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Sus atrios un gentío los posee. Vienen, leve vulgo, y van, y mezclados con los verdaderos los inventados deambulan, miles de tales rumores, y confusas palabras revuelan. De los cuales, éstos llenan de relatos los vacíos oídos, éstos lo narrado llevan a otro, y la medida de lo inventado crece y a lo oído algo añade su nuevo autor. Allí la Credulidad, allí el temerario Error y la vana alegría está, y los consternados Temores, y la Sedición repentina, y de dudoso autor los Susurros. Ovidio, Metamorfosis libro XII, 53-61
El Grito o el bostezo - Ulises Arcadio Ascensio.
BIBLIOTECA DEL ARGONAUTA EL ARTE DE LA MENTIRA POLÍTICA JONATHAN SWIFT Si la guerra, según Sun Tzu, es engaño; y la política es la guerra sin empuñar las armas, podríamos instituir la mentira como piedra angular de ambas artes. Si la posverdad es una variante elaborada de la mentira, convendríamos también que Swift habría escrito un breve tratado fundamental, o por lo menos un brevísimo manual para desenmarañar su entramado. Aunque primero debemos atender a dos cosas: primero, que el texto es una sátira envuelta en una promesa de libro en dos tomos del cual nunca se escribió siquiera el primero, que prometía 11 capítulos; y que la autoría de este está en entredicho, pues, aunque se publicó bajo el nombre de Swift, el dublinés aceptó en algún momento de su vida que el autor sería el Dr. John Arbuthnot, compañero del Club Scliberus, escritor satírico y creador del personaje John Bull, que se convertiría en la personificación nacional de Inglaterra. Escrito hacia 1710, el texto se sitúa durante el reinado de la reina Ana, primera soberana de la Gran Bretaña, y entre las pugnas bipartidistas entre torys y whigs. Swift y Arbuthnot, muy políticamente activos en aquellos años, simpatizaban con los librepensadores y anglicanos whigs, motivo por el cual buena parte de las invectivas se lanzan en contra del partido que por entonces controlaba los derroteros de las guerras contra Francia. La mordacidad de los argumentos traspasa con facilidad los siglos hasta los linderos de las redes cibernéticas: “Algunos podrán pensar que semejantes mentiras dejan de ser útiles a su progenitor, o a su partido, cuando tras usarse con tanta frecuencia han acabado delatando a sus creadores: se equivocan. Pocas son las mentiras que llevan la marca de su inventor, y el más prostituido de los enemigos de la verdad puede difundir millares de mentiras sin que pueda conocerse su autor.” Si pensaba que sólo estos tiempos están imbuidos de desinformación y vorágine, quizás le tranquilice saber que Swift sufría igual usted: “Considerando la disposición natural del hombre a mentir y de las multitudes a creer, confieso no saber cómo lidiar con esa máxima tan mentada que asegura que la verdad acaba imponiéndose.” JP
PUEBLO ME LLAMO LUZ ANTONIA MIRANDA Dentro del formidable trabajo de divulgación histórica que realiza el Histórico Municipal de Irapuato, hacía falta un texto más extenso y riguroso que permitiera dilucidar qué tanto hay de cierto y cuánto de falso entorno a la fundación de la ciudad. Pueblo me llamo, la versión indígena de la fundación de Irapuato, resultado de años de investigación de Luz Antonia Miranda, arroja luz sobre sus primeros siglos de vida, cuando Irapuato evolucionó de estancia, a congregación, título que mantuvo durante todo el periodo colonial hasta convertirse en villa, el 14 de abril de 1826, y ciudad, el 17 de noviembre de 1893. Miranda analiza los relatos fundacionales que han sido descartados por sus inconsistencias o anacronismos, incluyendo la famosa cédula que definió el 15 de febrero de 1547 como año cero de la ciudad. Más allá del dato histórico frío, la investigadora analiza de dónde provinieron los documentos fundacionales y el porqué de su falsificación. De igual forma, describe cómo se pobló la región y las diversas pugnas existentes entre los grupos étnicos dentro del pueblito conformado por tarascos, otomíes y españoles, así como sus intereses y estrategias para conservar sus tierras; ya fuera por las guerras contra los chichimecas o, posteriormente, para evitar su despojo ante el aumento de su valor y explotación con fines comerciales. Miranda estima que la fecha definitiva de establecimiento como congregación debió realizarse entre las décadas de 1570 y 1580, aunque no exista documento fehaciente que permita demostrarlo. Por unas décadas más o menos, estoy seguro de que los lectores de Pueblo me llamo confiarán mucho más en este sólido relato historiográfico, que en los cuentos de hadas que todavía se propalan. JP
PARA COMBATIR ESTA ERA ROB RIEMEN Vivimos una era que bautiza la mentira como posverdad, que enreda los conceptos y sus definiciones en medio de una avalancha de hechos e informaciones que hacen cada vez más difícil, no sólo distinguir lo sucio de lo limpio, sino también llamarlo por su nombre. Rob Riemen es holandés y fundador en 1994 del Nexus Institute. Como fruto de su experiencia en Europa con las cúpulas intelectuales, escribió Para combatir esta era (Taurus, 2017). Compuesto por dos ensayos, el primero reflexiona sobre el resurgimiento del fascismo a escala mundial, camuflado bajo nueva terminología: “El uso del término populista es tan sólo una forma más de cultivar la negación de que el fantasma del fascismo amenaza nuevamente a nuestras sociedades y de negar el hecho de que las democracias liberales se han convertido en su contrario: democracias de masas privadas de su espíritu democrático.” El segundo ensayo, El regreso de Europa. Sus lágrimas, sueños y hazañas, se teje con las experiencias de Riemen en foros intelectuales donde se evocan las visitas de Nietzsche y Thomas Mann a los Alpes suizos en búsqueda del espíritu europeo, uno de los cimientos de la cultura occidental. La respuesta a la crisis actual, cuya gestación y desarrollo abarca más de un siglo, proviene de un viejo profesor checo: “Ser europeo también significa tener que combatir, combatir por una sociedad europea humanista donde lo central no sea el individuo, sino la idea misma de ser humano con educación –más allá de las universidades- donde los jóvenes puedan desarrollar una conciencia cultural, donde el alma humana sea cultivada de tal forma que las personas puedan madurar moralmente. Combatir, pues, por una sociedad guiada por el deseo de verdad y justicia. Sólo esto, el cuidado del alma, puede ser un parámetro y una guía para un mundo civilizado.” Quizá la lectura de Riemen permita a muchos comprender mejor el momento actual y brinde una luz al final de túnel de la psicopolítica y la posverdad. JP
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