NUNA Alma y Espíritu

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CRÉDITOS

INSTITUTO SUPERIOR METROPOLITANO DE DISEÑO FOTODOCUMENTAL II

PRIMERA EDICIÓN EN ESPAÑOL 2024 (QUITO - ECUADOR)

AUTOR

JUAN FRANCISCO GALARZA

EDITORIAL

YAWA

CONCEPTUALIZACION, FOTOGRAFÍAS, DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

JUAN FRANCISCO GALARZA

DIRECCIÓN DE PROYECTO

MSC. XAVIER GRANJA

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual.

ÍNDICE

Liga de Quito-Campeón

Pág. 09-23

Arquitectura

Pág. 27-47

MórVIDA

Pág. 51-69

Caso Malvinas.

los cuatro de Guayaquil

Pág. 73-91

NO al despojo de las tierras campesinas

Pág. 95-107

Una parte de Los Andes

Pág. 111-131

Bogotá de la A a la Z

Pág. 135-157

Liga de Quito Campeón

Liga Deportiva Universitaria de Quito (LDU) se consagró campeón del Campeonato Ecuatoriano de Fútbol 2024, consolidándose como uno de los equipos más exitosos en la historia del fútbol ecuatoriano. Este título se suma a su prestigioso palmarés, en el que figuran varios campeonatos nacionales y destacadas participaciones a nivel internacional, lo que reafirma su posición en la élite del deporte en Ecuador.

La temporada 2024 fue una montaña rusa de emociones para los aficionados de Liga, con momentos de alto nivel futbolístico y una muestra de gran competitividad por parte del equipo. A lo largo del torneo, el equipo dirigido por un cuerpo técnico experimentado mostró consistencia en su juego, superando rivales fuertes y adaptándose a las exigencias de cada fase del campeonato. Los jugadores, comprometidos con el club y con una mentalidad ganadora, fueron pieza clave para obtener el trofeo al final del torneo.

Liga de Quito tuvo que enfrentarse a diversos desafíos durante la temporada. Entre ellos, las exigencias de un calendario competitivo, lesiones de jugadores clave y la presión de la hinchada que siempre espera lo mejor del equipo. Sin embargo, el conjunto capitalino logró superar cada obstáculo con esfuerzo, dedicación y un

gran sentido de equipo, demostrando su capacidad para sobreponerse a las adversidades y alcanzar la gloria.

El torneo estuvo lleno de momentos memorables, desde goles espectaculares hasta partidos de alta intensidad, que mantuvieron a los hinchas al borde de sus asientos. Los jugadores más destacados de la temporada no solo mostraron calidad individual, sino también un trabajo colectivo que fue fundamental para el éxito del equipo. Los goles fueron celebrados con fervor por la hinchada, que llenó el estadio en cada partido, mostrando su apoyo incondicional.

Uno de los momentos más emocionantes del campeonato fue el último partido, donde Liga de Quito selló su triunfo. En un encuentro decisivo, el equipo capitalino se enfrentó a un duro rival, pero con garra y determinación logró obtener el resultado necesario para asegurar el título. La celebración fue instantánea, tanto en el estadio como en las calles de Quito, donde miles de seguidores festejaron el logro de su equipo.

La victoria en el Campeonato Ecuatoriano de Fútbol 2024 no solo es un logro importante para Liga de Quito, sino también para su afición, que ha sido un pilar fundamental

en el éxito del club. Los hinchas, con su apoyo constante, han acompañado al equipo en los buenos y malos momentos, y esta victoria es también un reconocimiento a su lealtad y pasión.

Con este título, Liga de Quito sigue escribiendo su historia en el fútbol ecuatoriano, consolidándose como un referente del deporte en el país. El club, que ha cosechado éxitos a nivel nacional e internacional, continuará trabajando para mantenerse en la cima y seguir brindando alegrías a su hinchada.

Este campeonato representa, además, una motivación para el futuro del equipo, que buscará seguir sumando logros en las próximas temporadas. Con una base sólida de jugadores y un proyecto deportivo bien estructurado, Liga de Quito tiene el potencial de seguir siendo protagonista en el fútbol ecuatoriano y en competiciones internacionales.

Así, el Campeonato Ecuatoriano de Fútbol 2024 quedará en la memoria de los aficionados como una temporada llena de emociones, con Liga coronándose una vez más como campeón, reafirmando su legado en el fútbol de Ecuador y consolidándose como un club histórico.

Arquitectura

La diversidad entre la arquitectura clásica y la moderna es un tema fascinante que merece una comparación detallada. Cada estilo arquitectónico tiene su propia identidad, basada en los valores culturales, históricos y estéticos de su tiempo, y al ponerlos frente a frente se pueden apreciar las diferencias y similitudes que los definen. En este caso, al comparar dos obras emblemáticas de estos estilos, como la Iglesia Basílica y el Palacio de Cristal, podemos entender mejor cómo evolucionó la arquitectura a lo largo del tiempo y cómo cada obra representa un conjunto de ideales únicos.

La arquitectura clásica, ejemplificada en la Iglesia Basílica, es un testimonio del valor que las sociedades antiguas le daban a lo monumental, lo simbólico y lo duradero. La Basílica, con su estilo neogótico, sus arcos ojivales, torres imponentes y decoraciones detalladas, está cargada de significado espiritual y religioso. Este tipo de construcción no solo busca crear un espacio funcional para el culto, sino también transmitir un mensaje de poder divino y atemporalidad. Las piedras talladas y las estructuras que parecen desafiar el paso del tiempo son parte de una tradición que se remonta a cientos de años y que aún hoy sigue

siendo admirada.

En contraste, el Palacio de Cristal es una joya de la arquitectura moderna, que encarna los valores del funcionalismo, la transparencia y la integración con el entorno natural. Esta construcción, con sus grandes superficies de vidrio y su estructura metálica, representa la ruptura con los estilos ornamentales del pasado y el advenimiento de una nueva forma de ver la arquitectura: ligera, abierta y en armonía con el paisaje que la rodea. El Palacio de Cristal, al ser una construcción que busca fundirse con su entorno, destaca por la sensación de amplitud y luminosidad que ofrece, algo que sería inconcebible en las estructuras masivas y cerradas de la arquitectura clásica.

En términos de materiales, la comparación entre la Iglesia Basílica y el Palacio de Cristal es igualmente reveladora. Mientras que la Basílica está construida con materiales tradicionales como la piedra y el mármol, el Palacio de Cristal hace uso de tecnologías modernas, como el acero y el vidrio, que permiten crear estructuras más ligeras y menos intrusivas. Esta diferencia no es solo una cuestión técnica, sino que también refleja una evolución en

las prioridades arquitectónicas. La Basílica, como muchas construcciones clásicas, pone énfasis en la solidez y la permanencia, mientras que el Palacio de Cristal busca una relación más dinámica y fluida con el tiempo y el espacio.

Otro aspecto que distingue estos dos estilos arquitectónicos es su relación con la luz. La Iglesia Basílica utiliza la luz de una manera controlada, con vitrales que filtran los rayos solares, creando un ambiente de recogimiento y contemplación. Este manejo de la luz es fundamental para la experiencia religiosa que se vive en su interior, donde todo está diseñado para elevar el espíritu. Por otro lado, el Palacio de Cristal, con sus paredes completamente transparentes, permite que la luz inunde el espacio sin restricciones, creando una sensación de apertura y conexión directa con el exterior. La luz natural es un elemento central en la experiencia de quienes visitan el Palacio, reforzando la idea de que la arquitectura moderna busca derribar las barreras entre el interior y el exterior.

MórVIDA

MórVIDA se explica desde una problemática mundial, social y cultural que se extiende como una inevitable tragedia. La idea de MórVIDA se centra en cómo el crecimiento de la humanidad, en el contexto urbano y poblacional, provoca disrupción, altera el entorno y lo configura de una manera menos sostenible. Un ejemplo evidente es la contaminación en las ciudades. A medida que crecen, aumenta también la cantidad de basura que producen. Esto se observa particularmente en los barrios periféricos, donde el crecimiento urbano es más evidente y descontrolado. Estos espacios, que solían ser mixtos, con terrenos vacíos y casas, al principio estaban impecables, rodeados de zonas verdes. Con el tiempo, vemos cómo se deterioran. La basura empieza a acumularse en las calles, terrenos vacíos y áreas que antes eran limpias. Esto no ocurría antes, cuando la población era menor y las áreas verdes predominan.

Con más viviendas y menos naturaleza, el entorno se vuelve menos habitable y más contaminado.

Este proyecto fotográfico, titulado

MórVIDA, busca visibilizar esta realidad a través de una serie de imágenes artísticas. Se recolectarán la basura dispersa en los barrios y se fotografiaron los objetos inspirados en

el estilo del fotógrafo Edward Weston, conocido por captar la esencia de los objetos mediante texturas, patrones y sombras. Esta técnica permitirá resaltar no solo los desechos, sino también su impacto visual y su simbolismo en la transformación del entorno.

El objetivo no es solo crear imágenes estéticas, sino también visibilizar un problema social y ambiental que ha empeorado con los años: la gestión ineficiente de residuos. Las fotografías mostrarán cómo la basura afecta el paisaje urbano, distorsionando la belleza natural y el equilibrio de los barrios. Cada imagen será una ventana a una realidad que muchas veces se pasa por alto, pero que afecta directamente la calidad de vida de quienes viven en estas zonas. MórVIDA tiene como propósito generar conciencia sobre una problemática que afecta a todos. La basura es un problema global, y la acumulación de desechos en las periferias de las ciudades es solo una muestra de lo que sucede a nivel mundial.

A través de las imágenes, el proyecto invita al espectador a reflexionar sobre los objetos descartados y su impacto ambiental, mirando más allá del simple acto de desechar algo y considerando las consecuencias a largo plazo. Además, el proyecto plantea preguntas importantes sobre el crecimiento

de las ciudades y su impacto en el paisaje natural y la calidad de vida de los habitantes. A medida que las ciudades se expanden, las áreas verdes desaparecen, reemplazadas por más construcciones. Este cambio tiene consecuencias directas en la salud ambiental y la forma en que las personas interactúan con su entorno. El crecimiento desmedido no solo altera el paisaje, sino que también reduce la calidad de vida al eliminar los espacios donde las personas pueden reconectar con la naturaleza.

MórVIDA busca ser un llamado de atención urgente para replantear cómo construimos nuestras ciudades y cómo gestionamos nuestros desechos. Las fotografías servirán como una ventana a una realidad que, aunque visible, muchas veces se ignora. Al capturar la basura de manera artística, se espera que el público tome conciencia de su impacto y se sienta motivado a actuar con mayor responsabilidad. El proyecto tiene la intención de impactar tanto visual como emocionalmente, invitando al espectador a reflexionar sobre su relación con el entorno. A través de la fotografía, MórVIDA invita a reconsiderar el papel que cada individuo juega en el deterioro ambiental y a ser parte del cambio.

Caso Malvinas los cuatro de GYE

El caso de los cuatro de Guayaquil, también conocido como el Caso Malvinas, es un ejemplo escalofriante de cómo el abuso de poder puede dar lugar a actos crueles e inhumanos que, con el tiempo, quedan impunes. Este caso resalta las fallas de los sistemas de justicia y la vulnerabilidad de las personas cuando los derechos fundamentales son pisoteados sin que haya consecuencias claras para los perpetradores. A través de este trágico suceso, se pone de manifiesto no solo la brutalidad con la que los individuos pueden ser tratados por quienes tienen autoridad, sino también la falta de respuestas efectivas por parte de las instituciones encargadas de garantizar justicia y proteger a los ciudadanos.

Los hechos que rodean el caso Malvinas son conocidos en Ecuador por la atrocidad de los actos cometidos contra cuatro jóvenes de Guayaquil que fueron brutalmente asesinados. Las víctimas, jóvenes entre los 17 y 21 años, fueron sometidas a torturas y actos inhumanos que chocan profundamente con cualquier noción de respeto por los derechos humanos. El impacto que este caso tuvo en la sociedad ecuatoriana se debe en parte al hecho de que este tipo de crímenes expone las grietas en

el sistema judicial y en las instituciones encargadas de velar por el bienestar de los ciudadanos.

En este contexto, el abuso de poder por parte de ciertos sectores se hace evidente. Los responsables de estos crímenes no solo actuaron con una crueldad inimaginable, sino que también se aprovecharon de su posición de poder para eludir la justicia. El encubrimiento y la falta de transparencia en las investigaciones de los hechos sugieren un sistema corrompido en el que quienes deberían ser responsables de impartir justicia están, en cambio, protegiendo a los culpables. Este tipo de situaciones genera una profunda desconfianza en las instituciones y deja una huella imborrable en la memoria colectiva.

La impunidad es uno de los aspectos más dolorosos de este caso. A pesar de las pruebas contundentes que indicaban la brutalidad de los crímenes cometidos, los responsables no fueron castigados adecuadamente. El sistema judicial se mostró incapaz de brindar una respuesta clara y contundente que asegurara justicia para las víctimas y sus familias. Este hecho es particularmente inquietante porque refuerza la idea de que en ciertas circunstancias, aquellos

que tienen el poder de controlar la narrativa y manipular las circunstancias pueden evitar ser responsabilizados por sus actos.

El caso Malvinas es un recordatorio de que, cuando los derechos humanos son violados y las instituciones fallan en proteger a los ciudadanos, el tejido social se desmorona. La falta de justicia no solo afecta a las víctimas directas, sino que también genera un clima de miedo y desesperanza en la sociedad en su conjunto. Cuando un caso de tal gravedad queda sin una resolución justa, se envía el mensaje de que la violencia y el abuso de poder pueden quedar impunes, lo que socava la confianza en las instituciones encargadas de proteger a la población.

Además, este caso también pone de manifiesto la importancia de una prensa libre y de una sociedad civil activa. Fueron los medios de comunicación y los activistas quienes, en muchos casos, mantuvieron vivo el recuerdo de las víctimas y exigieron justicia cuando las instituciones fallaban. Sin esta presión constante por parte de la sociedad civil, es posible que el caso hubiera caído en el olvido mucho antes.

NO al despojo de las tierras campesinas

El despojo, la expulsión o el ultraje de las tierras de las personas, de manera arbitraria y violenta, es una de las formas más inhumanas y condenables de violación de derechos. La tierra no solo representa un lugar físico, sino que para quienes se desenvuelven en el campo, es el sustento, la herencia y el espacio donde se construye una vida digna. Arrebatar a una comunidad o a una familia sus tierras, ya sea por medio de la fuerza o de artimañas legales, es un acto que nunca debería ser aceptado ni tolerado en ninguna sociedad que se precie de ser justa. Estos actos deben ser juzgados con rigor y sus responsables castigados de manera ejemplar, para que las personas afectadas puedan recuperar no solo su espacio vital, sino también su dignidad.

El derecho a la tierra es fundamental, especialmente para las comunidades rurales que dependen de ella para su subsistencia. Es en la tierra donde cultivan sus alimentos, crían sus animales y mantienen una relación profunda y simbólica con su entorno. No se trata solo de un espacio físico, sino de un lugar donde se desarrollan la identidad y la cultura. Las comunidades campesinas e indígenas han vivido en sus tierras por generaciones, y el despojo de estos

espacios no solo destruye su sustento económico, sino que también fragmenta el tejido social y cultural de sus vidas.

El despojo de tierras ha sido, lamentablemente, una práctica común a lo largo de la historia. A menudo perpetrado por aquellos en posiciones de poder que buscan controlar territorios para fines económicos, políticos o incluso personales, este acto violento ha dejado a miles de personas desplazadas, sin hogar y sin medios de subsistencia. Muchas veces, estos desplazamientos se hacen con la complicidad o indiferencia de las autoridades, quienes en lugar de proteger los derechos de los ciudadanos, los ignoran o, peor aún, se benefician de la injusticia. Esta situación se ve agravada cuando las personas afectadas no tienen acceso a un sistema de justicia eficiente que les permita recuperar sus tierras y castigar a los responsables.

Es imperativo que la justicia actúe en estos casos con firmeza y transparencia. Las personas que han sido despojadas de sus tierras deben tener el derecho de recuperar lo que les pertenece y, además, deben recibir compensación por los daños sufridos. No es suficiente con restituir las tierras; se debe también

tomar en cuenta el impacto emocional, social y económico que el despojo ha tenido sobre las víctimas. Las autoridades judiciales y los gobiernos tienen la responsabilidad de garantizar que estos actos no queden impunes, y que las víctimas encuentren en la ley una herramienta para restablecer sus derechos.

El despojo de tierras también tiene graves consecuencias para el medio ambiente y para la soberanía alimentaria de las naciones. Cuando las tierras son arrebatadas a los campesinos y pequeños agricultores, a menudo son utilizadas para proyectos que no respetan el equilibrio ecológico, como la explotación minera, la expansión de monocultivos o la construcción de infraestructuras que dañan el entorno. Esto provoca un daño irreversible en los ecosistemas locales y compromete la capacidad de las comunidades para producir sus propios alimentos. La pérdida de tierras fértiles y de recursos naturales afecta no solo a las personas directamente implicadas, sino a toda la sociedad, al poner en riesgo el acceso a alimentos sanos y a un ambiente equilibrado.

Una parte de Los Andes

El paisaje andino a más de ser un espacio natural; es un espacio lleno de historia y simbolismo, profundamente ligado a nuestra identidad. Este proyecto fotográfico utiliza autorretratos para establecer una conexión entre la figura personal y los paisajes en los Andes. Más que simples imágenes, cada una es una reflexión sobre cómo lo humano y lo natural se encuentran, se complementan y dialogan.

El paisaje en este proyecto no es un fondo pasivo. Es un protagonista que nos invita a cuestionar nuestra relación con el. Al colocarse en el centro de los Andes en Ecuador, la magnitud refleja nuestro minúsculo tamaño antes ellos, no como algo insignificante, sino como parte de un todo mayor. La naturaleza, con sus montañas, cielos y terrenos abruptos, nos hacen reflexionar sobre nuestro lugar en el mundo y cómo mi identidad se conecta con la tierra que nos rodea. Los autorretratos en este ensayo son una manera de integrarse al paisaje. A través de ellos, no se busca destacar la individualidad, sino mostrarse como un elemento más en el entorno. A veces la figura se mezcla con el paisaje, otras veces resalta en contraste con él. Sin embargo, el enfoque principal es cómo la relación entre el paisaje y nosotros nos transforma. la presencia se convierte en

una forma de explorar lo que significa habitar estos espacios.

La luz juega un papel central en este ensayo. Los cambios de luz a lo largo del día alteran tanto el paisaje como mi imagen. Amaneceres suaves, atardeceres intensos y sombras profundas son parte de la narrativa visual pero siempre dejándose llevar por la voluntad de la misma aprovechando los grandes momentos. Estos cambios reflejan cómo la naturaleza está en constante transformación, y cómo la relación con el paisaje evoluciona en respuesta a esas variaciones. La luz y el paisaje no son estáticos, al igual que nuestra identidad no lo es.

Este proyecto también explora la soledad y el aislamiento como un gusto o virtud siempre que sean escogidas. En los paisajes de los Andes, la soledad se refleja más grande, pero lejos de ser un sentimiento negativo, es una oportunidad para la introspección. En estos momentos de aislamiento, el autorretrato se convierte en una forma de autodescubrimiento. La inmensidad del paisaje andino amplifica esta soledad, pero al mismo tiempo, me proporciona una sensación de libertad, un espacio donde puedo explorar mi identidad sin distracciones.

El autorretrato es la herramienta que

utilizo para navegar esta relación entre el paisaje y la identidad. Cada imagen es una respuesta a la pregunta de cómo nos situamos en este entorno tan vasto, tan grande. No es solo una representación física, sino una exploración de cómo el ser interior se ve afectado por el contacto con la naturaleza. El paisaje andino no es solo un fondo; es una especie de reflejo de varios aspectos de nuestra identidad que de otra manera no habrían salido a la luz en otros contextos.

Este ensayo fotográfico busca capturar la conexión entre lo humano y lo natural, entre el individuo y el espacio. A través de los autorretratos, se muestra cómo la naturaleza moldea la identidad y cómo, al mismo tiempo, nuestra presencia le da un nuevo ser.

Los paisajes andinos no son simples escenarios, tienen y le damos un significado a esos paisajes. Es un diálogo continuo entre el entorno y nosotros, uno que define la manera de entendernos. En conclusión, este ensayo fotográfico explora la relación entre la identidad y los paisajes andinos a través del autorretrato.

Bogotá de la A a la Z

Un viaje inesperado pero largamente esperado, cuyo objetivo principal era asistir a un concierto icónico del grupo de rap Alcolirykoz junto a Cypress Hill. Sin embargo, este viaje se convertiría en algo más que solo un concierto, fue una aventura completamente nueva, intensa y muy sensorial desde mi perspectiva, ya que jamás había salido de Ecuador y mucho menos había viajado en avión, lo que transformó esta experiencia en algo único en cada uno de sus aspectos.

Bogotá, una ciudad inmensa y diversa, se presentó ante mí como un universo completamente nuevo por descubrir. Al llegar, pude sentir la magnitud de su grandeza, pero también la riqueza cultural que alberga en sus múltiples espacios, en cómo organiza su vida urbana, sus áreas públicas y su manera particular de mostrar una mezcla entre lo tradicional y lo moderno. Sin embargo, Bogotá, como muchas grandes ciudades sudamericanas, está marcada por tremendos contrastes. Mientras recorría sus calles, pude observar áreas con una arquitectura de primer nivel, edificios altos y modernos que destacaban en el horizonte, pero al mismo tiempo, vi viviendas de estructura más simple y sencilla, formando un paisaje urbano heterogéneo y contrastante. En esta ciudad se revela

una dualidad clara: por un lado, una urbe llena de vida, energía y creatividad; y por otro, un entorno que refleja muchas de las problemáticas sociales que caracterizan a nuestra región. Es una ciudad recatada en muchos aspectos, pero también tiene áreas donde el descuido en la limpieza es evidente. Estos contrastes no solo se manifiestan en su arquitectura, sino también en su gente. Bogotá es hogar de personas de todos los niveles socioeconómicos. En un mismo espacio puedes ver a gente con gran poder adquisitivo, moviéndose en autos lujosos y vistiendo ropa de marca, mientras que a solo unos metros se encuentran personas en situación de indigencia, durmiendo en las aceras o buscando una forma de sobrevivir el día a día. Este es uno de los rasgos más sudamericanos que tiene Bogotá, una ciudad que refleja a la perfección las grandes desigualdades que caracterizan a nuestra región, pero que al mismo tiempo se presenta como una capital vibrante, llena de cultura, arte y expresión urbana.

Durante mi estancia, tuve la oportunidad de explorar algunos de sus barrios más icónicos. La Candelaria, por ejemplo, con su mezcla de lo histórico y lo moderno, es una representación clara de cómo conviven lo viejo y lo nuevo en esta

ciudad. Allí se puede respirar la historia, pero también se percibe el espíritu joven y contemporáneo que habita sus calles. La diversidad cultural de Bogotá es abrumadora, desde su gastronomía hasta sus expresiones artísticas, pasando por su gente, siempre dispuesta a compartir su historia, sus costumbres y su día a día.

Pero Bogotá no es solo una ciudad de contrastes sociales y económicos, también lo es en su geografía. Los cerros que rodean la ciudad le dan un marco natural imponente que te recuerda constantemente que, a pesar de estar en una de las capitales más importantes de América Latina, la naturaleza siempre está presente, vigilante y majestuosa. Estos cerros no solo embellecen la ciudad, sino que también son testigos de su crecimiento y transformación. El concierto, aunque fue el motivo principal de mi viaje, terminó siendo solo una parte más de esta experiencia inolvidable. La música de Alcolirykoz y Cypress Hill, en un escenario tan significativo, se mezcló con la energía de la ciudad, creando una atmósfera única. Esta experiencia me dejó una huella profunda, esta ciudad es reflejo de nuestra historia, nuestras luchas y nuestros sueños compartidos.

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