"La política no es un lugar para hacer"

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ALEJANDRA GARCÍA

“LA POLÍTICA NO ES UN LUGAR PARA HACER”

SALTAR OBSTÁCULOS “Hay que ser fuerte y pensar en qué hacer después. Cuando me desgarré en el Panamericano fue duro, ¡pero me puse a pensar en Atenas! Se trata de plantearse objetivos. Aunque esté todo mal, hay que pensar en lo que viene. Para mí, la vida es lo que sigue. Y hay que salir a buscarlo”.

Ph: Gentileza A.G.


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a varilla se le vino encima. Y, con ella, las ilusiones que cargaba. Abandonó la colchoneta de la pista de atletismo de Sidney con una idea tremendista que le rebotaba en la cabeza hasta provocarle dolor: “Faltan cuatro años para la revancha”. Lo paradójico es que, transcurrido un nuevo ciclo y luego de cumplir su sueño de ser finalista en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 con un impresionante salto que superó los 4,30 metros, Alejandra García volvió a apoyar su espalda contra la superficie esponjosa sin que nada se le cayera sobre el pecho y sólo pudo recordar lo que había sufrido en Australia cuatro años atrás. “En el video se ve y se escucha mi grito: fue puro desahogo”, señala el gran ícono del salto con garrocha argentino, retirada hace 9 meses. “Enseguida se borró aquella desazón de Sidney y pensé en Tomás”. Tomás es su hijo, con quien mantiene una relación muy especial, ya que lo tuvo a los 18 años, cuando ni siquiera se había especializado en la garrocha. Así, el pequeño aprendió a gatear en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) y se crió soportando largas esperas para ver a su madre, quien intentaba abrirse paso a nivel mundial. “Veo imágenes de aquella época: entre salto y salto, me acercaba y lo retaba o le pedía que se quedase quieto. Ahora pienso: ¡cuánta energía!”. Claro que podía confiar la crianza a otros brazos, pero sólo uno o dos meses. Mientras tanto, pasaron Panamericanos, Juegos Olímpicos, Grand Prix y todo tipo de torneos. “Todo lo logré siendo madre. Como pude, siempre estuve presente. Somos dos... Siempre fuimos dos. Ahora que estoy retirada lo puedo disfrutar un poco más, pero ya está grande”, cuenta sobre el muchacho de 22 años quien, apasionado por el rugby, odia el atletismo. Y rara vez pisa el Cenard. El viejo centro deportivo, por su carácter integral, no ofrece demasiados sectores silenciosos donde llevar a cabo la entrevista. Sin embargo, Alejandra se las ingenia y camina casi mecánicamente hacia la colchoneta que tanto conoce. Comienza a destaparla –“porque la cubierta mancha”– gancho por gancho, con suavidad y movimientos estudiados, como un pianista que quita el paño del teclado para volver a hacer música luego de mucho tiempo. “Pensar que hacía esto cada día, con frío o calor”, repasa antes de sentarse. Durante todo el encuentro pensará mucho cada respuesta “para no herir susceptibilidades”. Ante todo, y más allá de su enorme capacidad atlética, es una persona que respeta sus valores y cuida las formas, tiene un carácter de fierro y una perseverancia envidiable. Todas, características que le permitieron convertirse en embajadora de la Fundación Laureus, que en nuestro país preside Hugo Porta: “Me llamó en el inicio del capítulo argentino. Aparte de ser un gran deportista, es un amigo. Me sentí muy honrada de ser parte porque, además de ser reconocida deportivamente, tenés que tener una buena imagen y la capacidad de transmitir algo. No se trata de figurar: ser embajador es donar tu tiempo para quienes lo necesitan. Y me siento privilegiada por poder dar”, cuenta. Todavía le dura la alegría por-

L

GARROCHISTA

OLÍMPICA Y

DUEÑA DE LA MEJOR MARCA

(4,43

ARGENTINA

METROS),

ES UN ÍCONO DEL ATLETISMO.

RETIRADA

HACE

9

MESES,

ESTÁ CONTRARIADA PORQUE TODAVÍA NO FUE CONVOCADA PARA COLABORAR CON LA FORMACIÓN DE LA NUEVA GENERACIÓN DE DEPORTISTAS DE ÉLITE. EN

Y

30

AUNQUE

AÑOS DE

ACTIVIDAD MUCHAS VECES PENSÓ EN EMIGRAR POR LA FALTA DE RECURSOS PARA ENTRENAR, NUNCA SE CUESTIONÓ REPRESENTAR AL PAÍS.

Txt: Federico Cornali

que durante la gala que se realizó en enero, en Río de Janeiro, se topó con figuras que admira: “Son los Oscar del deporte, así que ahí pude conocer a Michael Johnson y a Nadia Comaneci”.

VOLVER A EMPEZAR Cada lunes, miércoles y viernes, entre las 17 y las 19, Alejandra García aparece por el Parque Sarmiento para ponerse al frente de la escuela de atletismo. Durante los primeros días de septiembre, cuando Buenos Aires fue sede de la 125º Sesión del Comité Olímpico Internacional (COI) que terminó eligiendo a Tokio como la sede de los Juegos Olímpicos de 2020, estuvo a cargo de una jornada de introducción al atletismo para chicos en situación de riesgo social, de la cual también participaron importantes miembros de la Laureus Academy, como Serguéi Bubka, mítico garrochista ucraniano quien es, tal vez, el gran ídolo de Alejandra. Con este tipo de acciones, ella intenta dejarle algo al deporte a cambio de todo lo que recibió. Sin embargo, siente que todavía algo le falta. “Hace 9 meses que me retiré y estoy un poco en la transición. Llegué al Cenard a los 12 años y me fui a los 40... No me puedo quejar porque hice todo lo que me propuse. Si me preguntás qué me faltó... Y, me hubiese gustado saltar más alto (risas). Pero, en cuanto a títulos, gané todos los que pretendía, fui finalista olímpica y mundial. Fue una lucha tremenda. Me pregunto si lo volvería hacer...”. ¿Lo volvería a hacer? ¡Sí! ¡Sí! Lo volvería hacer –dice, casi gritándole al

viento– Acá pasé toda una vida. Y ahora volví a nacer. Hay que reinsertarse: son otros desafíos, que todavía no llegaron, que estoy esperando. Los salgo a buscar, pero ya no depende tanto de mí... ¿Le gustaría que la convoquen de la Secretaría de Deportes de la Nación, quizás? Qué sé yo... Ya pasaron 9 meses, no dos. No sé cómo decirlo... Sigo esperando ‘la oportunidad’ que llegue desde la gente del deporte. Anhelo poder colaborar. Estoy en casa, veo, escucho y quiero cambiar cosas... ¡Pero estoy en mi casa! Analizo constantemente a los atletas y digo: “Mirá el brazo derecho: tiene que corregir eso”. Y no estoy pidiendo cosas a cambio, por eso soy embajadora de una fundación. Siento que lo merezco, nada más. ¿Se aprende más del fracaso que del éxito? Si me hubiera caído cuando fracasé, no habría entrado en la final de Atenas. Por eso, volviendo al tema de mi reinserción, pienso que si la oportunidad no llegó hoy, tal vez llegará mañana. Y si no, tal vez será una etapa cerrada en mi vida. Aunque sería una pena... ¿Le duele que no la tengan en cuenta, siendo una exitosa deportista de élite? Los miembros de Laureus me preguntaron qué estaba haciendo ahora que llevo meses fuera de la actividad. “Tengo la escuela de atletismo”, les dije. “¿Y qué más?”, me preguntaron. “Bueno, nada más...”. Se quedaron sorprendidos. ¿Cómo les explico que no es tan sencillo? Estoy tratando de evitar ser personal trainer, con todo el respeto que me merecen los que hacen eso. Sé que es una salida laboral y, por ende, no le cierro la puerta. Pero me encantaría poder volcar lo que hice como garrochista en beneficio de nuevas generaciones. Entiendo que toda mi vida fue difícil, que siempre tuve que luchar y golpear puertas, pero a veces me pregunto: ¿no puede llegarme algo un poquito más fácil? ¡Un mimo puede venir! (risas). ¿Acaso se arrepiente de no haber hecho carrera en el exterior? Más de una vez se me pasó por la cabeza abandonar el país por la falta de recursos a la que nos enfrentamos los atletas, pero nunca se me ocurrió dejar de representar a la Argentina. Ahora que vive con los ritmos y horarios de cualquier hijo de vecino, ¿qué siente? Siento los miedos comunes. La inseguridad, cuando tenés hijos, es algo del día a día. O cuando salgo a pasear los perros, a la hora que sea... No me gusta estar tan alerta, quiero vivir un poco en paz. ¿Y qué piensa de las políticas deportivas de los últimos años? No entiendo mucho de política... Siempre viví los cambios de gobierno a través de los secretarios de Deporte que iban sucediéndose. Sé que cada uno tiene su equipo, pero estaría bueno pensar un poco a largo plazo y no cambiar tantas figuritas. Igual, no siento que la política sea un lugar donde uno pueda hacer... En el Ente Nacional de Alto Rendimiento (Enard) hay recursos, pero algo pasa. ¡No me pueden estar pidiendo garrochas a mí, si plata para comprarlas hay! Esto puede no ser culpa del Enard ni de la Secretaría de Deportes, sino de las confederaciones, que son las que tienen que presentar planificaciones de viajes, pedir implementos y hacerse cargo de sus atletas.◆ CLASE <

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