
5 minute read
EL GAS LLEGA A LA MOVILIDAD
CÁLIDDA PLANEA INSTALAR CERCA DE 2.000 KM DE REDES DE DISTRIBUCIÓN DE GAS NATURAL EN LIMA Y CALLAO ENTRE 2023 Y 2024, LO QUE SIGNIFICA INVERSIONES POR US$ 120 MILLONES CADA AÑO. EN PARALELO, LA COMPAÑÍA COMENTA A “FORBES” QUE HA PUESTO FOCO A SU VERTICAL DE MOVILIDAD Y QUE PROYECTA AUMENTAR EL NÚMERO DE ESTACIONES DE GAS PARA VEHÍCULOS DE PASAJEROS Y DE CARGA.
Si bien la electromovilidad ha crecido significativamente en el país, lo cierto es que todavía muestra un mercado limitado: la Asociación Automotriz del Perú revela que la venta de vehículos electrificados (híbridos y eléctricos) sumó 2.680 unidades en 2022, menos de un décimo de lo registrado en Colombia. Hasta que los precios de estos autos (cuyo valor supera en 40% al valor de los convencionales) se vuelvan competitivos y la infraestructura electrolinera para su carga se desarrolle en el país, la distribuidora de gas natural Cálidda ve una oportunidad en el mercado local.
Advertisement
Martin Mejía del Carpio, director general de Cálidda, cuenta a Forbes que “una de las fuentes de crecimiento de demanda” para la compañía es el rubro de la movilidad. Las reservas de gas natural aseguradas para por lo menos los siguientes 25 años y el precio bajo de esta fuente de energía frente a las gasolinas (mayormente importadas) son dos razones por las que se muestra confiado en que el hidrocarburo con el que trabaja su empresa puede transformar el parque automotor local. De hecho, debido a los incentivos por cambiar de motor, Cálidda espera que este año migren a gas un poco más de los 70.000 vehículos que se registraron en el 2022, año en el que las conversiones se aceleraron fuertemente por el incremento de los precios de los combustibles.
“En Lima y Callao existe la infraestructura para que más vehículos consuman gas natural y nosotros estamos dispuestos a ampliarla para que se consuma [en la capital]. (...) En Lima hay aproximadamente 1,7 millones de vehículos livianos. De esos, aproximadamente 250.000 consumen gas natural y otros 400.000 consumen gas licuado de petróleo (GLP). El diferencial, que son casi 1 millón, consumen gasolina. Entonces, ahí todavía creemos que se puede crecer”, cuenta el ejecutivo, que lleva más de seis años en la compañía. Cabe señalar que Cálidda conecta con gas natural a más de 300 estaciones de servicio (grifos) no propias en Lima y Callao.
La compañía también ha identificado que existen alrededor de 100.000 vehículos de pasajeros en el Perú: Lima alberga 20.000 y solo 2.000 de ellas consumen gas natural. Son, justamente, estas unidades y los vehículos pesados en los que planea poner mayor énfasis la empresa. Uno de los primeros pasos que ha dado la compañía es la instalación de estaciones de gas natural vehicular (GNV) para las líneas concesionarias de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU). La primera, con una inversión de US$ 1 millón, se inauguró en noviembre del año pasado y atiende a 70 unidades a diario. La segunda estación se culminará en este segundo trimestre, indicó Mejía.
Asimismo, la empresa abrió la primera estación de gas natural vehicular licuado (GNV-L) en Sudamérica con venta al público. Al estar este gas en estado líquido y ocupar un menor volumen, esta estación está enfocada en los vehículos de carga, los cuales deben recorrer largas distancias. “La idea es tener un corredor [de GNV-L]. Hay dos estaciones que ya están por inaugurar [otros actores] en el norte. Ahora hay una en Lima. Y hay empresas que están interesadas en poner más estaciones en el sur, con lo cual se puede formar lo que hemos llamado el corredor verde”, añade.
Conexiones De Gas
La compañía, que pertenece al Grupo Energía Bogotá y a Promigas (dos multilatinas líderes del sector energético), superó los niveles previos a la pandemia a fines del 2021 en cuanto a ingresos y al volumen de gas (en el que el 70% se distribuye a los generadores de electricidad). También cerró un 2022 con ingresos operacionales por US$ 815,4 millones —por encima de los US$ 744,1 millones del 2021— gracias a las nuevas conexiones, el creciente mercado de estaciones de gas natural vehicular y la sólida demanda de gas natural, informó Moody’s.
A partir de este 2023, sin embargo, se espera un menor ritmo de conexiones, afirmó Mejía. Hoy en día las conexiones de gas natural llegan a cerca de 1.600.000 viviendas en Lima y Callao, lo que equivale a 16.000 km de redes instaladas y una inversión acumulada de US$ 2.000 millones. Lo restante, que son 4.000 km para terminar de conectar toda el área de concesión de Cálidda, se culminará en los siguientes cinco o seis años.
“Muy probablemente este año hagamos unos 1.200 km, y el próximo año unos 800 km. Nos faltarían unos 2.500 km, que ya serían [avanzados] en el próximo plan de inversiones de Cálidda, que se presentará en el 2025”, agregó, tras comentar que los distritos que aún no logran cubrir son aquellos donde hay más edificios, como San Isidro, Miraflores, Jesús María, Surco, San Borja y La Molina.
De cara al 2024, el plan de la firma es invertir casi lo mismo que este año: unos US$ 120 millones. Con ello, añade Mejía, ya estarían al 90% de las inversiones posibles dentro de su zona de concesión. Así, para culminar con la conexión de gas a todo Lima y Callao y llegar aproximadamente a 2,5 millones de viviendas, se requerirá una inversión de casi US$ 500 millones adicionales.
Si bien la concesión de Cálidda se limita a Lima y Callao, la empresa también ha evaluado su ingreso a otras regiones del país. Tras varios estudios realizados, han concluido que cualquier concesionario privado que quiera tomar una concesión de distribución en una zona como la sierra o selva se enfrentará a una densidad poblacional pequeña, con un territorio muy grande en el que instalar tuberías y una baja demanda al haber pocas industrias. Por ello, esperan que esta perspectiva sea tomada en cuenta en el históricamente pospuesto proyecto Siete Regiones, el cual busca masificar el gas natural en Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Junín, Cusco, Puno y Ucayali. Al respecto, el Ministerio de
Energía y Minas indicó, a inicios del año, que se destinarán más de S/ 800 millones procedentes del Fondo de Inclusión Social Energético (FISE) para promover la infraestructura necesaria para el proyecto.
“El que debe invertir en infraestructura es el Estado directamente, porque lo que se cobraría al usuario no [cubriría] las inversiones en la infraestructura que haga [un privado]. Inclusive, en algunas zonas, no solo se necesita que la inversión en las redes la haga el Estado, sino también que la parte de operación y mantenimiento la subsidie, porque mientras la demanda no crezca no se puede industrializar”, comenta Mejía. De hecho, el director general de Cálidda da un ejemplo. Según un estudio desarrollado por su compañía, operar solo en Cusco implica llevar gas a 40.000 personas. De acuerdo con Cálidda, ello requeriría una inversión de US$ 90 millones y generaría costos operativos anuales de alrededor de US$ 12 millones; montos que solo serían cubiertos en un 20% por el cobro a los usuarios residenciales.


Por Vanessa Arenas, Sebastián Montes y Manuela Zurita