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UNA EMPRESA VIVA / Norbert Monfort
NORBERT MONFORT
UNA EMPRESA VIVA
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CEO DE MONFORT AMBIENT MANAGEMENT Y PROFESOR DEL ESADE
@MonfortNorbert
Si tenéis prisas y no podéis leer toda esta columna, os la resumo en una pregunta: ¿Qué sucede si consideramos que una organización o una empresa es un ser vivo? Por el contrario, si no la consideramos un ser vivo, la podemos clasificar como “tan solo” una máquina para hacer dinero.
Obviamente estas diferentes visiones nos delimitarán y definirán distintas estrategias empresariales sustentadas en diversas culturas organizacionales.
Recordemos lo que nos decía el autor y académico Peter Drucker: “La cultura se desayuna cada mañana a la estrategia”.
Por lo tanto, empezamos a cambiar nuestras culturas, si consideramos que no son las eficientes en este mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA, en inglés) o de nada servirá irnos planteando estrategias competitivas.
Mi sensación, a través de mi experiencia en consultoría, es que, tal vez sin planteárnoslo, la mayoría de las organizaciones optan por ser una máquina para hacer dinero, con lo cual, conscientes o no, están generando un tipo de trabajador muy distinto al que trabajaría en una organización considerada “un ser vivo”. Esta fue la gran aportación del gran teórico Arie De Geus en su libro La empresa viviente.
No olvidemos que la mayoría de las máquinas son propiedades de alguien. Entonces, el ser humano o trabajador, ¿también es una propiedad?
Si vemos una empresa cómo una máquina, ésta acostumbra a ser estática, fija y únicamente cambia si alguien la modifica. Sin embargo, si la visualizamos como un ser vivo evolucionará de modo natural, como la vida misma. Si consideramos a la organización como AMBIENT MANAGEMENT
una máquina, tiene inherentemente un propósito muy concreto que es aquel por el cual se construyó y concretamente por las personas que la construyeron. Por el contrario, si la pensamos como un ser viviente, ésta tiene su propia identidad, su propia trascendencia, su propio propósito, su propia personalidad.
Podría seguir con más dicotomías, pero creo que el resumen sería que solamente un ser viviente puede aprender… y desaprender.
Estamos en un mundo cambiante, ya lo sabíamos antes del Covid-19, pero ahora si alguien creía que únicamente eran palabras se ha dado cuenta de que todo cambia o muere.
Si nuestra organización debe cambiar para adaptarse a estas nuevas reglas del juego, necesitamos involucrar a nuestra comunidad (no tan solo a los trabajadores, sino también a los clientes, proveedores y a la sociedad) en el desarrollo continuo de nuestra empresa.
Cuando las personas somos conscientes de que nuestras acciones no únicamente tienen repercusión sobre los resultados, sino también sobre la expectativa de vida de la empresa, nuestro nivel de engagement es mayor. Sin embargo, la ignorancia o la desidia de tantos managers para entender esto es una de las muchas tragedias de los momentos actuales que estamos viviendo a nivel organizativo.
Debemos lograr que la mentalidad de nuestra gente vaya cambiando poco a poco. Un estudio realizado en una universidad española concluía algo que bajo mi punto de vista es muy peligroso: el 75% de los universitarios cuestionados sobre qué querían ser profesionalmente decía que funcionarios públicos. Con todo el respeto a esa profesión, sin duda necesaria, si no conseguimos que en poco tiempo nuestros universitarios quieran cambiar su camino profesional para ser emprendedores, estamos, creo, destinados a la “mediocridad” organizacional.
Esta crisis, como todas, tiene una ventaja: nos está obligando a pensar y a repensarnos.
THE MACALLAN DOUBLE CASK LLEGA A DELEITAR LOS PALADARES MÁS EXIGENTES DE PANAMÁ
Con toques de elegancia, una carrera llena de prestigio y excelencia, The Macallan está disponible en el país centroamericano para el público más selecto.
Alo largo de su historia, The Macallan se ha distinguido por su obsesión con la perfección y así lograr una experiencia única a través de su single malt que no refleja más que una excelente calidad y un carácter distintivo en cada vaso de whisky. Y a partir de este mes, el público panameño aficionado a esta sofisticada bebida tendrá la oportunidad de disfrutarlo con la llegada de The Macallan Double Cask 15 Years Old y The Macallan Double Cask 18 Years Old.
Las barricas son obtenidas, elaboradas, tostadas y sazonadas bajo la atenta supervisión del Master of Wood de The Macallan, Stuart MacPherson, quien se encarga que las barricas cuidadosamente seleccionadas cumplan las exigentes especificaciones del Master Distiller de The Macallan y su equipo. La calidad del whisky depende de la calidad de las barricas de roble en las que madura y determina hasta un 80% del sabor y carácter definitivos.
Por ello es muy importante invertir en la madera que conformará sus barricas, controlando desde su crecimiento en el monte, su tala y secado, hasta su transformación en toneles de diferentes tamaños. Además para que entren en juego aromas y sabores a cítricos, vainilla o frutos secos, se debe apostar por las barricas que hayan contenido, previamente, vinos olorosos de jerez para que envejezca el whisky, así lo explica MacPherson.
Una vez sazonados, los barriles se envían a The Macallan Estate en Speyside, Escocia, donde se llenan del destilado recién hecho. Luego de años en reposo, el equipo de The Macallan utiliza su habilidad y experiencia para seleccionar el mejor equilibrio de destilados de las barricas para crear The Macallan Double Cask.
EQUILIBRIO ENTRE LO DISTINTIVO Y LO CLÁSICO
Con un tono dorado de caramelo, The Macallan Double Cask 15 Years Old imparte aromas de frutos secos, caramelo y vainilla, y brinda un final cálido con una sensación cremosa en la boca. Por su parte, The Macallan Double Cask 18 Years Old tiene un rico tono de miel ámbar e imparte notas de frutos secos, jengibre y caramelo. Un cálido final de especias de roble se equilibra con sabores cítricos de naranja dulce.
En ese sentido, Joe Cabassa, Regional Brand Ambassador Lead & Head of Education de The Macallan menciona que el público panameño podrá complacerse con estas expresiones con toques caramelo y vainilla con suave roble y manzana al horno, equilibrados con notas de miel y chocolate, con una calidad que se ha mantenido a través del tiempo.
UNA MIRADA MÁS ALLÁ
El icónico fotógrafo Steve McCurry hizo un registro increíble del viaje de la madera que sustenta a The Macallan Double Cask en un viaje a los dos continentes para presenciar el desarrollo decisivo de la historia de The Macallan. Su exclusivo diario fotográfico documenta las personas, los lugares, las habilidades y los procesos involucrados en la producción de las excepcionales barricas de roble.
“Lo que admiro de The Macallan es su pasión por la artesanía, su excelencia y su integridad en sus procesos. A veces tienes que elegir un camino diferente, el menos tomado, para ir más allá de las dificultades y alcanzar la excelencia”, dijo McCurry.
Para más información: www.themacallan.com.