Narrativa

-Benemérita Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho”-

Licenciatura: Educación Preescolar, 1er semestre

Materia: El Sujeto y su formación profesional

Alumno: María Fernanda Rocha Villagrana

Tema: Narrativa autobiográfica

Fecha: 24 de Octubre del 2018.

Mi inspiración de un modelo a seguir Mi nombre es María Fernanda Rocha Villagrana. Nací el 23 de diciembre de 1999 a las 11:05 horas, en el hospital Juan de Tolosa en la ciudad de Fresnillo Zacatecas. Soy la cuarta hija de Ma. Carmen Villagrana Segura y de Jorge Rocha Vázquez. Tengo tres hermanas, Georgina, Alejandra y Rocío en donde dos de ellas Georgina y Alejandra ya están casadas, e incluso ya tengo seis sobrinos cuatro hombres y dos mujeres a los cuales quiero mucho.

A la edad de los cinco años yo curse únicamente tercer grado de preescolar en el Jardín de Niños Vicente Ramírez Duarte de Fresnillo el cual estaba cerca de mi casa pues recuerdo muchos momentos inolvidables de esta etapa. Puedo decir que fue la mejor de todas ya que gracias a las grandes experiencias que tuve, me permitieron tomar como referente el perfil de docente. Aún recuerdo como mi maestra Alicia era muy linda, poco a poco le fui agarrando aprecio y la iba queriendo más y más, ya que siempre me felicitaba por mis trabajos, era una persona muy agradable, dulce, cariñosa, divertida y paciente, siempre implementaba nuevas estrategias de aprendizaje, por cierto muy divertidas. Me encantaba su forma de trabajar. Entonces pensé que si yo fuera así como ella de tener una formación educativa llena de habilidades y aprendizajes para ayudar a personas que lo requieran sería lo más bonito que pudiera existir. Además me gustaba abrazarla mucho ya que tenía un olor muy agradable. Me encantaba asistir al jardín de niños y lo hacía con entusiasmo pues sabía que cada día adquiría nuevos conocimientos y podía compartirlos con mi familia, además de que la maestra nos hacía regresar con la emoción de un nuevo día.

Siempre que salía a jugar con mi hermana Rocío quería jugar a la escuelita y pedía yo ser la maestra, pues imitaba a mi maestra e incluso antes de salir me ponía mucho perfume.

Al egresar del nivel de preescolar, ingrese a la escuela José María Morelos y Pavón en donde los maestros que me impartieron clases en los seis años, eran muy agradables, conociendo a cada uno de ellos, observaba su manera de trabajar, continuaba mi interés por la docencia ya que me reflejaba en mi maestra de quinto grado, la maestra Araceli a la cual siempre la recuerdo y la aprecio mucho, considero que este fue el mejor año de todos pues la maestra era súper cariñosa, era una maestra muy joven que se acoplaba a nuestro ambiente, es algo que no puedo tratar de explicar el comportamiento de una persona tan linda, tan culta, pero sin dejar atrás el valor del respeto y sin descuidar el aprendizaje.

Dejando así una huella en mi corazón.

Al estar cursando la primaria, nació mi primer sobrino, pues al tener una convivencia muy cercana con él, fue despertando más el interés por la docencia pues me di cuenta que el poder enseñarle conocimientos nuevos me hacía sentir muy feliz. Además de tenerle mucho aprecio a niños pequeños como él.

También cuando yo cursaba la escuela, mi hermana Alejandra estudiaba en el Bachillerato José Santos Valdez, en el cual yo observaba como realizaba sus tareas, pues realizaba muchos tipos de manualidades y me llamaba mucho la atención, además me platicaba cuando iba a sus jornadas de observación todo las experiencias que vivía con los niños de la estancia a la que acudía, esto también fue parte de que me fuera llamando más la atención, el también yo tener experiencias similares ya que hacia comentarios que era lo más bonito tener acercamiento con los niños.

Cuando egrese de la primaria, entre a la Secundaria Gral. Benito Juárez, aquí conocí a muchas personas maravillosas, tuve muchas experiencias en su mayoría buenas, los tres años me junte con personas muy agradables. Los tres años se me facilitaron mucho, tenía maestros muy buenos y siempre como cada bimestre estaba en el cuadro de honor. Tanto maestros como algunos de mis compañeros me hacían comentarios de que yo tenía perfil de maestra, esto hacia que me motivara más para dedicarme a la docencia. En el último año de secundaria fue cuando tome la decisión de elegir el bachillerato de puericultura en el cual este bachillerato era el adecuado ya que era como parte de la carrera de educación.

En el año del 2015 ingrese al Bachillerato Tecnológico Industrial y de servicios No. 001. Donde elegí la carrera de puericultura, pues no tenía en mente, ni me llamaba la atención ninguna otra, pero había algo que no estuviese convencida del todo, pues la especialidad estaba en el turno vespertino.

Los docentes que me impartían clases en el CBTis eran muy buenos, aprendí mucho de la Maestra Alejandra, es una maestra muy inteligente, en la cual se puede confiar en ella, se presta para cualquier tipo de cuestiones, una persona muy sencilla a la cual admiro mucho, ella me dio muchos consejos y ánimos para intentar entrar a la escuela Normal Manuel Ávila Camacho, pues ya era momento de decidir si en realidad quería continuar con lo que tenía en mente, pues me decía que si podía, que era una persona muy inteligente en el cual se me iba a facilitar mucho y cuando menos lo acordara ahí iba a estar en la “Normal”. Al igual que otros maestros también muy inteligentes. Aunque me fue muy difícil adaptarme tres años en el turno de la tarde.

En el Bachillerato, realice una serie de actividades como lo que fueron bailes, rondas, tablas rítmicas, obras, pastorelas, café literarios, etc. Debido a que la especialidad así lo aplicaba, pues me divertía mucho en ese tipo de actividades.

Como el bachillerato era técnico, tendríamos que realizar el servicio social y prácticas profesionales de acuerdo a nuestra especialidad, pues yo realice mi servicio en la biblioteca municipal en los cursos de verano, el cual tuve un acercamiento con niños de 4-6 años de edad por tres semanas y mis practicas las realice en el Jardín de niños “Republica del salvador” aquí fue cuando me di cuenta que me encantaba trabajar con niños, el poder transmitirles mis conocimientos era algo que me ponía muy feliz, viviendo grandes experiencias que me marcaron bastante en mi vida, teniendo gratos recuerdos de cada uno de ellos, aprendían los niños algo de mí como yo de ellos, el cual decidí continuar con mi sueño. Como siempre sacando buenas calificaciones por el empeño que les ponía a cada una de las materias, hasta obtener el primer lugar de aprovechamiento de la especialidad de puericultura.

Entonces decidí ingresar a la Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho, en donde me estuve preparando para el examen admisión y poder quedar dentro de eso 30 lugares de la Licenciatura de Educación Preescolar. El día del examen estaba muy nerviosa pues trate de concentrarme y al finalizar, solo me quedaba esperar hasta el 20 de julio para ver los resultados y efectivamente al ver mi número de folio estaba en el número 13, fue como un sueño hecho realidad, de primero no me la creía, no porque no confiara en mi si no en los pocos lugares que admitían.

Aquí estoy, enamorada de mi carrera y veo un futuro lleno de éxito. Ahora puedo decir que esta profesión me llena y quiero ejercer como una persona ejemplar para las personas. Así como lo que me ocurrió desde que era pequeña, me gustaba este oficio, inspirándome en otras personas tomándolas como un modelo a seguir. Con la frente en alto y la mano en el corazón ahora puedo decir orgullosamente que “La voz de la patria, es el maestro”.