TRATADO DE LA POESÍA MEXICANA EN LOSTOROSSIGLOS X V I – X X I Tomo I

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JOSÉ FRANCISCO COELLO UGALDE

TRATADO DE LA POESÍA MEXICANA EN LOS TOROS SIGLOS XVI – XXI.

SIGLO XX (II) 1985-2020



1943 TAURINO ¡Quién como tú, lidiador, tuviera un lecho de arena y una mortaja de sol! 1 1943

Todos los versos que, como Calaveras taurinas aparecen relacionados en ese contexto, provienen de la revista Torerías. México, D.F., Año I, Nº 9, del 2 de noviembre de 1943. Por tratarse de más de cuarenta muestras, y para obviar referencias incómodas, simplemente se relacionarán con número y nombre respectivamente. 1 El Tenorio texcocano. suelta piedra fingida suelta esa mano, que aún queda el último grano en mi faz embellecida!... 2 Don Juan Estrada. Aquí está don Juan Estrada que de ninguno se deja y que sostiene una Oreja con el valor de su espada. Bien huyen de su estocada aquéllos que en flamenquismo no tienen el “donjuanismo” de aceptarle un “mano a mano” a este don Juan queretano, el mandón del torerismo. 3 Don Luis Briones. Es don Luis de Seda y Oro un torero de cartel para quien quiera algo d´él estando delante el toro. Causa en las masas azoro con su arte de buena ley y es entre todos el rey 1

Armando Duvalier: TIBOR. HAI-KAIS. México, Editorial Surco, 1943. 116 p., p. 44.


que tiene trono y tronío; monarca del señorío es don Luis de Monterrey. 4 Don Luis Procuna. No hubo príncipe en Sevilla que comparársele pueda y bien afirmado queda que es don Luis de Maravilla. ¿Todo un garbo en taleguilla! De la cabeza a los pies vuelve loca a doña Inés y burla a cualquier Tenorio. ¿Por algo es don Luis Camborio que vale lo menos tres! 5 Tono Algara. Antiguo criador de toros y hoy empresario taurino, tiene escrito en su destino luchar con negros y moros como aquellos caballeros que con el Rey don Fernando siempre andaban peleando contra africanos guerreros. Pero aquí hay un caso raro, pues Tono, en u pleitecillo, al encontrarse a un morillo perdió el juicio, y pidió amparo. 6 Doctor Ibarra. Nunca hicieron migas juntos Xavier Ibarra y la Muerte, porque él, con su brazo fuerte, le quitaba los difuntos, y hasta cuentan datos ciertos que una vez fue ese doctor activo organizador de una gran huelga de muertos; pero implacable el Destino, al no poderlo matar, lo comenzó a disecar


hasta hacerlo un pergamino. 7 Manuel Horta. Cocida como una torta, esta calavera oscura fue la cabeza de cura del escritor Manuel Horta. Ha llamado la atención el raro color cutáneo de los huesos de este cráneo, únicos en el panteón; pero el tono rubicundo se debe a que en vida era la de Horta la calavera más asoleada del mundo. 8 Pepe Ortiz. Relata una añeja crónica con rigor y pulcritud que Ortiz murió en Hollywood saboreando una verónica. Se recreaba en la suerte lento, cadencioso y tardo, cuando Lupita Gallardo llegó y le causó la muerte. Y fue, que, tras el pacake, descubrió en tan duro tance que aquello no era un lance: era Verónica Lake. 9 Rojo de la Vega. A todos un fin nos llega; pero… ¡qué muerte más trágica tuvo, en forma casi mágica, José Rojo de la Vega! Una vez, en Nicaragua, atravesando un desierto, de sed sintiéndose muerto, ingirió una gota de agua.


Y fue el colapso tan fuerte para aquel ilustre sabio, que apenas mojó su labio murió con horrible muerte. 10 Romárico González. Tuvo dos grandes dehesas, Piedras Negras, La Laguna, y a las dos, una por una, las fue trocando en pavesas. Padeció en forma barbárica de un reuma tan antipático que unos le decían Romático y otros le decían Reumático. Vino a juntarse al panteón con sus toros paralíticos, después que público y críticos le dieron la extremaunción. 11 Don Antonio Llaguno. Fue don Antonio Llaguno, aunque a todos cause envidia, por su ganado de lidia el criador número uno. Siempre fueron para él los premios presidenciales, y todos sus animales alcanzaron gran cartel. De tristeza su murió porque una corrida entera cayó en una ratonera y el gato se la comió. 12 Don Dificultades. Miles de calamidades y jugadas del Destino sorprendieron en el Pino al Viejo “Dificultades”. Evocar su poder de antes era su dicha en su establo,


y por consejos del diablo se llenó de poderdantes. El pobre murió hace un año cuando, a causa de la guerra, el Rey Jorge de Inglaterra le dio la Orden del Baño. 13 La corte de Difi. La copiosa comitiva del autócrata del Pino tuvo por final destino esta tumba colectiva. Yacen “Chito”, “Perengano”, Arizqueta, Juan Redondo, el doctor Monge hasta el fondo y atrás Bazán y su hermano. Mas no lloremos por eso ni lancemos ayes vanos; deben estar muy ufanos porque tienen harto hueso. 14 Alfonso Icaza “Ojo” Alfonso Icaza, cronista de todo lo “cronicable”, fue también muy estimable como campeón bolichista; siempre andaba aquí y allá diciendo que él era un justo; lo mataron de un disgusto los hijos de su papá. esta frase pronunció al dictar su testamento: “¡Que lo de mi monumento lo administre otro, no yo!” 15 Lorenzo Garza. El diestro de Monterrey era, en plena juventud, un gran torrente, un alud, era el amo y era el rey; pero, aunque joven y fuerte y en lo mejor de su edad, sin golpe ni enfermedad se le presentó la Muerte:


“Ven conmigo sin engaños”, dijo ella, y él, sonriendo: “Voy, que me estoy despidiendo”. ¡Y murió de noventa años! 16 Armillita. Las clavijas de violín que ornan esta calavera denuncian que en vida era del gran torero Fermín, y estos fémures de hermosa curva en figura de horqueta eran las piernas de atleta del gran maestro Espinosa, y como ni una tirita de la piel se encuentra rota, claramente se denota que aquí reposa “Armillita”. 17 Silverio Pérez. Silverio murió asfixiado, masticado, deglutido, asimilado, ingerido, y finalmente expulsado. Una vez perdió la calma; le apostó una dama terca: “Ni yendo a bailar a Chalma puedes ya torear más cerca”. Y él, por el afán del oro y por ganar esa apuesta, sólo halló una forma, ésta: ¡se metió dentro del toro! 18 Luis Castro “El Soldado”. Bajo un monte de almohadillas quedó enterrado Luis Castro porque confundió el Rastro con plazas de campanillas. Hoy sólo crece en su tumba una triste rosa roja, se mató en la cuerda floja citando para una rumba. Los que más le han censurado son culpables, pues es claro,


si lo quitaron lo caro lo dejaron des-carado. 19 Conchita Cintrón. Tan flamenca y tan torera era Conchita Cintrón que le hicieron su cajón con tablas de una barrera. Cuando se murió Dios quiso como don excepcional que entrara en marcha triunfal a caballo al Paraíso. De llanto y luto cubrió con su muerte nuestro suelo; pero fue fiesta en el Cielo la tarde que ella llegó. 20 Luis Procuna. Moreno de verde luna, gitano del Albaicín, nació diestro de postín el esbelto Luis Procuna. Era un tigre para el tango, toreaba por soleares y sus graciosos andares recordaban el fandango; pero una tarde en la Villa se vio frente de un novillo… él se bailó un fandanguillo… y murió de “seguidilla”. 21 Valencia. Con su arrogante presencia y líneas extraordinarias superó a las solitarias el simpático Valencia. Aquí estan su calavera y su escuálido esqueleto, el parecido es completo a lo que él en vida era. Mas perdonad que ninguno de sus huesos singulares se encuentren formando pares ¡todos están de uno en uno!


22 Pepe López. Vencedor de las edades Pepe López parecía, mas le atacaron un día diversas enfermedades; fue su suerte tan hostil, que le dio la tos ferina, sarampión, escarlatina, parálisis infantil, y como si fueran pocas estas plagas a montón, para mandarlo al panteón ¡le dieron viruelas locas! 23 Gabriel Soto. Este cráneo hueco y roto que el duro mármol machuca sólo es la caleruca del valiente Gabriel Soto. En la plaza de “El Toreo” la cosa se le dio fu, y Guerra, chante la mu, le dio su cortón de a feo,. Contraviniendo las leyes, tras una campaña activa se ganó la alternativa como matador de bueyes. 24 Gregorio García. Fue aquí tenido por loco el novillero Gregorio, cuyo túmulo mortuorio está en estilo barroco; pero, caso extraordinario, cuando llegó a Lusitania con sus detalles de insania se hizo “revolucionario”. Nunca de él se pensó mal, mas decíase con jolgorio; “Si allá es el amo Gregorio cómo estará Portugal!”


25 Osorno y Balderas. En un perol de metal del más apretado horno se cuecen Melchor Osorno y el diestro Raúl Bernal; su castigo será eterno, pues que fueron malos hombres y al renegar de sus nombres se ganaron el infierno, y el propio jefe, Luzbel, les atiza las calderas tanto a Ricardo Balderas como al falso Rafael. 26 Tres novilleros. Paco Rodríguez, Toscano y Anselmo Liceaga fueron los toreros que cedieron sus huesos al Vaticano. El Papa y sus secretarios quisieron que se exhibieran, para que las gentes vieran huesos tran extraordinarios, y hoy se ve ante las vitrinas que se están horas y horas con miradas soñadoras hambrientas huestes caninas. 27 Raymundo Villarreal. Raymundo Villarreal era. cuando la parca llegó, un diestro de la montera a los pies. El día que se presentó armó gran escandalera y hasta la oreja cortó. Como torero cuña era -la cuña para que ajuste ha de ser de igual maderaaunque a alguno no le guste, lo llevaron al panteón sin montera y sin cajón. 28


Darío Ramírez. Fue tan valiente Darío y tan de cerca toreaba que al público electrizaba causándole calosfrío. La muerte vino a buscar al gran torero Darío pero al verlo muletear a un toro de gran trapío fue ella la que se murió sin poder decir ni “pío”. 29 Antonio Rangel. Como diestro de cartel fue famoso en León, su tierra, mas quiso la suerte perra siempre cebarse en Rangel. Fue caballero y romántico, y no lo hizo nada mal cuando se fue a Portugal volando sobre el Atlántico. Torero sin oropel, batallaba sin descanso; pero siempre que había un manso tenía que tocarle a él. 30 Rolleri y Tabaquito. De todas las calaveras que hallaron en un panteón, dos llamaron la atención porque llevaban monteras. Se cruzaron mil apuestas entre los sepultureros: ¿Por qué están esos toreros con las monteras aún puestas? El enigma es sencillito: lo que vivos no mostraron hasta muertos lo ocultaron “Rolleri” y el “Tabaquito”. 31 Ezequiel Fuentes.


Ezequiel Fuentes un día estaba sobre su losa oyendo a Nacho García Aceves, que le decía “¡Ganarás muchos tostones y tendrás mucha fortuna porque tú iugalas a Briones y al gitano Luis Procuna!” 31 “Pascualet” Cuando del Arca Jafet salió en el Monte Ararat, abrió una jaulita y ¡tat! surgió al aire “Pascualet”; y cuando rompió la aurora después de aquel aguacero, Pascual se encontró soltero porque le faltaba Lora. Se vio tan guapo y tan rico que casarse se propuso, mas murió porque se puso como Dios puso al perico. 32 El Negro Joel. Era tan negro Joel, que una vez fue a ver al Xuistle y allí le cayó el chahuixtle y ya nadie dio con él. Una runfla de maletas se presentó, y “chaco, chaco”, dijo el Negro, se echó un taco, y se lo llevó patetas. Su túmulo funerario lo cuidará, mientras viva, porque nunca se hace chiva, su gran cuate el empresario. 33 “Campanero” y “Nili” Reposan aquí, vecinos, don Francisco “El Campanero” y “El Nili”, su compañero en escándalos taurinos. Ellos trajeron batiboleo,


y aquí hicieron del toreo inextricable maraña. No tuvieron dos cabellos de tontos, y bien lo hicieron, que donde quiera que fueron fue el escándalo con ellos. 34 Porfirio Sánchez. Porfirio Sánchez torero con valor y voluntad no tuvo necesidad de usar al sepulturero. Todo lo que deseó lo llevó a cabo porfiado por eso fama dejó de matador esforzado. Y al llegar al panteón alzó la pesada losa y sin meditar la cosa dio de la piedra un tirón. “¡No necesito peón para mi última faena, no le temo a la condena… y se tiró de rondón! 35 Paco Malgesto. Es alegre y muy apuesto, más activo que el Vesubio el locutor boquirrubio llamado Paco Malgesto; tiene un programa en que gana el dinero por raudales, el que examina chavales, sopla a Arteta y charla a Tana; mas de todo se desprende, hasta de su sepultura, cuando lo contrata el cura para San Miguel de Allende. 36 Valdemaro. Valdemaro aburrido dejó la vida esperando “su toro” con ilusión; para colmo el osario de aquél panteón le salió con el “hueso de la corrida.


37 Pepe Faroles. Para tratar con toreros, Nadie mejor preparado Que quien hubiera tratado Líderes y pistoleros. Ahora diestros y críticos Y los toros más malditos Se le hacen unos benditos A quien trató con políticos. Si supo de los bemoles De la Cámara y sus gentes, ¡qué sencillos, qué inocentes Nos mira Pepe Faroles! 38 “El niño de la Rosa” Aquella extraña y diminuta cosa que con trabajos desde aquí se mira y que tienta las cuerdas de lira es Ramón Mier, El Niño de la Rosa. Comenzó su carrera de espontáneo, y luego se escapó de sus mantillas por vestir taleguilla y casaquilla para salir al ruedo a andar de cráneo. Un caso en realidad extraordinario el de este tierno anémico mamón, que cambió por la espada su chupón y dejó por la plaza el silabario. 39 Agustín Lara. Esta calavera rara que al verla da pataleta fue del músico poeta, el famoso Agustín Lara. Con los lúgubres acentos de esa su voz de ultratumba que se escapa de su tumba nos da estremecimientos. Su túmulo se adornó, según se ve por las trazas, con enormes calabazas que María Félix sembró.


40 José Cándido. Cual todos sin excepción, el autor de aquel opúsculo también tuvo su crepúsculo y vino a dar al panteón. La pluma fue un adminículo que manejó con denuedo, y si a veces bajó al ruedo sólo fue e hacer el ridículo. Fue muy severo y cruel apaleando a los toreros; mas los toros, justicieros, bien lo apalearon a él. 41 Flamenquillo. Cuando se murió Colín su sepelio fue imponente, pues concurrió mucha gente de prestigio y de postín; Villanueva iba delante Luis Rodríguez presidía, “Yucateco” le seguía y detrás Carcho, flamante. vino a dar al cementerio por hacer el disparate de comerse un aguacate tras un triunfo de Silverio. 42 Félix Briones. Del susto se petateará este Briones; pues creía el calavera de Lara que al ser Félix, -cual María su matrimonio aceptara. 43 Jesús Guerra “Guerrita” Este capitán Centellas -un general en riñoneses un “as” de corazones emocionando a las bellas.


Más alto que las estrellas ante ninguno se humilla y ni el talento de “Armilla” se equipara al pundonor de quien sólo por valor ante una res se arrodilla. 1943 “El novillo despuntado” El novillo despuntado de la hacienda de Homobono,2 ¡Uy, jay, ¡jay! a más de cuatro vaqueros les ha quitado lo mono, ¡Uy, jay, jay, qué risa me da! Frijolito, frijolito, frijolito enredador, ¡Uy, jay, jay! no te vayas enredando donde se enredó mi amor. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da. Dicen que soy hombre malo, malo y mal averigüado, ¡Uy, jay, jay!, porque me comí un durazno de corazón colorado. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da! A la sota y al caballo siempre apuesto mi dinero, ¡Uy, jay, jay! a la sota por bonita y al caballo por ligero. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da! Mi mujer y mi caballo, los dos murieron a un tiempo. ¡Uy, jay, jay! Mi mujer, Dios la perdone, mi caballo es lo que siento. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da! Yo me casara contigo; pero ¿con qué te mantengo? ¡Uy, jay, jay! Sólo que comas zacate 2

Homobono, se refiere a un nombre masculino, de origen latino con su variante en español. Viene de Homobonus, de homo (hombre) y bonus (bueno), por lo que el significado literal es hombre bueno.


como una burra que tengo. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da! De los huesos de mi suegra voy a hacer una escalera, ¡Uy, jay, jay! para meterme al sepulcro y escupir la calavera. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da. Las muchachas de este tiempo son como piña madura, ¡Uy, jay., jay! luego que les dan un beso les sube la calentura. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da! Las muchachas de este tiempo son como la yerbabuena, ¡Uy, jay, jay! no se conforman con uno, sino con media docena. ¡Uy, jay, jay, qué risa me da.3

Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…): El texto que se transcribe fue tomado de “El romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo”, de Vicente T. Mendoza, pero también se puede localizar en todas las siguientes obras, aunque en versiones más reducidas: “Álbum de canciones antiguas y modernas”, Tip. Eduardo Guerrero. Este libro no contiene numeración de páginas ni fecha de edición, pero por obras similares podemos ubicarlo en los años treinta del siglo XX. “El corrido mexicano. Su técnica literaria y musical”, Daniel Castañeda, Editorial Surco, México, D.F., 1943, páginas 74 a 75. En esta obra solamente se reproduce la primera estrofa o copla del corrido. “Cancionero taurino (popular y profesional)”, Bonifacio Gil García, Librería para Bibliófilos, Madrid, España, 1964-1965, tomo III, página 145. “Cancionero folklórico de México, Coplas que no son de amor”, tomo 3, bajo la dirección de Margit Frenk Alatorre, El Colegio de México, primera edición, México, D.F., 1980. En esta obra se reproducen varias estrofas o coplas del corrido de manera aislada, en las páginas 29, 97, 109 y 271 (las coplas se identifican con los números 5920, 6402, 6485, 6486, 6487, 6488 y 7690). “Cancionero folklórico de México, Antología, glosario, índices”, tomo 5, bajo la dirección de Margit Frenk Alatorre, El Colegio de México, primera edición, México, D.F., 1985, páginas 41 a 42. “Cantares del pueblo, épica y lírica del corrido”, Selecciones del Reader’s Digest, colección privada, Reader’s Digest México, S.A. de C.V., Impresora y Editora Mexicana, S.A. de C.V., primera edición, México, D.F., 1986, página 179. “El apólogo español en la producción folklórica de México”, Vicente T. Mendoza, en La cultura popular vista por las élites. Antología de artículos publicados entre 1920 y 1952, introducción y selección de Irene Vázquez Valle, Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la Universidad Nacional Autónoma de México, primera edición, México, D.F., 1989, página 52. En esta obra solamente se reproduce la primera estrofa o copla. “Cancionero popular mexicano”, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Dirección General de Culturas Populares, Volumen 1, cuarta reimpresión, México, D.F., 1991, página 429. “El romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo”, Vicente T. Mendoza, Universidad Nacional Autónoma de México, segunda edición, México, D.F., 1997, página 529. Este corrido es interpretado por Oscar Chávez en el disco compacto número III, canción número 4, de la “Encerrona con Oscar Chávez., Canciones Taurinas”¸ de Discos Pentagrama, S.A. de C.V., México, D.F., 1991. 3


1943 El torero anda huyendo… El torero anda huyendo; de indignación arde el coso y todas las bocas gritan: ¡mamarracho, aguanta al toro! Y un amigo del torero du voz a los vientos lanza: “No lo molesten señores, porque ese muchacho aguanta… “Tiene dos cuñadas, suegra, dos primos que no trabajan, y una mujer que le grita, lo hace guaje y mucho gasta. “Y tras de aguantar todo eso en su casa el infeliz, todavía exigen ustedes que el pobre hombre aguante aquí”. Anónimo.4 1943 “…Carlos Arruza…” “…Carlos Arruza Sobre la arena Va escribiendo La historia de honor. Tu valentía Demuestra al mundoi Que no ha muerto Ni muere el valor. ¡Arruza! ¡Torero! De España tienes La gallardía Del mexicano Nobleza y hombría…” Victoria Eugenia Necoechea de Sepúlveda.5 1943 4 5

Jueves de Excelsior. Editado por Excelsior. Director: Manuel Horta. Nº 1077, del 25 de febrero de 1943. Op. Cit.


Tipos de la fiesta. Benjamín Villanueva… VILLANUEVA (Benjamín), Influyente personaje, Ligando con gran coraje Le da ánimo al torerín Aunque el torerín se raje. Nunca abandona su puro, Un puro de gran tamaño; En todo gesto seguro, Va a donde quiere, ¡que es duro Aunque a alguno le haga daño!6 1943 Tipos de la fiesta. DON lleva ante su nombre, merecido… DON lleva ante su nombre, merecido: Da siempre más de lo que ha recibido, Incluyendo ser pobre y ser augusto; Fue su lema ser justo, y por ser justo Igual que ataca al fuerte, da al caído. (Versos dedicados a José Jiménez Latapí, DON DIFI). 7 1943 Tipos de la fiesta. Píndaro le brindó su lira un día… Píndaro le brindó su lira un día; Inspiró en el amor su verso alado; No contento, toreó y fue ovacionado, Otra satisfacción para su hombría. Chorro de anhelos, se hizo apoderado Otro motivo de su fantasía. (Versos dedicados a Ricardo González “PINOCHO”, subalterno).8 1943 Tipos de la fiesta.

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Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 45. México, D.F., 21 de septiembre de 1943. Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 46. México, D.F., 28 de septiembre de 1943. 8 Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 48. México, D.F., 12 de octubre de 1943. 7


RETO, tras de la gloria, a su destino… RETO, tras de la gloria, a su destino OLVIDANDO la vida descansada, LLEGÓ a torero, para hallar su sino. LUEGO gozó la gloria conquistada… ENTUSIASTA de aquel medio taurino, REUNIENDO ser torero y ser padrino, IDEALISTA fue, Guiador de Espadas.9 1943 Tipos de la fiesta. DR. AGUSTÍN BARBABOSA. Es BARBABOSA un galeno Aficionado a la Fiesta sin que por ello use en esta la anestesia ni el veneno. Tres centavos de bigote untados en un papel; su risa llega al cogote pero no contiene la hiel. Aspirante a novillero es en eso del cobrar, pues aun después de sanar nunca reclama el dinero.10 1943 CALAVERAS TAURINAS BRIONES (LUIS BRIONES) Auténtico Rey de Oros, Que vino a revolucionar Todo el mundo de los toros, Con su afición ejemplar. Reposa ya, bien juzgado, Después de tanto combate, Sin que haya quien le arrebate, La gloria de haber ganado. JOAQUÍN GUERRA (EMPRESARIO) Más actividades tuvo, 9

Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 49. México, D.F., 19 de octubre de 1943. Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 50. México, D.F., 26 de octubre de 1943.

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Que cuentas tiene un rosario, Y no paró hasta que estuvo Convertido en empresario. De limosna fue enterrado, Porque –según él- perdió, Aunque no faltó quien vió, Su capital bien saneado. TONO ALGARA (ANTONIO ALGARA, EMPRESARIO) Fue la afirmación en vida. Nunca a nadie negó nada, Por lo que toda partida, Llevaba siempre ganada. Y de esta manera y suerte, Encontrándose en la empresa, No pudo la misma Muerte, Agarrarlo por sorpresa. BÉJAR, AUTORIDAD, CHATO ZAMORA. (ROSENDO BÉJAR, TORERO EN RETIRO) ¡Suenan cuatro campanadas! Abandonando sus tumbas, Surgen de las catacumbas Tres figuras descarnadas. Y a cornetas y timbales, Ordenan sin más demora, Que ha llegado ya la hora De empezar los funerales. DOCTORES ROJO DE LA VEGA, IBARRA, GARDUÑO. En lucha continua y cierta, Con la muerte descarnada, Ésta nunca pudo nada, Ni aún teniendo puerta abierta. Mas ahora yo, ¿Cómo mato A éstos tan buenos doctores? Tan sólo les pido un rato, Mientras lo pienso, lectores. GREGORIO GARCÍA (NOVILLERO) Marcado estuvo su sino, A pesar de que los duchos -que en esta materia hay muchos-,


Negaron al potosino. Hoy ríe su calavera, Y enseña muy bien los dientes, Desafiando a valientes, Que hagan lo que él hiciera. DARÍO RAMÍREZ (NOVILLERO) DARÍO un “JUEVES” murió, Pero la Parca le dijo: “¡Vuélvete a la Tierra, hijo, Que aún tu misión no acabó!” “EL VIZCAÍNO” ARTURO ÁLVAREZ (NOVILLERO) Luchador empedernido, Pero incierto cual ruleta, O cambiante, cual veleta, A la que el viento ha venci8do. En su vida padeció Muy tremendos temporales, Que la gente comprendió, Antes de sus funerales. GORRÁEZ (FRANCISCO GORRÁEZ, MATADOR DE TOROS) En el aire siempre anduvo, Cuando en vida fue torero, Llegando a ser el primero, Que mayor tiempo allí estuvo. Conocer la sensación, Quiso de un más alto vuelo, Y se estrelló contra el suelo, Al “clavarse” su avión. PACO HERROS (NOVILLERO) El amo fue en La Morena, Donde se impuso el señor, Que tuvo “madera” y buena, Igual a la del mejor. Si quedó en aquel panteón, De todos ya recordado, Desde otro más elevado, Tendrá lugar su ascensión. PACO RODRÍGUEZ


(NOVILLERO) Torero sin pretensiones, Con los machos muy apretados, Que en México y los Estados, Tuvo grandes actuaciones. No obstante su ejecutoria, Vino a morir muy temprano, Pues la empresa, de la mano, Le quitó virtud y gloria. ARMILLITA FERMÍN ESPINOSA, MATADOR DE TOROS. Que “Armillita” está de gira; Que “Armillita” no torea. Pues no ha tal. Quien ello crea, Rinde culto a la mentira. “Armillita” está bien muerto En el panteón de Dolores Y allí lo verán, señores, Como en vida: ¡frío! ¡Yerto! SILVERIO SILVERIO PÉREZ, MATADOR DE TOROS. Con su terno negro y blanco, Bajó al sepulcro Silverio, Aquel torero tan serio, Algo patizambo y manco. Aún recuerda la afición Sus derroches de machismo, Pero también, con razón, Su exclusivo derechismo. “EL SOLDADO” LUIS CASTRO SANDOVAL, MATADOR DE TOROS. En la Unión de Matadores Donde llegó a general, Toreó como los mejores, Al respaldo del sitial. Persiguió siempre sus fines Con gran empeño y calor, Para decir: “Yo el mejor Y aunque sea entre cojines”. PEPE LÓPEZ (SUBALTERNO) El mundo sus vueltas daba, Nos hicimos todos viejos,


Y viéndonos desde lejos, El toreando continuaba. Cuando ya llegó a una edad, Igual a la de tres loro, Se retiró de los toros Con la mayor seriedad. PINOCHO (RICARDO GONZÁLEZ, SUBALTERNO) Catorce metros medía El hombre, de cuerpo entero, Y ningún sepulturero Cavar su fosa quería. No es, pues, exageración, Decir que al ir a enterrarle, Al aire hubo que dejarle Hasta mejor ocasión. ROLLERI Bregando fue cosa seria, Y todo un maestro, clavando; Mas el tiempo, siempre andando, Hizo polvo su materia. Como de ello no se salva Ni el mejor ni el más maleta, Se explica que la coleta Se la pegara en la calva. GARZA LORENZO GARZA, MATADOR DE TOROS. De una blanca margarita, Estamos pendientes todos. ¿Volverá Garza a los toros, O se quedará en casita? Que me fui; que ya no soy. Margarita, ¿tú qué dices? Y entre si me quedo o voy, Riendo está el gran Narices. ARRUZA CARLOS ARRUZA, MATADOR DE TOROS El que no aprovecha en vida La ocasión que se le ofrece, Bien pronto desaparece Por la puerta de salida. De manera inesperada, Le sorprendió la Pelona, En forma de cuchillada “chafiresca”, muy felona.


SOLÓRZANO JESÚS SOLÓRZANO, MATADOR DE TOROS Por su historia y condiciones Duramente fue atacado, Y en ocasiones dejado Hasta sin pelo y calzones. Hizo unas declaraciones En que hubo mucho de cierto, Para con todo, ser muerto Por tantas complicaciones. JUAN ESPINOSA (SUBALTERNO) Ni un capotazo de menos, Ni un capotazo de más, Ni siquiera un paso atrás En peligrosos terrenos. Nada tuvo de alocado; Siempre medido y preciso, Hasta para morir quiso, Estar muy bien colocado. ZENAIDO (ZENAIDO ESPINOSA, SUBALTERNO) De raza le viene al galgo, Tener el rabo muy largo. Y al hacerse de este cargo, Dijo que de cierto hay algo. El mundo, cuando él murió, Temblaba hasta en sus cimientos, Y ni en aquellos momentos Su rostro en algo cambió. MANUEL GÓMEZ BLANCO (SUBALTERNO) Cierto es que fue yucateco; También que con Garza anduvo; Que siempre fiel se mantuvo, Y que nunca “pisó chueco”. Actuó de banderillero Hasta el día en que murió, No obstante que también dio La nota, de novillero. MAERA Era fuerte como un tanque; En la brega fue un cañón,


Y llamaba la atención, Por la fuerza de su arranque. Nunca lo vimos cansado, Pero podemos decir, Que cuando quiso morir, Garza estuvo retirado. FELIPE MOTA (PICADOR DE TOROS) Nació para picador, Y siempre estuvo picando, Sin por ello estarlas dando, De su gran castigador. En la Unión de Subalternos, Puesta por él en la altura, Encontró su sepultura, Y allí está, como los buenos. BARANA (PICADOR DE TOROS) De brazo como el acero, Y de elevada estatura, Era toda la figura, De un perfecto coracero. Aunque fuera un presumido De haber sido buen jinete, A la gruta de la Muerte, Partió a lo desconocido. RAUL HORTA (ESCRITOR Y PERIODISTA) El muchacho más activo, Que por la vida ha pasado, Siempre estuvo pensativo Silencioso… ¡concentrado! Con juicio propio de adulto, Picó al vuelo donairoso, Mas la Muerte le fue al bulto, Y a volar mandó al picoso. JUAN REDONDO Era un tipo holgazán, Juan; Sobresalió por orondo, Redondo.


Su muerte fue singular -¡natural!-; Lo enterraron en huacal Circular. LUIS GÓMEZ y “ALAMBRITOS” Dos guasones esqueletos, Alejados ya del mundo, No pudieron estar quietos, Ni en el silencio profundo. Y de buenas a primeras, Sin grandes ruidos ni gritos, Surgieron las calaveras De Luis Gómez y “Alambritos” SILVETI (JUAN SILVETI, MATADOR DE TOROS) Un formidable esqueleto, En arrogante postura, Indica la sepultura, Donde está el Meco muerto. Y, han quedado en el panteón De señal para el futuro, Dos riñones, un mechón, Un traje charro y un puro. BLANDO (ANDRES BLANDO, MATADOR DE TOROS) Muy tarde vino a saber, Que se encontraba soñando, Hasta que fue despertando, Y estuvo dispuesto a ser, Pero la Parca, iracunda, No le dejó que así fuera, Y de muy mala manera, Cortó su vida fecunda. RIVERA (FERMÍN RIVERA, MATADOR DE TOROS) De novillero, en la altura; De matador, muy notable; “Miel en Penca”, inolvidable; Oreja de Oro, y figura. Hizo tanto el camarada, Que pudo el más pintado; Y aún así, fue reventado Y sumergido en la Nada.


PROCUNA (LUIS PROCUNA, MATADOR DE TOROS) Con su estilo y su elegancia, Venció desde la primera; Fue realidad, no quimera, Su arte pleno de prestancia. Artista de cuerpo entero, Le esculpieron en la losa Que nos indica su fosa: “Aquí descansa un torero”. ESTRADA (JUAN ESTRADA, MATADOR DE TOROS) Aunque luchador fue su sino, Mantuvo siempre la calma, Sabiendo abrirse camino, Con el corazón y el alma. Y premiando esfuerzo tanto, Hoy su tumba es de primera En el triste camposanto, Donde ayer fue de tercera. CAÑITAS (CARLOS VERA, MATADOR DE TOROS) Rondando la Muerte anduvo, Tras de su presa futura, Pero no la vio segura, Y su impaciencia contuvo. Hizo bien, pues al volver, A doscientos y en reversa, Se encontró con que la presa, Al fin tuvo más que ver. CHATO GUZMÁN (SUBALTERNO) Hacer esta calavera, En la presente ocasión, No tiene mucha razón, Porque el Chato siempre lo era. Pero pecara de ingrato, Si por ello no la hiciera, Y así pensara cualquiera, Que en vida conoció al Chato. LIMBERG (PICADOR DE TOROS) Entre los varilargueros, Que nosotros conocimos,


Creemos y lo decimos, Que estuvo con los primeros. Desapareció del mapa Y el sentimiento es profundo, Por haber ido del mundo, Tras de la que nadie escapa. CHALÍO (ROSALÍO RODRÍGUEZ, ALGUACILILLO) Aparece el alguacil, Con fúnebre vestimenta De mil quinientos setenta, Y muy severo perfil. Procediendo con misterio Esta figura macabra, Hace que al instante se abra, La puerta del cementerio. CHICUELÍN (MANUEL JIMÉNEZ, NOVILLERO) Pasó un año y otro año, Un mes y otro mes pasó, La Muerte fue y regresó, Y “Chicuelín”…. en el baño. Tal y como fue encontrado, Allí se encuentra tendido, No sé si ahogado o dormido, Pero bien enjabonado. FELIPE (FELIPE GONZÁLEZ, COMO NOVILLERO) Con la fuerza de un ciclón, Arrolló todo a su paso, Para luego darse el caso, Del que se pega un sentón. No aprovechó la ocasión, Y sumióse en lo ignorado, Pues no hay suya una razón, Aquí ni en el otro lado. OSORNO (RAFAEL OSORNO, NOVILLERO) Peleando a brazo partido, Anduvo contra la muerte, Cuando le alcanzó la Muerte, Y ¡zas! le dejó tendido. Y puesto que ya no existe,


Recémosle esta oración: Te fuiste porque quisiste, Espera en la resurrección. GUERRITA Hombre de gran corazón, Se enfrentó a las situaciones, Y tomó resoluciones, Dignas de todo campeón. Con el mundo entero en guerra, Guerra se fue a Portugal, Y aunque allí no le fue mal, Vino a morirse a su tierra.11 1943 Tipos de la fiesta. RICARDO COLÍN. Cronista y apoderado, Con sede eterna en la “Flor”, Donde la vida el señor, La pasa repantigado. “Flamenquillo”, en consecuencia, Más charro que una seta, Pero sabiendo la ciencia, De llegar siempre a la meta.12 1943 Tipos de la fiesta. DON ALFONSO DE ICAZA “OJO” Porque sabe lo que dice, Y lo dice porque sabe, Icaza no se desdice, Aunque este mundo se acabe. Es la ley de todo aquél, Que un buen criterio mantiene, Y lo que dice sostiene, Como lo hace “El Redondel”. ¡Helo aquí, lector amable! Toda una gran figura, 11 12

Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 51. México, D.F., 2 de noviembre de 1943. Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 52. México, D.F., 9 de noviembre de 1943.


Que ha encontrado la postura, Para no herir con el sable. “Alambritos”. 13 (Con motivo del 15 aniversario de nuestro estimado colega “El Redondel”). 1943 Tipos de la fiesta. RICARDO ZARRAGA Y ASHBY Desde su más tierna edad, (tres años aún no cumplidos) Está siempre en los tendidos, Pleno de afición verdad. Aprobado por peritos, En materia de “ver toros”, Hoy le reconocen todos, Por el “segundo Alambritos”.14 1943 AÑORANZA. REPONSO A ALBERTO BALDERAS. 29 de diciembre Del 940; La afición troncha sus manos En la crisis de la pena. Llora el papelero; llora Lupe, lloran Ellas; Lloran los hombres valientes; Y llora la ciudad entera, ¡Que “Cobijero” hundió el asta En la vida de Balderas! Se moría el torero honrado; por eso, porque quiso darlo todo al público que lloraba ahora su muerte. Allí, entre los médicos impotentes, estaba la carne sangrienta, hecha símbolo ya: de una época y de un sentido de deber… PRIMERA JORNADA El sol, en todo México: En el tendido, ella; Y en medio del aplauso Está Alberto Balderas, Con el alma de bronce, Con el traje de seda 13 14

Sol y Sombra, Año I, T. 3, Nº 53. México, D.F.,16 de noviembre de 1943. Sol y Sombra, Año 2, T. 3, Nº 57. México, D.F., 14 de diciembre de 1943.


Solitario en el círculo Que la muerte rodea. Fue la última hora de emoción y de gloria. La muerte ya venía escondida en los burladeros, en las sombras grises y en los gestos raros… SEGUNDA JORNADA Y el cuerno entró en la carne De la afición entera; Lo sintieron agudo, Taladrando la pena. No fue un torero herido Fue una multitud yerta, Sollozando en la angustia Del anillo de arena. La sonrisa se helaba En la boca desierta, Y un muñeco gemía Detrás de la barrera. Una mujer gritaba escondida la cara en las manos. El picador cerraba los puños. Y Balderas, entre los brazos de los hombres, los resortes rotos, era un muñeco de trapo. Dentro en los toriles, un toro indiferente bramaba… TERCERA JORNADA Flores y manos calientes; Flores en la tumba azteca; Símbolos de amor al símbolo Que deja sola a la Fiesta. Con el corazón partido Lloras los trajes de seda Y los ojos de los charros Que escapan por las laderas… Y la tumba del torero se llenó de flores, y las regaron las lágrimas; las flores murieron pero sobre la tumba queda algo que no ha podido borrar el tiempo, algo invisible y eterno: el recuerdo. Este es uno más de los recuerdos a Alberto Balderas; este de los TRES TERCIOS. LUMO REVA.15 1943 ROMANCE DE ANTONIO VELÁZQUEZ EL GITANO QUE NACIÓ EN MÉXICO. Si es gitano, o no es gitano, sólo su sangre lo sabe; que el”cuarterón” de “calé”, 15

Sol y Sombra, Año 2, T. 3, Nº 59. México, D.F., 28 de diciembre de 1943.


calla y calla; y arde y arde. Si es gitano, o no es gitano, nos lo ha de contar su sangre: místico en hondo delirio, calladito en sus pesares, y un ansia, que roe y roe en el bronce de sus carnes. ¿Quién es ese gitanito que si es “calé” no lo sabe? Ese torerito negro; ése, es Antonio Velázquez… Hondo, recio, firme, bravo, con su capote que llena de luz, la tierra y el aire. Hondo, recio, firme, bravo, como un álamo en la tarde, como un águila en las nubes, como un vapor en los mares. El laurel definitivo que corona la obra de arte; abismo, por lo profundo, por su fragor, tempestades… Ese torerito negro, ése, es Antonio Velázquez… El rayo de las cornadas le funde los alamares, y los paramentos de oro que hacen luminoso el traje. Pasa el toro… Y el torero es firmeza y es aguante: chasquido de rudos huesos, como canciones mortales, acompañan la liturgia del hondo, de largo pase… ¡Ese es Antonio! ¡Ese es Antonio Velázquez! Viene de lejos el viento para ver lo que no sabe; que hay un torero de bronce que teje con seda el lance, y le ofrece el Arco Iris color en sus naturales. Viene de lejos el viento, para el aroma llevarse,


y esparcirlo por el mundo de los gitanos cabales. Ese torerito negro, ése, es Antonio Velázquez… Un torerito gitano que hace las cosas más grandes; “estilo” en la ejecución, e innovación en la “clase”. ¡Y un corazón que se agranda y del tórax se le sale! Si es gitano, o no es gitano, sólo su sangre lo sabe; pero ha nacido torero, y siente los olivares andaluces, que le cuentan el misterio de sus tardes -que lo esperan tembolorosas de luz y gloria- triunfales… Ese torerito negro, ése, es Antonio Velázquez; que hace sentir y sentir al ritmo de “soleares” con sus quites luminosos que el espanto hace inmortales: Que arranca sangre a las manos, y hace secar a las fauces y enroquece las gargantas con la gloria. -¡Sí! ¡La gloria inmarcesible de sus pases! ¡Que nació para torero, por la “salú” de mi madre! Corinto y plata.16

1943 Una corrida de antaño. I ¿Conque persistes, Alonso, en tu tenaz negativa? ¿Conque tú, el más victoreado, por su destreza en la lidia, desprecias la de esta tarde 16

Jueves de Excelsior. Ciudad de México, Número 1077, 25 de febrero de 1943.


y, con las manos tranquilas, en vez de alancear los toros desde el tablado los miras? -Tal vez ni a mirarlos vaya; mas si voy, no se estaráin tranquilamente mis manos, pues ocasión repetida ha de haber, yendo vosotros, de aplaudir hasta rendirlas. Hoy tengo el humor muy negro. Los que sois de la partida miraréis allí a las damas que vuestros pechos cautivan, y premiarán vuestros triunfos con amorosas sonrisas. ¿Yo a quién habré de volverme cuando, sintiendo mi pica, el toro corra o vencido al fin a mis pies se rinda? ¿A quién habré de ofrecer los aplausos que reciba; Vosotros buscáis los ojos que os deleitan cuando os miran; yo ¿cuáles he de buscar, si los que yo buscaría, tan ingratos como hermosos sólo en mi daño se aplican? Acabando estas razones a su casa se retira Don Alonso de Montero, galán de hidalga familia, apuesto como valiente y que a las damas codicia. Vive prendado hace mucho, Don Alonso, de la hija de don Pedro de Olivares Berenguer y Pérez Rivas, quien, con sus muchas riquezas, no tiene joya más rica, pues si es de recato ejemplo, Leonor por hermosa admira. En vano el mozo la sigue al verla salir de misa y la requiere de amores y le revela sus cuitas; ella muda permanece o a indicarle se limita vea que las gentes murmuran


y que las gentes los miran… ¿Tiene otro amor la doncella? ¿Por qué es con él tan esquiva? La incertidumbre le acosa y al acosarle le irrita; mas no ceja en el empeño por su decoro y su dicha. II Parten al aire cohetes y estando en el aire estallan; suenan músicas alegres en que la gente se apiña una confusa algazara. Banderas por todas partes, vistosas cortinas, palmas, y frente a varios tablados lienzos con escudos de armas, que revelan de sus dueños lo hidalgo de la prosapia. El Capitán General muestra en el suyo el de España y en el del Ayuntamiento el de Mérida se estampa. Toda la ciudad se mueve, Todo se viste de gala, que hoy se juró en la Provincia por Rey al nuevo monarca que el solio de sus mayores y el vasto imperio heredara. Eclipsando con la suya la belleza de las damas y atrayendo corazones al atraer las miradas, está Leonor con su padre y de ella a corta distancia Don Alonso de Montero, lamentándose, al mirarla, de que cuerpo tan hermoso tenga tan duras entrañas. De pronto el clarín resuena y van entrando en la plaza en arrogantes caballos seis galanes con sus lanzas. Todos a verlos se vuelven y el pueblo al verlos aclama, pues todos con gentileza llevan la rienda y las galas. Mientras la fiesta principia cada uno busca a su dama


y a ella el caballo dirige deseoso de cortejarla. Se oye otra vez el clarín, se abre del toril la entrada y paso a paso penetra un toro negro en la plaza. Al sentir la banderilla traidora, furioso salta y hacia un jinete cercano como una flecha se lanza; éste la pica previene, en el morrillo la clava, y abandonando el intento herida la fiera escapa. La persiguen los donceles, le cortan la retirada y ella a todos los embiste y todos mojan las lanzas. Así siguieron jugando con la suerte un tanto varia, hasta que a otro toro tocan y entra otro toro en la plaza. espantadizo es el nuevo, a la lid vuelve la espalda. Creyendo que a los caballos es el temor, descabalgan tres de los bravos donceles para jugarle con capas; mas en vano le provocan, le invitan o le acorralan, que sin tocarlos siquiera sale al fin buscando plaza… mas ¿por qué todos se mueven y ese murmullo levantan? ¿Por qué al toril anhelantes se vuelven todas las caras? Es que sigue en la corrida un toro grande de aguada, cuya viveza y bravura mucho ha anunciado la fama. Es berrendo en colorado, alto el testuz, piernas blancas, abierto de encornadura y con puntas aguzadas. En un poderoso salto vence la puerta de entrada y con otros tres al centro del redondel se abalanza. Llega, rápido se vuelve, la tierra furiosa escarba, da un resoplido en el polvo


y la cabeza levanta. Desafiando a todas partes inquieto la vuelve airada y nadie para arrostrarle el primero se adelanta. Al fin contra un caballero de repente se dispara, y a la furiosa embestida el golpe yerra la lanza y el corcel alborotado suspende al aire las patas. Embiste otra vez el toro y entonces con tal desgracia que con caballo el jinete da en tierra con las espaldas. Para acorrerle los otros acuden prestas las lanzas, mas la fiera en los caídos sigue cebándose airada; hasta que tanto la gritan, la ofenden, punzan y llaman, que olvida el primer empeño y a ellos se vuelve ensañada. El caballo en pie se pone, pero el doncel tal se halla que por sí no se moviera y dos en hombros le sacan. En medio del clamoreo que entre el pueblo se levanta, los otros jinetes juegan, mas con suerte tan contraria, que por más que se protegen, tal atropella y maltrata el toro, que al fin se queda señoreando la plaza. III Transcurre un largo silencio, luego un murmullo se escucha, hasta que de pie Don Pedro de Olivares, que disfruta de la fama de haber sido por su destreza y bravura gran garrochador de toros, con voz que la ira conturba, lanza al aire estas palabras que a los donceles acusan: “¡Malhaya mi edad florida! ¡Malhaya el vigor que nunca ha de volver a mi brazo, pues no se diría con burla que en Mérida no hay galanes


que a reses bravas acudan, para impedir que, venciendo, se quede en la plaza alguna!” de sus palabras Don Pedro la postrera no pronuncia, y se oye en toda la plaza cuando ya se tira al coso un doncel presto a la lucha. Don Alonso de Montero el caballo se procura que abandonara el herido; monta en él, la lanza empuña y entre el aplauso del pueblo intrépido al toro busca. Este fijo le contempla y con la mirada ruda; alza la noble cabeza, da un paso atrás y se impulsa al valiente caballero que con la lanza le punza. Al dolor, de pronto, cede; mas redoblada la furia, tal embiste que al empuje vuelve la cabalgadura; rápido el galán se torna, la fiera insiste en la lucha, y aunque brama de coraje y se sacude y empuja por herir en aquel cuerpo que tiene mano tan dura, vencida se siente al cabo y en vano intento rehusa. ¡Qué de aplausos resonaron! ¡Qué alegre estaba la música! Agita el joven el freno, el caballo se estimula, y no al galope, a carrera va del toro en derechura. A este de nuevo provoca y éste de nuevo secunda y hay otra nueva lanzada y otros aplausos se escuchan. Don Alonso en su entusiasmo dejaba ya la montura; quería jugar en tierra, mas observó que iracunda tomaba la res espacio, y con la pierna en la grupa afianzando bien la lanza, firme la clavó en la nuca con tal dicha que la fiera hincó la cabeza hirsuta. Fue una embriaguez, un delirio


el estrépito y los hurras. Vuelve el corcel Don Alonso y, con gentil apostura, se acerca adonde Leonor, pálida como difunta, miraba junto a su padre los percances de la lucha. “Ya no se dirá, Don Pedro, -dice el joven con mesura,que en este Leal Ciudad faltan galanes que acudan a correr las reses bravas, o dejen, venciendo, alguna. Y volviendo la cabeza hacia la ingrata hermosura a quien la emoción del pecho el dulce rostro demuda: “Al fin te conmueves –diceno eres, señora, tan dura, pues la palidez del rostro tus sentimientos denuncia, mostrando no serte extraños mi peligro y mi fortuna. ¡Bendita la suerte mía! ¡Bendita la emoción tuya!” Y clavando el acicate, cortés a los dos saluda y se va entre los aplausos ruidosos que le tributan. Delio Moreno Cantón.17 1943 El Madrigal de Reverte. Madrigal de Reverte. Madrigal de la gracia y de la muerte. Una mujer, mantilla a la española boca abierta en clavel, ojos gachones como dos fogonazos de pistola. La tarde hecha un rosal. Sol y mantones. La plaza, hinchada como pecho y ola que van haciendo mar las ovaciones. Respondiendo al clarín como un guerrero -divisa al cielo azul- gallardo y fiero, sale el toro de raza; y luce en finas suertes el torero, Se emociona la plaza, 17

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., enero, 1943, N° 6.


uno tira el bastón, otro el sombrero y no pudiendo la mujer hermosa romper el nácar de su firme escote, para tirarle como fresca rosa el corazón y que a sus pies rebote, va su abanico a perfumar la arena. Lo recoge el espada, da a la hermosa el capote, brinda por aquel rostro de azucena que le ofrece su miel en la mirada, y, hecha la inclinación de vasallaje, cia al toro de pie –torre plantada-, embiste el toro con brutal coraje, le pasa el matador por el hocico, en lugar del capote, el abanico; van los pitones arañando el traje, y hay un momento de la lid valiente en que, quietos el sol, pecho y celaje, sólo en el ancho redondel se siente el abrir y cerrar del varillaje. Toro y torero en bloque de fuerza y de valor, hunde Reverte, rayo de acero, varonil, su estoque; llega el toro a la muerte, la grandeza y la súplica en los ojos, pero tan noble y armonioso y fuerte que hasta la sangre en borbotones rojos da la impresión, ante la plaza llena, de que el toro ha querido ¡antes de sucumbir sobre la arena, brindar esos claveles al tendido! Madrigal de Reverte. El arte y el amor, joyas logradas. ¡En una sola suerte y en una tarde en flor, dos estocadas! ALFONSO CAMÍN. (Del bello libro de poemas: “Mar y Viento”, recientemente publicado por la Editorial Norte). 18 1943 Si yo fuera torero. Si yo fuera torero, brindaría por ti de esta manera: -Por la mujer que quiero, por esa majestad y maravilla de luna, de mujer y primavera, 18

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 9 de abril de 1943, N° 20.


que abrasa con los ojos la mantilla y aroma como un nardo la barrera. Por la que tiembla cuando sale el toro, estruja entre sus manos los claveles; lleva al pecho palomas en azoro y se le anuda al corazón la pena; prefiere mi quietud a mis laureles, no escucha los aplausos en la arena; y, al acabar la fiesta, cuando pasa, primaveral y airosa, entre la gente, lleva desde el tendido hasta la casa, los labios, de reír, como una fuente; los ojos de llorar, como una brasa. Si yo fuera torero, brindaría por ti de esta manera: -Por la que huele a menta y a romero, y es, más que una mujer, una bandera desplegada al azul en el sendero; en el amor, ceñida a mi destino, en el honor, dramática y cimera, y en el dolor, confianza en el camino. Por la que miro atravesar garbosa, después que por mí solo se engalana, las calles de Madrid, como una rosa que se desprende del rosal temprana; y a la Virgen del Puerto, madrileña que cruza en su barquilla el Manzanares y es, como mi ilusión, luna trigueña, suplica, entre oración y flor y llanto, que no roce el pitón los alamares; y vuelve a suplicar -¡Le quiero tanto”… Y pido a los naranjos zahares para saber si se verá bonita cuando vaya con flor de desposada, de mi brazo a la Ermita, entre la admiración de la barriada. Si yo fuera torero, brindaría por ti de esta manera: -¡Ni joyas ni dinero! Que hay en sus ojos negros y gachones y en el joyel del corazón, más sumas que en el presente de los Faraones y en el tesoro de los Moctezumas. Más perlas y más oro que en el sacro tesoro que tiene, por morena y buena moza, la Virgen del Pilar de Zaragoza; que tiene, por gitana y por morena, por la gracia de abril, la Macarena; y que la propia Virgen del Rocío, que dice: -El sol de la Marisma es mío-


luce de prendedor luna de Almonte, collares de luceros en las manos, un manto como un cielo en horizonte, una ceñuda guardia de gitanos; y marchan tres provincias en carretas: de flores, fandanguillos y saetas; mozas tan florecidas de jazmines, tan fragantes, tan bellas, tan bizarras, que le pregunta la llanura al río si también van de juerga los jardines entre la procesión de las guitarras, ¡peregrinando con aquel gentío! Si yo fuera torero, brindaría por ti de esta manera: -Por ese jazminero que ya aromó, al entrar, la plaza entera; por esa cara de clavel y espumas; por ese corazón como paloma que suelta al aire, en el dolor, las plumas; pero, como la flor, muere y aroma. Y tirando en el aire la montera: -¡Por ella va! por la que vivo y muero; ¡por ella va!, graciosa, audaz, ligera la capa: el toro, cada vez más fiero, pasando los pitones por mi vera. Y yo, diciendo así: -¡Por la que quiero! ¡Por ella va!, media lagartijera; y por sus ojos que parecen soles, templando más y más, valor de raza, bordar como un encaje los faroles, hasta poner de pie toda la plaza. Por ella y por el toro ensangrentado, un toro de poder y de bandera, con el estoque hasta la cruz clavado; y yo esperar que se desangre y muera, como escultura ante sus ojos fijo, un tanto Mazzantini y Lagartijo. Y ya difunto el toro, en tanto que lo arrastran las mulillas, entre el estruendo de la tarde de oro y un bosque de peinetas y mantillas; y dando al redondel una completa vuelta entre los ¡olés!, palmas y honores, mezclada la ovación con la retreta, decir: ¡Gracias, señores! ¿Y tú saber –ojeras de violetay tú saber para quién son las flores! Pero como no soy más que poeta, ¡tiro a tus pies de emperatriz gitana mi madrigal, como un capote grana!


ALFONSO CAMÍN.19 1943 Elegía de Félix Guzmán. Reventaba de luz la mañana en el claro verdor de la fronda, y el camino de arena sonaba a mis plantas en pos de mi sombra. Dos muchachos llegaban sonriendo, anhelantes de palmas y gloria, y en la arena dos sombra siguiendo, las siluetas juncales y moras. Transitaban soñando, el sendero. Uno de ellos, un niño y un genio, era Félix Guzmán, el torero. Llamaradas de luz en sus ojos, clarinadas de triunfo en su mente, y en las astas de todos los toros o la gloria inmortal o la muerte. Una frase grabó mi memoria, una frase escuché solamente que llenó de rumores la fronda: -¡Cómo exige en la plaza la gente! Era Félix Guzmán el que hablaba con tristeza, cruzando el sendero. ¡Era Félix Guzmán, el torero! ¡A la plaza otra vez! ¡A los toros! Nadie quede en silencio indolente. ¡Rompa el aire en arpegio sonoro, la locura común de la gente! Pero el triunfo no llega, no quiere conceder sus favores de nuevo. Es inútil que cite y que encele con su cuerpo al astado, el torero. Logra al fin dar un lance valiente y repite en el mismo terreno. Suena un grito de miedo, la gente Se acobarda al caer el torero. Si no es nada, tal vez un puntazo… Pero hay algo de amargo y muy triste en los ojos de Félix, que al paso 19

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 16 de abril de 1943, N° 21.


va cojeando hacia el toro, e insiste. Y después de tumbar a la bestia, de soberbia estocada en lo alto, quiere irse, la gente lo espera, lo reclama, le brinda su aplauso. Y se inicia la vuelta en el ruedo, la postrera que diera en su vida, vacilante… sin fuerza. ¡No puedo proseguir, sin llorar su partida! Sus pupilas se nublan y lloran el dolor le corroe las entrañas. Dice adiós para siempre a la gloria y a las gentes que aplauden extrañas. Se despide en la puerta, saluda, los aplausos se abaten al ruedo, y parece decir su amargura: _Que me envuelva el aplauso postrero. Y después, mientras muere un torero, otro triunfa y al público asombra. Se tapiza de prendas el ruedo… ¡Es a fiesta del sol y la sombra!... Transitaba soñando, el sendero… añorando en la rubia mañana la silueta juncal del torero! Adolfo Gabriel.20 1943 Estampa Taurina. En el lago tranquilo del azul firmamento, va rielando la luna su fulgor andariego sobre campos de plata con perfume de espliego, con sabor de una tierra generosa y mojada. A la sombra imprecisa de la cerca, bañada por la luz de la luna, una sombra más densa en tensión se adivina 20

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 11 de junio de 1943, N° 29.


al moverse impaciente por su larga vigilia, por su inútil espera. A lo lejos se escucha el rumor delicioso de guitarras que suenan en la paz de los campos como canto armonioso, como el himno del agro (sic) generoso y bravío del solar mexicano. Por la verde paredera en penumbra bañada por los rayos serenos de la reina nocturna, van paseando su orgullo con la testa engallada por su fiera bravura los bureles de casta. Y en la sombra que aguarda su impaciencia frenando, se adivina al chamaco que ha vivido esperando enfrentarse al astado burel, que en los cuernos lleva gloria y fortuna y el dolor de los sueños. Los rumores del prado poco a poco se acallan, y hasta el viento que pasa va muy tenue soplando. Ya no se oyen guitarras ni las voces que cantan; y de todos los toros una solo se engalla. Ha llegado la hora de retar a la muerte que en los finos diamantes de las astas aliente, esperando su turno silenciosa y callada como sombra de luto, como reto al valiente. Y el muchacho no tiembla, ni le engaña su aliento; ha saltado la cerca y su voz rompe el quieto


descansar de la fiera que de pronto se arranca hacia el bulto que mueve un percal que flamea. Y el milagro del ansia conmovida y heroica de triunfar de la ciega y mortal embestida se repite constante, despreciando la vida y arriesgándola toda al sabor de un instante. Y a la luz de la luna bajo el cielo tranquilo del azul firmamento, sigue un niño poniendo en sus lances la vida, con el gesto sencillo de un valor que es un reto al dolor y al destino. Pero llega el momento en que el toro lo prende con el asta pulida, lo levanta en el viento, amenaza su vida y por fin cae al suelo rebasando las trancas y mirando hacia el cielo. El milagro del quite providente y divino su existencia ha salvado, al hacer que la fiera lo lanzara al camino, contundido, golpeado, pero el ánima entera y la fe en su destino. Y en la obscura paredera, bajo el palio enlutado de la noche tranquila, lentamente se aleja por sus sueños llevado el muchacho que pronto ha de darle a la fiesta mayor gloria o… la vida. ADOLFO GABRIEL.21 21

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 8 de octubre de 1943, N°. 46.


1943 CORRIDA GOYESCA. Diálogo misterioso y extraordinario, que a no pocos taurinos les dará achares, entre don Tono Algara, que es empresario, y un guasón, al que llaman Pepe Alamares. -¿Se puede? -Adelante, tome usté asiento. -¿Tiene usted un minuto para atenderme? -¡Cómo no! Pero cierre, porque entra el viento y la afición no quiere que yo me enferme. ¿En qué puedo servirle, joven amigo? -Gracias por lo de joven, que ya es de antaño. ¿Sabe, señor Algara, lo que le digo? Pues que LA LIDIA cumple, mañana, un año. -¿Tan pronto? ¡Oh, qué bueno! ¿Y está muy alta? ¿Ya camina solita? ¿Ya echó los dientes? -Verá usted… tiene todo lo que hace falta para no echar de menos a sus parientes. Sólo ha cumplido un año y habla con seso, con gravedad y enjundia, de tauromaquia, pues en cosas de toros al más sabueso lo duerne, lo anestesia, le da la raquia. Pero no es de LA LIDIA de quien se trata, sino de los que la hacen, que es maravilla. Vengo a ver, señor mío, si nos contrata. Le garantizo el éxito de la cuadrilla. -A ver, a ver, explíquese, que me interesa saber que se perfilan nuevos valores, porque si he de explayarme con más franqueza, van escaseando ahora los matadores. -Así es, señor Algara, pero los nuestros no sólo se perfilan, sin medias tintas, sino que entran gallardos, como los diestros, y la estocada dejan hasta las cintas. Cuadrilla juvenil y brava es ésta y nada sus hazañas habrá que borre. Contamos como ases al DOCTOR CUESTA Y al primate, señor LUIS DE LA TORRE. ¿Se acuerda usted de “OJITOS”? Pues era un tuerto al lado del notable Roque Solares. Nadie enseña lo clásico con tanto acierto, como que se lo dice Pepe Alamares. ¡Ah, tenemos un HombreQue-No-Cree-En-Nada, oero a Gaona, a Prócoro y al despiporre -aunque usted no lo crea- de una plumada nuestro Luis de la Torre les da en la torre. -Está bien, ¿y qué edad tienen esos chavales de los que tanto y tanto bueno me dice?


-Señor hay ciertas cosas dentro las cuales yo mismo le aconsejo no profundice. Otro que también creo será figura, se firma “Er Sagitario” –flecha y espada-. ¿Ya vió usted el retrato de esta criatura? Todos, al verlo, exclaman: ¡Ay, que monada! En el grupo que forman nuestros hermanos, murió Martínez Gómez del Campo… pero después de que en las tablas dobló las manos, lo levantó Velázquez, el puntillero; y por eso le llaman “Resucitado” al que ya estaba muerto y amortajado. Ejemplar de bravura, “Paco Puyazo”, para ser como es Paco no pica poco: al que menos lo sangra de un bajonazo y, con o sin polémica, lo vuelve loco. Por eso siempre grita Flavio Zavala, alargando la puya, como es costumbre: “¡Señores tauromáquicos, ahí va esa bala, Quítense del camino, que lleva lumbre!” Y Fernando Medina, que es más tranquilo, pero que no le tiene miedo a la muerte, le tiende un capotazo, lo espera al hilo, y aprovechando el viaje lo deja en suerte. Sergio Melgar es otro que anda en los trotes y en cosas de La Lidia no es pequeñito, pues si antes los toreros traían bigotes, él, para no ser menos, trae bigotito: un feroz bigotito, como de un dedo, que a todos va diciendo: “¿quién dijo miedo?” Para darle a este cuadro mejores toques y para barajarlos como usted mande, tenemos en la mano tercia de Roques como para una fiesta de cartel grande: Roque Sosa Ferreyro –el que dirige, el que, en la imprenta, para y aguanta y manda; el gran Roque Solares, de quien ya dije, y otro, que anda mirando: “Roque Mirada”. ¿Y Ximénez, y Gómez, y Espino Barros, emulando los lienzos de Carlos Ruano? ¿Ha visto usted, Algara, cuál son bizarros y cómo en sus dibujos “corren la mano”? ¿Y ese Ángel con trastienda, que es Zamarripa, que a todos sus muñecos los pone en Fa-Cha, y que pinta a un torero fumando en pipa, frente a un toro con facha de cucaracha? ¿Y a Roberto Martínez, Carreño y otros que son los hombres serios de entre nosotros? ¿Y a Pablo Ochoa, el fogoso, que brega y sopla… ¿Quién dijo que no sopla? Da fe LA LIDIA de que para Pablito miente la copla y miente el que lo dijo por pura envidia. Pero… ¡qué más! Tenemos nuestra Conchita,


nuestra rejoneadora de blancos guantes, bella cual la peruana: la señorita Carmita Torreblanca Sánchez Cervantes. Conque, señor Algara, ¿no nos contrata? Nuestra cuadrilla es algo ya sin segundo. Nadie dirá que es esto meter la pata, citar a recibir… e irse del mundo. Y don Antonio Algara, que tiene meollo, contestó: -Para locos, ahí está Goyo que fue a la Castañeda por mucho menos. Pero Pepe Alamares, que es de los buenos, le replicó en el acto: ¿Goyo le apura? Me da usted una idea de gran altura… Mejor, pues usted sabe lo que se pesca, y así nuestra corrida será Goyesca. Mas el buen empresario dijo con gana: -Dese una vueta el sábado por la mañana. Y me marché mohino y aún cabizbajo, sintiendo boca amarca, labios salobres, porque el sábado es día que no trabajo y es día de limosna para los pobres… Pepe ALAMARES.22 1943 Encierro y Sorteo. (ESTAMPA TAURINA) Bajo el yugo gácil del ronco cencerro, descansa tranquilo y paciente el encierro. Los toros de casta, de recia pujanza, de astas relucientes y pelambre fina, rumiando en silencio su verde añoranza se han tornado mansos junto a la madrina. Si alguno se inquieta, alza la cabeza por sobre los lomos de los madrineros, y como en alarde guapa nobleza, reluce en sus ojos toda la fiereza de saberse fuertes, y estar prisioneros… los mozos toreros, como un reto abierto a las emociones, -en ritual castizo, viejo y pinturero-, barajando pintas, números y señas, barajan a un tiempo vidas e ilusiones sorteando seis muertes dentro de un sombrero. OSWALDO PÉREZ ESTEVES.23 22

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 5 de diciembre de 1943, N° 54.


1944 GITANERÍAS (CUENTOS Y BOLAS). Arguien que nos quiere mal ha hecho sirxulá la infamia de que grupos de españoles que abandonamos la Patria por cosiyas que ar toreo ni lo más mínimo atañan, preparan pa en cuanto yeguen los diestros de tierras hispanas manifestaciones hostiles, broncas y hasta serenatas. Como esto es una mentira, como esto es una patraña, digo que mis compartiotas, pa tranquilidá de Argara, se portarán como ahora y aplaudirán si el espada tié asiertos con er capote o meneja bien la fámula, y se quearán callaos, como si fueran estautas, si “Cagancho”, Pepe Luí o “Gitaniyo e Triana” pincha en la tabla er cueyo y tardan sinco semanas en didiá a un Pastejé que tenga nervio y pujanza. ¿Qué después de la corría armaremos sarabanda en los cafés o en los Sentros discutiendo la jornada? ¿No la tenemos ahora? ¿No hay quien se pirra por Garsa disiendo sus naturales no los mejora ni er papa? ¿No tiene Armillita chico legión de amigos que aclaman su sapiensia en er toreo y a José me lo comparán? ¿No son tos los malagueños y los de habla catalana sordadistas hasta la sepa y hasta ruío de capanas suena cuantito er capote mueve aunque sea de guasa? 23

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 31 de diciembre de 1943, N° 58.


¿No ovasionan tós los feos a Sirverio y sus hasañas y lo yaman Faraón y pirámides mu artas quien levantarle en Texcoco ar de la derecha marna? ¿No tiene er gran Luis Procuna quien en revistas gitanas lo pone en una corromato junto a la bella Fuensanta la calé más represiosa, la que se canta y se baila en honó der toreraso der salero y de la gracia? ¿No hay hasta un grupo arrusista que se le sartas las lágrimas cá ves que leen un cable donde hay orejas y patas, y tuvo de mes estoques a quien “er trese” le llaman, por no dar una en clavo Carlos cuando toreaba? ¿No existen los brionistas, aunque se encuentren en baja, que se dejaron coleta, se pusieron batas raras pa imitá los mandarines ya que no a Luí en su cara? ¿No tiene Antonio Velásques amigos en nuestra casa? Pues igualito que ahora nos ocurrirá mañana. Unos serán caganchistas, otros formarán garata hablando de Pepe Luí y e Gitaniyo e Triana, pero no irán a los toros, con las uñas preparadas pa arañá a los españoles por lo que ocurrió en la Patria que a las cosas der toreo ni lo más mínimo atañan. Puede, pues, estar tranquilo, er gran don Antonio Algara. Se lo promete un gitano que estas copliyas hirvana. PEPE EL GITANO.24 1944 24

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 6 de octubre de 1944, N° 96.


JUEVES TAURINO. -¿Qué pasa entre las calés? ¿Por qué andarán en el arca buscando lo mejorsito de la ropiya guardada? -¡Qué va a pasá, comparito! Pues que toas van a la plasa a presensiá er mano a mano entre dos lindas muchachas, capas de gorvé tarumba ar mesmito Patriarca. -¡Y quién son esas beyesas? -¡Descúbrete, cataplasma! Una, Teresa Montero; que na más empieza a mirarla y te queas tartamúo. ¡Ya ves si será simpática! Eso en tocante ar salero, porque en cuanto abre la capa o da suerta a la franela enmúeses y las lágrimas cuar si fueran er diluvio de la emosión se te sartan. ¿Tú no has visto a Luí Procuna en una tarde inspirada? Pues mejón es TEresiya con er capote y la fámula. Y la otra es Lupita Montes. -¡Y esa mosuela es mu guapa? -¿Guapa dises? ¡Mare mía! ¡Si er verla da destemplanza! ¡Si cuando mira ar tendío agradesiendo las parmas sientes, cuar si fuás San Vito, ganas de bailá una dansa! Y que torea chipén, con la izquierda, iguá que Garsa. -¡Estaba por peirle un beso! -¡Compare, para la jaca! Lupita es de Monterrey, y en lo de dá también Garsa. ¿Y qué desirte de Elisa que en matá las acompaña? ¿Y qué hablarte e la cuadriya, que son Gloria y Esperansa, Teresa Andalús y Evita y la presiosa Yolanda? -No digas más, comparito. Vámonos ya pa la plasa. Ahora me explico er porqué las gachises de mi rasa


sacaban tó lo mejón que guardaban en el arca. Van a despedí a las niñas, que si no cantan ni bailan como hasía la Primorosa que Servantes nos legara, son artistas der toreo, son lo mejón de las plasa, son divinas y morenas como la Guadalupana, son, ¡comparito querío!, purititas mexicanas! Dejemo a nuestras calés que cuenten lo que pasara. -¡Falita! ¿Qué paseiyo” Er sombrero de anchas alas que ar que sale los domingos le vale una serenata (¡qué más da sarga e flamenco De beisbolista o en enaguas!) a la cuadriya e toreras lo premiaron con las parmas. -Déjate de vestimenta y refiere las hasañas que jisieron con los bichos. -¿Bichos dises? Eran ratas que mandó pa que sufrieran y pasaran las moradas Gua… Gua… namé. -¡Si me paese que ladras! -¿Ladrá? Mordiscos merese quien manda tale alimañas. Mansos de pata a cabesa y hasiendo mir musarañas. Con esta clase e ganao no hay arte en la tauromaquia. En fin; demasio jisieron las toreras mexicanas, que sortaron argunas gotas de la esensia que ellas guardan. -¿Y Joselito Correa y el Vásques que le acompaña? -Mejón que corramos un velo u corguemos una manta -¡La fiesta se estropeó! -Se changó hasta la jarana que teníamos prepará. Enundá está la guitarra; Maoliyo será er pico; Carmen ni canta ni baila, por mor der tío mala sombra que mandó una becerrada.


En fin; otro dís será en que a estas neniyas guapas, las calés tan represiosas, que jurgaban en el arca pa sacá lo mejorsito y lusirlo hoy en la plasa, puean ofrecerle una fiesta donde suene la guitarra, donde se canten y bailen las bulerías gitanas. PEPE EL GITANO. 25 1944 LA CORRIDA DE LA PRENSA. -Salú, compare José. -Salú, compare Pepiyo. Veo en tu cara tristesa, cuar si estuviás aburrío. ¿Es que ha resurtao fané la corría de noviyos? ¿No asistieron a la fiesta pa jasé er paseíyo vintitré estrellas der sine que e guapas son er delirio? ¿No asustó con su való ar concurso er gran Chatiyo? ¿No dio Pepe Luí la nota de sapiensia en este ofisio? ¿No templó Raúl Iglesias cuando usó der capotiyo? ¿No vinieron de San Diego seis hermosísimos bichos? -¡No me pregunte ya más, que eres un jué de distrito! Si tengo mala jeró, si estoy pa empesá a gritos, es porque salió ar revé de como estaba previsto esta corría der jueves donde no fartó er gentío. Las estrellas de postín no hisieron er paseiyo; solo asistieron ar parco, y eso hasta er tercer noviyo, en que aburrías se fueron la gran Amaro Moriyo, Lina Montes, Steya Inda 25

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 13 de octubre de 1944, N° 97.


y tres da cuyo apeyido yo no me pude enterá aunque pregunté a Jasinto. Los diestros, mejó siniestros, no más vé ar primer noviyo gordo, de pelo risao, y por mar nombre “Gatito”, hisieron ¡fú! to la tarde y pensaron en er suisidio. Cómo sería la cosa, que er que llaman valentísimo, u sea er Chatiyo Mora, pa liquidá ar risaíto, le largó siete pinchasos y tós con mu mal estilo, seis intentos e descabeyo, en tanto oía un aviso y una bronca el respetable que yehaba los tendío. Ar cuarto, un peque inocente que yamaban “Carolino”, tampoco le jiso ná dirno de ser aplaudío. El burel, viendo que er Chato andaba a sartos y brincos, pa que se estuviera quieto le endiñó un cate de abrigo. Pepe Lui, buen compañero, dijo a su amigo er Chatiyo: “¿Tú malo? ¡Pos yo peó!” ¡Y lo cumplió el Vasquesito! En su primero, un bragao, con un marnífico tipo, le juyó con er capote, gorvió la jeta en er pincho, y así hasta que falleció er buen moso e “Prometío”, Vásques se estuvo entrenando a campeón de pedestrismo. Y luego vino lo grande: ¡se cumplió er refrán, Maolito! ¡Si no pué habé quinto malo aunque éste sea un conscrito! ¡Vaya noblesa de toro, vaya estilo y vaya tipo! ¡”Oaxaqueño”! ¡”Oaxaqueño”!, nobilísimo noviyo. ¡Si a ti te coge un torero conosío por Luisiyo


se arma en la plasa un jaleo que hubía sío un cataclismo! ¡Fue un caramelo e los Alpes que no chupó er Vasquesito hasta que uno e la solana gritó: “¡Embárrate, esaborío!” ¡Como si fuá una orasión sólo se oía en los tendíos: “¡Toro! ¡Toro! ¡Toro! ¡Toro!”, que duró hasta que er viejiyo, don Juan de Dios Barbabosa, dio dos vuertas ar aniyo. Raúl Iglesias… Raúl Iglesias, no asertó con los noviyos ¿Se contagió der canguelo de los compañeos de ofisio? ¡Quizá! Lo sierto es que hoy to le ha salío torsío. Hay que apretarse, Raúl. Tú tienes buenos estilos, pero por lo que más quieras, no mates dando peyiscos. Lo mejonsito e la fiesta “Oaxaqueño”, er gran noviyo. Después er só y las artistas y er buen peón “Tabaquito”; también estuvieron bien er “Conejo” en los dos bichos; Arisqueta en el tercero, que el asesó, ¡angelito! Cambió sin que lo picaran, a un moso e quinientos kilos. Totá: ganao superió; Mataores esaboríos; y un peón llamao Valencia que está imponente pa un sirco. PEPE EL GITANO.26 1944 ¿Fue sueño o realidá…? ¿Fue sueño o realidá lo que he visto yo en la plasa, la que tiene más postín de tierras americanas? 26

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 20 de octubre de 1944, N° 98.


¿Estuve yo en “Er Toreo” o en la feria e Villafranca, donde organisan festejos como los que figuraban en er carté juevetino?: “Murga, u séase diana pa despertá a los vesinos que se acostaron mu tablas. A las onse, en er paseo que termina en la barranca, habrá un concurso de feos (¡Nachito!, ¿no oye que yallan?) Por la tarde, gran corría con diestros de mucha fama, que no cobrarán un reá pues vasía está la caja. Habrá brindis y habrá guante pa que paguen la posada. Pa que los mosos der pueblo se entrenen en tauromaquia, se sortará un embolao (y no es alusión ar “Napias”, u sea er munisipá a quien su comadre engaña). Terminada la corría, mu divertías cucañas; carrera en saco, de burros y gran traca valensiana”. Sarvo en lo del embolao y en que hubo también cucaña, y en que nos dieran la murga siete soplistas en banda, y que Guanamé mandó unos bichos que eran cabras (dos vorvieron a los corrales hasta que los destetaran). Lo demás fue de “Er Toreo” no fue propio e Villafranca. Er diestro Santiago Vega, en er que hay estilo y grasia, intentó con er capote y lo mismo con la flámula dá cuanto de arte posee, pero no quisieon la ratas que le tocaron en suerte (¡una suerte mu tisnada!) Por lo que hiso me gustó y aparte sacá una espada propia pa hasé una película donde hasta er pincho es jonjana, mató bien a su primero, y sonaron muchas parmas. Su segundo se murió


cuando nadie lo esperaba. Un pinchasiyo de un deo; siguió lidiando a la cabra y pasao que hubo un buen raro, cuar si estuviá envenenada, se desplomó sin puntiya. ¿Es que bañaste la espada en la “Urtima sena”, niño? ¿O que Agüera, ar que brindara, con la mirá la mató? Pa mí que hubo martingala. Benjamín López Esqueda le acompañó la desgrasia. Dos bichos, dos dansarines Que por tos laos se colaban. ¿Qué ellos bailaban la jota, pues él bailaba una sambra? En fin, otra ves será, pues la afisión no le farta. Donde hay un torero caro, donde er gitano que os habla tendrá que haspe las reseñas entre arpegios de guitarras, es en Sarvadó Moreno. ¡Cómo templa, cómo manda con er capote er chavá! ¿Aquí hay estilos y hay sarsa! ¡Entre tós los noviyeros, incluyendo a Liseaga, ninguno ar dá las verónicas hecha las manos tan bajas, yeva ar bicho hirnotisao en los vuelos de la capa! ¡Vaya sortura y salero! Lo dicho: aquí hay una aljaja. Si bueno es con er capote aún mejor en con la flámula! ¡Qué trincherazos!, ¡mi mare! ¡Cómo imitaba a una estuata en los ayudados por alto, mientra er público aclamaba! ¡Qué derechasos más suaves! ¡Naturales cosa marna! Y en tocante a florituras tiene bien repleta el arca. Molinetes, lasernistas; toa la más presiosa gama del toreo agitanao, que es licorsiyo que embriaga ar que sea más abstemio en cosas de tauromaquia. Banderilleó mu bien y si asierta con la espada


tién que darle hasta el reló como premio a sus hasañas. ¡Mía que si este buen torero me concediera una grasia! ¿Cuá? Pues que su apoderao ¡se pelara y se afeitara! PEPE EL GITANO.27 1944

¡SAN DIEGO DE LOS PADRES! …Toros que se arrancan de largo… Toros que llegan suavísimos a la muleta… Toros bravísimos en los tres tercios… Toros cuyos despojos se ovacionan… Toros de purísima casta… ¡SAN DIEGO DE LOS PADRES!28 1944

El tercio de la muerte. Por Radel, es una interesante propuesta que alude, a través de las célebres “calaveras”, una serie de personajes que, por aquellos días eran motivo de la atención y la “nota” en las publicaciones taurinas de moda. Dado el diseño que se empleó para dar cuenta de aquellas reunidas en el año que se revisa, conviene incluir el par de páginas tal y como fueron editadas.29

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La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 27 de octubre de 1944, N° 99. Op. Cit. 29 Ibidem. 28




1944 Por montes y por caminos… Por montes y por caminos, por vereas y cañadas yegaron ar campamento de las tribus más lejanas la enjambre de Faraón, lo mejonsito e mi rasa. Sentao junto ar carromato, rodeao de las gitanas que lo miran con respeto un ansiano e níveas barbas, que tiene la tes cobrisa y noblesa en la mirada, resibe las pleitesías de toas las caravanas que por montes y caminos, por vereas y cañadas yegaron ar campamento de las tribus más lejanas. ¿Quién es er viejo calé que las bonitas gitanas, las que ar bailá ponen fuego y en er cante toa su arma, lo miran con tar arrobo? Pues él es ¡er Patriarca!, que hoy cumple los sinco duros, sien años de caravana, de andá recorriendo er mundo en tratos, fiestas y sambras. En medio de la alegría, en medio de la argasara, mientras su nieto Manué saca arpegios a la guitarra, y la Doriya bonita suerta trino e la garganta, y la morena juncá, la represiosa Fuensanta se baila una “bulerías”, él, la cabeza mu arta, mira arriba, a las estrellas; paese como si resara: “¡Maresita e los Dolores! Tú sabes las asechansas de gitanos engreídos pa que este purí parmara;


que no yegara a los sien; que la gente de mi rasa ar verme debilitao su queré me retirara. Pero tú oiste mis ruegos, atendiste mis plegarias, y con lágrima en los ojos, Maresita venerada, puó ver a los que yo quiero con fatiguitas der arma. ¡Maresita e los Dolores, también morena y gitana, quiero resarte y no pueo, pero, ¡grasias, Mare!, ¡gracias!” Y despué, pa demostrá su fortaleza y templansa, acompañao de su nieto er que borda en la guitarra, se canta unas “Seguiriyas” er Faraón Patriarca. Iguá que pasó ar calé hoy a LA LIDIA le pasa, que cumpe sus sien salidas; que también tuvo asechansas, pero que vive y perdura pa bien de la fiesta brava. De los Estaos, de los pueblos, de las aldeas lejanas, llegan felisitasiones, son nutridas caravanas de afisionaos a los toros que leen toas las semanas la mejón de las revistas en cosas de tauromaquia. Entre los pergeñaores también hay una gitana: una colaboradora que la mira uno a la cara y de verla se marea. ¡Vaya cuerpo y vaya grasia! Los demás, pa qué nombrarlos. Ninguno canta ni baila, no digo unas bulerías ni imitá siquiá a una rana. Pero son agradesíos y en esta fecha tan grata de cumplí el sentenario de ayudá a la fiesta brava,


disen como er faraón a la afisión mexicana: “¡Aún quea vía pa un rato! ¡Grasias! ¡Muchisimas grasias! PEPE EL GITANO.30 1944

LA CORRIDA. Hay fiesta brava en el coso: la fiesta de maravilla y el tendido se engalana con la clásica mantilla sevillana. Tarde de mayo que embruja con perfumes y alegría, música y luz, mujerío; y en el ruedo, gallardía, nervio y brío. Suena herálidico el clarín y el aplauso y vitoreo van prendiendo en la afición -de la cuadrilla al paseola emoción. Salta la fiera en la arena: su pupila centellea con la rabia y la codicia, y sobre el lomo flamea la divisa. Con el capote de seda el torero desafía …y la bestia, en el desgaire se debate con porfía… ¡y hay donaire! Templa su fuerza en la pica una y dos veces, y el hambre de la venganza se acrece con la amapola de sangre que forece. Arte y valor se derrochan en el andar zalamero 30

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 3 de noviembre de 1944, N° 100.


y en la gracia en la suerte del audaz “banderillero de la muerte”. Luego surge la muleta pór diestra mano regida, y borda la filigrana que la turba, estremecida, aclama. Luce el toro en su fiereza y el torero en su dominio, y en el momento supremo, gana el estoque el carmíneo premio. Marcan el fin de las fiestas palmas, dianas y sonrisas… Mas vencedor y vencido, mañana serán cenizas del olvido. LUIS F. DEL RÍO.31 1944 ¡A los Toros! Sol. Claveles. Hembras. Toros. En el cielo, los oros de un espléndido día español. Sol. ¡Morenaza!, la que lleva en sus pupilas intranquilas, todo el fuego de mi raza y a los hombres despedaza con los trágicos puñales de sus ansias y quimeras; la que lleva en sus caderas todo un ritmo de pecados capitales… Ya es la hora. Ya la gente bulle y chilla por las calles, dirigiéndose a la plaza bajo el sol que abrasa y brilla. Ya es la hora. Los claveles. La mantilla. ¡Cuánto vales, morenaza! ¡Cuánto vales, mi chiquilla! ¡A los toros! ¡A la plaza! ¿Qué te miran? ¡Que te miren! 31

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., febrero de 1944, N°. 65.


¿Qué deliran? ¡Que deliren! ¿Qué tu cuerpo afanes siembra? No te importe. No hagas caso… ¡Que los ombres se prosternen a tu paso! ¡Es el triunfo de la hembra! ¡Es la Gloria que te ciñe su aureola proclamando tus encantos, los mejores, que tú eres la mujer más española que nació en Embajadores! Sol. Claveles. Hembras. Toros. En el cielo, los oros De un espléndido día español. Sol. RAMÓN DÍAZ-MIRETE.32 1944 Gitanerías. (Gaspacho Andalus). De nuevo er gitano oscuro tié que hablaros de la fiesta, de la fiesta bella y brava donde hay ca lío que aterra; donde ilusiones de mosos se vienen mu pronto a tierra ar verse delante un bicho que es la cadena perpetua. ¡Porqué no serán espejos donde tan bien se torea! Hay que oir los comentarios de los de “a cala” y “a prueba”, la nueva siensia taurina que ha inventao er señó Guerra. -¿Cuándo me repite osté? -¡Tú estás ma de la cabesa! ¡Si no te arrimas ni a un taco! ¡Si eres más malo que er “Pesca”! ¡Probesiyo afisionao que soñó en sé regaera pa bañá a “Manolete” cuando de España viniera! Y ya que hablo del paisano, er de tierra de soleta, menúa es la tremolina por si viene o si se quea; por si es largo o por si es corto; por si para o bailotea; 32

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 10 de marzo de 1944, N° 68.


por si es monstruo o es un chango que le hará la competensia en lo feo ar de Texcoco, al Surtán de la derecha, que anda matando torasos con er tipo de beserras en el Norte y en el Sur, en pueblos, villas y ardeas. En la “Porra”, donde amigos me invitaron a que fuera, oí, hablando de toreros, opiniones mu diversas: -Mire osté, gitano amigo; como Sirverio atorea en que da un paso p´adelante cuando le embiste la fiera, no lo hase ni su paisano ni er más pintao en la tierra. -¿Pero si disen es un poste Que ni una purgá se enmienda? ¿Qué su toreo es de frente y o de perfí en la sepa? -Cuentos, charlatanerías de gente que no diguela. ¡Onjalá que no se raje y venga a la atierra asteca! ¡”Er Toreo”, e tanto baño, le va a paresé una arberca! -¿Disen que llega Cagancho? -Pa éste sí que es una brea la “Porra”, gitano amigo! Er día que se le vea er siclón que en er Pasífico hase faenas tan perras, comparao con la ovasión, será un sirvió de vieja. -¡Y qué me dise de Arrusa cortando patas y orejas, que está corriendo la mano en casi toas las faenas? -¡Corriéndola o levantándola como hasen camisas viejas? Y ahora mire a Liseaga. En éste sí que hay solera. ¡No van a errumbá la fetiches entre Licseaga y Barderas! He cumplío mi prometío y me he perdío una siesta; como pierden ilusiones mosos que aspiran a estrellas en la escuela del toreo inventá por Joaquín Guerra.


21 Septiembre 1944. Pepe el Gitano.33 1944 Romance del Toro Andaluz. Nace en el campo, a la luz esplendorosa del día, y entre los pastos se cría. ¡Toro de lidia andaluz! Trotando entre los erales, crece en pujanza ypoder, hasta que al fin llega a ser orgullo en los pastizales. Derribo, tienta y acoso van probando su pujanza; a todos su furia alcanza, y luce bravo y hermoso. Cuando llega el apartado de una famosa corrida, la res resulta escogida; es el toro separado. Luego en la plaza aparece, y la admiración despierta cuando por la puerta abierta de los toriles se crece. Hace lucirse en la capa al diestro que lo torea, y al embestir, se recrea con el cuerpo que se tapa. Codicioso es en las varas, que prueban toda su fuerza, pues no hay pica que no tuerza, sacrificado en sus aras. Alas en las zapatillas reequiere el banderillero cuando aquel torillo fiero se arranca a las banderillas. El trapo rojo parece que se lleva su embestida, y allá se va, con su vida, 33

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 29 de septiembre de 1944, N° 95.


la gloria que se merece. Es paseado, triunfal, a su vuelta por el ruedo, que probó con su denuedo su buena casta, cabal. Vuelta al ruedo, por la arena… Y su cabeza abatida, noble cabeza sin vida, toro andaluz, nos da pena. Cabeza que, disecada, Irá a adornar un colmado, premio a su orgullo de astado, en una pared clavada. -Fue un noble toro-, dirán los toreros de Sevilla, mientras beben manzanilla, y hasta por él brindarán. En la gloria de los toros, entra por la puerta grande, y hasta su nombre se expande, alabado por los coros. Tu vida, pasión y gloria, egregio toro andaluz, se escribe, llena de luz, en páginas de la historia. ÁNGEL DE LAS BÁRCENAS.34 1944 A LUIS CASTRO “EL SOLDADO” Er niño de los milagros le llaman a mi torero, porque las penas s´alivian tan sólo con ir a verlo, tan pleno de señorío, tan rico de lucimiento, con la muleta tan guapo, con el capote, tan quieto... De tal manera se ciñe la seda al bronce del cuerpo, que hasta insulta de gallardo y hasta deslumbra de apuesto. Su mirada es tan brillante 34

La Lidia. Revista gráfica taurina. México, D.F., 10 de marzo de 1944, N° 68.


como es su estoque certero, y es ladrón de voluntades cuando da la vuelta al ruedo recogiendo a cada paso flores, risas y sombreros. Er niño de los milagros es de mi barrio er modelo: Cuerpo de jaca andaluza, porte majo y ojos negros. ¡Cómo vuelan las plegarias preñadas de sentimiento, para que arguno las oiga, de sus labios entreabiertos, para que no haya mal fario, para que no sople er viento, para que no sarga un “pavo” con resabios y con nervio, y cuando miro esos labios ya temblando, ya sonriendo, con claveles los comparo de contornos cenicientos. ¡Ay, moreno, morenito! ¡Milagroso de los ruedos! ¡Quién te prendiera milagros como ar Cristo de mi pueblo!... Er sol no quiere marcharse por no perder el festejo, que cuando torea mi niño nadie abandona su asiento; yo mi barrera no cambio por la promesa de un cielo, y renuncio a todo halago tan sólo por ir a verlo. ¡Cómo vagan sus miradas, de las lumbreras ar ruedo, como palomas prendidas en el engaño de su sueño! Y cuando miro esos ojos culpables de mi tormento, cómo quisiera gritarles para que me oiga su dueño: “¡Que no hay toro que te coja, que no hay mal fario ni viento, que no hay nada que resista tu mando artista y soberbio! ¡Dibuja los naturales, burila bien los de pecho, domina a la res pujante, enloquece ar mundo entero! De aquellos toreros majos, desde Francisco Romero,


exhuma las viejas galas de las glorias der toreo; enséñanos los desplantes sevillanos o rondeños, recorran tus manos brujas toda la escala del genio, y cuando ar fin, a la cara te eches er brillante acero, ¡Bríndame er toro, serrano por la afición que te tengo! ¡Ay, moreno, morenito, milagroso de los ruedos! ¡Quién te prendiera milagros como ar Cristo de mi pueblo!35 Josefina Ferreyra Mireles. 1944 LA EMOCIÓN DE LA TARDE ¡Qué emoción de mujeres morenas! ¡Qué emoción de deseos de gloria! ¡Y qué tarde de aplausos y toros, recortada, irisada y redonda! En la tarde polícroma y cálida suspiraba sin novio la novia y en la última grada, en silencio, deshojó la extranjera una rosa. En el rayo de sol se rizaba la emoción ideal de la hora, una roja emoción palpitante de esperanzas crueles y locas. Y salió la cuadrilla a la arena, y sonó el pasodoble en la sombra, y cegaba de sol y tristezas suspiró aún más la novia llorona. Paseaba su orgullo el torero, viejo orgullo de tarde redonda, lento el paso, de seda el conjunto y una leve sonrisa en la boca. ¡Qué emoción colectiva y sincera resbalando por tablas y bocas, mientras iban los veinte toreros en el dúo de soles y sombras! 35

La Fiesta. Semanario gráfico taurino. Nº 9, México, D.F., 22 de noviembre de 1944.


Un silencio epiléptico y único bajo el sol fue extendiendo su forma y un susurro de pechos batidos y de inmóviles manos nerviosas.36 (. . . . . . . . . .) Rafael Delgado 1944 EL ROMANCE DEL ESPONTÁNEO Por las tapias erguidas que hay en torno a la plaza, un rapaz atrevido sube y escala; se envuelve en una roja y frágil hilacha, llega por fin arriba, corre, se tapa, cuidándose en la huída del formidable cuerpo de guardia. Desata de su frágil cintura la faja, y amarrando una punta sobre la barda, lenta, muy lentamente por ella baja, perdiéndose en la alegre y abigarrada muchedumbre que llena toda la plaza. En la tarde violeta se muere el oro... sale el último toro del gran encierro, es un negro, bragado, astifino, apretado, gordo y lucero, veintidós, coletero, sale y arranca, sobre el purpúreo engaño de un gran torero, que se vuelve a la vida viendo que es franca, de mugiente pujanza la acometida. Salta al ruedo animoso charrán garboso y aprovecha un capote que encuentra ocioso para pegar tres lances a la verónica, 36

Sol y Sombra. México, D.F., 8 de marzo de 1944. Año 2, Tomo 4, Nº 69.


piramidal guapeza hubo en tanta belleza, grandeza faraónica. Se prenden las mantillas de ver al mozalbete llegarle tanto y pegar de rodillas, cambios suicidas y maravillas obligando a que el coso grite de espanto. Y deslía su muleta con donosura, llega rítmicamente junto a la jeta con la bravura propia del toro, se produce el milagro del muletazo, cumbre y sonoro fue el grito portentoso almo, grandioso, para el genio glorioso sangre de moro. Después vino un brillante y afarolado, ligado uno de pecho, dos de costado rosando los pitones el corazón; dos de rodilla en tierra tan magistrales... ...y ya en plan de suicida seis naturales... ...oh, la inmensa locura de la afición... Después llega la guardia e invita al mozo a darse un paseíllo fuera del coso; y al pasar por la reja siempre galana, de la moza garbosa cumbre y gitana, al pasar Aguilita junto a la reja la fragante y bordada cárcel de flores... dijo así la serrana de sus amores: -¿A dónde vas Aguilita...? -me llevan preso, por haberle quitao las moñas a un toro negro, por haberle pegao tres lances incao en el suelo, por haberme gritao el mundo que soy torero, y agarrando muleta


con rabia y celo le endilgué un ceñidillo pase de pecho... ...Después vino la guardia y me echó del ruedo dejándome en el alma coraje inmenso; si vieras las enormes ganas que tengo de llegar una tarde y hacer locuras de novillero... Al ver que ya caminaba entre los guardias, de nuevo, al mirar que se alejaba la moza tembló de miedo, diciéndole tras la reja quedó, muy quedo-¿A dónde vas Aguilita...? -me llevan preso, -¿Por qué te llevan mi vida? -no más por eso. Va muriendo la tarde, tarde de toros como rosa bermeja de sangre y oros, y en las tapias erguidas que hay en torno a la plaza quedó como gloriosa bandera izada, volando en el murmullo dulcísimo y fragante del céfiro que pasa, quedó del espontáneo triunfal, negra la faja, y al cruzar Aguilita por donde estaba proclamando orgullosa la sangre brava, le dijo en el lenguaje clarísimo de un ritmo que él escuchaba al ir de su figura en pos, siempre la guardia: -Anda charrán fogoso de pupilas radiosas, siempre serenas, torrente caudaloso corre en tus venas de la sangre gitana, que fue sangre de reyes y faraón... Y el pobre de Aguilita lloró de rabia... al saber que la roja sangre de Arabia


le dio un clavel bermejo de corazón. y allá lejos se quedaba sobre las tapias erguidas la enseña de luto y oro, como la oreja de un toro de la que fuera él en pos; la negra faja agorera a la que tanto quisiera, flotaba como una pluma que se agitase en la bruma para decirle su adiós...37 José Daniel 1944 CINCO SILUETAS TORERAS ARMILLITA ¡Torerazo genial, sabio y artista! Tu figura en el ruedo se levanta sobre ciencia que a todos adelanta; y el pueblo clama: ¡es cosa nunca vista! Tu toreo es como el sol, nunca se planta de su carrera en la espaciosa pista. “Chocolate” y “Payaso” con “Flautista” son ejemplo inmortal que te agiganta. ¡Salve, coloso de norteñas tierras! Aunque vayas pensando en tus quereres, desafiando a la fiera no te aterras. Eres asombro de hombres y mujeres y cuando plasmas tus hazañas bellas parece que fulguran las estrellas. EL SOLDADO A la vera de Garza en suelo hispano conquistó a la afición de tal manera que dentro de las plazas y aun afuera, aclamábase al pueblo mexicano. Marcó para los nuestros nueva era, regresando a la patria muy ufano. no recibirlo bien fuera inhumano; mas no dio a la afición lo que pidiera. Transcurrió el tiempo sin poder lograrlo 37

Sol y Sombra. México, D.F., 22 de marzo de 1944. Año 2, Tomo 4, Nº 71.


hasta que al fin arranca un solo grito, casi imposible de poder callarlo, al cuajar la faena de “Rayito”. De entonces para acá fue consagrado, alcanzando sitial bien envidiado. SILVERIO Revolución audaz ha provocado al ambiente taurino del momento, haciendo germinar el pensamiento de que está por Carmelo iluminado. En escuela científica formado tuvo empeño de cambiar procedimiento, yendo en pos de alcanzar el firmamento como estrella, habiéndolo logrado. Recordando el ejemplo de Belmonte que Carmelo siguiera en su carrera, abrió para el toreo nuevo horizonte. Al triunfo consagró su vida entera sin dejar al fracaso ni una parte: ofrece a la afición valor y arte. ARRUZA La afición mexicana está pendiente, si la prensa española no la engaña, de que refrende aquí lo que en España se aplaudiera a Carlitos fuertemente. Fue de Arruza, sin duda, noble hazaña llevar hasta aquel viejo continente un saludo cordial de nuestra gente con su toreo sin trampa ni patraña. Resuelto de toreros el embrollo, nacido allá al calor de las envidias, es portavoz nuestro torero criollo De que al fin terminaron las perfidias. Con ello el pueblo ibero y mexicano, taurinamente se darán la mano. PROCUNA Con rapidez de rayo (empresa rara) de varios diestros colocóse al frente; un año nada más fue suficiente para alcanzar la gloria que soñara.


Gitano quiso ser tan sólo para atraerse del vulgo entre la gente admiración que no lo es realmente, sin advertir que el hecho lo dañara. Con “Cagancho”,38 “Gallito”39 y el de Triana,40 quienes vendrán en esta temporada, tendremos por demás gitanerías. Los tres harán lo que les venga en gana; Procuna, en actitud seria y honrada, toreará con verdad y gallardías.41 El-hombre-que-no-cree-en-nada 1944 Corrido Del hijo desobediente. Un domingo, estando herrando, se encontraron dos mancebos echando mano a sus “fierros”, como queriendo pelear. Cuando se estaban peleando, pues llegó el padre de uno: - Hijo de mi corazón, ya no pelees con ninguno. - Quítese de aquí, mi padre, que estoy más bravo que un león, no vaya a sacar la espada y le parta el corazón. - Hijo de mi corazón, por lo que acabas de hablar, antes de que raye el sol la vida te han de quitar. Lo que le encargo a mi padre, que no me entierre en sagrado, que me entierre en tierra bruta, donde me trille el ganado. Con una mano de fuera y un papel sobredorado, Joaquín Rodríguez “Cagancho”. Rafael Ortega “Gallito”. 40 Rafael Vega de los Reyes, “Gitanillo de Triana”. 41 La Lidia. Revista gráfica taurina. Nº 103. México, D.F., 24 de noviembre de 1944. Luis de la Torre (seud. “Elhombre-que-no-cree-en-nada”). Versos dedicados a sus hijas Adelina María y Ma. De Guadalupe. 38 39


con un letrero que diga: “Felipe fue desgraciado”. El caballo colorado que hace un año que nació, ahí se lo dejo a mi padre por la crianza que me dio. De tres caballos que tengo, ahí se los dejo a los pobres, para que siquiera digan: ¡Felipe, Dios te perdone! Bajaron al toro prieto que nunca lo habían bajado, pero ahora sí ya bajó revuelto con el ganado. Y a ese mentado Felipe la maldición le alcanzó, y en las trancas del corral el toro se lo llevó. Ya con esta me despido, con la estrella de oriente, esto le puede pasar a un hijo desobediente.42 Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…): El texto de este corrido fue tomado de la obra “Cancionero popular mexicano”, aunque se puede localizar en las obras que a continuación se mencionan, con algunas cuantas diferencias en su texto: “Cincuenta corridos mexicanos”, Vicente T. Mendoza, Ediciones de la Secretaría de Educación Pública, México, D.F., 1944, páginas 102 a 103 (letra y música). “Corridos mexicanos”, colección Adelita, título número 6, Editorial Albatros, S.A., México, D.F., 1950, páginas 31 a 32 (letra y música). “El corrido mexicano”, Vicente T. Mendoza, Fondo de Cultura Económica, colección letras mexicanas, volumen 15, primera edición, México, D.F., 1954, páginas 266 a 268 (letra y música). “Lírica narrativa de México. El corrido”, Vicente T. Mendoza, Estudios de Folklore, Volumen 2, Instituto de Investigaciones Estéticas, Universidad Nacional Autónoma de México, primera edición, México, D.F., 1964, páginas 256 a 257 (letra y música). “Cancionero taurino (popular y profesional)”, Bonifacio Gil García, Librería para Bibliófilos, Madrid, España, 1964-1965, tomo III, página 144. “El corrido popular mexicano. Su historia, sus temas, sus intérpretes”, Álvaro Custodio, colección Los Juglares, Ediciones Jucar, S.A., primera edición, Madrid, octubre de 1976, páginas 153 a 154. “Corridos mexicanos”, Vicente T. Mendoza, Fondo de Cultura Económica, Secretaría de Educación Pública, colección lecturas mexicanas, volumen 71, primera edición, México, D.F., 1985, páginas 135 a 137 (letra y música). “Cantares del pueblo, épica y lírica del corrido”, Selecciones del Reader’s Digest, colección privada, Reader’s Digest México, S.A. de C.V., Impresora y Editora Mexicana, S.A. de C.V., primera edición, México, D.F., 1986, páginas 170 a 171. “Corridos mexicanos con acompañamiento para guitarra”, Raúl Bonoratt, Editores Mexicanos Unidos, S.A., tercera edición, México, D.F., enero de 1987, páginas 85 a 87. “Cancionero popular mexicano”, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Dirección General de Culturas Populares, Volumen 1, cuarta reimpresión, México, D.F., 1991, páginas 446 a 447. 42


Ca. 1944 LUIS DE SEDA Y ORO. En las tardes luminosas sobre un manto de claveles eres “Luis de Seda y Oro” el amo de los bureles. Eres garboso y mandón norteño, temple de acero que haces vibrar a la plaza aclamándote, torero. Luis Briones, tú traes en las venas el arte impecable y tan tuyo que das a tus faenas. Te impones y triunfas en forma segura con esa sonrisa que es “flor en tu figura” Luis Briones tu lance creación embeleza a la gente Que grita Olé por la Brionesa Torero de buena ley Claro porque eres de Monterrey. Autoría probable: Juan S. Garrido.43 1944 CARPINTERO Para “Don Dificultades”, afectuosamente de su amigo José Daniel. Carpintero que amortajas Negras cajas En el muro Del oscuro Panteón; Yo te juro “Los corridos de maldición”, María del Carmen Garza de Koniecki, en Estudios de folklore y literatura dedicados a Mercedes Díaz Roig, El Colegio de México, Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios, Serie Estudios de Lingüística XX, primera edición, México, D.F., 1992, páginas 633 a 635 (en esta obra se presentan tres diferentes versiones del corrido). “El romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo”, Vicente T. Mendoza, Universidad Nacional Autónoma de México, segunda edición, México, D.F., 1997, páginas 655 a 656 (letra y música). “Corridos mexicanos”, Gilberto Vélez, Editores Mexicanos Unidos, S.A., quinta edición, México, D.F., febrero de 1999, páginas 128 a 129. “Cien corridos, alma de la canción mexicana”, Mario Arturo Ramos, Editorial Océano de México, S.A. de C.V., primera edición, México, D.F., 2002, página 78. 43 Cancionero Roberina. Contra dolores y resfriados. Edición publicada en México (ca. 1944).


Que quisiera Las tablas de una barrera Para mi postrer avío, Carpintero amigo mío Que hs visto mi llanto frío Correr por el matadero; Hace un siglo que yo espero Vestir galas de torero En festejos de tronío Que palpiten de emoción. Mas si esto no puede ser Porque algún querer Me mate, Sepúltame en una plaza Para escuchar de mi raza, Cómo late Su bravura Que fulgura En el combate. Carpintero que en tus cajas De gran silencio profundo, Amortajas de este mundo El bullicioso trajín; Mídeme el cuerpo, que un día Me habré quedado sin venas En una placita fría, Manchando blancas arenas Sedientas de mi agonía Que marchará paso a paso, Cuando el sol en el ocaso Pinte de sangre el clarín. José Daniel.44 1944 ROSA DE ANDALUCÍA Cruzar El mar Y llegar, Llegar a Sevilla quiero, La del semblante hechicero La de la luna morena, Para ponerme un sombrero Calañés de gran torero Virgen de la Macarena. Y encarnar el alma hombruna 44

Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 73. México, D.F., 5 de abril de 1944.


De un serranillo gitano, Que tañendo la moruna Bajo el llanto de la luna Diga un canto sevillano. Camelarme una gachí De Murcia o de Talavera, Y que saliera A volarme a mí El “pescao” Si no salía más “mondao” El grandísimo “salao” Que una ilustre calavera. Y decirle: mi gitana, Mi reina, mi soberana, Es tu cariño un tirano Que me ha rendido a tus pies; De un capote valenciano Y un sombrero calañés, ¡oh rosa de Andalucía Tenéis la milagrería Por vida del sol, rediéz! Esas flores de colores Que llevas en el mantón, Son la imagen que bordaras De mi propio corazón. Tu no eres de Zaragoza Ni de Murcia, ni Aragón; Eres natural de Triana, De Triana la flamenca Por la real gracia de Dios. José Daniel.45 1944 Los encapillados. Los seis están en capilla Bajo la luna encantada, Son seis toros de azabache Con divisa verde y blanca, Fina la fuerte pezuña, La cola sedosa y larga, Bien tapados de riñón Y en la cabeza dos dagas. Los seis están en capilla 45

Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 75. México, D.F., 19 de abril de 1944.


Bajo una noche de espada, Seis torerillos que sueñan Con seis remotas palabras… …ellos tienen doce puntas… …ellos seis mil esperanzas… …ellos son seiscientas furias… …ellos son seis arrogancias… …ellos ostentan con lujo Casi sus tres toneladas, Ellos tienen la cintura Delgada como las cañas, Lista la negra pupila, Segura y ágil la planta. “Juan Doblones”, “El Choclitos” “Pingo Lingo”y “El Fantasma”, Rafael Sánchez “Rebocero” Y Luis Morales “La Changa”. Seis ternos, doce capotes, Seis monteras, seis espadas, Seis muletas y seis pares De zapatillas de cabra, Con doce pares de medias Y seis camisas planchadas Y seis corbatines rojos Y seis fajas encarnadas Con seis añadidos negros, Esperan vestir las ansias De seis toreros que rumian Sobre los lechos de paja, Seis faenas de prodigio Con seis grandes estocadas Y mañana al ir partiendo La arena que hay en la plaza Entre un vuelo de ovaciones, De seda sol y “charangas”, Habrá también seis mujeres Que semejarán seis santas Rezando seis oraciones Y derramando seis lágrimas, Cuando las seis de la tarde Suelten sus seis campanadas Devolviéndoles triunfantes Sus seis ilusiones blancas. José Daniel.46 1944 El romance del toro berrendo. 46

Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 75. México, D.F., 10 de abril de 1944.


Madre, yo he visto pasar Los toros de “la corrida” Mi vida Se fue a la par De la capa arena y sol Que en la huída, Abrieron para decirme Que algún día he de ceñirme Fajas de tarde triunfal. Madre: yo he visto pasar Siempre que pasa el ganado Que llevan a torear, “un berrendo en colorado” Y he llorado por estar Vestido con oro y seda, Para que pueda decir, Viendo el toro revenir Por el tercio del potrero. “…ha salido ya un torero Lo menos de a “doce mil” Y en la tarde que se riega Por la vega Como añil Pasan las mozas el río Con las vacas y su crío, Se acuesta el viento con frío Sobre el lecho del pinar; Y el ave llega a su nido, La gaviota vuelve al mar… Todos llegan donde van Y yo continúo en mirar Los toros pasar, pasar, Sin saber si me estarán Llamando con tanto ruido… …el ave llega a su nido, La gaviota vuelve al mar… Y yo continúo en mirar Pasar los toros, pasar, Sin saber qué me dirán. José Daniel.47 1944 La puerta de cuadrillas. Misterio de sol y arena, Zumbar de abeja intranquila, Lloraba con grises ojos 47

Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 79. México, D.F., 10 de mayo de 1944.


La puerta de las cuadrillas. Paseando minuto y sombra Andaban las zapatillas Sosteniendo los pilares De un altar con oro y mirra. Tocado en negra montera, Marfil y oro vestía, Floreado capote obispo Daba una “media” ceñida. Sonaron los mulilleros Lágrimas en campanitas, La ansiedad de grana y oro Salió por la puerta al día. Robusto temblaba el viento Rompiendo cristalerías, Alas de blancas palomas Por el tendido salían. Rosando la lija de oro Caliente de la arenilla, Iba mi corazón blanco Desteñido con la grita. Como balandros en aguas De la serena bahía, Marchamos cuerpos de mimbre Bañados en fantasías. Torné la vista a lo andado, Seguro refugio y vida Quedaba en los ojos grises De la puerta de cuadrillas. Volaba en el aire un viento Tranquilo de margaritas, Los burladeros miraban Aletear las golondrinas, Unas pupilas de luto se vieron en mis pupilas, venía barbeando las tablas de los chiqueros la brisa, vestida de blusas blancas con guantes y tijeritas, pasó misteriosa y grave gritándome: “ENFERMERÍA”. José Daniel.48 48

Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 79. México, D.F., 16 de mayo de 1944.


1944 PASIÓN Y GLORIA El circo está de furia enloquecido Pidiendo a gritos la genial faena. En los tendidos la algazara atruena, En la arena del bruto los bramidos. El torero se acerca decidido; Pálida está su faz de rabia y pena; Clavando los pinreles en la arena Aguanta la embestida conmovido… Hay un momento en que la calma impera… La muleta al flamear forma una hoguera… Un natural genial… luego… un gemido… Se tiñe de rojo la radiante escena… La gente aplaude de entusiasmo llena Al diestro triunfador que yace herido. Mercedes SEGURA.49 1944 EL CRISTO DE LOS GITANOS. De par en par, se abren las puertas tallada. Un huso de luz dorada, en el frescor abrileño, ensarta sombras moradas y colorines risueños. Asoma por el rellano, temblándole las melenas, el “Cristo de los Gitanos” -¡brillante carne morena!agarrotadas las manos. En el trono tintinean cristales y argentería, y los calorres jadean… y las horquillas golpean con un son de bulería. Un instante: -entre un guiño y un suspirola admiración del brillante 49

Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 81. México, D.F., 30 de mayo de 1944.


que prestó al Cristo sangrante el señor Paco “el Guarriro”. El piquete: Encontronazos de guapas; filigranas de jinetes y fulgores de aceros y de charoles. El caballo del sargento relincha y se encaracola. ............... ¡Una ola de risas y juramentos! El guión: Luego, cuatro bastoneros, Detrás, el campanillero que manda la procesión. ............... Tilín, tilín, tilín, Tilín, tilín, tilín, Tilín, tilín, tilín, ............... Menudo y dándose tono con su pértiga de plata el Mayordomo de Trono. Es, una avispa morada. La cinturita apretada por un cordel de oro fino, La túnica acampanada y al descuido recogida, deja ver la almidonada enagua blanca; rizada, abullonada y fruncida, con volantes y puntillas. ¡Complicada arquitectura De plancha y de tenacillas! .............. ¡¡La locura!! Y de confección casera, medias de fino torzal. Zapatillitas toreras con hebilla episcopal. -¡Ya viene el Cristo Moreno! ¡El Señor de los gitanos! -¡El más grande y el más güeno! -¡¡Apretaítas las manos!! Probe Jesús Nazareno.


Carlos León.50 1944 ¡TORERO! Para el buen amigo Antonio Velázquez, afectuosamente. ¡Eres alegre, fino y generoso, para todas las damas, caballero, en lances de valor siempre el primero y en tu ardua profesión, pundonoroso! ¡Despiertas entusiasmos en el Coso cuando derrochas arte pinturero y prodigas tu garbo de torero en el “quite” gallardo y saleroso! Que te ofrenden claveles, amapolas y sus labios de grana las manolas, cuando en tardes azules, sevillanas, y repican “a gloria” por tu faena a las fieras abates en la arena, en León de los Aldamas, las campanas… Ricardo R. Sarmiento.51 1944 EL TORO HERIDO. El toro herido es un bajel errante de proceloso viento combatido, ya cortando el tumulto enfurecido van por proa las puntas adelante. Fábrica del tajón, mas no triunfante velas las cintas son, con que lucido lo deja aventurero presumido entre sangrientas olas naufragantes. Sin sosiego se muere, corre y gira, áncoras son los pies, con que el desierto campo que despobló, prende y suspira; pero sin norte a su carrera cierto en su navegación, cargado de ira, es la furia, la muerte es puerto. Anónimo.52 50 51

Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 81. México, D.F., 30 de mayo de 1944. Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 82. México, D.F., 6 de junio de 1944.


1944 EL TORERILLO. A ti que llevas en el alma un ramo de la lírica flor de la esperanza, que tienes siempre la pupila triste, andariegas las plantas, de tanto y tanto recorrer caminos que la gloria te impones en su demanda. A ti el torero de la cara triste, el torerillo de las noches largas, el de vigilias silenciosas, negras, el de las épicas jornadas, cuerpo de mimbre, corazón de fuego, y en el ánimo hirviendo las audacias; a ti que llevas los avíos al hombro para jugarte la vida en las plazas, yo te comprendo porque también siento la misma viva y coruscante llama, que te hace deambular por los senderos sembrados de amenazas, cargando el fardo de tus ilusiones, de tu fracaso, de tu vida amarga. A ti que llevas los avíos al hombro para jugarte la vida en las plazas, a ti que llevas en el alma un ramo de la lírica flor de la esperanza, te dedico este cofre silencioso en donde las palabras, te darán a beber de la locura que nos consume y nos marchita el alma; a ti el torerillo de la audaz mirada, el que sueña una tarde de arreboles en que el sol de triunfos te alumbrara al recorrer de la gloriosa pista la sonora cascada de las palmas, donde el arte se viste de torero y al echarse el capote por la espalda dando una “larga cordobesa” siente que el mundo tiene sentimiento y gracia; a ti que llevas los avíos al hombro para jugarte la vida en las plazas, loco te llaman sin saber que eres el alma misma de la fiesta brava. Mayo de1944.

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Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 83. México, D.F., 13 de junio de 1944.


José Daniel.53 1944 NOVILLERO. Cariñosamente a mi hermano Rafael y a sus simpáticos compañeros. El verde paisaje es una esmeralda Que se une al gran terciopelo del firmamento; Por la ocre vereda desierta, empolvada, Camina un muchacho pobre y macilento. Por la senda larga que llega hasta el sitio donde lo conducen sus sueños de gloria, gime más que canta por matar su hastío coplillas lejanas de grata memoria. Los rayos ardientes del sol le calcinan su cara morena, su viril silueta; y bajo del brazo, contra el pecho aprieta sus manos la roja capa y la muleta. Sus ojazos negros fijos en el cielo forjan ilusiones de color de rosa, y tiembla su pecho preñado de anhelos soñando despierto faenas grandiosas. A pie ha recorrido la inmensa distancia que hay desde el pueblo, por una capea; pero sabe él bien que con la constancia, el hombre consigue lo que más desea. Y mientras que vienen sus tardes doradas en que sea aclamado por el mundo entero, bajo el brazo oprime las prendas amadas que son el tesoro de un novillero. Mercedes SEGURA.54 1944 ¡DIOS TE SALVE, TORERILLO! Dios te salve torerillo héroe de mil ignorados y terribles heroísmos. ¡Cachito de plata fina ya tan negro por la vida! 53 54

Sol y Sombra, Año 2, T. 4, Nº 84. México, D.F., 20 de junio de 1944. Sol y Sombra, Año 2, T. 5, Nº 86. México, D.F., 4 de julio de 1944.


como surges en un cielo que es de arena y es de muerte y es la luna tinta en sangre tan redonda y tentadora de un redondel de madera. Cómo vive mi alma vieja al conjuro de tu savia tan rebelde y soñadora. Cómo vivo tus dolores, torerillo tan gigante, cuando juegas con la vida despreciando tu destino y manchando con tu sangre el camino tan amargo de la gloria y de la muerte, de las luces y las sombras, de ovaciones trepidantes y amapolas de tu carne. Nunca olvides torerillo, que la muerte traicionera se esconde para mirarte con vestido de oro viejo en la cara de una moza de color aceitunado. Sufre, vive, goza, llora, en el triunfo sé gigante y en la derrota sublime. ponle a tu vida oropel, cascabeles y campanas, colores de flores rojas con perfumes de claveles y a tus ojos ojerosos paisajes de lucha eterna para que tu boca pueda, torerillo muerto de hambre, olvidar el canto negro de tu risa sin luceros. Pero piensa, torerillo, que tienes enamoradas y una de todas ellas es la que nunca olvida, es la muerte cariñosa que te espera con paciencia al final de la jornada. ¡Dios te salve torerillo! Junio 1944. Lic. José T. Viesca.55 55

Sol y Sombra, Año 2, T. 5, Nº 87. México, D.F., 11 de julio de 1944.


1944 EL TORERO HERIDO. La tarde clara y azul Corría por la plazuela mientras hablaba el torero en la reja de Carmela. “No llores por mí, gitana, que tus llantos en la reja secan las flores que están mirándote en sus macetas. Mira las rosas de Mayo que están blancas de tristeza y que viéndote apenada se están secando de pena. Esta tarde en la corrida ganaré gloria y hacienda para casarme contigo sin que yo te desmerezca”. Las lágrimas resbalaban por las mejillas morenas mientras marchaba el torero con su cuadrilla a la fiesta. Fue aquella tarde, el espada de la gloria y la tragedia; con el capote, imponente; divino, con la muleta. Fue un toro cárdeno aquel con resabios y querencias; toro de mala intención buscando la muerte negra. Fue en un tercer natural pleno de ritmo y cadencia mientras el pueblo, de pie ronco, aplaudió la insolencia. El pitón se hundió en la carne y dejó una mancha tierna oliendo a vida y a cuerno, tibia, tiñendo la seda. Cuando salió de la plaza pidió volver ir a verla sin importarle la vida, el dolor y las protestas. Entre cuatro lo llevaron al fondo de la calleja; entre los cuatro peones que eran como cuatro penas. Ella lo esperó llorando, la frente en la fría piedra,


la angustia en los ojos negros y en los labios de canela. y al llegar a la ventana, sonriendo, pálido apenas, el torero la besó en la boca de azucena: “No llores, Carmen de mi alma, no será larga la espera que no hay herida en el mundo que apartarme de ti pueda” y mientras habló el torero cayó la sangre torera sobre las pálidas rosas, gota a gota, enrojeciéndolas. DIEGO MONTES.56 1944 LA MADRE DEL TORERO. Fue una tarde brillante de toros; el sol ponía sombras en las caras morenas y reía el ingenuo pasodoble torero en medio del anillo de la gloria y la pena. Fue un torero que puso toda su alma en la suerte despreciando la muerte en su anhelo de vida, y un público de palmas y de gritos unánimes de pie, como una múltiple emoción colectiva. Era, ausente, una madre de rezos y de lágrimas esperando la nueva de la vida o la muerte, frente al altar ingenuo de flores y promesas con los ojos ardiendo al resol de la fiebre. Fue una noticia rápida, pregonada y sentida, que llegó hasta la madre por la boca del pueblo: ¡El triunfo! ¡La riqueza!, pero ella sin palabras, esperó la llegada del torero, en silencio… “¡Madre!”, y en el abrazo se quedaron prendido mientras gritaba el pueblo su admiración al diestro. “¿No oyes, madres? ¡He triunfado!”, y la madre llorando de alegría: “¡Sí, hijo, TRIUNFÉ, porque aún te tengo!” Rafael Delgado.57 1944

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Sol y Sombra, Año 2, T. 5, Nº 88. México, D.F., 16 de julio de 1944. Sol y Sombra, Año 2, T. 5, Nº 91. México, D.F., 8 de agosto de 1944.


AL TORERO MUERTO. Fue una noche de luna; la guitarra sonaba, y la voz de la copla las traiciones lloraba con un deje de pena que sacaba el bordón. Fue una noche de luna; ella estaba en la reja desgranando su vida sin amor y sin queja, la paloma dormida dentro del corazón. Rechinaba la jaca al pisar en las losas, callaron un instante las voces voluptuosas; el jinete sangraba de una herida mortal. Y apoyado en el muro se acercó a la llorosa, y, dejando mojada con su sangre una rosa, se cayó sobre el suelo, delante del rosal. La mujer en la reja miró caer al herido y saliendo a la puerta, reprimiendo un suspiro con sus débiles brazos en la casa lo entró. En la noche de luna las guitarras cantaban y las manos morenas la herida restañaban cuando triste el herido los ojos entreabrió: “He venido a morirme al pie de tu ventana; los gitanos tenemos la costumbre gitana de venir a morirnos donde está nuestro amor. Yo soy aquel torero que por ti había triunfado; el gitano que quiso vivir un día a tu lado que al encontrar la gloria sólo encontró el dolor…” Carmela había sido el sueño de su vida; por ella fue torero, la gloria conseguida le ofreció en una tarde de toros y de luz. Pero mientras Carmela había dado su boca una noche de engaños, por las tumbagas loca, a un señorito altivo, campero y andaluz. Frasquito aquella noche, por el amor cegado, al novio de Carmela, celoso, había buscado en las manos, temblando de rabia, su puñal. Fue una lucha de fieras perdida en la calleja… Querencioso Frasquito fue a morir a la reja mientras huía, a campo traviesa, su rival… .................................... Fue una noche de luna, la guitarra sonaba y en los brazos de Carmen, Frasquito agonizaba besando aquellas manos de amor y de dolor; y en un cartel de toros, cual póstuma ironía, en la esquina de aquella callejuela, decía: “Frascuelo el de Triana, el mejor matador”.


Rafael Delgado.58 1944 EL VESTIDO DE ESTRELLAS. Con todo cariño a mi esposa. ¿Quieres recordar conmigo las estrellas de una noche? ¿Las estrellas que bordaban arabescos y alamares en el terno azul cobalto de una noche platinoche? Éramos cuatro golfillos con ansias de torerillos. Cuatro chavales mugrosos con almas de cristal fino que vibraban al contacto de las zarzas del camino. Era la noche cualquiera del año que se ha olvidado en el recuerdo perdido. De Monterrey a Durango emprendíamos la marcha para buscar cantando toros de fuerza amarga que mitigaran las penas de dolores inconcretos. La carretera brillante nos mostraba generosa el camino interminable de su lomo de cemento. Eran cuatro caminantes, cuatro estrellas opacadas que deseaban en los ruedos encontrar la luz aquella que les diera a sus vidas colores de piedras finas. Durmiendo en el campo abierto soñaba con maravillas, luces de escharcha y mentiras. Soñábame en una plaza cubierta de yerbasanta, toreando por naturales 58

Sol y Sombra, Año 2, T. 5, Nº 94. México, D.F., 29 de agosto de 1944.


al toro maravilloso que dejara a su paso espasmos de agonía, de anhelos reverdecidos estrujantes y terribles. Ahora parece que veo en aquel glorioso sueño un angelito gitano que por premio a mis hazañas me daba como ropaje un terno de mil caireles bordadito por la virgen al mejor de los toreros. Los golpes de mil colores, las lentejuelas plateadas, estaban cubiertos todos por el puñado de estrellas arrancadas a la noche por la manita morena de la virgen de aceituna, para cubrirme el cuerpo macilento y tembloroso de torerillo dormido. ¡Tú, Virgen de la Esperanza! ¡Tú, Virgen de Guadalupe! ¡Vírgenes todas del cielo! Por qué dejaron que su hijo despertara aquella noche si era la muerte tan buena llegando cuando tenía ¡Mi vestidito de estrellas! Agosto de1944. Lic. José T. Viesca.59 1944 CALAVERAS TAURINAS de 1944 en El Toreo. Semanario Gráfico Taurino. DON ANTONIO LLAGUNO. Con la muerte de Llaguno el toreo mucho perdió; ganadero número uno desde antes lo consagró. LIC. NACHO RODRÍGUEZ MORALES. Nacho Morales murió 59

Sol y Sombra, Año 2, T. 5, Nº 95. México, D.F., 5 de septiembre de 1944.


mejor “licenciado” y “Armillita” emocionado dos lágrimas derramó cual cocodrilo entripado. DON JOSÉ RAMÍREZ. Don José duerme en Dolores eterno sueño profundo y como todo armillista fue en vida, de los mejores aficionados del Mundo. DON CUTBERTO PÉREZ. Severo y conocedor fue de los toros Cutberto y al mirarlo aquí ya muerto muchos lloran de dolor. DON “ELÍAS”. Va a resucitar Elías sabiendo que puede ver dentro de muy pocos días toros y diestros de ayer. DR. CARLOS MARTÍNEZ. Yace aquí el doctor Martínez gran aficionado de cuenta; tenía según se comenta “gatos” en los calcetines. DON JOSÉ DÍAZ. De entre el grupo de armillistas también murió José Díaz y a Fermín unos bromistas le dijeron: “No te rías”. LUIS CASTRO “EL SOLDADO”. Cuando de España volvía, casi sin haber toreado pese a lo “cacaraqueado” de su singular valía, se murió, siempre al amparo de publicidad dolosa y pusieron en su fosa “este es el “muerto” más caro”. DON ALBERTO Y ANTONIO DURÁN.


A Alberto y Toño Durán los llevaron al panteón y Silverio y Nacho están llorando al alimón. FIDENCIO MATA. La muerte vino por Fidencio Mata quien en lucha desigual la empata, pues siendo también un Mata hasta le corta una pata. JUAN VALDÉZ (Apoderado). De poderes no entendemos lo que sí sé hacer son buenas escaleras; voy a hacer una para subir a sus tumbas y escupir sus calaveras. DON ALBERTO ESCOTO. Al buen Don Alberto Escoto lo taurino le mató, pues la muerte lo pescó con faena de alboroto. DON NACHO LUNA. Murió también Nacho Luna por no ver en “El Toreo” espantadas de Procuna. CARLOS ARRUZA. En España el gran Arruza con los toros hizo chuza, de los que trajo en latas, orejas, rabos y patas. Por eso a su “calavera” hoy la AFICIÓN la venera y todavía en el panteón le tributa su ovación. JESÚS SOLÓRZANO. Aquí reposa un torero de gran valer y valor que en vida fue por postergado nada más porque quitó a los “cronistas” de paga


la exigida “subvención”. DON JOSÉ ANTONIO QUIJANO. El crítico Quijano cierto día de este mundo, me dicen, se “peló”, sin duda que un “barbero” lo mató pues de otro mundo no se “pelaría”. FERMÍN ESPINOSA “ARMILLITA”. Ya “Armillita” es calavera y su tumba es un tesoro pues en su cajón metieron aquellas orejas de “oro” que no hace mucho nombraron los periódicos a coro. DAVID LICEAGA. Liceaga, ni ya esqueleto olvida su pundonor, aquel que de matador lo hizo un torero completo, y ahora trata con afán cortar el rabo a Satán. SILVERIO PÉREZ. La afición taurina no encuentra consuelo su “ídolo” Silverio, porque es “calavera”. DON PABLO B. OCHOA. Aquí yace Pablo Ochoa, gran gerente de “La Lidia” que mereció siempre loa. DON ALFONSO DE ICAZA “OJO”. El cronista Alfonso Icaza que fue un cronista con “Ojo” murió al salir de la plaza porque vió torear a un “piojo” un torerito de casa.60 1944

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El Toreo. Semanario Gráfico Taurino. D.F., Año I, Nº 9, del 30 de septiembre de 1945.


La Fiesta. Semanario Gråfico Taurino. N° 10, 29 de noviembre de 1944.


1945 GRANADA Princesa cautiva que guarda celosa la Sierra Nevada, tú fuiste la novia heroica y altiva, la soberbia y gentil prometida de apuesto y osado sultán sarraceno. Supiste de ensueños, de amores, de glorias, regaste tu suelo con sangre cristiana y fue tu rocío el llanto del moro. Respalda a la Alambra la nieve serrana, cobija tu tierra un cielo sereno, reluce en tus campos el oro de Febo y aroma tu ambiente feraz jazminero. Granado la Mora, historia y leyenda, conjuro hechicero que velan los siglos; sultana cautiva que evoca grandezas, juncal chavalilla que teje un recuerdo de amor y tristezas... CÓRDOBA Inspira tu nombre el sabor de lo viejo, de aquello que queda formando un recuerdo, de lo que dejara grabado en tu seno el grave y pausado correr de los tiempos. Conservan tus calles rumores de fiesta, el fino sonido de los cascabeles que agitan al aire rumbosos corceles que tiran garbosos de arcaica calesa... Y guarda tu ambiente, arcano inviolable, el reír de las majas, el valor del torero, el piafar de las jacas y el valioso tesoro que a tu suelo donara el arte agareno... Legado de moros tu regia Mezquita, regalo de reyes tu historia moruna... pagano recuerdo que aun vibra en el ara que lleva hasta el cielo ofrendas de incienso...61 Carmen Torreblanca Sánchez Cervantes. 1945 JUGANDO AL TORO UNA SECCIÓN SEMANARIA. LIGA DE RIPIOS PALMARIA. Hoy, lector, lo primero, para matar mi “espín”, fusilando a Fernández Ardavín, lo que es un torero 61

La Lidia. Revista gráfica taurina. Nº 113. Año III. 2 de febrero de 1945.


deseo que se grabe en tu magia. “Escúchame, extranjero, Que para gloria nuestra y nuestro orgullo va a ver hoy la estampa de un torero como una cosa extraña de tragedia bestial, que nos dio España. Quiero serte sincero; escúchame lo que es un buen torero. Es un hombre cetrino y coletudo, (ahora ignoro la treta por qué ha dejado de tener coleta) a quien un pueblo tonto le da brillo; y sale al redondel bravo y ceñudo vistiendo un traje plata y amarillo. Tiene el cuerpo cosido a costurones. Desprecia, ¡esto es valor!, su propia vida, olvidando las palas y azadones, en cualquier corrida ante un torazo negro o jabonero, derramando su arte y su experiencia, se juega la existencia. Si esto, amigo lector, es verdadero; contéstame; lo espero con cachaza ¿el “veintiuno”, en la plaza, Viste por un casual algún torero? .......... El menor de los “Armillas”, Aquel que dicen “el sabio”, De su mandanga en resabio ¿no toreó de cuclillas? ¡Qué modo de largar tela! ¡Qué movimiento en los pies y qué falto de interés! ¡Tú no viste allí canela! A su toro “Consentido” tres banderazos le dio, y recibió algún chiflido porque no le consintió. No queriéndole ni ver, le atiza varios doblones con tan grandes precauciones que hacen al público arder (claro, que en feos pregones). Habilidosa estocada echó afuera al animal; pero el público, ¿qué tal con la bronca concentrada? Con el toro “Cantarino”, que salió en cuarto lugar siguió en el mismo camino, no nos cambió de cantar. Un baile con el capote, una rechifla abundante


en el quite ni un desplante, sigue mostrando el cerote. Pretende banderillear, mas ve nublado su anheloi del público al protestar, y las coloca… ¡en el suelo! Con la muleta, le muestra el pico al inocente modesto bicho, y en un instante alza el acero, y una estocada. ¿”Pa” qué te quiero? Y oye “Armillita” Solemne pita! LUIS PROCUNA Sus admiradores ponen a Procuna un arco de flores, y dos herraduras a uno y otro lado. La gente pregunta: ¿Por qué dos?... Acaso no le bastaba una? Mas vamos a verle. ¿Qué traerá en la urna? .......... Y lo que el torero trajo fue un reverendo relajo. Sin asomarse a la cuna y haciendo de miedo alarde, hoy se ha pasado Procuna “juyendo” toda la tarde. Y apretando sus “petacas” gritó a mi lado una histérica: “¿pero éste es el de Caracas? ¿Este es el monstruo de América? Le reciben como un rey y él justifica en el ruedo que gana el título a ley: ¡Procuna es el “rey del miedo”! “Gallinito” es su primero y en cuanto que a él camina, a Luisillo, el gran torero, pone carne de gallina. ¿Para qué, lector, buscar lo que hizo este camarada? No hizo más que oír pitar a su actuación desastrada. Y aquellos admiradores


que el arco le dedicaron el florido arco tiraron ajando todas las flores. Pero, ¡ah, razón que no abarco tTal vez por mis desventuras! ¡Echaron al suelo el arco! ¡Dejaron las herraduras! RAFAEL GÓMEZ ORTEGA “GALLITO” Ha estado el hombre valiente en la presente sesión, y ha escuchado una ovación casi, casi permanente. Ha hecho quites agradables, en cinco de los astados, y con los “pieses” clavados dio tres lances admirables a su primero “Cañero”; en el cual, con la muleta, aunque valiente, el torero no llenó la papeleta. Un pinchazo feo echándose fuera y media estocada de cualquier manera, nada de ello bello y acuesta a la fiera con un descabello. .......... En el quinto es otra cosa. ¡Aquello es veroniquear! de manera primorosa, y el pueblo aplaude a rabiar. (En este toro, Procuna se destapó en orticinas, algunas de ellas divinas. ¡Fue lo único en su tribuna! Un quite gitano hay, de Rafael, que al gran soberano le ha sabido a miel. Y treinta mil almas prorrumpen en palmas. .......... La roja muleta pasea por alto los lomos del toro barriendo, con los pies clavados en la roja arena, muy quieto, muy quieto. Unos naturales nos brinda tras ello,


y unos derechazos melifluos muy buenos, muy buenos. Y luego se adorna, en gitanerías muy propias del gremio, con diez medios pases, que el público aplaude por lo pintureros. Se va por la muerte, y entra muy derecho; pero se desvía el templado acero que atraviesa al bicho; y hay un descabello, y baten las palmas al valiente y alegre torero. .......... Y así, lector mío, se dio fin a aquello, en que el “Armillita” y el Procuna, a un tiempo, ni “jelecha siquiá de alegría”, sombríos nos dieron! PEPE MONTAÑÉS.62 1945 LA FIESTA BRAVA Han tocado los clarines, escuchóse ya el sonido estentóreo de los parches. La multitud ululante en ansiedad de tragedia, de pasiones desbordante, espera a los paladines que en lucha sangrienta y bárbara, cual romanos gladiadores, desarrollarán la fiesta, fiesta varonil y brava: Mientras más brava más bella mientras más bella más amplia. Caballero en briosa jaca a española antigua usanza, apuesto jinete inicia el despejo de la plaza. Tras él, cruzando la arena por el sol iluminada, aparecen las cuadrillas con cuya presencia aumenta el desbordar de pasiones, no siendo ya contenida la explosión incontenible del latir de corazones. Vuelven a sonar clarines, vuelve el vibrar de los parches anunciando la salida de un animal indomable 62

Multitudes. México, D.F., 30 de enero de 1945.


-¡Fuerte, rabioso, pujante!-, con el que los paladines, cual gladiadores romanos, desafiarán a la muerte en actitudes gallardas, haciendo cimbrar la plaza. Con un simple capotillo a guisa de engaño y arma, para burlar a la fiera en su acometida bárbara, con ciencia, valor y arte toman actitudes plásticas; y el pueblo febril estalla en atronadoras palmas. Sobre indefensos jamelgos semejando rocinantes, recios caballeros portan en la diestra sendas varas, desafiando así a la fiera en su acometida bárbara; mas con sin igual destreza, en defensa de su jaca, colocan la hiriente puya del burel en las espaldas, haciendo brotar la sangre que en hilillos se derrama. Suerte de destreza es el detener los bureles; de la fiesta la más bella y emocionante. A la vez que castiga y modifica, determina la bravura y pujanza de la res. Si del toro la embestida el jamelgo no resiste cayendo sobre la arena por el sol iluminada, allí está la providencia que de seda y oro viste, con un simple capotillo a guisa de engaño y arma para salvar de la muerte al caballero y su jaca. La audaz y viril hazaña de caballeros con lanza la multitud delirante trueca en palmas. Oyese luego el vibrar de clarines y atabales, ordenando en su estridencia cambie la decoración en la fiesta más gallarda, más viril, más bella y amplia. Cuerpo a cuerpo, con vaivén apuesto y ágil, toro y diestro, buscando reunión precisa, con valor, furia y talento, ambos dos, en firme lucha, se dirigen al encuentro. El torero con dos garfios en la mano, el cornúpeta siniestro con puñales afilados, llegan juntos al terreno por el diestro señalado; cuadra, para,


hay momentos de zozobra; mas con hábil movimiento esquiva el golpe, colocando los arpones en los rubios del burel ensangrentado. La mujer entusiasmada arroja al diestro de su pecho o del cabello ensortijado, los claveles sevillanos; y la multitud estalla en atronador aplauso, después de haber admirado el maravilloso cuadro. Llega el soberano instante de dar fin con el astado tras que clarín y timbales lo anuncian hendiendo el aire. Es una escena sublime, la más regia de la tarde. el matador se dirige con el estoque cruzado sobre pequeña muleta, adonde la Presidencia que ocupa severo palco, para rendir reverencia, con firme y sereno paso. Brinda, despliega la flámula y camina en línea recta a dar principio a la escena de emociones y arrebato. Cita al burel, éste arranca, el torero esquiva el golpe; usando siniestra mano hace girar la muleta para dar paso al astado. Lance armonioso y brillante en donde hay dominio y mando, permitiendo que la fiera con sus afiladas astas roce el estatuario cuerpo bien asentadas las plantas. De esta guisa el muletero Repite el soberbio lance ocasiones incontables, mientras los finos puñales tocan del traje la faja o del diestro sobre el pecho tiran atroz puñalada que esquiva la roja sarga siempre con siniestra mano hábilmente manejada. Ya dominada la bestia con valor, sapiencia y gracia, el diestro monta el estoque poniendo su corazón en la punta de la espada. Se perfila, al extremo del bastón enrolla la muletilla, recto y despacio se tira, entrega el pecho al astado, éste al embestir humilla y el heroico matador, en arranque sobrehumano,


hunde el alfanje en la cruz del burel ensangrentado: ¡Rueda a sus pies, cae al ruedo por el sol iluminado! La mujer enardecida arranca presto de su busto o del cabello ensortijado, para tirar al torero, los claveles sevillanos. La multitud ululante, satisfecha de tragedia, de pasiones delirante, lanza tempestad de aplausos, tira prendas, botas de vino, tabacos... Y por días interminables hace alegres comentarios. Así fue la fiesta bella, así fue la fiesta brava: Mientras más brava más bella, mientras más bella más amplia. ¡Fiesta viril y gallarda que al transcurso de los tiempos ha quedado mutilada!63 El-hombre-que-no-cree-en-nada 1945 ¡DOS AÑOS HA! A la memoria de Félix Guzmán. DOS AÑOS HA que caíste, en la arena… DOS AÑOS HA que te fuiste; ¡honda pena! Un día de San Fernando, en la plaza de “El Toreo” sangre tuya fue regando el ruedo… ¡Aun lo veo! Félix, torero sin par, niño del alma generosa: Por ti vuelvo a sollozar, en dulce calma reposa. Mi lira se torna triste, tu recuerdo al evocar; que hombres cual tú lo fuiste muy pocos han de alentar.

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La Lidia. Revista gráfica taurina. Nº 120. Año III. 23 de marzo de 1945.


No era la tierra baja región tuya, soñador; fue tu sudario, mortaja, vía crucis, hiel, ¡dolor! Mientras existan devotos del ideal, que la bondad, para ti serán sus votos de paz y eternidad. Te ofrezco hoy mi rendida canción, de acerbo dolor; que tu paso por la vida lección fue de sacrificio… ¡Y dolor! Tapachula, Chiapas, a 30 de mayo de 1945. Fernando Medina Ruiz.64 1945 MONÓLOGO TAURINO ¡Y olé! Y ¡olé! En Córdoba fue: nació Manolete y ¡olé! Pero oiga usté: En Texcoco fue: Nació el gran Silverio ¡y pa´ qué! En Córdoba la sultana nació el MONSTRUO del toreo, y se desmayó su hermana al ver un crío tan feo. Y en Texcoco, indiano suelo, nació Silverio ¡arma mía! y al verlo azotó Carmelo que era más feo todavía... En Córdoba fue... nació Manolete ¡Y olé! Y ¡olé! Y en Texcoco fue: nació el gran compadre ¡y pa´ qué!

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La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. México, D.F., 1° de junio de 1945, N° 130.


Manolete, Manolete, arte, señorío y coraje, que al torear se está más quieto que la Torre el Homenaje. Silverio, Silverio Pérez, faraón de Faraones, ¡Ay compadre qué feo eres! ¡Pero con cuántos calzones! Julio Romero de Torres debió pintarte, Manuel: Tal pintor pa´tal torero, tal arte pa´tal pincel. Y a ti, Silverio, aunque fuera el que un cuadro te pintara el propio Diego Rivera ¡Hasta guapo te sacara! Serio torero izquierdista, asombro del natural, temple, quietud, señorío, quintaesencia escultural: Lentitud, mando, arrogancia, arte clásico y profundo: ¡Ay Córdoba, tu fragancia aromando al nuevo mundo! Porque sí señó en Córdoba fue: Nació Manolete y ¡olé! Y ¡olé! Pero todo eso se acaba cuando un indio no se humilla y saca de un trincherazo sangrando la taleguilla; cuando un Procuna refina gracia, tragedia y sabor y hasta la manoletina le mejora a su inventor; cuando con todos los toros siempre maestro y confiado liga Fermín su faena en medio metro cuadrado. Pensando en México siempre en los toros nos montamos porque si "allá" tienen casta


aquí hasta les regalamos. Dizque era el número uno Manolete el cordobés; porque no había ninguno que le parara los pies; Y vino a darnos picones sin ver que en estos confines ante un Silverio a los monstruos les dan hasta colerines. Y pa´demostrar que es cierto más de un cilindrero queda: ¡También en Texcoco hace aire y en Saltillo polvareda! Y ya el señó Manué como -bonitos o feoslos aztecas no se rajan ¡Mas que no les den trofeos! Porque sí señó en Córdoba fue: Nació Manolete y ¡olé! Y ¡olé! Pero óigame usté en Texcoco fue: Nació el gran Silverio -¡¡¡y pá´qué!!! GUZ AGUILA.65 1945 JUGANDO AL TORO. Domingo 25 de marzo, Ahí va lector, mi plana Mordaz, o grave; pero como la SEDA de fina y suave. Y a más quiero, a poderlo, que sea luciente como el SOL cuando asoma 65

Daniel Medina de la Serna: "Mi cuarto a espadas". Gaceta personal de (...), miembro de Bibliófilos Taurinos de México, año 3, número 31, mayo de 1987. GUZ ÁGUILA (Antonio Guzmán Aguilera) fue un poeta festivo que desarrolló su actividad, principalmente, como autor de revistas teatrales con decidido contenido político; entre ellas podemos citar: "El diez por ciento" (1917), "La presidencial se divorcia", "La exploración presidencial", "Los hijos de Pancho Villa", "Mujeres de México" (1927) y sobre todo su mayor y más trascendental éxito: "La huerta de don Adolfo".


por el Oriente. Y así lector querido, completo el rol, llegando a la cabaza de SEDA Y SOL. Que sea del agrado de sus mercedes y básico de proemio. ¡Va por ustedes! Son las doce. En El Toreo se ve mucha gente entrar; algo grande ha de pasar. Algo grande, ya lo creo. De las manos de un rapaz, hijo de don Maximino, un rollo, un vellocino, a las de otro nene fino, que es hijo del doctor Baz. Tiene el rollo las acciones de la Empresa de El Toreo, que a tener van por empleo enjugar mil aflicciones. Y así, de un particular, por manos de la inocencia pasa a la Beneficencia una Empresa singular. Que allá el Señor Soberano le premie a don Maximino, lo que su hijo, por su mano, pasa a tan noble destino! Y vamos a la corrida, que si no ha sido aburrida tampoco ha sido brillante, pero acabó emocionante con una grave cogida. LOS TOROS Hoy los dueños de San Diego, desde luego mandaron, y aquí lo alabo, un lote bastante bravo; reses finas, engordadas, fuertes y bien presentadas. Nadie me podrá tachar de interesado, o de lego, lo que aquí llegué a armar, lo que digo de San Diego.


BIENVENIDA. No sé si aquesta corrida en su corrida formal; pero aquí afirmo leal que esta tarde “Bienvenida” vino mal. Nada hizo con el capote; muy poco con la muleta; y bajonazos receta estoqueando con cerote. De actuación, tan deslucida queda cual punto final que esta tarde “Bienvenida” vino mal. VELÁZQUEZ Este Velázquez, Antonio, sobre el cual sopló Favorito, benigno, en aquella noche, no ha vuelto a hacer el derroche no ha vuelto a cerrar el broche. Ayer toreó valiente, y casi constantemente hizo cosas con decoro; pero vio toda la gente que podía más el toro. En su segundo, derecho se le vio a hacer el embroque pero al meter el estoque dando el hombro, dando el pecho cayó en la arena deshecho. El cuerno del animal le había herido; y se escuchó un alarido general. PROCUNA No tuvo tarde brillante el amigo Luis Procuna; pero fue él sólo alternante que para nuestra fortuna en uno y en otro instante nos dio toreo brillante esta tarde en la tribuna. ¿Qué si Procuna es torero


me pregunta su merced? Es torero y pinturero desde febrero hasta enero; pero abusa del Ballet. BOMBA TAURINA No llames “toro asesino” al inocente bovino que hizo a Velázquez caer. Él cumplio con su destino, pues su destino es coger! Pepe Montañéz.66 1945 JUGANDO AL TORO. ¡Vamos “Morucha” a la plaza, por más que nos aburramos; vamos a ver, con vergüenza lo que los viejos añoramos, cómo tronchan los peones los toros a capotazos. Vamos a ver cuantos bichos, con solo uno, o dos pinchazos, del ancho ruedo en la arena se entregan al fin cansado, hechos cisco, jadeantes, completamente extenuados, por el infame ajetreo del capote en todos lados. ¡Queridísimos peones, los que ansiosos y aguzados, en un toro y otro toro sin ton ni son, lo que es agrio, os “jartais” de “atorear” a una mano y a otra mano, queriendo mostrar que el toro es imposible, recato, y vamos a comprimirnos, porque es un axioma claro que una cosa es ser torero y otra cosa nos pensamos que es ser “obrero en el toro”, chichos, peones, ¿estamos? Dejad que el maestro mate, 66

Seda y Sol. Año I, México, D.F., marzo 29 de 1945. Crónica en verso relacionada con el festejo que se realizó en la plaza de toros “El Toreo” de la ciudad de México, el 25 de marzo anterior.


que por eso le pagamos; y no haced que un día y otro, contemplenos, renegando, que solo vos los que dais muerte al toro y a capotazos! ¡Vamos a la plaza, “Chucha”, por más que nos aburramos; pues aunque gritemos todos seguirá el peón sus pasos! LOS TOROS ¿Otra vez los de Xajay? ¡Caray! ¡Repetimos la vacada después de la mansedumbre de la anterior, es la cumbre de la Empresa desahogada! Y así fueron, sí señor: si uno malo otro peor; unas pitonudas ratas, y del morrillo a las patas de un “mansismo” aterrador. EL SOLDADO Vino de tabaco y oro a presentarse ante el toro; y mostrándonos su ruina, del oro no dio el valor, y del tabaco, lector, sólo dejó nicotina. ¡Oh la paciencia divina del público espectador ante la “mandanga” fina de El Soldado toreador! Si la vista no me engaña, con ella no irás a España! RAFAELILLO Tras alternativa que le dio El Soldado igual con capote que con muleta, este Rafaelillo nos ha demostrado, que es gente entre gentes que peinan coleta.


En un bicho y otro hacer cosas quiso y estuvo valiente; pero en su desdoro le faltaba al guiso el “coeficiente!; ¡le faltaba el toro! Dios quiera que en otra con toros de brillo, apreciar podamos lo que es Rafaelillo! BRIONES Lástima de voluntad, la que derrochó este Luis! ¡Con un ganado tan gris ni hay arte, ni amenidad!... No se ofrece ni un remanso en la corriente taurina; lectores, es una ruina el luchar con tanto manso! Por eso a este Luis Briones aunque le tocara un par, podemos asegurar, que en entusiasmo lograr, ¡nones! RESUMEN Esta corrida fue un hueso, es decir, fue desdichada; y aunque resultó pesada estaba falta de peso. Pepe Montañés.67 Ca. 1945 CORRIDO A SILVERIO PÉREZ Con música de salterio y sin brincar del huacal, hoy viene a hablar de Silverio el oaxaqueño Abascal. Trata en alegre corrido y sin asomos de inquina, un caso muy discutido, 67

Seda y Sol. Año I, México, D.F., abril 26 de 1945. Crónica en verso relacionada con el festejo que se realizó en la plaza de toros “El Toreo” de la ciudad de México, el 22 de abril anterior.


o sea la cuestión taurina. Y aquí viene la canción. óiganla con devoción: Si les gusta oír cantar nomás pónganme cuidado, que un corrido va a empezar a Silverio dedicado. P´al hermano de Carmelo yo compuse la rimada, vuela palomita luego, a buscarle la tonada. ¡Qué gusto me da mirarte entre toda tu cuadrilla, cuando vas partiendo plaza gran torero maravilla! El que mira una faena al torero texcocano, más que se quede pelón al ruedo tira el jarano! Va Silverio el Faraón por todos los redondeles, cada vez un faenón y conquistando laureles. En Jalisco, en Monterrey, donde quiera que has toreado, a los toritos de ley oreja y rabo has cortado. Más no faltó quien dijera rabiando de pura envidia, que Silverio con la izquierda no sirve para la lidia. Tú no pongas atención a quien no se la merece, te aseguro con razón que un Villamelón fue ese. Porque pisas el terreno donde cuajas muletazos, Silverio, tú eres torero, no necesitas zurdazos. Por tu faena a Tanguito un homenaje te harán, un torero y un torito


tu monumento serán. De Pastejé fue ese toro, al que tú inmortalizaste. esa tarde en “El Toreo” tu fama la consagraste! Dicen que van a venir los españoles toreros, con el de Texcoco acá... guerra tendrán los iberos. Y que pase la pelada no me parece tan peor; ¡que vengan los españoles a alternar con lo mejor se oye decir a la gente con sus palabras cabales: para torero... ¡Silverio! ¡Dos no tenemos iguales! ¡Ah, qué cierto y qué legal lo que las voces dijeron! Porque toreros como él al mundo pocos vinieron. Vuela, vuela, palomita, vuélale como de rayo, porque si hay otro Silverio, verdá de Dios que me callo. Ya se va el aficionado el que compuso el corrido y si en algo quedo mal, que lo disculpen les pido... Ya llegó la obscuridad: ya nos vamos al descanso que duerman con suavidad y en apacible remanso. ANÓNIMO. 1945 POR LA QUE QUIERO ¡Brindo este toro a la mujer que quiero -a la que tiene plenos luminares en los ojos profundos y juglares-, con la diestra en el puño del acero!


Por ella va: si en esta empresa muero, que la gracia juncal de sus andares se derrame en un luto de cantares sobre la tumba de su novillero. Por ser rosa de luz de luna llena su carita de Virgen Macarena, -piel y carne hecha flor de mis antojos-, Porque sabe ser trágica y morena, como su raza, ¿brindo esta faena avivada con lumbre de sus ojos!68 Josefina Ferreyra Mireles 1945

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La Fiesta. Semanario gráfico taurino. Nº 21. México, D.F., 14 de febrero de 1945.


La Fiesta. semanario Gráfico Taurino, N° 17, México, D.F., 17 de enero de 1945.


Ca. 1945 CAÑITAS ALFREDO SADEL Pasodoble dedicado al torero Carlos Vera Muñoz "Cañitas" que, según cuenta Xavier González Fisher en un artículo a él dedicado en su Blog "La Aldea de Tauro", es el torero mexicano que, como se muestra en el documento al que conduce el siguiente enlace, más veces ha actuado en la madrileña plaza de "Las Ventas". El pasodoble es obra del compositor mexicano Segundo Galarza y la versión que enlazamos corre a cargo del gran tenor Alfredo Sadel. "Cañitas" formaba parte de un L.P. titulado "Pasodobles" en donde el cantante venezolano interpretaba un repertorio de pasodobles entre los que varios eran de toros. El acompañamiento es de la Orquesta de Pedro Mesías, músico chileno de reconocida trayectoria tanto en España, en donde actuó como pianista de Rocío Jurado y Nati Mistral, como en todos los países latinoamericanos. CAÑITAS Qué lindos ojos en las barrera, cuantos claveles, cuanto mantón, en los tendidos y en las lumbreras, en todo sombra y también en sol. Dicen que hay toros bravos de veras, dicen que hay arte y que hay valor, y al dar las cuatro ya no hay esperas, se escucha el grito de la afición. “Cañitas” eres torero porque en tu capa brilla el arte verdadero. “Cañitas” tu con un quite consagras tu figura y que la gente grite. Torero de maravilla que te juegas la vida en un par de banderillas. “Cañitas” eres tú de postín matador, eres rey del valor de la fiesta de seda, de sangre y de sol. Segundo Galarza69 1945 JUGANDO AL TORO. Ved lo que auguraba el público desde que leyó el cartel, 69

Disponible septiembre 27, 2012 en: http://cancionerotorero.blogspot.mx/


con que hoy, domingo once,70 nos ponía en la sartén nuestra Empresa de “El Toreo” con promesas de aguamiel: ¿”El Soldado”?... Ya se sabe por su exceso de tupé: banderazos con la capa con la muleta traspiés, o destronques de inocentes; todo eso vimos en él. ¿Silverio?... ¿Pues no es Silverio el que dijo antes de ayer: en la otra temporada que no quería rape, porque ya le entraba “conquis” en cuanto veía un burel?... ¿Qué cosa esperar podemos de quien se expresó así, a ley? ¿El “Estudiante”?... ¡Señores! ¿Por qué a estudiantes traer? ¡Doctores y catedráticos son los que quiere la grey y toros de La Laguna? Pero es que ya no sabeis el que son los “laguneros” toretes de “clase bien” que en seguida “se convencen” por falta de morbidez, y al punto “doblan las manos” sin fuerza en el almacén .......... Tales eran los augurios que al mirar de hoy el cartel, los “aficionaos” se hacían, y se los hacían bien, pensando en los “hechos de autos” en el anterior plantel. Pero vamos a la plaza, que a la mejor hay vaivén y se destapa “El Soldado” y Silverio ya no se ve dos toros, y El Estudiante muestra de sabio el troquel, y a más los de Zotoluca71 son bravos y con poder ¡Vamos a “El Toreo”, amigos, y el cielo permita, amén, Se trata de la 2ª corrida de la temporada 1945-46 en la plaza de toros “El Toreo” de la colonia Condesa, Ciudad de México. El cartel lo integraron Luis Gómez “El Estudiante”, Luis Castro “El Soldado” y Silverio Pérez, con toros de La Laguna 71 Pepe Montañés, autor de esta crónica en verso, equivoca la procedencia del ganado. De hecho, fueron lidiados ejemplares de La Laguna y no de Zotoluca, como afirma. (N. del A.). 70


que las cañas sean lanzas y haya aplausos a granel! LA CORRIDA Han fallado las auríspices, y el cielo sea osado; porque esta tarde hubo toros, y a más de buenos astados hemos visto dos toreros que a la afición alegraron con arte y con alegría, y con cuanto deseamos. .......... Los bichos de Zotoluca por más que de vez en cuando ante el altar de El Toreo fervientes doblan las manos, fueron en nuestro entender moruchos bien presentados; mejor los tres de adelante que los otros sus hermanos. LUIS GÓMEZ Entre nosotros novel, Luis Gómez “El Estudiante” ha mostrado en su loor que vive un torero en él y que de hoy en adelante se llamará “El Profesor”. Es bueno con el capote y es bueno con la muleta, y a la hora de matar entra recto y sin cerote, y llega con la lanceta a donde debe llegar. ¡Qué bellas son sus verónicas! ¡Qué majestuosos sus pases, sin trucos y sin doblez! ¡Todas sus suertes armónicas, demuestran que entre los “ases” es torero de una vez! ¡Buen principio, señor mío! ¡Vimos arte y señorío en su primera actuación! ¡Buen sabor de boca deja al otorgarle una oreja en su primera actuación! SILVERIO PÉREZ ¡Cómo torea Silverio


cuando quiere!... ¡Es su arte como un misterio digno de que un gran salterio, entonándolo, cimere su belleza, que es simpar! ¡Cómo hoy se mostró torero de los pies a la cabeza En el toro, su primero! ¡Qué destreza! ¡Eso es torear! ¡Cómo el público rugía! ¡Cómo el público aplaudía su arte maravilloso!... ¡Temblaba en palmas el coso, y Guerrita bendecía desde el cielo al portentoso y pedía con unción al Señor, Dios Poderoso, en aplauso al “Faraón”!... Pero, ¡ay!, todo tiene pero en este pícaro mundo, en el quinto, su segundo, desapareció el torero. ¡Se le cayó la bandera! ¡Una serie de sablazos, todos de mala manera! Apoteósica ha llado alguien a aquesta actuación, y creo que con razón; pero haciendo un apartado. Vista con juicio sereno, hay que hacer un intercalo: ¡fue apoteósica en lo bueno, y apoteósica en lo malo! LUIS CASTRO Otra tarde de tormento hoy ha tenido “El Soldado”! Si va por ese camino, y no vuelve atrás sus pasos, en este mes de Difuntos apaga todo entusiasmo, y hay que rezarle un responso, y como muerto, dejarlo! Pepe Montañéz.72 1946

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Seda y Sol. Año I, N° 24. México, D.F., 15 de noviembre de 1945.


Apólogo. I ¡Vaya un toro con nobleza! ¡Vaya una res con bravura! Atacando en derechura, si con los bobos tropieza. La gregaria muchedumbre -muchos cuerpos, pocas almasproduce fragor de palmas y alaba con certidumbre. Pero el magnífico bruto el revuelo de un engaño, recibe, infeliz, tal daño que fallece en un minuto. II ¡Ya hay otro toro en la plaza! Más que mansueto, marrajo. va de arriba para abajo con recelo y con cachaza… El público gesticula, vocifera y desentona contra la res cobardona que más parece una mula. También opina el usía que el toro no es de recibo. Y el marrajo queda vivo como, acaso, presumía… Francisco Almela y Vives.73 1946 Ha muerto “Chalío”, hermanos. Ha muerto “Chalío”, hermanos. el alguacil de “El Toreo”, el que salía a la plaza delante de los toreros. Y antes, a las cuatro en punto, rompiendo del circo el cerco, brotaba de entre barreras todo vestido de negro, muy caballero en su “cuaco” 73

La Fiesta, Nº 68. México, 9 de enero de 1946.


muy estirado y muy serio, partiendo la plaza en dos para saludar primero... ¿Cuántos recuerdos se van, con “Chalío” y “El Toreo”? Como dos enamorados, casi se mueren a un tiempo.74 Gondell Linares. 1946 Romance de Antonio Montes. Tu corazón era bronce y tu voluntad acero; corazón y voluntad, que animaban su toreo, firme como el corazón, cual la voluntad entero; ceñido a lo más preciso, sin punto de más ni menos. Pero guardando constante medida y ritmo perfectos, por lo que, si perde en gracia, gana en hondura y misterio. Era tu muleta un ritmo, como tu espada fue un cetro, e igual que todo lo grave no ganabas al momento la admiración de los públicos ni las simpatías del pueblo. Era preciso gustar, varias veces tu toreo, para notar el sabor a clasicismo perfecto, que como especias de Oriente sazonaban tu sereno gesto, y labraban constantes los perfiles del recuerdo. Tan dramático tu arte, como fue tu sino adverso, lo que otros lograron pronto, tardaste tú en obtenerlo, pues no es condición humana, rendir su tributo al mérito. Ya consagrado y famoso, gozando de un primer puesto, 74

Antonio de la Villa: Manolete. OTRA ÉPOCA DEL TOREO. Ilustraciones de Ricardo Marín y de Rivero Gil. Fotografías de Reynoso. Portada de Ruano Llópis. México, Editorial Leyenda, S.A., 1946. 230 p. Ils., retrs., fots., p. 191.


a refrendarlo viniste ante el público de México, y entre Fuentes y “Bombita”, estrellas de entrambos cielos, los mismos aquí que en España, brillaste como un lucero. Hasta que una tarde triste, su fecha, trece de enero, surgió la siniestra traza de un toro, que en el encierro, desentonaba por basto, por cornalón y por feo. Se llamaba “Matajacas”, y Montes exclamó al verlo, un ¡ojalá no me toque!, que fue una frase y un rezo. Pero implacable la suerte se le mostró en el sorteo a Antonio y fue “Matajacas” el que le tocó primero. Preocupado llegó Montes, más en cuanto pisó el ruedo, y oyó vítores y aplausos, volvió a ser aquel sereno triunfador de adversidades que nunca se rindió al miedo. “Matajacas” en la arena demostró su turvo genio, pero el capote de Montes le detuvo con empeño, y la res, sino vencida, quedó dominada, al menos. Ya sonaron los clarines y los timbales, al viento dando la señal de muerte. ¡Muerte de toro o torero! “Matajacas” en las tablas, defiende su vida fiero, y Montes, con la muleta, tiende a destroncar el cuello del animal, que afirmaba con su maldad y recelo, los juicios de quienes antes, se horrorizaron al verlo. Por fin el valor de Montes, se hace de la bestia dueño, y ya igualmente en las tablas, la ataca a volapié neto. La estocada es formidable,


y el toro corta el resuello, mas “Matajacas” traidor, sabe la esgrima del cuerno, y para dar la cornada al infortunado diestro pone su peor intención, junto a su postrer esfuerzo. El espada mal herido y la lucha con la muerte entablan famosos médicos. La muerte los vence al fin y el dieciocho de enero de mil novecientos siete exhala el último aliento Antonio Montes y Vico, el sevillano rondeño que sus públicos más fieles, tuvo en Sevilla y en México. El Bachiller Juan de Córdoba.75 1946 TARDE DE TOROS PLAZA El corazón español todo color, todo brío, rueda alegre entre el gentío de los tendidos de sol. Un pasodoble inflama la animación y la gracia en piropos revienta cuando una triunfal morena llega arrastrando el jardín de claveles de su mantón. DIESTRO Fanfarrón como un gallo tornasol avanzas, sota de oros del toreo; en tu hipnotizador lentejueleo baila el sol. Mariposa verde y oro, pelele deslumbrador, tu capa enreda una flor entre los cuernos del toro. El torero, de puntillas, 75

La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. México, D.F., 1° de febrero de 1946, N° 165.


fino, alado, juguetón, danza con las banderillas frente al toro de listón. SUERTE La capa ondula en suave giro armonioso; chispea el claro estoque de las proezas, y del toro es el negro lomo lustroso brota un racimo espléndido de cerezas. Después que muere el toro, borrachera de cálido entusiasmo; aplausos francos. Saluda el matador; la plaza entera florece lirios de pañuelos blancos.76 1946 Formidable, seguro, dominador… (Acróstico dedicado a Manuel Rodríguez “Manolete”). Formidable, seguro, dominador, En los ruedos hispanos causó estupor, Recorriéndolos todos en plan triunfante Mientras su alto prestigio lleva adelante. Intuitivo: en si mismo, con gran confianza, Nunca obtuvo de nadie prima enseñanza. En todos los momentos es singular, Sabio, justo, preciso para lidiar; Poseedor absoluto del arte y ciencia Infundidos en su alma por la experiencia, No conoce de absurdas modalidades Oriundas de las nuevas necias edades. Sin lograr en su patria tal distinción, Atrájose a los hombres de corazón. A aquellos que conocen de la alta gloria Rara ya en los anales de nueva historia, Mantenida con ciencia, valor y arte, Indispensables dotas que son baluarte Legendario de diestros que han alcanzado La cima de un esfuerzo tan arriesgado. Intentar convenceros de que es portento Tal vez resulta impropio por el momento. Atendiendo a los gustos de actualidad. Con raíces que tienen profundidad. Hacer historia cierta de algún torero Inútil nos resulta, pues el dinero Constituye la base de la mentira. Oponente y de fuerza, de quien les tira. Luis de la Torre, “El-hombre-que-no-cree-en-nada”77 76

Manuel Michaus: México melodioso. (Poesías). México, Ed. Cvltura, T.G., S.A., 1946. 153 p., p. 146-148.


1946 Romance de Gaona. Rodolfo Gaona y Jiménez, mezcla de andaluz y azteca, de “Lagartijo” la esencia, con corazón que arrebata y cintura que cimbrea; te prestó elcielo su gracia y te dio “Ojitos” su ciencia. No desmentista el refrán, ¡nadie es profeta en su tierra! t recordando a Cortés, fue de conquista tu empresa, en que con gran cortesía, conquistastes e inversa, y devolvistes a España con tu clásica solera, en la Nueva España hiciera, que sin él, la Nueva hizo suya, tú hiciste tuya la Vieja, y desde el primer instante en que pisaste su tierra, quedaron los españoles prendados de tus faenas, y allá, en la Puerta de Hierro, ante docta concurrencia, probaste con tu valor, tu completa suficiencia. Los sabios que allí te vieron, aplaudieron sin reserva, y del grado de doctor te entregaron la muceta que a poco, y entre ovaciones, Manuel Lara te impusiera. Después, entre los mejores, tú mantuviste la empresa. Al lado de los titanes, creciste en tamaño y fuerza, y con “Gallito” y Belmonte, fuiste la obligada tercia. De Sevilla en el albero bordaste una gran faena, que por siempre allí grabada como claro ejemplo queda, y que con valor histórico, una efeméridea crea.

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La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. México, D.F., 8 de febrero de 1946, N° 166.


¡Veintiuno de abril del doce! Ya nadie olvida esa fecha, que tanto en el corazón como en la memoria, queda. Fue tu mérito tan grande, fue tan grande tu majeza, que el pontífice del arte llegó a temer que le hicieras sombra, y dejando su solio, puso al margen de la fiesta, campañas muy personales, propias para su defensa. Mas tú, seguiste triunfando a pesar de todas ellas. Eras con las banderillas, más que un ejemplo, una gesta. Y ahí quedó el par de Pamplona, que todo el mundo recuerda. Luego, cuando desplegabas la magia de tu muleta, nadie llegó en elegancia, hasta altura tan señera, y a un lance de capa, diste el nombre de “gaoneras”, mejorando con tu arte, los que Cayetano diera, antes, por un solo lado, “por detrás y a la derecha”, Y que te enseñara “Ojitos”, Sin pensar que tu destreza Iba a darles un relieve Que ni sospechar pudiera. Mas al fin esas campañas, dieron su mala cosecha y las calumnias prendieron entre las gentes ingenuas, ahuyentando simpatías y fomentando reservas. Así, a pesar de tu arte, los públicos ya se muestran hostiles, y con su seña, tu triunfo impiden y vedan. Tuviste una tarde aciaga que “Barrenero” refrenda, haciendo pensar al público que era bravura y nobleza, lo que solo fue poder y arrimo de una querencia. Te retiraste de España y regresaste a tu tierra,


que te acogió generosa consagrado fuerade ella, y que te elevó al pináculo admirando las faenas en las que inmortalizaste a “Pavo” de Zotoluca, “Bordador” de Piedras Negras, e hiciste con “Revenido”, la más brillante faena que en toda la tauromaquia mexicana, se recuerda. Por fin, glorioso y cansado te apartaste de la fiesta, mas quedaste como un símbolo, que la afición reverencia, pues fuiste en España, México, y en México, España eras. Fusionaste dos estilos, como soldaste dos épocas, y hoy el arte del toreo tu figura señorea, lo mismo en plazas de España, que en las plazas de esta tierra. El bachiller Juan de Córdova.78 1946 ELOGIO DEL TORERO CARLOS ARRUZA I (Faena en dos tiempos) Aunque en México naciste -patria de Manco Capacllevas en tu sangre moza agua salobre, del mar, que sueña en el Machichaco palacetes de coral, y deja en el Sardinero sus besos de mazapán. Como naciste torero, pudiste ser capitán de aquellos tercios famosos que en Flandes pusieron ya, altas picas que vibraron con temblor de eternidad. Pudiste estar con Colón 78

La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. México, D.F., 15 de febrero de 1946, N° 167.


y en sus naves navegar, y con Don Juan en Lepanto, con Cisneros en Orán, con el Cid en la Edad Media día y noche cabalgar por los campos de Castilla puesto peto y espaldar. El romance que te escriben los pobres lo cantarán. Pudieras ser limosnero de toda la Humanidad! Arruza, Carlos Arruza, ensenada y vendaval, corazón enternecido, Apolo, niño y Titán. Quien te haya visto una vez ya nunca te olvidará. II Ya está el toro en el anillo lleno de sol en la tarde, buscando la flor, que arde, de tu mago capotillo. ¡Qué lances de Primavera floridos por la emoción! ¡Allá se va el corazón en las astas de la fiera! ¡Olé, Arruza! Genio alado que sin descanso trabaja; queda el torito enredado como un ovillo, en tu faja. Recargas tanto la suerte pegado a los costillares, que se pasea la Muerte por seda y por alamares. Alas, alas, sólo alas tienen tus ágiles pies; ¿No ves, Arruza, no ves, el temblor de las chavalas cuando de modo imponente colocas las banderillas y sales a pie juntillas saltando tan limpiamente?


Ya está la roja muleta; rúbrica firme y castiza que en tus manos valoriza la más hermosa paleta. Dos naturales. ¡Muy bien! y uno estupendo de pecho. ¡Mástil robusto y derecho que no conoce el vaivén! Bella faena labrada, a estilo de orfebrería; queda la fiera embrujada por tu gran sabiduría. El toro se ha convertido por tu arte soberano, en un can agradecido... que después lame tu mano. Brilla el acero. Sonríe una arrogante manola; el acero se deslíe, como el hielo, hasta la bola. Se agitan blancos pañuelos reclamando un galardón, y, descansa el corazón después de tantos desvelos. Una vuelta al redondel bañado en sangre de fiera. soberbia estampa torera que está pidiendo un cincel! ¡Adiós!, Arruza. Que el destino te depare buena suerte; y que te libre a la Muerte esa luz de tu camino. (Envío) Madre española y bendita como una virgen contrita orgullo de nuestra raza; vela por él, madrecita, mientras torea en la plaza!79 Amador de la Cuesta González Salamanca, España. 1946 79

La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. Año IV, N° 183, México, D.F., 7 de junio de 1946.


A LA MEMORIA DE EDUARDO LICEAGA En el amplio jardín de los Liceaga, polícromo vergel de arte taurino, brotó Eduardo, cuyo perfume embriaga con aromas de un arte peregrino. Espíritu, ilusión y vista halaga; arrolla cuanto encuentra en su camino, y en su elíptica astral su brillo apaga el fulgor del lucero matutino. En alas de la gloria vuela a España, donde el triunfo se ofrenda a su majeza, y al consumar el filo de una tarde, ante la multitud, épica hazaña, el destino, que en rayo de sol arde, hecho cuerno mortal, entra en su entraña, y trueca en polvo lo que fue grandeza y hace llanura lo que fue montaña.80 Bachiller Juan de Córdoba. 1946 CAYÓ EN LA ARENA... Detente ya, caminante que recorres los senderos proclamando las hazañas de aquel joven paladín. Qué, ¿no escuchas los lamentos?... ¿No ves llorar los luceros? Es la pena dolorosa de los valientes guerreros que nos llega con la brisa, desde lejano confín. Ya no cuentes de sus triunfos, ya no digas de su arrojo: que tu lengua se enmudezca por un sentido dolor; que el llanto nuble tu vista; que queden secos tus ojos; que en tu carne, con las uñas, se abran senderos muy rojos; que tu cuerpo se estremezca por un terrible temblor. Que se junten las palomas que en todos estos caminos aleteaban presurosas al escuchar tu pregón; que el zenzontle ya no cante sus dulces y alegres trinos; que aquella joven princesa, la de los ojos divinos, ya no piense en el retorno de su más cara ilusión. ¡Ay! ¡Qué dolor, caminante! Ha muerto el joven guerrero; tierras remotas lo vieron, en noble lid, sucumbir. ¡Ay! Que no aromen las flores, que no brillen los luceros, que las aguas cantarinas lloren cantos lastimeros porque lejos de sus lares él se acaba de morir. 80

La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. Año IV, N° 195, México, D.F., 30 de agosto de 1946.


Y mañana, cuando nazca el albor del nuevo día, cuando el sol, tras las montañas, mustio empiece a iluminar, que los sones quejumbrosos de la humilde “chirimía” nos embargue con sus notas, llenas de melancolía, porque todos los aztecas nos pondremos a llorar.81 Antonio Rangel. 1946 EDUARDO LICEAGA Con particular afecto, a mi excelente amigo y culto escritor taurino, don Alberto Guzmán, sincero admirador del infortunado Eduardo. Para mi hijo Francisco Javier, con todo cariño). Para encauzar sus ímpetus de gloria, en pos de sus anhelos marchó a España. ¡Pronto el triunfo alcanzó! De su campaña que la muerte truncó con amplitud nos hablará la historia. Su torerismo fue, no del acaso, ni abrazó la carrera a la ventura. De dinastía taurina, paso a paso Quiso llegar a la suprema altura; mas la suerte portóse con inquina deshaciendo su vida en cruel zarpazo. Concediéndole sitio preferente, la afición fincó en él sus esperanzas, no siendo indiferente al torerismo que manifestara desde el “a-b-c-d” de sus andanzas. Nacido en estos tiempos de mentira, de falsedades mil, de mixtificaciones, de absurdas glorias, exhibió cualidades, muy dignas de sentencias laudatorias, con tendencias a volver al redil de pasadas edades. Era mucho torero para estos tiempos de ficción maldita, por ello se enfiló por el sendero 81

La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. Año II, Nº 103, 11 de septiembre de 1946. Este es un poema del novillero mexicano Antonio Rangel, en memoria de Eduardo Liceaga.


que conduce al ¡País de la Tristeza! cantado por Arturo R. Pueblita. Su fin fue prematuro. tras haber admirado su proeza la Madre Patria lo devuelve muerto; pero de la afición -¡estoy seguro!Vivirá en la memoria, como ¡será bien cierto! que el Supremo Hacedor de le su Gloria.82 El-hombre-que-no-cree-en-nada. 1946 PARA EDUARDO LICEAGA. Perfumó las angustias españolas un clavel de verónicas. ¡Torero! Sobre el morrillo, como en un florero se prendieron seis varas de gladiolas. En el coso el silencio hablaba a solas. Al plegar la muleta en el acero, algo como la sombra de un agüero alarmó las angustias españolas. Luz de la tarde, que era luz de oro sobre los alamares, y la Muerte citada juntamente con el toro… Giró el Destino en medio de la suerte, y una flor en la carne del torero abrióse roja, como en un florero. José Esquivel Pren.83 1946 CORRIDO DE ALBERTO BALDERAS Veintinueve de Diciembre; una tarde dominguera llena de sol. Fue en el año mil novecientos cuarenta. Cuando herido por las astas de un toro de Piedras Negras, la vida perdió un torero de pundonor y vergüenza. 82 83

La Lidia. Revista gráfica de espectáculos. Año IV, N° 201, México, D.F., 11 de octubre de 1946. La Fiesta, Nº 102. México, 4 de septiembre de 1946, p. 14.


Entre vítores y aplausos las cuadrillas se presentan; al choque del sol, titilan las doradas lentejuelas. El gladiador sonriente saluda con la montera, y las voces se amalgaman al gritar: ¡Viva Balderas! Rasga el lienzo de la tarde las notas de las trompetas, y las miradas se clavan en la fatídica puerta. ¡Alarido de entusiasmo...! al empuje de la fiera un caballo se desploma y un capotillo flamea. Banderillas de colores; bulle la roja franela y el bovino se desangra de una estocada certera. Como un trofeo al valor dan al matador la oreja y el público grita a una: ¡Torero! ¡Ese es Balderas! Sobre la arena candente “Cobijero” se presenta; los matadores comparten las palmas, con gran nobleza. ¡Ruge el monstruo! El entusiasmo la invernal tarde caldea y un hálito de terror del ambiente se apodera. Claveles rojos que caen, sangran la amarilla arena; amalgama de colores de los trapos y las sedas. Triste ¡ay! De un moribundo a nuestros oídos llega, y en la arena... expira un hombre. ¡El bravo Alberto Balderas! En la estancia del dolor recogen las enfermeras


los encajes destrozados de la bordada pechera. Ante la fatal verdad, guarda silencio la ciencia, y unas manos enguantadas al tentar el cuerpo tiemblan. Bajo la seda rasgada la herida se abre siniestra como una roja amapola sobre la carne morena. Se oyen sollozos de angustia y el eco de la tragedia en nuestros oídos dice: ¡Silencio! ¡Murió Balderas! La Madre Guadalupana, la virgencita morena, dejó correr por su rostro dos lágrimas como perlas. Y fue tan grande el dolor de las vírgenes toreras, que hasta en España lloró de pena la Macarena. Cuando a la paz de su tumba vamos a llevar la ofrenda de una oración que perfuman lirios, nardos y azucenas. entre aquellas flores vemos un clavel rojo que tiembla, porque aún late entre nosotros el corazón de Balderas. Ángel Rabanal.84 1946 Corrido de Eduardo Liceaga. Con pena en el corazón tengo una profunda llaga, tengo de luto un pendón por la muerte de Liceaga. En la provincia pasó, 84

Ángel Rabanal: Coplas de mi guitarra. Prólogo de Ricardo López Méndez. México, editorial Pegaso, 1946.168 p., p. 133-135.


señores, no son mentiras, donde el sol se oscureció: en el pueblo de Algeciras. No porque soy cancionero canto en esta patria mía. Recuerdo al joven torero y de su gran gallardía. Joven valiente como él, tierno como la mañana, allí regó el redondel con su sangre mexicana. En ciudad muy conocida, abundante, muy risueña, que dio su primer corrida, en la ciudad tampiqueña. Qué memorable ese día, en fecha sin precedente, dio muestras de fantasía, de ser artista y valiente. De ese tiempo en adelante fue torero triunfador: hacía todo con arte, con denuedo y con valor. Eduardo, siempre mimado, desde que estaba en la cuna, así salió contratado en busca de la Fortuna. A España se presentó con un cariño que entraña. Su fama pronto voló en todo el pueblo de España. El pueblo lo recibió. Era bueno pa´torear. Una empresa lo llevó hacia esa plaza fatal. Cuando a San Roque llegó lo aclamaron sin cesar. Aburrido se marchó al hotel a descansar. Eduardo estaba sentado del hotel en un balcón. Sentía a ratos, asustado, que latía su corazón.


La luna, apenas salía; en silencio la miraba; parece que se movía y que algo le preguntaba. Una visión presentía, como si fuera de mañana, y en ella no más veía esta patria mexicana. Sentía triste convulsión con lo que él estaba viendo: era que en su corazón ya se estaba despidiendo. Otro día les platico todito lo acontecido: desde que toreó en Tampico, ¡qué triunfos había tenido! Triste, arregló su vestido, y se preparó a salir, no sabiendo que esa tarde en el ruedo iba a morir. Viene un coche y en él sube, rumbo a la plaza; al partir, mira en el cielo una nube, tiñe de negro el zafir. El primer toro salió, se le alegró el corazón; muy fina lidia le dio, como era su profesión. Como estatua de granito le brillaba su vestido. En ídolo, con gran mito, estaba ya convertido. Tendía el capote con calma, con ansia muy atrevida; ignoraba que mandaba al pueblo su despedida. Aquel toro de Algeciras que muy bravo le salió, le dio pases de rodillas y naturales le dio. Remataba ya la suerte, un tanto se descuidó,


y en el pase de la muerte el toro lo empitonó. Eduardo cayó de bruces, quedó en el suelo tirado, con el vestido de luces toditito ensangrentado. El cielo se encapotaba, todo parecía de luto; y el toro lo zarandeaba, lo hacía trizas al minuto. El público, confundido, empezaba a protestar: Eduardo ya está herido, la fiesta querían parar. El pueblo pedía clemencia; se empezaban a parar… lo sacaron con urgencia al Hospital Militar. Se juntaron los doctores, su vida querían salvar. Con los tremendos dolores, empezaba a agonizar. Un Padre pedía al momento: “Que me quiero confesar; es horrible lo que siento, mi vida se va acabar”. “Es horrible lo que siento, de mi vida ya no supe. Mi alma te la recomiendo, oh Virgen de Guadalupe”. A media noche murió: Dios le dé su buen camino. Una estrella se apagó del firmamento taurino. Ya luego tendido estaba en lecho de blanco tul, y su cuerpo se miraba envuelto en un manto azul. Su cabecera tenía, cuando llegó la mañana, una imagen de María y la enseña mexicana.


Golondrina, con esmero, vuela recio como el viento; anda, avisa al mundo entero, de nuestro gran sentimiento. Vuela ,vuela, en un segundo, vuela, vuela, con esmero, anda, avisa a todo el mundo, que se murió un gran torero. Vuela, vuela, con valor, a dar este triste toque: avisa con gran dolor la tragedia de San Roque. Andrés Guzmán85 1946 LA ESTATUA QUE TOREA. Qué hondo, qué grave, qué serio ese derechazo de estatua torera, lleno de quietudes, lleno de misterio y tan nuevo siempre cual la vez primera. Un moderno estilo y una vieja calma tiene esa muleta que acaricia el cuerno y al erguirse Tacho86 le vibra en el alma toda la grandeza del México eterno. Fabricio Balserra.87 Ca. 1947 – 1948 AUSENCIA Ay veintinueve de Agosto...! Islero... Maldito seas...! En la plaza de Linares, Córdoba se postra entera...! Ay veintinueve de Agosto... Islero... Maldito seas! Bajel de la media luna, sobre la noche navega. “La fiesta, semanario gráfico taurino”, publicada en México, D.F., ejemplar número 107, del 9 de octubre de 1946, página 9. 86 El autor se refiere al entonces novillero Anastasio Campos “Tacho”. 87 La Fiesta. Año II, Nº 103, del 11 de septiembre de 1946. 85


Ay la noche navegando, sobre el agua de la tierra. Caballos blancos las nubes, a Manuel Rodríguez, llevan... En verdes hojas se duermen, verdes lágrimas de estrella...! En su sangre antigua sangre antigua, sueña, sueña sueños de plata caliente sueños de luna y arena...! Caravana de las horas, incansable vaga eterna. untad aceite en su cuerpo...! Forjad su cruz con adelfas...! La muerte vino cargando, guadaña de plata vieja...! Ay veintinueve de Agosto...! Islero... Maldito seas...! En la plaza de Linares, Córdoba se postra entera...! Ay veintinueve de Agosto... Islero... Maldito seas! Lloran albahácar mis ojos, sobre su lecho de tierra. Vela sus restos la luna, la luna en florida vega. Ay lo amortaja la noche, con su silencio de piedra. Y acompañando a mi llanto va su figura serena, dando un recorte garboso... Al toro de las tinieblas...! Vestido de rosa y oro, príncipe de la tragedia...” Ay Manuel, Manuel Rodríguez, califa de amarga pena...! Con lágrimas de tu madre; dolientes lágrimas viejas, los Abderramanes lloran sobre tu carne morena...” Ay veintinueve de Agosto...! Islero... Maldito seas...!


En la plaza de Linares, Córdoba se postra entera...! Ay veintinueve de Agosto... Islero... Maldito seas!88 José Recek Saade. Ca. 1947 – 1948 Llanto de mi patria. México; mi dulce patria, llora doliente su ausencia… Las chinas poblanas ponen, un listón negro a sus trenzas. De Santa María el rebozo; la falda con lentejuelas… Los charros vienen altivos, en cabalgaduras negras, de Saltillo sus sarapes y de Amozoc las espuelas Un jarabe tapatío, china y charro pespuntean… Ay, la Feria de las Flores los mariachis de mi tierra, tocan siempre en su recuerdo que el corazón guarda y lleva… Con el águila gloriosa que se yergue en la Bandera, la Virgen de Guadalupe; la santa patrona nuestra, lágrimas de indiana estirpe llora también por su ausencia…! José Recek Saade.89 Ca. 1947

Mi entrañable amigo Juan Elías Miletich, me envía estos versos, cuyo origen posiblemente sean los de un corrido dedicado post morten a Manolete, con el comentario de que otro peruano, el ingeniero Bartolomé Puiggrós, -jefe de la página taurina de El Comercio88

José Recek Saade: Manolete el último Califa. Romancero de la pena a Manuel Rodríguez Sánchez Portada y viñeta: Higinio Pérez. Puebla, Méx., Talleres Espinosa Hnos.; Editor: Francisco Hernández M. s.a., 46 p. Ils., p. 13-19. 89 Op. Cit., p. 45-6.


recuerda de niño haber tenido en casa discos con dos corridos dedicados a Manolete, de los que no recuerda títulos, autores ni intérpretes, salvo la letra de uno de ellos, que la recita cada que se acuerda y que sospecho no debe ser del todo exacta. Terminado el preámbulo te traslado ese tema de investigación y la probable letra del corrido antes aludido: LICENCIA PIDO SEÑORES... Licencia pido señores para empezar a cantar, si cometo mis errores me los van a dispensar. Se trata de un gran torero que siempre será inmortal, que nos dejo un gran recuerdo que no se podrá olvidar. A México conquisto tan pronto nomás toreo y de todo corazón nunca lo podrá olvidar. Una tarde que alternaba con Luis Miguel Dominguín, el publico lo acechaba sin pensar que iba a morir. Dominguín fue aclamado delirante en su primero, estuvo muy acertado y dio la vuelta al ruedo. En el quinto Manolete salió dispuesto a triunfar, sin pensar que ese toro le iba la vida a quitar. Por mala suerte la suya o ya se la había llegado, porque ese toro de Miura lo cogió por un costado. Las palomitas volaron con dirección al oriente, mis versos se han terminado, que Dios guarde a Manolete.90 1947 In Memoriam… La turba que el circo llena sus instintos desenfrena, ¡y como un mártir romano deja su vida en la arena un caballero cristiano! Su muerte siembra de cruces los cortijos andaluces y en desolado tributo hoy llevan ropas de luto los que ayer trajes de luces. Madre –España- sin consuelo tu duelo enluta su suelo, ¡pero si vieras, Manuel, con qué amor, tan hondo y fiel llora México tu duelo!... Apagan su luz los soles mexicanos y españoles y un llanto en perlas desgrana por ti la Guadalupana, 90

Correo electrónico enviado por Juan E. Miletich B. Desde Perú, el 15 de noviembre de 2003.


y el Cristo de los Faroles… Tu muerte, que es vida, alabo, ¡debiste morir así! Un pueblo, de tu arte esclavo, te otorga orejas y rabo ¡Y un Miura rueda ante ti! Tomás Perrín.91 1947 El último gladiador… No era un hombre triste: era hombre urgido de presentimiento; quien le vió el rostro bien, supo el misterio: no había en él enigma; era la esfinge sin preguntas. Estaba lleno de contestaciones. ¡Pobre carne de triunfo! Más que un traje de luces, era una loriga de gusanos de oro… La muerte estaba cierta, sin prisas, sin premuras… como la adormecida flámula en la mano. Triste está el mundo, triste; pero ante el perfil agudo del gladiador inmóvil en la arena, quizá el mundo, diga: gladiador, sí, ¡pero el último! Leopoldo Ramos.92 1947 Responso lírico. Galoparon los sollozos Y despertaron los rezos, Entre los cirios derechos Cual lirios repesadilla. Bajo la cóncava lona Cuelgan sus ojos llorosos 91

La Fiesta. Semanario gráfico taurino, Nº 153, 10 de septiembre de 1947. Número extraordinario dedicado a Manuel Rodríguez “Manolete”. 92 Op. Cit.


Del filo de la mantilla, Las mocitas de la villa De Córdoba la moruna. Se durmieron los bordones De los cantares flamencos; Asomaron los crespones A la ronda de los rezos. § En una plaza de pueblo Y en lance de caballeros, Ha muerto Manuel Rodríguez, Hijo y nieto de toreros. Bajo la lumbre del Sol Rubia como manzanilla, Cambiando vida por vida Cayeron toro y torero. Estampa de maravilla Del arte fúlgido y bravo. Sangre de casta en el viento, Flameando cual bandera En un asta vengativa, Y un bruto que va doblando Casi hasta la cruz hundida, La espada donde la moña. Horror de luto emponzoña La angustia de los sentidos. Ha nevado en los tendidos Prendidos de sol de agosto… ¡Qué pena de los que vieron El largo y pálido rostro, En aquella despedida Definitiva y postrera! ¡Pálida mano de cera Crispada sobre el trofeo…! Ya sólo con el recuerdo Podréis mirarlo en el ruedo, Con la figura de tallo Ceñida en la rebolera. § Silencio de velo y seda En valla de ojos mojados Y de mentones clavados En la pena de los pechos.


Va sobre el féretro negro El capote de paseo… ¡Treinta años…! Sólo de verlo… Se puso a llorar el cielo…93 Gustavo Rueda Medina. 1947 Triunfo y apoteosis de “Joselillo”. A José Rodríguez “Joselillo” en el día de su presentación. Nervios de plata caliente de Federico García. Nervios de plata que bordan lances de milagrería. ¡Qué poema extraordinario el gran gitano le haría al capote desmayado de tu ardiente fantasía! Fiebre de crispadas ansias a la tarde estremecía. Y el lucero de la noche, asombrado, descendía. El viento frandulero de estupor enmudecía, y quieto quedó, tan quieto, que un sepulcro parecía. Silencio de adoraciones a las almas recogía. Y en tu ser alucinado, un astro resplandecía. Derechazos, naturales sedientos de eternidad. Lentejuelas que palpitan sin prisa en la obscuridad. Enloquecido, el tendido la muerte pídete ya de aquel toro, que embrujado en tu capote se va. Pero en tu frente hay promesas 93

Ibidem.


y anhelos de inmensidad. Y en tus labios hay frescura ardiente de manantial. La Virgen gitana llora azucenas de cristal. Y San Gabriel te protege con el nardo de su afán. Córdoba peina sus crenchas y ya la Giralda está aromando la corona que tu frente ceñirá. Mas no olvides que en la arena de esta fiel Tenoxtitlán (sic) cien mil corazones locos tu retorno aguardarán. Gloria Noriega.94 1947 Gloria y Muerte de “Joselillo”. Has muerto, José, y no has muerto, Pues tu gloria vivirá Como una rosa de luz Y sangre en la eternidad. ¡Qué noche de soledades Bajo el cielo se extendía! ¡Qué noche bañada en lágrimas Sobre tu nombre caía! Tus arterias gimen rotas Sin reproche a la impiedad De aquellos que no lograron Tu corazón doblegar. Tempestad de savia joven, De inspiración y verdad. Herida que se desangra Cuando no puede llorar. Sobre el sol brilla tu nombre; Tu nobleza, sobre el mar. A inmolarte fueron pocos, A llorarte muchos más. El lucero que una tarde 94

La Fiesta. Semanario gráfico taurino, Nº 163, 19 de noviembre de 1947.


De octubre resplandecía, De emoción, cuando al conjuro De tu nombre descendía; Como un cirio doloroso, Llorando melancolía Sobre tu sepulcro, en noche De octubre también ardía. Has muerto, José, y no has muerto, Pues tu gloria vivirá Como una rosa de luz Y sangre en la eternidad. Gloria Noriega.95 1947 Corrido a la muerte de Manolete. Agosto cuarenta y siete, el mundo se consternó ¡porque una fiera de Miura a “Manolete” mató, fue en la ciudad de Linares donde el diestro sucumbió, por matar a su adversario también su vida perdió. De toda España a él llegaban en aviones los doctores querían salvarle la vida al rey de los matadores, toda la ciencia moderna con el diestro fracasó, su destino estaba escrito así lo mandó el creador. “Manolete”, “Manolete”, la afición toda te llora, te manda flores al cielo, porque estás allá en la gloria. El cordobés con cariño, quiero a México exclamaba, porque es mi segunda patria, después de España adorada. Tu recuerdo queda vivo como valiente en la historia porque tú te coronaste en muchas tardes de gloria. 95

Op. cit.


La cuadrilla de Manolo en su lecho está presente, despidiendo con su llanto, al torero más valiente, adiós torero grandioso, la fiesta pierde una espada, tu fama queda en la historia con letras de oro grabada.96 Saturnino Ibarra Galindo.97 1947 Corrido “De la aftosa” Año del 47, presente lo tengo yo, que vino la fiebre aftosa, y en la ruina nos dejó; ‘ai viene la fiebre aftosa por toda la vía central, buscando bueyes y vacas para poderlos matar. Y ‘ai viene la fiebre aftosa por toda la serranía, viene buscando al ganado, lo hace de noche y de día. Ya con esta me despido, dispensen lo que les digo, que vino la fiebre aftosa y en la ruina nos dejó. Ignacio Morales Nava.98 1947 “MANOLETE” -CORRIDOAl Sr. Don Antonio Algara Empresario de la Plaza de toros “El Toreo”. Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…). Apunta Eduardo E. Heftye Etienne: Este corrido únicamente lo encontré en la siguiente obra, de la cual tomé su texto: Cien corridos, alma de la canción mexicana. Mario Arturo Ramos, Editorial Océano de México, S.A. de C.V., primera edición, México, D.F., 2002, p. 168. 98 Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…): Este corrido únicamente lo encontré reproducido en la siguiente publicación, de la cual tomé su texto: “Imagen veterinaria”, revista de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México, volumen 1, año 1, número 4 (julio-septiembre de 2001), México, D.F., página 56. 96 97


Escuchen este corrido que ya me tiene con brete del torero más querido de todos fue Manolete. Con mi guitarra en la mano y enlutado el corazón se lo brindo a la afición y a mi suelo mexicano. Torero de pundonor Manolete siempre fue al que le sobró el valor siempre lo recordaré. Dondequiera fue atrevido por su vergüenza cabal fue en la provincia cogido de un Miura muy criminal. Nunca le templó a la muerte Manolete se arrojaba porque confiaba en su suerte a los ruedos se tiraba. En una de las corridas que tenía en muchos lugares las que no fueron cumplidas por la última en Linares. Manolete les mostraba a sus queridos paisanos que el valor le pajueliaba como aquí a los mexicanos. Toreaba con hidalguía y el público con alarde cuando en eso lo prendía su segundo de la tarde. Lo empitonó con tal saña que nunca se imaginó en las arenas de España Manolete se quedó. Ahora su tierra querida siempre guardará memoria lo recordará la historia todo el resto de su vida. Por la tremenda cornada que la afición presenció


toda en masa, consternada rabo y oreja pidió. Para el torero grandioso que un día en Córdoba nació al momento pesaroso el Juez se las concedió. La ofrenda y el gallardete que apretujaba en sus manos al expirar Manolete recordó a los mexicanos. Fue muy terrible cogida La que el diestro recibió Por la que perdió su vida Toda su tierra enlutó. Nunca le importaba el miedo Como torero español Quedó tendido en el ruedo Mirando su cara al sol. Inútiles resultaron Todos los especialistas Porque a cual más pesimistas Su vida no aseguraron. Se pidió hasta una Eminencia Y éste al ver la cosa fea Dijo Jiménez Guinea: Aquí no pudo la ciencia. Este ya es caso perdido Pues la cornada es mortal Por la sangre que ha perdido No hay remedio: esto es fatal. Yo aquí no puedo hacer nada Debo de hablar con franqueza Me causa honda tristeza Esta terrible cornada. Llamen a sus familiares Urgente y sin dilación En Córdoba está su madre Que venga con precisión. Ya estaba clareando el día Jueves en la madrugada Manolete en agonía Daba la última boqueada.


Las cinco y cuarto marcaba El reloj ese momento A esa hora expiraba Con su vista al firmamento. No supo sentir golilla A ningún toro jamás Rodeado de su cuadrilla Con Dominguín murió en paz. Lágrimas muchas rodaron De amigos en esta vez Cuando todos contemplaron Moribundo al cordobés. Del destino fue injusticia Cualquiera lo comentó Cuando vieron la noticia Que en México apareció. España se halla de duelo Con muy sobrada razón También México mi suelo Enluta su pabellón. Adiós sus manoletinas Que fama y nombre le dieron En las llaves asesinas De un miura se despidieron, Manolete fue el torero De la época bien querido De todo México entero Más por donde fue nacido. Manuel Esquivel.99 1947 FIESTA DE TOROS I En el mar de emoción de los tendidos, prenden punto de luz, las ilusiones, y son entrechocar de tentaciones los ojos de mujer, humedecidos. Se desbordan, en fuga, los latidos de miles de impacientes corazones, y un clamor de atabales y trombones se eleva por los aires encendidos.

99

De la colección de Julio Téllez García. Una hoja orlada con un retrato del torero.


Vibran los ecos de la Macarena y el sol destiende rayos escarlata como claveles rojos en la arena. La fiesta va a empezar… Fiesta de Toros, que es embrujo de sedas, oro y plata, de adalides latines y de moros… II Un toque de clarín rasga los vientos ruge la multitud estremecida y el bizarro alguacil da la salida de una marcha triunfal, a los acentos. Despliegan las cuadrillas pasos lentos los capotes simulan honda herida y el matador es una estatua, erguida del aplauso a los líricos concentos. Salta la fiera en espiral de espanto los ámbitos del coso conmoviendo; pero iza el lidiador su endeble manto, que riega asombros de milagrerías, la verónica audaz entretejiendo, del arrojo en fantásticas orgías… III Ulula el maremágnum, fieramente, y entonces, plasman grupos de escultura los encuentros de toro y picadores y la furia deshacen cruentamente… Al quite magistral y sorprendente, el ágil burlador convierte en flores la gaonera de los cien primores, y más se exalta la aturdida gente. Ya están vistosos garapullos prestos toro y torero en balancín gallardo, hasta vencer los indómitos arrestos y el estoque al blandir, como Bayardo, símbolo de valor, el diestro encierra, cuando hasta el toro va, rodilla en tierra… Puebla, Pue. Junio 22 de 1947. Lic. César Garibay.


Dedicado a D. Félix López Jr. “El Jarameño”.100 1947 EPITAFIO. ¡No yace aquí!... Sería muy pequeño Si, bajo aquesta losa reposara Aquel grande torero que dejara, La vida, entre los cuernos de un miureño. El debe de dormir, su dulce sueño, Sobre la rubia arena que pisara Y, al toque de clarín, resucitara Para lograr la forma de su empeño. Haremos que el ilustre CIDE HAMETE Escriba, sus hazañas de torero, En forma tal, que el tiempo las respete. ¡Detente ante esta piedra, viajero! Y, si al mirarla, el llanto te acomete, No llores más, arroja tu sombrero. A don MANUEL RODRÍGUEZ “MANOLETE” México, Agosto de 1947. Antonio Ximeno.101 1947 DIÁLOGO. El público: ¡Más cerca!... ¡más cerca!... El torero: ¿Así? El público: (unánime). ¡Más cerca!... ¡más cerca! El torero: ¿Así? El público: (repitiendo). ¡Más cerca!... ¡más cerca! El torero: ¿Así? El público: (fuerte). ¡Más cerca!... ¡más cerca! El torero: ¿Así? 100 101

MULTITUDES. México, D.F., 22 de julio de 1947, Nº 443, p. 8. MULTITUDES. México, 2 de septiembre de 1947, Nº 447, p. 2.


El público: (exigiendo). ¡Más cerca!... ¡más cerca! El torero: ¿Así? El público (gritando), ¡Más cerca!... ¡más cerca! El torero: (cogido). ¿Así? El público: (aullando). ¡Así!... ¡así!... México, Noviembre de 1947. Antonio Ximeno.102 1947 EN LA CAPILLA. En la angustia perenne que invade la capilla, por las manos piadosas, rebosante de flores, se encontraba el torero, doblada la rodilla sobre el reclinatorio, mientras, la lamparilla, alumbraba la escena con suaves resplandores. Detrás, como una sombra, hundía, un subalterno, el puñal de sus ansias en la VIRGEN MORENA y, sus manos nerviosas, recorrían el terno rechazando, con cruces, el futuro de un cuerno, afilado y cortante, que surgiera en la arena. Un silencio infinito con la pared chocaba haciendo, más terrible, la quietud de la espera y, en la faz impasible de la Imagen, volaba la mariposa triste, del diestro, que rezaba para hallar el escudo de su sangre torera. La hora del paseo llegaba velozmente… temblaba un esqueleto, por el peto oprimido y, temblaban, la mano, la montera y la frente por más que presumiera de ser indiferente, ante el grave problema de lo desconocido. Santiguóse el torero, frente a la Imagen Pía; levantó la rodilla y, mirando al vacío, hacia cosas inmensas que ninguno veía, imploró en un suspiro, que todo le decía: “¡Dame suerte, DIOS mío!” México, Noviembre de 1947.

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MULTITUDES. México, 4 de noviembre de 1947, Nº 456.


Antonio Ximeno.103 1947 CUATRO CAMINOS. Ya torna el redondel que, con tristeza, miramos descender hacia el olvido y, que por arte mágico, ha surgido con todo su esplendor y su belleza. Su historia es comparable a su grandeza y, su grandeza, es tal, que ha prometido mil tardes de sabor y colorido bajo el recio blasón de su nobleza. Resurge, ante la vista, victoriosa de las cenizas del ayer taurino y, cual Fénix, se yergue más hermosa para cubrir, de gloria, su destino con la inmortalidad de una pañosa frente a las duras astas del bovino. México, Noviembre de 1947. Antonio Ximeno.104 1947 CAMBIO DE MULETA. Escuchadme taurinos, esta lección primera del sabio catecismos que rige nuestra fiesta para que, poco a poco, os vayáis dando cuenta de cómo, un hombre pudo alcanzar una estrella. Oídme, bien, taurinos porque el hombre no era más que uno de los muchos que torean, sin saber, los terrenos donde pisan; sin mandar en la fiera y que, exhiben, tan sólo por los ruedos su figura bien hecha. Pues, este hombre, un día se marchó hacia otras tierras, 103 104

MULTITUDES, México, 11 de noviembre de 1947, Nº 457. MULTITUDES, México, 18 de noviembre de 1947, Nº 458.


por ver si conquistaba más aplausos, y le daban orejas, tomando los tendidos por sorpresa, ya que, en la actualidad, van más mujeres que taurinos de deveras, y así, poder salir del compromiso de no ligar faenas. Y fue por ese tiempo, que la envidiosa lengua, y la falta de toros con arrobas, hicieron muchos Dioses de muletas, por lo que se rompió lo convenido y, la opinión diversa, sobre las firmas de papeles sucios y camarillas negras. Entonces nuestro hombre, aconsejado por un conocedor de la materia, arrojó el capotillo que llevaba y tomó otra muleta; fando gritos en contra de los unos, por calles y plazuelas, hasta lograr ser visto, en todas partes como un Cid de doradas lentejuelas. Y, así, de plaza en plaza, dando gritos, y de sentirse un algo, que no era, logró darnos “atole con el dedo”, sobre la suave arena, y disfrazar, con voces resonantes, su pobrísima escuela. ¿Oísteis bien, taurinos mi historia verdadera?... Pues aprended y, sirva en el mañana, el refrán que aconseja: “dejar las convicciones y acercarse al sol que más calienta”. México, Noviembre de 1947. Antonio Ximeno.105 1947 Llanto por Manolete.

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MULTITUDES, México, 25 de noviembre de 1947, Nº 459.


Llegan de Sierra Morena a la plaza de Linares para ver a “Manolete” los mineros de Arrayanes. Suben de la oscura tierra para que a la tierra baje, a minas de plata y gloria, quien fue de acero en su arte. Un anillo gris, de plomo, forma el público. La tarde cenicienta se oscurece sobre grises olivares. “Manolete”, todo alma, caballero de diamante, luce sus últimas luces en la plaza de Linares. ¡Qué espada como su espada, orgullo de los arcángeles! ¡Qué revuelo como el vuelo de su capote en el aire, ala que tiene la muerte como fin de su viaje! ¡Qué gran torero, torero, torero, torero grande, el de la triste figura, tan triste como elegante! Todas las plazas de toros colgadas de las ciudades serán coronas de luto que su memoria acompañen. Un público de gardenias y pensamientos rebase las barreras y tendidos donde florecieron antes tanto clavel carmesí y tanta rosa fragante. Murió el torero de España. Su muerte cruzó los mares. Lágrimas de España y Méjico llueven en los funerales. Manuel Altolaguirre. México, agosto, 1947.106 1947 Sonajas para Rodolfo Gaona.

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Una primera versión de este poema se encuentra en un manuscrito mecanografiado que se conserva en el archivo mexicano. Otra versión posterior fue dada a conocer por Margarita Smerdou (sobrina del poeta) en su edición de Manuel Altolaguirre, Poema del agua, Curso Superior de Filología de Málaga (Málaga, 1973, pp. 3334). Una tercera, fue publicada por el propio poeta en su artículo El poeta y los toros, (Excélsior, México D. F., 15 de diciembre de 1947, pp. 6-11). Esta última versión es la que recogemos en esta Antología.


Sonajas de rumbo y seda. Aire cargado de novia. Torero tlacololero, No hay nadie que te haga sombra. “Échame ese toro pinto, hijo de la vaca mora, que lo quiero capotiar delante d´esa siñora”. Torero tlacololero, para ti la Plaza toda. Ceibas pasean la luz en hombros de trino y copa. Y el viento moreno aplaude con manos verdes de hojas. En León de los Aldamas, niñas de azafrán y rosa, sarape, riña de gallos, caballo de larga cola, sol de aguardiente y corrido, y… tú, con sangre de Ronda. Afirmaciones de España brincan en venas y boca. La indiada suena tambores y gritos de larga comba. Torero tlacololero, no hay nadie que te haga sombra. Cíñete por gaoneras Y subirás a la Gloria. ¡La Virgen de Guadalupe para Rodolfo Gaona! GINÉS DE ALBAREDA.107 1948 CARLOS ARRUZA. Pintores que sepan dar al arte colores firmes, cuando mil hadas gitanas pongan magia en su muleta, vayan hasta donde Arruza 107

El Ruedo, N° 171. Madrid, 02.10.1947, p. 9.


y en lienzo de roja seda, pinten toda su grandeza. México lo hizo hacer para que fuera el primero. Y su majestad merece, pincel de Julio Romero. Naturales con sabor, de rancia y vieja solera; con tristeza y vibración, de una guitarra coplera… Por eso vayan hasta el pintores y en roja seda, pinten toda su grandeza. Fiesta de voces en el graderío. Lluvia que dejan mil pañuelos blancos. Feria de histeria donde tú toreas. Fuego en la sangre y en los corazones. Verso que traza tu muleta grana, cuando vas al centro de la plaza grande. Llanto en los ojos de una hembra gitana, porque así festeja el triunfo de su hombre. As entre los ases. Rey de los toreros. Príncipe moruno que naciera aquí. Arruza que siempre la Guadalupana, te dé el privilegio de torear así… Mario Molina Montes.108 1948 CONCHITA CINTRÓN. Para LUIS SOLANA, estos versos 108

Sol y Sombra. Semanario especialista. 2ª época. Nº 13, 9 de enero de 1948.


taurinos nacidos bajo el de España. Caballito americano con sangre de morería caballito con alas seda y luna en las bridas, trotecito andaluz, peruana la silla, dime: ¿quién te monta? ¡Me monta CONCHITA! Rosa del Cuzco, jazmín de Arequipa, la tierra en las espuelas, el cielo en las pupilas… La luna de los Almáraz, luna de las noches indias, se enciende en cuarto creciente, sobre la Plaza de Lima clavando un rejón de plata junto a la arena dormida. Vienen de Capacabana, con sus piraguas antiguas, doce tribus de remeros sedientos de torería: plumas en testa de cobre, oro en la dorsa espina, hierro en la cintura breve, mercurio en la mano aligera… Bajan del alto Perú, al que ahora llaman Bolivia, bajan a ver, infantiles, cómo torea la niña. En el callejón esperan las delgadas banderillas que, en la mano perfumada, al toro de España citan. Un punto de cantaora y un punto de bailarina, cabalgando, rienda suelta, sobre la inventada marisma. Viento gitano al llamar: “Je, je, je, ¡torito mira!” Aire ducal encendiendo por la grada la sonrisa. La espuela roza entre sedas la piel de la yegua viva, buscando el centro de muerte tras de la testuz esquiva. Cazadora de la gracia


entre mil gracias cautiva… Sonajero americano con ritmo de granaína… La arena inventa ciclones que saben a dulces brisas, cuando jinete en su jaca lentamente se aproxima al toro que no se atreve al verla, a dar la embestida… ¡Si es mujer!... ¡Una mujer! Rosa de olor sin espinas. Rejón en la mano diestra. La mano izquierda en la brida… “¡Je, je, je, mira, torito!... “¡Je, je, je, torito, mira!... Virreina del redondel, amazona de los Incas… con majestad de señora y modos de señorita… hada rubia de los toros, sabrosa de mar pacífica… de requiebros y claveles, la grada triunfal palpita… Ella promete a la res el aire de su caricia, con mano torera y grácil, con voz de novia bonita… Por alcanzar esa voz, la sigue, furioso, el Miura… Por los terrenos de dentro, coqueteando, lo cita y cuando clava el rejón hace en las gargantas vivas el unánime piropo del olé en la gradería. Lima, a lo lejos, nostálgica, Por ella inventa Sevillas Con Guadalquivires indios Y Giraldas colombinas… Caballito americano Con sangre de morería, Caballito con alas, Seda y luna en las bridas, Trotecito andaluz, Peruana la silla… Dime: ¿quién te monta? ¡Me monta CONCHITA!


Rafael Duyos.109 1948 CARNICERITO… Para Maude Vda. de González, respetuosamente. Crepúsculo de fados y campiñas sin fruto, cresponan el ambiente de un pueblo lusitano. Un torero de arranques dejóse en un minuto el grito más bravío del valle mexicano. Villaviciosa guarda de su traje de luces el último reflejo bordado en valentías. Los dedos que mojaron sus yemas en las cruces quedaron apartados de recias torerías. Aquel toro no muerto, de los lomos enteros, se volvió a los corrales batiendo banderillas, a la par que las astas –insomnio de torerosanunciaban un llanto de flores y capillas. Las arenas de Iberia conocieron tu paso, y en dorados rocíos conservan tu majeza. No importa que se caiga estando en el ocaso, si el espíritu alberga un cenit de grandeza. II No es bastante la altura de volcánica tierra ni las límpidas fuentes de las cruces lastradas. Tampoco los regazos de aquella madre sierra ni el aire de aguacates y dulces pomaradas. ¡Qué saben las distancias ni el tiempo ni los climas de la mano o el gesto que se espera y no llega. Un gemido punzante más hondo que las simas se esconde en las gargantas y los alientos siega. Este dolor de arpones, cubierto de fragancias, es el mismo que él tuvo forjando fantasías… Por la tibia corriente gulf-stream, las arrogancias en fúnebre cortejo de glaucas armonías. El alba y arco-iris en sarapes inmensos, amortiguan guitarras y bailes y canciones. El sol prende en las ramas para formar inciensos que acompañen el vuelo de tantas oraciones. III 109

MULTITUDES. México, 9 de enero de 1948, Nº. 466.


Los jardines flotantes de aromas milenarios, por la meseta esparcen la tristeza surgida. Las nubes y los lagos se juntan en sudarios para la muerte enorme de su sangre atrevida. Tepatitlán levanta sobre sábanas rojas, un redondel de cactos, campeches y palmeras. Capotes y muletas recortadas en hojas cubrirán sus latidos en tardes venideras. Río grande del norte no hiele tu sonido. águilas y cigüeñas no cerréis vuestras alas. Huracanes potentes lanzad vuestro bramido. Plantel de las orquídeas no ocultéis vuestras galas. Ponedlo como ofrenda a su cuerpo silencioso, tantas veces abierto como ley de su léxico… La etérea escalinata de azul esplendorosa, sube José González “Carnicerito de México” MARIO CABRÉ.110 Barcelona, octubre 1947. 1948 A CARLOS ARRUZA. Cuando todo es rumor en el silencio y se engalana el cielo de colores donde el azul se pinta con pinceles: ¡la tarde se emociona con tu nombre! Cuando el sol se cobija entre las sombras de la visión irreal que hay en los montes, huyendo del aplauso que enloquece: ¡la tarde se ilumina con tu nombre! Cuando la muerte gira su albedrío bajo los abanicos girasoles s sobre mil alfombras de claveles: ¡la tarde se emborracha con tu nombre! Cuando el azúcar tiene un raro gusto a gritos que se escapan de las voces; cuando todo es color y algarabía: ¡la tarde se adormece con tu nombre! Cuando se asoman todas las estrellas para verte torear, y los balcones 110

MULTITUDES. México, abril 19 de 1948, Nº 879. Número extraordinario.


del firmamento vibran angustiados: ¡la tarde se engalana con tu nombre! Cuando el aire dibuja tu figura sobre un fondo de rojos corazones que se entregan a ti, cálidamente: ¡la tarde se estremece con tu nombre! Cuando la bestia mira los tendidos y luego se contempla en el azogue de tu traje de luces milagrosas: ¡la tarde se hipnotiza con tu nombre! Cuando la plaza es un pañuelo blanco donde convergen todas las pasiones, hechas un grito alado y estentóreo: ¡la tarde se enajena con tu nombre! Cuando todo es más hondo que lo mucho que imaginen las imaginaciones. Cuando ya no se escuche más que el eco: ¡la tarde se ensordece con tu nombre! Porque tu nombre en ti, Carlos Arruza, se transfigura de repente, en doce consteladas imágenes de letras: ¡que a la gloria iluminan como soles! Porque tu nombre llena y desmienten el valor que se infiltra en tus valores, y porque significa, para el pueblo, ¡un símbolo del alma de los hombres! RUBÉN BERNALDO.111 1948 EL CICLÓN. ACRÓSTICO. Con la sapiencia con que tú toreas, Ante ti se prosterna hasta la muerte. Real taumaturgia en la suprema suerte, Luces en lances que con tu arte creas. ¡¡¡Oro, seda, sangre y sol!!!...¡Símbolo mudo, Si falta la pujanza de tu invicto escudo!... Avasallas al burel… ¡TO-RE-RO!... gritan; Resuenan olés y aplausos a millares; Raudas gaviotas y oleaje de los mares, Ufanos, fingen, pañuelos que se agitan… 111

Op. Cit.


¡¡¡Zafiro fantástico, rubíes y oro, Asemeja el cielo cuando rueda el toro!!!... J.P. CORNEJO Aguascalientes, Ags.112

1949 A FERMÍN RIVERA ¡Cómo desgarran tus carnes los toros, Fermín Rivera!... Pero después del embroque en que la muerte te acecha ¡Como resurge pujante tu casta brava y torera!... ¡Tal parece que la entraña de donde arranca esa fuerza formáronla duros bloques de canteras de tu tierra!... ¡Quince años llevas regando sangre roja por la arena y aún tienes los mismos bríos de los chavales que empiezan!... ¡Derrochas a pleno sol la voluntad tesonera, espejo de gallardías: ¡Quince años de dura brega envuelto en la fuerte llama de tu capote de seda!... Vivo pregón de tesoros que nuestras minas encierran, dilapidas por el mundo las riquezas que nos quedan: Oro puro es tu valor; plata fina tu paciencia: Y es resplandor de los bronces el brillo de tus faenas... Rica amalgama de todo, crisol que todo lo emplea, lleva tu pecho un escudo de maravillosa fuerza que te hace salir triunfante en los peligros que acechan: Los hijos que por ti rezan y la mujer que te espera!!! (. . . . . . . . . .) Con ese escudo inviolable no habrá cornada certera... Con ese escudo ya tienes 112

Sol y Sombra. Semanario especialista. 2ª época. Nº 17, 6 de febrero de 1948.


de vida la prensa cierta... ¡Aunque broten rojas flores de tus arterias abiertas aunque desgarren los toros tus carnes, Fermín Rivera!113 1949 Coplas de Alberto Balderas. Sabor que el ambiente llena, lidiador de cuerpo entero, cuando tú pisas la arena, ¡la plaza huele a torero! Astro que al torear reflejas, bajo los rayos de Febo el brillo de joyas viejas que guarda un estuche nuevo. ¡Salve, artista prodigioso! Cuando el público te aclama, evocas a aquel grandioso que es de León de los Aldamas. Cuando abres el capotillo, lleno de gracia torera, la plaza entera es un grito: ¡que viva Alberto Balderas! Anónimo.114 1949 El autor de los siguientes versos, inaugura su peculiar obra con este cuarteto: ¡Ay, que clavé yo un ¡olé! En las arenas de un ruedo! ¡Ay, si pudiera limpiarlo con el agua de mis versos! EDUARDO LICEAGA Era una flor su sonrisa, sonrisa en luz cenital. era una flor que fulgía en los labios del chaval. “¡Ay, Lalo, que el toro achucha! 113

Rafael Andrés: Sangre brava. Romances taurinos. Viñetas y capitulares de Luis Chessal. San Luis Potosí, 1949, 63 p. Ils., p. 34-38. 114 Fiesta Brava. Semanario taurino y de espectáculos. VI época, N° 12. México, D.F., 13 de marzo de 1949.


¡Ay, Lalo, no expongas más! ¡Que ese toro es mucho toro! ¡Que es un toro de verdad y eres mocito que empieza “entoavía” a torear!” Y Eduardo se sonreía: -¡Ale, torito, a pasar! ¡Que voy a cortar tu oreja para prenderla en mi ojal! Y la flor de su sonrisa se abre en luz de eternidad. Y ríe, mientras claveles recoge en vuelta triunfal. El perfume de tu risa ya nadie lo olvidará: Era sol en que envolvías tu majeza al torear; era la sal de tus lances; el oro de tu percal. Manojo de nardos era en el vaso de cristal de tu pecho de mocito que aun no aprendiera a llorar. ¡Cómo la Virgen Morena, humilde en su Majestad, esperaba el homenaje de tu risa de chaval! La flor más amada era que florecía en su altar. ¡La flor que, después de un triunfo, siempre le fuiste a ofrendar! ¡Vengan toritos a Lalo! ¡Vengan toros a rodar envueltos entre las luces de su sonrisa triunfal! ¡Ay, Lalo! ¡como me acuerdo -¡quién no habría de acordar!Cuando, ante doce puñales, hubiste, en risas, triunfar! -¡Ale, torito, torito, que mañana cruzo el mar! ¡Que voy a la madre Patria a ofrecer mi mocedad envuelta en traje de luces


verde, de verde nopal; verde como la esperanza; verde en luces de ultramar; verde en aurora de estrellas; verde en flores de cristal! Y ante el sol de Andalucía volvió tu risa a brillar. Diste a Castilla la gloria de ese claro manantial que brotaba de tus labios al ver al toro pasar. Las flores que allá en Valencia nunca hubieran un rival se rindieron a la rosa que era risa en tu rosal. ¡Ríe, torito, que Lalo también ríe al torear! ¿No ves cómo ríe, toro? ¡Ale, torito, a pasar! Que si él ríe ante la Muerte, tú la sabes esperar. ¡Ay, torero de esmeraldas! ¡Ay, mi valiente chaval! ¡El de los azules giros! ¡El de los verdes-nopal! ¡Quien te dijera que un día se te habría de cuajar la flor de aquella sonrisa perenne de luz astral! ¡Quien dijera que en San Roque, pueblo escaso de historial, la rosa de tu sonrisa se habría de marchitar! Desde San Roque a Algeciras, allá, frente a Gibraltar, un sendero de claveles rojos, dejaste al pasar. Esos claveles, Eduardo, siempre frescos estarán. ¡Como aquella risa tuya que nadie podrá olvidar! ¡Llora, torito, torito, que Eduardo no ríe ya! ¡Llora, toro, que su risa


no te encelará jamás!115 1949 JOSELILLO -¡Ay, rapaz! Una amapola yo la vide sobre el mar. -No era amapola, mi padre, y el mar muy lejos está. Era el sol que se escondía para no verte llorar y vertió su sangre de oro en las platas de un cendal. No llores, padre, que rosas en mi huerto crecerán. una estrella va en mi hatillo, que para mi brillará. ¡Mira padre, aquel lucero! En su espejo me verás cuando la noche en tus noches te rondará en tu velar. No llores, padre, que vamos caminando cara al mar, y tras el mar, ilusiones mi ilusión florecerá. Que llevo, en mi hatillo, estrellas envueltas en flor de azahar y las estrellas con flores aromas de luz darán. ¡No llores, padre, que vamos caminando cara al mar! -¡Ay, que vide una amapola! ¡Ay, que la vide, rapaz! Mejor será que a Nocedo volvamos los dos en paz, que amapolas traen sangre y yo no la tengo ya y ha de ser tuya, mi hijo, la sangre que correrá. Y el mozo dejó a Nocedo. Y el padre volvió al hogar. Y el lucero llevó triunfos, 115

Matías Conde: Cuatro romances de toreros (E. Liceaga, Joselillo, Carnicerito y Manolete). Edición Romántica. Ilustraciones de Germán Horacio, Por (...). México, editorial Malvis 1949. Ils. 46 p., p. 11-16.


nuncios de marcha triunfal. Claveles rojos prendían en el pecho del rapaz. Oro, sedas y caireles. Y, entre dos soles, amar. Y rosarios de rubíes colgados de un alamar. El sol lloraba de miedo viendo a José torear. Pero el mozo, bello y rubio, jamás miraba hacia atrás; que frente tenía al toro, y detrás del toro, el mar, y detrás del mar, Nocedo, donde crecía un rosal que sembrara en una tarde en que comenzó a soñar. Y fue un día... un ¡ay! Quebróse después de un ¡olé! Triunfal. Y en azabaches, rubíes comenzaron a cuajar. ¡Ay, que el rosal que plantares ya nadie lo regará! ¡Que en Nocedo ya no hay rosas desde que murió el rapaz! ¡Una amapola de sangre florece en ese rosal: ¡La amapola que el buen padre viera una tarde rondar! Hoy, Joselillo, las rosas te las vengo yo a ofrendar ¡que yo también un buen día, camine de cara al mar!116 1949 JOSÉ GONZÁLEZ “CARNICERITO DE MÉXICO” ¡Ay, Carnicerito bravo! ¡Ay, mi valiente chaval! Era una tarde de julio cuando te ví torear.

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Op. cit., p. 19-23.


Florecían las espigas vistiendo de oro al trigal. También tú, vestido de oro, oros diste al lancear. En tu pecho aun no espigaba la flor de la mocedad. Un rojo clavel, en sangre quedó cuajado en mi ojal. Era una tarde de julio vestida de gris y mar quien te dio la bienvenida allá en mi tierra natal. Era un pueblo marinero con aromas de pomar fundido en rocas de cuarzo con lágrimas de coral. Era un pueblo, pueblo hosco, que se tarda en entregar porque, forjado en acero, solo al acero se da. Y a ti se te dio la tarde que te viera torear. ¡Era mucho aquel mozuelo! ¡Era todo un hombre ya! No bordaste, en luz, encajes, que no lo hicieras jamás. Que era un buril tu capote, no la aguja de bordar. Era tarde, tarde en platas en que el Sol fue a descansar, diste al pueblo marinero tu corazón de chaval. La noche de aquella tarde el Sol la olvidará, que vertió en rayos su llanto al no verte torear. La luna cubrió su cara con el nácar de su cendal, y tras él rió con ganas contemplando al Sol llorar. Solera de rancia estirpe plena de virilidad ponías en cada lance aquella tarde triunfal.


Y triunfaste una y mil veces. Y el héroe fuiste ya de aquel pueblo adusto y frío difícil de conquistar. ¡Ay, Carnicerito bravo! ¡Ay, mi valiente chaval! ¡Ay, no olvidaré aquél día en que te ví torear! No te olvidó ya mi pueblo. ¡Cómo habría de olvidar al mozo que, siendo niño, su vida le fue a ofrendar! Que en mi pueblo hay otros mozos que también salen a dar su vida, llena de Vida, Todos los días al mar. Por eso su llanto es llanto, de amor, cuajado en coral, porque saben lo que vale la Vida cuando la dan. ¡Ay, Carnicerito hermano! Tu recuerdo vivirá entre recuerdos, perenne, allá en mi tierra natal. Que el pueblo de marineros no podrá olvidar jamás que tu corazón de niño a ellos les fuiste a ofrendar. Todas las noches al Cielo una oración volará de labios de aquellos hombres que apenas saben rezar. Una oración que entre brumas se perderá sobre el mar. Una oración sobria y ruda mis “playos” por ti dirán. Por quien supo dar su vida. Por quien se supo inmolar luchando de cara al toro en tierras de Portugal. Oración en que una lágrima pondrá su punto final. Oración en que un suspiro así la comenzará:


¡Ay, Señor! Sangrando amores se desangró en Portugal. ¡Ay, Señor! Dale tu Gracia ¡Ay, Señor! Dale la Paz.117 1949 MANUEL RODRÍGUEZ SÁNCHEZ MANOLETE -¡Madre! La Luna me llama y junto al río me espera, que esta noche es noche clara, que esta noche es noche bella. Es noche de nocharniegos. Es noche de amor en vela. Es noche en que los mocitos urden, con oros, querellas. Por si faltara la luz, con la luna va una estrella. ¿No ves su manto de nácar? ¿No ves su capa de seda? Esa capa es para mí, será la capa torera con que burle a las vaquillas en esta noche serena. Una noche en que la Luna, con un lucero a su vera, de parranda, tras los montes, iba persiguiendo estrellas, le prometí que otra noche le brindara una faena si me prestaba su capa bordada con luz y sedas. Y allí la tienes, mi madre: ¡Mírala cómo hace señas! ¡Me llama, madre, me llama! Allá, junto al río, espera. Y mi palabra es de rey. No puedo faltar a ella. ¿Verdad que debo de ir? ¿Verdad, madre, que me dejas? No llores, madre, que vuelvo; que me protege una Reina: La Virgen de las Angustias que pende de esta cadena. 117

Ibidem., p. 27-32.


Que la llevo junto al pecho, fundida mi carne en ella, desde el día, día en rosas, en que tú me la pusieras. Dame un beso, madre santa. Dame un beso, madre buena, que el río queda muy lejos y la Luna se impacienta. -¡Ay, hijo, que el sino manda! Un sino en que veo penas; pero no ha de ser tu madre quien ponga a duelos barreras. Llevas sangre de toreros despeñándose en tus venas. ¡También en sangre florecen los sueños de mis quimeras! Vete, mocito, tranquilo, a envolverte en luz y sedas, que, si a la Virgen te guía, tu madre tranquila queda. Si ese ha de ser tu camino, será que así Dios lo quiera; que si Dios planta jazmines, también es Dios quien los lleva. ¡Ay, que pusiste un clavel a caballo de tu oreja! ¡Ay, no lo vuelva rubí la madrina que te espera! Y en Córdoba habría de ser: Córdoba, extraña y severa. En la Mezquita, rosarios, filósofos en la arena. Estoicos con capotillo. Manteos con sal torera. Caballeros con cárieles. Sol de luna en la pelea. Y en Córdoba habría de ser donde este Manuel naciera. Señor en traje de luces. Sacerdote de una fiesta mística en rito pagano, sombría en color de feria; donde inciensan con claveles y con manzanilla ofrendan. Y en Córdoba habría de ser donde Manuel se vistiera


el primer traje de luces que la Luna le tejiera. ¡Ay, Manolete, Señor, caballero de la Arena sacerdote del Dolor, místico de extraña secta! ¿Cómo no vieron tus ojos colmados de luna plena que, detrás de tu capote, estaba la Muerte cerca? ¡No viste que siempre, siempre, la tenías a tu vera? ¿No lo viste allá, en Linares? ¡No viste su alegre mueca cuando tu mano engañaba al toro con la muleta? ¡No la viste entre las astas acechándote, contenta? ¡Ay, Manolo, Manolete, qué noche, la noche aquella, la noche en que, cara al Cielo, te alejabas de la Tierra! Iba la Luna a tu lado; iba la Luna a tu vera: La Luna que en otra noche fue tu madrina primera. Iba llorando la Luna, llorando de rabia y pena. Y al otro lado, de luto, también lloraba una estrella.118 1949 PRESENCIA Y no hubo nadie en la arena. Solo en los aires sutiles una larga cordobesa, quedó junto a la gallarda, sangrante, garra muleta... Lagartijo fue el primero, y el segundo Rafael Guerra...! Mas de pronto, levantóse 118

Ibid., p. 35-41.


murmullo de voces muertas. Mora andalucía cantaba y toda la España entera, ropas de maja vestía porque en Córdoba trigueña, flotaba sobre los siglos solemne, grave y austera, la figura de un califa pleno de altiva majeza. Fatalismo del oriente corre raudo por sus venas, y el sueño de años dormidos... dormido está en sus ojeras...! En la mezquita vagaban, sombras de moros despiertas. Sombras de que duermen por siempre, en su capa y su muleta...! Los moros y la mezquita. Córdoba solemne y seria. Manolete es el Califa...! Su estirpe es de Aben-Humeya...! Y hubo en Córdoba califas, y Córdoba fue la reina...! Lagartijo fue el primero. Y el segundo Rafael Guerra. Pero los dos se alejaron.119 1949 Negro toro. I Negro toro de miedo, en la dehesa, altivo, solitario, negro toro rumiando un pensamiento en seda y oro que tu casta apresura en tu cabeza. Dispone ya tu muerte la nobleza que por tus venas corre, negro toro, y ya pareces escuchar el coro de los olés premiando tu cabeza. Negro toro de miedo, solitario, que encarnas un presagio de mal fario desde los dos diamantes de tus cuernos. 119

José Reck Saade: Manolete el último califa. Romancero de la pena a Manuel Rodríguez Sánchez. Puebla, 1946, 46 p., p. 29-11.


Prosigue con tu sueño en la pradera de imaginarte tibios muslos tiernos desflorados en flor de piel torera. II Como un pétalo rojo, reluciente, único desde el lirio del torero, desmaya la verónica primero su tibio beso hasta la arena ardiente. Ritmo del movimiento omnipotente de cautivar al toro en el engaño con el lento capote o con el paño que su recia muleta le consiente. Se agitanta el torero de repente, y enloquece en sus giros a la gente que adora al hombre como un dios del ruedo. (Cuando se pasa en pases naturales a la muerte en sus sedas principales, es Príncipe y es Rey, Héctor Saucedo). III Negro toro de miedo, derrumbado por los filos mortales de la espada que en tus carnes hundió su llamarada de acero incandescente y congelado. Negro toro de muerte, ya has dejado en la paz de tu paz las embestidas, mas tu vida que vuela en tus heridas, tornará por los sueños que has soñado. Negro toro, valor y sacrificio… ya te dio el pasaporte Héctor Saucedo al cielo y por tu casta y tu nobleza. No miras que te dan la vuelta al ruedo, porque en el cielo ya, tras el indicio, le haces viaje a una larga cordobesa… Rodolfo Siller. 22 de junio de 1949.120 1949 EL PRIMER “GALLEO”

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Castálida. Revista del Instituto Mexiquense de Cultura. Año 13, otoño de 2007, Nº 32, p. 80.


Por el arte entusiasmado con sus capas y sus hierros fueron a lidiar becerros seis o siete aficionados. Una vez el bicho suelto, becerro de condición, y según la filiación lomipardo y cornivuelto. Salió Andrés, el buen Andrés, que se distinguió en Gencibras por ser de muy pocas libras y de muchísimos pies. Y con natural deseo, ocultando lo cobarde, quiso comentar la tarde con un lucido “galleo”. Sin que el peligro le importe, en irse el bicho se apresta pero con la capa puesta como para dar “recorte”. Abre con mucho donaire los brazos firme y resuelto y entonces el cornivuelto le da una vuelta en el aire. Como esquila el pobre Andrés dio vuelta en la inmensidad pero por casualidad cayó en el sitio de pies. “Así me da gusto verte” gritó en la barrera alguno, y a igual tiempo agregó un tuno: “¡que nos repita la suerte!” Sintiéndose Andrés morir del susto en aquella fiesta, murmuró: suertes cual esta no se pueden repetir. Y tomó tal aprensión que le acobardó un capricho: tuvo miendo, más no al bicho sino a la repetición. Linotipos GARCÍA –(15)


Juan de Dios Peza.121 1949 ELOGIO DE “MANOLETE” I LA CITA (1931) ¡Torerillo magro y seco con catorce primaveras!... ¡Ya quieres cortar orejas sin que te alcancen las fuerzas para hundir la toledana en el cuerpo de la fiera!... ¡Ya tienes sueños de gloria! ¡Ya tu ansia no admite espera! ¡Ya está aguardando tu triunfo la pasión de España en fiesta! ................ Y aquel mocito espigado que tantas prisas tuviera por conquistar las sonrisas de la gloria, mujerzuela que a todos brinda promesas pero que a pocos se entrega, logra una novia –la muerteque de continuo le cela… …Y a partir del mismo instante en que ese pacto se sella, ¡surge Manolo Rodríguez, -“Manolete” por más señasen continuo disputar con la novia escogiera!... .............. ¡Ay torerillo en agraz de catorce primaveras! ¡Quién te quitara la novia! ¡Quién evitara ese instante del encuentro en las tinieblas! ¡Torerillo magro y seco con catorce primaveras!... ¡Ya tienes la suerte echada! ¡Ya está la novia en la reja! ¡Ya está la novia esperando… esperando… por si llegas! ¡Ay, Manolito Rodríguez qué suerte la que te espera!... 121

Fiesta Brava. Seminario taurino y de espectáculos. VI época, México, D.F., 13 de marzo de 1949, Nº 112.


II TRIUNFO Y MUERTE (29 de agosto de 1947) “¡Tronco que nunca se mueve!” “¡Ramaje que el viento agita!”… ¡Síntesis breve y heroica del toreo manoletista! Rompiéronse viejos moldes con su famosa divisa: “¡A torear todos los toros, aun aquéllos que no embista!...” ............... Y vino el triunfo grandioso: ¡Triunfo que nadie recuerda haya alcanzado ninguno fe los que usaron coleta!... ¡Treinta años, y todo el mundo pendiente de cuanto hiciera! ¡Treinta años, la cara triste y un blanco mechón de penas! Fue su toreo una liturgia; fue de Séneca su escuela; y fue tanto el señorío de su traza fina y seca, que los más grandes señores, humillando su grandeza, al verlo cruzar la arena por más señor, lo tuvieran… Pero una tarde de agosto, -tarde andaluza de feria“Islero”, toro de Miura, destrozó la estampa austera… ¡Qué horrible hachazo en sus carnes! ¡Qué roja flor en la arena! ¡Qué angustioso aquel instante, aquel hundirse en la niebla!... ¡Qué dolor, Manuel Rodríguez, que aquel pacto se cumpliera! III LLANTO (30 de agosto de 1947) ¡Negro toro!... ¡Negra pena! ¡Negros puñales abiertos que en Linares han matado al mejor de los toreros!...


¡Callen todas las guitarras! ¡Salgan todos los pañuelos que antes pidieron orejas, a pregonar nuestro duelo”… ¡Broten raudales de llanto al revivir el recuerdo del torero más valiente que ha pisado nuestros ruedos!... ¡Allá, la moruna Córdoba, la de terrenos alberos, la de las casitas blancas como palomas en celo, recibe este duro trance que es ejemplar sufrimiento: ¡Lloran niños y mujeres! ¡Lloran mocitas y viejos; y llora el cielo de pena al enterrar al torero! …Y una chavala morena, como escapada de un lienzo del padre de los gitanos, del pintor Julio Romero, al contemplar de la madre el terrible desaliento, llega, y gimiendo le dice: -“No yore usté, se lo ruego… no yore usté… maresita… que Manolo fue muy güeno y por serlo, de seguro tendrá del Señor su premio… No yore usté, señá Angustias: ¡”Manolete” está en el cielo!... Pero la madre no atiende a los divinos consuelos… ¡Y llora con ella Córdoba y con ella el mundo entero!... ¡Que ha muerto Manuel Rodríguez, el mejor de los toreros!... Rafael Andrés.122 1949 EL ESCUDO.

122

Rafael Andrés: Sangre brava. Romances taurinos. Viñetas y capitulares de Luis Chessal. San Luis Potosí, Talleres Gráficos “San Luis”, 1949. 63 p. ils., retrs. , p. 10-23.


A Fermín Rivera. ¡Cómo desgarran tus carnes los toros, Fermín Rivera!... Pero después del embroque en que la Muerte te acecha ¡cómo resurge pujante tu casta brava y torera!... ¡Tal parece que la entraña de donde arranca esa fuerza formáranla duros bloques de canteras de tu tierra!... ¡Quince años llevas regando sangre roja por la arena y aun tienes los mismos bríos de los chavales que empiezan!... ¡Derrochas a pleno sol la voluntad tesonera, espejo de gallardías: ¡Quince años de dura brega envuelto en la fuerte llama de tu capote de seda!... Vivo pregón de tesoros que nuestras minas encierran, dilapidas por el mundo las riquezas que nos quedan: Oro puro es tu valor; plata fina tu paciencia: y es resplandor de los bronces el brillo de tus faenas… Rica amalgama de todo, crisol que todo lo emplea, lleva tu pecho un escudo de maravillosa fuerza que te hace salir triunfante en los peligros que acechan: los hijos que por ti rezan y la mujer que te espera!... ................ Con ese escudo inviolable no habrá cornada certera… Con ese escudo ya tienes de vida la prenda cierta… ¡aunque broten rojas flores de tus arterias abiertas!... ¡aunque desgarren los toros Tus carnes, Fermín Rivera! Rafael Andrés.123 1949 123

Op. Cit., p. 34-38.


CULPABLE ANHELO A don Agustín Millares1 Minotauro del sueño, monstruo ardiente, de compactas tinieblas construido, tu laberinto guardas como un nido de funerales ramas, febriscente. Se te ensombrece con la luz la frente y en el sollozo escondes el bramido. ¿Eres ausencia, eres memoria, olvido? ¿Eres memoria del olvido ausente? Hollar te siento mi ansiedad, mi duda: quisiera huir y en tu razón se escuda esta pasión que a desvelarte avanza. Minotauro del sueño, acorta el vuelo y muéstrame la orilla de tu cielo o de una vez destruye mi esperanza. Juan Rejano, Noche adentro, 1949.124 Ca. 1950 ARMILLITA No eres sismo y estatua porque la estatua es fría, y el sismo es conmoción. Eres el justo medio, la armonía, la belleza inmortal del Partenón. Eres serenidad, sabiduría y arte a la vez, gloriosa conjunción de la forma y el fondo, geometría de los soles de una constelación. No eres, trueno, borrasca ni centella, eres mudo joyel, como la estrella, no eres lumbre, pero eres claridad. No arrastras por que no eres torbellino. eres el colosal crestón Andino -donde se rompe en luz la tempestad!125 Horacio Zúñiga, poeta de Toluca, estado de México. 124

Noche adentro de publicó en México en 1949 y ha sido recogido en España en La mirada del hombre (Estudio preliminar de Aurora de Albornoz) y reeditado por la editorial Anthropos en 1988. Agradecemos esta valiosa información proporcionada por Lorenzo Molina Mangas (9 de julio de 2009), propietario de la librería Juan Rejano de Puente Genil (Córdoba). 125 Mariano A. Rodríguez: Armillita El Maestro..., op. cit., p. 110.


1950 ¡TORERO INMENSO, LIDIADOR PROFUNDO! (Poema dedicado a Fermín Espinosa y a Rafael Rodríguez) Para Fermín Espinosa. ¡Torero inmenso, lidiador profundo! ¡Portento sin igual dentro del ruedo! Plenitud de arte, poder y denuedo, tus hazañas triunfaron por el mundo. Tu historial es un éxito rotundo, tu corazón jamás conoció el miedo, pudiendo propalarse, fuerte y quedo, de tu manantial el saber profundo. ¡As de ases, Maestro de Maestros! Por cinco lustros mantuviste enhiesto el cetro de primate entre los nuestros y en plazas extranjeras, por supuesto. Si la envidia lanzó boicot punible, España te admiró como invencible. Para Rafael Rodríguez.

Para Rafael Rodríguez

De la fiesta bella, de la fiesta brava, de la que otro tiempo fuera la más amplia, sólo va quedando dulce remembranza. Del toro bravío, del toro pujante que al público entero asombro causara; del torero serio, del torero sabio con cuya sapiencia al toro burlara, conservando siempre postura gallarda, desde las verónicas hasta la estocada, desgraciadamente ya no queda nada. El día tres de abril del año pasado, seguido por otro de su mismo temple, el Grande Maestro de la Tauromaquia, aquel que llenara con sus arrogancias un cuarto de siglo de enormes hazañas, dejó para siempre los circos taurinos, quedando por ello siempre vacante el sitial augusto del toreo antiguo, del valor sereno del toreo arrogante, a la nueva escuela va ocupando el sitio esa escuela nueva en donde es distinto todo lo que fuera la más bella fiesta. Del brutal empuje de la astada fiera, ni un remedo leve nos queda siquiera por así exigirlo nuestra nueva escuela. Pero, sin embargo, contamos de nuevo, de entre muchos otros, con un gran torero de físico endeble, “desinificante”, pero qué torero, qué alma tan grande

De la fiesta bella, de la fiesta brava, de aquella que otora fuera la más amplia, sólo va quedando dulce remembranza. Del toro salvaje, de la fiera airada que por su arrogancia asombro causara; de aquel peón de brega que a una sola mano para sujetarlo corriera al astado; del varilarguero que por sus hazañas públicos y crítica al par alabaran; del banderillero que en forma estatuaria en la misma cara del bruto cuadraba; del torero serio, del torero sabio que con su sapiencia la muerte burlara, conservando siempre figura gallarda, desde las verónicas hasta la estocada… .¡de ese gran conjunto no nos queda nada! El día tres de Abril del cuarenta y nueve, en tarde gloriosa que el recuerdo mueve, el grande Maestro de la Tauromaquia, aquel que llenara con sus arrogancias un cuarto de siglo de enormes hazañas, dejó para siempre los circos taurinos, quedando por ello por siempre vacante el sitial augusto de todo lo antiguo, del valor sereno, del toreo arrogante. Ya la nueva escuela va ocupando el sitio, esa escuela nuestra en donde es distinto todo lo que fuera la más bella fiesta. Del brutal empuje de la astada fiera,


de Rafael Rodríguez, el de Aguascalientes. De esa tierra bella, de esa tierra santa, cuna de poetas, músicos y héroes, ha nacido ahora esta gloria nueva de la Tauromaquia y de aquella Tierra. Unos cuantos meses han sido bastantes para que Rodríguez, el de Aguascalientes, finque su prestigio entre los valientes, entre los TOREROS, entre los gigantes. Sólo Juan Belmonte y Carmelo Pérez pueden semejarlo en sus arrogancias, en su torerismo y bravas hazañas, que llenan las plazas con gran entusiasmo de gentes que acuden para ovacionarlo, para sufrir hondo con sus arrebatos y después del triunfo sentir un descanso. Esta nueva gloria de la tauromaquia, de físico endeble, “desinificante”, nacido en la tierra de heroísmo y arte, -¡qué Dios lo permita, que Dios lo proteja”de esta nueva era de la bella fiesta, será sin disputa la nota saliente. ¡QUE VIVA RODRÍGUEZ, EL DE AGUASCALIENTES!126 El-hombre-que-no-cree-en-nada.

ni un remedo leve nos queda siquiera por así exigido nuestra nueva escuela. Pero, sin embargo, contamos de nuevo, de entre muchos otros, con un gran torero. De físico endeble, “desinfectante”, ¡pero qué torero, que alma tan grande de Rafael Rodríguez de Aguascalientes! De esa tierra bella, de esa tierra santa, cuna de poetas, músicos y héroes, ha nacido ahora esa gloria nueva de la tauromaquia y de aquella tierra. Unos cuantos meses han sido bastantes para que Rodríguez el de Aguascalientes finque su prestigio entre los valientes, entre los TOREROS, entre los gigantes. Sólo Juan Belmonte y Carmelo Pérez pueden igualarlo en sus arrogancias, en su torerismo y bravas hazañas, que llenan las plazas con gran entusiasmo de gentes que acuden para ovacionarlo, para sugrir hondo con sus arrebatos y después del triunfo sentir un descanso esta nueva gloria de la tauromaquia, de físico endeble, “desinificante”, nacido en la tierra de heroísmo y arte, ¡Qué Dios lo permita, que Dios lo proteja! desta nueva era de la bella fiesta, será, sin disputa, la nota saliente, ¡QUE VIVA RODRÍGUEZ EL DE AGUASCALIENTES!127

Para Rafael Rodríguez. De la fiesta bella, de la fiesta brava, de la que otro tiempo fuera la más amplia, sólo va quedando dulce remembranza. Del toro bravío, del toro pujante que al público entero asombro causara; del torero serio, del torero sabio con cuya sapiencia al toro burlara, conservando siempre postura gallarda, desde las verónicas hasta la estocada, desgraciadamente ya no queda nada. El día tres de abril del año pasado, seguido por otro de su mismo temple, 126

La Lidia de México. 2ª época. Nº 295. Febrero 3 de 1950, p. 26-27. Jesús Antonio de la Torre Rangel: Aguascalientes 1900: toros y sociedad y otros escritos taurinos. Aguascalientes, Instituto Cultural de Aguascalientes, 2008. 156 p., p. 110-2. Originalmente, fue publicado este trabajo poético en “Algo sobre poesía taurina”, en México en la Cultura, suplemento de Novedades, México, 23 de abril de 1972, y anteriormente como ya quedó visto, en 1942. Se puede concluir que, entre las versiones de estos dos años -1942 y 1972-, hubo al paso del tiempo, diversas modificaciones e incremento en algunos nuevos versos, de ahí que fuera conveniente confrontar ambos apuntes para una más clara y conveniente lectura. 127


el Grande Maestro de la Tauromaquia, aquel que llenara con sus arrogancias un cuarto de siglo de enormes hazañas, dejó para siempre los circos taurinos, quedando por ello siempre vacante el sitial augusto del toreo antiguo, del valor sereno del toreo arrogante, a la nueva escuela va ocupando el sitio esa escuela nueva en donde es distinto todo lo que fuera la más bella fiesta. Del brutal empuje de la astada fiera, ni un remedo leve nos queda siquiera por así exigirlo nuestra nueva escuela. Pero, sin embargo, contamos de nuevo, de entre muchos otros, con un gran torero de físico endeble, “desinificante”, pero qué torero, qué alma tan grande de Rafael Rodríguez, el de Aguascalientes. De esa tierra bella, de esa tierra santa, cuna de poetas, músicos y héroes, ha nacido ahora esta gloria nueva de la Tauromaquia y de aquella Tierra. Unos cuantos meses han sido bastantes para que Rodríguez, el de Aguascalientes, finque su prestigio entre los valientes, entre los TOREROS, entre los gigantes. Sólo Juan Belmonte y Carmelo Pérez pueden semejarlo en sus arrogancias, en su torerismo y bravas hazañas, que llenan las plazas con gran entusiasmo de gentes que acuden para ovacionarlo, para sufrir hondo con sus arrebatos y después del triunfo sentir un descanso. Esta nueva gloria de la tauromaquia, de físico endeble, “desinificante”, nacido en la tierra de heroísmo y arte, -¡qué Dios lo permita, que Dios lo proteja”de esta nueva era de la bella fiesta, será sin disputa la nota saliente. ¡QUE VIVA RODRÍGUEZ, EL DE AGUASCALIENTES!128 El-hombre-que-no-cree-en-nada. 1950 Yo ví un tipo contrahecho... Yo ví un tipo contrahecho y enfiebrado de valor, torear con todo el pecho y no ví a un tipo mejor. 128

La Lidia de México. 2ª época. Nº 295. Febrero 3 de 1950, p. 26-27.


Y ví una lenta tristeza, Manuel de mi corazón, torear como quien reza, que el toreo es oración. Ambos por igual destino, de humilde cuna los dos. Uno sigue su camino, otro el camino de Dios. Y aunque a ti mismo te asombren aquel Juan y aquel Manuel, tú eres torero, eres hombre, y no te falta ni el nombre, que te llamas Rafael. Pedro Garfias.129 1950 ORACIÓN (Fragmento) Un día el valor de los hombres se hizo sangre y surgió el torero... Y moriste con muerte risueña, con la sangre en la mano que no tiembla, con el muslo rasgado, el vientre abierto el corazón temblando (porque tiembla) y el pensamiento dirigido, suelto, a un terror pavoroso de cuernos y luceros. Así naciste. Así creciste, así moriste, Carnicerito Mexicano, carne y sangre de México. ...Entre los grandes muertos, en el fiel paraíso de los toros duermes en paz. ¡Descansa en ella! Ya sin traje de luces. ¡Descansa en paz! Ya sin los ojos abiertos al peligro. ¡Descansa en paz! Cumplido ya tu viaje. ¡Descansa en paz!130 Ramón del Parral. 129

Miguel Luna Parra y Federico Garibay Anaya: México se viste de luces. Un recorrido histórico por el territorio taurino de nuestro país. Guadalajara, Jalisco, El Informador, Ágata Editores, 2001.232 p. Ils., fots., facs., maps., p. 27-28. 130 Casillas: Carnicerito de México..., op. cit., p. 70.


Ca. 1950 Granada Granada tierra soñada por mi mi cantar se vuelve gitano cuando es para ti. Mi cantar hecho de fantasía mi cantar flor de melancolía que yo te vengo a dar. Granada tierra ensangrentada en tardes de toros Mujer que conserva el embrujo de los ojos moros. de sueño rebelde y gitano cubierto de flores y beso tu boca de grana jugosa manzana que me habla de amores.. Granada manola cantada en coplas preciosas no tengo otra cosa que darte que un ramo de rosas. De rosas de suave fragancia que le dieran marco a la Virgen morena. Granada tu tierra esta llena de lindas mujeres de sangre y de sol. De rosas de suave fragancia que le dieran marco a la Virgen morena. Granada tu tierra esta llena de lindas mujeres de sangre y de sol. VALENCIA MÍA


Copla, coplera... ¡Copla valenciana! Valencia mía jardín de España, quiero los aromas de tus jazmineros para mi canción. Valencia, que yo soñara, yo no sé que tiene de tibia y de clara la luz de tu sol... Valencia linda de los naranjos, pétalo que cubre de sangre y de seda mi pueblo español. Valencia mía que yo soñara, yo no sé que tiene de tibia y de clara, de clara y de tibia la luz de tu sol, por eso en tus labios hay agua de azúcar, tienes la leyenda de los romanceros, por eso en tus ojos, ojos valencianos, tiemblan dos luceros, que son dos tiranos, ojos hechiceros, ojos valencianos. Valencia mía, que yo soñara, yo no sé que tiene de tibia y de clara, de clara y de tibia la luz de tu Sol. VALENCIA... ¡VALENCIA MIA! Cuerdas de mi guitarra Cuerdas de mi guitarra que en dulces ayes sonando van, lloren que cuando lloran también mis ojos llorando están. Canta guitarrica de mi vida que al oír tus dulces notas, muero de alegría. Sol de mi cielo andaluz, es la copla que canto yo. Sol de mi cielo español, sangre brava en mi corazón. Canta guitarra por mí, por mi raza cañí, canta tú, tú, tu que sabes cantar, tú que sabes llorar por mí. Canta guitarra por mí, por mi raza cañí, canta tú, tú, tu que sabes cantar, tú que sabes llorar por mí. ESPAÑOLERÍAS Patio que huele a noviazgo, a coplas y a rosas y a flores de azahar, la noche es capa española que con su negrura te supo embozar. Patio que huele a noviazgo, a coplas y a rosas y a flores de azahar, la noche es capa española que con su negrura te supo embozar. Como un clavel que revienta tu boca sangrienta un beso me dio, y en ese beso quedaron la noche, las coplas, las rosas y yo. Tras de las rejas de encajes los tiestos y flores pudieron oír lo que en un majo suspiro, suspiro del alma te quiso decir


Repicar de castañuelas que el patio gitano de fiesta llenó, beso que ha sido el más mío aquél que tu boca temblando me dio. Algo que fue más que un beso, algo que es más que besar. Beso que dejó en mi vida guitarras y coplas y flores de azahar. Repicar de castañuelas que el patio gitano de fiesta llenó, beso que ha sido el más mío aquél que tu boca temblando me dio. Algo que fue más que un beso, algo que es más que besar. Beso que dejó en mi vida guitarras y coplas y flores de azahar. VALENCIA Copla, coplero, copla valenciana, la copla que tiene tañer de campana. Bañan tus naranjos las ondas del Júcar por eso en tus besos hay agua de azúcar, tienes la leyenda de los romanceros. Por eso en tus ojos, ojos valencianos tiemblan dos luceros que son dos tiranos ojos hechiceros, ojos valencianos. Valencia mía jardín de España, quiero los aromas de tus jazmineros para mi canción. Valencia linda que yo soñara yo no sé que tiene de tibia y de rara la luz de tu sol. Valencia mía de los olivos pétalo que cubre de sangre y de seda mi suelo español, Valencia mía que yo soñara yo no sé que tiene de tibia y de rara de rara y de tibia la luz de tu sol. CLAVEL SEVILLANO Un clavel sevillano prendió en sus trenzas despertando una fiebre de ansias inmensas. Un clavel encarnado como una flama que incendiara sus ojos de sevillana. En su frente divina de tez morena temblaron sus cabellos de nazarena. Y todos los luceros se iluminaron con la luz que a sus ojos arrebataron. Clavel sevillano tan fresco y tan lindo tu sangre manchara el mar rojo guindo. Clavel que supiste sus ansias de amores clavel que envidiaron toditas las flores.


SILVERIO PEREZ (PASODOBLE) Mirando torear a Silverio Me ha salido de muy hondo Lo gitano de un cantar. Con la garganta sequita Muy sequita la garganta Seca de tanto gritar. Silverio, Silverio Pérez, diamante del redondel, Tormento de las mujeres A ver quien puede con el. Mirando torear a Silverio, etc. Silverio, torero estrella, El príncipe milagro, De la fiesta más bella. Carmelo que esta en el cielo, Se asoma a verte torear... Silverio, torero estrella, etc. Monarca del "trincherazo" Torero, torerazo... Azteca y Español, Silverio, cuando toreas, No cambio por un trono Mi barrera de sol... FERMÍN Por su temple y su valor y por su arte verdadero todos dicen que Armillita es un maestro de cuerpo entero. Ídolo de la afición por el arte y el embrujo, con su capote de lujo la tierra hispana lo consagró. En un pase de Fermín se ha enredado una chiquilla, esa chiquilla es Sevilla, Armilla, Armilla. Pinturero del mandil, torerazo maravilla que domina con postín, eres amo y señor de la fiesta cañí: ¡olé! En un pase de Fermín se ha enredado una chiquilla, esa chiquilla es Sevilla, Armilla, Armilla. Pinturero del mandil, torerazo maravilla que domina con postín, eres amo y señor de la fiesta cañí: olé. NOVILLERO Un domingo en la tarde


Se tiro al ruedo. Para calmar sus ansias De novillero. Torero valiente Despliega el capote sin miedo Sin miedo a la muerte. La Virgen te cuida Te cubre en su manto que es santo Mantón de Manila. Muchacho te arrimas Lo mismo en un quite gallardo Que en las banderillas. Torero Quien sabe Si el precio del triunfo lo pague Tu vida o tu sangre. Por todas las letras: Agustín Lara. 1951

En 1951 apareció por primera vez ¿Águila o sol?131 de Octavio Paz. De hecho, más adelante, cuando el lector tenga oportunidad de llegar al año 1975, verá la forma en como José María de Cossío se ocupa de esta misma obra, ateniéndome al año en que el tratadista español publicó su célebre enciclopedia de LOS TOROS. Sin embargo, en una lectura detenida a esta obra, encuentro otra serie de citas que escaparon a la vista del citado autor, por lo que me parece oportuno recogerlas aquí, tratando, en lo posible, de no mostrar un trabajo fraccionado. En aquella parte se ignoran los siguientes pasajes: (...) se presentan Tedevoro y Tevomito, Tli, Mundoinmundo, Carnaza, Carroña y Escarnio. Ninguno y los otros, que son mil y nadie, un minuto y jamás. Finjo no verlos y sigo mi trabajo, la conversación un instante suspendida, las sumas y las restas, la vida cotidiana. Secreta y activamente me ocupo de ellos. La nube preñada de palabras viene, dócil y sombría, a suspenderse sobre mi cabeza, balanceándose, mugiendo como un animal herido. Hundo la mano en ese saco caliginoso y extraigo lo que encuentro: un cuerno astillado, un rayo enmohecido, un hueso modo. Con esos trastos me defiendo, apaleo a los visitantes, corto orejas, combato a brazo partido largas horas de silencio al raso (...)132

ya en ¿Águila o sol?, se registra otro desbordamiento del poeta aludiendo el tema taurino. Precisamente lo encontramos en la parte conocida como “La Higuera”: ¡Leer mi destino en las líneas de la palma de una hoja de higuera! Te prometo luchas y un gran combate solitario contra un ser sin cuerpo. Te prometo una tarde de toros y una cornada y una 131

Octavio Paz: ¿Águila o sol? Portada e ilustraciones de Rufino Tamayo. México, 3º reimpr. Fondo de cultura económica, 2003. 102 p. Ils. (Colección popular, 123). 132 Op. Cit., p. 15-16. Este primer material, corresponde a “Trabajos del poeta”, obra de 1949.


ovación. (...)133 1951 Mármol en que Tancredillo… Ese toro que ataca a don Tancredo, no ha visto “Don Juan Tenorio”. Porque de haberlo visto, a don Tancredo hubiera recitado: Mármol en que Tancredillo, en cuerpo sin alma existe, este toro no te embiste porque es otro marmolillo.134 Álvaro de Albornoz, Jr. 1951 ROMANCE DE “JOSELILLO” Su sangre quiso la gloria de florecer en la arena y ya no se resignaba a seguir oscura, presa entre las mallas sutiles de la red de sus arterias. Y llamó a su corazón que abrió a la muerte sus puertas cuando el sol de la fortuna le colmaba de promesas. “Joselillo”: la balanza de las dos plazas toreras esperaba los quilates tuyos. Donde tú estuvieras con tu valor y tu arte cedería la bandeja, redondel con todo el peso de tu graciosa presencia. No pudo ser. Dos pupilas serán para siempre ciegas la “México” y “El Toreo” te llorarán con tristeza un largo llanto de públicos negros cual lágrimas negras que rodarán por las tristes mejillas de nuestra tierra. El niño que perdió España fue ganado por América, hasta que en trágica tarde, hecho un hombre lo perdiera. 133 134

Ibidem., p. 82. ¿Águila o sol?, es una obra escrita entre 1949 y 1950. Álvaro de Albornoz, Jr.: Revoleras. México, ediciones “Estela”, 1951. 192 p., p. 57.


¡Qué honda la plaza de México! ¡Qué profundas sus arenas! Nunca vi abismo más negro ni embudo que así sirviera para trasegar con sangre tanta hiel de amarga pena, Murió en pleno mediodía el astro que en su carrera sólo con luces de aurora iluminara la fiesta. “Joselillo”: los volcanes no dejan ver que te elevas. Blanco es tu vuelo, tan blanco como sus nieves perpetuas. Manuel Altolaguirre (De “Excelsior”).135 1951 EL TORO DE LIDIA Del verde pasto a la arena, de la dehesa a la plaza. Primero un túnel muy largo donde las sombras se alargan. ¡Ay, ojos acostumbrados a pasear las distancias! Después un deslumbramiento... Rodeado de gente extraña quedó ciego. ¿Quién no es ciego? ¿Quién sabe por dónde anda? Antes, un poquito antes, de que la pena lo mate, lo matan. El toro no era tan manso. Allá donde el cielo crece, donde el silencio es espeso y la soledad agreste, donde el sol pasea el lujo del oro de sus caireles, contra la cerca celeste, contra la cerca y el árbol peleó como valiente. Porque no era manso el toro. Era tímido. Le daba miedo la gente. Pedro Garfias.136

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El Ruedo de México. Año VIII, Nº 49, México, D.F., 18 de octubre de 1951.


1951 SONETO A MIGUEL ÁNGEL Torero de verdad, de cuerpo entero, de casta de valor y compostura; esbelta realidad es tu figura que florece en el arte verdadero. Torero de verdad, no es lisonjero decirte lo que vale y lo que dura la emoción del pincel y la pintura donde queda tu cuerpo prisionero. Hombre en el toro, juego consumado por la bestia que libras en la suerte con la ciencia y virtud de enamorado. Y sale ileso tu cuerpo del astado que aguanta la embestida de la muerte en un festín de gloria coronado. José Cárdenas Peña.137 1952 ¡JOSÉ MARÍA MARTORELL! Vaya torero José María Cómo derrocha la valentía. Oro fundido, néctar y miel olé las manos de Martorell. Llevan las niñas bonitas en las barreras, los corazones tan alto como banderas. Y le aplauden la Virgen guadalupana tras el raso celeste de su ventana.

136

El toro de lidia se publicó inicialmente en el semanario taurino Claridades de México, en los años 1951 y 1952. 137 El Ruedo de México. Año VIII, N° 42. México, 30 de agosto de 1951.


Del lucero más alto corta un cairel para la chaquetilla de Martorell. José María Martorell, ¡oye! taurino de España. El Capitán Don Gonzalo le dio su espada de plata. Abderramán la grandeza de su Mezquita encantada, y Séneca la prudencia la seriedá y la templanza. Arte le dio Lagartijo, el Guerra le dio pujanza, y su cuna se meció entre olivares y albahacas bajo el palio de zafiro de Córdoba la Sultana. El manto de los Califas desciende por sus espaldas cuando se ciñe el capote para salir a la plaza. Y al plantarse en el ruedo citando al toro es un alma de raso bordada en oro. Tiene su muñeca un temple tan suave, seguro y fiel, que el toro va tras el paño sin poder rozar en él. No requiere filigranas el toreo de Martorell: diamante montao al aire para que se luzca bien, lleva en sus muchos quilates y en su calidá, la ley. Y qué modo de matar después de citar en corto para dejar en la cruz una estocada hasta el pomo. Suena en la plaza un rugido y el público, medio loco, se vuelca sobre la arena para llevárselo en hombros.


Y le aplaude la Virgen Guadalupana tras el raso celeste de su ventana. Ha mandao a su coro de querubines que corte las estrellas de sus jardines que traigan una alfombra de terciopelo. No quiero que mi niño pise en el suelo. Vaya torero José Marí.a Cómo derrocha la valentía oro fundido, néctar y miel. Olé las manos de Martorell. Juan Viudes.138 1954 CORRIDO DEDICADO A LOS SEÑORES DOCTORES JOSÉ ROJO DE LA VEGA Y JAVIER IBARRA A los veinticinco años de salvar vidas. Voy haciendo mi recuerdo de que fue el pitón artero de un chorreado toro fiero que las carnes desgarró y saltaron la barrera desde adentro para afuera cuando la ya astada fiera la safena destrozó. Y madres entre sollozos embargadas de dolor, imploraban en silencio: ¡Salvémosle, doctor! Arrebataste a la parca la figura principal lo mismo que al espontáneo un inconsciente chaval 138

El Ruedo de México. Año VIII, Nº 68, México, D.F., 28 de febrero de 1952, p. 9.


y al humilde mulillero y también al monosabio que al modesto novillero, a todos... a todos igual! Las luces del pensamiento despiertan para mirarlos cuando desbridan la herida con acierto y con talento con qué tanto la hemorragia era siempre contenida para que no se les fuera de aquel torero la vida. Tranquilizan corazones con admirable paciencia porque fue la madre ciencia ella les ofrendó esos dones. Y pasaron las fronteras con su gran sabiduría llegó su fama tan lejos que allende el mar se sabía que no hay mejores doctores que los dela patria mía. Hoy todos los celebramos en sus veinticinco años y a Dios todos le pedimos que los preserve de daños, y que saltando barreras salven más vidas toreras desde el tercio a las afueras. Ya les voy diciendo adiós subalternos, matadores, no le hagan mucha confianza a esos marrajos traidores adiestrándose bien en su oficio como estos grandes doctores. Vuela, vuela palomita, descansa en aquel manzano y dile a su mamacita que el torero ya está sano. Ya descanso, palomita, detente en esos potreros, y dile a los caporales, y también a ganaderos, que se esmeren en mandar lo mejor de sus encierros.


Soy del puro Guanajuato, del merito Salamanca, tierra de grandes toreros y de campos de labranza. Pido a todos su perdón soy de escaso pensamiento son palabras que yo siento que salen del corazón. Y mil gracias les doy a ustedes señores del REDONDEL, y a los médicos de plaza una rama de laurel!... JESÚS MUÑOZ. México, D.F., 17 de octubre de 1951. 1956 HUAPANGO TORERO. (Huapango) Mientras que las vaquillas están en el tentadero única y nada más, nada más pa' los toreros, por fuera del redondel, por cierto de piedras hecho, sentado llora un chiquillo, sentado llora en silencio. Con su muletilla enjuga sus lágrimas de torero, con su muletilla enjuga sus lágrimas de torero, La noche cae en silencio las nubes grises se ven a lo lejos se empiezan a acomodar las estrellas en el cielo y rumbo hacia los trigales se ve a un chiquillo que va resuelto; él quiere matar a un toro su vida pone por precio. Silencio...los caporales están durmiendo. Los toros...los toros en los corrales andan inquietos. Un capote en la noche a la luz... a la luz de la luna quiere torear... silencio...


De pronto la noche hermosa ha visto algo y está llorando, palomas, palomas blancas vienen del cielo, vienen bajando; mentira si son pañuelos, pañuelos blancos llenos de llanto que caen como blanca escarcha sobre el chiquillo que agonizando... Toro, toro asesino ojala y te lleve el diablo, toro, toro asesino ojala y te lleve el diablo. Silencio...los caporales están llorando. Tomás Méndez139 1956 Los siguientes versos, pertenecientes a una obra teatral (y en especial para ser acompañadas bajo el ritmo de un couplet) fueron rescatados y publicados por Armando de María y Campos en aquel año. Evocan la revista140 Algo más también, que se presentó hacia 1938 en el Teatro Lírico, y cuyas letras cantaba por aquel entonces Paquita Estrada, recordando a Ponciano Díaz como sigue: Qué bonito y qué apacible… Qué bonito y qué apaible era México en silencio, sin motos de mordelones, sin radios con tanto estruendo, sin jjazz band en las cantinas, sin diputados en pleitos; y qué airosa era la fiesta cuando el tendido repleto de gatas y de catrinas de damas y caballeros aclamaban a Ponciano, nuestro inolvidable diestro, cuando montado a caballo y en peligrosos requiebros colgaba las banderillas a bravos toros de Atenco (……….) Ascensiones peligrosas en que arriesgaba el pellejo don Joaquín de la Cantolla que fue el precursos de Fierro

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http://www.micancionero.com/canciones/huapango_torero.php La revista era un concepto de escala menor que recogía y hacía suyo el teatro, elaborada con textos de fácil manejo, utilizando para ello los temas de actualidad. 140


(………)141 1956 Los siguientes versos son de la hechuca de Pedro Domínguez “Dominguín mexicano”, matador de toros, de quien tengo elaborado un breve perfil biográfico: DOMÍNGUEZ, Pedro, Dominguín mexicano: Matador de toros. Nació en Chihuahua el 14 de mayo de 1892. En sus principios, aprendió el oficio de tipógrafo. Para 1910 se une a una cuadrilla juvenil chihuahuense, la cual se presenta en la propia capital del estado el 31 de octubre de 1911 –en plena revolución mexicana-, esto con toros de Bachimba. Como alternante iba el futuro diestro José Ramírez Gaonita. Tiempo más tarde se estableció en Monterrey, con lo que sus afanes continuaban entre contratos y percances, como el que recibió en Puebla, donde un toro de la “Caldera”, le echó fuera los intestinos. En la primera corrida de la temporada 1925 en la ciudad de México, Domínguez salió de sobresaliente con Juan Silveti y “Joseíto” de Málaga y como ambos entraron a la enfermería imposibilitados para seguir la lidia, “Dominguín” se encargó de despachar dos toros de San Diego de los Padres y aunque sin gran lucimiento, lo hizo pronto y no aburrió.

Al respecto, Sergio Mario Amézquita Puentes anota: Un último pase. Pedro Domínguez “Dominguín mexicano”, es el autor de un poema dedicado a Juan Silveti Mañón. Ahijado de alternativa, Domínguez, avecindado en la ciudad de Monterrey, se expresó así de su padrino a unos cuantos días de la muerte de Silveti (ocurrida el 11 de septiembre de 1956): Mi padrino alentaba un corazón así de grande que no le cabía en el pecho. Además de ser una 141

Armando de María y Campos, El Teatro de Género Chico en la Revolución Mexicana. México, Biblioteca del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 439 p., p. 379.


figura extraordinaria en el toreo, era un hombre nacido para las grandes causas humanas; su caridad silenciosa y su corazón de oro brillaron intensamente en las tinieblas de los infortunados. A él debo mis caminos, y para él he escrito una estrofa humilde: Indio gigante, corazón de acero… Indio gigante, corazón de acero, Con tu valor al bruto dominaste, aunque a veces tu sangre fue reguero como ofrenda a la fiesta apasionante. Ante el toro tu arrojo y tu valor siempre obtuvo los aplausos soberanos cuando irradiaba el sol en su esplendor llevando orejas y rabo entre tus manos. Guanajuato te llora en este día en que Dios te elevó para su gloria, tuviste un corazón, amor, filantropía y vivirás eterno ante la historia. Supiste a cada pueblo conquistar, con tu arrojo, tu bravura y tu denuedo y en las plazas tu nombre han de grabar: aquí estuvo un torero: Juan sin miedo. Con el alma destrozada de emoción, yo te ofrendo mi lira mis amores, y las flores de todo Nuevo León, te enviamos tus amigos donde mores. México llora tu ausencia, tu partida, pues comprende la vida transitoria, más Juan Silveti para siempre anida en Monterrey burilado en su memoria. Pedro Domínguez.142 1957 DESPEDIDA DE SILVETI (Toque de clarín) De luto está Guanajuato Silveti se ha despedido, se fue aquel bravo jabato de la afición tan querido. “Juan sin miedo” le llamaban por su arrojo temerario, y los que ayer lo aclamaban 142

Sergio Mario Amézquita Puentes, Los pilares de la dinastía Silveti. Nuevo León, Universidad Autónoma de Nuevo León, 2019. 401 p. Ils., fots., 267-8.


le están rezando un rosario. ¡Ay, ay, Juan, tu despedida fue triste, y en la puerta de cuadrillas hay luto porque te fuiste! El “Tigre de Guanajuato” dio a la muerte dos de pecho, mas fue fatal su arrebato y solo lo halló la muerte. ¡Ay, ay, Juan, tu despedida fue triste, y en la puerta de cuadrillas hay luto porque te fuiste! No cortarás más orejas no nos darás más asombros, mas la memoria nos dejas de tus salidas en hombros. Las plazas se ensombrecieron cuando Silveti moría; los que toreando lo vieron lo recuerdan todavía. ¡Ay, ay, Juan, tu despedida fue triste, y en la puerta de cuadrillas hay luto porque te fuiste. Hoy habrá fiesta en el cielo con la música divina, para ver a “Juan sin miedo” van los ángeles en fila. Y allá frente al Juez Supremo sin cuadrillas y sin montera, sé que llegó Juan, sereno para que lo recibiera... ¡Ay, ay, Juan, tu despedida fue triste, y en la puerta de cuadrillas hay luto porque te fuiste. Autores: Ricardo Jiménez Sánchez Anselmo Castro Cabada143 1957 143

Reseña. Deportes y toros. Nº 9, México, D.F., 27 de febrero de 1957.


EL CHARRO Novia de azules ojos en espera paciente, la tarde se reclina sobre el balcón dorado del Poniente. La plaza es una hoguera donde el gozo que inflama los tendidos crepita y reverbera. Son los gritos aislados, estallidos, serpentinas de luz, las carcajadas, copas de sol los múltiples embozos, chispazos quemadores las miradas, ardidas oriflamas los rebozos... ¡Y en su palco, risueñas y lozanas, son las Chinas Poblanas, estremecidas por los mil rumores del jocundo jaleo, manojo de banderas tricolores por sobre el incendiado jaripeo! El clarín con su cántico sonoro entrega a la locura de los vientos invaluable caudal de notas de oro. Por sombra y sol pulula un alarido jubiloso: ¡es el alma de mi raza que sube al cielo, ardida por sus fuegos, desde el anillo inmenso de la plaza! Jinete es un fogoso corcel de finos remos y pelaje lustroso, salta a la arena el Charro. Forma con el corcel un grupo bizarro lleno de gracia y fuerza, de colorido y vida. Luce el ancho sombrero galoneado, la corbata en carmines empapada; la chaqueta de cuero alamarada, pantalón ajustado de ancho aletón con oro recamado; al cinto, bien ceñida, una pistola de acerado brillo; del anca del caballo, un arco iris deslumbrante: el Sarape de Saltillo; en el sombrero, sol de lentejuelas, y tintinantes y al talón prendidos dos luceros de plata: las espuelas. Tal cual recorre el ruedo a galope tendido, rememora


mitológico ser de otras edades que a la mesa de Anáhuac llega otrora atropellando razas y vestigios, Apolo en el Pegaso tras la Aurora o centauro perdido entre los siglos. Gobernando la rienda con la mano izquierda, para al bruto sentándolo en los remos traseros, y desata el oficio tenaz de la reata de Cabinda, que luego es en su diestra un ondulante lazo de oro, cuyo abrazo disminuye o dilata, como fakir fantástico que muestra a una dócil serpiente hecha de fuego sobre la alfombra gris de la palestra. ¡El Charro está bordando su floreo tal como si liara con su reata el fragante florón del Jaripeo! De los toriles de la plaza sale cornúpeta veloz de fina estampa que fuga, cual si fuese por la pampa. Veloz arranca el Charro al nervioso corcel, juega el donaire de su lazo, en el aire, y persiguiendo al fugitivo bruto le larga la mangana, gira al caballo en un cambio de frente, se amarra a la cabeza de la silla y tira de él, potente; rueda en la arena el toro, entre el aplauso que levanta el coro y entre el júbilo intenso de la Diana; y rueda el sol por el azul tapete, ¡como si fuese una montaña de oro apostada al albur de la mangana! Sustituye al astado en la arena del circo, un potro bronco que huye desesperado y sigue a escape el círculo del coso queriendo hallar el término a su fuga, sin entender el brioso potranco, que es el círculo en que gira imagen de lo eterno, que no tiene ni principio ni fin. El charro viene a pie hacia él, se afianza de las crines y siguiendo sus ímpetus, de un salto le monta. El potro enarca su cuerpo y se encabrita


e intenta liberarse del osado que en su lomo gravita hasta que al fin, cansado, depone su fiereza y el Charro baja de él como un Monarca dominador de la Naturaleza. Toca a su fin la fiesta bajo la pompa de oro de la siesta. El corazón, como ánfora insaciable, se ha llenado de música y loores, de luz y de colores, de gozo y gallardías; y un optimismo amable nos presta las hombrías del jaripeo nacional, y gritan a nuestra fe, las voces de la sangre: ¡México es una plaza entre el Sajón tendida y el Latino, donde el Charro, que es alma de la raza, doma al potro salvaje del destino.144 Gregorio de Gante. 1957 PIROPOS AL REBOZO Bien mereces, rebozo, que te festejen con sus estallidos fugaces, los cohetes de mi gozo; bien mereces, rebozo, la caricia de las manos que son nuestra delicia; que te besen las bocas que a nosotros nos besan, en las locas horas de la ilusión; y que te miren los ojos que nos miran; y que presos, prisioneros de amor entre tu lazo, queden nuestros cariños, para arderte con el ansioso fuego de los besos y a la eléctrica chispa del abrazo. Bien mereces, rebozo, que hilen tu urdimbre nuestras patrias ruecas, que te adornen nativas amapolas y que te arrullen, brava o dulcemente, las notas de “La Marcha Zacatecas” o del mestizo vals “Sobre las Olas”. Mereces que te extienda sobre el manto imperial de mi canto y en la prosaica era que nos tocó vivir, de sino adverso, 144

Libro de oro de la poesía mexicana. T. II. México, Libro Méx Editores, S. de R.L., 1957., p. 334-337.


te alce, izado en el asta de mi verso como triunfal bandera! Rebozo sin rival de Tenancingo, rebozo negriazul de Tulancingo; rebozo Queretano de la reata de lazar hermano; verde rebozo de Santa María, que copias el color de los nopales y autóctonos maizales; rebozo oaxaqueño, oloroso a mezcal tlacululeño; rebozo moteado, palomo o granizado de Puebla, que recuerdas al camote y al mole peculiar de guajolote; rebozo de hilo o seda, rojo como la flor del organillo, que pasas por el hueco de un anillo, rebozo mexicano cuya punta a las caderas femeniles se unta como a las aras del altar, querido rebozo de mi Patria, que guardas la tibieza confortante de la tortilla y de la barbacoa, mereces que te entone yo un “corrido”, o te escriba una loa. Porque eres un discreto confidente en idílicos trances de mi gente; y en las horas románticas y bellas de las declaraciones amorosas, ocultas el rubor de las doncellas pueblerinas, y sabes muchas cosas del “te quiero” y “te adoro”, tantas, que en los dibujos complicados de tus flecos, se quedan enredados suspiros y miradas, besos que no son dados y palabras de amor no pronunciadas. Porque en ti se han mecido los sueños infantiles de mi raza, cuando como en un nido trémulo de ternuras y de gozo, la mujer de mi pueblo a su vástago envuelve en el rebozo, ata sus puntas junto de la falda y se entrega feliz a las faenas con su carga de amor sobre la espalda. Porque pasas por ferias y mercados rebozo mandadero,


queriendo atesorar al mundo entero; porque enjugas los lloros desolados de las anónimas tribulaciones y eres paño de lágrimas de humildes y sencillos corazones; porque, hecho mortaja, cubres el cuerpo inerte de tu dueña que, en instantes postreros, soñó hallarte en la Gloria. ¿Qué es su cielo prometido, sino negro rebozo con notas de luceros? Rebozo que visitas los salones entre pieles y abrigos y mantones; insurrecto rebozo de bolita, que arropaste el amor de “La Norteña” y de “La Valentina” y “La Adelita”; rebozo popular que en las verbenas te olvidas de las penas y eres, entre la algarabía, banderín de los gozos y estandarte triunfal de la alegría, bien vales un “mariachi” michoacano, unas madrugadoras “mañanitas”, una dulce “valona” del Bajío, un “huapango” febril veracruzano y un jocundo “jarabe tapatío”. Bien mereces, rebozo, que en la plaza de toros, encendida como hornaza, donde luces cruzado sobre el pecho de la China Poblana y, tu tronío impera, te brinde, entre la gala chinampera de jubilosa diana, Lino Zamora un par de banderillas, Ponciano Díaz un rudo estoconazo, y Rodolfo Gaona una gaonera, y José Becerril una mangana. Y porque, en la trinchera de luchas libertarias, te transformaste en venda curandera, misericorde y grata, puedes atestiguar la historia entera, donde el valor heroico maravilla, del obscuro “insurgente” de Morelos, del “Chinaco” leal de Zaragoza, patriota sin mancilla, del “cigarro” suriano de Zapata, del “carranclán” del Manco de Celaya y del “dorado” fiel de Pancho Villa.


Porque si no tuviera una águila en su escudo mi bandera, bien merecías, rebozo, ser tomado Como símbolo de la tierra mía, y entre el verde y el rojo te vería abrazando un sombrero galoneado. Rebozo que eres cuna para el niño, cabezal para el sueño, celosía para el amor, dogal para el cariño, venda para el herido, banderola, mortaja y vida, y llanto y alegría, rebozo nacional, tu sombra sola cubre a la Patria mía. y para bien cantarte y para bien loarte mi Musa se ha prendido los listones tricolores, en la trenza sombría, ha vestido el castor multicoloro con los oros del día y se ha cruzado el corazón indígena con el rebozo azul de la poesía.145 Gregorio de Gante. 1957 Amor charro. Un don Pascasio Romero, que gran caudal heredó, a ésta capital llegó, a disfrutar su dinero. allá en su estilo ranchero concibió el extraño plan de buscar, con mucho afán, a una mujer que midiera con reglas de Albeitería, entre las hijas de Adán. A todas cuantas miraba les fijaba la atención, les hacía su aplicación y mil defectos hallaba. Era muy triste, exclamaba mirando a una linda güera, hará pedazos la anquera, en mal pelo ese dorado; Op. cit., p. 340-344. La misma versión aparece en: Estampas de mi tierra. Poemas de (…). Puebla, México, Talleres de la revista “Mignon”, 1949. 104 p. Además en Antología Poética, obras del mismo autor. 145


ninguna se ha logrado, y menos siendo llanera. Esa otra azafranada por alazana es preciosa, pero arisca y quisquillosa y de siniestra mirada. De buena estampa, la blanca, bien amarrada y de rollo, pero tiene anca de polllo medio trascorva y lunanca. En el zócalo me hallaba, tranquilo y entretenido, cuando el crujir de un vestido me causó tal emoción, que me brincó el corazón ¡y hasta solté un relinchido! Pues pasó muy majestuosa por enfrente de mi banca una muy linda potranca tranqueadota y estilosa. Al punto y sin dilación a la cola me pegué, mi pasión le declaré para que al tanto estuviera. Ella, sin hacerme caso, el camperito apuraba, de vez en cuando orejeaba, y más apretaba el paso. Se metió de chiflonazo en un grande abrevadero. Sabiendo su comedero, yo no la perdí de vista, porque soy muy tesonero. Después de andar de estrellero sufriendo mil largas vueltas con recados y respuestas, logré entrar a su potrero. Ella sólo había admitido que el cura, en cabal contrato, nos echara el garabato. Nada pude yo objetar; mi fierro le fue plantado y ya no hubo que esperar…!


Ernesto de Icaza.146 1957 LOA HUMORÍSTICA. ¿Me pedía versos nacionales? Íd a Silveti, el matador de toros bravos y puntales; es él, por méritos cabales el amo de nuestro folklore. Con más arrojo que ninguno, de cualquier juego retozón147 lleva en la bolsa el número uno. es su greñal de Atila148 el huno,149 pero de aquí su corazón. Nadando en plata como un chek, le habla de tú al prócer cognac que visita en Chapultepec; y luego, al tranco, sigue recto150 y oblicuo hasta Mixcoac. Él es el propio tesorero Alfonso de Icaza: Así era aquello…, p. 52-53. Brincar alegremente los animales. 148 Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua en su versión digital: (http://buscon.rae.es/draeI/) (DRAE, por sus siglas y de aquí en adelante): Atila, hombre bárbaro e inhumano. Atila (n. 406 - m. 453) fue el último y más poderoso caudillo de los hunos, tribu procedente probablemente de Asia, aunque sus orígenes exactos son desconocidos. Atila gobernó el mayor imperio europeo de su tiempo, desde el 434 hasta su muerte en 453. Conocido en Occidente como «El azote de Dios». Sus posesiones se extendían desde la Europa Central hasta el Mar Negro, y desde el río Danubio hasta el mar Báltico. Durante su reinado fue uno de los más acérrimos enemigos del Imperio Romano, que en esta etapa final del mismo estaba dividido en dos: El Imperio Oriental con capital en Constantinopla, hoy Estambul, y el Imperio Occidental, con capital en Roma y más tarde en Rávena. Invadió dos veces los Balcanes, estuvo a punto de tomar la ciudad de Roma y llegó a sitiar Constantinopla. Marchó a través de Francia hasta llegar incluso a Orleans, hasta que el general romano Aecio le obligó a retroceder en la batalla de los Campos Cataláunicos en el 451 (Châlons-enChampagne). Logró hacer huir al emperador de Occidente Valentiniano III de su capital, Rávena, en el 452. El imperio de los hunos murió con Atila. Los hunos fueron un pueblo nómada de cazadores y ganaderos. No solían usar la agricultura ni la industria en su organización social, y la escritura era rara vez usada para documentar su historia, por lo que desaparecieron sin dejar ninguna herencia destacada. Lo poco que se sabe de ellos se lo debemos en gran parte a sus mayores enemigos, los romanos. A pesar de todo, Atila se convirtió en una figura legendaria de la historia de Europa, y en gran parte de la Europa Occidental se le recuerda como el paradigma de la crueldad, la destrucción y la rapiña. Algunos historiadores, en cambio, lo han retratado como un rey grande y noble, y tres sagas escandinavas lo incluyen entre sus personajes principales. 149 DRAE: huno, na. (Del lat. Hunnus). 1. adj. Se dice de un pueblo mongoloide, de lengua altaica, que ocupó en el siglo V el territorio que se extiende desde el Volga hasta el Danubio. 2. adj. Se dice de los individuos que componían este pueblo. U. t. c. s. y m. en pl. 3. adj. Perteneciente o relativo a los hunos. 150 Rafael López tuvo que hacer un esfuerzo fuera de lo común, al separar el adjetivo recto en dos partes, sobre todo la primea, con la que buscó rimar Chapultepec con rec, parte primera de la ruptura antes mencionada. 146 147


de su capricho y su boato, que al fin este crudo torero vio cómo saltaba el dinero de las peñas de Guanajuato.151 Alegre va por montes y plan sin ser mayormente un tahúr, después que bulle su alazán,152 con un compadre echa un conquián153 y con tecolote,154 un albur.155 Corvo el acero que chispea en pata de búlique156 y giro y que él amarra en la pelea; corvo el mechón que culebrea bajo la tarde de zafiro. Mechón de sauce babilónico,157 lacio, cincunflejo158 y plural, de cuyo espesor absalónico159 puede sacarse algún lacónico corderillo, aunque no pascual. Él mismo la guitarra suena, 151

Sobre todo cuando se trata de rememorar la influencia de ciertas minas de metales preciosos que abundaron y siguen presentes en aquel espacio geográfico de México. 152 DRAE: alazán, na o alazano, na. (Del ár. hisp. *alaṣháb, y este del ár. clás. aṣhab). 1. adj. Dicho de un color: Más o menos rojo, o muy parecido al de la canela. Hay variedades de este color, como alazán pálido o lavado, claro, dorado o anaranjado, vinoso, tostado, etc. U. t. c. s. 2. adj. Dicho especialmente de un caballo o de una yegua: Que tiene el pelo alazán. U. t. c. s. 153 Juego de cartas formada por 40 piezas. 154 Quizá se refiera a la referencia coloquial que corresponde a describir a un policía. 155 DRAE: m. Méx. y R. Dom. Juego de palabras de doble sentido. 156 El gallo de oro: Silencio Señores / éntrele a la pelea. / El Bulique de Lorenzo Benavides / contra el gallo de oro de San Pedro de la Pasión, hagan sus apuestas. Aquí ésta mi gallo de oro / retador de los valientes. / Al pelear en los palenques / es que tiene que ganar. Yo te juego donde quiera / porque se que no te rajas. / Cuando miran tus navajas / les da por cacaraquear. Es Lorenzo Benavides / para mi el mejor gallero. / Mi cariño por entero / le entregue sin condición. Y al pelear el Gallo de Oro / lo olvido la caponera. / Que se muere donde quiera / a los pies de un espolón. Aquí está mi Gallo de Oro / dispuesto a rifar su suerte. / Al Bulique por valiente / le quite lo pampárron. (N. del A. ¿No será “fanrarrón”?). Aquí ésta mi Gallo de Oro / que ya le a ganado al Giro. / Con quien lo pongan al tiro / rifará su corazón. 157 Se refiere al típico “sauce llorón”, perteneciente a la familia: Salicaceae, cuyos sinónimos son: Salix pendula Moench . El nombre común con el que se le conoce es: Sauce llorón. Lugar de origen: Este de Asia. En cuanto a la etimología: Salix, del latín, mimbre o sauce. Babylonica, alude a Babilonia, en Mesopotamia, zona de donde se le creía nativo. 158 Sic. Debe decir, probablemente: circunflejo, y que se refiere, según el DRAE al acento circunflejo. m. El que se compone de uno agudo y otro grave unidos por arriba (^). En nuestra lengua no tiene ya uso alguno. 159 EL ESPIRITU DE ABSALON. Absalón era uno de los hijos del rey David, y significa "padre de paz", pero él no piensa en paz, sino en promover disturbios, ya que intentó apoderarse ilegítimamente del trono de Israel. La espada profetizada por Natán contra la casa de David había actuado entre sus hijos (Absalón asesinó a su hermano Amnón), ahora iba a volverse contra su persona. Si hubiese hecho justicia contra este asesino, habría eliminado al traidor.


si está de parranda y de chunga, mientras una suave morena pone un antifaz a su pena con la canción de la Sandunga.160 Seguro que en su cantimplora, llena de broncas alegrías con alguna que otra dolora, se emborrachó Lino Zamora y dio un trago Ponciano Díaz.

En 1853, la composición denominada “La Sandunga”, fue llevada por Máximo Ortiz desde Oaxaca a Tehuantepec; pronto se le adaptaron unos versos en zapoteco, con lo que inmediatamente se le considero una canción istmeña. “La Sandunga” desata por igual nostalgias y localismos encendidos; en la actualidad es ejecutada por bandas y orquestas istmeñas, consta de una introducción en la que abunda la improvisación instrumental, con ornamentación y solo de clarinete que se desarrolla libremente; “La Sandunga” ha sido crucial en el desarrollo musical de la región istmeña, gran cantidad de los sones que se tocan actualmente en Tehuantepec, incluyendo la melancólica “llorona”. 160

LA SANDUNGA ¡Ay! sandunga Sandunga, tu amor yo quiero Si no me lo das, sandunga Sandunga, de amor me muero ¡Ay! sandunga Sandunga, no seas tan cruel Y no me niegues, sandunga Tu boca que sabe a miel Me paso la noche en vela Soñando que soy tu dueño Y luego por la mañana Comprendo que ha sido un sueño ¡Ay! sandunga Sandunga, tu amor yo quiero Si no me lo das, sandunga Sandunga, de amor me muero ¡Ay! sandunga Sandunga, no seas tan cruel Y no me niegues, sandunga Tu boca que sabe a miel La noche que nos besamos A orillas de la laguna Celosa por vernos juntos No quiso salir la luna ¡Ay! sandunga Sandunga, tu amor yo quiero Si no me lo das, sandunga Sandunga, de amor me muero ¡Ay! sandunga Sandunga, no seas tan cruel Y no me niegues, sandunga Tu boca que sabe a miel.


Mas no porque un triple trapazo para atizar ollas emplee, Juan sin Miedo, el del fiero brazo antípoda161 del bajonazo, busca la altura en el volapié. Sino por las guardarropías,162 rico muestrario nacional, cuyas bizarras platerías tiemblan en las ondas bravías de la crinolina163 y el pial.164 De rodillas un cambio atrapa que hace perdonar su desgarbo, y evoca, postrado y con capa, un monje austero de la Trapa165 161

DRAE: Antípoda. (Del lat. antipŏdes, y este del gr. ἀντίποδες, antípodas). 1. adj. Geogr. Se dice de cualquier habitante del globo terrestre con respecto a otro que more en lugar diametralmente opuesto. U. m. c. s., especialmente en m. pl. 2. adj. coloq. Que se contrapone totalmente a alguien o algo. U. m. c. s., especialmente en m. pl. en los, o las, ~s. 1. locs. advs. En lugar o posición radicalmente opuesta o contraria. 162 DRAE: 1. f. Conjunto de vestidos y objetos complementarios que utilizan los actores y actrices en una representación. 2. f. Lugar o habitación en que se custodian estos vestidos y objetos. de ~. 1. loc. adj. Dicho de una cosa: Que aparenta ostentosamente lo que no es. 163 Leovigildo Islas Escárcega: VOCABULARIO CAMPESINO NACIONAL. OBJECIONES AL VOCABULARIO AGRÍCOLA NACIONAL PUBLICADO POR EL INSTITUTO MEXICANO DE INVESTIGACIONES LINGÜÍSTICAS EN 1935. México, Editorial Beatriz de Silva, 1945. 287 p., p. 163. Crinolina: Armazón circular que se usaba para dar vuelo al zagalejo o castor de la china poblana y a otras faldas. En la suerte de lazar, es el nombre de un lazo floreado que se tira de manera que describa una o varias vueltas alrededor del lazador, de derecha a izquierda. Se emplea para cabezal, para pial y para mangana. 164 Op. Cit., p. 239. Pialar o apialar. Lazar de las patas a las bestias. 165 El Monasterio de San Isidro de Dueñas, conocido popularmente como La Trapa, está ubicado a cinco kilómetros de la localidad, fue durante la Edad Media uno de los cenobios más importantes y prósperos de toda la península. Fray Damián Yáñez asegura que el Monasterio de San Isidoro, actualmente San Isidro, es anterior a la invasión de los árabes, seguramente del siglo VII. A finales del siglo IX es restaurado por el Rey Alfonso III, El Magno, su fundador, ya que reconstruyó las edificaciones y liberó al monasterio y a la comarca de las razzias musulmanas. Los sucesores de Alfonso III, Fernando I, García, Ordoño II, Fuela II y Ramiro II, así como la influencia y privilegio de los nobles y ricos señores de la época, lograron un próspero convento con influencia de Asturias, León, Valladolid y Segovia. Fruto de esta influencia es la propiedad que los monjes de San Isidro tuvieron sobre la Iglesia Visigótica de San Juan de Baños, el monasterio de San Andrés de San Martín de Valvení, la iglesia de San Miguel de Baltanás, entre otras. Desde el siglo XI al XV, San Isidro estuvo bajo la tutela de la orden de Cluny y apoyado por los monarcas castellanos para contrarrestar la influencia mozárabe de la poderosa Toledo. En 1478, el Monasterio de San Isidro, se vincula a la orden de San Benito el Real de Valladolid, e inicia un nuevo período de esplendor que se verá frenado por la invasión francesa y por las leyes desamortizadoras de Mendizábal. En la Guerra de la Independencia fue cuartel general de las tropas francesas durante toda la contienda. Los actuales monjes son Cistercienses de La Trapa, de origen francés, asentados en el Monasterio desde 1891.


meditando el Oficio Parvo.166 Y en tanto que por la muleta corre la muerte y se resbala, la mecha, indómita e inquieta, se abre y se cierra como un ala bajo la tarde de violeta. Y en tanto que por la muleta corre la muerte y se resbala, la mecha, indómita e inquieta, se abre y se cierra como un ala bajo la tarde de violeta. En la suprema suerte, abona la flor bermeja del delirio: don Juan parece que estocona con la formidable matona167 que hizo célebre a don Porfirio. Mata a los toros en caliente168 también él; estupefaciente el valor racial ratifica; les clava en el testuz un diente, los muerte y luego los mastica. No van proezas de esa talla en nuestros históricos cuentos. Juan se ríe de la medalla que conmemora la batalla de Treinta contra Cuatrocientos.169 Las características arquitectónicas del actual monasterio, no son uniformes y responden a los aconteceres históricos sufridos. Desde una parte románica como la entrada y estructura de la iglesia, no así su interior, hasta un aspecto herreriano y moderno de la fachada principal del convento, dando al conjunto un aspecto que si bien no asombra por su interés artístico, es un lugar de remanso para el espíritu. 166 DRAE: parvo, oficio parvo: 1. m. El que la Iglesia ha establecido en honra y alabanza de Nuestra Señora, semejante al cotidiano de los eclesiásticos. 167 Fue en las páginas de El Hijo del Ahuizote donde se caricaturizó al régimen, a la dictadura de Porfirio Díaz en términos muy duros. Allí estaba, según la pluma de varios de sus caricaturistas Porfirio Díaz, Don Perpetuo, como arquetipo del dictador-cacique aferrado a la silla. Infaltable en esas primeras imágenes y estampas fue su espada que quedó bautizada como La Matona. 168 Que no es sino la frase con la que se entiende la aplicación de una política de exterminio. En 1879 se fraguaba un complot en Veracruz, el cual fue sofocado por el gobernador por órdenes de Porfirio Díaz, quien ordenó el fusilamiento inmediato de los sospechados. A esta política de exterminio de la resistencia se le llamó "Mátalos en Caliente", por la cita textual de las instrucciones telegráficas que envió al gobernador. De esta manera también cayó asesinado el general Trinidad García de la Cadena, quien pretendía postularse para el período de 1888-1892, y como él, un sin número de pretendientes al poder cayeron por todo el país. Incluso cuando la oposición era representada por grupos, y no por individuos, era reprendida de la misma cruel forma. 169 Selva Daville Landero: Querétaro: sociedad, economía, política y cultura. México, UNAM, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, 2000. 234 p., p. 20. En 1820, Agustín de Iturbide proclama el Plan de Iguala, en el que se declara la independencia; se afirma como religión del estado la católica; se establece el respecto de los fueros eclesiásticos; y como forma de gobierno se instituye la


No sólo orejas de bureles, cortara la otra oreja a Malco, si no fueran tan buenos fieles quienes presiden en el palco de almogábares170 y gomeles.171 Y airón172 de la taurina fiesta y de gloria velludo alarde, la greña, apenas descompuesta, ilustra con bárbara gesta los escarlatas de la tarde. Juan merece para recuerdo de su memoria en el futuro (ven, consonante, que me pierdo) que lo musique Miguel Lerdo173 y que lo cincele Panduro.174 Charro fiel de todo herradero y en ferias franco brillador, Juan Silveti, heroico torero, rayando su penco lucero lo sienta en el patrio folklore. Rafael López.175

monarquía. Con esta proclama se logró unificar a la oligarquía al aceptar respetar el statu quo colonial. En esta alianza también son incluidas las fuerzas independentistas, representadas por Vicente Guerrero, quien suscribe el Plan de Iguala. Los últimos bastiones realistas que quedaban eran Querétaro y San Juan del Río, los cuales fueron sometidos en la batalla “treinta contra cuatrocientos”; los cuatrocientos realistas que defendían la plaza fueron vencidos por treinta iturbidistas. El triunfo de Iturbide fue reconocido formalmente el 28 de junio de 1821. El Comandante de Querétaro, Domingo Luaces, fue sustituido por Juan J. García Enríquez con el cargo de jefe político. 170 DRAE: almogávar. (Del ár. hisp. almuḡáwir, y este del ár. clás. muḡāwir). 1. m. En la milicia antigua, soldado de una tropa escogida y muy diestra en la guerra, que se empleaba en hacer entradas y correrías en las tierras de los enemigos. 2. m. Hombre del campo que, formando tropa, entraba a correr tierra de enemigos. 3. m. pl. Antiguas tropas de Cataluña y Aragón. 171 DRAE: gomer. (Del ár. hisp. ḡumári, y este del ár. ḡumārah, Gomara). 1. adj. Se dice del individuo de la tribu berberisca de Gomara. U. m. c. s. pl. 2. adj. Perteneciente o relativo a esta tribu. 172 DRAE: airón. (Del fr. ant. hairon, y este del germ. *hraigrōn; cf. a. al. ant. [h]eigaro, al. Reiher). 1. m. garza real. 2. m. Penacho de plumas que tienen en la cabeza algunas aves. 3. m. Adorno de plumas, o de algo que las imite, en cascos, sombreros, gorras, etc., o en el tocado de las mujeres. 173 Miguel Lerdo de Tejada, Director de la Orquesta típica de la Ciudad de México en el período de 1901 y hasta 1941, año en que murió a los 72 de su edad. 174 Pantaleón Panduro Martínez. (Siglo XIX). Escultor


1960 UN RANCHO Una vaquita lechera que dé sus dos litros diarios: Además, un buen becerro del mero Tepeyahualco para darle los domingos silvéticos capotazos (a mí me gusta Silveti porque es mismamente un macho).176 1960 MÉXICO CHULO Y VALIENTE México indomable, tan canoro que en el dolor te alegras; y eres, cuando te bates, como un toro del mero Piedras Negras (. . . . . . . . . .)177 1960 VIRGEN I Ella cierra los ojos y en su adentro está desnuda y niña, al pie del árbol. Reposan a su sombra el tigre, el toro. Tres corderos de bruma le da al tigre, tres palomas al toro, sangre y plumas. Ni plegarias de humo quiere el tigre ni palomas el toro: a ti te quieren. Y vuelan las palomas, vuela el toro, y ella también, desnuda vía láctea, vuela en un cielo visceral, oscuro. Un maligno puñal ojos de gato y amarillentas alas de petate la sigue entre los aires. Y ella lucha y vence a la serpiente, vence al águila, y sobre el cuerpo de la luna asciende... II

Rafael López: Obra poética de (…). Prólogo y texto al cuidado de Alfonso Reyes. México, CONACULTA, Dirección General de Publicaciones, 1990. 177 p. (Lecturas mexicanas, tercera serie, 4), p. 39-42. 176 León A. Ossorio: COSAS DE MI TIERRA. TODO MÉXICO EN POEMAS. México, 1960. 124 p., ils., p. 34. 177 Op. Cit., p. 99. 175


Por los espacios gira la doncella. nubes errantes, torbellinos, aire. El cielo es una boca que bosteza, boca de tiburón en donde ríen, afilados relámpagos, los astros. vestida de azucena ella se acerca y le arranca los dientes al dormido y al aire sin edades los arroja: Islas que parpadean cayeron las estrellas, cayó al mantel la sal desparramada, lluvia de plumas fue la garza herida, se quebró la guitarra y el espejo también, como la luna, cayó en trizas. Y la estatua cayó. Viriles miembros se retorcieron en el polvo, vivos. III Rocas y mar. El sol envejecido queman las piedras que la mar amarga. Cielo de piedra. Mar de piedra. Nadie. Arrodillada cava las arenas, cava la piedra con las unas rotas. ¿A qué desenterrar del polvo estatuas? La boca de los muertos está muerta. Sobre la alfombra junta las figuras de su rompecabezas infinito. Y siempre falta una, sólo una, y nadie sabe dónde está, secreta. En la sala platican las visitas. El viento gime en el jardín en sombras. Está enterrada al pie del árbol. ¿Quién? La llave, la palabra, la sortija... Pero es muy tarde ya, todos se han ido, su madre sola al pie de la escalera es una llama que se desvanece y crece la marea de lo oscuro y borra los peldaños uno a uno y se aleja al jardín y ella se aleja en la noche embarcada... IV Al pie del árbol otra vez. No hay nada: latas, botellas rotas, un cuchillo, los restos de un domingo ya oxidado. Muge el toro sansón, herido y solo por los sinfines de la noche en ruinas y por los prados amarillos rondan el león calvo, el tigre despintado. Ella se aleja del jardín desierto y por calles lluviosas llega a casa. Llama, mas nadie le contesta; avanza


y no hay nadie detrás de cada puerta y va de nadie a puerta hasta que llega a la última puerta, la tapiada, la que el padre cerraba cada noche. Busca la llave pero se ha perdido, la golpea, la araña, la golpea, durante siglos la golpea y la puerta es más alta a cada golpe. Ella ya no la alcanza y sólo aguarda sentada en su sillita que alguien abra: Señor, abre las puertas de tu nube, abre tus cicatrices mal cerradas, llueve sobre mis senos arrugados, llueve sobre los huesos y las piedras, que tu semilla rompa la corteza, la costra de mi sangre endurecida. Devuélveme a la noche del Principio, de tu costado desprendida sea planeta opaco que tu luz enciende. (Berkeley, 1944)178 Octavio Paz Ca. 1960 El Presidente (fragmento). ...fuit magna vi et animit et corporis, sed ingenio malo pravoque. Huic ab adulescentia bella intestina, caedes, rapinae, discordia civiles grata fuere, ibique iuventutem suam exercuit. Corpus patiens inediae, algoris vigilae supra quam quiquam credibile est. Animus audax, subdolus, varius, cuius rei lubet simulator ac dissimulator, alieni adpetens, sui profusus, ardens in cupiditatibus; satis eloquentiae, sapientiae parum. Vastus animus inmoderata, incredibilia, nimis alta semper cupiebat. SALUSTIO: La conjuración de Catilina. (...) Y bien ¿ahora? ¿Ahora dónde estás? ¡Responde! ¿Dónde estás dónde están los grandes los redentores 178

Mariano Roldán (Antología): Poesía universal del toro (2500 a. C.-1990). Madrid, Espasa-Calpe, 1990, 2 V. (La Tauromaquia, 30 - 31). V. II., p., 87-89.


los mortíferos los intocables? ¿En qué acabaron? Aquellos generales tan gloriosos ¿qué se hicieron? Con toda su potencia ¿por qué murieron mientras que yo sombra de mi amigo el guerrillero el burdel el que hizo la Revolución en las cantinas tengo en sus huesos pedestal y discurso? ¿Quién fue el más fuerte? Pero no se trata de ti con todo y todo lo de nosotros fue otra cosa te lo repito te lo he dicho mil veces y te lo dije a ti cara a cara que tu ambición que lo pensaras que por qué habías cambiado que sobre los efectos está siempre la causa Y luego la Constitución todavía fresca habíamos jurado tú cambiaste partido y a mí una noche me insistieron usted, es el único que puede acercársele usted, es el único que puede salvar a la patria si usted no se mueve quedará traicionada por siempre la causa del pueblo y habrá sido inútil la lucha la muerte y el sacrificio de tantos hermanos Por eso lo hice ¿comprendes? y porque no era yo en aquel instante sino la mano armada de la nación ¡cras! ¡cras! ¡cras! ¡cras! te hice justicia cuando vuelto de espaldas encendiendo el cigarro reías


indefenso Ves pues que ni tú mismo podrías llamarme traidor No te maté por interés por envidia ni por granjearme la voluntad del Caudillo. Y si después seguí adelante con el llanto en el alma si fui a las Cámaras a la gubernatura a la Secretaría y llegué luego aquí fue porque alguien tenía que hacerlo Este pueblo no sabe México ciego sordo y tiene hambre la gente es ignorante pobre y estúpida necesita obispos diputados toreros y cantares que le digan: canta vota reza grita, necesita un hombre fuerte un presidente enérgico que le lleve la rienda le ponga el maíz en la boca la letra en el ojo. Yo soy ese Solitario Odiado Temido Pero amado Yo hago brotar las cosechas caer la lluvia callar al trueno sano a los enfermos y engendro toros bravos; Yo soy el Excelentísimo Señor Presidente de la República General y Licenciado Don Fulano de Tal, Y cuando la tierra trepida y la muchedumbre muge agolpada en el Zócalo por gritar ¡Viva yo! y grito ¡Viva México! y pongo la mano sobre mis testículos siento que un torrente beodo de vida


inunda montañas y selvas y bocas rugen los cañones en el horizonte y hasta la misma muerte sube al cielo y estalla como un sol de cañas sobre el vientre pasivo y rencoroso de la patria. Jorge Hernández Campos.179 Ca. 1960 EL TOREO. Feligresía de hombres superiores. El deporte es anglosajón y el toreo español diferencia entre hombres y atletas entre moverse para ganar la gloria y quedarse quieto para conquistarla. Juan Belmonte o Silverio Pérez no habrían ganado la carrera de 100 mts. ni compitiendo conmigo. El toreo puede ser oficio deporte en malos lidiadores de reses bravas pero es arte en quien toca Dios con su divina vara. El estilo es repentina intuición estética frente a la fiera es arte desde el primer minuto al quebrarse el sol sobre el paseíllo mientras vuela la música por los tendidos. Es arte desde que el clarín abre la puerta del toro al soñar el torero un lance al ponerse la gente con un nudo en la garganta. Deja de ser pleble para volverse feligresía de hombres superiores. 179

100 poemas mexicanos en papel REVOLUCIÓN. Susana Cato, Fernando Orduña, Armando Ponce, Antologadores. Claudia Chapou, Ilustraciones. México, Primera edición, Gobierno del Distrito Federal, Secretaría de Cultura, 2008. 316 p. Ils., p. 121-125. (Versión electrónica). Además, sobre el autor: Guadalajara, Jalisco, 1921-Ciudad de México 2008. Novelista, traductor, es autor de tres libros de poesía: Parábola de terrón y otros poemas, El Vals y A quien corresponda. Su retrato del caudillo es un poema narrativo singular en nuestra literatura.


José Fuentes Mares.180 1960 LOS TOROS EN CELO. QUEMA el sol vertical. Por la llanada los boyeros conducen la vacada al arroyo que baja de los cerros; cornalones y bastos, van delante con su tranco cansado los dos bueyes que llevan los cencerros; en la siesta calmosa y sofocante los pintados becerros se apretujan en medio del ganado; y al chocar de las astas empinadas y a los graves mugidos, se confunden los gritos y silbidos con que van los pastores azuzando a las vacas retrasadas y empuñando con bélicos ardores sus livianas aijadas. En las diáfanas aguas del remanso ya mitigan su sed los animales, que con hilos de espumas y cristales en los rojos hocicos, se desbandan y, echados en las márgenes, demandan el tranquilo descanso y la grata frescura que la sombra del soto les procura. En el fuego pesado de la hora hay dos toros celosos, ambos bravos y briosos, que buscan en amores una vaca: uno es cárdeno, joven, de codicia, con robusta cabeza retadora; entre todos los otros se destaca por su crespo morrillo que el sol dora, por la dura altivez con que acaricia con su cola de seda silbadora sus costados nerviosos y triunfales, y por ser sus dos cuernos dos puñales; es el otro zaino, de rizado testuz alto y sedoso; caricorto, ligero, poderoso, apretado de carnes, largo, fino, con dos astas de hierro en media luna, 180

José Fuentes Mares, (1918-1986). El poema aquí recogido, proviene de un impreso en tamaño oficio, que se distribuyó en algún momento, y no presenta más que el texto, sin indicar fecha ni alguna otra referencia.


de pezuñas pequeñas, y con una mancha blanca en la frente. Mansa y quieta la hembra, junto a un tronco los contempla con bíblica dulzura; adivina el instinto prepotente, y presiente el encuentro por el bronco rebramar de los machos ardorosos, cuyo celo agiganta su bravura y los vuelve más ágiles y hermosos. Uno y otro se acercan; ella huye; la persiguen los dos; los dos la alcanzan… Temblorosa la vaca se escabulle… y entonces uno al otro se abalanzan. No es un choque de toros… de ciclones, según el resoplar de sus bramidos, el trágico pegar de sus pitones en chispas y chasquidos, el rápido tronar de sus pezuñas clavándose en la tierra como cuñas, la ira y el temblor de sus costados, la curva de sus colas en tensión, y el furor con que salen rebotados cada vez que se quedan encornados bufando, recelosos, y viéndose con ojos espantosos preñados de intención. ya la sangre, cual capa de torero arrojada en el miedo de la huída, empapa el muelle césped. Fue el primero en herir el zaino: aprovechando de su noble enemigo una caída, lo cuerna fieramente por el pecho, lo para casi en vilo, y reculando lo lleva varios pasos… más, rehecho el bello cárdeno sangriento, avanza torvo y lento, levanta la cabeza, y cobrando vigor desconocido, indómito y mortal se arroja con fiereza, y al caer, cual un rayo, en su rival, sepulta todo el cuerno enfurecido en el centro lustroso de su vientre rotundo y lujurioso. Larga herida de grana y de coral deja ver las entrañas del vencido, pone hielo en sus ojos y en sus patas, y lo hace rodar sobre las matas exangüe y tembloroso. El bruto victorioso se ensaña en el caído;


y al verlo agonizando, zahareño y retador lanza un mugido que el eco va alargando por toda la extensión de la sabana, haciéndolo más dulce y más sonoro la paz augusta bajo el sol del oro que va cayendo en tarde virgiliana. Otilio González.181 1961 EL VIENTO Aúlla, viento, aúlla. Miedo mayor el de la pena muda. Que tus manos sacudan los troncos de los árboles, y crujan lo mismo el tallo esbelto de que se hacen las flautas para mecer la cuna y el pino que señala el sitio de las tumbas. Incendiarás los campos. Del fuego que devore las mieses de los graneros, sembrarás la llanura. Como salvaje toro vendrá la noche al río y verá, en el espejo de las corrientes turbias, quemados por el fuego los cuernos de la luna. Aúlla, viento, aúlla. Mayor dolor el de la pena muda. Se romperán los diques. El agua en que se azula el tallo de los lirios hará estallar las grutas. Pastor de cataratas, llevarás al abismo rebaños de la espuma. Y más alto que el ala que más subiera un día subirán los niveles delgados de la lluvia. Aúlla, viento, aúlla. Pena mayor la de la pena muda.182 Jaime Torres Bodet. 1961

Otilio González: Poemas escogidos. México, Editorial Muñoz, S.A., 1960. 88 p. ils., fot. (Ediciones “Papel de poesía”), p. 23-25. 182 Op. cit., V. I., p. 420. 181


DOS BRINDIS (Al poeta que más ha cantado a los toros) Por usted, Gerardo Diego, torero de la escritura, que con alas tan segura sabe hacer –divino juegodel ángel, arquitectura. II (Al poeta que más ha toreado, Rafael Solana) Para ti, gran Rafael del quite en verso florido, ángel al tercio caído por la escala de Luzbel. Deja un pie en el redondel y el otro, griego y sucinto, repósalo sobre el plinto. Y que Dios salve al poeta que sin hilo y con muleta es huésped del Laberinto.183 José Alameda. 1961 UNA ESTATUA DE SOMBRA Lucharon a luz entera Calderón Por más que todo pase... Se elevaba él su estatua ante su muerte. En cada gesto, en cada paso, un aire de eternidad mecía: La seriedad del que llegó a lo justo y: de aquí no se pasa. Por más que en todo pase... Como esto es indecible, iba a ti mudo lo natural que lleva a lo litúrgico, lo litúrgico que es su sacramento: Siempre el misterio que en lo más radiante 183

José Alameda (seud. Carlos Fernández Valdemoro): Los arquitectos del toreo moderno. Ilustraciones de Pancho Flores. México, B. Costa-Amic, editor, 1961. 124 p. Ils., p. 5.


de todo extrema claridad se ahonda. Como tu perfil recto, justo en gesto -en pase de aireque a eternidad de eternidad subía con millones de vida en tu estatua. Como es de sangre, así quedó lo escrito: -un torero de sombra. Y así quedó en lo escrito: -con lucha a luz entera, la estatua que tu muerte sucesiva, por tu suerte en el aire –el que no quiebra-, le alzaba día a día –tarde a tarde- a tu vida permanente. Si nos vieras, ardor sereno y quieto -de aguante, temple y mando, domando la embestida-, reflejar a tu imagen tu estatura de llama que llegó al punto de brasa, roja de vida y blanca del eterno pararse de la muerte a ti lanzada, si nos vieras..., donde ardes te verías. Pero te ves –tú mismo a ti- como aspiraste a ser, cuando la sombra en ti encendías que a un huracán quedado, en movimientos de gracia enfurecida, eternizaba. -Ya hizo su muerte en ti el blanco de gracia que la sombra fijó en su luz de vida y en tu mortal quietud se mueven todos-. No había sino aislarte totalmente en ti –tú con la fiera-, para que a una todos estuvieran contigo. Por eso los mirabas en el éxtasis de hallarlos en la luz de tu dominio que con el sol bajaba a ti en la absorta certeza de mirarse en ti, venciendo todos, dominando todos con la gracia a la fuerza y con la eternidad de un pase lento, lento al tiempo instante... También en esto es vida el universo: vida de soledad que todos nos reúne –unificafrente a la vida en gracia de la muerte. Torre que muda el cielo y no se muda y al caer forma todo a su misterio, ya hizo la muerte en ti el blanco de vida que tu sombra fijó en su luz de gracia:


De un agua vertical que mueve el mundo y hasta su origen llega en tu reposo con dos golpes de luz, atravesados los dos sólo de luz -no de astas ni de espadas-, de vencedor vencido en la victoria. Sobre el redondel quieto de la arena en círculos de luz giraba el cielo. Y era asombro del cielo en todos juntos silencio de un espanto y de una gloria, que hace y va a llorar, en la mirada. Y todo iba a lo mismo: -¡Un torero de sombra!En el silencio de aquel instante ciego, abría el ansia de perfección su rueda, y en el centro de sombra a sol -de vida a muerteel mundo se cumplía. Ángel Martínez, S.J.184 1962 Toros. …y los toros de Guisando casi muerte y casi pena mugieron como dos siglos hartos de pisar la tierra. Federico García Lorca Mil toreros se reunieron en las plazas celestiales para lidiar a los toros de cuernos de noche y plata. Cuando los toros del miedo se volcaron en la arena. Todas las madres gritaron con voces llenas de celo. Los toreros de la sierra se escondieron en sus cuevas para no ver a los toros negros, de cuernos plateados. P. Ángel Martínez, S.J.: Ángel, el mejor torero. Ecuador 0º 0´ 0”. México Talleres de Gráficas Menhir, S.A., 1961. s.n.p. Ils. (Una de ellas, denominada “Corrida de ángeles”, hecha por Pablo Picasso). 184


Cuarenta toros pasaron por el puente de levante, cuarenta pares de cuernos y de ojos fulgurantes. Toros que en las noches claras ya se soñaban matando, toros que en los soles rojos ya se soñaban muriendo. Toros negros de azabache de cuernos de noche y plata miles de toros muriendo y otros furiosos matando. La muerte en su verde jaca los rejonea por las tardes, entre las nubes de plata y las estrellas de escarcha. Abril, 1962. Hilario Galguera.185 1963 SOLILOQUIO DE UN TORO VIEJO Soy un toro desvacado, que vivo solo, apartado, de una cañada en el fondo amogotado en lo hondo de escondida encrucijada; ya no significo nada me corto de los rediles, se han tornado mis abriles en muy riguroso invierno. ya no mujo, ya no cuerno, ya se me agotó el coraje; medroso voy al aguaje, poco bebo, menos como, ya no me echo arcilla al lomo rascándola de la tierra. Bramando, pidiendo guerra y rabiando de fatiga, untándome de boñiga todita la palomilla.

185

Hilario Galguera: Juego de letras. México, s.a.e., Editorial y Litografía Regina de los Ángeles, S.A. 112 p. Ils. del autor., p. 61.


Ya no vale mi cuartilla aquel que fuera ejemplar aquí y en cualquier lugar. Yo varias plazas cubrí, a mis jinetes tumbé, a la capa acometí y con la pica topé, varias riatas reventé, de las trancas me burlé, al que se opuso, abatí, los lienzos no respete y a dondequiera que fui, fama de bueno senté. La vaca que galanteara para ponerla en calor no hubo, otro toro mejor que disputármela osara. Por tener grueso morrillo y mis cuernos tan puntales, los vacunos sementales me declararon Caudillo. Mis amos me presumían, los vaqueros, me temían, quienes mi fama admiraron en corridos la cantaron, nadie me miraba mal, pasé por buen semental, produje apreciables crías, y el que pasara sus días tan arrogante y ladino de pelo brillante, fino, tan altivo, infatigable, esgrimiendo siempre el sable con destreza y con calor como el mejor gladiador. Se espanta hoy si ladra un perro me reta cualquier becerro y éste reto lo rehuyo; ya se me acabó el orgullo, perdí aquella vanidad, que nunca fue necedad. Sin de fuerza hacer alarde cuando allá, de tarde en tarde siento que el cuerpo me pide poner una vaca en gesta; la requiero, y me detesta, y con desdén me despide


sintiéndose hasta molesta. El tiempo es inexorable, no da vigor perdurable, mis astas se resecaron, mis pitones, se astillaron; aunque en rico pasto agosto, cada día, estoy más angosto inútil, menos pesado, ya me siento muy cansado, con dificultad camino. Mas, calma mi desatino un detalle siempre grato: Ver patente mi retrato con mucha satisfacción en mi gran generación; de tal placer no me privo es mi único lenitivo, con satisfacción lo digo y por ello a Dios bendigo. Cuando apartan las vaquillas blancas, pintas, aguilillas, propias para el apareo retozonas y coquetas, melancólico las veo y me relamo las jetas, en ellas mis ojos fijos, admitiendo en mis secretos: Que las fecunden mis hijos mientras que crecen mis nietos. Ahora, en tiempo de fríos, recorriendo los vaqueros todititos los criaderos, a unos compañeros míos, cortaron de sus vacadas y arreando de sus majadas condujeron al corral, ahí, dijo el caporal: Que por tanto haber vivido no cumplían su cometido. Procedamos a castrarlos, a la engorda incorporarlos y antes de los fríos de enero, mandarlos al matadero. Si con ellos me cotejo soy de su edad o más viejo, de escapar no encuentro medio y no tengo más remedio que correr la misma suerte:


Castración, engorda y muerte, por ello es que escabullido vivo apartado, metido de una cañada en el fondo, amogotado en lo hondo, de escondida encrucijada, cortado de mi vacada pidiendo al supremo Ser, ya que eterno no he de ser, no permita que me humillen, a mí, que no me anovillen, aunque vaya al matadero. Yo prefiero en mis mogotes ser pasto de Zopilotes pero sí, MORIR ENTERO. MORALEJA ES MI CASO Y CON PRUDENCIA JUZGO CON RESIGNACIÓN, MALA LA COMPARACIÓN Y POCA LA DIFERENCIA. RANCHO “EL CABALLO”, COAH.186 Andrés Z. Barba Camarena. 1963 Color y gloria. Paja y oro era el vestido, rojo púrpura la risa. Gris y nácar el tendido 186

Charrería Nacional. Órgano de la Asociación Nacional de Charros, A.C. Año I, Nº 2. México, D.F., 1º de julio de 1963., p. 6-7. Del autor, Leovigildo Islas Escárcega apunta: Nadie, que nosotros sepamos –entre los escritores que difunden la charrería-, ha dado a conocer una interesante faceta de la personalidad del por todos conceptos respetable y auténtico patriarca de la charrería jalisciense, don Andrés Z. Barba Camarena: la de su calidad de cultor de la poesía, pues por condición innata es inspirado vate que en bellos poemas ha cantado las peculiaridades del agro mexicano, particularmente aquellas en que se refleja el ambiente bucólico de su encantadora provincia; donde desfilan escenas típicas, con sus características carreras parejeras, sus pintorescos herraderos, capazones y tusaderos y, en fin, todo lo que se relaciona con el ejercicio de la charrería que él ha cultivado asiduamente desde su juventud. Esta circunstancia y el hecho de haberse cumplido, el 25 de junio de 1962, las bodas de oro matrimoniales de don Andrés, nos brindan la oportunidad, y en ello encontramos verdadera complacencia, de publicar en líneas subsiguientes una de sus composiciones más pintorescas, originales y atractivas por su sabor campirano, donde el lustre prócer de la charrería, con ese su estilo inconfundible, pleno de aguda y fina ironía, con gran éxito en el simil que establece, nos solaza y al mismo tiempo nos demuestra que no es incompatible el arte de la charrería con el culto a Polimnia y por consiguiente, con la convivencia entre las musas. De él puede afirmarse como en el verso de Manuel Carpio, que: “...lo mismo cala el penco en las laderas, que tira un pial y que apareja un carro...”


Y blanco el toreo sin prisa. Manuel Capetillo al toro trapó todas las salidas, casi, al recordarlo lloro. ¿Qué amapolas extendidas! ¡Qué dominio y que donaire! ¡Qué temple maravilloso! ¡Qué temple a pesar del aire! Hizo trepidar el coso, “Tabachín”187 toro apacible, ha sido inmortalizado por quien logra lo imposible, con un burel ya aplomado. Artista de cuerpo entero; yo te saludo asombrado, un círculo igual que un cero en la arena has dibujado. Tras tu muleta de ensueño el toro grabó su trazo, y fue el triunfo de tu empeño; yo te saludo ¡artistazo! Aquí, Manuel Capetillo para quien quiera algo de él, que esplende con propio brillo dfe oro, no de oropel. ¿Una oreja? poca cosa, Mezquino premio, a fe mía, Para obra tan portentosa De nuestra fiesta bravía. Pero el cónclave entregado, las vueltas al ruedo airosas, el público embelesado con tantas y grandes cosas. ¡Loor! Artista tapatío, bravo por tu hazaña de hombre que todavía no ha “nacío” quien de tal manera asombre. José Luis López Barrientos. 1963

187

Esto ocurrió la tarde del 17 de enero de 1963, en la plaza de toros “México”. El toro era de la ganadería de Valparaíso.


TORERO MEXICANO Esbelto, de goma elástica, con otra luz y otra plástica, vino el torero de México con su sabor de onomástica y su novedad de léxico. Y aunque se ve que es el mismo cañamazo y alfabeto, borda un dechado, un guarismo de cismático bautismo y defendido secreto. Solo una Meca, un Califa entre el Roncal y Tarifa quiso el padre del toreo, un solo premio en la rifa el hijo del Zebedeo. Y una india matria concibe más allá del mar caribe un chamaco -¿un héroe, un golfo?y le cristiana y le inscribe con el nombre de Rodolfo. El nuevo Martín Lutero ya se estira y se apersona, y se estiliza altanero. Qué elegancia de torero la de Rodolfo Gaona. Pues su quiebro de rodillas y su larga y su verónica, su tercio de banderillas, merecen, no estas quintillas, otro Bernal y otra Crónica. Lámina pura de oro, flexible, sonora, huera, riza y desriza ante el toro el azteca meteoro de la sagrada gaonera. De pecho con la derecha va a ser el pase que estrecha Menfis, Aldamas y Bali, hieratismo con sospecha de pirámide o teocali. Después y ya en pleno cisma, las dinastías honrosas: Los Freg –sangres generosas-


y los Armillas en prisma de facetas espinosas. Y Garza, que es ave rara. ¿Y Arruza? –Si se alquitara su sangre, si no se cruza, ¿No es toda nuestra esa cara, “veni-vidi-vici” Arruza?188 Gerardo Diego. 1964 LA MAÑANA DOMINGUERA Repiques de campana llaman a misa dominguera... Las mocitas presurosas salen de sus casas. Llevan un libro entre las manos su mantilla y su rosario y sonrientes cruzan por la acera... Hay alegría en la mañana dominguera. El sol resplandece luminoso y parece que en el aire se mece la algarabía... Varios chicos juegan, algunos hombres platican y ríen... ...Y una nada pasea a un niño en su cochecito... Vendedores pregoneros, globos de colores, y camisas en las azoteas que flotan como banderas... -El ensueño despierta en los rostros juveniles, los mozos piropean a las muchachas bonitas y ellas les sonríen zalameras... Raudos coches pasan en la mañana dominguera que se engalana de flores y de perfumes que da la Primavera... 188

Gerardo Diego (de la Real Academia Española): La suerte o la muerte. Poema del toreo. Viñetas de Molina Sánchez. Madrid, Gráficas Valera, S.A., 1963, 234 p. Ils., p. 121-123.


Toca un radio una música de “pega”, un chico grita en mitad de la banqueta pues se le ha caído el dulce que aún su boca saborea... Corre un viejo en camiseta porque su hijito se bajó de la banqueta... Y otra vieja pega un grito cuando el nieto solito la calle se atraviesa... En los balcones flores y pájaros con el aire cuchichean... Y una moza linda, MAS CHULA que una estrella al aire sacude airosa su dorada melena que semeja un sol que en mil pedazos se rompiera... Un joven en la esquina ansioso la espera... Luce camisa planchada y lleva en el alma una dulce quimera... De la tienda de la esquina sale una pobre anciana que entre sus manos lleva dos veladoras de amarilla cera, mientras en un cuarto todo lleno de misterios inquieto un joven visionario a su pobre madre espera... ¡¡Han dado las tres y medio en el reloj de allá afuera...!! .......... Junto al balcón una silla y en ella luce un terno torero más lindo que una gema y un capote parpadea por los brillos de los oros y las lágrimas de las perlas... .......... Baja el mozo en veloz carrera, la calle atraviesa seguido de cuatro amigos... Toma un coche... Corre... vuela... y la calle absorta se queda!!!


.......... La pobre anciana reza y una gruesa lágrima por sus mejillas rueda... .......... En la esquina el mozo sigue en inquieta espera, y sale la niña airosa y se junta una quimera: Ella lleva en el alma la vida zaragatera... Y el torero lleva en el pecho ¡¡El triunfo como bandera!! .......... Mientras la vieja sigue rezando en angustiosa espera al pie de una imagen de Cristo cuya cara centellea al palpitar de las flamas de las veladoras de cera... Madre del torero: ¡Bendita entre todas seas! Pues tú pagas un tributo de dolores y de penas mientras tu hijo triunfa o muere en el campo de pelea...!!189 Eduardo Luna. 1964 Musa errante y libre Musa errante y libre, musa de mis cinco sentidos, princesa y esclava armoniosamente risueños, tus coros entona y levanta; que tu acento vibre en los rojos triunfos de la fiesta brava la fiesta de toros. I Resuena el clarín, redobla el tambor, y entre un gran clamor inmenso, sin fin, avanza en cortejo, con rítmico paso triunfal la cuadrilla tras los alguaciles marchan los infantes por el redondel el oro fulgura, resplandece y brilla 189

La Puntilla. México, agosto 22 de 1964, Nº 4, p. 15.


en los alambres de chaquetilla, sobre los bordados de la taleguilla en el traje toda de sedas lucientes que viste el tropel. y cual dardo de oro que los aires cruza aun suena el agudo clamor del clarín. La tarde, como una andaluza lleva en los cabellos rosas de carmín. II Cubre el sol de púrpuras quemantes la arena, las gradas, las claras lumbreras; enciende en las roncas gargantas resecas las risas, los gritos, las bromas, de las muchedumbres compactas y fieras, el loco entusiasmo latino de las viejas Romas. Reviente en las almas deseos, cual rosas de pétalos rojos que riega la linfa sensual y feroz de las razas. Mil fiebres están en los ojos buscando la traza de antiguos empeños, de hazañas, de gesta... Y un trueno retumba en la plaza señal de la olímpica fiesta. III Rebota en la arena, ligero un fiero astifino, listón, capuchino, y a más botinero luciente por fino. Muestra altivamente su testuz esbelto. Mientras su arrogancia suspende a la troupe de los lidiadores. Magnífico el toro ruge y se contrae y allá una morena con hondos ardores sueña en Parsifae y una rubia sigue por mares fenicios al rapto de Europa. IV Recogen las crónicas glorias maravillosas, navarras, recortes, verónicas y los peregrinos cambios de rodillas del flamante Califa leonés: El hijo de este propio suelo, que a las elegancias del gran Lagartijo aduna los modos sobrios de Frascuelo el de los quietos pies (esto no pensaron de Aquiles los sabios de Homero


cuando en las iléadas elogian al héroe de los pies ligeros). 190 Ca. 1964 Ofrenda de Calesero II. Oración. Tengo en el alma un santuario Y en él un sagrario Donde te he puesto a ti… En sus altares Nardos y lirios Azucenas y azahares Te ofrendan su aroma sutil… “-Hay blancos cirios De pálida llama serena Y llena la estancia La suave fragancia De los incensarios…” Y yo de pie Ante tu altar sagrado Con divina fe Sereno de emoción Prendo la lámpara votiva De mi anhelo y mi ilusión… Y antes de enfrentarme con el toro Elevo mis preces hacia TI …reluce tu altar como ascua de oro Y en el graderío Un inmenso gentío Prorrumpe en gritos de alegría Mientras en mi corazón La ilusión por ser torero Le grita a mi razón. ¡Sí… esta tarde será la mía… La TARDE DE MI CONSAGRACIÓN! Anónimo.191 1964 Corrido De El Toro o de La Morena. De por ahí abajo vengo de rezar una novena, ‘hora que vengo santito dame un besito, morena. Eduardo J. Barceló: Rodolfo Gaona, “El Indio Grande”. México, Publicaciones Paralelo 32, S.A., 1975. 194 p. Ils., retrs., fots., p. 138-140. También se publicó en El Eco Taurino de México. Revista de información, opinión y comentario. México, 02.04.1936, Año XI, N° 405. 191 Revista La puntilla., México, D.F., año 1, Nº 2, julio de 1964, p. 4. 190


Ese toro no de aquí, es bajado de la sierra, échenselo para fuera al señor Francisco Sierra. Ese toro no es de aquí, es de “Hacienda Purangueo”, el que lo quiera montar no se quede con deseo. Ese toro no es de aquí, es del Rancho “La Parota”, nomás ha venido aquí a ver qué macho le brota. Mas en fin, ya me despido, yéndome para “La Unión”; aquí se acaban los versos que compuso Palemón.192 1964 LA POESÍA TAURINA. La Verónica. Como la santa lo hiciera mostrando el Rostro Divino cita el torero al bovino. Arranca entonces la fiera, va sobre el capote, pasa, y en cada lance se crece… una ovación estremece los cimientos de la plaza. La suerte de varas.

Eduardo E. Heftye Etienne: Corridos taurinos mexicanos. Recopilación y textos de (…). México (…): El texto de este corrido fue tomado de “El romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo”, de Vicente T. Mendoza, pero también se puede localizar en las siguientes obras: “Lírica narrativa de México. El corrido”, Vicente T. Mendoza, Estudios de Folklore, Volumen 2, Instituto de Investigaciones Estéticas, Universidad Nacional Autónoma de México, primera edición, México, D.F., 1964, páginas 292 a 293. “Cancionero folklórico de México, Coplas que no son de amor”, tomo 3, bajo la dirección de Margit Frenk Alatorre, El Colegio de México, primera edición, México, D.F., 1980. En esta obra, las primeras cuatro estrofas o coplas del corrido se reproducen de manera aislada, en las páginas 29, 104 y 269 (las coplas se identifican con los números 5923,6449, 6451 y 7668). “El romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo”, Vicente T. Mendoza, Universidad Nacional Autónoma de México, segunda edición, México, D.F., 1997, página 464. Este corrido es interpretado por Oscar Chávez en el disco compacto número I, canción número 12, de la “Encerrona con Oscar Chávez., Canciones Taurinas” de Discos Pentagrama, S.A. de C.V., México, D.F., 1991. 192


El toro arranca muy fiero con fuerza de vendaval. Aprieta el palo el piquero, la sangre es un manantial y el morrillo, una amapola. El toro embiste en la suerte cada vez con más firmeza. Prometió pelear a muerte o una vaquilla, que sola, muge triste en la dehesa. La gaonera. Lance bello y majestuoso, lance garboso y señero, creado por aquel coloso que sabía tanto a torero. Por aquel coloso de la raza indígena, por aquel torero, glorioso titán, que llevó en sus venas sangre mexicana, sangre de la raza de Tenochtitlan. Su gloria y su nombre aún vivos están, era altivo cóndor de potentes alas, era un rey azteca vistiendo las galas de los magnos ritos de Teotihuacan. El farol. Luz de tarde, sombra y sol, luz que esplende de un farol que burla al pujante toro. La capichuela encarnada, es una vela amarrada a un mástil de seda y oro. La chicuelina. Lance de giro gracioso en que el torero, garboso, parece una estatua de oro, y su capote de brega es mariposa que juega entre los cuernos del toro. Las banderillas. Par de arena es el anillo, lleno de alegres colores. Lleva el diestro los zarcillos, que son dos tallos con flores. Cita con grácil figura, el toro va hacia su presa, que con quebrar la cintura


burla la astada cabeza. Sale el torero arrogante, el toro haciendo cabriolas, y en el morrillo sangrante se lleva un par de gladiolas. La faena. Paso a paso va el espada hacia la fiera emplazada sobre la arena candente. Va acortando la distancia hay una emoción latente y el monstruo espera con ansia. Arranca brava la fiera sobre la roja bandera que hay en la siniestra mano. Viene un pase soberano y aquella figura, enhiesta, sigue engarzando una a una esa roja media luna que es gallardía de la fiesta. El toro con su bravura en cada pase se crece y hace honor a su divisa. El torero, en su figura, es un junco que se mece cuando lo impulsa la brisa. La estocada. Mete la pierna el torero, baja el toro la cabeza y embiste pujante y fiero. El torero, con destreza, va hundiendo el brillante acero que queda en la propia yema. Se vio la suerte suprema en toda su real grandeza. De la muleta en los vuelos sale bien muerta la fiera, y se llena de pañuelos entonces la plaza entera. Y entre bellas mujeres y entre aromas nos parecen entonces los tendidos, cual si hubiera millares de palomas agitando las alas en sus nidos. Ramón del Parral.193 1964 193

El Ruedo en México. Revista gráfica de los toros. Año I, Septiembre 1964, Nº 1, Especial.


EL TORO “BONITO”. “Bonito, el toro bonito” era de Arriba Hermanos y entre toda la camada era el toro más bonito. Miguel Bello lo cuidó cuando pastaba en la dehesa por su bondad y nobleza gran cariño le tomó. Llegó el domingo fatal en el que iba a ser lidiado y el caporal Miguel Bello estaba muy consternado. Salió “Bonito” a la plaza con gran estilo embistió y su bravura y su casta a todos los asombró. Y tocaron a matar el toro estaba en los medios y “Litri”, aquel Miguel Báez se disponía ya a brindar. Un hombre al ruedo saltó y quitándose el sombrero pa´ despedirse del toro pidió permiso primero. El toro al que le escurría la sangre hasta las pezuñas estaba arrogante y fiero y Miguel Bello en el tercio envióle su adiós postrero. “Bonito, toma Bonito” se hizo un silencio angustioso el toro quieto esperaba y Miguel pasito a paso al torazo se acercaba. Hubo un momento de duda Miguel Bello se detuvo el toro lo recordó y caminando despacio al caporal se acercó. “Bonito, toma Bonito” seguía el toro caminando


y cuando a Miguel llegó este al toro se abrazó. “Adios mi toro Bonito” Bello estaba sollozando sus lágrimas se mezclaban en el morrillo sangrando. El público puesto en pie con un nudo en la garganta entre lágrimas y gritos el indulto así pidió. El juez sacó su pañuelo y presto lo concedió; luego al guardarlo discreto una lágrima enjugó. Por la puerta de toriles siguiendo dócil a Bello el bravo toro “Bonito” por ahí desapareció. En los corrales quedó, la gente lo iba a admirar y la actriz María Conesa solía irlo a acariciar. A la dehesa lo volvieron, como semental quedó; a los pocos meses de esto desencajonando a un toro Bello estaba descuidado y el marrajo lo mató. Luego a “Bonito” vendieron y en Tlaxcala ahí quedó. Dicen que de tarde en tarde quedábase quieto el toro. Y al horizonte olfateaba parece como que oía “Bonito, toma Bonito” y que Bello lo llamaba. Edmundo Zepeda.194 1964 LOS CORRIDOS DE ZEPEDA.

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El Ruedo en México. Revista gráfica de los toros. Año I, Primera Quincena, Noviembre 1964, Nº 5, Especial.


En la historia que aquí yo te presento tendrás ¡oh aficionado! muy en cuenta, que el toro es el único elemento que no vive del cuento, ni hace cuentas. Que muere siempre y nunca se hace guaje hermoso, casto, bravo, noble y fiero; por eso aquí rendímosle homenaje, aficionados, público y toreros. Del “Uro”, toro salvaje que no del bravo bisonte descienden todos los toros que por bravos se conocen; desde Europa hasta la China esta especie dominó y en grutas el troglodita a su modo los pintó. Unos dicen que fue en Creta en donde ya se toreaba; otros que en la Roma fue, en crueles fiestas paganas. Ofrecidas por el César de la coronada testa; entre los siglos se pierde el origen de la fiesta, que a la Iberia la llevaron aquellas huestes romanas y buena prueba dejaron, en mosaicos y monedas, por las tierras valencianas. De crueles se nos acusa al enfrentar hombre y toro pero en Suiza y en Escocia enfrentan toro con toro. Esto es a puerta cerrada, así no lo ve el turista, no hay arte y el interés: la cantidad apostada. Cuando en España echó raíces fue de nobles, distracción y en las grandes fiestas reales aervíales de diversión. Poco a poco los plebeyos demostraron su destreza,


por su valor desplazando de la plaza a la nobleza. (. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .) Edmundo Zepeda.195 1964 EL VIRREY DE MICHOACÁN. Para Jesús Solórzano Jr., recordando el arte inmortal de aquel paisano mío y grande de la fiesta a quien se bautizara como “El Rey del Temple”. ¡Morelia de las campanas virreinales de portento! ¡Morelia de las palomas sonoras, de blanco vuelo! Deja salir de tus torres el metal del sentimiento, que hoy se ha cubierto de gloria. El Rey del Temple torero; el mejor de los mejores, el de más lírico acento, el más galán dela fiesta; el Cardenal de los ruedos; Jesús Solórzano Dávalos, el virrey de los toreros… Vestido de seda y oro Jesús se para en el tercio, el toro presto se arranca y a la arena van cayendo pulidas, justas, sedeñas, seis verónicas de ensueño, como seis monedas de oro sobre la arena del ruedo “arrematadas” con “media” piramidal como un templo. La plaza está delirante como colmena de fuego; la “charanga”, estornudando sus dianas de bronce y viento; el morcillo, en regio adorna tornan los palitroqueros, y la chorreante bravura del toro se va sintiendo solemnizar al artista triunfador, que a paso lento, 195

El Ruedo en México. Revista gráfica de los toros. Año I, Nº 7. 1964.


va a cumplir al presidente y a brindar desde los medios. Hinca en tierra las rodillas, el toro acomete fiero; templando va la muleta los pitones por el cuello… ¡se escalofrían los tendidos ante lance tan soberbio! Después, ya de pie instrumenta tres derechazos eternos, firmazos y costadillos naturales y de pecho; todo ligado y sentido, todo tranquilo y sedeño, así va la gran faena como una aurora surgiendo de la oscura y negra noche, al esplendor de los cielos. “Granatillo” y “Cuatro Letras” salen a mirar su genio. “Tortolito” y “Redactor” gozan de inmortal aliento, amén de las grandes tardes que en los españoles predios dejara como un camino de cegadores destellos. ¡Artista de los artistas! ¡pareja de arte y denuedo! ¡Morelia de las campanas virreinales a los vientos, que hoy ha toreado entre nubes de clamorosos estruendos, Jesús Solórzano y Dávalos… el virrey de los toreros…! José Daniel.196 1965 A Lorenzo Garza. Un “Astro” en el reposo. Como una nube que sus ánforas vació sobre los abismos, valles y montañas, y de inundarlo todo se sació. Así fue “El Coloso” que todo conmovió con esencia y personalidad extrañas, ya en plazas propias, como también fuereñas, que fueron llamaradas que Febo envidió. 196

El Redondel. El periódico de los domingos. México, D.F., domingo 9 de febrero de 1964.


Su figura es aún faro parpadeante, frente a un mar inmenso de victorias y sobre playas de dulces añoranzas! Es aquella luz clara y alucinante que recuerdan muchos miles de memorias! Es la pauta de promesas y esperanzas!197 Marino Galván Rábago. 1965 LOS TRES (Pasodoble) Los tres son artistas. Los tres son muy buenos. Los tres son toreros de ayer y de hoy, Tuvieron ejemplo, lo traen en las venas, Por eso torean cada día mejor. Armillita es maestro de maestros, Calesero tiene gracia y pundonor Verónicas vimos que son maravilla Pues Chucho Solórzano así las pintó. Ahora reciben ustedes muchachos Tesoro de herencia que es el valor Y ustedes responde deveras bonito Pues ya tienen todo de buen matador. La virgen los cuide los cubra en su manto. El triunfo les llene de fe el corazón. Yo con este canto rindo pleitesía A grandes toreros que México dio. Martha Limón. (Letra y música de Martha Limón S). 1965 Preludio. Tiembla a un grupo el corazón y en contagio el reloj late, no es escasa la razón si el tumulto sobre gradas trae presagios de combate. Devoto y fiel al evento, sereno y desafiante el ruedo El Ruedo. Revista gráfica de los toros. México, 1965, Nº 9. “La poesía taurina”. Sección a cargo de Ramón del Parral. 197


espera encienda el encuentro. Rasga una mano el silencio del director la batuta, y empieza la escaramuza entre el ruido y el silencio. Dejó el monstruo su letargo, olvidaba que aquel día peleábase con lo amargo la postinera alegría. Lecho con sábana abierta el redondel parecía, y ya ansiaba la reyerta que el ambiente predecía. Propio de estas ceremonias, trompetas y tamboriles sueltan nuevas sinfonías, y se mueven varoniles para responder al reto cuadrillas de juveniles. Vino entonces la locura, irremediable el momento inmunda tórnase pura con presagios de redento. Con vaivén de vivos sintiéndose muertos, moviéndose altivos toreros van a sus puestos, llevando su copa de licor de miedo para apurarla hasta la última gota, aparentando un sosiego que atormenta y no se nota. Entrega. Consuélate, torero; si esta tarde caíste tras el triunfo en un fracaso; resta un paso de llegar al borde, donde tu alma ni tu terno se oscurece. ¡Trata de buscar olvido!... cosecha palmas con delirio, así mueran los pasos que has vivido entre penas puntazos y martirio. Y que el precio de la gloria pagues cayendo con amor entre sus brazos.


Topador. Con inspiración fecunda de médico, poeta y loco, el piquero razón funda de esto no tiene poco. Como médico, veterinario; hace trot-trou a los caballos que derrota su adversario. Como poeta haces prosas en la cáscara del toro inspirado, abriendo rosas. De acuerdo no tienes mucho ni tu vales es tan poco solo el villamelón es ducho en gritarte que estás loco. Cita. Cual espectro en pegaso inquieto con frescas voces de clarines; anunciaba el festejo el viento. Ya son las cuatro, en el patio apuestos arlequines avanzan hacia el ruedo, fijo el corazón, pálido el rostro tras el triunfo con denuedo. En miles de gargantas escaparon como palomas, los gritos del deseo; tornando lo triste a marcial los autores del clásico paseo. ¡Primer platillo de la tarde que glotón el monstruo devoraba!... Hiere el viento nuevamente la voz de saeta del clarín, y el toril abrióse lentamente. Cual torrente o polvorín hace presencia furente un invitado al festín, que cual tempestad tronante aclara con rigidez: Traigo mi reino, joyas y mi oro, mi corona de puñales… ¡Soy su majestad el toro!...


y regalo mi reinado, esmeraldas y rubíes, al que por su arrojo osado me lo anuncien los clarines.198 Leonardo Campos. 1965 A LORENZO GARZA Un “Astro” en el reposo. Como una nube que sus ánforas vació sobre los abismos, valles y montañas, y de inundarlo todo se sació. así fue “El Coloso” que todo conmovió con esencia y personalidad extrañas, ya en plazas propias, como también fuereñas, que fueron llamaradas que Febo envidió. Su figura es aún faro parpadeante, frente a un mar inmenso de victorias y sobre playas de dulces añoranzas es aquella luz clara y alucinante que recuerdan muchos miles de memorias! es la pauta de promesas y esperanzas! Marino Galván Rábago.199 1965 LEYENDA DEL TORERO APARECIDO. (Leyenda del Coso “Colón” –actualmente plaza de Santa María, en la Ciudad de Querétaro). Cuentan las gentes del barrio gentes sencillas muy buenas que, en las ruinas de aquel coso, siguen cuajando faenas. Dicen que a la media noche cuando la luz de la luna se pierde por la alameda, se oye un murmullo de voces y una marcha muy torera. Cuadrillas abren las puertas y aparece ahí en escena la figura de un torero 198 199

Ibidem. Ib.


bien vestida y muy cenceña. Viene ataviado de luto de los pies a la montera; trae una capa bordada como una noche muy negra. Va haciendo solo el despeje, lleva en mano la montera, tambores de funerala se escuchan en la tronera. Con la diestra se persigna, hinca la rodilla en tierra y sus lágrimas son sangre que tiñen aquella arena. Toma muleta y espada, avanza con pasos tardos y brinda a las graderías en honor de aquel “Tío Carlos” que escribió por bulerías. Va dando la vuelta al ruedo. caen claveles reventones y rosas negras de seda; en la diestra lleva un lirio en la otra lleva una oreja. Cual lomo de negro toro la noche huye, ligera, y los clarines del alba suenan su toque de queda. Más luego, llega el silencio. la figura tan torera, toda vestida de luto, se pierde entre la arboleda. Se oye un murmullo de voces y una marcha muy torera cuando la luz de la luna teje bejucos de plata perdiéndose en la alameda… Eduardo Díaz Gutiérrez.200 1965 LA OREJA DE PLATA.

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El Ruedo en México. Revista gráfica de los toros. Año I, Nº 10. Febrero de 1965.


Tarde serena de invierno, arena roja de sangre. Medias lunas de los cuernos que hieren la joven carne. Tarde de oreja de plata que disputan seis punteros, y el toro, que hiere y mata, se enfrenta a seis novilleros. El primero para y manda, el otro banderillea, aquel al toro le anda y este en fin, qué bien torea. Mas después surge en la arena, con estampa asaz mimbreña, entre nerviosa y serena la faz de Manolo Ureña, Y aquí vemos revividos los tiempos del Hermosilla, los tiempos de gloria ungidos, que asombraron a Sevilla. Con un cornadón de miedo y la sangre hasta el tobillo, volvió al toro con denuedo tan admirable chiquillo. La muleta en ambas manos el corazón en su sitio, Locos doctos y profanos ante el alarde inaudito. Con la espada, con el alma, a la res al fin, la mata y en triunfo que asombra y pasma gana la oreja de plata. José Luis López.201 1965 EN LA PLAZA DE TOROS. Nevaron en la plaza de toros los pañuelos. En los amplios tendidos florecieron los nardos y el sol la coruscante mantilla de sus dardos prendió a la mexicana cabeza de los cielos. Músicas, dianas, palmas… Olés bravos. ¡La oreja! En el centro del ruedo sonrió alegre la espada, al desgarrar el aire la triunfal clarinada. ¡La plaza era una copa de alegría bermeja! En los palcos de honor florecían los rojos claveles de las reinas, que plenas de sonrojos, 201

Op. Cit.


regalaron al héroe con su mejor sonrisa. Y al posar el torero sus miradas en una de las demás, vibró como rayo de luna en un claro de selva, en mitad de la liza. Jesús Zavala.202 1965 RODOLFO GAONA. Delicada esencia de jardines leoneses, elaborada por el viejo maestro “Ojitos”, que saturó no una, sino cien y mil veces Coliseos en sus fiestas de trágicos ritos. Sabiduría y arte sobrados de historia, que el pasado inundaron, y añora el presente cuando en sus tardes de sol y victoria derrama un astro su luz calcinante. Austera Majestad con sangre morena, que fue vencedor de valerosos y sabios. Petronio de seda convertido en cumbre serena, como la de los altos y viejos Vesubios. Faro enhiesto al que besa la luz del poniente, frente a un océano de añejos recuerdos. Bandera del valor y del arte aún andulante que es orgullo de una raza de bravos leopardos. Marino Galván Rábago.203 1965 “COMANCHE” La corrida se iniciaba, Ya murieron toros cinco, Se toreaba con ahínco Pero el sexto aún quedaba. Cuando el día se apagaba A iluminarse empezaba; Y cuando ya terminaba Era cuando comenzaba. Y salió aquel castaño Que “Comanche” le pusieron, Y de ese nombre hicieron El toro inmortal del año.

202 203

Ibidem. El Ruedo en México. Revista gráfica de los toros. Año I, Nº 11. Marzo de 1965.


El toro plaza cerraba, Era el último y primero Porque el único del encierro Era el toro que contaba. Raúl García lo lidió, ¡Y de qué modo lo toreó! En cada lance se recreó Y ¡qué revolera nos dio! Banderillando al toro En lo alto las ha dejado, Al quiebro ha igualado Quedando tres pares de oro. El tercio mortal ya toca Con sus notas penetrantes. Hubo una ligera pausa antes, La plaza estaba loca. Comenzó sus naturales Todos para la historia, Otra faena de victoria Y de faenas inmortales. Derechazos grandes hubo Con clasicismo y arte, En fin de todo esto aparte Muchas suertes grandes tuvo. Cuantas veces cita al toro Ya con la fuerza que tiene El cornúpeta va y viene Sobre la muleta de oro. Parecía que jugaban, Todo era una armonía Como una bella melodía, Que solos se conjugaban. Se fundían como una cosa, Con la gente se fundía ello. Era un momento tan bello ¡y qué tarde tan hermosa! Cuando el toro iba más Lo indultaron con acierto, Porque fue bravo, es cierto, Pero noble fue además. Complaciendo muchos gustos Caminando muy despacio Se fue por el espacio


De la puerta de los sustos. Ahora en la dehesa crece Porque reproductor será, Y muchas mujeres tendrá Porque bien se lo merece. Fue una faena inmortal Que de molde ha dejado, Y en los campos ha quedado Ahora un nuevo semental. Luis Castro Pérez.204 1964 – 1965 La obra que Bonifacio Gil García legó a la literatura taurina, 205 es una notable labor de investigación donde quedan plasmadas diversas muestras de expresión que no sólo es popular. También cultural, en el entendido de que se recogen manifestaciones consolidadas por años de cultivo entre diversas sociedades y ya recuperadas en antologías de esta dimensión, se convierten en un compendio de otros tantos conocimientos que reflejan el sentir de costumbres y tradiciones. En el volumen Nº 3 aparece una amplia muestra de ejemplos latinoamericanos, y corresponde un importante capítulo dedicado a México. De ese conjunto, y con la venia de don Bonifacio, es que tomaré algunos de los materiales que reunió pacientemente. V. 3, p. 132: El torito. Vaqueras. (El toro en el campo) La vaca era colorada y el becerrito era moro, y el vaquero maliciaba que era hijo de otro toro. La vaca era colorada 204

El Ruedo en México. Revista gráfica de los toros. Año I, Nº 12. Abril de 1965. Bonifacio Gil García: CANCIONERO TAURINO (Popular y profesional). Folklore poético-musical y costumbrista recogido de la tradición, con estudio, notas, mapas e ilustraciones. T. I. 848 documentos sobre toros y toreros de España, Portugal, Brasil, Filipinas y países hispanoamericanos. Por (…) (C. de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando). Madrid, Librería para Bibliófilos, Pl. de San Martín, 3, 1964. 214 p. + 83 de Ejemplificación musical. --: CANCIONERO TAURINO (Popular y profesional). Folklore poético-musical y costumbrista recogido de la tradición, con estudio, notas, mapas e ilustraciones. T. II. 848 documentos sobre toros y toreros de España, Portugal, Brasil, Filipinas y países hispanoamericanos. Por (…) (C. de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando). Madrid, Librería para Bibliófilos, Pl. de San Martín, 3, 1964. 210 p. + 54 de Ejemplificación musical. --: CANCIONERO TAURINO (Popular y profesional). Folklore poético-musical y costumbrista recogido de la tradición, con estudio, notas, mapas e ilustraciones. T. III. 848 documentos sobre toros y toreros de España, Portugal, Brasil, Filipinas y países hispanoamericanos. Por (…) (C. de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando). Madrid, Librería para Bibliófilos, Pl. de San Martín, 3, 1965. 238 p. + 32 de Ejemplificación musical. + Pequeña semblanza biográfica de Bonifacio Gil García (s/n). 205


y el becerrito era moro, y el vaquero maliciaba que era hijo de otro toro. Estribillo: ¡Upa! Toro “aí” viene el toro! Sácale vueltas, pero con modo. ¡Ea! ¡Ea! ¡Ea, torito, ea! (Gritando) -¡Toro! –allá va. -¡Lázalo, hombre! -¡Ya lo lacé! -¡Túmbalo, hombre! -¡Ya lo tumbé! ¡Ponle el cabestro! ¡Eso no sé! (Final del Estribillo) Pues si no sabes, Te enseñaré. ¡Ea! ¡Ea! ¡Ea, torito, ea! Tomado de: Gabriel Zaldívar: Historia de la música en México,206 p. 293. V. 3, p. 133-134: La vaca. La vaca ya tuvo cuates y están ahora chiquitos, mama y mama, como tú, cuando das esos besitos. Ve a ver cuál es el toro que brama tras de la loma,207 que ya no se le ven las patas, Gabriel Zaldívar: Historia de la música en México (Épocas precortesiana y colonial) por (…) Colaboración de Elisa Osorio Bolio. México, Secretaría de Educación Pública, 1934. 324 p. Ils., facs. (Publicaciones del Departamento de Bellas Artes). 207 Este verso –apunta el autor- nos recuerda esta estrofa que es planta de una valona (décima) según expresa el profesor Vicente T. Mendoza en su notable obra La décima en México. Glosas y Valonas. Buenos Aires, 1947. Con ilustraciones y ejemplos musicales, pág. 633, procedente del rancho de “El Volantín”, Jalisco: 206

En la loma brama un toro Y abajo lo están oyendo; Las vacas en el corral Remolino están haciendo.


no más la cabeza asoma ya le dije al caporal, que el vaquero se mató en la barranca del pueblo está la cueva que dejó. Tomado de: Higinio Vázquez Santana: Historia de la canción mexicana,208 p. 194. V. 3, p. 134: La vaquilla. -Vaqueros y caporales, pongan el quelele alerta, que arriba del Ojo de agua está la vaquilla muerta. Le dirás, le dirás, le dirás, le dirás, le diré, le dirás al caporal que se baje pal encino que se traiga la vaquilla con el cabestro más fino. Pero sí le dirás, le dirás, le dirás, pero sí, pero sí, pero no. La vaquilla que yo busco no es pinta ni colorada: Es una vaquilla hermosa de las llaves aserrada. le dirás al caporal que baje a Tetepexsco, que se traiga la vaquilla con el cabestro barroso. Le dirás al caporal que se baje para el plan, que me traiga la vaquilla porque ahora es día de San Juan. Tomado de: Higinio Vázquez Santana: Historia de la canción mexicana, p. 194. V. 3, p. 135: La vaquilla (con algunas variantes). (Cancionero de Mexican Folk-Ways) Le dirás a la vaquilla que no se ande ladereando, que un becerro trae al pie y otro que se le anda ahijando, para darle mamantones 208

Higinio Vázquez Santana: Historia de la canción mexicana, canciones, cantares y corridos, coleccionados y comentados por (…). México, Talleres gráficos de la Nación, 1931. 255 p.


a ese becerro bramino. le dirás a la vaquilla que se baje para el plan, para darle mamantones a ese becerro galán. Le dirás a la vaquilla que se baje pa´l estero, para darle mamantones a ese becerro grupero. La vaquilla tuvo cuates el día primero de mes; uno le mama al derecho y otro le mama al revés. la vaquilla tuvo cuates y uno de ellos está sordo: Mientras uno está durmiendo l´otro está mamando gordo. Zopilote, dile al aura que ponga el quelele alerta, que debajo de Ojo de agua está la vaquilla muerta. Tomado de: Vicente T. Mendoza: El romancero español y el corrido mexicano,209 p. 695. V. 3, p. 137 En torno a la corrida. Qué buenos están los toros. (San Pedro Piedra Gorda, Zac.) -¡Qué buenos están los toros! -Tatita, ¿me dejas ir? (bis) -Estén buenos o estén malos, tú a los toros no me has de ir (bis). -Ya se acabaron los toros, tatita, ¿me dejas ir? (bis) -Acábense o no se acaben tú a los toros no me has de ir (bis) Tomado de: Vicente T. Mendoza: Folklore de San Pedro Piedra Gorda,210 p. 154. V. 3, p. 137 El toro en la plaza.

209

Vicente T. Mendoza: El romance español y el corrido mexicano. Estudio comparativo. 2ª edición. México, Universidad Nacional Autónoma de México, Coordinación de Humanidades, 1997. XVIII + 833 p. Ils., facs. 210 Vicente T. Mendoza: Folklore de San Pedro Piedra Gorda, Zacatecas. México, Secretaría de Educación Pública, 1952. 498 p.


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