Ébano, comentado por alumnos de 4º de ESO
Aproximación a través de fotografías, brevemente comentadas, sobre aspectos geográficos y antropológicos de África Autores Carolina Artigot, Estefanía Orduna, Blanca Riera, Andrés Martí, Eduardo Moreno, Fernando Bentué, Alejandro Gascón, Laura Llorente, Diego Sangüesa.
Salvo por el nombre geográfico, África no existe La fotografía superior, pertenece a lo que nosotros llamamos África. La inferior, también. Esto, por tanto, demuestra que la cita del autor Kapuscinski, usada como título de entrada, es completamente cierta. Llamamos África a un continente. Pero, ¿realmente puede ser una unidad más allá de la geografía? ¿puede serlo cuando, dentro de la misma, unos viven y otros apenas sobreviven? La diferencia es notable entre Acra (foto superior), ciudad escenario del primer capítulo del libro, y una ciudad sudafricana (foto inferior). Es, por tanto, el continente que demuestra que, sin necesidad de atravesar un mar u océano, existen muchas maneras de vivir.
Eduardo Moreno
Los años dan sabiduría y respeto, en tierras africanas.
"A los pequeños los cuidan los mayores, y a éstos, los más grandes todavía. Esta jerarquía de la edad se observa a rajatabla y la obediencia es absoluta. El niño de cuatro años tiene un poder absoluto sobre el de dos; y el de seis, sobre el de cuatro. Así, siempre son los niños los que se cuidan de otros niños, los más grandes de los más pequeños, de modo que los adultos pueden dedicarse a sus propios asuntos." Esta preciosidad de siete años cuida a su hermano de escasos meses, como hacen el resto de niños en África. Los niños ayudan en casa, cuidando de sus hermanos, del ganado o en el campo, por lo que después del colegio prácticamente ninguno continúa los estudios en el instituto y muy pocos llegan a la universidad. Esto favorece que los padres puedan dedicarse más profundamente en sus trabajos y, así, poder llevar más comida a las casas. En África, no importa tu estatura ni tu fuerza, los años son los únicos que te llenan de conocimiento. Carolina Artigot
El pueblo es un león dormido El desarrollo de la vida se produce bajo el sol y junto a sus iguales
"Las mujeres machacan la mandioca, asan a la brasa bulbos de taro, cocinan algún plato, comercian con chicles, galletas y aspirinas, lavan y secan la ropa. Y todo ello a la vista de todos, como si rigiese una orden que obliga a los habitantes a abandonar sus casas a las ocho de la mañana y a permanecer en la calle. La causa real es muy distinta: las viviendas son pequeñas, estrechas y pobres." Desde el principio de la mañana y hasta el comienzo de la noche, todos los habitantes de Acra, (Ghana), se encuentran en las puertas de sus casas. Algunos niños corren y juegan. Las mujeres, como en el caso de las dos mujeres de la foto, conversan acerca de temas cotidianos, cocinan, enseñan a sus hijos y se encargan de pequeños comercios donde venden algunas frutas, hortalizas o algún tipo de artesanía. Carolina Artigot
Es más fácil para una hormiga transportar una montaña que mover a los que mandan.
África uno es de los continentes más bellos, por no decir el más hermoso de todos. Debido a su situación geográfica y al clima, cuenta con una gran variedad en fauna y flora, todo esto le proporciona un ambiente natural y salvaje, que muchas ocasiones lo reclamos los occidentales que pasamos mucho tiempo en la urbe, y a penas vemos la naturaleza en alguna ocasión. Pero en realidad, África no es tan bonita como mucha gente piensa. En algunos países del centro y sur de África, mucha gente vive explotada, trabajan muchas horas y cobran una miseria, que apenas les llega para llevar el pan a su hogar. Mucha gente piensa que también se podrían revelar o actuar de alguna manera para cambiar esa situación, como ocurrió durante el s. XIX en muchos países de Europa. Pero a menudo, tomar ciertas decisiones o llevar acabo según que acciones ante esa situación, puede conllevar consecuencias nefastas. Gran parte de estos países, están dominados por mafias, y la posibilidad de revelarse contra ellas es limitada, porque mucha gente prefiere trabajar duro y tragar todo antes que luchar por sus derechos aunque el resultado no sea el esperado. Todo este ambiente lo explica bastante bien este proverbio africano, que he utilizado como título. Fernando Bentué
África baila
Se oyen a lo lejos los tambores de una tribu africana, y hombres, mujeres y niños danzan alrededor de una flamante hoguera. Elevan los brazos, saltan, dan vueltas, vuelven a saltar. Un movimiento constante e impasible domina a los africanos, y su baile hipnotiza. A África le caracteriza ese movimiento. Es un continente de cambios. Donde ayer había desiertos, hoy hay ciudades; donde ayer había casas, hoy hay arena; donde ayer había simplemente nada, hoy crecen los árboles, saltan las gacelas y acechan los leones. Y así viven los africanos, son nómadas, pues no les importa el lugar donde VIVIR mientras estén con los suyos y puedan ser felices. Así vive África, en constante cambio. Y es algo digno de admirar, pues no todos seríamos capaces de llevar ese ritmo de vida, de adaptarnos a las necesidades y circunstancias que nos aguarda el destino. Ya no se oyen los tambores. El silencio y una solitaria tranquilidad inundan la sabana. Pero no muy lejos, esa tribu estará danzando al son de la música, saltando y bailando todos juntos y con una tierna sonrisa de oreja a oreja en sus rostros, iluminada por la flamante hoguera. Andrés Martí
Camino de Kumasi... dos horas de espera
Es curioso observar la forma en la que conciben el tiempo los africanos. Aquí, en España, tienes que llegar puntual, porque sino el autobús se va sin ti, no espera. Está regido a un horario y no lo puede variar. Vivimos en un mundo en el que el tiempo se ha impuesto como una ley. Nos guiamos por fechas, horarios, plazos e tiempo... Cronometramos nuestra vida minuto a minuto. Somos esclavos del avance de las agujas el reloj. Sin embargo, los africanos tienen una concepción distinta a la nuestra del tiempo. Ellos piensan que es el hombre el que influye en el tiempo. Por eso al llegar a la estación de autobuses, y subirnos a uno con destino a Kumasi, tenemos que esperar dos horas hasta que el autobús esté lleno, si no, no sale de la estación. Su concepto del tiempo es más flexible, más elástico. Quizá deberíamos aprender los occidentales un poco sobre la manera en la que ven ellos el tiempo, y aprender a perder el tiempo haciendo nada. Blanca Riera
Godo godo nenie? En la imagen aparece una estación de autobuses típica de África, tal y como la narra Richard Kapuscinski. En estaciones como la que aparece en la fotografía, se trabaja sin hora, todos los autobuses parten únicamente cuando están llenos. Todo ese gentío que va de aquí para allá, esa espontaneidad con la que se trabaja es la que no cabe en nuestras cabezas. ¿Cómo es que puede funcionar algo así? El propio autor se vio sorprendido, y así lo refleja en su libro donde aparece una conversación que mantuvo con un conductor: “¿A qué hora sale el autobús”? El señor le miró con cara extraña, y después le contestó: “¿Como que a qué hora sale? ¡Pues cuando se llene!”. Por otra parte, voy ha hablar sobre los viajes que se realizan allí. La gran parte de los trayectos se dan por zonas donde no se conoce aún que es el asfalto. Los autobuses van por caminos, por campos... Los nativos de allí lo viven como algo más, al montarse en el autobús todos juntos aún superando el límite de capacidad con casi toda seguridad, desenchufan. Si, desenchufar pienso que es la palabra adecuada. No los oirás quejarse absolutamente de nada. Muestran una frialdad la cual todos nos preguntamos de donde saldrá. ¿Cómo son capaces de mantener ese comportamiento en tal situación? La respuesta: su fortaleza. Por último, volviendo a la estación, me gustaría hablar de ese día a día que mantienen todos los “habitantes” de este lugar. Con lo poco que tienen, con los precarios métodos de locomoción con los que cuentan, con todo ese “poco” que le añadimos cuando hablamos de diversas infraestructuras como esta... me gustaría resaltar el gran trabajo que sacan adelante todos ellos, además de destacar el "como" lo hacen. Alejandro Gascón
Yo te cuidaré En África, niños como los que se pueden apreciar en la foto, poseen mucha independencia, algo que en occidente es impensable. ¿Cómo un niño de tan corta edad puede hacerse cargo de otra criatura más pequeña, mientras que los adultos son incapaces? La vida africana es así, los mayores cuidan de los pequeños, el niño de 6 años tiene autoridad ante su hermano de 3, y el de 15 ante el de 10. Da igual la edad que tengan, da igual cómo sean, da igual si ellos se creen capaces de cuidarse por sí mismos, el orden debe seguirse por norma. Laura Llorente
Los africanos nunca llegan tarde África no deja de sorprenderme.
Los africanos tienen una concepción del tiempo muy diferente a la nuestra. Nosotros, los occidentales, vivimos angustiados con el paso del tiempo, somos sus esclavos. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, estamos pendientes del reloj, de horarios, de ser puntuales; todas nuestras actividades están organizadas en el tiempo. Sin embargo,
expresiones como “¿Qué hora es?”, “es tarde”, “es pronto”, “¿A qué hora…?”, son perfectamente desechables para los africanos. En África se tiene una mentalidad y unas costumbres más religiosas y espirituales. Los africanos viven fuera de las pegajosas y organizadas redes del tiempo, escapan al estrés que pegarse a esas redes conlleva. Ellos consideran que el tiempo existe como consecuencia de nuestros actos, sin nosotros, no tiene sentido; e incluso pueden mantenerlo latente. Así, es común encontrarse en África a personas haciendo, simplemente, nada. Su mirada permanece perdida, meditan, esperan inmunes al paso del tiempo, se encuentran presentes en cuerpo, pero asemejan estar ausentes. Admiro y envidio que no vivan como súbditos del tiempo, que no les preocupe ni sofoque esperar sin hacer nada, lo que los occidentales llamaríamos “perder el tiempo”. Pero, ¿realmente consideran ellos que lo pierden? Es increíble como cambian las concepciones, costumbres y estilos de vida de una cultura a otra. Cuanto más conozco sobre África, más me fascina. Andrés Martí
"Cuando dos elefantes se pelean, quien sufre es la hierba" ¿Lo habían escuchado alguna vez? Es un proverbio africano, y una gran verdad que nunca había pensado. ¿A que no, a que no lo habían escuchado nunca? África es un continente maravilloso y muy desconocido por todos nosotros, a pesar de la cercanía geográfica y el contacto con extranjeros. Una pena, pues allí todo es muy diferente a lo nuestro, es un mundo que recoge diferentes pensamientos, creencias, costumbres, modos de vida, fauna, flora, gastronomía. ¡Hay tanto por conocer! Si hasta la tierra es diferente, hay diferentes colores, olores, sabores. Fíjense en ese sol enorme y abrumador, tan caluroso; y esa luz, sí. Aquí en España jamás había visto esa iluminación, ese paisaje tan abierto que puedes recorrer con un solo vistazo, y quedarte hipnotizado con la belleza de África. No debemos cerrarnos en lo que conocemos, ni ignorar lo que desconocemos. Merece la pena aprender de otras culturas, visitar nuevos lugares, conocer nuevas gentes; es algo que te permite crecer como persona. Andrés Martí
Siempre queda un motivo por el que sonreír
Mujer de Ghana sujeta a su hijo a la espalda y sonríe a la cámara, probablemente lleva todo el día con el, mientras trabajaba en el mercado, lavaba a mano la ropa y comentaba con el resto de las mujeres la jornada. A pesar de ello, el niño no llora. La mujer menos. Estefanía Orduna
El árbol de la vida En África la vida es diferente. Allí hay otra luz ,más intensa, que permite ver mejor y distinguir las cosas realmente importantes. Puede parecer que el árbol de la foto no tiene mucha vida, pero no es cierto, porque lo que le da vida son los pájaros que viven en él. De la misma manera, África, al igual que cualquier otro lugar del mundo, no es importante en sí, lo que le da importancia es la gente que vive allí, y en África vive mucha gente con maneras de pensar, culturas y costumbres muy diversas. Debería ser el continente más importante dada su gran riqueza cultural, al contrario de lo que pasa en la actualidad, que no se suele tener en cuenta. Nosotros vivimos en otro mundo diferente, preocupándonos por cosas poco importantes, mientras que en África la gente no tiene ninguna de las cosas sin las que nosotros no podríamos vivir, pero son felices con lo imprescindible y dan valor a las cosas realmente importantes Diego Sangüesa