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Tauromaquia del Perú, Flavio Alberto Carrillo Naranjo

tes y caprichosos. Exigimos una perfección que es contra natura y sin embargo, en ocasiones se presenta.

Reflexionando a partir del proceso creativo, como una forma de expresión estaríamos pasando por alto que la elección de criar toros bravos para que sean lidiados es una transgresión. Los usos y costumbres actuales, no lo estiman conveniente o correcto, lo encuentran innecesario.

La familia Garfias, una familia de ganaderos de artistas y de estetas ha dotado a gran parte del campo mexicano y latinoamericano de los lienzos, oleos y pinceles procedentes de San Mateo y Torrecilla.

Ha expandido la línea de Saltillo. Hasta aquí han cumplido su misión rebasando expectativas. Han criado y lidiado toros que han hecho soñar y vibrar a más de uno en épocas y contextos diferentes.

Ahora es trabajo, pasión, compromiso, responsabilidad y talento de los productores actuales de ganado bravo que se han hecho con su simiente, ofrecer un nuevo producto. Un toro para y desde el antropoceno.

Si establecemos un paralelismo entre los ganaderos y los pintores, seguramente que los habrá costumbristas, paisajistas, de bodegón y vanidades, vanguardistas, naif…Insertos todos dentro del proceso de una estética relacional, de proveedores de material para la experiencia. Y entre todos ellos, seguramente habrá también algunos genios.

Tal vez una apuesta es seguir y apoyar a quienes muestran compromiso, coherencia. Para que un artista lo sea, necesita de una renuncia, de un abandonarse a una causa mayor. Los ganaderos hoy producen obras vivas, en movimiento, tridimensionales y finitas que conocemos como toro bravo en un contexto dónde su labor no solo es incomprendida sino atacada. Pocas transgresiones existen actualmente que se comparen a la elección de criar ganado bravo.

Fernanda Haro Cabrero. Doctora en Estudios Novohispanos por la Universidad Autónoma de Zacatecas.

TAUROMAQUIA DEL PERÚ Flavio Alberto Carrillo Naranjo (*)

La Tauromaquia en el Perú ha sido muy importante a nivel mundial. Lo ha sido por diferentes motivos como el tener la plaza más antigua de América y que sea una de las dos o tres plazas más antiguas del

Luego tenemos el caso que la afición de Lima vivió en primera fila las actuaciones de Rodolfo Gaona, Juan Belmonte y de Joselito El Gallo, durante la vigencia de una generación la que fue base y fundamento del desarrollo profesional de estos tres inobjetables miembros del cartel de la Edad de Oro. Así consta en los escritos, y los tres marcaron con sus actuaciones el sello de la plenitud de su madurez.

Fue aquella época de la formación de la exigente y entendida afición limeña en la más brillante época de Gaona joven, la de Joselito adolorido por la muerte de “La Señá” Gabriela convertido en El Rey y Juan Belmonte, proyectándose en su intelectualidad con su mensaje transformador de la fiesta de los toros, dentro y fuera del redondel.

Ha sido importante el Perú tener Lima, su capital, la Feria del Señor de los Milagros.

Hablamos de la Feria con más solera en toda América con el soporte de la afición con más solera, donde por su buen gusto y sus silencios las figuras del toreo la respetan y la comparan Sevilla.

La Sevilla de América tiene por Además, está el muy importante valor de la provincia peruana que es rica en tauromaquia. En el Perú no existe ciudad, pueblo o pueblito por más lejano o escondido que esté, así se empine sobre las alturas de los empinados Andes que no tenga una placita de toros.

Plazas de los pueblos del Perú donde se celebra la corrida de toros con sello, corazón y alma nacional.

Es en todos estos pueblos, en sus ferias y fiestas patrias respetándose los cánones del toreo porque desde hace siglos albergan a los toreros de aquí en América y de allá en Europa.

Viene t oreros importantes de todas las nacionalidades para participar en la fiesta más antigua y nacional el Perú americano. Es importante por la figura del “torero aficionado”, el que con recursos propios se organizan festivales y mantiene viva la afición de una nación.

La afición peruana no estuvo exenta de gozar de las virtudes del toro mexicano, y es que lo del toro del hermano México lo que nos atañe en este libro. Se trata de un encaste propio apoyado en el nacionalismo que caracteriza a los ganaderos mexicanos por querer ser diferentes creando un toro distinto

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