Espacio Institucional Suplemento bajo la responsabilidad editorial del P. Javier Luis Soteras, director de Radio María Argentina. Publicación de distribución gratuita con los ejemplares de La Voz del Interior del domingo 10/11/2013 www.franciscoadiario.org
Caridad Esa gran riqueza
El Papa Francisco se ocupó esta semana, con palabras y gestos, a enseñar el inmenso valor de dar y entregarse a los demás.
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Editorial
Francisco y un renovado paradigma eclesial
Padre Javier Soteras Responsable editorial de Francisco A diario
C
uando el Papa Francisco envía las 39 preguntas con las que pide opinión al pueblo de Dios sobre diversas situaciones de la compleja vida familiar, para poder ser abordadas en el Sínodo de la Familia en octubre de 2014, en Roma, lo hace con un propósito pastoral, no con la intención de modificar la doctrina de 2000 años. ¿Qué significa propósito pastoral?, es un estilo de abordaje de la realidad en toda su complejidad, en este caso la vida familiar, desde la mirada pastoral que nos trae Jesús en el Evangelio. Este modo de interactuar es un corrimiento paradigmático que no excluye la ética cristiana y la enseñanza del magisterio de la Iglesia, pero tampoco la ubica en primera línea a la hora de dialogar con identidad ante un mundo plural y complejo. El arte del ejercicio de la pastoralidad supone una presencia misericordiosa de la Iglesia, con sus valores de siempre, proponiendo a Jesús como el que es capaz de ayudar a comprender y dignificar la vida de las personas. El cambio o reforma que introduce Francisco en la Iglesia apunta a la llamada “Conversión Pastoral”. Las estructuras organizacionales pueden ser cauces de vida o detener y demorar los procesos vitales de las organizaciones. Esto supone un constante discernimiento sobre ellas para que cumplan su finalidad y no la obstaculicen. Si en el centro del mensaje de la Iglesia y su modo de presentarse en el mundo plural está el deber ser y quien no cumple con ello está lejos de Jesús, la Iglesia dejar ser “escuela de co-
munión”, para constituirse en “maestra en exclusión”. Si para pertenecer al Reino de Jesús que predica la Iglesia hay que presentar “certificado de buena conducta”, deberíamos cuestionar los procedimientos de incorporación a la comunidad por parte de Jesús al llamar al lado suyo a los pecadores y no a los justos. Jesús no sólo no condena a los pecadores sino que los invita a seguirlo, mostrándoles su cercanía y la posibilidad de compartir grandes ideales capaces de cambiar la vida. Lo que define el tipo de paradigma de la organización es el fin para la que fue creada. La Iglesia no fue fundada por Jesús para condenar, ni moralizar, tampoco para decir todo está bien y da lo mismo. Fue creada para liberar e iluminar, para mostrar un camino y comprometerse como ciudadana de este mundo a construir un mundo nuevo desde los valores de Jesús. Esta es la Iglesia que Francisco quiere, una que se parezca a la Iglesia que Jesús quería. Es necesario que los cristianos seamos conscientes de que el mensaje que la Iglesia aporta al mundo es un mensaje de plenitud, sobre todo para los pobres, para los que sufren, para los que nada tienen o nada son, para los que están en las periferias existenciales. Nada ni nadie puede empañar este mensaje, si aceptamos que así fuera, nos estaríamos oponiendo a la acción del Espíritu de Dios en el mundo por medio de su Iglesia. Este tiempo del Papado de Jorge Mario Bergoglio es tiempo de reafirmar el paradigma evangélico de la Iglesia, para que sea mejor instrumento en las manos de Dios
Audiencia
La caridad es la
“Vivir la comunión en la caridad significa no buscar el propio interés, sino ser capaces de compartir las alegrías y los sufrimientos de los hermanos”, dijo el Papa Francisco en la audiencia general del miércoles pasado.
E
n la audiencia general del miércoles pasado, el Papa Francisco dijo que la caridad es la mayor riqueza de la Iglesia y que para nutrirla es necesario el alimento espiritual de los sacramentos. A través de ellos ‘nos encontramos con Jesús’ y como ‘todo encuentro con el Señor tiene un carácter misionero’, los sacramentos nos impulsan a llevar a los demás ‘la salvación que hemos recibido’. El Papa explicó que la ‘comunión de los santos’ es la caridad que se vive entre los cristianos Para Francisco, la comunión de los santos crece mediante la participación en los bienes espirituales de la Iglesia. “En los Sacramentos nos en-
contramos con Jesús y, por medio de Él, entramos a formar parte del santo Pueblo de Dios. Todo encuentro con el Señor tiene un carácter misionero. Por eso, los Sacramentos constituyen una invitación a comunicar a los otros lo que hemos visto y oído, a llevar a los demás la salvación que hemos recibido”, dijo el Santo Padre. “A su vez, los carismas son dones y gracias especiales que el Espíritu Santo reparte para la edificación de la Iglesia, es decir, de su santidad y de su misión en el mundo. Ellos enriquecen la caridad, que está por encima de todo. Sin amor, los carismas son vanos. Con amor, hasta el menor de
nuestros actos repercute en beneficio de todos”, agregó. Francisco enfatizó luego que “la caridad es la mayor riqueza de la Iglesia. Vivir la comunión en la caridad significa no buscar el propio interés, sino ser capaces de compartir las alegrías y los sufrimientos de los hermanos, ser capaces de llevar los unos las cargas de los otros”. “No lo olvidemos: los bienes espirituales que compartimos en la Iglesia están al servicio de la comunión y de la misión, y mediante la comunión de los santos cada uno de nosotros somos signo y “sacramento” del amor de Dios para los demás y para el mundo entero”, señaló el Papa.
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a mayor riqueza Por una Iglesia alegre Ante unas ochenta mil personas, el Papa comentó el mandato principal del cristianismo, que es el del amor a Dios y a los demás, con manifestaciones prácticas. Por desgracia, a veces faltan, y reconoció que “con frecuencia somos demasiado áridos, indiferentes, lejanos… y transmitimos malhumor, frialdad y egoísmo en lugar de fraternidad”. “Con malhumor, frial-
dad y egoísmo, ¡la Iglesia no crece!”, dijo el Papa y recalcó que la Iglesia «crece solo con el amor que viene del Espíritu Santo», quien envía también carismas y dones con una «fantasía» extensa, destinada al bien de la Iglesia, no el de quienes los reciben. Lo esencial es el afecto y la ayuda a los demás ya que, “incluso los carismas y los dones más extraordinarios
son inútiles si falta amor”. Puede darse el caso de que una persona tenga carismas muy extraordinarios, como «la capacidad de curar a los enfermos», pero hay que preguntarse: “¿Hay amor en su corazón?”. Por muy llamativos que sean esos dones, “sin amor, no sirven a la Iglesia. Porque donde falta amor hay un vacío que se llena siempre de egoísmo”.
El papa Francisco pidió rezar por los corruptos que perdieron su dignidad El papa Francisco habló sobre los “devotos” de la corrupción administrativa durante la misa matutina del jueves pasado en la capilla de la residencia de Santa Marta. El sumo pontítice recordó la figura evangélica del “rico Epulón”, que “tenía muchos graneros, muchos silos llenos y no sabía qué hacer con ellos”. Tras señalar que el Señor dijo: “Esta noche tendrás que morir”, expresó piedad por “esta pobre gente que ha per-
dido la dignidad en la práctica de los desvíos y sólo lleva consigo no el dinero que ha ganado, ¡sino la falta de dignidad!”. “¡Recemos por ellos!”, exhortó. Francisco comparó a la corrupción con la adicción a los estupefacientes, al afirmar que “se empieza con un pequeño soborno… ¡Pero es como la droga!”. “Entonces la costumbre de esta corrupción se convierte en una dependencia”, agregó. El papa Francisco estimó
luego: “hoy nos haría bien rezar por los niños y jóvenes que reciben de sus padres un pan sucio: también estos tienen hambre, ¡tienen hambre de dignidad!” e invitó a orar “para que el Señor cambie los corazones de estos devotos del dios soborno y se den cuenta de que la dignidad viene del trabajo digno, del trabajo honesto, del trabajo de todos los días y no de estos caminos más fáciles que al final te quitan todo”.
Ángelus “Jesús puede transformar nuestro corazón” El papa Francisco dijo que Dios es Padre que espera atento en el corazón del hijo el deseo del regreso a casa.
“Hermanos y hermanas, ¡dejemos también nosotros que Jesús nos llame por nuestro nombre! En lo profundo del corazón, escuchemos su voz que nos dice: “Hoy debo detenerme en tu casa”, es decir en tu vida. Y recibámoslo con alegría: Él puede cambiarnos, puede transformar nuestro corazón de piedra en corazón de carne, puede liberarnos del egoísmo y hacer de nuestra vida un don de amor”. Con estas palabras, el Papa Francisco cerró su mensaje a la multitud que el domingo pasado colmó la plaza de San Pedro y la plaza Pío XII y acompañó al Pontífice en su rezo mariano. “Hoy debo detenerme en tu casa”, es decir en tu vida. Y recibámoslo con alegría: Él puede cambiarnos, puede transformar nuestro corazón de piedra en corazón de carne, puede liberarnos del egoísmo y hacer de nuestra vida un don de amor” dijo Francisco en la reflexión previa a la oración del Ángelus, refiriéndose al evangelio en el que Jesús pasa por Jericó donde se encuentra
con el publicano Zaqueo y le pide ser recibido en su casa. El papa Francisco dijo que Dios es Padre que espera atento en el corazón del hijo el deseo del regreso a casa. Y cuando reconoce aquel deseo, incluso sencillamente insinuado, inmediatamente le está a su lado, y con su perdón le vuelve más leve el camino de la conversión y del regreso. “No hay profesión ni condición social, no hay pecado o crimen de cualquier tipo que sea, que pueda borrar de la memoria y del corazón de Dios uno solo de sus hijos. Dios recuerda, siempre, no se olvida de nadie de los que ha creado; él es padre, siempre a la espera vigilante y amorosa con el deseo de ver renacer en el corazón del hijo el deseo de volver a casa. Y cuando reconoce aquel deseo, aunque fuera solamente dado a entender, y tantas veces casi inconsciente, él está a su lado y con su perdón vuelve más leve el camino de la conversión y del regreso”, dijo Francisco.
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Las anécdotas de la semana
La pequeña huésped del Papa En una semana de la agenda del Papa Francisco pasan muchas cosas: encuentros, mensajes, cartas, tuits, homilías, decisiones, etcétera. Pero también ocurren otros acontecimientos que a veces no van acompañados de palabras, sino que se plasman simplemente en imágenes que despiertan sentimientos.
Esta semana, el Papa Francisco demostró nuevamente su predilección por los niños y por los enfermos. Hacia el final de la audiencia general del miércoles, Francisco invitó a todos los presentes a realizar un gesto de caridad y bromeando indicó: “Estén tranquilos, que no se trata de una colecta ¿he?”. Allí, el Papa relató la historia de Noemí, una niña de un año y medio que padece una grave enfermedad y que lo había visitado minutos antes de la audiencia. Pidió a todos los presentes que hicieran un momento de silencio y rogaran al Señor “que la ayude en este momento y le dé salud”.
Periodista de Radio María
A continuación todos ofrecieron un Ave María por ella. Sin embargo ahí no terminó la historia. El Papa Francisco, tras recibir la carta de los papás de Noemí, llamó a la familia y envió a su Limosnero, el encargado de las obras de caridad del Papa, para ver qué se podía hacer por la niña. Luego los recibió en audiencia privada, pidió a todos los presentes en la Plaza San Pedro que rezaran juntos por ella y, además, los invitó a hospedarse en la casa de Santa Marta y cenar con él. En la agitada agenda del Papa Francisco, también hay lugar para los más pequeños.
Oremos por él El papa Francisco, de manera insistente, pide que oremos por él. Desde el espacio de Francisco a diario, te invitamos a sumarte a la campaña de oración y ayuno que realizaremos todos los viernes, junto a los oyentes de Radio María en todo el país, en comunión con las intenciones del Santo Padre. Cada uno de nosotros lo hará de la manera que mejor crea conveniente, ofreciendo el trabajo del día, rezando el Santo Rosario, pidiendo en las misas una intención particular por el Santo Padre o tendiendo una ayuda especial para una persona que sufre.
El aporte institucional y el apoyo de sus lectores ayudan a sostener este proyecto. Enviá la palabra SUMAME al (0351) 152000040 y te informamos las maneras de colaborar
Por Milagros Rodón
Un abrazo conmovedor También durante la audiencia del miércoles, el Papa Francisco protagonizó otro gesto que dejó atónita a la multitud de fieles presentes y que rápidamente se esparció por las redes sociales. Al terminar la audiencia, en medio del habitual recorrido entre los fieles, pidió
que detuvieran el Papa movil y se acercó a un hombre que padece un trastorno hereditario que le produce deformidades en la piel y en los huesos. El Pontífice lo acarició y tomó su cabeza en sus manos durante unos minutos en un notable gesto de ternura y de acogida.