CAPILLA DEL MONASTERIO BENEDICTINO DE LAS CONDES
Francisco Weil M. Problemas de la Arquitectura Moderna
CAPILLA DEL MONASTERIO BENEDICTINO DE LAS CONDES Francisco Weil M. Problemas de la Arquitectura Moderna
Contenidos Presentación Contexto histórico Obras seleccionadas Problemas de la arquitectura moderna Comparaciones Ensayo: En busqueda de la forma Entrevista a Jorge Tiska Baudrand Análisis planimétrico Levantamiento fotográfico Bibliografía comentada Referencias bibliográficas ensayo
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Capilla del Monasterio Benedictinos. Fuente: archdaily 4
PRESENTACIÓN
Edificio: Capilla del Monasterio Benedictino de las Condes Arquitecto: Gabriel Guarda, Martín Correa Años: 1961 - 1964 (desarrollo de proyecto), 1962 - 1964 (construcción). Ubicación: Cerro Los Piques, Santiago, Chile. Destino original: Capilla de Monasterio. Destino actual: Sigue respondiendo a la misma espacialidad. Su acceso es bastante extenso, ya que consta de una curva suave en ascenso por el borde del cerro Los Piques, donde el volumen blanco se presenta gracias a la explanada que existe anterior a este. Donde los dos volúmenes cúbicos blancos son intersectados por un eje diagonal entre estos, y acompañados por una serie de volúmenes menores que se integran para generar el total. Al entrar en la capilla, nuevamente existe un giro perimetral dado en una escala diferente a la anterior, que resguarda al altar, hasta el punto de su diagonal, en donde el vacío interior aparece gracias a su medida vertical. Fue diseñada para ser comprendida a medida que se recorre. El recorrido interior de la iglesia se explica a partir de un eje diagonal que vincula ambos cubos entre sí: Cubo de Fieles y Cubo de Monjes y por un recorrido perimetral que tiene su punto de partida en el acceso y tiene como remate la imagen de la Virgen. Al llegar a ese punto, se hace presente el eje diagonal que continua hasta la parte posterior de la nave, donde se ubican los monjes. Así el interior de la capilla, se articula como una secuencia de acontecimientos en torno a la condición del límite propio de la obra, la superposición de planos, la neutralidad de los colores, la ausencia de ornamento y la emergencia de la luz desde los espacios solapados, construyen, atmósferas y un tipo de significado, que reside en la experiencia de la oración bajo la luz. 5
Croqui del proyecto original, por Jaime Bellalta. Fuente: El Monasterio Benedictino. Croquis del proyecto de la Capilla, por Gabriel Guarda. Fuente: El Monasterio Benedictino. 6
CONTEXTO HISTÓRICO
Previo al inicio del proyecto de la Iglesia Benedictinos, como se conoce actualmente, existen distintos hechos que determinaron su Arquitectura. El primero que se puede entender como el gestor de esto es la realización del Concilio Vaticano II, convocado por la Iglesia Católica en 1959. Esto marca un antes y un después debido a la intención o más bien inquietud que se tenía, de cómo promover el desarrollo de la fe católica dentro de los cambios que se vivían dentro de la sociedad. Llevando esto a preguntas de ¿cómo debiera de ser el espacio religioso contemporáneo? Entendiendo que la Arquitectura Moderna como canon se ha llegado a través de la evolución y la revolución, como hace mención Max Aguirre en su tesis “La arquitectura moderna en Chile : el cambio de la arquitectura en la primera mitad del siglo XX : el rol de la organización gremial de los arquitectos (1907-1942) y el papel de las revistas de arquitectura (1913-1941)”, podríamos entender que esto fue un producto de porque la Iglesia Católica se planteó esas preguntas, a la vez que entendemos cuál de estas formas de Arquitectura Moderna religiosas quiso seguir la comunidad Benedictina. (2004) Ya comprendida la inserción del monasterio dentro del movimiento moderno, Jaime Bellalta es quien marca el inicio del proyecto Benedictino, pero no quien lo finaliza. La participación de varios arquitectos trajo consigo únicamente el resultado de una obra unitaria, con inflexiones propias en cada uno de los edificios, siguiendo fielmente el modelo inicial planteado por Bellalta. Quien tan solo quiso acoger la vida contemplativa de los monjes benedictinos en un medio geográfico, el cual es el determinante el proyecto. Bajo esto Gabriel Guarda y Martín Correa quisieron apelar a una Arquitectura Moderna revolucionaria, de vanguardia, cambiando totalmente la formalización de la Iglesia clásica. Bajo la creencia de que la Arquitectura Moderna tiene que representar la verdadera marcha de hoy, la de la modernidad, explorando depurativamente la experiencia religiosa, como se hace con la luz. 7
Obra: Las Iglesias y el culto Autor: Guarda, Gabriel Años: 2002 Imagen: Vista posterior de la Iglesia San Francisco de Castro Fuente: Las Iglesias y el culto
Obra: Catedral de Valdivia Años: Inaugurada en 1998 Imagen: X Aniversario de la Catedral de Valdivia Fuente: Iglesia: Conferencia Episcopal de Chile
Obra: La ciudad Chilena del siglo XVIII Autor: Guarda, Gabriel Años: 1968 Imagen: Plano de Santiago a fines de del siglo XVIII Fuente: La ciudad Chilena del siglo XVIII
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OBRAS SELECCIONADAS
Como monjes, Gabriel Guarda y Martín Correa, además de la Iglesia Benedictino no fueron participes de otra obra arquitectónica. A pesar de esto Guarda, como historiador y religioso, ha sabido complementar estas áreas en el ámbito del estudio académico de las Iglesias y de temas eclesiásticos en Chile. Por esto resulta interesante mencionar el libro “Las Iglesias y el culto” donde hace una recapitulación de las principales Iglesias de Castro, mostrando una vez más, su fascinación con las Iglesias del Sur de Chile, asociación que se hace debido a que él es oriundo de la ciudad de Valdivia.
Más relacionado al ámbito de la Arquitectura, es de mencionar la inmensa labor de Guarda por el rescate del patrimonio cultural arquitectónico de zonas como Chiloé, Osorno, Valdivia, Colchagua y Valle del Elqui. Además de su participación en proyectos patrimoniales, como lo fue la reconstrucción de la catedral de Valdivia, donde encabezó la comisión. Por esta preocupación de la conservación del Patrimonio Cultural Chileno, en 2004 se hizo merecedor del Premio Conservación de Monumentos Nacionales.
Es de nombrar este libro por su aporte a la investigación de la fundación de las ciudades chilenas. En este se destaca que además de ir mencionando los sucesos como historiador, es importante la visión de estudio Urbano que le dio, como se puede apreciar en ciertos capítulos como: El plano de damero, Repoblaciones y traslados, El trazado irregular o Los espacios urbanos. Temáticas en las que se aprecia esta visión Urbana, la cual no es muy reconocida y a la cual se le quiso dar énfasis. 9
Expresiรณn brutalista del Hormigon Armado
La luz como elemento que transforma el Espacio
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PROBLEMAS DE LA ARQUITECTURA MODERNA
Cuando entramos a la Capilla del Monasterio Benedictinos en búsqueda de respuestas tan solo en lo físico del edificio, lo primero que notamos es su frialdad y dureza que el Hormigón a la vista nos muestra. Este material deja ver cada una de las tablas que configuraban el moldaje y que le dan un ritmo brutal y primitivo a la obra. Esta condición física tan propia del material, que no oculta nada y que se muestra tal cual, nos hace pensar que esto es lo que la define como Moderno. Aquí lo brutal se observa como una expresión estructural, que se podría basar en un pensamiento más Ingenieril que de Arquitectura, mucho más relacionado a lo físico del edificio. Debido a este pensamiento estético surge la duda de que, ¿acaso eso era lo que los Arquitectos querían demostrar en la Obra, algo brutal y físico o es en realidad algo más místico e inmaterial? La verdad es que, si nos quedamos solo con lo físico, sería volver a las Iglesias clásicas, a más bien un análisis reconocible por su estética. En realidad, lo que Guarda y Correa querían no era explorar una nueva forma de trabajar el hormigón o imponer una nueva “estilo”, sino que es lo que esta atrás del diseño y lo estético, lo que son las ideas, donde la forma pasa a un segundo plano y lo que interesa es el fondo. Quizá cuando entramos a la capilla debemos cambiar la perspectiva y comenzar a ver las cosas con un ojo mucho más sensible, entendiendo lo místico y sagrado de le Iglesia. Esto son los elementos inmateriales, que luego dan paso a lo físico, como es la luz. Este elemento que es intangible se hace con toda la Iglesia e incluso se puede llegar a entender como el elemento que transforma y define le espacio. Este es el verdadero pensamiento de lo Moderno del edificio, no es lo físico, sino que lo inmaterial, no es la forma, sino que el fondo. 11
Capilla Notre Dame du Haut. Fuente: Architecture and Light The Aschrott-Brunnen Monument. Fuente: Harvard Design Magazine 12
COMPARACIONES
I. Capilla Notre Dame du Haut: Es claro su parecido con la Iglesia Benedictinos, por apreciaciones básicas como el lenguaje purista cúbico y blanco, la liberación del suelo y la expresividad del hormigón armado. La comprensión perfecta del juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz. Y sobre todo bajo la luz ya que, a pesar de ciertas diferencias en su trabajo, se entiende lo fundamental que es para ambas Iglesias. La luz se trabaja de formas distintas y tienen distintos objetivos en cada una. En Ronchamp es característico la oscuridad megalítica que tiene, una luz muy rebajada de intensidad, lo que se concibe como un espacio de oración íntimo, donde uno se vuelve hacia sí mismo, por la forma en que se trabaja la luz, a través de ranuras a la vista que dan al interior de la Iglesia. Lo que contrasta radicalmente con la luz diáfana de los Benedictinos, donde la intensidad es ideal para la percepción visual del rito, llevando la oración más allá del individuo, transformándolo en una acción de comunidad, gracias al trabajo de la luz de forma indirecta, a través de sus fuentes ocultas. II. The Aschrott-Brunnen Monument: En 1908, Sigmund Aschrott, un exitoso hombre de negocios judío, financió la creación de una fuente de agua frente al Ayuntamiento de la ciudad alemana de Kassel. Como era un regalo de un judío, los nazis derribaron la fuente Aschrott-Brunnen en abril de 1939, dejando solo la base. En la década de 1980, la Sociedad para el Rescate de Monumentos Históricos inició un esfuerzo para restaurar la fuente. Hoheisel propuso recrear la fuente original como una cáscara de concreto hueco, exhibirla por un corto tiempo en posición vertical en la Plaza del Ayuntamiento, y luego enterrarla boca abajo en la ubicación exacta del monumento original. Esta versión hueca e invertida de la fuente estaría cubierta por vidrio y una rejilla que trazaría el contorno de su fondo, de modo que la gente pudiera caminar a través de ella y mirar dentro de su vacío, a la vez que escucha el agua caer al fondo de la fuente. Esta característica del simbolismo no figurativo del arte conmemorativo moderno, es lo que se puede llegar a comparar con la capilla de la Iglesia Benedictinos. La idea de restaurar la ausencia de la fuente es algo que puede llegar a ser tan potente como la idea de que Dios es luz. Donde el significado tiene mayor importancia que lo físico. 13
La oraciรณn bajo la luz. Fuente: Plataforma Arquitectura 14
EN BUSQUEDA DE LA FORMA
Palabras clave: oración, posición espacial, luz, espacio, forma La alusión de un edificio a una forma establecida se ha llevado a cabo durante siglos y se continúa haciendo hasta el día de hoy, donde la estética del edificio va respondiendo a patrones similares. El símbolo de democracia o la forma de este tipo de espacios, tienen una estética determinada. Al comparar la democracia en Grecia y en la Modernidad, no existen muchas similitudes, pero la estética arquitectónica que toma es sumamente parecida. Por lo que podría decirse que la forma responde a una función, lo que se aplica en muchos otros ámbitos. En el tema eclesiástico se aplica de la misma manera, donde la Iglesia se ve representada por una forma. Toda Iglesia clásica está conformada por la Nave Central, las Naves Laterales, el Transepto, el Ábside, entre otros. Al fin todos elementos que determinan una forma, la “forma” de la Iglesia. Es claro el desarrollo en materialidad y constructibilidad, los que van determinando estilos, pero estos cambios sutiles siguen aludiendo a una forma eclesiástica, de imponerse dentro de la ciudad, de llevar al límite el material y de “tocar” el cielo. Estos elementos clásicos por esencia, no se ven expresados en la Iglesia Benedictinos, lo que bajo la premisa de que la forma responde a una función, no se ve representada, lo que nos lleva a pensar que la Iglesia ya no responde a esa misma función. Pero si ya no es esa la función de la Iglesia, si la forma debe responder de manera distinta. ¿Cuál es la función de “esta” iglesia? ¿tiene una función? O yendo un poco más lejos y tratando de plantear la pregunta que este texto busca, ¿tiene una forma? 15
“La vocación de retiro que el sujeto manifiesta al ingresar al monasterio se materializa en la práctica cotidiana en una actitud constante de búsqueda de Dios, que el monje realiza habitualmente a través de una disposición personal de escucha constante e instrumentalizada mediante la oración individual y colectiva.” (Ludueña, Gustavo.) Esta búsqueda de Dios constante se realiza a través de la práctica de la oración, finalmente todo giro en torno a esto, entonces la oración es la razón de “esta” Iglesia. Mediante el silencio se permite la unión entre los monjes y los fieles. La oración es lo que constituye la escenografía sobre la cual los fieles y los monjes aparecen como actores tomando posición dentro del espacio. A veces pareciera una búsqueda de aislamiento, pero en realidad es un silencio a una distancia social determinada, que finalmente determinan a una comunidad. Es esta posición dentro del espacio, lo que determina a la Iglesia no como un individuo. Como Fisac en su obra “el dinamismo espacial convergente” desarrolla, la concepción de Iglesia no va tan solo en que los fieles se sientan atraídos a la oración, sino que es necesario crear una cierta direccionalidad hacia un punto, la cual él reconoce como el altar. Este dinamismo hacia un punto, se debe a que la oración no es individual, ni independiente, es colectiva, lo que determina la Iglesia como una comunidad. (1960) El orar se presenta como la posición espacial que se debe de adoptar, a la vez que es la forma de unir y mantener a los monjes y a los fieles como comunidad. Pero, aun así, es difícil pensar en la espacialidad solo con la posición que el individuo debe adoptar dentro de la Iglesia. La “forma” aún no aparece. Sigue pareciendo que faltan elementos que la conformen. Entendiendo eso, la pregunta que surge es ¿dentro de que espacio?
“La verdad y el amor no lo podemos dibujar, pero la luz sí, tiene una materialidad más concreta, y yo quise eso, trabajar con la luz […] ¿Cómo hacer un edificio sagrado? Lo que yo quería era “Dios es luz”, esa era la única decoración que yo quería […], una iluminación inefable, es lo más cerca de la santidad que se me podía ocurrir y experimentar.” (Bellalta, Jaime. 2009) La forma no se visualiza aún, lo que comienza a revelarse son los límites del espacio determinados por la luz que, desde un vértice diáfano, donde su intensidad parece ser perfecta para el orar, llega al opuesto donde parece ocultarse entre el imperceptible desfase de los muros. Este juego perfecto de luces indirectas define el espacio con todos sus límites, pero que solo son perceptibles por la luz ya que, si no estuviera esta, podría ser cualquier otro. Ya que es la única que tiene ese simbolismo, esa inmaterialidad e intangibilidad, que finalmente puede transformar el espacio, en algo físico. La luz no tan solo le da una forma, sino que una experiencia, donde las intensidades crean el juego y la interacción dentro de la comunidad. Volviendo no tan solo al individuo y generando más que una reflexión íntima, sino que uniendo a los monjes y a los fieles bajo una acción, la oración.
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“Esto es lo que pretendíamos: crear un espacio interior con atmósfera de oración y luminoso, que disponga al encuentro con el Dios vivo, consigo mismo y con el hermano, una tienda para el pueblo de Dios en camino, experimentando la alegría de la comunión.” (Correa, Martín. 2014) Entonces oración y luz. Orar, posición espacial que uno debe adoptar, y Luz, es lo que determina, delimita y define el espacio. Estos dos elementos son lo que generan el espacio eclesiástico de “esta” Iglesia, pero ¿qué forma es esa?
“(…) y en el blanco de la mesa del comedor, relucen los platos, el vino, los guisos, los codos y las manos en las conversaciones”. (Cruz, Alberto. 1954) Lo que Gabriel Guarda y Martín Correa querían en su Iglesia era la ausencia de las formas, como Alberto Cruz decía, la Iglesia que es muros, bóveda, ábside, vitraux, se podría llamar como la Iglesia de las formas presentes, distinto al caso de esta nueva Iglesia, la Iglesia de las formas de la ausencia, donde precede la desnudez del volumen y la decoración propia. (1954) Más que por la presencia de elementos al interior de la Iglesia, lo relevante es lo que sucede en ella. Más que su forma, es su fondo, más que la presencia, es la ausencia. La vida y la riqueza de esta Iglesia es entregado por lo místico propio de la Iglesia, la oración. Es este elemento el que comienza a trabajar el espacio, pero no es hasta que llega la luz él que lo define. Sobre la mesa blanca se disponen los platos, el vino y los guisos, aquí se disponen los fieles y los monjes en torno a la oración, que solo es permitida por la iluminación diáfana, perfecta para la interacción.
“¿Cuál será su luz, la luz de la forma de estas pequeñas iglesias dentro de la gran iglesia?” (Cruz, Alberto. 1954) La Iglesia no requiere una forma física para que esta se comporte como tal. Las Iglesias no tienen una forma. Lo que ocurre dentro de ellas es lo que la determina y es en este caso su simplicidad lo que le da la espacialidad, lo místico y su carácter de comunidad a la Iglesia Benedictino de Las Condes.
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Jorge Tiska Baudrand. Arquitecto de la Universidad de CatĂłlica de Chile. Estudiante de Gabriel Guarda, alojo en el Monasterio, teniendo esta doble perspectiva, conociendo el mundo de los feligreses, como tambiĂŠn el de los monjes.
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ENTREVISTA
Entrevista de Jorge Tiska Baudrand Realizada en Santiago el 18 de Noviembre de 2017
¿De qué manera les habrá influenciado a Guarda y a Correa diseñar la Capilla, siendo monjes de la misma? En esta capilla no hay ningún elemento que este dejado al azar. Cada muro, cada ventana, cada entrada está pensada. El hecho que exista una rampa para subir y llegar a la virgen maría es porque para la doctrina católica uno accede a Dios a través de la Virgen, que es la que trajo a Jesús al mundo. Hay un vínculo entre la Arquitectura y el camino a Dios a través de María. Esos son elementos pensados por los Arquitectos y que se ven representados en la Capilla. Ya que gran parte de sus reflexiones se deben a la capacidad que tuvieron ellos de plasmar la vida benedictina en el edificio. ¿Se podría decir que la luz es la que define el Espacio? Yo diría que sí, lo más relevante es este concepto de crear una luz que entra y baña los muros, sin que uno vea el origen. En el monasterio se dan circunstancias que son sumamente relevante, una es el espacio de los curas y el espacio de los feligreses. Los curas desde su cubo ven el cielo en la noche, en cambio la gente que entra ve solo la luz que cae sobre los muros. La disposición de los planos es lo que constituye la totalidad de la obra y el cómo esa disposición de los planos captura los distintos momentos del día. A las cuatro de la mañana entra la luz de las estrellas, a las doce del día entra la luz directamente del sol, en la tarde el sol se está poniendo, entrando una luz acostada y plana. Esto finalmente genera las distintas escenas del día, las que están capturadas por la Arquitectura. Todo eso constituye un todo que hace que el lugar tenga una cualidad mística. ¿En qué medida es relevante la forma, y hasta qué punto pasa esto a un segundo plano y toma mayor importancia el simbolismo? En el fondo, el monasterio es una fantástica mezcla entre los monjes que viven de una manera de concentración y de estudio, con una Arquitectura que acoge todo esto. (…) En mi experiencia tuve la posibilidad de alojar en el Monasterio, teniendo la oportunidad de estar sentado al lado de los feligreses, como también con los monjes. (…) Hay que tener presente el lema “ora et labora”, lo que expresa la vocación y la vida monástica benedictina de alabanza a Dios junto con el trabajo diario. Ellos tienen sus horarios súper estrictos de oración, tú te levantas a las cuatro de la mañana, vas a las Iglesia, cantas, rezas. Suena la campana y vuelves al Monasterio, cantas y rezas nuevamente. Participar de la vida de un monje es toda una experiencia, que va mucho más allá de la forma, es el uso, la luz, la acústica, es el orar.
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Planta Primer Nivel. Los cubos y su direccionalidad. 20
PLANIMETRÍA
Al analizar los planos, el orden espacial y la resolución formal de los programas, encontramos ciertas características fundamentales que se ligan totalmente a lo que se mencionó anteriormente respecto a la oración y la luz. Comenzando por un ordenamiento lógico, la intersección de los dos volúmenes principales, conectados por un eje diagonal con una direccionalidad clara, vienen a definir con cierta funcionalidad, el cubo de los fieles y el de los monjes. Esta división es simple, pero no se puede considerar tan solo una división, ya que este quiebre entre ambos volúmenes permiten a la vez la unión de la comunidad. Esto se debe a la dirección doble del altar, en torno a la cual se organiza prácticamente de forma radial las dos asambleas, buscando la proximidad de fieles y monjes, hacia un centro magnificado por las tensiones, dimensiones e iluminación del espacio. Esto en planta es sumamente claro de observar, ya que la intersección de los cuadrados, calza casi perfectamente con la disposición del altar en su centro. Además, acompaña esta direccionalidad, la disposición de las bancas en torno a este punto, como también las ventanas, que permiten una intensificación a través de la luz. Por otro lado, en el corte A-A’ se hace un poco más complejo, pero de igual forma se logra observar la centralidad del altar. Además, aparecen nuevos elementos que en la planta no se perciben tan directamente, como es el desnivel entre el cubo de los monjes con el de los fieles. Respecto a la luz en el interior de la Capilla, se destaca en la planta las ventanas que conforman los dos volúmenes principales, caracterizándose su iluminación indirecta a través del juego de planos que se intersectan. Siendo increíble la forma en que logra estas características en cuanto al tema estructural, por las luces que salva. En la elevación se observa como la unión de ambos cubos está enmarcada por los ventanales, que como se mencionaba anteriormente, permite la iluminación del espacio central. Además de que se puede observar tanto en el corte como en la elevación la luz directa que va hacia el cubo de los monjes, esto se debe a que los Arquitectos querían capturar las distintas escenas del día, para romper con la homogeneidad de un blanco plano. 21
A
A’
Planta Primer Nivel. La entrada de luz. 22
ElevaciĂłn fachada principal
Corte A-A’. 23
Exterior capilla Benedictinos. Fuente: Francisco Weil M. Panorรกmica de los distintos planos bajo la luz. Fuente: Francisco Weil M. 24
AscensiĂłn hacia la Virgen MarĂa. Fuente: Camila Berrios Vista desde el cubo de los monjes. Fuente: Francisco Weil M. 25
BIBLIOGRAFÍA COMENTADA
Cruz, A. (1954) Proyecto para una Capilla en el Fundo Los Pajaritos. Recuperado de : https:// www.ead.pucv.cl/1954/proyecto-pajaritos/ Este documento no habla en específico de la Capilla del Monasterio Benedictino, sin embargo, es interesante de leer debido a que hace un profundo análisis de la Capilla en el Fundo Los Pajaritos, Iglesia que tomaron Gabriel Guarda y Martín Correa como referente. Hablan de la forma, la espacialidad en torno al orar y temas sobre la modernidad de su obra.
Muñoz, R. (2010) La Iglesia del Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes Propuestas precedentes. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/1936/193617358003.pdf Artículo que se rescata el comparar y hablar de obras similares modernas, como capilla de notre dame du haut, iglesia sainte marie de la tourette, el proyecto capilla hospital de Venecia, de Le Corbusier, además de la iglesia de teologado dominico de san pedro martir y el proyecto de la Capilla fundo de Pajaritos.
Muñoz, R. (2012) Una Arquitectura ausente ilumina la celebración del misterio. Recuperado de: http://parq001.archdaily.net/wp-content/uploads/2012/04/1333806888-entrevista-martin-correa.pdf Entrevista a uno de los Arquitectos de la Iglesia, Martín Correa. Es interesante entender desde el punto de vista del Arquitecto como fue el proyecto. Además de uno de los puntos más importante de la Iglesia y al que le dio mucha relevancia, el cual es la luz. 26
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Fisac, M. (1960) Teologado de San Pedro Mártir de los PP. Dominicos en Madrid. Revista Arquitectura, 17, 9-19.
Gross, P. y Vial, E. (1988). Monasterio benedictino de las Condes: una obra de arquitectura patrimonial. Santiago, Chile: Ediciones Universidad Católica de Chile.
Gross, P. (2004). Una conversación a distancia y en el tiempo. Asociación de Oficinas de Arquitectura Chile, 25, 24-45.
Ludueña, G. (1998) El silencio como practica de ascesis corporal en una comunidad de monjes Benedictinos. Departamento de Ciencias Antropológicas, Universidad de Buenos Aires.
Mondragón, H. (2010). El discurso de la Arquitectura Moderna. Chile 1930- 1950. Una construcción desde las publicaciones periódicas. Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile.
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PROBLEMAS DE LA ARQUITECTURA MODERNA Autor: Francisco Weil M. Profesor: Maximiano Atria Semestre Primavera 2017 Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile