El valor de la paz social

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Espacio Institucional Suplemento bajo la responsabilidad editorial del P. Javier Luis Soteras, director de Radio María Argentina. Publicación de distribución gratuita con los ejemplares de La Voz del Interior del domingo 8/12/2013 www.franciscoadiario.org

El valor de la paz social La semana que pasó, en especial por lo acontecido en Córdoba, amerita un análisis a las advertencias del Papa sobre los principios principios relacionados con tensiones bipolares propias de toda realidad social.


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Audiencia general

“Jesús nos espera” En la audiencia general del viernes pasado, el papa Francisco, ante unos 30.000 peregrinos provenientes de todas partes del mundo, congregados en la Plaza de San Pedro a pesar del intenso frío romano, continuó en su catequesis el tema de la semana pasada: “la resurrección de la carne”. “Esto -comenzó Francisco- no es fácil de entender, estando inmersos en este mundo, pero el Evangelio nos lo aclara: el que Jesús haya resucitado es la prueba de que la resurrección de los muertos existe. Y la fe en Dios, creador y liberador de todo el hombre –alma y cuerpo–, abre el camino a la esperanza de la resurrección”. Esta esperanza se cumple en la persona de Jesús, que es “la resurrección y la vida”; que nos ha tomado con él en su vuelta al Padre en el Reino glorioso. La omnipotencia y la fidelidad de Dios no se detienen a las puertas de la muerte. Cristo está siempre con nosotros, viene cada día y vendrá al final”, dijo el Papa en español. “Entonces Él resucitará también nuestro cuerpo en la gloria, no lo devolverá al mundo terrenal. Viviendo de esta fe, seremos menos prisioneros de lo efímero, menos prisioneros de lo pasajero. Esta transfiguración de nuestro cuerpo se prepara ya en esta vida por el encuentro con Cristo Resucitado, especialmente en la Eucaristía, en la que nos alimentamos de su Cuerpo y de su Sangre”. ¿Qué significa resucitar?, preguntó el papa, y luego explicó: “La resurrección, la resurrección de todos nosotros... Sucederá en el último día, al final del mundo, por obra de

la omnipotencia de Dios, que restituirá la vida a nuestro cuerpo reuniéndolo con el alma, por la resurrección de Jesús. Esta es la explicación fundamental: porque Jesús resucitó, nosotros resucitaremos. Tenemos esperanza en la resurrección porque Él nos ha abierto la puerta, nos ha abierto la puerta a la resurrección. Esta transformación en espera, en camino a la resurrección, esta transfiguración de nuestro cuerpo se prepara en esta vida mediante el encuentro con Cristo Resucitado en los Sacramentos, especialmente en la Eucaristía. Nosotros que en esta vida nos nutrimos de su Cuerpo y de su Sangre, resucitaremos como Él, con Él y por medio de Él. Como Jesús resucitó con su propio cuerpo, pero no volvió a una vida terrena, así nosotros resucitaremos con nuestros cuerpos que serán transfigurados en cuerpos gloriosos. Esto no es mentira, ¿eh? ¡Esto es verdad! Nosotros creemos que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo en este momento. ¿Creéis que Jesús está vivo, que está vivo? ¡Ah, no creéis! ¿Creéis o no creéis? Y si Jesús está vivo, ¿pensáis que Jesús nos dejará morir y nunca nos resucitará? ¡No! ¡Él nos espera! Y como Él está resucitado, la fuerza de su resurrección nos resucitará a nosotros”.

Análisis

El Papa y la pa Una reflexión sobre los hechos acontecidos en Córdoba desde la visión de Bergoglio y la claridad de sus conceptos en la Exhortación Apostólica.

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l martes a la noche y la madrugada del miércoles de la semana que pasó nuestra Córdoba, la Docta, la de la Universidad y las campanas, se llenó de oscurantismo y se silenció por la ausencia de la gente de a pie en las calles para dar lugar al desenfrenado comportamiento de un grupo inadaptado que mostró una dolorosa realidad oculta, contenedora de una violencia inusitada. Se corrió el velo y emergieron comportamientos que muestran la ausencia de paz y la llamada a reconstruir el tejido social que agudizó el desencuentro en la convivencia vecinal cuando vecinos saquearon a vecinos. Jorge Mario Bergoglio, en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, reflexiona que “para avanzar en esta construcción de un pueblo en paz”, justicia y fraternidad, hay cuatro principios relacionados con tensiones bipolares propias de toda realidad social:

El tiempo es superior al espacio En torno a este principio se articulan las políticas de Estado construidas y consensuadas desde los intereses de la ciudadanía, a partir de un diálogo plural y en proyección. “Este principio _dice Francisco_, permite trabajar a largo plazo, sin obsesionarse por resultados inmediatos. Ayuda

a soportar con paciencia situaciones difíciles y adversas, o los cambios de planes que impone el dinamismo de la realidad”. Cuando prevalece el tiempo sobre el espacio nos ocupamos de iniciar procesos más que de poseer espacios. El tiempo rige los espacios, los ilumina y los transforma en eslabones de una cadena en constante crecimiento, sin caminos de retorno, afirma el Papa. y agrega: “Se trata de privilegiar las acciones que generan dinamismos nuevos en la sociedad e involucran a otras personas y grupos que las desarrollarán, hasta que fructifiquen en importantes acontecimientos históricos. Nada de ansiedad, pero sí convicciones claras y tenacidad” Estamos en un serio problema si los que tienen delegado el poder en la gestión de lo público están más ocupados en el 2015 que en el bien del presente con proyección de futuro.

La unidad prevalece sobre el conflicto En este principio afirma nuestro Papa argentino: “El conflicto no puede ser ignorado o disimulado. Ha de ser asumido. Pero si quedamos atrapados en él, perdemos perspectivas, los horizontes se limitan y la realidad misma queda fragmentada. Cuando nos detenemos en la coyuntura conflictiva, perdemos el sentido de la unidad profunda de la realidad”. Ante el conflicto, algunos simplemente lo miran y siguen adelante como si nada pasara, se lavan las manos para poder continuar con su vida. Otros entran de tal manera en el conflicto que quedan prisioneros, pierden horizontes, proyectan en las instituciones las propias confusiones e insatisfacciones y así la unidad se vuelve imposible. Pero hay una tercera manera, la más adecuada, de situarse ante el conflicto. Es


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aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso. “¡Felices los que trabajan por la paz!» (Mt 5,9)”. Esto nos invita a salir de las estigmatizaciones sociales que, a la larga, sólo funcionan como limitantes de una mirada más honda y de activo compromiso. No sirve decir: que los maten a todos, que todos vayan presos o, son unos tal por cual. Estas expresiones simplistas sólo se entienden como una reacción primaria que no nos permite por miedo ir al fondo de lo que nos pasa como sociedad.

La realidad es más importante que la idea Como sociedad podemos tener un relato tal o cual de lo que pasa. Hasta que pasa lo que pasa. En ese sentido Su Santidad postula este principio indispensable para la paz social afirmando: “La realidad

simplemente es, la idea se elabora. Entre las dos se debe instaurar un diálogo constante, evitando que la idea termine separándose de la realidad. La realidad es superior a la idea. Esto supone evitar diversas formas de ocultar la realidad: los purismos angélicos, los totalitarismos de lo relativo, los nominalismos declaracionistas, los proyectos más formales que reales, los fundamentalismos ahistóricos, los eticismos sin bondad, los intelectualismos sin sabiduría”. La solución a nuestros graves conflictos sociales nacen de un mirar las cosas como son, no sólo pensando en cómo quisiéramos que fueran. Para este baño de realidad el camino es la cultura del encuentro y el dialogo a 360 grados

El todo es superior a la parte Afirma Francisco: “Siempre hay que ampliar la mirada

Misa en Santa Marta

Por Padre Javier Soteras Responsable editorial de Francisco A diario

para reconocer un bien mayor que nos beneficiará a todos. Pero hay que hacerlo sin evadirse, sin desarraigos. Es necesario hundir las raíces en la tierra fértil y en la historia del propio lugar, que es un don de Dios. Se trabaja en lo pequeño, en lo cercano, pero con una perspectiva más amplia”. En estos días en Radio María me sorprendió en este mismo sentido la mirada del psicólogo social Sebastian Betuccelli, quien, al hablar de la crisis social de Córdoba y su abordaje de sanidad en la raíz, insistió en la necesidad de ir al encuentro de las periferias existenciales y allí encontrarnos con la riqueza de los referentes ocultos sanos que puedan liderar el cambio desde los mismos espacios conflictivos, ellos tienen el pulso encarnado de lo que pasa. La política social está llamada a revertirse desde el lugar donde conviven los conflictos, no desde arriba o desde afuera.

Paz y alegría La paz y la alegría son las dos ideas que el Papa Francisco desarrolló durante la semana, en especial en la homilía de la misa celebrada el martes pasado en el capilla de la Casa Santa Marta. El Pontífice subrayó que la Iglesia está llamada a transmitir la alegría del Señor a sus hijos, una alegría que da la verdadera paz. En la primera lectura del libro Isaías, vemos el deseo de paz que todos tenemos, indicó el Papa. Una paz que, dice el profeta, nos llevará al Mesías. En el Evangelio “podemos ver un poco el alma de Jesús, el corazón de Jesús: un corazón alegre”. Al respecto, Francisco afirmó que “nosotros pensamos siempre en Jesús cuando predicaba, cuando sanaba, cuando caminaba, iba por las calles, también durante la Última Cena. Pero no estamos acostumbrados a pensar en Jesús sonriente, alegre. Jesús estaba lleno de alegría: lleno de alegría. En esa intimidad con su Padre: ‘Exultó de alegría en el Espíritu y alabó al Padre’es precisamente el misterio interno de Jesús, esa relación con el Padre en el Espíritu. Es su alegría interna, su alegría interior que Él nos da”. Así, Francisco señaló que “esta alegría es la verdadera paz: no es una paz estática, quieta, tranquila. No, “la paz cristiana es una paz alegre, porque nuestro Señor es alegre”. Y, también, es alegre “cuando habla del Padre: ama tanto al Padre que no puede hablar del Padre sin alegría”. Nuestro Dios, indicó, “es alegre”. Y Jesús “quizo que su esposa, la Iglesia, también fuese alegre”.

Francisco añadió que “no se puede pensar en una Iglesia sin alegría y la alegría de la Iglesia es precisamente esta: anunciar el nombre de Jesús. Decir: ‘Él es el Señor. Mi esposo es el Señor. Es Dios. Él me salva, Él camina con nosotros’. Y esta es la alegría de la Iglesia, que en esta alegría de esposa se hace madre. Pablo VI decía: la alegría de la Iglesia es precisamente evangelizar, ir adelante y hablar de su Esposo. Y también transmitir esta alegría a los hijos que ella hace nacer, que ella hace crecer”. El Pontífice señaló que la paz de la que nos habla Isaías “es una paz que se mueve mucho, es una paz de alegría, una paz de alabanza”, una paz que podemos decir “ruidosa, en la alabanza, una paz fecunda en la maternidad de nuevos hijos”. Una paz, “que viene precisamente en la alegría de la alabanza a la Trinidad y de la evangelización, de ir a los pueblos a decir quién es Jesús”. Francisco puso énfasis en lo que dice Jesús, “una declaración dogmática” cuando afirma: “Tú has decidido así, revelarte no a los sabios sino a los pequeños”. Francisco concluyó explicando que “también en las cosas muy serias, como esta, Jesús está alegre, la Iglesia está alegre. Debe ser alegre. También en su viudez -porque la Iglesia tiene una parte de viuda que espera a que su marido vuelva- también en su viudez, la Iglesia está alegre en la esperanza. Que el Señor nos dé a todos nosotros esta alegría, esta alegría de Jesús, alabando al padre en el Espíritu. Esta alegría de nuestra madre Iglesia en el evangelizar, en el anunciar a su Esposo”.


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Las anécdotas de la semana

Por Milagros Rodón Periodista de Radio María

¿El Papa se “escapa” de noche para visitar a los pobres?

En la semana, un diario estadounidense confirmó la versión de que el Papa Francisco acompaña algunas noches a su limosnero a visitar a los pobres. Claro que no lo hace vestido de blanco, ni con periodistas de todo el mundo que lo sigan paso a paso. Aparentemente, el Papa sale vestido de sacerdote, con el pantalón negro que usa bajo su sotana blanca y una camisa negra. Si bien la noticia resulta novedosa, casi que ni sorprende. De hecho, Bergoglio, siendo arzobispo de Buenos Aires, visitaba las villas, llegaba algún día sin previo aviso a pequeñas capillas en los asentamientos más carenciados para confesar algunas horas y estar disponible a las necesidades que el párroco o vicario tuviera en ese día. Además recorría las calles de la Capital Federal visitando y llevando comida a los más necesitados.

¿Qué hace el limosnero del Papa? Monseñor Konrad Krajewski, fue designado arzobispo y encargado de la Limosnería Apostólica por el Papa Fracisco en agosto. El obispo polaco recibió de boca del mismo Francisco cómo sería su itinerario de acción: “No te sentarás detrás del escritorio. Lo puedes vender. No esperes que la gente llame a tu puerta, ve a buscarla. Te quiero entre la gente para que lleves mi caricia a los pobres a los desheredados, a los últimos”. Tras su ordenación episcopal, “Don Corrado”, como se lo conoce, dijo que al asumir esta nueva responsabilidad tiene la «la posibilidad de adorar y tocar a Jesús en las personas pobres, abandonadas, marginadas. Me permite descubrir el rostro de Jesús en el de mi prójimo”. Aludiendo al

Papa Argentino dijo que “quiere que yo vaya a buscarlos sin esperar que sean ellos los que toquen a las puertas del Vaticano. Santidad, sé que debo ser “sacerdote tina y toalla”», en relación a pasaje evangélico en que Jesús lava los pies de sus discípulos. Además dijo que cada vez que lo ve al Papa le pregunta si necesita dinero para ayudar a algún necesitado y le recuerda que “una cuenta corriente es buena cuando está vacía porque se ha donado a los necesitados”.

Los empleados vaticanos deberán marcar tarjeta La hiperactividad del Papa Francisco se hace evidente en los innumerables encuentros, reuniones y mensajes que emite cada día. Parece que ese ritmo quiere trasladarlo a todas las esferas del Vaticano, en donde habría detectado algunos “letargos”. Para ello, desde el 1° de enero, todos los empleados del Vaticano deberán pasar tarjeta al iniciar y terminar su jornada laboral, a excepción de arzobispos y cardenales. Segun informa la revista Panorama, la medida apunta a optimizar el trabajo del personal de la Curia de modo que algunos sacerdotes y obispos queden liberados de tareas administrativas y así quedar disponibles para actividades específicamente pastorales. Desde hace algunos años se venía pensando en el control electrónico de la jornada laboral, pero por oposición de

los mismos afectados, no se había hecho efectiva. El Papa Francisco comienza a alinear a la Curia romana en pos de una nueva conversión para el renovado anuncio del evangelio. Siendo jesuita sabe muy bien que “el amor se muestra más en obras que en palabras” como afirmaba San Ignacio de Loyola.

Oremos por él

El papa Francisco, de manera insistente, pide que oremos por él. Desde el espacio de Francisco a diario, te invitamos a sumarte a la campaña de oración y ayuno que realizaremos todos los viernes, junto a los oyentes de Radio María en todo el país, en comunión con las intenciones del Santo Padre. Cada uno de nosotros lo hará de la manera que mejor crea conveniente, ofreciendo el trabajo del día, rezando el Santo Rosario, pidiendo en las misas una intención particular por el Santo Padre o tendiendo una ayuda especial para una persona que sufre.


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