Reducir los desperdicios alimentarios es uno de los mayores retos para
la industria hostelera en todo el mundo. Solo en el Reino Unido, se tiran
más de cuatro millones de toneladas de residuos orgánicos al año, ¡y la
cifra no deja de aumentar! Al tirar comida desperdiciamos recursos
valiosos, porque resulta caro comprarla y eliminarla. La comida tiene
una huella ecológica alta en carbono. Se necesita bastante energía para
que crezcan los alimentos, se cosechen, se transporten, se procesen, se
empaqueten, se vendan al detalle y se preparen, y por consiguiente todo
el proceso tiene un grave impacto en nuestro planeta.