“A la luz de la luna” E
l registro histórico, señala al Barrio de Analco, como el más antiguo de Guadalajara y los relatores de aquellos tiempos, le califican con un sello singular, ya que, los habitantes del Barrio de Analco, siempre se distinguieron por sus dotes artísticas, artesanales y creativas. A tan solo tres cuadras de La Parroquia de San José, fundada por los franciscanos y a la misma distancia de su famoso Jardín, nació en el año de 1915 José Moreno.
Pepe Moreno condujo su vida de forma itinerante, orientado solo por la brújula de su sensibilidad. Autodidacta de sus experiencias y emociones. Viajó incansablemente en busca de sus anhelos y realizaciones.
Es curioso amable lector. Parece como si la vida y obra de Pepe Moreno hombre, personaje y artista, perteneciera a una novela que al más agudo escritor se le hubiese ocurrido.
Pilar mantiene una inamovible devoción por su padre, producto de la estrecha comunicación que mantuvo con Don Pepe. Así me lo confeso vía telefónica.
El dedo invisible de Dios y los caprichos del destino, instalan alrededor de nuestras vidas, escenografías, espacios, personas y experiencias que nos proyectan en forma certera al encuentro con nuestro sino. Imagine usted a un puñado de chiquillos bajo la mortecina luz del foco de la esquina, “Jugando al toro”; una vieja silla como burladero, una reja de madera supliendo el lomo de un caballo, un roto y podrido palo de escoba a manera de vara del picador, retazos de carpintería simulando una espada, los viejos sacos de yute usándose como capotes y un deshilachado trapo rojo en vez de muleta. En el centro de ese ruedo imaginario, estaría Pepito, componiendo la figura, muy erguido, enfundado en su traje de las ilusiones y los sueños de oro, sacando el pecho y gritando con emoción ¡Venga Toro! al tiempo que ejecuta una verónica cargando la suerte con tal temple y dimensión que la firmaría el mismísimo Juan Belmonte, mientras escucha los ¡Oleee´s! de la infantil concurrencia. Cómplices amorosas de sus travesuras y correrías, fueron su entrañable abuela Doña Soledad, su madre y su tía, quienes atendían un viejo y humilde tendejón, que llevaba por nombre “A la luz de la luna”.
Por eso no me extraña que Pilar Moreno, su hija, tuviese con él una comunicación sorprendente, que siempre estuvo en la ruta del enorme y contundente cariño que existe entre los dos.
Esa cercanía tan profunda le permitió hablarle de tú a su padre. La pequeña niña, con apenas siete años de edad, se convirtió en el “Guru” de Don Pepe quien con toda tranquilidad, establecía las platicas con los mayores y su precoz Pilar, la que por cierto, tiene el don de imponer las manos por medio del “Reiki”, que no es otra cosa que el manejo de la energía vital, a favor del equilibrio corporal y sentimental, con la enorme virtud de conservar y mantener el privilegio de la calidad humana. “Mi padre me confió muchas cosas, porque tuve el privilegio de ser su amiga. Siempre le mire de forma diferente. Mi intuición de niña me hizo descubrir en su interior mucho más que la figura paterna, deleité sin límite su cariño de padre, me asombre de su capacidad humana y sobretodo de su intensa sensibilidad. Bohemio, soñador, buscador de lo imposible, comprometido con su realización personal sin abandonar sus deberes, pero, siempre como prioridad, su determinación para descubrir, lo que el mundo le ponía al frente, en todos sentidos. Exigente consigo mismo al cien por ciento, tuvo siempre una rigurosa calificación a la hora de juzgar sus composiciones musicales, así como una enorme y auténtica modestia con sus dibujos y pinturas, muchos
Prólogo L
as obras que presenta Pepe Moreno en este libro, representan una buena parte de su vida, retazos de su estar, miradas cotidianas de su entorno, que nos muestran cómo vibra en él, la sensibilidad sonora, que se hace presente también en la música, el teatro, la poesía, el cante y baile flamenco, la pintura y la palabra escrita, observando permanentemente, los espacios de las expresiones culturales, que están metidos en su retina, en su piel y en su sangre. Pepe Moreno vive intensamente en “Toreros, Gitanos y Sueños Eróticos”. Picasso decía: “El duende te tiene que pillar trabajando” Pepe Moreno nació, con el alma y el corazón de gitano. Lo dice su desbordada pasión taurina, su inclinación inteligente hacia las artes, su delectación por el “Flamenco”, sus crónicas taurinas y particularmente, su narrativa delante del micrófono, ofreciendo una nueva mirada en cada tarde de toros. Por ello pinta con emociones y dibuja con sentimientos. Su trazo vital despierta una enorme curiosidad. Tinta, pluma y color, se prenden de la textura y de la forma, para sorprendernos con una composición llena de colores vivos y luminosos, colmándonos de alegría y vivacidad. Viajero de sus percepciones y sentimientos, también nos ofrece una pintura con colores ocres y apagados, que presenta pocos contrastes, lo que puede transmitir tristeza y opresión, no necesariamente del artista, sino también las del propio personaje al que le da vida. Líneas y equilibrio entre los trazos de la pluma y el pincel, ya suaves y finos, ya gruesos y furiosos pero en todos dejándose llevar por su inspiración creadora. El artista pintor ha de conocer las reglas, aprenderlas y después olvidarlas, para irse tras el oleaje del duende, la inspiración y la llamada de las musas. Sus apuntes, dibujos y pinturas, nos
hablan del dialogo íntimo que sostuvo con ese duende inspirador, con la difícil facilidad de quien se abandona en la febril creación, momento supremo del artista. Su pintura taurina es digna de un cartel. Su movimiento tiene temple y torería, gallardía en la figura de los toreros y emotividad en sus toros. Nos ofrece una tauromaquia completa desde la soledad antes de la corrida, hasta la salida en hombros por la puerta grande. Federico García Lorca dijo: “En el mundo, solamente Méjico puede cogerse de la mano con mi país” Don Pepe Moreno no solo tomo de la mano a España, se la metió en el corazón y se bebió sus adentros, para esconderlos en los rincones de su esencia sensible, bohemia y singular. Por eso su mano creadora, traza, dibuja y matiza el desgarrador “Quejío del Cante Grande”, así como detalla la guitarra flamenca con su profundo toque, capturando de forma genial el momento en que bajan los duendes negros, para poseer a los cantaores y guitarristas que se transfiguran, con sus rostros de gitanos moros, al interpretar con filos de pasión, los diversos estilos de este arte misterioso. Nos sorprende con las “Bailaoras” que se dejan llevar por la vorágine de las palmas y las notas musicales, moviendo con majestad su cuerpo, sus manos y sus pies, entre los espacios del compás y la armonía. Pepe Moreno, diletante de la belleza en el regodeo de su abstracción onírica, se desplaza vehemente, atrapando sus imágenes eróticas, para ofrecernos una concepción plástica, plena de fuerza y viveza, de tal manera que mas halla de las formas femeninas, establece un dialogo extasiado que nos habla de las emociones internas de sus personajes. Enrique Rivas “Joselito”
de los cuales, tuvimos que rescatar para que él no los rompiera. En la palabra y en la escritura, mi padre tuvo sus dos grandes bastiones. En estas muestras de sensibilidad y cultura, tenía seguridad y arrojo, lo que le permitió mantener puestos de jerarquía y relevancia, tanto en la radio como en diferentes medios de comunicación impresa. Muchas veces confundimos sensibilidad con susceptibilidad. Comúnmente vemos a alguien llorar o ponerse mal y rápidamente no dudamos en comentar lo sensible que es esa persona. Sin embargo, no entendemos que la palabra sensibilidad es mucho más rica que eso. Ser sensible significa mirar, entender, comprender, aprender y ponerse en el lugar del otro; eso es ser sensible. Desarrollar la sensibilidad, debería ser una “materia obligatoria” para la vida...Una lección infaltable en el hogar. A mi criterio, es una cualidad tan vital como la vida misma. Una lección que aprendí de los labios de mi padre.” De esta sensibilidad sonora, de la arrebatada devoción por la cultura y las artes, Don Pepe Moreno dejo un registro de su genética artística, nada menos que en su hijo. Manuel Moreno en la pintura, dibujo y serigrafía, plasma tanto el talento heredado como el suyo propio; por lo que es ya, plenamente reconocido en el mundo del arte tanto nacional como de el extranjero y sin duda, hoy por hoy, es uno de los artistas mas apreciados de la plástica mexicana. La expresión de su trazo, en combinación permanente de luces, sombras y color, nace de una mano educada, obediente al creativo torbellino de su imaginación y a la vital pasión con la que en cada una de sus obras retiene la esencia de su ser. “Desde los cuatro años empecé a dibujar; papel y lápiz fueron mis juguetes preferidos. Es claro que esta predisposición
por la belleza y la sensibilidad en todos sentidos, así como la facilidad en el trazo, son marca indeleble del registro genético de mi padre. Con mi padre mantuve muchas diferencias que, aunque parezca un contrasentido, son el producto de las similitudes en nuestra personalidad. Fomentando dentro de mi una actitud competitiva, de lucha y tesón por lograr mis objetivos, con el tiempo y las circunstancias de la vida estoy cierto de que desde el punto de vista mas positivo, esto me permitió obtener una formación muy sólida. Su inquebrantable juicio critico, fue el detonador que saco a la superficie, muchas cualidades de mi persona, que jamás hubiera imaginado tener. Quizás lo que mas le agradezco es que gracias a sus silencios ò a las apasionadas discusiones que tuvimos, el encuentro con mi vocación es autentico, porque para mi pintar dibujar y crear es vivir. Mi padre fue un hombre de inteligencia seductora, con cualidades que llegaron al virtuosismo en todas las facetas que domino y que escogió para mostrarse en la vida dejando siempre huella de su apasionada sensibilidad. En la parte final de su tiempo, tuve la dicha de establecer diálogos profundos e intensos, en donde la comunicación viajo por los ríos de la sensibilidad artística, del respeto y del cariño mutuo. Me emociona intensamente el que su obra; especialmente sus dibujos por la soltura magistral de su trazo, quede plasmada en este gran esfuerzo editorial, que agradezco sinceramente.” Hace veinticuatro años, el 1º de Abril del año 1984, la ardiente llama que ilumino la intensa vida de Pepe Moreno se apago, dejando una cauda de admiración y respeto por el hombre y el artista. Enrique Rivas “Joselito”
¡Torero en flor, maletilla! Un capote para el hambre y el sudor de cada día, y los bolsillos del miedo llenitos de valentía. Manuel Benítez Carrasco
¿Para cuándo, maletilla, tu capote de percal? ¡Ay, si supiera la gente, maletilla, cuánto capotazo al hambre por un par de zapatillas...! Manuel Benítez Carrasco
De azabache y oro, Blanquet Elegante, clรกsico y soberbio. Sabio maestro del toreo El Bachiller
Cristo de la Expiración Belmonte Cachorro de los trianeros, Bríndale tu absolución Al mejor de los toreros Cachorro, si en Viernes Santo Te faltara un penitente, Asóciate a nuestro llanto Que es Juan Belmonte el ausente… Nicodemes Santa Cruz
En José estuvo el soplo Joselito y Belmonte y en Juan la brasa: y en los dos encendida la llamarada. Por eso fueron José y Juan, los dos juntos: todo el toreo. Anónimo
José Bergamin 60.- ¡Eje vaca! “sueño del Ganadero” la llama desde la altura “asentao”* desde su jaca, el probador de bravura. Es Romera** becerra de altos vuelos, unos padres de bandera y también sus bisabuelos. Van saliendo Granjera** Morita** y Dulce, ** lo hacen con gran estruendo y con sabor agridulce. Humillada embebida en la muleta, con su bravura afirmada por derecho hasta la meta. Jacinto Rojas
PATIO DE CUADRILLAS. La sangre se encenaga bajo la máscara de oro y los músculos se ahuecan entre la tensa seda. El ronco sol se desmigaja entre los ladrillos rojos y un vaho de madera vieja se aovilla en los harapos de sombra... La saliva es una aguja agria clavada en la embustera sonrisa y un sudor inmóvil se enhebra en las manos contenidas... Tres hombres se miran sin verse -posibles verticales abatidas-: “-Que dios reparta suerte...” Rafael Herrero Mingorance
Lienzo con sombras y luces, Rafael El Gallo negro miedo que me asombra, que sobrecoge el tendió, capote de azul envés desbaratando el sentío, cuando sueña Rafael. Paco Montero
Con seis bordones negros con doce medias lunas y sol en media plaza. Paseillo sin compรกs requiebros de garganta voz que sale del centro cumplidos que desgarran. Felipe Alejo
Todo en él es poesía: lirismo lleva el capote graciosa algarabía y además en su conciencia de valiente lidiador la que recoge la esencia de su más puro sabor. Blanca Sierra
El pase de muleta es el arco glorioso que al fin rinde el acoso que la muerte sujeta. Y cuando atravesada siente el toro su vida, piensa que la corrida vale bien una espada. Rafael Alberti
En el patio de cuadrillas, ya se encuentran los espadas, Picadores, monosabios, Y un tiro con tres mulillas. Se respira en el ambiente Una mezcla de emoción, De vida también de muerte ¡Es la hora de lo incierto, de la verdad, de la suerte ¡ Juan Aznar Sánchez
La sangre se encenaga bajo la máscara de oro y los músculos se ahuecan entre la tensa seda. El ronco sol se desmigaja entre los ladrillos rojos y un vaso de madera vieja se anovilla en los harapos de sombra... La saliva es una aguja agria clavada en la embustera sonrisa y un sudor inmóvil se enhebra en las manos contenidas... Tres hombres se miran sin verse -posibles verticales abatidas-: «-Que dios reparta suerte...» Rafael Herrero M.
Van a hacer el paseĂllo con la montera en la mano y con el capote al hombro. ÂĄSon tres toreros bizarros! Esta es una gran corrida y los toros jerezanos. Justo cinco aĂąos ya tienen, dos les caen en el reparto. cada cual con su cuadrilla. van vestidos de oro y blanco Esther De Santander
El torero acompaña con el capote al viento el raudo movimiento del toro fiel que pasa. Es esta sinfonía del capote, que suena, ¿a qué? He aquí el misterio... Rafael Alberti
Por encima de las astas, que buscan el pecho, las dos banderillas milagrosamente clavando..., se esquiva ĂĄgil, solo, alegre, sin perder la lĂnea. Manuel Machado
El artista ha dado vida, En un taurino cartel, Con su mágico pincel A un tercio de la corrida Parece real la embestida, Real parece la sangría Y aún más real la valentía Del matador frente al noble; De pintarse un pasodoble En el cartel, sonaría. Germàn Zelada
La capa no torea, torea el cuerno, y al centro de los ruedos llega oriunda la sangre derramada en un pitรณn de duelo; en un pitรณn que llama sangre a la sangre y a las arenas fuego. Guillermo Cuesta
No hay rojo menos gris que una muleta, leve, en tu mano izquierda desmayada, la naturalidad que se embragueta cotiza en bolsa pero vale nada. JoaquĂn Sabina
Andar es muy fĂĄcil. Lo difĂcil es andar sin premura. Pasear por el miedo del ruedo grave y con figura. Pedro Garfias
Y a la hora de la suerte voy a entrarle por derecho, con un volapiĂŠ bien hecho y directo hacia la muerte. Felipe Alejo
¡Ay torero! Por ti siento un amor tan pasional que cuando se acerca el toro a ti me pongo luego a rezar. Le pido a La Macarena, Virgen de la Soledad que esos pitones tan fieros, no te causen ningún mal... Esther De Santander
Llora, Giraldilla mora, lagrimas en tu paĂąuelo. Mira como sube al cielo la gracia toreadora. NiĂąo de amaranto y oro, como llora tu cuadrilla y como llora Sevilla despidiĂŠndote del toro. Rafael Alberti
La ordenada magia del toreo, va comenzar De valiente, tiene el corazón, con muleta roja quiere torear La norma y el reglamento va derrumbar Un chaval de espontáneo, al ruedo se va ha tirar. Suenan parches y clarines, los de a caballo van a picar El toro con bravura embiste sin derrotar Es el quinto de la tarde, al chaval le ha gustado y en ese se va tirar Ya esta en el ruedo el valiente, la gente empieza a gritar ¡Un espontáneo en la plaza, que el toro lo va ha matar… dos estatuarios y un natural, la ovación es general Una guapa en el tendido exclama sin demorar… ¡ Apenas es un chiquillo no lo vayan a golpear… Enrique Rivas “Joselito”
Inflamada por la danza, se quemรณ todo su cuerpo. Voz y guitarra callaron oprimidas por el miedo. Cuando el fuego se apagรณ y todo quedรณ en silencio, cuatro guitarras de plata purificaron su cuerpo. Juan Velasco
Bailando, tienes algo de sultana, y en la penumbra de tus ojos brilla el fulgor del mirar de una gitana embriagada de sol y manzanilla. Rogelio BuendĂa
Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido: yo, porque tú eras lo que yo más amaba, y tú, porque yo era el que te amaba más. Pero de nosotros dos, tú pierdes más que yo: porque yo podré amar a otras como te amaba a ti, pero a ti no te amarán como te amaba yo. Ernesto Cardenal
Lujosamente bella y exquisita, Con aires de gitana tentadora, llegaste, adelantรกndote a la hora, rodeada de misterios de la cita. El salรณn reservado oyรณ la cuita, de una calida noche pecadora, y al amor de tu carne ofrendadora reventaron las yemas de afrodita. Evaristo Carriego
Dormitando el olor en tu capote, cuajado de jazmĂn y maravilla, sobre tu piel de perla fina, quiero llenarte de besos, y subir por la esclavina. Romance Julio Romero
En su cuerpo la guitarra presentía, que de palmas, cante y baile era su romántico amor ¡La Bulerìa ¡ Domingo Rosado
“Brindo por las damitas, damiselas, princesas, vagas, suripantas, las de tacón dorado y pico colorado, pues mitigaron mi sed y saciaron mi hambre y me dieron protección y abrigo y acompañaron mi soledad. Que Dios las bendiga por haber amado tanto”. Rodolfo Rodríguez “El Pana”
Ven a navegar por mi cuerpo desnudo, con tus manos ardientes de pasión descubre mi sensibilidad y ahógate en mis ríos de ansiedad. Acaríciame lentamente, hazme resurgir rodea mi cintura, bésame con locura, hazme delirar, enrédate en mi cabello rizado y no me dejes nunca escapar. Quisiera estar en tus labios para apagarme en la nieve de tus dientes. Quisiera estar en tu pecho para en sangre deshacerme. Quisiera en tu cabellera de oro soñar para siempre. Que tu corazón se hiciera tumba del mío doliente. Para que vayas gritando mi nombre hacia los ponientes, preguntando por mí al agua, bebiendo triste las hieles que antes dejó en el camino mi corazón al quererte.
LA NIÑA VA POR MI FRENTE ¡Oh, qué antiguo sentimiento! ¿De qué me sirve, pregunto, la tinta, el papel y el verso? Carne tuya me parece, rojo lirio, junco fresco. Morena de luna llena. ¿Qué quieres de mi deseo? Por las orillas del río se está la noche mojando y en los pechos de Lolita se mueren de amor los ramos. Federico Garcìa Lorca
No vuelvas a enredarte en sus ojos yo te pido, ojos gitanos, ojos morenos, embrujadores. No mires para atrás cuando sientas que se está yendo déjalos que no sabe todo, lo que está perdiendo Mariela González
Arden cual fuego en tus venas, leyendas de noble cuna, Y es que a tu lado las penas, Se olvidan con tus faenas, Tan bellas como la luna. Sergio El Poeta
Vestidas con mantos negros Piensa que el mundo es chiquito y el corazĂłn es inmenso. Federico GarcĂa Lorca
Una mujer desnuda y en lo oscuro es una vocaciรณn para las manos para los labios es casi un destino y para el corazรณn un despilfarro una mujer desnuda es un enigma y siempre es una fiesta descifrarlo. Mario Benedetti.
Con el alma en los ojos te contemplĂŠ extasiado. Fui a pronunciar tu nombre y me quedĂŠ sin voz... Y por mi ser entero paso un temblor sagrado, como si en ti, desnuda, se me mostrara Dios. Manuel Magallanes
A nadie, a nada que es se parecía, tenía un rostro propio que nunca fue copiado. Se diría que surgió de la espuma, inconsistente, del oleaje. Y al hacerla mía vi su reflejo, en el fondo de la mente. Era mi creación intransferible, la hice sin molde y es irrepetible. Francisco Álvarez
Te invento en mis sueños, me inundo de placer, te dibujo en el aire, te acaricio con el viento y vuelvo a nacer… Anónimo
En cada encuentro nuevo, descubro en ti nuevas pasiones firmamento de emociones... Las cuales yo despierto. Descubro en tu cuerpo, nuevos caminos y senderos en tĂş interior presiento... Nuevas emociones. Lydia GĂłmez Ferrer
En la tranquila noche, Mis nostalgias amargas sufría, En busca de quietud bajé al fresco y callado jardín. En el oscuro cielo, Venus bella temblando lucía, como incrustado en ébano, un dorado y divino jazmín. Rubén Darío
Y en mi calle sin salida, Yo no puedo caminar, Ni de noche ni de día, Ni Pá lante ni Pá tras. Porque para ser buena… no tuve valor Miguel Poveda
Has educado tu boca y tus manos, tus mĂşsculos y tu piel, y tu alma. Eres la libertad y el equilibrio; no sujetas ni detienes a nadie; no sometes a los recuerdos ni a la espera. Eres pura presencia, fluidez, perpetuidad. Jaime Sabines
Amiga, amante, amada, recuerdo de ese dĂa de siempre, te reconozco, te canonizo a un lado de los hipĂłcritas y los perversos, te doy todo mi dinero, te corono con hojas de yerba y me dispongo a aprender de ti todo el tiempo. Jaime Sabines
Vamos al misterio: a la gloria, al dolor o a la muerte. Rodolfo Gaona
Si yo fuera picador, a mi amor le comprarĂa, collar de rojos corales, engarzado en plata fina. El Presi
La tauromaquia es de todas las Bellas Artes la mรกs ortodoxa, pues es la que mรกs prepara el alma para la contemplaciรณn de las grandes verdades Miguel de Unamuno
Es muy difícil saber dónde acaba el miedo, y empieza el valor, El toreo es lo más suave que hay, Se le hace daño al toro con suavidad, y la muleta por abajo. Juan Silveti “El Tigre”
Tu cadencia provoca muchos celos chicuelinas de dulce son un sueño, revoleras marcadas, de diseño y verónicas lentas, son modelos. Jacinto Rojas
De bulerĂŹa tu capote, Para salir pinturero, y escribir en el albero, versos de aroma y seda, te hiciste artista y poeta Juan De CĂłrdoba
Y cuando las cuadrillas riman su paso al son de un pasodoble, vivo y sonoro, alegre como el vino de AndalucĂa, cada traje es un iris de seda y raso, que a los besos de llamas de un sol de oro se derrite en un iris de pedrerĂa. Francisco Villaespesa
Héroe y mártir del toreo, no lo veremos ya en las Plazas de sus triunfos… Pero en el ruedo celeste, sobre una arena de nubes azules vestido de sol y de luceros, lidiará para los ángeles la media luna en creciente… Roque Armando Sosa Ferreyro Eduardo Liceaga
¡Que estampa tienes Torero ¡ ¡Que finura, que belleza¡ La música te acompaña Suenan compases de fiesta. Gadeira
Con finura y gallardía desafiante el rehiletero, esbeltez de caballero por delante toda hombría. Cabriolea con alegría reluciente cual lucero, jugando sobre el albero ante la fiera bravía. Felipe Alejo
Por encima de las astas, que buscan el pecho, las dos banderillas milagrosamente clavando..., se esquiva ĂĄgil, solo, alegre, sin perder la lĂnea, el buen banderillero. Manuel Machado
Tus pitones media luna tú morrillo un rubí yo de príncipe vestido Y en la arena un clavel de roja sangre carmesí Felipe Alejo
Los dos van al encuentro. El toro con su nobleza. . . El torero con su ciencia. Raudos encuentran su centro y en alarde de destreza el arte y el valor arrecian. Felipe Alejo
¿Que tú me vas a matar, porque en tus pitones tengas dos muertes sin estrenar...? ¡Venga, venga...! ¡Prueba a ver si lo consigues! Yo, en cambio, si me persigues, «pa» que veas la nobleza con que juegan a la muerte los señores, antes de darte muerte te voy a tirar dos flores. Manuel Benítez Carrasco
Silencio, plaza callada. En los medios un torero con la muleta plegada y su mirar altanero. Muy quieto sobre el albero con la muleta ya armada, espera al torito fiero que acudirรก a su llamada. Jacinto Rojas
El toro ya no es toro, es una pintura real, tu muleta un pincel, y el ruedo todo un mural. Felipe Alejo
La Muleta es falsete, Para toros de casta, Resonancias toreras, De herencias centenarias. Felipe Alejo
Cinco tandas de portada le pegรณ al toro lucero, una faena firmada con su gran temple de acero. Jacinto Rojas
El torero va vestido con adornos de cairel y está delante del toro, que lo mira y bien lo vé. ¡El rojo trapo de grana, maravilla con su olé..! Esther Santander
Torero muerto de miedo, Es el que mejor torea, Porque ha matado a su sombra, Y solo su luz le queda. JosĂŠ BergamĂŹn
He intentado mirar, con ojos de historiador, la figura del torero, el último héroe romántico, de una civilización. Carlos Abella
Estocada de guerrero y un clavel desde la grada, con un sentir hechicero lanza Pilar de Granada. Jacinto Rojas
Sobre la arena. . . Plata y oro. Luce el arte su maestría de buen temple. ¡Que tesoro! Manda y para la «embestía» pasa y pasa el noble toro. Sol y sombra. ¡Qué algarabía! Felipe Alejo
Pisas firme en el ruedo tu muleta es paĂąuelo, que acaricia el albero, bajo el sol de la tarde, eres arte y simpatĂa, vestido de torero. Serranito
Cuando tomas la muleta Derrochando torerĂŹa, En el centro del anillo, Con temple y valentĂa, Desde el tendido, La gente te aclama, Por bulerĂas, Cante andaluz
Humilde su testuz el toro humilla, y el pase gira, largo, bajo y lento y del diestro a los pies llega el aliento de la res, al besar la zapatilla. Federico Acosta
Como mimbre canastero se mece tu cuerpo entero mientras pasa al burel y el vuelo de tu muleta es el verso de un poeta que quiere al cielo beber que el bronce de la escultura del toro por la cintura y tu muĂąeca un cincel. Pedro Rivera
Que venga el toro de largo La muleta por delante La pureza es cante grande Para torear despacio Para sentir en tu pecho La grandeza del espacio La Faena Por Soleares Ignacio Sรกnchez Mejias
TardarĂĄ mucho tiempo en nacer, si es que nace, un andaluz tan claro, tan rico de aventura. Yo canto su elegancia con palabras que gimen y recuerdo una brisa triste por los olivos. Federico GarcĂa Lorca
Ignacio Sánchez Mejias ¡Qué gran torero en la plaza! ¡Qué gran serrano en la sierra! ¡Qué blando con las espigas! ¡Qué duro con las espuelas! ¡Qué tierno con el rocío! ¡Qué deslumbrante en la feria! ¡Qué tremendo con las últimas banderillas de tiniebla! Federico García Lorca
En mis manos tengo ya estoque de puro acero, y al toro -que és soberanohago con el trapo el quiebro, ¡porque junte bien sus patas y abra la cruz que deseo! Voy a clavarle la espada en el morrillo de lleno para que doble muy pronto ¡aquí! en los medios del ruedo. Esther De Santander
Si la muerte se fija en el deslumbrante traje del torero y lo envuelve con ese capote de penumbra y horror, que es la cornada, emerge en el ruedo la tragedia en un suceso que acaba con el ser humano; pero que, al tiempo, lo engrandece y lo convierte en hĂŠroe de leyenda AnĂłnimo
Y ese porte tan torero. Qué pureza… Qué faenas… Qué valía… ¡La plaza aplaude!, nadie respira… y la mirada se nutre del ritmo y la fantasía. Qué alegría… Por un triunfo de gran valía Agustín Linares
Existe una imagen para cada vida, así como hay un paisaje, un trazo, un
dibujo, que invaden nuestras emociones, que solo tienen que transmitir, aquello que transmite la mirada y posarse en cada alma, con igual cadencia, con la misma sencillez, con la que surge de las manos del maestro, sin perder en el aire su belleza. Un concierto de colores, que sale del pincel creador del artista, dibujando rostros y expresiones para asombrarnos, al mirarnos en el mismo espejo de la vida. Cuando arte y pasión convergen en perfecta armonía, cuando intuición y esfuerzo es el camino, cuando serenidad y riesgo culminan en creación, cuando virtuosismo y humildad, conviven en perfecto equilibrio, cuando eres capaz de cosechar éxitos y compartirlos, cuando eres capaz de abrir brecha sin perder la cabeza y la locura se plasma en genialidad, cuando amistad y trabajo se dan la mano, cuando eres capaz de tocar el cielo sin quemarte las alas… Serás Artista Enrique Rivas “Joselito”
Este libro se realizo por encargo de Pilar y Jose hijos de Don Pepe Moreno con el unico fin de preservar y difundir la obra del artista. Los originales que aparecen impresos en este libro pertenecen a Pilar Moreno, Manolo Barbosa, Oscar Espinosa y Juan Pablo Corona a quienes la familia Moreno agradece el haberlos facilicitado para lograr esta obra.
CREDITOS: Textos: Enrique Rivas “Joselito” Diseño: Oskar Ruizesparza
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