” la colocan en un sitio exclusivo entre los grandes creadores del siglo XX en México. En apretada biografía podemos anotar que nació en Villahermosa, Tabasco el 23 de noviembre de 1911. Mujer inquieta como pocas logra abrazar las causas sociales siendo decidida su participación a favor de los derechos humanos; en el Departamento Agrario, en la Confederación Nacional Campesina y luego como cineasta, por lo que ocupó la presidencia de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas. También fue miembro vitalicio del Sindicato de la Producción Cinematográfica. Muere el 22 de noviembre de 1988. Solo por explorar un pequeño pasaje de El libro vacío -antes de pasar a describir una actividad poco conocida en ella- vale la pena dejarnos llevar por el vértigo de su emoción al escribir; emoción que proyecta en José García, el protagonista de la obra:
Para tratar con toreros, nadie mejor preparado que quien hubiera tratado líderes y pistoleros. Ahora diestros y críticos y los toros más malditos se le hacen unos benditos a quien trató con políticos. Si supo de los bemoles de la Cámara y sus gentes, ¡qué sencillos, qué inocentes nos mira Pepe Faroles! Anónimo.182
Mi mano no termina en los dedos: la vida, la circulación, la sangre se prolongan hasta el punto de mi pluma. En la frente siento un golpe caliente y acompasado. Por todo el cuerpo, desde que me preparo a escribir, se me esparce una alegría urgente. Me pertenezco todo, me uso todo; no hay un átomo de mí que no esté conmigo, sabiendo, sintiendo la inminencia de la primera palabra. En el trazo de esa primera palabra pongo una especie de sensualidad: dibujo la mayúscula, la remarco en sus bordes, la adorno. Esa sensualidad caligráfica, después me doy cuenta, no es más que la forma de retrasar el momento de decir algo, porque no sé qué es ese algo; pero el placer de ese instante total, lleno de júbilo, de posibilidades y de fe en mí mismo, no logra enturbiarlo ni la desesperanza que me invade después. Y bien, ¿de qué actividad poco conocida estoy hablando? Resulta que Josefina Vicens, allá por los años cuarenta firmaba colaboraciones en Sol y Sombra y Torerías como PEPE FAROLES. ¿Cronista taurina? Ni mas ni menos. Y no sólo eso. Ocupó la dirección general de TORERIAS, revista que se codeaba con La Lidia o El Redondel, por ejemplo. Josefina mantuvo en su revista una línea crítica, con un formato que iba en semejanza con La Lidia, publicación de la que era director Roque Armando Sosa Ferreiro, teniendo entre su grupo de colaboradores al recordado Dr. Carlos Cuesta Baquero. Torerías sustentaba su contenido en noticias taurinas, complementadas por las de espectáculos y variedades. Sin embargo, Josefina Vicens no mostró ambición en cubrir secciones importantes. Reduce su actividad a notas cortas donde establecía opiniones sobre los hechos del momento y sus protagonistas. Además, de vez en vez publicada alguna interviú acompañada del reportaje gráfico donde el fotógrafo buscaba no excluirla, haciéndola aparecer junto a sus entrevistados. Aficionada a los toros, supo luchar en momentos de difícil apertura a favor de la mujer y tan lo logró, que se hizo cargo de la publicación ya mencionada. En aquel entonces sobresalían junto a ella Esperanza Arellano “Verónica” y Carmen Torreblanca Sánchez Cervantes. PEPE FAROLES es el seudónimo que ocultaba a Josefina Vicens, futura creadora que logró alcanzar alturas insospechadas. ¿Por qué emplear ese sobrenombre como lo hizo en su momento sor Juana, al tener que asumir a la sociedad masculina y así ingresar a la Universidad? Josefina Vicens mantuvo la idea de que los toros es una actividad metafísica en la que el hombre se atavía con todo lujo y se prepara a encarar su cita con la muerte. Muerte es aniquilamiento, muerte es la danza de una belleza efímera llena de precisión, donde además, se juega con ella para salvar la vida. Por eso, la síntesis de la tauromaquia que ella pudo ver está en la vida que se matiza de riesgos y de una temeridad que quizás iba en armonía con su forma de ser. No acabo todavía de imaginar que los toros, con todo el significado masculino que ostenta y alterado por valores machistas y hasta misóginos dejara lugar para una mujer inteligente, que supo enfrentar el riesgo, y además demostrar que no cedía un ápice en sus esfuerzos por demostrar su afición hasta los extremos ya vistos en esta pequeña retrospectiva inédita de su vida. He ahí, una nueva y desconocida faceta de la Vicens, mujer ejemplar. 182 Torerías. El semanario taurino de México. 1943.
1943 TAURINO ¡Quién como tú, lidiador, tuviera un lecho de arena y una mortaja de sol! 183 1943
Todos los versos que, como Calaveras taurinas aparecen relacionados en ese contexto, provienen de la revista Torerías. México, D.F., Año I, Nº 9, del 2 de noviembre de 1943. Por tratarse de más de cuarenta muestras, y para obviar referencias incómodas, simplemente se relacionarán con número y nombre respectivamente. 1 El Tenorio texcocano. suelta piedra fingida suelta esa mano, que aún queda el último grano en mi faz embellecida!... 2 Don Juan Estrada. Aquí está don Juan Estrada que de ninguno se deja y que sostiene una Oreja con el valor de su espada. Bien huyen de su estocada aquéllos que en flamenquismo no tienen el “donjuanismo” de aceptarle un “mano a mano” a este don Juan queretano, el mandón del torerismo. 3 Don Luis Briones. Es don Luis de Seda y Oro un torero de cartel para quien quiera algo d´él estando delante el toro. Causa en las masas azoro con su arte de buena ley y es entre todos el rey 183
Armando Duvalier: TIBOR. HAI-KAIS. México, Editorial Surco, 1943. 116 p., p. 44.
que tiene trono y tronío; monarca del señorío es don Luis de Monterrey. 4 Don Luis Procuna. No hubo príncipe en Sevilla que comparársele pueda y bien afirmado queda que es don Luis de Maravilla. ¿Todo un garbo en taleguilla! De la cabeza a los pies vuelve loca a doña Inés y burla a cualquier Tenorio. ¿Por algo es don Luis Camborio que vale lo menos tres! 5 Tono Algara. Antiguo criador de toros y hoy empresario taurino, tiene escrito en su destino luchar con negros y moros como aquellos caballeros que con el Rey don Fernando siempre andaban peleando contra africanos guerreros. Pero aquí hay un caso raro, pues Tono, en u pleitecillo, al encontrarse a un morillo perdió el juicio, y pidió amparo. 6 Doctor Ibarra. Nunca hicieron migas juntos Xavier Ibarra y la Muerte, porque él, con su brazo fuerte, le quitaba los difuntos, y hasta cuentan datos ciertos que una vez fue ese doctor activo organizador de una gran huelga de muertos; pero implacable el Destino, al no poderlo matar, lo comenzó a disecar
hasta hacerlo un pergamino. 7 Manuel Horta. Cocida como una torta, esta calavera oscura fue la cabeza de cura del escritor Manuel Horta. Ha llamado la atención el raro color cutáneo de los huesos de este cráneo, únicos en el panteón; pero el tono rubicundo se debe a que en vida era la de Horta la calavera más asoleada del mundo. 8 Pepe Ortiz. Relata una añeja crónica con rigor y pulcritud que Ortiz murió en Hollywood saboreando una verónica. Se recreaba en la suerte lento, cadencioso y tardo, cuando Lupita Gallardo llegó y le causó la muerte. Y fue, que, tras el pacake, descubrió en tan duro tance que aquello no era un lance: era Verónica Lake. 9 Rojo de la Vega. A todos un fin nos llega; pero… ¡qué muerte más trágica tuvo, en forma casi mágica, José Rojo de la Vega! Una vez, en Nicaragua, atravesando un desierto, de sed sintiéndose muerto, ingirió una gota de agua.
Y fue el colapso tan fuerte para aquel ilustre sabio, que apenas mojó su labio murió con horrible muerte. 10 Romárico González. Tuvo dos grandes dehesas, Piedras Negras, La Laguna, y a las dos, una por una, las fue trocando en pavesas. Padeció en forma barbárica de un reuma tan antipático que unos le decían Romático y otros le decían Reumático. Vino a juntarse al panteón con sus toros paralíticos, después que público y críticos le dieron la extremaunción. 11 Don Antonio Llaguno. Fue don Antonio Llaguno, aunque a todos cause envidia, por su ganado de lidia el criador número uno. Siempre fueron para él los premios presidenciales, y todos sus animales alcanzaron gran cartel. De tristeza su murió porque una corrida entera cayó en una ratonera y el gato se la comió. 12 Don Dificultades. Miles de calamidades y jugadas del Destino sorprendieron en el Pino al Viejo “Dificultades”. Evocar su poder de antes era su dicha en su establo,
y por consejos del diablo se llenó de poderdantes. El pobre murió hace un año cuando, a causa de la guerra, el Rey Jorge de Inglaterra le dio la Orden del Baño. 13 La corte de Difi. La copiosa comitiva del autócrata del Pino tuvo por final destino esta tumba colectiva. Yacen “Chito”, “Perengano”, Arizqueta, Juan Redondo, el doctor Monge hasta el fondo y atrás Bazán y su hermano. Mas no lloremos por eso ni lancemos ayes vanos; deben estar muy ufanos porque tienen harto hueso. 14 Alfonso Icaza “Ojo” Alfonso Icaza, cronista de todo lo “cronicable”, fue también muy estimable como campeón bolichista; siempre andaba aquí y allá diciendo que él era un justo; lo mataron de un disgusto los hijos de su papá. esta frase pronunció al dictar su testamento: “¡Que lo de mi monumento lo administre otro, no yo!” 15 Lorenzo Garza. El diestro de Monterrey era, en plena juventud, un gran torrente, un alud, era el amo y era el rey; pero, aunque joven y fuerte y en lo mejor de su edad, sin golpe ni enfermedad se le presentó la Muerte:
“Ven conmigo sin engaños”, dijo ella, y él, sonriendo: “Voy, que me estoy despidiendo”. ¡Y murió de noventa años! 16 Armillita. Las clavijas de violín que ornan esta calavera denuncian que en vida era del gran torero Fermín, y estos fémures de hermosa curva en figura de horqueta eran las piernas de atleta del gran maestro Espinosa, y como ni una tirita de la piel se encuentra rota, claramente se denota que aquí reposa “Armillita”. 17 Silverio Pérez. Silverio murió asfixiado, masticado, deglutido, asimilado, ingerido, y finalmente expulsado. Una vez perdió la calma; le apostó una dama terca: “Ni yendo a bailar a Chalma puedes ya torear más cerca”. Y él, por el afán del oro y por ganar esa apuesta, sólo halló una forma, ésta: ¡se metió dentro del toro! 18 Luis Castro “El Soldado”. Bajo un monte de almohadillas quedó enterrado Luis Castro porque confundió el Rastro con plazas de campanillas. Hoy sólo crece en su tumba una triste rosa roja, se mató en la cuerda floja citando para una rumba. Los que más le han censurado son culpables, pues es claro,
si lo quitaron lo caro lo dejaron des-carado. 19 Conchita Cintrón. Tan flamenca y tan torera era Conchita Cintrón que le hicieron su cajón con tablas de una barrera. Cuando se murió Dios quiso como don excepcional que entrara en marcha triunfal a caballo al Paraíso. De llanto y luto cubrió con su muerte nuestro suelo; pero fue fiesta en el Cielo la tarde que ella llegó. 20 Luis Procuna. Moreno de verde luna, gitano del Albaicín, nació diestro de postín el esbelto Luis Procuna. Era un tigre para el tango, toreaba por soleares y sus graciosos andares recordaban el fandango; pero una tarde en la Villa se vio frente de un novillo… él se bailó un fandanguillo… y murió de “seguidilla”. 21 Valencia. Con su arrogante presencia y líneas extraordinarias superó a las solitarias el simpático Valencia. Aquí estan su calavera y su escuálido esqueleto, el parecido es completo a lo que él en vida era. Mas perdonad que ninguno de sus huesos singulares se encuentren formando pares ¡todos están de uno en uno!
22 Pepe López. Vencedor de las edades Pepe López parecía, mas le atacaron un día diversas enfermedades; fue su suerte tan hostil, que le dio la tos ferina, sarampión, escarlatina, parálisis infantil, y como si fueran pocas estas plagas a montón, para mandarlo al panteón ¡le dieron viruelas locas! 23 Gabriel Soto. Este cráneo hueco y roto que el duro mármol machuca sólo es la caleruca del valiente Gabriel Soto. En la plaza de “El Toreo” la cosa se le dio fu, y Guerra, chante la mu, le dio su cortón de a feo,. Contraviniendo las leyes, tras una campaña activa se ganó la alternativa como matador de bueyes. 24 Gregorio García. Fue aquí tenido por loco el novillero Gregorio, cuyo túmulo mortuorio está en estilo barroco; pero, caso extraordinario, cuando llegó a Lusitania con sus detalles de insania se hizo “revolucionario”. Nunca de él se pensó mal, mas decíase con jolgorio; “Si allá es el amo Gregorio cómo estará Portugal!”
25 Osorno y Balderas. En un perol de metal del más apretado horno se cuecen Melchor Osorno y el diestro Raúl Bernal; su castigo será eterno, pues que fueron malos hombres y al renegar de sus nombres se ganaron el infierno, y el propio jefe, Luzbel, les atiza las calderas tanto a Ricardo Balderas como al falso Rafael. 26 Tres novilleros. Paco Rodríguez, Toscano y Anselmo Liceaga fueron los toreros que cedieron sus huesos al Vaticano. El Papa y sus secretarios quisieron que se exhibieran, para que las gentes vieran huesos tran extraordinarios, y hoy se ve ante las vitrinas que se están horas y horas con miradas soñadoras hambrientas huestes caninas. 27 Raymundo Villarreal. Raymundo Villarreal era. cuando la parca llegó, un diestro de la montera a los pies. El día que se presentó armó gran escandalera y hasta la oreja cortó. Como torero cuña era -la cuña para que ajuste ha de ser de igual maderaaunque a alguno no le guste, lo llevaron al panteón sin montera y sin cajón. 28
Darío Ramírez. Fue tan valiente Darío y tan de cerca toreaba que al público electrizaba causándole calosfrío. La muerte vino a buscar al gran torero Darío pero al verlo muletear a un toro de gran trapío fue ella la que se murió sin poder decir ni “pío”. 29 Antonio Rangel. Como diestro de cartel fue famoso en León, su tierra, mas quiso la suerte perra siempre cebarse en Rangel. Fue caballero y romántico, y no lo hizo nada mal cuando se fue a Portugal volando sobre el Atlántico. Torero sin oropel, batallaba sin descanso; pero siempre que había un manso tenía que tocarle a él. 30 Rolleri y Tabaquito. De todas las calaveras que hallaron en un panteón, dos llamaron la atención porque llevaban monteras. Se cruzaron mil apuestas entre los sepultureros: ¿Por qué están esos toreros con las monteras aún puestas? El enigma es sencillito: lo que vivos no mostraron hasta muertos lo ocultaron “Rolleri” y el “Tabaquito”. 31 Ezequiel Fuentes.
Ezequiel Fuentes un día estaba sobre su losa oyendo a Nacho García Aceves, que le decía “¡Ganarás muchos tostones y tendrás mucha fortuna porque tú iugalas a Briones y al gitano Luis Procuna!” 31 “Pascualet” Cuando del Arca Jafet salió en el Monte Ararat, abrió una jaulita y ¡tat! surgió al aire “Pascualet”; y cuando rompió la aurora después de aquel aguacero, Pascual se encontró soltero porque le faltaba Lora. Se vio tan guapo y tan rico que casarse se propuso, mas murió porque se puso como Dios puso al perico. 32 El Negro Joel. Era tan negro Joel, que una vez fue a ver al Xuistle y allí le cayó el chahuixtle y ya nadie dio con él. Una runfla de maletas se presentó, y “chaco, chaco”, dijo el Negro, se echó un taco, y se lo llevó patetas. Su túmulo funerario lo cuidará, mientras viva, porque nunca se hace chiva, su gran cuate el empresario. 33 “Campanero” y “Nili” Reposan aquí, vecinos, don Francisco “El Campanero” y “El Nili”, su compañero en escándalos taurinos. Ellos trajeron batiboleo,
y aquí hicieron del toreo inextricable maraña. No tuvieron dos cabellos de tontos, y bien lo hicieron, que donde quiera que fueron fue el escándalo con ellos. 34 Porfirio Sánchez. Porfirio Sánchez torero con valor y voluntad no tuvo necesidad de usar al sepulturero. Todo lo que deseó lo llevó a cabo porfiado por eso fama dejó de matador esforzado. Y al llegar al panteón alzó la pesada losa y sin meditar la cosa dio de la piedra un tirón. “¡No necesito peón para mi última faena, no le temo a la condena… y se tiró de rondón! 35 Paco Malgesto. Es alegre y muy apuesto, más activo que el Vesubio el locutor boquirrubio llamado Paco Malgesto; tiene un programa en que gana el dinero por raudales, el que examina chavales, sopla a Arteta y charla a Tana; mas de todo se desprende, hasta de su sepultura, cuando lo contrata el cura para San Miguel de Allende. 36 Valdemaro. Valdemaro aburrido dejó la vida esperando “su toro” con ilusión; para colmo el osario de aquél panteón le salió con el “hueso de la corrida.
37 Pepe Faroles. Para tratar con toreros, Nadie mejor preparado Que quien hubiera tratado Líderes y pistoleros. Ahora diestros y críticos Y los toros más malditos Se le hacen unos benditos A quien trató con políticos. Si supo de los bemoles De la Cámara y sus gentes, ¡qué sencillos, qué inocentes Nos mira Pepe Faroles! 38 “El niño de la Rosa” Aquella extraña y diminuta cosa que con trabajos desde aquí se mira y que tienta las cuerdas de lira es Ramón Mier, El Niño de la Rosa. Comenzó su carrera de espontáneo, y luego se escapó de sus mantillas por vestir taleguilla y casaquilla para salir al ruedo a andar de cráneo. Un caso en realidad extraordinario el de este tierno anémico mamón, que cambió por la espada su chupón y dejó por la plaza el silabario. 39 Agustín Lara. Esta calavera rara que al verla da pataleta fue del músico poeta, el famoso Agustín Lara. Con los lúgubres acentos de esa su voz de ultratumba que se escapa de su tumba nos da estremecimientos. Su túmulo se adornó, según se ve por las trazas, con enormes calabazas que María Félix sembró.
40 José Cándido. Cual todos sin excepción, el autor de aquel opúsculo también tuvo su crepúsculo y vino a dar al panteón. La pluma fue un adminículo que manejó con denuedo, y si a veces bajó al ruedo sólo fue e hacer el ridículo. Fue muy severo y cruel apaleando a los toreros; mas los toros, justicieros, bien lo apalearon a él. 41 Flamenquillo. Cuando se murió Colín su sepelio fue imponente, pues concurrió mucha gente de prestigio y de postín; Villanueva iba delante Luis Rodríguez presidía, “Yucateco” le seguía y detrás Carcho, flamante. vino a dar al cementerio por hacer el disparate de comerse un aguacate tras un triunfo de Silverio. 42 Félix Briones. Del susto se petateara este Briones; pues creía el calavera de Lara que al ser Félix, -cual María su matrimonio aceptara. 43 Jesús Guerra “Guerrita” Este capitán Centellas -un general en riñoneses un “as” de corazones emocionando a las bellas.
Más alto que las estrellas ante ninguno se humilla y ni el talento de “Armilla” se equipara al pundonor de quien sólo por valor ante una res se arrodilla. 1943 “El novillo despuntado” El novillo despuntado de la hacienda de Homobono,184 ¡Uy, jay, ¡jay! a más de cuatro vaqueros les ha quitado lo mono, ¡Uy, jay, jay, qué risa me da! Frijolito, frijolito, frijolito enredador, ¡Uy, jay, jay! no te vayas enredando donde se enredó mi amor. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da. Dicen que soy hombre malo, malo y mal averigüado, ¡Uy, jay, jay!, porque me comí un durazno de corazón colorado. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da! A la sota y al caballo siempre apuesto mi dinero, ¡Uy, jay, jay! a la sota por bonita y al caballo por ligero. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da! Mi mujer y mi caballo, los dos murieron a un tiempo. ¡Uy, jay, jay! Mi mujer, Dios la perdone, mi caballo es lo que siento. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da! Yo me casara contigo; pero ¿con qué te mantengo? ¡Uy, jay, jay! Sólo que comas zacate 184
Homobono, se refiere a un nombre masculino, de origen latino con su variante en español. Viene de Homobonus, de homo (hombre) y bonus (bueno), por lo que el significado literal es hombre bueno.
como una burra que tengo. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da! De los huesos de mi suegra voy a hacer una escalera, ¡Uy, jay, jay! para meterme al sepulcro y escupir la calavera. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da. Las muchachas de este tiempo son como piña madura, ¡Uy, jay., jay! luego que les dan un beso les sube la calentura. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da! Las muchachas de este tiempo son como la yerbabuena, ¡Uy, jay, jay! no se conforman con uno, sino con media docena. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da.185
Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…): El texto que se transcribe fue tomado de “El romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo”, de Vicente T. Mendoza, pero también se puede localizar en todas las siguientes obras, aunque en versiones más reducidas: “Álbum de canciones antiguas y modernas”, Tip. Eduardo Guerrero. Este libro no contiene numeración de páginas ni fecha de edición, pero por obras similares podemos ubicarlo en los años treinta del siglo XX. “El corrido mexicano. Su técnica literaria y musical”, Daniel Castañeda, Editorial Surco, México, D.F., 1943, páginas 74 a 75. En esta obra solamente se reproduce la primera estrofa o copla del corrido. “Cancionero taurino (popular y profesional)”, Bonifacio Gil García, Librería para Bibliófilos, Madrid, España, 1964-1965, tomo III, página 145. “Cancionero folklórico de México, Coplas que no son de amor”, tomo 3, bajo la dirección de Margit Frenk Alatorre, El Colegio de México, primera edición, México, D.F., 1980. En esta obra se reproducen varias estrofas o coplas del corrido de manera aislada, en las páginas 29, 97, 109 y 271 (las coplas se identifican con los números 5920, 6402, 6485, 6486, 6487, 6488 y 7690). “Cancionero folklórico de México, Antología, glosario, índices”, tomo 5, bajo la dirección de Margit Frenk Alatorre, El Colegio de México, primera edición, México, D.F., 1985, páginas 41 a 42. “Cantares del pueblo, épica y lírica del corrido”, Selecciones del Reader’s Digest, colección privada, Reader’s Digest México, S.A. de C.V., Impresora y Editora Mexicana, S.A. de C.V., primera edición, México, D.F., 1986, página 179. “El apólogo español en la producción folklórica de México”, Vicente T. Mendoza, en La cultura popular vista por las élites. Antología de artículos publicados entre 1920 y 1952, introducción y selección de Irene Vázquez Valle, Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la Universidad Nacional Autónoma de México, primera edición, México, D.F., 1989, página 52. En esta obra solamente se reproduce la primera estrofa o copla. “Cancionero popular mexicano”, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Dirección General de Culturas Populares, Volumen 1, cuarta reimpresión, México, D.F., 1991, página 429. “El romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo”, Vicente T. Mendoza, Universidad Nacional Autónoma de México, segunda edición, México, D.F., 1997, página 529. Este corrido es interpretado por Oscar Chávez en el disco compacto número III, canción número 4, de la “Encerrona con Oscar Chávez., Canciones Taurinas”¸ de Discos Pentagrama, S.A. de C.V., México, D.F., 1991. 185
1943 El torero anda huyendo… El torero anda huyendo; de indignación arde el coso y todas las bocas gritan: ¡mamarracho, aguanta al toro! Y un amigo del torero du voz a los vientos lanza: “No lo molesten señores, porque ese muchacho aguanta… “Tiene dos cuñadas, suegra, dos primos que no trabajan, y una mujer que le grita, lo hace guaje y mucho gasta. “Y tras de aguantar todo eso en su casa el infeliz, todavía exigen ustedes que el pobre hombre aguante aquí”. Anónimo.186 1943 “…Carlos Arruza…” “…Carlos Arruza Sobre la arena Va escribiendo La historia de honor. Tu valentía Demuestra al mundoi Que no ha muerto Ni muere el valor. ¡Arruza! ¡Torero! De España tienes La gallardía Del mexicano Nobleza y hombría…” Victoria Eugenia Necoechea de Sepúlveda.187 1943 186 187
Jueves de Excelsior. Editado por Excelsior. Director: Manuel Horta. Nº 1077, del 25 de febrero de 1943. Op. Cit.
Tipos de la fiesta. Benjamín Villanueva… VILLANUEVA (Benjamín), Influyente personaje, Ligando con gran coraje Le da ánimo al torerín Aunque el torerín se raje. Nunca abandona su puro, Un puro de gran tamaño; En todo gesto seguro, Va a donde quiere, ¡que es duro Aunque a alguno le haga daño!188 1943 Tipos de la fiesta. DON lleva ante su nombre, merecido… DON lleva ante su nombre, merecido: Da siempre más de lo que ha recibido, Incluyendo ser pobre y ser augusto; Fue su lema ser justo, y por ser justo Igual que ataca al fuerte, da al caído. (Versos dedicados a José Jiménez Latapí, DON DIFI). 189 1943 Tipos de la fiesta. Píndaro le brindó su lira un día… Píndaro le brindó su lira un día; Inspiró en el amor su verso alado; No contento, toreó y fue ovacionado, Otra satisfacción para su hombría. Chorro de anhelos, se hizo apoderado Otro motivo de su fantasía. (Versos dedicados a Ricardo González “PINOCHO”, subalterno).190 1943 Tipos de la fiesta.
188
Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 45. México, D.F., 21 de septiembre de 1943. Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 46. México, D.F., 28 de septiembre de 1943. 190 Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 48. México, D.F., 12 de octubre de 1943. 189
RETO, tras de la gloria, a su destino… RETO, tras de la gloria, a su destino OLVIDANDO la vida descansada, LLEGÓ a torero, para hallar su sino. LUEGO gozó la gloria conquistada… ENTUSIASTA de aquel medio taurino, REUNIENDO ser torero y ser padrino, IDEALISTA fue, Guiador de Espadas.191 1943 Tipos de la fiesta. DR. AGUSTÍN BARBABOSA. Es BARBABOSA un galeno Aficionado a la Fiesta sin que por ello use en esta la anestesia ni el veneno. Tres centavos de bigote untados en un papel; su risa llega al cogote pero no contiene la hiel. Aspirante a novillero es en eso del cobrar, pues aun después de sanar nunca reclama el dinero.192 1943 CALAVERAS TAURINAS BRIONES (LUIS BRIONES) Auténtico Rey de Oros, Que vino a revolucionar Todo el mundo de los toros, Con su afición ejemplar. Reposa ya, bien juzgado, Después de tanto combate, Sin que haya quien le arrebate, La gloria de haber ganado. JOAQUÍN GUERRA (EMPRESARIO) Más actividades tuvo, 191 192
Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 49. México, D.F., 19 de octubre de 1943. Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 50. México, D.F., 26 de octubre de 1943.
Que cuentas tiene un rosario, Y no paró hasta que estuvo Convertido en empresario. De limosna fue enterrado, Porque –según él- perdió, Aunque no faltó quien vió, Su capital bien saneado. TONO ALGARA (ANTONIO ALGARA, EMPRESARIO) Fue la afirmación en vida. Nunca a nadie negó nada, Por lo que toda partida, Llevaba siempre ganada. Y de esta manera y suerte, Encontrándose en la empresa, No pudo la misma Muerte, Agarrarlo por sorpresa. BÉJAR, AUTORIDAD, CHATO ZAMORA. (ROSENDO BÉJAR, TORERO EN RETIRO) ¡Suenan cuatro campanadas! Abandonando sus tumbas, Surgen de las catacumbas Tres figuras descarnadas. Y a cornetas y timbales, Ordenan sin más demora, Que ha llegado ya la hora De empezar los funerales. DOCTORES ROJO DE LA VEGA, IBARRA, GARDUÑO. En lucha continua y cierta, Con la muerte descarnada, Ésta nunca pudo nada, Ni aún teniendo puerta abierta. Mas ahora yo, ¿Cómo mato A éstos tan buenos doctores? Tan sólo les pido un rato, Mientras lo pienso, lectores. GREGORIO GARCÍA (NOVILLERO) Marcado estuvo su sino, A pesar de que los duchos -que en esta materia hay muchos-,
Negaron al potosino. Hoy ríe su calavera, Y enseña muy bien los dientes, Desafiando a valientes, Que hagan lo que él hiciera. DARÍO RAMÍREZ (NOVILLERO) DARÍO un “JUEVES” murió, Pero la Parca le dijo: “¡Vuélvete a la Tierra, hijo, Que aún tu misión no acabó!” “EL VIZCAÍNO” ARTURO ÁLVAREZ (NOVILLERO) Luchador empedernido, Pero incierto cual ruleta, O cambiante, cual veleta, A la que el viento ha venci8do. En su vida padeció Muy tremendos temporales, Que la gente comprendió, Antes de sus funerales. GORRÁEZ (FRANCISCO GORRÁEZ, MATADOR DE TOROS) En el aire siempre anduvo, Cuando en vida fue torero, Llegando a ser el primero, Que mayor tiempo allí estuvo. Conocer la sensación, Quiso de un más alto vuelo, Y se estrelló contra el suelo, Al “clavarse” su avión. PACO HERROS (NOVILLERO) El amo fue en La Morena, Donde se impuso el señor, Que tuvo “madera” y buena, Igual a la del mejor. Si quedó en aquel panteón, De todos ya recordado, Desde otro más elevado, Tendrá lugar su ascensión. PACO RODRÍGUEZ
(NOVILLERO) Torero sin pretensiones, Con los machos muy apretados, Que en México y los Estados, Tuvo grandes actuaciones. No obstante su ejecutoria, Vino a morir muy temprano, Pues la empresa, de la mano, Le quitó virtud y gloria. ARMILLITA FERMÍN ESPINOSA, MATADOR DE TOROS. Que “Armillita” está de gira; Que “Armillita” no torea. Pues no ha tal. Quien ello crea, Rinde culto a la mentira. “Armillita” está bien muerto En el panteón de Dolores Y allí lo verán, señores, Como en vida: ¡frío! ¡Yerto! SILVERIO SILVERIO PÉREZ, MATADOR DE TOROS. Con su terno negro y blanco, Bajó al sepulcro Silverio, Aquel torero tan serio, Algo patizambo y manco. Aún recuerda la afición Sus derroches de machismo, Pero también, con razón, Su exclusivo derechismo. “EL SOLDADO” LUIS CASTRO SANDOVAL, MATADOR DE TOROS. En la Unión de Matadores Donde llegó a general, Toreó como los mejores, Al respaldo del sitial. Persiguió siempre sus fines Con gran empeño y calor, Para decir: “Yo el mejor Y aunque sea entre cojines”. PEPE LÓPEZ (SUBALTERNO) El mundo sus vueltas daba, Nos hicimos todos viejos,
Y viéndonos desde lejos, El toreando continuaba. Cuando ya llegó a una edad, Igual a la de tres loro, Se retiró de los toros Con la mayor seriedad. PINOCHO (RICARDO GONZÁLEZ, SUBALTERNO) Catorce metros medía El hombre, de cuerpo entero, Y ningún sepulturero Cavar su fosa quería. No es, pues, exageración, Decir que al ir a enterrarle, Al aire hubo que dejarle Hasta mejor ocasión. ROLLERI Bregando fue cosa seria, Y todo un maestro, clavando; Mas el tiempo, siempre andando, Hizo polvo su materia. Como de ello no se salva Ni el mejor ni el más maleta, Se explica que la coleta Se la pegara en la calva. GARZA LORENZO GARZA, MATADOR DE TOROS. De una blanca margarita, Estamos pendientes todos. ¿Volverá Garza a los toros, O se quedará en casita? Que me fui; que ya no soy. Margarita, ¿tú qué dices? Y entre si me quedo o voy, Riendo está el gran Narices. ARRUZA CARLOS ARRUZA, MATADOR DE TOROS El que no aprovecha en vida La ocasión que se le ofrece, Bien pronto desaparece Por la puerta de salida. De manera inesperada, Le sorprendió la Pelona, En forma de cuchillada “chafiresca”, muy felona.
SOLÓRZANO JESÚS SOLÓRZANO, MATADOR DE TOROS Por su historia y condiciones Duramente fue atacado, Y en ocasiones dejado Hasta sin pelo y calzones. Hizo unas declaraciones En que hubo mucho de cierto, Para con todo, ser muerto Por tantas complicaciones. JUAN ESPINOSA (SUBALTERNO) Ni un capotazo de menos, Ni un capotazo de más, Ni siquiera un paso atrás En peligrosos terrenos. Nada tuvo de alocado; Siempre medido y preciso, Hasta para morir quiso, Estar muy bien colocado. ZENAIDO (ZENAIDO ESPINOSA, SUBALTERNO) De raza le viene al galgo, Tener el rabo muy largo. Y al hacerse de este cargo, Dijo que de cierto hay algo. El mundo, cuando él murió, Temblaba hasta en sus cimientos, Y ni en aquellos momentos Su rostro en algo cambió. MANUEL GÓMEZ BLANCO (SUBALTERNO) Cierto es que fue yucateco; También que con Garza anduvo; Que siempre fiel se mantuvo, Y que nunca “pisó chueco”. Actuó de banderillero Hasta el día en que murió, No obstante que también dio La nota, de novillero. MAERA Era fuerte como un tanque; En la brega fue un cañón,
Y llamaba la atención, Por la fuerza de su arranque. Nunca lo vimos cansado, Pero podemos decir, Que cuando quiso morir, Garza estuvo retirado. FELIPE MOTA (PICADOR DE TOROS) Nació para picador, Y siempre estuvo picando, Sin por ello estarlas dando, De su gran castigador. En la Unión de Subalternos, Puesta por él en la altura, Encontró su sepultura, Y allí está, como los buenos. BARANA (PICADOR DE TOROS) De brazo como el acero, Y de elevada estatura, Era toda la figura, De un perfecto coracero. Aunque fuera un presumido De haber sido buen jinete, A la gruta de la Muerte, Partió a lo desconocido. RAUL HORTA (ESCRITOR Y PERIODISTA) El muchacho más activo, Que por la vida ha pasado, Siempre estuvo pensativo Silencioso… ¡concentrado! Con juicio propio de adulto, Picó al vuelo donairoso, Mas la Muerte le fue al bulto, Y a volar mandó al picoso. JUAN REDONDO Era un tipo holgazán, Juan; Sobresalió por orondo, Redondo.
Su muerte fue singular -¡natural!-; Lo enterraron en huacal Circular. LUIS GÓMEZ y “ALAMBRITOS” Dos guasones esqueletos, Alejados ya del mundo, No pudieron estar quietos, Ni en el silencio profundo. Y de buenas a primeras, Sin grandes ruidos ni gritos, Surgieron las calaveras De Luis Gómez y “Alambritos” SILVETI (JUAN SILVETI, MATADOR DE TOROS) Un formidable esqueleto, En arrogante postura, Indica la sepultura, Donde está el Meco muerto. Y, han quedado en el panteón De señal para el futuro, Dos riñones, un mechón, Un traje charro y un puro. BLANDO (ANDRES BLANDO, MATADOR DE TOROS) Muy tarde vino a saber, Que se encontraba soñando, Hasta que fue despertando, Y estuvo dispuesto a ser, Pero la Parca, iracunda, No le dejó que así fuera, Y de muy mala manera, Cortó su vida fecunda. RIVERA (FERMÍN RIVERA, MATADOR DE TOROS) De novillero, en la altura; De matador, muy notable; “Miel en Penca”, inolvidable; Oreja de Oro, y figura. Hizo tanto el camarada, Que pudo el más pintado; Y aún así, fue reventado Y sumergido en la Nada.
PROCUNA (LUIS PROCUNA, MATADOR DE TOROS) Con su estilo y su elegancia, Venció desde la primera; Fue realidad, no quimera, Su arte pleno de prestancia. Artista de cuerpo entero, Le esculpieron en la losa Que nos indica su fosa: “Aquí descansa un torero”. ESTRADA (JUAN ESTRADA, MATADOR DE TOROS) Aunque luchador fue su sino, Mantuvo siempre la calma, Sabiendo abrirse camino, Con el corazón y el alma. Y premiando esfuerzo tanto, Hoy su tumba es de primera En el triste camposanto, Donde ayer fue de tercera. CAÑITAS (CARLOS VERA, MATADOR DE TOROS) Rondando la Muerte anduvo, Tras de su presa futura, Pero no la vio segura, Y su impaciencia contuvo. Hizo bien, pues al volver, A doscientos y en reversa, Se encontró con que la presa, Al fin tuvo más que ver. CHATO GUZMÁN (SUBALTERNO) Hacer esta calavera, En la presente ocasión, No tiene mucha razón, Porque el Chato siempre lo era. Pero pecara de ingrato, Si por ello no la hiciera, Y así pensara cualquiera, Que en vida conoció al Chato. LIMBERG (PICADOR DE TOROS) Entre los varilargueros, Que nosotros conocimos,
Creemos y lo decimos, Que estuvo con los primeros. Desapareció del mapa Y el sentimiento es profundo, Por haber ido del mundo, Tras de la que nadie escapa. CHALÍO (ROSALÍO RODRÍGUEZ, ALGUACILILLO) Aparece el alguacil, Con fúnebre vestimenta De mil quinientos setenta, Y muy severo perfil. Procediendo con misterio Esta figura macabra, Hace que al instante se abra, La puerta del cementerio. CHICUELÍN (MANUEL JIMÉNEZ, NOVILLERO) Pasó un año y otro año, Un mes y otro mes pasó, La Muerte fue y regresó, Y “Chicuelín”…. en el baño. Tal y como fue encontrado, Allí se encuentra tendido, No sé si ahogado o dormido, Pero bien enjabonado. FELIPE (FELIPE GONZÁLEZ, COMO NOVILLERO) Con la fuerza de un ciclón, Arrolló todo a su paso, Para luego darse el caso, Del que se pega un sentón. No aprovechó la ocasión, Y sumióse en lo ignorado, Pues no hay suya una razón, Aquí ni en el otro lado. OSORNO (RAFAEL OSORNO, NOVILLERO) Peleando a brazo partido, Anduvo contra la muerte, Cuando le alcanzó la Muerte, Y ¡zas! le dejó tendido. Y puesto que ya no existe,
Recémosle esta oración: Te fuiste porque quisiste, Espera en la resurrección. GUERRITA Hombre de gran corazón, Se enfrentó a las situaciones, Y tomó resoluciones, Dignas de todo campeón. Con el mundo entero en guerra, Guerra se fue a Portugal, Y aunque allí no le fue mal, Vino a morirse a su tierra.193 1943 Tipos de la fiesta. RICARDO COLÍN. Cronista y apoderado, Con sede eterna en la “Flor”, Donde la vida el señor, La pasa repantigado. “Flamenquillo”, en consecuencia, Más charro que una seta, Pero sabiendo la ciencia, De llegar siempre a la meta.194 1943 Tipos de la fiesta. DON ALFONSO DE ICAZA “OJO” Porque sabe lo que dice, Y lo dice porque sabe, Icaza no se desdice, Aunque este mundo se acabe. Es la ley de todo aquél, Que un buen criterio mantiene, Y lo que dice sostiene, Como lo hace “El Redondel”. ¡Helo aquí, lector amable! Toda una gran figura, 193 194
Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 51. México, D.F., 2 de noviembre de 1943. Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 52. México, D.F., 9 de noviembre de 1943.
Que ha encontrado la postura, Para no herir con el sable. “Alambritos”. 195 (Con motivo del 15 aniversario de nuestro estimado colega “El Redondel”). 1943 Tipos de la fiesta. RICARDO ZARRAGA Y ASHBY Desde su más tierna edad, (tres años aún no cumplidos) Está siempre en los tendidos, Pleno de afición verdad. Aprobado por peritos, En materia de “ver toros”, Hoy le reconocen todos, Por el “segundo Alambritos”.196 1943 AÑORANZA. REPONSO A ALBERTO BALDERAS. 29 de diciembre Del 940; La afición troncha sus manos En la crisis de la pena. Llora el papelero; llora Lupe, lloran Ellas; Lloran los hombres valientes; Y llora la ciudad entera, ¡Que “Cobijero” hundió el asta En la vida de Balderas! Se moría el torero honrado; por eso, porque quiso darlo todo al público que lloraba ahora su muerte. Allí, entre los médicos impotentes, estaba la carne sangrienta, hecha símbolo ya: de una época y de un sentido de deber… PRIMERA JORNADA El sol, en todo México: En el tendido, ella; Y en medio del aplauso Está Alberto Balderas, Con el alma de bronce, Con el traje de seda 195 196
Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 53. México, D.F.,16 de noviembre de 1943. Sol y Sombra, Año 2, T. 3, Nº 57. México, D.F., 14 de diciembre de 1943.
Solitario en el círculo Que la muerte rodea. Fue la última hora de emoción y de gloria. La muerte ya venía escondida en los burladeros, en las sombras grises y en los gestos raros… SEGUNDA JORNADA Y el cuerno entró en la carne De la afición entera; Lo sintieron agudo, Taladrando la pena. No fue un torero herido Fue una multitud yerta, Sollozando en la angustia Del anillo de arena. La sonrisa se helaba En la boca desierta, Y un muñeco gemía Detrás de la barrera. Una mujer gritaba escondida la cara en las manos. El picador cerraba los puños. Y Balderas, entre los brazos de los hombres, los resortes rotos, era un muñeco de trapo. Dentro en los toriles, un toro indiferente bramaba… TERCERA JORNADA Flores y manos calientes; Flores en la tumba azteca; Símbolos de amor al símbolo Que deja sola a la Fiesta. Con el corazón partido Lloras los trajes de seda Y los ojos de los charros Que escapan por las laderas… Y la tumba del torero se llenó de flores, y las regaron las lágrimas; las flores murieron pero sobre la tumba queda algo que no ha podido borrar el tiempo, algo invisible y eterno: el recuerdo. Este es uno más de los recuerdos a Alberto Balderas; este de los TRES TERCIOS. LUMO REVA.197 1943 ROMANCE DE ANTONIO VELÁZQUEZ EL GITANO QUE NACIÓ EN MÉXICO. Si es gitano, o no es gitano, sólo su sangre lo sabe; que el”cuarterón” de “calé”, 197
Sol y Sombra, Año 2, T. 3, Nº 59. México, D.F., 28 de diciembre de 1943.
calla y calla; y arde y arde. Si es gitano, o no es gitano, nos lo ha de contar su sangre: místico en hondo delirio, calladito en sus pesares, y un ansia, que roe y roe en el bronce de sus carnes. ¿Quién es ese gitanito que si es “calé” no lo sabe? Ese torerito negro; ése, es Antonio Velázquez… Hondo, recio, firme, bravo, con su capote que llena de luz, la tierra y el aire. Hondo, recio, firme, bravo, como un álamo en la tarde, como un águila en las nubes, como un vapor en los mares. El laurel definitivo que corona la obra de arte; abismo, por lo profundo, por su fragor, tempestades… Ese torerito negro, ése, es Antonio Velázquez… El rayo de las cornadas le funde los alamares, y los paramentos de oro que hacen luminoso el traje. Pasa el toro… Y el torero es firmeza y es aguante: chasquido de rudos huesos, como canciones mortales, acompañan la liturgia del hondo, de largo pase… ¡Ese es Antonio! ¡Ese es Antonio Velázquez! Viene de lejos el viento para ver lo que no sabe; que hay un torero de bronce que teje con seda el lance, y le ofrece el Arco Iris color en sus naturales. Viene de lejos el viento, para el aroma llevarse,
y esparcirlo por el mundo de los gitanos cabales. Ese torerito negro, ése, es Antonio Velázquez… Un torerito gitano que hace las cosas más grandes; “estilo” en la ejecución, e innovación en la “clase”. ¡Y un corazón que se agranda y del tórax se le sale! Si es gitano, o no es gitano, sólo su sangre lo sabe; pero ha nacido torero, y siente los olivares andaluces, que le cuentan el misterio de sus tardes -que lo esperan tembolorosas de luz y gloria- triunfales… Ese torerito negro, ése, es Antonio Velázquez; que hace sentir y sentir al ritmo de “soleares” con sus quites luminosos que el espanto hace inmortales: Que arranca sangre a las manos, y hace secar a las fauces y enroquece las gargantas con la gloria. -¡Sí! ¡La gloria inmarcesible de sus pases! ¡Que nació para torero, por la “salú” de mi madre! Corinto y plata.198
1943 Una corrida de antaño. I ¿Conque persistes, Alonso, en tu tenaz negativa? ¿Conque tú, el más victoreado, por su destreza en la lidia, desprecias la de esta tarde 198
Jueves de Excelsior. Ciudad de México, Número 1077, 25 de febrero de 1943.
y, con las manos tranquilas, en vez de alancear los toros desde el tablado los miras? -Tal vez ni a mirarlos vaya; mas si voy, no se estaráin tranquilamente mis manos, pues ocasión repetida ha de haber, yendo vosotros, de aplaudir hasta rendirlas. Hoy tengo el humor muy negro. Los que sois de la partida miraréis allí a las damas que vuestros pechos cautivan, y premiarán vuestros triunfos con amorosas sonrisas. ¿Yo a quién habré de volverme cuando, sintiendo mi pica, el toro corra o vencido al fin a mis pies se rinda? ¿A quién habré de ofrecer los aplausos que reciba; Vosotros buscáis los ojos que os deleitan cuando os miran; yo ¿cuáles he de buscar, si los que yo buscaría, tan ingratos como hermosos sólo en mi daño se aplican? Acabando estas razones a su casa se retira Don Alonso de Montero, galán de hidalga familia, apuesto como valiente y que a las damas codicia. Vive prendado hace mucho, Don Alonso, de la hija de don Pedro de Olivares Berenguer y Pérez Rivas, quien, con sus muchas riquezas, no tiene joya más rica, pues si es de recato ejemplo, Leonor por hermosa admira. En vano el mozo la sigue al verla salir de misa y la requiere de amores y le revela sus cuitas; ella muda permanece o a indicarle se limita vea que las gentes murmuran
y que las gentes los miran… ¿Tiene otro amor la doncella? ¿Por qué es con él tan esquiva? La incertidumbre le acosa y al acosarle le irrita; mas no ceja en el empeño por su decoro y su dicha. II Parten al aire cohetes y estando en el aire estallan; suenan músicas alegres en que la gente se apiña una confusa algazara. Banderas por todas partes, vistosas cortinas, palmas, y frente a varios tablados lienzos con escudos de armas, que revelan de sus dueños lo hidalgo de la prosapia. El Capitán General muestra en el suyo el de España y en el del Ayuntamiento el de Mérida se estampa. Toda la ciudad se mueve, Todo se viste de gala, que hoy se juró en la Provincia por Rey al nuevo monarca que el solio de sus mayores y el vasto imperio heredara. Eclipsando con la suya la belleza de las damas y atrayendo corazones al atraer las miradas, está Leonor con su padre y de ella a corta distancia Don Alonso de Montero, lamentándose, al mirarla, de que cuerpo tan hermoso tenga tan duras entrañas. De pronto el clarín resuena y van entrando en la plaza en arrogantes caballos seis galanes con sus lanzas. Todos a verlos se vuelven y el pueblo al verlos aclama, pues todos con gentileza llevan la rienda y las galas. Mientras la fiesta principia cada uno busca a su dama
y a ella el caballo dirige deseoso de cortejarla. Se oye otra vez el clarín, se abre del toril la entrada y paso a paso penetra un toro negro en la plaza. Al sentir la banderilla traidora, furioso salta y hacia un jinete cercano como una flecha se lanza; éste la pica previene, en el morrillo la clava, y abandonando el intento herida la fiera escapa. La persiguen los donceles, le cortan la retirada y ella a todos los embiste y todos mojan las lanzas. Así siguieron jugando con la suerte un tanto varia, hasta que a otro toro tocan y entra otro toro en la plaza. espantadizo es el nuevo, a la lid vuelve la espalda. Creyendo que a los caballos es el temor, descabalgan tres de los bravos donceles para jugarle con capas; mas en vano le provocan, le invitan o le acorralan, que sin tocarlos siquiera sale al fin buscando plaza… mas ¿por qué todos se mueven y ese murmullo levantan? ¿Por qué al toril anhelantes se vuelven todas las caras? Es que sigue en la corrida un toro grande de aguada, cuya viveza y bravura mucho ha anunciado la fama. Es berrendo en colorado, alto el testuz, piernas blancas, abierto de encornadura y con puntas aguzadas. En un poderoso salto vence la puerta de entrada y con otros tres al centro del redondel se abalanza. Llega, rápido se vuelve, la tierra furiosa escarba, da un resoplido en el polvo
y la cabeza levanta. Desafiando a todas partes inquieto la vuelve airada y nadie para arrostrarle el primero se adelanta. Al fin contra un caballero de repente se dispara, y a la furiosa embestida el golpe yerra la lanza y el corcel alborotado suspende al aire las patas. Embiste otra vez el toro y entonces con tal desgracia que con caballo el jinete da en tierra con las espaldas. Para acorrerle los otros acuden prestas las lanzas, mas la fiera en los caídos sigue cebándose airada; hasta que tanto la gritan, la ofenden, punzan y llaman, que olvida el primer empeño y a ellos se vuelve ensañada. El caballo en pie se pone, pero el doncel tal se halla que por sí no se moviera y dos en hombros le sacan. En medio del clamoreo que entre el pueblo se levanta, los otros jinetes juegan, mas con suerte tan contraria, que por más que se protegen, tal atropella y maltrata el toro, que al fin se queda señoreando la plaza. III Transcurre un largo silencio, luego un murmullo se escucha, hasta que de pie Don Pedro de Olivares, que disfruta de la fama de haber sido por su destreza y bravura gran garrochador de toros, con voz que la ira conturba, lanza al aire estas palabras que a los donceles acusan: “¡Malhaya mi edad florida! ¡Malhaya el vigor que nunca ha de volver a mi brazo, pues no se diría con burla que en Mérida no hay galanes
que a reses bravas acudan, para impedir que, venciendo, se quede en la plaza alguna!” de sus palabras Don Pedro la postrera no pronuncia, y se oye en toda la plaza cuando ya se tira al coso un doncel presto a la lucha. Don Alonso de Montero el caballo se procura que abandonara el herido; monta en él, la lanza empuña y entre el aplauso del pueblo intrépido al toro busca. Este fijo le contempla y con la mirada ruda; alza la noble cabeza, da un paso atrás y se impulsa al valiente caballero que con la lanza le punza. Al dolor, de pronto, cede; mas redoblada la furia, tal embiste que al empuje vuelve la cabalgadura; rápido el galán se torna, la fiera insiste en la lucha, y aunque brama de coraje y se sacude y empuja por herir en aquel cuerpo que tiene mano tan dura, vencida se siente al cabo y en vano intento rehusa. ¡Qué de aplausos resonaron! ¡Qué alegre estaba la música! Agita el joven el freno, el caballo se estimula, y no al galope, a carrera va del toro en derechura. A este de nuevo provoca y éste de nuevo secunda y hay otra nueva lanzada y otros aplausos se escuchan. Don Alonso en su entusiasmo dejaba ya la montura; quería jugar en tierra, mas observó que iracunda tomaba la res espacio, y con la pierna en la grupa afianzando bien la lanza, firme la clavó en la nuca con tal dicha que la fiera hincó la cabeza hirsuta. Fue una embriaguez, un delirio
el estrépito y los hurras. Vuelve el corcel Don Alonso y, con gentil apostura, se acerca adonde Leonor, pálida como difunta, miraba junto a su padre los percances de la lucha. “Ya no se dirá, Don Pedro, -dice el joven con mesura,que en este Leal Ciudad faltan galanes que acudan a correr las reses bravas, o dejen, venciendo, alguna. Y volviendo la cabeza hacia la ingrata hermosura a quien la emoción del pecho el dulce rostro demuda: “Al fin te conmueves –diceno eres, señora, tan dura, pues la palidez del rostro tus sentimientos denuncia, mostrando no serte extraños mi peligro y mi fortuna. ¡Bendita la suerte mía! ¡Bendita la emoción tuya!” Y clavando el acicate, cortés a los dos saluda y se va entre los aplausos ruidosos que le tributan. Delio Moreno Cantón.199 1943 El Madrigal de Reverte. Madrigal de Reverte. Madrigal de la gracia y de la muerte. Una mujer, mantilla a la española boca abierta en clavel, ojos gachones como dos fogonazos de pistola. La tarde hecha un rosal. Sol y mantones. La plaza, hinchada como pecho y ola que van haciendo mar las ovaciones. Respondiendo al clarín como un guerrero -divisa al cielo azul- gallardo y fiero, sale el toro de raza; y luce en finas suertes el torero, Se emociona la plaza, 199
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., enero, 1943, N° 6.
uno tira el bastón, otro el sombrero y no pudiendo la mujer hermosa romper el nácar de su firme escote, para tirarle como fresca rosa el corazón y que a sus pies rebote, va su abanico a perfumar la arena. Lo recoge el espada, da a la hermosa el capote, brinda por aquel rostro de azucena que le ofrece su miel en la mirada, y, hecha la inclinación de vasallaje, cia al toro de pie –torre plantada-, embiste el toro con brutal coraje, le pasa el matador por el hocico, en lugar del capote, el abanico; van los pitones arañando el traje, y hay un momento de la lid valiente en que, quietos el sol, pecho y celaje, sólo en el ancho redondel se siente el abrir y cerrar del varillaje. Toro y torero en bloque de fuerza y de valor, hunde Reverte, rayo de acero, varonil, su estoque; llega el toro a la muerte, la grandeza y la súplica en los ojos, pero tan noble y armonioso y fuerte que hasta la sangre en borbotones rojos da la impresión, ante la plaza llena, de que el toro ha querido ¡antes de sucumbir sobre la arena, brindar esos claveles al tendido! Madrigal de Reverte. El arte y el amor, joyas logradas. ¡En una sola suerte y en una tarde en flor, dos estocadas! ALFONSO CAMÍN. (Del bello libro de poemas: “Mar y Viento”, recientemente publicado por la Editorial Norte).200 1943 Si yo fuera torero. Si yo fuera torero, brindaría por ti de esta manera: -Por la mujer que quiero, por esa majestad y maravilla de luna, de mujer y primavera, 200
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 9 de abril de 1943, N° 20.
que abrasa con los ojos la mantilla y aroma como un nardo la barrera. Por la que tiembla cuando sale el toro, estruja entre sus manos los claveles; lleva al pecho palomas en azoro y se le anuda al corazón la pena; prefiere mi quietud a mis laureles, no escucha los aplausos en la arena; y, al acabar la fiesta, cuando pasa, primaveral y airosa, entre la gente, lleva desde el tendido hasta la casa, los labios, de reír, como una fuente; los ojos de llorar, como una brasa. Si yo fuera torero, brindaría por ti de esta manera: -Por la que huele a menta y a romero, y es, más que una mujer, una bandera desplegada al azul en el sendero; en el amor, ceñida a mi destino, en el honor, dramática y cimera, y en el dolor, confianza en el camino. Por la que miro atravesar garbosa, después que por mí solo se engalana, las calles de Madrid, como una rosa que se desprende del rosal temprana; y a la Virgen del Puerto, madrileña que cruza en su barquilla el Manzanares y es, como mi ilusión, luna trigueña, suplica, entre oración y flor y llanto, que no roce el pitón los alamares; y vuelve a suplicar -¡Le quiero tanto”… Y pido a los naranjos zahares para saber si se verá bonita cuando vaya con flor de desposada, de mi brazo a la Ermita, entre la admiración de la barriada. Si yo fuera torero, brindaría por ti de esta manera: -¡Ni joyas ni dinero! Que hay en sus ojos negros y gachones y en el joyel del corazón, más sumas que en el presente de los Faraones y en el tesoro de los Moctezumas. Más perlas y más oro que en el sacro tesoro que tiene, por morena y buena moza, la Virgen del Pilar de Zaragoza; que tiene, por gitana y por morena, por la gracia de abril, la Macarena; y que la propia Virgen del Rocío, que dice: -El sol de la Marisma es mío-
luce de prendedor luna de Almonte, collares de luceros en las manos, un manto como un cielo en horizonte, una ceñuda guardia de gitanos; y marchan tres provincias en carretas: de flores, fandanguillos y saetas; mozas tan florecidas de jazmines, tan fragantes, tan bellas, tan bizarras, que le pregunta la llanura al río si también van de juerga los jardines entre la procesión de las guitarras, ¡peregrinando con aquel gentío! Si yo fuera torero, brindaría por ti de esta manera: -Por ese jazminero que ya aromó, al entrar, la plaza entera; por esa cara de clavel y espumas; por ese corazón como paloma que suelta al aire, en el dolor, las plumas; pero, como la flor, muere y aroma. Y tirando en el aire la montera: -¡Por ella va! por la que vivo y muero; ¡por ella va!, graciosa, audaz, ligera la capa: el toro, cada vez más fiero, pasando los pitones por mi vera. Y yo, diciendo así: -¡Por la que quiero! ¡Por ella va!, media lagartijera; y por sus ojos que parecen soles, templando más y más, valor de raza, bordar como un encaje los faroles, hasta poner de pie toda la plaza. Por ella y por el toro ensangrentado, un toro de poder y de bandera, con el estoque hasta la cruz clavado; y yo esperar que se desangre y muera, como escultura ante sus ojos fijo, un tanto Mazzantini y Lagartijo. Y ya difunto el toro, en tanto que lo arrastran las mulillas, entre el estruendo de la tarde de oro y un bosque de peinetas y mantillas; y dando al redondel una completa vuelta entre los ¡olés!, palmas y honores, mezclada la ovación con la retreta, decir: ¡Gracias, señores! ¿Y tú saber –ojeras de violetay tú saber para quién son las flores! Pero como no soy más que poeta, ¡tiro a tus pies de emperatriz gitana mi madrigal, como un capote grana!
ALFONSO CAMÍN.201 1943 Elegía de Félix Guzmán. Reventaba de luz la mañana en el claro verdor de la fronda, y el camino de arena sonaba a mis plantas en pos de mi sombra. Dos muchachos llegaban sonriendo, anhelantes de palmas y gloria, y en la arena dos sombra siguiendo, las siluetas juncales y moras. Transitaban soñando, el sendero. Uno de ellos, un niño y un genio, era Félix Guzmán, el torero. Llamaradas de luz en sus ojos, clarinadas de triunfo en su mente, y en las astas de todos los toros o la gloria inmortal o la muerte. Una frase grabó mi memoria, una frase escuché solamente que llenó de rumores la fronda: -¡Cómo exige en la plaza la gente! Era Félix Guzmán el que hablaba con tristeza, cruzando el sendero. ¡Era Félix Guzmán, el torero! ¡A la plaza otra vez! ¡A los toros! Nadie quede en silencio indolente. ¡Rompa el aire en arpegio sonoro, la locura común de la gente! Pero el triunfo no llega, no quiere conceder sus favores de nuevo. Es inútil que cite y que encele con su cuerpo al astado, el torero. Logra al fin dar un lance valiente y repite en el mismo terreno. Suena un grito de miedo, la gente Se acobarda al caer el torero. Si no es nada, tal vez un puntazo… Pero hay algo de amargo y muy triste en los ojos de Félix, que al paso 201
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 16 de abril de 1943, N° 21.
va cojeando hacia el toro, e insiste. Y después de tumbar a la bestia, de soberbia estocada en lo alto, quiere irse, la gente lo espera, lo reclama, le brinda su aplauso. Y se inicia la vuelta en el ruedo, la postrera que diera en su vida, vacilante… sin fuerza. ¡No puedo proseguir, sin llorar su partida! Sus pupilas se nublan y lloran el dolor le corroe las entrañas. Dice adiós para siempre a la gloria y a las gentes que aplauden extrañas. Se despide en la puerta, saluda, los aplausos se abaten al ruedo, y parece decir su amargura: _Que me envuelva el aplauso postrero. Y después, mientras muere un torero, otro triunfa y al público asombra. Se tapiza de prendas el ruedo… ¡Es a fiesta del sol y la sombra!... Transitaba soñando, el sendero… añorando en la rubia mañana la silueta juncal del torero! Adolfo Gabriel.202 1943 Estampa Taurina. En el lago tranquilo del azul firmamento, va rielando la luna su fulgor andariego sobre campos de plata con perfume de espliego, con sabor de una tierra generosa y mojada. A la sombra imprecisa de la cerca, bañada por la luz de la luna, una sombra más densa en tensión se adivina 202
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 11 de junio de 1943, N° 29.
al moverse impaciente por su larga vigilia, por su inútil espera. A lo lejos se escucha el rumor delicioso de guitarras que suenan en la paz de los campos como canto armonioso, como el himno del agro (sic) generoso y bravío del solar mexicano. Por la verde paredera en penumbra bañada por los rayos serenos de la reina nocturna, van paseando su orgullo con la testa engallada por su fiera bravura los bureles de casta. Y en la sombra que aguarda su impaciencia frenando, se adivina al chamaco que ha vivido esperando enfrentarse al astado burel, que en los cuernos lleva gloria y fortuna y el dolor de los sueños. Los rumores del prado poco a poco se acallan, y hasta el viento que pasa va muy tenue soplando. Ya no se oyen guitarras ni las voces que cantan; y de todos los toros una solo se engalla. Ha llegado la hora de retar a la muerte que en los finos diamantes de las astas aliente, esperando su turno silenciosa y callada como sombra de luto, como reto al valiente. Y el muchacho no tiembla, ni le engaña su aliento; ha saltado la cerca y su voz rompe el quieto
descansar de la fiera que de pronto se arranca hacia el bulto que mueve un percal que flamea. Y el milagro del ansia conmovida y heroica de triunfar de la ciega y mortal embestida se repite constante, despreciando la vida y arriesgándola toda al sabor de un instante. Y a la luz de la luna bajo el cielo tranquilo del azul firmamento, sigue un niño poniendo en sus lances la vida, con el gesto sencillo de un valor que es un reto al dolor y al destino. Pero llega el momento en que el toro lo prende con el asta pulida, lo levanta en el viento, amenaza su vida y por fin cae al suelo rebasando las trancas y mirando hacia el cielo. El milagro del quite providente y divino su existencia ha salvado, al hacer que la fiera lo lanzara al camino, contundido, golpeado, pero el ánima entera y la fe en su destino. Y en la obscura paredera, bajo el palio enlutado de la noche tranquila, lentamente se aleja por sus sueños llevado el muchacho que pronto ha de darle a la fiesta mayor gloria o… la vida. ADOLFO GABRIEL.203 203
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 8 de octubre de 1943, N°. 46.
1943 CORRIDA GOYESCA. Diálogo misterioso y extraordinario, que a no pocos taurinos les dará achares, entre don Tono Algara, que es empresario, y un guasón, al que llaman Pepe Alamares. -¿Se puede? -Adelante, tome usté asiento. -¿Tiene usted un minuto para atenderme? -¡Cómo no! Pero cierre, porque entra el viento y la afición no quiere que yo me enferme. ¿En qué puedo servirle, joven amigo? -Gracias por lo de joven, que ya es de antaño. ¿Sabe, señor Algara, lo que le digo? Pues que LA LIDIA cumple, mañana, un año. -¿Tan pronto? ¡Oh, qué bueno! ¿Y está muy alta? ¿Ya camina solita? ¿Ya echó los dientes? -Verá usted… tiene todo lo que hace falta para no echar de menos a sus parientes. Sólo ha cumplido un año y habla con seso, con gravedad y enjundia, de tauromaquia, pues en cosas de toros al más sabueso lo duerne, lo anestesia, le da la raquia. Pero no es de LA LIDIA de quien se trata, sino de los que la hacen, que es maravilla. Vengo a ver, señor mío, si nos contrata. Le garantizo el éxito de la cuadrilla. -A ver, a ver, explíquese, que me interesa saber que se perfilan nuevos valores, porque si he de explayarme con más franqueza, van escaseando ahora los matadores. -Así es, señor Algara, pero los nuestros no sólo se perfilan, sin medias tintas, sino que entran gallardos, como los diestros, y la estocada dejan hasta las cintas. Cuadrilla juvenil y brava es ésta y nada sus hazañas habrá que borre. Contamos como ases al DOCTOR CUESTA Y al primate, señor LUIS DE LA TORRE. ¿Se acuerda usted de “OJITOS”? Pues era un tuerto al lado del notable Roque Solares. Nadie enseña lo clásico con tanto acierto, como que se lo dice Pepe Alamares. ¡Ah, tenemos un HombreQue-No-Cree-En-Nada, oero a Gaona, a Prócoro y al despiporre -aunque usted no lo crea- de una plumada nuestro Luis de la Torre les da en la torre. -Está bien, ¿y qué edad tienen esos chavales de los que tanto y tanto bueno me dice?
-Señor hay ciertas cosas dentro las cuales yo mismo le aconsejo no profundice. Otro que también creo será figura, se firma “Er Sagitario” –flecha y espada-. ¿Ya vió usted el retrato de esta criatura? Todos, al verlo, exclaman: ¡Ay, que monada! En el grupo que forman nuestros hermanos, murió Martínez Gómez del Campo… pero después de que en las tablas dobló las manos, lo levantó Velázquez, el puntillero; y por eso le llaman “Resucitado” al que ya estaba muerto y amortajado. Ejemplar de bravura, “Paco Puyazo”, para ser como es Paco no pica poco: al que menos lo sangra de un bajonazo y, con o sin polémica, lo vuelve loco. Por eso siempre grita Flavio Zavala, alargando la puya, como es costumbre: “¡Señores tauromáquicos, ahí va esa bala, Quítense del camino, que lleva lumbre!” Y Fernando Medina, que es más tranquilo, pero que no le tiene miedo a la muerte, le tiende un capotazo, lo espera al hilo, y aprovechando el viaje lo deja en suerte. Sergio Melgar es otro que anda en los trotes y en cosas de La Lidia no es pequeñito, pues si antes los toreros traían bigotes, él, para no ser menos, trae bigotito: un feroz bigotito, como de un dedo, que a todos va diciendo: “¿quién dijo miedo?” Para darle a este cuadro mejores toques y para barajarlos como usted mande, tenemos en la mano tercia de Roques como para una fiesta de cartel grande: Roque Sosa Ferreyro –el que dirige, el que, en la imprenta, para y aguanta y manda; el gran Roque Solares, de quien ya dije, y otro, que anda mirando: “Roque Mirada”. ¿Y Ximénez, y Gómez, y Espino Barros, emulando los lienzos de Carlos Ruano? ¿Ha visto usted, Algara, cuál son bizarros y cómo en sus dibujos “corren la mano”? ¿Y ese Ángel con trastienda, que es Zamarripa, que a todos sus muñecos los pone en Fa-Cha, y que pinta a un torero fumando en pipa, frente a un toro con facha de cucaracha? ¿Y a Roberto Martínez, Carreño y otros que son los hombres serios de entre nosotros? ¿Y a Pablo Ochoa, el fogoso, que brega y sopla… ¿Quién dijo que no sopla? Da fe LA LIDIA de que para Pablito miente la copla y miente el que lo dijo por pura envidia. Pero… ¡qué más! Tenemos nuestra Conchita,
nuestra rejoneadora de blancos guantes, bella cual la peruana: la señorita Carmita Torreblanca Sánchez Cervantes. Conque, señor Algara, ¿no nos contrata? Nuestra cuadrilla es algo ya sin segundo. Nadie dirá que es esto meter la pata, citar a recibir… e irse del mundo. Y don Antonio Algara, que tiene meollo, contestó: -Para locos, ahí está Goyo que fue a la Castañeda por mucho menos. Pero Pepe Alamares, que es de los buenos, le replicó en el acto: ¿Goyo le apura? Me da usted una idea de gran altura… Mejor, pues usted sabe lo que se pesca, y así nuestra corrida será Goyesca. Mas el buen empresario dijo con gana: -Dese una vueta el sábado por la mañana. Y me marché mohino y aún cabizbajo, sintiendo boca amarca, labios salobres, porque el sábado es día que no trabajo y es día de limosna para los pobres… Pepe ALAMARES.204 1943 Encierro y Sorteo. (ESTAMPA TAURINA) Bajo el yugo gácil del ronco cencerro, descansa tranquilo y paciente el encierro. Los toros de casta, de recia pujanza, de astas relucientes y pelambre fina, rumiando en silencio su verde añoranza se han tornado mansos junto a la madrina. Si alguno se inquieta, alza la cabeza por sobre los lomos de los madrineros, y como en alarde guapa nobleza, reluce en sus ojos toda la fiereza de saberse fuertes, y estar prisioneros… los mozos toreros, como un reto abierto a las emociones, -en ritual castizo, viejo y pinturero-, barajando pintas, números y señas, barajan a un tiempo vidas e ilusiones sorteando seis muertes dentro de un sombrero. OSWALDO PÉREZ ESTEVES.205 204
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 5 de diciembre de 1943, N° 54.
1944 GITANERÍAS (CUENTOS Y BOLAS). Arguien que nos quiere mal ha hecho sirxulá la infamia de que grupos de españoles que abandonamos la Patria por cosiyas que ar toreo ni lo más mínimo atañan, preparan pa en cuanto yeguen los diestros de tierras hispanas manifestaciones hostiles, broncas y hasta serenatas. Como esto es una mentira, como esto es una patraña, digo que mis compartiotas, pa tranquilidá de Argara, se portarán como ahora y aplaudirán si el espada tié asiertos con er capote o meneja bien la fámula, y se quearán callaos, como si fueran estautas, si “Cagancho”, Pepe Luí o “Gitaniyo e Triana” pincha en la tabla er cueyo y tardan sinco semanas en didiá a un Pastejé que tenga nervio y pujanza. ¿Qué después de la corría armaremos sarabanda en los cafés o en los Sentros discutiendo la jornada? ¿No la tenemos ahora? ¿No hay quien se pirra por Garsa disiendo sus naturales no los mejora ni er papa? ¿No tiene Armillita chico legión de amigos que aclaman su sapiensia en er toreo y a José me lo comparán? ¿No son tos los malagueños y los de habla catalana sordadistas hasta la sepa y hasta ruío de capanas suena cuantito er capote mueve aunque sea de guasa? 205
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 31 de diciembre de 1943, N° 58.
¿No ovasionan tós los feos a Sirverio y sus hasañas y lo yaman Faraón y pirámides mu artas quien levantarle en Texcoco ar de la derecha marna? ¿No tiene er gran Luis Procuna quien en revistas gitanas lo pone en una corromato junto a la bella Fuensanta la calé más represiosa, la que se canta y se baila en honó der toreraso der salero y de la gracia? ¿No hay hasta un grupo arrusista que se le sartas las lágrimas cá ves que leen un cable donde hay orejas y patas, y tuvo de mes estoques a quien “er trese” le llaman, por no dar una en clavo Carlos cuando toreaba? ¿No existen los brionistas, aunque se encuentren en baja, que se dejaron coleta, se pusieron batas raras pa imitá los mandarines ya que no a Luí en su cara? ¿No tiene Antonio Velásques amigos en nuestra casa? Pues igualito que ahora nos ocurrirá mañana. Unos serán caganchistas, otros formarán garata hablando de Pepe Luí y e Gitaniyo e Triana, pero no irán a los toros, con las uñas preparadas pa arañá a los españoles por lo que ocurrió en la Patria que a las cosas der toreo ni lo más mínimo atañan. Puede, pues, estar tranquilo, er gran don Antonio Algara. Se lo promete un gitano que estas copliyas hirvana. PEPE EL GITANO.206 1944 206
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 6 de octubre de 1944, N° 96.
JUEVES TAURINO. -¿Qué pasa entre las calés? ¿Por qué andarán en el arca buscando lo mejorsito de la ropiya guardada? -¡Qué va a pasá, comparito! Pues que toas van a la plasa a presensiá er mano a mano entre dos lindas muchachas, capas de gorvé tarumba ar mesmito Patriarca. -¡Y quién son esas beyesas? -¡Descúbrete, cataplasma! Una, Teresa Montero; que na más empieza a mirarla y te queas tartamúo. ¡Ya ves si será simpática! Eso en tocante ar salero, porque en cuanto abre la capa o da suerta a la franela enmúeses y las lágrimas cuar si fueran er diluvio de la emosión se te sartan. ¿Tú no has visto a Luí Procuna en una tarde inspirada? Pues mejón es TEresiya con er capote y la fámula. Y la otra es Lupita Montes. -¡Y esa mosuela es mu guapa? -¿Guapa dises? ¡Mare mía! ¡Si er verla da destemplanza! ¡Si cuando mira ar tendío agradesiendo las parmas sientes, cuar si fuás San Vito, ganas de bailá una dansa! Y que torea chipén, con la izquierda, iguá que Garsa. -¡Estaba por peirle un beso! -¡Compare, para la jaca! Lupita es de Monterrey, y en lo de dá también Garsa. ¿Y qué desirte de Elisa que en matá las acompaña? ¿Y qué hablarte e la cuadriya, que son Gloria y Esperansa, Teresa Andalús y Evita y la presiosa Yolanda? -No digas más, comparito. Vámonos ya pa la plasa. Ahora me explico er porqué las gachises de mi rasa
sacaban tó lo mejón que guardaban en el arca. Van a despedí a las niñas, que si no cantan ni bailan como hasía la Primorosa que Servantes nos legara, son artistas der toreo, son lo mejón de las plasa, son divinas y morenas como la Guadalupana, son, ¡comparito querío!, purititas mexicanas! Dejemo a nuestras calés que cuenten lo que pasara. -¡Falita! ¿Qué paseiyo” Er sombrero de anchas alas que ar que sale los domingos le vale una serenata (¡qué más da sarga e flamenco De beisbolista o en enaguas!) a la cuadriya e toreras lo premiaron con las parmas. -Déjate de vestimenta y refiere las hasañas que jisieron con los bichos. -¿Bichos dises? Eran ratas que mandó pa que sufrieran y pasaran las moradas Gua… Gua… namé. -¡Si me paese que ladras! -¿Ladrá? Mordiscos merese quien manda tale alimañas. Mansos de pata a cabesa y hasiendo mir musarañas. Con esta clase e ganao no hay arte en la tauromaquia. En fin; demasio jisieron las toreras mexicanas, que sortaron argunas gotas de la esensia que ellas guardan. -¿Y Joselito Correa y el Vásques que le acompaña? -Mejón que corramos un velo u corguemos una manta -¡La fiesta se estropeó! -Se changó hasta la jarana que teníamos prepará. Enundá está la guitarra; Maoliyo será er pico; Carmen ni canta ni baila, por mor der tío mala sombra que mandó una becerrada.
En fin; otro dís será en que a estas neniyas guapas, las calés tan represiosas, que jurgaban en el arca pa sacá lo mejorsito y lusirlo hoy en la plasa, puean ofrecerle una fiesta donde suene la guitarra, donde se canten y bailen las bulerías gitanas. PEPE EL GITANO. 207 1944 LA CORRIDA DE LA PRENSA. -Salú, compare José. -Salú, compare Pepiyo. Veo en tu cara tristesa, cuar si estuviás aburrío. ¿Es que ha resurtao fané la corría de noviyos? ¿No asistieron a la fiesta pa jasé er paseíyo vintitré estrellas der sine que e guapas son er delirio? ¿No asustó con su való ar concurso er gran Chatiyo? ¿No dio Pepe Luí la nota de sapiensia en este ofisio? ¿No templó Raúl Iglesias cuando usó der capotiyo? ¿No vinieron de San Diego seis hermosísimos bichos? -¡No me pregunte ya más, que eres un jué de distrito! Si tengo mala jeró, si estoy pa empesá a gritos, es porque salió ar revé de como estaba previsto esta corría der jueves donde no fartó er gentío. Las estrellas de postín no hisieron er paseiyo; solo asistieron ar parco, y eso hasta er tercer noviyo, en que aburrías se fueron la gran Amaro Moriyo, Lina Montes, Steya Inda 207
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 13 de octubre de 1944, N° 97.
y tres da cuyo apeyido yo no me pude enterá aunque pregunté a Jasinto. Los diestros, mejó siniestros, no más vé ar primer noviyo gordo, de pelo risao, y por mar nombre “Gatito”, hisieron ¡fú! to la tarde y pensaron en er suisidio. Cómo sería la cosa, que er que llaman valentísimo, u sea er Chatiyo Mora, pa liquidá ar risaíto, le largó siete pinchasos y tós con mu mal estilo, seis intentos e descabeyo, en tanto oía un aviso y una bronca el respetable que yehaba los tendío. Ar cuarto, un peque inocente que yamaban “Carolino”, tampoco le jiso ná dirno de ser aplaudío. El burel, viendo que er Chato andaba a sartos y brincos, pa que se estuviera quieto le endiñó un cate de abrigo. Pepe Lui, buen compañero, dijo a su amigo er Chatiyo: “¿Tú malo? ¡Pos yo peó!” ¡Y lo cumplió el Vasquesito! En su primero, un bragao, con un marnífico tipo, le juyó con er capote, gorvió la jeta en er pincho, y así hasta que falleció er buen moso e “Prometío”, Vásques se estuvo entrenando a campeón de pedestrismo. Y luego vino lo grande: ¡se cumplió er refrán, Maolito! ¡Si no pué habé quinto malo aunque éste sea un conscrito! ¡Vaya noblesa de toro, vaya estilo y vaya tipo! ¡”Oaxaqueño”! ¡”Oaxaqueño”!, nobilísimo noviyo. ¡Si a ti te coge un torero conosío por Luisiyo
se arma en la plasa un jaleo que hubía sío un cataclismo! ¡Fue un caramelo e los Alpes que no chupó er Vasquesito hasta que uno e la solana gritó: “¡Embárrate, esaborío!” ¡Como si fuá una orasión sólo se oía en los tendíos: “¡Toro! ¡Toro! ¡Toro! ¡Toro!”, que duró hasta que er viejiyo, don Juan de Dios Barbabosa, dio dos vuertas ar aniyo. Raúl Iglesias… Raúl Iglesias, no asertó con los noviyos ¿Se contagió der canguelo de los compañeos de ofisio? ¡Quizá! Lo sierto es que hoy to le ha salío torsío. Hay que apretarse, Raúl. Tú tienes buenos estilos, pero por lo que más quieras, no mates dando peyiscos. Lo mejonsito e la fiesta “Oaxaqueño”, er gran noviyo. Después er só y las artistas y er buen peón “Tabaquito”; también estuvieron bien er “Conejo” en los dos bichos; Arisqueta en el tercero, que el asesó, ¡angelito! Cambió sin que lo picaran, a un moso e quinientos kilos. Totá: ganao superió; Mataores esaboríos; y un peón llamao Valencia que está imponente pa un sirco. PEPE EL GITANO.208 1944 ¿Fue sueño o realidá…? ¿Fue sueño o realidá lo que he visto yo en la plasa, la que tiene más postín de tierras americanas? 208
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 20 de octubre de 1944, N° 98.
¿Estuve yo en “Er Toreo” o en la feria e Villafranca, donde organisan festejos como los que figuraban en er carté juevetino?: “Murga, u séase diana pa despertá a los vesinos que se acostaron mu tablas. A las onse, en er paseo que termina en la barranca, habrá un concurso de feos (¡Nachito!, ¿no oye que yallan?) Por la tarde, gran corría con diestros de mucha fama, que no cobrarán un reá pues vasía está la caja. Habrá brindis y habrá guante pa que paguen la posada. Pa que los mosos der pueblo se entrenen en tauromaquia, se sortará un embolao (y no es alusión ar “Napias”, u sea er munisipá a quien su comadre engaña). Terminada la corría, mu divertías cucañas; carrera en saco, de burros y gran traca valensiana”. Sarvo en lo del embolao y en que hubo también cucaña, y en que nos dieran la murga siete soplistas en banda, y que Guanamé mandó unos bichos que eran cabras (dos vorvieron a los corrales hasta que los destetaran). Lo demás fue de “Er Toreo” no fue propio e Villafranca. Er diestro Santiago Vega, en er que hay estilo y grasia, intentó con er capote y lo mismo con la flámula dá cuanto de arte posee, pero no quisieon la ratas que le tocaron en suerte (¡una suerte mu tisnada!) Por lo que hiso me gustó y aparte sacá una espada propia pa hasé una película donde hasta er pincho es jonjana, mató bien a su primero, y sonaron muchas parmas. Su segundo se murió
cuando nadie lo esperaba. Un pinchasiyo de un deo; siguió lidiando a la cabra y pasao que hubo un buen raro, cuar si estuviá envenenada, se desplomó sin puntiya. ¿Es que bañaste la espada en la “Urtima sena”, niño? ¿O que Agüera, ar que brindara, con la mirá la mató? Pa mí que hubo martingala. Benjamín López Esqueda le acompañó la desgrasia. Dos bichos, dos dansarines Que por tos laos se colaban. ¿Qué ellos bailaban la jota, pues él bailaba una sambra? En fin, otra ves será, pues la afisión no le farta. Donde hay un torero caro, donde er gitano que os habla tendrá que haspe las reseñas entre arpegios de guitarras, es en Sarvadó Moreno. ¡Cómo templa, cómo manda con er capote er chavá! ¿Aquí hay estilos y hay sarsa! ¡Entre tós los noviyeros, incluyendo a Liseaga, ninguno ar dá las verónicas hecha las manos tan bajas, yeva ar bicho hirnotisao en los vuelos de la capa! ¡Vaya sortura y salero! Lo dicho: aquí hay una aljaja. Si bueno es con er capote aún mejor en con la flámula! ¡Qué trincherazos!, ¡mi mare! ¡Cómo imitaba a una estuata en los ayudados por alto, mientra er público aclamaba! ¡Qué derechasos más suaves! ¡Naturales cosa marna! Y en tocante a florituras tiene bien repleta el arca. Molinetes, lasernistas; toa la más presiosa gama del toreo agitanao, que es licorsiyo que embriaga ar que sea más abstemio en cosas de tauromaquia. Banderilleó mu bien y si asierta con la espada
tién que darle hasta el reló como premio a sus hasañas. ¡Mía que si este buen torero me concediera una grasia! ¿Cuá? Pues que su apoderao ¡se pelara y se afeitara! PEPE EL GITANO.209 1944
¡SAN DIEGO DE LOS PADRES! …Toros que se arrancan de largo… Toros que llegan suavísimos a la muleta… Toros bravísimos en los tres tercios… Toros cuyos despojos se ovacionan… Toros de purísima casta… ¡SAN DIEGO DE LOS PADRES!210 1944
El tercio de la muerte. Por Radel, es una interesante propuesta que alude, a través de las célebres “calaveras”, una serie de personajes que, por aquellos días eran motivo de la atención y la “nota” en las publicaciones taurinas de moda. Dado el diseño que se empleó para dar cuenta de aquellas reunidas en el año que se revisa, conviene incluir el par de páginas tal y como fueron editadas.211
209
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 27 de octubre de 1944, N° 99. Op. Cit. 211 Ibidem. 210
1944 Por montes y por caminos… Por montes y por caminos, por vereas y cañadas yegaron ar campamento de las tribus más lejanas la enjambre de Faraón, lo mejonsito e mi rasa. Sentao junto ar carromato, rodeao de las gitanas que lo miran con respeto un ansiano e níveas barbas, que tiene la tes cobrisa y noblesa en la mirada, resibe las pleitesías de toas las caravanas que por montes y caminos, por vereas y cañadas yegaron ar campamento de las tribus más lejanas. ¿Quién es er viejo calé que las bonitas gitanas, las que ar bailá ponen fuego y en er cante toa su arma, lo miran con tar arrobo? Pues él es ¡er Patriarca!, que hoy cumple los sinco duros, sien años de caravana, de andá recorriendo er mundo en tratos, fiestas y sambras. En medio de la alegría, en medio de la argasara, mientras su nieto Manué saca arpegios a la guitarra, y la Doriya bonita suerta trino e la garganta, y la morena juncá, la represiosa Fuensanta se baila una “bulerías”, él, la cabeza mu arta, mira arriba, a las estrellas; paese como si resara: “¡Maresita e los Dolores! Tú sabes las asechansas de gitanos engreídos pa que este purí parmara;
que no yegara a los sien; que la gente de mi rasa ar verme debilitao su queré me retirara. Pero tú oiste mis ruegos, atendiste mis plegarias, y con lágrima en los ojos, Maresita venerada, puó ver a los que yo quiero con fatiguitas der arma. ¡Maresita e los Dolores, también morena y gitana, quiero resarte y no pueo, pero, ¡grasias, Mare!, ¡gracias!” Y despué, pa demostrá su fortaleza y templansa, acompañao de su nieto er que borda en la guitarra, se canta unas “Seguiriyas” er Faraón Patriarca. Iguá que pasó ar calé hoy a LA LIDIA le pasa, que cumpe sus sien salidas; que también tuvo asechansas, pero que vive y perdura pa bien de la fiesta brava. De los Estaos, de los pueblos, de las aldeas lejanas, llegan felisitasiones, son nutridas caravanas de afisionaos a los toros que leen toas las semanas la mejón de las revistas en cosas de tauromaquia. Entre los pergeñaores también hay una gitana: una colaboradora que la mira uno a la cara y de verla se marea. ¡Vaya cuerpo y vaya grasia! Los demás, pa qué nombrarlos. Ninguno canta ni baila, no digo unas bulerías ni imitá siquiá a una rana. Pero son agradesíos y en esta fecha tan grata de cumplí el sentenario de ayudá a la fiesta brava,
disen como er faraón a la afisión mexicana: “¡Aún quea vía pa un rato! ¡Grasias! ¡Muchisimas grasias! PEPE EL GITANO.212 1944
LA CORRIDA. Hay fiesta brava en el coso: la fiesta de maravilla y el tendido se engalana con la clásica mantilla sevillana. Tarde de mayo que embruja con perfumes y alegría, música y luz, mujerío; y en el ruedo, gallardía, nervio y brío. Suena herálidico el clarín y el aplauso y vitoreo van prendiendo en la afición -de la cuadrilla al paseola emoción. Salta la fiera en la arena: su pupila centellea con la rabia y la codicia, y sobre el lomo flamea la divisa. Con el capote de seda el torero desafía …y la bestia, en el desgaire se debate con porfía… ¡y hay donaire! Templa su fuerza en la pica una y dos veces, y el hambre de la venganza se acrece con la amapola de sangre que forece. Arte y valor se derrochan en el andar zalamero 212
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 3 de noviembre de 1944, N° 100.
y en la gracia en la suerte del audaz “banderillero de la muerte”. Luego surge la muleta pór diestra mano regida, y borda la filigrana que la turba, estremecida, aclama. Luce el toro en su fiereza y el torero en su dominio, y en el momento supremo, gana el estoque el carmíneo premio. Marcan el fin de las fiestas palmas, dianas y sonrisas… Mas vencedor y vencido, mañana serán cenizas del olvido. LUIS F. DEL RÍO.213 1944 ¡A los Toros! Sol. Claveles. Hembras. Toros. En el cielo, los oros de un espléndido día español. Sol. ¡Morenaza!, la que lleva en sus pupilas intranquilas, todo el fuego de mi raza y a los hombres despedaza con los trágicos puñales de sus ansias y quimeras; la que lleva en sus caderas todo un ritmo de pecados capitales… Ya es la hora. Ya la gente bulle y chilla por las calles, dirigiéndose a la plaza bajo el sol que abrasa y brilla. Ya es la hora. Los claveles. La mantilla. ¡Cuánto vales, morenaza! ¡Cuánto vales, mi chiquilla! ¡A los toros! ¡A la plaza! ¿Qué te miran? ¡Que te miren! 213
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., febrero de 1944, N°. 65.
¿Qué deliran? ¡Que deliren! ¿Qué tu cuerpo afanes siembra? No te importe. No hagas caso… ¡Que los ombres se prosternen a tu paso! ¡Es el triunfo de la hembra! ¡Es la Gloria que te ciñe su aureola proclamando tus encantos, los mejores, que tú eres la mujer más española que nació en Embajadores! Sol. Claveles. Hembras. Toros. En el cielo, los oros De un espléndido día español. Sol. RAMÓN DÍAZ-MIRETE.214 1944 Gitanerías. (Gaspacho Andalus). De nuevo er gitano oscuro tié que hablaros de la fiesta, de la fiesta bella y brava donde hay ca lío que aterra; donde ilusiones de mosos se vienen mu pronto a tierra ar verse delante un bicho que es la cadena perpetua. ¡Porqué no serán espejos donde tan bien se torea! Hay que oir los comentarios de los de “a cala” y “a prueba”, la nueva siensia taurina que ha inventao er señó Guerra. -¿Cuándo me repite osté? -¡Tú estás ma de la cabesa! ¡Si no te arrimas ni a un taco! ¡Si eres más malo que er “Pesca”! ¡Probesiyo afisionao que soñó en sé regaera pa bañá a “Manolete” cuando de España viniera! Y ya que hablo del paisano, er de tierra de soleta, menúa es la tremolina por si viene o si se quea; por si es largo o por si es corto; por si para o bailotea; 214
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 10 de marzo de 1944, N° 68.
por si es monstruo o es un chango que le hará la competensia en lo feo ar de Texcoco, al Surtán de la derecha, que anda matando torasos con er tipo de beserras en el Norte y en el Sur, en pueblos, villas y ardeas. En la “Porra”, donde amigos me invitaron a que fuera, oí, hablando de toreros, opiniones mu diversas: -Mire osté, gitano amigo; como Sirverio atorea en que da un paso p´adelante cuando le embiste la fiera, no lo hase ni su paisano ni er más pintao en la tierra. -¿Pero si disen es un poste Que ni una purgá se enmienda? ¿Qué su toreo es de frente y o de perfí en la sepa? -Cuentos, charlatanerías de gente que no diguela. ¡Onjalá que no se raje y venga a la atierra asteca! ¡”Er Toreo”, e tanto baño, le va a paresé una arberca! -¿Disen que llega Cagancho? -Pa éste sí que es una brea la “Porra”, gitano amigo! Er día que se le vea er siclón que en er Pasífico hase faenas tan perras, comparao con la ovasión, será un sirvió de vieja. -¡Y qué me dise de Arrusa cortando patas y orejas, que está corriendo la mano en casi toas las faenas? -¡Corriéndola o levantándola como hasen camisas viejas? Y ahora mire a Liseaga. En éste sí que hay solera. ¡No van a errumbá la fetiches entre Licseaga y Barderas! He cumplío mi prometío y me he perdío una siesta; como pierden ilusiones mosos que aspiran a estrellas en la escuela del toreo inventá por Joaquín Guerra.
21 Septiembre 1944. Pepe el Gitano.215 1944 Romance del Toro Andaluz. Nace en el campo, a la luz esplendorosa del día, y entre los pastos se cría. ¡Toro de lidia andaluz! Trotando entre los erales, crece en pujanza ypoder, hasta que al fin llega a ser orgullo en los pastizales. Derribo, tienta y acoso van probando su pujanza; a todos su furia alcanza, y luce bravo y hermoso. Cuando llega el apartado de una famosa corrida, la res resulta escogida; es el toro separado. Luego en la plaza aparece, y la admiración despierta cuando por la puerta abierta de los toriles se crece. Hace lucirse en la capa al diestro que lo torea, y al embestir, se recrea con el cuerpo que se tapa. Codicioso es en las varas, que prueban toda su fuerza, pues no hay pica que no tuerza, sacrificado en sus aras. Alas en las zapatillas reequiere el banderillero cuando aquel torillo fiero se arranca a las banderillas. El trapo rojo parece que se lleva su embestida, y allá se va, con su vida, 215
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 29 de septiembre de 1944, N° 95.
la gloria que se merece. Es paseado, triunfal, a su vuelta por el ruedo, que probó con su denuedo su buena casta, cabal. Vuelta al ruedo, por la arena… Y su cabeza abatida, noble cabeza sin vida, toro andaluz, nos da pena. Cabeza que, disecada, Irá a adornar un colmado, premio a su orgullo de astado, en una pared clavada. -Fue un noble toro-, dirán los toreros de Sevilla, mientras beben manzanilla, y hasta por él brindarán. En la gloria de los toros, entra por la puerta grande, y hasta su nombre se expande, alabado por los coros. Tu vida, pasión y gloria, egregio toro andaluz, se escribe, llena de luz, en páginas de la historia. ÁNGEL DE LAS BÁRCENAS.216 1944 A LUIS CASTRO “EL SOLDADO” Er niño de los milagros le llaman a mi torero, porque las penas s´alivian tan sólo con ir a verlo, tan pleno de señorío, tan rico de lucimiento, con la muleta tan guapo, con el capote, tan quieto... De tal manera se ciñe la seda al bronce del cuerpo, que hasta insulta de gallardo y hasta deslumbra de apuesto. Su mirada es tan brillante 216
La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 10 de marzo de 1944, N° 68.
como es su estoque certero, y es ladrón de voluntades cuando da la vuelta al ruedo recogiendo a cada paso flores, risas y sombreros. Er niño de los milagros es de mi barrio er modelo: Cuerpo de jaca andaluza, porte majo y ojos negros. ¡Cómo vuelan las plegarias preñadas de sentimiento, para que arguno las oiga, de sus labios entreabiertos, para que no haya mal fario, para que no sople er viento, para que no sarga un “pavo” con resabios y con nervio, y cuando miro esos labios ya temblando, ya sonriendo, con claveles los comparo de contornos cenicientos. ¡Ay, moreno, morenito! ¡Milagroso de los ruedos! ¡Quién te prendiera milagros como ar Cristo de mi pueblo!... Er sol no quiere marcharse por no perder el festejo, que cuando torea mi niño nadie abandona su asiento; yo mi barrera no cambio por la promesa de un cielo, y renuncio a todo halago tan sólo por ir a verlo. ¡Cómo vagan sus miradas, de las lumbreras ar ruedo, como palomas prendidas en el engaño de su sueño! Y cuando miro esos ojos culpables de mi tormento, cómo quisiera gritarles para que me oiga su dueño: “¡Que no hay toro que te coja, que no hay mal fario ni viento, que no hay nada que resista tu mando artista y soberbio! ¡Dibuja los naturales, burila bien los de pecho, domina a la res pujante, enloquece ar mundo entero! De aquellos toreros majos, desde Francisco Romero,
exhuma las viejas galas de las glorias der toreo; enséñanos los desplantes sevillanos o rondeños, recorran tus manos brujas toda la escala del genio, y cuando ar fin, a la cara te eches er brillante acero, ¡Bríndame er toro, serrano por la afición que te tengo! ¡Ay, moreno, morenito, milagroso de los ruedos! ¡Quién te prendiera milagros como ar Cristo de mi pueblo!217 Josefina Ferreyra Mireles. 1944 LA EMOCIÓN DE LA TARDE ¡Qué emoción de mujeres morenas! ¡Qué emoción de deseos de gloria! ¡Y qué tarde de aplausos y toros, recortada, irisada y redonda! En la tarde polícroma y cálida suspiraba sin novio la novia y en la última grada, en silencio, deshojó la extranjera una rosa. En el rayo de sol se rizaba la emoción ideal de la hora, una roja emoción palpitante de esperanzas crueles y locas. Y salió la cuadrilla a la arena, y sonó el pasodoble en la sombra, y cegaba de sol y tristezas suspiró aún más la novia llorona. Paseaba su orgullo el torero, viejo orgullo de tarde redonda, lento el paso, de seda el conjunto y una leve sonrisa en la boca. ¡Qué emoción colectiva y sincera resbalando por tablas y bocas, mientras iban los veinte toreros en el dúo de soles y sombras! 217
La Fiesta. Semanario gráfico taurino. Nº 9, México, D.F., 22 de noviembre de 1944.
Un silencio epiléptico y único bajo el sol fue extendiendo su forma y un susurro de pechos batidos y de inmóviles manos nerviosas.218 (. . . . . . . . . .) Rafael Delgado 1944 EL ROMANCE DEL ESPONTÁNEO Por las tapias erguidas que hay en torno a la plaza, un rapaz atrevido sube y escala; se envuelve en una roja y frágil hilacha, llega por fin arriba, corre, se tapa, cuidándose en la huída del formidable cuerpo de guardia. Desata de su frágil cintura la faja, y amarrando una punta sobre la barda, lenta, muy lentamente por ella baja, perdiéndose en la alegre y abigarrada muchedumbre que llena toda la plaza. En la tarde violeta se muere el oro... sale el último toro del gran encierro, es un negro, bragado, astifino, apretado, gordo y lucero, veintidós, coletero, sale y arranca, sobre el purpúreo engaño de un gran torero, que se vuelve a la vida viendo que es franca, de mugiente pujanza la acometida. Salta al ruedo animoso charrán garboso y aprovecha un capote que encuentra ocioso para pegar tres lances a la verónica, 218
Sol y Sombra. México, D.F., 8 de marzo de 1944. Año 2, Tomo 4, Nº 69.
piramidal guapeza hubo en tanta belleza, grandeza faraónica. Se prenden las mantillas de ver al mozalbete llegarle tanto y pegar de rodillas, cambios suicidas y maravillas obligando a que el coso grite de espanto. Y deslía su muleta con donosura, llega rítmicamente junto a la jeta con la bravura propia del toro, se produce el milagro del muletazo, cumbre y sonoro fue el grito portentoso almo, grandioso, para el genio glorioso sangre de moro. Después vino un brillante y afarolado, ligado uno de pecho, dos de costado rosando los pitones el corazón; dos de rodilla en tierra tan magistrales... ...y ya en plan de suicida seis naturales... ...oh, la inmensa locura de la afición... Después llega la guardia e invita al mozo a darse un paseíllo fuera del coso; y al pasar por la reja siempre galana, de la moza garbosa cumbre y gitana, al pasar Aguilita junto a la reja la fragante y bordada cárcel de flores... dijo así la serrana de sus amores: -¿A dónde vas Aguilita...? -me llevan preso, por haberle quitao las moñas a un toro negro, por haberle pegao tres lances incao en el suelo, por haberme gritao el mundo que soy torero, y agarrando muleta
con rabia y celo le endilgué un ceñidillo pase de pecho... ...Después vino la guardia y me echó del ruedo dejándome en el alma coraje inmenso; si vieras las enormes ganas que tengo de llegar una tarde y hacer locuras de novillero... Al ver que ya caminaba entre los guardias, de nuevo, al mirar que se alejaba la moza tembló de miedo, diciéndole tras la reja quedó, muy quedo-¿A dónde vas Aguilita...? -me llevan preso, -¿Por qué te llevan mi vida? -no más por eso. Va muriendo la tarde, tarde de toros como rosa bermeja de sangre y oros, y en las tapias erguidas que hay en torno a la plaza quedó como gloriosa bandera izada, volando en el murmullo dulcísimo y fragante del céfiro que pasa, quedó del espontáneo triunfal, negra la faja, y al cruzar Aguilita por donde estaba proclamando orgullosa la sangre brava, le dijo en el lenguaje clarísimo de un ritmo que él escuchaba al ir de su figura en pos, siempre la guardia: -Anda charrán fogoso de pupilas radiosas, siempre serenas, torrente caudaloso corre en tus venas de la sangre gitana, que fue sangre de reyes y faraón... Y el pobre de Aguilita lloró de rabia... al saber que la roja sangre de Arabia
le dio un clavel bermejo de corazón. y allá lejos se quedaba sobre las tapias erguidas la enseña de luto y oro, como la oreja de un toro de la que fuera él en pos; la negra faja agorera a la que tanto quisiera, flotaba como una pluma que se agitase en la bruma para decirle su adiós...219 José Daniel 1944 CINCO SILUETAS TORERAS ARMILLITA ¡Torerazo genial, sabio y artista! Tu figura en el ruedo se levanta sobre ciencia que a todos adelanta; y el pueblo clama: ¡es cosa nunca vista! Tu toreo es como el sol, nunca se planta de su carrera en la espaciosa pista. “Chocolate” y “Payaso” con “Flautista” son ejemplo inmortal que te agiganta. ¡Salve, coloso de norteñas tierras! Aunque vayas pensando en tus quereres, desafiando a la fiera no te aterras. Eres asombro de hombres y mujeres y cuando plasmas tus hazañas bellas parece que fulguran las estrellas. EL SOLDADO A la vera de Garza en suelo hispano conquistó a la afición de tal manera que dentro de las plazas y aun afuera, aclamábase al pueblo mexicano. Marcó para los nuestros nueva era, regresando a la patria muy ufano. no recibirlo bien fuera inhumano; mas no dio a la afición lo que pidiera. Transcurrió el tiempo sin poder lograrlo 219
Sol y Sombra. México, D.F., 22 de marzo de 1944. Año 2, Tomo 4, Nº 71.
hasta que al fin arranca un solo grito, casi imposible de poder callarlo, al cuajar la faena de “Rayito”. De entonces para acá fue consagrado, alcanzando sitial bien envidiado. SILVERIO Revolución audaz ha provocado al ambiente taurino del momento, haciendo germinar el pensamiento de que está por Carmelo iluminado. En escuela científica formado tuvo empeño de cambiar procedimiento, yendo en pos de alcanzar el firmamento como estrella, habiéndolo logrado. Recordando el ejemplo de Belmonte que Carmelo siguiera en su carrera, abrió para el toreo nuevo horizonte. Al triunfo consagró su vida entera sin dejar al fracaso ni una parte: ofrece a la afición valor y arte. ARRUZA La afición mexicana está pendiente, si la prensa española no la engaña, de que refrende aquí lo que en España se aplaudiera a Carlitos fuertemente. Fue de Arruza, sin duda, noble hazaña llevar hasta aquel viejo continente un saludo cordial de nuestra gente con su toreo sin trampa ni patraña. Resuelto de toreros el embrollo, nacido allá al calor de las envidias, es portavoz nuestro torero criollo De que al fin terminaron las perfidias. Con ello el pueblo ibero y mexicano, taurinamente se darán la mano. PROCUNA Con rapidez de rayo (empresa rara) de varios diestros colocóse al frente; un año nada más fue suficiente para alcanzar la gloria que soñara.
Gitano quiso ser tan sólo para atraerse del vulgo entre la gente admiración que no lo es realmente, sin advertir que el hecho lo dañara. Con “Cagancho”,220 “Gallito”221 y el de Triana,222 quienes vendrán en esta temporada, tendremos por demás gitanerías. Los tres harán lo que les venga en gana; Procuna, en actitud seria y honrada, toreará con verdad y gallardías.223 El-hombre-que-no-cree-en-nada 1944 Corrido Del hijo desobediente. Un domingo, estando herrando, se encontraron dos mancebos echando mano a sus “fierros”, como queriendo pelear. Cuando se estaban peleando, pues llegó el padre de uno: - Hijo de mi corazón, ya no pelees con ninguno. - Quítese de aquí, mi padre, que estoy más bravo que un león, no vaya a sacar la espada y le parta el corazón. - Hijo de mi corazón, por lo que acabas de hablar, antes de que raye el sol la vida te han de quitar. Lo que le encargo a mi padre, que no me entierre en sagrado, que me entierre en tierra bruta, donde me trille el ganado. Con una mano de fuera y un papel sobredorado, Joaquín Rodríguez “Cagancho”. Rafael Ortega “Gallito”. 222 Rafael Vega de los Reyes, “Gitanillo de Triana”. 223 La Lidia. Revista gráfica taurina. Nº 103. México, D.F., 24 de noviembre de 1944. Luis de la Torre (seud. “Elhombre-que-no-cree-en-nada”). Versos dedicados a sus hijas Adelina María y Ma. De Guadalupe. 220 221
con un letrero que diga: “Felipe fue desgraciado”. El caballo colorado que hace un año que nació, ahí se lo dejo a mi padre por la crianza que me dio. De tres caballos que tengo, ahí se los dejo a los pobres, para que siquiera digan: ¡Felipe, Dios te perdone! Bajaron al toro prieto que nunca lo habían bajado, pero ahora sí ya bajó revuelto con el ganado. Y a ese mentado Felipe la maldición le alcanzó, y en las trancas del corral el toro se lo llevó. Ya con esta me despido, con la estrella de oriente, esto le puede pasar a un hijo desobediente.224 Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…): El texto de este corrido fue tomado de la obra “Cancionero popular mexicano”, aunque se puede localizar en las obras que a continuación se mencionan, con algunas cuantas diferencias en su texto: “Cincuenta corridos mexicanos”, Vicente T. Mendoza, Ediciones de la Secretaría de Educación Pública, México, D.F., 1944, páginas 102 a 103 (letra y música). “Corridos mexicanos”, colección Adelita, título número 6, Editorial Albatros, S.A., México, D.F., 1950, páginas 31 a 32 (letra y música). “El corrido mexicano”, Vicente T. Mendoza, Fondo de Cultura Económica, colección letras mexicanas, volumen 15, primera edición, México, D.F., 1954, páginas 266 a 268 (letra y música). “Lírica narrativa de México. El corrido”, Vicente T. Mendoza, Estudios de Folklore, Volumen 2, Instituto de Investigaciones Estéticas, Universidad Nacional Autónoma de México, primera edición, México, D.F., 1964, páginas 256 a 257 (letra y música). “Cancionero taurino (popular y profesional)”, Bonifacio Gil García, Librería para Bibliófilos, Madrid, España, 1964-1965, tomo III, página 144. “El corrido popular mexicano. Su historia, sus temas, sus intérpretes”, Álvaro Custodio, colección Los Juglares, Ediciones Jucar, S.A., primera edición, Madrid, octubre de 1976, páginas 153 a 154. “Corridos mexicanos”, Vicente T. Mendoza, Fondo de Cultura Económica, Secretaría de Educación Pública, colección lecturas mexicanas, volumen 71, primera edición, México, D.F., 1985, páginas 135 a 137 (letra y música). “Cantares del pueblo, épica y lírica del corrido”, Selecciones del Reader’s Digest, colección privada, Reader’s Digest México, S.A. de C.V., Impresora y Editora Mexicana, S.A. de C.V., primera edición, México, D.F., 1986, páginas 170 a 171. “Corridos mexicanos con acompañamiento para guitarra”, Raúl Bonoratt, Editores Mexicanos Unidos, S.A., tercera edición, México, D.F., enero de 1987, páginas 85 a 87. “Cancionero popular mexicano”, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Dirección General de Culturas Populares, Volumen 1, cuarta reimpresión, México, D.F., 1991, páginas 446 a 447. 224
Ca. 1944 LUIS DE SEDA Y ORO. En las tardes luminosas sobre un manto de claveles eres “Luis de Seda y Oro” el amo de los bureles. Eres garboso y mandón norteño, temple de acero que haces vibrar a la plaza aclamándote, torero. Luis Briones, tú traes en las venas el arte impecable y tan tuyo que das a tus faenas. Te impones y triunfas en forma segura con esa sonrisa que es “flor en tu figura” Luis Briones tu lance creación embeleza a la gente Que grita Olé por la Brionesa Torero de buena ley Claro porque eres de Monterrey. Autoría probable: Juan S. Garrido.225 1944 CARPINTERO Para “Don Dificultades”, afectuosamente de su amigo José Daniel. Carpintero que amortajas Negras cajas En el muro Del oscuro Panteón; Yo te juro “Los corridos de maldición”, María del Carmen Garza de Koniecki, en Estudios de folklore y literatura dedicados a Mercedes Díaz Roig, El Colegio de México, Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios, Serie Estudios de Lingüística XX, primera edición, México, D.F., 1992, páginas 633 a 635 (en esta obra se presentan tres diferentes versiones del corrido). “El romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo”, Vicente T. Mendoza, Universidad Nacional Autónoma de México, segunda edición, México, D.F., 1997, páginas 655 a 656 (letra y música). “Corridos mexicanos”, Gilberto Vélez, Editores Mexicanos Unidos, S.A., quinta edición, México, D.F., febrero de 1999, páginas 128 a 129. “Cien corridos, alma de la canción mexicana”, Mario Arturo Ramos, Editorial Océano de México, S.A. de C.V., primera edición, México, D.F., 2002, página 78. 225 Cancionero Roberina. Contra dolores y resfriados. Edición publicada en México (ca. 1944).
Que quisiera Las tablas de una barrera Para mi postrer avío, Carpintero amigo mío Que hs visto mi llanto frío Correr por el matadero; Hace un siglo que yo espero Vestir galas de torero En festejos de tronío Que palpiten de emoción. Mas si esto no puede ser Porque algún querer Me mate, Sepúltame en una plaza Para escuchar de mi raza, Cómo late Su bravura Que fulgura En el combate. Carpintero que en tus cajas De gran silencio profundo, Amortajas de este mundo El bullicioso trajín; Mídeme el cuerpo, que un día Me habré quedado sin venas En una placita fría, Manchando blancas arenas Sedientas de mi agonía Que marchará paso a paso, Cuando el sol en el ocaso Pinte de sangre el clarín. José Daniel.226 1944 ROSA DE ANDALUCÍA Cruzar El mar Y llegar, Llegar a Sevilla quiero, La del semblante hechicero La de la luna morena, Para ponerme un sombrero Calañés de gran torero Virgen de la Macarena. Y encarnar el alma hombruna 226
Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 73. México, D.F., 5 de abril de 1944.
De un serranillo gitano, Que tañendo la moruna Bajo el llanto de la luna Diga un canto sevillano. Camelarme una gachí De Murcia o de Talavera, Y que saliera A volarme a mí El “pescao” Si no salía más “mondao” El grandísimo “salao” Que una ilustre calavera. Y decirle: mi gitana, Mi reina, mi soberana, Es tu cariño un tirano Que me ha rendido a tus pies; De un capote valenciano Y un sombrero calañés, ¡oh rosa de Andalucía Tenéis la milagrería Por vida del sol, rediéz! Esas flores de colores Que llevas en el mantón, Son la imagen que bordaras De mi propio corazón. Tu no eres de Zaragoza Ni de Murcia, ni Aragón; Eres natural de Triana, De Triana la flamenca Por la real gracia de Dios. José Daniel.227 1944 Los encapillados. Los seis están en capilla Bajo la luna encantada, Son seis toros de azabache Con divisa verde y blanca, Fina la fuerte pezuña, La cola sedosa y larga, Bien tapados de riñón Y en la cabeza dos dagas. Los seis están en capilla 227
Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 75. México, D.F., 19 de abril de 1944.
Bajo una noche de espada, Seis torerillos que sueñan Con seis remotas palabras… …ellos tienen doce puntas… …ellos seis mil esperanzas… …ellos son seiscientas furias… …ellos son seis arrogancias… …ellos ostentan con lujo Casi sus tres toneladas, Ellos tienen la cintura Delgada como las cañas, Lista la negra pupila, Segura y ágil la planta. “Juan Doblones”, “El Choclitos” “Pingo Lingo”y “El Fantasma”, Rafael Sánchez “Rebocero” Y Luis Morales “La Changa”. Seis ternos, doce capotes, Seis monteras, seis espadas, Seis muletas y seis pares De zapatillas de cabra, Con doce pares de medias Y seis camisas planchadas Y seis corbatines rojos Y seis fajas encarnadas Con seis añadidos negros, Esperan vestir las ansias De seis toreros que rumian Sobre los lechos de paja, Seis faenas de prodigio Con seis grandes estocadas Y mañana al ir partiendo La arena que hay en la plaza Entre un vuelo de ovaciones, De seda sol y “charangas”, Habrá también seis mujeres Que semejarán seis santas Rezando seis oraciones Y derramando seis lágrimas, Cuando las seis de la tarde Suelten sus seis campanadas Devolviéndoles triunfantes Sus seis ilusiones blancas. José Daniel.228 1944 El romance del toro berrendo. 228
Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 75. México, D.F., 10 de abril de 1944.
Madre, yo he visto pasar Los toros de “la corrida” Mi vida Se fue a la par De la capa arena y sol Que en la huída, Abrieron para decirme Que algún día he de ceñirme Fajas de tarde triunfal. Madre: yo he visto pasar Siempre que pasa el ganado Que llevan a torear, “un berrendo en colorado” Y he llorado por estar Vestido con oro y seda, Para que pueda decir, Viendo el toro revenir Por el tercio del potrero. “…ha salido ya un torero Lo menos de a “doce mil” Y en la tarde que se riega Por la vega Como añil Pasan las mozas el río Con las vacas y su crío, Se acuesta el viento con frío Sobre el lecho del pinar; Y el ave llega a su nido, La gaviota vuelve al mar… Todos llegan donde van Y yo continúo en mirar Los toros pasar, pasar, Sin saber si me estarán Llamando con tanto ruido… …el ave llega a su nido, La gaviota vuelve al mar… Y yo continúo en mirar Pasar los toros, pasar, Sin saber qué me dirán. José Daniel.229 1944 La puerta de cuadrillas. Misterio de sol y arena, Zumbar de abeja intranquila, Lloraba con grises ojos 229
Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 79. México, D.F., 10 de mayo de 1944.
La puerta de las cuadrillas. Paseando minuto y sombra Andaban las zapatillas Sosteniendo los pilares De un altar con oro y mirra. Tocado en negra montera, Marfil y oro vestía, Floreado capote obispo Daba una “media” ceñida. Sonaron los mulilleros Lágrimas en campanitas, La ansiedad de grana y oro Salió por la puerta al día. Robusto temblaba el viento Rompiendo cristalerías, Alas de blancas palomas Por el tendido salían. Rosando la lija de oro Caliente de la arenilla, Iba mi corazón blanco Desteñido con la grita. Como balandros en aguas De la serena bahía, Marchamos cuerpos de mimbre Bañados en fantasías. Torné la vista a lo andado, Seguro refugio y vida Quedaba en los ojos grises De la puerta de cuadrillas. Volaba en el aire un viento Tranquilo de margaritas, Los burladeros miraban Aletear las golondrinas, Unas pupilas de luto se vieron en mis pupilas, venía barbeando las tablas de los chiqueros la brisa, vestida de blusas blancas con guantes y tijeritas, pasó misteriosa y grave gritándome: “ENFERMERÍA”. José Daniel.230 230
Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 79. México, D.F., 16 de mayo de 1944.
1944 PASIÓN Y GLORIA El circo está de furia enloquecido Pidiendo a gritos la genial faena. En los tendidos la algazara atruena, En la arena del bruto los bramidos. El torero se acerca decidido; Pálida está su faz de rabia y pena; Clavando los pinreles en la arena Aguanta la embestida conmovido… Hay un momento en que la calma impera… La muleta al flamear forma una hoguera… Un natural genial… luego… un gemido… Se tiñe de rojo la radiante escena… La gente aplaude de entusiasmo llena Al diestro triunfador que yace herido. Mercedes SEGURA.231 1944 EL CRISTO DE LOS GITANOS. De par en par, se abren las puertas tallada. Un huso de luz dorada, en el frescor abrileño, ensarta sombras moradas y colorines risueños. Asoma por el rellano, temblándole las melenas, el “Cristo de los Gitanos” -¡brillante carne morena!agarrotadas las manos. En el trono tintinean cristales y argentería, y los calorres jadean… y las horquillas golpean con un son de bulería. Un instante: -entre un guiño y un suspirola admiración del brillante 231
Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 81. México, D.F., 30 de mayo de 1944.
que prestó al Cristo sangrante el señor Paco “el Guarriro”. El piquete: Encontronazos de guapas; filigranas de jinetes y fulgores de aceros y de charoles. El caballo del sargento relincha y se encaracola. ............... ¡Una ola de risas y juramentos! El guión: Luego, cuatro bastoneros, Detrás, el campanillero que manda la procesión. ............... Tilín, tilín, tilín, Tilín, tilín, tilín, Tilín, tilín, tilín, ............... Menudo y dándose tono con su pértiga de plata el Mayordomo de Trono. Es, una avispa morada. La cinturita apretada por un cordel de oro fino, La túnica acampanada y al descuido recogida, deja ver la almidonada enagua blanca; rizada, abullonada y fruncida, con volantes y puntillas. ¡Complicada arquitectura De plancha y de tenacillas! .............. ¡¡La locura!! Y de confección casera, medias de fino torzal. Zapatillitas toreras con hebilla episcopal. -¡Ya viene el Cristo Moreno! ¡El Señor de los gitanos! -¡El más grande y el más güeno! -¡¡Apretaítas las manos!! Probe Jesús Nazareno.
Carlos León.232 1944 ¡TORERO! Para el buen amigo Antonio Velázquez, afectuosamente. ¡Eres alegre, fino y generoso, para todas las damas, caballero, en lances de valor siempre el primero y en tu ardua profesión, pundonoroso! ¡Despiertas entusiasmos en el Coso cuando derrochas arte pinturero y prodigas tu garbo de torero en el “quite” gallardo y saleroso! Que te ofrenden claveles, amapolas y sus labios de grana las manolas, cuando en tardes azules, sevillanas, y repican “a gloria” por tu faena a las fieras abates en la arena, en León de los Aldamas, las campanas… Ricardo R. Sarmiento.233 1944 EL TORO HERIDO. El toro herido es un bajel errante de proceloso viento combatido, ya cortando el tumulto enfurecido van por proa las puntas adelante. Fábrica del tajón, mas no triunfante velas las cintas son, con que lucido lo deja aventurero presumido entre sangrientas olas naufragantes. Sin sosiego se muere, corre y gira, áncoras son los pies, con que el desierto campo que despobló, prende y suspira; pero sin norte a su carrera cierto en su navegación, cargado de ira, es la furia, la muerte es puerto. Anónimo.234 232 233
Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 81. México, D.F., 30 de mayo de 1944. Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 82. México, D.F., 6 de junio de 1944.
1944 EL TORERILLO. A ti que llevas en el alma un ramo de la lírica flor de la esperanza, que tienes siempre la pupila triste, andariegas las plantas, de tanto y tanto recorrer caminos que la gloria te impones en su demanda. A ti el torero de la cara triste, el torerillo de las noches largas, el de vigilias silenciosas, negras, el de las épicas jornadas, cuerpo de mimbre, corazón de fuego, y en el ánimo hirviendo las audacias; a ti que llevas los avíos al hombro para jugarte la vida en las plazas, yo te comprendo porque también siento la misma viva y coruscante llama, que te hace deambular por los senderos sembrados de amenazas, cargando el fardo de tus ilusiones, de tu fracaso, de tu vida amarga. A ti que llevas los avíos al hombro para jugarte la vida en las plazas, a ti que llevas en el alma un ramo de la lírica flor de la esperanza, te dedico este cofre silencioso en donde las palabras, te darán a beber de la locura que nos consume y nos marchita el alma; a ti el torerillo de la audaz mirada, el que sueña una tarde de arreboles en que el sol de triunfos te alumbrara al recorrer de la gloriosa pista la sonora cascada de las palmas, donde el arte se viste de torero y al echarse el capote por la espalda dando una “larga cordobesa” siente que el mundo tiene sentimiento y gracia; a ti que llevas los avíos al hombro para jugarte la vida en las plazas, loco te llaman sin saber que eres el alma misma de la fiesta brava. Mayo de1944.
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Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 83. México, D.F., 13 de junio de 1944.
José Daniel.235 1944 NOVILLERO. Cariñosamente a mi hermano Rafael y a sus simpáticos compañeros. El verde paisaje es una esmeralda Que se une al gran terciopelo del firmamento; Por la ocre vereda desierta, empolvada, Camina un muchacho pobre y macilento. Por la senda larga que llega hasta el sitio donde lo conducen sus sueños de gloria, gime más que canta por matar su hastío coplillas lejanas de grata memoria. Los rayos ardientes del sol le calcinan su cara morena, su viril silueta; y bajo del brazo, contra el pecho aprieta sus manos la roja capa y la muleta. Sus ojazos negros fijos en el cielo forjan ilusiones de color de rosa, y tiembla su pecho preñado de anhelos soñando despierto faenas grandiosas. A pie ha recorrido la inmensa distancia que hay desde el pueblo, por una capea; pero sabe él bien que con la constancia, el hombre consigue lo que más desea. Y mientras que vienen sus tardes doradas en que sea aclamado por el mundo entero, bajo el brazo oprime las prendas amadas que son el tesoro de un novillero. Mercedes SEGURA.236 1944 ¡DIOS TE SALVE, TORERILLO! Dios te salve torerillo héroe de mil ignorados y terribles heroísmos. ¡Cachito de plata fina ya tan negro por la vida! 235 236
Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 84. México, D.F., 20 de junio de 1944. Sol y Sombra, Año 2, T. 5, Nº 86. México, D.F., 4 de julio de 1944.
como surges en un cielo que es de arena y es de muerte y es la luna tinta en sangre tan redonda y tentadora de un redondel de madera. Cómo vive mi alma vieja al conjuro de tu savia tan rebelde y soñadora. Cómo vivo tus dolores, torerillo tan gigante, cuando juegas con la vida despreciando tu destino y manchando con tu sangre el camino tan amargo de la gloria y de la muerte, de las luces y las sombras, de ovaciones trepidantes y amapolas de tu carne. Nunca olvides torerillo, que la muerte traicionera se esconde para mirarte con vestido de oro viejo en la cara de una moza de color aceitunado. Sufre, vive, goza, llora, en el triunfo sé gigante y en la derrota sublime. ponle a tu vida oropel, cascabeles y campanas, colores de flores rojas con perfumes de claveles y a tus ojos ojerosos paisajes de lucha eterna para que tu boca pueda, torerillo muerto de hambre, olvidar el canto negro de tu risa sin luceros. Pero piensa, torerillo, que tienes enamoradas y una de todas ellas es la que nunca olvida, es la muerte cariñosa que te espera con paciencia al final de la jornada. ¡Dios te salve torerillo! Junio 1944. Lic. José T. Viesca.237 237
Sol y Sombra, Año 2, T. 5, Nº 87. México, D.F., 11 de julio de 1944.
1944 EL TORERO HERIDO. La tarde clara y azul Corría por la plazuela mientras hablaba el torero en la reja de Carmela. “No llores por mí, gitana, que tus llantos en la reja secan las flores que están mirándote en sus macetas. Mira las rosas de Mayo que están blancas de tristeza y que viéndote apenada se están secando de pena. Esta tarde en la corrida ganaré gloria y hacienda para casarme contigo sin que yo te desmerezca”. Las lágrimas resbalaban por las mejillas morenas mientras marchaba el torero con su cuadrilla a la fiesta. Fue aquella tarde, el espada de la gloria y la tragedia; con el capote, imponente; divino, con la muleta. Fue un toro cárdeno aquel con resabios y querencias; toro de mala intención buscando la muerte negra. Fue en un tercer natural pleno de ritmo y cadencia mientras el pueblo, de pie ronco, aplaudió la insolencia. El pitón se hundió en la carne y dejó una mancha tierna oliendo a vida y a cuerno, tibia, tiñendo la seda. Cuando salió de la plaza pidió volver ir a verla sin importarle la vida, el dolor y las protestas. Entre cuatro lo llevaron al fondo de la calleja; entre los cuatro peones que eran como cuatro penas. Ella lo esperó llorando, la frente en la fría piedra,
la angustia en los ojos negros y en los labios de canela. y al llegar a la ventana, sonriendo, pálido apenas, el torero la besó en la boca de azucena: “No llores, Carmen de mi alma, no será larga la espera que no hay herida en el mundo que apartarme de ti pueda” y mientras habló el torero cayó la sangre torera sobre las pálidas rosas, gota a gota, enrojeciéndolas. DIEGO MONTES.238 1944 LA MADRE DEL TORERO. Fue una tarde brillante de toros; el sol ponía sombras en las caras morenas y reía el ingenuo pasodoble torero en medio del anillo de la gloria y la pena. Fue un torero que puso toda su alma en la suerte despreciando la muerte en su anhelo de vida, y un público de palmas y de gritos unánimes de pie, como una múltiple emoción colectiva. Era, ausente, una madre de rezos y de lágrimas esperando la nueva de la vida o la muerte, frente al altar ingenuo de flores y promesas con los ojos ardiendo al resol de la fiebre. Fue una noticia rápida, pregonada y sentida, que llegó hasta la madre por la boca del pueblo: ¡El triunfo! ¡La riqueza!, pero ella sin palabras, esperó la llegada del torero, en silencio… “¡Madre!”, y en el abrazo se quedaron prendido mientras gritaba el pueblo su admiración al diestro. “¿No oyes, madres? ¡He triunfado!”, y la madre llorando de alegría: “¡Sí, hijo, TRIUNFÉ, porque aún te tengo!” Rafael Delgado.239 1944
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Sol y Sombra, Año 2, T. 5, Nº 88. México, D.F., 16 de julio de 1944. Sol y Sombra, Año 2, T. 5, Nº 91. México, D.F., 8 de agosto de 1944.
AL TORERO MUERTO. Fue una noche de luna; la guitarra sonaba, y la voz de la copla las traiciones lloraba con un deje de pena que sacaba el bordón. Fue una noche de luna; ella estaba en la reja desgranando su vida sin amor y sin queja, la paloma dormida dentro del corazón. Rechinaba la jaca al pisar en las losas, callaron un instante las voces voluptuosas; el jinete sangraba de una herida mortal. Y apoyado en el muro se acercó a la llorosa, y, dejando mojada con su sangre una rosa, se cayó sobre el suelo, delante del rosal. La mujer en la reja miró caer al herido y saliendo a la puerta, reprimiendo un suspiro con sus débiles brazos en la casa lo entró. En la noche de luna las guitarras cantaban y las manos morenas la herida restañaban cuando triste el herido los ojos entreabrió: “He venido a morirme al pie de tu ventana; los gitanos tenemos la costumbre gitana de venir a morirnos donde está nuestro amor. Yo soy aquel torero que por ti había triunfado; el gitano que quiso vivir un día a tu lado que al encontrar la gloria sólo encontró el dolor…” Carmela había sido el sueño de su vida; por ella fue torero, la gloria conseguida le ofreció en una tarde de toros y de luz. Pero mientras Carmela había dado su boca una noche de engaños, por las tumbagas loca, a un señorito altivo, campero y andaluz. Frasquito aquella noche, por el amor cegado, al novio de Carmela, celoso, había buscado en las manos, temblando de rabia, su puñal. Fue una lucha de fieras perdida en la calleja… Querencioso Frasquito fue a morir a la reja mientras huía, a campo traviesa, su rival… .................................... Fue una noche de luna, la guitarra sonaba y en los brazos de Carmen, Frasquito agonizaba besando aquellas manos de amor y de dolor; y en un cartel de toros, cual póstuma ironía, en la esquina de aquella callejuela, decía: “Frascuelo el de Triana, el mejor matador”.
Rafael Delgado.240 1944 EL VESTIDO DE ESTRELLAS. Con todo cariño a mi esposa. ¿Quieres recordar conmigo las estrellas de una noche? ¿Las estrellas que bordaban arabescos y alamares en el terno azul cobalto de una noche platinoche? Éramos cuatro golfillos con ansias de torerillos. Cuatro chavales mugrosos con almas de cristal fino que vibraban al contacto de las zarzas del camino. Era la noche cualquiera del año que se ha olvidado en el recuerdo perdido. De Monterrey a Durango emprendíamos la marcha para buscar cantando toros de fuerza amarga que mitigaran las penas de dolores inconcretos. La carretera brillante nos mostraba generosa el camino interminable de su lomo de cemento. Eran cuatro caminantes, cuatro estrellas opacadas que deseaban en los ruedos encontrar la luz aquella que les diera a sus vidas colores de piedras finas. Durmiendo en el campo abierto soñaba con maravillas, luces de escharcha y mentiras. Soñábame en una plaza cubierta de yerbasanta, toreando por naturales 240
Sol y Sombra, Año 2, T. 5, Nº 94. México, D.F., 29 de agosto de 1944.
al toro maravilloso que dejara a su paso espasmos de agonía, de anhelos reverdecidos estrujantes y terribles. Ahora parece que veo en aquel glorioso sueño un angelito gitano que por premio a mis hazañas me daba como ropaje un terno de mil caireles bordadito por la virgen al mejor de los toreros. Los golpes de mil colores, las lentejuelas plateadas, estaban cubiertos todos por el puñado de estrellas arrancadas a la noche por la manita morena de la virgen de aceituna, para cubrirme el cuerpo macilento y tembloroso de torerillo dormido. ¡Tú, Virgen de la Esperanza! ¡Tú, Virgen de Guadalupe! ¡Vírgenes todas del cielo! Por qué dejaron que su hijo despertara aquella noche si era la muerte tan buena llegando cuando tenía ¡Mi vestidito de estrellas! Agosto de1944. Lic. José T. Viesca.241 1944 CALAVERAS TAURINAS de 1944 en El Toreo. Semanario Gráfico Taurino. DON ANTONIO LLAGUNO. Con la muerte de Llaguno el toreo mucho perdió; ganadero número uno desde antes lo consagró. LIC. NACHO RODRÍGUEZ MORALES. Nacho Morales murió 241
Sol y Sombra, Año 2, T. 5, Nº 95. México, D.F., 5 de septiembre de 1944.
mejor “licenciado” y “Armillita” emocionado dos lágrimas derramó cual cocodrilo entripado. DON JOSÉ RAMÍREZ. Don José duerme en Dolores eterno sueño profundo y como todo armillista fue en vida, de los mejores aficionados del Mundo. DON CUTBERTO PÉREZ. Severo y conocedor fue de los toros Cutberto y al mirarlo aquí ya muerto muchos lloran de dolor. DON “ELÍAS”. Va a resucitar Elías sabiendo que puede ver dentro de muy pocos días toros y diestros de ayer. DR. CARLOS MARTÍNEZ. Yace aquí el doctor Martínez gran aficionado de cuenta; tenía según se comenta “gatos” en los calcetines. DON JOSÉ DÍAZ. De entre el grupo de armillistas también murió José Díaz y a Fermín unos bromistas le dijeron: “No te rías”. LUIS CASTRO “EL SOLDADO”. Cuando de España volvía, casi sin haber toreado pese a lo “cacaraqueado” de su singular valía, se murió, siempre al amparo de publicidad dolosa y pusieron en su fosa “este es el “muerto” más caro”. DON ALBERTO Y ANTONIO DURÁN.
A Alberto y Toño Durán los llevaron al panteón y Silverio y Nacho están llorando al alimón. FIDENCIO MATA. La muerte vino por Fidencio Mata quien en lucha desigual la empata, pues siendo también un Mata hasta le corta una pata. JUAN VALDÉZ (Apoderado). De poderes no entendemos lo que sí sé hacer son buenas escaleras; voy a hacer una para subir a sus tumbas y escupir sus calaveras. DON ALBERTO ESCOTO. Al buen Don Alberto Escoto lo taurino le mató, pues la muerte lo pescó con faena de alboroto. DON NACHO LUNA. Murió también Nacho Luna por no ver en “El Toreo” espantadas de Procuna. CARLOS ARRUZA. En España el gran Arruza con los toros hizo chuza, de los que trajo en latas, orejas, rabos y patas. Por eso a su “calavera” hoy la AFICIÓN la venera y todavía en el panteón le tributa su ovación. JESÚS SOLÓRZANO. Aquí reposa un torero de gran valer y valor que en vida fue por postergado nada más porque quitó a los “cronistas” de paga
la exigida “subvención”. DON JOSÉ ANTONIO QUIJANO. El crítico Quijano cierto día de este mundo, me dicen, se “peló”, sin duda que un “barbero” lo mató pues de otro mundo no se “pelaría”. FERMÍN ESPINOSA “ARMILLITA”. Ya “Armillita” es calavera y su tumba es un tesoro pues en su cajón metieron aquellas orejas de “oro” que no hace mucho nombraron los periódicos a coro. DAVID LICEAGA. Liceaga, ni ya esqueleto olvida su pundonor, aquel que de matador lo hizo un torero completo, y ahora trata con afán cortar el rabo a Satán. SILVERIO PÉREZ. La afición taurina no encuentra consuelo su “ídolo” Silverio, porque es “calavera”. DON PABLO B. OCHOA. Aquí yace Pablo Ochoa, gran gerente de “La Lidia” que mereció siempre loa. DON ALFONSO DE ICAZA “OJO”. El cronista Alfonso Icaza que fue un cronista con “Ojo” murió al salir de la plaza porque vió torear a un “piojo” un torerito de casa.242 1944
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El Toreo. Semanario Gráfico Taurino. D.F., Año I, Nº 9, del 30 de septiembre de 1945.
La Fiesta. Semanario Gråfico Taurino. N° 10, 29 de noviembre de 1944.
1945 GRANADA Princesa cautiva que guarda celosa la Sierra Nevada, tú fuiste la novia heroica y altiva, la soberbia y gentil prometida de apuesto y osado sultán sarraceno. Supiste de ensueños, de amores, de glorias, regaste tu suelo con sangre cristiana y fue tu rocío el llanto del moro. Respalda a la Alambra la nieve serrana, cobija tu tierra un cielo sereno, reluce en tus campos el oro de Febo y aroma tu ambiente feraz jazminero. Granado la Mora, historia y leyenda, conjuro hechicero que velan los siglos; sultana cautiva que evoca grandezas, juncal chavalilla que teje un recuerdo de amor y tristezas... CÓRDOBA Inspira tu nombre el sabor de lo viejo, de aquello que queda formando un recuerdo, de lo que dejara grabado en tu seno el grave y pausado correr de los tiempos. Conservan tus calles rumores de fiesta, el fino sonido de los cascabeles que agitan al aire rumbosos corceles que tiran garbosos de arcaica calesa... Y guarda tu ambiente, arcano inviolable, el reír de las majas, el valor del torero, el piafar de las jacas y el valioso tesoro que a tu suelo donara el arte agareno... Legado de moros tu regia Mezquita, regalo de reyes tu historia moruna... pagano recuerdo que aun vibra en el ara que lleva hasta el cielo ofrendas de incienso...243 Carmen Torreblanca Sánchez Cervantes. 1945 JUGANDO AL TORO UNA SECCIÓN SEMANARIA. LIGA DE RIPIOS PALMARIA. Hoy, lector, lo primero, para matar mi “espín”, fusilando a Fernández Ardavín, lo que es un torero 243
La Lidia. Revista gráfica taurina. Nº 113. Año III. 2 de febrero de 1945.
deseo que se grabe en tu magia. “Escúchame, extranjero, Que para gloria nuestra y nuestro orgullo va a ver hoy la estampa de un torero como una cosa extraña de tragedia bestial, que nos dio España. Quiero serte sincero; escúchame lo que es un buen torero. Es un hombre cetrino y coletudo, (ahora ignoro la treta por qué ha dejado de tener coleta) a quien un pueblo tonto le da brillo; y sale al redondel bravo y ceñudo vistiendo un traje plata y amarillo. Tiene el cuerpo cosido a costurones. Desprecia, ¡esto es valor!, su propia vida, olvidando las palas y azadones, en cualquier corrida ante un torazo negro o jabonero, derramando su arte y su experiencia, se juega la existencia. Si esto, amigo lector, es verdadero; contéstame; lo espero con cachaza ¿el “veintiuno”, en la plaza, Viste por un casual algún torero? .......... El menor de los “Armillas”, Aquel que dicen “el sabio”, De su mandanga en resabio ¿no toreó de cuclillas? ¡Qué modo de largar tela! ¡Qué movimiento en los pies y qué falto de interés! ¡Tú no viste allí canela! A su toro “Consentido” tres banderazos le dio, y recibió algún chiflido porque no le consintió. No queriéndole ni ver, le atiza varios doblones con tan grandes precauciones que hacen al público arder (claro, que en feos pregones). Habilidosa estocada echó afuera al animal; pero el público, ¿qué tal con la bronca concentrada? Con el toro “Cantarino”, que salió en cuarto lugar siguió en el mismo camino, no nos cambió de cantar. Un baile con el capote, una rechifla abundante
en el quite ni un desplante, sigue mostrando el cerote. Pretende banderillear, mas ve nublado su anheloi del público al protestar, y las coloca… ¡en el suelo! Con la muleta, le muestra el pico al inocente modesto bicho, y en un instante alza el acero, y una estocada. ¿”Pa” qué te quiero? Y oye “Armillita” Solemne pita! LUIS PROCUNA Sus admiradores ponen a Procuna un arco de flores, y dos herraduras a uno y otro lado. La gente pregunta: ¿Por qué dos?... Acaso no le bastaba una? Mas vamos a verle. ¿Qué traerá en la urna? .......... Y lo que el torero trajo fue un reverendo relajo. Sin asomarse a la cuna y haciendo de miedo alarde, hoy se ha pasado Procuna “juyendo” toda la tarde. Y apretando sus “petacas” gritó a mi lado una histérica: “¿pero éste es el de Caracas? ¿Este es el monstruo de América? Le reciben como un rey y él justifica en el ruedo que gana el título a ley: ¡Procuna es el “rey del miedo”! “Gallinito” es su primero y en cuanto que a él camina, a Luisillo, el gran torero, pone carne de gallina. ¿Para qué, lector, buscar lo que hizo este camarada? No hizo más que oír pitar a su actuación desastrada. Y aquellos admiradores
que el arco le dedicaron el florido arco tiraron ajando todas las flores. Pero, ¡ah, razón que no abarco tTal vez por mis desventuras! ¡Echaron al suelo el arco! ¡Dejaron las herraduras! RAFAEL GÓMEZ ORTEGA “GALLITO” Ha estado el hombre valiente en la presente sesión, y ha escuchado una ovación casi, casi permanente. Ha hecho quites agradables, en cinco de los astados, y con los “pieses” clavados dio tres lances admirables a su primero “Cañero”; en el cual, con la muleta, aunque valiente, el torero no llenó la papeleta. Un pinchazo feo echándose fuera y media estocada de cualquier manera, nada de ello bello y acuesta a la fiera con un descabello. .......... En el quinto es otra cosa. ¡Aquello es veroniquear! de manera primorosa, y el pueblo aplaude a rabiar. (En este toro, Procuna se destapó en orticinas, algunas de ellas divinas. ¡Fue lo único en su tribuna! Un quite gitano hay, de Rafael, que al gran soberano le ha sabido a miel. Y treinta mil almas prorrumpen en palmas. .......... La roja muleta pasea por alto los lomos del toro barriendo, con los pies clavados en la roja arena, muy quieto, muy quieto. Unos naturales nos brinda tras ello,
y unos derechazos melifluos muy buenos, muy buenos. Y luego se adorna, en gitanerías muy propias del gremio, con diez medios pases, que el público aplaude por lo pintureros. Se va por la muerte, y entra muy derecho; pero se desvía el templado acero que atraviesa al bicho; y hay un descabello, y baten las palmas al valiente y alegre torero. .......... Y así, lector mío, se dio fin a aquello, en que el “Armillita” y el Procuna, a un tiempo, ni “jelecha siquiá de alegría”, sombríos nos dieron! PEPE MONTAÑÉS.244 1945 LA FIESTA BRAVA Han tocado los clarines, escuchóse ya el sonido estentóreo de los parches. La multitud ululante en ansiedad de tragedia, de pasiones desbordante, espera a los paladines que en lucha sangrienta y bárbara, cual romanos gladiadores, desarrollarán la fiesta, fiesta varonil y brava: Mientras más brava más bella mientras más bella más amplia. Caballero en briosa jaca a española antigua usanza, apuesto jinete inicia el despejo de la plaza. Tras él, cruzando la arena por el sol iluminada, aparecen las cuadrillas con cuya presencia aumenta el desbordar de pasiones, no siendo ya contenida la explosión incontenible del latir de corazones. Vuelven a sonar clarines, vuelve el vibrar de los parches anunciando la salida de un animal indomable 244
Multitudes. México, D.F., 30 de enero de 1945.
-¡Fuerte, rabioso, pujante!-, con el que los paladines, cual gladiadores romanos, desafiarán a la muerte en actitudes gallardas, haciendo cimbrar la plaza. Con un simple capotillo a guisa de engaño y arma, para burlar a la fiera en su acometida bárbara, con ciencia, valor y arte toman actitudes plásticas; y el pueblo febril estalla en atronadoras palmas. Sobre indefensos jamelgos semejando rocinantes, recios caballeros portan en la diestra sendas varas, desafiando así a la fiera en su acometida bárbara; mas con sin igual destreza, en defensa de su jaca, colocan la hiriente puya del burel en las espaldas, haciendo brotar la sangre que en hilillos se derrama. Suerte de destreza es el detener los bureles; de la fiesta la más bella y emocionante. A la vez que castiga y modifica, determina la bravura y pujanza de la res. Si del toro la embestida el jamelgo no resiste cayendo sobre la arena por el sol iluminada, allí está la providencia que de seda y oro viste, con un simple capotillo a guisa de engaño y arma para salvar de la muerte al caballero y su jaca. La audaz y viril hazaña de caballeros con lanza la multitud delirante trueca en palmas. Oyese luego el vibrar de clarines y atabales, ordenando en su estridencia cambie la decoración en la fiesta más gallarda, más viril, más bella y amplia. Cuerpo a cuerpo, con vaivén apuesto y ágil, toro y diestro, buscando reunión precisa, con valor, furia y talento, ambos dos, en firme lucha, se dirigen al encuentro. El torero con dos garfios en la mano, el cornúpeta siniestro con puñales afilados, llegan juntos al terreno por el diestro señalado; cuadra, para,
hay momentos de zozobra; mas con hábil movimiento esquiva el golpe, colocando los arpones en los rubios del burel ensangrentado. La mujer entusiasmada arroja al diestro de su pecho o del cabello ensortijado, los claveles sevillanos; y la multitud estalla en atronador aplauso, después de haber admirado el maravilloso cuadro. Llega el soberano instante de dar fin con el astado tras que clarín y timbales lo anuncian hendiendo el aire. Es una escena sublime, la más regia de la tarde. el matador se dirige con el estoque cruzado sobre pequeña muleta, adonde la Presidencia que ocupa severo palco, para rendir reverencia, con firme y sereno paso. Brinda, despliega la flámula y camina en línea recta a dar principio a la escena de emociones y arrebato. Cita al burel, éste arranca, el torero esquiva el golpe; usando siniestra mano hace girar la muleta para dar paso al astado. Lance armonioso y brillante en donde hay dominio y mando, permitiendo que la fiera con sus afiladas astas roce el estatuario cuerpo bien asentadas las plantas. De esta guisa el muletero Repite el soberbio lance ocasiones incontables, mientras los finos puñales tocan del traje la faja o del diestro sobre el pecho tiran atroz puñalada que esquiva la roja sarga siempre con siniestra mano hábilmente manejada. Ya dominada la bestia con valor, sapiencia y gracia, el diestro monta el estoque poniendo su corazón en la punta de la espada. Se perfila, al extremo del bastón enrolla la muletilla, recto y despacio se tira, entrega el pecho al astado, éste al embestir humilla y el heroico matador, en arranque sobrehumano,
hunde el alfanje en la cruz del burel ensangrentado: ¡Rueda a sus pies, cae al ruedo por el sol iluminado! La mujer enardecida arranca presto de su busto o del cabello ensortijado, para tirar al torero, los claveles sevillanos. La multitud ululante, satisfecha de tragedia, de pasiones delirante, lanza tempestad de aplausos, tira prendas, botas de vino, tabacos... Y por días interminables hace alegres comentarios. Así fue la fiesta bella, así fue la fiesta brava: Mientras más brava más bella, mientras más bella más amplia. ¡Fiesta viril y gallarda que al transcurso de los tiempos ha quedado mutilada!245 El-hombre-que-no-cree-en-nada 1945 ¡DOS AÑOS HA! A la memoria de Félix Guzmán. DOS AÑOS HA que caíste, en la arena… DOS AÑOS HA que te fuiste; ¡honda pena! Un día de San Fernando, en la plaza de “El Toreo” sangre tuya fue regando el ruedo… ¡Aun lo veo! Félix, torero sin par, niño del alma generosa: Por ti vuelvo a sollozar, en dulce calma reposa. Mi lira se torna triste, tu recuerdo al evocar; que hombres cual tú lo fuiste muy pocos han de alentar.
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La Lidia. Revista gráfica taurina. Nº 120. Año III. 23 de marzo de 1945.
No era la tierra baja región tuya, soñador; fue tu sudario, mortaja, vía crucis, hiel, ¡dolor! Mientras existan devotos del ideal, que la bondad, para ti serán sus votos de paz y eternidad. Te ofrezco hoy mi rendida canción, de acerbo dolor; que tu paso por la vida lección fue de sacrificio… ¡Y dolor! Tapachula, Chiapas, a 30 de mayo de 1945. Fernando Medina Ruiz.246 1945 MONÓLOGO TAURINO ¡Y olé! Y ¡olé! En Córdoba fue: nació Manolete y ¡olé! Pero oiga usté: En Texcoco fue: Nació el gran Silverio ¡y pa´ qué! En Córdoba la sultana nació el MONSTRUO del toreo, y se desmayó su hermana al ver un crío tan feo. Y en Texcoco, indiano suelo, nació Silverio ¡arma mía! y al verlo azotó Carmelo que era más feo todavía... En Córdoba fue... nació Manolete ¡Y olé! Y ¡olé! Y en Texcoco fue: nació el gran compadre ¡y pa´ qué!
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La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. México, D.F., 1° de junio de 1945, N° 130.
Manolete, Manolete, arte, señorío y coraje, que al torear se está más quieto que la Torre el Homenaje. Silverio, Silverio Pérez, faraón de Faraones, ¡Ay compadre qué feo eres! ¡Pero con cuántos calzones! Julio Romero de Torres debió pintarte, Manuel: Tal pintor pa´tal torero, tal arte pa´tal pincel. Y a ti, Silverio, aunque fuera el que un cuadro te pintara el propio Diego Rivera ¡Hasta guapo te sacara! Serio torero izquierdista, asombro del natural, temple, quietud, señorío, quintaesencia escultural: Lentitud, mando, arrogancia, arte clásico y profundo: ¡Ay Córdoba, tu fragancia aromando al nuevo mundo! Porque sí señó en Córdoba fue: Nació Manolete y ¡olé! Y ¡olé! Pero todo eso se acaba cuando un indio no se humilla y saca de un trincherazo sangrando la taleguilla; cuando un Procuna refina gracia, tragedia y sabor y hasta la manoletina le mejora a su inventor; cuando con todos los toros siempre maestro y confiado liga Fermín su faena en medio metro cuadrado. Pensando en México siempre en los toros nos montamos porque si "allá" tienen casta
aquí hasta les regalamos. Dizque era el número uno Manolete el cordobés; porque no había ninguno que le parara los pies; Y vino a darnos picones sin ver que en estos confines ante un Silverio a los monstruos les dan hasta colerines. Y pa´demostrar que es cierto más de un cilindrero queda: ¡También en Texcoco hace aire y en Saltillo polvareda! Y ya el señó Manué como -bonitos o feoslos aztecas no se rajan ¡Mas que no les den trofeos! Porque sí señó en Córdoba fue: Nació Manolete y ¡olé! Y ¡olé! Pero óigame usté en Texcoco fue: Nació el gran Silverio -¡¡¡y pá´qué!!! GUZ AGUILA.247 1945 JUGANDO AL TORO. Domingo 25 de marzo, Ahí va lector, mi plana Mordaz, o grave; pero como la SEDA de fina y suave. Y a más quiero, a poderlo, que sea luciente como el SOL cuando asoma 247
Daniel Medina de la Serna: "Mi cuarto a espadas". Gaceta personal de (...), miembro de Bibliófilos Taurinos de México, año 3, número 31, mayo de 1987. GUZ ÁGUILA (Antonio Guzmán Aguilera) fue un poeta festivo que desarrolló su actividad, principalmente, como autor de revistas teatrales con decidido contenido político; entre ellas podemos citar: "El diez por ciento" (1917), "La presidencial se divorcia", "La exploración presidencial", "Los hijos de Pancho Villa", "Mujeres de México" (1927) y sobre todo su mayor y más trascendental éxito: "La huerta de don Adolfo".
por el Oriente. Y así lector querido, completo el rol, llegando a la cabaza de SEDA Y SOL. Que sea del agrado de sus mercedes y básico de proemio. ¡Va por ustedes! Son las doce. En El Toreo se ve mucha gente entrar; algo grande ha de pasar. Algo grande, ya lo creo. De las manos de un rapaz, hijo de don Maximino, un rollo, un vellocino, a las de otro nene fino, que es hijo del doctor Baz. Tiene el rollo las acciones de la Empresa de El Toreo, que a tener van por empleo enjugar mil aflicciones. Y así, de un particular, por manos de la inocencia pasa a la Beneficencia una Empresa singular. Que allá el Señor Soberano le premie a don Maximino, lo que su hijo, por su mano, pasa a tan noble destino! Y vamos a la corrida, que si no ha sido aburrida tampoco ha sido brillante, pero acabó emocionante con una grave cogida. LOS TOROS Hoy los dueños de San Diego, desde luego mandaron, y aquí lo alabo, un lote bastante bravo; reses finas, engordadas, fuertes y bien presentadas. Nadie me podrá tachar de interesado, o de lego, lo que aquí llegué a armar, lo que digo de San Diego.
BIENVENIDA. No sé si aquesta corrida en su corrida formal; pero aquí afirmo leal que esta tarde “Bienvenida” vino mal. Nada hizo con el capote; muy poco con la muleta; y bajonazos receta estoqueando con cerote. De actuación, tan deslucida queda cual punto final que esta tarde “Bienvenida” vino mal. VELÁZQUEZ Este Velázquez, Antonio, sobre el cual sopló Favorito, benigno, en aquella noche, no ha vuelto a hacer el derroche no ha vuelto a cerrar el broche. Ayer toreó valiente, y casi constantemente hizo cosas con decoro; pero vio toda la gente que podía más el toro. En su segundo, derecho se le vio a hacer el embroque pero al meter el estoque dando el hombro, dando el pecho cayó en la arena deshecho. El cuerno del animal le había herido; y se escuchó un alarido general. PROCUNA No tuvo tarde brillante el amigo Luis Procuna; pero fue él sólo alternante que para nuestra fortuna en uno y en otro instante nos dio toreo brillante esta tarde en la tribuna. ¿Qué si Procuna es torero
me pregunta su merced? Es torero y pinturero desde febrero hasta enero; pero abusa del Ballet. BOMBA TAURINA No llames “toro asesino” al inocente bovino que hizo a Velázquez caer. Él cumplio con su destino, pues su destino es coger! Pepe Montañéz.248 1945 JUGANDO AL TORO. ¡Vamos “Morucha” a la plaza, por más que nos aburramos; vamos a ver, con vergüenza lo que los viejos añoramos, cómo tronchan los peones los toros a capotazos. Vamos a ver cuantos bichos, con solo uno, o dos pinchazos, del ancho ruedo en la arena se entregan al fin cansado, hechos cisco, jadeantes, completamente extenuados, por el infame ajetreo del capote en todos lados. ¡Queridísimos peones, los que ansiosos y aguzados, en un toro y otro toro sin ton ni son, lo que es agrio, os “jartais” de “atorear” a una mano y a otra mano, queriendo mostrar que el toro es imposible, recato, y vamos a comprimirnos, porque es un axioma claro que una cosa es ser torero y otra cosa nos pensamos que es ser “obrero en el toro”, chichos, peones, ¿estamos? Dejad que el maestro mate, 248
Seda y Sol. Año I, México, D.F., marzo 29 de 1945. Crónica en verso relacionada con el festejo que se realizó en la plaza de toros “El Toreo” de la ciudad de México, el 25 de marzo anterior.
que por eso le pagamos; y no haced que un día y otro, contemplenos, renegando, que solo vos los que dais muerte al toro y a capotazos! ¡Vamos a la plaza, “Chucha”, por más que nos aburramos; pues aunque gritemos todos seguirá el peón sus pasos! LOS TOROS ¿Otra vez los de Xajay? ¡Caray! ¡Repetimos la vacada después de la mansedumbre de la anterior, es la cumbre de la Empresa desahogada! Y así fueron, sí señor: si uno malo otro peor; unas pitonudas ratas, y del morrillo a las patas de un “mansismo” aterrador. EL SOLDADO Vino de tabaco y oro a presentarse ante el toro; y mostrándonos su ruina, del oro no dio el valor, y del tabaco, lector, sólo dejó nicotina. ¡Oh la paciencia divina del público espectador ante la “mandanga” fina de El Soldado toreador! Si la vista no me engaña, con ella no irás a España! RAFAELILLO Tras alternativa que le dio El Soldado igual con capote que con muleta, este Rafaelillo nos ha demostrado, que es gente entre gentes que peinan coleta.
En un bicho y otro hacer cosas quiso y estuvo valiente; pero en su desdoro le faltaba al guiso el “coeficiente!; ¡le faltaba el toro! Dios quiera que en otra con toros de brillo, apreciar podamos lo que es Rafaelillo! BRIONES Lástima de voluntad, la que derrochó este Luis! ¡Con un ganado tan gris ni hay arte, ni amenidad!... No se ofrece ni un remanso en la corriente taurina; lectores, es una ruina el luchar con tanto manso! Por eso a este Luis Briones aunque le tocara un par, podemos asegurar, que en entusiasmo lograr, ¡nones! RESUMEN Esta corrida fue un hueso, es decir, fue desdichada; y aunque resultó pesada estaba falta de peso. Pepe Montañés.249 Ca. 1945 CORRIDO A SILVERIO PÉREZ Con música de salterio y sin brincar del huacal, hoy viene a hablar de Silverio el oaxaqueño Abascal. Trata en alegre corrido y sin asomos de inquina, un caso muy discutido, 249
Seda y Sol. Año I, México, D.F., abril 26 de 1945. Crónica en verso relacionada con el festejo que se realizó en la plaza de toros “El Toreo” de la ciudad de México, el 22 de abril anterior.
o sea la cuestión taurina. Y aquí viene la canción. óiganla con devoción: Si les gusta oír cantar nomás pónganme cuidado, que un corrido va a empezar a Silverio dedicado. P´al hermano de Carmelo yo compuse la rimada, vuela palomita luego, a buscarle la tonada. ¡Qué gusto me da mirarte entre toda tu cuadrilla, cuando vas partiendo plaza gran torero maravilla! El que mira una faena al torero texcocano, más que se quede pelón al ruedo tira el jarano! Va Silverio el Faraón por todos los redondeles, cada vez un faenón y conquistando laureles. En Jalisco, en Monterrey, donde quiera que has toreado, a los toritos de ley oreja y rabo has cortado. Más no faltó quien dijera rabiando de pura envidia, que Silverio con la izquierda no sirve para la lidia. Tú no pongas atención a quien no se la merece, te aseguro con razón que un Villamelón fue ese. Porque pisas el terreno donde cuajas muletazos, Silverio, tú eres torero, no necesitas zurdazos. Por tu faena a Tanguito un homenaje te harán, un torero y un torito
tu monumento serán. De Pastejé fue ese toro, al que tú inmortalizaste. esa tarde en “El Toreo” tu fama la consagraste! Dicen que van a venir los españoles toreros, con el de Texcoco acá... guerra tendrán los iberos. Y que pase la pelada no me parece tan peor; ¡que vengan los españoles a alternar con lo mejor se oye decir a la gente con sus palabras cabales: para torero... ¡Silverio! ¡Dos no tenemos iguales! ¡Ah, qué cierto y qué legal lo que las voces dijeron! Porque toreros como él al mundo pocos vinieron. Vuela, vuela, palomita, vuélale como de rayo, porque si hay otro Silverio, verdá de Dios que me callo. Ya se va el aficionado el que compuso el corrido y si en algo quedo mal, que lo disculpen les pido... Ya llegó la obscuridad: ya nos vamos al descanso que duerman con suavidad y en apacible remanso. ANÓNIMO. 1945 POR LA QUE QUIERO ¡Brindo este toro a la mujer que quiero -a la que tiene plenos luminares en los ojos profundos y juglares-, con la diestra en el puño del acero!
Por ella va: si en esta empresa muero, que la gracia juncal de sus andares se derrame en un luto de cantares sobre la tumba de su novillero. Por ser rosa de luz de luna llena su carita de Virgen Macarena, -piel y carne hecha flor de mis antojos-, Porque sabe ser trágica y morena, como su raza, ¿brindo esta faena avivada con lumbre de sus ojos!250 Josefina Ferreyra Mireles 1945
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La Fiesta. Semanario gráfico taurino. Nº 21. México, D.F., 14 de febrero de 1945.
La Fiesta. semanario Gráfico Taurino, N° 17, México, D.F., 17 de enero de 1945.
Ca. 1945 CAÑITAS ALFREDO SADEL Pasodoble dedicado al torero Carlos Vera Muñoz "Cañitas" que, según cuenta Xavier González Fisher en un artículo a él dedicado en su Blog "La Aldea de Tauro", es el torero mexicano que, como se muestra en el documento al que conduce el siguiente enlace, más veces ha actuado en la madrileña plaza de "Las Ventas". El pasodoble es obra del compositor mexicano Segundo Galarza y la versión que enlazamos corre a cargo del gran tenor Alfredo Sadel. "Cañitas" formaba parte de un L.P. titulado "Pasodobles" en donde el cantante venezolano interpretaba un repertorio de pasodobles entre los que varios eran de toros. El acompañamiento es de la Orquesta de Pedro Mesías, músico chileno de reconocida trayectoria tanto en España, en donde actuó como pianista de Rocío Jurado y Nati Mistral, como en todos los países latinoamericanos. CAÑITAS Qué lindos ojos en las barrera, cuantos claveles, cuanto mantón, en los tendidos y en las lumbreras, en todo sombra y también en sol. Dicen que hay toros bravos de veras, dicen que hay arte y que hay valor, y al dar las cuatro ya no hay esperas, se escucha el grito de la afición. “Cañitas” eres torero porque en tu capa brilla el arte verdadero. “Cañitas” tu con un quite consagras tu figura y que la gente grite. Torero de maravilla que te juegas la vida en un par de banderillas. “Cañitas” eres tú de postín matador, eres rey del valor de la fiesta de seda, de sangre y de sol. Segundo Galarza251 1945 JUGANDO AL TORO. Ved lo que auguraba el público desde que leyó el cartel, 251
Disponible septiembre 27, 2012 en: http://cancionerotorero.blogspot.mx/
con que hoy, domingo once,252 nos ponía en la sartén nuestra Empresa de “El Toreo” con promesas de aguamiel: ¿”El Soldado”?... Ya se sabe por su exceso de tupé: banderazos con la capa con la muleta traspiés, o destronques de inocentes; todo eso vimos en él. ¿Silverio?... ¿Pues no es Silverio el que dijo antes de ayer: en la otra temporada que no quería rape, porque ya le entraba “conquis” en cuanto veía un burel?... ¿Qué cosa esperar podemos de quien se expresó así, a ley? ¿El “Estudiante”?... ¡Señores! ¿Por qué a estudiantes traer? ¡Doctores y catedráticos son los que quiere la grey y toros de La Laguna? Pero es que ya no sabeis el que son los “laguneros” toretes de “clase bien” que en seguida “se convencen” por falta de morbidez, y al punto “doblan las manos” sin fuerza en el almacén .......... Tales eran los augurios que al mirar de hoy el cartel, los “aficionaos” se hacían, y se los hacían bien, pensando en los “hechos de autos” en el anterior plantel. Pero vamos a la plaza, que a la mejor hay vaivén y se destapa “El Soldado” y Silverio ya no se ve dos toros, y El Estudiante muestra de sabio el troquel, y a más los de Zotoluca253 son bravos y con poder ¡Vamos a “El Toreo”, amigos, y el cielo permita, amén, Se trata de la 2ª corrida de la temporada 1945-46 en la plaza de toros “El Toreo” de la colonia Condesa, Ciudad de México. El cartel lo integraron Luis Gómez “El Estudiante”, Luis Castro “El Soldado” y Silverio Pérez, con toros de La Laguna 253 Pepe Montañés, autor de esta crónica en verso, equivoca la procedencia del ganado. De hecho, fueron lidiados ejemplares de La Laguna y no de Zotoluca, como afirma. (N. del A.). 252
que las cañas sean lanzas y haya aplausos a granel! LA CORRIDA Han fallado las auríspices, y el cielo sea osado; porque esta tarde hubo toros, y a más de buenos astados hemos visto dos toreros que a la afición alegraron con arte y con alegría, y con cuanto deseamos. .......... Los bichos de Zotoluca por más que de vez en cuando ante el altar de El Toreo fervientes doblan las manos, fueron en nuestro entender moruchos bien presentados; mejor los tres de adelante que los otros sus hermanos. LUIS GÓMEZ Entre nosotros novel, Luis Gómez “El Estudiante” ha mostrado en su loor que vive un torero en él y que de hoy en adelante se llamará “El Profesor”. Es bueno con el capote y es bueno con la muleta, y a la hora de matar entra recto y sin cerote, y llega con la lanceta a donde debe llegar. ¡Qué bellas son sus verónicas! ¡Qué majestuosos sus pases, sin trucos y sin doblez! ¡Todas sus suertes armónicas, demuestran que entre los “ases” es torero de una vez! ¡Buen principio, señor mío! ¡Vimos arte y señorío en su primera actuación! ¡Buen sabor de boca deja al otorgarle una oreja en su primera actuación! SILVERIO PÉREZ ¡Cómo torea Silverio
cuando quiere!... ¡Es su arte como un misterio digno de que un gran salterio, entonándolo, cimere su belleza, que es simpar! ¡Cómo hoy se mostró torero de los pies a la cabeza En el toro, su primero! ¡Qué destreza! ¡Eso es torear! ¡Cómo el público rugía! ¡Cómo el público aplaudía su arte maravilloso!... ¡Temblaba en palmas el coso, y Guerrita bendecía desde el cielo al portentoso y pedía con unción al Señor, Dios Poderoso, en aplauso al “Faraón”!... Pero, ¡ay!, todo tiene pero en este pícaro mundo, en el quinto, su segundo, desapareció el torero. ¡Se le cayó la bandera! ¡Una serie de sablazos, todos de mala manera! Apoteósica ha llado alguien a aquesta actuación, y creo que con razón; pero haciendo un apartado. Vista con juicio sereno, hay que hacer un intercalo: ¡fue apoteósica en lo bueno, y apoteósica en lo malo! LUIS CASTRO Otra tarde de tormento hoy ha tenido “El Soldado”! Si va por ese camino, y no vuelve atrás sus pasos, en este mes de Difuntos apaga todo entusiasmo, y hay que rezarle un responso, y como muerto, dejarlo! Pepe Montañéz.254 1946
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Seda y Sol. Año I, N° 24. México, D.F., 15 de noviembre de 1945.
Apólogo. I ¡Vaya un toro con nobleza! ¡Vaya una res con bravura! Atacando en derechura, si con los bobos tropieza. La gregaria muchedumbre -muchos cuerpos, pocas almasproduce fragor de palmas y alaba con certidumbre. Pero el magnífico bruto el revuelo de un engaño, recibe, infeliz, tal daño que fallece en un minuto. II ¡Ya hay otro toro en la plaza! Más que mansueto, marrajo. va de arriba para abajo con recelo y con cachaza… El público gesticula, vocifera y desentona contra la res cobardona que más parece una mula. También opina el usía que el toro no es de recibo. Y el marrajo queda vivo como, acaso, presumía… Francisco Almela y Vives.255 1946 Ha muerto “Chalío”, hermanos. Ha muerto “Chalío”, hermanos. el alguacil de “El Toreo”, el que salía a la plaza delante de los toreros. Y antes, a las cuatro en punto, rompiendo del circo el cerco, brotaba de entre barreras todo vestido de negro, muy caballero en su “cuaco” 255
La Fiesta, Nº 68. México, 9 de enero de 1946.
muy estirado y muy serio, partiendo la plaza en dos para saludar primero... ¿Cuántos recuerdos se van, con “Chalío” y “El Toreo”? Como dos enamorados, casi se mueren a un tiempo.256 Gondell Linares. 1946 Romance de Antonio Montes. Tu corazón era bronce y tu voluntad acero; corazón y voluntad, que animaban su toreo, firme como el corazón, cual la voluntad entero; ceñido a lo más preciso, sin punto de más ni menos. Pero guardando constante medida y ritmo perfectos, por lo que, si perde en gracia, gana en hondura y misterio. Era tu muleta un ritmo, como tu espada fue un cetro, e igual que todo lo grave no ganabas al momento la admiración de los públicos ni las simpatías del pueblo. Era preciso gustar, varias veces tu toreo, para notar el sabor a clasicismo perfecto, que como especias de Oriente sazonaban tu sereno gesto, y labraban constantes los perfiles del recuerdo. Tan dramático tu arte, como fue tu sino adverso, lo que otros lograron pronto, tardaste tú en obtenerlo, pues no es condición humana, rendir su tributo al mérito. Ya consagrado y famoso, gozando de un primer puesto, 256
Antonio de la Villa: Manolete. OTRA ÉPOCA DEL TOREO. Ilustraciones de Ricardo Marín y de Rivero Gil. Fotografías de Reynoso. Portada de Ruano Llópis. México, Editorial Leyenda, S.A., 1946. 230 p. Ils., retrs., fots., p. 191.
a refrendarlo viniste ante el público de México, y entre Fuentes y “Bombita”, estrellas de entrambos cielos, los mismos aquí que en España, brillaste como un lucero. Hasta que una tarde triste, su fecha, trece de enero, surgió la siniestra traza de un toro, que en el encierro, desentonaba por basto, por cornalón y por feo. Se llamaba “Matajacas”, y Montes exclamó al verlo, un ¡ojalá no me toque!, que fue una frase y un rezo. Pero implacable la suerte se le mostró en el sorteo a Antonio y fue “Matajacas” el que le tocó primero. Preocupado llegó Montes, más en cuanto pisó el ruedo, y oyó vítores y aplausos, volvió a ser aquel sereno triunfador de adversidades que nunca se rindió al miedo. “Matajacas” en la arena demostró su turvo genio, pero el capote de Montes le detuvo con empeño, y la res, sino vencida, quedó dominada, al menos. Ya sonaron los clarines y los timbales, al viento dando la señal de muerte. ¡Muerte de toro o torero! “Matajacas” en las tablas, defiende su vida fiero, y Montes, con la muleta, tiende a destroncar el cuello del animal, que afirmaba con su maldad y recelo, los juicios de quienes antes, se horrorizaron al verlo. Por fin el valor de Montes, se hace de la bestia dueño, y ya igualmente en las tablas, la ataca a volapié neto. La estocada es formidable,
y el toro corta el resuello, mas “Matajacas” traidor, sabe la esgrima del cuerno, y para dar la cornada al infortunado diestro pone su peor intención, junto a su postrer esfuerzo. El espada mal herido y la lucha con la muerte entablan famosos médicos. La muerte los vence al fin y el dieciocho de enero de mil novecientos siete exhala el último aliento Antonio Montes y Vico, el sevillano rondeño que sus públicos más fieles, tuvo en Sevilla y en México. El Bachiller Juan de Córdoba.257 1946 TARDE DE TOROS PLAZA El corazón español todo color, todo brío, rueda alegre entre el gentío de los tendidos de sol. Un pasodoble inflama la animación y la gracia en piropos revienta cuando una triunfal morena llega arrastrando el jardín de claveles de su mantón. DIESTRO Fanfarrón como un gallo tornasol avanzas, sota de oros del toreo; en tu hipnotizador lentejueleo baila el sol. Mariposa verde y oro, pelele deslumbrador, tu capa enreda una flor entre los cuernos del toro. El torero, de puntillas, 257
La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. México, D.F., 1° de febrero de 1946, N° 165.
fino, alado, juguetón, danza con las banderillas frente al toro de listón. SUERTE La capa ondula en suave giro armonioso; chispea el claro estoque de las proezas, y del toro es el negro lomo lustroso brota un racimo espléndido de cerezas. Después que muere el toro, borrachera de cálido entusiasmo; aplausos francos. Saluda el matador; la plaza entera florece lirios de pañuelos blancos.258 1946 Formidable, seguro, dominador… (Acróstico dedicado a Manuel Rodríguez “Manolete”). Formidable, seguro, dominador, En los ruedos hispanos causó estupor, Recorriéndolos todos en plan triunfante Mientras su alto prestigio lleva adelante. Intuitivo: en si mismo, con gran confianza, Nunca obtuvo de nadie prima enseñanza. En todos los momentos es singular, Sabio, justo, preciso para lidiar; Poseedor absoluto del arte y ciencia Infundidos en su alma por la experiencia, No conoce de absurdas modalidades Oriundas de las nuevas necias edades. Sin lograr en su patria tal distinción, Atrájose a los hombres de corazón. A aquellos que conocen de la alta gloria Rara ya en los anales de nueva historia, Mantenida con ciencia, valor y arte, Indispensables dotas que son baluarte Legendario de diestros que han alcanzado La cima de un esfuerzo tan arriesgado. Intentar convenceros de que es portento Tal vez resulta impropio por el momento. Atendiendo a los gustos de actualidad. Con raíces que tienen profundidad. Hacer historia cierta de algún torero Inútil nos resulta, pues el dinero Constituye la base de la mentira. Oponente y de fuerza, de quien les tira. Luis de la Torre, “El-hombre-que-no-cree-en-nada”259 258
Manuel Michaus: México melodioso. (Poesías). México, Ed. Cvltura, T.G., S.A., 1946. 153 p., p. 146-148.
1946 Romance de Gaona. Rodolfo Gaona y Jiménez, mezcla de andaluz y azteca, de “Lagartijo” la esencia, con corazón que arrebata y cintura que cimbrea; te prestó elcielo su gracia y te dio “Ojitos” su ciencia. No desmentista el refrán, ¡nadie es profeta en su tierra! t recordando a Cortés, fue de conquista tu empresa, en que con gran cortesía, conquistastes e inversa, y devolvistes a España con tu clásica solera, en la Nueva España hiciera, que sin él, la Nueva hizo suya, tú hiciste tuya la Vieja, y desde el primer instante en que pisaste su tierra, quedaron los españoles prendados de tus faenas, y allá, en la Puerta de Hierro, ante docta concurrencia, probaste con tu valor, tu completa suficiencia. Los sabios que allí te vieron, aplaudieron sin reserva, y del grado de doctor te entregaron la muceta que a poco, y entre ovaciones, Manuel Lara te impusiera. Después, entre los mejores, tú mantuviste la empresa. Al lado de los titanes, creciste en tamaño y fuerza, y con “Gallito” y Belmonte, fuiste la obligada tercia. De Sevilla en el albero bordaste una gran faena, que por siempre allí grabada como claro ejemplo queda, y que con valor histórico, una efeméridea crea.
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La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. México, D.F., 8 de febrero de 1946, N° 166.
¡Veintiuno de abril del doce! Ya nadie olvida esa fecha, que tanto en el corazón como en la memoria, queda. Fue tu mérito tan grande, fue tan grande tu majeza, que el pontífice del arte llegó a temer que le hicieras sombra, y dejando su solio, puso al margen de la fiesta, campañas muy personales, propias para su defensa. Mas tú, seguiste triunfando a pesar de todas ellas. Eras con las banderillas, más que un ejemplo, una gesta. Y ahí quedó el par de Pamplona, que todo el mundo recuerda. Luego, cuando desplegabas la magia de tu muleta, nadie llegó en elegancia, hasta altura tan señera, y a un lance de capa, diste el nombre de “gaoneras”, mejorando con tu arte, los que Cayetano diera, antes, por un solo lado, “por detrás y a la derecha”, Y que te enseñara “Ojitos”, Sin pensar que tu destreza Iba a darles un relieve Que ni sospechar pudiera. Mas al fin esas campañas, dieron su mala cosecha y las calumnias prendieron entre las gentes ingenuas, ahuyentando simpatías y fomentando reservas. Así, a pesar de tu arte, los públicos ya se muestran hostiles, y con su seña, tu triunfo impiden y vedan. Tuviste una tarde aciaga que “Barrenero” refrenda, haciendo pensar al público que era bravura y nobleza, lo que solo fue poder y arrimo de una querencia. Te retiraste de España y regresaste a tu tierra,
que te acogió generosa consagrado fuerade ella, y que te elevó al pináculo admirando las faenas en las que inmortalizaste a “Pavo” de Zotoluca, “Bordador” de Piedras Negras, e hiciste con “Revenido”, la más brillante faena que en toda la tauromaquia mexicana, se recuerda. Por fin, glorioso y cansado te apartaste de la fiesta, mas quedaste como un símbolo, que la afición reverencia, pues fuiste en España, México, y en México, España eras. Fusionaste dos estilos, como soldaste dos épocas, y hoy el arte del toreo tu figura señorea, lo mismo en plazas de España, que en las plazas de esta tierra. El bachiller Juan de Córdova.260 1946 ELOGIO DEL TORERO CARLOS ARRUZA I (Faena en dos tiempos) Aunque en México naciste -patria de Manco Capacllevas en tu sangre moza agua salobre, del mar, que sueña en el Machichaco palacetes de coral, y deja en el Sardinero sus besos de mazapán. Como naciste torero, pudiste ser capitán de aquellos tercios famosos que en Flandes pusieron ya, altas picas que vibraron con temblor de eternidad. Pudiste estar con Colón 260
La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. México, D.F., 15 de febrero de 1946, N° 167.
y en sus naves navegar, y con Don Juan en Lepanto, con Cisneros en Orán, con el Cid en la Edad Media día y noche cabalgar por los campos de Castilla puesto peto y espaldar. El romance que te escriben los pobres lo cantarán. Pudieras ser limosnero de toda la Humanidad! Arruza, Carlos Arruza, ensenada y vendaval, corazón enternecido, Apolo, niño y Titán. Quien te haya visto una vez ya nunca te olvidará. II Ya está el toro en el anillo lleno de sol en la tarde, buscando la flor, que arde, de tu mago capotillo. ¡Qué lances de Primavera floridos por la emoción! ¡Allá se va el corazón en las astas de la fiera! ¡Olé, Arruza! Genio alado que sin descanso trabaja; queda el torito enredado como un ovillo, en tu faja. Recargas tanto la suerte pegado a los costillares, que se pasea la Muerte por seda y por alamares. Alas, alas, sólo alas tienen tus ágiles pies; ¿No ves, Arruza, no ves, el temblor de las chavalas cuando de modo imponente colocas las banderillas y sales a pie juntillas saltando tan limpiamente?
Ya está la roja muleta; rúbrica firme y castiza que en tus manos valoriza la más hermosa paleta. Dos naturales. ¡Muy bien! y uno estupendo de pecho. ¡Mástil robusto y derecho que no conoce el vaivén! Bella faena labrada, a estilo de orfebrería; queda la fiera embrujada por tu gran sabiduría. El toro se ha convertido por tu arte soberano, en un can agradecido... que después lame tu mano. Brilla el acero. Sonríe una arrogante manola; el acero se deslíe, como el hielo, hasta la bola. Se agitan blancos pañuelos reclamando un galardón, y, descansa el corazón después de tantos desvelos. Una vuelta al redondel bañado en sangre de fiera. soberbia estampa torera que está pidiendo un cincel! ¡Adiós!, Arruza. Que el destino te depare buena suerte; y que te libre a la Muerte esa luz de tu camino. (Envío) Madre española y bendita como una virgen contrita orgullo de nuestra raza; vela por él, madrecita, mientras torea en la plaza!261 Amador de la Cuesta González Salamanca, España. 1946 261
La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. Año IV, N° 183, México, D.F., 7 de junio de 1946.
A LA MEMORIA DE EDUARDO LICEAGA En el amplio jardín de los Liceaga, polícromo vergel de arte taurino, brotó Eduardo, cuyo perfume embriaga con aromas de un arte peregrino. Espíritu, ilusión y vista halaga; arrolla cuanto encuentra en su camino, y en su elíptica astral su brillo apaga el fulgor del lucero matutino. En alas de la gloria vuela a España, donde el triunfo se ofrenda a su majeza, y al consumar el filo de una tarde, ante la multitud, épica hazaña, el destino, que en rayo de sol arde, hecho cuerno mortal, entra en su entraña, y trueca en polvo lo que fue grandeza y hace llanura lo que fue montaña.262 Bachiller Juan de Córdoba. 1946 CAYÓ EN LA ARENA... Detente ya, caminante que recorres los senderos proclamando las hazañas de aquel joven paladín. Qué, ¿no escuchas los lamentos?... ¿No ves llorar los luceros? Es la pena dolorosa de los valientes guerreros que nos llega con la brisa, desde lejano confín. Ya no cuentes de sus triunfos, ya no digas de su arrojo: que tu lengua se enmudezca por un sentido dolor; que el llanto nuble tu vista; que queden secos tus ojos; que en tu carne, con las uñas, se abran senderos muy rojos; que tu cuerpo se estremezca por un terrible temblor. Que se junten las palomas que en todos estos caminos aleteaban presurosas al escuchar tu pregón; que el zenzontle ya no cante sus dulces y alegres trinos; que aquella joven princesa, la de los ojos divinos, ya no piense en el retorno de su más cara ilusión. ¡Ay! ¡Qué dolor, caminante! Ha muerto el joven guerrero; tierras remotas lo vieron, en noble lid, sucumbir. ¡Ay! Que no aromen las flores, que no brillen los luceros, que las aguas cantarinas lloren cantos lastimeros porque lejos de sus lares él se acaba de morir. 262
La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. Año IV, N° 195, México, D.F., 30 de agosto de 1946.
Y mañana, cuando nazca el albor del nuevo día, cuando el sol, tras las montañas, mustio empiece a iluminar, que los sones quejumbrosos de la humilde “chirimía” nos embargue con sus notas, llenas de melancolía, porque todos los aztecas nos pondremos a llorar.263 Antonio Rangel. 1946 EDUARDO LICEAGA Con particular afecto, a mi excelente amigo y culto escritor taurino, don Alberto Guzmán, sincero admirador del infortunado Eduardo. Para mi hijo Francisco Javier, con todo cariño). Para encauzar sus ímpetus de gloria, en pos de sus anhelos marchó a España. ¡Pronto el triunfo alcanzó! De su campaña que la muerte truncó con amplitud nos hablará la historia. Su torerismo fue, no del acaso, ni abrazó la carrera a la ventura. De dinastía taurina, paso a paso Quiso llegar a la suprema altura; mas la suerte portóse con inquina deshaciendo su vida en cruel zarpazo. Concediéndole sitio preferente, la afición fincó en él sus esperanzas, no siendo indiferente al torerismo que manifestara desde el “a-b-c-d” de sus andanzas. Nacido en estos tiempos de mentira, de falsedades mil, de mixtificaciones, de absurdas glorias, exhibió cualidades, muy dignas de sentencias laudatorias, con tendencias a volver al redil de pasadas edades. Era mucho torero para estos tiempos de ficción maldita, por ello se enfiló por el sendero 263
La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. Año II, Nº 103, 11 de septiembre de 1946. Este es un poema del novillero mexicano Antonio Rangel, en memoria de Eduardo Liceaga.
que conduce al ¡País de la Tristeza! cantado por Arturo R. Pueblita. Su fin fue prematuro. tras haber admirado su proeza la Madre Patria lo devuelve muerto; pero de la afición -¡estoy seguro!Vivirá en la memoria, como ¡será bien cierto! que el Supremo Hacedor de le su Gloria.264 El-hombre-que-no-cree-en-nada. 1946 PARA EDUARDO LICEAGA. Perfumó las angustias españolas un clavel de verónicas. ¡Torero! Sobre el morrillo, como en un florero se prendieron seis varas de gladiolas. En el coso el silencio hablaba a solas. Al plegar la muleta en el acero, algo como la sombra de un agüero alarmó las angustias españolas. Luz de la tarde, que era luz de oro sobre los alamares, y la Muerte citada juntamente con el toro… Giró el Destino en medio de la suerte, y una flor en la carne del torero abrióse roja, como en un florero. José Esquivel Pren.265 1946 CORRIDO DE ALBERTO BALDERAS Veintinueve de Diciembre; una tarde dominguera llena de sol. Fue en el año mil novecientos cuarenta. Cuando herido por las astas de un toro de Piedras Negras, la vida perdió un torero de pundonor y vergüenza. 264 265
La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. Año IV, N° 201, México, D.F., 11 de octubre de 1946. La Fiesta, Nº 102. México, 4 de septiembre de 1946, p. 14.
Entre vítores y aplausos las cuadrillas se presentan; al choque del sol, titilan las doradas lentejuelas. El gladiador sonriente saluda con la montera, y las voces se amalgaman al gritar: ¡Viva Balderas! Rasga el lienzo de la tarde las notas de las trompetas, y las miradas se clavan en la fatídica puerta. ¡Alarido de entusiasmo...! al empuje de la fiera un caballo se desploma y un capotillo flamea. Banderillas de colores; bulle la roja franela y el bovino se desangra de una estocada certera. Como un trofeo al valor dan al matador la oreja y el público grita a una: ¡Torero! ¡Ese es Balderas! Sobre la arena candente “Cobijero” se presenta; los matadores comparten las palmas, con gran nobleza. ¡Ruge el monstruo! El entusiasmo la invernal tarde caldea y un hálito de terror del ambiente se apodera. Claveles rojos que caen, sangran la amarilla arena; amalgama de colores de los trapos y las sedas. Triste ¡ay! De un moribundo a nuestros oídos llega, y en la arena... expira un hombre. ¡El bravo Alberto Balderas! En la estancia del dolor recogen las enfermeras
los encajes destrozados de la bordada pechera. Ante la fatal verdad, guarda silencio la ciencia, y unas manos enguantadas al tentar el cuerpo tiemblan. Bajo la seda rasgada la herida se abre siniestra como una roja amapola sobre la carne morena. Se oyen sollozos de angustia y el eco de la tragedia en nuestros oídos dice: ¡Silencio! ¡Murió Balderas! La Madre Guadalupana, la virgencita morena, dejó correr por su rostro dos lágrimas como perlas. Y fue tan grande el dolor de las vírgenes toreras, que hasta en España lloró de pena la Macarena. Cuando a la paz de su tumba vamos a llevar la ofrenda de una oración que perfuman lirios, nardos y azucenas. entre aquellas flores vemos un clavel rojo que tiembla, porque aún late entre nosotros el corazón de Balderas. Ángel Rabanal.266 1946 Corrido de Eduardo Liceaga. Con pena en el corazón tengo una profunda llaga, tengo de luto un pendón por la muerte de Liceaga. En la provincia pasó, 266
Ángel Rabanal: Coplas de mi guitarra. Prólogo de Ricardo López Méndez. México, editorial Pegaso, 1946.168 p., p. 133-135.
señores, no son mentiras, donde el sol se oscureció: en el pueblo de Algeciras. No porque soy cancionero canto en esta patria mía. Recuerdo al joven torero y de su gran gallardía. Joven valiente como él, tierno como la mañana, allí regó el redondel con su sangre mexicana. En ciudad muy conocida, abundante, muy risueña, que dio su primer corrida, en la ciudad tampiqueña. Qué memorable ese día, en fecha sin precedente, dio muestras de fantasía, de ser artista y valiente. De ese tiempo en adelante fue torero triunfador: hacía todo con arte, con denuedo y con valor. Eduardo, siempre mimado, desde que estaba en la cuna, así salió contratado en busca de la Fortuna. A España se presentó con un cariño que entraña. Su fama pronto voló en todo el pueblo de España. El pueblo lo recibió. Era bueno pa´torear. Una empresa lo llevó hacia esa plaza fatal. Cuando a San Roque llegó lo aclamaron sin cesar. Aburrido se marchó al hotel a descansar. Eduardo estaba sentado del hotel en un balcón. Sentía a ratos, asustado, que latía su corazón.
La luna, apenas salía; en silencio la miraba; parece que se movía y que algo le preguntaba. Una visión presentía, como si fuera de mañana, y en ella no más veía esta patria mexicana. Sentía triste convulsión con lo que él estaba viendo: era que en su corazón ya se estaba despidiendo. Otro día les platico todito lo acontecido: desde que toreó en Tampico, ¡qué triunfos había tenido! Triste, arregló su vestido, y se preparó a salir, no sabiendo que esa tarde en el ruedo iba a morir. Viene un coche y en él sube, rumbo a la plaza; al partir, mira en el cielo una nube, tiñe de negro el zafir. El primer toro salió, se le alegró el corazón; muy fina lidia le dio, como era su profesión. Como estatua de granito le brillaba su vestido. En ídolo, con gran mito, estaba ya convertido. Tendía el capote con calma, con ansia muy atrevida; ignoraba que mandaba al pueblo su despedida. Aquel toro de Algeciras que muy bravo le salió, le dio pases de rodillas y naturales le dio. Remataba ya la suerte, un tanto se descuidó,
y en el pase de la muerte el toro lo empitonó. Eduardo cayó de bruces, quedó en el suelo tirado, con el vestido de luces toditito ensangrentado. El cielo se encapotaba, todo parecía de luto; y el toro lo zarandeaba, lo hacía trizas al minuto. El público, confundido, empezaba a protestar: Eduardo ya está herido, la fiesta querían parar. El pueblo pedía clemencia; se empezaban a parar… lo sacaron con urgencia al Hospital Militar. Se juntaron los doctores, su vida querían salvar. Con los tremendos dolores, empezaba a agonizar. Un Padre pedía al momento: “Que me quiero confesar; es horrible lo que siento, mi vida se va acabar”. “Es horrible lo que siento, de mi vida ya no supe. Mi alma te la recomiendo, oh Virgen de Guadalupe”. A media noche murió: Dios le dé su buen camino. Una estrella se apagó del firmamento taurino. Ya luego tendido estaba en lecho de blanco tul, y su cuerpo se miraba envuelto en un manto azul. Su cabecera tenía, cuando llegó la mañana, una imagen de María y la enseña mexicana.
Golondrina, con esmero, vuela recio como el viento; anda, avisa al mundo entero, de nuestro gran sentimiento. Vuela ,vuela, en un segundo, vuela, vuela, con esmero, anda, avisa a todo el mundo, que se murió un gran torero. Vuela, vuela, con valor, a dar este triste toque: avisa con gran dolor la tragedia de San Roque. Andrés Guzmán267 1946 LA ESTATUA QUE TOREA. Qué hondo, qué grave, qué serio ese derechazo de estatua torera, lleno de quietudes, lleno de misterio y tan nuevo siempre cual la vez primera. Un moderno estilo y una vieja calma tiene esa muleta que acaricia el cuerno y al erguirse Tacho268 le vibra en el alma toda la grandeza del México eterno. Fabricio Balserra.269 Ca. 1947 – 1948 AUSENCIA Ay veintinueve de Agosto...! Islero... Maldito seas...! En la plaza de Linares, Córdoba se postra entera...! Ay veintinueve de Agosto... Islero... Maldito seas! Bajel de la media luna, sobre la noche navega. “La fiesta, semanario gráfico taurino”, publicada en México, D.F., ejemplar número 107, del 9 de octubre de 1946, página 9. 268 El autor se refiere al entonces novillero Anastasio Campos “Tacho”. 269 La Fiesta. Año II, Nº 103, del 11 de septiembre de 1946. 267
Ay la noche navegando, sobre el agua de la tierra. Caballos blancos las nubes, a Manuel Rodríguez, llevan... En verdes hojas se duermen, verdes lágrimas de estrella...! En su sangre antigua sangre antigua, sueña, sueña sueños de plata caliente sueños de luna y arena...! Caravana de las horas, incansable vaga eterna. untad aceite en su cuerpo...! Forjad su cruz con adelfas...! La muerte vino cargando, guadaña de plata vieja...! Ay veintinueve de Agosto...! Islero... Maldito seas...! En la plaza de Linares, Córdoba se postra entera...! Ay veintinueve de Agosto... Islero... Maldito seas! Lloran albahácar mis ojos, sobre su lecho de tierra. Vela sus restos la luna, la luna en florida vega. Ay lo amortaja la noche, con su silencio de piedra. Y acompañando a mi llanto va su figura serena, dando un recorte garboso... Al toro de las tinieblas...! Vestido de rosa y oro, príncipe de la tragedia...” Ay Manuel, Manuel Rodríguez, califa de amarga pena...! Con lágrimas de tu madre; dolientes lágrimas viejas, los Abderramanes lloran sobre tu carne morena...” Ay veintinueve de Agosto...! Islero... Maldito seas...!
En la plaza de Linares, Córdoba se postra entera...! Ay veintinueve de Agosto... Islero... Maldito seas!270 José Recek Saade. Ca. 1947 – 1948 Llanto de mi patria. México; mi dulce patria, llora doliente su ausencia… Las chinas poblanas ponen, un listón negro a sus trenzas. De Santa María el rebozo; la falda con lentejuelas… Los charros vienen altivos, en cabalgaduras negras, de Saltillo sus sarapes y de Amozoc las espuelas Un jarabe tapatío, china y charro pespuntean… Ay, la Feria de las Flores los mariachis de mi tierra, tocan siempre en su recuerdo que el corazón guarda y lleva… Con el águila gloriosa que se yergue en la Bandera, la Virgen de Guadalupe; la santa patrona nuestra, lágrimas de indiana estirpe llora también por su ausencia…! José Recek Saade.271 Ca. 1947
Mi entrañable amigo Juan Elías Miletich, me envía estos versos, cuyo origen posiblemente sean los de un corrido dedicado post morten a Manolete, con el comentario de que otro peruano, el ingeniero Bartolomé Puiggrós, -jefe de la página taurina de El Comercio270
José Recek Saade: Manolete el último Califa. Romancero de la pena a Manuel Rodríguez Sánchez Portada y viñeta: Higinio Pérez. Puebla, Méx., Talleres Espinosa Hnos.; Editor: Francisco Hernández M. s.a., 46 p. Ils., p. 13-19. 271 Op. Cit., p. 45-6.
recuerda de niño haber tenido en casa discos con dos corridos dedicados a Manolete, de los que no recuerda títulos, autores ni intérpretes, salvo la letra de uno de ellos, que la recita cada que se acuerda y que sospecho no debe ser del todo exacta. Terminado el preámbulo te traslado ese tema de investigación y la probable letra del corrido antes aludido: LICENCIA PIDO SEÑORES... Licencia pido señores para empezar a cantar, si cometo mis errores me los van a dispensar. Se trata de un gran torero que siempre será inmortal, que nos dejo un gran recuerdo que no se podrá olvidar. A México conquisto tan pronto nomás toreo y de todo corazón nunca lo podrá olvidar. Una tarde que alternaba con Luis Miguel Dominguín, el publico lo acechaba sin pensar que iba a morir. Dominguín fue aclamado delirante en su primero, estuvo muy acertado y dio la vuelta al ruedo. En el quinto Manolete salió dispuesto a triunfar, sin pensar que ese toro le iba la vida a quitar. Por mala suerte la suya o ya se la había llegado, porque ese toro de Miura lo cogió por un costado. Las palomitas volaron con dirección al oriente, mis versos se han terminado, que Dios guarde a Manolete.272 1947 In Memoriam… La turba que el circo llena sus instintos desenfrena, ¡y como un mártir romano deja su vida en la arena un caballero cristiano! Su muerte siembra de cruces los cortijos andaluces y en desolado tributo hoy llevan ropas de luto los que ayer trajes de luces. Madre –España- sin consuelo tu duelo enluta su suelo, ¡pero si vieras, Manuel, con qué amor, tan hondo y fiel llora México tu duelo!... Apagan su luz los soles mexicanos y españoles y un llanto en perlas desgrana por ti la Guadalupana, 272
Correo electrónico enviado por Juan E. Miletich B. Desde Perú, el 15 de noviembre de 2003.
y el Cristo de los Faroles… Tu muerte, que es vida, alabo, ¡debiste morir así! Un pueblo, de tu arte esclavo, te otorga orejas y rabo ¡Y un Miura rueda ante ti! Tomás Perrín.273 1947 El último gladiador… No era un hombre triste: era hombre urgido de presentimiento; quien le vió el rostro bien, supo el misterio: no había en él enigma; era la esfinge sin preguntas. Estaba lleno de contestaciones. ¡Pobre carne de triunfo! Más que un traje de luces, era una loriga de gusanos de oro… La muerte estaba cierta, sin prisas, sin premuras… como la adormecida flámula en la mano. Triste está el mundo, triste; pero ante el perfil agudo del gladiador inmóvil en la arena, quizá el mundo, diga: gladiador, sí, ¡pero el último! Leopoldo Ramos.274 1947 Responso lírico. Galoparon los sollozos Y despertaron los rezos, Entre los cirios derechos Cual lirios repesadilla. Bajo la cóncava lona Cuelgan sus ojos llorosos 273
La Fiesta. Semanario gráfico taurino, Nº 153, 10 de septiembre de 1947. Número extraordinario dedicado a Manuel Rodríguez “Manolete”. 274 Op. Cit.
Del filo de la mantilla, Las mocitas de la villa De Córdoba la moruna. Se durmieron los bordones De los cantares flamencos; Asomaron los crespones A la ronda de los rezos. § En una plaza de pueblo Y en lance de caballeros, Ha muerto Manuel Rodríguez, Hijo y nieto de toreros. Bajo la lumbre del Sol Rubia como manzanilla, Cambiando vida por vida Cayeron toro y torero. Estampa de maravilla Del arte fúlgido y bravo. Sangre de casta en el viento, Flameando cual bandera En un asta vengativa, Y un bruto que va doblando Casi hasta la cruz hundida, La espada donde la moña. Horror de luto emponzoña La angustia de los sentidos. Ha nevado en los tendidos Prendidos de sol de agosto… ¡Qué pena de los que vieron El largo y pálido rostro, En aquella despedida Definitiva y postrera! ¡Pálida mano de cera Crispada sobre el trofeo…! Ya sólo con el recuerdo Podréis mirarlo en el ruedo, Con la figura de tallo Ceñida en la rebolera. § Silencio de velo y seda En valla de ojos mojados Y de mentones clavados En la pena de los pechos.
Va sobre el féretro negro El capote de paseo… ¡Treinta años…! Sólo de verlo… Se puso a llorar el cielo…275 Gustavo Rueda Medina. 1947 Triunfo y apoteosis de “Joselillo”. A José Rodríguez “Joselillo” en el día de su presentación. Nervios de plata caliente de Federico García. Nervios de plata que bordan lances de milagrería. ¡Qué poema extraordinario el gran gitano le haría al capote desmayado de tu ardiente fantasía! Fiebre de crispadas ansias a la tarde estremecía. Y el lucero de la noche, asombrado, descendía. El viento frandulero de estupor enmudecía, y quieto quedó, tan quieto, que un sepulcro parecía. Silencio de adoraciones a las almas recogía. Y en tu ser alucinado, un astro resplandecía. Derechazos, naturales sedientos de eternidad. Lentejuelas que palpitan sin prisa en la obscuridad. Enloquecido, el tendido la muerte pídete ya de aquel toro, que embrujado en tu capote se va. Pero en tu frente hay promesas 275
Ibidem.
y anhelos de inmensidad. Y en tus labios hay frescura ardiente de manantial. La Virgen gitana llora azucenas de cristal. Y San Gabriel te protege con el nardo de su afán. Córdoba peina sus crenchas y ya la Giralda está aromando la corona que tu frente ceñirá. Mas no olvides que en la arena de esta fiel Tenoxtitlán (sic) cien mil corazones locos tu retorno aguardarán. Gloria Noriega.276 1947 Gloria y Muerte de “Joselillo”. Has muerto, José, y no has muerto, Pues tu gloria vivirá Como una rosa de luz Y sangre en la eternidad. ¡Qué noche de soledades Bajo el cielo se extendía! ¡Qué noche bañada en lágrimas Sobre tu nombre caía! Tus arterias gimen rotas Sin reproche a la impiedad De aquellos que no lograron Tu corazón doblegar. Tempestad de savia joven, De inspiración y verdad. Herida que se desangra Cuando no puede llorar. Sobre el sol brilla tu nombre; Tu nobleza, sobre el mar. A inmolarte fueron pocos, A llorarte muchos más. El lucero que una tarde 276
La Fiesta. Semanario gráfico taurino, Nº 163, 19 de noviembre de 1947.
De octubre resplandecía, De emoción, cuando al conjuro De tu nombre descendía; Como un cirio doloroso, Llorando melancolía Sobre tu sepulcro, en noche De octubre también ardía. Has muerto, José, y no has muerto, Pues tu gloria vivirá Como una rosa de luz Y sangre en la eternidad. Gloria Noriega.277 1947 Corrido a la muerte de Manolete. Agosto cuarenta y siete, el mundo se consternó ¡porque una fiera de Miura a “Manolete” mató, fue en la ciudad de Linares donde el diestro sucumbió, por matar a su adversario también su vida perdió. De toda España a él llegaban en aviones los doctores querían salvarle la vida al rey de los matadores, toda la ciencia moderna con el diestro fracasó, su destino estaba escrito así lo mandó el creador. “Manolete”, “Manolete”, la afición toda te llora, te manda flores al cielo, porque estás allá en la gloria. El cordobés con cariño, quiero a México exclamaba, porque es mi segunda patria, después de España adorada. Tu recuerdo queda vivo como valiente en la historia porque tú te coronaste en muchas tardes de gloria. 277
Op. cit.
La cuadrilla de Manolo en su lecho está presente, despidiendo con su llanto, al torero más valiente, adiós torero grandioso, la fiesta pierde una espada, tu fama queda en la historia con letras de oro grabada.278 Saturnino Ibarra Galindo.279 1947 Corrido “De la aftosa” Año del 47, presente lo tengo yo, que vino la fiebre aftosa, y en la ruina nos dejó; ‘ai viene la fiebre aftosa por toda la vía central, buscando bueyes y vacas para poderlos matar. Y ‘ai viene la fiebre aftosa por toda la serranía, viene buscando al ganado, lo hace de noche y de día. Ya con esta me despido, dispensen lo que les digo, que vino la fiebre aftosa y en la ruina nos dejó. Ignacio Morales Nava.280 1947 “MANOLETE” -CORRIDOAl Sr. Don Antonio Algara Empresario de la Plaza de toros “El Toreo”. Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…). Apunta Eduardo E. Heftye Etienne: Este corrido únicamente lo encontré en la siguiente obra, de la cual tomé su texto: Cien corridos, alma de la canción mexicana. Mario Arturo Ramos, Editorial Océano de México, S.A. de C.V., primera edición, México, D.F., 2002, p. 168. 280 Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…): Este corrido únicamente lo encontré reproducido en la siguiente publicación, de la cual tomé su texto: “Imagen veterinaria”, revista de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México, volumen 1, año 1, número 4 (julio-septiembre de 2001), México, D.F., página 56. 278 279
Escuchen este corrido que ya me tiene con brete del torero más querido de todos fue Manolete. Con mi guitarra en la mano y enlutado el corazón se lo brindo a la afición y a mi suelo mexicano. Torero de pundonor Manolete siempre fue al que le sobró el valor siempre lo recordaré. Dondequiera fue atrevido por su vergüenza cabal fue en la provincia cogido de un Miura muy criminal. Nunca le templó a la muerte Manolete se arrojaba porque confiaba en su suerte a los ruedos se tiraba. En una de las corridas que tenía en muchos lugares las que no fueron cumplidas por la última en Linares. Manolete les mostraba a sus queridos paisanos que el valor le pajueliaba como aquí a los mexicanos. Toreaba con hidalguía y el público con alarde cuando en eso lo prendía su segundo de la tarde. Lo empitonó con tal saña que nunca se imaginó en las arenas de España Manolete se quedó. Ahora su tierra querida siempre guardará memoria lo recordará la historia todo el resto de su vida. Por la tremenda cornada que la afición presenció
toda en masa, consternada rabo y oreja pidió. Para el torero grandioso que un día en Córdoba nació al momento pesaroso el Juez se las concedió. La ofrenda y el gallardete que apretujaba en sus manos al expirar Manolete recordó a los mexicanos. Fue muy terrible cogida La que el diestro recibió Por la que perdió su vida Toda su tierra enlutó. Nunca le importaba el miedo Como torero español Quedó tendido en el ruedo Mirando su cara al sol. Inútiles resultaron Todos los especialistas Porque a cual más pesimistas Su vida no aseguraron. Se pidió hasta una Eminencia Y éste al ver la cosa fea Dijo Jiménez Guinea: Aquí no pudo la ciencia. Este ya es caso perdido Pues la cornada es mortal Por la sangre que ha perdido No hay remedio: esto es fatal. Yo aquí no puedo hacer nada Debo de hablar con franqueza Me causa honda tristeza Esta terrible cornada. Llamen a sus familiares Urgente y sin dilación En Córdoba está su madre Que venga con precisión. Ya estaba clareando el día Jueves en la madrugada Manolete en agonía Daba la última boqueada.
Las cinco y cuarto marcaba El reloj ese momento A esa hora expiraba Con su vista al firmamento. No supo sentir golilla A ningún toro jamás Rodeado de su cuadrilla Con Dominguín murió en paz. Lágrimas muchas rodaron De amigos en esta vez Cuando todos contemplaron Moribundo al cordobés. Del destino fue injusticia Cualquiera lo comentó Cuando vieron la noticia Que en México apareció. España se halla de duelo Con muy sobrada razón También México mi suelo Enluta su pabellón. Adiós sus manoletinas Que fama y nombre le dieron En las llaves asesinas De un miura se despidieron, Manolete fue el torero De la época bien querido De todo México entero Más por donde fue nacido. Manuel Esquivel.281 1947 FIESTA DE TOROS I En el mar de emoción de los tendidos, prenden punto de luz, las ilusiones, y son entrechocar de tentaciones los ojos de mujer, humedecidos. Se desbordan, en fuga, los latidos de miles de impacientes corazones, y un clamor de atabales y trombones se eleva por los aires encendidos.
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De la colección de Julio Téllez García. Una hoja orlada con un retrato del torero.
Vibran los ecos de la Macarena y el sol destiende rayos escarlata como claveles rojos en la arena. La fiesta va a empezar… Fiesta de Toros, que es embrujo de sedas, oro y plata, de adalides latines y de moros… II Un toque de clarín rasga los vientos ruge la multitud estremecida y el bizarro alguacil da la salida de una marcha triunfal, a los acentos. Despliegan las cuadrillas pasos lentos los capotes simulan honda herida y el matador es una estatua, erguida del aplauso a los líricos concentos. Salta la fiera en espiral de espanto los ámbitos del coso conmoviendo; pero iza el lidiador su endeble manto, que riega asombros de milagrerías, la verónica audaz entretejiendo, del arrojo en fantásticas orgías… III Ulula el maremágnum, fieramente, y entonces, plasman grupos de escultura los encuentros de toro y picadores y la furia deshacen cruentamente… Al quite magistral y sorprendente, el ágil burlador convierte en flores la gaonera de los cien primores, y más se exalta la aturdida gente. Ya están vistosos garapullos prestos toro y torero en balancín gallardo, hasta vencer los indómitos arrestos y el estoque al blandir, como Bayardo, símbolo de valor, el diestro encierra, cuando hasta el toro va, rodilla en tierra… Puebla, Pue. Junio 22 de 1947. Lic. César Garibay.
Dedicado a D. Félix López Jr. “El Jarameño”.282 1947 EPITAFIO. ¡No yace aquí!... Sería muy pequeño Si, bajo aquesta losa reposara Aquel grande torero que dejara, La vida, entre los cuernos de un miureño. El debe de dormir, su dulce sueño, Sobre la rubia arena que pisara Y, al toque de clarín, resucitara Para lograr la forma de su empeño. Haremos que el ilustre CIDE HAMETE Escriba, sus hazañas de torero, En forma tal, que el tiempo las respete. ¡Detente ante esta piedra, viajero! Y, si al mirarla, el llanto te acomete, No llores más, arroja tu sombrero. A don MANUEL RODRÍGUEZ “MANOLETE” México, Agosto de 1947. Antonio Ximeno.283 1947 DIÁLOGO. El público: ¡Más cerca!... ¡más cerca!... El torero: ¿Así? El público: (unánime). ¡Más cerca!... ¡más cerca! El torero: ¿Así? El público: (repitiendo). ¡Más cerca!... ¡más cerca! El torero: ¿Así? El público: (fuerte). ¡Más cerca!... ¡más cerca! El torero: ¿Así? 282 283
MULTITUDES. México, D.F., 22 de julio de 1947, Nº 443, p. 8. MULTITUDES. México, 2 de septiembre de 1947, Nº 447, p. 2.
El público: (exigiendo). ¡Más cerca!... ¡más cerca! El torero: ¿Así? El público (gritando), ¡Más cerca!... ¡más cerca! El torero: (cogido). ¿Así? El público: (aullando). ¡Así!... ¡así!... México, Noviembre de 1947. Antonio Ximeno.284 1947 EN LA CAPILLA. En la angustia perenne que invade la capilla, por las manos piadosas, rebosante de flores, se encontraba el torero, doblada la rodilla sobre el reclinatorio, mientras, la lamparilla, alumbraba la escena con suaves resplandores. Detrás, como una sombra, hundía, un subalterno, el puñal de sus ansias en la VIRGEN MORENA y, sus manos nerviosas, recorrían el terno rechazando, con cruces, el futuro de un cuerno, afilado y cortante, que surgiera en la arena. Un silencio infinito con la pared chocaba haciendo, más terrible, la quietud de la espera y, en la faz impasible de la Imagen, volaba la mariposa triste, del diestro, que rezaba para hallar el escudo de su sangre torera. La hora del paseo llegaba velozmente… temblaba un esqueleto, por el peto oprimido y, temblaban, la mano, la montera y la frente por más que presumiera de ser indiferente, ante el grave problema de lo desconocido. Santiguóse el torero, frente a la Imagen Pía; levantó la rodilla y, mirando al vacío, hacia cosas inmensas que ninguno veía, imploró en un suspiro, que todo le decía: “¡Dame suerte, DIOS mío!” México, Noviembre de 1947.
284
MULTITUDES. México, 4 de noviembre de 1947, Nº 456.
Antonio Ximeno.285 1947 CUATRO CAMINOS. Ya torna el redondel que, con tristeza, miramos descender hacia el olvido y, que por arte mágico, ha surgido con todo su esplendor y su belleza. Su historia es comparable a su grandeza y, su grandeza, es tal, que ha prometido mil tardes de sabor y colorido bajo el recio blasón de su nobleza. Resurge, ante la vista, victoriosa de las cenizas del ayer taurino y, cual Fénix, se yergue más hermosa para cubrir, de gloria, su destino con la inmortalidad de una pañosa frente a las duras astas del bovino. México, Noviembre de 1947. Antonio Ximeno.286 1947 CAMBIO DE MULETA. Escuchadme taurinos, esta lección primera del sabio catecismos que rige nuestra fiesta para que, poco a poco, os vayáis dando cuenta de cómo, un hombre pudo alcanzar una estrella. Oídme, bien, taurinos porque el hombre no era más que uno de los muchos que torean, sin saber, los terrenos donde pisan; sin mandar en la fiera y que, exhiben, tan sólo por los ruedos su figura bien hecha. Pues, este hombre, un día se marchó hacia otras tierras, 285 286
MULTITUDES, México, 11 de noviembre de 1947, Nº 457. MULTITUDES, México, 18 de noviembre de 1947, Nº 458.
por ver si conquistaba más aplausos, y le daban orejas, tomando los tendidos por sorpresa, ya que, en la actualidad, van más mujeres que taurinos de deveras, y así, poder salir del compromiso de no ligar faenas. Y fue por ese tiempo, que la envidiosa lengua, y la falta de toros con arrobas, hicieron muchos Dioses de muletas, por lo que se rompió lo convenido y, la opinión diversa, sobre las firmas de papeles sucios y camarillas negras. Entonces nuestro hombre, aconsejado por un conocedor de la materia, arrojó el capotillo que llevaba y tomó otra muleta; fando gritos en contra de los unos, por calles y plazuelas, hasta lograr ser visto, en todas partes como un Cid de doradas lentejuelas. Y, así, de plaza en plaza, dando gritos, y de sentirse un algo, que no era, logró darnos “atole con el dedo”, sobre la suave arena, y disfrazar, con voces resonantes, su pobrísima escuela. ¿Oísteis bien, taurinos mi historia verdadera?... Pues aprended y, sirva en el mañana, el refrán que aconseja: “dejar las convicciones y acercarse al sol que más calienta”. México, Noviembre de 1947. Antonio Ximeno.287 1947 Llanto por Manolete.
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MULTITUDES, México, 25 de noviembre de 1947, Nº 459.
Llegan de Sierra Morena a la plaza de Linares para ver a “Manolete” los mineros de Arrayanes. Suben de la oscura tierra para que a la tierra baje, a minas de plata y gloria, quien fue de acero en su arte. Un anillo gris, de plomo, forma el público. La tarde cenicienta se oscurece sobre grises olivares. “Manolete”, todo alma, caballero de diamante, luce sus últimas luces en la plaza de Linares. ¡Qué espada como su espada, orgullo de los arcángeles! ¡Qué revuelo como el vuelo de su capote en el aire, ala que tiene la muerte como fin de su viaje! ¡Qué gran torero, torero, torero, torero grande, el de la triste figura, tan triste como elegante! Todas las plazas de toros colgadas de las ciudades serán coronas de luto que su memoria acompañen. Un público de gardenias y pensamientos rebase las barreras y tendidos donde florecieron antes tanto clavel carmesí y tanta rosa fragante. Murió el torero de España. Su muerte cruzó los mares. Lágrimas de España y Méjico llueven en los funerales. Manuel Altolaguirre. México, agosto, 1947.288 1947 Sonajas para Rodolfo Gaona.
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Una primera versión de este poema se encuentra en un manuscrito mecanografiado que se conserva en el archivo mexicano. Otra versión posterior fue dada a conocer por Margarita Smerdou (sobrina del poeta) en su edición de Manuel Altolaguirre, Poema del agua, Curso Superior de Filología de Málaga (Málaga, 1973, pp. 3334). Una tercera, fue publicada por el propio poeta en su artículo El poeta y los toros, (Excélsior, México D. F., 15 de diciembre de 1947, pp. 6-11). Esta última versión es la que recogemos en esta Antología.
Sonajas de rumbo y seda. Aire cargado de novia. Torero tlacololero, No hay nadie que te haga sombra. “Échame ese toro pinto, hijo de la vaca mora, que lo quiero capotiar delante d´esa siñora”. Torero tlacololero, para ti la Plaza toda. Ceibas pasean la luz en hombros de trino y copa. Y el viento moreno aplaude con manos verdes de hojas. En León de los Aldamas, niñas de azafrán y rosa, sarape, riña de gallos, caballo de larga cola, sol de aguardiente y corrido, y… tú, con sangre de Ronda. Afirmaciones de España brincan en venas y boca. La indiada suena tambores y gritos de larga comba. Torero tlacololero, no hay nadie que te haga sombra. Cíñete por gaoneras Y subirás a la Gloria. ¡La Virgen de Guadalupe para Rodolfo Gaona! GINÉS DE ALBAREDA.289 1948 CARLOS ARRUZA. Pintores que sepan dar al arte colores firmes, cuando mil hadas gitanas pongan magia en su muleta, vayan hasta donde Arruza 289
El Ruedo, N° 171. Madrid, 02.10.1947, p. 9.
y en lienzo de roja seda, pinten toda su grandeza. México lo hizo hacer para que fuera el primero. Y su majestad merece, pincel de Julio Romero. Naturales con sabor, de rancia y vieja solera; con tristeza y vibración, de una guitarra coplera… Por eso vayan hasta el pintores y en roja seda, pinten toda su grandeza. Fiesta de voces en el graderío. Lluvia que dejan mil pañuelos blancos. Feria de histeria donde tú toreas. Fuego en la sangre y en los corazones. Verso que traza tu muleta grana, cuando vas al centro de la plaza grande. Llanto en los ojos de una hembra gitana, porque así festeja el triunfo de su hombre. As entre los ases. Rey de los toreros. Príncipe moruno que naciera aquí. Arruza que siempre la Guadalupana, te dé el privilegio de torear así… Mario Molina Montes.290 1948 CONCHITA CINTRÓN. Para LUIS SOLANA, estos versos 290
Sol y Sombra. Semanario especialista. 2ª época. Nº 13, 9 de enero de 1948.
taurinos nacidos bajo el de España. Caballito americano con sangre de morería caballito con alas seda y luna en las bridas, trotecito andaluz, peruana la silla, dime: ¿quién te monta? ¡Me monta CONCHITA! Rosa del Cuzco, jazmín de Arequipa, la tierra en las espuelas, el cielo en las pupilas… La luna de los Almáraz, luna de las noches indias, se enciende en cuarto creciente, sobre la Plaza de Lima clavando un rejón de plata junto a la arena dormida. Vienen de Capacabana, con sus piraguas antiguas, doce tribus de remeros sedientos de torería: plumas en testa de cobre, oro en la dorsa espina, hierro en la cintura breve, mercurio en la mano aligera… Bajan del alto Perú, al que ahora llaman Bolivia, bajan a ver, infantiles, cómo torea la niña. En el callejón esperan las delgadas banderillas que, en la mano perfumada, al toro de España citan. Un punto de cantaora y un punto de bailarina, cabalgando, rienda suelta, sobre la inventada marisma. Viento gitano al llamar: “Je, je, je, ¡torito mira!” Aire ducal encendiendo por la grada la sonrisa. La espuela roza entre sedas la piel de la yegua viva, buscando el centro de muerte tras de la testuz esquiva. Cazadora de la gracia
entre mil gracias cautiva… Sonajero americano con ritmo de granaína… La arena inventa ciclones que saben a dulces brisas, cuando jinete en su jaca lentamente se aproxima al toro que no se atreve al verla, a dar la embestida… ¡Si es mujer!... ¡Una mujer! Rosa de olor sin espinas. Rejón en la mano diestra. La mano izquierda en la brida… “¡Je, je, je, mira, torito!... “¡Je, je, je, torito, mira!... Virreina del redondel, amazona de los Incas… con majestad de señora y modos de señorita… hada rubia de los toros, sabrosa de mar pacífica… de requiebros y claveles, la grada triunfal palpita… Ella promete a la res el aire de su caricia, con mano torera y grácil, con voz de novia bonita… Por alcanzar esa voz, la sigue, furioso, el Miura… Por los terrenos de dentro, coqueteando, lo cita y cuando clava el rejón hace en las gargantas vivas el unánime piropo del olé en la gradería. Lima, a lo lejos, nostálgica, Por ella inventa Sevillas Con Guadalquivires indios Y Giraldas colombinas… Caballito americano Con sangre de morería, Caballito con alas, Seda y luna en las bridas, Trotecito andaluz, Peruana la silla… Dime: ¿quién te monta? ¡Me monta CONCHITA!
Rafael Duyos.291 1948 CARNICERITO… Para Maude Vda. de González, respetuosamente. Crepúsculo de fados y campiñas sin fruto, cresponan el ambiente de un pueblo lusitano. Un torero de arranques dejóse en un minuto el grito más bravío del valle mexicano. Villaviciosa guarda de su traje de luces el último reflejo bordado en valentías. Los dedos que mojaron sus yemas en las cruces quedaron apartados de recias torerías. Aquel toro no muerto, de los lomos enteros, se volvió a los corrales batiendo banderillas, a la par que las astas –insomnio de torerosanunciaban un llanto de flores y capillas. Las arenas de Iberia conocieron tu paso, y en dorados rocíos conservan tu majeza. No importa que se caiga estando en el ocaso, si el espíritu alberga un cenit de grandeza. II No es bastante la altura de volcánica tierra ni las límpidas fuentes de las cruces lastradas. Tampoco los regazos de aquella madre sierra ni el aire de aguacates y dulces pomaradas. ¡Qué saben las distancias ni el tiempo ni los climas de la mano o el gesto que se espera y no llega. Un gemido punzante más hondo que las simas se esconde en las gargantas y los alientos siega. Este dolor de arpones, cubierto de fragancias, es el mismo que él tuvo forjando fantasías… Por la tibia corriente gulf-stream, las arrogancias en fúnebre cortejo de glaucas armonías. El alba y arco-iris en sarapes inmensos, amortiguan guitarras y bailes y canciones. El sol prende en las ramas para formar inciensos que acompañen el vuelo de tantas oraciones. III 291
MULTITUDES. México, 9 de enero de 1948, Nº. 466.
Los jardines flotantes de aromas milenarios, por la meseta esparcen la tristeza surgida. Las nubes y los lagos se juntan en sudarios para la muerte enorme de su sangre atrevida. Tepatitlán levanta sobre sábanas rojas, un redondel de cactos, campeches y palmeras. Capotes y muletas recortadas en hojas cubrirán sus latidos en tardes venideras. Río grande del norte no hiele tu sonido. águilas y cigüeñas no cerréis vuestras alas. Huracanes potentes lanzad vuestro bramido. Plantel de las orquídeas no ocultéis vuestras galas. Ponedlo como ofrenda a su cuerpo silencioso, tantas veces abierto como ley de su léxico… La etérea escalinata de azul esplendorosa, sube José González “Carnicerito de México” MARIO CABRÉ.292 Barcelona, octubre 1947. 1948 A CARLOS ARRUZA. Cuando todo es rumor en el silencio y se engalana el cielo de colores donde el azul se pinta con pinceles: ¡la tarde se emociona con tu nombre! Cuando el sol se cobija entre las sombras de la visión irreal que hay en los montes, huyendo del aplauso que enloquece: ¡la tarde se ilumina con tu nombre! Cuando la muerte gira su albedrío bajo los abanicos girasoles s sobre mil alfombras de claveles: ¡la tarde se emborracha con tu nombre! Cuando el azúcar tiene un raro gusto a gritos que se escapan de las voces; cuando todo es color y algarabía: ¡la tarde se adormece con tu nombre! Cuando se asoman todas las estrellas para verte torear, y los balcones 292
MULTITUDES. México, abril 19 de 1948, Nº 879. Número extraordinario.
del firmamento vibran angustiados: ¡la tarde se engalana con tu nombre! Cuando el aire dibuja tu figura sobre un fondo de rojos corazones que se entregan a ti, cálidamente: ¡la tarde se estremece con tu nombre! Cuando la bestia mira los tendidos y luego se contempla en el azogue de tu traje de luces milagrosas: ¡la tarde se hipnotiza con tu nombre! Cuando la plaza es un pañuelo blanco donde convergen todas las pasiones, hechas un grito alado y estentóreo: ¡la tarde se enajena con tu nombre! Cuando todo es más hondo que lo mucho que imaginen las imaginaciones. Cuando ya no se escuche más que el eco: ¡la tarde se ensordece con tu nombre! Porque tu nombre en ti, Carlos Arruza, se transfigura de repente, en doce consteladas imágenes de letras: ¡que a la gloria iluminan como soles! Porque tu nombre llena y desmienten el valor que se infiltra en tus valores, y porque significa, para el pueblo, ¡un símbolo del alma de los hombres! RUBÉN BERNALDO.293 1948 EL CICLÓN. ACRÓSTICO. Con la sapiencia con que tú toreas, Ante ti se prosterna hasta la muerte. Real taumaturgia en la suprema suerte, Luces en lances que con tu arte creas. ¡¡¡Oro, seda, sangre y sol!!!...¡Símbolo mudo, Si falta la pujanza de tu invicto escudo!... Avasallas al burel… ¡TO-RE-RO!... gritan; Resuenan olés y aplausos a millares; Raudas gaviotas y oleaje de los mares, Ufanos, fingen, pañuelos que se agitan… 293
Op. Cit.
¡¡¡Zafiro fantástico, rubíes y oro, Asemeja el cielo cuando rueda el toro!!!... J.P. CORNEJO Aguascalientes, Ags.294
1949 A FERMÍN RIVERA ¡Cómo desgarran tus carnes los toros, Fermín Rivera!... Pero después del embroque en que la muerte te acecha ¡Como resurge pujante tu casta brava y torera!... ¡Tal parece que la entraña de donde arranca esa fuerza formáronla duros bloques de canteras de tu tierra!... ¡Quince años llevas regando sangre roja por la arena y aún tienes los mismos bríos de los chavales que empiezan!... ¡Derrochas a pleno sol la voluntad tesonera, espejo de gallardías: ¡Quince años de dura brega envuelto en la fuerte llama de tu capote de seda!... Vivo pregón de tesoros que nuestras minas encierran, dilapidas por el mundo las riquezas que nos quedan: Oro puro es tu valor; plata fina tu paciencia: Y es resplandor de los bronces el brillo de tus faenas... Rica amalgama de todo, crisol que todo lo emplea, lleva tu pecho un escudo de maravillosa fuerza que te hace salir triunfante en los peligros que acechan: Los hijos que por ti rezan y la mujer que te espera!!! (. . . . . . . . . .) Con ese escudo inviolable no habrá cornada certera... Con ese escudo ya tienes 294
Sol y Sombra. Semanario especialista. 2ª época. Nº 17, 6 de febrero de 1948.
de vida la prensa cierta... ¡Aunque broten rojas flores de tus arterias abiertas aunque desgarren los toros tus carnes, Fermín Rivera!295 1949 Coplas de Alberto Balderas. Sabor que el ambiente llena, lidiador de cuerpo entero, cuando tú pisas la arena, ¡la plaza huele a torero! Astro que al torear reflejas, bajo los rayos de Febo el brillo de joyas viejas que guarda un estuche nuevo. ¡Salve, artista prodigioso! Cuando el público te aclama, evocas a aquel grandioso que es de León de los Aldamas. Cuando abres el capotillo, lleno de gracia torera, la plaza entera es un grito: ¡que viva Alberto Balderas! Anónimo.296 1949 El autor de los siguientes versos, inaugura su peculiar obra con este cuarteto: ¡Ay, que clavé yo un ¡olé! En las arenas de un ruedo! ¡Ay, si pudiera limpiarlo con el agua de mis versos! EDUARDO LICEAGA Era una flor su sonrisa, sonrisa en luz cenital. era una flor que fulgía en los labios del chaval. “¡Ay, Lalo, que el toro achucha! 295
Rafael Andrés: Sangre brava. Romances taurinos. Viñetas y capitulares de Luis Chessal. San Luis Potosí, 1949, 63 p. Ils., p. 34-38. 296 Fiesta Brava. Semanario taurino y de espectáculos. VI época, N° 12. México, D.F., 13 de marzo de 1949.
¡Ay, Lalo, no expongas más! ¡Que ese toro es mucho toro! ¡Que es un toro de verdad y eres mocito que empieza “entoavía” a torear!” Y Eduardo se sonreía: -¡Ale, torito, a pasar! ¡Que voy a cortar tu oreja para prenderla en mi ojal! Y la flor de su sonrisa se abre en luz de eternidad. Y ríe, mientras claveles recoge en vuelta triunfal. El perfume de tu risa ya nadie lo olvidará: Era sol en que envolvías tu majeza al torear; era la sal de tus lances; el oro de tu percal. Manojo de nardos era en el vaso de cristal de tu pecho de mocito que aun no aprendiera a llorar. ¡Cómo la Virgen Morena, humilde en su Majestad, esperaba el homenaje de tu risa de chaval! La flor más amada era que florecía en su altar. ¡La flor que, después de un triunfo, siempre le fuiste a ofrendar! ¡Vengan toritos a Lalo! ¡Vengan toros a rodar envueltos entre las luces de su sonrisa triunfal! ¡Ay, Lalo! ¡como me acuerdo -¡quién no habría de acordar!Cuando, ante doce puñales, hubiste, en risas, triunfar! -¡Ale, torito, torito, que mañana cruzo el mar! ¡Que voy a la madre Patria a ofrecer mi mocedad envuelta en traje de luces
verde, de verde nopal; verde como la esperanza; verde en luces de ultramar; verde en aurora de estrellas; verde en flores de cristal! Y ante el sol de Andalucía volvió tu risa a brillar. Diste a Castilla la gloria de ese claro manantial que brotaba de tus labios al ver al toro pasar. Las flores que allá en Valencia nunca hubieran un rival se rindieron a la rosa que era risa en tu rosal. ¡Ríe, torito, que Lalo también ríe al torear! ¿No ves cómo ríe, toro? ¡Ale, torito, a pasar! Que si él ríe ante la Muerte, tú la sabes esperar. ¡Ay, torero de esmeraldas! ¡Ay, mi valiente chaval! ¡El de los azules giros! ¡El de los verdes-nopal! ¡Quien te dijera que un día se te habría de cuajar la flor de aquella sonrisa perenne de luz astral! ¡Quien dijera que en San Roque, pueblo escaso de historial, la rosa de tu sonrisa se habría de marchitar! Desde San Roque a Algeciras, allá, frente a Gibraltar, un sendero de claveles rojos, dejaste al pasar. Esos claveles, Eduardo, siempre frescos estarán. ¡Como aquella risa tuya que nadie podrá olvidar! ¡Llora, torito, torito, que Eduardo no ríe ya! ¡Llora, toro, que su risa
no te encelará jamás!297 1949 JOSELILLO -¡Ay, rapaz! Una amapola yo la vide sobre el mar. -No era amapola, mi padre, y el mar muy lejos está. Era el sol que se escondía para no verte llorar y vertió su sangre de oro en las platas de un cendal. No llores, padre, que rosas en mi huerto crecerán. una estrella va en mi hatillo, que para mi brillará. ¡Mira padre, aquel lucero! En su espejo me verás cuando la noche en tus noches te rondará en tu velar. No llores, padre, que vamos caminando cara al mar, y tras el mar, ilusiones mi ilusión florecerá. Que llevo, en mi hatillo, estrellas envueltas en flor de azahar y las estrellas con flores aromas de luz darán. ¡No llores, padre, que vamos caminando cara al mar! -¡Ay, que vide una amapola! ¡Ay, que la vide, rapaz! Mejor será que a Nocedo volvamos los dos en paz, que amapolas traen sangre y yo no la tengo ya y ha de ser tuya, mi hijo, la sangre que correrá. Y el mozo dejó a Nocedo. Y el padre volvió al hogar. Y el lucero llevó triunfos, 297
Matías Conde: Cuatro romances de toreros (E. Liceaga, Joselillo, Carnicerito y Manolete). Edición Romántica. Ilustraciones de Germán Horacio, Por (...). México, editorial Malvis 1949. Ils. 46 p., p. 11-16.
nuncios de marcha triunfal. Claveles rojos prendían en el pecho del rapaz. Oro, sedas y caireles. Y, entre dos soles, amar. Y rosarios de rubíes colgados de un alamar. El sol lloraba de miedo viendo a José torear. Pero el mozo, bello y rubio, jamás miraba hacia atrás; que frente tenía al toro, y detrás del toro, el mar, y detrás del mar, Nocedo, donde crecía un rosal que sembrara en una tarde en que comenzó a soñar. Y fue un día... un ¡ay! Quebróse después de un ¡olé! Triunfal. Y en azabaches, rubíes comenzaron a cuajar. ¡Ay, que el rosal que plantares ya nadie lo regará! ¡Que en Nocedo ya no hay rosas desde que murió el rapaz! ¡Una amapola de sangre florece en ese rosal: ¡La amapola que el buen padre viera una tarde rondar! Hoy, Joselillo, las rosas te las vengo yo a ofrendar ¡que yo también un buen día, camine de cara al mar!298 1949 JOSÉ GONZÁLEZ “CARNICERITO DE MÉXICO” ¡Ay, Carnicerito bravo! ¡Ay, mi valiente chaval! Era una tarde de julio cuando te ví torear.
298
Op. cit., p. 19-23.
Florecían las espigas vistiendo de oro al trigal. También tú, vestido de oro, oros diste al lancear. En tu pecho aun no espigaba la flor de la mocedad. Un rojo clavel, en sangre quedó cuajado en mi ojal. Era una tarde de julio vestida de gris y mar quien te dio la bienvenida allá en mi tierra natal. Era un pueblo marinero con aromas de pomar fundido en rocas de cuarzo con lágrimas de coral. Era un pueblo, pueblo hosco, que se tarda en entregar porque, forjado en acero, solo al acero se da. Y a ti se te dio la tarde que te viera torear. ¡Era mucho aquel mozuelo! ¡Era todo un hombre ya! No bordaste, en luz, encajes, que no lo hicieras jamás. Que era un buril tu capote, no la aguja de bordar. Era tarde, tarde en platas en que el Sol fue a descansar, diste al pueblo marinero tu corazón de chaval. La noche de aquella tarde el Sol la olvidará, que vertió en rayos su llanto al no verte torear. La luna cubrió su cara con el nácar de su cendal, y tras él rió con ganas contemplando al Sol llorar. Solera de rancia estirpe plena de virilidad ponías en cada lance aquella tarde triunfal.
Y triunfaste una y mil veces. Y el héroe fuiste ya de aquel pueblo adusto y frío difícil de conquistar. ¡Ay, Carnicerito bravo! ¡Ay, mi valiente chaval! ¡Ay, no olvidaré aquél día en que te ví torear! No te olvidó ya mi pueblo. ¡Cómo habría de olvidar al mozo que, siendo niño, su vida le fue a ofrendar! Que en mi pueblo hay otros mozos que también salen a dar su vida, llena de Vida, Todos los días al mar. Por eso su llanto es llanto, de amor, cuajado en coral, porque saben lo que vale la Vida cuando la dan. ¡Ay, Carnicerito hermano! Tu recuerdo vivirá entre recuerdos, perenne, allá en mi tierra natal. Que el pueblo de marineros no podrá olvidar jamás que tu corazón de niño a ellos les fuiste a ofrendar. Todas las noches al Cielo una oración volará de labios de aquellos hombres que apenas saben rezar. Una oración que entre brumas se perderá sobre el mar. Una oración sobria y ruda mis “playos” por ti dirán. Por quien supo dar su vida. Por quien se supo inmolar luchando de cara al toro en tierras de Portugal. Oración en que una lágrima pondrá su punto final. Oración en que un suspiro así la comenzará:
¡Ay, Señor! Sangrando amores se desangró en Portugal. ¡Ay, Señor! Dale tu Gracia ¡Ay, Señor! Dale la Paz.299 1949 MANUEL RODRÍGUEZ SÁNCHEZ MANOLETE -¡Madre! La Luna me llama y junto al río me espera, que esta noche es noche clara, que esta noche es noche bella. Es noche de nocharniegos. Es noche de amor en vela. Es noche en que los mocitos urden, con oros, querellas. Por si faltara la luz, con la luna va una estrella. ¿No ves su manto de nácar? ¿No ves su capa de seda? Esa capa es para mí, será la capa torera con que burle a las vaquillas en esta noche serena. Una noche en que la Luna, con un lucero a su vera, de parranda, tras los montes, iba persiguiendo estrellas, le prometí que otra noche le brindara una faena si me prestaba su capa bordada con luz y sedas. Y allí la tienes, mi madre: ¡Mírala cómo hace señas! ¡Me llama, madre, me llama! Allá, junto al río, espera. Y mi palabra es de rey. No puedo faltar a ella. ¿Verdad que debo de ir? ¿Verdad, madre, que me dejas? No llores, madre, que vuelvo; que me protege una Reina: La Virgen de las Angustias que pende de esta cadena. 299
Ibidem., p. 27-32.
Que la llevo junto al pecho, fundida mi carne en ella, desde el día, día en rosas, en que tú me la pusieras. Dame un beso, madre santa. Dame un beso, madre buena, que el río queda muy lejos y la Luna se impacienta. -¡Ay, hijo, que el sino manda! Un sino en que veo penas; pero no ha de ser tu madre quien ponga a duelos barreras. Llevas sangre de toreros despeñándose en tus venas. ¡También en sangre florecen los sueños de mis quimeras! Vete, mocito, tranquilo, a envolverte en luz y sedas, que, si a la Virgen te guía, tu madre tranquila queda. Si ese ha de ser tu camino, será que así Dios lo quiera; que si Dios planta jazmines, también es Dios quien los lleva. ¡Ay, que pusiste un clavel a caballo de tu oreja! ¡Ay, no lo vuelva rubí la madrina que te espera! Y en Córdoba habría de ser: Córdoba, extraña y severa. En la Mezquita, rosarios, filósofos en la arena. Estoicos con capotillo. Manteos con sal torera. Caballeros con cárieles. Sol de luna en la pelea. Y en Córdoba habría de ser donde este Manuel naciera. Señor en traje de luces. Sacerdote de una fiesta mística en rito pagano, sombría en color de feria; donde inciensan con claveles y con manzanilla ofrendan. Y en Córdoba habría de ser donde Manuel se vistiera
el primer traje de luces que la Luna le tejiera. ¡Ay, Manolete, Señor, caballero de la Arena sacerdote del Dolor, místico de extraña secta! ¿Cómo no vieron tus ojos colmados de luna plena que, detrás de tu capote, estaba la Muerte cerca? ¡No viste que siempre, siempre, la tenías a tu vera? ¿No lo viste allá, en Linares? ¡No viste su alegre mueca cuando tu mano engañaba al toro con la muleta? ¡No la viste entre las astas acechándote, contenta? ¡Ay, Manolo, Manolete, qué noche, la noche aquella, la noche en que, cara al Cielo, te alejabas de la Tierra! Iba la Luna a tu lado; iba la Luna a tu vera: La Luna que en otra noche fue tu madrina primera. Iba llorando la Luna, llorando de rabia y pena. Y al otro lado, de luto, también lloraba una estrella.300 1949 PRESENCIA Y no hubo nadie en la arena. Solo en los aires sutiles una larga cordobesa, quedó junto a la gallarda, sangrante, garra muleta... Lagartijo fue el primero, y el segundo Rafael Guerra...! Mas de pronto, levantóse 300
Ibid., p. 35-41.
murmullo de voces muertas. Mora andalucía cantaba y toda la España entera, ropas de maja vestía porque en Córdoba trigueña, flotaba sobre los siglos solemne, grave y austera, la figura de un califa pleno de altiva majeza. Fatalismo del oriente corre raudo por sus venas, y el sueño de años dormidos... dormido está en sus ojeras...! En la mezquita vagaban, sombras de moros despiertas. Sombras de que duermen por siempre, en su capa y su muleta...! Los moros y la mezquita. Córdoba solemne y seria. Manolete es el Califa...! Su estirpe es de Aben-Humeya...! Y hubo en Córdoba califas, y Córdoba fue la reina...! Lagartijo fue el primero. Y el segundo Rafael Guerra. Pero los dos se alejaron.301 1949 Negro toro. I Negro toro de miedo, en la dehesa, altivo, solitario, negro toro rumiando un pensamiento en seda y oro que tu casta apresura en tu cabeza. Dispone ya tu muerte la nobleza que por tus venas corre, negro toro, y ya pareces escuchar el coro de los olés premiando tu cabeza. Negro toro de miedo, solitario, que encarnas un presagio de mal fario desde los dos diamantes de tus cuernos. 301
José Reck Saade: Manolete el último califa. Romancero de la pena a Manuel Rodríguez Sánchez. Puebla, 1946, 46 p., p. 29-11.
Prosigue con tu sueño en la pradera de imaginarte tibios muslos tiernos desflorados en flor de piel torera. II Como un pétalo rojo, reluciente, único desde el lirio del torero, desmaya la verónica primero su tibio beso hasta la arena ardiente. Ritmo del movimiento omnipotente de cautivar al toro en el engaño con el lento capote o con el paño que su recia muleta le consiente. Se agitanta el torero de repente, y enloquece en sus giros a la gente que adora al hombre como un dios del ruedo. (Cuando se pasa en pases naturales a la muerte en sus sedas principales, es Príncipe y es Rey, Héctor Saucedo). III Negro toro de miedo, derrumbado por los filos mortales de la espada que en tus carnes hundió su llamarada de acero incandescente y congelado. Negro toro de muerte, ya has dejado en la paz de tu paz las embestidas, mas tu vida que vuela en tus heridas, tornará por los sueños que has soñado. Negro toro, valor y sacrificio… ya te dio el pasaporte Héctor Saucedo al cielo y por tu casta y tu nobleza. No miras que te dan la vuelta al ruedo, porque en el cielo ya, tras el indicio, le haces viaje a una larga cordobesa… Rodolfo Siller. 22 de junio de 1949.302 1949 EL PRIMER “GALLEO”
302
Castálida. Revista del Instituto Mexiquense de Cultura. Año 13, otoño de 2007, Nº 32, p. 80.
Por el arte entusiasmado con sus capas y sus hierros fueron a lidiar becerros seis o siete aficionados. Una vez el bicho suelto, becerro de condición, y según la filiación lomipardo y cornivuelto. Salió Andrés, el buen Andrés, que se distinguió en Gencibras por ser de muy pocas libras y de muchísimos pies. Y con natural deseo, ocultando lo cobarde, quiso comentar la tarde con un lucido “galleo”. Sin que el peligro le importe, en irse el bicho se apresta pero con la capa puesta como para dar “recorte”. Abre con mucho donaire los brazos firme y resuelto y entonces el cornivuelto le da una vuelta en el aire. Como esquila el pobre Andrés dio vuelta en la inmensidad pero por casualidad cayó en el sitio de pies. “Así me da gusto verte” gritó en la barrera alguno, y a igual tiempo agregó un tuno: “¡que nos repita la suerte!” Sintiéndose Andrés morir del susto en aquella fiesta, murmuró: suertes cual esta no se pueden repetir. Y tomó tal aprensión que le acobardó un capricho: tuvo miendo, más no al bicho sino a la repetición. Linotipos GARCÍA –(15)
Juan de Dios Peza.303 1949 ELOGIO DE “MANOLETE” I LA CITA (1931) ¡Torerillo magro y seco con catorce primaveras!... ¡Ya quieres cortar orejas sin que te alcancen las fuerzas para hundir la toledana en el cuerpo de la fiera!... ¡Ya tienes sueños de gloria! ¡Ya tu ansia no admite espera! ¡Ya está aguardando tu triunfo la pasión de España en fiesta! ................ Y aquel mocito espigado que tantas prisas tuviera por conquistar las sonrisas de la gloria, mujerzuela que a todos brinda promesas pero que a pocos se entrega, logra una novia –la muerteque de continuo le cela… …Y a partir del mismo instante en que ese pacto se sella, ¡surge Manolo Rodríguez, -“Manolete” por más señasen continuo disputar con la novia escogiera!... .............. ¡Ay torerillo en agraz de catorce primaveras! ¡Quién te quitara la novia! ¡Quién evitara ese instante del encuentro en las tinieblas! ¡Torerillo magro y seco con catorce primaveras!... ¡Ya tienes la suerte echada! ¡Ya está la novia en la reja! ¡Ya está la novia esperando… esperando… por si llegas! ¡Ay, Manolito Rodríguez qué suerte la que te espera!... 303
Fiesta Brava. Seminario taurino y de espectáculos. VI época, México, D.F., 13 de marzo de 1949, Nº 112.
II TRIUNFO Y MUERTE (29 de agosto de 1947) “¡Tronco que nunca se mueve!” “¡Ramaje que el viento agita!”… ¡Síntesis breve y heroica del toreo manoletista! Rompiéronse viejos moldes con su famosa divisa: “¡A torear todos los toros, aun aquéllos que no embista!...” ............... Y vino el triunfo grandioso: ¡Triunfo que nadie recuerda haya alcanzado ninguno fe los que usaron coleta!... ¡Treinta años, y todo el mundo pendiente de cuanto hiciera! ¡Treinta años, la cara triste y un blanco mechón de penas! Fue su toreo una liturgia; fue de Séneca su escuela; y fue tanto el señorío de su traza fina y seca, que los más grandes señores, humillando su grandeza, al verlo cruzar la arena por más señor, lo tuvieran… Pero una tarde de agosto, -tarde andaluza de feria“Islero”, toro de Miura, destrozó la estampa austera… ¡Qué horrible hachazo en sus carnes! ¡Qué roja flor en la arena! ¡Qué angustioso aquel instante, aquel hundirse en la niebla!... ¡Qué dolor, Manuel Rodríguez, que aquel pacto se cumpliera! III LLANTO (30 de agosto de 1947) ¡Negro toro!... ¡Negra pena! ¡Negros puñales abiertos que en Linares han matado al mejor de los toreros!...
¡Callen todas las guitarras! ¡Salgan todos los pañuelos que antes pidieron orejas, a pregonar nuestro duelo”… ¡Broten raudales de llanto al revivir el recuerdo del torero más valiente que ha pisado nuestros ruedos!... ¡Allá, la moruna Córdoba, la de terrenos alberos, la de las casitas blancas como palomas en celo, recibe este duro trance que es ejemplar sufrimiento: ¡Lloran niños y mujeres! ¡Lloran mocitas y viejos; y llora el cielo de pena al enterrar al torero! …Y una chavala morena, como escapada de un lienzo del padre de los gitanos, del pintor Julio Romero, al contemplar de la madre el terrible desaliento, llega, y gimiendo le dice: -“No yore usté, se lo ruego… no yore usté… maresita… que Manolo fue muy güeno y por serlo, de seguro tendrá del Señor su premio… No yore usté, señá Angustias: ¡”Manolete” está en el cielo!... Pero la madre no atiende a los divinos consuelos… ¡Y llora con ella Córdoba y con ella el mundo entero!... ¡Que ha muerto Manuel Rodríguez, el mejor de los toreros!... Rafael Andrés.304 1949 EL ESCUDO.
304
Rafael Andrés: Sangre brava. Romances taurinos. Viñetas y capitulares de Luis Chessal. San Luis Potosí, Talleres Gráficos “San Luis”, 1949. 63 p. ils., retrs. , p. 10-23.
A Fermín Rivera. ¡Cómo desgarran tus carnes los toros, Fermín Rivera!... Pero después del embroque en que la Muerte te acecha ¡cómo resurge pujante tu casta brava y torera!... ¡Tal parece que la entraña de donde arranca esa fuerza formáranla duros bloques de canteras de tu tierra!... ¡Quince años llevas regando sangre roja por la arena y aun tienes los mismos bríos de los chavales que empiezan!... ¡Derrochas a pleno sol la voluntad tesonera, espejo de gallardías: ¡Quince años de dura brega envuelto en la fuerte llama de tu capote de seda!... Vivo pregón de tesoros que nuestras minas encierran, dilapidas por el mundo las riquezas que nos quedan: Oro puro es tu valor; plata fina tu paciencia: y es resplandor de los bronces el brillo de tus faenas… Rica amalgama de todo, crisol que todo lo emplea, lleva tu pecho un escudo de maravillosa fuerza que te hace salir triunfante en los peligros que acechan: los hijos que por ti rezan y la mujer que te espera!... ................ Con ese escudo inviolable no habrá cornada certera… Con ese escudo ya tienes de vida la prenda cierta… ¡aunque broten rojas flores de tus arterias abiertas!... ¡aunque desgarren los toros Tus carnes, Fermín Rivera! Rafael Andrés.305 1949 305
Op. Cit., p. 34-38.
CULPABLE ANHELO A don Agustín Millares1 Minotauro del sueño, monstruo ardiente, de compactas tinieblas construido, tu laberinto guardas como un nido de funerales ramas, febriscente. Se te ensombrece con la luz la frente y en el sollozo escondes el bramido. ¿Eres ausencia, eres memoria, olvido? ¿Eres memoria del olvido ausente? Hollar te siento mi ansiedad, mi duda: quisiera huir y en tu razón se escuda esta pasión que a desvelarte avanza. Minotauro del sueño, acorta el vuelo y muéstrame la orilla de tu cielo o de una vez destruye mi esperanza. Juan Rejano, Noche adentro, 1949.306 Ca. 1950 ARMILLITA No eres sismo y estatua porque la estatua es fría, y el sismo es conmoción. Eres el justo medio, la armonía, la belleza inmortal del Partenón. Eres serenidad, sabiduría y arte a la vez, gloriosa conjunción de la forma y el fondo, geometría de los soles de una constelación. No eres, trueno, borrasca ni centella, eres mudo joyel, como la estrella, no eres lumbre, pero eres claridad. No arrastras por que no eres torbellino. eres el colosal crestón Andino -donde se rompe en luz la tempestad!307 Horacio Zúñiga, poeta de Toluca, estado de México. 306
Noche adentro de publicó en México en 1949 y ha sido recogido en España en La mirada del hombre (Estudio preliminar de Aurora de Albornoz) y reeditado por la editorial Anthropos en 1988. Agradecemos esta valiosa información proporcionada por Lorenzo Molina Mangas (9 de julio de 2009), propietario de la librería Juan Rejano de Puente Genil (Córdoba). 307 Mariano A. Rodríguez: Armillita El Maestro..., op. cit., p. 110.
1950 ¡TORERO INMENSO, LIDIADOR PROFUNDO! (Poema dedicado a Fermín Espinosa y a Rafael Rodríguez) Para Fermín Espinosa. ¡Torero inmenso, lidiador profundo! ¡Portento sin igual dentro del ruedo! Plenitud de arte, poder y denuedo, tus hazañas triunfaron por el mundo. Tu historial es un éxito rotundo, tu corazón jamás conoció el miedo, pudiendo propalarse, fuerte y quedo, de tu manantial el saber profundo. ¡As de ases, Maestro de Maestros! Por cinco lustros mantuviste enhiesto el cetro de primate entre los nuestros y en plazas extranjeras, por supuesto. Si la envidia lanzó boicot punible, España te admiró como invencible. Para Rafael Rodríguez.
Para Rafael Rodríguez
De la fiesta bella, de la fiesta brava, de la que otro tiempo fuera la más amplia, sólo va quedando dulce remembranza. Del toro bravío, del toro pujante que al público entero asombro causara; del torero serio, del torero sabio con cuya sapiencia al toro burlara, conservando siempre postura gallarda, desde las verónicas hasta la estocada, desgraciadamente ya no queda nada. El día tres de abril del año pasado, seguido por otro de su mismo temple, el Grande Maestro de la Tauromaquia, aquel que llenara con sus arrogancias un cuarto de siglo de enormes hazañas, dejó para siempre los circos taurinos, quedando por ello siempre vacante el sitial augusto del toreo antiguo, del valor sereno del toreo arrogante, a la nueva escuela va ocupando el sitio esa escuela nueva en donde es distinto todo lo que fuera la más bella fiesta. Del brutal empuje de la astada fiera, ni un remedo leve nos queda siquiera por así exigirlo nuestra nueva escuela. Pero, sin embargo, contamos de nuevo, de entre muchos otros, con un gran torero de físico endeble, “desinificante”, pero qué torero, qué alma tan grande
De la fiesta bella, de la fiesta brava, de aquella que otora fuera la más amplia, sólo va quedando dulce remembranza. Del toro salvaje, de la fiera airada que por su arrogancia asombro causara; de aquel peón de brega que a una sola mano para sujetarlo corriera al astado; del varilarguero que por sus hazañas públicos y crítica al par alabaran; del banderillero que en forma estatuaria en la misma cara del bruto cuadraba; del torero serio, del torero sabio que con su sapiencia la muerte burlara, conservando siempre figura gallarda, desde las verónicas hasta la estocada… .¡de ese gran conjunto no nos queda nada! El día tres de Abril del cuarenta y nueve, en tarde gloriosa que el recuerdo mueve, el grande Maestro de la Tauromaquia, aquel que llenara con sus arrogancias un cuarto de siglo de enormes hazañas, dejó para siempre los circos taurinos, quedando por ello por siempre vacante el sitial augusto de todo lo antiguo, del valor sereno, del toreo arrogante. Ya la nueva escuela va ocupando el sitio, esa escuela nuestra en donde es distinto todo lo que fuera la más bella fiesta. Del brutal empuje de la astada fiera,
de Rafael Rodríguez, el de Aguascalientes. De esa tierra bella, de esa tierra santa, cuna de poetas, músicos y héroes, ha nacido ahora esta gloria nueva de la Tauromaquia y de aquella Tierra. Unos cuantos meses han sido bastantes para que Rodríguez, el de Aguascalientes, finque su prestigio entre los valientes, entre los TOREROS, entre los gigantes. Sólo Juan Belmonte y Carmelo Pérez pueden semejarlo en sus arrogancias, en su torerismo y bravas hazañas, que llenan las plazas con gran entusiasmo de gentes que acuden para ovacionarlo, para sufrir hondo con sus arrebatos y después del triunfo sentir un descanso. Esta nueva gloria de la tauromaquia, de físico endeble, “desinificante”, nacido en la tierra de heroísmo y arte, -¡qué Dios lo permita, que Dios lo proteja”de esta nueva era de la bella fiesta, será sin disputa la nota saliente. ¡QUE VIVA RODRÍGUEZ, EL DE AGUASCALIENTES!308 El-hombre-que-no-cree-en-nada.
ni un remedo leve nos queda siquiera por así exigido nuestra nueva escuela. Pero, sin embargo, contamos de nuevo, de entre muchos otros, con un gran torero. De físico endeble, “desinfectante”, ¡pero qué torero, que alma tan grande de Rafael Rodríguez de Aguascalientes! De esa tierra bella, de esa tierra santa, cuna de poetas, músicos y héroes, ha nacido ahora esa gloria nueva de la tauromaquia y de aquella tierra. Unos cuantos meses han sido bastantes para que Rodríguez el de Aguascalientes finque su prestigio entre los valientes, entre los TOREROS, entre los gigantes. Sólo Juan Belmonte y Carmelo Pérez pueden igualarlo en sus arrogancias, en su torerismo y bravas hazañas, que llenan las plazas con gran entusiasmo de gentes que acuden para ovacionarlo, para sugrir hondo con sus arrebatos y después del triunfo sentir un descanso esta nueva gloria de la tauromaquia, de físico endeble, “desinificante”, nacido en la tierra de heroísmo y arte, ¡Qué Dios lo permita, que Dios lo proteja! desta nueva era de la bella fiesta, será, sin disputa, la nota saliente, ¡QUE VIVA RODRÍGUEZ EL DE AGUASCALIENTES!309
Para Rafael Rodríguez. De la fiesta bella, de la fiesta brava, de la que otro tiempo fuera la más amplia, sólo va quedando dulce remembranza. Del toro bravío, del toro pujante que al público entero asombro causara; del torero serio, del torero sabio con cuya sapiencia al toro burlara, conservando siempre postura gallarda, desde las verónicas hasta la estocada, desgraciadamente ya no queda nada. El día tres de abril del año pasado, seguido por otro de su mismo temple, 308
La Lidia de México. 2ª época. Nº 295. Febrero 3 de 1950, p. 26-27. Jesús Antonio de la Torre Rangel: Aguascalientes 1900: toros y sociedad y otros escritos taurinos. Aguascalientes, Instituto Cultural de Aguascalientes, 2008. 156 p., p. 110-2. Originalmente, fue publicado este trabajo poético en “Algo sobre poesía taurina”, en México en la Cultura, suplemento de Novedades, México, 23 de abril de 1972, y anteriormente como ya quedó visto, en 1942. Se puede concluir que, entre las versiones de estos dos años -1942 y 1972-, hubo al paso del tiempo, diversas modificaciones e incremento en algunos nuevos versos, de ahí que fuera conveniente confrontar ambos apuntes para una más clara y conveniente lectura. 309
el Grande Maestro de la Tauromaquia, aquel que llenara con sus arrogancias un cuarto de siglo de enormes hazañas, dejó para siempre los circos taurinos, quedando por ello siempre vacante el sitial augusto del toreo antiguo, del valor sereno del toreo arrogante, a la nueva escuela va ocupando el sitio esa escuela nueva en donde es distinto todo lo que fuera la más bella fiesta. Del brutal empuje de la astada fiera, ni un remedo leve nos queda siquiera por así exigirlo nuestra nueva escuela. Pero, sin embargo, contamos de nuevo, de entre muchos otros, con un gran torero de físico endeble, “desinificante”, pero qué torero, qué alma tan grande de Rafael Rodríguez, el de Aguascalientes. De esa tierra bella, de esa tierra santa, cuna de poetas, músicos y héroes, ha nacido ahora esta gloria nueva de la Tauromaquia y de aquella Tierra. Unos cuantos meses han sido bastantes para que Rodríguez, el de Aguascalientes, finque su prestigio entre los valientes, entre los TOREROS, entre los gigantes. Sólo Juan Belmonte y Carmelo Pérez pueden semejarlo en sus arrogancias, en su torerismo y bravas hazañas, que llenan las plazas con gran entusiasmo de gentes que acuden para ovacionarlo, para sufrir hondo con sus arrebatos y después del triunfo sentir un descanso. Esta nueva gloria de la tauromaquia, de físico endeble, “desinificante”, nacido en la tierra de heroísmo y arte, -¡qué Dios lo permita, que Dios lo proteja”de esta nueva era de la bella fiesta, será sin disputa la nota saliente. ¡QUE VIVA RODRÍGUEZ, EL DE AGUASCALIENTES!310 El-hombre-que-no-cree-en-nada. 1950 Yo ví un tipo contrahecho... Yo ví un tipo contrahecho y enfiebrado de valor, torear con todo el pecho y no ví a un tipo mejor. 310
La Lidia de México. 2ª época. Nº 295. Febrero 3 de 1950, p. 26-27.
Y ví una lenta tristeza, Manuel de mi corazón, torear como quien reza, que el toreo es oración. Ambos por igual destino, de humilde cuna los dos. Uno sigue su camino, otro el camino de Dios. Y aunque a ti mismo te asombren aquel Juan y aquel Manuel, tú eres torero, eres hombre, y no te falta ni el nombre, que te llamas Rafael. Pedro Garfias.311 1950 ORACIÓN (Fragmento) Un día el valor de los hombres se hizo sangre y surgió el torero... Y moriste con muerte risueña, con la sangre en la mano que no tiembla, con el muslo rasgado, el vientre abierto el corazón temblando (porque tiembla) y el pensamiento dirigido, suelto, a un terror pavoroso de cuernos y luceros. Así naciste. Así creciste, así moriste, Carnicerito Mexicano, carne y sangre de México. ...Entre los grandes muertos, en el fiel paraíso de los toros duermes en paz. ¡Descansa en ella! Ya sin traje de luces. ¡Descansa en paz! Ya sin los ojos abiertos al peligro. ¡Descansa en paz! Cumplido ya tu viaje. ¡Descansa en paz!312 Ramón del Parral. 311
Miguel Luna Parra y Federico Garibay Anaya: México se viste de luces. Un recorrido histórico por el territorio taurino de nuestro país. Guadalajara, Jalisco, El Informador, Ágata Editores, 2001.232 p. Ils., fots., facs., maps., p. 27-28. 312 Casillas: Carnicerito de México..., op. cit., p. 70.
Ca. 1950 Granada Granada tierra soñada por mi mi cantar se vuelve gitano cuando es para ti. Mi cantar hecho de fantasía mi cantar flor de melancolía que yo te vengo a dar. Granada tierra ensangrentada en tardes de toros Mujer que conserva el embrujo de los ojos moros. de sueño rebelde y gitano cubierto de flores y beso tu boca de grana jugosa manzana que me habla de amores.. Granada manola cantada en coplas preciosas no tengo otra cosa que darte que un ramo de rosas. De rosas de suave fragancia que le dieran marco a la Virgen morena. Granada tu tierra esta llena de lindas mujeres de sangre y de sol. De rosas de suave fragancia que le dieran marco a la Virgen morena. Granada tu tierra esta llena de lindas mujeres de sangre y de sol. VALENCIA MÍA
Copla, coplera... ¡Copla valenciana! Valencia mía jardín de España, quiero los aromas de tus jazmineros para mi canción. Valencia, que yo soñara, yo no sé que tiene de tibia y de clara la luz de tu sol... Valencia linda de los naranjos, pétalo que cubre de sangre y de seda mi pueblo español. Valencia mía que yo soñara, yo no sé que tiene de tibia y de clara, de clara y de tibia la luz de tu sol, por eso en tus labios hay agua de azúcar, tienes la leyenda de los romanceros, por eso en tus ojos, ojos valencianos, tiemblan dos luceros, que son dos tiranos, ojos hechiceros, ojos valencianos. Valencia mía, que yo soñara, yo no sé que tiene de tibia y de clara, de clara y de tibia la luz de tu Sol. VALENCIA... ¡VALENCIA MIA! Cuerdas de mi guitarra Cuerdas de mi guitarra que en dulces ayes sonando van, lloren que cuando lloran también mis ojos llorando están. Canta guitarrica de mi vida que al oír tus dulces notas, muero de alegría. Sol de mi cielo andaluz, es la copla que canto yo. Sol de mi cielo español, sangre brava en mi corazón. Canta guitarra por mí, por mi raza cañí, canta tú, tú, tu que sabes cantar, tú que sabes llorar por mí. Canta guitarra por mí, por mi raza cañí, canta tú, tú, tu que sabes cantar, tú que sabes llorar por mí. ESPAÑOLERÍAS Patio que huele a noviazgo, a coplas y a rosas y a flores de azahar, la noche es capa española que con su negrura te supo embozar. Patio que huele a noviazgo, a coplas y a rosas y a flores de azahar, la noche es capa española que con su negrura te supo embozar. Como un clavel que revienta tu boca sangrienta un beso me dio, y en ese beso quedaron la noche, las coplas, las rosas y yo. Tras de las rejas de encajes los tiestos y flores pudieron oír lo que en un majo suspiro, suspiro del alma te quiso decir
Repicar de castañuelas que el patio gitano de fiesta llenó, beso que ha sido el más mío aquél que tu boca temblando me dio. Algo que fue más que un beso, algo que es más que besar. Beso que dejó en mi vida guitarras y coplas y flores de azahar. Repicar de castañuelas que el patio gitano de fiesta llenó, beso que ha sido el más mío aquél que tu boca temblando me dio. Algo que fue más que un beso, algo que es más que besar. Beso que dejó en mi vida guitarras y coplas y flores de azahar. VALENCIA Copla, coplero, copla valenciana, la copla que tiene tañer de campana. Bañan tus naranjos las ondas del Júcar por eso en tus besos hay agua de azúcar, tienes la leyenda de los romanceros. Por eso en tus ojos, ojos valencianos tiemblan dos luceros que son dos tiranos ojos hechiceros, ojos valencianos. Valencia mía jardín de España, quiero los aromas de tus jazmineros para mi canción. Valencia linda que yo soñara yo no sé que tiene de tibia y de rara la luz de tu sol. Valencia mía de los olivos pétalo que cubre de sangre y de seda mi suelo español, Valencia mía que yo soñara yo no sé que tiene de tibia y de rara de rara y de tibia la luz de tu sol. CLAVEL SEVILLANO Un clavel sevillano prendió en sus trenzas despertando una fiebre de ansias inmensas. Un clavel encarnado como una flama que incendiara sus ojos de sevillana. En su frente divina de tez morena temblaron sus cabellos de nazarena. Y todos los luceros se iluminaron con la luz que a sus ojos arrebataron. Clavel sevillano tan fresco y tan lindo tu sangre manchara el mar rojo guindo. Clavel que supiste sus ansias de amores clavel que envidiaron toditas las flores.
SILVERIO PEREZ (PASODOBLE) Mirando torear a Silverio Me ha salido de muy hondo Lo gitano de un cantar. Con la garganta sequita Muy sequita la garganta Seca de tanto gritar. Silverio, Silverio Pérez, diamante del redondel, Tormento de las mujeres A ver quien puede con el. Mirando torear a Silverio, etc. Silverio, torero estrella, El príncipe milagro, De la fiesta más bella. Carmelo que esta en el cielo, Se asoma a verte torear... Silverio, torero estrella, etc. Monarca del "trincherazo" Torero, torerazo... Azteca y Español, Silverio, cuando toreas, No cambio por un trono Mi barrera de sol... FERMÍN Por su temple y su valor y por su arte verdadero todos dicen que Armillita es un maestro de cuerpo entero. Ídolo de la afición por el arte y el embrujo, con su capote de lujo la tierra hispana lo consagró. En un pase de Fermín se ha enredado una chiquilla, esa chiquilla es Sevilla, Armilla, Armilla. Pinturero del mandil, torerazo maravilla que domina con postín, eres amo y señor de la fiesta cañí: ¡olé! En un pase de Fermín se ha enredado una chiquilla, esa chiquilla es Sevilla, Armilla, Armilla. Pinturero del mandil, torerazo maravilla que domina con postín, eres amo y señor de la fiesta cañí: olé. NOVILLERO Un domingo en la tarde
Se tiro al ruedo. Para calmar sus ansias De novillero. Torero valiente Despliega el capote sin miedo Sin miedo a la muerte. La Virgen te cuida Te cubre en su manto que es santo Mantón de Manila. Muchacho te arrimas Lo mismo en un quite gallardo Que en las banderillas. Torero Quien sabe Si el precio del triunfo lo pague Tu vida o tu sangre. Por todas las letras: Agustín Lara. 1951
En 1951 apareció por primera vez ¿Águila o sol?313 de Octavio Paz. De hecho, más adelante, cuando el lector tenga oportunidad de llegar al año 1975, verá la forma en como José María de Cossío se ocupa de esta misma obra, ateniéndome al año en que el tratadista español publicó su célebre enciclopedia de LOS TOROS. Sin embargo, en una lectura detenida a esta obra, encuentro otra serie de citas que escaparon a la vista del citado autor, por lo que me parece oportuno recogerlas aquí, tratando, en lo posible, de no mostrar un trabajo fraccionado. En aquella parte se ignoran los siguientes pasajes: (...) se presentan Tedevoro y Tevomito, Tli, Mundoinmundo, Carnaza, Carroña y Escarnio. Ninguno y los otros, que son mil y nadie, un minuto y jamás. Finjo no verlos y sigo mi trabajo, la conversación un instante suspendida, las sumas y las restas, la vida cotidiana. Secreta y activamente me ocupo de ellos. La nube preñada de palabras viene, dócil y sombría, a suspenderse sobre mi cabeza, balanceándose, mugiendo como un animal herido. Hundo la mano en ese saco caliginoso y extraigo lo que encuentro: un cuerno astillado, un rayo enmohecido, un hueso modo. Con esos trastos me defiendo, apaleo a los visitantes, corto orejas, combato a brazo partido largas horas de silencio al raso (...)314
ya en ¿Águila o sol?, se registra otro desbordamiento del poeta aludiendo el tema taurino. Precisamente lo encontramos en la parte conocida como “La Higuera”: ¡Leer mi destino en las líneas de la palma de una hoja de higuera! Te prometo luchas y un gran combate solitario contra un ser sin cuerpo. Te prometo una tarde de toros y una cornada y una 313
Octavio Paz: ¿Águila o sol? Portada e ilustraciones de Rufino Tamayo. México, 3º reimpr. Fondo de cultura económica, 2003. 102 p. Ils. (Colección popular, 123). 314 Op. Cit., p. 15-16. Este primer material, corresponde a “Trabajos del poeta”, obra de 1949.
ovación. (...)315 1951 Mármol en que Tancredillo… Ese toro que ataca a don Tancredo, no ha visto “Don Juan Tenorio”. Porque de haberlo visto, a don Tancredo hubiera recitado: Mármol en que Tancredillo, en cuerpo sin alma existe, este toro no te embiste porque es otro marmolillo.316 Álvaro de Albornoz, Jr. 1951 ROMANCE DE “JOSELILLO” Su sangre quiso la gloria de florecer en la arena y ya no se resignaba a seguir oscura, presa entre las mallas sutiles de la red de sus arterias. Y llamó a su corazón que abrió a la muerte sus puertas cuando el sol de la fortuna le colmaba de promesas. “Joselillo”: la balanza de las dos plazas toreras esperaba los quilates tuyos. Donde tú estuvieras con tu valor y tu arte cedería la bandeja, redondel con todo el peso de tu graciosa presencia. No pudo ser. Dos pupilas serán para siempre ciegas la “México” y “El Toreo” te llorarán con tristeza un largo llanto de públicos negros cual lágrimas negras que rodarán por las tristes mejillas de nuestra tierra. El niño que perdió España fue ganado por América, hasta que en trágica tarde, hecho un hombre lo perdiera. 315 316
Ibidem., p. 82. ¿Águila o sol?, es una obra escrita entre 1949 y 1950. Álvaro de Albornoz, Jr.: Revoleras. México, ediciones “Estela”, 1951. 192 p., p. 57.
¡Qué honda la plaza de México! ¡Qué profundas sus arenas! Nunca vi abismo más negro ni embudo que así sirviera para trasegar con sangre tanta hiel de amarga pena, Murió en pleno mediodía el astro que en su carrera sólo con luces de aurora iluminara la fiesta. “Joselillo”: los volcanes no dejan ver que te elevas. Blanco es tu vuelo, tan blanco como sus nieves perpetuas. Manuel Altolaguirre (De “Excelsior”).317 1951 EL TORO DE LIDIA Del verde pasto a la arena, de la dehesa a la plaza. Primero un túnel muy largo donde las sombras se alargan. ¡Ay, ojos acostumbrados a pasear las distancias! Después un deslumbramiento... Rodeado de gente extraña quedó ciego. ¿Quién no es ciego? ¿Quién sabe por dónde anda? Antes, un poquito antes, de que la pena lo mate, lo matan. El toro no era tan manso. Allá donde el cielo crece, donde el silencio es espeso y la soledad agreste, donde el sol pasea el lujo del oro de sus caireles, contra la cerca celeste, contra la cerca y el árbol peleó como valiente. Porque no era manso el toro. Era tímido. Le daba miedo la gente. Pedro Garfias.318
317
El Ruedo de México. Año VIII, Nº 49, México, D.F., 18 de octubre de 1951.
1951 SONETO A MIGUEL ÁNGEL Torero de verdad, de cuerpo entero, de casta de valor y compostura; esbelta realidad es tu figura que florece en el arte verdadero. Torero de verdad, no es lisonjero decirte lo que vale y lo que dura la emoción del pincel y la pintura donde queda tu cuerpo prisionero. Hombre en el toro, juego consumado por la bestia que libras en la suerte con la ciencia y virtud de enamorado. Y sale ileso tu cuerpo del astado que aguanta la embestida de la muerte en un festín de gloria coronado. José Cárdenas Peña.319 1952 ¡JOSÉ MARÍA MARTORELL! Vaya torero José María Cómo derrocha la valentía. Oro fundido, néctar y miel olé las manos de Martorell. Llevan las niñas bonitas en las barreras, los corazones tan alto como banderas. Y le aplauden la Virgen guadalupana tras el raso celeste de su ventana.
318
El toro de lidia se publicó inicialmente en el semanario taurino Claridades de México, en los años 1951 y 1952. 319 El Ruedo de México. Año VIII, N° 42. México, 30 de agosto de 1951.
Del lucero más alto corta un cairel para la chaquetilla de Martorell. José María Martorell, ¡oye! taurino de España. El Capitán Don Gonzalo le dio su espada de plata. Abderramán la grandeza de su Mezquita encantada, y Séneca la prudencia la seriedá y la templanza. Arte le dio Lagartijo, el Guerra le dio pujanza, y su cuna se meció entre olivares y albahacas bajo el palio de zafiro de Córdoba la Sultana. El manto de los Califas desciende por sus espaldas cuando se ciñe el capote para salir a la plaza. Y al plantarse en el ruedo citando al toro es un alma de raso bordada en oro. Tiene su muñeca un temple tan suave, seguro y fiel, que el toro va tras el paño sin poder rozar en él. No requiere filigranas el toreo de Martorell: diamante montao al aire para que se luzca bien, lleva en sus muchos quilates y en su calidá, la ley. Y qué modo de matar después de citar en corto para dejar en la cruz una estocada hasta el pomo. Suena en la plaza un rugido y el público, medio loco, se vuelca sobre la arena para llevárselo en hombros.
Y le aplaude la Virgen Guadalupana tras el raso celeste de su ventana. Ha mandao a su coro de querubines que corte las estrellas de sus jardines que traigan una alfombra de terciopelo. No quiero que mi niño pise en el suelo. Vaya torero José Marí.a Cómo derrocha la valentía oro fundido, néctar y miel. Olé las manos de Martorell. Juan Viudes.320 1954 CORRIDO DEDICADO A LOS SEÑORES DOCTORES JOSÉ ROJO DE LA VEGA Y JAVIER IBARRA A los veinticinco años de salvar vidas. Voy haciendo mi recuerdo de que fue el pitón artero de un chorreado toro fiero que las carnes desgarró y saltaron la barrera desde adentro para afuera cuando la ya astada fiera la safena destrozó. Y madres entre sollozos embargadas de dolor, imploraban en silencio: ¡Salvémosle, doctor! Arrebataste a la parca la figura principal lo mismo que al espontáneo un inconsciente chaval 320
El Ruedo de México. Año VIII, Nº 68, México, D.F., 28 de febrero de 1952, p. 9.
y al humilde mulillero y también al monosabio que al modesto novillero, a todos... a todos igual! Las luces del pensamiento despiertan para mirarlos cuando desbridan la herida con acierto y con talento con qué tanto la hemorragia era siempre contenida para que no se les fuera de aquel torero la vida. Tranquilizan corazones con admirable paciencia porque fue la madre ciencia ella les ofrendó esos dones. Y pasaron las fronteras con su gran sabiduría llegó su fama tan lejos que allende el mar se sabía que no hay mejores doctores que los dela patria mía. Hoy todos los celebramos en sus veinticinco años y a Dios todos le pedimos que los preserve de daños, y que saltando barreras salven más vidas toreras desde el tercio a las afueras. Ya les voy diciendo adiós subalternos, matadores, no le hagan mucha confianza a esos marrajos traidores adiestrándose bien en su oficio como estos grandes doctores. Vuela, vuela palomita, descansa en aquel manzano y dile a su mamacita que el torero ya está sano. Ya descanso, palomita, detente en esos potreros, y dile a los caporales, y también a ganaderos, que se esmeren en mandar lo mejor de sus encierros.
Soy del puro Guanajuato, del merito Salamanca, tierra de grandes toreros y de campos de labranza. Pido a todos su perdón soy de escaso pensamiento son palabras que yo siento que salen del corazón. Y mil gracias les doy a ustedes señores del REDONDEL, y a los médicos de plaza una rama de laurel!... JESÚS MUÑOZ. México, D.F., 17 de octubre de 1951. 1956 HUAPANGO TORERO. (Huapango) Mientras que las vaquillas están en el tentadero única y nada más, nada más pa' los toreros, por fuera del redondel, por cierto de piedras hecho, sentado llora un chiquillo, sentado llora en silencio. Con su muletilla enjuga sus lágrimas de torero, con su muletilla enjuga sus lágrimas de torero, La noche cae en silencio las nubes grises se ven a lo lejos se empiezan a acomodar las estrellas en el cielo y rumbo hacia los trigales se ve a un chiquillo que va resuelto; él quiere matar a un toro su vida pone por precio. Silencio...los caporales están durmiendo. Los toros...los toros en los corrales andan inquietos. Un capote en la noche a la luz... a la luz de la luna quiere torear... silencio...
De pronto la noche hermosa ha visto algo y está llorando, palomas, palomas blancas vienen del cielo, vienen bajando; mentira si son pañuelos, pañuelos blancos llenos de llanto que caen como blanca escarcha sobre el chiquillo que agonizando... Toro, toro asesino ojala y te lleve el diablo, toro, toro asesino ojala y te lleve el diablo. Silencio...los caporales están llorando. Tomás Méndez321 1956 Los siguientes versos, pertenecientes a una obra teatral (y en especial para ser acompañadas bajo el ritmo de un couplet) fueron rescatados y publicados por Armando de María y Campos en aquel año. Evocan la revista322 Algo más también, que se presentó hacia 1938 en el Teatro Lírico, y cuyas letras cantaba por aquel entonces Paquita Estrada, recordando a Ponciano Díaz como sigue: Qué bonito y qué apacible… Qué bonito y qué apaible era México en silencio, sin motos de mordelones, sin radios con tanto estruendo, sin jjazz band en las cantinas, sin diputados en pleitos; y qué airosa era la fiesta cuando el tendido repleto de gatas y de catrinas de damas y caballeros aclamaban a Ponciano, nuestro inolvidable diestro, cuando montado a caballo y en peligrosos requiebros colgaba las banderillas a bravos toros de Atenco (……….) Ascensiones peligrosas en que arriesgaba el pellejo don Joaquín de la Cantolla que fue el precursos de Fierro
321
http://www.micancionero.com/canciones/huapango_torero.php La revista era un concepto de escala menor que recogía y hacía suyo el teatro, elaborada con textos de fácil manejo, utilizando para ello los temas de actualidad. 322
(………)323 1956 Los siguientes versos son de la hechuca de Pedro Domínguez “Dominguín mexicano”, matador de toros, de quien tengo elaborado un breve perfil biográfico: DOMÍNGUEZ, Pedro, Dominguín mexicano: Matador de toros. Nació en Chihuahua el 14 de mayo de 1892. En sus principios, aprendió el oficio de tipógrafo. Para 1910 se une a una cuadrilla juvenil chihuahuense, la cual se presenta en la propia capital del estado el 31 de octubre de 1911 –en plena revolución mexicana-, esto con toros de Bachimba. Como alternante iba el futuro diestro José Ramírez Gaonita. Tiempo más tarde se estableció en Monterrey, con lo que sus afanes continuaban entre contratos y percances, como el que recibió en Puebla, donde un toro de la “Caldera”, le echó fuera los intestinos. En la primera corrida de la temporada 1925 en la ciudad de México, Domínguez salió de sobresaliente con Juan Silveti y “Joseíto” de Málaga y como ambos entraron a la enfermería imposibilitados para seguir la lidia, “Dominguín” se encargó de despachar dos toros de San Diego de los Padres y aunque sin gran lucimiento, lo hizo pronto y no aburrió.
Al respecto, Sergio Mario Amézquita Puentes anota: Un último pase. Pedro Domínguez “Dominguín mexicano”, es el autor de un poema dedicado a Juan Silveti Mañón. Ahijado de alternativa, Domínguez, avecindado en la ciudad de Monterrey, se expresó así de su padrino a unos cuantos días de la muerte de Silveti (ocurrida el 11 de septiembre de 1956): Mi padrino alentaba un corazón así de grande que no le cabía en el pecho. Además de ser una 323
Armando de María y Campos, El Teatro de Género Chico en la Revolución Mexicana. México, Biblioteca del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 439 p., p. 379.
figura extraordinaria en el toreo, era un hombre nacido para las grandes causas humanas; su caridad silenciosa y su corazón de oro brillaron intensamente en las tinieblas de los infortunados. A él debo mis caminos, y para él he escrito una estrofa humilde: Indio gigante, corazón de acero… Indio gigante, corazón de acero, Con tu valor al bruto dominaste, aunque a veces tu sangre fue reguero como ofrenda a la fiesta apasionante. Ante el toro tu arrojo y tu valor siempre obtuvo los aplausos soberanos cuando irradiaba el sol en su esplendor llevando orejas y rabo entre tus manos. Guanajuato te llora en este día en que Dios te elevó para su gloria, tuviste un corazón, amor, filantropía y vivirás eterno ante la historia. Supiste a cada pueblo conquistar, con tu arrojo, tu bravura y tu denuedo y en las plazas tu nombre han de grabar: aquí estuvo un torero: Juan sin miedo. Con el alma destrozada de emoción, yo te ofrendo mi lira mis amores, y las flores de todo Nuevo León, te enviamos tus amigos donde mores. México llora tu ausencia, tu partida, pues comprende la vida transitoria, más Juan Silveti para siempre anida en Monterrey burilado en su memoria. Pedro Domínguez.324 1957 DESPEDIDA DE SILVETI (Toque de clarín) De luto está Guanajuato Silveti se ha despedido, se fue aquel bravo jabato de la afición tan querido. “Juan sin miedo” le llamaban por su arrojo temerario, y los que ayer lo aclamaban 324
Sergio Mario Amézquita Puentes, Los pilares de la dinastía Silveti. Nuevo León, Universidad Autónoma de Nuevo León, 2019. 401 p. Ils., fots., 267-8.
le están rezando un rosario. ¡Ay, ay, Juan, tu despedida fue triste, y en la puerta de cuadrillas hay luto porque te fuiste! El “Tigre de Guanajuato” dio a la muerte dos de pecho, mas fue fatal su arrebato y solo lo halló la muerte. ¡Ay, ay, Juan, tu despedida fue triste, y en la puerta de cuadrillas hay luto porque te fuiste! No cortarás más orejas no nos darás más asombros, mas la memoria nos dejas de tus salidas en hombros. Las plazas se ensombrecieron cuando Silveti moría; los que toreando lo vieron lo recuerdan todavía. ¡Ay, ay, Juan, tu despedida fue triste, y en la puerta de cuadrillas hay luto porque te fuiste. Hoy habrá fiesta en el cielo con la música divina, para ver a “Juan sin miedo” van los ángeles en fila. Y allá frente al Juez Supremo sin cuadrillas y sin montera, sé que llegó Juan, sereno para que lo recibiera... ¡Ay, ay, Juan, tu despedida fue triste, y en la puerta de cuadrillas hay luto porque te fuiste. Autores: Ricardo Jiménez Sánchez Anselmo Castro Cabada325 1957 325
Reseña. Deportes y toros. Nº 9, México, D.F., 27 de febrero de 1957.
EL CHARRO Novia de azules ojos en espera paciente, la tarde se reclina sobre el balcón dorado del Poniente. La plaza es una hoguera donde el gozo que inflama los tendidos crepita y reverbera. Son los gritos aislados, estallidos, serpentinas de luz, las carcajadas, copas de sol los múltiples embozos, chispazos quemadores las miradas, ardidas oriflamas los rebozos... ¡Y en su palco, risueñas y lozanas, son las Chinas Poblanas, estremecidas por los mil rumores del jocundo jaleo, manojo de banderas tricolores por sobre el incendiado jaripeo! El clarín con su cántico sonoro entrega a la locura de los vientos invaluable caudal de notas de oro. Por sombra y sol pulula un alarido jubiloso: ¡es el alma de mi raza que sube al cielo, ardida por sus fuegos, desde el anillo inmenso de la plaza! Jinete es un fogoso corcel de finos remos y pelaje lustroso, salta a la arena el Charro. Forma con el corcel un grupo bizarro lleno de gracia y fuerza, de colorido y vida. Luce el ancho sombrero galoneado, la corbata en carmines empapada; la chaqueta de cuero alamarada, pantalón ajustado de ancho aletón con oro recamado; al cinto, bien ceñida, una pistola de acerado brillo; del anca del caballo, un arco iris deslumbrante: el Sarape de Saltillo; en el sombrero, sol de lentejuelas, y tintinantes y al talón prendidos dos luceros de plata: las espuelas. Tal cual recorre el ruedo a galope tendido, rememora
mitológico ser de otras edades que a la mesa de Anáhuac llega otrora atropellando razas y vestigios, Apolo en el Pegaso tras la Aurora o centauro perdido entre los siglos. Gobernando la rienda con la mano izquierda, para al bruto sentándolo en los remos traseros, y desata el oficio tenaz de la reata de Cabinda, que luego es en su diestra un ondulante lazo de oro, cuyo abrazo disminuye o dilata, como fakir fantástico que muestra a una dócil serpiente hecha de fuego sobre la alfombra gris de la palestra. ¡El Charro está bordando su floreo tal como si liara con su reata el fragante florón del Jaripeo! De los toriles de la plaza sale cornúpeta veloz de fina estampa que fuga, cual si fuese por la pampa. Veloz arranca el Charro al nervioso corcel, juega el donaire de su lazo, en el aire, y persiguiendo al fugitivo bruto le larga la mangana, gira al caballo en un cambio de frente, se amarra a la cabeza de la silla y tira de él, potente; rueda en la arena el toro, entre el aplauso que levanta el coro y entre el júbilo intenso de la Diana; y rueda el sol por el azul tapete, ¡como si fuese una montaña de oro apostada al albur de la mangana! Sustituye al astado en la arena del circo, un potro bronco que huye desesperado y sigue a escape el círculo del coso queriendo hallar el término a su fuga, sin entender el brioso potranco, que es el círculo en que gira imagen de lo eterno, que no tiene ni principio ni fin. El charro viene a pie hacia él, se afianza de las crines y siguiendo sus ímpetus, de un salto le monta. El potro enarca su cuerpo y se encabrita
e intenta liberarse del osado que en su lomo gravita hasta que al fin, cansado, depone su fiereza y el Charro baja de él como un Monarca dominador de la Naturaleza. Toca a su fin la fiesta bajo la pompa de oro de la siesta. El corazón, como ánfora insaciable, se ha llenado de música y loores, de luz y de colores, de gozo y gallardías; y un optimismo amable nos presta las hombrías del jaripeo nacional, y gritan a nuestra fe, las voces de la sangre: ¡México es una plaza entre el Sajón tendida y el Latino, donde el Charro, que es alma de la raza, doma al potro salvaje del destino.326 Gregorio de Gante. 1957 PIROPOS AL REBOZO Bien mereces, rebozo, que te festejen con sus estallidos fugaces, los cohetes de mi gozo; bien mereces, rebozo, la caricia de las manos que son nuestra delicia; que te besen las bocas que a nosotros nos besan, en las locas horas de la ilusión; y que te miren los ojos que nos miran; y que presos, prisioneros de amor entre tu lazo, queden nuestros cariños, para arderte con el ansioso fuego de los besos y a la eléctrica chispa del abrazo. Bien mereces, rebozo, que hilen tu urdimbre nuestras patrias ruecas, que te adornen nativas amapolas y que te arrullen, brava o dulcemente, las notas de “La Marcha Zacatecas” o del mestizo vals “Sobre las Olas”. Mereces que te extienda sobre el manto imperial de mi canto y en la prosaica era que nos tocó vivir, de sino adverso, 326
Libro de oro de la poesía mexicana. T. II. México, Libro Méx Editores, S. de R.L., 1957., p. 334-337.
te alce, izado en el asta de mi verso como triunfal bandera! Rebozo sin rival de Tenancingo, rebozo negriazul de Tulancingo; rebozo Queretano de la reata de lazar hermano; verde rebozo de Santa María, que copias el color de los nopales y autóctonos maizales; rebozo oaxaqueño, oloroso a mezcal tlacululeño; rebozo moteado, palomo o granizado de Puebla, que recuerdas al camote y al mole peculiar de guajolote; rebozo de hilo o seda, rojo como la flor del organillo, que pasas por el hueco de un anillo, rebozo mexicano cuya punta a las caderas femeniles se unta como a las aras del altar, querido rebozo de mi Patria, que guardas la tibieza confortante de la tortilla y de la barbacoa, mereces que te entone yo un “corrido”, o te escriba una loa. Porque eres un discreto confidente en idílicos trances de mi gente; y en las horas románticas y bellas de las declaraciones amorosas, ocultas el rubor de las doncellas pueblerinas, y sabes muchas cosas del “te quiero” y “te adoro”, tantas, que en los dibujos complicados de tus flecos, se quedan enredados suspiros y miradas, besos que no son dados y palabras de amor no pronunciadas. Porque en ti se han mecido los sueños infantiles de mi raza, cuando como en un nido trémulo de ternuras y de gozo, la mujer de mi pueblo a su vástago envuelve en el rebozo, ata sus puntas junto de la falda y se entrega feliz a las faenas con su carga de amor sobre la espalda. Porque pasas por ferias y mercados rebozo mandadero,
queriendo atesorar al mundo entero; porque enjugas los lloros desolados de las anónimas tribulaciones y eres paño de lágrimas de humildes y sencillos corazones; porque, hecho mortaja, cubres el cuerpo inerte de tu dueña que, en instantes postreros, soñó hallarte en la Gloria. ¿Qué es su cielo prometido, sino negro rebozo con notas de luceros? Rebozo que visitas los salones entre pieles y abrigos y mantones; insurrecto rebozo de bolita, que arropaste el amor de “La Norteña” y de “La Valentina” y “La Adelita”; rebozo popular que en las verbenas te olvidas de las penas y eres, entre la algarabía, banderín de los gozos y estandarte triunfal de la alegría, bien vales un “mariachi” michoacano, unas madrugadoras “mañanitas”, una dulce “valona” del Bajío, un “huapango” febril veracruzano y un jocundo “jarabe tapatío”. Bien mereces, rebozo, que en la plaza de toros, encendida como hornaza, donde luces cruzado sobre el pecho de la China Poblana y, tu tronío impera, te brinde, entre la gala chinampera de jubilosa diana, Lino Zamora un par de banderillas, Ponciano Díaz un rudo estoconazo, y Rodolfo Gaona una gaonera, y José Becerril una mangana. Y porque, en la trinchera de luchas libertarias, te transformaste en venda curandera, misericorde y grata, puedes atestiguar la historia entera, donde el valor heroico maravilla, del obscuro “insurgente” de Morelos, del “Chinaco” leal de Zaragoza, patriota sin mancilla, del “cigarro” suriano de Zapata, del “carranclán” del Manco de Celaya y del “dorado” fiel de Pancho Villa.
Porque si no tuviera una águila en su escudo mi bandera, bien merecías, rebozo, ser tomado Como símbolo de la tierra mía, y entre el verde y el rojo te vería abrazando un sombrero galoneado. Rebozo que eres cuna para el niño, cabezal para el sueño, celosía para el amor, dogal para el cariño, venda para el herido, banderola, mortaja y vida, y llanto y alegría, rebozo nacional, tu sombra sola cubre a la Patria mía. y para bien cantarte y para bien loarte mi Musa se ha prendido los listones tricolores, en la trenza sombría, ha vestido el castor multicoloro con los oros del día y se ha cruzado el corazón indígena con el rebozo azul de la poesía.327 Gregorio de Gante. 1957 Amor charro. Un don Pascasio Romero, que gran caudal heredó, a ésta capital llegó, a disfrutar su dinero. allá en su estilo ranchero concibió el extraño plan de buscar, con mucho afán, a una mujer que midiera con reglas de Albeitería, entre las hijas de Adán. A todas cuantas miraba les fijaba la atención, les hacía su aplicación y mil defectos hallaba. Era muy triste, exclamaba mirando a una linda güera, hará pedazos la anquera, en mal pelo ese dorado; Op. cit., p. 340-344. La misma versión aparece en: Estampas de mi tierra. Poemas de (…). Puebla, México, Talleres de la revista “Mignon”, 1949. 104 p. Además en Antología Poética, obras del mismo autor. 327
ninguna se ha logrado, y menos siendo llanera. Esa otra azafranada por alazana es preciosa, pero arisca y quisquillosa y de siniestra mirada. De buena estampa, la blanca, bien amarrada y de rollo, pero tiene anca de polllo medio trascorva y lunanca. En el zócalo me hallaba, tranquilo y entretenido, cuando el crujir de un vestido me causó tal emoción, que me brincó el corazón ¡y hasta solté un relinchido! Pues pasó muy majestuosa por enfrente de mi banca una muy linda potranca tranqueadota y estilosa. Al punto y sin dilación a la cola me pegué, mi pasión le declaré para que al tanto estuviera. Ella, sin hacerme caso, el camperito apuraba, de vez en cuando orejeaba, y más apretaba el paso. Se metió de chiflonazo en un grande abrevadero. Sabiendo su comedero, yo no la perdí de vista, porque soy muy tesonero. Después de andar de estrellero sufriendo mil largas vueltas con recados y respuestas, logré entrar a su potrero. Ella sólo había admitido que el cura, en cabal contrato, nos echara el garabato. Nada pude yo objetar; mi fierro le fue plantado y ya no hubo que esperar…!
Ernesto de Icaza.328 1957 LOA HUMORÍSTICA. ¿Me pedía versos nacionales? Íd a Silveti, el matador de toros bravos y puntales; es él, por méritos cabales el amo de nuestro folklore. Con más arrojo que ninguno, de cualquier juego retozón329 lleva en la bolsa el número uno. es su greñal de Atila330 el huno,331 pero de aquí su corazón. Nadando en plata como un chek, le habla de tú al prócer cognac que visita en Chapultepec; y luego, al tranco, sigue recto332 y oblicuo hasta Mixcoac. Él es el propio tesorero Alfonso de Icaza: Así era aquello…, p. 52-53. Brincar alegremente los animales. 330 Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua en su versión digital: (http://buscon.rae.es/draeI/) (DRAE, por sus siglas y de aquí en adelante): Atila, hombre bárbaro e inhumano. Atila (n. 406 - m. 453) fue el último y más poderoso caudillo de los hunos, tribu procedente probablemente de Asia, aunque sus orígenes exactos son desconocidos. Atila gobernó el mayor imperio europeo de su tiempo, desde el 434 hasta su muerte en 453. Conocido en Occidente como «El azote de Dios». Sus posesiones se extendían desde la Europa Central hasta el Mar Negro, y desde el río Danubio hasta el mar Báltico. Durante su reinado fue uno de los más acérrimos enemigos del Imperio Romano, que en esta etapa final del mismo estaba dividido en dos: El Imperio Oriental con capital en Constantinopla, hoy Estambul, y el Imperio Occidental, con capital en Roma y más tarde en Rávena. Invadió dos veces los Balcanes, estuvo a punto de tomar la ciudad de Roma y llegó a sitiar Constantinopla. Marchó a través de Francia hasta llegar incluso a Orleans, hasta que el general romano Aecio le obligó a retroceder en la batalla de los Campos Cataláunicos en el 451 (Châlons-enChampagne). Logró hacer huir al emperador de Occidente Valentiniano III de su capital, Rávena, en el 452. El imperio de los hunos murió con Atila. Los hunos fueron un pueblo nómada de cazadores y ganaderos. No solían usar la agricultura ni la industria en su organización social, y la escritura era rara vez usada para documentar su historia, por lo que desaparecieron sin dejar ninguna herencia destacada. Lo poco que se sabe de ellos se lo debemos en gran parte a sus mayores enemigos, los romanos. A pesar de todo, Atila se convirtió en una figura legendaria de la historia de Europa, y en gran parte de la Europa Occidental se le recuerda como el paradigma de la crueldad, la destrucción y la rapiña. Algunos historiadores, en cambio, lo han retratado como un rey grande y noble, y tres sagas escandinavas lo incluyen entre sus personajes principales. 331 DRAE: huno, na. (Del lat. Hunnus). 1. adj. Se dice de un pueblo mongoloide, de lengua altaica, que ocupó en el siglo V el territorio que se extiende desde el Volga hasta el Danubio. 2. adj. Se dice de los individuos que componían este pueblo. U. t. c. s. y m. en pl. 3. adj. Perteneciente o relativo a los hunos. 332 Rafael López tuvo que hacer un esfuerzo fuera de lo común, al separar el adjetivo recto en dos partes, sobre todo la primea, con la que buscó rimar Chapultepec con rec, parte primera de la ruptura antes mencionada. 328 329
de su capricho y su boato, que al fin este crudo torero vio cómo saltaba el dinero de las peñas de Guanajuato.333 Alegre va por montes y plan sin ser mayormente un tahúr, después que bulle su alazán,334 con un compadre echa un conquián335 y con tecolote,336 un albur.337 Corvo el acero que chispea en pata de búlique338 y giro y que él amarra en la pelea; corvo el mechón que culebrea bajo la tarde de zafiro. Mechón de sauce babilónico,339 lacio, cincunflejo340 y plural, de cuyo espesor absalónico341 puede sacarse algún lacónico corderillo, aunque no pascual. Él mismo la guitarra suena, 333
Sobre todo cuando se trata de rememorar la influencia de ciertas minas de metales preciosos que abundaron y siguen presentes en aquel espacio geográfico de México. 334 DRAE: alazán, na o alazano, na. (Del ár. hisp. *alaṣháb, y este del ár. clás. aṣhab). 1. adj. Dicho de un color: Más o menos rojo, o muy parecido al de la canela. Hay variedades de este color, como alazán pálido o lavado, claro, dorado o anaranjado, vinoso, tostado, etc. U. t. c. s. 2. adj. Dicho especialmente de un caballo o de una yegua: Que tiene el pelo alazán. U. t. c. s. 335 Juego de cartas formada por 40 piezas. 336 Quizá se refiera a la referencia coloquial que corresponde a describir a un policía. 337 DRAE: m. Méx. y R. Dom. Juego de palabras de doble sentido. 338 El gallo de oro: Silencio Señores / éntrele a la pelea. / El Bulique de Lorenzo Benavides / contra el gallo de oro de San Pedro de la Pasión, hagan sus apuestas. Aquí ésta mi gallo de oro / retador de los valientes. / Al pelear en los palenques / es que tiene que ganar. Yo te juego donde quiera / porque se que no te rajas. / Cuando miran tus navajas / les da por cacaraquear. Es Lorenzo Benavides / para mi el mejor gallero. / Mi cariño por entero / le entregue sin condición. Y al pelear el Gallo de Oro / lo olvido la caponera. / Que se muere donde quiera / a los pies de un espolón. Aquí está mi Gallo de Oro / dispuesto a rifar su suerte. / Al Bulique por valiente / le quite lo pampárron. (N. del A. ¿No será “fanrarrón”?). Aquí ésta mi Gallo de Oro / que ya le a ganado al Giro. / Con quien lo pongan al tiro / rifará su corazón. 339 Se refiere al típico “sauce llorón”, perteneciente a la familia: Salicaceae, cuyos sinónimos son: Salix pendula Moench . El nombre común con el que se le conoce es: Sauce llorón. Lugar de origen: Este de Asia. En cuanto a la etimología: Salix, del latín, mimbre o sauce. Babylonica, alude a Babilonia, en Mesopotamia, zona de donde se le creía nativo. 340 Sic. Debe decir, probablemente: circunflejo, y que se refiere, según el DRAE al acento circunflejo. m. El que se compone de uno agudo y otro grave unidos por arriba (^). En nuestra lengua no tiene ya uso alguno. 341 EL ESPIRITU DE ABSALON. Absalón era uno de los hijos del rey David, y significa "padre de paz", pero él no piensa en paz, sino en promover disturbios, ya que intentó apoderarse ilegítimamente del trono de Israel. La espada profetizada por Natán contra la casa de David había actuado entre sus hijos (Absalón asesinó a su hermano Amnón), ahora iba a volverse contra su persona. Si hubiese hecho justicia contra este asesino, habría eliminado al traidor.
si está de parranda y de chunga, mientras una suave morena pone un antifaz a su pena con la canción de la Sandunga.342 Seguro que en su cantimplora, llena de broncas alegrías con alguna que otra dolora, se emborrachó Lino Zamora y dio un trago Ponciano Díaz.
En 1853, la composición denominada “La Sandunga”, fue llevada por Máximo Ortiz desde Oaxaca a Tehuantepec; pronto se le adaptaron unos versos en zapoteco, con lo que inmediatamente se le considero una canción istmeña. “La Sandunga” desata por igual nostalgias y localismos encendidos; en la actualidad es ejecutada por bandas y orquestas istmeñas, consta de una introducción en la que abunda la improvisación instrumental, con ornamentación y solo de clarinete que se desarrolla libremente; “La Sandunga” ha sido crucial en el desarrollo musical de la región istmeña, gran cantidad de los sones que se tocan actualmente en Tehuantepec, incluyendo la melancólica “llorona”. 342
LA SANDUNGA ¡Ay! sandunga Sandunga, tu amor yo quiero Si no me lo das, sandunga Sandunga, de amor me muero ¡Ay! sandunga Sandunga, no seas tan cruel Y no me niegues, sandunga Tu boca que sabe a miel Me paso la noche en vela Soñando que soy tu dueño Y luego por la mañana Comprendo que ha sido un sueño ¡Ay! sandunga Sandunga, tu amor yo quiero Si no me lo das, sandunga Sandunga, de amor me muero ¡Ay! sandunga Sandunga, no seas tan cruel Y no me niegues, sandunga Tu boca que sabe a miel La noche que nos besamos A orillas de la laguna Celosa por vernos juntos No quiso salir la luna ¡Ay! sandunga Sandunga, tu amor yo quiero Si no me lo das, sandunga Sandunga, de amor me muero ¡Ay! sandunga Sandunga, no seas tan cruel Y no me niegues, sandunga Tu boca que sabe a miel.
Mas no porque un triple trapazo para atizar ollas emplee, Juan sin Miedo, el del fiero brazo antípoda343 del bajonazo, busca la altura en el volapié. Sino por las guardarropías,344 rico muestrario nacional, cuyas bizarras platerías tiemblan en las ondas bravías de la crinolina345 y el pial.346 De rodillas un cambio atrapa que hace perdonar su desgarbo, y evoca, postrado y con capa, un monje austero de la Trapa347 343
DRAE: Antípoda. (Del lat. antipŏdes, y este del gr. ἀντίποδες, antípodas). 1. adj. Geogr. Se dice de cualquier habitante del globo terrestre con respecto a otro que more en lugar diametralmente opuesto. U. m. c. s., especialmente en m. pl. 2. adj. coloq. Que se contrapone totalmente a alguien o algo. U. m. c. s., especialmente en m. pl. en los, o las, ~s. 1. locs. advs. En lugar o posición radicalmente opuesta o contraria. 344 DRAE: 1. f. Conjunto de vestidos y objetos complementarios que utilizan los actores y actrices en una representación. 2. f. Lugar o habitación en que se custodian estos vestidos y objetos. de ~. 1. loc. adj. Dicho de una cosa: Que aparenta ostentosamente lo que no es. 345 Leovigildo Islas Escárcega: VOCABULARIO CAMPESINO NACIONAL. OBJECIONES AL VOCABULARIO AGRÍCOLA NACIONAL PUBLICADO POR EL INSTITUTO MEXICANO DE INVESTIGACIONES LINGÜÍSTICAS EN 1935. México, Editorial Beatriz de Silva, 1945. 287 p., p. 163. Crinolina: Armazón circular que se usaba para dar vuelo al zagalejo o castor de la china poblana y a otras faldas. En la suerte de lazar, es el nombre de un lazo floreado que se tira de manera que describa una o varias vueltas alrededor del lazador, de derecha a izquierda. Se emplea para cabezal, para pial y para mangana. 346 Op. Cit., p. 239. Pialar o apialar. Lazar de las patas a las bestias. 347 El Monasterio de San Isidro de Dueñas, conocido popularmente como La Trapa, está ubicado a cinco kilómetros de la localidad, fue durante la Edad Media uno de los cenobios más importantes y prósperos de toda la península. Fray Damián Yáñez asegura que el Monasterio de San Isidoro, actualmente San Isidro, es anterior a la invasión de los árabes, seguramente del siglo VII. A finales del siglo IX es restaurado por el Rey Alfonso III, El Magno, su fundador, ya que reconstruyó las edificaciones y liberó al monasterio y a la comarca de las razzias musulmanas. Los sucesores de Alfonso III, Fernando I, García, Ordoño II, Fuela II y Ramiro II, así como la influencia y privilegio de los nobles y ricos señores de la época, lograron un próspero convento con influencia de Asturias, León, Valladolid y Segovia. Fruto de esta influencia es la propiedad que los monjes de San Isidro tuvieron sobre la Iglesia Visigótica de San Juan de Baños, el monasterio de San Andrés de San Martín de Valvení, la iglesia de San Miguel de Baltanás, entre otras. Desde el siglo XI al XV, San Isidro estuvo bajo la tutela de la orden de Cluny y apoyado por los monarcas castellanos para contrarrestar la influencia mozárabe de la poderosa Toledo. En 1478, el Monasterio de San Isidro, se vincula a la orden de San Benito el Real de Valladolid, e inicia un nuevo período de esplendor que se verá frenado por la invasión francesa y por las leyes desamortizadoras de Mendizábal. En la Guerra de la Independencia fue cuartel general de las tropas francesas durante toda la contienda. Los actuales monjes son Cistercienses de La Trapa, de origen francés, asentados en el Monasterio desde 1891.
meditando el Oficio Parvo.348 Y en tanto que por la muleta corre la muerte y se resbala, la mecha, indómita e inquieta, se abre y se cierra como un ala bajo la tarde de violeta. Y en tanto que por la muleta corre la muerte y se resbala, la mecha, indómita e inquieta, se abre y se cierra como un ala bajo la tarde de violeta. En la suprema suerte, abona la flor bermeja del delirio: don Juan parece que estocona con la formidable matona349 que hizo célebre a don Porfirio. Mata a los toros en caliente350 también él; estupefaciente el valor racial ratifica; les clava en el testuz un diente, los muerte y luego los mastica. No van proezas de esa talla en nuestros históricos cuentos. Juan se ríe de la medalla que conmemora la batalla de Treinta contra Cuatrocientos.351 Las características arquitectónicas del actual monasterio, no son uniformes y responden a los aconteceres históricos sufridos. Desde una parte románica como la entrada y estructura de la iglesia, no así su interior, hasta un aspecto herreriano y moderno de la fachada principal del convento, dando al conjunto un aspecto que si bien no asombra por su interés artístico, es un lugar de remanso para el espíritu. 348 DRAE: parvo, oficio parvo: 1. m. El que la Iglesia ha establecido en honra y alabanza de Nuestra Señora, semejante al cotidiano de los eclesiásticos. 349 Fue en las páginas de El Hijo del Ahuizote donde se caricaturizó al régimen, a la dictadura de Porfirio Díaz en términos muy duros. Allí estaba, según la pluma de varios de sus caricaturistas Porfirio Díaz, Don Perpetuo, como arquetipo del dictador-cacique aferrado a la silla. Infaltable en esas primeras imágenes y estampas fue su espada que quedó bautizada como La Matona. 350 Que no es sino la frase con la que se entiende la aplicación de una política de exterminio. En 1879 se fraguaba un complot en Veracruz, el cual fue sofocado por el gobernador por órdenes de Porfirio Díaz, quien ordenó el fusilamiento inmediato de los sospechados. A esta política de exterminio de la resistencia se le llamó "Mátalos en Caliente", por la cita textual de las instrucciones telegráficas que envió al gobernador. De esta manera también cayó asesinado el general Trinidad García de la Cadena, quien pretendía postularse para el período de 1888-1892, y como él, un sin número de pretendientes al poder cayeron por todo el país. Incluso cuando la oposición era representada por grupos, y no por individuos, era reprendida de la misma cruel forma. 351 Selva Daville Landero: Querétaro: sociedad, economía, política y cultura. México, UNAM, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, 2000. 234 p., p. 20. En 1820, Agustín de Iturbide proclama el Plan de Iguala, en el que se declara la independencia; se afirma como religión del estado la católica; se establece el respecto de los fueros eclesiásticos; y como forma de gobierno se instituye la
No sólo orejas de bureles, cortara la otra oreja a Malco, si no fueran tan buenos fieles quienes presiden en el palco de almogábares352 y gomeles.353 Y airón354 de la taurina fiesta y de gloria velludo alarde, la greña, apenas descompuesta, ilustra con bárbara gesta los escarlatas de la tarde. Juan merece para recuerdo de su memoria en el futuro (ven, consonante, que me pierdo) que lo musique Miguel Lerdo355 y que lo cincele Panduro.356 Charro fiel de todo herradero y en ferias franco brillador, Juan Silveti, heroico torero, rayando su penco lucero lo sienta en el patrio folklore. Rafael López.357
monarquía. Con esta proclama se logró unificar a la oligarquía al aceptar respetar el statu quo colonial. En esta alianza también son incluidas las fuerzas independentistas, representadas por Vicente Guerrero, quien suscribe el Plan de Iguala. Los últimos bastiones realistas que quedaban eran Querétaro y San Juan del Río, los cuales fueron sometidos en la batalla “treinta contra cuatrocientos”; los cuatrocientos realistas que defendían la plaza fueron vencidos por treinta iturbidistas. El triunfo de Iturbide fue reconocido formalmente el 28 de junio de 1821. El Comandante de Querétaro, Domingo Luaces, fue sustituido por Juan J. García Enríquez con el cargo de jefe político. 352 DRAE: almogávar. (Del ár. hisp. almuḡáwir, y este del ár. clás. muḡāwir). 1. m. En la milicia antigua, soldado de una tropa escogida y muy diestra en la guerra, que se empleaba en hacer entradas y correrías en las tierras de los enemigos. 2. m. Hombre del campo que, formando tropa, entraba a correr tierra de enemigos. 3. m. pl. Antiguas tropas de Cataluña y Aragón. 353 DRAE: gomer. (Del ár. hisp. ḡumári, y este del ár. ḡumārah, Gomara). 1. adj. Se dice del individuo de la tribu berberisca de Gomara. U. m. c. s. pl. 2. adj. Perteneciente o relativo a esta tribu. 354 DRAE: airón. (Del fr. ant. hairon, y este del germ. *hraigrōn; cf. a. al. ant. [h]eigaro, al. Reiher). 1. m. garza real. 2. m. Penacho de plumas que tienen en la cabeza algunas aves. 3. m. Adorno de plumas, o de algo que las imite, en cascos, sombreros, gorras, etc., o en el tocado de las mujeres. 355 Miguel Lerdo de Tejada, Director de la Orquesta típica de la Ciudad de México en el período de 1901 y hasta 1941, año en que murió a los 72 de su edad. 356 Pantaleón Panduro Martínez. (Siglo XIX). Escultor
1960 UN RANCHO Una vaquita lechera que dé sus dos litros diarios: Además, un buen becerro del mero Tepeyahualco para darle los domingos silvéticos capotazos (a mí me gusta Silveti porque es mismamente un macho).358 1960 MÉXICO CHULO Y VALIENTE México indomable, tan canoro que en el dolor te alegras; y eres, cuando te bates, como un toro del mero Piedras Negras (. . . . . . . . . .)359 1960 VIRGEN I Ella cierra los ojos y en su adentro está desnuda y niña, al pie del árbol. Reposan a su sombra el tigre, el toro. Tres corderos de bruma le da al tigre, tres palomas al toro, sangre y plumas. Ni plegarias de humo quiere el tigre ni palomas el toro: a ti te quieren. Y vuelan las palomas, vuela el toro, y ella también, desnuda vía láctea, vuela en un cielo visceral, oscuro. Un maligno puñal ojos de gato y amarillentas alas de petate la sigue entre los aires. Y ella lucha y vence a la serpiente, vence al águila, y sobre el cuerpo de la luna asciende... II
Rafael López: Obra poética de (…). Prólogo y texto al cuidado de Alfonso Reyes. México, CONACULTA, Dirección General de Publicaciones, 1990. 177 p. (Lecturas mexicanas, tercera serie, 4), p. 39-42. 358 León A. Ossorio: COSAS DE MI TIERRA. TODO MÉXICO EN POEMAS. México, 1960. 124 p., ils., p. 34. 359 Op. Cit., p. 99. 357
Por los espacios gira la doncella. nubes errantes, torbellinos, aire. El cielo es una boca que bosteza, boca de tiburón en donde ríen, afilados relámpagos, los astros. vestida de azucena ella se acerca y le arranca los dientes al dormido y al aire sin edades los arroja: Islas que parpadean cayeron las estrellas, cayó al mantel la sal desparramada, lluvia de plumas fue la garza herida, se quebró la guitarra y el espejo también, como la luna, cayó en trizas. Y la estatua cayó. Viriles miembros se retorcieron en el polvo, vivos. III Rocas y mar. El sol envejecido queman las piedras que la mar amarga. Cielo de piedra. Mar de piedra. Nadie. Arrodillada cava las arenas, cava la piedra con las unas rotas. ¿A qué desenterrar del polvo estatuas? La boca de los muertos está muerta. Sobre la alfombra junta las figuras de su rompecabezas infinito. Y siempre falta una, sólo una, y nadie sabe dónde está, secreta. En la sala platican las visitas. El viento gime en el jardín en sombras. Está enterrada al pie del árbol. ¿Quién? La llave, la palabra, la sortija... Pero es muy tarde ya, todos se han ido, su madre sola al pie de la escalera es una llama que se desvanece y crece la marea de lo oscuro y borra los peldaños uno a uno y se aleja al jardín y ella se aleja en la noche embarcada... IV Al pie del árbol otra vez. No hay nada: latas, botellas rotas, un cuchillo, los restos de un domingo ya oxidado. Muge el toro sansón, herido y solo por los sinfines de la noche en ruinas y por los prados amarillos rondan el león calvo, el tigre despintado. Ella se aleja del jardín desierto y por calles lluviosas llega a casa. Llama, mas nadie le contesta; avanza
y no hay nadie detrás de cada puerta y va de nadie a puerta hasta que llega a la última puerta, la tapiada, la que el padre cerraba cada noche. Busca la llave pero se ha perdido, la golpea, la araña, la golpea, durante siglos la golpea y la puerta es más alta a cada golpe. Ella ya no la alcanza y sólo aguarda sentada en su sillita que alguien abra: Señor, abre las puertas de tu nube, abre tus cicatrices mal cerradas, llueve sobre mis senos arrugados, llueve sobre los huesos y las piedras, que tu semilla rompa la corteza, la costra de mi sangre endurecida. Devuélveme a la noche del Principio, de tu costado desprendida sea planeta opaco que tu luz enciende. (Berkeley, 1944)360 Octavio Paz Ca. 1960 El Presidente (fragmento). ...fuit magna vi et animit et corporis, sed ingenio malo pravoque. Huic ab adulescentia bella intestina, caedes, rapinae, discordia civiles grata fuere, ibique iuventutem suam exercuit. Corpus patiens inediae, algoris vigilae supra quam quiquam credibile est. Animus audax, subdolus, varius, cuius rei lubet simulator ac dissimulator, alieni adpetens, sui profusus, ardens in cupiditatibus; satis eloquentiae, sapientiae parum. Vastus animus inmoderata, incredibilia, nimis alta semper cupiebat. SALUSTIO: La conjuración de Catilina. (...) Y bien ¿ahora? ¿Ahora dónde estás? ¡Responde! ¿Dónde estás dónde están los grandes los redentores 360
Mariano Roldán (Antología): Poesía universal del toro (2500 a. C.-1990). Madrid, Espasa-Calpe, 1990, 2 V. (La Tauromaquia, 30 - 31). V. II., p., 87-89.
los mortíferos los intocables? ¿En qué acabaron? Aquellos generales tan gloriosos ¿qué se hicieron? Con toda su potencia ¿por qué murieron mientras que yo sombra de mi amigo el guerrillero el burdel el que hizo la Revolución en las cantinas tengo en sus huesos pedestal y discurso? ¿Quién fue el más fuerte? Pero no se trata de ti con todo y todo lo de nosotros fue otra cosa te lo repito te lo he dicho mil veces y te lo dije a ti cara a cara que tu ambición que lo pensaras que por qué habías cambiado que sobre los efectos está siempre la causa Y luego la Constitución todavía fresca habíamos jurado tú cambiaste partido y a mí una noche me insistieron usted, es el único que puede acercársele usted, es el único que puede salvar a la patria si usted no se mueve quedará traicionada por siempre la causa del pueblo y habrá sido inútil la lucha la muerte y el sacrificio de tantos hermanos Por eso lo hice ¿comprendes? y porque no era yo en aquel instante sino la mano armada de la nación ¡cras! ¡cras! ¡cras! ¡cras! te hice justicia cuando vuelto de espaldas encendiendo el cigarro reías
indefenso Ves pues que ni tú mismo podrías llamarme traidor No te maté por interés por envidia ni por granjearme la voluntad del Caudillo. Y si después seguí adelante con el llanto en el alma si fui a las Cámaras a la gubernatura a la Secretaría y llegué luego aquí fue porque alguien tenía que hacerlo Este pueblo no sabe México ciego sordo y tiene hambre la gente es ignorante pobre y estúpida necesita obispos diputados toreros y cantares que le digan: canta vota reza grita, necesita un hombre fuerte un presidente enérgico que le lleve la rienda le ponga el maíz en la boca la letra en el ojo. Yo soy ese Solitario Odiado Temido Pero amado Yo hago brotar las cosechas caer la lluvia callar al trueno sano a los enfermos y engendro toros bravos; Yo soy el Excelentísimo Señor Presidente de la República General y Licenciado Don Fulano de Tal, Y cuando la tierra trepida y la muchedumbre muge agolpada en el Zócalo por gritar ¡Viva yo! y grito ¡Viva México! y pongo la mano sobre mis testículos siento que un torrente beodo de vida
inunda montañas y selvas y bocas rugen los cañones en el horizonte y hasta la misma muerte sube al cielo y estalla como un sol de cañas sobre el vientre pasivo y rencoroso de la patria. Jorge Hernández Campos.361 Ca. 1960 EL TOREO. Feligresía de hombres superiores. El deporte es anglosajón y el toreo español diferencia entre hombres y atletas entre moverse para ganar la gloria y quedarse quieto para conquistarla. Juan Belmonte o Silverio Pérez no habrían ganado la carrera de 100 mts. ni compitiendo conmigo. El toreo puede ser oficio deporte en malos lidiadores de reses bravas pero es arte en quien toca Dios con su divina vara. El estilo es repentina intuición estética frente a la fiera es arte desde el primer minuto al quebrarse el sol sobre el paseíllo mientras vuela la música por los tendidos. Es arte desde que el clarín abre la puerta del toro al soñar el torero un lance al ponerse la gente con un nudo en la garganta. Deja de ser pleble para volverse feligresía de hombres superiores. 361
100 poemas mexicanos en papel REVOLUCIÓN. Susana Cato, Fernando Orduña, Armando Ponce, Antologadores. Claudia Chapou, Ilustraciones. México, Primera edición, Gobierno del Distrito Federal, Secretaría de Cultura, 2008. 316 p. Ils., p. 121-125. (Versión electrónica). Además, sobre el autor: Guadalajara, Jalisco, 1921-Ciudad de México 2008. Novelista, traductor, es autor de tres libros de poesía: Parábola de terrón y otros poemas, El Vals y A quien corresponda. Su retrato del caudillo es un poema narrativo singular en nuestra literatura.
José Fuentes Mares.362 1960 LOS TOROS EN CELO. QUEMA el sol vertical. Por la llanada los boyeros conducen la vacada al arroyo que baja de los cerros; cornalones y bastos, van delante con su tranco cansado los dos bueyes que llevan los cencerros; en la siesta calmosa y sofocante los pintados becerros se apretujan en medio del ganado; y al chocar de las astas empinadas y a los graves mugidos, se confunden los gritos y silbidos con que van los pastores azuzando a las vacas retrasadas y empuñando con bélicos ardores sus livianas aijadas. En las diáfanas aguas del remanso ya mitigan su sed los animales, que con hilos de espumas y cristales en los rojos hocicos, se desbandan y, echados en las márgenes, demandan el tranquilo descanso y la grata frescura que la sombra del soto les procura. En el fuego pesado de la hora hay dos toros celosos, ambos bravos y briosos, que buscan en amores una vaca: uno es cárdeno, joven, de codicia, con robusta cabeza retadora; entre todos los otros se destaca por su crespo morrillo que el sol dora, por la dura altivez con que acaricia con su cola de seda silbadora sus costados nerviosos y triunfales, y por ser sus dos cuernos dos puñales; es el otro zaino, de rizado testuz alto y sedoso; caricorto, ligero, poderoso, apretado de carnes, largo, fino, con dos astas de hierro en media luna, 362
José Fuentes Mares, (1918-1986). El poema aquí recogido, proviene de un impreso en tamaño oficio, que se distribuyó en algún momento, y no presenta más que el texto, sin indicar fecha ni alguna otra referencia.
de pezuñas pequeñas, y con una mancha blanca en la frente. Mansa y quieta la hembra, junto a un tronco los contempla con bíblica dulzura; adivina el instinto prepotente, y presiente el encuentro por el bronco rebramar de los machos ardorosos, cuyo celo agiganta su bravura y los vuelve más ágiles y hermosos. Uno y otro se acercan; ella huye; la persiguen los dos; los dos la alcanzan… Temblorosa la vaca se escabulle… y entonces uno al otro se abalanzan. No es un choque de toros… de ciclones, según el resoplar de sus bramidos, el trágico pegar de sus pitones en chispas y chasquidos, el rápido tronar de sus pezuñas clavándose en la tierra como cuñas, la ira y el temblor de sus costados, la curva de sus colas en tensión, y el furor con que salen rebotados cada vez que se quedan encornados bufando, recelosos, y viéndose con ojos espantosos preñados de intención. ya la sangre, cual capa de torero arrojada en el miedo de la huída, empapa el muelle césped. Fue el primero en herir el zaino: aprovechando de su noble enemigo una caída, lo cuerna fieramente por el pecho, lo para casi en vilo, y reculando lo lleva varios pasos… más, rehecho el bello cárdeno sangriento, avanza torvo y lento, levanta la cabeza, y cobrando vigor desconocido, indómito y mortal se arroja con fiereza, y al caer, cual un rayo, en su rival, sepulta todo el cuerno enfurecido en el centro lustroso de su vientre rotundo y lujurioso. Larga herida de grana y de coral deja ver las entrañas del vencido, pone hielo en sus ojos y en sus patas, y lo hace rodar sobre las matas exangüe y tembloroso. El bruto victorioso se ensaña en el caído;
y al verlo agonizando, zahareño y retador lanza un mugido que el eco va alargando por toda la extensión de la sabana, haciéndolo más dulce y más sonoro la paz augusta bajo el sol del oro que va cayendo en tarde virgiliana. Otilio González.363
Otilio González: Poemas escogidos. México, Editorial Muñoz, S.A., 1960. 88 p. ils., fot. (Ediciones “Papel de poesía”), p. 23-25. 363