COMPOSICIÓN

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COMPOSICIÓN

Juan Francisco Galarza Diseño y Fotografía

INTRODUCCIÓN

A veces, aunque tengamos el mejor equipo y todas las condiciones estén a nuestro favor, fallamos en capturar esa foto perfecta. Esto me hizo reflexionar sobre lo que realmente hace que una imagen destaque. El equipo es importante, claro, pero incluso con una cámara de gama media podemos lograr resultados increíbles. La escena también juega un papel clave, pero no siempre es lo más determinante.

Lo que realmente marca la diferencia es lo que nosotros, como fotógrafos, decidimos mostrar y cómo lo hacemos. Es en la composición donde reside la verdadera esencia de una buena fotografía, y es lo que separa a un fotógrafo común de un verdadero artista. Aquí es donde comienza nuestra exploración.

LA REGLA DE LOS TERCIOS

La ley de tercios es una de las técnicas más básicas pero efectivas en fotografía, que nos ayuda a componer mejor nuestras imágenes. Para aplicarla, imaginamos que dividimos la foto en tres partes iguales, tanto en sentido horizontal como vertical, creando una cuadrícula de nueve secciones. Los puntos donde estas líneas se cruzan son los llamados “puntos de interés”, y es aquí donde deberíamos situar los elementos clave de la imagen. Esto nos aleja de la tendencia de centrar todo en la foto, haciendo que la composición sea más dinámica y agradable a la vista.

Esta técnica funciona porque ayuda a equilibrar la imagen de manera natural y, a su vez, guía la mirada del espectador hacia lo que realmente importa en la escena. Al aplicar la ley de tercios, logramos una sensación de armonía sin que la foto se sienta demasiado rígida o estática. Así, tanto en retratos como en paisajes, esta regla nos da una guía fácil de seguir para hacer fotos visualmente más atractivas.

EL CENTRADO

En la fotografía, centrar un elemento significa colocarlo justo en el medio del encuadre. Aunque a veces escuchamos que es mejor evitar el centrado para no hacer la foto aburrida, la verdad es que, cuando se hace bien, puede ser una técnica muy poderosa. Colocar al sujeto principal en el centro le da un gran protagonismo, crea una sensación de simetría y equilibrio, lo que puede resultar en una imagen muy impactante.

El centrado funciona especialmente bien cuando la escena es simple o cuando buscas transmitir una sensación de estabilidad y enfoque claro en el sujeto. Además, se usa mucho en retratos, en fotos de arquitectura o cuando hay patrones simétricos en la composición. Lo importante es saber cuándo usarlo, porque si se abusa, la foto puede perder dinamismo, pero en las situaciones correctas puede ser una herramienta muy efectiva.

LAS CURVAS EN S

En la fotografía, centrar un elemento significa colocarlo justo en el medio del encuadre. Aunque a veces escuchamos que es mejor evitar el centrado para no hacer la foto aburrida, la verdad es que, cuando se hace bien, puede ser una técnica muy poderosa. Colocar al sujeto principal en el centro le da un gran protagonismo, crea una sensación de simetría y equilibrio, lo que puede resultar en una imagen muy impactante.

El centrado funciona especialmente bien cuando la escena es simple o cuando buscas transmitir una sensación de estabilidad y enfoque claro en el sujeto. Además, se usa mucho en retratos, en fotos de arquitectura o cuando hay patrones simétricos en la composición. Lo importante es saber cuándo usarlo, porque si se abusa, la foto puede perder dinamismo, pero en las situaciones correctas puede ser una herramienta muy efectiva.

LOS TRIÁNGULOS

En fotografía, los triángulos son una herramienta de composición que nos ayuda a guiar la mirada del espectador a través de la imagen de manera fluida. La idea es formar líneas o puntos que, al conectar visualmente, crean formas triangulares dentro de la escena. Estos triángulos, ya sean formados por los elementos en la foto o simplemente sugeridos, añaden un sentido de estabilidad y movimiento.

Los triángulos pueden aparecer de varias maneras: por la posición de los objetos, el cuerpo de las personas, o incluso por las líneas en el entorno, como edificios o caminos. Esta técnica es útil para generar profundidad y hacer que la foto se sienta más dinámica. También es una manera de organizar mejor los elementos dentro de la imagen, creando una estructura visual clara que hace que la foto sea más atractiva y fácil de interpretar.

La ubicación del horizonte en fotografía es crucial para lograr una composición equilibrada y transmitir la sensación adecuada. Según cómo lo coloques en la imagen, puedes cambiar completamente el enfoque y el impacto visual. Si sitúas el horizonte en la parte inferior del encuadre, destacas el cielo, lo que es ideal cuando hay nubes interesantes o una luz espectacular que quieras resaltar. Esto da una sensación de amplitud y grandeza.

Por otro lado, cuando el horizonte está más alto, el enfoque se traslada a lo que está en primer plano, como paisajes, edificios o personas. Esto es útil cuando lo que tienes frente a ti es más llamativo o importante que el cielo. La clave está en no dejar el horizonte justo en el centro, porque puede hacer que la imagen pierda dinamismo y se sienta más plana o desbalanceada. Como con todo en fotografía, se trata de encontrar el equilibrio adecuado para transmitir lo que quieres con tu foto.

ELEMENTOS REPETIDOS

Los elementos repetidos en la fotografía son patrones visuales que aparecen varias veces en una imagen, lo que crea ritmo, estructura y cohesión. Pueden ser objetos, formas, colores o líneas que se repiten de manera regular o irregular dentro de la composición. Esta repetición guía la mirada del espectador y genera un sentido de orden y armonía.

Cuando se usan correctamente, los elementos repetidos pueden hacer que una imagen sea más atractiva e interesante. Pueden reforzar un tema, destacar una textura o simplemente crear un diseño visual agradable. Además, si rompes ese patrón con un objeto diferente o inesperado, puedes crear un punto focal fuerte que resalte dentro de la repetición, añadiendo contraste y tensión a la imagen.

LAS DIAGONALES

Las diagonales en fotografía son una herramienta poderosa para agregar dinamismo, profundidad y movimiento a una imagen. A diferencia de las líneas horizontales o verticales, que suelen dar una sensación de estabilidad o rigidez, las diagonales crean una sensación de energía y dirección, guiando el ojo del espectador a través de la foto de manera fluida.

Puedes encontrar o crear diagonales en muchos elementos: caminos, ríos, sombras, o incluso en la postura de las personas. Usar líneas diagonales te ayuda a romper la simetría y darle un toque más emocionante a la composición. Además, las diagonales pueden generar una percepción de perspectiva, haciendo que una foto plana se sienta más tridimensional y envolvente. Son ideales para dar un sentido de acción o para dirigir la atención hacia un punto clave en la imagen.

La simetría en la fotografía es una técnica que consiste en organizar los elementos de manera que ambos lados de la imagen sean iguales o muy similares, creando un equilibrio visual. Cuando una foto es simétrica, genera una sensación de armonía, orden y calma, ya que el ojo humano naturalmente aprecia la igualdad y el balance.

La simetría puede ser perfectamente reflejada, como en el caso de un paisaje con su reflejo en un lago, o más sutil, cuando los elementos de ambos lados de la imagen tienen proporciones similares. Es muy común en fotografía de arquitectura, donde los edificios o estructuras proporcionan líneas claras y definidas. Aunque la simetría puede ser visualmente agradable, también se puede romper de manera intencional introduciendo un elemento fuera de lugar, lo que añade interés y rompe la monotonía sin perder el equilibrio general de la composición.

MÚLTIPLES PLANOS Y LA IMPORTANCIA DE LA ESCALA

Los múltiples planos en fotografía se refieren a la forma en que los objetos o elementos están distribuidos en diferentes niveles de profundidad dentro de la imagen: el primer plano, el plano medio y el fondo. Utilizar estos distintos planos ayuda a crear una sensación de tridimensionalidad y profundidad, haciendo que la foto sea más envolvente e interesante. Al incluir varios planos, logras que el espectador explore la imagen de manera más detallada, siguiendo las capas que has compuesto.

Uno de los desafíos de la fotografía es capturar una realidad tridimensional en un formato plano. ¿Cómo podemos evitar perder esa profundidad y crear la sensación de que la imagen se extiende más allá del papel o la pantalla? Una forma efectiva es jugar con los diferentes planos. Al incluir elementos repetidos o de diferentes tamaños en la misma imagen, nuestro cerebro interpretará que el elemento más pequeño está más lejos. Por ejemplo, en una foto con una barquita en primer plano y un barco más grande pero pequeño en tamaño en el segundo plano, el cerebro deducirá que el barco está muy lejos, logrando así una gran profundidad.

La escala, por otro lado, es esencial para transmitir proporciones y contextos. Al jugar con la escala, puedes hacer que un objeto parezca más grande o pequeño dependiendo de su relación con otros elementos de la foto. Esto es particularmente importante cuando quieres destacar la magnitud de un paisaje o hacer que algo pequeño se vea más imponente. Combinar múltiples planos con una correcta representación de la escala permite darle a la imagen más realismo y dimensión, además de transmitir la relación entre los diferentes elementos de la escena.

En otra imagen, las rocas a la derecha junto al pequeño arbusto actúan como referencia para los demás planos. Las montañas y árboles en segundo plano parecen mucho más pequeños en comparación, lo que hace que el cerebro perciba que se alejan del fotógrafo. El secreto está en buscar referencias que aparezcan en los distintos planos. Si no hay referencias naturales, se pueden usar elementos reconocibles como coches o personas.

LÍNEAS CONVERGENTES

Las líneas convergentes en fotografía son líneas dentro de una imagen que parecen dirigirse hacia un mismo punto en la distancia, creando una sensación de profundidad y perspectiva. Este tipo de líneas, que pueden ser caminos, edificios, rieles o cualquier objeto con una dirección clara, guían la mirada del espectador hacia un punto específico de la imagen, normalmente hacia donde esas líneas se unen o desaparecen.

Usar líneas convergentes es una forma muy efectiva de atraer la atención hacia el centro de interés de la fotografía. Además, ayudan a darle tridimensionalidad a la escena, haciendo que lo que aparece en primer plano y el fondo se sientan conectados. Esta técnica es especialmente útil en paisajes y fotografía de arquitectura, donde las líneas naturales o creadas por el hombre pueden dirigir la mirada de manera natural hacia un horizonte o un objeto clave.

Las gradientes de textura en fotografía se refieren a cómo cambia la textura de los elementos dentro de una imagen a medida que se alejan o acercan al espectador. Es un recurso que ayuda a añadir profundidad y dimensión a una foto. En primer plano, las texturas suelen ser más nítidas y detalladas, como la rugosidad de una piedra o las hojas de un árbol, mientras que, a medida que te alejas hacia el fondo, esas texturas se vuelven más suaves y menos definidas.

Utilizar gradientes de textura es especialmente útil para crear una sensación de distancia o tridimensionalidad en una imagen. Esta técnica también le da a la fotografía una estructura visual más rica, guiando el ojo desde lo más detallado en el primer plano hacia lo más suave y distante en el fondo. Jugar con las texturas le añade complejidad y realismo a las fotos, haciendo que se sientan más envolventes y táctiles.

PROFUNDIDAD DE CAMPO

La profundidad de campo en fotografía se refiere a la zona de la imagen que aparece nítida y enfocada. Es el rango de distancia dentro del cual los objetos salen claros y definidos, mientras que todo lo que está fuera de ese rango se ve borroso. Controlar la profundidad de campo te permite decidir qué partes de la escena quieres destacar y cuáles prefieres desenfocar, ayudando a dirigir la atención del espectador hacia un punto específico.

La profundidad de campo se puede ajustar con la apertura del diafragma de la cámara: una apertura grande (número f pequeño) crea una profundidad de campo más reducida, haciendo que solo el sujeto principal esté enfocado y el fondo salga desenfocado, lo que es ideal para retratos o detalles. En cambio, una apertura pequeña (número f grande) hace que la profundidad de campo sea mayor, manteniendo enfocados tanto el primer plano como el fondo, lo que es perfecto para paisajes o escenas donde quieres que todo sea claro y nítido.

El enmarcado natural en fotografía es una técnica en la que usas elementos dentro de la escena para rodear o encuadrar el sujeto principal de la imagen. Estos elementos pueden ser ramas de árboles, ventanas, puertas, arcos o cualquier cosa que forme un “marco” alrededor de lo que quieres destacar. Este recurso no solo añade contexto visual, sino que también dirige la atención del espectador hacia el punto clave de la fotografía.

Uno de los desafíos de la fotografía es capturar una realidad tridimensional en un formato plano. ¿Cómo podemos evitar perder esa profundidad y crear la sensación de que la imagen se extiende más allá del papel o la pantalla? Una forma efectiva es jugar con los diferentes planos. Al incluir elementos repetidos o de diferentes tamaños en la misma imagen, nuestro cerebro interpretará que el elemento más pequeño está más lejos. Por ejemplo, en una foto con una barquita en primer plano y un barco más grande pero pequeño en tamaño en el segundo plano, el cerebro deducirá que el barco está muy lejos, logrando así una gran profundidad.

El enmarcado natural ayuda a crear profundidad y a hacer que el sujeto parezca más integrado dentro de su entorno. Además, le da un toque estético que puede hacer que la imagen sea más atractiva y estructurada. Al usar elementos del propio paisaje o escenario para enmarcar la toma, también puedes lograr que la foto se sienta más orgánica y equilibrada, proporcionando un camino visual claro para el ojo del espectador.

En otra imagen, las rocas a la derecha junto al pequeño arbusto actúan como referencia para los demás planos. Las montañas y árboles en segundo plano parecen mucho más pequeños en comparación, lo que hace que el cerebro perciba que se alejan del fotógrafo. El secreto está en buscar referencias que aparezcan en los distintos planos. Si no hay referencias naturales, se pueden usar elementos reconocibles como coches o personas.

HORIZONTAL O VERTICAL

En fotografía, la elección entre una orientación horizontal o vertical tiene un impacto importante en cómo se percibe la imagen y en la forma en que se distribuyen los elementos dentro del encuadre. La orientación horizontal, o formato paisaje, es la más utilizada y se asocia naturalmente con la forma en que vemos el mundo, ya que nuestra visión tiende a ser más amplia de lado a lado. Este formato es ideal para capturar paisajes, escenas amplias, y fotos grupales, porque permite abarcar más espacio lateral y dar una sensación de amplitud y estabilidad.

Por otro lado, la orientación vertical, o formato retrato, es útil para resaltar la altura y dirigir la atención hacia arriba o abajo. Es común en retratos, fotografía de moda o cuando el sujeto principal es más alto que ancho, como árboles, edificios o personas. El formato vertical también puede darle una sensación más íntima o intensa a la imagen, centrándose más en el sujeto principal y eliminando distracciones laterales.

La elección entre horizontal o vertical depende del tipo de escena que estás fotografiando y del mensaje que quieres transmitir con la imagen. Cada orientación tiene su propio lenguaje visual, y saber cuándo usar cada una puede mejorar significativamente la composición.

Acercándose al encuadre implica llenar más el cuadro con el sujeto principal, eliminando distracciones y centrando la atención en los detalles más importantes. Cuando te acercas al encuadre, ya sea físicamente acercándote al objeto o utilizando el zoom, logras destacar texturas, expresiones o características específicas que podrían perderse en una toma más amplia. Esto te permite crear imágenes más impactantes y enfocadas.

Uno de los desafíos de la fotografía es capturar una realidad tridimensional en un formato plano. ¿Cómo podemos evitar perder esa profundidad y crear la sensación de que la imagen se extiende más allá del papel o la pantalla? Una forma efectiva es jugar con los diferentes planos. Al incluir elementos repetidos o de diferentes tamaños en la misma imagen, nuestro cerebro interpretará que el elemento más pequeño está más lejos. Por ejemplo, en una foto con una barquita en primer plano y un barco más grande pero pequeño en tamaño en el segundo plano, el cerebro deducirá que el barco está muy lejos, logrando así una gran profundidad.

Acercarse también ayuda a simplificar la composición, eliminando elementos innecesarios del fondo o los bordes de la imagen, lo que da lugar a fotos más limpias y claras. En muchos casos, esta técnica genera un mayor nivel de intimidad y conexión con el sujeto, ya sea en retratos, fotografía de productos o naturaleza. Al hacerlo, el encuadre cercano da una sensación de proximidad y detalle, permitiendo que el espectador se enfoque únicamente en lo que realmente importa en la escena.

En otra imagen, las rocas a la derecha junto al pequeño arbusto actúan como referencia para los demás planos. Las montañas y árboles en segundo plano parecen mucho más pequeños en comparación, lo que hace que el cerebro perciba que se alejan del fotógrafo. El secreto está en buscar referencias que aparezcan en los distintos planos. Si no hay referencias naturales, se pueden usar elementos reconocibles como coches o personas.

Parte de un todo es una técnica en la que solo capturas un fragmento de un objeto o escena más grande, dejando el resto fuera del encuadre. Esto provoca que el espectador imagine o intuya el resto de la escena o del objeto, creando interés y misterio. En lugar de mostrarlo todo, se elige resaltar un detalle específico que represente o sugiera el contexto completo.

Este enfoque permite contar una historia de manera más sutil, y genera una conexión visual más intrigante. Por ejemplo, en lugar de fotografiar a una persona entera, puedes capturar solo sus manos trabajando, o un primer plano de su rostro. Así, una pequeña parte transmite la esencia o el carácter de todo el sujeto o la escena, dándole un significado más profundo o evocador a la imagen. Es una técnica poderosa para estimular la imaginación del espectador y hacer que complete la historia por sí mismo.

Inclinar el plano se refiere a rotar intencionalmente la cámara para que el horizonte o las líneas principales de la escena no queden alineadas de manera horizontal o vertical, sino en ángulo. Esta técnica, también conocida como plano holandés o ángulo inclinado, se utiliza para crear una sensación de dinamismo, tensión o desequilibrio en la imagen.

Al inclinar el plano, puedes transmitir emociones o generar un impacto visual más fuerte. Por ejemplo, una escena cotidiana puede parecer más dramática o inquietante cuando está fotografiada con un ángulo inclinado, ya que rompe con la percepción natural del mundo. Esta técnica es común en fotografía creativa y cinematografía, especialmente en situaciones donde se quiere sugerir caos, acción, inestabilidad o simplemente darle un toque artístico a la composición. Es una herramienta poderosa, pero debe usarse con moderación para no abrumar o confundir al espectador.

EL PUNTO DE VISTA

El punto de vista en fotografía se refiere a la posición desde la cual capturas la imagen y tiene un impacto directo en cómo el espectador percibe la escena. Cambiar el punto de vista, ya sea fotografiando desde arriba (picado), desde abajo (contrapicado), o a nivel de los ojos, puede alterar la sensación que transmite la foto. Un ángulo bajo puede hacer que el sujeto parezca más imponente, mientras que un ángulo alto puede hacerlo parecer más pequeño o vulnerable.

Además, variar el punto de vista te permite jugar con la perspectiva, destacando detalles específicos o creando una sensación más abstracta o artística de la escena. Es una herramienta fundamental para darle un enfoque creativo y diferente a tus composiciones fotográficas, guiando la atención y las emociones del espectador.

LOS ESPACIOS VACÍOS

Los espacios vacíos también conocidos como “espacio negativo”, son las áreas de la imagen que no contienen elementos importantes o detalles. Estos espacios ayudan a equilibrar la composición y a dirigir la atención del espectador hacia el sujeto principal, permitiendo que la imagen respire y que el sujeto destaque de manera más clara. El uso de espacio vacío también puede transmitir sensaciones de minimalismo, tranquilidad o soledad.

Cuando se usa correctamente, el espacio vacío puede reforzar el mensaje de la foto y crear un ambiente visual más limpio y organizado. Aunque no siempre es el foco de atención, el espacio negativo juega un papel importante al darle contexto al sujeto, evitando que la imagen se sienta sobrecargada y permitiendo que la composición sea más efectiva y equilibrada.

CRÉDITOS

INSTITUTO SUPERIOR METROPOLITANO DE DISEÑO FOTODOCUMENTAL II

PRIMERA EDICIÓN EN ESPAÑOL 2024 (QUITO - ECUADOR)

AUTOR

JUAN FRANCISCO GALARZA

EDITORIAL YAWA

CONCEPTUALIZACION, FOTOGRAFÍAS, DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

JUAN FRANCISCO GALARZA

DIRECCIÓN DE PROYECTO

MSC. XAVIER GRANJA

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual.

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