Manolete, nacimiento de un mito 1917 - 1947 - 2007
PACO LAGUNA
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Patrocina: Excmo. Ayuntamiento de Villa del Río
Edita: Francisco Laguna Menor: Museo Particular “Manolete”. C/. García Lorca, 3 - Tlf. y Fax: 957 176 053 -14640 Villa del Río (Córdoba) Autor: Francisco Laguna Menor. Villa del Río 2007. Es propiedad de: ©Francisco Laguna Menor: Museo Particular “Manolete”. Depósito Legal: CO-1162-2007 I.S.B.N.: 978-84-88311-11-5 Foto contraportada: Antonio Córdoba Cantero Imprime: A.G. Unigraf, S.L. - Polg. Ind. “La Estrella”, 1 y 2 - 14640 Villa del Río (Córdoba) Tlf.: 957 176 286 - Fax: 957 177 022 - e.mail: artesgraficas@unigraf.e.telefonica.net Impreso en España Printed in Spain Prohibida la reproducción total o parcial, en España y en el extranjero, por cualquier método empleado.
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PRÓLOGO Villa del Río es un pueblo que progresa, que trabaja y que crece. Esta afirmación no es algo que yo, como Alcalde de Villa del Río, esté descubriendo ahora sino que es así desde hace años y de lo cual todos debemos sentirnos muy orgullosos. Pero Villa del Río es mucho más como consecuencia de lo anterior. Somos un pueblo que demandamos espacios de ocio y de cultura que puedan cubrir nuestro tiempo libre y que den la imagen como pueblo que los Villarrenses buscamos. De esto último también podemos sentirnos orgullosos pues estamos respondiendo a dicha demanda con la existencia de una buena oferta cultural y de ocio durante todo el año. Contamos con tres museos permanentes (Museo Histórico, Museo de Matías Prats y Museo Manolete), Salas de Exposiciones, el futuro teatro y la nueva Casa de la Juventud, instalaciones deportivas, etc. En esta ocasión me quiero centrar en la Casa Museo Manolete y en su propietario Francisco Laguna Menor. Este espacio cultural es uno de los más importantes, sino el que más, en torno a la figura de ese mito del toreo que fue, que es, Manolete. Su propietario ha conseguido reunir en este museo objetos y documentación que no tienen comparación con otros centros existentes de este tipo. Todo Villa del Río tiene que agradecer a Paco Laguna el que en nuestro pueblo pueda existir este museo que tanto está difundiendo nuestro nombre allí por donde va. Hoy presentamos un libro ameno e ilustrativo de la trayectoria personal y profesional de Manolete. Se ha tratado de realizar una recopilación de imágenes que nos dan una idea de la importancia de este mito del toreo que, como todos los mitos, murió joven. Este año celebramos el 60 aniversario de su muerte y con este motivo el Ayuntamiento de Villa del Río ha querido aportar su grano de arena para que las generaciones actuales conozcan directamente lo que este hombre significó en el desarrollo del toreo tal y como lo conocemos hoy. Nos sentíamos moralmente obligados en agradecimiento no sólo a esta figura sino por su vinculación con Villa del Río con la existencia de la Casa Museo. Quiero darle la enhorabuena a Paco por su trabajo, al concejal de cultura y a todas aquellas personas que trabajan día a día por conseguir que Villa del Río sea conocido por ser un pueblo que une su desarrollo económico con el cultural, pues así se consigue “hacer pueblo”. Un abrazo a todos Bartolomé Ramírez Castro Alcalde de Villa del Río 3
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a figura de Manuel Rodríguez Sánchez, Manolete, camina con una palpitante actualidad, a pesar de que este año de 2007, se cumplen el noventa aniversario de su nacimiento y el sesenta de su trágica muerte. Lo que fue éste figurón del toreo está más que escrito, pero no deja de sorprendernos constantemente; hace muy pocas fechas lo hizo en su ciudad natal, esa Córdoba de la que el III califa hizo gala por el mundo entero paseando su nombre con un prestigio nunca visto por torero alguno. ¿Quién podría pensar que un matador de toros podría ser un atractivo turístico?, más aún en una capital donde el desarrollo de cara al turismo tiene una oferta bastante extensa, no puede ser otro que el propio Manolete. El Ayuntamiento cordobés ha editado una ruta turística con el nombre: RUTA DE MANOLETE, en la que dentro de una lujosa edición da a conocer todos aquellos lugares emblemáticos que tuvieron relación con la vida del “Monstruo”. ¿Hasta donde nos llevará la historia del mito Manolete?, puede que pase como con la arquitectura de su edificio torero, que nunca se le vea el final, ya que son muchas las épocas toreras que han pasado desde la tarde de Linares, y hoy al cabo de más de medio siglo, podemos afirmar que sigue actual y vigente su tauromaquia, o lo que es lo mismo, la época de Manolete no hay quien la destrone. La Casa Museo de Manolete, en Villa del Río, ha sido incluida en dicha guía, atrayendo también un público que busca conocer de cerca recuerdos del ídolo, como esa fotografía emblemática para nuestro pueblo de un joven villarrense Matías Prats, que le acerca el micrófono el 16 de agosto de 1947, en la plaza de San Sebastián, convirtiéndose en la última entrevista que se le hizo al mito Manolete, cuando el torero con un rostro agotado manifestó por las ondas:” Qué ganas tengo de que llegue octubre”. El excelentísimo Ayuntamiento de Villa del Río, atento a su cultura ha querido dar a conocer una parte de los archivos de uno de los museos más emblemáticos de la ciudad, patrocinando éste trabajo a base de fotografías y recuerdos del mítico Manolete, estando en gestación un convenio entre ambas entidades, para que sea el propio ente público el que haga suyo el desarrollo y difusión de uno de los archivos más importantes de un mito sagrado del siglo XX. Por ello, mi agradecimiento a su alcalde, Bartolomé Ramírez, al concejal de cultural, Jesús Morales y a todos aquellos que han hecho posible esta edición. Dentro de los muchos record conseguidos a lo largo de su historial, puede que bata algunos más, al convertirse en un producto literario con casi una docena de títulos editados en lo que va de año, a pesar de los muchísimos libros que tiene en su parcela literaria. Producto cinematográfico con esa película que todo el mundo espera, y pronto estará en las pantallas, y ahora producto turístico con esa ruta que acaba de salir a la calle. Nadie pudo combatirle y ganarle la pelea en los ruedos, según pasan los años su historia se agiganta convirtiéndose en uno de los mitos más importantes dentro y fuera del planeta taurino.
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Los elegidos parecen no tener techo, y naturalmente si la ciudad minera cerró una carrera taurina que brillaba con luz propia más que el sol, con el paso de los años vemos claro que en aquel mes de agosto se fue un señor llamado Manuel Rodríguez Sánchez, pero se quedó para siempre un artista apodado Manolete, que sigue poniéndole música torera a las grandes faenas en los ruedos, porque para ampliar el producto, también lo es en el mundo musical, hay que ver lo bien que suena el pasodoble Manolete, cuando un torero está jugándose la vida en el redondel, trayéndonos al mito en el recuerdo, porque a pesar del tiempo transcurrido el torero cordobés sigue cabalgando como en sus mejores tiempos. Con la sensación de que parece que se ha dicho todo de él, y sin embargo, parece que queda mucho por decir. Cuando el siglo XX caminaba dándole paso a un nuevo siglo y milenio, nos encontramos en las páginas de un Magazines, del prestigioso diario barcelonés “La Vanguardia”, de fecha 21 de marzo de 1999, en la que el torero cordobés ha sido elegido por sus lectores como el torero del siglo. Lo sorprendente es que en el ranking de los veinte nominados, Manolete, consiguió 269 votos, siguiéndole bastante distanciado con 75, nada más y nada menos que Juan Belmonte, votación que aleja al cordobés de sus compañeros de manera sorprendente. Para nosotros no fue el mejor, ni el más grande, nos parece diferente, y es esa diferencia la que le aleja del resto de toreros dentro y fuera de su época, siendo el arquitecto moderno del toreo, aportando unos pilares fundamentales para siempre. Es el propio Manolete el que entra y el que sale para decirle a la historia, que con treinta años de edad, lo había conseguido casi todo, pero había algo que no se le podía escapar reservado sólo para los elegidos: la inmortalidad, que, tampoco escapó a su conquista. Donde es difícil entrar es en el misterio que encierra su vida, creando pasiones de admiración y odio desde que su alargada figura alcanzara la fama, muriendo en el momento justo y preciso para convertirse en un gran mito, al que le viene como anillo al dedo aquello de: “Los mitos nunca mueren”. Por aquello de que “una imagen vale más que mil palabras”, traemos unas páginas llenas de recuerdos y añoranzas, donde lo mejor de todo lo pone el propio diestro dentro y fuera de la plaza. Su niñez, su elegancia, su señorío, su personalidad, su perfil de estatua, su intimidad, su empaque, su liturgia, su verticalidad, su serenidad, su cercanía y emoción ante los toros, en definitiva su torería llena de pureza, silencio y ascensión que tanto sigue triunfando hoy, y que nos hace escribir, ya que no tuvimos la fortuna de conocerle: Quiero verte, caminando por tu Córdoba. Quiero verte, vestido de rosa pálido y oro. Quiero verte, sentado en el trono de tu reinado. Quiero verte, alejado de los ruedos victorioso. Quiero verte, por los campos andaluces de bravo. Quiero verte paseando tu señorío y tu garbo. Paco Laguna
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Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”, y su esposa Angustias Sánchez Martínez que nació y vivió en la C/. Padre Romano, de Albacete. Copio del memorialista, José Sánchez de la Rosa: “Se remonta la genealogía a los tiempos primeros del ferrocarril, cuando Albacete experimentó un auge extraordinario con la prolongación del de Madrid-Aranjuez hasta Levante pasando por esta ciudad. Precisamente un ferroviario de Aranjuez, Antonio Sánchez, en cumplimiento de su trabajo, trabó conocimiento con Teresa Martínez, con la que a finales del siglo diecinueve contrajo matrimonio. En el nuevo hogar nació Angustias Sánchez Martínez, en la C/. Padre Romano, donde vivió hasta los cinco años de edad (1886 ó 1887). Fue entonces cuando la compañía de ferrocarriles trasladó a Antonio Sánchez a Córdoba. Pronto surgiría, cuenta Sánchez de la Rosa, reseñando la viudedad de doña Angustias, un nuevo idilio y con otro torero, también viudo, Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”, que coincidiría en los dos apellidos con su hijo”. 7
Manuel Rodríguez Sánchez rodeado de varios de sus hijos. El niño Manolete aparece el segundo por la derecha. “La madre de la verdad es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente y advertencia de lo porvenir.” (Cervantes) 8
En el reverso de la fotografía anterior, un joven Manolete, hace pruebas de caligrafía con su nombre propio. 9
Estampa de la Primera Comunión de una futura promesa en el mundo del toreo. 10
Cuando el “Monstruo” hizo su primera comunión. Califa por la gracia de Dios. Corría el 8 de diciembre del año 1925, Día de la Inmaculada Concepción. Señor, conmigo estás, si no estuvieras; Mi humilde pluma en vano tomaría; Si luz a mi cerebro no le dieras, la noche en mi cerebro reinaría; Si en buen camino tú no me pusieras, nada bueno de mí nunca saldría; Y pues yo sin tu ayuda nada soy, con tu ayuda, Señor, a escribir voy. (Baldomero García Rodríguez) 11
Manolete a la edad de nueve años, en una fotografía realizada en el colegio de los Salesianos de Córdoba. Esta fotografía fue conservada por la señora Isabel Prieto Collado, que estuvo de niñera con Manolete, desde el año 1918 al 1923. 12
Manuel Rodríguez Sánchez, se fotografía con un capote de brega en sus brazos a temprana edad. Un verdadero lujo esta instantánea, para la historia de un califa. Aquel niño con el tiempo se convertiría en un torero de época con su nuevo concepto del toreo, que naturalmente levantaría una gran polvaldera, como todo lo genial y único cargando con el peso de una enorme importancia histórica, rompiendo moldes y cambiando de raíz el arte del toreo. Nada seguirá siendo igual después de su implantación torera, si antes de él los toreros seguían unas pautas, después de él seguirán otro rumbo, un rumbo que todavía está en plena vigencia para todo aquel que quiera navegar con éxitos delante de los toros. 13
Cordoba, año 1947 La casa donde nació Manolete, en la calle Torres Cabrera. Podemos seguir viéndola, gracias a la fotografía, la incultura acabó con su historia. No se respetó el nacimiento de un mito, acaecido el día 4 de julio de 1917. 14
En este bonito y andaluz patio con palmeras, macetas y paredes de cal blanca, jugaba Manolete al toro en su niñez, bajo la mirada de su madre, en su casa de la plaza de la Lagunilla. 15
Finca “Córdoba la Vieja”. Un niño llamado Manuel Rodríguez, está dando sus primeros pasos en tauromaquia. Un documento de bastante valor, este muletazo por alto, marcando su propio estilo. Toda obra grande es fruto de la entrega, paciencia y perseverancia. El mito Manolete nace en el año 1917, se inmortaliza en el 1947 y viene a decirnos en éste de 2007 que, la arquitectura moderna del toreo se quedó en Córdoba, Mezquita y Catedral del toreo. A los noventa años de su nacimiento y sesenta de su consagración las fotos, sus fotos serán las protagonistas de su inmortalidad. Las páginas serán: Todo Manolete. 16
Manolete mira a la cámara, son los comienzos de su aparición en los ruedos, su cara aniñada dan fe de ello. Si los toreros esperaban la salida de su toro, es decir, dominaba el adaptarse el torero al toro, Manolete aparca ese concepto para volverlo al revés, será el toro el que se tenga que adaptar al torero, creando su faena para todos los toros, es más, creará su única faena para todos los toros, sean cuales fuesen las condiciones del animal. El cambio es radical, si antes el torero se esforzaba en ser distinto en cada faena, según las condiciones del astado, Manolete consiguió ser el mismo ante ellos. 17
Manolete acompañado de Manuel García “Esparterito”, al principio de su carrera taurina, la foto lleva la fecha del 15 de mayo de 1935. El joven torero era un diamante en bruto que se pulió a fuego lento, Camará vio desde los comienzos que el diamante de la Lagunilla tenía unas cualidades únicas y personalísimas. 18
Al comienzo de su andadura torera, vemos a un joven Manolete con guayabera blanca y gorrilla. Somos los que nos toca ser, a Manolete, le tocó ser todo un monstruo del toreo.
Manolete marca su ser y estar ante los toros. Clavado en la arena alarga los brazos para llevar el animal metido en el percal. 19
Córdoba, 29 de mayo de 1938. El joven cordobés mira a la cámara con un semblante que nunca se alejará de él. Manolete escogió un camino que lo llevó a la cumbre de los elegidos. 20
Córdoba, 29 de mayo de 1938. Manolete al comienzo de su carrera taurina, pasea triunfalmente el trofeo de una pata, siendo la primera que cortaba en su trayectoria artística. 21
”A mi amigo Manuel se la dedico en prueba de amistad, Manolete”. Eran los comienzos de un joven Manolete camino de la gloria y del Califato taurino. Este Emperador de la sencillez, estaba predestinado a ser “alguien”, hay quien piensa, qué hubiese sido de su historia, si no se produce lo de Linares, sin caer en la cuenta, que, la tragedia hace inmortales a los inmortales. Y los muertos gloriosos escapan de su silencio. Los hombres importantes que dejaron huella nunca dejarán de ser mentados. Señor Califal de Córdoba. Con su figura un tanto con aire franciscano, como sacada de los pinceles del Greco, nos dice: Manolete, nombre que suena a oración. Su arrolladora personalidad, su torería influyó de manera determinante a la evolución de un arte que estaba estancado. La Tauromaquia de Manolete, abre nuevos horizontes, torear como él es uno de los caminos que tiene la actual tauromaquia; camino que siempre será difícil transitar por él. Esa dificultad hacen su tauromaquia eterna.
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En torno al joven espada un grupo de amigos se lo pasan a lo grande. Manolete se nos presenta con su solemnidad innata. Le gustaba mucho el cine, era goloso gustándole con delirio las arropías. Leía con asiduidad. Le tenía mucho cariño a su madre y su familia, visitaba mucho la casa de su tía Soledad, hermana de su padre. Los amigos rinden un homenaje al joven torero, reconocemos en la fotografía a Enrique Grande, Antonio Holgado, Joaquín Natera, R. León, el policía Barrios, el dentista Jiménez, Enrique Prieto, el camarero Garrido, Rioboó, Manolo Sánchez, José Luís Cañas, Rafael Eraso, Luís Ruiz de Castañeda, Enrique Cañas, Pepe Priego. 23
Plaza de toros de Córdoba. Manolete, junta los piés, se queda muy quieto, mantiene una vertiginosa verticalidad y torea de esta soberana maestría al inicio de su carrera taurina. 24
Factura del sastre de toreros, Manfredi, de uno de los primeros trajes que le confeccionaron al joven novillero y que tuvo que pagarlo a plazos, como se aprecia en el documento. 25
Jerez, junio de 1939. Esta genial fotografía, sirvió de cartel para la “Cata de Vino”, en Córdoba, del año 1997. Todo un señor torero, sin estar vestido de luces. En el semanario El Ruedo, septiembre de 1947, Guillermo, su mozo de espadas, a la pregunta del periodista. “Además de su arte como torero, ¿qué es lo que admiraba en Manolete?”, contestó: “¡Todo! Su bondad, su educación, su respeto por todos, su forma de hablar… Hablaba como un señor… A mí me cautivaba oírle”. 26
Jerez de la Frontera, junio de 1939. Momento de entrega, en la “Orden del Tío Pepe de Oro”, del símbolo de la entidad, el ya famoso “Tío Pepe” de la bodega González Byas. Le fue entregado por don Fernando González Gordon. Manolete tenía misterio.
Puerto de Santa María, 30 de julio de 1939. Solemnidad en el toreo de capa, de un Manolete con ganas de mandar. Esta corrida fue el primer aldabonazo del mocito cordobés. De quién Domingo Ortega, dijo: “Cuidado con él”. Manolete vistió el mismo traje de la alternativa. Nacía un califato. 27
Página del diario ABC, de la corrida celebrada en el Puerto de Santa María, el 30 de julio de 1939 28
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Bilbao, 24 de agosto de 1941. Remate de un precioso quite al toro “Calderero”, con toda la filigrana de un grandioso torero. En el siglo XXI su grandeza torera y su recuerdo permanecen vivo entre los cada vez menos testigos de aquella época gloriosa. La pesada losa de más de medio siglo no ha sido capaz de borrar su verticalidad de plomada y la estela de su capote por el suelo, que con tanto señorío manejaba. Ahí está rematando al tiempo. Califa con el capote. 31
Madrid, 10 de septiembre de 1941. Manolete convaleciente de la cornada en la mejilla derecha, en la plaza de Murcia, el día 8 de septiembre de 1941. Reconocemos a Guillermo, David, “Cantimplas”, José Díaz Saco y Eduardo Bermúdez. Manolete porta un libro entre sus manos. El hotel Victoria de Madrid es la residencia. 32
Córdoba, 25 de octubre de 1941. Hay que celebrar aquella triunfal temporada, ha muerto Guerrita y Manolete en la feria de Sevilla, reclama el cetro del toreo para Córdoba. Antes lo habían conseguido “Lagartijo” y después “Guerrita”. 33
Al pie de la fotografía se puede leer: “Gran tormenta en Córdoba, 25 de octubre de 1941”. Ahí tenemos al hijo de doña Angustias cantando y alegre, ni más ni menos le han nombrado Califa en el albero Sevillano, tras la muerte del segundo Califa, acaecida en el mes de febrero. Lo que le llevó al periodista Antonio Heredia escribir en las páginas de El Ruedo, en el año 1944: “TRES VECES HA TENIDO CÓRDOBA EL CETRO DEL TOREO”. 34
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Este documento es algo insólito y de un alto valor histórico, ya que son muy pocas las cartas que existen de puño y letra de Manolete, él mismo lo deja claro al decirle a su madre: “Querida madre: Te sorprenderá que te escriba por no tener esa costumbre...”
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Andújar, 26 de Abril de 1942. Pepe Luís Vázquez y Manolete, Sevilla y Córdoba, torería única y leyenda de toreros. Un nuevo paseíllo de tu historia torera va a comenzar. Hacía el paseíllo como si flotara sobre el albero, poniendo al público en alerta a través de su solemnidad y majestad, que ya no perdería en toda la tarde. 38
Barcelona, 21 de junio de 1942. “No ha vuelto a nacer otro Manolete. Ni es fácil que nazca”. (José Mª Gaona) 39
Barcelona, 21 de junio de 1942. Aquella tarde Manolete cortaría cuatro orejas y dos rabos, triunfo que comparte con los ganaderos, ya que lidió un toro de Escobar y otro de Manolo González, acompañándole en el cuartel Pepe Bienvenida, Pepe Luís y Morenito de Talavera. 40
Valencia, 7 de septiembre de 1942. Manolete le está ofreciendo a la Virgen de los Desamparados el capote de paseo ganado en la feria de julio valenciana. 41
Eibar, 5 de septiembre de 1942. “Pedrucho”, Manolete, Pepe Luís, Marcial Lalanda “El Estudiante” y Victoriano de la Serna en un festival de lujo. 42
Borox, 18 de septiembre de 1942. Manolete sonriente mira al fotógrafo, mientras Juanito Belmonte, permanece sentado a su lado. En el burladero vemos a Camará, con sus gafas oscuras, siempre junto a su torero. 43
Córdoba año 1942. Manolete en su casa de la Plaza de la Lagunilla, con los periodistas José Luís de Córdoba y Rafael Gago. Primeros biógrafos del Califa Manolete, que inmortalizó su casta torera, porque así lo quiso la providencia y su destino. “Hay que saber que la vida se aleja y, nos deja llorando”. 44
Su elegancia nos hace pensar, que, fue todo un señor dentro y fuera de la plaza. Califa de la elegancia. Manolete me gustas cuando callas, porque estás como ausente. Pero estás.
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Plaza de toros de Bilbao, 19 de junio de 1943. He estado buscando esta fotografía en un sinfín de lugares, ha sido la mano maestra de mi buen amigo Pedro Mª Azofra, el que dio con ella y posteriormente me la regaló. Estimado lector, observe detenidamente el natural, porque en él se encierra la más pura esencia del arte de torear. Clavada la planta tira del morlaco con una suavidad y temple fuera de serie; los vuelos de la muleta cantan, y la mano derecha dicta el ritmo. Toda una joya para cualquier época del toreo. El toro con mucho trapío y pitones, los cuales nunca asustaron al “Monstruo”. Califa del valor. La cabeza apenas se le ve, ya que la tiene con su mentón clavado en el pecho; como la escena es tan bellísima, no puede ser otro su creador que el propio Manolete. Y es que la foto chorrea pureza, silencio y ascensión, tiene la justa medida de algo tan eterno como la “Tauromaquia de Manolete”. Aquella tarde alternaron con Manolete, Pepe Luís Vázquez y “Morenito de Talavera”, con toros del Conde de la Corte. Los del lote de Manolete, atendían por: el primero “CUBILETE”, castaño, nº 75 y el segundo “CARIARTO”, negro meano, nº 53. El “Monstruo” vestía de azul celeste y oro. 46
El artista Manuel Rodríguez Pérez, “Conman”, perfila en un minucioso trabajo el perfil del III Califa del toreo, que plasma su autógrafo en tan singular obra artística. En el semanario “Dígame”, de fecha 24 de Agosto de 1943, aparece el autor de este magnífico trabajo. 47
El fotógrafo Ramón Ampuero pasa por Córdoba, y le remite una fotografía con la fachada del palacete en la Avda. de Cervantes, titulada por K-Hito, “La jaula del monstruo”.
En el dorso de la tarjeta se puede leer: “Desde Sevilla y con un fuerte abrazo de su buen amigo y fotógrafo de cámara (y también de Camará). Ramón de Ampuero. Afectuosos saludos para Camará y Pepe Leva, y puede ser que hasta pronto. Sevilla 7 de noviembre de 1943.” 48
El “Monstruo” en la angustiosa soledad de los medios observa la lidia. Manolete en la plaza, incluso sin estar delante del toro, era todo un espectáculo. Liturgia y torería. “Sus pasos marcaban un son de hombría y naturalidad que parecía despertar a todos los Califas de Córdoba”. (Álvaro Domecq Díez) A lo clásico, tal y como lo heredamos de padres a hijos, lo hicieron profeta en su tierra, una vez acaecida la tragedia de Linares. “Manolete, héroe absoluto de su tarde postrimera, que para los amantes de la fiesta brava fue de angustia y de dolor, dio con su muerte un último y definitivo aldabonazo a las puertas de la Historia”. (Don Fabricio) 49
Barcelona, 29 de mayo de 1944 Quieta la planta erguida la figura torea de manera magistral y única por manoletinas, ante un toro de bastante alzada y trapío. Hoy se sigue queriendo torear tal y como lo está haciendo el “Monstruo”. Así sigue siendo el final de una gran faena de la tauromaquia del siglo XXI.
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Dibujo original del célebre pintor López Canito, interpretando Manolete su original “manoletina”. 51
Barcelona, 27-6-44. Lo más maravilloso de su tauromaquia, es que así no había toreado nadie. Hoy se intenta torear así de desmayado, ligado y sobre todo aguantando como lo está haciendo el “Monstruo”. Manolete, arquitecto del toreo moderno. Toreaba erguido, con los pies clavados en la arena majestuosamente, nada para la galería, todo para él, porque su mayor rival fue el propio Manolete. Que clavaba las zapatillas en unos terrenos donde hay mucha muerte, toreaba demasiado cerca de la muerte. 52
Barcelona, 2 de julio de 1944. Manolete inventa las palabras en tauromaquia de aguante, ligazón, girar sobre los talones, verticalidad, solemnidad y majestad. En la imagen ante un toro de Miura hay muchas de esas palabras. Sus medias verónicas llevan el sello inconfundible de su personalidad, estando en todos los quites, ese precioso y preciso tercio que hoy prácticamente ha desaparecido, pero que hace sesenta años marcaba uno de los puntos álgidos de los alternantes. 53
Barcelona, 2-7-44. Con tanta verticalidad, con tanto aguante, con tanta solemnidad nadie se había puesto ante la cara de los toros. Manolete se nos presenta único ante la agresividad de un toro de Miura. Solía comenzar sus faenas de muleta con los estatuarios: quieta la planta, erguida la figura y atornillados los pies en la arena, mientras el toro seguía el engaño en un ida y vuelta sin enmendarse, lo único que se movía suavemente era una muñeca prodigiosa. 54
Barcelona, 2 de julio de 1944 Impávido, esperando la embestida, ligando y quedándose en el sitio componían el secreto manoletista, inundado de valor y majestad. Los pases tenían una ligazón asombrosa, sin tener en cuenta las condiciones del toro. A continuación venían los derechazos con aquel magistral toreo en redondo, sin tener en cuenta las condiciones del toro. Manolete legisla para siempre cómo ha de ser la faena definitiva, convirtiéndose en el arquitecto del toreo moderno para siempre. 55
Barcelona, 2 de julio de 1944. El toro se resiste y no quiere tomar la muleta, pero terminará embistiendo con clase, guiado por la mágica muleta del “Monstruo”, aquella tarde para el recuerdo, más “Monstruo” que nunca. 56
Barcelona, 2 de julio de 1944. Era tan grandioso que hasta sobraba el toro, en esta ocasión de Miura. No vamos a describir su toreo ahora porque no hace falta, de sobra lo sabemos todos, los que creen en él y los que no, a pesar de los años que han pasado y prácticamente son pocos los que pueden recordarlo por su avanzada edad. Manolete ha sido y es el torero de muchas generaciones, unos le vieron y otros no, es ahí donde radica lo sorprendente, porque sin haberle visto, muchos dicen lo que acertadamente escribió Pepe Ombuena, tras la muerte de Manolete: “Manolete ha sido el torero de nuestra generación. Lo sigue siendo, naturalmente. Y lo será para siempre”. 57
Barcelona, 2 de julio de 1944. Ante tanto sentimiento y aguante el toro de nombre “Vaquero” termina embistiendo con esta suavidad. Todo debido a la maestría del torero cordobés, al que le servían un gran número de astados debido a su magistral tauromaquia. De Manolete parece que se ha dicho todo, pero nos da la sensación, que queda todavía mucho por decir. 58
Barcelona, 2 de julio de 1944. Verle torear en fotografía sigue apasionando, todo en Manolete, es la mejor definición a este toreo tan natural. Enseguida los prodigiosos naturales, aquellos naturales que le hicieron cantar al poeta Manuel Machado: “Algo tiene Manolete en su mano izquierda además de la muleta”. 59
Barcelona, 2 de julio de 1944. El poderío de su muleta ha dejado al miura totalmente entregado, hasta el punto de poder adornarse con él, algo sumamente difícil con el ganado de esta divisa legendaria. A Manolete le sirvieron hasta los toros de la ganadería de Miura. Ya lo dijo Juan Belmonte: “Llegará un torero que toree el noventa por ciento de los toros”. Y ese torero fue Manolete. 60
Barcelona, 2 de julio de 1944. Aquella faena el toro “Perfecto” de la ganadería de Miura, fue una antología del arte de torear. Escenas que han quedado como joyas del arte taurino para todos los tiempos. Los bellísimos y majestuosos trincherazos formaban parte de aquella liturgia. 61
Barcelona, 2 de julio de 1944. Así no había toreado nadie, así todavía quieren torear muchos. En este natural se encierran todas las claves de la arquitectura moderna del arte de torear. Este edificio torero siempre estará como modelo dentro de los grandes edificios que constituyen la Tauromaquia o arte de torear. 62
Barcelona, 2 de julio de 1944. Faena al toro “Perfecto”, nº 58, de pelo colorao de la ganadería de Miura. Aquella tarde construyó Manolete uno de los mejores edificios de su arquitectura torera, si nos asomamos al balcón de este muletazo, hoy se sigue pagando a precio de oro. ¡Qué maravilla de torero! Ritmo cadencia, elegancia torera vestida como su terno de rosa y oro. 63
Córdoba, 17 de julio de 1944. Tras sufrir el accidente de carretera en Buitrago, pasa unos días de descanso en su nuevo palacete de la Avenida de Cervantes. Mariscal y Guerrillero. Artista y Torero. Un trono para tanto empaque torero. Manolete ayer, Manolete hoy, Manolete mañana custodiado a través de mis archivos, los cuales deben pasar intactos de padres a hijos como yo quiero hacer con los míos. Dios quiera que nunca le falte un descendiente a mi legado, que sepa custodiar la historia y memoria de todo un señor del toreo: MANOLETE. 64
Valencia, 21 de julio de 1944. Se enseñoreaba con el toro con su estética y elegancia, nada de movimientos y paso atrás. Todo lo contrario, señorío a raudales y torería eterna. Manolete es uno de los dioses creadores del toreo. Tu gloria puede con esos imprudentes que siguen contando falsedades, oportunistas que llenan páginas de libros faltos de algo que a ti siempre te sobró: Vergüenza torera. Hoy tu tauromaquia sigue brillando más que el sol sin una sombra que la nuble. 65
Tudela, 25 de julio de 1944. Así, no se ha puesto, ni se ha vuelto a poner nadie ante la cara de los toros. Sorprende la verticalidad y el desmayo del grandioso torero. “El torero es como un árbol lleno de hojas, pasa el viento y se lleva las hojas, pero el tronco queda recio, erecto, inconmovible. Así debe ser el hombre, el lidiador, como el tronco; y sus lances y muletazos, como las hojas”. (Manuel Rodríguez “Manolete”). 66
Plaza de toros de San Sebastián. Señor del torero, de la solemnidad, de la quietud, de la majestad y del valor. “Sólo en la gloria, para siempre, solo. Lejos del mundo en que viviste, lejos. Más allá de las reses furiosas, de la tierra...” (Carlos Castro Saavedra) 67
Córdoba 15 de diciembre de 1986. San Rafael, Santísimo Cristo de la Salud, de Écija, Virgen de los Dolores y el Cristo de los Faroles, componían el devocionario del torero en cada corrida. Su altar ambulante donde los rezos se produjeron cada tarde, y Guillermo se lo tenía siempre a punto. Preparándole las prendas de vestir -el tenderete-, a las doce de la mañana. Manolete era muy metódico, y le gustaba vestirse de torero con tiempo. 68
Córdoba, octubre de 1944. Manolete y José Luís de Córdoba, dos buenos amigos se fotografían en la flamante residencia del espada cordobés. Un azulejo de San Rafael, preside el jardín del bello palacete, de un hombre creyente y sincero inundado de magia y duende. 69
Jerez de la Frontera, diciembre de 1944. Torero en la plaza, torero en la calle, torero en el campo: Torero por la gracia de Dios. Manolete en la finca “Jandilla”, de don Álvaro Domecq, posa con su elegancia singular. En la Córdoba milenaria, podemos seguir diciendo: “Si quieres construir tu futuro, apóyate en tus orígenes”
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“La ciudad perdida en leyendas levanta en estos días la belleza de sus ruínas, por donde vagaran Sultanes y Califas como fantasmas de grandezas, y ayer pasearon su señorial majestad “Lagartijo”, “Torerito”, “Manene”, “Mogino”, Juan Molina, “Guerita”, “Machaquito”..., y hoy ostentan la más alta representación de la torería el hijo de “Manolete”. (Madrid Taurino, 22-5-44) 71
San Sebastián, 15 de agosto de 1944. Por la mañana y acompañado de Pepe Luís Vázquez, pasa las horas jugando a la pelota vasca un día de corrida. No cabe duda que la arrolladora personalidad humana y torera de Manolote marcó una época: La época de Manolete, revolucionando el toreo, marcando la divisoria con el “antes y después de él”, un después que sigue siendo un hoy, porque se sigue toreando en la orbita del astro Manolete.
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San Sebastián, 15 de agosto de 1944. Manolete y Pepe Luís Vázquez se relajan en un bello marco con el Monte Igueldo al fondo, por la tarde torearían en el ruedo donostiarra acompañados por “El Estudiante” y Juan Mari Pérez Tabernero. Aquel ídolo de multitudes, tuvo una legión de fieles seguidores, que con una sorprendente constancia recorrían las ferias de España detrás de su torero, a pesar de las dificultades que entrañaban los desplazamientos. 73
Sevilla, 1 de noviembre de 1944. Manolete con toda su verticalidad soberana, está a punto de realizar su cambio de muleta por las espaldas, clavado en la arena y muy torero. La tauromaquia de Manolete tiene otro color, otro aroma, otro sabor, porque no se parecía a ninguna otra, pero se parecía a todo el toreo. El toreo era suyo, posiblemente no completamente suyo, porque estaba lleno de misterio.
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Sevilla, 1 de noviembre de 1944. ¿Qué podemos decir de esta estampa torera? Llena de misterio y solemnidad, la tragedia de su mitología le envuelve en sus garras. 75
Sevilla, 1 de noviembre de 1944. El Califa de la torería cordobesa en la Maestranza de Sevilla, donde el “Monstruo”, desde sus comienzos, tuvo unos fervientes admiradores. La tauromaquia de Manolete a pesar de todos los pesares ilumina, no basta con ver y mirar estas fotografías, precisan de una buena dósis de meditación. 76
San Sebastián, 15 de agosto de 1944.
No cabe más quietud, silencio, misterio, toreo infinito, duende, majestad, torería y personalidad en este lance a la verónica de ensueño. Sus verónicas eran lentas y perfectas. “La quietud, el silencio, el infinito, el misterio, la sombra, tu cabello, y mi voz que a la puerta de tu fosa sacude la centella de su grito para arrancar los toros de su sueño”. (Carlos Castro Saavedra) 77
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Manolo Caracol, rey del cante jondo con un misterio y duende que hizo época en el mundo del flamenco; Manolete, un mito sagrado del siglo XX; Pastora Imperio, la emperatriz de la copla, y cerrando el cuadro artístico la faraona, Lola Flores. 79
Enero de 1945. Una secuencia de la película dirigida por Abel Gance, en la que nos muestra un primer plano del “Monstruo”, si le decimos la verdad, llena de tragedia. 80
Enero de 1945. Manolete está sumamente pensativo muy metido en el rodaje de la película que no verá la luz por motivos económicos. Detrás de Manolete aparece Abel Gance, que con su gran sapiencia descubrió en Manolete un personaje ideal para una gran película, y es que la vida de Manolete, es una “vida de película” en la que no hay que invertarse nada. 81
Manuel Rodríguez estuvo enamorado de la bella Antoñita Bronchalo, que aparece con pantalones en medio de “Gitanillo de Triana” y Manolete. 82
Manolete con su íntimo amigo Tomás Aguilar.
Finca Fuentelaencina (Guadalajara). D. Juan Padilla y su esposa; Manolete, Antoñita y su hermana Luchi que se besan. 83
Fuentelaencina (Guadalajara) año 1946. Mirada de cansancio, mirada de profunda intimidad, mirada de un torero que lleva dentro a un hombre que no supieron comprender y que además le costó mucho encontrar la felicidad. Por estas fechas estaba en lo más alto, aunque en el fondo no lo parezca. 84
Fuentelaencina (Guadalajara) año 1946. El descanso del guerrero tiene la majestad de siempre, gran aficionado a la lectura pasa el tiempo leyendo ante aquel animal que le servía para pasear, cazar y acompañar. El mito era un personaje sumamente sencillo.
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Fuentelaencina (Guadalajara) año 1946. De haber vivido, su mechón blanco habría cumplido noventa años, el tiempo hubiese extendido el mechón por toda su cabellera. Ligero de equipaje, ligero de ropajes, ligero de muchas cosas está en su mundo ante la mirada de su amigo Juan Padilla, cuñado de Antoñita Bronchalo. 86
Fuentelaencina (Guadalajara), años 1946. Se ha retirado de los ruedos, amigo del campo y la naturaleza, junto a su novia Antoñita pasa unas vacaciones que levantaron una gran polvareda. Siempre con luz y taquígrafo, sin taparse de nada, porque para él no había nada que tapar ante la mujer que amaba. Otra cosa era lo que pensaban de ellos, cosa que a Manolete nunca le importó y solía manifestar: “Si me critican como torero, que lo hagan a mi persona es natural.” 87
Fuentelaencina (Guadalajara) año 1946. Manolete era muy blanco de piel y le gustaba tomar el sol para broncear su cuerpo, aprovechando aquellas vacaciones se paseaba por el campo buscando los rayos solares. 88
Fuentelaencina (Guadalajara) año 1946. A Manolete no le importa la presencia del fotógrafo para aparecer sin camisa y tirando de las riendas de un asno, Antoñita aparece con una vestimenta bastante atrevida para aquella época. La novia de Manolete era natural del pueblecito de Sayalón, provincia de Guadalajara, conocida artísticamente como Lupe Sino. 89
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Ahí está Manuel Rodríguez, esperando que la cámara pregone e inmortalice algo que nadie quiso entender. Foto publicada en el semanario “Triunfo”, nº 37, de fecha 12 de octubre de 1946, con motivo de su viaje a México, donde se especula si Manolete se ha casado. 91
Mirando al fotógrafo se deja besar por la mujer que le hizo feliz dentro de aquella riada de críticas que soportó con entereza. Hay algo que desde luego tenemos que reconocer, y es la autenticidad de aquel romance, ya que nunca se hizo con tapujos, todo lo contrario, de día y con sol. 92
Una vez acaecida la muerte de Manolete, Antoñita ha de partir para México, donde se casa con un doctor que se llama Manuel Rodríguez, del que se separa al poco tiempo para volver a Madrid, donde muere a la siete y media de la tarde, del domingo 13 de septiembre de 1959, de un derrame cerebral. Lidiándose aquel domingo en la plaza de Madrid, un novillo de la ganadería de don Juan Antonio Álvarez, de nombre “Islero”. Es verdad que Manolete ha sido sometido a todo tipo de aberraciones periodísticas, normal para los mitos, pero hay una verdad aplastante: Manolete supo ser torero en la plaza y en la calle. 93
Manolete en el año 1947, prepara su reaparición en los ruedos, con una tremenda verticalidad que se nos antoja hoy en día, imposible, así siempre será recordado con el paso de las generaciones. Quieta la planta, erguida la figura y con la solemnidad de todo un revolucionario del toreo. 94
Segovia, 26 de junio de 1947. Califa del empaque torero. Su tristeza se había acentuado trágicamente, era la sombra de un Manolete camino de la inmortalidad, al que se le nota el peso de la fama, las injusticias del público y la amargura de sentirse perseguido. “Aquel califa torero al cielo llevaron...roto está el califato.” Manolete sigue siendo el hombre que más cambió el toreo. 95
Alicante, 29 de junio de 1947. Manolete siempre acompañado por Camará. Torero y apoderado en los últimos días de toda una historia. Lleva puesto el traje rosa pálido y oro que vestirá en Linares.
“Andar es muy fácil. Lo difícil es andar sin premura. Pasear por el miedo del ruedo grave y con figura. Cuando un cordobés es torero su capa es la túnica. Esencia y desencia; las dos cosas juntas. 96
¿Quién ha visto, si no es entre sueños, la estatua segura, arriscada de gracia, de arte y de celo, crispada de angustia caminar paso a paso, despacio, buscándole sitio a su tumba?” (Pedro Garfias, a Manolete)
Fiestas de San Juan, Alicante, 29 de junio de 1947. Eran los últimos episodios de la Tauromaquia de Manolete. Fiel a una causa. “Tanto valor contigo te llevastes que todo un bosque de árboles valientes no podría en la tierra reemplazarte. Tanto honor sepultaron en tu pecho. Y tanta majestad en tu figura. Y tanta fuerza clara en tus brazos. Y con tu rostro tantas catedrales de ensueño, que si tales virtudes fueran de carne dura, en el mar que es tan ancho y tan profundo hoy tuvieras estrecha sepultura”. (Carlos Castro Saavedra). 97
Alicante, 29 de junio de 1947. “...yo nunca he dejado que me saquen a hombros. Yo sé que los que están en mi posición se les ponen velas, y luego se les quiere quemar con la misma cera. Pero yo -puede estar la gente tranquila- -ni voy a dar tiempo al cansancio, ni voy a dejar que me quemen...” (Triunfo, 28-9-46) “Enterraron tus huesos con tu alma Y tus huesos ausentes de ti mismo, y tu alma en ti mismo liberada, y en ti mismo olvidada de ti, de tus hazañas, construyeron tu gloria milenaria, tu barrera infinita, donde nos alcanza el toro y donde miras que se llena de siglos tu hermosura proscrita” (Carlos Castro Saavedra). 98
Pamplona, 10 de julio de 1947. Le quedaban cincuenta días de vida, y su empaque torero no puede ser más señorial. Torero hasta el último momento, vestido de blanco y oro para más puereza. Califa de la inmortalidad. Manolete, el Califa más nombrado. Son muchos los que se siguen enganchando al manoletismo, lo que considero una verdadera religión. Se es, o no se es de Manolete, no caben términos medios; o se aceptan sus mandamientos sin reservas, o no se cree en su dogma. “Manolete ha sido excepcional. A mí me impresionó más el hombre que su obra. Manolete era el gesto, el símbolo. Todo en él fue grandioso: su ademán, su desplante, su frase, su mirada. Manolete fue el mito, algo sagrado que vino a las Plazas para sobrecoger a las multitudes. Sí... Manolete vivió aparte... Y estimo, que triunfó en el toreo lo hubiera logrado de dedicarse a otra actividad artística”. (Doctor Blanco Soler, en el semanario “El Ruedo”, de fecha 8 de julio de 1954). El Califa de Córdoba, fue corneado de muerte el 28 de agosto de 1947. El día 29, se hizo inmortal, apurando hasta la última gota la copa de su destino. Los valores auténticos de esta vida no terminan con la muerte... 99
Pamplona, 10 de julio de 1947. El toro “Semillero”, de don Antonio Urquijo, durante el encierro mató a dos mozos. Al corredor Casimiro Heredia, en la calle Estafeta y a Juan Zabalza, en el ruedo de la plaza. Gran trapío del animal, cuando el torero tenía anunciada su retirada. Manolete cobró 250.000 pesetas y seguía siendo el torero más barato, la Meca obtuvo un beneficio de 209.842 pesetas. “No quisiera que la cera que me han puesto, sirviera para quemarme”. (“Triunfo”, 6 de septiembre de 1947). 100
Plaza de toros de Vitoria. Enorme semblante torero de todo un califa de la torería cordobesa, vistiendo el traje de calle. Torero en la plaza, torero en el campo, torero en la calle y torero en la eternidad de la historia. El ser humano da lo que lleva dentro, y el artista como humano que es, no puede dar otra cosa en su arte que lo que sale de “los adentros”. Manolete dio lo que llevaba en el fondo de su ser: torería a raudales por donde iba pasando. Su arte era una explosión que le salía del alma inundando su figura de creación, genialidad, singularidad y personalidad. Todo ello con la sencillez de lo puramente natural; pensar en quitarle o ponerle algo a su obra, es igual que admitir que nos gusta lo adulterado. Su obra, su tauromaquia es tal cual se nos presenta, otra cosa es que guste más o menos, lo que no debemos nunca pensar es que le sobraba o faltaba algún “condimento”. Tenía la “sal” justa que reciben los elegidos. Si tocamos su “guiso” torero, podemos cometer el sacrilegio en dejarlo soso o salado. Monolete no quiere ni puede parecerse a nadie, bastaba con ser Manolete, no le hizo falta envidiar a otros artistas, se gustaba y se crecía al sentir su torería. “A nadie que mire lo ajeno lo suyo le complace”. Califa en el tendido. 101
Vitoria, 5 de agosto de 1947. Manolete un nombre hecho para la leyenda, había que dar un paso más y convertirse en una gran leyenda, para eso, le quedaban por éstos días muy poco tiempo para alcanzarlo. Torero de romances y leyendas. La Gloria es reposar. Tú ya la tienes. Tu Gloria es ese hueco de la muerte que llenaron tus huesos y la tierra. Tu Gloria es todo lo que te rodea. (Carlos Castro Saavedra) 102
Vitoria, 5 de agosto de 1947. Manolete tiene los días contados, da miedo mirar la fotografía, porque en ella se aprecia a un público admirando algo más que a un torero, que mira a la cámara con cara un tanto de asombro. La instantánea parece estar sacada del guión de una película, si analizamos los personajes que en ella aparecen. Con Manolete se nos fue un pilar fundamental del toreo, un pilar que construyó a base de personalidad, una tauromaquia naturamente fundamental, por el pilar que la sustentaba. El lenguaje del “Monstruo” eran sus triunfos en las plazas de toros: Las grandes gestas no se escriben con vanas palabras sino con hechos. 103
Vitoria, 5 de agosto de 1947. “...Yo te lo diré César del toreo, con perfil de medallón romano; fuiste el torero más grande que los ruedos han pisado, y con un corazón más grande que el azul de los mares, y donde había alguna pena allí estaba tu mano generosa para socorrerla. Y por mucho que mi humilde pluma escriba sobre ti siempre será poco para ensalzar a tu gigantesca perosonalidad. La Cruz de la Beneficiencia qué bien ganada la tienes, gran capitán del toreo, que todo te lo mereces. Y conforme van pasando los años tu nombre en el álbum del recuerdo con más fuerza se va grabando, y la gente va comprendiendo que en los ruedos no han visto un torero tan grave, con un desdén tan soberano, ni un arte tan sublime, ni un corazón tan noble. Se extinguió la antorcha de tu vida, y poco a poco se va apagando la fiesta. Por favor, dime donde está el crisol para volverte a fundir de nuevo”. (Luís Molero Alamillo, en “El Califa”, de fecha 20 de agosto de 1960). 104
Vitoria, 5 de agosto de 1947. Recto ante el toro y ante la vida hasta el final. Aquella verticalidad angustiosa que nadie ha sido capaz de mantenerla como él. Pasarán los años Manuel y tu nombre seguirá estando en una palpitante actualidad. No cesarán los ataques a tu persona, es el precio que han de pagar los mitos, siempre para bien o para mal en boca de los públicos, como dijo don Quijote: “¿Ladran los perros Sancho?, señal de que cabalgamos”. 105
Victoria, 5 de agosto de 1947. Manolete escoltado por su primo “Cantimplas”, parece llevar un ademán cansado. La fama le pesaba demasiado. “
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Valdepeñas, 8 de agosto de 1947. Tiene los días de vida contados, la tarde se llenó de tragedia con la gravísima cogida de Pepín Martín Vázquez. A pesar de la distancia en el tiempo, el Califa perdura en la memoria. Estampa única en la historia del toreo: Matar muriendo; morir matando. Principio y fin de dos vidas. La del Califa Manolete, y la del toro “Islero”: Dos nombres para una leyenda, que lo convirtieron en mito. “Más allá de la arena, más allá de los ruedos. Dónde tú navegabas, grumete en un velero cargado de pañuelos. Más allá de lo vano, más allá de la vida. Y de tu propia gloria por lejana y porque tú no sabes que eres la lejanía. Tu gloria es ese espacio que ocupas en la frente de Dios todos los días”.
(Carlos Castro Saavedra) 107
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Huesca, 11 agosto de 1947. En el hotel antes de la corrida Fernando Vizcaíno Casas lo entrevista para “Triunfo”, manifestando: “A mí no me echarán de los ruedos, como al Guerra porque me iré antes. Sí, gano millones; pero menos que otros y con mucho más riesgo... Esta será mi última temporada...” La historia de Manolete se convirtió en leyenda y la leyenda en mito. Y los mitos mueren en el momento justo y preciso. “Ciertamente te fuiste en tu gloria” (Carlos Castro Saavedra) 109
Huesca, 11 agosto de 1947. Manolete en poco meses ha envejecido de manera sorprendente, y es que aquella temporada fue de pasión y muerte. 110
Huesca, 11 agosto de 1947. Juanito Belmonte, Manolete y Paquito Muñoz a punto de salir al redondel. Además de saber torear, sabía estar en la plaza. Si Manolete tuviese que ponerle un epitafio a su mitología, de seguro que mandaría a grabar: “Sólo supe ser torero”. 111
Gijón, 15 de agosto de 1947. Al Califa todavía le quedan ganas de sonreir en una de sus últimas tardes de gloria. Amó su arte y le dio su vida con gran pureza, silencio y ascensión. Con él murió la época de un califato que lo llevó a la inmortalidad. Manolete le corta dos orejas al quinto toro de la tarde y hace el paseíllo junto a Juanito Belmonte y Paquito Muñoz. 112
San Sebastián, 16 de agosto de 1947. Su rostro está cansado y su alma torera derrumbada.
San Sebastián, 16 de agosto de 1947. Tu torería sigue hoy revoleteando por los ruedos igual de vertical. 113
San Sebastian, 16 de Agosto de 1947. A la pregunta del periodista Matías Prats, manifestará a través del micrófono: “Qué ganas tengo de que llegue Octubre”. “No veo el momento de irme de los toros. Cuento los días que me faltan hasta octubre” y octubre no llegó, todo se quedó en un 28 de agosto, cuando más brillaba el sol. Tiene firmadas cuarenta corridas más. Espinoso camino por recorrer para sus derrumbados ánimos. “Donde todos los mundos son pensamientos puros, y dónde tu victoria interminable abona la victoria de los mundos futuros. Tu victoria es tu victoria sin ausencias”. (Carlos Castro Saavedra). 114
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Linares, 28 de agosto de 1947. Guillermo intenta taponarle la herida a su maestro, el pantalón pegado a la taleguilla, quedará manchado de sangre. A Manolete se le escapan los suspiros de vida a borbotones, son los últimos rubíes que sueltan sus venas toreras. El torero parece ir diciendo: “Voy a vivir para siempre”. “Todo el mundo recuerda, pero tu no recuerdas, tu viaje interminable. El camino tan largo que emprendió tu cadáver, cuando la gloria, gran libertadora, rompió las ligaduras que lo ataban a la plaza furiosa de Linares” (Carlos Castro Saavedra)
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Linares, 29 de agosto de 1947. Duerme en paz Manolete, tu inmortalidad es el mejor guardián de tu historia, nada ni nadie podrá cambiar el rumbo de ella. Tu sueño te hará despertar cada año cuando en la Linares de tu mitología, cada agosto como una cita obligada resuene en sus tendidos por una voz anónima: ¡SI MANOLETE HA MUERTO! ¡GLORIA A MONOLETE! Como diría el poeta, tu cuerpo abatido por la herida del muslo, se convirtió en un charco de azucenas. “La cornada de Linares vaciaba el cuerpo del torero y el de nuestro torero”
(Néstor Luján) 117
Córdoba, 30 de agosto de 1947. La madre de Manolete sale de la Iglesia de San Nicolás, acompañada de su nieta Lola Vargas, la sobrina preferida de Manolete, encargada de prepararle la ropa de vestir de calle. Dolor por el III Califa de la torería cordobesa. “Califa del toreo le proclama el sonoro batir de los timbales que proclaman los ecos de su fama...” (José de Miguel). 118
San Sebastián, 14 de agosto de 1944. El “Monstruo” plasma su firma en una fotografía que fue publicada en “El Ruedo”, número extraordinario, junio de 1945, resaltando con grandes titulares: “¡¡MANOLETE!! PRIMERA FIGURA DEL TOREO Ya todo es historia y memoria dentro y fuera de los ruedos, algo sumamente difícil mantener un nombre en el candelero durante tantos años. Con su leyenda, gloria y tragedia: NACE EL MITO 119
El escultor don Amadeo Ruíz Olmos, le dedica al fiel mozo de espadas de Manolete esta fotografía con el siguiente texto: “A Guillermo con el afecto de su amigo. Amadeo Ruiz Olmos”. Para siempre con los pies juntos. Descansa en paz Manolete, fuistes el perfil de una época, eres el perfil de esta época. Serás el perfil de muchas épocas toreras, para la eternidad en mármol blanco como te esculpió don Amadeo en tu sepultura, mito sagrado del siglo XX. “Duerme con tu victoria eternamente y eternamente crece tu victoria porque te has olvidado de ti mismo. Ya no sabes tu nombre ni el sitio de tu casa y estás desnudo en medio de los siglos.” (Carlos Castro Saavedra). 120