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Más allá de la ciudad

Y es que la provincia entera es un crisol de culturas que enamora con la vista pero también con el gusto, el olfato, el tacto y el oído. Es imposible no fascinarse con los pueblos pintorescos de origen bereber que te encuentras en la Alpujarra Granadina, o disfrutar relajándote en las playas tranquilas de la Costa Tropical como las de Almuñécar y Salobreña.

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Granada es inagotable, con los yacimientos arqueológicos y los castillos que puedes visitar como el Castillo de La Calahorra, una antigua fortaleza árabe, o el Castillo de Láchar, un castillo-palacio en que el estilo arabesco se mezcla con la arquitectura romántica.

Para los amantes de la naturaleza Granada es un paraíso. Sus rutas de senderismo en las inmensas cumbres de Sierra Nevada, donde puedes acabar durmiendo en las originales casas cuevas o disfrutar de atardeceres en paisajes lunes, así como perderte por lugares como el barranco de la Luna en Saleres, una increíble garganta natural con piscinas naturales y fósiles en sus paredes.

La Alpujarra merece una mención especial porque en ella se encuentran algunos de los pueblos más bonitos de la provincia, como Bubión, Capileira y Pampaneira, situados en el Barranco de Poqueira. Sus casas blancas de techo plano y sus calles estrechas adornadas con balcones llenos de flores se fijan para siempre en la memoria.

En la sierra granadina también la gastronomía es un elemento fundamental de atracción turística, empezando por Lanjarón, pueblo que da nombre a una conocida marca de agua y que ha generado en su entorno un turismo de salud y bienestar. Se puede disfrutar también de sus afamados jamones en Trevélez, el pueblo más alto de la Península. En otros pueblos de la Alpujarra se pueden comer también platos típicos de la zona como el solomillo a la alpujarreña, el pastel de moruna o la ensalada de perdiz.

La ciudad de Granada

Granada es una ciudad mágica, es fácil perderse entre el arte que desprende por todos los rincones de sus callejuelas. El palacio de la Alhambra ocupa el protagonismo indiscutible en Granada, es una combinación perfecta entre belleza e historia, al igual que el Palacio del Generalife y sus impresionantes jardines.

Y para observar la Alhambra y Sierra Nevada hay que ir al Mirador de San Nicolás en el barrio del Albaicín declarado Patrimonio de la Humanidad por sus estrechas calles moriscas medievales. El barrio de Sacromonte donde se debe disfrutar del Flamenco es otro de los imprescindibles cuando se visita la ciudad, al igual que la Catedral de Granada, rodeada de callejuelas que te transportan a una ciudad del norte de África.

La ciudad está llena de rincones, que recuerdan a sus artistas, como Federico García Lorca. Y siempre es bueno encontrar un rato para desconectar y relajarte en los baños árabes Hammam Al Ándalus que están ubicados en una casa del siglo XIII de estilo nazarí.

La capital de la Tapa

Si hay un dato indiscutible es que Granada es la capital mundial de la Tapa. Se trata de un atractivo turístico que Granada protagoniza con orgullo y calidad bajo la máxima de “por cada bebida que pidas tendrás una tapa gratis” y que ha creado incluso “rutas de tapeo” como servicio para los turistas que visitan la ciudad.

Sin duda ir de tapas es típico de toda Andalucía e incluso de todo el país, pero en Granada es una costumbre social muy asentada que funciona como una tradición que te muestra una ciudad distinta que se disfruta al detalle. Con cada consumición podrás comer la tapa más sabrosa, original y abundante, creando tu propia ruta tapera entre sus callejuelas como por ejemplo del barrio del Realejo, antiguo barrio judío de la ciudad, donde puedes tomar ricas tapas de jamón, queso, pescaíto frito, tortillas o patatas a lo pobre.

En el entorno de la Catedral también hay calles imprescindibles para tapear como la calle Elvira y cerca del Ayuntamiento, tenemos la Calle Navas, donde se pueden degustar tapas de callos, habitas fritas con jamón, las migas con tropezones o fritura de pescado.

Migas con tropezones, Olla de San Antón, Barra de tapas, Tapa de patatas con huevo, Habas con Jamón, Remojón granaíno y Jamón de Trevélez.

En la página siguiente: Playa de Salobreña, calle típica de Pampaneira con la exposición de jarapas y Castillo de La Calahorra.

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Más allá de las tapas, los más emblemáticos restaurantes granadinos se encuentran en el corazón del Albaicín. Excelencia gastronómica combinada con las mejores vistas de la ciudad hacen de esto uno de los mejores planes para realizar en Granada. Y para no perder la esencia de los platos tradicionales, la ruta gastronómica puede acabar en el barrio del Sacromonte, comiendo una tortilla de Sacromonte, hecha con una receta originaria de la abadía del mismo nombre, que contiene mollejas y criadillas de cordero y que se hizo famosa en la ciudad porque el abad la ofrecía por muy poco dinero a los estudiantes.

Granada es un destino turístico imprescindible tanto si viajas desde otras partes del país como si vienes desde el otro lado del mundo. Es la combinación perfecta para despertar los cinco sentidos del turista que no quiere perderse detalle de un lugar lleno de historia y de vida. ■

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