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Fernández Méndez, Enrique “Carbonero de Madrid”
from Diccionario de toros Tomo 1
by FCTH
por hacerse banderillero, y como tal desempeño su profesión desde la temporada de 1978, actuando generalmente en plazas de la zona de levante, con quien solicita sus servicios. En su etapa de matador de toros fue el padrino de la alternativa del diestro granadino Manuel Sevilla Hidalgo “El Taranto”, y de las confirmaciones de Rafael Martínez Roca “Rafael Roca” y Alfonso Romero Rocamora. El Caracol fue un torero que levantó pasiones en su tierra, prueba de ello es que le dedicasen cinco pasodobles. Como resumen, podemos decir que su estadística profesional es de 94 novilladas picadas y 152 corridas de toros en Europa (España, Francia y Portugal).
fernÁndez Méndez, enrique “CARBONERO DE MADRID”
Matador de toros cuyo apodo recuerda el oficio que ejerció en sus primero años en la carbonería familiar de sus padres. Sin embargo, el joven Enrique cuando tuvo 15 años decidió que ser carbonero no era la ilusión de su vida y se unió a otros jóvenes del barrio de Embajadores, entre los que se encontraban Vicente Pastor y “Fresquito” que tenían sus mismos sueños, y todos los domingos se dedicaban a frecuentar las capeas y festejos taurinos que había en los pueblos cercanos a Madrid. El 8 de abril de 1900, con solo diecisiete años estoqueó en solitario cuatro novillos en la plaza de toros de Carabanchel Bajo, convirtiéndose desde entonces en un torero indispensable para aquella afición por su valor sin igual. Cinco años después hizo su debut en la plaza de Madrid. Fue el 17 de diciembre de 1905 con Anastasio Castilla, Salvador Soler “Negrete” y Juan Cecilio “Punteret”, alternando en la lidia de reses de la vacadas de Halcón (1), Adalid (1) y Manuel da Cámara (2), es decir, a un novillo por coleta. El que tuvo peor suerte fue Punteret, que resultó cogido; Negrete escuchó palmas y Castilla fue silenciado. El Carbonero, que vestía de azul y oro debutó con el toro “Sabroso” y su labor fue silenciada. Tras su presentación continuó toreando por todas las plazas de la geografía española, siempre en su línea de torero temerario, característica que el publico valoraba mucho pero que hacía que el torero fuese muy castigado por los toros. Una de las cogidas más graves que tuvo, similar a la que costó la vida a Andrés del Campo “Dominguín”, fue la que sufrió en Bilbao el 7 de julio de 1908, que le tuvo a las puertas de la muerte durante mucho tiempo. Tras este grave percance, y en vista de que en España no hacia grandes progresos, realizó