L ABRE
ADERO
de Fernando Menéndez
finy
al cabo, aunque parezca poca cosa,
Todo el mundo sabe que escribir es haber muerto.
Porque, al
Sólo la muene pasa Ia vida a limpio y a esa distancia
un nombre es lo que somos.
es capaz de rescribirla. Por eso sólo el escritor es
qüen narra el mundo de los vivos desde el mundo
Ric ardo Me
néndez Salmón
de los muertos.
Agustin Fernández
M allo
Y cuando una persorla es Io bastante afortunada
Todo está a merced de la energía ocasional.
para vivir dentro de una historia, para habitar un
mundo imaginario, las penas de este mundo des-
Sam Shepard
aparecen.
Mienkas la historia sigue su curso, la realidad deja de existi¡.
PauI Auster
Toda verdad susurra
/ Todo Io
que está vivo es
misterio.
Suerte es una palabra que debería quedar reservada
para los que aún están esperando.
Tomás Segovia
Ray Loriga
Nuestras mentiras revelan tanto de nosotros como
La única gente que me interesa es la que está loca,
nuestras verdades.
la gente que está loca por vivi¡, loca por hablar, Ioca
J. M. Coetzee
por salvarse, con ganas de todo aI mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre
las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un:"
¡$1ffit' Jack Kerouac
vrn I 2008
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ENSAYO
el hippie-texto
Antonio Rico con la defensa apasionada que hizo junto con Tony
El moümiento hippie fue originalmente un movi-
Leblanc de los valores conúaculturales de la beat
miento vinculado a la juventud que se inició en ia
generation, Ia creación de comunas y comutidades
Costa Oeste de los EEtiIJ durante los comienzos de
de libre conüvencia, la obsesión por el rock psico-
los años 60 y posteriormente se extendió por toda
délico, la revolución sexual y el uso de drogas como
Norteamérica y por Europa. La paternidad de los
eI cannabis o eI LSD para explorar estados alterna-
hippies, como luego veremos, es multiple, pero una
tivos de conciencia. Compartió así un importante
primera línea de filiación muy destacada los entron-
número de las caracterÍsticas del movimiento hippie,
caría con Ia llamada "beat generation", una serie de
a las que, si acaso,
escritores amantes del jazz, del vagabundeo por los
armas nucleares y la guerra de Vietnam, el vegeta-
y de la experimentación con el alcohol y demás
rianismo y el interés por las filosofÍas y religiones
sustancias de efectos psicoactivos, entre los que
orientales y en general por cualquier tipo de elemen-
sería obligado citar a William Burroughs, a Allen
tos culturales no occidentales, que eran siempre
Ginsberg -quien posteriormente sería un hippie más
vistos como "naturales", "puros", no contaminados
perdido por los océanos del LSD- y, por supuesto, road" (nada que
con Ia corrupción que, por oposición, definiría Occidente, el "establishment", el "sistema!', lo que
ver con "Camino" de San Josemari Escrivá de Bala-
en ocasiones llamaron "the man", el hermano mayor,
guer) se convirtió en ia referencia bíbiica para cientos
-que ésa, y no "gran hermano", es Ia correcta traduc-
¿s miles de bea¡rjks del universo mundo-. La propla
ción del orwelliano "big brother"-.
EEUU
a Jack Kerouac, cuya obra "On the
faltaría añadir Ia oposición
a las
palabra "hippie" fue empezada a usar por tales beauriks en referencia a los chavaletes felices, ávidos
Y es que si los escritores beat son uno de los prin-
de música, sexo y armonía con el universo, que se
cipales padres del movimiento hippie, eI mito de la
instalaban en eI Haigh-Ashbury de San Francisco, y que veÍan a tales autores como auténticos gprús. El
naturaleza es la principal de las madres que Io parieron. Convencidos de que todos los males de
término deriva de "hipster", que a su vez proüene
su sociedad son debidos a que el ser humano civili-
de otra voz muy inespecÍfica norteamericana, -"hip"-
zado del Primer Mundo "ha dejado de ser él mismo",
, que üene a significar algo así como "molón", -en
se encuentra alienado debido a que ha dejado de
la TPA dirÍan "prestosu"-. El movimiento hippie
"ser natural", el hippie busca eI contacto con la
recibió diversos nombres a Io largo del mundo. En
naturaleza, tanto con la naturaleza salvaje (árboles,
Méjico fueron llamados ' jipitecas". En el Reino Unido
hierba, bosques) como con otras civilizaciones que,
llarnó los "peace convoys". En España, jugando
con una peculiar sinécdoque, los hippies cañís fueron
por su lejanía, se considerarán "naturales" y cualitativamente diferentes de su propia civilización
llamados "ye-yés", en honor al "she loves you yeah
(culturas remotas, antiguas, monasterios, sabiduría
yeah yeah" de los Beatles. En efecto, podrÍa conside-
india, músicas étnicas, turismo rural, mercados
rarse que en nuestro país Concha Velasco y su "chica
medievales, restaurantes exóticos; se extiende Ia
ye-yé" cumplió el papel que en los USA desempeña-
práctica de jugar a ser otro). La solución está en
ron Janis Joptin y "Piece of my heart" o Grace Slick
volver al jardÍn, y este contacto con Ia "naturaleza"
al frente de Jefferson Airplane y "Somebody to love",
es vivido bajo la
se les
figura emocional del "regreso",
como una "vuelta a las raíces", como un recuperar
vrnl2OO8
L.&S
¡j*JÁ5
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o7
ENSAYO como una "vuelta a las raíces", como un recuperar
públicas, y fue cuestión de poquísimos meses que
una autenticidad que un día se fue (del verbo "ser")
una sencilla evolución darwiniana diera lugar a la
y se fue (del verbo "ir"). Es este mito de la naturaleza,
aparición de los dinosaurios, los macrofesüvaIes de
esta identificación con todo Io exótico lo que con-
música hippies llamados a convocar en forma de
vierte, -con una pequeña ayuda de rnis amigos y del
peregrinación a Ios hipsters del mundo entero
LSD-, el blanco y negro de la beat generation, ator-
alrededor de los mejores músicos del mundo. EI
mentado y austero, en la explosión de color hippie,
primero que citaremos aquí fue eI Monterey Inter-
sencillamente feliz y barroca. EI jardín acoge lo
national Pop Music Festival, que tuvo lugar del 16
micro y Io macroscópico, ya que en una flor
encontrar tanto un átomo como un cosmos. Y jus-
al 18 de junio de L967,y al que asistieron más de 200.000 personas. Con tal motivo se produjo un
tamente el vÍnculo con el cosmos se convertirá en
LSD especial para la ocasión que recibió eI nombre
la nueva religión articulada alrededor de esa nueva
de "Monterey Purple". El festival contó entre sus
forma de gracia divina que es "la energía". En abril
organizadores con miembros de Mamas & The Papas,
de 1969, la construcción del Parque de la Gente en
The Beatles o The Beach Boys, y se considera eI
Berkeley, California, recibió atención internacional.
inicio del inolvidable "verano del amor" de 1967.
La Universidad de California habÍa demolido todos
Las anécdotas asociadas al festival son interminables:
los edificios en una parcela de 3 acres cerca del
todos los artistas tocaron gratis, con la excepción
campus, con Ia idea de usar el terreno para construir
de Ravi Shankar; fue Ia primera aparición importante
campos deportivos y aparcamientos. Tras muchos
en los EEUU de Jimi Hendrix, los Who y Janis Joplin,
retrasos, que habían convertido esa zona en un área
y una de las últimas apariciones de Otis Redding
marginal, miles de ciudadanos sencillos de Berkeley,
antes de su accidente mortal de avión; Donovan no
comerciantes, estudiantes y hippies tomaron cartas
pudo actuar al no conseguir un permiso de entrada
asulto y comenz¿fon a plantar arboles, arbustos, flores y hierba para convertir esa zona en un
en los EE.UU. por un asuntillo de drogas; el manager
parque. El 15 de mayo de 1969 el gobernador Ronald
que el festival estuviese a la altura de sus represen-
Reagan ordenó a la Guardia Nacional de los EE.UU.
tados.
se
puede
en el
de Cream, -Ia banda de Eric Clapton-, no consideró
que ocupara durante dos semanas la ciudad de Berkeley. En ese momento, los hippies iniciaron una
Pero el epítome, el paroxismo, eI hipérbaton, el
serie de acciones de desobediencia ciül plantando
oxímoron de Ia música hippie ruvo lugar del 15 al
flores en todas las esquinas de Ia ciudad bajo el
18 de agosto de 1968 en un pequeño pueblo del
Iema "Que florezcan mil parques". Aunque no se
Estado de Nueva York llamado Bethel, por más que
pueda llegar directamente al cosmos, siempre
se
el festival pasara a la historia de la humanidad bajo
podrá escapar de la oscuridad de Nueva York y vivir
el nombre de "Woodstock Music and Art Fair", y el
el sueño de California.
eslogan "3 días de paz y música". La lista de artistas
participantes es estratosférica: entre muchísimos
Y como todo movimiento cultural que se precie,
otros, Richie Havens, Country Joe McDonald, John
religioso o no, Ios hippies rápidamente crearon una
Sebastian, Melanie, Arlo Guthrie, Joan Baez, Santana,
serie de ceremonias y ritos que, en lo musical, -que
Canned Heat, Janis Joplin, SIy & The Family Stone,
es de
lo que se trata aquí-, tomaron la forma
de
Grateful Dead, Creedence Clearwater Revival, The
festivales y conciertos. La música Io invadió todo,
\{ho, Jefferson Airplane,
Ios pequeños cafés, los clubs nocturnos, las plazas
The Band, Blood, Sweat and Tears, Johnny Winter,
08
r,A5
f] {iJ.4:
*fr
if9.*
Joe Cocker, Ten Years After,
ENSAYO
Paul Butterfly Blues Band, Jimi Hendrix, Sha-Na-Na.
en devorarlo, y, de hecho, enseñó a Ia industria
El macroconcierto se enclavó en medio de un paÍs
musical a devorar las innovaciones musicales nada
que padecÍa conflictos militares en eI exterior y
más aparecer. The Doors fue el primer grupo de
graves problemas raciales en el intedor. Durante
rock de la historia en anunciar la salida de un disco
cuatro dÍas, Woodstock se convirtió en una mini-
mediante una gigante valla publicitaria instalada en
nación independiente y contracultural dentro de los
Sunset Strip. Todo estaba perdido. Nunca más, después de la aventura de la paz cósmica, volvió a
EE.W. bajo las consignas de mantener las mentes
abiertas, las drogas disponibles y el amor libre. 400.000 personas iniciaron a Ia cita y 400.000 per-
haber un movimiento literario, musical, con preten-
sonas la terminaron, pero no fueron las mismas:
aunque solo fuera en parte, no completamente
durante este lluüoso fin de semana dos personas murieron en el recinto del concierto, -una por una
agotado en su dimensión comercial. Los 70 marcaron
el final de la música ye-yé y Ia llegada de otras
sobredosis de heroína, otra atropellada por un
muchas músicas que cadauno jtngatácomo mejores
camión-, pero otras dos nacieron a Ia vida escuchando
o peores. Lo dijo David Crosby: "Estábamos los hippies tranquilamente üsfrutando de Ia música y
las armonías de Crosby, Stills and Nash
.
siones de globalidad y que pudiera mantenerse,
de pronto llegaron The Carpenters". El problema es
Pero todo se acaba en esta vida. El movimiento
que no fueron sóIo The Carpenters. También llegaron
hippie aguantó lo que aguantó la industria musical
Ios Sex Pistols y Tony Manero.
el tiempo y on kawara interDretación de uha obra de arle conceptual
I **u,
Alonso Moutas
¿CuáIes son las características intrínsecas del tiempo?
nos
a¡lda a organizar nuestra
existencia.
En primer lugar tenemos que tener en cuenta que
Si 1o pensamos fríamente, es imposible que los
la unidad de medida del tiempo es numérica pero
primeros humanos que pensaron en medir el tiempo
intangible, es decir, no corresponde a nada material
lo hicieran en unidades tan pequeñas como las horas
ni acumulable. Para entender esta idea, sólo hay que mirar un reloj y nos daremos cuenta que 1o
o los minutos. Es mucho más lógico haberse dado
único que podemos decir a ciencia cierta es que
repitiendo paulatinamente: los días y las noches, primariamente, y los grandes cambios climáticos,
"pasa",
cuenta en su experiencia üvida que las cosas se van
Otra característica fundamental y obvia del tiempo
es decir, las estaciones, secundatiamente. Todo esto
es Ia repetición. La repetición que tanto dio que
nos lleva a Ia confección de calendarios, por una
pensar a los griegos. En si existía o era solo pura
necesidad material.
apariencia. Saliéndonos de esos temas filosóficos,
podemos decir es que darnos cuenta de
Retornando a la parte numérica del tiempo, hay que
una cierta simütud entre distintos momentos vitales
decir que, como todo Io relacionado con números,
vrn I 2008
LA3
1o que sí
HAJAS
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09
ENSAYO
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* = .:
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muestra de una expoción de On Kawara en la galería de David Zwirner
está sujeto a las matemáticas. Y como todo principio
Romano marcó un hito al ser la primera sociedad
matemático antiguo, éste pretendía ser una ciencia
que consiguió imponer su calendario en un número
exacta. Por eso no es de extrañar que uno de los
muy alto de regiones, Ilegando su legado hasta
esfuerzos mayores de Ia humanidad haya sido
nuesúos días. Los Romanos fueron de los primeros
conseguir descomponer ese ente abstracto en upi-
en poner número a los años, con el objeüvo de datar
dades todas iguales y exactas, en números redondos,
todas las cosas que pasaban en su vasto territorio,
intentando hacer a la realidad "cuadrar" para ver si
dando lugar a otro concepto fundamental relacio-
asÍ encontrábamos el orden en Ia vida.
nado con el tiempo: La Historia.
La existencia forma otra pafie fundamental en Ia concepción humana del üempo, como lo demuestra
Llegado a este punto, cabe diferenciar dos tipos de
su diüsión en relación al individuo: presente, pasado
tiempo muy importantes: uno existencial que atañe
y
futuo.
La mejor prueba de ello es la importancia
de los tiempos verbales en iüomas como eI nuestro.
al individuo y otro colectivo que es aceptado por toda la sociedad. Muchas veces nuestro problema es olüdar que eI
Por oúa parte, en Ia civilización occidental, el Imperio
IO
LA5
¡r0JA§
DEL
FORO
tiempo, Ia historia y las matemáücas son convencio-
ENSAYO
nes, es decir, lengua.jes, es decir construcciones
cumple la fotografía: Era un medio de transmislón
humanas verosÍmiles, ficticias y eficaces.
en el üempo para conseguir hacer constar y constatar
los momentos.
importante en la tradición pictórica
Desde unpunto de üsta filosófico podríamos incluso
Es también muy
decir que la concepción de tiempo, tal y como Ia
la costumbre de fechar todos los cuadros, de tal
conocemos, solo se sostiene en interpretaciones del
manera que queden registrados en el tiempo (estra-
universo cuantitativas (matemáticas) mientras que
tegia usada conscientemente por muchos artistas
en interpretaciones cualitativas (mecanicistas) es
modernos para situar sus obras en el momento
solo una sensación y por lo tanto no existe realmente.
adecuado). También cabe decir que era un medio
Otra manera mucho más sencilla de evidenciar esto,
eliüsta desde el pr.rnto de vista de que sóIo Ios ricos
sería tener en cuenta que un reloj o un calendario
y poderosos tenían acceso a
dependen de un conocimiento preüo, y por Io tanto,
Esta reflexión nos lleva a dos puntos en los cuales
no le dirán nada sobre tiempo a alguien que no haya
Ia pintura se relaciona con las dos clases de tiempo
sido instruido preüamente en la concepción occi-
de las que he escrito antes, con la social, y con la
dentai.
existencial.
Cada disciplina interpreta eI tiempo internamente
Teniendo en cuenta Io ücho hasta ahora, no deben
a su manera, eligiendo fechas y periodos que cuadren
interpretarse los cuadros de Kawara como lo arbi-
dentro de su propio desarrollo, de tal manera que
Úarios y simples que su condición material nos
dé coherencia y legitime la evolución de su discurso.
muestra. Tampoco es casual que haya elegido un
Llegados a este punto vamos a decir que, si esto es
sistema de representación, la pintura (que por aquel
asÍ, entonces la concepción numérica, colectiva y
entonces estaba condenado precisamente por su
disciplinar concibe eI tiempo como un espacio de
representatiüdad, por su falta de objetividad), para
representación. Un espacio "ficticio" de representa-
a su vez representar fechas, que son Ia representa-
ción para los relatos.
ción del üempo y que, si nos atenemos a la función
é1.
que deducimos de su concepción histórica, matemáEs aquí donde podemos empezar a hablar sobre On
tica y colectiva, sería un "espacio representacional".
Kawara, cuya obra es principalmente pictórica. Cuando vemos una de las fechas de On Kawara A pesar de pertenecer a un periodo completamente
colgada en la pared, la primera concepción de tiempo
anti-pictórico, Ios trabajos de Kawara nos ofrecen,
que se nos viene a la cabeza es la colectiva, porque
por una parte, la revisión de un antiguo uso de la
es la que compartimos con los demás, e intentamos
pintura. Recordemos que antes del advenimiento de la fotografÍa, y principalmente a partir del rena-
averiguar que pudo haber pasado ese dÍa o ese año
usar la pintura para registrar
y no sólo un día más, pero la mayoría de veces esas
a personajes poderosos, como papas, reyes, nobles,
obras son fechas arbitrarias. En el momento en que
burgueses, etc. y también para acompañar a los
nos damos cuenta de que no se nos ocuffe nada de
escritos en grandes acontecimientos como batallas,
importancia para la sociedad, el siguiente paso
bodas, gremios e instituciones. En esos momentos,
el pensar en primera persona, sobre nuestros propios
además de tener una función estética, Ia pintura
actos ese día o en esa fecha, o sobre nuestra famüa.
cumplía parte de las funciones que hoy en dÍa
A falta de un conocimiento social asociado a esa
vrn
L,&g
cimiento, se empezó
20O8
a
de importancia para que esa fecha sea destacable,
!-iülAs
tlri
r{}É0
es
II
ENSAYO fecha, se echa mano de la experiencia propia, pro-
este modo, las obras operan también como un
duciéndose asÍ una tensión entre el concepto de
sistema de deconstrucción del lenguaje del tiempo
tiempo colectivo y el subjetivo. De este modo pode-
en tanto que matemática, separando de este modo
mos decir que las obras de Kawara sí consiguen
Ios signos, de esa continuidad a la que representan.
destruir eI elitismo de la pintura tradicional, y consiguen de verdad inscribir a todo el mundo en el marco de la obra de arte. Con su sistema, sigue
PDTA:
despertándose el imaginario de los espectadores,
Por una parte, quisiera aclarar que estas son solo
pero a cada uno eI suyo propio. PodrÍa decirse incluso que sus obras son un hito de la igualdad y
unas de las posibles interpretaciones de la obra de
de la revolución moderna, donde realmente
ciones es
se
On Kawara. Estimo que la diversidad de interpreta-
lo que hace a la obra conceptual
ser
consiguió acabar con los privilegios representativos
realmente fructÍfera.
del arte en occidente.
Por otra p¿üte, quiero aclarar que las obras más
Por otra parte, el dispositivo de la obra nos permite
impofiantes del autor, fueron realizadas entre los 60 y los 70. Por lo tanto espero que los posibles
ver al tiempo fuera de su conto<to natural. El formato
lectores tengan en cuenta que no estoy hablando
pictórico consigue que, Ia fecha pase a ser percibida
de nada que esté pasando ahora, sino que esto ya
como signos que por contexto, son realmente arbi-
pertenece a la historia del arte,
trarios. Así, se abre una brecha donde el concepto
intención con este ensayo es Ia de dar herramientas
de tiempo se eüdencia a si mismo y se separa de
para interpretar este tipo de obras.
su representación para volver a ser repensado. De
12
LA§
r.¡oJA5
NEL
FÜRO
y que mi única
NARRATIVA
turismo alfabét ico
Óscar L. Nogal
a Después de despertar, en un arranque descontrolado,
( Con la cabeza más clara, y con un alejamiento que
no formaba parte de su comportamiento, decidió pagar con la misma moneda. ¿Qué mejor que un
üaje para una venganza iimpia?
fue llenando las maletas para irse sin más. Exigiría a la agencia un
üaje rápido. Huír sin esperar más.
Nadie puede soportar ser abandonado en vacaciones
y encima, por ser sustituido por alguien vernáculo. El paraíso verde era sóIo una fachada.
U
¿Qué pretendÍa echando por la borda su esfuerzo
de tres años? ¿De qué servía cumplir el sueño que
una vez comenzó por un error en
un
buscador?
Nadie mejor podía ver que todo Io que se estaba
perdiendo en su viaje era culpa de su ceguera. La culpa no la tenÍan ni las montañas ni la lluüa. Sonrió a la televisión apagada.
É,
Sus hermanos de viaje concertado se mostraron de
lo más amables. Le convencieron, después de todo, de que nunca le iban a devolver el dinero invertido.
AsÍ que la vistieron y la acercaron al garito tÍpico de plaza mayor. Fotos y más fotos. La sidra traicionó su visión ya que surgieron, de repente, los amantes.
Como si en esa foto que tenían en un cumpleaños,
hubieran hecho corte y pega con su cabeza. Tomó tr
La costumbre de mirar la llarrura había adaptado su
otro trago a su salud.
mirada a un formato apaisado que no casaba con
la altura de la cordillera que se incrementaba al üajar hacia eI Este. Camarada del viaje, que se dormía a su lado. Les hicÍeron bajar al pie de una escalinata. Juntos se maravillaron ante la seo recor-
tada contra el cielo, digna de la instantánea que
Hecatombe. La verdad explotó con todo su veneno.
Cortante, seco, sin importar cualquier efecto que pudiera provocar. No hubo réplicas porque la sorpresa era mayor que la indignación o el padecimiento.
tomaron. Y
Podría haber ido a la última cena en el hotel. Podría X
Parece que la pasión con su ligue duró lo que dura
una cuenta corriente de un tipo de clase media. Disculpas, salvar Io que tenían. Algún viandante podía tasar en millones la calma al dar la maleta y las cuatro bolsas de souvenirs que habían comprado
haber r.uelto a la playa, en soledad, escapándose de
la tropa. Prefirió establecer un lazo invisible con la
ciudad, perdiéndose. Perderse significaba algo distinto dentro del viaje, perderse significaba desmontarse para descubrir en uno mismo algo nuevo.
juntos. Sin duda, asÍ firmaron la separación definitiva.
w Z
Como si en un estudio sociológico fuera, Ie llevaron
Quedaba poco tiempo y Ie agradecía a aquella tierra
a una fiesta
extraña que lo mosú¿ra territorios que nunca había
gente jaranera en un bar de campaña que tomaba
recorrido.
vrn
popular con un escenario, un grupo de
vino y cerveza, mordía unos bollos grasientos. La
2OO8
'-,q5
HGJAS
DEL
F0ñ0
I5
NARRATIVA
mayoría de los visitantes extranjeros vomitaron ante
escaparate, acabó con una docena de camisetas
tal espectáculo.
mulücolores que rezaba: "Has encontrado el Paraíso".
K
I
La salida pasaba por eI lado de una playa minúscula.
Bebieron, otra vez, más de Ia cuenta. Esta vez solos
miraron y sonrieron. Fueron quedándose rezaga-
en la esquina de un establecimiento hostelero-turista.
dos hasta que huyeron sin mirar atrás. Nunca po-
Ambos tuvieron su primer día de aburrimlento y lo
seerían mejor tecuerdo de ese viaje, ajenos a cual-
pagaron con la bebida alcohólica local. La ovación
quier cosa kitsch.
en pleno de los camareros llegó poco después.
J
C
Se
cualquiera de barba rala paseaba por el
Saltando sobre la cama. Cada salto más alto, rom-
vestÍbulo. A nadie se Ie apetecÍa salir con una repen-
piendo el techo con Ia cabeza, uno, dos, tres, uno,
tina tormenta de verano. En su país hacÍa mucho
dos, tres... La imagen de su habitación Ie consiguió
calor, Ias temperaturas del siglo. Imaginó el suelo
serenar durante unos segundos el terrible dolor de
con una lumbre en que agonizaba de calor su vecina
cabeza que comenzaba a nacer. Una montaña redon-
odiosa.
deada enmarcaba el cielo y eso le tranquüzó mucho.
El hombre se paró al oír una risa estridente. Se tapó
Alguien dormía ahora sobre eI edredón. EI pulso
la boca y la risa se aplacó.
volvió a su ritrno habirual
T
ñ
Nunca había suficientes iglesias durante las excur-
Tras eI silencio, quizás provocado por un malenten-
siones. Cada día un templo, del siglo trece, del siglo
dido cultural, se subieron al autobús para asistir
quince, del siglo diecisiete. Como si la visita
un evento en una ciudad que vivía de su historia,
Un tipo
se
a
centrara en el parque temático de las iglesias con
como tantas. Fue un momento absurdo donde
solera. Decidió quedarse en la semioscuridad, mien-
sintió más turi.sta que nunca y donde se entretuvo
tras dejaba aI tropel embocarse hacia la siguiente
con cada souvenir barato de los tenderetes. Un sueño
actividad.
leve, ligero, sin intriga.
N
A
No había querido una cama de matrimonio. Sabía
Había permanecido demasiado tiempo encerrada
porqué. A nadie Ie entusiasma comprobar que el
en la oficina de reclamaciones. EI momento de
otro lado no ha sido utilizado.
saberse en camino explotó una agorafobia descono-
se
cida e irrefrenable. Se sentó aplastando su maleta G
que se fue moldeando en una canoa en la que terminó
Necesitaba comprar algo para que no pensaran en
acostándose. Los pasajeros se diluyeron en un
1o tacaña que en
realidad era. Unos muñecos de
borroso aguafuerte, aunque móvil. Ni siquiera unos
madera algo ñoños no le convencÍan como regalo
gritos conocidos que le preguntaban si estaba bien
de su cuñado alcohólico. Y mucho menos, eI oso
le despertaban.
vestido con chaleco para su sobrina amante de los
zoo. Tras media hora con el encantamiento del
t6
Lá§
tiiljAS
l}rt
fi;&(i
NARRATIVA
H
B
punto en
El vestíbulo parecía mucho más pequeño que su
que su familia estaría desayunando. No despertó a
recreación mental. El espacio se había replegado,
quien cabeceaba a su lado, con un cerrado oído
a
oponiéndose a los datos que había recibido. Eran
todo lo que no fuera sueño. La conversación siguió
otros dos más perdidos entre los folletos que no
todos los tópicos uno a uno. Todos bien, todo
comprendÍan del todo. SóIo entendían perfectamente
perfecto, ningún problema, todos deseando que
eI cartel de W.C.
EI despertador del
hotel avisó
a la hora en
se
diviertan, todos deseando que vuelvan bien. L
V
Con la excusa de un dolor de cabeza, se quedó
No quería que nadie se enterase pero buscaba un
viendo la tele en Ia habitación. Sin embargo, la üsita
IÍo. No sabía muy bien con quién. Sopesaba a sus
aI museo de arte moderno no iba a ser pospuesta.
compañeros de tránsito, o quizás a alguien del
Sabía que era toda una rabieta porque odiaba
servicio de habitaciones.
"deambular por pasillos yertos".
divertido hasta las tarrtas en la piscina del hotel con un grupo de franceses e italianos con los que no podía hablar y
tar a su favor que la pintura no tiene tanto alma
por tanto bebía. Debía haberse lanzado, sin duda.
de manera tan calamitosa.
F
M
Los productos cárnicos nunca fueron santo de su
Un imparable hastío les había hecho pasar un día
devoción. Sin embargo, esa noche, quizás por eI
solos, vagueando cada uno
calor en la urbe o por tantos dÍas de bocadillos, no
quedado para la noche, espectáculo nocturno
quedó ni una bandeja de los quesos. Algo les habían
botánico, incluido todo en el paquete turístico.
explicado en Ia excursión de que en este territorio
Aunque la ilusión de que llegara a üempo Ie mantuvo
uno con cerdos, vacas y cabras sin necesitar
unos minutos, disfrutaron de la representación y
buscar demasiado. El brindis final de los asistentes
los juegos de luces de xenón. Todo trocó al romper
celebró un día perfecto.
los fuegos artificiales en el cielo.
D
P
Leche, café, galletas, fruta. Las caras sin maquillar
La necesidad le obligó a
Ilenas de granos y los primeros quemados por el
noche. OÍr a seres humanos, con un Ienguaje desco-
sol de justicia presagiaban unos días agitados. Todos
nocido, lazozobra además de la oscuridad. Se apartó
comían sin ganas, prefiriendo quizás quedarse en
del camino del parque cercano al hotel, para escon-
la cama tomando vodka y vermú. A pesar de todos los problemas que se acumulaban, el día iba a ser
derse detrás de un arbol, para esconderse de cual-
se topaba
Se había
Se
podía argumen-
como una c¿rrrera de coches. Pero la tarde no terminó
por la ciudad.
Habían
disfrutar del frescor de la
quier otro ser que no fuera su dolor.
extraordinario.
vrn 2008
LA5
i.ISJA§
DEL
f§Rs
17
NARRATIVA
la fu e nte de la
gárgola
l
Paula López G. Virumbrales
Abuela, pienso a menudo en el colegio si estás triste desde que os trajimos con nosotros.
- ¿YAGO?, pregunta la joven.
- No, no 1o estoy, Luisa
- Sí. Santiago le puso Juan, el cantero que la tallaba. Era gallego, no tenía muy buen humor.
-
Ya ves Io lejos que se han marchado mis hermanas,
una a Finlandia y la otra a Grecia. Yo, con mis deberes; y el abuelo al parque. No quiero dejarte
- ¿Por qué dices eso?
sola.
- EI maestro de obra habÍa llegado el año anterior.
Después de un largo viaje, oriundo de tierras un secreto, dice Ia abuela, para no
- Te voy a contar
tristes aún por Ia súbita muerte de su madre y
aburrirme. ¿Ves que
castellanas. Lo acompañaba su hija Claudia muy
tú madre, me sienta en este balcón?
esposa. No quiso dejar a su hija al cargo de parientes lejanos;
ya sabes tu que los üajes en aquellas fechas eran
-Si. - Contesta Luisa expectante.
Ientos, difÍciles y peligrosos. -Pues en cuanto me coloca esta
mullida y blanca
almohada, bajo mi cabeza, me quedo profundamente
Tampoco sabía si eI encargo de constrrir esta capilla
dormida, y aquella gargola, que siempre nos mira,
de Nuestra Sra. de los Dolores le llevaría más de los
tiene la rara habilidad de meterse en mis sueños
cuatro años concertados en la capital, con el
todas las tardes.
Miranda, marqués de Valdecarzana.
-¿De verdad, abuela?, pues
poco de miedo.
¿Es
mira que a mí me da un
SR.
Ya en Grado üvÍan en una casita haciendo esquina
al cruzar la calle, donde se construirÍa la capilla.
buena?
Claudia, además de seguir con sus estudios, pues era el deseo de sus padres que fuese una persona
- Sí, mi niña muy bueno, es un hombre.
con conocimientos, también ayudaba a la Sra. dueña de la casa donde üvían. Buena mujer y cariñosa en
- ¡Dime, abuela! ¡Dime que te cuenta!
el trato.
l7l3
6 14-
Antes no había agua en las casas, sobre todo en las
comenzó a narrar Ia abuela, con voz tranquila y
pobres. Por eso Claudia se hizo cargo de ir a buscarla
mirada sonriente, adornada con su pelo blanquísimo
diariamente..
recogido en un trenzado moño.
DebÍa
- Pues es una antigua historia, del año
ir a ula fuente bastante abajo de la muralla.
Como las demás jóvenes.
- iQué antigua y qué memoria tiene!, dice Luisa
su padre por los alrededores de la Iglesia parroqúal.
admirada. ¡Si!, Yago tiene memoria
l8
LAS
Cuando acababa con sus tareas, corría a esperar a
!,leJÁ5
y corazón de piedra. *€L
FüRO
- ¿.Tan lejos, abuela?
NARRAT¡VA
- No, aquí mismo. La iglesia era vieja y destartalada,
enfrente. La de S. Pedro
ya de época de los romanos. Pero era aquí
- É1, Luisa, no tientes al destino, que a las piedras
Lo que ahora es el Centro parroquial.
las han oído hablar.
fue posterior. - Sigue abuela, ¿que más te dijo Yago? - Ah!, no
lo sabía, abuela. Dime por qué tenía mal
humor Juan el cantero.
- Que Claudia seguía yendo a verlos diariamente, cuando marchaba el cantero,
la maza sacando esquirlas de piedra, en manos del gallego, dando forma a las plumas, ojos y demás rasgos de Ias gárgolas. Pero é1, a los pocos días de verla mirando tan atenta Pues vetás, a Claudia le fascinaba ver el cincel y
y
seguía con sus manos
las estrellas y los dibujos geométricos y variados, que otras manos esculpían en la piedra rosa de las paredes y el interior. Ese color sanguino rosa la fascinaba, ese
rubor en
piedra.
y callada, Ia voceó con malas pulgas diciendo: - ¿Rubor, abuela? - ¡Fora!, ¡fora!, rapaciña, ¡vádevos yal - ¡Si!, hija, fíjate en los hilillos rojos sobre ellas, ¿no
Claudia se sonrojó mucho, tenía tu misma
edad;
te parecen venas?.
para los hombres sólo eres una niña espigada, pero a nosotras nos avergüenza que nos traten mal,
tener en cuenta nuestra calidad de
sin
mujer.
Con la cabeza bien alta se dirigió hacia su
-
Pensándolo así, abuela: Quizá hubo un gigante que
las cortó en la cantera y aún Ia sangre se ve arrollar
padre,
por ellas.
que diariamente disponía y supervisaba las tareas
siguiente, al final de la jornada allí se le podía encontrar, sentado en su banco de madera con respaldo, con una mesa delante donde descansaba planos y otras muchas cosas concernientes a su c¿rgo. realizadas y las que se deberían hacer al dÍa
- ¡No!, Luisa , no lo pienses así, es cosa de poetas, que siempre están con la oreja puesta, intentando
oír el latido de alguna de ellas. El interior resulta cálido por su color. Cuando colocaron las gárgolas en el tejado,
se
quedó muy triste. Ansiaba poder ser una Sra, hija Se
despiüó de él y volüó, mirando de reojo
a
Yago.
de los marqueses, y pasear por la galería de cristal
que unía el palacio con Ia Capilla de los Dolores, ¿Le
había guiñado un ojo y sonreído? Bah,
tonterías,
para estar más cerca de Yago.
pensó, si es de piedra.... - ¡Qué pena!, se lamentaba la joven
- ¡Ay, abuela!, pues yo también pienso que a veces me
mira.
Pero él oía sus lamentaciones, además fue un año de muchas lluvias y ella lienaba sus cántaros con el
- Pues ten
cúdado con éI, que hace muchos años
se
agua de Yago, era feliz.
vio libre de su coraza de pieüa. Pero cuando tenía que bajar a la fuente, miraba - ¿Él sOto o las ocho gárgolas del
vrn
2008
tejado?
hacia él y le decía un poco desairada:
L A s
H o J A s
B E L
F e Ro
19
NARRAT¡VA
- "Gárgola que estás anclada en ese eterno sillar,
-No, abuela, no lo sabía.
por tus entrañas de piedra agua tu me podrías dar." - Pues se llenan de flores y ramos de follaje verde
y a la noche se hace una gran hoguera con cosas
- ¿Ét te contestaba, abuela?
üejas y troncos que los mozos cortan en eI monte; - Sí,le decía:
se baila alrededor del fuego, se eligen parejas. Y en
el claro del bosque hay una gran fiesta, las jóvenes "Ojalá lloviese siempre, para poderte llenar el cántaro día a día,
se ponen
flores en el pelo y su mejor vestido.
lentos son mis pensamientos, de piedra mi alma será,
inmóvil el cuerpo mío y eterno.siempre el mirar.
Así que las amigas de Claudia decidieron que la
SoIo esperar cuando llueve poder tu sed apagar.
Fuente de Abajo serÍa la mejor engalanada, si ponÍan
encima del caño Ia Gárgola bellamente restaurada. Envidia me da la fuente, que diviso desde aquí. Los pájaros me acompañan, pero se bañan aIIí.
EIla con mucha pena las acompañó a colocar a Yago
Las mocitas refunfuñan, pero también van allí.
en la fuente. Realmente quedó asentado y muy bien
encajado, de nuevo echando agua. - ¡Cómo me gusta, abuela!, ¿Qué más te contó?
Todas tenían pareja, para el baile de la noche y se
fueron con ellos al bosque; ya se oían flautas y - Pues verás, una mañana las voces de su padre la
gaitas, comenza.ron a bailar.
despertaron y la asustaron: Se
- iDespierta! ¡Claudia!, ¡Despierta!. La Gargola se ha
quedó pensaüva con sus brazos apoyados sobre
Yago.
caído, está tirada en el suelo. Fue demasiado fuerte el vendaval de anoche.
- ¿Y qué pasó, abuela?
Apenas se vistió, fue con su padre a recoger los
- Sabes que a las doce salen las Xanas del bosque,
pedazos y la trajeron a casa.
del río y de las fuentes.
Claudia, abrazada a las piedras, lloraba desconsolada.
Pero Claudia estaba dormida cuando salió la de su
fuente. -
Tranquila, hija, la podremos arreglar. La uniremos
Entonces Yago suplicó a su Xana, que le dejase bailar
con argamasa.
esta noche con ella, rogó y la convenció de que con
La restauraron con precisión y paciencia encajando
su disfraz de plumas de colores nadie lo reconocería.
cada parte en su todo. EIla pintó sus plumas de
Al ver tanto amor,
üvos colores, sus ojos y su rostro en general tomó
a Claudia para despertarla:
la
Xana tuvo compasión...y tocó
vida con Ia restauración.. La tenÍan en un pequeño patio
interior que tenÍa la
- ¡Claudia!Despierta.
casa, con un banco entre las flores.
- Se acercaba la noche de S. Juan, ya sabes, Luisa,
Ella, sobresaltada, vio a una joven de bondadosa
que es costumbre adornar todas las fuentes de los
mirada y belleza extraordinaria, que le hablaba:
pueblos.
20
LA§
I!GJAS
ÜEL
FORO
NARRATIVA
- Hay alguien que quiere
bailar contigo. - Pues ya
te dije que a nuestra Xana no le dio tiempo
ella también se veía con un deslumbrante vestido
y compartió con Claudia y Yago toda su riqueza durante el año. Por supuesto, ellos la a1'udaron y
de sutil gasa con varias telas superpuestas. Su pelo
quisieron como
No acertaba a discernir si soñaba o era real, pues
a una madre.
se reflejaba en las cristalinas aguas de la fuente,
adornado con extrañas y bellas flores, por allí no
- ¿Y no volvió a su casa?
había üsto nunca tal delicadeza. -
Desapareció del pueblo. Su padre estaba muy triste,
El joven que le tendía Ia mano era realmente un
Pero ella siempre estaba pendiente de
buen mozo y muy apuesto, con su capa de noble
la mesa cosas que a él Ie gustaban: frutas, flores,
armiño y el rostro cubierto de una extraña y a la
vez familiar capucha de plumas de brillantes y
pan de semillas, una moneda de oro, una liebre recién cazada por Yago, etc. Un jersey de merino
exóticos colores. Pero sus ojos le miraban con tanta
para eI inüerno.
é1.
Dejaba en
añoranza y cariño, que no le resultaba extraño, podría ser su amigo del alma.
En su fuero interno,
é1
tenía Ia certeza de que Claudia
seguía en el bosque, algo inexplicable la retenía, pero sus mensajes no le dejaban perder las ilusiones.
A la xana, ensimismada soñando aI verlos al fin felices bailar, se le pasó la noche sin sentir.
Las amigas ya no se aüeúan a buscar agua en la
fuente de la Gárgola, pues decían que había Apurada, intentó aI alba desaparecer por el caño de
desaparecido.
la fuente; pero ya no le dio tiempo de deshacer el hechizo, ni recoger su rebaño,
ni todo su ajuar
"Claudia vivió su amor intensamente".
extendido por el prado. De nuevo llegó la noche de S. Juan. SóIo eI maestro - ZQué rebaño, abuela?
de obra se acercó aquella vez a la fuente. HacÍa un
año yo sabía de hechizos y de xanas, aunque -
Luisa las Xanas son dueñas de fantásticas riquezas:
rebaños de vacas, ovejas, gallinas con sus pollitos
hace ya tanto que no se si fue real o un sueño.- pensaba recordando a su esposa.
de oro y todos los pájaros que puedas imaginar. Además de un riquísimo ajuar bordado en oro y
A media noche, la claridad iluminó Ia fuente y eI
plata, sobre tela de finÍsimo lino, que ponen a secar
claro del bosque, Ia misma música de antaño. Amor
la noche de
Juan.
mío pensó, que poco tiempo te tuvimos.
por el agua?
- ¡Papá! ¡Papá!
S.
- Y ¿todo sale
-
¡Sí
todo! Además, si alguien logra verlas al alba
- ¡Claudia; hija míal,- su voz sonó ronca de Ia espera
cuando recogen, son dueños de todo.
y la emoción.
- ¡Por favor abuela! Dime ya qué pasó.
AIIí estaba con yago y su recién nacido nieto.
vrn I 2008
LA5
HOJA§
ürL
r0Ro
21
NARRATIVA
En aquella noche hubo boda y bautizo y ricos
de las xanas para
regalos
éI.
temprano y con sus mejores ropas y un atado bajo el brazo, allí se iba.
Volvía al día siguiente, feliz y con fuerzas para todo - ¡Qué bien, abuela! ¿Y volvió?
el año.
- ¡Si!, pero hubo una promesa que cumplir,
hija.
- ZQUé llevaba en el paquete?
¿
Lo sabes?.
Yago debió de volver a recoger las aguas que eI cielo
le echara siglo tras siglo en eI tejado de Ia de los
Capilla
Dolores.
Pues en eI bosque ella habÍa aprendido a bordar como las xanas y de sus manos salieron los mejores y más caros ajuares. De eso üüó siempre. Bordando
- Pero parece que es
feliz,
en su ventana o en su patio, mirando de vez en
¿verdad?
cuando a su amado. - Sí, desde allí
vigiló día y noche a su famiJia, pues
Claudia nunca abandonó Grado, ni su - ¿Y no volvió a estar con
paüe.
éI?
- ¿Pero que llevaba, abuela?
- Creen que el mantel y las sábanas en esa mágica
noche siempre las ponía eIIa. Cuentan que aquí cerca, en Ia Mata, hay una
cueva
Y colorín, colorado...
que llaman de la Xana y dicen que cada año por San Juan, hasta el
22
LAs
fin de sus días, Claudia, desde muy
HsJAs
DEL
FoR0
- ¡Ay, abuela te quiero!
NARRATIVA
perlas ensang rentadas
María José Fernández
I
- Tengo que hablar contigo.
Maira estaba en las bambalinas, con su bata de
- No tengo nada que hablar contigo.
plumas, esperando aI cortejo de polis que miraban
- Cuidado con 1o que dices.
una y otra vez el cuerpo sin vida de René, tirado
-No he dicho nada porque no sé nada. Tú sabes algo, ¿no serias tú el que Io hizo? Y corriendo calle
enüe las cuerdas del atrezzo... - Señorita Maira, ¿qué sabe de unas perlas ensiürgrentadas?
abajo, su tacón se rompió y cayó cerca de un basurero... - No te hagas la digna,
-¡Son mías! ¿A1go más?
tu también te aprovechaste
- ¿Y las flores?
de el por cabrón así que no te hagas la tonta.
- ¡No tengo ni idea! Serían el regalo para alguna de
Y sacando Ia pistola le pego 3 tiros a Maira sin
la chicas - farfulló entre dientes. Uülicé a Rene iggal
piedad.
que eI Io hacia con los demás?
AI dÍa siguiente, encontraron el cuerpo sin üda de
- Muy bien, gracias.
Maira tirada en eI suelo con varias bolsas alrededor.
Maira se levantó, y cogiendo su bolso, se marchó
El policÍa suspirando, le quitó los mechones del pelo
luciendo
comentando:
se
vestido de terciopelo violeta en dirección
a Ia puerta. A la salida del cabaret,
pidió
ul
taxi
a
base de pitidos y chillidos, en la oscuridad, apareció
-
Ahora, ya mrnca sabremos qúen hizo
esto, solo sabemos que üenen perlas ensangrentadas
y flores pisoteadas.
la silueta de un hombre...
vrn
2OO8
LA5
HOJAS
DTL
FeRc
23
NARRATIVA
d
istinta y
s
¡nce ra
Alba Lafuente Ramos
MÍrame. Quizás no sea una muy cómoda situación,
de la humedad y las noches de verano, me pone de
tenerme hablándote evitando tus ojos, me refiero,
buen humor el sol con viento, Ios chicles me dan
y probablemente no deje de manosear mi pelo, girar
dolor de barriga, digo "obüo" demasiado a menudo,
el tobillo, rascarme los brazos o cualquiera de los
pronuncio Ia "s" más de lo normal y estornudo como
molestos gestos que hago cuando estoy nerviosa.
un caniche, duermo siempre con calcetines, tengo
He de decirte que es posible que sea difÍcil, no seré
la insoportable manía de beber las burbujas de la
como todas aquellas a las que has dejado atrás, no
leche, nunca dejo el volumen de la tele en número
tengo intención alguna de pasar cada día contigo,
impar, me rasco Ia cara si estoy nerviosa, se me
ni me gustan las cenas a la luz de unas velas, no tengo reparos en decir que seguramente preferiré
pegan todos los acentos que escucho, de pequeña
una guerra de almohadas a salir de fiesta. SÍ, soy
como Ia de una bruja y soy tan tonta de perdonar
peculiar, llámalo extravagante si lo prefieres, y
sé
siempre a todo eI mundo, llego casi siempre tarde,
que te será difícil aceptarlo, comprenderme, a veces
la colonia me hace estornudar, colecciono entradas
te reirás de mÍ por no llorar. No soy fácil, no me
de cine y arena de distintas playas, aunque las odie,
gusta comer con unos cubiertos que no sean los
me encanta cocinar pero 1o hago fatal, y c¿rnto en
mÍos ni paso jamás por debajo de los andamios,
la ducha cuando sé que nadíe me escucha, no Ie
prefiero un té a una coca-cola, ver una película de
cojo cariño a los sitios y difícilmente a las personas,
Disney a una de Tarantino, me como el queso phi-
pero daría la vida por mi perro. No soporto tu
Iadelphia con cuchara y las tostadas del revés, sea
manera de caminar, que hayas engordado ni ese
verano o invierno llevo un paraguas en el bolso,
corte de pelo, sin embargo, te qulero. Estarás pen-
estudio veterinaria pero le tengo alergia a los ani-
sando que esto no funcionará, que soy absurda y
ni en el amor
que no tengo nada que ofrecerte, no seré quizás la
verdadero, sin embargo creo en Ia suerte y en que
chica más guapa pero te prometo que cada momento
cierto número me persigue, jamás he probado eI
que pasemos juntos será algo nuevo e inesperado
tabaco y toso a propósito cuando alguien fuma
y que nadie te querrá de la manera en que yo lo
delante de mí, me dan miedo las alturas pero hice
haré. Y puede que algún día no recuerde eI color de
puenting, tardo una hora en comerme un helado,
tus ojos, pero sí sabré que son los ojos más hermosos
soy adicta a "Chicas Gilmore", al café y al singstar,
que nunca he ústo. ¿Y bien, qué üces?
-
males, no creo en Dios, el zodiaco
me aprendí el abecedario al revés, mi risa suena
no puedo dormir sin música puesta, odio las sardinas
y el
atoz
con leche, me sé todas las canciones que
conozco pero arrastro el mayor despiste del universo, siempre uso camisetas holgadas, me encanta eI olor
24
LA§
Fi{}JA5
*gl-
r0ñ.fi
Su
üejo perro bostezó.
NARRATIVA
romance del salmón A ella, la Galatea de nuestros sueños.
Fernando Florez Fernández-Villaranzo
Ese
y guarachas que, febrilmente, atacaba la orquesta.
deseo insatisfecho que revolotea por Ia imaginación
¿Es
preciso que me extienda en eI porqué de Ia
ruptwa con PilarÍn, mi novia desde los tiempos del instituto? Si C. G. ya me había sorbido el seso con Hay feas a las que el azar les reserva una última
esa sal que la naturaleza derrocha en algunas de
bala en la recámara. Cipriana Gertrudis atesoraba
sus criaturas
esa bala que además era de plata: aquella simpatía
tristeza los versos de Gamoneda y el violÍn, en sus
a
prueba del hormigón más inquebrantable. A todos
-guapos
y feos-, Ios espirituales encantos de C.G.,
-recitaba con un elegante toque de
brazos, ganaba los atributos de un ser
vivo-,
el
coup de grácelo provocó la receta de salmón curado
Ia fea más atractiva y deseable, nos entusiasmaban.
en salsa de rábano silvestre, un plato que preparaba
¿Qué importaban eI ingenioso alabeo de sus piernas
primorosamente. Aquel manjar afrodisíaco acabó
o la sutil contorsión de su espinazo, su graciosa
por sorberme el sexo.
nariz de alimoche o la discreción de su labio leporino? ¿No eran pecadillos veniales, intrascendentes
Quizá por cuestiones de simetría, ante mi repudio,
distracciones de Ia genética, al lado de aquella mirada soñadora que ruborosamente cubría sus
Pilarín acabó ligando con Macario Tancredo, un
vergüenzas detrás de una delicada caída de párpa-
con una sacadera. Y el salmón algo tuvo que ver,
Al fin y al cabo, se trataba de despreciables
también, en aquel romance, pues no creo que fuese
minucias comparadas con aquella voz aterciopelada
solamente por la mirada estrábica de Macario ni
tan llena de sugerencias; aquella voz tan..., cómo
por su espinazo de gibón ni tampoco por la verruga
lo diría, tan, tan... a lo Concha García Campoy. Por supuesto que serÍa una imperdonable pérdida de
con forma de berenjena de la punta de su nariz. Además, M.T. era cojitranco y no me llegaba al
tiempo por mi parte detenerme
hombro.
dos?
eüdencia:
ef e ctivamente,
a n¿rrrar
la aplastante
tritón con el que pasaba las tardes en el río armada
las kimb asing er s oficiale s
del barrio Io llevaban mal, pero que muy mal, ustedes
La noche que las dos parejas nos reunimos para
ya me entienden.
cenar (quise limar asperezas con Pilarín y tranquüzar
Las tardes de domingo, nuestra cuadrilla se reunía
mi conciencia: la había dejado vestida y con noüo minusváIido), C.G. cocinó su plato especial, recitó
en eI ambigú de 'EI Almacén Danzante' a tomar
algunos versos del Adonais y arrancó del üolín las
y disfrutar del espectáculo: media
delicadas notas de la Meditación de Massenet.
compuestas
docena de cariátides enfurruñadas lanzando litros de lava por sus ojillos maliciosos. Desde su acrópolis
A la semana recibí una carta de mi futura esposa.
encaramada sobre la pista aguardaban a qtlie ella
Me lirnitaré a reproducir el último párrafo: "Estoy
(al escribir ella en cursiva me refiero a Ia inevitable
locamente enamorada de Macario Tancredo. Me
Cipriana Gertrudis) no estuviese disponible, o a que,
suministra salmones frescos y además su mirada
exhausta, desisüese de mover las caderas al compás
se enciende cuando le recito a Shelley. Lo siento".
de las cumbias, merengues
vrn
2OO8
LA5
ri§JA§
DEL
FS&0
25
NARRATIVA
Llevo veinte años casado y nunca he r,uelto a disfrutar
Ayer, una gran nube algodonosa flotó como un
del salmón curado en salsa de rábano silvestre.
Sé
velero sobre mi casa y la lágrima de casi todas las
p.ro ttó ét lo iirismo que con ella. EI salmón sabe insÍpido, el violÍn es un úozo
tardes resbaló en mi mejiJla. Esa nube... Siempre se
ha cruzado una nube en mi vida. Maldije a gritos a
de madera con cuerdas y las lecturas poéticas, bueno
Macario Tancredo y a mi mala suefie. Definiüvamente
Ias lecturas poéticas me recuerdan aquellos recitados
mi rubia oxigenada no dispone de una bala de plata
del catecismo. Entonces me ahoga la melancolÍa y
en Ia recámara. Y es que nadie es perfecto, ¿no les
siento Iástima de mi mismo.
parece?
que Pilarín lo iitenta,
en la estación de oxford
EstefanÍa Suárez Redondo
Desde aquella, odiaba las estaclones de tren. El
españolas, italianas, francesas y latinoamericanas.
ajetreo de la gente, los silbatos sonando a uno y
La morena que dejaba a su paso un rastro de olor
otro lado, el 1ío de vagones y los fallos en las pantallas
a coco. EIla era diferente a todas y en todo; por eso,
de información de salidas y llegadas. Lo detestaba.
quizás, eI destino también se encaprichó con ella y
Todo. Mirara a donde mirara, veía su cara reflejada.
se Ia llevó.
La de ella y la de Isabel, porque todo le recordaba a ella.
Se
fue sin despedirse, sin decir nada
a
nadie y ahora,
casi tres años después, nadie sabÍa nada de su Nunca olüdaría aquellas largas charlas acompañadas
paradero. Sin embargo, habÍa dejado su huella en
de cafés ahumando entre sus manos en las frÍas
cada uno de los rincones de aquella estación que
tardes de inüerno, cuando, sentadas en una de las
tantas confidencias había albergado. El gran reloj
cafeterías de la estación de Oxford, dejaban escapar
que sonaba a las horas en punto, el mismo que ella
sus escandalosas risas por cualqúer tonta ingenui-
miraba cuando tenía que esperar por Isabel porque
dad o comentario. El romá,ntico aspecto de la estación
siempre le pasaba algo para llegar tarde a las citas.
inglesa le prohibía olvidarse de todo aquello, y eso
El
mismo era lo que más le gustaba de Inglaterra, el
mentira, pero aquel sonido aún Ia obligaba a mirar
paÍs que le había robado lo que más apreciaba en
con atención a todas las personas que entraban en
su vida.
la estación desde el andén buscando una ca.ra cono-
pitido de un tren entrando en eI andén.
Parece
cida, pero la de Isabel nunca más Ia vio. El tren, el Nunca se perdonaría lo que permitió que sucediera
que siempre cogÍa, eI de las 7 y cuarto, con sus rayas
con Isabel. Aquella morena de carácter alegre, tan
azules y amarillas y su interventor de bigote, del
dispuesta siempre a ayudar los demás aunque
que Isabel se reÍa e imitaba.
se
tratara de desconocidos, con su sonrisa que encandilaba a todos los ingleses por ser tan diferente
a
Ias chicas de allí; a las de allí y a las demás morenas
26
t-,45
HCJ,4S
DEL
FOAO
Siempre cogía el mismo, para no llegar tarde a
cen¿Lr
en la casa de la familia que la acogía aquel curso.
NARRATIVA
Tampoco ellos sabían nada de su paradero, pero la
echarle la culpa a nadie sin tener motivos, pero
recordaban cada tarde cuando en vez de té tomaban
cuando Isabel comenzó con aquel chico estalló el
un chocolate bien caliente, como los que tanto le
alejamiento entre ambas amigas.
gustaban a eIIa. Sabía que él no se la había robado porque éI seguía El calor del café que sujetaba en su mano la despertó
allí, en su Oxford natal, pero algo tenía que ver con
entre tantos recuerdos, y entre los anuncios de las
la desaparición de Isabel. No tenÍa que haberla
llegadas y parüdas de los trenes veía caras conocidas,
dejado enamorarse de
caras a las que ambas les habían puesto nombre,
aquel juego que comenzó como un reto para después
un puesto de úabajo y un carácter según sus rasgos,
acabar guardándole sus secretos, los de éI y los de
según sus gestos; pero aI fin y al cabo todas personas
sus amigos, y acabar ella teniendo muchos más que
desconocidas. Y entre todas ellas.....Allí, camino a
ocultar. Jugó con fuego y se quemó, y las chispas
los andenes, el rostro más parecido a una careta
alcanzaron a todos los que estaban a su alrededor.
que habÍa visto en su üda. Era
sin duda alguna.
Pero aquella no era la Isabel que había quedado en
Cualquiera diría que bajo ese aspecto de niño inglés
el recuerdo, aquella ya no gustaba tanto como Ia de
adinerado y con cara 'angelicaf iba a ser tan absor-
comienzo de curso con Ia que compartía charlas en
bente, tan envidioso y tan dañjno.
las cafeterías y viaies en los trenes.
Todavía se acordaba del día en el que notó el cambio
Aquella tarde tomó su café habitual en la misma
en el rostro de Isabel. Aquella tarde en la estación
mesa de siempre, la de delante del gran reloj que
de Oxford, su morena cara no lucía el brillo de
cantaba las horas en punto, miró a todos los que
siempre, algo había cambiado y desde entonces algo
pasaban poniéndoles etiquetas de identidad como
cambiaría mucho más. Problemas con gente desco-
de costumbre y a las 7 y cuafio tomó eI tren. A su
nocida por llevar emblemas diferentes, secretos
Iado ya no había ninguna morena de carácter jovial
demasiado oscuros como p¿ra contar en la cafetería
y bella sonrisa; no había nadie con olor a coco ni
de una estación de tren, marcas de algún que otro
nadie que liberara las carcajadas de su risa. A su
golpe oculto bajo una capa de maquillaje y conver-
lado ahora siempre üajaba una nueva amiga fría y
saciones que giraban en torno a otros temas ya no
distante que cada vez aborrecía más. Aquella nueva
tan entretenidos como los de antaño. No le gustaba
amiga se llamaba Soledad.
é1,
en la parada del bUS I
é1,
no tenía que haber iniciado
EsteraniasuárezRedondo
Helaba. El duro frío del invierno dominaba la calle
controlar su mirada para no quedarse petrificado
y amenazaba con congelar a todo valiente que se atreüera a pasear por las aceras. A todo individuo
mirando a aquella mujer cuando se encontrada fuente a ella mientras esperaba el bus del colegio.
menos a ella. Sentada en aquella parada con su largo
abrigo gris y su gorro de lana. Como cada día desde hacía años, en el mismo sitio. A James le costaba
Helada. Así era Ia mirada de la mujer de la parada.
Yrn 2008
§-45
¡-rsJA3
OEL
FORO
27
NARRATIVA
Siempre fría, como ida, sin fondo en sus ojos. Su
lo había perdonado. Por eso, años después de aquel
aspecto chocaba con la alegría que cada mañana
suceso, la cara del pequeño vecino inglés Ie traía
acogía aquella parada con el autobús escolar, el
dulces recuerdos y se prometió de nuevo proteger
mismo que James esperaba. El rostro de aquel niño
a aquel desconocido que le recordaba a su hijo. La
le recordaba al de su pequeño. Y entonces el corazón
mujer de Ia parada esperaba por James, le protegería,
se le estremecía aún más. Se había prometido cui-
no se dejaría disuadir una vez más por el frío ni por el calor, nunca ya fallaría.
darlo sin cansancio, acompañarlo a cada destino y una mañana fría de invierno se había dejado tentar
por el mal temporal para no salir de la casa. El sonido de Ia ambulancia había sido aún más amargo
Doce años después, cuando el bus para James partía
que el estridente pitido de su despertador. Era la
hacia la universidad, el frío sacudió el ya fuerte
voz de alarma, la de su alma. Fue la primera vez
cuerpo del que había sido niño. Miró a la parada,
que sentía como su corazón se encogía y apretaba
vacía y frÍa, por cuyos laterales arrollaban las gotas
fuerte en el pecho una fuerza que transmitÍa un solo mensaje de peligro. Su pequeño, a lo que más quería en este mundo, perecía sobre una sábana
lluüa que caían, como lágrimas. Aquella parada era la partida de un bus con un final desconocido. Un bus que paró para la mujer del abrigo gris y el
blanca, pura como su infancia. El bus del colegio lo
gorro de lana. Entonces, James lo entendió todo. La
había llevado, pero no a un destino del que volvería
etapa del colegio había terminado para
con su soruisa, siempre impresa en su iluminado
de Ia mujer por
rostro.
pasado a recogerla, quizás el mismo bus que
de
fin
é1,
la promesa
se había cumplido y su bus había se
Ilevó a su pequeño. Y todo en aquella parada de bus. La mujer del abrigo gris y el gorro de lana nunca se
28
LA5
¡-roJAs
DEL
FORO
'*] E.t?
z
POESíA
Atejü nd ro Fe{na ndez-üs0 ri* Hay veces que me veo tentado a
rendirme. Pienso, será imposible conseguirlo;
v
lloro
sin emitir ruido alguno,
por verguenza.
Luego voy frente al espejo
v encuentro ridÍcula la depresión del ojo y el eccema que invade el pómulo Iento y tenaz.
Los dejo ahí construyéndome
v me voy a la ventana a ver si escucho a algún niño contar las transcendentales historias del colegio a una madre
igual de consumida que yo a
Si hay suerte
si no,
para que
punto de rendirse.
SOIIIIO,
vengo a regar las plantas
al menos ellas
no se cansen a destiempo.
vrn |
2OO8
L A s
H 0 J A s
D EL
F o R CI
3I
POESíA
trry*u basuras La cálida y vaporosa impronta sumergida En el fragor de los deseos, ilusiones...; El ancho y torruoso camino a la locura Más contumaz, anida en tu nido de objetos
Inserübles, desparramados por el yerto y Yermo verde desesperanzado. Alabanzas rotas por la soledad vomitan En insalubres mercados de Io ajeno.
Estercolero inmundo donde se palpa El ambiente a pestilencia. ¡Deténte!
No emerjas ni un solo palmo más. Espera
a los deseos
Reciclados de una noche de acampada. Todo es basura; un ticket de ida y r,rrelta Que subyace en el eterno abanico de colores Con sabor a muerte. Basuras eternas, recicladas y aniquiladas, recaen En ese ferüente deseo de extensión Para volver a morir.
Tan sóIo escucha Su lamento lánguido
y ahogado que persiste
deseo Desnúdame con un beso en los labios. Abrázame y estréchame en tu cerco. Revienta mi deseo latente y dormido.
Aumenta el fervor contenido. Quiéreme sin remedio. Si ves que me echo atrás, ¡Deténme!
Átame a tu yugo salvaje y cegador. Desata otros lazos más puros.
Pronuncia esas palabras indiscretas, Que yo sólo quiero oír.
32
LAs
HoJAs
alEL
F0R0
POESíA
Juli* Can* algunas chicas me preparan com ida Desde que saben que estoy solito
algunas chicas me preparan comida. Me hacen bizcochos de chocolate,
lentejas como en su pueblo, pastas con las que ganaron premios en su país de origen. Ellas toman la iniciaüva,
sin que yo les haya pedido nada salvo mostrarme,
supongo,
involuntariamente no hambriento pero desvalido, risueño, abandonado.
Yo me siento extraño
subiendo por Ia calle con las bolsas que me dan, metiéndolas en el frigorífico,
y en agradecimiento les hago el amor
lo mejor que
sé,
-bien sabéis que desde siempre me entrego al sexo con vocación de servicio-, atento a cada fibra de piel, a cada pulso de los sabores de la ceremonia.
Desde que saben que estoy solito
-
vrn l2OO8
algunas chicas me prepar¿Ln comida.
LAs
HolAs
DEL
FoRo
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POESíA
Ios tomates Y cuando me acordé y fui a mirar ya estaban todo podridos los tomates
blandos cubiertos de moho asquerosos
como se
puüe el deseo
cuando no Io consumes a tiempo.
en las grietas Es en las grietas de las piedras
donde crece Ia üda. No en sus pafies sólidas, en las macizas incontestables
extensiones pétreas, sino en las roturas.
Ahí es donde cuando llega el agua
y el viento
v el sol aparece primero eI musgo,
luego la hierba,
y con suerte algún helecho horizontal o vertical según sea Ia orientación de Ia hendidura.
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LAS
r{*JAs
üEL
ñoRo
PoEsín
robinson Ay de ti, Robinsón, ¿qué harás cuando veas que alguien se acerca por la playa?
¿Qué harás cuando veas que deja huellas en Ia arena,
que no es tu alucinación diaria, la masa de tu deseo vuelta colores?
Correrás a esconderte. Te aplastarás contra el árbol
más robusto, acurrucado entre la espesura de su base.
Y pedirás al cielo, -por tantos años de naufragio, por la justicia de la piel, por el escorzo del sol sobre el océano, por la enfermedad y la lluvia, por los pequeños ruidos infinitos-, ser visto.
inv
2008
LAsHoJAstrELFoRo35
POESIA
carlos Carlos
I
I
-rey de España y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico-
otorgó
a Juan Sebastián Elcano
-por aquello de dar la r,rrelta al mundouna pensión de 500 ducados y un escudo de armas en el que se leÍa "Primus circumdedisti me". Vaya mierda de premio, vaya trofeo vano en comparación
con el suspiro de rayo verde que ayer me regalaste
cuando terminé de circunvalar tu cuello a besos. Vaya dote miserable
puesta al lado de tu risa arbórea cuando ayer partí de tu ombligo hacia Occidente
y siempre en esa dirección -sin temor a motines, dragones o escorbutosmantuve mi juramento hasta que aüsté de nuevo mi punto de partida. Grité "tierra" llegando desde el itmanecer de tu Oriente
y demostré que también tu cintüa es circunnavegable por completo.
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LAs
HoJAS
DEL
FoRo